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TALLER/RETIRO SOBRE TRASCENDENCIA Y SENTIDO DE LA VIDA

- Oficio 20 min.

“Un sentido que quiera ir más lejos que lo provisional, no admitirá la muerte
como el fin de la vida, sinó que afirmará la trascendencia como máxima
desobediencia al aparente Destino. Y aquel que afirme que sus acciones
desencadenan acontecimientos que se continúan en otros, tiene tomado
entre sus manos parte del hilo de la eternidad”

Silo (Humanizar la Tierra, pag. 100)

- Charla/Lectura sobre Trascendencia 15 min.

La muerte física del hombre es idéntica al abandono del capullo de seda por
la mariposa. Morir significa mudarse a una casa más bella, es el pasaje a
otra forma de vida. La única cosa que perdemos en esa transformación es
nuestro cuerpo físico, pues ya no lo necesitamos. Es como si se acercase la
primavera y guardamos nuestro abrigo de invierno, sabiendo que ya está
demasiado usado. La muerte no es otra cosa. Cuando muramos perderemos
todas nuestras propiedades y relaciones. Así que ¿por qué no practicar un
poco para estar algo más desapegados de las cosas con las que tendemos a
obsesionarnos?

Uno de los grandes temas para la conciencia humana, es el problema de la


finitud. Sabemos que moriremos, es un saber intelectual, lo sabemos con la
cabeza, pero no lo experimentamos como verdadero.

Pensamos que falta mucho tiempo. Lo creemos de la misma manera en que


creemos que tendremos un trabajo mejor, haremos un viaje al extranjero o
encontraremos una persona a la que podamos amar. Nadie piensa y nadie
cree en tal finitud.

Si hay algo de donde la mirada se aparta, es de que la concienca se muere.


Es decir, se acaba, desaparece, la nada. La percepción muere, la memoria
muere, lo que reconozco como “yo” muere.

Así, el sufrimiento más fuerte para todo ser humano es el temor a la


muerte. La mayoría trata de olvidar la muerte como si esta no existiera.
Realiza su vida como si ésta fuera para siempre. Vive su vida escapando de
la finitud, entreteniéndose en el sinsentido y siendo presa del sufrimiento.

El tema de la muerte nos pone en presencia de una suerte de contradicción


que provoca sufrimiento. Frente al dolor ocasionado por esta contradicción,
hemos anestesiado ese dolor y vivimos como si ese hecho no existiera.

En la muerte el cuerpo deja de funcionar, se detienen todas sus funciones,


no se alimenta ni se reproduce la más mínima célula. Finalmente el cuerpo
se desintegra por completo. Eso es lo que vemos. Pero queda la duda, ¿no
habrá alguna función humana que no tenga asentamiento corporal, algo
que no dependa del cuerpo para existir? ¿Es el ser humano su cuerpo o hay
algo en él, que puede ser independiente de su constitución material, algo
que pudiera no desintegrarse al desintegrarse el cuerpo?.

¿Habrá algo en el ser humano que continúe después de la muerte del


cuerpo? Si la vida es siempre creciente ¿no será la muerte una ilusión del
cuerpo que sí es temporal?. La vida que hay en mí cuyo crecimiento
experimento cuando camino hacia el Sentido, cuya plenitud vivo en la
expresión del acto humano ¿se agota al agotarse el cuerpo o se libera de
ese cuerpo para continuar más allá?

No sabemos si la intención puede independizarse del cuerpo. No sabemos si


puede existir sin el cuerpo y si lo puede, de qué forma. En ese punto cada
uno tiene sus particulares creencias, algunos creen con más fuerza que
otros. Incluso hay quienes piensan que todo se desintegra permaneciendo
la nada y el sinsentido.

Mi razón no tiene una respuesta a estos interrogantes, pero mi fe sí la tiene.


¿Por qué he de creer en la muerte en vez de creer en la vida, si ambas son
creencias y mi lógica no es capaz de justificar ni la una ni la otra?

La fe no es algo que obtengo porque alguna entidad externa me lo entrega.


La fe es un acto libre, es la fuerza que acompaña mis creencias.

La fe es una fuerza poderosa e inagotable. Concentra la energía y le da vida


a la acción. Es concentración energética que se convertirá en movimiento.

No siempre tenemos la misma fe, a veces tenemos más y a veces tenemos


menos. A veces experimentamos certezas indudables y a veces certezas
dudosas. Hay distintos estados de fe. El fanatismo por ejemplo, es un modo
de fe, una enfermedad de la fe. Cualquiera que ponga en duda mi fe, por
ejemplo otra creencia, se me aparece como peligrosa.

La fe se fortalece cuando actúo coherentemente con mis creencias y se


debilita en caso contrario.

Cuando el ensueño fracasa, pareciera que con él se esfuma la fe. El


resentimiento me llevará por la desconfianza y el escepticismo. No quiero
aceptar que estaba siguiendo un espejismo y que el fracaso me despertó de
su encantamiento. Si lo acepto, me daré cuenta de que dentro de mí sigue
viviendo la fe.

“Sin fe interna hay temor, el temor produce violencia y la violencia


destrucción. Por tanto, la fe interna evita la destrucción”.

Eso que creemos tiene mucha importancia, no en el más allá, sinó en el más
acá. Si yo creo que a una persona le simpatizo, me comporto de una manera
muy distinta a que si pienso que me odia. Eso que creo me orienta a
comportarme de una manera determinada.

Creemos en la muerte lo mismo que creemos en un sueño mientras lo


soñamos, cuando se despierta del sueño, ya no se cree en ese sueño. Es
para vencer a la ilusión de la muerte, que necesitamos escalar un nuevo
peldaño y despertar la mirada interna. Esta mirada se dirige al mundo desde
un centro que está más atrás de la percepción y lo experimento cuando
tomo conciencia de mi existencia.

Lo que recordamos de nuestros muertos, son sus acciones de servicio o de


perjuicio hacia otros. Esto es una clave que nos puede dar una orientación
en nuestro hacer en el mundo.

Lo que creo que pasará después de mi muerte, orienta mis actos hoy.

En el fondo se cree que todo termina con la muerte, se tiene fe en la


muerte.

Pero, ¿es cierto que todo termina con la muerte? ¿es cierto que no se
puede lograr una dirección definitiva, que no varíe con los accidentes de la
vida?

¿Cómo se ubica el ser humano frente al problema de que todo termina con
la muerte?

Observamos cinco estados con referencia al problema de la muerte y la


trascendencia.

Está esa persona que tiene evidencia indudable por la propia experiencia.
Para él es indiscutible que la vida es un tránsito y la muerte un escaso
accidente.

Otros creen que el ser humano va a no se qué trascendencia, lo creen no


por experiencia sinó por algo que le enseñaron y él acepta.
Hay otras personas deseosas de tener una fe o una experiencia, son
personas que dicen: “si yo tuviera fe o pudiera creer en ciertas cosas, mi
vida sería diferente”.

Hay también aquellos que sospechan intelectualmente la posibilidad de que


hay una trasendencia, les parece posible.

Por último estan aquelllos que niegan toda posibilidad de trascendencia.

En estos cinco estados se emplaza el ser humano. Pero ¿Cuál debería ser el
emplazamiento correcto? Cono mínimo el deseo de poseer la experiencia o
la creencia, porque ese deseo es la condición necesaria para orientarse en
el sentido de la trascendencia. Si ese deseo es débil, nada podrá construirse.
Pero a medida que ese deseo crezca, será como un acto lanzado en busca
de su objeto y ello dará precisamente dirección a la existencia.

Entonces quienes logren esa fe inconmovible, o esa experiencia


trascendente, aunque no puedan definirla en términos precisos, como no
puede definirse el amor, reconocerán en sí la necesidad de orientar a otros
hacia el sentido, pero jamás tratarán de imponer su paisaje a quienes no lo
reconozcan.

EJERCICIO SOBRE LA MUERTE 10 min.

(Ejercicio dirigido por Silo a los participantes de los Seminarios de España


1.980)

Imagino que estoy muriendo… en ese estado de soledad, en ese inevitable


estado de soledad, dejaré este mundo y estos seres queridos y las cosas que
amo. Me perderé en el absurdo de la nada para siempre… Sé que estoy
muriendo y esto es inevitable… Toda mi vida pasa como un sueño y todo
aquello que busqué y aquello por lo que luché, quedará en el pasado como
un sueño… sé que estoy muriendo.

Pero también sé que hay en mí una fuerza inextinguible y también sé que


nada ni nadie puede interrumpir mi paso y sé que detrás de esa vida hay una
puerta abierta hacia el futuro. Sé que en mí hay una fuerza inmortal
incontenible, hay un futuro luminoso, hay una fe, hay una esperanza, hay un
crecimiento.

No importa las creencias que tenga cada cual respecto a la trascendencia,


estamos experimentando con estas cosas, estamos diciendo que si ustedes
creen que se mueren y se representan su propia muerte, cosa bastante
difícil, y creen que todo se detiene, la cosa es grave y sufriente, la
respiración se comprime. En el mismo momento en que ustedes abren una
ventana hacia el futuro, la respiración cambia, el espacio se ilumina, algo
crece en ustedes, la fe se alimenta, se dinamizan internamente, esas son
simplemente las consecuencias de este ejercicio, basadas en registros
internos, no en teorias. Cada cual sabe que tal hizo esa cosa. Eso es todo.

INTERCAMBIO 60 min. Pausa para comer

Charla/Lectura sobre Sentido de la vida 15 min.

“Te diré cual es el sentido de tu vida aquí: ¡Humanizar la Tierra! ¿Qué es


humanizar la Tierra? Es superar el dolor y el sufrimiento, es aprender sin
límite, es amar la realidad que construyes”

Silo (Humanizar la Tierra, pag. 80)


Si se pregunta a alguien qué sentido tiene para él la vida, quizás responderá
que su familia o una determinada causa que según él, justifique la
existencia.

Pero a poco que surjan problemas con los seres queridos, a poco que se
produzca una desilusión con la causa abrazada, a poco que algo cambie en
el “sentido” elegido, el absurdo y la desorientación volverán por su presa.
Por cierto que después del fracaso de un sentido provisorio, siempre queda
la alternativa de poner un nuevo sentido provisorio, tal vez en oposición del
que fracasó. Asi, de sentido en sentido, se va borrando a medida que pasan
los años, todo rastro de coherencia y con ello aumenta la contradición y por
tanto el sufrimiento.

El sufrimiento es un despertador que tiene el ser humano, le recuerda que


está desperdiciando la vida y que su vida necesita un Sentido. El sinsentido
es una sinfonía de angustia, un horizonte desolado.

Para superar el sufrimiento tu, yo y todos necesitamos un Sentido de vida.


El Sentido de la vida es la dirección que toma mi vida. Es un camino que
recorreremos mientras el cuerpo nos acompañe. Con cada acción que
realicemos, experimentaremos un profundo acuerdo con nosotros mismos.
En general llamamos sentido a la motivación de nuestras acciones. Pero en
algún momento, sea porque cumplimos nuestras aspiraciones, sea porque
nos fue imposible cumplirlas, ese sentido que las impulsaba se agota. Hay
un sentido que no concluye con la realización de nuestras nuestras
acciones ni con la concreción de los proyectos que emprendemos. Un
sentido que no se debilitaría con el transcurrir ni siquiera cuando termina la
vida.

El sentido de la vida es crecer, es llenar de vida. La vida no tiene nada que


ver con el surimiento, la vida es crecimiento, llenado y sentido.

Quien soy y hacia donde voy, son las preguntas que guiarán nuestra mente
hacia la región donde están las respuestas verdaderas. Uno no sabe quien
es y no sabe adónde va. Se identifica con las cosas y el cuerpo y cree que su
destino es el de las cosas y el cuerpo. Pero no somos las cosas ni el cuerpo.
Estamos identificados con ellos, pero no somos ellos. Creemos algo que no
es. Esta pregunta nos lleva a comprender la ilusión del yo, su sinsentido.
Pero quien soy realmente?. Con las manos vacías, sin mis cosas, detrás de
mi angustia, de mis ansias, de mi pena, Soy se expresa y construye el
mundo. No eres sólo “yo”, también eres una parte del todo y vas hacia la
luz, hacia donde va todo. Soy es todo y es uno, es la unidad. Necesita
plasmarse, encarnarse, realizarse en la diversidad. Soy es lo humano que
necesita trasladarse al mundo.

¿Experimento que mi vida tiene sentido? ¿Experimento una fuerza interna


que me impulsa en una dirección, aunque esa dirección no esté demasiado
clara? ¿Experimento fe interna de que voy hacia algún lado?

Para que tenga sentido nuestro proyecto vital, tendrá que tener la
característica de contribución que hago a otras personas. Este tipo de
acciones, al realizarlas, inician una cadena que se continúa en otras
personas. Se trata de una cadena que se continuará aún cuando yo deje de
existir. Esta acción que contribuye y mejora la situación de vida de otro,
puede ampliarse hasta abarcar conjuntos humanos cada vez más grandes.
En ese sentido, el proyecto vital puede transformarse no solo en una
contribución a otros, sinó también en una contribución histórica y social.

Nos acercamos al sentido cuando crece la unidad interna y nos alejamos


cuando la contradicción nos arrastra al resentimiento y la venganza. La
unidad interna crece cuando tratamos de que coincida lo que pensamos,
sentimos y hacemos.

Si la vida tiene sentido tiene que estar dando algún tipo de señal y
necesitamos conocer el modo de captarla. Si está dando la señal, la
conciencia lo debe estar traduciendo de algún modo y se está reflejando en
alguna manifestación humana. A pesar del bullicio en el interior de la
conciencia, la señal tendría que afectar a los sueños, los ensueños y a través
de ellos, la cción. Si lo trascendente está escondido entre todo el fluir de la
conciencia, tiene que haber un modo de reconocerlo. Es porque existe la
posibilidad de reconocerlo, que buscamos un nuevo modo de
funcionamiento.

¿Por qué es tan difícil experimentar sentido en la vida? Porque eres la época
y la época está marcada por la desilusión. Tu sientes lo que la época siente,
sueñas lo que la época sueña, y crees lo que la época cree.

La falta de sentido que experimentamos no es sólo un problema personal,


tiene que ver con la época que nos toca vivir y con el momento de
evolución de la conciencia. Aquí vamos, hasta aquí va la evolución y
seguramente es posible producir saltos cualitativos en la conciencia y en la
sociedad

Ejercicio sobre Quien soy, Deseos y Necesidades. 10 min.

Se propone ir descartando las respuestas mecánicas/Simples, hasta


conectar con algo más profundo. También diferenciar el Deseo de la
Necesidad.

INTERCAMBIO 40 min.

Breve Pedido al Guia 10 min.

Experiencia Guiada La Muerte 20 min.

INTERCAMBIO 30 min.

Cierre: ceremonia de Bienestar.


Textos tomados de: EL SENTIDO DEL SINSENTIDO (Dario Ergas)

LA MIRADA DEL SENTIDO (Dario Ergas)

LA MUERTE, UN AMANECER (Elisabeth Kübler –Ros)

HUMANIZAR LA TIERRA – CHARLA MÉXICO ’80 (Silo)


(Ejercicio sobre Quien soy + Deseos – Necesidades) - INTERCAMBIO

Breve Pedido al Guia

Experiencia guiada La Muerte - INTERCAMBIO

Cierre, ceremonia de Bienestar.

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