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IMPARABLE

MULTIPLICA TU VALOR PROFESIONAL,


CONECTA CON LAS PERSONAS ADECUADAS Y
CONVÉNCELAS DE TUS IDEAS

© SEBASTIÁN LORA

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TESTIMONIOS
“Interesante lectura para potenciar el éxito profesional gracias a motivar, impactar y convencer.”

Raúl González, CEO, Grupo Barceló

“Claro y efectivo. Muy buenas re exiones para ayudarte a crecer profesionalmente.”

Miquel Moyà, Director - Global Partners, Google

“Interesante, edi cante, auténtico, claro y metódico. Así describo este magní co libro de
Sebastián. Considero que no pudo escoger un mejor título para este libro pues es exactamente la
percepción que tengo de él desde que lo conocí: Un ser imparable con el deseo genuino de
dejar una huella positiva en el mundo.”

Ney Díaz, Presidente, Intras

“Este libro es un manual para ser leído una y otra vez por todos los líderes de organizaciones que
buscan una verdadera transformación. Es acertado, claro, efectivo, práctico y detallado con todas
las herramientas necesarias para ser un líder realmente Imparable! “

Sebastián Torres, Líder de proyectos, Space X, y Creador/CEO , Priority Shift

“En IMPARABLE, Sebastián Lora nos ofrece una guía práctica, para maximizar las probabilidades
de triunfar profesionalmente principalmente a través del dominio de las relaciones
interpersonales. Paso a paso, Sebastián nos lleva en un camino que comienza retándonos a de nir
nuestra misión y objetivos en la vida, como norte de todo, y se pasea sobre el cómo llevar a cabo
esa misión a través de nuestra preparación y de un esfuerzo consciente e intencionado por
ganarnos la credibilidad y el apoyo de personas claves.”

“Si bien hay muchos escritos sobre superación personal y profesional, IMPARABLE es especial en
cuanto brinda herramientas concretas y especí cas para triunfar en los negocios y las relaciones
profesionales, que pocas veces se describen y presentan con la claridad y aplicabilidad con que
Sebastián lo hace en esta obra. Lo recomiendo en particular para aquellos ejecutivos y
emprendedores que quieren sobresalir y ser escuchados más en su entorno relevante.
IMPARABLE puede ayudar a desencadenar el potencial actualmente oculto o pasivo de muchas
personas.”

Marco Antonio Ocando, Senior Director - Marketing, Communications and eCommerce,


Copa Airlines

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“Sebastián ha sido siempre un referente para mí. Con este libro ha conseguido que muchas ideas
nuevas (y otras que ya conocía) se ordenen en mi cabeza y me den un propósito y herramientas
muy prácticas para ser imparable.”

Karlos Bonilla, Director Comercial, Universidad Europea de Madrid

“Cuántas veces hemos escuchado e incluso dicho, ¡qué suerte tiene menganito dedicándose a
algo que realmente le apasiona! Sebastián nos explica que para tener suerte y triunfar
profesionalmente en una carrera que te apasiona hay que estar preparado. Ese proceso de
preparación es el que encontramos en este magní co libro. Sebastián nos proporciona un
abanico de ingredientes que bien integrados, nos permiten iniciar y culminar el proceso de
cambio. Un libro fresco y dinámico que te atrapa desde la primera página.”

Gemma Villalbi, Responsable de formación, Cuatrecasas

“Sebastián en este libro te abre la caja de todos los secretos de un experto en comunicación
como es él. Una caja de trucos y de secretos para que seas imparables desde tu propósito a la
consecución del mismo. Un libro ameno, sincero y con un contenido valiosísimo.”

Nacho Barraquer, “El Gefe”

"Sebastián nos ofrece un recorrido pormenorizado por las habilidades que todos podemos
desarrollar para transformarnos en imparables en nuestra vida profesional mostrándonos cómo
aprovechar al máximo todas las oportunidades que se nos puedan presentar."

Luis Sánchez, Socio Director, Drivelop Consulting

“Tras conocer Sebas en una jornada laboral y cautivarme completamente con su losofía, me
siento muy afortunada por haber podido ser lectora beta de su publicación, la cual solo se puede
catalogar como “WOW”. Imparable es ese libro que inevitablemente te empuja a querer crecer
profesionalmente con una completa guía de trucos, consejos y ejercicios para que, sin apenas
darte cuenta, te veas envuelto en ese retador camino de tener herramientas su cientes para
conseguir  todo aquello que te propones.”

Ángela M. Carsi, IT Planning & Control Manager, TUI destination experiences

“Este libro es una guía maravillosa para aquellas personas que quieran crecer profesionalmente.”

Claudia Cano, Corporate Trainer


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“Con su fascinación por comunicar, Sebastián nos enseña mediante conceptos prácticos,
lecciones que bene ciarán a todas las personas que quieran impactar profesionalmente.”

Ricardo Tirado, CEO, Mundo Imposible

“Imparable es un libro excepcional, todos tenemos un propósito de vida que puede ser familiar,
social, político, espiritual, empresarial, de emprendimiento o de expansión de nuestra propia
conciencia. IMPARABLE te ayuda a visualizar un 360 de lo que tienes que saber, desarrollar y
poner en práctica para convertirte en leyenda.”

María Bárbara Marcen Abascal, Líder en Integridad Empresarial y Compliance

“Este libro es la guía completa, paso a paso, para maximizar tu desempeño profesional, ya sea que
trabajes en el mundo corporativo o como autónomo. Lo que más me ha gustado ha sido la unión
entre mejores prácticas e historias; mejores prácticas para potenciar tu desempeño e historias
para grabarlas en tu memoria.”

Jack Vincent, Coach de ventas, speaker y organizador de eventos TEDx

“Dicen que hay que amar lo que se hace para tener éxito, pero creo que hemos visto a más de un
apasionado quebrado por ahí. En el mundo de hoy la pasión por lo que hacemos no es su ciente
para sobresalir. En este libro, Sebastián logra aterrizar de forma magistral todo lo que debemos
alterar en nuestra mente para alcanzar el éxito profesional y todo lo que requerimos hacer a nivel
técnico, paso a paso para lograrlo. Un libro cargado de historias inspiradoras y técnicas aplicables
para dar el salto de  trabajar por dinero a vivir de una pasión. Seguro que llegará el día en el que
pongan IMPARABLE entre los libros IMPERDIBLES para todos aquellos que tienen claro en que
vinieron al mundo a algo más allá que simplemente ‘existir’”.

Santiago Ávila, CEO, Titania Training Group

"Directo, e caz, de alto impacto y sobretodo muy cercano y accesible. “Imparable” es 100% Lora, y
un libro lleno de herramientas imprescindibles.”

Pere Sbert, Consultor y formador especialista en desarrollo de talento


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ÍNDICE DE CONTENIDOS
PRÓLOGO

Conor Neill, profesor IESE Business School & presidente de Vistage Iberia.

INTRODUCCIÓN

La fórmula para predecir tu propia suerte o lo que necesitas para aprovechar las oportunidades.

SECCIÓN 1: MOTIVA

Multiplica tu valor, prepárate para ser visible y consigue que las personas adecuadas estén
dispuestas a escucharte.

Capítulo 1 - Misión: comienza a hacerte imparable:

Todo comienza con una misión,


Lo que te hace imparable es el apoyo de los demás.
Avanzando adecuadamente hacia la meta.

Capítulo 2 - Mente: lo que está del otro lado de tu zona de confort:

Valiente no es quien no tiene miedo.


“Hacks” mentales para desarrollar tu autocon anza.
Tu estado emocional y la calidad de tus resultados.

Capítulo 3 - Marca: hay que serlo, antes de parecerlo:

Gánate el derecho de ser escuchado.


Conviértete en una persona de valor.
Un proceso de transformación perenne.

SECCIÓN 2: IMPACTA

Conecta a nivel humano y deja huella para iniciar relaciones profesionales signi cativas y
productivas.

Capítulo 4 - Impresión: el inicio de las relaciones profesionales signi cativas:

Dando una primera impresión impresionante.


Lo que dice tu cuerpo sobre ti.
Lo que dice tu atuendo sobre ti.

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Capítulo 5 - Intención: el poder de conseguir que se sientan importantes:

Carisma natural o la clave para conectar con las personas.


Cómo aprender y memorizar los nombres de las personas que acabas de conocer.
La magia de la escucha intencionada.

Capítulo 6 - Inspiración: el valor de hacerles sentirse especialmente bien en tu presencia:

La clave para hacer amigos en tiempo récord.


Ten conversaciones realmente signi cativas.
Hazte inolvidable dejando huella en las personas.

SECCIÓN 3: CONVENCE

Consigue el apoyo de los demás comunicando e cazmente tu mensaje y entendiendo lo que


hace falta para que esto ocurra de manera consistente.

Capítulo 7 - Claridad: el punto de partida de la comunicación persuasiva:

Los frenos que están impidiendo que tu comunicación triunfe.


Empatía estratégica para ganar in uencia.
Las seis necesidades humanas.

Capítulo 8 - Credibilidad: el principal motor para generar con anza:

La madre de todas las habilidades.


Cómo hacer que tu mensaje sea rotundo.
Comunica de manera asertiva.

Capítulo 9 - Conexión: la clave para que tu mensaje mueva a las personas:

Emoción: palanca para la toma de decisiones.


El poder de las palabras adecuadas.
La historia: el recurso más persuasivo de todos.

¿Y AHORA QUÉ?

AGRADECIMIENTOS

REFERENCIAS

SOBRE EL AUTOR

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PRÓLOGO
He enseñado comunicación para el liderazgo durante los últimos 16 años en IESE Business
School. He tenido el privilegio de trabajar con más de 30.000 líderes. Les ayudo a vivir una vida
más intencionada, a comprender el impacto que tienen sus hábitos y a comunicar de tal manera
que impacten positivamente a sus familias, sus empresas y sus comunidades.

La misión de IESE Business School es formar a líderes que aspiran a tener un impacto profundo,
positivo y duradero sobre las personas, las empresas y la sociedad a través de la excelencia
profesional, la integridad y el espíritu de servicio.

Fundamentalmente, quiero ayudar a las personas a asumir la plena responsabilidad de vivir bien
sus propias vidas. Trabajo con personas que sirven en esta misión. Seb es una de estas personas.

Conocí a Seb hace más de diez años. Inmediatamente me llamó la atención la intensidad de su
convicción. Tenía el compromiso de hacer lo que fuera necesario. Ha superado los desafíos de
mudarse a un nuevo país y construir una reputación y una vida signi cativa para su familia.

Seb tenía algunas asperezas que limar en aquel entonces. Tenía un trabajo que pagaba las
cuentas y al principio no era "imparable". Trabajó en desarrollarse a sí mismo. Puso en práctica
diariamente en su propia vida todos los elementos de este libro.

En los últimos años, he observado cómo ha crecido la in uencia y la capacidad de enseñanza de


Seb. Su trabajo con equipos corporativos senior, sus auditorios completos y su canal de YouTube
en rápido crecimiento son testimonio del profundo impacto que Seb puede tener en aquellos
que están abiertos al aprendizaje.

Me complace ver que las estrategias que enseña Seb de forma tan efectiva se unen en este libro.

Jim Rohn siempre decía “el éxito no debe ser perseguido, debe ser atraído por la persona en la
que te conviertes”.

Este libro trata sobre transformarte en un líder capaz de visualizar claramente su futuro, tomar
conciencia de los recursos con los que cuenta y atraer los recursos que necesitará en su vida.
Como líder, los recursos más importantes son las personas. Si puedes rodearte de grandes
personas, si puedes lograr que estas grandes personas se comprometan a trabajar juntas hacia
una visión común, si puedes ser un ejemplo vivo de lo que les pides a los demás que sean...
entonces serás imparable.

Vivimos en tiempos complejos e inciertos. Veo un aumento del populismo, en respuestas simples
y fáciles a preguntas complejas, y una expectativa de que otros deberían arreglar las cosas. 

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Nadie viene a salvarnos. Si ves un problema, puedes elegir mejorarlo. Necesitamos personas que
asuman plena responsabilidad de sus vidas y trabajen para hacer que este lugar sea mejor para
nosotros y para quienes nos rodean.

El libro de Seb trata sobre cómo podemos asumir nosotros mismos dicha responsabilidad. 

Si puedes llevar bien tu propia vida, si puedes aprender a escuchar y hablar bien, si puedes lanzar
tus buenas ideas al mundo... conseguirás, con tu paso por este, que sea mejor.

Ése es un buen objetivo.

Conor Neill, Profesor IESE Business School y presidente de Vistage Iberia

Barcelona, España, Marzo 2020


Suerte = Oportunidad + Preparación

#Imparable
@seb.lora

INTRODUCCIÓN
Víctor nació en 1924 en una aldea del centro de República Dominicana. Delgado y de baja
estatura, perdió cuatro dedos de la mano izquierda cuando era niño al estar jugando con lo que
resultó ser un explosivo. Por estas y otras razones, creció con ciertos complejos de inferioridad
que lo acompañaron gran parte de su vida.

Fue el cuarto de ocho hijos en una familia de escasos recursos económicos que, en ocasiones,
apenas tenían lo su ciente para llegar a n de mes. En otras no tenían tanto, razón por la cual
Víctor anduvo descalzo durante los primeros años de su niñez. 

Fueron tiempos duros pero, a pesar de su situación, Víctor destacó por ser un chico curioso,
determinado y enérgico, con el ojo siempre puesto en algo nuevo.

Al terminar el bachillerato, salió de su aldea en busca de trabajo con el n de pagarse un grado


universitario que sus padres no se podían permitir. Con varios empleos, uno de ellos como
maestro en una escuela, a duras penas le alcanzaba el dinero para pagarse una pensión en la que
no había electricidad. Tarde en la noche, estudiaba a la luz de las velas con el único objetivo de
hacerse ingeniero. Tenía muy claro lo que quería y nada se lo iba a impedir.

Esta dedicación le costó la vista y le obligó a llevar gafas gruesas por el resto de su vida. Sin
embargo, Víctor estaba determinado a salir adelante, así que mientras estudiaba para hacerse
ingeniero, se sacó el título de agrimensor para poder hacer más y mejores trabajos en lo que
llegaba el ansiado título. Finalmente acabó la universidad y a partir de ese momento no hubo
quien lo parara.

Tras su graduación, trabajó en varias empresas del gobierno, en una fábrica de cordelería, en uno
de los bancos más antiguos del país y como encargado en las minas de sal y yeso. Quería algo y
sabía que lo conseguiría tarde o temprano.

Inició varios proyectos que fallaron, pero eso no lo desalentó, así que siguió intentándolo, hasta
que en 1962, con 38 años, nalmente lo consiguió. Desde cero y gracias a unas ganas tremendas
y a las habilidades adquiridas de adulto, fundó una empresa que daría de comer a tres
generaciones y que marcaría el inicio de toda una industria en su país.

Víctor, mi abuelo, fue un tipo con grandes aspiraciones. Sabía lo que quería y no estaba dispuesto
a conformarse con menos. Contra todo pronóstico, salió de la pobreza y se convirtió en uno de los
empresarios más respetados del siglo XX en la República Dominicana.

A pesar de sus carencias, su determinación, sus ganas de progreso y la capacidad de relacionarse


con los demás lo hicieron imparable.

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El destino del ser humano


Nacer, crecer, reproducirse y morir. Es el destino biológico del ser humano. Pero, entre medias,
¿qué pasa? Para muchos, pasa poco. 

Un informe del año 2017 de la empresa Gallup concluyó que el 85% de los trabajadores a nivel
mundial no disfruta de su trabajo. 18 porcino lo odia.

¿Eso qué signi ca? Que casi 9 de cada 10 personas viven con la sensación de que durante casi
toda la semana no están donde querrían estar. Se les pasa la vida, sin pena ni gloria, queriendo
que sea viernes. Lo escalofriante del asunto es que, al hacer un cálculo rápido nos damos cuenta
de que la vida profesional es una tercera parte de la vida adulta. Demasiado tiempo para dejarlo
pasar sin más...

Bronnie Ware, una enfermera australiana que trabajó durante años en cuidados paliativos
atendiendo a pacientes en sus últimas 12 semanas de vida, escribió un libro en el que recogió los
cinco mayores remordimientos de las personas antes de morir. El mayor de todos: ‘Ojalá hubiera
tenido el coraje de hacer lo que quería hacer’.

Imagina la angustia que puede sentir alguien cuando, en su lecho de muerte, se da cuenta de que
ha desperdiciado su vida entera haciendo algo que no quería.

¿Y tú, qué estás haciendo con tu vida? Si sigues haciendo lo que estás haciendo hoy, ¿vivirás los
últimos días con la satisfacción de haber hecho lo que querías o con angustia por no haber tenido
el coraje de hacerlo?

Crecer profesionalmente es una necesidad humana

A la entrada del campo de exterminio de Auschwitz a las afueras de Cracovia hay un letrero que
dice el trabajo te hace libre. Si bien es un oxímoron para quienes tuvieron la desdicha de estar
atrapados allí, la frase en sí es de una rotundidad apabullante.

El trabajo bien hecho, alineado con un propósito claro y de la mano de habilidades en constante
evolución, ayuda a crecer profesionalmente; esto en sí es una necesidad humana. 

Maslow hablaba de una jerarquía de necesidades ordenadas de manera piramidal desde las más
básicas hasta las más trascendentales. En un proceso de desarrollo profesional saludable y, a
pesar de los momentos bajos de toda carrera, esa progresión permite satisfacer todas las
necesidades de la pirámide de Maslow.

1. Fisiología: alimento.
2. Seguridad: un buen techo.
3. Amor: socialización.
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4. Estima: reconocimiento y estatus.


5. Autorrealización: creatividad, creación, aportación.

Todo esto, claro, si tienes suerte.

Cómo predecir tu propia suerte


En el proceso de investigación de este libro encuesté a decenas profesionales en puestos
directivos. Mujeres y hombres en España, Estados Unidos, Panamá, República Dominicana,
Colombia y México, que trabajan en más de 15 sectores (jurídico, banca, consultoría, auditoría,
logística, aéreo, telecomunicaciones, tecnología y otros tantos).

Les pregunté: “¿Cuáles crees que son las claves para crecer profesionalmente y cuáles han sido
las claves de tu propio crecimiento profesional?”

Si bien cada uno me contestó con sus propias palabras y perspectiva personal, encontré cierto
patrón en las respuestas más comunes. Esto dio como resultado seis categorías con mucho mayor
peso que las demás. Factores que les han servido para llegar a donde están.

En orden de relevancia (los nombres de las categorías los he puesto yo, pero el contenido es
completamente de los encuestados):

1) Mejora

La categoría más votada muestra claramente el valor de desarrollarse continuamente para poder
afrontar grandes retos y responsabilidades.

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Formación
• Aprendizaje continuo
• Curiosidad
• Mentalidad de mejora
• Autocrítica
• Humildad
• Flexibilidad
• Capacidad de adaptación
• Resiliencia
• Mentores

2) Convicción

Llegar a ocupar puestos directivos implica inevitablemente afrontar altas dosis de estrés y
frustración. Para que esto no sea un impedimento, es necesaria una fuerza interior capaz de

moverte a pesar de todo. 

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Pasión
• Energía
• Actitud positiva
• Determinación
• Creer
• Audacia
• Arriesgar
• Salir de la zona de confort

3) Visión

Para llegar lejos profesionalmente resulta especialmente útil tener una especie de dirección que,
aunque vaya cambiando con el paso del tiempo, sirva como guía y medida de éxito.

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Visión
• Ambición
• Inquietud
• Enfoque
• Orientación a resultados

4) Esfuerzo

La mayoría de personas no heredarán una empresa ni estarán en situación de enchufe ni de


monopolio. Por ello, para “ganar la carrera”, es importante trabajar duro y de manera inteligente.

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Constancia
• Consistencia
• Persistencia
• Dedicación
• Capacidad de trabajo
• Sacri cio
• Disciplina
• Paciencia

5) Interacción
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Somos seres sociales que necesitamos del apoyo de los demás para alcanzar nuestros objetivos,
especialmente los profesionales.

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Capacidad de comunicar
• Conexión
• Cultivar relaciones
• Empatía
• Inteligencia emocional
• Caer bien
• Trato a los demás

6) Profesionalidad

Capacidad de destacar con su trabajo ofreciendo un resultado de alta calidad.

En sus palabras, los factores que les han ayudado a avanzar en esta categoría han sido:

• Excelencia
• Responsabilidad
• Valor añadido
• E ciencia
• Preparación

Seis macro factores capaces de hacer que la suerte no dependa del azar sino que sea
prácticamente predecible.

Séneca, el lósofo romano nacido en Córdoba, España, decía que “suerte es el punto de
encuentro entre oportunidad y preparación”. Visto así, y como demuestra la experiencia de los
profesionales encuestados, es posible predecir la suerte con cierto grado de precisión. Esto
debido a que las oportunidades están allí fuera y si tienes lo que hace falta para aprovecharlas, las
probabilidades jugarán a tu favor.

Curiosamente, es habitual ver a personas muy exitosas y escuchar a su alrededor el cuchicheo de


otros (o incluso el nuestro) diciendo “ese tipo tiene suerte”, “esa chica es una suertuda”, “nació con
la or en el trasero” (por no decir culo). Juzgamos de manera super cial y sin toda la información
los logros de esas personas, con sus propias manos a base de esfuerzo, tenacidad y valentía.

No es azar. Se trata de un tipo de “suerte” que no solo aprovecha las oportunidades cuando
llegan. También las atrae. Incluso las crea.

Lo que me lleva a reducir aún más el número variables para progresar profesionalmente:
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Foco: observación constante del entorno con un objetivo especí co y ganas casi obsesivas de
alcanzarlo. Esto permite a tu cerebro identi car con facilidad todo aquello que te ayudará a
conseguirlo y ver oportunidades donde otros no las ven. 

Valor: capacidad y disposición de aportar de manera única o mejor que los demás, gracias al
esfuerzo, a la mejora continua y a la adaptabilidad; consigue que colaborar contigo sea una gran
experiencia.

Comunicación: habilidad para transmitir e cazmente dicho valor gracias a la visibilidad


estratégica, la conexión con las personas y la capacidad de in uir sobre la opinión de estas.

Por lo tanto…

Suerte = Oportunidad + Preparación (S = O + P)

Preparación = Foco + Valor + Comunicación (P = F + V + C)

Suerte = Oportunidad + Foco + Valor + Comunicación (S = O + F + V + C)

Un mapa de ruta para multiplicar tu suerte


Con este libro quiero ayudarte a predecir tu propia suerte poniendo en común la de nición de
Séneca con una máxima de los negocios: “En igualdad de condiciones la gente hace negocios
con gente que conoce, que le cae bien y en la que confía.”

Como las oportunidades profesionales están en manos de personas, esta máxima te dice que
para poder hacer negocios exitosos la gente tiene que saber que existes (conocerte), tiene que
sentir cierto grado de a nidad contigo (conectar contigo) y tiene que estar convencida de que
eres capaz de entregar los resultados que prometes (con ar en ti).

Por ello, en este libro te mostraré un mapa de ruta que te ayudará de tres maneras:

Sección 1 > Motiva

El primer paso hacia las relaciones profesionales exitosas es conseguir que te conozcan. En este
paso la motivación es clave; auto motivarte para dar el paso hacia tu desarrollo profesional y la
visibilidad que este requiere, así como dar motivos a los demás para que quieran conocerte.

Esta sección del libro está centrada en multiplicar tu valor, prepararte para ser visible ante las
grandes oportunidades y conseguir que las personas adecuadas estén dispuestas a escucharte.

Descubrirás cómo poniendo foco (“F”) comenzarás a ver oportunidades (“O”) y al trabajar en
aumentar tu valor en el mercado (“V”) te prepararás para aprovecharlas.

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Sección 2 > Impacta

El segundo paso hacia las relaciones profesionales exitosas es conectar a nivel humano.
Dependerá del impacto o la huella que dejes en la otra persona y esto requiere un acercamiento
genuino.

Esta sección del libro está centrada en generar un gran primer impacto a través del contacto
humano auténtico para iniciar relaciones profesionales signi cativas y productivas.

Descubrirás cómo, desarrollando tus habilidades sociales y de comunicación (“C”) se te facilitará


relacionarte con las personas a las que puedes aportar valor (“V”) y que pueden abrirte las puertas
a nuevas oportunidades (“O”).

Sección 3 > Convence

El tercer paso hacia las relaciones profesionales exitosas es conseguir el apoyo de los demás. Este
apoyo dependerá de tu capacidad para comunicar tus ideas e cazmente y convencerlos de
estas. 

Esta sección del libro está centrada en conseguir que confíen en ti y quieran comprar tu mensaje.

Descubrirás cómo alineando el valor que aportas (“V”) con las oportunidades adecuadas (“O”) y
comunicando tus ideas de manera persuasiva (“C”) conseguirás acelerar tu proceso de
crecimiento.

Cuando lo que aportas está alineado con las oportunidades del mercado, eres capaz de conectar
a nivel humano con quienes deciden sobre estas oportunidades y consigues convencerlos de tus
ideas, las oportunidades acaban siendo tuyas. Es justo a esto a lo que yo llamo ser imparable.

Cada sección es como una caja de herramientas útiles y de fácil aplicación que te ayudarán a
trabajar tu mentalidad, a desarrollar un comportamiento estratégico y ponerte en acción de
manera táctica con el n de alcanzar tu objetivo.

No son píldoras mágicas; no conseguirás resultados instantáneos. Pero si te comprometes a


incorporar estas herramientas en tu actividad diaria, comenzarás a conseguir resultados
asombrosos en poco tiempo, lo que te permitirá:

Destacar ante tus colaboradores y competidores para que las oportunidades te elijan a ti.

Multiplicar tu nivel de autocon anza para conseguir mejores resultados en muchas áreas.

Sacar a la luz tu carisma natural y conectar fácilmente y de manera auténtica con los demás.

In uir sobre las personas sin manipular y sin usar artimañas, con el n de que tomen acción de
manera consistente.
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En consecuencia, lograrás avanzar mucho más rápido hacia tus objetivos como consecuencia de
conseguir los apoyos que necesitas.

Y si esto signi ca para ti conseguir un empleo mejor pagado, podrás hacerlo y ganarás más
dinero. Si esto signi ca para ti cambiar a un trabajo en el cual tienes control completo de tu
agenda, podrás hacerlo y ganarás libertad. Si esto signi ca para ti trabajar en un proyecto
alineado con tu propósito de vida, podrás hacerlo y te levantarás cada mañana rebosante de
energía y con la sensación de que no estás trabajando.

¿Cuándo? Dependerá del punto en el que estés y tu determinación para llevar los consejos a la
práctica.

Estamos viviendo un momento histórico


A nales de febrero de 2020 nalicé el manuscrito de este libro. En el mundo occidental ya se oía
hablar sobre el Covid-19 pero, siendo un “fenómeno lejano”, al parecer solo capaz de afectar a
China, muchos no nos lo tomamos en serio. Pocas semanas después, todo cambió.

Hoy, en el momento en el que escribo estos últimos párrafos, han pasado cinco meses desde que
el presidente de España anunciara el estado de alarma y el con namiento. Desde entonces, el
mundo no ha vuelto a ser el mismo, razón por la cual hablamos de “nueva normalidad”.

Tristemente, la pandemia se ha llevado consigo muchos miles de vidas y sus efectos colaterales
están causando estragos en las economías de los países y sus habitantes. Han desaparecido
millones de puestos de trabajo y se espera que desaparezcan más, mientras nos vemos obligados
a transformarnos profesionalmente para salir adelante.

Esta transformación pasa, no solo por desarrollar nuevas habilidades y competencias técnicas
relevantes al nuevo contexto y a las demandas del mercado. También por entender que las
dinámicas sociales no volverán a ser las mismas; para que lo hagan, necesitaremos una vacuna
efectiva y accesible a todos, así como haber superado el trauma asociado a la “distancia social”
impuesta por la pandemina. Ninguna de estas variables parece estar muy cerca.

Este libro iba a ser publicado en abril de 2020 con motivo del evento EXMA Colombia, donde iba
a hablar frente a unas 9.000 personas y compartir escenario con nada menos que Michelle
Obama. Iba a ser un gran punto de in exión en mi carrera.

Como todos los macro eventos recientes, este fue anulado y el lanzamiento del libro quedó en
una especie de limbo que nos obligó a casi todos a que frenar en seco y comenzar a reconstruir
desde los cimientos.

En el proceso he aprendido lecciones importantes. Algunas me han llevado a cambiar ciertos


matices que había incluido en el manuscrito original. No obstante, si bien la distancia física en la
que estamos viviendo di culta las relaciones profesionales, estas siguen siendo imprescindibles y,
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como humanos, queremos conectar. Esta es la razón por la cual, en esencia, el libro sigue siendo
el mismo.

Este libro es para ti


No todo el mundo quiere crecer profesionalmente. No todo el mundo está dispuesto a hacer lo
que haga falta para alcanzar sus metas. Ni todo el mundo tendrá la tenacidad para pasar por el
doloroso proceso de aprendizaje que permite tener control sobre su futuro.

Por eso, si este no es tu caso (me extraña que hayas llegado hasta aquí), mejor que cedas este
libro a otra persona que sí se identi que con todo esto. Porque este libro es para gente ambiciosa
e inconformista. 

Más especí camente está dirigido a personas con ganas de crecer profesionalmente pero tienen
poca claridad sobre cómo conseguirlo. Profesionales jóvenes con pocos años de experiencia
laboral pero con gran potencial, que saben que pueden conseguir grandes cosas si disponen de
las oportunidades adecuadas.

También está pensado para directivos o dueños de pequeñas empresas que tienen un per l más
bien técnico y no han desarrollado sus habilidades comerciales y sociales. Profesionales que
saben que si mezclan su excelencia técnica con una mejor capacidad para conectar con las
personas, conseguirán resultados asombrosos.

Asimismo, les resultará útil a personas que ya tienen éxito (o están en buen camino para
conseguirlo) y les gusta lo que hacen, pero aun así querrían acelerar un poco más su carrera o
simplemente llenar su día a día de energía renovada y algo más de “suerte”.

Por último, a profesionales que han alcanzado el éxito en un área concreta pero que les gustaría
hacer un cambio drástico en su carrera y en su vida. 

Sobre mí
Mi nombre es Sebastián y soy dominicano con pasaporte francés. Estudié ingeniería industrial
porque no encontré nada que se adaptara a las aspiraciones que tenía en aquella época.
Obsesionado con el mundo de la aviación, mi sueño era fundar una aerolínea y eso me llevó a
Madrid con un billete de ida a estudiar un máster en administración de empresas (MBA) de
aviación.

Durante seis años trabajé en múltiples áreas de la aviación comercial. Estaba convencido de que
necesitaba aprender mucho y a todos los niveles para que, cuando llegara el momento de pedir
nanciación para hacer realidad mi proyecto de n de máster, tuviera la capacidad de convencer a
quien tuviera el dinero.

Pero en el proceso de intentar hacer realidad mis grandes aspiraciones me topé con una barrera
importante y primer gran aprendizaje en habilidades de comunicación: no me entendían.
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No me re ero a los extranjeros que llamaban para reclamar con un inglés precario al
departamento de equipajes perdidos del aeropuerto de Madrid, donde tuve mi primer trabajo.
Me re ero a los españoles con los que trabajaba, con los que compartía lengua materna y que
con cada dos frases que salían de mi boca me preguntaban: “¿¡Qué!?”

Como buen latinoamericano, llegué a España con lo que por ahí llaman el síndrome de Cantin as.
Hace referencia al tierno personaje televisivo del folclore mexicano de los años 50 (del siglo XX)
que tenía el don de decir muy poco con muchas palabras. Igual que Cantin as, yo mareaba hasta
decir “¡basta!” y, por tanto, me costaba hacerme entender a pesar de hablar el mismo idioma que
aquéllos que me ponían cara de póker al escucharme.

Aun así, al tener las ideas muy claras, seguí avanzando con paso rme en el camino hacia mi meta
hasta que me topé con un siguiente obstáculo y segundo gran aprendizaje en habilidades de
comunicación, al hablar en la boda de mi primo André frente a sus 600 invitados: el miedo.

Dar ese discurso me enseñó, sin darme cuenta, que comunicar ideas con verdadero impacto es
tanto una ciencia como es un arte. Por tanto, requiere método y autenticidad.

Sobre todo, despertó algo dentro de mí que me llevó a emprender un nuevo camino de
autoconocimiento e introspección que me ayudaría a progresar profesionalmente gracias a la
adquisición de nuevas habilidades.

Seis años de aprendizaje autodidacta en técnicas de comunicación en público durante los que
comencé a soñar con ser orador motivacional, hombre del tiempo o presentador de vídeos
musicales en MTV, pero que durante el proceso me permitieron conseguir resultados reales.
Resultados que me llevaron a ser promocionado en el mundo corporativo en múltiples ocasiones,
a ocupar cargos de responsabilidad en los que negociaba acuerdos de millones de euros y a
sentirme tratado como igual en reuniones con altos directivos.

¿La clave? Mi amigo Pau Forner Navarro, a quien citaré más adelante, me dijo pocas semanas
antes de dejar mi último empleo corporativo que “es la mezcla entre seguridad y capacidad de
conexión”.

Hoy, en el momento de escribir este libro, han pasado más de tres años desde que dejé el mundo
corporativo para lanzar mi proyecto emprendedor. En retrospectiva me he dado cuenta de que lo
que he alcanzado responde a la fórmula que te mostré hace algunas páginas:

Suerte = Oportunidad + Foco + Valor + Comunicación

Para trabajar tu suerte es importante que existan oportunidades (y créeme cuando te digo que
hay muchas allí fuera), que identi ques las que están alineadas con lo que puedes aportar y que
seas capaz de venderte adecuadamente. 
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Por qué leer este libro ahora
Si estuviste en el mercado laboral en el año 2008, pudiste vivir la primera crisis de este siglo en la
que desaparecieron millones de puestos de trabajo y decenas de miles de empresas.

A nivel macroeconómico hubo una recuperación real. Pero la situación laboral de mucha gente se
ha mantenido en niveles muy precarios, salvo para quienes han sabido aprovechar las
oportunidades que han surgido durante la crisis. Personas que han sabido aportar mucho valor (al
reinventarse o gracias a haber desarrollado un alto grado de especialización) y han conseguido
hacerse visibles ante dichas oportunidades.

Pero los ciclos económicos son precisamente eso: ciclos. Y tras años de bonanza macroeconómica
a nivel mundial, antes del Coronavirus decían personalidades famosas como Seth Godin, Gary
Vaynerchuk o Tony Robbins que se aproxima una nueva crisis. En el momento de publicación del
libro, la crisis es ya una realidad.

La pregunta que nos ocupa es: ¿tienes las herramientas que hacen falta para que la próxima crisis
no solo no te afecte, sino que te ayude a salir con fuerza? Si tu respuesta es un sí rotundo, te
felicito. De lo contrario, estás a punto de descubrirlas.

Sea cual sea tu caso, por favor quédate conmigo y lee hasta el nal. Porque con el ejemplo de los
“héroes y heroínas” que han participado en este libro, el de todas las personas de las que he
aprendido en la última década y el mío propio, quiero regalarte una perspectiva distinta para que
a partir de ahora no haya nada ni nadie en el mundo capaz de frenar tu crecimiento profesional.

Cómo leer este libro


Más que un libro, esto es un manual. Recoge muchos años de experiencia acumulada, tanto en el
mundo empresarial como en el área de la comunicación. Conocimiento llevado a la práctica en un
proceso de prueba y error.

Si bien te resultará más fácil de leer si lo haces en el orden que te propongo (desde la primera
página hasta la última), podrás consultar cada capítulo de manera independiente y llevarte
consejos útiles y aplicables al instante para iniciar ya mismo tu camino hacia hacerte imparable.

No obstante, te recomiendo de todo corazón que no lo leas por arriba y punto. Haz una primera
lectura y durante esta garabatea, toma apuntes, re exiona, debate con otras personas, sumérgete
en las técnicas haciendo los ejercicios que marco en cada capítulo con el encabezado “Acelera” y
luego busca llevar a la práctica al instante todo lo aprendido. 

Sobre todo, tenlo cerca y úsalo como libro de consulta cada vez que se te abra la puerta a una
nueva oportunidad.

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No obstante, te recomiendo de todo corazón que no lo leas por arriba y punto. Haz una primera
lectura y durante esta garabatea, toma apuntes, re exiona, debate con otras personas y
sumérgete en las técnicas buscando llevarlas a la práctica al instante. Pero sobre todo, tenlo cerca
y úsalo como libro de consulta cada vez que se te abra la puerta a una nueva oportunidad.

Además, en algunas páginas encontrarás frases concretas escritas en grande para facilitar que las
compartas en tus redes sociales de manera que puedas regalar a tus amigos, colaboradores y
seguidores píldoras inspiradoras para que ellos también comiencen a hacerse imparables.

Por último, en el siguiente enlace descubrirás recursos multimedia con técnicas y herramientas
complementarias para que te hagas imparable ya mismo. (El enlace lo descubrirás en el libro
completo.)

¡Comencemos!

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SECCIÓN 1

MOTIVA
¿Qué hace falta para que te escojan a ti?

Nunca he sido bueno practicando deportes. No es solo la historia que me cuento; es un hecho
con rmado por muchas cosas que ocurrieron durante mi niñez. Mi momento más destacable
ocurrió la semana siguiente a la victoria de Brasil en el mundial de 1994 de Estados Unidos contra
Italia. Con la euforia del mundial, pedí a mis padres que me inscribieran en un campamento de
verano de fútbol con mi hermano Gabriel y dos de nuestros primos.

El primer día de campamento me hice popular no solo por los pantalones que llevaba puestos.
Excesivamente cortos, demasiado coloridos y con bolsillos, eran inapropiados para la academia,
por lo que el entrenador de acento argentino me llamó la atención con su mejor grito frente a
todos los alumnos. Sin embargo, lo que me hizo verdaderamente famoso no fue eso. Aquel día,
mientras defendía la portería de mi equipo, llegó el balón a mis pies y con las ganas de quien
quiere llegar a la gloria le pegué con todas mis fuerzas. Pero hubo un pequeño problema; el
balón salió hacia la dirección equivocada, pilló al portero de sorpresa y entró en mi propia puerta.

El resto de la semana mantuve un per l bajo mientras rezaba para que acabara el suplicio. Me
había dado cuenta de que eso no era para mí.

Recuerdo como, año tras año en clase de actividad física, cada vez que jugábamos al fútbol o al
baloncesto y se formaban los equipos, siempre era de los últimos dos o tres en ser seleccionados.
¿Quién me escogía? Normalmente Ronnie o José Antonio, los capitanes de equipo con quienes
mejor me llevaba. Me llamaban a sus las tras haber agotado todas las posibilidades, más por
amistad que por mi destreza deportiva.

La razón por la que nadie me seleccionaba entre los primeros era que no solo no le aportaba al
equipo, le restaba.

¿Y tú? ¿Aportas o restas como profesional?

Eres un producto y estás a la venta. Lo quieras o no.

Igual que lo hacen los alimentos en las estanterías del supermercado, compites en un entorno de
mucho ruido en el que, muchas veces, el producto con el precio más bajo o el empaque más
llamativo es el que elige el cliente. Al menos la primera vez. Es injusto, pero así nos comportamos
los humanos. Lo hacemos incluso reconociendo que, ante necesidades concretas (como alergias
alimentarias) o deseos irracionales (“lo que me compraba mi mamá cuando era niño”), lo que hay
dentro del envoltorio es en el fondo lo más importante.
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Ante tal situación, ¿cómo puede competir un gran producto cuando el que tiene al lado se
anuncia a un precio más bajo y el del otro lado puede gastar más en marketing y, por tanto, hacer
más ruido? Con ingenio.

Ahora piensa en ti y en el mercado profesional en el que quieres tener éxito. Justo como con las
mermeladas en el supermercado, tu capacidad de captar la atención con una gran primera
impresión y de venderte bien usando técnicas de comunicación son acciones tanto útiles como
necesarias. Porque como ya sabes (y verás en este libro), comunicar e cazmente suele ser la clave
para elegir a un profesional sobre otro cuando las capacidades de ambos son similares.

Pero la comunicación no lo es todo. De hecho, si tu única estrategia es hablar bien pero no tienes
nada sólido que soporte lo que dices, estarás constantemente vendiendo humo. Esto podrás
hacerlo durante un tiempo limitado, pero no de manera consistente y, sobre todo, te resultará muy
difícil venderle a una misma persona más de una vez. Porque la realidad es que para poder
venderte de manera consistente, construir una marca personal sólida y perpetuar en los demás el
deseo de trabajar contigo, lo que llevas dentro debe tener sustancia.

Como diamante que sabes que eres, es muy probable que sigas estando en bruto o, al menos, en
una fase en la que todavía te falta pulir algunos aspectos para brillar de forma intensa. Para no
dejar indiferente a nadie. Metáfora aparte, tienes mucho valor pero probablemente parte de este
sigue estando en potencia o a punto de mostrar su máximo potencial.

Tu valor, por tanto, es la base que sustentará tu crecimiento profesional. El cómo lo comuniques lo
catapultará. Porque valor y comunicación solo funcionan si caminan juntos. Y como en el patio del
colegio a la hora de jugar un partido de fútbol, serán la clave para que te elijan una y otra vez.

El primer paso hacia las relaciones profesionales exitosas es conseguir que te conozcan. En este
paso la motivación es clave. Por un lado, la auto motivación que necesitas para exponerte y
hacerte visible. Esto implica derribar bloqueos e inseguridades que no te dejan avanzar, o al
menos te frenan. Por otro lado, la capacidad de dar motivos a los demás para que quieran
conocerte. Esto signi ca ser capaz de multiplicar tu valor para alinearlo con las grandes
oportunidades profesionales a las que aspiras y que quienes deciden sobre estas oportunidades
estén dispuestos a escucharte.

Esta sección del libro está centrada en multiplicar tu valor, prepararte para ser visible y conseguir
que las personas adecuadas quieran conocerte.
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En el mundo profesional la red lo es todo. 


Lo que importa no es tanto a quién conoces,
sino quién te conoce a ti.

#Imparable
@seb.lora

CAPÍTULO 1

MISIÓN
Comienza a hacerte imparable

Todo comienza con una misión


Y esa misión comienza buscando la respuesta a la pregunta: ¿Tú qué quieres ser de mayor?

Es la típica pregunta que oyen los niños a partir de cierta edad, en casi cada reunión familiar.

En mi niñez recuerdo haber fantaseado con transformarme en el Inspector Gadget, el detective


privado que bajo su chubasquero llevaba cajones llenos de artilugios de todo tipo para resolver
crímenes. También quise ser economista. No recuerdo bien la razón (aunque Laura, una chica de
la que estaba enamorado me disuadió de hacerlo porque su padre lo era y no le iba muy bien
económicamente). 

A los 17 años, a pocos meses de acabar el instituto, me debatía entre ser algún día presidente de
mi país o hacerme ingeniero de sonido debido a mi a ción a la guitarra. Pero ante el desencanto
con la clase política y la inexistencia de la carrera técnica musical en Santo Domingo, acabé
estudiando ingeniería industrial, por ser lo que menos me disgustaba.

Hoy enseño a hablar en público y hago vídeos para YouTube, aunque entre la ingeniería y lo que
hago hoy ha llovido mucho. Quise ser cocinero, montar una aerolínea, hacerme coach, ser
hombre del tiempo y un montón de ideas que nunca llegaron a materializarse.

El sistema en el que me crié (y siento que no ha cambiado demasiado en lo esencial) pretende


que antes de la mayoría de edad legal tomemos la decisión “más importante” de nuestras vidas a
nivel individual y, además, que acertemos en el centro de la diana. Se pretende que decidamos
“qué vamos a ser de mayores” y que esa decisión sea de nitiva. Esto a una edad en la que apenas
comenzamos a descubrirnos como personas autónomas, en la que tenemos poquísima
experiencia vital y una capacidad de razonamiento todavía en proceso de desarrollo.

Para hacerlo todavía más difícil, el entorno busca condicionar constantemente esa decisión y, por
eso Mimima, mi abuela materna, me decía cada sábado: “tendrías que estudiar medicina como tu
tío Tony”.

Por suerte, a mí solo me lo sugirieron en alguna ocasión. Pero muchos son los casos de personas
que han tenido que estudiar medicina, derecho, ingeniería o cualquier otra carrera casi por
obligación, debido a la presión familiar o del entorno que siempre ha esperado que sigan los
pasos de padres y abuelos, aunque su corazón estuviera en otro sitio.

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Moisés y yo fuimos grandes amigos desde niños. Alto, delgado y eternamente sonriente, siempre
se interesó por la tecnología y le fascinaba estudiarla. Cuando no estaba patinando o jugando al
fútbol con los vecinos, estaba en casa trasteando con algún nuevo programa o juego en el
ordenador.

Yo lo tenía clarísimo, Moisés iba a estudiar informática y le iba a ir muy bien. Mi gran sorpresa vino
cuando, al graduarmos del instituto en julio de 1999, me enteré de que estudiaría arquitectura.

¿Cómo era posible que alguien con tanta pasión y facilidad en un área que prometía un gran
futuro decidiera dedicarse a otra cosa? La respuesta era muy simple. Su padre es arquitecto y su
abuelo era ingeniero civil. A sus ojos, su destino era continuar con el negocio familiar y enfocarse
en el campo de la construcción.

Pero en el año 2008 llegó la crisis inmobiliaria en Estados Unidos. Moisés, que vive en el estado
de Florida, ya estaba casado y tenía un hogar que mantener. No podía darse el lujo de perder su
trabajo o ver caer sus ingresos.

Por eso, durante los primeros meses de la crisis desarrolló cierto interés por los equipos de redes
y telecomunicaciones. Este interés le llevó a certi carse en varios productos del área y así logró
añadir algo de diversidad a su curriculum. Hasta ese momento había estado enfocado
estrictamente en arquitectura, pero con estas certi caciones se abrían las puertas a nuevas
posibilidades. 

Así fue que consiguió la primera oportunidad en su nuevo proyecto de carrera, trabajando en un
centro de redes y telecomunicaciones en el turno de la noche, mientras mantenía su trabajo en el
área de arquitectura a tiempo parcial. En este punto, lo que estaba haciendo no era un hobby;
sabía que era algo que podía cambiar su carrera y el rumbo de su vida para bien y que era
necesario para no fracasar profesionalmente.

Moisés hizo un cambio de carrera en el tiempo preciso hacia un sector en el cual podía tener
mayores probabilidades de éxito. Hoy es vicepresidente senior en el área de seguridad
informática en un banco con presencia mundial.

¿Las claves? El apoyo de personas que con aron en él durante el proceso de transición, su deseo
de sacar a su familia adelante y dirigir su propio proceso de desarrollo basándose en
inclinaciones e intereses que ha llevado consigo desde la niñez.

Tomar una mala decisión es mejor que no tomar ninguna 

Casos como el de Moisés no son tan habituales y lo demuestra el informe de la empresa Gallup
que, como ya sabes, explica que el 85% de los trabajadores no disfruta de su trabajo. Esto
signi ca que, salvando los casos de personas con necesidad extrema y muy pocas posibilidades
de elegir, la gran mayoría de profesionales vive con el piloto automático puesto (al menos de
lunes a viernes).
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Imagina este escenario… Suena el despertador a las 7:00, te levantas, te preparas para salir a
trabajar (y para llevar a los niños al colegio, si tienes), trabajas ocho horas, deshaces el camino
hacia atrás y vuelves a empezar. Misma rutina, cinco días a la semana, salvo alguna escapada de
tarde a practicar tu deporte favorito, a hacer la compra o a resolver asuntos domésticos. Mientras
tanto, con unas ganas inmensas de que llegue el viernes para desconectar del día a día durante
48 horas y luego volver a empezar.

¿Te suena?

El problema no es que la sociedad nos lleve a tomar una decisión de importancia vital cuando
todavía no estamos preparados para hacerlo. El problema real está en que, cuando ya somos
capaces de tomar una decisión con buen criterio, no lo hacemos. Incluso cuando algo dentro de
nosotros nos pide a gritos enmendar una mala decisión del pasado.

“Porque tengo que trabajar de lo mío” (re riéndome a lo que estudié, aunque eso no me guste).

“Porque no sé qué hacer con mi vida” (y dejo que se me pasen los días por delante mientras
silencio a mi voz interior viendo Net ix).

“Porque acabo demasiado cansado cada día como para ponerme a estudiar otra cosa” (sin darme
cuenta de que lo que me drena la energía es tener que levantarme cada mañana a hacer algo que
me aburre).

“Porque yo no vivo para trabajar, sino trabajo para vivir” (justi cando la falta de decisión con la
falsa excusa de que trabajar es un suplicio esclavizante).

“Porque tú tienes suerte de vivir de tu pasión y la mayoría de las personas no” (como si fueran
cosas del azar sobre las que no tengo ningún control).

Como estas, miles de excusas para no tomar una decisión que llama a puñetazos a la puerta.

El primer capítulo del libro The Art of Work del autor Jeff Goins se llama “Escucha tu vida”. Cuenta
que nuestro pasado no tiene por qué dictar nuestro futuro, pero sí ofrece mucha información que
puede ayudarnos a de nir lo que nos encontraremos más adelante.

Escuchar lo que nos dice la vida nos ayuda a entender quiénes somos, lo que resuena con
nosotros y, por tanto, a decidir cuál es nuestro lugar en el mundo, allí en donde podremos
encontrar la realización. No un lugar geográ co, sino más bien un camino capaz de dar sentido a
nuestra existencia y llevarnos a cumplir un propósito vital.

Lamentablemente, escuchar lo que nos dice la vida no es fácil; incluso cuando nos lo dice a gritos.
No es fácil debido al constante ruido que hay en el ambiente y que nos persigue a todas partes.
No es fácil porque da miedo abrir la caja de pandora de lo desconocido. No es fácil porque nos
saca de la ilusión de confort que nos da lo cotidiano.

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Pero hacerlo da mucha claridad. Al menos claridad sobre un lugar hacia dónde dirigirnos ahora,
aunque más adelante cambiemos de rumbo.

ACELERA

Da igual en el momento profesional en el que estés; iniciando tus estudios, a dos años de haber
comenzado a trabajar o incluso teniendo ya un puesto de responsabilidad, hay dos preguntas que
te ayudarán a tomar conciencia sobre lo que te dice la vida:

• ¿Qué me gusta hacer?


• ¿Qué no me gusta hacer?

Muchas veces la segunda es mucho más fácil de contestar que la primera. Contestar a ambas de
forma honesta nos ayuda a entender el pasado para poder tomar una decisión en el presente que
in uirá sobre nuestro futuro. Si decidimos…

Porque tomar una decisión para explorar eso que nos gusta o, al menos, para alejarnos de lo que
nos disgusta, es más prometedor que no hacer nada. Porque tiene mucho más potencial de
llevarnos a un resultado deseado que la inmovilidad asociada a continuar con el piloto
automático.

En el año 2002 decidí que quería montar una aerolínea. Han pasado casi 20 años de aquel gran
sueño y, como podrás comprender, nunca la monté.

¿Fracaso? De ninguna manera. Porque escuchar lo que me decía la vida en aquella época y luchar
por conseguir ese sueño me trajo a España y me llevó a vivir múltiples experiencias que me han
hecho llegar a ser quien soy hoy. Y aunque mi meta rayaba la obsesión, cuando la vida volvió a
hablarme aquella noche de mayo de 2009 en la que di un discurso en la boda de mi primo André,
lo hizo tan fuerte que volví a escucharla. Por eso decidí explorar algo que en ese momento no
entendí bien, pero me llamó muchísimo la atención. Tanto que hoy me dedico a ello
profesionalmente.

Si en la actualidad no estás dedicándote profesionalmente a algo que te llena, o eso que haces no
te está acercando a un propósito que te ilusiona, es posible que tengas que sentarte a escuchar
con mayor detenimiento lo que te está diciendo la vida. Esto no implica necesariamente hacer un
cambio drástico en tu vida; a veces basta con cambiar de departamento y embarcarte en un
nuevo proyecto dentro de tu misma área de trabajo. Pero sí implica escuchar dentro de ti y hacer
algo al respecto.

Por eso yo te pregunto de nuevo:

¿Tú qué quieres ser de mayor? Si aún no lo sabes, escucha.


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Tu propósito en la vida

Ney Díaz es presidente de la mayor rma de formación corporativa en República Dominicana,


líder indiscutible en la organización de cursos de formación para empleados, directivos y
empresarios. En su libro de 2019 titulado Las 12 preguntas, la primera de las preguntas que
plantea Ney es: “¿Sabes cuál es tu propósito?”

Según Ney, un propósito claro y de nido es “el principal combustible que alimenta todas las
aspiraciones y nos energiza de forma permanente”. Un propósito es mucho más grande que un
objetivo. El objetivo, si bien importante, es algo que cumples. El propósito es algo que “vives”.

Al regresar de noche a puerto, el capitán de un barco pesquero usa el faro como guía para saber
hacia dónde ir. Su objetivo en ese momento es volver a casa. Su propósito: sacar adelante a su
familia para que sus hijos tengan mejores oportunidades.

Tener un propósito claro y bien de nido es eso que le permite saber lo que tiene que hacer cada
día, incluso cuando las cosas se tuercen; cuando hace mala mar, cuando se ha quedado sin un
marinero, cuando tiene algunas décimas de ebre y preferiría no salir de la cama.

El propósito está estrechamente ligado a la visión, uno de los seis ejes más importantes en el
éxito profesional de los que te hablaba en la introducción de este libro. Por eso, igual que hace
Ney, yo te pregunto: ¿cuál es tu propósito?

Es una pregunta que, desde luego, tiene truco. Primero porque cuanto más joven seas, menores
serán las probabilidades de que tengas un propósito de vida claro. Yo no lo tuve claro hasta hace
muy poco. 

Segundo porque, incluso entradas en edad, muchas personas no lo encuentran nunca. Supongo
que porque no lo buscan activamente.

Tercero porque igual que tus objetivos, tu propósito no es estático y puede cambiar con el paso
del tiempo. Las aspiraciones a los 20 raras veces son las mismas que a los 40.

Ney propone dos preguntas especialmente reveladoras que te ayudarán a que comiences la
búsqueda de tu propósito:

• ¿Para qué estoy en este mundo y de qué forma pienso aportar algo para mejorarlo?
• ¿Cuál es mi verbo?

En estos últimos años yo me he dado cuenta de que mi propósito es “ayudar a las personas a
encontrar su voz para dar fuerza a sus mejores ideas y conseguir que triunfen con estas”.

El verbo que mejor me de ne a día de hoy es “transformar”.


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¿Cambiarán mis respuestas a esas dos preguntas? Seguro que sí pero llegar a estas conclusiones
me ha dado claridad mental y paz interior, me ha ayudado a entender el porqué de muchos
aprendizajes y, sobre todo, me permitirá tomar decisiones coherentes sobre lo que haré
profesionalmente en el corto y medio plazo.

Lo sé, contestar a estas preguntas puede parecer difícil si no tienes ni idea de lo que quieres hacer
de verdad con tu vida. De hecho, es difícil incluso cuando sabes lo que quieres pero no tienes
claro cómo conseguirlo.

Lo único que puedo decirte al respecto es que las respuestas están dentro de ti y, aunque no
lleguen hoy, mañana ni el año próximo, te aseguro que para encontrar buenas respuestas te
ayudará comenzar por hacerte buenas preguntas. Por eso quiero presentarte un concepto que te
ayudará a hacerte algunas preguntas adicionales para conseguir claridad sobre tu misión o
propósito.

Tu ikigai o razón de ser

Héctor García y Francesc Miralles hicieron relativamente popular en el mundo hispanohablante un


concepto que está en la médula de la cultura japonesa: ikigai.

Tras visitar “la aldea de los centenarios”, un pueblo rural al norte de Okinawa que tiene el mayor
índice de longevidad del mundo y entrevistar a los más ancianos, estos les contaron sus secretos
para vivir tantos años con motivación y energía.

El resultado de ese viaje fue su primer libro titulado Ikigai. Se centra en lo que descubrieron en
aquella aventura, la clave de la felicidad y la eterna juventud: tener una “razón de ser,”
manteniéndonos siempre ocupados con algo que nos importa.

Según ellos, ikigai es una palabra japonesa que no tiene traducción exacta. Lo de nen como el
sentido de la vida o lo que hace que te levantes con ilusión cada día. Aquello por lo que vale la
pena vivir.

De manera práctica, los autores describen ikigai como el punto de encuentro entre cuatro
variables:

1. Aquello que amas: eso que te encanta hacer.


2. Aquello en lo que eres bueno: esas tareas o actividades que haces especialmente bien.
3. Aquello por lo que pueden pagarte: que alguien esté interesado por eso, tanto como para
darte dinero.
4. Aquello que el mundo necesita: que aporte a la sociedad.

Si unimos las variables 1 y 2, lo que te encanta con lo que se te da muy bien, te ayudará a
descubrir tu pasión o lo que Sir Ken Robinson llama el “elemento”. Pero si todo se queda aquí y no
cumple con las otras dos variables, no podrás ganarte la vida con ello. Aunque si lo logras, es

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posible que en el largo plazo no acabe llenándote por no estar alineado con algo más
trascendental que la mezcla del éxito profesional y el disfrute.

Si unimos las variables 2 y 3, lo que se te da bien con aquello por lo que te pagará el mercado, te
ayudará a encontrar una profesión, que es el camino que sigue (o descubre) la inmensa mayoría.
Si todo se queda en estas dos variables, estarás en ese 85% de la población trabajadora a la que
no le gusta especialmente lo que hace y vive la vida esperando que llegue el viernes. Además, en
esas circunstancias es muy probable también que sientas que tu trabajo no sirva para mucho más
que para enriquecer a los dueños de la empresa para la que trabajas.

Si unimos las variables 3 y 4, aquello por lo que te pagarían con lo que el mundo necesita, podrías
llegar a descubrir tu vocación. Si eres una persona a la que le importa mucho ayudar a los demás,
te puede ir bien si consigues desarrollar un alto nivel de competencia en tu trabajo. Pero si no
destacas, podría costarte retener tu empleo en épocas de crisis. Y si no te gusta el día a día, tarde
o temprano te acabarás cansando.

Si unimos las variables 1 y 4, lo que te encanta con lo que el mundo necesita, te ayudará a
descubrir tu misión algo realmente satisfactorio y capaz de llenarte de vitalidad, siempre y cuando
no falten las otras dos variables. Porque si faltan, no tendrás con qué mantenerte y esto te frustrará
porque no podrás dedicarte a esa misión, teniendo que conformarte con un empleo de 9:00 a
18:00 en cualquier otra cosa, un área que no generará el mismo impacto sobre ti o los demás.

Ikigai es la mezcla entre pasión, profesión, vocación y misión. Es el máximo punto de equilibrio
posible en el desarrollo de una carrera profesional. Lo es porque al realizar un trabajo dentro de
tu ikigai puedes conseguir:

• Disfrutar haciendo algo que te encanta.


• Sentir que destacas y que se te valora por tu nivel de excelencia.
• Tener buenas ofertas de trabajo y un sueldo acorde con la especialidad de lo que haces.
• Saber que tu trabajo aporta a las personas.

NOTA IMPORTANTE: encontrar tu ikigai requiere experimentación y un proceso consciente de


prueba y error. Esta experimentación, si bien es útil a cualquier edad, es especialmente deseable
en personas jóvenes que no tienen las cargas o responsabilidades de los mayores (familia,
hipoteca, deudas). Es justo en ese proceso iterativo de prueba y error en el que encontramos
“nuestro lugar” y en el que conseguimos desarrollarnos a un nivel de excelencia superior al de la
mayoría de personas de nuestro entorno y nuestro campo particular.

Si ya tienes cierta edad y las responsabilidades familiares que la acompañan, no puedes permitirte
dejar tu trabajo para explorar oportunidades. Ante esa situación es más factible plantearte un
cambio menos drástico en el cual combinas tus habilidades actuales, para poder enfocar tu
carrera hacia un camino que encaje mejor con tu propósito, sin alejarse demasiado de lo que
haces ahora.

Ejemplo: si tu propósito está en montar una ONG y a día de hoy trabajas como abogada en una
empresa multinacional, en lugar de dejarlo todo para montar una ONG, un camino alternativo
sería buscar un trabajo como abogada en una ONG. Esto te permitiría experimentar la sensación
de hacer algo que esté más alineado con tu propósito, pero con la relativa tranquilidad de no
estar arriesgándolo todo.

ACELERA

Un ejercicio para trabajar tu ikigai

No te voy a mentir; encontrar tu ikigai no es un proceso simple. Es laborioso y toma tiempo.


Hacerlo es comparable con entrar en una especie de matrix del cual, no solo no podrás salir, sino
que nunca querrás hacerlo. Es un lugar desde el cual la vida tiene un color más intenso y, aunque
no hace que todo sea siempre ideal, consigue que te levantes cada lunes queriendo que sea
lunes.

Paso 1: Identi ca tu zona de genialidad

Todo comienza con encontrar tu elemento o lo que también llaman la zona de genialidad. Es ese
punto de encuentro entre lo que te gusta y lo que se te da bien. Cuando trabajas dentro de tu
zona de genialidad haces tu mejor trabajo y consigues un alto nivel de satisfacción.

Para descubrirlo:

1. Haz un listado de todo aquello que te gusta hacer (será especialmente relevante aquello que
te encantaba hacer en la niñez).
2. Haz un listado de todo lo que se te da bien (Truco: pregunta a las personas de con anza en
qué creen que eres buena/o).
3. Identi ca similitudes o coincidencias entre ambos listados y anótalas.

Esas coincidencias están dentro de tu elemento o zona de genialidad. Aunque de entrada no te


aporten mucha claridad sobre cómo sacar adelante una carrera profesional de éxito, te ayudarán
a descubrir dentro de ti una semilla que podrá crecer mucho si la riegas y la abonas
adecuadamente.

Si mal no recuerdo, la primera vez que hice este ejercicio, estos fueron los resultados:
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¿Qué me gusta hacer? ¿En qué soy bueno/a?

Aprender Conectar con las personas

Hablar en público Estudiar

Conocer gente nueva Escuchar

Entretener a las personas Comunicar con claridad

Leer Escribir

Cocinar Salir en vídeo

Viajar Hablar en público

Escribir Dar consejos

Puntos en común entre ambas listas:

• Habilidades de comunicación
• Habilidades sociales
• Enseñanza/aprendizaje

No en vano hoy en día me dedico a enseñar habilidades de comunicación.

¡Advertencia! Esto es solo el comienzo. Dejarlo aquí y pretender sacar adelante una carrera
profesional de éxito solo con esta información es prácticamente imposible. Lo es porque lanzarte
al vacío pensando que saldrás adelante solo con una pasión puede llevarte al paro si todavía no
eres capaz de aportar el valor su ciente como para poder vivir bien de ello, o si directamente no
sabes si es posible ganarte la vida de eso.

Paso 2: Encuentra el potencial de negocio

Triunfar profesionalmente será más sencillo si trabajas dentro de tu zona de genialidad. Pero igual
de importante es que haya demanda en el mercado y el mercado o las empresas estén dispuestas
a pagar por lo que ofreces.

Por lo tanto, tendrás que hacerte otras dos preguntas: 

1. ¿Existen en las empresas puestos en los que se realicen funciones dentro de mi zona de
genialidad?
2. ¿Cuánta proyección tiene ese tipo de puesto en el mundo empresarial?

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Si al hacer el ejercicio de la zona de genialidad te has dado cuenta de que lo que te encanta hacer
y haces súper bien es una habilidad o conocimiento de mucha demanda en el mundo profesional
(ejemplo: programación de ordenadores, nanzas, convencer a las personas), existe una
verdadera oportunidad. 

Si además, hay alta demanda y poca competencia, cosa que ocurre con los profesionales
altamente especializados, esa oportunidad puede ser muy buena porque es probable que se
estén pagando muy buenos sueldos en esa área (ejemplo: abogados scalistas con especialidad
en el sector turístico; sí, aunque no lo creas hay personas que disfrutan trabajando con
impuestos).

Ahora bien, si el resultado del ejercicio arroja a ciones que poco tienen que ver con el mundo
profesional (ejemplo: macramé, dormir la siesta, hacer de personal shopper para tus amigos),
tendrás que pasar al siguiente elemento en tu lista hasta encontrar algo que tenga potencial para
realizar una carrera profesional.

Paso 3: Descubre el propósito

Una vez que has dado los dos primeros pasos, te toca entender de qué manera podrás aportar a
las personas con tu trabajo. Aquí justamente cobran importancia las preguntas de Ney Díaz sobre
el propósito:

• ¿Me sentiré útil dedicándome a esto?


• ¿Aportaré de alguna manera para que mejoren las personas o mi entorno?

Evidentemente, si estás todavía en un proceso de exploración en el cual no sabes muy bien cómo
vas a transformar tu pasión en una carrera de éxito y propósito, es muy probable que no puedas
contestar a estas preguntas. Que esto no te desanime... 

En esta fase usa la creatividad y proyéctate hacia el futuro para ver si encuentras alguna respuesta
interesante. La encuentres o no, guarda estas preguntas en la recámara porque más adelante
llegará la ocasión de volver a hacértelas y poder contestarlas.

Lo más importante es ganar claridad sobre en qué podrías trabajar dentro de tu propio ikigai. Para
algunos esto implicará un cambio drástico en su carrera (otra empresa, otra industria u otra área
de conocimiento), para otros solo harán falta retoques (un nuevo proyecto o un plan de carrera
con un enfoque distinto, pero en la misma empresa). Cuando tengas claridad sobre tu misión,
será la hora de comenzar a construir tu nuevo camino para llegar a un destino concreto.

Elige un destino (al menos de manera tentativa)

Alicia: “¿Podrías decirme qué camino debo seguir?”


Gato: “Eso depende del sitio al que quieras ir.”
Alicia: “No me importa mucho el sitio…”
Gato: “Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes.”

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Alicia en el país de las maravillas

Yo hago vídeos para YouTube. Recuerdo cuando publiqué mi primer vídeo de verdad en febrero
de 2014… No lo vio ni mi madre. De hecho, durante los primeros meses mi canal parecía un
pueblo fantasma.

Al cabo de dos años y gracias a que ese primer vídeo se hizo medianamente popular, el trá co en
mi canal comenzó a crecer, aunque el número de suscriptores superaba tímidamente los 8.000.

La realidad es que un día Eva, mi mujer, me dijo: “¡Tienes que hacer vídeos!”. Más visionaria que
yo entendió rápidamente que el vídeo online me ayudaría a ganar visibilidad en mi futuro
negocio. Así que le hice caso, pero había un pequeño problema: no tenía una estrategia. 

A decir verdad, no tenía ni idea de nada. Hice unos primeros vídeos, al cabo de unos meses otros
y más adelante otros pocos más, pero sin mucho criterio. Evidentemente, el resultado no fue nada
por lo que celebrar. E igual que Alicia en el País de las Maravillas, como no sabía hacia dónde ir,
no importaba mucho el camino y todo resultado era válido.

Teniendo claridad sobre tu razón de ser, ese gran trabajo al que te quieres dedicar, ahora toca
aterrizar todo esto a una meta más concreta, a un objetivo. Dicho de otro modo, ¿qué tienes que
comenzar a hacer para llevar a cabo dicha razón de ser?

Para dar concreción a tu propósito, a tu ikigai, es importante que identi ques y de nas tu “qué”
porque cuando lo tienes claro y te enfocas en conseguirlo, todo se empieza a alinear para hacerlo
realidad.

Esto está relacionado con el sistema de activación reticular. Una de las funciones del cerebro
consiste en descartar toda la información irrelevante que nos rodea. Como hay tanta información
en el entorno, si no fuésemos capaces de distinguir entre lo importante y lo trivial, nos
volveríamos locos.

El sistema de activación reticular del cerebro sirve de ltro y nos permite enfocar nuestra atención
consciente en aquello que el cerebro considera importante. Es este sistema el que hace que,
cuando decides comprarte un modelo concreto de coche comiences a ver decenas de este
modelo por la calle; o cuando vas a tener tu primer hijo no pares de ver bebés y cochecitos
cuando sales a pasear. Siempre estuvieron allí, pero como ahora te interesan, comienzas a darte
cuenta de que ahí están y, por lo tanto, a prestarles atención.

Lo mismo ocurre cuando tenemos una visión clara sobre lo que queremos. Comenzamos a prestar
atención a la información que nos da el entorno y, en este proceso, descubrimos respuestas más
sencillas a nuestras preguntas.

Ralph Waldo Emerson decía que “una vez tomamos una decisión, el universo conspira para
hacerla realidad”. Por eso es tan importante el foco en la fórmula que te presenté en la
introducción del libro (Suerte = Oportunidad + Foco + Valor + Comunicación). Es el foco lo que te

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ayudará a identi car las oportunidades disponibles a tu alrededor y el detonante de dicho foco es
la de nición de objetivos.

Es justamente lo que buscan los atletas de élite y los empresarios súper exitosos cuando dedican
tiempo a la visualización. Saben que estar alerta, como consecuencia de tener siempre presente
una visión y los objetivos para cumplirla aumenta drásticamente las probabilidades de que se
haga realidad.

La gran pregunta entonces es: ¿cuál es tu objetivo?

El primer paso hacia la acción

Al hacer el ejercicio del ikigai seguramente habrás llegado a una respuesta muy cercana a esa
pregunta. La di cultad que tiene el resultado de este ejercicio es que suele ser una meta muy
grande y los grandes proyectos producen vértigo, sacan a la luz nuestras inseguridades y nos
llevan a procrastinar. Esa procrastinación es la culpable de que, al tomar decisiones importantes,
veamos cómo pasa el tiempo sin que hayamos hecho nada al respecto.

Para vencer a la procrastinación, te ayudará descomponer esta gran meta en objetivos más
manejables. Para ello imagina que has descubierto que tu misión es transformarte en responsable
de recursos humanos de alguna de las diez mayores empresas de tu ciudad. Lo has decidido
porque, entre otras cosas, te encanta tratar con personas, tienes don de gente, te ipa aprender y
tienes facilidad para liderar equipos.

Si recientemente has comenzado tu andadura profesional, esta meta puede parecer una hazaña
heroica, casi imposible de alcanzar por su gran magnitud y lejanía. ¿Qué puedes hacer de manera
realista para encaminarte hacia esa gran meta?

En inglés existe un concepto llamado reverse engineering que traducido sería algo así como
ingeniería inversa. Consiste en visualizar un resultado y descomponer los pasos previos
necesarios para conseguirlo. Es decir, del último paso hasta el primero. La ingeniería inversa de tu
objetivo es un proceso re exivo que te permite descubrir las acciones que te llevarán a
conseguirlo. Es como trazar un mapa hasta tu destino, usando el sentido común.

¿Cuáles podrían ser los pasos (en sentido inverso) que te llevarían a conseguir eso que aspiras
(transformarte en responsable de recursos humanos de alguna de las diez mayores empresas de
tu ciudad)?

• Haber supervisado equipos de trabajo dentro de un departamento de recursos humanos


durante varios años.
• Haber cultivado relaciones con personas importantes dentro de tu empresa y que estén
dispuestas a recomendarte para una promoción (dentro o fuera de tu empresa actual).
• Haber ganado visibilidad dentro de tu empresa en reuniones con la alta dirección como
interlocutor/a de proyectos estratégicos relacionados con el desarrollo de las personas.
• Haber dirigido la ejecución de proyectos de calado dentro de tu departamento.
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• Haber propuesto iniciativas interesantes que hayan tenido un impacto positivo en la empresa.
• Haber desarrollado habilidades concretas que hayan multiplicado tu valor dentro del
departamento (ejemplo: poder formar a los formadores internos).
• Haber ganado experiencia técnica en recursos humanos en múltiples áreas durante varios
años.
• Haber estudiado una carrera (o al menos un grado de formación profesional) en algún tema
alineado con la gestión de personas (ejemplo: psicología).

Estos no pretenden ser los pasos exactos ni 100% correctos ya que todo depende del contexto.
La idea es que, con sentido común, investigación y la ayuda de personas con mayor experiencia
que tú, puedas trazar un mapa de ruta de los hitos u objetivos que tienes que alcanzar para
cumplir tu misión.

Por supuesto, cuanta más experiencia profesional tengas, más fácil te resultará trazar este mapa de
ruta por tu cuenta. Lo importante no es que este sea del todo preciso, sino que comiences a
re exionar para que el sistema de activación reticular de tu cerebro se ponga manos a la obra y te
permita ver las oportunidades que hay a tu alrededor.

ACELERA

Descubre el mapa de ruta para alcanzar el resultado que deseas.

1. Visualiza dónde estás ahora (punto A).


2. Visualiza el resultado que quieres conseguir (punto B).
3. Haz un listado exhaustivo en sentido inverso de todos los pasos que tendrías que dar para
llegar al punto B.

Objetivos más inteligentes

Ahora bien, incluso desgranando tu gran meta en objetivos encadenados de menor envergadura,
es muy probable que estos sean retadores y te saquen de tu zona de confort. En ese momento
comenzarás a tener sensaciones incómodas que te llevarán a postergar cualquier tarea.

Para aumentar tus probabilidades de llevar a cabo estos objetivos, la literatura sobre
productividad habla de marcarse objetivos inteligentes o SMART (palabra en inglés que signi ca
“inteligente” y que como acrónimo sirve para de nir bien tus objetivos).

S - Speci c (Especí cos): tienen que ser precisos y concretos para que estén de nidos con
claridad cristalina. Si están bien de nidos responderán a varios de los elementos de contexto:
Qué, Cómo, Por qué, Cuándo, Dónde.

Ejemplo: “Dirigir el departamento de recursos humanos de una de las diez mayores empresas de
mi ciudad antes de cumplir 40 años” es más especí co que “ser alto ejecutivo de recursos
humanos”.
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M - Measurable (Medibles): tienes que poder medir su consecución así como los avances que
realices para alcanzarlos. El ejercicio de ingeniería inversa que te mostré antes es una buena vara
de medición porque te permite ver con claridad los pasos que vas dando en el tiempo.

A - Attainable (Alcanzables): si bien tienen que ser ambiciosos que te motiven a alcanzarlos, es
importante que estén dentro de tus posibilidades. Bien planteados, te permitirían contestar con
relativa facilidad a las preguntas: ¿Cómo puedo alcanzarlo? (ver ejercicio de ingeniería inversa) o
¿Cuán realista es?

Poco ambicioso sería plantearte solamente trabajar en un departamento de recursos humanos


(además de no ser especí co). Inalcanzable sería plantearte dirigir el departamento de personas
de Apple (aunque conozco a un chico español de pueblo que está subiendo como la pólvora en
una de las empresas más grandes de Estados Unidos).

R - Relevant (Relevantes): tienen que importarte lo su ciente como para que te los tomes en serio
y no generen con icto de intereses con otros objetivos importantes para ti. Te ayudará contestar a
las preguntas: ¿Es esto algo que deseo de verdad?, ¿me vale la pena hacer el esfuerzo?, ¿es el
momento adecuado?, ¿soy la persona adecuada?, ¿los medios de los que dispongo me
permitirán alcanzarlo?

Un objetivo que esté alineado con tu ikigai será relevante para ti.

T - Time-bound (Limitados en el tiempo): deben tener una fecha límite para asegurar su
cumplimiento. Porque como dice la ley de Parkinson, “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo
disponible para que se termine” y, sin fecha límite, el tiempo necesario para cumplir un objetivo
es in nito. El tiempo es una métrica que nos ayuda a entender si vamos bien o mal en la
consecución de nuestros objetivos.

“Dirigir el departamento de recursos humanos de una de las diez mayores empresas de mi ciudad
antes de cumplir 40 años” tendrá mayores probabilidades de cumplirse que si no pones un plazo
estipulado para lograrlo.

Rubén Turienzo ha rizado el rizo y ha añadido dos letras más al acrónimo “SMART” (inteligente en
inglés) para hacerlo “SMARTER” (“más” inteligente).

E - Ecological (Ecológicos): deben ser sanos para ti, física, emocional e intelectualmente, sin entrar
en con icto con tus valores. Para saberlo tienes que preguntarte: ¿De qué manera me afecta a mí
y a mi entorno la consecución de este objetivo?, ¿cómo me hace sentir? Si la respuesta es positiva
en ambos casos, es ecológico. Si es negativa en alguno, puede que no sea buena idea seguir
adelante.

R - Return (Recompensa): tienen que poder mejorar tu vida de algún modo, ofreciendo un retorno
sobre tu inversión de tiempo, esfuerzo, dinero o cualquier otro recurso que hayas dedicado. En
este caso, Turienzo recomienda preguntarte tres veces “¿Para qué?”.
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¿Para qué quiero dirigir el departamento de recursos humanos de una de las diez mayores
empresas de mi ciudad antes de cumplir 40 años? Para desarrollarme profesionalmente en un
área que me apasiona.

¿Para qué quiero desarrollarme profesionalmente en un área que me apasiona? Para sentir que
cumplo mi propósito de vida y me levanto cada mañana con ilusión.

¿Para qué quiero sentir que cumplo mi propósito de vida y me levanto cada mañana con ilusión?
Para ser feliz.

Ahora te toca a ti. Retoma tu ikigai y conviértelo en un objetivo SMARTER. Además, pasa por el
proceso de ingeniería inversa con el n de entender los pasos que has de dar para alcanzar tu
gran objetivo. Convierte cada uno de esos pasos en un objetivo SMARTER y estarás mucho más
cerca de conseguir eso que realmente quieres.

ACELERA

Ahora te toca trabajar en materializar tu ikigai. Apóyate del proceso de ingeniería inversa con el n
de entender los pasos que has de dar para alcanzar tu gran objetivo. Luego convierte cada uno de
esos pasos en un objetivo SMARTER y estarás mucho más cerca de conseguir eso que realmente
quieres.

Solo recuerda una cosa, el objetivo que elijas no es más que un destino tentativo. Por eso, no
sientas que tienes que tomar la decisión perfecta; nunca lo será. Lo importante es tomar la
decisión de actuar. El resto irá cayendo por su propio peso.

Además, lo conseguirás más rápido si tienes los contactos adecuados...

Lo que te hace imparable es el apoyo de los demás


Todo comenzó con una carta de recomendación a nales de la década de los 80s. Fernando, que
apenas tenía 18 años trabajaba en la recepción del hotel más emblemático de la ciudad de
Bogotá, llamado La Fontana. 

Por aquella época, el hotel tenía un cliente norteamericano llamado Mr. C que pasaba largas
temporadas alojado. Entrado en edad, Mr. C era un tipo muy exigente y quisquilloso, que pedía
cosas que agotaban la paciencia de cualquiera. En otras palabras, era muy pesado. Lo era tanto
que nadie quería atenderlo, hasta el punto que prácticamente todo el personal se escondía cada
vez que se le veía pasar por la puerta.

A Fernando le daba pena ver que lo trataran así y decidió ocuparse de él cada vez que estuviera
de turno. Con su mejor sonrisa y disposición, atendía a Mr. C sin importar lo que le pidiera y lo
hacía con paciencia, diligencia y e cacia. A partir de entonces y encantado con el trato, Mr. C solo
se acercaba a la recepción del hotel cuando Fernando estaba de turno.

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Una noche, cerca de la 1:00 de la madrugada, el bueno de Mr. C regresó al hotel tras una larga
cena y se encontró con Fernando en la recepción. Este lo recibió con su amabilidad habitual y
buscando conversación Mr. C le preguntó:

“¿Tú qué piensas hacer con tu vida?”

“Quiero irme a España a estudiar hotelería y continuar mi carrera allí”, contestó Fernando.

“¿Al llegar a España tienes a alguien que te ayude?”, siguió preguntando Mr. C.

“No…”

“Yo tengo un amigo en Madrid. Te voy a escribir una carta de recomendación para que se la
entregues a tu llegada y te eche una mano.”

Y se marchó...

Al cabo de dos horas, Mr. C volvió a la recepción con una carta en inglés escrita a mano y un folio
en blanco con el membrete de su empresa y le dijo a Fernando: “Tradúcela y transcríbela en este
papel con el logo de mi empresa. Cuando la tengas lista te la rmaré.”

En la carta se dirigía a su amigo español hablándole de Fernando como si fuera un hijo para él y le
pedía que le ayudara en lo que pudiera.

A la mañana siguiente Mr. C rmó la carta sin revisarla y se despidió.

Unos meses después Fernando se fue a Madrid con un billete de ida, una mano delante y otra
detrás y esa carta de recomendación que al presentarla le abrió la puerta a su primera
oportunidad laboral en el extranjero y a una carrera exitosa.

Fernando mantuvo el contacto con Mr. C y años después conoció a su familia con quien se siguió
comunicando hasta la muerte de Mr. C.

Hoy, con 50 años, Fernando es vicepresidente en una empresa hotelera norteamericana y es el


claro ejemplo de que trabajando duro, teniendo la actitud adecuada y con el apoyo de personas
clave es posible llegar a cualquier lugar.

Los humanos somos animales sociales. Desde que hay registros históricos las personas hemos
vivido en tribus o comunidades. Con su apoyo nos cuidábamos entre todos, éramos más fuertes y,
por lo tanto, capaces de alcanzar los dos hitos más importantes de la humanidad: sobrevivir y
procrear. Sin la tribu estábamos muertos.

Hoy en día ocurre algo parecido. El entorno, las herramientas y los medios de comunicación han
cambiado, pero los principios y estrategias siguen siendo los mismos. Por eso dice la máxima de

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los negocios que “en igualdad de condiciones la gente hace negocios con gente que conoce, que
le cae bien y en la que confía”.

¿Cuál es el primer elemento de esta máxima? A quién conoces o, matizándolo, quién te conoce a
ti.

El mundo gira en torno a cadenas de favores sustentados en la generación de valor. Esto


funciona así especialmente en el ámbito profesional. Con el n de acceder a las oportunidades
adecuadas tienes que ser capaz de aportar valor. En el proceso resultará casi siempre
indispensable relacionarte con personas que te apoyen para avanzar en la consecución de tus
objetivos.

Este apoyo puede tomar múltiples formas: compartir información valiosa (para que aprendas o
puedas tomar una buena decisión), recomendarte a otra persona de tu interés, mover los hilos
para que te reciban en su empresa o incluso contratarte. 

Dependiendo de quién y cuándo te lo ofrezca, este apoyo puede signi car un punto de in exión
en tu vida, elevando tu carrera profesional a otro nivel y acelerando tu desarrollo mucho más
rápido que lo que podrías conseguir en solitario. 

Todas las personas con cierto nivel de éxito pueden identi car al menos a una persona cuyo
apoyo haya cambiado drásticamente el rumbo de su carrera. En mi caso puedo citar a Eva, a Olga,
a Conor, a Florian, a Juan Carlos, a Alejandra, a Fernando y a otras tantas personas que me han
abierto las puertas a nuevas oportunidades o otras maneras de pensar o de trabajar, cambiando
de forma incalculable el rumbo de mi carrera.

En abril del año 2011 entré a trabajar a una empresa multinacional sin tener absolutamente NADA
de experiencia en ese sector ni en cargos similares. Sarah, una joven directiva dominicana con
muchísima fuerza, buscaba a alguien para cubrir un puesto de mando intermedio en su
departamento que estaba en pleno proceso de expansión.

La había conocido un año antes en el círculo de antiguas compañeras de trabajo de Eva y


coincidimos en múltiples ocasiones. Por aquella época yo vivía en Madrid y quería mudarme a
Mallorca, pero no encontraba un trabajo que me gustara en el mundo de la aviación (sector en el
cual trabajaba entonces). Sarah lo sabía y como no encontraba a nadie en Mallorca con la
experiencia exacta necesaria para cubrir aquel puesto, me lo ofreció a mí por “ser espabilado” y
tener buena actitud (en gran medida provocada por mis ganas de regresar a la isla).

A pesar de que los inicios no fueron fáciles debido a mi falta de conocimiento, durante los más de
cinco años que estuve bajo el mando suyo descubrí un sector profesional distinto, aprendí a
desenvolverme entre directivos, desarrollé habilidades comerciales y de gestión y gané con anza
en mí mismo gracias a los logros, fracasos y ascensos. Estas habilidades han sido cruciales tanto
en mi desarrollo profesional como personal.

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De esto han pasado más de nueve años y hoy Sarah y yo somos muy buenos amigos. Aunque me
encuentro realizado con mi proyecto actual, tengo que reconocer que echo de menos trabajar
con ella y siento una inmensa gratitud porque nuestros caminos se hayan cruzado. Sin ella y su
apoyo, algunas de las cosas más importantes que tengo a día de hoy no habrían sido posibles.

Por eso, en igualdad de condiciones, quien tiene una mejor red de contactos tiene mayores
probabilidades de conseguir lo que busca. Y aunque a primera vista no tengas en tu red de
contactos directos a nadie con el per l o capacidad de decisión de Sarah, es muy probable que tu
red sea más amplia de lo que crees, aunque tienes que explorar para poder encontrar y esto lo
harás más adelante.

Tres tipos de personas valiosas

No me malinterpretes; todos los humanos somos valiosos. No obstante, a la hora de hablar de tu


desarrollo profesional te resultará útil pensar de manera estratégica. En este contexto “gente
valiosa” es toda aquella que pueda ayudarte a dar un paso hacia tu objetivo.

En los más de 15 años que llevo trabajando he identi cado a tres tipos de personas en función
del valor que pueden aportar a tu desarrollo profesional. Estos son mentores, promotores y
facilitadores.

Mentores

Son las personas que te ayudan a crecer al enseñarte una habilidad, guiarte hacia tu meta o darte
información valiosa para usar en tu camino. 

La relación con un mentor puede ser formal o informal. En una pagas a un profesional por
ayudarte a acelerar tu proceso de desarrollo en un área concreta. La otra no suele requerir un
pago con dinero (aunque solo te ayudará si siente que le aportas algún tipo de valor) y ocurre
como consecuencia de haber entrado en el círculo de con anza de alguien que puede ayudarte a
crecer.

En ambos casos, lo adecuado es elegir a un/a mentor/a de acuerdo a tus inclinaciones y


necesidades concretas en el momento en el que estás. Esto implica que tu potencial mentor ha de
estar en un punto al que aspiras llegar, ya sea en una habilidad o nivel de progreso en una área
concreta, con el n de que su ejemplo te sea relevante y útil para pasar al siguiente nivel.

Es ideal tener mentores en cada momento de tu andadura profesional que te ayuden a alcanzar el
siguiente nivel porque estos pueden ayudarte a ver el camino adecuado con mayor claridad. De
hecho, Robert Greene, autor del libro Mastery dice que la razón por la cual necesitas mentores
es simple: la vida es corta y tanto el tiempo como la energía son limitadas. Además, tus años
más creativos están entre nales de los veintes y los cuarentas.

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Tu relación con mentores puede comenzar desde muy temprano en tu andadura profesional, es
decir, no requiere que tengas experiencia previa en el área en la que te guiará, sobre todo cuando
pagas por sus servicios.

Nota: ninguna relación con mentores es gratuita. Incluso aquéllas en las que no hay desembolso
de dinero, para que la otra persona te mentorice ha de sentir que recibe algo a cambio. Ejemplo:
ofrecerle apoyo en un área en la que tú sepas más.

¿Cómo conseguir un mentor cuando no tienes dinero para invertir?

Greene argumenta que para atraer al maestro adecuado con el n de que te haga de mentor es
importante que apeles a su interés propio. Esto signi ca que has de poder ofrecerle algo tangible
y práctico, además de tu juventud y energía. Si crees que no tienes nada que ofrecer en este
momento, antes de abordar a alguien para que sea tu mentor, es conveniente que adquieras
habilidades en áreas que puedan interesarle. 

Lo curioso es que, en el proceso de desarrollar una ética de trabajo sólida y habilidades útiles,
tarde o temprano el maestro suele llegar a tu vida.

Cuando hayas identi cado a la persona adecuada que quieres que te mentorice, comienza por
aportar valor. Investiga qué considera valioso (qué quiere, qué necesita) y ofrécelo antes de pedir.
Luego pide. 

Ten en cuenta que alguien que no te conoce o te conoce poco, es muy probable que no haga
caso a tus correos o mensajes en redes sociales hasta que no hayas llamado su atención
aportándole valor. Esto es así porque cuanto más arriba está en la jerarquía empresarial, más
peticiones recibirá, menos tiempo libre tendrá y más enfocado estará en sus objetivos.

Aun así, quien ha avanzado mucho en su carrera profesional sabe el valor que tiene rodearse de
personas que le aporten y es incluso posible que sienta el deseo de aportar a alguien joven con
quien se identi que y en quien vea mucho entusiasmo y potencial. Por lo que abordar a las
personas a las que admiras de esta manera te ayudará a llamar su atención ya que te diferenciará
de aquéllos que solamente les piden. 

Si tras ser persistente consigues entrar en una dinámica en la que le has aportado mucho valor y
este valor le ha resultado útil, te habrás ganado el derecho de pedir (información, consejos,
feedback o incluso recomendaciones).

Promotores

Son las personas que catapultan tu carrera al conectarte con oportunidades que no conseguirías
por tus propios medios. Al creer en ti, te recomiendan a aquellos contactos a los que entienden
que puedes aportar mucho valor y estos contactos te suelen recibir gracias a la con anza por
asociación. Lo normal es que los promotores te faciliten solo el acceso a una primera reunión. A
partir de ahí tendrás que conectar con la persona que te reciba y demostrarle tu valía.

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Encontrarás potenciales promotores en amigos, familiares, parejas de amigos o familiares,


clientes contentos, antiguos jefes o compañeros de trabajo y cualquier persona que esté en
tu círculo social o profesional y conozca bien lo que haces.

Ten en cuenta que cuando alguien te recomienda pone en juego la con anza que tiene con la
persona a la que te está recomendando. Por esta razón, para que te promueva tienen que
cumplirse dos variables:

• Tiene que haber un mínimo de con anza entre ambos, es decir, tiene que conocerte personal o
profesionalmente.

• Tiene que estar convencido de que lo que haces lo haces bien, o eres realmente buen
candidato para la posición para la que te recomienda. Esto presupone que tengas la su ciente
experiencia o al menos ofrezcas garantía de resultados.

Siempre que se cumplan ambas variables, pide recomendaciones a todas las personas que
conozcas.

Aquí tampoco se espera ningún pago (aunque dependiendo de su modelo de negocio o su


forma de ser, hay quienes esperan recibir una comisión por recomendarte) pero cuando esa
persona necesite un favor, se esperará que respondas de manera recíproca.

Facilitadores

Son las personas que te abren las puertas a nuevas oportunidades (grandes y pequeñas)
contratándote para un puesto de trabajo o proyecto.

Dentro de los facilitadores, una de las personas que mayor impacto tendrá en tu carrera es a la
que denomino “padrino” o “madrina”, como fueron Sarah y Olga en mi caso. Estos son
profesionales que confían en ti cuando todavía nadie lo ha hecho y te permiten entrar en la rueda
cuando todavía no puedes mostrar resultados concretos por falta de experiencia.

Igual que con los promotores, encontrarás facilitadores en tu círculo social o profesional. Pero ojo,
incluso si están convencidos de que eres el encaje adecuado, salvo en contadas ocasiones,
familiares y amigos cercanos preferirán no contratarte o facilitar tu contratación en su empresa por
posible con icto de interés.

¿Cómo explorar tu red para identi car mentores, promotores o facilitadores?

¿A cuántos posibles mentores, promotores o facilitadores conoces? ¿Puedes identi car al menos
uno para cada rol en tu círculo inmediato?

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Ten en cuenta que una misma persona puede asumir (al mismo tiempo o en momentos distintos)
más de uno de estos roles. 

Eva sobre todo ha sido una de mis mayores promotoras al ayudarme a conseguir reuniones en las
o cinas de algunos de sus proveedores. Aunque también reconozco que algunas de las mejores
decisiones que he tomado profesionalmente son cosecha suya, por lo que también me ha hecho
de mentora (y lo sigue haciendo).

Sarah, como madrina profesional, fue facilitadora al darme un puesto de trabajo. Asimismo, como
era mi jefa y yo no tenía conocimiento sobre el sector, fue una de mis mentoras más importantes
en aquella época.

Si llevas viviendo más de un año en tu ciudad de residencia actual (y si es en esa ciudad donde
quieres desarrollar o seguir desarrollando tu carrera profesional) es altamente probable que en tu
círculo social o profesional haya más de una persona que pueda ayudarte a acercarte a tu
objetivo. Antes de descubrir cómo hacerlo, te ayudará entender el concepto de grados de
separación.

En 1930 un escritor húngaro llamado Frigyes Karinthy propuso la idea de que todas las personas
en el planeta están conectadas a cualquier otra persona a través de una cadena de conocidos con
un máximo de cinco intermediarios, es decir, seis enlaces o grados de separación.

Si conoces a Víctor y él te conoce a ti, está a un grado de separación tuyo. Si te interesa conocer a
Iris (que no te conoce de nada) y ella sí conoce a Víctor, Iris está a dos grados de separación de ti.
Si José es amigo de Iris, pero no conoce a Víctor ni a ninguno de tus contactos directos, entonces
José está a tres grados de separación.

La red social profesional LinkedIn te muestra claramente los grados de separación entre sus
usuarios y tú.

Recomendación: salvo que tengas intención de crear una marca personal y publicar contenido en
internet, de momento olvídate de las personas a más de dos grados de separación de ti. Ganarse
la con anza de alguien que no te conoce de nada, no sabe nada de ti y no puede conseguir
referencias tuyas es un trabajo monumental comparado con conectar con aquéllos con
quienes sí tienes cierto grado de proximidad. Por eso, de momento vamos a centrarnos en tus
contactos con uno y dos grados de separación únicamente.

ACELERA

Habiendo entendido este concepto, te toca revisar tu agenda de contactos (en el teléfono y en
redes sociales, especialmente en LinkedIn).

Con tu objetivo claro y tu cerebro atento, analiza cada uno de tus contactos y pregúntate, ¿puede
resultarme útil recuperar el contacto con esta persona? Hazte una base de datos (preferiblemente
escrita) en la que recojas la siguiente información para cada “sí” recogiendo esta información:
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• Nombre
• Relación contigo / de qué lo conoces (ejemplos: familiar, amigo, compañero de trabajo, mero
conocido)
• Grados de separación (uno o dos)
✴ En tu lista de contactos todos serán de grado “uno”. Pero fuera de esta, si son de grado
“dos”, te convendrá saber a quién tienes en común con esa persona.
• Empresa
• Sector empresarial
• Cargo que desempeña (y si tiene capacidad de decisión en la empresa) 
• Rol que podría desempeñar en tu vida (mentor, promotor o facilitador)
• Por qué (ejemplos: habilidades especiales, conexiones de alto nivel, puesto de relevancia en
una empresa que te interesa)

Dedícale tiempo a este ejercicio y dale todas las vueltas que sea necesario. Descubrirás que
muchas personas que tenías olvidadas están en posición de ayudarte.

¡Atención! No se trata ahora de resurgir de las tinieblas y pedir ayuda sin más. Se trata de reactivar
esas relaciones que no has cuidado y descubrir de qué manera puedes aportarles valor antes de
pedirles el favor de ayudarte.

Recuerda comenzar con los contactos a un grado de separación de ti que son aquéllos con los
que mayor con anza tienes. Sobre todo aquellas personas con las que tienes contacto frecuente.
A estas puedes pedirles el favor directamente porque ya te has ganado el derecho de hacerlo
gracias a la con anza que te une a ellas.

El propósito de este ejercicio es que comiences a activar tu agenda de contactos para que tengas
conversaciones con personas claves dentro de tu red que, a su vez, puedan presentarte a otras
personas claves en sus propias redes. Al conversar con todos ellos (invitándoles a tomar café, en
eventos sociales o profesionales, o en cualquier otro contexto) llegará el momento en la
conversación en el que hables sobre esa gran visión que tienes o te pregunte directamente cómo
puede ayudarte.

Si a través de esa persona es posible acceder a alguna oportunidad, al hablar sobre tu visión es
muy probable que te proponga dar un siguiente paso, siempre y cuando hayas contectado con
ella y le hayas convencido de tu idea (elementos que trataremos en las secciones dos y tres del
libro).

Un siguiente paso que podría proponerte sería “te recomiendo leer el libro X” (posible mentor),
“te voy a poner en contacto con Y” (posible promotor) o “en mi empresa están buscando un per l
como el tuyo” (posible facilitador).

En cualquier caso, grábate a fuego que en el mundo profesional la red lo es todo. Y lo que
importa no es tanto a quién conoces, sino quién te conoce a ti. Lo que signi ca que tienes que
ganar visibilidad y comenzar a participar en tantos eventos (profesionales o sociales) como te sea
posible, en los que esté el per l de personas que te interesa en cada fase de tu andadura.

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Rodéate de gente con buen criterio

En octubre de 2013 di mi primer curso de habilidades para hablar en público. Al poco tiempo de
haberlo impartido, Eva que es una chica con visión me dijo: “Tienes que hacer vídeos”.

Mi reacción inmediata fue: “Sí amor, claro.” Pero por dentro decía: “¿Tú qué sabrás? Si el experto
aquí soy yo.” Por supuesto, lo pensé pero no se lo dije...

Yo llevo con Eva más de 10 años y desde el inicio de nuestra relación me topé con dos grandes
verdades sobre ella con las que he tenido que aprender a lidiar con el tiempo: (1) es una persona
muy insistente y (2) (casi) siempre tiene razón.

Al mismo tiempo yo soy un tipo terco. Me encanta tener la razón y detesto cuando no la tengo.
Pero sobre todo, me molesta de manera soberana cuando la tiene otra persona que, a priori, sabe
menos que yo sobre el tema en cuestión.

En el proceso de lanzarte al vacío para poner en marcha un gran objetivo y hacerlo de la nada, no
solo  salen a la luz grandes carencias, sino también grandes inseguridades. A la primera de
cambio, cuando alguien nos da una opinión o sugerencia no solicitada, la reacción natural es no
hacerle caso, bloquearnos o incluso ladrarles. Sin embargo en el camino de la vida nos podemos
topar con personas con buen criterio, incluso aunque su manera espontánea de decirnos las
cosas no nos guste demasiado.

Aunque a priori no sepan tanto como nosotros de lo nuestro, el propio hecho de que lo vean
desde fuera y con otros ojos les da una perspectiva menos contaminada, que muchas veces es
correcta. Por esta razón a esas personas hay que escucharlas.

A Eva, la idea de los vídeos siguió dándole vueltas en la cabeza y por nuestro aniversario me
regaló una sesión en el estudio de amigo para grabar mis primeros vídeos para YouTube. Terco
que soy, acepté el regalo un poco a regañadientes, pero decidí sacarle partido y durante todo un
domingo grabamos 14 vídeos cortos que fueron el inicio de mi carrera con el vídeo online.

Hoy mi canal tiene más de 400.000 suscriptores y es mi mayor herramienta de marketing. Me ha


permitido posicionarme como autoridad en mi área y cobrar tarifas muy superiores a la media de
mi sector.

Hacer vídeos cambió mi vida y el rumbo de mi carrera, pero también me ha permitido ayudar a
otros a que cambien las suyas como es el caso de David.

David es coach especializado en personas altamente sensibles. Como alguien sensible que es,
tenía mucho miedo a hablar en público y a salir en cámara. Eso le cerraba muchas puertas y le
hacía decir que no a grandes oportunidades.

Si lo vieras ahora hablando en vídeo nunca dirías que hacerlo le aterraba. Hace unos meses me
dijo: “Sebastián, ahora contesto a las peticiones de mis clientes potenciales con vídeo de

Whatsapp. Antes, convertía una de cada cinco peticiones en clientes; con el vídeo ahora convierto
nueve de cada diez”.

Si en aquel momento no me hubiera tragado el orgullo para hacerle caso a Eva, una persona con
muy buen criterio, mi negocio no estaría en el nivel en el que está. Probablemente el de David
tampoco. Por eso he aprendido que hay que escuchar a la gente con buen criterio, incluso
cuando su opinión nos produzca incomodidad.

Ahora bien, no toda opinión vale, porque no todo el mundo tiene buen criterio. ¿Cómo saber
entonces si el criterio de alguien es útil? En mi experiencia, contestando al menos a dos
preguntas:

1. ¿Es positiva su intención? ¿O lo hace por envidia o para meterte una zancadilla? 
2. ¿Tiene un valor objetivo su opinión? Es decir, ¿hay algún tipo de evidencia que la refuerce?

Eva es mi esposa y madre de mis hijos. Por tanto, sé que su intención es positiva. También es una
persona exitosa a nivel académico y profesional. Y si bien no trabaja en mi sector, su experiencia
acumulada es muy útil para ayudarme a recorrer mi camino como emprendedor.

Piensa en las personas que tienes hoy en día a tu alrededor y pregúntate: ¿puedes identi car a
alguna cuyo buen criterio pueda ayudarte a salir adelante, aunque te moleste soberanamente
tener que pedirle opinión? Hazte las dos preguntas anteriores y si tu respuesta es positiva en
ambos casos, trágate el orgullo y escucha atentamente.

Por eso Jim Rohn decía: “Somos el promedio de las cinco personas con las que más tiempo
pasamos”. Si te rodeas de personas que apoyan tu deseo de progreso, no solo no tolerarán
cinismo ni destructividad por tu parte. También te alentarán cuando actúes de manera positiva,
igual que te llamarán la atención (con cariño) cuando no lo hagas.

Rodéate de personas con buen criterio y estas te ayudarán a avanzar en tu proceso de búsqueda.

¿Dónde encontrar personas con buen criterio?

Comienza por apuntarte a actividades interesantes fuera del trabajo, preferiblemente ligadas al
desarrollo de tus habilidades o competencias, o enfocadas en temas profesionales pero que se
desarrollen en un ambiente informal. Sobre todo, asegúrate de que la temática te interese de
verdad porque en estos lugares podrás explotar algo de lo que hablaremos en la segunda
sección: los intereses comunes y las pasiones compartidas.

Asociaciones de oratoria, clubes de lectura, eventos de networking, conferencias sobre temáticas


concretas (preferiblemente con espacio para socializar), sesiones de intercambios de idiomas,
quedadas alrededor de asuntos especí cos, son algunos ejemplos de encuentros en los que
podrás conocer a personas a nes a ti.

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Apúntate, socializa y comienza a construir relaciones de con anza. Encontrarás gente


interesantísima que podrá aportarte mucho.

Avanzando adecuadamente hacia la meta


El camino hacia tu propio éxito está en saber lo que quieres, prestar atención a lo que estás
obteniendo en el proceso y tener la exibilidad para modi car las estrategias que no te funcionan.
Por eso la clave para llegar a cumplir tu misión una vez estás en el camino correcto es asegurarte
de que avanzas adecuadamente.

En el mundo de los negocios dicen que lo que no se mide no se puede mejorar. Por eso, ten
siempre visible no solo tu gran objetivo, sino los “mini objetivos” que te has marcado con el
ejercicio de ingeniería inversa para recorrer tu camino. Como estos mini objetivos los has de nido
con el sistema SMARTER, serás capaz de medir tu progreso gracias a la “M” de Medición.

Si dentro de tu misión tienes como mini objetivo aprender a usar una nueva herramienta, puedes
usar como métrica las horas de estudio y práctica que le dedicas a la semana para dar
seguimiento a tu progreso.

Una métrica importante es la que usa mi amigo y mentor Conor Neill, emprendedor y profesor de
comunicación en IESE Business School quien mide su progreso en función del número de nuevas
interacciones signi cativas que tiene cada semana. 

Tener conversaciones frecuentes con personas que pueden ayudarte en el camino (mentores,
promotores o facilitadores) te permitirá ampliar tu mapa mental, descubrir nuevas ideas, aprender
con mayor velocidad y mantenerte presente en sus mentes. Esto último es especialmente
importante porque cuando surjan oportunidades para las que seas la persona adecuada, es más
probable que piensen en ti si has tenido interacciones recientes con ellos.

Mide tu progreso y llegarás a tu destino con paso más rme.

Cierre del capítulo: Claves para avanzar hacia la siguiente fase


del proceso
El primer paso hacia hacerte imparable consiste en trabajar tu misión para tener claro hacia
dónde ir.

Si no la has descubierto aún, te ayudará preguntarte:

¿Para qué estoy en este mundo y de qué forma pienso aportar algo para mejorarlo?

Un ejercicio para encontrar tu razón de ser o algo por lo que te haga ilusión levantarte cada
mañana es trabajar tu ikigai (aquello que amas, que se te da bien, por lo que te pueden pagar y
que necesita el mundo). Para lograrlo sigue los siguientes pasos:

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1. Identi ca tu zona de genialidad (el punto de encuentro entre lo que te encanta y lo que se
te da muy bien).
2. Encuentra el potencial de negocio (si el mercado está dispuesto a pagarte por eso).
3. Descubre el propósito (¿te sentirás útil o aportarás de alguna manera dedicándote a esto?)

Una vez descubras tu (potencial) ikigai o al menos tu zona de genialidad, haz el ejercicio de
ingeniería inversa para descubrir los pasos que puedes comenzar a dar ya mismo para avanzar en
el cumplimiento de tu misión.

Márcate un objetivo SMARTER y ponte manos a la obra.

Avanzar hasta aquí es ya un gran logro, pero para poder sacar tu gran proyecto adelante
necesitarás de la ayuda de otras personas. Sobre tres guras claves:

• Mentores: te ayudarán a crecer.


• Promotores: te recomendarán.
• Facilitadores: te darán oportunidades.

Identi ca en tu red a personas que estén a uno y dos grados de separación de ti que puedan
cubrir estos roles y abórdalos aportando valor antes de pedirles ayuda.

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Para llegar lejos tienes que apuntar alto y esto requiere que entiendas qué quieres, que salgas a
buscarlo y que corrijas tu estrategia cuando no lo estés consiguiendo. 

En el camino te darás cuenta de que, como dice el proverbio africano “si quieres llegar rápido,
camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado”. Porque no solo  no es deseable, sino
casi imposible llegar a la meta por tu propia cuenta.

Por eso trabaja en tu misión y comienza a recorrer el camino, asegurándote de tener la compañía
adecuada en cada parte del trayecto. En el proceso, mantén la mente abierta, porque a medida
que avances te irás dando cuenta de que, tanto tú como tus aspiraciones y el camino necesario
para alcanzarlas, irán cambiando. Y aunque te resulte incómodo, tarde o temprano te darás cuenta
de que es parte fundamental de la aventura.

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SOBRE EL AUTOR

Sebastián es formador en habilidades de comunicación, conferenciante y youtuber.

Se graduó de Ingeniería Industrial e hizo un MBA con enfoque en aviación porque su sueño era
fundar una aerolínea. Pero en mayo de 2009 dio un discurso en una boda ante 600 invitados y
descubrió su pasión por la oratoria.

Hoy se dedica a formar a emprendedores, ejecutivos y grupos de profesionales a través de cursos


presenciales en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, en conferencias, cursos online y su canal
de YouTube, para ayudarles a contar su historia de manera convincente e inspiradora y así mejorar
su capacidad de in uencia profesional.

Su canal de YouTube sebastianlora.tv cuenta con más de 400.000 suscriptores y más de 16


millones de visualizaciones.

Autor del libro “Haz que te escuchen y triunfa con tus ideas”, es colaborador en el Huf ngton Post
(España).

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