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"El gato negro" es uno de los cuentos más populares del escritor

norteamericano Edgar Allan Poe (1809 - 1849). Este relato de terror


psicológico fue publicado en 1843 y aunque en su tiempo consideraron que el
autor estaba loco, con los años ha pasado a formar parte del imaginario
colectivo.

La novedad es que muestra la interioridad de un hombre perturbado por una


figura que lo obsesiona: un gato negro, que según la tradición popular es
una bruja metamorfoseada.

Resumen del cuento


Un hombre preso y condenado a muerte, decide contar lo sucedido desde su
perspectiva. Así, relata cómo desde la infancia sentía una afinidad especial
con los animales, por lo que de adulto tenía muchas mascotas: pájaros, peces,
un perro, conejos, un mono y un gato.

Su gato, llamado Plutón, era su favorito y pasaban todo el tiempo juntos. Sin
embargo, con los años el carácter del protagonista sin nombre fue
empeorando, debido al consumo de alcohol, por lo que se convirtió en un ser
mezquino y agresivo.

Un día, de regreso de una de sus salidas de excesos, se encontró con el gato y


lo atacó, arrancándole un ojo. Aunque el animal se recuperó, quedó con ese
espacio vacío y jamás volvió a acercarse a su dueño. Esta actitud enfureció
aún más al hombre, y llevado por su perversidad, lo colgó de un árbol.

Esa misma noche su casa se incendió, y sólo sobrevivió una pared en la que se
podía ver marcada la figura de Plutón colgado. Tras este incidente se sintió
muy arrepentido hasta que una noche se encontró con un gato igual al que
había perdido. Decidió llevarlo a casa y a la mañana siguiente notó que era
tuerto y que tenía una mancha blanca en el pecho, que con los días reconoció
como la imagen de un patíbulo.

Aquellas señales comenzaron a enloquecerlo, el gato lo perseguía a todos


lados y perdió la capacidad de dormir y descansar. Un día, agobiado por su
temperamento, quiso atacar al gato, pero su esposa se interpuso y la mató
con un hacha. Sin arrepentimiento, se encargó de deshacerse del cuerpo.
Encontró la solución perfecta: ocultar el cuerpo en el sótano y luego levantar
una pared.

Pasaron los días y la policía acudió a registrar su hogar. Como no encontraron


nada, procedieron a irse, pero el protagonista cometió un error. Muy seguro
de sí mismo, golpeó la pared y se sintió un aullido desgarrador que alertó a los
oficiales. Luego del destruir la pared, encontraron el cuerpo ensangrentado y
consumido por el gato con su hocico lleno de sangre.

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