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ARTE ABSTRACTO
Sebastián Gasch,
crítico de arte
Está ya uno acostumbrado a ver cómo se saca de qui- como elemento esencial, llegó a ser la única preocupa·
cio todo lo referente a , tendencias artísticas. El arte ción del artista. La Naturaleza fué reducida a una sin·
abstracto ha hecho correr ríos de tinta y ha motivado fonía coloreada, ~ una marilloseani:e o,rque~facióri de
el gasto de toneladas de papel. Ha brotad_o 'a su al· tonos. La forma, a la que siempre el color · fué supe'd i·-
rededor una copiosa literatura, seudofilosófica algunas tado, vióse olvidada,: ·a menúd~ nie~ospreda,dá~ Fué-
veces, que ha tomado , la parte por el todo, el condi· contra . ese estado de ,cosas c.o ntra lo qú~de~pués de;
mento por la sustancia ·y el pormenor por lo esencial, Cézanne, después de Seurat-alzóse el cubismo; , EF im· -
y los eternos confusionistas lo han confundido con "el presionismo convirtió la reali(fad én un~ reláci6n ·de
superrealisino, y han visto en él doctrinas y prácticas tonos. El cubismo la convei:tiría en una relacióll , de
misteriosas, espiritistas y hasta mágicas. Hubo incluso formas.
uno que consideró abstracta la pintura de Miró. Los primeros cubistas, en efecto, quienes, · como los ,
Por lo que a mí hace, los problemas planteados por impresionista s, no, conocieron ·otro punto de partida que
el arte abstracto me parecen de una gran , claridad, de la realidad~ se elltregaron con vehemencia- al análisis de
una gran sencillez, y el crítico tendría que enfrentarse ésa realidad, no con el fin de 'reproducir la luz c~mbÍan·
con ellos por medio de ideas claras, sencillas, casi li· , te en que está envuelta, sino , con el afán de precisar su
neales. forma sólida y consistente. Arrimc~ndo, aún del hecho
Los dirigentes de este Curso me ha-n encomendado - natural, aquellos pintores se consagraron,. inc~nd.icÍonal·
una conferencia que verse sobre la evolución del arte mente al análisis inflexible de la Naturaleza con la ex·
abstracto. Aun corriendo el riesgo de repetir lo que, con Clu ~iva finalidad de comprobar sus volúmenes, de p~¡
mayor competencia, han dicho mis compañeros de Cur· - nerlos en evidencia, de acentuarlo.s, •de reducirlos-des· ·
so, no sabría hablar de esta' evolución sin subir ha sta pués ·d_el "todo en la Naturaleza son esferas y cilindros";
el origen del arte abstracto. O sea, el cubismo. de · Cézanne-a . forma s geométricas puras.
Salta ,a la vista que en los orígenes del cubismo halla- En los primeros intentos de ·aquellos pfotores, la Na-
mos una profunda reflexión sobre los problemas plás· turaleza nunca fué violentada, siempre fué má s o me··
ticos estrictos. Para poner fin a las tendencias disolven· nos respetada. Llegó un momento, empero, en que , ese
tes del impresionismo . nació el cubismo, que volvió 'a análisis de la forma, llevado a las postrerás consecuen·
los valores plásticos fundamentales. El cubismo fué, cia's ;' ese anhelo . de descomponer los volúmen_es, de es· '
esencialmente, un inovimiento de pintores> Nunca podrá tudiar sus elementos constitutivos, de reducirlo s a pris·
ser considerado como la ilustración de una literatura. mas y cilindrÓs, conos .,¡ esferas; , de situarlos . ordenáda·
En la etapa impresionista; el color-luz, considerado merite- en el espacio, no pudo desarrollars·e plenamente
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Primera acuár.ela abstracta.
1910. W assily Kandinsky.
y de modo absoluto, sujetándo se a la realidad. Y el entregarse a toda s las investigaciones que le parezcan
cuadro y la realidad fue1..on declarado s incon ciliables. n ecesaria s : el universo plástico. El cubismo expulsó de
La realidad llegó a convertirse en un estorbo. Y lo s la pintura el trompe-l'oeil, y si es verdad que la taba-
pintores decidieron subordinarla a su ansia infinita de quera, la pipa, el frutero , tal como los utilizaron los
construcción. cubistas, acabaron por desempeñar en el lienzo un pa-
Para conseguir lo que se proponían, los cubistas pa- pel anecdóti co, no lo es meno s que esa elección de
saron por encima de todos lo s obstáculo s acumulados objetos extraordinariamente sencillos tenía por finali-
por la avidez de imitar los espectáculos naturales, u sa- dad, en cierto modo, desterrar la anécdota de la pin-
ron de las máximas libertades con la Naturaleza. La tura. Una tabaquera ya no es la Muerte de Sócrates,
concepción triunfó de la visión, la plástica dominó la una tabaquera obligaba al pintor a salvar su pintura
representación. "Los sentidos sólo perciben lo transito· mediante elementos que nada tenían que ver con la
rio; el entendimiento, lo que permanece", decía Pla- literatura o la historia; le obligaban a salvarla por
tón. Y el cartesiano Malesherbes afirmaba: "Los sen- medio del exclusivo valor plástico. Trabajar a base
tido s deforman, pero ·el espíritu forma. " Esos postula- de la tabaquera, del frutero o de la guitarra equivalía
dos fueron fijado s cual carteles en la puerta de todo s a empezar a explorar el universo plástico y a adoptar
los talleres. Y vieron la luz unas obras en las que se una actitud desde luego necesaria, pero singularmente
hacía patente y osten.sible una preocupación capital: el osada.
equilibrio formal, al que fueron supeditadas figura- Pero ¿en qué se convertían, visto s por los pintores
ción, representación, verosimilitud óptica. La realidad cubista s, ese frutero, esa guitarra, ese vaso, de los cua-
del cuadro-equilibrio de forma s-fué antepuesta a la les se servirán durante largo tiempo? En el fondo, ya
realidad vjsual. hemos contestado a esta pregunta: perdían su virtud
de objetos de la vi sión para convertirse en pretextos
A quella etapa constituyó. un sabio plongeon, que per- plástico s ; no existirá deformación que no puedan su-
mitió llegar hasta lo má s hondo de la verdad pictórica, frir, ni modificación que no puedan experimentar. Pier-
y que contribuyó decisivamente ·a hallar de nuevo las den en el cuadro la casi totalidad de su valor de refe-
leyes primordiales de toda obra pintada, las leyes de rencia a un objeto exterior. El espectador aun los "reco-
composición y de construcción, que gobernaron el cua- noce" ; pero hay que considerarlos estrictamente como
dro en todos los grandes momento s· de la hi storia del simples elementos constitutivos del lienzo, el cual ya
ape, y que el acad~mismo-radicalmente-, y luego el no tiene ningún parecido con el objeto exterior, con el
impresionismo-en. menor escala-, menospreciaron has- modelo, sino que nos exige que lo examinemos única-
ta el punto de hacerla s desaparece r de un modo arbi- mente por sí mismo.
trario. Gracias al cubismo, cuyo considerable alcance nadie
El cubismo reveló al pintor la existencia de un uni- se atreve ya a poner en duda, el gran público ha acep-
verso que le es peculiar, y en el interior del cual puede tado, comprendido y hasta apreciado las investigacio-
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f:l Portugués. 1911.
Georges Braque.
Escultura. 1916.
Theo van Doesburg.
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la Naturaleza o de los objetos habituales de la visión.
No incurriremos en el error de afirmar que tal averi-
guación es innecesa ria; pero, de todas formas, no con·
viene exagerar su valor o su alcance: si importa mu·
cho saber que de Kandinsky arranca un movimiento
de pintura absoluta, sin representación, sin copia ni li·
teratura, y que Mondrian llevó la abstracción a su s
último s y má s peligrosos extremos, importa mucho má s
comprobar que es la pintura mi sma la que no podía
huir de la abstracción, que todo la dirigía y guiaba
hacia la abstracción, y que, una vez tomada s las pri-
mera s libertades con un modelo objetivo, en cuya nece·
sidad se quería creer aún, esta necesidad no tardó en
ser objeto de discusión y acabó por ser negada.
No hay que perder de vista que la evolución de la
pintura contemporánea hacia la abstracción, puesta en
evidencia en la obra de muchos artistas actuales, no
es debida a la libre elección de esos artistas ni es el
fruto de descubrimiento s más o menos casuales. lnde·
pendientemente de la evolución personal de cada pin·
tor, o, mejor dicho, dando un verdadero significado n
esa evolución, es la pintura la que evoluciona, es la
pintura que sigue siendo viva, es la pintura cuya his·
toria hay que estudiar antes de colocar a cada pintor
en el lugar que merece ocupar.
Así vemo s cómo, en el término de tal evolución, la
pintura renuncia al objeto de la visión, no tiene otro
pretexto que sí misma, el lienzo se ha ce estricta super·
ficie organizada, sin que ninguna referencia al mundo
objetivo, tal como se ofrece a la vista, sea todavía po·
sible.
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no imitan las formas del mundo exterior. Son, en este
rnntido, abstracta s ; pero, además, corresponden para
su autor anónimo a todo un mundo de sentimientos y
de creencia s, a un mundo interior, donde la estética
no se separa de la vida, sino que expresa la exaltada
y mi sterio sa complejidad de la civilización azteca y las
r elaciones cotidianas sostenida s por el escultor con la
extraordinaria realidad natural del país mejicano.
E s, en suma, un contenido de esta índole lo que cabe
exigir a cada forma, incluso, y sobre todo, a la forma
abstracta. Como es natural, no se trata de resucitar
civilizaciones muerta s, sino de comprender, a la lu z de
e jemplos como el que acabo de citar, que ninguna
forma puede vivir-existir-sin contenido. Por lo de-
má s, y sin necesidad de remontarno s a épocas tan remo-
ta s, mucho s pintores abstractos no tendrían que olvidar
que ciertos cubistas, los mejores, no s enseñaron ya que
la poesía, el liri smo, la emoción, podían nacer perfec-
tamente de ese rigor que la r egla da a la inspiración.
Por fortuna, algunos pintores abstractos, lo s má s jóve-
nes e inquietos, parecen haber entrevisto esas verda-
des, y hacen sufrir una esperanzadora evolución al arte
abstracto. ~e ahí el título de este trabajo. Es muy po-
sible que esos jóvenes se vean ya obligados a defen-
de rse má s de sí mismo s que de uno s detra ctores que,
poco a poco, han aceptado esta forma artística, admi-
tiendo paulatinamente n~ solamente su existen cia, sino
rn valor y su alcance, y que empiecen ya a distinguir
lo bueno de lo malo, lo que ya dura o tiene posibili-
clades de durar de lo que se d errumbará, co mo se han
de rrumbado la s pinturas mala s de esta o aquella escue-
la. Lo cierto es que, enfrente de la monotonía y del
amaneramiento inmediatamente anteriores, se yergue
tal multiplicidad de técni cas, de manera s d e pintar,
tal multiplicidad también d e reflexiones sobre la pin-
tura , qut: esta abundancia acarrea, dentro del movi-
miento ab stracto, la existencia de ramas secundarias ·
que, por má s que di stinta s en su técnica, ti en én un
co mún denominador qu e las relaciona estrechamente :
el vehemente deseo de humanizar la forma abstracta.
Interrogado sobre el art e abstracto, Picasso respondió:
"El arte abstracto sólo es pintura ." ";.Y el drama? "
" ¡El drama! Este es el quid de la cuestión."
Resulta curioso comprobar cómo la historia se repi-
te. Toda la hi storia del Arte está jalonada por esas per-
petuas remises en question. Humanizar la forma abs-
tracta ... ¿No empleaban a caso el mi smo lenguaje Oze'n-
fant y Jeanneret cuando, en su libro Apres le cubisme
hablaban de la necesidad de revestir la s forma s abstrac-
ta s con una capa de realidad, de disimularla s, de di s-
frazarlas, como hi cieron lo s artistas del Renacimiento?
¿No se decía ya entonces que era preciso edificar sobre
el andamiaj e, convertir la esfera en manzana, el cilin-
dro en árbol, el azul en cielo y el verde en prado? Sí;
la historia del Arte está jalonada por esas perpetuas
remises en question. E s una constante alternación de
r.cciones y rea cciones. Es un continuo tejer y destejer.
Al igual que Penélope, la cual deshacía por la noche
la tela que tejía de día, cada estadio de la evolución
artística no se ha preocupado sino de d emoler lo s ha-
llazgos d el precedente, r eaccionando contra éste con
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furia devastadora. El Antiguo Imp erio de Egipto contra
el Nuevo · Imperio, Grecia contra Roma, Italia contra
Holanda, lngres contra D elacroix, el impresionismo
frente al reali smo fotográfico, el cubismo frente al im-
presionismo ... La . única diferencia estriba en el _hecho
de que antes que ahora existía ·entre deis tendéncia s
un espacio de tiempo considerable. Hoy día, la vida mo-
derna, al acortar la s distancias y acelerar las velocida-
des, ha hecho posible cambios tan rápidos en los domi-
nios del arte. El arte moderno ha quemado sus etapas
en un proceso de velocidad creciente.
Osear Cholet.
Mujer al espejo.
Escultura. 1950.
Max Bill.