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EL DISCIPULO TRANSFORMA SU COMUNIDAD

Juan 5:1-9

Propósito: Animar a los hermanos a ser discípulos que transformen su comunidad

La última encuesta por CIP-GALUP mostró los siguientes datos respecto al porcentaje de
evangélicos en varios países centroamericanos y latinoamericanos. Honduras: 47%, Guatemala el
40%, El Salvador 38 % y Panamá el 30%, entre otros. Aunque las estadísticas son solamente un
estimado, se dice que la mayor cantidad de evangélicos en está en los países del llamado triángulo
norte, Guatemala, Honduras y El Salvador. Casi siempre que aparecen estas estadísticas a muchos
cristianos les alegra, al considerar que son grandes estos porcentajes. Pero siempre es una buena
oportunidad para reflexionar: ¿Cuál es el impacto que cada evangélico ha tenido en estos países
para que se refleje positivamente en nuestra sociedad? Creo que las palabras de uno de mis
maestros se vuelven relevantes ante esta realidad: “El evangelio ha crecido grandemente en área,
pero no en profundidad”. Esa realidad ha creado personas religiosas, pero no discípulos. Muestra
de ello, es que hay una generación de jóvenes que perdimos, ahora están en presos y muchos de
ellos son hijos de cristiano. En esta oportunidad quiero que reflexionemos sobre el papel del
discípulo para transformar su entorno y no seguir cometiendo los errores del pasado.

La historia que vamos a considerar vemos a Jesucristo transformando la vida de un hombre


despreciado por la sociedad. Leamos Juan 5:1-9

Contexto: Casi todos los estudiosos, están de acuerdo que este evangelio fue escrito por el
Apóstol Juan, casi a finales de su vida. Juan escribe el evangelio con el propósito que “para que
creías que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, al creer, tengáis vida en su nombre”
(20:31). Al acercarnos a este pasaje debemos de tener en mente este propósito. En este relato,
previamente Juan ha narrado la sanidad del hijo de un oficial del Rey, posiblemente era romano.
Ahora Juan, desarrolla narrativa de la curación de un hombre paralítico… ¿Cómo el discípulo
transforma su comunidad?

I. ESTANDO EN CONTACTO CON LA REALIDAD DE SU ENTORNO

a. Jesucristo regresa a Jerusalén para participar de una fiesta, no se sabe


exactamente a cuál de las 3 que se celebraban: La pascua, El Pentecostés y Los
Tabernáculos.

b. Interesantemente Jesucristo no salió al templo, sino que se fue a la plaza pública


donde estaban los enfermos, los paralíticos, los inválidos, los marginados, los
olvidados, los perdidos.

c. La condición de estas personas no era solamente una situación física, emocional y


espiritual sino también una creencia muy arraigada en todos los enfermos.

d. Esta escena es muy parecida a la nuestra, la sociedad está llena de personas


necesitadas de amor, de esperanza, de oportunidades, de salvación, de fe, muchos
enfermos, tristes, abandonados. Esa realidad existe, y el discípulo, la iglesia de
Cristo debe de estar en contacto con esa realidad.
e. Para conocer la realidad, no solo por las noticias, sino percibida con nuestros
sentidos, es necesario estar con las personas, es necesario dejar el templismo y
crear espacios, en las casas, en los hogares, donde las personas puedan encontrar
las buenas nuevas del evangelio. Jesucristo, va donde están los enfermos.

II. REENFOCANDO LA FE DE LAS PERSONAS EN JESUCRISTO.

a. Regresemos al pasaje: No debemos pensar que esta creencia fuera cierta, o al


menos no hay nada en el texto que nos haga pensar que el evangelista la apoye. Él
incluye esta explicación para dar sentido al pasaje, porque esto era lo que creía el
paralítico al que sanó Jesús, y otros muchos que estaban allí en una situación
parecida (7).

b. Esta escena muestra a un Ángel muy lejos del carácter de Dios, era un ángel
bastante cruel, porque, aunque venía a sanarlos, los hacía esperar
indefinidamente, para llegado el momento obligarlos a luchar con todas sus
dificultades para llegar al estanque antes que los demás. Podemos imaginarnos el
patético espectáculo cuando por alguna razón comenzara a moverse el agua. De
repente, aquella multitud de ciegos, cojos y paralíticos estarían luchando entre
ellos, arrastrándose como pudieran, golpeándose unos contra otros en un
esfuerzo desesperado por ser los primeros en llegar al agua.

c. Esta escena Juan la pone con un propósito soteriológico, seguramente entre los
primeros lectores había muchas creencias como estas. Así como las hay hoy en
día. ¡La experiencia en Guatemala!

d. Esto nos recuerda como multitud de personas siguen creyendo en cosas


terrenales, creen en las apariciones milagrosas, en la falsa libertad de la brujería,
en los amuletos, en las procesiones, etc. Este tipo de cosas no dejan ver que el
verdadero sanador es Jesucristo.

e. El discípulo de Cristo debe, primeramente, él estar seguro en quien a creído,


donde está su fe. Y luego, ayudar a otros a tener su fe completamente en
Jesucristo. Recuerden el propósito del libro: “para que creías que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios; y para que, al creer, tengáis vida en su nombre” (20:31).

III. CREANDO ESPACIOS PARA LA TRANSFORMACIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA

a. Detengámonos un momento en este hombre, 1) tenía 38 años enfermo, 2) Estaba


tirado en el suelo, 3) Su única pertenencia su lecho, 4) Invalido (no se especifica la
enfermedad), 5) No conocía quién era Jesús, 6) Le echo la culpa a otros de su
condición, 7) Había amargura en su corazón. Esta es la triste condición de la
miseria humana, tanto del cuerpo como del alma sin Cristo.

b. JESUCRISTO VINO A BUSCAR Y SALVAR A LOS PERDIDOS. Esa era la condición


nuestra sin Jesucristo.

c. Jesús inicia la conversación y hace una pregunta importante ¿Quieres ser sano?
Jesús quería abordar el tema desde la raíz, ¿realmente este hombre quería ser
sano? ¿Cuántos hay que, a pesar de tantos fracasos en la vida, no quieren acudir a
Dios en busca de una solución a su situación? Viven sin poder escapar de su
dilema personal, de los problemas y el vacío de su alma, y sin embargo se niegan a
ser sanados moral y espiritualmente. A pesar de que se sienten totalmente
insatisfechos con su situación, prefieren resignarse como excusa para no hacer
nada y así seguir viviendo de la misma manera que les causa sus problemas.

d. Jesús se dirigió al paralitico para mostrarle que no todo estaba perdido, porque él
tenía más poder que cualquier ángel o agua milagrosa y fue capaz de sanarlo con
una sola palabra.

e. Esa debe de ser la función de todo discípulo, llevar esperanza al desesperanzado,


llevar gozo al afligido, llevar consuelo al desconsolado, llevar paz al que está en
guerra, llevar comida al hambriento, llevar medicina al enfermo. Esto es ser un
discípulo que transforma, no está enfocado en su personalidad, en sí mismo, etc.

f. Gracias a Dios la iglesia ha ido aprendido a ser discípulos que transforman, por
favor, no pierdan esa manera de transformar nuestra comunidad.

g. Las realidades son diferentes, los desafíos son otros, seguramente tendremos que
usar otras estrategias para hacer discípulos. Una de ellas, es crear grupos
pequeños en los hogares, donde las personas puedan asistir y conocer a
Jesucristo.

CONCLUSIÓN:
El mandato de hacer discípulos que transforman su comunidad sigue siendo vigente y
pertinente para nuestra época. Jesucristo nos enseñó, que para hacer discípulos que
transforman es necesario estar en contacto con la realidad de su entorno, reenfocar la fe de
las personas a Jesucristo y crear los espacios para la transformación integral.

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