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Del veneno en mi sangre

Amar sin medir y sin pensar.


Quererte, recordar y besar,
un veneno que en mi acaba de ingresar.

Sed que debo calmar contigo


con tus lágrimas revivo
o de un beso concedido.

Fiebre. Todo lo veo nublarse;


incendio en mi boca que debe apagarse.
Un remedio pronto debe aplicarse…

Me haces mal y no me sanas.


El infierno quema menos, Satanás
¡Líbrame de ti, del calor que emanas!

Que sea suficiente pedirlo,


escúchame, óyeme bien decirlo
con tanta fuerza que no puedas fingir no oírlo.

Si el paso de Cronos puede decidir,


si mi final es hoy, él lo va a escribir.
Mi sangre del veneno no puedo dividir.

De tanto amar me podré desangrar.


Nunca imaginé qué tanto podría sangrar.
Viene ella por mí ¿Logrará la sangre parar?

Moriré, inútil es cualquier esfuerzo hecho,


déjame aquí, moriré y roto mi pecho
testifica que luché con un corazón deshecho.

Acabará todo y me dirás: "Renuncia a mí o morirás"


No podré hablar, pero pensaré: "Sin mí no te irás"
Mi alma no me acompaña más, me dejarás y huirás.

Una imagen fría y cubierta de rojo


esculpida con fuego en cada ojo
quedará en ti siempre con frustración y enojo.

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