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Antes de proceder a definir el archivo vectorial, vamos a dar un paso atrás. Cuando trabajas en
un proyecto digital, puedes encontrarte dos tipos distintos de archivos de imagen: los
rasterizados y los vectoriales, que se constituyen de forma diferente y son más adecuados para
unos proyectos que para otros.
Los archivos rasterizados están compuestos por un número fijo de píxeles cuadrados, por lo
que pueden distorsionarse si se redimensionan a un tamaño superior al espacio de que estos
píxeles ocupan.
En cambio, los archivos vectoriales no utilizan píxeles, sino que se crean con ecuaciones
matemáticas, líneas y curvas, mediante puntos fijados en una cuadrícula, que permiten
aumentar o reducir su tamaño sin perder resolución. En resumen, los archivos vectoriales no
pierden calidad si se redimensionan.
Tampoco deben confundirse los formatos rasterizados o vectoriales con los archivos RAW, que
son imágenes sin alterar, procesar ni comprimir compuestas por datos directos tomados de los
sensores de una cámara. Los tres ofrecen sus propias ventajas o desventajas, y están pensados
para unos usos específicos.
El formato vectorial es muy práctico cuando se trabaja con gráficos de gran calidad que deben
poder redimensionarse fácilmente. Como están creados a partir de fórmulas matemáticas,
estos archivos no se ponen borrosos ni se distorsionan, por mucho que se amplíen o reduzcan.
Respecto a sus usos más habituales, estos archivos suelen emplearse para almacenar logotipos
de empresas e ilustraciones digitales, cuando hay que aumentar o reducir el tamaño del
gráfico para colocarlo en una amplia variedad de materiales promocionales. Un logotipo
guardado en un formato vectorial se puede aplicar desde a pequeñas tarjetas de visita hasta a
camisetas y carteles sin perder calidad.
Los tipos más comunes de archivos vectoriales son AI (Adobe Illustrator), EPS (Encapsulated
PostScript), PDF (Portable Document Format) y SVG (Scalable Vector Graphics).
Las imágenes vectoriales presentan tanto ventajas como desventajas frente a los formatos
rasterizados.
Ventajas de las imágenes vectoriales
Resolución infinita
El tamaño de los archivos vectoriales puede aumentarse o reducirse de manera ilimitada sin
que ello afecte a la resolución. En cambio, los archivos rasterizados solo conservan su
resolución si no sobrepasan un tamaño específico, por lo que, cuanto más grandes se hagan,
más puede disminuir la calidad.
Al prescindir de los bloques de píxeles, los archivos vectoriales suelen ser más ligeros que los
rasterizados, como las fotografías, que puede incluir muchos datos de la cámara.
Se pueden añadir formas, texto, distintos colores y filtros para crear ilustraciones y diseños
únicos; además, los archivos se pueden editar una y otra vez muy fácilmente.
La mejor opción para las fotografías digitales con mucho detalle es un formato rasterizado, ya
que sus píxeles pueden editarse de forma individual. En cambio, los archivos vectoriales tienen
a ser más adecuados para los gráficos.
Problemas de compatibilidad
Para abrir y trabajar con archivos vectoriales, se requiere un programa de diseño basado en
vectores, como Adobe Illustrator. La edición de vectores en un software pensado para archivos
rasterizados puede resultar complicada.
Dificultad de conversión
Por lo general, es mucho más complicado convertir una imagen rasterizada a vectorial que a la
inversa, ya que se requiere más potencia informática.
Las imágenes vectoriales suelen guardarse como archivos AI para poder editarse rápidamente
en Adobe Illustrator. Las imágenes que se guardan en este formato también pueden
convertirse a PDF, lo que facilita su impresión, caso en el que pueden editarse en Adobe
Acrobat.
Los archivos .AI se pueden editar en Adobe Illustrator, como indica su nombre, y son muy
buena opción para los logotipos.
Por último, el tipo de archivo SVG debe su nombre a Scalable Vector Graphics (gráficos
vectoriales ampliables) y se diseñó para usarse en la web.