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BALONCESTO: UN ETERNO INSTANTE DE GLORIA

Comunió n. Clímax. Exaltació n. Gloria. Historia. Un sueñ o hecho realidad.

Hay veces en que todo se resume en una suspensió n. Un ú ltimo golpe de


muñ eca. En dejar la mente en blanco y abandonar a la memoria muscular un
cuerpo trabajado a conciencia.

Es solo después cuando se desata la magia. Hay veces en que todo debe
resumirse en un ú ltimo tiro decisorio. Mientras el baló n vuela en el aire, como
suspendido en el tiempo, los ojos de la afició n rebosan de sus ó rbitas y el corazó n,
hasta entonces atrincherado en el pecho, duele como nunca. Es natural. No sabe si
la emoció n que apenas puede contener está a punto de romper sus cadenas o
caerle encima como una losa de cementerio. .

Pero es por esos momentos por los que vive. Son esos sueñ os los que
evoca, no solo la grada, si no también los hombres que nacieron con la
determinació n y destreza necesaria para castigarse en cada entrenamiento
creyendo en un sueñ o comú n. En una visió n de conjunto mayor que ellos mismos.

El baló n se cuela dentro sin acariciar siquiera el metal. La nada es entonces


interrumpida por el sonido de la red escupiendo el cuero. Ya no hay vuelta atrá s.
Miles de gargantas explotan desatando una tormenta de jú bilo que pocos días
después parece relegada al olvido, pero que en realidad es una semilla que
generaciones má s tarde seguirá germinando en las miradas má s jó venes. Quizá s
esas que mejor comprenden la magia del deporte.

¡Vamos Canarias! La gloria está al alcance de la mano. Jugamos en casa. El


trabajo está hecho. Ya sois héroes. Nada hay que perder. Jueguen este partido como
si fuera el ú ltimo y si lo ganamos, si lo ganamos…. ¡Ay si lo ganamos!

¡VAMOS CANARIAS!

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