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INTRODUCCIÓN
Para Jeremías la fidelidad de Dios es grande y que sus misericordias las renueva
cada día.
El profeta reconoce que Dios es fiel a pesar de la situación que ellos estaban
pasando.
La fidelidad tiene que ver con su firmeza o con una roca, sobre la cual se debe
descansar. Por esta razón, debemos depositar nuestra confianza en la fidelidad de
Dios de allí que dice Deuteronomio 7:9 – Conoce, pues, que Jehová tu Dios es
Dios, Dios fiel….
Dios había hecho un pacto con Abraham de allí que tenía que cumplir.
Esto nos muestra aquí que su fidelidad es desafiada porque su pueblo siempre se
rebela. Dios ha sido fiel en el pasado y lo será en el futuro.
Dios permanece fiel por amor a Él mismo.
Jeremías dice que la fidelidad es para los que esperan en Él.
Lo mismo ocurrió con Israel, el cual le ha sido infiel, pero Dios ha de cumplir su
Palabra con este pueblo y de retomar su relación porque Él es fiel.
Todas las promesas de Dios son siempre SI en Cristo, es decir es completa, las
promesas de Dios son amén, porque nosotros cuando oímos del cumplimiento
inalterable surge la expresión ASÍ SEA, ASÍ SERÁ. Amén es una declaración de
certeza de que es así, no puede ser de otra manera, es una expresión de fe, de
gratitud.
Por la fidelidad de Dios toda tentación o prueba tiene una salida, una vía de
escape y lo que el cristiano debe hacer, es seguir las instrucciones dadas por Dios
en su palabra.
Esto no afirma que el creyente no caerá en tentación, pero si afirma que Dios es
fiel y le dará la salida y no le abandonará.