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Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, provocan un gran impacto en el medio

ambiente, primero ya que , por un lado, en nuestra era los aparatos eléctricos son algo que se consume

masivamente y por lo tanto, cuando sus dueños consideran que están obsoletos o que están dañados

también los desechan en grandes cantidades, además de que aumenta el uso de las materias primas,

por lo que también para poder obtener muchos de los materiales necesarios para fabricarlos también

aumenta la actividad minera. Por otro lado, estos aparatos electrónicos y eléctricos se componen de

metales pesados, retardantes de llama y otras sustancias peligrosas que suponen un riesgo, como lo

pueden ser el mercurio, el cadmio y el plomo, además de sustancias que pueden generarse durante los

procesos de recuperación, como el cianuro, las dioxinas y los foranos.

La extracción inapropiada de estos residuos puede provocar contaminación en agua, tierra y

aire, además de generar graves daños a la salud de las personas que viven a los alrededores de los

lugares donde estos se desechan, un ejemplo se puede encontrar en Accra, la capital de Ghana , en un

barrio llamado Agbogbloshie, también conocido como el “cementerio electrónico”, a este lugar llegan

toneladas de basura, que son etiquetados como electrodomésticos para la venta, estos provienen

principalmente de Europa, Estados Unidos y China, aunque por lo menos un tercio estén dañados

Para los más pobres este venenoso lugar se ha convertido en una fuente de ingresos, que entre

la basura buscan metal re vendible, como aluminio, cobre o hierro. Al quemarse lo cables de los

electrodomésticos estos sueltan varios químicos que son dañinos para la salud de las personas que

habitan en este lugar, algunos de estos químicos pueden afectar la reproducción, causar cáncer o

trastornos en el cerebro y el sistema nervioso. Los síntomas más comunes que se ven son, erupciones

cutáneas, dolor abdominal, insomnio o agotamiento.

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos deberán ser recogidos a través de los canales

adecuados, además serán enviados a empresas certificadas para la eliminación primaria de residuos,

quienes primero comprobarán si el equipo está listo para ser reutilizado y puesto en servicio sin mucho
esfuerzo, y si esto no es posible debemos retirar el equipo eléctrico antiguo, tal como las impurezas e

ingredientes que contienen sustancias nocivas. Los equipos eléctricos viejos se desmontan parcialmente

y se trituran mecánicamente, luego se separan en partes de materiales individuales y, dependiendo de

las partes, se envían a plantas de reciclaje de plástico, acerías o cobre u otras empresas que se ocupan

del reciclaje o la recuperación de energía.

Un propósito clave debemos tener para disminuir la contaminación con residuos eléctricos y

electrónicos, es que debemos manifestar y crear más cantidad de empresas que sean profesionales para

la descomposición de los aparatos, además no podemos botarlos a la basura porque esta viejo el equipo

si no que debemos preguntarle a nuestra sociedad quien está interesado, llegado el caso que sí,

tenemos que concientizarnos y regalarlos en lugar de generar contaminación.

Además, es muy importe diseñar los aparatos de una manera apropiada y significativa, para que

toso estos aparatos sean duraderos, ya que esto nos genera una gran ventaja porque estos elementos y

partes van a conservarse más tiempo y se genera menos contaminación.

Es importante implementar un sistema que se enfoque residuos de aparatos eléctricos y

electrónicos en la Esmic ya que se generan sobre todo en baterías y algunas de las herramientas

utilizamos consumen bastantes de estas, además de que estos mismos dispositivos pueden estropearse

por lo que se hace necesario conseguir unos nuevos. Las batearías son una de las principales amenazas

al medio ambiente en este caso, ya que contienen metales pesado y elementos químicos que no se

pueden destruir utilizando procesos biodegradables. Además de que solo una pila de mercurio puede

llegar a contaminar hasta 600.000 litros de agua. Por esto es necesario pensar en una solución, como lo

puede ser el reciclaje.

Lo primero sería disponer de algunos espacios en la ESMIC para que las baterías puedan ser

desechadas y almacenadas correctamente, desde donde pueden ser llevadas a una planta de reciclaje

desde donde el mercurio se separa de otros metales y el resto de materiales pueden recuperarse.

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