Se ha publicado la relación de insumos empleados en el proceso productivo de los bienes de la canasta básica familiares exonerados temporalmente del IGV, cuyas adquisiciones y/o importaciones podrán ser aplicados como crédito fiscal del IGV. A continuación, la lista de insumos:
Para la producción de carne de aves de la especie Gallus domesticus frescos,
refrigerados o congelados. Para la producción de huevos frescos de gallina de la especie Gallus domesticus. Para la producción de azúcar. Para la producción de pastas alimenticias sin cocer, rellenar ni preparar de otra forma. Para la producción de pan. Adicionalmente, esta norma ha precisado que la venta de los productos de la canasta básica familiares exonerados del IGV no se considerarán como operaciones no gravadas, por lo que podrán ser empleados para el cálculo de la prorrata del crédito fiscal. ¿Es conveniente la exoneración temporal del IGV? No es conveniente debido a que la medida no surtirá el efecto esperado, debido a que genera un alto costo fiscal, no es progresivo (no beneficia más a los que menos tienen) y cualquier economista sabe que las alzas o bajas del IGV no se trasladarán al consumidor de manera total, sino que se quedan en la cadena. Errores en el diseño, como es el caso, al reconocer el crédito fiscal solo a insumos principales (aún por definir en el reglamento) puede generar incluso mayores precios, así como incrementar la informalidad y la evasión en los proveedores para evitar asumir el IGV como costo en insumos no incluidos. ¿qué problemas se pueden presentar? Bueno, el principal problema con este tipo de medidas es que no tienen un impacto real y significativo en ellos bolsillo de las familias, por varias razones: uno de ellos Luis Alberto Arias Minaya, exjefe de la SUNAT, refiere que “La reducción del IGV de 18% a 0% para los bienes exonerados tendrá un impacto incierto en los precios. La teoría económica sostiene que el traslado económico del IGV a los consumidores es solo parcial, aún en mercados competitivos. Es muy probable que en mercados concentrados la mayor parte del beneficio se quede en la cadena de producción y comercialización de los bienes”. Por lo que las, exoneraciones del IGV para contrarrestar la inflación son una mala medida están el elevado costo fiscal que implican. En este caso, se dejará de recaudar cerca de S/ 50 millones, según cálculos del MEF. Además, la inflación es un fenómeno no estático, y con un alza constantes de precios es difícil trasladar una exoneración IGV al precio final del consumidor. Al continuar subiendo los precios, el efecto se “licuará” día a día. También porque se trata de una medida no focalizada, es decir, beneficiará a los que tienen recursos y a los que no. De hecho, solo el 5% del costo fiscal de la exoneración beneficiará a los más pobres, según un análisis de Phase Consultores. Además, se puede generar una distorsión en el IGV, ya que no necesariamente se incluirá en la norma todos los insumos que se usan en los productos exonerados. Por ejemplo, en el caso del pollo, el 40% de su materia prima e insumos no está exento del IGV, y los comerciantes de los mercados, que en su mayoría no tienen acceso a crédito fiscal, terminarían trasladando este costo extra al precio final del pollo, explicó Antonio Castillo, gerente del Instituto de Estudios Económicos y Sociales de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).