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“José Vasconcelos”
Grupo 668
Es caracterizado por la noción del enemigo externo donde el extraño aparece como objeto posible de ser
atacado aún cuando no resulte peligroso, simplemente por ser otro.
Estamos frente a una posición dialéctica donde yo niego la negatividad del otro y en ese procedimiento lo
reconozco como tal.
Estamos frente a la llamada la sociedad disciplinaria reflejada en la idea de uno vigilando al otro que
cumpla con lo que se debe y eventualmente castigando lo ante la violación de la norma.
A diferencia de esto Han en el siglo XXl dice que tenemos un nuevo paradigma el paradigma neurológico
en el que el enemigo ya no está fuera sino que por el contrario vive dentro de cada uno, ya no existe el
otro rival que amenaza sino yo totalmente positivo que todo lo abarca y todo lo cubre y ese paradigma
que se afirma en uno mismo produce enfermedades neuronales como reacción a enfermedades como la
depresión, la bipolaridad o el burnout entre tantas que abundan.
La violencia de lo positivo contra la violencia del otro viral, la violencia del uno mismo contra la violencia
del otro.
Pasamos de entonces de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control en la que prevalece nuevas
formas de violencia, una violencia inmanente al sistema y por ser constitutiva del sistema no se reconoce
como extraña ni genera una reacción inmunológica o violenta
Ha dejado de ser una sociedad de control por la vigilancia para convertirse en una sociedad de control
por el rendimiento, el término control ahora se queda corto para nuestra realidad ya que control supone
la existencia de rasgos de negatividad y la existencia de alguien que controla a alguien que es controlado
mientras que la obligación del rendimiento consustancial a la propia persona. Un ejemplo de esto es la
cultura del emprendedor tan enraizada en nuestra forma de vida, un sujeto que todo lo puede por su
propia voluntad, un culto al hacer y al poder hacer.
La sociedad disciplinaria era una sociedad de la negatividad y su factor dialéctico sustancial era No-
poder/ DEBER. No hacer lo que puedo sino lo que la norma me indica qué debo hacer, en cambio nuestra
sociedad de rendimiento tiene un factor va a ser positivo qué es poder porque yo debo poder, yo puedo
poder.
Solo existe la noción del poder "se puede" es la meta de nuestro tiempo.
En la sociedad del rendimiento donde el amo se ha vuelto esclavo de sí mismo entramos en una libertad
paradójica que llamaba Han a esa sensación de ser libre porque hago y siento que todo lo puedo hacer.
Paradójica porque ese hacer permanente es al mismo tiempo mi cárcel social qué genera un rendimiento
excesivo, cúmulo de la positividad lo que produce un exceso de estímulos e impulsos que afectan la
economía de la atención.
El problema es cuando la tensión se dispersa se hace difícil la contemplación de la facultad del espíritu
mano por eso Han qué es multi tasking debe entenderse como una regresión hacia instancias de
supervivencia animal.
Aburrirse entonces es una virtud cómo sostiene Walter Benjamin cuando dice que el aburrimiento es el
pájaro del sueño que incuba el huevo de la experiencia quién puede tolerar el aburrimiento cuenta nuevos
tiempos nuevos espacios para la creación.
Es un error suponer que cuánto más activo uno es más libre, la verdadera libertad en la contemplación y
es el detenerse el entretiempo, en cambio la actualidad no hay espacio para la interrupción para el
detenerse, para el entretiempo solo hay tiempo para el tiempo convirtiendo todo en un presente
prolongado.
Un ejemplo de ello es el enojo, la rabia es una emoción que requiere detenerse para alimentarse por eso
nuestro tiempo sólo está hecho de enojos circunstanciales no de rabia.
La computadora hace cálculos incluso con mayor capacidad que el ser humano porque es pura
positividad de puro rendimiento, en ese mismo marco de positividad la sociedad y el sujeto se vuelven
máquinas de rendimiento autista.
Existen dos potencias en la vida, La potencia del hacer y la potencia del no hacer
Por eso él no hacer no es impotencia sino un camino alternativo que completa El hacer si solo se tuviera la
capacidad de percibir y no la capacidad de no percibir el mundo sería una masa atosigante de estímulos
del mismo modo que sí sólo se tuviera la potencia de pensar sería imposible reflexionar porque todo sería
una secuencia infinita de pensamiento sin espacios, sin detenimiento.
El imperativo de vivir en una sociedad del rendimiento conduce al rendimiento 100 rendimiento una
actividad sin pausas sin retenciones qué produce agotamiento pero en un agotamiento fundamental sino
un agotamiento excesivo y que requiere de sobre estímulos para seguir o bien no seguir y caer en la
angustia, una sociedad del dopaje que permita a los individuos seguir rindiendo, para Han estamos
construyendo una sociedad del cansancio agotador que aísla y que fragmenta, no es el cansancio de la
demora sino el cansancio que nos agobia, un cansancio violento que destruye toda comunidad y cercanía.