La poesía como el último refugio de lenguaje y del amor

Decía Meléndez definiendo la nueva poesía:

«Pintemos además con colores sencillos cuanto vivos, las

delicias de la vida privada; celebremos las profesiones que
ornan la sociedad, y la animan un tiempo y enriquecen;
ofrezcamos con suelos a todos los estados y hagámosles
palpables los bienes y dulzuras que tienen a la mano, y por
inadvertencia desconocen; que así contribuiremos a que
amando su clase y su destino, logren vivir en paz con sus
deseos, sembrándoles de flores y consuelos el amargo camino
de la vida».

la poesía como la manifestación más profunda del alma y sentimiento humanos, además de
artífice a lo largo de la historia para depurar y enriquecer los lenguajes y ejercitar la
expresión de las ideas más complejas y profundas.

Se escucharon diversas interpretaciones de hermosas poesías, se le cantó al amor, a las

virtudes humanas, al erotismo, a las vivencias de toda índole donde se manifiesta la
voluntariedad, la inteligencia, los valores, la filosofía, la educación, presentes siempre en el
intercambio y la convivencia interpersonal.

La expresión artística de la belleza manifestada a través de la palabra, caracterizada por ser

la más depurada manifestación del pensamiento y el leguaje, con métrica o

verso libre, con rima o en prosa, pero siempre con la cadencia musical del verso. Palabras
escogidas, palabras sentidas, palabras significativas, palabras del poeta, del pueblo, del
enamorado, del resentido, de protesta, de cualquier recóndito sentimiento o emoción que se
sujeta a la reflexión y el análisis en un momento especial.

La moderna poesía se caracteriza por el predominio del verso libre, donde el autor disfruta
de una autonomía total para transitar por las rutas del pensamiento y la emoción sin
sujetarse o limitarse por las ataduras de la rima y la métrica clásica, pudiendo disponer y
organizar el texto según su sentir personal y su propio ritmo