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LAS TRES MUERTES DE MARISELA ESCOBEDO

Después de que el feminicidio de su hija quedara impune, una madre inicia una cruzada incansable
para encarcelar al asesino y exponer al sistema de justicia mexicano.

Al haber omisión, negligencia y colusión por parte de las autoridades, el Estado es claramente
parte de la violencia feminicida. A Marisela la mataron por ser la mujer que fue.

La madre de Rubí Marisol Frayre Escobedo, Marisela Escobedo Ortiz, denuncia la desaparición de
su hija el 29 de enero de 2009. Casi cinco meses después, Sergio Barraza fue detenido en Fresnillo,
estado de Zacatecas, luego de admitir que le quitó la vida a Rubí y llevó a las autoridades a donde
la dejó calcinada, según sus captores.

El 26 de abril de 2010 se inició el juicio de Sergio Rafael Barraza Bocanegra, y el 29 de abril de 2010
un tribunal de tres jueces de proceso penal del Estado de Chihuahua (la fiscalía implantada) el
tribunal, integrado por Catalina Ochoa, Nezahualcóyotl Zúñiga y Rafael Boudib, absolvieron por
unanimidad a Sergio Barraza Bocanegra por insuficiencia de pruebas.

Esta decisión fue bien conocida en la sociedad mexicana, no fue impuesta al poder judicial y causó
gran confusión entre los proveedores de los diferentes medios de comunicación.

Según el fallo del tribunal oral, las pruebas presentadas por el agente del Ministerio Público,
adscrito a la Fiscalía Especial que investiga el homicidio de mujeres, fueron insuficientes como lo
había resumido en una declaración rendida por el propio imputado hace dos años por el policía
municipal Agente Especial, el agente especial que investiga a la policía ministerial, sin embargo, no
tiene efecto probatorio ya que no se realizó ante un agente del Ministerio Público o un juez y se
realizó sin la asistencia de un abogado defensor.

El testimonio de oídas también está disponible en la carpeta de investigación, este fue el caso del
padrastro del acusado, quien afirmó que Sergio le quitó la vida a Ruby Marisol cuando se enteró
de que estaba con otro hombre. Asimismo, las declaraciones de los testigos fueron inconsistentes
al relatar que el imputado les narro, mientras celebraban una reunión y pasado de tragos, que el
homicidio fue producto de puñetazos y patadas, lo cual fue inconsistente con otras declaraciones
de testigos.

Para este tribunal, el hecho de que los restos hallados en el basurero clandestino -utilizado
también como lugar de sacrificio de cerdos- pertenecieran a Rubí Frayre no era prueba
concluyente para condenar a Sergio Barraza, aunque el propio imputado aportó información para
encontrarla.

Marisela Escobedo fue asesinada a quemarropa durante la protesta que llevaba a cabo, junto con
su hermano y la hija de Rubí Marisol. En un video difundido ese día se aprecia que el asesino
disparó en la cabeza de la defensora de derechos humanos cuando ella trataba de huir de él.

En resumen, el tribunal señaló que la causal de desestimación de la prueba fue que la prueba no
fue concluyente y que la prueba no tiene valor si se obtuvo por medios ilegales, según lo establece
el artículo 331 del Código Procesal Penal de Chihuahua; también establece que la declaración del
imputado sólo es válida si se ofrece voluntariamente ante un agente del Ministerio Público o ante
un juez y asistido por un abogado defensor. Estas circunstancias extremas no se encontraron en
este caso penal. En mayo de 2009, la madre de Rubí apeló ante el Juzgado de Segunda Instancia,
que anuló la sentencia del tribunal oral, condenó al acusado a 50 años de prisión y ordenó la
creación de un tribunal de juicio oral separado, al que el 29 de abril lo exonero. Todo esto a raíz de
la presión ejercida por la prensa, la radio y la televisión, quienes solo estaban en busca de
venganza para la madre de Rubí y no de la secuela de un juicio seguido con apego a los requisitos
que exige la ley.

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