Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
T15 Punto 6
T15 Punto 6
34. Las empresas de servicios de inversión y las SGIIC están obligadas a atender y
resolver las quejas y reclamaciones que sus clientes puedan presentar, relacionados con sus
derechos legalmente reconocidos. A estos efectos, la Ley 44/2002, de Medidas de reforma
del sistema financiero, vino a establecer que deberán contar con un departamento o servicio
de atención al cliente encargado de atender y resolver tales quejas y reclamaciones sin
coste para el cliente. También puede haber un Defensor del Cliente, que deberá ser una
entidad o experto de reconocido prestigio, independiente de la entidad, siendo posible que
esté compartido para varias entidades. Estos servicios y Defensor se regulan en una Orden
de 11 de marzo de 2004.
Si la decisión o resolución sobre la reclamación formulada es favorable al cliente, la
misma será vinculante para la entidad, siempre y cuando la acepte el cliente. Si el cliente la
acepta, debe comunicarlo por escrito, lo que conlleva la renuncia a emprender otras vías de
reclamación. Si la resolución es desfavorable, o si la queja no se ha resuelto en el plazo de
dos meses, el cliente podrá acudir ante la Oficina de Atención al Inversor (OAI) de la CNMV
(vía administrativa) o ante los tribunales (vía judicial). Debe señalarse que el cliente podía
haber acudido a la vía judicial desde un principio, sin acudir al departamento o servicio de
atención al cliente, igual que podía haber acudido a un arbitraje o a una mediación, igual que
puede hacerlo sin acudir ante el OAI.
36. Todas las ESIs, a excepción de las EAF, deben adherirse y contribuir
anualmente a un Fondo de Garantía de Inversiones que se nutre con las aportaciones
realizadas por éstas. Este FGI fue creado a partir de la reforma de la LMV por la Ley
37/1998, de 16 de noviembre, con la que se vino a incorporar la Directiva 97/9/CE, sobre
sistema de indemnización de las inversiones. Es una figura similar a los FG de Depósitos
vistos en cuanto a la función de garantía que cumplen. No desarrolla funciones de gestión
de ESIs en crisis.
La finalidad del FGI no es cubrir el riesgo de pérdida del valor de la inversión por una
mala evolución en la cotización de los valores (lo que soporta el inversor, individual o como
partícipe en una IIC), sino proteger a los inversores hasta un máximo determinado
reglamentariamente (100.000 euros, como en los FGD), frente al “riesgo de indisponibilidad
de las cantidades o los valores que un inversor hubiera confiado” a una ESI ante
determinadas situaciones de crisis o dificultades económicas graves por las que ésta
atraviese. Además, cuando se trate de servicios de inversión prestados por entidades de
crédito autorizadas para ello, los inversores también van a contar con la garantía de los
FGD .
La regulación del FGI se contempla en los arts. 198 a 201 del TRLMV, estando
desarrollada en el RD 948/2001, de 3 de agosto, sobre sistemas de indemnización de los
inversores (mod. últ. diciembre 2018).
3. La transparencia informativa.
38. Las sociedades cotizadas o bursátiles están sujetas a unos deberes especiales
de información. Por un lado, deben suministrar una información periódica (anual, semestral)
que, al igual que sucede en otros ordenamientos jurídicos, concentra fundamentalmente una
información de tipo económico-financiero, pues se materializa principalmente a través del
suministro de los estados contables -donde se contiene información sobre la situación
patrimonial, financiera y económica-, y de otros informes, como el informe de gestión o el
informe de auditoría. El destinatario inmediato de esta información es la CNMV, si bien el
destino último es el propio mercado, el público inversor en general, al ser dicha información
objeto de difusión pública. Junto a esa obligación de información periódica, especialmente
trascendente para observar la evolución y comparabilidad de las sociedades cotizadas, se
encuentra una obligación de información ocasional, que no es menos importante que la
anterior, todo lo contrario, pues la verdadera transparencia informativa en los mercados de
valores se completa a través de la comunicación de aquellos hechos relevantes que son
capaces de alterar el desenvolvimiento de las entidades cotizadas o la propia cotización de
los valores. Además, las sociedades cotizadas están sujetas al deber de comunicar la
adquisición o cesión de participaciones significativas en sociedades cotizadas, así como de
las adquisiciones por éstas de acciones propias (información sobre autocartera).
39. Las conocidas como OPAs, son ofrecimientos realizados por una persona física o
jurídica a los accionistas de una sociedad cotizada para que éstos le vendan sus acciones
en los términos de la oferta. Se trata de una técnica que tiene como finalidad permitir la
participación de los accionistas minoritarios en la plusvalía o prima de control habitualmente
asociada a la toma de control de sociedades cotizadas, de ahí que pueda considerarse
como un mecanismo de protección de los inversores. En España, su regulación aparece
contenida en el TRLMV (arts. 128 a 137, dentro de la regulación de los mercados
secundarios oficiales de valores), estando desarrollado tal régimen en el RD 1066/2007, de
27 de julio (modif. última octubre 2014).
Debe señalarse que las OPAs pueden ser obligatorias o voluntarias, siguiendo el
mismo procedimiento en todo caso. Su formulación es obligatoria cuando se pretende
adquirir un “paquete de control” de una sociedad cotizada, ante una reducción del capital
social mediante la compra de sus propias acciones para su amortización, o en caso de
querer excluir las acciones de la negociación. Conforme al art. 137 TRLMV, si formulada
voluntariamente confiere directa o indirectamente derechos de voto en una sociedad
cotizada, la oferta también debe dirigirse a todos los accionistas y a todos los titulares de
otros valores que confieran tales derechos de voto, pudiendo realizarse por un número de
valores inferior al total.
41. Por lo que se refiere al Derecho español debe indicarse que las normas de
conducta en los mercados de valores aparecen recogidas en varios cuerpos normativos: en
el Título VII del TRLMV, artículos 202 a 232; en el RD 1464/2018, de 21 de diciembre, que
modifica la LMV y deroga el anterior RD 1333/2005, de 11 de noviembre, que desarrollaba
la LMV en materia de abuso de mercado; y en los arts. 58 a 81 del ya citado RD 217/2008,
de 15 de febrero, sobre el régimen jurídico de las ESIs y de las demás entidades que prestan
servicios de inversión.
El TRMV recoge las «Normas de conducta» que deben ser observadas por las
empresas de servicios de inversión, las entidades de crédito, las instituciones de inversión
colectiva, los emisores y, en general, por cuantas personas o entidades ejerzan actividades
relacionadas con los mercados de valores. Los principios informadores de las normas de
conducta que recoge el TRLMV son, entre otros, los siguientes: deber de dar prioridad a los
intereses de los clientes, prohibición de manipular las cotizaciones, deber de salvaguardia
sobre las informaciones relacionadas con el mercado de valores, prohibición de utilizar
información privilegiada, deber de transparencia frente al público, materializado en un deber
de informar sobre hechos relevantes, y deber de establecer las denominadas «murallas
chinas» entre departamentos de una entidad, para evitar que la información sensible de un
departamento o sección pase a otros.
funcionamiento eficaz de los mercados de valores, así como el prestigio de los mismos; se
trata de las denominadas «Normas de relación con la clientela» que también tienen su
reconocimiento jurídico normativo en el TRLMV y especialmente en el RD 217/2008, donde
los artículos 58 a 81 recogen esas normas de relación con la clientela, haciendo relación a
los siguientes aspectos: información a la clientela, tarifas aplicables a comisiones, evaluación
de idoneidad y conveniencia, documentos contractuales, tramitación de órdenes de clientes
y ejecución óptima (obtención del mejor resultado posible).
Por último, el RD 1464/2018, de 21 de diciembre, citado antes, modifica la LMV y
deroga el anterior RD 1333/2005, de 11 de noviembre, desarrollando la LMV en materia de
abuso de mercado, esto es: información privilegiada (insider trading), manipulación de
mercado y aceptación de las prácticas de mercado, obligaciones de los emisores en materia
de información relevante, comunicación de las transacciones de los administradores y
directivos, conflictos de interés y presentación imparcial de las recomendaciones de
inversión.