Informe Ecosistemas

Universidad Interamericana de Puerto Rico Presentado: 10 de mayo de 2022
Recinto de San German

Departamento de Ciencias y Tecnología
Estudio de comunidades marinas
Santana Torres, Alexandra; Méndez Rosa, Janitza; González Ortiz, Alice; Medina Román,
Jaime; Ayala Vélez, Jerick
Introducción:
En esta investigación que se llevó a cabo, se estará discutiendo los siguientes datos:
Comunidades Marinas, en el cual, consisten en playas rocosas, manglares y praderas de
Yerbas Marinas. Ante todo, las playas rocosas se caracterizan por poseer distintos tipos y
formas de pierdas, en el cual, pueden ser de origen sedimentario o volcánico. Estás costas,
se encuentran en los pueblos de Manuabo y Yabucoa y son clasificados en tres tipos, estos
son a base de acantilados, playas rocosas y eolianita. Al igual que se hicieron varios analices
sobre las especies encontrada en las playas rocosas, como los corales, las anemonas,
erizos de mar y los cangrejos de roca. Por otra parte, se realizaron observaciones en las
especies encontradas en los distintos manglares, ejemplos de algunos son los manglares
rojos, manglares negros, manglares blancos, mangle jeli o botón o gris, como también su
clasificación basada en el área de desarrollo. Que los son los manglares de borde o islote,
manglares de cuenca, manglares enanos, por lo que, todos tienen sus características
comunes, aunque nacen en distintos ambientes, ya sea terrestre e incluso marinos creando
su propio hábitat. De igual manera, se discutió también sobre el ecosistema de las praderas
de yerbas marinas, en el cual, son plantas que poseen raíces, tallos, hojas, flores, frutos y
semillas adaptadas para vivir sumergidas. En el cual, las praderas más extensas de Puerto
Rico se encuentran en las costas oeste, sureste y sur, por otro lado, las especies de hierbas
dominantes de estas praderas son la hierba de tortuga Thalassla testudinum y la hierba de
manatí Syringodium filiforme, aunque también se pueden observar estas especies, como la
Halodule wrightti, Halophila decipiens y la Ruppia marítima y no cabe duda de que en estas
praderas se encuentran diversas especies vertebrados e invertebrados. Es de suma
importancia, cuidar del ecosistema, ya que son esenciales para la buena calidad del agua y
para controlar la erosión de la costa, al igual que es sustancial para la alimentación de
diversos animales que se alimentan o que viven en la comunidad marinas.
Ecosistema de las playas rocosas:

Las costas rocosas se caracterizan por poseer diferentes tipos y formas de piedras
las cuales, generalmente, son de origen sedimentario o volcánico. Las rocas de origen
sedimentario o rocas sedimentarias son formadas por la acumulación de materiales o
partículas transportadas por el agua. Las partículas más comunes son los minerales y
sedimentos los cuales, durante el proceso, se precipitan formando una capa sólida que da
origen a la roca. Por otro lado, las rocas de origen volcánico o rocas volcánicas son formadas
mediante la solidificación del magma volcánico que se presenta durante la erupción de un
volcán. En Puerto Rico, las costas rocosas de este origen han sido localizadas en los pueblos
de Manuabo y Yabucoa. En nuestra isla, las costas rocosas han logrado ser clasificadas en
tres tipos: las que son a base de acantilados, playas rocosas y eolianita. Un acantilado es
una estructura que se caracteriza por un escarpado terreno vertical abrupto que,
generalmente, está formado de rocas de gran resistencia. Las playas rocosas, al igual que
los acantilados, son caracterizadas por tener una pendiente vertical, pero, esta ocasión,
gradual. Su formación se debe a los sedimentos que provienen de los ríos o de las corrientes
marinas. Por último, tenemos las eolianitas, que son parecidas a unas dunas de arena firmes
y sólidas. Con lo antes mencionado, se puede mencionar que en Puerto Rico la diferencia
entre las primeras dos costas rocosas mencionadas no es mucha, es por esta razón que el
cuerpo de agua presente en esa área recibirá la
clasificación de playa rocosa. Algunos ejemplos de
estas playas en nuestra isla son la del Faro de Cabo
Rojo (playa Morrillos), la del Faro de Cabezas de San
Juan en Fajardo (playa El Faro), las playas de
guijarros de Patillas y Punta Tamarindo en Culebra.
En este trabajo investigativo nos dedicamos a
estudiar y analizar la importancia, las especies, el
impacto y la conservación de las costas rocosas en
nuestro hermoso Puerto Rico.
Las playas rocosas presentan una gran importancia para la distracción humana, la
educación y el ambiente costero. Las playas de Puerto Rico son unos de los principales
lugares en donde la gente logra divertirse, ejercitarse, reflexionar y socializar. Esto significa
que todos los balnearios de Puerto Rico nos brindan, en cierto modo, salud física, mental y
emocional. Las playas rocosas, además de brindarnos lo antes mencionado, nos ayuda a
admirar las maravillas de la naturaleza, brindándonos el deseo de protegerla. De igual
manera, las playas y costas rocosas se han convertido en maravillosos centros turísticos
que atraen a personas de todas las partes del mundo. Esto implica que, estos lugares ayudan
al movimiento y crecimiento económico de la isla. En adición a la distracción y salud humana,
estas playas sirven como un excelente medio educativo. Las costas de Puerto Rico son unas
de las más estudiadas en todo el mundo. Como se realizó en este trabajo, algunos de los
estudios pueden ser sobre la diversidad de especies marinas y terrestres, los impactos del
hombre en el ecosistema, la erosión, entre otras cosas. Estas investigaciones nos ayudan a
entender el funcionamiento, desgaste y distribuciones de organismos en toda la costa y a su
vez en todo Puerto Rico. Otra razón por la cual las playas rocosas son importantes es porque
nos protegen de los oleajes fuertes. Las rocas presentes en la costa sirven de “rompe olas”
lo que ayuda a proteger el ecosistema terrestre de las fuertes corrientes marinas. Por último,
las playas rocosas poseen una amplia variedad de hábitats y comunidades. La diversidad
de organismos en el ecosistema se debe al intercambio de materia y energía que existe
entre la zona marina y la terrestre. Es por esta razón que se dice que estas playas rocosas
son de gran importancia para la vida y distribución de algunas especies.
Como se ha mencionado en el párrafo anterior, las playas rocosas son esenciales
para la diversidad de especies y hábitats que forman una comunidad de organismos. Cabe
mencionar que en las costas rocosas de Puerto Rico el número de especies y organismos
es menor en comparación con las de otros países. A pesar de lo antes mencionado, en las
costas de nuestra isla se destacan la diversidad de moluscos, crustáceos, equinodermos, y
cnidarios. Entre los moluscos presentes en estas playas podemos encontrar una variedad
de caracoles, quitones y pulpos. En el grupo de los crustáceos se encuentran los cangrejos,
jueyes y percebes. Los percebes son organismos hermafroditas que viven en donde las olas
del mar se rompen con brusquedad, es decir, en las rocas existentes en las costas
analizadas. Entre los equinodermos existentes en estas playas se encuentran los famosos
erizos de mar y los pepinos de mar; y entre los cnidarios las anémonas y los corales.
También en las playas rocosas de Puerto Rico existen una gran variedad de algas, las cuales
son conocidas como la vegetación del agua. La presencia de algas en estas playas se debe
a la elevación del mar en la zona de las rocas, la cual facilita el proceso de fotosíntesis. Estos
organismos mencionados se encuentran en todas las playas rocosas de nuestro Puerto Rico.
En adición a los organismos acuáticos mencionados, en las playas rocosas existe una gran
variedad de vegetación terrestre. Esta vegetación posee la característica de ser resistentes
al sol, viento y a otras partículas. El mangle botón, la uva playera y las palmas enanas son
ejemplos de esta vegetación terrestre.
En el transcurso de los años, las playas y costas rocosas se han visto impactadas por
la constante actividad humana y por los cambios climáticos. La actividad humana ha sido un
factor clave en la destrucción de ecosistemas y, desafortunadamente, las playas rocosas no
han sido la excepción a esto. Las actividades de deforestación, construcciones urbanas y

reforzamiento de estructuras han sido las principales causas de la degradación de estas
costas, así también como de la pérdida de la flora y fauna del lugar. De igual forma, los
cambios climáticos que aumentan el movimiento y las velocidades de las corrientes marinas
han provocado que el terreno se haya erosionado con el paso de los años. Es muy
importante conocer que las playas rocosas es el hogar de diversas especies y que, de igual
forma, nos protegen de los oleajes marinos, evitando que estos penetren en la superficie
terrestre. Es por lo antes mencionado que debemos buscar alternativas para evitar la
destrucción de estos ecosistemas.
En relación a lo antes mencionado, buscar la manera de conservar estos lugares se
ha convertido en un tema de gran prioridad. Para mantener estas playas rocosas,
primeramente, se recomienda disminuir la contaminación del área. La contaminación es un
factor que afecta de maneras increíbles a un ecosistema. Para lograr disminuir esta
contaminación se recomienda otorgar seguridad a la zona y/o colocar contenedores de
reciclaje y basuras. En adición a esto, una manera de conservar las playas de este tipo es
reduciendo las construcciones y/o refuerzos de estructuras cercanos a la zona. De igual
forma, se debe evitar la extracción de minerales presentes en el ecosistema ya que esto
debilita los suelos, lo cual puede provocar un desprendimiento del mismo. Es importante
recordar que este tipo de ecosistema es de gran importancia para nuestro ambiente. Es por
esta razón que el mismo debe ser protegido a toda costa, para nuestro bienestar y el de los
organismos bióticos y abióticos de las playas rocosas.
Ecosistema de manglares:
Los mangles son ecosistemas costeros y húmedos, característico de las zonas
tropicales y subtropicales, mayormente en regiones pantanosas e inundadas. Además,
contienen una rica biodiversidad y son hábitat de especies que se encuentran en riesgos y
además proporciona invaluables servicios ambientales. Se le llaman manglares, a un tipo de
bosque que se encuentra en las costas y en un hábitat salino. Se conforma de árboles y
arbustos que se han adaptados a condiciones ambientales como: inundaciones causadas
por la marea, suelos donde no se encuentra suficiente circulación de aire, poca arena, alta
salinidad, y factores propios se los ambientes costeros y estuarios. Los manglares son
fundamentales para conservar los distintos tipos de especies y vegetación necesaria de
estos hábitats para poder crecer y desarrollarse. No solo se encargan de proteger la flora y
la fauna, también ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, ya que son capaces de
absorber y almacenar CO2 en sus raíces. En adición, ayudan a frenar el desgaste y la erosión
de los suelos, evitando que se aglomeren sedimentos en las playas.
En Puerto Rico, los manglares se pueden encontrar en la costas e islas adyacentes.

Los que se localizan en el norte de la Isla, se asocian principalmente a los ríos. Debido al
fuerte oleaje que existe en las costas, el desarrollo del manglar no está en contacto directo
con el mar, exceptos en las áreas protegidas de la Isla. Al contrario del Norte, el oleaje de la
costa Sur es menor, así que las aguas son más llanas y existe una mayor protección de la
costa por la presencia de arrecifes de coral. Esto permite que el desarrollo de los manglares
sea en contacto directo con el mar. En la región Este se pueden encontrar especies de
manglares que se asocian a ríos, lagunas y aguas costaneras, todo depende de las
condiciones medioambientales que existen en la región. Por último, en el área Oeste de
Puerto Rico, los manglares son parecidos a los de la región Norte, Sin embargo, no se
pueden hallar asentamientos de estos en la parte Noroeste debido al fuerte oleaje.
El árbol del mangle es la especie arbórea que predomina en los manglares. Se trata
de árboles que se encuentran alrededor de toda las costas, ríos y estuario y mantienen parte
de sus raíces bajo el agua salada. Estos árboles son muy resistentes y se desarrollan en
terrenos fangosos, arenosos, en ambientes muy salados y calientes que, en el caso de otras
especies de plantas, podrían morir. La resistencia de los mangles se debe a que contienen
una serie de adaptaciones impresionantes, entre ellas un sistema de filtración que ayuda a
mantener fuera gran parte de la sal y un complejo sistema radicular que lo mantiene erguido
en los cambiantes sedimentos donde se une el agua y la tierra, y sistemas que ayudan a las
raíces a buscar oxígeno que hay en la superficie. El fruto de este árbol se llama propágulos
y tiene una forma parecida a una lanza. Su forma es de gran importancia, ya que les ayuda
a enterrarse en el sustrato cuando caen en él o a flotar por un período prolongado y
distancias largas hasta encontrar un terreno donde se pueda desarrollar.
Los manglares tienen una biodiversidad de especies abundante y diversa, es más
existen especie que solo se encuentran en este tipo de entorno. La fauna que se encuentran
en este hábitat está adaptada a las mareas y las características únicas de este ecosistema.
Los manglares albergan organismos residentes y migratorios. Las especies más comunes
que se pueden encontrar son: crustáceos, peces, moluscos, aves, reptiles, anfibios y
mamíferos. Por ejemplo, se pueden encontrar cangrejos, camarones, ostras, cocodrilos,
cobras, lagartos, tortugas, monos titis, lobos marinos, garzas, buitres, gaviotas, gavilanes o
lombrices. En los manglares, se pueden encontrar especies terrestres y marinas, lo que hace
que se considere un entorno natural único. En el caso de los mangles rojos, las raíces de
este ofrecen refugio para las larvas y los juveniles de peces, moluscos y crustáceos de
importancia comercial.
Dentro de la flora de los manglares, se

encuentra principalmente los árboles mangles,
aunque a su alrededor florecen otras especies.
Existen aproximadamente 70 especies de árboles
manglares, alrededor del mundo. En Puerto Rico, se
pueden encontrar cuatro especies nativas de
manglares: el mangle rojo (Rhizophora mangle), el
mangle negro (Avisenía germinans), el mangle
blanco (Laguncularia racemosa) y el mangle de
botón (Canocarpus erectus). Sin embargo, cada una
de las especies se pueden distinguir fácilmente, ya
que poseen las siguientes características:
Mangle rojo: Árbol de la especie Rhizophora mangle que se puede encontrar delante
del bosque de mangle, rodeando la orilla de la playa, en los islotes y en parte delantera
de los estuarios. Estos se caracterizan por sus raíces colgantes y las largas plántulas
que cuelgan del árbol. Los mangles rojos tienen contacto directo con el agua salada
y sustratos inestables, lo cual las hace más resistentes. Otra característica importante
de estos es que poseen unas raíces que le permite penetrar el suelo, se ramifica y
desprende una serie de raíces aéreas con una forma de zancos, que se le conoce
como raíces adventicias, las cuales ayudan a aumentar la superficie de anclaje. Las
raíces superficiales tienen unas series de poros que se encargan de la entrada de
nutrientes y realizar intercambio de gases. La semilla del mangle rojo es alargada y
puntiaguda y puede medir entre 24 a 60 cm.
Mangle negro: Árbol de la especie Avicennia germinans y este se puede encontrar en
segundo lugar en orden, del mar hacia tierra adentro. Esta especie no tiene la misma
capacidad que el mangle rojo, ya que esta no tiene la capacidad de soportar sustratos
tan inestables. Por lo que, los mangles negros se localizan en sustratos que están en
menor contacto con el agua, aunque pueden inundarse habitualmente, según el
período de las mareas. Estos tienen una serie de raíces que sobresalen del sustrato
llamadas neumatóforos. Estos neumatóforos que se caracterizan por tener poros
respiratorios. El mangle negro tiene una adaptación que lo ayuda a secretar la al por
la superficie de su hoja. En el caso de que no llueva, la sal se cristaliza y se puede
observar fácilmente. Este tiene unas semillas pequeñas de forma ovalada y la hoja
contiene una forma alargada y puntiaguda.
Mangle blanco: Árbol de la especie Laguncularia racemosa y esta especie es la
tercera en orden, del mar hacia la tierra. Al igual que las especies de mangle rojo y
negro, el mangle blanco se localiza dentro de las áreas inundables por las mareas.
En similitud con los mangles negros, esta especie posee neumatóforos, aunque en
cantidades mínimas. La hoja de este mangle es ovalada y se pueden encontrar unas
glándulas secretoriales que se ubican en el peciolo. En estas glándulas es donde se
acumula la sal.
Mangle jeli, botón o gris: Árbol de la especie Conocarpus erectus y esta se puede
encontrar en último lugar en orden, del mar hacia la tierra. Al contrario de los mangles
anteriores, este se encuentra mayormente en áreas secas fuera de la influencia de
las mareas. Además, esta especie se desarrolla mejor donde la salinidad y los suelos
son más estables. Las hijas del mangle gris son más pequeñas que la de los otros
mangles. Las ramas y hojas de este se encuentran intercaladas en un orden, y no
germinan desde un mismo punto. El nombre de botón proviene de la forma que tiene
la semilla, ya que tiene un parecido a un botón.
Por otra parte, los manglares también pueden ser clasificados basándose en el área donde
se desarrollan, por ejemplo:
Manglares ribereños: Se les conoce a los manglares que se desarrollan a lo largo de
los causes de los ríos y sus zonas bajas, que son influenciados por las mareas y el
agua salubre.
Manglares de borde o islote: Se les conoce a los manglares que crecen en las orillas
de las costas, ya sean bahías o lagunas arrecifales o rodeando islas y sus árboles no
superan los 20 m de altura. Estos son capaces de soportar constantemente los golpes
fuertes de las olas. Los manglares de borde están dominados por el mangle rojo, ya
que estos ocupan el lugar más expuesto a la marea.
Manglares de cuenca: Este tipo de manglares se desarrolla tras los ribereños y de los
de borde. Estos se pueden encontrar en hábitat donde los suelos son estables. En los
manglares de cuenca, la renovación del agua es más lenta, no hay suficiente oxígeno
y la salinidad esta alta.
Manglares enanos: Este tipo de manglares se desarrollan en zonas donde el sustrato
no es favorable, como plataformas de rocas sedimentarias y coralinas en regiones
donde las condiciones ambientales son extremas, como, por ejemplo: bajas
temperaturas y suelos con alta salinidad. Estos manglares no sobrepasan los 4
metros de altura y presentan un desarrollo anormal.
Existen distintos tipos de manglares, sin embargo, todos tienen una característica en común
y es que todos nacen del contacto entre dos ambientes muy distintos, terrestre y el marino,
formando así unos de los hábitats más importante del planeta. Este tipo de ecosistema es
importante para el bienestar y salud de nuestro planeta, ya que proporciona grandes
servicios ambientales. Este desempeña un papel fundamental para poder conservar las
diferentes especies vegetales y animales.
Los manglares se conocen como bosques azules, ya que tienen una gran capacidad
para almacenar carbono. Esto convierte a los manglares en una solución natural en la lucha
contra los cambios climáticos ya que tienen la capacidad de absorber hasta 10 veces más
gases de efecto invernadero que otros bosques tropicales. Los manglares son un recurso
natural importante debido a que:
Estos son los ecosistemas naturales que producen en grandes cantidades la materia
orgánica.
Actúan como vivero para muchas especies de peces y mariscos.
Hábitat para una gran variedad de aves y otros organismos marinos.
Ayudan a proteger las costas de marejadas, erosión, tormentas y huracanes.
Al igual que otras plantas, estos funcionan como los “pulmones” del medioambiente,
ya que producen oxígeno y utilizan el CO2 del aire.
Estos se utilizan para la recreación pasiva, deportes acuáticos y actividades turísticas.
Por último, son importantes para la educación e investigación científica.
El ecosistema de los manglares se puede ver afectado o destruidos por diferentes acciones
como:
El drenaje de sus aguas
Descargar contaminantes
Derrame de petróleo
La deforestación
Eliminación y relleno de estas regiones para el uso urbano o industrial.
En Puerto Rico, el setenta y cinco por ciento (75%) de los manglares han sido destruidos y
los que quedan están en peligro de desaparecer. Si no se hace algo para conservar, proteger
y restaurar este importante ecosistema natural, se podría perder para siempre. La protección
de este ecosistema se realiza a través de la implantación de leyes y reglamentos, además
de diferentes estrategias y mecanismo a la hora de manejar estos casos. En Puerto Rico, se
pueden encontrar algunas leyes y reglamentos para la protección de estos como: la Ley
orgánica del DRNA ( Ley núm. 23 del 20 de junio de 1972), Ley de Bosques (Ley Núm. 133
del 1 de junio de 1975), Nueva Ley de Vida Silvestre (Ley 241 de 15 de agosto de 1999) y
sus reglamentos, Ley del Programa de Patrimonio Natural (Ley 150 del 4 de agosto de 1988),
Ley utilizada para declarar la Política Pública sobre Humedales y designación de Caño
Tiburones como Reserva Natural (Ley Núm. 314 de 24 de diciembre de 1998), Reglamento
de Zonificación de la zona costanera y acceso a las playas y costas de Puerto Rico y la Ley
Federal de Aguas Limpias a través de su Sección 404 (Reglamento Núm. 17). Además, el
Plan de Manejo de Manglares de 1997 expone varias estrategias de protección como: la

mitigación, zonificación y designación de terrenos públicos.
Ecosistema de las praderas de yerbas marinas:

Importancia del sistema
Las hierbas marinas son plantas que poseen raíces, tallos, hojas, flores, frutos y
semillas adaptadas para vivir sumergidas. Ocupan las zonas de aguas someras, desde la
orilla hasta más de una decena de metros de profundidad hasta done penetre la luz. Crecen
mejor sobre sustratos uniformes, arenosos, fangosos, ricos en materia orgánica y carbonato
de calcio.
Las praderas más extensas de Puerto Rico se encuentran en las costas este, sureste
y sur. En las costas norte y oeste crecen en lugares protegidas del fuerte oleaje. Las especies
de hierbas dominantes en estas praderas son la hierba de tortuga Thalassla testudinum y la
hierba de manatí Syringodium filiforme. En las praderas de hierbas marinas encuentran
alimento y espacio para vivir una gran variedad de animales invertebrados y vertebrados.,
Se pueden ver anélidos (gusanos), crustáceos (cangrejos y camarones), moluscos
(caracoles y almejas), equinodermos (erizos, estrellas y pepinos de mar) y un sinnúmero de
especies de peces (loros, médicos y balajues). Sobre las hojas de las hierbas crecen algas
y también viven algunos animales. La Tortuga verde Chelonia mydas y el manatí antillano
Trichechus antillano son dos especies de animales en peligro de extinción que pueden verse
pastoreando en las praderas de hierbas marinas.
Las redes alimentarias que se han establecido aquí son muy complejas y constituyen
un eslabón esencial en la dinámica alimentaria de los ecosistemas costeros y marinos.
Desde microorganismos que se alimentan de la materia orgánica en los sedimentos,
herbívoros y depredadores de niveles superiores participan de la comunidad biológica de la
pradera de hierbas marinas. Muchas de las especies de peces y de mariscos que sostienen
la industria pesquera en Puerto Rico, como son los pargos, el carrucho y la langosta pasan
parte de sus etapas juveniles en las praderas de hierbas marinas, antes de moverse a los
arrecifes de coral.
Las hierbas marinas, por la forma de crecimiento rastrero de sus tallos y los sistemas
de raíces que poseen contribuyen a estabilizar los fondos fangosos. Esto ayuda mantener la
calidad del agua, evita que los sedimentos sueltos lleguen a los arrecifes y a la vez retarda
la erosión de la costa.
Especies importantes
Hay cinco especies de yerbas marinas en Puerto Rico:
1. Thalassia testudinum (yerba de tortuga)
2. Syringodium filiforme (yerba de manatí)
3. Halodule wrightii
4. Halophila decipiens
5. Ruppia maritima
Thalassia testudinum (yerba de tortuga)

Thalassia testudinum, conocido comúnmente como
hierba de tortuga, es una especie de planta que
habita en el Caribe. Es un habitante del litoral y se
caracteriza por formar praderas en lugares arenosos
o fangosos poco profundos y con iluminación
intensa. Las praderas de Thalassia testudinum
constituyen el hábitat de una gran diversidad de invertebrados tales como moluscos y
crustáceos,además de constituir parte fundamental de la dieta de la tortuga verde
(Chelonia mydas) y del manatí (Trichechus manatus).
Syringodium filiforme (yerba de manatí)

Syringodium filiforme, comúnmente conocido como
pasto manatí, es una especie de pasto marino. Forma
praderas en lugares arenosos o lodosos poco
profundos en el Mar Caribe y el Golfo de México, y
también se encuentra en las Bahamas y las Bermudas.
Ocurre a una profundidad de aproximadamente 20 m
(66 pies), e incluso más profundo donde el agua es muy clara.
Halodule wrightii
Halodule wrightii es una planta acuática de la familia

Cymodoceaceae. Se le conoce con los nombres comunes
de hierba de bajío o bajío, y es una especie de planta nativa
de las costas de algunos de los océanos más cálidos del
mundo. Halodule wrightii es una hierba que crece en
marismas de agua salada en regiones intermareales, a
menudo sumergida durante la marea alta pero emergente
durante la marea baja.
Halophila decipiens
Halophila decipiens, comúnmente conocida como pasto marino del caribe o pasto remo,
es un pasto marino de la familia Hydrocharitaceae. Crece
bajo el agua en fondos marinos arenosos o fangosos en
partes poco profundas de los mares tropicales.
Halophila decipiens es el único género de pastos
marinos que carece de vainas basales en los tallos de
las hojas. Halophila decipiens tiene rizomas delgados
que se extienden cerca de la superficie de la arena o el
barro, con una raíz en cada nudo para sujetar la planta
en su lugar. Las hojas casi sin tallo crecen en pares desde los nudos con un par de
escamas en su base. Las hojas tienen forma de paleta y tienen un margen finamente
aserrado y miden hasta 25 milímetros (0,98 pulgadas) de largo y 6 milímetros (0,24
pulgadas) de ancho. Las flores masculinas y femeninas se encuentran en la misma
espata y una flor femenina puede producir alrededor de 30 semillas. La floración parece
ser estimulada por un aumento en la temperatura del agua por encima de un cierto umbral
en lugar de la duración del día. La planta es anual.
Ruppia maritima
Ruppia maritima es una especie pionera,

oportunista, capaz de colonizar y competir por el
sustrato. Tiene una amplia tolerancia a las
variaciones de temperatura y salinidad. Compite
con el pasto marino dominante Zostera Marina,
desplazándolo en algunos sitios, generando
consecuencias para la biodiversidad y la estructura trófica de los humedales (López-
Calderón et al., 2014).
Como ha impactado
Las praderas de hierbas marinas son esenciales para la buena calidad del agua y
para controlar la erosión de la costa.
Como se pueden conservar

Protejamos las praderas de hierbas marinas. Las praderas de hierbas marinas juegan
un rol importante en el gran ecosistema costero – marino que existe alrededor de Puerto
Rico. Sus servicios ecológicos dependen de que se mantengan los factores físicos y
biológicos en buen estado. Por esta razón debemos evitar todas aquellas acciones que de
forma directa o indirecta las impacten negativamente. Navegue con cautela y disfrute de este
valioso recurso natural que son las praderas de hierbas marinas.
Conclusión:
En resumen, pudimos observar la importancia que cada uno de los sistemas estudiados
presenta. Observamos que a pesar del constante castigo que las playas rocosas reciben de
las olas del mar estas presentan animales y vegetación especialmente adaptados a vivir en
estos ecosistemas. Por ejemplo, encontramos plantas como la uva playera, la cual es
resistente al viento, sol y salitre que está presente en el medioambiente. Los animales que
se observan en las playas rocosas son: moluscos (caracoles, quitones, pulpos y néritos), al
igual que crustáceos y una variedad de cnidarios, algas y gusanos, y cada uno de estos
organismos está especialmente adaptados y prosperar en las condiciones adversas
presentes en estos sistemas de playas rocosas. Los manglares al igual que las platas
rocosas presentan una flora y fauna única, la cual se ha adaptado para sobrevivir en
condiciones con altos niveles de salinidad en el agua. Las distintas especies de manglares
presentan unas adaptaciones morfológicas que les permiten habitar en suelos inestables y
otras adaptaciones morfofisiologías que les permite resistir el ambiente salobre préndete en
los humedales, y el intercambio de gases en sustratos con bajas cantidades de oxígeno. Por
último, el sistema de las praderas de yerbas marinas, el cual como indica su nombre es un
ecosistema principalmente cubierto por una vegetación marina parecida a las hierbas que
encontramos en la superficie terrestre. Una de las principales funciones ecológicas de las
praderas de yerbas marinas lo es que son esenciales para varias etapas de vida de muchos
organismos marinos y costeros, y para ayudar a mantear el equilibrio en la red alimentaria
marina. También pueden ayudar con el control de la erosión, pues pueden retener
sedimentos que contribuyen a la misma. Además, en las praderas de yerbas marinas
podemos observar uno de los animales emblemáticos de Puerto Rico, el manatí, que se
alimenta de las yerbas encontradas en estas praderas y es por ello que se necesita cuidar
de su hábitat, ya que son animales en peligro de extinción.
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sedimentarias#:~:text=Las%20rocas%20sedimentarias%20son%20las,en%20capas
%20horizontales%3A%20los%20estratos.
Rico, E. D. P. (2020, 15 april). Ecosistemas Costeros Rocosos de Puerto Rico. Bioecopr.
Geraadpleegd op 10 mei 2022, van https://bioecopr.blogspot.com/2019/03/costas-
rocosas-en-puerto-rico.html

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Yerbas marinas. EcoExploratorio. (n.d.). Retrieved May 10, 2022, from

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