Andrea y tú y yo y todes

Ella no quiere una flor,

solo quiere que no la marchiten.

Bad Bunny

La música ha servido para tanto. Es un fenómeno que nos ha movido (literalmente o no) desde
hace miles de años. Desde las danzas primigenias hasta el último álbum del cantante de
momento, esa conjugación de melodía y letra ha estado presente en nuestra humanidad como
base de nuestra vida. La música es un arcoíris, con todos sus tonos y diferencias: la música es
una representación de la vida. Pero, en toda esta diversidad ¿Qué criterios se utilizan para valorar
la importancia de una producción musical? A a lo largo de este texto se intentará dar algunas
pautas de análisis de Andrea, una canción del último álbum de Bad Bunny.

Andrea, de andrós y que significa valerosa y valiente. Dejando de lado el nombre y el género:
valerosas y valientes son todes. Pero quién es esta Andrea retratada desde Benito: pues nos la
presenta saliendo de una fiesta a las cuatro de la mañana, una mujer con calle e inteligencia, aún
cree en el amor sin condicionamientos, en el amor como sentimiento y libertad, el amor como luz
a lo Simone Weil. Una mujer como otras mujeres, luchando contra su condición se pregunta ¿ser
mujer es un pecado? Pero no, Andrea es una guerrera, un temperamento fuerte, sin miedo a gritar
sus ideas ni a escupir sus insultos. Por eso su pasado legal no es tan limpio como debería.

Andrea, la oveja negra de la familia. Andrea, la asesina. Andrea, la campesina. Andrea la flor de
espinas, la dueña de su vida y de su destino. Andrea mar, marea: a veces arriba a veces abajo,
pero viva. Ha destrozado su infancia, su niñez, ahora solo quedan pedazos de su inocencia. La
sociedad ha endurecido su mirada: que digan lo que sea, reza, mientras bebe vino tinto en una
playita del mundo. Andrea es un sinónimo de vida, de lucha por mantenerse con vida. Andrea es
sinónimo de la otredad, de esa que no se ve, de esa que no se entiende y que no se busca
entender.

El personaje retratado en esta canción llora, está herido, tiene el corazón roto, janguea, josea, se
busca la vida a pesar de sus heridas y las mentiras. El, ella no quiere flores, quiere que nadie
logre marchitar sus ganas de vivir. Quiere respeto, visibilización, entendimiento, amor: un futuro
bonito.

Andrea, tú, yo, todos, todes. Esta canción es para quién la escuche y logre conectar con la
historia retratada en ella. Todos quienes fueron juzgados por quienes debían protegerlos, todos
aquellos que han sentido las miradas sobre su corporalidad diferente. Como reza al comienzo de
este corto texto: la música ha servido para tanto, y ahora sirve para visibilizar realidades y dar
voz a quienes lo necesitan. Este análisis de Andrea pretende refrescar los oídos y recomendar
algo que merece ser escuchado.

Andrés Fabricio Morocho Uguña

Cel. 0979101708