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Demanda Amparo Indirecto NEGATIVA DE MEDICAMENTOS
Demanda Amparo Indirecto NEGATIVA DE MEDICAMENTOS
PROMUEVE)
Que por medio del presente escrito y con fundamento en los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en los artículos 1 fracción I, 5
fracción I, 107 fracciones I y II y 108, 109y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo,
vengo a solicitar AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA DE LA UNIÓN, contra los actos
y omisiones de las autoridades señaladas como responsables, los cuales son violatorios de los
artículos 1, 4, 17 y 133 de la Constitución Federal, así como de los Derechos Humanos
consagrados en los artículos 4, 5, 25 y 26 de la Convención Americana de Derechos Humanos
y los artículos 6.1,14, 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como los
diversos artículos 3, 9, 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.
III. AUTORIDADESRESPONSABLES. –
1) El diecinueve de marzo de dos mil veinte, fui diagnosticada con Cáncer de Parénquima
Cerebral al igual que Hemisferios Cerebelosos muestran múltiples nódulos sólidos localizados
en ambos hemisferios en la interface de sustancia gris-blanca, diámetro de milímetros a un
máximo de 3CM, reforzamiento ávido con el contraste intravenoso y edema periférico,
(Enfermedad metastática en ambos hemisferios cerebrales, cerebelo y cuerpo calloso), y fui
remitido a consulta con el especialista en Oncología a efecto de recibir un tratamiento
especializado.
3) No obstante, hasta la fecha de hoy me han negado la atención en Oncología, así como
el otorgamiento del medicamento; sin embargo, ante la negativa me es imposible adquirirlo a mi
costa, dado que una caja tiene un costo de entre $XXXX y $XXXX.
Asimismo, dentro del Cuadro Básico y Catálogo de Medicinas emitido por COMISIÓN
INTERINSTITUCIONAL DEL CUADRO BÁSICO Y CATÁLOGO DE INSUMOS DEL SECTOR
SALUD, en el año dos mil diecisiete, se encuentra el medicamento denominado XELODA
CAPECITABINA, en el Grupo No. 16 y haciéndole saber de nueva cuenta a esta Autoridad que
el cuál es el necesario para la salud de la hoy recurrente, debido a la enfermedad
diagnosticada; sirve de apoyo la transcripción de la lista del catálogo donde se encuentra la
misma:
(…)”.
Ahora bien, se evidencia la existencia de una obligación señalada por la propia Ley por
parte de las instituciones de salud, con sus derechohabientes a proporcionar la atención
médica y los medicamentos necesarios que formen parte del cuadro básico de medicinas, y en
caso de no hacerlo, será responsable en subrogarlos; por lo que, notoriamente se está
privando a la quejosa del derecho a la salud, toda vez que no se le ha proporcionado ninguno
de los medicamentos necesarios para mejorar su calidad de vida, dignidad humana, así como
encontrándose en perjuicio la economía familiar, mínimo vital, de tal manera que los derechos
que se le deben de respetar y reconocer a mi representado se le están vulnerando, ya como se
estableció en la normatividad anteriormente citada, está creando una obligación para las
autoridades responsables en hacérselos llegar al suscrito y en caso de no estar en
posibilidades de hacerlo, existe la obligación por parte de la misma de subrogarlos.
Dada la gran variabilidad y complejidad que rodean una condición clínica concreta, en
este caso de CÁNCER DE CEREBRAL, enfermedad que padezco, es imposible aplicar la
misma normatividad en todos los casos, sino que estas deben adecuarse al caso en concreto,
entendiendo por esto que debido a mi complejo caso clínico, debemos entender esta protección
y aseguramiento de la manera más amplia, por la cual el Estado debe de asegurar su
intervención de una manera eficaz y de buena fe, haciendo valer sus obligaciones
estrictamente establecidas por la Ley de su materia en tiempo y forma.
Toda vez que la responsabilidad que existe por parte del Estado, debe garantizar a las
personas protegidas, cuando esto se requiera de asistencia médica, de carácter preventivo o
curativo, otorgando servicios de salud con calidad, oportunidad y equidad para sea cual sea el
caso en concreto.
Por lo que este Juzgador debe tomar en consideración que el derecho a la salud es un
derecho humano previsto por nuestra Carta Magna y diversos Tratados Internacionales de los
que México forma parte, y en todo caso, si llegare a ocurrir en cualquier tiempo que los
recursos del Instituto no bastaren para cumplir con las obligaciones a su cargo establecidas por
Ley, el déficit existente me deja en un estado de incertidumbre jurídica y de un notable estado
de indefensión, toda vez que el derecho vulnerado no se está garantizando de forma inmediata,
y tampoco ha sido garantizado en ningún momento desde el padecimiento de la enfermedad
crónica de artritis existente, se evidencia enormemente que no existe compromiso para
satisfacer la totalidad y disponibilidad de los medicamentos necesarios a la población, y en el
caso en concreto al hoy quejoso.
Por tanto, se desprende que todo paciente tiene derecho a acceder a medicamentos de
calidad, siendo un elemento esencial al mismo. Se crea la responsabilidad del Estado a hacer
todo lo razonablemente para garantizar los medicamentos necesarios y que estos se
encuentren disponibles en cantidades suficientes para su jurisdicción y así poder
proporcionarlos.
Por tanto, el párrafo cuarto del artículo 4º, de nuestra Carta Magna, contiene el derecho
humano a la salud y su protección; asimismo, establece el principio de que todas las personas
tienen derecho a vivir en condiciones óptimas de salud física y mental, en un medio ambiente
adecuado para ese fin, representando esto la obligación del Estado de crear mecanismos,
planes y programas de gobierno tendentes a conseguir ese objetivo, satisfaciendo así uno de
los factores esenciales en el goce del más alto nivel posible de salud: EL ACCESO A LOS
MEDICAMENTOS.
La idea de vida digna se asocia a la existencia que puede llevar una persona cuando
logra satisfacer sus necesidades básicas. Por contraposición, quien no consigue tener
satisfechas estas necesidades se viola el mínimo de subsistencia digna y autónoma
constitucionalmente protegida, siendo universal para sujetos de la misma clase y con
expectativas de progresividad en lo concerniente a las prestaciones, entendiéndolo en este
orden de ideas, constituye al mínimo vital, el cual coincide en las competencias, condiciones
básicas y prestaciones necesarias para que la persona pueda llevar una vida libre del temor y
de las cargas de mísera o necesidades insatisfechas que limitan sus libertades, de tal manera
hay que valorar todas las medidas positivas y negativas necesarias para evitar que la persona
en este caso no se me vea inconstitucionalmente reducido mi valor intrínseco como ser
humano, por no contar con las condiciones materiales para llevar una existencia digna.
Es importante tener en cuenta que aquello que se entiende como una vida digna varía
de acuerdo a las personas y las culturas. Es habitual, como decíamos líneas arriba, que la vida
digna se vincule a la posibilidad de dormir bajo techo, alimentarse todos los días y tener acceso
a la educación y a los servicios de salud, entre otras cuestiones consideradas imprescindibles
para que un ser humano pueda subsistir y desarrollarse es primordiales, no puede tener una
vida digna.
Es evidente que dentro del sistema de salud muchas personas carecen de acceso a
medicamentos, es decir, que aunque si bien el medicamento requerido se encuentran dentro
del cuadro básico, estos no están disponibles para la entrega a los derechohabientes, es por
ello que las propias Leyes internas prevén esa situación y establecen la posibilidad de subrogar
la entrega de los medicamentos específicos a fin de buscar la más amplia protección al
derecho a la salud, puesto que el que no existan causa agravantes en los problemas de salud y
afectaciones directas a los derechos humanos primigenios como lo son la dignidad humana,
vida digna y la vida; sin embargo, en el caso particular que nos ocupa, la institución médica
competente, aun existiendo dicha disposición de subrogar los medicamentos a la suscrita
puesto que no se encuentran en clínica, está siendo omisa en realizar la entrega de los
medicamentos requeridos, aun y cuando la recurrente es derechohabiente y los mismos
medicamentos fueron prescritos por un médico especialista, es decir no está llevando a cabo
su obligación de proveer a la quejosa con los medicamentos necesarios para llevar a cabo una
vida digna y tener el disfrute del derecho a la salud consagrado en el artículo cuarto de la
Constitución Federal.
Sirve de apoyo a las anteriores consideraciones, por analogía jurídica, la tesis aislada
1a. LXV/2008, emitida por la Primera Sala, que este órgano comparte, legible en la página 457,
julio de 2008, de la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del
tenor siguiente: “DERECHO A LA SALUD. SU REGULACIÓN EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA
CONSTITUCIÓNPOLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y SU
COMPLEMENTARIEDAD CON LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS”.
Por los motivos anteriormente referidos es que la promovente estima que se están
violentando mis derechos humanos a la vida, a la salud y su protección, así como al servicio y
otorgamiento de medicamentos, a la dignidad humana, mínimo vital y la integridad personal,
como seguridad social, tiene sustento lo anterior en la siguiente Tesis Aislada XV.3o.9 A (10a.)
emitida por el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, publicada en el Seminario
Judicial de la Federación, con número de registro 2021661: “PENSIÓN JUBILATORIA. LA
OMISIÓN RECURRENTE DE PAGARLA OPORTUNAMENTE VIOLA LOS DERECHOS
HUMANOS A LA DIGNIDAD, AL MÍNIMO VITAL Y A LA SEGURIDAD SOCIAL DE LOS
JUBILADOS”.
Es importante establecer que el derecho a la salud y su protección constituye uno de los
derechos humanos fundamentales, que corresponden a la persona humana por el sólo hecho
de serlo y que se encuentra consagrado en el artículo 4 Constitucional mencionado,
encontrándose además protegido por los Tratados Internacionales que el Estado Mexicano ha
suscrito mencionando los de nombre, Convención Americana sobre Derechos Humanos –
Pacto de San José de Costa Rica, 1969, así como lo dispuesto por el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos –1966–, la Declaración Universal de Derechos Humanos –1948–,
cabe destacar también la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación Racial –1965–, ya con un mayor grado de precisión, la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre –1948–, sin olvidar por su trascendencia e
importancia, al Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales –1966–
y por último ejemplo el Protocolo Adicional a la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San
Salvador", adoptado en la Ciudad de San Salvador.
Las políticas mal aplicadas y las reglas incumplidas por las responsables, en cuanto a
sus obligaciones de subrogación en cuanto a los medicamentos necesarios para la quejosa dan
lugar a estas privaciones, desigualdades y discriminación.
Se entiende como uno de los elementos del derecho a la salud consagrado como un
derecho humano, el disfrute a servicios de calidad en todas sus representaciones y niveles,
debiendo garantizarlo el Estado, tomando acciones necesarias para satisfacer su jurisdicción y
teniendo condiciones óptimas y suficientes para que el quejoso desarrolle su nivel de vida con
calidad y no se vea vulnerado su dignidad humana, integridad social y economía familiar al
caso en concreto que hoy nos ocupa, sirviendo de apoyo la siguiente jurisprudencia, la cual me
permito transcribir a efecto de proveer: “DERECHO A LA SALUD. SU PROTECCIÓN EN EL
ARTÍCULO 271, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA LEY GENERAL DE SALUD”.
Así como lo dispuesto por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos –1966–,
establece en su artículo 6º,“el derecho a la vida es inherente a la persona humana.”
En tal sentido, es importante resaltar que los tratados internacionales no sólo reconocen
el derecho a la vida, sino el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de
salud física y mental, implicando esto no solo la existencia de los servicios de atención médica,
SINO LOS MEDIOS IDÓNEOS Y SUFICIENTES, así como los cuidados; es decir, el
otorgamiento de los medicamentos necesarios para lograr este disfrute de derecho a la salud.
La obligación de cumplir la garantía del más alto disfrute de este derecho por parte de los
estados y sus organismos, implica dar plena efectividad al derecho a la salud, y que su
reconocimiento no se limite a meras declamaciones, sino que existan los medios para llevar a
cabo esta satisfacción de bienes y derechos primarios, existiendo, dictando y/o creando con
ello las medidas necesarias tanto de carácter legislativo, administrativo, presupuestarias y
judiciales.
En virtud de que el bien esencial es la protección de la salud, y con ello la vida de las
personas, y al ser un derecho humano de gran importancia y valor, los Estados y las
instituciones que de ella emanen, tienen la obligación llevar a cabo los actos y adoptar las
medidas necesarias para garantizar su disfrute a través del adecuado acceso a los
medicamentos para toda aquella persona que los requiera a través de cualquier forma o medio,
ya sea porque se encuentren en un cuadro básico de medicamentos o no, puesto que el bien
jurídico tutelado a proteger que es la vida, la salud y la integridad física y mental sobrepasan la
existencia o no de un medicamento en un listado básico, y es en virtud de esa ponderación y
jerarquización que se pudiera llegar a hacer respecto de los derechos humanos contravenidos,
QUE EMANA MI DERECHO HUMANO A RECIBIRLO DE MANERA OPORTUNA Y
PUNTUAL, puesto que el acceso a los derechohabientes de los medicamentos abarca
cualquier modo posible de entrega, ya sea en farmacias internas o por medio de subrogación,
volviéndose tangible este derecho al ser capaz de salvar la vida de una persona y ofrecerle una
adecuada y mejor calidad de vida, siendo esto el fin, responsabilidad y obligación primigenia
estatal.
La Organización Mundial de la Salud indica que los Gobiernos deben de asegurar que
los pacientes reciban los medicamentos de acuerdo con sus necesidades clínicas, en las dosis
y tiempos adecuados y al menor costo posible, evidenciando que por parte de las responsables
no asumen responsabilidad alguna, teniendo un alto impacto sobre los servicios que otorga ya
que son de insumos básicos, causando una afectación de imposible reparación a la hoy
quejosa.
Situación que destaca en torno a los gastos referidos, teniendo como consecuencia las
barreras de accesibilidad a obtener un nivel de calidad de los servicios médicos tanto en
medicamentos como en la deficiencia de atención médica.
Por otra parte, de los numerales 1, 1 bis, 2, 5, 6, fracción I, 23 a 27, 32, 33, 34 y 37, de
la Ley General de Salud, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
Así, en el caso que nos ocupa, el Instituto, por medio de su Dirección General tiene
obligación de no cancelar o negarse a continuar proporcionando los servicios médicos a esta
parte quejosa, para salvaguardarla integridad física, psicológico y mental.
De ahí que los actos negativos relacionados con la prestación de servicios básicos de
salud, como lo es la atención médica, inciden directamente en el derecho fundamental de
protección a la salud previsto en nuestra Constitución, así como en los tratados internacionales
en los que el Estado Mexicano es parte, y, desde luego, en la esfera jurídica del solicitante del
amparo.
De esta forma, los servicios de salud, a la luz del párrafo cuarto del artículo 4
Constitucional, deben entenderse como UNA RESPONSABILIDAD SOCIAL PARA EL
ESTADO MEXICANO, precisamente porque además de ser un derecho fundamental del ser
humano, la Ley de la materia establece las bases y modalidades para su aplicación en el
ámbito público, social y privado, siendo incluso compartida dicha responsabilidad con tales
sectores (sociedad e interesados),siendo el Estado a quien incumbe los mecanismos
necesarios para que todas las personas tengan acceso a tal derecho fundamental.
En este orden de ideas, se observa que el derecho a la salud, entre los principales
elementos, comprende: El disfrute de servicios de salud de calidad en todas sus formas y
niveles, que sean apropiadas médica y científicamente, esto es, que exista personal médico
capacitado, medicamentos y equipo hospitalario científicamente aprobados y en buen estado,
así como las condiciones sanitarias adecuadas.
Por lo que la suscrita, considera que, en el caso que nos ocupa, las responsables
estarían causando una afectación de imposible reparación al recurrente, ya que se tiene el
temor fundado de que se infrinja su derecho humano de acceso a la salud al cancelarle o
negarle el otorgamiento de medicamentos denominado XELODA CAPECITABINA, debido a la
una condición clínica de CÁNCER CEREBRAL, enfermedad que padezco, por lo que se
estaría violentando en mi perjuicio.
Evidenciando la omisión por parte del Instituto al otorgamiento y/o subrogación de los
medicamentos a la suscrita, consagrando su obligación de proteger, respetar y cumplir
progresivamente con el mismo en nuestra Carta Magna, absteniéndose de negar su acceso,
garantizándolo con igualdad y sin discriminación ni condicionamiento alguno, permitiendo su
eficacia y garantía, lo cual no hay respuesta alguna por parte del Instituto.
Máxime que se trata de una paciente la cual necesita un tratamiento especializado por
parte de la responsable, perteneciente a un grupo vulnerable de la sociedad y encontrándose
en aumento mencionada enfermedad y al no recibir los medicamentos necesarios para mejorar
su calidad de vida, genera como consecuencia la vulnerabilidad de sus derechos humanos,
acceso a los servicios médicos, seguridad social, el Estado evadiendo su obligación a solventar
o subrogar los medicamentos necesarios, se ve afectado el patrimonio del suscrito y sus
recursos económicos familiares.
Por todo lo planteado en el presente amparo, con el único pero primordial fin de
salvaguardar el derecho a la salud de la parte quejosa, por su propio derecho, en aras de que
se cumpla el efecto protector a que se establece en el artículo 77 de la Ley de Amparo, es que
le solicitamos a usted JUEZ, se sirva de OTORGAR EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA FEDERAL, en base a los conceptos de violación ya antes planteados, al ser de
imposible reparación para el suscrito, y como se ha planteado, la responsable se encuentra en
la negativa de sus obligaciones, que hoy es la base de nuestro acto reclamado.
Lo anterior es así, toda vez que, ante la omisión de las autoridades responsables, en
dar cumplimiento con lo establecido por los acuerdos de veinticuatro y treinta y uno de marzo,
veintiuno de abril y catorce de mayo de dos mil vente, y al ser parte de un grupo vulnerable, al
no proporcionarme el medicamento y atención medica se pone en peligro eminente la salud y la
vida de la suscrita.
Si bien es cierto, la protección del derecho a la salud tiene como objetivo que el estado
está obligado a perseguir legítimamente la garantía del cumplimiento de ciertos derechos.
Atendiendo que, en el presente caso, al tratarse de un derecho reconocido en el artículo 4º.
Constitucional, en el que expresamente se establece que toda persona tiene derecho a la
protección de la salud. De ello, se deriva que el Estado tiene un interés primordial que es, el
deber de procurar la salud de los gobernados, así como establecer los mecanismos necesarios
para que las personas tengan acceso a los servicios de salud. Tiene aplicación la siguiente
Tesis Jurisprudencial: “DERECHO A LA PROTECCIÓN DE LA SALUD. DIMENSIONES
INDIVIDUAL Y SOCIAL” y “SALUD. EL DERECHO A SU PROTECCIÓN, QUE COMO
GARANTÍA INDIVIDUAL CONSAGRA EL ARTÍCULO 4o. CONSTITUCIONAL, COMPRENDE
LA RECEPCIÓN DE MEDICAMENTOS BÁSICOS PARA EL TRATAMIENTO DE LAS
ENFERMEDADES Y SU SUMINISTRO POR LAS DEPENDENCIAS Y ENTIDADES QUE
PRESTAN LOS SERVICIOS RESPECTIVOS.”
En este orden de ideas, se obtiene que, al ser ciudadana mexicana, tengo derecho a
que el Estado garantice la protección a mi derecho humano fundamental como lo es el derecho
a la salud, obteniendo la protección material por parte de las responsables.
Ahora bien, por lo que hace a la procedencia del presente juicio de amparo, se reitera
que es procedente atendiendo a lo establecido por el artículo 15 de la Ley de Amparo y así
como el diverso numeral 48 fracción IX y XII, del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, que reforma y establece las disposiciones en materia de actividad
administrativa de los Órganos Jurisdiccionales, y el diverso artículo 22 Constitucional. Tales
artículos establecen que se debe de considerar con carácter de urgente los juicios solicitados
que tengan por naturaleza, conocer sobre actos que pongan en peligro la vida. Tal es el caso
que acontece en el presente juicio, en virtud de que el acto que se reclama pretende frenar la
comisión de actos que pongan en peligro la salud y la vida de la quejosa y así también como
consecuencia de todos los bajacalifornianos en conjunto.
En este tenor, es evidente que el presente juicio de amparo se ubica con exactitud en
las tres hipótesis implementadas para la procedencia del caso urgente, toda vez que en primer
lugar, los actos reclamados versan sobre la inminente vulneración a los DDHH de la salud y la
vida, así como los diversos acceso efectivo a la justicia y seguridad jurídica consagrados en el
artículo 14 y 16 de la Carta Magna; en segundo lugar, en virtud de que de no protegerse la
vulneración a estos derechos, la trasgresión se reproduciría en daños de imposible reparación
que pudieran traer como consecuencia la privación a la vida de la suscrita; por último está
vulneración es tan trascendental que de llevarse a cabo los actos reclamados, se desconoce si
para el momento que se regrese los labores normales del juzgado, este en las mismas
condiciones o la suscrita haya sufrido actos de imposible reparación o aun existan derechos por
proteger ya que existe peligro en la demora de ejecutarse de manera inmediata las
transgresiones a mi derecho a la salud y la vida. Situación que afectan al estado de protección
máxima de los derechos consagrado en su conjunto por la Constitución y así también el deber
del Estado de garantizar la aplicación de los mismos.
Es por todo lo anteriormente argüido, se actualiza la procedencia del presente juicio de
amparo y se solicita a este Juez de Distrito, que, en uso de facultad discrecional, garantice la
protección de los derechos humanos que se estiman vulnerados y por consecuencia dicte las
medidas necesarias para que de manera inmediata se protejan los derechos de la vida y la
salud, mediante la aplicación de un acceso efectivo a la justicia.
De lo expuesto, solicitamos que este Juzgador de amparo tome como criterio orientador
que puede considerar probable que se conceda la razón al quejoso, derivado de que se están
violando los derechos humanos de la suscrita, asimismo bajo el principio de la apariencia del
buen derecho, se deberá otorgar la suspensión: “SUSPENSIÓN PROVISIONAL EN EL
AMPARO PROMOVIDO CONTRA LA OMISIÓN DE UN ORGANISMO DE SEGURIDAD
SOCIAL DE MINISTRAR UN MÉDICAMENTO, POR NO ESTAR INCLUIDO EN EL
CATÁLOGO INSTITUCIONAL DE INSUMOS. PROCEDE CONCEDERLA CON EFECTOS
RESTITUTORIOS TEMPORALES Y ORDENAR A LA AUTORIDAD RESPONSABLE QUE
FACILITE AL QUEJOSO EL MÉDICAMENTO, SI ACREDITA QUE SU MÉDICO SE LO
RECETÓ”.
XII.- PRUEBAS. -
Pruebas que relaciono con todos los hechos de la demanda, y en caso de objeción pido su
cotejo o informe por parte de la autoridad responsable.
SEGUNDO. -Ordenar a las autoridades señaladas como responsables para que, dentro
de los términos de Ley, rindan su informe justificado e informe previo.
QUINTO. -Se solicita que se autorice el correo electrónico (correo electrónico donde
desea recibir notificaciones), a fin de oír y recibir toda clase de notificaciones, de igual forma
se solicita desde este momento se autorice el acceso al expediente electrónico a (usuario
registrado).
PROTESTO LO NECESARIO
XXXX, XXXX, A LA FECHA DE SU PRESENTACIÓN.
_________________________________________________
(NOMBRE DE QUIEN PROMUEVE)