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Bóveda vacía

La estoy olvidando y eso me asusta,


palabras difuminadas en mi memoria,
palabras y recuerdos que están prófugos de mí.
Adiós y hasta nunca a todos esos bellos momentos.

Adiós y vayan bien, derecho hacia la penumbra


de la memoria, hoy convertida en bóveda abierta.
Escapen y vuelen lejos de aquí porque son libres,
y hagan feliz al pasado porque el presente no los necesita.

Necesito ahora a alguien que llene esa cámara abierta,


deseo cada día nuevos bellos tesoros para mi memoria,
hoy vaciada de imprevisto para un nuevo querer
que algún día llegará y será dueña de la cámara abierta.

Dueña hasta que llegue a ser abierta nuevamente por ella misma,
cuando el momento de la despedida suceda
y entregue su llave a la sucesora.
Sin más, espero que ese día sea la última vez en que quede vacía.

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