Está en la página 1de 237

ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

¿CÓMO NOS MIRAN Y CÓMO LOS/AS MIRAMOS?

PERSPECTIVAS MUTUAS EN TORNO A LAS RELACIONES DE PODER ENTRE


POLICÍAS Y JÓVENES DE LA CIUDAD DE MÉXICO

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE

LICENCIADA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL

PRESENTA

MARÍA ANGÉLICA REGALADO QUEZADA

DIRECTORA DE TESIS:

DRA. FLORENCE ROSEMBERG SEIFER

CIUDAD DE MÉXICO 2017


DEDICATORIA

Para mi abuela Isela, quien ha sido un gran ejemplo a seguir de tenacidad y valor

constante.

Para Malve, quien siempre creyó en mis capacidades, y que con amor me impulsó a seguir

adelante a pesar de las dificultades.

Para Tití, quien al igual que mi abuela Isela me dio su apoyo, cariño y porras.

Para Luis y Adriana a quienes les estoy agradecida por el cariño y las diversas formas de

apoyo que me brindaron.

Para mi coach, Marilú Narváez, quien me ayudó a salir de situaciones muy escabrosas.

Para mi papá, Héctor Regalado Robles,

a quien seguramente le habría gustado leer esta tesis.

2
AGRADECIMIENTOS

Les estoy infinitamente agradecida a todas aquellas personas que compartieron un padicto
de sus vidas conmigo, que me dieron su tiempo y buena disposición para colaborar en esta
investigación. A todos estos policías y jóvenes les agradezco enormemente por permitirme
conocer sus historias, experiencias, emociones y expectativas; como también por hacer que
mis prejuicios se desmoronaran al mostrarme su realidad. Ahora tengo nuevos amigos y
renovadas perspectivas sobre un tema poco estudiado por haberse considerado menos
importante y urgente que otras problemáticas sociales de la vida nacional.

Le estoy especialmente agradecida a mi directora de tesis, Florence Rosemberg S.


por aceptar dirigirme durante esta investigación, mientras que algunas personas se
rehusaron a hacerlo -por considerarlo un tema sin cabida dentro del marco de las líneas
tradicionales de investigación antropológica; otras por creer que se trataba de un proyecto
demasiado ambicioso para una estudiante de licenciatura- ella creyó en mi capacidad, me
guió y no me permitió flaquear durante este trayecto investigativo.

Le agradezco a Alfonso Barquin Cendejas por sus recomendaciones bibliográficas


para el marco teórico del presente trabajo, por su solidaridad, opiniones, sus buenos
consejos académicos y de vida.

A María Elena Padrón le agradezco por contactarme con gente que me ayudó a
incursionar el trabajo de campo. También le estoy agradecida por despejar mis dudas
etnográfico-metodológicas y recomendarme muy estrategias para comenzar a escribir la
tesis.

A Toñito, José Luis, Lidia, Paquito, Fabi, Hugo, Francisco, Dio, a Francisco Javier,
Cris, Rulo, Karina, a Emiliano –quien me presentó a Emiliana-, a Adrián-quien me presentó
a Rodrigo-, a Hilda –quien me presentó a David y a Lu-, Rafa, Andrea, Laura, Luz Helena,
Claudia, Sebas, Julio, Hilda, Poncho, Adrián, Adrián (Duende), Mariana (Pikingos),
Gerardo, Ilse, Martín, Emiliana, Rodrigo, David, Lu.

A la Escuela Nacional de Antropología e Historia y a sus profesores(as), porque les


debo mi formación antropológica.

3
ÍNDICE

DEDICATORIA……………………………………………………………………………2

AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………………3

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………....6

CAPÍTULO 1. SEGURIDAD PÚBLICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO…………...11

1.1 El concepto de policía y sus funciones de acuerdo al Estado………………………….11


1.2 Antecedentes de la Policía y la Policía Auxiliar de la Ciudad de México……………..17
1.3 Biopoder al interior de la corporación policial. El disciplinamiento del cuerpo y las
emociones………………………………………………………………………………27
1.4 El concepto de policía según los(as) policías. El discurso no oficial…………………..36
1.5 Mujeres policías. Cómo se asumen en su entorno laboral……………………………..46
1.6 Violencia sistémica. Aspectos laborales de la Policía Auxiliar………………………..58

CAPÍTULO 2. CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE JUVENTUD……………..75

2.1 La conceptualización de la juventud desde diferentes perspectivas…………………...75

2.2 Las y los jóvenes de Tlalpan: Quienes son y sus contextos……………………………82

2.3 Emociones, percepciones y aspiraciones de las y los jóvenes de Tlalpan …………...105

CAPÍTULO 3. PODER, GÉNERO, VIOLENCIA, COMPLEJIDAD Y


PERCEPCIONES MUTUAS ¿CÓMO NOS MIRAN Y CÓMO LOS
MIRAMOS?.......................................................................................................................114

3.1 Representaciones sociales negativas mutuas ¿De dónde vienen?.................................114

3.2 Ser hombre, ser mujer, ser joven: Experiencias y emociones de acuerdo al sexo-
género……………………………………………………………………………………..139

3.3 Relaciones de poder entre jóvenes y policías. Etnografía de las estrategias y discursos
en torno al ejercicio de poder……………………………………………………………..147

CONCLUSIONES……………………………………………………………………….199

Anexo 1. Tipos de policías en la Ciudad de México…………………………………...210

Anexo 2. Prestaciones y Seguridad Social de los policías……………………………..212

4
Anexo 3. Marco legal. Derechos y obligaciones de las y los jóvenes de la Ciudad de
México..………………………………………………………………………………......214

Anexo 4. Tabla informativa sobre los jóvenes participantes………………………….224

Bibliografía y Mesografía……………………………………………………………….229

5
INTRODUCCIÓN

Hoy vivimos en un México trémulo, en el que el tejido social es intensamente asolado por
nuevas formas de violencia sin precedentes: la mal llamada Guerra contra el narco,
iniciada en el sexenio de Felipe Calderón que continúa hasta ahora; el aumento desmedido
de los feminicidios en varios estados del país; las desapariciones forzadas y asesinatos de
civiles en grandes proporciones. Estos hechos se suman a las violencias asumidas como
históricamente cotidianas –la violencia visible, es decir la violencia directa, y la violencia
invisible, que es estructural y cultural (Galtung, 2004)-. Por ello resulta indispensable
abordar desde la antropología social los temas actuales que repercuten negativamente en la
vida nacional, usar las herramientas que la disciplina nos provee para problematizar y
buscar respuestas a preguntas nunca antes planteadas a temas emergentes que van
volviéndose parte de la cultura local.
En el contexto del México actual no podemos entender la configuración de las
relaciones de poder entre policías y jóvenes y sus implicaciones sociales sin acercarnos a
las distintas formas de violencia que giran en torno suyo, ya que cuando existen relaciones
de poder, los sujetos echan mano de diferentes medios para conseguir su cometido, siendo
la violencia no el único, pero sí uno de los medios más socorridos para orientar la conducta
ajena hacia los fines deseados. El uso de distintas formas de violencia, ya sea sutil o directa
para ejercer el poder, tiene un impacto social importante a nivel de las representaciones
sociales, es decir, en la memoria colectiva y en los estereotipos que se generan a partir del
ejercicio cognitivo que las encarna. Pero también en las emociones y la psique;
determinando de antemano el modo en que se entablarán relaciones sociales cotidianas
entre jóvenes y policías; y en su forma más palpable en los cuerpos de las personas, como
son las agresiones físicas.
La presente investigación me tomó dos años, pues el acceso al trabajo de campo en
temas policiales es especialmente arduo. Intenté varias vías para lograr estudiar el tema: el
primer acercamiento fue con policías de investigación de la Procuraduría General de
Justicia (PGJ), gracias a un comandante que me fue presentado por una persona cercana.
Sin embargo, decidí detener la investigación por el constante acoso sexual que viví por
parte de uno de los cadetes. Este tipo de problemas se me presentaron de manera constante

6
también con policías preventivos y policías auxiliares. Sin embargo, conforme fui
avanzando en la investigación pude contactar a policías que me ayudaron sin otras
intenciones mas que las de colaborar conmigo, a ellos y ellas les estoy infinitamente
agradecida.
Fui a solicitar permiso a la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México,
pero éste me fue denegado sin darme explicaciones claras. Después intenté enlistarme
como policía, sin embargo, tampoco me fue posible ingresar por ser considerada no apta a
causa de problemas de salud crónicos. Finalmente un buen amigo me contactó con algunas
ex policías que tuvieron muy buena disposición para hablar conmigo, y a su vez ellas
fueron contactándome con más policías. Realizar trabajo de campo con policías es
especialmente complicado porque tanto se ha hablado mal de ellos que piensan que serán
reiteradamente expuestos como lo peor de la sociedad mexicana. En muchos artículos
periodísticos son presentados de ésta y muchas otras formas negativas que no se detienen a
observar las problemáticas intrínsecas a un sistema policial que justifica, promueve y cobija
malas prácticas dentro y fuera de la Corporación. Dinámica en la que tanto autoridades
como civiles estamos íntimamente involucrados y somos parte del problema –como sucede
con la corrupción-.
La razón principal para adentrarme en el tema fueron mis prufundos prejuicios
como joven y como civil. Fui alimentada de temores y prejuicios hacia los policías desde
que era niña, y estos se fueron arraigando más a partir de las pocas pero malas experiencias
personales y ajenas. A pesar de las dificultades que presentó en si misma la investigación,
lo más complicado fue tratar de alejarme lo más posible de mis prejuicios y empezar a ver a
los policías como personas que son padres y madres de familia, que tienen conflictos,
emociones, necesidades y anhelos. Aprendí a escucharlos más y a juzgarlos menos.
En esta investigación me di a la tarea de trabajar con dos grupos de personas, el
primero estaba conformado por 12 policías auxiliares (hombres y mujeres) de diferentes
zonas de la ciudad (algunos eran policías en servicio y otros ex policías). El segundo grupo
estaba compuesto por 19 jóvenes de la delegación Tlalpan. La metodología de
investigación empleada para la realización de este trabajo incluyó entrevistas en
profundidad tanto con las y los jóvenes como con policías auxiliares. Algunas de las
entrevistas fueron realizadas en los hogares de estos jóvenes, otras, por razones de tiempo y

7
comodidad para ellos, tuvieron lugar en sus trabajos o en restaurantes y cafés. La mayoría
de ellos fueron muy accesibles, permitían que tomara notas y usara mi grabadora durante
las entrevistas. La única complicación que tuve al trabajar con las y los jóvenes fue asumir
el desafío que se me presentaba al intentar mantenerme al margen, ser objetiva, sin
victimizarles, cosa que no siempre logré exitosamente –puesto que no podía evitar
identificarme con algunas de las situaciones que se les habían presentado a los jóvenes al
interactuar con policías durante la adolescencia–. Con los policías las entrevistas tuvieron
algunas dificultades, ya que pueden ser enviados por órdenes de los comandantes a un lugar
de trabajo distinto de un momento a otro sin previo aviso. La solución fue seguirlos a sus
nuevos lugares de trabajo en diferentes delegaciones de la ciudad. Otra dificultad fue que al
no contar con permiso de la Secretaría de Seguridad Pública, en ocasiones debía
esconderme para que los comandantes (que llegaban inesperdamente a supervisarlos) no me
vieran y castigaran a los policías. Es frecuente que los policías auxiliares tengan que ir a
trabajar en sus días de descanso cuando tienen llamado de los comandantes para dar apoyo
a Policía Preventiva en operativos o en la contención de multitudes durante
manifestaciones. De igual forma deben presentarse en su franca –en el argot policial
significa día de descanso- como granaderos en estadios durante los partidos de fultbol o
bien en eventos religiosos. En muchas ocasiones mis entrevistas eran canceladas a último
momento por estas razones cuando yo intentaba entrevistarles en sus días de descanso.
Generalmente compartíamos la comida, yo llevaba algunas cosas, ellos me compartían de
sus guisos y yo de los míos. Si era temprano a veces llevaba pan y ellos me preparaban un
nescafé con agua caliente y azúcar.
La tesis se encuentra dividida en tres capítulos, el primero, Seguridad Pública de la
Ciudad de México, hace un breve recorrido histórico sobre la evolución de la Corporación
policial capitalina. Se define el concepto de policía y sus funciones de acuerdo al discurso
oficial, las legislaciones y el gobierno mexicano; al tiempo que lo contrasta con el discurso
no oficial, la versión de los policías sobre lo que significa para si mismos ser un(a) policía
desde sus experiencia personal y laboral dentro de la Policía Auxiliar. En este apartado
las(os) policías exponen las dos principales razones que les llevaron a convertirse en
oficiales: La vocación y la necesidad. Aunque también existen otras como lo son la
tradición familiar de ser policías, y también la atracción por un empleo que permite actuar

8
en función de lo legal y moralmente correcto. En este primer capítulo el lector encontrará el
contexto laboral de los cuerpos de seguridad y las diferentes formas de violencia sistémica-
estructural a las que se enfrentan día con día (salarios precarios, equipo de trabajo en malas
condiciones, nulas prestaciones, horarios de trabajo agotadores, acoso sexual, etcétera).
El segundo capítulo Construcción del concepto de juventud explora una de las primeras
divisiones humanas: la generacional. Misma que es tan importante como las otras
escisiones socioculturales, basadas en diferencias biológicas, tales como el parentesco, el
sexo-género y la etnia. En este capítulo se habla de las relaciones de poder que circundan al
concepto de juventud como una categoría no neutral definida por el sector adulto. Bajo este
contexto los jóvenes se encuentran por debajo de los adultos a causa de la diferencia
generacional que trae consigo asimetrías que se ponen en marcha frente a los adultos,
siendo la primera de ellas la experiencia; el manejo, control y distribución de los recursos,
la independencia económica y el conocimiento. En esta sección muestro brevemente
quienes son algunos de las y los jóvenes que participantes, lo que permite ver el
acercamiento etnográfico sobre la cotidianidad de varios jóvenes de edades entre los 19 a
los 26 años de edad, pertenecientes a la clase media del sur de la Ciudad. En este capítulo
también se tocan temas como la percepción de los jóvens sobre sí mismos, sus
expecetativas académicas y laborales en el contexto del neoliberalismo mexicano que
contribuye a la escasez de oportunidades de trabajo y educactivas.

Finalmente en el tercer capítulo titulado Poder, Género, Violencia, Complejidad y


Percepciones mutuas. ¿Cómo nos miran y cómo los miramos?, usando la teoría de las
representaciones sociales; la oralidad como medio de transmisión cultural; la historia
contemporánea; las entrevistas en profundidad con policías y jóvenes; rastreo las razones
que han llevado tanto a unos como a otros a tener una pésima percepción mutua. Esto es
fundamental para entender los mecanismos que se ponen en práctica al entablarse
relaciones de poder entre jóvenes y uniformados, pues las reacciones mutuas están dadas de
antemano gracias a la construcción social negativa y prejuicios que tienen unos frente a
otros. En este capítulo se exponen las diferencias de clase social, étnica, fenotípica, de
educación académica, sexo-genérica, etcétera, que serán convertidas en asimetrías para
intentar lograr un ejercicio de poder exitoso –hacer que el las personas lleven su conducta
hacia los fines deseados de quien la orienta–. El lector podrá apreciar los medios usados

9
para ejercer el poder, mismos que frecuentemente están relacionados cercanamente con la
violencia sutil: manipulación, amenazas, en donde los sujetos generalmente aceptan sin
estar de acuerdo. Las emociones como el miedo y el coraje frente al otro tienen un papel
medular en el contexto de las relaciones de poder, ya que la razón y la emoción también se
ponen en juego. Este último capítulo se analizan las diferentes visiones que tienen hombres
y mujeres jóvenes sobre la policía capitalina, en la que la perspectiva de género tiene un
lugar esencial. En este apartado se exponen y analizan las distintas experiencias de policías
y jóvenes; curiosamente, ambos se desresponsabilizan y ninguno se asume como corrupto
ni como parte del problema.

10
CAPÍTULO 1. SEGURIDAD PÚBLICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

1.1. El concepto de policía y sus funciones de acuerdo al Estado

Hoy en día la Policía Auxiliar (P.A.) cuenta con más de 28 mil elementos, distribuidos en
más de 2 mil usuarios (SSPDF, 2015). Los usuarios son todas aquellas instituciones
gubernamentales o privadas, de bienes y servicios o personas físicas (servicio de escoltas) o
morales, que puedan pagar los servicios de protección que brinda la corporación; sin
embargo, como actividades adicionales fungen como apoyo a la Policía Preventiva en vía
pública, teniendo actualmente las mismas responsabilidades que los preventivos, pero por
un salario significativamente menor. También deben asistir como granaderos a estadios de
fútbol cuando hay partidos, a manifestaciones y a otros operativos. En los anexos presento
un cuadro comparativo que expone las diferencias entre Policía Bancaria e Industrial
(P.B.I.), la Policía Auxiliar (P.A.), y la Policía Preventiva (P.P.) de la Ciudad de México1.
La policía se construye desde diferentes discursos y perspectivas, la institucional
refleja un panorama muy distinto al que se vive en las calles, casi incompatible al que se
mira en la práctica, entre compañeros, en los sectores policiales y entre la ciudadanía.
Partiendo de los estatutos nacionales, de los de mayor a menor jerarquía, la
Constitución Mexicana establece escuetamente los lineamientos a los que las diferentes
policías deben apegarse y las obligaciones a desempeñar. Puntualmente el artículo 21
constitucional establece que las tareas que requieran de investigación corresponden a los
ministerios públicos y a “las policías”, sin especificar que se trate de policía de
investigación dedicada a atender únicamente asuntos de esta índole, es decir, judicial. Más
adelante declara que los municipios, el Distrito Federal, los Estados y la Federación tienen
la responsabilidad de la seguridad pública, cuyas instituciones deben regirse bajo los
siguientes principios: honradez, legalidad, respeto a los derechos humanos, objetividad,
eficiencia, y profesionalismo (Constitución Política, 2014). La ambigüedad se hace
evidente al no dejar en claro cuáles son las diferentes policías de las que se habla, pues
éstas parecieran poder englobarse dentro de la misma categoría sin tomar en cuenta sus
particularidades, tanto en funciones como en derechos y obligaciones. Otro aspecto


1 Para mayor información consúltese el cuadro 1. Tipos de Policías en la Ciudad de México en el Anexo 1.

11
destacable es la incongruencia existente entre los principios a los que deben apegarse las
instituciones y la puesta en marcha en la realidad de los mismos.
La imprecisión también está presente en el Código Nacional de Procedimientos
Penales, pues el Capítulo IV de Comunicación entre autoridades, artículo 74, señala que la
colaboración entre Ministerio Público y/o policía con autoridades federales o entidades
federativas estarán sujetas a lo previsto en la Constitución (CNPP, 2014), aunque la
Constitución habla escasamente de las funciones de las policías y de la cooperación entre
autoridades. Sin embargo, el Código Nacional de Procedimientos Penales define
detalladamente en el Artículo 3°, fracción XI. a la Policía -de investigación- como:
Los cuerpos de Policía especializados en la investigación de delitos
del fuero federal o del fuero común, así como los cuerpos de
seguridad pública de los fueros federal o común, que en el ámbito
de sus respectivas competencias actúan todos bajo el mando y la
conducción del Ministerio Público para efectos de la investigación,
en términos de lo que dispone la Constitución, este Código y demás
disposiciones aplicables (CNPP, 2014:2).

Por otro lado, la Ley de Seguridad Pública del Distrito Federal apunta que de
acuerdo a su artículo segundo, la seguridad pública otorga servicios exclusivos del Estado
mexicano, actuando con apego a las garantías individuales –actualmente mejor conocidas
como derechos humanos–, entre sus obligaciones están:
I.- Mantener el orden público; II.- Proteger la integridad física de
las personas así como sus bienes: III.- Prevenir la comisión de
delitos e infracciones a los reglamentos gubernativos y de policía;
IV.- Colaborar en la investigación y persecución de los delitos, y
V.- Auxiliar a la población en caso de siniestros y desastres. Estas
funciones se entienden encomendadas al Departamento y a la
Procuraduría, de acuerdo a la competencia que para cada uno de los
cuerpos de seguridad pública establece la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (Ley de SSPDF, 1993:1).

Siguiendo con los estatutos nacionales, conforme a la Ley que Regula el uso de la
Fuerza en los Cuerpos de Seguridad del Distrito Federal, Artículo 2°, fracción IV
establece que los cuerpos de seguridad pública están conformados por la Policía Preventiva,
la Policía Complementaria y la Policía Judicial del Distrito Federal, es decir, que dentro de
la Policía Complementaria se encuentran la Policía Bancaria e Industrial y la Policía
Auxiliar. La fracción VI de esta ley estipula que policía es: “A quien se le atribuya ese

12
carácter mediante nombramiento o instrumento jurídico equivalente, que sea parte de los
cuerpos de seguridad pública y que desempeñe funciones de carácter estrictamente policial
vinculadas operativamente a la seguridad pública” (Ley que Regula el Uso de la Fuerza,
2008:2)
La Policía Auxiliar de la Ciudad de México es una de las dos corporaciones
policiales que integran a la policía complementaria, es decir la Policía Bancaria e Industrial
y Policía Auxiliar que dependen de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
De acuerdo con información vertida por la propia Secretaría, la Policía Auxiliar de la
Ciudad de México es una corporación que tiene a su cargo las siguientes tareas: servicios
especializados de seguridad y vigilancia a empresas públicas y privadas, dependencias del
Gobierno Federal y local, custodia en el traslado de bienes y personas, así como servicios
en instalaciones estratégicas como hospitales, bancos y aeropuertos, entre otros (SSPDF,
2015).
Por su parte la Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito
Federal en su artículo 2°, fracción V, define a la Policía como una corporación
correspondiente al Distrito Federal integrada por una policía principal: la Policía Preventiva
–con sus respectivos agrupamientos y unidades– y una policía complementaria, conformada
por la Policía Auxiliar y la Policía Bancaria e Industrial y las demás que dicte el reglamento
que le corresponde. En el capítulo III, De la Estructura Policial, artículo 39° se estipula el
tipo de actividades a desempeñar por los agrupamientos, tales como: patrullaje y vigilancia,
dispositivos especiales para control de multitudes, dispositivos en actos oficiales, disuasión
en actos que pongan en riesgo la seguridad y el orden públicos, entre muchas otras.
Esta misma ley contempla los derechos y obligaciones de los cuerpos de policía
capitalinos; en el artículo 45° se establece que los elementos de la Policía deben conducirse
bajo los principios de respeto a los derechos humanos, ser congruentes, apegarse al orden
jurídico; dar auxilio a la ciudadanía, aprehender y presentar a presuntos responsables en
caso de flagrancia o comisión de delitos; realizar sus funciones sin aceptar ni solicitar pagos
por ello; realizar las detenciones cumpliendo los requisitos constitucionales y legales que
para ello se prevean, etcétera (Ley de la SSPDF, 2015).
Los principios de actuación con los que en teoría deberían conducirse los cuerpos de
policía mexicanos se diluyen al ponerse en práctica, pues en muchas de las situaciones que

13
se les presentan a los policías estos lineamientos de conducta no se llevan a cabo como
dictan los reglamentos y leyes. Es decir, que en muchas ocasiones el deber ser de los/las
policías no es compatible con la realidad por distintas razones de las que más adelante daré
cuenta. Por ejemplo, los y las oficiales dejan en claro que la realidad que se les presenta en
las calles dista de los escenarios dibujados durante su formación policial; existe una
diferencia abismal entre lo visto en teoría y la puesta en práctica. Aunque por supuesto hay
una noción de la problemática de corrupción que gira en torno a la Corporación. Siguiendo
esta línea, el caso de los derechos humanos presenta disparidades entre lo que debería
hacerse y lo que se hace en la realidad, pues los derechos humanos se miran con recelo a
causa de una diferencia entre el «tipo de ciudadano» y las circunstancias que se presenten.
Es decir, los policías refieren que “en el momento en que un ciudadano comete un delito
pierde todos sus derechos” y ven como una limitante la existencia de los derechos humanos
para realizar su labor de forma adecuada, especialmente cuando se trata de detenciones al
momento de cometerse delitos o faltas administrativas. En una ocasión un oficial
comentaba a propósito de las limitantes que presentan los derechos humanos: el oficial
*Roberto2 refería lo siguiente: “Ves que están violando a una niña y no puedes partirle su
madre al cabrón porque existen los derechos humanos 3 ”. Si bien se ve a los derechos
humanos como un impedimento, también nos encontramos ante emociones y presupuestos
morales de cada oficial de policía -que son muy particulares- como lo es en este caso, en
donde se habla de un abuso de índole sexual perpetrado contra una menor de edad y el
posicionamiento que toma el oficial de policía ante este hecho.
El artículo 46 de la Ley Orgánica de la SSP habla de los medios pacíficos de los que
los policías deben echar mano antes de hacer uso de la fuerza para disuadir a la persona que
lleva a cabo el delito o infracción, siempre y cuando esta sea racional, proporcional y
necesaria (Ley de SSPDF, 2015). Sin embargo, algunos policías han expresado que las
situaciones que se les presentan ameritan el uso de la fuerza casi de manera inmediata
porque no es sencillo lidiar con situaciones que no son negociables de manera pacífica;
como es el caso de delincuentes o infractores que no respetan las leyes, y además se
resisten a acatar las órdenes que se les indican.

2 Por razones de confidencialidad los nombres de las y los colaboradores de esta investigación han

sido cambiados.
3 Entrevista realizada al oficial Roberto, mayo de 2014

14
Por otro lado, pero siguiendo los estatutos vigentes, la Carta de Obligaciones de los
Servidores Públicos dicta que éstos deben salvaguardar los siguientes principios: legalidad,
honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de las funciones. En este
documento se enumeran 16 obligaciones de los servidores públicos que distan de ponerse
en práctica, por ejemplo: “No seleccionar, contratar, nombrar, designar, promover a
personas que estén legalmente inhabilitadas para el servicio público o cuando pueda
generar ventaja o beneficio personal, familiar o de negocios” (Carta de Obligaciones de los
Servidores Públicos, 2015), pues son numerosos los casos de nepotismo: contrataciones y
ascensos entre familiares, compadrazgo y amistades al interior de la Policía, especialmente
en los altos rangos, a diferencia de los policías rasos, que difícilmente pueden ascender por
falta de recursos económicos y de influencias. Son numerosos los casos de policías que aun
teniendo un mayor número de palas –grados- siguen en los mismos puestos, o incluso
desempeñando funciones adicionales a las primeras, pero ganando el mismo salario; razón
por la cual algunos oficiales desisten de continuar preparándose pues en palabras del oficial
Manuel “Son más responsabilidades y con el mismo sueldo4”. Tal es el caso de José Luis
Rosales Gamboa, actual Subsecretario de Operación Policial de la Ciudad de México,
mejor conocido como el Jefe Apolo, quien estuvo a cargo del operativo en el bar News
Divine de la delegación Gustavo a Madero, en 2008, en el que murieron 12 personas, en su
mayoría jóvenes, aunque también fallecieron policías ̶un policía judicial y dos policías
auxiliares ̶ (Roldán, 2014). Actualmente Rosales Gamboa tiene a su cargo a diez familiares
suyos, que de acuerdo con información periodística son: cuatro primos, cuatro sobrinos, un
hermano y su yerno, quienes reciben un salario mensual de $463,812.00 (Roldán, 2014).
Ya que no existe información oficial que pueda ser consultada respecto a la
conformación orgánica de la Policía Auxiliar, de acuerdo con información no oficial que
pude obtener de los mismos oficiales en entrevistas y pláticas informales, la Policía
Auxiliar se organiza de la siguiente manera. Tanto el número de sector como de
destacamentos serán omitidos por razones de seguridad y confidencialidad.


4 Entrevista realizada al oficial Manuel, junio de 2014

15
Cuadro 1. Organigrama de la Policía Auxiliar

Secretaría de Seguridad Pública


Ciudad de México

Sector con # determinado


Director(a) de sector
con su respectivo indicativo
(por ejemplo: Gama)

1. Comandante de destacamento
2. Jefe(a) de turno Comandante de destacamento
Destacamento correspondiente al número de sector Destacamento correspondiente al
número de sector
Sección Operativa Sección Administrativa
*Jefe(a) de patrullas * Jefe Secretario(a)
*Jefe (a)de Motocicletas *Jefe Encargado(a) de
Faltas /asistencias
*Jefe(a)de Pie‐Tierra
*Jefe (a)de Policletos (bicicletas) Jefe Encargado(a) de arrestos
*Jefe (a)de Módulos

Fuente: María Regalado Quezada. Elaboración propia. La información me fue proporcionada por
policías de diferentes grados jerárquicos.

Un sólo sector de Policía Auxiliar puede tener de cuatro hasta seis u ocho destacamentos.
Cada jefe(a) tiene una clave personal, es decir, su indicativo por el que se le nombra.
A continuación presentaré los 12 rangos de policía de mayor a menor jerarquía por
los que se rige la Policía Auxiliar de la Ciudad de México:
1. Superintendente General
2. Primer superintendente
3. Segundo superintendente
4. Primer inspector
5. Segundo Inspector
6. Subinspector
7. Primer Oficial
8. Segundo Oficial
9. Suboficial
10. Policía primero
11. Policía segundo
12. Policía

16
1.2. Antecedentes de la Policía y la Policía Auxiliar de la Ciudad de México

No hay suficiente información que trate sobre los aspectos históricos de la policía
mexicana; resulta particularmente difícil encontrar investigaciones previas al periodo
colonial en Nueva España. La información que presentaré a continuación fue obtenida en el
Museo del Policía de la Ciudad de México. La policía mexica estaba constituida de la
siguiente manera:
Topillis: Debían llevar a cabo las órdenes del tribunal.
Calpullec: Vigilaban los barrios.
Achacauhtli y Tlayacacanqui: Capturaban delincuentes.
Centectlapixque: Se encargaban de sancionar a quienes transgredían las normas.
Calmimicolcatl: Eran responsables de la vigilancia de la vía pública, cárceles y domicilios
particulares.
Tianquizpan: Vigilaban los mercados.
Acolnahuacatl: Tenían la obligación de vigilar las orillas de chinampas e islotes.
Durante el periodo colonial en Nueva España existía un cuerpo informal de policía
encargado de hacer las rondas de vigilancia, el cual estaba conformado por alcaldes –
quienes eran escoltados por los alguaciles durante sus rondas de noche y día– , alguaciles y
procuradores –evitaban conglomeraciones masivas de gente en las calles y de vigila
procesiones–. Los alguaciles, iban armados con espada se dividían en diferentes grupos:
alguaciles de campo (tenían a su cargo el resguardo vecinal); con vara y justicia (estaban
facultados para apresar esclavos fugitivos); de ciudad y de indios (sobre este último grupo
no hay información).
La policía se constituyó formalmente en 1786 en Nueva España; durante el siglo
XVIII diferentes agrupamientos de seguridad fueron formados, entre ellos destacan los
«guardafaroles», popularmente conocidos como «serenos», que eran policías encargados de
vigilar las calles una vez encendidas las luces de los faroles (alumbrado público); también
debían dar información sobre la hora y el clima.
Los serenos realizaban sus labores en pareja, pues mientras uno vigilaba el otro
tomaba nota de lo que acontecía durante la jornada nocturna, los serenos debían preparar
los faroles con aceite y cuidar 16 de estos. Aun en el México Independiente los serenos

17
permanecieron laborando hasta la llegada de la electricidad (Museo del Policía CDMX,
2016).
Foto 1. “El Sereno”

Fuente: Museo del Policía, Ciudad de México. Fotografía: María Regalado Quezada

Con una perspectiva apegada al Derecho, Manuel González Oropeza ubica el origen
de la Policía en el año 1786 en la Nueva España, cuya función no dista demasiado de las
obligaciones de la policía contemporánea; sin embargo, para fines prácticos, en la presente
investigación me limito a recabar información comprendida desde el periodo
posrevolucionario, es decir, de la reestructuración nacional a la actualidad (González
Oropeza, 1988). De acuerdo con González Oropeza, previamente al proceso revolucionario,
en 1903, la Ley de Organización de Tribunales del Distrito Federal decretó la creación de
la Gendarmería Judicial, cuyos policías tenían la responsabilidad de ejercer las órdenes
dictadas por de los jueces –de ahí el origen del término «judicial»-; sin embargo, por
razones de duplicidad en funciones con otras policías, la Gendarmería entraría en funciones
hasta 1917 con la Constitución recién creada.

Foto 2. “Gendarmería a pie”

18
Fuente: Museo del Policía, Ciudad de México. Fotografía: María Regalado Quezada

Históricamente la policía ha adoptado el modelo francés, que implica la división de


labores en dos rubros: administrativa y judicial; mientras que la primera debe limitarse a
sancionar infracciones, la segunda tiene un carácter persecutor por mandato del Ministerio
Público. Con el paso del tiempo a estas dos funciones policiales se le adhirieron otras más,
resultando en cuatro funciones: Preventiva (se encarga de mantener el orden público, que
consiste en conservar la tranquilidad, salubridad y seguridad; además de implementar los
reglamentos contenidos en el artículo 21 constitucional, que se refiere a la investigación de
delitos). Persecutoria (busca comprobar el cuerpo del delito, es decir, recabar pruebas
necesarias para hacer viable el ejercicio de la acción penal). Sancionadora (consiste en la
aplicación de correctivos contra las infracciones cometidas a los reglamentos policiales y
del buen gobierno, no así a las violaciones de leyes administrativas, de acuerdo a la
Constitución mexicana). De inspección (de forma inversa a la Sancionadora, la función de
inspección tiene el cometido de vigilar y sancionar reglamentos y leyes administrativas con
excepción de los policiales y del buen gobierno). (González Oropeza, 1988:150).

Foto 3. Policía con gente del pueblo. Policía de Barrio.1930

19
Fuente: Museo del Policía. Fotografía: María Regalado Quezada

De acuerdo con información oficial, vertida por la Secretaría de Seguridad Pública del D.F.,
en el año de 1925, Leandro Castillo Venegas –director de la Dirección Federal de
Seguridad desde diciembre de 1952 a 1958 (Cedillo, 2009)–, había fundado la primera
Unidad de Vigilancia conformada por siete elementos, en las Lomas de Chapultepec. La
Policía Auxiliar de la Ciudad de México surgió durante la década de los años treinta; ex
militares que trabajaban como veladores se unieron a las filas de las primeras policías
capitalinas.
Para el año de 1937, la Policía contaba con mil 400 vigilantes y en febrero de 1941
en el Diario Oficial de la Federación se hizo público el primer Reglamento de Veladores
Auxiliares de la Policía Preventiva del Distrito Federal; el 13 de marzo del mismo año el
entonces presidente Manuel Ávila
Camacho dio personalidad jurídica
e hizo un reconocimiento público a los ex
veladores como parte auxiliar de la Policía
Preventiva del D.F.
Foto 4. Policía de tránsito en el Día del
Policía

20
Fuente: Museo del Policía, Ciudad de México, 1950. Fotografía: María Regalado Quezada

Fue durante el sexenio de Miguel Alemán Valdés, el 2 de julio de 1949, que se


decretó oficialmente que los miembros de la Policía Auxiliar quedarían bajo órdenes de la
Dirección de Tránsito y Transportes del Departamento del D.F. y por lo tanto, la Dirección
de Tránsito podía realizar sanciones y remociones de los integrantes de la Policía Auxiliar.
Ese mismo mes pero de 1984 se expidió el Reglamento de la Policía Preventiva del
Distrito Federal que dictaba entre otras disposiciones, el papel de la Policía Auxiliar como
prestadora de servicios a entidades particulares.
A finales de los años ochenta, en 1988, se formó una asociación civil Servicios
Sociales para la Policía Auxiliar del Distrito Federal, que tenía como finalidad brindarles
servicios médicos y sociales. En 1993 se realizaron nuevos cambios y se incluyó en la Ley
de Seguridad Pública del Distrito Federal a la Policía Auxiliar como parte complementaria
del Departamento del D.F., quedando bajo las órdenes de la Secretaría de Seguridad
Pública (SSPDF, 2015).
De acuerdo con el artículo 7 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República del 12 de diciembre de 1983 se consideran dos fases de la función persecutoria
del delito, la primera consiste en la averiguación previa, mientras que la segunda atañe a la
presencia ante los órganos jurisdiccionales. Sin embargo, el artículo 16 constitucional, en
relación con la detención «infraganti» de delincuentes, señala que ésta puede realizarse por

21
órganos auxiliares dedicados también a la persecución del delito, por lo tanto, la detención
la puede llevar a cabo cualquier tipo de Policía, incluyendo a la Policía Auxiliar como parte
de sus funciones (González Oropeza, 1988).
Por su parte, María de los Ángeles Magdaleno Cárdenas (2006), indica que durante
el periodo constitucionalista y posterior, varias corporaciones policiales convivieron juntas:
policías de seguridad interna (relacionadas con el poder ejecutivo) de la Secretaría de
Gobernación; policías judiciales, encargados de cumplir órdenes de jueces y ministerios
públicos; policías secretas dependientes de diferentes Secretarías como la Policía Fiscal –de
la Secretaría de Hacienda-, Policía Hidráulica –de Recursos Hidráulicos-, la Policía de la
Secretaría de Economía, o la de Ferrocarriles Nacionales; aunque también a finales de la
década de 1920 se crearon las corporaciones privadas de policía, sólo por mencionar
algunos ejemplos.
Con el tiempo la Policía fue especializándose y reduciéndose el número de las
múltiples agrupaciones policiales; de igual forma se hicieron esfuerzos por
profesionalizarla, creándose en 1923 la Escuela Técnica Policial. Fue hasta después de
1947 que se creó la Dirección Federal de Seguridad (DFS), misma que se convirtió en
modelo a seguir para los cuerpos de seguridad capitalinos y del resto de las policías de
México por tener mayor preparación profesional y especializada. (Magdaleno Cárdenas,
2006).
Un aspecto interesante es que aunque históricamente la labor del policía ha estado
reservada a los varones, el detective Valente Quintana –jefe de policía– en 1929 creó la
Policía Femenil, actualmente conocida como agrupamiento Cisne (Policía Bancaria D.F.,
2015). En 1939 fue instituido el Reglamento Orgánico de la Policía Preventiva, mismo que
indicaba que le correspondía al poder ejecutivo “el mando supremo de la corporación”, que
en aquél tiempo estaba conformado por policía de varios grupos: vigilantes, montada, a pie,
penitenciaria, bomberos y policías auxiliares; el Cuerpo de Granaderos se integraría al
Reglamento Orgánico en el año de 1948.
De acuerdo con Magdaleno Cárdenas, en 1947 se suscitó un cambio sin precedentes
dentro de la Policía, puesto que al crearse la Dirección Federal de Seguridad (DFS) el poder
de la Policía metropolitana aumentó. La DFS tenía como misión actividades de inteligencia

22
relacionadas con el espionaje de grupos subversivos, terroristas o guerrilla e informar de
ello al Ministerio Público (CISEN, 2015).
Por su parte Alejandro Íñigo, en Bitácora de un policía (1985), señala que durante
el breve periodo presidencial de Francisco I. Madero en un informe dado a conocer en abril
de 1912 hablaba de un aumento en el número de gendarmes montados, que contrasta con el
número reducido de policías existentes durante la Revolución, pues durante este periodo
muchos se unieron a las filas de los caudillos, otros desertaron de la corporación para
realizar otro tipo de actividades ante la falta de recursos suficientes de la Policía para poder
sostenerse, e incluso para comprar equipo necesario para sus integrantes como uniformes y
armas (Íñigo, 1985: 106-108).
Es necesario dejar en claro que aunque La Policía no es un tema recurrente en la
historia de México, su participación tuvo relevancia política durante la Revolución y la
transición al periodo posrevolucionario, ya que como lo menciona Íñigo, obedeciendo
órdenes de Victoriano Huerta, la Policía apresó a cien diputados que luego del asesinato de
Pino Suárez y Madero pretendían realizar una comisión con el propósito de investigar estos
hechos. Pero por otro lado también están los policías que desertaron de la Corporación para
unirse a la rebelión constitucionalista; mostrando con ello que los integrantes de la Policía
tomaron posiciones antagónicas entre sí al interior de la misma organización durante este
proceso, unos siguiendo las órdenes de sus jefes y otros rechazándolas.
Durante la presidencia de Venustiano Carranza, en septiembre de 1917, el primer
informe de gobierno señalaba que de acuerdo con la Ley Orgánica del 13 de abril la Policía
del Distrito Federal estaba supeditada al gobierno de la Ciudad de México, que a su vez
dictaba órdenes al Inspector General de Policía. Dicho informe dejaba constancia de que el
número de policías en la Ciudad de México había aumentado de 2 mil a 3 mil en respuesta
a las necesidades de una ciudad en crecimiento, incluyendo policía montada y de a pie.
Siguiendo a Íñigo, en 1920 se reorganizó la policía de la Ciudad de México,
creándose la Inspección General de Policía y el general Pedro J. Almada fue designado para
hacerse cargo. Un aspecto importante señalado por Íñigo que los policías que integraban el
área de control de tráfico dentro de la corporación policial eran ex revolucionarios
analfabetas en su mayoría dentro, aspecto que dificultaba su trabajo, ya que les impedía
aplicar adecuadamente los estatutos a las situaciones que se les presentaban.

23
Por otro lado, el historiador Diego Pulido Esteva (2012), confirma que durante el
periodo posrevolucionario el grado de escolaridad de los gendarmes capitalinos era muy
bajo y que la mayoría de ellos eran foráneos y se habían dedicado a ejercer algún oficio
(zapateros, mecánicos, carpinteros, etcétera) antes de convertirse en policías. De igual
manera la preparación que recibían los policías de ese tiempo era muy informal, cosa que
contribuía a tener accidentes manipulando armas y problemas con la población civil. Otro
aspecto relevante es el de los bajos salarios que de acuerdo con el mismo autor los policías
recibían, además éstos debían entregar cuotas de 25 centavos diarios para un fondo de 60
pesos, y si por alguna razón los oficiales abandonaban su trabajo, ese dinero acumulado no
se les entregaba, se destinaba a la Caja de Ahorros y Préstamos de la Policía (Pulido Esteva,
2012) menciona también que la Policía estaba implicada en una red de complicidad y
corrupción en donde las malas prácticas eran parte de la cotidianidad en el ámbito policial,
y éstas se traspolan en la convivencia con la ciudadanía, cosa que deja en claro que el
problema de la corrupción es mucho más antiguo de lo que se cree, pues la problemática se
arrastra desde los inicios del periodo posrevolucionario. Me parece necesario destacar la
relación que según Pulido Esteva se entablaba entre los gendarmes y los civiles, pues esta
se construye como una relación problemática y confrontativa que se agudizó durante el
periodo revolucionario; ésta forma de interacción conflictiva era causada entre otras cosas
por un uso innecesario y excesivo de la fuerza:
Así, el uso de la fuerza policial tiene un costo social y deteriora las
relaciones entre los agentes y la comunidad. Si bien era resultado de
poca o nula capacidad para resolver pacíficamente transgresiones a
la ley, hay un componente crucial: el hartazgo de la sociedad.
Diversos sectores plebeyos ponen límite al uso de la fuerza. Cuando
estos se veían amenazados, una respuesta colectiva no se hacía
esperar. Por ejemplo, un gendarme abrió fuego para disuadir una
riña. Como resultado de su desproporcionada intervención,
varios de los presentes, en estado de ebriedad, exhortaron a los
paseantes que ayudaran a lapidar al gendarme (Pulido Esteva,
2012:82).

Al terminar la Revolución, inicia un proceso de reestructuración nacional, en donde


el tema de la seguridad pública tiene un papel fundamental para el nuevo gobierno, sin
embargo, el reacomodo de las instituciones y la construcción de nuevas es un asunto lento
que significa el quiebre y la resistencia de las viejas estructuras en la instauración de las

24
nuevas. Y aunque el nuevo régimen trata de sanear la Corporación policial, hay antiguas
costumbres y malas prácticas que perviven o se renuevan y continúan en las nuevas
instituciones bajo otra estructura orgánica.
Ya en los años treinta, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, la Policía de la
Ciudad de México se transforma en la Policía Preventiva y se incluye la participación del
presidente de la República en el Reglamento Orgánico de la Policía Preventiva como
mando supremo de la policía, en donde se incluyen policías montados, a pie, policías
auxiliares vigilantes de cárceles y bomberos.
Para inicio de los años 40 se crea la Policía Bancaria e Industrial; en diciembre de
1941 habría decretado la creación de la Policía Preventiva del D.F. y la Dirección General
de Tránsito, dividiendo a la policía en dos: vialidad y vigilancia. En 1942 se hace una
reestructuración en la Escuela Técnica de Policía con el propósito de preparar a los oficiales
en diversas áreas como lo son primeros auxilios, conocimiento de reglamentos, defensa
personal, civismo, ética, etcétera. En este momento había 3,170 policías; la policía Auxiliar
se componía por cuatro batallones. De acuerdo con Alejandro Íñigo, a mitad de los años
cuarenta la corrupción al interior de la policía ya era un fenómeno preocupante. Al finalizar
los años cuarenta se establecen los retiros y seguros de vida.
Resulta interesante que la figura del policía durante estos años fuera tan bien vista
entre la población capitalina al grado de que uno de los máximos exponentes del Cine de
Oro en México, el famoso actor Pedro Infante, protagonizara una película de nombre A
toda máquina sobre un oficial de tránsito. Según Íñigo (1985) es en 1955 que el entonces
jefe de policía general Miguel Molinar Simondi anuncia cambios para combatir la
«inmoralidad» entre las filas de la policía. Sin embargo, sería hasta los años sesenta en la
Ciudad de México que inicia un deterioro significativo de la imagen de los policías. El
número de oficiales seguía aumentando, llegó a los 10 mil en 1969; en este mismo año se
fusionan la Policía Preventiva y la de Tránsito.
Las creaciones y desapariciones de las instituciones en donde se daba la formación
policial a los cadetes es una constante en la historia de la policía, en 1970 tras la
desaparición de la Academia de Policía se crea el Centro de Capacitación y Formación
como parte de la Dirección de Educación Policíaca; sin embargo, en 1972 se convierte de
nuevo en Academia de Policía y Tránsito del Distrito Federal. (Íñigo, 1985). En 1976 se

25
hace una nueva reestructuración dentro de la Policía, y la División de Investigaciones para
la Prevención de la delincuencia (DIP) se vuelve auxiliar de los ministerios públicos. De
acuerdo con Íñigo a pesar de que en la opinión pública había una buena imagen de los
policías, al interior de la corporación la corrupción aumentaba a pasos agigantados a causa
de la complicidad entre todos los niveles jerárquicos de policía. Por lo tanto se le da
prioridad a las actividades de tránsito y vialidad en lugar de dársela a la seguridad. Para
finales de los años setenta los policías se encontraban inmersos en una intrincada red de
corrupción a causa de las cuotas que debían cubrir para los jefes: “Así teníamos que pagar
por el crucero que ocupábamos, por la patrulla, la motocicleta o la grúa. También
pagábamos su mantenimiento, nuestros uniformes, cambios de unidad, guardias o
arrestos…la calle era nuestro centro de operaciones con los infractores a los reglamentos
vigentes, que ni siquiera nos molestábamos en consultar o conocer, pues las tarifas ya
estaban establecidas, junto con las cuotas a nuestros superiores” (Íñigo, 1985:170).
De acuerdo con Íñigo en la División de Investigaciones para la Prevención de la
Delincuencia se cometían delitos contra la población para obtener recursos monetarios que
de una forma legal sería imposible, entre tales abusos estaban el secuestro de jóvenes para
ser acusados de robo de automóvil o de tráfico de drogas para después llamar a sus padres y
pedir una cantidad específica por su libertad. Sin embargo, había excepciones, pues no
todos los oficiales compartían la forma de pensar de la mayoría y tampoco hay que olvidar
que en la corrupción siempre están implicados uno que otorgue y otro que reciba. Esta
complicidad entre ciudadano-policía sigue vigente hasta la fecha, pues la ciudadanía
prefiere otorgar una cantidad monetaria a cambio de librarse de hacer trámites burocráticos
y de pagar una cantidad mayor.
Es durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982) que Arturo Durazo
Moreno ingresa como jefe de la hoy extinta Dirección General de Policía y Tránsito en el
Distrito Federal, con ello los índices de corrupción al interior de la corporación policial
aumentaron exponencialmente, al tiempo que se arraigaban prácticas ilícitas primero contra
delincuentes y consecutivamente contra la población civil. De acuerdo con la periodista
Ana Leticia Hernández Julián, Arturo Durazo, mejor conocido como el Negro Durazo,
obligaba a sus subalternos a otorgarle cuotas e impuso tácticas de tortura y extorsión como
medio para recaudar dinero. La entrada del Negro Durazo al gobierno de López Portillo

26
coincide con el detrimento de la imagen de la policía ante la ciudadanía, y aunque Arturo
Durazo ya no se encuentra hoy en la corporación policial, algunas de las malas prácticas
persisten en su legado5.

1.3. Biopoder al interior de la corporación policial. El disciplinamiento del


cuerpo y las emociones
Michel Foucault habla de un poder peculiar que se desarrolla a lo largo del siglo
XVII, ya no es aquel poder que decide sobre la vida y la muerte en el sentido en el que el
soberano lo dicta, sino un poder que se ejerce hacia los cuerpos de las personas. Incluso,
señala que el suicidio era concebido como un crimen, puesto que le arrancaba al soberano
la posibilidad de decidir sobre la vida de sus súbditos.
Las disciplinas del cuerpo y las regulaciones de la población
constituyen los dos polos alrededor de los cuales se desarrolló la
organización del poder sobre la vida. El establecimiento, durante la
edad clásica, de esa gran tecnología de doble faz —anatómica y
biológica, individualizante y especificante, vuelta hacia las
realizaciones del cuerpo y atenta a los procesos de la vida—
caracteriza un poder cuya más alta función no es ya matar sino
invadir la vida enteramente (Foucault, 1978:83).

Esta forma de poder se divide en dos, el primero atañe al “cuerpo como máquina”,
es decir, su incidencia en la maleabilidad de los cuerpos, de volverlos dóciles a través del
disciplinamiento. Estos procedimientos del poder constituyen lo que Foucault define como
la «anatomopolítica del cuerpo humano».
La segunda forma de poder se desarrolla a partir del siglo XVIII, se refiere a la
«biopolítica de la población», esta otra forma de poder sobre la vida se constituye como
diferentes maneras de control sobre los periodos de longevidad y la natalidad como formas
en que los gobiernos regulan y controlan a las personas (Foucault, 1978).
Particularmente el concepto de biopoder resulta esencial para comprender la manera en
cómo se ejerce el poder al interior de la corporación policial, pues la disciplina es parte
fundamental de su formación profesional y de su quehacer laboral. La introyección del
biopoder se evidencia desde el inicio cuando a los aspirantes a cadetes se les exige un


Para mayor información consúltese González, J. (1983). Lo negro del negro Durazo: La
5

biografía criminal de Durazo, escrita por su jefe de ayudantes. México, Posada.

27
conjunto de requisitos relacionados con la condición física y a la imagen que deben tener
para su ingreso, tales como una altura mínima (1.58m en hombres y 1.53m en mujeres),
tener el cabello corto (los varones), no tener tatuajes ni perforaciones, no padecer
enfermedades crónicas, ni obesidad.
La Convocatoria 2015 para el ingreso a la Policía Auxiliar, publicada en la Gaceta
Oficial señala los siguientes requerimientos para los aspirantes de esta corporación:
1. Ser ciudadano mexicano en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles.
2. Tener entre 18 y 38 años de edad.
3. Estatura mínima en hombres 1.58 metros y 1.53 metros en mujeres.
4. Escolaridad mínima de secundaria terminada comprobable con documento oficial.
5. Gozar de buena salud física y mental, que le permita participar en actividades que
demanden esfuerzo físico y mental; podrán participar los interesados que tengan un peso
conforme a la NOM 174-SSA-1-1998, de observancia general y obligatoria en los Estados
Unidos Mexicanos.
6. No tener tatuajes, dibujos o grabados sobre la piel o debajo de ella (escarificaciones), en
zonas que no puedan ser cubiertas por los uniformes oficiales de la Corporación. En el caso
de las mujeres podrán tener delineado permanente en ceja, ojos y boca. No tener
perforaciones corporales con objetos en el cuerpo, con excepción de aretes en la oreja en
mujeres, no más de dos perforaciones en cada lóbulo de la oreja (Gaceta Oficial D.F.,
2015:3).
El caso concreto de la oficial Silvia ejemplifica perfectamente las condiciones a las
cuales me refiero, pues a causa de su baja estatura le era imposible ingresar a cualquiera de
las corporaciones policiales mexicanas, así como a la Marina, sólo gracias a la ayuda de un
comandante de la Policía Auxiliar le fue posible entrar: “Quería entrar a la Marina, pero no
me aceptaron porque mido 1.50m, en la Preventiva tampoco porque piden 1.55m mínimo, y
a la P.A. sí, porque mi cuñada me ayudó, un comandante metió una carta de incidencia de
que medía menos”6
En el proceso de selección de los oficiales también se toman en cuenta aspectos no
visibles, como aquellos relacionados con la salud física no evidente en el semblante y la
psique de las personas como los son los exámenes médicos y psicométricos. A


6 Entrevista oficial Silvia, enero de 2015

28
continuación cito fragmentos de las respuestas dadas por algunos de las y los oficiales
respecto a los requerimientos mínimos necesarios para el ingreso a la Policía Auxiliar.
Al preguntarle al oficial Javier cuáles eran los requisitos que debía cumplir para
poder ingresar a la Policía Auxiliar, respondió lo siguiente: “Los requisitos eran básicos, no
mayores de 28 años, escolaridad secundaria, y aprobar los exámenes médicos, así como el
psicométrico y gracias a Dios cumplí con los requisitos que en esos momentos pedían7.”
Según el oficial Fernando: “Había que pasar exámenes médicos, de conocimiento,
físicos, psicométricos y cumplir con la documentación requisitada, tener una edad máxima
de 28 años8.”
La oficial Catia, al respecto señalaba que entre los requisitos mínimos de ingreso
estaban: “Las pruebas de condición física, certificado de estudios académicos de secundaria
terminada o preparatoria o licenciatura, no se aceptan estudios truncos; fotografías, prueba
negativa de VIH-Sida9”
Según el oficial Juan se requería lo siguiente: “Estatura mínima de 1.60m, cartilla
militar, antecedentes no penales, 3 cartas de recomendación, masa corporal de acuerdo a tu
peso, que no exceda el 20%. Certificado de secundaria. Edad de 18-36 años10.”
El oficial Arturo decía que requerían lo siguiente: “Acta de nacimiento original y
copia, comprobante de estudios, tipo de sangre, pasar el examen psicométrico y médico.
Antes aceptaban gente con tatuajes, desde el 2000 ya no aceptaron gente con tatuajes ni
perforaciones11.”
Por su parte el oficial Antonio señaló los siguientes requerimientos: “Acta de
nacimiento, cartilla liberada, cédula cuarta, certificado de estudios y dos cartas de
recomendación de los vecinos a los que preguntaban si yo era buen ciudadano. Después nos
mandaban a la delegación política y que nos dieran otra carta de recomendación; examen
médico, psiquiátrico, físico, de conocimientos y otros12.”
Fuera de estos aspectos más evidentes existen otros más que se relacionan con la
disciplina, las emociones y con el biopoder, como lo son el uso del uniforme y la adopción


7 Entrevista realizada al oficial Javier, septiembre de 2014
8 Entrevista realizada al oficial Fernando, diciembre de 2015
9 Entrevista realizada a la oficial Catia, julio de 2014
10 Entrevista realizada al oficial Juan, agosto de 2014
11 Entrevista realizada al oficial Arturo, noviembre de 2015
12 Entrevista realizada al oficial Antonio, noviembre de 2015

29
de una postura física (movimientos y lenguaje corporal) determinada al usarlo, así como la
importancia que tiene para los oficiales portarlo, al igual que los herrajes que llevan sobre
el chaleco antibalas, la placa, el grado de policía sobre los hombros, la inicial y los
apellidos bordados a la camisola.
De acuerdo con David Le Breton las emociones de los sujetos no está al margen de
ningún aspecto de la vida social, sino al contrario, están inscritas en el entramado simbólico
y emocional “…el simbolismo social se apodera de todas las manifestaciones del cuerpo,
sea influyendo directamente en ellas, sea incorporándolas a un sistema de signos que les da
un sentido. La afectividad de los miembros de una misma sociedad se inscribe en un
sistema abierto de significaciones, valores, ritualidades…”(Le Breton,1998:117). Sin
embargo, la expresión de las emociones es regulada por las formas y contextos sociales,
concretamente, en el caso de los oficiales de policía, la disciplina es un aspecto
fundamental en la formación policial, esta se contrapone con la expresión explícita de las
emociones, especialmente aquellas asociadas con la debilidad de carácter tales como: El
miedo, la ira, la angustia…Significado-significante y emociones van de la mano en la
formación policial y en el día a día de los policías, cosa que es especialmente visible al
portar el uniforme –que a su vez funge como símbolo de status y rango jerárquico dentro de
la Policía-.
Existe una presión social y de los propios lineamientos de la Corporación hacia los
policías, especialmente a los policías varones, a ocultar las emociones propias de los
débiles, pues los policías son parte de una colectividad que establece sus propios
lineamientos de conducta explícitos e implícitos. Para ser parte del grupo se deben acoplar
tanto a las reglas escritas como a las reglas culturales no asentadas en papel, como son en
este caso la disciplina.
Para algunos oficiales, el uniforme es sinónimo de orgullo y seguridad, en algunos
casos hasta de masculinidad, como si éste les otorgara un estatus distinto al portarlo,
incluso mejor que el que tienen sin él, al atribuírsele una serie de características positivas.
En una entrevista realizada a un oficial de grado mayor, al preguntarle qué aspectos le
agradaban de su trabajo, él respondió: “La policía me agrada desde que me pongo el
uniforme, primero representa autoridad, me gusta el uniforme porque sirve para ayudar. Si

30
a mí no me gusta algo logro que me guste. Me gusta la atención que se le tiene a mi
uniforme y a mi grado13.”
En cuanto al aspecto de los uniformes, los policías de grados más bajos mostraban su
inconformidad en torno a la escasez de los mismos y la necesidad que tienen de comprarlos
ellos mismos, ya que pueden pasar años sin que les entreguen nuevos. En las y los oficiales
está presente una preocupación constante por la imagen que proyectan, y el uniforme es una
parte clave en la manera en cómo quieren presentarse ante ellos mismos y ante la
ciudadanía. El oficial Roberto decía con malestar: “Los uniformes nosotros los compramos,
cada tres meses se supone que tienen que dar la dotación. Nos lo dan una vez al año o a
veces no dan o a veces te dan cosas incompletas, botas y gorra nada más14.”
Por otra parte, el oficial Juan señalaba respecto al tema de los uniformes: “Nos tenemos
que comprar los uniformes, las botas, porque no puedes andar así, también es común que
entreguen uniformes que no son de tu talla, aunque toman las medidas, aun así no quedan
bien15.”
Al preguntarle al oficial Arturo sobre las exigencias de su trabajo, él me comentaba que
una de sus principales preocupaciones era la estar presentable al momento de realizar su
trabajo:
Ah, porque muchas veces no suministran el vestuario necesario y
uno lo tiene que comprar. Un uniforme de calidad regular vale 500
pesos, uno bueno hasta 900 pesos. Sí, completo, camisola y
pantalón nada más, no incluye sectores ni gafete. No, aparte las
botas, hay de diferentes precios, hay desde $600 hasta $3,00016

Existe una correlación importante entre el uso del uniforme como parte del ser policía
como identidad y del deber ser policía como el conjunto de obligaciones que conciernen a
su trabajo, por ello resulta tan importante el portarlo, incluso más que cualquier otro
instrumento de su labor por la dimensión simbólica que tiene para ellos y ellas, es decir, por
la relación que hay entre su significado y significante.
El oficial Arturo dejaba claro que el portar el uniforme es parte esencial del quehacer
del policía, las obligaciones y la actitud que debe adoptarse durante su desempeño: “Pues


13 Entrevista realizada al oficial Antonio, diciembre de 2015
14 Entrevista realizada al oficial oficial Roberto, marzo de 2014
15 Entrevista realizada al oficial Juan, septiembre de 2014
16 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016

31
más que nada es actitud de servicio, que le guste a uno tener el uniforme, si no le gusta a
uno a las primeras de cambio no se queda uno, el primer lío que tenga uno o al primer
enfrentamiento, diga uno: No, está muy feo, mejor me voy, y se da uno de baja17.”
En una ocasión hablando con la oficial Iliana sobre las razones por las cuales es tan
importante el uniforme para ella, Iliana refería lo siguiente:
Porque es lo que te identifica como policía, los herrajes, tus botas, y
la Secretaría debería de dárnoslos, porque es la que nos paga. Es
mucha responsabilidad y peligro porque sales con el uniforme y te
pueden hacer algo, pero también orgullo de haber hecho todo lo que
te trajo hasta acá. Y tu familia que se siente orgullosa del uniforme
que portas18.

Respecto a la naturaleza de los símbolos, Victor Turner refiere que éstos tienen la
capacidad de interconectar aspectos que aparentemente se encuentran alejados entre sí,
digamos por ejemplo, la heráldica, la represión de las emociones, el orden y la disciplina
concatenadas en el uniforme:
La propiedad más simple es la de la condensación: muchas cosas y
acciones representadas en una sola formación. En segundo lugar, un
símbolo dominante es una unificación de significata dispares,
interconexos porque poseen en común cualidades análogas o porque
están asociados de hecho o en el pensamiento.
Esas cualidades o esos vínculos de asociación pueden en sí mismos
ser totalmente triviales o estar distribuidos al azar o muy
ampliamente por todo un ancho abanico de fenómenos. Su misma
generalidad les permite vincular las ideas y los fenómenos más
diversos (Turner,1980:30-31).

Pero el biopoder también abarca otros aspectos como lo son las emociones y los
sentimientos, puesto que al preguntarles a los policías sobre la manera en cómo se sentían
después de estar en una situación de peligro durante su trabajo expresaban que no podían
–en el sentido del deber– sentir miedo y si llegaban a sentirlo debían reprimirlo.
La oficial Diana me comentaba que cuando tienen servicios extraordinarios (que
pueden ser también dar apoyo en manifestaciones y/o estadios), hablando específicamente
de los operativos para combatir el narcomenudeo y de recuperación de autopartes robadas,
los jefes no les comentan a los policías ni el tipo de operativo del que se trata ni del lugar al
que irán (esto se hace para evitar la fuga de información). Diana me decía que sentía

17 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016
18 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016

32
muchísimo miedo al participar en este tipo de operativos, pues no tenía la seguridad de que
regresaría viva y su mayor preocupación eran sus tres hijas, pues es madre soltera, y en
caso de morir ellas quedarían desamparadas. Sin embargo Diana prefería correr el peligro
que implicaba participar en estos operativos porque recibía una paga extra y muchas veces
por falta de personal su participación en estos servicios extraordinarios era forzosa. A pesar
del gran temor que sentía ella lograba sobreponerse, controlaba el miedo para poder
continuar con su trabajo.
En otra ocasión que fui a visitarla mientras ella trabajaba como pie-tierra en un punto
fijo de la calle, del cual no podía moverse ni para ir al baño o comer, se suscitó una
explosión de gas en un local que quedaba exactamente frente a nosotras, yo tuve la buena
fortuna de moverme de ese lugar momentos antes para ir a saludar a otros oficiales de su
sector cuando ocurrió la explosión. Ella también corrió con suerte, pues una de las puertas
del local que explotó le pasó volando por encima de la cabeza, enseguida se movilizó para
que cerraran todas las llaves de gas y pidió apoyo de los bomberos y otros policías.
Después de la explosión ella rompió en llanto ocultándose para que no la vieran, unos
compañeros le dieron un bolillo “para el susto” y cuando lo consideré prudente me acerqué
para preguntarle cómo estaba. Me dijo que tuvo mucho miedo cuando ocurrió la explosión
y que pensó en sus hijas, pero que tenía que movilizarse rápidamente porque había un
empleado del local herido, con quemaduras en el rostro y brazos. Mientras volvía a
maquillarse los ojos me platicó de la primera vez que estuvo en un enfrentamiento con
civiles, la gente estuvo a punto de lincharla junto con sus otros compañeros, pero
afortunadamente recibieron apoyo de policías en una camioneta, a ella la sacaron primero.
Diana recuerda que gritaban los otros policías “¡Saquen a la femenina, saquen a la
femenina19!” cuando la cargaban hacia la camioneta; mientras sucedía esto ella pensaba en
sus hijas, en que si la linchaban quedarían huérfanas. Cuando ya se encontraba a salvo, el
comandante encargado le dijo “grita, llora, haz lo que quieras hija, desahógate…Hoy te
hiciste policía… después de lo que viviste hoy lo que venga después será nada20”


19 Entrevista realizada a la oficial Diana, enero de 2016
20 Entrevista realizada a la oficial Diana, enero de 2016

33
La especie de rito de iniciación21 sumamente violento que vivió Diana al inicio de su
labor como policía deja ver que para las personas que desempeñan este tipo de trabajo la
represión de las emociones y sentimientos es un rasgo fundamental del quehacer de las y
los policías, es necesario, es algo que se aprende y se desarrolla, es parte de una disciplina
constante. Contener las emociones y sentimientos es algo que deben hacer para poder
soportar situaciones que los llevan al límite y así poder continuar con su trabajo y con sus
vidas.
De igual manera al preguntarles sobre su forma de actuar con la ciudadanía en
circunstancias en las que llegaban a exasperarse, decían que no podían enojarse, pues lo
consideraban incorrecto. Esto no quiere decir que las y los oficiales no sean capaces de
sentir, porque, en efecto sienten, tienen emociones, sin embargo, se les enseña a contenerse
lo más posible.
En una ocasión que fue el cumpleaños del oficial Juan llevé un pastel y velitas para
celebrarlo, -el lugar donde se llevó a cabo la partición del pastel no puede ser mencionado
por razones de confidencialidad- cantamos las mañanitas; yo les llamé a otros oficiales e
incluso a su jefe de destacamento a tomar una rebanada del pastel. El oficial Juan se
mostraba emocionado, nos tomamos fotos; me dijo que nunca le habían festejado en el
trabajo y que se sentía contento, me dio las gracias y cuando ya me iba me abrazó.
Tiempo después de ese día el oficial Juan me confesó que sintió ganas de llorar
porque nadie le había llevado un pastel de cumpleaños “Pero no lloré porque estaba
uniformado22”-dijo-.
En este sentido, el biopoder, a través de la disciplina sirve como un mecanismo de
autorrepresión de las emociones y sentimientos. Cabe mencionar que los policías se
expresan de una manera que deja ver el malestar que les provoca sus encuentros, muchas
veces poco gratos, con la ciudadanía; ya sea por el trato que les dan directamente, o por la
manera en que creen que los ciudadanos los ven. Las y los policías que colaboraron
conmigo referían que un aspecto que se relaciona en segundo plano con el biopoder es el de


21 Los ritos de paso (separación, liminalidad, y agregación), como los caracteriza Victor Turner, marcan

la pauta de un estado a otro; son momentos de transición de un status social a otro. Para conocer más a
cerca del tema consúltese Turner, V. (1988) El proceso ritual. Estructura y antiestructura, Madrid, Taurus
Alfaguara, pp. 101-104
22 Entrevista realizada al oficial Juan, septiembre de 2014

34
la mala calidad de los servicios en donde puedan ser atendidas sus necesidades
emocionales, pues al cuestionarles sobre si reciben algún tipo de apoyo después de vivir un
hecho violento o traumático, ellos mencionaban que la ayuda psicológica es escasa y de
mala calidad, a esto hay que agregarle la inconformidad que los oficiales sienten respecto a
que los jefes generalmente no le dan mayor importancia al hecho de que los policías no
tengan bienestar emocional. En algún momento que pude preguntarle al oficial Roberto
cómo se sentía respecto a la situación en la que se encuentra como policía y su sentir con
relación al trato que recibe de la ciudadanía me respondió lo siguiente:
Me siento decepcionado porque desde secundaria quería ser policía,
pero te das cuenta de que la realidad mexicana es horrible, me
imaginaba otra cosa de la policía, en ocasiones me dan ganas de
sacar la pistola y dispararles a los ciudadanos. Aquí no hay
psicólogos policiales, tenemos psicólogos chafas que no nos
atienden bien23.

Cuando le pregunté al oficial Manuel si había recibido atención psicológica después de


vivir un hecho traumático me decía: “No hay servicio psicológico, sólo te mandan a
trabajar al día siguiente, te quedas con tus traumas24”

Como puede apreciarse desde los altos mandos hasta el policía raso existen formas
introyectadas de biopoder que se encadenan a todos los niveles jerárquicos; siendo la
valentía y la resistencia características consideradas como positivas, mientras que el miedo
es considerado como un signo de debilidad e incapacidad. Por otro lado las necesidades de
índole emocional de los policías son significativamente descuidadas por los jefes(as) y por
la misma institución. Esto constituye una de las formas de violencia estructural, en tanto
que a pesar de ser un empleo que mantiene a los oficiales en un constante estado de estrés y
miedo a la muerte, la Corporación demerita el estado emocional de sus integrantes y son
escasas si no es que nulas las acciones para mitigarlo.

1.4. El concepto de policía según los(as) policías. El discurso no oficial


Yo quería ser alguien.
Oficial Diana


23 Entrevista realizada al oficial Roberto, agosto de 2015
24 Entrevista realizada al oficial Manuel, agosto de 2015

35
Existen varias construcciones sociales respecto a los policías capitalinos, las que
usualmente escuchamos son las que la ciudadanía refiere respecto de ellos, sin embargo, es
menos usual conocer la forma en la que ellos y ellas se miran a sí mismos y piensan que
son percibidos por la sociedad a la que deben proteger. Respecto a esto, Elena Azaola en
Imagen y Autoimagen de la Policía de la Ciudad de México dedica el apartado número 5 a
la Imagen y Autoimagen de los policías preventivos del Distrito Federal. En él indaga la
manera en que pensaban los oficiales sobre los policías antes de convertirse ellos mismos
en policías; en la gran mayoría de los testimonios los policías respondían que tenían una
mala percepción de la Corporación, misma que se vio transformada, mayoritariamente de
manera positiva, después de integrarse a ella. Por otra parte, se encuentra la imagen que los
policías creen que tienen de ellos los ciudadanos, en donde prevalece un sentimiento de
menosprecio y de sentirse poco valorados por las personas (Azaola, 2006:101-110).
Podemos encontrar gran variedad de discursos en torno al concepto e imagen del
policía capitalino. De acuerdo al discurso oficial, desde las leyes, y desde la misma
Secretaría de Seguridad Pública se ofrece un panorama muy distinto al que se puede
encontrar en la opinión pública, en medios de comunicación y entre los mismos oficiales de
policía.
En la presente investigación me di a la tarea de conocer cuál es la percepción mutua
que tienen policías y jóvenes entre sí. El primer contraste entre ambos discursos se
encuentra en la manera en la que los oficiales de policía piensan que son percibidos por la
ciudadanía joven, al preguntarles cómo creían ellos que la ciudadanía los percibe, las
respuestas resultaron ser muy similares entre sí. Los oficiales creen que los civiles los
tienen en un muy mal concepto, como personajes corruptos, faltos de educación académica,
de criterio, e incluso sucios y como “rateros”. Por otro lado, los oficiales de policía no
tienen en buena estima a la ciudadanía, pues se sienten menospreciados y juzgados por
ellos, y además les dotan de un conjunto de características negativas como ser corruptos,
irresponsables, ignorantes de las leyes y obligaciones que deben acatar, groseros, etcétera.
La segunda discrepancia entre el discurso oficial y el no oficial lo encuentro en la
imagen proyectada por los medios de comunicación y su incidencia en la opinión pública
generada en torno al policía capitalino. De acuerdo con declaraciones de policías respecto a
este tema, ellos consideran que el quehacer periodístico tiene repercusiones negativas en la

36
imagen de los policías, pues reafirman prejuicios y nociones negativas que tiene la sociedad
mexicana sobre ellos, que si bien tienen gran parte de realidad, también son construcciones
deformadas que no son aplicables a absolutamente todas las personas que forman parte de
la Corporación.
En ambos casos estamos frente a dos tipos de «estigma» en términos de Erving
Goffman (2006), quien habla de dos tipos de identidades: la «identidad social virtual» y la
«identidad social real», la primera constituye todo aquello que suponemos sobre la persona
que vemos, aquello que inferimos a partir de la apariencia física, mientras que la segunda
conforma el conjunto de características que efectivamente posee el individuo, sus atributos
reales:
La sociedad establece los medios para categorizar a las personas y
el complemento de atributos que se perciben como corrientes y
naturales en los miembros de cada una de esas categorías. El medio
social establece las categorías de personas que en él se pueden
encontrar. El intercambio social rutinario en medios preestablecidos
nos permite tratar con «otros» previstos sin necesidad de dedicarles
una atención o reflexión especial (Goffman,2006:11-13).

Esta cita de Goffman con relación al estigma es importante porque da un panorama


general sobre la manera en que se conduce la sociedad en torno a aquellas características
que dan por conocidas aunque realmente no las conozcan en profundidad, pero que le
ayudan a generar conocimiento que sirve como pauta para poder relacionarse y conducirse
en el marco de lo que es socialmente aceptado, rechazado o sancionado. Tanto los jóvenes
como policías dan por sentado la manera en la cual deben conducirse al momento de
encontrarse unos con otros gracias a una «identidad social virtual» desfavorable mutua, que
en ocasiones se ve reforzada por características reales atribuidas en las representaciones
sociales colectivas que existen de un grupo respecto a otro25.
Tanto entre jóvenes como entre policías existen un conjunto de atributos negativos
que se les asignan mutuamente, es decir, estigmas que caracterizan a unos frente a otros. La
historia apunta a que esta relación conflictiva entre policías y ciudadanía, más
específicamente hablando de jóvenes, viene desde finales de los años sesenta y setenta del
siglo XX en México, pues es cuando la Corporación policial vive cambios en su estructura


25
Más adelante, en el capítulo tres hablaré sobre la puesta en práctica de las representaciones sociales al
momento de entablarse relaciones de poder entre jóvenes y policías.

37
y se instauran una serie de malas prácticas en toda la policía, que iban desde cuotas que los
jefes imponían hacia los policías subordinados, hasta la extorsión directa a la ciudadanía.
También por aquellos años se suscitaron hechos violentos perpetrados por el
gobierno mexicano que repercutieron directamente sobre los jóvenes, especialmente
aquellos del sector estudiantil, me refiero específicamente a la masacre del 2 de octubre de
1968 y la posterior, conocida como la matanza del Jueves de Corpus Christi, el 10 de junio
de 1971 en el Distrito Federal. A estos hechos le siguieron la Guerra Sucia en México.
Sucesos en los que si bien la participación de la policía de la Ciudad de México no tuvo el
papel protagónico, que si tuvo en cambio el ejército, la policía capitalina estuvo implicada
en estos hechos al coadyuvar en las acciones llevadas a cabo por los militares.
De acuerdo con el periódico El Universal, en 2004 se localizó al entonces subjefe de
la Policía del D.F., Mendiolea Cerecero, implicado durante los asesinatos del 2 de octubre
de 1968 para que rindiera declaración a la ahora extinta Fiscalía Especializada en
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP) 26 , “Mendiolea Cerecero y el
general Luis Cueto Ramírez están acusados de haber creado un cerco policiaco en torno a la
unidad habitacional de Tlatelolco para impedir el escape de los manifestantes y negar el
paso de ambulancias, periodistas y cuerpos de rescate a la Plaza de las Tres Culturas la
tarde del 2 de octubre de 1968” (Medellín, 2004).
De acuerdo con el periodista Rubén Martín, por iniciativa del subdirector de la
Dirección Federal de Seguridad, Miguel Nazar Haro, el 7 de junio de 1976 fue creado un
grupo especial de policía en México llamado Brigada Blanca. Este grupo estaba integrado
por 240 personas que pertenecían a siete corporaciones mexicanas, entre ellas el ejército, la
Policía Judicial, Dirección General de Policía y Tránsito del Departamento del Distrito
Federal, entre otras. La Brigada Blanca tenía como objetivo combatir cualquier grupo o
individuo considerado como subversivo y opositor al régimen priísta -mayoritariamente
jóvenes- para ello la Brigada Blanca echaba mano de la tortura y la desaparición forzada, en


26 Para mayor información sobre la participación de la policía capitalina durante los hechos

ocurridos el 2 de octubre de 1968 se puede consultar:


http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/110778.html

38
especial de aquellas personas que pudieran relacionárseles con la guerrilla y la Liga
Comunista 23 de septiembre27 (Martín, 2012).
En la construcción social del policía capitalino están presentes aspectos históricos
negativos que permean las representaciones sociales y la cultura por medio de documentos
escritos que lo dejan asentado, pero también mediante un elemento fundamental que es la
oralidad. Es decir, el mal concepto en que se tiene a los policías está nutrido por un
conocimiento que se transmite generacionalmente, principalmente de padres y madres a
hijos, pero también de personas externas a la familia, ya sea amigos o conocidos que
tuvieron malas experiencias con la Policía. Algunos de los padres y madres de los jóvenes
que participan en esta investigación vivieron el periodo de represión priista de finales de la
década de los sesenta y setenta, aunque eran niños, adolescentes o jóvenes (hay quienes
participaron activamente en los movimientos sociales de 1968 y 1971) es algo que está
presente en la memoria colectiva y que afianza la imagen negativa sobre la policía y el
ejército mexicanos.

Por vocación, necesidad o tradición familiar. Convertirse en policía

Al indagar sobre la trayectoria personal de las y los policías desde su niñez hasta el
momento en que se convirtieron en oficiales, pude darme cuenta de que los aspectos
socioeconómicos y educativos van de la mano, estando siempre presentes en la mayoría de
los casos como trabas a sus planes académicos, laborales y expectativas de vida. Gran parte
de los oficiales entrevistados dijeron que desde su infancia y adolescencia tenían
proyecciones a futuro que distan mucho de las circunstancias en las que se encuentran
actualmente. Sin embargo, encontré un caso peculiar en donde el ser policía era un trabajo
añorado desde la infancia por un oficial cuyo padre era policía –en un contexto de la
Ciudad de México en que la figura del policía era vista como positiva y respetada, e incluso


27
La presente investigación no tiene como objetivo profundizar en el tema de la represión policial
hacia jóvenes en el contexto de movimientos sociales en el ámbito nacional, sin embargo es
importante conocer algunos antecedentes relacionados al tema para poder mapear la construcción
de la representación social negativa que existe sobre la policía mexicana y su incidencia en el tipo
de relaciones que se entablan entre civiles jóvenes y policías. Para mayor información
respecto al tema puede consultarse:http://eleconomista.com.mx/columnas/columna‐
especial‐politica/2012/01/30/nazar‐impunidad‐guerra‐sucia

39
admirada–, concretamente me refiero al caso del oficial Roberto, en quien la vocación
existía de manera innata gracias al buen referente que tenía sobre su padre como persona y
también como policía; que en los tiempos de su infancia y adolescencia el oficial de policía
era apreciado por la ciudadanía capitalina, cosa que le incentivó a tomar esta profesión. A
continuación presento algunos fragmentos de entrevistas realizadas con él.
El oficial Roberto nació y vivió hasta los 10 años en una antigua vecindad de la
Ciudad de México, después se trasladó al Estado de México. Empezó a trabajar desde que
era niño y se unió primero al ejército, para después incorporarse a la Policía a una edad
temprana.

A mi papá lo veía como un héroe, me ponía su camisola y


limpiaba sus placas, sus escudos, todo. De ahí me nació las
ganas de ser policía y también yo veía como existían los policías
de barrio … antes el policía de barrio era querido, toda la gente
lo conocía.

En mis tiempos no era como ahora que odian al policía, que el


policía es lo más malo del mundo. Antes ser policía … casi era
el sueño de cada uno de nuestros niños, porque los veíamos
como unos héroes, por su pistola, por su uniforme.
Antes era algo hermoso porque el Día del Policía les daban
regalos a los policías y a los agentes de tránsito.
Los abrazaban y les deseaban feliz año y feliz Navidad; ese fue
mi tiempo28.

Antes de ingresar a la Corporación la mayoría de entrevistadas(os) realizaban otros


tipos de trabajos sin relación alguna con el ser policías, en su mayoría oficios y empleos
temporales mal remunerados, aunque también me encontré con policías que tenían una
formación militar previa, que vieron en la Policía una especie de extensión a su formación
militar; pude encontrar gente que tenía una licenciatura también. En la mayoría de los casos
las y los entrevistados se integraron al trabajo (en ocasiones no remunerado) desde una
edad muy temprana, durante la adolescencia e incluso desde la infancia. A continuación
presentaré fragmentos de algunas de las entrevistas en donde los oficiales relatan sus
experiencias previas a su ingreso a la Policía.


28 Entrevista realizada al oficial Roberto, marzo de 2014

40
La oficial Diana me comentaba que ella ha animado mucho a sus hijas para que
estudien, ya que ella no tuvo el apoyo suficiente para seguir estudiando, pues su papá murió
cuando ella se encontraba cursando secundaria y a pesar de tener muy buenas calificaciones
no pudo seguir con sus estudios, pues su mamá era ama de casa y nunca buscó un trabajo
fuera de ella, sino que se mantenía del dinero que sus hijos mayores le daban. “Yo quería
ser alguien…pero mi papá murió y mi mamá siempre se atuvo a lo que mis hermanos
grandes le querían dar y ya no pude estudiar29” –decía con malestar-. Con la secundaria
terminada empezó a trabajar desde muy joven, y encontró en la Policía Auxiliar una
oportunidad laboral que le daría estabilidad económica.
El oficial Javier, quien es originario del estado de Oaxaca, proviene de una familia
de escasos recursos en donde había violencia intrafamiliar, agresiones de su padre hacia su
madre. Vino a la Ciudad de México porque el trabajo en el campo era arduo y mal pagado,
tenía la intención de ayudar a su madre desde el D.F. enviándole dinero, pero
desafortunadamente, por tener únicamente el grado escolar de secundaria no podía obtener
empleos bien remunerados. Es entonces que ingresar al ejército para Javier se convirtió en
una opción atractiva, pues pensaba que de esa manera podría ayudar a su madre
económicamente, ya que el ejército le ofrecía vivienda y oportunidades para estudiar una
carrera.
De niño y adolescente trabajaba en el campo, posteriormente al
cumplir la mayoría de edad me trasladé a la Capital para trabajar
en algunas fábricas, pero desgraciadamente para mí el sueldo era
muy poco y decidí ingresar al Ejército Mexicano, del cual causé
de baja por cuestiones familiares, tuve que regresar a Oaxaca, y
a los 24 años vuelvo a regresar a la capital e ingreso a la Policía
Auxiliar30.

Al preguntarle sobre las razones por las cuales decidió ingresar a la Policía Auxiliar de la
Ciudad de México, Javier respondió que la situación económica del país era muy
complicada, el empleo escaseaba y era aún más difícil para quienes contaban con menor
preparación académica:
Y la razón por la que me integré, en un principio fue porque en
México estaba pasando por una fuerte crisis y era muy difícil
conseguir trabajo, entonces ya no se trataba de lo que quisiera,

29 Entrevista realizada a la oficial Diana, julio de 2014
30 Entrevista realizada al oficial Javier, enero de 2014

41
sino de lo que encontrara. Agregando que solamente contaba
con la secundaria, pues era un poco más difícil, entonces me
inclino por la Policía Auxiliar31.

La oficial Catia se quedó huérfana de madre cuando tenía 11 años, su padre, quien
era policía preventivo, los abandonó a ella y a sus hermanos después de la muerte de su
esposa, sus hermanos más grandes prácticamente se hicieron cargo de los más pequeños.
Catia no pudo continuar con sus estudios de preparatoria, ya que por razones económicas
tuvo que empezar a trabajar desde los 14 años. Quería ser ecologista, pero todo eso cambió
cuando murió su mamá. Actualmente cursa la preparatoria en sistema abierto, y está por
concluirla.
Al preguntarle las razones por las cuales ingresó a la Policía Auxiliar respondió que:
“Porque era lo más fácil para mí, lo más cómodo para mí. Por tener dinero rápido y un
sueldo seguro.” Al preguntarle a qué se dedicaba antes de ingresar a la Policía Auxiliar me
dijo que: “Trabajaba en fábricas, era obrera; reciclaban PET cuando apenas se empezaban
a emitir los billetes de $20.00 en México32.” También trabajó en una fábrica de reciclaje de
aluminio donde los salarios eran bajos.
Para Catia trabajar como policía resultó atractivo, pues podía ingresar con la
secundaria concluida y el salario que percibiría era mayor que el que pagaban en las
fábricas; aunado a ello estaba el hecho de venir de una familia de policías, en donde tuvo
apoyo de sus otros hermanos para que ingresara, ya fuera a la Policía Preventiva o a la
Policía Auxiliar. Ella se decidió por la Policía Auxiliar porque era más sencillo entrar a esta
que a la Policía Preventiva “Porque es más fácil entrar que a la Policía Preventiva. Son
menos estrictos al seleccionar a quienes se pueden quedar…te hacen dar unas vueltas y
ya33”.
El caso de la oficial Silvia es similar a los anteriores, pues desde que era
adolescente, a la edad de 15 años, empezó a trabajar en el puesto de tacos que puso su
padre, tanto ella como su madre y sus hermanas trabajaban ahí. Concluyó la secundaria
pero no pudo seguir estudiando por razones económicas, ya que su padre tuvo problemas de
salud y entonces entró a trabajar a fábricas. Al preguntarle a qué se dedicaba antes de


31 Entrevista realizada al oficial Javier, enero de 2014
32 Entrevista realizada a la oficial Catia, julio de 2014
33 Entrevista realizada a la oficial Catia, julio de 2014

42
ingresar a la Policía Auxiliar ella me respondió que “Trabajaba en fábricas, fábricas de
mermeladas, en otra de vidrio Vitrocrisa, y en otra fábrica donde hacían las máquinas de
escribir, ahí estaba como recepcionista en Olivetti34.”
Al preguntarle a qué se quería dedicar antes de ser policía me respondió que quería ser
maestra de prescolar, pero que ese sueño se vio truncado por razones económicas: “Yo
quería ser maestra, pero estudié la prepa pero no la terminé, mi papá se enfermó y dejó de
trabajar, y tuve que dejar de estudiar por dinero, quería ser maestra de kínder, antes me
gustaban los niños, ahora ya no35”
El oficial Juan viene de una familia en donde había violencia intrafamiliar, tuvo
problemas con sus padres y en algún momento lo echaron de su casa, deseaba ser “Médico
militar, porque son muy buenos” y porque su papá era militar. A los 16 años entró al
ejército, estuvo ahí durante tres años, pero luego se dio de baja. Posteriormente tuvo
trabajos temporales: “Fui ayudante de albañil, ayudante de hojalatero, ayudante de plomero,
trabajé en una fábrica de Ford, en las válvulas. También fui chofer de ruta 10036.”
Después se convirtió en policía auxiliar del Estado de México en el año de 1995, y
simultáneamente estudiaba enfermería ya que en aquellos años los horarios de la Policía
Auxiliar no eran de 24x24 horas, eso le permitió estudiar. Pero después cambiaron los
horarios de trabajo y le fue imposible continuar con sus estudios. Posteriormente entró a la
Policía Bancaria e Industrial (P.B.I.) en 2004, estuvo ahí medio año. Salió de la P.B.I. por
problemas familiares, pero luego ingresó a la Policía Auxiliar de la Ciudad de México y
desde entonces hasta la actualidad trabaja como policía. En 2014 acreditó la preparatoria y
ahora tiene pensado estudiar la licenciatura en Derecho, sin embargo, no encuentra un
horario flexible que le permita estudiar y trabajar con un empleo de 24X24 horas.
La oficial Iliana creció en la Ciudad de México, su padre es obrero y su madre
actualmente es ama de casa, antes también trabajaba fuera del hogar. Al preguntarle cómo
fue su infancia ella dijo que desde que tenía ocho años de edad se encargaba del cuidado de
dos sus hermanos “Cuidaba a mi hermano con autismo, iba a la escuela en la tarde porque
tenía que llevar a mi hermano pequeño al kínder. Mis dos papás trabajaban porque el


34 Entrevista realizada a la oficial Silvia, enero de 2015
35 Entrevista realizada a la oficial Silvia, enero de 2015
36 Entrevista realizada al oficial Juan, octubre de 2015

43
medicamento de mi hermano es caro. Así fue hasta la secundaria, así fue hasta que mi
hermano chico terminó la primaria37.”
Al preguntarle cual era el trabajo que quería tener antes de ingresar a la Policía
Auxiliar, ella respondió que deseaba dedicarse a la medicina: “De enfermera, yo quería ser
médico familiar, pero por razones económicas no pude38”
Al preguntarle a qué se dedicaba antes de ser policía ella me platicó que empezó
como voluntaria de primeros auxilios en una delegación del Distrito Federal, luego
comenzó a trabajar ahí como paramédico, lugar en el que permaneció cuatro años
laborando.
Iliana se encontraba en una situación complicada tanto emocional como
económicamente cuando buscó la manera de ingresar a la Policía Auxiliar, su ahora ex
esposo la había echado de casa. Ella se encontraba embarazada, sin dinero y sin un lugar a
donde ir, pues su padre la había corrido de casa antes de irse a vivir con su entonces esposo
y no podía ni quería regresar a la casa de sus padres.
Entonces vio a un policía en la calle y le preguntó qué era lo que se necesitaba para
ingresar, ella le platicó cuál era su situación, él le ayudó, incluso le prestó dinero. Después
ese policía la apoyó para poder entrar, a pesar de que no pasó el examen psicométrico, pues
se sentía mal emocionalmente, ese oficial habló con la psicóloga que aplicaba los
exámenes, le explicó que Iliana había pasado por muchos problemas, le pidió que le
realizara el examen psicométrico de nuevo. La segunda ocasión que lo hizo lo pasó y pudo
quedarse en la Policía Auxiliar.
Al preguntarle concretamente la razón por la cual ingresó a la P.A. y no tomó
cualquier otro trabajo me comentaba “Por la situación de que quería salir adelante y no veía
la forma de. Y yo me vi reflejada en este chavo policía, que me decía: Si yo pude tú
también puedes. Y yo quería hacer una carrera, no de policía39.”
Actualmente Iliana además de trabajar como policía auxiliar estudia la licenciatura
en una escuela privada para convertirse en paramédico, en la que puede estudiar gracias a
una beca del 70%. En sus días de descanso también vende ropa en un tianguis, ya que el
salario como policía auxiliar es bajo y no cubre todos sus gastos.

37 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
38 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
39 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015

44
Como puede observarse, la mayor parte de estos oficiales tenían expectativas
previas que no pudieron cumplir por falta de recursos económicos, y en algunos casos de
apoyo familiar o ambos, su ingreso a la policía fungió como una alternativa al desempleo,
como una opción laboral que no requería de un grado académico superior al de secundaria
para ingresar, y que además ofrecía ganar un salario mayor al mínimo.
La vocación como razón principal de ingreso a la Corporación es algo inusual entre
los policías, algunos de ellos manifestaron que la vocación más bien es algo que han
desarrollado a lo largo de los años. Varios oficiales expresaron que su estadía en la Policía
es temporal, que están ahí mientras consiguen un empleo mejor o pueden poner un negocio.
Algunos oficiales manifestaron que en sus días de descanso tienen empleos adicionales –
muchos de ellos como taxistas, otros como comerciantes, o ejerciendo algún oficio- para
poder cubrir sus gastos personales y familiares.
Por ejemplo, la oficial Iliana me comentaba respecto a no querer permanecer en la
P. A. mucho tiempo: “Yo soy de la idea de que si la Policía te explota tú también explótala
a ella, pon un changarro, haz otra cosa, para que la vida no se te vaya aquí40.”
El hecho de que las razones de ingreso de las y los policías auxiliares en su mayoría
hayan sido por motivos económicos no quiere decir que sean personas que carezcan de
aspiraciones y expectativas personales y laborales que deseen cumplir ya sea dentro de la
misma Corporación o fuera de ésta. Mientras que algunas(os) realizan estudios académicos
en paralelo a su trabajo como policías, otros buscan alternativas como poner algún negocio.
En algún momento un compañero de los oficiales entrevistados me comentaba que cuando
está en su «franca», es decir en su día de descanso, se va con sus hijos (quienes estudian
música) a cantar a restaurantes y bares, y que tiene planeado dedicarse a cantar de tiempo
completo junto con sus hijos como conjunto musical, pero que permanece en la policía
mientras ellos finalizan sus estudios.
El oficial Javier me comentaba de manera informal que cuando está de día de
descanso hace trabajos de albañilería a personas que solicitan sus servicios, pero que
también está construyendo cuartos en el mismo predio donde vive para rentarlos:“…pero


40 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016

45
con cuidado para que no me cachen los de obras…41”, pues no cuenta con permiso para
construir.
Otros oficiales como Silvia, Arturo y Roberto, por ejemplo dicen con resignación
que solo esperan su jubilación, que antes sí tenían pensado hacer otras cosas (laboralmente
hablando) pero que ahora sólo quieren continuar con su trabajo mientras llega ese
momento.
1.5. Mujeres policías. Cómo se asumen en su entorno laboral

Ser mujer y ser policía

La participación de las mujeres en la Policía ha resultado controversial desde sus inicios en


1930; por iniciativa del entonces jefe de la Policía, Valente Quintana, se crea el Cuerpo de
la Policía Femenil, que contaba con 69 mujeres. De acuerdo con Alejandro Íñigo (1985) el
agrupamiento femenil duró poco tiempo, pues hubo una oleada de críticas de funcionarios
respecto a su existencia. La información oficial vertida en la página electrónica de la
Policía Bancaria e Industrial señala que las mujeres policías desempeñaban tareas menores,
como cuidar parques y jardines. (P.B.I, 2016)
Algo que no se menciona en la información oficial que proporciona la Secretaría de
Seguridad capitalina es que era usual que estas primeras mujeres policías sufrieran abusos
sexuales y violaciones mientras cuidaban estos lugares públicos, ya que se les ordenaba
hacer guardias durante la noche, solas y desarmadas, pues no se les tenía permitido la
portación de un arma de fuego.
En la actualidad la situación de las mujeres policías sigue siendo difícil pues como
ya lo había mencionado antes, históricamente el trabajo del policía ha sido reservado
exclusivamente a hombres, por lo tanto la Corporación ha sido y sigue siendo un ámbito
hostil hacia las mujeres.
Durante las entrevistas y encuentros informales les preguntaba tanto a hombres
como a mujeres qué pensaban sobre la presencia de mujeres en la P.A. y si creían que
existía un trato diferenciado hacia ellas.


41 Entrevista realizada al oficial Javier, abril de 2014

46
En alguna plática informal con el oficial Juan, él me comentaba respecto a sus
compañeras que es frecuente que sean acosadas sexualmente, principalmente por los jefes:
“Las mujeres la tienen muy difícil, hay mucho acoso, y si son bonitas es todavía peor42.”
En una entrevista realizada con Catia hablamos sobre su experiencia como mujer
policía, en donde me comentó que ella directamente no vivió acoso sexual por parte de
compañeros o jefes, pero que sí lo hubo hacia compañeras suyas: “Ya estando en el sector
los jefes –Gama o Delta– te hablan bonito para que les sueltes la cola. De los superiores sí
hay hostigamiento hacia las mujeres. Si no les dices que sí, le hablan a tu jefe para que te
mande a un crucero bien feo, hasta que te hartes y te vayas o pidas tu cambio43”.
Al preguntarle si había vivido algún tipo de discriminación por el hecho de ser
mujer y trabajar como policía, me comentó que sus compañeros de patrulla nunca le
hicieron comentarios respecto a que no fuera suficientemente capaz para hacer el mismo
trabajo: “Eran buenos compañeros” –decía-, sin embargo otros policías del mismo sector sí
hacían comentarios discriminatorios hacia compañeras: “No todos pero si algunos
compañeros decían comentarios como: “No, con viejas no salgo.” “Para eso trabajo, para
que mi vieja no esté trabajando”, “Hay que estarlas cuidando44”.
Al entrevistar a Silvia sobre lo que pensaba respecto a la participación de mujeres
dentro de la Policía, ella me decía que es frecuente que existan problemas entre mujeres
porque es común que aquellas que son guapas reciban un trato preferencial, muchas veces a
cambio de tener relaciones sexuales con los jefes o jefas: “Que si a ella la tienen de adorno
porque está guapa, y no hace nada, o que si se las das al comandante para no hacer
guardias45”.
Según Silvia, aunque hay acoso sexual por parte de jefes ha disminuido gracias a la
intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): “Antes, si un
jefe te las pedía, pues tenías que darlas, y ahora es diferente, ahora te puedes quejar y
denunciar. De todas formas te siguen diciendo mamacita, sabrosa, ¿cuándo nos comemos
ese pollito?46”.


42 Entrevista realizada al oficial Juan, agosto de 2014
43 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre 2014
44 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre 2014
45 Entrevista realizada a la oficial Silvia, noviembre de 2015
46 Entrevista realizada a la oficial Silvia, noviembre de 2015

47
Al hablar con el oficial Arturo sobre el hecho de que haya mujeres que trabajen
como policías me decía que no es un empleo sencillo, por las exigencias laborales y el
hecho de ser madres (en su mayoría solteras). No menos importante ha sido la
discriminación dentro de la Corporación durante el embarazo de las policías.
Está difícil, ser mamá, papá y policía, aunque no quieran tienen que
ir, tienen que buscar quien les cuide a los hijos. Nos tocaron buenos
jefes, las consideran, sí dejan que salgan cuando tienen que ver a
sus hijos, con la condición de volver al turno. Antes, a las
compañeras que salían embarazadas les hacían todo lo posible para
que se fueran y no darles su dinero de maternidad y la Corporación
quedárselo. Entre 1997 y 1999 se acabó eso, porque mejoraron las
condiciones para las mujeres.47

También platicamos sobre el trato hacia las compañeras, el cual suele ser
diferenciado entre hombres y mujeres, siendo significativamente malo en términos de acoso
sexual hacia las mujeres.
Hay un trato diferente, es común el acoso sexual hacia las mujeres,
pero ahora saben los jefes directivos que si una compañera denuncia
de acoso sexual los dan de baja sin sueldo48

En una entrevista realizada al oficial Antonio, me comentaba lo que pensaba


respecto al trabajo de las mujeres policías dentro de la Corporación, en donde destaca el
hecho de que las mujeres carezcan de algunas aptitudes para realizar las mismas tareas que
oficiales varones, así como la renuencia de algunas policías para desempeñar las mismas
labores que los hombres.
Pienso que qué valientes para venir a un lugar hostil, y admiración
porque en vez de estar haciendo cualquier otro trabajo o haciendo
de comer, que es lo que se dice que socialmente deben hacer.
Muchas veces se dicen el sexo débil, y muchas veces no quieren
hacer las mismas actividades. Yo les guardo un lugar especial
cuando soy su jefe directo. Por ejemplo, en las manifestaciones,
tienes que poner a fuerzas hombres, ellas oponen resistencia a
ponerse al frente, o algunas actividades que implican estar paradas
12 horas. Sabemos que son más frágiles, sabemos que se van a
cansar más rápido cargando un arma larga. He tenido algunas que
dicen: ¿Por qué, si soy mujer?49


47 Entrevista realizada al oficial Arturo, noviembre de 2015
48 Entrevista realizada al oficial Arturo, noviembre de 2015
49 Entrevista realizada al oficial Antonio, octubre de 2015

48
Al cuestionar al oficial Antonio qué es lo que pensaba sobre el trato que se les da a las
mujeres policías, él me comentaba lo siguiente, alegando que hay un trato diferenciado y
preferencial hacia las mujeres:
Es mejor el trato hacia las mujeres. La Secretaría les da permiso de
que descansen todas el Día de las Madres, a nosotros no nos dan el
Día del Padre.50

En entrevista con el oficial Roberto yo le preguntaba su opinión respecto al hecho de que


existan mujeres policías trabajando como compañeras. A continuación presento un
fragmento de la entrevista donde se toca este tema:

No tengo nada en contra de las mujeres, me gusta que la mujer esté


pero yo lo considero un trabajo para hombres. ¿Por qué?,
biológicamente el hombre es más fuerte, es más decidido. Es bueno
que estén, pero yo las pondría en lugares más estratégicos como en
computadoras, en cosas más tranquilas, no en la calle porque el
delincuente la mayoría de las veces es más fuerte que ellas y las
someten.
Vivimos en un país machista, en un país donde el hombre es
dominante y las mujercitas que salen desde la Academia de Policía
son acosadas, no todas, por jefes, por compañeros…51

Tanto hombres como mujeres se mostraban de acuerdo en que hubiera mujeres


policías trabajando, sin embargo, existe un doble discurso que se oculta bajo esta aparente
aceptación de la mujer policía ya sea como compañera o como subordinada. Me refiero
puntualmente al discurso sobre la mujer que habla de ellas como menos aptas para
desempeñar ciertas labores que requieren de una mayor fuerza física y destreza, como lo es
por ejemplo, la detención y el sometimiento de infractores o delincuentes o el cargar un
arma larga por un periodo prolongado de tiempo. Por un lado se dice que está bien que
trabajen como policías al igual que los hombres, sin embargo, al tener menor fuerza física
que los varones son más aptas para desempeñar labores administrativas o realizar
actividades menos peligrosas.
También existen discrepancias sobre el trato hacia las mujeres, hay quienes piensan
que las condiciones son peores para las policías, mientras que otras personas dicen que el


50 Entrevista realizada al oficial Antonio, noviembre de 2015
51 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015

49
trato es mejor en comparación a los varones –ya que reciben un trato preferencial por el
hecho de ser en su mayoría mamás solteras-.
Al realizar entrevistas con mujeres policías pude darme cuenta de que la violencia
de género es algo cotidiano al interior de la Policía Auxiliar, una situación de violencia
normalizada dentro de un ámbito construido laboral y simbólicamente para varones, en
donde la mujer en ocasiones es vista como una rival desacreditable automáticamente por su
rol de género socialmente asignado a las labores domésticas. Al salir de ese rol de género,
muchas de las mujeres policías también son vistas como personas con quienes se puede
hacer un intercambio de índole sexual por ventajas laborales, y las que no están dispuestas a
realizar ese trato se atienen a las desagradables consecuencias. Es entonces que la relación
de poder de jefe(a) a subordinada se transforma en dominación. Si bien pueden
desarrollarse relaciones de poder entre jefes a policías de menor rango, en el caso de las
mujeres la relación de poder se duplica, en tanto ser estas subordinadas y en tanto ser
mujeres.

Mujer contra mujer


Además de las formas de violencia cometidas de hombres –principalmente los
jefes– hacia las mujeres policías de menor rango, existen formas de violencia entre
compañeras de trabajo reflejadas en esfuerzos constantes por desacreditar a otras mujeres a
través chismes y rumores; en los que se habla mal de aquellas policías que tienen una buena
relación con compañeros o jefes. Es común que algunas policías inventen chismes sobre
otras compañeras en donde se diga que éstas sostienen relaciones sexuales con
compañeros y jefes de su destacamento o sector.
Al inicio de la investigación yo había planteado como una hipótesis que al convivir
mujeres en un espacio hostil para ellas, éstas crearían lazos de solidaridad muy fuertes. Pero
la realidad que se me presentó fue completamente distinta, pues encontré que las relaciones
que se establecen entre mujeres son más bien de competencia que de apoyo mutuo. En
ocasiones los conflictos son detonados por favoritismos de jefes y jefas hacia algunas de las
oficiales por razones de índole sexual, es decir, por un intercambio sexual para obtener
ventajas sobre las demás compañeras y compañeros de trabajo (tales como poder faltar al
turno, hacer una cantidad menor de trabajo, u obtener ventajas de otra índole). Hay otros

50
casos en los que si bien el intercambio sexual por preferencias y ventajas no existe, sí se
presenta la posibilidad de que pueda llevarse a cabo en algún momento, y eso basta para
obtener un trato preferencial.
Al respecto Iliana me comentaba: “Hay muchas compañeras que se acuestan con los
comandantes para obtener ventajas, y otras veces para sentir que tienen a quien sea en su
mano. Hay competencia de quien es la más guapa y quien puede tener más hombres52”.
Cabe mencionar que otro de los potenciales motivos de conflicto es el de las
relaciones sexuales y amorosas entre algunas mujeres policías. En una ocasión platicando
con la oficial Catia yo le preguntaba cómo eran las relaciones entre las compañeras de
trabajo, ella me respondió que eran conflictivas, decía que había: “¡¡Puros chismes!!”, y
que prefería trabajar en agrupamientos mixtos que en un grupo conformado sólo por
mujeres, ya que en algún momento ella formó parte de un agrupamiento especial llamado
Zorros, que eran fuerzas de choque (granaderas) integrado en su totalidad por mujeres:
“…las mujeres son muy problemáticas, se pelean mucho entre ellas porque son muy
celosas. Había conflictos por que alguna compañera le gustaba a la mujer de la jefa o entre
las novias de las compañeras53.”
Catia me comentaba que surgieron muchos problemas al interior del grupo, razón
por la que decidió no volver a participar en agrupamientos de mujeres. También me platicó
que eran frecuentes los problemas entre compañeras y jefas, pues no era raro que la jefa
tuviera de novia a una o varias oficiales al mismo tiempo, situación que creaba conflictos
entre ellas.
Platicando informalmente con la oficial Diana me comentaba, bastante molesta, que
tenía poco tiempo que a su compañero de ronda “le había llegado el chisme” de que las
compañeras andaban diciendo que Diana había tenido relaciones sexuales con él y con
otros cuatro compañeros la misma noche. La versión que me dio Diana sobre lo sucedido
fue que una noche después de hacer ronda ella y otros compañeros estaban muy cansados y
entraron a dormir a una de las oficinas del sector. A la mañana siguiente compañeras de su
destacamento y de su turno estaban esparciendo el rumor de que la noche anterior ella había
participado en una orgía, cosa que no era cierta.


52 Entrevista realizada a la oficia Iliana, enero 2016
53 Entrevista realizada a la oficial Catia, julio de 2014

51
En una ocasión le preguntaba a Iliana qué aspectos le desagradaban de ser policía
auxiliar, entre otras cosas me comentaba que la relación con otras compañeras puede llegar
a ser complicada porque existe un esfuerzo constante de otras policías para desacreditarse
entre sí: “Luego los pinches chismes entre las mismas compañeras, que porque yo me llevo
bien con el jefe de turno ya dicen que ando con él54”.
Otro aspecto a destacar es que el acoso sexual hacia mujeres no es exclusivo de los
jefes varones, pues también es una forma de violencia que algunas de las jefas reproducen
hacia otras mujeres policías de rango menor; en una ocasión en una charla informal Catia
me comentó que la jefa de una de sus compañeras: “le había hecho X8” a una compañera y
amiga suya, es decir, que la había violado.
Resulta interesante ver que en un espacio conformado mayoritariamente por varones
es posible encontrar mujeres que repliquen formas de violencia históricamente atribuidas a
ellos, perpetradas en este contexto hacia mujeres por parte de otras mujeres. Pareciera ser
que en un ámbito donde hay una discriminación latente y constante violencia hacia las
mujeres, la tendencia a seguir es la de perpetuar la violencia incluso desde el propio sector
que resulta afectado por ella. En términos de Pierre Bourdieu “…la violencia simbólica,
violencia amortiguada, insensible e invisible para sus propias víctimas, que se ejerce
esencialmente a través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del
conocimiento o, más exactamente, del desconocimiento, del reconocimiento o, en último
término, del sentimiento” (Bourdieu, 2000:12).
Una especie de complicidad se entreteje entre quienes viven esta forma de violencia
o de quienes son potenciales víctimas de ella y quienes la llevan a cabo, generando un ciclo
de violencia simbólica difícil de romper, pues están implicadas la cultura, los roles de
género y un ámbito laboral que propicia y encubre estos tipos de abusos, y por supuesto en
donde las relaciones de poder se encuentran siempre presentes en un entorno altamente
jerarquizado.

Ser mamá, papá, ama de casa, y policía. El rol social y laboral


Un tema particular que llamó mi atención con las mujeres policías e incluso también con
oficiales varones es el del lugar socialmente asignado que se les da a las mujeres dentro y


54 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016

52
fuera de su trabajo. Ralph Linton hace una distinción entre el «estatus» y el «rol», uno
como consecuencia del primero:

Un estatus, en el sentido abstracto, es una posición en un modelo


particular. Es entonces bastante correcto para hablar de cada
individuo como teniendo muchos estatuses, ya que cada individuo
participa en la expresión de un número de patrones. …el status de
cualquier individuo significa la suma de todos los estatuses que él
ocupa. Esto representa su posición con relación al total de la
sociedad…Un estatus, tan diferente como el individuo quien podría
ocuparlo, es simplemente una colección de derechos y obligaciones
(Linton, 1936:113).

Mientras que el estatus está conformado por el conjunto de esos papeles que
desempeña socialmente una persona, que pueden ser en este caso por ejemplo: policía,
madre, hija, esposa, estudiante, etcétera, el rol existe como parte del status, pero a
diferencia de este “Un rol representa el aspecto dinámico del status” (Ibíd. 114). Es decir,
cuando las personas llevan a cabo ese conjunto de derechos y obligaciones socialmente
determinados al estatus, ponen en práctica un rol.
El caso concreto de las mujeres policías es que tienen un conjunto de status: como
mamás (las que lo son), hijas, novias, esposas, amas de casa, policías; al desempeñarse
como estas últimas, el status social muchas veces no es el que se espera, esto por supuesto
puede explicarse por razones de género, que en el patriarcado ha marcado la pauta para las
mujeres, para desempeñarse y el cómo hacerlo, en actividades relacionadas tanto con
labores domésticas y como madres o potenciales madres. Sobre la mayoría de las mujeres
policía pesa un doble trabajo: el que desempeñan dentro de la corporación y el que
desempeñan en sus hogares, pues socialmente se les exige cumplir con el status rol de ama
de casa y madre, por ejemplo, o el de hija, que al vivir en casa de sus padres también tiene
que contribuir a las labores domésticas. Los hombres en cambio –aunque no todos–sólo
cumplen con el rol que es conformado por el ser policía, padre, esposo y proveedor
económico, quedando exento de la realización de labores concernientes al hogar. Muchas
de las mujeres policías no llegan a sus casas a descansar, sino a desempeñar el status-rol
históricamente asignado por una sociedad que aún continúa siendo patriarcal.
El oficial Fernando me comentaba en una entrevista qué era lo que pensaba en torno
al trabajo femenino dentro de la Policía “Es necesario que la mujer trabaje dentro de la

53
policía porque hay actividades que tienen que hacer ellas, como registro o cacheo de
mujeres que hayan cometido infracción o delito. En todas las demás actividades tienen que
ser a la par del hombre55.”
Durante esta misma entrevista platicamos sobre el trato hacia las mujeres policías, si
él pensaba que existía un trato mejor o peor hacia ellas en comparación a los varones.
Hay un trato flexible hacia ellas por la condición de ser mujer y
madres, ya que en sus hogares la mayoría de ellas tienen la función
y obligación de quehaceres y cuidado de los hijos. Algunas hacen el
papel de padre y madre. Algunos compañeros menoscaban la
función de la mujer, pero habemos otros que las vemos como un
compañero más. Son igual de competitivas que los hombres, todos
tenemos la misma capacidad.56

A propósito del estatus y rol como mujeres policías, la oficial Iliana me comentaba
que al salir de su turno desempeña el status de ama de casa, de novia, hija…
Que somos más chingonas que los hombres, este trabajo es
complicado … que le tienes que aflojar al comandante, muchas
son mamás solteras; o estudias también, es el doble de trabajo que
el de un hombre. Una mujer policía es aparte madre, hija, tu llegas a
lavar, a hacer de comer, a ser ama de casa, y aparte a ir a la
escuela… 57

Por otro lado, el ámbito laboral no queda libre de consideraciones sexistas ligadas a
un estatus social esperable como mujeres, reflejo de ello son por ejemplo comentarios de
esta índole respecto a que las mujeres se integren a la policía: “… hay compañeros que a
las cadetes en los entrenamientos les dicen: ¡ ustedes No sirven para esto! Les dicen: Tú
estás aquí para conseguir marido y pensión58” –en torno a alcanzar el status de esposa y
ama de casa– o: “Sabemos que son más frágiles, sabemos que se van a cansar más rápido
cargando un arma larga 59 ” –las policías como menos aptas para realizar las mismas
actividades que un varón–. Si bien las mujeres policías desafían, por decirlo así, el rol
social e históricamente asignado a ellas, ésta aseveración no es aplicable a absolutamente


55 Entrevista realizada al oficial Fernando, noviembre de 2015
56 Entrevista realizada al oficial Fernando, noviembre de 2015
57 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016
58 Entrevista realizada al comandante Mariano, julio de 2014
59 Entrevista realizada al oficial Antonio, noviembre de 2015

54
todos los casos de mujeres, pues tanto el entorno familiar como el laboral no les permite
salir completamente del rol asignado.
Como señala Gerda Lerner, las asimetrías sexuales han sido usadas para argumentar
la subordinación de las mujeres; aspectos biológicos presentes en los hombres como son la
fuerza física, más agresividad, alcanzar una velocidad mayor al correr, y en cambio la
capacidad generadora de vida de las mujeres fue usada como una justificación natural y no
en cambio social y política para relegar a las mujeres a actividades domésticas y de
maternidad obligatoria, hecho que se vio reflejado en la división sexual del trabajo
(Lerner,1990).
Ralph Linton señala que el status es inseparable de la función que debe realizar un
individuo por obligación social, si bien como él señala:
Una función representa el aspecto dinámico de un estatus. Al
individuo se le asigna socialmente un estatus y lo ocupa en relación
con otros estatus. Cuando lleva a efecto los derechos y deberes que
constituyen el estatus, el individuo está ejecutando una función
(Linton, 2006:147).

El parámetro biologicista usado para la división sexual del trabajo sigue vigente en
el marco de la sociedad mexicana inscrita en el patriarcado, es decir, una sociedad que aún
conserva lineamientos con una distribución desigual de recursos, poder y labores por
razones de roles de género. Esto es particularmente visible en espacios históricamente
reservados a varones, como es en este caso, la Policía Auxiliar de la Ciudad de México.
En esta corporación se les sigue atribuyendo a las mujeres un status-rol acorde al
criterio biologicista de la división sexual laboral, en donde se evoca la construcción cultural
y política de la falta de aptitudes físicas como un aspecto innato en las mujeres; en
consecuencia ésta construcción social sobre la falta de pericia física de las mujeres lleva a
mirar a las compañeras y subordinadas policías como menos capaces para desempeñar las
mismas tareas que los hombres. Al tratar de encasillar a las mujeres en un rol de género
tradicionalmente impuesto, se busca que desempeñen una determinada función, misma que
al no llevarse a cabo traiciona las expectativas depositadas en ellas y el status-rol
históricamente asignado.
Existe un doble discurso en torno a las mujeres policías: El institucional y el no
oficial (del que he dado cuenta párrafos arriba). El primer discurso habla sobre cómo

55
deberían ser tratadas las mujeres de acuerdo a las legislaciones y protocolos acordes a la
igualdad de género (lo que debería suceder y lo que no), no obstante, la práctica grita una
realidad que dista de los postulados teóricos que dictan cómo deberían conducirse hombres
y mujeres policías que integran a la Corporación. Aunque las nuevas leyes y políticas de
género intentan adelantarse al comportamiento humano para conducirlo de acuerdo a lo que
se considera adecuado moralmente, el comportamiento humano siempre está tres pasos
delante de la teoría.
¿Por qué es difícil lograr un comportamiento apegado a las políticas de igualdad de
género? La repuesta es que aunque las leyes y protocolos de igualdad de género dentro de
la Policía dicten una conducta a seguir, en la realidad las leyes no pueden obligar a las
personas a modificar sus conductas aunque de por medio exista un castigo. La amenaza
punitiva en muchos casos no es suficiente para que las personas elijan acatar una conducta
que se les impone por ley. Mi experiencia durante trabajo de campo con policías auxiliares
me permitió ver que ideológicamente existe un arraigo significativo a los tipos de empleo
considerados como adecuados para hombres y mujeres de acuerdo a los roles de género
históricamente impuestos. Aunque ya existe una mayor tolerancia hacia las mujeres como
colegas de trabajo (y con esto no me refiero a que tolerancia y aceptación vayan siempre de
la mano) la figura de la mujer en el ámbito policial todavía se mira con recelo por algunos
policías varones por presentar una amenaza a un ámbito construido por y para hombres. Es
necesario mencionar que aunque en gran parte de las situaciones de violencia de género
ésta es perpetrada por hombres de una jerarquía mayor dentro de la Corporación hacia sus
compañeras subordinadas, la violencia de género también es ejercida –aunque en menor
medida- por jefas o compañeras del mismo rango –en ocasiones como violencia sexual:
violación o abuso sexual; y en otras, en forma de chismes y calumnias contra otras mujeres
policías-. Éste último punto es escencial, pues permite ver cómo la introyección cultural, y
por lo tanto ideológica del patriarcado, tiene distintos resultados en hombres y en mujeres,
diferenciándose entre las últimas como falta de sororidad 60 (solidaridad entre mujeres);

60 El término sororidad tiene un origen latino sororis, que se refiere al concepto de

hermandad. En el pensamiento feminista la sororidad significa establecer relaciones de


solidaridad y apoyo mutuo, así como protección y reconocimiento entre mujeres. Para
profundizar en el tema puede consultarse: Lagar de, M. (2006). “Pacto entre mujeres. Sororidad”
en Aportes para El Debate, 123-135.

56
mirando a otras con envidia y recelo. Algunas mujeres entrevistadas dijeron encontrar
amistad, solidaridad y apoyo entre sus compañeros policías que entre sus colegas
femeninas. Paradójicamente en un ámbito de hostilidad laboral hacia las mujeres, ésta, con
frecuencia se replica entre las mismas mujeres (aunque, claro, no entre absolutamente todas
ellas) impidiendo empatía de género. “La sororidad emerge como alternativa a la política
que impide a las mujeres la identificación positiva de género, el reconocimiento, la
agregación en sintonía y la alianza” (Lagarde, 2006:125).

Ser padre, hermano, hijo…y ser policía


Si bien una gran parte de las mujeres policías son madres solteras, también existen hombres
que además de ser policías son, además, papás solteros, hombres que de forma similar a las
madres policías desempeñan diversas funciones-roles sociales dentro y fuera de sus
hogares. Durante el transcurso de la investigación me encontré con un fenómeno similar
entre policías varones y mujeres: La familia extensa con domesticidad común –la forma de
familia conformada por miembros nucleares y consaguíneos que cohabitan bajo el mismo
techo- conformada por miembros ascendentes, lineales y en algunos casos descendentes
también- aunque también hay familias de policías conformados por familia nuclear
únicamente o que son solteras(os) con mascotas en el lugar de residencia. Éste tipo de
organización y convivencia doméstica, distinta al modelo de familia nuclear tradicional:
padre, madre, e hijas(os), asigna funciones diferenciadas a cada familiar.
Si bien existen casos en los que policías varones se mantienen al margen de las
actividades domésticas (lavar ropa, preparar comida, realizar el aseo del hogar…), así como
del cuidado de los hijos, existen otros padres que sí se involucran en las actividades
familiares y de labor doméstica en sus casas. Ejemplo de esto son los policías que por
alguna razón son padres solteros: divorcio o viudez –y en el caso del «avunculado», en
donde el hermano de la madre asume el rol social (y a veces también económico) del
padre–.
A continuación mencionaré algunos de los casos con los que me encontré en el
transcurso de la investigación con policías varones.
Oficial Humberto

57
El oficial Humberto asumió la responsabilidad económica que los padres
biológicos de sus sobrinas no asumieron. Ambas hermanas quedaron embarazadas a una
temprana edad (15 y 16 años). Humberto tiene dos hijas que actualmente cursan la primaria
en escuela pública. La esposa de Humberto tiene un negocio de comida, y generalmente,
durante el tiempo que su esposo se encuentra en su turno de policía, ella está al pendiente
del cuidado de sus hijas; realiza tareas domésticas y además se encarga de administrar su
negocio. Cuando Humberto regresa a casa toma parte activamente en el cuidado y
educación de sus hijas (revisar sus trabajos escolares), así como de las labores domésticas:
preparación de la comida, así como el aseo de la casa.
En palabras de Humberto: “A veces uno quisiera que lo trataran como rey, llegar (a
la casa) y que lo atendieran, llegar y no hacer nada; pero hay que entrarle. Mi esposa tiene
su negocio de comida, de tamales en la mañana, y se encarga de las niñas, y de la casa.
También es justo que ellas sean tratadas de la misma manera, también es trabajo61.”
Oficial Arturo
El oficial Arturo solía vivir con su hijo adolescente y su esposa, pero ello cambió
cuando su esposa falleció hace diez años atrás. Al preguntarle cómo es que se organizan él
y su hijo para realizar las tareas de la casa, Arturo mencionaba que:
“Al terminar el turno llego a la casa y cocino, hago comida para tres días, para que
mi hijo tenga comida y sólo tenga que calentarse cuando yo no estoy62”
Así sucede también con otras actividades como la limpieza de la casa, padre e hijo
se dividen las tareas domésticas. Arturo sabe que el trabajo de un policía implica más
riesgos en comparación a la mayoría de las actividades laborales, Arturo sabe que en caso
de fallecer en un operativo su hijo quedaría huérfano, preocupación que ronda su cabeza
constantemente.

1.6. Violencia sistémica. Aspectos laborales de la Policía Auxiliar.

Hay un golpe más certero y dañino que el que impacta la piel y los huesos, que deja marcas
invisibles pero no por ello menos dolorosas. La violencia imperceptible a simple vista hace
un daño más profundo que esa que se ve y se siente, es precisamente el golpe intangible el

61 Entrevista realizada al oficial Humberto, enero de 2016
62 Entrevista realizada al oficial Arturo, febrero de 2016

58
que produce heridas que no logran cicatrizar; esta es la violencia sutil llamada
«estructural».
Para Florence Rosemberg (2013) estas formas de violencia poco visibles se encuentran
enraizadas en el entramado de la complejidad que forma la realidad tangible: la economía,
la política, los roles de género, las emociones; y por supuesto, el papel de los gobiernos
como generadores de violencia simbólica y sistémica.

Figura 1.6-1 Violencia Sistémica y su Organización

Fuente: Florence Rosemberg (2013:67).

Nancy Scheper-Huges y Philippe Bourgois señalan que usualmente en el ámbito


académico, la violencia es asociada a una parte biológica instintiva que se conserva como
reminiscencia del comportamiento de los primeros homíndos; en otras ocasiones, partiendo
de fundamentos biolgicistas se relaciona la agresividad humana al genotipo. En el ámbito
de la psicología y sociología se habla de la violencia como un conjunto de acciones
transgresoras a las normas socialmente prescritas. (Scheper-Huges y Bourgois,2004)
Para estos dos autores la conceptualización ideológica de la violencia –en los
términos antes mencionados- representa un problema grave, pues pasa por alto el alcance
de las condiciones de inequidad estructural y las relaciones de poder, que son naturalizadas
por nuestras categorías y concepciones sobre lo que la violencia realmente es: “Ellas

59
también fallan en abarcar la totalidad y el rango de los actos violentos, incluyendo aquellos
que son parte del tejido normativo de la vida social y política. La violencia estructural
generalmente es invisible porque es parte de los campos de la rutina de la vida diaria
transformados en valor moral” (Scheper-Huges y Bourgois, 2004: 4-7)
A propósito de la ceguera ante la violencia, Florence Rosemberg señala que las personas
pueden acostumbrarse a ella, asimilarla como un aspecto propio de su cotidianidad, no
obstante, el hecho de que éstas personas trabajen bajo las condiciones mencionadas, no
quiere decir que no sean conscientes de las circunstancias, lo que sucede es que no cuentan
con las herramientas suficientes para salir de ese entorno que forma parte de su normalidad:
Al observar las diferentes formas de miseria y sufrimiento social
crónico, se da uno cuenta de que entre más frecuentes y ubicuas son
las imágenes de la violencia, sufrimiento, pobreza y muerte, más
invisibles se vuelven. La gente tiene la enorme capacidad de
absorber lo espantoso, terrible e impresionante y, aun así, continuar
con su vida (Rosemberg, 2013:49).

El filósofo Slavoj Žižek hace una escisión entre la agresión y la violencia: “…la
«agresión», que pertenece efectivamente a la «fuerza vital», y la «violencia», que es una
«fuerza mortal»: «violencia» no es aquí la agresión como tal, sino su exceso que perturba el
curso normal de las cosas deseando siempre más y más.” (Žižek, 2009:81)
A continuación distingue entre la violencia evidente y la otra, esa que se nos
presenta de forma sutil, inadvertida, pero no por ello menos dañina. Para Žižek la violencia
denominada «subjetiva» resulta obvia al igual que sus perpetradores. La violencia
«objetiva» en cambio no nos resulta evidente porque está arraigada a la normalidad
cotidiana (Ibídem, 2009:10)
Siguiendo a Žižek, la violencia subjetiva está formada por otras dos formas de
violencia objetiva:

60
Figura 1.6-2 Conformación de la violencia subjetiva
Violencia subjetiva

Violencia simbólica:
Se encuentra en el lenguaje.
Funciona como condensador"de la
construcción e imposición de
cierto campo simbólico"
Violencia Sistémica:
Es el resultado del sistema
económico y político

Fuente: Elaboración propia. María A. Regalado Quezada, 2016

Por su parte los sociólogos Daniel Parra y José María Tortosa exponen el término
«violencia estructural» como una forma de violencia invisible que tiene estragos en
prácticamente todos los aspectos que conforman la calidad de vida de individuos y
colectividades; privándolos de los insumos materiales que les permitan tener las mínimas
condiciones necesarias de bienestar:

El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones


en las que se produce daño en la satisfacción de las necesidades
humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o libertad)
como resultado de los procesos de estratificación social, es decir,
sin necesidad de formas de violencia directa. El término violencia
estructural remite a la existencia de un conflicto entre dos o más
grupos de una sociedad (normalmente caracterizados en términos de
género, etnia, clase, nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto,
acceso o posibilidad de uso de los recursos es resuelto
sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de
las demás, debido a los mecanismos de estratificación social (La
Parra y Tortosa, 2003:57).

Una propuesta que integra a la cultura como un elemento importante en los ciclos de
la violencia visible e invisible es la de Johan Galtung. Él plantea que la cultura tiene un
papel preponderante en la reafirmación de la violencia estructural, y en consecuencia, de la
violencia directa. La violencia cultural se manifiesta en el campo de la vida social que
involucra directamente lo simbólico: el lenguaje, el arte, las religiones y la ideología.

61
Porque a través de éstas es que la violencia directa es reblandecida, justificada y
normalizada (Galtung, 2004).
Para el sociólogo noruego cuatro formas de violencia son apreciables en
correspondencia con las necesidades básicas de cualquier ser humano, mismas que pueden
no satisfacerse “Necesidad de supervivencia (negación: muerte y mortalidad); necesidad de
bienestar (negación: sufrimiento, falta de salud); identidad, necesidad de representación
(negación: alienación); y necesidad de libertad (negación: represión)” (Galtung, 2003;
citado en Galtung, 1980a).

Figura 1.6-3 Interrelación entre violencia visible e invisible

Fuente: Galtung, 2004

Los horarios de trabajo


Las condiciones laborales de la Policía Auxiliar pueden llegar a ser poco más que
agotadoras para quienes trabajan en esta corporación, para un policía que vive a más de dos
horas de su trabajo, labora 24 horas y descansa 24 horas, le quedan escasas cinco horas de
sueño bien logrado. A esto hay que agregarle los servicios extraordinarios, es decir,
aquellos a los que tienen que acudir en su día de descanso como fuerzas de apoyo a la
Policía Preventiva a cubrir estadios cuando hay partidos de futbol, manifestaciones u
operativos (anti narcomenudeo principalmente). En algunas ocasiones los policías
auxiliares tienen la posibilidad, en el caso de haber personal suficiente, de decidir si asisten
o no a estos últimos servicios mencionados; a cambio reciben por cada uno de ellos la
cantidad de $300.00 a $470.00 aproximadamente, dependiendo del servicio que se brinde.

62
Varios de los policías con quienes pude platicar vivían en el Estado de México, cosa
que me pareció curiosa por ser algo que encontré constantemente. Al preguntarles porqué
viviendo en el Estado de México decidían trabajar en el D.F., si también hay Policía
Auxiliar allá, las respuestas fueron casi las mismas: “Por necesidad, aquí pagan un poco
mejor que en el Estado”. La mayoría de entrevistados dijeron que cuando los llaman a
servicios extraordinarios ya no regresan a sus casas, sino que se quedan a trabajar en sus
servicios normales porque no les da tiempo suficiente de regresar a sus hogares y volver al
trabajo a tiempo. Entonces, cuando se llegan a suscitar estos eventos puede que no duerman
en 48 horas seguidas. Los policías que viven dentro de la Ciudad de México tienen
oportunidad de dormir unas pocas horas, unas cuatro horas aproximadamente, antes de
regresar a su turno normal de 24x24 horas. Durante las entrevistas con policías me percaté
que varias de éstas personas viven en las afueras de la Ciudad de México (principalmente el
Estado de México) la razón para venir a trabajar a la capital, a pesar del largo trayecto es
que la paga es un poco más elevada que el salario que recibirían si laboraran en su área de
residencia. Es común que los policías prefieran sacrificar horas de sueño y descanso por
una paga un poco mayor, situación que expone una parte más de las precariedades que
enfrentan los policías auxiliares.
El oficial Roberto me platicó cómo es la rutina en un día normal de trabajo, a
continuación presento un fragmento de una entrevista realizada con él:
Me levanto a las 3:30 de la mañana, me baño, y salgo a mi trabajo a
las 4:30 de la mañana, y llego al mismo a las 7:00.
Es cansado porque trabajo 24 horas mas 24 horas de descanso, pero
si quitas las 3 horas de camino a mi trabajo y 3 horas de regreso a
mi casa. Eso no contando que cuando llegas tu relevo debe de
cambiarte y ahí ya se fue una media hora. Tampoco contando que
tienes que llegar y lavar tu uniforme o hacer tu comida. Y realmente
descansas yo calculo unas 4 horas, máximo 6 horas por turno63.

Roberto me habló sobre aquellas ocasiones en las que no puede regresar a descansar a su
casa por instrucciones de comandantes, quienes a último momento les dan la orden a los
policías auxiliares de que deben quedarse una jornada laboral adicional porque se necesitan
refuerzos de granaderos para contención de multitudes:


63 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015

63
Siempre en nuestra franca volvemos a trabajar, no dejamos de ser
policías. Nosotros somos los que vamos a estadios cuando hay
juegos de futbol, ahí ya estamos con rodilleras, escudos
antimotines, y con un tolete de 90cm. Somos los que en
manifestaciones hacemos la valla. En mítines, en disturbios civiles,
en todo somos nosotros64.
La mala organización de los jefes genera decisiones arbitrarias que repercuten
negativamente en los policías:
Aquí estamos muy mal en la policía por los mandos. Ya vas por
salir y te indican que tienes una comisión de un estadio, de una
valla, de la Plaza de Toros. Te anuncian que tienes al otro día que
cumplir a las 11:00 ó 1:00 de la mañana65.
En estas situaciones el descanso es escaso y de mala calidad; muchas veces no pueden
regresar a su casa a dormir unas horas porque el trayecto es demasiado largo a sus hogares,
razón por la cual es frecuente que muchos policías opten por quedarse en el lugar de
trabajo.
…ya voy llegando a la casa a las nueve o diez de la noche, ya nada
más para bañarme y dormir unas dos, tres horas66.
En una plática con el oficial Manuel, quien vive en las afueras de la Ciudad de México,
hablamos sobre cómo es un día cotidiano como policía, desde que se levanta hasta que
termina su turno:
Me levanto a las 3:30 am para llegar aquí a las 6:30 am. Hacen
relevo a las 6:30 ó 7:00 am, y salimos a las ocho de la mañana
porque hay que estar entregando el servicio.
Empiezas a las 6:15 ó 6:30 am, tienes que estar en los cruceros. Te
suben en las camionetas y te dejan en la vía pública, hay que
empezar a codificar los «códigos compromiso» (visita domiciliaria)
y los «códigos águila» (comercio).
Y luego como a las 11:00 pm te ponen a dar rondas por acá .Vas
caminando y te dan como 30 hojas y tienes que recaudar firmas en
comercios y dar a poyo a Policía Preventiva. Hay muchos casos de
violencia intrafamiliar. Como pie-tierra en los locales donde vas
pasando te dan chance de pasar al baño, y a veces en las tienditas te
dan comida67.
Otras ocasiones en las que las horas de sueño son escasas es cuando los
comandantes mandan a los oficiales a cursos de capacitación o actualización de
conocimientos, de instrucción militar -en donde les enseñan cómo deben marchar cuando


64 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
65 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
66 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
67 Entrevista realizada al oficial Juan, enero de 2016

64
van a manifestaciones- y de tiro con arma de fuego. Al igual que en los servicios
extraordinarios, las y los policías son enviados en su franca, cuando tienen su día de
descanso, entonces en vez de regresar a su casa, se van directo a los cursos.
Silvia me comentaba que su visión se ve afectada cuando va a sus prácticas de tiro,
pues se encuentra cansada por no haber dormido en 24 horas. Al oficial Juan le pregunté si
creía que la capacitación que la Corporación les da es suficiente para enfrentar las
situaciones que se les presentan
… nos falta más preparación, los cursos duran un mes, pero
relativamente, porque los dan en los descansos, un día sí y un día
no; y son dos horas solamente. Dan cosas que no tienen que ver. Te
ponen a hacer lagartijas. Te tienes que traer una Coca (Cola) para
aguantar el entrenamiento por las desveladas. Un curso de medio
año te lo dan en un mes68.

Al realizar una entrevista con el oficial Roberto, yo le preguntaba qué pensaba sobre
la situación laboral de la Policía Auxiliar
La Ley Federal del Trabajo establece que tienes que trabajar 8
horas, aquí trabajas 24x24. Te juro que a la 1:00 ó 2:00 de la
mañana te estás durmiendo. Entras a las 7:00 am, a las 8 de la noche
ya no aguantas el chaleco, hasta que te desmayas a las 2:00 ó 3:00
de la madrugada69.

También lo cuestioné sobre los horarios de trabajo y los salarios de la P.A. , si él creía que
eran adecuados o inadecuados en proporción a las actividades que deben desempeñar como
policías auxiliares.
El salario de un policía auxiliar puede ser de hasta $2,800.00
quincenales, el salario base es de 4 mil pesos. Te dan pensión de
salario mínimo cuando te jubilan, 2 mil pesos. Después de los 55
años y con 15 años de servicio puedes irte pensionado, si te vas
antes de los 55 o sin los 15 años de antigüedad te vas sin pensión.
El horario es muy cansado para ahorrarse personal70.

Una dieta rica…en comida chatarra


Durante mis visitas y entrevistas con policías auxiliares pude darme cuenta de que un
aspecto esencial para cualquier ser humano como lo es la alimentación no puede
satisfacerse de una manera mínimamente aceptable para los policías auxiliares. Para un(a)

68 Entrevista realizada al oficial Juan, enero de 2016
69 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
70 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015

65
policía que gasta más en transporte que en comida, el detrimento de su salud es inminente.
No es raro que la ciudadanía critique aspectos diversos de las y los policías metropolitanos,
entre ellos su apariencia física. Son comunes los comentarios como “míralos, están bien
panzones” “con esa panzota no pueden agarrar a nadie”. Es cierto que existen policías con
sobrepeso y obesidad, este evidente problema de salud está arraigado a la violencia
sistémica, pues los bajos salarios llevan a que ellos busquen ahorrar un poco de dinero a
costa de una mala nutrición y en consecuencia del inevitable deterioro de su salud.
En una ocasión que visité a la oficial Diana en su perímetro de trabajo en la calle,
me comentó que por instrucciones del jefe no podía moverse de su área asignada ni para ir
al baño o para ir a comer. Yo había llevado romeritos, arroz y rosca de reyes porque pocos
días atrás había sido año nuevo y día de Reyes. Decidí ir a comprar bolillos a una panadería
cercana y hacerle una torta de romeritos que después le llevé a su lugar de trabajo. En otras
visitas me percaté de que usualmente no bebía otro líquido que no fuera una Coca Cola
pequeña o café soluble con azúcar al igual que sus otros compañeros. El consumo de este
refresco es sumamente común entre los policías durante las largas jornadas de 24 horas
continuas de trabajo. Al menos tres policías me comentaron haber padecido cálculos
renales en algún momento, ellos lo atribuyen al consumo de refresco en grandes cantidades
“Para aguantar la jornada”. Mientras que aquellos policías que trabajan como intramuros
(dentro de instituciones públicas o privadas) en ocasiones tienen oportunidad de llevar y
consumir alimentos previamente cocinados en sus casas, los policías que trabajan en la vía
pública no se encuentran en condiciones de comer una comida completa. Es por esto que
optan por beber un refresco y comida chatarra (galletas, papas o chicharrones). En muchas
ocasiones la comida chatarra y el refresco es el único alimento que consumen durante su
jornada laboral.
En entrevista con la oficial Catia, estuvimos hablando sobre las jornadas laborales y
cómo es trabajar en la vía pública. Al preguntarle si disponía de tiempo para comer, Catia
respondió que podían pedir <<R5>>, es decir, permiso para ir a comer. Dependiendo de la
carga de trabajo consideraban si tenían suficiente tiempo como para comer una comida
completa (menú de comida corrida) pero si había mucho trabajo solo compraban comida
chatarra “Un refresco y unas papas o galletas71”.


71 Entrevista realizada a la oficial Catia, abril de 2014

66
Catia me comentaba que algunas veces cuando ella y su compañero se llevaban
comida a la patrulla y comían ahí, la gente que pasaba cerca los miraba despectivamente o a
veces los insultaban “¡Míralos, no hacen nada, se la pasan comiendo!”, “¡Pinches
puercos!72”.

En una ocasión hablando con el oficial Armando, pregunándole sobre su rutina de


trabajo; en algún momento tocamos el tema de la alimentación y los horarios de comida
durante el turno. Al respecto él me comentaba:

No hay horario asignado, la verdad uno comía donde a veces le


alcanzaba el dinero o a veces por tiempo no comía uno, o comía
más tarde. No tenemos una alimentación adecuada ni balanceada,
generalmente lo más práctico al estar en la calle, pues temprano, un
tamal, un atole. A veces nada más una torta y para llevar, y sobre
el camino uno va comiendo73.
Durante mi trabajo de campo pude enterarme de que una razón frecuente por la que
usualmente los policías auxiliares se retiran del trabajo pensionados, es por padecer
enfermedades crónicas, particularmente diabetes tipo 2. El consumo constante y en grandes
cantidades de carbohidratos y azúcares son factores de peso para desarrollar resistencia a la
insulina y posteriormente diabetes.

Como puede apreciarse la mala alimentación en los policías está fuertemente


arraigada a las condiciones y horarios de trabajo, pero también al hecho de recibir salarios
sumamente precarios que los llevan a consumir alimentos ricos en azúcares y carbohidratos
que cuesten poco y los mantengan “despiertos” durante amplias jornadas de trabajo. La
oficial Silvia me comentaba en una entrevista que al hacer rondas con su compañero
durante todo el día en un perímetro asignado, comían chatarra y que en algunos comercios
les regalaban alimentos. Me platicó que los empleados de una pizzería les pedían a ella y a
su compañero que pasaran por su local a la hora del cierre para evitar ser asaltados, a
cambio les regalaban pizza.

Durante el periodo de trabajo de campo, comer juntos –los policías y yo- era
frecuente, generalmente yo trataba de llevar comida para compartir, y también ellos me
compartían de los guizos que preparaban en sus casas. El oficial Arturo nunca dejaba que


72 Entrevista realizada a la oficial Catia, abril de 2014
73 Entrevista realizada al oficial Armando, diciembre de 2015

67
yo le invitara la comida, solía decirme “No, no gastes tu dinero, yo te invito a comer74”
(situación que me apenaba pero que finalmente acepté porque él me permitía llevar el
postre). Un hecho curioso es que cuando yo invitaba a comer a los policías para realizar las
entrevistas difícilmente dejaban que yo pagara, después de insistir finalmente algunos
cedían. Para mí llevar comida o invitarlos a comer era una forma de retribuir su
colaboración durante mi investigación, también ponía atención en los aspectos que para
ellos y ellas eran importantes, como sus hijos e hijas; al respecto yo conseguía información
sobre becas escolares que pudieran interesarles o empleos. También escuchaba atenta sus
problemas personales y preocupaciones; ellos también me escuchaban.

Las cuotas y compras de plazas

Mucho se habla sobre la corrupción, casi cualquier persona suele relacionar a los policías
con la corrupción en donde están implicados civiles y oficiales, pero son menores las
versiones que hablan sobre la corrupción en las Corporaciones policiales mexicanas como
una problemática que es parte de un sistema jerárquico. Un tema que surgió de forma
recurrente durante mis pláticas informales con policías fue el de las cuotas establecidas por
los comandantes(as) de los destacamentos, mismas que a su vez son pedidas por los jefes de
sectores, consecutivamente hasta llegar a los mandos más altos de la P.A.
Aunque el tópico principal de la presente investigación no es el de la corrupción,
esto fue algo que apareció constantemente como parte de las condiciones laborales al
interior de la Policía Auxiliar y por supuesto, un aspecto que está presente al entablarse
relaciones de poder entre jóvenes y policías.
Algo que genera malestar entre las y los policías es el hecho de tener que dar dinero
para poder trabajar. No fueron pocos los policías que dijeron que al finalizar su preparación
policial se percataron de que la realidad en las calles de la Ciudad de México sería muy
distinta a los escenarios planteados por sus instructores, aunque también mencionaban tener
conocimiento previo sobre la corrupción circundante al trabajo de la gran mayoría de
policías capitalinos. Desde un inicio los policías deben integrarse a un sistema laboral que
permite, incentiva y en algunos casos, justifica, la corrupción dentro y fuera de la


74 Comida con el oficial Arturo, noviembre de 2015

68
Corporación, como sucede en los Ministerios Públicos, Juzgados Cívicos y al tratar con la
ciudadanía en la vía pública.
Conversando con la oficial Catia me comentaba que “En la Policía todo es dinero,
todo cuesta75” haciendo referencia a que había cuotas previamente establecidas a su llegada
a la Policía, éstas iban desde el armero hasta el comandante de destacamento y el jefe de
sector.
Yo le preguntaba cómo y en qué momento fue que se percató de que existían cuotas
que debía cubrir para trabajar en la Policía, cuando fue patrullera tenía que dar una cantidad
establecida por el comandante.
Desde el principio tenía que dar dinero para tener un mejor equipo,
chalecos, armas. Podías darle a un Gama o un Delta $50.00 o
$100.00 quincenales…El arma, las balas y el chaleco se quedaban
en armería al terminar el turno. Si querías que no te dieran un
chaleco sudado o una mejor arma tenías que dar dinero al de
armería76.

En una primera entrevista con el oficial Armando realicé algunas preguntas relacionadas
con su trayectoria laboral como policía en donde surgió el tema de las cuotas requeridas por
comandantes para poder hacer su trabajo. A continuación presento un fragmento de aquella
entrevista:
QueríaServir a la sociedad, apoyar a la gente, agarrar delincuentes,
no ser corrupto…había mucha corrupción en esa época y no era
fácil agarrar delincuentes.
Siempre estuve luchando con los comandantes porque nos pedían
dinero, entonces mejor metía más remisiones. Nos pedían $150.00
por turno por traer patrulla, si no dabas dinero te mandaban a los
servicios más feos. Yo metía trabajo, hacía remisiones para que no
me pidieran dinero77.

En una ocasión, platicando con el oficial Roberto, me comentaba que ha desempeñado


diferentes actividades como policía, desde ser pie-tierra (policías que hacen rondas y
resguardan un perímetro determinado a pie), patrullero en automóvil y en motocicleta, hasta
ser intramuros (que resguarda las instalaciones de un edificio, banco, instituto, etcétera). De
acuerdo con Roberto, cuando fue patrullero tenía que dar una cuota estipulada por el

75 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre de 2015
76 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre de 2015
77 Entrevista realizada al oficial Armando, noviembre de 2015

69
comandante de sector; además los gastos de reparación y la gasolina corrían por su cuenta,
ya que aunque hay un presupuesto para ello, el dinero asignado es insuficiente, por lo que
los oficiales se ven obligados a cubrir estos gastos por cuenta propia. También hay cuotas
para el equipo que usan:
Te piden dinero para todo, para armas, si quieres equipo nuevo te
cuesta, vas con el armero para que te de un chaleco nuevo y te
cuesta78.

Un tema que provoca un malestar generalizado entre los miembros de la policía es


el hecho de que existan jefes que hayan comprado su plaza, o que por relaciones de
parentesco o de compadrazgo hayan podido ascender rápidamente.
Hablando con la oficial Iliana sobre las cosas que le agradan y aquellas que le
disgustaban de trabajar en la Policía Auxiliar ella me decía que varios son los aspectos que
le desagradan de ser policía, entre ellos están el nepotismo y la compra de plazas:
Que entran comandantes porque es mi hijo; que porque conocen a
tal comandante ya lo ponen de comandante por ser familiares. Un
comandante hace poco dejó a su hijo que tiene 25 años de edad y es
policía raso, ¿qué va a saber él a su edad?
Hay comandantes que no saben nada, pero tienen los 15 mil y los
recuperan en dos quincenas79.

En una plática informal con el oficial Armando, este me comentaba que fue
removido de su cargo por no querer pagar la cuota que le pedía su jefe para conservar su
trabajo en el lugar en el que laboraba anteriormente, en su lugar fue colocada una persona
que pagó por la plaza de Armando. Igualmente me comentaba que es común el «préstamo
de grados» entre aquellas personas que compran su plaza o que la obtienen por nepotismo.
Es decir, que teniendo grados de policía menores, como por ejemplo policía raso, se les
presta un grado que no tienen, para de esta manera poder justificar la nueva posición
jerárquica.
Al respecto, el oficial Javier expresaba su descontento con esta situación:
Creo que todos los comandantes tienen familiares dentro de la
Policía Auxiliar y al mes de haber causado alta ya están en los
mejores servicios y bien pagados. … para estar en un buen
servicio y tener ascensos hay que estar bien con el jefe, no

78 Entrevista realizada al oficial Roberto, febrero de 2016
79 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016

70
importando tu trabajo. Actualmente parece que para los asensos se
pide la preparatoria.80

Los –precarios- servicios de salud


Una preocupación constante entre los oficiales de policía es la del riesgo que conlleva su
trabajo, aunado a esto está la posibilidad de perder la vida o quedar lesionados
permanentemente e imposibilitados para trabajar. Gran parte de este miedo está
fundamentado en que los servicios de salud son de mala calidad, pues la Policía Auxiliar no
recibe atención médica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores
del Estado (ISSSTE) ni en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sino que se
hace mediante empresas privadas que ganan el concurso de licitación para brindar estos
servicios a los miembros de la P.A.
La mayoría de los entrevistados dijeron sentir desconfianza de ser atendidos en las
clínicas privadas, pues han tenido malas experiencias personales o han sabido de
compañeros que han recibido una mala atención en estos lugares. A continuación presento
fragmentos de testimonios que hablan sobre esta problemática:
Nosotros no estamos afiliados a ningún seguro de gobierno,
ISSSTE o IMSS. No contamos con ningún fondo para vivienda. El
servicio médico con el que contamos es un servicio particular. Las
clínicas que nos dan servicio son contratadas solamente por cierto
tiempo y vuelven a licitar para que la corporación o la asociación
civil que está dentro de la Policía de el visto bueno para ver qué
clínica les conviene a ellos, porque a nosotros estos movimientos
nos afectan demasiado…No tenemos una continuidad para algún
procedimiento81

También existen irregularidades al interior de estas clínicas privadas, como por


ejemplo con los medicamentos, que de acuerdo con el oficial Roberto, estos son de mala
calidad y en algunos casos no se los entregan:
Nos dan los medicamentos más chafas… La tranza con los
medicamentos, te hacen una receta y te dicen que firmes un papel
para quedarse ellos el medicamento y venderlo por fuera82.


80 Entrevista realizada al oficial Javier, septiembre de 2015
81 Entrevista oficial Javier, septiembre de 2014
82 Entrevista oficial Roberto, julio de 2015

71
En alguna plática informal el oficial Manuel me comentaba que tenía miedo de
tener que recibir alguna intervención quirúrgica porque posiblemente estaría en riesgo su
salud y su vida “A un compañero lo operaron y quedó peor de como estaba … quedó
todo chueco de las rodillas…ya no puede trabajar83”
Por su parte, la oficial Silvia me comentaba su mala experiencia en torno a los
servicios médicos:

Mi papá murió ahí, si no eres el titular te tratan de la chingada. Y


nunca estaba la pinche pastilla que mi papá necesitaba para el
corazón. Un compañero se murió porque le diagnosticaron gastritis
y era la vesícula, se le reventó y se murió.
Cuando me dio salmonela y nadie sabía en el hospital qué era,
tuve que ir a un privado de por mi casa y la doctora enseguida supo
que era salmonela. En el Hospital Obregón me dijeron que era
estrés, que eran los triglicéridos, o que estaba embarazada.
A una compañera le pegaron bien feo y ahí le quitaron el ojo y ya
no salió de ahí, se murió ahí en el Obregón84.
De armas que no disparan y chalecos que no paran balas
En una entrevista con el oficial Roberto, yo le preguntaba lo que pensaba sobre el equipo de
trabajo
… a veces hay situaciones en que no se puede combatir el crimen
con el revolver calibre 0.38 especial, es el equipo de cargo que le
dan al policía. Estás combatiendo ciudadanos bien hijos de la
chingada. Los chalecos a veces los comandantes los venden a los
que venden el equipo. Según el gobierno nos da chalecos pero no
nos dan nada85.
En una ocasión la oficial Catia y el oficial Manuel me comentaban respecto al
equipo de trabajo que la mayoría de los chalecos con los que usan están caducados.
También que es usual que la Secretaría de Seguridad Pública no surta suficientes chalecos,
razón por la cual la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en ocasiones da chalecos
del ejército para que los usen los policías, sin embargo esto presenta el inconveniente para
los oficiales de que en caso de fallecer durante su trabajo por algún incidente violento, por
ejemplo ser baleado, el seguro de vida no opera en caso de que el oficial portara un chaleco
que no pertenece a la Secretaría de Seguridad Pública. Al entrevistarme con el oficial


83 Entrevista oficial Manuel, octubre de 2015
84
Entrevista oficial Silvia, enero de 2016
85
Entrevista oficial Roberto, diciembre de 2015

72
Humberto sobre este tema yo le pregunté su opinión en torno al equipo que usan durante su
trabajo, y si creía que éste era suficiente para cubrir sus necesidades laborales.
Las pistolas a veces se traban. Los chalecos antibalas, la mayoría
están caducados, ahora les están borrando la fecha de caducidad
para que no se sepa.
Hay que invertirle, pero no se hace, los chalecos son muy pesados,
pesan aproximadamente cuatro kilos. Yo tengo desviada la columna
por el chaleco, y otros compañeros también.
Los chalecos sólo protegen de balas de armas de bajo calibre, las
balas atraviesan los chalecos como gelatina, los delincuentes usan
armas de mayor calibre86.

El oficial Arturo me comentaba que hay ocasiones en que las armas de fuego que la
Corporación les da no están en buen estado y que se traban al disparar.
Muchas armas están ya mal, no funcionan o nos dan una cantidad
menor de cartuchos.
Y no se pueden accionar hasta que no nos agredan y nos disparen.
No, sí hay muchos chalecos que están viejos, la vida útil de un
chaleco son cinco años nada más… la misma Secretaría de
Seguridad Pública recoge los chalecos y los renueva, pero hay
ocasiones en que se tardan hasta medio año en recoger ya los
chalecos caducos87.

Un eufemismo llamado flexibilidad laboral

Para Florence Rosemberg el capitalismo voraz, ese que consume todo para sí mismo, y la
globalización son los principales responsables de la violencia sistémica “…esta violencia
ya no es atribuible a individuos concretos y a sus “malvadas” intenciones, es puramente
“objetiva”, sistémica, anónima” (Rosemberg, 2014:23). La violencia sistémica no es
fácilmente identificable, pues se inscribe dentro de una abstracción, no es un sujeto u objeto
concreto quien ejerce la violencia, sino un sistema mundial.
La violencia sistémica se vuelve difusa, difícil de identificar claramente porque es
parte de una cotidianidad sutilmente violenta, que es parte de un sistema económico
mundial; autor del enriquecimiento de unos cuantos a costa de la pauperización y
disminución de la calidad de vida a nivel global.


86 Entrevista oficial Humberto, febrero de 2016
87 Entrevista oficial Arturo, diciembre de 2015

73
El ámbito laboral es pieza clave del neoliberalismo, puesto que el adelgazamiento
del Estado le cede al sector privado sus antiguas obligaciones y le otorga la posibilidad de
decidir sobre la modalidad de contratación de los asalariados. La flexibilidad laboral está
fuertemente arraigada al neoliberalismo porque este sistema económico le permite a las
empresas privadas contratar y despedir empleados con mayor libertad que antes. Como
consecuencia de esta tendencia del capitalismo mundial las prestaciones sociales de los
trabajadores se ven como privilegios y no como derechos. En este contexto la posibilidad
de generar antigüedad laboral –y por tanto tener derecho a una pensión y jubilación- se
diluye, puesto que las nuevas modalidades de contratación establecen periodos cortos de
trabajo que no permiten tener estabilidad económica ni emocional a las y los asalariados; a
esta modalidad de contratación temporal sin prestaciones de ley se le conoce como
flexibilidad laboral.

Aunque la mayoría de las y los oficiales que colaboraron en la presente


investigación tenían más de diez años de antigüedad en la Policía Auxiliar, las nuevas
generaciones de policías no tienen las mismas condiciones de contratación, puesto que las
nuevas modalidades de contratación temporales son de tres o seis meses como máximo;
esto se hace con la finalidad de evitar que los recién ingresados generen antigüedad.

CAPÍTULO 2. CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE JUVENTUD

2.1. La conceptualización de la juventud desde diferentes perspectivas

74
La conceptualización de juventud resulta indispensable para el estudio del grupo de
personas que conforman la unidad social de análisis de la presente investigación; se
requería conocer las características particulares que conforman a estos individuos en sus
propios entornos laborales, académicos, familiares, etcétera, que permitan conocer a
profundidad quienes son, sus expectativas y aspiraciones.
Los criterios de diferenciación social primigenios fueron y continúan siendo (ahora
se añaden otros más) la generación y el sexo, estas diferencias han sido aprovechadas
históricamente, tanto en sociedades con Estado como aquellas sin una organización estatal,
para el establecimiento de relaciones asimétricas, es decir, de poder. Existen varios
elementos que se ponen en juego en esta especie de encrucijada entre los adultos y los
jóvenes, siendo la primera de ellas la experiencia; el manejo, control y distribución de los
recursos, la independencia económica y el conocimiento. Una de las primeras, si no es que
la primer forma de asimetría social, es aquella que se desarrolla en la familia de manera
generacional: de padres y madres a hijos e hijas; de abuelos/as hacia los nietos; de tíos
hacia sobrinos; incluso de hermanos más grandes hacia los más pequeños. Luego, otra
asimetría se encuentra en espacios de disciplinamiento y educación académica, como la
escuela. Después en términos más abstractos y amplios están los gobiernos, éstos tienen a
sus representantes de carne y hueso, personas quienes se desempeñan en las diferentes áreas
que el Estado debe atender para administrar una nación. Entre estos representantes se
encuentran las y los policías, que en México existen como una figura ambivalente
altamente estigmatizada (el servidor público que ayuda/perjudica). Ellos tienen el deber de
cumplir con una serie de tareas para conservar la paz y el orden público, así como brindar
seguridad; para ello la Secretaría de Seguridad Pública los capacita e instruye para que en la
vida cotidiana efectivamente –al menos en teoría– cumplan el objetivo para el cual se les
prepara. De manera adicional el gobierno mexicano les dota de autoridad88 y fuero para
llevar a cabo las acciones necesarias para lograr su cometido. Sin embargo, en la
cotidianidad se desarrollan escenarios en donde se encuentran policías y jóvenes, en los que
las diferencias existentes entre unos y otros se acentúan, se hacen visibles y en algunos
casos se transforman en asimetrías.


88 Más adelante hablaré sobre cómo es percibida la legitimidad en la autoridad policial en el

caso particular de la policía de la Ciudad de México.

75
Hablar de relaciones de poder entre jóvenes y policías implica hablar sobre
diferencias generacionales, de clase social, de índole académica, de género e incluso de
etnia y apariencia física que pueden fungir como potenciales instrumentos para ejercer el
poder o anularlo. En las relaciones de poder entre jóvenes y policías estos últimos tienen, a
diferencia de los jóvenes, autoridad conferida por el Estado, mayor experiencia, y
generalmente, si no es que siempre, mayor edad (aunque también hay policías jóvenes);
aspectos que constituyen diferencias históricas transformadas en asimetrías respecto a los
jóvenes.
A propósito de éstas diferencias naturales transformadas socialmente en asimetrías
Georges Balandier plantea que sirven para establecer jerarquías de unos frente a otros ya
sea por diferencia sexual o generacional, en muchos casos, ambos:
Subsisten contradicciones respecto a la naturaleza de las
desigualdades que es preciso considerar para caracterizar dicha
noción. Las llamadas desigualdades naturales, basadas en las
diferencias de sexo y edad, pero «tratadas» por el medio cultural
dentro del cual se expresan, se manifiestan a través de una jerarquía
de posiciones individuales que sitúa a los hombres en relación con
las mujeres, y cada uno de estos en su grupo según su edad
(Balandier, 1969: 92-93).

Históricamente las divisiones sociales han sido de sexo y generación, cosa que ha
determinado su asignación al trabajo, diferenciado este por atribuciones de género. Estamos
hablando aquí de diferencias biológicas convertidas en discrepancias sociales y
transformadas en asimetrías –es decir, en relaciones de poder- arraigadas a la cultura (y de
forma recurrente justificadas por esta última). A propósito del género y la juventud, Maritza
Urteaga señala que:
No son categorías neutras, conforman tipos específicos de
diversidades y desigualdades producto de relaciones sociales y de
poder históricamente constituidas en cada país y región; y son
usadas como herramientas para regular y normar asimétricamente
las relaciones humanas. Son construcciones culturales que refuerzan
la creación de jerarquías de poder, asignaciones de status o
diferencias de ingresos que a través de complejos sistemas de
diferenciación y distinción, parecen justificar constantemente la
subordinación y marginalidad de unas o unos con respecto a otros
(Urteaga, 2012: 6).

76
Este último aspecto me parece medular en tanto que al momento de entablarse
relaciones de poder existe un trato diferenciado de policías varones hacia las mujeres y de
hombres jóvenes hacia mujeres policías. También está presente una concepción
diferenciada sobre la mujer policía desde las y los jóvenes en relación a la manera en cómo
éstas se desempeñan laboralmente, la mayor parte de las opiniones de los jóvenes respecto
de las mujeres policías apuntaban a que éstas son más disciplinadas y estrictas que los
hombres, y en algunos casos como “menos corruptas” y en algunas ocasiones como “más
cabronas” en comparación a los hombres. Por otro lado está latente el aspecto de los abusos
sexuales cometidos hacia mujeres durante los cacheos policiales en años anteriores y la
actual prohibición de cacheo de policías varones hacia mujeres por la razón ya antes
mencionada. En el último capítulo hablaré sobre esto más a profundidad.
No existe un consenso en el ámbito antropológico respecto a la categoría
«juventud», puesto que la gran diversidad étnica, cultural, política, económica propia de los
países en los que se desarrollan los jóvenes a nivel global hace imposible encasillarlos a
todos dentro de una misma categoría. De igual manera apegarse únicamente a criterios
biologicistas para lograr su categorización resulta insuficiente porque aunque existen rasgos
anatómicos y fisiológicos distintivos que pueden ayudar a indicar la etapa biológica en la
que se encuentra una persona, no hay que olvidar que el concepto de juventud es una
construcción social que varía entre sociedades y contextos. Se han llegado a suscitar
confusiones entre los conceptos de adolescencia y la juventud, puesto que mientras que el
segundo tiene relativamente poco tiempo de haber sido utilizado más ampliamente en la
literatura en las ciencias sociales y humanas, el primero es aún más reciente. Sin embargo,
los rasgos biológicos que se tornan evidentes durante la adolescencia la hacen más
fácilmente identificable en comparación a la juventud. Esto se debe al desarrollo de los
caracteres sexuales secundarios en varones: crecimiento de vello facial, púbico y axilar,
aumento de la musculatura, aparición de la manzana de Adán; mientras que en las niñas se
suscita: la menarquia (primer menstruación), crecimiento mamario, ensanchamiento de
cadera, aparición de vello púbico y axilar desde la pubertad, que marcan el tránsito de la
niñez a la adolescencia ocasionada por un aumento hormonal de andrógenos y estrógenos
respectivamente (Muñoz Calvo y Pozo Román, 2011). De acuerdo con José Antonio Pérez
Islas, la adolescencia está “…marcada centralmente por procesos bio-psiclógicos

77
individuales bastante definidos y, la segunda (la juventud), conformada por procesos
históricos, sociales, culturales, políticos y económicos que la producen, diferenciadamente
como grupo específico y, por lo tanto, no con bordes tan claramente definidos” (Pérez Islas,
2004:17).
Por supuesto, aspectos como lo son la cultura, los ritos de paso, las
consideraciones jurídicas y/o el derecho consuetudinario, la educación académica y las
oportunidades laborales (y claro, la edad de integración al trabajo), marcan un hito a partir
del cual una persona puede ser considerada por las instituciones, la gente que le rodea y por
sí misma como adulta.
Es necesario recordar que los parámetros mediante los cuales se establece la adultez
en sociedades «complejas» (complejas por contar con una organización estatal), a
diferencia de las sociedades «simples» (no por ello menos intrincadas, que cuentan con
organización territorial y política diferente a las estatales) están muy relacionados a la edad
cronológica, es decir, la edad medible en años. Cosa que se explica por los requerimientos
burocráticos de las instituciones gubernamentales hacia las personas, que les dota de una
identidad ciudadana: acta de nacimiento, de defunción, registros escolares, credencial para
votar, etcétera.
Según Florence Rosemberg, en cada sociedad del mundo las edades marcan la
pauta para para la asignación de derechos y obligaciones que se correlacionan al estatus
social. Los ritos de paso, pasos de la vida, ceremonias y ritos provocan transformaciones en
las personas y en el estatus social que tienen en el lugar al que pertenecen (Rosemberg,
2013)
Otra perspectiva la da Juventud, Autoridad y violencia (1982) de Jorge Oroz Ibarra,
Víctor Novoa Cota y Fernando Villafuerte. Su propuesta inicial desde el psicoanálisis,
considera a las pulsiones humanas como una de las codeterminantes de las conductas
violentas entre los jóvenes. Sin embargo, también contempla el contexto histórico de
México y la injerencia que tienen las transformaciones de las condiciones económicas del
país, que en consecuencia impactan de manera devastadora a las y los jóvenes mexicanos.
El lugar de la autoridad convertida en autoritarismo se contextualiza en los movimientos
sociales de los que fueron partícipes, en su mayoría, jóvenes. La modernidad capitalista y
las nuevas políticas económicas acordes al neoliberalismo, resultan para los autores las

78
responsables en grandísimas proporciones de la ausencia de bienestar para la juventud
nacional.
Continuando en el ámbito de las ciencias sociales, en su texto Maritza Urteaga
titulado La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos (2011)
explora todos aquellos elementos que intervienen en la construcción social de la categoría
‹‹juventud›› y sus representaciones sociales; pero también de la resignificación de la
misma, desde el periodo histórico industrial- postindustrial, hasta el del México actual. El
ámbito en el que se desenvuelve su unidad social de análisis es el de la ciudad; en este lugar
convergen los (privilegiados) adultos y los jóvenes –estos últimos con una infinidad de
particularidades que los diferencian entre sí- indígenas que han migrado desde su lugar de
origen, los nacidos en la ciudad, aquellos que pertenecen a tribus urbanas…
Por otro lado, pero siguiendo la misma línea del tema tocante a los jóvenes se
encuentran varios autores y autoras de las disciplinas antropológica y sociológica. Rossana
Reguillo en Los Jóvenes en México (2010) habla sobre la emergencia de los jóvenes en el
ámbito público durante la segunda mitad del siglo XX. Fenómeno que en gran parte se
explica por la participación del sector juvenil en los movimientos sociales. La autora
expone las turbulencias económicas y políticas en la vida nacional que desde finales de la
década del sesenta tienen repercusiones importantes para este sector, las cuales
contribuyeron al surgimiento de los jóvenes como un segmento de la población que
reclamaba derechos y espacios como ciudadanos emergentes.
Por su parte, José Manuel Valenzuela en El futuro ya fue. Socioantropología de l@s
jóvenes en la modernidad (2009), hace un estudio sobre la categoría juventud, misma que
se caracteriza por su ambigüedad; en ella confluyen aspectos heterogéneos como lo es la
economía, la esperanza de vida, particularidades de la clase social a la cual se
pertenece…En la presente obra, Valenzuela le reserva un lugar significativo a las
identidades y culturas juveniles. También da especial relevancia a la vulnerabilidad de la
juventud latinoamericana ante la ausencia de la generación de proyectos que promuevan la
integración y participación juveniles.
Un aspecto que es importante destacar es el hecho de que existe una diferencia entre
la división de las edades, Carles Feixa retoma a Bernardi para explicar la discrepancia entre
la edad psicológica y la edad estructural:

79
Es obvio que la edad como condición natural no siempre coincide
con la edad como condición social. Bernardi (1985:1) distingue, en
este sentido, entre edad psicológica (que mide el desarrollo
cronológico de un individuo desde su nacimiento hasta el presente)
y edad estructural (que mide su capacidad para desarrollar ciertas
actividades sociales, lo que se traduce en ritos de paso como la
iniciación o en lindes legales como la mayoría de edad o la
jubilación). No debe confundirse la edad como ciclo vital (que
define los grados de edad por los cuales han de pasar los miembros
individuales de una cultura) con la edad como generación (que
agrupa a los individuos según las relaciones que mantienen con sus
ascendientes y sus descendientes y según la conciencia que tienen
de pertenecer a una cohorte generacional (Feixa,1996: 2-3)

Tampoco se debe olvidar que existe una diferencia, como lo hace notar Feixa
(1996), entre la edad como una «condición social» y la edad como una «imagen cultural»,
mientras que la primera le da status y roles sociales diferenciados, la edad como imagen
cultural les da a los sujetos valores, significados y estereotipos.
Un trabajo de la autoría de Rossana Reguillo con relación a la juventud mexicana
está contenido en Jóvenes en la encrucijada contemporánea: en busca de un relato futuro
(2013); este artículo parte de una serie de preguntas iniciales para intentar comprender
quienes son los jóvenes ahora y el lugar que ocupan en el mundo: “¿Qué significa ser joven
hoy? ¿Cuáles son los territorios, los deseos, los miedos, las apuestas, las alianzas, las
prácticas en las que se despliegan sus anhelos?” (Reguillo, 2013:137). Siguiendo estos
cuestionamientos, hace una reflexión sobre las distintas razones que explican por qué el
futuro prometido jamás será alcanzable para la gran mayoría de las y los jóvenes. La
delegación de las responsabilidades del Estado a empresas privadas, que trae como
consecuencia una minimización de políticas públicas en beneficio de la población joven, la
globalización de la cultura, aunada a una polarización entre pobres y ricos que va de la
mano con el grado de acceso que se tiene a la tecnología, genera un distanciamiento y la
imposibilidad de integrarse a la sociedad que los rodea.
Los Jóvenes, la violencia y la interacción con la policía en la Ciudad de Arturo
Alvarado y Gabriela Figueroa (2014), realizan una investigación en torno a las
interacciones que entablan jóvenes de tribus urbanas, grupos y clases sociales con la policía
metropolitana, así como la incidencia de la violencia siempre presente en estas
interacciones.

80
En el ensayo titulado Del reloj de arena al reloj digital. Sobre las temporalidades
juveniles(2003), Carles Feixa por medio de la metáfora del reloj propone una forma de
identificación de los estadios sociales que se atraviesan para llegar a la adultez, aquí señala
que aquello que él denomina como «culturas juveniles» puede ser leído en dos dimensiones
que se complementan: primero, desde las «condiciones sociales» “entendidas como el
conjunto de derechos y obligaciones que definen la identidad de cada individuo en el seno
de una estructura social determinada, las culturas juveniles se construyen con materiales
provenientes de las identidades generacionales, de género, clase, etnia y territorio” y en
segundo término, desde lo que él llama: «las imágenes culturales» “conjunto de atributos
ideológicos y simbólicos asignados y/o apropiados para cada individuo, las culturas
juveniles se traducen en estilos más o menos visibles, que integran elementos materiales e
inmateriales heterogéneos, que pueden traducirse en formas de comunicación, usos del
cuerpo, prácticas culturales y actividades focales. Las condiciones sociales se configuran a
partir de una interacción básica entre cultura hegemónica y culturas parentales” (Feixa,
2003:8-11).
De este modo, Feixa deja claro que existe una heterogeneidad intrínseca a la
condición del ser joven, misma que puede ser leída desde la cultura y desde la vida
material. El autor deja ver cómo coexisten y se retroalimentan las «imágenes culturales» y
las «condiciones sociales», siendo éstas generales y particulares a la vez, en otras palabras,
ambas dimensiones existen en todas las sociedades, sin embargo, tienen particularidades
que las distinguen de entre el conjunto de sociedades, diferencias que van más allá de
aquellas que pueden ser encasilladas como capitalistas/industriales y las otras como
simples/no capitalistas o socialistas, puesto que al interior de las mismas sociedades
capitalistas y de las no capitalistas se encuentran discrepancias concernientes a los aspectos
materiales, culturales, étnicos, políticos, de clase, etcétera.

2.2. Los y las jóvenes de Tlalpan: quienes son y sus contextos

El presente trabajo de investigación se realizó con jóvenes de 21 a 27 años de edad que


residen en la delegación Tlalpan, ubicada al sur de la Ciudad de México. Su superficie
territorial es superior al de las otras 15 demarcaciones de la Ciudad de México, contando

81
con un total de 312 km². De acuerdo con el censo poblacional realizado por el INEGI en
2010, Tlalpan contaba en aquel entonces con 650,567 personas (INEGI, 2015).
Esta delegación tiene colindancia con las delegaciones Magdalena Contreras,
Álvaro Obregón y Coyoacán –ubicadas al norte del Distrito Federal-; al sur con los
municipios de Huitzilac en el estado de Morelos y Santiago Tianguistenco en el Estado de
México; mientras que al oriente colinda con Xochimilco y Milpa Alta. En el lado poniente
colinda con la delegación Magdalena Contreras (Tlalpan, GDF, 2015)

Mapa 1. Ubicación de la delegación Tlalpan

Fuente: http://empresas-de-seguridad.mx/Images/MX/map_MexicoCiudad_Tlalpan.gif

Aún hoy en día los antropólogos mexicanos continúan indagando sobre temas que
han sido ampliamente estudiados; predominan los trabajos cuyas unidades sociales de
análisis están constituidas por sectores marginados, mismos que son discriminados por
otros grupos sociales, así como por las instituciones gubernamentales. En consecuencia
estas personas viven circunstancias de exclusión social, económica y educativa, por lo tanto
tienen un margen muy limitado de movilidad social ascendente. Decidí llevar a cabo ésta
investigación con la colaboración de jóvenes de clase media porque aunque se ha indagado
sobre las diversas formas de juventud mexicana, la mayor parte de estos trabajos se
focalizan en jóvenes que viven en contextos de exclusión socioeconómica, laboral y
educativa. Esto, paradójicamente deja al margen a jóvenes de otras clases sociales, se hace

82
a un lado la problematización de las circunstancias que atañen a jóvenes que no viven en
una evidente situación de desventaja económica, de salubridad, educativa y/o laboral. Los
trabajos realizados con grupos en situaciones de marginación social son muy importantes
para entender, problematizar y buscar posibles soluciones a una multiplicidad de problemas
de la vida nacional, sin embargo, parece ser que en el ámbito antropológico en ocasiones se
ponderan grupos sociales y problemáticas por encima de otros que no son menos
importantes que los primeros.
¿Acaso será que las y los antropólogos sufrimos de una fascinación insaciable por
aquellas otredades en desventaja frente a nosotros? ¿Quizá ésta atracción está guiada por
una noción de aparente superioridad y autoridad frente al otro –nutridas ambas por una
diferencia de clase, de educación académica, de ideología, de conocimientos o de estatus
económico-? Porque… ¿Quiénes somos nosotros estudiándolos a ellos? Somos personas
privilegiadas que analizan las desventajas sociales. Somos privilegiados por el hecho de
atravesar los filtros previos a la educación superior exitosamente y por haber tenido las
condiciones mínimas de estabilidad socioeconómica para superar esas barreras y culminar
una licenciatura.
Suele decirse en el ámbito antropológico que conocer al otro es también
reconocerse a sí mismo, ¿pero será que las y los antropólogos somos incapaces de
reconocernos frente a los que nos son más semejantes o más bien, frente a quienes no
podemos establecer relaciones potencialmente asimétricas a nuestro favor, como sucede
con la clase media y la clase alta del país?
Los jóvenes que colaboraron en esta investigación no pueden ser agrupados dentro
de una misma categoría porque presentan una gran cantidad de diferencias entre sí, éstas
van desde discrepancias de grado académico hasta otras tantas que tienen que ver con el
uso de ciertas expresiones del lenguaje y aspiraciones personales, estilos de vida y
composición familiar. Sin embargo, también hay algunas similitudes entre ellos, como lo
son el rango de edad, los procesos educativos y laborales en los que se encuentran, así
como la clase social89 que corresponde al estrato socioeconómico C o clase media. Entre las


89 Para mayor información sobre la distribución de los niveles socioeconómicos en México, se

puede consultar: http://www.amai.org/NSE/NivelSocioeconomicoAMAI.pdf y el trabajo


realizado por el INEGI 2010 “Cuantificando la clase media en México: Un ejercicio
exploratorio”

83
características que conforman los hogares de la clase media según el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) están: contar con una computadora; la cabeza del hogar
tiene nivel mínimo de escolaridad de nivel medio superior; gasta $4,380.00 trimestrales en
alimentos y bebidas fuera de casa; los hijos asistan a una escuela pública; la vivienda sea
propia o se esté pagando con recursos de la familia o de interés social (INEGI, 2010).
Los datos que enuncia el INEGI para tipificar a la clase media mexicana son
adecuados porque muestran una serie de características generales sobre este estrato
socioeconómico, es decir, que nos dan información tocante a ingresos destinados al
consumo de bienes y servicios, alimentación, vivienda, etcétera. No obstante, existen
aspectos que trascienden al poder adquisitivo de los estratos sociales y cuyas características
los hacen particulares, como son la ideología, la constitución familiar, el lugar de
preparación académica y el bagaje cultural.
No pueden dejarse de lado las condiciones materiales de existencia y las relaciones
productivas a las cuales está arraigada la «superestuctura», ésta última es generadora no
solo de las formas jurídicas, políticas, religiosas… sino como señala Marx, de diferentes
tipos de conciencia social:
En la producción social de su vida, los hombres entran en
determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción, que corresponden a un determinado grado
de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. Estas relaciones
de producción en su conjunto constituyen la estructura económica
de la sociedad, la base real sobre la cual se erige la superestructura
jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social (Marx, 1989:7).

Es decir, la condición de ser joven está sujeta, entre otras cosas, a la clase social;
siendo esta última codeterminante del lugar que los jóvenes pueden ocupar en una sociedad
específica. No obstante, sería absurdo afirmar que las clases sociales tienen divisiones tan
tajantes (como si se tratase de antiguos estamentos); relacionadas a una perfectamente
diferenciada conciencia social, puntualmente atribuible a una clase social específica.
Aunque hay aspectos que diferencian a las personas que pertenecen a una clase social
determinada, sujetos de otro estrato socioeconómico pueden tener necesidades,
aspiraciones, gustos en común.

84
A propósito de la construcción conceptual de clase social, Pierre Bourdieu se
cuestiona sobre el discurso hecho desde la sociología, el cual propone la edificación teórica
del concepto de clase social como perfectamente compatible con la existencia empírica de
las clases sociales.
De acuerdo con Bourdieu (2000), cada definición de clase social planteada no puede
desligarse del contexto que le dio vida, el problema se vislumbra cuando se trata de aplicar
un modelo teórico -creado bajo circunstancias históricas específicas- indiscriminadamente,
sin tomar en consideración los cambios propios de las sociedades contemporáneas e
integrarlos al modelo en cuestión.
Ya tengan una base ocupacional como en nuestras sociedades o una
base genealógica como en las sociedades precapitalistas, los grupos
no están previa y definitivamente fundados en la realidad. E incluso
cuando se presentan a sí mismos con ese aire de eternidad que es el
sello de la historia naturalizada, son siempre el producto de un
complejo trabajo histórico de construcción…(Bourdieu, 2000: 114).

Por otro lado, se deben considerar aspectos menos evidentes que los que atañen al
nivel de ingresos y egresos de la clase media, me refiero a elementos intrínsecos a la cultura
y a la movilidad social; Bourdieu habla de la existencia de diversos «capitales»: en relación
con esto, él propone tres formas de capital:
Así, el capital económico es directa e inmediatamente convertible
en dinero, y resulta especialmente indicado para la
institucionalización en forma de derechos de propiedad; el capital
cultural puede convertirse bajo ciertas condiciones en capital
económico y resulta apropiado para la institucionalización, sobre
todo, en forma de títulos académicos; el capital social, que es un
capital de obligaciones y "relaciones" sociales, resulta igualmente
convertible, bajo ciertas condiciones, en capital económico, y puede
ser institucionalizado en forma de títulos nobiliarios (Bourdieu,
2000: 135-137).

Esta cita de Bourdieu resulta especialmente útil para poder hablar sobre la unidad
social de análisis que constituyen los jóvenes que participaron en la presente investigación.
Ya que el hecho de pertenecer y haber crecido en un ámbito de clase media les ha permitido
tener acceso a un nivel educativo elevado (en la mayoría de los casos), bienes materiales e
inmateriales que servirán para desarrollar su movilidad social a futuro, así como para
conservar su estatus socioeconómico y cultural, o incluso trascender a éste.

85
Cuando se habla de capital cultural se habla de él en un doble sentido: el capital
cultural como “inversión académica” y el capital cultural y social que se desarrolla al
interior de las familias, este último es tanto o más valioso que el académico. Esto se explica
porque el seno familiar otorga un entorno apropiado, así como el capital social necesario
para que las actividades académicas de los hijos puedan desarrollarse adecuadamente,
“…el rendimiento social y económico de la titulación académica depende del capital social,
igualmente heredado, que pueda ser movilizado para respaldarla (Ídem)”. Por supuesto,
tanto el capital social como el cultural van de la mano y no pocas veces son consecuencia
del capital económico, ya que sin las condiciones materiales suficientes el capital cultural y
social se desarrollarían de una manera muy diferente y seguramente no de la forma deseada
por los progenitores.
La mayoría de las y los jóvenes entrevistados refirieron haber estudiado desde la
educación preescolar hasta la media superior en escuelas particulares para posteriormente
continuar sus estudios de educación superior en universidades públicas.
En cuanto a la composición familiar, ésta es variada, algunos mencionaban provenir
de un núcleo monoparental (por muerte de la madre o del padre, o bien, por divorcio de los
padres), mientras que otros referían venir de un núcleo familiar con domesticidad común
conformado por padre, madre y uno o más hermanos.
En todos los casos tanto la madre como el padre son profesionistas: en su mayoría
licenciados o dueños de pequeñas y medianas empresas; aunque también hay quienes
ostentan un grado académico superior, maestría y doctorado.
Algunos de estos jóvenes se encuentran cursando las últimas materias de su carrera,
mientras que algunos realizan estudios de maestría; otros se integraron al campo laboral
antes de finalizar sus estudios o están cursando alguna licenciatura y tienen trabajos
eventuales; aunque también hay quienes no ostentan un grado académico de educación
superior.
Hace ya varias décadas desde que en su texto La juventud no es más que una
palabra (2002), Pierre Bourdieu declaraba que la categoría juventud lleva una fuerte carga
ideológica, en la que aunque están presentes aspectos biológicos, estos no son tan
significativos en su definición como sí lo son en cambio las relaciones de poder entre

86
jóvenes y adultos. De esta manera plantea que la categoría juventud es arbitraria, pues gira
en torno a la construcción social que se hace de ella desde la perspectiva adulta.
Esta estructura, que existe en otros casos (como en las relaciones
entre los sexos), recuerda que en la división lógica entre jóvenes y
viejos está la cuestión del poder, de la división (en el sentido de
repartición) de los poderes. Las clasificaciones por edad (y también
por sexo, o, claro, por clase…) vienen a ser siempre una forma de
imponer límites, de producir un orden en el cual cada quien debe
mantenerse, donde cada quien debe ocupar un lugar (Bourdieu,
2002:164).

Estos últimos parecieran empeñarse en acentuar las diferencias negativas que


caracterizan a la juventud frente a la adultez; para generar un referente que los desacredite
automáticamente como personas que cumplan con el perfil del sujeto que detenta el poder,
quien asume un conjunto de responsabilidades y privilegios que vienen con el estatus de la
adultez.
De esta manera Bourdieu plantea que la categoría juventud es arbitraria, pues gira
en torno a la construcción social que se hace de ella desde la perspectiva adulta. Aunque
también interviene el factor educativo, que marca la brecha en el tránsito de la juventud a la
edad madura, como un periodo de tiempo en el que se le permite a los jóvenes (los que
tienen estas posibilidades) prescindir de la obligación de trabajar, y se les exime de una
serie de responsabilidades que vienen con la adultez bajo la justificación académica.
Respecto a este último punto, los sociólogos Mario Margulis y Marcelo Urresti
señalan que no es sino hasta fechas relativamente recientes –siglos XVIII y XIX- que se
abre una brecha entre aquellos jóvenes occidentales que tienen el privilegio de poder
estudiar y aquellos que no pueden hacerlo por motivos arraigados a la clase social. En este
sentido las únicas personas que podrían ser consideradas como «jóvenes» serían aquellas
que se encuentran en estas condiciones, es decir, sin necesidad de cubrir las
responsabilidades que implica la vida adulta: tener un empleo, pagar sus propios gastos,
tener hijos, etcétera. Esta juventud privilegiada es a quien los autores se refieren como
«paradigmática», porque se mantiene al margen de todos los aspectos que conforman la
adultez, y es por lo tanto, aquella juventud que se representa en los mass-media como
hermosa y despreocupada. Sin embargo, los autores son conscientes de que plantear la
categoría en cuestión en términos de acceso a la educación sería excluyente de aquellas

87
otras formas de ser joven: los jóvenes marginados de bienestar y educación, aquellos que
empiezan a trabajar desde la adolescencia o que se convierten en padres a muy temprana
edad, también excluiría aquellas particularidades relacionadas con el género (Margulis y
Urresti,1998).
Un aspecto importante en torno a las y los jóvenes que tienen la oportunidad de
estudiar, según Margulis y Urresti, es que el proceso educativo tiende a prolongarse entre
estos jóvenes para aplazar las responsabilidades que conlleva la vida adulta, y también
porque el panorama laboral es precario.

El futuro se torna incierto, y la mayor capacitación aparece en el


horizonte, más que como una certeza laboral para el porvenir, como
un nuevo imaginario que permite prolongar la permanencia en las
instituciones de enseñanza y postergar las incertidumbres que
emanan de la creciente independencia del capital respecto del
trabajo, lo que se presenta como una de las tendencias que arraigan
en nuestra época (Margulis y Urresti,1998:5).

El concepto de juventud paradigmática resulta especialmente útil para poder


caracterizar al conjunto de jóvenes que colaboraron en esta investigación, puesto que su
origen, su entorno familiar y social, el ámbito académico y lúdico, así como su estatus
económico han sido indispensables para poder tener un capital social y cultural que les
permite acceder a niveles educativos superiores, incluso a menudo, mayores que los que
poseen sus padres. Al relacionarse con personas y grupos que comparten características
semejantes, tanto a nivel académico como socioeconómico y cultural, estos jóvenes
conservan un estatus parecido entre sí.
Porque tienen sus necesidades básicas resueltas (alimentación, educación, vestido,
salud…) han podido reservar una parte de su tiempo a estudiar y otra a desempeñar
actividades lúdicas, a asistir a las mal llamadas «actividades culturales» como ir al teatro, a
museos, conciertos, exposiciones, etcétera. De igual forma, al no tener que destinar una
parte de tiempo al trabajo mientras estudiaban, podían aumentar su capital cultural tomando
clases extracurriculares, por ejemplo: de idiomas, artísticas o deportivas. Este conjunto de
aspectos antes mencionadas son acordes con la caracterización de Margulis y Urresti
(Margulis y Urresti,1998:4) de una juventud despreocupada por los asuntos de la vida
adulta, que se focaliza en sus estudios y problemas personales. Sin embargo, el hecho de

88
tener las necesidades más inmediatas resueltas y algunas secundarias también, no los exenta
de tener problemas, de estar insertos en un sistema económico-político global que violenta
silenciosamente con el desempleo y la falta de espacios para poder desarrollarse
profesionalmente.
Al cuestionarles sobre sus expectativas a mediano y a largo plazo, la gran mayoría
de estos jóvenes decían que pensaban continuar estudiando una maestría, y de ser posible
un doctorado, en México o preferiblemente en el extranjero. Algo común que pude notar
durante las entrevistas es que un aspecto que caracteriza a la clase media es el hecho de ser
sumamente aspiracional. Quiero decir con esto que los jóvenes que formaron parte de la
investigación apuntaban a desarrollar una movilidad social ascendente o al menos a
mantener el estatus socioeconómico y cultural actual que su familia les ha brindado.
Casarse y criar hijos no están dentro de los planes a mediano plazo de casi ninguno
de ellos, como sí lo está en cambio continuar creciendo profesionalmente, trabajar dentro
de su campo de estudio, viajar al extranjero y quizás tener una pareja afectiva con o sin
domesticidad común.
En los añexos incluí una tabla que contiene algunos tópicos sobre estos jóvenes, que
permitirá conocer algunos aspectos muy generales de ellos y si han tenido o no algún tipo
de experiencia con policías en el transcurso de su vida.90
Los casos en los que pude tener acceso a sus viviendas me permitió tener una perspectiva
un poco más amplia de sus contextos familiares (de los que viven con sus padres) y de los
jóvenes que viven solos. En el caso de los primeros, el número de integrantes de la familia
con domesticidad común era reducido: generalmente conformado por la madre, el padre y
dos o cuando mucho tres hijos. Excepto en la vivienda de Zeus, quien vive con su abuela
paterna, su papá y un primo que se mudó a la casa de su abuela para estar más cerca de la
universidad. A continuación expongo los contextos de algunos de los jóvenes mencionados.
Zeus
Nació en 1988 en un hospital privado, localizado al sur de la Ciudad de México. Su
madre estudió la licenciatura en medicina pero nunca la ejerció y se dedicó a ser madre y
ama de casa; su padre es médico general pero después de un breve periodo de haber


90 Para mayor información, completa sobre todos los jóvenes que participaron en ésta investigación,

puede consultarse una tabla de información general sobre las y los participantes en el Anexo número 4.

89
ejercido su profesión se dedicó a las artes gráficas, específicamente a la impresión de
publicidad, ámbito en el que se desempeña como pequeño empresario. Zeus es el hijo
menor, después de su hermana, con quien hay una diferencia de cuatro años. Su hermana
padece una enfermedad psiquiátrica desarrollada durante la adolescencia, situación que ha
involucrado tanto a su familia. Zeus tuvo una niñez y adolescencia tranquilas, sin
restricciones económicas, pero sí de ciertas libertades, pues creció en un ámbito familiar
conservador que ejercía control sobre su manera de actuar, situación que truncó ciertas
actividades de esparcimiento entre amigos y de desarrollo a nivel personal.
Aunque no tuvo carencias económicas ha vivido circunstancias difíciles tocantes a otras
problemáticas, como el padecimiento de su hermana mayor (quien requiere de atención
especializada, medicación y cuidados permanentes). También está el divorcio de sus padres
a los 24 años de edad y la ruptura con su madre y su familia materna.
Gracias a la acomodada posición económica de sus abuelos maternos, Zeus, su madre y su
hermana han viajado por Europa y Estados Unidos, así como a algunos países de América
Latina; cosa que ha contribuido a nutrir su capital cultural (éstos viajes alrededor del mundo
se realizaron antes de la ruptura con su madre).
Zeus tuvo una educación privada desde maternal hasta la universidad, en donde estudió
Piscología. Posteriormente decidió ingresar a la maestría a una universidad pública, en
donde abtuvo una beca para estudiar en ésta institución. A continuación presento un
fragmento de una entrevista realizada con él en donde habla de cómo se mira a sí mismo y
cuáles son sus expectativas.

Soy una persona a la que le gustan los retos, se aburre muy


fácilmente; me gusta alcanzar las metas que me pongo. Soy clase
media. Mi formación académica es de escuela privada desde kínder
hasta la universidad, estudié en la Universidad de las Américas. En
la preparatoria estuve en el Colegio Partenón. La maestría la cursé
en la UNAM.
Decidí estudiar Psicología Industrial porque siempre he tenido la
habilidad de predecir el comportamiento de las personas, y luego
me llamó más la atención la parte de la industria. Tengo la meta de
poner un negocio algún día, un restaurante para empezar91.


91 Entrevista realizada a Zeus, noviembre de 2015

90
Zeus también me habló de que a pesar de todos sus grados académicos no ha
conseguido un empleo duradero, pues las nuevas modalidades de contrato sólo le han
permitido tener acceso a trabajos cuyos contratos son de algunos meses, cosa que no
permite tener estabilidad económica ni certeza sobre su futuro ni a mediano ni a largo
plazo. Actualmente se encuentra desempleado, pero con los ahorros que tiene piensa poner
un restaurante con un amigo.
Hablamos sobre cómo es un día cotidiano ahora que se encuentra desempleado y
cómo era antes, cuando tuvo empleo temporal:
Cuando iba a trabajar era diferente, ahora me levanto a las 7:00,
hago ejercicio, me baño, desayuno solo, y he estado yendo a la
UNAM para ver lo de mi titulación de maestría, y ya en la tarde
veo a mi novia. No estoy trabajando. La veo en Bosques de las
Lomas o en Santa Fé porque ella trabaja ahí. Vamos como a las
6:00 ó 7:00 pm a cenar o al cine. Luego me deja en el metro como a
las 9:00 y regreso a mi casa92.

Zeus dice que no hace nada de limpieza en la casa de su abuela, que sólo tiene que lavar su
ropa sucia. Zeus se va a dormir como a las 11:00 o 11:30 pm.

Me comentó que piensa irse a Puerto Vallarta a conseguir trabajo allá, pues está
cansado de vivir en la Ciudad de México, está en busca de una rutina más tranquila, siente
una avidez por cambiar la trayectoria de su vida; no tiene un plan bien delineado, pero cree
que con los ahorros que tiene podrá darse el tiempo suficiente de conseguir un empleo y
quizás de encontrar un lugar adecuado para iniciar un negocio de comida.

Galamont
Nació en 1989 en la Ciudad de México, ha vivido 25 de sus 26 años en una colonia ubicada
al sur de esta urbe, es el segundo de tres hermanos. Su madre y su padre son profesionistas,
ella es profesora de inglés y su padre se dedica a comprar propiedades para remodelarlas y
rentarlas. Ha recibido una educación privada desde su niñez hasta la preparatoria,
posteriormente ingresó a la Universidad Autónoma Metroplitana (UAM) –en donde estudió
diseño-. Cuando era niño y también durante la adolescencia participaba junto con su
hermano menor en anuncios publicitarios televisivos.


92 Entrevista realizada a Zeus, noviembre de 2015

91
Desde adolescente desarrolló el gusto por la música, cosa que lo llevó a conformar
una banda con uno de sus hermanos y amigos de la secundaria privada a la que asistía, de la
cual fue expulsado por malas calificaciones; para concluir la educación secundaria sus
padres lo inscribieron en una escuela Activa del sur de la ciudad. La educación media
superior la cursó en una preparatoria privada. Durante su adolescencia adquirió un gran
interés por la cultura japonesa; tuvo la oportunidad de asistir a actividades
extracurriculares relacionadas con este país, como clases de japonés y de kendo (arte
marcial japonés). También ha viajado fuera de México, a Estados Unidos y a Japón, este
último viaje se debió a su participación en un concurso de artes gráficas que tuvo lugar en
ese país.
Mientras estudiaba secundaria y durante su etapa preparatoriana tomó clases de
inglés, llegando a adquirir un nivel avanzado en el conocimiento de este idioma; esto se
refleja hoy en día en un amplio manejo de la lengua, aspecto que le ha sido útil en su
ámbito laboral y social. Actualmente es pasante de la licenciatura de diseño, la titulación es
algo que no tiene tanta relevancia para él, ya que trabaja como freelance, es decir, de
manera independiente para quienes soliciten alguno de los servicios que brinda como
diseñador. Vive solo con su gato en un departamento que le renta a su papá, lugar en el que
usualmente trabaja. Aunque decidió irse de casa de sus papás hace un año, ha tenido
dificultades serias para solventar sus gastos económicos, pues los trabajos esporádicos que
realiza no son suficientes para cubrir todas sus necesidades y aquellos empleos a los que
puede acceder no ofrecen una estabilidad laboral, pues son temporales. También me
comentaba que su independencia ha tenido un precio alto, pues se ha visto en dificultades
para cubrir sus necesidades básicas como pagar la renta, otros gastos corrientes y la
reparación del disco duro de su computadora. Generalmente gasta poco en transporte
porque tiene una bicicleta que le sirve para desplazarse por la ciudad.
En una entrevista con Galamont, me comentaba que se siente harto de la situación
laboral de México, que en los empleos a los que podría tener acceso exigen mucho y dan
poco a cambio. Ha contemplado la posibilidad de irse a trabajar a Estados Unidos (ya sea
como mesero o desempeñando alguna otra actividad sin que necesariamente tenga relación
con su formación profesional) para romper con su situación actual de empleo esporádico
que no le permite tener solvencia económica ni estabilidad emocional. También piensa que

92
irse por un tiempo de México le vendría bien para dejar de sentirse frustrado “estancado”
como dijo él.
Beto
Nació en la Ciudad de México en 1992, tiene tres hermanas mayores que él. Su papá es
guardaespaldas y su mamá falleció cuando era niño. En su niñez deseaba ser militar, no de
México, sino de Estados Unidos, esto se debe a la influencia de algunos integrantes de su
familia sobre él, tíos que son militares, otros son policías federales y de investigación.
Durante una de las entrevistas realizadas con él hablamos sobre cómo ha sido su vida,
desde la niñez hasta la etapa en la que se encuentra actualmente. Empezamos con su
infancia y adolescencia:
La infancia con muchas restricciones porque mis padres fueron muy
sobreprotectores conmigo, pero todo eso cambia cuando fallece mi
mamá a los 11 años. Ciertas cuestiones que te deja cierto vacío de
no tener a los dos padres, pero creo que bien y tranquilo…
Pues la pubertad y adolescencia de vez en cuando me salía a hacer
una que otra travesura como ir a pintarrajear; si veíamos un carro
abandonado lo destrozábamos, destruir las casetas telefónicas ya
viejas…Con ciertas responsabilidades como cualquier de la clase
mediera sic, tranquilo93.

También hablamos un poco sobre cuál ha sido su situación económica, y si esto ha


presentado dificultades en algún momento para desarrollar sus actividades académicas.
Respecto al hecho de trabajar y estudiar de manera simultánea me comentaba que nunca
estuvo en una circunstancia que ameritara trabajar:
Pues no, la verdad no eh, realmente si llegaba a hacer algo, era una
chambita de vender algunas cosas. Que un tiempo me fui a
chambear a la papelería de una tía, o a ayudarle a una hermana a
hacer trabajos manuales, pero así realmente dificultades económicas
no… podría decir que he tenido una infancia y una vida cómoda94.
Me platicó sobre su trayectoria académica, la cual ha sido pública a excepción de la
preparatoria, la cual fue cursada en una escuela católica privada del Estado de México.
Aunque en el transcurso de su vida no ha tenido carencias económicas tuvo que aprender a
sobrellevar la muerte de su madre cuando era pequeño, a ser independiente desde una edad


93 Entrevista realizada a Beto, noviembre de 2015
94 Entrevista realizada a Beto, noviembre de 2015

93
temprana, pues su papá tenía un trabajo sumamente demandante que dejaba poco tiempo
para convivir con su hijo menor y sus tres hijas.

…toda ha sido pública excepto la prepa por las condiciones en las


cuales estaban las prepas de los alrededores ahí en Ixtapaluca, no
había cierto nivel o cosas por el estilo. Y viajar al D.F. para ir a una
escuela tipo CCH o una voca, pues no había la necesidad y era muy
lejos y desgastante95.
Como actividades extracurriculares ha tomado clases de artes marciales, karate,
específicamente; y también de guitarra acústica (para luego tocar guitarra eléctrica).
También tocaba y sigue tocando en una banda de metal en sus tiempos libres como hobby.
Ha tenido la oportunidad de viajar fuera de México con sus hermanas y su papá, pues tiene
familia en Estados Unidos, esto le ha dado un bagaje más amplio. Hablamos sobre cómo se
describiría a sí mismo, lo que me permitió conocerlo un poco más. Me dejó saber que para
él es de gran importancia el trabajo que puede hacer a través de su activismo como afiliado
a un partido político, y que entre sus expectativas se encuentran contribuir a que la
situación nacional mejore.

Yo creo que como un chavo normal, con tendencias e ideas


políticas. Siempre se nota el chavo de pelo largo, que se viste de
negro, que tiene apariencia metalera…Que soy un chavo que ha
estudiado este tipo de carreras, y pues que ahorita el activismo
político ha sido eje en mi formación como persona Quisiera tratar
de cambiar las condiciones de todo tipo en este país, económicas,
políticas, en todos los aspectos96.

En una entrevista con Beto hablamos sobre su actual rutina diaria y lo difícil que
puede llegar a ser el proceso de concluir una licenciatura, titularse y entrar en una etapa de
tener que buscar la autosuficiencia económica. A continuación presento un fragmento de
una entrevista realizada con Beto:

… me despierto entre eso de las 9:00 ó 10:00 de la mañana; ya


nada más lo que queda es titularme. Ya si tengo trabajo va
dependiendo de los horarios que maneje pues cambia mi rutina. Y
tratar de buscar chamba ¿no?, adelantarle de vez en cuando a la
tesis. … hago tareas domésticas, si hay para hacer de comer, pues
hago de comer.

95 Entrevista realizada a Beto, noviembre de 2015
96 Entrevista realizada a Beto, noviembre de 2015

94
Mis días son muy tranquilos porque por desgracia, pues ya no
estudio, ya terminé mis estudios. Pero por desgracia se me ha hecho
muy difícil encontrar trabajo y he tenido trabajos temporales. Voy
a la universidad justamente por activismo … tengo una banda de
heavy metal y luego nos reunimos para ensayar97.

Anna

Anna ha vivido sus 23 años al sur de la Ciudad de México, en dos diferentes zonas de la
delegación Tlalpan. Vive con su hermano y su papá en casa de éste. Tiene un hermano
mayor que la inspiró a estudiar la licenciatura en Comunicación, ya que él fue el primero en
cursar ésta carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su papá es
arquitecto y tiene un despacho de arquitectura, su mamá es joyera, quien solía tener un
local en donde vendía joyería; actualmente solo exhibe y vende sus piezas en bazares por
medio de redes sociales en internet como Facebook.
Anna me habló un poco sobre ella, de cómo se describe a sí misma y la manera en
cómo se mira en este momento de su vida:
Me siento Un poco perdida. Soy una persona tímida. Disfruto salir
con mis amigos, así ir a un bar, ir al cine, ir a comer. Soy solidaria,
me gusta ayudar a las personas con sus problemas. Terminé la
carrera en Comunicación, pero todavía no me titulo. Estoy en un
momento como de pausa, estoy siendo asistente de una escritora,
voy a esperar para empezar el proceso de titulación98.

En entrevista con Anna hablamos sobre cómo fue su niñez y su adolescencia creciendo al
sur de la Ciudad de México. Después del divorcio de sus papás, Anna y su hermano se
fueron con su papá a vivir a una casa en el Ajusco, cosa que complicó su movilidad en la
ciudad, pues los tiempos de trayecto se tornaron mucho más largos y cansados. A
continuación presento un fragmento de la entrevista:

Nací en México D.F., crecí en el sur, por Coapa. La infancia fue


muy tranquila, teníamos como la típica tienda de la esquina en
donde el señor te conoce o puedes salir y jugar pelota en las calles y
mi escuela estaba muy cerca, me iba caminando siempre a la
escuela.

97 Entrevista realizada a Beto, febrero de 2016
98 Entrevista realizada a Anna, diciembre de 2015

95
A los 12 años nos mudamos hasta el Ajusco, entonces fue como un
poco más difícil porque nos quedamos en la misma escuela. Y mi
adolescencia es más o menos así, una de dos: o me quedaba en casa
de amigos que vivieran en la ciudad o a veces prefería no salir,
hasta la fecha, al menos hasta que tuve auto99.

Ella y su hermano mayor estudiaron primaria y secundaria en una institución privada; su


hermano alcanzó a terminar su educación media superior en ésta preparatoria privada, pero
después sus padres se divorciaron y empezaron a tener problemas económicos, razón por la
cual Anna ingresó a una preparatoria pública. También le pregunté sobre su trayectoria
académica, la cual empezó siendo privada pero terminó siendo pública por dificultades
económicas.

Fue privada hasta la secundaria, bueno, acabé la secundaria en


escuela privada, la prepa la hice en una pública, en una prepa de la
UNAM, y la licenciatura en la UNAM, también pública100.
Hablamos sobre las razones por las cuales decidió estudiar en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y no en alguna escuela privada:

Porque pues mi hermano es mayor, él había empezado a estudiar en


la UNAM, entonces realmente tenía como su ejemplo. Por
cuestiones económicas yo me salí de la escuela privada y me pasé a
la prepa pública. Realmente yo nunca pensé en una universidad
privada ni vi planes de estudio ni costos ni nada101.

Antes de que se complicara la situación económica de sus padres, ellos le pagaron un viaje
a Europa, ocasión en la que conoció París. Recientemente estuvo en Brasil trabajando y
actualmente es asistente eventual de una escritora.

Juan

Juan es el hijo menor de un matrimonio que engendró dos varones, nació en el otoño de
1989 en el seno de una familia de clase media de la Ciudad de México. Ha vivido 25 de sus
26 años en una zona residencial, al sur de la delegación Tlalpan. Tiene una relación cercana
con España, razón por la cual ha visitado la península ibérica, cosa que ha generado una


99 Entrevista realizada a Anna, diciembre de 2015
100 Entrevista realizada a Anna, diciembre de 2015
101 Entrevista realizada a Anna, diciembre de 2015

96
identidad nutrida entre el país que lo vio nacer y la nación de origen de sus abuelos.
Además de conocer países europeos (Bélgica, España, Paris), también ha viajado a lugares
de América Latina (Chile y Argentina) y el Caribe (Cuba). Tanto su madre como su padre
son abogados; ella estudió una maestría en Enseñanza del Derecho pero por problemas con
su tutora de tesis no se tituló. Su padre, igual que su madre, estudió una maestría pero
tampoco se titularon.
Con excepción de la educación superior, el resto de su formación académica fue
privada. Desde niño tuvo un buen desempeño escolar, cosa que mejoró con el paso de los
años, dando como resultado uno de los mejores promedios de su generación en
preparatoria. Tuvo una niñez tranquila, estable emocional y económicamente (excepto
quizás durante la crisis económica de 1995); durante su infancia solía jugar básquetbol
después de clases; era una de las actividades extracurriculares que impartía la escuela a la
que asistía cuando niño. Fue en la adolescencia, durante el bachillerato, que él y su familia
vivieron una etapa difícil, pues su mamá enfermó de cáncer; situación que afortunadamente
pudo superar.
Hablamos sobre las dificultades que ha tenido a lo largo de su vida; respecto al tema
económico no ha tenido carencias, pues los ingresos paternos han sido suficientes para
solventar sus necesidades. En el ámbito académico se han presentado complicaciones
porque el entorno académico es elitista y por ende, de difícil acceso.

En lo económico no he tenido tantas dificultades porque mi padre se


encargó de solventarlas. En lo educativo si hay muchas porque el
ambiente universitario es muy cerrado, en el cual uno empieza a
desarrollar sus cosas hasta grande, no desde que acabas la
licenciatura. La verdad es que se han abierto muchas oportunidades
en el ámbito académico, bueno, las he buscado, no me han caído de
la nada102.

Juan se define a sí mismo como:


Como un poco tajante, decidido, me gusta encontrar lo que busco,
me gusta investigar, me gusta cuestionarme. Sin embargo ese
cuestionarse te lleva a enfrentar tus propios límites, eso es
desalentador algunas veces. Estuve en escuela privada desde


102 Entrevista Juan, noviembre de 2015

97
maternal hasta la preparatoria, la universidad la cursé en la
UNAM103.

Su curiosidad innata, que ha desarrollado y dirigiendo hacia objetivos específicos


durante el transcurso de su preparación académica, lo condujo por el camino de las
Ciencias sociales, concretamente a estudiar Historia en la UNAM y a adentrarse en temas
relacionados con Nueva España.
Actualmente recibe un salario del gobierno (INAH) que le permite estudiar la
maestría en Historia, con la cual solventa sus gastos corrientes: renta, alimentos, transporte,
servicios…Entre él, su novia y un «rommie» (compañero de cuarto) pagan la renta del
departamento donde viven. Hablamos sobre su cotidianidad y sus actividades en tiempos
libres, muchas de las cuales están relacionadas con diferentes expresiones artísticas:
Pues un día de trabajo, un día de lectura, de moverme lo menos
posible en esta ciudad, hacia la intimidad de salir de la casa al
trabajo, trabajando en la tesis de maestría. Se supone que debo estar
en el INAH pero puedo salir cuando yo quiera. Puedo venir al
Centro de Tlalpan al café La Selva para tomar un café y leer. Me
gusta leer, escribir, escuchar música, ver películas, cocinar, salir a
lugares que te saquen de la rutina como conciertos, muestras de
cine, viajar104.

Lorena
Nació un verano de 1990 en la Ciudad de México, es la menor de cuatro hijos, existe un
rango amplio entre las edades de sus hermanos y la de ella, el mayor le lleva 15 años de
diferencia. Su mamá fue burócrata de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del
Distrito Federal, actualmente está jubilada; su papá continúa siendo mecánico industrial
farmacéutico hasta el día de hoy. En palabras de Lorena “…pues se dedica a hacer
máquinas y todo lo que tiene que ver con pastillas y con medicamentos105.”
Hablamos sobre la forma en cómo se describe a sí misma en este momento de su
vida, recién titulada de la licenciatura de sociología en la UNAM.

Está un poco difícil porque justo acabo de salir de la etapa de la


tesis, entonces dejé de ser estudiante ¿no?, antes era así como una
estudiante. Mi primera descripción es ser una mujer futura
profesional, dedicada a la vida académica y creo que soy madura

103 Entrevista Juan, noviembre de 2015
104 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015
105 Entrevista realizada a Lorena, diciembre de 2015

98
para mi edad (risas de Lorena). Tengo facilidad de escucha… es
súper difícil describirse a uno mismo ¿no? pero pues sí, como una
adulto joven profesional creo106.

Tanto Lorena como todos sus hermanos recibieron una educación privada desde
preescolar hasta la preparatoria, posteriormente buscaron opciones para continuar con la
educación superior en instituciones educativas públicas.
Ha vivido sus 26 años en el mismo lugar, en un área residencial al sur de la Ciudad
con sus padres; sus hermanos hace tiempo que se fueron de la casa paterna. Durante su
adolescencia salía bastante de fiesta con sus amigas y amigos de la escuela; tomaba clases
de inglés y compaginaba las actividades escolares con otras que realizaba en vacaciones.
Como parte de sus actividades extracurriculares tomaba clases para aprender a enseñar a
adultos a leer y escribir. Su niñez y adolescencia transcurrieron sin carencias afectivas,
económicas, de salud o de otra índole, lo cual permitió tener la estabilidad suficiente como
para progresar exitosamente en el ámbito académico. Yo le hice algunas preguntas
relacionadas con su entrada al campo laboral, y si en algún momento se vio en
circunstancias que ameritaran trabajar y estudiar simultáneamente.
No, nunca, no trabajé sino hasta que entré a la universidad, hasta el
primer año de la carrera que ya decidí empezar a incursionar en
trabajitos de mi misma carrera.
En la prepa mis padres me mantenían y como que tampoco me
obligaban a trabajar. Sí, en algún momento busqué el típico trabajo
de verano pero no lo hice porque también era alfabetizadora.
Usaba mis veranos para irme a la campaña de alfabetización, a
veces me tocaba irme a Morelos, otra en Puebla y en Tlaxcala.
No era remunerado en lo más mínimo, entonces le daba prioridad a
eso que a trabajar107.

Hablamos sobre cómo fue crecer en ésta zona céntrica, llena de servicios y
entretenimiento (plazas comerciales, centros nocturnos, restaurantes, bares) y cerca de la
escuela. Me comentaba que cuando era niña no salía de su casa, porque sus papás no la
dejaban ir a jugar con sus vecinos, pues durante su niñez, pues ésta zona de Tlalpan pasaba
por una etapa de inseguridad y escasez de servicios de recolección de basura. Fue hasta la


106 Entrevista realizada a Lorena, diciembre de 2015
107 Entrevista realizada a Lorena, diciembre de 2015

99
secundaria y preparatoria que empezó a realizar actividades lúdicas con amigas y amigos de
la escuela fuera de casa.
El proceso de hacer la tesis de licenciatura presentó un doble trabajo, ya que además
de realizar su investigación tenía un trabajo de medio tiempo en uno de los institutos de
investigación de la UNAM; también desarrolló un problema en la columna vertebral que la
atacó de una forma especialmente simbólica: no podía caminar. El verse imposibilitada
para mover sus piernas se transformaba en un símil del entorno académico; pues su
enfermedad iba filtrándose en cada aspecto de su vida personal y profesional. El hecho de
salir de casa para ir a trabajar al Instituto significaba un esfuerzo extraordinario porque el
dolor se tornaba insoportable. Lorena vivió bajo éstas circunstancias durante un año, y no
fue sino hasta que después de ver varios especialistas que encontró un tratamiento adecuado
que solucionó su problema de salud. Ésta situación retrasó el proceso de término de su
preparación profesional; a pesar de todo lo sucedido Lorena continuó trabajando en su tesis
y finalmente se tituló en noviembre de 2015.
También hablamos sobre su circunstancia actual como recién titulada, la cual puede
llegar a ser frustrante para ella, en tanto que a pesar de su trayectoria académica, los
trabajos que ha realizado no han sido bien remunerados económicamente:
Por mi modo de vida yo creo que pertenezco a una clase media
¿no?, pero en una cuestión económica yo diría que pertenezco a una
clase baja, porque los trabajos con lo que gano, los trabajos que
tengo y a pesar de tener una carrera universitaria simplemente no
puedo en este momento hacerme cargo ni de mi misma ni de una
familia.
Entonces sí, me siento que soy una persona en una situación de
pobreza en este momento, de vulnerabilidad no, pero a lo mejor de
pobreza sí, y por toda la circunstancia de tener trabajos mal
remunerados, a pesar de tener todas las calificaciones que tengo
¿no?108.

La paradoja de la educación superior en un contexto neoliberal

A la caída de la versión mexicanizada del modelo de Estado Benefactor (propuesto por


John M. Keynes para reactivar la economía después de la guerra), le siguió la instauración


108 Entrevista realizada a Lorena, diciembre de 2015

100
del modelo neoliberal. En México, la transición al neoliberalismo se desarrolló a finales de
los años setenta, entre los sexenios de José López Portillo (1976-1982) y Miguel de la
Madrid Hurtado (1982-1988). A pesar de que los años del Desarrollo Estabilizador, el del
Milagro mexicano – entre los años 40 a 70- se caracterizaron por el aparente auge y
estabilidad económicos gracias a las políticas proteccionistas, sin embargo, lo cierto es que
casi al final de este periodo, el gobierno de Díaz Ordaz fue autor de la lección inaugural de
cruenta represión priista contra los sectores obrero, campesino y especialmente contra el
estudiantil. Como señala Jorge Carrión “La represión contra los estudiantes y jóvenes de
todo el paı́s aparece en el primer plano a causa, entre otras razones, de su proximidad al
proceso electoral de 1969-70 y de la barbarie en que culminó, Tlatelolco, así como de la
participación en los actos represivos de todos los futuristas y aspirantes a la presidencia de
la República”(Carrión, 215:1970). Al sucesor de Díaz Ordaz, Luis Echeverría, se le
recuerda por la primer crisis económica desde finales del modelo de Estado benefactor. El
ex presidente López Portillo fue responsable de poner a Arturo Durazo Moreno “El Negro
Durazo” al frente del Departamento de Policía y Tránsito del Distrito Federal. Si bien el
Milagro Mexicano proveyó de un auge económico libre de inflación y constante
crecimiento, las políticas represivas, asesinatos y desapariciones forzadas se iniciaron
precisamente a finales de este periodo de prosperidad. Situación que habría de continuar
durante el Halconazo en 1971 y de extinción de la Liga Comunista 23 de Septiembre y la
Guerra Sucia(Ramírez,2004).

Los llamados «tecnócratas» fueron presidentes que aunque provenían de una educación
superior pública, realizaron posgrados en el extranjero, Estados Unidos principalmente.
Como señala Sarah Babb (1998), Miguel de la Madrid cursó la licenciatura en Derecho en
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posteriormente realizó estudios
de maestría en la Universidad de Harvard. Carlos Salinas de Gortari estudió economía en la
UNAM, para después hacer una maestría y doctorado en administración pública en
Harvard. Ernesto Zedillo estudió una la licenciatura en economía por la Escuela Superior de
Economía, en el Instituto Politécnico Nacional; luego, estudió la maestría y doctorado en la
Universidad de Yale, Estados Unidos (Presidencia,1988).
La influencia académica ideológica-económica-política de éstas instituciones
estadounidenses se evidenció durante los sexenios de los presidentes antes mencionados;

101
Miguel de la Madrid dio una lección inaugural de neoliberalismo en México al firmar el
General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) en 1986, en donde se comprometió a
reducir las medidas arancelarias y proteccionistas significativamente. Le siguieron la
privatización de empresas estatales, disminución de los gastos sociales (salubridad,
educación, programas de desarrollo social), los recortes de personal y presupuesto público
(Gallo, 2002). La tendencia a seguir con una política neoliberal ha continuado aún durante
la llamada “transición democrática” del priísmo al panismo con Vicente Fox Quesada, y
Felipe Calderón Hinojosa; para que en el 2012 el Partido Revolucionario Institucional
(PRI) regresara con Enrique Peña Nieto, actual presidente. Estos tres últimos han
continuado con las prácticas neoliberales –independientemente del color del partido–,
trayendo consigo una pauperización de los salarios y el aumento sin precedentes de la
violencia, y por ende de la calidad de vida de los mexicanos. Los derechos de los
trabajadores son vistos ahora como privilegios que hay que eliminar para facilitar el
funcionamiento del sector corporativo. La adhesión de México al neoliberalismo ha traído
consigo graves consecuencias, como lo señala Danae Duana:

La globalización de la economía y de los mercados internacionales


está propiciando que todos los países definan una nueva estructura
económica y productiva…aquí debe existir una capacidad de
adaptación continua y rápida para poder así competir en esta nueva
era… hay fenómenos importantes que se deben tomar en
consideración como son: el aumento del desempleo, la emergencia
del trabajo interno, o de tiempo parcial, decrecimiento del poder
adquisitivo, el abandono del salario mínimo, nuevas formas de
segmentación del mercado de trabajo, el fortalecimiento de las
actividades informales y otras más que nos dan la idea de cómo se
transforma la relación laboral en nuestro país (Duana, 2008:3).

La globalización es un fenómeno complejo que trasciende el libre mercado, ya que


además de incidir en la economía se infiltra en la política, en los procesos de migración
interna y externa, en la cultura, y por supuesto, en la transición entre las antiguas formas de
contratación y las más recientes, impuestas por este nuevo orden mundial.
David Harvey define al neoliberalismo de la siguiente manera:

El neoliberalismo es, ante todo, una teoría de prácticas político-


económicas que afirma que la mejor manera de promover el
bienestar del ser humano, consiste en no restringir el libre desarrollo

102
de las capacidades y de las libertades empresariales del individuo,
dentro de un marco institucional caracterizado por derechos de
propiedad privada, fuertes mercados libres y libertad de comercio.
El papel del Estado es crear y preservar el marco institucional
apropiado para el desarrollo de estas prácticas…Igualmente, debe
disponer las funciones y estructuras militares, defensivas, policiales
y legales que son necesarias para asegurar los derechos de
propiedad privada y garantizar, en caso necesario mediante el uso
de la fuerza... (Harvey, 2007:8)

Para Florence Rosemberg la violencia sistémica está estrechamente relacionada con


la globalización, pues ésta trae consigo diferentes y nuevas formas de violentar a las
personas a nivel mundial, especialmente aquellas que viven en países en vías de desarrollo,
como es el caso de México.

…la violencia sistémica describe las estructuras sociales,


económicas, políticas, jurídicas, sexogenéricas, religiosas y
culturales que detienen a personas, grupos y sociedades para que no
alcancen su pleno potencial. La violencia sistémica es el deterioro
de las necesidades humanas fundamentales o el deterioro de la vida
humana…se comprende que la globalización de y en la
economía/política y el pensamiento neoliberal va acompañada de la
globalización de la violencia (Rosemberg, 2014: 24).

La violencia sistémica a la cual se refiere Rosemberg afecta de manera directa a la


juventud mexicana; si bien la mayoría de los jóvenes de clase media que participaron en
este trabajo han tenido las condiciones necesarias para culminar una licenciatura, e incluso
para comenzar una maestría, el futuro laboral del país es sumamente desalentador.
Décadas atrás quien estudiaba una licenciatura tenía garantizado un empleo bien
remunerado, prestaciones de ley, contratación por tiempo indefinido, en resumen:
condiciones que permitían adquirir bienestar social. Esos tiempos han quedado en el
pasado. Las adversas condiciones a las cuales se enfrentan los jóvenes de hoy se deben a un
capitalismo global que genera, como bien lo señalaba Marx, un «ejército industrial de
reserva», más pobre, de mayor utilidad.
…la existencia de una superpoblación obrera es producto necesario
de la acumulación o del incremento de la riqueza dentro del
régimen capitalista, ésta superpoblación se convierte a su vez en
palanca de la acumulación del capital...Constituye un ejército
industrial de reserva...Le brinda el material humano, dispuesto

103
siempre para ser explotado a medida que lo reclamen sus
necesidades variables de explotación e independiente, además, de
los límites que pueda oponer el aumento real de población
(Marx,1974:535).

Los actuales jóvenes profesionistas mexicanos son el nuevo ejército laboral de reserva del
neoliberalismo, el sistema al cual están atados les impide desarrollarse profesionalmente,
obtener salarios que cubran adecuadamente sus necesidades, y en consecuencia a no
alcanzar certeza económica, estabilidad emocional, ni la posibilidad de generar un
patrimonio.
Al existir un amplio sector juvenil desempleado aumenta la competencia por las
pocas plazas disponibles; los jóvenes son lanzados a un mercado laboral en donde son
puestos a competir encarnizadamente por sueldos cada vez más bajos y peores condiciones
de trabajo. Mientras mayor sea el ejército laboral de reserva (jóvenes desempleados) mayor
será la tendencia a pagar salarios bajos, pues ante la necesidad de recibir un ingreso
económico, la gente aceptará la cantidad que los patrones deseen pagar y bajo las
condiciones que más convengan a sus intereses. La paradoja de la educación superior
consiste en que a pesar de haber invertido cuatro o incluso cinco años en estudiar una
licenciatura esto no necesariamente les asegura a los jóvenes poder desempeñarse en un
empleo acorde a la carrera que estudiaron. Actualmente algunos de ellos, como mostré
anteriormente, han tenido empleos temporales mal remunerados, sin relación con sus
estudios cursados, y en algunos casos han tenido dificultades para conseguir un empleo –
incluso uno para el que estos jóvenes están sobrecalificados académicamente–. En tiempos
del neoliberalismo, la educación superior en México ha dejado paulatinamente de ser una
garantía laboral y un mecanismo de movilidad social ascendente.

2.3. Emociones, percepciones y aspiraciones de las y los jóvenes de Tlalpan

Varios de los jóvenes con quienes trabajé dejaron claro que un tema de
preocupación constante es el económico, puesto que la realidad que hoy se les presenta
dista enormemente de las expectativas laborales que se habían planteado durante su
formación académica. Una constante que encontré entre los jóvenes de ésta generación,
nacida a finales de los años ochenta e inicios de los noventa, es que se siente atrasada en
comparación con la generación de sus padres; era común escuchar que se sintieran

104
desfasados entre el proceso académico, laboral e incluso social y sus edades cronológicas.
No era raro oírles decir frases como: “Cuando mi mamá tenía mi edad ya tenía trabajo,
hijos y casa…yo no tengo nada”; consideran también que “se han tardado más” en concluir
los procesos que a sus padres les tomó mucho menos tiempo, como por ejemplo: titularse,
encontrar un empleo estable y bien remunerado, formar una familia.
Una posible explicación a este fenómeno social la encuentro en los contextos
diferenciados: cuando los padres y madres de éstos jóvenes se convirtieron en
profesionistas, México aún no adoptaba políticas enteramente abiertas al neoliberalismo,
como sucede actualmente; y aunque había mayores oportunidades de estudiar una
licenciatura, no había tal competencia laboral entre profesionistas como sucede hoy en día.
La especialización académica no era un requisito necesario para conseguir un empleo, cosa
que les permitía a generaciones anteriores comenzar a generar ingresos sin necesidad de
invertir tiempo adicional a sus estudios de licenciatura realizando un posgrado.
La manera en cómo la globalización plantea nuevos requerimientos para los
profesionistas pone sobre la mesa problemáticas distintas, que van desde dominar una
lengua extranjera, tener una especialidad académica (maestría-doctorado y hasta
posdoctorado), hasta estar dispuestos a aceptar salarios considerablemente bajos en
comparación con las exigencias que se les demandan. Los padres de los jóvenes que
participaron en ésta investigación, se desarrollaron profesionalmente en un contexto muy
diferente al que se enfrentan los jóvenes de ahora. A ésto se le suma a la histórica
estigmatización por parte del sector adulto hacia los jóvenes, dándoles una serie de
atributos negativos: ser inexpertos, ser irresponsables e inmaduros, poco estables. Éstas
características se resumen en una sola: ser menos capaces que los adultos para desempeñar
las mismas tareas. En éste sentido, el hecho de ser joven se transforma en una desventaja,
pues es común que a éstos no se les brinde la oportunidad de incursionar laboralmente, o
bien, se les permita hacerlo de manera limitada.
A propósito de lo anterior, yo preguntaba en las entrevistas si habían tenido
dificultades y de qué tipo se les habían presentado por su condición de jóvenes. A
continuación presento fragmentos de entrevistas en donde hablaron al respecto:
Anna
Pues no he tenido tantas dificultades, realmente por suerte mis
papás me han podido dar una vida relativamente cómoda, pero

105
siempre hay cosas en el aspecto familiar. Me dieron auto pero no
me dejaban manejarlo en la noche al inicio, porque era joven o
porque era mujer.
O también me ha pasado que en el servicio social o en la editorial
sic no te delegan tantos trabajos porque no tienes la experiencia.
De recién egresado, … que no te confían nada, o no creen que eres
capaz de hacerlo o enseñarte para que realmente los puedas ayudar.
Esas son las mayores dificultades como joven que me he
encontrado109.
Lorena

No ha sido difícil porque siempre he tenido trabajos ¿no? pero han


sido trabajos mal remunerados, por los cuales no se me paga como
se debería ¿no?, o que aparte a veces hay personas que se
desempeñan en otro tipo de labores y ganan muchísimo más que
alguien que tiene una carrera profesional. La sociedad te castiga por
no tener una experiencia, y esa experiencia parece ser que cuenta
con los años más que con la propia experiencia, entonces creo que
es una etapa bastante difícil porque en todos lados te piden
experiencia pero tampoco te la quieren brindar110.

Beto
La situación de Beto ha sido especialmente difícil en el aspecto laboral, pues a pesar de
haber concluido una licenciatura no ha podido colocarse en su área de estudio. Aunque si
bien esto lo ha llevado a autoemplearse y a trabajar en rubros sin relación con las Ciencias
Sociales, permanece a la expectativa de poder insertarse en su campo de conocimiento.

Un tiempo estuve dando clases de guitarra con niños, lo más básico,


$50.00 la clase. Si vendo libros pues es dependiendo con el
encargado, por lo general son como por $50.00 la hora.

He estado vendiendo juguetes didácticos. Me gustaría dedicarme a


lo que estudié, porque no por nada estuve tanto tiempo echándole
ganas para hacer otras cosas, encontrar un trabajo en el ramo de lo
que sea pero en el ramo de investigación111.
Marcela

Estudié en una prepa y en una universidad privada y bueno, no me


gusta nada la escuela (risas de Marcela). La verdad es que terminé
todos mis créditos, pero yo no quería estudiar la universidad, pero

109 Entrevista realizada a Anna, diciembre de 2015
110 Entrevista realizada a Lorena, diciembre de 2015
111 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015

106
mi mamá como que insistió e insistió en que tenía que estudiar la
universidad porque era algo importante para ellos. … ahorita
trabajo como comerciante con mi mamá y hago como cosas de
diseño. Y estoy viviendo sola, y es pesado porque el dinero no
alcanza112.

Hablamos un poco sobre cómo ha vivido el proceso de independizarse económicamente y


dejar (voluntariamente) de recibir apoyo económico paterno.

Fue un poco más difícil cuando mi papá me dejó de dar dinero, o


sea, le dije a mi papá que ya no necesitaba que me diera dinero, y
tuve que vérmelas completamente sola. Pero o sea, yo tuve la suerte
de que mi mamá me diera un departamento.
Entonces como que no tengo que preocuparme básicamente por
pagar una renta, pero creo que si no tuviera esa posibilidad no me
alcanzaría para pagar una renta, los servicios, la comida, mi
psicoanalista. Yo veo a mis amigos y veo que casi nadie vive
solo113.

Entre las personas más privilegiadas que forman parte del grupo de jóvenes de ésta
investigación, el panorama nacional se presenta como poco prometedor, puesto que aunque
algunos de ellos han tenido un gran apoyo por parte de sus padres para culminar una
licenciatura –incluso en una universidad privada– esto no garantiza su permanencia como
clase media (estatus socioeconómico al que pertenecen sus familias y ellos) ni tampoco
alcanzar una movilidad social ascendente a través de la educación superior.
La falta de acceso a un empleo bien remunerado –o si quiera a obtener uno–
provoca incertidumbre entre algunos de estos jóvenes tanto en el presente como en
proyecciones a largo plazo. Los jóvenes que tienen la fortuna de acceder a un empleo en su
rama de estudio, se sienten en constante incertidumbre, a causa de que los salarios que
perciben no son suficientes para cubrir todos sus gastos, y si los cumplen no tienen un
remanente para poder hacer ahorros para su futuro.
A pesar de haber crecido en un entorno de clase media en donde cuyas familias les
han brindado la oportunidad de nutrir su capital cultural y social, es difícil para ellos forjar
un futuro profesional exitoso. La tendencia sería asumir que los aspectos antes
mencionados les permitirían potenciar su movilidad social de manera ascendente, o en el


112 Entrevista realizada a Marcela, abril de 2016
113 Entrevista realizada a Marcela, abril de 2016

107
peor de los casos conservar el nivel socioeconómico que sus padres les han ofrecido. Sin
embargo, en el contexto del capitalismo global es difícil poder colocarse adecuadamente en
un ámbito laboral que no permite a las personas desarrollar su potencial de la mejor
manera, incluso entre aquellas que han tenido mejores y mayores oportunidades
socioeconómicas.

Goodbye Mexico: El deseo de migrar ante la crisis

El contexto actual del país es hondamente deprimente para la juventud mexicana –y para
todos en general– tanto en lo económico como en lo político, y por supuesto, también a
nivel de seguridad nacional. Este 2016 se cumplen 10 años del inicio de la mal llamada
Guerra contra el narco. Hoy día México continúa siendo asolado por una fallida estrategia
antidrogas. En el ahora lejano 2006 el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa
anunció una guerra sin retorno, un conflicto que involucraba dos frentes: por un lado a la
delincuencia organizada (los cárteles del narcotráfico) y a las fuerzas federales en
representación del gobierno –en medio del fuego cruzado quedaban los civiles–.
A pesar de la gran cantidad de recursos destinados al conflicto armado, nada salió
de acuerdo a los planes de Calderón; la llamada Guerra contra el narco se desbordó
ahogando a su paso a la población civil entre sus aguas turbulentas, quienes se volvieron
“daños colaterales” en pos de un bien mayor que nunca llegó: el de la seguridad nacional. A
casi diez años del inicio de la guerra, la violencia se ha incrementado y el aparente caos
parece no ceder, pues los grupos del narcotráfico han diversificado sus negocios más allá de
las drogas, incursionando en diferentes formas de obtención de recursos: extorsión,
secuestros, minería, cobro por derecho de piso…El presidente en turno, Enrique Peña
Nieto, ha seguido la misma estrategia fallida que su antecesor panista –y se le suman la
depreciación del peso frente al dólar estadounidense, las desapariciones forzadas de los 43
estudiantes normalistas en Guerrero, los constantes feminicidios y violaciones a derechos
humanos en todo el país–. En cuanto a lo económico en el ámbito nacional, es importante
mencionar que la inflación tiene una tendencia creciente, pues tan solo en febrero de 2016
alcanzó su nivel más alto en 10 meses. De acuerdo con la versión electrónica del periódico
La jornada “Analistas privados elevaron a 3.25 por ciento el pronóstico de inflación para

108
México este año, aunque esperan un peso más depreciado contra el dólar, en 18.60
unidades…(La jornada, 2016)” Este fenómeno afecta negativamente el poder adquisitivo de
los mexicanos, ya que genera un aumento en bienes y servicios, lo que se traduce en un alza
en el costo de la vida diaria.
Ahora, casi una década después del inicio de la política antidrogas que hace de
nuestro país un gran cementerio clandestino, de muertos con el rostro arrancado y la voz
apagada, podemos vislumbrar el, en apariencia caótico, y deprimente panorama nacional,
resultado de una emergencia con la que ni su iniciador pudo lidiar. De acuerdo con los
planteamientos de la cibernética de segundo orden de Magoroh Maruyama (Moreno,2002),
los sistemas pueden reorganizarse, tomar una forma distinta a la original mediante la
retroalimentación; esto es posible en sistemas cuya tendencia no es la del orden ni la
estaticidad como es el caso de la vida nacional mexicana per se, en donde los imprevistos
son factores que constantemente tienen una fuerte presencia en su interior.
La emergencia del conflicto armado entre cárteles de la droga y el gobierno federal
es un ejemplo de contingencia en un sistema caótico, en apariencia desordenado por lo
complejamente intrincado de las relaciones entre sus elementos. Es precisamente la
ausencia de una mirada a las relaciones entre sus partes y el carácter de las mismas lo que
da una perspectiva del panorama como sin sentido, no obstante las explicaciones están ahí,
aparentemente invisibles entre el desorden. La problemática de la Guerra contra el narco
implica vínculos que parecieran no tener relación directa con ella: la crisis de derechos
humanos por la falta de apego a los protocolos que regulan el uso de la fuerza entre
militares, marinos, federales y policías locales (Silva Forné et. al., 2012:47-64); la derrama
económica internacional -principalmente con Estados Unidos de América- que representa
el tráfico de drogas y los intereses en que este siga creciendo a través de las rutas
mexicanas.
Jóvenes, niños, adultos, ancianos, todos vivimos en medio de una crisis que abarca
varios ámbitos de la vida nacional, ante este escenario desalentador la migración se
vislumbra como una vía para el crecimiento personal y profesional, esto en tanto
posibilidad para continuar estudiando un posgrado en el extranjero, pero también la
migración surge como una alternativa al desempleo y a las pocas posibilidades de
desarrollo en el país de origen.

109
Como ya hemos visto en el apartado anterior, la educación tiene un papel de gran
importancia para la mayoría de los jóvenes que colaboraron en la investigación, pues
depositan en ella expectativas de diferente índole –laborales, económicas, de estatus– a
cumplirse a mediano y largo plazo. Como señala Rosario Esteinou:
La escolaridad es otro de los criterios importantes que ha sido
considerado cuando se analiza a los sectores medios. No sólo
porque para éstos la educación ha representado uno de los
mecanismos privilegiados de movilidad social, sino también porque
ella parece estar asociada a la formación de expectativas y cambios
en la esfera sociocultural (Esteinou,1996:19).

Aunque la educación superior ha sido y continúa siendo –ahora en menor medida


que antes– un mecanismo potencial de movilidad social ascendente, como bien menciona
Esteinou, en el contexto actual resulta insuficiente para muchos jóvenes mexicanos
universitarios que pretenden alcanzar sus objetivos en el ámbito profesional. Varios de los
jóvenes participantes señalaron que entre sus posibilidades se encuentra la de migrar a
Estados Unidos, principalmente, buscando una mejor calidad de vida cuyo país de origen
no puede ofrecerles.
Por ejemplo, Beto me comentaba que se siente harto de la situación por la cual pasa
el país, misma que lo afecta directamente al no poder encontrar un empleo acorde a la
carrera que estudió (de la que es pasante y tesista) y que sea bien pagado. Al quedarse sin el
apoyo económico que durante la licenciatura recibía de su papá ha optado por emplearse
como vendedor eventual de libros, vendedor eventual de juguetes didácticos y como
profesor eventual de guitarra –simultáneamente trabaja en su tesis de licenciatura–. Me
comentaba que tiene familiares radicando en Estados Unidos, él mira como una posibilidad
para mejorar su situación actual el migrar a una ciudad sureña de país vecino y vivir ahí
durante un tiempo con sus tíos y conseguir un empleo –después regresaría a México–. Beto
piensa que esto le ayudaría a mejorar su economía, así como su estado de ánimo, el cual ha
decaído debido a la circunstancia de inestabilidad económica por la cual pasa en estos
momentos.
El caso de Galamont es similar al de Beto, en tanto que al concluir el 100% de créditos de
licenciatura en diseño y programación comenzó a trabajar eventualmente en proyectos
colectivos y propios principalmente, sin embargo, me comentaba que “«freelancear» no es

110
suficiente 114 ”, es decir, que sus trabajos eventuales como ilustrador y diseñador
independiente no le proporcionan los recursos económicos suficientes para solventar todos
sus gastos. En una ocasión hablábamos sobre gente que se ha ido de México para hacer un
posgrado en el extranjero y me comentó:
Yo no tendría pedos con chambear de mesero o de cualquier otra
cosa un tiempo en Estados Unidos, estoy harto de esta pinche
ciudad, de todo, estoy como bien estancado, todo está bien
cabrón…me haría bien un cambio115.

Pamela comentaba que se está preparando para realizar dos exámenes en inglés (uno
de matemáticas y otro de idioma) que solicita cualquier universidad norteamericana para
estudiantes de nuevo ingreso a nivel maestría-doctorado. Su intención es irse de México en
verano para realizar una especialidad en ingeniería geológica en una universidad pública en
Illinois, Estados Unidos. Anteriormente tuvo la oportunidad de hacer prácticas
profesionales en ésta universidad, lo cual la alentó a buscar un posgrado en la misma
institución. Las razones por las cuales se ha decidido por migrar a este país están ligadas a
la búsqueda de crecimiento en términos académicos, pero también porque tendría mayores
probabilidades de encontrar un trabajo bien remunerado que le permita hacer investigación.
También piensa que si decidiera regresar a México, el hecho de haber realizado estudios en
otro país le daría un status más alto en comparación a otros ingenieros(as) mexicanos.
Juan también, tiene intenciones de continuar su preparación académica fuera del
país, piensa en estudiar el doctorado ya sea en Estados Unidos –como primer opción– o en
algún país de Europa –en segundo lugar–. Aunque no tiene definido el sitio específico al
cual irá en un futuro cercano, sabe que no quiere seguir en México porque el panorama
actual es limitado y de suma competencia en el ámbito académico.
El caso de Lorena es parecido al de Juan, pues tiene planeado ingresar a un
posgrado en México, ya sea en la Ciudad de México o en Tijuana, para así poder continuar
con una línea de investigación acorde a temas migratorios. Sus planes posteriores incluyen
realizar un doctorado fuera del país, en el mejor de los casos le gustaría tener la
oportunidad de obtener una beca para estudiar migración contemporánea en China.


114 Entrevista realizada a Galamont, octubre de 2015
115 Entrevista realizada a Galamont, octubre de 2015

111
En una entrevista realizada con Choco, me comentaba que ha tenido dificultades
serias para colocarse en un trabajo por un periodo prolongado y que aunque ha destinado
bastante tiempo a buscar empleo no ha conseguido uno que tenga una relación muy directa
con sus estudios de licenciatura. Por lo tanto, la migración hacia Estados Unidos se perfila
como una buena alternativa para el crecimiento académico y profesional, pero también
como una opción adecuada para salir de un país sumido en la violencia, el desempleo y un
poder adquisitivo en detrimento para la clase media –y para cualquier ciudadano de a pie–.

… no hay como una oferta muy grande de educación en


animación porque no hay una industria de contenidos que sustente
esa actividad en las universidades, y ésto claramente está
relacionado con una falta pues de empleo. … como joven
estudiante y profesional lo que veo es que la mayoría de las
oportunidades están fuera. He estado enfocándome a irme la
universidad de California y a la otra opción es en Nueva York, y en
Ohio también116.

Como se puede observar, el tema de la migración entre este grupo de jóvenes


capitalinos es sintomático, nos deja ver que la situación de su país de origen no está
permitiendo cumplir con sus expectativas a nivel personal y profesional, pero también
permite advertir que el carácter aspiracional de algunos de estos jóvenes de clase media los
lleva a buscar mayores y mejores oportunidades para abrir su panorama académico e
intelectual; al adquirir nuevas experiencias su capital social y cultural se nutrirían
considerablemente, más que el de aquellos que no pueden o no desean migrar. Por otro lado
se encuentra la parte anímica de algunos de los jóvenes, quienes se sienten estancados bajo
circunstancias económicas, laborales y sociales que les impiden alcanzar sus metas, la
frustración se traduce en malestar y en desesperanza, motivos suficientes para buscar en
otros países lo que piensan que en su lugar de origen obtendrían con dificultades
significativas (si es que llegaran a conseguirlo).


116 Entrevista realizada a Choco, marzo de 2016

112
CAPÍTULO 3. PODER, GÉNERO, VIOLENCIA, COMPLEJIDAD Y
PERCEPCIONES MUTUAS. ¿CÓMO NOS MIRAN Y CÓMO LOS MIRAMOS?

3.1. Representaciones sociales negativas mutuas ¿De dónde vienen?

La intención al desarrollar el capítulo uno y dos era la de dar contexto a ambas unidades
sociales de análisis, los dos grupos crecieron y se desenvuelven en ámbitos
socioeconómicos y laborales muy diferentes, casi polares. Aunque en los dos capítulos
anteriores no hablé explícitamente sobre la manera en cómo se establecen relaciones de
poder entre jóvenes y policías, la caracterización que hago sobre ambas unidades sociales
permite saber quiénes son los miembros de estos grupos y entender mucho de lo que sucede
al ponerse en marcha los mecanismos que posibilitarán el desarrollo de estrategias para el
ejercicio de poder de unos sobre otros.

113
A pesar de sus diferencias, ambos comparten una misma cultura –a la vez
diferenciada– y tienen en común la pertenencia a una misma sociedad mexicana enclavada
en la urbe. A lo largo de esta investigación me encontré con una constante: la mala relación
entre jóvenes y policías capitalinos. Aunque este aspecto fue un hallazgo sistemático, no
puedo aseverar que se trate de una generalidad –pues a mi parecer, cualquier generalidad
aplicada a los estudios socio-antropológicos no puede ser absoluta, mucho menos
tratándose de una muestra tan pequeña como ésta–.

La transmisión oral del conflicto presente en la cultura


Me permito afirmar que la mala perspectiva mutua que existe entre ambos grupos está
demarcada por un desarrollo cultural específico, inserto en la sociedad mexicana y
permeado profundamente por las representaciones sociales, mismas que a su vez están
envueltas en un contexto histórico nacional, político, económico...
Encuentro un conjunto de características atribuibles a la cultura que inciden en el
conflicto. De acuerdo con el antropólogo Edward B. Tylor, ésta puede ser definida de la
siguiente manera: “La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo
complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las
costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto
miembro de la sociedad” (Tylor, 1975:29).
Malinowski integra otros elementos importantes en su propia definición de cultura
además de los ya mencionados por Tylor, como lo son el lenguaje y los procesos
productivos:
La cultura incluye los artefactos, bienes, procedimientos técnicos,
ideas, hábitos y valores heredados. La organización social no puede
comprenderse verdaderamente excepto como una parte de la
cultura… El lenguaje, pues, forma parte integral de la cultura; no
es, sin embargo, un sistema de herramientas, sino más bien un
cuerpo de costumbres orales (Malinowski,1975:85-87).

La definición de Malinowski sobre la cultura resulta fundamental para los fines de


ésta investigación, en tanto que el antropólogo británico-polaco le reserva un lugar
especialmente importante al lenguaje como parte del sistema cultural y de las costumbres
que la integran.

114
Edgar Morin, parte del pensamiento complejo para afirmar que en el proceso
evolutivo de la especie humana hay una conexión entre lenguaje, cultura, desarrollo
cognitivo-motriz y adaptación sociocultural; elementos clave para la supervivencia del ser
humano.
Figura 3.1 Interrelación entre sociedad, especie, razón, individuo y lenguaje

cerebro mano lenguaje mente cultura sociedad

Fuente:Morin (1997:43)

No puede entenderse la cultura sin un código, es decir, el lenguaje, que si bien es


compartido por la humanidad entera, las sociedades alrededor del mundo se diferencian por
usar códigos lingüísticos particulares. Aun dentro de una misma área geográfica, por
pequeña que ésta sea, podemos encontrar variantes de una misma lengua; las cuales existen
tanto en entornos urbanos como rurales. En la Ciudad de México podemos descubrir tenues
variantes del mismo código lingüístico entre diversas demarcaciones, e incluso al interior
de una misma demarcación, como es en este caso la delegación Tlalpan.
Como ya lo había mencionado, la construcción social de las relaciones de poder
entre ciudadanos jóvenes y policías auxiliares no puede comprenderse sin tomar en cuenta
aquello que lo alimenta desde su entorno. La cultura permea cada aspecto de la vida social,
se transmite a través de lo que podemos tocar, sentir, pero también desde lo intangible. La
oralidad es el medio predilecto y más antiguo para la divulgación del conocimiento entre la
especie humana –más no es único–, incluso más que la escritura, pues la palabra enunciada
a través del sonido tiene una existencia previa a la expresión gráfica; en sociedades ágrafas
ha sido y continúa siendo la vía para la preservación de los saberes.
En las entrevistas realizadas con jóvenes durante el periodo de trabajo de campo me
percaté de que un aspecto compartido por todos ellos era el hecho de tener una mala
impresión sobre las y los policías –más de los varones que de las mujeres–, y que la mala
imagen, incluso entre las personas que nunca han tenido experiencias con policías
(positivas o negativas) estaba nutrida en varios de los casos por comentarios que los
jóvenes habían escuchado de familiares –en distinto grado generacional: papás, hermanos,

115
tíos, primos–, como también de gente externa a la familia: amigos, compañeros de la
escuela o de trabajo, gente cercana y conocidos. Es por ello que afirmo que la imagen
desfavorable que tienen estas personas está cimentada en la transmisión oral de las
experiencias de otros que son cercanos a ellos, un aspecto fundamentalmente cultural. Por
supuesto, además de estas dos vías informativas: la que concierne a la oralidad y a la de los
medios, está la de la propia experiencia.

Las opiniones cercanas y los medios de comunicación en la formación de la imagen


policial.
Es importante mencionar el papel que los medios de comunicación tienen en torno a la
construcción ambivalente de la imagen de los policías capitalinos: corrupto/honesto,
eficiente/inepto, el que resguarda la vida/el que puede arrancarla. Paradójicamente, al
exaltar las acciones positivas que llevan a cabo los uniformados, los medios reafirman
estereotipos y prejuicios que existen sobre los policías. Al mostrar aspectos positivos de
unos pocos individuos como excepcionales dentro de una mayoría caracterizada por sus
atributos desfavorables, se reafirma la representación social que estos jóvenes tienen
respecto a ellos.
En diciembre de 2015 un policía que trabajaba en la zona de Polanco se convirtió en
el centro de atención porque luego de encontrar una bolsa con 42 mil pesos la devolvió a su
dueña; en el encabezado publicado por un medio electrónico se leía “¡Si existen los buenos
policías! Regresa 42 mil pesos a dueña” (Unotvnoticias, 2015).
Por otro lado están las noticias que recogen hechos que involucran a policías en
actos de corrupción (la mayoría de las veces), abuso de autoridad o uso excesivo de la
fuerza, robo, los más graves hablan sobre asesinato y tortura.
En julio de 2015 salió publicada la noticia de la detención de policías capitalinos
por secuestro y extorsión de dos integrantes de la Marina, la nota indicaba que: “Les
pidieron 11 mil 700 pesos a cambio de no presentarlos ante el Ministerio Público”
(Aristeguinoticias, 2015).
Varios de los jóvenes entrevistados dijeron haber leído notas en internet circulando
por redes sociales o en medios impresos, o bien, haber visto en noticiarios televisivos
información sobre las ineficiencias de los policías capitalinos como funcionarios públicos,

116
pero también sobre acciones positivas llevadas a cabo por ellos. A continuación expongo
fragmentos de entrevistas que hablan sobre la representación social negativa de los policías
construida tanto por influencia de familiares y gente cercana, como también por los medios
de comunicación nacional.

Beto

Hablando con Beto en una ocasión, me comentaba que ha tenido experiencias negativas con
la policía y que además no tiene en buen concepto a los policías porque se ha formado una
mala opinión por información que ha visto circular en noticiarios y redes sociales, aunque
también interviene el hecho de tener cercanía con familiares que han trabajado en el medio
policial. Beto considera que los policías “son de lo más bajo”, al cuestionarle sobre las
razones que lo han llevado a pensar de ésta forma me respondió:
… tanto ellos como todos tenemos problemas para encontrar un
empleo bien remunerado. He tenido familiares que han sido
policías; la educación es muy limitada, la vida que han tenido les ha
orillado a no tener una mejor forma de trabajar más que eso.
Y aunque hagan una buena acción de vez en cuando que tú veas
por las redes sociales o que te comentó un vecino: salvó a un niño,
atrapó a un asaltante … realmente todo se va al carajo cuando día
a día te están acosando, te están extorsionando.
Pues yo creo que no hay medio, incluso el más reaccionario que no
haya escrito una nota viendo el nivel de corrupción que manejan las
corporaciones policiacas en general ¿no?117.

Beto me comentaba que en el entorno familiar recibió advertencias por parte de su


papá y su mamá desde que era niño respecto a la forma en cómo debía comportarse estando
en presencia de policías, y posteriormente cuando ya era adolescente, su papá le dio
algunos consejos sobre cuales debían ser sus reacciones al momento de encontrarse con un
policía, ya fuera en coche o caminando en la calle. También me comentaba que
actualmente, cuando se encuentra en la calle solo, trata de no tener una conducta que él cree
que pueda ser motivo de un encuentro con policías. Por ejemplo, evita sostener los cigarros
sin filtro de una forma distinta a la del común de la gente, esto con el fin de evitar que los
policías puedan pensar que se encuentra fumando marihuana, a pesar de que no esté
cometiendo una falta administrativa o un delito.

117 Entrevista realizada a Beto, enero de2016

117
Desde niño me decían:

“No los mires a los ojos, no los veas feo, no los insultes, no les
digas ni pío.” Cuando me enseñaron a conducir me decía mi papá:
“Tú cuando estés cerca de un policía actúa normal y no les digas
nada ni los peles, ya si te dicen que te detengas pues te detienes, ya
ni modo.” “Siempre que hay un policía pues aguas”

En la vía pública si estoy fumando sin filtro, pues procuro no


agarrar los cigarros como luego a mí me gusta agarrarlos o cosas
por el estilo para que no piensen que es mota ¿no?118.
Lorena
Me comentaba que aunque no ha tenido encuentros directos con policías, ni
experiencias buenas o malas, sí tiene una mala impresión de ellos. Ella se ha formado ésta
idea por las experiencias que han comentado familiares, amigos, gente cercana a ella y a su
familia; también por noticias que ha visto por televisión u otros medios, e incluso en textos
de ficción narrativa. En todos estos escenarios la imagen del policía es desfavorable, a
excepción del de los medios de comunicación, que presentan a los policías capitalinos
como figuras ambivalentes que oscilan entre lo bueno y lo pernicioso. Aunque Lorena no
ha tenido experiencias de relaciones directas con policías, me comentaba que en la calle ha
recibido piropos, albures y miradas morbosas de parte de algunos policías varones –nunca
de mujeres-; cosa que si bien no consituye una forma de violencia física directa, es una sutil
manera de ejercer violencia de género. A continuación presento un fragmento de entrevista
en el que tocamos el tema:

Tiene que ver más con experiencias de otras personas cercanas que
con la propia. Escuchas las historias, las ves en la televisión, en
periódicos. Y creo que son más las experiencias negativas que las
positivas.
Un consejo ahí de padres: "Ten cuidado cuando sales en las noches
porque no sabes si en algún momento te cruzas con un asaltante o
un policía” o “Trata de llevar algo de dinero en tu cartera o en tu
zapato por si llega un policía y tengas algo qué ofrecer"
Y la gente de la escuela."¡Ay, me apañó un policía!", esas historias
de los chicos que traen un porro y los paran y que los golpean. O
que incluso no traían marihuana y ellos se las plantaron en la
mochila, no para meterlos a la cárcel, sino para pedirles una

118 Entrevista realizada a Beto, enero de2016

118
mordida: "Ya, con $200.00 decimos que no traías nada" aunque no
traían nada119.

Además de las representaciones sociales negativas transmitidas a través de la oralidad se


encuentra la propia experiencia de Lorena en la vía pública, misma que en ocasiones ha
sido mala, pues policías varones la han mirado morbosamente, lo cual le ha generado
miedo, desconfianza y coraje.

Pues sí que te sabroseen (con miradas o palabras lascivas) en la


calle, típico, sobre todo cuando hay muchos hombres policía y ven
que no hay nadie pues te sabrosean120.
Anna
Para Anna la impresión que se ha formado sobre la policía metropolitana es
contradictoria, pues por un lado ha estado en situaciones en las que los policías la han
hecho sentir segura en una ciudad con altos índices de inseguridad, pero por otro lado,
después de escuchar anécdotas de gente cercana en donde hay policías implicados
negativamente, también se ha sentido insegura ante su presencia. Particularmente porque
esto la ha llevado a pensar en la posibilidad de que policías y delincuentes estén en
contubernio; esto genera una contradicción en cuanto a la percepción que tiene sobre los
policías.

Antes me sentía más segura, digamos que veía un policía y del otro
lado veía a un tipo que se veía sospechoso, me sentía como segura
porque ahí tenía a un policía al lado.
Últimamente con tantas historias que uno va escuchando, ya lo que
pasa por mi cabeza es: "¿Y si el policía está trabajando con él?".
Historias que uno escucha así como de una amiga que iba
caminando, y fue como: "¡Oiga, están asaltando en ese auto!" y los
policías dijeron:"Sí, sí, déjalos". O sea, les estaban dando una cuota,
entonces ante eso uno dice: ¿A quién recurro si algo me pasa?121
Juan
Me comentaba su opinión sobre los policías capitalinos. La mala impresión que se
ha formado sobre la policía de la Ciudad de México está fundada en gran parte por
experiencias personales con uniformados, pero también por experiencias que le han
comentado amigos cercanos.


119 Entrevista realizada a Lorena, enero de 2016
120 Entrevista realizada a Lorena, enero de 2016
121 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016

119
Híjole, tema complicado. Lo primero que me viene a la mente es
desconfianza. El policía debería representar seguridad, pero en este
país no existe. Representa inseguridad122.
Después, al preguntarle qué puntuación les daría a los policías del 1 al 10 (siendo el
número 1 la peor calificación y 10 la mejor) para calificarlos de acuerdo a sus experiencias
personales y a las anécdotas que personas cercanas a él como amigos y familia le han
comentado sobre sus encuentros con policías, me respondió que les daría una calificación
reprobatoria porque para él, los policías están directamente relacionados con actos ilícitos y
de corrupción que llevan a cabo para poder cubrir sus necesidades económicas.

Yo los mantendría en un 5, porque al mismo tiempo de que


conocemos de qué manera actúan por medio de prácticas de
corrupción y amenazas en las que aprovechan su situación como
autoridad, también resulta que el policía en México es alguien que
viene de abajo, alguien que no tiene educación. Y va a intentar
solventar sus necesidades inmediatas. Y si necesita llevar a cabo
prácticas ilegales, lo va a hacer para solventarlas123.

Al pedirle que los calificara del 1 al 10, Choco les dio una calificación reprobatoria , misma
que está relacionada con la violencia que se ha incrementado sin precedentes en la mayor
parte de estados de la República, lo que entre la población nacional da la impresión de que
los elementos de seguridad pública no hacen adecuadamente su trabajo porque se ven
rebasados por la delincuencia organizada. Además, elementos de policía han tenido
relación con delitos perpetrados contra civiles –ya sea en el contexto de movimientos
poliíticos-sociales o en la vida diaria-:
Un 3 a lo mucho. En México la policía no está muy bien vista por
todos los eventos que hemos visto que han sucedido en donde la
policía está involucrada. Ayotzinapa es un indicador de lo más
cercano en donde identificas cuál es el papel de la policía en
México, la policía siempre está para amedrentar al pueblo. Yo creo
que esos estigmas se están quedando muy arraigados a la sociedad y
más cuando han pasado todas esas cosas124.


122 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015
123 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015
124 Entrevista realizada a Choco, marzo de 2016

120
José
Un día entre semana fui a visitar a José a su trabajo, hizo una pausa a la base de
datos en la que estaba trabajando; tomó su tiempo de comida en la oficina para platicar
conmigo sobre sus experiencias con policías y lo que piensa y siente sobre ellos.

Pues creo que la verdad por la situación del país las personas que se
meten a ser policías han sido dorgadictos, o bueno, que yo he visto
en mi experiencia son chavos que por no encontrar un trabajo se
meten a ser policías. Y tú dices ¿ésta es la policía que está
representando el país? Si yo los veía pintando, los veía drogándse,
emborrachándose, pues ¿qué referencia tengo de ellos? Y son
contados los que son buenos para cumplir su trabajo125.

Al preguntarle si había tenido experiencias con policías a lo largo de su vida, José


dijo que las experiencias que ha tenido con uniformados han sido desfavorables, haciendo
énfasis en la corrupción como un problema inherente al modo de actuar de los policías.
Mencionó una experiencia particularmente significativa para él por tratarse de su hermano
mayor, quien tuvo un accidente automovilístico, y de acuerdo con José, los policías que
llegaron al lugar de los hechos trataron de despojarlo de sus pertenencias.

Por ejemplo, a mi hermano más grande. Él regresaba de la escuela;


por las presiones de la escuela y el trabajo le entraban ataques de
nervios. Él venía manejando, entonces perdió el control del carro y
se aventó por aquí en el camellón de Huipulco y estaba muy mal.
Los policías que estaban ahí se querían robar sus cosas, su cartera,
su celular y todo.
Entonces a fin de cuentas uno de ellos le marcó a mi papá y ya
pudieron ir por él para auxiliarlo pero el señor éste no quería llamar
a una ambulancia y gastar su saldo, siendo él el policía, que tiene la
obligación en un accidente126.

Como habrá podido apreciarse en los testimonios de las y los jóvenes, la percepción
que tienen éstos sobre la Policía como corporación, así como la apreciación que tienen es
mayormente negativa. Sin embargo, algunos de los jóvenes expresaron que no todas sus
experiencias con los uniformados han sido malas, pero a pesar de ello esto no cambia la
mala percepción sobre ellos. Aunque gran parte del grupo de jóvenes dijo saber que los

125 Entrevista realizada a José, marzo de 2016
126 Entrevista realizada a José, marzo de 2016

121
sueldos de los policías son bajos, esto no justifica los actos de corrupción en los que de
acuerdo con estos jóvenes, los policías “siempre” incurren. El problema de la percepción y
apreciación negativa hacia los policías tiene varias aristas:

1) La transmisión oral de su mala imagen, que es indisociable de la cultura urbana de


éstos jóvenes que habitan en la Ciudad de México.
2) Las emociones arraigadas al significado-significante que tiene la figura del policía
capitalino.
3) Las representaciones sociales mutuas negativas que constituyen pautas para la
acción social, como se verá a continuación.

Representaciones sociales: un breve acercamiento


Un primer acercamiento al tema de las representaciones sociales viene del psicólogo social
Serge Moscovici, quien parte de la conceptualización de Emile Durkheim sobre las
«representaciones colectivas» para plantear su concepto de «representaciones sociales».
Para Durkheim los fenómenos sociales sobrepasan a las personas, es decir, se les imponen,
como sucede en el caso de las creencias religiosas o la moral; por lo tanto, el hecho de que
esas obligaciones de la vida social rebasen a los individuos, demuestra que no son
construcciones individuales, sino colectivas.
…se puede decir que las representaciones colectivas son exteriores
a las conciencias individuales es porque ellas no provienen de los
individuos aisladamente, sino en su conjunto... En la elaboración
del resultado común, cada uno aporta, sin duda, su parte alícuota...
La verdad es que en la fusión de la que resulta esa totalidad, todos
los caracteres individuales tan divergentes por definición, se
neutralizan y se destruyen recíprocamente…Sólo sobrenadan…las
propiedades más generales de la naturaleza humana; y es
precisamente a causa de su extremada generalidad que pueden
asumir esas formas especialísimas y por demás complejas
(Durkheim, 2006:23-31).

La propuesta teórica de Serge Moscovici viene de la Psicología Social, quien con


una influencia psicoanalítica plantea que las representaciones sociales son necesarias para
establecer la comunicación y conocimiento en un grupo de personas mediante lo simbólico
y figurativo. Siendo las representaciones (de cualquier tipo) representaciones del objeto y
del sujeto simultáneamente:

122
La representación social es una modalidad particular del
conocimiento, cuya función es la elaboración de comportamientos y
la comunicación entre los individuos. La representación es un
corpus organizado de conocimientos y una de las actividades
psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la
realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación
cotidiana de intercambios…(Moscovici,1979; citado en Mora,
2002)

De esta forma, las representaciones sociales constituyen un sistema que sirve para
interpretar la realidad y formar ideologías, también fungen como una forma de
epistemología colectiva, en tanto que generan conocimientos, sin embargo, esto sólo es
posible mediante el proceso de aprehensión de la realidad por medio de los procesos
comunicativos entre las personas. El papel de las representaciones sociales, entonces, es
condensador, pues hace asimilables los procesos en los que las personas van a construir sus
pensamientos sobre la realidad aprehendida.
En El psicoanálisis, su imagen y su público (1979) Serge Moscovici señala que las
representaciones sociales son pautas para la acción humana, en tanto que son capaces de
transformar los elementos del medio que les rodea en la psique de las personas, pero el
hecho va más allá, pues se relacionan con sistemas, mismos que son cambiantes “sistemas
constantemente removidos, comunicados entre las generaciones y las clases. Los prejuicios,
por ejemplo, siempre están arraigados a los sistemas” (Moscovici,1979:32).

…una representación social es una “preparación para la acción”, no


lo es sólo en la medida en que guía el comportamiento, sino sobre
todo en la medida en que remodela y reconstituye los elementos del
medio en el que el comportamiento debe tener lugar. Llega a dar un
sentido al comportamiento, a integrarlo en una red de relaciones
donde está ligado a su objeto. Al mismo tiempo proporciona las
nociones, las teorías y el fondo de observaciones que hacen estables
y eficaces a estas relaciones (Moscovici,1979:32-33).

Por otro lado pero siguiendo la propuesta teórica de Moscovici, Denise Jodelet
habla de las representaciones sociales en un doble sentido: en primera instancia, se refiere a
ellas como una “forma de conocimiento social” en tanto que ayudan a aprehender el mundo
que nos rodea. En segundo lugar, habla de las representaciones sociales como el ejercicio
cognitivo que las personas llevan a cabo para “fijar su posición en relación con situaciones,
acontecimientos, objetos y comunicaciones que les conciernen” y que deben ser abordadas

123
como “el producto y el proceso de una elaboración psicológica y social de lo real”
(Jodelet,1986:473).
La misma autora plantea que hay tres esferas a las que pertenecen las
representaciones sociales a) Subjetividad, b) Intersubjetividad y c) Trans-subjetividad. Las
cuales permean las representaciones sociales; mismas que a su vez están inmersas en la
pertenencia social a un grupo formada por varios tipos: 1) la del lugar en la estructura social
y la de la posición en las relaciones sociales; 2) la de la inserción en los grupos sociales y
culturales que definen la identidad; 3) la del contexto de vida donde se desarrollan las
interacciones sociales; 4) la del espacio social y público (Jodelet, 2008:51-53).
Las representaciones vuelven a presentar en la psique de las personas objetos,
sujetos, acontecimientos, esto quiere decir que las representaciones no constituyen a los
objetos en sí. “…en la representación tenemos contenido mental concreto de un acto de
pensamiento que restituye simbólicamente algo ausente” (Ídem). Ésta es una característica
muy peculiar de las representaciones sociales, pues según Jodelet, les permite hacer el
vínculo entre percepto (los objetos como los perciben las personas), concepto (como
construcciones mentales que permiten el entendimiento de las experiencias vividas)127 e
imagen. Las representaciones sociales están integradas por contenidos, es decir,
información, opiniones, actitudes, imágenes. A su vez esos contenidos se relacionan con
objetos: personajes sociales, empleos a desempeñarse, acontecimientos políticos,
económicos, etcétera. Pero a la vez las representaciones sociales son de sujetos, es decir,
personas, familia, clase, grupo…en relación con otros sujetos. Es por esto que las
representaciones sociales “son tributarias” de la posición que tienen los sujetos en la
sociedad (Jodelet, 2008:473-475).
Las representaciones sociales no sólo sustituyen lo que está ausente, sino que son
capaces de crear algo que de hecho ya existe, por esta razón es que en el proceso
comunicativo de las personas está presente la interpretación, por ello que las
representaciones sociales implican una construcción y no son solo una copia de la realidad
que se les presenta a los sujetos; en los procesos comunicativos existe una parte de
autonomía pero también de colectividad. Existen cinco características atribuibles a toda


127 Para consultar información adicional sobre la definición de concepto puede consultarse:

Moulines, Carlos (1997). Fundamentos de Filosofía de la Ciencia. Alianza Editorial.

124
representación social: 1. Siempre es la representación de un objeto; 2.Tiene un carácter de
imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la idea, la percepción y el
concepto; 3. Tiene un carácter simbólico y significante; 4. Tiene un carácter constructivo;
5. Tiene un carácter autónomo y creativo (Jodelet, 2008:479).
Un aspecto muy significativo en torno a las representaciones sociales es a lo que la
autora se refiere como «anclaje», es decir, a la manera en cómo se integran cognitivamente
los objetos representados dentro de los sistemas de pensamiento y a la manera en cómo
esos sistemas sufren transformaciones “…el proceso de anclaje, situado en una relación
dialéctica con la objetivización, articula las tres funciones básicas de la representación:
función cognitiva e integración de la novedad, función de interpretación de la realidad y
función de orientación de las conductas y las relaciones sociales.” (Ibídem,p.486)
Otra propuesta teórica es la de Jean-Claude Abric, quien señala que las personas al
emitir opiniones sobre los objetos los definen, es decir, que los objetos son transformados y
reconstruidos por los individuos hasta volverse afines a sus propios sistemas cognitivos.
Las personas se apropian de los objetos (en sus mentes) para poderlos aprehender e
insertarlos en su realidad. Abric entiende las representaciones sociales como “…guías para
la acción…las representaciones son conjuntos socio-cognitivos, organizados de forma
específica y regidos por reglas propias de funcionamiento. La comprensión de los
mecanismos de intervención de las representaciones en las prácticas sociales supone, por
tanto, que la organización interna de la representación sea conocida” (Abric, 2001).
Según Abric los sujetos no pueden separarse de los objetos, porque los objetos están
circunscriptos a contextos activos a los cuales están arraigados como una continuación de la
manera de comportarse, las normas que se siguen, y las actitudes de los sujetos. En
términos del autor, las personas construyen a los objetos al emitir respuestas ante estos, al
opinar sobre determinado objeto lo construye y al ser reconstruido por las personas, ese
objeto ahora será congruente con el sistema de evaluación que usan los individuos. Plantea
que: “a priori no existe realidad objetiva, pero que toda realidad es representada, apropiada
por el individuo o el grupo y reconstruida en su sistema cognitivo, integrada en su sistema
de valores que depende de su historia y del contexto social e ideológico que le circunda. Y
es esa realidad apropiada y reestructurada que para el individuo o el grupo constituye la
realidad misma”(Abric,2001:5).

125
La importancia de integrar a las representaciones sociales en la presente
investigación, es que éstas funcionan como “guías para la acción” en tanto que constituyen
sistemas interpretativos de la realidad que orientan las acciones y relaciones sociales de las
personas “Es un sistema de pre-descodificación de la realidad, puesto que determina un
conjunto de anticipaciones y experiencias” (Ibídem,p.7) como lo señala Abric.
Las representaciones sociales sirven como pautas para las acciones que las personas
realizarán, en tanto sistema de interpretación y transformación de los objetos, este hecho
nos interesa porque el potencial transformador que tienen las representaciones sociales
pueden ayudarnos a entender cómo es que se ha conformado la mala imagen que tienen los
jóvenes capitalinos de los policías y viceversa.

La pertinencia del uso de la teoría de las representaciones sociales es de gran ayuda


para vislumbrar el porqué de las acciones que los uniformados llevan a cabo con los
jóvenes y los motivos que llevan a los jóvenes a realizar determinadas acciones al momento
de encontrarse con los policías. No podemos dejar fuera el aspecto contextual, es decir,
social de estas relaciones entre ambos grupos: la historia, las experiencias, las opiniones, la
cultura, las emociones, los diversos discursos construidos en torno a las propias relaciones
de poder entre ambas partes. Pues las representaciones sociales construyen, pero de manera
simultánea son construidas constantemente por los sujetos; al igual que la cultura, las
representaciones están en constante cambio, ese cambio se da tanto a nivel cognitivo como
a nivel social.

Las representaciones sociales son fundamentales en la reproducción de las


relaciones y prácticas sociales porque tienen funciones específicas de acuerdo con Abric:
1) Permiten entender y explicar la realidad: las representaciones sociales hacen posible que
las personas puedan aprehender la realidad, también adquirir conocimientos y poder
asimilarlos dentro de su marco referencial, apropiarse de ellos de tal forma que para
ellos(as) sean entendibles. Ese marco referencial es crucial para que las personas puedan
transmitir e intercambiar información, comunicar esos «saberes», como los llama
Moscovici.
2) Definen la identidad y permiten la salvaguarda de la especificidad de los grupos:
permiten a los grupos de personas formar una identidad colectiva pero también individual

126
que es “compatible con los sistemas de normas y valores social e históricamente
determinados” (Mugny y Canigati,1985:183 citado en Abric,2001:7)
3) Conducen y orientan los comportamientos y prácticas: Abric señala que las
representaciones sociales “producen un sistema de anticipaciones y expectativas” en tanto
que implica un proceso de selección de información e interpretación para adecuar la
realidad a la representación social; las representaciones existen antes que las interacciones
sociales, pues las prevén y las determinan. “La existencia de una representación de la
situación previa a la interacción misma hace que en la mayoría de los casos «los juegos
están hechos de antemano», las conclusiones son planteadas antes incluso de que inicie la
acción” (Ibídem,p.8)
4) Permiten justificar a posteriori las posturas y comportamientos: las representaciones
sociales le permiten a las personas justificar y explicarse sus acciones luego de realizarlas
respecto a su propio grupo al que pertenecen; para Abric, las representaciones sociales
perpetúan y justifican las diferenciaciones sociales, “puede, -como los estereotipos-
pretender la discriminación a mantener una distancia social entre los grupos
respectivos”(Ídem)
Para la presente investigación, el punto 3. señalado por Abric resulta
particularmente importante, pues las relaciones de poder entre jóvenes y policías ya están
dadas de antemano por una representación social perniciosa que llevará a un grupo y a otro
a tomar la parte por el todo, es decir, a asumir y dar por sentado prejuicios e incluso
llevarán a cabo acciones partiendo de esos pensamientos predispuestos por las
representaciones sociales mutuas. Por otra parte está el hecho de que el posicionamiento
negativo que toma un grupo respecto al otro es justificado por las representaciones sociales,
perpetuando así no solo la mala imagen mutua, sino justificando acciones perniciosas de un
grupo sobre otro. Es decir, perpetuando prejuicios de los policías hacia los jóvenes y de los
jóvenes hacia los policías. Más adelante, a lo largo de la presente investigación hablaré del
conjunto de atributos negativos contenidos en estas representaciones sociales mutuas.
Para María Auxiliadora Banchs las representaciones sociales son “una
epistemología del sentido común”, en donde el lenguaje tiene un papel preponderante, pues
los procesos comunicativos son esenciales no solo para la transmisión de mensajes y
establecer la comunicación, sino para una constante reconstrucción de significados y

127
símbolos. Según Banchs las representaciones sociales son producidas en el marco del tipo
de intercambios verbales y no verbales generados por personas circunscritas a un espacio
geográfico y social específico desde donde construyen y tratan de entender su realidad
social. A su vez, dicho espacio forma parte de otro mayor, uno global con arraigos
históricos y culturales particulares que tienen influencia sobre los individuos. Las
representaciones sociales están traspasadas por conocimientos y una “memoria social” que
se transmiten generacionalmente, y la pluralidad histórica y cultural, que es a su vez
particular, le dan a las representaciones sociales su diversidad (Banchs, 2001:14-17).

¿Qué piensan los(as) policías?


Como lo había mencionado en capítulos anteriores, para mí resultaba importante conocer la
manera en cómo se percibían jóvenes y policías entre sí, pues esto arrojaría información
medular que me ayudaría a entender y a explicar la puesta en escena de las relaciones de
poder entre ambos grupos, así como los elementos que permiten su desarrollo y su
constante reproducción.
Durante las entrevistas realizadas a jóvenes y policías les hice algunas preguntas
relacionadas con la imagen que tienen unos sobre otros, también les pedí que se calificaran
mutuamente en un rango de 1 a 10 –siendo el 1 para la peor calificación y 10 para la mejor-
Como resultado de éste ejercicio las calificaciones fueron en su mayoría reprobatorias tanto
de los jóvenes hacia los policías como de éstos hacia los jóvenes, así como una imagen
mayoritariamente mala entre ambos.
Entre las razones que los jóvenes me dieron para explicar su desaprobación hacia
los uniformados estaban el incumplimiento de sus funciones como servidores públicos en
algún momento en el que necesitaron de su intervención, principalmente en situaciones de
robo y conflictos vecinales.
En la mala opinión de los jóvenes respecto a los uniformados también estaban
presentes experiencias desagradables sobre policías vividas tanto por los propios jóvenes
como compartidas por familiares y gente cercana a ellos.
Por su parte, los oficiales señalaban que su desaprobación hacia los jóvenes se
basaba en que éstos no solo transgreden las normas de convivencia e incluso cometen
delitos, sino que en el momento de incurrir en faltas administrativas casi nunca aceptan su
responsabilidad y acto seguido apelan a sus derechos. También decían que los jóvenes

128
tienen una noción más que un conocimiento certero de sus derechos, así como un
desconocimiento de sus obligaciones ciudadanas.
A continuación presento fragmentos de entrevistas con jóvenes y policías en las
que puede apreciarse el posicionamiento de unos frente a otros. Primero empezaré con los
testimonios de policías auxiliares, para luego continuar con los de los jóvenes.
Oficial Roberto
Ambos hablamos sobre su percepción sobre la ciudadanía joven y los motivos que
él atribuía a formarse una imagen desfavorable sobre este grupo en particular.
Hay un mal comportamiento de los ciudadanos, salen y se orinan, y
luego llega la patrulla, y si lo agarras ¡uuuuutaa! eres un prepotente,
un agresivo. Hay un conflicto entre policías y ciudadanos128.
Le pregunté a Roberto de qué manera calificaría a la ciudadanía joven, ésta fue su
respuesta:

Les daría un uno de calificación, o cero, ni uno, de verdad. Citando


a Durazo Moreno: “Si el ciudadano se portara bien, no sería
necesaria la policía.” ¡El ciudadano es un puto desmadre!129

También cuestioné a Roberto sobre sus razones para calificar con una puntuación tan baja a
los jóvenes con quienes ha tenido contacto.

Porque abusan de su condición de ciudadanos. Para mí el ciudadano


es culpable de todo, los ciudadanos no tienen cultura. Educando al
ciudadano se educa al policía, porque el policía es ciudadano130.
Al preguntarle sobre el tipo de trato que ha recibido por parte de la ciudadanía me comentó
que éste ha sido en su mayoría malo y como policía ha experimentado situaciones
desagradables. Pregunté lo que él creía que pensaba la ciudadanía sobre los policías
auxiliares y las razones por las cuales la gente pensaba de esa manera. De acuerdo con
Roberto, la mayoría de las personas que deciden convertirse en policías lo hacen por
necesidad y no por una vocación de protección y servicio a la ciudadanía, lo cual se traduce
en una falta de incentivos para hacer correctamente su trabajo.

La ciudadanía tiene una pésima impresión de La Policía. El


ciudadano odia al policía y terminan metiéndose de policías, entran

128 Entrevista realizada al oficial Roberto, marzo de 2014
129 Entrevista realizada al oficial Roberto, marzo de 2014
130 Entrevista realizada al oficial Roberto, marzo de 2014

129
por trabajo, por necesidades económicas. Piensan lo peor porque
desde chiquito creces con odio al policía, es súper raro cuando un
niño te saluda.
…sí tienen los prejuicios algo de cierto porque de 20 policías que
entran uno tiene vocación131.

Pero también es cierto que los policías tienen la función de evitar la alteración del orden
público, lo que significa tratar de orientar la conducta de las personas para evitar que
cometan infracciones o delitos, o en su defecto, que dejen de hacerlo. Esto causa malestar
en la gente porque es un ejercicio de poder legal, es decir, los policías tienen el cometido de
echar mano de prácticas legales para orientar a la gente a dejar de hacer algo indebido, o al
contrario, a realizar una acción que no desean (por ejemplo, no beber alcohol u orinarse en
la calle):

Porque los ciudadanos no quieren ser molestados, no aceptan su


responsabilidad y también el policía quiere dinero y sacar dinero.
Tanto yo los trato mal como ellos me tratan mal. Porque al
ciudadano le gusta hacer y que no le hagan, no les gusta que les
digas nada, son ofensivos. Te dicen groserías: puto, chinga tu
madre…Nos dicen “¡pinches policías!”. El día que te hablan bonito
es porque quieren algo. Citando al Negro Durazo: “La corrupción la
hacen los ciudadanos”132.

Oficial Arturo
En alguna de las entrevistas que realicé con el oficial Arturo, tratamos el tema del
comportamiento juvenil y le pedí que me diera su opinión en torno a ello; también
hablamos sobre la manera en que Arturo cree que la ciudadanía joven percibe a los policías.
De acuerdo con él, la mala imagen que tiene la ciudadanía en general, y en particular los
jóvenes, se debe en gran medida a la participación de algunos policías en actos delictivos.
Pues la mala fama que se ha hecho de muchos compañeros por ser
agresivos y prepotentes. No nos bajan de rateros.
Si es muy cierto porque he conocido compañeros que se dedican al
robo, al asalto, al secuestro. Cuando estuve en otro agrupamiento, el
titular lo sabía junto con el Gama, que los compañeros que estaban
en la central de abastos se dedicaban al secuestro, a la extorsión, al
robo, a saquear bodegas133.


131 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
132 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
133 Entrevista realizada al oficial Arturo, diciembre de 2015

130
Concretamente en cuanto a la manera en que cree que los policías son percibidos
por los jóvenes, el oficial Arturo me comentaba que generalmente las interacciones con éste
sector de la población son difíciles porque los jóvenes tienen de antemano una idea
negativa sobre los policías capitalinos, los encasillan como gente mal informada
“ignorante”. Esto genera que las relaciones entre unos y otros en la vía pública –
principalmente, pero también en otros contextos- no sean cordiales.

Se molestan porque piensan que el policía debe de saber todo,


preguntan direcciones, rutas de camiones, calles, pero por desgracia
no podemos saber todo. ¡Uh, ya hasta perdí la cuenta de las
mentadas! Y lo primero que nos dice la gente cuando se molestan es
que somos unos ignorantes, de ahí no nos bajan.
Pues los jóvenes nos dicen que seamos comprensivos con ellos,
que les demos permiso de tomar, de consumir enervantes. Todo se
lo llevan en desmán. Hay muchos que sí nos comprenden pero hay
otros que nos dicen: brutalidad policiaca, represión134.

Oficial Manuel
En una de las entrevistas realizadas con Manuel le pregunté cuál era su opinión sobre el
comportamiento de los ciudadanos, en especial sobre los jóvenes con quienes ha tenido
contacto. A continuación expongo fragmentos de aquella entrevista, en donde el oficial
Manuel enfatizaba el hecho de que la corrupción viene de los ciudadanos porque ofrecen
dinero a cambio de no aceptar las consecuencias legales que tiene incurrir en una falta
administrativa. Es decir, permitir ser detenida(o) ir al Juzgado Cívico y pagar la multa
señalada en la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México.

No quieren que haya reglas, todos quieren arreglar todo con dinero,
hacen algo mal y luego luego te quieren soltar 100 pesos, son
corruptos. Cuando los ciudadanos cometen faltas administrativas la
gente no acepta que está incurriendo en faltas. Te mientan la madre,
te dicen: “vives de mis impuestos”, “puercos”135.

El oficial Manuel dijo que en los momentos en los que los policías tratan de hacer
detenciones es común que otras personas (ajenas al problema que genera la detención) se


134 Entrevista realizada al oficial Arturo, diciembre de 2015
135 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015

131
inmiscuyan para defender a la persona que está siendo detenida. Esto sucede aunque la
gente ajena al problema -que empieza a defender a la persona a quien los policías pretenden
detener- desconozca las razones que llevaron a los policías a realizar tal detención.
Le pregunté cómo calificaría a la ciudadanía, en particular a los jóvenes (en una
escala del 1 al 10) y la razón por la cual merecían esa calificación.
Como 5 para no bajarlos a 3, nos falta cultura desde la niñez, no
tienen cultura, educación cívica, no conocen las obligaciones que
tienen como ciudadanos136.

A propósito del trato que Manuel ha recibido de la población civil, él me comentaba que
está lejos de ser bueno.
Nos tienen como lo peor, muy pocos se expresan bien de La Policía,
dicen que son analfabetas, que no saben nada. Nos dicen: puercos,
acólitos del diablo, ratas uniformadas, tecolotes. Es un pleito entre
ciudadanos y policías137.

Calificó de la siguiente manera el trato recibido por la ciudadanía en una escala del 1 al 10.
Me dijo que en su opinión ha recibido un pésimo trato por parte de los ciudadanos.

Como un 0 de calificación, porque no tienen consideración hacia el


servidor público. No es muy buena, piensan que son lo peor, que les
falta preparación, pero no ven que ellos propician esto, corrupción.
El simple hecho de que los obligues a que no hagan algo es
molesto. La gente se siente en desacuerdo con la policía138.
Al preguntarle al oficial Manuel sobre las razones por las que él pensaba que los
ciudadanos en general, y los jóvenes en particular se habían formado esa mala.

Porque a veces –los policías– sí lo han propiciado, el policía es


corrupto porque la ciudadanía lo permite, si la policía no se lo
permite ya no se va a corromper la policía. Ellos son los que te
ofrecen139.
Oficial Iliana

A continuación presento un fragmento de la entrevista realizada con Iliana en donde


primero dio su opinión sobre el comportamiento de la ciudadanía. Después, me habló sobre
la calificación que les daría a los civiles en una escala del 1 al 10 (siendo el número 1 la

136 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015
137 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015
138 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015
139 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015

132
peor calificación y 10 la mejor) y las razones para calificarlos de esa manera. Y por último,
conversamos sobre las razones por las que ella pensaba que los ciudadanos tienen a los
policías en un mal concepto.

Para el pueblo siempre somos de lo peor, pero cuando necesitan al


policía ahí sí existimos. ¡Pues el gobierno ha hecho que nos vean
como los ojetes, como los rateros! Los policías sólo cumplimos
órdenes, y es lo que la gente no ve.

Los cuidadanoste niegan lo que hacen mal, se escudan en algo que


es una mentira para no asumir la responsabilidad. Pues piensan que
somos mugrosos, unos analfabetas. Se quedaron con la idea del
policía de antes que con la primaria ya entraba140.
Oficial Fernando
En una primer entrevista con el oficial Fernando que se realizó cuando él salía de su
guardia de la noche anterior, aproximadamente a las siete de la mañana, tocamos varios
temas. Para abrir la conversación comencé preguntándole cómo le había ido en la guardia
de la noche anterior. Su semblante cambió rápidamente de sereno y relajado a uno que
expresaba tensión. Mientras el oficial Fernando continuaba comiendo sus huevos revueltos,
me decía que había sido una madrugada difícil porque habían encontrado una parte humana
desmembrada en una bolsa de plástico colgada de un puente peatonal con un mensaje
escrito en una cartulina. Lo que generó una rápida movilización de su sector policial para
retirarla antes de que los medios de comunicación lanzaran la nota y escandalizaran a la
población.
Sentí náuseas y miedo. Pero hice mi mejor esfuerzo para disimular mi estado
emocional y continuar platicando con normalidad. Empecé informalmente la entrevista
preguntándole cuáles eran las dificultades, ventajas y desventajas de ser policía, a lo que él
me respondió lo siguiente:
Te podría decir que las personas en otro momento te respetaban y te
valoraban, desde un año o año y medio a la fecha (2014), ya las
personas incluso le temen al policía. Creo que es por la forma de
actuar de los policías, los policías se han ganado eso. Caer en
abusos, arbitrariedades, acusaciones sin fundamento. Aunque
siempre ha habido un sector de la sociedad que está en contra de la
policía141.

140 Entrevista realizada a la oficial Iliana, febrero de 2016
141 Entrevista realizada al oficial Fernando, diciembre de 2015

133
El oficial Fernando indirectamente resolvió algunas dudas que yo tenía respecto a
las causas de la mala imagen que tiene gran parte de la ciudadanía capitalina sobre la
policía. Esto, de acuerdo con Fernando, está estrechamente relacionado con malas prácticas
en las que algunos policías han incurrido y/o continúan cayendo: Abusos, extorsión,
corrupción...lo cual lleva a la población civil a formarse una imagen perniciosa en la que
permean el miedo y la desconfianza hacia los policías.

Oficial Catia
Catia y yo nos quedamos de ver en una estación de la línea 2 del metro de la Ciudad de
México. Después fuimos a comer a una tortería que quedaba frente al metro. En ésta cuarta
entrevista con la oficial Catia, me comentaba su opinión sobre la ciudadanía y
particularmente sobre los jóvenes con quienes ha tenido contacto. Mientras comíamos me
comentaba que no ha recibido un buen trato por parte de la gente, y que se siente
menospreciada. Pero a pesar de no haber recibido un buen trato de la ciudadanía, también
me comentaba que ha habido personas amables que la ha tratado con respeto. Sin embargo,
el contacto con los jóvenes suele ser especialmente difícil porque la relación con ellos es
constantemente confrontativa verbalmente y en ocasiones escala a la violencia física.
En los mítines, en las manifestaciones te gritan: ¡A estudiar, a
estudiar para policía no llegar! Cuando les resuelves sus problemas
eres perfecto, cuando no, eres lo peor142.

Al preguntarle a Catia cómo calificaría en una escala del 1 al 10 a los ciudadanos y


porqué, ella me comentó que como policía no se siente valorada por los jóvenes ni por la
ciudadanía en general. Para ella los ciudadanos no somos capaces de mirarlos como
personas. Sus experiencias con jóvenes han sido conflictivas y en ocasiones hasta
violentas; de acuerdo con Catia la resistencia de los jóvenes a acatar las órdenes que les
daban a éstos, detonaban la violencia.

Les doy 5 porque conoces gente muy buena y gente muy mala. Los
jóvenes son los más déspotas, en las noches de viernes tomaban y
fumaban mota. Los policías que revisaban las grabaciones de las
cámaras de seguridad nos decían que había «X9» (gente
sospechosa). Los jóvenes se oponían a las revisiones, nos decían

142 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre de 2015

134
que no teníamos derecho a revisarlos y que ellos sabían sus
derechos. Los chavos empujaban a los compañeros, nos decían
“¡Pinches policías come cuando hay!143”

Oficial Silvia
Durante la primer entrevista realizada con Silvia yo le preguntaba sobre los aspectos de su
trabajo como policía que eran de su agrado y cuales le desagradaban, así como las
motivaciones y desmotivaciones de ser policía auxiliar. En ésta plática indirectamente
Silvia tocó un tema importante: el cómo creía que los policías capitalinos son vistos por los
ciudadanos jóvenes. De acuerdo con Silvia las malas prácticas en la policía de la Ciudad de
México fueron inauguradas por un escabroso personaje policial, Arturo Durazo Moreno,
mejor conocido como el “Negro Durazo”. Quien desempeñó el cargo de jefe de Policía y
Tránsito en el Distrito Federal. Para Silvia el obscuro legado del Negro persiste en la
memoria colectiva y en el modo de actuar de algunos compañeros policías.
Para la oficial Silvia existe una contradicción entre el posicionamiento de la
ciudadanía en torno a los uniformados, porque por un lado los civiles reniegan de ellos,
pero al mismo tiempo piden su ayuda cuando sucede algún incidente. Silvia se siente poco
valorada por gran parte de las personas con quienes tiene contacto durante su labor como
policía, y los jóvenes no son la excepción, sino más bien la regla. Ella piensa que la gente
se ha formado una idea errada sobre los policías como funcionarios públicos: ignorantes en
varios aspectos, sin criterio, corruptos, etcétera.
Me disgusta todo, de hecho el policía ya quedó como ser de lo peor,
pero hay una contradicción, porque si te pasa algo vas luego luego
con el policía.

Este trabajo no es para nada valorado, te dicen policía analfabeta,


sin saber que uno tiene que uniformarse bien, saber de Derechos
Humanos, Código Penal, direcciones, ayudar a los ancianos, y hasta
para el tránsito. La única satisfacción que tienes es que te den las
gracias, que te digan “Buenas noches” “Que descanse” “¿Cómo
estás?”144.

Oficial Natalia


143 Entrevista realizada a la oficial Catia, octubre de 2015
144 Entrevista realizada a la oficial Silvia, febrero de 2016

135
Durante una entrevista realizada en el lugar de trabajo de la oficial Natalia ella me platicaba
sobre su experiencia como policía «pie-tierra» realizando rondas en la calle y también
como compañera de oficiales de tránsito apoyándolos en vialidad. Según sus experiencias
ella cree que la gente tiene una mala opinión sobre la policía porque ven afectados sus
intereses cuando los policías tienen que llevar a cabo acciones necesarias para conservar el
orden y la paz pública. Esto no es bien recibido ni por los automovilistas ni por los
ciudadanos en otro tipo de circunstancias.
Muchas veces nos echamos a la gente encima, obedecemos órdenes
de superiores y a la gente no le gusta. A veces hay gente que no nos
da un buen trato.
En una ocasión un grupo grande de gente iba a linchar a unos
supuestos asaltantes, pero llegaron las patrullas y lo impedimos, y
los vecinos nos empezaron a decir “Es que ustedes le están
haciendo el paro al delincuente”, a veces la gente piensa que estás
coludido con los criminales porque no los dejas lincharlos145.

También puso el ejemplo de estar como apoyo en tránsito, situación en la gente los
insulta constantemente cuando tienen que desviar el tráfico para desahogar alguna vía.
Las emociones no permanecen al margen de la inteligibilidad humana, son
importantes en el proceso de comunicación de significados, así mismo, son guias
cognitivas, es decir, nos ayudan a la toma de decisiones en la vida diaria. Como señala el
neurólogo Antonio Damasio “…nuestras emociones se disparan después de un proceso
mental evaluativo, voluntario y no automático.”(Damasio,1996:154) De acuerdo con el
neurólogo portugués, existe un rango muy amplio de estímulos externos que provocan
emociones, sin embargo, los seres humanos –así como otros grandes primates- son capaces
de hacer un análisis de las situaciones que provocan los estímulos. Los patrones
emocionales preestablecidos tienen amplitud e intensidad variables dependiendo del
proceso de valoración de las situaciones.
Antonio Damasio, plantea en la Hipótesis del Marcador Somático (1996), que las
emociones son parte fundamental en la toma de decisiones humanas dentro de un rango
determinado de libertad. Aquellos mecanismos neurales que regulan el proceso de
homeostasis (autorregulación y relativo balance del cuerpo humano), emociones y
sentimientos van a determinar la toma de decisiones humanas. Existen dos tipos de


145 Entrevista realizada a la oficial Natalia, octubre de 2015

136
procesos que generan marcadores somáticos: a)Inductores Primarios. Estos se generan a
partir del aprendizaje, innatos o empíricamente; se relacionan directamente con situaciones
agradables o por al contrario, desagradables. b)Inductores Secundarios: Estos toman como
base los Inductores Primarios, pues usan los recuerdos o referencias (pueden ser referencias
de otras personas) para evocar las situaciones agradables o desagradables.

Figura 3.2 Estructuras cerebrales involucradas en los procesos del miedo y la ira

Fuente:http://forum-psicologos.blogspot.mx/2012/09/autoritarismo-fundamentalismo-religioso.html

El papel de la amígdala es esencial en este proceso de toma de decisiones


influenciado por las emociones, pues a partir de las señales enviadas por los inductores
primarios, la amígdala detona las señales emocionales que serán producidas por el
hipotálamo para crear respuestas fisiológicas y emocionales al estímulo; esto indicará al
sujeto la decisión que deberá llevar a cabo en tan solo unos instantes: huir del lugar,
acercarse, permanecer junto a una persona o alejarse de ella, etcétera.
El planteamiento neurológico sobre los marcadores somáticos me permitió
corroborar la hipótesis planteada sobre la relevancia de las emociones en el contexto de las
relaciones de poder entre policías y jóvenes, pues la memorias emocionales le permiten a
los jóvenes tomar decisiones dadas por un proceso cognitivo que es reflexivo y emocional
al mismo tiempo.
El cómo nos miran y cómo los miramos entre policías y jóvenes es también cultural,
las percepciones mutuas son individuales y colectivas a la vez, y es que el reconocimiento
de uno se hace a partir del otro “Para que un sentimiento (o una emoción) sea

137
experimentado y expresado por el individuo, debe pertenecer de una u otra forma al
repertorio culural de su grupo…Las emociones son modos de afiliación a una comunidad
social...”(Le Breton,1998:117) De este modo, los encuentros entre jóvenes y policías, así
como la referencia mutua, son atravesados por códigos culturales propios de cada grupo,
que son reafirmados por las representaciones sociales colectivas. Las referencias
emocionales de grupo (ya sean empíricas o aprendidas mediante la oralidad) van a marcar
pautas de comportamiento y decisión al entablarse realciones de poder entre los policías
capitalinos y los jóvenes de clase media que participaron en la presente investigación.

3.2. Ser hombre, ser mujer, ser joven: Experiencias y emociones de


acuerdo al sexo-género

Hablar del poder como un fenómeno social, intrínseco al ser humano, estaría errado si no se
hablara del género también. Porque las diferencias de sexo se han usado sistemáticamente
(en sociedades con y sin Estado) para generar asimetrías y distintas formas de dominación
teniendo como base las asimetrías socialmente construídas respecto al género.
Durante la realización del trabajo de campo, mientras comenzaba una entrevista con
Marcela sucedió algo que me permitió notar las diferencias entre las emociones y
pensamientos de las jóvenes respecto a la manera en cómo se sienten al momento de
relacionarse con los policías capitalinos. Tanto hombres como mujeres entrevistados
refirieron sentir desconfianza y peligro al estar cerca de policías, más aun teniendo contacto
directo con ellos. Pero una diferencia fundamental entre estos jóvenes es la del temor al
abuso sexual.
Mientras comenzábamos la entrevista sentadas en las escaleras de un
establecimiento comercial, se acercó un policía y permaneció en silencio parado en las
escaleras a menos de dos metros de ella. El semblante de Marcela cambió, se veía tensa,
incómoda; bajó el tono de su voz hasta el punto en que me era difícil escuchar lo que decía.
Nos retiramos de las escaleras en donde nos encontrábamos sentadas y fuimos a un área de
juegos para niños.
Continuamos con la entrevista mientras unos niños corrían y gritaban alrededor
nuestro al tiempo que se aventaban agua. Marcela dijo “Estaba súper incómoda con ese

138
policía ahí…no sé si quería escuchar lo que decíamos o qué146”, dejó claro que el hecho de
estar cerca de un policía varón la hacía sentir incómoda, insegura, sentía miedo; esto se
incrementa cuando hay más de un policía varón cerca de ella. Sin embargo, me comentaba
que si hay una sola mujer policía junto con otros policías varones el miedo disminuye, se
siente menos insegura (aunque tampoco confía del todo en las mujeres policías).
¿Cuál es el miedo que comparten casi todas éstas jóvenes? ¿Por qué éstas
emociones y pensamientos negativos son algo común entre ellas? A diferencia de los
jóvenes entrevistados, varias de ellas mencionaban que un miedo latente ante la presencia
de policías hombres es el de la posibilidad de vivir algún tipo de violencia sexual directa o
indirecta: abuso sexual, acoso, violación, insinuaciones, insultos alusivos a su sexualidad –
albures, piropos, etcétera- miradas lascivas.
El temor de las jóvenes a ser objeto de algún tipo de violencia sexual es un miedo
muy antiguo, arraigado históricamente de forma casi inherente al hecho de ser mujer (como
potencial objetivo de una violencia consensuada entre varones, leyes e instituciones
patriarcales). Tras el miedo al policía reside el miedo al varón en sí. El miedo al policía
capitalino se duplica: primero, en las representaciones sociales de gran parte de las mujeres
como los potenciales responsables de difversas formas de violencia contra ellas. En
segunda instancia, está el temor al hombre como policía; figura que desde los años 60 del
siglo XX en la Ciudad de México comenzó su declive. La mala reputación que ha
precedido a la Corporación y a sus integrantes complementa la otra cara del miedo hacia el
hombre. Al policía capitalino se le ha estigmatizado con la imagen del servidor público que
abusa de su posición, que ejerce su poder echando mano de malas prácticas. En éste
sentido, el policía capitalino representa para la mayoría de las jóvenes (que participaron en
ésta investigación) una figura de doble peligro: en principio como un hombre cualquiera, y
además como un hombre que puede ejercer (lícita e ilícitamente) el poder bajo el fuero de
la Corporación policial.
A continuación presento algunos fragmentos de entrevistas realizadas con algunas
de las y los jóvenes en las que me comentaban cómo se sentían estando cerca o teniendo
contacto directo con policías varones y mujeres, y si se sentían de alguna forma en
particular con hombres o con mujeres.


146 Entrevista realizada a Marcela, abril de 2016

139
Marcela
Me han tocado muy malas experiencias: Que en un alto, esperando
a cruzar me hayan hablado, o sea, un policía me habló así como
"Hola, buenos días" o cosas así ¿sabes? como con ese tono guarro
que...Pues no sé, cuando veo a algún policía hombre y voy sola en
la calle prefiero evitarlo.
Por lo menos con una mujer policía no me siento como en peligro
de violencia de género. Puede haber un grupito de policías pero si
hay una mujer policía ya me siento más tranquila como pasando por
la calle[…] se me pasa el miedo casi automáticamente147.

Lorena

Intimidada, o sea me da miedo, así un policía que pase en la


patrulla o que yo pase delante de un policía, no sé si me voy a ver
envuelta en una cuestión de injusticia, o si me vaya a querer chiflar
y no poder decirle nada.
Simplemente por el hecho de ser joven y por ser mujer, que además
vivimos todo el tiempo acoso sexual en las calles, a mí si me pone
nerviosa caminar al lado de un policía, y más si estoy sola, si son
dos policías prefiero irme del otro lado de la acera.
…fíjate que con una mujer policía no me sentiría acosada desde
un plano sexual. Pero dicen que las mujeres policías son mucho más
rudas y hay que tener más cuidado con ellas.
Entonces no me da más confianza que el policía varón pero sí a lo
mejor me puede dar menos miedo, que es distinto ¿no?148.
Bilka
Al platicar con Bilka pude notar que tanto policías varones como mujeres le generan
incomodidad y temor, pero esos miedos se focalizan en aspectos diferentes. Mientras que el
miedo hacia ambos se relaciona con posibles abusos de autoridad, represión o extorsión, en
el caso específico de los varones el miedo se acentúa en el aspecto sexual, como recibir
alguna falta de respeto verbal de parte suya.
Cuando estoy frente a un policía hombre siempre estoy pensando:
"A ver si no me dice algo de como voy vestida", o sea, hay como un
miedo a la posible reacción, pues ya por el estado tan misógino en
el que vivimos en éste país.
Y frente a una policía mujer creo que no me [sic] generalmente las
he visto como tránsitos, entonces no me imponen tanto.


147 Entrevista realizada a Marcela, abril de 2016
148 Entrevista realizada a Lorena, enero de 2016

140
O sea, creo que no es tanto el género sino que tienen el poder de
hacerte daño ¿no? sean hombres o mujeres; están para ver en qué
momento la cagas para torcerte149.

Desde la perspectiva masculina de los jóvenes entrevistados podemos encontrar


diferencias en cuanto al comportamiento de éstos más que de las emociones que les
produce la posibilidad de encontrarse con policías. Aunque la desconfianza, el temor y a
veces el coraje están muy presentes al igual que en las mujeres, entre los varones jóvenes
no existe un miedo a ser víctima de algún tipo de violencia sexual por parte de policías. La
distancia física es simultáneamente una distancia emocional y cultural que varía de acuerdo
a los contextos y al sexo-género de las personas, pero también tiene una variabilidad
dependiendo del individuo de quien se trate y de su papel identificado socialmente. En el
caso concreto de los jóvenes es evidente que todos, mujeres y hombres, rehuyen el contacto
cercano con los policías en la vía pública porque desde la infancia asmiliaron la
construcción negativa del policía, especialmente al policía varón. El miedo es
socioculturalmente aprendido. A propósito, David Le Breton señala que
Los ritos de interacción…sugieren un modo de uso del cuerpo y de
la palabra para el intercambio con el otro, una definición de lo lícito
y lo ilícito del acceso a su cuerpo según las circunstancias. La
fidelidad mutua a esos signos permite asociar de inmediato
cualquier derogación de esas normas de conducta con una
significación particular que sólo el contexto está habilitado para
poner de relieve (Le Breton, 1996:75).

Los temores de los jóvenes tienen relación con la posibilidad de ser extorsionados,
desaparecidos por razones políticas o no, torturados, asesinados, asaltados, golpeados
por policías capitalinos. Tanto mujeres como hombres entrevistados se sienten temerosos,
enojados, inseguros al encontrarse con policías. Un aspecto común a todas las personas que
colaboraron en ésta investigación es que al ver un policía varón o un grupo de ellos en la
vía pública decidían mantenerse lejos, guardar la mayor distancia posible.
Sin embargo, la mayoría de hombres al igual que mujeres se sentían menos
inseguros y temerosos ante la presencia de muejeres policías; algunos de los jóvenes se
referían a las mujeres policías como más responsables, más confiables en comparación a los
policías varones, aunque no por ello menos corruptas.

149 Entrevista realizada a Bilka, abril de 2016

141
Galamont
No confío en la policía, si tengo un pedo no intento acudir a ellos.
Las veces que he llegado a tener pedos con la policía te das cuenta
de la clase de calaña que es. Prefiero evitar a toda costa llegar a
instituciones jurídicas, gubernamentales. Aunque en el Sur están
relajados, nunca he tenido pedos con la tira. Las mujeres me dan un
poco más de confianza, igual es que nunca he tenido un pedo con
una mujer policía150.

Juan
Lo primero que me viene a la mente es desconfianza. El policía
debería representar seguridad, pero en este país no existe.
Representa inseguridad. Me siento inseguro, tú no te arriesgas para
hacer algo que puedan ver en ti y te vayan a juzgar como algo malo
y te expongas ¿no?151

Al preguntarle su opinión sobre sobre las mujeres policías y su forma de sentirse estando
cerca de ellas me respondía que se siente más seguro que cuando está cerca de policías
varones.
Uno debe actuar distinto, tiendo a tener un poco más de confianza.
Pero es no significa que confíe completamente. Son un poco más
abiertas152.

Choco
Durante una entrevista con Choco comenzamos a hablar sobre la manera en cómo se sentía
estando cerca de policías en la Ciudad de México, y si se sentía diferente o igual ante la
presencia de una mujer policía en vez de un policía varón. Su respuesta fue que se sentía
menos inseguro estando cerca de un policía que de una mujer policía. Aunque Choco decía
no saber exactamente la razón por la que se sentía más seguro con una mujer policía a
diferencia de un policía varón, él lo atribuía a que los hombres generalmente son más
peligrosos que las mujeres.
Creo que sí me siento más seguro, bueno, menos inseguro con una
policía femenina. Pienso que una policía mujer puede pasarse
menos de lanza conmigo. Sí, es justo esa cultura patriarcal muy
arraigada aquí en México, igual y no tiene tanto que ver con que sea


150 Entrevista realizada a Galamont, octubre de 2015
151 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015
152 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015

142
policía como tal, pero siempre estamos acostumbrados a que un
hombre es más peligroso que una mujer153.

Entre las personas entrevistadas había jóvenes, hombres y mujeres que decían sentirse de la
misma forma si se encontraban ante la presencia de policías mujeres. Algunos de éstos
jovenes no han tenido ninguna experiencia cercana con policías mujeres o más bien las
identifican como policías de tránsito y no de proximidad; por lo tanto su opinión y forma de
sentir respecto a policías femeninas es neutral.

Santiago
Un miércoles de marzo, Santiago y yo nos encontramos para realizar una entrevista
informal; mientras él bebía un café americano me preguntaba sobre los objetivos de la
presente invetigación, después comenzamos la entrevista mientras yo grababa. Santiago,
quien es un joven de 25 años de edad que está por titularse de Economía en una universidad
privada de la Ciudad de México, ha tenido varias interacciones con policías capitalinos a lo
largo de su corta vida –desde la adolescencia hasta hace dos o tres años–. Casi todas sus
experiencias han sido con policías varones a excepción de una en la que no tuvo interacción
relevante con una mujer policía, pues nunca habló con ella aunque estaba en el grupo de
policías varones con quien Santiago y sus amigos tuvieron contacto esa noche. Por lo tanto,
para él no hay una diferencia significativa respecto a su forma de sentir y pensar sobre
hombres y mujeres policías.

Pues en realidad todavía yo creo que sigue siendo raro ver policías
mujeres, o sea, cada vez hay más policías mujeres pero de todas las
veces que me pararon, yo creo que el 99% ha sido con hombres y
una sola vez ha sido con una mujer.
Entonces como que no tendría la experiencia como para poder
comparar. Y la vez que me tocó una mujer pues fue lo mismo
porque más bien fue como un escuadrón, o sea, no platiqué nada
más con la mujer sola, entonces no noté una diferencia154.

También hay jóvenes como Anna, quien se siente insegura y con miedo al estar
cerca de policías, sean hombres o mujeres, el temor tiene que ver con la posibilidad de ser


153 Entrevista realizada a Choco, marzo de 2016
154 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016

143
extorsionada. Sin embargo, se siente menos insegura estando cerca de una policía femenina
que de un policía varón:
Siempre me siento nerviosa o con miedo cuando estoy con un
policía cerca, sea mujer o un hombre. Me siento más tranquila
pensando que ellas no van a hacer eso, que ellas [las policías] no
van a extorsionar como un hombre, la esperanza de que quizá ella si
pueda ser un poco más honesta155.

La concepción ambivalente sobre la figura policial también está presente en las emociones
y en la forma en como los policías son percibidos por las y los jóvenes. La dicotomía se
materializa en emociones contradictorios ante la presencia policial: miedo-seguridad,
angustia-tranquilidad.

Zeus
Me siento como observado, pero también hay veces que me siento
protegido cuando paso por alguna calle obscura y pasa una patrulla.
Pero no estoy seguro si me apoyarían si me pasara algo, porque
podrían estar coludidos con el delincuente o que no hicieran nada si
me pasara algo. Igual y si reaccionarían bien o no. No todos los
policías son buenos ni malos, no se puede generalizar156.

Al cuestionarlo sobre la manera en que se sentía y pensaba al encontrarse cerca de una


policía mujer a diferencia de un policía varón (si es que para él había una diferencia), Zeus
señaló que se siente un poco más seguro con ellas y piensa que son más eficientes que los
varones. También les atribuye características específicas arraigadas al sexo-género,
aspectos como un instinto maternal que las lleva a ser más protectoras que los varones.
Sí, tengo esa concepción de que son más eficaces que los hombres,
que tienen ese instinto maternal de protección. Siento que si pasa
algo ellas si se meterían más fácil. Ellas si se meten a la policía para
dar protección, no tanto por necesidad. Me siento más seguro, los
policías hombres me dan más desconfianza157.

De acuerdo con la socióloga Ma. del Carmen García Aguilar, la figura de la mujer
se relaciona directamene con la idea de la consagración de la mujer como madre y con la
aspiración a convertirse en una. En éste sentido, la figura de la mujer-madre “es el símbolo
ético positivo por exelencia” como señala García Aguilar (García Aguilar,2008:43).

155 Entrevista realizada a Anna, enero 2016
156 Entrevista realizada a Zeus, junio de 2016
157 Entrevista realizada a Zeus, junio de 2016

144
La población joven de la Ciudad de México se encuentra en constante cambio, y
aunque los viejos paradigmas sobre los roles de género parecen transformarse
paulatinamente con una tendencia progresiva, tanto en hombres como en mujeres jóvenes
sigue vigente la concepción de la figura de las mujeres en un rol de género madre-
protectora, por lo tanto, se les mira como menos peligrosa, más confible en comparación
con los policías varones.
Por otro lado, la Ciudad de México pertenece a un país que nunca ha dejado de ser
machista y con una idiosincrasia patriarcal que permea las instituciones sociales (familia,
parentesco, derecho consuetudinario) y gubernamentales. En éste contexto, los varones son
reconocidos como violentos o potencialmente más violentos en comparación a las mujeres
–se les concede el derecho socialmente reconocido a serlo– A las mujeres se les educa para
ser potenciales víctimas de la violencia de género, y paradójicamente, responsables de la
violencia perpetrada hacia ellas.
Desde niñas se les enseña a comportarse en función de la conducta masculina; no
provocar sexualemnte a los varones con actitudes, vestimenta, transgedir el espacio
socialmente delimitado (proxémica 158 ) para el contacto físico o la cercanía entre los
cuerpos. La Ciudad de México lincha simbólica y jurídicamente a las mujeres por su
conducta; pues la sociedad mexicana (ya sea hombres o mujeres) e instituciones
gubernamentales suelen juzgar la conducta de la víctima antes que cuestinar las acciones de
quien la violenta.
En este sentido, las mujeres aprenden que deben tener miedo, que deben cuidarse y
cuidar su modo de actuar. Las jóvenes señalaban que tomaban medidas precautorias para
evitar estar expuestas a cualquier tipo de abuso en los diferentes escenarios en los que se
habían encontrado cerca de policías varones. Estas son algunas conductas recurrentes entre
las mujeres entrevistadas: alejarse lo más posible de una patrulla de policía con policías
varones dentro, especialmente si ésta se encontraba estacionada; caminar más de prisa;
acercarse a lugares concurridos; evitar cualquier tipo de conducta que pudiera ser
interpretada como sospechosa o incurrir en alguna falta administrativa o delito que pudiera
atraer la atención de los policías.

158 La distancia física tolerable entre una persona y otra, la cual varía entre sexos, edades,

nacionalidades y contextos. Para mayor información puede consultarse Hall, E. T. (1994). Proxémica. La
nueva comunicación. Barcelona, Kairós, 199‐299.

145
Los varones entrevistados también preferían alejarse lo más que podían de los
policías, sin embargo, sus acciones solían ser menos determinantes que las de las mujeres.
Por ejemplo, aunque los jóvenes referían sentirse inseguros al estar cerca de policías,
generalmente no buscan vías alternas para evitar su presencia, sino que trataban de estar
alerta, disimular cualquier emoción (miedo, coraje, aversión) y evitaban hacer algo que
pudiera parecer sospechoso para los uniformados.

3. 3. RELACIONES DE PODER ENTRE JÓVENES Y POLICÍAS. ETNOGRAFÍA


DE LAS ESTRATEGIAS Y DISCURSOS EN TORNO AL EJERCICIO DE PODER

Ya he mostrado cual es la perspectiva que tienen policías y jóvenes entre sí, como puede
apreciarse, estas miradas negativas mutuas basadas en experiencias personales y ajenas; la
cultura; los prejuicios; la memoria colectiva; la imagen proyectada por los medios de
comunicación; y la construcción de las representaciones sociales entre sí. Esto es de suma
importancia para entender que las relaciones de poder no están aisladas del contexto
sociocultural de los capitalinos, así como de un sistema de creencias endémicos de la
Ciudad de México.
En este apartado abordaré los tipos sociológicos encontrados a lo largo de la investigación,
mismas que pertenecen al comportamiento de policías y jóvenes en lo individual y en lo
colectivo respectivamente. Es importante aclarar que las tipologías de comportamiento
corresponden a una generalidad, y que hay casos particulares en donde éstas no se
presentaron. Los tipos sociológicos de los que hablaré a continuación fueron recabados de
manera empírica, estos aparecieron constantemente durante el trabajo de campo y también
al contrastar testimonios tanto de jóvenes como de uniformados de sus experiencias
mutuas. Los tipos sociológicos, que corresponden a las dos tipologías -de policías y
jóvenes- son de suma importancia, puesto que en gran parte de las experiencias mutuas
éstos eran los detonadores de las interacciones entre ambas partes, es decir, la razón por la
que ocurrían estas relaciones en las calles de la Ciudad de México. Algunos de estas
motivaciones pueden ser lícitas o ilícitas, como se apreciará en los testimonios que se
presentan, y dentro de éstas el ejercicio de poder se manifiesta en diferentes combinaciones
que se contraponen y que convergen en conveniencia mutua. Gran parte de los tipos

146
sociológicos que presentaban las y los jóvenes estaban atravesados por actividades
transgresoras de las normas jurídicas y sociales. Mientras que por otro lado, era frecuente
encontrar dentro de los tipos sociológicos de policías conductas que buscaban obtener
dinero extra a su salario. Esta mancuerna entre los tipos sociológicos transgresores –por ser
ilícitos- de policías y jóvenes resultó en muchas ocasiones la base para transformar una
simple interacción social en una relación de poder. Sin embargo también existían
combinaciones que implicaban combinaciones de tipos sociológicos ilícitos de parte de
policías con tipos sociológicos lícitos de jóvenes, y su versión opuesta, muchachos
cometiendo transgresiones ilícitas –morales y/o jurídicas- con su contraparte de un tipo
sociológico lícito por parte de policías.

Tabla 3.3. Tipologías sociológicas de jóvenes y policías

Tipo sociológico policial Tipo sociológico juvenil Tipo sociológico policial Tipo sociológico juvenil
lícito en la vía pública lícito en la vía pública ilícito en la vía pública ilícito en la vía pública
*Detener y remitir al -Estar junto con otros *Detener y remitir a *Encontrarse cometiendo
Juzgado Cívico a jóvenes jóvenes en grupo jóvenes al Juzgado Cívico faltas administrativas:
que estén cometiendo faltas platicando de noche o al o Ministerio Público Bebiendo alcohol y/o
administrativas o delitos. atardecer en áreas públicas inventando cargos de consumiendo drogas en
*Lograr que aquellos (parques, deportivos, delitos o faltas lugares públicos(jardines,
jóvenes que se encuentren calles). administrativas. parques, avenidas…).
realizando faltas -Encontrarse en un * Detener a jóvenes Alterando el orden público:
administrativas dejen de automovil en movimiento o cometiendo faltas peleándose, gritando,
hacerlo y se retiren del estacionado, ya sea en administrativas con la desvistiéndose, teniendo
lugar. grupo, en pareja o solo (de intención de intercambiar prácticas sexuales –dentro
noche o al atardecer). dinero u algún objeto de un automóvil o en
-Estar alcoholizado(a) en la valioso por su libertad. parques-.
calle sin alterar el orden Orinándose o defecando en
público. la calle.

Fuente: Elaboración propia. María A. Regalado Quezada, 2017

147
Para el desarrollo de este apartado es indispensable hacer una revisión sobre algunas
de las propuestas teóricas sobre el poder generadas dentro del campo de la propia
Antropología, así como de ciencias sociales y disciplinas afines.
Las aportaciones del filósofo francés Michel Foucault son de gran relevancia en la
conceptualización del poder, puesto que un aspecto fundamental en su propuesta teórica es
que el poder puede ser ejercido por cualquier persona o colectivo social hacia otros,
siempre y cuando éstos estén posibilitados para tomar decisiones –es decir, no se
encuentren sometidos-. Desde antes de Foucault se pensaba que el monopolio del ejercicio
del poder era exclusivo del Estado; esta concepción se relaciona con el hecho de que los
gobiernos tienen los medios y el fuero para ejercer la violencia de manera legal, aunque no
siempre legítima. La concepción foucaultiana del poder, a diferencia de otras propuestas
teóricas, permite pensar que el poder puede ponerse en marcha por cualquiera que busque
orientar la conducta de otros para obtener un fin deseado. El poder es ante todo una relación
social que se establece entre personas:
…sólo existe el poder que ejercen “unos” sobre “otros”…El poder
existe únicamente en acto, incluso si éste se inscribe en un campo
de posibilidad disperso que se apoya en estructuras
permanentes…una relación de poder se articula sobre dos
elementos que le son indispensables para que sea justamente una
relación de poder: que el “otro” (aquel en el cual se ejerce) sea
reconocido y permanezca hasta el final como sujeto de acción; y
que se abra ante la relación todo un campo de respuestas,
reacciones, efectos, invenciones posibles (Foucault, 1984:3).

Mario Stoppino (2002) describe el poder como la capacidad o posibilidad de obrar


de la humanidad sobre la propia humanidad; las personas como objetos y paralelamente
sujetos del poder social. De acuerdo con Stoppino, el poder es o no lo es en la medida en
que se presente la capacidad de inducir a otras personas o grupos a comportarse de tal o
cual manera, y tiene un propio campo en el que se desarrolla. El politólogo italiano hace
una distinción entre el poder que existe como posibilidad y el poder ejercido; el primero
recibe el nombre de «poder potencial», mientras que el segundo el de «poder actual».
Cuando una persona logra influir y transformar la conducta o decisiones de otra –o grupo–
entonces el poder potencial se ha transformado en poder actual. Las respuestas humanas al
poder actual no son predecibles ni replicables. Es decir, que no hay absoluta certeza de que
el individuo o grupo de personas sobre las que se pretende influir, orientar su conducta, en

148
efecto actúen como se espera. Sin embargo, el hecho de transformar o guiar una conducta –
aunque no se obtengan los efectos deseados por quien influencia al otro– cuenta como
poder ejercido, dado el carácter exógeno de este, porque la persona al verse influenciada
llevó a cabo una acción que no tenía contemplada, y que no deseaba realizar previamente
(Stoppino,2002:1193)
Otra propuesta teórica respecto al poder la hace Max Weber desde la Sociología
alemana. Para Weber el ejercicio del poder está directamente relacionado con el monopolio
legítimo de la coacción física en el marco de las políticas gubernamentales de las
sociedades con una organización estatal. Aunque para el sociólogo alemán el ejercicio del
poder es intrínseco al Estado, y por ende, excluye la posibilidad de ejercer el poder fuera de
las organizaciones estatales, su propuesta resulta especialmente útil para los propósitos de
la presente investigación, en tanto que los policías auxiliares son en éste caso los
representantes de carne y hueso del orden estatal (encargados tanto de mantener el orden
público como de dar soporte al orden político en turno). “Poder significa la probabilidad de
imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y
cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad” (Weber,1964:43).
Weber entiende el poder como la capacidad de actuar por encima de las decisiones o
deseos ajenos, tiene la idea de que existe un campo de acción en el que las personas tienen
libertad –en ocasiones mínima- para actuar y decidir. Esto último resulta importante porque
hace una distinción necesaria entre lo que constituye el ejercicio de poder y la dominación
de unos sobre otros.
Por otro lado, Norberto Bobbio(1989) presenta una definición del poder, que como
la de Max Weber, está acotada a las relaciones sociales que se desarrollan exclusivamente
en las sociedades con Estado. El politólogo italiano plantea una tipología de tres formas de
poder: Económico -la riqueza-, ideológico -del saber- y político -la fuerza-. Su
interpretación del funcionamiento del poder político ofrece una vínculo dialéctico entre la
estructura -fuerzas productivas- y la super estructura -orden jurídico, la ideología y la
Política- (Bobbio,1989).
Siguiendo a Bobbio, las inequidades sociales propias del capitalismo como sistema
económico son generadoras de diferencias de clase que se materializan en la creencia de la
superioridad e inferioridad social arraigadas a la posesión o desposesión de medios de

149
producción. La desposesión es un aspecto esencial para el ejercicio del poder, pues los
desposeídos se ven en la necesidad de cambiar su conducta en función de los deseos de los
poseedores. En este contexto, para Bobbio el poder político se vale del uso de la violencia
como el medio predilecto para obtener un fin específico. “…el instrumento decisivo para
imponer la propia voluntad es el uso de la fuerza” (Bobbio,1989:112).
Una propuesta teórica distinta, hecha desde la Antropología social mexicana es la de
Alfonso Barquín, quien postula su teoría basándose en las diferencias –de diferente
naturaleza- y asimetrías, en donde las primeras pueden convertirse en asimetrías sociales
gracias a la “instrumentación y visión de futuro”.
Cuando los actores evalúan o notan, que en un futuro dichas
asimetrías pueden ser usadas como criterio en la modificación de la
acción o la conceptualización de los involucrados, ahí existe el
poder…se entiende el poder como la condición de una relación
social en donde una o varias asimetrías, prefiguran la posibilidad de
conducir la acción social (Barquin, 2015:36).

Alfonso Barquin define poder como “la forma social que toman las asimetrías”
(Barquin, 2007:92). El autor hace referencia a las diferencias biológicas y sociales
convertidas en asimetrías “Cuando se atribuye un sentido social a estas diferencias, se les
agrupa en una escala de valores, de acuerdo con determinaciones sociales e históricas. Tal
significación y valoración está vinculada a la utilidad social de ciertas características”
(Ídem)
John Kenneth Galbraith (1986) habla de tres formas distintas en las que el poder
cobra existencia: Poder condigno, compensatorio y condicionado. Un aspecto común a las
tres formas de poder es que todas ellas buscan la sumisión de una persona o grupo de
personas para alcanzar ciertos objetivos de otros a algún individuo.
El poder condigno se caracteriza porque busca hacer desistir a individuos y
colectivos de llevar a cabo ciertas acciones, el medio idóneo para desarrollar el poder
condigno es el del castigo o la amenaza de éste. “El poder condigno es aquel que gana la
sumisión mediante la habilidad para imponer una alternativa a las preferencias del
individuo o grupo que sea lo suficientemente desagradable o doloroso, de modo que tales
preferencias sean abandonadas” (Galbraith,1986:19). Es habitual encontrar el uso de la
violencia –usualmente física- o la amenaza de su uso en la forma de poder condigno.

150
El poder compensatorio es aquel que pretende lograr modificar la conducta ajena a
través de un intercambio –generalmente pecunario, aunque también existen otras formas de
recompensar la sumisión- Ésta forma de poder se caracteriza porque busca la sumisión de
los otros por medio de una forma de “recompensa positiva” a la realización de las acciones
deseadas por parte quien hace la oferta (Galbraith,1986).
De acuerdo con Galbraith, tanto la forma de poder condigno como la de poder
compensatorio tienen en común el hecho de que su sometimiento es consciente. Las
personas saben que están sometiéndose a cambio de algo, implícitamente se habla de un
intercambio. Aunque, en las relaciones de poder generalmente existe un intercambio, o la
intensión de llevarlo a cabo, bajo condiciones específicas como: no usar la violencia a
cambio de obediencia; dinero a cambio de un servicio, como en el caso del poder
compensatorio; sometimiento voluntario a cambio del cumplimiento de expectativas.
La situación cambia cuando se habla de poder condicionado, ésta forma difiere de
las dos anteriores en que las personas hacia quienes se ejerce el poder no se percatan de que
ello, y en ocasiones, quienes lo ejercen tampoco lo hacen intencionalmente. El poder
condicionado supone una forma de poder introyectado, subjetivo, pero a la vez objetivo
porque los individuos sobre los que se ejerce el poder suelen pensar que ello corresponde al
orden natural de las cosas. Indirectamente Galbraith hace referencia a la cultura en las
relaciones de poder de éste tipo, puesto que las costumbres, las tradiciones y la historia van
a perpetuar esas formas sociales de condicionamiento sutil, implícito, imperceptible. Pero
por otra parte, el ejercicio del poder condicionado también usa vías más evidentes que la
cultura: la persuasión, la manipulación para cambiar las creencias. “La persuasión,
educación o el compromiso social a lo que parece natural, apropiado o correcto hace que el
individuo se someta a la voluntad de otro u otros” (Galbraith, 1986:20). Ejemplo del poder
condicionado es el sentido del deber que experimentan algunas personas cuando van a la
guerra, convencidos de que es su responsabilidad combatir a otra nación para preservar el
honor del país al que se pertenece.
Según Galbraith la diferencia entre quienes ejercen el poder y los que se someten a
él reside en las instituciones o atributos, que son las tres fuentes de poder: la personalidad,
la propiedad y la organización (1986). Entre estas fuentes de poder no existen límites

151
estrictamente delimitados, sino que una puede alimentar a la otra, o bien, empezar como
una fuente específica pero transformarse en otra.
a. Personalidad: ésta fuente de poder está conformada por aspectos de una persona o grupo
como el liderazgo, la capacidad de generar una imagen de aparente honestidad, carisma,
provocar certidumbre en la gente. Según el autor ésta fuente de poder genera la capacidad
para convencer, “persuadir o crear una creencia” cosa que a su vez es generadora del poder
condicionado. La personalidad puede llevar a obtener la capacidad de ejercer el poder
condigno sobre las personas por medio de una organización (como es el caso de los líderes
políticos).
b. Propiedad: Se vale del poder compensatorio para intercambiar la sumisión de otras
personas por un beneficio generalmente económico o de valor (monetario o no) que resulte
benéfico para ellos.
c. Organización: En ésta fuente de poder convergen varias formas de poder; el condigno y
el condicionado, pues las organizaciones, como en éste caso el Estado, tienen los
instrumentos suficientes para echar mano del castigo o la amenaza de él como forma de
negociación para obtener un fin deseado (Galbraith,1986).
He mostrado algunas propuestas teóricas sobre el poder, ahora hablaré sobre la
manera en cómo las relaciones de poder se construyen al encontrarse jóvenes con policías
en la cotidianidad, en una delegación al sur de la Ciudad y cómo es que todos los aspectos
anteriormente mencionados se ponen en práctica al momento de relacionarse.
Son las intenciones y los medios del poder son los detonadores del conflicto social
en cuestión; sin embargo, hay que considerar que cada medio del poder tendrá
consecuencias sociales distintas en cada sujeto (tanto en policías como en jóvenes). Ya que
las experiencias de cada individuo, el bagaje personal, los roles de género, las emociones,
las representaciones sociales muestran individualidad pero al mismo tiempo convergen en
la colectividad. Todos los aspectos anteriormente mencionados son únicos e imposibles de
reproducir con exactitud en su forma, ya que aunque como parte de una sociedad mexicana
enclavada en la Ciudad de México comparten aspectos en común, también dejan ver
subjetividades y matices de individualidad dentro de una misma colectividad. Ahora toca
exponer el funcionamiento de todos los elementos anteriormente mencionados al entablarse
relaciones de poder entre uniformados y jóvenes.

152
¿¡No sabes quién soy!? Policías y sus relaciones de poder con jóvenes de la Ciudad de
México
A continuación presentaré testimonios tanto de unos como de otros al momento de entablar
realciones de poder entre sí, esto forma parte del trabajo etnográfico realizado con jóvenes
y con policías. Comenzaré con los testimonios de los policías para continuar con los de los
jóvenes para concluir con el análisis final.

Oficial Silvia
En una de varias entrevistas realizadas con Silvia mientras comíamos tamales oaxaqueños y
atole de arroz en la mañana, empezamos a hablar sobre cómo han sido sus experiencias con
jóvenes y las razones que detonaron sus interacciones con ellos.
Una de las respuestas tiene relación con los dos tipos de cuotas (monetarias y de
remisiones) que como policías deben entregar al final del turno si es que los superiores se
los exigen –aunque no todos los comandantes las piden-. Las cuotas monetarias varían con
relación a los sitios para realizar las rondas; por ejemplo, un lugar en la vía pública con
mayor incidencia delictiva requiere una cuota monetaria menor en comparación a las cuotas
que se deben pagar por estar en un área más segura, también, si se desea permanecer en un
crucero mejor que otro la cuota será más elevada.
El segundo tipo de cuota, el de las remisiones (detenciones por infracción o por
delitos cometidos) tiene que ver con la detención, conducción y puesta a disposición de
presuntos responsables ante un juzgado cívico o un ministerio público por motivos
relacionados con faltas administrativas (que corresponden a lo cívico) o delitos.
La oficial Silvia refirió que las cuotas de remisiones variaban dependiendo de las
órdenes de los comandantes. Al cuestionarla sobre éste último punto ella me comentó que
debía hacer al menos una detención por alguna falta administrativa durante las rondas en la
calle. Es importante aclarar que las faltas administrativas por su gravedad no constituye un
delito, sino una transgresión a la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México.
Si vas al M.P. (Ministerio Público) te tratan peor que si tú
cometieras la falta, te dicen que les lleves algo que valga la pena
para que el M.P. pueda sacar dinero, que no les lleves miones.
Es una serie de papeleo, llevar la remisión, reportarlo, y prefieres
que te den dinero. Tienes que soltar dinero o la torta o el refresco o
los cigarros para que te atiendan rápido y te redacten bien. Es todo

153
un círculo vicioso de corrupción; o te haces de la vista gorda o es
irte al M.P.
…Piden una remisión al menos de Juzgado Cívico, andas
buscando al mión, al que toma en vía pública, [sic] a lo mejor
porque tienes que agarrar algo, y ya sabes que en los parques o
deportivos los puedes encontrar159.

De acuerdo con Silvia, la mayoría de las interacciones con los jóvenes se


desarrollaban porque durante las rondas en la vía pública, ella y su compañero de turno
veían que había jóvenes incurriendo en faltas administrativas: bebiendo alcohol en la vía
pública; usando drogas (usualmente marihuana); orinando o defecando el la calle;
peleándose.
En otras ocasiones las interacciones con jóvenes se desarrollaban porque los jóvenes
se encontraban realizando algún ilícito, generalmente narcomenudeo en parques
relativamente cercanos a zonas escolares –secundarias o preparatorias-. A continuación
presentaré algunos testimonios de experiencias que la oficial Silvia tuvo con jóvenes en las
calles de la Ciudad de México.
La oficial Silvia tiene un amplio bagaje trabajando tanto en vía pública como
intramuros (como seguridad dentro de instalaciones privadas y públicas), las experiencas
que ha tenido con jóvenes se han desarrollado en su totalidad en la calle.

La otra vez agarramos a unos chavos de prepa privada en un parque


por ahí … tú los ves chavos bien, los vimos sospechosos. Éramos
como seis policías. Había un chavo que estaba en medio con una
mochila y alrededor tenía a varios chavos; yo iba manejando la
patrulla, cuando nos vieron se dispersaron y el que estaba en medio
de todos se quedó parado, no se movió, esperó hasta cuando
llegamos.
Un compañero le dijo que se veía sospechoso y que estaban
haciendo revisiones de rutina, entonces le dijeron que tenía que
revisar su mochila, pero el chavo preguntó si lo podían revisar y que
iba a llamar a su papá, dijo “Mi papá es abogado y le puedo
llamar”. Le revisó la mochila y no encontró nada, pero estaba
pesada, entonces la volvió a revisar y tenía un doble fondo, la abrió
y traía como casi un kilo de marihuana.
El chavo casi se puso a llorar, nos dijo “Dejen le llamo a mi papá”
habló con el compañero y le dijo que nada más pasaba al banco y


159 Entrevista realizada a la oficial Silvia, enero de 2016

154
que iba para allá, y el papá llegó rápido rápido en un carrazo con la
lana.
Como era licenciado sabía en el problema en que estaba. De ahí
sacamos una buena lana. Y nosotros no pedimos nada. ¿Y también
qué hacías?, no lo podías llevar al juzgado cívico porque rebasaba
la cantidad, ya era delito federal, y llevarlo al ministerio público
tampoco porque era menor de edad, lo tenías que llevar a la
Agencia Especializada del Menor, que está bien lejos, y luego que
los trámites160

Las detenciones de menores de edad deben apegarse a un protocolo especial, cosa que
vuelve mucho más burocrático para los policías realizar las detenciones en comparación a
las de los jóvenes infractores o delincuentes mayores de edad. Es común que algunos
policías prefieran que los jóvenes se retiren de la zona habiendo o no dinero de por medio.

Otra situación fue de unos chavos como de 25 años con dos chavas
de secundaria, con la falda arriba y la blusa desabotonada y
tomando cervezas en el auto. Subimos a las chavas a la patrulla, los
chavos se quedaron afuera, entonces una de ellas me dijo que si yo
no tenía hijas y “¿Qué haría usted si sus hijas estuvieran en mi
situación?”. Les dije que no estábamos hablando de mi vida
personal, y que estaban en serios problemas. Los compañeros se
arreglaron con los chavos y luego me dieron mi parte. Ellos sabían
que eso era un delito, que no tenían opción, estaban bien asustados.
Y sus agravantes, porque traían las cervezas y eran menores de
edad. Y es que cuando son menores es complicado porque los tienes
que llevar a la Agencia Especializada del Menor, es una bronca,
tienes que tener mucho cuidado con ellos, tienes que tener muy bien
sus datos: nombre, dirección, entre que calle y que calle fue; y
tienen que llegar sus papás. Yo la verdad no sé cuánto sacaron
realmente porque yo estaba en la patrulla con las chavas, me dieron
lo que quisieron161.

De acuerdo con la oficial Silvia, son comunes los casos en los que las y los jóvenes se
emborrachan en las calles y se niegan a ser remitidos al Juzgado Cívico a pesar de tener
conciencia de estar cometiendo una falta cívica. En éstos casos es frecuente que la
resitencia a acatar las órdenes que los policías les dan, estén mediadas por amenazas hacia
los policías con relación a la posibilidad de ser despedidos de su trabajo o de tener
consecuencias negativas de otra índole.


160 Entrevista realizada a la oficial Silvia, enero de 2016
161 Entrevista realizada a la oficial Silvia, enero de 2016

155
Había unas chavas briagas, briagas, briagas, dos chavas y tres
chavos, una estaba tan briaga que se orinó en la patrulla. Tienes que
esperar a que se les pase la embriaguez para poderlas remtir. Se
pusieron agresivas, te decían “¡Pinche policía, vives de mis
impuestos!”, no se querían subir a la patrulla.
Sobre todo una se puso violenta y me dijo: ¡No sabes quién soy!,
¡No sabes con quien te estás metiendo, mañana ya no estás
trabajando!
Tienes que hacer «R9» (significa detención) tienes que justificar tu
trabajo, tienes que llevar dos faltas administrativas y una al M.P.162

El compañero de Silvia intervino cuando le pregunté a Silvia si había recibido


alguna falta de respeto por parte de jóvenes cuando había tenido algún tipo de relación con
ellos, él respondió que lo habían insultado con diferentes adjetivos: “Me dijeron pinche
policía jodido, de mi tragas, pinche policía ojete, pinche indio”163.
Silvia continuó respondiendo la pregunta que le hice sobre si había recibido algún
tipo de agresión verbal y/o no verbal o física, a lo que ella respondió que lo usual ser
insultada incluso cuando no hay una relación directa con los jóvenes, por ejemplo, de
personas que van en auto y les gritan “¡Puercos!” “¡Ignorantes!”
Te dicen “Pinches policías mugrosos, yo sí estudié, analfabeta,
pinches policías prietos”.
Al policía lo califican como ignorante porque aunque tengas los
argumentos te espantan, y luego porque son licenciados los asustan,
porque saben hablar mejor, aunque tú tengas la razón como policía
y ellos estén en un error164.

La siguiente circunstancia se desarrolló en una vía rápida de la Ciudad de México


durante un dispositivo de seguridad para detectar automóviles robados, o con papaeles
falsos, o que llevaran en su interior armas blancas, armas de fuego, o drogas.
Otro que nos encontramos era en un operativo…Un fresita que no
quería abrir su cajuela y me decía “¡¿Y por qué le tengo que enseñar
mis documentos?!” “¡¿Qué no sabe qué coche es éste?!”
Le dije a mi no me interesa que tipo de auto traes, yo quiero que
me enseñes tu licencia.
Si quieres ahorita pido una grúa –el chavo tenía unos 20 ó 22 años
de edad–. Mejor dinos la verdad, dinos que no traes licencia. –Era
que no traía traía papeles–. Si no traes los papeles mejor ahorita
vemos cómo arreglarlo.

162 Entrevista realizada a la oficial Silvia, marzo de 2016
163 Entrevista realizada al oficial Esteban, marzo de 2016
164 Entrevista realizada a la oficial Silvia, marzo de 2016

156
Y el chavo así de: “¡¿Pero por qué oficial?! Ahorita le hablo a mi
papá para que me traiga la licencia”. Me dijo el de investigación –
un judicial que estaba ahí– “Yo hablo con él”. El procedimiento es
tanto engorroso para él como para nosotros. Al de investigación le
ha de haber dado una buena lana, a mi me dijo que sólo le había
dado $200.00 y lo dejó ir165.

De acuerdo con Silvia, las relaciones entre jóvenes y policías suelen complicarse
más aun cuando los jóvenes tienen familiares dentro de algún órgano de seguridad nacional,
o bien, ellos mismos tienen algún cargo público o son empleados del gobierno. En el
siguiente caso, se puede observar como unos jóvenes militares tratan de utilizar su status en
la milicia y sus supuestas amistades con gente de la la SSP (Secretaría de Seguridad
Pública) de la Ciudad de México para evitar ser sancionados por los policías auxiliares,
intentando así establecer relaciones de poder que los pongan por encima de éstos.
Una vez agarramos a unos chavos militares, que andaban haciendo
arrancones y tomando en la calle en la noche, y luego luego nos
dijeron:
Chavo 1.-“No sabes quien soy, conozco al jefe de Seguridad
Pública, ahorita le llamo” -Y le dice uno a mi compañero-
Chavo 2.- “¡Deja tu pinche escopetita y nos arreglamos!”
En grupos grandes siempre hay un grosero; uno que echa el verbo,
que sabe hablar; el que luego luego quiere pelear.
Le dije a mi compañero que me dejara hablar a solas con él, le dije
al chavo “A ver, ven para acá, nos podemos arreglar. O te retiras o
traemos a una o dos unidades para que se los lleven”. Le dije al
chavo: Déjennos las botellas y pásenos todos los six. Y se fueron166.

Después de platicarme todas éstas experiencias con jóvenes, le pregunté a Silvia


cómo eran las reacciones de los jóvenes al percatarse de la presencia policial, qué actitudes
asumían cuando se les sorprendía cometiendo alguna falta. También me interesaba saber si
ella había tenido diferentes experiencias con hombres y con mujeres al momento de
interactuar.
Por una parte está bien que se informen sobre sus derechos, pero
por otra no se hacen responsables de las faltas que cometen; incluso
saben que están cometiendo una falta administrativa pero ya ni con
eso los espantas. Creo que ya hasta la mujer rebasa los límites, se
comportan igual que los hombres, las chavas se te van con todo:
rasguños, jalones de greñas, insultos…

165 Entrevista realizada a la oficial Silvia, marzo de 2016
166 Entrevista realizada a la oficial Silvia, abril de 2016

157
Cuando es algo de J.C. (Juzgado Cívico) luego ellos te dicen
“¡Lléveme! Al fin que al rato salgo, pago mi multa”. Los que están
conscientes que es falta administrativa ya no te dicen nada, ya nada
más te dicen: “¿Cómo nos arreglamos poli?”
Si son seis, por ejemplo, te puedes llevar a tres o cuatro; a los que
están en flagrancia o a los que están más briagos, o al que se está
empinando la botella. Raro es el que te dice “Yo ni sabía que está
prohibido” Te dicen: “Denos chance, apenas vamos empezando” Si
les das chance les dices: “Me voy a dar otra vuelta, pero si paso y te
encuentro sí te llevo”. O te dicen: “Un cieguito (billete de $100)
pero hágase de la vista gorda”167

Era de mi interés conocer las edades en las que de acuerdo con las y los policías los jóvenes
incurren en faltas y/o delitos, y cuales son los más comunes.
Entre los 15 y los 18 años de edad. Ya saben que siendo menores de
edad disminuyen las faltas; cuando eres menor de edad sabes que
papi te va a arreglar todo. Ya los más grandes la piensan más.
Pues la más, la más, es la de tomar en la vía pública; orinarse en la
vía pública, grafitear; inhalar sustancias (cocaína, solventes), fumar
marihuana. Y riña cuando están borrachos.
Tenemos que agarrarlos con las caguamas, las botellas y todo
porque es evidencia. Lo primero que hacen es echarse a correr con
todo y sus caguamas. Los chavos saben que ahora les tienes que leer
sus derechos, tú tienes que tener táctica para poderlos subir (a la
patrulla).168

De acuerdo con Silvia los protocolos de actuación policial con los jóvenes han
cambiado, ahora el trato es más adecuado y respetuoso (al menos así está señalado en
nuevos protocolos de actuación policial); hay nuevas instancias que pretenden proteger a
los jóvenes de abusos. El nuevo Protocolo del uso de la Fuerza contempla especialmente
aquellos que se relacionan con el abuso de la fuerza física en la detención y conducción de
presuntos responsables. Sin embargo, para algunos policías los nuevos protocolos son una
limitante a sus posibilidades de actuar en determinadas circunstancias, puesto que no
pueden echar mano del uso de la fuerza con demasiada libertad, lo cual es visto por muchos
como un impedimento para actuar de forma eficaz.
El nuevo protocolo del uso de la fuerza dice que la detención debe
ser de uno a uno. Por ejemplo, no pueden someter cuatro policías a
un solo delincuente. Ahora ya no puedes aventar a uno que hizo


167 Entrevista realizada a la oficial Silvia, abril de 2016
168 Entrevista realizada a la oficial Silvia, abril de 2016

158
algo, o le puedes meter una tranquiza porque puede usarse en tu
contra. Antes había un uso excesivo de la fuerza por parte de
algunos compañeros.
Lo más usual hasta hace unos años era llegar y decirles: “¡A ver
hijos de su puta madre, se calman o los calmo!” Pero ya no puedes
usar palabras altisonantes; tienes que conducirlos con decoro, no
puedes usar ningún adjetivo. Muchos de los compañeros son así, se
prenden bien rápido, pero al R9 no lo puedes llevar golpeado169.

Gran parte de mi interés en ésta investigación se centraba en los mecanismos del


poder, es decir, en los medios para ejercerlo –y sus consecuencias sociales–, en echar mano
de estrategias y recursos tangibles, intangibles, simbólicos (la relación semiótica entre
significado y significante socialmente construido) para lograr moldear la conducta del otro
con el objetivo de alcanzar fines específicos.
Busqué que los oficiales de policía me explicaran un poco sobre sus estrategias y
discursos para tratar de cambiar la conducta de los jóvenes. Esto es lo que la oficial Silvia
señaló como vías para orientar a las personas hacia ciertos fines, para que dejaran de
cometer faltas en el momento de haberlos sorprendido en flagrancia o en otros casos para
intercambiar dinero por libertad y evitar las consecuencias legales de sus faltas (cohecho):
En el momento en que tú lanzas a radio el R9 (que tienes detenido)
te empiezan a contar el tiempo en el que tienes que trasladarlo. Si
vas a hacer algo así tienes que ser rápido. Si ves que la detención
puede ser algo bueno, les das el típico paseo, pero es cuando sabes
que es algo que valga la pena.
Además tienes que justificar tu trabajo, si no has agarrado nada y te
sale eso, sabes que tienes que llevarlo. Tienes que usar mucho el
sentido común y el criterio. A veces ellos piensan que si te hablan
bonito tú les vas a decir: “Va, pues vete”.
Pues ya desde el momento en que tú llegas saben que no hay salida.
Simpre buscas la forma de calmarlos, les dices que si se ponen más
agresivos son más agravantes a lo que hicieron170.

Durante ésta conversación con Silvia, cuando ella mencionaba que les daba “el
típico paseo” antes de avisar por radio que tenía algún detenido, hacía un recorrido sin que
las personas tuvieran conocimiento de que sólo estaban dando vueltas en la patrulla para
hacer tiempo suficiente como para que los jóvenes lanzaran la oferta monetaria a cambio de
dejarlos en libertad.

169 Entrevista realizada a la oficial Silvia, febrero de 2016
170 Entrevista realizada a la oficial Silvia, febrero de 2016

159
Existían policías que creaban una atmósfera idonea para que los jóvenes ofrecieran
dinero, por ejemplo, se les decía que subieran a la patrulla, pero una vez que estaban en ella
no se les informaba a qué lugar los llevarían. Y se les decía que el juez cívico les iba a
cobrar una multa muy cara y que sería bastante malo que llegaran con el juez por las
consecuencias que ello podría tener; a su vez, algunos otros policías exageraban la
gravedad de las infracciones para orientar la conducta de los jóvenes detenidos para obtener
un soborno. De acuerdo con Silvia, ni ella ni sus compañeros les pedían dinero
directamente, sino que esperaban a que los jóvenes hicieran una primera oferta.
Dependiendo de la gravedad de la falta el monto del dinero podría aumentar tomando como
referencia el costo de la multa en el Juzgado Cívico; otra de las estrategias usadas era
exagerar la gravedad de las infracciones cometidas sin explicarles la diferencia entre una
falta administrativa y un delito con el fin de que los jóvenes hicieran una primera oferta
monetaria.
Para los propósitos de ésta investigación era necesario saber si existía algún
conjunto de atributos negativos que los policías identificaran en los jóvenes que les
permitieran asumir que éstos podrían ser potencialmente peligrosos, o por el contrario:
inofensivos. La respuesta de Silvia fue que no existe un estereotipo de joven –hombre o
mujer– que pueda ser identificado como potencialmente bueno o malo. De acuerdo con
Silvia cualquier joven puede ser sospechoso, razón por la cual los jóvenes deben ser
analizados más allá de su apariencia física; el comportamiento es más significativo que la
anterior.
Los tienes que analizar a todos, porque ya ves lo que te platicaba
del chavo de esuela privada (el que andaba vendiendo droga en el
parque).
Te vas con la finta de que el que va mejor vestido resulta que es el
peor. Tú ya tienes como que la visión…nunca vas a verlos de a uno,
siempre van como de tres o cinco chavos, o que te ven y se dan la
vuelta, o que te ven y se regresan. Los que traen la mochilita, esos
que traen mochilitas pequeñas y que solo andan en grupitos dando
vueltas. De edades como entre 16-17 años.
Se meten mucho a los Oxxos o Seven (Eleven) a hacer sus
desmadres. Te fijas mucho en la forma de hablar, o si te rehuyen la
mirada. No es tanto la apariencia, porque luego se ven chavos mal
vestidos y son buenos chavos171.


171 Entrevista realizada a la oficial Silvia, abril de 2016

160
Oficial Roberto
El oficial Roberto empezó a platicarme sobre sus experiencias con jóvenes en la vía
pública, yo lo cuestioné respecto a su percepción sobre ellos, su compartamiento y cómo se
habían desarrollado interacciones con ellos.
Mal, lo peor de ellos es que son jóvenes que piensan que están bien
en todo, son jóvenes sin educación, sin valores. Son groseros, están
en su mundo desmadroso, no van a la escuela, son cínicos. Todos
dicen que no están haciendo faltas, nadie acepta que está mal172.

Al preguntarle a Roberto el rango de edades en las que identifica a los jóvenes con
quienes ha tenido contacto, dijo que es de 12 a 20 años de edad aproximadamente.

Son chavos y chavas pendejos, [sic] agarrar a uno de 16 a los 20


años se sienten los dueños del mundo, son prepotentes los chavos y
los policías también. Son difíciles las detenciones.173

Gran parte de mi interés en éstas interacciones sociales entre jóvenes y policías


estaba focalizada en el tipo de circuntancias que propiciaban que ambos grupos se
encontraran y entablaran relaciones de poder momentáneas. Por ello le pregunté al oficial
Roberto respecto a esas situaciones:

Hacen conductas transgresoras como beber en la calle, andan


cogiendo en la calle. Y ponen resistencia, son necios, si los tocas te
acusan con Derechos Humanos; te retan y te acusan de abuso de
autoridad.
Te dicen: “No sabes quién es mi papá, no sabes con quien estás
tratando pendejo o güey”. La clásica: “Soy ciudadano, tengo
derechos” . Después de que cometen la falta todavía se ponen
pesadones, te dicen: “No me toques pendejo, asalariado” Te dicen:
“Ignorante, yo por eso fui a la escuela”, “¡Te voy a acusar a
Derechos Humanos!”, “¡A ver llévame!”
Hay chavos que se golpean solos para decir que los golpeaste. Te
retan: “¡A ver súbeme!”, y apenas los tocas y empiezan a decir que
los sueltes174.

De acuerdo con Roberto, la mayoría de las personas no aceptan su responsabilidad


ni asumen las consecuencias de sus faltas administrativas, pero hay algunos pocos que sí lo
hacen, situación a la que Roberto reacciona de la siguiente manera:

172 Entrevista realizada al oficial Roberto, marzo de 2014
173 Entrevista realizada al oficial Roberto, octubre de 2014
174 Entrevista realizada al oficial Roberto, octubre de 2014

161
Hay quien te dice “Sí, me estoy orinando”, si está mencionando su
falta y además pide disculpas, sí dejas que se vayan, no los
detienes175.

También platicamos sobre lo que Roberto pensaba respecto del comportamiento de


los jóvenes con quienes ha tenido contacto durante su trabajo; de acuerdo con él, la mayoría
de las situaciones en las que ha tenido problemas con jóvenes han sido durante la noche o
por la tarde, cerca de anochecer, y generalmente en fines de semana en zonas donde hay
bares y cantinas. Roberto señalaba que la plática con los muchachos que incurren en faltas
administrativas acaba en golpes y terminan subiéndolos a la patrulla a la fuerza porque casi
nunca abordan la patrulla por su voluntad.
Roberto me habló sobre una circunstancia que se desarrolló con varios jóvenes
alcoholizados, durante la noche de un viernes en una zona de bares y restaurantes. Esa
noche, alrededor de las 9:00 pm cinco jóvenes médicos rompieron un cristal de un edificio
cercano. Los jóvenes médicos discutieron con Roberto y su compañero de turno; los
jóvenes se negaban a abordar la patrulla para ir al M.P., fue entonces que Roberto y el otro
oficial que lo acompañaba usaron la fuerza física para subir a los jóvenes a la patrulla.
A uno lo agarramos a madrazos y lo subimos a puros chingadazos...
La ley marca que tienes que saludar y decir “Tenga la bondad de
abordar la unidad, ya que va usted en calidad de presunto infractor”,
hay que leerle la Cartilla de Derechos que asisten a las personas
detenidas, si no lo haces te meten a la cárcel. Aplica para faltas
administrativas y delitos.
Si lo hubiéramos agarrado en tiempos del Negro Durazo le
hubiéramos metido una madriza que la peda se le bajaba al chavo,
pero ahora con Derechos Humanos no se puede.176

En esa ocasión, como en otras más, los policías tuvieron problemas adicionales para
remitir a los jóvenes al Ministerio Público porque algunas personas de inmiscuyeron en la
detención y no permitían que los oficiales subieran a los jóvenes a la patrulla.
La gente –en la calle- intervenía por los borrachos, decían:
“¡Déjenlos en paz!”, que no estaban haciendo nada. Siempre
esperamos a que la gente se vaya para subirlos a la patrulla177.


175 Entrevista realizada al oficial Roberto, octubre de 2014
176 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015
177 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015

162
Una vez que los habían trasladado el M.P., uno de los muchachos les gritaba a los
oficiales: “¡Pinches policías chinguen a su madre!, ¡culeros!, ¡pendejos!, ¡ignorantes!,
¡puercos!”178
El oficial Roberto dijo que este mismo joven le llamó por teléfono a una persona
supuestamente influyente para que le ayudara a ser liberado de los cargos que se le
imputaban y poder irse del M.P., además, empezó a dictarle a su amigo el número de placa
del compañero de Roberto para que supuestamente lo despidieran.
Te amenazan de que trabajan en Gobernación. Te dicen: “¡No sabes
con quien te metes perro!” “¡No sabes quien soy, pendejo, mañana
ya no estás trabajando!”. Y tú en tu pensamiento quieres pegarles
pero no puedes hacerlo por Derechos Humanos.179

Tenía curiosidad de saber cómo es que en una situación de clara resistencia él


lograba que los jóvenes acataran las órdenes que se les daban, Roberto respondió que es
sólo mediante el uso de la fuerza física que los policías logran que suban a la patrulla.
Primero debes de llegar saludando, después pedirles de favor que
suban a la patrulla, pero a veces la gente se mete y entonces es más
difícil subirlos, entonces haces uso de la fuerza.
Subirlos a chingadazos cuando no haya nadie, de todas formas van
a decir que les pegaste aunque no les hayas pegado. Siempre
esperamos a que no haya gente para hacerles manita de puerco y
subirlos a la patrulla, ahora te filman y tú tienes que dejar que te
filmen.

Cuando haces rondín, los viernes y sábados agarras mucho borracho


tomando en vía pública y en el coche. Los otros días agarras al que
fuma marihuana. A ese estacionamiento le llaman el cogedero,
porque siempre se van a coger ahí.180
Al cuestionar a Roberto sobre lo que pensaba sobre la delgada línea que existe entre el uso
adecuado de la fuerza y el uso excesivo de ésta, él me comentaba que no existe el uso
excesivo de ésta:

El uso excesivo de la fuerza no existe, porque no puedes subirlos


más que por la fuerza, es un decir, sí, les pones sus chingadazos
porque dentro de la patrulla sí se ponen más violentos. Algunos
detenidos se golpean para decir que los policías los golpearon.181

178 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015
179 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015
180 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de 2015
181 Entrevista realizada al oficial Roberto, diciembre de2015

163
Según el oficial Manuel, a los jóvenes que están teniendo relaciones sexuales en los
coches los tienen que llevar al Juzgado Cívico porque podría tratarse de un caso de
violación sexual, y una vez que ingresan al juzgado cívico se determina si se trataba de una
violación o era una relación sexual consensual. Otra razón para llevar a los jóvenes al J.C.
es por «faltas a la moral» y exhibicionismo; es necesario mencionar que el artículo de la
Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México que prohibe las faltas a la moral fue
derogado años atrás, sin embargo, algunos policías siguen apegándose a un artículo que ya
no existe para detener a jóvenes que se encuentren teniendo relaciones sexuales dentro de
los autos y en la vía púlbica.

Por la zona de bares hay puro pleito de borrachos, como a las 2:00
am ya se empiezan a quitar la ropa, esos se pueden llevar al juzgado
cívico por exhibicionismo.
Te dicen: “Échame la mano” pero a veces van de chillones y ya no
conviene pedirles lana, o bueno, hacerles el paro. Muchos si te
dicen que saben que van a pagar $1,500.00 de multa y te ofrecen
$500.00 pero hay otros que los ayudas y te acusan con Derechos
Humanos de que les pediste dinero.182
Roberto y yo empezamos a hablar sobre los Derechos Humanos, me interesaba
saber cual era su opinión al respecto, mencionaba que éstos son necesarios para la
ciudadanía, siempre y cuando no signifiquen una obstrucción a su labor como policía:

Para mí están bien cuando al delincuente yo le pueda meter unos


madrazos y al ciudadano que no hace nada se respeten sus derechos.
En el caso de que yo no le lea sus derechos yo me voy a la cárcel
por no seguir el debido proceso, y por ser servidor público me dan
el doble de años.183

Roberto y yo conversamos sobre el comportamiento de las mujeres en los


escenarios de faltas administrativas y flagrancia en la vía pública, me interesaba conocer el
comportamiento de éstas y de los policías al momento de interactuar en este tipo de
circunstancias, a lo que Roberto señaló que los policías varones prefieren evitar las
confrontaciones con las mujeres jóvenes –y de cualquier edad– porque los protocolos de


182 Entrevista realizada al oficial Manuel, octubre de 2015
183 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015

164
actuación actuales a los que deben apegarse los policías prohíben que ellos puedan tocar a
una mujer, ya que pueden ser facilmente acusados de abuso sexual.

Son peor las mujeres, se aprovechan de su condición, la mayoría


son las que te graban. Preferible es dejarlas ir porque te la voltean,
te dicen que “¡si no has tenido madre!”, y las mujeres se te van a los
golpes. Y menos ahora con lo de equidad de género. Las chavas nos
insultan más que un hombre. Las mujeres son mionas, igual que los
hombres, ya borrachas se pelean entre ellas, se pelean con la que
está viendo al novio. Hay viejas fumando marihuana en la noche.184

Las emociones y los sentimientos tienen gran peso en el comportamiento de los


policías y los jóvenes, aunque sus emociones no determinan cabalmente las acciones que
tomarán, éstas influyen en sus decisiones durante las interacciones con la policía. Resultaba
importante conocer la forma en la que los policías se sentían al momento de desarrollarse
éstas situaciones con los jóvenes en la vía pública. Roberto lo describió como un conjunto
de situaciones estresantes, incómodas, que le generaban enojo.

Mal, digo, pobre México, te vuelves conchudo, ya no quieres


detener a nadie; a un señor que asaltaron nos reclamó que lo habían
asaltado y yo le dije que ya estaba grande para que yo lo estuviera
cuidando. Yo si pudiera me iría a otro lado. Siento malestar,
coraje.185

Oficial Mariana
Gran parte de su trabajo como policía se ha desarrollado en diferentes partes de la
Ciudad, sus interacciones con jóvenes se iniciaban generalmente porque éstos eran
sorprendidos en flagrancia relizando faltas administrativas. Éstas interacciones con jóvenes
se llevaban a cabo cuando junto a su compañero patrullaban durante las noches de los fines
de semana en áreas aledañas a bares, table dance, cantinas. Éstas relaciones con jóvenes
podían desarrollarse en áreas verdes como parques y jardines públicos; también en calles
poco concurridas. A continuación presento fragmentos de entrevistas realizadas con la
oficial Mariana. El mayor número de detenciones se hacían por faltas administrativas: tirar
basura, beber en la calle, orinarse, usar drogas.


184 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015
185 Entrevista realizada al oficial Roberto, abril de 2015

165
Siempre se ponían al brinco, por allá había trifulcas por
borracheras. Te decían: “¡Tú no sabes quién soy!” “¡Vas a perder tu
trabajo mañana!” Los jóvenes siempre andaban haciendo algo,
meándose, bebiendo, drogándose186.
Le pregunté sobre la forma en la que los jóvenes se comportaban con los policías al
momento de acercárseles:
Se echaban a correr, les decía: “¡Si no te paras te voy a pegar!”.
Unos negaban lo que estaban haciendo y les decía “¡Si ya te vi que
estás haciendo del baño en la calle!” Otros se ponían al brinco, si
iban mujeres se ponían a llorar.187

De acuerdo con sus testimonios, las personas a quienes con más frecuencia detenían
ella y su compañero eran en su mayoría hombres borrachos que salían de antros o del table
dance con el pago de la quincena completa. Ahí, junto con su compañero hacían el «Dos de
bastos» que consistía en decirle a la persona borracha que se veía sospechosa y que tenían
que hacerle una revisión, en ese momento le decían que tenía que revisar su cartera
mientras su compañero lo distraía. Ella sacaba con dos dedos dentro de la cartera varios
billetes y le dejaba algunos otros para hacer menos notoria la sustracción del dinero (de ahí
el nombre Dos de bastos). En éstos casos la gente no oponía resistencia porque no se daban
cuenta de que el dinero estaba siendo sustraído de sus carteras, además, generalmente
estaban tan borrachos que no lo notaban.
Decía que en su temporada como oficial encargada de patrullar, “…había gente
muy amable y otros muy déspotas.” 188 “Era gente de clase media, fresitas de prepa o
universidad…cuando les dabas indicaciones de algo que no podían hacer, por ejemplo:
“Muévase porque no se puede estacionar ahí” te respondían cosas como “¡Con mis
impuestos yo te pago a ti!”, “¡Si nada más estudiaste hasta la primaria!”189.

Los jóvenes son los más déspotas, en las noches de viernes tomaban
y fumaban mota. Se ponían más pesados cuando ya estaban más
tomados. Se oponían a las revisiones, nos decían que no teníamos
derecho a revisarlos y que ellos se sabían sus derechos. Los chavos
empujaban a los compañeros, nos decían “Pinches policías come
cuando hay”. Y cuando eran estudiantes de leyes eran peor, más


186 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
187 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
188 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
189 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015

166
necios y prepotentes, te dicen que no tienes educación, que eres un
ignorante.

Antes de revisarlos les decíamos: “Dime si traes algo –drogas-, y si


traes algo para poder ayudarte” “Si traes algo y te reviso y lo
encuentro ya no te voy a poder ayudar, así que mejor de una vez
dime si traes algo”190

La forma de “ayudarlos” era a cambio de dinero, si los jóvenes les decían que
portaban drogas, entonces los policías les decían que la multa por traer “algo” –
dependiendo de las cantidades y del tipo de droga– era de tanto, entonces los chavos
lanzaban una primer oferta y después los policías les decían que era muy poco, que
aumentaran la cantidad.
Los jóvenes (varones) forcejeaban con los policías en las revisiones,
las chavas les aventaban los vasos con cerveza a los compañeros.
Para ir al Juzgado Cívico los policías pedíamos refuerzos. Ellos
provocan el cohecho, te doy dinero y ya, te dicen: “Hazme el paro y
ya me voy”191

Dependiendo del número de policías que estuvieran presentes fijaban el monto del
soborno, la mordida, por ejemplo, entre cuatro policías las cantidades podían variar
entre $1,800 y $2,000 pesos.
A veces si no traías nada  de dinero  los dejabas que se fueran con
$800.00 y ya.192
Comenzamos a platicar sobre los medios de los que se valía junto con sus
compañeros para hacer que los jóvenes acataran las órdenes, en este punto tocamos el tema
del uso de la fuerza en las detenciones, me comentó que hay un manual de procedimientos
para el protocolo del uso de la fuerza pública.

El Manual del Uso de la Fuerza con fundamento en el artículo 19º.


Según ya no los puedes esposar porque al esposarlos ellos se
mueven y las esposas se van apretando más y más y les lastiman las
muñecas, y al llegar al Juzgado Cívico ya están maltratados.193


190 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
191 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015
192 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015
193 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015

167
Por conveniencia para los policías, ellos en estos casos prefieren no hacer uso de la
fuerza para someter a los jóvenes cuando están incurriendo en faltas administrativas o
delitos, pues esto podría ocasionarles problemas con la Comisión de Derechos Humanos si
es que no pueden justificar adecuadamente el uso de la fuerza. Al preguntarle de qué
manera lograban que los jóvenes obedecieran lo que los policías les decían que hicieran, me
dio la siguiente respuesta:

Pues hablándoles fuerte, con psicología inversa, tratar de hacer que


ellos solitos sacaran las cosas que traían consigo, haciéndolo
tranquilo. Muchos accedían tranquilamente.194
Me comentaba que por la vigilancia de las cámaras de seguridad ella y su
compañero de patrulla preferían hacer las cosas tranquilamente, porque al estar también
vigilados como policías sabían que debían actuar con cautela, valiéndose de otros medios
antes que usar la violencia física, como la persuación y la manipulación.

Si oponían resistencia pedíamos refuerzos, cuando llegaban los


refuerzos les volvías a explicar con manzanas para que entendieran,
porque dicen “Yo sé mis derechos” y de ahí no los sacas.195

Al preguntarle bajo qué tipo de circunstancias los jóvenes oponían más resistencia,
respondió que cuando se encontraban en estado de ebriedad.

Cuando estaban ebrios, si habían fumado marihuana estaban bien


mancitos, obedecían fácilmente. Hay mucha gente que sí se pone
necia, la dejas y ya, pero éstos se sienten como victoriosos porque
te fuiste. Tienen actitudes prepotentes, te dicen: “Te estoy
grabando”. Si podíamos los obligábamos borrarar los videos. En
manifestaciones es peor, te gritan y te avientan cosas.196
Al preguntarle sobre sus emociones en el contexo de estas situaciones con jóvenes,
me decía sentirse con malestar, con impotencia:

Te tienes que tragar tu coraje, no les puedes pegar porque te pueden


denunciar y vas a tener problemas, te quedas con tu coraje y tu
enojo.197


194 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015
195 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015
196 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015
197 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015

168
Tiene una mala impresión de la gente por las experiencias que ha tenido en la vía
pública tratando con los civiles jóvenes, dice que éstos no asumen las consecuencias de sus
actos, y que prefieren librarse ofreciendo dinero a cambio de su libertad. Aunque como
policías se han visto implicados en situaciones de cochecho y corrupción, esta problemática
se ve como unidireccional, proveniente unicamente de los ciudadanos, dejando de lado la
participación de los policías en ella.

Los ciudadanos no saben cuáles son sus responsabilidades, en el


Código Civil vienen cuáles son sus responsabilidades pero no lo
revisan. La misma gente genera la corrupción. Por lo general traes
tu Ley de Cultura Cívica para enseñarles cuales son las faltas a la
ley que están cometiendo porque luego dicen que no están haciendo
nada.198

Las revisiones y detenciones de jóvenes tenían lugar durante las noches, los viernes
cuando los chavos iban a bares; eran jóvenes de universidad o de preparatoria, en un rango
de edades entre los 17-23 años aproximadamente. Revisaban a los que estaban más
borrachos, llevaban a cabo las revisiones afuera de table dance, antros, lugares en donde
había alcohol. Al preguntarle las razones por las que revisaban específicamente a éstos, me
decía que era “para ver qué traían, qué te regalaban” haciendo referencia a que podrían
obtener dinero más facilmente en comparación a otras personas que no estaban en estado
etílico porque usualmente éstos se encontraban transgrediendo alguna regla de la Ley de
Cultura Cívica y también eran más vulnerables que una persona que se encontraba sobria.
Al hablar sobre si en sus experiencias con jóvenes estos se comportaban igual con
mujeres policías y policías varones, su respuesta fue que el comportamiento es diferente;
las mujeres jóvenes tienen una mayor confrontación con mujeres policías que con los
varones, mientras que los jóvenes demostraban menor confrontación con las policías y más
obediencia en comparación a los policías varones. Las jóvenes con las que interactuaban en
éstas situaciones no agredían físicamente –golpes o empujones– a los y las policías, más
bien recurrían a otros medios para tratar de orientar la conducta de estos con amenazas:
En general las mujeres son más tranquilas. Decían que nos iban a
denunciar al bunker 50, a la Fiscalía de la agencia 50 del Ministerio
Público; ahí puedes denunciar a los policías.199


198 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
199 Entrevista realizada a la oficial Mariana, noviembre de 2015

169
Para los fines de ésta investigación era importante conocer si como policía había
atributos negativos que pudieran hacer más facilmente identificables y distinguibles a los
jóvenes potencialmente peligrosos de los que no. La respuesta de éste elemento de
seguridad fue similar a otras respuestas de policías auxiliares, en tanto que señalaba que
características como vestimenta, apariencia física, color de piel y otras, son menos
relevantes en comparación al semblante, la forma de hablar, si tenían los ojos rojos,
etcétera.
Les ves la cara de drogadictos o de alcohólicos, con los ojos color
rojo, tipo cholos, con los pantalones muy holgados. Pueden traer
tatuajes pero también hay chavos que traen tatuajes pero no hacen
nada malo.200

Oficial Manuel
El oficial Manuel tiene una vasta experiencia como intramuros y como pie-tierra dando
rondines caminando en diferentes colonias de las delegaciones que conforman la Ciudad de
México. El hecho de haber comenzado desde abajo, como cadete sin relaciones de
compadrazgo o padrinazgo le permitió obtener diversas experiencias con adolescentes y
jóvenes.
Una mañana, después de que el oficial Manuel hiciera cambio de turno,
desayunamos pan dulce con café soluble, y comenzó a platicarme algunas de sus
experiencias con jóvenes clasemedieros en las calles de la Ciudad de México.
Los jóvenes transgreden las reglas. Siempre buscan una
justificación para evitar que los detengan por faltas administrativas.
En su mayoría son jóvenes de 14 a 20 ó 25 años [sic] y por tener
sexo en la vía pública, por faltas a la moral y exhibicionismo; andar
bebiendo, fumar marihuana o mearse en la calle.
En una ocasión agarré a una parejita en un deportivo, la señorita le
estaba haciendo sexo oral al chavo, ya mejor les dije que se fueran
porque me daba pena con la chava.201

Al preguntarle sobre el tipo de jóvenes con los que ha tenido contacto me dijo que
hay de muchos tipos: “fresitas, gente normal, los que han estado en penales se ponen más
violentos”202. Al preguntarle sobre cómo es que sabía que esas personas habían estado en

200 Entrevista realizada a la oficial Mariana, octubre de 2015
201 Entrevista realizada a la oficial Manuel, octubre de 2015
202 Entrevista realizada a la oficial Manuel, octubre de 2015

170
penales, me dijo que es en el momento en el que los llevan al M.P. que aparece su historial
criminal.
Después hablamos sobre el tema del género durante éstas interacciones de poder
con las y los jóvenes, Manuel dejó en claro que si las detenciones de jóvenes varones son
complicadas, las de mujeres son aun más difíciles de realizar, pues los protocolos de
actuación policial prohíben estrictamente que un policía varón catee, espose y haga subir al
interior de una patrulla a una mujer.
Las mujeres se comportan igual que los hombres; se mean en la
calle, fuman marihuana, beben alcohol en la vía pública…Es más
difícil tratar con ellas porque si eres hombre no las puedes tocar, no
las puedes subir a la patrulla.
Tienes que pedir que venga una mujer a detenerla, de lo contrario te
pueden acusar de abuso sexual. Tienes que cubrirte para no tener
problemas. Las mujeres son más escandalosas.203

Hablamos sobre la forma de reaccionar de los jóvenes cuando interactúan con


policías, es decir, si muestran algún tipo de resistencia a ser revisados y detenidos, y cuales
son los medios que escogen para tratar de evitar las órdenes que se les imponen.
Primero se usa la disuasión verbal, se les muestran los artículos de
la Ley de Cultura Cívica que están infringiendo o la Constitución
para que se dejen revisar. Les explicamos que es una falta
administrativa. Se las pintas más grave, si no quieres hacer la
remisión los bailas ahí. Aunque ya luego ni te conviene ayudarlos
porque los ayudas y te acusan de que les pediste dinero, cuando
ellos te lo ofrecieron.204

En la respuesta a esta pregunta el oficial se refiere con la expresión “los bailas” al


cohecho. Les dicen el costo aproximado de la multa que tendrían que pagar en el Juzgado
Cívico, aunque también pueden decirles que los van a llevar al Ministerio Público. Esto es
una forma de manipulación, de orientar la conducta hacia el fin deseado que es obtener una
ganancia económica, cuando no necesitan hacer remisiones. En caso de necesitar hacer
remisiones sí piden los refuerzos y los suben a las patrullas, en éstos casos no hay
negociación, es decir, los jóvenes no pueden irse a cambio de dinero.
Dependiendo de cómo se comporten los infractores se ve si le
llamas a la patrulla para que se los lleven al Juzgado Cívico. Pero si


203 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015
204 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015

171
te dicen que los ayudes (a cambio de dinero) ya no los llevas. Pero
luego, cuando quieren arreglarlo en el M.P. o en el Juzgado Cívico
ya no puedes ayudarlos.205

De acuerdo con sus experiencias hay algunos jóvenes que tienen dinero o son de
familias adineradas o influyentes políticamente, Manuel los identifica como los «juniors».
Una frase común de estos jóvenes para evitar ser detenidos es “Mi papá tiene dinero”
insinuando que son influyentes y podrían salir del Juzgado Cívico o Ministerio Público
rápidamente pagando las multas o sobornando a alguien.
Señala que “Algunos infractores son hijos de policías con cargos altos y los tienes
que dejar ir para evitar problemas, porque el fuero de los padres los cubre a ellos”.206 El
oficial Manuel compartió una experiencia que le sucedió con dos jóvenes bebiendo alcohol
en la vía pública, él los quería remitir con el juez cívico, pero no pudo hacerlo porque uno
de los jóvenes llamó a su papá, quien era un comandante de la Policía Judicial. Unos
minutos después Manuel recibió una llamada por radio de un jefe de sector quien le dijo
que tenían que dejar ir a los jóvenes porque el padre de uno de ellos era alguien importante
en la Policía de la Ciudad de México.
Hay algunos muchachos que te dicen: “¡No sabes quien es mi papá,
mañana vas a estar despedido!” porque son hijos de judiciales y ni
modo, los tienes que dejar ir. ¿Y dónde queda tu autoridad?207

El tipo de situaciones en las que los jóvenes oponen más resistencia, de acuerdo con el
oficial Manuel son aquellas en las que intentan hacer revisiones o cacheos:
Al hacer revisiones. Cuando los cachas infraganti dicen que no
están haciendo nada, si los quieres llevar menos quieren. Dicen
cosas como “No sabes quien soy yo”. Y cuando ya los subes a la
patrulla se ponen a chillar. Ya cuando usas la fuerza se calman y en
el M.P. o Juzgado cívico empiezan a decirte que los ayudes, pero ya
en el juzgado cívico no se puede hacer nada.208

En caso de que los jóvenes no quieran hacer lo que se les indica, los policías hacen
uso de la fuerza:


205 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015
206 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015
207 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015
208 Entrevista realizada a la oficial Manuel, noviembre de 2015

172
Usas la fuerza, inmovilización de movimientos, les haces manita de
puerco, y ya los subes; si subes al primero ya los otros se empiezan
a subir. Mientras no te vean no hay bronca, ahora Derechos
Humanos interviene mucho. Si les quieres meter una patada para
que se ablanden no puedes porque hay cámaras, ya te están
filmando todos con el celular.209

Un aspecto importante es que los oficiales intentan no hacer uso de la fuerza si hay
cámaras o si los están grabando con el celular, pues temen ser acusados de hacer uso
inadecuado o excesivo de la fuerza ante instancias de Derechos Humanos.

Le pregunté cual podría ser el límite para el uso de la fuerza, en qué momento ya
sería excesivo, y me respondió que en el momento en que ya se tiene inmovilizado al sujeto
este ya no debe ser golpeado.

Cuando está inmovilizado y lo golpeas ya sería abuso de autoridad


y tortura. Ha habido compañeros que se les pasa la mano…210
Manuel señalaba que durante sus experiencias como oficial pie-tierra tenía que entregar la
cuota que los jefes le pedían de personas detenidas para ser remitidas al Juzgado Cívico o al
Ministerio Público respectivamente. A los oficiales pie-tierra, como Manuel, usualmente
les piden que hagan la remisión de una persona al día como mínimo. Pero a los policías que
hacen sus rondas en patrulla se les piden tres remisiones al día como mínimo, cosa que
incentiva las detenciones arbitrarias o por motivos que usualmente no significarían una
detención aunque estén estipuladas las faltas en la Ley de Cultura Cívica, como tirar basura,
hacer ruido, no recoger el excremento del perro o sacarlo sin correa. Esto también pone a
pensar en la posibilidad de detener a personas que no están cometiendo un delito o falta
administrativa, pero que son remitidas porque los oficiales necesitan llegar al número que
se les exige como mínimo por día.

Si puedes hacer una remisión por día está bien, a los patrulleros se
los piden más; los compañeros agarran a todos los que pueden.211


209 Entrevista realizada al oficial Manuel, diciembre de 2015
210 Entrevista realizada al oficial Manuel, diciembre de 2015
211 Entrevista realizada al oficial Manuel, noviembre de 2015

173
El oficial Manuel comentaba que a veces los patrulleros detienen a gente que trae perros
que podrían usarse como de pelea sin correa, tipo «pit bull» por ejemplo, para juntar el
número mínimo de remisiones.
A propósito de características negativas que pudieran hacer más facilmente
identificables a los jóvenes nocivos de los inofensivos, Manuel señalaba que la forma de
vestir; color de piel, ojos y cabello, no eran rasgos ditintivos para los policías que pudieran
ser indicadores de jóvenes potencialmente conflictivos o peligrosos. En cambio, aspectos
como el lenguaje, movimientos corporales y el semblante, denotaban problemas de
alcoholismo o drogadicción.
A veces los ñeros mueven mucho las manos, el lenguaje, el lenguaje
corporal, algunas expresiones…Pueden tener tatuajes o
perforaciones, aunque no siempre.. Los ojos se les ven hundidos, el
color de la piel se ve como amarillo, como pálido.212
En muchas ocasiones, los policías evitan hacer remisiones de jóvenes que se drogan
con «activo» (thinner o aguarrás, diluyentes de pintura de muy bajo costo). En el Juzgado
Cívico o Ministerio Público les dicen a los policías que no les lleven chavos drogadictos de
activo porque no les pueden sacar dinero por falta de recursos económicos para pagar la
multa, por eso prefieren que les lleven a muchachos que beben en la vía pública y que
fuman marihuana.

Me interesaba conocer la forma de sentir de los policías al encontrarse con éstos


jóvenes e interactar con ellos en el contexto de las relaciones de poder. En todos los casos
las y los policías que colaboraron en la investigación dijeron sentir malestar, enojo,
hartazgo…

Nos enfada estar discutiendo con alguien alcoholizado, genera


enojo. Si van varios compañeros no da miedo, si estás solo sí,
porque pueden hacer cualquier cosa –los infractores–. Donde te da
miedo es en los operativos, porque no nos dicen a donde nos
llevan.213
Oficial Iliana
La oficial Iliana tiene una mayor experiencia como policía intramuros que en la vía
pública, pero no por ello menos experiencia con jóvenes, ya que ha trabajado en


212 Entrevista realizada al oficial Manuel, diciembre de 2015
213 Entrevista realizada al oficial Manuel, noviembre de 2015

174
instituciones de educación educación superior. En una de las ocasiones que nos vimos fuera
de su turno, mientras comíamos me platicaba sobre sus vivencias con jóvenes de edades
entre los 18 a 27 años aproximadamente.

Pues porque a pesar de ser la mayoría estudiantes, nunca han estado


de este lado. Sigues siendo el pinche poli, aunque lo ayudaste. Son
muy déspotas. Me han mentado la madre, pero ya lo ves como
normal, debes ser de mecha larga, tienes que aguantar y aguantar.214

En otra ocasión en la que nos vimos al finalizar su turno, Iliana me comentaba que
su autoridad y la de sus compañeros se ve reducida en comparación a la autoridad de los
policías que se encuentran en la vía pública, ya que como oficiales intramuros deben
apegarse a los reglamentos internos de las instituciones en las que trabajan; sólo en los
casos en los que las autoridades institucionales lo crean pertinente, el jefe de turno de Iliana
podría pedir intervención externa directamente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Por lo tanto no pueden remitir a los jóvenes directamente al Ministerio Público en caso de
delitos o al Juzgado Cívico por cometer infracciones previstas en la Ley de Cultura Cívica
de la Ciudad de México. Éstas últimas, las faltas adminsitrativas son cometidas por los
jóvenes dentro de las instituciones educativas en las que ha laborado. De acuerdo con
Iliana, los jóvenes que tienen conocimiento de las limitaciones que los oficiales tienen en
estas situaciones, abusan porque saben que dentro de la escuela difícilmente podrían ser
remitidos a otras instancias jurídicas.

Desgraciadamente ellos nunca van a entender lo que es ser policía.


Por drogarse, por tomar, por hacer sus desmadres como siempre,
por mentárnosla, pierdes autoridad como policía. Llega un
momento en que te resignas, es más fácil que me vaya yo a que
ellos se vayan. La policía es como la medicina, no la ves hasta
que la necesitas.215
Tenía interés en saber sobre la forma en la que ella reacciona y la manera en la que
éstos jóvenes actúan al entablarse relaciones por motivos de faltas administrativas.

…que se están orinando, que están fajando, fumando mota, que se


pelean entre ellos y con uno, traer drogas. Te dicen: “Soy
estudiante, están violando mis derechos” que la chingada. Tienes


214 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
215 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015

175
que ser de mecha larga, hasta que te pongan una mano encima
entonces sí reaccionas.
Me dicen: “¡Ábrase poli!”, “¡Tengo derechos!” “¡Te vale madres!”
“¡Putos los polis!” Y lo siguen haciendo y les vale madres que les
digas.216

Al preguntarle sobre las estrategias que ella ha empleado para lograr que los jóvenes
acaten las órdenes que se les dan ella me comentaba:

Tienes que ser muy sutil, tratarlos con pincitas, y explicarles porqué
motivos se les está llamando la atención.217
Las circunstancias en las que las y los jóvenes oponen más resistencia son aquellas
en las que hay drogas, alcohol y prácticas sexuales de por medio:

Cuando les dices que no tienen que ingerir bebidas alcohólicas o


que no deben de estarse drogando. Te dicen: “¡Te vale madres poli,
si nomás es un churrito!”218

Yo tenía un interés particular en conocer la manera en cómo se desenvolvían las


interacciones entre policías mujeres y mujeres jóvenes, me interesaba saber si ellas
tomaban actitudes específicas al interactuar con las policías. La respuesta de Iliana fue
contundente, en todas sus experiencias ella había experimentado una confrontación mayor
con las jóvenes en comparación con los muchachos.

Sí, las chavas se te ponen más intensas, se te ponen más locas. Los
hombres son más respetuosos. Las chavas te dicen: “¡Pinche poli,
nomás quítate la pinche placa, quítate el uniforme!” “¡Tu pinche
plaquita no te va a salvar, aquí nos partimos la madre!”219
Hablamos sobre sus emociones, en general sobre cómo se siente trabajando como
policía auxiliar, y en particular sobre cómo le hace sentir el hecho de tratar con jóvenes de
educación media superior y educación superior en las circunstancias antes mencionadas, en
donde desde su perspectiva no es vista como una figura de autoridad y respeto.


216 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
217 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
218 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
219 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015

176
Pues impotencia y falta de respeto, que no es correcto. Sí, si me
hacen enojar, pero tienes que ser de mecha larga…todavía si fueran
sutiles, pero no, te dicen: ¡No esté chingando!220
También hablamos sobre si Iliana identificaba características negativas o positivas
de los jóvenes con quienes ha tenido contacto.

Los buenos jóvenes no se quedan a hacer bulla, pasan


desapercibidos. Sí, aprendes a verlo en su lenguaje corporal, cómo
actúa, como se expresa. Por ejemplo los de rastas, los que tienen los
ojos rojos, los que traen expansiones en las orejas, la manera de
mirarte.
El típico fachoso, pues que traen los pantalones rotos, el llavero con
la cadena de marihuana.221

Oficial Arturo
El oficial Arturo y yo nos vimos varias veces, él me invitaba a comer y
generalmente yo llevaba el postre. En una de las ocasiones en las que conversábamos sobre
su trabajo, me platicaba sobre las dificultades de ser policía en la vía pública y como
intramuros. Sus experiencias con jóvenes se han desarrollado dentro de instituciones
públicas, en la vía pública y también como elemento de apoyo a fuerzas de choque (cuerpo
de granaderos) durante partidos de fútbol y manifestaciones.

Como son jóvenes no comprenden cómo está nuestro trabajo, y nos


quieren chorear, como dicen ellos. Pues que seamos comprensivos
con ellos, que les demos permiso de tomar, de consumir enervantes.
No saben si lo que quieren es trabajar o estudiar. Todo se lo llevan
en desmán.222

Al tocar el tema de las manifestaciones, el oficial Arturo señaló que es en este


contexto que se desarrollan las confrontaciones más intensas entre jóvenes y policías; los
muchachos los agreden mucho más que en otras situaciones, probablemente porque se
sienten respaldados por la colectividad de la que forman parte en ese momento y por lo
tanto, libres de realizar actos que en una situación cotidiana no harían.
¡Aaaah! Ahí si, me han aventado hielo, refrescos, botellas con orín,
y paletas…Sí es más directa la confrontación, pero hasta que diga el


220 Entrevista realizada a la oficial Iliana, diciembre de 2015
221 Entrevista realizada a la oficial Iliana, enero de 2016
222 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero 2016

177
mando que a la gente la replieguen o deshacer la manifestación, no
se puede hacer nada, simplemente aguantar y aguantar.
Los ciudadanos nos dicen mentadas, “Y ahorita que estás
trabajando” -te dicen- “¡¿Tu novia con quien estará?!”223

En las situaciones cotidianas –no como parte de las fuerzas de choque en estadios
o manifestaciones- el oficial Arturo no ha tenido confrontaciones que impliquen violencia
física, sin embargo, sí violencia verbal como faltas de respeto como mentadas de madre y
otros insultos.
No, hasta el momento no, ni jóvenes ni jovencitas. Sí, cosas
verbales, pasajeras, ademanes, recordatorios. Sí, buenas mentadas.
Hablamos sobre cual es la manera en la que él suele reaccionar cuando suceden
éstas relaciones entre jóvenes y policías. Arturo tiene una respuesta poco común: se ríe.
Me da risa. No, si me enojo, me da coraje, pero no ganaría más,
perdería más si los agrediera.224

Para los fines de la investigación era imporante conocer si para Arturo y otros
oficiales existía algún criterio de selección entre aquellos jóvenes que podrían parecer por
su apariencia física, sospechosos y los que podrían ser inofensivos. Este aspecto es
importante porque forma parte del conjunto de hipótesis planteadas al inicio de la
investigación.
Hice preguntas relacionadas con características físicas de los jóvenes que podrían ser parte
de un conjunto de atributos negativos asignados a los jóvenes por su condición de ser
jóvenes.
Como puede ser un hijo de familia familia regular igual de terco
que el de una de familia bien. Porque ahora en la actualidad tanto
los muchachos de clase acomodada como los de clase media o baja
andan igual de tatuados con piercing, con rastas, ya no sabe uno ni
quien es quien …las únicas características que les podemos ver es
cuando platican con nosotros, sus ademanes y su forma de mirar.
Que empiezan a mover las manos en señal de tipo agresión pero
bajita la mano como este dicen ellos “por debajo del agua”,
empiezan a manotear.225


223 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016
224 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016
225 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016

178
De acuerdo con Arturo, los motivos que llevan a los oficiales de policía a
acercarse a los jóvenes son principalmente incurrir en faltas a la Ley de Cultura Cívica.
También señaló que las ocasiones –son pocas– en las que los jóvenes se acercan a ellos,
sólo es cuando están perdidos buscando una calle y les preguntan a los oficiales por
direcciones.
Los que se orinan que pues que no hay lugar en donde hacer; que
los vecinos le cerraron la puerta. Y los muchos que luego andan
haciendo «quisquillos» (relaciones sexuales) en la calle que porque
no tienen dinero.
Los que si ponen resistencia son hijos de familia que no quieren que
se enteren tus padres de lo que andan haciendo, y le ofrecen a uno
dinero o amenaza que conocen casi al presidente de la república y
que nos van a destituir.226

Arturo me comentaba que en ese tipo de situaciones se siente tenso y molesto


porque los jóvenes no obedecen las órdenes de dejar de hacer lo que están haciendo y
retirarse del lugar o ir con él al Juzgado Cívico y además algunos de ellos, para no hacer lo
que se les dice, oponen resistencia y buscan hacerlo desistir a través de amenazas. Aunque
sí ha hecho uso de la fuerza física, él intenta no hacer uso de la fuerza física con los jóvenes
varones para evitar tener problemas, y en ningún caso con las mujeres, de la edad que sean.
No pues, sí se molesta uno porque lo amenazan a uno, entonces lo
que hace uno, por ejemplo si son dos hombres haciendo relaciones
sexuales, simplemente se les sube a la patrulla.
Pues casi no les entran razones, por lo regular hay que ocupar la
fuerza o el convencimiento, pero casi darles un aventón para que se
retiren. Pues que su papá conoce a tal persona o que a tal ministerio
público o que tienen mucho dinero.227

Cómo habrá podido apreciarse, las experiencias expuestas anteriormente muestran que las
interacciones con jóvenes están determinadas por infracciones que los jóvenes se
encuentran cometiendo en flagrancia. Generalmente, esto lleva a confrontaciones directas
de los uniformados con los jóvenes, quienes oponen resistencia al ejercicio de poder de los
policías hacia ellos, esta resistencia es palpable en términos de diferencias de status
socioeconómico; de nivel de escolaridad; de características fenotípicas: tono de piel, color
de ojos, estatura, que son usadas por algunos jóvenes para sobajar a los policías al


226 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016
227 Entrevista realizada al oficial Arturo, enero de 2016

179
transformar éstas diferencias en asimetrías sociales para evitar cambiar su conducta. Ya sea
dejar de cometer faltas en ese momento; asumir las consecuencias legales de sus actos; o en
algunos casos evitar dar mordida o pagar las multas correspondientes.
La violencia es puesta en escena en la mayoría de los encuentros que tienen jóvenes con
policías, a veces como resultado y otras tantas como medio para ajercer el poder, la
violencia se expresa de forma oral y en ocasiones escala a agresiones físicas. Tanto
policías como jóvenes hacen uso de los elementos que están a su alcance, mientras hay
jóvenes que echan mano del tráfico de influencias y amenazas, existen otros que apelan al
conocimiento de sus derechos ciudadanos (muchas veces haciendo caso omiso de sus
obligaciones) para evitar acatar las órdenes que se les dan; hay otros que prefieren negociar
una cantidad de dinero u objetos de interés para los policías (teléfonos celulares,
reproductores de música, relojes…) a cambio de su libertad. Es común encontrar
situaciones en donde la mancuerna entre violencia-intercambio están presentes, usualmente
cuando se echa mano de la extorsión y la manipulación. Es frecuente el ejercicio de poder
por intercambio –acceder los deseos del otro a cambio de un beneficio-, no obstante,
generalmente éste se lleva a cabo en un clima de malestar, pues el carácter exógeno del
poder no está aislado de las emociones humanas. Es decir, que al aceptar una condición sin
necesariamente estar de acuerdo, las personas cambian su conducta porque alguien externo
se los demanda, cosa que les lleva a realizar acciones que no tenían pensadas y no deseaban
hacer.

Cuando los jóvenes se encuentran con los policías. Relaciones de poder entre jóvenes y
policías de la Ciudad de México

Ya habiendo expuesto algunos de los testimonios recabados durante aproximadamente un


año y medio de trabajo con policías capitalinos, ahora presentaré algunos testimonios de las
y los jóvenes que participaron en ésta investigación. El propósito de haber presentado
primero las experiencias de los policías con jóvenes, para después exponer las de los
jóvenes con los policías, es la de poder conocer las opiniones, emociones, ideas que ambos
han construido entre sí. Conocer las experiencias y perspectivas mutuas tiene como fin

180
conocer, comprender y explicar cómo se desarrollan las relaciones de poder entre
uniformados y jóvenes del sur de la Ciudad de México.
A continuación presento los siguientes testimonios que corresponden a algunos de las y los
jóvenes que colaboraron en la presente investigación.
Juan

En una entrevista realizada con Juan, él me comentaba que los contextos en los que
ha tenido más contacto directo con policías han sido de noche depués de ir a una fiesta o a
un bar con amigos; o durante la tarde, después de asistir a una marcha. La peor de sus
experiencias fue cuando un comando de policías usando armas largas lo obligaron abajar
del coche bajo amenazas de golpearlo e insultos. Se le acusaba de ser narcomenudista sin
presentar una orden expedida por la autoridad correspondiente.
En una ocasión iba en el coche con un amigo y nos pararon, nos
dijeron que era un operativo, una supuesta redada contra
narcomenudistas, estuvo cabrón esa vez.
Eran 20 policías, como 15 hombres y cinco mujeres.
Nos dijeron que teníamos que bajarnos del coche, pero no traian
ninguna orden, nos estaban apuntando con armas, no traían nada
legal.
Les dijimos que se identificaran, pero no lo hicieron.
Decían que si no cedía me iban a sembrar marihuana y que me iban
a llevar a la PGJ (Procuraduría General de Justicia), y que me iban a
entambar, y que ya estando dentro no sabía lo que me iba a pasar.
Me decían que me bajara del carro o que me iban a bajar a
chingadazos. Nos dijeron a mi amigo y a mi que éramos
narcomenudistas, así de grave la acusación. Nos empezaron a
aventar monedas al coche, a patear el coche para que nos
bajáramos.
Finalmente nos bajamos del carro pero los empezamos a grabar.
Nos revisaron hasta las carteras, estaban tratando de sembrarnos
algo, pero mi amigo y yo empezamos a grabarlos con los celulares.
Nos empezaron a decir que no podíamos grabarlos, pero nosotros
les respondimos que ellos no tenían ninguna base para acusarnos de
narcomenudistas.
Así es como frenas al policía, cuando lo empiezas a grabar.
Yo les dije que mi abogado iba a llegar, le llamé a mi papá que es
abogado. Sí llegué a insultarlos varias veces, mi amigo y yo
pasábamos de decirles ignorantes a corruptos, rateros, mala leche.
Ellos nos contestaban: cagaleche, burgués, pinche gringo, pinche
güero; un rollo más racial.228

228 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015

181
Al preguntarle con qué frecuencia éstas relaciones solían desarrollarse, él me
respondió que han disminuído conforme ha ido creciendo. Eran muy frecuentes durante la
adolescencia (desde los 18 años de edad aproximadamente) hasta los 23 años. Tenía interés
en saber cómo se sentía Juan en esos momentos y si su forma de sentirse había influído en
las acciones que había tomado para manejar la situación con los policías.
Me sentía vulnerable, imagínate, tu autoridad te está limitando tu
libertad por suposiciones sin fundamento.
Te da miedo que te vayan a golpear, que te vayan a llevar al M.P.,
que te vengan a inventar algo que tú no has hecho y termines
pagando por eso.229

En ésta situación en la que la que hubo una confrontación directa de los policías que
acusaban a Juan y a su amigo de cargos sin pruebas, es evidente el intento de ejercicio de
poder entre ambas partes. Por un lado, la violenta estrategia usada por los policías para
lograr que Juan y su amigo obedecieran las órdenes de bajar del auto y someterse a la
revisión. Por otro lado, la negativa de Juan y su amigo a acatar la orden, y las estrategias
usadas por los dos jóvenes para contrarrestar las órdenes dictadas –pedir que les mostraran
la orden de aprehensión dictada por un juez; llamar a un abogado; grabar a los policías con
los celulares- situación que hace visible el carácter exógeno del poder. Es decir, que el
ejercicio de poder fracasó en un inicio por parte de los oficiales porque aunque éstos
intentaban orientar la conducta de los jóvenes no pudieron llevarlo a cabo bajo la amenaza
de la coerción física. Sin embargo, los jóvenes permitieron ser registrados en condiciones
convenientes para ellos: Mientras grababan a los policías, y habiendo llamado al abogado.
Galamont

De noche siempre, generalmente en coche. Lo que está cabrón es el


pedo de poder, porque pueden hacer lo que quieran. Sólo nunca me
han detenido, siempre iba con más banda, en coche. Cuando la
policía nos para en el coche, para querernos basculear (revisar el
auto y sus pertenecias con el fin de encontrar o fabricar evidencias
para poderlos inculpar de faltas administrativas o delitos) de “A
dónde van jóvenes, vienen tomados”
En coche nos pararon por supuestamente ir pedos, o sea, yo si iba
pedo pero el que iba manejando no.


229 Entrevista realizada a Juan, noviembre de 2015

182
Nos querían parar y su patrulla no traía ni placas, querían
amedrentarnos para que soltáramos un varo, pero nos dimos cuenta
que no traían placas y nos pusimos al pedo. Y nada más nos djeron
“Ya váyanse jóvenes”.230

Al preguntarle las razones por las cuales creía que los habían detenido,
independientemente de las razones que los oficiales les dieron en esa ocasión, Galamont
dijo que él pensaba que tenía que ver con sus características físicas y por el tipo de coche en
el que iban (el auto de un modelo reciente de la mamá de uno de sus amigos). Según
Galamont estas dos cosas los volvían un objetivo para los policías porque les hacía pensar
que por ser varios jóvenes blancos, de ojos de colores claros, a bordo de un auto nuevo,
podrían obtener dinero facilmente de ellos.
Porque se les hizo fácil, casi siempre traíamos el coche de la jefa de
Neto, y se les hizo fácil, éramos güeritos. Sí, el simple hecho de que
te paran porque creen que traes varo, que te ven de clase media me
parece suficiente discriminatorio. No paran a güeyes que se están
moneando porque no les van a sacar nada.
Igual así que te ven vestido así medio chairo, greñudo, ya piensan:
“Esos pinches morros traen mota”231

Otra situación en la que Galamont y unos amigos tuvieron un encuentro con policías
se desarrolló mientras él y sus amigos fumaban marihuana en las instalaciones de Ciudad
Universitaria. Esto sucedió cuando él y todos sus amigos eran menores de edad. Una de sus
amigas confrontó a los policías argumentando que no la podían revisar por ser mujer,
situación que los policías resolvieron llamando a dos oficiales mujeres para que la
revisaran.
Cuando tenía como 16 años, en C.U. nos agarraron con mota y (los
policías de C.U.) nos remitieron con policías de verdad, Mariel se
puso bien al pedo y se metió el hiter entre las nalgas y los policías
llamaron a unas policías mujeres, la encueraron y se lo encontraron.
Nos llevaron a Lalo y a mí en patrullas separadas, a Mariel y a
Adriana las llevaron en otra y todavía pasaron al cajero para que no
les hablaran a sus papás. Lalo les dio una guitarrita y la mota que
traíamos. Nosotros que éramos los más rotos, que no traíamos ni un
peso nos dejaron ir y hasta nos devolvieron la guitarrita y la mota, y
hasta nos dijeron “Tomen, para que se sigan inspirando” (risas de
Galamont).232

230 Entrevista realizada a Galamont, noviembre 2015
231 Entrevista realizada a Galamont, noviembre 2015
232 Entrevista realizada a Galamont, noviembre 2015

183
Galamont dijo que desde hace aproximadamente tres años (desde los 23) que no había sido
detenido por policías en la vía pública.
Como de 16 a 23 es la edad que más tuercen, se les hace fácil
agarrar a chavitos con una chela en el parque, saben que si traes
algo de varo lo vas a soltar para que no se enteren tus jefes.233

Más recientemente, a los 26 años, fue detenido por policías. En esta ocasión los dos
policías que lo detuvieron en la calle le dijeron que tenían que hacerle una “revisión de
rutina” y debían catearlo. Galamont opuso resistencia, argumentando que es ilegal detener a
una persona en la vía pública sin llevar la orden dictada por un juez que indique que se está
realizando una investigación previa relacionada con algún ilícito.
Me querían detener y revisar pero les apliqué el artículo 16
constitucional y en lo que se quedaron como que no sabían qué
pedo, aproveché y me fui.234

Durante la entrevista, mientras Galamont bebía una cerveza y comíamos chatarra, le


pregunté sobre la forma en la que él solía reaccionar con los policías al momento de
interactuar con ellos durante las detenciones y revisiones. También le cuestioné sobre sus
estrategias para evitar acatar las órdenes que los policías le daban:
Si me ponía pedero un poco, vas calando, pero si no tienen motivo
alguno para pararte pues si te pones al pedo. Apelar a tus pinches
derechos más que resistencia. Hacerles saber que no había
fundamentos para detenerte.235

Al cuestionarle sobre su forma de comportarse al momento de desarrollarse éstas


interacciones de poder con los policías, Galamont me comentaba aunque generalmente
trataba de estar tranquilo y no insultar a los policías. Sin embargo, si ellos tenían una
actitud confrontativa y agresiva, él y sus amigos tomaban una actitud defensiva; aunque en
la mayoría de los casos trataban de estar tranquilos y entablar una negociación monetaria
(dinero por quedar eximidos de la responsabilidad de sus faltas, cuando efectivamente
cometían faltas administrativas) cuando habían cometido alguna infracción a la Ley de
Cultura Cívica de la Ciudad de México.


233 Entrevista realizada a Galamont, octubre 2015
234 Entrevista realizada a Galamont, octubre 2015
235 Entrevista realizada a Galamont, noviembre 2015

184
Pues el pinche trato güey, que hasta dentro de la misma culerada
que los que nada más están inventando cargos a lo pendejo, y los
otros que te explican cómo está el pedo y que tienes que soltar un
varo porque los trámites salen muy caros, pero que te explican
porqué, y tranquilo.236

Beto

Beto es un joven que a su corta edad ha tenido experiencas con policías tanto del Estado de
México como de la Ciudad de México. De acuerdo con Beto las experiencias que ha tenido
en el Estado de México han sido mucho peores en comparación a las que ha vivido con
policías de la capital metropolitana. Sus interacciones con policías comenzaron cuando era
adolescente; conforme él fue creciendo éstas relaciones efímeras con policías fueron
reduciéndose hasta la actualidad, en donde sus relaciones momentáneas con uniformados
han disminuido casi completamente.
Pues yo creo que como de 16, 17 años que me tocó que me
agarraran más, sobre todo por operativos; bajo ese pretexto me
agarraban. También estaba más chavo, más vulnerable. Ya pues uno
va creciendo, va madurando, vas sabiendo cómo defender tus
derechos.237

Le pedí a Beto que describiera cómo era que él no se dejaba "intimidar” por los
policías, a lo que él respondió que él se apegaba a las legislaciones que conocía para evitar
que los policías lo revisaran en la vía pública sin tener una orden expedida por un juez.
Bueno pues fíjate que ya de último pues alegando: “¿Oye, por qué
estás haciendo esto?, esto es anticonstitucional”. Siempre que me
agarraban pues “¿Dónde está tu orden?”, cosas por el estilo ¿no?, a
veces es también una forma para que no te chinguen más.238

De acuerdo con Beto, todas las interacciones que ha tenido con policías se han
desarrollado durante la noche o al atardecer:
La mayoría fueron en la noche, aproximadamente ya como a las
10:00pm. Estábamos en un parquecito muy abandonado,
completamente obscuro, y se nos hizo fácil, éramos cuatro. Tenía
15 ó 16 años. Nos agarraron porque estaban buscando un
delincuente, pero al ver que traíamos caguamas pues ya nos la


236 Entrevista realizada a Galamont, noviembre 2015
237 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015
238 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015

185
aplicaron “No pues que eso es falta administrativa”. Que nos iban
a llevar a los separos. Nos llevaron en una camioneta.
En todo momento nosotros dijimos “Oye, pues es tu deber llevarnos
ante nuestros padres, y ya de ahí ver qué procede, si se paga una
multa o tenemos que hacer otro tipo de cosas”. Y no quisieron,
entonces fue cuando se les hizo el ofrecimiento del dinero.
Nos dieron un buen de vueltas en la colonia, y la colonia es
enorme, ya eran como las 11:00 de la noche, nos dieron el chance
de dejarnos ir a cambio de $100.00 por cabeza, $500.00 porque
éramos yo y cuatro amigos.
Nos dejaron cerca de nuestras casas y nos dijeron: “Vayan a sus
casas, pidan dinero, o saquen su dinero, ¡no les digan a sus papás!,
vengan con los $100.00” Soltaron a dos y otros se quedaban. Iba
entre nosotros una amiga, y lo primero que hizo fue decirle a su
mamá, su mamá le dijo a los otros padres de los otros chavos, y
terminaron yendo todos los padres. Se les dio $100.00 por cada
quien y ya nos dejaron salir de la camioneta.239

Durante ésta entrevista Beto y yo hablamos sobre la manera en la que se sentía en


esos momentos durante la interacción con los policías; una combinación de coraje,
impotencia y miedo caracterizaron su sentir durante esta experiencia cuando era
adolescente.
Sentí miedo cuando nos agarraron, luego sentí cierta confianza al
ver cómo podíamos solucionar eso, llevándonos ante nuestros
padres. Al ver su negativa vi que querían dinero, entonces ahí fue
cuando sentí coraje, pero ya no me sentía tan asustado porque sabía
que muy probablemente así era como se iba a resolver, y en
efecto.240

En el caso de Beto y sus amigos durante esta interacción con los policías la forma
de ejercer el poder por parte de los policías hacia ellos fue mediante la manipulación y la
amenaza, que constituyen formas de violencia, y de manera simultánea, medios para ejercer
el poder.
Ellos decían, que iban a recibir como una comisión por cada chavo
que tenían detenido que llevaban a los separos, entonces decían que
no les convenía, o sea, que era lo mismo que nos soltaran dándoles
una mordida o llevándolos a los separos. Pero que era mejor que
nos llevaran a los separos porque así se congraciaban con sus


239 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015
240 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015

186
superiores, y aparte que supuestamente les iban a dar una
comisión.241

Durante estas experiencias con policías, como Beto señaló en el párrafo de arriba, el
dinero era necesario para poder establecer un intercambio con los policías: dinero por
libertad. Aquí existe una forma de ejercicio de poder por intercambio, aunque también se
puede encontrar una combinación de ésta forma de poder junto con otras, como es la del
poder condigno. La combinación de poder por intercambio y poder condigno se presentó
durante la interacción con los policías gracias a que por un lado, el castigo que les sería
aplicado a los jóvenes era mucho peor que dar un soborno a los policías, y por otro lado,
está el hecho de que el dinero era algo suficientemente atractivo para los policías como para
efectuar un trueque por la libertad de los jóvenes. El ejercicio de poder condigno es
especialmente evidente en el momento en que los policías les dicen a los jóvenes que serían
llevados a los separos y no al Juzgado Cívico, como en realidad debió suceder por tratarse
de una falta administrativa y no de un delito. Esto habla de una manipulación psicológica
patente gracias al desconocimiento de los jóvenes sobre sus derechos y obligaciones
ciudadanos, pues la ignorancia sobre el marco jurídico posibilitó el abuso por parte de los
policías hacia los jóvenes, quienes aprovecharon su desconocimiento para exagerar la
gravedad de la falta administrativa elevándola al nivel de delito. La creación de una
atmósfera de incertidumbre y miedo al darles varias vueltas a bordo de la camioneta sin
decirles a qué lugar exactamente serían llevados, habla de un esfuerzo por usar el miedo
como un medio para ejercer el poder. Cosa que a final de cuentas surtió efecto para lograr
obtener dinero, en donde los jóvenes aceptaron sin estar de acuerdo.
Sin embargo, hubo circunstancias en las que los policías no lograron ejercer el
poder exitosamente, pues el intento de orientar la conducta no fue el esperado por los
policías, como el que se presenta a continuación. Gracias al tráfico de influencias del padre
de Beto, él y sus hermanas lograron librar las consecuencias legales que se aplican a los
automovilistas que conducen sus autos en día de Hoy no circula –pagar una multa, sacar el
automovil del corralón, pagar la pensión correspondiente al tiempo que el auto permanece
ahí-. En ésta situación Beto y sus hermanas convirtieron una diferencia de rango entre los


241 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015

187
policías en una asimetría jerárquica. Los policías de tránsito acataron órdenes de una
persona de mayor rango que podía perjudicarlos laboralmente.
…también así una vez que nos agarraron a mi y a mis hermanas,
íbamos en un carro de una de mis hermanas y no le tocaba circular
un sábado, entonces nos detuvieron, nos querían sacar no sé como
cuánto dinero; iba a ser un despapaye para sacar el carro del
corralón, y nos iban a querer imputar otro tipo de cosas.

… lo que querían era que les diéramos una muy buena mordida.
Por suerte supimos manejarlo con mi papá(risas de Beto).
Contactamos a mi papá y se lo pasamos a uno de los policías. No
recuerdo si minitió y les dijo que era un comandante o sic porque
si conoce a uno que otro comandante. Les aventó un «16» o sea, un
choro mareador, creo que nada más salió con una mordida de
$100.00 ó $200.00 y nos dejaron libres.

También aquella ocasión cuando me detuvieron por beber alcohol


en la vía pública, también mi papá alegó que si él hubiera estado,
perfectamente nos hubiera podido sacar incluso sin dinero. … mi
papá ha tenido también conectes con los de la PGJ, entonces nos
podía ayudar.242

Para los propósitos de la investigación necesitaba saber cuáles eran las razones por
las que los jóvenes creían que eran detenidos por policías: faltas administrativas o delitos
que se encontraran cometiendo; fenotipo y apariencia física; clase social. En el caso de
Beto, él piensa que su aspecto físico: su altura mayor que la del promedio,el cabello largo,
apariencia «metalera», como diría él, han sido determinantes en las interacciones con
policías. Pues en varias ocasiones fue detenido y revisado en la calle por policías sin haber
estado haciendo nada indebido –cometiendo faltas administrativas o delitos-.
Nos detuvieron porque quiero imaginar que para su impresión nos
veíamos como potenciales delincuentes. Cabello largo, con
chamarra de piel negra, botas, pantalón militar. Antes usaba
cadenas, antes usaba pulseras con estoperoles, clavos y picos.243

Kerry
Un día entre semana fui al trabajo de Kerry, pude platicar con él durante su hora de
comida, dejó su tarea de programación por un tiempo y comenzó a platicarme sobre sus
experiencias con policías a lo largo de su vida.

242 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015
243 Entrevista realizada a Beto, diciembre de 2015

188
Iba con un grupo de amigos y nos detuvieron. Eran muchos
policías, eran dos camionetas y tres motos. Nos llevaron a una calle
totalmente sola. Pensamos que nos iban a golpear, afortunadamente
no pasó.
…la cosa es que no estábamos haciendo nada. … o sea el motivo
de la detención fue porque íbamos muchos en el vehículo.
A las mujeres se las llevaron por separado. Nos hicieron sacar todo.
Nos quitaron los celulares, a las señoritas las amenazaron con
abusar de ellas sexualmente. Las señoritas estaban llorando, estaban
asustadas. las amenazaron que si no cooperaban se las iban a llevar
y que si querían ya irse pues prácticamente les estaban diciendo que
iban a abusar de ellas ¿no? No habían mujeres policías.
Y yo escuché claramente, creo que era comandante: “Revísenme
porque esto es lo que tienen que hacer en estos lugares”.
Nos amenazaron de que íbamos muy tomados, y que teníamos que
ir a algo así como un juzgado cívico, por alcoholismo, por ser
menores de edad.
Y ya para que nos dejaran ir el conductor habló con ellos y llegó a
un arreglo, en el cual tenia que dar su equipo de sonido. Y le
quitaron el equipo de sonido al coche de este chavo.244

En la mayoría de las situaciones en las que Kerry se econtró con policías en las
calles de la Ciudad de México, la forma dominante del ejercicio de poder fue la del
intercambio, es decir, que mediante una cantidad impuesta por los policías (o bien en
especie, como en el caso del equipo de sonido del automovil que uno de los jóvenes les dio
a los policías) se canjeó la libertad de los muchachos y se les eximió de cualquier
implicación legal fabricada por los policías. La violencia en forma de manipulación y
amenaza –que en éste contexto se presentan en forma de ejercicio de poder condigno-
estuvo presente en algunas de éstas situaciones, que contemplaba consecuencias legales en
el Juzgado Cívico, hasta la posibilidad de perpetrar abuso sexual hacia las jóvenes. Ésta
experiencia de Kerry con los policías se desarrolló cuando aun no se establecía un
protocolo de actuación para la detención y conducción de mujeres infractoras. El protocolo
se estableció a partir de la tortura sexual y vejaciones perpetradas por policías del Estado de
México hacia mujeres en los disturbios de San Salvador Atenco por la construcción del
nuevo aeropuerto en el año 2006. Esto deja ver que en las relaciones de poder entre
jóvenes y policías se echan mano de diferentes medios y estrategias para ejercer el poder,


244 Entrevista realizada a Kerry, octubre de 2015

189
siendo la violencia de género en su forma de violencia sexual, una de ellas. La amenaza de
la violencia sexual y psicológica no ha estado al margen del ejercico de poder de algunos
policías varones hacia mujeres, como podemos apreciar en ésta situación.
La violencia como medio del poder tiene varias aristas, la experiencia de Kerry
presenta además de las ya descritas, la extorsión –que lleva implícitas la amenaza y la
intimidación- hacia los jóvenes por parte de los policías. El ejercicio de poder por parte de
los policías fue exitoso porque éstos orientaron la conducta de los muchachos para obtener
algo que fuera de su interés - los celulares de los jóvenes y el equipo de sonido del dueño
del auto-.

Santiago
Santiago, un joven estudiante de Economía hizo una pausa en la elaboración de su tesis
para entrevistarse conmigo en un café ubicado al sur de la Ciudad. Santiago había tenido
varias interacciones con policías desde adolescente, y éstas continuaron hasta hace
relativamente poco tiempo.
Todos han sido en la noche, viernes o sábado, de esa idea de que
andan buscando jóvenes para pararlos porque están tomados.
…hay como dos reacciones que puedes hacer: Una es enojarte y
decir "No, ¿por qué me estás haciendo esto?” O sea, yo siempre me
intentaba saber las leyes y siempre decía como "No, yo creo que
tienen la razón, que bueno que nos paraste”, les daba por su lado
bueno ¿no?, sentía que con esa estrategia me iban a dejar libre y
funcionó muchas veces.245

La forma de actuar con ellos no era directamente confrontativa, ni echaba mano de


recursos como tráfico de influencias o intimidación para así poder evitar el ejercicio de
poder por parte de los policías hacia él.
…Depende mucho de la clase social, pero hay dos maneras de
tratar a los policías. …si es una persona como con recursos y lo
que tú quieras, hay gente súper prepotente que los amenazan en
términos del poder que tiene mi papá, el poder económico que yo
tengo “Tú no eres nadie, no tienes educación”, los discriminan y
entonces los policías responden a esa discriminación. O la otra parte
del joven que tiene miedo nada más y responde a dar la mordida.246


245 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016
246 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016

190
Las estrategias usadas por Santiago, en comparación a las de los otros jóvenes
presentaban diferencias significativas en términos de confrontación directa con los policías
para evitar acatar las órdenes de éstos e incluso, hábilmente, lograr que los policías los
dejaran ir a él y a sus amigos sin tener que recurrir a la corrupción para obtener su libertad
y evitar las consecuencias legales de sus faltas. A continuación algunos fragmentos de las
experiencias de Santiago con policías capitalinos.
Ahorita me acordé de una particularmente impresionante para mí,
como a los 21. Íbamos saliendo de alguna fiesta de Economía mis
amigos y yo, y alguien traía como una cerveza en la calle, iba
tomando una cerveza y sabes que eso es multa ¿no? y ya se pararon
los policías.
Pero tenía amigos como un poquito más prepotentes, empezaron a
argumentar porqué no estaban haciendo las cosas incorrectas, y a mí
se me ocurrió grabar a los policías.
Entonces yo los empecé a grabar y uno se molestó muchísimo, o sea
me dijo así como: "¡Guárdalo, te lo voy a romper!" y así ¿no?, y en
un momento de la discusión agarró su macana y o sea hizo como si
me fuera a pegar y lo agarró otro policía y le dijo: "¡Idiota! ¡¿Qué
estás haciendo?!" …Literal, casi me pega el policía porque estaba
pidiendo mordida y porque yo creo que se sintió como súper
agredido de que yo estaba grabando. Casi me pega, lo detuvo y ahí
como que se calmaron un poco las cosas, y se fueron porque sí iban
a cometer un error.247

Es particularmente visible que como señalaba Mario Stoppino (2002) los resultados
del ejercicio del poder no pueden ser completamente controlados por el grupo o persona
que trata de orientar la conducta ajena; en el mejor de los casos la persona o grupo
influenciado modificará su conducta y hará lo que se espera, sin embargo, no existe
ninguna garantía de que esto suceda. Precisamente, al no existir seguridad de obtener el
resultado deseado por quien intenta ejercer el poder, las cosas pueden salirse de control,
pues durante los encuentros entre policías y jóvenes ninguno tiene control absoluto sobre la
conducta humana cuando existe el mínimo espacio posible para tomar decisiones.
Por un lado, los jóvenes al ser sorprendidos por los policías bebiendo en la vía
pública, echaron mano de diferencias de clase social, de educación académica, así como de
tráfico de infuencias (de familiares ascendentes como el padre o la madre) para convertirlas
en asimetrías sociales (Barquin, 2012), por un lado, evadir el ser detenidos y afrontar

247 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016

191
consecuencias legales y económicas por sus acciones; y por otro lado, evadir el intercambio
monetario a cambio de su libertad al dar mordida.
Un elemento adicional durante el ejercicio del poder durante ésta situación fue la
grabación que hizo Santiago de los policías al momento de negociar la mordida con los
jóvenes. La grabación se convirtió en ese instante en un elemento peligroso para ejercer el
poder al evidenciar una mala práctica policial y también como potencial arma de
negociación de libertad a cambio de evitar un futuro chantaje. Esto detonó una reacción de
amenaza de violencia física contra Santiago por parte de un policía. El policía a su vez usó
el elemento más básico en el ejercicio del poder: la amenaza de la coerción física para
lograr una modificación en la conducta de Santiago; lograr que él dejara de grabar.
Pero al final queda a discreción si de repente matan a gente o te van
a romper tu celular o pueden inventarte lo que quieran, tienes que
tener cuidado con lo que estás haciendo ¿no?
Porque si tú los agredes y les das la justificación para escalar el
nivel de violencia tú te puedes meter en un riesgo. Entonces por eso
sería mucho mejor la idea de dar la mordida o pagar la multa, pero
siempre tratándolos bien.248

Santiago piensa que es gracias a su apariencia física que nunca lo han detenido en la calle
para hacerle revisiones por parecer sospechoso de portación de drogas o armas (Santiago es
blanco, alto; usa ropa semi-formal, camisas, por ejemplo), aunque a veces lleva marihuana
consigo y la fuma de vez en cuando:
En realidad a mí nunca me ha pasado caminando por la calle que un
policía como "Te voy a registrar a ver si tienes marihuana". Y
aunque en realidad sí fumo, no tengo el estereotipo. Yo sí podría
tener, pero como traigo una camisita y así, pues no me van a parar
¿sabes?, ese tipo de discriminación nunca me ha pasado.249

Ahora presentaré algunos casos de mujeres y sus interacciones con policías de las calles de
la Ciudad.
Anna
Por lo mismo que te digo que me dan miedo los evito, realmente
casi no he tenido tratos con policías, por suerte. No sé, igual de una
vez de como adolescente o así. Que estábamos tomando con varios
amigos en un lugar público, y llegó la policía. Es el único trato más

248 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016
249 Entrevista realizada a Santiago, marzo de 2016

192
cercano que he tenido y eso fue hace años, y fue con muchos
amigos, o sea yo directamente con un policía no traté, fueron otros
amigos los que trataron.
Del resto no sé, como que si me detengo a preguntarles algo es un:
"Oiga, la calle está cerrada ¿por dónde me puedo meter?" “¿Cómo
llego a tal calle?”250

Anna, quien es una joven de 23 años, residente en la zona sur de la Ciudad de


México, comenzó a relatar su única experiencia cercana con policías, la cual sucedió
cuando era adolescente. Lo que motivó la interacción con ellos fue la comisión de una falta
administrativa en la vía pública por parte de ella y su grupo de amigos: ingerir bebidas
alcohólicas en la vía pública.
Yo creo que tenía como 14 años, sí, 13 ó 14 años. Estábamos en un
deportivo, estábamos tomando cerveza y los vecinos llamaron a la
policía y ya, llegó la policía …nos amenazaron con llevarnos y
como éramos jóvenes entramos en pánico y dijimos "¡No, no, no!"
Y les dimos dinero…alguien les dio un celular. Y ya, con eso, o
sea, nos subieron a la patrulla, nos llevaron como a una callecita.
Nuestra versión es que para que los vecinos vieran que sí nos
habían llevado nos subieron a la patrulla, pero dos cuadras adelante
ya como que negociaron, les dimos algo de dinero y ya nos dejaron
ir.
"En el artículo tal dice que no pueden beber en lugares públicos" o
sea, eso fue todo lo que nos dijo el policía, como diciendo: “los
estamos llevando porque la Constitución dice que lo que ustedes
estaban haciendo estaba mal” Pero nunca nos dijo de derechos.251

Durante el transcurso de ésta entrevista con Anna le cuestioné sobre si los policías
además de explicarles a ella y a sus amigos que los llevarían ante el juez cívico habían
echado mano de otros recursos como exagerar la gravedad de la falta administrativa o tratar
de orientar su conducta hacia hacerles un ofreciemiento de dinero a cambio de su libertad.
No, pues yo creo que porque vieron ya lo espantados que estábamos
sin que ellos nos tuvieran que espantar aun más.
Según yo eso te lo dicen como para sacarte la mordida, o sea que te
tratan de espantar, pero ahí con decirnos que nos iban a llevar y que
iban a llamar a nuestros papás, pues no tuvieron necesidad de.
Uno siempre sabe que quizá se les puede ofrecer mordida y así,
entonces nos subieron a dos patrullas y dos calles adelante una
amiga como que dio pie a decir: "Bueno, ayúdenos o los ayudamos


250 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016
251 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016

193
o ¿cómo podemos resolver esto?" Ella ya se puso a negociar con los
policías, ahí fue cuando ellos cedieron.252

Cuestioné a Anna sobre si ella y sus amigos se habían resistido a la detención de los
policías y el posicionamiento de su grupo ante la llegada de los uniformados. Anna señaló
que aunque al inicio los adolescentes opusieron resistencia a acatar las órdenes de los
patrulleros, rápidamente desistieron de su intento, pues tenían pruebas de que efectivamente
estaban incurriendo en una falta administrativa.

Pues igual y al inicio, fue como de "No, no lo haga", "Oiga, no,


¿por qué nos va a llevar?, no es cierto, no estábamos bebiendo"
Pero no puedes oponer mucha resistencia cuando estás diciendo
“¡No me lleve!” y tienes el casco de la cerveza atrás de ti. Habrán
sido $200.00 quizá, alguien que dio un celular.253

Al preguntarle a Anna sobre la forma en cómo se sentía durante esa breve


interacción con los policías, ella confesó que sentía miedo por las malas anécdotas que
tanto amigos como familiares y personas cercanas le habían platicado sobre los policías.
¡Muerta de miedo! o sea, de por sí le tengo miedo a los policías,
supongo que eso influyó para que le tuviera aún más miedo a los
policías. Ese día yo estaba muerta de miedo porque toda la vida he
tratado de evitar cualquier contacto con policías.254

El ejercicio de poder por intercambio en ésta situación es evidente, pues el dinero y


un teléfono celular fueron la moneda de cambio para que los jóvenes pudieran evitar ser
llevados al Juzgado Cívico y los padres de estos se enteraran de las faltas que habían
cometido. Estamos frente a un ejemplo de poder condigno, en términos de John
Galbraith(1986), pues los jóvenes, ante la amenaza de verse expuestos frente a sus padres
decidieron hacer una oferta monetaria lo suficientemente atractiva para los policías con el
fin de evitar lo anterior, así como las consecuencias legales de sus actos. Es importante
mencionar que el miedo jugó un papel importante en este contexto, pues las malas
referencias sobre los policías que Anna y sus amigos tenían a tan temprana edad se sumó al


252 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016
253 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016
254 Entrevista realizada a Anna, febrero de 2016

194
miedo que tenían de que sus papás supieran que se habían metido en problemas por beber
en la vía pública.
La forma de poder condigno implica una orientación de la conducta ajena a cambio
de evitar consecuencias significativamente desfavorables, en el caso de Anna pueden
observarse las siguientes:
1. Morales, en este caso de ser evidenciados ante los padres de los adolescentes. La
desaprobación social ante el hecho de verse envueltos en una situación de ese tipo.
2. Jurídicas, afrontar el castigo legal en un Juzgado Cívico por haber cometido una falta
administrativa en la vía pública. 3. Económicas, evitar pagar una multa más elevada que el
costo de sobornar a los policías entregándoles un teléfono celular y dinero. Pérdida de
tiempo, evadir el gasto de tiempo en trámites burocráticos, o bien pagando el costo en horas
en el juzgado cívico. Aunque los jóvenes cedieron fácilmente, al inicio mostraron resitencia
al arresto y a subir a la patrulla, negando el hecho de estar bebiendo alcohol en la calle.
Esto último coincide con las versiones de todos los policías entrevistados, quienes
afirmaron que los jóvenes casi siempre niegan la falta que se encuentran cometiendo.

Pamela

Pamela, la joven ingeniera, sacó un cigarro de la cajetilla, lo encendió y empezó a fumarlo


tranquilamente mientras se sentaba en una banca junto a mi. Comenzamos la entrevista a
medio día durante su descanso en el trabajo, después de darme su opinión sobre los policías
empezó a relatarme sus experiencias con ellos.
A mi me dan miedo los policías ¡Que miedo! Si voy manejando y
veo un policía es como “Vámonos hasta el otro lado” porque te
pueden parar por cualquier cosa.

Y yo digo que depende de cómo te vean, porque yo antes tenía


rastas, no soy como de arreglarme mucho. Entonces se te acercaban
mucho, si traías un vaso de refresco ya pensaban que traías ahí
alcohol. Pero en la calle sí he visto que se les quedan viendo a las
chavas los policías, ya sabes cómo ¿no? morbosamente.255

Pamela fue detenida en varias ocasiones el mismo día por policías cuando se encontraba de
camino hacia Texcoco con su novio. Los policías les dieron diferentes justificaciones para


255 Entrevista realizada a Pamela, octubre de 2015

195
detenerlos, la primera fue porque su novio estaba conduciendo sin licencia de conducir, ya
que ella había bebido alcohol en una fiesta y no podía manejar su propio auto.
Estaba por Santa Marta, hacia Texcoco. Yo sí estaba ebria pero el
que en aquel entonces era mi novio, él no estaba tomado…,
entonces se cambió de carril y no puso la flecha en el coche, nos
detuvieron por eso.
Se orilló y no traía licencia de conducir porque era mi coche,
entonces se orilla y pues ya “No tienen licencia: $400.00”, y les
dimos 400 pesos.
Y en lo que yo terminaba de sentirme más o menos bien nos
quedamos ahí como cinco minutos y llegan otros, y entonces otra
vez, otros 200 pesos. Y estábamos con las intermitentes prendidas y
en una lateral de la carretera, y nos dijeron que según no podíamos
estar ahí. Porque estábamos ahí parados y porque según estábamos
ebrios.
La tercera vez que llegaron nos dijeron “No, es que los podemos
llevar porque están haciendo cosas impúdicas”. Y ni siquiera,
porque yo estaba llorando, y él estaba llorando. Estaba enojada con
mi novio. Y estaba llorando y nos estaban diciendo que estábamos
teniendo relaciones sexuales y pues no.

Nos dijeron que nos iban a llevar al corralón y que aparte nos iban a
llevar a la cárcel, a los separos por lo de las relaciones sexuales, que
eso ya era bote. Bien espantados los dos, hasta la borrachera se me
quitó.
Entonces mi novio estaba con el policía afuera del coche, y de
repente el otro policía se acerca conmigo, yo tenía mi celular en la
puerta del coche. Yo estaba sentada y el policía abrió la puerta, se
hincó y se lo llevó, se lo robó. Mi novio le dio como otros 200
pesos y ya nos fuimos.256

Lucía
Nos encontramos en un restaurante de comida corrida, después caminamos un poco, la
acompañé a comprar una cajetilla de cigarros a un Oxxo, luego nos detuvimos para
sentamos en unas escaleras solitarias de Ciudad Universitaria. Después de platicarme que
en algún momento de su vida quiso convertirse en policía empezó a relatarme las
experiencias directas que ha tenido hasta ahora con policías.
La experiencia más significativa que ha tenido con policías tuvo lugar en las instalaciones
del metro, en la estación Indios Verdes, cuando Lucía iba de regreso al anochecer a su casa
después de haber tomado unas cervezas con unos amigos de la universidad. Lucía se quedó

256 Entrevista realizada a Pamela, octubre de 2015

196
dormida en uno de los asientos del vagón en el que iba, el cual estaba prácticamente vacío
por la hora a la que ella viajaba, al llegar a una de las estaciones una mujer y un hombre
policía la sacaron del vagón por la fuerza argumentando que estaba muy ebria y que no
podía estar ahí. Otra mujer policía se aproximó y le dijo que se tenía que ir, que no podía
permanecer en el metro porque pronto cerraría –aunque aun faltaba una hora para ello–. De
pronto recibió una llamada de su mamá, quien estaba preocupada porque Lucía no había
llegado aun a la casa; tomó la llamada de su mamá mientras los tres policías le decían que
tenía que retirarse. Su mamá escuchó cuando una de las mujeres policías le dijo que
sacarían a su hija de ahí por la fuerza, enseguida, el policía varón le arrebató el celular a
Lucía. Los tres policías se apresuraron a sujetarla fuertemente de ambos brazos, la
condujeron hacia la salida del metro, y finalmente, a empujones la expulsaron a la calle. El
policía varón se guardó el celular de Lucía en uno de sus bolsillos y se alejó junto con las
policías hacia el interior de las instalaciones del metro.
Las emociones no se encuentran al margen de las relaciones de poder durante las
interacciones entre policías y jóvenes capitalinos; el primer encuentro de Lucía con la
mujer policía de la estación de metro Ermita da cuenta de ello. El poder existe en donde
existe algo que puede ser potencial moneda de cambio, cuando uno posee algo que el otro
desea y no tiene. La respuesta emocional es visible en otras interacciones de oficiales y
jóvenes, teniendo como emociones dominantes el miedo y la ira, estas fueron importantes
en el contexto de varias de las situaciones experimentadas por unos y por otros.
Algunos de los testimonios de jóvenes y de policías exponen la efectividad de la
manipulación de las emociones a través de diferentes estrategias, por ejemplo, dándoles
vueltas en la patrulla o llevándoles a lugares solitarios, o bien, mediante la exageración de
las consecuencias legales de sus actos; y algunos casos de extorsión pueden fungir como
medios efectivos para el ejercicio del poder. Como se puede apreciar, en algunas ocasiones
las faltas administrativas cometidas por los jóvenes son usadas por algunos policías para
inventar cargos o para exagerar la gravedad de las infracciones cometidas, lo que constituye
un abuso de autoridad y extorsión directa. La contraparte la dan aquellos jóvenes que
mediante amenazas de echar mano de tráfico de influencias, nepotismo o compadrazgo,
pueden lograr que los policías sean destituídos de no acatar la voluntad de los jóvenes.
Grabar a los policías es una estrategia muy usada por los jóvenes para disuadir a los

197
policías de sus fines, esto busca intimidar a los policías, pues estos últimos podrían ser
expuestos en redes sociales y tener consecuencias negativas al volverse videos virales en
internet. Cabe mencionar que la estrategia de grabar a los policías es usada por los jóvenes
para intimidar a los policías –y hacerlos desistir- tanto en casos en los que los uniformados
están cometiendo un ilícito, como en aquellas situaciones en las que se encuentran
realizando su trabajo correctamente.

CONCLUSIONES

Dos grupos en apariencia sumamente distintos tienen más en común de lo que se piensa. La
población mexicana vive las consecuencias económicas de la adopción de un sistema
económico-político neoliberal desde que se dio por terminada la fase del Estado benefactor
mexicano, mismo que coincide con el auge de las políticas represivas priistas y las malas
prácticas policiales dentro y fuera de la Corporación en la Ciudad de México.
Por otro lado, los estragos del nuevo orden económico mundial son palpables tanto para el
sector juvenil como para los policías capitalinos, pues las políticas neoliberales han
repercutido negativamente en las condiciones laborales generales –sobre todo en los
contratos que se renuevan mensualmente, impidiendo generar antigüedad-; los derechos
laborales se miran como privilegios. La flexibilidad laboral es la tendencia dominante en
beneficio de las empresas y en perjucio de los asalariados, provocando un retroceso a los
logros conquistados por los trabajadores en décadas pasadas. Éstas políticas, que despojan a
los asalariados de la posibilidad de recibir una pensión y asegurar un patrimonio son
generadoras de distintas formas de violencia sistémica que arremete por un lado, contra los
jóvenes -el nuevo ejército laboral de reserva- y por el otro, los policías.
Las condiciones socioeconómicas y culturales de la Ciudad de México generan una
normalidad violenta, esquizoide, que transfigura las relaciones personales, tergiversando al
otro con prejuicios, estigmas y representaciones sociales negativas.
El aspecto histórico de la Ciudad de México es de suma importancia, porque sin él
no es posible explicarnos que la transformación de positiva a negativa de la policía

198
capitalina está estrechamente relacionada con la represión violenta de los movimientos
sociales de finales de los años sesenta y principios de los setenta. Es en aquellas décadas
que las malas prácticas policíales –corrupción, tortura, desaparición forzada, cohecho,
cobro de cuotas de jefes a subordinados, etcétera- se enquistan en la Corporación a raíz de
la llegada del Negro Durazo a la policía capitalina. Los y las jóvenes que participaron en
ésta investigación son hijos y nietos de los que en la década del 60 y 70 eran adolescentes o
jóvenes que vivieron aquel momento de confrontación directa en la relación ciudadanía-
policía.
La investigación realizada con éstos jóvenes permite dar cuenta de que las
representaciones sociales mutuas (policías y jóvenes) tienen un arraigo cultural importante
en la delegación Tlalpan, que se ha transmitido generacionalmente –de abuelos y padres a
hijos(as)-. Esto ha producido un miedo casi innato entre los jóvenes hacia los policías,
incluso entre aquellos jóvenes que no han tenido experiencia negativas con ellos. Este
miedo es mayor hacia los policías varones en comparación con policías mujeres –ellas
están en mejor estima que los hombres frente a la juventud civil-.
Las relaciones sociales son también de poder, pues éste existe cuando alguien
intenta obtener algo del otro, ya sea material o inmaterial, haciendo que prácticamente todo
sea potencial moneda de cambio. Entre los elementos que se ponían en juego en éstas
relaciones de poder estaban: diferencias de clase social; aspectos fenotípicos como color de
piel, color de ojos, estatura, color del cabello; diferencias de grados académicos; diferencias
en cuanto al conocimiento del marco jurídico (Ley de Cultura Cívica, la Constitución de los
Estados Unidos Mexicanos, el Reglamento de Tránsito, etcétera.); diferencias biológicas de
acuerdo al sexo convertidas en asimetrías de género; poseer y no poseer los medios para
ejercer la violencia legítima de acuerdo al modelo de las sociedades con Estado; diferencias
generacionales asimetrizadas en el binomio joven/adulto; diferencias al poseer o no poseer
relaciones familiares o de compadrazgo con personas influyentes; diferencias en el manejo
de las emociones.
Entre policías y jóvenes la diferencia generacional es generadora de asimetrías
como la de la experiencia, misma que a su vez está arraigada a la asimetría de
conocimientos que solo los adultos poseen, en este caso, aquellos relacionados con las
legislaciones vigentes. Aunque claro, también existe un desinterés evidente por parte de los

199
civiles en general, no únicamente de los jóvenes, a acercarse a las leyes y conocer sus
derechos y obligaciones ciudadanos. Fue especialmente interesante conocer la forma en la
que los jóvenes cambiaban su conducta en situaciones en las que interactuaban con policías,
pues en la mayoría de los casos se presentaban interacciones en donde existía el intento de
ejercicio de poder por medio del intercambio –dinero a cambio de libertad-, en algunas
ocasiones funcionaba –casi en todas- y en otras el resultado era distinto al esperado.
Podemos concluir que de acuerdo con las experiencias tanto de jóvenes como de
policías, los y las jóvenes reducen sus interacciones con los policías, y por ende, las
relaciones de poder con ellos se vuelven esporádicas conforme van pasando los años. Esto
tiene dos explicaciones: La primera, es que a partir de los 13 ó 14 años de edad, hasta el
inicio de los años 20 aproximadamente es usual que los jóvenes incurran en conductas que
constituyen faltas administrativas o de tránsito, como lo son ingerir alcohol o usar
marihuana en la vía pública; viajar en auto con más pasajeros de los permitidos en un
automovil; conducir a exceso de velocidad; orinarse o defecar en la calle; conducir
habiendo ingerido alcohol; tener prácticas sexuales en parques o cualquier otro lugar
público, aunque esto último actualmente ya no constituye una falta administrativa contenida
en la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México –pero es usada todavía por algunos
policías para detener jóvenes en la calle-.
La segunda explicación de este fenómeno es que las y los jóvenes son más
vulnerables a cualquier tipo de abuso a edades mucho más tempranas, esto se entiende
porque la diferencia generacional marca una asimetría entre las personas que se encuentran
en una etapa transitoria a la adultez y aquellas otras que han llegado a tal etapa. Por lo
tanto, es más fácil cometer abusos en contra de cualquier individuo o colectividad que se
encuentre en desventaja, como sucedió en algunas situaciones en donde policías cometían
abusos de diferente índole hacia adolescentes y jóvenes valiéndose de las faltas
administrativas que éstos habían cometido –hubo casos en que los jóvenes no cometieron
ninguna falta y fueron extorsionados por policías-.
Las situaciones más claras en las que se desarrollaron relaciones de poder con un
ejercicio de poder exitoso de policías hacia jóvenes fueron aquellas en donde el intercambio
pecunario por libertad eran patentes. Es decir, los jóvenes que habían cometido faltas
administrativas buscaban evitar a toda costa ser llevados ante el juez cívico, pagar una

200
multa y ser retenidos por varias horas; sabiendo esto, algunos policías echaban mano de
medios para ejercer el poder como la manipulación, la amenaza, la creación de un ambiente
hostil que generara temor (como darles paseos a los jóvenes en la patrulla sin decirles a
donde serían llevados) o la extorsión para orientar la conducta de los jóvenes a ofrecer un
soborno. El lado opuesto de la misma moneda era la actitud de ayudar a los jóvenes a
cambio de dinero. Es decir, en vez de usar la intimidación, se echaba mano de un discurso
supuestamente solidario en donde se les planteaba implícitamente a los jóvenes una
alternativa a asumir las consecuencias de sus faltas legales. En otras situaciones no era
necesario que los policías recurrieran a estas estrategias, pues los jóvenes desde un
principio, al ser sorprendidos por policías in fraganti ofrecían dinero para avitar asumir sus
responsabilidades.
En estos contextos algunos de los policías que realizaban este tipo de prácticas para
truequear libertad por dinero, llevaban a cabo un performance en el que orientaban a los
jóvenes a que éstos ofrecieran dinero, sin que los oficiales explícitamente lo pidieran, en
palabras de la oficial Catia “Ellos tenían que decir las palabras mágicas”. Encuentro dos
explicaciones plausible a éste fenómeno: La primera, los policías deben cuidarse al aceptar
dinero, pues la gravedad de pedir mordida (corrupción) es mayor que la de recibir dinero
bajo un comun acuerdo (cohecho). Segunda: Existe una necesidad de ocultar la corrupción,
pues tanto jóvenes como policías saben que es una práctica ilícita llevada a cabo tanto por
unos como por otros. La performatividad que llevan a cabo algunos de los policías –como
por ejemplo, decirles a los jóvenes que la multa vale tanto y que el procedimiento es lento y
burocrático- ayuda a que la transgresión de la dimensión jurídica-moral sea más llevadera.
Aunque no se puede ignorar que las condiciones laborales en que se encuentran los policías
auxiliares incentivan la corrupción, pues los bajísimo salarios y el maltrato laboral del que
frecuentemente son objeto, vuelve atractivo intercambiar dinero por libertad. Porque de esta
forma se ahorran las cuotas que deben dar a los agentes del Ministerio Público o Juzgado
Cívico para que los atiendan, y de paso, también la burocracia característica de estos
lugares.
Otras situaciones menos comunes eran aquellas en donde el intercambio de dinero
por libertad no era posible porque los policías no buscaban obtener dinero, sólo pretendían
que los jóvenes dejaran de cometer la falta administrativa por la que habían sido

201
sorprendidos in fraganti. Los policías les ordenaban a los jóvenes que detuvieran sus
acciones y se retiraran del lugar, advirtiéndoles que si no lo hacían serían llevados ante el
juez cívico; los jóvenes obedecían y se iban.
También se suscitaban escenarios en donde los jóvenes no eran responsables de
alguna falta, pero eran inculpados y extorsionados; mediante la manipulación los policías
obtenían dinero u objetos que eran de su interés –generalmente teléfonos celulares–. Estos
casos estaban caracterizados por un intercambio económico para obtener libertad y evitar
ser inculpados por faltas que no habían cometido. En éste tipo de situaciones el manejo de
las emociones era fundamental: crear una atmósfera de miedo e incertidumbre para que los
jóvenes cedieran o sobornaran a los policías. A menudo las decisiones que tomaban los
jóvenes estaban en gran medida motivadas por el miedo.
En la gran mayoría de las situaciones anteriormente mencionadas existía una
resistencia por parte de los jóvenes a acatar las órdenes que los policías les daban, lo que
generaba emociones como enojo, frustración, impotencia al tener que cambiar su conducta;
los policías presentaban emociones similares a las de los jóvenes.
Ya que he hablado sobre el ejercicio exitoso de poder de policías hacia jóvenes,
ahora toca hablar del ejercicio fallido del poder de policías a jóvenes. Para Foucualt (1984)
el poder no cobra existencia más que en un campo de acción posible, es decir, en un
espacio en el que las personas tengan posibilidades de elegir porque tienen un mínimo
espacio de libertad para hacerlo. Durante las interacciones de poder entre policías y
jóvenes, los primeros les explicaban a los jóvenes las faltas que estaban cometiendo, así
como las consecuencias legales de sus actos. Los jóvenes oponían resistencia, al percatarse
de que los policías no cederían, usaban algunos elementos para hacerlos desistir de sus
intenciones de llevarlos al Juzgado Cívico, o al corralón –en el caso de conducir un auto–
algunos de estos elementos eran: realizar grabaciones de los policías en el momento en el
que se desarrollaban las interacciones; exaltar las diferencias de clase social; diferencias de
grados académicos; diferencias fenotípicas y étnicas; relaciones de amistad, compadrazgo,
padrinazgo o nepotismo. De acuerdo con testimonios de policías, frases como “No sabes
quien es mi papá, mañana vas a estar despedido”, “No sabes quien soy, no sabes con quien
te estás metiendo” “Ignorante” “Asalariado” “Pinches gatos” “Vives de mis impuestos”
“¡Naco!” “Yo pago tu sueldo” eran usadas comunmente por algunos jóvenes para intentar

202
hacer desistir a los policías, y en ocasiones, solo para insultarlos. Los policías respondían a
los insultos exaltando otras diferencias existentes entre ellos y los jóvenes, especialmente
aquellas relacionadas con la clase social y la diferencia de edades, y en ocasiones de
apariencia física: “Pinche junior” “Cagaleche” “Patrón” “Chamaco pendejo” “Ya te cargó
la chingada pendejo, tu papá no te va a ayudar” “Escuincle idiota”.
De acuerdo con testimonios de policías, varios de los adjetivos usados por parte de
jóvenes hacia ellos hacían alusión a aspectos raciales, en particular al color de la piel.
“Pinche policía prieto” “Policías mugrosos, chaparros” “¡Indio!” Esto es sintomático de
una sociedad que nunca ha dejado de ser racista y en la que los aspectos étnico-raciales
continúan vinculándose directamente con la pertenencia a una clase sociale específica. En
un país en donde la clase media, media alta, y alta tienden a estratificarse por colores de
piel y no únicamente por aspectos económicos, las personas no dudan en valerse de un
criterio racista para exaltar las diferencias fenotípicas para convertirlas en asimetrías de
status socioeconómico y posicionarse por encima de los policías.
Los policías son personas, y como tales responden a los esfuerzos de los jóvenes
por asimetrizarlos teniendo como base un criterio racial, quienes a la vez también echan
mano de adjetivos racistas de manera inversa “Pinche güero” “Pinche gringo”.
En algunas ocasiones los policías dejaban ir a los jóvenes porque éstos tenían algún
tipo de relación con personas involucradas en la Secretaría de Seguridad Pública que podría
hacer que fueran despedidos. También había jóvenes provenientes de familias adineradas
que establecían asimetrías en función de sus recursos económicos.
En ocasiones, la violencia verbal escalaba a un nivel mayor, y la violencia física se
presentaba como una forma de confrontación entre policías y jóvenes. Sin embargo, el uso
de la fuerza en este contexto no significa un ejercicio de poder exitoso, en tanto que los
individuos no cambiaron su conducta, sino que se les sometió porque su voluntad no pudo
ser orientada hacia los fines deseados.
Hablando específicamente de las jóvenes, durante la realización del trabajo de
campo y entrevistas, en el ámbito de las emociones surgió un miedo recurrente entre
algunas jóvenes al existir la posibilidad de vivir abuso sexual por parte de los policías
varones durante las detenciones. Las jóvenes, a diferencia de los varones, usaban
estrategias diferentes para evitar encontrarse directamente con policías (ya fuese manejando

203
un automovil o caminando en la vía pública). Las jóvenes se acercaban a lugares
concurridos mientras esperaban que los patrulleros se fueran de la zona, y en el caso de
estar manejando un atomovil, usualmente las jóvenes se desplazaban a carriles en donde
pudieran estar alejadas de ellos. En varios testimonios, las jóvenes señalaban sentirse
menos inseguras al estar una mujer policía presente, sin embargo, no por ello las
consideraban menos corruptas.
Hace diez años -2006- no se implementaba aun el protocolo de actuación específico
para la detención y conducción de presuntas responsables, fue sólo después de los
disturbios acontecidos en San Salvador Atenco, en el que más de 20 mujeres vivieron
abusos sexuales y violaciones por parte de policías estatales (Villegas, 2016) que se puso en
marcha un protocolo de actuación específico para detener a mujeres, puesto que la violencia
sexual hacia ellas resultaba una práctica cotidiana y normalizada entre policías.
El testimonio de uno de los jóvenes entrevistados, Kerry, habla precisamente de la
tortura psicológica perpetrada por policías hace diez años en contra de dos de sus amigas
durante una de las detenciones, en la que los policías pretendían un intercambio que
implicaba la amenaza de la violación sexual de las jóvenes a cambio de su libertad. Este es
un claro ejemplo de ejercicio de poder por intercambio, en donde la violencia de género es
el medio idóneo para lograr un fin específico, que aunque no se consumó, existía como una
amenaza potencial que al final de cuentas tuvo efecto. De acuerdo con testimonios de
algunas jóvenes, estas se preocupan por las posibles reacciones que podrían suscitarse al
estar cerca de policías varones –miedo a recibir faltas de respeto verbales como albures o
“sabroseo” y miradas lascivas- y en el peor de los casos ser objeto de algún tipo de
violencia sexual física.
Para Max Weber el poder tiene una relación estrecha con la legitimidad, porque en
un inicio las personas se someten voluntariamente a un régimen –en éste caso Estatal– con
la esperanza de que sus necesidades sean resueltas: “La legitimidad de un orden puede
estar garantizada…También (o solamente) por la expectativa de determinadas
consecuencias externas; o sea; por situación de intereses; pero por expectativas de un
determinado género” (Weber,1964:27).
Para el caso específico de la policía capitalina la legitimidad representa un enorme
problema, en tanto que la ciudadanía joven les mira como representantes legales –más no

204
legítimos- del Estado mexicano encargados de preservar el orden público. Existen varias
razones que sostienen la carencia de legitimidad de los miembros de la policía mexicana
entre los jóvenes que participaron en la investigación:
1) La historia de finales de los años 60 en México que incluye tanto el autoritarismo priísta
echando mano de las fuerzas del orden para sofocar movimientos sociales, como la entera
transformación de las corporaciones policiales (para mal) en términos de prácticas
policiales negativas y corruptas. 2) Malas experiencias personales y/o de personas cercanas
con policías capitalinos. 3) Las representaciones sociales negativas asimiladas y
transmitidas generacionalmente sobre los policías mexicanos –sin importar el tipo de
corporación policial de la que se trate-. 4) La imagen proyectada por medios de
comunicación y las redes sociales –Facebook y Twitter, principalmente-, y 5) por último, la
falta de legitimidad de la policía que tiene relación con la ineficacia de la Corporación para
resolver los problemas de la ciudadanía en temas de seguridad pública. Es decir, los
policías capitalinos no cumplen con las expectativas que los civiles esperan de ellos al
desempeñar su trabajo. Varios de los y las jóvenes entrevistados dejaron claro que cuando
necesitaron del apoyo de los uniformados, éstos no acudieron al lugar de los hechos o “no
hicieron nada” a pesar de haber acudido.
Pero también hubo casos en los que los y las policías que acudieron a los llamados
de emergencia de éstos jóvenes, actuaron de acuerdo al protocolo de actuación policial y
resolvieron la problemática por las que fueron solicitados. Un fenómeno interesante es que
a pesar de haber actuado conforme a la expectativa ciudadana, para éstos jóvenes las
acciones realizadas por los policías no tienen un cambio positivo significativo. Es decir,
estas acciones favorables no son suficientes para contrarrestar el mal concepto en el que
tienen a los policías.
La ausencia parcial y a veces completa de legitimidad se vuelve un problema para el
ejercicio del poder, pues deja como única vía –o al menos una efectiva en un sentido
práctico- el uso de la violencia a través de diferentes medios o la amenaza de su uso para
lograr que las personas acaten las órdenes dentro del marco de los límites dictados por las
normas jurídicas.
Por otro lado, los policías al ser una figura altamente estigmatizada socialmente,
constituyen una especie de chivo expiatorio en el que se concentran muchos de los aspectos

205
perniciosos de la sociedad mexicana. Por lo tanto, la violencia ejercida por parte de la
comunidad hacia ellos, en este caso de los jóvenes hacia los policías, no es mal vista por la
sociedad civil, sino al contrario. La figura del policía capitalino se mira como servidor
público que carga consigo aspectos opuestos a lo que debería representar (inseguridad,
impunidad, abuso, violencia, corrupción) se mira como un blanco fácil al que es legítimo
escarmentar simbólica y físicamente, pues no es raro que a los policías se les insulte en la
vía pública gritándoles un sin fin de adjetivos y en casos extremos se les linche
literalmente.
Tanto policías como jóvenes se estigmatizan mutuamente, impidiendo que una
relación no confrontativa pueda establecerse; sin embargo, no se puede pasar por alto que
los policías forman parte del aparato de control empleado por los gobiernos para mantener
la paz y el orden públicos, y que su existencia sirve también para mantener la estructura
estatal firme ante cualquier intento de grupos opositores para desestabilizar el orden actual.
Por ende, la labor de los policías es la de echar mano del marco jurídico y del uso legítimo
(en términos del Estado) de la coerción; en consecuencia, la relación entre ciudadanía y
fuerzas del orden jamás podrá ser completamente armoniosa, pues su papel original es
orientar la conducta de la sociedad hacia los fines que más convengan a los gobiernos en
pro de la convivencia en sociedad. Como señala Alfonso Barquín “El poder es molesto
porque nos lleva a hacer cosas que no teníamos pensado hacer”. Los policías son la
encarnación del Estado en individuos de carne y hueso, sus representantes, quienes se
encargan de restringir y regular la conducta de los civiles, lo cual es en sí molesto y
fastidioso para la población porque como diría el oficial Roberto “no les gusta que les digan
qué hacer”. Además, en el caso de la policía capitalina, para los jóvenes resulta
especialmente molesto pues además de representar una figura antagónica cuyo deber es
evitar el desorden público, los policías cargan con el estigma de las malas prácticas
policiales como son la extorsión, cohecho, abuso de autoridad, uso excesivo de la fuerza,
razones por las cuales los jóvenes procuran evitar encontrarse con ellos.
Un aspecto compartido entre policías y jóvenes es el hecho de que dificilmente
ambos se asumen como parte del problema en cuestión, es decir, mutuamente desvían sus
responsabilidades tanto como ciudadanos como servidores públicos. Entre sí se miran como
personajes corruptos, culpables de esta relación mutuamente problemática, sin embargo, no

206
se asumen como violentos ni corruptos, aunque de hecho, ambos participen en este ciclo de
violencia explícita, verbal y simbólica.
No obstante, no basta con señalar a los jóvenes civiles y a los uniformados como los
únicos causantes y responsables de esta relación problemática, pues debajo de lo que en
apariencia es un conflicto entre jóvenes y policías se encuentra el papel del gobierno
mexicano que genera y solapa la violencia en sus diferentes ramificaciones.
Las formas de violencia invisible, pero palpable, son propiciadas por condiciones de
vulnerabilidad tanto para los jóvenes como para policías capitalinos; pues a ambos se les
ignora, relegándoseles a ser ciudadanos de segunda categoría. Mientras que para los
primeros no hay suficientes oportunidades de empleo bien remunerado por una fuerte
competencia y al mismo tiempo, una falta de espacios en donde puedan desarrollarse
profesionalmente, los policías están condenados a trabajar en contextos en donde carecen
de las mínimas condiciones que les permitan tener salarios justos, bienestar y certeza
laboral, asegurar una pensión, servicios de atención médica de calidad, estabilidad
emocional y económica.
Ante la falta de una remuneración justa, algunos de los policías deciden valerse de
medios ilícitos para obtener ingresos extras que les permitan solventar sus necesidades
materiales de existencia, así como las cuotas que les exigen los mandos; mientras que otros
prefieren autoemplearse en actividades extras, distintas a su labor como policías (albañiles,
taxistas, tianguistas, comerciantes...) o bien doblar turnos, aunque ésto tenga repercusiones
en su salud física y mental. No pretendo justificar las malas prácticas en las que incurren
algunos policías, pero el conocer la realidad laboral de estas personas nos permite entender
porqué suceden este tipo de prácticas en una corporación que les explota laboralmente y les
sobre exige a cambio de muy poco.
No puede dejarse de lado que lo que subyace al conflicto entre jóvenes y policías
capitalinos al momento de establecerse relaciones de poder, son pautas culturales
aprendidas y reafirmadas generacionalmente como una forma de saber colectivo; esta
logica está incrita en el marco de una cultura mexicana, específicamente desarrollada en la
Ciudad de México.
Es necesario mencionar que la violencia está presente no sólo en las relaciones de
poder que se establecen entre polías y jóvenes capitalinos, pues además de usarse como un

207
medio usualmente efectivo para ejercer el poder, la violencia sirve como base a la vida
cotidiana en la Ciudad de México a la que todas las personas estamos acostumbrados.
Como civiles no podemos exigir algo que no estamos dispuestos a dar, para empezar a
transformar la relación problemática entre civiles y policías tenemos que comenzar por
tratarlos como personas y asumir las consecuencias legales de nuestros errores.
Es indisplensable antes de hacer cualquier tipo de investigación antropológica
hacerse los siguientes cuestionamientos con una perspectiva ética ¿Para qué y para quienes
investigamos? ¿Cuáles son los alcances de la investigación?. Tengo la creencia de que la
antropología tiene un gran potencial transformador, que puede usarse en beneficio o en
perjuicio de las personas que están inmersas en los diversos fenómenos sociales que
investigamos. Debemos usar las herramientas que nos brinda la antropología para plantear
nuevas preguntas para buscar posibles respuestas y acciones a los retos que pone frente a
nosotros un desgarrador panorama nacional sumido en la violencia sin precedente.
Tenemos la obligación social de ser partícipes y co-autores de los cambios profundos que
necesita el país.

208
Anexos

Anexo 1.
CUADRO 1
TIPOS DE POLICÍAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Policía Preventiva (P.P) Policía Auxiliar (P.A.) Policía Bancaria e Industrial


(P.B.I.)
La Policía Preventiva tiene el La Policía Auxiliar nació en De acuerdo con información
obejtivo de prevenir el delito. los años treinta, y junto con la oficial la P.B.I. surge en 1941
P.B.I. es una de las policías en México. La P.B.I. es una de
Formación policial: complementarias que las dos policías
comforman la policía complementarias de la Ciudad
Se lleva a cabo durante un capitalina. de México y del área
internamiento de seis meses en conurbada.
las instalaciones del Instituto Formación policial:
de Formación Policial. Actividades: Desde sus inicios
El proceso de formación lleva a cabo las funciones de
Al salir de la Academia de policial es mucho menor en resguardar tanto instituciones
Policía los cadetes salen la vía comparación al de los públicas como privadas;
pública, donde dan apoyo a preventivos, pues el de la P.A. también se desempeñan como
policías de tránsito dura tres meses y no requiere escoltas personales y como
(posteriormente realizarán de un internamiento. custodios de valores. La P.B.I.
otras actividades). se dedica exclusivamente a
Actividades: realizar actividades de
Horarios de trabajo protección intramuros, al
“Las funciones sustantivas de interior de las instalaciones de
Los policías auxiliares tienen la Corporación, estriban en instituciones públicas o
un horario de 12x24 horas (12 proporcionar servicios de empresas privadas. No
horas de trabajo por 24 de protección y vigilancia a las obstante, al igual que sucede
descanso) o de 24x48 horas personas físicas y morales de con los policías auxiliares,
(24 de trabajo y 48 de los sectores público y privado, también los policías bancarios
descanso) a cambio de una han empezado a realizar
Servicios de salud contraprestación en numerario, labores en la vía pública.
La P.P. cuenta con así como, coadyuvar con la Los policías bancarios e
prestaciones de ley: servicio Secretaría de Seguridad industriales reciben una
médico del Instituto de Pública, en los operativos que contraprestación por parte de la

209
Seguridad y Servicios Sociales ésta disponga, a fin de institución pública o empresa
de los Trabajadores del Estado preservar el orden en la vía privada que los contrate.
(ISSSTE) y aguinaldo. pública”(P.A.CDMX,2016) (P.B.I.D.F,2016)
(IFPSSPDF,2016)
Un aspecto que no se Horarios de trabajo
De acuerdo con información menciona en el discurso De acuerdo con información
brindada por policías institucional es que las y los no oficial, que me fue brindada
auxiliares, cuando un policía policías auxiliares brindan por oficiales de la Ciudad de
preventivo resulta herido de apoyo a la Policía Preventiva México, los miembros de la
gravedad y necesita ser en operativos policiales y P.B.I. tienen horarios de
atendido de urgencia es llevado como fuerzas de choque en trabajo similares a los
a un hospital privado, manifestaciones, en estadios preventivos: 12 horas de
actualmente, el hospital cuando hay partidos de futbol trabajo por 24 horas de
Angeles Mocel. y en la Plaza de Toros México. descanso.
Servicios de salud
Los oficiales de la P.A. La P.B.I., al igual que la P.P.
realizan un doble trabajo, pues cuenta con servicios médicos
mientras que los policías del ISSSTE y pensión de la
preventivos se dedican misma institución.
exclusivamente a atender la vía
pública, y los policías
bancarios e industriales a
resguardar el interior de
instalaciones públicas o
privadas, los policías auxiliares
realizan ambas actividades.
Son intramuros, pero también
realizan actividades de
vigilancia en la vía pública
como apoyo a P.P. y a Policía
de Tránsito.
A diferencia de los policías
preventivos, los auxiliares
generan sus propios ingresos,
pues no reciben una paga de la
Secretaría de Seguridad
Pública de la Ciudad de
México. El salario que
perciben viene directamente de
la institución pública o privada
que solicita sus servicios.
Horarios de trabajo
Los horarios de trabajo de la
P.A. son de 24x24 horas (24 de
trabajo y 24 de descanso) sin
embargo, de surgir una
manifestación, partido de
futbol o dispositivo policial,
los policías auxiliares acuden a
estos eventos en su día de
descanso, terminando su turno

210
oficial de trabajo.
Servicios de salud
A diferencia de la P.B.I. y la
P.P., la P.A. no está afiliada al
ISSSTE o al Instituto
Mexicano del Seguro Social
(IMSS). Sus miembros son
atendidos de forma particular.
Se lleva a cabo un concurso
para otorgar la licitación a un
hospital privado que brinde
servicios médicos a los policías
auxiliares. El Hospital
Obregón actualmente ofrece
atención médica a los oficiales
de la P.A.

Fuente: La información fue obtenida consultando fuentes elecrónicas, y durante entrevistas


y pláticas informales con policías. http://www.ssp.df.gob.mx/policia_auxiliar.html
http://www.pa.cdmx.gob.mx/
http://www.ssp.df.gob.mx/instituto-formacion-policial.html

Anexo 2. Prestaciones y Seguridad Social de los policías

A continuación presento algunos artículos relacionados con el tema de las prestaciones y la


seguridad social contenidos en las Reglas de Operación del Plan de Previsión Social de los
Miembros de la Policía Auxiliar del Distrito Federal y de la Caja de Previsión de la
Policía Auxiliar del Distrito Federal vigente para 2016:
CAPITULO IV
De los Sueldos y Aportaciones de Seguridad Social
Artículo 11.- El sueldo básico que se tomará en cuenta para los efectos de estas Reglas, será
el sueldo o haber más riesgo, despensa y las compensaciones que reciban los elementos por
el desempeño de sus funciones, en sus diferentes niveles.
Las aportaciones establecidas en estas Reglas se efectuarán sobre el sueldo básico, hasta
por una cantidad que no rebase diez veces el salario mínimo general mensual vigente en el
Distrito Federal, y será el propio sueldo básico, hasta por la suma cotizable, que se tomará
en cuenta para determinar el monto de las pensiones y demás prestaciones que se refieren
estas Reglas.
Artículo 12.- Todo elemento comprendido en el artículo primero de este Ordenamiento,
deberá cubrir a la Caja, una aportación obligatoria del 8 % del sueldo básico de cotización
que disfrute, definido en el artículo anterior.
Dicha cuota se aplicará en la siguiente forma
I. 2.75% para cubrir los seguros de medicina preventiva, enfermedades,
maternidad y los servicios de rehabilitación física y mental;
II. 0.50% para cubrir las prestaciones relativas a préstamos a mediano y corto
plazo;
III. 0.50% para cubrir los servicios integrales de retiro a jubilados y pensionados;
promociones culturales, fomento deportivo y de recreación y servicios

211
funerarios;
IV. 3.50% para la prima que se establezca anualmente, conforme a las
valuaciones actuariales, para el pago de jubilaciones, pensiones e
indemnizaciones, así como para integrar las reservas correspondientes
conforme a lo dispuesto en el artículo cuarto de las presentes reglas;
V. El porcentaje restante se aplicará para cubrir los gastos generales de
administración de la Caja exceptuando los correspondientes al Fondo de la
Vivienda;

SECCIÓN PRIMERA. De la Pensión por Jubilación

Artículo 35.- El derecho a la pensión por jubilación se adquiere cuando el elemento ha


prestado sus servicios en la Corporación por treinta años o más y tenga el mismo tiempo de
cotizar a la Caja. La pensión a que tendrá derecho será del 100% del promedio resultante
del sueldo base que haya disfrutado el elemento en el último año anterior, computado a
partir de la fecha de su baja.

Si el elemento fallece después de cubrir los requisitos a que se refiere este artículo, sin
haber disfrutado de su jubilación, sus familiares derechohabientes se beneficiarán de la
misma pensión. (CAPREPADF,2016)

Como puede apreciarse, la presente ley establece que los policías auxiliares tienen
los derechos antes mencionados, sin embargo, como lo había señalado antes, las nuevas
generaciones (a partir de 2014) que han ingresado a la P.A. no cuentan con estos derechos.
Respecto a esta nueva modalidad de contrato temporal por meses no se dice absolutamente
nada en las Reglas de Operación del Plan de Previsión Social de los Miembros de la
Policía Auxiliar del Distrito Federal y de la Caja de Previsión de la Policía Auxiliar del
Distrito Federal. Los recién ingresados a la Policía Auxiliar de la Ciudad de México no
tienen derecho a jubilación en tanto que no se les permite generar antigüedad, ya que sus
contratos son únicamente de tres o seis meses, los cuales pueden o no renovarse.

La oficial Iliana ingresó a la P.A. durante en el transcurso del 2014, en este año fue
que cambiaron las modalidades de contratación, flexibilizándose, es decir, se transformaron
las modalidades de contratación por tiempo indefinido en contratos mensuales renovables o
no renovables a criterio de los jefes. Esta problemática se traduce en una incertidumbre
constante respecto al futuro laboral de los policías auxiliares; el caso concreto de la Iliana
ejemplifica puntualmente esta problemática relacionada con la violencia sistémica de la que
nos habla Florence Rosemberg, violencia arraigada a políticas neoliberales que miran a los
derechos de los trabajadores como privilegios de los que puede prescindirse. En una plática
informal con Iliana, me comentaba que se encontraba muy preocupada porque la fecha de
vencimiento de su contrato temporal estaba próxima; tenía que pagar la mensualidad de su
licenciatura, renta del lugar donde vive, reparar su auto, etcétera. Me decía que no sabía
cómo iba a cubrir todos esos gastos en caso de no renovársele el contrato, razón por la cual
trataba de hacer todos los servicios extraordinarios que podía (asistir a estadios como fuerza
de choque, manifestaciones y eventos) y doblar turnos en su lugar de trabajo o en otros
lugares que requirieran apoyo de policías. Cabe señalar que Iliana realizaba todas estas

212
actividades extras en su día de descanso, situación que la llevaba a no dormir durante 48
horas seguidas y en ocasiones hasta en 72 horas continuas para ganar dinero extra.

La violencia sistémica se presenta al interior de la Policía Auxiliar en formas que


dañan a los individuos lentamente, pues no les permiten tener las condiciones materiales
adecuadas para alcanzar bienestar, es decir, que las y los policías trabajan bajo situaciones
que perjudican su salud física, mental, emocional y psicológica. Por otro lado, esto
constituye una forma de violencia institucional, en tanto que el gobierno hace caso omiso
de las necesidades laborales, económicas y de servicios de salud que sus servidores púbicos
requieren. La violencia sistémica que existe en esta Policía pasa desapercibida porque no
constituye una expresión evidente y directa de la violencia, sino que se esconde bajo una
aparente normalidad. Las personas que trabajan para la Policía Auxiliar aceptan estas
condiciones de trabajo sin estar de acuerdo, conscientes de que laboran bajo circunstancias
poco más que precarias, sin embargo muchas de estas personas carecen de movilidad social
como para poder abandonar la Policía. La violencia institucional también se expresa en
negligencia hacia los casos de acoso sexual de las que frecuentemente son objeto las
mujeres policías, perpetuando un ciclo de violencia de género al interior de la institución
policial. Por otro lado, es necesario destacar que la Policía Auxiliar tiene una complicada
red de corrupción que va desde los mandos más altos hasta el policía raso; situación que
posibilita e incentiva prácticas como lo son el cobro de cuotas para adquirir el equipo
indispensable para trabajar, para tener buenos servicios, para poder pedir un día de
descanso o incluso para pasar desapercibido. Esta última característica muy particular de la
Policía Auxiliar contribuye a la continuidad de la violencia estructural, pues obliga por un
lado a la reducción de una parte de los salarios y por otra parte, en algunos casos a la
extorsión y al cohecho como un medio para obtener el dinero de la cuota y un ingreso
adicional que les es imposible adquirir de manera legal. No pocos oficiales referían que los
bajos salarios contribuyen a incentivar la corrupción dentro y fuera de la Corporación,
aspecto que acentúa las características negativas que la población joven y la ciudadanía en
general les otorga a los policías. El contexto laboral en el que están presentes carencias tan
importantes como las antes mencionadas, permite no justificar pero sí comprender el
comportamiento de algunos policías al hacer su trabajo y al relacionarse con la ciudadanía
joven.

Anexo 3. Marco legal. Derechos y obligaciones de las y los jóvenes de la Ciudad de


México

En tanto que los jóvenes que cooperaron en este trabajo de investigación se encuentran en
un rango de edades entre los 21 a los 27 años, considero adecuado hablar de los derechos y
obligaciones que les corresponden como ciudadanos; puesto que para las leyes y estatutos
nacionales la mayoría de edad se alcanza a los 18 años. Para fines legales y burocráticos,
en México una persona es considerada como adulta al alcanzar la edad antes mencionada;
aunque este parámetro de clasificación etárea no siempre coincide con la edad estructural,
que como antes había mencionado, marca las divisiones correspondientes a cada estadio en
la vida de una persona –ya sean ritos de paso o trámites legales requeridos por el gobierno-.
Partiendo de las legislaciones internacionales que protegen la integridad de las
personas se encuentran los derechos humanos. Después de la Segunda Guerra Mundial la

213
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (DUDH); de acuerdo con ella todas las personas
tienen igualdad de derechos por el hecho de pertenecer a la misma especie
independientemente de su nacionalidad, creencias, etnia, sexo, edad… Para los fines de la
investigación presento aquellos artículos de la Declaración que considero de mayor
relevancia en torno a los jóvenes en el contexto de las relaciones de poder que se entablan
entre estos y los policías.

Derechos Humanos

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su


domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este


derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad


social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación
internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la
satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a
su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a


condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.

214
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una
limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas
pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a
su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos
los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual
protección social.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional


en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
plenamente efectivos.

Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede
desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará
solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y
de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a
los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

215
Ahora, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos expongo
aquellos artículos que a los jóvenes les corresponden como ciudadanos en relación con los
derechos humanos:
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los
derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo
ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que
esta Constitución establece.
Párrafo reformado DOF 10-06-2011
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a
las personas la protección más amplia.
Párrafo adicionado DOF 10-06-2011
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a
los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Párrafo adicionado DOF 10-06-201
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género,
la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las
opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas.

Artículo 7o. Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través


de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales
como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias
radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por
cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a
impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones.
Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de
difusión, que no tiene más límites que los previstos en el primer párrafo del artículo 6o. de
esta Constitución. En ningún caso podrán secuestrarse los bienes utilizados para la difusión
de información, opiniones e ideas, como instrumento del delito.

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o
posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y
motive la causa legal del procedimiento.
Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso,
rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los
términos que fije la ley, la cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que
rijan el tratamiento de datos, por razones de seguridad nacional, disposiciones de orden
público, seguridad y salud públicas o para proteger los derechos de terceros.
Párrafo adicionado DOF 01-06-2009

216
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda
denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena
privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que
exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.
Párrafo reformado DOF 01-06-2009. Fe de erratas DOF 25-06-2009
La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a
disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La
contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.
Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un
delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición
de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público.
Existirá un registro inmediato de la detención.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el
riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y
cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o
circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención,
fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.
En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá
inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.

La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de


delincuencia organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de
lugar y tiempo que la ley señale, sin que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea
necesario para el éxito de la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos, o
cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia. Este
plazo podrá prorrogarse, siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las
causas que le dieron origen. En todo caso, la duración total del arraigo no podrá exceder los
ochenta días.
Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más
personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los términos de la ley de
la materia.
Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y
ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la
autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como
delincuencia organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la
ley penal.
En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a solicitud del
Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas
que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse
la diligencia, levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos
testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la
autoridad que practique la diligencia.
Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier
acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean aportadas
de forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará
el alcance de éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión

217
de un delito. En ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley.
Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que
faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa correspondiente,
podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad
competente deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además,
el tipo de intervención, los sujetos de la misma y su duración. La autoridad judicial federal
no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter electoral,
fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del
detenido con su defensor.
Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán, en forma
inmediata, y por cualquier medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias
precautorias y técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial,
garantizando los derechos de los indiciados y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un
registro fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y Ministerio Público y demás
autoridades competentes.
Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las
leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo
valor probatorio.
La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para
cerciorarse de que se han cumplido los reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la
exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado las
disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes respectivas y a las
formalidades prescritas para los cateos.
La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo
registro, y su violación será penada por la ley.
En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la
voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán
exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca
la ley marcial correspondiente.
Artículo reformado DOF 03-02-1983, 03-09-1993, 03-07-1996, 08-03-1999, 18-06-
2008
Artículo 21. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las
policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta
función.

El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio Público. La


ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la acción penal ante la
autoridad judicial…

Artículo 38. Los derechos o prerrogativas de los ciudadanos se suspenden:


I. Por falta de cumplimiento, sin causa justificada, de cualquiera de las obligaciones
que impone el artículo 36. Esta suspensión durará un año y se impondrá además de
las otras penas que por el mismo hecho señalare la ley;
II. Por estar sujeto a un proceso criminal por delito que merezca pena corporal, a
contar desde la fecha del auto de formal prisión;

218
III. Durante la extinción de una pena corporal;
IV. Por vagancia o ebriedad consuetudinaria, declarada en los términos que prevengan
las leyes;
V. Por estar prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión hasta que
prescriba la acción penal; y
VI. Por sentencia ejecutoria que imponga como pena esa suspensión.
La ley fijará los casos en que se pierden, y los demás en que se suspenden los derechos de
ciudadano, y la manera de hacer la rehabilitación.

Título Sexto
Del Trabajo y de la Previsión Social
Artículo 123. Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley.
Párrafo adicionado DOF 19-12-1978. Reformado DOF 18-06-2008

El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes
sobre el trabajo, las cuales regirán:
Párrafo reformado DOF 06-09-1929, 05-12-1960. Reformado y reubicado DOF 19-12-
1978. Reformado DOF 18-06-2008
A. Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera
general, todo contrato de trabajo:
Párrafo adicionado (como encabezado de Apartado A) DOF 05-12-1960
I. La duración de la jornada máxima será de ocho horas.
II. La jornada máxima de trabajo nocturno será de 7 horas. Quedan
prohibidas: las labores insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno
industrial y todo otro trabajo después de las diez de la noche, de los
menores de dieciséis años;
Fracción reformada DOF 21-11-1962, 31-12-1974
III. Queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de quince años.
Los mayores de esta edad y menores de dieciséis tendrán como jornada
máxima la de seis horas.
Fracción reformada DOF 21-11-1962, 17-06-2014
IV. Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de
descanso, cuando menos.
V. Las mujeres durante el embarazo no realizarán trabajos que exijan un
esfuerzo considerable y signifiquen un peligro para su salud en relación
con la gestación; gozarán forzosamente de un descanso de seis semanas
anteriores a la fecha fijada aproximadamente para el parto y seis semanas
posteriores al mismo, debiendo percibir su salario íntegro y conservar su
empleo y los derechos que hubieren adquirido por la relación de trabajo.

219
En el período de lactancia tendrán dos descansos extraordinarios por día,
de media hora cada uno para alimentar a sus hijos;(CPEUM,2016:2-137)

Resulta importante tener en cuenta la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal, ya que
algunos de los jóvenes con quienes se llevó a cabo el presente trabajo dijeron que al
entablar relaciones momentáneas con policías, éstas estaban motivadas por faltas
administrativas –y no delitos- cometidas en la vía pública. De igual forma, al preguntarles a
los policías participantes cuáles eran los motivos para acercarse a los jóvenes, me
respondieron que generalmente estaban relacionados con faltas estipuladas en la Ley de
Cultura Cívica, o bien por cometer delitos –que quedan fuera del marco de esta ley-.
Es necesario hacer una revisión a los siguientes artículos de ésta ley como también de
los artículos anteriores descritos en la Constitución, pues a pesar de que los jóvenes saben
que tienen derechos y obligaciones como ciudadanos no los conocen puntualmente, lo que
los vuelve proclives tanto a infligir estas normas como a vivir abusos por parte de algunos
policías (sobre estos dos aspectos hablaré más adelante en el siguiente capítulo). La Ley de
Cultura Cívica de la Ciudad de México contempla exclusivamente faltas administrativas,
es decir, aquellos actos u omisiones de carácter ilícito cuya gravedad no sea constitutiva de
un delito que requiera su remisión al ministerio público, sino únicamente al juzgado cívico
correspondiente.
CAPÍTULO I

INFRACCIONES Y SANCIONES

Artículo 23.- Son infracciones contra la dignidad de las personas;

I. Vejar o maltratar física o verbalmente a cualquier persona;


II.Permitir a menores de edad el acceso a lugares a los que expresamente les esté prohibido;
III. Propinar a una persona, en forma intencional y fuera de riña, golpes que no le causen
lesión; y
IV. Lesionar a una persona siempre y cuando las lesiones que se causen de acuerdo al
dictamen médico tarden en sanar menos de quince días.
En caso de que las lesiones tarden en sanar más de quince días el juez dejará a salvo los
derechos del afectado para que éste los ejercite por la vía que estime procedente.
(REFORMADO, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)
La infracción establecida en la fracción I se sancionará con multa por el equivalente de 1 a
10 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente o con arresto de 6 a 12
horas.
(REFORMADO, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)
Las infracciones establecidas en las fracciones ll y lll se sancionarán con multa por el
equivalente de 11 a 20 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente o con
arresto de 13 a 24 horas.
La infracción establecida en la fracción IV, se sancionará con arresto de veinticinco a
treinta y seis horas. Sólo procederá la conciliación cuando el probable infractor repare el
daño. Las partes de común acuerdo fijarán el monto del daño.

220
Artículo 24.- Son infracciones contra la tranquilidad de las personas:

I. Prestar algún servicio sin que le sea solicitado y coaccionar de cualquier manera
a quien lo reciba para obtener un pago por el mismo. La presentación del
infractor solo procederá por queja previa;
II. Poseer animales sin adoptar las medidas de higiene necesarias que impidan
hedores o la
presencia de plagas que ocasionen cualquier molestia a los vecinos;
III. Producir o causar ruidos por cualquier medio que notoriamente atenten contra la
tranquilidad o represente un posible riesgo a la salud de los vecinos;
III. Impedir el uso de los bienes del dominio público de uso común;
V. Obstruir con cualquier objeto entradas o salidas de inmuebles sin autorización del
propietario o poseedor del mismo;
VI. Incitar o provocar a reñir a una o más personas;
VII. Invitar a la prostitución o ejercerla, así como solicitar dicho servicio. En todo caso sólo
procederá la presentación del probable infractor cuando exista queja vecinal, y
VIII. Ocupar los accesos de oficinas públicas o sus inmediaciones ofreciendo la realización
de trámites que en la misma se proporcionen, sin tener autorización para ello.
Artículo 25.- Son infracciones contra la seguridad ciudadana:

I. Permitir el propietario o poseedor de un animal que éste transite libremente, o


transitar con él sin adoptar las medidas de seguridad necesarias, de acuerdo con
las características particulares del animal, para prevenir posibles ataques a otras
personas o animales, así como azuzarlo, o no contenerlo;
II. Impedir o estorbar de cualquier forma el uso de la vía pública, la libertad de
tránsito o de acción de las personas, siempre que no exista permiso ni causa
justificada para ello. Para estos efectos, se entenderá que existe causa justificada
siempre que la obstrucción del uso de la vía pública, de la libertad de tránsito o
de acción de las personas sea inevitable y necesaria y no constituya en sí misma
un fin, sino un medio razonable de manifestación de las ideas, de asociación o
de reunión pacifica;
III. Usar las áreas y vías públicas sin contar con la autorización que se requiera para
ello;
IV. Apagar, sin autorización, el alumbrado público o afectar algún elemento del
mismo que impida su normal funcionamiento;
V. Ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados o consumir,
ingerir, inhalar o aspirar estupefacientes, psicotrópicos, enervantes o
sustancias tóxicas en lugares públicos, independientemente de los delitos en
que se incurra por la posesión de los estupefacientes, psicotrópicos,
enervantes o sustancias toxicas;
VI. Portar, transportar o usar, sin precaución, objetos o sustancias que por su
naturaleza sean peligrosos y sin observar, en su caso, las disposiciones
aplicables;
VII. Detonar o encender cohetes, juegos pirotécnicos, fogatas o elevar aeróstatos, sin
permiso de la autoridad competente;
VIII. Reñir con una o más personas;

221
IX. Solicitar los servicios de emergencia, policía, bomberos o de establecimientos
médicos o asistenciales, públicos o privados, cuando no se requieran. Asimismo,
proferir voces, realizar actos o adoptar actitudes que constituyan falsas alarmas
de siniestros o que puedan producir o produzcan el temor o pánico colectivos;

Artículo 26.- Son infracciones contra el entorno urbano de la Ciudad de México:

I. Abstenerse de recoger, de vías o lugares públicos, las heces fecales de un animal


de su propiedad o bajo su custodia, así como tirar o abandonar dichos desechos
fuera de los contenedores.
II. Orinar o defecar en los lugares a que se refiere el artículo 5° de la presente
Ley;
III. Arrojar, tirar o abandonar en la vía pública animales muertos, desechos, objetos
o sustancias;
IV. Tirar basura en lugares no autorizados;

(REFORMADA, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)

V. Dañar, pintar, maltratar, ensuciar o hacer uso indebido de las fachadas de


inmuebles públicos o de los particulares, sin autorización expresa de éstos,
estatuas, monumentos, postes, arbotantes, semáforos, parquímetros, buzones,
tomas de agua, señalizaciones viales o de obras, puentes, pasos peatonales,
plazas, parques, jardines, elementos de ornato u otros bienes semejantes. El
daño a que se refiere esta fracción será competencia del juez hasta el valor de
veinte veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente;
VI. Cambiar, de cualquier forma, el uso o destino de áreas o vía pública, sin la
autorización correspondiente;
VII. Abandonar muebles en áreas o vías públicas;
VIII. Desperdiciar el agua o impedir su uso a quienes deban tener acceso a ella en
tuberías, tanques o tinacos almacenadores, así como utilizar indebidamente los
hidrantes públicos, obstruirlos o impedir su uso;
IX. Colocar en la acera o en el arroyo vehicular, enseres o cualquier elemento
propio de un establecimiento mercantil, sin la autorización correspondiente;
X. Arrojar en la vía pública desechos, sustancias peligrosas para la salud de las
personas o que despidan olores desagradables;
XI. Ingresar a zonas señaladas como de acceso restringido en los lugares o
inmuebles destinados a servicios públicos, sin la autorización correspondiente o
fuera de los horarios establecidos;
XII. Cubrir, borrar, pintar, alterar o desprender los letreros, señales, números o letras
que identifiquen vías, inmuebles y lugares públicos;
XIII. Pintar, adherir, colgar o fijar anuncios o cualquier tipo de propaganda en
elementos del equipamiento urbano, del mobiliario urbano, de ornato o árboles,
sin autorización para ello;
XIV. Colocar transitoriamente o fijar, sin autorización para ello, elementos destinados
a la venta de productos o prestación de servicios, y
XV. Obstruir o permitir la obstrucción de la vía pública, con motivo de la instalación,

222
modificación, cambio, o mantenimiento de los elementos constitutivos de un
anuncio y no exhibir la documentación correspondiente que autorice a realizar
dichos trabajos.

(REFORMADO, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)

Las infracciones establecidas en las fracciones I a VII se sancionarán con multa por el
equivalente de 11 a 20 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente o con
arresto de 13 a 24 horas.
(REFORMADO, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)
La fracción VIII, se sancionará con multa por el equivalente de 21 a 40 veces la Unidad de
Cuenta de la Ciudad de México vigente o con arresto de 25 a 36 horas.
(REFORMADO, G.O.D.F. 28 DE NOVIEMBRE DE 2014)
Las infracciones establecidas en las fracciones IX a XIV se sancionarán con multa por el
equivalente de 21 a 30 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente o con
arresto de 25 a 36 horas.
La infracción establecida en la fracción XV se sancionará con arresto de 20 a 36 horas.
Una vez revisado este conjunto de artículos tocantes a los Derechos Humanos, los derechos
y obligaciones ciudadanos contenidos en la Constitución Mexicana, y por último en la Ley
de Cultura Cívica del Distrito Federal, será mucho más sencillo entender que las
relaciones momentáneas que se entablan entre jóvenes y policías están ubicadas dentro del
marco jurídico nacional y local. Pero que también traspasan reglas no escritas pero
culturalmente válidas como la mordida o el cohecho, por ejemplo.
La calle es el escenario en donde se transgreden las leyes y los reglamentos
gubernamentales, pero también es el sitio en donde se traspasan las reglas morales -
socialmente convenidas- ya sea por los jóvenes o por los policías, y en ocasiones ambos.

223
Anexo 4. Tabla informativa sobre los jóvenes participantes

224
Nombre Estado Último grado Ocupación Lugar de Edad Educación Educación Experiencias
civil de actual residencia media superior con policías
escolaridad superior

Zeus 257 Soltero Maestría en Desempleado y Casa de su 27 Privada Licenciatura: No


Psicología buscando abuela años
Universidad
Industrial empleo paterna con
Privada
su padre, su
abuela y un Maestría:
primo de Universidad
parte de su Pública
papá.
Galamont Soltero Licenciatura Ilustrador Vive sólo en 26 Privada Pública Sí
(pasante en Freelance, tiene un años
Diseño empleo departamento
Gráfico) ocasional. que le renta a
su padre.
Beto Soltero Licenciatura Vendedor Vive en casa 24 Privada Pública Sí
ocasional de de su padre años
(pasante)
juguetes con dos de
didácticos. sus tres
Tesista hermanas.
Pamela Soltera Licenciada en Ingeniera en una Vive en casa 24 Privada Pública Sí
ingeniería empresa privada de sus padres años
hidrológica con ellos y
sus dos
hermanos
más
pequeños.
Kerry Casado Preparatoria Técnico en Vive con su 27 Pública Sin cursar Sí
computación y esposa y tres años
empleado hijas en el
general en una domicilio de
empresa privada los padres de
Kerry
Juan Soltero Maestría en Estudia la Renta un 27 Privada Licenciatura: Sí
Historia en maestría y es departamento años
Pública
curso becario por una con su novia
institución y un roomie. Maestría:
gubernamental. Entre los tres Institución
pagan la renta pública
Se encuentra
del
realizando
departamento.
trámites para
ingresar al
doctorado a
universidades en
E.U. y España.

257 Por razones de confidencialidad y seguridad los nombres de las y los participantes han sido

cambiados.

225
Lorena Soltera Licenciada en Da dos clases Vive en el 26 Privada Licenciatura: No
Sociología como adjunta de departamento años
Universidad
profesores de de sus padres
pública
Sociología y se con sus
prepara para padres.
entrar a una
maestría en
México
Anna Soltera Licenciatura Próximamente Vive con su 23 Privada y Licenciatura: Sí
en iniciará el hermano y su años pública
Universidad
Comunicación proceso de padre en la
pública
titulación. casa paterna.
(pasante)
Trabaja como
asistente
eventual de una
escritora.
José Soltero Estudiante de Estudia y trabaja Vive con sus 23 Pública Carrera Sí
informática en una empresa papás y sus años técnica en
privada como dos con una
encargado de hermanos en institución
redes sociales casa de sus privada
padres.
Bilka Soltera Licenciatura Estudió arte en Vive en un 26 Pública Pública No
una universidad departamento años
(pasante)
pública de la que comparte
Ciudad de con un
México. roomie.
Es community
manager para
una empresa
privada. Tiene
un programa de
radio vespertino.
También se
encuentra
cursando el
último año de la
licenciatura en
arte.
Marcela Soltera Licenciatura Estudió diseño Vive en un 26 Privada Privada Sí
(Pasante) gráfico en una departamento años
universidad que comparte
privada de la con su novio
Ciudad de y un roomie.
México.
Trabaja como
comerciante en

226
uno de los
negocios
familiares.

Santiago Soltero Último Cursa las últimas Vive con su 25 Privada Privada Sí
semestre de la materias de la madre y su años
licenciatura licenciatura en hermana en
Economía en una casa de su
universidad madre.
privada del norte
de la Ciudad de
México.
Se encuentra
realizando la
tesis de
licenciatura.
Choco Soltero Licenciado en Se encuentra Vive con su 27 Privada Pública Sí
Artes desempleado, madre y su
Visuales busca trabajo. hermano
Ha tenido mayor.
trabajos
temporales de
diseño.
Freelancea
Se prepara para
ingresar a una
universidad en
Estados Unidos
para cursar la
maestría.

Daniel Soltero Estudiante de Estudiante de la Vive con sus 21 Pública Pública Sí


Ingeniería licenciatura en padres, sus años
ingeniería en una hermanos en
universidad casa de sus
pública de la padres.
Ciudad de
México.
Clara Soltera Estudiante de Estudiante de Vive con sus 22 Pública Pública No
Medicina medicina en una padres y su años
universidad hermana
pública del sur mayor en
de la Ciudad de casa de sus
México padres.

227
Adriana Soltera Estudiante de Estudiante de la Vive con sus 23 Pública Pública No
licenciatura licenciatura de padres y su años
en Ingeniería Ingeniería en hermana en la
Sistemas casa de sus
Computacionales padres.
en una
universidad
pública del sur
de la Ciudad de
México
Idalia Soltera Estudiante de Estudiante de Vive con sus 26 Pública Pública Sí
Trabajo licenciatura en padres, su años
Social Trabajo Social hermano, la
en una esposa de su
universidad del hermano y las
sur de la Ciudad hijas de su
de México. hermano en la
casa de sus
Trabaja como
padres..
capturista de 12
de la noche a 8
de la mañana en
una empresa
privada.
Se encuentra
realizando el
servicio social en
un centro de
readaptación
social para
menores de
edad.
Lucía Soltera Estudiante de Estudia Biología Vive en casa 22 Privada Pública No
Biología en una de su tía años
universidad materna
pública de un cuando está
estado de la en clases.
República Pero cuando
cercano a la sale de
Ciudad de vacaciones
México. regresa a la
Ciudad de
México con
sus padres.

Bibliografía y Mesografía

228
Abric, J. (2001) Prácticas sociales y representaciones, México, Ediciones Coyoacán

Alvarado,A. (2014) (Coord.). “Los jóvenes, la violencia y la interacción con la policía de la


Ciudad de México” en Violencia Juvenil y Acceso a la Justicia en América Latina, vol.2, El
Colegio de México, México, Centro de Estudios Sociológicos.

Azaola Garrido, E. (2006) Imagen y Autoimagen de la policía de la Ciudad de méxico.


México, Coyoacán, Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Seguridad Pública,
CIESAS, Foro Latinoamericano para la Seguridad Urbana y la Democracia

Banchs,M.A. (2001) “Jugando con las Ideas en Torno a las Representaciones Sociales
desde Venezuela” en Fermentum, Mérida-Venezuela, año11-No.30 Enero-Abril

Balandier,G. (2000) Antropología Política, México, Siglo XXI

Barquin Cendejas, A. (2015) Antropología y Poder Político. El ejercicio de poder en las


políticas de educación intercultural , México, INAH

___(2012) “Sobre el papel de las diferencias y las asimetrías en la construcción del poder”
en El ejercicio de poder en las políticas de educación intercultural. Tesis para la obtención
del grado de Doctor en Antropología Social. México, UAM-I


___(2007)Del poder y su desgaste. Un modelo para su estudio. México, INAH 


Bobbio, N.(1989) "El Estado y el poder", en: Estado, Gobierno y Sociedad. México, FCE

Bourdieu, P. (2000a) La dominación masculina, Barcelona, Editorial Anagrama, S.A.

___(2000b) Poder, derecho y clases sociales, España, Editorial Desclée de Brouwer, S.A.

___(2002) “La "juventud" no es más que una palabra” en: Sociología y cultura. México:
Grijalbo, Conaculta. pp. 163-173

Castillo, M. Á. (2002) “El control y subjetividad de los cuerpos uniformados” en Anuario


de Investigación.

Carrión, J. et al.,(1970) El milagro mexicano. México, Editorial Nuestro Tiempo. En PDF


en línea http://ru.iiec.unam.mx/2316/1/ElMilagroMexicano.pdf

Damasio, A. R. (1996). El error de Descartes: la emoción, la razón y el cerebro humano,


Santiago de Chile, Editorial Andrés Bello

229
Diccionario UNESCO de Ciencias Sociales (1987), vol.4, Madrid, Planeta Agostini,
pp.2354-2356
Duana Ávila, D. (2008), “Flexibilización laboral, el caso de México", en Observatorio de
la Economía Latinoamericana, número 92, en PDF en línea
http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2008/dda.htm

Durkheim E. (2006) “Las representaciones sociales” en Sociología y Filosofía, Granada,


Editorial Comares.

Esteinou Madrid, R. (1996), Familias de sectores medios: Perfiles organizativos y


socioculturales México. CIESAS

Feixa, C. (1996) "Antropología de las edades." en Ensayos de Antropología Cultural.


Homenaje a Claudio Esteva-Fabregat, pp.319-335. En PDF cholonautas.edu.pe

___(2003) Del reloj de arena al reloj digital, en JOVENes, Revista de Estudios sobre
Juventud, año 7, núm. 19 México, D.F., julio-diciembre, pp. 6-27

Foucault, M. (1978). La historia de la sexualidad, Tomo I," La voluntad de saber", Siglo


XXI. México.[Links].

Galbraith, J. K., (1986) "Anatomía del poder. Perspectiva general", en Anatomía del poder.
México, Best Seller Edivision

Gallo, M. Á. (2002) De Salinas a Fox. México, Ediciones Quinto Sol

Galtung, J. (2003)Violencia cultural, Centro de Investigación por la Paz Guernika


Gogoratuz, en PDF

___(2004) Violencia, guerra y su impacto.Sobre los efectos visibles e invisibles de la


guerra,[en linea] http://them.polylog.org/5/fgj-es.htm

García Aguilar, Ma., (2008) “Las mujeres y la apropiación de su cuerpo” en García Ortega
J., Compilación sobre género y violencia. México, Instituto Aguascalientes de las Mujeres
(IAM)

Goffman, E. (2008) Estigma: La identidad deteriorada, Buenos Aires, Amorrortu Editores.

González, J. (1983). Lo negro del negro Durazo: La biografía criminal de Durazo, escrita
por su jefe de ayudantes. México, Posada.

González Oropeza, M. (1988). Policía y constitución. Universidad Nacional Autónoma de


México. En PDF http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2104/8.pdf consultado el 29 de
agosto de 2015

Hall, E. T. (1994). Proxémica. La nueva comunicación. Barcelona, Kairós, 199-299.

230
Harvey, D. (2007) Breve historia del neoliberalismo. Vol. 49. Ediciones Akal

Íñigo, A. (1985) Bitácora de un policía, 1500-1982 (Vol. 47). México, Departamento del
Distrito Federal.

Jodelet, D. (1984). “La representación social: Fenómenos, concepto y teoría” en Psicología


social II. Pensamiento y vida social. Barcelona: Paidós.

___(2008) “El movimiento de retorno al sujeto y el enfoque de las representaciones


sociales” en Cultura y representaciones sociales, vol. 3, no 5. En PDF

Lagarde, M. (2006). “Pacto entre mujeres. Sororidad” en Aportes Para El Debate, 123-135.

La Parra, Daniel y Trotosa, José Ma. (2003) “Violencia estructural: Una ilustración del
concepto” en Documentación Social, No.131 Alicante ,GEPYD, pp.57-72

Lerner, G. (1990) The creation of Patriarchy, Traducción castellana para España y


América: Editorial Crítica, S.A

Le Breton, D. (1998) Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones, Buenos


Aires, Ediciones Nueva Visión

Linton, R. (1936) “Status and role” in The study of man, New york, Appleton-Century-
Crofts, Inc.

___(2006) “Estatus y función” en Estudio del Hombre, México, Fondo de Cultura


Económica

Lutz, C.(1986) “Antropology of emotions” en Annual Review of Antropology, E.U.A

Magdaleno Cárdenas,Ma. (2006) “Documentos sobre la policía” en Boletín del Instituto de


Investigaciones Históricas UNAM. No.77, septiembre-diciembre.

Malinowski, B.(1975), “La cultura” en Kahn. J.S. (Comp.), El concepto de Cultura: Textos
fundamentales. Barcelona, Editorial Anagrama, pp.85-127

Margulis, M., & Urresti, M. (1998). La construcción social de la condición de juventud en


PDF, en
http://www2.perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/mario_margulis_y_marcelo_urresti_-
_la_construccion_social_de_la_condicion_de_juventud_urresti.pdf

Marx, C.(1989) Contribución a la crítica de la economía política. Moscú, URSS, Editorial


Progreso

Moreno, C. (2002) “Fuentes, autores y corrientes que trabajan la complejidad” en Velilla,

231
M. A. (comp.) Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo, Instituto
Colombiano de Fomento a la Educación Superior-UNESCO, en PDF

Marx, C. (1974) El Capital, Crítica de la Economía Política, I, México, Fondo de Cultura


Económica

Morin, E. (1997), El Método I. La naturaleza de la naturaleza, Madrid, Cátedra, pp. 20-103

Moulines, C. (1997). Fundamentos de Filosofía de la Ciencia. Alianza Editor

Muñoz Calvo, M.T. y Pozo Román, J. (2011) “Curso V, Pubertad Normal y sus Variantes”
en Pediatría Integral Vol. XV, Número 6. Julio-Agosto

Novoa Cota, V. (1982) Juventud, Autoridad y violencia. México, Consejo Nacional de


recursos para la atención de la juventud (CREA)
Pérez-Islas, J. y Arteaga, M. (2001). “Los nuevos guerreros del mercado. Trayectorias
laborales de jóvenes buscadores de empleo”, en Enrique Pieck (coord) Los Jóvenes y el
Trabajo. La Educación Frente a la Exclusión Social. México D. F.: UIA / IMJ / UNICEF /
Cinterfor-OIT, RET y CONALEP

___(2004). Historias de los jóvenes en México: su presencia en el siglo XX/coord. por José
Antonio Pérez Islas, Maritza Urteaga Castro-Pozo, México, SEP-IMJ/AGN

Pulido Esteva, D. (2012) “Profesional y discrecional: policía y sociedad en la Ciudad de


México del Porfiriato a la posrevolución” en Antropología. Boletín Oficial del INAH, No.
94, p. 72-85.

___(2015)“Los negocios de la policía en la Ciudad de México durante la posrevolución”


en Trashumante. Revista Americana de Historia Social, No. 6, p. 8-31.

Rosemberg, F. (2013) Antropología de la violencia en la Ciudad de México: familia, poder,


género y emociones. México, INAH.

___(2014), “Algunas reflexiones sobre la violencia sistémica: México como escenario”, en


Actores sociales, violencias y luchas de emancipación. Lecturas desde una antropología
crítica, editado por Margarita Zárate y María Gabriela Hita, UAM-I, México, pp.19-51.

Reguillo, R.(2010) (Coord.). Los jóvenes en México. México, FCE


___(2013) “Jóvenes en la encrucijada contemporánea: en busca de un relato futuro” en
Debate feminista, año. 24, vol.48, octubre,pp.37-51
Scheper-Hughes,N. y Bourgois, P. eds. (2004) “Violence in War and Peace: An
Anthology”, Malden, Blackwell

232
Silva, C. et al., (2012) “Uso de la fuerza letal. Muertos, heridos y detenidos en
enfrentamientos de las fuerzas federales con presuntos miembros de la delincuencia
organizada” en Desacatos , CIESAS, México, pp.47-64

Stoppino, M.(2001). Potere e teoria politica. Giuffrè Editore. (Terza Edizione)

___(2002) "Poder", en: Diccionario de Política (13a. ed.). México, Siglo XXI.

Turner, V. (1980) La selva de los símbolos: aspectos del ritual ndembu,Traducción


de: Ramón Valdez del Toro, Alberto Cardín, Madrid, Siglo Veintiuno de España

___(1988) El proceso ritual. Estructura y antiestructura, Madrid, Taurus Alfaguara,


pp. 101-104

Tylor, E.B. (1975), “La ciencia de la cultura” en Kahn,J.S. (Comp.), El concepto de


Cultura: Textos fundamentales. Barcelona, Editorial Anagrama, pp.29-46

Urteaga Castro Pozo, M. et al., (2012) “Juventudes, géneros y sexos. Resituando


categorías” en Revista del Centro de Investigación Universidad La Salle Enero-Junio

Valenzuela, J. M. (2009) El futuro ya fue, Socioantropología de l@s jóvenes en la


modernidad, Colegio de la Frontera Norte- Casa Juan Pablos

Moreno, J. (2002) “Fuentes, autores y corrientes que trabajan la complejidad” en Velilla,


M. A. (comp.) Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo, Instituto
Colombiano de Fomento a la Educación Superior-UNESCO, en PDF

Weber, M.(1964) Economía y Sociedad. Esbozo de una sociología comprensiva. México


D.F., FCE

___(2007) El Político y el Científico (6ª . Ed.)., Traducción de Martha Johhansen Rojas,


México, Colofón
Žižek S. (2009) Sobre la violencia: Seis reflexiones marginales, Buenos Aires, Paidós.
Traducción de Antón Fernández, José Antonio.

Mesografía

AMAI(2016) “Clase media, nivel socioeconómico” En línea México, disponible en


http://www.amai.org/NSE/NivelSocioeconomico Accesado el 16 de febrero de 2016

Forum Psicólogos (2012) “Autoritarismo, Fundamentalismo Religioso y Corteza Prefrontal


Ventromedial” En línea México, disponible en http://forum-
psicologos.blogspot.mx/2012/09/autoritarismo-fundamentalismo-religioso.html Accesado
el 14 de julio de 2016

233
Animal Político (2015) “El jefe de la policía del D.F. tiene a 10 familiares contratados en
puestos directivos” En línea México, diponible en
http://www.animalpolitico.com/2014/12/el-jefe-de-la-policia-del-df-contrata-10-familiares-
en-puestos-directivos/ Accesado el 27 de agosto de 2015

Animal Político (2015) “Yerno del jefe de la Policía “escala de puesto” En línea México,
disponible en http://www.animalpolitico.com/2015/02/yerno-del-jefe-de-la-policia-del-df-
escala-de-puesto/

Caja de Previsión de la Policía Auxiliar del Distrito Feferal (2016) En línea México,
disponible en http://www.caprepa.df.gob.mx/reglas.php Accesado el 6 de febrero de
2016

Carta de Obligaciones de los servidores públicos(2015) En línea México, disponible en


http://www.anticorrupcion.df.gob.mx/index.php/prevencion-de-la-corrupcion/120-cultura-
de-la-prevencion/823-carta-de-obligaciones-de-los-servidores-publicos
Accesado el 27 de agosto de 2015

Cedillo Cedillo A. (2015) “Cronología de la represión en México (2ª mitad del siglo XX) 1ª
parte” En línea. México, disponible en
http://guerrasuciamexicana.blogspot.mx/2009_01_01_archive.html
Accesado el 02 de septiembre de 2015

CISEN(2015)“Servicios de Inteligencia en el Marco de la Guerra Fría (1947 - 1989)” En


línea. México, disponible en http://www.cisen.gob.mx/cisenresena.html
Accesado el 06 de septiembre de 2015

Código Nacional de Procedimientos Penales (2014) En línea México, disponible en


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cnpp.htm Accesado el 28 de agosto de
2015

Constitución Política Mexicana(2015) En línea México, disponible en


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_100715.pdf Accesado el 28 de agosto de
2015

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2016) En línea México,
disponible en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cpeum.htm Accesado el 23
de febrero de 2016

Declaración Universal de los Derechos Humanos(2016) En línea México, disponible en


http://www.un.org/es/documents/udhr/ Accesado el 22 de febrero de 2016

234
El economista(2016) “Inflación de febrero, la más alta de los últimos 10 meses” En línea
México, disponible en http://eleconomista.com.mx/finanzas-publicas/2016/02/24/primera-
quincena-febrero-inflacion-294 Accesado el 28 de febrero de 2016

Economía.com(2016) “Historia de la economía mexicana. Carlos Salinas de Gortari” En


línea México, disponible en http://www.economia.com.mx/carlos_salinas_de_gortari.htm
Accesado el 5 de mayo de 2017

Hernández Julián, A. L. (2012) “Arturo Durazo Moreno: Lo más negro de un símbolo de


corrupción y abuso del poder, a 12 años de su muerte” en Sin embargo En línea. México,
disponible en http://www.sinembargo.mx/05-08-2012/317734 Accesado el 10 de
noviembre de 2015

INEGI 2010 “Cuantificando la clase media en México: Un ejercicio exploratorio” En


línea México.

La jornada (2016) “Suben analistas a 3.25% pronóstico de inflación” En línea México,
disponible en http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/11/01/analistas-elevan-a-3-25-
pronostico-de-inflacion Accesado el 1 de noviembre de 2016

La Redacción(2016) “2 Policías del D.F. detenidos por extorsión y secuestro de integrantes


de la Marina” En línea México, disponible en http://aristeguinoticias.com/2007/mexico/2-
policias-del-df-detenidos-por-extorsion-y-secuestro-de-integrantes-de-la-marina/ Accesado
el 6 de marzo de 2016

Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal (2016) En línea México, disponible en
http://www.aldf.gob.mx/archivo-69532b485a46c1dd3d9c4d4b716a6ce1.pdf Accesado el
22 de febrero de 2016

Ley de Seguridad Pública del Distrito Federal (1993) En línea México, disponible en
http://aldf.gob.mx/archivo-51021e3f0562d38356ccb328ffca01d3.pdf Accesado el 28 de
agosto de 2015

Ley que Regula el Uso de la Fuerza en los Cuerpos de Seguridad Pública del Distrito
Federal (Abril de 2008) En línea México, disponible en
http://www.consejeria.df.gob.mx/index.php/articulo-leyes-y-reglamentos/27-leyes/354-
leyqueregulaelusodelafuerzadeloscuerposdeseguridadpublicadeldistritofederal
Accesado el 28 de agosto de 2015

Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (2011) En línea
México, disponible en
http://aldf.gob.mx/archivo-5ea325dbeb3951e13b26e65bafdeea25.pdf
Accesado el 28 de agosto de 2015

235
Mapa de ubicación de la delegación Tlalpan En línea México, disponible en
http://empresas-de-seguridad.mx/Images/MX/map_MexicoCiudad_Tlalpan.gif Accesado
el 24 de julio de 2015

Martín Rubén(2012) “Nazar y la impunidad de la Guerra Sucia” En línea México,


disponible en http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-
politica/2012/01/30/nazar-impunidad-guerra-sucia Accesado el 28 de agosto de 2015

Medellín, J. A. (2004) “Ubican a Jefe Policíaco del 68; será interrogado” En línea
México, disponible en http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/110778.html Accesado el
25 de agosto de 2015

Monografía de Tlalpan(2015) En línea México, disponible en


http://www.tlalpan.gob.mx/index.php/monografia-de-tlalpan consultado el día 28 de marzo
2015

Página oficial de la Policía Auxiliar de la Ciudad de México(2016) En línea México,


disponible en http://www.pa.cdmx.gob.mx/ Accesado el 01 de febrero de 2016

Página oficial de la Policía Bancaria e Industrial (2016) En línea México, disponible en
http://www.policiabancaria.df.gob.mx/ Accesado el 28 de enero de 2016

Policía Auxiliar del Distrito Federal (2015) “Policía Auxiliar del Distrito Federal” En
línea. México, disponible en http://www.ssp.df.gob.mx/policia_auxiliar.html
Accesado el 29 agosto de 2015

Policía Bancaria D.F.(2015) “La mujer y la seguridad pública” En línea México,
disponible en http://www.policiabancaria.df.gob.mx/mujerSeguridad.html Accesado el 06
de septiembre de 2015

Presidencia (1998) “4to Informe de gobierno. Biografía del presidente de la República,


Ernesto Zedillo” En línea México, disponible en
http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/pub/4info/bio.html Accesado el 3 de mayo de
2017

Ramírez Cuevas, J(2004) “Liga Comunista 23 de Septiembre. Historia del Exterminio” En
línea México, disponible en http://www.jornada.unam.mx/2004/03/28/mas-historia.html
Accesado el 06 de mayo de 2017

Roldán, N. (2014) “¿Quién está a cargo de la policía capitalina?” En línea México,
disponible en http://www.animalpolitico.com/2014/12/quien-esta-cargo-de-la-policia-
capitalina/ Accesado el 27 de agosto de 2015

236
Secretaría de Seguridad Pública D.F. (2016) “Prestaciones de la Policía Preventiva.
Instituto de Formación Policial” (2016) En línea México, disponible en
http://www.ssp.df.gob.mx/instituto-formacion-policial.html Accesado el 1 de febrero de
2016

Unotv Noticias(2016) “¡Sí existen los buenos policías! Regresa 42 mil pesos a dueña” En
línea México, disponible en http://www.unotv.com/noticias/portal/nacional/detalle/si-
existen-los-buenos-policias-regresa-42-mil-pesos-a-duea-296091/ Accesado el 5 de marzo
de 2016

Villegas, P. (2016) “‘Me quitaron la mitad de mi vida’: el dolor de las mujeres de Atenco,
diez años después” En línea México, disponible en The New York Times
http://www.nytimes.com/es/2016/09/22/me-quitaron-la-mitad-de-mi-vida-el-dolor-de-las-
mujeres-de-atenco-diez-anos-despues/ Accesado el 22 de septiembre de 2016

237

También podría gustarte