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la tensión singular-colectivo. Singularidad descarnada de soportes Capítulo I • "


corporales indivisos; colectividad que en las resonancias singula-
res produce anudamienlos-desanudamientos propios. Singulari- E L VOCABLO GRUPO Y SU CAMPO SEMANTICO
dad y colectividad que sólo sosteniendo su tensión hacen posible
pensar la dimensión subjetiva en el atravesamiento del deseo y la
historia.

A. Producción histórica del vocablo grupo

Se abordará en este punto la etimología del vocablo que es motivo


de la presente elucidación; más allá de la relevancia histórica que
esta tarea pueda presentar, interesa pensar dentro del campo se-
mántico mismo. Se espera que las líneas de significación puestas de
manifiesto, hagan posibles ciertas visibilidades con respecto a las
diversas producciones de sentido que la palabra "grupo" ha dispa-
rado históricamente.
Tanto el terminoí francés groupe, como el castellano grupo,
reconocen su origen en el término italiano groppo o gruppo. Grop-
po aludía a un conjunto de personas esculpidas o pintadas, pasan-
do hacia el siglo xvni a significar una reunión de personas, divul-
gándose rápidamente su uso coloquial.
E l groppo scultorico es una forma artística propia del Renace
miento, a través de la cual las esculturas que en tiempos medievales
estaban siempre integradas al edificio, pasan a ser expresiones ar-
tísticas en volumen, separadas délos mismos, que permiten para su
apreciación caminar a su alrededor, es decir, rodearlas; cambia así
la relación entre el hombre, sus producciones artísticas, el espacio
y la trascendencia; al mismo tiempo, otra de las características a se-
ñalar del groppo scultorico es que sus figuras cobran sentido
cuando son observadas como conjunto, más que aisladamente.
Contemporáneamente ala inclusión del vocablo en lenguafranr
cesa, se imponen en inglés y en alemán vocablos análogos; señala

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1
Anzicu que las lenguas antiguas, no-disponen-de ningún término Kruppa- ->grop > groppo >grupo
para designar una asociación de pocas personas que comparten al-
gún objetivó en común. :
(alemán) (provenzat) (italiano).:...
¿Qué quiere decir que no hay palabra? ¿Que lo no nombrado no
existe? ¿Qué tiene un nivel de existencia por debajo de su posibi- Masa
sa NUDO
lidad de representación!
redondeada
cmdc
Para problcmalizar aun más esta interrogación, podría agregar-
se que, si bien un vocablo es construido para hacer referencia a una Círculo Cohesión Grupo
producción existente, los actos —en este caso tal vez sería más co-
2
rrecto decir los procesos—• de nominación son piezas claves en las Están presentes, entonces, en el vocablo dos líneas que frecuen-
construcciones que realizan los actores sociales para producir sus temente se encuentran en la reflexión sobre lo grupal, o —dicho de
"representaciones" de la realidad socio-histórica en que viven. otra manera— dos líneas que insisten en dicha reflexión. Por una
Es necesario pensar entonces que —hasta cierto momento his- parte, la línea dc'insistencia Nudo; si bien para Anzicu la figuración
tórico y para los actores sociales de la época— los pequeños colec- nudo remite al grado de "cohesión necesaria entre los miembros del
tivos humanos no habrían cobrado la suficiente relevancia como grupo", para la perspectiva de investigación elegida en este traba-
para formar parte de la producciónde las representaciones delmun- jo, la figura nudo abre otra forma de interrogación sobre la misma
do social en que vivían, quedando así sin nominación, sin palabra. cuestión: ¿qué anudamientos-desanudamientos se organizan den-
Descresto así—y en el mismo sentido—habrá que indagar qué tro de un conjunto reducido de personas!
transformaciones sociales se producen en el período histórico en el Por otra, la masa redondeada parecería portar, implícitamente, la
;
cual los agentes soc alcs "ncccsiLan" nominar a tales agrupamien- idea de círculo, en el sentido de reunión de personas: agrupaciones
tos humanos como "grupos", como así también qué lugares y fun- de oficios, comerciales, clubes, políticos, etc., que retomando una
ciones sociales y subjetivas van ocupando tales agrupamicntos en antigua tradición celta daría idea de círculo de iguales. Son ilustra-
el proceso por el cual adviene su palabra. tivos al respecto Los Caballeros de la Mesa Redonda y la orden re-
ligiosa de Los Templarios, cuyo altar circular hacía posible que to-
dos los caballeros de la orden estuviesen, en misa, a igual distancia
B. Líneas de significación de Dios.
Nótese que aun en la actualidad generalmente se elige ia distri-
Pareciera serque una cíe ¡as primeras acepciones de! termino italia- bución circularen el trabajo con grupos. Esta forma tan caracterís-
no groppo, antes de llegar a ser reunión o conjunto de personas era tica connota algo que trasciende el espacio mismo, que va más allá
«uc/o.Dcrivaría del antiguo provcn/.al grop^nuáo; éste a su vez de- de la eventual organización de sus actividades; implica, en realidad
rivaría del germano Kruppa - masa redondeada, aludiendo a su for- una particular estructuración de los intercambios entre los inte-
3
ma circular. ' • grantes-. Es frecuente encontrar en este punto la acentuación de la
igualdad jerárquica atribuida a la forma circular de ubicación; es-
1
An/.icu, D. La dinámica de los grupos pequeños, Kapelus/., Buenos Aires, to significa afirmar que sentarse en círculo hori/.ontaliza o demo-
1971. . " ". ' cratiza la relación entre los miembros de un grupo. En realidad, el
2
Boürdicu, P. "Espacio social y génesis de las clases". Revista Espacios n° 2, mero sentarse en círculo no determina igualdades jerárquicas ni
Buenos Aires, 1985. atenúa los juegos de poder en el mismo. Por el contrario, parecerían
3
An/.icu, D. Op. cil.

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scrde mucho más peso aquellos intercambios que se organizarrdes- reflexiones modernas del sujeto y el surgimiento délas ciengashu-
de ese circular—en principio de miradas—que la distribución es- manas. E l groppo se autonomiza al separarse del edificio asen-
pacial elegida posibilita. 4
tándose en los atrios y en las plazas. A l mismo tiempo se produce
la nuclearización de la familia; ésta inicia uri procesó de transfor-
maciones reduciéndose desde sus extensas redes de sociabilidad'
feudal hasta conformar la familia nuclear moderna.
C . Referentes etimológicos Este tránsito de "la casa" a "la familia" no es urta cuestión atinen-
te sólo a la historia de la vida Cotidiana, sino que puntúa tránsitos
E n primer lugar sorprende la modernidad del vocablo. ¿Qué signi- claves desde las relaciones de producción hasta la constitución de
ficación tendrá que con anterioridad a la modernidad no existiera las subjetividades; se acentúa la intimidad, la individuación, las
un término qué diera cuenta dé una reunión de un número restrin- . identidades personales, el uso de nombres y apellidos particulari-
gido de personas con un cierto objetivo común? zados, etcétera.
En otras temáticas ha sido investigada la relación entre la presen- L a preocupación por la noción de individuo comparteelescena-
cia o ausencia de determinados vocablos y su significación en la ri^"dé_surgirniento de las Ciencias llumanasrcemetias rlacódentro
5
cultura de la época. Así Ph. Aries ha trabajado la ausencia de la no- déla gran pregunta ala que estas nuevas áreas del saber intentan dar
ción de niño en la sociedad feudal y la correlativa ausencia de vo- respuesta: ¿Quées elHomWeTcMiüña"3eeHasdésdTsüángulo
cablos que nominaran a los niños, o lo que es igual, la presencia de de mira, pero todas preocüpadas'por la individualidad; preocupa-
distintos términos que dan la idea de niño a partir del momento his- ción ésta impensable dentro de las sociedades feudales. Eri las
tórico en que éste comienza a particularizarse del mundo de los formas del ser social del feudalismo río había lugar para ninguna
adultos. Muestra, asimismo, cómo se produce una correlación entre pregunta sobre el individuo; sí tenían una fuerte vigencia los inte-
este proceso de "poner palabra" y la construcción de campos dis- rrogantes respecto a las obligaciones de los hombres con Dios, por
ciplinarios específicos —en este caso la pedagogía— y las nuevas ejemplo; pero ausentes estaban las nociones de individuo, indivi-
prácticas sociales que se desarrollaron en este proceso: aparición dualidad, intimidad, éxito individual, felicidad personal.
del "sentimiento de infancia", maternaje realizado por su propia L a temática de la individualidad o de la identidad personal, co-
madre, escolarización de los niños, etcétera. mienza a desarrollarse con el advenimiento dé Ía~ socigdjidjñ^
E l groppo aparece con el Renacimiento, momento de profundas áaLstrial, aFrnisñió tiempo que lo privado y lo público reestructuran
transformaciones, políticas, econtoicasTTárniüaresiTmornenlo de tanto sus territorios como sus significaciones, y sé organiza un
gTroTejJ 1 s té 11 lieos y d.c modificaciones de las weltanschauungen. cambio radical en las prioridades de la vida, apareciendo en primer
6
Es en el Complejo tránsito de las servidumbres con Dios, el señor, plano el libre albedrío y la felicidad personal:
y la fe hacíalas "autonomías, las ciencias, las artes no religiosas y el Paulatinamente sej/anjielirtóahdo ias áreas del saberdjié confor-
libre mercado donde se van creando las prefiguraciones del indivi- marán las ciencias humabas tí humanidades y ias antropologías
duum± tránsitos que harán posible a partir de Descartes, las grandes filoso Ticas. E l Hombre, él misino, se tomará cóffid.dbjetd privÜV
giado de reflexión en éstos cafripós de sabefés; los tiempos dé ias
4
Desde el psicoanálisis se ha trabajado en profundidad el tema de la mirada co- taxonomías serán reemplazados — Descartes' mediarte— por íá
mo posibilitadora de los juegos identificatorios grupales; sería interesante cruzar pregunta por el ser dé lo hUrfláhó. L a téitiátiea dé subjetividad
estos aportes con aquellos que lo investigan como forma real e imaginaria de con-
adviene así al escenario fildsóficó-cietttífieó de ia época.
trol social. Foucault, M . Vigilar y castigar, Siglo x x i , Madrid, 1981.-
5
Aries, Ph. L'enfant et la viefam.iiw.le sous t Anclen Régime, Du Seuil, Paris,
6
1973. Shorter, E . Naissaiice de la farhilíe moderne, Du Seuil, Páfis, 1977.

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Puede pensarse entonces que laproducciór^defvocablo grupo s nes para la aparición del vocablo grupo, sino másbicn queriastrans-
es contemporánea alafortnaclón de la subjetividad nióderná ya form aciones socio-históricas que dan origen a la constitución de la
ta cq^timión-.dejl ¿r^g^¿/¿¿rie.vfrm¿/í/o.. subjetividad modernason parle de los procesos de gestión de los pe-
En el marco del capitalismo naciente hasta las últimas fibras del queños agrupamicntos, entre ellos la nuclearización de la familia.
tejido social se reorganizan en figuras impensables hasta entonces.
Las sociabilidades feudales, las obligaciones cerradas con Dios, el En síntesis, el vocabio grupo surge en el momento de constitu-
señor feudal, el rey, el padre y los fuertes intereses corporativos, no r
ción de la.subjetividad moderna. Su etimología reiie e a un núme-
dejaban intersticios sociales suficientes para.individuaciones, inti- ro restringido de personas asociadas por unalgo en común. Sedes- . , r\
midades, o. enlaces .en pequeños grupos. L a ''grupalización" de la tacan dos líneas en.tal rastreo_etinioJóg:igp:la figuración nudo, que '
vida familiar al restringir la familia extensa..—nucieanzándola— sugiere interrogación sobxt.qué.esdoqueMce nudo ¿ÍTeyalmrjh'- (

implicará; algo más que una reducción de personas. Sostiene un citos necesarios enlaces y desenlace, entre sus integrantes, y la fi- Q C C j J i n
c'ambid'sigñi'fícaiivo —estructural podría decirse— en los anuda- guración círculo, que remite a las formas de intercambio que se
mientos subjetivos de sus miembros. - .. .; ~ producen entre los miembros de tales grupos.
I
Tal parecería ser láTclcvancia de estas cuestiones, que historia- Se insistirá más adelante en la líneas de figuración nudo como
7
dores como Shorter han llamado Revolución Sentimental del siglo_ fonria de referirse a los grapos. Avanzando un poco más, tal vez
X V I I I ala_"apánc¡óñ" del amor maternal, del amor conyugafy el sen- fuera pertinente aclarar que no se usa aquí el termino nudo en un
tim'icñto domestico de intimidad. ¿Qué transformaciones se han sentido analógico^"el grupo es como un nudo", sino —por el con-
producido? Han cambiado sin duda las prioridades en las vidas de 11
tFárlo ^ c 11 un séñti do m e ta fó rico, en tanto figura nudo que aspira
las personas, pero también los enlaces tanto contractuales como "¡| a producir efecto de significación. - - -•-
subjetivos entre los integrantes déla familia. Cambio en el espacio Con la figura, nudo, se intenta subrayar los ar¡udamientos-desa-
micro social que reproduce y sostiene, pero también produce al in- nudamicntos de subjetividades, los enlaces-desenlaces diversos,
finito, las nuevas formas de gobemabilidad y consenso. p u K g t a g ^ m g ^ ^ i s i fugaces oduraderos^de subjetividades que .jtftfltr^
¿

El vocablo gjrurjQigrisu acepción actual, se produce en aquel mo- \ se producen en los acontccimicmos grupalesTEtTcstc sentido pre- ípo \ ^4tQ '
mentohis^lórico que vuelve "'necesaria" tal palabra para la produc- ¡juntarse por la especificidad de lo grupaCesabrir ijüerrogacioh L ^ U ^ ^ i
ción de representaciones del mundo social. Su nominación vuelve por las particularidades de tales anudamientos cuando sTconsti- **f J A , fl¿-
visible una forma de sociabilidad —los pequeños colectivos huma- tuyen en lo que se ha dadoen llarhaT~p~e'queños grupos. Anuda- ^ \fO ñ

nos— que con la modernidad cobra la suficiente relevancia en las micntos-dcsanüdamléñios que por organizarse entre un conjunto ^ 1

prácticas sociales, como para generar una palabra específica. L a numerable de personas cobrarán características diferenciales con
aparición de este vocablo se inscribe en el complejo proceso de respecto a otras .formas de. enlace sociales tales como grupos
transformaciones tanto de lasformas de. sociabilidad, de. las prác- ¿1 amplios, masas, duplas, etcétera. . '
ticas sociales y de 1 as subjetividades, como de nuevas figuraciones I
que. los actores sociales darán a las "representaciones", que cons-
truyen del mundo caque viven. , ff •_!/' • /•„:.•
i Con respecto a la relación entre el proceso.deja nuclcarización D. Primeras puntuaciones antes de avanzar ; r,i
de la familia y la aparición de la.palabra grupo, es necesario acia-
i-
on que no se plantea aquí que tal proceso haya, creado las condicio- || Luego de esta somera incursión por el campo semántico, del vo-
cablo grupo, se hace necesario realizar algunas puntuaciones que
1
Shoncr, E . Op. cil. permitan delimitar con mayor precisión el área de reflexión del prc-

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3-
senté trabajo. Frente a algunas preguntas muy clásicas rcspecto'a- Capítulo I I
los grupos, como "¿cuántos individuos conforman un grupo?", se
centrará la reflexión sobre conjuntos restringidos de personas; L O SINGULAR Y L O C O L E C T I V O j ;•„ '
quedan por tanto excluidos de esta elucidación grupos humanos
más amplios, colectividades, masas, clases sociales, etcétera. Y mi soledad no ataca más que la inteligibilidad de las eos
Se ha visto ya que el mero "juntarse" no constituye un grupo; en- Mina hasta el fundamento mismo de su existencia. Cada vez
tonces, "¿cuándo un conjunto de personas se conforma como gru- me asaltan más dudas sobre la veracidad del testimonio de mis
sentidos. Sé ahora que la tierra sobre la que se apoyan mis dos
po?". Desde la etimología ha podido observarse que el groppo scul-
pies necesitaría para no tambalearse que otros, distintos de los
torico poseía cierta forma particular de agolpamiento y que poste- míos, la pisaran. Contraía ilusión óptica, el espejismo, la alu-
riormente el vocablo grupo comenzó a designar reunión de perso- cinación, el soñar despierto, el fantasma, el delirio, lapertur^
nas, círculo de personas con algo en común, "agrupaciones de' bación del oído..., el baluarte más seguro es nuestro amigo o
1

oficios, comerciales, etc." E s decir que serán necesarias determi- nuestro enemigo, pero... alguien, oh dioses, alguien.
nada actividad en común y ciertas formas organizacionales.
Por otra parte, la figura nudo indica que en tal agrupamiento se
formarán "anudamientos-desanudamientos". E l número restringi- A. Antinomia individuo-sociedad
do de personas no remite, simplemente, a una cuestión formal o nu-
mérica; en tanto se lo ha asociado con la figura nudo, se afirma que Si bien en la actualidad puede considerarse que las relaciones de los
esta característica: número restringido^Hentará en formo, signifi- seres humanos con el medio que los rodea son inherentes a la pro-
cativa los intercambios que entre tales personas se produzcan. pia humanización, el pmblema^jaj^aciánjiej^in^vid
A su vezTsTsé toma distancia de la inmediatez de su existencia tre sí ha sido considerado "desde diferentes puntos de vista. Podrían
táctica, se vuelve necesario abrir interrogación con respecto a las esquematizarse las posiciones más opuestas diciendo que desde
instancias organizadoras de estos colectivos humanos, o sea las una de ellas se considera al individuo, en tanto singularidad, como
formas que sus legalidades adquieren. una realidad en sí mismo; sólo él percTbeTpiensa, ama u odia, se
Habrá que interrogar también si estas peculiares formas de inter- siente responsable, toma decisiones, etcétera. E l grupo, la socie-
cambio que parecen ser los grupos, organizan a, o se organizan dad, lo colectivo serían generalizaciones teóricas que no tendrían
desde algunas particularidades de las formaciones psíquicas de sus otra consistencia que la realidad misma de ese individuo. E n la tesis
integrantes, o si —avanzando un poco más— producen "formacio- contraria, eljndiyiduo como tal, independientemente de los demás
nes psíquicas propias". sería una mera entidad lógica. Unicamente el grupo, el colectivo. la
:

Por último, se advierte que en lo que respecta a los discursos sociedad, son reales; sólo a través de dicha realidad se presentifi- "
1

sobre la grupaljdad, no es intención de este trabajo realizar un aná- cala instancia individual. Según esta concepción, el mdividuo s e -
lisis de lo que ha dicho cada corriente significativa con respecto a ría producto de su ambiente, sea él consciente o no de eUo.TTpaí?;
qué son los grupos; se tomarán tan sólo algunos momentos de tales cho de otra manera, el individuo sería un cruce de.rebicionses so-
discursos, aquellos que resulten más instrumentales para el desa- ciales.
rrollo propuesto, . . • . . . . . . .a, ..
Esto es, aquellos aportes fundantes de los tres momentos episté-
micos delimitados en páginas anteriores, en la constitución de los
saberes y prácticas grupaJcs; l todo es más que la suma de las par-
C 1
Del log-book de Robinson en la isla Speranza, antes de la llegada de Viernes. ¿
tes; los organizadores grupales y el agotamiento del objeto discreto. Michael Toumier. Viernes o los lirnbos del Pacífico, Alfaguara, Madrid, 1986. • •

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Como puede observarse, tanto en una como en otra posición-,J¿_ Pero el interés de estas puntuaciones no es sólo histói ico, la preo
relación individuo-sociedad está pensada desde un criterio antagó- cupación con respecto a la tensión entre lo singular y lo colectivo,
nico, es decirTque'arnbas "resuelven" la compleja tensión entre lo como así también la necesidad de su reflexión por caminos que no
singular y lo colectivo desde un paradigma disyuntivo —muy pro- se deslicen hacia los clásicos reduccionisrnos cobra absoluta vigen-
pio del pensamiento occidental— según el cual singularidad y co- cia en la actualidad tratando de superar las formas dicotómicas de
lectividad conforman un par de contrarios; presentan, por lo tanto, abordaje de esta temática. Así por ejemplo interrogaciones tales co-
intereses "esencialmente" opuestos y se constituyen desde lógicas mo: ¿cuál es la dimensión de lo social histórico en la constitución
"esencialmente" diferentes. de la subjetividad?, ¿cuál es el papel de la subjetividad en los pro-
3
Se pueden puntuaren ese sentido dos formas típicas de "resol- cesos histórico-sociales?, dan cuenta de la necesidad actual de des-
ver" tal tensión: elpsicologismo y el sociologismo. E l primero más dibujarlas formas antinómicas de pensar esta cuestión. Son intere-
frecuente en el pJénsámientp liberal, conserva la tendencia a redu- santes al respecto las preocupaciones que nuclean a los historiado-
cir los conceptos sociales a conceptos individuales y psicológicos; res de Anuales para quienes Una sociedad no se explica solamente
el segundo, más frecuente en el pensamiento socialista, ha ido en por sus fundamentos económicos, sino también por las representa-
sentido contrario: hacia la reducción de los conceptos individuales ciones que ella se hace de sí misma. Ha dicho G. Duby en una de
a una idea globalizada de la historia y de la sociedad. Ambos fo- sus lecciones inaugurales en el Colegio de Francia:
mentan un antagonismo entre individuos y sociedades, erprimero
en favor de una idea abstracta de individuo, el segundo en favor de El sentimiento que experimentan los individuos y los grupos de si s
una mea abstracta de la sociedad. 2
posiciones respectivas y las conductas que dicta ese sentimiento, no
En muchos tramos de este libro se observará cierta insistencia en son determinados inmediatamente por la realidad de su condición
el señalamiento de sesgos psicologistas o de operaciones de psi-
económica sino por la imagen que de ella se hacen, la cual jamás es
fiel, sino que es siempre la inflexión del juego de un conjunto com-
coanalismo. No debe entenderse esta preferencia como una consi- 4
plejo de representaciones mentales.
deración de mayor importancia del psicologismo con respecto al
sociologismo; la justificación de tal insistencia radica en otra afir-
Obsérvese cómo ^esde este tipo de planteos, quedan en cuestio-
mación: aquella que ubica al psicologismo o al psicoanalismo
namicnto diversas antinomias simultáneamente, así no sólo lo sin-
como los impensables más frecuentes de la cultura "psi". Así, por
gular y lo colectivo sino también lo objetivo y lo subjetivo, lo ma-
ejemplo, dentro de las posiciones psicologistas en la psicología
terial y lo ideal, la economía y la cultura, abriendo nuevas formas
académica, puede observarse la presencia de la antinomia Indivi-
de enlace entre lo Imaginario y lo social.
duo-Sociedad en el campo grupal, en la tajante divisoria de aguas
entre "individualistas" y "mentalistas" que recorrió los primeros
tramos de este campo disciplinario. A su vez, esta polémica desa-
rrolla nuevas formas arguméntales en el campo del psicoanálisis,
cuando esta disciplina incorpora formas grupales de trabajo clíni-
co; aquí una de las divisorias se ha establecido entre aquellos que
han nominado a su quehacer grupal como psicoanálisis en grupo y
aquellos que lo han llamado psicoanálisis de grupo. 3
Castoriadis, C . La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets, Barcelo-
na, 1983. Véase al respecto el término "imaginario social" usado por el autor.
9
' Bonnct, J . '"Le mental et le fonclionnement des sociétés", Rev. L'Arc n 72,
2
Russell, i. La amnesia social, Dos culturas, Barcelona, 1977. Paris.

38 39
BvEspacios tad~dt poder comprender lajuticulación del funcionamiento de las
fuerzas sociales con los actos de los individuos. Y a Asch señalaba
L a preocupación por pensar las relaciones y diferencias entre indi- que "los gnipos parecen más poderosos y a la vez menos reales que
viduos y sociedades es, sin duda, una car^terística fundante en las los individuos y, si bien parecen poseer propiedades que trascien-
6
ciencias humanas, las filosofías y las ciencias y prácticas políticas den las individuales, sólo los individuos pueden originarlos".
de la Modernidad. En este sentido, se señalan dos espacios donde Para la tesis individualista, los individuos constituyen la única
estas consideraciones se han desplegado; si bien cada uno de ellos realidad y tiende a neg_axrealjdad a los grupos, en tanto sostiene que
ha dado características propias al tratamiento de la tensión entre lo los procesos psicológicos ocurren tan sólo, en los individuos y és-
singular y lo colectivo, no está de más subrayar que suelen presen- tos constituyen las únicas unidades accesibles a la observación. Por
tar amplias zonas de entrecruzamiento. Se hace así referencia al es- lo tanto, si los individuos son los únicos actores reales, el téimino
pacio científico-académico y al ético-político. grupo constituye una ficticia abstracción cuando pretende algo más
que referirse a la suma de reacciones recíprocas de los individuos.
De esLa forma, pajra lajesis individualista, en rigor, no existen los
1. Espacio científico-académico grupos; "grupo" será un término colectivo, que hace referencia a
una multiplicidad de procesos individuales.
L a oposición Individuo-Sociedad ha atravesado la psicología y la Siguiendo esta línea de rcllexión, para comprenderlos fenóme-
pedagogía a través de las interminables polémicas nature-nurture nos sociales debemos rastrearlos hasta llegar a las propiedades de
y la sociología a través, por ejemplo, de la célebre oposición Tar- los individuos; de tal forma en tanto éstos son los únicos actores so-
de-Durkheim; estas polémicas "clásicas" no sólo han constituido ciales, los acontecimientos de un grupo, las instituciones, creencias
los debates fundadores de las ciencias humanas, por el contrario, y prácticas, siguen los principios de la psicología individual y sor:
pueden encontrarse aun hoy, por ejemplo, en las discusiones sobre producto de las motivaciones individuales. E n síntesis, no existe en
el origen del lenguaje, la psicología del conocimiento, etcétera. los grupos, en las instituciones, ni en las sociedades, nada que no
Atraviesan, asimismo, tanto las diferentes conceptualizaciones so- 7
haya existido previamente en el individuo. "Las acciones de todos
bre los grupos humanos en las diversas orientaciones de la psico- no son nada más que la suma de las acciones individuales tomadas
logía social como también los abordajes psicoanalíticos con gru- separadamente". 8

pos: análisis del grupo o en grupo, etcétera. Ejríoposición a las tesis individualistas, se desarrolló la noción
Se ha señalado que los primeros intentos para comprender, en el de mentalidad de grupo. A partir de la observación porla cual cuan-
campo de la psicología, la problemática grupal, se organizaron en do los seres humanos viven y actúan en grupos, surgen "fuerzas y *
un traslado mecánico de conceptos de la psicología "individual" de fenómenos" que siguen sus propias leyes y que no pueden ser des-,
la época; en reacción a esta forma de abordaje de corte "individua- critos en términos de las propiedades de los individuos que los com-
lista" se ubicaron las tesis sustentadas por McDougall, Durkheim, ponen; afinnarárí, por ejemplo, que el lenguaje, la tecnología o las
5
etc., que sej:eJierieron al grupo enunciando una mentalidad grupal. relaciones de parentesco no constituyen el producto de las menta-
Esta polémica se desarrolla en el cruce de un debate entre dos po- lidades y motivaciones individuales sino que, por el contrario, son
siciones doctrinarias encontradas, latesis individualista y la tesis de procesos que poseen leyes propias, diferentes e irreductibles a los
lamentalidad de grupo; a l i e n t a , de^alguna manera, de la dificul-

* Asch, S. Op. cit.


5
Asch, S. Psicología social, Eudeba, Buenos Aires, 1964. ;M. I
s
Allport, F . H . (1924). Citado por Asch, op. cit.

40 41
individuos. Algunos autores como Durkhcim se refieren al grupo períicie en cuanto a su falta de sostén biológico, pero que cii lodo
como una entidad mental: "las mentalidades individuales al formar caso afectan a la semejanza y no a la analogía, entré ám~brísTiposi de
10

los grupos [...] originan un ser [..'.] que constituye una individua- "individuos'^ V ' V~"7: . . . - . ~ \ , . •. --:' '.',v-
9
lidad psíquica de una nueva índole". Consideran al grupo como ' Esta polémica de tipo académico-doctrinario si bien puede en-
una entidad distinta de la suma de los individuos; afi rmarán, asimis- contrarse en la arqueología de la disciplina, ha atravesado insisten-
rño, el electo de las fuerzas sociales y de las instituciones sobre los temente el campo grupal. Se hace necesario, por lo tanto, someter
individuos. De acuerdo con esta tesitura el individuo aislado cons- a elucidación crítica —desconstruir— dos ficciones. Por un lado,
tituye una abstracción; fuera del grupo no posee carácter definido, la ficción del individuo que impide pensar cualquier plus grupal;
si_bien sus potencialidades son necesarias para el funcionamiento por el otro la ficción del grupo como intencionalidad que permite
del grílpoT no son causa de' los acontecimientos del mismo'. L a imaginar que el plus gmpal radicaría en que ese colectivo —como
noción de mentalidad de grupo intenta explicar la frecuente unidad— posee intenciones, deseos o sentimientos.
observación por la cual muchos acontecimientos colectivos exhi- Es importante subrayar que estas referencias a la psicología aca-
ben una dirección definida, se desarrollan y mantienen a menudo démica no tienen un interés meramente histórico; puede encontrar-
sin relación con las intenciones de los individuos, atribuyendo en- se esta polémica en diversos abordajes psicoanalíticos actuales en
tonces intencionalidad al proceso en cuestión; en ese sentido es que el campo grupal, donde no es raro encontrar tendencias a personi-
Asch puntualizó aquello que denominó "la falacia antropomórfi- ficar al grupo, adscribirle vivencias o tomar las parles por el todo
c'ade la tesis de la mentalidad de grupo" yaque, si bien estacomen- 11
en el análisis de los acontecimientos grupales; también pueden
fe parte de una premisa correcta, por la cual se constata que la ac- encontrarse, por el otro lado, fuertes negativas a pensar alguna es-
^ P í o ñ de un grupo produce efecLos que superan los electos de los in- pecificidad de lo gmpal. Ambas posiciones producen, cada cual a
AIP*Y dividuos aislados, a partir de ello deduce la existencia de una -nen- su modo, sus obstáculos para poder indagar qué herramientas con-
J te de grupo que otorgaría dirección c intencionalidad a los momen- ceptuales específicas habrá que desarrollar desde el psicoanálisis
tos grupales. Esta "mente de grupo", en consecuencia, sería cuali- para dar cuenta de aquellos acontecimientos específicos de los gru-
tativamente análoga a ia "mente individual aunque cuantitativa- pos: re-producen, sin saberlo, una polémica que ha atravesado dis-
mente supra individual". ciplinas de ias cuales el psicoanálisis no se considera tributario.
En síntesis, si bien operaron una importante reacción a las tesis
individualistas —tal vez la única respuesta posible en tal momen- En consecuencia, es importante subrayar que esta antinomia clá-
to histórico— focalizando la especificidad de lo grupal, quedaron sica de las ideas sociales—la relación individuo-sociedad en el ses-
limitados por cierto sustancialismo de la époc, . no pudieron soste- go que adquiera— se encuentra implícita en toda concepción sobre
ner que los grupos "existían" de un modo cualitativamente diferen- lo grupal, y generalmente determina en alto grado el "dibujo" que
te a los individuos. Pareciera ser que este antropomorfismo fue la un pensador realiza sobre los grupos. Opera como verdadero aprio-
úmcajdternativa con que contaron los primeros pensadores que pu- ri conceptual, como premisa implícita desde donde no sólo se pien-
dieroiidemarcar cierta particularidad de lo gmpal, no reductible a sa la articulación de lo singular y lo colectivo, sino también se "lee"
sus integrantes. De esta forma quedó abierto — y a desde ellos— el el conjunto de los acontecimientos grupales.
camino para largas y reiteradas traspolaciones, en tanto el grupo es
pciisiVd'í) como un supra individuo, con los mismos mecanismos de
funcionamiento interno, a lo sumo con algunas diferencias de su- 1 0
Colapinto, J . " L a Psicología Grupal: Algunas consideraciones críticas", Rev.
Arg. de Psicología, n° 8, Buenos Aires, 1971.
9
Durkheim, E . Citado por Asch, op. cit. 11
Colapinto. Op. cit.

42 43
- E n las ciencias humanas, los a priori conceptuales forman par- ciedades" se instituye como una fuerte evidencia, es decir como
te del campo epistémico desde donde se constituyen las condicio- algo natural. E n ese sentido, se intenta problematizar,. interrogar
nes de posibilidad de un saber, se delimitan sus áreas devisibilidad críticamente los componentes de. tal aprtóri-Para ello habráque de. L

einvisibilidad, sus principios de ordenamiento y sus formas de construir su naturalización, es decir remitir a l a Historia.
enunciabilidad. Operan, por lo tanto, en alto nivel de productividad
organizando la lógica interna de las nociones teóricas y el diseño de ¿De dónde surge esta concepción antagónica de individuos ver-
los dispositivos tecnológicos de una disciplina, desde donde se in- sas sociedades? Cobra presencia en el escenario liberal europeo de
terpretan los acontecimientos allí gestados. E s decir, que si bien ac- los siglos xvn y XVIII, pero merece responder hoy a una fuerte revi-
túan en forma implícita lo realizan desde el corazón mismo de las sión por cuanto ¿qué dimensión es el individuo! ¿qué dimensión es
teorizaciones e intervenciones de un campo disciplinario. la sociedad] ¿hasta dónde llegan uno y otra? E n realidad, el polo
En general estos a priori hacen posible la "resolución" de la ten- "individuo" es una perspicaz falacia de las teorías que creen que la
sión de los pares antitéticos por los que oscilan estos campos del sa- sociedad puede definirse como una agregación de individuos, y a
ber, los cuales desde su constitución se despliegan en tres pares de su vez el polo "sociedad" es algo mucho más complejo que su for-
opuestos: Individuo-Sociedad, Naturaleza-Cultura, Identidad-Di- mulación descriptiva: Más aún, lo más cuestionable consiste, tal
12
ferencia. Cuando esta tensión es "resuelta" puede observarse con vez, en colocar al individuo y a la sociedad en una relación antinó-
frecuencia que suele producirse desde criterios dicotómicos —muy 13
mica. E n este sentido es elocuente el planteo de Canguilhem:
propios del pensamiento occidental— a partir de los cuales se sub-
sume la lógica específica de uno de los polos al polo contrario que, quizá no se ha observado bastan te que la etimología de la palabra ha-
por lo mismo, cobra características hegemónicas. De esta forma ce en realidad del concepto individuo una negación. E l individuo es
son fundamento de los diferentes reduccionismos, en el caso par- un ser en el límite del no ser, dado que no puede ser fragmentado, sin
ticular de los a priori referidos al par Individuo-Sociedad, los re- perder sus caracteres propios. Es un mínimo ser. Pero ningún ser es
duccionismos psicologistas y sociologistas, respectivamente. un mínimo. E l individuo supone, necesariamente en sí su relación
Así como estos tres pares antitéticos operan desde los momen- con un ser más vasto, y apela a un fondo de continuidad que se des-
14

tos fundacionales de las ciencias humanas, podría incluirse en los taca.


últimos decenios otro par: Acontecimiento-Estructura, de marcada
conflictividad en vastas regiones disciplinarias de estos campos de Como se planteaba en el capítulo anterior la noción del "indi-
saberes y prácticas. . . ;... viduo" se produce en aquel momento de la historia de Occidente a
través del cual la "sociedad" es pensada como un conjunto de pro-
E n las distintas teorizaciones sobre los colectivos humanos de-
ductores libres; sostiene así las indagaciones de las filosofías del
nominados pequeños grupos, el a priori individuo-sociedad cons-
sujeto que se interrogan por el conocimiento del mundo, abando-
tituye una pieza clave en la demarcación de lo posible de ser pen-
nando las certezas que otorga la fe y el orden religioso para des-
sado, en la organización de aquello que las experiencias grupales
plegar las diferentes problemáticas de la subjetividad; en este inci-
demostrarían, como así también en las formas de enunciabilidad de
piente horizonte económico, tecnológico, político y filosófico se
sus teorizaciones; y lo que es más, el pensar "individuos" vs. "so-
destacará una nueva figura: el individuo, sólida ilusión del capitá-
•• rÁvxs\m?¡-jdnb[hti-'j-f-'ü -:•><.( B.r^btisoi h^.-jtryS?rbr¿*ift
13
Kaminsky, G . Seminario "Instituciones", Cátedra de Psicología Social, Ca-
1 2
Para un análisis del apriori Identidad-Diferencia véase Fernández, A . M . La rrera de Psicología, U.B.A., 1985.
diferencia sexual en Psicoanálisis: ¿teoría o ilusión!. Depto. Publicaciones Fac. 14
Canguilhem, G . La teoría celular, citado por Pontalis, J . en Después de
de Psicología, U.B.A., Buenos Aires, 1985. Freud, Sudamericana, Buenos Aires, 1974.

44
n
:
lismo nacisnte pdr laque es pensado indiviso, ubre y autónomo. Se rpn<:tnirrirtn an.rviifr:flffJ>ahlarKO. aiín de !^íg»'^JtL'f|ón fe" Para-
;

crean así las condiciones para el paulatino nacimiento de las cien- digma alternativo que haya encontrado los caminos de superación
cias humanas; el Hombre se constituye desde diferentes saberes pa- que loYflJnpasses'-'- que la: antinomia individuo-sociedad; propor-
ra ser pensado abriendo un espacio propio a loshumanismos, an- cionaron a vastas regiones de las disciplinas involucradas.. ;

tropologías filosóficas y ciencias humanas; en palabras de Lcvi- Las teorizaciones que colocan a los grupos humanos como cam-
Strauss; pos de mediaciones entre Individuo y Sociedad, suelen reproducir
sin revisar las propiedades antinómicas de estos témiinos y, en tan-
El pensamiento clásico y todos aquellos que lo precedieron han po- to parten de dos conjuntos de opuestos, aquellos campos de la re-
dido hablar del espírilu y del cuerpo, del ser humano, de su lugar tan alidad que.no serían estrictamente indivisos ni estrictamente raa-
limitado en e! universo, de lodos los límites que miden su conoci- crosociales, como los grupos y las instituciones sólo pueden ser
mento o su libertad, pues ninguno de ellos ha conocido al Hombre pensados como puentes o instancias mediadoras.
. . tal como se da en el saber moderno. E l humanismo del Renacimien-
En forma muy esquemática podría decirse que el a priori con-
to o el racionalismo de los clásicos han podido dar un buen privile-
gio a los humanos en el orden del mundo, pero no han podido pen- ceptual opera en los diferentes discursos, sobre la grupalidad, de la
15
sar al Hombre. ' " " " "' " siguiente manera: . =•

Es entonces con la noción de individuo (sujeto no dividido de la * La especificidad de lo gmpal la aportan los individuos que lo
conciencia) que los saberes modernos organizaron sus reflexiones fonrian; habrá que estudiar individuos en grupo.
sobre el Hombre. Pero aun más, también la noción de individuo sus- • La especificidad de lo grupal es aportada por un plus a los in-
tentará las prácticas y teorías del libre mercado, las figuras de la go- dividuos agregados; habrá que estudiar grupos.
bcrnabilidad con el contrato, el consumo y la representatividad^de
las democracias de la modernidad. Nuevas formas políticas y sub- A primera vista se podría pensar que tomar a los grupos como to-
jetivas de pensar los enlaces sociales, la regulación de sus conflic- talidades ubicaría a las teorías que esto sostienen, a favor de la exis-
tos y la forma de negociación de sus contratos. tencia de una especificidad gmpal, pero se verá más adelante que
Como una mera referencia cronológica y sin pretender igualar no siempre esto es así.
jerárquicamente estas áreas disciplinarias, puede constatarse^ue
los siglos x y u y xviiiformulan sus interrogaciones, centrales hiela
el ser del individuo, el siglo xix hacia el ser de la sociedad (Durk- 2. Espacio ético-político
hcim, Marx), pero habrá que esperar hasta el siglo.xx para que pue-
dan tomar forma aquellas cuestiones referidas al ser de los grupos. La antinomia.Individuo-Sociedad tiene..también una inscripción
De todos modos pareciera bastante explicable que los primeros ciis- ético-filosófica dc:gran importancia en el plano político, cuyo
cursos SQprolagruoj^ desplegando sus enunciados en cf origelliñodcmo podría ubicarse en la controversia Locke-Rousse-
paradigma de individuo-sociedad, corno pares antagónicos. Para- au, polémica que se encuentra en la base de la discusión-de las de-
digma que_gi bien comienza a ser cuestionado, presenta todavía" mocracias modernas, en Lanío han planteado como disyuntiva éti-
^^y^I^?l^!^MM,.3i fuer de verdad, debe reconocerse que co-política ¿qué deberá priorizarse, los intereses individuales o los
16

si bien transita por un momento de problematización crítica, de de- intereses coTcctivos? "

"' Dotli, J . "Viejo y nuevo liberalismo", Conferencia del Ciclo "Democracia


1 5
y Transformación Social" Centro d¡" Estudios para la Transformación Argentina.
Lcvi-Straus.;, C . Seminario: La ¡denudad, Petrel, Barcelona, 1981. Fundación Banco Patricios, setiembre 1985.

46 47
Estos presupuestos ético-filosóficos se hallan presentes implíci- tado siempre presente en las polémicas políticas de los movimien-
tamente en las diferentes preocupaciones por las relaciones de los tos revolucionarios, sea en la oposición Robespierre-Danton, o L e -
seres humanos entre sí y opera, desde variados puntos de éntrecru- nin-Trotski-Rosa de Luxemburgo (discusión de la capacidad auto- y<ZT\
zamientos —habitualmente invisibles pero eficaces— en las dis- gestiva de los grupos políticos), o Guevara-Bettelheim (estímulos U 2°i)
tintas teorizaciones sobre lo gmpal. Su operatividad se vuelve v i - morales versas estímulos materiales), organización versas espon-
sible según se privilegie lo individual o lo colectivo. taneísmo, el Partido como vanguardia "concientizadora" —o no—
Es frecuente encontrar fuertes explicitaciones de utopías socia- de las masas, etcétera.
les transformadoras en aquellos quedesdeFouriereriadelante han Excede el propósito de este trabajo el análisis de los supuestos
priorizado lo colectivo. Si bien en quienes han priorizado lo indi- que han guiado estas polémicas; de todos modos — y sólo a modo
vidual no siempre su paradigma ético-político se encuentra tan de puntuación— merece señalarse que uno de los múltiples ejes de £; ^ &o
desplegado, podrían ubicarse aquí aquellas teorizaciones que ca- debate ha estado centrado en dos concepciones políticas de los co- ,j ^
racterizan, por ejemplo, ios fenómenos de masas y los fenómenos lectivos humanos, bien diferenciadas. Aquella que ha centrado su q&W
grupales acentuando su irracionalidad, lo regresivo o pensándolos interés en guiar, concientizar—y por qué no, muchas veces marii-4
como espacios que amenazan de una u otra forma la identidad, es- pular—tales colectivos y aquella que ha puesto el énfasis enejpro-¿
17
to es, remarcando su negatividad. tagonismo autogestiyo de los mismos.
Estos presupuestos forman parte de los a priori conceptuales Obsérvese que la preocupación con respecto al montaje de dis-
mencionados líneas arriba; operan creando las' condiciones para positivos grupales eficaces en disponer condiciones de posibilidad
que los colectivos humanos sólo puedan ser indagados desde las para la gestión y la producción colectiva versas la manipulación y
mismas categorías que se suponen legítimas para pensar los "indi- la sugestión de tales colectivos humanos —bien denunciada hace
viduos". 19
ya tiempo por Pontalis— es un debate teórico-técnico, pero tam-
bién ético de absoluta vigencia en el campo gmpal. Así, por ejem-
Puede observarse que también desde las prácticas y teorías po- plo, muchos trabajos de elucidación sobre el lugar del coordinador
líticas se han ido desarrollando determinadas preocupaciones por sostienen este tipo de interés: cómo crear, desde la coordinación,
los grupos humanos. Algunos autores ubican incluso sus aportes condiciones de posibilidad para la producción colectiva, cómo evi-
18
como pane de una psicología social no oficial. Si bien en este tra- tar deslizarse hacia la sugestión, la manipulación; en síntesis, cómo
bajo se abordarán las preocupaciones académico-científicas sobre 20
no inducir. Estas investigaciones se despliegan a partir de una
los grupos, omitiendo deliberadamente las reflexiones que desde el convicción, aquella por la cual los pequeños grupos son significa-
plano político han merecido los grupos humanos, sin embargo no dos como espacios virtuales de producción colectiva, y por to tan-
podrá dej ar de mencionarse el interés que a los políticos y a los den- to portadores de un plus respecto de la producción individual. ,
tistas políticos han despertado algunas incógnitas con respecto al
:
grado de participación o pasividad de los' colectivos humanos; ha E n rigor de verdad esta enumeración en espacios científico-aca-
insistido una interrogación: ¿a partir de qué condiciones es posible démico, ético-político, presenta solamente un valor expositivo; en
desarrollare) frenar tal potencial participativo? Esta temática ha es- los hechos entrecruzamientos permanentes de estos espacios han
,
• •>< ~\y¡\\..^í^tóno^^g^^'l^^^fxji;:.
•í*>/>wlf' '"5**1"
1 7
Fernández, A . M . "Formaciones colectiva y represión socíal'^trabajo pre-
sentado en las jomadas del mismo nombre, Buenos Aires, 1985. 1 9
Pontalis, J . B . Después de Freud, Sudamericana, Buenos Aires, 1968. •
1 8
Bauleo, "Psicología Social y Grupos", en Contrainstitución y grupos, Fun- 2 0
Pcrcia, M . "Taller Abierto Permanente", Cátedra Teoría y Técnica de Gru-
damentos, Buenos Aires, 1977.
pos, Facultad de Psicología, U B A , 1986.

48 49
recorrido la historia dc'la-eohs'tiruCi'ótt del campo de saberes y prác- nes, las.condiciones- páfa-eTdesplicgue de sus potencialidades au-
ticas grupales. . . . . I togestivas,la dialéctica de lo instituido-lo instituyentc, etc.; dentro
Así, las investigaciones de Kurt Lewin (psicológico de la Escue- de esa línea sonsignificatiyos también los aportes de Guattari so-
la de Berlín, emigrado a Estados Unidos en 1930) sobre los grupos brejos grupos objeto y los grupos sujeto; es evidente en todoíes-
democráticos, autoritarios y "laissez faire", se organizaron a partir ¡ólTauTol^s la importancia del Mayo Francés, como así también su
de una interrogación sobre el nazismo: ;.cómo pudo producirse, interés por los espacios de autogestión obrera de la Revolución de
desde el punto de vista psicológico, un fenómeno colectivo como Octubre y otros momentos revolucionarios europeos anteriores ala
el nazT^o? ¿cómoj:sj)osible prevenir psicológicamente tales fe-
L Segunda Guerra Mundial.' , . ;o : • .. . •;..:
nómenos? • ;r - : •- .-. • • .:-.•: ;
En Wühelm.Rcich, sus elaboraciones sobre los fenómenos de
masas y el gmpo familiar fueron animados, asimismo, por una pre-
gunta política: ¿por qué las masas obreras alemanas optaron por el C . L a relación grupo-sociedad
nacional socialismo y no por la alternativa socialista o comunista?
" Esta interrogación lo llevó a analizar el papel jugado por el gmpo L a relación grupo-sociedad ha sido tradicionalmente encarada des-
famjliar, redefiniendo la ideología Como una fuerza material. de una perspectiva de relaciones de influencia, donde las diferen-
i En los primeros pensadores sobre lo grupal: K . Lewin, Moreno, tes posiciones teórico-ideoíógicas varían según otorguen un mayor
ufl&ttPichón Rivicre, estuvo siempre presente una fuerte preocupación o menor grado de influencia de lo social sobre los movimientos de
por el cambio social. Pensaban ajos grupos (más allá de lo diferen- un gmpo; pero, en todas ellas, lo social se ubica como algo exterior
tes que pudieran ser sus concepciones de la transformación social al grupo, sobre el cual recaerá, en mayor o menor medida su
o los dispositivos grupales que diseñaron) como instrumentos vá- influencia. Una variante de esta forma de pensar es plantearse la
lidos para la "realización" de las fuertes utopías sociales que los relación grupo-sociedad en términos de interacción mutua. En rea-
animaron. lidad, la relación grupo-sociedad es un subtema de la relación in-
Si bien este tipo de preocupaciones parecería estar ausente en la dividuo-sociedad que tradicionalmente ha sido planteada en térmi-
incorporación de dispositivos grupales en el área de la asistencia nos antagónicos.
psicoterapéutica, sin embargo los psicoanalistas ingleses que em- Como se vio en páginas anteriores la antinomia individuo-socie-
pezaron a trabajar con grupos, buscaban una forma de abordaje efi- dad forma paite de un conjunto de pares antinómicos: material-
caz en la rehabilitación de ios combatientes ingleses de la Segun- ideal, alma-cuerpo, ser-tener, objetivo-subjetivo, público-privado,
da Guerra internados en los hospitales psiquiátricos militares. que han atravesado la reflexión occidental abarcando desde proble-
Asimismo pueden señalarse este tipo de enlaces en los aportes máticas filosóficas, políticas y científicas hasta la organización de
sartreanos. sobre los grupos humanos. E n su Crítica a la razón dia- la vida cotidiana y la producción de subjetividad. Se encuentran ar-
léctica (1960) S_artrc abre un campo de reflexión: el hombre fren- ticuladas habitualmenle desde lógicas binarias jerarquizantes.
te al grupo y la historia colectiva; reflexión sóbrelo gmpal pero que Probablemente el pensar estos pares desde tales lógicas sea una de
busca, sin duda, respuesta a una dolorosa interrogación política, las formas-de mayor eficacia simbólico-imaginaria dé la pro-
¿dejjué manera ha sido posible un fenómeno como el stalinismo? ducción dediscürsos. Asimismo, importaría señalar que tal división
También se pueden incluir aquí las preocupaciones y replanteos dicotómica no-sólo ha transitado el nivel discursivo de diferentes
sobre los grupos desarrollados por el Análisis Institucional, dc.in- disciplinas sino que ha investido también sus prácticas, inscri-
dudables influencias sartreanas. Autores como Lourcau, Lapassa- biéndolas de forma muy particular en diferentes estrategias de dis-
dc, Ardomo, retomarán el interés por los grupos en las institucio- ciplinamicnto social.
Se dijo ya también que el pensar la tensión entre lo singular y lo tecimientos grupales en las interacciones entre sus integrantes, pro-
colectivo desde la antinomia individuo-sociedad opera como a duciendo un enfoque de los grupos plegados sobre sí mismos don-
prióHconceptual en las diferentes reflexiones sobre lo grupal. E n desi bien se abre visibilidad conrespecto a sus cohesiones;hdefaz-/^7T^\
el intento de desdibujar el sentido antinómico de la tensión entre lo gos e interacción de roles, etc., se ínvisibilizan los atravesamientosl (i*)
singular y lo colectivo, es que resulta pertinente repensar crítica- institucionales, sociales é históricos que confluyen en la gestión de — • — '
mente aquella noción por la cual los grupos constituyen un campo tales movimientos grupales.
de mediaciones entre individuos y sociedades. Solución de com- Esta forma de "gruplsmo" al reducir los aconteceres grupales a
promiso tal vez válida en su momento, frente a la gran dificultad de algunos de sus movimientos, suele operar un efecto de teoría por el
pensar las múltiples combinatorias posibles de la tensión antes cual estos "grupos-islas" terminan produciéndose plegados sobre
mencionada, pero que hoy merece revisarse. sí mismos. De todos modos, este tipo de reducción se produce en
L a operación que parecieran haber seguido las diversas discipli- el marco de corrientes que legitiman un espacio propio de lo gmpal,
nas humanísticas en sus momentos fundacionales sería dividir ilu- es decir que han podido superar una primera reducción, aquella por
soriamente el campo de indagación en dos objetos de estudio la cual los pequeños colectivos humanos no ofrecerían la necesidad
"bien" diferenciados: individuos y sociedades, organizando dife- de parámetros de análisis propios. . . ;.•
rentes áreas y prácticas disciplinarias para luego buscar las formas Otra manera de "resolver" la tensión aludida, suele ser la nega-
-^^c£pi¿¿^ por donde ponerlos a jugar sus relaciones. Esto hizo necesario en- ción de la especifidad de los acontecimientos grupales; puede en-
oi? ¡Vi. tonces demarcar los campos de saberes y prácticas mediadores contrarse en aquellas formas de abordaje donde el dispositivo gru-
paT^visuaTizadó sólo como un espacio-escenario de despliegue de
las singularidades, en sus diversos juegos especulares, pero exclu-
INTDIVIDUO SOCIEDAD yendo toda posibilidad de especificidad en el agrupamiento en sí
mismo..
Psicología Sociología Un ejemplo en sentido contrario puede ofrecerlo la noción de ar-
Pedagogía Antropología ticulación entre horizontalidad y verticalidad de Pichón Riviére,
Psicoanálisis Economía ien rri_anjtienelaiensión sin "resolver" entre ambas instancias; en
etc. etc.
te autor, hojizonj^lidad^. verticalidad no se subordinan una a la
!

ojradno que, por el contrario, es enel cruce de las diacronías y sin-'
jp' jcronías grupales donde el emergenteTdviene. E l uso extensivo de
Psicología Social ^ o i - M a noción de emergente que suele encontrarse en las prácticas de los,
Psicología de los Grupos grupos operativos no debe oscurecer la sutileza de esta forma pi-,
\ Psicología de las Instituciones choniana de pensar la articulación singular-colectivo. .. .
i;

Esta noción de los grupos como campos de mediaciones ha in-


tentado "resolver" la tensión entre lo singular y lo colectivo a tra-
vés de la categoría de intermediación. S i bien dicha categoría me- D. L a categoría de intermediario t . ,.
rece revisión, es necesario destacar que mantiene la presencia del m
polo social en su análisis de la dimensión gmpal. Por el contrario, Esta caracterización de los grupos como mediadores, es decir, co-
puede encontrarse fuene tradición en cierta forma de reduccionis- mo espacios intermedios entre "individuos" y "sociedades" lleva-
mo "psi", en aquellas comentes que centran su análisis de los acon- implícito cierto concepto operativo, a través del cual dados dos con-s

52 53
M
ti

juntos diferentes previamente demarcados habrá que, posterior- sultado de una separación entre eiementos-que-se trata de reanicu-
lar, por medio de una suerte de "by pass" teórico. Desde esta pers-
é
mente, buscar sus relaciones, sus puentes articuladores. A su vez,
y correlativamente con lo anterior; dadas dos disciplinas ya cons- pectiva, lo intermediario está pensado tambjéncomp^un proceso de
co- cí
tituidas —psicología y sociología— se vuelve necesario demarcar •Igdjjj^tión de.,antagojúgmas.. Este proceso se refiere también a lo hs^fij) *
nuevos campos disciplinarios intermedios, articuladores. En este discontinuo, pero a un tipo de discontinuidad basada en los conflic-
caso, una psicología de los grupos. Esta noción articuladora es el tos que se dan en un campo de fuerzas de oposición, se trata cnLon m
concepto de intermediario.
Rene Kaes se pregunta: ¿Puede la categoría de intermediario
ees de articular, bajo diferentes formas, a los elementos en con-
flicto. . .
m
ayudarnos a pensar la articulación psicosociall 21
Plantea que, por 2. Lo intermediario ligado a la presentación de un proceso de t *
definición, esta categoría ha estado destinada a pensar lo articular, transfolrriacíórry pasaje, asociada por ende al pensamiento del mo- y* 1
m
utilizándose en diferentes disciplinas: psicología, historia de las vimiento.
m
mentalidades, psicoanálisis, antropología. E s necesario subrayar "~ 3. Si bien las dos primeras características hacen aparecer lo in-
que esta categoría es puesta en funcionamiento cuando tales disci- termediario como la necesidad de lo continuo, principio o agente de
-fox?*
plinas se han visto frente al desafío de pensardesde sus: diferentes concatenación, proceso de pasaje de un orden a otro, lajejrcenun-
campos de demarcación; las relaciones entre subjetividad e histo- sisie en su función estructurante y erisujgs^ons^^iidad_respecto
ria, entre inconsciente y cultura, etcétera. Sin embargo, sostiene del pasaje dejuna estructura a otra.
este autorque dicha categoría no ha sido objeto de una elaboración 0
suficiente en las disciplinas que trabajan'con ella. Esta situación pa-
recería contrastar con el status que tal categoría ha cobrado en la fi-
Además de señalar estos tres aspectos de lo intermediario, Kaes
propone una distinción entre Inj.ennediarios de Tipo 1, q u e j a r a n fV¡Ji^ñJ
W
losofía, donde: en uñjcampo homogéneo, en ei interior de una misma estructura o ' /
de una concatenación, c Intermediarios del Tipo 2, que articulan
el pensamiento de lo intermediario (la cualidad de medio) es una de dos conjuntos heterogéneos, heterónomos, de niveles lógicos dife-
las categorías más pregnantes de la historia de ias ideas. Aüaviesa rentes^
lodo el campo de la filosofía occidenud: en su apogeo con Platón L a cuestión de la articulación psicosocial refiere particularmen-
(con las categorías de! mésosics y del meiaxu), vigorosa en teología te a un intermediario del tipo 2, puesto que se trata de dos polos psi-
y metafísica, se impondrá aun a las corrientes prerracionalista y ra- cológico y sociológico, que se han constituido en el curso de su opo-
cionalista y luego volverá con más fuerza en el siglo xix en las dis- sición diferenciada. Kaes plantea que un punto de vista como éste m
cipl ¡ñas cuya tarea consistirá en dar cuenta de la transformación tem -
22 podría adiniürojK) la mediaciónentre niveles heterónomos, pero m
pora! o de un vínculo entre organizaciones heterogéneas.
subraya que, frecuentemente, y sobre todo en las fases constituti-
vas de'los campos disciplinarios, el resultado del debate evoheio-
Plantea este autor tres caracteres generales asociados a la cate-
na~IisTdTjáméñte hacia posiciones reduccionistas. ,
goría de intermediario:
STirdüclaTa cuestión del intermediario dista mucho de estar re
¡Ai •
sueltla; su vaguedad conceptual suele ir acompañada en algunos ^
1. Lo intermediario como función de lo articular, por el cual lo
Mtos üe
ámbitos de valoraciones negativas,
neg en tanto suele asociarse la i n r i .
intermediario funciona en el campó de lo discontinuo, en tanto re-
tennediación con lo neutro, lo mixto, lo bastardo, lo impuro. E s t e ;
m
2 1
tipcTde anexiones asociativas, sin duda acentuadas desde las dispu-
Kaes, R, " L a categoría de intermediario y la articulación psico-social", Rev.
9
de Psicología y Psicoierapia de Grupo, Tomo VTI n 1 , Buenos Aires, 1934.
tas porla hegemonía en el campo intelectual, hablan de las dificul-
2 2
Kaes, R. Op. cit. tades que tales intentos de articulación presentan. m
*
54 .13
Estas cuestiones no sólo señalan problemas teóricos de comple- micas, etc. Lo gmpal en un doble movimiento teórico: el trabajo"
ja demarcación, Se presentan también en la cotidianeidad de las sobre sus especificidades y su articulación con las múltiples ins-
prácticas grupales orientando las mismas hacia algunos de los re- cripciones que lo atraviesan. Nueva manera de pensar L o Uno y L o
duccionismos mencionados líneas arriba, según los a priori con- Múltiple, intentando superar los encierros que la lógica del objeto
ceptuales que se pongan en juego en tal terreno. No debe olvidar- discreto impone, abriendo la reflexión hacia formas eplstémlcas
se que dichos a priori han operado previamente como impensables pluralistas, transdisciplinarias.
en el diseño de sus dispositivos, De esta manera al crear condicio- E n este sentido vuelve —-insiste— la figura nudo. E n su formu-
nes para producir determinadas experiencias gmpal es — y no lación metafórica y no analógica, produce significación dentro del
otras— se refuerza el circuito reduccionista. Aquellos aconteceres planteo epistemológico que aquí se esboza, Más que buscar los re-
que en el gmpo aparecen como lo dado, el dato primero, son en rea- quisitos epistémicos para construir el objeto teórico gmpo. se pre-
lidad construcciones realizadas desde el a priori conceptual; dada sentan los grupos como nudos teóricos,• .: . . • ' -
su invisibilidad se ofrecen como la "evidencia de los hechos", cuan-' Nudos consumidos por múltiples hilos de unidades disciplina-
do en realidad son un efecto de teoría. rias que se enlazan en el pensar lo gmpal. Esto implica un movi-
miento bascular por el cual se vuelve imprescindible sostener las
Resumiendo, muchas son las formas que los reduccionismos categorías de análisis específicas, particulares, de los recortes dis-
pueden presentar. Tanto las teorizaciones como el lugar de la coor- ciplinarios y — a l mismo tiempo— mantener su problematlzación
dinación suelen oscilar entre dos ficciones: la figura del gran indi- permanente atravesándolas con las categorías de otras territoriali-
viduo o el espejismo de los grupos como intencionalidad. dades disciplinarias que enlazan los nudos teóricos grupales.
E n este sentido se vuelve necesario un cambio de paradigma; de Proyectos de este tipo sólo pueden desplegarse si se interroga
un criterio antinómico de individuos vs. sociedades, hacia una ope- críticamente la epistemología de las ciencias positivas, en la cual
ración conceptual que pueda evitar una falsa resolución reduccio- aún se fundamentan las llamadas ciencias humanas —el psicoaná-
nista y se permita sostener la tensión singular-colectivo. Singula- lisis inclusive. Tal epistemología supone un objeto discreto autó-
ridad descamada de soportes corporales indivisos. Colectividad nomo, reproducible, no contradictorio y unívoco. Implica una Ló-
que en las resonancias singulares produce anudamientos-desanu- gica de Lo Uno donde la singularidad del objeto no se vea afecta-
23
damientos propios. da por eventuales aproximaciones disciplinarias.
Singularidady colectividad que sólo sosteniendo su tensión ha- Estas lógicas, de objeto discreto, imprescindibles, seguramente,
rán posible pensar la dimensión subjetiva en el atravesamiento del en los momentos fundacionales de ias ciencias humanas, suelen
deseo y la historia. ocasionar sus propias dificultades para comprender situaciones de,
transferencias múltiples en diferentes territorialidades. Podría pen-"
sarse que en la actualidad han comenzado a producir un obstáculo
epistemológico en la reflexión de lo gmpal,Han conformado a l p -
E , Problema epistémico ' nas ilusiones teórico-técnicas de difícil desarticulación; entre ellas
pueden mencionarse: la posibilidad de construir un objetó teórico
En un intento —aún provisorio— de superar ciertos impasses que "gmpo", la lectura de los acontecimientos grupales plegados sobre
los reduccionismos señalados y la categoría de intermediarios sí mismos (los grupos "islas"), el psicoanálisis, como disciplina
plantean, se enuncia en este trabajo la necesidad de pensar lo gm-
pal como un campo de problemáticas atravesado por múltiples ins-
cripciones: deseantes, históricas, institucionales, políticas, econó- 2 3
Kaes, R. Op. cit. %

56 57
"explicativa'Vunívoca, de los movimientos gmpaíes, o la negación culares que 'nace que una cuestión, un problema, un."they.ia." estre-
de la especificidad disciplinaria del campo gmpal. mezca los diversos saberes sin pretender conjurarlos bajo una for-
ma globalizante; no ya universales empírica o especulativamente
La aparición de propuestas transdisciplinarias 24
da cuenta del determinados, vestigios de una edad positivista, sino matrices ge-
surgimiento —aunque incipiente— de otras formas de abordaje de nerativas, problemas en relación a los cuales un atravesamiento
la cuestión, así como de la necesidad de utilizar criterios epistemo- disciplinario dará cuenta tanto de las distancias y diferencias como
lógicos pluralistas. Habla asimismo de la resistencia de ciertos pro- de las aproximaciones y divergencias disciplinarias.
cesos a su simplificación unidisciplinaria y sugiere la oportunidad Obviamente, este movimiento que desdibuj a los objetos teóricos
de los desdibujamientos de "individuos" y "sociedades", en inten- discretos, unívocos, implica no sólo el intercambio entre diferentes
tos de comprensión que aborden estos problemas desde el centro áreas de saber sino la crítica interna de variadas regiones de una dis-
mismo de su complejidad. ciplina que, al transversalizarse con otros saberes, pone en interro-
26

Con su propuesta de atravesamientos disciplinarios, esta ten- gación muchas de sus certezas teóricas.
dencia se inscribe en un nuevo intento de superación de los reduc-
cionismos psicologistas o sociologistas. Sin embargo, pareciera
abarcar un espectro más amplio de cuestiones; por un lado pone en
jaque las configuraciones hegemónicas de ciertas disciplinas "rei-
nas", o saberes arquetípicos a los cuales se han subordinado otras
territorialidades disciplinarias; tiene como una de sus premisas más
fuertes la implementación de contactos locales y no globales entre
los saberes; de tal manera que lo;- saberes que las disciplinas "rei-
nas" habían satelizado recobren su libertad de diálogos munivalen-
tes con otros saberes afines.
La invención de los atravesamientos disciplinarios como trans-
gresión a las especificidades, crea las condiciones para hacer salir
a ciertos objetos científicos de su referencialismo dogmático e in-
vita a construir una red epistemológica a partir de intercambios lo-
cales y no globales, donde las transferencias de saberes se realicen
según el eje de la metáfora y no según el de la analogía. Transferen-
cias en estado de vigilancia epistémica y metodológica que se or-
25 ;
ganicen en una epistemología crítica.
Esta epistemología crítica intenta localizar los lugares de singu-
laridad problemática, el grafo de las circulaciones locales y parti-

2 4
Bcnoist, J.M. " L a interdiciplinaríedad en las ciencias sociales" en: L . Apos-
tcl y otros, Inlerdisciplinariedad y ciencias humanas, Tecrios, U N E S C O , Madrid,
1982.
2 5
Benoist, J.M. Op. cit. 2 6
Se retoma esta cuestión en el capítulo V I I .

58 59
Capítulo ILT

L A DEMANDA POR L O S GRUPOS

A. L a ilusión de los orígenes

La psicosociología nació en el cruce de numerosas disciplinas ya


formadas o en curso de formación, tales como la psicología social,
el psicoanálisis, la psicopedagogía, la sociología de las organiza-
ciones, etcétera. Puede afirmarse que el conjunto de conocimientos
cuya preocupación son los grupos humanos tiene uno de sus pun-
tos de origen en la imperiosa demanda proveniente de la práctica
social empresarial, con particular localización en los Estados Uni-
1
dos en los años 20.
L a introducción de este nuevo dominio del conocimiento había
comenzado, sin duda, con anterioridad a que tal demanda se hicie-
ra operativa en encargos concretos. Así los trabajos de Tarde, Me
Dugall, Le Bon, e incluso las primeras investigaciones de Moreno
son anteriores a la Primera Guerra Mundial. ¿.
Más allá de cierto interés histórico, estas "condiciones de origen''
de las producciones técnico-invesügativas de la microsociplogía
poseen no poca importancia, por cuanto, de una u otra manera, sue-
len mantenerse operantes en los corpus teóricos y en los bagajes
tecnológicos de diversas corrientes grupalistas, Por otra parte, las
críticas a su origen siguen siendo una de las principales líneas de ob-
jeción, no sólo ideológicas, sino también teórico-epistémicas,

1
Lourau, R El análisis institucional, Amorrortu, Buenos Aires, 1975.
: . í

61
Las primeras intervenciones que luego darán lugar a la microso- daban así confundidos, en este caso, los sistemas de referencia gru-
ciología o estudio de los pequeños grupos, fueron las de Elton Ma- pal y los sistemas de referencia institucional.
yo (1924) con sus ya celebres trabajos, en los talleres Hawthornc de Si bien es comprensible que estas diferenciaciones fueran invi-
la Westem Electric Company, cerca de Chicago, donde se "descu- sibles en los momentos fundacionales de este campo de interven-
bre" que los trabajadores constituyen espontáneamente entre sí ción merecen ser señalados en tanto con suma frecuencia puede ob-
grupos informales, con vida y organización propias y cuyo código servarse—aun hoy— atribuir capacidades intrínsecas a los grupos
implícito determina la actitud de los mismos hacia el trabajo. Es de- que dejan en invisibilidad atravesamicntos e inscripciones mucho
cir que los individuos que componen un taller no son simplemen- más amplios que el grupo mismo/ . . . . . .;
te individuos sino que conforman un grupo, dentro del cual han de- Pero más allá de estas puntuaciones aposteriori—-y posibles en
sabollado "redes informales", es decir, vínculos entre ellos, como función de desarrollos disciplinarios más actuales— lo cierto es
así también con los superiores y con los reglamentos de la empre- que el tipo de experiencias aquí señaladas puso a los grupos por pri-
sa. Su mejor rendimiento depende más de la intcrrclación afectiva mera vez en el campo de mira de investigadores sociales, empresa-
2
entre ellos que de las mejoras en sus condiciones de trabajo. rios y hombres de estado de los principales países centrales.
Aparece por primera vez el planteo de una moral de grupo: to-
do el movimiento posterior de "Relaciones Humanas" Luvo su
punto de partida en esta investigación que demostraba la relación
positiva entre productividad y actitud del grupo respecto a la em- B . L a dinámica de grupos
presa.
Aquí entonces se encuentra una embrionaria idea de grupo aso- Kurt Lewin, psicológico de la Escuela de Berlín, emigrado en 1930
ciada a un conjunto de personas en intercambio informal afectivo; a Estados Unidos, aportó principios de la Gestaltheorie al estudio
comienza a vislumbrarse la noción de un plus que tendrá el grupo de la personalidad y posteriormente al estudio de los grupos. Esta
con respecto a la simple sumatoria de sus integrantes; dicho plus se había demostrado que la percepción y el hábito no se apoyan en
evidenciará por sus efectos: mayor rendimiento. elementos sino en "estructuras". L a Teoría de la Gestalt puso en
Más allá de las múltiples objeciones ideológicas que este tipo de evidencia, cxpcrimentalmente, refutando el asociacionismo.cómo
intervención psicosociológica ha merecido, aquello que sus técni- —en ciertas condiciones— cabe afirmar que "el todo es más que la
cos atribuían a un todavía misterioso funcionamiento grupal, hoy suma de las partes". Según esta corriente la explicación de los fe-
podría pensarse incorporando conceptos como la noción de trans- nómenos pcrccptuales debía intentarse a través de una unidad de
ferencia institucional* aportado por el Análisis Institucional. Sin análisis —el campo perceptua!— de un nivel distinto al de las uni-
duda se generaban, entre los operarios que realizaron esta experien- dades propuestas hasta entonces: las sensaciones. Lewin explicará
cia, "intercambios afectivos"; si bien éstos merecen ser analizados la acción individual a partir de la estructura que se establece entre
en su especificidad, es importante indicar la probabilidad de que es- el sujeto y su ambiente en un momento determinado. Tal estructu-
tos movimientos grupales estuvieran también marcados por la cir- ra es un campo dinámico, es decir un sistema de fuerzas en equili-
culación de atravesamicnlos de transferencia institucional positiva, brio. Cuando el equilibrio se quiebra, se crea tensión en el indivi-
que la intervención del mismo psicosociólogo ponía en juego; que- duo, y su comportamiento tiene por finalidad su restablecimiento.
En 1938 utiliza el método experimental (por primera vez en las
investigaciones grupales) para trabajarla noción de campo dinámi-
2
An/.icu, D. Op. til. co, originándose la muy conocida experiencia con grupos de niños
3
Lourau, R. Op. til. a través de la construcción experimental de tres climas sociales: au-

63
4
loritario, democrático y laissezfaire. Habían partido de una hipó- De modo tal que, para Kurt Lewin, el gmpo es una realidad irre-
tesis: la frustración ocasiona la agresión; pero al concluir la expe- ductible a los individuos que la componen, más allá de las simili-
riencia pudo observarse que ¡as reacciones agresivas variaban se- tudes o diferencias de objetivos o temperamentos que pudieran pre-
gún los climas grupales, dependiendo éstS del estiló de coordina- sentar sus miembros. Es un específico sistema de interdependencia,
ción. tanto entre los miembros del gmpo como entre los elementos del
Dado que esta experiencia se realiza a comienzos dé la Segun- campo (finalidad, normas, percepción del mundo extemo, división
da Guerra Mundial alcanza gran celebridad. Da fundamento cien- de roles, status, etcétera ). Aquí se diferencia de aquellos que plan-
tífico a la valoración del ideal democrático ai demostrar qué en los tean el factor constitutivo del gmpo, en mera afinidad entre sus in-
grupos conducidos democráticamente la tensión es menor, pues la tegrantes.
agresividad se descarga en ellos dé manera gradual en lugar de acu- E l funcionamiento del gmpo se explica por el sistema de inter-
mularse y producir apaü'a o estallidos, corrió éh ios otros dos gru- dependencia propio de dicho gmpo en determinado momento, sea
pos. Concluye que el grupo democrático; al alcanzar más fácilmen- éste funcionamiento interno (subgrupos, afinidades o roles) o refe-
te el equilibrio interno, es más constfUclivo en stls actividades. rido a la acción sobre la realidad exterior. E n esto reside la fuerza
A partir de allí Lewirt comienza á desarrollar' sus hipótesis cen- del gmpo o, dicho más exactamente, en esto reside el sistema de
trales sobre los grupos: el grupo es U¡i lodo cuyas propiedades son fuerzas que lo impulsa, es decir, su dinámica. 6

diferentes a la suma de las parles. Él grupo y su 'ambiente consti-


tuyen un campo social dinámico, cuyos principales elementos son Las relaciones descubiertas en laboratorio sobre grupos "artifi-
los subgrupos, los miembros-, los cúñales de corhUhic ación, las ba- ciales" pasan a ser estudiadas luego en agrupamientos de la vida co-
rreras. Modificando un elemento sé puede modificar la estructura. tidiana: talleres, escuelas, barrios, etc., en la convicción de que el
EÍ grupo es un campo de füéizáéii "equilibrio casi estacionario". pequeño gmpo permite vencer las resistencias al cambio y provo-
Éste equilibrio no es estático, sitió dináriiicO, resultante de un jue- ca la evolución de las estmeturas del campo social (fábrica, consu-
go dé fuerzas antagónicas: pdr Un lado, las fuerzas que constituyen midores, opinión pública, etcétera). A partir de ese momento traba-
las partes en un todo; por otro las fuerzas cjue tienden a desintegrar jará la temática del cambio social y la resistencia al cambio con la
ai conjunto. célebre experiencia de modificación de costumbres alimentarias de
Como puede observarse es üha concepción netamente "ges- 1943. Trabaja sobre la resistencia de las amas de casa norteameri-
taltista": el juego de fuerzas expuesto sé piensa tari sólo en relación canas durante la Segunda Guerra a incluir achuras en la dieta ali-
ál todo; lejos de que las partes puedan explicar ese todo, da cuen- mentaria; se hacía necesario modificar estos hábitos en virtud de la
5
ta de cada una de ellas en sus relaciones crjñ todas las demás. E n falta de carne que el abastecimiento de las tropas ocasionaba. 7

Consecuencia, uno de los problemas más importantes para Kurt Le- "Descubre" que tomar una decisión en gmpo compromete más
win y sus colaboradores es la investigación dé la Unidad del grupo a la acción que una decisión individual; que es más fácil cambiar las
y sU permanencia como totalidad dinátríica (dé allí los nuntérosos ideas y las nornias de un gmpo pequeño que las délos individuos
estudios de esta escuela sobre la cohesión grupal, la relación de ios aislados (costumbres alimentarias, rendimiento en el trabajo, alco-
miembros entre sí, los procesos dé interacción, etc.), ctírfió así tam- holismo, etc.) y que la conformidad con el gmpo es un elemento
bién, tds relaciones dinámicas entré los éléniéñios y las configura- fundamental frente a la resistencia interna para el cambio. Se plan-
ciones de conjunto. Ha nacido la Dinámica dé Grupos, to
* Aitzieu, D. Op. cit. 6
Dinámica: en un medio definido, cierta distribución de fuerzas determina el
5
Viét, J . Los métodos esiruciuYalisias ai 'demias Sociales, AmorrOrtu, Bue- comportamiento de un objeto que posee propiedades definidas.
nos Aires, 1979. 7
Anzieu, D. Op. cit.

64 65
tea la necesidad de reorientarla fuerza resistencia! al servicio del portó de ésta disciplina tanto sus leyes como sus principios meto-
cambio. En tal sentido los dispositivos grupales que diseña se le dológicos; puso énfasis en la constmeción teórica de conceptos que
presentan eficaces para tal objetivo. no derivan de la experiencia^ En Dinámica de la personalidad opo-
LaTeoría del Campo elaborada por K. Lewin ofreció una gran ne al concepto'dé ley aristotélico el concepto de ley galileano. Pa-
posibilidad de estudio de los grupos y dio lugar a vastísimas apli- ra el primero son legales e inteligibles las cosas que ocurren sin ex-
8
caciones en sus discípulos; hizo posible la consolidación de las cepción, también pueden incluirse las que ocurren con frecuencia;
"técnicas de laboratorio social" y la "Investigación-Acción", ins- para esta concepción los hechos individuales, que ocurren una so-
trumentos que han excedido en su implementación su lugar origi- 12
la vez, son mero azar y quedan por fuera de la legalidad. En cam-
nario para aplicarse en muy variados campos de las ciencias socia- bio, para Galilco, que el hecho descripto por la ley ocurra raramen-
les. Los aportes de la Teoría del Campo han tenido gran iníluencia te o con frecuencia no compromete la presencia de la ley; el caso
en ámbitos muy disímiles; puede observarse incluso, la impronta de puede suceder una sola vez o varias, lo que interesa es que todo
algunos de sus postulados —aunque con importantes rcformula- acontecimiento es legal.
9 10
ciones— en autores argentinos como Pichón Riviére y Bleger. L a ley, para Lewin, es ley estructural ya que establece una rela-
También fueron tomados, en sus inicios, por los psicoanalistas de ción funcional entre los aspectos de una situación; asimismo el
la escuela kleiniana que abrieron dispositivos grupales en el área acontecimiento depende de la totalidad de la situación. En el campo
psicoterapéulica. formado por la unidad funcional de persona y ambiente, la situación
11
P. Sbandi plantea que la concepción lewiniana del grupo co- es única, cambiante y caracterizada por la totalidad de las interre-
mo un todo significa el abandono de. la posición que coloca al in- laciones que se dan en un momento determinado. Por ello, para la
dividuo en primer plano. Señala, sin embargo, que si bien Lewin Psicología, según Lewin, no tiene sentido establecer leyes de
acentúa la interdependencia de los miembros, mantiene invisibles acuerdo al criterio aristotélico, en tanto éste toma en cuenta los fac-
los presupuestos sobre los que se funda tal interdependencia; con- tores comunes a todas las situaciones o las que aparecen con más
sidera, asimismo, que serán los aportes psicoanalíticos respecto a frecuencia. Se debe proceder de acuerdo al criterio de la física ga-
los procesos identificatorios, las relaciones emocionales y los pro- licana, que obligaba a tener en cuenta, ante todo, la totalidad de la
cesos inconscientes los que harán posible ahondaren esta cuestión. situación.

Lo que es ahora importante para la investigación de la dinámica, no


es abstraer un hecho de su situación, sino descubrir aquellas situa-
C. Criterios episíémicos de K u r t Lewin ciones en las que los factores determinativos de la estructura diná-
mica touil se manifiestan con más claridad y pureza. E n vez de una
Interesa resaltar de este autor algunas posiciones epistemológicas referencia al promedio abstracto de tantos casos históricamente da-
dos como sea posible, se da la que corresponde al contenido concre-
desde donde pensaba lo gmpal. Si bien es sabido que Kurt lewin to- 13
to de una situación específica".
mó diversas nociones de la Física, es importante señalar que no im- i
Muchas veces, en Psicología Social, la Teoría del Campo de Le-
8
Véase Cartwight, D . y Zander, A . Dinámica de grupos. Investigación y leo- win fue interpretada en un sentido "globalista" o totalista, esto es,
ría. Trillas México, 1980.
'Pichón Riviere, E . El proceso grupal, Nueva Visión, Buenos Aires, 1975.
u
| Bleger, J . Temas de Psicología, Nueva Visión, Buenos Aires, 1971. 1 2
Lewin, K. Dinámica de la personalidad, Moraia, Madrid, 1969.
1
' Sbandi, P. Psicología de Grupo, Hcrder, Barcelona, 1976. " L e w i n , VL.Op.CU.

66 67
como si su aporte a las ciencias humanas hubiera consistido en sos- Por otra parte, fueron un jalón fundacional en el Dispositivo de
tener la imposiblidad de dividir por análisis el campo y luego re- los grupos, a partir del cual se instituyeron formas grupales de
construirlo desde las partes así obtenidas. Y a se ha dicho que apor- abordaje en distintas áreas de la realidad social. Los nuevos téc-
tó la premisa de la Gestaltheorie "el todo es más que la suma de las nicos de allí surgidos comienzan a inscribir su práctica social en tal
partes" para sus análisis sobre los gmpos, pero la intención de L e - dispositivo histórico. E n el plano teórico aparecieron los primeros
win iba mucho más lejos, en el sentido de especificar la noción "es- esbozos de búsqueda y jerarquización de legalidades grupales.
tructural" mediante un tratamiento matemático. Así, por ejemplo, Hasta aquí, entonces, para K. Lewin un gmpo es un conjunto de
Alex Bavelas llevó a cabo esta precisión trasponiendo la "topolo- personas reunidas por razones experimentales o de su vida diaria,
gía" de Lewin —quizá lo esencial de su teoría del campo— a una para realizar algo en común y que establecen relaciones entre sí;
representación gráfica carente de ambigüedades. conformarán de esa manera una totalidad que produce mayores
A pesar de sus insuficiencias, la concepción estructural de Lewin efectos que los mismos individuos aislados. E s decir que el gmpo
siguió firmemente la tendencia metodológica apenas esbozada por es irreductible a los individuos que lo componen, en tanto éstos es-
los psicólogos de la Gestalt, que llevaba desde la simple descrip- tablezcan un sistema de interdependencia; en esto radicará la fuer-
ción de las totalidades irreductibles, al análisis explicativo. Sus za o dinámica de un gmpo.
aportes constituyen un intento de explicarlas interaccciones obser-
vables por un sistema de leyes, que se intenta reconstmir por mo-
delos matemáticos. Sin bien heredó de los psicólogos de la Gestalt
la noción de forma como un todo organizado, no cayó como ellos D. Primer momento epistémico:
en el reduccionismo fisicalista del equilibrio estático; sin embargo, el todo es más que la suma de las partes
mantuvo en común con esta escuela el olvido de la perspectiva his-
tórica. E n virtud de que el campo sólo da cuenta de la conducta en La pregunta por el grupo, en tanto "todo más que la suma de las par-
un momento dado, se inscribe en una psicología de los estados mo- tes" se ha constituido en un interrogante clásico en la historia de la
14
mentáneos. llamada Psicología de los Gmpos. A partir de la aplicación que K .
De tal manera, el dinamismo del campo estructural fue pensado Lewin realiza de esta premisa de la Gestaltheorie a los gmpos, ha
por Lewin en términos estrictamente espaciales, dejando de lado la sido divisoria de aguas con respecto al tema. Fuertes a priori con-
dimensión temporal y con ella la perspectiva histórica. ceptuales han orientado las tomas de posición de totalistas y ele-
Resumiendo, la línea que va de Elton Mayo a Kurt Lewin revis- mentalistas. 13

te importancia para el presente análisis por cuanto permite demar- Este aporte de la Gestalt a las primeras conceptualizaciones so»*
car momentos clave para un intento de reconstrucción genealógi- bre los gmpos resalta la idea de totalidad, afirmando un jalón ím- (

ca de las teorizaciones sobre los gmpos humanos. Es a partir de portante a favor de la búsqueda de la especificidad disciplinaria;
ellos y sus continuadores que se desarrolla una nueva disciplina, la crea las bases para que pudieran particularizarse estos conjuntos,
Microsociología. Más allá de sus derivaciones posteriores, están hasta el momento diluidos entre Individuos y Sociedades. De esta .
allí, en germen, muchas de las ideas que —aun hoy— es necesario forma, a partir de estos principios de demarcación se crean las con-
elucidar. diciones para la producción de dispositivos técnicos y la organiza-
ción de los primeros discursos sobre la grupalidad. •»

1 4
Castorina, J . A . Explicación v modelos en psicología, Nueva Visión, Buenos
Aires, 1973. 15
Véase capítulo I I .

68 69
Sin embargo; la relación'todo-partcs es un problema cuya res-
formas de relación lodo-partes. En esc scniido resultan de interés
puesta es siempre compleja; porque aun accpiando que el todo luc- 19
para la reflexión del tema los aportes de Dcfcuze y Guaitari. Es-
ra, en los grupos, más que la suma de las parles, ¿cómo calcgori/.ar
tos autores señalan que esta cuestión ha sido tradicionalmente mal
tal plus?, ¿qué relación se asigna al lodo con respecto a las partes?
planteada lanío por el vitalismo como por el mecanicismo clásicos,
El tratamiento de la relación iodo-partes ha tenido diferentes for-
en tamo el todo es considerado como totalidad derivada de panes!
mas de abordaje. Planteos estructuralistas posteriores a la Gestall,
o como totalización dialéctica. Es así que dirán:
indicaron que el problema no pasaría por comprobar que el lodo
fuera más que la suma de las partes, o igual, sino si —en esc l o d o - Ya no creemos en esos falsos fragmentos que, como los pedazos de
las partes organizan relaciones, y qué lipo de relaciones conforman una estatua antigua, esperan ser completados y vueltos a pegar pa-
(ya sea cnlrc ellas o entre las partes y el lodo). Establecidas las re- ra componer una unidad que además es la unidad de origen. Ya no
laciones de las partes cnLrc sí, y con el lodo, no sería una re Ilitación creemos en una totalidad original ni en una totalidad de destino. Ya
16 no creemosen la grisalla de una insulsa dialéctica evolutiva que pre-
al planteo que hubiera situaciones aditivas cnlrc partes o momen-
tende pacificar los pedazos limando sus bordes. No creemos en to-
tos de particularización de parles. A l mismo liempo, para un inte- tal idades más que "al lado". Y si encontramos una totalidad tal, al la-
rés esiruciuralista, la relación Lodo-partes se inscribió posterior- do de partes, esta totalidad es un lodo "de" aquellas parles, pero que
mente en la necesidad de delimitar una eslruclura subyacente, de la no las totaliza, es una unidad "de" todas aquellas parles, pero que no
17
cual todo movimicnio grupal es creció. De tal forma para lal pers- las unifica, y que se añade a ellas como una nueva parle compues-
pecliva el problema de la redclinición de la relación lodo-partes ta aparte.
queda cruzado por la relación acontecimiento-estructura: ésia pa-
rece operar como un verdadero a priori conceplual, en virtud del Es interesante la rcformulación planteada por estos autores en
lanío aecnlúan el carácter que posee lo múltiple: irreductible a la
cual se "resuelve" la icnsión a favor del polo eslruclura, se subsume
unidad. De tal manera piensan el todo como producido, como una
el polo acontecimiento y éste pasa a circular como mero efecto de
parle al lado de las partes que ni las unifica ni las totaliza sino que
eslruclura.
se aplica a ellas organizando relaciones transversales entre elemen-
En ese scniido, se hace necesario diferenciar la importancia que
tos que mantienen loda su diferencia en sus propias dimensiones.
ha tenido la puntualización del grupo como un lodo de algunas de
sus consecuencias teórico-tccnicas; muchas veces, al pensar la re- La relación lodo-panes no reviste una importancia meramente
especulativa sino que es decisiva tanto en la Corma de teorizar lo
lación panes-iodo desde criterios homogencizanics, se subordinan
grupa! como en las formas de intervenciones inicrprctanlcs de los
las particularidades, diferencias, singularidades a una totalidad ho- 20
coordinadores.
mogénea, global y masi Picadora. Un todo pensado como un gran
1
Unico y no como las.diversidades de lo Múltiple. *
Así como los pensadores post-estructuralistas intentan, en los En síntesis, el reconocimiento de un lodo: el grupo, ha tenido una
últimos años, pensar oirás formas de articulación entre aconteci- importancia histórica en la demarcación de los saberes y quehace-
mientos y estructura, de manera tal que el primero no sea meramen- res de la grupalidad. Posiblemente ha sido la forma intuitiva, em-
te un electo do la segunda, Lambién se inclinan a considerar oLras brionaria, de demarcación de un campo propio para los fenómenos
grupales, no rcducliblc a los fenómenos individuales. En esc sen-
tido, lambién puede pensarse que el campo semántico en una de sus
1 4
Castorina, J.A. Op. cu. figuraciones: círculo, debe operar significancia en el término todo.
17
Bohoslavsky, "Grupos: propuestas para una icoría", Rev. Argentina de Psi-
cología, n" 22, Buenos Aires, diciembre 1977.
,!>
Véase " E l lodo no lo es lodo" (capítulo I V ) . " Deleu/.e, G . y Guattari, F. El anli-Edipo, Barral, Barcelona, 1972.
-° Se retoma esta cuestión en los capítulos IV y V.

70
71
Se comenzaba a ver que detrás del efecto humano — l a "holga-
E l grupo imaginado como un todo más que la suma de las partes,
zanería" del obrero, según Taylor— había una respuesta que el
consituye un primer momento epistémico en la institucionalización
operario dirigía a un sistema de relaciones impersonales lustrantes;
de saberes y prácticas gmpales. T a l vez no fuera exagerado afirmar
esta intuición pasa a considerarse una de las claves para entender el
en ese sentido, que esta premisa ha configurado un imaginario fun-
mal rendimiento.
dadoras este campo disciplinario, es decir, ha operado —como di-
21
Surge así el encargo a Elton Mayo; demanda social que pone en
ría Benoist— un espacio de proposición, no necesariamente de-
evidencia un vacío: la carencia técnico-social frente a los proble-
mostrable, que ha orientado la búsqueda de la especificidad del 23
mas que, en este caso, las nuevas formas de producción generan.
campo. De allí la importancia de su puntualización para una genea-
Los nuevos problemas ya no pueden ser resueltos mediante las téc-
logía de lo gmpal.
nicas de racionalización; exigen la intervención de nuevos especia-
listas, de tal modo que al ingeniero-organizador suceden los técni-
cos en gmpos, los expertos en relaciones humanas, quienes se ade-
E . Análisis de la demanda lantaron a "elaborar las frustraciones" que la crisis de los años trein-
ta agravaría para las mayorías de la sociedad norteamericana.
¿Cual es la situación político-económica que atraviesa la sociedad
Con respecto a K . Lewin, también desarrollará sus trabajos en un
norteamericana en ei momento en que Elton Mayo realiza su inter-
22
candente momento político. Como ya se dijo, sus investigaciones
vención en la Western Electric Company? Y a en una etapa de gran
dieron fundamento científico a los ideales democráticos; pero ¿qué
empresa los empresarios comienzan a comprender la necesidad de
idea de democracia está allí enjuego? la democracia entendida co-
regularla produección en todos sus aspectos: maquinaria, mano de
mo libre discusión; la discusión democrática como resorte de los
obra, distribución.Es la época de la organización clientífica del tra-
pequeños grupos para aliviar tensiones.
bajo (Taylor). E l técnico sobresaliente en ese momento de la socie-
Por otra parte, los técnicos capaces de incidir sobre los cambios
dad industrial es el ingeniero-organizador con su gran aporte tec-
de hábitos, orientación del consumo, es decir, los técnicos de gmpo,
nológico: el trabajo en cadena; este sistema fue suprimiendo cada 24
se volverán cada vez más imprescindibles en una "cultura" indus-
vez más el trabajo viviente, pero los inconvenientes e insuficiencias
trial que implementará la sociedad de consumo como alternativa
que el taylorismo creyó poder subsanar mediante una racionaliza-
para salir de una de sus crisis económicas más severas.
ción cada vez más avanzada, aparecían ahora como "disfunciones"
Desde E. Mayo y K. Lewin se organiza una disciplina: la Diná-
ligadas al factor humano.
mica de Grupos; desde su inicio acoplará campo de análisis y
Donde se creía que el organigrama solucionaba todos los pro-
campo de intervención; las primeras investigaciones sobre gmpos
blemas, nacerá el interés porel sociograma; de los dos aspectos in-
surgen en respuesta a una demanda económico-poh'tica, dando lu-
di solubles-del proceso del trabajo: las relaciones materiales del
gar al "Dispositivo Gmpal". He allí-una de las características del'
individuo con los objetos de la producción y las relaciones socia-
dispositivo foucaultiano: "formación que en un momento históri-
les de los trabajadores entre sí, se había descuidado el segundo.

2 3
2 1
Lourau, R. Op. cit. Se distingue encargo y demanda en el mismo sentido que
Benoist, J . M . Op. cit. Según este autor los imaginarios fundadores tienen el
este autor. Para un análisis detallado de estos términos, véase Woronowski, M. Pi-
poder de poner desde una disciplina en formacrán nociones que para el consenso
chón Riviére y la crítica de la vida cotidiana, Dto. Publicaciones, Facultad de Psi-
de la époearcsultan poco aceptables. Son cuerpos de proposiciones fundacionales
cología, U B A , 1988.
que se caracterizan por un alto nivel de recurrencia y por las polémicas que desatan. 2-1
2 2
Sobre el carácterno natural de las necesidades sociales, véase Castoriadis, G¿
El análisis de esta demanda pone de manifiesto el entrecru/.amiento de los es-
Op. cit. _\
pacios científico, ético y político señalados en el capítulo I I .

73
co determinado, ha tenido como función-principal responder a una
a la especulación sobre la naturaleza de los fenómenos humanos la
urgencia; el dispositivo tiene pues una función estratégica domi-
25
necesidad de investigar cxperimcnlalmentc los fenómenos sociales
nante".
cobrando rápido c importante desarrollo una psicología social-de
' ¿Cual urgencia? Sin duda, mantener y mejorar el nivel de pro-
metodología experimental.
ducción de la gran empresa, estimulando las relaciones informales
Interesa en este punto contrastar la demanda social en la que se
entre los operarios; la futura disciplina de las Relaciones Humanas
inscribió la microsociología empresarial norteamericana con las
ha construido aquí uno de sus pilares fundacionales. Pero también
condiciones de producción que hicieron posible la invención y pos-
reforzar los ideales democráticos, operar sobre el consumo, etc.;
terior despliegue de los grupos operativos a partir de Pichón Rivíc-
la Dinámica de Grupos se expandirá rápidamente por diversos
rc en la Argentina.
campos: empresarial, educacional, de mercado, etcétera. Por tanto, 2

urgencia situada históricamente, en función de imperativos econó- Desde su mítica intervención en el Hospicio de las Mercedes *
29

micos y políticos del sistema del que forma parte. y la Experiencia Rosario que dieron los primeros diseños de ira-
bajo, pueden puntualizarse algunas diferencias. Tal vez la más sig-
El momento y el lugar en que surgió la Dinámica de Grupos no
nificativa sea que no surgen desde un requerimiento de ¡os centros
fueron accidentales. La sociedad norteamericana de los años '30
de poder institucional, ni los orienta la intención de consolidar he-
proporcionó el tipo de condiciones necesarias para que surgiera es-
gemonías instituidas. Muy por el contrario, sus localizaciones ini-
te movimiento. Entre ellas merece destacarse la apuesta que los sec-
ciales, como muchos de sus desarrollos posteriores, se implantaron
tores hegemónicos de dicha sociedad habían realizado en favor de
en los márgenes de las instituciones o en los intersticios de las
la ciencia, la tecnología y la solución racional de sus problemas co-
hegemonías; en muchos casos fueron animados por marcadas uto-
mo pilares de su progreso. La convicción de que una democracia
pías conlrainsli nacionales.
puede mejorar tanto la naturaleza humana como la sociedad a partir
Si las latcncias de una demanda social ponen en evidencia un va-
de la educación, la religión, la legislación y el trabajo duro. Desde
cío ¿a que urgencia del socius los grupos operativos fueron respues-
esa perspectiva comienza a desarrollarse la inversión económica en
ta? Esta demanda por los grupos en la Argentina (décadas del 60
la investigación y esta a considerarse como un motor fundamental
y 70) se produce en un cuerpo social agitado, momento de auge de
de resolución de los problemas de la sociedad; es decir que se va
las luchas populares. Gran parte de la iniclcctuaiidad de los '60 se
consolidando la creencia de que el sistemático descubrimiento de
caracterizó por estar imbuida de fuertes utopías sociales. Muchos
los hechos facilitaría la solución de 'problemas sociales". Así
de los profcsonalcs del campo "psi" que implcrneniaron estas prác-
cuando luego de la ScgundaGucrra Mundial comenzó la rápida ex-
ticas fueron críticos de los autoritarismos institucionales; jerar-
pansión norteamericana ya estaban preparados para dar apoyo fi-
quías médico-hospitalarias, autoritarismo psiquiáirico-manicomial,
nanciero a dicha investigación; esta provino no sólo de institucio-
pirámide A.P.A., verticalidad en los espacios educativos, etcétera.
nes y fundaciones académicas, sino también de empresas y organi-
zaciones interesadas por '.'mejorar las relaciones humanas"y por el Junio con otras formas de abordajes grupales, co'mo porcjemplo
26
propio gobierno federal. Junto a estos factores, cabe señalar que c! psicodrama psicoanalílico, los grupos operativos fueron instru-
parte del mundo académico norteamericano de la época había ini- mentos claves para el trabajo en los espacios públicos. En tal scn-
ciado su "rebelión empírica en las ciencias sociales" que opondría 27 iido, consfiuycron un fuerte anclaje emblemático para aquellos jó-

2 í
Foucault, VI. El discurso del poder. Folios, México, 1983.
• 'C arlwrighl, D. y '/.antier, A. Dinámica de grupos. Investigación v teoría T r i - 2 S
Zilo Lema, J . "Conversaciones con Enrique Pichón Riviére.
llas, México, 19X0. J

2 7
* Pichón Rivierc. E . El proceso grupal del psicoanálisis a lapsicología social
Camvriühi. D. y Zandor, A . Op. cit. /, Nueva Visión, Buenos Aires, 1977.

74
venes profesionales de la salud que luego se denominaron trabaja- de tal campo disciplinario. L a conjunción de lo antedicho, crea ^ - ^ - ^
dores de la salud mental. condiciones para poder delimitar qué zonas cobrarán visibilidad e (J¿q 3 j
Más allá del derrotero posterior de los grupos operativos —su invisibilidad para tal campo disciplinario y cuáles se mantendrán > /
propia inslitucionalización— interesa subrayar que desde sus con- necesariamente invisibles y no enunciables. 31

signas de "aprender a pensar", "romperestereotipos", "elaborarlas En este sentido es importante subrayar que la misma relación
ansiedades frente al cambio" crearon condiciones para que pala- que define lo visible de un campo teórico y su práctica, define lo in-
bras y cuerpos sofocados en las jerarquías instituidas pudieran po- visible; dicho campo demarca lo visible como lo excluido de su
nerse en movimiento, afectarse en otras formas sociales, abrir visibilidad, es decir que contiene lo visible como su propia denega-
nuevos sentidos para las prácticas colectivas. ción, de tal forma que los futuros nuevos objetos, son hoy los ob-
En realidad, en el surgimiento de toda disciplina hay una urgen- jetos prohibidos de la teoría; ésta atraviesa sus no objetos sin verlos,
cia histórica que la hace posible y "necesidades" sociales que orien- para no mirarlos. 32

tan su desarrollo; es decir, que no hay excesivo azaren el "socius". En un sentido genealógico sería útil pensar cuál ha sido la obli-
A l mismo tiempo, el entramado social en que muchas disciplinas y gatoriedad de ver —en los primeros dispositivos grupales— al
profesiones inscriben sus prácticas, suele constituirse en un impen- gmpo centrado en el gmpo, como un todo autorreguiado y autóno-
30
sable significativamente resistente. mo, plegado sobre sí mismo, el "grupo-isla", como ha sido deno-
33
Por otra parte se hace necesario superar cierto maniqueísmo de- minado en un trabajo anterior.
rivado muchas veces de las posturas epistemológicas althuscrianas Los dispositivos grupales que se produjeron desde Mayo-Le-
que postularon rupturas un tanto ilusorias entre momentos precien- win, necesariamente, dada la demanda social a la que respondieron,
tíficos o ideológicos y momentos científicos, a partir de la consti- debieron mantener en la invisibilidad los atravesamientos institu-
tución del objeto formal abstracto de una disciplina, subestimando cionales, políticos e ideológicos en los que, sin embargo, quedaron
la necesidad de la articulación entre ciencia y práctica social, en- inscriptos tanto sus discursos de la grupalidad como sus interven-
tre la productividad de los saberes y la eficacia de los poderes. Así ciones técnicas.
puntúa Foucault la articulación saber-poder, en tanto todo campo No debe subestimarse, sin embargo, que tales dispositivos hicie-
disciplinario mantiene con respecto al poder efectos de eficacia y ron posible la visibilidad de importantes mecanismos de funciona-
con respecto al saber efectos de productividad. miento de los gmpos: liderazgos, roles, dificultades en la toma de
Por lo tanto el análisis de un campo disciplinario —en este ca- decisiones, cambio, resistencia al cambio, juegos tensionales den-
so los discursos y técnicas grupales— deberá pensarse en tanto con- trodelgmpo,etcétera. Apaitirdeestasvisibilidadesposibles,seor-"
juntos de conocimiento que produce dicho campo, elucidando có- ganizaron sus enunciables. Junto a estos visibles dejaron como sus*
mo se articulan— en cada caso— estas producciones de conoci- invisibles necesarios los procesos inconscientes que atraviesan ta-,
miento con los juegos de poder e interrogándose en qué estrategias les mecanismos como así también la inscripción institucional y sus
de saber-poder desarrollarán sus prácticas sociales los técnicos eficacias en el seno mismo de tales mecanismos grupales.
Esto no significa crítica a supuestos errores, sino puntuación dé
las nuevas y necesarias visibilidades en el intento de comprensión

T a l vez el psicoanálisis sea un ejemplo paradigmático de estos impensables;


son sumamente sugerentes los análisis de la inscripción social de sus prácticas erí 3 1
Foucault, M . L'archéologie du savoir, Gallimard, París, 1969.
las estrategias biopolíticas: Foucault, M . Historia de la sexualidad. Tomo I , Siglo 3 2
Ducrot y otros. ¿Qué es el estructuralismol, Ed. Losada.
X X I , México, 1978; Donzclot, La policía de las familias, PreTcxtos, Valencia, 3 3
Fernández, A . ; Del Cueto A. " E l dispositivo grupal", exiLoGrupal2, Bús-' 4

1979; Castel, R. Elpsicoanalismo, Siglo x x i , México, 1980. queda, Buenos Aires, 1985.

76 77
de las producciones de posteriores enunciados deja gnjpalidad. Y a ca, en la salud, en la educación, en la familia y las instancias orga-
que si —como se ha subrayado— lo invisible.es aquello excluido nizativas de la sociedad pasan a considerar estas cuestiones como
de la visibilidad, lo prohibido de ser visto, también esjmportante parte de los problemas que deben resolver.
puntuar que, cuando un campo-teórico se rearticula, transforma en Las tecnologías previamente existentes son consideradas inefi-
nuevas territorialidades, aquellas zonas que, en la demarcación an- caces; los conflictos puestos de manifiesto exigen otras formas de
terior, ni siquiera habían sido advertidas. De allí la importancia pa- intervención y especialistas adecuados a tales fines.
ra una genealogía de lo gmpal, de puntualizar las zonas de visibi- Desde diferentes puntos de iniciación se inventa una nueva tec-
lidad y enunciabilidad que una corriente abre, y cuáles quedan por nología: el Dispositivo délos Grupos; aparece un nuevo técnico: el
fuera de su óptica, a la espera de futuros investigadores. coordinador de gmpos; se gestiona una nueva convicción: los abor-
15
Esta forma de análisis más que buscar acuerdos o desacuerdos dajes grupales pueden operar como espacios tácticos con los que
con los autores que se abordan, se propone una actitud de indaga- se intentará dar respuesta a múltiples problemas que el avance de
ción critica para realizar algunas notas en el trazado de una genea- la modernidad despliega.
logía del campo disciplinario, una mirada histórica que más que or- E l Dispositivo de los Gmpos cuenta con varias localizaciones
ganizar una cronología pueda dar cuenta de las condiciones de fundacionales, que crean las condiciones para la institucionaliza-
constitución de sus saberes y dominios de objeto; que pueda pen- ción de tecnologías grupales en los más variados campos de apli-
sar no meramente el "desarrollo" conceptual de sus ideas, sino a és- cación. Su rápido desarrollo evidencia que ha sido respuesta a una
tas y las. áreas problemáticas que el campo del saber inaugura co- "urgencia histórica" que la hizo posible y a necesidades del socius
mo la compleja articulación de: la urgencia histórica que la hace que la desplegaron. A su vez en el mismo proceso que se instituye-
posible, las necesidades sociales que la despliegan, los a priori ron este tipo de intervenciones se delimitaron sus recortes discipli-
conceptuales desde donde ordena sus conocimientos y los dispo- narios, se consolidaron sus discursos y se establecieron sus impen-
sitivos tecnológicos que inventa. sables. 36

En cambio, cuando se utiliza la expresión dispositivos grupales


se hace referencia a las diversas modalidades de trabajo con gmpos
que cobraron cierta presencia propia en función de las caracterís-
F . E l nacimiento de lo grupal ticas teórico-técnicas elegidas, como también de ios campos de
aplicación donde se han difundido. Así, porejemplo, puede hablar-
Antes de avanzar se hace necesario aclarar el seniido en que se uti- se de dispositivos grupales psicoanalíticos, psicodramáticos, de
lizan los términos Dispositivo de los Grupos y dispositivos grupa- grupo operativo, geslálticos, etcétera. Cada uno de ellos crea con-
4
les? El primero se refiere a la aparicieon histórica —a partir de diciones para la producción de determinados efectos de grupo — y
1930,1940 aproximadamente— de ciertos criterios en virtud de los no otros—; son en tal sentido virtualidades específicas, artificios
cuales comenzó a pensarse en artificios grupales para "resolver" locales de los que se espera determinados efectos.
algunos.conílictos que se generaban en las relaciones sociales. Ad-
quieren visibilidad conflictos humanos en la producción económi-
3 5
Fernández, A., Del Cueto, A. " E l dispositivo grupal", en L o Crupal!, Bús-
queda, Buenos Aires, 1985. También puede observarse en Lo Grupal4, Búsque-
3 4
En trabajos anteriores, el uso de ambas expresiones se encuentra menos dis- da, Buenos Aires, 1987, que O. Saidón en "Modernidad Inconsciente y Grupos"
criminado; para su mejor precisión han sido de gran utilidad las puntuaciones y crí- utiliza este término en sentido similar.
3
ticas del Lic. Roberto Montenegro, docente de la cátedra de Teoría y Técnica de '' Como podrá observarse se intenta dar aquí al término Dispositivo de los Gm-
grupos. Facultad de PsicoIogía.UBA. pos un sentido foucaulliano. Foucault, M . Historia de la sexualidad, cii.

7,8 79
Los dispositivos grupales forman parte del Dispositivo.de los lugar determinado y en un momento rlgtcnninado, es importante pe "*
Grupos, en la medida en que históricamente, a partir de las prime- las razones mecánicas señaladas, pero no tiene mayor significado
ras experiencias de K . Lewin y E . Mayo por un lado, las experien- para la producción de fenómenos de grupo; la idea de que ello sea
cias de Moreno y el diseño de la clínica psicoanalítica de instancias significativo surge de la impresión que establece que una cosa co- V
por otro, se inaugura una modalidad que abre espacios de un núme- mienza en el momento en que su existencia se hace palpable!...] la
ro numerable de personas para la producción de efectos específicos existencia de la conducta de grupo se hace evidentemente más fácil
38

en diversas formas de intervenciones institucionales. de demostrar, y aun de observar, si el grupo se constituye como tal.
Quiere acentuarse de esta manera el carácter virtual de los efec-
tos de gmpo, diferenciando estas elucidaciones de aquellas anima- Esta intuición de Bion subraya que, si bien los seres humanos son
das por un interés óntico: precisar qué es un gmpo. Por el contra- impensables por fuera de gmpos, los gmpos se vuelven visibles a
rio, se sostiene —en un sentido genealógico— que aquello que las partir del montaje de dispositivos técnicos tales que permitan de-
diferentes orientaciones en el campo de lo gmpal han abierto como mostrar y observar las conductas de gmpo.
visibilidad con respecto a qué son los gmpos muchas veces han si- Se presentan hasta aquí dos niveles de existencia de los gmpos:
do capturadas por los efectos del dispositivo montado; sin embar- el primero fáctico, en tanto hechos sociales; el segundo del campo
go, han generado la ilusión de haber hallado características esencia- disciplinario, por cuanto al montarse los sucesivos dispositivos
les de los gmpos. gmpales del Dispositivo de los Gmpos, los gmpos paulatinamen-
Se trata de problematizar tal esencialización por cuanto se te se vuelven visibles, observables, comprobables, exnlicables, ex-
afirma que las áreas de visibilidad abiertas y sus enunciados son perimentables, teorizables, es decir, enunciables. Eneite sentido la
producto de la compleja articulación de la demanda social a la que microsociología al instituir dispositivos grupales localizó uno de
responde, de su posicionamiento en la tensión dé lo singular y lo co- los nacimientos a lo grupal. Antes de ella, los grupos estaban ahí,
lectivo, de los dispositivos grupales montados y de sus impensables en una inmediatez tal, que no se veían.
institucionales.
37
Los grupos no son Lo grupal. Y a Bion había intuido algo de es-
to cuando señalaba que los requisitos tales como que un conjunto
de personas se reúna en un mismo lugar y al mismo tiempo son só-
lo necesarios para hacer posible el estudio de los gmpos, así como
para que sea posible demostrar una relación de transferencia, es ne-
cesario que el analista y el analizante se reúnan. Decía este autor:

sólo si los individuos se acercan suficientemente unos a otros es


posible dar una interpretación sin necesidad de gritar; de la misma
manera es necesario que todos los miembros de un grupo puedan
comprobar los elementos en los que se fundamentan las interpreta-
ciones. Por estas razones el número y el grado de dispersión del gru-
po deben ser limitados. El hecho de que el grupo se constituya en un

7
Bion, W., Experiencias en grupos, Paidós, Buenos Aires, 1963. 8
Bion, W. Op. cit. E l subrayado es mío.

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