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Introducción:
En medio de tantas situaciones difíciles que ha traído esta pandemia, Los Cristianos
necesitamos un avivamiento en nuestra vida, en nuestra comunidad, ese deseo de volver a estar
encendidos por Dios y para Dios, y que nuestro amor por Él sea constante, que se dé
cumplimiento al primer gran mandamiento:
Marcos 12:30 Amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con toda tu alma y el
segundo mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El profeta Habacuc, también tenía este mismo sentir, el avivamiento en su vida, en su pueblo,
así dice la Biblia
Habacuc 3:2 Oh Señor, he oído tu palabra, y temí. Oh Señor, aviva tu obra en medio de los tiempos, En
medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.
Habacuc profeta de Dios, contemporáneo con Jeremías, Ezequiel y Daniel; se queja a Dios de
que su propia nación sea destruida por su maldad, por una nación aun mas mala, no entendía
por que Dios parecía no hacer nada con la maldad de la sociedad.
Hoy más que nunca necesitamos hacer esta misma oración ; vivimos en un tiempo en que el
fuego se está extinguiendo , el fervor por Dios se desvanece, debemos pedir a Dios que avive su
obra en esta presente generación.
AVIVAMIENTO, significa vivificar, animar, encender, es el fuego del Espíritu de Dios que
arde en el corazón de los creyentes para hacer frente a un enfriamiento, un descenso, un estado
de apocamiento, a algo moribundo, a punto de llegar a un estado de inercia.
La causa para estar apocados sin el deseo de reunirnos en la iglesia como cuerpo de Cristo es
cuando apagamos y contristamos al Espíritu Santo dejando de leer y meditar en la Palabra de
Dios, de estar en su presencia en oración, y esto conlleva a la tibieza espiritual y a caer en la
tentación y el pecado.
Cuando una iglesia se siente muy satisfecha con su condición no puede aspirar a una obra
divina en medio de ella (Apocalipsis 3:17-19). 17 Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no
necesito nada!”. Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás
desnudo. 18 Así que te aconsejo que de mí compres oro—un oro purificado por fuego—y entonces serás rico.
Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para
tus ojos, para que así puedas ver. 19 Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y
arrepiéntete de tu indiferencia.
Pudiera ser que como iglesia o individuos nuestra llama no crece, sino que cada día se va
extinguiendo, aunque lleva tiempo ardiendo, al pasar del tiempo va disminuyendo su
intensidad, y llegará el momento en que se apagará, sino hacemos nada.
La felicidad depende de las circunstancias externas, pero el gozo esta basado en tu relación con
Dios.
“El estado normal de todo creyente es vivir bajo la unción del Espíritu Santo, y si no es
así, todo lo demás es anormal”.
El amor a Dios y al prójimo aviva el fuego del Espíritu Santo en nosotros. Pero el pecado no
confesado es la causa de cómo el amor se apaga y con ello la vida espiritual decadente.
Mateo 24:12 Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará.
Es el Espíritu de la Verdad.
Juan 14:17 El Espíritu de verdad a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le
conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.
El Espíritu de Vida.
Romanos 8:1–4 , …no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha
libertado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de
la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el
pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no
andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.