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Mensaje de Nuestra Señora, 29/9/2000, Giamplieri Marina

GIAMPILIERI MARINA 29/09/2000
MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
Hijitos,
hoy estáis celebrando la fiesta de los Arcángeles: Gabriel, Rafael y Miguel. Son los
Ángeles del tiempo final de la purificación y de la gran tribulación. Ellos son los
Ángeles de su tiempo. Se les da una tarea particular durante el tiempo de prueba y gran
castigo. A ellos les toca salvar al pueblo de Dios, reunir de todas partes de la tierra a los
que están llamados a formar parte del pequeño remanente, que permanecerá fiel en el
refugio seguro de Mi Inmaculado Corazón. Son los Ángeles de vuestro tiempo, sobre
todo son los Ángeles que os revelan los últimos acontecimientos descritos en el Libro
sellado.
El Arcángel Miguel tiene encomendada la tarea de conducir las filas de los Ángeles y de
mis hijos fieles a la batalla contra los feroces ejércitos de satanás y del mal, de las
fuerzas satánicas y masónicas, ahora organizadas mundialmente en un solo gran poder,
para oponerse a Dios y contra su Cristo. San Miguel intervendrá sobre todo para
combatir al antiguo enemigo, Lucifer, que en la última hora aparecerá con todo el poder
oscuro del anticristo. Suya es la tarea de combatirlo y vencerlo, de arrojarlo a su reino
de tinieblas y fuego, ofreciendo a vuestra Madre Celestial la cadena con que lo atará y la
llave para cerrar la puerta del abismo del que no saldrá. ya no ser capaz de escapar dañar
el mundo.
Al arcángel Rafael se le encomienda la misión de participar, como médico celestial, en
la gran lucha para socorreros y sanar a los heridos y heridos; como le devolvió la vista a
Tobías, así a millones de mis pobres hijos, cegados por los pecados, los errores y las
grandes tinieblas de vuestros días, les dará la vista para que vuelvan a creer y
contemplar el divino esplendor de la Verdad.
El arcángel Gabriel tiene encomendada la gran misión de anunciar el regreso de Jesús
en gloria para establecer su reino en el mundo; como de él salió el anuncio celestial de
la primera venida de Mi Hijo al mundo, así nuevamente será el mensajero luminoso de
la segunda venida de Jesús en Gloria.
La protección de estos tres Arcángeles, llamados a cumplir tan grande misión en el
tiempo final de la gran tribulación, es llevar en vosotros el corazón de los últimos
acontecimientos, que ahora estáis llamados a vivir, con confianza y con gran
esperanza. .
Ahora os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
 
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