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Copper Coin Niches | Monedas de CobreEspañol[En Corrección]

by LiJingLong

ENGLISH TRANSLATION FROM tw:@jiaqikangjiaqi


- by
Tong Qian Kan Shi by Musuli

Estado traducción: Completa


Corrección: 17/102+Extra

Sinopsis
Era el vigésimo tercer año de Tianxi. Corrían rumores por las calles de que el Sabio
Consejero Imperial sufrió una gran calamidad y no pudo evitar entrar en reclusión
para dedicarse al cultivo. Sin embargo, los plebeyos aplaudieron en secreto y se
regocijaron. En el invierno del mismo año, un joven monje apareció en el Distrito
Ningyang de Hui Zhou Fu.
El título monástico del monje era Xuanmin, sus memorias desaparecieron, pero era
versado en las artes del Feng Shui Kan Yu. El primer día que llegó a Ningyang, no
dudó en ocuparse de una peligrosa mansión, recogiendo a Xue Xian, que estaba
escondido en el camino.
Desde entonces, Xue Xian - que había sido muy poderoso en la primera mitad de su
vida - consiguió una nueva meta en su vida: Conseguir que ese calvo que solo tenía
un buen aspecto, respirase por última vez y "sonriese desde su tumba".
Xue Xian: Si eres infeliz, entonces yo seré feliz. Si mueres, me reiré hasta el
cansancio.
Xuanmin: ...

,
@jiaqikangjiaqi
Musuli

!
()
IMPORTANTE

Aunque ya este finalizada, hay cosas por corregir como los guiones y comillas,
mayúsculas y minúsculas en los nombres, algunas palabras raras por ahí...

Espero puedan entender jiji ya lo corregiremos.

Estamos en Proceso de Corregirlo

Capítulos Corregidos: [1 al 17]

de parte de Ka:

Voy a colaborar con el perfil que traduce La Esposa es lo primero ajsajs en la novela
"Panguan" también de Musuli, será publicada en su perfil : Alice_Snow01.

Ya que estamos aquí también paso a promocionar la página de Facebook


"Traducciones Cherry" donde hacemos equipo, dedicada a manhuas chinos.

-Wolfwoodni
Capítulo 1: Hombre de Papel (I)

En el verano del vigésimo tercer año de la era Tianxi, un dragón apareció en el


condado de Huameng, provincia de Guangdong. Era tan alto como un hombre y
medía 10 zhang[1] de longitud. Estaba enredado en una red, tenía la carne cortada y
no tenía vértebras. Mientras los ciudadanos se reunían para mirar, vino una feroz
tormenta, y las aguas embravecidas del río llevaron el dragón al mar. No se volvió a
ver jamás. — Registros del distrito de Huameng.

En el invierno de ese mismo año: Condado de Ningyang, Prefectura de Huizhou.

El badajo del vigilante nocturno acababa de anunciar las 3 de la mañana. Aunque el


cielo seguía estando oscuro, los sonidos ya estaban surgiendo en la calle de Xingtang.
El dueño del Salón de los Nueve Sabores cargó grandes vaporeras llenas de panecillos
frescos y comenzó a instalar su puesto.

El vigilante nocturno se escabulló hasta el puesto, temblando por todas partes.


Compró tres bollos, devorando uno con entusiasmo. Mientras se metía la comida a la
boca, miró nerviosamente al dueño del puesto. "Oye... ¿Has preparado las cosas?"

"Sí, lo he hecho, Esta aquí. " El preocupado propietario del restaurante dio una
palmadita a las cajas de comida que estaban a su lado.

Sorprendido, el vigilante pregunto, "¿De verdad lo haz hecho? ¿Qué pasa si... qué
pasa si eso no viene hoy?"

Un escalofrío recorrió el cuerpo del dueño del puesto mientras decía seriamente,
"Querida madre de dios, espero que no venga."

El Salón de los Nueve sabores era un establecimiento bastante reconocido en el


condado de Ningyang. Su cocinero era conocido como "Liu Tres Trucos", gracias a sus
tres platos perfectos: Cerdo frito con melocotón, pollo en cazuela de barro y rabo de
buey con sabor a pera. El cerdo tenía una piel limpia con hermosos remolinos de
mármol; el pollo se cazaba en una colina cercana, conservaba un equilibrio perfecto
entre grasa y carne magra; y el buey tenía que venir de Luoxuetian.

Los clientes llenaban el salón de los Nueves Sabores todos los días, clamando por
esos tres platos. El negocio hizo que Liu fuera arrogante: solo hizo diez platos de
cada uno por día, ni uno más. Aquellos que querían apoderarse de algún plato tenían
que llegar temprano.

Aun así, había que estar un poco loco para aparecer a las 3 de la mañana.

Nuestro loco amigo, ya se había acercado dos días seguidos.

El primer día, se acercó al dueño del restaurante para pedir los platos, y se negó a
decir nada más, de hecho, estaba tan falto de aliento que no podía hablar. Era pleno
invierno, y cualquier discurso iba acompañado de un largo rastro de niebla, pero él no
emitía ninguna niebla. Al segundo día, tuvo algunas peticiones: nada de sal en la olla
de barro, nada de anís o comino, y nada de peras en el rabo de buey con sabor a
pera...

¿¡Estaba aquí para disfrutar la comida, o para destruir la excelente reputación de Liu
con esas horribles peticiones!?
Pero el dueño del puesto no echó al sospechoso cliente. Él sirvió pacientemente la
comida durante dos días seguidos. Hoy, incluso había preparado los platos por
adelantado.

El dueño del puesto se asomó al brillante cielo y comenzó a temblar de nuevo con
miedo. "Ya casi es hora", le dijo al vigilante nocturno. "T-Tú... ¿Por qué no estás
temblando?"

"¿Por qué debería temblar? Camino por las calles todas las noches." El vigilante bajo
la voz, "Además, este ha sido un extraño año. No me asusta ninguno de esos
monstruos o fantasmas. En junio, la gente de Guangdong vio un dragón real... ¿Te
enteraste de eso? Estaba escondido en las cercanías del mar. ¡Alguien le había sacado
todos los huesos! ¡Mutilaron un dragón! ¿Qué clase de presagio es ese? Y ahora han
empezado a decir que el Sacerdote Maestro tuvo una experiencia cercana a la
muerte..."

El vigilante fue interrumpido por el dueño del puesto que intentaba esconderse. "¡Está
aquí, está aquí, él... realmente vino!"

Finalmente, un erudito apareció en el puesto.

Tenía una apariencia ordinaria, pero parecía exhausto. Tenía dos manchas color
sangre en cada una de sus mejillas, como si de un buen cerdo asado se tratase. Era
delgado y llevaba una fina túnica grisácea, dando la impresión de una ramita que
estaba cubierta por un trozo de tela que se encontraba en peligro de ser arrastrada
por una ráfaga de viento.

El vigilante levantó su linterna y estudió el rostro del erudito durante mucho, mucho
tiempo. El último bocado del bollo que permanecía en la boca del vigilante se volvió
frío, pero, aun así, él no lo trago.

El erudito murmuró "Estoy aquí." Solo después de eso levantó lentamente la cabeza,
dirigiendo sus negras y aterradoras pupilas al dueño del puesto.

El dueño del puesto cruzó las piernas. Sentía que podía orinarse encima.

"Por favor, señor, cerdo frito con melocotón..." Cuando el erudito hablaba
normalmente, sonaba bien... no se parecía en nada a los murmullos anteriores.
Sonaba fresco y alerta, pero no coincidía con su rostro, ni con los movimientos de su
boca... era una visión aterradora.
El dueño del puesto se obligó a mirar a otro lado. Temblando, agarro la caja de
comida. "Ya lo he preparado. Usamos porcelana, no pusimos pera, anís o comino.
Acaba de salir de la cocina, todavía está caliente."

El erudito pareció sentirse sofocado. Miró fijamente la caja de comida durante un


largo rato antes de reaccionar. Finalmente, él dijo, "Gracias."

Ese sonido era más bajo, y parecía ligeramente diferente del tono con el que había
hablado anteriormente.

La caja de comida parecía demasiado pesada para el erudito, y parecía que le


abrumaba. Camino aún más lento que antes y tardo mucho tiempo en salir de lo que
alcanzaban a ver.

El vigilante tembló de nuevo, y volvió a sus sentidos.

La sangre parecía haber desaparecido de la cara del dueño del puesto. "Viste eso,
¿verdad? Su cara... Oye, ¿por qué tienes tanta prisa?"

"Necesito orinar", Dijo el vigilante nocturno.

El dueño del puesto puso los ojos en blanco.

El vigilante nocturno sólo se había ido por un rato cuando regresó, llevando su badajo
de monedas de cobre.

Antes de que el dueño del restaurante pudiera hablar, el vigilante le dio una palmada
en el hombro y señaló a la distancia. "Mira hacia allá."

Al final de la calle, una sombra blanca flotaba silenciosamente hacia ellos.

El dueño del restaurante, aún en estado de shock, sintió que sus rodillas se
debilitaban. ¿Era algo más diabólico? Mirando de nuevo, vio que era un monje. El
monje llevaba una túnica religiosa de color blanco con mangas anchas y de muchos
pliegues. De arriba a abajo, no había ni una mota de suciedad... parecía estar en
profundo duelo. ¡Qué poco propicio es ver un espectáculo funerario desde tan
temprano!

Confundido, el dueño del restaurante dijo, "Pero es solo un monje."

El vigilante bajo la voz. "Acabo de pasar junto a él. ¡Tiene un colgante de monedas!"
Los colgantes de monedas son usados para alejar el mal, luchar con demonios y
vigilar las casas. Se decía que el Gran Sacerdote lo usaba a menudo, y siempre
llevaba uno en la cadera. El colgante de moneda se había convertido en un símbolo
común para aquellos que deambulaban ofreciendo sus servicios de exorcismo por
contrato. Por supuesto, siempre había estafadores de Jianghu, pero la mayoría de
ellos tenían cierta habilidad.

El dueño del puesto entonces evaluó al monje desde lejos, y decidió que tenía cierta
habilidad. No parecía ser un estafador. Además, estaba al borde de la locura... tres
días eran demasiado. Si el erudito regresaba mañana, realmente se orinaría en los
pantalones.

Los pasos del monje no eran ni lentos ni rápidos, pero ya había llegado al puesto y
pronto desaparecería en otra dirección. El dueño del puesto se apresuró a decir,
"Maestro, ¡Por favor, Pare!"

Cuando el monje se detuvo, sus blancas túnicas de cáñamo se balancearon, pero no


recogieron ninguna suciedad. Miro al dueño del restaurante sin curiosidad en sus ojos,
ni calor. Su expresión era tan fría como la ráfaga de viento invernal. Desde una
distancia tan cercana, el dueño del restaurante vio que el monje era muy alto, y lo
miraba desde arriba. El dueño del restaurante retrocedió por instinto, encontrándose
con el vigilante igualmente vacilante.

Al chocar con el vigilante, el valor del dueño aumentó. Se obligó a sí mismo a hablar
de nuevo: "Maestro, veo que tiene un colgante de moneda en su cadera. ¿Está usted
familiarizado con las artes de exorcismo?"

Sin expresión, el monje bajo la mirada hacia el colgante. El no dijo ni sí, ni no.

El dueño del puesto miró con torpeza al vigilante.

Encontró al monje más frío que un vendaval de invierno, y su distanciamiento le


sorprendió hasta el punto de quedarse sin habla. No sabía qué decir.

El vigilante parecía menos intimidado y habló por su amigo. Rápidamente describió la


apariencia del erudito, y luego dijo: "No diría que estamos familiarizados con esa
cara, pero lo reconocemos. Es el hijo del doctor Jiang. Pero... pero hubo un incendio
en el terreno de los Jiang hace tres años, y todos perecieron excepto por la hija de la
familia, que vive en Anqing. Dicen que a las 3 de la mañana, los fantasmas se
aburren. ¡Una persona muerta ha aparecido tres días seguidos, a las 3 de la mañana
cada vez! ¿No da miedo?"

El monje miró a su alrededor, y finalmente se dignó a hablar, soltando tres duras


palabras. "¿Dónde está?"

Tan pronto como escuchó esas palabras, el dueño del puesto se descongelo. Señaló la
calle lateral y dijo rápidamente, "¡Se acaba de ir! Probablemente no ha llegado a su
casa todavía. Se donde están las ruinas del terreno de Jiang. Maestro... ¿debo
llevarle?"

Inmediatamente, el dueño del puesto se arrepintió de sus palabras. ¡Oh, si tan solo
hubieras mantenido la boca cerrada!

¿Por qué demonios pasaría un frío amanecer de invierno caminando junto a este pilar
de hielo? El camino era corto, pero el dueño del restaurante sintió como si estuviera
caminando toda una vida. Miró a hurtadillas al joven monje que caminaba a su lado y
no se atrevió a hacer ninguna de las preguntas que se le ocurrieron. Solo observo el
pequeño lunar en el lado del cuello del monje.

Antes de que el dueño del restaurante se congelara por completo, llegaron a la


esquina de la calle donde era el terreno de la familia Jiang.

Tal como el dueño del puesto había adivinado, ese débil y torpe erudito aún no había
llegado a la puerta. Aún estaba cargando la caja de comida, dirigiéndose al callejón
paso a paso.

Lo extraño era que, mientras hablaba, parecía estar hablando consigo mismo con
diferentes voces: a veces sonaba fresco y animado, y otras veces, oscuro y
melancólico.

La voz animada decía: "¿Subiste tú mismo la Montaña Li para cazar ese pollo? A este
ritmo, me sorprendería que volvieras antes de año nuevo."

La voz melancólica decía: "Lo dice el que no puede ni caminar."

"¿Tienes ganas de morir?"

"Bueno, llevo muerto tres años."

El erudito parecía estar interpretando dos papeles en una elaborada obra. Pisoteo la
pared exterior moteada y deteriorada del terreno Jiang, y luego, como si de un trozo
de papel se tratase, se deslizó dentro de las grietas.

Desde más allá de la esquina, el dueño del restaurante lo vio todo. Petrificado, salió
corriendo, pero luego recordó que había un monje a su lado. Con las manos
temblorosas, sacó su cartera y la empujo hacia el monje. "Estaré eternamente
agradecido", murmuró antes de salir corriendo por donde vino.

Frunciendo el ceño, el monje miró el dinero que tenía en la mano.

Quién sabe cuándo fue la última vez que el dueño del restaurante lavó la bolsa...
estaba descolorida y sucia, además emitía un olor a pescado y aceite.

El monje quiso tirar la asquerosa bolsa al suelo, pero luego se detuvo. Con una vaga
expresión de repulsión en cara, colgando la andrajosa cartera, el monje camino
silenciosamente hacia el recinto Jiang.

El dueño del puesto corrió de nuevo hacia el Salón de los Nueve Sabores antes de que
finalmente se detuviera a recuperar el aliento junto a una pared. Le contó los hechos
al vigilante, que se había quedado a cuidar su puesto. Cuando terminó su historia, de
repente dijo: "Ese maestro me resulta familiar."

"Usted atiende a todo tipo de clientes en este puesto. Todo el mundo le resulta
familiar", dijo el vigilante.

El dueño del puesto apoyo un brazo contra la pared para estirar la espalda. Entonces,
sus ojos se posaron en algo.

Había un póster de 'Se Busca' desde hace medio mes pegado en la pared. Había sido
pegado en el momento equivocado: Inmediatamente después de que salió, hubo una
ventisca, que empapó y manchó el cartel de tal manera que, al día siguiente, se había
vuelto borroso e indistinto. Incluso el dueño del puesto, que se hacía justo al lado del
cartel, solo recordaba una imagen no muy clara.

Hoy, la mitad del cartel ya se había desintegrado, dejando solo la parte inferior, que
solo tenía el cuello del criminal. A un lado del cuello, parecía haber un pequeño
lunar... un lunar que era exactamente igual al del monje.

El dueño del puesto estaba muy emocionado: ¡Este era el criminal con una enorme
cantidad de dinero por su cabeza!
Xue Xian
Xuanmin

Glosario:

[1] El zhang (en chino simplificado, ; pinyin, Shì zhàng; Wade-Giles, es una antigua
unidad de longitud china equivalente a 10 chi. Un zhang es aproximadamente 3,58
metros, o 3,645 yardas.

Estas palabras saldrán más adelante:

Jin: Un jin ( ) es una unidad de masa tradicional china, que es usada ampliamente en
las tiendas y comercios para pesar alimentos. Un jin equivale formalmente a
604,78982 gramos.

Chi: (chi ( )). En la República Popular China El chi ha sido definido desde 1984 como
exactamente 1/3 de metro, es decir, 33+1/3 de centímetro (13,1 plg) .
[Corregido: 22/02/2021] -Be
Capítulo 2: Hombre de Papel (II)

El terreno del Dr. Jiang se encontraba cerca de un callejón. Los cimientos habían sido
destruidos en su mayoría por el incendio de hace tres años, y hoy, sólo quedaba una
parte del ala occidental. Quedaba suficiente del edificio como para proteger a alguien
del viento o la lluvia, pero de ninguna manera era suficiente para refugiar a una
persona. Sin embargo, podría albergar un fantasma.

El hijo del Dr. Jiang, Jiang Shining, un joven que aún no había cumplido los veinte,
vivía en las ruinas de la casa de su familia como un fantasma salvaje y solitario.

Jiang Shining tuvo que esforzarse mucho para abrirse paso a través de las grietas de
la pared, pero su boca no dejó de parlotear.

"¿Hay un océano entre la puerta principal y el pabellón del oeste?" Preguntó la voz
animada con impaciencia.

Tan pronto como habló, Jiang Shining puso los ojos en blanco. Después de una pausa,
la voz melancólica respondió: "Estoy dentro, pero la caja de comida todavía está
afuera."

Se burló de sí mismo: "Grandioso."

Otra voz sonó: "Eres demasiado gentil."

Su cara, bañada por el brillo azul de la luz de la luna, parecía cansada de hablar.

Las tres decrépitas paredes del ala oeste habían sido manchadas de negro por el
fuego, y la ventana que daba al norte no era más que un agujero. Todavía no había
luz del día, sólo una media luna que arrojaba una luz tenue y fría en la habitación.
Había una persona sentada junto a la ventana, mitad en la luz, mitad en la oscuridad.

Llevaba una túnica tan oscura como la noche. Debajo de una hermosa frente había
unos ojos negros tan oscuros que parecían un estanque calmado. Incluso con solo ver
su silueta, el hombre se veía hermoso... pero, bajo la luz de la luna, su piel se veía
mortalmente pálida, y sus muñecas sobresalían en direcciones extrañas. Parecía estar
enfermo.

De hecho, estaba enfermo... no podía ponerse de pie, ni caminar.


¿La causa de la enfermedad? Solo Dios lo sabía. Llevaba cuatro días en el recinto de
los Jiang. Aparte del hecho de que su nombre era Xue Xian, Jiang Shining no sabía
nada de él.

"¿Podría por favor cambiar su posición? No estás sentado correctamente. Podrías


paralizar la parte superior de tu cuerpo también." Jiang Shining puso la caja de
comida en el regazo de Xue Xian. Había sido un erudito muy trabajador en su época,
y odiaba ver el comportamiento perezoso y ocioso de Xue Xian.

"No me quedaré paralizado solo por inclinarme un poco hacia atrás. No soy como tú."
Jiang Shining se respondió con una voz animada.

El erudito Jiang estaba muy molesto. Enojado, se volvió hacia Xue Xian. "Ya estoy en
la habitación. ¿No puedes usar tu propia boca?"

Xue Xian abrió la caja de comida y entrecerró los ojos mientras percibía el olor de la
comida. Finalmente, abrió su propia boca. "Bien. Como agradecimiento por haber
traído la comida, ¿Quieres un poco?"

Descontento, Jiang Shining respondió: "¿Lo quemarás para mí?"

"En tus sueños."

"Solo come." Jiang Shining se dirigió a la esquina de la habitación, donde todo su


cuerpo se desplomó y se convirtió en una fina hoja de papel con forma de persona.
Se deslizó hacia el suelo exhausto... solo podía estar activo durante un pequeño
periodo cada día, y necesitaba descansar por ahora.

Estaba claro que ese hombre de papel había sido cortado por algún tipo de maestro.
La silueta era tan fea como si la hubiera roído un perro, y había unos pocos puntos de
tinta en la cara que aproximadamente parecían ser Jiang Shining – excepto por las
manchas grasientas de rojo en sus mejillas, que le daban al fantasma un aire de ser
idiota.

Después de una pausa, el hombre de papel se sentó en el suelo y miró a Xue Xian.
"Me ha estado molestando durante los últimos dos días. ¿Por qué ni siquiera puedes
sostener los palillos?"

Xue Xian lo miró. "La parte superior de mi cuerpo estuvo paralizada durante mucho
tiempo. Solo he podido sentarme recientemente, y aún no estoy acostumbrado a usar
palillos."

Molesto, lanzó un objeto a la cabeza de Jiang Shining, y el hombre de papel cayó al


suelo de nuevo.

Jiang Shining inclinó su cabeza para ver que le había pegado: ¡Maldición, un hueso de
pollo!

El hombre de papel estuvo callado un rato, y luego comenzó a luchar contra el peso.
"Oye, ¿podemos hablar? Mañana, ¿Puedes no dibujar estas mejillas rojas?"

Xue Xian solo respondió con una palabra: "No."

Jiang Shining suspiró.

Jiang Shining debería haber sido más cortés con el hombre que le salvó la vida. Si
Xue Xian no le hubiera hecho ese cuerpo de papel, todavía estaría flotando sin rumbo
en alguna parte.

Pero Jiang Shining no podía entenderlo.

La Prefectura de Huizhou era enorme, había casas vacías de sobra. Cualquier edificio
viejo podía ser un buen lugar para vivir, pero Xue Xian había elegido de alguna
manera la pila de ladrillos quemados del Dr. Jiang. Además, el primer día, Xue Xian
dijo que tenía asuntos urgentes que atender. Pero habían pasado cuatro días, y Xue
Xian solo había comido y hecho un cuerpo de papel para Jiang Shining.

Seguramente el asunto urgente no era hacer un cuerpo de papel.

Después de un tiempo tirado en el frío y duro suelo, Jiang Shining empezó a


esforzarse de nuevo.

Después de dos conversaciones, Xue Xian estaba de mal humor. Esta vez, dijo, "Si
vuelves a hablar, cogeré unas tijeras y te cortaré la boca. ¿No puedes esperar hasta
mañana?"

Jiang Shining dijo rápidamente, "Solo una cosa."

Xue Xian lo miró fijamente. "Escucharte me da dolor de cabeza, me vas a paralizar si


sigues hablando. Cállate."
"Justo ahora, cuando volvía, creo que me han seguido. Mire hacia atrás, y parecía un
monje, con un colgante de monedas de cobre colgando en su cadera. A estas alturas
debe estar en la puerta." Jiang Shining cayó al suelo, inmóvil.

Había agotado toda su energía del día, y no podía moverse ni hablar hasta el
anochecer... lo que podía hacer ahora era solo observar.

Xue Xian estaba mudo.

¿Por qué querría un monje seguir un fantasma?

¿Por qué querría un monje con un colgante de monedas de cobre colgando de su


cadera seguir a un fantasma?

¿Por qué el ratón de biblioteca no dijo esto antes? ¿¡Iba a guardarse esa información
de vital importancia para sí mismo hasta el año nuevo!?

Xue Xian estaba furioso. Si tuviera todas sus facultades, enviaría a Jiang Shining al
cielo junto con toda su casa en ruinas. En vez de eso, todo lo que podía hacer era
quedarse allí, sin expresión, bajo la ventana, y mirar como alguien empujaba la
puerta con un crujido.

En estos días, Xue Xian había visto a unos cuantos estafadores que podían abrirse
paso por el bien de su siguiente comida. Algunos de estos estafadores conocían un
par de movimientos de exorcismo... Si eran realmente útiles o no, dependía de la
experiencia que tuvieran. Cuanto mayor era la persona, más difícil era tratar con
ellos.

Por eso, cuando el monje se abrió camino a patadas hacia el ala oeste, Xue Xian dio
un suspiro de alivio... Este hombre era extremadamente joven. Claramente no era
completamente estúpido, pero tampoco había forma de que fuera un verdadero
exorcista. Echo un vistazo al colgante de cobre y se relajó aún más.

Cuanto más poderoso era el exorcista, más demonios habían sido derrotados con los
colgantes de monedas de cobre, de modo que el dinero de sus colgantes se veía
completamente diferente a la moneda de bolsillo. Habría una capa de brillo en la
superficie de las monedas, como si estuvieran cubiertas de aceite. Algunas personas
tenían una forma de hacer que sus monedas parecieran brillantes de alguna otra
manera, pero era solo para engañar a la gente común, y nunca engañarían a Xue
Xian. Pero este monje en la puerta... ni siquiera intentó falsificar su colgante. No solo
no había brillo en sus monedas, sino que el cobre estaba casi borrado por completo.
Probablemente nunca lo había usado en su vida.

Entonces, ¿Cómo sobrevivió este estafador? ¿Solo por su cara bonita?

Xue Xian se burló. Con calma, dejó la caja de comida y lanzó un hechizo para
esconderse, transformando la comida en un tronco de madera carbonizado.

En silencio, se inclinó hacia atrás en su silla. En un abrir y cerrar de ojos, su delgado


cuerpo se dobló en una fija hoja de papel, pero con un contorno mucho más suave
que el de Jiang Shining, y con muchos más detalles en la cara, tampoco tenía las dos
feas manchas rojas.

Jiang Shining, confinado en el suelo e incapaz de moverse, no tenía forma de


protestar.

El hombre debió estar enamorado de una mosca en su vida pasada: Era un pedazo de
mierda.

El hombre de papel cuidadosamente dibujado por Xue Xian se deslizó ligeramente de


la silla al suelo, aterrizando justo al lado de Jiang Shining. Xue Xian parpadeo y lanzo
otro hechizo sobre los dos hombres de papel, de modo que parecían un trozo de
musgo que estaba en el suelo fangoso. Totalmente camuflados en las ruinas del
edificio, los dos ya no podían ser vistos.

Si hubiera sido hace sólo medio año, Xue Xian nunca habría llegado tan lejos. Si un
bastardo se hubiera metido en sus asuntos y hubiera venido a su casa, lo habría
mandado a la tumba. Ahora, no tenía otra opción que rebajarse y lanzar varias capas
de hechizos.

Acababa de pasar de una persona paralizada a otra medio paralizada. Incluso


trasladarse a un nuevo lugar requería un esfuerzo desmesurado, y este cuerpo de
papel no podía soportar tanta magia. Tenía que alegrarse de seguir vivo.

Lo bueno era que ese monje era solo una cara bonita.

Según su estimación, el monje simplemente echaría un vistazo alrededor del ala y, al


no ver a nadie, decidiría volver a su templo.

El joven monje vestido de blanco dio unos pasos en el patio principal y echó un
vistazo desinteresado por el lugar.
Originalmente, el terreno del Dr. Jiang había sido bastante impresionante: contenía
tres alas principales, tres alas laterales y un ala para la práctica médica. Habría
llevado algún tiempo mirar dentro de cada habitación. Desde el incendio, se había
convertido en un desierto. El monje solo necesitaba echar un vistazo rápido para verlo
todo...

El monje comenzó a caminar hacia el ala oeste, abriéndose camino entre los
escombros y los desechos. Al dar un paso en la habitación, su mano se sacudió
involuntariamente. Distraídamente frotó las rugosidades de las monedas de cobre en
su colgante, luego frunció el ceño y lo soltó.

Bajo el hechizo de musgo, Jiang Shining miró fijamente las botas del monje,
aterrorizado de que pudiera pisar accidentalmente su cuerpo. Xue Xian estaba
completamente calmado, y no le prestó atención al monje.

Tal como Xue Xian había pensado, las ruinas del ala oeste solo necesitaban de una
mirada superficial. El monje ni siquiera entró, solo se quedó fuera un rato, y luego
siguió.

Xue Xian reprimió otra risa.

Pero pronto, el monje regresó.

Esta vez, tenía un paño blanco en su mano. Por el aspecto del material y el tamaño
de cáñamo, era un trozo arrancado de la propia túnica del monje. Con la tela en la
mano y un trozo de cobre que había encontrado en los escombros en la otra mano, se
dirigió tranquilamente hacia donde estaba Xue Xian, se arrodilló y cogió el trozo de
musgo.

Xue Xian estaba horrorizado.

La frente del monje parecía arrugarse... parecía un poco asqueado.

Xue Xian no tenía palabras. ¡Joder, este burro calvo me encuentra sucio!

[Corregido: 22/02/2021] - Be
Capítulo 3: Hombre de Papel (III)

El poderoso Xue Xian, que antes había sido capaz de atravesar los cielos y sacudir la
tierra, ahora había sido derrotado por un monje inútil, ¡usando nada más que un
pedazo de cobre al azar!

Los dos trozos de musgo, después de haber sido recogidos por el monje, volvieron
rápidamente a su aspecto original. El monje miró las dos caras de papel, las doblo y
las colocó en una bolsa en su cadera.

Antes de que Xue Xian pudiera desatar todo el poder de su furia divina sobre el burro
calvo, fue empujado sin ceremonias en la bolsa del monje, sin espacio para escapar.

Si la pura frustración pudiera matar a un hombre, Xue Xian habría muerto 200 veces
dentro de esa bolsa. Siempre había sido una criatura orgullosa: podía hacer enojar a
los demás, pero a los demás no se les permitía hacerlo. ¿Por qué ser justo cuando él
podía salirse con la suya?

Xue Xian decidió que ese monje era ahora su enemigo mortal.

Si tuviera un cuchillo... apuñalaría a ese monje en la cadera. Pero él nunca había sido
del tipo que lleva una espada encima.

Ese monje parecía frío y distante, del tipo que no le gustaba mostrar ninguna
emoción en su cara, y mucho menos hablar – pero su cuerpo era cálido –. El calor se
filtró en el cuerpo de papel de Xue Xian a través de las finas túnicas del monje,
asfixiándolo. Estaba furioso.

De hecho, estaba molesto. Para la gente que tiene enfermedades, demasiado calor en
un duro invierno puede ser completamente desmoralizante, especialmente para Xue
Xian, que había estado paralizado durante medio año. Su sangre no circulaba
adecuadamente, y su débil cuerpo era incapaz de retener el calor. Todo el invierno
había sido insoportable. Mientras el monje lo mantenía cerca, su cuerpo desobedeció
a su mente y empezó a sentirse cómodo y feliz, negándose a moverse en absoluto.

Finalmente, Xue Xian logró convencer a su propio cuerpo para que le obedeciera, y
comenzó a buscar otros objetos dentro de la bolsa del monje.

Xue Xian todavía no había descubierto algo sobre ese monje.

Si él era real... Entonces arrancar un trozo de tela y usar un trozo de cobre para
recoger musgo no significaba nada. ¡Incluso un bebé podría hacerlo! Pero si era un
verdadero exorcista y quería recoger algo del suelo, podía simplemente agitar una
mano... ¡Incluso podría haber levantado toda la casa! ¿Por qué se agacharía y las
recogería él mismo?

Si él no era un verdadero exorcista... Entonces, ¿Cómo pudo ver inmediatamente a


través de las capas de hechizos?

Al principio, Xue Xian tuvo cuidado de no alertar al monje. Mientras revisaba la bolsa
del monje con su delgada mano de papel, hacía que sus movimientos fueran
pequeños y precisos, para que nada pareciera incorrecto.

Entonces, decidió que no necesitaba ser cuidadoso en absoluto, porque se dio cuenta
de que el monje podría no ser capaz de darse cuenta. A través de las capas de tela,
creyó escuchar ruido desde más allá del recinto, como si se hubiera reunido una
multitud, aunque no sabía por qué.

"Oye... ¿Por qué me abofeteas?" Jiang Shining dijo en voz baja. Parecía haber llegado
al final de su paciencia con Xue Xian.

Mientras se abría paso a través de la bolsa, Xue Xian había tocado accidentalmente lo
que no era. No estaba de humor para explicarle nada al ratón de biblioteca, así que
simplemente le hizo callar, advirtiéndole que no hiciera ningún ruido.

En los últimos meses, no había sido capaz de moverse. Cada vez que quería hacer
algo o ir a algún lugar, tenía que esperar a que el viento lo llevara allí... o agarrarse a
una persona, o a otra cosa. Ahora que había conocido a este burro calvo, incluso si
era un estafador bueno para nada, debía tener algún tipo de instrumento interesante
de estafa. Xue Xian quería aprovechar la situación para robar algo útil, y luego salir
de allí.

Mientras se entretenía, el monje que lo había agarrado había llegado a la puerta


principal del complejo Jiang otra vez.

La deteriorada puerta principal se había roto en pedazos durante mucho tiempo, e


incluso las bisagras de cobre se habían deformado, por lo que no había forma de
cerrar las puertas correctamente... siempre había un gran hueco. El monje se detuvo
junto a la puerta y observó.

Más allá de la brecha de la mueca, pudo ver muy claramente que, afuera, se había
formado una multitud. El complejo Jiang había estado en ruinas durante tantos años
que, naturalmente, no había linternas afuera, y nunca había nada que ver. Pero
ahora, la gente tenía cada uno su propia linterna de papel, cuyas luces blancas daban
a la multitud una aura amenazadora.

No parecían estar aquí para atrapar a un fantasma, sino para arrestar a una persona.

Dicen que, si no haces nada malo, no tienes nada que temer, pero frente a una
escena tan tensa, nadie sería culpado por sentir miedo. El joven monje, sin embargo,
echó una mirada superficial a la multitud y abrió las puertas. Entonces salió, como si
la gente que le rodeaba no existiera.

Los que estaban en el terreno de los Jiang no eran transeúntes. Eran unos diez, todos
con túnicas gris azulado de la oficina del condado. Cada uno llevaba una espada de un
metro de largo colgando en su cadera. Cuando vieron que el monje quería irse,
agarraron sus espadas y avanzaron para bloquearle el camino.

"¿Ese es el hombre del que hablas?" Dijo una voz.

El monje siguió la voz hasta su origen... Era un hombre robusto de mediana edad que
llevaba un sombrero de oficial y una perilla, de lado se veía delgado, pero tenía una
gran barriga. Cualquier local del condado de Ningyang lo reconocería inmediatamente
como el oficial del condado, Liu Xu.

El monje no era de allí, pero por su personalidad, aunque fuera de ahí, nunca se le
ocurriría recordar cómo era el oficial del condado.

Pero el hombre con el que el oficial hablaba, el monje pareció reconocerlo... era el
dueño del Salón de los Nueve Sabores.

Parecía que el dueño del puesto había contemplado el cartel junto a su puesto
durante un rato, y finalmente decidió ir a la Oficina del Condado. Después de todo, la
recompensa era generosa, y se trataba de un criminal escurridizo – debe haber
dejado un rastro de cuerpos en todos los lugares a donde fue.

Por eso, el dueño del puesto decidió delatar al joven monje. El oficial del condado
inmediatamente decidió venir a arrestar al hombre.

Mientras el monje miraba al dueño del puesto, este último parecía estar poseído por
la culpa. Se encogió de hombros y balbuceó, "Maestro, yo..."

Antes de que el dueño del puesto pudiera hablar, el monje ya había mirado hacia otro
lado. Con un movimiento de su mano, una cosa oscura y abultada se deslizó por el
aire y aterrizó en los brazos del dueño. Aterrorizado por el castigo, el dueño del
restaurante cerró los ojos. Pero escucho el ligero y metálico sonido de las monedas de
cobre golpeando unas contra otras, y abrió los ojos.

¡La cartera!

El monje le había devuelto la cartera.

El monje parecía satisfecho, así que dio otro paso. Ahora parecía molesto por el
retraso, y dijo fríamente a los hombres: "Quítense del camino."

"Señor..." Los oficiales miraron desesperadamente a su superior.

"Espere." El oficial sacó un trozo de papel de su túnica y lo sacudió contra la luz de la


linterna. "Joven Maestro, ¿de dónde es usted? ¿a qué templo pertenece? ¿tienes un
nombre de Dharma?"

El monje le miró fijamente con el ceño fruncido, como si fuera demasiado perezoso
para hablar, o quizás porque estaba pensando profundamente en algo.

Desconfiado, el oficial se repitió, más agresivo esta vez. "Joven Maestro, debe
informarnos quién es usted. ¿Cómo lo diferenciamos de todos estos rufianes errantes
que no tienen nada bueno que hacer? ¡Si no habla, tendré que llevarlo de vuelta e
interrogarlo a fondo!"

Finalmente, el monje dijo: "Mi Nombre de Dharma es Xuanmin. Soy un monje


solitario. No tengo templo, ni una orden."

Normalmente, los monjes nunca tratarían de esconder de dónde vienen. De los que
dijeron que no tenían templo ni una orden, alrededor del 80-90% estafaron para
sobrevivir... era un falso exorcista.

El oficial estudió al monje con cinismo. Luego, con aire serio, agitó el cartel de 'Se
Busca', y un oficinista se apresuró a acercar una linterna para alumbrar la cara de
Xuanmin.

Dentro de la bolsa, Xue Xian escucho la escena con regocijo. Viniste e interferiste en
mi negocio, y mira... ¡ahora alguien está aquí para interferir en el tuyo! Eso es lo que
obtienes.

No había encontrado nada útil en la bolsa. Solo había una rama de melocotonero y
dos pedernales, y otra bolsa más pequeña, dentro de la cual parecía haber un manojo
de agujas. En general, nada de él que quisiera particularmente. Xue Xian ya había
terminado de esperar... quería aprovechar la distracción y salir a hurtadillas de la
bolsa.

Estaba bastante confiado en su escape. Si no quería ser notado, entonces la mayoría


de la gente no sería capaz de notarlo. Mientras el oficial hablaba, Xue Xian se estiró
en una fina hoja de papel y saltó hacia el hueco en la parte superior de la bolsa.

Pero, tan pronto como asomo la cabeza, se encontró rodeado de oscuridad...

¡Ese maldito burro calvo usó un dedo para meter su cabeza en la bolsa! Xue Xian
estaba furioso.

Este espíritu salvaje y orgulloso nunca había sido domesticado... estaba furioso. Se
levantó y encontró una de las agujas dentro de la bolsa, clavándola en el costado del
burro calvo. Xuanmin no hizo ningún ruido.

Justo cuando Xue Xian pensó que iba a explotar, el oficial terminó de comparar al
monje con el cartel. Frunciendo el ceño, sacudió la cabeza. "No está bien..."

"¿No está bien?" Los oficinistas detrás de él estiraron sus cuellos, tratando de ver el
cartel.

"La edad no está bien, hay demasiada diferencia." El oficial añadió: "Tampoco se
parecen... desde lejos podrían ser iguales, pero una vez que traes la linterna, es
demasiado joven. El que buscamos es un poderoso sumo sacerdote, y este monje..."

El oficial miró hacia abajo, apuntando al colgante de monedas de cobre de Xuanmin.


Aunque no dijo nada, su expresión era clara... Este monje era muy joven. ¿Un sumo
sacerdote? ¡Como si lo fuera!

¡Qué estafador tan obvio! Cualquiera podía ver a través de él.

Habiendo estudiado el colgante, la expresión del oficial tomó un toque de desdén. Le


hizo señas con la mano a Xuanmin y le dijo, "Muy bien, Joven Maestro, ya puede
irse."

Xuanmin se alejó sin decir una palabra, como si los acontecimientos que acababan de
ocurrir fueran tan menores como una hoja caída clavada en su manga, como si nada
de eso le preocupara.
Pero después de un par de pasos, se detuvo y miró de reojo al Oficial. "No te queda
mucho tiempo de vida."

Dentro de la bolsa, Xue Xian salto de arriba abajo con excitación, casi desgarrándose
de alegría. Ni siquiera tenía que levantar un dedo... ¡Este monje estaba buscando la
muerte por sí mismo!

Pero mientras caía, se golpeó accidentalmente contra el costado de la cadera de


Xuanmin, y hubo un sonido... un sonido en su cabeza, como si alguien hubiera tocado
una campana dentro de su cabeza.

[Corregido: 22/02/2021] - Be
Capítulo 4: Hombre de Papel (IV)

Xue Xian se quedó mudo, y se escabulló de nuevo en la bolsa. El golpe le hizo sentir
mareado y conmocionado.

Después de un descanso, comenzó a trepar en la bolsa de nuevo, y encontró el


camino de vuelta a donde había estado. Apoyándose en la tela de cáñamo gruesa,
intentó golpearse la cabeza para reproducir de nuevo el sonido, pero no hubo
reacción.

"¿Tuvo algo que ver con la aguja que le clave?" Xue Xian murmuró para sí mismo, y
luego fue a recuperar la aguja.

"Ah... ¿Con qué me estás apuñalando?" Jiang Shining se quedó, "¿Qué estás
tramando?"

Algo se le ocurrió a Xue Xian. Pregunto, "¿Cómo es que puedes hablar?"

Jiang Shining no había pensado en ello. También estaba sorprendido.

Es cierto, ya había agotado todo su tiempo por hoy. No debería ser capaz de moverse
o hablar. ¿Por qué estaba parloteando ahora?

¿Tenía que ver con el extraño sonido de la campana de hace un momento? No...
incluso antes de eso, Jiang Shining ya había hablado, pero no se había dado de
cuenta de que algo estaba mal.

O bien... ese burro calvo realmente tenía un objeto interesante. Cuando Xue Xian
pensó en esto, se volvió curioso. Sin decir nada más, volvió a clavar la aguja en el
costado de Xuanmin.

Xuanmin, que estaba a punto de dejar la multitud, se detuvo.

Xue Xian fue probablemente la primera persona en la historia en comportarse tan


insolente con el hombre que lo tenía cautivo.

Xuanmin frunció el ceño y sacó al travieso hombre de papel de su bolsa. Aunque Xue
Xian había estado dando vueltas por toda la bolsa, permaneció medio doblado, y,
para cualquier otro, parecía un pedazo de papel ordinario sin ninguna forma en
particular.

Xuanmin pellizco la cabeza del hombre de papel, tratando de quitarle la aguja.


Pero la aguja estaba pegada firmemente al papel, y no se movía.

Xuanmin dirigió su mirada hacia el papel y dijo, "Suéltalo."

Los funcionarios lo miraron de forma extraña. ¿Qué le pasaba a este monje


estafador? ¿Qué clase de espectáculo estaba armando?

El oficial Liu, que se había sorprendido por esa afirmación, finalmente volvió a sus
cabales. Estaba furioso. Señaló a Xuanmin y gritó, "¡Monje inútil! Pareces sospechoso
como el mismo infierno y tus orígenes también son desconocidos. ¡Aunque no seas el
monje del cartel, puedo arrestarte y torturarte hasta que me cuentes hasta el último
detalle de dónde vienes y qué estás haciendo! Todo sería legal. Tuve la amabilidad de
no molestarte más, y no me importo que ni siquiera estuvieras agradecido, sino que,
al contrario de agradecer, ¿¡Me maldices!? Arrestenlo..."

Xuanmin lo interrumpió: "El espacio entre tus cejas carece de luz, es ilegible. El
interior es negro y el contorno es verde. Parece significar que has agotado los años de
tu destino. Además, tienes una mancha de sangre en tu oreja izquierda."

"¿Qué mancha de sangre?" El oficial Liu se tocó la oreja, pero no encontró ningún
rastro de sangre.

"No se puede ver. " Xuanmin finalmente logró gritar la aguja del abrazo del hombre
de papel, y la puso de nuevo en su bolsa. Se aferró al hombre del papel y lo golpeó
con su dedo.

¡Nadie se había atrevido a golpear a Xue Xian antes! Este burro calvo debe haberse
emborrachado en todas las aguas de Yangtsé... ¡Su arrogancia no tenía precedentes!
Estaba a punto de reaccionar, pero recordó lo que Xuanmin había dicho sobre la
mancha de sangre, y se detuvo. Con algo de esfuerzo, se las arregló para retorcerse
en la mano de Xuanmin para poder ver bien al Oficial Liu.

Ese Liu tenía una oreja ligeramente sobresaliente, y, de hecho, había una marca roja,
como si algo hubiera derramado sangre sobre ella.

Al ver la mancha de sangre, el débil cuerpo de papel de Xue Xian comenzó a temblar
mientras luchaba por suprimir las olas de rabia y odio que salían de su interior.

Parecía estar de vuelta en esa húmeda playa bajo las franjas de nubes negras que
cubrían el cielo. El olor salado y a pescado del mar le asaltaba, junto con el incesante
trueno y la lluvia torrencial. Yacía allí, incapaz de moverse, solo medio consciente,
sintiendo solo una larga agonía a lo largo de su columna vertebral, una fila de dolor
que parecía como un millón de hormigas royéndole...

Le habían quitado todos los huesos y lo habían dado por muerto, y ni siquiera había
podido ver sus caras.

Mientras Xue Xian recordaba el día en que despertó, el oficial Liu seguía tocándose la
oreja con indignación. "¿Qué quieres decir con que no puedo verlo?" le pregunto a
Xuanmin. "¡Monje Asqueroso, todo lo que dices es una absoluta tontería! Luz negra
entre mis cejas... ¡Cualquiera podría inventar eso! ¿Qué demonios es esa mancha de
sangre?"

¿Qué demonios es esa mancha de sangre?

Una mancha de sangre en la oreja es por una víctima que busca venganza. De esta
manera, no importa cuánto tiempo haya pasado, siempre serán capaces de reconocer
a los responsables. Antes, Xue Xian había estado dentro de la bolsa, molestando a
Xuanmin, y no se había dado cuenta... ahora que estaba prestando atención, podía
oler un olor particular en el cuerpo del oficial Liu.

Era el olor de la mancha de sangre, un olor a hierro oxidado, uno intensamente


familiar para Xue Xian – su propia sangre.

Desde el día en que despertó, había estado buscando a los que lo habían mutilado.
Pero no sabía cómo eran, ni de donde venían, así que no tenía pistas. Lo único que
tenía era su propia sangre: los que estaban manchados por ella definitivamente
habrían estado en la playa ese día.

Habían alrededor de 100 de ellos, y ya había localizado a algunos. Basándose en lo


que habían dicho, Xue Xian podía juntar algunas piezas. Pero estaba lejos de ser
suficiente... y aun así era imposible encontrar a todos basándose en una pista tan
pequeña.

En medio año, Xue Xian había recorrido todo el camino desde Huameng hasta aquí,
esperando que surgiera otra pista, y ahora había sido desenterrada por su nuevo
némesis.

Justo cuando los funcionarios del condado iban a capturar a Xuanmin, una voz sin
aliento llegó desde la distancia: "¡Maestro! ¡Maestro, algo está mal!"

Se volvieron a mirar: una persona pequeña y delgada se abría paso entre la multitud,
y finalmente se detuvo frente al oficial Liu. Con la cara llena de pánico, dijo:
"¡Maestro! ¡El Joven Maestro... ¡El Joven Maestro ha caído en un pozo!"

"¿Qué?" El oficial Liu sintió que sus rodillas se debilitaban, y toda su cabeza se
entumeció.

Sus ojos se posaron en el monje, todavía rodeado por todos lados por sus empleados,
y su corazón se aceleró. En ese momento, no sabía si correr a casa primero, o
arrestar a Xuanmin primero.

"¡Maestro!" Grito el sirviente.

Temblando, el oficial Liu finalmente se apresuró a irse con el sirviente, pero mientras
corría, se sintió extraño, como si su cabeza fuera mucho más pesada que el resto de
su cuerpo, y sus piernas no fueran suyas. Después de unos pocos pasos, volvió en
sus pasos.

"¡Váyanse todos!" El Oficial Liu fue a agarrar la manga de Xuanmin. "¡Tú... Tú...
¡Debes venir conmigo!"

Xuanmin frunció el ceño y arrancó las manos que se aferraban a él con una mirada de
total asco. Estaba a punto de hablar cuando sintió un movimiento dentro de su bolsa.
El hombre de papel que acababa de meter dentro volvió a salir y se agarró a la
manga del Oficial Liu. Salto sobre el oficial, y luego sobre su sirviente, y se escapó
con ellos.

[Corregido: 22/02/2021] -Be


Capítulo 5: Lingotes de Oro (I)

-Un tipo de moneda en forma de lingote (varíaban entre oro y plata) utilizada en la
China imperial desde su fundación bajo la dinastía Qin hasta la caída del Qing en el
siglo XX. Tal como se muestra en la foto. -

Las piernas del sirviente eran cortas pero corría rápido. Tal vez porque era joven, la
forma en que corría, agachándose y escabulléndose entre la multitud, se sentía como
si estuviera flotando. De vez en cuando, tenía que detenerse y esperar al oficial Liu,
sus ojos se dirigían de un lado a otro en busca de su amo. No se dio cuenta de que
había algo pegado en la nuca.

Xue Xian no podía usar sus pies. Incluso como hombre de papel, seguía paralizado
de cintura para abajo. Usando sólo sus dos manos, se agarró tan fuerte como pudo a
su nueva 'silla'.

El papel era tan delgado que Xue Xian rebotó en su silla como un perro salvaje.
Mientras aleteaba en el viento, sintió que podía vomitar, pero pronto llegaron al
complejo del Oficial Liu. El condado de Ningyang era un lugar bastante rico, y Liu Xu
vivía una vida cómoda. Su casa era mucho mejor que las ruinas del complejo de la
familia Jiang.
Parecía humilde desde la fachada, pero el interior era bastante grande.

"Bastante..." Xue Xian sacó la cabeza con cuidado por detrás del cuello del
sirviente y echó un vistazo a su alrededor. Suspiró y dijo: "¡Vaya cosa para
maldecirse hasta la muerte!"

El sirviente se congeló. Con el cuello mortalmente rígido, tuvo la sensación de que


alguien estaba de pie detrás de él, susurrándole al oído... Sudando profusamente,
preguntó: "¿Quién está hablando?"

Xue Xian respondió, "Adivina".

Montar la nuca del sirviente como un caballo era suficiente, pero ahora había hecho
llorar al niño.

El sirviente sólo tenía unos doce o trece años, con una valentía casi inexistente.
Estos susurros de Xue Xian le hicieron correr tan rápido como pudo. Ya no esperaba a
nadie detrás de él, sólo lloraba todo el camino mientras corría hacia el salón de
invitados, antes de tropezar accidentalmente en el umbral y caer hacia adelante.

Al caer, Xue Xian no se agarró con fuerza y fue sacudido por el sirviente, cayendo
ligeramente, al suelo. Justo cuando intentaba agarrarse a la manga del sirviente de
nuevo, éste se levantó y se alejó, dejando a Xue Xian allí.

Había recibido su merecido.

Nadie se fijó en el trozo de papel doblado que había en el suelo. El salón de


invitados estaba lleno de todo tipo de gente reunida alrededor de un joven, todos
llorando.

El joven estaba empapado, con una maraña de pelo pegado a su cara que alguien
había pasado a un lado, revelando una cara trágica y pálida. Sus ojos estaban bien
cerrados, y parecía estar muerto.

El oficial Liu se abrió paso a empujones hasta la habitación y llegó a la escena.


Cayendo al suelo.

"¡Jin'er...!"

Un gran pie se posó sobre Xue Xian, aplanándolo aún más.


Necesitaba salir de allí. Vio que una de las piedras tenía un tallo de hierba seca, y
se estiró para usarla para alejarse. Justo cuando se movía, su cuerpo fue recogido por
alguna mano.

"¿Qué bastardo me está tirando? ¡Suéltame!" Xue Xian no pudo evitar gritar. Se
giró para ver quién era, y pensó que podría desmayarse.

¡Ese estúpido monje!

Xue Xian había venido al recinto de Liu para poder vigilar al Oficial Liu, y encontrar
un buen momento para interrogarlo más a fondo. ¿Por qué demonios lo había seguido
el burro calvo? Se había comportado de forma tan indiferente... ¿Seguramente no
estaba aquí para llevarse a Xue Xian?

Había incontables espíritus malignos con los que luchar en el mundo. ¿Por qué el
monje estaba tan obsesionado con él? Xue Xian maldijo al monje. Estaba harto de
este hombre.

Sujetó el tallo de la hierba seca tan fuerte como pudo. Al final, el monje también
tuvo que recoger la hierba.

Mientras Xuanmin sostenía al 'fugitivo', sus ojos pintados se movían ligeramente.


Miró al hombre del papel con un sentido de desdén.

Xue Xian puso los ojos en blanco. Pensó: ¿Quién demonios es usted?

Xuanmin encontró una pequeña piedra redonda y la pateó. Rodó ligeramente


hacia los pies del Oficial Liu. Cuando el oficial Liu entró corriendo en la habitación,
tropezó con la piedra y cayó al suelo.

Qué coincidencia... de todas las formas de caer, tuvo que caer justo encima del
pecho de ese joven silencioso.

"Hai -- hai hai!"

El oficial Liu se apresuró a subir de nuevo. Justo cuando su familia estaba a punto
de regañarlo por su torpeza, ese joven aparentemente muerto de repente empezó a
toser agua. Tosió tan violentamente que parecía que pronto vomitaría su corazón y
sus pulmones, pero su cara carmesí no hizo ningún ruido. Pronto, su color comenzó a
parecer más normal, y finalmente tomó un respiro, y se detuvo.
La multitud en el salón de invitados estalló con sorpresa y alegría.

El oficial Liu se quedó allí en estado de shock por un rato, luego volvió a sus
cabales y ordenó a sus hombres que llevaran al Joven Amo a sus habitaciones, y
luego a buscar un médico.

Consoló a su llorosa esposa, y luego se volvió para mirar el guijarro* del suelo con
una expresión indescifrable. Luego, miró a Xuanmin.

Todo este caos había cansado al oficial Liu. El cielo comenzó a iluminarse mientras
la suave luz del amanecer brillaba en el patio. El Oficial Liu miró de nuevo a
Xuanmin...

Todavía pensaba que este monje era demasiado joven para ser cualquier tipo de
sumo sacerdote. Definitivamente no tenía la experiencia. Para alguien de poco más de
20 años convertirse en un alto sacerdote... ¡Solo en sus sueños! El colgante de
monedas de cobre en la cadera de este monje no era nada impresionante. Aparte de
algunos campesinos realmente despistados, cualquiera asumiría que era un estafador
de jianghu.

Pero la secuencia de eventos que acababa de ocurrir estaba puesta delante de él...

Tal como Xuanmin había dicho, "Alguien te ayudó", su hijo Liu Jin decidió caer en
el pozo. Y el oficial Liu corría normalmente, y de repente se encontró con un guijarro,
lo que le hizo tropezar.

Uno de estos eventos por sí mismo podría ser llamado una coincidencia, pero
considerando todas las cosas, Liu Xu encontró imposible pronunciar todo como una
coincidencia.

¿Era este monje realmente un alto sacerdote?

El oficial Liu se retorció las manos y puso una sonrisa torpe en su cara. Tomó las
manos de Xuanmin en las suyas y las agitó vigorosamente. "Tienes un buen ojo,
tienes un buen ojo..."

Xuanmin lo ignoró. En su lugar, echó una mirada desinteresada al patio.

Este movimiento del ojo provocó que el Oficial Liu silbara con placer y dijera,
"Maestro, hace un momento fui negligente, por favor perdóneme por eso. No le dé
demasiada importancia a mi comportamiento imprudente. Hay una explicación para
mi mala educación hace rato. Mira a tu alrededor... Contraté a alguien para que
viniera y diseñara para mí, para hacer el feng shui[1] perfecto. ¿Cómo podrían estar
mis días contados?"

Xuanmin se burló. "Superficial".

En realidad, el patio del Oficial Liu se veía impresionante, y nada parecía estar mal.
La casa estaba orientada al sur y estaba de espaldas al norte, y se amoldaba a la
forma de la colina cercana. Su patio fue diseñado de acuerdo a una tradición de la
Prefectura de Huizhou conocida como "El retorno de los cuatro ríos", que era
excelente para atraer la buena fortuna y el buen qi. En el salón delantero, había
incluso un estanque de peces en forma de zig-zag: era "Las aguas sinuosas entran en
el salón", usado para el éxito en la profesión.

Por supuesto, Xue Xian sólo sabía una o dos cosas sobre geomancia[2]... ni
siquiera era humano, así que no era de su incumbencia. Cuando se trataba de evaluar
el auspicio del recinto, lo hizo por instinto. Incluso cuando entró por primera vez en la
puerta principal, encontró que el compuesto le hacía extremadamente incómodo, por
lo que dijo al azar, "Algo para maldecirse hasta la muerte".

Cuando se trataba de cuál era el problema y cómo curarlo, ese era un trabajo para
el burro calvo, no para él.

Acababa de librar una larga batalla con los dedos de Xuanmin, y la lucha de un
lado a otro lo había agotado. No tenía más remedio que sentar cabeza. No estaba
seguro de cuánto más podría soportar este cuerpo de papel fino... no estaba
acostumbrado a sentirse tan humilde.

Xuanmin lo había empujado de nuevo a la bolsa, y acababa de lograr treparse a la


abertura para mirar alrededor del recinto cuando alguien a su lado hizo un ruido.

"¿Qué estás haciendo? ¿Dónde estamos?" Jiang Shining finalmente había reunido
el valor para subir también. Parecía realmente asustado de Xuanmin, y sólo se atrevió
a hablar en la voz más baja posible, para que sólo Xue Xian pudiera escuchar.

"La casa de ese oficial". Xue Xian añadió, "¿No lo ves? ¿Estás medio sordo? La
gente ha estado haciendo tanto ruido aquí..."

La voz de Jiang Shining se endureció. "...¿Oficial? ¿Oficial del condado de


Ningyang?"
"¿Quién más?" Xue Xian respondió.

Jiang Shining no respondió.

Confundido, Xue Xian le miró fijamente. "¿Eres mudo otra vez?"

Jiang Shining se deslizó de nuevo a la bolsa, y finalmente murmuró, "Acabo de


recordar algo del pasado."

"¿El pasado?"

"Hay algo de historia entre la familia Jiang y el oficial Liu", dijo Jiang Shining en
voz baja.

"¿Qué clase de historia?"

Una pausa, y luego: "Alguien murió."

Xue Xian no supo qué decir. Era un asunto de vida o muerte, y todo lo que Jiang
Shining podía usar para describirlo era 'historia'...

Xue Xian quiso pedir más, pero Xuanmin de repente se dio la vuelta y señaló una
puerta lateral. "¿Quién está ahí?"

*Guijarro: Piedra o roca plana, normalmente usada para decorar espacios.

[1] Feng Shui: El feng shui –traducido literalmente del chino significa viento y agua–
era en su origen una técnica que se dedicaba al estudio de los cambios que se
producían en el clima, los astros y la naturaleza y cómo estos afectaban a la energía
vital o chi de las personas.

A partir de la época de la China imperial, el feng shui pasó a ser de uso exclusivo para
las clases altas de la sociedad, que aplicaban sus principios en la construcción de los
palacios e incluso a la hora de edificar sus propias tumbas, ya que existía la creencia
de que la disposición de éstas podía influir en la buena o mala fortuna que tuvieran
los descendientes del difunto.
[2] Geomancia: Adivinación por medio de objetos de naturaleza terrestre, o por líneas
o puntos hechos al azar en la tierra o sobre un papel.

[Corregido: 22/02/2021] - Be
Capítulo 6: Lingotes de Oro (II)

En realidad era una puerta estrecha al lado del patio, detrás de la cual había un
camino aún más estrecho que no era mucho más que un hueco entre dos muros
cortafuegos. Su ubicación era incómoda, y nadie le prestaba atención.

Justo cuando Xuanmin hablaba, se escuchaba un sonido desde más allá de la


estrecha puerta, como si alguien hubiera dado un paso en falso.

El color se le quitó a la cara del oficial Liu. Riéndose entre dientes, dijo: "Es sólo
una habitación libre en mi ala. No importa. Maestro, ¿le gustaría...?-- Hey, ¿Qué estás
haciendo aquí?"

Dirigió la mirada de Xuanmin hacia el salón principal, pero fue interrumpido por
una silueta que emergió de la estrecha puerta.

Era un joven con un abrigo gris azulado. Basado en su perfil, parecía tener un poco
más de veinte años, más o menos la misma edad que Xuanmin. Pero su
comportamiento era extraño: presionaba sus manos contra la pared tímidamente,
pero parecía estar lleno de curiosidad, como un niño que escucha a escondidas.

Reprendido por el oficial Liu, parecía no estar seguro de qué hacer con él mismo, e
intentó retirarse a la estrecha puerta, pero no desapareció por completo. La mitad de
su cara aún se asomaba a ellos.

No había linternas en esa parte de la sala, así que era difícil ver cómo era el joven.

A pesar de no poder ver su cara, Xue Xian adivinó que la relación de este joven
con el oficial Liu era peculiar. Le susurró a Jiang Shining, "¿Quién es este? ¿Lo
conoces?"

Como siempre taciturno, Jiang Shining ni siquiera se molestó en mirar en la


dirección general de ese hombre y dijo. "Nunca he estado aquí antes. ¿Cómo podría
saberlo?"

Xuanmin vio que el Oficial Liu estaba actuando de forma extraña. Frunció el ceño y
comenzó a caminar hacia la puerta estrecha.

"Hey, hey, Maestro--" El oficial Liu probablemente nunca había conocido a un


monje tan maleducado. "No se interpone en el camino. Es sólo la decepción de un hijo
mayor, Liu Chong. Es de la familia, no hay nada sospechoso en él."
Probablemente le preocupaba que el hijo de apariencia anormal perdiera la cara
ante los extraños, pero no pudo hacer nada para detener a Xuanmin, así que empezó
a gesticular salvajemente a Liu Chong, tanto apaciguando como con severidad: "Sé
bueno, Chong'er, vuelve a tu habitación. Papá está teniendo una seria charla con el
Maestro".

Mientras decía esto, Xuanmin lo volvió a mirar fijamente.

La voz de Xuanmin estaba fría y serena. "Contrató a alguien para que diseñara un
'Las aguas turbulentas entran en la habitación' para su salón delantero. Este diseño
usa la dirección Este-Oeste para el viento, y recoge el qi en la dirección Norte-Sur,
equilibrando el yin y el yang a lo largo de dos ejes. Tienes el viento que sale del lado
oeste".

No sólo eso, sino que el lado suroeste tenía un aire estrecho y sombrío... estaba
lleno de energía negativa. Claramente, el diseño no estaba equilibrado en dos ejes.

Xue Xian miró hacia el espeluznante y estrecho camino y pensó: O bien el


diseñador de feng shui que el oficial Liu contrató era un idiota, o bien... El oficial Liu
añadió este camino más tarde.

En efecto, así fue. El oficial Liu parecía muy afectado por las palabras de Xuanmin.
Vacilante, dijo, "No voy a mentir. Añadí ese estrecho camino después".

Xuanmin cruzó el umbral y se encontró detrás de la estrecha puerta.

El hijo mayor de Liu Xu, Liu Chong, vio que el huésped se acercaba a él. Primero,
retrocedió, todavía abrazando la pared. Luego, tímidamente, sonrió.

Xue Xian vio que las piernas del joven eran anormales. No era minusválido, pero
tampoco parecía tener el control total. El chico no era feo: se parecía mucho más a su
madre que a su padre, con piel pálida y grandes ojos redondos, y sin duda una
sonrisa viva. Pero sus ojos eran demasiado ingenuos, de modo que cuando sonreía,
parecía un tonto.

Estaba claro que este Liu Chong era discapacitado.

Antes, Xuanmin había ignorado por completo al oficial Liu, por mucho que éste lo
engatusara. Ahora que se había enfrentado cara a cara con el joven tonto, parecía
conocer finalmente el significado de 'etiqueta'. Asintió con la cabeza a Liu Chong.
Aunque todavía no tenía expresión en su rostro, al menos había reconocido a la
persona que tenía delante.

El oficial Liu parecía estar poniéndose verde. Claramente, a los ojos de Xuanmin,
este oficial del condado ni siquiera se parecía a un idiota del pueblo.

Más allá de la estrecha puerta, había más que un camino estrecho.

Colocado en la bolsa, Xue Xian miró hacia afuera. El camino no era un callejón sin
salida: en su lugar conducía a una fea choza. La choza había sido construida de la
manera más barata posible, usando madera de desecho. Pero Xue Xian vio como el
joven retrocedía, hacia la choza.

Los ignorantes, cuando se ven obligados a enfrentarse a extraños por primera vez,
buscan inmediatamente un espacio seguro para sentirse cómodos. Algunos van con
sus padres, otros van a sus casas. Después de medio año en el reino humano, esto
era algo importante que Xue Xian había aprendido.

Liu Chong pertenecía al segundo grupo.

Xue Xian se preguntaba qué clase de persona era el oficial Liu, para dejar a su propio
hijo vivir en un lugar tan espeluznante y oscuro. ¿Era éste su hijo o un ratón de
campo?

Además, había algo raro en esta choza. Estaba llena de energía negativa. Si no
supiera con certeza que una persona viva vivía aquí, habría asumido que era un
mausoleo.

Antes, el oficial Liu parecía estar escondiendo algo. Probablemente temía que
Xuanmin viera esta choza, y de hecho, Xuanmin la vio. Todo lo que el Oficial Liu podía
hacer era reconocerlo. "La personalidad de mi hijo es un poco anormal. No le gusta la
gente, dijo que quería vivir en un lugar tranquilo."

Xue Xian puso los ojos en blanco. ¡Como si fuera posible! ¿Por qué no lo llevas a
vivir a la colina del cementerio en las afueras de la ciudad? Allí es más tranquilo, y la
energía negativa no es tan fuerte como aquí.

Habiendo dicho una mentira tan descarada, hasta el Oficial Liu se sintió mal. Tosió
y luego dijo: "Maestro, usted habló de que el viento se alejaba del lado oeste. ¿Se
refería a este estrecho camino?"

Xuanmin dijo, "Y esta choza".


"Si consigo que la gente bloquee las ventanas orientadas al sur de la choza,
entonces este viento del oeste ya no podrá escapar, ¿verdad?" Preguntó el oficial Liu.

"¿Bloquear?" Repitió Xuanmin, frunciendo el ceño. Señaló a Liu Chong. "¿Acaso él


no necesita respirar?"

"Ah... no había pensado en eso."

En sólo dos frases, el Oficial Liu se las arregló para hacer que la consideración de
Xue Xian hacia él fuera aún más baja. El hijo mayor era un poco estúpido, pero a su
padre parecía no importarle si vivía o moría.

Lo que era aún más ridículo era que el Oficial Liu parecía ahora resignado, como si
no se le hubiera ocurrido que podía simplemente sacar a Liu Chong de la choza, y
luego bloquear las ventanas.

El cielo se iluminó un poco más. Las otras partes del recinto parecían estar limpias
y brillaban con la luz de la mañana. Todo excepto esta choza, cuya antigua puerta
aún estaba sumergida en una oscura oscuridad.

Al igual que Xue Xian, Xuanmin parecía detectar cantidades extraordinarias de


energía maligna.

Los rincones suroccidentales de los recintos familiares siempre atrajeron


naturalmente alguna energía negativa extra, pero nada tan malo... algo estaba mal.

Sin ni siquiera mirar al oficial Liu, Xuanmin se acercó a la cabaña.

El tonto Liu Chong se rascó la cabeza, confundido por el motivo por el que el
huésped querría entrar en su habitación. Se quedó allí un rato, sin saber qué hacer.
De repente, pareció excitado, como si se encontrara con un compañero de juegos.
Aún abrazando la pared, se apresuró a unirse a Xuanmin.

Era un joven de más de veinte años, pero no parecía tener un pensamiento fijo.
Sus pasos también eran irregulares. No parecía cómodo caminando al lado de
Xuanmin, así que primero corría delante y luego se quedaba atrás. Parecía muy
concentrado, mirando constantemente a la cintura de Xuanmin, como si hubiera
descubierto algún tesoro del que no podía arrancar los ojos.

El tonto estaba mirando la bolsa.


Xue Xian pensó que iba a explotar. Los ojos del tonto le penetraron... eran
inquietantes. No había tenido la oportunidad de esconderse, y ahora no podía volver
dentro de la bolsa sin parecer sospechoso. No le importaba que el niño llorara de
miedo, pero si hacía algo imprudente en un arrebato de pasión, entonces todos
estarían en problemas.

Las piernas de Xuanmin eran muy largas, así que pronto llegó a las puertas de la
choza.

Desde el punto de vista de Xue Xian, podía asomarse a través del hueco en el
interior... lo que veía le sorprendía. Junto a la puerta, había una pila montañosa de
objetos amarillos, que al principio parecían lingotes de oro, pero al examinarlos más
de cerca, quedó claro que no estaban hechos de oro real, sino de papel.

Era el papel amarillo usado para hacer papel moneda... ¡para quemar por los
muertos!

Mientras Xue Xian permanecía en estado de shock, Liu Chong alcanzó a Xuanmin y
comenzó a hablar: "Um... ¿Puedo jugar con esto?" Señaló la cadera de Xuanmin.

Xuanmin siguió el dedo del joven hasta su propia cadera, sin saber lo que quería
decir.

"Papel amarillo". Liu Chong señaló de nuevo.

Ahora Xuanmin entendió: el joven señalaba al hombrecito del papel que estaba
inclinado sobre el borde de la bolsa.

Xue Xian no sabía cómo reaccionar. ¡¿Qué demonios estaba pasando?! ¿De dónde
sacó este chico su coraje? ¿Quería jugar con el cuerpo de un dragón de verdad?
¿Tenía un deseo de muerte?

¿Qué sabía el tonto del pueblo? ¡Si le dieras un papel, sin duda lo rompería por la
mitad, o en cuartos, o en octavos!

Mientras Xue Xian imaginaba su destino entre las manos sucias de Liu Chong...
Tenía que protegerse a sí mismo. Se deslizó de nuevo en la bolsa y pellizcó al burro
calvo, con fuerza, a través de la tela de cáñamo blanco. ¡Si te atreves a entregarme
al niño, nunca te perdonaré!

Xuanmin suspiró y pensó. ¿Cómo puede un demonio ser tan molesto?


[Corregido: 22/02/2021] -Be
Capítulo 7: Lingotes de Oro (III)

Xue Xian se preguntaba si el burro calvo también era un idiota. Incluso después de un
pellizco tan fuerte, parecía no entender lo que Xue Xian quería decir. Sabía que Liu
Chong seguía mirando la bolsa. Dio la vuelta y volvió a aparecer, de modo que el lado
pintado ahora se enfrentaba a Xuanmin. Usó sus ojos manchados de tinta para mirar
fijamente al burro calvo.

Pero un dibujo nunca podría ser tan efectivo como la carne real. Además, llamar
'adecuadas' las habilidades pictóricas de Xue Xian ya sería una exageración, y estaba
lejos de ser un maestro. Había algo insuficiente en los ojos manchados de tinta... no
podía expresar exactamente lo que quería.

El pinchazo realmente había herido a Xuanmin. Con severidad, miró hacia abajo,
inicialmente para dar una advertencia al travieso demonio. Fue sorprendido con la
guardia baja por el par de ojos que le miraban fijamente.

El hombre del papel estaba tendido boca arriba, mirándole con inexpresivos ojos
pintados. ¡Realmente era 'un espectáculo para los ojos'! Xuanmin no dijo nada.

Xuanmin había atrapado algunos demonios y fantasmas en su viaje. En la mayoría de


los casos, habían sido muy rebeldes antes de que los atrapara, pero luego se habían
calmado y se habían vuelto respetuosos y dignos, esperando tranquilamente a
trascender. Xue Xian fue el primero en comportarse tan agresivamente después de
ser capturado. No tenía ningún sentido de sumisión, y parecía no cansarse nunca de
crear problemas.

Para Xuanmin, este demonio era una reina del drama. Podía interpretar todos los
papeles de un grupo de teatro por sí mismo.

Dejó de estudiar al hombre del papel, y extendió dos dedos para pellizcarle la cabeza.
Lo sacó de la bolsa.

Xue Xian se enfureció. ¡Nunca te perdonaré!

Las manos de Xuanmin no parecían las de un vagabundo. Sus dedos eran largos y
delgados, y limpios... que parecía que nunca habían visto ningún tipo de suciedad. No
parecía haber crecido en un templo en las montañas, y por supuesto no parecía un
monje pícaro en absoluto, se parecía más a un aristócrata consentido.

Por supuesto, en ese momento, Xue Xian estaba demasiado ocupado para darse
cuenta.
Agarrando al hombre del papel en su mano, Xuanmin dio un paso hacia Liu Chong.

Cuando recupere mi cuerpo, Xue Xian pensó, ¡voy a enviar un rayo para que te
golpee todos los días! ¡No me detendré ni un solo minuto!

"¿Esta cosa?" Xuanmin preguntó a Liu Chong de manera casual.

¡Juro que te quemaré hasta dejarte crujiente!

"Sí". Liu Chong asintió con entusiasmo y volvió a mostrar esa estúpida sonrisa.

¡Deja de sonreír!

Justo cuando el idiota extendió la mano para coger al hombre del papel, Xuanmin
agitó la cabeza, manteniendo una expresión tranquila. "No".

Bien, pensó Xue Xian.

Xue Xian finalmente soltó el aliento que había estado conteniendo. Su tenso cuerpo
de papel se soltó de repente, y se desplomó en la mano de Xuanmin, exhausto.

Liu Chong seguía mirando fijamente a Xue Xian. Volvió a asentir con la cabeza,
aunque parecía muy decepcionado. Este chico era demasiado simple para tener
estados de ánimo complicados como 'tacto' o 'conspiración'... estaba pura y
simplemente decepcionado.

La gente de poca inteligencia se movía más lentamente que la gente común y carecía
de cierta delicadeza, pero lo compensaba con más fuerza. Ya sea que estén mirando a
alguien, arrastrando las palabras, o asintiendo o moviendo la cabeza, siempre lo
hacían con vigor. Eran estúpidos, pero realmente podían causar mucho dolor.

Mientras Xue Xian yacía tendido sobre la palma de la mano de Xuanmin como un
fideo, echó otra mirada a Liu Chong. Ese idiota debe llevar algún tipo de veneno, que
podría infectar a otros y hacerlos también estúpidos. Le preocupaba que, si lo miraba
durante demasiado tiempo, experimentaría un ataque febril de locura y saltaría a las
manos del chico él mismo. ¡Entonces estaría realmente en problemas!

Pero lo extraño era que el burro calvo parecía aún más tonto que este idiota del
pueblo... No sólo no se dio cuenta de la decepción en la cara del chico, sino que dio
un paso brusco hacia la casa de este último.

Afortunadamente, justo antes de entrar, parecía recordar vagamente las reglas de


etiqueta. Asintió con la cabeza hacia Liu Chong.

¿Te morirías si dijeras una palabra más? se preguntó Xue Xian. Si este idiota de la
aldea realmente entendió lo que significaba un asentimiento, entonces cambiaré mi
apellido por el tuyo.

Ni siquiera había terminado su pensamiento burlón cuando Liu Chong entró en la


choza él mismo, y luego se volvió hacia Xuanmin felizmente y dijo, "¡Entra!" Estaba
tan animado como un niño haciendo su primer amigo.

Xue Xian apretó los dientes. Me callaré y me quedaré aquí.

El demonio en la palma de la mano de Xuanmin se retorció durante un largo rato, y


finalmente se calmó.

Liu Chong empujó las puertas entreabiertas, revelando lo que había dentro para que
todos lo vieran: esa enorme pila de papeles amarillos era mucho más grande de lo
que Xue Xian había adivinado originalmente. No sólo estaba amontonado junto a la
puerta, sino que toda la habitación estaba tan llena de ellos que no había ningún
lugar donde pisar.

El oficial Liu parecía extremadamente molesto. Tan pronto como vio el interior de la
habitación de su hijo, se dio la vuelta. No tenía intención de entrar en la cabaña, y se
quedó solo junto a la puerta, mirando hacia atrás en el estrecho camino.

Esto fue probablemente una tortura para él. Por un lado, quería que Xuanmin
arreglara el feng shui en su casa, pero, por otro lado, no quería que tal anormalidad
dentro de su familia se convirtiera en un rumor en la ciudad.

Para cualquiera con habilidades sociales, este sería el momento de retirarse para
guardar las apariencias para el anfitrión.

Pero este inútil monje no captó la indirecta.

Peor aún, ¡ni siquiera miró al oficial una vez!

El oficial Liu rebosaba de furia.

El oficial Liu podía pararse donde quisiera. A Xuanmin no le importaba. Nada de lo


que hizo pudo detener a Xuanmin de entrar en esa habitación.

El interior de la cabaña era tan tosco y destartalado como el exterior. No era apta
para un niño sirviente, y mucho menos para el hijo mayor del oficial del condado. No
había nada más que una mesa para cuatro personas, dos sillas de madera y una
cama que, comparada con el tamaño de Liu Chong, era demasiado pequeña.

Era un espacio diminuto, tan estrecho como el interior del caparazón de un caracol.
Alguien había insistido en poner un divisor en el medio, convirtiendo la parte de la
cama y la parte de la mesa en dos secciones diferentes, lo que sólo hizo que todo
pareciera aún más pequeño.

Todos los objetos dentro de la habitación estaban desgastados y cayéndose a


pedazos. Estas eran algunas de las cosas más antiguas, grises y oscuras que alguien
había visto. La única pizca de color residía en los lingotes de papel amarillo esparcidos
por toda la habitación.

Xuanmin tomó uno y lo estudió.

Xue Xian, todavía cubierto por la mano de Xuanmin, gracias a su pequeño tamaño,
pudo ver la parte inferior del lingote. Tres letras: P A P.

¿Qué demonios es esto?

Entonces se dio cuenta de que dos de las letras estaban escritas al revés, y que en
realidad era una palabra que decía: papá.

Ahora que parecía un lingote, Xue Xian entendió por qué el padre del chico era tan
infeliz. Escribir el nombre de una persona viva en un papel moneda... eso era
básicamente maldecirlo. Pero Liu Chong era tan estúpido que probablemente fue una
coincidencia.

Pero pronto, Xue Xian tuvo que tragarse sus palabras de nuevo.

Xuanmin recogió más lingotes, y todos y cada uno de ellos tenían escritura en el
fondo. Las palabras eran igualmente ingenuas y difíciles de descifrar.

Sin nada mejor que hacer, Xue Xian las descifró todas: de siete lingotes, dos
decían P A P, tres M A M Á, y dos estaban en blanco.
¿Qué clase de mierda era esto?

Pero basándose en los lingotes que Xuanmin había recogido, Xue Xian se
sorprendió al darse cuenta de que, aunque Liu Chong era un imbécil, todavía sabía
separar sus lingotes en pilas. Los montones de la puerta estaban todos escritos para
P A P, así que fueron hechos para su padre, el oficial Liu. Los de la mesa eran todos
para su madre. Los lingotes esparcidos en el suelo no estaban completos, y por lo
tanto no tenían escritura todavía.

Entonces... ¿para quién eran los lingotes de cabecera?

Parecía que Xue Xian no era el único en darse cuenta de todo esto. Xuanmin echó
un vistazo a los lingotes de esta sección, y luego se dirigió al dormitorio.

Tan pronto como entraron en esa mitad de la choza, una inmensa ráfaga de
energía negativa abofeteó a Xue Xian en la cara, causándole un estornudo.

Liu Chong lo escuchó.

Miró fijamente al inexpresivo Xuanmin durante mucho tiempo. Luego,


estúpidamente, miró la mano del monje, confundido por cómo el ruido del estornudo
podría haber venido de allí.

Pero ni Xuanmin ni Xue Xian se molestaron en prestar atención a Liu Chong. La


ráfaga de energía maligna había sido una desagradable sorpresa. Ambos dirigieron
sus miradas a la pila de lingotes junto a la cama de Liu Chong.

Frunciendo el ceño, Xuanmin se acercó y recogió uno.

Esta vez, ni 'papá' ni 'mamá' estaban escritos debajo. En su lugar, había un


enorme parche de garabatos. Parecía decir algo mucho más complejo que 'papá' o
'mamá', algo que a Liu Chong le costaba mucho escribir.

Xuanmin cogió otro lingote: el mismo.

Pero uno de los lingotes era ligeramente menos borroso. Mirando más de cerca,
Xuanmin pudo ver parte de la inscripción: Liu.

Xuanmin no sabía mucho sobre la familia Liu. Al ver esto, sólo podía pensar en el
oficial Liu y sus dos hijos. Pero basado en el garabato, no parecía decir 'Liu Xu', ni 'Liu
Chong', ni 'Liu Jin'.
Justo cuando se inclinó para recoger otro lingote, algo salió de la bolsa en su
cadera.

Esa cosa emitió un sonido de "¡Aiyo!" mientras caía directamente sobre la pila de
lingotes. Al aterrizar en el suelo, comenzó a inflarse como un saco de cuero, y de
repente se hinchó en la forma de un ser humano completamente vivo.

El rostro de esta persona era mortalmente pálido, con pequeños círculos oscuros
bajo sus ojos. Parecía un erudito cansado. Era Jiang Shining.

En vez de preguntarse cómo había pasado de ser un hombre de papel a ser un


humano, preguntó, "¿Cómo me caí de la bolsa?"

Viendo que esta aparición no había causado que Liu Chong gritara, Xue Xian
también dejó de fingir. "Hay demasiada energía negativa."

Los fantasmas son atraídos por la energía yin. Por eso el Jiang Shining no tenía poder
durante el día... había demasiada energía positiva, yang. La energía yin de la cabaña
de Liu Chong era incluso más fuerte que la del valle de la muerte, así que
naturalmente había atraído a Jiang Shining.

Pero a pesar de toda esta energía negativa, Liu Chong seguía vivo. Eso era
extraño.

"Entonces, ¿por qué no te has caído?" Preguntó Jiang Shining.

Xue Xian respondió, "No soy como tú. No estoy muerto."

"Si no estás muerto, ¿por qué estás pasando el rato como un hombre de papel?"
Jiang Shining pensó que este Xue debía estar loco.

Si no era un fantasma, eso significaba que tenía un cuerpo. Si todavía tenía un


cuerpo, ¿por qué haría tanto para sacar su alma y ponerla dentro de un papel? Tenía
que estar loco.

Xue Xian se encaramó a la mano de Xuanmin y respondió, "¿Por qué te importa?


Cállate y levántate del suelo".

El ratón de biblioteca se había transformado en un ser humano de carne y hueso.


Aunque todavía se veía tan delgado como una ramita, era mucho más pesado que
una. La montaña de lingotes de papel no podía soportar su peso y se aplastó
completamente mientras luchaba por mantenerse en pie.

Tan pronto como Jiang Shining se dio cuenta de donde estaba sentado,
inmediatamente hizo un gesto de disculpa hacia Liu Chong. "Lo siento mucho".

Mientras intentaba ayudarse a sí mismo, Liu Chong, que había estado parado ahí
sin palabras, decidió actuar. Viendo la pila aplastada de lingotes, comenzó a gritar.
Empujó bruscamente a Jiang Shining a un lado y se arrodilló en el suelo, doblando
cuidadosamente cada lingote de nuevo.

El idiota tenía más fuerza que la gente común, y el cuerpo de Jiang Shining estaba
extremadamente débil, así que al ser empujado, golpeó el armario de madera.

El armario, perturbado, golpeó contra la pared con un sonido de - guangdang.

Avergonzado, Jiang Shining palmó el suelo con vergüenza, tratando de ayudar a


Liu Chong a arreglar sus lingotes. Pero se movió con demasiada dureza, y de repente
emitió un sonido de silbido. Retiró su mano.

En su palma extendida, hacia un nuevo agujero. Jiang Shining hizo una mueca de
agonía, pero no había sangre. Su cuerpo todavía estaba hecho de papel. Le permitía
caminar por el suelo y tocar objetos, casi como un humano vivo, pero significaba que
era fácil de herir.

"¿Hay clavos en las tablas del suelo debajo de este armario?" Jiang Shining exigió,
miserable. Volviéndose a Xue Xian, dijo, en voz baja, "La próxima vez... Si hay una
próxima vez, ¿puedes usar cuero, no papel?"

"¿Qué tal la piel humana?"

Jiang Shining puso los ojos en blanco.

Sin decir una palabra, Xuanmin movió su dedo y bloqueó la boca de ese demonio
Xue, para que dejara de decir cosas tan malvadas.

Xue Xian permaneció en silencio.

"Extraño. Este clavo tiene un trozo de papel pegado". Cuando Jiang Shining se
levantó, vio la cosa que le había herido la mano y pareció descubrir algo interesante.

Al oír esto, Xuanmin frunció el ceño. Recogió sus ropas y se agachó.


El armario había sido empujado de manera torcida, y de hecho había un clavo que
sobresalía de las tablas del suelo. Con un movimiento de su mano, Xuanmin arrancó
otro trozo de tela de la parte inferior de su túnica, y, con sus dedos envueltos en la
tela de cáñamo, extendió la mano para pinchar el clavo. A medida que limpiaba la
suciedad de la superficie, ese objeto comenzó a tener una apariencia más clara...

Por el color marrón aceitoso, estaba claro que era un clavo de cobre, con tres
crestas verticales talladas en él.

Con tanto barro, ese clavo probablemente había estado ahí por dos o tres años,
pero no se había oxidado en absoluto. Permanecía brillante y luminoso. Claramente
no era un objeto ordinario.

Y lo más importante, clavó un trozo de papel de aspecto extraño.

Xuanmin se acercó y usó la tela para quitar la suciedad del papel...

Tal y como él pensaba, era un trozo de papel amarillo. En él, con tinta roja, se
dibujó un diagrama complejo.

Aunque no conocían el contenido del papel, comprendían su función. Después de


un breve momento de confusión, Jiang Shining fue y empujó el armario más lejos en
la pared, revelando las tablas del suelo.

Ocultos por el armario había tres clavos en total, cada uno con un trozo de papel
amarillo. Apuntaban al suroeste, noreste y noroeste.

"Qué.... ¿Qué clase de talismán es este? ¿Es de larga vida y buena salud?"
Preguntó Jiang Shining. Una extraña sensación de calor comenzó a entrar en su
cuerpo.

Esto era extraño. Desde que se convirtió en un fantasma, nunca había sentido
calor. Estos últimos años se habían definido por un frío duro, como el del invierno, y
se había acostumbrado a él. Con el calor repentino, se sentía profundamente
inquieto.

Asustado, se alejó.

Aunque Xue Xian quería burlarse de él, su boca estaba siendo bloqueada, así que
no podía.

Así que la pregunta que Jiang Shining había hecho se quedó en el aire sin
respuesta.

Finalmente, Xuanmin dijo, "Talismanes de Feng shui".

Xue Xian puso los ojos en blanco. No, mierda.

Todo el alboroto en la habitación había hecho que el oficial Liu se impacientara.


Cansado de mirar fijamente al estrecho camino, llegó a la puerta. "Maestro, ¿se ha
topado con algo hace un momento? ¿Qué ha hecho mi tonto hijo ahora?"

Parecía realmente odiar esta choza, y se negó absolutamente a entrar en su


umbral. De pie junto a la puerta, miró con asco los montones de lingotes.

Escuchando la voz del oficial, Xuanmin dejó el dormitorio y salió a la habitación


principal de la choza. Le preguntó al oficial Liu, "¿Quién vive en el noroeste?"

Confundido, el oficial Liu miró en esa dirección. "Yo".

Xuanmin lo miró fijamente, y luego preguntó, "Noreste".

"Ah, ¿noreste? Ahí es donde vive mi hijo Liu Jin... el más joven, el que cayó en el
pozo hoy temprano. Maestro, ¿Qué está haciendo? ¿Por qué preguntas por las
habitaciones?"

Después de una pausa, Xuanmin respondió, "¿Has oído hablar del diseño, 'Dirigir el
río hacia el mar'?"

Era imposible decir lo que sentía... todavía mantenía esa cara fría y sin expresión,
como si estuviera haciendo una pregunta tan simple como "¿Has comido?" Pero la
cara del oficial Liu se volvió blanca como la nieve.

Apoyado contra el marco de la puerta, el oficial Liu no respondió durante mucho


tiempo. Finalmente, empezó a mover los ojos y a mirar dentro de la habitación. Tan
pronto como vio el armario, su expresión se volvió aún más pálida. "N... N.... No voy
a mentir, Maestro, estos dos últimos años he tenido algunos problemas de salud, así
que... Así que..."

Mientras el oficial Liu tropezaba y tartamudeaba por la puerta, Jiang Shining se


movía por el interior. Cuando el oficial Liu se asomó, se escondió para no aparecer en
su línea de visión. No sólo porque era un fantasma a punto de enfrentarse a alguien
que había conocido en vida, lo que nunca podría ser algo bueno, sino también... Cada
vez que veía al oficial Liu, su corazón se llenaba de tanto odio que quería atacarlo.

Recordaba el día en que sus padres murieron, y apretó los dientes.

Mientras tanto, Liu Chong, sentado entre los lingotes aplastados, se fijó en los
clavos y los talismanes.

La capacidad de atención del tonto se dispersaba fácilmente. Se sintió atraído por


los talismanes. Dejó caer los lingotes que sostenía en el suelo, y se acercó a estudiar
los talismanes.

Cada vez que los niños pequeños se fijan en un nuevo objeto, sin importar su
limpieza o suciedad, la seguridad o el peligro que representaba, tienen el impulso
imparable de tocarlo. El idiota e ignorante Liu Chong estudió los talismanes durante
algún tiempo, y luego extendió la mano para tocar la punta de un clavo.

El brillante clavo de cobre era sensible y afilado. Inmediatamente perforó la piel de


Liu Chong.

Así, el tonto comenzó a sangrar.

"¡Oye... no lo toques!" Pero cuando Jiang Shining se dio cuenta de lo que estaba
pasando, ya era demasiado tarde.

Una gota de sangre cayó de la punta de la uña sobre el talismán.

Sorprendido por el regaño, Liu Chong levantó la vista.

En ese momento, Jiang Shining se preguntó repentinamente por qué la habitación


estaba tan tranquila... el incesante viento de invierno que había estado aullando
contra las paredes de la cabaña había desaparecido de repente.

Los fantasmas suelen ser más sensibles que la gente común. Sintió que no había
ninguna corriente de aire. La paz era sospechosa.

Xuanmin, que había estado de pie junto a la puerta hablando con el oficial Liu,
miró repentinamente al cielo.

El viento estaba quieto y las nubes eran pesadas. No había ningún ruido, en
ninguna parte.
Todo el recinto de Liu había caído en completo silencio...

Esa extraña tranquilidad no duró mucho tiempo. En un abrir y cerrar de ojos, el


viento aullador se levantó de nuevo, su sonido < Ooooooh> es el mismo que antes,
como si estuviera resentido.

El sonido < Oooooh > del viento se hizo cada vez más fuerte, y comenzó a
parecerse al llanto de un fantasma.

En medio de los gritos bestiales del viento, hubo un sonido - Weng.

Era el tono de la cola de dos cosas metálicas que se golpeaban entre sí, pero
también de alguna manera diferente.

Xue Xian, aún en la mano de Xuanmin, se sentó de repente. A otros les habrá
resultado difícil analizar el sonido, pero él lo oyó alto y claro.

Sonaba exactamente como la cosa que estaba buscando.

¡En el noreste!

Xue Xian luchó por levantar la cabeza y mirar en esa dirección.

El burro calvo acababa de preguntar... ¿De quién era esa habitación?

Mientras Xue Xian intentaba recordar, los sombríos gritos fantasmales del viento se
fusionaron con ese otro extraño sonido, haciéndose aún más fuertes. En ese
momento, todos en la habitación sintieron como si les golpearan en la nuca con algún
objeto contundente. Sus oídos chillaron y su visión se volvió negra. Perdieron el
conocimiento.

[Corregido: 22/02/2021]
Capítulo 8: Lingotes de Oro (IV)

El ruido finalmente retrocedió, y con él se fue la oscuridad que se había proyectado


en la visión de Xue Xian. Pero, algo estaba mal...

El piso debajo de él ahora estaba hecho de piedra cubierta de musgo. Parecía que
ahora estaba en el suelo, cuando antes todavía estaba en manos del burro calvo, y el
burro calvo no se veía por ninguna parte.

No era sólo el burro calvo. La cabeza de Xue Xian giraba. El Oficial Liu también se
había ido. La cabaña detrás de él seguía ahí, pero ahora era un edificio con una
fachada adecuada, e incluso las puertas tenían un intrincado tallado. Definitivamente
no era la casa de Liu Chong. Dudaba que encontrara a Jiang Shining y a los otros
dentro.

De hecho, este lugar estaba completamente en silencio. No podía distinguir ni el más


mínimo ruido humano. Era como si hubiera sido transportado a una vasta y vacía
mansión... desierta, sin sonido.

"¿Dónde diablos está esto?" Xue Xian murmuró para sí mismo.

En cuanto a su cuerpo, todavía estaba en una situación frustrante. Cualquier otro se


habría levantado e intentado explorar este misterioso lugar, para ver si se le ocurría
algo más. Pero Xue Xian seguía medio paralizado.

El hombre del papel decidió extenderse y suavizar los pliegues de su cuerpo. Se


inclinó hacia atrás y se apoyó con los brazos, mirando el escenario...

Aparte del edificio detrás de él, había ahora una pared cubierta de hiedra a su
izquierda, así como un árbol, que daba sombra al patio y más allá de la pared. A su
izquierda había un pasillo y el muro interior del recinto, y una puerta estrecha, a
través de la cual parecía ver un pequeño jardín.

Sólo con una mirada superficial, estaba claro que este era un complejo diseñado con
gusto y hermoso. Pero nadie estaba cerca para admirar la belleza... una visión
desconcertante.

Afortunadamente, Xue Xian era una criatura mítica que una vez había perseguido los
cielos. No tenía miedo... pero sabía que debía tener cuidado.
"El Norte está delante de mí, el Sur está detrás de mí..." Xue Xian no sólo admiraba el
paisaje. Basándose en la forma en que el musgo y la hiedra crecían a lo largo de las
grietas de la piedra, Xue Xian pudo deducir las direcciones a las que el recinto estaba
orientado.

Si lo había calculado correctamente, estaba en la sección noreste del complejo.

Noreste...

Xue Xian jadeó. "Eso me suena familiar..."

Si este era todavía el complejo del Oficial Liu, entonces la sección Noreste era el
hogar del hijo del Oficial Liu, -Liu Jin-, el que casi se ahogó en el pozo.

Ese sonido rugiente de antes también parecía venir de aquí.

Lo que había estado buscando... ¿estaba aquí?

Alertado, Xue Xian se sentó de repente. Aguantando la respiración y sentado


absolutamente quieto, escuchó atentamente, pero no pudo oír nada en absoluto, y
mucho menos ese ruido rugiente.

Con desdén, quitó un poco de musgo y se acostó, boca abajo, en el suelo de piedra,
poniendo su oreja contra el suelo. Esta vez, finalmente pudo oír el más mínimo
movimiento. Extrañamente, el ruido era a veces cercano, a veces lejano... no podía
precisar su posición.

El ruido era demasiado sutil para captarlo por mucho tiempo. Entraba y salía de su
oído. Después de algún tiempo luchando por seguir el ruido, Xue Xian se irritó.
Deseaba poder levantar la casa entera del suelo e irrumpir allí para enfrentarse al
ruido.

Pero con este cuerpo de papel, no había nada que pudiera hacer.

Justo cuando empezaba a perder los estribos, una fina brisa entró por una de las
ventanas decorativas de la pared. Ese ligero viento de invierno todavía tenía algo de
gusto... Xue Xian no iba a dejar pasar esta oportunidad. Dejó que el viento lo
recogiera, y en un abrir y cerrar de ojos, estaba volando.
Xue Xian se agarró a un tallo de hiedra, y luego, con un gruñido, se balanceó sobre
ese árbol de sombra.

El tronco del árbol era recto y alto, y había sido podado para que ninguna rama se
saliera de su sitio, excepto la que se extendía más allá de la pared. Xue Xian no tenía
ningún otro lugar a donde ir.

No sólo era demasiado fácil que su cuerpo de papel se alejara de las ramas, sino que
el punto de vista desde el árbol tampoco era muy bueno.

Así que Xue Xian tenía que hacerse más grande. De repente, se transformó en su
forma original, la que había habitado en el recinto Jiang. Con un brazo abrazando el
tronco del árbol y otro agarrando una rama, se estableció en la pared.

Bajo el sol brillante, su tez se volvió saludable y atractiva. Esos dos estanques de
sombra eran ahora estanques de invierno: bajo una fina capa de hielo yacía un
espíritu agudo y decidido.

Tan pronto como se sentó, miró más allá del muro.

Después de echar un vistazo, se dio la vuelta para ver el interior del recinto, y luego
volvió a salir.

Mientras se movía de un lado a otro, su expresión parecía quebrarse bajo presión.

¡Se veían igual, carajo!

Esto era interesante. Había terminado en una especie de situación de un fantasma


construyendo paredes[1]... como la historia del hombre atrapado en un laberinto de
fantasmas.

Con la forma en que este recinto estaba dispuesto, las ocho puertas serían sin
duda difíciles de encontrar. Esto iba a requerir mucho esfuerzo.

Xue Xian no era un humano ordinario. No estaba acostumbrado a pensar en esas


cosas. Cuando había sido un dragón, nunca tuvo que preocuparse por ello, y nunca
esperó que un día pudiera ser perseguido por un fantasma que construyera una
pared.

Así que, para él, tratar de averiguar cuál era la puerta de la vida y cuál la de la
muerte, era una absoluta tortura.
"¿Se supone que debo arrastrarme por el recinto en dos patas tratando de
encontrar a todos los demás?" Xue Xian preguntó indignado.

Era demasiado orgulloso para eso. A menos que no tuviera otra opción, prefería
morir antes que hacer algo por otra persona. Y si realmente no tenía otra opción...
bueno, aún así prefería morir.

Este estúpido recinto ni siquiera tenía una circulación de aire adecuada. No había
nada que Xue Xian pudiera usar para transportarse. Incluso si averiguaba qué camino
tomar, ¿Cómo se suponía que iba a llegar allí? ¿Arrastrándose?

Sólo pensar en ello hacía que a Xue Xian le dolieran los dientes.

A la mierda. No iba a arrastrarse.

[1] En chino (gui da qiang) es un fenómeno específico en el que las personas que
caminan en un gran espacio abierto sin puntos de referencia visuales (en la
oscuridad, el desierto, los campos cubiertos de nieve, etc.) a menudo se encuentran
perdidos y volviendo en círculos al lugar donde empezaron, como si un fantasma
hubiera construido un muro que les impidiera caminar en línea recta.

Científicamente, esto se debe a la ligera diferencia entre los pasos a la izquierda y a


la derecha, que hace que el camino sea curvo sin el beneficio de la guía visual y el
ajuste de la dirección.

El significado implícito es que la persona no avanza a pesar de los esfuerzos


realizados.

Mientras se apoyaba en la rama de un árbol en la pared, Xue Xian se mordió la punta


de la lengua en señal de frustración. Se dio una palmadita en el bolsillo de su bata, y
sacó un trozo de papel amarillo.

El papel amarillo había sido retorcido y doblado de todas las maneras posibles. Xue
Xian claramente no lo había tratado muy bien. Con un sentido del desdén, Xue Xian
pellizcó la esquina superior del papel y lo sacudió. El papel estaba cubierto de todo
tipo de garabatos indescifrables.

Pero Xue Xian sabía lo que representaba.

Era un trozo de papel que había robado de un psíquico Dao mientras pasaba por la
Prefectura de Raozhou.

El Daoísta tenía un bigote compuesto de dos largos y desgarrados bigotes y usaba


un sombrero de tela maltratado. Junto a su ojo había una pequeña cicatriz azul...
podría haber sido una marca de nacimiento, o quizás una herida. Su dominio era el
lado de un puente, donde se sentaba todo el día, haciendo trucos psíquicos de bajo
nivel y vendiendo talismanes amarillos que él mismo había hecho. Este hombre era
extraño: si hubiera querido vender talismanes, debería haber sabido dar a los
periódicos algún parecido pasajero con la realidad; cualquier escritura al azar serviría.
Pero este bastardo había garabateado un completo jeroglífico que no parecía
convincente en absoluto. No parecía preocupado de que los clientes pudieran ver a
través de su estafa.

Xue Xian había estado merodeando por el puesto de la vidente durante unos días y
había mirado sus talismanes. La mayoría de ellos eran sólo para mostrar, pero uno o
dos tenían alguna utilidad.

Sin embargo, sólo poseían un poco de utilidad.

Por ejemplo, los talismanes que se suponía que protegían de los espíritus malignos
sólo podían ahuyentar a los pequeños y espeluznantes insectos; y los talismanes que
se suponía que prolongaban la vida de uno sólo podían resolver los problemas de
salud más pequeños.

El talismán que Xue Xian había guardado en su túnica era precisamente uno
elaborado por este Daoísta.

"Para el señor del dragón del sur que reside entre las nubes atronadoras." Xue
Xian entrecerró los ojos mientras leía el texto del talismán. Estas palabras habían sido
distorsionadas incontables veces, y se abrieron paso a través del papel como una
lombriz. Estaban tan desordenadas que fue un milagro que Xue Xian pudiera recordar
lo que decían.

Sólo por el texto, era obvio que la función de este talismán era rezar para que
lloviera. No estaba claro por qué los Daoístas lo habían hecho. Pero si quisieras una
tormenta, un simple talismán no bastaría para que el señor de los dragones
escuchara tus plegarias. Todo lo que podía hacer era traer un par de nubes grises que
podrían tapar un poco el sol. Pero en las manos de Xue Xian...

¿El señor del dragón del sur al que le rezaba el talismán? No era otro que el propio
Xue Xian.
Metió la mano en su túnica de nuevo y sacó una pequeña botella de cerámica.
Levantó el tapón y un extraño y abrumador olor a pescado se escapó y desapareció
en el aire.

Xue Xian frunció el ceño. De hecho, esta era su sangre. No era el mejor olor.

Tomó el talismán contra la palma de su mano y dejó caer una pequeña gota de
sangre de la botella. La gota se filtró en el papel amarillo.

Xue Xian guardó la botella y, con un movimiento de muñeca, hizo volar el


talismán.

Cuando el talismán dejó su mano, la mancha de sangre se incendió. La llama se


tragó el talismán instantáneamente.

Inmediatamente, un viento salvaje apareció, y nubes tempestuosas comenzaron a


rodar desde el horizonte.

El cielo se volvió negro, como si un cubo de tinta se hubiera derramado sobre él.
Telarañas de relámpagos blancos brillaban desde el cielo, acompañadas por un
escalofriante rugido de trueno que golpeaba los oídos de Xue Xian.

No estaba seguro de si el trueno había alcanzado el límite del recinto embrujado, o


si había logrado golpear el corazón del recinto.

Hubo otro enorme ruido que partió la tierra y un zigzagueante relámpago cayó del
cielo.

Todavía encaramado en la pared del recinto, Xue Xian observó, aburrido, como el
rayo golpeó el suelo a sus pies, destrozando un trozo del suelo de piedra y haciendo
volar escombros.

El recinto entero retumbó y tembló durante mucho tiempo, y luego se detuvo.

Xue Xian levantó los ojos y miró al cielo con una expresión de decepción. Incluso
con el talismán, sólo pudo conjurar un único relámpago.

Pero había habido algún uso para toda esa conmoción de truenos. Parecía haber
creado una pequeña grieta en el diseño del recinto embrujado. Ese extraño silencio
previo fue roto por una pequeña corriente de aire: emitió un débil sonido que
rápidamente cubrió el recinto.

Claramente, no era la única persona en el recinto.

Había alguien más atrapado dentro del diseño. Hasta ahora, habían sido arrojados
en todas las direcciones y no sabían el paradero del otro.

Xue Xian sacó un tallo rizado de la hiedra que se arrastraba por la pared.
Apoyándose en la rama, lo enrolló sin hacer nada contra sus dedos. Cerró los ojos y
se concentró en el ruido que iba a la deriva hacia él. Entre las confusas capas de
sonido, parecía distinguir algo único.

Después de un tiempo, pensó que sabía lo que podría ser...

¿Una campana?

"No..." Xue Xian se aclaró la garganta y frunció el ceño.

El ruido se tejió entre los gemidos del viento, como si viniera de lejos - como si se
hubiera alargado, de alguna manera, por la grieta de la línea del pelo.

Una campana de cobre...

¿Una moneda de cobre?

De repente, el perfil del sonido se hizo claro. De hecho, era definitivamente el


sonido de un colgante de monedas de cobre, sus monedas golpeándose suavemente
entre sí.

Los ojos de Xue Xian se abrieron de golpe cuando partió el tallo de la hiedra por la
mitad.

Casi inmediatamente, el ruido de las monedas de cobre se había acercado mucho


más.

Por lo que podía oír, el sonido parecía venir de más allá del muro del recinto.

La estrecha puerta al final del pasillo crujió de repente. Todavía sosteniendo el


destruido tallo de hiedra en su mano, Xue Xian miró hacia arriba.

El joven monje, envuelto en esa blanca túnica de cáñamo, caminaba en silencio


hacia él.
¿Por qué llevaba una túnica tan fina en medio de un invierno helado? No sólo la
vista de él hacía que uno sintiera frío, sino que también parecía estar envuelto en una
capa de escarcha. No fue hasta que Xuanmin caminó hasta la pared y se ató su
colgante de monedas de cobre en su cadera que Xue Xian se dio cuenta: el monje no
había hecho ningún sonido mientras caminaba.

Así que... ese ruido de monedas de cobre de hace un momento. ¿Lo había hecho a
propósito?

Xuanmin se paró junto a la pared y observó a Xue Xian de arriba a abajo con una
mirada desinteresada.

El hombre sentado en la pared tenía una disposición atractiva, como una espada
clavada limpiamente en su vaina. Pero estaba en el lado más delgado, y sus túnicas
negras como el cuervo le hacían parecer extrañamente pálido. Parecía mortalmente
enfermo. Esto contrastaba fuertemente con su disposición soleada y aguda... qué
misterioso.

La expresión neutra de Xue Xian le hacía parecer engañosamente tranquilo.

Manteniendo esa calma, Xue Xian miró fijamente a Xuanmin. Finalmente, puso los
ojos en blanco y frunció el ceño. "¿Por qué eres tú otra vez...?"

Apretó el tallo de la hiedra en una bola en su mano y la aplastó.

¿Qué le pasaba a este hombre? Era tan enérgico. Se las había arreglado para
trepar hasta la pared, pero aún así parecía inquieto. Miró a Xuanmin, y luego lanzó la
bola aplastada de tallo de hiedra al monje.

Xuanmin sacudió su cabeza. Cogió el 'arma' en el aire y la estudió. "¿Qué fue ese
trueno de hace un momento?"

Xue Xian puso una cara. "¿No vas a preguntar quién soy?"

Cuando el burro calvo lo capturó, primero fue un trozo de musgo en el suelo, y


luego se convirtió en un hombre de papel. El monje nunca lo había visto como un ser
humano antes.

Xuanmin abrió la palma de su mano, donde todavía tenía un pedazo de evidencia -


ese tallo de hiedra en forma de bola.

Era inexpresivo por naturaleza y odiaba hablar, pero ese único gesto de la mano
tenía un claro mensaje: tal travesura sólo podía venir de una persona. Incluso si
hubiera sido quemado hasta las cenizas, Xuanmin todavía lo reconocería.

Xue Xian no tenía nada que decir a eso.

Finalmente, Xuanmin tiró el tallo de la hiedra. Le preguntó a Xue Xian otra vez:
"No has explicado el trueno".

"Oh", dijo Xue Xian. "No es mucho. Sólo estaba dejando que todos supieran dónde
estaba, para que pudieran venir a buscarme".

Xuanmin suspiró.

Esa breve tormenta había sido inmensamente poderosa - como si quien la hubiera
convocado hubiera querido demoler completamente el recinto de Liu.

Todo eso, sólo para hacer un simple ruido y alertar a los demás de su presencia.

Cuando Xuanmin escuchó esto, su rostro rígido pareció, por primera vez, mostrar
una marca de sorpresa.

Esto fue muy gracioso para Xue Xian. Relajó su expresión y se burló: "¿Así que
seguiste ese trueno hasta mí? Así que no fue una pérdida de tiempo en absoluto. Es
bueno que hayas venido tan rápido. Me preguntaba si debería convocar otro".

El monje lo miró fríamente. "Entonces no habría necesidad de encontrar el camino


para salir de estas ocho puertas. Incluso podríamos ahorrarnos los gastos de los
ataúdes".

"¿Cómo puede un hombre religioso hablar tan a menudo de cosas terrenales como
el dinero? Calvo...." Xue Xian hizo una mueca y se detuvo de decir burro. Se
reorganizó a sí mismo. "¿No es eso ofensivo para tu dios?"

Xuanmin lo ignoró.

Qué demonio tan insolente. ¿De qué demonios estaba hablando?

"Hace un momento, hablaba de encontrar las ocho puertas. ¿Las has encontrado?"
Preguntó Xue Xian. "Si lo has hecho, entonces genial. Llévame contigo. Si no lo has
hecho, entonces déjame intentar convocar otro ataque de truenos. Con suerte podré
forzar esta trampa embrujada."

Mientras decía esto, estaba realmente pensando: Oh, burro calvo, por favor dime
que lo has encontrado. Sólo tenía ese talismán de tormenta, y ya no está.

Xuanmin no lo decepcionó. Asintió con la cabeza y dijo: "Ya puedes bajar del
muro".

Se dio la vuelta y se alejó.

Su blanca túnica de monje se alejó como una brizna de nube, y pronto se fue lejos.

Después de un tiempo, Xuanmin se detuvo y se volvió a mirar a Xue Xian, que aún
no se había movido.

Xue Xian golpeó sus piernas despreocupadamente. "Estoy cojo. No puedo


caminar", anunció.

Xuanmin frunció el ceño, pensando que Xue Xian estaba actuando de nuevo.
Jadeado, preguntó, "Te escapaste bastante rápido antes, demonio..."

Cuando se agarró del cuello del joven sirviente, fue rápido y ágil.

Xue Xian se burló. "¿Estás ciego, burro calvo? Por aquel entonces no corría con mis
propias piernas. Estaba usando las de otra persona."

Ese monje despiadado y ese demonio maleducado se miraron fijamente durante


mucho tiempo. Finalmente, el primero cedió y volvió a caminar hacia la pared.

El contorno de las piernas y rodillas de Xue Xian se podía ver a través de sus
túnicas negras. La mayoría de los paralíticos tenían piernas delgadas y nudosas, pero
no Xue Xian. Sus piernas se veían bastante ordinarias... no lucía como si fuera un
discapacitado.

Xuanmin echó un vistazo, y luego extendió la mano para agarrar el tobillo de Xue
Xian.

Xue Xian no se lo esperaba. Se sacudió. Si hubiera tenido el control de sus piernas,


le habría dado una patada en la cara a Xuanmin.

¡¿Qué clase de persona se acerca a un dragón y empieza a agarrar sus garras?!


¡¿Tiene ganas de morir?!

Xuanmin tomó nota de la reacción de Xue Xian. Si sólo hubiera fingido estar
paralizado, no había manera de que sólo hubiera movido la parte superior de su
cuerpo - la parte inferior del cuerpo definitivamente también habría reaccionado.

Así que parecía que este demonio estaba diciendo la verdad. Realmente estaba
paralizado de cintura para abajo.

Xuanmin levantó los ojos e hizo un saludo budista con su mano. La otra mano, se
extendió hacia Xue Xian con las palmas extendidas. "Baja".

[Corregido: 22/02/2021] -Be


Capítulo 9: Lingotes de Oro (V)

Xue Xian le echó un vistazo a su mano, y luego estudió al monje de nuevo. Sus
túnicas de monje eran anchas y grandes, lo que hacía que el monje mismo se viera
extremadamente delgado y alto. Por la forma de sus hombros, Xue Xian podía decir
que su delgadez no era de hambre, sino que tenía una cierta delgadez muscular. Aún
así, estaba ciertamente lejos de ser 'fuerte'.

Escéptico, Xue Xian sacó su barbilla. "¿Vas a cargarme con un solo brazo? No
mientas."

Xuanmin no hizo ningún movimiento. Se quedó ahí, con el brazo extendido.

"Bien. Si me caigo, es culpa tuya," dijo Xue Xian infelizmente. Extendió sus brazos
y saltó desde la pared.

Pero mientras flotaba hacia abajo, de repente se transformó de un ser humano a


un hombre de papel. Para poder caber en la mano de Xuanmin, este hombre de papel
era incluso más pequeño que antes, del tamaño de una palma, y, como una hoja de
otoño, aterrizó lentamente en la palma de Xuanmin...

Extendió sus brazos y piernas, como un ángel de nieve.

Xuanmin suspiró.

Se había acostumbrado a la forma humana de este demonio, y ahora le costaba


mirar esta pintada 'vista dolorosa para los ojos'. De hecho, era más pequeño y más
fácil de manejar, pero se veía feo.

Xuanmin miró hacia otro lado. Al igual que antes, metió al hombre del papel en su
bolsa. Pero esta vez tuvo un poco más de compasión: en lugar de empujar al hombre
del papel en el fondo, dejó que su cabeza se asomara y sus brazos colgaran por el
lado de la bolsa. Fue una bocanada de aire fresco.

Pero, el demonio no estaba satisfecho.

"¿Podrías por favor ponerme en otro lugar?" Xue Xian había dicho por favor, pero
su tono no era nada educado.

Xuanmin no podía creerlo. Este demonio parecía haber olvidado quién era el captor
y quién era el cautivo. ¿Quería cambiar los papeles?
¿Has oído hablar de criminales en prisiones de máxima seguridad que piden una
litera más bonita?

Xuanmin miró hacia abajo. "¿A dónde quieres ir?"

El hombre del papel no tenía un esqueleto. Volteó su cara [1] para mirar al monje,
y puso los ojos en blanco. "¡Quiero estar sobre tus hombros!"

Xuanmin no dijo nada.

Este hombre del papel tuvo la audacia de quejarse: "No puedo ver nada desde aquí
abajo. ¡Quiero ir en tus hombros!"

Xuanmin aún no dijo nada.

¿Por qué no pides volar en el cielo mientras estás en ello?

"¿Así que ahora no tienes miedo de caer?" Preguntó Xuanmin.

Xue Xian respondió: "¿Tienes los hombros desiguales? ¿Los haces rebotar mientras
caminas? Mientras camines firme, no me caeré".

Xuanmin odiaba discutir con este demonio bocazas. Sacudió la cabeza, mientras
decía con voz resignada, "Bien".

Empezó a alejarse.

Aún asomándose por la bolsa, Xue Xian esperó un rato a que Xuanmin extendiera
una mano para poder subirla, pero el monje no hizo ningún movimiento para hacerlo.
"Eh, dame una mano", exigió.

Xuanmin respondió fríamente, "Hazlo tú mismo".

Xue Xian frunció el ceño.

Xue Xian era una poderosa bestia ancestral. Correr por el suelo como una rata no
era nada digno... prefería morir que hacer eso. Pero trepar por el brazo de alguien
como un mono en un árbol... eso era tolerable. Midió la altura de la cabeza del burro
calvo, y luego, condescendientemente, extendió sus dos patas y se agarró a la túnica
de Xuanmin.
El material de la ropa de Xuanmin era peculiar. ¿Qué clase de cáñamo era? Era
grueso, pero bastante suave, y tan blanco como la nieve, sin rastro de suciedad. No
se parecía a las túnicas de un monje ordinario.

Y había... un olor extraño.

Como un bosque de pinos cubierto de nieve fresca.

El cuerpo de papel de Xue Xian era extraordinariamente ligero. Se agarró a la


columna vertebral de Xuanmin y se subió hasta el cuello.

Una vez que llegaba al cuello, era fácil subir hasta los hombros del monje. Pero
Xue Xian se negó a hacerlo. Se apretó contra el cuello del monje y miró a su
alrededor, y luego levantó la cabeza.

Desde esta posición única, podía ver la barbilla de Xuanmin. No sería capaz de
verlo si se acercara más.

Xue Xian enrolló su cuerpo, y luego se abalanzó. Se agarró al mentón de Xuanmin,


y luego, tan rápido como pudo, trepó hasta el puente de su nariz. Luego cruzó las
cejas de Xuanmin, y saltó de lado a su hombro. Xue Xian no salvó la cara para el
monje en absoluto.

Xuanmin no dijo nada.

Este demonio realmente no tenía miedo de nada. No podía ser un duende ordinario, y
sin embargo su cuerpo era débil, sin ninguna potencia. Xuanmin no podía adivinar el
origen de este demonio.

Y hablando de su cuerpo...

Xuanmin miró al hombre del papel en su hombro y dijo, "Antes, le estabas diciendo
al erudito que no habías muerto todavía".

Xue Xian ajustó su posición y se inclinó hacia atrás con tranquilidad. Forzándose a
sonar casual, dijo, "Sí. Así que no puedes capturarme. Es una mala práctica."

En lugar de seguir su línea de pensamiento, Xuanmin hizo otra pregunta: "¿Dónde


está tu verdadero cuerpo?"

Algunos bastardos realmente saben cómo hablar. Siempre eligen las preguntas
más vulnerables e inapropiadas para hacer.

Esa pequeña ramita, llamada Jiang Shining era una de esas personas. Este burro
calvo también.

¿Dónde estaba su verdadero cuerpo?

Ni siquiera Xue Xian estaba seguro.

Cuando pensó en aquel día junto al mar, en el condado de Huameng, cuando le


habían quitado todos los huesos de su cuerpo, la tempestad estaba enviando
violentas olas que se estrellaban en la playa. Pronto, las olas se lo tragaron entero.
Golpeado por el dolor, perdió el conocimiento, y para cuando empezó a ser consciente
de sus facultades de nuevo, se dio cuenta de que su alma ya se había deslizado fuera
de su cuerpo.

Ese cuerpo mutilado y desperdiciado había perdido toda su sustancia y no podía


sostenerse más. En un acto de autodefensa, se había encogido en una pequeña
canica dorada.

Había querido embolsarse la canica y esperar a curarse lo suficiente para poder


volver a entrar en su cuerpo, pero los cielos le jugaron una broma cruel. Antes de que
recuperara sus sentidos, esa canica dorada fue arrastrada a la orilla por una gran ola.
Todo lo que podía hacer era permanecer en el agua y ver como los pescadores se
llevaban su cuerpo.

Para cuando estuvo completamente despierto, los hombres no estaban en ninguna


parte.

Era un recuerdo doloroso, uno que a Xue Xian no le gustaba recordar. Él dijo:
"¡Todavía lo estoy buscando!"

Xuanmin miró al demonio en su hombro otra vez. ¿Cómo podría haber conseguido
perder su propio cuerpo? Esta era una criatura interesante.

No es que Xue Xian no se lo tomara en serio. Pero comparado con su necesidad de


obtener venganza por la mutilación, encontrar su cuerpo fue fácil. Sólo que ahora, su
poder había disminuido, y ya no podía sentir ese vínculo innato con su forma física.
Una vez que se hubiera curado un poco más, se volvería sensible de nuevo, y sería
capaz de rastrear su cuerpo sin ningún esfuerzo.
Había una diferencia entre no buscar activamente algo, y que esa cosa apareciera
en su puerta.

Xue Xian recordó ese sonido tenue que había escuchado antes y se dijo a sí
mismo: "La ubicación de este recinto es extr.."

Mientras tanto, Xuanmin había estado caminando por el recinto sin ninguna
preocupación en el mundo, atravesando dos puertas estrechas y un pasillo. Estaba a
punto de abrir otra de las puertas estrechas.

Antes de que Xue Xian pudiera terminar de decir "extraña", se cortó y cambió el
tema. "¡Espera! Este lugar me resulta familiar."

Más que familiar...

Ese suelo de piedra cubierto de musgo, esas tallas en las puertas de madera,
incluso ese árbol magullado cuyas ramas se extendían más allá del recinto y la hiedra
que se aferraba a la pared... ¿No era éste el lugar donde Xue Xian se había
despertado?

Había dejado que el burro calvo le indicara el camino, ¡¿y habían terminado
exactamente en el mismo lugar?!

Xuanmin sacudió su cabeza. "Justo hace un momento era falso. Este es el real."

Xue Xian miró fijamente al monje. Bien... Ya que este burro calvo conoce los ocho
trigramas, sus cálculos no deberían estar equivocados. Si dice que estamos en el
lugar correcto, entonces estamos...

"Bien", dijo. "Así que ahora que hemos encontrado el verdadero patio, ¿Qué
hacemos?" Xue Xian vio como el burro calvo cruzaba el umbral de la puerta estrecha
y se dirigía por el camino, hacia la cabaña, que ahora se veía limpia y hermosa.

Xuanmin dijo, "Esta es la puerta de la vida. Si la cruzamos, seremos capaces de


dejar el embrujo".

Justo cuando Xue Xian abrió la boca para hablar, escuchó voces desde el interior
de la habitación que se suponía vacía.

Xuanmin inmediatamente retiró sus pasos, giró sobre sus talones, y


silenciosamente se deslizó detrás de las columnas del pasillo.
¿Cómo puede haber gente? Pensó.

Aún aferrado al hombro de Xuanmin, Xue Xian sacó con cautela su cabeza para
ver... por suerte, era tan pequeño y delgado que nadie podría notar su presencia.

Las voces del interior de la choza se hicieron más claras, y esa entonación sonaba
familiar. Mientras esperaban escondidos, las puertas de la cabaña se abrieron con un
chirrido y alguien sacó torpemente una pierna del umbral. Xue Xian se dio cuenta de
que era el idiota de la aldea, Liu Chong.

¿Había sido tan fácil encontrar a los otros que habían quedado atrapados en el
embrujo? ¿Con quién hablaba Liu Chong, Jiang Shining?

Pero Xue Xian no era de los que actuaban por impulso. Se dio cuenta de que algo
estaba mal.

El grueso abrigo que Liu Chong llevaba puesto se veía diferente al de antes. Antes,
había sido gris azulado. Ahora, era de un rojo polvoriento, con un diseño carmesí en
los bordes de sus mangas... parecía que estaba celebrando algún festival.

Justo cuando Xue Xian tuvo la idea, Liu Chong se dio la vuelta para ayudar a otra
persona a salir de la choza.

Era torpe, y apenas podía ayudar a otro. Sin embargo, parecía poner mucho
cuidado en sus movimientos.

La persona que se apoyaba en su brazo y salía cojeando por la puerta era una
anciana. Su cabello blanco y fino estaba en un moño monótono, que colgaba cojo de
la parte posterior de su cabeza. Su cara estaba demacrada, sus párpados caídos, y
sus arrugas profundas crujían y se cruzaban. Sus labios estaban teñidos de un tono
púrpura... estaba enferma.

Su mano se agarró al antebrazo de Liu Chong como un árbol centenario enredado


en el barro. Su otra mano sostenía un viejo bastón de madera. Incluso con toda la
ayuda, le costó un gran esfuerzo cruzar el umbral.

Estaba demasiado débil, y, para ella, ese umbral era simplemente demasiado alto.

La anciana finalmente cruzó y se apoyó en su bastón. Sonrió a Liu Chong y abrió


sus labios encogidos para hablar: "Buen Chong'er, entra y tráeme un taburete".

Liu Chong asintió. Mientras entraba, la anciana añadió: "Oh, y la linterna y los
lingotes".

El joven tonto sólo podía seguir la pista de una cosa a la vez. La anciana le había
dado tres peticiones, que lo confundieron sin fin. Con un pie en la puerta y el otro
fuera, miró fijamente a la anciana y balbuceó: "¿Taburete... lingotes?"

La anciana respiró un suspiro inaudito, y luego volvió a sonreír. "Sí, Chong'er es


muy inteligente."

Liu Chong volvió a sonreír como un tonto, y luego desapareció en la choza.


Después de un tiempo, volvió con el taburete en una mano y un paquete de tela en la
otra. Con las manos llenas, el idiota parecía olvidar cómo caminar. Se detuvo frente al
umbral, dudando, y finalmente logró dar un paso atrás. Se tambaleó hacia la anciana
y le entregó el taburete y el paquete de tela.

Probablemente había querido dejar la silla y abrir el paquete, pero con su torpeza,
la silla casi se rompió por la mitad y el paquete terminó atado en un nudo imposible.
Aunque había venido a ayudar, le estaba haciendo las cosas más difíciles a la anciana.

La anciana no mostró ningún indicio de impaciencia, ni su cálida sonrisa vaciló. Le


dijo a Liu Chong, "Ahora entra y tráeme unas linternas".

Liu Chong sonrió ante la aprobación. "¡Ai!" dijo enérgicamente, volviendo a la


habitación y volviendo a aparecer con dos brillantes linternas rojas.

"Es el día de los ancestros, y casi el año nuevo. Es hora de cambiar las linternas
blancas." La anciana le enseñó a Liu Chong cómo cambiar las linternas de la puerta, y
luego se sentó en su taburete, estudiando el bulto de tela anudada.

Después de un tiempo, se las arregló para desatarlo.

Cuando el paquete se desenredó, la pila de lingotes de papel que había dentro se


derramó en el suelo.

Cuidadosamente, la anciana sintió dentro del fardo y consiguió una sola cerilla.
Usando las linternas blancas que acababa de sacar, encendió la cerilla y la tiró sobre
la pila de lingotes.

Apareció un fuego amarillo cálido, y los lingotes se marchitaron inmediatamente,


como si el alma hubiera sido succionada por ellos. Un lingote al lado de la pila no se
incendió, sino que fue arrastrado por el viento hacia el pilar. Xuanmin silenciosamente
disparó una mano, y el lingote flotó en la palma de su mano.

Xuanmin volteó el lingote al revés, y tal como había pensado, había un texto
escrito en la parte inferior. Estaba escrito con la misma letra sin sentido... más de la
obra de Liu Chong.

Xue Xian inclinó su cabeza para leer el texto, y se dio cuenta de que era un
nombre... Liu Xian.

Pensó en ese montón de lingotes indescifrables junto a la cama de Liu Chong, y se


preguntó, ¿también dicen Liu Xian?

Pero no podía ser. Liu Chong claramente sabía cómo escribir las palabras Liu Xian
correctamente... ¿Cómo pudo convertirse en un garabato más tarde? Basándose en
los jeroglíficos, había más de dos caracteres en esos lingotes.

Xuanmin echó un vistazo al texto del lingote, y luego lo soltó. El lingote de papel
fue recogido por el viento de nuevo y voló de nuevo al fuego, donde fue tragado sin
dejar rastro.

Mientras la anciana avivaba la pequeña llama, divagaba: "Este año mi salud no es


muy buena. Ya no puedo doblar mi cintura. Este año hay menos lingotes que antes,
espero que sea suficiente para ti".

Liu Chong se sentó en el umbral, escuchando atentamente. De repente, volvió


corriendo a la habitación y salió con una pila de papeles amarillos en los brazos. Se
sentó y se agachó en la pila, empezando a hacer pliegues en los papeles. "Yo sé... Yo
sé cómo. Déjeme."

La anciana se giró para mirarlo. Bajo el cálido resplandor del fuego, su expresión
estaba llena de amor.

Liu Chong era normalmente torpe, pero cuando se propuso doblar los lingotes,
parecía mucho más hábil... estaba claramente acostumbrado. Terminó de doblar uno
y lo sostuvo en su mano, sonriendo a la anciana, esperando ansiosamente que ella lo
alabara.

La anciana se río entre dientes. "Mi querido Chong'er, tus lingotes son mejores que
los míos."

"Aquí..." Liu Chong le entregó el lingote a la anciana, haciéndole un gesto para que
lo arrojara al fuego.

La anciana movió su dedo. "No hay prisa. Quemaremos esto la próxima vez. No
tienen nombre, así que no podemos quemarlos, o los fantasmas no sabrán para quién
son, y tu abuelo no podrá recibirlos".

Liu Chong asintió, y luego inclinó la cabeza para doblar más lingotes.

La anciana usó su bastón para golpear el suelo, esparciendo las cenizas y


asegurándose de que más papel moneda fuera recogido por la llama. Mientras hacía
esto, se murmuró a sí misma: "Coge los lingotes, come bien, juega bien. Que subas
tranquilamente a las montañas de oro y a las montañas de plata."

Liu Chong continuó doblando sus lingotes, y murmuró a la anciana: "Come bien,
juega bien... Que subas en paz montañas de oro y montañas de plata."

Pronto, el fardo de lingotes de papel se quemó hasta convertirse en cenizas. La


anciana tiró su bastón al suelo y se llevó a Liu Chong de vuelta a la choza. Entonces,
de alguna manera, hubo un choque, como si alguna cosa frágil hubiera caído al suelo
y se hubiera hecho añicos.

"No te preocupes, está bien, está bien", dijo la amable voz de la anciana. Parecía
que Liu Chong se había asustado por el ruido, y ahora ella lo estaba consolando.

Pronto, la anciana y Liu Chong salieron de la choza de nuevo.

Dentro de la parte delantera de la túnica de la anciana había algunas piezas de


cerámica rotas, y Liu Chong sostenía...

Xue Xian se esforzó por ver desde más allá del pilar. Parecía un pequeño espejo de
cobre.

¿Por qué sostenía un espejo de cobre?

Estaba confundido.

Vio como la anciana dirigió a Liu Chong para que cavara un agujero junto a las
raíces del árbol. Puso las escamas de cerámica en la tierra, y luego el espejo de
cobre. Mientras enterraban el espejo, la anciana murmuró: "Entierren un espejo,
conviertan los malos augurios en buenos augurios. Que los pedazos rotos descansen
en paz".

Después de esto, las dos figuras volvieron a la choza.

Aunque Liu Chong era un idiota, al menos era profundamente respetuoso con sus
mayores. Primero, ayudó a la anciana a entrar en la habitación, y luego cruzó el
umbral él mismo.

Xue Xian se volvió hacia Xuanmin y le preguntó en voz baja: "Esta puerta de la
vida se está comportando de forma extraña. ¿Por qué está repitiendo escenas del
pasado?"

Xuanmin frunció el ceño y se llevó los dedos a los labios, advirtiéndole que se
callara.

Demasiado tarde. Liu Chong se congeló... parecía haber oído algo. Desconcertado
sacó la cabeza y miró a su alrededor. Con un poco de suerte, miró al pilar e hizo
contacto visual directo con Xue Xian.

Normalmente, un hombre de papel tan pequeño con la cara pintada sería


prácticamente invisible, especialmente a siete u ocho pasos de distancia.

Sin embargo, Liu Chong lo vio.

Xue Xian no estaba seguro de si estaba alucinando, pero sintió que la estúpida
mirada de Liu Chong adquirió cierta coherencia en ese momento. Esas pupilas negras
le miraban directamente desde el otro lado del pasillo... era asombroso.

En ese instante, el viento que soplaba a través del recinto comenzó a aullar de
nuevo, y parecía cambiar completamente de dirección. El repentino cambio fue
aterrador. Mientras Liu Chong daba un paso fuera de la puerta, también llegó el
sonido de pasos desiguales desde el interior de la cabaña: arrastrando los pies juntos,
pero pesados y ásperos. No sonaba para nada como la anciana.

Xuanmin se alejó del pilar y se escabulló por la estrecha puerta, alejándose


rápidamente.

El ominoso ruido de arrastre no se detuvo... de hecho, parecía estar cada vez más
cerca.
Xuanmin se detuvo para mirar a su alrededor, y luego eligió el pasillo a su
derecha. Cruzó el patio en diagonal, ignorando todas las puertas principales, pero se
dirigió a la estrecha puerta de la otra esquina.

"¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué las cosas cambiaron de repente?" Xue Xian se
agarraba al cuello del monje tan fuerte como podía. Echó una rápida mirada detrás de
él y vio que la anciana y el niño salían por la puerta estrecha, sus movimientos
bruscos y expresiones extrañas adquirían un tinte hueco y mortal.

"No sé cómo, pero la puerta de la vida es ahora la puerta de la muerte", respondió


Xuanmin mientras abría la nueva puerta estrecha.

"¿Así que las ocho puertas son diferentes de sus cálculos?"

"Sí".

"¿Qué pasa si accidentalmente entras en la puerta de la muerte?"

Xuanmin dijo tranquilamente, "Envía una onda a través de todo el reino. Todas las
puertas comenzarán a comportarse de manera extraña. Estamos bien si no nos
dejamos ver por los espíritus más allá de las puertas, pero una vez que nos vean,
empezarán a perseguirnos."

Xue Xian engulló, pensando en el cambio de comportamiento de la anciana y el


joven. Preguntó, "¿Perseguirnos? ¿Hasta cuándo?"

"No se detendrán a menos que mueran. O nosotros."

Xuanmin había cruzado el umbral y atravesado la estrecha puerta. Esta vez, era un
cuarto grande, donde por alguna razón algunos sirvientes estaban reunidos alrededor
de una mesa. Una de las chicas dijo: "La vieja señora no está mejorando. Su tez ha
empeorado. ¿Podría el Dr. Jiang habernos dado la medicina equivocada? ¡El curandero
va a hacer que la maten!"

La otra chica de rostro redondo dijo, "No sé nada de medicina. Todo lo que
podemos hacer es asegurarnos de que la anciana esté cómoda. Anoche fue horrible,
la vieja señora no podía respirar en absoluto. Afortunadamente, pensé en golpearla
en la espalda. ¿Son ustedes dos los que la cuidan esta noche? ¡Deben tener cuidado!"

La interrumpió otra sirvienta que entró corriendo en la habitación, diciendo sin


aliento: "¡Vengan rápido! Creo que la vieja señora esta..."
Antes de que pudiera terminar de hablar, Xuanmin se dio la vuelta y salió
corriendo por la puerta estrecha. Xue Xian no pudo evitar mirar hacia atrás, y luego le
dio una bofetada ansiosa a Xuanmin. "¡Nos han visto! ¡Nos han visto de nuevo!
¡Vámonos!"

Con eso, los pasos dentro de la habitación cambiaron de ritmo, y comenzaron un


pesado arrastre hacia la puerta.

Sólo habían abierto dos puertas, y ya habían cabreado a siete u ocho espíritus
extraños que ahora los perseguían por todas partes. Las cosas se estaban saliendo de
control.

El burro calvo volvió al patio y cogió una tercera puerta estrecha, corriendo hacia
ella.

Xue Xian no sabía qué decir. Por favor, Dios, piensa con cuidado antes de abrir esa
puerta!

[1] Perder cara: El término "lose face" y "save face", "perder rostro o perder cara" y
"salvar cara" vienen del concepto social chino sobre el honor, "perder cara" es verse
humillados ante alguna circunstancia que hace que pierdan honor, "salvar cara" es
todo lo contrario, mantener ese honor intacto. En este contexto Xue Xian no escatimó
en su acción de trepar al monje, no le importó que este "pierda cara".

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 10: Molino de Piedra vacío (I)

El recinto de Liu puede haber sido un laberinto de patios, salones, habitaciones, pozos
y callejones sin salida, pero seguía siendo un recinto rectangular ordinario con
dimensiones ordinarias. Cuanto más se interesaba el propietario en el diseño del Feng
shui, menos probable era que un recinto tuviera un plano irregular. Aunque había
innumerables paredes y puertas, era imposible perder de vista las siguientes ocho
direcciones: Norte, Sur, Este, Oeste, Noreste, Noroeste, Sureste, Suroeste.

Y estas ocho direcciones correspondían a: puerta de la herida, puerta del miedo,


puerta de la vista, puerta del descanso, puerta de la parada, puerta abierta, puerta
de la muerte, puerta de la vida.

Normalmente, de estas ocho puertas, las tres puertas propicias eran la puerta
abierta, la puerta de descanso y la puerta de la vida. La puerta de la muerte, la
puerta del miedo y la puerta de la herida eran las tres puertas desfavorables. Las
puertas de la vista y las puertas de la parada eran neutrales, y creaban equilibrio.

Pero propicias, desfavorables y neutrales no eran categorías estables. Había un


dicho popular que decía que iba: 'Cuando una puerta propicia es sometida, no puede
hacer el bien; cuando una puerta desfavorable es sometida, no puede hacer el mal.'
Así que si la puerta de la vida se usaba para un hogar yang o una persona viva,
entonces sería propicia, pero si se usaba para un hogar yin o una persona muerta,
entonces sería desfavorable. Del mismo modo, si se utiliza en una persona muerta o
una casa yin, una puerta de la muerte también podría ser muy propicia.

Entonces, ¿Qué implicaba esto? Para los seres vivos como Xue Xian y Xuanmin, todo
lo que tenían que hacer era encontrar la puerta de la vida, y serían capaces de
escapar de la trampa embrujada con seguridad y salud.

Bajo circunstancias ordinarias, era fácil calcular cuál de las ocho puertas era cuál.
Pero algo estaba saboteando el Feng shui entre bastidores, las cosas se complicaron.

Xue Xian y Xuanmin estaban ahora en esa situación. De alguna manera, la puerta
de la vida se había convertido en una puerta de la muerte. No sólo no habían podido
escapar de la persecución, sino que ahora toda clase de espíritus malignos los
perseguían.

A pesar de todo eso, Xuanmin no dudó en abrir otra puerta. ¡No había nada que
Xue Xian pudiera hacer para detenerlo!

Si esto le hubiera ocurrido a un Xue Xian sano y salvo, señor de los cielos, habría
dicho: "¡Al diablo con estas ocho o nueve puertas de la muerte y la vida! Derribarlas
una a una... ¿Cómo no iba encontrar la salida? ¡O si no, llamaré a algún trueno y
destruiré este lugar!

Sabía que si todavía tenía sus poderes, nunca se habría quedado atrapado en este
inútil reino de fantasía.

Pero las cosas eran diferentes: Xuanmin era el jefe, y Xue Xian no era más que un
pequeño hombre de papel encaramado en su hombro.

Él y Xuanmin apenas se conocían desde hacía una hora... dos o tres tazas de té.
Debido a esto, Xue Xian no tenía ni idea de lo que el burro calvo era capaz de hacer.
Tenía la arrogancia de un alto sacerdote, y a veces parecía ser capaz de hacer un
farol en su camino a través de las cosas, pero Xue Xian aún no había visto al monje
realizar ninguna acción concreta.

Entonces, ¿podría convocar una tormenta eléctrica? ¿Podía salvar a un fantasma


perdido y pícaro como Jiang Shining y ayudar al pobre hombre a trascender? Si se
trataba de una pelea, ¿podría ganar contra la abuela duende?

La pregunta más importante era si podía ganar contra la abuela duende.

Xue Xian realmente no estaba seguro de esa parte.

De hecho, el monje había tenido que usar un trozo de cobre para capturar a los
dos hombres de papel en el recinto de los Jiang.

Xue Xian se preguntó, ¿alguna vez has visto a un exorcista palear a un demonio?

La respuesta era: ¡Nunca!

Xuanmin frunció el ceño y miró al demonio en su hombro, que parecía estar


hablando consigo mismo otra vez. Su delgado y hermoso dedo aún estaba en posición
contra la estrecha puerta. Cuando había abierto las otras puertas, había tenido
cuidado de no hacer ruido. Ahora, habían quedado expuestos, así que no había
necesidad de escabullirse. Abrió la puerta de golpe.

Con un fuerte estruendo, la puerta carmesí se estrelló contra la pared detrás de


ella.
Justo cuando Xuanmin iba a entrar, vio que el hombre de papel del tamaño de la
palma de la mano en su hombro se había vuelto inquieto otra vez. Sin decir nada, el
hombre de papel estaba bajando por su túnica. Aunque se había estado quejando de
su necesidad de tener un 'punto de vista más elevado', ahora estaba volviendo a la
cintura del monje. Miró a Xuanmin en silencio, luego se deslizó dentro de la bolsa, e
incluso selló la bolsa obedientemente.

El mensaje era claro: Puedes irte a morir. Me voy de aquí.

Xuanmin puso los ojos en blanco.

Detrás de esta estrecha puerta había un patio de aspecto regular, con un salón
delantero al sur y un salón principal al norte, y corredores que iban al este y al oeste.
Lo extraño era que, a pesar de la manera tan llamativa de Xuanmin de abrir la
puerta, no parecía haber alertado a nadie. Dentro de la bolsa, Xue Xian esperó con la
mandíbula cerrada, pero tampoco escuchó pasos arrastrando los pies. No pudo evitar
volver a sacar la cabeza de la bolsa.

No había ni una sola alma en el patio... era casi pacífico. Sin embargo, escucharon
un tenue sonido de risa que provenía del salón delantero: sonaba como el oficial Liu.

Xue Xian había decidido que no le gustaba el Oficial Liu... pero tenía curiosidad por
saber qué estaba pasando en el salón delantero.

Mientras pensaba en esto, Xuanmin cruzó el umbral y comenzó a caminar hacia el


salón delantero.

Se acercaron por la puerta trasera, por lo que no podían ver lo que estaba
sucediendo dentro -- su visión estaba bloqueada por una gran pantalla. Xue Xian
miró, presa del pánico, como este estúpido y valiente burro calvo entró en la
habitación y se puso detrás de la pantalla. Pero ahora podían oír cada una de las
palabras que venían de dentro.

Xue Xian no estaba seguro de cuánta gente estaba reunida en el salón delantero,
pero podía distinguir dos voces. Una de ellas era la del oficial Liu, y la otra pertenecía
a un invitado suyo. Por su entonación y vocabulario, parecía ser un anciano.

Escuchó al anciano decir: "Por cierto, un rumor se ha extendido por la ciudad. No


estoy seguro de que sea cierto".

El oficial Liu preguntó: "¿Qué rumor?"


"El incendio en el recinto Jiang. ¿Lo has oído?"

"Por supuesto, por supuesto." Por alguna razón, el tono del oficial era
antinaturalmente aburrido. Se repitió de nuevo, luego levantó su taza de té y tomó un
sorbo. Finalmente, dijo: "Nosotros, la Oficina del Condado, organizamos el funeral. Se
quemaron hasta quedar crujientes. Si el pirómano no hubiera confesado, nunca
hubiéramos podido identificar a las víctimas".

"Pensar que una vez conocí a la Sra. Jiang mientras visitaba la ciudad... ¡Ah!" El
anciano suspiró, y luego añadió: "El rumor es, sin embargo, que buscaste tratamiento
para tu madre en lo del Dr. Jiang, pero que te dieron la medicina equivocada, y que
eso fue lo que causó la muerte de tu madre. Eso..."

El Oficial Liu tomó otro sorbo de té. Xue Xian podía oír todo, incluso el sonido del
oficial tragando su bebida.

Parecía estar tratando de suprimir algo que surgía dentro de él, pero también
estaba cocinando algo. Pero después de dos tragos de té, golpeó la taza de té con
fuerza contra la mesa, gritando de repente: "¡No quiero hablar de ello! La familia
Jiang recibió su merecido. ¡Ya no les guardo rencor! Pero mi pobre madre. Tuvo una
vida tan dura, y finalmente se retiró, sólo para... Ah..."

Al darse cuenta de que había molestado al oficial Liu, el viejo lo consoló. "Sí, no
hablemos de eso. Los curanderos..."

Al oír esto, Xue Xian frunció el ceño.

De repente recordó la noche en que llegó por primera vez al recinto de los Jiang.
Todo lo que quedaba de la mansión era un montón de ruinas y hierba muerta. La
atmósfera era sombría y miserable. Aunque al recinto no le faltaba sol durante el día,
conservaba un aire de dolor abrumador. Mientras cabalgaba el viento invernal hacia el
patio, se encontró cara a cara con Jiang Shining, que estaba sentado en un rincón.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que la inconsolable pena provenía de este
fantasma solitario.

Pero este Jiang Shining estaba extremadamente confundido. Sólo podía recordar
unas pocas cosas de su vida, y nada de después de su muerte.

Xue Xian preguntó, "¿Qué estás haciendo aquí solo? Cuando mueres, se supone
que debes ir a renacer. Si esperas demasiado tiempo en el reino de los yang y pierdes
tu oportunidad, entonces estarás en verdaderos problemas."
Jiang Shining lo miró fijamente por un rato, y luego dijo, "Oh, estoy esperando a
mis padres para que podamos ir juntos. Se están haciendo viejos, necesitan que los
cuide".

Xue Xian se preguntó si este ratón de biblioteca había leído demasiados libros en
vida... ¿le habían podrido el cerebro? ¿Qué era esta tontería?

"¿Y dónde están tus padres?" Preguntó Xue Xian.

Jiang Shining suspiró. "Deben haberse equivocado de camino. No tengo un cuerpo


adecuado, así que ni siquiera puedo dejar este recinto. Si tan sólo pudiera ir a
buscarlos."

Después de una pausa, Xue Xian dijo, "Está bien, te ayudaré. Pero tengo un
problema."

"Dime", dijo Jiang Shining.

"Déjame quedarme aquí unos días."

Desde que Xue Xian le dio a Jiang Shining su nuevo cuerpo de papel, el erudito
pasó todas las noches caminando por el pueblo buscando los fantasmas de sus
padres. En tres días, había caminado por todo el pueblo dos veces, pero no encontró
nada.

Xue Xian supuso que los Jiang ya se habían adelantado. Pero ahora, mientras
escuchaba al Oficial Liu, tenía un nuevo pensamiento.

Justo cuando quería volver a subir al hombro del burro calvo y susurrar su nueva
idea al oído de Xuanmin, hubo un movimiento en el salón delantero.

Escuchó al oficial Liu decir: "Bien. La última vez que le dije que había obtenido una
nueva pieza de colección. Es bastante peculiar. Quería mostrártelo, para ver qué
pensabas. Casi lo había olvidado. Vámonos".

Cuando escuchó esto, Xue Xian pinchó a Xuanmin tan fuerte como pudo.

Pero al estar hecho de papel, no tenía ninguna fuerza. Aunque había querido
pinchar a Xuanmin, era más bien un ligero rasguño. Xuanmin podía sentir que el
demonio le rascaba la cadera y fruncía el ceño. Justo cuando se giró para dejar el
salón delantero, descubrió, que alguien estaba parado detrás de él.
[Corregido: 23/02/2021] -Be
Capítulo 11: Molina de Piedra vacío (II)

Esta persona tenía unos ojos extrañamente negros, que no traicionaban ni el más
mínimo destello de luz. Debajo de sus ojos había dos círculos oscuros, la oscuridad de
los cuales disparó su piel mortalmente pálida. Parecía estar sufriendo una especie de
enfermedad de escalofríos. Una persona ordinaria, enfrentada a un fantasma tan
espantoso, se habría asustado directamente de su piel.

Por supuesto, Xuanmin y Xue Xian no eran gente común.

Uno de ellos era desconcertantemente valiente, y el otro era una criatura más
poderosa que los ocho vientos que probablemente ni siquiera sabía escribir la palabra
'miedo'.

Este monje que parecía una columna de hielo y el compañero demonio que colgaba
de su cadera, ambos miraban fijamente a este recién llegado.

El recién llegado se llevó una mano al pecho y miró a su alrededor, confundido.


"¿Por qué te diste la vuelta tan de repente? Me asustó mucho".

Xue Xian pensó, Estúpido ratón de biblioteca.

El hombre que estaba de pie detrás de ellos no era otro que Jiang Shining.

Cuando Xue Xian lo vio por primera vez, estaba preocupado: Si este ratón de
biblioteca escuchaba lo que el Oficial Liu acababa de decir, habría irrumpido para
atacar al hombre. Aunque no sé si este tonto habría ganado la pelea.

Pero parecía que Jiang Shining no había escuchado lo que el oficial Liu había
estado diciendo sobre sus difuntos padres.

Xue Xian estaba bastante contento: Al menos no tengo que preocuparme de que el
ratón de biblioteca llame a la puerta de la muerte y nos arrastre a todos con él.
Asomándose de la bolsa de Xuanmin, dijo mientras acompañó a Jiang Shining con
desdén. "Hora de irse. Vamos, vamos."

"¿Por qué tenemos tanta prisa?" Aunque Jiang Shining a menudo discutía con Xue
Xian, en realidad era un cobarde, o de lo contrario nunca hubiera permitido que Xue
Xian le diera órdenes en estos tres días. No sólo tuvo que sufrir la compañía de Xue
Xian, sino que tuvo que comprarle comida.

Así que aunque se preguntaba '¿Por qué?', en realidad ya estaba obedeciendo las
palabras de Xue Xian y se apartó de la puerta sin dudarlo.

Viendo esto, Xuanmin levantó una mano y la dejó caer. Xue Xian preguntó, "Burro
calvo, ¿por qué levantaste la mano? ¿Finalmente te cansaste del ratón de biblioteca y
decidiste darle una bofetada?"

Xuanmin no dijo nada. En un momento finalmente dijo: "Tú eres el que merece ser
abofeteado".

"¿Qué es lo que hice? ¿Por qué quieres abofetearme?" Preguntó Jiang Shining.

"Cállate y camina", dijo Xue Xian.

Xuanmin suspiró. ¡Este inquieto demonio tuvo el descaro de quejarse de que los
demás hablaban demasiado! Pensó.

En realidad, Xue Xian había acertado. Jiang Shining se había convertido de alguna
manera en un fantasma de carne y hueso, y en un pícaro en el proceso. Ahora sólo
funcionaba con la energía yin. En la parte de atrás de su cuello, había una pequeña
puerta. Si Xuanmin la golpeaba con su mano, podría forzar toda la energía yin y hacer
que el fantasma volviera a su forma original de papel.

Xuanmin estaba preocupado de que Jiang Shining destruyera accidentalmente su


plan de escape, así que tenía la intención de convertirlo de nuevo en un hombre de
papel y hacerlo más fácil de manejar. Ya tenía un granuja medio paralizado del que
preocuparse, y no quería que un fantasma de carne y hueso causara aún más caos.

Resultó que con este demonio era realmente fácil de hablar. Xuanmin decidió
tolerarlo, así que había vuelto a dejar caer su mano. Siguió al demonio hasta la
puerta.

Alargó la mano y agarró a Jiang Shining por el cuello, luego giró sobre sus talones
y se ocultó detrás de la pared que separaba el salón delantero del pasillo. Cuando el
monje no quería hacer ningún ruido, podía estar totalmente en silencio. Con un golpe
de su delgada manga blanca, saltó por encima de la pared - y no recogió ni una sola
mota de polvo, ni rozó las ramas del árbol cercano.
Xue Xian miró ese árbol intacto, y luego miró el colgante de monedas de cobre que
colgaba de la cadera del monje. Este es un misterioso burro calvo, pensó.

Xuanmin había elegido el momento adecuado para esconderse. Justo cuando el último
rincón de su bata blanca se volteó sobre la pared, el oficial Liu y su viejo amigo
vinieron desde la otra dirección. Estos dos hombres mayores parecían no haber oído
nada extraño.

Desde más allá del muro, Jiang Shining vio la silueta del Oficial Liu. Aunque no
estaba contento de ver al hombre, también estaba confundido... ¿Por qué se escondió
Xuanmin cuando vio al oficial? Parecía no querer tratar con el hombre en absoluto.

Afortunadamente, Jiang Shining tenía un miedo mortal de ser molesto para los
demás: nunca hablaba fuera de turno, ni actuaba precipitadamente, ni hacía nada
que pudiera ser inconveniente para alguien más. Se metía todas sus preguntas en el
estómago y se acobardaba detrás de la pared, viendo como el oficial Liu y el
desconocido atravesaban el patio, caminando hacia el salón principal.

Justo cuando el oficial Liu se disponía a cruzar el umbral del salón principal, una
voz quejumbrosa gritó de repente: "¿Papá?"

Xue Xian se quedó paralizado, "Genial. Ahora el verdadero idiota está aquí. Seguro
que ha elegido el momento adecuado".

En efecto, no estaba claro cómo Liu Chong había llegado hasta aquí, pero allí
estaba, bajo el alero del pasillo, llamando 'papá' al oficial Liu.

Lo primero que hizo Xue Xian fue echar un vistazo a su abrigo. El "Liu Chong" con
el que se habían topado en la puerta de la muerte acababa de llevar un abrigo rojo
polvoriento, pero el del pasillo llevaba un abrigo gris azulado, igual que el original.

Xuanmin salió de su escondite. Antes de que el oficial Liu pudiera reaccionar, cargó
hacia Liu Chong y lo agarró. Comenzó a arrastrar al joven con él a la puerta estrecha.
Afortunadamente, el patio del medio era bastante pequeño, así que Xuanmin cruzó en
poco tiempo.

El sorprendido oficial Liu volvió a sus cabales. Su cara se aflojó, y comenzó a


marchar hacia ellos.

Fue bueno que Xuanmin reaccionara tan rápido. Ya estaban en la puerta.

Guang--
El monje abrió de golpe la estrecha puerta, y Jiang Shining cerró la puerta tras
ellos.

Pero mientras levantaba la cabeza para mirar al confundido idiota Liu Chong, de
repente exclamó, "¡Eh!"

Xuanmin había atravesado la puerta, así que soltó la mano de Liu Chong. Xue Xian
pensó: "Este monje parece flaco, pero su agarre es jodidamente fuerte". Liu Chong no
está hecho de papel como Jiang Shining, y es demasiado tonto para cooperar
adecuadamente. Pero aún así se las arregló para remolcarlo hasta aquí. ¿Qué tan
fuerte es?

Xuanmin no necesitaba mirar hacia abajo... podía sentir la mirada del demonio. No
podía adivinar lo que el hombre del papel estaba haciendo ahora.

Definitivamente no estaba haciendo nada bueno.

Sin decir nada, movió su mano a su cadera y cubrió esa fea vista para los ojos
doloridos, pero Xue Xian luchó contra él.

¿¡Qué mierda!? pensó Xue Xian. ¡Cómo te atreves a tocar la cabeza de un dragón!

"¡Su lunar ha cambiado de lugar!" Gritó Jiang Shining, señalando a Liu Chong.
Mientras hacía esto, de repente se sintió maleducado al señalar directamente a los
demás, así que apartó la mano y miró torpemente a Xuanmin.

Xuanmin, cuya mano aún estaba luchando con la de Xue Xian, se congeló.

"¿No estaba antes en el lado izquierdo? ¿Por qué está ahora en el lado derecho?"
preguntó Jiang Shining en voz baja.

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 12: Molino de Piedra vacío (III)

Incluso mientras hablaba, Jiang Shining no pudo evitar estremecerse. Xue Xian se
burló. Tú también eres un fantasma, pero ¿te asustan los fantasmas?

Cuando Xuanmin escuchó las palabras pronunciadas por Jiang Shining, frunció el
ceño, y dijo. "Ya veo".

"¿Qué quieres decir con 'ya veo'?" dijo Xue Xian.

Siempre había tenido mal genio, y la lentitud de Jiang Shining le frustraba. ¡Ahora
tenía que lidiar con el inamovible Xuanmin! Toda esta espera estaba matando a Xue
Xian. Salió de la bolsa y se escabulló hacia Liu Chong, agarrando los pantalones del
joven y desapareciendo en los pliegues de su abrigo.

Las palabras de Xuanmin parecieron sacudir al idiota, que volvió a sus cabales.

Cuando Jiang Shining levantó la cabeza, miró fijamente a Liu Chong.

No había pupilas en esos ojos: parecían desalmados y aterradores. Jiang Shining


pensó que podría mearse en los pantalones.

Jiang Shining se giró e intentó correr. Desgraciadamente, encontrar un fantasma


es como encontrar un perro salvaje: cuando te encuentras con sus ojos por primera
vez, parece dudar, pero en cuanto haces un movimiento, se abalanza sobre ti. Liu
Chong emitió un bajo y sordo rugido desde el fondo de su garganta y atacó a Jiang
Shining.

La cara blanca del pobre ratón de biblioteca se volvió verde. Quería gritar, pero se
lo tragó. Incluso en un momento tan crítico, fue incapaz de dejar de lado el 'código de
caballeros'. Quería correr, pero tenía miedo de avergonzarse. Un pie pareció saltar
mientras el otro pie estaba en su lugar... estaba a punto de ser convertido en un
pretzel.

Guangdang--

Jiang Shining perdió el equilibrio y cayó al suelo, sus brazos y piernas se separaron
en todas las direcciones.
El falso 'Liu Chong' de este hechicero tenía una idiotez similar al verdadero Liu
Chong. Cada uno de sus movimientos era lento y vacilante, y mientras corría,
tropezaba como un elefante.

Jiang Shining vio como Liu Chong venía corriendo hacia él. Respiró profundamente
y cerró los ojos, esperando su destino.

De repente, se oyó un sonido... de - dong. Jiang Shining sintió que una manga le
barría una ráfaga de viento en la cara seguida de un violento paso en el suelo de
piedra debajo de él. El dedo helado de Liu Chong nunca se encontró con el cuello de
Jiang Shining.

Haciendo una mueca, Jiang Shining abrió cuidadosamente un ojo. Vio que Liu
Chong estaba tendido en el suelo a su lado, habiendo caído de alguna manera sobre
su cara.

El pobre idiota no esperaba tropezar: ni siquiera había extendido los brazos para
detener la caída.

Aturdido, Jiang Shining se revolvió y sacó el polvo de su ropa. Todavía estaba


mirando a Liu Chong.

Entonces, vio a Xue Xian deslizarse del abrigo gris azulado de Liu Chong,
sosteniendo un largo trozo de cuerda en sus manos. Parecía...

¿Un cinturón?

Jiang Shining miró a Liu Chong, y se dio cuenta de que el idiota se había caído
porque, justo cuando se había abalanzado, sus pantalones se habían caído a los
tobillos y se habían enredado con sus pies. Su torpeza natural se vio agravada por
este inconveniente, y tuvo una terrible caída. De hecho, se había lesionado el cráneo,
así que se quedó allí tumbado, inmóvil.

Mientras Xue Xian se deslizaba con el cinturón del idiota, le tiró el cinturón a Jiang
Shining. "¡Rápido, átale los pies!"

Entonces, miró con desprecio a Xuanmin. "Levántame, rápido. Casi me arranco el


brazo tratando de conseguir el cinturón."

Levántame..
Jiang Shining estaba asombrado. ¡Este hombre medio paralizado realmente podía
moverse cuando quería!

Mientras reflexionaba sobre lo que acababa de ocurrir, Jiang Shining sintió una
oleada de culpa: había sido una carga para los demás una vez más. Ignoró la ética de
tomar el cinturón de alguien, y comenzó a atar la mano izquierda y la pierna derecha
de Liu Chong con un trozo de cuerda. Mientras lo hacía, murmuró, "Lo siento".

Xue Xian arrugó su nariz ante el comportamiento cobarde del ratón de biblioteca.

Lo lejos que había llegado para ayudar a esos dos idiotas... él, el minusválido, en
realidad había ido a robar el cinturón del idiota. Ese burro calvo debería haberse
arrodillado inmediatamente en el suelo para mostrar su eterna gratitud, y luego
levantarlo ligeramente con ambas manos y colocarlo de nuevo en su lugar. Pero el
burro calvo ni siquiera intentó darle las gracias... ¡qué bastardo!

Xue Xian miró fijamente a Xuanmin. La cara pintada emitía una desagradable
expresión de odio. Entonces, notó que el monje tenía su colgante de monedas de
cobre en sus manos, como si estuviera planeando algo.

¿Finalmente este burro calvo iba a mostrar algunos movimientos?

Xuanmin no había esperado que el robo de cinturones fuera una forma de


enfrentarse a un fantasma, ni tampoco esperaba que los acontecimientos se
desarrollaran de esta manera. Se quedó parado allí aturdido por un rato.

Xue Xian vio como el monje calmadamente quitaba sus dedos del colgante de
monedas de cobre.

Mientras Xuanmin recogía a Xue Xian, este último repentinamente sintió


remordimiento: Si hubiera sabido que el monje iba a actuar, nunca habría tomado el
cinturón de ese idiota. ¡Quería ver de qué estaba hecho el burro calvo!

Había perdido una oportunidad de oro. Xue Xian se sintió desinflado. Todo su
cuerpo de papel se quedó blando, de modo que colgó de la bolsa de Xuanmin como
ahorcado.

Xuanmin miró al demonio, desconcertado por lo que estaba haciendo ahora. Se


acercó para frotar la cabeza del hombre del papel. Lo único que hizo el hombre de
papel fue levantar la cabeza débilmente y, cuando Xuanmin apartó el dedo, el hombre
volvió a caer blando.
Xuanmin no sabía lo que había pasado.

Con eso, Xuanmin adivinó que el hombre del papel debe haber caído enfermo.
Sacudió la cabeza y le dijo a Jiang Shining: "Vamos".

En ese momento, la estrecha puerta se estremeció cuando el oficial Liu chocó


contra ella. La golpeó por segunda vez y el cerrojo de madera pareció temblar.

Guang... guang... guang...

Jiang Shining se estremeció al escuchar el sonido de la puerta que fue embestida.


Siguió a Xuanmin.

Cruzaron más puertas en este laberinto y se encontraron con otra multitud. La


multitud había parecido genial, hablando entre ellos, pero tan pronto como vieron a
Xuanmin y a Jiang Shining, un aura fantasmagórica poseyó inmediatamente a la
multitud, que comenzó a perseguirlos. Era como volar una cometa: no importaba lo
cerca o lejos que estuvieran los espíritus, eran implacables en su persecución.

Mientras Jiang Shining corría a través de otra puerta, temeroso hizo un recuento
de cabezas: incluyendo la masa de sirvientes, más tres oficiales Lius, dos Liu Chongs,
dos ancianas agarrando bastones de madera...

Entre la multitud había dos sirvientas de aspecto débil, pero mientras perseguían a
Jiang Shining, fueron capaces de empujar un viejo árbol fuera del camino. Claro, el
árbol no era particularmente vigoroso, pero las chicas prácticamente habían partido el
tronco por la mitad. ¿Tenían cuchillos en vez de manos?

Jiang Shining estaba aterrorizado. Se había despertado en una habitación vacía e


inmediatamente se encontró con Xue Xian y Xuanmin... ¡qué mala suerte!

Con todo esto en su mente, Jiang Shining no había prestado atención al diseño del
recinto en absoluto.

Afortunadamente, Xuanmin había estado asimilando todo. Aunque tomó medidas


radicales y apresuradas, no parecía perturbado en absoluto. Parecía tenerlo todo
planeado... se agachó y salió por las puertas estrechas sin una pizca de vacilación.
Jiang Shining ciertamente no era de los que se pierden, pero sin embargo estaba
confundido por todos los giros y vueltas que habían dado. Xuanmin, sin embargo,
parecía estar perfectamente en control.

"Burro calvo, ¿a dónde vamos?" Xue Xian finalmente había despertado de su


estupor.

Xuanmin respondió: "Esa era la puerta de la muerte. Debemos ir a la puerta de la


vida".

Escépticamente, Xue Xian dijo, "Creo que ya hemos estado en este mismo patio
tres veces."

"Esta es la puerta de la parada."

"¿Y qué?"

"Si te das la vuelta, lo verás."

Lentamente, Xue Xian levantó su pesada cabeza y perezosamente la giró. Todo lo


que pudo ver fue una sábana de tela de cáñamo blanca. "¿Me estás tomando el pelo?
Cuando me doy la vuelta, todo lo que veo es a ti."

Xuanmin puso los ojos en blanco.

Pero Jiang Shining realmente miró detrás de él. Se apresuró hacia adelante, y
luego se detuvo. "¿Qué le pasó a la multitud? Todos han desaparecido. Ahora mismo
todavía puedo oírlos quejarse."

Xue Xian finalmente lo entendió. Mirando hacia atrás a Xuanmin, preguntó, "¿Te
las arreglaste para perderlos?"

Xuanmin simplemente asintió con la cabeza. "Sí".

De las ocho puertas, las dos puertas que no eran ni propicias ni desfavorables - la
puerta de parada y la puerta de vista - no eran completamente inútiles. La puerta de
parada estaba normalmente bien escondida, así que era un excelente lugar para
protegerse del peligro.

A medida que Xuanmin se abría paso entre la puerta de entrada y la de salida,


finalmente fue capaz de perder a los fantasmas.

Ahora, se dio la vuelta de nuevo, y se abrió camino por un largo pasillo hasta la
estrecha puerta del suroeste.
"¿No es esta la puerta de la muerte por la que pasamos accidentalmente antes?"

Xuanmin abrió la puerta y empujó a Jiang Shining a través de ella. "La puerta de la
muerte es para las almas yin. Para ti, es muy propicia."

Jiang Shining tropezó, sorprendido, a través del umbral y entró en el patio.

La anciana y Liu Chong, que habían estado dentro, habían sido sacados por
Xuanmin y Xue Xian. Ahora, el salón estaba completamente vacío. No había nadie,
excepto Jiang Shining.

Cuando entró, desapareció rápidamente, como si una burbuja hubiera explotado.

"¿Escapó ese ratón de biblioteca de la persecución?" Preguntó Xue Xian.

Xuanmin asintió. Volviéndose de nuevo, caminó hacia la puerta de la vida.

Ahora, la puerta de la vida era aún más familiar para Xue Xian.

"¿No es esta la choza rota de Liu Chong?" Xue Xian siguió el camino del suelo de
piedra hasta el edificio en ruinas de su final. Todavía estaba rodeado por un aura
fuertemente negativa. ¿Cómo podría ser esta la puerta de la vida? "Esto se parece
más a la puerta de la muerte."

"Solía serlo", respondió Xuanmin con frialdad. "Pero vimos que el recinto Liu se
puso patas arriba. Ahora, la puerta de la muerte se ha convertido en la puerta de la
vida."

"¿A qué te refieres?" Xue Xian frunció el ceño. Recordó lo que Jiang Shining había
dicho sobre el lunar de Liu Chong: ¿No estaba antes en el lado izquierdo? ¿Por qué
está en el lado derecho ahora? Se le ocurrió de repente. "¿El espejo?"

Xuanmin miró al hombre del papel. Este demonio es problemático, pero no es


estúpido. "Las ocho puertas originales del recinto Liu tenían el suroeste como la
puerta de la muerte, el noroeste como la puerta abierta, y el noreste como la puerta
de la vida."

Xue Xian recordó cuando Xuanmin le preguntó al oficial Liu sobre la ubicación de la
habitación de cada miembro de la familia. Él dijo...

La habitación del noroeste era suya. La habitación Noreste pertenecía al hijo menor
del Oficial Liu, Liu Jin.

De las ocho puertas, la puerta abierta era la principal, un excelente lugar para
hacer buenos negocios. El Oficial Liu quería ser promovido pronto y a un puesto alto,
así que naturalmente se dio esa puerta abierta a sí mismo. La puerta de la vida se
trataba de asegurar una línea de descendientes saludables, así que naturalmente se
la dio a su hijo menor, con la esperanza de que un día le diera muchos nietos y
mantuviera la familia Liu.

Ahora, Xue Xian entendió lo que el oficial Liu intentaba hacer con ese diseño de
'Dirigir el río hacia el mar'.

Oh, pero el pobre y tonto Liu Chong. Había sido lento desde la infancia, y nunca
había tenido mucho sentido averiguar los yin y los yang de su destino. Había vivido
unos veinte años, pero lo único que sabía hacer era doblar esos lingotes de papel
dorado del tamaño de su palma. Con esa única habilidad, construyó una montaña de
lingotes, con la intención de honrar a sus antepasados. Quería ser lo más justo
posible, y había dividido los lingotes en pilas, escribiendo los nombres de sus
familiares en cada una.

Que escalen pacíficamente montañas de oro y montañas de plata...

Cuando el oficial Liu era joven, ¿la vieja señora Liu también quemó papel moneda
con él y le enseñó los mismos dichos? Aunque, aunque lo hubiera hecho, el oficial
probablemente lo había olvidado todo. O si no, ¿por qué no trataría a su hijo mayor
mejor de lo que trataría a un zapato viejo?

Dirigir el río hacia el mar.

Liu Chong era el río.

La familia Liu era el mar.

El oficial Liu había diseñado su feng shui perfectamente, pero no había considerado
el hecho de que cualquier cambio menor causaría que todo el asunto se pusiera patas
arriba. Lo desfavorable se convertiría en favorable, y lo favorable se convertiría en
desfavorable. Cuando la vieja señora Liu y Liu Chong enterraron ese espejo de cobre
bajo el árbol y dijeron: 'Entierren un espejo, conviertan los malos augurios en buenos
augurios. Que los pedazos rotos descansen en paz...' Sin quererlo, cambiaron el
diseño.

Así, las ocho puertas cambiaron de posición, y la puerta de la muerte se convirtió


en la puerta de la vida.

Al acercarse a la choza en ruinas, esa puerta se abrió de nuevo.

Xue Xian ya se había entumecido por el escalofriante sonido. ¡No me digas que es
otro Liu Chong!

Sacó su cuello de la cadera de Xuanmin para echar un vistazo...

¡Realmente era Liu Chong!

"Esto nunca va a terminar, ¿verdad?" Xue Xian gritó enfadado. Hizo que saliera
volando de la bolsa, pero se detuvo. Miró de reojo al colgante de cobre del burro
calvo. ¡Ahora es el momento!

Con la mayor concentración, el hombre del papel se acercó y se enganchó al


colgante de cobre como un pescador. Lo empujó en la mano del burro calvo, y luego
dijo: "¿Qué estás esperando?"

Xuanmin lo presionó con un dedo. "Cálmate. Este tiene su lunar en su mejilla


izquierda."

Xue Xian estaba tan furioso que no podía hablar. Una vez más, se quedó inerte en
la cadera de Xuanmin.

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 13: Molino de Piedra vacío (IV)

Tal como Xuanmin había dicho: esta versión de Liu Chong tenía su lunar en la mejilla
izquierda, y llevaba un abrigo gris azulado. No parecía haber nada raro en él.

Claramente, este era el verdadero Liu Chong.

Cuando Liu Chong entró, parecía en parte confundido, en parte enojado. Cruzó el
umbral con dudas, mirando detrás de él de vez en cuando. A medida que daba más
pasos vacilantes, se fijó repentinamente en Xuanmin.

Primero se quedó aturdido, luego su cara pareció desplomarse, sus cejas cayendo y
sus ojos trágicos. "Me pareció ver... Creí haber visto a la abuela..."

Señaló más allá de la estrecha puerta: "Por allí."

¿Abuela?

Esa sería la vieja señora Liu.

Acababan de perder a la multitud de fantasmas que los perseguían... ¿era seguro que
el idiota no los había traído de vuelta?

Cuando Xue Xian escucho las palabras de Liu Chong, se puso rígido de nuevo y se
sentó para mirar al idiota. Dijo solo una frase: "¿Dónde está?"

"La perseguí, pero la abuela desapareció." Aunque su cara se veía triste, el tono de
Liu Chong era de impaciencia – ni siquiera parecía notar que la voz había venido de la
cadera de Xuanmin, no del propio Xuanmin. "No me vio. Ahora, no puedo encontrarla
en ninguna parte, no importa lo mucho que busque."

Mientras chupaba su pulgar, se veía lamentable. Inclinando la cabeza, miró la


estrecha puerta con nostalgia, como si tratara de ver a través de ella. Luego, con
tristeza, murmuró, "Quiero que la abuela venga a hablarme..."

Xue Xian reflexiono sobre lo que le dijo el oficial Liu a su amigo. La vieja señora Liu
parecía haber muerto hace mucho tiempo. Basándose en el rumor en el pueblo, su
muerte había sido culpa de los padres de Jiang Shining. Después de su muerte,
alguien incendió el recinto de los Jiang y los mató a todos.

Jiang Shining llevaba muerto tres años, así que la vieja señora Liu probablemente
había muerto hace tres años.

Ese idiota solo tenia una célula cerebral. Si dijo que extrañaba a la abuela, entonces
la extrañaba de verdad, y pensaba en ella todos los días. Estos últimos tres años
habían sido probablemente los días más surrealistas y solitarios de su vida.

"Vámonos." Xuanmin hizo un gesto a Liu Chong, y luego comenzó a caminar hacia la
vieja choza, sin esperar a que el chico lo alcanzara.

Tal vez fue la actitud del atractivo sumo sacerdote, o tal vez fue la forma en que giró
sobre sus talones para alejarse antes de que alguien pudiera reaccionar... pero Liu
Chong inmediatamente se apresuró tras él, corriendo patéticamente para unirse a
Xuanmin. "Yo... quiero encontrar a la abuela."

"¿Cuál es la prisa? Entremos primero." Xue Xian no pudo evitar burlarse.

Liu Chong intentó obedecer, pero no pudo. El dijo, "Yo... realmente necesito verla."

Xue Xian dijo, "¡Alto ahí!"

Liu Chong miró fijamente el perfil estoico de Xuanmin, como si tuviera miedo.
Después de una pausa, estalló, "¿Cómo es que puedes hablar sin mover la boca?"

Xuanmin no dijo nada.

Xue Xian siguió: "Soy ventrílocuo. Puedo... hablar usando mi estómago."

Los ojos de Liu Chong parecían intentar salir de su cabeza. Giraron alrededor y
finalmente aterrizaron en el abdomen de Xuanmin.

Xuanmin suspiró.

Mientras hablaban, ya habían llegado a la puerta de la cabaña. Todo lo que tenían que
hacer era cruzar el umbral, y serían capaces de escapar de la persecución.

Xuanmin no dudo. Levantó un pie, e hizo un gesto a Liu Chong para que hiciera lo
mismo. Con un movimiento precario, Liu Chong puso un pie en el umbral también.
Justo cuando Liu Chong iba a entrar a la choza, se produjo un ruido, como si algo
golpeara contra el suelo de piedra del recinto.

"¿Eh?" Liu Chong probablemente nunca había reaccionado tan rápido como ahora.

Su pie se congeló en el aire. "¡Abuela!" Grito. Retrajo su pie y salió corriendo.

"¡Eh! ¡Espera!" Xue Xian gritó.

Vio a Xuanmin levantar el brazo como si quisiera hacer retroceder al idiota. Pero
antes de que Xuanmin pudiera actuar, hubo un ruido en su mente. Su visión se
oscureció, y el mundo se puso patas arriba.

En un abrir y cerrar de ojos, todo el escenario alrededor de ellos se había


transformado. Ahora estaban de pie dentro de la lamentable choza de Liu Chong, con
el rostro pálido de Jiang Shining justo frente a ellos. Liu Chong no se veía por ninguna
parte.

Claramente, habían logrado escapar del recinto embrujado. Pero, en el último minuto,
Liu Chong se había negado a dar un paso, y se había quedado atrás.

"Por fin están aquí..." Viendo que estaban a salvo y bien, Jiang Shining dio un suspiro
de alivio.

Pero no había terminado de suspirar cuando se congeló de nuevo. "¿Dónde están el


Joven Señor Liu y el Oficial Liu? ¿Siguen atrapados dentro?"

Xuanmin asintió. Sin decir nada más, se dirigió a la habitación.

Como Xuanmin no dijo nada, Jiang Shining tampoco se atrevió a hablar. A


regañadientes, siguió a Xuanmin y se apoyó en el divisor que hacía las veces de
pared en el dormitorio. Vio como Xuanmin se arrodillaba junto a los clavos y
talismanes del armario.

Jiang Shining no sabía ni la cabeza ni la cola de ese tipo de cosas. Xue Xian si sabía
una o dos cosas.

Si querías salir de un diseño de feng shui embrujado, había dos maneras: de dentro
hacia fuera; o de fuera hacia dentro.

Cuando estás en prisión, debes buscar la puerta cerrada. Al acercarse a un diseño


embrujado desde el exterior, con la esperanza de liberar a los que están atrapados
dentro, la forma más fácil de romper el hechizo era destruirlo.

Por supuesto, había una cierta técnica para destruir el hechizo, o eso es lo que Xue
Xian asumió. Después de todo, había toda una profesión que dependía de la habilidad
de ciertas personas para exorcizar demonios y jugar con los hechizos. Si era tan fácil
que cualquiera podía hacerlo, entonces ¿Cómo se ganarían la vida los exorcistas?

Mientras Xuanmin se arrodillaba ante los talismanes, Xue Xian se animaba.


Necesitaba prestar mucha atención y ver cómo lo iba a hacer este burro calvo... ¿Qué
tipo de movimientos se guardaba?

Mira... ¡Lo está alcanzando! ¡Está alcanzándolo!

Excitado, Xue Xian miro mientras Xuanmin extendía una mano y pellizcaba uno de los
clavos de cobre.

¿Pretende sacar sangre?

¿Es así de fácil?

Xue Xian tenía miedo incluso de parpadear. Se preguntó qué estaba haciendo el
monje.

Y entonces... el monje sacó el clavo de la tabla, y luego arrancó el talismán que


estaba pegado a él.

Luego...

Sacó el segundo clavo, y arrancó el segundo talismán...

Luego hizo lo mismo con el tercero...

Y luego... Bueno, eso fue todo.

Xue Xian no sabía qué pensar.

Acababa de ver a Xuanmin destruir el hechizo usando el enfoque más obvio, básico y
más aburrido. El monje se limpió las manos con calma, su expresión era sombría,
como si acabara de probar las aguas del infierno. Xue Xian no estaba seguro de lo
que otros estafadores de Jianghu harían en esta escena, pero estaba horrorizado.
Quería morir en ese mismo momento.

Xuanmin se levantó y dejó la habitación. Barrio la mesa de la cabaña y encontró un


pequeño fósforo, lo tomó y lo raspó contra la pared. Se encendió una pequeña llama,
que uso para quemar los talismanes hasta convertirlos en ceniza.

Mientras tanto, Xue Xian, que había renunciado completamente a la vida, no le prestó
atención,

Basándose en la expresión del burro calvo, parecía que el hechizo estaba roto. Pronto
serían capaces de escuchar nuevamente el lloriqueo del idiota de Liu Chong.

****

Espera... ¿no funcionó? ¿o el burro calvo les estaba ocultando algo?

Por lo que parecía, la razón por la que esta choza rebosaba de energía negativa era
tanto por ser una puerta de la muerte, como por el diseño de 'dirigir el río hacia el
mar'.

Pero ahora, la puerta de la muerte se había convertido en la puerta de la vida. Y el


diseño de 'dirigir el río hacia el mar' había sido destruido por el burro calvo de una
manera poco sofisticada. Pero la energía en la habitación aún no se disipaba.

La luz de la mañana brillaba ahora con fuerza fuera de la choza. Entrando al recinto
Liu desde el este. Debido a los muros de protección contra incendios dentro del
recinto, la luz cayó de manera desigual sobre la choza. La mitad de las crestas del
tejado estaban bañados de luz; la otra mitad aún estaba inmersa en la oscuridad,
como el yin y el yang.

"Ah..."

Xue Xian miró fríamente a Jiang Shining. "¿Por qué suspiras? Tú no eres el que está
atrapado dentro del embrujo."

Jiang Shining miro inocentemente hacia atrás. "No suspiré, ¿No eras tú?"

"¡Claro que no!" Xue Xian escupió. "Nunca suspiré. Es demasiado deprimente."

Los dos intercambiaron otra mirada incierta. Luego, lentamente, ambos miraron a
Xuanmin.
"Ah..."

Otro débil sonido de alguien suspirando... pero Xuanmin no había abierto la boca en
ningún momento. Incluso si su boca hubiera estado abierta, los dos no habrían
escuchado el suspiro como si fuera suyo: esta vez, el suspiro fue largo y prolongado,
con un débil temblor al final. Con ese tinte de fatiga, sonaba como un anciano, por lo
que claramente no pudo haber sido emitido por Xuanmin.

"Eso suena como una anciana." Xue Xian había acertado.

"¿No crees que esto no suena como un suspiro?" Jiang Shining dijo. "Suena muy
cansado... cuando ves a los ancianos caminando por la calle cargando algo pesado,
están tan agotados que apenas pueden respirar, así que empiezan a emitir este tipo
de ruido... Es como un suspiro, pero diferente." Reflexiono un poco, y luego añadió:
"La respiración de esta persona es hueca y apagada. Está enferma."

"¿Puedes deducir todo eso de un suspiro al azar?" Xue Xian preguntó con
escepticismo.

Jiang Shining se encogió de hombros. "Si Madre y Padre estuvieran aquí, serían
capaces de oír aún más."

"Oh." Dijo Xue Xian. Estaba muy pensativo.

¿Una anciana? ¿Respirando laboriosamente? ¿Y enferma?

Ahora que Jiang Shining lo había dicho, realmente parecía ser el caso.

De repente, Xue Xian pensó en alguien. Levantó los pies de papel y comenzó a
abofetear a Xuanmin con todas sus fuerzas. Preocupado de que el monje no se diera
cuenta, gritó: "¡Burro Calvo! ¡Mírame!"

Xuanmin miró hacia abajo.

Pero entonces Xue Xian miro hacia otro lado y espanto al monje con sus manos. "No
importa. Deja de mirarme. Aparta tus ojos."

Xuanmin no supo qué decir. Nunca había oído hablar de apartar los ojos. Este
demonio estaba loco.
Lo que no sabía era que, cuando Xue Xian había sido un dragón, había sido una
criatura muy arrogante... después de todo, era un señor de los cielos. Siempre era el
que miraba a los demás, nunca al revés. Nunca había sido estudiado desde un ángulo
tan importante. Antes, cuando Xuanmin solo le miraba brevemente, no le había
importado, pero cuando le miraba directamente desde arriba, Xue Xian se sentía
incómodo.

Los dragones necesitan salvar las apariencias.

A Xue Xian no le importaba mucho. Pero tenía que salvar las apariencias.

Pero Xuanmin no obedeció la orden de Xue Xian de dejar de mirarlo. El monje lo


encaró con una mirada fría.

Que bastardo... pensó Xue Xian.

Miro a Xuanmin con la cara que estaba pintada, esa 'vista que era dolorosa para los
ojos', y puso los ojos en blanco. Luego se dio la vuelta y le dijo al monje, "Lo que
quería decir era: La vieja señora Liu... hay una forma bastante inusual de proteger un
hogar... ¿has oído hablar de ella? Una vez oí hablar de ella en un mercado. Dicen que,
si un anciano de la familia fallece, puedes enterrarlo bajo tu casa, y eso traerá buena
suerte a sus descendientes."

¿Qué clase de bastardo podría inventar algo así?

Jiang Shining se quedó sin palabras. Sentía que toda la charla de respeto que había
pasado toda su vida estudiando se había roto.

"Lo he oído." Respondió Xuanmin. "Esto se conoce como un hechizo de construcción


del Yin. El alma atrapada bajo el hogar se convierte en el espíritu guardián del hogar.
Si lo combinas con un buen feng shui, los efectos son notables."

En ese momento, se escuchó otro bajo y tembloroso suspiro.

Si los dos primeros suspiros habían sonado lejanos y vagos, este sonido era ahora
mucho más claro... tan claro que podían adivinar su origen.

Xuanmin miró hacia la pared de la derecha, y luego se acercó.

Cuando se esparcieron los lingotes de papel, cubrían casi todo el piso. Nunca se les
había ocurrido que podría haber alguna trampilla. Xuanmin se agacho cerca de la
esquina de la habitación. Desde ahí, podía ver el dormitorio: el armario, y el lugar del
piso donde los talismanes habían sido clavados.

Todavía sosteniendo un lingote de papel, Xuanmin extendió su dedo índice y su dedo


anular, y golpeó el suelo.

Du... du...

El ruido sonó hueco: había algo debajo.

"¡Está hueco!" Xue Xian y Jiang Shining exclamaron al mismo tiempo.

Xuanmin miro alrededor. Encontró una pequeña grieta a lo largo del lado de la pared.
Siguió la grieta hasta un bloque de piedra en el sueño del tamaño de cuatro
palmeras, rodeado de grietas.

"Esta grieta..." Jiang Shining lo intento. "Ni siquiera puedo meter el dedo."

El hueco era, de hecho, extremadamente delgado. Sin poder meter un dedo dentro,
no había forma de abrirlo. Y si no podían abrirlo, nunca descubrirían lo que había
debajo.

Xue Xian miró fijamente el fantasmagórico dedo pálido de Jiang Shining, y luego la
delgada y blanca garra de Xuanmin. Finalmente, con mucha dificultad, dijo, "Esta
bien, entrare. Me dignare a deslizarme y abrirlo para ti."

Me dignaré...

Jiang Shining se burló de la forma en la que el hombre hablaba tan bien de sí mismo.
¿No estaba avergonzado?

Xue Xian inflo el pecho y flexiono el cuello, y luego saltó de la bolsa de Xuanmin.

No había nada que Xuanmin pudiera hacer con el pequeño demonio. Dejó que cayera
de la bolsa y se deslizara por el hueco en el suelo. Cuando Xue Xian dejó la bolsa,
metió la mano en la bolsa y sacó esa pequeña bolsa, desenvolviéndola un poco.
Contenía una ordenada fila de agujas de diferentes longitudes. La más larga era tan
larga como la longitud entre la muñeca y los nudillos; la más corta era tan corta como
las dos articulaciones de los dedos.
Parecía haber un tallado en la punta de cada aguja de plata, pero era demasiado
intrincado y difícil de distinguir. Jiang Shining solo podía ver la forma aproximada
desde lejos, y no se atrevía a mirar más de cerca.

Xuanmin seleccionó una aguja bastante gruesa de la bolsa y devolvió la pequeña


bolsa a su bolsa.

Xue Xian estaba ocupado acercándose a la piedra. Justo cuando se preparaba para
deslizarse por el hueco, una gran mano apareció en el cielo y lo agarró por la cabeza,
alejándolo.

Ya ni siquiera tenía que mirar quien era. ¡Era ese pedazo de mierda!

"¡Burro calvo, estás cometiendo un gran pecado! ¡Seguro que serás castigado!"

Xuanmin se quedó sin palabras, "Respetuosamente, espero mi castigo, mi señor."

Mientras hablaba, puso al frustrado Xue Xian de nuevo en su bolsa. Insertó la aguja
en la grieta, y se lanzó repentinamente hacia adelante, abriéndola.

Se oyó el sonido de un tablón de piedra rozando con otra piedra. Esa aguja de
aspecto frágil se las había arreglado para desplazar la piedra. Xuanmin metió su
mano en el suelo de piedra y lo levantó hacia un lado.

En ese instante, una masa implacable de gritos de dolor y luto salieron de la piedra
como una ola de un tsunami.

Xue Xian sintió como si un peso de diez mil jun acabara de chocar con su pecho,
tirándolo al suelo tan repentinamente que se sintió mareado. Afortunadamente, solo
era un hombre de papel, o de lo contrario, sus órganos internos habrían explotado
fuera de su cuerpo.

Jiang Shining emitió un grito patético justo cuando la voz silenciosa y vibrante de
Xuanmin se abrió pasa hasta los oídos de Xue Xian. Cuando pudo sentarse, vio que
Jiang Shining había rodado hasta la pared, donde con una ligera bocanada, volvió a
su forma original: la hoja delgada de papel estaba en el suelo, catatónica.

Incluso Xuanmin tenía una mano presionada contra su pecho mientras respiraba
profundamente con dolor. Luego, se detuvo.

"¿Qué demonios fue eso?" Xue Xian había perdido toda su fuerza. Todo lo que podía
hacer era colgar fuera de la bolsa de Xuanmin.
Débilmente, levantó la cabeza y miró hacia ese hueco en el suelo. Vio que el hueco
estaba medio lleno de polvo amarillo, y parecía haber una pesada cadena de metal
enterrada en la tierra. Un talismán estaba enredado en la cadena. Lo extraño era que
la cadena se movía: se abría paso serpenteando por la tierra.

Frunciendo el ceño, Xuanmin escudriño la tierra ligeramente húmeda, y luego miró


alrededor de la habitación, como si buscara algo.

Confundido, Xue Xian se quedó mirando como el monje se levantaba y se dirigía a la


mesa, rebuscando entre los objetos hasta que finalmente se encontró con un cepillo
medio estropeado. Lo trajo de vuelta al hueco, y con cuidado uso el cepillo para
limpiar la suciedad amarilla.

Ese burro calvo nunca dejó de impresionar a Xue Xian. "¿Qué demonios? ¿Te mataría
un poco de suciedad?" dijo en voz baja.

La capa de polvo amarillo fue rápidamente limpiada, revelando lo que estaba


escondido debajo.

"¿Esto es... una piedra de molino?" Pregunto Xue Xian.

Este bloque de piedra circular tenía un agujero en el medio. Estaba sobre una
plataforma y tenía un mango que sobresalía... parecía una piedra de molino. Pero era
increíblemente pequeño, ni siquiera tan grande como una palma. También había un
extraño talismán en la superficie de la piedra del molino. Un extremo de la cadena
estaba unido a la piedra de molino, y el otro a su mango.

Sin que la tierra amarilla actuará como amortiguador, la cadena hizo contacto directo
con la piedra de molino. La fricción causó un ruido chirriante. Cada vez que la piedra
de molino se movía, el mango también se movía un poco, como si una persona
invisible estuviera encadenada a ella, empujándola día tras día.

Instintivamente, Xue Xian dijo, "¿La vieja señora Liu?"

"Ah..."

Ese suspiro de cansancio surgió de nuevo...


[Corregido: 23/02/2021] -Be
Capítulo 14: Molino de Piedra Vacío (V)

El ruido de los suspiros le puso la piel de gallina a Xue Xian.

Por supuesto, a un hombre de papel no se le pone la piel de gallina. Y no tenía miedo:


le horrorizaba que alguien atrapara a su propia madre debajo de su casa, solo para
ganarse un poco de suerte extra. Estaba completamente disgustado.

¿Por qué tener un hijo cuando puedes dar a luz a una piedra de molino?

Con un movimiento de su mano, Xuanmin levantó la pequeña piedra de molino de su


sitio en el suelo, poniéndola a su lado. Sacó el talismán de la cadena y encendió una
pequeña llama que devoró el papel.

Mientras el talismán ardía, Xue Xian, que estaba colgado de la cadera de Xuanmin,
creyó escuchar un ligero temblor, como si alguien estuviera cargando un pesado
martillo que golpea contra el suelo mientras caminaba. Era un ruido desagradable.

Esta piedra de molino había estado enterrada bajo el suelo durante unos tres años,
durante los cuales había absorbido grandes cantidades de energía yin que llegaban
desde el sur. Mientras el talismán se quemaba, la energía maligna ligada a él también
escapó finalmente. Era normal sentirse incómodo en una situación así. Ese agotado
hombre de papel se sentía inquieto... estaba seguro de que el burro calvo, que había
tenido que hacer la quema, también estaba incómodo.

Miro a Xuanmin, pero encontró que el monje llevaba la misma expresión de siempre...
¡como si estuviera realizando cualquier acto ordinario y cotidiano!

De repente se le ocurrió que este burro calvo parecía diferente de todos los demás
monjes que había conocido. Pero en qué se diferenciaba, Xue Xian no estaba seguro.

Probablemente era... ¡incluso más abofeteable que los monjes ordinarios!

Mientras Xue Xian se quejaba para sí mismo, Xuanmin terminó de quemar el


talismán. Mientras la ceniza se asentaba en el suelo, la cadena de la piedra del molino
se rompió con un sonido de – chik.

Poco a poco, una silueta que sostenía el mango de la piedra de molino se solidifico
frente a ellos. Lo que al principio parecía ser un tallo de hierba muerta acurrucado en
el suelo se materializó en una anciana jorobada.

El cabello blanco de la anciana, cada vez más fino, fue atado en un pequeño moño.
Su rostro estaba entrecruzado con profundas arrugas, y sus ojos parecían rebosar en
lágrimas.

Estaba claro que se trataba de la vieja señora Liu, pero comparado de la apariencia
con bastón dentro del recinto embrujado, esta versión fantasmagórica parecía aún
más desgastada y vieja, como si fuera a sucumbir y caer al suelo en cualquier
momento.

Sin su bastón, su forma encorvada parecía dolorosamente deformada. El lado


izquierdo de su cuerpo estaba más torcido que el derecho, y todo se debía a la
dirección en la que empujó la piedra de molino.

"¿Qué clase de pecado...?" murmuró Xue Xian

Había nacido en la tierra y no había tenido padres, así que nunca había tenido una
experiencia de primera mano de un vínculo de sangre. Pero después de haber pasado
medio año entre humanos, había aprendido un poco sobre lo que significaba la
familia.

Este oficial Liu abrió más sus ojos. ¿Cuánto tienes que odiar a tu madre para hacerle
algo así?

Al oír hablar a Xue Xian, Xuanmin miró al hombre de papel, que parecía estar en un
estado de confusión emocional. El hombre de papel le devolvió la mirada con la
barbilla levantada, pero por mucho que lo intentara, simplemente no parecía
amenazador.

Los ojos de la criatura se movieron rápidamente. Parecía que se le había ocurrido otra
idea.

¡Aventura sobre su cabeza!

Alegremente, se agarró a las ropas de monje de Xuanmin. Debido a que ya había


hecho esa aventura antes, esta vez trepó mucho más ágilmente. En un abrir y cerrar
de ojos, había llegado al pecho del monje.

Justo cuando se estiró para saltar sobre el mentón del monje, fue interrumpido por un
repentino y trágico grito.

"¡Ahhhhhhhh...! ¡No me toques! ¡Que alguien me ayude! ¡Ayúdenme!"

El sonido era escalofriante, como si alguien hubiera sido atacado por un demonio.

El ruido era penetrante, fuerte y profundamente desagradable. Sorprendido, Xue Xian


tropezó y cayó suavemente del pecho de Xuanmin, aterrizando de forma poco
elegante en el suelo... boca abajo.

Avergonzado, Xue Xian se negó a moverse más. Parecía haberse rendido por
completo.

Xuanmin hizo oídos sordos al ruido de los lamentos que venían de fuera de la choza.
Se arrodillo para enfrentar al hombre de papel que no respondía, y le preguntó: "¿No
te levantarás?"

Xue Xian fingió estar muerto.

Xuanmin extendió un dedo y le arañó la cabeza al hombre de papel. "Muy bien,


entonces, vamos a quemarte."

Encendió un fósforo y acercó la llama. Xue Xian podía sentir el calor del fuego en su
frágil cuerpo de papel.

Finalmente, Xue Xian dijo, "¿Qué pasó con la bondad y la misericordia que el Buda
supuestamente te regalo... le tiraste eso a los perros?"

Xuanmin se congeló... parecía estar en la agonía de un recuerdo. Entonces, recogió


su expresión y sacudió su cabeza. Apagó el fósforo y tomó al hombre de papel por
una de sus pequeñas piernas, preguntando, "¿Todavía piensas escalar?"

Todavía avergonzado, Xue Xian se cubrió la cara. Le respondió: "¡A la mierda la


escalada!"

Después de ser devuelto a la bolsa, Xue Xian oyó el patético ruido de arrastre cuando
alguien salió del dormitorio.

Movió los ojos para ver bien, era el idiota Liu Chong, que estaba allí de pie sin saber
nada. Acababa de escapar del recinto embrujado. Su abrigo gris azulado estaba
desgarrado por todas partes, y parte del relleno de algodón se estaba derramando.
Con la cara golpeada, sus ojos estaban hinchados y rojos. Se volvió hacia Xuanmin y
abrió la boca como si quisiera hablar, pero, antes de hacerlo, miró repentinamente a
la pequeña anciana junto a la piedra de molino y se congeló.

"¿A-Abuela?" Liu Chong gimoteo con incredulidad. Algo debe haber sucedido en el
recinto embrujado con la versión fantasma de la vieja señora... había una pizca de
sospecha en la forma en que Liu Chong se encogió, temiendo acercarse.

La anciana levantó sus ojos sin vida para mirar a Liu Chong e inmediatamente
comenzó a llorar. Soltó un suspiro y saludo a Liu Chong desde donde estaba.
"Chong'er, ¿Por qué tu ropa esta en un estado tan lamentable?"

Tan pronto como Liu Chong oyó su voz, olvidó todo lo que debió experimentar en el
recinto embrujado y corrió hacia allí. Con lágrimas en los ojos, se arrodilló en el suelo
y trató de agarrar las manos de la anciana. "Abuela, ¿Cómo te hiciste tan pequeña...?
¿Por qué no puedo tocarte?"

La abuela estaba totalmente consumida por el trabajo en la piedra de molino. Se


había convertido en la mitad del tamaño común de las señoras mayores... era
extremadamente lamentable.

Pero no le dijo nada a Liu Chong. En su lugar, sonrió y dijo, "La abuela ya es vieja y
se ha encogido. Si no puedes tocarme, entonces no lo intentes..."

"Abuela, ¿Por qué no... por qué no vienes a verme nunca? Mira cuántos lingotes de
papel he doblado. ¿no me dijiste que, si escribía tu nombre en los lingotes, vendrías a
recogerlos? Los... Los doble todos los días y los queme todos los días, pero nadie vino
a verme. ¿Por qué no viniste ni siquiera una sola vez? Solo quiero que vengas a
hablar conmigo. Y yo quiero hablar contigo. Pero nunca llegue a verte, y ahora he
olvidado todo lo quería decirte..."

Liu Chong todavía tenía el corazón de un niño. Tan pronto como se encontró cara a
cara con su amada abuela, y forzó las palabras que quería decir, empezó a llorar. No
intentó contenerse como un verdadero adulto... estaba llorando, como si dejara salir
toda la tristeza de los últimos años.

"La abuela está escuchando. Chong'er no necesita decirlo todo en voz alta. La abuela
lo sabe." La anciana se secó las lágrimas. "Yo... todos los días, estoy cuidando de
ti..."

Mientras la abuela y el nieto lloraban, la persona que estaba fuera de la cabaña


irrumpió en la habitación, gritando: "¡Ayúdame! ¡Ayúdenme! No... ¡Aléjate!"
El recién llegado tenía el pelo revuelto y la ropa andrajosa. Estaba cubierto de tierra y
parecía un loco.

Xue Xian miró fijamente. ¿No es ese el oficial Liu?

Liu Chong parecía haber sido el afortunado. Parecía que el Oficial Liu había pasado
por una experiencia traumática en el recinto embrujado. Aunque antes se había
negado a dar un solo paso en la choza, ahora había irrumpido voluntariamente.

Xuanmin frunció el ceño al ver al hombre sucio y se alejó. Sin nadie que lo atrapara,
el oficial Liu se estrelló contra el suelo y se sentó allí, sobre su trasero, estupefacto.

Con eso, se encontró cara a cara con la vieja señora Liu.

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 15: Campana Médica de Plata (I)

El oficial Liu freno en seco por la mirada de la anciana. Su cuerpo estaba rígido, sus
ojos se abrieron... estaba tan asustado que se olvidó de respirar.

Aquel que comete pecados imperdonables no se atreve a enfrentarse a su madre.


Aunque el oficial Liu tenía una expresión de vergüenza en su rostro, comparado con
su ingenuo hijo Liu Chong, la expresión parecía teñida de ironía.

La vieja señora Liu se secó las lágrimas y gradualmente dejó de sollozar. Aunque
todavía tenía lágrimas en los ojos, su comportamiento tranquilo dio una sensación de
profunda tristeza.

"¿Por qué estás temblando?" La vieja señora Liu preguntó con tristeza. "¿Tienes
miedo de que tu vieja madre esté aquí para matarte?"

El oficial Liu agito la cabeza. Con la cara pálida, tartamudeo: "Este hijo solo... solo..."

Habiendo dicho dos palabras, comenzó a ahogarse y no pudo continuar. Colgó la


cabeza y suspiro pesadamente. Cambió su posición de modo que ahora está
arrodillado, y comenzó a inclinarse ante la vieja señora Liu. "Su hijo fue engañado por
las malas palabras del mago. En un momento de confusión, cometí un gran pecado.
Tu hijo te ha faltado al respeto."

Presionó su cabeza manchada de sangre contra el suelo y continuó murmurando


incoherencias.

"¿Solo ahora te disculpas?" Xue Xian exigió, entrecerrado los ojos con odio. Estaba
disgustado. Siempre había sido una persona directa, y odiaba a aquellos que se
degradaban tanto. La falta de respeto era una falta de respeto; ser egoísta y malvado
era ser egoísta y malvado; culpar de todo a un mago era simplemente vergonzoso.

¿Qué clase de tontería superficial era esta?

Habiendo escuchado esto, la vieja señora Liu miró silenciosamente al Oficial Liu.
Cualquier madre odiaría ver a su hijo en un estado tan patético. Hizo una pausa y dijo
en voz baja: "Se necesitan dos para bailar tango."

Si hubieras sido puro de corazón, nunca habrías creído ninguna de las mentiras del
mago.

El Oficial Liu se congeló. Cuidadosamente, levantó la cabeza y miró a su madre,


buscando alguna pista en sus ojos. Pero ella no parecía un fantasma hambriento, ni
uno que hubiera jurado venganza.

La vieja señora Liu suspiró de nuevo, y luego hizo un gesto a su hijo. "Ven aquí."

La anciana debió mantener siempre una tranquila compostura. Aunque su tono era
suave, había una cierta decepción en su voz.

La sensación de decepción no era necesariamente un sentimiento de rencor. Sin


dudarlo, el oficial Liu se acercó a la anciana con una expresión de expectativa en su
rostro... Un fantasma hambriento nunca hablaría tan suavemente. Todavía existía la
posibilidad de que las cosas pudieran salir bien.

"Echa un vistazo a tu madre", dijo la anciana Liu en voz baja.

"No he mirado la cara de mi madre en mucho tiempo", el oficial Liu no pudo evitar
añadir.

La vieja señora Liu lo miró con desprecio y le dio una bofetada en la cara.

¡Pa!

Nadie en la habitación esperaba que ella hiciera eso. Todos se quedaron parados en
estado de shock.

El oficial Liu se sostuvo la cara, que estaba congelada por el asombro.

"Madre, tú..." Parecía que ya no podía ni siquiera hablar.

"Ah..." Xue Xian dijo en voz baja. "Yo también quiero hacer eso."

Xuanmin puso los ojos en blanco.

El oficial Liu estaba en tal estado de Shock que ni siquiera escucho lo que Xue Xian
había dicho. Aun sosteniendo su propia cara, finalmente dijo, "Yo... no tuve elección.
Realmente no tuve elección. ¡Contrate al mago para ti!" Después de murmurar esto,
pareció encontrar una excusa repentinamente: "¡Inicialmente había contratado al
mago para ayudarte! Tu salud empeoraba día a día, y la mitad de tu cuerpo estaba
deformado. El curandero Jiang me dio que tenias demasiadas enfermedades y que era
imposible de curar, por eso decidí encontrar un mago. Madre, no estoy seguro de que
entiendas... Esa habitación en el noreste tenía una excelente posición. El mago dijo
que, si te instalaba allí, nada malo podría pasarte. Solo quería que te mejoraras.
Pero... Ah..."

"¿La habitación del Noreste no pertenece a tu segundo hijo Liu Jin?" Preguntó Xue
Xian.

El Oficial Liu le había escuchado esta vez. Automáticamente, le explicó: "¡Jin'er solo
se mudó después!"

"Lo sé", finalmente la anciana dijo con voz melancólica. Aunque estaba mirando al
oficial Liu, parecía estar viviendo en sus recuerdos: "No solo me pusiste en la mejor
habitación, sino que me visitaste todos los días para controlarme y cuidarme. Al final,
cuando no podía moverme, pasabas todo tu tiempo libre al lado de mi cama... Mamá
recuerda todo..."

Esto era contradictorio. No se podía decir que había sido irrespetuoso, porque
claramente había cuidado mucho a su madre. Tampoco se podía decir que había sido
respetuoso, porque había seguido las órdenes de algún mago y atrapado el alma de
su propia madre bajo su casa, asegurándose de extraer todo lo que pudiera de la
anciana.

"Sin embargo..." Dijo la vieja señora, "Solo después de que me atrapaste descubrí
cómo habías podido darme la mejor habitación del recinto. Querías cambiar la vida de
Chong'er con la mía."

"¡Esta bofetada es por Chong'er!" Mientras la anciana decía esto, volvió a levantar la
mano.

¡Pa!

Una segunda bofetada cayó en la otra mejilla del oficial Liu.

"¡Esta bofetada es por la familia Jiang!" dijo la anciana. "Mis píldoras de esos últimos
días... las cambiaste, ¿verdad? Puede que haya estado muriendo, pero ciertamente
podía decir cuando mi medicina había sido cambiada. Eres mi hijo, te conozco
demasiado bien..." Sacudió la cabeza y suspiró. "Viste que tu querida madre no
estaba mejorando, que no tenía sentido estar atento a alguien que ya estaba medio
muerto. Mientras todos supieran lo respetuoso que eras conmigo, eso era suficiente,
así que escuchaste el consejo de ese mago estafador y ayudaste a tu vieja madre a
seguir el camino, ¿no?"

El oficial Liu se arrodillo. No tenía nada que decir.

"Después de hacer todo eso, fuiste y le echaste la culpa a la familia Jiang. Aunque ya
estaba tan enferma que no podía hablar, aún podía oír todo lo que decían los
sirvientes. Destruiste la reputación del Dr. Jiang y su sustento. ¿No te sientes
terrible?"

La anciana cerró los ojos. Su cuerpo recién estrenado probablemente no tenía mucho
más tiempo de vida: su silueta se estaba volviendo borrosa, e incluso su cara estaba
perdiendo detalles. "Soy tu madre y Chong'er es tu hijo. Cuando se trata de deudas
dentro y fuera de tu familia, estas se resuelven de manera diferente. Tu madre
empujo tu piedra de molino durante tres años, así que digamos que te devolví todo lo
que hiciste por mi como mi hijo. Chong'er ha vivido en esta maldita choza durante
mucho tiempo, as que digamos que te pago por mantenerlo vivo durante estos
últimos veinte años. Pero, todavía le debes a la familia Jiang. Debes pagar esa
deuda."

"Madre... Madre, ¿Qué quieres decir?" El oficial Liu levantó su cabeza del suelo,
confundido.

"Debes lo que debes. No puedes borrar eso. Debes pagar tu deuda." La vieja señora
Liu echo un último vistazo a su hijo, y luego se volvió hacia Xuanmin. "Maestro, ¿es
hora de que me vaya?"

Ella parecía haber tomado a Xuanmin como uno de esos sacerdotes encargados de
hacer rituales.

Xuanmin la miró y luego señaló la piedra de molino.

No había necesidad de que hablara. La vieja señora Liu asintió con comprensión.
Seguidamente, se volvió hacia Liu Chong. Ese idiota seguía sollozando. Levantó la
cabeza, aunque no podía entender lo que la anciana había estado diciendo, de
repente, pareció darse cuenta de que ella se iba. "Abuela... ¿Estás cansada?"
"Sí." Respondió tiernamente la anciana. "La abuela está muy cansada. Necesito
descansar."

"Cuando queme papel moneda para ti de ahora en adelante, ¿podré verte?"

"La abuela escucha todo lo que dices. Aunque no puedas ver a la abuela, la abuela
siempre... siempre te está cuidando." La vieja señora Liu se transformó y desapareció
en la piedra de molino.

Xuanmin se agacho para recoger la piedra del molino, así como a Jiang Shining que
había vuelto a su forma original de papel y se había quedado inmóvil en el suelo.
Xuanmin se dio la vuelta y se fue.

"¡Maestro! ¡Maestro! Mi cara..." Después de un momento de shock, el oficial Liu se


tropezó con el monje. Mientras se ponía la mano en la mejilla, preguntó: "¿Por qué
tengo la cara hinchada?"

Xuanmin lo miró con desprecio.

De hecho, las dos mejillas del oficial Liu se habían hinchado de repente en
proporciones extremas. Había dos huellas de manos. Estos parches de su cara eran
carmesí, y la capa superior de la piel se había despegado. Los vasos sanguíneos
debajo de la superficie eran ahora visibles... atravesaban su piel como una gran
telaraña.

"Los fantasmas hambrientos no pueden tocar a los humanos", dijo Xuanmin.

La cara del oficial Liu ya se había hinchado hasta el punto de que apenas podía
hablar. "Pero, por qué yo..."

"Los fantasmas hambrientos con rencor tienen una sola oportunidad de obtener
justicia." Xuanmin añadió, "Pueden dejar una marca en aquel contra quien guardan
rencor."

El oficial Liu jadeó. "¿Y luego? ¿Puede venir a matarme?"

Xuanmin dijo, "La marca que dejó no era para ella misma. Fue en nombre de Liu
Chong y los Jiang. Tu causaste su sufrimiento, todo fue por ti."

La vieja señora Liu le había dado a probar su propia medicina.

"¡No te vayas, no te vayas! ¡Ayúdame! Maestro, ¡Ayúdame...!" El oficial Liu se lanzó


hacia Xuanmin y se arrodillo de nuevo, acercándose de rodillas. Desesperado, se
agarró a la túnica del monje.

Xue Xian, que estaba encaramado en el hombro de Xuanmin, dijo repentinamente:


"¡Eh, Liu! ¡Déjame preguntarte algo! Este verano, ¿fuiste al condado de Huameng,
provincia de Guangdong?"

En su pánico, el oficial Liu pensó que la pregunta había venido de Xuanmin. Sacudió
su cabeza vigorosamente, todo el tiempo diciendo, "No, no, nunca he estado tan lejos
en mi vida." Luego murmuró, "Ayúdame, ayúdame..."

"¿Cómo puede ser eso?" Xue Xian se burló.

"¡Es la verdad, lo juro! ¿Cómo podría mentir?" El oficial Liu parecía tan patético que
realmente parecía estar diciendo la verdad.

¿¡Pero cómo puede ser!? Si nunca había estado en Huameng, entonces ¿Cómo llegó a
tener esa mancha de sangre? Xue Xian estudio la marca de la oreja del hombre que
Xuanmin había señalado anteriormente. No lo entendía.

"Si descubro que algo de lo que dices es falso de alguna manera..."

"¡Nunca! ¿Cómo podría atreverme...? ¡Claro!" El oficial Liu agarró un clavo. Quería
que vieran que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para responder a la pregunta.
"¡Correcto! Hablando de Huameng, conocí a alguien de allí una vez. Era un pescador.
¡Pero no tuve nada que ver con él! Todo lo que hice fue comprar una falsa canica
dorada..."

"¿'Canica'? ¿Qué aspecto tenía?" Xue Xian interrumpió. De repente recordó ese ruido
familiar entre las rafas de viento de antes. Tuvo que preguntar: "¿Dónde está?"

El Oficial Liu se encogió. Empezó a murmurar, "Es..."

"¿Por qué murmuras? ¡Escúpelo!" Xue Xian deseaba poder arrojar a ese bastardo al
mar.

"El mago dijo que la canica era de la suerte, así que lo fundió en la piedra de
molino..." El oficial Liu pareció retraer el cuello.

Xue Xian estaba indignado. ¿Cómo pudiste poner el cuerpo de un dragón en una
maldita piedra de molino? ¿Por qué no te metes tú también en ella?
Repentinamente, el oficial Liu se desmayó.

Xuanmin vio que el oficial había dejado de moverse, así que volvió a intentar irse.

"¡No puedes irte! No puedes irte, ayúdame, ayúdame..." El oficial Liu se arrojó contra
la túnica del monje y se negó a dejarlo ir.

Xuanmin lo miro durante un rato, y luego se agacho. En voz baja, murmuro algunas
palabras que el oficial Liu no pudo entender, como un Sutra arcaico.

Luego, golpeo con el dorso de la mano la cabeza del oficial Liu. El oficial sintió como si
un millón de gongs estuvieran sonando dentro de su cabeza.

Emocionado, preguntó: "¿Curo la marca?"

Tranquilamente, Xuanmin respondió: "Es solo un simple aseguramiento... la deuda


tiene que ser pagada."

El oficial Liu se congeló.

Xuanmin le arrancó la túnica de las manos al oficial, y luego se levantó para irse.

El oficial Liu se descongelo y comenzó a gritar: "Los budistas... los budistas deben ser
misericordiosos..."

Sin siquiera mirar atrás, Xuanmin respondió fríamente: "Este monje no tiene piedad."

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 16: Campana Médica de Plata (II)

Mientras Xue Xian dormía en su estupor inducido por la rabia, creyó escuchar ese
extraño sonido que le llegaba de la cadera del burro calvo. El ruido se sentía a veces
cerca, a veces lejos, y se apretaba con fuerza contra su pecho. Así fue como el
pequeño demonio durmió, durante muchas horas...

Cuando finalmente se despertó y salió lentamente de la bolsa, se encontró con que ya


no estaba en el recinto de la familia Liu.

Xue Xian miró a su alrededor. Parecía estar en una habitación. El colchón estaba
limpio y ordenado, y una linterna cercana proyectaba un suave resplandor. Había un
leve olor a madera, y un hedor medicinal aún más débil, casi imperceptible. Xuanmin
se sentó junto a una mesa circular tallada, donde había colocado al hombre de papel,
Jiang Shining, así como la piedra de molino vacía del recinto de Liu, un fino paquete
de tela, un cuenco de cobre lleno de agua fresca, y un juego de té verde claro sobre
el que se había pintado un nombre: Morada de las nubes.

Así que esta era una habitación en una posada.

Morada de las nubes...

Habiendo estado alrededor del mundo estos últimos meses, Xue Xian conocía a
eruditos a los que les gustaba quedarse en la Pagoda del Lector, comerciantes a los
que les gustaba quedarse en la Pagoda Prospera, así como hombres estereotipados
de posadas como Alegría, Fortuna, y otras frases auspiciosas. Vivienda de nubes
sonaba como una posada para gente que quería llegar al cielo lo antes posible.
¿Quién en su sano juicio querría quedarse allí?

Claramente, el burro calvo no estaba en su sano juicio.

Xue Xian observo como Xuanmin se lavaba cuidadosamente las manos en el cuenco
de cobre. Tuvo que admitir que el burro calvo tenía unos hermosos dedos: delgados y
pálidos, con elegantes articulaciones y nudillos. El burro calvo parecía no saber el
significado de la prisa... todo lo que hacía era dolorosamente lento. Hizo que incluso
el lavado de manos pareciera una acción solemne tan contemplativa como la oración.

Xue Xian lo admiraba. "Te lavas las manos como si estuvieras a punto de dar un
funeral."

Xuanmin lo miró y le dijo: "Lo estoy haciendo."


"¿De quién?"

Xuanmin contestó, "La Dama Xu."

"¿Dama Xu?"

Un melancólico suspiro salió de la piedra del molino: "Gracias, Maestro."

Era la vieja señora Liu.

Xue Xian miró fijamente al monje. "¿Cómo...? ¿Cuánto tiempo estuve dormido? ¿Te
las arreglaste para aprender el apellido de soltera de la anciana?"

Había querido preguntarle cuanto tiempo se había desmayado, pero ciertamente no


era muy digno de haberse desmayado por pura ira. Necesitaba salvar su cara, así que
a último minuto lo cambió a 'dormir'.

Xuanmin sacudió las gotas de agua de sus manos, y se secó con un paño blanco.
Dijo: "Te desmayaste durante diez horas. Ahora es de noche."

Xue Xian no supo qué decir. Bastardo, ¿por qué no me tiras a un río ya que estas?

Enfurecido, Xue Xian cerró la boca y decidió no enfrentarse más al burro calvo. ¡Que
grosero!

Xuanmin no le presto atención. Dejo el paño y desenvolvió un paquete de tela,


sacando el papel amarillo doblado y un pincel.

Había un recipiente de tinta de calidad junto a un cuenco de cobre, Xuanmin extendió


el papel amarillo, mojo el pincel con la tinta, y escribió algo de caligrafía en el papel...

La Dama Xu de la Casa Liu.

El día 23 del Séptimo mes, año Bing Yin.

Xuanmin sacó una varilla de incienso del paquete de tela. Luego, dobló la hoja de
papel tres veces, y la sostuvo sobre la llama de la vela hasta que se prendió fuego y
lo colocó sobre la piedra de molino. Aunque el papel era delgado, se quemaba muy
lentamente. La fachada de la piedra del molino se oscureció rápidamente, como si
estuviera cubierta de una capa de ceniza.
Constantemente, sostenía el incienso sobre el papel amarillo y lo dejaba quemar.

"¿Estás salvando su alma?" Xue Xian no pudo evitar preguntar.

Solo había visto trascendencias ordinarias, comúnmente conocidas como los Siete
Budas – un grupo de burros calvos sentados en círculo, con sus brillantes cabezas
iluminando la habitación. Se dividían en dos turnos y rezaban junto al ataúd sin parar
durante siete días y siete noches. Xue Xian había subido una vez en el traje de la
persona equivocada, y había terminado en medio de una familia en luto. No tuvo más
remedio que escuchar a ese grupo de burros calvos parloteando durante siete días.
Había sido tan irritante que deseaba poder colgarse del del ataúd.

Desde entonces, le dolía la cabeza cada vez que veía un monje.

Se preguntaba si Xuanmin también haría un zumbido durante siete días y siete


noches. Si realmente planeaba hacerlo, entonces Xue Xian estaba preparado para
saltar de la ventana y de sí mismo.

Xuanmin todavía sostenía la varilla de incienso, de la cual salía una ola de humo de
color verde azulado que se enroscaba alrededor de la piedra de molino,
desprendiendo el aroma del sándalo. "Liberación, inscripción, incineración, invocación.
Todo esto es lo que necesita un alma muerta"

¡Realmente tenía la intención de rezar!

Xue Xian salto de la bolsa.

Xuanmin le echo un vistazo. "¿Qué estás haciendo ahora?"

"No quiero vivir más. Voy a saltar."

Xuanmin no respondió.

Naturalmente, Xue Xian no planeaba saltar por la ventana. Se apartó de la cadera de


Xuanmin y aterrizó en la mesa de tallado. Justo cuando había llegado al borde y
planeaba zambullirse, Xuanmin lo agarró y lo llevó de vuelta a la mesa.

Este burro calvo era muy excéntrico... no parecía en absoluto un monje normal. Esto
estaba claro desde los diminutos detalles de sus movimientos hasta la lujosa
habitación que había alquilado en la posada.
Ahora, por alguna razón, se había dado cuenta de las marcas de pliegues en el cuerpo
de Xue Xian. Sin siquiera preguntar, usó la punta de un dedo para presionar al
hombre del papel y luego tomó un pisapapeles de aspecto pesado y luego lo dejó caer
sobre Xue Xian.

El pisapapeles tenía la mitad del tamaño de un puño, un bloque rectangular largo y


estrecho. Todo lo que quedaba de Xue Xian era su cabeza, sus piernas y una astilla
de cada uno de sus brazos.

Xue Xian lucho con todas sus fuerzas, pero solo fue capaz de mover las manos. El
resto de su cuerpo se negó a ceder.

¡Vete a la mierda!

Xuanmin lo ignoró y continuó con el incienso.

Cuando el incienso terminó de quemarse, Xuanmin recitó una oración en voz baja, y
luego se calló. Eso parecía que era lo que había querido decir con "invocación", y no
algo parecido a lo que Xue Xian había temido.

Las llamas en el papel amarillo y el incienso se apagaron juntos. Cuando la última


gota escarlata desapareció, Xuanmin extendió un dedo y golpeó la piedra de molino
que había encarcelado a la vieja señora Liu durante tres años.

Hubo dos o tres ruidos de rompimiento, y de repente, la piedra de aspecto sólido se


rompió en pedazos diminutos.

La melancólica voz de la anciana volvió: "Es un alivio. Me voy a ir ahora, gracias."

Mientras hablaba, Xue Xian vio una suave sombra pasar a través de la piedra del
molino, que luego, junto con la capa de ceniza, se desvaneció.

Y, en ese momento, en que la piedra de molino se rompió y la vieja señora Liu paso,
de repente se oyó otro ruido extraño, como un carruaje tirado por un caballo, o
alguna otra cosa con una campana pegada a él, que parecía pasar por la calle de
abajo, sonaba débil y lejano.

Entonces, algo cayó de los pedazos rotos de la piedra de molino y rodó sobre la mesa.

Ding dang... danglang... esos dos ruidos...


Xue Xian pudo sentir que algo rodaba por la mesa, pero antes de que pudiera
levantar la cabeza para verlo, rodó por su cabeza. "¿Qué demonios es esto? Una cosa
estúpida. ¡Destrúyela!"

Xuanmin extendió la mano y dejó que el objeto rodará desde el borde de la mesa
hasta la palma de su mano.

Lo pellizco entre sus dedos. "Una canica dorada del tamaño del ojo de una oveja."

Xue Xian jadeó. "¿Canica dorada? ¿Cómo el ojo de una oveja?"

¡Sí! Tal como habían dicho... la forma de canica dorada de un dragón real... ¿Cómo
podría cualquier viejo mago fundir eso en una piedra de molino? Todo lo que el
estafador había hecho era meter la canica intacta en la piedra.

Xue Xian estaba encantado, pero Xuanmin dijo, "Tienes razón. Una cosa estúpida.
Destruyámosla."

"¡No, espera!" Si no fuera por el pisapapeles, Xue Xian habría ascendido a los cielos.
"¡Si destruyes eso, te destruiré a ti!"

Xuanmin dijo, "¿No es estúpida?"

"No es estúpida", respondió Xue Xian con los dientes apretados.

"¿No lo destruiremos?"

"No lo destruiremos. ¡Es mío! A ver si te atreves."

"¿Tuyo?" Preguntó Xuanmin. "¿Cómo puedes probarlo?"

"Mira", Xue Xian se quejó. "Quítame el pisapapeles y te lo mostraré."

Xuanmin lo miró, y luego dijo bruscamente: "Habla."

La furia en el estómago de Xue Xian amenazó con estallar y lanzarse sobre el monje.

Pero esa canica dorada era demasiado importante. El burro calvo la tenía en sus
manos, así que no importaba la intención asesina que Xue Xian sintiera, tenía que
cooperar.
Forzándose a sonar casual, dijo, "Mira la canica a través de la llama de la vela.
Observarás..."

Dentro anidaba la forma de un dragón, cuyas garras y cabeza estaban ocultas por su
cuerpo enroscado. Tal vez era demasiado difícil de ver.

En lugar de decir eso, Xue Xian apretó los dientes y dijo: "Verás un garabato. ¡Las
canicas normales no tienen garabatos!"

Xuanmin llevó la canica a la llama.

De hecho, la canica común de aspecto ordinario se volvió ligeramente transparente,


revelando una forma retorcida en su interior.

"Una serpiente", dijo Xuanmin.

¿¡UNA MALDITA SERPIENTE!?

Xue Xian se forzó a calmarse, aunque su cara se había vuelto cenicienta. "¿Ves?
¿Puedes quitarme este maldito pisapapeles ahora? ¡Devuélveme mi canica!"

Xuanmin todavía parecía tener algo de decencia en él. Vio que el demonio decía la
verdad, así que levantó el pisapapeles.

Xue Xian se sentó y se frotó su palpitante cabeza, que se sentía como si hubiera sido
aplastado por una montaña. Se sacudió y se abalanzó sobre Xuanmin con los brazos
extendidos, gritando: "¿Dónde está mi canica? ¡Devuélvemela!"

Xuanmin apuntó al centro de la mesa. "Primero..."

"Cállate y dámela", interrumpió Xue Xian.

Xuanmin se detuvo y lo miró fijamente. Finalmente, puso esa pequeña canica dorada
en las manos del hombre de papel.

Pum...

La canica no era nada ligera. El hombre de papel ciertamente no podía cargarla.

Todo lo que Xue Xian sintió fue un repentino peso en sus brazos de papel y luego su
visión se torno borrosa... la maldita canica lo había arrastrado fuera de la mesa hasta
el suelo.

Se odiaba a sí mismo.

Mientras Xuanmin se inclinaba para recoger al demonio, este seguía agarrando con
fuerza esa canica contra su pecho, como un avaro gruñón.

"Solo iba a pedirte que te alejaras del borde de la mesa." Xuanmin colocó al hombre
de papel sobre la mesa y lo miró de nuevo. "¿Sigues pensando en correr por ahí?"

¡Vete a la mierda! ¡Metete en tus asuntos! Pensó Xue Xian. Pero la caída todavía
hacía sonar sus oídos, y le preocupaba que el burro calvo le quitara la canica de las
manos. Mordió las palabras y dijo, "Bien. No te interrumpiré la próxima vez."

Abrazo la canica y se sentó en la mesa, pero pareció chocar con algo. Cuando
escucho ese sonido – Ding – otra vez, recordó de repente que más de un objeto
parecía haberse caído de la piedra de molino.

Apoyándose en la canica, Xue Xian miro lo que había encontrado: un pequeño disco
de plata del tamaño de un melocotón, con un hueco en su radio. Parecía ser capaz de
emitir un sonido cuando era golpeado.

"¿Qué es eso?" pregunto Xue Xian mientras se alejaba del objeto.

Desde la distancia, todavía no era reconocible.

"Es una campana médica", dijo Jiang Shining en voz baja.

Aun agarrando la canica con fuerza en sus delgados brazos, Xue Xian parecía un
juguete de peluche. Movió la canica, y a sí mismo con ella, hasta Jiang Shining,
"¡Estas despierto!"

"He estado despierto todo este tiempo, pero no podía hablar." Jiang Shining añadió,
"parece que ha caído la noche, así que puedo hablar de nuevo."

Su voz estaba llena de calidez... sonaba diferente a la de antes, menos mortal, como
si hubiera resuelto algo que le había pesado en el corazón, y ahora estaba más
relajado.

Habiendo hablado, floto de la mesa a la silla, luego al suelo, y se transformó de nuevo


en esa forma humana y erudita.
Alargó la mano para coger la campana médica y la frotó. "Esta es la campana medica
de mi familia."

Xue Xian se quedó estupefacto, "¿De tu familia?"

"Sí." Jiang Shining asintió con la cabeza y le mostró a Xue Xian el otro lado de la
campana... Jiang Yong. "Ese es mi antepasado", dijo. "Mi antepasado era un médico
viajero. Solía caminar por las calles y tratar a la gente con la que se cruzaba. Para
alertar a los ciudadanos que estaban cerca, tenía una campana colgada en su maletín
médico que sonaba suavemente dondequiera que iba. Salían de sus casas para
encontrarse con él. Esta era la campana de mis antepasados, pero en estos días los
médicos ambulantes se han extinguido en su mayoría – reemplazados por las clínicas
y farmacias adecuadas. Esta campana ha sido transmitida en la familia para no
olvidar nuestras raíces."

"Tu familia..." Xuanmin frunció el ceño. Inspeccionó la campana y la golpeó de nuevo.


"¿Tienes algún pariente vivo?"

"Sí. Mi hermana se casó con una familia de Anqing, así que no estaba en casa la
noche del incendio."

"Las almas de tus padres están atrapadas dentro de esta campana. Pero es diferente
a la de la Dama Xu en la piedra del molino. No podemos liberarlos ahora mismo...
necesitamos tres gotas de sangre Laogong¹ de un pariente vivo."

"¿Sangre Laogong?" Jiang Shining respondió. Siendo una familia médica,


inmediatamente entendió lo que Xuanmin quería decir. "¿Se refiere a la sangre del
punto de acupuntura Laogong?"

Xuanmin asintió.

Le devolvió la campana a Jiang Shining, y luego pareció mirar el paquete de tela


sobre la mesa.

Xue Xian siguió su línea de visión. Había otra barra de incienso dentro del paquete.

Lo señaló. "Eh, burro calvo", dijo. "Solo has usado una varilla de incienso para los
ritos de la anciana Liu. ¿Qué vas a hacer con este?"

Xuanmin dijo, "Ritos para este erudito."


Antes de que Jiang Shining pudiera reaccionar, Xue Xian se dio la vuelta. "¿Qué?
Tú..."

Fue interrumpido por Xuanmin que había agarrado repentinamente el borde de la


mesa. La cara del monje se torció y sus ojos se cerraron... parecía no sentirse bien.

Xue Xian dijo suavemente, "¿Burro calvo?"

Hablo dos veces más, pero el monje no respondió. Xuanmin se sentó en su silla con
los ojos cerrados, como si estuviera meditando. Ese pequeño lunar en el lado de su
cuello había cambiado: unos finos vasos sanguíneos salieron de él, como una araña
que se posa sobre su piel.

Pero Xue Xian no se dio cuenta de tal detalle. Estudio a Xuanmin, y una vez que se
dio cuenta que la vida del monje no estaba en peligro, hizo un gesto con la mano a
Jiang Shining.

Poco después, cualquiera que mirara a la calle en la que se encontraba la Morada de


las Nubes podría ver a un erudito de aspecto lúgubre y hambriento alejándose
rápidamente de la posada. Sobre su hombro estaba sentado un hombrecito de papel
que tenía una canica dorada en su regazo: Jiang Shining y Xue Xian habían escapado.

¹ El centro de la Palma

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 17: Campana Médica de Plata (III)

"Yo..." Mientras Jiang Shining se alejaba de la posada, empezó a hablar con dudas.
"No creo que esto esté bien."

"¿Qué es lo que no está bien?" Exigió Xue Xian, acariciando su canica.

"Escapándonos así... dejando atrás al Maestro completamente solo" respondió Jiang


Shining.

Xue Xian le miró fijamente. "Maldito ratón de biblioteca, ¿todavía tienes la cabeza en
las nubes? Es un cazador de demonios. ¡Somos demonios! ¿Has oído hablar de
criminales que escapan de la cárcel y se llevan al guardián con ellos?"

"No." Aunque Xue Xian parecía tener un punto, Jiang Shining todavía estaba inseguro.
"Pero..."

"No hay ningún pero."

"Todavía..."

"No hay un todavía."

Derrotado, Jiang Shining colgó su cabeza.

Xue Xian dio una palmadita satisfecha a su canica, satisfecho de sí mismo. "Así es
como yo me muevo."

Jiang Shining no respondió.

El toque de queda ya había comenzado en la sede del condado de Ningyang, y se


habían establecido bloqueos y barreras en todas las principales vías. Los oficiales de
patrulla se quedaron de brazos cruzados, calentándose con botellas de alcohol
caliente. Las cuatro puertas de las murallas de la ciudad estaban cerradas, ningún
ciudadano podía entrar o salir en ese momento.

Pero para esos dos demonios, era un trabajo fácil.

La ventaja del cuerpo de papel de Jiang Shining era clara. Se hizo delgado como el
papel y se deslizó a través de la barrera.

"Ve al este."
"Ve al callejón al final de esta calle."

"Ve recto, luego al oeste."

Xue Xian tenia una mirada aguda. Incluso desde lejos, podía ver inmediatamente a
las patrullas antes de que salieran de las sombras. Le dio a Jiang Shining sus
instrucciones de una manera directa y decisiva. El flexible Jiang Shining simplemente
obedeció sin cuestionar.

Pero después de algún tiempo, Jiang Shining finalmente se detuvo y se quejó,


"Señor, ¿No ha tenido suficiente? Por favor, deje de hablar."

Xue Xian lo miró fijamente y respondió: "¿Por qué? Estamos haciendo un gran trabajo
evitando las patrullas."

"Sí, las hemos evitado, pero juro que ya hemos pasado por este taller textil tres
veces. Si sigo obedeciendo sus indicaciones sin sentido, nunca saldremos de esta
ciudad."

Xue Xian abrazo la canica con fuerza y silbo. "Está demasiado oscuro. Tenemos que
encontrar un lugar para descansar."

Jiang Shining no dijo nada. Ese bastardo.

Sin el parloteo de Xue Xian, Jiang Shining pudo navegar por las calles mucho más
rápido. Fue capaz de sacarlos rápidamente de ese vecindarios y volver a la carretera
principal.

"Este edificio me resulta familiar." Xue Xian miró a su alrededor y sintió que toda la
calle le resultaba familiar.

Jiang Shining suspiro. "Sí. Estuvimos aquí esta mañana. ¿Cómo es posible que ya lo
hayas olvidado?"

Xue Xian lo recordaba. Un poco más adelante y al este estaba el complejo del Oficial
Liu. La noche estaba mortalmente quieta... cualquier pequeño ruido podía ser
escuchado alto y claro. Mientras pasaban, echaron un vistazo a las puertas de entrada
y pensaron que podían oír fragmentos de voces... quizás una pelea, o algún otro
suceso violento.
Los pasos de Jiang Shining se detuvieron.

Xue Xian miro hacia atrás en dirección del recinto Liu. "¿Qué es? ¿Quieres ver si
recibió lo que merecía?"

"Eso es asunto del Oficial Liu, no mío." Jiang Shining sacudió la cabeza y empezó a
caminar hacia la puerta de la ciudad.

Tal vez fue porque era hijo de un médico, pero Jiang Shining simplemente no podía
soportar ver a los demás sufrir. De hecho, esa era la diferencia entre él y alguien
como el oficial Liu.

La sede del condado Ningyang estaba rodeada de un espeso bosque, pero el paisaje
era suave y hermoso, sin mucho peligro real.

Hace algunos años, debido a que el Gran Sacerdote era un monje budista, todo tipo
de templos habían empezado a aparecer en las colinas y montañas, emitiendo fuertes
olores de incienso. Y recientemente, por alguna razón, el invierno parecía llegar
mucho más temprano que antes... incluso aquellos en el Sur comenzaron a ver nieve.
Dicen que las ventiscas son un buen augurio para el nuevo año, pero las lluvias no
habían sido buenas recientemente, y la gente había empezado a sentir los efectos de
la mala cosecha. Tenían sus propias cosas de las que preocuparse, y no tenían tiempo
ni energía para ir a encender incienso en los templos.

Así, las montañas se llenaron de templos abandonados, visitados solo por transeúntes
para refugiarse temporalmente.

Jiang Shining y Xue Xian encontraron un templo abandonado en la cima del Monte
Jiguan, y se deslizaron dentro. La nieve ya había empezado a caer.

Tan pronto como entraron en el templo, Xue Xian vio el lugar de descanso perfecto.
Ese maldito demonio tuvo la audacia de coger un montón de heno del suelo y llevarlo
donde estaba sentada la estatua de Buda, y, sin una sola pizca de vergüenza, se
apoyó contra la estatua. Como ya no tenían prisa, se desprendió de su piel de papel y
volvió a su forma normal.

Envuelto en una túnica negra, dejo que su cuerpo se desplomara, como si no tuviera
esqueleto. Apoyó su codo en el asiento de hoja de loto de Buda y colocó su barbilla en
su mano. Su otra mano aún sostenía esa preciosa canica dorada.

Jiang Shining frunció el ceño. Ese antiguo espíritu era increíblemente molesto.
"¡Puede que sea un templo abandonado, pero no puedes sentarte encima del Buda!"

Xue Xian abofeteó el muslo del Buda. "¡Hey!, déjame sentarme aquí. Si no estás de
acuerdo, di algo ahora."

Fingió esperar, y luego levantó la barbilla de manera desafiante ante Jiang Shining.
"¿Ves? Nada."

Soplo algunas de las cenizas del altar y le pidió a Xue Xian una cerilla. Con algo de
esfuerzo, pudo encender la húmeda vela, mientras se alejaba de la llama.

"¿Dónde encontraste este fosforo?" Pregunto Jiang Shining, sacudiendo ociosamente


la llama de la cerilla.

"La saque de la bolsa del burro calvo", respondió Xue Xian.

"Nunca he oído hablar de un criminal que escape de la cárcel y robe al mismo


tiempo."

"No le hará falta."

Sobre el tema de Xuanmin, Jiang Shining se sintió culpable de nuevo. No pudo evitar
preguntarle a Xue Xian, "¿Por qué odias tanto a ese monje? ¿Por qué nos capturó?"

Xue Xian sacudió la cabeza.

"Entonces, ¿Por qué estabas tan ansioso por perderlo? Si se me permite..." Jiang
Shining se señalo a si mismo, y luego a Xue Xian. "No hay mucho que podamos hacer
por nosotros mismos. Si nos metemos en problemas, estamos indefensos. Solo tengo
una campana médica, no vale mucho, pero si alguien le echa un ojo a tu canica
dorada..."

Xue Xian rodo distraídamente la canica entre sus dedos, y luego la sostuvo a la luz.

Por supuesto que tenía una razón para el escape nocturno. La razón era la canica,
que contenía su cuerpo de dragón: como aún no había sanado lo suficiente, no sentía
ninguna conexión espiritual con la canica. Incluso teniéndola en sus manos, no sintió
ninguna reacción en absoluto. Era como si estuviera sosteniendo cualquier canica
vieja.
Pero había algo en Xuanmin. Esa cosa en su cadera era peculiar. Un golpe podría ser
confundido con una coincidencia, pero dos veces... Xue Xian no podía ignorarlo.

Aunque Xue Xian no había observado mucho la verdadera habilidad de Xuanmin,


podía decir que ese monje escondía algo.

Todavía no podía obtener una reacción de la canica... pero tal vez Xuanmin sí. Si
permanecía demasiado tiempo al lado de Xuanmin con su canica, Xuanmin podría
tener algún impacto adverso en la canica, y entonces Xue Xian podría no ser capaz de
volver a su forma original de dragón nunca más.

Además...

Xue Xian le dijo a Jiang Shining, "No sabemos de dónde viene, ni qué es lo que
quiere. No parece un mago profesional del Jianghu, ni tampoco uno de esos monjes
caritativos que van por ahí salvando gente vulnerable. Solo me toco un par de veces,
pero tengo la sensación de que tiene un aura helada."

Confundido, Jiang Shining pregunto, "¿Qué aura helada? Eso no tiene sentido."

Xue Xian se burló con desdén. "Básicamente, es diferente a los demás monjes. Antes,
no estaba seguro de que lo hacía diferente. Pero ahora que lo pienso, creo que tiene
que ver con su completa falta de calidez... eso va en contra de la norma. ¿No crees
que, si llegara el momento, estaría dispuesto a cometer un asesinato?"

Jiang Shining reflexionó sobre eso, pero no estaba convencido. "No lo creo. Esto es
vergonzoso... pero le tengo miedo."

"Ya está", dijo Xue Xian. "Es el mismo significado."

De repente, Jiang Shining pensó. "Por cierto, ¿Oliste la medicina en la posada?"

"Sí." Estaba confundido. ¿El burro calvo toma medicamentos?

"Crecí alrededor del olor de la medicina, así que soy bastante sensible a ella." Jiang
Shining pensó un poco y luego añadió: "Ese olor me resultaba bastante familiar. Me
recordó a un vecino que mis padres trataron durante mucho tiempo."

"¿Qué clase de enfermedad era?" Preguntó Xue Xian

Jiang Shining dudó. Finalmente, dijo, "Pérdida del alma."


La gente que había perdido su alma era, generalmente, insomne¹, y se asustaban
fácilmente. En algunos casos, se despertaban constantemente olvidando lo que les
había ocurrido anteriormente y luchaban con la amnesia. Estaban tan confundidos
que era como si sus almas hubieran abandonado sus cuerpos – por lo que fueron
etiquetados como sufriendo de pérdida de alma.

"¿'Pérdida de alma'? ¿Ese burro calvo?" Xue Xian se mofo, e hizo un gesto despectivo.
"No se parece en nada a esos confusos y ansiosos personajes. ¡No es posible!"

"De hecho, no parece tener pérdida de memoria, pero..." Jiang Shining pensó por un
tiempo, y luego dijo: "Por lo que he visto, algunas personas que han perdido sus
almas son realmente obvias debido a su amnesia y desorientación. Cuando les hablas,
parecen distraídos y generalmente se comportan de forma extraña, sin energía. Pero
algunos de ellos son diferentes: tal vez estén bien preparados, pero serán
extrañamente normales, hablaran lo menos posible para no revelar su enfermedad, e
intentan curarse a sí mismos en secreto. Solo hablarán de las cosas que recuerdan. Si
nos los conoces bien, es imposible decir que hay algo malo en ellos."

Al oír esto, Xue Xian se encogió de hombros: "Incluso en el último caso, cuando están
bien preparados, difícilmente irían corriendo por toda la ciudad. Si no querían levantar
sospechas, se quedarían en su zona de confort y tratarán de evitar encontrarse con
gente que pueda detectar algo. ¿Qué clase de amnésico se pondría en marcha,
viajando por su cuenta, molestando a todo tipo de personas y todo tipo de demonios?
Eso no es pérdida de memoria: ¡es pérdida de cordura!"

Jiang Shining asintió. "Cierto."

"Incluso si no es perdida de alma, definitivamente hay algo con ese burro calvo." Xue
Xian pensó en cuando Xuanmin de repente se agarró de la mesa y se congeló, y
añadió, "Una persona tan misteriosa e indescifrable no andaría por ahí al azar. Tiene
que haber una razón para su aparición en el condado de Ningyang. Hoy, hizo dos
cosas que no eran de su incumbencia... nos capturó y rompió la maldición del Feng
Shui en el recinto Liu."

Jiang Shining no pudo evitar añadir, "También hizo los ritos para la vieja señora Liu, y
salvó la campana medica de mi familia, y te ayudo a extraer tu canica dorada, y..."

De repente, se detuvo. Considerando todo esto, las acciones de Xuanmin tenían aún
menos sentido. No solo había hecho favores a otros: todo el incidente en el complejo
de Liu había durado toda la mañana. Había sido confuso y difícil. ¿Por qué lo había
hecho?

"Basándose en lo que había estado diciendo, parecía que quería terminar el trabajo y
llevarte a ti y a la campana médica con tu hermana." Dijo Xue Xian, todavía jugando
con el canica. "En realidad, he estado en Anqing. No está muy lejos de Ningyang,
pero aun así hay que cruzar el río. Si fuera realmente por la bondad de su corazón,
sería demasiado amable. Ese burro calvo tiene la cara más fría y escalofriante que he
visto nunca. No creo que solo esté siendo amable."

Xue Xian intento imaginar cómo sería ese burro calvo cuando estaba siendo amable.

Entonces, un gran escalofrío pasó desde la parte superior de su cabeza hasta los
dedos de los pies. Dijo: "Aterrador."

Jiang Shining no quería saberlo.

Aunque este espíritu parecía escurridizo, las cosas que decían tenían sentido. Pero en
el tema de ayudar a la gente sin razón aparente... Jiang Shining lo miro. "Cuando
llegaste a Ningyang, tampoco hiciste nada excepto darme este cuerpo de papel..."

"Eso no es lo mismo", respondió Xue Xian.

"Para ser honesto, todavía no lo entiendo. Hay tantas casas en Ningyang. ¿Por qué
vendrías a un lugar en ruinas?" Jiang Shining sacudió la cabeza. "Hace tanto frío y
está oscuro. Tienes gustos muy peculiares... ¿Por qué irías a un lugar tan poco
acogedor?"

"Quería hacerlo. ¿Por qué te importa?" Xue Xian estalló.

El maleducado demonio ni siquiera miró a su compañero. Todavía miraba con


admiración su preciosa canica.

El cálido resplandor de la luz de las velas parecía dar vida a la palidez de Xue Xian.
Aunque era muy molesto, tenía una complexión bastante buena. La llama proyectaba
una sombra bajo sus párpados entreabiertos, y los oscuros charcos que eran sus ojos
parecían reflejar el brillo de esa canica, y la neblina blanca de la ventisca de fuera.

Había tantos lugares donde refugiarse en el condado de Ningyang. ¿Por qué había
elegido el recinto Jiang de todos los lugares, y por qué se había molestado en pasar
todo ese primer día haciendo un cuerpo de papel para el erudito?

Ni siquiera Xue Xian podía saber la verdadera razón... había vivido tanto tiempo que,
si pudiera recordar cada pequeño detalle de su pasado, su cabeza habría explotado
hace mucho.

Solo recordaba un invierno: había viajado al norte por alguna razón, y de camino a
casa, había pasado por el condado de Ningyang.

Probablemente había sido de noche, y había habido una tormenta de nieve violenta
como la de hoy. Las calles estaban vacías, e incluso los restaurantes y los puestos de
comida habían estado llenos durante mucho tiempo, por lo que el lugar estaba
cubierto de una quietud mortal.

En ese momento, Xue Xian aún no había sido mutilado, y estaba sano y salvo.
Naturalmente, como un poderoso dragón, no le temía al frío. El viento y la nieve eran
sólo las cerezas en la cima de un hermoso invierno. Llevaba una delgada túnica negra
y caminaba en medio de la ventisca. Justo cuando pasaba por la entrada de un
callejón, alguien le tiró de la manga,

Xue Xian era un espíritu independiente. Odiaba relacionarse con los demás, y
definitivamente no le gustaba ser tocado por un extraño.

Frunciendo el ceño, se dio la vuelta para encontrar a un hombre de mediana edad con
un abrigo gris. El hombre sostenía un paraguas de papel aceitado y llevaba una caja
rectangular cubierta de tela. Según las huellas, parecía haber salido del callejón.

Xue Xian ya no podía recordar cómo era el hombre de mediana edad: solo que tenía
bigote, y parecía genial y amable.

Seguía tirando de la manga de Xue Xian, y señaló el dorso de la mano de Xue Xian.
"Está gravemente herido. Si no lo tratas ahora, el frío va a destruir tu mano. Con este
tiempo, si te congelas un poco, lo sentirás cada invierno... y entonces, te
arrepentirás."

Ese hombre de mediana edad era muy hablador, y no le daba vergüenza acercarse a
un joven en la calle para darle un sermón. Xue Xian le miró fijamente, confundido, y
luego, miró su propia mano.

La mano que el hombre de mediana edad estaba señalando, estaba efectivamente


herida: había sido un accidente relacionado con un trueno hace algunos días. Para él,
era una lesión tan leve como rascarse la piel contra la rama de un árbol que pasaba.
Se había olvidado inmediatamente de ello, y pronto desaparecería. Pero, para la
gente común, la herida se veía horrible... todo el dorso de su mano había sido
profundamente cortado, y la sangre fresca se había coagulado hace algún tiempo. Los
músculos se habían separado e incluso se veía algo de hueso.

Sin decir nada más, el hombre de mediana edad llevó al aturdido Xue Xian de vuelta
al callejón, hasta que se encontraron con un conjunto de puertas rojas.

Parecía ser su casa. Abrió las puertas a empujones y gritó un nombre, y añadió:
"Tráeme el calentador portátil que está en el mostrador."

En ese mismo momento, levantó la tapa de su caja y comenzó a aplicar medicina en


la herida de Xue Xian.

La persona que estaba dentro de la casa, se acercó corriendo, sosteniendo un


pequeño calentador de cobre.

Xue Xian echo un vistazo: se trataba de una mujer de mediana edad que parecía muy
cómoda con el hombre. Detrás de ella había un tímido niño que parecía tener unos
siete u ocho años. Cuando llamó la atención de Xue Xian, sonrió dulcemente. Ansioso,
señaló la mano de Xue Xian y anunció: "No la laves durante dos días, especialmente
no con agua fría."

"¡Ve a estudiar!" la mujer regaño suavemente a su hijo. Luego se volvió hacia Xue
Xian: "De hecho, no deberías dejar que el agua lo toque. Debes tener cuidado con las
heridas en este clima, o de lo contrario plantarás las raíces del dolor y volverán año
tras año."

Tal como el hombre había dicho.

"¿Tienes prisa? ¿Quieres entrar y calentarte un poco?" Preguntó el hombre de


mediana edad mientras envolvía la mano de Xue Xian con un trapo de algodón y
hacía un nudo cuidadosamente.

"No puedo. Tengo cosas que hacer", respondió Xue Xian. Entonces, torpemente,
añadió, "Gracias."

"Entonces, llévate este calentador contigo. Necesitas cuidar esta herida." El hombre
de mediana edad empujó el pequeño calentador en las manos de Xue Xian.

Aunque Xue Xian no le temía al frío, no era completamente indiferente a él. Mientras
apretaba el calentador para sí mismo, levantó la cabeza para mirar las puertas del
recinto, sobre las que había un cartel que decía: "Clínica Médica Jiang".
Algunos años después, pasó por Ningyang de nuevo. Espero que no hubiera nadie
alrededor y entró en el recinto Jiang, colocando el calentador de cobre y una pequeña
bolsa de perlas doradas sobre la mesa antes de volver a salir.

Esta vez, al volver a Ningyang, había planeado ir a ver a la familia, pero encontró la
casa en ruinas. Las puertas que alguna vez habían sido rojas, y la clínica instalada,
habían desaparecido... todo lo que encontró fue el fantasma solitario Jiang Shining.

Así que le hizo un favor.

Después de todo, no todos en el mundo eran tan malvados como el Oficial Liu.
Algunos solo sabían cómo guardar rencor. Otros reconocieron la bondad y la
devolvieron.

Xue Xian se recostó contra la estatua de Buda y miró la ventisca que se desataba
fuera del templo.

De repente, Jiang Shining pregunto: "Antes de irnos, cuando me pediste que esperara
en la puerta, ¿Qué pusiste en la mesa del Maestro?"

Xue Xian dijo distraídamente, "No mucho. Solo una forma de agradecer por su ayuda
con mi canica."

Lo que había dejado a Xuanmin no era otra cosa que una escama de su cuerpo de
dragón. Como parte de un dragón, obviamente no era una especie de píldora de
inmortalidad, pero era mucho más preciosa que cualquier hierba medicinal. Ese burro
calvo estaba enfermo... no estaba claro de qué... pero si hacía medicina con la
escama, definitivamente ayudaría.

La gente común no sería capaz de reconocer una escama de dragón. Se parecía a una
fina escama circular, y era del tamaño de una moneda, con un tenue brillo azul-
negro. Pero tenía un sutil y húmedo olor, como la lluvia sobre la piedra, así como
algo... extraño... que se asemejaba a un camarón recién pelado.

Los ojos de Xue Xian se abrieron de par en par. "Tengo hambre", declaró.

En el cuarto de la Posada de las Nubes, Xuanmin seguía sentado inmóvil junto a la


mesa, manteniendo la postura que había mantenido cuando Xue Xian se había
escapado.

Sobre la mesa había una hoja de papel amarillo, sobre la cual estaba la escama de
dragón que Xue Xian había dejado. Ese olor peculiar se elevó de la escama y
lentamente se abrió paso hasta los orificios nasales de Xuanmin.

La expresión de Xuanmin se arrugó, y repentinamente, abrió los ojos. El lunar en


forma de araña de su cuello volvió a su forma original.

Miro hacia la mesa y vio que el papel amarillo estaba cubierto con la letra fea y
garabateada de alguien: 'Medicina milagrosa. Puede curar cualquier cosa, lo creas o
no.'

Xuanmin cogió la extraña escama negra y la miró. Entonces, como si de repente


recordara algo, encontró un trozo de papel doblado en el bolsillo cerca de su pecho.

Extendió el papel. En él, alguien había escrito: 'Encuentra a esta persona.'

Y junto a esas palabras, había un dibujo de una escama circular negra, que era
exactamente igual a la de la mesa.

Encuentra a esta persona...

Xuanmin frunció el ceño al comparar el objeto con el dibujo. Luego, volvió a doblar el
papel. Aun sosteniendo esa escama, se sentó a la luz de las velas, pensativo.

Afuera, el viento aullador trajo ligeros remolinos de nieve golpeando contra las
paredes de la posada.

Desde los caminos de tierra de las montañas hasta las calles laterales de las
ciudades, una negra oscuridad se desplegaba y sumergía el mundo.

¹ Que padece insomnio.

[Corregido: 23/02/2021] -Be


Capítulo 18: El Adivino Ciego (I)

La ventisca se prolongó durante otro día y otra noche. Desde la perspectiva de Xue
Xian y Jiang Shining, esto era tanto bueno como malo.

Lo bueno era que la mula que hacía todo el trabajo, Jiang Shining, era un fantasma
solitario que temía a la energía yang. Las nubes de tormenta cubrieron todo el cielo
con nubes negras, así que había mucha más energía yin que energía yang alrededor.
Esto era conveniente para Jiang Shining, ya que no necesitaba esconderse cada vez
que salía el sol.

La parte mala fue...

― ¡Protege mi cara! ¡Rápido! ¡El viento me va a volar la cabeza! ― Xue Xian le rugió
a Jiang Shining.

Con un viento tan feroz, naturalmente no podía sentarse en el hombro de Jiang


Shining. Jiang Shining no tuvo más remedio que arroparlo en la parte delantera de su
túnica, pero con la cabeza sobresaliendo para que pudiera disfrutar del paisaje. Pero
el extraño viento no obedecía en absoluto a las leyes de la naturaleza: soplaba en
todas las direcciones, ocasionando sonidos todo el tiempo.

Haciendo una mueca, Jiang Shining levantó su mano para cubrir la cabeza de papel
de Xue Xian y continúo luchando contra el viento: ― También podrías poner tu
preciosa cabeza dentro de mi túnica.

― No ―, dijo Xue Xian con firmeza. ― Te perderás sin mí.

Jiang Shining gruño. ¡Como si fuera a pasar!

― Cuando lleguemos a la ciudad, me rogaras para que te de direcciones.

Jiang Shining se negó a responder.

Se dirigían a un lugar que estaba dos pueblos más allá del condado de Ningyang
conocido como condado Wolong. Este era uno de los condados que bordean el río, y
tenían un destartalado servicio de ferry.

El puerto del río era muy pequeño y no servía a un gran número de clientes cada día.
Ciertamente no era la única forma de llegar a la Prefectura de Anqing. La razón por la
que habían elegido esta ruta era porque Xue Xian estaba buscando a alguien.
― Alguien vive al este del puerto fluvial ―, había explicado Xue Xian. ― Deberían ser
dos hermanos. Pero no son muy cercanos. Las últimas veces que los visite, no
dejaban de discutir. El mayor tiene algo de talento... quiero que le eche un vistazo a
mi canica. Podría decirme dónde está el pescador que se la vendió al oficial Liu.

Jiang Shining había pensado, si lo visitan más de una vez, entonces debe ser alguien
muy hábil. Así que obedientemente se dirigió al condado de Wolong.

Para evitar tener que cruzar los puntos de control de las dos ciudades entre Ningyang
y Wolong, eligieron usar los caminos de la montaña. Entre los dos, había un dragón y
un fantasma, y se sentían cómodos moviéndose por la noche, así que no había nada
de qué preocuparse.

Pero se rumoreaba que la montaña estaba llena de bandidos salvajes. No eran gran
cosa, pero seguían siendo una gran molestia para cualquier caballo o carruaje que
intentara cruzar. Como Xue Xian llevaba esa canica dorada, Jiang Shining se preocupo
todo el camino, aterrorizado de que se encontraran con una banda que no dudara en
hacerlos pedazos.

En uno de los templos abandonados donde se había refugiado, noto cortes en los
pilares del edificio. Parecían las huellas de una batalla entre espadachines. En la
esquina, vio salpicaduras secas de sangre, que no ayudaron a su aguda ansiedad.

Pero de alguna manera, quizás por la ruta que habían tomado, o alguna otra
coincidencia, no vislumbraron ni siquiera a un bandido de montaña. Se encontraron
con uno o dos carruajes tirados por caballos y felizmente volvieron a su forma de
papel para engancharse para un paseo.

En general, el viaje había sido extrañamente tranquilo.

Al cuarto día, llegaron a las puertas de la ciudad, ilesos. Jiang Shining estaba
incrédulo. ― ¿Somos tan afortunados?

― La mayoría de la gente no teme que le roben sus tesoros, sino que encontrarse
cara a cara con un bandido. Pero aquí estás, deseando encontrarte con uno. ¿Qué es
lo que pasa? ― Xue Xian dijo, mirando la puerta de la ciudad.

― Condado de Wolong... ― Jiang Shining leyó el cartel en voz alta. ― Dicen que
cualquier lugar con Long en su nombre, ha sido visitado por un dragón. Wolong
significa 'dragón oculto'... ¿ha dormido aquí un dragón?

Xue Xian puso mala cara. ― Esta pequeña ciudad ni siquiera es lo suficientemente
grande para dar un paso. ¿Por qué carajos iba a dormir uno aquí?

Confundido, Jiang Shining le miró fijamente. ― No estaba hablando de ti.

Habían llegado en el momento justo. La campana de la mañana sonó desde algún


lugar del centro de la ciudad. Después del último toque, las puertas de la ciudad se
abrieron lentamente.

Mientras los guardias abrían la puerta, Jiang Shining se agachó en una sombra en la
esquina, donde planeaba cambiar a su forma de papel y entrar discretamente en la
ciudad. De esa manera, evitaría tener que hablar con la patrulla y responder
preguntas entrometidas. Pero mientras se alejaba, sintió que su talón entraba en
contacto con algo en el suelo.

― ¿Qué es? ― pregunto Xue Xian.

Jiang Shining se agacho y limpio la nieve con su pie. Era un trozo de metal
deformado.

Lo sostuvo contra la luz de las linternas de la muralla de la ciudad y lo inspeccionó. La


escama era del tamaño de su pulgar. En un lado había un tallado en bruto con forma
de cabeza de lobo, y en el otro, un nombre. Pero el nombre había sido cortado
repetidamente, de modo que era completamente ilegible.

― Otro ―, murmuró Jiang Shining mientras hurgaba en sus ropas y conseguía una
segunda lámina idéntica.

Había recogido otro trozo antes, mientras estaba descansando en un templo


abandonado. Aquel todavía estaba cubierto de sangre, y el nombre en ella también
había sido tachado para que no se pudiera leer ni un solo carácter.

Xue Xian dijo, ― Quédatelo por ahora.

Jiang Shining volvió a meter las dos láminas en su túnica. Se aseguro de que los
guardias no estuvieran vigilando y, sin demora, se deslizó hacia la ciudad.

Cuando entró, se congeló en estado de Shock.

Este condado de Wolong no se parecía en nada a Ningyang. No podía ver ni una sola
calle recta, solo todo tipo de carriles que parecían no llevar a ninguna parte. Era un
laberinto.

A regañadientes, Jiang Shining miro a Xue Xian. ― ¿Cómo... a dónde voy?

Alegremente, Xue Xian le dio un abrazo a la canica. ― Ve a esa calle y gira hacia el
este por el carril detrás de Pasteles de Crispy Zhang.

― ¿Ves ese puesto de venta de dulces de sésamo? Gira al oeste en esa esquina.

― Encuentra el callejón que huele a Wontons de marisco. Sí, ese. Ve por ese callejón.

Mientras navegaban por la ciudad, Jiang Shining comenzó a sentir mucha hambre.
Dios sabía cuándo había comido por última vez este solitario fantasma.

― ¿Es la comida la única manera de indicarme cómo moverse? ― Se veía miserable.

Xue Xian levantó la vista de su canica, y asintió con la cabeza. ― Sí. Ahora cállate y
sigue caminando. El sol saldrá pronto. Una vez que pasemos la tienda de carne de
cerdo y un restaurante llamado Baishun, habremos llegado a nuestro destino.

Jiang Shining puso los ojos en blanco.

Aunque Xue Xian era muy irritante, había elegido la ruta más rápida. Pasaron por el
restaurante Baishun y Jiang Shining vio un puerto fluvial flotando en la niebla frente a
ellos. Una bandera ondeaba violentamente en el viento, y algunos pequeños barcos
se balanceaban en la orilla.

Jiang Shining levantó su mano y la usó de nuevo para cubrir la cabeza del hombre de
papel. Encogiéndose en sus ropas, camino contra el fuerte viento hacia el vecindario
al este del ferry.

― Señor, ¿puede por favor quedarse quieto? Si el viento te lleva, no iré a salvarte ―,
murmuró Jiang Shining infelizmente.

Pero Xue Xian estaba inclinando su cabeza para mirar detrás de ellos. ― ¿Por qué
siento que hay alguien detrás de nosotros? ― murmuró.

Jiang Shining se detuvo y se giró en círculo, intentando ver lo que Xue Xian creía
haber visto. ― No veo a nadie aquí. ¿tal vez estabas confundido por los copos de
nieve?

― Quizás. ― Murmuró Xue Xian. Sintiéndose más seguro, su cabeza se volvió a meter
en la túnica.

Pensó: si alguien nos estuviera siguiendo, sus pasos harían un sonido crujiente en la
nieve, pero no oigo nada. Tal vez estoy pensando demasiado...

Siguiendo las órdenes de Xue Xian, Jiang Shining llegó rápidamente a un oscuro
conjunto de puertas. De hecho, "conjunto de puertas" era una exageración. Desde el
exterior, este patio parecía ser más un pequeño gallinero. La puerta principal
consistía en una sola puerta, y estaba marcada por el tiempo. La humedad había
causado que creciera algo de moho en ella, y nadie parecía molestarse en limpiarla.

Parecía que en esta casa no sabían cómo cuidarse a sí mismos.

― Llama. ― Dijo Xue Xian.

Incluso la forma en que Jiang Shining llamaba a la puerta, estaba llena de


refinamiento y elegancia. Esos tres sonidos – dong dong dong – eran ligeros y
aburridos. Xue Xian frunció el ceño con impaciencia. ― Es tan fuerte como el zumbido
de un mosquito. No hay forma de que los hermanos que están adentro lo hayan oído.
Uno de ellos tiene problemas de audición. Adelante, golpea tan fuerte como puedas.

Jiang Shining llamó otra vez, más fuerte y duro esta vez, mientras decía, ― Lo siento,
lo siento. ― En voz baja.

Después de mucho tiempo, finalmente llegó el crujido suave de alguien que se


arrastraba por la nieve.

Tal vez fue el obstáculo de la nieve, pero los pasos que hizo la persona pareciera que
estuviera... ¿coja?

― ¿Qué edad tienen los hermanos? ― pregunto Jiang Shining, perplejo.

― Oh. ― respondió Xue Xian, ― el pequeño tiene ocho o nueve años. El mayor tiene
tal vez dieciséis.

Jiang Shining se quedó boquiabierto. ― ¿Qué? ¿Le pides a un niño que te diga la
suerte?

En ese momento, la puerta podrida se abrió violentamente.


― ¡Ladrón! ¡Fuera! ― rugió una voz infantil.

Luego, hubo una salpicadura. Una cubeta de agua se precipitó hacia ellos y empapó al
desprevenido Jiang Shining.

Al fin y al cabo, el cuerpo de Jiang Shining estaba hecho de papel. Después de ser
rociado con agua, todo su cuerpo se volvió blando y se arrugó débilmente en el suelo.
Xue Xian, escondido en su túnica, tampoco pudo escapar del mismo destino: se arrojó
y aterrizó en el suelo mojado, la canica dorada se le cayó de los brazos y rodó hacia
la puerta.

La persona que estaba dentro, tiró la cubeta a un lado con un golpe, después de una
pausa, una mano salió disparada y agarró la canica antes de cerrar la puerta de
nuevo.

Justo cuando Xue Xian, pegado al suelo, empezó a maldecir al culpable, una mano
cálida bajo del cielo y lo despegó del suelo.

Esa mano tenía un olor familiar: un amargo hedor a medicina, tan fuerte que hizo
estornudar a Xue Xian. Sin fuerzas, colgó la cabeza, incapaz de levantarla. Gritó: ―
¡Burro calvo! ¿Qué te he hecho yo? ¿Mate a tu familia o algo así? ¿Por qué no me
dejas en paz? ¿No estás jodidamente cansado de seguirme por ochocientos li¹? ¿Eh?

Una voz fría y tranquila respondió: ― Gracias por tu preocupación. No estoy cansado.

Xue Xian estaba furioso. ¡Si tan solo pudiera arrojarlo al río!

El hombre que había aparecido en el patio del gallinero no era otro que Xuanmin.

Sostuvo al húmedo Xue Xian en una mano, y recogió a Jiang Shining, que también
había vuelto a su pequeña forma de papel. Con esos dos hombrecillos entre sus
dedos, abrió bruscamente la puerta de madera.

Con pasos amplios, entró en el patio y agarró al "pequeño ladrón" antes de que
pudiera escapar. Miró al niño y dijo: ― No hay que robar. Devuelve la canica.

•───────────•

¹ 400 km.
Capítulo 19: Adivino Ciego (II)

Xuanmin era tan alto que el pequeño ladrón sólo llegaba al nivel de su cadera. El niño
parecía un mono flaco, y tenía nueve años como máximo. Mientras el monje se
agarraba al cuello, luchó con todas sus fuerzas, pateando y gritando, pero no pudo
conseguir que ninguno de sus puñetazos cayera sobre Xuanmin. "¡Ayúdame!" gritó.
"¡Me están asaltando! Ah... ¡Suéltame!"

Xuanmin quedó impresionado a regañadientes con el chico que tan


descaradamente gritó Ladrón mientras era el propio ladrón.

Desafortunadamente para el niño, a diferencia de los monjes ordinarios, el burro


calvo no tenía simpatía o compasión por nadie. Con esa expresión imperturbable en
su cara y todavía agarrando el cuello del niño, Xuanmin sacó un talismán con su otra
mano y lo golpeó en la frente del pequeño ladrón. "Silencio", dijo.

El pequeño ladrón se quedó en silencio.

Sin tener donde canalizar sus gritos, el rostro del pequeño ladrón se puso rojo por
el esfuerzo.

Las húmedas manos de Xue Xian volaron hacia su boca mientras hacía un gesto de
dolor por el niño. Pero como estaba empapado, su mano se quedó pegada a su boca.
Sabía que si intentaba arrancársela, corría el riesgo de desgarrarse el brazo o
arrancarse la boca. No había nada que pudiera hacer.

Por el rabillo del ojo, Xuanmin podía ver al pequeño demonio colgado allí, inmóvil.

Xue Xian cerró los ojos. Su dignidad había sido destruida. Que alguien me traiga
una cuerda. Si cuelgo a este burro calvo, nadie me habrá visto en este patético
estado.

Xuanmin se volvió hacia el pequeño ladrón. "Manos".

El talismán en la frente del pequeño ladrón tembló. Como una marioneta, sus
manos cojeando salieron disparadas delante de él. Su expresión era de impotencia.

Mientras Xuanmin extraía el mármol de sus manos, toda la cara del niño se volvió
de un rojo aún más brillante, el color se extendió a través de su cuello e incluso al
contorno de sus ojos. Miró fijamente al monje, como diciendo: "¿Qué vas a hacer,
matarme a golpes?". El pequeño bribón.

Habiendo conseguido lo que quería, Xuanmin ya no necesitaba silenciarlo. Quitó el


talismán de la frente del niño y con calma lo dobló de nuevo, y luego lo volvió a poner
en su túnica.

Xue Xian miró fijamente el mármol en las manos de Xuanmin, esperando que el
monje se lo devolviera.

Nunca había esperado que el burro calvo le ayudara, pero ahora se las arregló para
encontrar una pizca de bondad en su corazón. Pensó: "Bien, una vez que recupere mi
mármol, prometo ser bueno durante los próximos días y ahorrarle problemas al burro
calvo". Tal vez incluso le dé otra de mis escamas de dragón... todavía tengo algunas.

Pero Xuanmin estudió la canica cuidadosamente, y de repente frunció el ceño.

En ese momento, una extraña e inexplicable expresión apareció en su cara... era


una mezcla de reflexión y despiste.

Después de un tiempo, extendió su dedo y frotó el mármol. Luego, frunciendo aún


el ceño, se lo llevó a la nariz y lo olfateó.

Xue Xian pensó que podría reventar.

El hombre del papel puso los ojos en blanco, pero algo no estaba bien.

Afortunadamente, su cuerpo no se había curado hasta el punto de poder sentir esa


conexión espiritual y corporal con el mármol. De lo contrario... con todo ese tacto y
olor, Xue Xian le habría dado una larga patada al monje en la cara.

Docenas de maldiciones que quería lanzar al burro calvo brotaron dentro de él,
pero su mano estaba pegada a su boca y se negó a ceder. No tuvo más remedio que
empujar todo hacia abajo. Fue un milagro que no se ahogara.

El burro calvo volvió a oler el mármol y levantó la cabeza, con la expresión en


blanco de siempre.

Contemplativamente, le preguntó a Xue Xian, "Me quedaré con esta canica por el
momento. ¿Le importa?"
¡Claro que me importa! No! ¡En tus sueños!

Xue Xian gritaba tan fuerte como podía, pero no salía ningún sonido.

"Bien". Xuanmin había confundido su silencio con un acuerdo. Puso la canica de


nuevo en la bolsa... la de su cadera. Cuando se movió, la forma del mármol podía
verse a través de la tela, pero afortunadamente estaba en un lugar seguro y no se
caía.

El espíritu de Xue Xian se desvaneció. Colgó la cabeza. Ya no quería hacer nada.


No era que le preocupara que Xuanmin le robara su canica, pero había estado
buscando su cuerpo durante medio año y finalmente lo había encontrado, sólo para
que se lo arrancaran de nuevo.

Mientras caía ligeramente cojo, Xuanmin se dio cuenta de que algo en su


comportamiento no estaba bien. Se veía extraño con esa mano frente a su boca...
¿no quería al menos cambiar de mano? Xuanmin se dio cuenta de repente de por qué
el pequeño demonio se estaba comportando tan bien. Dejó que se hundiera, y luego
le preguntó al pequeño ladrón, "¿Tienes una chimenea?"

Aunque el ladrón había tenido la audacia de robar el mármol dorado de Xue Xian,
todavía era sólo un niño. Después de que Xuanmin le regañara tan a fondo, ahora
mostraba remordimiento.

No se atrevió a ignorar la petición de Xuanmin. A regañadientes, el pequeño ladrón


echó un último vistazo al hombre del papel, y luego se escabulló al único dormitorio
del patio. Hubo un ruido de estruendo cuando rebuscó entre sus pertenencias, y luego
volvió con una bañera de cobre de aspecto maltrecho y la golpeó contra el suelo
delante de Xuanmin.

"Gracias", respondió Xuanmin de forma neutral.

En la esquina del patio, el único lugar de la casa que parecía estar protegido de la
nieve, había dos montones de leña. Cualquier hogar ordinario habría tirado estos
escasos paquetes de palos flacos y retorcidos... apenas se podían llamar leña.
Xuanmin tomó un par de ramitas, las encendió y las tiró en la tina de cobre.

Las ramas secas tardaron un tiempo en prenderse fuego, pero finalmente un fuego
saludable comenzó a arder en la bañera, trayendo una sensación de alivio y calor al
patio del gallinero.
Al principio, el pequeño ladrón se quedó allí encogido ante Xuanmin, pero pronto,
atraído por el calor, se acercó a la bañera y se frotó las manos en silencio.

Xuanmin había colgado a Jiang Shining y Xue Xian en una rama de jazmín de
invierno, justo al lado del fuego. Estaban lo suficientemente cerca como para sentir el
calor, pero no tanto como para ser tragados por la llama.

Cualquier tamaño de llama serviría para tratar a un par de hombres de papel


húmedo. Xue Xian podía sentir que se volvía cada vez más seco.

Desde su posición en la rama del árbol, podía ver a Xuanmin sacando una hoja de
papel doblada de su bolsa. Todo lo que podía ver era que el papel estaba cubierto de
escritura: algunos unidos, otros separados. También había... ¿un dibujo?

Xuanmin pareció ver algo en el papel, entonces, satisfecho, lo metió de nuevo en


la bolsa.

Le preguntó al niño, "¿Tu apellido es Lu?"

Xue Xian y el niño quedaron atónitos.

Con cautela, el niño preguntó, "¿Qué quieres?"

"Parece que tengo razón." Viendo la reacción del niño, Xuanmin comprendió
inmediatamente. Preguntó, "¿Tienes un hermano mayor ciego?"

Los ojos del pequeño ladrón Lu se enrojecieron cuando estalló, "¡¿Quién eres?!
¿Qué quieres con Lu... con él?"

Perplejo, Xue Xian miró a Xuanmin. Así que este burro calvo no había venido a
capturarlo. ¿También había venido a buscar a alguien? ¿Cómo puede ser esto?

De repente, con un suave ruido, su ahora seca pata se le cayó de la boca.


Finalmente pudo hablar de nuevo.

"¿Dónde está Lu Shijiu?" Xue Xian le preguntó al pequeño ladrón. "Necesito que
me ayude a encontrar a alguien de un objeto".

Sólo había estado aquí un par de veces, y aunque no conocía muy bien a los dos
hermanos, aún estaba familiarizado con los hechos. Por ejemplo, sabía que los padres
de los chicos estaban muertos, aunque no sabía cómo. Sólo sabía que el mayor había
quedado ciego por su conocimiento de las artes mágicas, y que la oreja del otro chico
había sido dañada de alguna manera. Los chicos sólo se habían tenido el uno al otro
para depender de todos estos años, y su relación no era muy buena. No tenían a
nadie que los cuidara, ni un negocio familiar del que ocuparse... apenas tenían
nombres reales, sólo un apodo basado en su fecha de nacimiento. El hermano mayor
se llamaba Lu Shijiu, y este hermano menor de ocho o nueve años se llamaba Lu
Nianqi.

Lu Veintisiete era joven, pero no era ingenuo. Cuando escuchó a Xue Xian hablar,
dijo: "Te conozco. He escuchado tu voz antes. Ya has visitado a Lu ShiJiu antes".

Habiendo sido compañero de su hermano, el niño también había sido testigo de


todo tipo de sucesos misteriosos. El hecho de que no se haya quedado sin habla por
el hombre del periódico, muestra que tiene algo de espina dorsal.

"He estado dos veces. Pero esta es la primera vez que me tratan de esa manera."
Xue Xian pensó en esa bañera de agua fría y se rió. "Muy bien, vayamos directo al
grano. ¿Dónde está Lu Lu ShiJiu ? ¿A dónde fue y cuándo volverá? Además, ¿por qué
robaste mis cosas al azar?"

Pero mientras hablaba, Lu NIanqi comenzó a llorar lágrimas gordas del tamaño de
un guisante. "Yo también lo estoy buscando. Lo he estado buscando durante medio
mes. Él... está en el río."

Xue Xian se quedó boquiabierto.

¿Qué quieres decir con "en el río"?

•───────────•

Nota:

**

Lu Nianqi: Significa literalmente Lu Veintisiete pero es raro ponerlo así, so... mejor
en pinyin XD
Lu Shijiu: Significa literalmente Lu Diecinueve.

**
Capítulo 20: Adivino Ciego (III)

Mientras Lu Nianqi se secaba las lágrimas, su expresión se volvió terca otra vez. Se
agarró una esquina de su camisa y comenzó a jugar con ella, evitando el contacto
visual con Xue Xian y Xuanmin. Miró hacia la pequeña llama del hogar y dijo con voz
melancólica: "Hace medio mes, Lu Shijiu me dijo que iba a hacer un viaje a la isla de
la Lápida en el río..."

La sección del río que atravesaba el condado de Wolong era en gran parte poco
profunda y estrecha, con una corriente débil y una pizca de islotes aquí y allá. Los
islotes eran tan minúsculos que, si los hermanos Lu hubieran construido su gallinero
en uno de ellos, ellos también se habrían sentido acorralados. Los islotes alimentaban
largos y finos campos de cogongrass, y servían principalmente como lugares de
descanso para las aves náuticas.

Todos excepto uno, que era mucho más grande... lo suficientemente grande como
para ser considerado una isla.

Desde lejos, esa isla parecía albergar un parche de bosque salvaje cuyas ramas de
árbol se enredaban entre sí para crear la sensación de un gran bollo de mantou
verde, o una lápida. Los lugareños la llamaron "Isla Mantou" o "Isla Lápida".

A la mayoría de la gente no le gustaba acercarse a la Isla Lápida. De hecho, no


había nada allí excepto hierba salvaje y árboles... era estéril y oscuro, y no invitaba a
nada. Los únicos que pusieron un pie en la Isla de la Lápida fueron los farmacéuticos.
Aparentemente, el suelo salvaje de la isla era increíblemente fértil y húmedo, un
excelente y espontáneo lugar para las hierbas medicinales.

Lu Shijiu había estado dos o tres veces.

En una brillante mañana hace medio mes, Lu Nianqi se despertó para encontrar
una nota al lado de la cama. Lu Shijiu no sabía usar un pincel, y cuando escribía,
simplemente metía el dedo directamente en el tintero, así que su escritura era gruesa
y fácil de leer. Sólo había una línea de escritura torcida en la nota: "Viaje a la Isla de
la Lápida".

Tal como los observadores externos habían notado, los hermanos Lu no tenían una
buena relación. Lu Nianqi era un niño irritable y de mal genio, difícil de manejar, y
LuShijiu era un místico excéntrico y distante que hablaba lo menos posible. No era
nada extraño que desapareciera y dejara sólo una nota.

Así, Nianqi no le dio más vueltas. Se levantó para cocinar su comida y recoger
leña, haciendo todas sus tareas habituales mientras esperaba el regreso de Shijiu

Por la noche, comenzó a llover a cántaros. Aún no había señales de Shijiu.

"Finalmente fui al puerto del río, pero los barqueros de allí dijeron que la lluvia era
demasiado fuerte, así que no pudieron cruzar el río. Dijeron que vieron a Shijiu
subirse al bote con toldo del Viejo Liu, y que el Viejo Liu tampoco había regresado,
que probablemente se quedaban allí para protegerse de la lluvia". Aunque Lu Nianqi
era joven, hablaba con claridad e inteligencia. "Pensé que podía ver una tenue luz de
linterna en la isla, y que realmente estaban esperando que la lluvia parara. Así que
volví. Pero entonces..."

Pero entonces la tormenta se prolongó durante tres días, inundando el río. Todos
los días, Lu Nianqi fue al puerto del río para comprobar que la luz de la linterna
seguía encendida y esperó con impaciencia a que parara la lluvia. Con algo de cambio
suelto, fue a contratar a un barquero para que lo llevara a la Isla de la Lápida, pero
no vieron ninguna señal de Lu Shijiu, ni del Viejo Liu.

"Busqué por toda la isla, pero no pude encontrarlo. Lo escuché una vez", dijo Lu
Nianqi. "Pero cuando le llamé, no respondió".

Con el tiempo, Lu Nianqi buscó en la isla seis o siete veces, pero no pudo
encontrar a Lu Shijiu. Hace unos días, un oscuro remolino apareció en las aguas cerca
de la Isla Gravestone, y dos barcos en fila zozobraron allí. Ahora, los barqueros se
negaron a ir, no importa cómo Nianqi pidió.

Aún más extraño, Lu Nianqi comenzó a oír los sonidos de alguien rascando la
puerta cada mañana y a medianoche. Al principio, pensó que Shijiu había vuelto, y se
apresuró a abrir la puerta, pero no encontró a nadie del otro lado. Caminó por el
vecindario pero no encontró nada, y para cuando regresó, alguien había buscado en
el cofre de las cosas de su habitación.

"Dentro había estado todos nuestros ahorros: cuatro cadenas de monedas. ¡Todo
había desaparecido! ¡No quedaba ni un solo centavo! ¿Cómo se suponía que iba a
contratar a los barqueros ahora?" Mientras Nianqi recordaba el incidente, sus pelos
se erizaron como un perro callejero aterrorizado.
Xue Xian chasqueó su lengua. "Por eso nos echaste agua encima cuando
intentamos llamar a la puerta. ¿Qué clase de hijo de puta le roba a un niño de ocho
años? Pero sólo porque alguien te haya robado cuatro cadenas de monedas no
significa que puedas seguir adelante y tomar mi canica dorada. ¿Qué lógica es esa?
Deberías estar agradecido de que estoy físicamente indispuesto en este momento, o
de lo contrario te habría colgado y sumergido en el agua".

"¿Quién es el niño de ocho años?" Lu Nianqi respondió, con la cara carmesí.

"¡Tú!" Xue Xian se quebró. "¿Quién más?"

"¡Tengo quince años!" Lu Nianqi gritó, furioso. "Estuve enfermo de niño y se me


atrofió el crecimiento. Es grosero tratar de adivinar la edad de alguien basándose en
su apariencia."

Xue Xian estaba desconcertado. Al final, sin embargo, no le importaba la edad o la


altura del niño. Quería saber si Lu Shijiu seguía vivo.

Claramente, no era el único con esa pregunta.

Xuanmin levantó su brazo. Con un golpe de su manga, la débil llama murió,


dejando un montón de cenizas verdes y humo. Entonces, se acercó y tomó a Xue Xian
y a Jiang Shining de la rama sobre el hogar. Los dos hombres de papel delgado se
habían secado al horno, y estaban seguros y bien.

¿La única cuestión? Su tinta había empezado a correr.

Jiang Shining se transformó de nuevo en su forma humana de carne y hueso. Los


dos círculos oscuros bajo sus ojos se habían vuelto mucho más prominentes y ahora
cubrían la mitad de su cara. Parecía un enfermo terminal, tal vez a sólo un día de la
muerte. El pobre Xue Xian ni siquiera podía convertirse en humano... no tenía
sentido, ya que todavía no podía caminar. El goteo de tinta era aún más obvio en su
diminuta cara: goteaba como un moco.

Antes, sólo había sido "una visión para ojos doloridos". Ahora, parecía que
sangraba por todos los orificios.

Le picaban los ojos incluso al mirarlo.

Xuanmin lo miró e inmediatamente lo empujó de vuelta a la bolsa. Había una


mirada entumecida y resignada en su cara.
Lu Nianqi vio que el monje helado se preparaba para salir. No pudo evitar exigir,
"¿A dónde vas?"

"Río", dijo Xuanmin.

Lu Nianqi se levantó de un salto y se precipitó con ansiedad. "¿Vas a buscar a Lu


Shijiu? ¿Puedes llevarme contigo? ¡Yo también voy!"

"Haz lo que quieras", respondió Xuanmin sin siquiera mirar al niño. Dando otra vez
pasos largos, comenzó a caminar hacia el puerto del río.

Habían pasado unos días desde la última vez que residió en la bolsa de Xuanmin. A
su regreso, Xue Xian descubrió que ahora había cosas nuevas en su interior. Aparte
de su precioso mármol y la pequeña bolsa de agujas, también había todo tipo de
artículos diversos. Xue Xian se acercó a la oscuridad y cogió una, y luego le dio un
mordisco...

Piezas de plata; dinero... y bastante. ¿De dónde habían salido?

El puerto del río estaba sofocado por la nieve y la niebla. Unos cuantos barcos se
balanceaban por la orilla. Los barqueros probablemente estaban todos acurrucados
dentro de los botes con toldo. El frío era espeluznante.

Xuanmin hizo sonar el colgante de monedas de cobre en su cadera. Algunos


barqueros sacaron sus cabezas de sus toldos y uno de ellos dijo en un tono aburrido,
"Demasiada niebla". No podemos cruzar el río. Vuelve más tarde".

"No vamos a cruzar". Xuanmin señaló el centro del río. "Vamos a la Isla de la
Lápida."

Los barqueros sacudieron sus cabezas y se retiraron a sus toldos. Sólo quedaba un
barquero de aspecto simpático, y explicó: "Recientemente ha aparecido un remolino
cerca de la isla y ha destrozado un par de barcos. Usted no es un local, ¿verdad,
Joven Amo? Sea lo que sea que quiera hacer, siga mi consejo y encuentre otro lugar
para hacerlo. Ningún barquero de aquí te llevará allí."

Xuanmin escuchó tranquilamente mientras hablaba, y luego dijo, "¿Cuánto costaría


alquilar sólo el barco?"

El barquero lo miró fijamente, aturdido.


Los clientes a menudo querían alquilar los hermosos cruceros de turismo, pero
raramente alguien pedía un barco con toldo. Además, estos barcos eran estrechos y
difíciles de maniobrar. Sin un barquero a bordo, a la gente común le resultaba
imposible controlar el barco.

"I––" El barquero tartamudeó, confundido.

El audaz Xue Xian buscó en la bolsa dos piezas de plata y las sacó de la bolsa.

Exasperado, Xuanmin dejó que el demonio empujara el dinero en su mano, y luego


volvió a meter las patas del demonio dentro de la bolsa. Sin demora, le entregó al
barquero la plata.

De vuelta a la bolsa, Xue Xian no descansó. Empezó a darle una palmada en la


cadera a Xuanmin y dijo, fingiendo seriedad, "Es inconveniente para mí alcanzar mi
propia billetera ahora". No te preocupes, burro calvo, no me aprovecharé de ti. ¡Te
devolveré el doble!"

Xuanmin fingió que no existía.

El barquero se llevó la plata. Ni siquiera necesitó mirarla... sólo por el peso, sabía
que era una gran cantidad. Incómodamente, dijo, "No necesito todo eso".

Pero la cara de Xuanmin era tan intimidante... era incluso más fría que los copos
de nieve que volaban erráticamente por todo su cuerpo. El barquero vio que el monje
no planeaba cambiar de opinión, así que salió del barco sin gracia y ayudó a Xuanmin
y a sus compañeros a seguir adelante. Aún escéptico, preguntó, "¿Realmente sabes
cómo manejar el barco?"

Lu Nianqi tenía la misma inquietud que el barquero, pero temía que si seguía esa
línea de interrogatorio, Xuanmin decidiría repentinamente no ir más. Así que, aunque
su expresión era de confusión, y miraba con ansiedad y sospecha a Xuanmin y Jiang
Shining, se subió obedientemente al barco.

Antes de que Xuanmin subiera a bordo, él distraídamente arrancó una caña de la


orilla.

Lu Nianqi observó, desconcertado, como Xuanmin entonces tomó un pedazo de


papel amarillo doblado de sus ropas y lo pegó en el lado del barco. Ladraba, "Mueve
el barco", y luego dejaba que un extremo de la caña cayera al agua. Inmediatamente,
el pequeño bote con toldo ronroneo y comenzó a salpicar el agua. Mientras Xuanmin
sacudía suavemente la caña, el barco cambió de dirección y se dirigió hacia la Isla de
la Lápida.

Nianqi se abrió un poco en ese familiar papel amarillo. Se dio cuenta de que era el
mismo papel que Xuanmin le había pegado a la cara antes. ¿Este monje sólo tiene un
truco?

A pesar del talismán que conducía el barco y la caña que controlaba la dirección,
Xue Xian todavía no confiaba plenamente en Xuanmin. Colgó de la bolsa y miró
fijamente la caña en la mano del monje, negándose a apartar los ojos.

Después de un rato, no pudo evitar preguntar: "¿Por qué buscas a Lu Shijiu?


¿También quiere que inspeccione un objeto?"

Antes de que Xuanmin tuviera la oportunidad de responder, llegó un repentino


grito de Lu Nianqi.

•───────────•

Nota:

Si en alguna parte de la historia leen un "Diecinueve" o "Veintisiete", esos son los


nombres correspondientes a "Shijiu" y "Nianqi" porque literalmente significan eso..
pero decidí poner el pinyin porque no me gustaba como sonaba decir "Entonces
veintisiete hizo esto y luego aquello", si me fue alguno sin corregir, ya saben que
personajes son.
Capítulo 21: Adivino Ciego (IV)

¿Qué estaba pasando?

Xue Xian siguió el ruido y miró por encima. Lu Nianqi, que acababa de estar de pie
en el lado del barco, pareció haber visto algo y se lanzó hacia atrás, aterrizando de
espaldas. Su mano cayó al suelo a su lado e inmediatamente gritó "¡Ay!" y se la llevó.
Pero era demasiado tarde: había un enorme corte en su mano derecha, que comenzó
a brotar sangre.

"¿Qué es?" Jiang Shining tomó la muñeca del chico y aplicó presión en la herida
con una mano. "¿Cómo sucedió esto?"

"Un trozo de metal, creo." Lu Nianqi fue sacudido por la frialdad del toque de Jiang
Shining, e intentó apartar su mano.

Junto a donde había caído, había una cosa metálica que sobresalía invisiblemente
de entre las tablas de madera del barco. Estaba cubierto de sangre fresca...
claramente, el culpable.

Jiang Shining miró a su alrededor. Encontró un frasco de alcohol que el barquero


había colocado en el barco.

"Esto va a picar. Aguántalo." Desenroscó la tapa y vertió un generoso chorro de


líquido en la mano de Nianqi.

"¿Intentas matarme?" Fue una desagradable sorpresa para Nianqi, que desató un
grito que le partió la oreja. "¡Duele! ¡Duele! ¡Duele! ¡Duele! ¡Pica! Haaa..."

"Deja de gritar. Aguanta." Habiendo crecido en una clínica y oído a innumerables


pacientes llorar por sus madres, Jiang Shining estaba perfectamente tranquilo.

El clima estaba congelado, y la tormenta de nieve no había cesado. Tan pronto


como el alcohol empapó la mano de Nianqi, se congeló y la herida se coaguló. La
sangre dejó de brotar. Nianqi todavía respiraba con dificultad. Miró su mano coja con
una expresión agónica.

Jiang Shining sacó un poco de agua del río y la usó para limpiar a fondo la herida
del chico. Finalmente, sacudió las gotas de agua de sus manos y se fue a sentar.
Con las manchas de sangre desaparecidas, las líneas de las palmas de las manos
de Nianqi estaban ahora limpias y claras. Xuanmin le echó un vistazo y frunció el
ceño. Agarró las muñecas del chico y acercó sus manos, inspeccionándolo de nuevo.

Lu Nianqi resopló burlonamente. "Otro lector de palmas".

"¿Cómo que otro? ¿A quién más le gusta leer las palmas?"

La pregunta de Xue Xian había sido casual. No había prestado atención y había
asumido que Xuanmin había estado revisando la herida del chico. Ahora, se asomó
más del borde de la bolsa para mirar más de cerca la palma de la mano de Nianqi, la
vista de la cual envió escalofríos por su columna vertebral.

"Bueno, Lu Shijiu", respondió Nianqi. Aparte de que antes había gritado ¡Shijiu! en
un momento de pánico, el chico tenía la costumbre de llamar a su hermano mayor
por su nombre completo.

"¿Palma... leyendo?" Jiang Shining no pudo evitar mirar hacia arriba, también.
Según Xue Xian, Lu Shijiu era ciego. ¿Cómo podía leer las palmas de las manos?
Hablando de eso, había estado perplejo durante algún tiempo... ¿cómo podía un chico
ciego ir solo a una isla desierta? ¿Qué planeaba hacer en la isla? ¿Sentir su camino?

Lu Nianqi había escuchado el énfasis en la lectura. Hizo pucheros. "Por supuesto,


es técnicamente ciego. Pero puede caminar... sólo que es lento. Porque puede 'ver'
cosas que la gente normal no puede. Dice que ve el qi y las formas. Suena como un
galimatías... en cualquier caso, no lo entiendo."

Luego le preguntó a Xuanmin: "¿Qué le pasa a mi palma? De vez en cuando me


agarra la mano y se pasa años 'leyéndola' mientras la toca por todas partes y
murmura para sí mismo. Es insoportable. Cuando le pregunto, me dice que no es
gran cosa, que viviré una larga vida pero que tendré una juventud difícil. Dice que
quiere adivinar exactamente lo difícil que será mi vida, para poder burlarse de mí."

Jiang Shining no sabía qué decir. ¡Qué hermano!

Pero... ¿una larga vida?

Mientras Xue Xian estudiaba la palma, sintió que ya no sabía lo que significaba
"larga vida".
La palma de Lu Nianqi contaba la historia de una vida trágicamente corta, truncada
en la infancia. De las tres líneas de su palma, la línea de la vida fue inquietantemente
corta... terminó antes de llegar al centro de la mano del niño. ¿Larga vida? ¡El chico
sería afortunado si viviera más allá de los quince años! Xue Xian miró la cara del
chico.

No había prestado atención antes, pero Nianqi tenía un pico de viuda, y sus ojos,
que estaban ligeramente separados, se movían inquietos. En la parte superior de su
cara, justo en el punto de presión que denotaba vida, había pequeñas pecas. Con
todo, tenía el rostro de alguien destinado a morir joven.

Entonces, ¿Cómo es que Lu Shijiu lo leyó como una larga vida?

Aunque, con este tipo de destino, era mejor no decírselo al chico a la cara.

En silencio, Xue Xian volvió a mirar a Xuanmin. Este burro calvo tenía un mal
historial hasta ahora... le gustaba decir cosas terriblemente inapropiadas. ¿Iba a decir
"No te queda mucho tiempo de vida" y asustar al niño?

Pero parecía que el burro calvo había tenido una epifanía, y de repente se volvió
discreto. Primero, preguntó: "¿Tienes quince años este año?"

"Sí", respondió Lu Nianqi.

Xuanmin asintió. "Este es un año de calamidad para ti. Ten cuidado".

¿Salió el sol en el oeste hoy? Xue Xian se preguntó. ¿Qué le ha pasado a este burro
calvo?

Lu Nianqi le devolvió la mano. "Lo sé, lo sé. Lu Shijiu también me lo dice."

"¡Oh, claro!" Xue Xian dijo. "¿Por qué gritabas hace un momento?"

La lesión en la mano de Lu Nianqi los había dejado en la tangente, y se habían


olvidado del verdadero problema.

"Yo no..." dijo el niño, avergonzado. "Justo ahora, cuando me paré al lado del
barco, vi una masa negra flotando, y pensé que era pelo. Pero probablemente sólo
eran algas. Si realmente era pelo, entonces el cadáver estaría flotando, no medio
sumergido en los bajíos."
"¿Cómo lo sabes? ¿Has visto cadáveres ahogados?"

"Sí", respondió Lu Nianqi. "¿Cómo podría no hacerlo? Crecí junto al río. Incluso hay
buzos profesionales de cadáveres aquí. Hubo más cuerpos que de costumbre este
año... sólo este otoño e invierno, vi cinco".

En la esquina, Jiang Shining hizo una mueca. Tal vez estaba mareado.

La tormenta de nieve fue aún más fuerte en el río. La lámina de blancura se


extendía hasta el horizonte, de modo que no se podía ver nada.

Pero, lentamente, esa Isla de la Lápida con forma de mantou* comenzó a


levantarse de la espesa niebla, y se hizo cada vez más grande.

Xuanmin se puso a la cabeza del barco, dirigiéndolo con su caña. Xue Xian se
asomó con la barbilla en las manos, mirando ociosamente el agua brumosa del río.
Había algo en lo que no podía poner su dedo.

Tal vez sólo estaba siendo paranoico, pero no pudo evitar la sensación de que, una
vez que la canica dorada se había colocado en la bolsa del burro calvo, se había
vuelto más activa. Sin embargo, aunque todavía no podía sentir una conexión entre él
y el mármol, la extraña sensación de que algo estaba allí persistía.

Como cuando alguien quiere tocarte en el hombro... Mientras su mano se aleja a


una pulgada de ti, un diminuto e indetectable sexto sentido te hace saber que está
ahí.

¿De qué manera la presencia de Xuanmin afectó el mármol? Xue Xian no


descartaba nada todavía.

Si este burro calvo era realmente capaz de restaurar su conexión con su cuerpo
original, estaría eternamente agradecido al monje y a todos sus antepasados.

¿Cómo podría acelerar ese proceso?

Xue Xian estaba frustrado. Antes no tenía ni idea de cómo proceder, pero ahora
que tenía una pizca de esperanza, sintió que una desesperada impaciencia se
hinchaba en su interior. De hecho, este cuerpo de papel lo hacía vulnerable...
cualquiera podía acercarse a él y partirlo por la mitad. No era en absoluto apropiado
para alguien de su divino y respetable estatus.

El hombre del papel pensó largo y tendido, y de repente se sumergió de nuevo en


la bolsa. Dentro, golpeó sin descanso hasta que pudo arrastrarse hasta el mármol del
fondo de la bolsa. A continuación, abrió los brazos y se agarró a la canica.

Esta túnica de cáñamo blanco era realmente delgada. En el fondo de la bolsa, Xue
Xian estaba muy cerca de la carne de Xuanmin. Naturalmente, Xuanmin podía sentir
todos los movimientos erráticos del demonio dentro de su bolsillo.

Punteó el agua con su caña, luego frunció el ceño y preguntó: "Pequeño demonio,
tienes que aprender a calmarte". ¿Qué estás haciendo ahora?"

En voz baja, amortiguado por la tela, Xue Xian dijo, "Rema tu barco. ¿Por qué te
importa? Estoy empollando en mi huevo. Déjame en paz, imbécil".

Xuanmin suspiró.

Afortunadamente para Xue Xian -- probablemente porque él también estaba


avergonzado -- había hablado en un tono tan bajo que sólo Xuanmin había
escuchado. Si no, Jiang Shining habría empezado a discutir con él.

Distraído por la charla del demonio sobre la crianza, Xuanmin había apartado
momentáneamente sus ojos de la superficie del río.

En ese breve momento, otra forma negra pasó flotando por el fondo del barco... O
para ser más precisos, el barco flotó más allá de la forma negra.

Lu Nianqi, encaramado en el borde del barco, lo había visto, pero como había
pasado tan rápido, no entendía lo que significaba. Al principio parecía ser una masa
de pelo negro, pero no estaba acompañado de un rostro pálido, ni de un cuerpo
rígido. Así que Nianqi se frotó la piel de gallina en sus brazos y se obligó a calmarse.

Pronto, hubo un ka-dunk cuando el barco escondió el banco de lodo y se deslizó


hasta detenerse.

"Estamos aquí". El barco apenas se había detenido cuando Lu Nianqi saltó a la


orilla. Señaló una sombra en el agua no muy lejos de ellos y dijo: "Mira. Ese es el
barco del viejo Liu. Es el que trajo a Lu Shijiu aquí".

El espeso bosque de la Isla de la Lápida fue sofocado por la nieve, y una


interminable hilera de ramas negras retrocedió en la distancia. A los fantasmas les
encantaría este espeluznante lugar.

Cuando Xuanmin entró en la isla, un escalofrío de viento pasó por el bosque, como si
los árboles supieran que había llegado.

Dingding dangdang...

El colgante de monedas de cobre en su cadera tuvo un espasmo repentino,


enviando un claro sonido metálico al aire.

"¿Qué es?" Preguntó Xue Xian mientras subía a por aire. "¿Qué estabas diciendo
hace un momento? Estaba todo amortiguado, no podía oírlo."

"No dije nada. ¿Qué has oído?" Xuanmin frunció el ceño al hombre del papel. El
demonio parecía estar en sintonía, y a menudo parecía detectar cosas extrañas un
poco antes que los demás.

"Justo ahora, cuando llegaste a la orilla," respondió Xue Xian, perplejo. "Estaba
meditando y de repente te oí decir algo ininteligible, como si estuvieras recitando una
oración. ¿Estás seguro de que no hablaste? Entonces, ¿qué es lo que oí? Sonaba
como si tú..."

Se alejó, vacilante, y luego añadió: "Pero sonaba tan lejos..."

•───────────•

*Panecillo chino
Capítulo 22: Adivino Ciego (V)

Jiang Shining y Lu Nianqi habían estado parados contemplativamente en la orilla.


Ahora, se giraron para mirar a Xue Xian.

¡Todo lo que dijo este demonio fue tan espeluznante!

"Los farmacéuticos de tu condado son muy valientes", dijo Jiang Shining, riéndose.

Lu Nianqi respondió: "No suele ser así. Es sólo que en estos días... por alguna
razón, siempre hay niebla."

Jiang Shining rió otra risa hueca: La niebla sólo lo empeora ligeramente.

"Puedo ver por qué el pequeño bribón miró detrás de él, pero ¿por qué tú también
miraste atrás, ratón de biblioteca?" exigió Xue Xian irritado. "¿Un fantasma asustado
por los fantasmas?"

Ahora, Lu Nianqi estaba mirando a Jiang Shining.

"Por favor, piénsalo", contestó Jiang Shining con desgana. "Los humanos tienen
miedo de los criminales. ¿Por qué no puedo tener miedo de los espíritus malignos?"

Lu Nianqi miró la herida limpia de su mano, y luego la silueta rala de Jiang Shining.
Decidió que Jiang Shining debe ser un fantasma bastante débil, y no una amenaza.

"¡Allí! ¡Oigo otra frase! ¿La oyes?" Xue Xian dijo seriamente. "Está tan tranquilo..."

Para comprobar que realmente no era Xuanmin el que hablaba, miró al monje y lo
miró con esa cara macabra de tinta, sangrante. Los dos ojos pintados miraron
fijamente hacia adelante.

Xuanmin se encontró con esa mirada espantosa, pero era demasiado. Con un
movimiento firme, bloqueó la cara del hombre del papel con un dedo. "Eres la cosa
más espeluznante aquí".

Xue Xian se burló. "¿Cómo te atreves a tocarme la cabeza? ¡Te arrancaré el dedo
de un mordisco!"
Jiang Shining intentó jugar a ser árbitro. "Para ser justos, si intentabas luchar
contra el dedo del Maestro con tu cabeza, definitivamente perderías. Podría
arrancarte la cabeza de papel."

Xue Xian estaba furioso. En este momento crucial, ¿Cómo pudiste ponerte del lado
de ese hombre y no del mío?

No podía molestarse en arrancarle el dedo al burro calvo. Su cara aún enterrada en


la punta del dedo del monje, se esforzó en escuchar otro susurro en la oscuridad,
pero ya no podía oír ese sonido de oración que había sonado tan similar a la voz
zumbadora de Xuanmin. De repente, se sintió cohibido: ¿Realmente escuché mal?

"Bien". No moriré en esta colina". Xue Xian le dio una bofetada a Xuanmin con sus
patas y finalmente se las arregló para quitarle el burro calvo de la cara. "Sigamos
adelante. La prioridad es encontrar a Lu Shijiu. Si me entero de algo más, te lo haré
saber."

¿Y él? Bueno, él volvería a la melancolía. Era mucho más significativo que meterse
en una pelea con el burro calvo.

Volvía a la bolsa y envolvía su cuerpo alrededor del mármol dorado, meciéndose de


un lado a otro con el suave movimiento de los pasos del burro calvo.

Xuanmin caminaba incluso más silenciosamente que un fantasma, sus pasos eran
firmes y equilibrados. Acunado dentro de la bolsa, Xue Xian siguió el pacífico y casi
imperceptible movimiento y comenzó a sentir sueño. El mármol dorado, habiendo
estado en la bolsa por un rato, ya había empezado a irradiar calor. Presionado contra
el calor del muslo de Xuanmin, el hombre de papel, que durante los últimos días
había sido torturado por cada paso del viento invernal a través de su delgado cuerpo,
se sintió aliviado. Ahora este era un buen lugar para vivir.

Xuanmin se arrodilló para inspeccionar el barro, que estaba empapado y cubierto


de hojas caídas húmedas.

Lu Nianqi lo imitó y se arrodilló también. El chico era joven, pero era claramente
un espíritu independiente... probablemente porque había experimentado tanta
tragedia cuando era un niño pequeño. Prefería hacer las cosas por sí mismo en lugar
de depender de otros. Si algo le era desconocido, todo lo que tenía que hacer era
observar y aprender, y se sentiría más seguro.
"¿Qué estás mirando?" Jiang Shining le preguntó al niño.

Lu Nianqi ni siquiera miró hacia arriba. Todo lo que dijo fue, "No lo sé". No
importaba cuánto lo intentara, no podía encontrar ni una sola pista en el barro.

La mano de Xuanmin salió disparada y se cernió sobre la capa de hojas muertas.


Viendo que el maníaco había necesitado arrancar un trozo de su propia túnica sólo
para recoger un poco de musgo, definitivamente no iba a ir a tocar el barro. Viendo
esto, Lu Nianqi extendió la mano para sentir el barro también, pero aparte de, bueno,
el barro, no encontró nada notable. De repente, escéptico, miró al monje, se limpió
las manos en su camisa y se levantó.

Para él, las acciones de Xuanmin no tenían sentido: parecían misteriosas, pero no
dieron ningún resultado. Siendo él mismo naturalmente cauteloso y ligeramente
traicionero, no era de los que confiaban en los demás. Sabía que no había mucha
gente confiable en el mundo: la mayoría eran bastardos egoístas o idiotas.

Él era un bastardo egoísta. Su padre había sido un idiota.

Sí, admitió que no tenía ni corazón ni alma. En el recinto había estado gritando y
rogando a Xuanmin que lo llevara... ahora, sospechaba que el monje podía ser un
mentiroso. Incluso echó un vistazo al barco en la playa, preguntándose si debía volver
y esconderse hasta que la niebla se hubiera disipado un poco más.

Mientras retiraba su mirada, accidentalmente se encontró con los ojos de Jiang


Shining.

Por un breve momento, Lu Nianqi pensó que sentía una oleada de culpa infantil,
pero la obligó a bajar y miró fijamente a Jiang Shining. Pero el erudito ya había
desviado su mirada y ahora estaba mirando a Xuanmin, esperando que éste hablara.

Finalmente, el monje se puso de pie y desempolvó su prístina túnica. Metió la


mano en el bolsillo de su pecho y consiguió un talismán doblado.

¡No otra vez! Lu Nianqi puso los ojos en blanco. ¿Este monje realmente sólo tenía
un truco bajo la manga?

Pero Xuanmin no había sacado el talismán para hacer el trabajo sucio de nuevo.
Doblado dentro del papel había un fósforo, que logró encender, a pesar de los aullidos
del viento a su alrededor.
Jiang Shining y Lu Nianqi se apiñaron a ambos lados de él, mirando con los ojos
muy abiertos mientras llevaba la llama al talismán y lo encendía.

Los dos jóvenes no podían diferenciar entre el papel del talismán y el papel
moneda que se usaba para quemar el dinero de los muertos. En cualquier caso,
vieron como el papel se enroscaba en una masa negra arrugada.

Xuanmin movió su dedo, y el papel desapareció en cenizas por el viento, que se


arremolinó delante de ellos en el bosque.

Jiang Shining y Lu Nianqi observaron, con las bocas abiertas, como la ceniza
desaparecía entre los árboles... parecían dos tontas codornices. Cuando la ceniza
pasó revoloteando, aparecieron pisadas en el suelo.

No eran pisadas ordinarias creadas al plantar el pie en el barro: estas huellas


habían sido delineadas por parches de ceniza y descansaban ligeramente sobre la
superficie del suelo, como si la persona que las había hecho sólo hubiera rozado
suavemente la tierra.

"Estas no pueden ser huellas humanas. Parece que alguien flotó por encima y las
hizo a propósito", dijo Jiang Shining.

Lu Nianqi frunció el ceño. Lamentó haber traído a este grupo a la isla... cada uno
de ellos estaba completamente trastornado.

"¿Qué quieres decir con flotar?" exigió Xue Xian. Estaba conflictivo: por un lado,
tenía una curiosidad mortal sobre lo que Xuanmin y los demás estaban haciendo;
pero por otro, no podía soportar ser separado de su mármol. No podía evitar sentir
que, en el breve tiempo que había pasado dentro de la bolsa, el mármol se había
calentado aún más... había empezado, quizás, a sentirse aún más caliente que la
cadera de Xuanmin.

Pero era imposible saberlo.

Xue Xian abrazó su mármol con más fuerza. "Burro calvo", dijo.

Xuanmin lo ignoró.

"Burro calvo". Burro calvo."


Xuanmin aún no respondió.

Xue Xian le hizo una mueca. "¡Xuanmin! Necesito hablar contigo."

Finalmente, Xuanmin dijo, "Habla".

"¿No te gusta arrancar trozos de la parte inferior de tu túnica? Escuche: no


arranque más de ahí. ¿Por qué no empiezas a arrancar de tu bolsa?" Xue Xian
engatusó. "Si lo haces, hará que esta bolsa sea mucho más superficial. Así podré
sacar la cabeza sin tener que soltar el mármol."

Para ser justos, Xue Xian no esperaba que Xuanmin estuviera de acuerdo.

Finalmente, el monje dijo con frialdad, "Te sobreestimas. Ese cuello de papel es
débil. Si sigues sacando la cabeza, se rasgará. Yo no entierro a los hombres de
papel".

En otras palabras: Vete, tonto.

Xuanmin dejó de involucrarse con las tonterías de Xue Xian. Siguiendo los pasos
cenicientos, empezó a caminar con confianza por el bosque, con Jiang Shining y Lu
Nianqi corriendo tras él.

Dentro de la bolsa, Xue Xian pasó un breve momento enfurruñado, y de repente


volvió a la vida. Quién sabe cuánto tiempo este pequeño demonio había perseguido la
tierra, pero parecía no haber aprendido nunca el significado de palabras como
"restricción" y "disciplina"... un espíritu salvaje. Abrazando la canica con fuerza,
parecía dar más vueltas, y finalmente logró sacar su delgado cuello de la bolsa. Se
negó a soltar la canica, así que el cuello colgaba sin vida y dolorosamente contra el
revestimiento de la bolsa. El hombre del papel estaba tirando de sí mismo en dos
direcciones opuestas; parecía doloroso.

Sin miedo: su agarre era impresionantemente fuerte. Xue Xian se quedó colgado
durante un tiempo, y de repente exclamó: "¡Hay algo bajo el árbol!"

Xuanmin se detuvo. No pudo evitar sentir que el feng shui de la Isla de la Lápida
estaba profundamente apagado. No podía decir cómo... pero sentía como si alguien lo
hubiera saboteado... aunque todavía no había podido detectar los rastros de la obra
de alguien. Mientras caminaban por el bosque, su atención se centró en los pasos
cenicientos y en la disposición de la isla, no en la superficie del suelo.

Así que cuando Xue Xian habló, preguntó, "¿Qué árbol?"


"Allí a la izquierda. El que tiene el tronco partido".

Este era un árbol magullado a unos tres zhang de distancia de ellos. Parecía haber
sido alcanzado por un rayo en algún momento: se había partido por la mitad. Tales
árboles eran bastante comunes en la naturaleza, sin embargo, y por lo tanto no se
dejaban intimidar por la vista de él. Xuanmin caminó e inspeccionó el suelo alrededor
del árbol, encontrando finalmente, en un oscuro y discreto rincón, una cuerda cuyo
color marrón se mezclaba con el barro. Alguien había cortado la cuerda, y parte de
ella estaba deshilachada.

"¿Ei?" Lu Nianqi dijo curiosamente. No tenía miedo de la suciedad: tomó la cuerda


y la estudió, frunciendo el ceño. "Esta es la cuerda que mi familia usa para hacer
cadenas de monedas."

"¿Está seguro?" Preguntó Jiang Shuning, sorprendido. "¿Cómo puedes saberlo?"

"Yo torcí esta cuerda. Lo hago de forma diferente a cualquier otra persona." Lu
Nianqi tiró de la cuerda y les mostró. "Miren".

Los ojos de Xuanmin aún estaban fijos en el suelo. Lentamente, pareció retroceder.

Mientras Lu Nianqi les mostraba el fuerte, de repente se dio cuenta de lo que


estaba mal. "¡Esperen, todo mi dinero fue robado! ¿Cómo pudo la cuerda terminar
aquí?"

Justo cuando dijo esto, algo pareció golpearle la rodilla.

Hubo un sonido de dong... y, antes de que Lu Nianqi pudiera reaccionar, su rodilla


se arrugó y cayó al suelo.

Al tropezar torpemente, pareció disparar algún tipo de trampa. De repente, los


ruidos de weng-- surgieron de algún lugar y un vacío apareció bajo los pies de todos.

Una sorprendente sensación de vacío acompañó al desagradable y agresivo sonido


del cuocuo de la piedra frotándose contra la piedra.

Mientras caían al vacío, Xue Xian sintió respeto hacia Xuanmin por primera vez. De
alguna manera, el maldito burro calvo consiguió mantener un equilibrio perfecto en el
aire, y fue capaz de reducir la velocidad de su caída... y cuando aterrizaron, de alguna
manera fue capaz de hacerlo de forma constante y elegante, en lugar de rodar por el
suelo.
Al aterrizar, todo lo que Xue Xian pudo sentir, con su cabeza colgando de la bolsa,
fue una poderosa sacudida.

Oh Dios, oh Dios, oh Dios. Maldito sea el burro calvo y su gran boca. ¡Mi cuello se
va a romper de verdad!

Xuanmin se puso de pie en la oscuridad. Tuvo la extraña sensación de que algo


estaba flotando en el suelo.

"Aiyou..."

"Casi me rompo la mano."

"¿Dónde diablos estamos? Estoy tan mareado."

"¿Maestro? Maestro Xuanmin, ¿está ahí?"

Al escuchar las quejas de Jiang Shining y Lu Nianqi, Xuanmin respondió con un


"Sí". Prendió fuego a otro talismán.

Con la luz de la llama, pudo echar un vistazo a su alrededor. Sucedió que hizo
contacto visual con una cabeza de papel mientras revoloteaba.

Era sólo una cabeza de papel.

Xuanmin se quedó callado.


Capítulo 23.1: Adivino Ciego (VI)

"Maestro, ¿qué pasa?" Siendo un fantasma, Jiang Shining tenía una ventaja inherente
en comparación con Lu Nianqi. Aparte de un ligero dolor de cabeza y un poco de dolor
sordo, no estaba realmente herido, y también fue el primero en recuperarse. Se sentó
confuso y cogió a Xuanmin con la llama en una mano, abriendo la boca a algo que
estaba en el suelo, congelado por el shock.

En sus limitadas interacciones hasta ahora, Xuanmin había mantenido la


disposición de un estanque mortalmente tranquilo - no importaba en qué dirección
soplara el viento o cualquier objeto que se le lanzara, parecía imposible perturbarle
de ninguna manera. Jiang Shining nunca lo había visto tan sorprendido.

¡¿Qué demonios le había hecho reaccionar de tal manera?!

Algo dentro del corazón de Jiang Shining se hundió, y una sensación de inquietud
brotó dentro de él.

Cuando vio que Xuanmin parecía no haberlo escuchado, se angustió aún más. Se
levantó para ir hacia él, pero tan pronto como dio un paso, se tropezó.

"¡Ow... mira por donde vas!" Lu Nianqi gritó, su pie se alejó rápidamente.

"Mis sinceras disculpas. No estaba prestando atención", dijo Jiang Shining. Se


volvió y vio que el pobre niño estaba abrazando su cabeza y tratando de proteger su
mano herida al mismo tiempo. "Te pisé el pie... ¿por qué te estás tapando la cabeza?"

Hubo una pausa. De mala gana, Lu Nianqi respondió en un tono apagado, "De
alguna manera aterricé en mi cara. Me lastimé la frente".

Eso le ganó a Jiang Shining. De repente, su instinto médico se puso en marcha.


"¿Puedes pararte? ¿Dónde más te has lastimado?"

"Me lastimé la mano otra vez. Debe estar sangrando." Lu Nianqi movió su mano.
Apoyándose en el lado de Jiang Shining, se puso de pie. "Aparte de eso, estoy bien.
Monje... Hey, ¿qué ha visto? ¿Por qué no dice nada?"
El niño había perdido a sus dos padres a una edad temprana, por lo que no sabía
cómo hablar con sus mayores correctamente. Si Xuanmin no hubiera revelado
algunos de sus poderes antes, ni siquiera se habría molestado en corregirse a sí
mismo... sólo habría llamado al hombre "Monje".

Los dos cojeaban y se tambaleaban al lado de Xuanmin. Como Xuanmin tenía un


comportamiento tan frío, no se atrevieron a acercarse demasiado, sino que se
alejaron a medio paso de él y estiraron sus cuellos como suricatas para mirarlo.

El talismán que Xuanmin sostenía probablemente tenía otra capa de hechizos... en


todo este tiempo, no se había quemado todavía. La pequeña llama que persistía no
emitía mucha luz, pero les permitía ver su cara.

Jiang Shining y Lu Nianqi estudiaron al monje en silencio.

Si estuviera en una oscura llama encendida sólo por una llama tambaleante, casi
muerta, en el fondo de una espeluznante isla, y de repente se encontrara con la
cabeza cortada de su compañero, probablemente se asustaría mucho. Además, Xue
Xian estaba boca arriba, y su cara manchada de sangre ya era un miedo en sí mismo,
una cara macabra que enviaría a cualquiera a medio camino del cielo.

Y sin embargo...

La primera emoción que vino a la mente de Jiang Shining fue pura exasperación.

Luego, pensó: ¿A qué está jugando ahora...

Y finalmente, una campana en su cerebro sonó, y comenzó a temblar. "Oh Dios. Se


le ha caído la cabeza. ¿Está muerto?"

Finalmente entendió por qué Xuanmin había estado tan estupefacto antes. Aunque
todo el mundo había oído hablar de la decapitación, todavía era chocante
presenciarla.

Hace un segundo, el hombre del papel había estado felizmente dando vueltas...
¿Quién sabía que realmente iría y le arrancarían la cabeza?

"¿Dónde está su cuerpo?" Jiang Shining tartamudeó.

Lu Nianqi todavía no había sacudido la mirada de un trauma total de su cara. Sólo


sus ojos se movieron para mirar a Xuanmin.

Xuanmin no hizo ningún ruido, ni mostró ninguna emoción... todo lo que hizo fue
meter la mano en su bolsa y conseguir ese cuerpo de papel sin cabeza. Ese cuerpo,
que antes había sido tan enérgico, ahora yacía sin vida en la palma de su mano sin
apenas un tic, como si se hubiera convertido en un simple trozo de papel.

Jiang Shining abrió su boca de nuevo, pero no encontró palabras. Finalmente, Lu


Nianqi dijo, "Es... ¿Es un humano o un demonio? En el estado en que se encuentra...
¿sobrevivirá?"

"Debería..." Jiang Shining comenzó, pero se quedó atrás, sin saber cómo terminar
la frase. Entonces, se le ocurrió agacharse y coger la frágil sábana que era la cabeza
de Xue Xian. Vacilante, dijo, "¿Hermano Xue? ¿Estás consciente? Si lo estás, di algo".

Silencio.

Contuvo la respiración y esperó, pero no hubo respuesta. Temblando, rápidamente


colocó la cabeza en la palma de la mano de Xuanmin.

"¿Podríamos pegarlo de nuevo?" Lu Nianqi se aventuró.

¿De qué sirvió eso? ¿Has oído alguna vez de un humano pegando su cabeza de
nuevo? ¿Por qué no lo intentas?

Las palabras surgieron en el pecho de Jiang Shining, pero, viendo que Nianqi era
sólo un niño, las obligó a bajar. Miró a Xue Xian con los ojos llenos de preocupación y
frustración.

De repente, Xuanmin, todavía mirando la palma de su mano, dijo: "No hay forma de
salvarlo. Quemémoslo".

Al unísono, Jiang Shining y Lu Nianqi gritaron, "¿Qué?"

Xuanmin seguía usando esa expresión neutral... parecía completamente serio.


Consternado, todo el cuerpo de Jiang Shining comenzó a temblar. "¿Maestro, usted
habla en serio?"

"No entierro a los hombres de papel." Mientras decía esto, Xuanmin acercó el
talismán ardiente al cadáver de Xue Xian.

Mientras la llama extendía su lengua hacia el papel, una voz triste retumbó en el
oído de Xuanmin. "¡Alto! ¿Cómo te atreves?"

El sonido no provenía del hombre del papel, sino del espacio vacío cerca del oído
de Xuanmin.

Jiang Shining todavía no creía en la muerte de Xue Xian. Ahora, su cabeza se elevó
y miró fijamente a Xuanmin. Al rodear al monje, miró a su alrededor pero tenía miedo
de decir una palabra, ya que no podía ver a Xue Xian en ninguna parte.

De hecho, cuando el cuerpo de papel se partió por la mitad, Xue Xian supo que
experimentaría otra mutilación. En lugar de enfrentarse a su destino, Xue Xian había
arrancado su alma del cuerpo de papel. Sin un ancla física, el alma era invisible, y tan
voluble como el viento o el aire. Esto era exactamente lo que Xue Xian quería... toda
su agitación previa había acabado con su propia cabeza arrancada. Era humillante. No
quería que nadie lo viera.

Así que se había reunido tranquilamente detrás de Xuanmin, como uno de esos
duendes que se encaraman en los hombros de la gente, observándolos.

Pensó que al menos podría disfrutar de arrastrar al burro calvo nadando hacia él y
murmurando cosas siniestras en su oído.

Pero Xuanmin ni siquiera se dio la vuelta. Tranquilamente, como si nada estuviera


mal, preguntó: "¿Has terminado de fingir la muerte?"

Xue Xian no dijo nada.

Fue como dicen: no importa cuán fuerte creas que eres, siempre hay algo que
puede derrotarte. Xue Xian no podía creer que, de entre todos los del mundo, tuviera
que toparse con este burro calvo.

"¿Cómo supiste que no estaba muerto?" Xue Xian finalmente dijo a través de los
dientes apretados.

Xuanmin puso los dos trozos del cuerpo de papel, que había amenazado con
quemar, de nuevo en su bolsa, y luego dijo: "La gente buena a menudo muere
pronto. Siempre son los villanos los que tienden a vivir una vida larga y satisfactoria".

Xue Xian quería estrangular al burro calvo.


Pero entonces...

Al pensar en algo, Xue Xian bajó su furia. Con toda la voluntad que tenía, se las
arregló para suavizar su voz y decir, "Bien. Alguien de mi estatus no tiene necesidad
de comprometerse con un burro calvo como tú. Di lo que quieras".

Al escuchar esto, Xuanmin inclinó su cabeza y robó una mirada al aire alrededor de
su oreja. ¿Qué le pasaba al pequeño demonio? Se las había arreglado para reprimir
su ira y comportarse correctamente por una vez.

Xue Xian se aclaró la garganta... sabía que, para decir lo que quería decir a
continuación, necesitaba tener algo de humildad. Viendo a Jiang Shining y Lu Nianqi
en el rabillo del ojo, bajó la voz.

Las almas desnudas no tienen cuerpo, así que por supuesto no son ni grandes ni
pequeñas, ni gordas ni delgadas... no son más que ráfagas de viento. Pero se reunió
en un bulto tan apretado como pudo y se arrastró hacia el canal auditivo de Xuanmin,
para que ninguna otra persona pudiera oír lo que estaba a punto de decir.

Aunque Xuanmin no hablaba, parecía acomodarse, esperando que Xue Xian


comenzara.

"Préstame tu cuerpo", dijo Xue Xian.

Silencio.

Xue Xian reprodujo lo que acababa de decir, y se dio cuenta de que la frase estaba
mal. Añadió: "No digo que te vaya a echar. Quiero decir, déjame encontrar un lugar
donde quedarme. Idealmente, cerca de tu cadera".

Silencio.

Xue Xian estaba al final de su ingenio. ¿Por qué era tan difícil expresarse?

No sabía qué hacer. Las almas puras no podían permanecer en el aire por mucho
tiempo sin nada a lo que aferrarse... necesitaban encontrar algo físico, o de lo
contrario se disolverían lentamente. Cuanto más tiempo vagaba un alma pura, más
dañaba su integridad. Había pasado tanto tiempo acumulando suficiente energía para
mover la mitad superior de su cuerpo - no quería empezar de nuevo como un ser
totalmente paralizado.
El hombrecito de papel estaba roto. No podía volver allí.

Y la razón por la que quería estar cerca de la cadera...

Desde que la canica dorada había entrado en la bolsa de Xuanmin, había tenido la
sensación de que había algo especial en el cuerpo de Xuanmin. Xue Xian había
recordado ese ruido de campana que había escuchado un par de veces antes. Ambas
veces, el ruido había venido de algún lugar de la cadera de Xuanmin y había hecho
retroceder a Xue Xian, dejándole ver las estrellas.

Los cambios que experimentaba el mármol tenían que ver con la cadera de
Xuanmin.

Había empezado a inventar todo tipo de teorías: si tanto él como la canica dorada
se pegaban bien a la cadera de Xuanmin, ¿podría recuperar pronto su cuerpo original?

Aunque sus huesos habían sido extraídos de su cuerpo de dragón, existía la


posibilidad de que pudiera crecer lentamente otros nuevos... siempre y cuando se
cuidara a sí mismo.

Necesitaba volver a su cuerpo original y hacer que todo volviera a crecer. La única
otra opción era su situación actual: movimientos severamente restringidos, y la
necesidad de hacer todo tipo de tratos y compromisos.

"No importa. Todo lo que quise decir fue que necesito un lugar para vivir. ¿Por qué
no uso tu bolsa?" Xuanmin aún no había respondido, pero Xue Xian ya había
actualizado su petición varias veces... sabía que debía hacer un retiro activo cuando
las cosas no iban bien.

Xuanmin echó un vistazo a esa bolsa de aire vacía cerca de su oreja. "Antes,
estaba más molesto por la bolsa de lo que alguien podría estar por la muerte de sus
padres. Ahora, ¿quieres volver a entrar?"

Xue Xian se obligó a ser amable. "Sí, sí. Sólo dime si estás de acuerdo."

"¿Por qué?" Xuanmin respondió.

Xue Xian se quedó sin palabras: "Tienes un hermoso esqueleto."


Xuanmin sacudió la cabeza. No tenía nada que decir a eso. Pero lo meditó, y luego
sacó el mármol dorado de la bolsa.

El dedo índice del monje se movió, y apareció un corte en él, del cual brotó una
sola gota de sangre carmesí. Con esa gota de sangre como tinta, usó su dedo para
escribir un texto talismán sobre la canica. Xue Xian reconoció ese talismán: era el
mismo que había usado anteriormente en las siluetas de papel.

Cuando Xuanmin terminó su último golpe, el mármol dorado brilló más, y luego
volvió a morir.

Xuanmin movió su mano hacia el espacio donde Xue Xian parecía estar flotando, y
de repente cerró el puño. Entonces, golpeó su mano hacia la canica... Xue Xian fue
así enviado a la canica.

Pero no fue tan fácilmente devuelto a su cuerpo original. En su lugar, el mármol


dorado había actuado como cualquier otro objeto ordinario: un simple receptáculo; un
ancla temporal para su alma.

A pesar de la advertencia, Xue Xian estaba encantado.

Tuvo que admitir que cuando el burro calvo no lo provocaba activamente, no era
tan malo. Esta acción había tocado profundamente el corazón de Xue Xian.

Mientras se movía para colocar a Xue Xian de nuevo en su bolsa, miró hacia abajo
y preguntó, "¿Todavía planeas subir?"

Soy tan suave como el culo de un bebé y tan redondo como la luna. No tengo
brazos ni piernas, ¿Cómo demonios se supone que voy a ir a ningún sitio? Pero se
acababa de beneficiar de una gran amabilidad por parte de Xuanmin y sabía que no
debía ser tan insolente, así que se tragó su orgullo y obedientemente respondió, "No
voy a escalar".

"¿Todavía planeas saltar por todos lados?"

Una pausa. Xue Xian hizo pucheros y finalmente dijo, "Me comportaré".

Sólo cuando Xuanmin vio que se había vuelto realmente manso, metió el mármol
dorado en la bolsa.

Una vez dentro, el pequeño demonio se acomodó y no causó ningún problema.


Primero, Xue Xian le había prometido a Xuanmin que sería bueno... no podía
retractarse inmediatamente de su palabra; al menos tenía que fingir que le
importaba. En segundo lugar, el mármol había sido una idea ingeniosa por parte de
Xuanmin. Confinado a esta suave esfera, no podía dar vueltas aunque quisiera. Todo
lo que podía hacer era rodar suavemente dentro de la bolsa al ritmo de los pasos de
Xuanmin, ni siquiera podía dar una vuelta.

Aunque Jiang Shining no había escuchado el proceso de negociación de Xue Xian,


había observado los movimientos de la mano de Xuanmin y se había hecho una buena
idea de lo que había pasado. Señaló a la bolsa de Xuanmin y preguntó, "¿Está
herido?"

Xuanmin sacudió la cabeza.

El ratón de biblioteca respiró un suspiro de alivio.

Habiendo finalmente resuelto el problema de Xue Xian, Xuanmin finalmente echó


un vistazo a la cueva.

Levantando más alto el talismán ardiente, estudió lo que le rodeaba: alguien había
construido esta cámara subterránea, para la cual el suelo se inclinaba bastante en
una dirección específica.

Xuanmin llevó la llama en esa dirección.

Al ver las dos sombras masivas, Jiang Shining y Lu Nianqi saltaron.

"¿Qué es eso?" Jiang Shining gritó, retrocediendo.

"Guardianes de la tumba", dijo Xuanmin.

La pendiente era de sólo tres o cuatro zhang de largo, y terminaba en un conjunto


de puertas de piedra medio abiertas. A cada lado de la puerta había una enorme
piedra tallada de una poderosa bestia. Cada bestia tenía alrededor de un zhang de
altura, y aunque estaban inmóviles, proyectaban un aura poderosa y violenta. Sus
ojos se inclinaban hacia abajo, de modo que parecían estar vigilando silenciosamente
la cámara desde una gran altura.

Tales bestias sólo se veían normalmente en los mausoleos de los príncipes más
extravagantes.

"¿Tumba?" Jiang Shining no dudó de Xuanmin. Un escalofrío corrió por su cuello y


se frotó las manos ansiosamente, diciendo, "¿Así que esta Isla Lápida es realmente
una gran lápida?"

Lu Nianqi se había vuelto verde. "Pero... ¡Nunca he oído hablar de eso! La


llamamos Isla Lápida sólo porque parece una lápida. Si realmente fuera una tumba,
¿Cómo se atreverían los farmacéuticos a visitarla?"

Xuanmin acercó el talismán a las bestias. "Son nuevos".

"¿Cómo de nuevos?" preguntó Jiang Shining.

"De tres a cinco años."

Esculpida hace tres a cinco años... lo que significa que esta tumba también fue
erigida hace tres a cinco años. Pero... ¿para quién?

Xuanmin trajo la llama de vuelta a donde estaban, y luego miró hacia el


interminable techo. Sacudió la cabeza.

No había forma de salir por donde habían entrado. Todo lo que podían hacer era
seguir el camino y ver a dónde conducía.

Con un barrido de la llama, Xuanmin comenzó a caminar.

Aunque Jiang Shining y Lu Nianqi temblaban de miedo, no se atrevieron a dejar


que Xuanmin fuera demasiado lejos sin ellos. Después de un breve momento de
vacilación, se escabulleron tras él.

"No tengo miedo, no tengo miedo", murmuró Jiang Shining para sí mismo. "Yo
también soy un fantasma". Parecía sentirse un poco mejor.

*pobrecito shining QwQ cosita


Capítulo 23.2: Adivino Ciego (VI)

Xuanmin pasó por delante de los guardianes de la tumba y empujó las puertas de
piedra entreabiertas.

No importa lo vieja que sea una puerta de madera, cuando se abre, siempre hace
un chirrido. Pero las puertas de piedra son diferentes: cuando se abren, la piedra de
la puerta rechina contra la piedra del suelo con un sonido huohuo. Era un ruido
misteriosamente silencioso y, al resonar en las paredes de la cámara, levantaba los
pelos del cuello de Jiang Shining.

Lu Nianqi cruzó sus piernas. Pensó que se podría orinar. Pero prefería morir antes
que admitir su debilidad, así que, por mucho que quisiera retroceder, no tenía más
remedio que dar dos pasos confiados hacia adelante.

En este tipo de lugares, nunca se sabía si era más seguro estar al frente del grupo,
o en la parte de atrás.

Cuando la puerta estaba casi abierta todo el camino, de repente golpeó algo e hizo
un fuerte ruido de protesta, y luego se negó a ceder. Parecía estar atascada.

"¡Hay algo detrás de la puerta!" Lu Nianqi gritó, aterrorizado, aunque intentaba


suprimir el temblor de su voz.

Xuanmin no tenía prisa por revisar detrás de la puerta. Primero, usó el talismán
para iluminar los alrededores...

"Oh Dios..." Nianqi gritó.

En realidad, el área parecía ser un simple pasillo dentro de la tumba: su diseño era
el mismo que el de la cámara que acababan de dejar, pero más estrecho. Lo que
había asustado a Nianqi había sido las paredes del pasillo, que estaban cubiertas de
pinturas de más guardianes de la tumba y de bestias grotescas, que no estaban
delineadas con tinta ni a todo color, sino en carmesí.

"¿Son estos dibujos de sangre?" Nianqi dijo.


Estos murales eran enormes. ¿Cuánta sangre necesitaban para pintarlos?

El cobarde Jiang Shining comenzó a temblar también, luego se detuvo y dijo: "No
debería ser así. Huélelo: si se pintara con sangre, todo este lugar apestaría a metal y
carne".

"Es cierto". Lu Nianqi se calmó rápidamente, olfateó y dijo: "No hay sangre".

Una vez calmado, comenzó a notar más detalles.

Por ejemplo, el color de los dibujos era demasiado brillante. Si realmente era
sangre, se habría secado por mucho tiempo en un marrón oscuro.

"Cinabrio". Xuanmin escaneó los murales.

No estaba fuera de la norma ver sangre o bestias en una tumba, pero el cinabrio
era extraño. El cinabrio tenía el efecto secundario de alejar el mal y suprimir los
espíritus, así que si se usaba para estos murales, significaba que los que habían
enterrado a esta persona no querían que descansaran en paz ni que renacieran en
una buena vida... sino que nunca, nunca volvieran.

Esta era una práctica de exorcismo.

Aunque Jiang Shining nunca había estado en un mausoleo, y mucho menos había
ido a dar un paseo dentro de uno, y por lo tanto no estaba íntimamente familiarizado
con las reglas de tales lugares, él, de hecho, sabía sobre el cinabrio. Habiendo crecido
en una clínica y absorbido la experiencia de sus padres, su conocimiento no era de
memorización rutinaria... la mayoría de las hierbas y sus usos le resultaban naturales.
Aún así, cuando tenía algo de tiempo libre, le gustaba hojear las páginas de los libros
de medicina, y había aprendido mucho sobre el cinabrio.

"Pintar bestias con cinabrio..." Jiang Shining murmuró. "¿Cuánto tienes que odiar a
esta persona para hacerle esto?"

Xuanmin agitó su mano despectivamente. "Tal vez haya espíritus malignos en el


área."

Si la persona enterrada en la tumba no podía descansar en paz, entonces los que


construían las tumbas no tenían otra opción que pintar murales de cinabrio, e intentar
apaciguar a los espíritus.

Era demasiado arriesgado hacer comentarios descuidados en un lugar así, así que
Jiang Shining y Lu Nianqi dejaron de especular.

Vieron que Xuanmin había abandonado los murales y ahora se dirigía a la parte de
atrás de la puerta, así que se apresuraron.

Al ver esto, la cara de Lu Nianqi se vació.

Había algo atascado debajo de la puerta, que le había impedido avanzar más. Pero
el tope de la puerta no era un objeto: era gente.

Dos personas: una vieja y otra joven.

El viejo yacía acurrucado en el suelo con una mano presionada en su hombro. Sus
ropas estaban desgarradas y cubiertas de barro, y había una desagradable mancha
azul en el dorso de su mano... estaba herido.

El joven se recostó contra la pared con los ojos cerrados y los labios dibujados en
una línea firme y pálida. Se veía frágil, tal vez incluso más débil que Jiang Shining...
extremadamente delgado con los pómulos sobresaliendo anormalmente. En su mano
agarraba un manojo de tres ramitas atadas con un trozo de cuerda roja.

Si Xue Xian hubiera sacado la cabeza en ese momento, se daría cuenta de que
reconocía esa cuerda, y también reconocía que la juventud...

No fue otra cosa que Lu Shijiu.

"¡¿Shijiu?!" Lu Nianqi se quedó en estado de shock por un tiempo, y luego se


precipitó. Al principio, tenía miedo de tocar a Shijiu, pero una vez que vio que su
hermano no parecía herido, empezó a sacudir los hombros de Lu Shijiu.

¿"Shijiu"? ¿Lu Shijiu? ¡Despierta!" Lu Nianqi gritó. Viendo que su hermano no


reaccionaba, empezó a empujar al viejo. "¡Viejo Liu! ¡Viejo Liu, despierta!"

Jiang Shining dio un paso hacia ellos. "Déjame ver."

Pero justo cuando se inclinó para mirar más de cerca, Lu Shijiu, que había sido
completamente sacudido por su hermano, abrió débilmente los ojos.

Al mismo tiempo, el viejo Liu se agitó. Empezó a tener espasmos, como si soñara
con caerse, y luego sus párpados también se abrieron. Su mirada se vació por un
momento, y luego comenzó a sentarse.

Rápidamente, Jiang Shining extendió una mano y le ayudó a levantarse.

El viejo Liu y Lu Shijiu se miraron fijamente durante mucho tiempo, y luego


volvieron sus confusas miradas a los demás. Parecían estar todavía en estado de
shock.

Mientras Jiang Shining y Xuanmin observaban a Lu Shijiu, descubrieron que era tal
y como había dicho Nianqi: aunque había algunos aspectos extraños, se movía
normalmente en general, y era imposible decir que era ciego.

Lu Nianqi abofeteó el hombro de su hermano y gritó: "¿Eres estúpido? ¿No puedes


ver el qi? ¡Soy yo!"

Esa bofetada pareció restaurar la conciencia de Shijiu. Roncamente, susurró,


"¿Nianqi?" Luego, se volvió lentamente para mirar a su hermano. Sus ojos realmente
no parecían estar discapacitados en absoluto. Mientras miraba fijamente a Nianqi,
parecía incluso haber algo de luz detrás de sus ojos... eran sólo ligeramente más
oscuros que los ojos normales.

Pero pronto, Jiang Shining notó que Shijiu tenía un característico hábito de persona
ciega...

Le estaba llevando demasiado tiempo reconocer a su hermano. Sus ojos se


movieron arriba y abajo de Nianqi muchas veces, y luego su mano salió disparada
para sentir la cara del chico.

El Nianqi siseó. "No me toques ahí. Me acabo de caer en la frente. Ya no puedes


sentir mis pecas".

Al oír esto, Xuanmin echó un vistazo.

De hecho, esa mancha de pecas en la frente de Nianqi había sido rascada, dejando
una costra irregular que cambió el aspecto de su cara.

Ahora Shijiu estaba tirando de la mano de Nianqi, que se acercó a su cara, como si
se preparara para leer la palma de su mano.
Con el ceño fruncido, el Nianqi le devolvió la mano. "Y no mires mi mano. La corté
antes y finalmente había empezado a sanar cuando me caí aquí y la volví a lastimar.
Si sigues tocándola, arruinarás mi mano".

En silencio, Shijiu se quitó las manos y asintió con la cabeza. Parecía haber
confirmado que la persona sentada frente a él era en efecto su hermano. Lentamente,
dijo, "Lu Nianqi".

Esta vez, no había escepticismo.

De vuelta en el complejo de Lu, Nianqi había estado tan molesto que había llorado.
Pero ahora que se había vuelto a encontrar cara a cara con su hermano, Jiang Shining
vio que el niño volvía a adoptar esa actitud terca, como si nunca hubiera querido
venir a buscar a Shijiu.

Pero entonces Jiang Shining vio que Shijiu tampoco era mucho mejor. Después de
que Nianqi le ayudara a levantarse, inmediatamente apartó las manos del niño de su
brazo... parecía odiar necesitar ayuda. No sólo no había calor en su gesto, sino que
incluso había un poco de... hielo.

¿Qué les pasa?

Mientras Jiang Shining observaba a los hermanos, finalmente entendió lo que Xue
Xian quería decir con que la relación de los chicos no era "muy buena".

Jiang Shining no estaba ciego. Se consideraba bueno juzgando las intenciones de


los demás. El pánico que Nianqi había exhibido en el recinto, agradecido suspiro de
alivio que Shijiu acababa de emitir, demostraban el cuidado de los hermanos entre sí.
¿Cómo podían actuar de repente tan despectivamente el uno hacia el otro ahora?

Shijiu estaba murmurando al viejo Liu. Una vez que se aseguró de que el hombre
estaba bien, agarró su mano y se dio la vuelta, ahora en silencio.

Xuanmin lo miró, y luego volvió a mirar al Viejo Liu. Frunció el ceño.

Jiang Shining vio la expresión en la cara de Xuanmin. Aunque no sabía lo que el


monje estaba pensando, pensó en recordarle por qué estaban aquí: "Maestro, ¿no
estaban usted y el hermano Xue buscando a este Lu Shijiu?"

Xuanmin asintió y buscó en su bolsa el mármol dorado.

Dentro de la bolsa, Xue Xian se había mareado por el movimiento de las caderas
de Xuanmin. Cuando era un hombre de papel, ya sospechaba del comportamiento
ligeramente extraño de la canica cuando estaba dentro de la bolsa del monje, pero
ahora que era la canica, ¡se había dado cuenta de que no había nada de extraño en
ella!

Al principio, sintió como si hubiera entrado en una piscina caliente, en cuyo fondo
había un manantial de agua caliente que bombeaba agua termal relajante a su baño.

Pero a medida que la temperatura del agua se hacía cada vez más caliente, hasta
el punto de que era lo suficientemente caliente como para despegar la piel de alguien,
pensó Xue Xian: Esto no es un baño. ¡Estoy siendo hervido!

Pero era demasiado tarde... no había ninguna salida. Porque descubrió que el calor
tenía una especie de pegajosidad que había derretido todas las defensas de su
cuerpo. Ya no podía moverse en absoluto.

Como tal, Xue Xian dejó de prestar atención a lo que pasaba fuera de la bolsa, por
lo que no había hablado en mucho tiempo. No tenía ni idea de lo que los otros habían
hecho, ni de a quién habían conocido... flotaba aturdido.

Justo cuando pensó que podría derretirse en la sopa, Xuanmin lo rescató.

Qué extraño burro calvo. Su mano tenía una temperatura completamente normal,
incluso un poco fría comparada con la de la gente común, así que ¿cómo es que la
bolsa cerca de su cadera era un horno tan insoportable?

Mientras Xuanmin sostenía a Xue Xian, este último respiró un suspiro de alivio --
finalmente se estaba enfriando.

La temperatura de su alma bajó, y gradualmente comenzó a volver a sus sentidos.

Se revolvió en la palma de la mano de Xuanmin para acelerar el proceso de


enfriamiento, luego se sentó y empezó a mirar a su alrededor, su mirada se filtró a
través de la piel dorada del mármol.

"¿Lu Shijiu?" preguntó Xue Xian. "¿Lo encontramos?"

"Sí", dijo Xuanmin.


Aún con el cerebro lleno de sopa caliente, la reacción de Xue Xian fue lenta.
Después de un tiempo, dijo ociosamente, "Oh, perfecto. Y tú también tienes tus palos
contigo. Necesito que encuentres algunas personas para mí".

Hizo otra voltereta, y luego dijo, "Burro calvo. Dale dinero".

Xue Xian vio como, exasperado, Xuanmin buscó en la bolsa sus piezas de plata.
Entrecerrando los ojos, el mármol dijo, "Te pagaré en oro".

Shijiu echó un "vistazo" a las dos, y luego dijo a Nianqi, "Toma el dinero". No lo
cargues en exceso".

Era joven, sólo tenía diecisiete o dieciocho años, pero tenía un extraño hábito.
Como tenía una familia que alimentar, naturalmente cobraba por sus servicios de
adivino, pero, en lugar de tener un precio fijo, tenía un número fijo. Los clientes
podían pagar en oro, plata o cobre - no le importaba - pero si querían pagar en cobre,
tenían que ser tres piezas de cobre, y si querían pagar en plata, tenían que ser tres
piezas de plata; o, si estaban locos y querían pagar en oro, tres piezas de oro.

Xue Xian era de la categoría de los locos. En cada una de las dos últimas veces que
había visitado, había pagado tres cuentas de oro.

Obedientemente, Nianqi aceptó tres piezas de plata de Xuanmin. Mientras se


movía para poner el dinero en el bolsillo de Shijiu, su hermano lo detuvo, diciendo:
"Mi camisa ha sido rasgada. Quédatela por ahora. No la pierdas".

"¿Por qué la perdería?" Nianqi disparó hacia atrás, frunciendo el ceño.

Shijiu lo ignoró y le dijo a Xuanmin, "¿Qué necesitas que adivine?"

Xuanmin extendió su mano.

"Por favor, ayúdame a inspeccionar esta canica", dijo Xuanmin. "¿Por qué otras
manos ha pasado? ¿Dónde está esta gente ahora?"

Shijiu no se llevó la canica. En su lugar, se agachó y acercó su cara al objeto en la


palma de la mano de Xuanmin mientras pasaba el manojo de palos pensativo por el
suelo.

Si Jiang Shining, que estaba de pie a un lado, hubiera decidido echar un vistazo en
ese momento, se habría dado cuenta de que no era Shijiu el que hacía los rastros en
el suelo: eran los propios palos, y Shijiu sólo los tocaba ligeramente. Mientras
estudiaba el mármol, los palos trazaron una matriz de líneas rectas en el suelo, así
como un círculo ocasional.

De repente, los palos hicieron un sonido de pata y cayeron al suelo. Frunciendo el


ceño, Shijiu los recogió de nuevo.

Cerrando los ojos a medias, tocó las marcas en el suelo mientras sus labios se
movían silenciosamente, murmurando para sí mismo.

Por fin, miró de nuevo el mármol en las manos de Xuanmin y le dijo a Xue Xian:
"Qué extraño". Sólo pude encontrar cuatro personas. Hay una quinta que no puedo
encontrar en ninguna parte. Es como si no existieran".

Xue Xian reflexionó sobre esto. "¿Cinco? Sí. Dime los cuatro que encontraste."

"Sí." Shijiu asintieron con la cabeza y dijeron: "El primero es un pescador. El


segundo es el que no puedo ver. El tercero es un mago. El cuarto, creo que lo has
conocido... es un hombre que trabaja en el gobierno, llamado Liu. El quinto es este
Maestro de aquí."

Xue Xian estaba perplejo. Bueno, ya sabía lo de esos cuatro.

"¿Dónde están todos ahora?" Preguntó Xuanmin.

Shijiu regresaron a las marcas en el suelo y dijeron, "El pescador está en la


Prefectura de Anqing, al otro lado del río. El mago está en la antigua región de
Shu...* meditando en una pequeña cueva de dragones en el monte Panlong. Y ese
oficial llamado Liu..."

Mientras sus dedos se movían a través del diagrama, el ceño fruncido de su cara
desapareció y se relajó con una expresión neutral. "Anoche, el oficial Liu estuvo en un
incendio. No vivirá más allá de hoy. Y en cuanto al Maestro, no necesito decírselo."

Había terminado. Puso sus manos en su regazo y miró tranquilamente a Xue Xian.

"¿El Oficial Liu no vivirá más allá de hoy?" Jiang Shining repitió, aturdido.

En el recinto de Liu, había oído a la anciana Liu hablar del pago de las deudas. Pero
no se había dado cuenta de que algo le pasaría realmente al hombre, ni que sucedería
tan pronto.
Shijiu se volvió a meter en el diagrama y asintió con la cabeza. "Sí. Definitivamente
no verá el mañana. En este momento, está acostado en una cama en una choza".

La familia Jiang había perecido en un incendio, y los padres de Jiang Shining se


habían quedado atrapados en la piedra de molino... una gran injusticia. El idiota Liu
Chong había tenido que vivir durante años en esa choza llena de energía yin,
absorbiendo tanta mala suerte de la familia Liu que casi murió.

Ahora, el oficial Liu había estado en un incendio, y fue obligado a residir en la


choza... Estaba recibiendo lo que se merecía.

Shijiu miró a Xue Xian y le preguntó, "¿Hay algo más que necesite?"

Mientras Xue Xian sacudía la cabeza, toda la canica se estremeció ligeramente. "He
hecho todas las preguntas que tengo."

Shijiu entonces miró a los otros. "¿Alguien más?"

Xuanmin volvió a meter a Xue Xian en su bolsa. Mientras el mármol caía de las
frías manos de Xuanmin, Xue Xian pensó, "Si tan sólo tuviera brazos". Entonces
podría sostenerlo por un poco más de tiempo.

Pero no lo hizo. La canica volvió a la bolsa, y Xue Xian reanudó su lenta


transformación en sopa de albóndigas de dragón.

Ahora, Xuanmin estaba extrayendo una hoja de papel doblada de su bolsillo del
pecho.

Era el papel que había estado inspeccionando en la Morada de las Nubes. Estaba
cubierto de texto garabateado y desordenado, así como de algunos diagramas en
bruto, que parecían ser notas casuales, aunque parte del texto también estaba
dispuesto en filas ordenadas.

Pero cuando le entregó el papel a Shijiu, todavía estaba doblado, y una sola frase
podía ser leída en la esquina de la página: Encuentra a esta persona.

En voz baja, Xuanmin dijo, "Quiero saber quién me dio este papel. Gracias".

Nianqi aceptó solemnemente tres piezas de plata más del monje. De nuevo, Shijiu
estudió el papel con detenimiento mientras el manojo de palos en su mano corría de
un lado a otro del suelo.
Dentro de la bolsa, Xue Xian también tenía mucha curiosidad. Sabiendo que no le
quedaba mucho tiempo antes de que su cerebro se calentara demasiado para pensar
de nuevo, se pinchó las orejas y escuchó atentamente lo que sucedía fuera.

Después de un tiempo, justo antes de que Xue Xian pensara que podría perder la
conciencia de nuevo, escuchó la voz apagada de Shijiu: "Eres tú".

Una pausa incómoda.

¿Qué es lo que pasa? ¿Acaba de darle a un adivino sus propias notas y preguntarle
de quién eran? Xue Xian recordó repentinamente lo que Jiang Shining había estado
diciendo antes: que la medicación que Xuanmin estaba tomando olía igual que la
utilizada para tratar la pérdida del alma.

¡¿Era este burro calvo realmente un amnésico?! ¡Era demasiado bueno fingiendo!

Xue Xian no era el único aturdido. Jiang Shining y el Nianqi se quedaron


boquiabiertos con Xuanmin.

Pero Jiang Shining rápidamente sintió que estaba siendo maleducado y


rápidamente desvió su mirada. Recordó lo que los líderes espirituales le habían
enseñado sobre el retiro en uno mismo, y evitó Xuanmin.

En cualquier caso, Xuanmin no se dio cuenta. Era como si no le importaran las


reacciones de los demás. Con la cara en blanco, preguntó tranquilamente a Shijiu:
"¿Estás seguro de que nadie más lo ha tocado?"

Shijiu corrió sus manos por el piso otra vez, luego asintió y dijo, "No".

Xuanmin también asintió. "Muchas gracias".

Ahora que Shijiu había terminado, Nianqi se puso en marcha. "¿Así que la razón
por la que no volviste a casa durante medio mes fue porque estabas atrapado aquí?"

Ignorándolo, Shijiu señaló las puertas detrás de él. "No podemos volver por donde
vinimos. Tenemos que ir por ese camino."

Nianqi le miraron con ira, y luego se fueron enfurruñados.

Shijiu no le prestó atención al chico. Empezó a caminar por el pasillo, hacia otro
conjunto de puertas en la distancia. En silencio, el viejo Liu lo siguió. Los dos dieron
unos pasos, luego se detuvieron y miraron a Xuanmin. "Ya hemos explorado el lugar,
y estábamos cerca de encontrar la salida. Creo que esta vez, podemos lograrlo".

Shijiu inclinó la cabeza, haciendo un gesto para que lo siguieran.

Xuanmin sólo los miró un momento, sin decir nada. Luego, comenzó a caminar
también. Mientras caminaba, le dijo a Jiang Shining y a Lu Nianqi, "Ponte detrás de
mí".

Los dos obedecieron, corriendo detrás de él como una cola. Aunque estaban
aterrorizados, también temían acercarse demasiado al monje y pisar su prístina
túnica de nubes.

Viendo que Nianqi todavía parecía molesto, Jiang Shining dijo en voz baja: "Tu
hermano debe estar muy cansado". Probablemente ha estado buscando una salida
todo este tiempo. Mira su abrigo... está húmedo, como si se hubiera caído al agua.
Aunque está parcialmente seco, debe ser muy pesado. Le está costando tanto
esfuerzo caminar que por supuesto sólo hablará cuando sea necesario."

Lu Nianqi miró las manchas húmedas del abrigo de su hermano y pareció gruñir de
acuerdo. Su cara se relajó un poco.

En el segundo juego de puertas, Shijiu se detuvo y sintió la piedra con sus manos.
Mirando las puertas, parpadeó lentamente y dijo: "Hay peligro adelante". Quédate
cerca de mí".

Mientras su hermano parpadeaba, Nianqi también parpadeó en rápida sucesión.


Luego se dio una bofetada en la cabeza.

"¿Qué pasa?" Preguntó Xuanmin.

"Mi visión se siente borrosa." Nianqi parpadeó de nuevo, y luego murmuró, "Creo
que está bien de nuevo. Olvídalo. Salgamos de aquí."

Xuanmin escudriñó la cara del chico, y luego miró a Shijiu.

Siguiendo la mirada del monje, Jiang Shining estudió a los hermanos también. No
pudo evitar sentir que algo estaba mal. Pero justo cuando la respuesta surgió hacia
él, Shijiu empujó repentinamente las puertas para abrirlas.

El ruido de la puerta resonó en el pasillo. La llama talismán en la mano de Xuanmin


saltó y luego se desvaneció.
Capítulo 24: Los esqueletos en el río (I)

Cuando la sala se volvió negra, sus pasos se detuvieron.

Jiang Shining y Lu Nianqi jadeaban, pero el aire se bloqueó en sus gargantas


mientras se forzaban a no hacer ruido.

Una ráfaga de frío viento invernal se abrió paso a través de las puertas abiertas,
trayendo consigo el extraño olor de la humedad y la podredumbre mezcladas. El frío
se filtró en sus cuerpos.

Incluso Xue Xian, aturdido e hirviendo en la bolsa, sintió el cambio, aunque para
él, esta brisa fresca no era nada de lo que quejarse. Pero tal alivio era tan inútil como
sacar agua de una olla hirviendo sólo para volver a echarla... no hacía que Xue Xian
se sintiera mejor. Después de que el viento oscuro pasó, Xue Xian se sintió igual de
caliente de nuevo.

La gente común se habría vuelto loca con este calor. Xue Xian no era inmune:
meciéndose de un lado a otro dentro de la bolsa, se preguntaba ociosamente cómo
podría ser capaz de salirse de la bolsa, aunque sólo fuera por un momento de aire
fresco. En este punto, ya no le importaba su orgullo... irracionalmente, todo lo que
quería era que Xuanmin metiera su mano fría en la bolsa y le diera algo de alivio.

Debido a que su mente se estaba desvaneciendo, el demonio ya no podía estar


tranquilo... murmuraba para sí mismo incesantemente. Probablemente estaba
expresando todos los pensamientos que pasaban por su mente, pero, desequilibrado,
era más bien una abuela senil. Las palabras salían como una larga cadena de
galimatías repetitivas.

Con el viento helado y la desaparición de la luz, Jiang Shining y los demás se


habían vuelto rígidos como un ataúd y habían caído en un silencio mortal.

Naturalmente, los absurdos murmullos de Xue Xian emergieron de la bolsa y


llegaron misteriosamente a sus oídos.

"¿Qué es ese ruido?" Nianqi tartamudeó, temblando. "¿De dónde viene?"

"Maestro, ¿podemos encender otra llama?" Jiang Shining preguntó ansiosamente.


La repentina oscuridad se había tragado cualquier signo de la presencia de los
demás. Jiang Shining se sintió completamente solo.

Dicen que, en la tranquilidad de la noche, los propios sentidos empiezan a jugarnos


una mala pasada... los sonidos de lejos se confunden con los de cerca, y es imposible
saber dónde están las cosas.

Cuando Xuanmin escuchó por primera vez la extraña voz, su mano se había
disparado automáticamente hacia otro talismán, pero se detuvo cuando se dio cuenta
de que el espeluznante sonido provenía de su propia bolsa.

¿En qué andaba el demonio ahora?

Frunciendo el ceño, Xuanmin ladeó la cabeza para escuchar. Descubrió que el


demonio estaba repitiendo la misma frase una y otra vez: "burro calvo", las palabras
en un rápido "staccato" que sonaba como un avispón que zumbaba furiosamente.

¿Y ahora qué? se preguntó Xuanmin.

Molesto, decidió ignorar al demonio y sacó otro talismán para encenderlo.

La pequeña llama se elevó, pero inmediatamente se produjo otro ruido como si se


hubiera desvanecido.

"Deja de perder el tiempo. No se encenderá", dijo Shijiu en voz baja. Con un


gruñido, empujó las puertas de la tumba completamente abiertas.

En contraste con la oscuridad del pasillo, la cámara de la tumba ahora parecía


brillar con un débil resplandor.

La luz era tan tenue como una suave capa de escarcha sobre el carbón... pero lo
suficiente como para estimar las siluetas de los demás.

Sin ni siquiera una palabra de advertencia, Shijiu y los demás entraron en la


cámara. Xuanmin dio una palmadita al demonio que seguía murmurando en su bolsa
y le dijo a Jiang Shining, "Quédate cerca". Entonces él también entró.

Temerosos de ser dejados atrás, Jiang Shining y Lu Nianqi siguieron su ejemplo.

Cuando entraron por la puerta, Nianqi sintió como si hubiera pisado una piedra.
Tropezó ligeramente, y entonces hubo un ruido que le rompió los oídos detrás de él...
las pesadas puertas de piedra se cerraron de golpe. Estaba tan sorprendido que lo
sintió en su vejiga, pero no había ningún lugar a donde correr.

A pesar del tenue brillo dentro de la tumba, todavía estaba demasiado oscuro para
ver algo - ni siquiera lo grande que era la cámara, ni lo que estaba esparcido bajo sus
pies, ni lo que residía en el techo -

"Espera. ¿Son esos agujeros en el techo?" Jiang Shining dijo de repente,


apuntando hacia arriba.

Agujeros en el techo

el techo

...ling...

...

Mientras sus palabras resonaban en las paredes de la cámara, Jiang Shining se


congeló. Con el dedo aún rígido apuntando hacia arriba, el erudito tenía demasiado
miedo de mover un pelo.

Shijiu lo miró y luego dijo en voz baja: "Cállate".

Con su voz suprimida en un simple susurro, los ecos se apagaron también.

Xuanmin miró hacia arriba y vio que el techo estaba efectivamente perforado con
siete pequeños agujeros.

Metió la mano en el vacío y dijo: "No son agujeros". Si fueran agujeros, el viento
de invierno no habría soplado en esa dirección.

"Cuentas nocturnas". Las estudió un poco más, y luego añadió: "Hay siete, que se
corresponden con la Osa Mayor".

Un destello de comprensión cruzó la cara de Jiang Shining. Esos siete círculos no


eran agujeros, sino cuentas nocturnas con la forma de la Osa Mayor.

El frío y blanco brillo de las cuentas nocturnas era mucho más tenue que la luz del
día. Echaba sus míseros rayos sobre ellas.
"Alguien colgó siete cuentas de noche, pero la tumba sigue siendo tan oscura. Eso
significa que el techo es extremadamente alto..." Jiang Brillante murmuró.

"Es obvio por el rebote del eco", dijo Shijiu, "El camino a seguir es bastante difícil.
Tengan cuidado. No pises la piedra equivocada, y definitivamente no se caigan."

Nianqi acababa de extender su pie para dar un paso, y rápidamente lo tiró hacia
atrás. "¿Qué quieres decir con que no pises la piedra equivocada? ¿Qué quieres decir
con que no te caigas?"

"Especialmente tú." Luego, Shijiu añadió: "No mires hacia abajo".

Nianqi pensó. ¿Qué clase de instrucciones eran esas? Si no podía mirar hacia abajo
mientras caminaba por esta oscura caverna donde apenas podía ver sus propias
manos delante de él, ¿cómo se suponía que iba a abrirse paso? ¿Cómo se suponía
que iba a caminar?

Mientras hablaban, sus ojos habían empezado a ajustarse lentamente a la


oscuridad, y algunas partes de la tumba empezaron a emerger en su línea de visión.

Estaban de pie en una plataforma de piedra suspendida en el aire. Era lo


suficientemente ancha como para caber dos filas de personas, pero lo suficientemente
estrecha como para que si Shijiu y Xuanmin, que estaban de pie al frente del grupo,
dieran un paso más hacia delante, caerían en el vacío.

Eres un fantasma. No puedes morir dos veces, se dijo a sí mismo Jiang Shining
una y otra vez. Finalmente, reunió el coraje para dar un solo paso adelante y ponerse
en fila detrás de Xuanmin, sobre cuyo hombro podía ver algo de lo que había delante,
que era... un cráter enorme, en el que nadaban tenues ondas de luz... estaba lleno de
agua, aunque no podía decir lo profunda que era la piscina, ni podía saber de dónde
venía el agua. Si se caía, no tenía ni idea de si sería capaz de volver a subir.

Lo más extraño era que los objetos circulares flotaban intermitentemente por el
agua, como melones pesados... Sólo podía ver su contorno, y no podía decir si eran
de piedra o de algún otro material. Mientras miraba a través de la piscina, contó más
de cien de las boyas.

Y, en el agua negra frente a Shijiu, había una serie de pasos de piedra separados y
estrechos, cada uno de los cuales parecía llevar más lejos en la cámara. Se elevaban
y caían de manera desigual, como tantos artistas marciales que practican el
meihuaquismo.

Este era su único camino hacia adelante.

Jiang Shining se asomó más lejos, y descubrió que no podía ver dónde terminaban
los escalones.

¡¿Qué tan largo es este camino?!

Sus rodillas se doblaron cuando se volvió para mirar ansiosamente a Xuanmin.

Mientras Xuanmin observaba sus alrededores, había un ligero surco en sus cejas.
No estaba claro lo que pasaba por su mente... aparte del ceño fruncido, había poco
más que Jiang Shining pudiera ver en la cara del monje.

Shijiu hablaron de nuevo. "Sólo veo qi, así que la tumba no me molesta. Debes
seguirme de cerca. No puedes caminar muy despacio."

Con calma, dio el primer paso.

El viejo Liu lo siguió. Había pasado toda su vida remando en botes, así que su
espalda estaba profundamente doblada, y su silueta tenía una vejez deprimente.
Viendo que un anciano tan viejo no hacía ni un solo ruido - parecía que ni siquiera
respiraba - Jiang Shining sintió que él también no tenía nada que temer.

Xuanmin esperó a que Shijiu y el viejo Liu cruzaran los primeros tres pasos, y
luego se fue.

Todo lo que Jiang Shining y los Nianqi podían hacer era seguirlos.

Ya era aterrador mirar desde el borde, y mucho menos pisar el camino. Jiang
Shining no pudo evitar asomarse y vio que el camino era alto e increíblemente
estrecho... podía caer en cualquier momento, justo en esa agua turbia e incierta que
acechaba alrededor de un zhang bajo sus pies.

Al ver esto, hubo un weng... golpe en la mente de Jiang Shining. Se sintió


mareado.

Había una especie de lógica oculta en el desorden de los pasos. Shijiu parecía
saber exactamente qué pasos tomar y cuáles evitar.

Pero Jiang Shining todavía no se sentía seguro. Shijiu y el anciano Liu iban dos
zhang por delante de Xuanmin... ¿podía el monje ver realmente qué pasos estaba
dando el chico?

Se tambaleaban hacia adelante por siete u ocho pasos más, entonces algo
desconcertante le ocurrió a Jiang Shining...

"¿Por qué siento que el nivel del agua está subiendo?" Jiang Shining raspó.

"¡¿Agua?!" Nianqi, que había estado caminando delante de Jiang Shining, se


congeló de repente. "¿Hay agua?"

"¡No mires hacia abajo!" Shijiu gritó.

Oh no...

Jiang Shining recordó la advertencia del chico de antes, pero era demasiado tarde.

Vió como Nianqi se puso en cuclillas y se acostó en los escalones sobre su


estómago, aferrándose a la piedra. "Yo... no puedo seguir adelante. Quiero volver.
¡Quiero volver!"

Lentamente, arrastró su cuerpo de modo que ahora miraba en la otra dirección. Trató
de arrastrarse hacia atrás, pero el paso que necesitaba dar estaba ocupado por Jiang
Shining. En un instante de pánico, aterrizó en el paso junto al pie de Jiang Shining.

"¡No!" Jiang Shining trató de agarrarlo, pero era demasiado tarde, y casi se cae
también.

El escalón de piedra se rompió y sus pedazos rotos rodaron por ellos, cayendo en
el agua negra.

Hubo una salpicadura, y una pequeña cantidad de agua les salpicó.

Dentro de la bolsa, Xue Xian sintió de repente que algo en lo profundo de su


cuerpo se sacudía con un ping - como si un nuevo corazón hubiera aparecido de
repente dentro de su pecho.

Por supuesto, todavía era sólo un alma en su forma más pura atrapada dentro de
una canica, y no tenía un corazón físico.
En su estado de confusión, murmuró algo, y luego volvió a caer en un aturdimiento
aún más profundo.

El sonido de la piedra cayendo al agua sobresaltó a Nianqi y pareció desencadenar


algo dentro de él. Empezó a temblar y, con voz de pánico, tartamudeó, "Yo..."

Fue interrumpido por el agua debajo de él, que de repente comenzó a hincharse.
Como un cadáver que cobra vida, enormes olas comenzaron a retumbar hacia
adelante y a surgir hacia ellas.

Hua--

Con una fuerte salpicadura, el agua los empapó a todos.

"Ping..."

¡Otro latido! Xue Xian sintió como si le hubieran crecido vasos sanguíneos, que
ahora traían sangre caliente y palpitante a su columna vertebral y a su cuerpo.

Y entonces, igual de rápido, la sensación desapareció en el brumoso calor de la


sopa.

"¡Deprisa!" La voz de Shijiu emergió de entre el sonido de las olas.

Antes de que Jiang Shining pudiera reaccionar, sintió que alguien le golpeaba
violentamente en la nuca y, con una bocanada, se convirtió en un hombre de papel
mojado.

Vio que Xuanmin lo agarraba con la mano y, en la otra, recogía los gritos de
Nianqi, antes de adentrarse en la oscuridad.

No había señales de que las olas se detuvieran... el agua seguía subiendo a un


ritmo aterrador.

Mientras las olas se deslizaban por los escalones, Xuanmin no titubeó. Continuó
caminando, tan firme como rápido.

"¡No, tenemos que acelerar!" Shijiu gritó desde adelante. "El agua está subiendo
más rápido, sucedió mucho antes que la última vez. No sé si podremos llegar al final.
¡Deprisa!"

Antes de que pudiera terminar, otra gran ola se estrelló contra ellos.
Nianqi había tragado mucha agua, y todo su cuerpo estaba empapado. Su nariz
estaba llena de ese extraño olor a podrido medio húmedo. Las olas los asaltaron
implacablemente... en un abrir y cerrar de ojos, el agua había subido hasta sus
tobillos y les estaba lamiendo los muslos.

Justo cuando se había limpiado un puñado de agua de su cara, otra ola se estrelló
contra él con una venganza. No había fin al oleaje del agua, y no podía defenderse
por mucho que lo intentara, y sabía que al agua no le importaba, seguiría
precipitándose hacia él hasta que se infiltrara en cada poro de su cuerpo y lo ahogara.

Esa sensación estaba volviendo de nuevo, y él se sentía como si fuera hace siete u
ocho años, y era de nuevo ese niño en el río...

Xuanmin frunció el ceño mientras miraba al joven espástico en sus brazos. La


violencia de las olas parecía haber desencadenado algún recuerdo traumático... el
agobiado muchacho comenzó a gritar como un loco.

Levantó una mano para golpear la parte posterior de la cabeza de Nianqi.

"Ping..."

¡Otra! Xue Xian fue brevemente sacudido por su aturdimiento de nuevo. Sintió una
sensación indescriptible dentro de su alma, como si algo profundamente familiar
saliera de algo y se precipitara hacia él. Se filtró en sus venas inexistentes y recorrió
su cuerpo inexistente, caliente e hinchado.

Joder...

Xue Xian se quejó. ¿Era un mantou* empapado?

Se sentía tan grande que estaba empujando los límites del mármol.

"Ping..."

"Ping..."

"Ping..."

Al regresar el ruido, estaba tan claro que Xue Xian ya no era la única persona que
lo escuchaba. Los otros, apresurándose por el oscuro camino, también lo escucharon.
"¿Q-Qué es?" Aunque Shijiu estaba familiarizado con el camino, parecía que este
desarrollo era nuevo. "¡Algo está golpeando contra las piedras!"

Xuanmin vaciló, y comenzó a caminar aún más rápido. "Apresúrate".

Shijiu tenía razón: algo realmente estaba golpeando contra las piedras, como si
algo dormido dentro del agua negra se hubiera despertado repentinamente y se
precipitara violentamente hacia los pilares sumergidos de los escalones. Con cada
golpe, todo el desorden de los escalones vibraba, y el ya frágil camino se hacía cada
vez más inestable. Empezó a tambalearse de un lado a otro, amenazando con
derrumbarse.

"Ping..."

El golpeteo era cada vez más fuerte, y con él, toda la estructura de los escalones se
tambaleaba. Entonces, hubo una serie de ruidos de crujidos y, en ese instante, no
sólo los escalones bajo sus pies, sino también los que estaban delante y detrás de
ellos, todos ellos, se desintegraron. El grupo fue tragado por el agua.

Mientras las olas los consumían, Xuanmin creyó oír algo en su bolsa que emitía un
leve chisporroteo, como una cucharada de agua rociada sobre una placa de metal
caliente.

El agua negra se sentía como agujas pinchando sus cuerpos por todas partes...
incluso abrir los ojos era una agonía.

Sumergido, Xuanmin parpadeó y se obligó a mantener los ojos abiertos. En el


rabillo del ojo, vio una cosa extraña y suave deslizarse de su bolsa y hundirse
rápidamente en las profundidades, como si se dirigiera al incierto fondo.

Xuanmin quedó aturdido. ¿Quién pensó que seguiría siendo tan activo incluso sin
brazos y piernas?

Levantó la mano y puso rumbo a rescatar el mármol.

Pero justo cuando su palma entró en contacto con el mármol, sintió el peso de un
mamut caer sobre él, como si no estuviera sosteniendo una canica sino toda una
cordillera.

Antes de que pudiera salir, el mármol ya lo estaba arrastrando a las profundidades.


•───────────•

Mantou: panecillo chino


Capítulo 25: Los esqueletos en el río (II)

El agua era más profunda y fría de lo que nadie podría haber imaginado. En poco
tiempo, un denso frío se había filtrado en los mismos núcleos de sus cuerpos.

Cuando Xue Xian sintió el frío que le bañaba, sus pensamientos se volvieron
repentinamente claros como el cristal.

El maldito demonio había estado hirviendo en su sopa de confusión durante tanto


tiempo que apenas sabía lo que estaba pasando, pero tuvo la audacia de preguntarle
a Xuanmin, que todavía lo tenía en su mano, "Burro calvo, ¿cómo es que estoy en el
agua?"

¿Quién carajo sabe?

Xuanmin no respondió.

El demonio preguntó, "¿Por qué estás aquí también?"

Xuanmin aún no respondió.

Nadie lo sabe.

Siendo una canica de mármol, las facultades de Xue Xian no se vieron afectadas
por el agua y podía hablar naturalmente cuando le apetecía. Pero si Xuanmin elegía
abrir la boca, inmediatamente tragaba galones de agua... y el problema no era el frío,
sino el hecho de que los orígenes del agua eran desconocidos, ni tenían idea de
cuánto tiempo había estado en la caverna. Era definitivamente asqueroso. ¿Hacer que
Xuanmin bebiera eso? Podrías ahogarlo en ese mismo momento.

Mientras hablaban, la superficie del agua retrocedía rápidamente. Con un gran


golpe, el mármol dorado cayó al fondo de la piscina.

Aunque la gruesa capa de sedimentos y suciedad del fondo de la piscina amortiguó


su caída, la mano de Xuanmin fue aplastada hasta quedar hecha papilla. Los huesos
de cualquier otra persona habrían sido inmediatamente molidos hasta convertirse en
polvo.

En su estado medio consciente, Xue Xian tuvo la sensación de que, de alguna


manera, parte de su carne había regresado. Y aunque había sido capaz de soltar un
par de frases, el insoportable crescendo del calor continuó quemando su mente... la
implacable sensación de mareo le dio ganas de vomitar. Se revolcaba caóticamente
en el sedimento como una mosca decapitada, como si fuera impulsado por un impulso
innato y primitivo... parecía estar buscando algo.

Tan pronto como el lecho de sedimento fue perturbado, manchas de suciedad


irrumpieron en el agua y cubrieron todo en su visión. No importaba encontrar algo
perdido... sería un milagro si pudiera seguirse la pista.

"¡Estoy harto de esta agua fangosa!" Xue Xian escupió en un tono nervioso.
Parecía aún más irritable de lo habitual, si es que eso era posible.

¿Dónde está, dónde está, dónde está...

Ni siquiera estaba seguro de lo que buscaba, pero esa frase giró en su cabeza,
repitiéndose sin cesar.

Ping...

Ese ruido de los golpes sonó una vez más, enviando a Xue Xian a un mayor pánico.
La vibración había perturbado aún más el suelo de sedimento, y el agua se volvió
cada vez más opaca. Xuanmin, cuidando su mano destrozada, rápidamente perdió de
vista el mármol dorado.

Ninguna persona en su sano juicio sería capaz de soportar permanecer mucho


tiempo en esa piscina interminablemente profunda, y Xuanmin no era una excepción.

Lu Nianqi fue el primero en sucumbir. Anteriormente, mientras estaba en medio de


un ataque, había evitado por poco ser golpeado en la parte posterior de la cabeza por
Xuanmin, pero fue incapaz de escapar del agua hambrienta. Después de tragar varios
galones más de agua, se había quedado quieto.

El siguiente fue Jiang Shining, que había sido golpeado de nuevo en su pequeño
formulario de papel. Como fantasma, no necesitaba respirar, pero en medio del flujo
vicioso e implacable del agua, su cuerpo de papel estaba cerca de ser disuelto por el
agua.

Entonces, fue Xuanmin...


Justo cuando su visión comenzó a desvanecerse y a desvanecerse en la oscuridad,
un rugido que destrozaba la tierra irrumpió en el lecho de sedimento.

Ese sonido se abrió paso a través del cuerpo de agua y sonó de un lado a otro en
la oscura tumba.

Por un breve instante, Xuanmin, que estaba perdiendo el conocimiento, sintió una
sacudida. Por alguna razón, este ruido lejano y llorón le era familiar, como si lo
hubiera escuchado en algún lugar antes. Mientras el pensamiento persistía, el agua
negra se alzó de nuevo y comenzó a retorcerse y a agitarse a gran velocidad. En poco
tiempo, se había formado un gran remolino, como si alguien hubiera hecho un
agujero en el fondo de la piscina. Toda la piscina de agua comenzó a retroceder
poderosamente hacia ese agujero.

Xuanmin, junto con todo lo demás en el agua, fue succionado.

La corriente era abrumadora. Nada podía resistirla.

Mientras era succionado por la espiral, Jiang Shining pensó sombríamente: "Estar
mojado hasta la muerte no es tan malo". Es mejor que ser despedazado.

No importa el hombre del papel, incluso los humanos vivos como Nianqi y Xuanmin
apenas aguantaban. Sentían como si cada parte de su cuerpo se estuviera estirando.
Si el remolino se hacía más grande, su carne sin duda se deslizaría de sus huesos.

El ruido rugiente que acompañaba al remolino era peculiarmente brillante y parecía


llegar a sus pechos. Había algo extraño en él... como si un evento tan monumental
nunca se suponía que ocurriera en un espacio estrecho y oscuro como la tumba, sino
que sólo pertenecía a los amplios y magníficos horizontes del mar.

El dragón se traga el mar...

Aunque Jiang Shining no pudo distinguir nada en las aguas giratorias del remolino,
la frase surgió de él aparentemente de la nada. Lo más extraño era que sólo había
encontrado un dicho así en los libros que había estudiado... nunca en la vida real.

Justo cuando estos pensamientos fragmentados aparecieron en su mente, fue


succionado hacia el ojo del remolino.

Pa...

Con esa bofetada, la visión de Jiang Shining se volvió negra y perdió el


conocimiento.

Los ecos de la gran ola se precipitaron de un lado a otro de la tumba hueca.

Finalmente, lentamente comenzó a retroceder hasta desaparecer, y la tumba


volvió a su anterior y misteriosa tranquilidad.

Esas siete cuentas nocturnas en forma de Osa Mayor continuaron arrojando su


débil brillo sobre la piscina. Pero, del agua negra que había llenado previamente la
caverna, no quedaba ni una sola gota... había sido completamente aspirada por el
remolino, que incluso había hecho pedazos la estructura de los escalones de piedra,
de modo que ahora yacía en una pila de escombros en el suelo.

Y el sedimento suelto que había cubierto el fondo del estanque yacía ahora en una
pila en un rincón, como si fuera barrido impacientemente por alguna mano invisible.

Con la suave capa de barro y arena desaparecida, el suelo de piedra original


estaba ahora expuesto. Una parte del mismo parecía haber sido perforada y la piedra
destrozada empujada hacia un lado, revelando, debajo de ella, suelo negro.

Y en ese suelo estaba plantado un único, brillante y tembloroso mármol dorado.


Alrededor del mármol había varios cuerpos inconscientes, cada uno de ellos
mortalmente pálido.

Estos eran Xuanmin y los otros.

Pronto, hubo un sonido de -gudu- mientras el tembloroso mármol vomitaba un


sorbo de agua, rompiendo ese mortificante silencio.

Luego vino el pesado suspiro de una persona enferma.

"Ai..." Desde el interior del mármol, Xue Xian dio un doloroso suspiro de alivio. Se
sintió como si estuviera lleno hasta reventar.

Durante el caos anterior, Xue Xian todavía estaba aturdido, sólo había sido
vagamente consciente de abrir el suelo de piedra y romper algo que estaba enterrado
en el suelo, absorbiendo en su mármol. En ese momento, había sentido una extraña e
indescriptible sensación de felicidad, como si finalmente fuera capaz de comer un
alimento que había estado observando durante años.
Incluso ese insoportable calor había sido derrotado por un breve momento.

Pero una cosa no había sido ideal: como había tomado con hambre esa cosa en la
tierra, en un ataque de sobreexcitación, había ido y se había tragado toda el agua de
la piscina también.

Y ahora... estaba demasiado lleno.

Xue Xian comenzó a entrar en pánico: el agua no había entrado en su estómago,


ya que no tenía ninguno - sólo había sido absorbida por la canica - pero ¿cómo es que
la canica llegó a permanecer intacta mientras él tenía que tener un dolor de
estómago? ¡No tenía sentido!

Mientras el demonio se revolcaba con un resoplido, el dedo de Xuanmin parecía


moverse, y sus párpados se abrían.

Por alguna razón, al abrir los ojos, una sensación de vacío los recorrió, como si
hubiera olvidado momentáneamente dónde estaba, con quién estaba y qué había
estado haciendo. Miró fijamente a la Osa Mayor durante un tiempo, y luego se sentó
de repente.

Al escuchar la conmoción, Xue Xian saltó de la tierra y rodó ruidosamente por el


suelo de piedra hasta donde estaba sentado Xuanmin. "Burro calvo, ¿podría
molestarte por algún tipo de talismán para la digestión? O si tienes alguna medicina."

Miró a Xuanmin, esperando que el monje respondiera.

Pero Xuanmin sólo lo miró fijamente. Entonces, gritó, "¿Qué clase de demonio
eres? ¿Por qué te escondes dentro de una canica?"

Xue Xian estaba aturdido.

¿Qué demonios estaba pasando?

Dejó de rodar... sólo se sentó allí, tieso como un huevo de piedra, mirando
fijamente a Xuanmin. "¿A qué estás jugando?"

Xue Xian ya no se sentía turgente. Estaba tan sorprendido por la extraña reacción
de Xuanmin que sintió como si toda el agua dentro de él se hubiera evaporado
repentinamente. Después de otra pausa, se dio la vuelta y estudió la cara de
Xuanmin. ¿Ha sido poseído por un demonio de agua?
Rápidamente, se acercó a Xuanmin y miró el cuello del monje. Aunque la oscuridad
de la caverna hizo que la gente común pudiera pasar por alto fácilmente tal detalle,
Xue Xian sintió que ahora podía ver todo con claridad.

"¿Qué es esa cosa en tu cuello?" preguntó Xue Xian.

Una extraña marca había crecido a un lado del cuello de Xuanmin, como una araña
en equilibrio. Por lo que Xue Xian podía recordar, el monje sólo había tenido un
pequeño lunar en ese lugar - nada en absoluto como esto.

Frunciendo el ceño, Xuanmin levantó la mano y se tocó el cuello.

Mientras sus dedos rozaban el lunar, la araña pareció reaccionar minuciosamente a


la proximidad del dedo e inmediatamente retrajo sus patas, transformándose de
nuevo en un lunar normal.

Con eso, Xue Xian se dio cuenta de que lo que había visto como una araña había sido
en realidad una red de vasos sanguíneos extendidos, delgados y nudosos como las
patas de una araña.

Mientras los vasos sanguíneos retrocedían, Xuanmin hizo una mueca y cerró los
ojos, frotándose las sienes... parecía sentirse mareado de nuevo. Y así como así, dejó
de moverse.

Esto le recordó a Xue Xian lo que había sucedido en la Morada de las Nubes: en
ese momento, también había visto al monje balancearse mareado, y luego sentarse
en la silla con los ojos cerrados, inmóvil durante mucho tiempo.

Se dio la vuelta e inspeccionó a Xuanmin desde todos los ángulos, pero no pudo
encontrar nada más que faltar.

"¿Qué... es esto?" Xue Xian nunca había visto a nadie más comportarse de esta
manera, y lo meditó, confundido.

Finalmente, después de otro largo momento, Xuanmin se movió de nuevo: sus


dedos comenzaron a masajear su punto de presión del Taiyang* y abrió lentamente
los ojos.

Xue Xian observó cada movimiento del monje con inquietud. Finalmente, Xuanmin
miró hacia el mármol con cara neutra y dijo: "Mira cuántos problemas puedes causar
incluso sin brazos ni piernas". Mereces ser exorcizado".
Xue Xian no dijo nada. ¿No quieres por favor volver a ser estúpido?
(JAJAJAJAJAJAJAJ)

Mientras Xuanmin hablaba, masajeó la mano que colgaba coja a su lado, tirando
lentamente de cada nudillo. Con cada chasquido del nudillo, le echaba un vistazo a
Xue Xian.

Xue Xian finalmente entendió lo que había sido ese sonido carnoso anterior. Con
nueva simpatía por el monje, decidió ignorar lo que Xuanmin acababa de decirle y en
su lugar se acercó, planeando preguntar por el lunar en forma de araña, cuando de
repente vio una sombra horizontal en la esquina.

Era una escultura de piedra tan alta como un hombre, con una cabeza esférica,
parecida a un melón, en la que se habían tallado toscamente rasgos de aspecto
siniestro.

No se trataba de esto, era común que los mausoleos estuvieran poblados de


estatuas, pero esta estatua había caído al suelo y se había partido por la mitad,
revelando su núcleo. Si Xue Xian no estaba ciego...

Encerrado dentro de la escultura de piedra había un humano... un humano muerto


hace mucho tiempo.

Xuanmin parecía también haber notado esto. Giró la cabeza y vio que había cientos
de estatuas de este tipo en el fondo del estanque.

Xue Xian no podía adivinar cuánto tiempo llevaban las esculturas en el agua, pero
se dio cuenta de que se había tragado hasta la última gota de agua del cadáver. Una
ola de náuseas brotó.

Mientras cuidaba su mano, Xuanmin se levantó y se movió para inspeccionar las


estatuas cuando un sonido de gorgoteo surgió de debajo de sus pies.

Mistificado, miró hacia abajo y vio que el mármol dorado arrojaba grandes
cantidades de agua al suelo... Xue Xian estaba vomitando.
pobrecito hay que cuidarlo:(

Nota del traductor:

Me encanta Xue Xian me hace reír mucho JAJAJAJ , pobrecito ta gomitando

[Ka]
Capítulo 26: Los Esqueletos en el río (III)

A medida que la pequeña y suave esfera regurgitaba silenciosamente lo que había


tragado, el charco de agua expulsada comenzó a extenderse, acercándose cada vez
más a los pies de Xuanmin. Xuanmin miró fijamente el mármol y, aunque su rostro
no traicionó ninguna emoción, su tono era tenso: "¿Vas a volver a tirar todo de
nuevo?"

Xue Xian lo ignoró. Continuó gorgoteando el agua e irradiando odio hacia el monje.

"Y después de esto, ¿piensas bañarte en la misma agua?" Xuanmin dijo, frunciendo
el ceño.

Aunque Xue Xian no respondió, el mármol pronto se detuvo.

Después de una pausa, Xue Xian refunfuñó, "Maldito estafador. Realmente sabes
cómo dar asco a alguien..."

"Eres demasiado amable. Sin embargo, esa no es realmente una de mis


habilidades." Xuanmin miró hacia otro lado. Se acercó a las estatuas.

Xue Xian dudó, y decidió seguirlo, rodando detrás de los pies de Xuanmin.
"¿Puedes recogerme? Estoy mareado de estar tan lleno."

Xuanmin miró las rayas de agua en la superficie del mármol. "Lo haré una vez que
el agua del cadáver se haya secado."

Xue Xian se detuvo. "¡Si sigues dándome asco así, me aseguraré de proyectar
vómito sobre ti!" gritó. "¡Lo creas o no!"

"Me lo creo". Xuanmin se detuvo también, y miró el mármol con irritación.


Finalmente, se inclinó para recoger a Xue Xian, lanzándolo con cuidado en su bolsa,
como si le disgustara incluso tocarlo.

"¡Cómo te atreves a manejarme con tanta repugnancia!" La voz apagada de Xue


Xian gritó desde el interior de la bolsa. "¡Estás tan empapado de agua como yo!"

Al oír esto, Xuanmin se detuvo de nuevo. Se sacó sangre del dedo y casualmente
sacó una gota de sangre, que utilizó para dibujar lo que parecía un simple garabato
talismán en su propia palma. En un instante, toda el agua de su cuerpo se evaporó,
sin dejar ningún rastro. A medida que la blanca túnica de cáñamo se secaba, se volvía
tan ligera como una nube... incluso Xue Xian se secó por completo.

Habiendo conseguido lo que quería, Xue Xian estaba contento.

Mejor aún, Xue Xian comentó que esa extraña mancha en la cadera de Xuanmin
tenía la capacidad de ayudarle a digerir -- podía sentir claramente que lo que había
absorbido de esa mancha de tierra negra se estaba integrando felizmente en su
mármol dorado.

Antes, cuando todavía estaba aturdido, había aspirado el objeto de la tierra sin
siquiera saber lo que era, pero ahora que había vuelto a sus sentidos, comprendió
que bajo la tierra había estado enterrada una parte de su cuerpo: o bien algo de su
sangre, o bien una de sus vértebras, o una tira de su músculo.

Era sólo un fragmento. Pero mientras se fundía lentamente en el mármol, Xue Xian
volvió a sentir esa alegría indescriptible. Finalmente, después de haber estado
dolorosamente vacío durante medio año, su columna vertebral comenzó a tener algún
sentimiento de nuevo.

Ya sea que estés cultivando tu espíritu o tu qi, tu carne o tus huesos, necesitas
tener algún tipo de punto de partida o fuente, al igual que las flores o los árboles
requieren una semilla.

Xue Xian había pasado medio año construyendo una apariencia de forma para sí
mismo a través de su qi, y había empedrado una columna vertebral a partir de una
cuerda de qi para al menos dar a la mitad superior de su cuerpo algo de movilidad.
Pero el qi no se podía comparar con el hueso real... era hueco, no denso. Esta vez,
finalmente sintió como si realmente hubiera plantado una semilla para su columna
vertebral.

Aunque Xuanmin no tenía ni idea de lo que Xue Xian estaba pensando dentro de la
bolsa, se alegró de que no hubiera más problemas.

Había demasiadas estatuas caídas alrededor de la piscina para que Xuanmin las
inspeccionara todas y cada una de ellas. Se concentró en las que se habían abierto.

Parecía haber un patrón en estas estatuas... en general, se podían agrupar en tres


categorías diferentes: las que tenían rostros enojados, las que tenían rostros llorosos
y las que tenían rostros sonrientes. Y cada una de estas categorías parecía contener
un tipo diferente de cuerpo.

Los cadáveres de las estatuas enojadas carecían de cabeza; los cadáveres de las
estatuas tristes carecían de ambas piernas; y los cadáveres de las estatuas felices
carecían de ambas manos.

"¿Qué has descubierto?" Preguntó Xue Xian. "¿Para qué son estas estatuas?
Parecen extremadamente malvadas."

Frunciendo el ceño, Xuanmin respondió: "Creo que lo sé".

Xue Xian se sorprendió. "¿Cómo lo sabes todo?"

"Lo leí en un libro. Me impresionó."

Estos cientos de estatuas no eran claramente artículos de mausoleo ordinarios,


hechos para acompañar a la persona muerta a la otra vida. Tenían una lógica, lo que
significa que también tenían un propósito. En tales lugares, las cosas relacionadas con
el número tres siempre tenían algún tipo de significado más profundo. Aunque
Xuanmin ya no podía recordar dónde había leído sobre ello, sí recordaba tal pasaje...

Había un diseño de feng shui que podía usarse para invertir la fortuna, llamado
"Cien soldados empujan el flujo". Si se hace correctamente, podría ayudar a evitar
desastres naturales y asegurar cien años de prosperidad... los resultados fueron
excelentes. El principal problema era que se trataba de un diseño muy maligno, que
la mayoría de la gente no estaría dispuesta a emprender.

Porque para construirlo, uno tenía que sacrificar trescientas vidas.

Cien guerreros, cien plebeyos que sufrían y cien villanos.

Estas tres caras diferentes parecían corresponder a esas categorías: los enojados
eran los guerreros, los tristes eran los plebeyos que sufrían y los que se reían eran los
villanos.

"Trescientos..." Xue Xian estaba estupefacto. "¿Qué demonios? Cuando los


mortales no hacen nada bueno, pueden hacer tanto daño como yo. ¿Dónde
encuentras trescientas personas? Son muchas personas. Incluso si fueras tras ellos
uno por uno, seguro que alguien se daría cuenta. Tendrías que estar ciego para no
notar que cientos de personas han desaparecido".
Mientras hablaba, Xuanmin vio caer algo de una estatua con un sonido de
dingdang. Sonaba cerca de algo como un trozo de cobre.

Xuanmin frunció el ceño. Arrancó otra tira de tela de la parte inferior de su túnica.
Después de todo, el objeto había pertenecido a un hombre muerto y claramente había
estado en contacto con todo tipo de sustancias en descomposición.

Escuchando el ruido del desgarro, Xue Xian dijo, "Si sigues adelante, tus túnicas
serán más cortadas en un gran trozo."

Por supuesto, había estado usando una hipérbole. La túnica del monje era lo
suficientemente larga como para cubrir sus pies, pero no llegaba a arrastrarse contra
la tierra, especialmente cuando caminaba. Incluso después de todos los pedazos que
había roto, a la túnica sólo le faltaba alrededor de la mitad de la longitud de la palma
de la mano - podía seguir adelante otras diecisiete o dieciocho veces, y un cambio
todavía no se vería.

Pero Xue Xian no podía callarse. Constantemente sentía la necesidad de molestar


al monje.

Su mano envuelta en la tela de cáñamo, Xuanmin pellizcó el objeto que había


caído al suelo y lo inspeccionó bajo el tenue brillo de las cuentas nocturnas.

Era una pequeña escama de metal, con la talla de una bestia en un lado, y lo que
parecía ser un nombre en el otro, aunque el nombre había sido furiosamente raspado,
dejando sólo garabatos ilegibles.

Viendo que Xuanmin no había respondido, Xue Xian sacó la cabeza de la bolsa.
"Oye... eso me resulta familiar."

"¿Lo has visto antes?" Xuanmin quiso volver a meterlo dentro, pero al oír las
palabras de Xue Xian, acercó el objeto para poder ver.

"Ahora recuerdo", dijo Xue Xian. "En nuestro camino hacia el condado de Wolong,
pasamos por varios templos abandonados en las montañas. Encontramos uno de ellos
en un templo. El templo estaba cubierto de viejas manchas de sangre. Supongo que
se había producido una batalla. Entonces, frente a las puertas de la ciudad de la sede
del condado de Wolong, el ratón de biblioteca y yo nos encontramos con otro."

Estos objetos de aspecto casi idéntico deben haber sido fabricados todos juntos, y
lo más probable es que vinieran del ejército.

Todos los soldados caminaban constantemente por esa fina línea entre la vida y la
muerte, y cualquier hombre que hubiera estado en la batalla no podía escapar con su
espada sin mancharla - caían claramente en la definición de "guerrero". Pero los
ejércitos eran muy estrictos con sus miembros. ¿Cómo podían desaparecer cien
soldados sin que nadie diera la alarma?

Xue Xian había pasado los últimos seis meses entre la gente de la ciudad, y sabía
poco sobre el ejército. Pero Xuanmin sabía un poco más.

Cada militar tenía una escama de metal como esta. En primer lugar, era útil para
la administración del ejército, y en segundo lugar, podía usarse como identificación.
Tercero... si morían en batalla y sus cadáveres no podían ser recuperados, entonces
la placa podía actuar como índice del cuerpo, y ser enterrada en su lugar.

Si el soldado no moría en la batalla y dejaba el ejército debido a su retiro o lesión,


la etiqueta no se retiraba, sino que se tachaba el nombre.

"¿Dónde se enteró de todo esto?" Preguntó Xue Xian, mirando al monje.

Xuanmin hizo una pausa, y luego dijo, "No lo recuerdo. Quizás escuché a algunos
habitantes del pueblo cotilleando."

Xue Xian encontró al burro calvo extraordinario - basándose en el lunar en forma


de araña, claramente tenía algún tipo de enfermedad, y una grave en eso,
considerando que parecía estar a menudo despierto para encontrarse incapaz de
reconocer a nadie a su alrededor. Pero para un monje distante y arrogante que se
consideraba a sí mismo una especie de santo sumo sacerdote, que tenía amnesia y
también estaba lejos de casa metiéndose en todo tipo de problemas... para un
hombre así escuchar tanta información de los chismes del pueblo... era difícil de
creer.

Xue Xian se preguntó: ¿Parece el tipo de hombre que habla poco con la gente del
pueblo?

Y Xue Xian respondió, No.

Xuanmin extendió su dedo y le pinchó esa cabeza suave... o tal vez fue su cuerpo,
a quién le importa, en cualquier caso, empujó la canica de nuevo en la bolsa.

"Los guerreros son soldados que envejecieron fuera del ejército o que ya no podían
luchar debido a las heridas. Entonces, ¿quiénes son los plebeyos y los villanos que
sufren?" Xue Xian murmuró desde el interior de la bolsa.

"Mendigos y bandidos de montaña."

La respuesta no vino de Xuanmin, sino de otra voz... una cálida y pacífica.

Xuanmin se volvió para ver que Lu Shijiu y el viejo Liu se habían despertado y
caminaban hacia él.

El viejo Liu era tan frágil con la edad, y Lu Shijiu era incluso más parecido a una
ramita que Jiang Shining... ¿Cómo pudieron ser los primeros en recobrar la
conciencia? Además, tanto la fuerza del remolino como el impacto de la caída sobre el
suelo de la piscina habían sido experiencias dolorosas y violentas, pero ninguno de los
dos parecía tener nuevas heridas.

Así es exactamente como se veían cuando se encontraron por primera vez en el


primer juego de puertas de piedra... hasta las rayas de humedad y los patrones de
limo en sus ropas. Nada había cambiado en absoluto.

Xuanmin asimiló todo esto, pero no dijo nada. En cambio, volvió su mirada a los
cientos de estatuas. "¿Cómo lo sabes?"

Shijiu levantó el manojo de palos que tenía en la mano y movió el dedo. "Puedo ver
y puedo deducir. Hace un momento, toqué algunas de las estatuas. Estos soldados
fueron secuestrados de camino a casa. En realidad es extremadamente fácil
secuestrar a este tipo de soldados... sólo tienes que decirles a sus familias que han
muerto en la batalla y que sus cadáveres no pueden ser recuperados, e
inmediatamente serás capaz de evitar toda sospecha".

En cuanto a los mendigos y los desamparados... La mayoría de la gente nunca se


dio cuenta de si había más o menos de ellos en la calle en un día determinado. Era
incluso más fácil con los bandidos de montaña: para la mayoría de la gente,
exterminarlos era una gran noticia, y si, después del exterminio, alguien quería venir
a cortarles la cabeza y llevársela a algún lugar, a la gente apenas le importaba.

Con esas tres tareas cumplidas, se podía construir el diseño del feng shui.

Los ojos ciegos de Shijiu fueron muy útiles en una situación como esta. Miró a su
alrededor, luego señaló dos lugares diferentes y dijo, "Algo está aquí".

Xuanmin se dirigió a cada lugar y recogió dos trozos de piedra grabados con texto
talismán. Xuanmin las estudió, y luego dijo, "Me parece familiar".

"¿Qué parte?" Preguntó Xue Xian.

"El texto talismán. Lo he visto antes."

Pero estaba demasiado oscuro dentro de la tumba. No importaba lo mucho que


mirara, sólo podía ver los contornos.

Shijiu se volvió para mirar al Nianqi, que yacía inconsciente no muy lejos de donde
estaba parado, y le preguntó a Xuanmin, "Nianqi, él..."

Xuanmin pudo escuchar el tono de interrogación en la voz del chico. Sin darse la
vuelta, dijo: "Parece tener un miedo inusual al agua".

Desde el interior de la bolsa, Xue Xian se puso en marcha. "Sí. Cuando estaba
aturdido, no podía oír nada de lo que pasaba fuera. Pero sí oí los gritos constantes de
ese chico".

Shijiu dijo. "Eso es culpa mía".

Nota del traductor:

Ahora que vuelvo a leer la novela mientras la traduzco me doy cuenta de cosas
interesantes, me gusta la manera de escribir de Musuli, la autora, posiblemente lea
sus otras novelas :3 y las traduzca jeje

[Ka]
Capítulo 27: Los Esqueletos en el río (IV)

Hace trece años, un viudo llamado Lu Yuan se mudó de Lujiatang al vecindario al este
del río. Su esposa había muerto hace mucho tiempo, y tenía dos hijos pequeños.
Alquiló un pequeño bote en el río y se convirtió en pescador. Aunque tenía la cara
agresiva de un patán, su personalidad era de hecho una gentil y cariñosa: cuando
sonreía, esa aspereza desaparecía de su cara.

Los vecinos siempre decían que los dos hijos de Lu Yuan no parecían ser
verdaderos Lus.

Lu Yuan era alto, con una estructura ancha. Habiendo pasado toda su vida llevando
pesadas redes fuera del agua, tenía brazos musculosos que le daban la sensación de
una fuerza extraordinaria. Pero sus hijos no se parecían a él.

Cuando llegaron por primera vez al barrio, el mayor tenía cuatro años y el menor
dos, y ambos eran dramáticamente delgados. Aunque el más joven era delgado,
había una insinuación de su padre Lu Yuan en su frente, que también parecía
permanentemente furioso. Pero el hijo mayor no se parecía en nada a Lu Yuan.

Cuando se veía a los tres juntos, siempre era el mayor, cuyo apodo era "Shijiu", el
que llamaba más la atención, porque estaba anormalmente pálido y parecía
permanentemente enfermo.

No sólo no se parecía a la familia Lu, sino que su personalidad tampoco coincidía.


Lu Yuan era amable, y el más joven, Lu Nianqi, era un pequeño y travieso alborotador
al que le encantaba correr de niño y nunca obedecía órdenes, por lo que a menudo
tenía que ser golpeado por su padre. Pero el hijo mayor, de 19 años, apenas hablaba
con nadie. No se comportaba como un niño normal.

A menudo, Shijiu demostró que era muy maduro y conocedor. Pero a veces, hacía
cosas extrañas, que, cuando se añadían a su débil y pálido rostro, le daban un aura
fantasmal. La mayoría de la gente no le tenía cariño.

Así que a los vecinos les gustaba burlarse de Nianqi, pero muy raramente se
burlaban de Shijiu.

Lo que los vecinos no sabían era que Lu Shijiu no era realmente el hijo biológico de
Lu Yuan.
Lu Yuan no tenía a nadie más en su familia: sus padres habían muerto cuando era
joven. Después de que su esposa falleciera por enfermedad, Lu Yuan había pasado un
año abatido, y sus finanzas habían sufrido. Durante todo ese año, su hijo Nianqi
nunca tuvo el estómago lleno, y se volvió lamentablemente flaco. Así que Lu Yuan
decidió cerrar la casa familiar y mudarse con su hijo al condado de Wolong, donde
planeaba ganarse la vida con los peces del río.

Antes de entrar en las puertas de la ciudad, llevó a su hijo a un viejo templo rural
para descansar. Allí, se encontró con Shijiu.

El niño parecía tener tres o cuatro años de edad, sin embargo dormía solo en ese
templo... Lu Yuan sabía que algo andaba mal.

Hizo a Shijiu algunas preguntas simples, y pudo adivinar lo que había pasado.

Lu Shijiu era originario del condado de Ge, que estaba a cien kilómetros de allí.
Tenía demasiados hermanos en casa, y había una sequía. Incapaces de alimentar a
todos sus hijos, sus padres se vieron obligados a abandonar a algunos.
Probablemente habían planeado vender al niño, pero este Shijiu parecía
extrañamente enfermo y era poco probable que viviera mucho tiempo. Además, tenía
problemas de visión: aunque sólo tenía cuatro años, su visión había empezado a
volverse borrosa. Nadie quería comprarlo.

Como no podían venderlo, tuvieron que abandonarlo. Si lo dejaban en algún lugar


demasiado cerca, podría encontrar el camino a casa, así que lo llevaron a un lugar a
cien kilómetros de distancia. De vez en cuando, los viajeros visitaban los templos
rurales para descansar, así que tal vez una persona de buen corazón se encontraría
con el niño y se lo llevaría.

Pero ese era un pensamiento muy optimista. Los bosques de las montañas tenían
muchos más bandidos y lobos que personas de buen corazón. Antes de ser adoptado
por una persona de buen corazón, el niño era mucho más probable que fuera
capturado por criminales o comido por animales.

Pero este Shijiu parecía tener suerte. Había conocido a Lu Yuan.

Lu Yuan lo veía de esta manera: ya tenía un hijo que criar, y un segundo hijo no
sería mucho más trabajo. Significaba que Nianqi podía tener un compañero de
juegos. Así que se llevó a Diecinueve con él.
Más tarde, Lu Yuan descubrió que Shijiu no era un buen compañero de juego.
Prefería sentarse tranquilamente que correr para tener aventuras. Pero Shijiu era
sensato y maduro. Aunque no podía ver bien, pasaba todos los días ayudando a Lu
Yuan a preparar el pescado y los camarones que había atrapado, o bien se paraba en
un pequeño taburete sobre la estufa, haciendo un guiso.

Así que aunque Lu Yuan tenía que regañar a Nianqi de vez en cuando, nunca había
tenido que poner un dedo sobre los Shijiu. De hecho, parecía anormalmente generoso
con el niño.

A los niños pequeños les encanta perseguir a alguien un poco mayor que ellos, y
Nianqi no era una excepción. A pesar de la silenciosa disposición de Shijiu, Nianqi lo
seguía a donde quiera que fuera. Nianqi sentía que ayudaba, pero a Shijiu le parecía
una carga.

Por ejemplo, Shijiu tenía una tina de agua hirviendo en un rincón que planeaba usar
para lavar el olor a pescado de la ropa de su padre. Pero Nianqi corrió en sus
pantalones sin fondo, insistiendo en darle una mano. Se tropezó y cayó primero en el
fondo de la bañera, y lloró como un loco.

En otro caso, el árbol del patio estaba cubierto de caparazones de insectos, que
desde lejos parecían frutas. Shijiu trajo una escoba y planeó derribar los caparazones
de los insectos. Otra vez Nianqi se tambaleó para ayudar. Mientras Nianqi ayudaba a
barrer los caparazones de los insectos a un lado, se intrigó por los caparazones y se
puso uno en la boca, usándolo como un silbato. Nianqi estaba encantado con el claro
y hermoso sonido del silbato, pero esa noche sus labios se hincharon como
salchichas, y volvió a llorar.

En los primeros años, Shijiu sintió una migraña cada vez que miraba a Nianqi.
Luego, al quedarse ciego, ya no pudo ver bien al niño y se acostumbró a él.

Shijiu sabía que los ciegos no podían ver nada. Pero descubrió que había
empezado a ver cosas extrañas y a oír ruidos extraños. A veces, no podía evitar
seguir los ruidos del exterior y buscar su origen en toda la ciudad. Después de algún
tiempo, finalmente se rendiría y volvería a sus tareas.

El año en que Shijiu cumplió nueve años, Nianqi tenía siete. Un día al mediodía,
escuchó otro ruido peculiar y salió de la cocina para buscarlo, tambaleándose
lentamente hacia el río. Para entonces, Nianqi se había vuelto un poco más sensible
de lo que había sido de bebé, y, probablemente porque su hermano mayor era ciego,
había aprendido a ser más cuidadoso. Viendo que Shijiu salía del recinto, lo siguió, y
lo acosó durante todo el camino para que volviera a casa.

Pero era como si Shijiu hubiera sido hechizado: parecía que ni siquiera podía oír a
su hermano.

Ese día, en medio de la espesa niebla del río, Shijiu vio repentinamente la sombra
de un dragón. Asustado, cayó accidentalmente al agua.

Nianqi saltó para llevar a su hermano ciego a la orilla, pero se encontró con que era
como todas esas veces en que habían sido jóvenes... había pensado que había estado
ayudando, pero sólo causó más problemas. Ese día, casi desperdició su propia vida.

Los dos habían caído en una parte particularmente remota del río, una raramente
frecuentada por pescadores o barcos de recreo. Si una pareja que regresaba del
mercado no hubiera pasado por casualidad en ese instante, habrían perecido en ese
mismo momento, sin que nadie se diera cuenta.

El viejo no sabía nadar. Pero reconoció a Nianqi.

"Cuando papá llegó aquí, Nianqi había dejado de moverse", dijo Shijiu lentamente.
"El agua ese día era violenta. Era demasiado peligroso rescatar a los dos niños a la
vez. Me empujó hacia arriba para que pudiera respirar, y trajo a Nianqi a la orilla
primero. Mientras esperaba su regreso, algo sucedió en el agua... de repente, el
viento se levantó y aparecieron altas olas. Pude sentir la aparición de un pequeño
remolino bajo mis pies, que atrapó su tobillo, y comenzó a tragar agua".

Respiró profundamente. Frunciendo el ceño, se forzó a sí mismo a terminar la


historia. "Me empujó a la orilla, y luego fue succionado por el remolino. Se hundió y
nunca volvió a subir".

"Desde el día en que papá murió, Nianqi se asustó del agua. Y dejó de seguirme."

Shijiu no parecía estar a punto de llorar, ni mostró ninguna emoción


particularmente fuerte. Mientras hablaba, estaba tan tranquilo como si estuviera
contando la historia de otra persona. Sus ojos ni siquiera se enrojecieron. Mientras los
demás escuchaban, se sentían extrañamente incómodos, como si estuvieran tristes
por él.

Xuanmin guardó los dos trozos de piedra con la escritura talismán en ellos. De
repente, dijo, "Eché un vistazo a la palma de Lu Nianqi. A la edad de seis años, hay
una rotura, y el resto fue sacado a la fuerza."

Shijiu miró a Nianqi. No miró hacia arriba, ni habló.

Finalmente, viendo que Nianqi no se despertaba pronto, dijo en voz baja: "En
aquel entonces, no entendía realmente. Sólo quería trazar la línea. Incluso si...
incluso si dejaba de crecer, al menos estaría vivo. Buena o mala, cualquier tipo de
vida merece ser vivida. Sólo quería que estuviera vivo. Pero..."

Pero él no sabía que, al alargar la vida de Nianqi, le había cortado la de Lu Yuan.

Un intercambio igualitario.

Habiendo admitido esto, finalmente miró a Xuanmin. "Estamos casi al final de la


tumba. Ya no hay mucho peligro. La salida está más adelante. ¿Podría ayudarme?
Saquen a Nianqi de aquí."

Xuanmin le echó un vistazo a Shijiu. "¿Su última petición?"

Shijiu se detuvo, aturdido, y luego dijo, "Sí". Suspiró. "De lo contrario, habré hecho
todo este camino para nada."

Xuanmin abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera hacerlo, Xue Xian se
puso a hablar desde el interior de la bolsa. "La piscina tiene unos diez zhang de
profundidad. ¿Cómo podemos volver a subir hasta allí?" Entonces, antes de que nadie
tuviera la oportunidad de responder, añadió furtivamente, "¿Qué tal... escupo toda el
agua de nuevo y te dejo nadar? ¡Gran idea! Ahorra esfuerzo y tiempo".

Shijiu no dijo nada.

"No te preocupes", dijo Xuanmin. "Como ya te lo has tragado todo, siéntate y vive
con ello."

Xue Xian estaba furioso.

Mientras hablaban, el viejo Liu tocó silenciosamente a Shijiu en el hombro, y luego


apuntó a algún lugar con su dedo.

Siguiendo la dirección en la que había estado señalando, Xuanmin y los otros


vieron que, en la pared de la piscina, había una sombra casi tan grande como un
hombre.
Se acercaron más y vieron que era una puerta de metal.

Había estado sumergida en el agua durante quién sabe cuánto tiempo: las bisagras
y las cerraduras se habían oxidado durante mucho tiempo. Los talismanes de
Xuanmin no funcionaban dentro de la caverna, así que el grupo usó los escombros
cercanos para romper la cerradura.

El chirrido de la apertura de la puerta de metal era una tortura para los oídos.
Nianqi, tendido en el suelo, finalmente abrió los ojos.

"¿Estás despierto?" Shijiu se volvió hacia él. "¿Puedes levantarte? Si puedes,


entonces deja de estar tirado ahí. Si quieres salir de aquí, tienes que caminar tú
mismo. Nadie te va a llevar."

Tan pronto como su hermano se despertó, Shijiu volvió a esa manera fría y
distante. Parecía no tener intención de mejorar su relación.

"Ya lo sé". Nianqi había tragado demasiada agua contaminada, y el agua rallaba en
su garganta, debilitando su voz. Si el intercambio hubiera ocurrido antes, Nianqi se
habría molestado por el tono despreciativo de Shijiu y se habría vuelto a oponer.
Extrañamente, esta vez no dijo nada, sino que se subió silenciosamente. Se agachó
en un ataque de tos y tosió agua de sus pulmones.

Cerca de donde estaba, el hombre del papel, Jiang Shining, se había estado
secando. Finalmente se las arregló para sacar algo de agua, pero aún era tan frágil
que cualquier toque crearía un agujero.

Xuanmin se acercó y lo metió en su bolsa, para pasar el rato con el turgente


mármol dorado. Luego, siguió al grupo hasta la puerta de metal.

Detrás de la puerta metálica había un empinado conjunto de escaleras que


conducían hasta arriba... probablemente había sido creado por los ingenieros de la
tumba, para que pudieran salir después de haber terminado su trabajo. Otro conjunto
de escaleras conducía a otro pasillo de la tumba, uno que se parecía al pasillo que
habían atravesado anteriormente.

Tal y como Shijiu había predicho, no había peligro. A lo largo de la escalera, no


había ni siquiera un mural perturbador.

Cuando casi habían llegado a la cima, el talismán de Xuanmin volvió a arder


repentinamente.
Pero cuando la llama se elevó, pareció arrastrar un extraño olor, que se extendió
por toda la habitación.

De repente, Jiang Shining gritó desde el interior de la bolsa: "¡Espera! ¡No te


muevas! Algo no está bien".
Capítulo 28: Los Esqueletos en el río (V)

"¿Qué olor?" Aterrorizado, Lu Nianqi parecía haber dejado de respirar. Abrió la boca
para hablar, luego recordó rápidamente y cubrió su boca de nuevo, temiendo que
algún espíritu extraño pudiera entrar en su cuerpo.

Alertado por Jiang Shining, Xue Xian, cuyos cinco sentidos eran naturalmente más
agudos que los de los humanos, incluyendo el de Xuanmin, comenzó a detectar un
olor...

"Vegetación", dijo Xue Xian.

El olor... era como si alguien hubiera tomado una planta y la hubiera molido para
que liberara el olor único de la savia. No olía ni agradable ni desagradable, pero era
muy extraño olerlo en una tumba oscura y sellada.

Habiendo crecido en una clínica, Jiang Shining había pasado su infancia entre el
olor de las hierbas. Aunque sus conocimientos farmacéuticos estaban lejos de los de
sus padres, aún tenía algunos conocimientos básicos. Era muy sensible a los olores de
las hierbas, y sabía cómo identificarlos. Así que para él notar tal cosa era bastante
importante.

"No hay necesidad de bloquear la nariz o la boca." Envalentonado por las palabras
de Xue Xian, Jiang Shining había sacado valientemente su cabeza de la bolsa de
Xuanmin y vio asustado a Nianqi . Agitando sus brazos de papel con desdén, dijo,
"Probablemente no estés familiarizado con este olor, y, para ser honesto, yo tampoco
lo he olido tantas veces. He visto gente que ha muerto por esto un par de veces, así
que me causó una gran impresión. No sé si has oído hablar de un veneno llamado
"Arriba siete, abajo ocho, muerto nueve". Significa que una vez que has sido
envenenado por él, puedes a lo sumo dar siete pasos si vas cuesta arriba u ocho si
vas cuesta abajo - de cualquier manera, estarás muerto antes de dar tu noveno
paso".

"¿No es esa la garganta de los Sellos de Sangre?" Xue Xian dijo. "He oído hablar de
ella."

"Oh", dijo Jiang Shining. "Es cierto. Eres del sur. Ese árbol suele crecer en climas
más cálidos, y cuando lo traen aquí no crece por mucho tiempo. Si quieres usarlo
para hacer medicina normal, tienes que esperar al verano o al otoño y comprarlo a un
farmacéutico del sur, y ahorrarlo".

Cada vez que Jiang Shining hablaba, siempre terminaba hablando de medicina de
nuevo.

"¿Puedes por favor ir al grano antes del año nuevo?" Xue Xian dijo fríamente.

Avergonzado, Jiang Shining se detuvo de seguir adelante. Entonces, dijo, "No


toques nada aquí. Sospecho que todas las paredes de aquí, y el suelo y el techo,
están cubiertos de veneno. Todos estamos heridos: si alguien se lo pone encima, se
paralizará a los pocos pasos."

Mientras hablaba, su voz retrocedió y su actitud confiada se desvaneció - porque al


seguir adelante, vio que Shijiu se había dado vuelta para mirarlo con esos ojos
ciegos, y luego el Viejo Liu también se había dado vuelta lentamente, fijando sus
viejos ojos en él sin mover la mirada - hasta que incluso Xuanmin lo miraba
fijamente.

"Tú..." murmuró, y luego aclaró su garganta. Incómodamente, se encogió de


nuevo en la bolsa. "Deja de mirarme", dijo. "Voy a volver a la bolsa. Tengan cuidado,
todos".

Xuanmin miró a Shijiu y al Viejo Liu, y luego miró a Nianqi.

Parecía que, desde que habían atravesado la puerta metálica, la secuencia en la


que caminaban había cambiado. Antes, Shijiu y el Viejo Liu habían encabezado el
camino, seguido por un tranquilo Xuanmin, con Jiang Shining y Nianqi escabulléndose
detrás de él. Esto le había dado a Xue Xian, justo en el medio del grupo, una
sensación de protección.

Pero ahora era diferente: aunque Shijiu y el Viejo Liu seguían caminando al frente,
el que les seguía era Nianqi, y Xuanmin ya no servía como barrera protectora entre
ellos, sino que se había retirado a la parte trasera del grupo, por si algo sucedía
detrás de ellos.

Nianqi le había quitado la mano de la nariz durante mucho tiempo. A mitad de la


explicación de Jiang Shining, se había girado repentinamente de modo que ahora
estaba de espaldas a Xuanmin y se enfrentaba a Shijiu, con la mirada fija en su
hermano mayor ciego.
Pero Shiijiu no se había dado cuenta.

Habiendo terminado su conferencia, Jiang Shining se retiró tranquilamente a la


bolsa.

La llama de la mano de Xuanmin bailó ligeramente, proyectando su brillo


anaranjado hacia delante, el último de sus rayos aterrizando a los pies de Shijiu.
Delante de Shijiu había una mancha de oscuridad y detrás de él estaba esa cálida luz
amarilla... con cada paso que daba, parecía estar pisando el límite entre la luz y la
oscuridad.

El material de la parte trasera de su cuello estaba muy desgarrado, y su


desordenado cabello caía sobre su pálido cuello, proyectando una gran sombra sobre
su piel. En la tenue luz de la tumba, la mayoría de la gente no notaría nada malo.

Y Nianqi, que era anormalmente bajo, y estaba a unos pasos debajo de su


hermano, no tenía forma de ver ese trozo de piel detrás de los hombros de Shijiu.

Tal como Jiang Shining había deducido, todas las superficies de piedra de la escalera
de la tumba fueron cubiertas con la savia del árbol de la Garganta de los Sellos de
Sangre. Cuanto más se acercaban al exterior, más fuerte y obvio era el olor.

"Estamos aquí". Shijiu se pararon en lo alto de la escalera, de espaldas al grupo.


"Al otro lado de este corredor está la última parte de la ruta. Nunca he llegado hasta
el final, pero asumo que una vez que se abren las puertas de piedra, se puede salir."

Nunca he llegado hasta el final...

Al principio, no parecía haber nada malo en esa frase, pero al reflexionar, fue
realmente extraño... si había llegado hasta aquí, y la puerta de piedra estaba justo
ahí, ¿por qué no se había ido simplemente?

El viejo Liu estaba de pie junto a él en el escalón superior. Desde el punto de vista
de Xuanmin, era posible ver el perfil del hombre mientras miraba hacia algún punto
lejano en la distancia, como si su alma hubiera dejado su cuerpo, como en trance.

Shijiu no dio un paso más. En cambio, miró hacia atrás a Nianqi, que estaba detrás
de él.

"¿Por qué me miras así? Ni siquiera puedes ver mi cara, sólo mi qi." Nianqi se
detuvo. Estaba perdiendo la voz, de modo que sus palabras sólo salían como un
medio chillido, medio susurro. Por alguna razón, también hubo un ligero... temblor en
su voz, como si estuviera luchando contra una abrumadora sensación de pánico y
terror. "Deja de mirarme. ¡Muévete! ¿Qué haces ahí parado? Si tienes algo que decir,
espera a que salgamos. No puedo molestarme en escucharte divagar ahora."

Débilmente, Shijiu dijo, "Puedo verte. Sólo que no muy bien".

Había ignorado completamente la segunda mitad de la queja de Nianqi. Metió la


mano en el bolsillo de su camisa y sacó el paquete de palos que le gustaba usar, que
estaba atado en el medio por un cordón rojo descolorido. La cuerda había sido usada
por Dios sabe cuánto tiempo, pero no mostraba ningún signo de desgaste... un
artículo de calidad.

"Este instrumento de escritura de plancheta... Tómalo", dijo Shijiu, entregando el


objeto a Nianqi.

Frunciendo el ceño, Nianqi se alejó y miró a sus pies. Molesto, dijo: "No lo quiero.
Sujétalo tú mismo! ¿Por qué tengo que llevar todas tus cosas por ti... Deja de hablar.
Estás en el camino. ¡Camina! ¿Qué estás esperando?"

Shijiu sonrió, y luego se rió ligeramente. "No voy a ir".

Esta fue probablemente una de las pocas veces que Shijiu sonrió en los largos años
que pasaron juntos desde la muerte de su padre. Pero Nianqi no lo vio. Todavía
mirando hacia abajo, todavía con las cejas fruncidas, evitó mirar a Shijiu y escupió,
"¿Qué quieres decir con que no vas? No seas absurdo..."

Cuando levantó la cabeza, sus ojos estaban rojos e hinchados. Extendió la mano y
empujó a Shijiu tan fuerte como pudo. "¿Por qué no...? ¡Vete!"

La llama en la mano de Xuanmin iluminó la cara de Shijiu. Algo en esa palidez


extrema estaba cambiando... ahora había un pequeño grupo de cicatrices en su
frente, como si le fueran a salir nuevas pecas. Habían aparecido en el punto de
presión que denotaba vida - el mismo lugar exacto donde Nianqi había tenido pecas
anteriormente.

"Pero puedo tocarte. Estás aquí mismo. ¿Por qué no te vas?" De cuello duro, ojos
rojos, Nianqi miró a su hermano, su voz se ahogó en sollozos. Volvió a repetirse,
como si tratara de convencerse a sí mismo: "Mira, puedo cogerte de la mano, no hay
diferencia entre tú y la gente normal. No dicen... no dicen que no puedes tocar
fantasmas..."
Siempre obstinado, continuó mirando a Shijiu, pero se dio cuenta de que un borrón
había entrado en su visión, de modo que ya no podía ni siquiera ver a su hermano
correctamente. Olfateó y fue a limpiarse los ojos, secándose todas las lágrimas. Pero
cuando miró de nuevo, todavía no podía ver.

"Deja de frotar". Shijiu suspiró un pequeño suspiro y empujó el haz de palos en las
manos de Nianqi. Luego, agarrando las manos de Nianqi, comenzó a subir al chico por
las escaleras a la fuerza.

Cuanto más le decía a Nianqi que no se frotara, más fuerte se frotaba el


muchacho, hasta que se cubrió los ojos por completo con el dorso de las manos y se
negó a seguir adelante.

Poco a poco, el viejo Liu dio unos pasos hacia adelante y se inclinó en algún lugar
cerca de una pared. Pronto, volvió a los pasos y él también empujó algo en las manos
de Nianqi.

"Esta es la cartera del tío Liu. Dentro está el dinero del barco que ha ganado
recientemente, y también algunas hierbas de la isla. Devuélveselo a la tía Liu. Las
hierbas aliviarán sus dolores de cabeza", dijo Shijiu, en nombre del Viejo Liu. Después
de una pausa, dijo, "No tengo mucho para ti..."

Acarició la cabeza de Nianqi. "Voy a encontrar a papá. No te olvides de quemar


papel moneda para nosotros en el Festival Qingming. Así te aseguras de vivir una
vida larga y feliz, con abundancia de hijos y descendientes."

Ligeramente, le dio una palmadita en la cabeza a su hermano, y luego dejó caer su


brazo a su lado.

Todo lo que los Nianqie podían sentir era un peso frío en su cabeza, y cuando
desapareció, su corazón se hundió. Se frotó furiosamente los ojos de nuevo y miró a
su alrededor, pero descubrió que su visión era todavía completamente borrosa.

Mientras se movía por el espacio, tratando de distinguir algo, cualquier cosa, de la


espesa niebla, se encontró con que el Shijiu y el viejo Liu, que acababa de estar de
pie frente a él, habían desaparecido. Se frotó los ojos de nuevo, y finalmente vio un
parche de sombra alrededor de dos zhang de distancia.

Xuanmin se acercó con la llama y vio dos cuerpos tendidos contra la pared del
pasillo.
El olor de la savia embadurnada en las paredes atravesó sus narices ahora,
haciéndose más agudo cuanto más se acercaban a la salida. Xuanmin notó las rayas
de sangre que corrían por las paredes y entendió que en la espalda, el cuello u otra
parte, había habido una herida que había entrado en contacto con la pared y se había
infectado con el veneno.

Cuando Shijiu se derrumbó, tuvo tiempo de usar su sangre para dibujar un círculo
en el suelo, dentro del cual había garabateado un complejo talismán, una visión
extraña y confusa.

Nianqi todavía no podía ver mucho. Quiso ayudar a Shijiu, pero inadvertidamente
dio un paso dentro del círculo.

Xuanmin vio como las marcas de sangre marrones y secas cobraban vida de
repente, volviéndose de nuevo de color rojo brillante. Al mismo tiempo, parte de la
frente de Nianqi y el corte en su palma también brillaron con luz roja, antes de volver
a morir rápidamente.

Una brizna de niebla casi imperceptible se escapó del frío y rígido cadáver de Shijiu
y dio tres vueltas al Nianqi, como si finalmente hubiera completado un ritual
largamente esperado. Luego, se inclinó profundamente en dirección a Xuanmin. La
última petición había sido cumplida.

Si no hubiera sido por el padre de los Lus, habría muerto en ese templo hace trece
años. Hoy, cambió una vida por otra. Para él, valió la pena; fue justo; fue lo que
deseaba.

Sólo que, de ahora en adelante, tenía que pedir a Nianqi que encendiera una
linterna extra el día de los muertos. No sabía si el niño lloraría...

Cuando el hechizo de intercambio de vida llegó a su fin y la cola de la niebla


desapareció, el pasillo cayó repentinamente en la oscuridad.

Tal vez, habiendo intercambiado una vida por otra, habían perturbado el equilibrio
en el yin y el yang y perturbado las trescientas almas de la tumba... de repente, de
detrás de ellas surgió el penetrante silbido de una ráfaga de viento. Acompañado por
el sonido de la piedra golpeando contra la piedra y rompiéndose, serpenteó
rápidamente hacia ellos.

Mientras Xuanmin golpeaba el hombro de Nianqi, a punto de decir "Vamos", sintió


que algo se abalanzaba sobre él por detrás. La nueva ráfaga de viento llevaba un
extraño y sofocante olor a podrido.

Aunque las trescientas almas no eran particularmente móviles en vida, al haber


estado atrapadas en la tumba durante todos estos años, se habían vuelto ágiles y
agresivamente rápidas. En un abrir y cerrar de ojos, una masa de gente apareció al
fondo de la escalera y vino saltando, no uno, ni dos, sino docenas o incluso cientos de
cadáveres yin se precipitaron hacia ellos, poniendo a Xuanmin en una situación difícil.

No importaban dos manos, ¡incluso ocho manos no tenían ninguna oportunidad


contra esta horda!

El pasillo pareció reducirse repentinamente al tamaño de un ataúd, sin ningún


lugar a donde ir, ni donde esconderse.

Xuanmin tomó el colgante de monedas de cobre que tenía en la cadera, pero había
algo en su ceño que revelaba una sensación de reticencia... quizás no quería usarlo, o
le parecía inconveniente usarlo, o... no sabía cómo.

La masa de cadáveres yin se hizo más densa, llenando el pasillo con una pared de
cuerpos indistinguibles que rápidamente se apresuraron a rodear al grupo.

Hubo un breve momento de calma cuando la horda se deslizó ligeramente e inclinó


sus cuerpos, como si estuviera ganando impulso. Luego, con un movimiento de las
extremidades, vinieron por Xuanmin como una ola oscura.

"¡¿Burro calvo?!" Xue Xian se había mareado por el balanceo de la bolsa de


Xuanmin, y todo lo que pudo detectar fue el hedor de la sangre que había explotado a
su alrededor. Dentro del elemento metálico se escondía un débil tono medicinal. Algo
desencadenó esa parte de la cadera de Xuanmin y, en un instante, comenzó a arder
febrilmente de nuevo, volviéndose aún más caliente que antes.

Y tal vez fue la ebullición, o tal vez fue otra cosa, pero había un gedeng en su
pecho cuando un vacío apareció repentinamente, y su corazón se desplomó.

Y entonces el olor de la sangre se hizo más fuerte.

No, no, no, ¿cómo iban a salir vivos?

Aunque Xue Xian estaba en pánico, en realidad sólo era una canica dorada y no era
capaz de morir. O incluso si moría, como un dragón, su vida era casi infinitamente
larga... eventualmente sería capaz de encontrar una salida.
Así que la frase "¿Cómo iban a salir vivos?" no tenía sentido cuando la pronunció
Xue Xian, ni tampoco cuando la pronunció el largamente muerto Jiang Shining.

Sólo dos de ellos necesitaban permanecer con vida.

Lu Nianqi... y el burro calvo.

El primero no tenía nada que ver con Xue Xian. El segundo... su relación con el
segundo era más bien un puñado de coincidencias aleatorias encadenadas... un
enredo... así que Xue Xian no entendía por qué una sensación de pánico había caído
sobre él.

Pero sí, realmente estaba bastante estresado. Consiguió que Jiang Shining le diera
un empujón para que pudiera saltar de la bolsa de Xuanmin, y, mientras saltaba en el
aire, todavía llevando ese extraño calor de la cadera de Xuanmin, sintió algo
completamente indescriptible, quizás porque finalmente había conseguido digerir lo
que había absorbido de la tierra negra previamente...

¡Maldición! El mármol dorado se estrelló en el suelo, con Xue Xian boca arriba.

Vio que la túnica blanca como la nieve de Xuanmin estaba medio empapada en
sangre, que la llama talismán aún estaba en su mano, pero que se movía
violentamente, como una bestia feroz luchando contra sus cadenas. La horda de
cadáveres yin empujaba y tiraba desde todos los ángulos, quizás mordiendo, quizás
desgarrando, pero Xuanmin mantenía esa expresión siempre fría, como si no le
importara nada en el mundo, ni la vida de los demás, ni definitivamente la suya
propia.

De alguna manera, cuando Xue Xian cayó al suelo, Xuanmin no lo notó, pero la
llama en su mano se movió.

El mármol dorado rodó por el suelo de forma maníaca, como una mosca sin
cabeza... o como alguien con un plan. Se lanzó a través de las piernas de los
cadáveres y de repente golpeó la pared de piedra del pasillo.

Hong...

La estructura de la tumba tembló como si fuera asaltada por un peso monumental.


Xue Xian quedó aturdido. ¡¿Era yo?!

Aunque el mármol dorado siempre había tenido esa potencia, la parte más
impresionante fue que, después de todo el zig-zag, para cuando Xue Xian logró
golpear la pared, no había usado mucha fuerza. Había planeado golpear unas cuantas
veces seguidas y aumentar lentamente su poder. Si usaba todo su poder, no
importaba esta tumba, sería capaz de destruir diez tumbas seguidas.

Pero si no era él, entonces ¿quién era?

Xue Xian dejó de pensar en ello y golpeó la pared dos veces más.

Hong--

Otro gran temblor. Finos guijarros comenzaron a caer del techo, cubriendo la cara
de Xue Xian con polvo.

Aunque no tenía una boca física, instintivamente hizo "¡Pei!" para intentar escupir
el polvo. Luego se dio la vuelta y se giró para mirar a Xuanmin. Si el golpe no hubiera
sido Xue Xian, la única otra fuerza que podría afectar a las paredes de la tumba con
tanta fuerza sería el burro calvo.

De hecho, desde este punto de vista Xue Xian podía ver más allá de la maraña de
las garras de los cadáveres de yin -- Xuanmin levantó un dedo sangrante, que había
usado para dibujar algo en el colgante de monedas de cobre, cubriendo las monedas
con una nueva capa de sangre.

Y Xue Xian no estaba seguro de si era un truco de la luz, pero creyó ver que las
cinco sucias y aburridas monedas de cobre de Xuanmin emitían un resplandor
aceitoso, como si se hubieran despertado por las gotas de sangre.

Y luego, vio como Xuanmin presionó con su dedo sangrante una de las monedas, y
una oleada de sangre salpicó, empapando el colgante de nuevo.

Hong--

Esta vez, todo el pasillo tembló como en un terremoto. El suelo tembló y sacudió a
Xue Xian de un lado a otro. Sintió que podría empezar a vomitar de nuevo.

Con una mano en el colgante y la otra sosteniendo la llama talismán cerca de su


pecho, como si se inclinara en un saludo budista en medio del torrente de sangre. Sus
párpados se cerraron y sus labios comenzaron a moverse sin hacer ruido.
De repente, otro gran ruido irrumpió en el pasillo, enviando pedazos de piedra al
aire, y el suelo debajo de ellos cayó.

A continuación, el agua fría del río comenzó a fluir de las grietas de la piedra y
rápidamente comenzó a sumergir los cadáveres.

Aunque el agua era oscura y fría, era diferente del agua que había tratado de
ahogarlos antes... traía consigo un aire fresco y frío, como el primer viento del norte
en el invierno.

¡Esta era agua real del río!

Mientras Xue Xian caía al agua una vez más, pensó, ¡Este burro calvo me robó la
idea! Realmente voló todo el lugar...

Antes de terminar su queja, se dio cuenta de que Xuanmin no sólo había volado la
tumba, sino que toda la isla de la Lápida se estaba derrumbando también...

Las rocas caían en cascada sobre ellas, arrastrando tierra y árboles rotos, y todavía
estaba esa horda quejumbrosa de cadáveres yin. El ruido los bañaba a todos.

Xue Xian sintió que el agua del río debajo de él comenzaba a agitarse.

El colapso de la tumba y el movimiento de los cientos de cuerpos había perturbado


el propio río y creado otro enorme remolino. También parecía que espirales más
pequeñas venían hacia ellos desde todos los lados.

Junto con los escombros de la isla y los cientos de cadáveres, fueron arrastrados por
la implacable espiral de agua.

Mientras flotaba dentro y fuera de la conciencia, Xue Xian comenzó a sentirse


furioso. Y mientras lo hacía, la parte final de esa cosa que había absorbido en el suelo
se encajó en el mármol, y la digestión se completó... y la oleada de calor que se
había estado filtrando de la cadera de Xuanmin y hirviéndolo de repente quiso salir
del mármol. Una fuerza agonizante comenzó a empujar la misma piel del mármol,
como si quisiera destriparlo por completo.

En ese instante, nubes negras se reunieron rápidamente en el cielo sobre el río.


Una blanca luz celestial relampagueó, y el trueno que siguió fue más fuerte que el
galope de diez mil caballos que salieron de las nubes de tormenta y se estrellaron
contra el río.
Gruesas gotas de lluvia comenzaron a caer y la niebla de su estruendo contra la
superficie del río convirtió toda la escena en una mancha blanca, de modo que ya no
se podían ver ni siquiera figuras humanas.

A continuación, un brillante silbido vino de debajo del agua, y una sombra colosal
se deslizó hacia fuera, emergiendo en la densa niebla de arriba.

Mientras arqueaba su largo cuerpo, el remolino se hundió obedientemente en el


fondo del río, llevándose consigo los incontables cadáveres y todos los escombros,
todo ello hundiéndose rápidamente en forma de espiral.

Seis pies bajo tierra es donde enterramos un cuerpo; quién iba a saber si sesenta
zhang de tierra eran suficientes para enterrar esas trescientas almas infernales.

En algún lugar de la orilla del río, un niño se sentó en un patio, agarrando una
rama de ciruelo, negándose a esconderse de la tormenta. Aturdido, de repente señaló
al cielo sobre el río y dijo a sus padres, "Dragón..."

La pareja miró ociosamente hacia donde apuntaba su hijo y vio esa larga serpiente
sombra que se abría camino a través de la densa niebla, subiendo las nubes como
una escalera de caracol antes de girar y volver a sumergirse en las aguas agitadas y
hambrientas. "Dios, realmente es un dragón..."
Capítulo 29: Cerradura grabada (I)

Cuando el dragón desapareció entre las nubes, fue una lástima que la tormenta fuera
tan fuerte y que el agua del río estuviera tan agitada, ya que sólo un puñado de
personas habían podido ver la silueta de la bestia. Era probable que, como el nombre
del propio condado de Wolong, el incidente se convirtiera en sólo otro mito.

En realidad, el mítico Xue Xian no se había sentido tan a gusto como la familia,
mirando desde lejos, había pensado. En efecto, había subido a las nubes - era un
hábito natural del dragón, y además, se había alegrado por el regreso de su forma de
dragón que no había sido capaz de contenerse - pero, una vez en las nubes, ese
pequeño asunto de su media parálisis se había vuelto a poner de manifiesto. Sólo
podía mover la mitad superior de su cuerpo, mientras que la mitad inferior colgaba
sin fuerzas y sin valor detrás de él. Intentó girar en el aire pero no tuvo éxito. Y
entonces...

Patéticamente, se cayó.

Había estado separado de su cuerpo real por más de medio año, y en ese período,
se había posado en las manos de cientos de extraños, había estado atrapado con el
Oficial Liu en su maldito recinto, había tenido que comer tierra y otras almas perdidas
cuando había estado muriendo de hambre. Ahora que Xue Xian había vuelto a su
forma original, había sin embargo un sentimiento de novedad... necesitaba pasar
unos días para volver a entrar.

Así que mientras el demonio saltaba en el aire, inclinaba la cabeza y caía hacia el
río, le faltaba esa cierta fuerza explosiva. El alma de Xue Xian descubrió que no había
recuperado completamente el control de su cuerpo.

Trató de acurrucarse para evitar lesiones, pero también fracasó. Todo lo que podía
hacer era tratar de mantener la cara recta mientras se estrellaba en el agua.

Cuando el remolino se apagó, Xuanmin comenzó a flotar hacia arriba, y pensó que
podía ver la luz del día a través de las ondas del agua. Pero entonces el demonio se
estrelló contra él...

Chocó contra el lecho del río por la enorme cola de Xue Xian, Xuanmin, que hasta
entonces había logrado mantener un nivel de conciencia, sintió que algo golpeaba su
pecho y se desmayó.
Xue Xian balbuceó, y las burbujas escaparon de su boca. Algunas cosas que
realmente no puedes ayudar. ¿Por qué no pierdes ese recuerdo?

Afortunadamente, sólo Xuanmin había sido aplastado por el dragón que caía.
Nianqi, junto con los cuerpos sin vida de Shijiu y el Viejo Liu, que habían sido
arrastrados por la corriente, ahora subieron a la superficie.grav

La salvaje tormenta había sido convocada por el regreso de Xue Xian a su forma de
dragón... desapareció tan rápido como había aparecido. Mientras la lluvia disminuía,
alguien en la orilla notó los extraños objetos que flotaban en el río y se llevó un gran
susto. El buceador local responsable de esta parte del río remó un destartalado bote
hacia el agua.

Había pasado la mayor parte de su vida como buceador de cadáveres, pero nunca
había experimentado nada como esto antes... había un gran número de cuerpos
subiendo y bajando en la niebla. Algunos de ellos habían estado en el agua por quién
sabe cuánto tiempo, y sus ropas estaban todas podridas. Otros estaban frescos, como
si se hubieran ahogado recientemente.

El buzo de cadáveres los contó con su dedo: eran nueve.

Tres de los frescos estaban en un grupo, así que tal vez habían sido un grupo. Los
otros seis flotaban más o menos por separado - y, extrañamente, quizás sólo un truco
de la luz - mientras miraba los seis cuerpos, uno de ellos coincidía con uno de los
islotes del río.

Los islotes diminutos estaban normalmente dispersos alrededor de la Isla lápida


sepulcral y eran mucho más pequeños que esta última, sólo lo suficientemente
grandes para que el pájaro ocasional pudiera descansar sus pies. El buzo de
cadáveres no solía prestarles mucha atención, pero ahora, por alguna razón, parecían
desconocidos... era extraño.

Mientras el buzo enganchaba los cuerpos con su palo, reflexionaba sobre esto.

Entonces, de repente se dio cuenta: "¡La Isla de la Lápida ha desaparecido!"

El buzo era un profesional veterano. En un abrir y cerrar de ojos, había recogido


los dos cadáveres más cercanos y los había llevado a su barco. Al darles la vuelta,
saltó con sorpresa: definitivamente reconoció al barquero Old Man Liu, y en cuanto a
Lu Shijiu, había visto crecer al niño. Respiró un triste suspiro y, con un gancho de su
bastón, sacó el tercer cuerpo.

"¿Qué clase de maldad..." Cuando vio que el tercer cuerpo era el pequeño y flaco
Lu Nianqi, suspiró de nuevo. "La familia del viejo Lu ha muerto."

Pero mientras subía a su barco, el buzo siseó con confusión y murmuró: "Este
pequeño Nianqi se ve... diferente. Me acababa de encontrar con él el otro día."

Nianqi había salido a menudo - después de todo, era su trabajo recoger leña y
cocinar comidas - así que el buzo de cadáveres había visto a menudo al chico en la
calle. Todos los que conocían a la familia Lu del vecindario sabían la verdadera edad
de Lu Nianqi y sabían que, después de que casi se ahogara y perdiera a su padre,
había tenido una fiebre muy fuerte durante varios días. Aunque la fiebre finalmente
retrocedió, el niño dejó de crecer: al principio parecía tener sólo cinco o seis años,
con un vocabulario precoz.

El buzo no era un hombre alto y, hasta donde él recordaba, Lu Nianqi sólo podía
llegar a su pecho.

Pero ahora, miró el cuerpo en el barco y usó sus manos para estimar la altura del
niño. Parecía... un poco más alto que antes.

"¿Cómo diablos creció tanto en unos pocos días..." murmuró el buzo de cadáveres,
desconcertado. Pero inmediatamente pensó en una excusa... su cadáver
probablemente había tomado demasiada agua del río, y simplemente parecía más
grande.

Justo cuando el buzo se dio la vuelta para encontrar los otros cuerpos, Nianqi
volvió a la vida tranquilamente.

Tose, tose, tose...

Nianqi tosió y luego, con un grito, regurgitó toda el agua de sus pulmones.
Finalmente, con la cara roja hasta la punta de las orejas, miró hacia arriba.

Lo primero que vio fue al aterrorizado buzo muerto cayendo de espaldas al agua
con un golpe.

Nianqi no sabía qué sentir.

En el fondo del río, Xue Xian podía oír el sonido de los remos de un barco, y se
sentía inquieto.

Después de un tiempo sumergido, podía finalmente empezar a sentir su propio


cuerpo de nuevo, y gradualmente sintió que recuperaba el control.

Primero, trató de mover la cabeza. Mientras su cuello giraba, notó un candado de


piedra hundido a unos cuantos zhang de distancia. El candado era enorme, quizás la
mitad del tamaño de un ataúd, con un fondo cuadrado que parecía extremadamente
pesado. Su parte superior tenía un agujero, y a través de todo el conjunto había una
fina cadena de metal, que parecía estar atada a otra cosa situada encima de ella.

Mientras Xue Xian seguía la cadena, vio que estaba atada a una especie de taco de
algodón andrajoso, y en la parte superior del taco de algodón había un montón de
algas negras...

¡Espera, no, no era un taco de algodón, ni tampoco eran algas!

De repente recordó que, de camino a la Isla de la Lápida, Nianqi se había asustado


por algo en el agua. El chico había dicho que había visto una masa de negro flotando,
y había pensado que era pelo. Pero tenían que ser algas, porque si era el pelo de un
cadáver, entonces el cadáver estaría flotando en la superficie del agua, no medio
hundido de esa manera.

Xue Xian estudió el mechón de piedra y la cadena, y comprendió por qué el cuerpo
no había estado flotando normalmente. Su tobillo estaba atado, de modo que todo el
cuerpo estaba rígidamente vertical en el fondo del agua.

Balanceó su cabeza, y el agua del río se movió en consecuencia. Con ella, una
cadena rota se desenganchó de algún lugar y pasó flotando.

Xue Xian probablemente había roto la cadena mientras jugueteaba en la tormenta


antes.

Inspeccionó el artículo, y luego contempló los hechos durante mucho tiempo.


Cuando, finalmente, la mitad superior de su cuerpo comenzó a recuperar la
movilidad, sacó una garra delantera y alcanzó la cadena, para enrollarla alrededor de
su brazo.

Y... sólo encontró agua.


Exasperado, Xue Xian miró hacia abajo a su garra. Se había acostumbrado a que
su cuerpo con forma humana fuera capaz de alcanzar lo que quisiera, cuando
quisiera... y había olvidado que, en comparación, su garra de dragón era mucho más
corta.

La poderosa bestia había fallado en su tarea, porque... no podía alcanzar la


cadena.

Algo dentro de él se regocijaba. Gracias a Dios que sus compañeros estaban


inconscientes o no se encontraban en ningún lugar en ese momento... si hubieran
visto lo que acababa de ocurrir, ¡podría seguir adelante y morir de humillación!
¡Especialmente si ese burro calvo lo hubiera visto!

La bestia levantó su cabeza de dragón y comenzó a mover la tierra por el lecho del
río. Así, la mitad inferior paralizada de su cuerpo fue capaz de moverse del cuerpo
inconsciente de Xuanmin.

El dedo de Xuanmin se movió... parecía estar regresando.

Cuando la afilada garra de Xue Xian finalmente se agarró a la cadena, fue como un
cuchillo a través del tofu. La robusta cadena fue cortada por la garra de Xue Xian. La
mitad inferior se hundió hasta el fondo para unirse a la cerradura de piedra, y la parte
superior, siguiendo al cadáver al que estaba unida, comenzó a ascender.

"Huh -- necesito averiguar mi fuerza de nuevo," murmuró Xue Xian para sí mismo.
Todavía no estaba acostumbrado a su cuerpo de dragón. Incluso mover la parte
superior de su cuerpo para alcanzar la cadena había requerido un esfuerzo
significativo. Se sentía como si acabara de subir a una alta pagoda mientras cargaba
un peso de mil jin. Sus miembros se sentían suaves.

Regresó en espiral al fondo del río. Su pesada cabeza de dragón golpeó en el lecho
del río... era la forma menos difícil de llegar justo donde quería estar. Se desplomó
allí y miró fijamente a la gran cerradura de piedra.

Después de haberla inspeccionado por todos lados, sin preocuparse más por su
dignidad, levantó su gordita garra y la golpeó, dándole la vuelta al candado.

La parte inferior de la cerradura se reveló.

En la superficie lisa de la cerradura, alguien había tallado un diseño circular en la


esquina.
Desde su época deambulando por varias ciudades, Xue Xian había aprendido que a
muchos canteros les gustaba estampar un diseño único en sus productos. Si era
posible, dejaban una gran impresión que era un anuncio útil; si no había suficiente
espacio, hacían una pequeña marca en algún lugar discreto. Era un movimiento con
tacto, la mayoría de la gente no sería capaz de reconocer nada de ello.

Xue Xian sabía que nadie le haría todo esto a un montón de cadáveres sólo por
diversión... tenía que haber algún tipo de propósito en esto. Pensando en el diseño de
"Cien soldados empujan el flujo" en la tumba, estaba seguro de que estos cadáveres
en pie tenían que estar relacionados con el primero.

El burro calvo había hecho pedazos todo lo que había en la tumba, así que
probablemente ya no había pistas.

Golpeó la tierra con su garra, muy pensativo. Decidió que, en lo que respecta a
este misterio, no se iba a meter en sus asuntos. Así que, con un movimiento de su
largo cuerpo, remolcó la corriente, que usó para empujar la cerradura hacia la orilla.

La corriente subió con fuerza. Rodeando al todavía inconsciente Xuanmin, Xue Xian
siguió su impulso y dejó que lo arrastrara hasta la orilla.

El ancho del río sólo era realmente suficiente para que cambiara su cabeza o su
cola, así que, en un instante, llegó a la orilla del río, agarrando a Xuanmin y la
cerradura.

Sacudió su cuerpo y una gran ola empujó a Xuanmin y a la cerradura a tierra


firme. Entonces, todavía flotando en el agua, Xue Xian sacudió su cabeza y se
transformó de nuevo en un humano, y entonces...

Volvió a convertirse en un dragón de nuevo.

Xue Xian estaba furioso.

¡Maldita sea! ¡Sin ropa!

Cuando se hizo ese cuerpo de papel, naturalmente se pintó la ropa para sí mismo.
Pero ahora que había vuelto a su cuerpo físico... Esto fue incómodo.

Sumergió su cabeza en el agua. Humillado, se abrió camino serpenteando hasta el


fondo del río. Quería morir.

Un momento después, apareció un pequeño gusano negro... no, era un dragón. El


dragón tenía ahora sólo unos pocos centímetros de largo. Asomó su cabeza fuera del
agua y nadó a través de las olas, estacionado en la orilla del río. Miró al cielo y exhaló
un largo y pesado suspiro. Luego, silenciosamente, se movió hacia el lado de
Xuanmin y se arrastró hasta su manga. Como un brazalete de cuerda, se enroscó
alrededor de la muñeca de Xuanmin.

Cuando la cosa fría y resbaladiza tocó su piel, Xuanmin abrió los ojos.
Capítulo 30: Cerradura grabada (II)

El cuerpo de un dragón está cubierto de escamas, y las de su espalda son


extremadamente duras, formando una especie de exoesqueleto. Las escamas son
más grandes cerca de su cabeza, y gradualmente se vuelven más pequeñas a medida
que se acercan a su cola. Sólo para arrancar una sola escama de la espalda se
requiere un cuchillo fuerte. Pero las escamas cerca del vientre del dragón son más
suaves que las de su columna vertebral. Ese día en la Morada de las Nubes, Xue Xian
le había dejado a Xuanmin una escama de su vientre.

La bestia era muy arrogante, y siempre asumió que la gente que le rodeaba era
estúpida... de hecho, era tan testarudo que generalmente no confiaba en nadie más
para tomar la decisión correcta. Xue Xian se preocupó de que si le hubiera dado a
Xuanmin una escama de su espalda, ese burro calvo no habría sabido primero moler
la escama en polvo, y simplemente se la habría tragado entera. Entonces la escama
habría cortado la garganta del monje por dentro y el posadero habría encontrado un
cadáver en la habitación. Eso no habría sido bueno.

De todas formas. El vientre de la bestia era relativamente suave.

Lo más molesto fue que, una vez que se hizo pequeño, las escamas a lo largo de
su cuerpo siguieron el mismo camino y se convirtieron en pequeñas y flexibles cosas.
Incluso las escamas más duras de su columna vertebral perdieron su borde y se
volvieron flexibles e incluso ligeramente elásticas, así que no importaba la barriga.

Mirando hacia abajo, Xue Xian se pinchó con su garra y encontró que un solo
pinchazo causó que su vientre se volviera jodidamente cóncavo. ¡No había diferencia
entre su vientre y la piel humana! Peor aún, su vientre parecía aún más suave, y, al
rebotar, ¡ni siquiera le dolía!

¡Su poderosa garra de dragón, que podía atravesar el hierro como si fuera barro
suelto, no podía causar ningún dolor al rascarse la barriga! Parecía que sus garras
también se habían vuelto suaves.

Otro golpe fatal a su dignidad.

Mientras su pequeño y suave cuerpo se enroscaba alrededor de la muñeca del


burro calvo, Xue Xian se dio cuenta de que se sentía incómodo...
Desde la perspectiva de un extraño, el burro calvo tenía una muñeca encantadora:
delgada, con una curva suave hasta el hueso. Pero cuando Xue Xian se hirió en la
muñeca del monje, se dio cuenta de que no era para nada aceptable. El hueso de su
muñeca sobresalía contra las escamas de su suave vientre... se sentía como si
estuviera acostado boca abajo sobre un cucharón redondo; no le dolía, pero estaba
lleno de baches y era duro.

¡Molesto!

Xue Xian arañó con rabia la muñeca del burro calvo, pero fue incapaz de sacarle
sangre... lo único que probablemente consiguió fue hacerle unas ligeras cosquillas al
monje. Xue Xian se rindió.

La bestia estaba llena de drama y tenía mal genio... para cabrearse tanto y a
menudo se llevó algún talento.

Pero mientras se movía de un lado a otro, rápidamente llamó la atención de


Xuanmin.

Cuando Xuanmin abrió los ojos por primera vez, simplemente miró fijamente al
cielo, sus ojos negros y profundos como estanques, con un ligero toque de vacío.

Luego, frunció las cejas, porque, mezclado con la humedad del río, podía oler el
hedor de la sangre. Cuando cayó al agua, estaba en medio de un hechizo con los ojos
bien cerrados, así que no tragó mucha agua. Pero la presión de la corriente en el
fondo del río significaba que ahora tenía un dolor agudo en el pecho.

Tosió suavemente y se sentó. Mirando rápidamente a su alrededor, encontró que


estaba sentado en una pila de barro blando en la orilla del río, y que a su lado había
una pesada cerradura de piedra, que se hundió en la tierra húmeda. No había nadie
más alrededor, así que no había peligro inmediato. A través de la niebla del río, pudo
ver que un grupo de barcos se había reunido en el agua... no estaba seguro de lo que
estaban haciendo, pero no parecían haber notado su presencia en la orilla.

Tranquilo, dejó de mirar.

Xuanmin odiaba cualquier tipo de suciedad. Mientras observaba su propio estado,


una leve expresión de asco apareció en su rostro.

Mientras se movía para limpiarse la sangre y el barro de sus ropas, sintió que algo
se movía en su muñeca.

Frunciendo el ceño, se rompió la manga y se encontró cara a cara con la cosa


pegada a su brazo.

Xue Xian no se sentía muy bien, así que cuando hizo contacto visual con Xuanmin,
realmente no pudo molestarse en tratar con el monje. Se dio cuenta de que Xuanmin
actuaba de forma extraña y puso los ojos en blanco. ¡Ahí va otra vez!

Así que se burló y dijo perezosamente, "No hables. No me preguntes quién soy, y
definitivamente no me preguntes quién eres. Escúchame. Levanta tu mano y toca el
lado izquierdo de tu cuello."

Xuanmin era un hombre sospechoso por naturaleza. Si alguien más le hubiera


dicho esto, no habría prestado atención a sus palabras... habría capturado primero al
demonio y luego se habría ocupado de sí mismo. Pero la cosa enroscada en su
muñeca hablaba con una confianza tan directa. No parecía estar mintiendo.

Además... este demonio parecía tan débil. Cualquier tirón podría romperlo y
cualquier pellizco podría matarlo. No parecía ser una amenaza en absoluto.

Así que Xuanmin lo miró fríamente durante un tiempo, y finalmente hizo lo que dijo y
le tocó el cuello.

Xue Xian extendió una garra y lo dirigió. "¿Tu brazo es físicamente demasiado
corto para alcanzarlo o algo así? Ve más allá. Sí, justo ahí. Ahora presiona sobre él.
Cuando te despiertes, no intentes hablarme. No estoy de humor para charlar
contigo".

Habiendo tenido su momento de humillación al tratar de clavar la cadena en el río,


Xue Xian estaba de mal humor, y se desquitó con Xuanmin, a pesar de que el monje
no había hecho nada para justificar tal grosería.

Vio como los dedos de Xuanmin encontraron ese lunar en forma de araña. Como
antes, los delgados vasos sanguíneos rojos alrededor del lunar se retiraron
rápidamente. El proceso parecía doloroso: Xuanmin frunció el ceño y cerró los ojos.
Después de sentarse en silencio durante un rato, abrió los ojos de nuevo. La
confusión en sus ojos había desaparecido y ahora fue reemplazada completamente
por esa cara familiar en blanco y ese brillo condescendiente.

Al ver esto, Xue Xian supo que Xuanmin se había recuperado.


Xue Xian se inclinó hacia atrás y dijo ociosamente, "¿Dónde contrajo esta
enfermedad de amnesia? ¿Tienes que pasar por este proceso cada vez? Suena
terriblemente inconveniente."

Xuanmin no dijo nada, sólo lo miró fijamente.

Antes estaba demasiado confundido como para prestar atención, pero ahora que
miraba al demonio, descubrió que en la canica había crecido una cabeza, una cola y
cuatro miembros. La cabeza parecía la cabeza de un dragón. Pero nunca había visto
un... dragón tan insignificante. Aunque estaba cubierto de escamas, la parte inferior
de su cuerpo colgaba sin fuerzas... a diferencia de la parte superior, que se enrollaba
expertamente alrededor de la muñeca de Xuanmin, la cola simplemente colgaba,
como un peso muerto.

Xuanmin lo miró fijamente, y luego pellizcó esa cola flácida, que era delgada y
puntiaguda, con una extraña textura.

Xue Xian se mofó de él y se burló, "Suéltalo. ¿Qué es lo que haces? ¿No tienes
ningún sentido del civismo? ¿Qué libro te enseñó a tocarle la cola a la gente?"

De hecho, no podía sentir la mitad inferior de su cuerpo en absoluto, y


probablemente ni siquiera se daría cuenta si se le cortaba durante la noche. Pero el
dolor era una cosa... esto, la dignidad, era otra. Un glorioso dragón al que le
pellizcaban la cola de tal manera... ¿Qué diría la gente?

Si no fuera por el hecho de que necesitaba confiar en el burro calvo por el


momento, golpearía al hombre directamente en el mar.

Por supuesto, Xuanmin no se burlaba... no se burlaba. Simplemente estaba


sorprendido por el hecho de que el demonio se había transformado completamente en
el corto momento en que había estado inconsciente.

"¿De dónde sacaste esta cuerpo?" preguntó.

"¿Qué quieres decir con "obtener"?" Xue Xian le miró fijamente. "¿Crees que usaría
el cuerpo de otra persona?"

Xuanmin revisó su bolsa... la canica había desaparecido.

"¿Este es tu verdadero cuerpo?" Aunque su tono era cuestionador, parecía decirlo


como un hecho.

Xue Xian gruñó de acuerdo.

"Si has obtenido tu verdadero cuerpo de nuevo, ¿por qué estás enrollado en mi
muñeca?"

Xuanmin no quería que Xue Xian se fuera. De hecho, ese misterioso trozo de papel
en su muñeca tenía escrito en él en términos claros, y parecía que algo sobre Xue
Xian tenía una clara conexión con el diagrama del papel. Naturalmente, no iba a dejar
simplemente que el demonio se escabullera.

Pero esa era su perspectiva. El comportamiento de Xue Xian no tenía ningún


sentido. El demonio había hecho previamente varios intentos de escapar, y basado en
su actitud traviesa, debería haber aprovechado el desmayo de Xuanmin para huir. El
hecho de enrollarse obedientemente en la muñeca de Xuanmin y esperar a que se
despertara fue increíblemente extraño.

Xuanmin le pinchó la cabeza al pequeño dragón. ¿Los había metido en más


problemas? ¿O comido alguna píldora extraña? ¿Por qué otra razón se comportaría
tan bien?

Xue Xian le arañó con sus pequeñas garras y apartó la molesta mano. "¡Primero
me capturan, y ahora quieren echarme! No soy tu perro al que puedes llamar cuando
te apetezca y echarme cuando estés harto de mí. ¡Qué clase de lógica es esa! He
decidido no irme. Aceptalo. ¡Deja de tocarme, imbécil!"

Xuanmin no sabía qué decir.

Este pequeño demonio estaba literalmente atrapado en la mano mucho más grande
de otro, y aún así le pareció muy grosero.

Por supuesto Xue Xian no había comido una píldora extraña.

De hecho, Xuanmin no se equivocaba al sospechar tanto. Había pensado en


escabullirse, y el tema de estar desnudo en su forma humana no era gran cosa ya
que podía robar fácilmente la ropa de algunos transeúntes. Y si llegaba el momento,
también podría haberle quitado las ropas al monje y hacerse pasar por alguien que se
dirigía a un funeral.

La razón por la que se quedó tan obedientemente al lado de Xuanmin fue que había
descubierto algo bonito cuando era una canica. Este burro calvo tenía una fisicalidad
única, había algo mágico dentro de él, que de alguna manera había logrado acelerar
el regreso de Xue Xian a su cuerpo original. Era probable que el monje también
pudiera ayudarle a localizar sus huesos más rápidamente.

Admitió que no era una persona empática. Cuando vio que había un beneficio para
él, se quedó, y cuando no pudo sacar provecho de alguien, se fue. Fue así de sencillo.

No sintió la necesidad de mirar más allá de sus intenciones. Básicamente, no tenía


ganas de irse por su cuenta en este momento. Decidió quedarse con el burro calvo un
poco más... siempre podía dejarle otro regalo como agradecimiento.

Además, con el burro calvo allí, hizo que las cosas fueran más fáciles de investigar.
Era mucho más útil que el ratón de biblioteca Jiang Shining.

Cuando evitó la mano de Xuanmin de nuevo, despojó sus garras y voló sus
escamas para advertir a ese burro calvo que no lo tocara. Pero su mirada se posó en
el candado de piedra junto al monje, y comenzó a reflexionar...

Lo que había absorbido del suelo había sido para él como una semilla para un
árbol. Aunque ahora se quedaba tranquilo, podía sentir claramente algo que se
agitaba dentro de él.

Pero todavía había algo que no había descubierto...

Si realmente había sido una de las partes de su cuerpo, ¿por qué había aparecido
en el río del condado de Wolong?

¿Podría ser que la persona que lo había mutilado fuera la misma que estaba detrás
del diseño del feng shui en la tumba? Y aunque no lo fuera, tenía que haber algún
tipo de conexión.

Si pudo conseguir que el burro calvo le ayudara a descifrar la marca en la


cerradura de piedra y averiguar lo que pasaba detrás de ella, entonces podría
encontrar a la persona que lo había mutilado.

Xuanmin limpió la sangre y la suciedad de su túnica y caminó por el camino


pavimentado del río. De repente, como un demonio de agua, Nianqi salió de la nada,
sintiendo su camino hacia ellos. Xuanmin se dio cuenta de que el grupo de botes en el
río probablemente se había reunido porque habían encontrado a Nianqi y a los otros...
pero aún así no explicaba por qué había aparecido tanta gente.

Nianqi se tambaleó ciegamente y los entrecerró. Finalmente, dijo, "Eres tú".


Su voz sonaba extremadamente fatigada... probablemente todavía estaba de luto
por Shijiu y no había sido capaz de procesar el shock. Suspiró y luego agregó:
"¿Podría... pedirle un favor? Mi... Hay algo malo con mis ojos, y no me siento muy
bien. Shijiu está parado aquí, pero de alguna manera... de alguna manera no puedo
verlo. Puedo ver los contornos de todos los demás, pero no a él".
Capítulo 31: Cerradura grabada (III)

Con un movimiento de su dedo, la túnica de Xuanmin se secó de repente. Sacó el


ahora seco Jiang Shining de su bolsa y luego caminó tras Lu Nianqi, que regresaba al
puerto del río donde se habían reunido varios barcos.

Enrollado en la muñeca de Xuanmin, con su endeble cola colgando flácidamente


del borde de la manga del monje, Xue Xian se acomodó de manera que su pequeña
cabeza ahora se asomaba. Miró a Lu Nianqi.

Anteriormente, el chico había sido extremadamente delgado y bajito, aunque con


un aspecto un poco más vivaz que el de Lu Shijiu, probablemente porque le gustaba
más correr por ahí y tenía una personalidad terca - en general, se presentaba como
un pequeño granuja enérgico y contundente.

Pero ahora, cada paso que daba parecía requerir un gran esfuerzo. Sus pasos eran
ligeros y a la deriva, como si cada vez que su pie tocaba el suelo tuviera que
levantarlo inmediatamente de nuevo, como si cualquier cantidad de presión fuera una
agonía. El chico parecía tener un dolor insoportable.

Sólo había dado una docena de pasos, pero su cara se había vuelto blanca como el
papel, y su frente, que acababa de secarse con el agua del río por la brisa, estaba
ahora cubierta por una capa de sudor.

"Hace un momento dijiste que no te sentías bien. ¿Qué quieres decir?" Viendo la
palidez del chico, Xue Xian decidió que esto no podía ser simplemente un efecto de la
pena, así que no pudo evitar preguntar sobre ello.

La sangre también había drenado de los labios del Lu Nianqi... parecía enfermo
terminal y con fiebre. Cuanto más blanco se volvía su rostro, más negros parecían sus
ojos, y menos luz parecía rebotar en sus pupilas: ya ni siquiera parecía vivo. Las
pestañas del chico se movieron y sacó una lengua para lamer sus labios agrietados.
Sacudiendo la cabeza, dijo: "No es nada. Yo tampoco lo sé. Es sólo que... mis huesos
se sienten ácidos, y cada vez que mi pie toca el suelo, envía esa dolorosa sensación
agria por todo mi cuerpo. No quiero moverme demasiado".

Entonces, antes de que Xue Xian pudiera responder, bajó la voz y murmuró, "Lo
soportaré... Aún no es tan doloroso como morir."
Jiang Shining le echó una mirada. "No necesariamente."

De repente, como si hubiera recordado algo, Lu Nianqi se detuvo y se volvió hacia


Jiang Shining. Aunque el chico era mayor de lo que parecía, seguía siendo un niño a
los ojos de Jiang Shining, así que éste le permitió hablar con brusquedad y sin tacto.
De hecho, el niño miró fijamente a Jiang Shining y le preguntó: "Estás muerto,
¿verdad?"

En ese momento, incluso Xue Xian, metido en la manga de Xuanmin, pensó que
podía ver un destello de luz en los ojos del Lu Nianqi, como si el chico hubiera estado
cayendo de un acantilado pero de repente hubiera podido agarrarse a un borde.

Aunque a Jiang Shining le gustaba discutir con Xue Xian, no iba a tratar a un niño
de esa manera. Asintió con la cabeza. "Sí. Llevo muerto tres años, pero mi última
petición aún no se ha cumplido, así que estoy viviendo en un cuerpo de papel
temporalmente."

Al escuchar esto, Lu Nianqi se olvidó brevemente de tener cuidado en la forma en


que caminaba. Al dar otro paso, accidentalmente puso demasiada presión y chilló de
dolor. Otro cubo de sudor se derramó por su frente. Pero lo ignoró y le dijo a Jiang
Shining: "¿En serio? ¿Así que incluso si mueres, no significa que desaparecerás sin
dejar rastro?"

Jiang Shining le echó un vistazo a Xuanmin, y luego murmuró ambiguamente: "Las


almas se quedarán al menos una hora, y en situaciones especiales, podrían quedarse
un poco más". ¿Verdad, Maestro?"

Xuanmin lo miró con desprecio. No habló ni reconoció la pregunta. En su lugar,


señaló hacia adelante... habían llegado. Varios pescadores estaban reunidos en el
puerto del río, y no era apropiado discutir tales cosas en una multitud.

Lu Nianqi y Jiang Shining lo tomaron como un sí. Su rostro parecía estar al rojo vivo
con un poco de calor.

Siete u ocho botes se disputaban el espacio en la orilla del río. Todos los pasajeros
de los barcos se habían bajado y se movían en grupo... parecían trabajar juntos para
arrastrar algo a la orilla.

"Dios mío... ¿Cuándo se ahogó esta gente?" dijo alguien. "¿Por qué están todos
podridos?"
"En todos los años que he recogido cadáveres aquí, nunca me he encontrado con
algo como esto." Esa era la voz del buzo de cadáveres.

Después de que Lu Nianqi regresara a vivir en el barco del buzo de cadáveres, el viejo
había decidido dejar los otros cuerpos en el agua por un momento y remar de vuelta
con los tres que ya había recogido. Sólo después de colocar a Lu Shijiu y al Viejo Liu
en el terraplén y de darle a Veintisiete un poco de alcohol caliente para calentarlo, el
buzo volvió al río.

Escuchando al buzo describir la escena, los pescadores que descansaban en la


orilla decidieron echarle una mano.

Pero sus botes no eran aptos para transportar a los muertos, ya que al ser botes
de pesca y cruceros de placer, habría sido un mal presagio. En su lugar, ayudaron al
buzo a sacar de su barco los cuerpos que parecían hilos de algodón podrido. Pronto
hubo una espeluznante fila de cuerpos dispuestos en la orilla.

Xuanmin vio la hilera de cuerpos inundados y frunció el ceño.

"Me dio un gran susto", decía el buzo mientras él y sus colegas llevaban los últimos
cuerpos a la orilla del río. "Al principio sólo había seis cuerpos... ¡Los conté! Estaban
flotando por los islotes. Pero cuando volví a recoger los dos últimos, no sé qué pasó,
pero otro flotó. Llegó justo al lado de mi barco. ¡Esa sensación...!"

Xue Xian rascó sutilmente la muñeca de Xuanmin y dijo, "Burro calvo, mira esos
cuerpos. El cadáver que mencionó el buzo era probablemente el que yo liberé. Es
imposible que esto no esté relacionado con el diseño de "Cien soldados empujan la
corriente". Te lo explicaré más tarde, pero presta atención por ahora... comprueba si
hay algo mal en estos cadáveres."

Su voz salió apagada para que nadie más pudiera oír, pero Xuanmin recibió el
mensaje con bastante claridad... como si el sonido hubiera seguido la forma de su
manga y se hubiera acercado a su oído.

La frente de Xuanmin se arrugó de nuevo, luego miró hacia abajo y dijo: "Está
bien". Su dedo golpeó de nuevo la pequeña cola de Xue Xian, como advertencia para
que la bestia no se moviera demasiado y se mantuviera oculta.

Pero la respuesta de la bestia fue morderle la mano, con fuerza.

De manera despreocupada, Xuanmin dijo, "Deja ir".


Jiang Shining y el Lu Nianqi se miraron uno a otro preguntándose. "¿Qué quieres
decir con "déjalo ir"?"

La expresión de Xuanmin no cambió ... continuó mirando fijamente los cuerpos que
habían sido arrastrados fuera del agua. Su mirada los escudriñó desde sus podridos
pies esqueléticos hasta el desorden de pelo negro en sus cabezas. Comparados con
los rostros arrugados y secos de los pescadores mientras se secaban con asco, estos
cadáveres tenían en realidad una sensación etérea para ellos.

La atmósfera en el terraplén era escalofriante. Cuando Jiang Shining no recibió


respuesta del monje, tenía demasiado miedo de presionar, así que decidió que
simplemente había escuchado mal. En silencio, miró hacia otro lado.

Xue Xian seguía royendo el pulgar de Xuanmin, incapaz de perdonarle por tirar de
su cola. Finalmente, exhausto, lo soltó.

El instinto de Xue Xian había sido correcto... aunque los cadáveres no parecían
especialmente notables, todos tenían algo atado a la cintura. Mientras los pescadores
estaban ocupados en el trabajo, Xuanmin, con su mano envuelta en otro trozo de
tela, quitó cada uno de los objetos de la cintura de los cuerpos.

Los siete eran placas militares, con sus nombres tachados.

Claramente, este grupo de cuerpos había sido obtenido de manera similar a los
atrapados en la tumba.

Mientras Xuanmin envolvía los artículos en la tela y guardaba el bulto, Xue Xian
dijo: "Bien, también tenemos las placas que obtuvimos del fondo del río". Echemos un
vistazo más de cerca más tarde."

Xuanmin se acercó al cuerpo de Lu Shiijiu.

junto a su hermano, con la mano encima, temblando. Quería tocar a Lu Shiijiu, pero
tenía miedo de hacerlo, como si con ese toque Lu Shiijiu estuviera realmente muerto.

"Mira..." Lu Nianqi levantó la cabeza. Mientras su mirada caía sobre Xuanmin,


parecía extrañamente vacía, y cada vez más parecía estar... ciego. "Puedo sentir que
está aquí, y puedo tocarlo, pero no puedo verlo", dijo Nianqi. "Puedo verle. Puedo ver
a los hombres en la orilla. No puedo verte claramente... no puedo distinguir los
rostros... pero puedo ver. Sólo es a Lu Shijiu al que no puedo ver".

Xuanmin miró a Lu Shijiu en el suelo y luego volvió a mirar a los oscuros ojos de
Lu Nianqi . "La forma en que 'miras' no es con tus ojos. Tus ojos se han quedado
ciegos... no te has dado cuenta."

"¿Qué quieres decir?" La garganta de Lu Nianqi apretó los dientes.

Encubiertamente, Xue Xian asomó su cabeza fuera de la manga. Él también


inspeccionó los ojos del Lu Nianqi . "¡Claro! Me preguntaba por qué sus ojos habían
dejado de reflejar la luz. No debería haber tenido nada que ver con el agua." Pensó
por un momento, y luego dijo, "Lu Shijiu cambió su vida por la tuya. Parece que
también te transfirió su poder de adivinación a ti. Los cambios en tu cuerpo parecen
estar relacionados con eso, también, pero todavía está en medio de suceder, por lo
que sientes tanto dolor."

Aturdido, Lu Nianqi tartamudeó, "¿Quieres decir... quieres decir que mis ojos se
volverán como los de Shijiu?"

"No será así. Parece que ya está ocurriendo", respondió Xue Xian. "Lo que estás
viendo ahora probablemente no son siluetas normales, sino qi. Todo en tu visión es
probablemente lo que Lu Shijiu solía ver todos los días."

"Así que la razón por la que no puedo ver a Lu Shijiu es porque..." Las fosas
nasales de Lu Nianqi se abrieron cuando su respiración se aceleró... parecía estar
asfixiándose. Frunciendo el ceño, sus ojos se pusieron rojos. "¿Por qué?"

Xuanmin levantó su pulgar y presionó la frente del Lu Nianqi , donde estaba el


punto de presión de la vida. "Te ha crecido un lunar rojo aquí. A tu hermano le creció
exactamente el mismo. Es una marca de un exitoso intercambio de vida. Si su alma
hubiera permanecido en este mundo sin irse, no habría tal marca".

Los hechizos de intercambio de vida eran artes prohibidas, porque aunque el


procedimiento tuviera éxito, el sobreviviente sufriría efectos secundarios. Empezarían
a parecerse a la persona que les había dado la vida: o bien su apariencia cambiaría
para parecerse más a esa persona, o su personalidad y cordura se volverían fangosas.
Cuanto más tiempo permaneciera el alma de la persona muerta en el reino de los
vivos, más adverso sería el impacto en el sobreviviente.

En otras palabras: para minimizar los efectos secundarios en los Lu Nianqi , Lu


Shijiu había partido lo antes posible. Las palabras neutras y sin emociones que le dijo
a Lu Nianqi en la tumba fueron sus palabras de despedida.
Y con esa despedida, probablemente nunca se volverían a ver.

"No llores". Jiang Shining no tenía un pañuelo, así que usó sus manos para secar
las lágrimas en sus silenciosas lágrimas. "Tal vez..."

Pero antes de que pudiera terminar, Lu Nianqi se desmayó.

Tal vez el dolor en su cuerpo lo había afectado, o tal vez fue la pena. No se
despertó durante mucho tiempo.

No importaba lo distante que fuera Xuanmin, o lo imbécil que fuera Xue Xian, no
iban a dejar a un niño muerto y a un niño inconsciente atrás y simplemente
pavonearse... eso sería despreciable. Así que decidieron instalarse temporalmente en
ese pequeño patio en el que diecinueve y veintisiete habían crecido.

El patio era un desolador naufragio compuesto sólo por una minúscula cocina y una
igualmente pequeña y monótona sala de estar. Dentro de la habitación había una
mesa para cuatro personas, y dos dormitorios ramificados a cada lado, cada uno con
una cama estrecha y un armario de madera - uno para cada hermano.

Decimos "asentarse", pero la única persona que se asentó realmente fue el


inconsciente Lu Nianqi. Tan pronto como Xuanmin y los demás habían puesto al niño
a descansar en su habitación, fueron al puesto funerario local para pedir un ataúd.
Colocaron a Diecinueve en el ataúd y lo pusieron en la otra habitación por el
momento.

Justo cuando Xuanmin se había sentado junto a la mesa en la sala de estar,


planeando comenzar a pensar en el misterio detrás del candado de piedra y las placas
de identificación, Xue Xian sacó la cabeza de la manga del monje. "No te sientes
todavía. Ve a una tienda de ropa, o a una tienda textil."

Xuanmin lo miró fijamente, esperando una explicación.

Xue Xian arañó su cabeza de dragón con su garra. Con una voz apretada y
avergonzada, dijo: "No llevo ropa".

Xuanmin digirió las palabras de Xue Xian mientras escudriñaba en blanco el


delgado y rizado cuerpo del dragón. Finalmente, dijo, "¿Qué libro te enseñó que está
bien seguir adelante y envolverte desnudo alrededor de la mano de alguien?"

Xue Xian le mordió.


Los dientes de esa bestia eran bastante afilados. Cada mordisco dejó una marca de
media luna.

Xuanmin se subió la manga, revelando su delgada mano. Curvó sus dedos índice y
medio y se los presentó a Xue Xian.

En los dos dedos había un total de seis marcas de mordeduras diferentes... todo un
buen trabajo de la bestia.

Xue Xian miró hacia otro lado y se encogió de hombros, negando toda
responsabilidad. "Deja de mostrar tu mano. No es mucho más bonita que una pata de
pollo, además de ser muy incómoda. Puede que parezca bonito, pero no es nada
práctico, y me resulta desagradable envolverlo. Ahora, por favor, muévete y búscame
algo de ropa".

Jiang Shining estaba a punto de entrar en la habitación cuando oyó a la bestia


despotricar. Sin querer molestar, volvió rápidamente a la cocina, donde desapareció
entre las sombras.

Xuanmin sacudió la cabeza, pero se levantó para irse.

El viaje que estaban a punto de hacer comenzó como un viaje de compras para el
dragón, pero por casualidad también obtuvo otras recompensas.
Portada de audiodrama :3
Capítulo 32: Cerradura grabada (IV)

La calle Luomei era la calle más concurrida de la sede del condado de Wolong. Ambos
lados de la calle estaban bordeados de ciruelos rojos. Cada invierno, especialmente
en días de nieve, las hojas de flor de ciruelo carmesí se deslizaban por el suelo blanco
y salpicaban toda la calle como estrellas en el cielo. La escena era famosa en todo el
condado de Wolong por su belleza, y por eso la calle se llamaba Luomei: Flores de
ciruelo en caída.

En esa calle había posadas, casas de empeño, restaurantes y salones de vino - así
como todo tipo de negocios, incluyendo de tres a cinco comerciantes de textiles, que
se apretujaban entre las tiendas de accesorios y maquillaje.

Xue Xian era una obra de arte. Permaneció enrollado en la muñeca de Xuanmin y
no quería que otros lo vieran, pero también se negó a dejar que el monje lo cubriera
con su manga, insistiendo en que Xuanmin doblara la manga de la misma manera -
permitiéndole asomar la cabeza. Pronto, sin embargo, su inquietud causó que la
manga se deshiciera, forzando a Xuanmin a arreglarla de nuevo.

¿Qué clase de loco caminaba por una calle muy transitada mientras se metía
constantemente en su propia manga?

Al principio, Xuanmin había hecho caso a las palabras de Xue Xian, pero eso sólo
animaba a la bestia. Finalmente, Xuanmin lo miró con desprecio y se sacudió la
manga y cubrió a Xue Xian por completo. No importaba cuánto se retorciera el dragón
bajo la tela, Xuanmin no lo dejó salir.

Furioso, Xue Xian se enfurruñó inmóvil en la oscuridad y luego, sin decir nada,
mordió cada uno de los dedos del monje, desde el pulgar hasta el meñique, el último
de los cuales mordió y se negó a soltarlo.

Xuanmin movió su dedo un par de veces, pero el dragón no se movió. Se rindió y


continuó caminando, como si no fuera el que estaba siendo mordido.

Cuando decimos que Xue Xian tenía mal genio, no es del todo exacto. De hecho, se
enojaba rápidamente, y cuando se enojaba explotaba sin control... y generalmente
era una persona directa e inescrupulosa. Pero eso no significaba que cualquier
pequeña cosa pudiera desencadenar su ira.
Todas esas travesuras eran puramente para hacer enojar a Xuanmin.

Al principio, fue porque Xuanmin lo había capturado, lo que había sido un duro
golpe para su orgullo, por lo que, por supuesto, necesitaba vengarse del monje de
cualquier manera que pudiera. Pero molestar al monje se convirtió rápidamente en un
hábito, de modo que si pasaba algún tiempo sin hacer nada, se sentiría raro al
respecto. Después de todo el peligro que habían soportado juntos, ya no sentía tal
animosidad hacia Xuanmin, y aún así no podía luchar contra el impulso de molestarlo
de vez en cuando.

Probablemente era porque Xuanmin era demasiado tranquilo... Xue Xian nunca
había conocido a nadie como él. Tuvo que molestar constantemente al monje para
ver si podía averiguar cómo era Xuanmin cuando perdía su tranquila y fría
compostura.

Simplemente estaba aburrido, y le gustaba molestar al monje para que pasara el


tiempo... así es como Xue Xian lo veía.

En realidad, esta pequeña cantidad de introspección, un momento de


reconocimiento tan superficial y ligero como el de una libélula que se posa en un
estanque, no tenía precedentes para el inmortal dragón Xue Xian. Él simplemente no
pensaba normalmente en esas cosas.

De repente, Xue Xian sintió hambre. Perezosamente, colgó su cabeza y dejó que se
balanceara ligeramente al ritmo de los pasos de Xuanmin. "Burro calvo, todavía me
debes una comida."

Xuanmin no iba a empezar a hablar consigo mismo en medio de la calle, así que lo
ignoró.

El dragón dejó de morder el dedo de Xuanmin y empezó a trepar por la manga del
monje, deteniéndose finalmente cerca de su hombro. "¿Puedes oírme? Si no, iré a tu
oreja."

Xuanmin aún no respondió.

Las garras de Xue Xian se habían suavizado considerablemente, al igual que las
escamas de su espalda. Al enganchar el brazo de Xuanmin, no le dolió en absoluto,
aunque sí le hizo cosquillas. Cuando se quedó quieto, estaba bien, pero cuando
empezó a correr... Bueno, fue molesto.
Xuanmin frunció el ceño. Los dedos ocultos bajo su manga se movieron, y se
agarró al extremo de la pequeña cola del dragón, tirando de él hacia atrás.

Mientras Xue Xian era arrastrado, se aseguró de hundir sus garras en el brazo del
monje para que dejara un largo y sordo rasguño.

Xuanmin frunció el ceño con más fuerza. Se rindió y le preguntó a Xue Xian, "¿Por
qué te debo?"

Un grupo de gente del pueblo pasó por casualidad y le echó una extraña mirada,
probablemente preguntándose qué le pasaba a este monje murmurador. Pero
Xuanmin les disparó una mirada fría, y ellos se apresuraron.

Como Xue Xian explicó, había un matiz de resentimiento en su voz. "Cuando


irrumpiste en el recinto de los Jiang, me costaste una comida. El ratón de biblioteca
se levantó a las 3 de la mañana para comprármelo en el restaurante, y le costó todo
su esfuerzo recuperarlo. Todas las especialidades del restaurante eran muy famosas.
No puedes conseguirlo en ningún otro lugar. Gastamos todo ese dinero, pero antes de
que pudiera dar un solo mordisco, apareciste tú." Perezosamente, añadió en un tono
melodioso, "¿No crees que es una pena? ¿No deberías devolverme el dinero?"

Era un argumento perfectamente razonable.

¿Fue posible decirle que no a la bestia? Eso le provocaría otro ataque de rabia.

Delante de ellos había una sastrería. Un grupo de personas salieron de sus puertas
y pasaron por Xuanmin, así que no se atrevió a hablar, sólo gruñó de acuerdo antes
de entrar en la tienda.

Los dueños de la tienda eran una pareja de mediana edad. El marido estaba de pie
en el mostrador, calculando cosas en un ábaco, mientras que la esposa sostenía un
pequeño calentador portátil mientras estaba sentada en la esquina, haciendo algún
tipo de complicado nudo decorativo.

Los pasos de Xuanmin eran silenciosos, y sus blancas túnicas de monje, aunque
inmaculadas, le hacían parecer como si estuviera de luto.

La costurera miró a la puerta y vio que una sombra blanca y pura había entrado.
Sus manos se sacudieron.

"¡Aiyou, me has dado un susto de muerte!" Se dio una palmadita en el pecho y


volvió a mirar hacia arriba, viendo que era un joven monje. Pero aún así se
sorprendió, y una extraña mirada apareció en su rostro.

Era pleno invierno, por lo que naturalmente los clientes frecuentaban menos la
tienda, y hoy era un día particularmente turbio... había oído que, más temprano ese
día, había habido una curiosa y violenta tempestad cerca del río, enviando olas
blancas y espumosas que se estrellaban contra las orillas; y ahora las nubes negras
volvían de nuevo para arrojar a la ciudad en la oscuridad, arrastrada aquí por una
ráfaga helada de viento del norte... Una tormenta de nieve parecía inminente, así que
los peatones de la ciudad tenían prisa por volver a casa.

Hoy en día, la pareja de sastres no había hecho todavía ninguna venta. Un cliente
había llegado finalmente, y era un monje.

¿Qué hacía un monje aquí?

La costurera le echó un vistazo a la mano del monje.

No tenía un cuenco para pedir limosna, así que no estaba aquí para pedir limosna.

Pero la costurera aún no se sentía bien. Estos años, los monjes tenían un estatus
especial, que tenía que ver con el Gran Sacerdote...

Como todos sabían, el actual Gran Sacerdote era un monje, uno extremadamente
poderoso. Se decía que era muy astuto y que tenía la habilidad de cambiar el impacto
de los diseños del feng shui. También había vivido durante mucho tiempo, y nadie
sabía su verdadera edad. En total, había servido a cinco emperadores seguidos, y ya
había ocupado la posición de Gran Sacerdote durante unos cien años.

La mayoría de la gente que llegaba a ver al Gran Sacerdote sólo lo hacía alrededor
de una vez al año, que era durante el ritual celestial anual del solsticio de invierno de
Taishan* - un gran desfile fluía desde la capital hasta los pies de Taishan, durante el
cual los ciudadanos de los pueblos por los que pasaba la procesión podían echar un
vistazo con tacto.

Pero el Gran Sacerdote siempre llevaba una máscara de plata en forma de cara de
bestia. Su túnica de monje escarlata era amplia y suelta, y ocultaba sus manos y
pies. Nunca pudieron ver su cara, ni adivinar su edad.
Alguien una vez afirmó solemnemente que el Gran Sacerdote era un demonio.
Aunque no se le veía la cara, las manos o los pies, se le veía el cuello y no era el
cuello de un anciano. Los ancianos no podían evitar las arrugas en su cuello. Aunque
el Gran Sacerdote tenía más de cien años, su cuerpo no había envejecido en
consecuencia, lo que claramente denotaba brujería.

Pero otros dijeron que, de hecho, habían visto el desfile ritual de Taishan, y que el
Gran Sacerdote había tenido arrugas en su cuello, aunque no eran las arrugas de un
anciano mago - en cambio, parecía ser de mediana edad.

Y otros decían que el Gran Sacerdote había pasado su título a otros, pero que para
ocultar esto, todos llevaban la misma máscara.

Al final, fue imposible decir cuál de los rumores era cierto. La gente común no
sabía nada de magia, así que siempre miraba esas cosas con asombro y reverencia.
Pero la apariencia y la edad no eran las únicas cosas misteriosas sobre el Gran
Sacerdote - su comportamiento era extraño, también, hasta el punto de que uno no
podía estar seguro de si era bueno o malo. Había muchos rumores sobre esto en la
capital...

Algunos rumores decían que el Gran Sacerdote estaba bajo un juramento de


silencio Zen: nunca hablaba una palabra, y era tan frío como la cima nevada de una
montaña - sus sirvientes le temían constantemente, y nunca sabían si aprobaba sus
acciones. Otros rumores afirmaban que el Gran Sacerdote practicaba las artes
oscuras: cada pocos años, acogía a dos niños que habían demostrado conexiones
innatas con el Buda y la sabiduría religiosa como aprendices, pero que pronto
desaparecían sin dejar rastro. A esto, algunos decían que el Gran Sacerdote los había
fundido en medicina, o en algún otro acto maligno, y afirmaban que el lugar donde
vivía el Gran Sacerdote olía intermitentemente a sangre fresca - rumores que
enviaban escalofríos por la columna vertebral de la gente y trataban de no volver a
pensar en ello.

Nadie sabía de dónde habían salido esos rumores. Por supuesto, ninguna persona
cuerda estaría dispuesta a presentarse y hacer una queja formal sobre el Gran
Sacerdote, ya que aquellos que habían tratado de oponerse a él en el pasado nunca
habían terminado bien.

Lo que sólo hizo que la gente creyera aún más en los rumores.

Además, aunque el Gran Sacerdote había ayudado a la nación a suprimir los


desastres naturales, cada vez que lo hacía, ocurrían cosas extrañas después. La
reverencia de los plebeyos por él llegó con una saludable dosis de miedo... decían que
era el mayor monje demonio de su tiempo. Si un día era poseído por el mal, nadie
podría detenerlo.

En el desfile ritual Taishan de este solsticio de invierno, el Gran Sacerdote no había


aparecido. Ya antes del festival, había habido rumores de que había estado en un
desastre y se había visto obligado a encerrarse para poder curarse. Nadie sabía lo que
había ocurrido... podía ser desde un pequeño obstáculo hasta que su vida estuviera
en peligro. Después de todo, había desaparecido durante tanto tiempo que podría
estar al borde de la muerte.

A esto, los plebeyos se regocijaron en secreto.

Hace algunas décadas, antes de que todos los rumores sobre el Gran Sacerdote
hubieran explotado, el humo del incienso en todos los templos de las montañas de
todas las prefecturas y provincias había sido espeso y abundante, y, junto con la
aparición de esos templos, los monjes budistas también habían empezado a inundar
las calles. Pero una vez que los rumores comenzaron a extenderse, se empezó a ver
menos monjes alrededor.

Cuando la gente necesitaba que se realizaran servicios religiosos o exorcistas,


todavía tenían que taparse la nariz y entrar en los templos para pedir ayuda a un
monje. Pero cuando las cosas estaban en paz, la gente hacía lo posible por evitar a
los monjes, y no quería tener nada que ver con ellos.

Pero ahora un monje había aparecido dentro de la tienda, y la costurera no podía


echarlo. Xuanmin fue bendecido con una apariencia bastante agradable, así que
mientras la mirada de la costurera lo escudriñaba, su cara parecía suavizarse. Dejó el
nudo decorativo y se levantó para saludarlo. "Maestro, ¿está aquí para... comprar
ropa?"

Dentro, la costurera pensó, no sabía que los monjes compraban sus túnicas en
sastrerías.

"Sí". Xuanmin no dió más detalles. Miró a su alrededor la ropa colgada en la


tienda.

La costurera apretó su calentador portátil más cerca. ¡Qué monje tan frío!

Su marido era del tipo lento. Se frotó los ojos, levantó la cabeza y dijo: "¿Qué tipo
de ropa le gustaría al Joven Amo? Nuestra humilde tienda nunca antes había hecho
túnicas de monje, pero si necesita alguna, estoy seguro de que podemos hacerla
durante la noche. Todo lo que necesitamos hacer es tomar las medidas del Maestro."

"No es necesario", dijo Xuanmin.

La costurera suprimió una burla. ¿Cómo se supone que iba a hacer negocios con
alguien que apenas le decía una palabra?

Xuanmin claramente nunca había puesto un pie en una tienda así antes. Su rígida
forma blanca sobresalía como el pulgar de una tienda. Alcanzó el estante más
cercano, lleno de abrigos de invierno, comprobó las tallas de los artículos y trató de
recordar cómo se había visto la bestia en su forma humana. Planeó simplemente
escoger un abrigo de tamaño adecuado y pagarlo.

Pero el dragón enroscado en su muñeca no estaba contento.

"¡Estos abrigos son lo suficientemente gruesos para hacer una muralla de la


ciudad! Puedo ponérmelo y rodar por todas partes como un cerdo." Xue Xian estaba
disgustado. "No lo quiero. ¡Si compras esto, puedes ponértelo tú mismo!"

Sabía que no se atrevían a hacer un escándalo dentro de la tienda, así que su voz
baja se había filtrado a través de la manga de Xuanmin hasta el oído del monje.

Aún agarrando su calentador portátil, la costurera observó a Xuanmin por un rato,


luego miró el perchero de abrigos que estaba hojeando. De repente, ella entendió.
"Maestro, ¿está comprando en nombre de alguien?"

"Sí", dijo Xuanmin, sin apartar la vista de los abrigos.

"¿Hay algún requisito o preferencia especial?" La costurera pensó por un momento,


y luego añadió, "Si puedo preguntar, ¿para qué clase de persona está comprando la
ropa? Tal vez pueda ayudarle a seleccionar algunas piezas."

La mirada de Xuanmin se volvió ahora hacia una bata con un... color que asaltaba
los ojos, entonces recordó la excitante personalidad de Xue Xian. Decidió hacer un
rápido bosquejo del personaje del dragón: "Un faisán al que le gusta perseguir a la
gente para picotearla".

La costurera no sabía qué decir a eso.


Tampoco Xue Xian.

El lento sastre miró a Xuanmin con un par de ojos cálidos y sonrientes. "Las
túnicas de allí podrían ser apropiadas. Son de un color brillante, y hacen que uno se
vea fresco."

Las túnicas parecían tener un poco de cada color, como si hubieran sido
arrancadas de un pollo de montaña. De hecho, parecían coincidir.

Xue Xian dijo ominosamente, "Solo si tienes un deseo de muerte..."

Al final, bajo las mordeduras intimidatorias del dragón, Xuanmin compró tres
conjuntos de ropa para Xue Xian. Eran todas negras, y tan finas como las propias
túnicas blancas de Xuanmin. Cuando Xuanmin las colocó en el mostrador de la tienda,
crearon un sorprendente contraste con su propio conjunto.

Cuando la costurera terminó la compra para su cliente, no pudo evitar sentir una
sensación de frío que emanaba de él. Abrazó el calentador portátil cerca de su pecho.

Xuanmin colocó algo de plata en el mostrador, y la dejó a la señora boquiabierta.


Claramente, este monje no había salido mucho del templo, y no tenía idea de lo que
costaban las cosas en el mercado. Una casa en este condado sólo costaba unos veinte
liang de plata... ¿quién en el mundo pagaría la misma cantidad por tres juegos de
túnicas?

El sastre se acercó y pesó la plata en su balanza, y luego le dijo a su esposa


cuánto cambio en cobre debía devolverle al monje.

Mientras Xuanmin apoyaba su mano en el mostrador, Xue Xian vio por casualidad
el nudo decorativo en el que la mujer había estado trabajando.

Estudió el diseño a medio hacer durante un tiempo, y luego le arañó a Xuanmin.


Mientras la pareja estaba distraída, se acercó al hombro de Xuanmin y le dijo:
"Agradable sorpresa". Mira el nudo... ¿no crees que se parece al diseño de esa
cerradura de piedra?"

El candado de piedra era extremadamente pesado y no se podía llevar a todas


partes. Por lo tanto, Xuanmin había tomado prestados algunos de los instrumentos
crudos de la casa Lu e hizo un rápido frotamiento del tallado. Ahora, Xue Xian, que
había pasado tanto tiempo dentro de la bolsa del monje que parecía llamarla casa, se
invitó a sí mismo a entrar en la bolsa de nuevo y agarró el frotamiento doblado, así
como la pila de placas de identificación que habían encontrado en el río.
Afortunadamente, todos estos artículos eran muy pequeños, o de lo contrario
habrían pesado tanto la ropa de Xuanmin que su ropa se habría desgarrado.

Xuanmin tomó el frotamiento de la bolsa y lo comparó con el nudo...

El diseño en el pedazo de papel se parecía a un tótem: era redondo, con una bestia
parecida a un insecto posada en la parte superior - un murciélago o algo así - y luego
un diseño de nubes.

Y el nudo a medio hacer tenía algunas diferencias importantes con ese tótem, de
modo que a primera vista no parecían similares. Pero al examinarlo más de cerca, el
nudo también tenía a la bestia en él - aunque la bestia tallada había sido perfilada
primitivamente y tenía un aura violenta, mientras que la versión de la costurera era
mucho más suave y de aspecto más gentil.

Xue Xian y Xuanmin nunca habían visto tal diseño y estaban preparados para
emprender una investigación muy difícil - no esperaban encontrar una pista tan
rápidamente.

"¿Para qué es este nudo decorativo?" Xuanmin dobló el papel y golpeó el


mostrador.

La costurera había estado contando el cambio. "Oh", respondió ella. "Es un nudo
para una vida pacífica y próspera."

Levantó la cabeza y vio la mirada interrogante de Xuanmin, y añadió: "Es inusual,


¿verdad? Aprendí este patrón hace unos años. Nunca lo había visto antes, tampoco,
pero es realmente efectivo. Mi hijo lleva este nudo y ya ha evitado varias
calamidades. Pero se desgasta constantemente".

"¿De dónde lo aprendiste?"

"La esposa de Shitou Zhang". Entonces la costurera recordó que Xuanmin no era
de aquí y explicó: "Shitou Zhang es un famoso cantero del condado. Sus tallas son
excelentes, y a menudo es encargado por la gente de la capital. Su esposa también
es una talentosa artesana, y le gusta hacer todo tipo de nudos. Lo aprendí de ella."

¿Piedra Zhang?
Xue Xian recordó la cerradura de piedra en el fondo del río. Piedra allí, piedra
aquí... no puede ser una coincidencia.

Naturalmente, Xuanmin tampoco se perdió esto. Tomó la ropa envuelta y su


cambio, y preguntó, "¿Dónde vive Shitou Zhang?"

"Si sigues esta calle hacia el este y giras en el callejón Hugua, es el conjunto de
puertas con el montón de piedra fuera de él."

De hecho, Shitou Zhang era famoso en toda la Prefectura de Huizhou, y muchos


vinieron de todas partes para pedirle esculturas. Así que la costurera no sospechó de
la pregunta de Xuanmin, y felizmente le dio las direcciones.

A diferencia de Xue Xian, Xuanmin no estaba desesperado con las direcciones.


Salió de la tienda, dio un puñado de vueltas, y pronto llegó al callejón Hugua.

Era tal como la costurera había dicho: de pie en la boca del callejón, era fácil ver la
casa con una pequeña montaña de piedra apilada delante de ella.

Xuanmin caminó hasta la puerta y llamó.

Pero no había movimiento detrás de la puerta...

"Joven Maestro, ¿está aquí por la Piedra Zhang?" preguntó un hombre de mediana
edad que pasaba por allí. "No está en casa. Vivo en el patio de al lado. Su casa ha
estado vacía durante medio mes. No ha habido linternas encendidas, y no ha habido
ruido. Tal vez ha sido encargado por un cliente que vive lejos otra vez."

Entonces el hombre de mediana edad murmuró, "Pero su esposa tampoco está por
aquí. ¿Tal vez fue a visitar a sus parientes? No lo sé, pero en cualquier caso es inútil
llamar a la puerta. Mucha gente ha aparecido en las últimas dos semanas y todos han
tenido que irse a casa. ¿Por qué no vuelves en otro momento?"

Miró al cielo nublado y se fue corriendo, desapareciendo pronto en un conjunto de


puertas por la calle.

Xuanmin se volvió hacia la puerta y se quedó allí, con las manos colgando flácidas
a su lado.

Incómodo, Xue Xian sacudió sus garras. Viendo que no había nadie alrededor, sacó la
cabeza de la manga y respiró hondo.
Xuanmin le pinchó la cola y frunció el ceño. "¿Por qué tienes tanto calor de
repente?"

"No sólo tengo calor. Me siento tan hinchado también." La larga lengua de Xue
Xian se movió de su boca medio abierta. Parecía como si estuviera a punto de
desmayarse.

Esta sensación no era desconocida para Xue Xian. La última vez que sintió tanto
calor fue en la tumba de la Isla de la Lápida. El resultado había sido su regreso a su
cuerpo físico. Ahora que esta sensación había regresado, ¿cómo podía ignorarla?

Jadeando fuertemente, Xue Xian dijo, "Por favor, ¿podría derribar la puerta? O
pasar por encima de la pared. Shitou Zhang está escondiendo algo aquí".

Xue Xian lo pensó y añadió, "Una vez dentro, ¿podría encontrar una habitación
para meterme? Dame la ropa también".

La palma de Xuanmin ya estaba presionada contra la puerta de Shitou Zhang.


Cuando escuchó la petición de Xue Xian, se detuvo y preguntó, "¿Por qué?"

Xue Xian se rió a carcajadas. "Me siento tan hinchado que no creo que sea capaz
de mantener esta forma por mucho más tiempo. Si no me convierto en un humano,
entonces tendré que volver a mi forma original y aplastar la mitad del condado de
Wolong en pedazos. Y tú, joven monje, te convertirás en una tortilla".

Xuanmin no respondió.

---
* Taishan significa "Monte Tai" pero prefiero la versión en pinyin, así que ten en
cuenta que el lugar es una montaña.

= Stone Zhang = Shitou Zhang


Capítulo 33: Shitou Zhang (I)

Xue Xian nunca averiguó si podía convertir a Xuanmin en una tortita, ya que fue
tomado rápidamente por su cola y colgado en el recinto de Zhang.

"Si no fuera por el hecho de que estoy demasiado enfermo, te golpearía con un
rayo", gruñó Xue Xian.

Realmente quería blandir sus garras y dientes y mostrarle a Xuanmin toda su


fuerza, pero estaba demasiado agotado por el calor. Incluso sus palabras
amenazadoras salieron pasivamente, de modo que sonaba quejumbroso, y sus garras
sólo se convulsionaron débilmente. El impacto agresivo deseado no se logró.

De vuelta al río, Xuanmin había estado inconsciente y no había visto la forma en


que había volado hacia las nubes. Ahora, miró al pequeño dragón y no pudo detectar
nada intimidante en él.

Xuanmin había planeado entrar en el patio y encontrar una habitación al azar para
poner al dragón, pero, al entrar, cambió de opinión.

Xue Xian tenía tanto calor que ya ni siquiera podía decir qué día de la semana era.
Su cerebro se sentía como pegamento caliente. Era apenas consciente de que
Xuanmin había entrado en el patio y se había detenido... quién sabe lo que había
visto, pero no parecía querer volver a moverse, como si esperara con calma que
pasara algo. Sintió que el pellizco de Xuanmin en su cola se aflojaba cuando el monje
lo enrolló de nuevo en su muñeca como antes.

Pero las garras de Xue Xian estaban resbaladizas y débiles, no podía ni siquiera
levantar la cabeza, y mucho menos enrollarse con fuerza en la muñeca de Xuanmin.
En cuanto Xuanmin lo colocó alrededor de la muñeca, comenzó a deslizarse por el
brazo del monje, sin siquiera tener la energía para encontrar un punto de apoyo.

Pero la temperatura de la piel de Xuanmin era fresca y, para Xue Xian, que sentía
que estaba a punto de empezar a respirar fuego, esto era un pequeño consuelo.

Xue Xian se resbaló dos veces, luego sintió que el monje lo ponía en otro lugar...
ahora Xuanmin parecía sostenerlo en la palma de la mano, para que no se cayera.
créditos a su respectivo autor tw> @hosappo

Las palmas de los humanos estaban conectadas al fuego del corazón, y por lo tanto
estaban más calientes que el resto de sus cuerpos. Mientras Xue Xian se daba la
vuelta, sentía que este nuevo lugar no era tan frío como lo había sido la muñeca de
Xuanmin. Aturdido, sintió que le faltaba la muñeca. Se fue en busca de otro lugar
fresco, y finalmente se las arregló para revolver el nudillo de Xuanmin, hasta que se
envolvió alrededor del dedo del monje.

Su cola se movió hacia adelante y hacia atrás desde el meñique y su cabeza se


apoyó en el pulgar: cinco dedos, cuatro huecos, Xue Xian se había tejido sobre todo
ello, negándose a dejar que ningún trozo de piel más fría escapara ileso.

Mientras el dragón se deslizaba por los dedos de Xuanmin, el monje frunció el ceño
y miró hacia abajo. Viendo que la bestia parecía, de nuevo, estar a punto de morir,
simplemente miró hacia otro lado y lo dejó pasar.
Shitou Zhang era realmente un cantero: había incluso más montones de piedra
dentro del patio que fuera. Los montones desiguales formaban un pequeño círculo
alrededor del interior del patio, con sólo un pequeño hueco por el conjunto de puertas
para permitir el paso de la gente. Y la razón por la que Xuanmin se detuvo tan pronto
como entró en el complejo fue porque esta piedra no era una piedra ordinaria.

Aparte de una minoría de tallas incompletas o material de desecho, todas las


piedras que las rodeaban eran estatuas de bestias. Y las bestias no eran animales
ordinarios: mientras Xuanmin escudriñaba rápidamente las tallas, vio un tianlu
parecido a un ciervo o a un caballo con un solo cuerno en la cabeza; un bixie robusto,
parecido a un león, y una taoba con una melena gruesa y sin cuernos... todas las
tallas eran de bestias que tradicionalmente protegían del mal y repelían a los
fantasmas.

Este Shitou Zhang tenía mucho talento. Su talla era exquisita, y


desconcertantemente realista. Algunas de las bestias eran más altas que los
humanos, y otras sólo llegaban a la cintura; algunas miraban al otro lado y otras
miraban hacia abajo; algunas tenían los ojos bien abiertos y otras los tenían medio
cerrados... pero todas miraban hacia la puerta. A través de los huecos en las patas de
las bestias o más allá de sus espaldas, Xuanmin podía ver más esculturas en forma
de otras bestias como tortugas y tiangou. En general, las estatuas estaban apiladas
densamente y en abundancia, dando una sensación sofocante.

Una persona ordinaria, al encontrarse con una escena así, se orinaría en los
pantalones.

Si la estructura realmente podía evitar el mal, definitivamente podía evitar a los


humanos.

Qué extraño...

Para un cantero que se ganaba la vida con su oficio para apilar su patio lleno de
productos que mostraban su habilidad era peculiar, pero perdonable. Pero, ¿por qué
tuvo que elegir estatuas tan aterradoras? Xuanmin estudió el suelo de piedra bajo sus
pies, y luego extendió la mano para tocar a la bestia más cercana...

Por el aspecto del musgo del suelo, estas estatuas no parecían haber estado en el
patio por mucho tiempo... probablemente sólo habían sido colocadas aquí en el último
mes más o menos. Y algunas de ellas eran creaciones relativamente nuevas: aunque
habían sido hábilmente talladas, se podía detectar una sensación de prisa en los
detalles.
Si Shitou Zhang quisiera atraer clientes, definitivamente no pondría esas cosas a la
vista.

"¿Por qué te quedas ahí parado?" Xue Xian se quejó. "Voy a morir..."

Xuanmin no lo miró. En su lugar, le dio un codazo en la cabeza a Xue Xian y le


dijo, "Alguien ha hecho un hechizo en el patio. Si entro, me temo que no podré
encontrarle una habitación."

"Habla si quieres, pero no me toques la cabeza", se quejó Xue Xian en su


aturdimiento. "Ya me siento tan mareado, deja de empeorarlo..."

Ahora Xuanmin miró hacia abajo. El dragón no había exagerado, de hecho, la piel
de Xue Xian estaba tan caliente que empezaba a quemar la mano de Xuanmin. Era
bueno que fuera Xuanmin... si hubiera sido Jiang Shining o Lu Nianqi, el dragón
habría caído al suelo con un grito de sorpresa.

Xuanmin sintió como si alguien hubiera vertido té hirviendo en su mano,


directamente sobre la piel más delgada y vulnerable de sus pliegues interdigitales.

Xuanmin pensó que el dragón estaba manejando el calor bastante bien,


considerando la intensidad. Vio que Xue Xian seguía arrastrándose hacia las partes
más frías de su piel, y probablemente no se sentía nada bien, así que movió su
segunda mano y la presionó contra las escamas de Xue Xian.

En su aturdimiento, Xue Xian dejó escapar un cómodo suspiro. Se acercó a la


mano de Xuanmin y puso su cabeza contra ella.

Ahora no se quejaba de que le hubieran tocado la cabeza.

Xuanmin decidió rodear el patio y echar un vistazo a las estatuas.

Antes de entrar, no se había dado cuenta, pero ahora que se había acercado más,
pudo ver que, entre todas estas intimidantes estatuas de bestias, alguien había
colocado pequeños trozos de piedra, del tamaño de los pulgares.

Desde lejos, podían ser confundidos con guijarros al azar, pero en realidad eran
minúsculos azulejos de piedra. De hecho, los canteros de esta región eran famosos no
sólo por sus tallas extremadamente bellas, sino también por lo que se conocía como
una actitud de "tallar cualquier cosa". Incluso podían hacer esculturas detalladas con
piezas de piedra tan pequeñas como la cabeza de una mosca.

Estas baldosas de piedra del tamaño de un pulgar tenían exquisitas tallas de


rostros de bestias de aspecto enérgico, con gran atención incluso a los detalles de los
lóbulos de las orejas y las fosas nasales de las bestias. Sus globos oculares incluso
tenían puntos que representaban la luz. Y en el espacio debajo de las caras de estas
bestias se grabó una frase tan pequeña como la cabeza de una mosca... La piedra se
atreve.

"La piedra se atreve" era un tipo de piedra mágica que se usaba para protegerse
del mal. Se podía encontrar frecuentemente en las esquinas de las casas que habían
sido designadas como zonas de mala suerte, o en los cruces de las calles de las
ciudades, para repeler la desgracia. En algunos lugares, se les llamaba Generales de
la Piedra.

Cualquier hogar ordinario tenía estas baldosas colocadas en áreas como las
puertas de la muerte, o habitaciones que tenían cantidades abrumadoras de energía
yin. Pero la formación de la Piedra Zhang, con azulejos en cada rincón y grieta
posible, era definitivamente única.

En total, había más de veinte Generales de la Piedra apretados en el patio de


Shitou Zhang. De las ocho direcciones, siete habían sido selladas por los Generales de
Piedra, con una sola apertura: la entrada a través de las puertas delanteras. La razón
de esto no hace falta decir.

De donde sea que hayas venido, por favor regresa allí.

Así que aunque el patio estaba lleno de bestias aterradoras, esto era sólo para
asustar superficialmente a la gente común. Sólo los casi imperceptibles Generales de
la Piedra tuvieron algún efecto real.

"Tu respiración es tan fuerte..." Xue Xian se quejó. A pesar de su estado de


confusión, seguía siendo incapaz de ocuparse de sus propios asuntos.

Xuanmin permaneció en silencio por un tiempo. "Hasta donde puedo decir, ese
sonido de la respiración es tuyo."

Esta bestia tenía un verdadero talento para desplazar la culpa. Xuanmin no


planeaba discutir más con él... después de todo, basado en ese horrible y laborioso
ruido de la respiración, Xue Xian parecía tener ya bastante con lo que lidiar.

Xue Xian bajó la cabeza e intentó quedarse callado un rato. Finalmente, se dio
cuenta de que ese molesto y pesado sonido de respiración era realmente él. La razón
por la que estaba tan perturbado por un simple ruido de respiración era porque la
atmósfera del patio era indudablemente anormal. Se sentía como si estuviera
atrapado dentro del complejo...

O, alguien había hecho el patio ruidoso a propósito, para no poder escuchar lo que
pasaba dentro de las habitaciones.

Mientras Xuanmin distraídamente traía sus dedos fríos para frotar la cabeza de Xue
Xian de nuevo, decidió no prestar más atención a las estatuas de la bestia distractora.
En su lugar, estudió a esos pequeños Generales de Piedra.

"En efecto..." dijo.

"En efecto, lo que..." Xue Xian era realmente una voluntad fuerte en un cuerpo
discapacitado: incluso en su confusión, insistió en escuchar todo lo que le rodeaba.

"No te preocupes por eso. Concéntrate en estar mareado." Xuanmin se adelantó y


usó su dedo para bloquear la oreja del dragón, si esa era, de hecho, su oreja.

Cuanto más se movía el dragón, más caliente se quemaba. Xuanmin sintió que él
también estallaría en llamas en cualquier momento.

¿Qué clase de hinchazón era esta?

Apenas, Xue Xian intentó arañar a Xuanmin, pero no pudo alcanzar su mano. Ya no
tenía la energía necesaria para hacer el tonto.

Cuando Xuanmin dijo que sí, quiso decir que había una lógica en los generales de
la piedra. Las bestias talladas en las baldosas tenían todos ojos diferentes: algunos
tenían los ojos bien abiertos, otros estaban medio cerrados y otros estaban bien
cerrados.

Estaban dispuestos en una secuencia... desde los ojos cerrados a los ojos abiertos.

La mano de Xuanmin se dirigió a su colgante de monedas de cobre. El pequeño


corte que se había hecho previamente en el pulgar comenzó a sangrar en cuanto
entró en contacto con las monedas.

Una pequeña astilla de sangre... pero causó que el colgante emitiera un ligero
sonido weng...

No había usado este colgante durante mucho tiempo. Cada vez que tocaba el
colgante, una inexplicable sensación de odio se apoderaba de él... no odio hacia el
colgante, eso era seguro, pero no sabía a quién o a qué se dirigía el odio. Tenía la
sensación de que no quería usar el colgante a menos que no tuviera otra opción...

Sólo en la tumba bajo la Isla de la Lápida, cuando usó su sangre para despertar el
colgante, la extraña sensación se rompió.

Extraños en el primer encuentro, amigos en el segundo: Xuanmin descubrió que


sabía exactamente cómo usar el colgante, como si el conocimiento se hubiera
grabado en su cuerpo... nunca lo olvidaría.

Quién iba a saber cuántas veces lo había usado, para que esto se volviera tan
instintivo.

Uno por uno, Xuanmin confirmó las ubicaciones de cada General de Piedra.

Noreste...

Oeste...

Norte...

Suroeste...

...

Cada vez que caminaba en una nueva dirección, su dedo golpeaba ligeramente el
colgante de monedas de cobre.

Dang--

El sonido emitido por el colgante no era un sonido parecido al de un tambor, sino


que se acercaba más al sonido de una campana, simple y pesado.

Con cada anillo del colgante, el correspondiente General de Piedra se rompería.

Uno de los pedazos de piedra destrozados rodaba accidentalmente en el lugar


equivocado: se estrelló en la pata de un bixie de piedra del tamaño de un hombre.
Los ojos medio cerrados del bixie se abrieron lentamente. Inclinó su cabeza, y su
robusto pecho pareció inflarse de repente, como si hubiera cobrado vida.

Y justo cuando levantaba una pata, curvaba su espina dorsal y se preparaba para
saltar...

Sin cambiar su expresión en blanco, Xuanmin caminó hasta la siguiente posición y


golpeó las monedas con el dedo.

Dang--

El lento y brusco bixie de repente pareció volver a convertirse en piedra.


Congelado en esa posición, dejó de moverse.

Después de ocho anillos del colgante de monedas de cobre, los Generales de la


Piedra habían sido todos destruidos.

De repente, un sonido tenue retumbó... todo el recinto pareció cobrar vida.

Las bestias de piedra se movieron automáticamente para crear cortos y estrechos


túneles, que conducían a la sala lateral y al salón principal.

A medida que el camino se despejaba, un sonido de lamentos comenzó a emerger


de la sala principal.

Frunciendo el ceño*, Xuanmin entró en el salón principal.

Dentro había una gran pantalla de piedra cubierta de tallas detalladas, y detrás de
ella se escondió un hombre bajito con una barriga gorda, que temblaba mientras
miraba a Xuanmin.

Aunque su cara estaba retorcida por el miedo, parecía estar preparado... agarraba
una espada robusta y de aspecto inusual que parecía no estar hecha ni de bronce ni
de hierro, sino de marfil brillante, como...

Como si estuviera tallada en un hueso.

De repente, Xuanmin sintió un calor abrasador en su mano, seguido de una


repentina liberación de presión cuando la cosa enrollada alrededor de sus dedos se
cayó.

Un magnífico grito como un silbido emergió de algún lugar cercano a su oreja.


Aterrorizado, el hombre bajito cayó al suelo, con la espada en su mano temblando por
todas partes.

Hong...

Una enorme sombra negra apareció al lado de Xuanmin en un estallido de luz


dorada, acompañada por un trueno.

A continuación, cuatro relámpagos cayeron desde los cielos.

Guang, guang, guang, guang, cuatro golpes, todos dirigidos directamente al


hombre bajito -- norte, sur, este, oeste -- pasaron a su lado y aterrizaron a sus pies,
causando que el hombre estallara en lágrimas y que apareciera una mancha húmeda
debajo de su cadera.

En medio del rugido del trueno, la majestuosa cabeza de un dragón pasó por
delante de Xuanmin, trayendo consigo una poderosa ráfaga de viento, y se dirigió
directamente al hombre bajo. Una voz estruendosa preguntó: "¿Cómo te atreves a
hacer una espada con el hueso de un dragón? ¿Eh?"

Petrificado, los ojos del hombre se abultaron y se desmayó rápidamente.

Viendo que finalmente había logrado asustar a alguien inconsciente, Xue Xian giró
la cabeza hacia Xuanmin y dijo, "Está tan apretado aquí..."

Xuanmin no respondió.

---

•───────────•

Nota del traductor:

= Stone Zhang = Shitou Zhang. La traducción literal de "Shitou Zhang" es Piedra


Zhang, obviamente como los nombres anteriores no los iba a poner con ese
significado porque se siente extraño leyendo, por eso voy a usar el pinyin.
Capítulo 34: Shitou Zhang (II)

El pequeño dragón que había pasado todo el día enrollado alrededor de la muñeca de
Xuanmin, que había sido lo suficientemente pequeño como para treparse a dos de sus
dedos y dejar salir su endeble cola, se había transformado, en un instante, en esto.
Cualquiera necesitaría algo de tiempo para procesarlo.

Cuando Xuanmin tomó la enorme cabeza del dragón, que por sí sola era la mitad
de alta que él, y luego se asomó por detrás de ella al cuerpo, que había llenado todo
el patio exterior, su rostro ya en blanco se volvió totalmente flojo.

La cabeza de Xue Xian no se movió. Miró fijamente a Xuanmin y vio que la cara
normalmente compuesta del monje mostraba ahora una expresión compleja e
ilegible.

Xue Xian entrecerró los ojos y se burló. "¿Estás fingiendo estar tranquilo?"

Xuanmin le devolvió la mirada. Esta bestia puede haber cambiado de forma, pero
aún así hablaba con esa misma voz.

"¿Se te doblan las rodillas por el miedo?" Xue Xian levantó una garra afilada y
golpeó a Xuanmin en la espalda.

Como si pincharle fuera a persuadir a sus rodillas para que se doblaran de verdad.

"Parece que no te has despertado del todo de tu sueño", respondió Xuanmin


suavemente.

Había habido ese breve momento de asombro y había habido cierta falta de
familiaridad, pero decir que Xuanmin se había quedado estupefacto, o estupefacto, o
estupefacto sería una tontería. En todos los años que Xuanmin había vivido, nunca
había experimentado la estupefacción.

Mientras Xue Xian estudiaba a Xuanmin, se dio cuenta de que no podía encontrar
ningún rastro de sorpresa en la cara del monje. Pronto, su enorme cabeza cayó sobre
su garra con un dong-- sonido, y, sin espíritu, se quejó: "Burro calvo, eres tan
aburrido. Nunca he conocido a nadie como tú".

Habiendo fallado en asustar a la persona a la que había querido asustar, y aún sin
descubrir cómo era Xuanmin cuando se sorprendió, la bestia de repente se sintió
abatida. Incluso la alegría y la rabia de encontrar otro de sus huesos se había
apagado significativamente.

Ociosamente, movió su garra hacia el hombre bajo inconsciente. La espada blanca


en las manos del hombre pareció sentir que Xue Xian se acercaba, y cayó de la mano
del hombre. Xue Xian se la devolvió.

Cuando descubrió lo que había sido tallado en la espada, sintió que su ira
regresaba.

¿Qué demonios era esto?

Estaba demasiado furioso para mirar la espada. Su garra destelló con el calor, y la
espada de hueso, como si se hubiera derretido de repente por el fuego, se deslizó
hacia arriba en la palma de su garra y desapareció, dejando sólo una nube de vapor
que se hinchó lentamente en la habitación.

Pero una vez que absorbió la espada, Xue Xian sintió un poco de arrepentimiento...

Ese calor siguió sus venas y se deslizó hasta su columna vertebral. La sensación
era extremadamente incómoda, y con ella, la hinchazón extrema que había
disminuido temporalmente regresó con una venganza.

Pero esta vez, su cabeza era demasiado grande. No podía ni girar ni acercarse a la
mano de Xuanmin para refrescarse.

Intentó luchar contra ello, y luego se rindió sin decir nada y empezó a retorcerse la
parte superior de su cuerpo.

En un abrir y cerrar de ojos, Xuanmin sintió de repente que todas las partes de su
cuerpo estaban comprimidas contra el del dragón. Xue Xian estaba doblando su largo
cuerpo alrededor de Xuanmin, llevando al monje al redil.

"¿Por qué me estás apretando?" preguntó Xuanmin.

Condescendientemente, Xue Xian le miró, y luego volvió a apartar la cara.


"Ayúdame a refrescarme. Si me quemo, te llevaré conmigo también."

Había estado bien cuando Xue Xian sólo había sido una pequeña criatura, ya que el
dolor abrasador sólo había afectado a la mano de Xuanmin, pero ahora que la bestia
era tan grande como una casa, y se retorcía con fuerza alrededor de todo su cuerpo,
Xuanmin se sentía como si llevara siete u ocho capas de abrigos, y rodeado de
chimeneas, y con un colchón presionando encima de todo...

Básicamente, la sensación era insoportable.

La mirada de Xuanmin cayó sobre las ropas envueltas que aún tenía en la mano, y
se encontró por casualidad con los ojos de Xue Xian.

Se miraron el uno al otro.

¡Qué grandioso era estar desnudo!

Xue Xian descansó su cabeza extendida y pensó en ello felizmente. Antes estaba
demasiado confundido como para prestar mucha atención... todo lo que quería era
sentir algo frío contra su piel, y el respiro era como agarrar la paja adecuada. No
había tenido el espacio cerebral para preocuparse de si había estado usando ropa o
no... en cualquier caso, no tenía forma humana. Pero ahora...

¿A quién le importa? Hace calor, y no soy humano, pensó Xue Xian para sí mismo.
Ya no le importaba, se acurrucó contra Xuanmin otra vez.

Xuanmin se cocinó.

El hecho de que Xue Xian haya pasado seis meses entre la humanidad no significa
que haya aprendido a ser humano. Los dragones pueden ser divinos, pero al final
siguen siendo animales. Por lo tanto, tenía un sentido innato de autocomplacencia...
si tenía calor, entonces necesitaba enfriarse. Pensaría en otras cosas más tarde.

Se sentía muy satisfecho de sí mismo. Pero luego volvió a ver a Xuanmin.

¡Ahí estaba otra vez! Si Xue Xian no estaba alucinando, hubo otro destello de esa
expresión antinatural en la cara de Xuanmin, tan rápido que se le habría pasado si
hubiera parpadeado. Luego, Xuanmin frunció el ceño...

Frunció el ceño...

El burro calvo no tenía un rango muy amplio de expresiones. Si tocaba algo sucio,
fruncía el ceño; y si se encontraba con una persona molesta o una situación
inconveniente también le gustaba fruncir el ceño...
Básicamente, todo lo que no fuera un absoluto aborrecimiento era recibido con el
ceño fruncido.

De repente, Xue Xian se sintió mareado de nuevo. La sensación era como una
cadena de pequeñas arañas que salían de su pecho en una fila ordenada, hundiendo
sus espinosas patas en él.

Y con ello, ese calor furioso y hirviente parecía desaparecer rápidamente... ya no


era tan insoportable como lo había sido hace un segundo. Xue Xian aflojó su agarre
de Xuanmin, dándole al monje un poco de espacio para respirar de nuevo.

El inesperado acto de magnanimidad y autoconciencia del dragón fue intrigante


para Xuanmin, pero descubrió que Xue Xian había empezado a mirar al hombre bajo
inconsciente en el suelo.

Tal vez fue porque el inmenso cuerpo otorgaba una sensación natural de opresión,
o tal vez fue porque las caras de los dragones no podían mostrar emociones también,
pero ahora que Xue Xian se presentó en serio, en lugar de enrollarse alrededor de la
mano de alguien, emanó un aura alienante, que repelió a los demás.

Ahora se parecía mucho más a un dragón.

"¿Ya no está caliente?" preguntó Xuanmin suavemente. Y como no le gustaba


hablar, inmediatamente trajo el tema de vuelta al asunto en cuestión: "No hay ningún
otro movimiento en la habitación. Creo que es el único aquí. Pero se ha desmayado,
así que no podemos hablar con él."

Xue Xian gruñó de acuerdo. Sin decir una palabra más, convocó otro estruendo de
truenos intensos, que envió a tierra en el parche de suelo entre las piernas del
hombre. Todo el suelo tembló y se abrió, enviando grietas por toda la habitación.

Con eso, el hombre tuvo un espasmo, y luego se despertó gritando. "¡Piedad,


piedad! -- Sólo soy un vulgar cantero, ya hice todo lo que me pediste, no se lo diré a
nadie, pero por favor no me mates, yo..."

El hombre bajo no era otro que Shitou Zhang.

Había dejado salir la explosión de palabras sin siquiera abrir un ojo... parecía que
había preparado el discurso hace mucho tiempo.
Pero cuando volvió en sí y vio que un dragón negro de verdad lo estaba mirando,
se alejó de repente y se obligó a detenerse. Su cara se puso verde.

"No te detengas. Sigue hablando". El tono de Xue Xian era tan frío como un río de
invierno.

Mientras hablaba, otro mágico rayo de trueno bajó de los cielos. El relámpago
blanco se detuvo en su camino a mitad de camino, flotando directamente sobre la
cabeza de Shitou Zhang.

Aterrorizado, el hombre bajito supo que no debía retrasarse más. "Yo, yo, yo
estaba diciendo tonterías, ¡nada de eso estaba dirigido a ti! Simplemente me
perseguían los prestamistas para pagar las deudas durante varios meses. No tuve
más remedio que encerrarme en mi casa y aprendí a lanzar un simple hechizo de un
Daoísta. Sólo quería evitar una terrible calamidad y ganar algo más de tiempo. Sólo
espero que estos dos grandes magos muestren algo de misericordia y me dejen ir!"

"¿A quién intentas engañar?" Xue Xian se burló. "¿Quién lanza un hechizo para
evitar a los prestamistas?"

Shitou Zhang tembló por todas partes, temeroso de responder.

"Déjame preguntarte esto. El hueso de dragón que habías estado usando como
espada. ¿De dónde vino?" Xuanmin preguntó repentinamente, recordándole a Xue
Xian el hecho.

"¿Hueso de dragón?" Shitou Zhang pareció genuinamente sorprendido. Repitió,


"¿Hueso de dragón?"

Se encontró con los ojos de Xue Xian, y parecía querer mear de nuevo.

Pensar que de alguna manera, en toda la ignorancia, se las había arreglado para
llevarse a casa un verdadero pedazo de hueso de dragón, e incluso había trabajado
en él, lo había afeitado en forma de espada y tallado diseños en él...

Oh, Dios... ¡Iba a morir por esto!

Cuando Shitou Zhang puso los ojos en blanco en la parte posterior de su cabeza y
sintió que se desmayaba de nuevo, escuchó una fría palabra de advertencia: "Si
cierras los ojos ahora, no asumas que los volverás a abrir."

Shitou Zhang se congeló.


Su cara se contorsionó trágicamente, gimoteó, "No sabía que eso era... Yo... siempre
he sido un poco diferente de la norma, a veces puedo ver cosas que otros no pueden.
Ese día vi un destello de luz en el barro, así que... no pude evitar cavar y desenterrar
ese hueso. Pensé que se veía especial y que probablemente era algún tipo de objeto
mágico, así que me lo llevé a casa. Dicen que las buenas armas pueden alejar el mal,
así que yo... lo convertí en una espada para comprarme algo de paz..."

Mientras Xue Xian le miraba, tembló con más fuerza y su voz se quedó en nada
otra vez.

"¿De dónde lo has sacado?"

Shitou Zhang dijo, "A... una montaña junto al río."

"¿Tenemos que exprimirla de ti frase por frase?" Xue Xian estaba a punto de
perder los estribos. "¿Quieres que te ayude a activar tu memoria?"

"No, no, no, no, gracias..." Shitou Zhang tartamudeó, a punto de llorar. "Me
llevaron allí algunas personas, y me vendaron los ojos todo el camino. Sólo se la
quitaron cuando llegamos. La montaña no tenía una señal, así que realmente no sé
dónde está. Sólo recuerdo que podía ver el río desde ella. El arroyo era estrecho y
grueso, y el sonido de la corriente era espantosamente fuerte."

Furioso, Xue Xian inclinó su cabeza, y el rayo que colgaba sobre la cabeza de
Shitou Zhang cayó en cascada junto a él.

Sacudido, Shitou Zhang se mantuvo firme como una tabla, aunque las lágrimas
comenzaron a correr por su cara.

"¿Para qué te trajeron allí?" preguntó Xuanmin.

La sangre drenó de la cara de Shitou Zhang. "Me hicieron tallar siete candados de
piedra y dos guardianes de tumba."

Xuanmin asintió comprensivamente. De su bolsa, extrajo una fina hoja de papel y


la sacudió delante del hombre. "¿Tallaste este diseño?"

"¡Sí, sí! Eso es lo que me hicieron tallar. Mientras tallaba, sentí que este diseño
parecía tener algo de magia. Pregunté por él y me dijeron que era un diseño de
buena suerte, y que era extraordinariamente efectivo. Pero, Maestro, ¿de dónde lo
sacó?"

"Tu cerradura de piedra", dijo Xuanmin. "En el fondo del río. ¿Sabe quiénes eran
los cadáveres que estaban atados?"

"¿Cadáveres?" Shitou Zhang parecía no tener ni idea de que los candados de


piedra que había hecho tenían que ver con cadáveres. Entró en pánico y sacudió la
cabeza. "Yo... no lo sé. Sólo he tallado algunas cosas. Cuando ese hombre vino a
verme, sólo dijo que mis tallas son las más efectivas. Pensé que algún patrón de
fuera de la prefectura quería que le hiciera algo decorativo. No tenía ni idea..."

Hizo una pausa y añadió: "Básicamente, mi vida no ha sido pacífica últimamente.


Creo que alguien está tratando de matarme. Nunca he hecho nada para dañar a nadie
en mi vida, pero recordé ese extraño encargo. Así que... por eso me estoy
escondiendo".

Xue Xian lo miró fijamente hasta que el hombre empezó a temblar de nuevo, y
luego dijo fríamente, "¿La persona que te llevó a la montaña te dejó con algo?"

"¿Algo? ¿Qué cosa?"

"Cualquier cosa. Mientras esa persona lo haya tocado", dijo Xue Xian.

Shitou Zhang estaba a punto de sacudir la cabeza cuando de repente se dio una
bofetada en el muslo. "¡Oh, claro! ¡Sí!"

"¿Qué?"

"La tela negra que usó para vendarme los ojos. ¡Todavía lo tengo! No me atreví a
tirarlo..." Shitou Zhang dijo.

Xue Xian gruñó. "Bien".

Shitou Zhang entró en una habitación cercana y volvió con un trozo de tela negra
que había sido guardado por dios sabe cuánto tiempo, y nunca se lavó.

Xuanmin frunció el ceño con asco. Planeó encontrar algo para envolver su mano
para poder tomar la tela.

Viéndolo fruncir el ceño, Xue Xian extendió su garra y agarró la tela con
naturalidad.
Xuanmin le miró fijamente.

Xue Xian no le devolvió la mirada. En vez de eso, simplemente dijo, "Vamos".

Xuanmin hizo una pausa. "¿Adónde?"

"Al cielo", dijo Xue Xian. Entonces se volvió hacia Shitou Zhang. "Deja de temblar.
Ven conmigo un rato."

Xuanmin dijo, "Si estoy adivinando correctamente, ¿piensas volver al recinto de


Lu? ¿Así es como vas a ir?"

Escaneó el enorme cuerpo de dragón de Xue Xian.

"Oh". Xue Xian estaba tan furioso que realmente había planeado salir así.

Pero fue incapaz de volver a convertirse en un pequeño dragón de nuevo... sus


músculos y huesos estaban todavía demasiado hinchados, y no podía mantener la
forma encogida por mucho tiempo. Su única otra opción era su forma humana.

Xuanmin levantó la mano que sostenía la ropa e hizo un gesto con ella.

Xue Xian tiró del paquete. Pero entonces su cara cayó... ahora este era el
problema: su enorme cuerpo no cabía en una habitación privada, así que ¿cómo
demonios iba a cambiarse?

Dios debe estar celoso de lo guapo que era, o si no, ¿por qué le hacía esto
constantemente...
Capítulo 35: Shitou Zhang (III)

Habiendo tenido un estilo de vida único y un estatus divino en su vida anterior en el


condado de Huameng, Xue Xian era un dragón extremadamente digno - o eso creía.

El término "digno" tenía un significado fluido para él -- a veces, se permitía


conceder a otros, lo que no era tan digno: por ejemplo, cuando se sentaba en la
mano de Xuanmin, o cuando ordenaba a Jiang Shining, o cuando gastaba el dinero de
Xuanmin. Pero en otras situaciones, prefería morir antes que ceder, como cuando se
trataba de la belleza y majestad de su apariencia exterior.

Si tenía el uso completo de sus miembros y su cuerpo estaba completamente


restaurado a su gloria, entonces otros podían verse tanto como quisieran, no era gran
cosa. Pensó que tenía una buena figura. Además, no era humano, así que no se
avergonzaba de cambiarse de ropa.

Pero ahora estaba medio paralizado, y no era nada ágil. Si tenía que estar
desnudo, bajo ninguna circunstancia podía permitir que el burro calvo lo viera. Sería
demasiado doloroso.

Básicamente, incluso imaginando la escena le hizo encogerse. ¿Hacerle desnudarse


en este estado? Podrías colgarlo en ese mismo momento.

Con una expresión en blanco en su cara, Xue Xian miró a Shitou Zhang y dijo, "Por
favor, si no le importa, ¿podría estirar la pata temporalmente?"

Shitou Zhang no supo qué decir. Si estiro la pata del cubo, estaré muerto. ¿Qué
quieres decir con "temporalmente"?

Pero a la bestia no le importó. Sin decir nada más, convocó una nube de tormenta
de los cielos y, antes de que nadie pudiera reaccionar, envió dos rayos de trueno.
Aterrorizado, las piernas de Shitou Zhang salieron disparadas de debajo de él y sus
ojos se pusieron en blanco en la parte posterior de su cabeza. Se desmayó.

Este Shitou Zhang tuvo el coraje de un gorrión... tan fácil de hacer llorar o
desmayarse. Pero Xuanmin no era el mismo...

Xue Xian le miró con una mirada oscura. "Dime. ¿Cómo puedo hacer que te
desmayes? ¿Debo intentarlo todo?"
Xuanmin no dijo nada. Esta bestia estaba siendo absurda otra vez.

La forma más fácil de hacer que se desmaye era darle un golpe en la nuca.
Levantando su garra, Xue Xian estudió la cabeza del monje e intentó estimar dónde
debía golpear, como si esto no fuera gran cosa.

Xuanmin echó un vistazo a esa garra corta y rechoncha y la apartó.


Tranquilamente, dijo, "Los hombres de carácter noble deben ocultar sus espadas y
oscurecer sus armas".

Traducido en palabras que tenían sentido, significaba: Deja de mover esa maldita
garra.

Xue Xian se burló. No te preocupes por ti mismo.

Pero abandonó esa idea. De hecho, con su gran tamaño, era difícil calcular con
precisión la fuerza necesaria para realizar las tareas. Si perdía el control de su garra,
entonces este día del año que viene tendría que venir a visitar la tumba del burro
calvo.

Aunque estaba de mal humor y se irritaba cada vez que veía al burro calvo, eso no
significaba que quisiera matarlo.

Sin una forma de hacer que el burro calvo se desmayara, Xue Xian estaba
profundamente irritado. Dejó de intentar enfrentarse a Xuanmin y se dio la vuelta.
Invocó una masa de nubes, y la niebla húmeda y blanca se agrupó rápidamente
alrededor del monje, envolviéndolo fuertemente y oscureciendo todo en su línea de
visión.

Con un golpe de su garra, Xue Xian rompió el envoltorio del paquete de ropa. A
continuación, su inmenso cuerpo fue envuelto en un destello de luz blanca. La luz era
normalmente penetrante, pero desde el punto de vista de Xuanmin dentro de su
capullo de nube, sólo había un cálido resplandor.

Dentro de la luz blanca, Xue Xian se transformó repentinamente en una silueta


humana. Era un poderoso dragón... aunque aún no había recuperado totalmente su
cuerpo físico, aún podía hacer magia. Así que a pesar de estar medio paralizado,
ponerse la ropa no era un problema. A medida que la luz blanca comenzaba a
disminuir lentamente, ya casi había terminado de vestirse.
Inicialmente, Xuanmin había planeado ver si la bestia necesitaba ayuda con su
ropa, pero al ver los modales de Xue Xian, supuso que no. Parado dentro de la más
bien helada y fría neblina, mirando esa moribunda luz blanca, no sintió ninguna
sensación de presión. Se puso de pie en silencio.

Pero la niebla no permanece sustancialmente por mucho tiempo. Al principio, había


formado una cáscara apretada y opaca alrededor de Xuanmin, pero ahora se había
convertido en una hoja fina y translúcida, y se estaba disolviendo lentamente.

Cuando la niebla se había disipado lo suficiente como para que Xuanmin volviera a
ver lo que le rodeaba, Xue Xian se envolvió el cuerpo con una nueva túnica suelta,
como una nube. Su delgada cintura, su delgado vientre y - apareciendo por un
instante con el movimiento de estiramiento de sus brazos - el hueso con forma de su
hombro flexionado fueron absorbidos por la oscuridad de la túnica.

El diseño de la túnica era extremadamente básico, y se veía simple, sin una pizca
de color o decoración extra. Estaba en alto contraste con el comportamiento pícaro
diario de Xue Xian.

Pero era exactamente el tipo de cosa que le gustaba llevar.

Cuando su cara estaba tranquila, imperturbable por una sonrisa o un ceño fruncido,
esos ojos negros estaban siempre perezosamente medio cerrados, condensándose
con sus pestañas en dos líneas rectas como pinceladas: gráciles, pero de alguna
manera intimidantes.

Tal vez era la palidez desconcertante de la piel desnuda de Xue Xian, o tal vez era
el frío de su rostro inexpresivo de perfil, pero era tan diferente del hombre sonriente
que Xuanmin había visto sentado en la pared del complejo del oficial Liu... Xuanmin
vaciló.

Pero pronto, esa bestia comenzó a actuar de nuevo.

Esos ojos negros se movieron y vieron que la niebla se había disipado. Con un
movimiento casual de su mano, Xue Xian se abrochó su túnica y la ató al azar. Luego,
despreocupadamente, consiguió una cinta negra de algún lugar y, sosteniéndola con
los dientes, se peinó rápidamente y la ató con la cinta.

Cuando las manos de Xue Xian cayeron, convocó otra ráfaga de viento para
levantarse. Se dio la vuelta, dejando que esas túnicas negras se ondearan y luego se
asentaran. Pronto, había traído una silla de madera y se había instalado con un
suspiro.

¿Qué sentido tenía esta pretensión? ¿Realmente pensó que los demás olvidarían
que estaba medio paralizado?

Xuanmin no dijo nada.

Xue Xian golpeó ociosamente los brazos de la silla. "¿Podemos irnos ya?"

"Sí". Xuanmin le echó una mirada y dio un paso adelante, aparentemente a punto
de extender su mano y ofrecer ayuda.

Asustado, Xue Xian abofeteó la silla de nuevo y, con un chirrido que le rompió los
oídos mientras la madera de la silla rallaba contra el suelo de piedra, se apartó.
Mirando fijamente, dijo, "¿Qué estás haciendo?"

Las manos de Xuanmin cayeron a su lado. "¿De qué otra manera piensas volver?
¿Puedes caminar? ¿Puedes volar?"

Puedo volar, en realidad, ¡muchas gracias! Xue Xian refunfuñó en sus


pensamientos. Pero no lo dijo, porque, de hecho, no podía convocar a los vientos para
que se deslizaran a plena luz del día... asustaría, bueno, a los habitantes de la ciudad.

Mientras se enfurruñaba, el burro calvo insistió en echar aceite en el fuego y lo


insultó aún más: "O tal vez... planea hacer lo que acaba de hacer: quedarse dentro
de la silla y saltar hacia atrás, paso a paso?"

Xue Xian echó humo. ¿Por qué me detuve antes? Debería haberlo matado, y así el
burro calvo no estaría aquí provocándome con cada palabra. Y actúa tan altivo y
serio... ¡Vete a la mierda!

Finalmente, su cara se puso, dijo, "Bien. Si puedo molestarlo por un favor...


...¿podría darse la vuelta y ponerse en cuclillas, para que pueda llevar..."

Xue Xian había querido decir que me llevaras a la espalda, pero Xuanmin ya estaba
caminando suavemente hacia él, poniendo una mano detrás de su cuello y la otra
debajo de sus rodillas, y levantándolo delicadamente en sus brazos. Tan
despreocupado como si simplemente hubiera encontrado una hoja caída en la calle, y
no llevara a un hombre adulto.
Mientras Xuanmin enderezaba su espalda, dijo tranquilamente, "Este monje no se
agacha ni se arrodilla. Cuando camino, no doblo la espalda".

Xue Xian quería escupirle los intestinos. "¿Qué demonios? ¡Estabas perfectamente
feliz de ponerte en cuclillas cuando me empujaste con un pedazo de chatarra en el
recinto de la familia Jiang!"

Pero ahora que todo su cuerpo estaba cautivo en los brazos del burro calvo, no
podía moverse en absoluto, o se arriesgaba a caer de cara al suelo - y entonces
realmente moriría de humillación. Como Xue Xian reprimió su temperamento, fue un
milagro que no se asfixiara hasta morir. Se miró a sí mismo y se estremeció al ver lo
débil y frágil que se veía... nada majestuoso.

Los ojos de la bestia se movieron, y entonces tuvo un plan.

Tomó el paquete de ropa, sacó otra túnica negra y la usó para cubrirse de pies a
cabeza.

Cuando no tengas más remedio que humillarte, recuerda una cosa: esconde tu
cara.

Con su traje ya completamente negro y ahora totalmente cubierto con otra capa
de negro, la bestia se sentó rígida como una tabla en los brazos de Xuanmin, como si
acabara de exhalar su último aliento.

Xuanmin tuvo que dárselo... no había pensado en eso.

El dragón se quedó allí un rato, y de repente recordó a Shitou Zhang. Una


espantosa mano pálida salió disparada de debajo de las cortinas negras y le hizo
señas. Un trueno lo suficientemente fuerte como para despertar a todo el mundo en
un radio de diez millas, retumbó en la oreja de Shitou Zhang y lo despertó.

Haciendo una mueca trágica, Shitou Zhang se levantó y se deslizó obedientemente


hacia el lado de Xuanmin, pero estaba tan aterrorizado al ver el cuerpo en los brazos
del monje que empezó a temblar de nuevo.

La voz apagada de Xue Xian salió de debajo de la cortina: "Estamos listos.


Vámonos."

Xuanmin sacudió su cabeza, pero salió al patio.

Uno tenía que admitir que la idea del dragón era realmente efectiva. Mientras
caminaban de regreso al complejo de Lu, ni un solo transeúnte se atrevió a mirar en
la dirección general de Xuanmin. Tan pronto como vislumbraban algún muerto en los
brazos del monje, volvían la cabeza y se apresuraban a alejarse lo más posible, con
una mirada profundamente infeliz.

Para cuando los dos hombres y un cadáver entraron en el recinto de Lu, el cielo se
había oscurecido. Jiang Shining estaba saliendo de la cocina y saltó cuando vio el
cuerpo que Xuanmin llevaba. Conocía a Xue Xian desde hace más tiempo que
Xuanmin, y el ratón de biblioteca era generalmente una persona bastante atenta, así
que rápidamente reconoció la garra blanca de Xue Xian que colgaba de la cortina.

La linterna que tenía en la mano tembló... casi tiró el objeto a un lado para venir
corriendo. Afortunadamente, Xuanmin explicó rápidamente, "Está vivo y bien. Sólo
finge estar muerto".

Jiang Shining miró fijamente. "¿Qué drama está teniendo ahora?"

Xuanmin no respondió. En cambio, entró en la sala y puso al dragón en una silla


junto a la mesa.

Fue entonces cuando Xue Xian se quitó el paño de la cara y respiró hondo. "Tan
congestionado".

Jiang Shining golpeó la linterna contra la mesa en un resoplido. "Te hiciste eso a ti
mismo. Te lo mereces."

Luego se dio vuelta y miró ansiosamente a Shitou Zhang. "Y esto es..."

Asustado por esos ojos sin vida, Shitou Zhang tartamudeó: "Sólo soy un cantero.
Puedes llamarme Viejo Zhang o Shitou Zhang".

Xue Xian señaló la cerradura de piedra que tenían apoyada en la pared. "Tú hiciste
esto, ¿verdad?"

Shitou Zhang lo reconoció inmediatamente. Asintió con la cabeza. "Sí, sí, sí. En
efecto, eso salió de mi mano. Puedo decirlo con una mirada."

"Entonces... es así." Xue Xian hizo un gesto a Jiang Shining y dijo, "Ha conocido a
la persona responsable de la tumba en la Isla de la Lápida, e incluso tiene un objeto
que esa persona tocó, o al menos alguien que trabaja para esa persona. Cuando
Nianqi se despierte, le pediremos que eche un vistazo, a ver si aparece alguna pista".

"¿Nianqi?" Jiang Shining se detuvo, y luego se dio cuenta de lo que Xue Xian
quería decir. "¿Estás seguro de que él también tiene esa habilidad?"

Xue Xian asintió. "Lo más probable."

Sentado de nuevo en su silla, se burló de la llama de la linterna con la mano. De


repente, dio una bofetada a la mesa. "¡Claro! Casi lo olvido."

Tanto Jiang Shining como Shitou Zhang saltaron al sonido, y luego se volvieron
hacia él, esperando que él les explicara. Pero todo lo que el dragón hizo fue mirar
fijamente a Xuanmin y decir, "¿Dónde está la comida que me debes?"

¿Qué demonios? Jiang Shining pensó.

Oh mamá, me asustó mucho, pensó Shitou Zhang.

Xuanmin lo miró fijamente y luego salió de la habitación.

En poco tiempo, volvió a entrar llevando una caja de comida -- se deslizó tan ligero
como una nube, como si lo que sostenía no era comida sino el propio loto de Buda.

Jiang Shining echó un vistazo a la caja, y luego miró hacia atrás a Xue Xian,
languideciendo en su silla. Luego, apartó la cara.

Había cuatro niveles en la caja, con seis platos diferentes y una pila de pasteles
crujientes.

Xue Xian echó un vistazo. Los platos de porcelana aún estaban calientes, y los
platos brillaban con colores. Colocados sobre la mesa, la comida se veía hermosa y
emitía un delicioso olor, de hecho extremadamente apetitoso. Y sin embargo...

Y... sin embargo...

No se pudo encontrar ni un solo trozo de carne en toda la mesa. ¡Todo era


vegetariano!

¡Era! ¡Era! ¡Todo! ¡Vegetariano!

¡¿Cuándo has oído hablar de un dragón comiendo hierba?!


Xue Xian puso los ojos en blanco y golpeó su cabeza contra la mesa con ira. Luego
miró a Xuanmin con odio.

Aunque Xuanmin no tenía todos sus recuerdos, sus hábitos seguían siendo los
mismos. Parecía que en el pasado no comía carne, o quizás no comía nada en
absoluto, lo que explicaría por qué parecía tan saludable y bien a pesar de no haber
sido visto comiendo nada durante días. Básicamente, si le pedías que comprara la
comida, no obtendrías carne. Al final, Jiang Shining tuvo que salir de nuevo y traer
algunos platos más, para satisfacer la idea del dragón de una comida.

Aparte de ese día hace ocho años, Lu Nianqi nunca había pasado por una
experiencia tan traumática.

Durmió durante siete días seguidos mientras su fiebre le atacaba y retrocedía una
y otra vez. A veces, en su confusión, soltaba fragmentos de palabras en medio de la
noche, diciendo "Papá" o "Shijiu", como si al negarse a abrir los ojos, pudiera hacer
desaparecer todos los trágicos acontecimientos, y los que le habían dejado se
quedaban tranquilamente junto a su cama, esperando a que se despertara...

La séptima noche, como el vigilante nocturno llamaba a la hora fuera, el dedo de


Nianqi se movió y se despertó.

Sus ojos aún estaban inyectados de sangre con fiebre, y bajo la luz de la linterna,
parecía haber una capa de película brillante sobre sus ojos, como si estuviera
rebosando de lágrimas.

"¿Estás despierto?" Jiang Shining estaba reemplazando el aceite de su linterna, y vio


que el chico se había despertado. "¿Tienes sed?"

Llamó a la sala, luego vino a la cama y quitó la toalla caliente y empapada de


medicamentos de la frente del Nianqi.

El cuerpo del fantasma estaba inquietantemente frío, y cuando su mano tocó la


cara del Nianqi, Jiang Shining vio que el chico temblaba, sacudiendo los charcos de
humedad en sus ojos, que corrían por su cara y sobre la almohada. "Es hoy...
touqi***..." Nianqi murmuró

Jiang Shining vaciló y luego asintió. "Sí. La última noche."

Mudo, Nianqi se frotó los ojos con el dorso de la mano. Luego empujó su manta a
un lado y se sentó. "¿Sigue aquí? Quiero estar con él la última noche".

Jiang Shining no estaba seguro de si era sólo él, pero sentía que, después de este
sueño de siete días, incluso la forma de hablar de Lu Nianqi era más cercana a la de
su hermano Lu Shijiu. Y mientras el niño se levantaba de la cama, Jiang Shining vio
que su sentimiento había sido correcto: el pequeño cuerpo de Nianqi había crecido
varios centímetros en la última semana, de modo que en lugar de parecer que tenía
unos siete u ocho años, ahora parecía tener doce.

Nianqi salió tambaleándose de su dormitorio y asintió débilmente con la cabeza al


grupo reunido en la sala de estar. Jiang Shining lo guió al segundo dormitorio, y cerró
la puerta, negándose a salir por el resto de la noche.

Esa noche, no salió ni un solo sonido de la habitación: ni llanto, ni charla.

Cuando Nianqi le dijo que estuviera con él, realmente quería estar con él. En
silencio, hizo compañía a Shijiu: no era ni amable ni pegajoso con su hermano, como
lo había sido cuando Shijiu estaba vivo.

A la mañana siguiente, un pálido Nianqi salió de la habitación con el paquete de


palos que Shijiu le había dejado. Sus ojos negros cayeron sobre Shitou Zhang y miró
al hombre durante mucho tiempo, luego dijo lentamente, "Por favor, señor, ¿podría
pedirle que me haga dos tallas de madera?"

Aunque Shitou Zhang era un cantero de profesión, también conocía la madera,


pero no era tan talentoso con ella.

Shitou Zhang se detuvo, sorprendido, y luego asintió con la cabeza.

"No asientas", dijo Xue Xian. "No puede ver".

Sorprendido, Shitou Zhang estudió los ojos del chico. Temeroso de decir algo más,
respondió: "Por supuesto".

En todos los años que Shitou Zhang había pasado en el condado de Wolong, no era
cercano a la familia Lu, pero se había encontrado con ellos unas cuantas veces, y
podía decir que los conocía. Al escuchar las palabras de Nianqi, supo lo que el chico
estaba pidiendo.Shitou Zhang era un experto, y la madera era más fácil de tallar que
la piedra. En poco tiempo, fue capaz de tallar dos azulejos de tumba y decorarlos con
motivos en ambos lados.

"¿Qué debo escribir?" preguntó Shitou Zhang.


"En uno de ellos, escribe Aquí yace mi difunto padre, Lu Yuan."

Shitou Zhang lo hizo. Primero esbozó el texto, y luego los talló cuidadosamente.
Luego, quitó el aserrín de la baldosa y dijo: "¿Y la otra?"

Nianqi se quedó en silencio.

¿Qué escribir en el otro azulejo? ¿Su nombre completo?. Shijiu había sido
demasiado joven, y no había tenido la oportunidad de tomar un nombre completo
apropiado. No había nada que tallar. Y Shijiu era sólo un apodo casual: había decenas
de miles de Shijiu en el mundo. Si todos dieran ese nombre en la otra vida, Yama, el
Rey del Infierno, probablemente no podría distinguirlos. Además, Nianqi no quería
escribir el nombre de Shijiu... sentía que, con el trazo de ese pincel, su distante y
distante hermano, su hermano que había dado su vida a cambio de la suya, se habría
ido de verdad.

"No importa. Deja el otro en blanco. No escribas nada", dijo Nianqi de repente.
Tomó las baldosas de Shitou Zhang y encontró un trozo de tela del armario.
Rechazando cualquier ayuda, recogió algunas ropas y las envolvió en la tela, junto
con las baldosas, haciendo un nudo muy apretado.

Luego, agarrando el paquete, se sentó junto a la mesa. Hizo un gesto a Xue Xian
con el paquete de palos. "Sé lo que estás planeando. Lo sé desde que abrí los ojos. Te
diré la suerte en nombre de Shijiu, pero me temo que no soy tan hábil como él. Sólo
tengo una petición para ti. Por favor, entierre a Shijiu".

Aunque odiaba depender de otros, un entierro no era algo que un chico medio
ciego pudiera hacer por sí mismo.

"Considéralo hecho", respondió Xue Xian.

La tela negra que Shitou Zhang había tosido había estado guardada en la bolsa de
Xuanmin todo el tiempo. Ahora, fue sacado y puesto al otro lado de la mesa para que
Nianqi lo adivinara.

Con sus ojos vidriosos, el Nianqi inspeccionó la tela. Roció una fina capa de polvo
sobre la superficie de la mesa y comenzó a barrer sus palos sobre ella. Desde sus
movimientos hasta sus maneras, era exactamente como había sido Shijiu, como si
ambas almas residieran en el mismo cuerpo.

Cuando los palos dejaron de moverse, pasó una mano sobre el polvo y frunció el ceño
en concentración. Luego dijo, "No soy tan bueno en esto como Shijiu. Puedo ver que
esta persona está actualmente junto al río. Puedo ver cómo es, pero no sé dónde
está. Pero creo que reconocería el lugar si fuera allí."

Limpió el polvo y lo intentó de nuevo, pero el resultado fue el mismo.

Pero no parecía sorprendido por este resultado. Dio unas palmaditas a su paquete
de tela y dijo: "Si no le importa que lo carguen conmigo, me gustaría ir con usted".

De hecho, ya no quedaba ninguna persona viva para él en el condado de Wolong.


Sin familia, sus raíces habían desaparecido, y ya nada lo retenía allí.

Y naturalmente, el grupo estaba feliz de tener a un adivino tan útil


acompañándolos. Ya habían permanecido en el condado de Wolong durante mucho
tiempo y no tenían motivos para quedarse, así que al salir el sol en el cielo, fueron a
enterrar a Shijiu junto a su padre Lu Yuan.

Nianqi se arrodillaron y se arrodillaron tres veces ante cada tumba. Luego,


tranquilamente se desempolvó y, con las baldosas de la tumba en su fardo, se fue
con Xuanmin y los demás.

Cuando el grupo se subió a un ferry para cruzar el río, el cielo se oscureció de


nuevo y empezó a nevar.

La borrosa y ligera nieve cayó mitad sobre la tumba fresca de la montaña y mitad
sobre el toldo de su barco, mitad en el más allá y mitad en el polvo rojo del reino
viviente, despidiéndose tranquilamente de ese fantasma sin nombre y de los viajeros.

¿Cómo decirle a alguien que lo extrañas, que no puedes dejarlo ir? Tal vez la
manera más tierna es decir, te has ido, pero está bien, me convertiré en ti, te llevaré
conmigo.

El tiempo ya no era una preocupación. Sin importar la estación o la edad,


permanecerían juntos, para caminar cada camino, para cruzar cada río.
Capítulo 36: Grupo de Teatro (I)

La Prefectura de Anqing y el condado de Wolong estaban sólo a un río de distancia:


en un día claro y brillante, alguien que estuviera a la orilla del río en el condado de
Wolong podía ver las capas de la montaña rabiando a través del agua. En un día
tranquilo y calmado, estaba a sólo unas pocas horas en barco.

Pero a medida que la tormenta de nieve empeoraba, el río se convertía


rápidamente en un manto blanco, y parecía que lo único que quedaba en ese solitario
y melancólico mundo era su único pequeño barco. Se hizo imposible navegar, y el
barco disminuyó su velocidad.

El viejo barquero era un profesional veterano. Cuando Xue Xian y los demás
tuvieron que ir a la Isla de la Lápida, fue su barco el que alquilaron. Tenía una
disposición amable, y parecía sentirse mal por haberle quitado todo ese dinero a
Xuanmin el otro día. Esta vez, al ver que querían cruzar el agua de nuevo, sólo dudó
un momento antes de aceptar llevar el barco a la ventisca.

"Tengo dos frascos de vino caliente en mi paquete. Si quieren, pueden beber un


poco y calentarse", dijo el barquero mientras remaba.

"Muchas gracias".

Aunque todos se apresuraron a agradecerle al barquero, sólo Xue Xian hizo un


movimiento.

Xuanmin no bebió, ni le temió al frío. Jiang Shining era un fantasma, y no podía


ingerir nada. Nianqi se habían ido en cuanto subieron al barco, y no parecían estar de
humor. Shitou Zhang temblaba por el frío y parecía desesperado por beber el vino,
pero sus ojos como de frijol se movían de un lado a otro y no se atrevía a estirar la
mano.

No esperaba que el grupo se lo llevara, había asumido que, después de


interrogarlo y hacerle tallar las baldosas de madera, simplemente lo patearían a la
acera. Para su sorpresa, querían que cruzara el río con ellos... probablemente querían
que los llevara a donde lo había llevado el misterioso patrón.

Esto no era necesariamente algo malo para Shitou Zhang, ya que, si se hubiera
quedado en Wolong, habría vuelto a acobardarse con miedo dentro de su recinto.
Quién sabe cuánto tiempo había estado allí, agarrando su espada de hueso, antes de
que Xue Xian y Xuanmin irrumpieran. Echó una mirada subrepticia a Xue Xian y
pensó que aunque la bestia era temible y había enviado un trueno retumbante sobre
él, Xue Xian no parecía tener intención de matarlo. Así que aunque Shitou Zhang
permaneció en un constante estado de estupor aterrorizado, no había ningún otro
inconveniente real en unirse al grupo.

Xue Xian acunó el frasco de vino en su regazo, pero no hizo ningún movimiento
para beberlo. En realidad, volvía a sentir calor, y no necesitaba calentarse por el frío
del invierno. No estaba sosteniendo el frasco para calentarse: en cambio, lo estaba
usando para disipar parte del calor de su interior. Aunque la petaca estaba bien
envuelta en el paquete de tela del barquero, ya habían remado hasta la mitad del
camino a Anqing y el vino estaba mayormente frío.

Pero después de un tiempo en manos de Xue Xian, el vino empezó a emitir un


ligero ruido de gorgoteo.

Aparte de los siempre silenciosos Nianqi, todos en el barco se volvieron para mirar
la petaca en el regazo de Xue Xian.

Esto ya no era vino caliente... ¡era vino hervido!

Shitou Zhang miró con nostalgia la petaca mientras sus manos temblaban y su
cuello temblaba, mirando como si quisiera arrastrarse dentro de la petaca y dejarse
hervir en el vino.

A medida que el vino se calentaba, su olor fragante también se elevaba en el aire,


y los ojos de Shitou Zhang parecían estar a punto de salirse de su cabeza. Se frotó
las palmas de las manos como una mosca frotando sus patas y dijo... Ese vino huele
muy bien. Cuando estoy tallando piedra, me gusta tomar un sorbo de vez en cuando.
Con el calor de mi estómago y la prisa de la propensión, mi inspiración también
surge."

Lo que realmente quería hacer era abrazar las piernas de Xue Xian y gimotear,
¡Dame un poco!

Jiang Shining no pudo soportar más. Le dio un codazo a Xue Xian y le dijo, "Deje
de molestarlo, señor. Está a punto de sacudirse del barco".

Xue Xian se encogió de hombros y le entregó a Shitou Zhang el frasco de vino


ahora furiosamente hirviendo. Luego, inmediatamente tomó el segundo frasco y lo
acunó de nuevo.

Shitou Zhang envolvió con avidez sus mangas alrededor del frasco y lo presionó
contra su estómago. Parecía que finalmente volvía a la vida. Escupió: "Por fin me
siento más cálido. Estos escalofríos de invierno no son ninguna broma, especialmente
en el río".

Xue Xian peló el segundo frasco de su cuerpo recalentado y se lo entregó a Shitou


Zhang.

"¿Ambos para mí?" Shitou Zhang se sorprendió por la amabilidad.

"¿Estás soñando?" Xue Xian se quebró.

Antes de que Shitou Zhang pudiera volver a hablar, Xuanmin, que estaba sentado
junto al toldo, tomó la petaca y se la entregó al barquero.

Xue Xian le miró y no dijo nada.

Para él, esa mirada significaba un acuerdo. Pero...

En silencio, Jiang Shining miró a Xue Xian, y luego a Xuanmin. Tal vez sólo era él,
pero en los últimos días, sintió que detectaba algo extraño entre los dos.* O, más
específicamente, Xue Xian actuaba de forma extraña hacia Xuanmin, como si
estuviera enfadado con él por algo... parecía estar dándole la espalda al monje.

Por supuesto, el dragón siempre buscaba maneras de molestar a Xuanmin, y a


veces lo ignoraba de manera conspicua. Y sin embargo...

Jiang Shining los miró fijamente por un tiempo, luego desvió su mirada otra vez y
se retiró en sí mismo. Ambos hombres eran técnicamente sus superiores, y no podía
permitirse el lujo de enfadar a ninguno de ellos, así que decidió meterse en sus
propios asuntos.

Con eso, se alejó silenciosamente de ellos, acercándose al borde del barco.

Dong...

Cuando el barco se sacudió repentinamente, Shitou Zhang, que había estado a


medio camino, perdió el equilibrio y golpeó el codo contra el toldo.
"Mira lo delgadas que son estas tiras de bambú, y lo pesado que eres. Estás
sacudiendo todo el barco", dijo Xue Xian, mirando fijamente a Jiang Shining.

"Ese no era el joven maestro", dijo el barquero. Se había tomado un pequeño


descanso para beber un poco de vino caliente, y ahora parecía mucho más enérgico.
"Este tramo del río es así... lleno de baches. Cada invierno y verano, hay bastantes
barcos que zozobran aquí. No es la corriente, sino el viento lo que puede hacer que
los barcos se vuelquen. En los últimos dos años, ha mejorado. No me he encontrado
con el viento extraño en mis viajes, y el barco es mucho más fácil de remar. Pero hoy
es raro... es ese maldito viento otra vez".

Al escuchar las palabras del barquero, Shitou Zhang se sacudió. El nervioso


cantero se acercó al barquero y le dijo: "Pero... pero este barco no se volteará,
¿verdad?"

Molesto, el barquero le miró fijamente. "El barco funciona bien. ¿Cómo puedes
decir algo tan poco propicio? Por supuesto que no se volteará. Sólo decía que esta es
una parte peligrosa del río, no que una ola fuera a salir en este momento."

Pero luego suspiró y añadió: "Caballeros, no quiero quejarme, pero tengo que ser
honesto. La siguiente parte del río es particularmente difícil, y quizás quieran tener en
cuenta el consejo del barquero. A nadie le gusta salir al río con este tiempo... no
vives por aquí, así que no sabes lo temperamental que puede ser el río. Mientras que
nosotros pasamos todo el día aquí, y prácticamente vivimos en nuestros barcos.
Podemos saber cuán peligrosa es el agua sólo por las ondas. Y es como dije, cada par
de días, el río se agita. Además...

El barquero ralentizó su discurso y, entrecerrando los ojos, empujó la petaca en su


mano. "¿Por qué eligió ir a la Prefectura de Anqing ahora? No hay mucha paz allí."

"¿No es tranquilo? ¿Qué quiere decir?" La hermana casada de Jiang Shining vivía
en Anqing. Al oír esto, frunció el ceño con ansiedad.

"El otro día oí a otro barquero hablar de ello." El barquero bajó la voz. "Dijo que,
hace unos días, hubo un terremoto en Anqing, y toda la prefectura tembló. Lo peor es
que el terremoto provocó un corrimiento de tierras en la montaña, y alguien dijo que,
al temblar su casa, oyeron a un dragón arrullarse bajo tierra."

Un dragón arrulla...
Qué descripción tan poco aterradora. Hizo que sonara como los chirridos de una
rata en las paredes de alguien.

"¡Se llama el rugido de un dragón!" Xue Xian lo corrigió enfadado. Se sentó con
dificultad. "Pero espera. ¿Un dragón? ¿Esa persona te dijo que había oído el rugido de
un dragón en Anqing?"

"¡Si!" El barquero asintió vigorosamente, como si hubiera sido él quien hubiera


oído el rugido. "Aparentemente fue aterrador. Se arrodillaron en ese mismo momento
y comenzaron a inclinarse ante el señor de los dragones. Pero extrañamente, después
de unas cuantas reverencias, la casa dejó de temblar y el derrumbe terminó. Unas
cuantas personas murieron todavía. Pero aquí está la parte más extraña... la parte
más extraña es que después de los temblores, aparecieron grietas por toda la ciudad,
y algo se arrastró hacia afuera. No sé si fueron insectos o algo así. No entendí esa
parte. Básicamente, es una locura allí."

Al escuchar esto, la sangre se drenó de la cara de Jiang Shining. Aunque, para ser
justos, era un fantasma y nunca se había visto tan animado en primer lugar.

Después de eso, todos en el barco cayeron en un pensamiento silencioso.

Otra media hora más tarde, el barquero finalmente puso su barco en el puerto de
una pequeña y desconocida parte de Anqing llamada Condado de Wanglong.

El lugar donde habían atracado se llamaba Puerto Guanyin, y en la orilla del río
había algunas posadas de aspecto antiguo, casas de té y salones de vino. Con la feroz
tormenta de nieve, no pudieron continuar... y el grupo también tenía a Xue Xian, que
no podía caminar.

Jiang Shining se bajó del barco y se apresuró a la casa de té más cercana. "¿Hay
algún lugar aquí donde podamos alquilar un carruaje?"

"Ahora no", respondió un hombre que se sentó sosteniendo una taza de té y


refugiándose de la nieve. "Con el derrumbe de hace unos días, las casas se
mantuvieron unidas, pero los graneros se derrumbaron y mataron a varios caballos y
mulas. Sin ellos, por supuesto no hay carruajes. Además, nadie en estas partes está
siquiera alquilando sus mulas. No te molestes."

El hombre tenía tres largas y aterradoras cicatrices en su cara, quizás por haber
sido atacado por algún animal. Sus párpados se agitaron mientras tomaba un sorbo
de té caliente, luego miró a Jiang Shining y le dijo, "¿A dónde te diriges?"
"Al condado de Qingping, al norte", dijo Jiang Shining.

El hombre con cicatrices lo estudió, y luego preguntó: "¿Académico? ¿Estás aquí


para visitar a tus parientes?"

Jiang Shining asintió.

El hombre puso el té sobre la mesa y sacó la barbilla. "¿Y esos otros están
contigo?"

Jiang Shining se giró y vio que Xuanmin se acercaba, llevando al dragón


discapacitado en sus brazos. En el condado de Wolong, Xue Xian había luchado y se
había esforzado todo el tiempo, tratando de encontrar una posición en la que no
pareciera tan débil, pero no había sido capaz de encontrarla. Ahora, parecía haberse
rendido totalmente...

Y a su lado caminaba Shitou Zhang, agachado en su abrigo, y Nianqi, todavía


aturdido.

El grupo tenía un viejo, un pequeño y un demonio, y todos parecían exhaustos,


como refugiados que se escabullen en la noche. Pobre Maestro Xuanmin, pensó Jiang
Shining. Luego se volvió e hizo una reverencia al hombre con cicatrices. Jiang Shining
necesitaba hablar con Xuanmin: quería sugerirle que se quedaran en una posada por
el momento, y que esperaran a que pasara la tormenta de nieve.

"No esperes que la nieve se detenga", dijo el hombre con la cicatriz, como si leyera
su mente. Se limpió la boca y cogió un largo fajo de tela que había estado apoyando
contra la mesa, y dijo: "Venid con nosotros. También estamos de paso por el condado
de Qingping".

¿Nosotros?

Jiang Shining estaba aturdido. Luego vio a otros clientes de la casa de té ponerse
de pie con el hombre... eran ocho de nueve, hombres y mujeres, viejos y jóvenes.

Xuanmin estaba a punto de cruzar el umbral de la casa de té cuando escuchó las


palabras del hombre con cicatrices y le preguntó a Jiang Shining, "¿Qué pasa?"

"Este amable hermano dice que puede llevarnos", explicó Jiang Shining.

El hombre con la cicatriz notó el bulto negro en los brazos de Xuanmin. Se detuvo
y señaló. "¿Qué hay debajo de esta tela?"
Xuanmin dijo, "Una persona".

"¿Muerta?" El hombre con la cicatriz estudió esa cabeza cubierta y frunció el ceño.
"Eso es un problema. Tenemos ancianos y jóvenes. Si ven esto..."

Pero antes de que pudiera terminar, Xue Xian, lamentando repentinamente su acto
de muerte, levantó el paño negro y ronroneo, "No estoy muerto. Estoy vivo y bien."

El hombre con cicatrices se quedó boquiabierto.

Jiang Shining se encogió. Pensará que estamos locos, y entonces tampoco nos
dejará subir a bordo.

Pero ese hombre con cicatrices parecía tener una gran tolerancia a las tonterías.
Se encontró con los ojos de Xue Xian, luego escudriñó la pálida piel del dragón y miró
el rostro inexpresivo de Xuanmin. Probablemente se dio cuenta de que un dúo así no
causaría ningún problema, y dijo: "Muy bien, dejemos de andar por ahí". La nieve va
a empeorar pronto, y entonces realmente no podremos ir."

El grupo del hombre con cicatrices tenía tres carros tirados por caballos y uno por
mulas.

Los carruajes de caballos eran pequeños, y sólo cabían cuatro personas a la vez. El
carruaje de mula era para sus pertenencias.

Jiang Shining observó los carruajes. Quería preguntarle al hombre con cicatrices
qué hacía el grupo, pero antes de que pudiera hablar, sintió una mano ligeramente
caliente caer sobre su hombro.

Sorprendido, se volvió para ver a Xuanmin de pie a su lado, y Xue Xian era el que
lo agarraba.

Vio como el dragón se quitaba el paño negro de la cabeza para revelar un solo ojo
que le miraba fijamente. Xue Xian se llevó un dedo a los labios y silenció a Jiang
Shining. En voz baja, dijo, "No preguntes, y no los alertes. Súbete al carruaje, pero
no te acerques demasiado a ellos".

Tal vez era lo ronco, cerca de un susurro, el tono de Xue Xian, pero Jiang Shining
sintió que empezaba a sudar.
Capítulo 37: Grupo de Teatro (II)

El hombre con cicatrices tenía una cara aterradora y parecía intimidante, pero en
realidad era muy amable. De hecho, todos los harapientos de su grupo eran personas
joviales y empáticas. Después de su conversación con el hombre con cicatrices, no
pareció importarles en absoluto esta adición, y en realidad decidieron ofrecer a Xue
Xian y a los demás un carruaje completo para ellos.

Con la ventisca, era difícil navegar por los sinuosos caminos de la montaña.
Probablemente para evitar que alguien se separara, los caballos estaban atados por
una larga cuerda uno tras otro, con la mula al fondo.

El hombre con cicatrices le envolvió la cara por el frío y, llevando un frasco de vino
caliente, se instaló en el primer carruaje. Ordenó al resto de su grupo que quitaran
los topes de madera de las ruedas del carruaje.

"¡Nos vamos! No te muevas", gritó, y puso en marcha los caballos.

Xue Xian y los demás se sentaron en el tercer carruaje. No era tan difícil meter a
los cinco en un carruaje de cuatro personas, especialmente porque Jiang Shining era
extremadamente delgado y el Nianqi era todavía del tamaño de un niño. En realidad
había una cantidad decente de espacio.

A Xuanmin no le gustaba charlar, y, aparte de Xue Xian, nadie se atrevía a


molestarlo. En el interior del carruaje, todos le dieron un parto amplio. En cuanto a
Xue Xian...

Shitou Zhang temía a Xue Xian como un ratón temía a un gato. Cada vez que Xue
Xian miraba al cantero, sentía que todo su cuero cabelludo se entumecía, como si un
aterrador trueno pudiera caer sobre él desde el cielo en cualquier momento.

Así que cuando se instalaron en el carruaje, Shitou Zhang, Nianqi y Jiang Shining
se sentaron a un lado, y dejaron el otro lado para los dos espantosos magos.

Xue Xian se quitó la túnica negra de su cara y se sentó. Miró al otro lado, y luego
miró hacia atrás a donde estaba sentado. Luego sonrió y les dijo: "Gracias, chicos".

La cara de Shitou Zhang se arrugó de dolor y miró hacia otro lado. Somos tres
aquí. ¿Por qué tuvo que mirarme directamente?

El hombre con la cicatriz y sus compañeros definitivamente habían viajado bien, y


los animales parecían estar acostumbrados a la vida en el camino, también - sólo
necesitaban que el hombre con la cicatriz a la cabeza del tren les indicara la dirección
correcta, y cada uno los seguía constantemente. No había ningún esfuerzo.

Los vagones también estaban bien decorados: incluso las ventanas tenían gruesas
y pesadas cortinas clavadas sobre ellas, para bloquear el viento.

En el centro del carruaje había una mesa rectangular de madera del tamaño
adecuado: lo suficientemente pequeña para que pudieran estirar las piernas y lo
suficientemente grande para que pudieran colocar sus pertenencias en ella. Un
pequeño estante había sido encajado en la esquina del carruaje y sostenía una
linterna que podían encender en cualquier momento, así como pilas dobladas de
mantas - del tipo que las personas mayores solían poner sobre sus piernas en el
invierno.

"Tienen todo aquí", observó Shitou Zhang. "Parece que viajan mucho. Básicamente
viven en la carretera."

Antes de que se subieran, una de las amables ancianas incluso les había dado un
pequeño calentador portátil para ayudar a calentar el carruaje, así como un pequeño
bulto, diciendo: "Hay algo de comida aquí, y el carruaje tiene vino. Si tienes frío,
toma un poco... te ayudará. Estamos tomando dos caminos de montaña y la nieve los
ha hecho resbaladizos, así que no hay garantía de que lleguemos al siguiente pueblo
antes del anochecer. No tengas mucha hambre."

Shitou Zhang había dicho No, no, quédatelo, quédatelo, pero todo el tiempo había
tomado el calentador fuertemente en sus brazos, sin ninguna intención de dejarlo ir
de nuevo.

Aunque el carruaje era mejor que estar fuera, seguía haciendo un frío glacial.

Mientras Shitou Zhang calentaba sus dedos rígidos con el calentador, sus ojos se
dirigían a la pila de mantas del rincón. Pero Jiang Shining y el Nianqi se sentaron
entre él y las mantas, así que no podía simplemente alcanzarlas y tomarlas. No quería
hacer nada que pudiera hacer que Xue Xian y Xuanmin recordaran su existencia.

Los ojos de Shitou Zhang giraron alrededor. Se volvió hacia el Nianqi y dijo, "Toma
una de esas mantas. Podemos compartirla y poner el calentador entre nosotros. ¿Qué
te parece?"

Nianqi le devolvió la mirada. Aunque el desdén no se le cruzó explícitamente por la


cara, bien podría haberlo hecho. "No. No tengo frío. Sólo úsalo tú mismo".

Shitou Zhang aún no soltaba el calentador, así que apuntó a las manos del Nianqi
con su barbilla. "Mira qué frías están esas manos", dijo. "¿Alguna vez has tenido una
úlcera? En este tipo de clima húmedo y frío, si al menos no metes las manos en las
mangas, te saldrá una úlcera... y te arrepentirás. Están hinchadas y pican, y también
son susceptibles de congelarse. Lo peor es si te da una en una articulación. Cada vez
que mueves el dedo, se rompe la úlcera y la carne se escurre de ella. Tú...

Nianqi ha fruncido el ceño. Agarró una manta delgada del montón y la dejó caer
sobre sus dos rodillas. "Señor, por favor, deje de hablar."

Ese tono era mitad Nianqi y mitad Shijiu... como si su núcleo terco estuviera
envuelto en una piel de contención.

Pero Shitou Zhang no le prestó atención a eso. Encantado, se aseguró de que la


manta estuviera bien arreglada en sus piernas, y luego deslizó el calentador dentro.
En un instante, el calentador había llenado la manta con un calor agradable. El calor
se filtró en su carne y huesos y subió por sus rodillas congeladas... ¡tan confortable!

Incluso la pálida cara del enojado Nianqi comenzó a sonrojarse un poco después de
un tiempo. Su dedo se movió, luego cedió y metió sus manos en la manta también.

"Ai... ahí tienes", dijo Shitou Zhang. "Eres demasiado joven para comportarte de
esta manera. No hay nada vergonzoso en protegerse del frío".

Nianqi volteó la cara y fingió no escuchar.

"A mi edad, si no me protejo las rodillas, cuando sea viejo, no podré caminar en
absoluto". Shitou Zhang amaba el sonido de su propia voz. Desde que se subieron al
carruaje, había parloteado sin parar... eso también era un talento.

Pero tan pronto como dijo eso, sintió que algo estaba mal. Levantó la cabeza y al
instante se encontró con Xue "incapaz de caminar en absoluto" Xian.

La boca de Shitou Zhang cayó. Encogió su cuello e intentó hacerse tan pequeño
como pudo, y luego tartamudeó, "Yo... Me callaré".

Una vez que se calló, Jiang Shining, que no había dicho ni una palabra, dio un
masaje en su templo y comenzó a hablar. "Antes, antes de subir al carruaje, me
retuviste y me dijiste que no preguntara nada. ¿Qué significaba eso? Ellos..."
La mirada de Jiang Shining cayó sobre las gruesas cortinas, más allá de las cuales
estaban los otros carruajes. Bajó la voz y dijo: "¿Les pasa algo malo? Entonces, ¿por
qué nos subimos?"

Shitou Zhang volvió a subir. "No son bandidos, ¿verdad? Pero nos dieron el
calentador y la comida. ¿Podrían ser realmente malvados?"

Luego se dio una bofetada. "Esa es mi última frase. Ahora me callaré de verdad."

Nianqi puso los ojos en blanco. Estaba harto del hombre, pero había adquirido algo
de la calma de Shijiu y aprendió a morderse la lengua.

Xue Xian comenzó a rebuscar en el carruaje, buscando el vino que la anciana había
mencionado. Mientras lo hacía, dijo: "Hay un tabú aquí, así que no puedo hablar de
ello. Pero antes eché un vistazo. Los dos fardos que trajeron al carruaje de mulas no
estaban tan bien envueltos, y algunas ropas se cayeron."

"Oh, yo también lo vi", dijo Jiang Shining. "Todo estampado y colorido. ¿Has
estado en el teatro antes? A mí me parecieron trajes de teatro".

Xue Xian encontró el frasco de vino y comenzó a acunarlo de nuevo, calentándolo


rápidamente hasta que hirviera.

"Este vino realmente huele bien", murmuró. Luego le respondió a Jiang Shining,
"¿Por qué iba a ver el teatro? ¿Es el teatro más interesante que yo?"

Jiang Shining suspiró. Cierto. Tienes más drama que cualquier grupo teatral.

"¿Puedo decir algo?" Preguntó Shitou Zhang.

"Nadie te ha bloqueado la boca y te ha sacado la lengua", dijo Xue Xian. "Corta el


rollo y di lo que tengas que decir."

"Cuando estaban subiendo las cosas al carruaje, fui a mirar dentro del carruaje de
mulas", dijo Shitou Zhang. "Este joven caballero acertó. Tenían todo tipo de
accesorios dentro del carruaje, e instrumentos como tambores y gongs. Son artistas,
el tipo de compañía viajera formada por todo tipo de personas sin hogar que viajan a
todas partes. El hombre con las tres cicatrices en su cara es probablemente el líder de
la compañía. Y he contado el resto de ellos. Hay viejos y jóvenes, que son los huadan,
laodan, xiaosheng y zhengsheng. Y los otros probablemente hacen los papeles de
payaso y de jing. Juntos, pueden hacer una gran actuación."

No había un número reducido de compañías de teatro en la Prefectura de Anqing.


Algunos actuaron en salas de vino y pudieron evitar arrastrarse por la lluvia y la
nieve... lo hicieron bastante bien por sí mismos. Los famosos entre ellos incluso
tenían actores famosos. Pero otros no tenían un lugar fijo, y viajaban por todas partes
montando espectáculos en pequeñas ciudades. A veces eran invitados por los salones
de vino locales para una actuación, o simplemente iban en autobús por la calle.

"Ese hermano me dijo que también iban al condado de Qingping", dijo Jiang
Shining. "Pero si hay un tabú, entonces no hablemos de ello. Ya que no nos impediste
subir, entonces seguramente no hay problema en viajar juntos por un tiempo.
¿Verdad?"

"Mientras no vayamos por las carreteras no estamos destinados a seguir, entonces


está bien," dijo Xue Xian.

Puso el frasco estruendoso sobre la mesa de madera.

Subrepticiamente, Shitou Zhang alcanzó el vino. Pero Xuanmin, que estaba sentado
justo enfrente de él, movió repentinamente su dedo, y Shitou Zhang sintió como si
algo invisible presionara sus manos. Golpeó un punto de presión, y sus muñecas se
debilitaron.

"No bebas el vino", dijo Xuanmin fríamente, sin siquiera mirar al cantero.

"¿Ah?" Aturdido, la mente de Shitou Zhang comenzó a llenarse de preguntas.


Retiró sus manos. Pensó por un momento, y luego miró el paquete de comida que la
anciana les había dado. "Así que la comida..."

"Cómetelo". Entonces sólo habrá cuatro personas en este carruaje, y todos


tendremos más espacio", dijo Xue Xian.

Shitou Zhang engulló.

Xue Xian empezó a inquietarse por la incomodidad.

La sensación de calor dentro de su cuerpo aún se agitaba implacablemente en su


interior. No era tan malo como cuando era un pequeño dragón, pero seguía siendo
una molestia. Todo lo que podía hacer era dirigir todo el calor a su mano, y luego
encontrar algún objeto frío para enfriar sus manos. Ahora que ya no tenía dónde
transferir el calor, comenzó a sentirse irritable.
Mirando al techo, deslizó su mano hacia la mesa de madera y pretendió apoyarla
casualmente allí. En realidad, estaba sosteniendo la pata de la mesa.

Pronto, el tren cruzó una zona con baches, sacudiendo un lado del vagón. Jiang
Shining y los demás tropezaron, e inconscientemente sacaron sus manos para
apoyarse contra la mesa.

"¡Ay!" Jiang Shining siseó, soplando sobre sus manos.

Shitou Zhang también gritó.

Nianqi sólo le arrancó bruscamente la mano y miró fijamente a Xue Xian. "Si sigues
tocando la mesa, vas a prenderle fuego."

Xue Xian fingió no oír y desvió la mirada, fingiendo que miraba la pesada cortina
de la ventana. Luego, lentamente retiró su mano de la mesa y se agarró al borde de
su banco.

Pronto, Xuanmin sacudió su cabeza y pellizcó la muñeca del dragón, arrancándola


de su asiento. "Basta. Encuentra otro lugar".

Si seguía adelante, ¿este carruaje sería apto para sentarse?

Xue Xian pensó por un momento, y luego puso sus manos en la puerta del
carruaje.

Ahora todo el carruaje se calentó, pero la temperatura subió rápidamente y el aire


se volvió más y más caliente.

Sin decir nada, Nianqi se puso rígido y se quitó la manta de las rodillas, y luego
volvió a poner el calentador en el regazo de Shitou Zhang.

En cuanto a Jiang Shining, abrió la cortina y subrepticiamente dejó entrar un poco


de aire fresco. Para un fantasma pícaro acostumbrado al frío glacial, esta temperatura
era absurda. Se sentía como si fueran un grupo de bollos en un vaporizador de
bambú... sus pieles ya estaban cocidas y, en poco tiempo, su relleno también estaría
listo.

A medida que el carruaje se volvía cada vez más congestionado, finalmente, fue
Xuanmin quien habló. "Si se pone más caliente, habrá tres espacios extra en este
vagón".
Esos tres bollos, casi listos para ser sacados de la olla, miraron a Xue Xian.

El dragón levantó los párpados. Luego, en un gesto exageradamente magnánimo,


apartó las manos de la puerta del carruaje. Estaba a punto de alcanzar la linterna de
la esquina cuando Xuanmin interceptó su muñeca.

Si recalentaba esa delgada linterna de cerámica, sin duda explotaría.

Ahora Xue Xian hizo las bisagras de metal de la puerta del carruaje, pero Xuanmin
le arrancó la muñeca de nuevo.

Definitivamente no podía tocar las bisagras de metal. Las derretiría, y entonces no


podrían salir.

Xue Xian había sido bloqueado una y otra vez, y cada vez por ese nefasto burro
calvo. El temperamento de Xue Xian explotó. Miró a Xuanmin por el rabillo del ojo, y
de repente sacó sus garras y las puso en el cuello del monje. "Si me bloqueas de
nuevo, te herviré."

Xuanmin no respondió.

Los tres sentados frente a ellos miraron, aturdidos. Ninguno de ellos se atrevió a
hablar... temían que si hacían algún ruido, sería su cuello el que estaría en juego.
Rápidamente, todos bajaron la cabeza y miraron hacia otro lado.

¿Cómo se suponía que iban a vivir así?

De repente, escucharon a los caballos de adelante relinchando fuertemente. El


hombre con cicatrices hizo un largo ruido, y luego comenzó a consolar a los caballos.
"Shh... Shh... No tengas miedo", dijo.

Cuando el tren se detuvo en una parada de emergencia, los caballos chocaron con
los vagones y todos comenzaron a quejarse.

"¿Por qué nos detuvimos?" Preguntó Jiang Shining, ansioso. "¿Estamos en


problemas?"

Miró a Xue Xian y dijo: "¿Qué era lo que decías antes? Estaríamos bien mientras no
hiciéramos... algo... ¿De verdad crees que tendríamos tan mala suerte?"

Desde que Xue Xian había advertido misteriosamente a Jiang Shining antes de que
se fueran, estaba consumido por el pánico, aterrorizado de que algo pudiera pasar.
Pero era como dicen... lo que sea que te asuste, seguro que pasará.
Capítulo 38: Grupo de Teatro (III)

Un número de pequeñas montañas se encuentran entre el puerto de Guanyin y la


ciudad más cercana al norte. Debido a la nieve resbaladiza, esos caminos eran
extremadamente difíciles de maniobrar. Algunas rutas habían sido completamente
bloqueadas por la nieve que caía, y requerían que los viajeros se desviaran.

Tal era la situación que el hombre con cicatrices había encontrado hoy en día...

El primer carruaje se había detenido en una posición extremadamente peligrosa.


Sólo un zhang delante de ellos era un drástico acantilado. Normalmente, había dos
puentes en el acantilado que podían llevarlos a los dos senderos de la montaña de
delante, uno al este y otro al oeste, lo que les permitía evitar el enorme e inescalable
pico del medio.

"¿Qué sucede?" Después de enfriarse temporalmente en el cuello de Xuanmin, Xue


Xian estaba de mejor humor. Fingiendo que nada estaba mal dentro del carruaje,
abrió la puerta y sacó la cabeza, llamando a la compañía. "¿Necesitas una mano?"

Desde lejos, el hombre con la cicatriz le llamó: "Está bien. El puente que habíamos
planeado cruzar se ha roto. Tenemos que tomar un desvío..."

El caballo al frente del tren continuó relinchando y parecía extremadamente


agitado. Si no hubiera sido por el hombre con cicatrices que los detuvo en el
momento justo, ese caballo se habría caído por el lado del acantilado.

"¿Cómo podría romperse un puente?" Un anciano descendió de uno de los


carruajes que había delante. "¿Tomamos el giro a la derecha? ¿Qué dije? Aún
necesitamos estos viejos caballos para que nos muestren el camino".

"Viejo Li, deja de darme la lata. Yo conozco el camino", dijo el hombre con
cicatrices. "Vuelve al carruaje. No salgas sin motivo, o te congelarás la garganta y
perderás tu voz de cantante".

Xue Xian vio que el anciano de apellido Li no obedecía al hombre con la cicatriz y
volvió al carruaje. En su lugar, caminó por la nieve hacia el primer caballo. Echó un
vistazo y gritó: "¿Qué demonios? ¿Cómo pudo romperse tan limpiamente?... ...y no
se puede hacer nada. ¿Así que ahora tenemos que tomar el camino del este?"
Pero a diferencia del hombre con cicatrices, este Viejo Li parecía extremadamente
reacio a tomar el desvío, como si tomar ese otro camino maldijera a su familia con
ochocientos años de mala suerte.

El oído de Xue Xian era mucho más agudo que el de los humanos, así que podía oír
cada palabra del intercambio de los hombres. Preguntó, "¿Es mala la ruta oriental?"

No había tratado de proyectar su voz, pero sin embargo, sus palabras fueron
llevadas por los remolinos de viento a los oídos de los hombres del frente.

Los dos hombres estaban aturdidos. Entonces gritaron, "Está bien, no te


preocupes. Es sólo que la ruta oriental es más larga, y las rocas caen sobre ella a
menudo. Pero si tenemos cuidado, todavía podemos pasar".

"¿Está realmente bien?" Preguntó Jiang Shining, con la cara demacrada.

Xue Xian pasó sus ojos por la gruesa nieve para estudiar las expresiones de los
hombres. Entrecerrando los ojos, sacudió la cabeza y dijo: "No parecen muy
molestos, pero... No sé cómo decirlo. Vámonos."

El siempre silencioso Xuanmin se agitó a su lado y corrió la cortina a un lado. "No


se preocupen. Déjame ver."

Su tono sereno ayudó a todos los del carruaje a relajarse. Incluso Xue Xian, que le
había estado molestando constantemente en los últimos días, tuvo que admitir que -
no importa nada más - este burro calvo era útil para resolver problemas.

Entonces, justo cuando el pensamiento pasó por la mente del altivo dragón, se
detuvo de nuevo. ¿Por qué describiría al azar al burro calvo como "útil"...

Parecía que la forma en que describirías algo querido para ti, que mantenías cerca
de ti todo el tiempo... para que algo fuera "útil", tenías que tenerlo en la mano...

Aún asomándose a la puerta, Xue Xian reflexionó sobre esto. Entonces se castigó a
sí mismo. Decidió que debía haber ingerido veneno para ratas, para tener de repente
un pensamiento tan extraño.

Pero el burro calvo era un simple mortal. Una vez que Xue Xian volviera
completamente a la normalidad, sería un dragón divino, y sería capaz de coger
fácilmente al monje en su garra. Así que...
No importaba tenerlo en la mano, incluso colgarlo de los dientes era tan simple
como abrir la boca. ¡Así que ahí está!

Mientras Xue Xian seguía esa línea de pensamiento, comenzó a sentirse


majestuoso de nuevo.

Mientras urdía una elaborada fantasía de una batalla entre un hombre y un dragón,
Xue Xian no pudo evitar echar un vistazo a Xuanmin dentro del vagón.

Xuanmin se dio cuenta de esto. Como no tenía ni idea de lo que pasaba por la
mente del dragón, se sintió intrigado.

Con su disposición desapegada, nunca pensó demasiado en si los demás lo estaban


mirando o no. Decidió que el dragón simplemente se estaba sobrecalentando y de
mal humor, y no quería añadir aceite al fuego, así que sólo miró a Xue Xian, y luego
volvió a mirar por la ventana.

Pero en cierto modo, esa breve mirada de curiosidad había sido, de hecho, aceite
para el fuego.

Cuando Xue Xian vio la forma helada en que Xuanmin lo despidió, sintió una picazón
en la mano, un fuerte impulso de seguir adelante y luchar contra el monje. Aunque
sabía que esto no tenía sentido, no era su primer día con Xuanmin, y ya se había
acostumbrado a la forma no fría ni caliente en que Xuanmin trataba a los que le
rodeaban, Xue Xian simplemente... no se sentía bien.

Era como si el qi que había estado nadando felizmente alrededor de su cuerpo se


hubiera bloqueado de repente en algún lugar -- no era gran cosa, ni era doloroso,
pero era simplemente incómodo.

Otra masa de aire caliente se hinchó dentro del cuerpo de Xue Xian, lamiéndolo
como olas incesantes. No podía mantenerlo a raya por mucho tiempo, y parecía que
nunca iba a desaparecer.

Molesto.

En la parte delantera del tren, el hombre con cicatrices agarraba la cuerda que
ataba a los caballos a los vagones, e intentaba mover el animal hacia el puente
oriental. Pero el caballo era aún más quisquilloso que Xue Xian. Resoplaba y
relinchaba, golpeando sus cascos en el suelo, y se negaba a moverse.
"Hemos probado el látigo, hemos probado la zanahoria, y hemos intentado
calmarlo. ¿Por qué no da un solo paso adelante? No solía ser así. Qué extraño",
murmuró enfadado el Viejo Li.

"Hoy no quiere cooperar con nosotros. Todos dicen que los caballos tienen una
magia innata. Tal vez se asustó antes y ahora siente el peligro que se avecina, y no
quiere irse", dijo el hombre con cicatrices. Pero le dio una palmadita en el cuello al
caballo. Alternó con palmadas más duras y más suaves, y, finalmente, el caballo
gruñó y dio de mala gana unos pasos hacia delante.

Lentamente, las ruedas del tren comenzaron a girar de nuevo. El viejo Li se


apresuró a volver a su carruaje, pero su expresión seguía siendo de pánico y
preocupación. Antes de desaparecer en el carruaje, miró a Xue Xian y se obligó a
reemplazar su mirada ansiosa por una de aplacamiento. "Está bien. El caballo no
quería ir, así que tuvimos un retraso. Pero ahora nos estamos moviendo de nuevo."

El pequeño incidente en el camino parecía haber sido resuelto. Era molesto, pero
estaba lejos de lo que Jiang Shining había temido.

Xue Xian asintió con la cabeza al Viejo Li como una palabra de agradecimiento, y
cerró la puerta de su propio carruaje, pero permaneció sentado allí con sus brazos
envueltos en él. Parecía no tener intención de usar a Xuanmin para refrescarse, y
tampoco habló. Parecía inusualmente ocioso.

El puente que el hombre con cicatrices estaba tomando ahora era un poco más
ancho que el original. Los caballos y las mulas los llevaron suavemente a través del
barranco, e incluso había espacio extra a los lados del tren. Nada parecía estar mal.

Luego se pusieron en el camino del otro lado, y el comportamiento del caballo


cambió de nuevo... siguió arrancando y parando.

Cada vez, podían oír a los hombres que iban delante intentando persuadir al
caballo para que siguiera adelante, a veces engatusando, a veces regañando. El
sonido de las ruedas crujiendo contra la nieve y los irritados relinchos del caballo eran
atravesados, de vez en cuando, por el chasquido de un látigo. A medida que se
adentraban más en la cordillera, la sensación era cada vez más inquietante.

"¿Se ha resuelto realmente? ¿Por qué me siento tan nervioso?" Jiang Shining dijo,
su cara llena de preocupación. Se sentó tan rígido como un alfiler en un alfiletero y
parecía una persona completamente diferente comparada con su yo normalmente
perezoso.

Después de otro ataque de preocupación, parecía darse cuenta de lo inusual de su


comportamiento. Finalmente, dijo, "¿Por qué he estado tan ansioso desde que
entramos en la cordillera?"

La voz de Xue Xian no traicionó ningún indicio de emoción cuando dijo, "Mucha
energía yin".

Normalmente, siempre había un tono específico y animado en su voz. A veces se


burlaba y otras veces se burlaba, pero siempre mostraba una amplia gama de
complicadas emociones entrelazadas, y era obviamente el tipo de persona que nunca
podía estar tranquilo.

Así que el tono apagado y suave que empleaba ahora era demasiado diferente de
su comportamiento normal, haciendo que Jiang Shining se preguntara si algo andaba
mal.

Pero Jiang Shining decidió que era mejor no decir nada, en caso de que provocara
al dragón. Pero no podía ignorar la creciente sensación de pánico derivada de las
cuatro palabras que Xue Xian había pronunciado.

¿Qué significaba "mucha energía yin"?

Fue el Nianqi quien agarró su manojo de palos y dijo: "Si recuerdo bien, ese
barquero dijo que hubo un desprendimiento de tierra en la Prefectura de Anqing".

"¿Eh?" Jiang Shining se volvió hacia el chico.

Con la cara en blanco, el Nianqi le miró fijamente y le dijo con voz sorda: "¿Crees
que hay gente muerta por el derrumbe en esta montaña?"

Jiang Shining engulló. ¿Este chico lo hizo a propósito? ¿Por qué sonaba como si
estuviera contando una historia de fantasmas?

Shitou Zhang parecía que estaba a punto de llorar de nuevo. "¿Qué edad tienes,
muchacho? ¡Deja de intentar asustar a la gente sin razón!"

Nianqi puso los ojos en blanco y golpeó sus palos.

Xue Xian sintió que sus palmas volvían a arder, pero se sentó inmóvil en el rincón
con esos ojos pasivos y medio cerrados. Parecía no estar planeando ninguna otra
travesura, y sin embargo sólo hizo que los demás en el carruaje sintieran una
sensación de presentimiento aún más fuerte.

Mientras el carruaje se quedaba en silencio, Jiang Shining no podía decir si era sólo
su paranoia, pero tenía la sensación de que el silencio pacífico era una olla de sopa,
en la que todos se estaban guisando...

Estaban tardando una eternidad en recorrer este camino de montaña, y el caballo


seguía actuando. Corría un par de pasos, luego disminuía la velocidad para caminar, y
luego disminuía más la velocidad para arrastrar los pies...

Pasó una hora antes de que llegaran a la mitad del camino.

Xuanmin todavía usaba una mano para mantener la cortina abierta, mirando por la
ventana en contemplación. Debido a que no dijo nada, Jiang Shining tomó esto como
una señal tranquilizadora.

En realidad, las palmas de Xue Xian eran extremadamente incómodas... ni siquiera


podía describirlas con precisión como ardiendo. Mientras languidecía, ya no tenía
ganas de encontrar algo con lo que dirigir el calor.

Y ahora que no tenía motivos para hacer travesuras, se dio cuenta de que había
perdido el interés por todo y por todos.

El calor no es completamente insoportable todavía. Déjalo arder, murmuró en su


interior.

Justo cuando el calor comenzó a subir por su muñeca y se extendió por el resto de
su cuerpo, una mano delgada apareció de repente ante los ojos de Xue Xian.

Aturdido, Xue Xian se frotó los ojos y miró a su alrededor. Vio que Xuanmin seguía
sentado junto a la ventana con una mano contra la cortina, mirando tranquilamente
hacia fuera, pero su mano izquierda estaba ahora flotando frente a la cara de Xue
Xian, con la palma hacia arriba.

Por alguna razón, los latidos del corazón de Xue Xian se aceleraron. Pero
rápidamente volvió en sí y dijo en un tono frío, "¿Por qué de repente me muestras tu
mano?"

Finalmente, Xuanmin apartó temporalmente su mirada de la ventana y miró a Xue


Xian, cuyas manos aún estaban pegadas a sus propios hombros. "¿No necesitas
refrescarte?" preguntó.
Luego, volvió a mirar hacia afuera. Su mano continuó flotando frente a Xue Xian.
No se la había quitado.

Toda la rabia que Xue Xian había guardado dentro de él se evaporó de repente.

Pero Xue Xian todavía tenía una pizca de ese orgullo intocable en él. Mientras
miraba la mano de Xuanmin, se mordió la punta de la lengua y frunció el ceño,
pensando. Finalmente, movió su barbilla y dijo con una voz demorada, "Bien. Por una
vez que lo que dices tiene sentido... No te importa si lo hago."

Ansioso ahora, extendió esas dos garras y envolvió con fuerza una de ellas
alrededor de la fría mano que Xuanmin le había dado. La otra de las manos de Xue
Xian se deslizó lentamente en dirección a la cara de Xuanmin, tratando de encerrarse
allí.

Pero fue empujada.

Cuando Xue Xian sintió que el calor se calmaba un poco, se relajó y suspiró un feliz
suspiro. Pero entonces Xuanmin frunció el ceño de repente.

"¿Qué pasa?" Viendo la expresión de Xuanmin, Xue Xian siguió la mirada del monje
y también se asomó por el hueco de la cortina.

A medida que el camino se curvaba alrededor de la ladera de la montaña, podían


ver algo de la ruta que estaba más adelante. Parte de ella estaba completamente
cubierta por una enorme pila de rocas caídas. Las rocas bloqueaban gran parte del
camino, y estaban desordenadas, pero Xue Xian podía ver algo aplastado debajo de
ellas.

"¿Es eso... un carruaje de caballos aplastado bajo las rocas? ¿Todavía hay gente
dentro?" Jiang Shining también exclamó mientras asomaba la cabeza. No podía ver
mucho desde su perspectiva, y se torció el cuello para tener una buena vista.

"Es un carruaje..." dijo Xue Xian. Luego, con melancolía, añadió: "Sigue mirando.
¿No crees que ese carruaje te resulta muy familiar?"

Jiang Shining se congeló en shock. De repente entendió por qué Xue Xian le había
dicho que no se acercara demasiado al hombre con cicatrices y a su compañía...

"Quieres decir... ellos.... son todos..."


"Shhh", interrumpió Xue Xian. "Cuando te encuentras con tales personas, una
cierta palabra es tabú. Si la dices en voz alta, se despertarán."

Hizo una pausa. Luego añadió, "No podemos dejar que vean..."

Xue Xian hizo otra pausa. Hizo un gesto con la barbilla. "O si no, la paz se
romperá."

Pero los caballos trotaban en esa dirección, y sólo había un estrecho camino en la
montaña. No había forma de volver atrás.

"¿Cómo podemos evitarlo?" Preguntó Jiang Shining.

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Capítulo 39: Grupo de Teatro (IV)

El clima era húmedo y oscuro en estas partes, así que la nieve no se acumulaba tan
rápido como en otros lugares. Sólo había una fina capa blanca a lo largo del camino
de la montaña, y, a medida que grupos de personas la atravesaban durante el día,
algunas partes se habían convertido en aguanieve y luego se endurecieron en hielo.
Era peligrosamente resbaladizo. El caballo al frente del tren seguía resoplando y
relinchando sin cesar, y sólo se movía cuando era golpeado por el látigo, corriendo
entre el arranque y la parada.

Pero no importaba lo lento que fueran, sólo tendrían que ir un poco más lejos para
llegar a ese montón de rocas caídas.

"¿Realmente no tienen... ni idea?" Preguntó Jiang Shining, con el cuello rígido y la


cara retorcida por el miedo mientras esperaba la respuesta de Xuanmin o Xue Xian.

Xue Xian dijo, "Yo no diría que no tienen ni idea. Si los miras..." Saltó su barbilla
en la dirección general de los otros carruajes... "Ese caballo ha estado aterrorizado
todo este tiempo. Y antes, cuando estábamos en el puente, tanto el hombre con
cicatrices como el Viejo Li parecían muy reacios a venir aquí también. Hay algo en
ellos que les dice que eviten esta ruta".

Cuando los humanos tuvieron la sensación de que algo malo se acercaba, por
supuesto que querían evitarlo.

A pesar de no tener el uso de sus piernas, el dragón no era de los que se sentaban
en silencio. Incapaz de levantarse e inclinarse para mirar por la ventana, había
conseguido que todo su cuerpo se apoyara horizontalmente en el banco y colgara la
cabeza en el alféizar. Xuanmin no tuvo más remedio que correr hasta el borde para
darle a Xue Xian el espacio que necesitaba. Cuando le había dado la mano al dragón
antes, parecía que lo había equilibrado, y ahora tenía la fuerza para mover la parte
superior de su cuerpo de un lado a otro.

Todo esto había comenzado con Xuanmin encontrándose con un par de demonios y
capturándolos con la intención de enviarlos fuera del reino viviente. ¿Cómo habían
terminado así?

Mientras Jiang Shining se sentaba en su lado del carruaje, la mano temblorosa que
se movía con su túnica traicionaba su ansiedad.
Nianqi lo rozó accidentalmente con su rodilla, y pudo sentir la emoción en el erudito.
No pudo evitar mirar a Jiang Shining con sus ojos medio ciegos y decir, "Nunca he
visto un fantasma tan asustado de los fantasmas".

Jiang Shining respondió: "¿Recuerdas cuando gritabas y llorabas por tus padres en
la tumba?"

Herido por el comentario de Jiang Shining, Nianqi hizo un irritado ruido de "tsk"
con su boca y se dio la vuelta, sin ganas de burlarse de él.

Era joven y no tan valiente, sólo extremadamente terco y mortalmente apegado a


su orgullo. Intentó fingir ser valiente tanto como pudo, pero lo que había pasado en la
Isla de la Lápida había sobrepasado sus límites, por lo que sus verdaderos
sentimientos habían quedado expuestos.

Por el contrario, Lu Shijiu había empezado a ver cosas que la gente normal no
podía ver desde muy joven, y, acostumbrado a encontrarse con todo tipo de cosas
extrañas y mágicas, naturalmente nunca les había tenido miedo.

Sólo ahora que Nianqi había absorbido parte de la personalidad de Shijiu, podía
sentirse un poco más tranquilo.

Lu Nianqi se calmó, y Jiang Shining fue castigado por su comentario... pero ahora
Shitou Zhang comenzó a actuar.

Cuando escuchó que Jiang Shining era un fantasma, comenzó a sentirse muy mal.
Sus ojos de frijol giraron alrededor del carruaje, acogiendo a sus compañeros. De las
cinco "personas" que había aquí, aparte de él, todas las demás eran profundamente
anormales... y en el carruaje que estaba delante de él, e incluso los animales que
tiraban de los carruajes... ninguno de ellos estaba vivo...

¡Dios mío, qué es lo que estaba pasando!

Shitou Zhang quería llorar. Se agarró al calentador y se metió de nuevo en la


pared del carruaje, como si pudiera usar su pura voluntad y cobardía para aplanar su
panza y desaparecer.

"Un poco más..." Xue Xian dijo, mirando por la ventana. "Espera a que el caballo
dé un par de pasos más."
El tren había avanzado por un enorme trozo. La pila de rocas en la curva del
sinuoso camino que había debajo, que previamente habían tenido que levantar para
ver a lo lejos, estaba ahora casi bajo sus pies. A medida que el vagón se acercaba a
la pila, todo lo que la gente tenía que hacer era mirar directamente a la montaña en
la siguiente curva del camino, y ver el vagón aplastado.

Y cuanto más se acercaban a la pila, más se agitaban los caballos. Era obvio por el
sonido del hombre con cicatrices que intentaba todos los trucos del libro para hacer
que los caballos le obedecieran. Y tal vez fue porque la atmósfera en el grupo era
muy nerviosa, pero la voz del hombre con la cicatriz sonaba cada vez más asustada,
y las voces habían empezado a emerger de los carruajes en el frente mientras los
miembros de la compañía murmuraban entre ellos.

Era un ambiente muy estresante.

"¿Crees que mirarán por la ventana y lo verán?" Jiang Shining no pudo evitar
preguntar.

"No", dijo Xuanmin con naturalidad.

Odiaba hablar, e incluso cuando tenía que explicar algo, sólo hablaba de los
detalles más vitales. Este enfoque categórico y directo podía ser muy tranquilizador,
porque no dejaba espacio para que nadie sospechara que había dejado algo fuera.

Jiang Shining se sintió mejor. Pero Shitou Zhang preguntó: "¿Cómo está tan
seguro?"

"¡Porque ellos también están asustados! Deja de hacer tantas preguntas", dijo Xue
Xian. Seguía mirando por la ventana y no se molestó en mirar a Shitou Zhang antes
de decir: "Tu lengua parece ser la única parte buena de todo tu cuerpo". Debería
cortarla y usarla para hacer vino".

Hacer vino...

Xuanmin frunció el ceño, pero no dijo nada.

El dragón siendo argumentativo era una cosa, pero ¿realmente tenía que invocar
imágenes tan repugnantes?

Xuanmin escudriñó el exterior, luego levantó su segunda mano y le dio una


palmada en el hombro a Xue Xian. "Voy a salir".
Aturdido, Xue Xian se volvió hacia él. "¿Tú?"

"Sí". Es eso, o sentarse por aquí escuchando a cierta gente decir todo tipo de
tonterías espeluznantes. Si escuchaba demasiado, perdería el apetito durante los
próximos diez días.

"¿Puedes hacerlo?" Xue Xian entrecerró los ojos. "El carruaje va a llegar muy
pronto. ¿Puedes llegar a tiempo?"

Xuanmin le dio un codazo en el hombro, pidiéndole en silencio que se alejara de la


ventana y se sentara correctamente en su asiento. Entonces, desenganchó el
colgante de monedas de cobre de su cadera y pasó por encima de la cabeza de Xue
Xian.

Era demasiado alto para el pequeño carruaje, y tuvo que agacharse. Una de sus
manos todavía estaba siendo agarrada por Xue Xian, y la usó para ayudarse a salir de
la puerta del carruaje. Su blanca túnica de monje era como el viento y la nieve que
pasaba por todos ellos... en una sola ráfaga, se había ido.

Al ver esto, Shitou Zhang se quedó atónito. Entonces, se apresuró a la ventana, y


vio que esa sombra blanca como la nieve ya había bajado al siguiente tramo del
camino. Xuanmin no hizo ningún ruido... ni una sola piedra fue perturbada.

El grupo dentro del carruaje parecía sorprendido por la elegante manera en que
Xuanmin había partido... todos excepto Xue Xian...

Resopló. Era más o menos así, pensó. Todavía no tan bueno como yo. Jé.

A pesar de esto, se empujó a sí mismo a través del banco para sentarse donde
Xuanmin había estado. Con una mano presionando la pesada cortina, miró hacia
afuera y vio como Xuanmin se abría paso a través del camino de la montaña.

Xuanmin se paró firmemente en la cima de la pila de rocas. Aunque sus pies


descansaban sobre pequeñas rocas del tamaño de puños, no permitió que se
tambaleasen ni siquiera un poco. Levantando la cabeza, Xuanmin miró a la ladera de
la montaña: entre la parte ascendente del camino y la parte descendente, faltaba un
enorme trozo de roca, por lo que incluso la sección ascendente parecía frágil, como si
cualquier otro peso hiciera que todo volviera a deslizarse hacia abajo.
Ese trozo perdido era la pila en la que estaba Xuanmin. Algunas de estas rocas
tenían alrededor de la mitad de su altura... con un deslizamiento de tierra que
violentaba, sin importar los carros de madera, incluso los carros de metal serían
aplastados.

Aparte de la esquina de un carruaje que habían espiado desde lejos, y una cortina
de tela azul, todo lo demás estaba enterrado firmemente bajo la pila de rocas, y los
cadáveres probablemente ya ni siquiera parecían humanos. Incluso si algún día
fueran desenterrados, probablemente se harían pedazos y se esparcirían por todas
partes.

Xuanmin pensó por un tiempo, y luego tuvo una idea.

Xue Xian no era el único que monitorizaba todos los movimientos de Xuanmin.
Shitou Zhang y Jiang Shining se disputaban el espacio en la ventana, y ni siquiera
Nianqi podía evitar asomarse.

"¿Por qué te agitas el cuello?" Xue Xian le dijo al chico. "Estuviste fuera durante
siete días, ¿y ahora tus ojos pueden ver normalmente de nuevo?"

Neutralmente, Nianqi respondió: "Gracias por su preocupación.


Desafortunadamente, mi visión es aún más borrosa."

Cuanto más borrosa era su visión, más ciego se volvía, y más qi podía ver, y
naturalmente las siluetas del qi no eran claras como el cristal.

En realidad, Xue Xian era bastante curioso. Como una bestia mítica, su visión era
por supuesto mucho más aguda que la de los humanos normales, y difícilmente podía
imaginar cómo eran los mundos de Lu Shijiu... y ahora los de Lu Nianqi.

"Con sólo mirarte desde esta distancia, no puedo decir si eres humano o bestia",
dijo Nianqi, describiendo su perspectiva.

Pero...

Eso no sonaba nada bien... sonaba mucho más como si el chico lo estuviera
acuchillando.

"Eso significa que estás mejorando en ver el qi", dijo Xue Xian. Entonces,
enfadado, volvió a mirar a Xuanmin afuera.

Desde su ángulo, podía ver todo lo que Xuanmin estaba haciendo.


Dicen que las espadas, especialmente las espadas mágicas de las leyendas, necesitan
ser despertadas por sangre fresca... sólo la sangre puede liberar su verdadero
potencial, y entonces son capaces de cortar el viento y cortar el agua. Y aunque el
colgante de cobre de Xuanmin no tenía ni filo ni punta, por alguna razón, también
necesitaban ser despertadas por la sangre.

Xue Xian vio como Xuanmin se hacía otro corte en la punta de su dedo y frotaba su
sangre en la superficie de las monedas.

Y entonces ese sonido weng... volvió y las monedas parecieron cobrar vida.
Empezaron a temblar ligeramente, emitiendo un grito lúgubre que resonó débilmente
en la aullante tormenta de nieve. Cuando Xue Xian escuchó este ruido, algo en su
oído se sintió incómodo, y frunció el ceño.

Xuanmin colocó las cinco monedas del colgante en cinco posiciones de la palma de
su mano: norte, sur, este, oeste y centro. Luego, sacó un poco de papel talismán del
bolsillo de su pecho... pero los talismanes estaban vacíos, sin ningún hechizo inscrito
en ellos.

Dobló las hojas amarillas y se inclinó para ordenarlas en las cuatro direcciones
cardinales, pesadas por las rocas. A continuación, los dedos de su mano derecha se
deslizaron sobre las monedas de cobre de su mano izquierda, y sus labios pálidos se
separaron, como si estuviera recitando una oración.

Pero no parecía una oración completa, sino más bien una frase corta y
fragmentada.

Y con eso, las monedas de cobre que habían estado previamente en la palma de
Xuanmin ahora flotaban encima y comenzaban a girar lentamente.

Mientras Xuanmin pronunciaba lo que parecía ser un canto budista y rozaba la


moneda de cara al este, el talismán de cara al este, temblando bajo su roca, empezó
de repente a arrojar un fino chorro de sangre, como si una mano invisible hubiera
sumergido un pincel en tinta carmesí y estuviera inscribiendo constantemente texto
talismán.

Cuando el texto había sido escrito, Xuanmin giró el anillo flotante de monedas en
su mano para hacer otro medio círculo, y luego guardó el pincel invisible.
El siguiente fue el sur;

Luego el norte;

Y finalmente el oeste...

En el instante en que los cuatro talismanes habían sido completados, una enorme
ráfaga de viento se levantó... sonó como el rugido de un tigre y el aullido de un lobo.
Soplado por el viento, la pesada cortina del carro aleteó violentamente contra la
cabeza de Shitou Zhang.

Shitou Zhang sintió que era el hombre más desafortunado del mundo. Se acarició
la cara que le picaba, luego extendió la mano y arrancó toda la cortina de la
ventana... el carruaje era ahora completamente vulnerable al viento, y un frío aire
invernal soplaba en su interior, llevando un fino chorro de nieve.

La nieve estaba fría y erizada, y soplaba tan fuerte contra sus caras que Shitou
Zhang y Jiang Shining cerraron sus ojos como pudieron.

Parpadearon con fuerza y levantaron una mano para bloquear sus frentes... sólo
entonces pudieron abrir los ojos y volver a ver la escena en la montaña.

"Ah..." Shitou Zhang jadeó.

El viento que Xuanmin había invocado había levantado todo el suelo del camino de
la montaña - las rocas y los carros aplastados debajo estaban ahora flotando en el
aire, completamente levantados por ese viento salvaje, y deslizándose lentamente
lejos del camino.

Mientras la masa de tierra y escombros colgaba en el aire, Xuanmin, todavía de pie


sobre dos pequeños bloques de piedra, levantó su pie izquierdo y lo pateó
despreocupadamente.

Y como si fuera arrastrado por un peso de mil jin, todo lo que estaba debajo de los
pies de Xuanmin se lanzó instantáneamente al hueco del valle que había debajo.

Pronto, un débil y apagado sonido de tambor largo, largo, emergió del valle.

"¿Va a volar la montaña?" preguntó Shitou Zhang de manera idiota.

"Entonces debería arrojarte a la explosión", escupió Xue Xian, y luego añadió,


"Probablemente lo haya enterrado".
Tal y como Xue Xian había adivinado, el impacto de las rocas que caían no podía
ser subestimado. Incluso antes de que hubieran caído completamente al suelo, el
barro húmedo y suave del valle de abajo se había hundido en un profundo cráter, en
el que cayeron los cadáveres de los miembros de la compañía y de los caballos, así
como los restos de sus carruajes, rápidamente enterrados bajo el montón de piedra,
que se dispuso suavemente en una tumba.

La nieve que caía comenzó a pegarse a los pedruscos destrozados y se mantuvo,


de modo que cuando el polvo se asentó y el viento rugiente desapareció, sólo había
una fina capa blanca que se asomaba al valle, como si la tumba se hubiera cubierto
con un trozo de papel moneda.

Así, Xuanmin había realizado una simple serie de ritos funerarios...

Xuanmin frotó la sangre de su colgante de monedas de cobre y lo enganchó de


nuevo en su cadera. Luego se volvió a la tumba y se inclinó en un saludo budista.

Luego, su túnica de monje, parecida a una nube, se ondeó en el viento, y con un


ligero barrido de la tela de cáñamo, desapareció en el espeso bosque del valle.

Para Xuanmin, saltar hacia atrás por el lado escarpado de la montaña no era en
realidad más difícil que bajar de ella. A pocos pasos, ya había llegado a la parte del
camino de la montaña donde antes había estado el montón de rocas. Los carruajes de
la compañía de teatro finalmente doblaron esa última esquina y se dirigieron
directamente hacia él. Podía oír los gritos del hombre con cicatrices, y pronto el
hocico de ese testarudo caballo también saldría a la vista.

Para evitar ser visto por el hombre con la cicatriz, Xuanmin pateó la tierra y usó el
impulso para saltar más alto en la montaña, planeando acercarse al carruaje desde
arriba. Justo cuando hizo regresar a Xue Xian y a los demás, notó de repente que, en
una zona ligeramente alejada del camino, quedaba una pequeña pila de rocas, y que
debajo de esas rocas había dos cuerpos anónimos.

Ese montón había sido ocultado por la irregularidad de la montaña, y, desde el


punto en que Xuanmin había llegado al camino, no había sido capaz de verlo.

Parecía que, cuando el derrumbe había aplastado el tren principal, dos personas
habían sido capaces de salir y escapar, sólo para ser asesinados por una segunda
corriente de rocas que caían.

El vagón iba a aparecer en cualquier momento, pero Xuanmin no tuvo tiempo de


barrerlo y volver a colocar sus talismanes.

Y justo antes del inminente desastre, la larga silueta de un dragón negro emergió
de detrás de la montaña.

¡Xue Xian!

Esta bestia insistió en hacer todo con excesivo estilo. Dos rayos cayeron sobre las
rocas que habían aplastado a los dos artistas, y las rocas estallaron en un millón de
pequeños pedazos. El dragón se acercó sin decir palabra, envuelto en un torrente de
viento, y, con un movimiento de cabeza, el viento barrió los dos cuerpos y el polvo de
las rocas, y los hizo caer por la ladera de la montaña. Desaparecieron en ese espeso
bosque del valle.

Hu---

El viento se asentó de nuevo, y los árboles dejaron de temblar también.

Esos dos cuerpos cayeron al suelo y fueron cubiertos rápidamente por la densa
masa de polvo. No se asomó ni una sola mancha de piel.

Hu--- Alarmado por el viento, el hombre con cicatrices había tirado de sus riendas y
el carruaje se había detenido. Ahora que parecía haberse disipado, volvió a chasquear
el látigo.

Los caballos aterrorizados llegaron a la parte mortal del camino de la montaña y,


viendo que la zona estaba vacía, se calmaron de repente también. Ahora, los trotes
de los caballos avanzaron, deslizándose suavemente por el lugar, y llegaron a la parte
irregular.

Xue Xian no podía mover la mitad inferior de su cuerpo, ni podía sentirlo. Usó sólo
la parte superior de su cuerpo para ascender por el lado de la montaña y se las
arregló para arrastrarse por el sendero de la montaña, evitando por poco la línea de
visión del hombre con cicatrices.

Pero su cola no llegó a aterrizar, y en el preciso momento en que el hombre con


cicatrices doblaba la esquina con los carruajes, la desafortunada cola cayó con un
xiu... y se balanceó sin fuerzas por la ladera de la montaña de modo que quedó justo
delante del hombre con cicatrices.

El hombre con la cicatriz se quedó boquiabierto.


Xuanmin, que estaba en la misma parte del camino cuesta arriba que Xue Xian,
suspiró con exasperación. De manera silenciosa para no ser notado, se dirigó hasta la
cola de la bestia y la movió del camino.
Capítulo 40: Mesero (I)

A un lado del camino de la montaña nevada yacía el exhausto dragón negro. Al otro
lado estaba el hombre petrificado sentado al frente de un carruaje de caballos,
preguntándose si era sonámbulo en vida. Y luego estaba el joven monje, mirando
hacia abajo, sosteniendo la cola de cierta bestia en sus brazos. Juntas, las figuras
formaban las tres armoniosas puntas de un triángulo, y, todas congeladas en su
lugar, parecían un cuadro estático.

Permanecieron así durante mucho tiempo, sin que nadie se moviera.

Después de unos cien años, el hombre con la cicatriz fue el primero en moverse...

Sus húmedos globos oculares giraban alrededor. Luego, levantó su rostro y miró
fijamente hacia la dentada montaña, confundido... pero todo lo que vio fue el oleaje
de la nieve blanca y un pedazo de cielo oscuro. No había ninguna criatura volando
sobre él. Recordó lo que acababa de ver: largo y delgado, con escamas por todo su
cuerpo. ¿Podría ser otra cosa...

Sentía que ya casi no podía recordar. En cualquier caso, algo había pasado por
delante de él unas cuantas veces, casi quitándole la cabeza.

¿Pero cómo pudo desaparecer de repente una cosa tan enorme?

"Maestro de Tropa", ¿por qué nos hemos detenido? ¿Alguien preguntó desde el
otro lado de la cortina de un carruaje?

Fue entonces cuando el hombre con la cicatriz volvió a sus cabales. Sacudió la
cabeza con fuerza, tratando de apartar lo que creía haber visto. Debo estar
demasiado cansado por el viaje. Me confunde.

Tomó el frasco de vino que estaba a su lado. El vino no parecía haber sido
fabricado en el área de Jiangnan, parecía venir del norte de la Gran Muralla. Fuerte y
rígido, el alcohol caliente fue directo al corazón. El hombre con cicatrices tomó un
sorbo para volver a la vida, y encontró que sus manos también estaban mucho más
calientes. Decidió continuar su camino.

"Qué...?" El hombre con cicatrices echó una última mirada desconcertada a su


alrededor, y luego rompió el látigo. El tren de carga se puso en marcha.
Cuando el rítmico sonido de las pezuñas comenzó a retroceder en esta parte del
camino y dobló otra esquina cuesta abajo, el dragón negro que se escondía arriba
puso los ojos en blanco y finalmente suspiró.

Cuando los dragones respiran, naturalmente no respiran como los humanos,


abriendo y cerrando casualmente nuestras fosas nasales... Para los dragones,
siempre existe un gran riesgo de convocar otra poderosa ráfaga de viento asesino.
Para permanecer en silencio y asegurarse de que el hombre con cicatrices se moviera
lo más rápido posible, Xue Xian había dejado de respirar por completo, y el esfuerzo
de contener la respiración casi le había causado un desmayo.

Ahora que el peligro había pasado, la bestia se animó de nuevo, como si no


estuviera atrapado medio paralizado en medio de una montaña.

Arqueó su cuerpo y miró hacia abajo a Xuanmin, que todavía sostenía su cola.
Dijo: "Mira eso", retumbó. "Todavía tuve que venir y limpiar la escena del crimen
para ti. Si no fuera por mis rápidos reflejos, ese hombre con cicatrices se habría
enfrentado cara a cara con su propio cadáver."

¡Qué audacia!

Xuanmin se había agachado para bajar con cuidado la cola del dragón, pero ahora
se puso rígido y enderezó su espalda de nuevo.

No dijo nada, sólo continuó agarrando la punta de la cola de Xue Xian y le miró
fríamente, como diciendo: "Intenta decir eso una vez más".

Xue Xian miró su cola con odio. Deseaba poder corta la estúpida cosa. Cuando se
transformaba en dragón pequeño, Xuanmin la había pellizcado para controlarlo, y
ahora que era grande, aún no podía escapar de las malvadas garras de ese burro
calvo. ¿Qué sentido tenía? ¡¿Eh?!

Así que miró fijamente a Xuanmin, y Xuanmin le devolvió la mirada con el rabo en
la mano, ni altivo ni humilde, esperando claramente que Xue Xian se retractara de lo
que había dicho.

No estaría bien tener su cola en las manos de Xuanmin de esa manera. La cola no
sólo era una parte sensible del cuerpo de Xue Xian, sino que también era una prueba
del momento humillante que acababa de experimentar, que era otro insulto a su
dignidad.

Así que después de mucho tiempo luchando contra la mirada de Xuanmin, Xue
Xian finalmente, a regañadientes, se burló y decidió comprometerse. "¡De acuerdo,
de acuerdo, eres el mejor!" refunfuñó.

Tranquilamente, Xuanmin preguntó, "¿Quién limpió la escena del crimen?"

Xue Xian puso los ojos en blanco. Con una irónica voz de cantante, respondió, "Tú
lo hiciste... limpiaste la escena del crimen, ¿contento ahora? Bien, ¿puedes soltarme
ahora?"

Al oír esto, Xuanmin se inclinó lentamente y soltó las manos, poniendo la rebelde
cola del dragón en el suelo.

Xue Xian sintió que si pasaba más tiempo con este burro calvo, empezaría a perder
años de su vida.

Los dos habían perdido un tiempo precioso peleando por esta tontería. Cuando Xue
Xian se deslizó detrás de una curva de la montaña para transformarse en humano y
ponerse la ropa, y luego acompañó a Xuanmin de vuelta a su carruaje, el tren de la
compañía ya había abandonado el traicionero camino de la montaña y comenzaba a
acercarse a la ciudad que tenía delante.

El cielo se volvió aún más oscuro... había caído la noche.

"Es casi de noche. ¿Cuándo vamos a llegar a la ciudad?" Shitou Zhang había
enganchado la cortina a la ventana y se asomaba por su separación. A pesar de toda
la conmoción del viaje, nada malo había terminado sucediendo - pero Shitou Zhang
no quería pasar otro momento en este tren fantasma. Cuanto antes pudieran llegar a
la ciudad, antes podría separarse de la compañía.

"Casi ahora", dijo Jiang Shining. Señaló el manto de nieve de afuera. "Desde que
entramos en esta carretera, se pueden ver muchas más huellas de ruedas. Parece
que no estamos lejos de las puertas de la ciudad."

La mirada de Shitou Zhang cayó sobre el paquete de comida y su boca comenzó a


hacer agua. Mientras su estómago retumbaba con fuerza, se quejó: "¿Podemos
tomarnos un descanso una vez que lleguemos a la ciudad? Vamos a comer algo. Me
muero de hambre".

Inmediatamente, el estómago de Nianqi también gruñó.


"¿También tienes hambre?" Preguntó Jiang Shining.

Muchos aspectos de la personalidad de Nianqieran todavía infantiles: parecía


pensar que tener hambre era una fuente de vergüenza. "No", refutó. "Ese no era yo."
Como siempre, su tono era terco y frío, pero las puntas de sus orejas se volvieron de
color rojo brillante.

Xue Xian estiró los músculos de su hombro y dijo perezosamente: "Esta tormenta
de nieve está aún lejos de terminar. Mira el cielo por ti mismo. Podría empeorar antes
de mejorar. Además, los caballos también son lentos. Realmente no importa cuando
lleguemos allí mientras lo hagamos."

El miembro más quisquilloso y difícil de complacer del grupo había hablado...


parecía estar de acuerdo con la comida.

Y en cuanto al otro...

Jiang Shining echó un vistazo a Xuanmin y vio que el monje no tenía intención de
decir nada - lo que básicamente significaba que él también estaba de acuerdo.

Después de una hora, el tren comenzó a disminuir la velocidad, y el sonido de las


voces se dirigió hacia ellos.

"¡Estamos aquí!" Shitou Zhang se frotó excitadamente las manos, como una
enorme mosca.

El pueblo en el que se detenían era la sede del condado de Huazhi. Aunque sólo
era una ciudad menor en la Prefectura de Anqing, su proximidad al río - era la ciudad
más cercana al Puerto de Guanyin - la convertía en una ciudad animada y ocupada.
Pero la ciudad en sí misma era inusualmente pequeña: caminar por cada calle dentro
de sus muros sólo tomaría unas dos horas como máximo. A pesar de su tamaño, la
ciudad todavía tenía reglas estrictas para los que entraban y salían.

Xue Xian ya había pasado por esta ciudad antes. Si lo recordaba correctamente,
los guardias de la ciudad eran muy estrictos a la hora de buscar e interrogar a los
visitantes. Hacían que todos se bajaran de sus caballos y abrieran las puertas de sus
carros. Todo el mundo, tanto si estaban de paso como si pasaban unas cuantas
noches, e incluso los que habían venido de regiones dispares, tenían que dar sus
nombres a los guardias.
De hecho, después de responder algunas preguntas preliminares, el hombre con la
cicatriz hizo que el tren se detuviera fuera de las puertas de la ciudad. Un guardia se
acercó, sosteniendo un libro de nombres en su mano, y comenzó a contar el número
de pasajeros en cada vagón.

Cuando abrió la puerta del último vagón y miró dentro para comprobarlo, las
expresiones de los grupos se apagaron con fascinación...

La mitad de la cara del guardia estaba pintada con un gran parche de pasta
medicinal oscura, al igual que el dorso de su mano. La pasta emitía un olor inusual.

El guardia también parecía cohibido por el hedor de la medicina en él, así que hizo
su revisión apresuradamente -aunque miró a Xuanmin dos veces- y luego dio un
portazo en la puerta del vagón e hizo un gesto para que el tren continuara.

"¿Por qué miraba al Maestro?" Preguntó Jiang Shining.

"Quién sabe. Tal vez no parece una buena persona", dijo Xue Xian. Parecía muy
absorto por el paisaje fuera del vagón, y se negó a apartar la mirada de la ventana.

Nadie respondió. El miembro de aspecto más fiable del grupo era Xuanmin, y el
dragón tuvo la audacia de difamarlo.

El hombre con la cicatriz y su compañía fueron muy amables. Llevaron a Xue Xian
y a los demás hasta la puerta de una posada, y sólo entonces se despidieron.

La compañía de teatro parecía tener prisa por llegar a alguna parte, y no se atrevió
a retrasarse. Ellos mismos no tenían ningún plan para permanecer en Huazhi.

"Si quieres alquilar un carruaje, simplemente habla con el posadero. El condado de


Huazhi es diminuto: si un techo se cayera y aplastara a cinco personas, tres de ellas
serían parientes. El posadero podrá encontrar fácilmente un carruaje. Sólo dale un
consejo". Este fue el consejo de despedida del hombre con cicatrices.

Naturalmente, Xue Xian y los demás tampoco se subieron gratis al carruaje de la


compañía.

Pero todos los artistas de la compañía se negaron a aceptar la plata de Xuanmin,


alegando que como nunca aceptaron dinero por sus actuaciones al final de cada
invierno, definitivamente no podían aceptar dinero para el viaje. Jiang Shining, el
único miembro del grupo que realmente sabía cómo interactuar con los demás,
negoció con ellos durante un largo tiempo, pero no pudo conseguir que aceptaran la
plata. Su rostro comenzó a traicionar un sentimiento de desesperación.

Finalmente, Nianqi fue el que habló. "Está bien. Habrá una forma de devolverles el
dinero en otro momento".

Mientras decía esto, sus dedos golpeaban sombríamente el haz de palos en su


mano... su mente parecía estar muy lejos.

"¿Has... has adivinado algo?"

Nianqi no dijo nada excepto, "No les deberemos nada".

Ni siquiera Xue Xian dudaría de las palabras del pequeño adivino, y mucho menos
de Jiang Shining. La compañía de teatro se despidió por última vez y se dirigió de
nuevo a la puerta de la ciudad, desapareciendo rápidamente en la noche.

Incluso cuando se sentaron en una mesa de la posada y se prepararon para pedir


la comida, la atención de Xue Xian estaba completamente centrada en la calle.

"¿Qué has estado mirando todo este tiempo?" Preguntó Jiang Shining.

"Muchas cosas. He estado aquí antes. Las calles no están tan ocupadas como
antes. Hay mucha menos gente de lo normal. Y... hay carteles pegados por todas las
paredes, ¿los has visto?" Xue Xian respondió.

"¿Qué carteles? Déjame ver", dijo Shitou Zhang. Odiaba estar ocioso, así que se
escabulló de la posada... pero pronto regresó, moviéndose torpemente con su camisa.
El grupo estaba sentado en un rincón de la posada, detrás de un gran pilar rojo, para
que el resto de los clientes no pudieran verlos fácilmente.

"No sé si se te permite quitar esto", dijo Shitou Zhang. "Encontré este en el suelo."
Se lo sacó de la camisa y lo alisó sobre la mesa. "Mira..."

La calle no estaba bien iluminada, así que Shitou Zhang no había mirado lo que
decían los carteles. Ahora que estaba colocado frente a ellos, todos en la mesa se
congelaron, y luego miraron atónitos a Xuanmin.

"Maestro, esto..." Shitou Zhang tartamudeaba. "¿Cómo acabaste en un cartel de


"Se busca"? ¿Qué hiciste?"

Frunciendo el ceño, Xuanmin continuó estudiando el dibujo.


"En el condado de Ningyang, ¿no confundió el Oficial Liu al Maestro con el hombre
del cartel de "Se busca"?" Jiang Shining comentó. "Pero luego dijo que no era él."

Xue Xian extendió la mano y tocó el cartel. "Vi el cartel de Ningyang. Aparte del
hecho de que el monje de ese también tenía un lunar en el cuello, no se parecía en
nada al burro calvo. Era mucho más viejo."

Pero este póster...

"¿No decían que los carteles de Ningyang habían estado en pie durante casi un
mes?" Xue Xian añadió mientras cogía el póster y lo agitaba ligeramente. "Este
parece... que ha sido colocado recientemente."

Y la imagen de este póster había sido actualizada en gran medida. El hombre en él


parecía más joven, y todos sus rasgos estaban dibujados de forma diferente, así que
ahora... se parecía misteriosamente a Xuanmin.

Mientras tanto el volante:


Capítulo 41: Mesero (II)

Pero el poster era muy peculiar. Aparte del boceto del acusado y una breve
descripción de su edad y apariencia, no había ninguna otra información... ni siquiera
cuáles eran sus crímenes, ni el por qué lo buscaban tan exhaustivamente. Solo había
una vaga nota sobre su naturaleza peligrosa, y que no se acercasen a él si lo veían,
sino para alertar inmediatamente a los oficiales del condado.

Jiang Shining todavía estaba sorprendido por las similitudes del dibujo con Xuanmin.
Miró fijamente a la distancia, reflexionando durante mucho tiempo, y luego, volvió a
estudiar el dibujo...

"Los ojos son más pequeños que los del Maestro", dijo finalmente Shitou Zhang sin
levantar los ojos del cartel. Luego, con un suspiro, como si de repente hubiera
descubierto la tierra mientras estaba en el mar, señaló la frente dibujada y dijo: "Si
miras de cara, hay un pequeño lunar aquí, que el Maestro no tiene. Y el puente de la
nariz también es más plano."

Xue Xian miro el lunar en el cartel. Para ser honesto, eso podría haber sido una
salpicadura de tinta del artista, y no parte del retrato.

Entonces, Jiang Shining señaló el texto debajo de la imagen. "No solo mires el
parecido. Lee el texto. Dice aquí que el monje tiene pómulos altos y nariz aguileña."

Mientras hablaba, cuatro pares de ojos se volvieron para inspeccionar las mejillas y
nariz de Xuanmin.

Xuanmin no dijo nada.

No estaba acostumbrado a que lo miraran de esta manera. Con un ligero ceño


fruncido y expresión vacía y helada, no parecía nada accesible.

Jiang Shining y los demás desviaron su mirada torpemente. Pero, Xue Xian, él único
que no le temía a Xuanmin, se acercó y empujó la cara del monje a un lado para
observar su perfil. "No tiene el tipo de nariz aguileña", comentó.

Xuanmin apartó su garra sin ley y continuó frunciéndole el ceño al cartel.

"Ignora todo lo demás por un segundo y mira la expresión del Maestro. Está claro que
no es el hombre del cartel. Si realmente fuera un criminal, ¿Luciría tan despistado
ahora mismo? ¡Nadie es tan bueno en la actuación!" El estatus de Shitou Zhang era
definitivamente el más bajo en la jerarquía del grupo, así que quería besar traseros
en cualquier oportunidad que tuviera. "Además, aunque el monje de esta foto se
parece un poco al Maestro, su cara es mucho más aterradora. Observa la mirada
malvada en los ojos de este hombre..."

Mientras parloteaba, Xue Xian se rió para sí mismo. Ese burro calvo no tiene por qué
actuar como despistado. Con su amnesia, incluso si es un criminal, probablemente lo
ha olvidado todo. Por supuesto que no sabría el por qué lo persiguen. Y sin
embargo...

Los detalles de la nariz y los pómulos no coinciden. El cartel solo mostraba la vista de
frente, así que era imposible saberlo.

Mientras caía profundamente en sus pensamientos, comenzó a escuchar el estruendo


en la posada nuevamente. La voz de un cliente de una mesa cercana llegó a su oído,
Xue Xian echó una mirada furtiva.

"¿Es ese monje el del cartel de 'Se busca'?", le dijo uno de ellos en voz baja a su
compañero.

Los oídos de Xue Xian eran más agudos que el de los humanos, por eso podía oír.

"Lo he estado observando desde que llegó, pero, no es él", fue la respuesta. "Nuestro
condado es el más cercano al puerto del río, y con toda la gente entrando y saliendo,
sabes tan bien como yo cuantos monjes al azar han sido encerrados por la oficina del
condado. El de anteayer se veía exactamente como en la foto, pero los funcionarios
del condado dijeron que no era él, y que el que buscaban tenía los pómulos aún más
altos..."

El cliente señaló a Xuanmin. "Los pómulos de este no son ni siquiera tan marcados
como los de ese tipo, así que ni lo pienses. Además, ese monje sospechoso fue
capturado por los guardias fuera de las murallas de la ciudad, así que ¿Cómo pudo
haber llegado este hasta el interior? Y mi cuñado trabaja en la oficina del condado.
Ayer me dijeron que añadieron más detalles a la descripción del monje. El cartel
tendrá que ser actualizado en un par de días."

"¿Otra vez? Lo han cambiado al menos tres veces en las últimas dos semanas. ¿Cómo
es posible que no lo hayan hecho bien? ¿Qué tipo de persona cambiar de repente su
apariencia?"

"¡Quien sabe!" El cliente sacudió la cabeza. "Al principio, todos en el condado echaban
un doble vistazo en cuanto se encontraban con un monje. Ahora que siguen
cambiando el cartel, nadie quiere molestarse con ello."

Habiendo visto el póster, y luego escuchando esa conversación, Xue Xian finalmente
entendió por qué el guardia de la puerta había parecido brevemente desconfiado de
Xuanmin, pero luego los dejó continuar.

Aquellos que no conocían a Xuanmin, lo descartarían rápidamente de la sospecha de


ser el hombre del cartel, simplemente basándose en las diferencias que tenía con la
descripción, así como en las razones que los dos clientes acababan de exponer.
Además, su comportamiento era el de un monje que acababa de dejar el templo y
entrar a la sociedad. La mayoría de la gente se sorprendió inmediatamente por ese
temperamento al conocerlo, y solo notaron los detalles de su apariencia en un nivel
secundario. Y los monjes con tal temperamento no eran generalmente tomados como
malhechores.

Pero, a diferencia de la gente común, Xue Xian conocía otra faceta de Xuanmin: era
un mago extremadamente poderoso, y tenía amnesia.

Si un hombre era simplemente alguien que se parecía a un cartel de 'se busca', pero
con algunas diferencias significativas, entonces era normal concluir que no era el
mismo hombre.

Pero, si el hombre se parecía a la persona, y sus orígenes y antecedentes no estaban


claros, y tenía un misterioso problema de salud que le hacía olvidar todas las cosas
que le habían sucedido anteriormente... Si todas esas cosas se unen en una sola
persona, ¿podría explicarse realmente el cartel de 'se busca'?

Realmente... ¿Se podría?

Xue Xian entrecerró los ojos mientras observaba a Xuanmin y sorbía su té. Xuanmin
seguía mirando fijamente el cartel, sin notar la mirada del dragón.

"Señor, sus platos están aquí..." Todos los meseros de la posada estaban bien
entrenados. Llevaban una gran bandeja de madera en una sola mano, y eran capaces
de mantenerla firme incluso cuando en ella llevaban cuatro platos diferentes, sin que
se derramara ni una sola gota de salsa.

Pero, el mesero que les traía los platos era diferente del que les había servido el té.
La mayoría de los restaurantes tenía la regla no escrita, la cual era que el mesero que
les daba la bienvenida debía permanecer con ese grupo hasta el final de su comida.
Rara vez cambiaban de mesas, en caso de que sirvieran a un cliente generoso que
aprobara su servicio ágil y su conversación comprensiva, y dejará una gran propina.

"¿Eh? ¿Dónde está el mesero de antes?" Shitou Zhang no podía callarse, y siempre
tenía que estar haciendo preguntas. Cuando le dijo esto al mesero, fue una pregunta
casual sin ninguna intención.

El mesero sonrió y dijo, "Oh, cuando Qijin estaba cogiendo los platos en la cocina
hace un momento, se quemó la mano con los platos de cerámica, así que me pidió
que lo sustituyera. Estos bollos de cerdo al vapor acaban de salir de la olla. Están un
poco calientes, así que, por favor, ten cuidado.
Luego, agregó rápidamente. "Que tengas una buena comida", antes de inclinarse y
retirarse mientras sonreía educadamente todo el tiempo.

El grupo en la mesa no pensó más en ello. No habían comido nada en todo el día.
Cuando estaban esperando su comida, no habían sentido hambre, pero ahora que los
platos estaban colocados en la mesa, y el vapor les llevaba a sus narices una sabrosa
fragancia, estaban hambrientos. Prepararon sus palillos y empezaron a comer, sus
mentes ya no tenían espacio para nada más.

Como la última vez había sido víctima de los trucos vegetarianos de Xuanmin, Xue
Xian había insistido en pedir todos los platos el mismo.

Los bollos de cerdo al vapor eran pegajosos y suaves, la sopa de pollo de olla de
tierra era densa y rica, el pudín de setas silvestres y tofu todavía rebosaba vapor, y la
gelatina de malvavisco se apilaba en una torre ordenada y transparente - también
habían bollos de carne con bases doradas que rebosaban de salsa picante al primer
bocado...

Shitou Zhang pensó que se iba a desmayar por el éxtasis, e incluso NianQi no pudo
evitar lamerse los labios.

"¿Cómo sabes todas las especialidades de cada restaurante?" preguntó Jiang Shining
con tristeza. Como fantasma, tenía que sentarse en el lugar más oscuro y no podía
probar ni un solo bocado de comida. Ante tan delicioso banquete, todo lo que podía
hacer era dirigir su resentimiento a Xue Xian.

"No parezcas tan miserable", dijo Xue Xian. "Sólo... percibe el olor."

Cuando estaba sano, aunque no le gustaba pasar mucho tiempo entre los
humanos, se había familiarizado con los restaurantes y los salones de vino. Siempre
que salía del agua para hacer un recado, era sencillo atravesar las nubes y llegar
inmediatamente a su destino. Pero nunca tenía prisa: en su camino de regreso,
siempre escogía algunos pueblos en el camino y se escabullía para descubrir algunas
delicias locales poco conocidas.

Incluso en los seis meses que estuvo medio paralizado, no se privó de ese placer, y
encontró la manera de ordenar a otros para que le llevaran buena comida cada día. Y
entonces... desde que conoció a Xuanmin, ahora pasaba dos o tres días sin un solo
grano de arroz. ¡Ridículo!
Al pensar en esto, Xue Xian se enfadó de nuevo, y agarró sus palillos con más
fuerza como si estuviera a punto de volver a comer todos los platos que se había
perdido.

Xuanmin todavía estaba pensando en el cartel, pero la criatura que estaba a su


lado se movía demasiado, sus palillos se movían a la velocidad de un rayo cuando
tragaba su comida, y eso le distraía demasiado. Xuanmin no tuvo más remedio que
doblar el cartel.

El restaurante era inusualmente generoso con sus porciones. Cada plato estaba lleno
de comida, especialmente los bollos de cerdo al vapor, que llenaban todo un cuenco
profundo. El envase para el pudín de setas y tofu era tan grande que parecía que
habían sacado toda la olla.

Mientras Xuanmin escudriñaba la comida, pensó que era suficiente para una
docena de personas.

Nunca comió mucho, así que sólo se sirvió un pequeño tazón de pudín de tofu y
comenzó a llevarse lentamente cucharadas a la boca, una compostura que
contrastaba con la de Xue Xian que estaba a su lado.

Cuando Xuanmin terminó el tazón de pudín, dejó su cuchara.

"¿Estás comiendo comida para gatos? ¿Cómo es que ya estás lleno?" Preguntó Xue
Xian.

Xuanmin echó un vistazo a su lado de la mesa, a la montaña de huesos de cerdo y


pollo. Y la bestia que se mostró maliciosa... él también parecía pensar que había
escupido demasiados huesos, por lo que había usado sus palillos para cortar la pila
por la mitad y empujar parte de ella hacia Xuanmin, como si los huesos hubieran
salido de ambos.

Xuanmin se quedó sin palabras.

¿Quién había oído hablar de un monje que escupiera huesos de cerdo y de pollo?

Shitou Zhang, Jiang Shining y NianQi se quedaron boquiabiertos mientras Xue Xian
chupaba un pedazo de carne que quedaba en un muslo, y luego dirigieron su mirada
a Xuanmin, que luego descendió hasta los montones de huesos que estaban cerca de
él.
Viendo esto, Xuanmin miró su montículo, que era el doble del tamaño del
montículo que Xue Xian se había atribuido a sí mismo.

¿Quién creería que...

Jiang Shining felicitó a Xue Xian. "Te admiro".

Xue Xian lo ignoró.

No importa cuánta hambre tenga alguien, su apetito sigue limitado al de un ser


humano. Cuando Xuanmin había escaneado la comida, había calculado que el grupo
sólo podría comer la mitad de la comida antes de desplomarse. Y aun así Xue Xian
nunca había dejado descansar sus palillos ni una sola vez.

No era un comensal desordenado: sus modales no traicionaban su hambre, sino


que permanecían firmes y tranquilos, y, junto con su rostro, era casi una hermosa
escena. Pero...

¡La bestia realmente podía comer!

Xue Xian limpió todos los platos de la mesa, y luego hizo señas al camarero para
que pidiera un pollo entero en cazuela de barro, que poco a poco fue limpiando
también.

Xuanmin observó, con el ceño fruncido, cómo Xue Xian se tragaba su último
bocado, y luego no pudo evitar decir: "¿Puedes siquiera pararte?" En otras palabras...
¿No estás comiendo demasiado?

"No es que realmente necesite caminar. Deberías preocuparte por si tienes


suficiente fuerza en tus brazos," dijo Xue Xian. Tuvo que ser llevado dentro y fuera
del barco y del carruaje, y se rindió completamente a tratar de resistirlo. "Además,
estoy saboreando todos los diferentes sabores. Cuando realmente llegó a ello, con
alguien de tu tamaño, podría atar a diez de ustedes y arrojarlos a todos en una jaula,
y todavía sería capaz de comerlos todos. Estoy ejerciendo moderación aquí,
¿entiendes?"

Mientras decía esto, extendió sus brazos para delinear el tamaño de la jaula, esos
dedos grasientos se dirigieron hacia la cara de Xuanmin.

Con una expresión en blanco, Xuanmin tomó una toalla caliente de la mesa,
envolvió la garra del dragón en ella y la devolvió a la mesa. "Lávate las manos antes
de moverlas", dijo.

"Eres tan complicado..." Xue Xian se quejó.

La tormenta de nieve no parecía que fuera a cesar antes del amanecer, y el


carruaje de caballos que le alquilaron al posadero sólo podría salir al día siguiente. El
grupo se registró en algunas habitaciones de la posada, planeando pasar la noche y
dirigirse a Qingping a primera hora de mañana: primero encontrarían a la hermana de
Jiang Shining y harían los ritos para los padres Jiang, y luego seguirían la visión de
NianQi y localizarían a la persona que le había hecho el encargo a Shitou Zhang.

Mientras subían las escaleras, Xue Xian miraba ociosamente alrededor de la


posada, y vio que, en la esquina, cerca de la entrada de la cocina, había un hombre.

Xue Xian vio que la mano del hombre estaba vendada, y recordó al camarero que
les había saludado primero y les había servido el té. ¿Cómo se llamaba?

Oh, claro, Qijin, que significaba siete jin¹. Probablemente había sido apodado por
su peso al nacer, apropiado para un bebé débil que podría no vivir más allá de la
infancia.

Cuando Qijin se encontró con los ojos de Xue Xian, primero se congeló, luego
rápidamente asintió con la cabeza a Xue Xian y desapareció en la cocina.

Xue Xian no le dio mucha importancia. Su mente estaba en otra cosa: como no
podía caminar, necesitaba ayuda en caso de que tuviera que moverse por la noche,
así que él y Xuanmin compartían una habitación. Esto era excelente, porque planeaba
hacerle a Xuanmin algunas preguntas sobre su amnesia, para tratar de ver si el
monje que el gobierno perseguía era realmente el burro calvo.

Mientras el grupo se instalaba en sus habitaciones, Qijin, en el rincón de la cocina,


se frotó la mano herida y charló con el camarero de piel oscura que lo había
reemplazado.

"¿Estás seguro?" dijo el camarero de piel oscura en voz baja.

"Sólo lo vi una vez..." Qijin hizo una pausa y añadió: "Además, sabes que el Gran
Sacerdote lleva una máscara de plata todos los días, para que nadie pueda ver su
cara. Pero, puedes ver sus ojos. En ese momento, yo estaba de pie en la parte
delantera, y alguien chocó conmigo de espaldas. Casi corrí hacia el desfile de Taishan.
El Gran Sacerdote... me miró fijamente. Estaba tan asustado que no podía moverme.
¿Cómo debo decir esto...?"

Con una mirada desesperada en su rostro, Qijin dijo: "Si miras esos ojos una vez,
no puedes olvidarlo por el resto de tu vida. El día de hoy, estaba sudando por todas
partes. Y cuando ese cliente me miró, tuve la misma sensación. Mis rodillas se
doblaron".

El camarero de piel oscura seguía siendo escéptico. "Pero..."

"Además, aunque nunca he visto la cara del Gran Sacerdote, sí pude ver la forma
en que miraba desde la parte de atrás. La forma en que se movía, ese
comportamiento, nunca lo olvidaré. ¡Y este cliente se veía exactamente igual desde
atrás!"

"Pero no tiene sentido. ¿Por qué vendría el Gran Sacerdote a un lugar como este?
¿No dicen que se ha encerrado a sí mismo?"

" Tú sabes de esos carteles de 'se busca' por toda la ciudad en estos días... Están
buscando a un monje. El parecido coincide con ese cliente. ¿Crees que...?"

El camarero de piel oscura frunció el ceño pensando. Luego dijo, "Está bien. ¿Qué
tal si cuando termine nuestro turno, vamos a la oficina del condado?"

•───────────•

¹ Un jin es una unidad de masa tradicional china, que es usada ampliamente en las
tiendas y comercios para pesar alimentos. Un jin equivale formalmente a 604,78982
gramos en Hong Kong, 604,79 gramos en Malasia y 604,8 gramos en Singapur. En
otros países el peso ha sido redondeado a 600 gramos.
Capítulo 42: Mesero (III)

Xuanmin era extremadamente exigente. No podía soportar nada sucio o


desordenado, así que todas las habitaciones que había alquilado eran de la más alta
calidad. Puede que tenga muchas piezas de plata, pero no podía seguir gastando así.
Xue Xian se preguntó cuánto tiempo duraría el resto del dinero del monje. Y si
realmente lo gastaban todo, ¿Cómo planeaba Xuanmin conseguir más? Aunque el
burro calvo era un hábil exorcista, no parecía ser el tipo que empezaría a cobrar por
sus servicios.

Las habitaciones de esta posada no eran tan lujosas como en la Morada de las
Nubes, pero estaba debidamente limpia y era pequeña. El mesero que las había
llevado arriba había reacomodado rápidamente algunos muebles y luego regresó con
té fresco y un tazón de agua para que se lavaran las manos.

"Siempre estoy cerca, así que, si necesitan algo, por favor háganmelo saber", dijo
el chico antes de retirarse.

Aunque se habían registrado en la posada para descansar, en realidad sólo NianQi


y Shitou Zhang necesitaban dormir. Jiang Shining era un fantasma, y Xue Xian no
necesitaba dormir. Y en cuanto a Xuanmin...

Xue Xian ya había dejado de considerar a Xuanmin como un humano. No comía ni


dormía... ¿Cómo podía serlo?

El dragón negro medio paralizado había pasado todo el día siendo sacudido en el
carruaje, y como no sentía las piernas, había estado descansando todo su peso sobre
sus rígidas caderas. Al final del día, había empezado a sentirse dolorido. Para ayudar
a la bestia quisquillosa a descansar sus músculos y recuperar algo de energía,
Xuanmin lo puso en la cama tan pronto como entraron en la habitación.

La cama definitivamente valía la pena. El colchón era grueso, mullido y cómodo,


dio un respiro satisfactorio después de todo el día que pasaron en el banco de madera
del carruaje. Satisfecho, Xue Xian estiró su espalda y flexionó sus hombros, y luego
se enrollo en la manta. Recostado en la cama, suspiró felizmente.

Xuanmin se sentó junto a la mesa de madera tallada. No parecía tener intención de


descansar en absoluto.

Jugueteó con la linterna de la mesa, y cuando la luz se estabilizó, sacó el cartel del
bolsillo del pecho y lo alisó de nuevo, volviendo a caer en profunda reflexión. La cálida
llama amarilla proyectaba sombras oscuras sobre su rostro, haciendo que sus ojos se
vieran más profundos, que el puente de su nariz se viera más alto y que las líneas de
su boca se vieran más severas.

Xue Xian apoyó su cabeza en una mano y entrecerró los ojos en Xuanmin. Luego,
de repente rompió el silencio. "¿Burro calvo?"

Xuanmin no pareció darse cuenta inmediatamente de que Xue Xian estaba


hablando. Finalmente, sin apartar la vista del cartel, dijo: "¿Sí?"

Xue Xian levantó una ceja. "¿Eres tú el del cartel o no?"

Esa fue una forma bastante directa de decirlo, pero no era inconsistente con la
personalidad directa del dragón.

Vio como Xuanmin ponía el póster de nuevo sobre una mesa, pero mantenía una
esquina ligeramente apretada entre sus dedos. El monje se volvió hacia él, como
calculando cómo responder sin revelar demasiado.

Desde que el burro calvo lo había levantado del suelo del recinto Jiang hasta ahora,
no había pasado mucho tiempo. Tal vez fue porque ya habían experimentado mucho
y se había prolongado el tiempo juntos, pero a veces, Xue Xian de repente se sentía
como si se conocieran desde hace mucho tiempo, o incluso que estaban
profundamente familiarizados el uno con el otro.

Xue Xian sabía que Xuanmin era una persona precavida... en todo este tiempo, no
había divulgado nada sobre sí mismo. Pudo haber sido simplemente su personalidad,
pero parte de ello pudo haber sido también la amnesia. Xue Xian no era
completamente despiadado.

Si Dios no lo quiera, un día él también perdiera sus recuerdos, tampoco confiaría


en nadie, en caso de que lo echaran todo a perder. Se centraría en recuperar sus
recuerdos primero... sin permitir que cualquiera intentara ayudarlo.

Pero ahora mismo su situación era bastante única. Viajaban juntos como dos
langostas atadas con una cuerda. Si Xuanmin no era el hombre del cartel, eso era
una cosa, y si Xuanmin era el hombre del cartel, era otra. Tenían que estar
preparados para cualquier cosa. No podían sentarse a esperar a que alguien llamara a
la puerta antes de tener un plan.

"Burro calvo, ¿Qué tal esto?", dijo Xue Xian sobriamente. "Hagamos un trato. ¿Te
parece bien?"

La verdad es que no. Este demonio claramente no juega limpio.

Xuanmin no levantó los ojos del cartel, ni dijo nada contra Xue Xian. Después de
todo, si el dragón tenía la mente puesta en algo, el acuerdo era sólo una formalidad.
En realidad, no afectó el resultado.

Xue Xian vio por el comportamiento de Xuanmin que había dicho 'Adelante, trataré
de tolerar lo que sea que estés haciendo ahora'. Dijo, "Los dos no nos conocemos lo
suficiente. Si nos metemos en problemas, será difícil de manejar..."

Xuanmin finalmente le echó un vistazo, como sorprendido de que Xue Xian


estuviera siendo serio por una vez.

"Hagámonos algunas preguntas importantes. Si te hago una pregunta y puedes


responder, entonces te dejaré que me hagas una pregunta. Pero si no puedes o no
quieres responder, entonces tienes que darme una pieza de plata. ¿Qué piensas?" Los
ojos de Xue Xian brillaban como si dijera, ¡Mira qué bueno estoy siendo!

Xuanmin suspiró. Realmente sabes cómo hacer un trato con un amnésico. ¿'Si no
puedes responder tienes que pagarme'? Está claro que sólo buscas el dinero.

"¿Por qué no lo tomas?", dijo Xuanmin. Metió la mano en su bolsa y sacó todas las
piezas de plata, y las tiró sobre la cama.

Xue Xian apretó los dientes, pero recogió la plata y la pesó en la palma de su mano
de todas formas. Finalmente, dijo, "No me quedaré con esto. Vamos a intentarlo de
otra manera."

Xuanmin era realmente un gran sacerdote, sin preocuparse por cosas materiales
como el dinero. Habiendo regalado toda su plata, Xuanmin fue inmediatamente
atraído de nuevo al cartel, y se negó a involucrarse con Xue Xian.

Xue Xian golpeó la cabecera y dijo: "Mírame. Estoy hablando en serio".

Xuanmin pareció encontrar que la posición reclinada del dragón era una
monstruosidad. Sin levantar los ojos, finalmente dijo, "Habla".

"Qué tal esto, yo seré el generoso. Te hago preguntas, y si puedes responder, te


daré una perla de oro. Si no puedes responder, entonces lo dejaremos así hasta que
lo recuerdes. Por supuesto, si hay una pregunta que no quieres responder, puedes
decir que no recuerdas."

Mientras hablaba, Xue Xian movía las piezas de plata en el colchón, como si hiciera
una gran apuesta. "¿Ves?" dijo. "Lo que es tuyo es tuyo. No aceptaré nada. No
puedes perder, e incluso podrías ganar algo. ¿Qué te parece?"

De hecho, Xuanmin había sido el que había pagado todo hasta ahora, y estaba
empezando a acumularse. Xue Xian odiaba deberle a los demás, ya fuera en términos
de bondad o de dinero, y siempre trataba de pagar más de lo que debía. Pero su
problema era que odiaba hacerlo directamente e insistía en idear todo tipo de
extrañas formas para pagar su deuda.

Al oír la propuesta de Xue Xian, Xuanmin finalmente levantó la cabeza, intrigado


de que la bestia hiciera algo voluntariamente para su propio beneficio. ¿Había salido
hoy el sol por el oeste?

"Si no dices que no, lo tomaré como un sí", dijo Xue Xian, con su mente ya a la
deriva. ¿Por dónde debería empezar...?

Por supuesto, sabía que a Xuanmin no le importaba el dinero, y naturalmente


nunca diría nada que no quisiera decir sólo para ganar un poco de oro. Antes de que
Xue Xian empezara a preguntar, sospechaba que el burro calvo no respondería a la
mayoría de ellos.

Pero... cualquier respuesta seguía siendo una respuesta.

"¿Cómo es que a veces te despiertas y no reconoces a nadie? ¿De dónde viene


eso?" Xue Xian dijo.

Xuanmin sólo frunció el ceño y miró la llama de la linterna, sin decir nada.

Genial, pensó Xue Xian. Fracaso instantáneo.

Justo cuando Xue Xian estaba a punto de abandonar la primera pregunta, Xuanmin
dijo de repente, "No me acuerdo. Ha sido así durante varios meses. Sucede de
repente, y luego me lleva uno o dos días recuperarme. Estos días parece que me
recupero más rápido".

Xue Xian estaba aturdido. ¿Eh? ¿Realmente respondió?


Mientras Xuanmin hablaba, su mano se acercó a su cuello. Frunció el ceño y
preguntó, "La última vez, me dijiste que me tocara el cuello. ¿Por qué?"

"¿No lo has visto?" Xue Xian preguntó, pero luego recordó que, cuando Xuanmin se
despertó de su aturdimiento, el lunar ya había vuelto a la normalidad. Realmente
nunca podría haber visto esa extraña forma de araña. "Siempre que estás en ese
estado, delgados vasos sanguíneos salen de ese lunar en tu cuello. Parece una araña.
Pero tan pronto como la tocas, las patas de la araña desaparecen, y dejas de ser
estúpido."

Xuanmin no dijo nada.

Por la mirada en la cara de Xuanmin, Xue Xian adivinó que el monje realmente no
sabía nada del lunar. Así que dijo, "Bien, esa fue una respuesta".

Metió una mano en su manga y hurgó en ella durante lo que pareció ser una
cantidad de tiempo absurda. Finalmente, sacó un puñado de pequeñas perlas de oro
del tamaño de un maní y tiró una en la pila de plata de Xuanmin.

"¿Dónde guardas todo ese oro?" Preguntó Xuanmin.

Xue Xian arqueó una ceja. "Soy un ser mítico, ya sabes. Hay muchos lugares para
que yo esconda cosas. Pero es inconveniente sacarlo en público, así que he estado
gastando el tuyo." Luego preguntó: "Dijiste que esto ha estado sucediendo durante
unos meses. ¿Qué quieres decir?"

Esta vez Xuanmin no pensó por mucho tiempo. Dijo con franqueza, "Significa lo
que tú crees que significa. Cuando desperté, estaba solo en una Parada Fúnebre en
una montaña en Langzhou."

"¿Parada Fúnebre?" Xue Xian estaba aturdido.

Las paradas funerarias eran un rasgo local de las regiones occidentales de Xiang¹.
Eran lugares para que la gente que transportaba cadáveres descansara y se refugiara
de la lluvia. Debido al aura de muerte, los vivos evitaban estos lugares a toda costa.

"¿Por qué estabas allí?" Preguntó Xue Xian.

Xuanmin agitó la cabeza. "Ya no recuerdo nada. Cuando abrí los ojos, todo lo que
llevaba encima era el colgante de monedas de cobre, un libro sobre geomancia² y
hechizos, una hoja de papel al azar cubierta de notas y algunos papeles amarillos de
talismán".
"¿Así que no recordabas quién eras, de dónde venías, adónde ibas, y para qué
habías ido allí?" Xue Xian sintió de repente una ola de simpatía por el burro calvo.
Cualquiera que se despertara para encontrarse solo en una parada fúnebre en medio
de la nada, sin recuerdos de lo que estaba haciendo, se volvería loco.

Xuanmin sacudió su cabeza de nuevo. "En ese momento, no recordaba nada. Desde
entonces, a veces recuerdo algunos fragmentos, pero los olvido al día siguiente."

"¿Y qué hiciste?" Xue Xian no pudo evitar preguntar.

"Decidí empezar a anotar las cosas que podía recordar en el papel. Lo llevo
encima, y cuando me siento confundido, lo miro de nuevo", respondió Xuanmin.

"Oh", dijo Xue Xian. "¿Y ese es el trozo de papel que le pediste a Lu ShiJiu que
revisara en la Isla Lápida? ¿No puedes reconocer tu propia letra?"

"Cuando me desperté, ya había texto en el papel. La letra podría haber sido


falsificada."

Xue Xian lo entendió. "Pensaste que alguien podría falsificar tu propia letra y usarla
para engañarte."

"Sí".

"Entonces, ¿Qué recuerdas?" Preguntó Xue Xian, dejando caer dos perlas de oro
más en la pila de dinero de Xuanmin.

"Demasiado desordenado para tener sentido", respondió Xuanmin. "Algo sobre el


colgante de monedas de cobre, algunos nombres de lugares, y.... una cosa."

"¿Qué cosa?"

"Encuentra a esta persona", dijo Xuanmin. "Recuerdo que estoy buscando a


alguien. Le debo algo. No puedo descansar hasta que haya pagado mi deuda".

Su voz baja y suave llenó suavemente la habitación, y aunque todavía había esa
cierta frialdad en su tono, de alguna manera todo se sentía... muy melancólico, de
modo que incluso un extraño podría detectar un sentimiento de tristeza en su
discurso.

Esta fue la primera vez que Xue Xian vio a Xuanmin en tal estado. De repente le
hizo parecer más humano.

Y de repente, por alguna razón, Xue Xian sintió como si algo se hubiera alojado
dentro de su corazón y se negara a moverse. ¡Se sintió tan extraño!

Miró fijamente a Xuanmin durante un rato, y luego dijo tontamente: "Vale, no


tengo más preguntas. Puedes coger el dinero."

Devolvió el resto de las perlas de oro en su manga, a donde sea que las haya
guardado.

En realidad, Xue Xian no había aprendido mucho. Todavía no sabía si Xuanmin era
el monje del cartel. Pero no estaba de humor para hacer más preguntas, y no podía
molestarse en seguir adelante. Seguía mirando fijamente a Xuanmin con
aturdimiento, como si él también encontrara inexplicable su repentina frialdad.

Justo cuando Xuanmin se levantó para ir a la cama, Xue Xian pensó de repente
que podía oír UN leve ruido detrás de la pared, algo que sonaba un como el tintineo
de las armas.

La ciudad ya estaba en toque de queda, así que las únicas personas a las que se
les permitía llevar armas eran... ¿los funcionarios del condado?

•───────────•

¹ Lo que hoy se Conoce como Hunan, esta es una provincia sin litoral en el centro de
China. Su capital y ciudad más grande es Changsha, que esta cerca del río Xiang. El
nombre de Hunan significa literalmente «sur del lago».

² La Geomancia un método de adivinación que interpreta marcas en el suelo o


cualquier patrón que se forme a partir de manchas al arrojar un puñado de piedras,
arena o tierra, mar, o en ríos y lagos. El tipo más frecuente de geomancia adivinatoria
implica la interpretación de una serie de 16 figuras formadas por un proceso
aleatorio, a menudo aumentado con las interpretaciones astrológicas.
Capítulo 43: Peste en el Condado (I)

Los dos meseros guiaron a los funcionarios del condado alrededor del edificio de la
posada y señalaron una ventana cerrada en el segundo piso. En voz baja, dijeron,
"Señor, es esa".

Trabajaron en el servicio de atención al cliente todo el día, así que obviamente


sabían lo que tenían que decir...

Como ciudadanos normales, no conocían ni les importaba el contexto más amplio


del cartel de la oficina del condado, pero sabían que debían tener mucho cuidado
cuando denunciaban al monje. No podían irrumpir y decir, "Hay un monje en nuestra
tienda que es exactamente igual al Gran Sacerdote", ya que, si se equivocaban,
ofenderían a todas las partes y se les sacaría los ojos para un buen lavado. Tampoco
podían decir: "El monje es exactamente igual al que buscan en los carteles de la
ciudad", porque ¿Qué pasaría si, de alguna manera, el monje fuera realmente el Gran
Sacerdote o estuviera conectado con él? El Gran Sacerdote definitivamente no estaría
contento de que lo acusaran de ser un criminal, y estarían en verdaderos problemas.

Los dos meseros habían pensado en esto por un tiempo, y luego decidieron decirle
a la oficina del condado, "Hay un monje en nuestra tienda que parece muy extraño."
Si los funcionarios del condado querían saber cómo era ese monje, no era problema
de los meseros.

Aun así, cuando los meseros llevaron a los funcionarios a la posada, comenzaron a
sentirse en conflicto nuevamente. No sabían por qué, pero de alguna manera se
sentían ansiosos por todo esto.

Aunque los hombres fuera de la posada habían hecho sus voces tan bajas como
pudieron, Xue Xian, acurrucado en la cama, escuchó cada palabra.

Estaban rodeados de nuevo.

Estaban... rodeados... por los funcionarios del condado... ¡De nuevo!

Ese burro calvo debe haber nacido bajo las estrellas equivocadas. De las tres
ciudades que habían visitado, habían entrado en el radar de dos oficinas del condado,
¡y cada vez, los funcionarios habían venido directamente a derribar la puerta!

La extraña sensación que se había instalado en Xue Xian antes aún no se había
disipado. Xue Xian se dio la vuelta de tal manera que ahora le daba la espalda a
Xuanmin. En algún momento de los últimos días, parecía haber entrado en un ciclo
irrompible en el que estaba constantemente enfadado con el monje.

Como siempre, los pasos de Xuanmin fueron completamente silenciosos, pero Xue
Xian todavía podía sentir su presencia por su peso en las tablas del suelo.

Podía sentir que Xuanmin se había acercado a la cama y estaba de pie allí,
mirándolo.

Xue Xian supuso, basándose en la personalidad distante de Xuanmin, el monje


había venido a hacer una cosa: recoger el dinero que Xue Xian le había dado.

Pero Xuanmin no se movió en absoluto, ni hacia el colchón ni hacia el montón de


monedas. Simplemente se quedó allí junto a la cama, sin decir una palabra.

Simplemente guardó silencio.

¿Por qué no decía nada?

Todavía mirando a la pared, Xue Xian frunció el ceño. No le gustaba que le miraran
así. Con los extraños, estaba bien, ya que los veía como mero polvo en el suelo de
todos modos, así que podía extender una garra y aplastarlos. Pero era diferente con
el burro calvo. Cuando los demás le miraban fijamente sólo le irritaban, pero bajo la
mirada de Xuanmin, toda su cabeza, desde la parte superior hasta el cuello, se sentía
completamente tensa.

Toda su piel de dragón se iba a despegar...

¿Cuándo terminará esto? Si tienes algo que decir, maldito monje, sólo dilo...

Xue Xian estaba tan cohibido que prácticamente se estaba convirtiendo en un


bastón de carne de dragón justo ahí en la cama. En su mente murmuraba enfadado
consigo mismo, pero en realidad no decía nada.

El silencio en la habitación era desconcertante.

Por un breve momento, todo pareció desvanecerse del agudo oído de Xue Xian...
desde los ruidos de la puerta de al lado hasta los movimientos fuera de la ventana y
el silencio de la calle bajo el toque de queda, todos se fueron, colgando en el aire,
asfixiados por ese silencio. No se dio cuenta de que era porque todavía estaba
esperando que Xuanmin hablara.
Ya que había estado parado ahí por tanto tiempo sin moverse, lo que quería decir
tenía que ser... inusual. No había razón para contenerse de otra manera. ¿Estaba a
punto de dar más detalles sobre quién era el que buscaba? ¿O algo más?

Los funcionarios del condado de afuera probablemente ya estaban entrando en la


posada y subiendo las escaleras. Aun así, Xuanmin no dijo nada.

Xue Xian ya lo había matado varias veces en su mente. ¿Por qué no te ahogas en
tus palabras y mueres ya?

Poco a poco, las voces de los secretarios del condado se fueron filtrando hasta el oído
de Xue Xian: "Ten cuidado donde pisas. No queremos alertarlos. Iremos a la puerta, y
ustedes vigilarán la ventana."

Xue Xian se rio fríamente. Si sigues ocultándolo, puedes ir a la cárcel del condado.

"Tú..." Xuanmin finalmente dijo, con algo indescriptible en su tono que hizo que
Xue Xian se sintiera aún más tenso.

Era un dragón divino, señor de los mares, y dejaba que una sola palabra de un
mero mortal lo pusiera así... ¿Qué demonios?

Xue Xian ya no respiraba. Esperó y aguardó a que Xuanmin terminara su frase.


Pero habiendo dicho la palabra "Tú", el maldito burro calvo se había vuelto a quedar
en silencio.

Xuanmin debería alegrarse de que Xue Xian no estuviera en su forma de dragón en


ese momento. Se sentía tan nervioso que habría derribado toda la posada.

Los funcionarios del condado habían entrado en la posada por la puerta trasera,
parecían haber atraído algo de atención, y se habían detenido a explicar.

Xue Xian oyó las túnicas de Xuanmin moverse repentinamente un poco... parecía
haber oído el ruido de abajo. Con eso, la indescriptible sensación en la atmósfera
desapareció, sin dejar rastro alguno.

Cuando volvió la cabeza hacia atrás, vio que el dragón estaba haciendo un
berrinche otra vez. Xue Xian había metido la cabeza en el nido de las mantas, como si
hubiera renunciado a la vida y estuviera listo para asfixiarse en ese mismo momento.

En realidad, Xue Xian estaba pensando con rabia, Bien, a quién le importa si nos
capturan. Puedo escapar en cualquier momento. No te llevaré.

Con ese pensamiento, su cuerpo comenzó a brillar tenuemente con una luz blanca.

Deng deng deng...

Estaban tan cerca, que los funcionarios habían renunciado a tratar de callarse. Sus
pasos fueron alarmantemente fuertes y subieron rápidamente por las escaleras.

Y debajo de la ventana, donde se encontraban más guardias, había un sonido de


cortes, como espadas que se deslizan de las vainas.

Así que tanto la puerta como la ventana estaban bloqueadas.

Los empleados del condado doblaron la esquina y golpearon hacia la puerta de su


habitación, alejando al chico de la posada que estaba en el pasillo.

Y en ese instante, la forma humana en la cama desapareció y una larga sombra


negra emergió de las mantas, haciéndose cada vez más grande mientras se deslizaba
hacia afuera.

Hong...

La pared contra la que se apoyaba la cama se cayó, revelando a un impactado


Shitou Zhang y a NianQi que estaban situados al lado.

Xuanmin también quedó brevemente aturdido... no esperaba que Xue Xian se


convirtiera en un dragón tan casualmente. Cuando volvió en sí, vio que tenía en sus
manos una túnica negra que le había lanzado Xue Xian, quien parecía haberlo
relegado a una especie de puesto de ayudante de vestuario.

Aún más marcado, cuando el dragón le arrojó la túnica, no se olvidó de recuperar


las perlas doradas dentro de su manga. Con un movimiento de su garra, el dragón
hizo girar las perlas, y desaparecieron rápidamente en él, deslizándose de alguna
manera en sus escamas.

Xuanmin se quedó sin palabras.

Habían derribado el muro... los funcionarios del condado tenían que saber que algo
estaba pasando dentro.
Hubo un fuerte grito desde más allá de la puerta: "¡No te molestes! Los tenemos
rodeados por todos lados, ¡no tienen forma de escapar!"

Mientras el secretario gritaba, sus compañeros comenzaron a golpear la puerta.

Cuando la puerta se abrió, el encargado incluso se burló: "No hay nada que puedas
hacer excepto derribar el techo y salir volando..."

Se detuvo.

La multitud de oficinistas de pie junto a la puerta se preguntaba si todos estaban


soñando...

Sí, definitivamente estaban soñando.

La boca del empleado principal aún estaba abierta a mitad de su discurso mientras
miraba al dragón negro acurrucado dentro de la habitación.

El dragón era increíblemente grande, sólo su cola llenaba la habitación. La cama


estaba aplastada y la pared de al lado se había reducido a escombros, dejando un
marco delgado en los cuatro lados como tofu cortado en rodajas.

Pero... ¡¿qué clase de cuchillo podría cortar una pared como si de tofu se tratase?!

Entonces, el encargado notó que el enorme dragón negro ya había derribado gran
parte del techo, y que la mitad superior de su cuerpo se extendía hacia el exterior,
atravesando el inclinado techo de la posada. Todo el edificio parecía estar
hundiéndose en la misma dirección debido a su peso.

Los rostros de los empleados estaban todavía congelados por el desconcierto y el


terror cuando el dragón bajó su pesada cabeza y los miró a través del hueco del
techo. Entonces, extendió una garra y agarró al hombre de mediana edad y al
delgado joven, igualmente aturdidos, de la habitación vecina. Al mismo tiempo,
movió su cabeza y levantó a un joven monje con una túnica blanca sobre su cuello.

El dragón miró a los funcionarios una vez más, y luego soltó un brillante rugido
mientras su cabeza se estiraba.

Instantáneamente, el viento y las nubes respondieron, y los relámpagos


destellaron en la distancia, iluminando intermitentemente el oscuro cielo nocturno. El
trueno onduló hacia ellos desde su epicentro en algún lugar lejano, retumbando cada
vez más fuerte.

Entonces, una larga y ensordecedora ráfaga de viento entró en la habitación.

El dragón negro cabalgó sobre el viento y ascendió hasta las nubes. Al partir, su
larga sombra negra revoloteó entre las nubes, haciendo piruetas en el aire antes de
desvanecerse en la oscuridad.

Ya sea que estuvieran parados junto a la puerta o esperando bajo la ventana,


todos los funcionarios del condado, así como los dos meseros y el puñado de
habitantes de las casas cercanas que miraron en ese momento, vieron al dragón volar
hacia el cielo y no pudieron creer lo que veían.

El secretario principal ni siquiera había logrado ver el aspecto de Xuanmin, sólo


recordaba una túnica blanca con nubes.

Poco después de que el dragón desapareciera, las nubes que Xue Xian había
invocado hicieron que empezara a llover en el Condado.

La tormenta fue abrumadora, y mientras las gotas de lluvia golpeaban las caras de
los oficinistas, sentían tanto frío que enviaban escalofríos por sus espinas dorsales.

Finalmente, los funcionarios volvieron a sus cabales. Uno de ellos murmuró,


"Ellos... realmente derribaron el techo... y salieron volando..."

La voz del hombre parecía salir del fondo de su garganta, y sonaba tensa, quizás
por el shock, o por el frío.

Al oír esto, los labios del encargado comenzaron a temblar y se puso pálido.
"Nosotros... estábamos aquí para arrestar al monje, ¿verdad?"

"Ah", sus colegas tartamudeaban. "Sí..."

"Justo ahora en el cielo... eso era un dragón, ¿verdad?" dijo el encargado, todavía
aturdido.

"Sí..."

"Ese monje, ¿lo has visto...?" El empleado principal volvió la cara hacia los cielos
otra vez. "Ese monje se fue volando encima del dragón..."

" Sí..."
Los oficinistas estiraron sus cuellos hasta el final y se quedaron boquiabiertos en la
noche juntos como un grupo de suricatos. Aparte de "Sí..." parecían haber olvidado
cómo hablar. Sólo cuando sus uniformes se empaparon por completo en la lluvia
helada se dieron cuenta de lo que acababa de pasar...

¡Un monje! ¡Cabalgando un dragón!

¿Todos los días veías una criatura mítica como un dragón?

Pero ese monje en realidad montó el dragón en el cielo, ¿Era una cosa diaria el que
vieras un monje como ese?

El mismo pensamiento parecía destellar simultáneamente en las mentes de los


funcionarios. Lentamente se miraban el uno al otro mientras sus rostros pasaban del
terror a la confusión y a la revelación. "¿Podría ser... que él es... ese hombre?"

En toda la nación, sólo podían pensar en una persona que pudiera domar un
dragón...

Ese misterioso Gran Sacerdote enmascarado.

La velocidad a la que los rumores pueden difundirse en una ciudad es aterradora.


Durante la noche, todo el condado de Huazhi comenzó a hablar de una sola cosa... ¡el
Gran Sacerdote había vuelto!

La posada, que no era nada especial, explotó inmediatamente con clientes


mientras la gente se quedaba boquiabierta por el tejado y los dos meseros que
habían sido testigos de todo, primero fueron interrogados por el oficial del condado, y
luego los vecinos también se aglomeraron a su alrededor.

Mientras que la sede del condado de Huazhi se puso frenética, el dragón negro y el
monje vestido de blanco en cuestión nadaban en un lago no muy lejos del condado de
Qingping.

Shitou Zhang y NianQi todavía estaban en shock por el vuelo y flotaban como
cadáveres en la superficie del agua. Incluso cuando el grupo llegó a la orilla y
Xuanmin los arrastró, continuaron mirando al cielo en un silencio aturdidor.

Jiang Shining había vuelto hace tiempo a su forma de hombre de papel. Mientras
temblaba en un trozo de hierba seca junto al agua, miró a lo lejos y le preguntó a Xue
Xian, "Señor, ¿podría no aterrizar de forma tan traumática la próxima vez?"
Irritado, Xue Xian señaló las lejanas puertas de la ciudad. "Un aterrizaje es un
aterrizaje", dijo. "Ni siquiera tuvimos que gastar dinero en un carruaje. Mira las
puertas de la ciudad. ¿Sabes leer? Léelo conmigo: Condado Qing... Ping... Te llevé a
la puerta donde esta tu hermana, y todavía te quejas de esto y aquello. ¡Debería
darte vergüenza!"
Capítulo 44: Peste en el Condado (II)

El Honorable Señor Xue era una reina del drama en el fondo. Incluso cuando huía,
tenía que correr de una manera extravagante, asombrosa y violenta, como si fuera un
insulto a su dignidad el bajar el nivel de su actuación, aunque sea un poco. Pero,
debido a su media parálisis, su cola tuvo dificultades para cooperar.

"Fue todo gracias al viento que convoqué que fuimos capaces de controlar nuestra
dirección," dijo Xue Xian perezosamente, dándose palmaditas en la rodilla. Estaba
recostado contra un árbol junto al lago, todo su cuerpo goteando agua. "Es como
caminar. Obviamente habrá un poco de turbulencia. No hace falta decirlo."

En realidad, no era "un poco" de turbulencia, había sido una turbulencia excesiva,
suficiente para sacudir los cerebros de sus acompañantes.

Durante todo el camino, Shitou Zhang había pedido fervientemente a la bestia que
cerrara sus garras con más fuerza... había deseado tener ocho miembros, para poder
envolverse con fuerza alrededor de la garra del dragón como una sepia¹. Cada vez
que Xue Xian se volteaba mientras volaba, o volaba más alto, Shitou Zhang se sentía
extasiado de estar volando de verdad, y a la vez tan aterrorizado que lloraba y
sollozaba. La experiencia probablemente le había asustado hasta el alma.

Mientras se deslizaban por el cielo, Jiang Shining se había sentido extremadamente


afortunado, y perspicaz por haberse transformado en un hombre de papel y deslizarse
en el bolsillo del pecho de NianQi. Era ligero y el bolsillo era un lugar seguro, así que
no temió caerse y, por suerte, no gritó como Shitou Zhang como para perder su
dignidad de erudito.

Pero sólo había disfrutado de un breve momento de celebración. Xue Xian volaba
demasiado rápido, y el viento ya no podía controlar totalmente su aterrizaje,
especialmente con esa cola lisiada. Incapaz de encontrar una solución adecuada, el
dragón había mirado a su alrededor y encontró un lago que parecía ser lo
suficientemente ancho y profundo como para que se hundieran en él.

Por supuesto, una enorme bestia que se estrellara de cabeza contra un lago a toda
velocidad haría sin duda, que la mitad del lago salpicara y los cimientos de la muralla
de la ciudad cercana retumbaran.

El dragón debe haberse creído muy listo. Al ver que era imposible frenar, se
transformó de nuevo en un humano a mitad de camino, incluso tuvo tiempo de
quitarle la túnica de las manos a Xuanmin.
Luego siguieron cuatro hundimientos cuando el grupo cayó uno por uno en el agua.

Tan pronto como Xue Xian cayó al agua, Xuanmin lo levantó por la cintura.

Se podría decir que los dos nadaron hacia la orilla, pero todo lo que Xue Xian pudo
hacer fue mover superficialmente sus brazos - naturalmente, Xuanmin lo llevó a la
orilla.

Shitou Zhang y NianQi sólo habían sido golpeados por el agua, pero Jiang Shining
estaba casi empapado -- después de todo, era sólo un pedazo de papel, ni siquiera un
pedazo de metal. Ya había corrido el riesgo de disolverse en pedazos varias veces.

Ahora, Xuanmin lo había puesto a secar encima de un poco de hierba seca, y parecía
un verdadero superviviente. Todavía no se atrevía a moverse, temiendo que algo
pudiera resultar en un desmembramiento.

Todavía había algo de pánico persistente en el corazón de Jiang Shining. "Señor,


¿Qué estaba pensando? ¿Cómo pudo arrojarnos a todos desde una altura tan
grande?"

Xue Xian apuntó su codo contra una roca cercana y dijo, "Tuve un destello de
inspiración."

Todo lo que Jiang Shining podía hacer era maldecirlo en silencio.

Apoyado letárgicamente contra un árbol, con su túnica negra completamente


desordenada, colgando suelta y torcidamente de su cuerpo, el dragón parecía ser el
pináculo de la relajación.

Xuanmin odiaba la sensación de estar mojado, así que dibujó un talismán en la palma
de su mano e instantáneamente secó su túnica, volviendo el cáñamo blanco
inmaculado de nuevo. Dio unos pasos por la hierba húmeda y, con su dedo aún
cortado, dibujó rápidas líneas con sangre en las frentes de Shitou Zhang y NianQi.
Incluso salpicó el tembloroso y blando cuerpo de papel de Jiang Shining.

Las marcas de sangre desaparecieron rápidamente.

"Siento... como si me estuviera asando una hoguera", dijo Jiang Shining.

"Hechizo de secado de ropa", explicó Xuanmin. La razón por la que sólo había escrito
un texto talismán medio completo en ellos era porque el hechizo venía con un golpe
de calor, y no quería que se angustiaran.

El cuerpo delgado como el papel de Jiang Shining se secó rápidamente, y finalmente


se sintió un poco menos ansioso, asentándose en el parche de hierba con gusto.

Xue Xian tiró de su cuello. Sus ropas empapadas se aferraban a su cuerpo y eran
pesadas e incómodas.

Justo cuando decidió dirigir ese calor latente y constante dentro de él a la superficie
de su piel y calentar la ropa desde el interior, vio que Xuanmin se estaba acercando
rápidamente.

Aunque el traje blanco parecía demasiado desfavorable a los ojos de la gente común,
era realmente hermoso, como una mancha de niebla blanca en la noche oscura. El
dobladillo de la túnica de Xuanmin rozaba ligeramente los tallos de la hierba seca,
pero no recogía ni una mota de suciedad.

Xuanmin caminó hacia Xue Xian y lo miró. Xue Xian se sentó allí, levantando la cara
para mirar a Xuanmin de forma inocente.

De vuelta en la posada, cuando había estado esperando que Xuanmin dijera lo que
quería decir, Xue Xian pensó que moriría de estrés. Si tenía que esperar a que
Xuanmin volviera a hablar mientras sentía esa sensación totalmente indescriptible
que venía con la espera, temía que su cerebro se derritiera en un charco de agua.

"No me tapes la vista", dijo Xue Xian.

Xuanmin estaba de pie y él estaba sentado... sí miraba hacia adelante en lugar de


mirar hacia arriba, todo lo que podía ver era la mano del monje.

Justo cuando la mirada de Xue Xian comenzó a alejarse, esa mano que colgaba cerca
de su cara se movió repentinamente.

Xuanmin se mantuvo rígido, mirándole mientras levantaba suavemente la barbilla de


Xue Xian con el dedo. Levantó la cara de Xue Xian y movió la punta del dedo que aún
sangraba hacia su frente.

Ese toque en la barbilla había aturdido a Xue Xian. Sus ojos se dirigieron hacia el
dedo de Xuanmin... quizás sólo era él, pero sintió como si el dedo sangrante del
monje se detuviera por un momento delante de su cara.
En ese breve momento, pensó que el dedo de Xuanmin iba a entrar en contacto con
su cara de forma inminente, pero se detuvo y permaneció, casi inapreciable, sólo por
un latido, antes de subir y presionar el centro de su frente, sin que el toque fuera ni
pesado ni ligero, sino que arrastrara la sangre suavemente hasta formar un rastro.
Los ojos de Xue Xian se agitaron. Vio esa cara fría como el hielo, demasiado fría para
derretir la nieve de Xuanmin, descansando su propia mirada tranquila en la frente de
Xue Xian, como si estuviera haciendo algo que normalmente no haría, algo a lo que
no estaba acostumbrado.

Xue Xian no sabía cómo era el rastro de sangre en su frente, pero podía sentir que las
pegajosas y opresivas túnicas alrededor de su cuerpo habían empezado a secarse a
un ritmo alarmante.

Tiró de sus túnicas y se quejó, "¿Te morirás si te inclinas un poco?"

Las manos de Xuanmin cayeron cuando finalmente miró a los ojos de Xue Xian. "¿Ya
no me darás la espalda?"

Xue Xian quiso romper la roca bajo su brazo directamente en la cara del burro calvo.
"Hago lo que quiero. Intenta detenerme. ¡Vete!"

El temperamento de Xuanmin siempre fue suave, y nunca había adquirido el hábito


de tratar de adivinar lo que sentían los que le rodeaban. Mientras que Xue Xian podía
hojear sus emociones más rápido que las páginas de un libro, oscilando entre
sujetarse a alguien o expulsarlo. Era como si alguien que nunca había caminado en su
vida fuera de repente capaz de caminar sobre el agua: la diferencia era demasiado
grande.

Mientras Xue Xian le gritaba a Xuanmin que se fuera, vio que el monje se quedó allí
de pie mirándole durante algún tiempo, y luego se fue. Xue Xian sintió que el desdén
se elevaba dentro de él como una pila de basura que podía arrojar a la cara del burro
calvo.

Ya completamente seco, Jiang Shining se levantó de la hierba y volvió a su forma


humana. Tan pronto como giró la cabeza, vio el sombrío rostro de Xue Xian.

"¿Qué es lo que pasa?" Preguntó Jiang Shining. Pensó por un momento, y luego dijo,
"¿Tienes hambre nuevamente después del viaje?"

"Sí", respondió Xue Xian sombríamente. "Me pican los dientes. Quiero comer carne
humana."

Sin palabras, Jiang Shining miró ansiosamente en dirección a Shitou Zhang y a


NianQi.

De hecho, Xuanmin no había ido muy lejos. Simplemente se había acercado a Shitou
Zhang y NianQi y comenzó a colocar una rudimentaria pila de ramas entre ellos. Secó
mágicamente la madera, sacó una cerilla de su bolsillo y encendió una pequeña
hoguera, para que los dos más débiles no se congelaran hasta morir mientras
esperaban a que sus ropas se secaran.

Habiendo encendido el fuego, Xuanmin regresó y se paró frente a Xue Xian otra vez.

Xue Xian le miró fijamente. "¿Y ahora qué?"

Xuanmin desenganchó el colgante de monedas de cobre de su cadera y lo frotó con el


pulgar. Entonces le dijo a Xue Xian, "Extiende tu mano".

Desconfiado, Xue Xian extendió su mano. Xuanmin colocó el colgante en la palma de


su mano. "Algunos objetos mágicos agotan su poder mágico después de cierto
tiempo, pero pueden ser usados para sus otros efectos."

Mientras decía esto, Xuanmin miró las piernas paralizadas de Xue Xian.

Por supuesto, Xue Xian había oído hablar de esta idea antes, pero los 'objetos
mágicos' eran instrumentos utilizados por los mortales y no le servían de nada, así
que nunca había pensado en ello. El hecho de que los colgantes de monedas de cobre
se cubrieran con una capa de aceite después de algún tiempo se debía precisamente
a que su poder mágico. Estos sensibles artículos eran excelentes accesorios para los
exorcistas, ya que sus funciones iban desde el cálculo del feng shui hasta el control de
los cinco elementos naturales. Mientras tuvieras la habilidad, podrías hacer cualquier
cosa.

Podías hacer cualquier cosa, lo que implicaba... incluso podía ayudar a alguien a
hacer crecer su cuerpo de nuevo.

Habiendo visto a Xuanmin escudriñar sus piernas, Xue Xian entendió lo que el monje
quería decir. Sólo que...

Para la mayoría de los exorcistas, tales instrumentos mágicos eran tan valiosos como
la vida. Incluso para otra persona tocar el objeto sería una gran ofensa, por lo que
era completamente inaudito ponerlo voluntariamente en manos de otra persona.
Xue Xian miró fijamente el colgante en sus manos y no pudo pensar en nada que
decir, ni siquiera en cómo sentirse.

Finalmente, no pudo evitar decir, "¿Comiste veneno para ratas?"

Xuanmin suspiró. El demonio parecía incrédulo. Él balanceó el colgante delante de


Xue Xian y lo movió, y luego lo volvió a balancear... dándole a Xuanmin la
oportunidad de recuperarlo.

Pero cuando lo balanceó por tercera vez, Xuanmin empujó la garra de Xue Xian hacia
atrás y dijo: "Hay un sello en las monedas que aún no se ha deshecho. Pero aun así
debería ser útil. No lo necesito en este momento, así que puedes tenerlo".

"¿Sello?" Xue Xian repitió, sorprendido, pero rápidamente pareció entender - por
eso las monedas se veían tan monótonas y grises, como si fueran monedas ordinarias
sin nada de magia. Pero... "¿Quién las selló? ¿Tú?"

Xuanmin agitó la cabeza. "No lo recuerdo. Cada moneda tiene su propio sello.
Recientemente, dos de ellas parecen haberse empezado a soltar. Tal vez pronto
podremos deshacerlos".

Xue Xian se mordió la punta de la lengua y reflexionó sobre esto. Al final, aceptó el
colgante -- antes cuando había sido un hombre de papel y una canica, podía
aprovechar su pequeño tamaño y dejar que las monedas aceleraran su curación. Pero
ahora que había regresado a su cuerpo original, ya fuera en forma humana o en
forma de dragón, ya no podía seguir avanzando y pegarse a la cadera de Xuanmin.

Qué espectáculo... incluso pensar en ello hizo que Xue Xian se estremeciera, y mucho
menos que se hiciera realidad. Así que, en los últimos días, el proceso de curación de
Xue Xian se había ralentizado significativamente. Todavía podía sentir el cambio, pero
comparado con antes era mucho más lento. No quería arrastrar constantemente sus
dos piernas lisiadas, esperando que otros lo llevaran a sus lugares.

Era francamente humillante.

Xue Xian reflexionó sobre todo esto. Entonces agarró el colgante con más fuerza y
cerró los ojos para centrarse en la curación.

Un talismán medio completo no es tan efectivo como un talismán completo, tomó


algún tiempo para que la ropa de Shitou Zhang y NianQi, y sus rostros impactados,
volvieran a algún tipo de normalidad.
Una vez que NianQi se recuperó, inmediatamente se sintió culpable por ser una carga
para el resto del grupo. Le preguntó a Jiang Shining, "¿No tienes prisa por ver a tu
hermana?"

Jiang Shining, sentado en una roca no muy lejos de él, miró hacia atrás a la tenue luz
de la linterna de la ciudad lejana. "Tenemos que esperar al amanecer. Estamos justo
en la puerta de todos modos, así que no hay prisa."

Había un toque de queda dentro de la ciudad por la noche, y sus puertas estaban bien
cerradas, sin que nadie pudiera salir o entrar a menos que fuera una emergencia.
Incluso si entraban, no era como si pudieran ir a golpear la puerta de alguien en
medio de la noche. Pero parecía que gran parte de la noche ya había pasado, y las
campanas del pre-amanecer sonarían pronto.

"La última vez que vi a mi hermana fue hace tres años. Regresó a Ningyang después
de escuchar lo que pasó." Jiang Shining murmuró. "No puedo recordar mucho de lo
que pasó después de mi muerte, sólo mejoró después de que me convertí en un
hombre de papel, pero sí recuerdo lo mucho que lloró. Incluso puedo oírlo ahora..."

Una vez que las campanas del amanecer sonaban y las puertas de la ciudad se
abrían, la gente del pueblo empezaba a despertarse lentamente también. Podría
volver a ver a su hermana, ver si estaba bien, y finalmente ayudar a las almas
atrapadas de sus padres a trascender.

A lo largo de su corta vida, Jiang Shining nunca había pasado mucho tiempo fuera de
casa, y no estaba familiarizado con esa extraña y nerviosa sensación que aparecía
cuando uno estaba cerca de volver a casa.

Pero ahora, a orillas de ese lago desconocido, mirando a las puertas de una ciudad
que se suponía que debía considerar su hogar, al darse cuenta de que sólo tenía que
esperar un poco más antes de que todos sus problemas desaparecieran, dejándole
libre y tranquilo para siempre, sintió de repente una sensación de vacilación...

Dang--

Unas horas más tarde, la campana de las 3 de la mañana se oyó por fin en el centro
de la ciudad.

El grupo rápidamente se ordenó y se dirigió a la muralla de la ciudad. Y con un


crujido, las antiguas puertas fueron abiertas por los guardias, se les reveló la vista de
la ciudad interior, junto con un misterioso olor.
•───────────•

¹ Molusco marino de cuerpo oval, muy parecido al calamar, pero con la cabeza más
grande y provisto de una concha caliza, en el dorso, cubierta por la piel; abunda en el
fondo de los mares templados y su carne es comestible.
Capítulo 45: Peste en el Condado (III)

"¡Ugh!" Shitou Zhang se derrumbó en un ataque de tos mientras el olor inundaba su


garganta. Haciendo una mueca, se pellizcó la nariz con una mano y se abanicó con la
otra y se quejó, "¿Qué es ese olor? Huele a medicina, pero mezclado con algo más...
como moho."

"Así es como huele cuando mezclas pasta medicinal fresca con el residuo mohoso
de la medicina vieja", dijo Jiang Shining. No necesitaba taparse la nariz... estaba
acostumbrado a esos olores...

En una habitación en la parte trasera del recinto de la familia Jiang había una fila
de pequeñas estufas, que gorgoteaban cada día con el sonido de la medicina
mezclada, y llenaban todo el recinto con el espeso hedor de las hierbas. Cada año, en
medio de las lluvias de abril, los residuos de medicina que apilaban en la puerta por
las mañanas comenzaban a emitir un olor a podrido. Así que la mezcla de estos dos
olores no era desconocida para Jiang Shining.

¿Pero qué tan grande era el complejo de la familia Jiang, y qué tan grande era
Qingping? Para que un hedor tan fuerte saliera tan pronto como se abrieran las
puertas de la ciudad, tenía que haber al menos una docena de hogares cerca
haciendo medicinas frescas y tirando residuos viejos.

¿Cómo podía haber tanta gente enferma al mismo tiempo?

El grupo de repente tuvo un presentimiento...

El rostro de Jiang Shining se endureció y se movió para entrar en la ciudad. Pero


los guardias de la ciudad blandieron sus espadas y se reunieron en formación frente a
la puerta, bloqueando el camino del grupo.

"La sede del condado no está actualmente abierta al público. Por favor, retírese",
dijo un guardia con dureza.

"Si puedo preguntar, oficiales, ¿por qué no está abierta al público?" Jiang Shining
preguntó con nerviosismo.

Aun siendo estricto, el guardia gritó: "Eso no es para que lo sepan. ¡Por favor,
regresa!"

Pero mientras decía esto, sus ojos no pudieron evitar lanzarse en dirección a
Xuanmin. El guardia que estaba a su lado, que tenía una cara cuadrada, apuntó su
espada al bulto en los brazos de Xuanmin y gritó: "¿Por qué traes un muerto a la
ciudad? ¿Intentas traernos mala suerte a todos?"

Mientras lo hacía, extendió la mano para alejar a Xuanmin, tratando de llevar al


grupo más lejos de las puertas.

Pa--

Justo cuando la mano del guardia de cara cuadrada estaba a punto de entrar en
contacto con Xuanmin, el paño negro de la cara de Xue Xian se desplazó y una mano
blanca salió disparada para agarrar la muñeca del hombre. Xue Xian se volvió hacia él
oscuramente y dijo, " Estamos hablando tranquilamente. ¿Por qué intentas
echarnos?"

"Ah..." Aturdido, el guardia trató de retirar su mano, pero no pudo.

No se le había ocurrido que la persona que estaba bajo esa tela negra podría estar
viva, así que la aparición de Xue Xian fue un duro golpe. Su cuello se enrojeció de
vergüenza, el guardia gritó, "¡Cómo te atreves! ¿Cuáles son tus intenciones detrás de
tal engaño?"

Miró hacia abajo a los delgados dedos blancos de Xue Xian y pensó que no
parecían ser particularmente fuertes. Intentó apartar el brazo de nuevo, pero esos
dedos eran como hierro, y se negó a soltarlo.

"¡Suéltalo!" ordenó el guardia, mirando a Xue Xian.

"Claro", dijo Xue Xian ociosamente. "Primero dinos por qué la ciudad está cerrada,
y si puede haber margen para una flexión de las reglas."

Su tono era casual y cortés, pero con su fuerte agarre en la muñeca del guardia, le
hacía parecer aún más amenazador.

Viendo la situación, los otros guardias comenzaron a arrastrarse hacia adelante,


como si planearan rodear al grupo. Xuanmin cerró los ojos y murmuró algo inaudible,
y luego, golpeó el suelo con su pie derecho.

Los guardias sintieron un temblor en el suelo que los hizo retroceder hasta donde
habían estado antes.
Desconcertados, los guardias dijeron, "¿Terremoto?"

Parecía que el anterior terremoto en el condado de Anqing les había dejado una
marca. Ese ligero temblor había asustado a todos los guardias, que se miraban con
temor, como si esperaran a que la tierra volviera a temblar.

" ¡Suéltame!" El guardia de cara cuadrada se estaba desesperando. Dobló las


rodillas y trató de apartar su mano una vez más, y gritó: "No es que no queramos
decírselo. Puedes ver por ti mismo que ha habido problemas en el condado de
Qingping últimamente. Nuestros hogares siguen temblando y la peste se está
extendiendo. ¡Cuando les pedimos que se vayan, es por su propio bien!"

"¿Peste?" Preguntó Xue Xian. "¿Hay una peste en el condado de Qingping?"

Viendo que el grupo no se iba a ir pronto, el guardia suspiró y sacudió la cabeza.


"Después del terremoto de hace unos días, aparecieron varias grietas a lo largo del
suelo y extraños bichos negros salieron arrastrándose. Los habitantes del pueblo que
fueron mordidos por los bichos tienen sarpullidos, pero no pueden rascarse los
sarpullidos por mucho que les duela o les pique, porque si el sarpullido se revienta,
pronto empezará a pudrirse debido a la gangrena. Es una imagen horrible".

"¿Qué pasa con los médicos?" Jiang Shining no pudo evitar preguntar. "¿No
pudieron tratar la enfermedad a tiempo?"

"Al principio, no teníamos ni idea de que hubiese tanta gente con la enfermedad.
Algunos fueron al médico, pero otros lo vieron como un asunto menor y lo trataron
ellos mismos. Pero luego descubrimos que era contagiosa..." El guardia había bajado
la voz, por lo que su tono ahora sonaba siniestro. "La propagación ha sido
inusualmente rápida. ¿No puedes oler la medicina por toda la ciudad?"

"¡Deja de desperdiciar tu aliento en ellos!" Los otros guardias se habían dado


cuenta de que otro terremoto no era inminente, y estaban de pie otra vez,
preparándose para alejar al grupo de Qingping.

Si sigues bloqueándome de esta manera, no me culpes por hacer todo lo posible,


pensó Xue Xian.

El dragón siempre había hecho lo que quería, actuando sin restricciones. Aunque
los guardias no estaban siendo ilógicos, realmente necesitaban entrar en la ciudad,
incluso si tenía que volver a convertirse en un dragón y llevarlos volando.

Mientras los guardias se acercaban, aparentemente listos para usar la fuerza, un


guardia de piel oscura que estaba al fondo del grupo gritó repentinamente y señaló el
cuello del guardia de cara cuadrada. "Hermano Li, tu... ¡tu nuca!"

"¿Qué pasa?" Al oír el tono de voz de su amigo, el guardia de cara cuadrada se


puso ansioso. Su mano se disparó a su cuello. Esa mañana, mientras se ponía el
uniforme, sintió algo en esa parte de su cuerpo, pero lo atribuyó a la fricción del
cuello de la camisa... había tenido prisa por llegar a su turno, y no había pensado más
en ello.

"¡Tienes un sarpullido!" Otro guardia trajo una linterna para ver, y luego
retrocedió. " ¡Es del tamaño de dos pulgadas!"

Los otros se habían acercado para echar un vistazo por sí mismos, pero cuando
escucharon esto, todos se alejaron como si se tratara del rompimiento de una ola.

"Oh..." Xue Xian dijo. "Así que así es como se ven esos sarpullidos. Tienes uno
entre el pulgar y el índice también." Con calma pellizcó la muñeca del guardia,
mostrándosela. "Mira, ahí está."

El guardia de cara cuadrada estaba estupefacto.

Mientras Xue Xian echaba otro vistazo al sarpullido, de repente tuvo una idea.

La idea del dragón era... muy inusual. Siseó con sorpresa y miró fijamente la mano
que aún se agarraba a la muñeca del guardia. "Es realmente contagioso. Mira, ahora
lo tengo."

El guardia de cara cuadrada siguió su mirada hasta sus manos, donde vio que una
furiosa erupción roja se extendía por la mano de Xue Xian a una velocidad increíble,
desde la punta de su pulgar hasta el dorso de su mano. En un instante, toda la mano
se puso roja e hinchada, parecía un globo sostenido por una delgada muñeca blanca.

Los guardias que lo rodeaban se quedaron sin habla por el shock, y el guardia de
cara cuadrada había dejado de respirar, su cara estaba congelada por el terror. Xue
Xian preguntó: "¿Qué más dijiste que hacían los sarpullidos?"

Uno de los guardias murmuró: "Duele... Duele y pica, la piel se desprende por
completo..."

"Oh, claro", respondió Xue Xian.


Entonces los guardias observaron, horrorizados, como la piel y la carne de su mano
se aflojaban. Movió el dedo y un trozo de carne se desprendió.

"De nuevo, ¿Cómo es que se descompone?" preguntó Xue Xian.

Ninguno de los guardias pudo hablar.

Viendo que no había recibido ninguna respuesta, Xue Xian decidió que bien podría
ir a lo grande...

Ahora más y más trozos de carne sangrienta caían de su mano, y el guardia de


cara cuadrada gritaba. Intentó apartar su muñeca de la estrecha garra de Xue Xian
otra vez, con todas sus fuerzas. Cuando no se había movido, todo había ido bien,
pero ahora que lo había hecho...

Hubo un ruido de rasgadura, y toda la mano de Xue Xian se desprendió de su


brazo y golpeó en el suelo.

"Mira, yo también tengo la peste", dijo Xue Xian. "Mi mano ya está podrida. Y
estoy medio paralizado, así que no puedo caminar y he estado frenando a todo mi
grupo. Si nos haces volver ahora, para cuando podamos llegar a la siguiente ciudad y
que un médico me trate, probablemente ya le habré esparcido mi putrefacción a todo
el resto." Su hueso era visible desde su muñeca rota, y lo usó para apuntar a
Xuanmin, casi untando su sangre en la cara del monje.

Xuanmin cerró los ojos.

Temía que, si forzaba sus ojos a mirar ese desastre por un segundo más, tiraría a
la bestia al suelo.

Xue Xian mostró una sonrisa deslumbrante a los guardias. "¿No deberías dejarme
entrar para que pueda ver a un doctor?" preguntó dulcemente, y luego puso una voz
falsa y seria. "Contéstame. Deja de pararte ahí, si sigues parado ahí, empezarás a
pudrirte también."

El guardia de cara cuadrada tembló y se apartó de su camino.

"Muchas gracias", dijo Xuanmin suavemente. Empezó a dar grandes pasos hacia la
ciudad, y mientras lo hacía, los guardias delante de él se dividieron automáticamente
en dos filas para hacerle sitio, y luego se escabulleron para presionarse contra la
muralla de la ciudad, como si se acercaran a él, aunque sea un poco, acabarían como
la mano de Xue Xian.

Los guardias observaron al grupo alejarse y continuaron parados allí, aturdidos.


Finalmente, uno de los guardias estaba mirando hacia abajo cuando de repente gritó,
"¡Mira!"

Mientras los otros se volvían, vieron que el guardia apuntaba al lugar del suelo
donde había caído la mano de Xue Xian. "La mano de hace un momento... la mano
desapareció..."

De hecho, ya no había ninguna señal de la mano, y en su lugar había una ramita


de un ciruelo blanco abandonada.

Conmocionados, los guardias se volvieron sobre sus talones para perseguir al


grupo, pero descubrieron que ellos también habían desaparecido sin dejar rastro.

Pensaron en reportar el incidente a su superior, notaron que el guardia de cara


cuadrada seguía allí. Le llamaron, "¡Hermano Li! ¡Hermano Li! ¡Muévete! ¡Ve a buscar
un médico! Si la clínica está ocupada, entonces ve a la Farmacia Fang para conseguir
alguna medicina. ¡Ha habido tanta gente pidiendo medicina a Fang que ahora debe
saber la receta de memoria! Nosotros cubriremos tu turno. Apúrate, ¿sí?"

"Sí", el guardia de cara cuadrada finalmente se las arregló para decir. Apoyó su
espada contra la muralla de la ciudad y se dirigió a la clínica del oeste.

En un callejón del este, al otro lado de la ciudad, Xuanmin y los demás iban camino
a casa de la hermana de Jiang Shining. Shitou Zhang siguió girando la cabeza para
mirar detrás de ellos, temiendo que los guardias los alcanzaran pronto.

"Deja de fatigar tu cuello. Nadie va a venir", dijo Xue Xian. Él sería capaz de oír si
alguien se acercaba. "¿Por qué estás tan paranoico?"

¿Cómo puedes decir eso? Pensaba el resto.

En cada ciudad que visitaban, la bestia tenía que hacer alguna locura en público,
como si de no hacerlo, se hubieran quedado de brazos cruzados.

Jiang Shining ya había estado en Anqing antes... sólo unas pocas veces, pero las
suficientes para familiarizarse con la ruta. Muy pronto, llegaron ante un conjunto de
puertas.

Las puertas eran muy pequeñas y no parecían ser las puertas principales del
complejo. Pero esta puerta del callejón tenía dos esculturas de piedra redondas a
cada lado, y un conjunto de escalones de piedra que conducían a ella.

"Las puertas de entrada son las de la farmacia. Debido a que están tan ocupados,
los miembros de la casa suelen usar la puerta trasera, que conduce a la casa y al
patio trasero", explicó Jiang Shining.

"Burro calvo, bájame." Viendo que Jiang Shining había llamado a la puerta, Xue
Xian hizo que Xuanmin lo colocara encima de una de las estatuas.

Levantó su muñeca gangrenosa y le empezó a crecer la mano. "Por favor", le dijo a


Xuanmin, "¿Podrías hacer un hechizo para limpiar mi ropa? Tengo un poco de sangre
en la manga antes."

Jiang Shining, Shitou Zhang, e incluso NianQi, que habían estado ignorando eso,
apartaron sus ojos con asco.

Xuanmin echó un vistazo a la muñeca de Xue Xian y luego volvió a mirar


rápidamente hacia otro lado, lo que probablemente era el límite de cosas asquerosas
que sus ojos podían soportar. Parecía abrumado por el horror, y no se movió para
dibujar un talismán de limpieza para Xue Xian, probablemente dudando de que
incluso el talismán fuera capaz de limpiar toda esa sangre y carne muerta. En su
lugar, aún con esa fría expresión, levantó su dedo y lo pasó por la manga de Xue
Xian, y luego le dio un tirón.

Como si hubiera sido cortado por un cuchillo, esa parte de la manga se cayó.

Entonces, sosteniendo ese pedazo de tela cubierto de piel gangrenosa y sangre,


Xuanmin encendió un fósforo y lo quemó todo.

Xue Xian jadeó. Probablemente nunca esperó que alguien se atreviera a rasgar su
ropa, ni que la primera persona en hacerlo fuera el burro calvo. Miró con sorpresa a
su antebrazo, donde ahora sólo había media manga. Luego, miró de nuevo hacia
abajo y arrebató la parte inferior de la túnica de Xuanmin, frotando furiosamente su
nueva mano contra ella. Luego le sostuvo la parte de la túnica de Xuanmin y le dijo:
"Quema esto también. Si yo debo tener los brazos desnudos, entonces tú debes tener
las piernas desnudas. Eso es lo único que apaciguará la rabia dentro de mí ahora
mismo".

Jiang Shining miró con lástima a Xuanmin. Estaba a punto de decir algo cuando la
estrecha puerta se abrió por fin desde dentro y una niña de unos diez años preguntó,
"¿Quién es?" mientras sacaba la cabeza.
¡Era un rostro familiar!

Al ver que conocía a la niña, Jiang Shining sonrió y la saludó. "Oh, es Xing..."

Antes de que pudiera continuar, la chica gritó y cerró la puerta de golpe.


Capítulo 46: Amabilidad (I)

Jiang Shining miró conmocionado la puerta cerrada por un rato, y de repente se dio
cuenta de lo que había pasado.

Cuando se dio cuenta, su cara era compleja: había algo de decepción, pero
también había un poco más de risa melancólica.

Al ver la expresión de Jiang Shining, Xue Xian señaló a Shitou Zhang y le dijo:
"Viejo, ¿no tenías miedo de los fantasmas antes? Ahora que has visto un fantasma
tan idiota, ¿todavía tienes miedo? ¿No crees que todos los temblores que has tenido
han sido bastante embarazosos?"

Viejo...

Shitou Zhang se tocó la cara y pensó sombríamente, puede que ya no sea joven,
pero tampoco soy viejo. Puedo caminar, puedo correr, puedo cargar cosas. ¿No es
"viejo" un poco excesivo?

Pero no se atrevió a protestar, para no enfadar a la bestia.

Jiang Shining se había sentido un poco mejor, pero la burla de Xue Xian volvió a
oscurecerle la cara. Puso los ojos en blanco y dijo: "Puede que sea tonto, pero es
porque he pasado demasiado tiempo contigo".

Levantó su túnica y se hizo a un lado, extendiendo un brazo en dirección a la


puerta: "No intentaré atormentar este lugar a mitad del día. ¿Por qué no viene uno de
ustedes a llamar a la puerta?"

Todos miraron a Shitou Zhang.

"¿Y... yo?" Confundido, Shitou Zhang se señaló a sí mismo. En todo el viaje hasta
ahora, sólo había sido empujado... era la primera vez que alguien le había pedido que
hiciera algo.

Xue Xian señaló al NianQi y dijo: "Adivino".

Luego se señaló a sí mismo: " Lisiado".

Luego señaló a Xuanmin: " Limosnero".

Extendió sus manos y se encogió de hombros. "¿Cuál de nosotros es normal?"


Trágicamente, sólo había una persona normal en todo el grupo.

Shitou Zhang no tuvo más remedio que arrastrar los pies hasta la puerta y volver a
llamar.

Hubo otro grito... la chica se estaba asustando aún más.

Shitou Zhang miró al grupo con impotencia. "Los que son mordidos por una
serpiente pasan los próximos diez años aterrorizados por las trampas", dijo. "No es
mi culpa".

Luego inyectó un tono casual en su voz y dijo: "¡Niña, abre la puerta! No soy un
fantasma. ¡Soy una buena persona!"

Xue Xian miró al pedrero, y finalmente le tendió la mano y le devolvió el golpe.


"Deja de ser tan espeluznante. Si sigues así, Zhong Kui¹ vendrá a echarte."

"Xingzi, ¿por qué estás gritando?" llegó la voz de una anciana. "No asustes a los
pacientes del frente."

La voz temblorosa de la niña se elevó en respuesta... parecía estar a punto de


llorar. "¡Tía Chen, hay un fantasma!"

"Tonterías, ¿cómo puede haber un fantasma?" La tía Chen se río. "En nuestro
recinto sólo salvamos a la gente. Nunca hemos hecho daño a nadie. ¿Por qué querría
atormentarnos un fantasma?"

"Es verdad. Acabo de ver al Joven Amo Jiang", dijo Xingzi.

"Joven Amo... ¿Jiang?" La tía Chen dijo, sorprendida. "No querrás decir..."

"¡Sí! Justo ahora... justo ahora escuché un golpe en la puerta, y cuando lo abrí, él
estaba allí. ¡Me sonrió y me llamó por mi nombre! ¿Quién más podría ser?"

La chica estaba sollozando ahora, asustada hasta la médula.

" ¿Tocó a la puerta?" Preguntó la tía Chen.

"Sí, y acaba de tocar otra vez. Estaba demasiado asustada para escuchar..."
En ese momento, Xue Xian decidió tocar de nuevo.

Toc toc toc...

Ahora tanto la anciana como la joven gritaron y comenzaron a llorar.

Exasperado, Xuanmin apartó la garra del dragón de la puerta.

Jiang Shining suspiró.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, la puerta se abrió de nuevo. La


persona detrás de ella era un anciano de pelo gris y aspecto amable.

Asomándose por detrás del anciano había otros dos: uno era Xingzi, y la otra, una
anciana bajita, sería la Tía Chen.

Para no volver a asustarlos, Jiang Shining se había convertido en un pequeño


hombre de papel y se metió en el bolsillo de Xue Xian. Pero no pudo evitar sacar la
cabeza otra vez para observar lo que estaba pasando... después de todo, él los había
metido en este lío.

Viendo al anciano de pelo gris, murmuró, "Tío Chen..."

Conocía a todos los de la Farmacia Fang, e incluso podría decir que conocía a
algunos de ellos bastante bien. Las familias Fang y Jiang siempre habían sido muy
cercanas: un lado eran médicos, y el otro farmacéuticos, así que después de haberse
conocido una vez, habían desarrollado una buena relación.

Desde que era pequeño, Jiang Shining era llevado a menudo a visitar a la familia
Fang, y más tarde, su hermana terminó casándose con los Fang.

Cuando era joven, la tía y el tío Chen incluso le hicieron bollos dulces.

Ahora, los viejos amigos se reunían, pero estaban separados por la vida y la
muerte. Incluso saludarse cara a cara era difícil.

Los oídos del tío Chen no eran tan buenos como antes, así que no escuchó la
llamada de Jiang Shining.

Entrecerró sus ojos ligeramente nublados y vio a los supuestos "demonios,


fantasmas y monstruos de las sombras" reunidos en la puerta. Dijo, "¿Necesitas...
algo?"

Detrás de él, la tía Chen miró fijamente a Xingzi. "¿No dijiste que viste al Joven
Amo Jiang? ¿Dónde? Esta gente está viva y bien", dijo en un fuerte susurro.

Confundida, Xingzi sacudió la cabeza. Ella tampoco sabía lo que estaba pasando.

De nuevo, fue Shitou Zhang quien el grupo se adelantó para explicar las cosas.

"Gracias por recibirnos", dijo Shitou Zhang. De hecho, estaba acostumbrado a


hablar con clientes ricos, así que, aunque siempre estaba paralizado por el terror
cuando estaba con Xue Xian y los demás, de hecho, sabía cómo ser educado en las
situaciones adecuadas.

Saludó y añadió, "Venimos de Ningyang, Huizhou. Estamos aquí para buscar..."

De repente, se detuvo y frunció el ceño a Xue Xian. "¿A quién buscamos?"

Antes de que Xue Xian pudiera responder, la tía Chen dijo, " Están buscando... ¿a
la joven ama?"

"Sí", dijo Jiang Shining en voz baja.

"¡Sí!" Shitou Zhang repitió, asintiendo con la cabeza.

"¡Sí!" Xingzi dijo. "Sabía que no podía ser una coincidencia. Acabo de ver al Joven
Maestro Jiang, ¡y ahora ha llegado gente de Ningyang! Entonces, ¿realmente vi lo que
vi? Y el Joven Amo Jiang..."

El tío Chen la hizo callar, luego se volvió hacia Shitou Zhang y le devolvió el
saludo. "Señor, si puedo preguntar, ¿tiene algún tipo de ficha para identificarse?"

En pánico, Shitou Zhang miró de nuevo al grupo, ¿Ficha?

Xue Xian estaba a punto de decir que no, pero de repente recordó y se dio una
bofetada en la rodilla. "¡Claro!"

Entonces, sin ningún sentido de vacilación ni de vergüenza, metió la mano en la


bolsa de Xuanmin y empezó a cavar.
Xuanmin le agarró la muñeca. "¿Qué estás...?"

"¡Lo encontré!" Xue Xian movió su brazo. "Suéltame"

Xuanmin lo hizo, y Xue Xian sacó triunfalmente su garra, que agarraba una
campana médica de plata.

Cuando Jiang Shining no había podido cargarla, Xue Xian la había metido en la
bolsa... y ahora la estaba sacando de nuevo, como si fuera su propio bolsillo.

"¿Puede esta campana médica contar como una ficha?" Preguntó Xue Xian,
mostrándole la campana al Tío Chen.

Todavía estaba sentado en la estatua junto a la puerta, medio tapado por Shitou
Zhang, así que sólo al oír su voz el tío Chen y los demás lo miraron.

Xingzi lo miró de arriba a abajo, y de repente se sonrojó y se escondió


tímidamente detrás del tío Chen otra vez.

El tío Chen tomó la campana en sus manos. Sólo necesitaba mirarla antes de decir,
"He visto esto. Esto era del Dr. Jiang."

Dio la vuelta a la campana y vio que tenía grabado a Jiang en el costado, y luego
se la devolvió a Xue Xian.

Pero el Dr. Jiang no había muerto de viejo... su familia había sido víctima de un
incendio provocado, y ahora había un completo extraño apareciendo con una reliquia
familiar. Cualquiera podría sospechar.

"Eso es de la familia Jiang..." El tío Chen murmuró nerviosamente.

"Vecinos cercanos", dijo Shitou Zhang. No podía decir familia lejana, así que tuvo
que ir por la siguiente mejor opción. "El joven maestro de la familia Jiang, Jiang
Shining, nos pidió que le lleváramos a su hermana la campana médica que ha estado
en su familia por generaciones. También hay cosas sin resolver que necesita que
discutamos con ella."

"Así que por eso..." Xingzi dijo. "Pero la Joven Señora no está en este momento.
¿Le gustaría entrar a tomar el té?"

Su actitud era tan completamente diferente a la de antes por lo que la tía Chen y
el tío Chen la miraron, sorprendidos.
¿No se suponía que debía estar aún más aterrorizada ahora?

Pero Xingzi no se dio cuenta de las extrañas miradas. Su mirada aún se posaba en
Xue Xian.

"Gracias", dijo Shitou Zhang, sin siquiera intentar declinar por cortesía. Después de
todo, en los últimos días había volado en el aire y se había zambullido en el agua.
Todo lo que quería era sentarse un rato y tomar un té caliente. Estaba muy contento.

Viendo que Xingzi ya los había invitado, y Shitou Zhang había aceptado, el tío
Chen tuvo que ignorar las dudas que aún tenía y dejar entrar al grupo.

El tío Chen y la tía Chen se adelantaron para mostrarles el camino, y Xingzi


silenciosamente mantuvo la puerta abierta...

Shitou Zhang entró primero, luego NianQi, que fue capaz de pasar el umbral, pero lo
hizo lentamente y tanteando el marco de la puerta. El tío Chen se dio cuenta de esto.

"Este joven maestro..." El tío Chen preguntó.

"Medio ciego", respondió fríamente NianQi.

El tío Chen no dijo nada.

Xingzi esperó a que NianQi entrara, luego fue detrás de él, esperando que Xue
Xian se levantara de la estatua y la siguiera.

Pero ella se dio vuelta y vio como Xuanmin lo tomaba en sus brazos.

El tío Chen también vio esta escena surrealista y no pudo evitar preguntar: "Y este
caballero..."

"Medio paralizado", respondió Xue Xian, con la misma frialdad.

El tío Chen no volvió a decir nada, pero pensó, ¿Qué clase de gente es esta...?

Un hombre medio ciego, medio paralizado, un hombre bajo y gordo de mediana


edad y un monje distante...

Ninguno de ellos parecía capaz de ninguna violencia.


Así que el tío Chen dejó de sospechar y decidió saludar al grupo con verdadera
amabilidad.

"¿A qué hora regresará su Joven Señora?" Xue Xian preguntó a Xingzi. Había visto
a la niña sonrojarse, y la encontró divertida, así que decidió hacerle una pregunta
casual.

Cuando la bestia no buscaba activamente causar problemas, podía usar su carisma


con la gente y hablar con cortesía, pero su tono retenía ese sentido de pereza, que le
hacía parecer distraído e indiferente.

Al ver que Xue Xian le había hablado, Xingzi se sonrojó aún más. Calurosamente,
ella dijo, "La Joven Señora fue a sentir el pulso de la esposa del Maestro Zhao, y el
Joven Maestro le acompañó. Se fueron antes de la campana del amanecer, y
probablemente volverán en una hora más o menos."

"¿Sentir el pulso?"

"¡Nuestra Joven Señora es extremadamente hábil!" Xingzi dijo. "Todas las esposas
del condado que no se sienten bien le piden a la Joven Señora que las revise. El
estudio de su pulso es siempre preciso, y la medicación que recomienda siempre trata
con éxito la enfermedad. Pero es un trabajo duro..."

El grupo pensó que la hermana de Jiang Shining era realmente digna de ser
educada en una familia médica. Pero también comenzaron a preocuparse: la plaga
parecía estar causando estragos en todo el condado de Qingping, y era demasiado
fácil que los médicos se infectaran...

Se instalaron en un patio trasero y tomaron té. Habían esperado mucho tiempo,


pero antes de que terminaran sus primeras tazas, un niño de unos diez años
irrumpió, entró en pánico y gritó: "¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Algo le ha
pasado al Joven Amo y a la Joven Señora!"

•───────────•

¹ Zhong Kui es una figura de la mitología china. Tradicionalmente se le considera el


conquistador de fantasmas y seres malignos, conocido por dirigir 80.000 demonios,
usándose en ocasiones su imagen en las puertas de las casas como espíritu guardián,
así como en lugares de negocios relacionados con bienes de alto valor.
Capítulo 47: Amabilidad (II)

El tío Chen y la tía Chen, que estaban saliendo del interior con más bandejas de té, se
sobresaltaron con el shock. La bandeja de té se estrelló contra el suelo, haciendo
volar los trozos de cerámica destrozados, algunos de los trozos rotos incluso
golpearon las piernas de Shitou Zhang y Xuanmin... pero la pareja estaba demasiado
distraída incluso para disculparse.

"¿Algo sucedió?" Un coro de voces se elevó ― Tío Chen, Tía Chen, Xingzi... y el
oculto Jiang Shining.

Pero con todo el alboroto, nadie lo notó.

"¿Qué ha pasado?" La Tía Chen agarró al mensajero por la manga. "¡Habla, niño!
¿Por qué eres el único que ha regresado?"

"Joven Amo..." el niño resopló. Parecía haber corrido todo el camino a casa y
apenas se detuvo a respirar, así que ahora hablaba de una manera entrecortada y
estropeada. Finalmente respiró profundamente y se detuvo. " Estábamos en el
camino de regreso y giramos por la calle Jifu. De repente, siete u ocho mendigos
aparecieron y se llevaron al Joven Amo y a la Joven Señora. ¡Todo sucedió tan rápido,
que es como si nos estuvieran esperando allí!"

"¿Qué?", exclamaron todos. "¿Se los llevaron? ¿A dónde?"

"Yo... no lo sé..." el muchacho pareció estar a punto de llorar, y habló con una voz
llena de vergüenza y culpa. "El Joven Amo y la Joven Señora me empujaron a un
lado, y caí al suelo. Cuando me levanté, habían desaparecido sin dejar rastro. No
pude ir tras ellos. Ni siquiera pude encontrarlos. Soy tan inútil..."

Empezó a sollozar.

"¿Viste al menos la dirección en la que se fueron?" Xuanmin preguntó


repentinamente.

El chico parecía no haberse dado cuenta de que había extraños en el patio. Se


tambaleó, y luego dijo entre sollozos: "Al sur. Pero hay demasiadas calles en esa
dirección, e inmediatamente perdí el rastro de ellos".

"Encuentra un objeto que tu Joven Amo y Joven Ama hayan tocado", dijo Xuanmin
de nuevo, mientras su mirada caía sobre NianQi.
"Oh bien, tenemos una brújula humana," dijo Xue Xian, acariciando maternalmente
la cabeza de NianQi. Pero el chico apartó su mano.

El tío Chen y la tía Chen no lo entendieron. "¿Algo que hayan tocado


recientemente?" preguntaron.

Pero Xingzi aplaudió y gritó, "¡Un pañuelo! ¿Funciona?"

"Claro", dijo Xue Xian. "¿Podrías traer ese pañuelo, por favor?"

Aún con la cara roja, Xingzi se escabulló a una habitación cercana, y luego salió
corriendo otra vez. "Aquí... el pañuelo. ¿Pero para qué lo necesitas?"

"Para averiguar a dónde fueron llevados su Joven Amo y su Joven Ama."

Aun completamente perdidos, el tío Chen y la tía Chen andaban inquietos, como
hormigas en una estufa caliente.

NianQi sacó su manojo de palos y, sosteniendo ligeramente el pañuelo bordado,


comenzó a hacer marcas en el suelo.

Parecía una especie de chamán. El tío Chen, la tía Chen, e incluso Xingzi lo
miraban con preocupación. "Esto es..."

Entonces, de una manera muy seria, NianQi guardó sus palos y sintió las marcas
que habían creado. Poniendo su mejor voz de oráculo, dijo, "¿Existe un camino de
montaña cerca? Hay colinas construidas con piedras rotas apiladas a ambos lados, y
en las colinas hay un bosque. En el bosque..."

Volvió a tocar las marcas y dijo: "Dentro del bosque hay una tumba, y junto a ella
un pequeño estanque, y junto al estanque hay una roca negra, que parece una
tortuga arrastrándose..."

Cuando comenzó la descripción, las caras del tío Chen y de la tía Chen aún estaban
arrugadas en la confusión, pero cuando llegó a la roca con forma de tortuga, de
repente se iluminaron: "¡Realmente existe!"

"¿Dónde?"
"¡Xiaonanshan¹!"

Poco después, un carruaje de caballos apareció de repente al pie de una colina en


el condado de Qingping conocido como Xiaonanshan. Xue Xian y los otros se sentaron
dentro del carruaje, mientras el tío Chen lo conducía.

Al principio, Xue Xian sólo había querido llevar una persona ordinaria con ellos que
pudiera conducir el carruaje y que conociera el camino - era conveniente y eficiente, y
el tío Chen tenía una personalidad suave y parecía capaz de tolerar una gran cantidad
de sucesos extraños.

Sin embargo...

El grupo estaba ahora mirando a la tía Chen y a Xingzi, que se sentaron en el


carruaje con ellos.

"Así que la razón por la que ustedes dos vinieron es..." Xue Xian finalmente
preguntó.

De hecho, incluso habían dejado a Shitou Zhang en el recinto de Fang.

La tía Chen tenía una naturaleza entusiasta. Ella se abofeteó el muslo y gritó, "El
año pasado, cuando la Vieja Señora falleció, nos pidió a mí y al Viejo Chen que
cuidáramos al Joven Amo y a la Joven Señora. Ahora, sólo ha pasado un año y ya los
he perdido. ¿Cómo se supone que debo explicarle esto a ella? Oh, Vieja Señora..."

Viendo que podría empezar a sollozar, Xue Xian sacó un dedo y lo agitó delante de
ella. "Shh... vale, vale, lo entiendo."

Los ojos de la tía Chen se abultaron cuando sintió que su boca se cerraba por una
fuerza invisible... no pudo hacer más ruido.

"Entonces, pequeña, ¿Qué hay de ti...?" Xue Xian preguntó. No había asientos con
reposabrazos dentro del carruaje, así que se apoyó contra la pared del carruaje.
Mientras hablaba, sin encontrar donde poner sus brazos, se adelantó y usó las piernas
de Xuanmin como sus apoyabrazos. Por supuesto que lo hizo: era de esperar.

Por el rabillo del ojo, Xue Xian vio a Xuanmin mirar su brazo sobre su rodilla. El
monje levantó su mano, como si estuviera a punto de apartar la garras de la bestia
insoportable.

Xue Xian se giró, listo para protestar y molestarle más, pero la mirada de Xuanmin
pasó rápidamente por su brazo, como si el monje hubiera visto o recordado algo.
Entonces, Xuanmin volvió a bajar la mano y dejó que Xue Xian hiciera lo que quería.

¿Eh?

Xue Xian se quedó atónito, pero antes de que pudiera procesarlo, Xingzi, sentado
frente a él, le dijo: "Llevo más de cinco años con la Joven Señora. Si algo le pasa a
ella, ¿Cómo podría vivir tranquila? Estoy tan estresada que no puedo quedarme
sentada en casa. Por favor, no me hagas bajar del carruaje. Prometo no interponerme
en el camino."

"No te interpondrás en el camino, y no me importa que haya más gente. Es sólo


que..." Ahora Xue Xian ralentizó su discurso y dijo casualmente, "Tienes que estar
preparada."

La tía Chen y Xingzi lo miraron fijamente, sin saber lo que quería decir.

Antes de que pudieran decir algo, NianQi de repente dijo, "Está bien, el lugar está
prácticamente fijado. Ya no se mueven más. Se han detenido en algún lugar. Esto
es... ¿un pueblo abandonado? ¿Por qué están todas las casas rotas?"

¿"Pueblo abandonado"? ¿Te refieres a la aldea Wen? Cielos... ¿cómo pudieron


terminar allí? Ya nadie vive allí... y no sólo eso, ¡está embrujada! ¡Si ellos se van,
acabarán muriendo!"

"¿Una aldea fantasma?"

"¡Viejo Chen! ¡Viejo Chen! ¡Es una cuestión de vida o muerte! Ve más rápido..." La
tía Chen gritó, golpeando la pared del carruaje.

La razón por la que el carruaje se movía a lo largo de este camino en Xiaonanshan


era precisamente porque los palos del adivino principiante NianQi sólo funcionaban a
una cierta frecuencia... y aquellos a los que seguían estaban constantemente en
movimiento. Si querían ser capaces de confirmar la ubicación final de la hermana de
Jiang Shining, necesitaban acercarse lo más posible.

Ahora que los que estaban rastreando realmente se habían detenido, el grupo de
Xue Xian naturalmente no quería esperar más. Se prepararon para cargar.

"Agárrate fuerte", dijo Xue Xian a la tía Chen y a Xingzi.


Justo cuando la tía Chen se dio la vuelta para no golpear la pared, todo el carruaje
empezó a temblar de un lado a otro,

"¡Aiyou!" La tía Chen lloró, pensando que los caballos se habían ido por un tramo
de camino lleno de baches. Ella extendió su mano para estabilizarse contra la pared.

Pero entonces, de la nada, vino un viento salvaje que comenzó a sacudir el


carruaje desde el exterior.

Aterrorizados, los caballos del frente comenzaron a relinchar.

"¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando...?" La mano de la tía Chen se estrelló
contra la pared mientras ahogaba sus lágrimas. Xingzi se agarró fuertemente a su
mano y también gritó.

"Pequeña, por favor, cállate." Xue Xian levantó su mano, y las puertas del carruaje
se cerraron de golpe. "Las puertas están cerradas. No puedes caerte."

La tía Chen y Xingzi lo miraron incrédulos, como si hubieran visto un fantasma...

"Tocaste la puerta hace un momento..." Preguntó Xingzi. "¿Cómo es que la


puerta...?"

Todavía estaba aturdida cuando el carro, que se había inclinado hacia un lado, se
volvió ligero de repente. El corazón de Xingzi se asentó.

Esta repentina sensación de ligereza... era como si alguien - o algo - hubiera


recogido el carruaje en su totalidad.

Temblando, las dos mujeres abrieron la cortina de la ventana...

"¡Ahhh!", gritaron ambas.

"¡Estamos... estamos... estamos volando!"

Xue Xian se rascó la cabeza. Había empezado a arrepentirse de lo que había


hecho.

Le dio un codazo a Xuanmin en la cintura y le dijo: "Burro calvo, ¿podrías traer al


de delante...?"
"¡Ahhh!"

Antes de que pudiera terminar su frase, un grito se elevó desde el frente del
carruaje también.

Xue Xian puso los ojos en blanco. ¿Qué pasó con la "personalidad suave"?

Xuanmin sacó su manga blanca como la nieve por la ventana y, con un jalón, la
cabeza del Viejo Chen entró por la ventana, gritando todo el tiempo.

Como había estado entrando en pánico afuera con los ojos bien cerrados, Xuanmin
se adelantó y lo arrastró adentro.

Los gritos sólo cesaron cuando estaba sentado dentro del carruaje.

Ahora que todos estaban en el carruaje, Xue Xian sacó una mano por la ventana e
hizo como un saludo.

Xingzi miró, confundida...

El carruaje se tambaleó hacia un lado otra vez. Esta vez, la Tía Chen no había
conseguido agarrarse, así que cayó con la gravedad y se estrelló contra Xingzi, que a
su vez cayó se estrelló contra NianQi.

El pobre NianQi, todavía agarrado a sus palos, fue golpeado contra la pared del
carruaje.

Llevado por el viento que Xue Xian había convocado, el carruaje voló hacia los
cielos, dirigiéndose directamente a las nubes.

Tal y como la tía Chen lo había descrito, estaban en un pueblo abandonado. Las
casas se habían derrumbado hace tiempo, permitiendo que los árboles y las malas
hierbas del bosque se apoderaran de ellas. No había ningún signo de vida en
absoluto. Aunque el cielo estaba brillando, una mancha de luz blanca entraba desde el
este durante la parte más fresca de la mañana, la aldea parecía repeler a los
visitantes en lugar de invitarlos.

" Caw... caw... " Un cuervo salió volando de algún lugar de la espesura, asustando
a las personas de la familia Fang, que comenzaron a temblar y trataron de encogerse
más dentro del carruaje.
En el opresivo silencio, por supuesto cualquier ruido iba a parecer mucho más
fuerte. Justo cuando Xuanmin dio un paso fuera de la puerta del carruaje, un grito
penetrante de una mujer se elevó en la distancia.

"¡Joven Señora!" gritó Xingzi. "¡Esa es la voz de la Joven Señora! ¡Ella realmente
está ahí!"

Xuanmin se volvió hacia Xue Xian y dijo, "Espera aquí".

Planeó seguir la voz hasta la aldea abandonada.

No había nada de qué preocuparse cuando se trataba de Xuanmin, así que Xue
Xian se inclinó más hacia atrás en el carruaje y cruzó sus brazos letárgicamente.
Asintió con la cabeza y dijo, "Bien, eso me ahorrará un poco de esfuerzo. Vuelve
pronto".

Frunciendo el ceño, Xuanmin examinó el diseño del feng shui de la aldea


abandonada. Realmente había un problema con la aldea: era una cáscara, con un
exterior fuerte pero un corazón totalmente hueco, y le faltaba algo crítico -- la
posición perfecta se había vaciado y ahora estaba estéril y muerta.

En cuanto a lo que le faltaba a la aldea...

Pensando en esto, Xuanmin comenzó a avanzar a pasos agigantados. Su mano se


dirigió distraídamente al colgante de monedas de cobre que tenía en la cadera, pero
no había nada allí.

Xuanmin se detuvo.

Xue Xian, que se había acercado a la puerta del carruaje y había estado
observando a Xuanmin, se alejó de repente entrecerrando los ojos...

Xuanmin estaba regresando de nuevo.

Xue Xian levantó su cara y observó como el monje llegó a la puerta y golpeó
ligeramente contra la pared del carruaje con su nudillo, luego extendió esa delgada y
hermosa mano frente a Xue Xian.

"¿Qué estás haciendo?" Preguntó Xue Xian, confundido.

Xuanmin dijo, "Monedas de cobre".


Dentro del carruaje, Xingzi miró la cara de Xuanmin y pensó, Que guapo...

Luego miró a Xue Xian, y lo encontró guapo también.

Sin embargo...

La mayoría de los pensamientos de Xingzi eran algo como, Si el Maestro quería


dinero, ¿por qué se lo pedía a Xue Xian?

Y ahora, Xuanmin, con su colgante en la mano, volvía a entrar en la aldea


abandonada.

Mientras caminaba, las monedas de cobre chocaban ligeramente entre sí, haciendo
ligeros ruidos que atraían los pequeños remolinos de viento de la aldea.

Xue Xian tamborileó distraídamente sus dedos contra su rodilla al ritmo de los ecos
de las monedas, esperando que Xuanmin regresara.

Pero, después de pasar un tiempo, sus dedos se congelaron cuando se dio


cuenta...

Aguarda. Había pasado tanto tiempo, y la silueta de Xuanmin había desaparecido


por completo en la aldea. ¿Cómo podía el sonido de las monedas seguir sonando tan
cerca?

Pero en ese momento, ese claro y rítmico eco se detuvo de repente. Un bajo ruido
de tambor pareció elevarse desde el interior de la tierra... era tan familiar...

Cuando ese ruido apareció, Xue Xian sintió que su mente estaba despejada, y
surgió una escena que había olvidado hace tiempo.

•───────────•

¹ Literalmente "pequeña montaña en el sur".


Capítulo 48: Amabilidad (III)

Era el primer mes de verano, en el condado de Huameng, y sus músculos y huesos


estaban siendo extraídos de su cuerpo - incontables hilos dorados aparecieron de la
nada en el aire y cayeron sobre él, algunos envolviéndose alrededor de su cuerpo y
atándolo al suelo, otros abriéndose camino entre sus escamas y apretando su agarre,
atrapándolo como en una jaula gigante.

Los hilos dorados eran tan finos como el pelo, de modo que, aunque le atravesaran
la piel, no empezaría a sangrar inmediatamente, ya que las heridas eran demasiado
pequeñas. Pero la ausencia de sangre no significaba que no hubiera dolor... esos hilos
dorados enviaban una agonía abrasadora por todo su cuerpo, los de fuera quemaban
su piel, los que habían penetrado en él quemaban su carne y enviaban dolor a sus
propios músculos y huesos. Cada pequeño movimiento enviaba más dolor a través de
él, y era tan doloroso como ser devorado por millones de hormigas.

¿Pero cómo actuaba Xue Xian? Cuando quería moverse, se movía, incluso si diez
mil flechas lo habían clavado en el suelo - simplemente arrancaba las flechas una por
una sin importar el dolor, y luego decapitaba a quien le había hecho eso.

De hecho, el dolor físico nunca había sido capaz de detenerlo.

La razón por la que no había forzado su salida de la jaula ese día fue porque era su
período de catástrofe, que sólo ocurría una vez cada siglo.

Hubo grandes catástrofes y pequeñas catástrofes, pero en realidad todas eran sólo
tormentas.

Para Xue Xian, las tormentas eran las catástrofes que menos miedo inspiraban.
¿Cuándo un dragón que emerge del mar no va acompañado de algo de lluvia y
truenos? Hacía tiempo que se había acostumbrado a los truenos, especialmente al
ruido, de modo que no importaba lo poderoso que fuera el relámpago que le cayera
encima, podía simplemente sentarse y mirar, sin parpadear.

Los truenos ordinarios no podían ni siquiera golpearle, especialmente porque


muchos de ellos habían sido invocados por él... y aunque le golpearan, no le dolía ni
le picaba. Pero los truenos durante el período de la catástrofe eran diferentes: no sólo
eran capaces de golpearle, sino que de hecho se dirigían directamente a él, enviando
rayos a su cuerpo uno tras otro hasta que empezaba a sangrar. El despellejamiento
de su piel fue un asunto menor... hubo cosas mucho peores, como el daño a su alma.
Si no practicaba sus habilidades de meditación budista lo suficientemente bien para
combatir el dolor, su alma podía quedar completamente destrozada por el trueno, y
su cuerpo vacío se fundiría en polvo y barro.

Para salvar sus propias vidas, la mayoría de la gente, si experimenta una


catástrofe, se le ocurren todo tipo de ideas para protegerse a sí mismos - como los
Ocho Inmortales que cruzan el mar, cada persona podría tener una idea diferente.
Pero Xue Xian no podía hacer tal cosa: todos y cada uno de los movimientos
afectaban a los ríos, lagos y mares de los que dependía la humanidad. Si se peleaba,
convertiría todas las masas de agua cercanas en cosas inquietas y peligrosas. De vez
en cuando causaba una inundación en algún lugar, y durante un momento crítico
como éste, tenía que ser extremadamente cuidadoso de no enviar una gran ola para
aplastar ciudades enteras.

Cuando Xue Xian experimentaba una catástrofe, siempre se transformaba de


nuevo en su forma de dragón: su colosal cuerpo de dragón podía soportar los
agonizantes golpes de rayo en la carne. Mientras que, si seguía siendo humano, sólo
unos pocos rayos le arrancarían toda la carne... y entonces, ¿qué aspecto tendría?

Cuando las catástrofes eran pequeñas, Xue Xian no se molestaba en moverse


demasiado... encontraba una isla desierta al azar y se arrastraba por ella para dejar
que el trueno le golpeara. Cuando terminaba, simplemente se dormía allí y dejaba
que sus heridas sanaran. Luego, cuando ya no sangraba por todos los poros, se
deslizaba al fondo del mar y se curaba, antes de volver a salir para crear problemas.

Pero cuando las catástrofes eran grandes, no podía ser tan descuidado. De hecho,
la mayor parte de la tierra no podía soportar el peso del colosal trueno de las grandes
catástrofes. Si caía sobre una isla desierta, sólo unos pocos rayos la rompían en
pedazos y la hacían hundirse en el agua. Si hubiera gente allí, entonces se convertiría
en un verdadero desastre.

Para evitar que el trueno de las grandes catástrofes golpeara la tierra por su causa,
Xue Xian volaría al cielo y se adentraría en las espesas y negras nubes de tormenta.
Los rayos bajaban de los cielos y se abrían paso entre las nubes para golpearle a él, y
sólo a él. Para los humanos, el ruido era aterrador, pero no había ningún peligro real.

Y ese año, en el primer mes del verano, Xue Xian se encontró con una gran
catástrofe.

Y esa catástrofe pareció aún más grande que otras grandes catástrofes anteriores,
de modo que, después de haber sido golpeado por los truenos, se encontró con que
su alma había sido seriamente dañada y cayó rápidamente de las nubes a la playa de
abajo.

Cuando se dañaba el alma, uno se volvía sólo semiconsciente y desorientado, sin


energía espiritual. Debido a esto, cuando esos incontables hilos de oro aparecieron
para atarlo fuertemente al suelo, Xue Xian apenas podía abrir los ojos, y mucho
menos ver quién era su enemigo o tratar de romper sus grilletes. Incluso durante
mucho tiempo después de eso, no pudo rememorar el pasado en absoluto, sólo trozos
y pedazos, como los fragmentos de un sueño.

Pero ahora, en la aldea abandonada, Xue Xian sintió que algo se agitaba en su
mente. Tal vez fue una coincidencia, o tal vez algo más, pero un cuadro de ese
recuerdo de repente apareció en su mente, y Xue Xian fue presa de un terror
paralizante. Más allá de esos densos torbellinos de hilo dorado había estado la silueta
de una persona... quizás la persona estaba vestida de blanco, pero debido a que
había demasiados obstáculos, era difícil ver los detalles, sólo un contorno.

Sólo por el contorno, Xue Xian podía ver ahora que la persona era delgada y alta,
y, en medio del ondulante viento de sus túnicas, también podía ver sombras ligeras y
ondulantes contra la cara de la persona, el pelo largo que se había soltado.

Sin embargo...

Había algo indescriptiblemente extraño.

El ruido... comenzó a desaparecer de su mente, y Xue Xian finalmente se liberó del


recuerdo.

"¿Qué sucede? Hey, despierta..."

Cuando Xue Xian recuperó sus cinco sentidos, empezó a oír una voz femenina que
le gritaba al oído con preocupación y pánico.

"Pequeña Xingzi, por favor deja de sacudirme, si sigues así, mi cabeza va a rodar...
" Xue Xian murmuró, con los ojos todavía cerrados.

"¿Estás despierto?" Xingzi exclamó encantada... estaba tan abrumada que tropezó
y se agarró al hombro de Xue Xian para estabilizarse. Tiró de su mano hacia atrás
como si hubiera tocado el fuego, y luego, torpemente, se hizo a un lado y explicó:
"Justo ahora has perdido la conciencia de repente". Incluso dejaste de respirar. Todos
estábamos aterrorizados, y yo sólo... yo..."

Frunciendo el ceño, Xue Xian finalmente abrió perezosamente los ojos.


Entrecerrando los ojos, se dio una palmadita en el pecho y dijo, "¿Así que decidiste
pellizcarme?"

Xingzi se apoyó en la pared del carruaje y suspiró con resignación y un sentimiento


de inmensa y pesada culpa. "Sí, te pellizqué en el pecho."

"Muchas gracias. Estoy agradecido," dijo Xue Xian con una sonrisa. Entonces, su
cara cayó, y miró hacia la aldea otra vez.

"¿?" Sin esperar una palabra de agradecimiento, Xingzi se sonrojó de nuevo. Se


retorció las manos y balbuceó, "No te preocupes, no te preocupes, sólo me alegro de
que estés despierto ahora".

Por supuesto, Xue Xian no la escuchó en absoluto. Estaba mirando fijamente a la


aldea abandonada, preguntándose por qué Xuanmin no había regresado todavía.

"Ese burro calvo..." Se detuvo, dándose cuenta de que no sería apropiado llamar
así a Xuanmin delante de los demás. Aclaró su garganta y luego inyectó algo más de
seriedad en su voz. "¿Cuánto tiempo he inconsciente? ¿Ha pasado algo desde que el
monje entró en la aldea?"

"¿Pasa algo?" Xingzi sacudió su cabeza, preocupada. "Ha pasado algún tiempo, y
no he escuchado nada. ¿Deberíamos... deberíamos entrar y buscarlo?"

Tal vez fue porque el carruaje que había volado había destruido los espíritus de los
tres mortales, pero cuando se trató de los planes del grupo, los tres felizmente se
remitieron a Xue Xian. Aunque se sintieran aprensivos por algo, no se atrevieron a
hablar. Pero había pasado un tiempo, y ¿quién sabía qué tipo de peligro había dentro
de la aldea?

Al oír la sugerencia de Xingzi, Xue Xian frunció el ceño. Entonces extendió la mano
y se dio una palmadita en la cintura. "Ratón de biblioteca, ¿por qué estás tan
callado?"

Ahora que estos mortales habían estado en el cielo, ¿cómo podían tener miedo de
los fantasmas? Xue Xian ya no tenía problemas para sacar a Jiang Shining.

Pero era realmente extraño... su propia hermana y cuñado habían sido


secuestrados y llevados a un bosque encantado, y Jiang Shining ni siquiera había
sacado su cabeza del bolsillo de Xue Xian. Eso no era propio de él en absoluto.
"¿Ratón de biblioteca?"

Silencio.

"¿Jiang Shining?"

Silencio...

Mientras Xue Xian pronunciaba ese nombre, el tío Chen, la tía Chen y Xingzi lo
miraban fijamente.

"Joven amo Jiang... ¿acaba de llamar al joven amo Jiang?" La tía Chen
tartamudeó.

"Sí", dijo Xue Xian mientras miraba en su bolsillo, confundido.

Bueno... Estaba vacío.

Jiang Shining había desaparecido hace tiempo.

Con la cara en blanco, Xue Xian miró de nuevo a la aldea... Jiang Shining
probablemente había sido incapaz de contenerse y se había ido con Xuanmin.

El sol estaba bastante alto en el cielo ahora, y la fresca mañana estaba cargada de
rocío y humedad. Una espesa mancha de niebla blanca se asentó en la aldea, de
modo que sólo se podían ver los contornos de algunos edificios rotos, oscuros y
sombríos.

"¿Dónde está Lu NianQi?" Preguntó Xue Xian, todavía mirando hacia fuera.

NianQi dijo, "Estoy aquí. ¿Qué pasa?"

Su tono era de profunda irritación. Estaba apretado entre dos enormes


codornices... el tío Chen temblando a la izquierda, y la tía Chen temblando a la
derecha. La pareja parecía considerarlo como una especie de santo, y, demasiado
asustados para acercarse a Xue Xian, se habían agrupado a su alrededor por
seguridad.

"¿Podría tratar de averiguar lo que el calvo... lo que Xuanmin está haciendo


ahora?" Xue Xian dijo, mirando a la niebla.
"Puedo intentarlo", dijo NianQi. "Pero necesito algo que el monje haya tocado."

Antes de que Xue Xian pudiera responder, NianQi añadió: "El carruaje es
demasiado grande. No funcionará."

Xue Xian cayó en un silencio pensativo, luego se dio la vuelta y clavó su garra en
la cara del NianQi. "¿Qué tal mi mano?"

NianQi y Xingzi levantaron las cejas.

Había algo raro... o quizás todo era raro.

"No puedo usar seres vivos, sólo objetos." NianQi nunca había tenido miedo de Xue
Xian, ni temía ser golpeado, así que se encogió de hombros y casualmente dijo, "Por
qué no te martirizas ahora mismo, y yo puedo intentarlo."

Xue Xian se río fríamente y se dio la vuelta.

Mientras tanto, desde un recinto colapsado dentro de esa Aldea Wen abandonada
hace tiempo, llegó el ruido de una pelea.

El recinto estaba compuesto por dos edificios de dos pisos conectados por un
pasillo. alrededor del cual estaban las cuatro paredes de un patio. Dentro del patio
hubo alguna vez unos jardines, que ahora se habían convertido en una amplia
mancha de maleza de hasta media persona, además de un árbol marchito, casi
muerto. Las ventanas de cada habitación estaban podridas, los cristales de papel
estaban desgastados, dejando entrar una poderosa corriente de aire en las
habitaciones cuyo sonido parecía un melancólico lamento.

El ruido de la pelea provenía de la habitación este de la planta baja del edificio de


enfrente - la única habitación sin corriente de aire.

"¿No dijiste que nunca nos equivocaríamos si te escuchábamos? ¡Ahora no


podemos salir en absoluto!" se quejó una voz masculina ronca.

"¿Qué más podemos hacer? Si seguimos adelante, ¿sobrevivirán el tío Liu, Jianzi y
la pequeña Stone?" respondió otra voz. "Al menos aquí hay un techo para
protegernos de la lluvia. ¿Por qué no te quejaste cuando estabas recogiendo setas por
la mañana?"
Varios mendigos se reunieron en la sala este, todos con el pelo revuelto y las caras
sucias. Sus ropas parecían nunca haber sido lavadas antes, y emitían un olor agrio y
podrido. Pero ese no era el único olor en la habitación... mezclado con el moho estaba
el penetrante y pesado hedor a sangre fresca.

El hombre de voz ronca no tenía manos... sus muñecas se estrechaban en dos


suaves muñones. Parecía que había perdido sus manos hace muchos años, o incluso
muchas décadas.

Frente al hombre sin manos había una hoguera, sobre la cual había una olla rota,
gorgoteando con algún tipo de líquido. El hombre sin manos usó sus muñones para
recoger algunas hojas silvestres de una pila en un costado y las arrojó en una olla,
murmurando, "¿Y qué si tenemos comida? Ni siquiera sabemos si seguiremos vivos
después de comerla..."

"Definitivamente no estaremos vivos si no la comemos, ¡así que apúrate y


cocina!", respondió el mismo hombre. El rostro de ese mendigo estaba cubierto de
feas cicatrices, y sólo tenía un globo ocular. El otro párpado estaba sellado
herméticamente, sin signos de protuberancia, lo que implicaba que la cuenca del ojo
estaba vacía.

Un grupo de mendigos se sentó alrededor de los hombres que discutían. Aquellos a


los que no les faltaban brazos o piernas gesticulaban salvajemente, y eran claramente
sordos y mudos.

Detrás de ellos había una pequeña cama de madera, en la que yacían tres
personas: un viejo y dos jóvenes, aparentemente el "Tío Liu, Jianzi y la Pequeña
Stone" al que el tuerto había hecho referencia. Una manta llena de agujeros les había
cubierto, mohosa y húmeda, pero al menos era una especie de cubierta.

Las tres personas en la cama respiraban laboriosamente, como si tuvieran fiebre, y


sus rostros grises ardían con un enojoso enrojecimiento. Tenían ampollas en los
labios, algunas de las cuales habían reventado, y en el cuello también había manchas
de piel herida y gangrenada.

Ese fuerte olor a sangre fresca provenía de ellos.

En un rincón de la habitación estaban sentados un hombre y una mujer, ambos


jóvenes y de aspecto saludable, que parecían familiarizados con el otro. Aunque
llevaban abrigos humildes y básicos, éstos no estaban ni andrajosos ni podridos; y
aunque su pelo estaba un poco desordenado, parecían totalmente fuera de lugar
entre los mendigos.
La mujer era la hermana de Jiang Shining, Jiang Shijing, y el hombre era su
cuñado, Fang Cheng.

Fang Cheng se inclinó hacia su esposa y murmuró, "Ah Ying... ¿Estás herida?"

Habiéndose conocido desde la infancia, Fang Cheng siempre había llamado a su


esposa por su apodo.

Jiang Shijing sacudió su cabeza. "¿Y Tú?"

"Estoy bien. No te preocupes, no creo que tengan intención de matarnos, ni de


pedir rescate", dijo Fang Cheng en voz baja. "En realidad parece que..."

Ambos miraron la cama de madera, donde los tres enfermos estaban durmiendo.

Después de que los mendigos los trajeron a la aldea Wen, desataron todas las
cuerdas de la pareja, excepto las de sus muñecas, gritaron: "No tuvimos elección".

Justo cuando los mendigos estaban a punto de explicar el asunto, un... ruido muy
inusual apareció en la habitación.

Sonaba como si alguien bajara lentamente las escaleras con pasos pesados y
difíciles... quizás alguien físicamente enfermo, o una persona mayor.

Los mendigos se habían congelado en su lugar y se miraban unos a otros. Uno de


ellos incluso había levantado un dedo para contar el número de personas en la
habitación: "Cinco, seis, siete... y con el tío Liu y los otros dos, eso hace diez.
Estamos todos aquí".

Mientras decía esto, las caras de los mendigos se retorcían de miedo... si todos
estaban en la habitación, ¿quién bajaba las escaleras?

Uno de los mendigos más valientes se había burlado y murmurado: "Ustedes se


están asustando". Había salido de la habitación para ver quién era, pero luego había
desaparecido sin dejar rastro. Incluso cuando el sonido de las pisadas había cesado,
no había regresado.

Entonces, otros dos mendigos se habían emparejado para ir a buscarlo. Afirmaron


que habían subido y bajado varias veces del edificio sin ver la señal de su amigo
desaparecido - pero que la aldea se había cubierto repentinamente con una espesa
niebla, de modo que ya no podían ver dentro de las otras habitaciones ni sentir sus
paredes.

Este extraño desarrollo había hecho que todos los mendigos recordaran los cuentos
de la aldea de Wen que estaba embrujada. Aterrorizados, se unieron en un círculo
cerrado alrededor de la hoguera, demasiado asustados para salir de la habitación de
nuevo.

Ahora el tuerto les dijo a Fang Cheng y Jiang Shijing, "Doctores, ¿quieren beber
sopa de hojas silvestres y champiñones? Considérenlo una muestra de nuestra
disculpa. Si pudieras encontrar en tu corazón el perdonar a nuestros humildes
mendigos, nos gustaría que revisaras las pulsaciones del tío Liu y los demás. Tienen
sarpullidos por todo el cuerpo. Si siguen así, todos morirán. No tuvimos más remedio
que idear este tortuoso plan".

"Aunque apenas llevamos una vida digna, tampoco queremos morir", añadió el
hombre sin manos. "Pero no tenemos dinero para pagar un médico, ni podemos
pagar la medicina, así que tenemos que cometer un crimen..."

Fue tal como la pareja lo había adivinado.

Fang Cheng sacudió la cabeza. "Hemos tenido muchos desastres en los últimos dos
años. Con la hambruna esparcida por todo el condado, la vida se ha vuelto más difícil
para todos nosotros. Si no puedes pagar, no lo hagas... ¿Rechazaríamos a un
moribundo en la puerta? Y aunque yo fuera un avaro que se negara a darle cualquier
medicina, mi esposa aquí nunca lo permitiría. Es sólo que..."

Miró fijamente al tuerto y le dijo: "¿Cómo puedes llegar a vendarle los ojos a
alguien en la calle y secuestrarlo? Si puedes hacer esto, ¿de qué otra cosa eres
capaz?"

"También queremos tener una vida normal, pero nadie está dispuesto a
enfrentarnos", dijo el hombre sin manos, levantando las muñecas sin poder hacer
nada. "Para gente como nosotros, aunque consiguiéramos trabajo, seríamos
demasiado torpes para desempeñarlo bien. Todo lo que somos es un caso de caridad.
Pero en estos años difíciles, la gente apenas puede llegar a fin de mes, así que ¿por
qué harían caridad?"

"¿Nadie los quiere?" Fang Cheng respondió infelizmente. "¿Nos preguntaste si


queríamos ser secuestrados? Si hubieras dicho, 'No podemos pagar, podemos
trabajar para pagar la cuenta', ¿crees que te lo habríamos negado?"

El hombre sin manos abrió la boca para hablar, pero de repente ese lento ruido de
afuera apareció de nuevo.

Todos en la habitación se congelaron de terror.

"Gouzi, usted está más cerca de la puerta, ¡apúrese y ciérrela!" susurró el tuerto.

Un joven al que le faltaba un brazo se apresuró a cerrar la puerta, y luego volvió


rápidamente a la hoguera, donde se sentó y observó ansiosamente la puerta para ver
si se movía.

" Oí..." Un mendigo al que le faltaba una pierna, sentado al lado de Gouzi, bajó la
voz y añadió: "Los fantasmas acechan en la aldea de Wen todos los años, siempre al
final de los meses de invierno. El sonido de las representaciones teatrales aparecerá
de repente en la aldea, y se puede oír el sonido de los tambores y la música desde
lejos, y los sonidos agudos del canto... Aiyou, ¡es aterrador!"

"¡Sí, sí! Y, dicen que, si accidentalmente tropiezas con la aldea, una niebla blanca
nublará tu visión e impedirá que escapes."

"Incluso puedes oír la tos, las palmas y las risas..."

A medida que los mendigos hablaban entre ellos, se volvieron más y más
temerosos. Se agruparon aún más cerca, temblando, pero de repente el tuerto les
hizo un gesto para que se callaran, y todos volvieron a callar.

Los pasos lentos parecían salir de una habitación de arriba y comenzar a bajar las
escaleras. Se quedó en la sala de estar, como si se hubiera sentado en una silla para
descansar. Luego, pareció levantarse una vez más y comenzar a caminar por la
habitación.

Poco a poco, los pasos se acercaron a la sala este y se hicieron cada vez más
claros, deteniéndose finalmente frente a su puerta.

Mientras miraban a la puerta, cada persona en la habitación pensó que sus cabezas
iban a explotar de puro terror. Esa puerta era vieja y frágil, así que, aunque estaba
cerrada con llave, probablemente se derrumbaría bajo la más mínima presión, y por
lo tanto era completamente inútil.
Justo cuando la sangre había drenado de las caras de los mendigos, el sonido de la
tos emergió de detrás de la puerta. El ruido de la tos revelaba cierta sensación de
debilidad, como si viniera de alguien extremadamente enfermo, y era seguido por un
sonido de sibilancias. Luego se alejó con dificultad, hacia la puerta del otro lado del
pasillo.

Hu--

Todos dieron un suspiro de alivio.

Pero la puerta de la habitación del otro lado del pasillo crujió de nuevo y los pasos
se acercaron a la habitación este una vez más.

Mientras los mendigos sudaban de miedo, el grupo que esperaba dentro del
carruaje en las afueras de la aldea Wen, todos dejaron de respirar lo que habían
estado sosteniendo... vieron una silueta que finalmente emergió de esa espesa niebla.
Las blancas túnicas del monje parecían estar hechas de la niebla que lo rodeaba, y se
ondeaban ligeramente con la brisa.

"¡Maestro! ¡El Maestro ha vuelto!" gritó Xingzi.

El tío Chen y la tía Chen finalmente soltaron sus agarres de hierro en los brazos de
NianQi y se arrastraron hasta la puerta del carruaje para mirar hacia fuera. "¿Y el
Joven Amo y la Joven Señora? ¿También han vuelto?"

Entrecerraron los ojos ante la silueta de Xuanmin, pero sus esperanzas se


desvanecieron cuando se dieron cuenta de que no había otra persona caminando a su
lado.

Pero cuando Xue Xian vio que Xuanmin estaba solo, frunció el ceño.

Xuanmin se materializó rápidamente en la niebla y se acercó al carruaje.

"Maestro, ¿no encontró al Joven Amo y a la Joven Señora?" La tía Chen preguntó
ansiosamente.

Xuanmin dijo, "He encontrado su ubicación, pero no puedo acercarme".

"¿No puede acercarse?"

"Sí", dijo Xuanmin. "Sin embargo..."


Antes de que pudiera terminar, la tía Chen y el tío Chen se desplomaron en el
carruaje, con los ojos rojos y llenos de lágrimas.

Pero Xue Xian miró silenciosamente a Xuanmin de arriba a abajo y preguntó, de la


nada, "¿Cuándo te afeitaste la cabeza y te convertiste en monje?"

Confundido por su pregunta, Xuanmin se volvió hacia Xue Xian. "Cuando era un
niño. ¿Por qué?"

"¿Está seguro?" El tono de Xue Xian permaneció neutral, sin traicionar ninguna
emoción. "¿No olvidaste tu pasado?"

¿Por qué preguntaría de repente tal cosa?

Fue justo entonces, cuando Xuanmin había salido de la niebla blanca, su silueta se
parecía tanto a la de la persona de los hilos dorados... ambos llevaban ligeras túnicas
blancas, ambos eran delgados y altos, y ambos eran inusualmente poderosos...

La única diferencia era que la persona con los hilos dorados tenía la cabeza llena
de pelo.

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¡Feliz Navidad Atrasado les deseamos Be & Ka! Que la hayan pasado super bien en
ese día.
Capítulo 49: Amabilidad (IV)

Aunque Xuanmin no entendía por qué Xue Xian lo interrogaba de repente, dio una
respuesta. "Retengo algunos recuerdos fragmentados del pasado", dijo. "Algunos de
ellos son de la infancia."

Tal vez era por la seriedad con la que Xue Xian actuaba, pero algo en sus
preguntas no estaba bien. Después de que Xuanmin respondiera, miró hacia abajo,
sus negros y tranquilos ojos se cruzaron con los de Xue Xian. Añadió, "Estoy seguro
de ello".

Desde su conversación en la posada, Xue Xian sintió que entendía la personalidad


de Xuanmin un poco más, o al menos se sentía más seguro de él...

Incluso si se ignoraba todo lo demás sobre el burro calvo, había un aspecto


positivo en él, que era que nunca mentía. Si no recordaba algo, no inventaba algo
para aplacar a Xue Xian, sino que decía claramente que lo había olvidado. Y si podía
recordar, pero no quería hablar de ello, también diría claramente que no quería
informar a Xue Xian, en lugar de obligarse a complacer a su interrogador.

Así que, si Xuanmin dijo con calma, "Estoy seguro de ello", entonces estaba
realmente seguro... significaba que realmente tenía algunos pedacitos de recuerdos
de la infancia, y que, en esas escenas, ya se había convertido en un monje.

Al escuchar la respuesta de Xuanmin, Xue Xian no asintió ni sacudió la cabeza.


Durante algún tiempo, no dijo nada en absoluto, sólo miraba fijamente a Xuanmin.

Al ver esto, Xuanmin preguntó: "¿No me crees?"

"No es eso", dijo Xue Xian. De repente, extendió su mano y enganchó su dedo,
haciendo un gesto para que Xuanmin se acercara. "Ven aquí".

"¿Hm?" Xuanmin aún no lo entendía, pero se agachó de todos modos. Asumió que
Xue Xian tenía algo que decirle que no quería que el tío Chen y los demás lo
escucharan, así que esperó sinceramente a que Xue Xian hablara.

Pero no llegó ninguna palabra... sólo la garra de la bestia.

Entrecerrando los ojos, Xue Xian tocó la cabeza de Xuanmin y chasqueó su lengua.
"¡Pobre bebé, eras tan joven cuando te afeitaste la cabeza!"

Había un dicho sobre los niños que eran particularmente hábiles en crear
problemas a sus padres: si no golpeas al niño durante tres días, se aburrirá tanto que
subirá a tu casa y empezará a desmontar el techo. Este fue el dicho que vino a la
mente de Xuanmin en ese momento. Esta bestia está organizando un motín, pensó.

Los demás en el carruaje observaron la escena, consternados, especialmente


Xingzi, que incluso había dejado de llorar y en su lugar comenzó a pensar, La relación
entre estos dos es... ¿Tal vez es demasiado buena?

Sin pestañear, dirigió sus grandes ojos a Xue Xian, pero accidentalmente
intercambió una mirada con Xuanmin.

El Maestro era realmente muy atractivo, pensó. Especialmente esos ojos serenos y
decididos, que siempre le daban a uno una sensación tranquilizadora, como si dijera
que, si Xuanmin no estaba estresado, entonces nadie más necesitaba estar estresado,
tampoco, porque siempre se le podía ocurrir una idea.

Pero, por alguna razón, cuando Xingzi se encontró con esos ojos, sintió una
inexplicable sensación de culpa.

Pero antes de que pudiera romper el contacto visual, Xuanmin ya estaba mirando
hacia otro lado.

Su cara dio una señal de irritación, agarró la muñeca flaca de Xue Xian y apartó su
garra de su cabeza. Probablemente para evitar que Xue Xian pusiera inmediatamente
su mano en ese sitio, Xuanmin se negó a soltarla.

Xue Xian se burló. "¿Qué tan preciosa es tu cabeza? ¿Por qué no puedo tocarla?"

Xuanmin lo ignoró.

En realidad, el agarre de Xuanmin no era tan firme: un rápido tirón serviría para
salir de él. Pero Xue Xian no luchó... descansó su muñeca allí, dejando que Xuanmin
la sujetara.

El frío de los dedos de Xuanmin se filtró en la piel de Xue Xian, de modo que su
muñeca alcanzó la misma temperatura.

La mirada de Xue Xian cayó ociosamente sobre la mano de Xuanmin, y comparó al


monje con la persona que sostenía los hilos dorados una vez más... de hecho, eran
iguales en todos los sentidos, excepto por esa sombra de pelo.
Pero Xuanmin ya se había rapado la cabeza y se había convertido en monje de
niño, y Xue Xian sólo había sido mutilado hace seis meses. Eso significaba que
Xuanmin no podría haber hecho la acción.

Para Xue Xian, mientras Xuanmin no fuera esa persona, entonces era perfecto.

Por lo demás...

Xue Xian detuvo su tren de pensamiento en sus vías antes de que pudiera pensar
en otra cosa. Cambió de tema y le preguntó a Xuanmin: "Hace un momento dijiste
que habías encontrado su posición, pero ¿no podías acercarte? Luego dijo: "Sin
embargo... ¿Sin embargo qué? ¿No ves que los has hecho llorar a todos con esa
dramática pausa?"

Escuchándolo decir esto, los oídos del Tío Chen y la Tía Chen se levantaron y
miraron ansiosamente a Xuanmin.

Xuanmin se enderezó. Echando un vistazo a la espesa niebla de la aldea


abandonada, levantó su otra mano.

Desenroscó su puño y, con un ligero golpe, el colgante de monedas de cobre se


cayó y colgó suavemente de su dedo.

"De hecho, no puedo acercarme. Sin embargo..." Ahora Xuanmin finalmente soltó
la muñeca de Xue Xian, para que pudiera usar su dedo índice para empujar las
monedas en algún tipo de secuencia. Con calma, dijo, "Ya que no podemos ir allí,
entonces que vengan aquí."

Quitó su otra mano y las monedas en su palma emitieron un zumbido, el cordón


rojo que las unía se apretó repentinamente.

Entonces, un ruido ensordecedor vino del interior de la aldea abandonada, como si


algo se hubiera levantado del suelo.

Asustados, el grupo dentro del carruaje se miró con ansiedad. En ese momento,
una cicatriz negra apareció en la niebla y se cernió sobre ellos.

"¡Oh Dios, mira! ¿Qué es eso?" Xingzi gritó, tirando de la manga de la tía Chen y
señalando al cielo.

La sombra negra se acercaba a ellos a gran velocidad, y a medida que se acercaba,


su silueta se hizo más clara...

Era la totalidad de un viejo y destartalado recinto que, junto con el terreno en el


que se encontraba, estaba siendo levitado hacia ellos por Xuanmin.

Hong...

Con un inmenso ruido sordo, el recinto aterrizó en el suelo delante de ellos, esa
mancha de maleza que rodea los edificios hundiendo sus raíces en la tierra
inmediatamente.

Esto fue lo que Xuanmin quiso decir con, Ya que no podemos ir allí, entonces
dejemos que vengan aquí.

La tía Chen, el tío Chen y Xingzi se quedaron sin palabras. Nunca habían imaginado
una forma tan extravagante de mudarse... incluso olvidaron cerrar sus bocas.

Mientras el recinto caía al suelo, también podían oír el sonido de los gritos que
venían del interior del edificio. Y...

"Ratón de biblioteca", dijo repentinamente Xue Xian, mirando la delgada silueta


que se aferraba fuertemente al picaporte de las puertas de entrada. Se burló, "¿Estás
tratando de convertirte en el dios de la puerta de esta casa?"

Esa delgada silueta no era otra que el fugitivo del bolsillo de Xue Xian... Jiang
Shining.

Por supuesto, nunca habría sido capaz de sentarse en el carruaje y esperar noticias
sobre su hermana. Xue Xian había adivinado bien, Jiang Shining se había alejado de
su escondite con Xue Xian y había seguido a Xuanmin a la aldea, y había estado allí
cuando Xuanmin descubrió dónde estaban su hermana y su cuñado. Pero una
diferencia clave entre él y el monje era que Xuanmin era un humano y por lo tanto no
podía entrar en el recinto, mientras que Jiang Shining era un fantasma, y se dirigió
sin esfuerzo a las puertas del recinto. Pero antes de que pudiera entrar, todo el lugar
había sido bruscamente arrancado...

No había tenido tiempo de volver a convertirse en un hombre de papel, así que


ahora se encontró cara a cara con la tía Chen, el tío Chen y Xingzi.

"Oh cielos... Joven... ¿Joven Maestro Jiang?" El tío Chen tartamudeó. "Tú... tú no...
estás..."

Quería decir que no moriste, pero la palabra "morir" era demasiado poco propicia,
y no pudo conseguir que la pronunciara. Luego quiso decir, ¿todavía estás vivo?, pero
esa frase sonaba demasiado incómoda, por lo que tampoco pudo decir eso,
resultando finalmente un lío de tartamudez.

Los ojos de Xingzi rebosaban de lágrimas otra vez mientras tiraba furiosamente de
la manga de la Tía Chen. "¡Lo sabía! ¡Sabía que realmente lo había visto! Realmente
vi al Joven Amo Jiang llamar a la puerta... pero... pero Joven Amo, usted..."

Jiang Brillo se encontró con todos sus ojos con calma y los saludó. "Llamar a la
puerta ha sido una acción imprudente. Te asusté, pequeña Xingzi, y me disculpo."

"Y ahora estás..."

"Soy un fantasma pícaro." Jiang Shining se río amargamente, y luego añadió, "Tío
Chen, Tía Chen, ha pasado un tiempo. Gracias por haberme extrañado todo este
tiempo."

Al escuchar la palabra fantasma, los mortales en el carruaje se callaron, sin saber


qué decir... además, las circunstancias actuales no eran el mejor momento para
hablar del pasado juntos.

"Recinto Xu..." Xue Xian murmuró mientras leía los carteles de las puertas del
recinto.

"¿Xu?" El tío Chen repitió. "¿Podría ser este el hogar del amable Xu?"

" ¿El Amable Hombre Xu?" Preguntó Xue Xian. "¿Quién es ese?"

El tío Chen lo explicó. "La mayoría de la gente que vivía en la aldea Wen se
apellidaba Wen, y sólo unos diez hogares se habían mudado más tarde. Uno de ellos
era un comerciante de apellido Xu. Dicen que había empezado su carrera como
comerciante textil y que incluso tenía su propia fábrica textil, y que había ganado
mucho dinero a lo largo de las décadas. Pero en algún momento, ocurrió una
tragedia, y vendió el negocio textil y trasladó a su familia a la aldea de Wen, que era
el pueblo natal de su esposa. Vivió aquí durante quince o dieciséis años. Era un
hombre inmensamente amable, y no le faltaba dinero, y todos en la aldea recibieron
su generosa ayuda. Por eso le llamaban "Hombre Amable Xu".

Xue Xian había estado a punto de llamar a la puerta, pero, al oír las palabras del
tío Chen, se detuvo. En su lugar, agitó la manga e invocó una pequeña ráfaga de
viento que se filtró por el minúsculo hueco entre el conjunto de puertas oxidadas y las
empujó suavemente para abrirlas.

A medida que las antiguas puertas se abrían con un chirrido, se escucharon varios
gritos de terror más desde la habitación este... había gente allí dentro, y tenían un
miedo mortal.

En el mismo momento en que Xue Xian abría las puertas del complejo, el hombre
se había arrastrado hasta la puerta cerrada de la sala oriental y estaba a punto de
abrirla de repente se paralizó. Levantó su mano para proteger sus ojos,
aparentemente incapaz de tolerar la fina corriente de luz del día que se filtraba de la
habitación a su cara.

La mancha de luz no podía iluminar su aspecto, sólo un vago contorno - su espalda


estaba encorvada por la edad, mostrando que tenía al menos cincuenta años. Aunque
originalmente era de mediana estatura, sus piernas no se mantenían firmes, y sus
rodillas se doblaban de tal manera que parecía tener las piernas arqueadas.

Al hombre le llevó mucho tiempo acostumbrarse a la luz. Finalmente, bajó la mano


y tranquilamente habló en la oscuridad: "Mis queridos invitados, ¿por qué están
parados junto a la puerta? Hoy su humilde servidor Xu celebra su cumpleaños y todos
están invitados. Sería un honor para mí que entraran a festejar y a beber un poco de
vino".

El grupo estaba aturdido. Realmente era el Amable Xu.

Antes de que pudieran reaccionar, el Amable Man Xu habló de nuevo. "Tengo la


suerte de tener viejos amigos que me cuidan, que han viajado una gran distancia
para celebrar conmigo. Son una de las compañías de teatro más famosas de Anqing,
y sus actuaciones son melodiosas y entretenidas. Puedes entrar y esperar un rato, y
tratar tus oídos. Cada vez que la compañía viene, todo el pueblo de Wen se regocija.
A todos les encanta escucharlos".

¿Compañía de teatro?

Xue Xian y Xuanmin intercambiaron miradas, ambos recordando al grupo que


habían encontrado anteriormente. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por
una transformación de la escena delante de ellos...

Las palabras del amable Man Xu parecían haber abierto algún tipo de portal oculto.
El destartalado recinto de Xu fue repentinamente iluminado por filas de brillantes
linternas rojas, y una multitud comenzó a caminar por las calles de la Aldea Wen -
cientos de personas se arremolinaron desde más allá de la niebla, caminando de esta
manera, formando una densa multitud cuyo final no podía ser visto.

Y al mismo tiempo, el sonido de los caballos trotando emergió del otro extremo del
sendero de la montaña, abriéndose camino hacia la aldea.

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Feliz Año Nuevo, adelantado les deseamos Be & Ka.

Nuevos capitulos del 50 al 60 a cargo de [Be] a partir del 11 de Enero que ya este en
mi casita, picos y besos.
Capítulo 50: Diseño "Montando el Viento" (I)

El grupo se volvió para ver la silueta de un tren de carruajes que salía de la niebla y
se dirigía a la aldea de Wen. Tres caballos encabezaban el camino, y una mula
arrastraba el último carruaje al final, y sólo un conductor para el primer carruaje. El
hombre que conducía el tren era alto y fuerte, con tres largas cicatrices en la cara,
que le hacían parecer violento, y nada amable.

Pero Jiang Shining y los demás sabían que este hombre sólo parecía poco
amable... de hecho, era profundamente amable... si todavía estaba vivo, se le podía
llamar buena persona.

La compañía no era otra que la gente de buen corazón que había recogido al grupo
de Xue Xian en aquel día nevado en el puerto de Guanyin.

"¿Siguen aquí?" Jiang Shining murmuró.

Como un verdadero y serio fantasma, Jiang Shining sabía exactamente cuánto


temían los fantasmas el contacto con la gente viva y la energía yang. No muchos
fantasmas y espíritus elegirían andar por ahí a plena luz del día, la excepción eran
aquellos que estaban anclados a algo tangible, como Jiang Shining y su cuerpo de
papel, y también tenían a alguien que los cuidaba. Incluso entonces, los fantasmas
sólo se atrevían a activarse en los días nublados o en las mañanas tempranas. Pero
esta compañía muerta hace tiempo viajaba sin ningún tipo de nerviosismo.

Era porque no sabían que estaban muertos... no tenían sentido del peligro ni de la
autoconciencia. Pero, ¿cuántas calles llenas de gente viva había recorrido ya la
compañía? Cualquier otro fantasma habría sido disuelto por la fuerte energía yang
que los rodeaba, pero esta compañía había llegado hasta aquí sin problemas.

"¿Crees que pertenecen a la misma categoría que tú?" preguntó Xue Xian, mirando
al erudito. "Sólo dije que ya son ......, pero nunca dije que fueran de la misma clase
que tú."

Confundido, Jiang Shining dijo, "¿No lo son?"


"Si te dijera ochocientas veces que estás muerto, ¿te desvanecerías?" Xue Xian se
quebró.

Jiang Shining hizo una pausa y respondió: "Aún no lo has dicho ochocientas veces.
Más bien ochenta."

"¿Y? ¿No sigues saltando felizmente por ahí ahora?"

Jiang Shining aún no lo entendía. "Si no son fantasmas, entonces, ¿qué son?"

"Espíritus del deber", dijo Xuanmin.

"¿Qué son... espíritus del deber?" Jiang Shining nunca había oído hablar de tal
cosa.

Los espíritus del deber no eran ni fantasmas ni espíritus vengativos. Fueron


creados porque hicieron una promesa en la vida que no pudieron olvidar. La fuerza y
la sinceridad de su compromiso con ese deber englobaba todas las demás
preocupaciones en el momento de su muerte, hasta el punto de que ni siquiera eran
conscientes de que habían muerto - todo lo que sabían era que tenían una promesa
que aún no habían cumplido, y que les impulsaba a seguir adelante.

"Es como si tuvieras una deuda en el trasero, pero murieras antes de que pudieras
pagarla", explicó Xue Xian con pereza. "Y todo en lo que puedes pensar mientras
mueres es, '¿Cómo pudiste morir? ¿Y por qué tenía que ser ahora? Al menos espera
hasta que la deuda esté pagada, y entonces podré morir." Así que encuentra otra
manera de quedarse. ¿Entiendes?"

"¿Qué pasa cuando cumples con tu deber?"

"Entonces podrás marcharte."

Pero si la tropa eran espíritus del deber o fantasmas, ahora estaban en una
situación muy incómoda... atrapados entre la espada y la pared.

"Ambos caminos están bloqueados. ¿Qué haremos con mi hermana?" Jiang Shining
preguntó ansiosamente. "¿Cómo salimos de aquí?"

Xue Xian lo miró fijamente. "¿Quién dijo que íbamos a salir de aquí?"
"¡¿No lo haremos?!" El Tío Chen y la Tía Chen lo soltaron. La multitud de aldeanos
se acercaba al recinto de Xu, y a su vez, temblaban aún más.

Si no nos vamos, ¿nos quedaremos para ser comida para los espíritus?

"Algunas invitaciones no pueden ser rechazadas," dijo Xue Xian, moviendo su


dedo. "Hay limitaciones para todos los espíritus que deambulan por esta aldea.
Mientras permanezcan dentro de un bucle, entonces todo es normal. Pero si salen del
bucle, entonces las cosas se vuelven inciertas. Piensa en ello. Si una persona
agradable insiste en que vayas a su casa a tomar una copa, y dices que no, ¿qué
pasaría?"

Probablemente irías de un lado a otro, cada uno insistiendo en lo opuesto al otro.


Por supuesto, cuando las personas vivas se pelean por una cosa tan pequeña, al final
uno de ellos cederá, y estará bien. Pero era diferente cuando se trataba de los que ya
habían muerto. ¿Y si se enfadaba el espíritu? ¿O si los sacabas de su bucle?

Era demasiado peligroso...

Pero la razón por la que Xue Xian no había decidido irse inmediatamente no era
porque le importara el peligro... si era realmente reacio a retrasar su viaje, entonces
ni siquiera el rey de los cielos sería capaz de detenerlo. La razón por la que no le
importaba quedarse un poco más era porque había detectado algo extraño en el
lugar, y sospechaba que podría encontrar más trozos de sus huesos de dragón cerca.

Mientras el grupo se paraba junto a la puerta hablando, el hombre con cicatrices ya


había tirado de las riendas y detenido los carros. Saltó de su asiento y se detuvo
conmocionado cuando vio a Xue Xian y a los demás, pero rápidamente saludó y se
acercó. Frunciendo el ceño, dijo, "¿Por qué has venido aquí?"

Cuando la gente normal se encontraba con gente que conocía durante un viaje, lo
encontraba una feliz coincidencia. Sus comentarios de consternación iban
acompañados de una sonrisa, y no se molestaban por el encuentro, incluso trataban
de quedarse y conversar un poco. Pero este hombre con cicatrices nunca había sido
una persona ordinaria, y frente al grupo de Xue Xian, su mirada traicionó un sentido
de... ¿reproche?

No ofreció ningún saludo cortés, y parecía completamente infeliz - era lo opuesto a


la calidez con la que los había ayudado anteriormente.

Ahora, un grupo de hombres y mujeres de todas las edades salían de los tres
vagones. Algunos fueron al carruaje tirado por mulas para desempacar, y otros se
dirigieron a unirse al hombre marcado.

Una de las ancianas miró al recinto de Xu y dijo al grupo de Xue Xian, "¿Qué están
haciendo aquí en un día tan frío como éste? Deberían regresar a la ciudad."

La anciana les resultaba familiar... el calentador portátil que Shitou Zhang amaba
agarrar había sido un regalo de ella. También había sido un alma bondadosa y cálida,
así que, ¿por qué era ahora tan grosera como el hombre con cicatrices, tan ansiosa
por ahuyentarlos?

Esta fue la primera vez que se le pidió a Jiang Shining que se fuera de una manera
tan velada. Se quedó en su sitio, avergonzado e inseguro de qué hacer.

"Ai... Renliang, son todos mis invitados del día. Ven, ven, ata tus caballos en el
establo y bebe un poco de vino caliente para calentar tu garganta!" El amable Man Xu
intervino. Saludó a la compañía junto a los carruajes y gritó: "Pasen todos".

Luego extendió una mano para atraer a Xue Xian.

"Ah, he estado sentado tanto tiempo que me duele la espalda..." Xue Xian dijo,
agarrando a Xuanmin que estaba justo a su lado y apoyándose en el monje para
estirar su espalda, evitando así suavemente ser tocado por el Amable Xu.

El gesto de Xue Xian pareció completamente natural e inofensivo, sin ningún rastro
de engaño. Así que el bondadoso Xu no se molestó, sino que cambió de objetivo y tiró
de la siguiente persona, que era Jiang Shining.

Jiang Shining estaba aturdido. Esta también fue la primera vez que un fantasma le
agarró la muñeca. Al igual que el propio Jiang Shining, los dedos del amable Xu se
congelaban por la energía yin que corría a través de ellos. Si se hubiera agarrado a
una persona viva, su muñeca podría haberse entumecido por el frío, pero para Jiang
Shining, no había ninguna diferencia.

"Hermanito, ¿cómo te llamas? Debí haber preparado algunos calentadores. Mis


manos están demasiado frías... ¿son una molestia?" El amable Man Xu dijo
cortésmente.

Jiang Brillo se rió a carcajadas. "Estamos en el mismo barco."


Probablemente tenía aún más frío.

Indefenso, Jiang Shining permitió que lo arrastraran al salón principal. Al entrar,


miró a su alrededor y dijo, "Maestro Xu, por favor no dude en ir a atender a sus otros
invitados. Puedo ayudarme a mí mismo". Mientras hablaba, inspeccionó la sala este
por el rabillo del ojo.

"Me temo que he sido un pobre anfitrión", respondió educadamente el amable Xu.
"Tengo demasiados invitados. Si me he perdido algo, espero que mi hermano
pequeño pueda perdonarme. Tu humilde servidor Xu va a ir a saludar a los demás
amigos de mi ciudad natal. Hermano pequeño, puedes caminar como quieras."

Mientras hablaba, Xuanmin y los demás entraron en el salón principal también. El


amable Xu vio a Xue Xian y se detuvo. Preguntó, "Este hermanito está...
¿incapacitado?"

Xue Xian se dió unas palmaditas en las piernas. "Mis piernas están paralizadas. No
puedo caminar."

El amable Man Xu se golpeó en la frente y dijo, "Has venido al lugar correcto. Tu


humilde servidor Xu tiene un carruaje de dos ruedas. Las piernas de mi difunta madre
estaban destrozadas y no podía caminar, así que contraté a un carpintero para que le
hiciera una silla adecuada. Estos días, ha estado acumulando polvo en un rincón, y no
tengo uso para ello. Hermanito, ¿por qué no te la llevas? Parece muy cansado para
tus amigos cargarte todo el tiempo."

Riéndose educadamente, Xue Xian dijo, "No es nada cansado, no te preocupes."

Xuanmin lo miró fijamente.

El amable Xu era un hombre de acción... no sólo era amistoso en la conversación.


Inmediatamente ordenó a los sirvientes que empujaran el carruaje de dos ruedas que
guardaba en una habitación lateral hasta el salón principal. Fue entonces cuando Xue
Xian se dio cuenta de que ninguna de las habitaciones del recinto de Xu tenía
umbrales... parecía que cuando hizo construir el recinto por primera vez, había
eliminado los umbrales para permitir que su madre se moviera.

Sólo por este pequeño detalle, Xue Xian sintió que el apodo del Hombre Amable Xu
era correcto: realmente era un santo.

El carruaje de dos ruedas se llamaba "carruaje", pero en realidad era sólo una silla
con dos ruedas de madera fijadas a cada lado. Detrás de la silla había dos pequeñas
manijas de madera, que permitían a los sirvientes de la familia empujar la silla. El
amable Man Xu ordenó a sus sirvientes que limpiaran la silla, y luego les pidió que
encontraran un cojín para instalarlo en la silla.

Xue Xian agradeció al hombre profusamente y dijo, "Por favor, no se preocupe por
eso. No soy muy quisquilloso."

"No es ningún problema. Tenemos muchos cojines guardados sólo para este
propósito. La silla es demasiado dura, y se vuelve incómoda después de un tiempo.
Además, el clima es muy frío, y no sería bueno resfriarse". El amable Xu estaba a
punto de continuar, pero Xue Xian ya se había instalado en la silla y le pedía a
Xuanmin que lo empujara.

"Está bien, está bien. Hermano pequeño, eres algo excéntrico," el amable Xu se
comprometió con una sonrisa.

Saludó a los invitados, y luego se fue a buscar a sus amigos de la ciudad.

Xue Xian observó mientras se iba, asegurándose de que doblaba una esquina antes
de abrir bruscamente la puerta de la habitación este.

Dentro, ese grupo de mendigos se había agrupado en un apretado racimo


alrededor de la casi evaporada sopa. Antes, cuando escucharon el sonido de la risa y
la conversación afuera, temieron que viniera de algún tipo de fiesta de hoguera del
demonio, y estaban tan aterrorizados que apenas se atrevieron a respirar. Así que
cuando Xue Xian abrió de golpe la puerta, los mendigos pensaron que se mearían
encima.

El más cobarde de todos se desmayó.

Xue Xian no se ofendió en absoluto... en cambio, se rió y comentó, "Bueno, ese es


un saludo demasiado educado".

Tal vez temiendo que la bestia hiciera desmayar a más mortales con sus bromas
sin gracia, en cuanto Xuanmin empujó a Xue Xian hacia la puerta, lo empujó
inmediatamente hasta el rincón de la habitación, y luego dibujó un círculo alrededor
de la silla de ruedas. Xuanmin sacó un talismán y lo pegó ligeramente en la frente de
Xue Xian.

Xue Xian estaba horrorizado. ¿Qué era, un zombie devorador de cerebros?

"Burro calvo, ¿por qué tienes que ser así? ¡Retorciéndose sobre cada centavo!
¡Todo lo que hice fue tocar tu cabeza! No me estaba burlando de ti. ¿Qué demonios?"
Xue Xian gritó a la pared, donde estaba de cara. El talismán había congelado todos
sus movimientos, y no había nada que pudiera hacer. Puso los ojos en blanco y
estaba a punto de lanzar otro insulto cuando de repente sintió algo frío en la mano.

Miró hacia abajo y vio que Xuanmin estaba poniendo el colgante de monedas de
cobre de nuevo en su mano y cerrando su puño alrededor de él. Xuanmin dijo, "Esta
es la parte de la aldea con la magia más fuerte. Aprovéchala para curar tu cuerpo".

Xuanmin palmeó la parte posterior de la cabeza de Xue Xian, y luego se alejó.

Xue Xian se detuvo a mirar el colgante en su mano, y luego preguntó, "¿A dónde
vas?"

Quería girarse para ver qué estaba haciendo Xuanmin, pero con el talismán pegado
a su frente, no podía ni siquiera mover el cuello.

El grupo de mendigos miraba todo esto con total desconcierto. Incluso Jiang
Shijing y Fang Cheng se quedaron boquiabiertos, confundidos. Pero entonces,
interrumpiendo su aturdimiento, el tío Chen y la tía Chen irrumpieron en la habitación
este con Xingzi pisándoles los talones. Viendo a Jiang Shijing, todos corrieron hacia
ella. "¡Joven Señora!"

"¡Joven Amo, Joven Señora, asustaste a este viejo hasta la muerte!" El tío Chen
dijo. Pero al ver que la pareja estaba casi ilesa, dio un pesado suspiro de alivio.
Entonces se fijó en el grupo de mendigos y se apresuró a ponerse entre los mendigos
y la pareja. "Yu'e y Xingzi ya han llorado varias veces", dijo a la pareja.

Mientras Jiang Shijing consolaba suavemente al tío Chen, Xingzi se apresuró a


desatar la pareja. Y en realidad los mendigos no querían hacer daño a los médicos,
porque incluso ahora estaban tan aterrados que parecían una fila de gansos.
Naturalmente, ninguno de los mendigos se movió para impedir que los médicos
fueran liberados.

Xingzi tiró la cuerda y dijo: "¡Es bueno que estés bien! La tía Chen y yo, e incluso
el Joven Maestro Jiang, estábamos todos llorando. ¡Estábamos enfermos de
preocupación!"

"Joven... ¿Joven Maestro Jiang?" Jiang Shijing se congeló y se agarró a la manga


de Xingzi. "¿De quién estás hablando? ¿El joven maestro Jiang? ¿Qué Joven Amo
Jiang?". Dijo.
Antes de que Xingzi pudiera responder, una cálida y nasal voz dijo, "Hermana, soy
yo..."

•───────────•
Capítulo 51: Diseño "Montando el Viento" (II)

Jiang Shijing se quedó en silencio.

La mano que sujetaba la manga de Xingzi tembló. Sólo esa palabra había hecho
que una gruesa capa de lágrimas rebosara en sus ojos y nublara su visión. Su mente
estaba tan confundida que, por un segundo, no pudo entender por qué su visión se
había vuelto repentinamente borrosa, en lugar de ello sólo trató de abrir los ojos más
ampliamente y mirar lentamente alrededor de la habitación, buscando la fuente de
esa voz.

"¿Ah Ning? ¿Eres tú, Ah Ning?" Mientras los ojos de Jiang Shijing se movían, dos
lágrimas cayeron recorriendo su cara. "Deja de esconderte, Hermana no puede
verte..."

Ahora brotaban más lágrimas, y ella aún no podía ver.

"Tenía miedo de que, si aparecía directamente frente a ti, te asustaría," dijo Jiang
Shining. Después de entrar en silencio en la habitación detrás de los demás, se había
escondido en un rincón oscuro junto a la cama.

"¿Cómo...?" Las lágrimas de Jiang Shijing fluían libremente ahora, y esa sola
palabra se convirtió en un sollozo. Respiró profundamente. "¿Cómo podrías
asustarme? No importa cómo te veas ahora, nunca podrías asustarme. No tengo
miedo. Por favor, sal, deja de esconderte..."

Antes de que pudiera terminar de hablar, mientras su visión se nublaba con


lágrimas interminables, sintió de repente que la abrazaban.

La persona que la abrazaba era delgada y delicada, y el pecho contra el que su


cara estaba ahora enterrada era débil y frágil, pero era una sensación familiar, una
que conocía desde la infancia. Desde que era joven, siempre que estaba disgustada,
ese hermano pequeño que era tres años menor que ella, venía y la consolaba
diciéndole cosas graciosas que había leído en libros y cosas embarazosas que había
hecho en el pasado, hasta que ella no pudiera evitar reírse a carcajadas. Hizo esto
cada vez, desde que era un niño pequeño que sólo podía abrazarla, hasta que creció
una cabeza más alta que ella y pudo doblarse para abrazarla fuertemente con cariño.

Pero antes, los abrazos de Jiang Shining estaban llenos de calor. Ahora, no había
nada de calor, sólo una frialdad que se filtraba en su corazón.

Jiang Shining se aferró fuertemente a su hermana, pero sólo cuando sintió que ella
había empezado a temblar se dio cuenta de que ya no tenía la temperatura corporal
de una persona viva. Por supuesto que sus abrazos serían muy fríos para los demás.
Así que torpemente se soltó y se alejó, en caso de que su aura fría afectara también a
su hermana.

"¿Por qué estás tan frío?" Jiang Shijing sollozó mientras ella lo agarraba de la
mano, prohibiéndole que se alejara. Al agarrar sus manos con las suyas, respiró aire
caliente sobre sus dedos para calentarlos. Pero viendo que esto no hacía nada,
empezó a llorar aún más fuerte.

Jiang Shining levantó su cabeza hasta el techo y parpadeó, con fuerza, tratando de
recomponerse. Luego miró de nuevo a su hermana y le dijo: "Hermana, ya es
suficiente. No siento frío".

Las lágrimas de Jiang Shijing parecían no tener fin. Ahora goteaban por todas las
manos de Jiang Shining, y ella agarró sus dedos con fuerza, moviéndose para secarse
las lágrimas. Pero antes de que pudiera hacerlo, ya se estaban filtrando en su piel.

Cuando uno experimenta emociones turbulentas, naturalmente se hace difícil


controlar la fuerza en las manos.

Habiendo sido empapadas por las lágrimas de su hermana, las manos de papel de
Jiang Shining ya eran vulnerables. Ahora, ella comenzó a frotarlas furiosamente para
secar sus lágrimas, y sus dedos comenzaron a mostrar claros signos de estar
rasgados por la mitad. Pero Jiang Shining no quería quitarle las manos. Quería dejar
que su hermana derramara toda la tristeza que había guardado dentro de ella todos
estos años, aunque tuviera que renunciar a algunas partes de sus dedos.

Pero si sus dedos realmente se caían, le preocupaba que pudiera asustar a su


hermana. Así que miró de mala gana a su hermana y esperó a que la humedad de sus
propios ojos se despejara, y luego miró a Fang Cheng. "Cuñado, Hermana ha llorado
lo suficiente para lavar mis ropas. ¿Puedes ayudarme?"

Cuando vio por primera vez a Jiang Shining, Fang Cheng se asustó mucho, y luego
se sumió en un torbellino de emociones. Aunque no había visto a Jiang Shining crecer
día a día como su esposa, había pasado algún tiempo con él durante su infancia.
Cuando eran jóvenes, iban juntos a las montañas a recolectar hierbas medicinales, y,
cuando Fang Cheng se casó, fue Jiang Shining quien llevó a Ah Ying al palanquín...

Fang Cheng nunca pensó que su próximo encuentro sería en la frontera de los
países de la vida y la muerte.

Por supuesto Fang Cheng entendía cómo se sentía su esposa, así que se había
quedado allí en silencio, sin querer molestar. Fue sólo cuando Jiang Shining le habló
que, con los ojos rojos, asintió con la cabeza y vino a abrazar a su esposa. "Si sigues
llorando sobre él, ni siquiera podrá hablar", dijo en voz baja.

"Así es. Hermana, la razón por la que estoy aquí hoy es gracias a la generosa
ayuda de gente distinguida", dijo Jiang Shining. Tenía miedo de que Jiang Shijing
arruinase sus ojos por el llanto, así que le echó una mirada a Fang Cheng y cambió de
tema.

Fue exactamente como los dos habían aprendido a asociarse para consolar a Jiang
Shijing cuando estaba molesta, ahora habían pasado muchos años.

"¿Gente distinguida?" Preguntó Fang Cheng mientras mecía a su sollozante esposa


de un lado a otro. "¿Dónde están las personas distinguidas a las que te refieres, Ah
Ning? Tu hermana y yo tenemos que darles las gracias".

Desde la esquina, Xue Xian se río a carcajadas y dijo: "No es necesario que me
agradezcas, pero sería genial si pudieras quitarme este maldito papel de la frente".

Jiang Shining se quedó en silencio. Se había olvidado de que la 'persona


distinguida' estaba de cara a la pared.

Fang Cheng y Jiang Shijing miraron a Xue Xian sentado en una esquina, y luego
miraron hacia atrás, perplejos, a Jiang Shining, incapaces de entender la situación.

"¿Qué has hecho para enfadar al Maestro...?" Jiang Shining dijo mientras caminaba
hacia Xue Xian. "¿Seré castigado yo también si te quito el talismán?"

Xue Xian se río a carcajadas otra vez. "No puedo decir que sepa lo que el burro
calvo hará si tú lo quitas. Pero te prometo que, si te quedas ahí parado y me ves
sufrir sin ayudarme, haré que te arrodilles a mis pies y me ruegues que te perdone
por las próximas ocho generaciones de tu familia."

Jiang Shijing y Fang Cheng jadearon. Nunca habían visto a una 'persona
distinguida' actuar así...

"Bien", dijo Jiang Shining de forma neutral. "Si lo pones de esa manera, entonces
realmente no me atrevo a quitar el talismán. Si lo hago, entonces podrás moverte".
Xue Xian gruñó, "Ratón de biblioteca, ¿te estás rebelando?"

Por supuesto, al final todo eso fue sólo una charla. Jiang Shining era un hombre
blando, y nunca se quedaba quieto mientras alguien más estaba en problemas.
Caminó lentamente alrededor de la silla de ruedas y admiró lo obediente y tranquila
que se veía la bestia sentada allí, y finalmente extendió la mano para pellizcar el
talismán en la frente de Xue Xian.

Pero había usado accidentalmente la mano que su hermana había empapado en


lágrimas. Y el talismán de Xuanmin no era de papel normal... era difícil de sacar.

Así que, mientras Jiang Shining tiraba con fuerza del talismán...

Esa mano húmeda... se partió por la mitad.

Ninguno de ellos dijo nada.

"Ah Ning, ¿por qué estás ahí parado, inmóvil?" Preguntó Jiang Shijing.

Asustado, Jiang Shining forzó su expresión agónica y se dio la vuelta para


enfrentarse a su hermana, escondiendo rápidamente su mano desgarrada detrás de
su espalda. Con la cara verde de dolor, le sonrió a Jiang Shijing y le dijo: "Nada,
sólo..."

Fue interrumpido por un agresivo ruido cuando la puerta se abrió de golpe.

La habitación se quedó en silencio y todos, excepto Xue Xian que sólo podía mirar
a la pared, miraron al gran grupo que ahora entraba. El primer hombre era alto y
ancho, con tres cicatrices en la cara, y se parecía más a un bandido que el grupo de
mendigos.

Los recién llegados no eran más que la compañía de teatro.

La última persona en entrar fue Xuanmin. Cuando entró, cerró la puerta tras él,
para que el amable Xu y los demás invitados no pudieran entrar.

A medida que el estruendo de risas y conversaciones del salón principal entraba en


la habitación, todos se sentían extrañamente lejos, como separados por capas de
espesa niebla, o como si el ruido viniera de varias calles de distancia – Era altamente
antinatural e inquietante.
Claramente, Xuanmin había reunido a todos en esta sala porque tenía preguntas
que quería hacer. Pero antes de que Xuanmin pudiera hablar, el hombre con cicatrices
gritó enfadado: "¿No saben qué clase de lugar es éste? ¿Son estúpido? ¿Por qué
siguen aquí?"

Su mirada cayó sobre la olla de sopa de los mendigos y frunció el ceño y dijo: "Hay
innumerables lugares para refugiarse del clima. En estos días, las montañas están
llenas de templos abandonados. Podrías haber ido a cualquiera de ellos, pero elegiste
venir aquí. ¿Quieres morir?"

"Ay..." uno de los mendigos suspiró. "Tenemos ancianos y niños, y todos están
gravemente enfermos. Apenas podemos caminar, y mucho menos escalar una
montaña."

"¿No son ustedes locales? ¿Nunca han oído hablar de la aldea de Wen?" respondió
el hombre con cicatrices, aunque ahora había bajado la voz. "¿No saben que esta
aldea ha estado abandonada durante muchos años? ¡Ni una sola alma viviente vive
aquí, y todos ustedes tienen el descaro de quedarse a descansar aquí! ¡Además,
tenían que venir exactamente en este momento! ¿No lo saben? ¡Nadie que se siente
en esa habitación de ahí fuera es humano!"

Jiang Shining y NianQi pensaron: "Qué gracioso... un fantasma te dice que tengas
cuidado con el otro fantasma".

Pero sólo unos pocos sabían la verdad sobre la compañía. Nadie más lo sabía, así
que siguieron prestando atención a lo que el hombre con cicatrices estaba diciendo.

"Por supuesto que lo sabemos. Hemos oído muchos rumores sobre cómo siempre
hay ruido al final de los meses de invierno, con gente tosiendo y hablando, e incluso
una compañía..." El mendigo se alejó al notar que el hombre con la cicatriz tenía
trajes en sus brazos, así como una larga barba protésica. "de teatro..." el mendigo
terminó, repentinamente pálido.

Viendo la cara del mendigo, el hombre con la cicatriz sacudió la cabeza y dijo,
"Nosotros actuamos aquí, pero es diferente..."

Miró a la puerta, como si viera a los invitados reunidos en el salón de atrás.


Suspirando, dijo: "Nuestra compañía es toda de este pueblo. Crecimos comiendo el
arroz aquí y bebiendo el agua aquí, y se lo debemos todo al Amable Xu. Si no fuera
por él, los miembros de nuestra compañía probablemente ya habrían renacido en otra
vida y muerto allí."
"Queremos encontrar maneras de pagarle, pero no le falta nada... sólo le gusta el
teatro. Nuestra compañía pasa todo el año viajando por todas partes, pero cada
invierno, volveremos aquí y actuaremos para el Amable Xu en su cumpleaños.
Hacerlo feliz es lo menos que podemos hacer. Han pasado unos diez años..."

"¿Diez años?" preguntó un mendigo. "Por supuesto que puedes cantar cuando el
Amable Hombre aún estaba vivo, pero ahora está muerto. ¿Por qué sigues volviendo
aquí año tras año?"

"Lo prometimos", dijo suavemente una anciana de la compañía, sonriendo. "Le


prometimos, hace todos esos años, que mientras estuviera allí para escuchar,
cantaríamos para él. Año tras año, él sigue aquí, así que, ¿cómo no vamos a venir?"

"Estamos acostumbrados. Después de todo, hacemos esto todos los años y


conocemos perfectamente los riesgos. Pero todos ustedes son diferentes. La gente de
aquí no los conoce, y no podemos predecir lo que pasará si se quedan demasiado
tiempo. Estamos hablando de la frontera entre la energía yin y yang aquí. Algunos de
ustedes podrían morir", dijo el hombre con cicatrices, frunciendo el ceño al grupo.
"Voy a hablar con el amable Xu y convencerle de que todos llegaron por accidente y
tienen asuntos que atender en otro lugar, y que los deje marchar voluntariamente".

Mientras el hombre con cicatrices hablaba, Xuanmin se acercó a la ventana y miró


hacia el pueblo desde el papel roto de la ventana. Ahora, Xuanmin frunció el ceño y
dijo, "Esta aldea Wen está rodeada de montañas por tres lados y deja un lado para
recoger el viento y dar la bienvenida al sol. Este es un diseño de feng shui, así que
¿cómo podría haber almas atadas a esta tierra...?"

Y las almas de toda la aldea estaban atadas a la tierra. Normalmente, cuando


había tantas almas involucradas, la aldea sólo sería capaz de mantenerlas a todas
durante dos o tres años. Pero ni el Amable Xu ni sus vecinos parecían estar a punto
de desaparecer, sino que parecían haber muerto recientemente. Sólo había una
explicación... algo, o alguien, había cambiado el diseño del feng shui.

Xuanmin vio a Xue Xian en su silla de ruedas por el rabillo del ojo, y luego se
volvió hacia el hombre con cicatrices. "Tú naciste aquí. ¿Has visto alguna vez algo
extraño en la aldea?"

Xuanmin lo pensó un rato, y decidió que era mejor dejar que Xue Xian lo explicara,
así que se dirigió a la esquina, con la intención de quitar temporalmente el talismán
de la frente del dragón.
Pero cuando miró hacia abajo y se encontró cara a cara con la expresión en blanco
y entumecida de Xue Xian...

Ahora la bestia no sólo tenía un talismán en la frente, sino también una mano
cortada.

Xuanmin suspiró. Incluso hacer que Xue Xian se enfrentara a la pared no había
evitado que se metiera en problemas.
Capítulo 52: Diseño "Montando el Viento" (III)

Después de haber sido arrancada, la mano había vuelto a su forma original de


papel. Colgaba del talismán y se ondeaba suavemente con el aliento de Xue Xian,
haciendo que el dragón se viera ridículo. El autor de la obra maestra era obvio.

Xuanmin miró a Jiang Shining, y éste se aclaró la garganta. Aun tratando de


ocultar su mano desgarrada de su hermana, le sonrió a Xuanmin y dijo: "Estaba
extremadamente fascinado por el hechizo del Maestro, así que no pude resistirme a
estirar la mano para tocarlo..."

¿Quién creería eso? Jiang Shining siempre había sido un fanático de las reglas.
Aunque le hubiera invadido la curiosidad, prefería dejar que le asfixiara hasta la
muerte que tocar el talismán de Xuanmin sin el permiso expreso del monje. Además,
había visto a Xuanmin usar talismanes varias veces, así que ¿por qué se fascinó de
repente?

Incluso un idiota sabría que fue Xue Xian quien forzó a Jiang Shining a hacerlo.

Tranquilamente, Xuanmin retractó su mirada, y no dijo nada. Suavemente apartó


la mano de papel del talismán y le dijo a Jiang Shining, "Dame tu muñeca".

"¿Eh?" Jiang Shining preguntó, momentáneamente confundido.

Sutilmente ajustó su posición para bloquear la vista de su hermana y cuñado, y


luego sacó su muñeca destrozada. Todavía nervioso por si su hermana veía algo,
siguió intentando mirarlos por el rabillo del ojo, así que no prestó atención a lo que
Xuanmin estaba haciendo. Lo único que sentía era que alguien le estaba presionando
alrededor de la muñeca y, cuando miró hacia atrás, la mano se había vuelto a poner
en su sitio sin ningún signo de fractura o herida, sólo una pequeña cicatriz casi
imperceptible.

No sólo no se había castigado a Jiang Shining, sino que le habían devuelto la


mano. Los sacerdotes realmente estaban en otro nivel.

Jiang Shining se pellizcó la muñeca y la movió un poco. "Muchas gracias. La


próxima vez..."

Mientras la mirada de Xuanmin caía ligeramente sobre él, Jiang Shining se congeló
e inmediatamente comenzó a sacudir su cabeza, diciendo, "No habrá una próxima
vez".
"Está bien", dijo Xuanmin despreocupadamente, antes de volverse rápidamente
para enfrentarse al desafortunado Xue Xian.

"Deja de mirarme. He acumulado un montón de sangre por pura rabia. Si sigues


mirándome así, te la escupiré por toda la cara." Xue Xian había estado cocinándose
allí, sintiéndose oprimido, y la docilidad de Jiang Shining sólo le había hecho enfadar
aún más. Quería extender la mano y arrancarle la cabeza a Xuanmin.

Xuanmin había estado en medio de extender la mano para quitar el talismán, pero
al oír esto, se detuvo, miró a Xue Xian y retrajo su mano. Se giró con la intención de
alejarse.

Cuando se giró, su túnica blanca se ondeó ligeramente y Xue Xian, a quien todavía
se le permitía mover ligeramente el dedo, rápidamente se las arregló para agarrar la
manga de Xuanmin y tirar de ella. Agitó las pestañas y dijo condescendientemente:
"Vuelve, no te vayas. Aceptaré generosamente no escupirte, ¿está bien...?"

Xuanmin miró hacia atrás y vio que Xue Xian estaba siendo repentinamente
atrapado por un escalofrío de invierno... por lo que estornudó.

Justo cuando estornudó, Xue Xian se encontró con los ojos de Xuanmin.

Incómodamente, dijo, "Esa era la sangre".

Xuanmin no dijo nada.

"La escupí. Y no en tu cara."

Xuanmin no dijo nada.

Xue Xian seguía echando humo de ira, pero al ver esa cara suave y agradable de
Xuanmin, decidió a regañadientes dejar su furia a un lado. En vez de eso, puso los
ojos en blanco y pensó: "Bien. Déjame razonar contigo."

Así que movió su dedo de nuevo y tiró de la manga de Xuanmin hacia él.

Tenía la intención de acercar a Xuanmin para hablarle en voz baja, para que nadie
más en la habitación escuchara su humillante rendición. Y en cuanto al burro calvo...
bueno, Xuanmin ya había visto a Xue Xian perder toda su dignidad varias veces, así
que ya no había necesidad de avergonzarse.
Pero mientras tiraba de la manga de Xuanmin, antes de que tuviera siquiera la
oportunidad de abrir la boca para hablar, el burro calvo, como si estuviera poseído,
cambió repentinamente su comportamiento y quitó el talismán de la frente de Xue
Xian.

"Esta aldea podría tener algo que usted está buscando. Es mejor que le
expliques..." Xuanmin dijo, agarrando las manijas de la silla de ruedas y girando a
Xue Xian para enfrentarse al hombre con la cicatriz y a los otros.

Xue Xian no tuvo más remedio que reprimir su perplejidad ante el comportamiento
acompasado de Xuanmin, y le dijo al hombre con cicatrices: "Si realmente hay algo
aquí que estoy buscando, sólo podría haber sido colocado aquí hace medio año. ¿Ha
visitado o pasado por su área en los últimos seis meses? Si es así, ¿notó algún tipo de
cambio, por ejemplo, en los campos y bosques, o en las montañas y ríos
circundantes?"

El hombre con la cicatriz sacudió la cabeza. "En realidad no. Después de todo, esta
aldea ha estado abandonada durante algún tiempo. Normalmente estamos en otro
lugar, y rara vez venimos a esta zona. En realidad, es bastante triste. Cada vez que
se celebra el Festival Qingming o el festival de los antepasados, simplemente
compramos papel moneda en cualquier pueblo en el que estemos destinados y
quemamos el dinero allí. La última vez que estuvimos en el pueblo de Wen, fue el
invierno pasado, y.."

"¡Me acuerdo!", interrumpió la anciana que estaba detrás del hombre con la
cicatriz. "¡Realmente hay algo! Líder, ¿recuerda que cada vez que doblamos el último
rincón del camino de la montaña hacia la aldea Wen, pasamos por una pequeña colina
y ese viejo árbol?"

El hombre con la cicatriz se detuvo para recordar la escena, luego aplaudió y dijo:
"¡Oh, claro! ¡La Montaña Pulgar y ese viejo árbol gingko¹! Por eso se sintió raro
cuando llegamos a la aldea hace un momento... el arroyo que baja por la Montaña
Pulgar ha desaparecido, y el árbol de gingko se ha desplomado de una manera
extraña. Además, la forma de la Montaña Pulgar se veía un poco extraña. No miré
muy de cerca, así que no sé cómo había cambiado. Pero..."

Frunció el ceño otra vez y le dijo a Xue Xian, "¿No hubo un terremoto hace unos
días? En estas partes montañosas, algunos cambios leves están destinados a ocurrir
durante los terremotos. ¿Eso contaría como lo que estás buscando?"

Al oír esto, Xue Xian arqueó una ceja. "Por supuesto que cuenta."
De todos modos, incluso ese terremoto podría haber tenido que ver con sus huesos
de dragón.

"¿Cuál es la montaña a la que llamaste Montaña Pulgar?" Preguntó Xuanmin.

El hombre con cicatrices se acercó a la ventana y se asomó al papel roto,


señalando con el dedo hacia el sur. "Ahí... ¿lo ves? Esa. Se llama Montaña Pulgar
porque parece un pulgar".

Xuanmin asintió con la cabeza, y luego intercambió miradas con Xue Xian.

"Mis propios huesos son para que yo los excave", dijo Xue Xian.

Esto provocó nerviosismo en la habitación... ¿Qué quiso decir el hombre con "mis
propios huesos"? ¿Quién necesitaría cavar sus propios huesos en la tierra?

"Deberías quedarte callado", dijo Xuanmin. Cogió la ramita que había usado antes
para dibujar un círculo alrededor de la silla de ruedas de Xue Xian y cruzó la
habitación, dibujando tres líneas en el suelo: una para Jiang Shining y su familia, otra
para los mendigos a los que todos habían ignorado hasta ese momento, y otra para la
compañía de teatro.

Luego le dijo al hombre con cicatrices: "Mientras permanezcas dentro de este


círculo, no tienes nada de qué preocuparte. Si quieres salir, puedes simplemente
irte." Asintió con la cabeza y empujó a Xue Xian fuera de la habitación.

El amable Xu era un anfitrión demasiado generoso. Tan pronto como vio a los dos
salir de la habitación este, aparentemente a punto de dejar el recinto de Xu, se
acercó para persuadirlos de que se quedaran.

A diferencia de Jiang Shining, Xue Xian no era nada blando. Si decidía enfriarse,
podía parecer cruel e inamovible. La mayoría de las veces, sin embargo, no le
importaba de ninguna manera, y arbitrariamente decidía si era razonable o no.

Ahora, el Amable Xu parecía sacar lo mejor de él, o quizás simplemente estaba de


buen humor. Puso una cara de disculpa y dijo, "No vamos a dejar la aldea.
Simplemente estamos aprovechando el hecho de que tenemos una silla de ruedas
para mirar alrededor y admirar el paisaje... volveremos. Después de todo, tenemos
que devolver su silla de ruedas".
Tranquilizado, el Amable Xu sonrió tan ampliamente como el Buda risueño² y dijo:
"No hay necesidad de devolver la silla de ruedas. Todo lo que hace es acumular polvo.
Si puede serte útil, hermanito, entonces tu humilde servidor Xu está encantado. Sin
embargo, ¡debes regresar! ¡Una vez que te haya dado el banquete, la compañía de
teatro subirá al escenario, y debes ver el espectáculo!"

La seriedad de Xue Xian frente al Amable Xu era bastante creíble y cortés, excepto
por una ligera vacilación en su tono de voz. Pero tan pronto como él y Xuanmin
salieron del recinto, tiró todo eso...

¡Tenía una silla de ruedas!

Ya no necesitaba que la gente lo llevara a todos lados. ¡Podía ir a donde quisiera!

Xue Xian intentó contener su excitación y se volvió hacia Xuanmin que estaba
detrás de él. "Antes, era porque estábamos frente a extraños, así que hice que me
empujaras. Pero ahora puedes soltarme. Es sólo un silla con dos ruedas. Puedo
manejarlo por mí mismo."

Xuanmin lo miró con escepticismo, pero lo soltó de todas formas. Sabía que, si
intentaba interponerse en el camino de Xue Xian ahora, la bestia realmente
explotaría.

Cuando alguien que tenía el poder de arrancarte la cabeza se enfadaba, podía


hacer cualquier cosa.

Pero tan pronto como Xuanmin quitó las manos de la silla de ruedas, se arrepintió
de su decisión... experimentó inmediatamente lo que se siente al soltar algo y hacer
que se desvanezca inmediatamente ante tus ojos...

En el instante en que soltó las manijas, Xuanmin sintió repentinamente una ráfaga
de viento violento que se elevaba, el aullido del viento sonando misteriosamente
similar al rugido de un dragón. Una espesa niebla blanca se apresuró a nublar su
visión, y para cuando fue capaz de apartarla, se dio cuenta de que tanto la silla de
ruedas como la persona sentada en ella habían desaparecido sin dejar rastro,
habiendo ido a otro lugar a pasear.

Xuanmin había esperado esto, y no lo esperaba.

Sabía que la bestia no se habría quedado sentada obedientemente, pero no sabía


que iba a ser tan dramático.
Xue Xian tomó prestado el viento como sus piernas y se zambulló en el cielo,
medio empujando la silla de ruedas, medio dejando que el viento lo llevara hacia
adelante. Pero estaba acostumbrado a usar el viento para llevar su cuerpo de dragón,
no un cuerpo humano en una silla de ruedas, así que al principio usó demasiada
fuerza, de modo que la destartalada silla de ruedas se volvió tan rápida como el
viento y tan veloz como un rayo.

Antes de que pudiera adaptarse, ya había recorrido la mitad de la aldea Wen, y


estaba a sólo unos pasos de la Montaña Pulgar.

Golpeó los reposabrazos de la silla y las ruedas de madera se detuvieron de


repente y se hundieron ligeramente en el barro.

"¿Perdí el burro calvo?" la bestia tuvo la audacia de murmurar para sí misma. Se


preguntaba cómo podría hacer que Xuanmin lo encontrara de nuevo. De hecho,
todavía tenía el colgante de Xuanmin en su mano y podía simplemente tocarlo para
notificar al monje de su ubicación, pero en ese momento, tal cosa no se le ocurrió.

En cambio, Xue Xian escudriñó la espesa niebla a su alrededor, luego vio el pico de
la montaña que sobresalía de la niebla y le llegó la inspiración.

La idea de Xue Xian de "inspiración que golpea" era diferente de la de la gente


normal. La última vez que le llegó la inspiración, se transformó de repente de un
dragón a un humano en el medio del cielo y dejó caer a todos sus compañeros
directamente al lago para convertirse en una olla de albóndigas humanas.

Y esta vez...

Xuanmin había buscado de cerca en la niebla los rastros de Xue Xian en el barro y
había comenzado a seguirlos. Pero sólo había dado unos pocos pasos cuando de
repente escuchó el rugido de un dragón que le rompía el tímpano.

Xuanmin levantó la vista para ver que una inmensa cabeza de dragón negro
sobresalía a lo lejos en medio de la niebla y gritaba: "¡Aquí!". Y luego, con una
bocanada, desapareció en la niebla de nuevo, probablemente porque la parte inferior
de su cuerpo no tenía la energía para sostener su enorme cabeza.

Xuanmin suspiró.

Pero la semi-transformación de Xue Xian en su cuerpo de dragón había llamado a


algo oculto en la montaña. Mientras se retorcía de nuevo en la niebla, toda la tierra
en la que se encontraba la aldea Wen comenzó a temblar.

──────────

¹ Ginkgo biloba, gingko, árbol de los cuarenta escudos o nogal del Japón1 es un árbol
único en el mundo, sin parientes vivos. El nombre original de este árbol en chino es
«albaricoque plateado». En algunas partes de China se conoce actualmente con el
nombre de (bái gu), que significa «fruta blanca». El nombre de «árbol de los 40
escudos» se debe al precio que pagó un aficionado parisino a un horticultor inglés por
la compra de cinco ginkgos al precio de 40 escudos cada uno.

² El Buda Risueño se conoce también como el Buda de Felicidad. Según la leyenda, no


existía nada que hiciera más feliz a este Buda que ver a la gente capaz de solucionar
un problema y quitarse un problema de encima. La imagen "risueña" del Buda
representa el optimismo y se relaciona con el elemento del fuego por lo cual tiene
capacidad para disolver el chi negativo que provoca discusiones, cotilleos y celos.
Transforma los problemas en felicidad.
Capítulo 53: Diseño "Montando el Viento" (IV)

¡Estos hijos de puta realmente habían enterrado sus huesos de dragón en el


maldito barro!

Por supuesto, Xue Xian estaba encantado de haber encontrado otra parte de su
cuerpo, pero además de alegría, también sentía una rabia inconmensurable. Tener
que recorrer toda la tierra cavando para encontrar trozos de su propio cuerpo...
probablemente nadie más en el mundo entendía las complejidades de ese
sentimiento.

Había tenido esa sensación en la Isla de la Lápida, y luego otra vez en el recinto de
Shitou Zhang... ahora, estaba empezando a acostumbrarse a ella, y le atormentaba.
No planeaba esperar a Xuanmin, ya había investigado los alrededores y se dirigía
hacia la Montaña Pulgar, seguro de que no se perdería.

Así, convocó otra ráfaga de viento para empujar su silla de ruedas y se alejó. En
un instante, estaba sentado junto al viejo árbol gingko al pie de la Montaña Pulgar.

Las copas de los árboles normales siempre miraban al sol... este era el caso sin
importar lo que pasara, incluso si el tronco del árbol estaba torcido de un lado a otro.
Pero este gingko estaba de cara a la tierra, rozaba sus tobillos, de modo que estaba
completamente doblado... una visión extraña.

Aunque Xue Xian nunca había visto la Montaña Pulgar antes, podía ver que solía
haber un arroyo bajando por ella – no porque hubiera algún rastro de agua en la
montaña, ya que no había ninguno, sino porque la orientación del gingko demostraba
que había encontrado mucha más nutrición en la tierra bajo él que en el sol que se
filtraba desde arriba y que sin embargo era atenuado por la niebla del pueblo.

Si Xue Xian quería encontrar su hueso de dragón, todo lo que tenía que hacer era
mirar debajo del árbol.

Xue Xian empujó lentamente su silla de ruedas para poder ver el pedazo de tierra
bajo el árbol gingko. El pedazo de tierra tenía alrededor de un zhang de ancho, y era
de un color ligeramente más oscuro que el suelo que lo rodeaba... contenía más
humedad, y parecía menos asentado, como si alguien lo hubiera cavado
recientemente.

Aunque la persona que había perturbado la tierra había intentado cubrir sus
huellas, una mirada cercana podría mostrar la diferencia. Además, sólo la presencia
de Xue Xian hizo que la mancha de barro comenzara a temblar. La persona que había
enterrado el hueso sólo había asumido que ningún habitante normal visitaría una
aldea encantada y abandonada en medio de la nada, pero no había considerado que
el propio dragón podría venir a llamar a la puerta.

Xue Xian se río fríamente. Enroscó sus dedos en una garra y golpeó el suelo. En
respuesta, algo en lo profundo de la tierra se sacudió, como un latido, enviando una
gran onda a través de toda la montaña, que asustó a una bandada de pájaros.

Mientras las penetrantes garras de los pájaros se disipaban, Xue Xian volvió a
arañar.

Otro latido...

Con esta sacudida, algo pareció empujarse en ese pedazo de barro húmedo,
haciendo que la tierra pareciera recién arada.

Otro latido...

Y después de esa tercera sacudida, Xue Xian perdió la paciencia y arañó tan fuerte
como pudo.

De repente, toda la mancha de barro se hundió profundamente en la tierra, como


si fuera absorbida por algo, y la tierra alrededor de ella comenzó a temblar, a
ablandarse y a deslizarse. Apareció un agujero negro y se hizo cada vez más ancho a
medida que caía más y más tierra, de modo que rápidamente se convirtió en una
especie de sumidero, devorando con hambre todo lo que le rodeaba.

En un abrir y cerrar de ojos, ese árbol de ginkgo doblado también fue absorbido
por el sumidero, que no dio señales de detenerse cuando empezó a aflojar los
cimientos de la roca bajo la Montaña Pulgar. Xue Xian empujó rápidamente su silla de
ruedas hacia atrás, tratando de resistir el arrastre del sumidero.

Claramente, todo esto fue causado por Xue Xian tratando de llegar a sus huesos.
Parecía que los huesos del dragón habían sido sujetados con fuerza por algún tipo de
hechizo, de modo que cualquier pequeño cambio dañaría a toda la Aldea Wen.

Las cosas por las que tuvo que pasar para recuperar lo que le pertenecía por
derecho... Xue Xian se río con rabia.

Se relajó un poco, y la tierra temblorosa debajo de la aldea y la montaña pareció


calmarse un poco, junto con el propio sumidero, que ahora se tragaba todo lo que le
rodeaba de una manera más lenta y menos aterradora. Incluso la silla de ruedas de
Xue Xian ya no se esforzaba tanto por el arrastre del sumidero...

Y cuando Xue Xian puso más fuerza en su mano para invocar el hueso del dragón,
la tierra a su alrededor empezó a retumbar una vez más y el sumidero reanudó su
ansiosa actividad.

Las cejas de Xue Xian se arrugaron, y su expresión adquirió una amarga frialdad.

Con esa expresión distante en su pálido rostro, parecía extrañamente apático y


completamente alienado. La diferencia entre su comportamiento actual y su actitud
poco seria y despreocupada del día a día era tan clara como la noche y el día, y
extremadamente desconcertante.

¿Extrajeron mis músculos y huesos de mi cuerpo mientras aún estaba vivo, y


ahora quieren que no retire lo que es mío por preocuparme por la vida de otros? ¿A
qué demonios estás jugando?

Pero fue precisamente por este disparate que Xue Xian fue incapaz de proceder.

Mientras Xue Xian miraba fijamente al sumidero con la cara llena de odio, otra
figura apareció a su lado, y, aunque la figura no se le acercó, pudo sentir el calor de
su cuerpo, que, en medio del frío glacial que traía la niebla, se sentía como una
bocanada de aire fresco tal que el corazón de Xue Xian de repente se aceleró y luego
lentamente se reanudó de nuevo. Con la llegada de ese cuerpo caliente, su ira e
irritación parecieron disolverse a la mitad... reemplazadas por una profunda y
tranquilizadora sensación de paz y alivio.

"Permíteme", la voz profunda de Xuanmin sonó desde atrás de él.

Entonces, esa ligera túnica blanca pasó por delante de la visión de Xue Xian
mientras un delgado brazo le tocaba hombro y recuperaba el colgante de monedas de
cobre que todavía tenía en la mano.

Xue Xian escuchó, aturdido, como ese familiar sonido de las monedas de cobre
sonó desde atrás y una fuerza inmensa presionó sobre las plantas y las rocas
alrededor de ellas. Empujó contra la feroz corriente del sumidero, que se ralentizó y
finalmente se detuvo por completo, el barro y las rocas ya no cayeron en el abismo,
la montaña ahora está de pie rígidamente de nuevo.

Xue Xian miró hacia arriba y vio que Xuanmin estaba, a su vez, mirando hacia
abajo. Xuanmin dijo: "Lo retendré por ti. Tú sigue adelante y recupera tus huesos".

Dos simples y cortas frases, pero parecían borrar todo el miedo, la confusión y el
resentimiento del corazón de Xue Xian. Xue Xian miró hacia atrás en el
aparentemente infinito sumidero que tenían delante, sintiendo la llamada estrepitosa
de sus huesos de dragón enterrados en lo más profundo, y de repente resopló de risa
- una risa que era tan diferente de sus burlas y desprecios diarios; una risa que no
contenía ninguna ironía y que era una risa genuina y sincera.

"Es muy amable de tu parte", dijo Xue Xian. Luego, sin añadir una palabra de
agradecimiento, simplemente asintió con la cabeza y dijo: "¿Lo mantienes firme? Voy
a por ello ahora..."

Luego, extendió esos dedos y volvió a arañar.

Esta vez, no se contuvo de ninguna manera. Aunque Xuanmin estaba usando todo
su poder para sujetar la tierra movediza bajo la montaña, todavía había un ligero
temblor cuando Xue Xian tiró. Como la fuerza enterrada en la tierra tembló en
respuesta, la piel entre el pulgar y el índice de Xuanmin se separó por la presión y
empezó a sangrar. Pero su cara no cambió... continuó sujetando la montaña con su
colgante de monedas de cobre, firme y seguro.

A medida que Xue Xian se esforzaba más, el sonido del colgante se hizo más
fuerte, y la niebla parecía ser atraída hacia ellos de modo que se envolvía alrededor
de ellos y comenzaba a arremolinarse violentamente.

Justo cuando la mano de Xuanmin se abrió completamente, el rugido de un dragón


distante se elevó desde el oscuro abismo. A continuación, un grueso trozo de hueso
blanco saltó del suelo y voló hacia la mano de Xue Xian. En el instante en que entró
en contacto con su piel, pareció derretirse repentinamente por un gran calor y se
hundió lentamente en su carne, integrándose completamente en su cuerpo.

Se sintió como si alguien hubiera encendido la palma de la mano de Xue Xian, y


que la llama se había metido en su cuerpo y se había arrastrado hasta su corazón, y
luego se abrió paso hasta su cabeza y quemó su cerebro.

Por un breve momento, todo lo que Xue Xian pudo sentir fue esa llama
interminable extendiéndose por todo su cuerpo, acompañada de un dolor ardiente -
aparte de la agonía, no era consciente de nada más, ni siquiera de dónde estaba y
qué estaba pasando, pero podía recordar, en algún lugar del océano de su mente
borrosa, que el fiable Xuanmin estaba de pie justo a su lado, esperando a que se
mejorara.

Después de un largo período de dolor, Xue Xian finalmente encontró algo que
podría ayudar a apaciguar la llama ardiente dentro de él.

Acarició con el hocico con entusiasmo en esa cosa y permitió que lo enfriara,
mientras su mente medio consciente empezaba a emerger gradualmente de su
aturdimiento agonizante. Cuando finalmente pudo abrir los ojos y mirar a su
alrededor, vio que se había transformado de nuevo en su cuerpo de dragón... y por la
apariencia de la silla de ruedas volteada y la hierba andrajosa que le rodeaba, parecía
que lo había hecho repentinamente...

Y ese "algo que podría ayudar a apaciguar la llama" resultó ser Xuanmin...

El cuerpo de dragón de Xue Xian se las arregló para enrollarse alrededor de


Xuanmin. Y no sólo estaba envuelto alrededor de él, sino que sus escamas seguían
ondulando contra el cuerpo de Xuanmin, como si necesitara extraer todo el alivio del
cuerpo helado del monje para aliviar su propio...

Xue Xian no sabía qué decir.

¿Y ahora qué? Esto fue bastante embarazoso...

Un dragón divino, señor de los mares, se había convertido de alguna manera en la


gran mascota de alguien. Con la forma en que se deslizaba por todo el cuerpo de
Xuanmin, aquellos que conocían el contexto lo atribuirían a un intento de pánico de
descargar su calor, pero aquellos que no... pensarían que era un lagarto
extremadamente pegajoso.

El principal problema era que, aparte de él mismo, nadie más podía saber su
contexto de "a punto de morir de calor", incluyendo a Xuanmin.

Ahora, Xue Xian finalmente se forzó a sí mismo a mirar la cara de Xuanmin.

Aunque estaba aplastado por todos lados por las inmensas escamas de dragón,
Xuanmin simplemente estaba allí de pie con calma y en silencio, con los ojos
cerrados: una mano estaba doblada en un saludo budista y la otra seguía frotando
suavemente el colgante de monedas de cobre. De alguna manera, quizás debido a los
nuevos huesos de dragón de Xue Xian o algún otro enigma, las monedas parecían
ligeramente diferentes.
Xue Xian había estado usando las monedas para curar su cuerpo, así que parecía
haber establecido algún tipo de conexión ligera con el colgante, como si atara un fino
hilo entre él y las monedas.

Mientras Xuanmin trazaba los contornos de cada moneda con su pulgar, Xue Xian
podía sentir, aunque fuera ligeramente, que algo dentro de las monedas se aflojaba
lentamente... y en la superficie de las monedas había un tenue y aceitoso brillo, como
si finalmente hubieran empezado a activarse...

De repente recordó que Xuanmin había mencionado un sello en las monedas, pero
que dos de los sellos habían empezado a aflojarse, y que pronto, algún tipo de punto
de inflexión haría que los sellos se rompieran.

Viendo la forma en que Xuanmin era ahora, parecía que el punto de inflexión había
llegado.

Al darse cuenta de que Xuanmin no prestaba la más mínima atención a la cosa que
se deslizaba por su cuerpo, la vergüenza se evaporó de la mente de Xue Xian. En
comparación con su propia temperatura corporal, la frescura de Xuanmin era
extremadamente cómoda y, ahora que no tenía nada de qué preocuparse, Xue Xian
abandonó los últimos jirones de su dignidad y volvió con entusiasmo a recorrer con su
largo cuerpo por todo el cuerpo de Xuanmin, con la esperanza de refrescarse lo antes
posible.

Las monedas de cobre de la mano de Xuanmin temblaban una por una, y cada
temblor enviaba una extraña sensación de espinas que se agitaban por todo el cuerpo
de Xue Xian, como si cada una de sus escamas se levantara para dejar escapar el aire
caliente por sus poros. Este tipo de conexión íntima con el colgante era una nueva
sensación para Xue Xian, pero era tan beneficiosa que la aceptó fácilmente.

Cuando un sonido que recordaba a las cañas golpeando unas contra otras sonó en
la mente de Xue Xian, abrió perezosamente los ojos y movió su largo cuerpo de
dragón. Levantó la cabeza y la apoyó en el hombro de Xuanmin para mirar la mano
del monje... las monedas de cobre habían cambiado completamente de aspecto. Dos
de las monedas se habían despojado de sus monótonas conchas grises y ahora
brillaban con una capa de aceite, de modo que su crudo poder mágico se podía sentir
desde lejos.

Pero entonces, Xue Xian notó la herida en la mano de Xuanmin: sangre fresca
brotaba de un corte horizontal entre su pulgar e índice y corría por su mano,
goteando en el suelo, que ya estaba salpicado de varias grandes manchas de sangre.
Era obvio de dónde había salido la herida, y dentro del frío y cruel corazón de Xue
Xian, descubrió de repente la emoción de la culpa. Se le ocurrió que, como un dragón
divino, cada parte de su cuerpo era preciosa y mágica, ya fueran escamas de dragón
o escupitajos de dragón... básicamente, podía ayudar fácilmente a detener la
hemorragia.

Así, cierto dragón, cuya mente estaba aún en la agonía de la desorientación y la


confusión, inclinó su cabeza y lamió la herida. Mientras el sabor metálico de la sangre
golpeaba su lengua, la mente de Xue Xian se aclaró repentinamente. Y el dedo de
Xuanmin que había estado frotando las monedas también se detuvo repentinamente.
El monje abrió los ojos.

Xue Xian se congeló.

Si explico mi "contexto" cómo, ¿podría recuperar mi dignidad?


Capítulo 54: Tambores Antiguos (I)

Con todas sus escamas erguidas, el cuerpo entero del dragón se aferró con
vergüenza y se congeló. Cuando vio que la herida en la mano del monje empezaba a
curarse rápidamente, finalmente volvió en sí y dijo: "Mira, ya no estás sangrando.
¿No deberías agradecerme ahora?"

Mientras decía esto, debatió sus palabras para sí mismo y concluyó que sus
acciones habían sido totalmente lógicas y razonables. Se aseguró de que no se había
humillado completamente, irreversiblemente, y su espíritu se recuperó.

Pero luego se dio cuenta de que, desde que Xuanmin había abierto los ojos, había
continuado allí de pie sin moverse, sin siquiera bajar la mano, que seguía levantada
en un saludo budista – ni tampoco guardó las monedas, algunos de cuyos sellos
ahora había logrado romper, y definitivamente ni siquiera miró la herida que Xue Xian
había lamido...

Esto era extraño.

La cabeza de Xue Xian descansaba en un ángulo demasiado incómodo para poder


ver a Xuanmin correctamente. Parecía que, cuando se había transformado de nuevo
en un dragón, para evitar enterrar a Xuanmin vivo, había ajustado su tamaño... pero
esta seguía siendo su forma original y, a pesar del ajuste, seguía siendo enorme.
Pensó en esto, luego inclinó su cabeza ligeramente y bajó su cuello para poder
observar a Xuanmin mientras estaba medio apoyado contra el suelo.

Ahora que había cambiado su punto de vista, el extraño comportamiento del monje
se hizo más claro. Sus cejas estaban ligeramente arrugadas y sus labios fruncidos, y,
aunque sus ojos estaban abiertos, su mirada estaba envuelta en una neblina negra
que no dejaba pasar ni una pizca de luz. Parecía no estar mirando nada en absoluto,
sino que estaba sumergido en una especie de estado de sueño.

La parte más impactante era que el lunar en el lado del cuello de Xuanmin era
inusualmente prominente – ahora parecía una telaraña azulada que se deslizaba
desde su cuello hasta su pecho, pareciendo particularmente siniestra contra la pálida
y suave piel del monje y su impecable túnica blanca.

Incluso Xue Xian, que apenas consideraba que la sangre que goteaba del cuerpo
de Xuanmin era una herida grave, se quedó atónito al ver la telaraña. Extendió una
garra y apartó parte de la túnica del monje para ver mejor el lunar.

Siseó con sorpresa. Los vasos sanguíneos se habían extendido por todo su hombro,
e incluso algunos de los músculos de su espalda parecían rebosar con los indicios de
venas más zigzagueantes.

"¿Qué demonios es esto?" Xue Xian murmuró mientras empujaba el cuello de


Xuanmin a su lugar. A este ritmo de infección, la mitad del cuerpo de Xuanmin pronto
estaría completamente cubierto de tales marcas, convirtiéndolo de un sumo sacerdote
a un monje demonio.

No importaba de qué manera lo miraras, había algo profundamente malo con


Xuanmin ahora. Pero si Xue Xian lo despertaba de repente ahora, ¿lo dañaría?

Contemplando esto, Xue Xian agitó una garra frente a la cara de Xuanmin. El
monje no reaccionó, ni siquiera parpadeó, y esa espesa oscuridad siguió nublando sus
ojos de manera inquietante.

¿Cómo había logrado que el burro calvo abriera los ojos de nuevo?

Cierto, él había lamido su herida.

Pero... ¿había sido porque había perturbado la herida en sí, o había sido por la
saliva de dragón...?

Xue Xian pensó durante un tiempo, y luego usó la punta de su lengua para lamer
la herida medio curada de Xuanmin otra vez - y en respuesta, los dedos del monje se
movieron.

Xue Xian estaba horrorizado. ¿Tengo que lamerlo de nuevo a la vida? ¿Qué es
esto?

¿Qué clase de tontería fue esta? Si Xue Xian no conocía a Xuanmin lo suficiente
como para saber que el monje no tenía sentido del humor, pensaría que estaba
siendo engañado. Y era bueno que fuera Xuanmin, porque si era alguien más....

Xue Xian trató de imaginarse a sí mismo lamiendo a alguien y pensó que podría
vomitar con asco.

Se acercó y entrecerró los ojos ante Xuanmin. Si no te despiertas ahora, te voy a


bañar...

Justo cuando Xue Xian abrió su mandíbula y trató de estimar el mejor ángulo
desde el cual acercarse a la herida de nuevo, la red de vasos sanguíneos a través de
los hombros de Xuanmin retrocedió repentinamente. Como el mar retrocediendo una
gran marea, la telaraña se desvaneció rápidamente en ese pequeño lunar en el lado
del cuello del monje.

Y en ese preciso momento, la oscuridad de los ojos de Xuanmin también


desapareció, y, como si se hubiera limpiado de repente, sus negros ojos recuperaron
los charcos de luz.

Entonces, frunció el ceño, y la mano que sostenía el colgante de monedas de cobre


se cayó. Estaba despierto.

Cuando volvió en sí, vio que algo se movía contra su cabeza por el rabillo del ojo y
echó una mirada, enfrentándose cara a cara con el dragón, que había estado a punto
de entrar para dar otro lametazo.

Durante mucho tiempo, ninguno de los dos dijo nada. Finalmente, Xuanmin
preguntó, "¿Qué estás haciendo?"

Xue Xian le miró fijamente en silencio.

¡No le iba a decir a Xuanmin que había estado calculando el mejor ángulo para
lamerlo!

¿Podría decir que estaba usando su brillante cabeza como un espejo para admirar
mis propios dientes?

No, no podía ser tan gilipollas. Aunque a Xue Xian no le importaba burlarse de la
gente y de hecho lo disfrutaba, cuando se trataba de Xuanmin, tenía que pensar
antes de actuar, ya que después de todo... técnicamente, el burro calvo había nacido
para vencer a los de su clase.

La bestia rápidamente corrió a través de todas sus opciones en su mente en


pánico, y luego dijo torpemente, "¿Mis bostezos son asunto tuyo también?"

Si fuera antes, Xuanmin lo miraría fríamente con una cara que dijera "Haz las
tonterías que quieras". Pero ahora, había algo profundo en su expresión, como si no
hubiera regresado completamente de cualquier visión que acabara de experimentar.

"¿Por qué esa cara trágica?" preguntó Xue Xian. "¿Qué acaba de pasar? No estabas
reaccionando a nada."
La mirada de Xuanmin cayó sobre el colgante que tenía en la mano, y
distraídamente frotó esas dos brillantes monedas con su pulgar. Después de
contemplarlas, se enganchó el colgante en su cadera y dijo suavemente, "Me acordé
de algunas cosas".

"¿Qué cosas?" Xue Xian preguntó automáticamente, y luego añadió casualmente,


"Por supuesto, son las reglas habituales. Si no quieres decirme algo, puedes decir que
no es parte de lo que has recordado."

En realidad, incluso una pregunta tan superficial era muy inusual viniendo de Xue
Xian. Normalmente estaba demasiado absorto en sí mismo como para prestar
atención a los problemas de los demás, especialmente a sus problemas privados...
buenos, malos, tristes, felices, nunca pudo conseguir que le importaran. Si la gente
quería hablarle de ello, él escuchaba, y, dependiendo de su humor de ese día, podía
llegar a interesarse y dejarles hablar, o irritarse por sus divagaciones. Y si la gente no
quería hablar de ello, nunca consideraría preguntar.

Pero Xuanmin era diferente... cuando se trataba del pasado del monje, Xue Xian
albergaba constantemente el deseo de investigar. La conversación que habían tenido
en la posada había sido instigada deliberadamente, ya que, en ese momento, el
pasado de Xuanmin tenía una conexión directa con su situación con el cartel. Pero
esta vez...

Esta vez, no había habido ninguna razón real para preguntarle nada a Xuanmin.
Xue Xian sólo había preguntado porque quería saber de verdad las cosas que
Xuanmin había recordado de su pasado. Sólo cuando ya había hecho la pregunta se
dio cuenta, basándose en la personalidad de Xuanmin, de que el monje
probablemente no quería hablar de ello en absoluto, y por eso había añadido en esa
segunda parte, para proporcionar honorablemente una salida a la conversación para
Xuanmin.

Pero Xuanmin no tomó la salida: parecía no querer mantener esa aura distante,
intimidante y cautelosa alrededor de Xue Xian. Xuanmin miró la niebla distante por un
rato, reuniendo sus pensamientos. Después de un tiempo, dijo tranquilamente, "No
mucho. Y todo está fragmentado. Mucho de ello fue de copiar sutras en un escritorio
cuando era joven. Pero..."

"¿Pero qué?" Preguntó Xue Xian. Xuanmin se detuvo y comenzó a fruncir el ceño,
como si recordara algo infeliz.
Una leve sensación de odio cruzó la cara de Xuanmin. "Pasaron dos imágenes en
las que yo sostenía algo en mi mano."

"¿Qué estabas sosteniendo?"

Xuanmin se detuvo de nuevo, y dijo, "Parecía piel humana".

"... ¿Qué?"

Xuanmin lo miró y repitió, "Piel humana... pedazos de ella. Más pequeño que mi
palma, pero más grande que una semilla de olmo. Dos de los pedazos eran más
gruesos, y los otros eran todos delgados como el papel."

Xue Xian trató de pensar en las cosas que Xuanmin podría tener en su mano -
como un mokugyo¹, un talismán, un libro, un tintero, o tal vez incluso un cuenco de
limosna – pero ¿piel humana? Eso era increíble.

"¿Piel humana?" preguntó Xue Xian. "¿Estás seguro de ello?"

Xuanmin asintió.

"Y... ¿recuerdas por qué, o qué hiciste con ella? Tal vez lo encontraste en alguna
parte", sugirió Xue Xian.

Pero eso era realmente improbable. ¡¿Podrías encontrarte con varios trozos de piel
humana en la calle de algún lugar?! ¡Qué espectáculo sería eso! Pero pensar que
Xuanmin de alguna manera obtuvo piel humana... no había forma de que la obtuviera
de manera inocente.

Aunque la actitud de Xuanmin era de hecho diferente a la de los monjes


ordinarios...

Pero... Xue Xian recordó cómo era Xuanmin con su hombro cubierto de esas venas,
y luego recordó que, hace mucho tiempo, antes de que se acercara tanto al monje, él
mismo se lo había dicho a Jiang Shining: Hay algo indescriptible en Xuanmin. Es
como el filo de una espada envuelta en una túnica de cáñamo blanco. Debajo de la
fría conducta es algo incisivo, como si, si llegara a pasar, sería capaz de asesinar...

Pero eso también era diferente de ser inherentemente malvado.

Xue Xian se había quedado fuera reflexionando sobre todo esto, y cuando regresó,
encontró que Xuanmin lo miraba fijamente, con algo extraño en su mirada, como si el
monje estuviera esperando que él dijera algo. Xue Xian vaciló, luego cambió el tono
de su voz y preguntó: "¿De cuándo es el recuerdo? ¿También de tu juventud?"

"Sí."

Ahora Xue Xian estaba realmente confundido. "¿Está seguro? Si no sabes lo que ha
pasado antes y después de sostener la piel, ¿cómo puedes saber que has sido joven?"

Xuanmin extendió sus manos. "Las manos jóvenes se ven diferentes. Además,
estaba sentado frente a un escritorio, que tenía sutras que había estado copiando."

Xue Xian pensó, ¿agarrar piel humana mientras copiaba sutras? ¿Quieres
blasfemar a tu abuelo Buda hasta la muerte?

Con toda seriedad, ahora que Xuanmin había afirmado que el recuerdo era de su
juventud, Xue Xian encontró completamente imposible relacionar el recuerdo con
algún incidente relacionado con la matanza de demonios.

Pero tenía que haber alguna forma de explicarlo, ¿verdad?

Finalmente, en un tono melodioso, Xue Xian dijo, "Bueno, no tiene sentido adivinar
al azar. Tendremos que esperar hasta que recuerdes algo más de ello. Has
conseguido recordar algo solo con romper el sello de dos monedas, así que quizás
cuando rompas la siguiente, recordarás más. Tal vez cuando rompas los sellos de las
cinco monedas, serás capaz de recuperar todos tus recuerdos."

Eso sonó bastante razonable. Ambos eran personas sencillas que naturalmente no
querían perder mucho tiempo tratando de encontrarle sentido a algo que no podía
tenerlo todavía.

Xuanmin extendió su mano y palmeó la divina barbilla de dragón de Xue Xian, y


luego dijo, "Vamos".

Xue Xian se quedó atónito por un segundo, y de repente recordó que aún estaba
enrollado alrededor del cuerpo de Xuanmin. Si no se transformaba de nuevo en un
humano, entonces Xuanmin tampoco podía moverse. Aclaró su garganta e invocó una
ráfaga de viento para poner su silla de ruedas en posición vertical, y luego una luz
blanca se extendió y lo cubrió mientras se ponía la ropa y se sentaba de nuevo en la
silla.

Mientras arreglaba su túnica, Xue Xian vio a Xuanmin caminar hacia donde el
hueso de dragón había sido enterrado y extraer un puñado de clavos de cobre y
talismanes. Arrancó otro trozo de tela blanca y envolvió los objetos en su interior,
luego los guardó. Fue entonces cuando se acercó a la silla de ruedas.

Habiendo aprendido la lección, Xuanmin sabía que no debía dejar que Xue Xian se
fuera solo otra vez, así que agarró con fuerza las manijas de la silla de ruedas
mientras se preparaba para empujar al dragón de vuelta al recinto Xu. Pero cuando
su mirada pasó por la herida de su mano, se detuvo.

La piel entre su dedo índice y su pulgar, que había sido desgarrada con
anterioridad, estaba casi curada y ya se estaba empezando a formar una costra.
Parecía que, en medio día, volvería a la normalidad, sin ningún indicio de haber sido
dañada en absoluto.

Xuanmin sólo necesitaba pensar un poco en el pasado para darse cuenta de cómo
Xue Xian se las había arreglado para tratar su herida.

Pero... la saliva del dragón... no era una sustancia para ser usada tan
casualmente...

──────────

[1] Un mokugyo o pez de madera a veces denominado bloque chino, es un


instrumento musical de percusión fabricado en madera similar a un bloque occidental.
El mokugyo es utilizado por monjes y laicos en la tradición budista Mahayana. A
menudo es utilizado durante rituales que incluyen el recitado de sutras, mantras, u
otros textos budistas.

──────────

Alguien digale a [Ka] que no me presione para que actualice (y traduzca los
capítulos que me tocan), me esta explotando :c

- [Be]
Capítulo 55: Tambores Antiguos (II)

Xue Xian terminó de arreglar su túnica, pero vio que Xuanmin no hacía ningún
movimiento para irse. Se dio la vuelta y se quejó, "¿Por qué estás ahí parado?"

Xuanmin levantó su mano herida y preguntó: "¿Sabes para qué usan los humanos
la saliva de dragón?"

Aunque parecía bastante tranquilo, algo en su tono estaba mal, como si una serie
de emociones complicadas lo atravesaran. Xue Xian hizo una mueca. Este burro calvo
tiene que encontrar exactamente lo que no quiero hablar, ¡y luego sacarlo a relucir!
Ahora que soy humano de nuevo, no puedo evitar sentirme... tan raro por lo que
hice.

Ja. Ja.

Xue Xian reacomodó su cara y se forzó a sí mismo a inventar algo para salvar su
dignidad. "Es mi propia saliva. ¿Por qué querría saber para qué la usan los humanos?"
se burló. "Sé que la magia de los dragones puede curar a la gente... eso es lo básico.
No es que vaya a empezar a moler todas las partes de mi cuerpo para vender
medicinas. ¿Estoy loco?" Miró con rencor a Xuanmin y luego se dio la vuelta y golpeó
su puño con impaciencia contra el reposabrazos, añadiendo: "He curado tu herida, y
no me importa que aún no me hayas dado las gracias, pero por favor, deja de hacer
preguntas. Vámonos."

Quería hacer una pequeña rabieta... no importaba lo que dijera, siempre y cuando
su tono fuera lo suficientemente agresivo como para hacer que Xuanmin se olvidara
de todo el asunto de la "herida lamida".

Era como él había pensado. Xue Xian se asomó sutilmente mirando a Xuanmin por
encima de su hombro y vio al monje agitar su mano y volver a bajarla. Exasperado,
Xuanmin dijo, "Vamos". Claramente, no tenía planes de mantener la conversación.

Xue Xian estaba muy contento.

Los dos regresaron al recinto del Amable Xu en poco tiempo, pero evitaron las
puertas delanteras, en cambio se deslizaron sigilosamente al patio por una entrada
lateral.

El salón delantero donde el amable Xu había recibido a sus invitados estaba ahora
completamente vacío, y en su lugar el ruido de la multitud se elevó desde algún otro
salón cerca del fondo, que, debido a la espesa niebla, no podían ver claramente.
Cuando Xue Xian y Xuanmin regresaron a la sala oriental, Jiang Shining respiró un
fuerte suspiro de alivio. "Por fin han vuelto..."

De hecho, una vez que los dos se habían ido, no había quedado mucha gente de
confianza en la habitación. Si el Amable Xu y los otros espíritus se hubieran vuelto
locos de repente, entonces no habría habido nada que pudieran haber hecho.

"¿Por qué pareces tan aterrorizado?" Xue Xian se burló. "Si no sales en busca de
problemas, entonces el Amable Xu tampoco entrará. A menos que tengas mucha
mala suerte, y él tenga que venir aquí para recuperar algo."

Al escuchar esto, el grupo de la habitación se sintió curioso. Jiang Shining


preguntó: "Si no salimos, ¿no entrarán? Cierto.... ahora que lo pienso, antes lo
escuché dando instrucciones a algunos sirvientes afuera, diciéndoles que preparen té
y vino. Entonces el sonido se alejó. Parece que realmente han olvidado que estamos
aquí."

Xue Xian agitó su mano despectivamente. "Por supuesto que no se acordarán..."

Las almas ligadas a la tierra no estaban vivas... sólo eran conscientes de los
rostros y eventos a los que estaban acostumbrados, y eran lentas para reaccionar
ante los forasteros que irrumpían en ellas. Cuando el Amable Xu podía ver a Xue Xian
y su grupo, entonces charlaba con ellos amablemente como si supiera exactamente lo
que estaba pasando, pero si no podía verlos, entonces ni siquiera pensaba en ellos, y
pronto olvidaba por completo que existían.

Así que cuando ya habían pasado todo ese tiempo en la habitación, el Amable Xu
no había venido a molestarlos, pero tan pronto como Xuanmin sacó a Xue Xian, el
Amable Xu se acercó inmediatamente a saludarlos de nuevo.

"Ya veo", dijo el hombre con cicatrices, asintiendo con la cabeza.

Estaba a punto de continuar, pero Xue Xian de repente señaló a su compañía y


dijo, "No. Esto no tiene nada que ver contigo. Nosotros somos los forasteros aquí.
Han venido año tras año, desde que el Amable Xu estaba vivo, así que, para los
reunidos en el salón, son parte de ellos. Se han olvidado de ti momentáneamente,
pero en algún momento vendrán a buscarte."

Mientras decía esto, de repente escucharon unos pasos que salieron del pasillo
trasero, que parecía estar acercándose...

"¿Dónde están Renliang y los otros? Miren mi terrible memoria, de alguna manera
me he olvidado de saludar a mis viejos amigos. Qué terrible de mi parte..." El Amable
Xu le decía a alguien mientras se acercaba a la puerta.

Todos en la habitación saltaron asustados.

"Renliang, ¿estás ahí?" El Amable Xu preguntó, llamando a la puerta. "El banquete


ha sido preparado y estamos esperando que te unas a nosotros..."

Luego vino un chirrido...

Incluso el más mínimo toque a esa antigua puerta de madera hizo que emitiera un
chirrido.

"¡Estamos aquí, estamos aquí!" dijo el hombre con cicatrices mientras todos los
integrantes de la compañía se reunían en una densa masa, bloqueando el resto de la
habitación de la vista del Amable Xu. "Nos sentamos aquí a descansar. Estaremos allí
pronto."

Los demás reunidos en la sala sólo podían ver las espaldas de la compañía.
Escucharon la alegre voz del Amable Xu diciendo: "Ven, ven, debes estar muerto de
hambre después de haber viajado hasta aquí. Vengan conmigo..."

El hombre con cicatrices se río a carcajadas y estuvo de acuerdo. Luego, uno por
uno, los miembros de la compañía salieron de la puerta y siguieron al Amable Xu al
salón trasero.

El hombre con la cicatriz les abrió la puerta y fue el último en salir. Antes de
hacerlo, inclinó la cabeza hacia la habitación y dijo: "Váyanse ahora, mientras
puedan. Una vez que empecemos a actuar, no podremos ayudarlos, y les será más
difícil escapar".

Eso era exactamente lo que Xue Xian estaba pensando también. Ahora que el
hombre con cicatrices y su compañía se habían llevado al Amable Xu, era el momento
perfecto.

Todos los que estaban en la habitación se levantaron y se desempolvaron... sólo el


mendigo sin manos parecía dudar.

"Nos necesitas a los dos para salvar a tus amigos, ¿verdad?" Dijo Jiang Shijing,
señalando al viejo y a los dos niños en la cama. "Llévalos de vuelta a la farmacia con
nosotros. Ten cuidado... usa tu ropa para protegerte de sus sarpullidos."

Los mendigos intercambiaron miradas y aceptaron con entusiasmo. Sin dudarlo


más, envolvieron rápidamente a los tres enfermos en mantas y los llevaron en
brazos, listos para salir.

Cuando Xuanmin empezó a empujar la silla de ruedas de Xue Xian fuera de la


puerta, el hombre con cicatrices regresó rápidamente y dijo. "Justo ahora, sentí que
algo cambió en la aldea Wen..."

El hombre con la cicatriz miró hacia atrás en el pasillo de atrás y pareció viajar en
el tiempo, recordando la risa y la alegría de sus viejos amigos fallecidos hace tiempo.
Se detuvo en la contemplación, y luego le dijo a Xuanmin, "Si puedo preguntar...
¿están a punto de desaparecer?"

"Sí", respondió Xuanmin. "El hechizo que estaba interfiriendo con el diseño del feng
shui se ha roto. Las almas ligadas a esta tierra pueden irse ahora."

"Probablemente puedan durar el resto del día", añadió Xue Xian, mirando al cielo
exterior. "Pero al anochecer, se habrán ido."

Para Jiang Shining y los demás forasteros, esas almas eran cosas aterradoras de
las que querían mantenerse bien alejados, y, aunque parecían cordiales al interactuar
con las almas, no podían sentir calor de verdad... todo lo que podían hacer era decir
una palabra superficial de agradecimiento o de disculpa. Pero para el hombre con
cicatrices y su compañía, estos eran vecinos y miembros de la familia que conocían
desde la infancia, y cada rostro, manierismo y sonrisa traía vívidos recuerdos del
pasado...

Con una compleja expresión en su rostro, el hombre con la cicatriz asintió con la
cabeza y dijo en voz baja, "Es lo mejor".

En el camino de vuelta de la aldea de Wen, Xue Xian estaba inusualmente


tranquilo, y no intentó convocar una tempestad, ni se convirtió en un dragón, ni
pareció siquiera considerar enviar el carruaje al cielo de nuevo. Lo único que hizo fue
expandir mágicamente la habitación dentro del carruaje, y luego traer una ligera brisa
detrás del caballo para acelerar su viaje.

Jiang Shining sospechaba lo tranquilo que estaba Xue Xian, y sus ojos se dirigieron
a él durante todo el viaje. Finalmente, Jiang Shining dijo, "¿En qué estás pensando
para estar todo serio?"

Xue Xian lo miró, y luego lo miró por segunda vez. De repente, dijo, "Oh, claro.
Básicamente cuentas como medio médico..."

Jiang Shining puso los ojos en blanco y se dio la vuelta, irritado.

Viendo que Jiang Shining se alejaba de él, Xue Xian se acercó más y dijo en tono
bajo, "Déjame preguntarte algo. ¿Qué hace la saliva de dragón?"

Jiang Shining le miró de forma extraña, como si fuera un loco.

"Oye... ¿qué es esa mirada? Te estoy haciendo una pregunta", dijo Xue Xian con
impaciencia.

"Me parece gracioso que un dragón necesite realmente preguntar qué hace la
saliva del dragón", respondió Jiang Shining. "Es... difícil de explicar. ¿Realmente no lo
sabes?"

Ahora le tocaba a Xue Xian poner los ojos en blanco. "¿Exploraría al azar si mis
ojos pueden convertirse en medicina, y si es así, qué efecto puede tener? Nunca he
estado tan interesado."

"Cierto", murmuró Jiang Shining, asintiendo con la cabeza.

"Además, normalmente puedo probar cosas en la gente. ¿Pero cómo se supone


que voy a probar la saliva de dragón?"

Jiang Shining lo miró y dijo incómodo, "Es mejor si no..."

"¿Por qué no?"

"Aunque nunca he sido testigo de ello personalmente, he oído algunos rumores.


Verás, la saliva del dragón..." Inicialmente, al principio de la conversación, Jiang
Shining había tenido cuidado de mantener su voz baja, pero pronto lo había olvidado
y su voz había vuelto inadvertidamente a la normalidad. Así que tan pronto como
comenzó a explicar, una mano se disparó de repente para detenerlo.

Confundido, Jiang Shining vio como Xuanmin golpeaba su colgante de monedas de


cobre en la mano de Xue Xian, luego le pegaba un talismán en la frente y daba la
vuelta a su silla de ruedas, de modo que ahora le daba la espalda a Jiang Shining.
Entonces, Xuanmin miró en silencio a Jiang Shining.

No sé qué dije mal, pero esa mirada del Maestro me dice que definitivamente
estaba equivocado de alguna manera, pensó Jiang Shining. Se rió torpemente,
accediendo a callarse, y luego se volvió para mirar por la ventana.

Xue Xian se quejó: "Burro calvo, sólo espera. Cuando me quite este talismán te
voy a matar a golpes. ¿No sabes lo tortuoso que es escuchar sólo la mitad de la frase
de alguien?"

Pero el talismán no iba a salir pronto.

Incluso cuando finalmente llegaron al recinto Fang y se instalaron en la sala de


estar, Xue Xian todavía no podía moverse.

Xuanmin lo llevó a un rincón de la habitación donde dijo que el feng shui era único
para la curación, pero afortunadamente el burro calvo tuvo la amabilidad de no
hacerlo enfrentar la pared de nuevo...

¡Pero enfrentarse a la puerta fue igualmente embarazoso!

Xue Xian se sintió débil por la pura ira.

Cuando Xue Xian y Xuanmin salieron a buscar el hueso del dragón, Jiang Shining
ya le había explicado a su hermana los detalles de su viaje hasta entonces, de modo
que Jiang Shijing sabía ahora que necesitaban gotas de su sangre para realizar los
últimos ritos funerarios de sus padres. Pero el día no era un momento apropiado para
convocar a los espíritus, así que tenían que esperar hasta el atardecer.

Cuando se trataba de sus padres, Jiang Shijing se tomaba las cosas muy en serio.
Así que tan pronto como el sol desapareció detrás de las montañas, Jiang Shining y
ella fueron a buscar a Xuanmin.

Cuando el cielo se oscureció y la noche se deslizó hacia ellos, los sirvientes ya


habían encendido la linterna dentro de la habitación de Xuanmin.

Xue Xian se sentó en un rincón con los ojos cerrados, golpeando ligeramente el
colgante de monedas de cobre y centrándose en su curación. La linterna le dio un
cálido resplandor, dándole a su rostro normalmente pálido un brillo saludable y
ligeramente ruborizado.
Tan pronto como Jiang Shining y su hermana entraron, se relajaron
inmediatamente. Xuanmin era una persona directa a la que no le gustaba
desperdiciar palabras, y ya había colocado la campana médica de plata sobre la mesa.

Metió la mano en su bolsa y sacó esa bolsa más pequeña, de la que seleccionó la
longitud justa de la aguja de plata. Dándosela a Jiang Shijing, dijo, "Tres gotas de
sangre del punto de presión Laogong".

Jiang Shijing sostuvo la aguja sobre la llama para limpiarla, y luego se pinchó en la
mitad de la palma de la mano, y luego devolvió la aguja a Xuanmin.

"Gotea la sangre aquí", dijo Xuanmin, señalando tres lugares en la campana. "De
oeste a este".

Respirando profundamente, Jiang Shijing tranquilamente acerco su mano y


derramó su sangre sobre la campana.

Tan pronto como las gotas de sangre cayeron sobre la campana, comenzaron a
moverse por sí mismas. Cada vez que rodaban sobre una parte de la campana, ésta
comenzaba a temblar, como si fuera golpeada por algo invisible. Cada suave temblor
hacía que la cara de Jiang Shining y la de su hermana se retorcieran de tristeza.

Cuando las tres gotas de sangre habían recorrido un círculo completo alrededor de
la campana, finalmente rodaron de la campana hacia la mesa.

Con las manos lavadas, Xuanmin sacó un pincel y escribió los nombres de los
padres de los Jiang en una hoja de papel amarillo, que dobló en tres y colocó encima
de la campana, y luego prendió fuego.

Luego sacó una varilla de incienso que encendió con la llama del papel ardiente, y
una delicada y fragante brizna de humo azul surgió en la habitación. Aquellos que
observaban se sintieron relajados de repente y se sintieron profundamente en paz.

Mientras el incienso se quemaba, nadie en la habitación dijo una palabra,


permitiendo a Xuanmin murmurar su breve oración.

Ding--

La campana sonó repentinamente, y el final del sonido se prolongó tiernamente,


aturdiendo a los hermanos Jiang.

Ding--

Y otra...

"¿Son... son madre y padre?" Preguntó Jiang Shijing cuando sus lágrimas
comenzaron a correr sobre la mesa.

Xuanmin contestó con calma, "Han estado atrapados en la campana durante


demasiado tiempo. Ya no pueden mostrarse ante ti, pero pueden usar el sonido de la
campana para despedirse".

Liberación, inscripción, incineración, invocación. Todo esto es lo que necesita un


alma muerta.

En trance, los hermanos Jiang miraban la campana. Aunque no podían ver las
caras de sus padres, no se atrevieron ni a parpadear...

En la esquina, Xue Xian abrió silenciosamente los ojos y miró la mesa. Como no
podía asentir con la cabeza, cerró los ojos suavemente, y, recordando la amabilidad
con la que le habían tratado hace más de diez años, también se despidió y dio las
gracias a la pareja...

La medicina que me diste funcionó muy bien, y el calentador estaba muy bien.
Gracias. Que su viaje sea pacífico.

En el recinto de la familia Xu en la aldea Wen, la canción aguda de un papel


huadano sonó entre el ritmo de un gong de cobre y un tambor de cuero:

No dejes que la luna brillante caiga detrás de la curva de la montaña

de ahora en adelante¹...

Esa misma obra se representó año tras año, desde el principio, todos esos
inviernos hasta el día de hoy... y, aun así, nadie se cansó de ella. Los invitados
reunidos en el recinto Xu nunca dejaron de amar el escuchar esas palabras, y ver
esos personajes.

Viejos amigos, viejo hogar, viejo escenario... era como si estos diez o más años
nunca hubieran pasado, y nunca se hubieran separado por la vida y la muerte.
El Amable Xu se sentó junto a una mesa y sorbió su té, viendo el trágico drama en
el escenario. Su dedo tamborileó ligeramente contra la mesa mientras tarareaba las
melodías. Antes de que el espectáculo pudiera llegar a su fin, de repente dijo,
"Renliang, eso fue increíble..."

Como líder de la compañía, el hombre con cicatrices no actuó... se sentó junto al


Amable Xu en la mesa. Al escuchar las palabras del Amable Xu, se quedó atónito, y
vio como el anciano le sonreía afectuosamente. Había algo detrás de la sonrisa, como
si... él supiera desde hace tiempo que la aldea había dejado de existir, y que sus
viejos amigos también se habían ido.

El hombre con cicatrices recogió sus pensamientos, luego levantó su intacta taza
de té y saludó al Amable Xu, y luego tomó un sorbo. "El año que viene, quizás... no
podamos venir."

Su expresión era tan desolada como la del Amable Xu. Se miraron reflejando en
ellos muchas emociones.

Mientras terminaban sus tazas de té, los dos se sonrieron, como si finalmente se
hubieran encontrado contra viento y marea y se vieran obligados a separarse de
nuevo.

Tienes que irte, y yo también...

A medida que el cielo se oscurecía, la espesa niebla que rodeaba la aldea se


disipaba también, y junto con ella, el melancólico sonido de los cantos se desvanecía
también, haciéndose cada vez más tenue y retrocediendo en la distancia.

No dejes que la luna brillante caiga detrás de la curva de la montaña

de ahora en adelante la luna nunca se pondrá

y no nos volveremos viejos

viviremos cada día de los próximos cien años como hemos vivido esta noche...

Mientras estés aquí para escuchar, estaremos aquí para cantar para ti. Nuestra
promesa se cumplirá, ya sea que estemos vivos o muertos.
──────────

[1] Es una de las más conocidas historias de amor y cuentos populares de Corea. Está
basado en el pansori Chunhyangga, el más famoso de los cinco cuentos pansori que
han sobrevivido.

Yi Mongryong, que siempre estudia mucho, sale a tomar un poco de aire fresco. Ve a
Chunhyang en un columpio y se enamora de ella a primera vista. Le ordena a su
sirviente, PangJa, que le pida a Chunhyang que venga a él, pero ella se niega. Yi
Mongryong entonces va a hablar con la madre de Chunhyang, Wolmae, para pedirle
permiso para casarse con Chunhyang; Wolmae le da permiso y los dos jóvenes se
casan ese día.

El padre de Yi Mongryong, un funcionario del gobierno tiene que mudarse a otra


región, Hanyang (Ahora conocido como Seúl), así que Yi Mongryong tiene que dejar
Chunhyang para seguir a su padre. Chunhyang le da a Yi Mongryong un anillo como
muestra de su amor por él y promete serle fiel y esperar a que vuelva en el futuro y
la lleve a Hanyang. Después de que se vaya, un sustituto del padre de Mongryong
viene a la aldea de Chunhyang. El nuevo reemplazo es Pyon, una persona codiciosa y
egoísta, que siempre pierde el tiempo festejando con las cortesanas. Chunhyang,
famosa por su belleza, se ve obligada a ir a su fiesta. Aunque Chunhyang no es una
cortesana, Pyon la trata como tal porque la madre de Chunhyang es una cortesana.
Le ordena que se acueste con él, pero Chunhyang sigue negándose porque está
casada. Pyon se enfada y la encarcela.

Yi Mongryong gana el primer lugar en un examen estatal y se convierte en un


inspector real secreto, que investiga y procesa a los funcionarios corruptos del
gobierno como un emisario encubierto del Rey. Disfrazado, llega a la aldea de
Chunhyang y descubre lo que le ha sucedido a Chunhyang y el mal comportamiento
de Pyon. Debe ocultar su verdadera identidad para actuar como un loco y usar ropa
de mendigo.

En la celebración del cumpleaños de Pyon, Yi Mongryong entra y hace un poema


satírico sobre el mal comportamiento de Pyon, pero él no entiende el poema. Yi
Mongryong revela su verdadera posición y castiga al Señor. Al principio, Chunhyang
no puede reconocer a Yi Mongryong y pone a prueba su fidelidad pidiéndole que pase
una noche con él. Chunhyang, que todavía no puede reconocerlo, también lo rechaza.
Profundamente conmovido por su fidelidad, Yi Mongryong ordena a una cortesana que
le muestre el anillo que Chunhyang le dio. Ella se sorprende de que él sea Yi
Mongryong y vivan felices para siempre.

──────────
Apreciaria el hecho de que si ven que en alguna parte el nombre de Xuanmin o Xue
Xian se cambia por el contrario, avisennos, ya que en la traducción del Inglés hay
este tipo de error y aunque revise la traducción 3 veces antes de subirlo, a veces se
me pasan algunos de estos cambios.

- Be
Capítulo 56: Hilo de hueso (I)

La familia Fang actual estaba compuesta por doce miembros.

El amo y la señora habían muerto recientemente, así que ahora los jefes de la casa
eran Fang Cheng y su esposa Jiang Shijing.

El tío Chen era el mayordomo, y la tía Chen era el ama de llaves y la cocinera. Los
dos tenían dos hijos gemelos que estaban detrás del mostrador de la farmacia y se
encargaban de atender a los clientes y de llevar las cuentas, aunque cada noche le
tocaba a Fang Cheng volver a revisar las cuentas.

Xingzi era una huérfana que había sido acogida por el difunto maestro. Desde que
Jiang Shijing se casó con la familia, Xingzi había sido su criada personal, aunque
Xingzi había aprendido mucho sobre medicina de su ama y podía considerarse más
bien una asistente.

El resto de los sirvientes ayudaban en tareas diversas, así como en el cultivo y la


preparación de la medicina. También había algunos jóvenes, que eran aprendices de
familias locales.

Pero los chicos de la servidumbre no siempre estaban allí ― a veces tenían que
viajar durante varios días para encontrar ciertas hierbas ― y los aprendices tampoco
venían todos los días, ya que sus familias solían ser pobres y pasaban gran parte de
su tiempo ayudando a sus padres.

Esto significaba que, aunque el recinto de Fang tenía días bastante ocupados en la
tienda, la casa en sí solía ser tranquila.

Esta noche fue probablemente la más alborotada que el recinto Fang había tenido
en muchos años: los mendigos que Fang Cheng y Jiang Shijing habían traído a casa
se lavaron y asearon alegremente, poniéndose la ropa fresca que el tío y la tía Chen
habían encontrado para ellos. Aunque esta ropa no era nueva, estaba limpia y, sobre
todo, no tenía agujeros.

Había una buena razón por la que las familias Fang y Jiang habían estado tan
unidas en la vida: no era sólo porque habían ejercido casualmente la misma
profesión, sino también porque a los miembros de ambas familias les encantaba hacer
escándalos.

Al ver los nudillos congelados de los mendigos, la tía Chen carraspeó y sacó una
serie de calefactores portátiles, que encendió y puso uno a uno en las manos de los
mendigos, diciendo: "Toma, coge esto... mira qué frío tienes.... ¡Oye! ¡No te rasques!
Así es cuando te congelas: cuando empiezas a calentar, te pica, pero no debes
rascarte. Quédate aquí calentito y te traeré una medicina."

Los mendigos no se habían convertido en indigentes por pereza, sino porque el


hambre había golpeado a sus familias y, al ser discapacitados, no habían tenido más
remedio que dormir en la calle. Aun así, el secuestro era ir demasiado lejos. Si se
tratara de gente corriente, habría bastado con no presentar cargos, pero quién lo iba
a decir, la familia Fang no sólo no presentó cargos, sino que incluso acogió al grupo
como invitados y aceptó hacer aquello para lo que habían sido secuestrados: los Fang
eran realmente generosos.

Ahora que la tía Chen se preocupaba por ellos, los mendigos se sentían
arrepentidos e inquietos. El terror que habían sentido en las montañas se disipó y se
convirtieron realmente en una fila de estúpidas codornices que tartamudeaban: "No...
no te preocupes. Estamos acostumbrados al frío, así que déjalo estar".

Y ahora que la tía Chen estaba de vuelta en casa, donde se sentía cómoda, se
volvió mucho más valiente. Los fulminó con la mirada y los regañó: "¿Son ustedes los
heridos o soy yo la herida? ¿Son ustedes los farmacéuticos o soy yo la farmacéutica?
Sujeta los calentadores y no los sueltes. Ahora vuelvo".

Los hermanos que pasaban por allí oyeron el tono irritado de su madre y
recordaron la forma en que los habían regañado cuando eran más pequeños.
Encogieron el cuello y trataron de pasar a hurtadillas, pero no pudieron escapar de la
mirada de águila de su madre. "¿A dónde van?", les gritó. "¿Los persigue un
fantasma? Vengan aquí".

Xiuping y Xiu'an se giraron torpemente y dijeron al unísono: "Mamá, ¿qué pasa?


Acabamos de cerrar la tienda y nos dirigíamos a llevar los cuadernos de cuentas al
joven maestro Fang".

"¿Qué tamaño tienen los cuadernos de cuentas? ¿Necesitan dos personas para
traerlos?" Irritada, la tía Chen señaló a uno de ellos y dijo: "Tráeme un barril de vino,
del tipo fuerte, y también algunos trapos limpios".

"¿Vino fuerte? ¿Para qué necesitas vino fuerte? ¿Papá te ha cabreado?", preguntó
el hermano al que había señalado, el gemelo más joven, Xiu'an. Su honorable
hermano mayor ya había huido con los cuadernos de cuentas.
"¿Se atrevería tu padre?" respondió la tía Chen. Señaló al grupo de mendigos.
"Todos aquí tienen congelación. Tenemos que calentarlos".

En cuanto escuchó la palabra congelación, la cara de Xiu'an se puso verde.

De niño había sido muy travieso y se peleaba constantemente con su hermano


Xiuping. Un día especialmente nevado, los hermanos habían salido a jugar en la
nieve, pero pronto habían empezado a pelearse de nuevo, llenándose de nieve la cara
y la ropa. Entonces, en un arranque de fuerza bruta, había decidido sin miedo
enterrar a su hermano en la nieve hasta el cuello. Cuando volvieron a casa, sus dedos
se habían congelado y su madre le había dado unos azotes que le habían hinchado
enormemente el trasero, lo que había hecho que Xiuping se burlara de él durante un
mes entero.

Pero un mes más tarde, los hermanos ya no tenían nada de qué reírse: habían
pasado todo el día jugando en la nieve, y luego habían vuelto y sumergido sus dedos
congelados en agua caliente. El repentino cambio del frío al calor había provocado la
congelación de sus dedos y pies, que posteriormente se habían hinchado como
zanahorias. Les había picado y dolido, y habían sufrido lo suficiente para toda la vida.

La tía Chen había cortado jengibre en trocitos y lo había hervido en un líquido


picante, que había mezclado con alcohol fuerte para aliviar las heridas. Xiuping había
estado bien -sólo se había hinchado- pero las heridas de Xiu'an se habían abierto. El
dolor causado por la especia había hecho llorar tanto a Xiu'an que su hermano se
burló de él durante un mes más.

Aquella experiencia había sido angustiosa, y Xiu'an nunca la olvidaría ― sólo la


mención del tratamiento con alcohol le hizo hacer una mueca de simpatía.

Mientras la tía Chen estaba de espaldas, Xiu'an saludó a los mendigos y les dijo:
"Recen por la salvación".

Los mendigos se miraron entre sí, nerviosos.

Los inviernos de Qingping eran extremadamente fríos, y no era raro que la gente
se congelara. Algunos se las arreglaban solos en casa, pero otros venían a la
farmacia. Tras muchos años ayudando a los clientes, la tía Chen era experta en el
tratamiento de las congelaciones. Cortó rápidamente un tazón de jengibre y lo molió
con un mortero hasta que empezó a soltar jugo. A continuación, vertió el vino que le
había traído Xiu'an en el cuenco y empapó los trapos en el líquido, luego los utilizó
para limpiar las heridas de los mendigos.
"Esto es bueno. Se ha abierto, así que, aunque ahora duela, se curará más rápido
después", consoló la tía Chen mientras los mendigos empezaban a llorar por el dolor.

Así, el grupo de mendigos de aspecto rudo se volvió rápidamente dócil y agradable


gracias a la tía Chen. Mientras cada uno de ellos levantaba sus manos empapadas de
jengibre, con los ojos llenos de lágrimas, preguntaban dócilmente a la tía Chen si
había algo en lo que necesitara ayuda, ya que no podían quedarse sentados.

Mientras tanto, Fang Cheng y Jiang Shijing tampoco descansaban; de hecho, sólo
una habitación de todo el recinto permanecía en calma, sin que saliera un solo sonido
de ella.

Era la habitación ocupada por Xuanmin y Xue Xian.

Aunque el recinto de los Fang no era pequeño, seguía siendo bastante limitado: los
mendigos habían recibido dos habitaciones, y los enfermos de peste habían sido
puestos en cuarentena en otra habitación. De las habitaciones restantes, una se había
dado a Shitou Zhang y NianQi, así como a Jiang Shining, que no necesitaba dormir;
así que los dos restantes tuvieron que compartir la última habitación.

No era como si no hubieran tenido que arreglárselas antes, y ninguno de los dos
necesitaba realmente dormir, así que no les importó.

Por supuesto... Xue Xian, aún bajo el hechizo del talismán, había querido quejarse
en un principio, pero luego algo en su interior le dijo que no lo hiciera.

Tal vez todas las veces que Xuanmin le había restringido realmente habían tenido
algún impacto, y se había acostumbrado a ello ― como si ahora pasara un día sin ser
mandado por alguien, se sentiría raro...

Después de haber salvado las almas de los padres de Jiang Shining por la noche,
Xuanmin había cerrado las puertas de la habitación y se había sentado junto a la
cama.

Desde que Xue Xian lo conoció, Xuanmin nunca se había acostado a dormir: por la
noche, si no estaba meditando, se sentaba con las piernas cruzadas, manteniendo
constantemente esa actitud totalmente indomable, desprendiendo un aura
intimidante e inabordable.

Pero el propio Xue Xian estaba en medio de la curación utilizando el poder del
colgante de moneda de cobre, y tampoco podía molestarse en provocar al monje. Así
que toda la habitación se sumió en un profundo silencio, y nadie de la familia Fang se
atrevió a molestarlos.

A la hora de la cena, Jiang Shijing y Fang Cheng habían acudido a invitarles, y


cuando nadie había respondido a su llamada, se habían preocupado de que algo malo
les hubiera ocurrido a los dos. Pero Jiang Shining se había transformado en un
hombre de papel y había asomado la cabeza por una rendija de la puerta para mirar a
su alrededor, luego había vuelto junto a su hermana y le había dicho: "No llamemos
por ahora. Si tienen hambre, nos lo harán saber".

No había entendido con precisión lo que Xue Xian y Xuanmin estaban tramando,
pero parecía significativo y no creía que quisieran ser interrumpidos. Además, los dos
eran intrínsecamente diferentes a la gente normal, y no les importaba perderse una
comida.

La familia Fang no conocía bien a Xue Xian y Xuanmin, sólo sabían que ambos eran
magos de algún tipo y que los magos siempre venían con ciertas excentricidades, así
que, para no ofender, simplemente habían accedido a lo que Jiang Shining había
sugerido.

Normalmente, la familia Fang se iba a dormir antes de las siete de la tarde, pero
hoy, con todos los visitantes, sólo se acomodaron alrededor de las nueve. Una a una,
las linternas de cada habitación se apagaron, y los susurros se desvanecieron
lentamente hasta convertirse en silencio, de modo que una sensación de paz cayó
finalmente sobre el recinto.

Cuando Xue Xian volvió a abrir los ojos, ya había sonado la campana de
medianoche, y los habitantes del recinto estaban profundamente dormidos, roncando
ligeramente. El aceite de la linterna estaba medio agotado y el núcleo de la llama no
se había refrescado durante un tiempo, por lo que la luz se iba apagando lentamente
como una puesta de sol.

Pero la razón por la que Xue Xian abrió los ojos no fue por los ronquidos ni por el
farol, sino porque el talismán pegado a su frente había comenzado a sentirse caliente.

Debido a que estaba digiriendo un hueso de dragón, Xue Xian ya se sentía


bastante sonrojado, pero ahora el talismán de su cabeza se estaba calentando aún
más que él, hasta el punto de que realmente había empezado a molestarle. Siseó de
dolor y frunció el ceño hacia Xuanmin, diciendo suavemente: "¿Burro calvo?".

Xuanmin no respondió.
"¿Burro calvo? ¿Puedes quitarme el talismán ahora? No voy a hacer nada en mitad
de la noche", dijo Xue Xian.

Seguía sin responder.

"¿Burro calvo?" Ahora Xue Xian sintió que algo debía estar mal. Volvió a llamar, y
luego cambió el tono y dijo: "¡Xuanmin! Deja de hacerte el muerto. Sé que en
realidad no estás durmiendo".

En la penumbra de la linterna, miró fijamente al hombre sentado junto a la cama y


esperó... pero Xuanmin seguía sin moverse.

"¿Estás...?" Antes de que Xue Xian pudiera terminar, sintió repentinamente que el
talismán ardiente de su frente se aflojaba, y luego flotaba suavemente fuera de su
cara al suelo.

Ahora que el talismán se había caído, Xue Xian podía volver a moverse.
Inmediatamente, rodó su silla de ruedas hasta la cama y, vacilante, empujó la mano
que Xuanmin había apoyado en su rodilla.

Pero en cuanto tocó a Xuanmin, se sobresaltó por la sensación de calor extremo.

Cierto... ese talismán era de Xuanmin, así que, si de repente empezaba a


comportarse de forma extraña, tenía que estar relacionado con el propio Xuanmin.

"Eh, ¿burro calvo?" Xue Xian alargó la mano para sentir el pulso de Xuanmin y
descubrió que el pulso era rápido y fuerte, lo que le produjo una sensación de
ansiedad.

¿Había otro problema con el lunar?

Aunque Xue Xian sólo había visto algunos ataques de Xuanmin, automáticamente
fue a comprobar el cuello del monje. Pero debido a la escasa luz, era difícil ver nada
en absoluto. Xue Xian no tuvo más remedio que acercarse.

Esta vez no parecía haber ningún vaso sanguíneo saliendo del lunar, pero Xue Xian
se sentía aún más ansioso...

La temperatura corporal del monje era tan alta que, a medida que Xue Xian se
acercaba, el calor humeante del cuello de Xuanmin se derramaba sobre Xue Xian,
trayendo consigo la ligera humedad del sudor, haciendo que el ya recalentado Xue
Xian sintiera aún más calor. El calor se le subió a la cabeza y de repente se sintió
aturdido.

De alguna manera, mientras luchaba por enfocar su visión, su mirada se desplazó


del lunar del cuello de Xuanmin al lado de la cara del monje.

Tal vez fue el calor desorientador lo que le hacía sentirse aletargado, pero la visión
de Xue Xian seguía siendo borrosa, de modo que no estaba seguro de si estaba
mirando la frente de Xuanmin, o el puente de su nariz, o...

A pesar del calor sofocante que emanaba de Xuanmin, su rostro no mostraba


ningún signo de incomodidad.

Xuanmin tenía exactamente el mismo aspecto que tenía al principio de la noche,


cuando había cerrado los ojos por primera vez. Si Xue Xian no hubiera sentido su
pulso acelerado y no hubiera podido sentir el calor abrasador que salía de su cuerpo,
realmente podría haberse dejado engañar por la serenidad del monje.

Y ahora, tal vez porque se había visto afectado por el propio calor creciente de Xue
Xian, o tal vez era otra cosa, pero el pulso de Xuanmin era cada vez más rápido, y el
calor en el pliegue de su cuello era cada vez mayor. Xue Xian observó distraídamente
a Xuanmin y sintió que sus párpados empezaban a caer, por alguna razón, ya no
quería moverse.

Justo cuando el cerebro de Xue Xian estaba a punto de nublarse por completo
debido al insoportable calor, la mano que había colocado en la muñeca de Xuanmin
para sentir su pulso se movió accidentalmente.

El pulso de Xuanmin, perturbadoramente violento, se sacudió de repente y,


mientras sus párpados se abrían, se encontró con los ojos de Xue Xian.

En ese momento, se inclinaron tan cerca el uno del otro que sus inhalaciones y
exhalaciones parecían cruzarse, haciéndolos sentir increíblemente íntimos...
Capítulo 57: Hilo de Hueso (II)

Los ojos entreabiertos de Xuanmin parecían fundirse con la tenue luz de la linterna,
de modo que era imposible saber exactamente dónde caía su mirada: si en los
propios ojos aterrados de Xue Xian, o en la punta de su nariz perlada de sudor, o más
abajo...

Una enorme pantalla invisible pareció interponerse entre ellos, haciendo que todos
los demás ruidos del mundo parecieran débiles y lejanos, dejando sólo los sonidos
entrelazados de su respiración; inhalando, exhalando... su respiración llenó la
habitación, de modo que de repente todo lo que les rodeaba pareció volverse
estrecho y apretado, demasiado pequeño para que pudieran hacer cualquier
movimiento.

De repente, Xuanmin movió la muñeca que Xue Xian había estado presionando,
agarró a su vez los dedos de Xue Xian y los retorció bruscamente, de modo que la
mano de Xuanmin estaba ahora sujeta con fuerza a la de Xue Xian. Quizá fuera
porque el extraño calor de su cuerpo había hecho que no pudiera controlar su fuerza,
pero su agarre en la mano de Xue Xian era increíblemente fuerte.

En ese momento, la mente de Xue Xian se aclaró un poco y se dio cuenta de que el
sudor de Xuanmin no sólo provenía de su cuello, sino que se extendía por todo su
cuerpo: sus manos también estaban húmedas de sudor, y en el instante en que se
agarró a la mano de Xue Xian, sus dedos se deslizaron entre los de éste; y cuando
apretó el agarre, la piel entre sus dedos no pudo evitar rozarse... ahora la sensación
era más que íntima: podría llamarse afectuosa, o incluso devota.

Mientras Xuanmin cerraba los ojos con sueño y los volvía a abrir, una gota de
sudor apareció de algún lugar de su cara y rodó por su barbilla, cayendo en la punta
de la barbilla de Xue Xian, para luego descender por su cuello y desaparecer en el
collar de la túnica.

De repente, la respiración de Xue Xian se hizo más pesada, y su mente volvió a


estar rápidamente alerta.

En las calles del exterior del recinto, un gato aulló, su grito resonó en la noche y
sonó inusualmente cerca, como si estuviera allí mismo, junto a la cama.

El aullido del gato fue suficiente para despertar a Xuanmin. Apartó bruscamente la
mano y cerró los ojos.

El párpado de Xue Xian se agitó mientras él también retiraba automáticamente la


mano y se sentaba recto como una tabla. Cuando Xue Xian hizo girar su silla hacia un
lado, vio que Xuanmin volvía a estar sentado en su posición original, con los ojos aún
cerrados, la cara todavía fija y la mano que había agarrado con tanta fuerza la de Xue
Xian ahora relajada y apoyada, de nuevo, en su rodilla.

Al cabo de un rato, Xuanmin volvió a abrir los ojos. Miró tranquilamente a Xue Xian
y dijo: "Siéntate más lejos".

Su tono era tan neutro como siempre, pero algo en su voz era ligeramente más
bajo de lo habitual, con una ligera ronquera.

Xue Xian ya se había alejado un poco antes, y ahora el abrumador latido del
corazón que antes había reprimido con éxito parecía estallar de repente de nuevo. Su
corazón comenzó a golpear histéricamente como si estuviera a punto de morir, el
pulso tan fuerte y claro en su oído como el latido de un tambor. El latido de su loco
corazón maníaco le llenaba el oído, y no había escuchado en absoluto lo que Xuanmin
acababa de decir en esa voz baja que tenía.

"¿Eh?", preguntó.

Todavía no se había recuperado de aquella extraña sensación de intimidad: su


respuesta llegó con un ligero tono nasal, de modo que sonaba tierno y perezoso a la
vez.

Xuanmin guardó silencio durante un rato, y luego dijo suavemente: "Nada".

Finalmente, el pulso de Xue Xian se normalizó, y respiró aliviado ― pero su mano


derecha, que había sido agarrada con tanta fuerza que ahora estaba entumecida, era
un recordatorio de todo lo que acababa de ocurrir. Mientras flexionaba los dedos de
esa mano, hizo rodar en silencio su silla hasta la mesa y le dio la espalda a Xuanmin,
utilizando la linterna como cobertura para asentar esa extraña y abrumadora
sensación en su interior.

Mientras jugueteaba con el núcleo de la linterna, la pequeña llama floreció y la


habitación se iluminó de repente. Xue Xian volvió a girar su silla y utilizó la nueva luz
para vislumbrar a Xuanmin...

La fina túnica blanca de su cuerpo estaba empapada de sudor, la tela dibujaba el


contorno de los músculos de sus hombros y brazos... después de la extrañeza de
antes, aunque Xue Xian sentía que ahora se había calmado, esta nueva visión de
Xuanmin no le hacía sentir mucho mejor.

Al verle empapado en sudor, y recordando el extremo calor que emanaba de su


cuerpo antes, Xue Xian convocó una pizca de simpatía por una vez y dijo: "¿Quieres
que te traiga un poco de agua, para ayudarte a refrescarte?"

Sabiendo que Xuanmin odiaba tener incluso una mota de suciedad sobre él, Xue
Xian supuso que el monje debía estar profundamente incómodo con todo ese sudor.
Eso era lo único que Xue Xian había tenido en cuenta, y se había olvidado de otros
detalles... como el hecho de que, para lavarse, había que quitarse la ropa, y Xuanmin
no era la única persona en la habitación...

Tan pronto como pronunció su pregunta, todo se le ocurrió de repente a Xue Xian,
y deseó poder retractarse.

Xuanmin continuó sentado, y contempló la pregunta de Xue Xian. Abrió los ojos,
miró a Xue Xian, luego los volvió a cerrar y dijo: "No. Sólo necesito que te sientes un
poco más lejos".

"¿Qué te he hecho ahora?" replicó Xue Xian. "Si me alejo aún más, saldré de la
habitación".

Xuanmin mantuvo los ojos cerrados. Sólo cuando Xue Xian volvió a girar hacia ese
"rincón especial de curación", dijo lentamente: "No".

Sólo soltó un No. Quién sabía qué demonios quería decir con eso.

El lugar donde Xue Xian se sentaba ahora estaba a un lado de la cama. Desde su
punto de vista, sólo podía ver el perfil de Xuanmin, y la mayor parte de su visión
estaba bloqueada por la propia cama. Pero esto ayudó a disipar parte de la
incomodidad de antes, por lo que Xue Xian finalmente se sintió un poco relajado.

Y la razón por la que era incómodo era porque... justo entonces, en ese momento,
Xue Xian había sentido que su cuerpo reaccionaba de una manera totalmente
desconocida. Por supuesto, en ese momento, lo había atribuido a la inquietud, pero...

Se preguntó si Xuanmin había sentido lo mismo.

Xue Xian se acomodó en su silla, apoyando el brazo en el reposabrazos colocando


la cabeza sobre él. Su otra mano jugueteaba distraídamente con el colgante de
monedas de cobre, sus pulgares dibujaban inconscientemente contornos alrededor de
una de las monedas, su mirada ociosa a veces se posaba en la temblorosa llama del
farol, a veces en Xuanmin.

Teniendo en cuenta todo el sudor que había en el cuerpo de Xuanmin en ese


momento, si ésta hubiera tenido también algún tipo de reacción seguramente sería
visible. Pero Xuanmin era tan reservado y desapegado que era imposible pensar que
tuviera algo que ver con el reino común y todas las cosas vulgares y corporales que
había allí. Además, seguía sentado con las piernas cruzadas y la túnica de monje
sobre las rodillas, así que no había nada que ver.

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cómo había llegado a esto?

La noche era extrañamente tranquila y el tiempo parecía transcurrir con anormal


lentitud. Sin nada más que hacer, Xue Xian se quedó pensativo durante un rato, y de
repente recordó la herida de la mano de Xuanmin que había lamido, y lo que Jiang
Shining había intentado decirle antes de que Xuanmin lo detuviera.

Xue Xian sintió que por fin entendía por qué Jiang Shining le había dicho que no se
metiera con la saliva de dragón. Pero la advertencia había llegado demasiado tarde.

Se rio amargamente para sí mismo y se enderezó de nuevo, de modo que parecía


más serio y menos instigador. También dejó de mirar a Xuanmin, en su lugar cerró
los ojos con culpa y se concentró en la curación una vez más.

Esta noche de curación era definitivamente diferente a todas las otras veces que
había curado antes ― quizás era el hueso extra que Xue Xian había absorbido, o
quizás era porque dos de los sellos del colgante de la moneda se habían roto ahora.

Antes, sólo podía sentir una sensación de calor en los lugares en los que sus
músculos se estaban curando, o la turgencia de sus huesos en crecimiento, como si
estuvieran tratando de salir de su cuerpo. Pero ahora, podía sentir claramente la
ubicación de la hinchazón, así como el lugar exacto en el que crecía el hueso que
había absorbido: todo se reunía en las partes de él que se habían roto y se extendía
hacia fuera como si fuera un fantasma de su esqueleto pasado, finos filamentos que
se extendían por su cuerpo.

Los hilos parecían casi vivos: a medida que el poder mágico de Xue Xian se
fortalecía y profundizaba, los hilos parecían crecer lentamente también ― pero el
proceso requería mucho esfuerzo. Incluso después de curarse toda la noche, Xue Xian
sólo pudo hacer crecer la mitad de los hilos en su cuerpo, y ahora estaba tan agotado
como si hubiera estado trabajando en ello durante un mes.
Cuando el cielo se iluminó y los miembros de la casa Fang empezaron a salir de
sus habitaciones, Xue Xian ya había despertado al constantemente despierto Jiang
Shining y pensaba ir a buscar algo de comer.

"Ah Ning, Xue... Joven Maestro Xue, ¿qué están haciendo ustedes dos?" preguntó
Jiang Shijing. Ya se había lavado la cara y se disponía a llevar algunas medicinas a los
tres mendigos apestados cuando se encontró con la pareja que se dirigía a la puerta
trasera y les hizo un gesto para que bajaran.

"Vamos a la Sala Huicui". Jiang Shining estaba familiarizada con los famosos
restaurantes de los alrededores de Qingping y podía, al menos, indicar a Xue Xian el
camino.

"¿Salón Huicui?" Repitió Jiang Shining, confundido. "¿Por qué vas a ir allí por la
mañana? La tía Chen ya ha preparado el desayuno".

Jiang Shining se retorció las manos. "El señor es muy exigente. No distingue entre
las comidas. Sólo come carne, y tiene que haber mucha".

"Aunque vayas ahora a la Sala Huicui y pidas platos de carne, aún tendrás que
esperar un tiempo a que los preparen". Si no fuera por Xue Xian y Xuanmin, Jiang
Shijing y su marido probablemente estarían todavía sentados en la Aldea Wen, o
incluso muertos a estas alturas. Por eso, toda la familia Fang sentía reverencia y
gratitud hacia los dos ― incluso llamar a Xue Xian con el honorífico básico de Joven
Maestro se sentía terriblemente descortés, y mucho menos dejarle pasar hambre.

Mientras Jiang Shijing hablaba, la tía Chen salió por casualidad de la cocina y
ambos intercambiaron miradas. La tía Chen aplaudió y dijo: "La tía Chen sabe hacer
todos los platos especiales de la Sala Huicui. Joven Maestro Xue, dígame qué platos le
gustaría probar, y podré preparar una mesa entera para usted en poco tiempo".

Jiang Shining comenzó a asentir también. "Podemos hacer que Xingzi ayude a la
tía Chen. Te perdiste la cena de anoche, así que debes estar hambriento ahora".

Como invitado en casa de alguien, naturalmente Xue Xian no iba a pedir un


banquete entero como había hecho antes. Se dejó convencer. "Bien entonces,
muchas gracias. No importa lo que hagas, haz lo que quieras. No me importa
mientras haya carne". No voy a comer hierba.

Pero...
Xue Xian miró a su alrededor y luego les dijo a Jiang Shijing y a la tía Chen:
"¿Podría molestarles para que le den agua caliente? El calvo... Xuanmin tuvo fiebre
anoche y sudó mucho. Necesita lavarse".

"¿Fiebre?" Tan pronto como Jiang Shijing y la tía Chen escucharon esto, sus
instintos de médico se pusieron en marcha. Al unísono, preguntaron: "¿Hay otros
síntomas? ¿Dolor de cabeza? ¿Náuseas?"

Otros síntomas...

Xue Xian contestó con frialdad: "No, basándome en su físico no creo que sea de los
que se resfrían. Probablemente se equivocó mientras meditaba y ahora se está
volviendo malvado por alucinaciones demoníacas".

Los hermanos Jiang jadearon. Las alucinaciones demoníacas suenan mucho más
graves que un resfriado, señor.

Pero recordando que los magos son siempre excéntricos, y no sintiéndose cómodos
para pedir más información, los hermanos Jiang simplemente asintieron y se fueron a
buscar agua caliente.

Cada vez que Xue Xian pensaba en la noche anterior, se sentía incómodo.
Intentaba pasar el menor tiempo posible dentro de la habitación. Así que siguió a
Jiang Shining sin rumbo, y luego siguió a la tía Chen hasta que ésta finalmente le
pidió amablemente que saliera de la cocina, momento en el que se dirigió hoscamente
a la sala de estar para esperar el desayuno.

Jiang Shining se había entusiasmado en cuanto había visto aquellas familiares


hileras de hierbas medicinales, así que había ido a ayudar a su hermana a preparar la
medicación. Los únicos que quedaban en la sala eran Fang Cheng, revisando las
cuentas, y el propio Xue Xian.

Xue Xian se quedó pensando un rato y se decidió a hablar. "¿Puedo hacerte una
pregunta?", le dijo a Fang Cheng.

La mano de Fang Cheng dejó de escribir y dijo: "Por supuesto, por supuesto.
Pregunta y te diré todo lo que pueda saber".

"¿Has oído hablar de la saliva de dragón?" A diferencia de Jiang Shining, Fang


Cheng no sabía que Xue Xian era un dragón, así que Xue Xian no se sintió tan
avergonzado de preguntarle. "¿Qué efectos tiene? ¿Podría dañar a un humano?"

"Um..." Fang Cheng le lanzó una mirada confusa. "Efectivamente, he oído hablar
de ella, pero nunca la he visto. Así que en términos de efectos... Sólo conozco los
rumores".

"¿Qué dicen los rumores?"

"Sólo que... sí una chica se encuentra con la saliva de dragón... entonces quedará
embarazada". Está claro que Fang Cheng no era un contador de historias natural...
con esa línea incómoda, parecía haber terminado su explicación.

Xue Xian frunció el ceño. "¿Qué?"

Fang Cheng volvió a hablar. "En estos días los rumores dicen que, en cualquier
lugar, quien tuvo la suerte de obtenerla, la vendió a un precio de locura o se la dio a
alguien para que la tomara. Dicen que, además de ser capaz de curar heridas y
enfermedades muy rápidamente, y de servir como antídoto para cientos de venenos,
la saliva de dragón tiene también otros usos. Dicen que puede aumentar el yin y
fortalecer el yang... bueno, es un afrodisíaco. Y dicen que su efecto es bastante
prolongado. Pero todo eso son rumores, por supuesto. Si pudieras encontrar una
medicina que curara todo y repeliera todo el veneno sólo una vez en la vida, entonces
podrías morir feliz".

Fang Cheng había pasado toda su vida como farmacéutico, así que cuando se
trataba de hablar de medicina, lo hacía con mucha seriedad y no resultaba para nada
inapropiado. Pero...

Aunque Xue Xian había adivinado a grandes rasgos el significado de la "Saliva de


dragón" la noche anterior, era muy diferente a escuchar a alguien decirlo en voz alta.

Hasta el punto de que inmediatamente fue al patio a buscar a Jiang Shining y le


dijo: "¿Podemos hablar? ¿Podemos cambiar de habitación esta noche?"

Jiang Shining jadeó. "No. Una sola noche en la misma habitación que el Maestro
me enviará directamente a la otra vida. ¿No accediste a que me quedara unos días
más y pasara el cumpleaños de mi hermana con ella?"

Xue Xian dijo: "De acuerdo, entonces no cambiaremos. Pero déjame entrar en tu
habitación. No ocuparé espacio en la cama".

Jiang Shining se rio con sorna. "Shitou Zhang tendrá tanto miedo que mojará la
cama. ¿Y crees que NianQi se mantendrá cuerdo?"

Xue Xian se quedó en silencio.

"¿Has vuelto a enojar al Maestro?" Jiang Shining tuvo la sensación de que se había
convertido en la madre de todo el mundo, y ni siquiera le pagaban por ello... todo
este trasteo le estaba quitando años de vida. Oh, espera, ya no tenía años en su vida.

Con una cara inexpresiva, Xue Xian apretó los dedos, dejando un pequeño espacio
entre ellos. "Sólo un poco", dijo.

Jiang Shining pensó: Debe haberse metido en un gran problema. Definitivamente


no es "un poquito".

Mientras los dos hablaban, la puerta trasera del recinto se abrió de un empujón y
dos jóvenes vestidos con uniformes de farmacéuticos llevaron cestas de hierbas al
patio. Al ver a Jiang Shining, se quedaron paralizados y luego saludaron a la tía Chen
cuando salió de la cocina con un plato humeante. "Buenos días, tía Chen. Lo que
estás preparando huele delicioso, nos estás dando hambre a los dos. ¿Dónde están el
Joven Amo y la Joven Ama?"

"Los dos están ocupados. Guarda las cestas y lávate las manos, pronto
comeremos", respondió la tía Chen.

"Ay, se suponía que íbamos a poder volver anoche, pero nos encontramos con un
desfile de carruajes en el camino, y nos hicieron despejar el camino. Por eso nos
retrasamos una noche", dijeron los jóvenes ― servidores de la familia Fang ― a la tía
Chen mientras arreglaban las hierbas que habían recogido.

"¿Desfile de carruajes? ¿Qué desfile de carruajes?"

"Las autoridades". Ahora que los jóvenes habían empezado a hablar con más
detalle, sus tonos se volvieron misteriosos. "¿Sabes cómo informamos de la plaga en
el condado? La corte imperial envió un equipo para exorcizar la plaga. Ya deben estar
en la ciudad. ¿Adivinas a quiénes enviaron?"

"¿Exorcistas?" La tía Chen repitió. "Entonces debe ser..."

El sirviente agitó la mano. "Dicen que los funcionarios que envió el emperador
dependen directamente del Gran Sacerdote. Hay tantos tipos de funcionarios que no
puedo recordar cómo se llaman todos, pero estos son los que siguen al Gran
Sacerdote todos los días... definitivamente saben cómo es."
Capítulo 58: Hilo de Hueso (III)

Un largo desfile de carruajes tirados por caballos trotaba por la carretera principal
del condado de Qingping. Los hombres que tripulaban el carruaje iban vestidos de
forma inusual. Sus túnicas eran anchas, con grandes mangas, y en la parte delantera
y trasera de cada una de ellas había bordada una feroz cabeza de bestia, lo cual era
normal. Pero sus túnicas eran completamente blancas y se ondulaban suavemente
con el movimiento de los caballos, de modo que parecía que llevaban nubes, creando
una hermosa mezcla entre agresividad y elegancia.

Si se fijan únicamente en las ropas, es imposible saber la edad de los que iban en
los caballos. Parecían haber pasado por muchos años de entrenamiento físico, por lo
que sus gestos eran comedidos y rígidos. En cuanto a sus rostros... cada uno de ellos
llevaba una extraña máscara con forma de cara de bestia, y era imposible ver su
aspecto.

Había docenas de ellos en el carruaje, quizás un centenar. Formaban dos filas de


caballos, con una hilera de tres carruajes en medio cuyas ventanas estaban cerradas.
Cada carruaje llevaba dos banderas en su costado ― un total de seis ― que
representaban un complejo diseño sobre un campo negro como la tinta. Al principio,
el diseño era imposible de distinguir, y sólo bajo la luz del sol se podían empezar a
distinguir los contornos. Sobre ese campo negro había dos grandes caracteres
caligrafiados que parecían un dragón contorsionado y una serpiente retorcida:
Taichang, el Ministerio de Ceremonias.

En dinastías anteriores, el Taichang había controlado todos los fantasmas y dioses


del cielo y de la tierra; mantenía el equilibrio entre el yin y el yang; dentro del
Taichang, el ministro y los Viceministros de Ceremonias eran responsables de todo.
Desde que el Gran Sacerdote había obtenido el poder sobre el Taichang, las funciones
de los viceministros se habían limitado enormemente, e incluso el ministro se había
convertido en el lugarteniente del Gran Sacerdote. Y como el Gran Sacerdote era
extremadamente viejo, ya había sido servido por varios lugartenientes.

Ahora, sobre todo en las dos últimas generaciones, la totalidad de los Taichang,
desde el ministro y los viceministros, pasando por Taizhu y Taipu, hasta Changzi y
más, estaban todos íntimamente unidos al Gran Sacerdote y se desconocía su origen.
Se sospechaba que todos eran sus discípulos.

Cuando el desfile de carruajes llegó a una bifurcación, se dividieron en dos grupos,


con dos docenas de hombres que se desviaron hacia la cabecera del condado de
Qingping junto con uno de los carruajes ― eran el equipo al que se le había ordenado
exorcizar la plaga. El resto del grupo, unas ciento veinte personas, tomaron un
sinuoso camino de montaña. Los dos jinetes que iban al frente del grupo llevaban
colgantes de monedas de cobre brillantes en las caderas, y también llevaban tejas de
jade con borlas.

Las tallas de los azulejos de jade eran diferentes para cada jinete: el de la
izquierda tenía una tortuga, sobre la que se alzaba un pájaro con largas plumas, y
ambos animales estaban circunscritos dentro de dos caracteres rizados: Taipu. Y el de
la izquierda tenía la cara alargada de una bestia, sobre cuya cabeza colgaba una
pequeña campana de ocho lados, y ambas tallas estaban también circunscritas por
dos caracteres ― Taizhu.

Tanto la Taipu como el Taizhu trabajaban en el Ministerio de Ceremonias. La Taipu


se encargaba de adivinar la suerte y navegar por el yin y el yang, mientras que el
Taizhu realizaba sacrificios y exorcismos.

Cuando el tren salió del camino de la montaña, el líder que llevaba el azulejo de
Taipu hizo un gesto con la mano, y todo el desfile se detuvo obedientemente.

El Taizhu se volvió hacia él, con los ojos llenos de perplejidad brillando detrás de su
máscara, y preguntó: "¿Qué pasa?".

El tono era profundo y serio, pero la voz era más bien juvenil, como la de un joven
de poco más de veinte años.

"Permítame confirmar la dirección de nuevo", dijo la Taipu ― la voz era la de una


mujer, igualmente joven, y contenía cierta agilidad dentro de esa capa externa de
calidez y brillo.

Mientras hablaba, se quitó la máscara de bestia que llevaba, revelando un rostro


agradable. Sólo por su rostro, parecía aún más joven de lo que su voz sugería, quizás
sólo diecisiete o dieciocho años. Por suerte, tenía unas cejas elegantes y un par de
ojos profundos como lagos, lo que ayudaba a cimentar su aura y hacerla parecer
tranquila y estable.

La posición de Taipu era única: tanto si se practicaba la adivinación como si se


descifraban los sueños, todo tenía que ver con el talento innato, por lo que para llegar
a ser un Taipu sólo había que ser una persona muy hábil y afortunada ― no
importaba si se era hombre o mujer. Dado que las mujeres eran más sensibles a
estas áreas, las últimas generaciones de Taipu habían incluido a varias mujeres.
El Taizhu asintió con la cabeza y dijo: "Es cierto. Después de todo, se trata de
grandes desastres. Si nos equivocamos, seguramente seremos castigados cuando
regresemos a la capital". Mientras hablaba, señaló ansiosamente con el dedo hacia
arriba y añadió: "Esa persona no estará contenta".

La Taipu lo miró, y luego observó las capas de nubes en el cielo. "El Gran Sacerdote
siempre ha sido justo y equitativo. Sus castigos son perspicaces y nunca dependen de
su estado de ánimo. Además, no podremos verle en absoluto cuando volvamos. Lo
estás pensando demasiado..."

"Oiga, señora, sólo estaba diciendo. ¿Puede dejar de ser tan seria?", espetó el
Taizhu.

"No".

La Taipu lanzó su respuesta con despreocupación, mientras metía la mano en el


bolsillo y extraía un nudo de hierba, un caparazón de tortuga y una hoja de papel con
olor a bambú. Desplegó con cuidado el papel, en el que las primeras líneas de
escritura estaban secas y tenues, y estaba claro que habían sido escritas hacía
tiempo. Había muy pocas palabras y el contenido era sencillo y directo. En el lugar del
papel donde el remitente debía identificarse, había un sello rojo con dos simples
caracteres: Tongdeng.

Confirmó el lugar escrito en el papel y lo volvió a doblar con cuidado. Acomodó el


nudo de hierba y el caparazón de tortuga en la palma de la mano y dijo: "Sean
discretos de palabra y de obra, y sobre todo no hablen mal del Gran Sacerdote en mi
presencia. De lo contrario, podría enfadarme".

El Taizhu sacudió la cabeza, exasperado. "Ya estás otra vez acusándome de todo
tipo de tonterías. Nunca me atrevería a hablar mal".

Aunque era comúnmente conocido que los funcionarios del Taichang eran de origen
misterioso, todavía había algunas distinciones.

Por ejemplo, los dos jinetes del frente - hace diez años, ambos habían sido
reclutados por el Gran Sacerdote y habían sido educados en el Taichang. Poco a poco
habían crecido y escalado los rangos desde Changzi a Changshi, hasta sus posiciones
actuales. Aunque habían tenido casi las mismas experiencias y tenían la misma edad,
el Taizhu temía al Gran Sacerdote más de lo que lo respetaba... y la Taipu respetaba
al Gran Sacerdote más de lo que lo temía...

La Taipu se concentró en su adivinación e ignoró a la Taizhu.


Después de un tiempo, la Taipu miró el nudo de hierba que tenía en la mano y
luego miró al horizonte. "Yi", murmuró.

"¿Yi qué? ¿Estamos perdidos?", preguntó el Taizhu.

La Taipu frunció suavemente sus elegantes cejas y se quedó pensativa.


Finalmente, murmuró: "He adivinado... pero no debería ser así".

"Siempre hablas a trozos. Dilo bien. ¿Qué has adivinado?" El Taizhu siguió su
mirada y miró también al horizonte, pero aparte de las nubes oscuras, no vio nada.
Luego miró el nudo de hierba que tenía en la mano, y aparte de que el nudo parecía
bastante desgastado, tampoco vio nada peculiar.

"Nada. Acabo de adivinar que hay alguien en el condado de Qingping que no


debería estar. Pero es imposible...", explicó la Taipu, y luego sacudió la cabeza. "No
importa. En cualquier caso, era sólo una aproximación. Debo estar equivocado. Pero
tenemos asuntos serios que tratar. He confirmado la ubicación: seguiremos por este
camino hacia el suroeste".

"¿Dónde descansamos esta noche?"

La Taipu miró de nuevo al Taizhu y dijo: "¿Ves esa montaña que parece un cubo de
basura? Ahí es donde nos dirigimos".

El Taizhu levantó el puño para enviar una señal al resto del tren y pateó sus
estribos. "Vamos".

Mientras tanto, en el recinto de la familia Fang, el grupo discutía algo diferente...

Su discusión fue provocada por Jiang Shining al entrar a tratar a los tres mendigos
con peste. Al ver que sus fiebres estaban remitiendo, también se dio cuenta de que
uno de los niños mendigos que parecía un mono flaco era en realidad una niña.

"Esto es desafortunado..." Jiang Shining levantó la mano para señalar el lado


izquierdo de su cara y dijo: "Los sarpullidos de los otros dos se detienen todos junto
al cuello, pero esa niña tiene una enorme mancha en la cara. Los sarpullidos no sólo
sangran, sino que se gangrenan. Tenemos que limpiar la carne ya podrida, y cuando
se recupere, la cara de esa niña..."
El grupo ya conocía las asquerosas erupciones, y había visto el aspecto tan frágil
de la niña. Naturalmente, podían imaginar la inmensa cicatriz que asolaría la cara de
la niña una vez curada: la mitad de su rostro quedaría arruinado. La niña era todavía
muy joven. Si su cara estaba arruinada ahora, ¿qué haría después?

La familia Jiang era muy exigente. Aunque el mendigo era un completo


desconocido, Jiang Shijing se preocupó mucho por esta niña.

Xue Xian había pasado con su silla de ruedas por delante de ellos, pero, al oír las
palabras de Jiang Shijing, se detuvo.

Lo único que determinaba si Xue Xian estaba interesado o no en hacer algo era su
estado de ánimo. La tía Chen era un verdadero talento, y el festín que le había
preparado esa mañana había sido excelente. Y una vez que comía hasta saciarse,
estaba de buen humor, e incluso podía olvidarse un poco de lo que le agobiaba, hasta
el punto de que cuando Xuanmin salió por la puerta y se acercó a él, apenas se dio
cuenta.

Xue Xian odiaba comer y beber gratis, pero darles cuentas de oro sería tratar la
casa de los Fang como una posada. Mientras reflexionaba sobre cómo saldar su deuda
con los Fang, había oído a Jiang Shijing preocuparse y había tenido una idea.

"Tengo una solución para la cara de la niña", dijo Xue Xian.

Atónitos, el grupo se volvió hacia él. "¿Qué solución?"

Si podía hacer un cuerpo de papel para Jiang Shining, por supuesto que podía
ayudar a hacer una nueva prótesis para la cara de la niña. Sin embargo...

"No puedo crear carne mágica de la nada para ella. Tiene que haber alguna forma
de intercambio con otro objeto material", explicó Xue Xian.

Jiang Shijing no era estúpido, y Jiang Shining lo había experimentado todo antes,
así que podía ofrecer consejo. El grupo debatió rápidamente la cuestión: "Alguna
forma de intercambio... para hacer en la cara de alguien... ¿Qué tal una máscara?"

Shitou Zhang, que todavía estaba desayunando, levantó la mano con entusiasmo.
"¡Yo puedo ayudar! Puedo tallar una hermosa y extravagante máscara".

Oh, ¡que le den!

Xue Xian fulminó con la mirada a Shitou Zhang. "Parece que ni siquiera comer te
hará callar. ¿Has visto alguna vez a alguien con la cara tallada llena de diseños?"

En silencio, Shitou Zhang volvió a comer.

"Me refiero a las máscaras Yirong", explicó Jiang Shining, riéndose. "Del tipo que
puedes usar para reemplazar completamente tu cara. Pero una máscara sigue siendo
sólo una máscara, y todavía te necesitamos..."

Miró a Xue Xian.

Xue Xian asintió. "Eso es también lo que quiero decir".

"Pero..." Jiang Shining preguntó incómodo. "¿Quién podría hacer uno?"

Shitou Zhang se apresuró a dejar de nuevo su cuenco. "Yo puedo".

"¿De verdad? Pero ¿no eres cantero¹?" Preguntó Xue Xian con escepticismo.

"Muchas de esas habilidades son transferibles", dijo Shitou Zhang, señalándose a sí


mismo. "He visto a otros hacerlas antes. Además, soy extremadamente ágil con los
dedos. Estoy seguro de que puedo hacer uno adecuado".

Era divertidísimo ver a un hombrecillo corpulento y calvo hablar de sus propios


dedos ágiles con tanto orgullo. Pero, efectivamente, nadie más en la mesa era tan
ágil como él, y ninguno había observado la elaboración de una máscara de yirong. Así
que la tarea recayó en él.

Shitou Zhang no se demoró: inmediatamente enumeró los materiales que


necesitaba y luego fue a lavarse bien las manos.

Mientras tanto, los demás tampoco se quedaron de brazos cruzados. Desde que se
había despertado por la mañana, NianQi se había escondido en un rincón del patio,
sosteniendo en una mano la tela negra que había servido para vendar los ojos a
Shitou Zhang y utilizando el manojo de palos en la otra para trazar marcas en el
suelo. Cuando terminara su hechizo, estudiaría las marcas y luego reajustaría todo...

Shitou Zhang no había pedido muchos materiales, y afortunadamente el recinto de


Fang Cheng estaba lleno de materias primas, especialmente las relacionadas con la
medicina. Pero el ingrediente más singular parecía haber sido preparado con mucha
antelación.
"¿Qué más necesitamos?" preguntó Jiang Shining.

Shitou Zhang se aclaró la garganta y murmuró: "Pegamento X".

"¿Qué pegamento?" Xue Xian se giró de repente.

Con una cara llena de resignación, Shitou Zhang suspiró y repitió: "Pegamento de
dragón".

"¿Qué demonios es el pegamento de dragón?".

"Es un pegamento hecho de piel de dragón". Shitou Zhang sintió que había firmado
su sello de muerte con esas palabras. Deseó poder abofetear su propia boca. Se
ofreció como voluntario para una tarea, y míralo ahora. Está logrando que lo maten.

La expresión de Xue Xian se volvió oscura. "¿Qué demonios? ¿Quién está haciendo
pegamento con piel de dragón? ¡Arrástralo y enséñamelo!"

"No es... eso... eso es sólo por cómo se llama", explicó rápidamente Stone Zhang.
"Ya sabes que siempre que hay algún objeto nuevo y extraño, a la gente se le
ocurren nombres misteriosos y poderosos. Les gusta nombrar las cosas con la palabra
dragón, pero normalmente no tienen nada que ver con ellos. Ese pegamento viene de
los comerciantes occidentales. Está hecho de piel de animal..."

Pero Xue Xian seguía furioso. Dio un golpe en la mesa y gritó: "¿Por qué necesitas
un pegamento misterioso? Ve a buscar piel de cerdo".

"De acuerdo", dijo Shitou Zhang. Hizo lo que le dijeron.

Justo cuando Xue Xian terminó de rugir de rabia, se giró para ver a Xuanmin
detrás de él. Sus miradas se cruzaron, y entonces Xue Xian hizo girar rápidamente su
silla, escapando.

Xuanmin le vio marcharse.

En realidad, el pegamento para cerdos era perfectamente adecuado, sólo había


que tener cuidado al sacarlo de la olla, ya que hacerlo demasiado pronto o demasiado
tarde lo arruinaría.

Shitou Zhang, de guardia junto a la olla, decidió que ya había pasado suficiente
tiempo. Justo cuando se disponía a apagar el fuego, una mano salió disparada para
detenerlo.

Sólo necesitó ver esa manga blanca como la nieve para saber de quién se trataba.
Llenó su voz de respeto y dijo con deferencia: "Maestro".

Xuanmin no desperdició sus palabras. Miró la olla y dijo: "Déjalo hervir un poco
más".

Shitou Zhang se quedó atónito. "Maestro, ¿también sabe hacer estas máscaras?".

──────────

¹ Un cantero es una persona que tiene como oficio trabajar la piedra para la
construcción. A menudo quedaron agrupados en la misma cofradía profesional que
los maestros de casas. Algunos canteros hacían trabajos de escultura.
Capítulo 59: Hilo de Huesos (IV)

Pero tan pronto como las palabras salieron de su boca, Shitou Zhang se arrepintió
de ellas. Sintió que Xuanmin vacilaba, y las cejas del monje se fruncieron
ligeramente.

Shitou Zhang no sabía qué decir. Era sólo una pregunta casual. No hace falta que
lo piense tanto, Giró lentamente la cabeza e intercambió miradas con Jiang Shining,
que también estaba de pie junto a la estufa, y dijo en voz alta: "¿Qué hago? Estoy
muy asustado."

Jiang Shining le lanzó una mirada. Tú te lo has buscado.

Cuando Shitou Zhang se volvió hacia la olla, Xuanmin había vuelto a poner la
mano en su sitio y fruncía el ceño contemplando el bote de pegamento. Su prístina
túnica blanca, sin una mota de polvo, contrastaba dramáticamente con el vapor y la
grasa de los fogones de la cocina, de modo que, al ponerse de pie, hasta la llama
parecía retroceder con timidez.

Shitou Zhang no podía empezar a entender lo que Xuanmin estaba reflexionando,


pero por la mirada del monje, no parecía ser algo feliz. Así que no se atrevió a
molestar al monje pidiéndole amablemente que saliera de la cocina. Todo lo que él y
Jiang Shining podían hacer era mirar y esperar.

Afortunadamente, aunque Xuanmin era socialmente inepto, estaba muy por


encima de gente como Xue Xian, a quien le encantaba crear problemas. Cuando el
pegamento de la olla empezó a borbotear, Xuanmin pareció volver a sus cabales.
Echó un último vistazo a la olla y dijo: "El calor es demasiado débil".

Luego salió de la cocina a grandes zancadas, sin ni siquiera mirar hacia atrás para
ver a Shitou Zhang y a Jiang Shining en el interior.

La túnica blanca como la nieve pasó por el marco de la puerta y luego desapareció
sin dejar rastro.

Shitou Zhang dejó escapar su aliento. "Oh, gracias a Dios. Soy demasiado viejo
para sustos como éste. Creía que el corazón se me iba a salir del pecho..."

Jiang Shining también suspiró, y sin decir nada empezó a añadir heno seco en la
estufa.

"Pero el Maestro es realmente poderoso. ¿Cómo lo sabe todo?" Añadió Shitou


Zhang, desconcertado. "Como esta cosa..." Frunció los labios en dirección a la olla.
"Como esta máscara. Nadie en nuestra zona trabaja con ellas. Una vez, un mecenas
me llevó a Liangzhou, y así fue como conocí el proceso. Esa ciudad está cerca de un
paso de montaña estratégico, y es un lugar peligroso para vivir. Para protegerse,
algunas personas aprenden a hacer esas cosas. Con este tipo de cosas, es necesario
tener una gran experiencia en su haber. Y si me permite... El Maestro es
terriblemente joven. Aunque es poderoso, a esta edad, sólo hay una cantidad limitada
de cosas que podría haber visto y lugares en los que podría haber estado. ¿Cuánta
experiencia podría tener?"

En realidad, incluso Jiang Shining tenía a veces sus dudas: siempre tenía la
sensación de que los conocimientos y la estabilidad que Xuanmin demostraba
superaban con creces la sabiduría de sus años...

Como hombre de mediana edad, Shitou Zhang tenía pocas aficiones, pero cotillear
y especular sobre la gente era una de ellas ― y además se le daba muy bien. Se
asomó al patio y bajó la voz. "Y mira al señor Xue... Cuando está con el Maestro, a
veces parece que es el secundario. Hoy he tenido la sensación de que seguía al
Maestro. Piensa en ello. ¿Un chico de veintitantos años, domando un dragón? Es un
dragón vivo de verdad ― ¡debe tener un millón de años!"

Esa boca realmente no dejaba de hablar -- Shitou Zhang era como un gorrión
desplumado con ocho bocas adicionales unidas a él. No pudo evitar añadir: "Claro...
¿Qué edad tiene el señor Xue?"

Jiang Shining se palmeó las pobres y gastadas orejas y espetó: "¿Cómo voy a
saberlo?".

Aunque Shitou Zhang no sabía por qué Xuanmin sabría hacer máscaras de yirong,
hizo exactamente lo que el monje le había indicado y calentó más la llama, luego
esperó un poco más.

Finalmente, retiró el pegamento del fuego y llevó un cuenco caliente y humeante al


patio, dejándolo caer sobre la mesa con un ruido seco. Pellizcándose la oreja, dio un
salto y dijo: "Bien, ¿dónde están los demás materiales?".

Fang Cheng reunió los ingredientes que habían recogido y los colocó sobre la
mesa. Ya había cortado lo que había que cortar, y exprimido lo que había que
exprimir: los pequeños platos de materiales estaban dispuestos inmaculadamente
sobre la mesa, como una comida.
Shitou Zhang no se demoró y comenzó a hacer la máscara.

Los demás sentían una gran curiosidad, pero, sabiendo que se trataba de un
proceso fino y no queriendo molestar a Shitou Zhang, se mantuvieron lo más lejos
posible y no se atrevieron a hacer ninguna pregunta, sólo se quedaron mirando.

Xue Xian también encontró todo esto bastante interesante. Había oído hablar de
las llamadas máscaras de piel humana, pero nunca había visto hacer una. Pero debido
a ciertas cosas en su mente que no deseaba expresar, no podía quedarse quieto...

Cada vez que veía a Xuanmin, giraba su silla de ruedas en la otra dirección y
escapaba. A veces era para hablar con las gemelas de la tienda de enfrente, y otras
para molestar a los mendigos. Mientras se escondía, aterrorizado, de Xuanmin,
refunfuñaba para sí mismo: "¡Sólo quiero sentarme y ver cómo Shitou Zhang hace la
máscara! ¿Es mucho pedir?

Debido a todo esto, naturalmente no llegó a ver el proceso completo detrás de la


máscara. Cuando dio la vuelta al recinto y finalmente regresó, Shitou Zhang ya había
terminado la mitad, sólo le faltaba el yeso. La pequeña mendiga seguía tumbada en la
cama, con la cara destrozada por la erupción, y no era el momento de intentar
tocarla.

Era ahora cuando Shitou Zhang podía mostrar realmente su habilidad. Entró en la
habitación y estudió la mitad buena de la cara de la chica durante algún tiempo,
memorizando cada detalle. A continuación, pasó a la mitad dañada y la estudió
también, comparando las dos caras.

Cuando salió, parecía saber exactamente lo que tenía que hacer: inmediatamente
cogió el material de yeso y empezó a tallar...

Esta fue la parte más dura y larga del proceso.

Sólo después de muchas horas, Shitou Zhang presentó finalmente a los


espectadores su producto. Pero el producto era diferente de lo que Xue Xian había
esperado: pensó que la máscara sería una cara completa, pero en realidad eran dos
piezas separadas, una ligeramente más gruesa y cóncava, y la otra era tan fina como
el ala de una cigarra.

"¿Por qué son dos piezas?" Xue Xian no pudo evitar preguntar mientras su silla de
ruedas se detenía.
Shitou Zhang explicó: "Cuando se trata de hacer este tipo de máscaras, el enfoque
es añadir, no quitar. Por ejemplo, se pueden engordar las partes más delgadas, y
levantar el puente de la nariz de alguien... A la niña le faltan trozos de carne en la
cara, y las dos partes no están equilibradas: hay que equilibrarlas. Esta parte gruesa
es para rellenar los huecos causados por la erupción, y la fina es para unir la parte
gruesa al resto de su cara. Esta última parte es como una segunda piel sobre la
máscara".

Mientras Xue Xian le escuchaba hablar, se quedó mirando las dos máscaras que
tenía en la mano. Todos los colores habían sido añadidos con precisión por Shitou
Zhang, de modo que, desde lejos, las máscaras parecían exactamente la piel humana
real...

Espera...

Piel humana real...

Xue Xian giró la cabeza e inmediatamente se puso al lado de Xuanmin. Tiró de la


manga de Xuanmin, haciendo que el monje bajara a la altura de su silla, y dijo:
"Burro calvo, mira lo que sostiene Shitou Zhang. ¿Se parece a tus recuerdos de la
Aldea Wen? Dijiste que en tus recuerdos de juventud había dos imágenes en las que
sostenías una piel humana. ¿Podría ser esto?"

Aunque era una pregunta, estaba casi seguro de que tenía razón. En efecto, ¿cómo
podía un adolescente, especialmente un adolescente con una personalidad como la de
Xuanmin, acabar sosteniendo en sus manos la piel desollada de alguien? Odiaba tocar
incluso una gota de sangre... ¿tocaría la piel humana?

Pero podría tocar máscaras de piel humana...

Mientras pensaba esto, Xue Xian se dio cuenta de repente de que Xuanmin aún no
le había contestado. Cuando levantó la vista, vio que Xuanmin también lo miraba, y
no pudo descifrar si la cara del monje era de felicidad o de infelicidad: parecía tan frío
y distante como de costumbre, pero de alguna manera diferente.

Pero Xue Xian no podía decir hasta qué punto era diferente. Sólo sabía que,
después de que le miraran así durante un rato, empezaba a sentirse culpable y
deseaba poder volver a rodar su silla de ruedas.

"¿Ya no huyes?" Dijo finalmente Xuanmin. Su tono era un poco... agresivo.


Ahora estaba haciendo que Xue Xian pareciera un cobarde. Xue Xian estaba
irritado, pero cuando respondió, fue para retroceder en el tema: "¿Así que realmente
tenías máscaras de piel humana? A esa edad, ¿harías máscaras de yirong en lugar de
copiar obedientemente tus sutras?"

"No lo recuerdo", respondió Xuanmin.

El hecho de que no negara la primera parte significaba que reconocía la conjetura


de Xue Xian: él también pensaba ahora que los objetos que había estado sosteniendo
en el recuerdo eran partes de máscaras o máscaras enteras. Pero ¿qué haría un niño
de trece o catorce años con eso?

Xue Xian entornó los ojos y empezó a reflexionar, y mientras lo hacía, sintió que la
manga que había estado agarrando entre los dedos se le escapaba, seguida de una
mano que llegaba a pellizcarle la barbilla, moviéndola de nuevo hacia Shitou Zhang
antes de soltarla de nuevo.

A su lado, la voz de Xuanmin dijo: "Primero, cumple lo que acordaste hacer".

Asustado, Xue Xian se tocó distraídamente la barbilla donde Xuanmin le había


pellizcado. Cuando se volvió, el monje estaba volviendo a su habitación a grandes
zancadas, sin intención de quedarse en el patio. Y Xue Xian no estaba seguro de si
era sólo él, pero...

El burro calvo parecía... ¿infeliz?

Ahora que tenía un objeto de intercambio de aspecto similar, Xue Xian colocó sin
esfuerzo un hechizo en las dos mitades de la máscara. Jiang Shijing obedeció las
instrucciones de Xue Xian y probó la máscara en el dorso de su mano: en cuanto la
máscara entró en contacto con su piel, parecía exactamente una cara que salía de su
mano. Los colores y las arrugas eran perfectamente exactos, incluso las pequeñas
imperfecciones de la cara de la niña se habían reproducido fielmente.

"Simplemente dale esto a la niña cuando se despierte. Deberías esperar a que sus
cicatrices se hayan curado, o si no le importa el dolor, entonces no hay problema.
Pónselo en la cara y funcionará bien. Mientras esté vivo, el objeto hará su magia",
dijo.

En ese momento, Xingzi, que había anhelado su atención durante todo el día, se
animó y sus grandes ojos volvieron a mirarlo. Incluso la tía Chen no pudo evitar
mirarle de vez en cuando y medio bromear: "Joven maestro Xue, ¿crees que podrías
hacerme una mejora? ¿Qué tal si me haces veinte años más joven?".

El tío Chen desvió la mirada y llevó a la tía Chen lejos para no dejar que se
avergonzara más.

Aunque la familia Fang era un grupo animado, todos parecían estar de acuerdo
tácitamente en cerrar la boca. Habían sido testigos de cómo Xue Xian realizaba una
magia poderosa, pero ni uno solo de ellos trató de preguntarle al respecto.

Mientras el grupo recogía los platitos de la mesa, NianQi, que había estado
acurrucado en un rincón todo el día, de repente saludó maniáticamente a Xue Xian.

"¿Qué pasa? ¿Avanzaste?" preguntó Xue Xian.

NianQi asintió y dijo: "No soy tan bueno como ShiJiu. No puedo adivinar con
precisión, pero puedo decir que, al menos durante el periodo que va desde anoche
hasta esta mañana, la persona que tocó esta venda negra seguía en el lugar que
adiviné. Si seguirá ahí esta noche o no, no puedo asegurarlo".

"No te preocupes. Vamos a echar un vistazo primero. Si podemos capturarlo, sería


lo ideal, pero si no, sabremos que no puede estar lejos, y seguramente habrá dejado
algún tipo de pista." Xue Xian le meneó la barbilla y preguntó: "Dinos... dónde está".

NianQi dijo: "Una montaña que parece un recogedor".

"¿Parece un recogedor?" Xue Xian no conocía la zona.

"¡Oh, la montaña Dustpan!" Xingzi, que había estado observándolos en silencio,


dijo de repente. "¡Lo sé, lo sé! Mira... sí caminas recto en esa dirección, y tomas el
camino del suroeste una vez que sales del pueblo, está justo detrás del bosque".

Viendo que el mediodía estaba a punto de llegarles, Xue Xian no quiso retrasarse.
Dio una palmada en el reposabrazos, indicando que quería ponerse en marcha. Por lo
que había dicho Xingzi, no parecía que tardaran mucho en llegar.

"Debemos estar casi allí. Está justo detrás del bosque". Mientras tanto, al final del
camino de la montaña del suroeste, el líder del tren del Ministerio de Ceremonias,
Taizhu, levantó la cabeza y miró la montaña que tenía delante, y dijo.
~~~~

De Aquí al 80 jsjsjs, quedan en manos de la traducción de Ka.

Be se despide y vuelve a saludarlas en el 81 xd [Ondea, Ondea, Adiós~]


Capítulo 60: Hilos de Huesos (V)

La Montaña Boji fue fiel a su nombre. La montaña estaba escondida detrás de un


bosque salvaje, cerca de un pueblo que estaba cerca de la frontera del condado de
Qingping. El lado de la montaña que daba al sol estaba cubierto de arrozales y se veía
puro y fresco a la luz del día, medio escondido por una fina nube de vapor de agua.

Pero la razón por la que se llamaba Montaña Boji era porque el lado que no daba al
sol contenía un gran trozo de tierra cóncava. La parte cóncava siempre estaba
envuelta en una niebla tan espesa que alguien que estuviera al pie de la montaña
mirando hacia arriba no sería capaz de trazar los contornos de la sección hundida. De
vez en cuando, alguien se resbalaba y caía, o un curioso iba a explorar, pero nadie
volvía.

Así, había muchos rumores locales sobre la Montaña Boji. Algunos decían que tanta
gente había muerto en la parte hundida que la zona era un cementerio salvaje lleno
de huesos blancos; otros decían que la gente vivía allí, que a veces podían oír sus
voces, incluyendo el escalofriante llanto de un bebé - no sabían si eran fantasmas o
humanos.

Había todo tipo de rumores que iban desde lo mundano a lo ridículo, pero no se
pudo probar ni uno solo de ellos.

En los primeros diez años después de que se creara la parte cóncava, había
quienes tenían un deseo de morir, pero parecía que ya se habían extinguido. Incluso
los rumores comenzaron a desvanecerse, y poca gente hablaba de ello ahora, así que
los jóvenes sólo sabían que la Montaña Boji existía y que no debían ir allí - aunque
nunca se les dijo por qué.

Los funcionarios del Ministerio de Ceremonias se adelantaron trotando, evitando el


pequeño pueblo bañado por el sol y los arrozales y dirigiéndose directamente al lado
oscuro. En poco tiempo, pudieron ver ese parche de niebla en la Montaña Boji.

El Taizhu levantó su mano de nuevo, deteniendo a los jinetes detrás de él, y luego
se volvió y dijo, "Señora, ¿cuál de estos dos caminos tomamos?"

Delante de ellos, uno de los caminos rodeaba la parte hundida y se dirigía a la


ladera de la montaña, mientras que el otro estaba totalmente oculto por la niebla.

La niebla era húmeda, fría y emitía una fuerte energía yin. También tenía un débil
y persistente olor a madera... o quizás era el olor de la medicina. En última instancia,
el olor parecía definitivamente ser de veneno.
La Taipu ya había comprobado sus registros varias veces durante el viaje, pero
ahora frunció el ceño al caparazón de la tortuga otra vez y finalmente señaló la
niebla: "Sí. Aquí."

El Taizhu suspiró, y luego le dijo al tren que iba detrás de él: "Asegurémonos de
cubrirnos todos la cara... y los ojos".

De hecho, todos eran humanos, con cuerpos frágiles... nadie sería demasiado
imprudente en una situación poco clara.

Al escuchar la orden de Taizhu, cada uno de los jinetes del desfile sacó una
pequeña bolsa de algodón de sus bolsillos del pecho y sacó una pequeña bolita de
antídoto, que ingirió. Luego sacaron una bolsa de perfume primitivo de aspecto
similar y la insertaron en sus máscaras, debajo de sus fosas nasales.

La Taipu metió la mano en las bolsas que llevaba su caballo y sacó una campana
en forma de media luna, que estaba tallada en un lado con la imagen de una pequeña
campana de ocho lados.

Luego sacó una pila de papeles talismán doblados y extrajo uno de ellos. Lo arrojó
a la niebla y tocó la campana tres veces, luego pateó sus estribos. El caballo comenzó
a trotar de nuevo, siguiendo el sonido de la campana en la espesa y densa niebla.

Mientras el Taipu iba primero y el Taizhu le seguía, el desfile de carruajes entero


cayó en línea de dos filas a una sola mientras se metían en la niebla.

La niebla era un blanco y enfermizo esmalte a través del cual no podían ver nada,
incluso los caballos debajo de ellos se convirtieron en fantasmas sin cabeza, la
repentina ceguera era desconcertante.

Pero los Taipu mantenían una expresión tranquila. Con sus cejas ligeramente
arrugadas, se concentró en mantener el mismo ritmo -- cinco pasos para un anillo --
y condujo el largo y delgado tren a las profundidades de la montaña. A mitad de
camino, había un joven jinete cerca de la parte trasera del tren que nunca había
experimentado tal cosa y comenzó a entrar en pánico en la niebla.

Cuando uno entra en pánico, pierde el control de su respiración. Cuando el joven


oficial entró en la niebla, inadvertidamente jadeó de miedo, atrayendo niebla
directamente a su nariz.
Antes de dar tres pasos más, se oyó un ruido de golpeteo cuando el oficial se
deslizó de su caballo y se tiró al suelo, donde se agarró salvajemente a la garganta,
jadeando para respirar. Los que estaban detrás de él estaban impacientes: una vez
que lograron controlar su propia respiración, reprimieron su ansiedad y tiraron al
joven oficial de vuelta a su caballo.

"Mantén tus pasos firmes y tu aliento más firme -" llegó la triste y distante voz de
la Taipu, tan rala como el humo - como si estuviera hablando desde otro mundo.

A pesar de sus advertencias, siete u ocho oficiales del tren fueron víctimas de la
niebla. Empezaron a convulsionar y a escupir bocados de sangre, y luego murieron
rápidamente.

La campana en forma de media luna sonó cinco veces en rápida sucesión. Esto
significaba que los Taipu habían llegado a su destino.

Parecía que estaba justo delante de la hondonada¹ de la montaña. Extrañamente,


la hondonada se veía diferente de la forma en que se veía al pie de la montaña... la
niebla era fina aquí, tan fina como una capa de vapor de agua que se levantaba del
suelo después de un día de lluvia, y nada parecido a la aterradora y opaca cosa que
los había molestado durante todo el camino. Y dentro de esa débil capa de niebla
había un pequeño y solitario edificio hecho de bambú. Tenía alrededor de tres pisos, y
estaba exquisitamente construido.

Quizás porque había estado sumergido en la niebla durante demasiado tiempo,


pero cada uno de los delgados tablones de bambú estaba limpio y resplandecía
bastante - si no fuera por el hecho de que estaba situado dentro de esa niebla
venenosa, parecería una posada de lujo.

A la cabeza del tren, la Taipu y el Taizhu estudiaron el edificio durante un tiempo,


esperando a que los que estaban detrás de ellos entraran en fila y rodearan el
edificio. Si no fuera por sus máscaras, las caras de los oficiales probablemente
revelarían una sensación de infelicidad...

Su misión sólo era rastrear una ubicación, pero ya habían perdido varias vidas.
Cualquier otro se molestaría también.

"No pierdas la precaución. La fina niebla es venenosa también", recordó laTaipu a


los oficiales de Changzi que les rodeaban. Entonces se encontró con ojos con el
Taizhu. Los dos bajaron rápidamente de sus caballos y procedieron, con manos
practicantes, a colocar una serie de talismanes alrededor del edificio.
Mientras el hechizo hacía efecto, la fina niebla que rodeaba el edificio se alejó
repentinamente flotando, absorbida por la espesa niebla que los rodeaba, creando un
círculo de aire limpio.

Todos los oficiales se quitaron sus bolsas de perfume y se bajaron de sus caballos,
reuniéndose cerca de los dos líderes para inspeccionar el edificio.

Sabían que estaban aquí para encontrar a una persona... pero no se le dijo a los
humildes Changzi quién era. Sólo habían visto una semejanza, pero no podían decir
qué hacía la persona y por qué la buscaban. Sólo Taipu y Taizhu lo sabían.

"¿Estás seguro de que es aquí?", preguntó el Taizhu al Taipu mientras escaneaba el


edificio de nuevo.

Incluso la propia Taipu sentía que si se quería esconder a una persona aquí... era
fácil y difícil: si la niebla podía bloquear a los visitantes, entonces era un escondite
perfecto, pero si los visitantes conseguían penetrar en la niebla como lo habían
hecho, entonces no había ningún lugar a donde correr.

"Oh, bueno. Vamos a registrarlo", dijo el Taizhu mientras se giraba para dar
instrucciones al Changzi.

Pronto, los dos llevaron a cinco Changzi al edificio de bambú con el objetivo de
inspeccionar cada habitación. Los otros cien oficiales permanecieron fuera, cuidando
el fuerte.

El edificio de tres pisos era realmente pequeño... en poco tiempo, habían


terminado de registrarlo.

"¿Y bien?" Los Taizhu bajaron a toda prisa del último piso. Sostuvo un pergamino
en su mano y lo hojeó, buscando pistas, luego sacudió su cabeza y lo arrojó sobre
una mesa cercana.

El Taipu estaba de pie en el primer piso, mirando fijamente a una prístina sala de
estar. Dijo, "Nada en absoluto".

El Taizhu cruzó los brazos y miró de nuevo a su alrededor, y finalmente dijo,


"Señora, no digo que sus adivinaciones estuvieran equivocadas... pero, tal vez nos
perdimos una pista en algún lugar, y eso afectó los resultados..."
Con la situación tal como estaba, la Taipu no se ofendió por la pregunta. Se sentó
junto a la mesa y golpeó el nudo de hierba y el caparazón de la tortuga en su
superficie, estudiándolos cuidadosamente.

"¿Quieres... probar con otro caparazón?" preguntó el Taizhu.

La Taipu agitó la cabeza. "No. No puedo quemar un caparazón por el mismo asunto
dos veces en un día. Déjame buscar más."

Pero pronto, soltó un exclamatorio "¡Yi!"

"¿Qué pasa?" preguntó el Taizhu.

"Nada. Es la persona que mencioné antes", respondió la Taipu. "Cuando estaba


adivinando, resulta que estaban en el pueblo cercano, y ahora se han metido en las
marcas de la concha."

"¿El que dijiste que no podía estar allí? ¿Quién es?" preguntó el Taizhu, confundido.

La Taipu levantó la cabeza y le miró, sus ojos negros detrás de la máscara


revelando una sensación de inquietud. "Debe ser alguna otra persona con una fecha
de nacimiento u horóscopo de vida similar. No puede ser quien creo que es. En
efecto..."

"Deja de andar con rodeos. ¿Quién? Dímelo." El Taizhu estaba a punto de explotar.

La Taipu sacó los billetes doblados de su bolsillo y le dio un golpecito al sello rojo
de la carta que decía, Tongdeng. Dijo, "El Gran Sacerdote".

"¿Quién?" El Taizhu no podía creer en sus oídos, y quería rascárselos, pero sus
manos sólo entraron en contacto con la máscara, así que no tuvo más remedio que
apartar sus manos de nuevo.

La Taipu lo miró y repitió, "El Gran Sacerdote".

"Imposible. Imposible. ¿Cómo puede ser...?" El Taizhu lloriqueó, sacudiendo la


cabeza. "El Gran Sacerdote está en el último piso del Ministerio de Ceremonias. Lo
vimos antes de salir. El anciano todavía está sellado. ¿Cómo pudo aparecer de
repente en el condado de Qingping? Usted conoce las reglas de su aislamiento tan
bien como yo. Si se va en el medio, entonces ha arruinado todo".
"Por supuesto que lo sé", dijo la Taipu. "Por eso dije que debía ser alguien similar,
y no él. Sin embargo..."

El Taizhu agitó su mano despectivamente. "No hay ningún sin embargo.


Centrémonos en el asunto que nos ocupa."

Aunque dijo esto, no pudo evitar sentir una creciente sensación de miedo.

Justo cuando la Taipu se preparaba para volver a leer su caparazón de tortuga, se


emitió un pequeño y suave sonido entre la niebla de fuera, como si algo hubiera
pisado accidentalmente una hoja de bambú.

Al mismo tiempo, como si la brisa soplara, el nudo de hierba de la mesa se movió


a una posición diferente.

Inmediatamente, los Taipu recogieron sus cosas y comenzaron a bajar las


escaleras. "Ha habido un cambio", dijo. "Debemos dejar este hueco inmediatamente.
Si nos retrasamos, ¡perderemos a la persona!"

Poco después, otro grupo de personas llegó a esa bifurcación del camino donde los
oficiales se habían detenido antes de entrar en la montaña.

"¿Adónde vamos ahora? El espeluznante camino lleno de niebla que parece que
nos va a matar, o el camino limpio y seguro?" preguntó ansiosamente un hombre
corpulento de mediana edad.

Este grupo no era otro que Xue Xian y sus compañeros.

Iba a ser el cumpleaños de Jiang Shijing dentro de dos días -- Xue Xian no había
hecho venir a Jiang Shining con ellos, para poder pasar tiempo con su hermana en
casa. En su lugar, había traído a Lu NianQi, Shitou Zhang y Xuanmin.

Lu NianQi era una brújula humana. Aunque no siempre era muy precisa, pero aún
así era muy útil para alguien tan malo con las direcciones como Xue Xian. Shitou
Zhang podía recordar al hombre que le había vendado los ojos, así que si lo
encontraban, necesitaban que el cantero lo identificara, así que él también era útil. Y
en cuanto a Xuanmin...
Si era útil o no, tenía que ser traído.

De dónde venía esa lógica, Xue Xian no estaba seguro. Probablemente estaba
acostumbrado a viajar con el monje, y temía aburrirse sin él.

Aunque algún impulso desconocido le había obligado a llevar a Xuanmin, ahora que
estaban aquí, Xue Xian comenzó a lamentarlo. Los eventos de anoche aún se
interponían entre ellos, y esta mañana, Xuanmin había estado de un humor extraño.
Además... ¿Qué había dicho Fang Cheng?

Oh, claro: los efectos de la saliva de dragón no podían desaparecer en tan poco
tiempo como uno o dos días.

Ja. Ja.

Mientras Xue Xian admitía para sí mismo que debía estar loco para llevar a
Xuanmin a la Montaña Boji, NianQi de repente señaló la niebla y le dijo a Shitou
Zhang, "¿Realmente necesitas preguntar? Por supuesto que tenemos que tomar el
camino que parece que nos va a matar".

"¿Esa niebla.... es venenosa?" balbuceó Shitou Zhang.

"Nos va a matar. Por supuesto que es venenosa", respondió NianQi.

"Entonces, ¿cómo entramos...?"

NianQi dijo: "Caminamos".

Oh, vete a la mierda.

Shitou Zhang deseaba poder simplemente huir. Lo peor fue que, aparte de un débil
olor a madera, también pensó que podía detectar el hedor a sangre en la niebla...
sangre fresca.

Sus piernas comenzaron a temblar, y se preguntó si debería empezar a llorar de


nuevo... para ver si Xue Xian se apiadaría de él.

Afortunadamente, antes de que empezara a exprimir las lágrimas, el magnánimo


Xuanmin dijo, "No hay necesidad de entrar en pánico..."

Cuando sacó un talismán, sólo su suave manierismo fue suficiente para tranquilizar
a Shitou Zhang. Xuanmin siempre fue confiable; siempre tuvo una idea; por lo que
debe saber cómo hacerlos pasar a través de esa niebla venenosa.

Shitou Zhang podía decir por el papel talismán que Xuanmin iba a usar eso para un
hechizo. Se apartó del camino para hacer espacio para el monje, e incluso apartó a
NianQi.

Pero justo cuando Xuanmin había seleccionado el papel talismán correcto, cierta
persona, que no había estado muy atenta, volvió a sus sentidos.

De repente, Xue Xian apartó la mano de Xuanmin y sonrió. "No hay necesidad de
sacar todos los obstáculos para algo tan pequeño como esto. Déjeme a mí".

Puso el reposabrazos en su silla de ruedas. Con un sonido de kacha, una enorme


ráfaga de viento se levantó y comenzó a retumbar hacia adelante con el poderío de
mil soldados.

Hu---

La niebla que había cubierto el camino durante quién sabe cuántos años fue
arrastrada por el feroz viento de Xue Xian, revelando un denso matorral de viejos
árboles hechos nudos por el aire venenoso de la hondonada de la montaña - así como
un claro camino hacia la montaña.

Xue Xian se volvió hacia Xuanmin y movió su barbilla. Aunque su cara mostraba
ese aire habitual de pereza, había algo en su expresión que parecía decir: "¿No es
esta la parte en la que me dices lo grande que soy?

Xuanmin sólo le miró y le dijo: "Se ha roto el reposabrazos". Su tono aún tenía
esa... agresividad.

Xue Xian se quejó para sí mismo, La gente que no puede leer las caras e insiste en
ser tan grosero todo el tiempo debería ser arrojada directamente al mar.

──────────

[1] Terreno que está más hondo que las zonas que lo rodean.

: boji shan: Montaña en forma de canasta. "Dustpan" en inglés.


es como canasta, recogedor, material para recoger cosas que tenga forma cóncava,
es decir, que tenga un espacio para recoger algo.
Capítulo 61: Araña de la misma edad (I)

Con la densa niebla desaparecida, todas las cosas que habían pasado desapercibidas
bajo ella se revelaron.

Xuanmin escudriñó los inconsistentes parches de hierba y dijo, "Alguien vino y se


fue".

Xue Xian se burló.

¡Obviamente! Cualquiera podría darse cuenta de eso.

Pero... ¿alguien vino?

"¿Qué persona ordinaria se atrevería a venir aquí? ¿Tienen ganas de morir?" Shitou
Zhang dijo, perplejo. Pero mientras decía esto, se dio cuenta de lo importante que
había sido la sentencia de Xuanmin. "Espera... ¿vino y se fue? ¿Se fueron, vivos?"

Venir aquí no fue definitivamente un accidente; y sobrevivir a la niebla venenosa y


volver a salir vivo significaba que no era una persona ordinaria.

"¿Podría haber otro grupo de personas buscándolo?" Shitou Zhang dijo,


chasqueando su lengua. "Este es un lugar realmente difícil de alcanzar. ¿A cuánta
gente hizo enojar este tipo? Pero si estas personas entraron y luego volvieron a salir,
significa que hicieron lo que vinieron a hacer. O lo mataron, o se lo llevaron, o nunca
estuvo aquí en primer lugar..."

No era estúpido... sólo le gustaba divagar. En ese momento, su boca había sido
suficiente para los cuatro, y había dicho lo que todos estaban pensando.

Así que Xue Xian echó un vistazo a NianQi.

Asumiendo que quería preguntar si sus adivinaciones eran correctas, o que quería
que hiciera otra adivinación, Lu NianQi comenzó a hablar, pero vio que Xue Xian miró
rápidamente hacia otro lado otra vez.

El dragón invocó otra ráfaga de viento, se inclinó hacia atrás en su silla, y comenzó
a rodar a gran velocidad por el camino. En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba a
cuatro o cinco zhangs de distancia.

Su distante voz se dirigió hacia ellos: "Vamos a ver este lugar primero. Si no está
aquí, entonces iremos a buscar al grupo de gente que acaba de salir. Los humanos
sólo tienen dos piernas, y si están en un caballo, sólo son dos piernas más. ¿A qué
velocidad podrían ir? Podría alcanzarlos aunque me echara una siesta primero".

El grupo suspiró. Siempre estaban los que podían volar, pero les encantaba
intimidar a los que sólo podían caminar.

Xue Xian se adelantó. Aparte de la maleza, no había obstáculos en el camino - la


niebla venenosa había sido probablemente la principal defensa del hombre contra los
visitantes. Así, Xue Xian pronto llegó frente a ese edificio de tres pisos dentro de la
hondonada.

Xue Xian odiaba depender de los demás, y generalmente no le debía amabilidad a


mucha gente. Xuanmin era un caso especial -nadie había hecho nunca tanto por él-
pero también era un mortal, y Xue Xian sostenía su precioso colgante, así que no le
importaba seguir adelante sin él.

Originalmente tenía la intención de tener una impresión general del hueco, e


inspeccionar todo lo que pudiera ser inspeccionado - de esa manera si había alguna
trampa adelante, podría deshacerse rápidamente de ella; igualmente, si el hombre
realmente no estaba aquí, entonces ahorraría a los mortales el esfuerzo de entrar y
salir de nuevo.

Así que mientras rodaba su silla de ruedas, pensó que se veía muy amenazador y
temible. Sin embargo...

¿Por qué este maldito edificio tenía que tener tres pisos enteros? Cada escalera
giraba de aquí para allá, y los escalones de bambú eran delgados y frágiles, y estaban
conectados de tal manera que uno tenía que usar todo su cuerpo para subirlos...

La razón por la que enumeramos tantos defectos del edificio es porque... bueno,
cierto dragón en silla de ruedas había usado el viento para empujarse hasta aquí, y
ahora tenía que usar el viento para levantarse por encima de todas esas escaleras.

Justo cuando Xue Xian se dirigió a la puerta principal, planeando registrar el local,
descubrió que la maldita puerta era muy estrecha, y su silla de ruedas era bastante
ancha. Si intentaba entrar por la fuerza, destruiría la puerta, y si la destruía, todo el
edificio probablemente se derrumbaría. No había nada que pudiera hacer...

Aparentemente, esta maldita puerta había sido construida sólo para enojarlo. ¿Qué
clase de acoso fue este?
Así que cuando Shitou Zhang, NianQi, y Xuanmin finalmente llegaron al edificio, lo
que vieron fue a Xue Xian sentado frente a la puerta con una expresión en blanco en
su cara.

"¿Qué sucede? ¿Realmente no está aquí?" preguntó Shitou Zhang, sintiendo que
Xue Xian era infeliz.

Xue Xian le miró fríamente. Sorprendido, Shitou Zhang se preguntó qué había
hecho mal, y se cubrió la boca para no hablar.

"No creo que lo haya registrado todavía..." NianQi dijo. El chico no tenía miedo.

"¿Por qué no?" Shitou Zhang preguntó estúpidamente.

Antes de que Lu NianQi pudiera responder, Xuanmin miró suavemente al dragón y


luego comenzó a subir las escaleras.

Los dos no dijeron nada más, y corrieron tras él.

Xuanmin no le había preguntado a Xue Xian por qué se quedaba quieto. El monje
entró directamente en el edificio y miró en cada habitación, luego subió esas
pequeñas y torcidas escaleras. Shitou Zhang y Lu NianQi no querían quedarse
parados, ni tampoco querían pasar el rato con Xue Xian afuera, así que simplemente
siguieron a Xuanmin arriba y abajo, y habían buscado rápidamente en cada rincón del
edificio de bambú.

Y aún así, no encontraron nada.

No importaba la sombra del hombre... sin Jiang Shining en su grupo, no había ni


rastro de un fantasma en ninguna parte del edificio.

Xue Xian miraba enfadado como el grupo caminaba arriba y abajo del edificio.

"Realmente no hay nada", murmuró Shitou Zhang.

Pero NianQi dijo decididamente, "Está aquí".

Mientras decía esto, un repentino sonido de algo golpeando contra las hojas llegó
desde el bosque, haciendo que todos se detuvieran.

"¿Quizás se estaba escondiendo en el bosque, y ahora se ha ido?" Shitou Zhang se


aventuró, mirando hacia la espesura.

Sin que la niebla bloqueara su visión, era fácil obtener una vista panorámica del
bosque, y también era fácil rastrear los orígenes del ruido. El grupo miró en esa
dirección, pero sólo vio un cuervo volando desde la copa de un árbol.

NianQi dijo, "Quizás el grupo anterior de personas pensó lo mismo que tú".

Shitou Zhang estaba aturdido. "Quieres decir que buscaron en el edificio y no


encontraron nada, y luego escucharon un sonido en el bosque, y... tal vez."

Pero luego añadió: "Haces que suene como si ese cuervo fuera mágico, y está
alejando a la gente a propósito". Shitou Zhang era un cobarde, pero eso significaba
que era muy sensible, de modo que cada vez que oía algo, investigaba a fondo todas
sus posibilidades, desenterrando todo. "Hmm... Tal vez realmente es así. Piensa en
ello. El hecho de que el pájaro pudiera sobrevivir en la niebla sugiere que la niebla no
es realmente venenosa. ¿Pero es eso posible? No. Eso significa que hay algo especial
en el pájaro."

NianQi no era de los que charlaban, así que no respondió a Shitou Zhang. En su
lugar, repitió con calma lo que había dicho anteriormente: "La persona que estamos
buscando definitivamente sigue aquí".

"¿Cómo lo sabes?" Shitou Zhang miró alrededor del edificio. "¿Hiciste otra
adivinación? ¿Cómo es que no te vi?"

NianQi estaba harto de escuchar la voz del hombre. Se frotó la oreja. "No lo hice.
Es mi instinto".

Si alguien más empezaba a hablar de instinto, Xue Xian lo echaba inmediatamente.


Pero era diferente con NianQi... tenía un físico único en sintonía con la magia, así que
su instinto también estaba destinado a ser especial.

Xue Xian miró al chico y dijo, "¿Puedes utilizar tu instinto un poco más, y decirnos
en qué habitación está?"

NianQi puso los ojos en blanco. ¿Podía invocar el instinto cuando quisiera? Siempre
hay gente que, sabiendo que los demás no se atreven a pegarles, insisten en no ser
razonables.
Finalmente, NianQi levantó el dedo y señaló. "Aquí".

La habitación a la que apuntaba era la más cercana a Xue Xian.

Muy bien. Aún así no pudo entrar.

"Todo lo que hay en esa habitación es una mesa y dos sillas", dijo Shitou Zhang,
frustrado. "Y un armario de madera. Miré en cada uno de los cajones. ¡No hay nadie
allí!"

"La habitación de adentro", dijo NianQi.

El diseño del edificio era muy único... claramente, la persona que lo había
construido era muy culta. Sólo la mitad del edificio tenía habitaciones, mientras que la
otra mitad había sido convertida en una serie de grandes balcones -- plataformas
sostenidas por andamios de bambú. Era esta plataforma sobre la que ahora estaban
parados.

Pero las habitaciones no tenían puertas que dieran acceso a la plataforma. Para
entrar en la habitación interior, había que pasar por la primera habitación de Xue
Xian, y luego tomar otra escalera.

Esa era la habitación a la que se refería NianQi.

Todavía frustrado, Shitou Zhang dijo, "Pero también registramos esa habitación.
También tiene una estantería y algunos libros. ¿Debería volver y revisar cada una de
las páginas de los libros para comprobar si se esconde ahí?"

Xue Xian golpeó impaciente el reposabrazos. "Hagámoslo."

Shitou Zhang suspiró. A estos jóvenes les encantaba hacer todo tipo de bromas
estúpidas, y ni siquiera podías regañarles por ello.

Mientras se quejaba para sí mismo, siguió a NianQi a la habitación, pero no pudo


evitar echar un vistazo atrás.

Si Shitou Zhang no supiera la verdadera forma de Xue Xian, le llamaría 'Hermano


Pequeño Xue'... pero Xue Xian era un dragón, y no podía seguir adelante y llamar a
un dragón como si fuera tu hermano. Llamarlo bisabuelo tenía más sentido que eso,
pero llamarlo realmente bisabuelo era un poco raro. Jiang Shining lo llamó Señor,
como si fuera su antepasado, pero eso tenía todo tipo de connotaciones... y si no
conocías a Xue Xian e intentabas llamarlo Señor, probablemente lo mataría. Así que
cuando Shitou Zhang se dio la vuelta para llamar a Xue Xian, tuvo que parar, porque
no sabía cómo dirigirse al dragón.

Quería preguntar por qué Xue Xian no venía. Al final, se volvió hacia Xuanmin y le
dijo: "Maestro, ¿por qué no entra?"

Fue un poco angustioso para él y para NianQi entrar. Después de todo, NianQi
insistió en que el hombre que buscaban estaba allí.

Xuanmin dijo con calma, "Ya voy".

Estaba de pie junto a Xue Xian. Mientras hablaba, echó un vistazo a Xue Xian y
luego, sin decir nada, se inclinó para tomarlo en sus brazos.

"¿Qué estás haciendo?" Xue Xian gritó.

Se había acostumbrado tanto a la alegría de poder acercarse a los lugares por sí


mismo, y ahora tenía que ser llevado de nuevo. Xue Xian quiso vomitar de rabia.

"No te muevas", dijo Xuanmin suavemente mientras entraba en la habitación.

Los ojos de Shitou Zhang se abultaron. "¿Qué...?"

Aunque Xuanmin no respondió, fue NianQi quien dijo, "Creo que la silla es
demasiado ancha para que quepa en la puerta".

Xue Xian se rió fríamente y quiso decir algo para asustar a los dos embobados,
pero antes de que pudiera abrir la boca, se dio cuenta de que algo estaba mal: la
temperatura corporal de Xuanmin era extremadamente alta, quizás incluso más
caliente que la de anoche, pero sus palmas estaban frescas y cómodas. Además,
aunque emanaba calor, no tenía ni una gota de sudor.

Para que su calor corporal fuera tan anormal tuvo que ser causado por la saliva del
dragón de Xue Xian. Así que Xue Xian comenzó a sentirse culpable, y decidió callarse.
Pero incluso si esto era debido a la saliva del dragón, ¿Cómo podía Xuanmin
comportarse de manera tan diferente a la de anoche? Si no fuera por el hecho de que
Xue Xian estaba en sus brazos, nunca habría notado que Xuanmin estaba ardiendo.

Mientras reflexionaba sobre esto, Xue Xian se dio cuenta de que sólo había una
explicación: Xuanmin había encontrado una manera de reprimirlo, para que otros no
pudieran detectar que algo estaba mal.
No es de extrañar que estuviera actuando tan raro toda la mañana. No importaba
un poco de agresividad en su tono, pensó Xue Xian. Si me sintiera tan malditamente
incómodo, enterraría a todos a mi alrededor en sal.

Ahora Xue Xian decidió realmente asentarse y dejar que Xuanmin lo llevara a la
habitación interior.

Como Shitou Zhang había dicho, la habitación era extremadamente básica: todo lo
que tenía era un estante unido a una mesa y algunos libros, sin siquiera una silla a la
vista.

Cuando entraron, Xuanmin dejó a Xue Xian sobre la mesa, y se apartó.

La linterna de la mesa estaba encendida... Shitou Zhang la había encendido


cuando entró por primera vez. La luz iluminaba toda la pequeña habitación, y era
imposible adivinar dónde podría estar escondido el hombre.

Por supuesto, Shitou Zhang y NianQi no hojearon los libros uno por uno. Habían
evitado la estantería por completo y estaban tanteando los huecos en el bambú de las
paredes, buscando algún tipo de mecanismo secreto.

Fue Xuanmin quien, mirando hacia atrás en la estantería, sacó uno de los libros y
comenzó a darle la vuelta. Pero tan pronto como abrió la página, su dedo se congeló.

Porque el libro que había abierto estaba cubierto por las notas de alguien. El
contenido no importaba... lo importante era la caligrafía.

Los caracteres eran delgados pero estables, y las curvas de algunos de ellos eran
muy singulares. Era una escritura difícil de forjar. Pero tan pronto como Xuanmin
puso los ojos en la caligrafía, supo exactamente cómo replicar esos giros en la
escritura.

Porque la escritura era suya.


Capítulo 62: Araña de la misma edad (II)

Cualquiera se sorprendería completamente al ver su propia letra en algún lugar al


azar. La gente cobarde podría incluso sentir un escalofrío de miedo. Pero nadie sería
feliz en absoluto.

Si estuviera en un lugar normal, entonces tal vez no sería tan malo. Pero este era
un misterioso edificio de bambú, y claramente no era un lugar agradable - tenías que
tener algo profundamente malo para encerrarte voluntariamente dentro de una
espesa niebla venenosa en medio de la nada.

Así que fue muy desconcertante encontrar tu propia letra.

Afortunadamente, el libro en sí mismo no tenía un aspecto malvado: era un folleto


ordinario lleno de notas sobre los viajes de una persona anónima. Y el texto anotado
en sí mismo era bastante básico también: de manera directa, describía cómo el autor
había ido accidentalmente a una parada funeraria en Langzhou para refugiarse de la
lluvia, y se había topado con una fiesta fúnebre.

Y las anotaciones eran aún más simples. Constaban de sólo tres palabras: Montaña
Xia, Langzhou.

Apenas se podía definir como una anotación... más bien como un marcador.

Frunciendo el ceño, Xuanmin miró fijamente la caligrafía, volviendo a sus sentidos


sólo cuando Xue Xian le llamó.

¿Burro calvo? ¿Por qué te quedas ahí parado? ¿Qué hay en el libro?" Aunque la
mayor parte de la atención de Xue Xian estaba en Shitou Zhang y en NianQi, había
notado que Xuanmin sacaba un libro y se quedaba aquí parado sin moverse durante
mucho tiempo, y se había vuelto curioso.

Desde el ángulo de Xue Xian, sólo podía ver el perfil de Xuanmin. La linterna no
era muy brillante, por lo que la ceja de Xuanmin proyectaba una sombra oscura sobre
sus ojos, perfilando la bella silueta de su nariz, pero también le hacía parecer muy
solemne, como si hubiera visto un fantasma.

Era raro ver a Xuanmin tan sorprendido, así que Xue Xian quiso aprovecharse y ver
cómo era su cara. Por eso le había llamado.

Xuanmin continuó mirando fijamente el libro y no movió la cabeza, sólo dijo,


"Nada".
Esta fue una reacción automática de su parte. Justo después de decirlo, levantó la
vista, y la mano que estaba extendiendo la mano para agarrar otro libro del estante
se detuvo. Cerró el libro y comenzó a caminar.

Con toda honestidad, había un aspecto realmente único en el aura de Xuanmin,


que se hizo más claro cuando hacía ciertas cosas solo y en silencio. Era como si nada
de lo que sucedía a su alrededor tuviera algo que ver con él, por lo que parecía
totalmente alienado y desolado. Y la desolación no era del tipo melancólico, sino que
lo hacía parecer lejano y distante.

Un monje como él parecía estar solo en un templo vacío cubierto de nieve, con una
pagoda de bronce y ébano detrás de él, y un pesado juego de puertas delante de él.

Fuera de la puerta estaba el caótico polvo rojo del mundo; y dentro de la puerta
estaba el sumo sacerdote, una solitaria nube blanca como la nieve.

Así que cuando Xuanmin dijo: Nada, Xue Xian volvió a tener esa impresión del
monje, acompañada de una prolongada incomodidad. Y cuando Xuanmin cambió de
opinión y empezó a caminar, fue como si de repente hubiera abierto a empujones las
pesadas puertas del templo.

Por alguna razón, este simple paseo hasta donde estaba sentado hizo feliz a Xue
Xian.

Pero pronto, su buen humor se rompió de nuevo...

Xuanmin le dio el libro y lo abrió en la página que había estado leyendo antes,
señalando las letras.

Naturalmente, Xue Xian vio la marca en el margen, pero al leerlo una y otra vez,
no vio nada particularmente interesante. Finalmente, dijo, "¿Hay algo malo con las
anotaciones?"

Xuanmin dijo, "Sí".

"¿Qué es?" Preguntó Xue Xian, confundido.

"Parece que lo he escrito yo."


Xue Xian lo miró.

Primero, el corazón de Xue Xian soltó latido, y luego le entró un torrente de


emociones complicadas. Por un lado, estaba contento de que Xuanmin le dijera esto
sin intención de mantenerlo en secreto. Pero por otro lado... ¡¿Por qué había un
objeto aquí conectado a Xuanmin?!

La persona que buscaban era responsable de alguna manera de la mutilación de su


cuerpo de dragón. En todos los lugares del mundo en los que podía esconderse, había
elegido este lugar brumoso y desconocido, y en esta misteriosa habitación, los rastros
del pasado de Xuanmin habían aparecido...

Por un breve momento, mientras Xue Xian miraba la caligrafía de la página, su


mente se quedó en blanco y su corazón se sintió como si se hubiera sumergido de
repente en un río helado y ahora convulsionaba incesantemente con escalofríos
espantosos e hipotérmicos.

Pero después de un tiempo sentado allí, congelado, Xue Xian recordó aquella figura
que había estado más allá de la jaula de hilos dorados, con el viento azotando su
largo pelo sobre su cara. Sabía que Xuanmin se había afeitado la cabeza cuando era
niño. Así que la persona que lo había mutilado no era Xuanmin.

Así que eso fue todo.

Finalmente, Xue Xian dejó de respirar y las palabras borrosas de la página volvieron
a ser legibles.

"¿Y qué pasa si lo escribes? ¿Intentas que alabe tu letra?" Xue Xian se mofó
mientras hojeaba más páginas. Quería usar eso para reprimir la repentina sensación
de duda que le había perseguido en ese momento. Aunque inmediatamente había
cortado esa duda de raíz, seguía siendo doloroso insinuar que no confiabas en
alguien. Era mejor no hablar de esas cosas por el momento... no quería perturbar a
Xuanmin, para no empezar a quebrarse.

Le devolvió el libro a Xuanmin y extendió sus brazos en medida. "Comparado con


mi escritura, todavía tienes que mejorar todo esto."

Junto a la pared, Shitou Zhang escuchó esto y pensó, no puedo creer que haya
gente tan desvergonzada en el mundo. Me siento realmente honrado de ser testigo de
ello.

El aspecto desvergonzado era que los dos poderosos magos estaban allí de pie,
esperando a que un hombre de mediana edad y un chico medio ciego descubrieran lo
que había dentro de la habitación. ¿De qué carajos iba eso?

Como Xuanmin había dado voluntariamente el libro para que Xue Xian lo
inspeccionara, se había preparado con mucha antelación para cualquier tipo de
reacción. Pero no esperaba que Xue Xian dijera eso.

Sin embargo, no se alarmaba, simplemente miraba en silencio a Xue Xian.

Xue Xian le miró y añadió, "Es sólo un libro. ¿Qué puedes sacar de él? ¿Por qué no
intentas llamar a la habitación y ver si la habitación responde?"

Xuanmin no dijo nada.

Viendo que Xue Xian se estaba volviendo cada vez más irrazonable a cada minuto,
Xuanmin retractó su mirada y decidió no involucrarse más con él. Se volvió para
sacar otro libro de la estantería. Pero en ese momento, aunque la habitación no
respondía, algo más lo hacía.

De repente, un extraño ruido de aleteo se elevó desde el exterior del edificio y se


dirigió rápidamente hacia ellos.

Sorprendidos, todos en la habitación saltaron, y Xue Xian casi convocó una ráfaga
de viento para que la cosa se alejara. Pero cuando se calmó, vio que la cosa era un
pájaro de color negro.

Esta habitación tenía un techo muy alto y era espaciosa, así que cuando el pájaro
aleteó, voló sin rumbo y no le dio a nadie.

"¿Este es el pájaro del bosque?" preguntó Shitou Zhang, recordando el cuervo que
casi los había alejado.

Con sus ojos más agudos que los de un humano, Xue Xian estudió al pájaro
frenético mientras aleteaba a la luz de la linterna y dijo: "Tienes razón, lo es. ¿Cómo
llegó aquí?"

Mientras hablaba, el pájaro negro hizo algo más para asustarlos.

Mientras volaba hacia el techo alto y giraba en círculos, parecía estar buscando a
una persona específica. Pronto encontró su objetivo y voló rápidamente hacia abajo,
agitando sus alas maniáticamente hasta que aterrizó en el hombro de Xuanmin.
Entonces levantó una larga ala emplumada y se acurrucó contra la mejilla de
Xuanmin y gorjeó.

La boca de Shitou Zhang cayó al suelo.

NianQi sólo dijo fríamente, "No creo que ese sea el ruido que los cuervos
normalmente hacen..."

Xue Xian no dijo nada. Probablemente fue el más sorprendido de todos.

Ahora los cielos realmente habían llamado a su engaño. Tal y como había dicho
"Mira si la habitación responde", este maldito pájaro había entrado y respondido. No
sólo eso, sino que había entrado en la habitación... y no sólo eso, sino que tenía que
subirse encima de Xuanmin y sentarse en su hombro, y mientras pasaba volando,
había rociado con plumas la cara de Xue Xian. Esto...

¡¿Qué fue esto?!

Incluso Xuanmin se había sorprendido por la apariencia del pájaro. Cuando entró
en la habitación, el pie que había salido en dirección a la estantería se congeló.

No necesitaba mirar más libros para entenderlo: las bestias y los pájaros eran
particularmente sensibles, y ningún pájaro ordinario caería en una habitación y se
posaría en el hombro de un extraño, para luego frotarle la cara.

"¿Qué... qué está pasando?" Shitou Zhang finalmente dijo, completamente


perdido.

En blanco, Xue Xian miró fijamente al pájaro y se burló, "¿Qué piensas?


Obviamente, este pájaro conoce al burro calvo."

"Así que..." Shitou Zhang murmuró.

"Así que este edificio podría pertenecer al monje", dijo NianQi.

NianQi y Shitou Zhang no habían visto la caligrafía... si lo hubieran hecho, no


habrían dicho que podría serlo.

"Esta es tu casa", dijo Xue Xian, mirando a Xuanmin.

Xuanmin miró al pájaro en su hombro. Tuvo que admitir que, normalmente, odiaba
estar cerca de otras personas o cosas, pero cuando este cuervo vino a acariciarlo,
sintió una sensación de familiaridad en lugar de ese asco automático. Así que él
también concluyó que esta habitación debía ser suya.

Mientras Xue Xian miraba fijamente a los ojos de Xuanmin, Xuanmin miró hacia
arriba y se encontró con su mirada. "Sí", dijo de manera directa. Pero después de
responder, no apartó la mirada... continuó mirando tranquilamente a Xue Xian.

Tal vez fue un error... tal vez la tenue luz de la linterna en la habitación había hecho
que las cosas no parecieran lo que eran... pero Xue Xian tuvo la sensación de que
Xuanmin estaba preocupado por su reacción...

Xue Xian miró hacia otro lado y dijo: "Ese pájaro es estúpido".

El cuervo agitó sus plumas y gritó de nuevo, luego fue volando hacia él para
picotearle la cara.

"Puede entender el lenguaje humano. Realmente es una especie de pájaro


mágico," dijo Xue Xian infelizmente. "¿Por qué eres tan amable con el burro calvo
pero tan grosero conmigo? ¿Eh? ¡Parece que no quieres mantener ese hermoso y
suave plumaje tuyo!"

Este dragón había estado vivo por lo menos cientos de años, pero aquí estaba,
luchando con un pájaro... qué maravilla. Mientras hablaba, realmente levantó su
mano para tratar de arrancar la cola del cuervo.

Incapaz de derrotar a Xue Xian, el pájaro negro gorjeó de nuevo con fuerza y voló
de vuelta al hombro de Xuanmin. Con eso, la pantalla que se había establecido entre
los dos desapareció repentinamente.

Xue Xian se rió, y luego volvió a mirar a Xuanmin. "Así que la habitación es tuya.
Pero no eres tú quien me mutiló... estoy seguro de eso. Pero parece que tienes algún
tipo de conexión con esa persona. Espero que se hayan opuesto el uno al otro, y no...
sean conspiradores."

Xue Xian habló sin expresión en su cara, y Xuanmin también estaba distante.
Shitou Zhang, de pie junto a la pared, tenía miedo incluso de respirar, e incluso
NianQi, que normalmente nunca prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor,
detectó algo extraño en la atmósfera.

Xue Xian miraba fijamente a los ojos de Xuanmin y no se perdió ni un solo destello
de la emoción más sutil en esa mirada tranquila. Si Xue Xian veía correctamente,
cuando dijo esa última palabra, había habido un cambio minúsculo en los ojos de
Xuanmin.

El cambio era minúsculo, casi imperceptible, y Xue Xian no estaba seguro de lo que
significaba. Pero al menos... el monje no estaba completamente imperturbable.

Llevaban tanto tiempo viajando juntos que si, ante la posibilidad de que fueran
enemigos, Xuanmin hubiera seguido mostrando esa absoluta sensación de quietud y
paz, bien podrían separarse en ese mismo momento.

Xue Xian sintió una extraña sensación... no había nada malo, pero de alguna
manera, las cosas tampoco parecían estar bien.

Pero no era el momento adecuado para sumergirse en las profundidades.


Reorganizó su cara en esa postura despreocupada y sacó su barbilla. "Pero vas por
ahí mirando a todo el mundo con un asqueroso sentido del desdén. Probablemente
nunca podrías convertirte en conspirador con nadie aunque quisieras... molestarías a
la otra persona hasta la muerte. Bien, ahora deja de pensar en ello y ve a ayudar a
mirar las paredes. Ya que esta habitación es tuya, tu instinto será mejor que el de
cualquier otro. ¡Muéstranos! ¡Muéstranos la verdad arcana del budismo!"

Mientras hablaba, dio una extravagante bofetada a la mesa como un interrogador


de la policía.

La mayoría de la gente no podía ponerse al día con la absurda forma en que Xue
Xian revoloteaba entre las emociones extremas, e incluso Xuanmin se sentía
exasperado.

Continuó de pie allí, y justo cuando quería hablar, ese pájaro mágico empezó a
acariciarle la cara de nuevo. El cuervo cantó con fuerza a Xue Xian otra vez, luego
voló hasta una esquina del techo alto y empezó a batir sus alas contra un trozo de
bambú al final de la pared.

Con un zumbido, algún tipo de mecanismo en el bambú se desató y el suelo bajo


sus pies comenzó a temblar... y luego se hundió.

¡¿La tierra debajo de la habitación estaba vacía?!

Mientras se hundían hasta el fondo y el mecanismo se detenía, los oídos sensibles


de Xue Xian escucharon que en algún rincón distante, había el débil sonido de alguien
respirando.
Capítulo 63: Araña de la misma edad (III)

Pero el ruido de la respiración era extraño... era tan débil que sonaba como si la
persona estuviera a punto de morir, pero el ritmo era extremadamente constante.

Después de tres inhalaciones y exhalaciones suaves, el sonido se detuvo, y no


volvió a emerger.

"Ese podría ser el hombre que estamos buscando. Dejó de respirar... no pudo
haber muerto, ¿verdad?" Xue Xian murmuró, frunciendo el ceño.

Su maldita silla de ruedas seguía fuera, y no podía moverse por sí mismo, así que
todo lo que podía hacer era sentarse en el escritorio y mirar. Pero Xuanmin, de pie a
su lado, no dudó y comenzó rápidamente a caminar hacia donde Xue Xian estaba
señalando.

Por alguna razón, desde que se habían zambullido en esta área del sótano, la
linterna de la mesa se había vuelto mucho más tenue. La llama era sólo una cosa
pequeña, del tamaño de un frijol, de aspecto extremadamente vulnerable, como si
pudiera apagarse en cualquier momento, y naturalmente la habitación también se
había oscurecido.

Por lo que podían ver, esta era una habitación cuadrada con paredes de piedra,
casi del mismo ancho que la habitación en la que acababan de estar... pero no podían
ver dónde terminaban las paredes, así que no estaban seguros de cuán grande y
larga era la habitación.

La silueta de Xuanmin desapareció rápidamente del resplandor de la lámpara, y,


debido a que sus pasos fueron siempre tan silenciosos, en ese momento, pareció
como si hubiera sido completamente tragado por la oscuridad, para nunca regresar.

Algo que hizo que el corazón de Xue Xian se apretujara... no era el miedo, ya que
en todos los años que había vivido nunca había conocido el sentimiento de miedo y no
iba a empezar ahora. Era más bien como si hubiera sentido que algo andaba mal...

En ese instante, el mecanismo que estaba sobre sus cabezas de repente comenzó
a zumbar de nuevo.

Cuando Xue Xian levantó la vista, vio que una enorme sombra negra caía sobre
ellos y, con un estruendo, se encajó en la pared y se convirtió en el suelo de la
habitación que acababan de dejar, y en el nuevo techo de esta habitación de piedra...
atrapándolos dentro.
Si no fuera por el hecho de que Xuanmin tenía amnesia, Xue Xian alegaría,
¿Construyó este lugar sólo para molestar a la gente? Ni siquiera hemos salido
todavía, y has sellado la salida. ¿A qué estás jugando?

Y si no fuera por el hecho de que esta era la casa de Xuanmin, ¡habría volado en
pedazos el techo!

Pero Xue Xian estaba acostumbrado a todo tipo de sucesos misteriosos y


aterradores -- un techo que se deslizaba era en última instancia una mera molestia, y
nada demasiado importante. Déjalo estar... una vez que encontraran al hombre que
buscaban, tendrían todo el tiempo que necesitaran para descubrir como salir de ese
lugar.

Así que apartó la vista del techo y miró hacia atrás en la oscuridad.

Pero en ese momento de distracción, sintió como si algo hubiera cambiado. Algo
faltaba...

Cierto, estaba demasiado tranquilo. Incluso Shitou Zhang había cerrado su enorme
boca... ¡espera!

¡¿Dónde estaba Shitou Zhang?!

Frunciendo el ceño, Xue Xian miró a su alrededor. En la tenue luz de la linterna, no


había nada que ver en absoluto. ¿Dónde habían ido Shitou Zhang y NianQi?

"¡Burro calvo!" Xue Xian gritó ciegamente en la oscuridad. "Shitou Zhang y NianQi
han desaparecido."

Por un momento, temió que incluso Xuanmin hubiera desaparecido también.

Afortunadamente, la voz tranquila de Xuanmin llegó flotando desde alguna parte


de la habitación. Pero lo que dijo no fue nada tranquilizador: "La persona que se
escondía aquí también ha desaparecido".

"¿No lo encontraste?" Las cejas de Xue Xian se arrugaron más.

Las túnicas blancas de Xuanmin emergieron de las sombras. Se acercó a la mesa,


cogió la linterna y volvió al lugar donde Xue Xian había oído la respiración.
La linterna estaba en las últimas. Se esforzó por emitir un poco más de luz
persistente, proyectando un débil brillo por delante de los pasos firmes de Xuanmin.
La luz no llegaba muy lejos... sólo podía crear un círculo alrededor de los pies de
Xuanmin, lo que hacía que pareciera que eran sus túnicas blancas las que
proyectaban la luz.

Y el lugar donde Xue Xian se sentaba se volvió cada vez más tenue a medida que
se sumergía en la oscuridad.

Desde el punto ciego donde estaba ahora, Xue Xian observó como Xuanmin dejaba
de caminar y mantenía la frágil llama de la linterna en alto, brillando en esa parte de
la habitación - era el extremo largo de la habitación de piedra y, bajo la luz que
Xuanmin proyectaba, la esquina podía ahora verse claramente.

De hecho, no había nadie.

El oído de Xue Xian nunca antes había estado equivocado. Estaba seguro de que el
ruido de la respiración que había oído antes había venido de esa zona. Además, la
respiración que había oído también estaba en las últimas, sonando como la linterna
que Xuanmin sostenía en sus manos, como si pudiera apagarse en cualquier
momento.

¿Cómo pudo una persona tan frágil y moribunda arrastrarse lejos de sus narices?

Xue Xian no había prestado atención antes: con la caída repentina del suelo y ese
ruido de respiración, se había olvidado completamente de que Shitou Zhang y NianQi
existían. Ahora, se preguntaba si no habían bajado con ellos y si estaban atrapados
en la habitación de arriba.

Y ahora, entre las desapariciones, estaba este hombre escondido...

Si todavía no podía entenderlo, entonces la cabeza pegada en la parte superior de


su cuello no tendría ningún uso, aparte de hacer que se vea más alto.

"Alguien está tratando de esconderse, y también está jugando con nosotros", dijo
Xue Xian, sacando la barbilla en la dirección donde estaba Xuanmin. "¿Has revisado
toda el área? ¿Hay algún defecto?"

Era realmente inconveniente no tener la silla de ruedas... ahora necesitaba


molestar a los demás por cada pequeña cosa. Aunque no dudaba del intelecto de
Xuanmin, era descorazonador tener que sentarse en esa mesa en la oscuridad
esperando que otros le informaran. Xue Xian no podía quedarse quieto. Se agarró a la
mesa que estaba debajo de él y, con un empujón, levantó la mesa en su totalidad.

Pronto, hubo otro fuerte choque cuando la mesa, con Xue Xian encima, se estrelló
fuertemente junto a Xuanmin.

A pesar de la conmoción, Xue Xian seguía sentado tranquilamente en la mesa.


Cuando la ráfaga de viento que había convocado rodó hacia la pared, hizo ondear
ligeramente la manga blanca de Xuanmin; cuando Xue Xian detuvo el viento, la
habitación de piedra volvió a quedar en silencio.

Xuanmin sostuvo la linterna y lo miró con lo que parecía una resignación, aunque
no dijo nada. Volvió a iluminar cada centímetro de la esquina, sin dejar que una sola
telaraña escapara a su atención.

"Hay una gota de sangre aquí", dijo Xue Xian, señalando un pequeño rincón cerca
de una grieta.

Xuanmin lo inspeccionó, entonces, como si de repente recordara algo, se giró y


encendió la luz en la esquina opuesta de la habitación, diciendo, "Aquí también".

Le hizo un gesto a Xue Xian para que esperara, luego se dirigió con confianza a esa
otra esquina y estudió la mancha de sangre allí. Luego miró a Xue Xian en la
oscuridad y dijo, "Hizo un hechizo".

Xue Xian lo entendió. "En efecto. No pudo escapar, así que ahora está tratando de
engañarnos. ¿Qué hechizo?"

Naturalmente no sabía tanto de hechizos mágicos como Xuanmin, ya que rara vez
necesitaba usarlos, y obviamente no sería capaz de adivinar qué tipo de hechizo había
creado alguien con sólo unas gotas de sangre en el suelo. Cuando se trataba de eso,
tenía que confiar en el burro calvo.

"No es un hechizo violento. Es más bien para ganar tiempo", dijo Xuanmin cuando
volvió con la linterna.

"Con una habitación de piedra como esta, es difícil tender una trampa violenta.
Entonces, ¿de qué manera el hechizo gana tiempo?" Preguntó Xue Xian, frunciendo el
ceño.
"Este hechizo se llama Nueve Anillos", dijo Xuanmin tranquilamente mientras
colocaba la linterna de nuevo sobre la mesa. "Es irrompible".

"¿Por qué no? ¿Significa que una vez que estamos dentro, no podemos salir?"

"La mayoría de los diseños de hechizos tienen ocho puertas, y aunque son difíciles
de conseguir, una vez que encuentras la puerta correcta, puedes salir", dijo Xuanmin
lentamente. "Pero Nueve Anillos no tiene ninguna puerta. No importa lo poderoso que
sea la persona atrapada, no puede salir, así que a menudo es usado por personas que
se escapan. Después de dos horas, el hechizo se rompe solo."

Xue Xian se rió con furia. "Si tenemos que esperar dos horas para salir de aquí,
hasta un pato hervido se habrá ido volando."

No tuvo paciencia para quedarse sentado aquí tanto tiempo. Mientras hablaba,
levantó una mano.

"¡Espera!" Xuanmin dijo, frunciendo el ceño.

Pero era demasiado tarde. La pequeña habitación de piedra fue repentinamente


iluminada por rayos púrpura y blancos que golpearon las cuatro paredes alrededor de
ellos con un poder aterrador - cuando el rayo golpeó las paredes, explotaron con un
rugido ensordecedor.

Claramente, el dragón se había enfurecido. Viendo que no había paredes para un


hechizo de Nueve Anillos, había decidido usar la fuerza bruta - no se detendría hasta
que estallaran.

Pero el hechizo era demasiado astuto. El trueno que Xue Xian invocó no sólo era
incapaz de causar ni siquiera una fisura en los muros, sino que había empeorado la
situación: con cada golpe, un fuego ardiente estallaba y se precipitaba sobre la piedra
de modo que, en un abrir y cerrar de ojos, estaban rodeados por muros de llamas
furiosas.

Las llamas se elevaron rápidamente y comenzaron a acercarse a las mangas de


Xue Xian y Xuanmin.

Pero eso no fue ni siquiera la peor parte... la peor parte fue que, con el fuego, la
temperatura de la habitación se disparó y el aire caliente llenó toda la habitación. Si
el fuego seguía ardiendo, se convertirían en bollos al vapor.

En ese momento, Xue Xian se sintió como si fuera otra vez ese pequeño mármol
dorado, rodando aturdido en la bolsa de Xuanmin, electrificado por el calor de su
colgante.

Como un dragón que había vagado por los cielos tempestuosos y nadado en los
océanos más profundos durante siglos, lo que Xue Xian más odiaba era el calor
sofocante.

Mientras el fuego los asaba vivos, Xue Xian sintió de repente que la mesa debajo
de él temblaba. Miró y vio que Xuanmin fruncía el ceño, con los ojos cerrados y una
mano agarrando el lado de la mesa.

Oh no. El efecto de la saliva del dragón aún no se había disipado, así que Xuanmin ya
se había sentido increíblemente caliente pero había estado suprimiendo todo dentro
de él, y ahora, con las llamas a su alrededor, estaba perdiendo el control... tal vez
realmente comenzaría a alucinar.

Inmediatamente, Xue Xian cerró su mano en un puño.

El trueno rugiente desapareció repentinamente, y con él, las llamas que se


extendían por las paredes se apagaron gradualmente. Las paredes ni siquiera
conservaban las rayas negras de la quema, volviendo a su estado anterior... era como
si Xue Xian nunca hubiera invocado ningún trueno, y era asombroso.

Y aunque el fuego se había ido, el aire caliente seguía ahí, rodeando a los dos
seres vivos en la habitación.

Peor aún, la pequeña y parpadeante llama que había estado en sus últimas
finalmente se apagó.

Sumergiendo la habitación entera en la oscuridad absoluta.

En esa oscuridad y silencio, cada sonido comenzó a resonar con ecos penetrantes.
Los cinco sentidos de Xue Xian ya habían sido mucho más fuertes que los de los
humanos, y ahora la sobrecarga sensorial estaba empezando a volverle loco: cada
fuerte aliento de Xuanmin en la oscuridad salía inusualmente claro y cercano, y
reverberaba a través de las cuatro paredes para abrirse camino hasta el oído de Xue
Xian, de forma que se sintió enterrado vivo por el sonido.

El calor había ido directamente a la cabeza de Xue Xian, y su tiempo de reacción


también se ralentizó, de modo que, por un momento, no entendió de dónde venía ese
pesado sonido de la respiración o las ondas de calor.

"¿Qué está pasando...?" murmuró. Podía sentir sus túnicas pegajosas contra su
piel como una capa de sudor que se filtraba por todos los poros de su cuerpo, y eso lo
distraía hasta el punto de que su habla se estaba volviendo confusa.

"El hechizo de los Nueve Anillos se llama así porque..." llegó el sonido bajo de la
voz de Xuanmin, que parecía arrastrarse hasta el mismo lado del oído de Xue Xian.
"Cada vez que tratas de salir por la fuerza bruta, todo lo que siente la gente de
adentro se duplica. En total, puede subir nueve veces... nueve niveles."

Xue Xian no dijo nada. Así que este era el primer nivel: ya era insoportable. Para el
noveno nivel, él y Xuanmin se habrían cocinado a fondo. Xue Xian trató de pensar en
medio de su estado de desorientación.

Se mordió la punta de la lengua y se preguntó por qué tenía que ser fuego y no
agua. Al mismo tiempo, se preocupó por el estado de Xuanmin... por el sonido de su
voz, no parecía estar bien.

Necesitaba una idea...

No importaba todo lo demás... primero, necesitaba encontrar una manera de


ayudar a Xuanmin a recuperarse un poco.

Se forzó a sí mismo a pensar. No podían salir del hechizo, eso era seguro, y
mientras tanto, no tenía ningún tipo de medicina...

Espera.

En su aturdimiento, recordó una cosa: era un dragón, así que obviamente todo en
su cuerpo era precioso, y cualquier cosa que tirara podría ser un tesoro para los
humanos. No podía agarrar sus escamas ni sus cuernos en su estado, y no podía
transformarse en un dragón ya que llenaría toda la habitación... y entonces Xuanmin
sería aplastado hasta la muerte.

Además, aunque lograra obtener una escama o un cuerno, no podía simplemente


meterlo en la boca del monje... esa cosa tenía que ser molida en polvo, y eso llevaba
una eternidad. Además de las escamas y los cuernos de dragón, las otras sustancias
que podían curar a los humanos incluían la saliva y sangre de dragón...
Correcto... sangre.

Pero habiendo aprendido la lección de la saliva de dragón, Xue Xian ya no se


atrevió a actuar tan imprudentemente. Levantó una mano húmeda de sudor y palpó
en la oscuridad hasta que encontró a Xuanmin, luego le dio una palmada y dijo:
"Sangre de dragón... ¿Tiene la sangre algún efecto secundario molesto?"

Xuanmin se quedó en silencio por un tiempo, luego dijo, "No".

"Bien, entonces te daré un poco". Xue Xian exhaló un húmedo y agotador suspiro
mientras se preguntaba dónde debía hacer el pinchazo.

En la oscuridad, en medio de la pesada respiración de Xuanmin, escuchó al monje


murmurar, "¿En serio?"

Por un momento, Xue Xian se congeló.

Antes de que su mente confusa pudiera reaccionar, le pellizcaron la barbilla con la


mano de alguien.

Automáticamente movió su cabeza en dirección a la mano, y de repente sintió algo


pegajoso contra el lado de su cuello.

El aliento de Xue Xian se le atascó en la garganta, y movió los dedos, queriendo


levantar el brazo, pero no se movieron, sino que sólo se agarraron más fuerte al lado
de la mesa.

Algo estaba listo para salir hacia él... todo lo que necesitaba era llamar. Y al mismo
tiempo, otra extraña e inusual sensación cayó en la espesa sopa de su aturdida
mente, pero finalmente no encontró ninguna salida.

Esa sensación de ser tocado tan tiernamente en su cuello era tan abrumadora que
parecía bloquear todo lo demás en el mundo, como si algo descansara ligeramente
sobre su piel, y sólo requería un poco más de presión y un poco más de tiempo para
atravesar su carne...

"No". En ese momento, Xue Xian finalmente se dio cuenta de lo que era la extraña
sensación -- con la personalidad distante de Xuanmin, si estaba en tal situación, el
monje sólo le pediría que se alejara más de él. Xuanmin nunca, nunca aceptaría tan
fácilmente beber su sangre, y definitivamente nunca la bebería de su cuello.

De repente, la mente sobrecalentada de Xue Xian se aclaró. Su cara se endureció y


empujó a la persona.

Estaba acostumbrado a usar la fuerza, y, cuando estaba bajo presión, a menudo


perdía el control de la fuerza en sus manos. Con ese empuje, cualquier persona
ordinaria se estrellaría contra la pared opuesta y haría pedazos la piedra... pero
cuando el cuerpo de esta persona se estrelló contra la pared, no hizo ningún ruido.

En cambio, era el ruido de algo pequeño, como una canica, que se dispersaba por
el suelo y rodaba hasta detenerse.

Y con ello, todo alrededor de Xue Xian se disipó repentinamente como una nube de
humo - desde el incómodo calor hasta la completa oscuridad, todos se desvanecieron
en la nada. Con una expresión neutral, Xue Xian miró a su alrededor...

Todavía estaba sentado en el escritorio, y el techo encima de él era muy alto... ese
segundo techo no había entrado para sellarlos. La linterna de la mesa tampoco había
muerto todavía, y Xuanmin estaba de pie a su lado con los ojos cerrados. Incluso
Shitou Zhang y NianQi estaban de vuelta, tirados en el suelo, inconscientes.

Xue Xian sabía lo que era esto: cada uno de ellos estaba inmerso en sus propias
versiones de un hechizo, y no había despertado todavía.

Xue Xian rio fríamente, luego levantó su garra y se dirigió a esa esquina oscura
donde había oído la respiración.

Había algo pesado allí, y lo sacó para que estuviera delante de él. Era un hombre
sentado en el suelo, cubierto de polvo y suciedad, con aspecto desgastado y
desaliñado, y emitiendo el olor acre de la sangre fresca.

"Puedes empezar diciéndome qué hechizo has lanzado", dijo Xue Xian mientras
enganchaba dos dedos en el aire y agarraba al hombre por la garganta, arrastrándolo
hacia arriba. "Seguido de eso, dime si alguna vez has tocado un hueso de dragón.
Entonces puedes regatear: hazme saber de qué manera prefieres morir."

El hombre sangraba profusamente por la boca, pero aún así sonrió con su cara
demacrada y dijo con voz ronca: "Qué lástima. Si sólo te hubiera llevado un poco más
de tiempo... entonces habría tenido éxito. Pero no te preocupes. Todavía hay tres".

La cara de Xue Xian se enfrió y movió la mano que controlaba el cuello del hombre.

El hombre volvió a hablar. "No puedes... No puedes ayudarles. Cuando se trata de


Demonios del Corazón, sólo pueden salir de él ellos mismos. Mientras uno de ellos
tarde un poco más..." el hombre hizo una pausa, y luego comenzó a reírse. Mientras
se reía, se atragantó con más sangre en su boca y comenzó a toser tan fuerte que
todo su cuerpo se convulsionó.
Capítulo 64: Araña de la misma edad (IV)

Demonios del corazón...

Xue Xian frunció el ceño. Había oído hablar de gente que usaba Demonios del
Corazón para atrapar a otros... tales hechizos eran usados a menudo por aquellos que
se encontraban en las situaciones más graves, como si se enfrentaban a un oponente
mucho más poderoso, o si estaban rodeados por todos lados. El hechizo sería capaz
de retrasar al oponente y darle al hechicero un salvavidas para escapar.

Esta era una buena táctica para que una persona más débil derrotara a una más
fuerte, o para que un pequeño grupo de personas derrotara a un grupo más grande.
De hecho, todo el mundo tenía demonios en su corazón, ya fueran arrepentimientos o
conflictos, en los que pensaban de vez en cuando, sin importar cuán grandes o
pequeños, cercanos o lejanos fueran los arrepentimientos y conflictos.

Era un hechizo oculto que se te acercaba sigilosamente, para que, sin darte
cuenta, ya estuvieras atrapado, y el hechizo se abriera paso hasta tu corazón.

Así, incluso Xue Xian frunció el ceño cuando escuchó las palabras Demonios del
Corazón... sorprendentemente, sus Demonios del Corazón no habían tenido nada que
ver con ser mutilado en el condado de Huameng, ni con obtener venganza contra
aquellos que lo habían mutilado...

La visión que acababa de tener no había mencionado ninguna de esas cosas, y no


había sido su deseo de salir de la habitación de piedra lo que había permitido que el
hechizo lo atrapara en la visión. Así que como todo eso no había sido el cebo para
atraerlo a la trampa... entonces alguien lo había sido.

Y sólo había habido otra persona en la visión: Xuanmin.

Eso explicaba por qué, antes, Shitou Zhang y NianQi habían desaparecido
repentinamente, dejándolo con Xuanmin... así había sido como el hechizo había
sacado los demonios de su corazón.

La única razón por la que había salido era porque sus demonios nunca se habían
alojado tan profundamente - o porque los defectos eran demasiado obvios.

Una serie de expresiones cruzaron la cara de Xue Xian cuando se dio cuenta de
todo esto, y luego se acomodó en esa manera neutral y fría de nuevo. Tiró al hombre
moribundo al suelo, y lentamente limpió las salpicaduras de sangre en sus manos.
Aunque el hombre se estaba desvaneciendo, todavía tenía algunas esperanzas
dentro de él, así que escondido entre sus oscuros ojos había un destello maníaco.

Xue Xian recordó lo que el hombre había estado parloteando antes y dijo con
frialdad, "¿Qué estás haciendo aquí? Si eres sincero conmigo ahora, puede que te
deje vivir otra hora. Sólo me llevará un tiempo averiguarlo por mi cuenta, pero si eres
tan terco como para obligarme a hacerlo, entonces no tendrás esa hora".

El hombre acurrucado en el suelo se lanzó a otro ataque de tos, resollando y


tosiendo tan fuerte que Xue Xian pensó que podría morir allí mismo - y se preguntó si
el hombre había escuchado lo que había dicho.

Como sospechaba, el hombre no parecía tener ninguna intención de responderle, o


quizás simplemente estaba demasiado sin aliento.

Xue Xian no se sorprendió por esto... estaba hilando la seda de los pensamientos
de su mente, tratando de entender lo que este hombre moribundo estaba ocultando
tan desesperadamente, y qué era esa pizca de esperanza que lo mantenía vivo...

¿Qué es lo que los moribundos todavía esperan? Que alguien venga a salvarlos, o
que escape de la muerte de alguna otra manera.

Lo primero era poco probable que ocurriera en esta situación - incluso si alguien
venía, todavía tenían que pasar por Xue Xian para llegar al hombre, y con todo ese
retraso, el hombre probablemente moriría antes de ser salvado.

Y el último era un completo cuento de hadas. Puede que ni siquiera sobreviva a ser
salvado por otro, y mucho menos a salvarse a sí mismo. Si seguía tirado ahí, moriría
en cualquier momento, y no había esperanza. A menos que...

A menos que encontrara alguna forma mágica de extender su propia vida.

El rostro de Xue Xian se endureció: Realmente parecía que el hombre tenía la


intención de extender su vida.

Cada persona tiene su propia vida: si uno está a punto de entrar en la otra vida,
no era posible añadir un poco más de forma gratuita. La magia de extensión de la
vida consistía en dos categorías: intercambio de vida y vinculación de la vida. En la
primera, uno usaba la magia para cambiar la vida de otra persona por la propia, y al
final alguien tenía que morir para que tuviera éxito. Y en la primera, uno ataba su
vida a la de otro, de modo que vivían atados y morían atados.

Inicialmente, lo primero suena más malvado y lo segundo suena inofensivo. En


realidad, era lo contrario: el primero compraba años con años, y el segundo
compraba años con fortuna; en el primero, uno daba sus años a otro, pero en el
segundo, uno no sólo daba la fortuna del otro, sino también su desgracia - el atar la
vida tenía mucho más potencial para salir mal.

Seis de una docena y media de la otra... eran lo mismo, en realidad.

Si el hombre quería extender su vida, entonces tenía que haber alguien con quien
pudiera intercambiar su vida, o atar su vida.

Y esto coincidía con las tonterías que había estado diciendo antes: había perdido
una, pero aún así tenía tres.

Cuando se dio cuenta de esto, nubes oscuras pasaron por la mente de Xue Xian.

Odiaba deberle algo a alguien, sobre todo actos de bondad. Este rasgo era a la vez
bueno y malo: la parte buena era que llevaba una vida limpia y sin deudas, en la que
no estaba forzosamente conectado o enredado con nadie más; pero la parte mala era
que nunca se acercó a nadie.

Por supuesto, esto sólo era malo para la gente normal; para él, era exactamente
como le gustaba.

Pero tanto si eran cercanos como si no, Xue Xian había traído a NianQi y a Shitou
Zhang aquí, y por lo tanto eran "su gente". Y luego estaba Xuanmin.

Para que alguien desee hacer daño a los que están cerca de Xue Xian... deben
tener un deseo de muerte.

Los ojos de Xue Xian se movieron al recordar el sonido que había escuchado
cuando escapó del hechizo de los Demonios del Corazón... sonaba como una canica
ligera rodando por el suelo, mucho más ligera que una canica hecha de plata, oro o
ámbar, pero no tan quebradiza...

Esa cosa era muy probablemente la clave del hechizo de extensión de vida.

El tiempo era esencial. Xue Xian no tuvo la paciencia de esperar a que el pedazo de
mierda en el suelo decidiera repentinamente contarle todo.
Recordó lo que Shitou Zhang había dicho cuando se conocieron: el hombre lo había
llevado a una montaña, y le había hecho tallar siete candados de piedra y dos
guardianes de tumba...

"Déjame preguntarte esto", dijo Xue Xian mientras le agarraba del cuello y le
volvía a levantar. "¿Conoces la Isla de la Lápida, en el río del condado de Wolong?
Hay una tumba debajo de esa isla, y dentro de esa tumba hay trescientas almas
perdidas. ¿Crees que si las almas atrapadas en esa tumba te encontraran, te
reconocerían?"

El hombre sibilante se convulsionó de repente, como si, al estar frente a la puerta


de la muerte, incluso sus propios pecados le llenaran de temor.

El hombre respiró un pesado suspiro, aparentemente recordando algo, y luego


débilmente dijo, "Yo..."

"¿Ahora quieres decírmelo? Lo siento, no quiero oírlo más", interrumpió Xue Xian.
Inclinando la cabeza, dijo, "Sólo estoy confirmando. Estoy pensando en cómo hacerte
pagar".

Volteó la otra mano y en la palma de la mano aparecieron esas placas de


identificación rayadas. Dijo, "Las almas inocentes atrapadas tienen mucha energía
vengativa. Aunque ya han sido enterradas, no empezarán a desvanecerse hasta al
menos otros ocho o diez años. Especialmente... cuando vean a los que les hicieron
daño".

Bajó la voz y volvió a mover el dedo índice. Un rasguño carmesí apareció en la


frente del moribundo. El hombre se despertó de repente, como si volviera a la vida.

"El dolor se siente mejor cuando se está lúcido", dijo Xue Xian. Tiró las placas de
identificación sobre el cuerpo del hombre.

Las placas eran sólo pedazos de metal del tamaño de un pulgar, y las que Xue Xian
había encontrado en el fondo del río sólo sumaban unos veinte o treinta. Mientras las
tiraba, cayeron ligeramente sobre el hombre. Pero el hombre reaccionó como si
hubiera sido atrapado por el peso de cinco montañas. Todo su cuerpo se puso rígido y
se quedó tendido en el suelo, luchando contra el peso, pero finalmente no pudo
moverse.

A continuación, pareció ver algo... sus ojos se abultaron y empezó a gritar.


"Ahhh ---! ¡Desaparece! ¡Aléjate de mí!" Pareció abrumado por el terror y comenzó
a convulsionar de nuevo, llorando y gimiendo por misericordia, pareciendo, en un
instante, volverse loco. "¡Por favor! Por favor, por favor, por favor... pregúntame
cualquier cosa... ah... vete... haz que se vayan..."

Tal vez los gritos del hombre eran particularmente chirriantes y desgarradores -
Shitou Zhang y NianQi, que habían estado tirados inconscientes en el suelo, de
repente tuvieron un espasmo, como si soñaran con caerse, y, mientras pateaban, se
despertaron violentamente.

Pa...

Algo más se estrelló contra el suelo, haciendo dos ruidos sucesivos.

Shitou Zhang respiró laboriosamente, como si hubiera vuelto de un mal sueño. Con
los ojos saltones, miró fijamente al espacio, aturdido durante mucho tiempo antes de
volver a sus sentidos. "¿Qué es?", respiró. "¿Qué acaba de pasar? ¿Cómo pude
quedarme dormido aquí?"

Miró a NianQi, el chico terco y distante que, sin embargo, era confiable cuando las
cosas se ponían difíciles. NianQi también se estaba despertando, y Shitou Zhang se
confundió aún más. "Oye, Xiao Qi[1], ¿tú también soñaste? ¿Qué soñaste?"

NianQi se veía terriblemente pálido y parecía estar todavía en la agonía de su


visión. Después de una larga pausa, finalmente dijo en voz baja: "Vi a ShiJiu. Pero se
veía diferente..."

"Ahhhh! Te lo ruego, te lo ruego, por favor..."

Antes de que NianQi pudiera terminar, fue interrumpido por el hombre que lloraba
otra vez. El sentimiento melancólico que había sacado con él de la visión pareció
disiparse un poco, y bruscamente le preguntó a Xue Xian, "¿Qué le pasa a esta
persona?"

Xue Xian frunció el ceño mientras miraba al todavía inconsciente Xuanmin. Luego
miró al hombre en el suelo y se enganchó el dedo. "Te dejaré tomar un descanso. Te
lo pregunto de nuevo: ¿Qué has hecho?"

Mientras el dolor punzante de cien hormigas royendo su corazón desaparecía, el


sollozante hombre se acurrucó en el suelo, respiró profundamente y dijo: "No puedo
morir... No puedo morir... Utilicé una araña de la misma edad... La puse en el
hechizo..."

Hablaba absolutas galimatías[2], pero Xue Xian lo entendió.

¿Una araña de la misma edad?

"¿Cómo se rompe el hechizo?" Xue Xian gritó.

"El hechizo rompe la araña... la araña muere... el hechizo no se rompe..." El


hombre abrió sus ojos y miró débilmente a Xuanmin. "Solo necesito un segundo...
perforar la piel... di-dirigir la sangre..."

Mientras hablaba, Xue Xian ya había comenzado a buscar en el cuerpo de


Xuanmin, frunciendo el ceño.

"Todo lo que necesitas es una gota de sangre..."

¡Encuéntralo!

Xue Xian pensó que podía ver un punto rojo escondido en el lado del cuello de
Xuanmin. No hubo tiempo de sobra... le movió el cuello al monje y automáticamente
se acercó a esa herida de sangre oscura...

"No puedes sacarlo. Una vez que entra en su cuerpo, nunca puede salir." Tal vez
fue porque todavía estaba energizado por ese golpe en su frente antes, pero cuando
el hombre se recuperó de la persecución de las placas de identificación, parecía un
poco menos frágil de lo que había sido antes. Ahora, incluso podía hablar con frases
completas.

Los ojos del hombre brillaban mientras miraba fijamente el cuello de Xuanmin, y
Xue Xian con su cara presionada con fuerza contra él. Había un elemento maníaco
único en los ojos del hombre. Murmuró, "Se acabó... Es inútil. He tenido éxito. Una
vez que las patas de la araña salgan de la herida, podré vivir de nuevo".

Suspiró con placer mientras miraba sus propias manos, que parecían cobrar vida.

Frunciendo el ceño, Xue Xian levantó la cabeza y escupió el sabor de la sangre de


su boca. Aunque la mancha de la piel de Xuanmin se estaba volviendo rojo oscuro por
su intento de chupar la sangre, la herida estaba completamente intacta. De hecho,
incluso parecía que se estaba agrandando... ¿era esto lo que el hombre estaba
diciendo sobre las patas de la araña?
Pero cuando los delgados vasos sanguíneos comenzaron a salir de la herida, Xue
Xian se congeló.

Esto era familiar...

Con una mano detrás del cuello de Xuanmin para sostenerlo, Xue Xian miró el
lunar rojo situado entre el cuello del monje y la mandíbula inferior. Cada vez que
Xuanmin tenía un ataque de amnesia, ese lunar también se extendía en una red de
vasos sanguíneos... ¡exactamente como la "araña de la misma edad"!

En ese momento, del nuevo lunar de araña que se había adherido al cuello de
Xuanmin crecieron dos largas piernas, y luego se detuvo. De repente, las patas se
retrajeron, y, en un parpadeo, toda la herida desapareció.

Antes de que Xue Xian pudiera registrar lo que acababa de suceder, sintió el
cuerpo de Xuanmin bajo su movimiento.

"¿Estás despierto?" Preguntó Xue Xian mientras los ojos de Xuanmin parpadeaban.

Por un momento, Xuanmin pareció levantar la mano.

"Caminamos directo a una trampa. Demonios del corazón", dijo Xue Xian. Recordó
su visión, y una expresión complicada cruzó su cara. Ni siquiera notó que la mano de
Xuanmin, que había levantado suavemente, cayó de nuevo a su lado.

Xuanmin cerró los ojos durante algún tiempo, y luego los volvió a abrir de repente,
ahora estaba completamente despierto.

Luego, miró lentamente a Xue Xian.

Xue Xian estaba confundido por la mirada, pero luego recordó que su posición era
un poco ambigua, y que, además, esa mancha roja de piel chupada en el cuello de
Xuanmin era una clara indicación de lo que había hecho.

Así que se miraron el uno al otro. No, puedo explicarlo.

──────────

[1] Aquí Shitou Zhang se dirige a NianQi como Pequeño Siete. en Piyin vendría siendo
Xiao Qi. Teniendo en cuenta que en español NianQi es Veintisiete.
[2] Lenguaje difícil de comprender por la impropiedad de las frases o por la confusión
de las ideas.
Capítulo 65: Araña de la misma edad (IV)

Pero la herida hecha por la maldita "araña de la misma edad" no había dejado ningún
rastro, así que, ¿Cómo demonios iba a explicarlo?

Si decía algo o no, basado en la personalidad de Xuanmin, el monje probablemente


no mostraría una reacción. Tal vez, teniendo en cuenta la pobre dignidad de Xue
Xian, podría simplemente darse la vuelta y fingir que nada había pasado. En cuanto a
lo que el burro calvo estaba pensando realmente, Xue Xian no tenía ni idea.

Cuando lo miraba de esta manera, había muy poca diferencia entre explicar y no
explicar.

Además... el burro calvo había pasado por sus propias alucinaciones, así que ¿Qué
había que explicar? Así que Xue Xian le chupó el cuello y dejó una marca. ¡No era
como si pudiera retractarse!

Una serie de complejas emociones cruzaron la cara de Xue Xian, y finalmente


decidió tirar los últimos pedazos de su dignidad y fingir que no había pasado nada en
absoluto. Se sentó y miró sospechosamente a Xuanmin. "¿Qué estás mirando?"
preguntó.

El cuerpo de Xuanmin aún estaba caliente, lo que hizo que esa parte fría y húmeda
de su cuello fuera especialmente obvia. Aunque no había estado despierto para ver el
proceso, cuando su mano se disparó a su cuello, inmediatamente encontró la marca.
Antes de que pudiera ver la cara del monje, Xue Xian se dio la vuelta con culpa y se
obligó a arreglar su cara. Luego miró al hombre que seguía acurrucado en el suelo y
se burló: "¿No dijiste que lo habías logrado? ¿Cómo se siente? ¿Cómo es que por
mucho que mire, parece que no has vuelto a la vida en absoluto?"

El hombre murmuró maniáticamente, "Estoy vivo, realmente puedo vivir... Puedo


vivir ahora... Mira, incluso puedo enroscar mis dedos..."

Mientras decía esto, hizo un puño con su mano. Realmente parecía más fuerte que
antes.

Pero Xue Xian le golpeó en una frase.

"Deja de mostrar tus garras de pájaro. ¿De dónde crees que viene esa fuerza? ¿De
la araña de la misma edad?" Se rio fríamente, y luego dijo: "Es que tengo más
preguntas para ti, así que te mantengo lúcido para torturarte mejor. Mira..."
Tiró ligeramente del cuello de Xuanmin y dijo: "Esa mancha de sangre tuya ha
desaparecido. ¿Patas de araña? En tus sueños. Si hubieras tenido éxito, la persona
que convulsiona en el suelo no serías tú".

Cuando empezó a hablar, el hombre parecía no creerle, pero con esa última línea,
el hombre no tuvo más remedio que aceptar el hecho.

De hecho, si hubiera tenido éxito, ¿habría una diferencia tan grande entre él y
Xuanmin en este momento?

El hombre miró fijamente al suelo, aturdido. Se había desmoronado de verdad.

"Parece que tu araña no es tan efectiva como uno de mis dedos", dijo fríamente
Xue Xian.

Al oír esto, el hombre dejó de sollozar de repente y pareció ver las cosas con
claridad otra vez. Se arrastró rápidamente hasta la mesa y agarró los tobillos de Xue
Xian, diciendo: "Sálvame, te lo ruego. Sálvame... No puedo morir. ¡No debería morir!
I... Soy virtuoso. Merezco vivir. ¿Cómo puedo morir?"

Xue Xian se rebeló ante la idea de ser tocado por un delincuente, pero no tenía
sensibilidad en sus piernas, y ni siquiera podía echarlo a patadas.

"Burro calvo, podrías..." Xue Xian se detuvo para decir Xuanmin en su lugar, pero,
mientras hacía una pausa, se dio cuenta de que se suponía que aún se sentía
avergonzado, así que decidió simplemente callarse.

Pero mientras hacía una mueca y decidía tolerar al hombre, Xuanmin hizo un
movimiento.

Levantó su mano y la agitó ligeramente hacia el hombre y, de repente, una


poderosa fuerza lo golpeó y lo apartó de las piernas de Xue Xian. El hombre se alejó
como un zhang, y luego otra fuerza invisible agarró las piernas de Xue Xian y las llevó
a la mesa.

Xue Xian miró fijamente sus propias piernas, aturdido, y luego se dio cuenta: Yo
también puedo hacer eso. ¿Por qué olvidé eso en el momento clave? ¿Soy tonto?

Decidió que su estupidez momentánea había sido causada por la confusión


recalentada del hechizo del hombre, que había dañado su cerebro.
Pero no era el momento de pensar en esas cosas... había asuntos urgentes a la
mano. Señaló al hombre en el suelo con su barbilla y preguntó, "¿Qué acabas de
decir? ¿Eres virtuoso? ¿Por qué no le preguntas a esas placas de identificación si
están de acuerdo? Atrapaste a trescientas almas inocentes en el fondo de una tumba,
y gracias a ti, nunca podrán trascender. ¿Cómo te atreves a hablar de virtud?"

"Tú... Su Excelencia, no conoce toda la historia..." Para poder vivir, el hombre que
acababa de intentar asesinarlos a todos se dirigía ahora a Xue Xian como Su
Excelencia. Le dio a Xue Xian dolor de cabeza. "No conoces toda la historia. La parte
del río que pertenece al condado de Wolong no había sido pacífica en los últimos
años. Grandes olas y remolinos no dejaban de aparecer, lo que dificultaba las
maniobras de los barcos. Temíamos que un día llegara una inundación y se
sumergieran ambos lados del río, matando a cientos de personas. Descubrí que una
terrible catástrofe visitaría pronto Wolong, así que hice un diseño de "Cien soldados
empujan la corriente" para evitar el desastre".

Entonces el hombre levantó la cabeza para mirar a los ojos de Xue Xian y se dio
una palmadita en el pecho. "Salvé a cien, mil, diez mil personas. Es un gran acto de
bondad. ¿No me hace eso virtuoso? No debería morir. Debería vivir. Si vivo, puedo
salvar aún más vidas. ¿Cómo puedo morir? ¿Cómo puedo morir cuando tanta gente
inútil ahí fuera sobrevive?"

Mientras el grupo escuchaba al hombre divagar, cayeron en silencio. Los ojos de


Xuanmin se movieron un poco, como si de repente hubiera recordado algo, pero
rápidamente asentó su cara y miró al hombre sin remordimientos que estaba en el
suelo.

Xue Xian también se quedó pensativo, y finalmente soltó una risa fría y nasal.
"¿Por qué debes morir?", repitió. "Déjame preguntarte esto. ¿Alguna vez ocurrió la
gran inundación?"

"Se acerca, en la primavera o el verano del año que viene", dijo el hombre. "El
adivino que me dijo esto era un mago muy poderoso. Nunca se ha equivocado".

Pensó que Xue Xian había estado preguntando si la predicción era correcta, así que
empezó a refutar esto. Pero Xue Xian le interrumpió y le dijo: "No me importa si fue
acertada. Le pregunto: ¿ocurrió la inundación? ¿Murieron miles de personas?"

"Todavía no", dijo el hombre, sacudiendo la cabeza. "Pero..."

"Pero la gente ya ha muerto." Xue Xian levantó tres dedos. "Trescientas personas.
El diluvio nunca llegó, pero trescientas almas murieron bajo tu mano. No sólo no les
dejaste vivir una vida larga y pacífica, sino que incluso después de la muerte, no les
dejaste en paz. ¿Alguna vez les preguntaste qué querían? ¿Alguna vez aceptaron ser
parte de tu "Cien soldados empujan la corriente"?"

"Siempre hay un precio que pagar cuando cambias el destino. Trescientas vidas
por las vidas de decenas de miles..."

"¿Y eso hace que el trato sea justo?" Xue Xian dijo. "¿Los humanos son como los
melones y los dátiles para ti? ¿Puedes medirlos por el jin[1] y el liang[2]?"

"Yo... yo entiendo." El hombre parecía incluso pensar que había sido amable. "He
deliberado durante mucho tiempo. Al final, elegí a gente como mendigos y soldados
retirados. Todo lo que hacen los mendigos es sentarse en la calle y mendigar comida.
Con el clima extremo del invierno y el verano, frecuentemente mueren después de
una sola noche. Para la mayoría de la gente, son sólo adefesios. Y en cuanto a los
soldados, sólo tenían media vida de todos modos. Ya habían desperdiciado sus vidas
en el campo de batalla, y sólo se habían retirado porque ahora les faltaban brazos o
piernas. Incluso si hubieran vuelto a casa, sólo se habrían convertido en una carga."

Xue Xian se rio con odio. "Creo que tú eres la carga. Mírate ahora... un pedazo de
carne muerta que ni siquiera puede moverse. Estás al borde de la muerte. Si quisiera
hacer un hechizo de feng shui y no tuviera que sacrificar demasiadas vidas -- sólo una
-- y quisiera usar la tuya, ¿Qué dirías a eso? Tal vez 80 años después serías capaz de
ayudar a salvar a cientos de miles de personas".

El hombre no dijo nada.

Xue Xian no tenía el corazón extra para salvar a un hombre como este, así que
toda esta charla fue porque... morir sin admitir ninguno de tus errores era
básicamente otra forma de salirse con la suya. Quería que el hombre muriera con
arrepentimiento y sabiendo que nunca podría compensar sus pecados.

Pero antes de que el hombre muriera, todavía tenía preguntas.

"Déjame preguntarte esto: los huesos de dragón que enterraste bajo la tumba.
¿De dónde los sacaste?" Xue Xian dijo.

"Una persona santa me los regaló. Dijo que los huesos de dragón podrían
multiplicar el efecto mágico del hechizo."
Xue Xian se estaba impacientando. "¡Odio a la gente que no puede ir al grano! ¿Por
qué no te envío a conocer a Yama[3] en el infierno ahora mismo?"

"No, no, no! Te diré... La persona santa es un mago... Yo fui su seguidor durante
muchos años. Nací con magia en mi cuerpo. La sangre que fluye de mí es más
efectiva para los hechizos que la sangre de los humanos normales. Me enseñó
mucho... Lo seguí desde los ocho o nueve años y estudié con él durante más de diez
años. Era mi shifu, pero no me dejaba llamarlo así. Pero me dio un adorno hecho de
madera de melocotón para colgarlo en mi cadera, lo que significaba que yo había sido
su discípulo. Aunque ya no estoy con él, seguimos en contacto. Él fue quien me contó
sobre el gran desastre que se avecinaba en el río Wolong, y contrató hombres para
ayudarme a lanzar el diseño "Cien soldados empujan la corriente"."

¿Otro mago?

Xue Xian no pudo evitar recordar al mago que el Oficial Liu había mencionado.
Ahora parecía que estos podrían ser el mismo hombre, ya que les proporcionó partes
de su cuerpo de dragón a ambos. Así que era probable que este mago fuera el
hombre que Xue Xian estaba buscando!

Xue Xian dijo, "Querías hacer un hechizo, así que mataste a trescientas personas.
Querías tallar guardianes de tumba, así que secuestraste a un cantero. Querías que el
diseño fuera más efectivo, así que enterraste un hueso de dragón... Parece que tú y
tu shifu son iguales. Despreciables." Se rió fríamente. "¿Cuál es el nombre de tu
shifu?"

"Si me dejas vivir unos años más..." el hombre tartamudeó. Se había dado cuenta
de que el verdadero objetivo de Xue Xian era su shifu, y pensó que podría usar esto
para negociar su vida.

Pero antes de que pudiera terminar su frase, Xue Xian le barrió el brazo y un fuerte
viento le hizo retroceder hasta la pared. "Así que no me lo digas. ¡Puedo encontrarlo
incluso sin saber su nombre!"

El hombre gritó, "¡Songyun! ¡Su nombre de sacerdote Daoísta es Songyun!"

Ahora Xue Xian había terminado de hacer las preguntas que necesitaba hacer.
Quiso matar al hombre, pero Xuanmin apartó su mano.

"¿Qué pasa?" Preguntó Xue Xian.


"Tengo preguntas", respondió Xuanmin.

Xuanmin miró al hombre y le preguntó: "¿Me has visto antes?"

Al oír esto, Shitou Zhang, NianQi, e incluso Xue Xian contuvieron la respiración.

El hombre había perdido el aliento por el golpe de Xue Xian, y temblaba de terror
en el suelo. Miró fijamente a Xuanmin durante mucho tiempo antes de que pudiera
ver claramente la cara del monje, y finalmente sacudió la cabeza y dijo, "N-no".

Xuanmin frunció el ceño. "Entonces, ¿por qué vendrías aquí a esconderte?"

"Mi shifu adivinó que pronto moriría. Dijo que si venia en esta dirección a
esconderme, podría encontrar una manera de invertir mi fortuna. Mientras estaba
fuera de la niebla, oí un grito de cuervo dentro del bosque, así que tomé una píldora
de antídoto y entré. Un pájaro negro vio que estaba cubierto de sangre y me trajo
aquí."

Xue Xian pensó: El pájaro del calvo, le abrió las puertas a un ladrón...

Pero, habiendo escuchado la explicación del hombre, Xue Xian pudo finalmente
relajarse: él y Xuanmin no eran conocidos.

Y mientras se relajaba, se le ocurrió otro pensamiento. Miró a un lado del cuello de


Xuanmin y dijo: "Su araña de la misma edad. ¿De dónde la has sacado? ¿También de
tu shifu de mago?"

El hombre no podía predecir el estado de ánimo de Xue Xian, así que dejó de
intentar negociar. Obedientemente, respondió, "En efecto... dijo que lo obtuvo de
Langzhou."

"Langzhou..." Xue Xian repitió. De repente, cogió el libro que Xuanmin había
puesto sobre la mesa y empezó a hojearlo hasta que encontró la anotación que
Xuanmin había señalado: "Montaña Xia, Langzhou". Además, este libro no era el
primer lugar donde había encontrado el nombre de ese lugar. Cuando tuvieron su
conversación en la posada, Xuanmin le dijo que cuando se despertó, había estado en
una montaña en Langzhou.

¿Podría ser que, antes de que perdiera la memoria, Xuanmin hubiera descubierto
el lunar de la araña así como alguna forma de romper el hechizo, y las pistas lo
hubieran llevado a Langzhou?

Xue Xian se alegró de saber que no habían venido hasta aquí a la Montaña
Dustpan para nada. Antes, todo había sido en pedazos, pero ahora se estaban
uniendo. Cada pista apuntaba a una sola persona... el mago. Y todo lo que tenía que
ver con Xuanmin apuntaba a un lugar... Langzhou.

Ahora que sabía esto, Xue Xian no veía razón para retrasarse. Levantó su mano y
enroscó sus dedos en un puño en dirección al hombre. Las almas hambrientas atadas
a las placas de identificación comenzaron a rodear al hombre de nuevo.

"Ahhh---" gritó el hombre.

Xue Xian lo miró, sin expresión, y luego enganchó un dedo. Una brizna de humo
blanco se escapó de la frente del hombre al disiparse la lucidez que Xue Xian le había
concedido anteriormente. El hombre sollozó cuando sintió que la energía abandonaba
su cuerpo y se acercaba a la muerte.

Al final, cuando, en medio de la persecución de los soldados muertos, el hombre


sintió que lo último de su vida se desvanecía, continuó llorando, medio arrepentido,
medio resentido. Abrió la boca y utilizó el último aliento para graznar: "Si fueras tú,
tú... tú..."

Sus palabras no tenían ni pies ni cabeza, y apenas eran más fuertes que un
susurro, pero Xue Xian lo escuchó... y entendió exactamente lo que quería decir.

Si fueras tú, sabiendo que un gran desastre vendría, ¿Qué harías? Después de
todo, si querías cambiar el destino, tenías que pagar un precio...

Xue Xian le miró con desprecio. Tenía la intención de responder, pero un hombre
como este caminaba por un camino fundamentalmente diferente al de Xue Xian.
Incluso si se lo decía, el hombre no lo entendería. Era un desperdicio de aliento.

Así que hasta que el hombre finalmente murió, Xue Xian no dijo nada. Todo lo que
hizo fue coger las placas de identificación del frío cuerpo y metérselas en la manga.
Luego se volvió hacia Xuanmin y extendió sus brazos. "¿Puedes pedirle a tu pájaro
que aletee de nuevo y nos levante de aquí?"

Ese gesto suyo sólo tenía un significado: llévame. Sin embargo, su tono y actitud
era el de alguien que exige el pago de una deuda.

Xuanmin lo miró silenciosamente y pareció, por alguna razón, vacilar. Entonces se


acercó y tomó a Xue Xian en sus brazos, levantándolo de la mesa.

Al principio, Xue Xian estaba desconcertado. Hasta ahora, el burro calvo lo había
llevado como si llevara un saco de comida, hasta el punto de que incluso Xue Xian se
había acostumbrado a ello. ¿Por qué había dudado de repente? ¿Había pasado algo en
la visión de los Demonios del Corazón del monje, y ahora ya no le gustaba?

Pero cuando estaba en los brazos de Xuanmin de nuevo, instantáneamente se dio


cuenta de lo que estaba mal...

La temperatura corporal de Xuanmin era aún más caliente que antes, y el calor
sofocante hizo que Xue Xian se sintiera incómodo. Incluso las palmas de Xuanmin,
que antes había sido capaz de mantener frías, estaban ahora ardiendo.

¿Y por qué era esto? Porque cuando Xue Xian había chupado el cuello de Xuanmin,
le había dado otra dosis de saliva de dragón.

Cuando Xue Xian se dio cuenta de esto, quiso abofetearse a sí mismo. ¿Cómo se
supone que vamos a seguir así?

──────────

[1] Un jin equivale formalmente a 600 gramos. En la China continental, el jin se ha


redondeado a 500 gramos.

[2] 1 liang [] es igual a 0.05 kilogramo

[3] Yama, el dios de la muerte, quien determina la justicia que cada alma recibirá, y
su camino después de morir. Se cree que Yama fue el primer humano en morir, por lo
que tiene la tarea de presidir donde descansarán los muertos. También se le conoce
como Dharma, que en una traducción aproximada significa orden cósmico, ya que se
dedica a mantener la armonía.
Capítulo 66: Placas (I)

Una dosis de saliva de dragón sería muy poderosa para la gente común, pero para
Xuanmin sólo había sido una molestia que podía reprimir fácilmente. Pero dos dosis
de saliva de dragón tenían el doble de poder: la gente común se volvería loca por
ella, e incluso Xuanmin había sudado a chorros anoche.

Ahora eran tres dosis...

Aunque Xue Xian no podía imaginar lo que se sentía, se imaginó que la gente
común no sería capaz de soportar tres dosis en absoluto, incluso podrían morir por
ello. Y Xuanmin estaba usando toda su energía para reprimir los efectos dentro de su
cuerpo, pero no parecía sostenible, y podría terminar empeorándolo.

La temperatura corporal del monje era suficiente para quemar a alguien hasta la
muerte.

Ahora las cosas se habían complicado demasiado, pero Xue Xian todavía tenía que
resolver algo. Después de todo, la saliva del dragón había salido de él. Xue Xian
encontró una pizca de bondad en su corazón para empezar a contemplar soluciones.
Aunque no sabía qué hacer, sabía que no importaba lo que hiciera, no podía ser en un
lugar público con gente dando vueltas... tenía que ser en un lugar sin distracciones ni
obstáculos, ya que, después de todo, la situación era muy incómoda y debía
permanecer confidencial.

Después de reflexionar sobre esto, le dijo a Xuanmin, "Ya que este edificio está
conectado a tu pasado, ¿no quieres buscarlo más a fondo y ver si puedes encontrar
alguna pista?"

Por supuesto que Xuanmin tenía la intención de hacer eso. Así que dijo, "Sí".

Ahora Xue Xian se volvió hacia Shitou Zhang y NianQi. "Para no hacer que Jiang
Shining se preocupe, ustedes dos deben regresar ahora. El burro calvo y yo
revisaremos el edificio con un peine fino".

Como NianQi apenas podía ver, no tenía objeciones, pero Shitou Zhang dudó un
poco. Quería quedarse y ayudar: aunque técnicamente era un "edificio pequeño",
todavía había muchas habitaciones por las que pasar. Pero entonces decidió que todo
lo que Xue Xian y Xuanmin decían era probablemente correcto y profundamente
sabio, así que al final no protestó. Asintió con la cabeza y dijo, "De acuerdo. Los dos
volveremos al recinto Fang".
Sin la niebla, el camino para salir del bosque, era claro y directo, y no estaban muy
lejos de la casa de los Fang. Pero, basándonos en el ritmo de caminar de Shitou
Zhang y NianQi, si se iban ahora, todavía sería de noche cuando llegaran al recinto de
Fang.

Temiendo que pudieran perderse la hora límite para las puertas de la ciudad, los
dos no se retrasaron más y se fueron.

Para cuando se fueron, Xuanmin ya había puesto a Xue Xian de nuevo en la silla de
ruedas fuera del edificio. Xue Xian vio sus siluetas desaparecer en el bosque, y de
repente escuchó la voz de Xuanmin detrás de él diciendo, "Habla".

Se dio la vuelta. "¿Eh?"

"Les hiciste salir a propósito", dijo Xuanmin, señalando hacia el camino.

¿Era tan obvio? Xue Xian se rascó la cara y evitó la mirada de Xuanmin, mirando
hacia el camino también. Finalmente, dijo vagamente, "Es mi culpa".

Por un segundo, Xuanmin no entendió, y lo miró con perplejidad.

Xue Xian cruzó sus brazos y se rascó los codos. Luego señalo con la barbilla al
cuello de Xuanmin y dijo: "La saliva de dragón".

Xuanmin se quedó momentáneamente aturdido cuando Xue Xian confesó


voluntariamente su error. Entonces, con cara de exasperación, lo miró de arriba a
abajo antes de barrer su túnica y darse la vuelta. Volviendo a la habitación, dijo, "No
es nada".

"¡Como si así fuera!" Xue Xian se quebró. "Tu piel está más caliente que una
estufa, ¿y tienes la audacia de decirme que no es nada?"

Los efectos de la saliva del dragón se multiplicaron por tres... ni siquiera Xuanmin
pudo soportarlo. ¿Cómo podría ser realmente nada? El monje simplemente estaba
acostumbrado a reprimirse en todos los sentidos, y lo trataba como un dolor
ordinario.

Xue Xian quería decir más, pero, dentro de la habitación, Xuanmin convocó al
cuervo de nuevo. El pájaro se precipitó hacia la esquina del techo, y el suelo debajo
de Xuanmin tembló, llevándolo de nuevo a la habitación de piedra de abajo.
Después de un tiempo, reapareció con el hombre ahora muerto. Levantó su mano
y tomó algo de la cadera del hombre, y lo llevó afuera. Como Xuanmin odiaba tocar a
los demás, usaba el poder talismán para levitar ligeramente el cuerpo del hombre a
su lado. Se adentró en el vasto bosque de más allá y encontró un lugar para enterrar
al hombre.

Cuando regresó al edificio, Xuanmin dibujó otro talismán y mágicamente limpió


toda la habitación así como su propia ropa.

Xue Xian puso los ojos en blanco. Su túnica ni siquiera tocó al hombre!

Todo el tiempo, Xuanmin realizó cada acción con ese rostro neutral e
imperturbable. Xue Xian se sentó allí, viéndole caminar de un lado a otro. Sólo
cuando todo el edificio se limpió completamente de cualquier contaminación del
hombre, Xuanmin finalmente regresó para pararse frente a Xue Xian.

"Entremos", dijo suavemente, levantando a Xue Xian en sus brazos y entrando en la


habitación. Colocó a Xue Xian de nuevo sobre la mesa, aunque la mesa estaba ahora
impecable.

Xue Xian suspiró cuando vio esto. ¡Este monje está obsesionado! pensó.

Tenían la intención de buscar pistas, así que naturalmente no sólo podían hacer
una búsqueda superficial. Xuanmin caminó hacia la estantería y extrajo un libro. No
trató de ignorar a Xue Xian: apiló dos libros en la mesa junto al dragón, y comenzó a
mirar algunos libros más.

El significado era claro: le daba permiso a Xue Xian para que le ayudara a leer los
libros en busca de pistas.

Xue Xian se alegró de que Xuanmin fuera capaz de integrarlo tan distraídamente a
su mundo interior, sin ningún indicio de precaución o vigilancia. Tomó un libro y
comenzó a hojearlo, pero al pasar las páginas, su corazón no estaba en él.

Porque todavía estaba pensando en la saliva de dragón.

Xuanmin parecía haber decidido simplemente contener todo lo que era


inconveniente dentro de su cuerpo, sin dejar ningún rastro de ello a la vista. Mientras
el monje volteaba las páginas de su libro, sus dedos estaban firmes y lentos, mirando
cada una de las páginas con precisión, sin revelar ningún indicio de su incomodidad.
Xue Xian intentó concentrarse en el libro que tenía en sus manos, pero su mirada
pronto volvió a caer sobre Xuanmin. Contemplativamente, extendió la mano para
sentir rápidamente la temperatura de las manos de Xuanmin antes de apartarla de
nuevo.

Los dedos de Xuanmin estaban muy calientes.

Finalmente, Xue Xian inesperadamente dijo, "Déjame ayudarte".

Toda la atención de Xuanmin seguía en las páginas, así que simplemente accedió a
las palabras de Xue Xian. Su mirada no se levantó del libro, ni las manos que estaban
pasando las páginas dejaron de moverse. Claramente no había entendido lo que Xue
Xian había estado insinuando vagamente, y probablemente había asumido que el
dragón simplemente quería decir que le ayudaría a mirar los libros.

Pero Xue Xian ya había empezado a hablar, y no había forma real de volver atrás
ahora. Así que añadió: "Me refiero a la saliva del dragón".

Las manos que daban vuelta las páginas se congelaron.

Desde que le habían dado dos dosis de saliva de dragón de la bestia, Xuanmin
había hecho todo lo posible para evitar estar demasiado cerca de Xue Xian. Aparte del
hecho de que la bestia no podía caminar, y por lo tanto Xuanmin no tenía otra opción
que ayudarlo, trató de mantenerse lo más lejos posible de Xue Xian.

Por ejemplo, ahora mismo, le había dado a Xue Xian algunos libros y luego se
había alejado un poco más a la estantería para leer sus propios libros, en lugar de
estar justo al lado de Xue Xian.

Si alguien más hacía esto, el significado detrás de ello sería demasiado obvio, pero,
viniendo de Xuanmin, había poco que leer, ya que siempre había sido el tipo de
persona que odiaba estar cerca de los demás. Pero Xue Xian lo había detectado, y en
parte era la razón por la que tenía tanta prisa por curar a Xuanmin de los efectos de
la saliva de dragón, para que Xuanmin dejara de evitarlo como si evitara a un
fantasma.

Xue Xian distraídamente volteó una sola página hacia atrás y adelante mientras
repetía, "Déjame ayudarte".

Xuanmin se quedó en silencio por un rato, luego se volvió hacia él y le preguntó:


"¿Cómo se rompe el hechizo?"

Su comportamiento era todavía fresco y tranquilo, sin ninguna duda - le había


hablado a Xue Xian como si significara que había una cura normal, así como todos los
venenos tenían un antídoto.

Xue Xian hizo una mueca de dolor y se mordió la lengua, preguntándose cómo
decirlo. Finalmente, aclaró su garganta y dijo, "¿Sabes lo que la gente dice cuando se
encuentra con una inundación inminente? Es mejor dejarlo correr que intentar
bloquearlo. Cuando te convertiste en monje, en esas imágenes de tu juventud,
¿recuerdas si tenías algún tipo de supervisor... un maestro? ¿Era estricta la disciplina
monástica? ¿No dicen algo como, "El alcohol y la carne pasarán y saldrán de tu
cuerpo, pero el Buda siempre recordará que lo ingeriste"? Si no tuvieras un
maestro..."

Se necesitó una rara paciencia para amortiguar la caída con todo ese preámbulo...
y no estaba seguro de si estaba tratando de convencerse a sí mismo o de convencer a
Xuanmin. Pero la atmósfera en la habitación permaneció sin cambios, así que,
mientras hablaba, se volvió cada vez menos seguro de sí mismo, y finalmente se
alejó.

Xuanmin no dijo nada.

Así que Xue Xian tampoco dijo nada.

Se miraron el uno al otro. Aunque sus rostros estaban en blanco y tranquilos,


palabras muy poco pacíficas rebosaban bajo sus exteriores forzosamente neutrales.

Xue Xian se estaba molestando de nuevo. Golpeó el libro que había estado
sosteniendo sobre la mesa, donde cayó y se cerró con un fuerte golpe. "Depende de
ti", dijo. "¿Quieres que te ayude? ¿Eh?"

Xuanmin rompió el contacto visual y miró hacia abajo, reanudando su giro de


página como si no hubiera escuchado lo que Xue Xian había dicho. Luego, pareció
recordar algo de repente, y buscó en su bolsa, y luego se sacudió la manga.

Y pegó un talismán en la frente de Xue Xian.

"Yo––" Xue Xian se obligó a tragarse las maldiciones. Con el talismán congelando
sus movimientos, no había nada que pudiera hacer, y le costó todo su esfuerzo
reprimir la ira y la frustración que se había hinchado en su interior. Si no fuera por el
hecho de que él había sido la causa de todo este problema, se habría desmayado de
rabia durante mucho tiempo. "Está bien, está bien, me rindo. Pero yo no me
congelaría si fuera tú... tengo que ir a cavar tu tumba más tarde."

La parte de la tumba no era una amenaza. Los efectos de la saliva del dragón eran
a largo plazo y tardaba un tiempo en emerger completamente en el cuerpo de
alguien. Si lo recuerda correctamente, la última vez, le tomó a Xuanmin hasta la
noche para comenzar a arder. Los efectos de la tercera dosis no parecían haber
aparecido todavía, pero el burro calvo ya se estaba comportando de esta manera.
Una vez que la dosis entró completamente en su cuerpo, si seguía tratando de
forzarla de esta manera, algo iba a salir mal, y probablemente moriría.

Sólo ahora que había parado a Xue Xian, Xuanmin habló. "No es necesario", dijo.

Al diablo con tu "No es necesario".

Furioso, Xue Xian le ignoró. Pero Xuanmin añadió, "Si no tienes nada más que
hacer ahora, puedes tomar prestado mi colgante para hacer algo de curación."

A la mierda tu 'curación'.

Cada vez que Xuanmin hablaba, Xue Xian sentía más rabia dentro de él y quería
más que nada contestar. Pero este burro calvo era intocable, y nada de lo que dijera
le afectaría en absoluto, lo único que Xue Xian probablemente conseguiría sería
enfadarse aún más. Así que Xue Xian se quejó para sí mismo: "Bien, entonces
muere". Pero aun así cerró los ojos y comenzó a concentrarse en reparar más de su
cuerpo, cerrándose al mundo.

El colgante de Xuanmin fue realmente muy útil. Aparte del hecho de que, si lo
usaba por mucho tiempo, empezaba a crear algún tipo de conexión espiritual entre él
y Xuanmin, no parecía tener ningún otro efecto secundario. Xue Xian estaba feliz de
usarlo para acelerar su curación... era confiable. Así que pronto cayó en un estado
meditativo, y no escuchó nada del mundo exterior.

La última vez, le había llevado toda la noche conseguir que esos hilos dorados
dentro de él crecieran a la mitad. Esta vez, por alguna razón, los hilos dorados se
curaron mucho más rápido.

Y el colgante era extremadamente intuitivo de usar, como si ya hubiera empezado


a reconocerlo como una especie de segundo maestro. Quizás fue porque Xuanmin
había absorbido la saliva del dragón, por lo que los dos habían empezado, hasta
cierto punto, a influir en el qi del otro.

Xue Xian pensó que incluso podía sentir el tirón de los hilos dorados hacia el
siguiente trozo de hueso roto. Cada paso del proceso era agotador, pero con cada
paso completado, sentía una sensación de alivio y confort.

Pero al mismo tiempo, podía sentir alguna otra sensación que se deslizaba dentro
de él, como si se mezclara con el poder mágico de las propias monedas de cobre. La
extraña sensación siguió el crecimiento de los hilos y se extendió lentamente por su
cuerpo.

Una sensación caliente, entumecida y ligeramente agria, que le hizo sentir ansioso
e inquieto, como si las hormigas corrieran por toda su piel y le clavaran sus dientes...
y sin embargo no le dolió.

Xue Xian se obligó a ignorar la incomodidad e intentó centrar toda su atención en


remendar los hilos.

Un poco más...

No, hace demasiado calor...

Pero sólo queda una pulgada...

Oh mierda, hace tanto calor...

Xue Xian se tambaleaba entre la confusión y la concentración en medio del calor


sofocante, y justo cuando la sensación de ansiedad estaba a punto de llegar a un
punto de ruptura, tiró de esos hilos a través de su cuerpo y los enganchó en ese
pedazo de hueso roto. En ese momento, el camino a toda la sección de su columna
vertebral desde la cintura a las piernas se despejó de repente, y el calor siguió las
venas de sus caderas así como los hilos dorados que reemplazaron esas partes
faltantes de su pelvis, corriendo hacia sus piernas...

Había tenido éxito...

La tensión en su corazón se relajó repentinamente, y sintió como si la mitad de sus


preocupaciones se hubieran disipado instantáneamente de su mente. Pero hubiera
sido mejor si no se hubiera relajado: tan pronto como lo hizo, sintió que la ansiedad
de las hormigas se desbordaba de repente en él con una venganza, inundándolo con
una nueva y extraña sensación de inquietud.
Se oyó a sí mismo soltar un pesado suspiro, y cuando sus sentidos del oído y el
tacto volvieron a él, se encontró con que estaba empapado en su propio sudor. Su
sentido del tacto parecía haberse vuelto extrañamente agudo, tan agudo que... hasta
el más mínimo movimiento que hacía que los pliegues de su túnica que se frotaban
suavemente contra su piel le daba una aguda sensación de shock, y le hacía sudar
aún más.

Confundido, vaciló, y antes de que fuera capaz de procesar la gratitud y la alegría


que sentía al recuperar sus piernas, otro pensamiento explotó en su mente,
paralizándolo...

Los efectos de la saliva de dragón parecían... debido a la conexión establecida por el


colgante... devolverse a su propio cuerpo...

En ese momento, Xue Xian sólo tenía cuatro pensamientos:

Recoger una piedra para aplastar su propio pie.

Karma.

Cuando hieres a otros, al final volverá a herirte a ti.

¡¿Quién en el mundo puede soportar este horrible sentimiento?!


Capítulo 67: Placas (II)

"La cortesía exige reciprocidad"

Afuera, el cielo se había convertido en un azul profundo sin que ellos prestaran
atención. Por una vez, la noche no era ventosa, y todo el vasto bosque dentro de la
hondonada de la montaña estaba absolutamente quieto, sin siquiera el suave ruido de
las hojas crujiendo unas contra otras, de modo que había una espeluznante calma.

El pájaro negro, que realmente parecía pertenecer a Xuanmin, había salido de la


habitación tan pronto como el sol se había puesto y ahora estaba posado en algún
lugar dentro del oscuro bosque, en momentos graznando de una manera ociosa y
lenta.

Pero el graznido del pájaro no sonaba como un graznido normal, sino que estaba
mucho más cerca de un suspiro humano. Sus suspiros hacían que la noche pareciera
sombría, como si estuviera embrujada, lo que explicaba por qué habían proliferado
todos esos rumores sobre la Montaña Dustpan.

Los suspiros del pájaro resonaban dentro de la hondonada de la montaña, sonando


mucho más fuertes y cercanos de lo que realmente eran.

La niebla venenosa que Xue Xian había levantado ese día reapareció con la noche,
deslizándose engañosamente despacio a través de la hondonada. Pronto, se había
convertido en una densa manta alrededor del bosque otra vez.

Esta niebla era mucho más pesada que la niebla normal, y blanca y soporífero[1]
como un bloque de grasa congelada. En poco tiempo, se había tragado todo, de modo
que cualquiera que intentara atravesarla no sería capaz de ver sus propios dedos
delante de ellos. Y si alguien estaba de pie cerca de ellos, sólo serían capaces de
oírlos, y no de verlos.

Afortunadamente Shitou Zhang y NianQi salieron temprano, porque si se hubieran


encontrado con tal niebla en su viaje, tendrían suerte si sobrevivieran.

Pero a diferencia de ellos, Xue Xian y Xuanmin no temían a la niebla, e incluso


cuando la habían disipado antes, había sido más por consideración a los otros dos.
Xue Xian y Xuanmin tenían sus propias formas de evitar los efectos de los venenos,
por lo que sus cuerpos no sentían, en realidad, los efectos de la niebla en absoluto.

A medida que la niebla volvía a entrar, se sentía mucho más densa de lo que había
sido antes de que Xue Xian la repeliera. Ahora, ni siquiera el edificio de bambú podía
escapar de ella: la niebla se deslizó a través de los huecos de las ventanas y llenó
toda la planta baja de una blancura cegadora, así como de un aire frío y escalofriante.

Sin embargo, en medio del frío glacial, Xue Xian tenía tanto calor que sudaba por
todas partes.

Frunció el ceño y tiró de sus túnicas. Las mangas que había doblado antes se
soltaron y se desprendieron de su delgada estructura.

Como iba vestido todo de negro, era imposible saberlo, pero de hecho estaba
completamente empapado de sudor. La fina tela, cargado de humedad, se pegaba
incómodamente a su espalda y brazos, pero colgaba de él por delante, de modo que
su cuello revelaba un largo trozo de su cuello y torso.

Habiendo estado medio paralizado durante seis meses, Xue Xian había perdido
mucho peso, y se había despojado de gran parte del músculo de su cuerpo de modo
que sólo quedaba una capa delgada. Ahora, el sudor hacía que su piel brillara
tenuemente bajo la luz de la linterna, dándole un aire renovado de robustez.

Seguía sentado en la mesa, con las dos manos agarradas a su lado, con la cabeza
inclinada hacia delante, de modo que el sudor de su frente le bajaba a los párpados.
Sus ojos estaban medio cerrados, y la humedad empañaba todo en su visión.

No sabía cuan peor era la tercera dosis de saliva de dragón comparada con el
estado febril de Xuanmin la noche anterior. Sólo sabía que, en ese momento, sentía
un calor insoportable y que el sudor le recorría el cuerpo en oleadas incesantes.
También estaba mucho más sensible que de costumbre, y no podía mover ni una sola
pulgada de su piel o incluso un solo pelo de su cuerpo. Incluso la sensación del sudor
que se filtraba por sus poros era suficiente para asustarlo y hacer temblar todo su
cuerpo.

Necesitaba encontrar una manera de dirigir el calor y la ansiedad que lo


acompañaba fuera de su cuerpo, pero no tenía idea de cómo. Además, estaba tan
profundamente sumergido en el calor que todo su esqueleto se sentía como si
estuviera nadando en sudor caliente, dándole una indescriptible sensación de
hinchazón. Incluso levantar la mano de la mesa se había convertido en una tarea casi
imposible.

En su aturdimiento, el suspiro del cuervo afuera se convirtió en un misterioso


susurro en su oído que hizo que le picara el oído, lo que a su vez le hizo sentir más
escalofríos en su cuerpo.

Esperaba que a Xuanmin se le ocurriera una idea. Después de todo, sus sentidos
estaban experimentando lo mismo. Pero Xuanmin seguía reprimiéndolo, mientras que
Xue Xian no veía el fin ni el límite al calor abrasador que llevaba dentro. Si seguía así,
realmente lo haría...

Xue Xian entrecerró los ojos. Sacudió la cabeza, forzándose a permanecer


despierto.

Pero mientras se movía, gotas de sudor corrían por su cuello, provocando el


hormigueo de los nervios de su piel. Suavemente, como una libélula que se desliza
por el agua, el sudor le llegaba al pecho.

Xue Xian apretó su agarre en el lado de la mesa y respiró profundamente... otra


descarga.

No podía recordar si había hablado con Xuanmin. Tal vez lo había llamado una o dos
veces, o tal vez su voz se había atascado en el fondo de su garganta, y nunca había
salido.

No sabía cuánto tiempo había pasado. Cuando sus párpados comenzaron a


cerrarse de nuevo, la espesa niebla dentro de la habitación, ya sea provocada por él o
controlada por otra persona, de repente se hizo aún más densa. Se nubló incluso
sobre la linterna que estaba a su lado y la mitad inferior de su propia ropa.

La niebla blanca ante sus ojos lo desorientó aún más. Frunció el ceño y respiró más
profundo y despacio, escudriñando sus ojos medio cerrados sin rumbo por el suelo de
la habitación. Sus párpados, empapados en finas gotas de sudor, lentamente... muy
lentamente... se abrieron y cerraron, pero nunca se cerraron del todo.

En su aturdimiento cada vez más profundo, pensó que podía oír a Xuanmin
hablarle, la voz del monje se sentía cercana y lejana al mismo tiempo. Le decía:
"Dame tu mano".

Xue Xian no sabía si había escuchado a Xuanmin correctamente, pero


automáticamente soltó el agarre de una de sus manos y la movió letárgicamente.
Inmediatamente, su mano estaba siendo sostenida por otra. Esa mano que le
agarraba estaba caliente al tacto, pero fuerte, y mientras lo sostenía con fuerza,
sentía como si fuera la única cosa que lo sostenía.

Lenta y gradualmente, Xue Xian comenzó a inclinarse hacia esa mano hasta que
todo su peso lo presionaba.

Apretó su propio agarre y abrió la boca para decir algo, pero en el siguiente
instante, no salió ninguna palabra. En cambio, el aliento que entraba y salía de su
nariz de repente se hizo más pesado. Porque otra mano había extendido la mano
desde la niebla blanca y tocó la piel de la curva de su cintura.

Los párpados de Xue Xian dejaron de parpadear cuando un escalofrío los atravesó
y su respiración se aceleró.

Todo ese calor abrumador y la ansiedad dentro de él de repente encontró una


salida. Frunció el ceño y soltó el agarre de su otra mano sobre la mesa, agarrando
violentamente la mano que descansaba en su cintura y acercándola hacia él. Al
agarrar la otra mano, inconscientemente la arrastró por debajo de su túnica doblada.

"No te muevas", dijo la persona cuya mano había agarrado. La niebla era
demasiado densa, y Xue Xian no vio nada delante de él, excepto blanco, y no pudo
ver el rostro de Xuanmin - pero en su voz baja, pudo oír una sensación de paz, así
como, quizás a causa de la fiebre, una ligera ronquera.

Pero ya estaban en esta etapa. Xue Xian no tenía intención de obedecer. Guio esa
mano bajo su túnica, buscando, y mientras la mano corría hambrienta por su cuerpo,
la delgada tela de su túnica se movió también, la mano lo tocó casi maníacamente
ahora, no podía parar...

La ansiedad dentro de él estaba consumiendo todas las partes de su cuerpo, y la


mente de Xue Xian estaba aún completamente en blanco. En algún momento, estaba
débilmente consciente, y de alguna manera, la persona silenciosa que lo ayudaba lo
acercó tanto que tuvo que abrir sus rodillas ligeramente para que se mantuviera
firme. Tan cerca que, en su aturdimiento, mientras esa mano tiraba hacia arriba y
hacia abajo, pensó que podía sentir la reacción de la otra persona también.

Sin embargo, aún no podía ver su cara... sólo podía oír su respiración, tan cerca
que sus respiraciones parecían estar entrelazadas, enredadas.

Y, de alguna manera, la otra mano de Xue Xian, la que se apoyaba en la mano de


Xuanmin, se había agarrado a la mesa. Mientras la otra mano se movía, su mano
contra la mesa se apretó en un puño y se soltó, una y otra vez. Y su frente fue
enterrada en el hombro de la otra persona, sus ojos semicerrados todavía cubiertos
por la niebla.
Xuanmin pareció decirle otra vez que no se moviera, y luego, por alguna razón,
trató de alejarse, pero él lo agarró con fuerza y no lo dejó salir.

La incomodidad causada por la saliva del dragón era mucho peor que en los
estados normales de este tipo, por lo que pasó mucho tiempo antes de que la
ansiedad dentro de Xue Xian comenzara a acercarse a su punto máximo. Pensó que
podría hacer un ruido... estaba tan cerca del alivio.

En ese momento, él mismo no podía entender si era para aliviar su malestar, o


para agarrarse más fuerte a la mano de Xuanmin, pero sus dedos comenzaron a
temblar desesperadamente, y toda su columna vertebral estaba rígida por la tensión.

Entonces, de repente metió la cabeza en el hueco del cuello de Xuanmin y apretó


los ojos para cerrarlos mientras la sensación de ansiedad finalmente abandonaba su
cuerpo.

Permaneció allí, silencioso y tenso, por un tiempo, y luego lentamente comenzó a


relajarse, finalmente comenzando a respirar de nuevo. Otra ola de sudor se derramó
por su cuerpo, la humedad se filtró a través de su túnica.

Sin embargo, la saliva del dragón era demasiado poderosa, y no era tan fácil de
derrotar. Pronto, esa ansiedad surgió dentro de él una vez más...

Todo en la noche a su alrededor había sido dividido en imágenes fragmentadas por


esa niebla, de modo que, mirando hacia atrás cuando Xuanmin le había ayudado, Xue
Xian no sabía cuánto tiempo habían peleado, ni si le había mordido el cuello...

Pero en todo el tiempo que había pasado, esa niebla había persistido, y Xue Xian no
había sido capaz de ver la cara de Xuanmin. Era una sensación extraña e
indescriptible, teñida de una ligera y desconcertante incomodidad, de modo que
incluso Xue Xian, que hasta ahora había estado abierto a todo, se había sentido
nervioso.

Después de mucho tiempo, Xue Xian finalmente sintió que se había calmado por
completo. La ansiedad que llevaba dentro parecía haberse desvanecido, dejando una
leve impresión, que crecía y menguaba en el fondo de su corazón, y, con la disipación
de la sensación de calor, se iba filtrando lentamente.

Se apoyó en la mesa y se agachó. Pronto, sus manos inquietas volvieron a tocar la


linterna, y a medida que la débil llama dentro de la linterna se hacía más brillante,
esa densa niebla desapareció de repente también, como si lo supiera.
Xuanmin había invocado la niebla a propósito...

Xue Xian pensó esto, pero estaba demasiado cansado para decirlo en voz alta.
Cuando la niebla venenosa finalmente se levantó, casualmente escudriñó la
habitación de nuevo, y vio que la mitad inferior de su túnica, que había levantado
para liberar calor, ahora había sido suavemente retirada de su lugar, y todo en esa
mesa una vez prístina se había convertido en un desorden disperso. Bajo el
resplandor de la lámpara, pudo incluso ver las rayas de sudor que dejaron sus manos
presionando la mesa, húmedas pero demasiado vagas para distinguirlas.

No lejos de él, Xuanmin estaba arrodillado en una estera de oración con los ojos
cerrados, meditando en silencio. Junto a sus manos estaban algunos de los libros que
había extraído de la estantería, apilados ordenadamente. Como si nunca hubiera
dejado la estera.

Donde Xuanmin se sentaba, todo estaba limpio y ordenado, en gran contraste con
el desorden alrededor de Xue Xian - de modo que por un breve momento, Xue Xian
tuvo una duda, y se preguntó si todo eso había sido otra visión.

Miró sus propias manos: afortunadamente, sus muñecas tenían las marcas de la
mano de otra persona - o de lo contrario habría empezado a creer que había
experimentado más Demonios del Corazón.

Xue Xian miró esos moretones durante algún tiempo, y luego levantó la cabeza
para decirle a Xuanmin: "La cortesía exige reciprocidad. Ven aquí y déjame darte una
mano. Si quieres, puedes traer más niebla. Nadie podrá ver nada. Puedes fingir que
todo es un sueño".

Xuanmin ni siquiera abrió los ojos. Hizo una pausa y luego dijo en voz baja, "No es
necesario. Se ha resuelto".

Xue Xian estaba todavía aturdido por la sensación de alivio que le había inundado,
así que su reacción fue casi estúpidamente lenta. "¿Resuelto? ¿Cómo es posible? Si la
meditación podía curarlo entonces por qué yo..."

De repente, se detuvo y cerró la boca, tragándose la segunda mitad de su


sentencia.

Xuanmin se quedó en silencio otra vez. Finalmente, dijo, "Cuando te resolviste,


dejé de sentir la sensación de incomodidad".
Xue Xian lentamente digirió el significado de esas palabras, y se sentó allí
entumecido. Deseaba poder escupir en la cara irrespetuosa de ese burro calvo...

Genial. Era como si hubiera soltado una ráfaga de flechas a su enemigo, pero las
malditas cosas se volvieron en medio de su viaje y volvieron a su propio ojo...

"Préstame tu cinturón", dijo Xue Xian con una expresión en blanco en su cara.

Xuanmin no entendió lo que quería decir. Aunque todavía no abrió los ojos, frunció
el ceño y dijo, "¿Para qué?"

"No quiero vivir más", dijo Xue Xian con el ceño fruncido. "Déjame colgarme del
marco de tu puerta."

Xuanmin lo miró, pero no respondió.

"¿Me lo prestas o no?" Preguntó Xue Xian.

Xuanmin retractó su mirada. "No".

Xue Xian soltó una burla molesta y volvió a jugar con la llama de la linterna,
decidiendo no hablar más.

No había sido tan malo cuando habían estado hablando. Ahora que la habitación se
quedó en silencio, una leve sensación de incomodidad e intimidad se precipitó para
llenar el espacio. Xue Xian miró un poco hacia abajo en contemplación, y luego dijo,
"¿Qué hora es? Si has terminado aquí, ¿volvemos donde los Fang?"

Justo cuando hablaba, antes de que Xuanmin tuviera tiempo de responder, Xue
Xian sintió que algo en su bolsillo se movía de repente.
Capítulo 68: Placas (III)

Ese movimiento fue ligero y breve. En un abrir y cerrar de ojos, se había detenido.

¿Había ocurrido siquiera?

La reacción de Xue Xian siguió siendo bastante lenta. Miró con disgusto su propio
regazo, sin saber si debía revisar su bolsillo, como si esperara que el movimiento se
produjera de nuevo.

- Danglang -

El suave sonido del tintineo del metal contra el metal se elevó y, en la absoluta
quietud de la habitación, fue alto y claro.

"Se ha movido", dijo de repente Xue Xian, señalando su propia túnica y mirando a
Xuanmin.

Xuanmin ya estaba mirando con sus ojos oscuros, no estaba claro si él también
había oído el tintineo o si ya había estado mirando a Xue Xian.

La luz de la linterna era tan débil que, cuando llegó a Xuanmin, era
extremadamente tenue. Xue Xian no podía ver qué expresión había detrás de esos
ojos... pero incluso si hubiera podido ver, con la desorientación causada por los
acontecimientos de todo el día, probablemente seguiría sin poder adivinar lo que
Xuanmin estaba pensando.

Probablemente esos ojos estaban completamente calmados y serenos como


siempre...

Xue Xian repitió: "Algo se ha movido".

Así que, básicamente, algunas cosas debían ser contenidas. Si se era demasiado
permisivo con ello, algunas personas no sólo se volverían perezosas y sin ganas de
moverse, sino que también se volverían estúpidas. Al menos, el actual estado de
idiotez de Xue Xian era muy diferente al normal: Antes, las cosas que había dicho
después de lo ocurrido no habían sido suficientes para revelar que algo andaba mal.
Pero ahora que volvían a ocurrir acontecimientos inesperados, era obvio que se había
vuelto completamente ignorante.*
Xuanmin estaba sentado, medio iluminado, medio en las sombras, mirando
fijamente a Xue Xian. Finalmente, dijo: "Sí".

En el silencio de la noche, su voz era tan profunda como un lago y, bajo el brillo
anaranjado de la linterna, parecía incluso perder su habitual filo y frialdad, y en su
lugar revelaba una sensación de calidez y cariño, que tiraba del corazón de Xue Xian
de una manera inexplicable.

Así, Xue Xian vaciló durante algún tiempo, hasta que la cosa en su bolsillo se
movió de nuevo, lo que le devolvió el sentido.

Después de tres veces, Xue Xian fue finalmente sacado de esa profunda sensación
de agotamiento. Miró hacia abajo y metió la mano en el bolsillo.

El bolsillo estaba todavía húmedo de tanto sudor, con una ligera humedad. Así que
cuando sacó aquellas finas placas de identificación, estaban cubiertas por una ligera
capa de humedad.

- Danglang -

Cuando sacó las placas de identificación, volvió a sonar el tintineo del metal.

Ahora Xue Xian podía estar seguro de que el movimiento procedía de una de las
placas de identificación del montón. Extendió aquellas veinte o treinta escamas de
metal por la mesa bajo el tenue resplandor de la linterna, y alargó la mano para
cambiarlas una a una.

- Danglang -

"Lo he encontrado", dijo Xue Xian, señalando uno de ellos y eligiendo.

"Quizá la energía vengativa aún no se ha disipado", dijo Xuanmin.

"Sí", dijo Xue Xian con desgano. Acercó la placa de identificación a la luz y volvió a
entrecerrar los ojos, luego miró más de cerca el nombre tachado en el reverso.
Después de un largo rato, resopló y dijo: "No puedo leerlo".

Aquellos arañazos estaban demasiado desordenados. Era imposible incluso ver las
marcas originales, y mucho menos leer el nombre.
Xue Xian se incorporó y le tendió la placa a Xuanmin.

"¿Qué es?" preguntó Xuanmin.

"Toma. Puedes hacer los ritos", dijo Xue Xian con indiferencia. Luego volvió a mirar
el resto de las placas de identificación que había sobre la mesa y las contó.
"Veintiocho. ¿Necesitas incienso? Tendrás que preparar veintiocho barritas de
incienso".

Mientras hablaba, tal vez porque le había oído y entendido, la placa de


identificación que tenía en la mano volvió a temblar de repente, como si quisiera
escapar de su agarre.

"No te muevas", le dijo Xue Xian a la placa.

No te muevas...

Antes, cuando, desesperado por liberarse de aquella angustia, Xue Xian había
cogido aquella mano y la había metido en su túnica, Xuanmin parecía haberle dicho
eso, más de una vez.

Al repetir inadvertidamente esa frase, la mente aún fatigada de Xue Xian no pudo
evitar volver al sonido de la pesada respiración de Xuanmin entrelazada con la suya...
se quedó mudo, y para cuando consiguió arrastrarse de nuevo fuera del recuerdo,
descubrió que su cara y la punta de sus orejas estaban calientes.

Con todo el cuerpo tenso, sujetó la placa de identificación y echó una mirada a
Xuanmin.

Por un momento, la mirada de Xuanmin pareció decaer ligeramente, pero luego


volvió a mirar el rostro de Xue Xian. Finalmente, su mirada se posó en la placa de
identificación de la mano de Xue Xian. Ni una sola vez miró directamente a los ojos de
Xue Xian, ya sea porque se los saltó o porque los estaba evitando.

Antes, cuando la niebla se había disipado por primera vez, Xue Xian había optado
especialmente por utilizar un tono desenfadado al hacer su proposición a Xuanmin,
queriendo utilizar esa despreocupación que normalmente tenía para aplastar la
incomodidad de esa intimidad palpablemente ambigua.

De hecho, aunque llevaba muchos, muchos años de vida, nunca se había encontrado
con una situación así, y no sabía cómo debía abordarla. Así que lo único que pudo
hacer fue apretar los dientes y tratarlo como "un asunto extremadamente normal",
una simple ayuda entre amigos, que no tenía ninguna relación con nada más.

Al cabo de muchos años, cuando el ya confuso recuerdo se hubiera desvanecido


hasta casi desaparecer, tal vez se convirtiera realmente en un asunto
extremadamente normal y fácil de olvidar. Y en cuanto a él y Xuanmin, seguirían
relacionándose como siempre lo habían hecho, y no necesitaban gastar tiempo ni
energía en cambiar nada de su relación.

Ésa era también, quizá, la razón por la que Xuanmin había convocado esa niebla
venenosa, durante: con la densa niebla blanca entre ellos, incapaces de verse las
caras, e incapaces, por tanto, de captar nada en la mirada o la expresión del otro, se
asemejaría a un sueño extraño y borroso, y no generaría ningún impacto innecesario.

Pero ahora, cuando una sola frase desencadenó la memoria de Xue Xian de modo
que no pudo evitar pensar en ese momento, y ciertas emociones aprovecharon el
recuerdo para volver a aflorar en él, Xue Xian se dio cuenta de que algunas cosas no
podían ser apartadas por algo tan simple como infundir algún tono casual a la voz...

Seguía mirando las placas de identificación y, al echar otra mirada a Xuanmin,


recuperó de repente el sentido común.

Xue Xian tiró de las comisuras de la boca, queriendo decir algo de improviso para
alejar de nuevo ese ambiente repentinamente incómodo, pero en su lugar se
encontró con que había puesto una sonrisa forzada, y parecía extremadamente
insincero. Así que decidió que era mejor no intentarlo más, y en su lugar dijo: "No
creo que sea energía vengativa lo que hay en esta placa. Parece que hay algo más".

No estaba claro si Xuanmin había perdido el conocimiento o si estaba reflexionando


sobre algo, pero sólo después de un rato parpadeó y dijo: "Ha pasado demasiado
tiempo atrapado en esa tumba bajo el río. Su alma debe de estar ya medio agotada.
Sin que quede mucho de sí mismo, es poco probable que la energía vengativa pueda
hacerse tan tangible".

Hizo una pausa, luego se levantó de la alfombra de oración y se acercó a Xue Xian
con la mano extendida, diciendo: "Dámelo".

Antes, cuando había estado sentado allí, había mirado a Xue Xian, pero ahora, al
acercarse, ya no miraba a Xue Xian. Su mirada se centró por completo en la placa de
identificación mientras la cogía, la envolvía en un papel talismán y murmuraba una
oración mientras le daba un toque con el dedo a la placa envuelta.
La placa de identificación emitió un sonido weng... y se agitó entre sus dedos. A
continuación, la silueta borrosa de un hombre salió lentamente de la placa y se cernió
ante Xuanmin.

Xue Xian miró al hombre, pero su rostro estaba envuelto en niebla...

Niebla...

Xue Xian se obligó a dejar la cara en blanco mientras ponía los ojos en blanco y
empujaba el inicio de ese recuerdo hacia las profundidades de su cerebro. Siguió
observando...

El rostro del hombre era bastante difícil de distinguir, pero Xue Xian pudo ver, a
grandes rasgos, que todo lo que se suponía que había en un rostro estaba allí. El
hombre no llevaba un uniforme de soldado, sino un abrigo básico y ligeramente
desgastado; las aberturas de las mangas, sin embargo, estaban vacías y colgaban sin
fuerza contra su costado.

Estaba claro que alguien tan gravemente herido no podía volver al campo de
batalla -ya ni siquiera podía sostener un arma-, así que debía de haberse retirado.
Xue Xian se dio cuenta de que esos soldados, obligados a volver a casa,
probablemente habrían tenido emociones bastante complicadas...

Cuando Xue Xian lo miró, el hombre pareció aturdido y también miró su propio
cuerpo, como si se sorprendiera de tener ahora una silueta. Entonces, se arrodilló
frente a Xuanmin y Xue Xian e inclinó la cabeza en un saludo incompleto pero muy
respetuoso.

Y como no tenía brazos, al levantarse de nuevo, sus movimientos eran forzados y


patéticos.

"Gracias, gran maestro, por su ayuda", dijo... así que pudo hablar, aunque su voz
era anormalmente baja y tan borrosa como su forma.

Aún así, dió algo de miedo.

"Puedo volver a hablar...", murmuró. "¿Puede oírme?"

Xuanmin lo miró de arriba abajo y luego asintió.

"¿Eras tú quien se movía hace un momento?". preguntó Xue Xian.


El hombre asintió y dijo: "Lo era".

"¿Una última petición no completada? ¿O no quieres trascender porque no sientes


que has conseguido tu venganza?"

El hombre asintió y luego negó con la cabeza. "No me atrevería. Es que..."

Después de todo, el hombre no era un espíritu normal, sino una manifestación


fragmentada de energía vengativa. Hablaba despacio y con mucho esfuerzo, y
necesitaba detenerse cada pocas palabras, como si, en medio de su frase, hubiera
olvidado cómo pretendía terminar. Pensó durante un rato y luego añadió: "He oído
que estabas a punto de abandonar este lugar..."

NOTA

Esta parte es muy ambigua, incluso para la traductora del chino-inglés, así que la
dejaré tal y como está.

Disculpen la tardanza, problemas personales.

Con cariño, Ka.


Capítulo 69: Placas (III)

"Habla". Xuanmin seguía de espaldas a Xue Xian, y sus palabras eran tan simples y
directas como siempre.

El soldado parecía no haber esperado que se pusieran de acuerdo tan fácilmente, o


quizás simplemente estaba confundido. Hizo una pausa y luego dijo: "¿Podría...
podría molestarlos a los dos para que me lleven a mi casa?".

Atónito, Xue Xian se asomó por detrás de Xuanmin y preguntó: "¿Tu casa?"

"Sí". El soldado asintió y explicó lentamente: "Antes, le oí mencionar la montaña


Boji. Resulta que mi casa está en el lado soleado de la Montaña Boji, en una pequeña
aldea a sus pies".

En realidad no estaba muy lejos: todo lo que tenían que hacer era salir del hueco y
rodear la montaña.

Pero...

¡¿No acabas de decir que, en cuanto tomaste conciencia, nos oíste decir que
queríamos irnos?! ¡Pero ahora ha cambiado! ¿Cuándo nos oíste decir sobre la
Montaña Boji? ¿Cuándo fue que recuperó la conciencia?. Xue Xian gritó en su cabeza.
Había querido gritar en voz alta, pero había decidido que era mejor mantener una
expresión lo más recta posible. Enderezó la espalda y ya no quiso asomarse y ver
más al espíritu.

"Mis padres y mi mujer siguen allí. He pensado que... si puedes llevarles mi placa
de identificación, al menos podrán darle un cierre a mi muerte", decía el hombre. Por
suerte, estaba en un estado de ánimo melancólico y no se dió cuenta de la reacción
de Xue Xian a sus palabras anteriores. Se concentró en hablar con Xuanmin,
contándole la historia de cómo y cuándo había llegado a alistarse en el ejército, y
cuántos años hacía que no estaba en casa. Divagaba, pero no era el tipo de
divagación irritante.

Xue Xian apretó las manos contra la mesa, escuchando, al principio, todo lo que el
espíritu decía, pero de pronto, con los ojos fijos en la espalda de Xuanmin, empezó a
desconcentrarse de nuevo.

Entonces se dió cuenta de que era la primera vez que veía la espalda de Xuanmin
de esta manera.

Antes, cuando todavía era un hombre de papel y siempre estaba colgado del lado de
la cadera de Xuanmin. Todo lo que Xuanmin podía ver de él era la parte superior de
su cabeza, y cuando miraba hacia arriba, veía principalmente la parte inferior de la
barbilla de Xuanmin. Luego, se había convertido en una canica dorada y había tenido
muchas menos oportunidades incluso de asomar la cabeza fuera de la bolsa. Luego
había recuperado su cuerpo original, pero había sido una pequeña criatura enroscada
en la muñeca de Xuanmin o una enorme bestia del tamaño de una montaña
enroscada a su vez en Xuanmin. E incluso cuando era humano, solía ser llevado en
brazos de Xuanmin, y a menudo se había cubierto la cara con una tela negra. Y
después de conseguir una silla de ruedas y ser capaz de ir por sí mismo, siempre
había insistido en estar al frente del grupo...

En definitiva, al mirar ahora hacia atrás, siempre miraba a Xuanmin desde todo
tipo de ángulos extraños, y nunca con tanta normalidad como ahora. De hecho, era
más bien su espalda lo que Xuanmin veía a menudo.

Tenía que admitir que era un ángulo excelente: por muy descontrolada que fuera
la expresión de los ojos de uno, la otra persona nunca sería capaz de ver, lo que
significaba que uno no tenía que preocuparse por la incomodidad.

Los hombros de Xuanmin eran muy anchos y, bajo esa fina túnica blanca, parecían
robustos y musculosos. Era incluso más alto de lo que Xue Xian había supuesto, era
capaz de bloquear completamente a alguien detrás de él e inhibir toda su línea de
visión.

Una espalda así, le dió a Xue Xian el extraño impulso de acercarse.

Las manos de Xue Xian sobre la mesa se crisparon, pero antes de que pudiera
levantarlas, oyó que el soldado terminaba su relato y le decía a Xuanmin: "Le ruego
que me permita esta última petición. Cuando vuelva a la tierra, me convertiré en tu
sirviente..."

"No es necesario", dijo Xuanmin con frialdad, interrumpiendo al hombre. "Todavía


no has entrado en el ciclo de resurrección, y no debes decir tonterías".
El soldado pensó que Xuanmin se lo había negado. Le entró el pánico y empezó a
lloriquear.

Xuanmin le dijo: "Vamos a poner orden aquí, y luego te traeremos de vuelta".

El soldado se lo agradeció profundamente.

Xue Xian volvió a poner las manos sobre la mesa. Como no había nada incómodo
entre ellos cuando sólo miraba la espalda de Xuanmin, también se había diluido parte
de ese malestar de antes. Preguntó: "¿Sólo te llevas ese libro?".

"No hace falta. He memorizado el contenido". Xuanmin lo miró, y de repente se dió


la vuelta y se acercó. "Son casi las tres de la madrugada. Para cuando llevemos a
este soldado de vuelta a su casa, ya habrá salido el sol".

Ahora que estaban cara a cara, esa estupidez que había acribillado a Xue Xian
antes comenzó a regresar.

Xuanmin evitó encontrarse con sus ojos. Cuando alargó la mano para coger a Xue
Xian entre sus brazos de nuevo, Xue Xian incluso accedió automáticamente, aunque
todo su cuerpo se había puesto tenso y rígido como una tabla.

Pero en cuanto entró en contacto con la túnica de Xuanmin, se dio cuenta de


repente: "Mis piernas se han curado".

Al decir esto, había levantado bruscamente la cabeza, y ahora se oyó un ruido


sordo al chocar con la barbilla de Xuanmin.

Xue Xian expresó un "tsk" con disgusto, y antes de que pudiera hacer nada más,
una mano bajó a la parte de su cabeza que se había golpeado, y su pulgar llegó a
frotar suavemente ese lugar.

"La cabeza de un dragón no se rompe tan fácilmente. Estaba haciendo "tsk" para
ti". Después de la tontería que había ocurrido antes, ahora eran las consecuencias:
cada leve toque de Xuanmin era ahora imposible de ignorar. Xue Xian no movió su
tenso cuello y dejó que Xuanmin le acariciara la cabeza un poco más antes de decir
con rigidez: "¿Te has mordido la lengua?".

"Está bien", respondió Xuanmin. Levantó la mano y se apartó, y su mirada se posó


en las piernas de Xue Xian que se balanceaban desde el borde de la mesa. "¿Dijiste
que tus piernas se habían curado?".
Xue Xian asintió. "Antes, me diste tu colgante de monedas de cobre para que me
curara. En algún momento de la noche, cuando volví en sí, las había curado con éxito,
pero no... tuve la oportunidad de decir..."

Maldita sea su imprudente boca. Antes de que se diera cuenta de lo que estaba
diciendo, ya había dado la mayor parte, así que no había tenido más remedio que
terminar su frase.

No tuvo la oportunidad de decir...

¿Y por qué no tuvo la oportunidad de decirlo? Porque la noche había dado un giro
indecente.

Realmente sabes exactamente lo que hay que decir, ¿No?. Pensó Xue Xian.

Apartó la mirada y dijo despreocupadamente: "Así que, básicamente, en primer


lugar, mis piernas están bien ahora, y en segundo lugar, voy a callar ahora. Así que
ya está". Frunció los labios con fuerza, como si deseara poder arrancarle toda la boca.

Xuanmin tarareó estando de acuerdo, dando a entender que le había escuchado.

Antes de que aquel extraño ambiente pudiera volver a levantarse, Xuanmin ya


estaba caminando de vuelta hacia la alfombra de rezar y colocando los libros que
había volteado en la estantería.

Xue Xian le echó una mirada, y luego apartó rápidamente la vista. Apretó los
dientes y apretó las manos contra la mesa, luego intentó mover las piernas.

Podía moverlas.

Por supuesto que podía moverse... ya se había movido antes, cuando había metido
el cuerpo de Xuanmin entre sus rodillas.

Mientras Xue Xian se maldecía a sí mismo, bajó los pies al suelo y se levantó de la
mesa.

Obviamente, un par de piernas que habían pasado medio año completamente


paralizadas y que ahora podían moverse un poco no podían necesariamente sostener
todo el peso de una persona.
Las rodillas de Xue Xian se doblaron inmediatamente y estuvo a punto de caer al
suelo de la forma más humillante. Pero mientras caía, una mano salió disparada al
instante para agarrar su muñeca. La palma de la mano estaba orientada hacia arriba,
de modo que soportaba su peso con firmeza. El agarre era fuerte y firme, y lo
sostenía con tanta fuerza que los nudillos del dorso de la mano sobresalían en suaves
curvas.

"¿No estabas ordenando los libros?" dijo Xue Xian, sorprendido "¿Ahora tienes ojos
en la nuca?".

Xuanmin no respondió en absoluto a esa pregunta. En cambio, frunció el ceño y


dijo: "¿Cómo pudiste caer?".

"Podía volar hacia el cielo sin problemas. ¿Por qué hay tantos obstáculos para
caminar por el suelo?" murmuró Xue Xian con disgusto.

Mientras se apoyaba en Xuanmin, intentó dirigir más energía a sus piernas. Esas
piernas, que no habían sentido nada durante seis meses, ahora empezaron a sentir
lentamente un entumecimiento de hormigueo, como si le hubieran clavado
innumerables y finas agujas en todos y cada uno de sus poros.

Era una sensación muy incómoda, pero Xue Xian estaba encantado. Porque a
medida que la sensación de pinchazo iba desapareciendo, esas piernas que habían
estado dormidas durante tanto tiempo estaban ahora realmente despiertas.

"Puedo volver a caminar", le dijo Xue Xian a Xuanmin, con cara de asombro y a la
vez de pérdida.

Utilizó la mano de Xuanmin como apoyo para levantar cada una de sus piernas y
girar los tobillos, eliminando el último entumecimiento. Luego, intentó dar un paso.

"Realmente puedo volver a caminar". Mientras Xue Xian hablaba, parecía estar en
un sueño: una parte de él apenas podía creerlo, como si le hubieran regalado algo
extraordinario.

Un dragón divino que era arrogante y testarudo por naturaleza, que estaba
acostumbrado a volar alto en el cielo para retozar entre las nubes de tormenta,
estaba ahora totalmente sorprendido por algo tan pequeño y simple... era realmente
increíble.

Cuando levantó la cabeza para volver a mirar a Xuanmin, vio que, por alguna
razón, la mirada de Xuanmin se había desplazado largamente hacia su rostro.
"¿Qué le pasa a mi cara?" Preguntó Xue Xian. Al salir de ese estado de asombro,
se tocó la cara. "¿Parezco estúpido ahora mismo? Si alguien te hubiera roto las
piernas y te las hubiera dejado paralizadas durante medio año, probablemente tu
reacción sería aún peor que la mía...", dijo, medio en tono de autodesprecio, medio
en tono de burla.

Cuando Xuanmin se dió cuenta de que Xue Xian se había dado cuenta, volvió a
apartar lentamente la mirada. "Da unos pasos más", dijo. "Yo te apoyaré".

Xue Xian estaba tan volcado en la alegría de haber recuperado las piernas que no
notó esa rara capa de calidez en el tono de Xuanmin.

Ahora estaba claro que el físico del dragón era realmente diferente al de los
humanos. Aquellas piernas que no se habían movido durante medio año sólo
necesitaron unos pocos pasos más para recuperar algo más de fuerza, y pronto
comenzaron a moverse como si nunca hubieran estado paralizadas. Sólo el propio
Xue Xian sabía que, en el interior de su cuerpo, aún faltaban huesos, y que todo ello
había sido gracias a los hilos dorados extraídos por el colgante de Xuanmin.

Pero esos hilos no dejaban de ser prótesis, y no durarían mucho tiempo. Si quería
curarse del todo, todavía tenía que encontrar esas vértebras que le faltaban...

¿Y qué? Al menos ahora podía caminar y correr. Sólo este pequeño hecho hizo felíz
a Xue Xian. Esta sensación, como si por fin se hubiera liberado de una carga
imposiblemente pesada, era suficiente para enterrar todas las demás emociones.

Incluso se había olvidado de la incomodidad. Con paso firme, subió las escaleras y
regresó al exterior, donde señaló la silla de ruedas e inclinó la barbilla hacia Xuanmin,
diciendo: "Te regalo esto. Quizá dentro de cincuenta años la necesites".

Xuanmin suspiró. Si seguía dejando que la bestia vagara por la habitación sin tener
dónde gastar su nueva energía, Xue Xian iba a empezar a decir cosas aún más
absurdas. Xuanmin no se demoró: llevó consigo el espíritu del soldado aturdido y
salió del hueco de la montaña con Xue Xian.

Los dos no tenían miedo de la niebla venenosa, y el soldado ni siquiera era


humano, así que naturalmente tampoco tenía miedo.

Así que salieron de la Montaña Boji en poco tiempo. Siguieron el pie de la montaña
y se dirigieron hacia la aldea del lado sur.
Aunque el hueco de la montaña estaba cubierto de niebla, el otro lado estaba en
realidad limpio y claro. En aquella rara noche sin lluvia ni nieve, una curvada franja
de luna plateada colgaba sobre el pico de la montaña y proyectaba un resplandor
blanco por toda la tierra.

Cuando Xue Xian caminaba, sus pasos eran sutiles y firmes, ni apresurados ni
demasiado lentos, y no hacían ningún ruido. Era muy diferente a su habitual
personalidad problemática y, de hecho, mucho más parecida a la de Xuanmin.

Mientras caminaban por el camino de la montaña, aquella fina túnica blanca suya
ondulaba ligeramente con la brisa y a veces se deslizaba sobre la larga hierba que
crecía en el suelo. La mitad de su larguirucha silueta se perfilaba con la luz blanca de
la luna, y la otra mitad estaba, como su túnica, sumergida en la oscura oscuridad de
la noche.

Mientras caminaba junto a Xuanmin, uno era blanco y el otro negro, y ambos
parecían fantasmales. El soldado sintió una sensación de inquietud ante esa visión.

Cuando llegaron a la puerta de la aldea, la mitad de los aldeanos ya se habían


despertado y más allá se oía el suave estruendo de una multitud.

Llevaban un fantasma hambriento con ellos y, aunque era un fantasma frágil y


débil, estaban obligados a asustar a los aldeanos. Así que antes de entrar en la aldea,
para evitar molestias innecesarias y retrasarles más, Xue Xian lanzó un hechizo sobre
los tres para que ninguna persona o animal pudiera verles ni oírles. Estaban ocultos.

"¿Dónde está tu casa?" preguntó Xue Xian.

El soldado señaló con un dedo hacia adelante. "Si seguimos esta calle, hay un
estanque por allí, podemos seguirlo. Mi casa está detrás".

"Vamos, entonces", dijo Xue Xian... pero de repente oyó un sombrío suspiro en
algún lugar cercano.

Ese repentino suspiro fue muy sorprendente, especialmente en contraste con las
tranquilas calles de la aldea.

A continuación, alguien de la aldea gritó, provocando más gritos y murmullos


mientras la gente se abalanzaba sobre él. En medio del caos, el perro de alguien
también comenzó a ladrar furiosamente, y rápidamente se le unió un coro de otros
perros.
Sin embargo, ese suspiro melancólico no le resultaba en absoluto desconocido a
Xue Xian.

Levantó la vista y se burló. "Sí que sabes elegir el momento".


Capítulo 70: Traseúnte (I)

El pueblo seguía sumido en el caos, el clamor de las voces se asemejaba al


implacable zumbido de un avispero. Algunas voces más agudas se alzaron entre la
masa...

"¡Pájaro fantasma! El pájaro fantasma está aquí..."

"¿Cómo puede estar aquí el pájaro fantasma? ¿Quién ha traído este mal presagio
sobre nosotros?"

"Oh no, oh no, alguien va a morir..."

"¡Quizá no haya una muerte, pero seguro que algo malo está a punto de ocurrir!"

El supuesto pájaro fantasma no era una nueva aparición, sino nada menos que el
cuervo negro de Xuanmin. Tal vez porque llevaba mucho tiempo viviendo en el
bosque de niebla y su grito era bastante singular, los plebeyos que vivían en la
montaña lo habían mitificado.

Como si el pájaro negro fuera un cometa que traía mala suerte, y que si se cernía
durante mucho tiempo sobre la aldea, traería la desgracia a todos los de abajo.

"Ai...", ese suspiro sombrío se elevó de nuevo, haciendo que Xue Xian hiciera una
mueca. Aunque el ruido podía ser aterrador para los lugareños, tenía un efecto
diferente en Xue Xian -después de todo, cuando Xuanmin le había estado tocando
antes, ese suspiro había atravesado la niebla y acompañado todas y cada una de las
inhalaciones y exhalaciones.

Así que ahora era muy incómodo.

En cuanto oyó el ruido, Xue Xian sintió un dolor en la cabeza, un dolor en los
codos, un picor en las manos. Quería golpear al pájaro. Quería matar a alguien.

Ese pájaro negro era realmente mágico. Rodeó la aldea unas cuantas veces, y
luego vino volando directamente hacia Xuanmin.

Por suerte, los tres no habían entrado todavía en la aldea, o habrían provocado un
caos total.
El pájaro realmente no sabía ser sutil. Dió vueltas alrededor de ellos y luego se
posó suavemente en el hombro de Xuanmin y emitió un suave graznido, casi coqueto.

Genial. Algunos aldeanos los habían visto y miraban aterrados. Empezaron a


gritar...

"¡Pájaro fantasma! Miren, es el pájaro fantasma, y está revoloteando en el aire".

"Sí, sí, como si se posara en algo. Pero allí no hay nada. ¿Cómo puede estar
posado ahí?"

Al principio habían utilizado el hechizo de invisibilidad para evitar la atención, pero


ahora el estúpido pájaro estaba aquí y se habían convertido en una especie de desfile.
Todo el mundo en el pueblo los miraba fijamente y estaban todos en alerta máxima --
si no fuera por el miedo a los rumores del "pájaro fantasma", hace tiempo que
habrían cargado hacia ellos con rastrillos.

Y el estúpido pájaro ni siquiera se detenía. Parecía no tener ningún miedo a los


humanos. Ladeó la cabeza y miró desconcertado a los aldeanos, y justo cuando
empezaban a temblar de miedo, decidió soltar otro suspiro: "Ai..."

Un largo y prolongado suspiro con un ligero temblor... ahora sí que lo hacía a


propósito.

Xue Xian era demasiado sensible a ese sonido. Se giró e insistió al dueño del
pájaro a que le diera un talismán silenciador.

El pájaro le devolvió la mirada.

Parecía odiar fundamentalmente a Xue Xian en particular. Mientras miraba al


dragón con sus ojos redondos y brillantes, todas sus plumas se erizaron y estiró el
cuello para picotearle.

Xue Xian se alegró de participar. Sacó dos dedos y agarró el pico del pájaro y lo
acercó a su cara. Mirándolo a los ojos, gruñó: "Cuando estoy aburrido, lo que más me
alegra es encontrar un pájaro en algún lugar y asarlo. Aquí, en medio de la nada, no
soy tan exigente. No me importa si la carne está cruda o cocida. Todo lo que tengo
que hacer es arrancar las plumas, y entonces estoy listo para comer".
El pájaro no dijo nada.

Bajo la amenaza de muerte, el pájaro se quedó helado. Entonces, lentamente, con


cuidado, deslizó su pico fuera de las garras de Xue Xian y miró hacia atrás, con los
ojos llenos de lágrimas, a Xuanmin.

Al ver que el maldito pájaro sabía incluso ser un descarado, Xue Xian miró también
a Xuanmin.

Xuanmin no dijo nada.

Un verdadero dragón vivo, tan mezquino como para discutir con un pájaro... eso
también era un talento. Evidentemente, el nombre de Xue Xian, que significaba
ocioso, no se le había dado mal.

Probablemente, Xuanmin nunca había esperado encontrarse un día en una


situación así. Parecía estar sin ideas.

Por supuesto, Xue Xian no estaba realmente enzarzado en una batalla mortal con
el pájaro. Quería aprovechar esta oportunidad para deshacerse de la atmósfera un
poco extraña que había entre él y Xuanmin y tratar de llevarlos de vuelta a la
normalidad. Sobre todo porque, durante todo el camino desde el hueco de la
montaña, Xuanmin no había dicho ni una sola palabra, había estado incluso más
callado que de costumbre, de alguna manera.

Pero mientras miraba a Xuanmin, el monje le devolvió la mirada y luego levantó


una mano para cubrirse los ojos.

La mano de Xuanmin no era suave, sus finos nudillos presionaban la frente y la


nariz de Xue Xian. Y no estaba claro lo bueno que era en ese hechizo de talismán de
limpieza, porque todo el sudor que le había brotado en la casa debido a la saliva del
dragón había desaparecido, y su mano estaba impoluta --incluso olía un poco como la
naturaleza que les rodeaba, agradable y suave.

Xue Xian descubrió que se había adelantado y cavado su propia tumba. Había
querido normalizar su relación, pero ahora que Xuanmin le había tapado los ojos por
alguna razón, se había vuelto aún más extraño...

De hecho, como hombre de papel, a menudo Xuanmin le había tapado la cara o los
ojos: la intención del monje había sido "fuera de la vista, fuera de la mente". Pero
ahora que tenía forma humana, la implicación era diferente.
Y, en ese momento, Xue Xian no supo qué le hizo Xuanmin al pájaro -no lo
engatusó ni lo regañó y, de hecho, no habló en absoluto-, pero oyó al cuervo batir las
alas y luego calmarse.

Permaneció fielmente en la oscuridad que proyectaba la mano de Xuanmin, sin


moverse más que para parpadear una vez, con las pestañas golpeando suavemente la
palma y los dedos de Xuanmin.

Los dedos de Xuanmin se crisparon y levantó la mano.

No miró a Xue Xian, como si realmente estuviera refiriéndose a "fuera de la vista,


fuera de la mente". Ligeramente, Xuanmin dijo: "De acuerdo, vamos".

Aquel pájaro negro realmente se había vuelto obediente de nuevo. Se posó


silenciosamente en el hombro de Xuanmin, echando de vez en cuando una mirada
avergonzada a Xue Xian y luego volviendo a apartar la vista furtivamente, como si de
repente fuera consciente de su situación. Xuanmin parecía haberle hecho algo más al
pájaro, porque mientras caminaban con él hacia la aldea, las miradas aterrorizadas de
los aldeanos no les seguían.

"¿Dónde está el pájaro fantasma? ¿Cómo ha podido desaparecer?"

"Sí, estaba aquí..."

Cuando dejaron atrás los murmullos de los aldeanos, Xue Xian se dió cuenta de
que la conmoción causada por el estúpido pájaro había tenido un lado bueno: ahora,
la propia aldea estaba mucho más tranquila, sin una sola persona en la calle.

Siguieron la ruta que les había indicado el soldado. Llegaron al estanque y se


adentraron en un sencillo y estrecho puente que lo cruzaba.

Pero a los pocos pasos oyeron la voz de alguien bajo el puente.

Sin detenerse, Xue Xian miró hacia abajo y vio a dos mujeres madrugadoras en
cuclillas sobre una plataforma de piedra al borde del estanque, lavando la ropa y
charlando entre el ligero chapoteo del agua.

"Ai... qué pena. Anoche falleció el viejo tío Li, que vive en el lado oeste de la
aldea", suspiró la mujer del abrigo color dátil. "Dicen que escondió una cuerda y se
colgó junto a la cama. Al morir, su mano aferraba una túnica roja bordada".
"¿El viejo Li? ¿No perdió la cabeza hace cinco o seis años? ¿Cómo sabía cómo
colgarse?"

La mujer del abrigo color dátil negó con la cabeza. "¿Sabes que la tía Li falleció por
enfermedad hace unos años? Er Li y los demás temían que su padre no pudiera
superar su muerte, así que se aprovecharon de que se había vuelto senil y le dijeron
que la tía Li sólo había ido a la ciudad a ver a un médico. ¿Recuerdas?"

"Recuerdo haber oído hablar de ello. Decían que, cada día, el viejo Li olvidaba todo
lo del día anterior, por lo que preguntaba constantemente a Er Li: "¿Dónde está tu
madre?".

"Sí, pero, al parecer, hace poco volvió a estar lúcido y se dio cuenta de que sus
hijos le mentían, y de que la tía hacía tiempo que había muerto", suspiró la mujer del
abrigo color dátil. "Antes, cuando el viejo Li estaba mudo, aún podía sobrevivir en el
día a día. Pero después de despertar, perdió las ganas de vivir. En cuanto Er Li apartó
los ojos de su padre, el Viejo Li encontró una salida rápida".

"Ai... algunas cosas es mejor no saberlas..."

Cuando las dos mujeres terminaron de hablar, Xue Xian y Xuanmin ya habían
terminado de cruzar el puente. El soldado, sin embargo, pareció vacilar, mirando
fijamente al espacio mientras rondaba allí mismo, en el puente, antes de correr de
nuevo tras Xue Xian.

"Estamos aquí..." El tono del soldado parecía vacilante. Señaló una pequeña
cabaña de barro junto al camino: desde el exterior, la casa parecía tener tres
habitaciones, con dos al lado y una tercera apretada detrás de ellas: dos dormitorios
y una cocina.

Mientras el soldado hablaba, la casa se agitó y una de las puertas de las


habitaciones se abrió de un empujón. Salió una mujer con el pelo recogido en un
moño. Llevaba un colorido nudo decorativo en las manos, y en el nudo estaba atado
un caparazón de tortuga seco.

Jugó con el nudo y luego lo colgó en un clavo junto a la puerta. Mientras acariciaba
el caparazón de tortuga, miró hacia atrás.

En ese momento, Xue Xian pensó que los había visto. Pero su mirada sólo se
deslizó sobre ellos con la misma ligereza que una libélula sobre el agua, y se posó
detrás de ellos en la puerta de la aldea. Luego apartó la mirada, se arregló el moño y
volvió a entrar.

"Vamos", dijo Xue Xian.

Pero, al no oír respuesta, se dio la vuelta y vio que la cara del soldado estaba
húmeda: había empezado a llorar.

Como si estuviera en un sueño, siguió a Xue Xian hasta la puerta, pero no entró, sino
que se quedó mirando entumecido aquel nudo decorativo. Parecía querer tocar el
caparazón de la tortuga, pero al no tener brazos, lo único que podía hacer era mirar.
Contempló el nudo durante algún tiempo, luego se volvió y miró por la ventana a la
mujer que estaba dentro.

"¿De qué tradición es ese nudo?" preguntó Xue Xian.

El soldado hizo una pausa mientras tragaba sus sollozos y dijo: "Usamos los
caparazones de las tortugas, gui, para significar 'regreso', gui. En esta zona, tenemos
una tradición según la cual si alguien se ha marchado y aún no ha regresado, se
supone que ese nudo le ayudará a volver".

Un nuevo nudo cada mes, desde la primavera y el verano hasta el otoño y el


invierno.

"Yo..." El hombre volvió a mirar con nostalgia a la mujer, que estaba de pie en la
cocina rodeada por el humo de los fogones. Volvió a callar y luego dijo: "He cambiado
de opinión... Que no vea la placa".

Parecía no haberla visto en muchos años... no podía apartar los ojos. Sólo después
de mucho tiempo se obligó a mirar de nuevo a Xue Xian y a Xuanmin. "¿Podría
pedirles que entierren la placa de identificación frente a la casa?"

Xue Xian miró su rostro desolado y asintió. "De acuerdo", dijo. "Siempre que estés
seguro. Una vez que la enterremos, nos iremos y no volveremos. Si vuelves a
cambiar de opinión... nadie podrá ayudarte".

"Sí... Me quedaré aquí y velaré por ella, y por mis padres", dijo el soldado.
"Mientras no vean la placa, mantendrán alguna esperanza..."

Había librado innumerables batallas, había empuñado un arma tras otra, había
gastado sangre y sudor, pero probablemente no había llorado mucho. Mientras
sollozaba, parecía estar reprimiendo agresivamente su tristeza para no hacer
demasiado ruido.

El hombre permaneció allí durante algún tiempo y, de repente, le dijo a Xuanmin:


"He oído que había una píldora que podías tomar y que te permitía decidir a dónde ir
en tu próxima vida. Si encontrara una ahora y la tomara, ¿Seguiría funcionando?".

Xuanmin hizo una pausa. Antes de que pudiera abrir la boca, Xue Xian se burló y
sacudió la cabeza. "¿Por qué tienes esa necesidad de poner tu próxima vida, e incluso
la siguiente, en ésta? He conocido a mucha gente como tú. El último hombre que me
hizo esa pregunta también era un soldado. Rezó una y otra vez durante toda la
noche, preguntándome si tenía este tiempo de medicina. Pero todo lo que tiene que
ver con la vida y la muerte es magia maligna. El precio es demasiado alto para que
los humanos lo paguen... como si algo tan bueno fuera a ser tan barato".

Pero el soldado respondió seriamente: "No necesariamente. Cuando era joven en


la aldea, oí decir al tío Qu que había una píldora mágica de su pueblo natal en la que,
si la tomabas, podías decidir a dónde ir en tu próxima vida, e incluso podías asumir la
carga de la desgracia de otra persona..."

Al ver que Xue Xian parecía molesto, añadió rápidamente: "El tío Qu viene de
Langzhou... allí tienen todo tipo de cosas milagrosas. Quizás realmente..."

"Deja de pensar en eso. No te sirve de nada", dijo Xue Xian. Odiaba irse por las
ramas, así que se lo dijo directamente al hombre.

El soldado suspiró de inmediato, pareciendo que lo último de su energía le había


abandonado. Agachó la cabeza. "Lo entiendo. Sólo estaba... pensando en ello".

Pero... espera.

Xue Xian frunció el ceño de repente y chasqueó la lengua. "Algo de lo que acabas
de decir me resultaba familiar. ¿De dónde dijiste que era el viejo?"

La voz del soldado aún era nebulosa y débil, por lo que algunas de las palabras que
pronunció eran difíciles de distinguir. Xue Xian había tardado en registrar lo que había
dicho, y necesitaba confirmarlo de nuevo.

"¿Tío Qu?", dijo el soldado, atónito, y luego repitió: "Langzhou. Más


concretamente, creo que viene de la zona de la Montaña Xia o de alguna otra
montaña así".
Montaña Xia, Langzhou.

Una píldora que te permite asumir la carga de la desgracia de otra persona...

Que estas dos cosas aparezcan juntas no puede ser una coincidencia. Xue Xian
miró a Xuanmin y se encontró con sus ojos de nuevo. Rápidamente apartó la mirada
y dijo: "¿Vamos a buscar a ese hombre?".

Si conseguían localizarlo más concretamente, o averiguar más cosas sobre esa


supuesta "píldora mágica", tal vez podrían encontrar antes una cura para el lunar de
araña de Xuanmin.

Los dos no se demoraron más. Hicieron lo que el soldado les había pedido y
enterraron silenciosamente la placa en la tierra frente a la cabaña de barro. Luego,
siguiendo la dirección que el soldado había señalado, fueron en busca de ese "tío Qu".

Mientras los dos, acompañados por el pájaro negro de Xuanmin, se dirigían hacia
la casa del tío Qu, en una carretera de montaña no muy lejos de la aldea, un largo
tren de carruajes hacía una pausa en su viaje para contemplar el panorama.

Se trataba nada menos que del grupo del Taichang, que se había adentrado en la
Montaña Boji y había vuelto a salir.

Los líderes del tren seguían siendo un joven y una joven: El Taizhu y la Taipu.

El Taizhu se rascó ligeramente la máscara y miró a la joven que hacía otra


adivinación. Irritado, dijo: "¿Qué pasa? ¿Ha utilizado otro hechizo de invisibilidad? ¿O
ha cambiado de lugar durante la noche?"

Sólo podían adivinar algo una vez al día, por lo que su conocimiento de la ubicación
de la persona que buscaban seguía siendo un conocimiento del día anterior.

Habían llegado hasta otra montaña antes de darse cuenta de que algo iba mal, y
habían dado varias vueltas para volver a la Montaña Boji.

Esta vez, la Taipu no dijo nada durante tanto tiempo que el Taizhu se preocupó de
que hubiera vuelto a ocurrir algo dramático.

"Esa persona está, efectivamente, en la Montaña Boji. Es imposible que se


equivoque esta vez. No hay nada que contamine la adivinación. Pero..." La Taipu hizo
una pausa y luego dijo: "Pero está muerto".
"¿Muerto?", repitió el Taizhu, asombrado.

"Pero lo más confuso no es eso".

"¿Hay algo más?"

"¿Recuerdas que dije que creía haber visto al Gran Sacerdote?", preguntó la Taipu.

"Por supuesto. Pero eso fue sólo una coincidencia", respondió el Taizhu.

"No lo creo. En esta adivinación, él también vino a la Montaña Boji... y se fue hace
poco".

Una coincidencia era una coincidencia, ¿Pero dos? Eso era muy difícil de explicar.

Un pensamiento repentino cruzó la mente de Taizhu. "¿Podría ser... realmente el


Gran Sacerdote? ¿Dónde está esa persona ahora?"

La Taipu levantó un dedo y señaló hacia la aldea situada en la parte sur de la


montaña, que descansaba tranquilamente bajo el sol de la mañana. "Esa aldea de
ahí".

Los dos se volvieron el uno al otro, sus miradas penetrantes se encontraron a


través de sus máscaras. Entonces, la Taipu sacó un pincel de las alforjas de su
caballo, lo mojó en tinta y comenzó a componer apresuradamente una carta.

Mientras tanto, siguiendo claramente un procedimiento silencioso, el Taizhu silbó


entre sus dedos e invocó a una paloma.

La carta iba dirigida al Gran Sacerdote y estaba firmada por la Taipu. Se la dio a la
paloma para que la enviara al Ministerio.

"Ahora que la carta ha sido enviada, deberíamos ir a la aldea y comprobarlo.


Después de todo... esto concierne al Gran Sacerdote. No debemos ser imprudentes",
dijo el Taizhu.

La Taipu asintió. "Sí".


NOTA

Taipu: Mujer

Taizhu: Hombre

Si llego a equivocarme me avisan c:


Capítulo 71: Transeúnte (II)

Aunque la carta había sido redactada con mucha prisa, su contenido no debía tomarse
a la ligera. La Taipu había considerado cuidadosamente sus palabras: ni una sola vez
en la carta mencionó a la "persona muy parecida al Gran Sacerdote", ya que, hasta
cierto punto, era bastante irrespetuoso hacerlo.

Nadie en todo el Ministerio se atrevía a ser tan informal con el Gran Sacerdote. Por
lo que sabían, el Gran Sacerdote siempre había sido muy reservado, y siempre que
aparecía, llevaba un aura intimidante e inabordable.

Aunque el Gran Sacerdote había traído a los Taipu y Taizhu al Ministerio cuando
eran niños, incluso después de todos estos años, seguía siendo una figura distante y
sagrada a la que no se podía tocar ni desobedecer.

"Tu carta..." dijo el Taizhu con cuidado mientras se preparaban para salir.

La Taipu no necesitó escuchar su frase completa para saber lo que quería decir. "No
soy tan estúpida", dijo. "Sólo he dicho que el hombre que buscábamos ha muerto. Si
todo va bien con la paloma, debería llegar al Ministerio mañana por la tarde. Incluso
si el tiempo juega contra nosotros, seguro que estará allí pasado mañana. Cuando el
Gran Sacerdote lea la carta, sabrá qué hacer, y nosotros simplemente obedeceremos.
Hasta entonces, ocupémonos del asunto que tenemos que resolver".

Sus poderes eran limitados, y habían tenido que usar una paloma para enviar su
carta. Pero el Gran Sacerdote era diferente: si tenía un mensaje que enviar,
simplemente lo quemaba con una llama y lo recibían inmediatamente en el otro
extremo, sin ninguna demora.

Así que si querían comprobar si el Gran Sacerdote seguía en el Ministerio, lo


máximo que tenían que esperar era dos días.

"Para ser justos, una vez que entremos en la aldea y nos encontremos con esa
persona, seguro que pasa algo", dijo el Taizhu en voz baja. "Después de todo, no
cualquiera puede pretender ser el Gran Sacerdote".

Aunque no eran los discípulos oficiales del Gran Sacerdote, a estas alturas, lo eran
en todo menos en el nombre. Vivían en el Ministerio -comían todas las comidas y
habían recibido toda su educación allí-, pero al Gran Sacerdote no le gustaba estar
cerca de los demás, y a menudo se encerraba en el patio secreto. Sin embargo,
seguían siendo las personas que más veían al Gran Sacerdote, desde la infancia y la
juventud hasta ahora, en todos esos años, habían aprendido durante mucho tiempo
los entresijos de las costumbres y la idiosincrasia del Gran Sacerdote.

Si pudieran decirlo ellos mismos, incluso si el Gran Sacerdote se pusiera la


máscara y se situara en una multitud de un millón de personas vestidas de la misma
manera, aún serían capaces de distinguirlo.

Escribir esa carta era en realidad una mera formalidad, una forma de aliviar sus
mentes.

Los dos se miraron de nuevo y decidieron no demorarse más. Patearon sus


estribos y el largo tren trotó hacia aquella pequeña aldea en el lado sur de la Montaña
Boji...

En lo más profundo de la aldea, una pequeña cabaña de una habitación se alzaba


bajo la sombra de un viejo níspero. A ambos lados de la puerta de la cabaña había
dos ristras de ajos y pimientos secos, tejidas en un diseño alrededor de la cuerda que
las unía.

Las cuerdas tenían algún tipo de diseño: no parecían haber sido ensartadas
casualmente para secar los productos. Cuando Xue Xian y Xuanmin se acercaron a la
cabaña, pudieron percibir un olor a humo en las cuerdas.
Esta era la casa del tío Qu que el soldado había mencionado.

Xue Xian se dirigió a la puerta. No llamó de inmediato a la puerta, sino que apretó
la nariz y olió las cuerdas, frunciendo el ceño. Luego se cubrió la nariz con la manga y
dijo: "Sangre. De hace muchos años".

A Xuanmin siempre le habían repugnado esas cosas, así que alargó la mano y tiró
de Xue Xian hacia atrás, como si, si Xue Xian se quedaba junto a las cuerdas durante
más tiempo, ese olor se filtraría también en él.

Los dos seguían siendo invisibles, y la gente corriente no podía verlos ni oírlos. En
el instante en que Xuanmin apartó a Xue Xian de la puerta, un hombre con un grueso
abrigo de invierno que llevaba de la mano a un niño pequeño pasó junto a la puerta
del tío Qu.

Ese niño había intentado echar un vistazo a la cabaña, pero el hombre lo había
arrastrado a la fuerza, como si la cabaña estuviera cubierta de alguna enfermedad
pestilente.

"¿Cuántas veces te lo he dicho? No te acerques demasiado", regañó el hombre al


niño.

El niño dijo: "Oh", y obedientemente volvió a girar el cuello y siguió al hombre,


aunque sus ojos siguieron mirando la cabaña.

En ese mismo momento, otra pareja -una mujer y su hijo- volvía por casualidad al
pueblo después de haber ido a ver la conmoción en la puerta de la aldea. Cuando la
mujer se cruzó con el hombre y su hijo, asintió con la cabeza en señal de saludo y,
del mismo modo, arrastró a su hijo más lejos de la cabaña...
"Parece que a la gente de esta aldea, no le agrada mucho este señor Qu",
murmuró Xue Xian.

Tenía la intención de esperar a que la gente pasara antes de subir a llamar a la


puerta, pero en ese instante, la vieja y desvencijada puerta crujió y se abrió sola. Un
hombre con la boca encogida asomó la cabeza por la puerta y miró a su alrededor con
aire ausente. Sus ojos se posaron en el lugar donde estaban Xue Xian y Xuanmin.
Aunque sus ojos eran turbios y sus pupilas parecían bastante desenfocadas, Xue Xian
seguía teniendo la sensación de que el hombre les miraba directamente, o al menos
podía sentir su presencia.

"¿Quién es? ¿Por qué está de pie junto a la puerta? Si no entras, voy a cerrar la
puerta", dijo el hombre.

Parecía estar ligeramente sordo, así que sus palabras sonaron con fuerza, lo
suficiente como para que los demás aldeanos las oyeran.

"Vamos, vamos. El viejo Qu está a punto de tener otra alucinación", dijo el hombre
en voz baja mientras alejaba a su hijo, seguido rápidamente por la madre y su hijo.

En un abrir y cerrar de ojos, la calle frente a la cabaña quedó vacía.

"Tsk..." El viejo Qu era claramente un hombre bastante gruñón. Mantuvo la puerta


abierta, pero al ver que no entraba nadie, murmuró enfadado y se dispuso a cerrar la
puerta.

Pero justo antes de que la puerta se cerrara de golpe, Xue Xian extendió la mano y
la bloqueó.

"¿Sería posible refugiarse temporalmente en su casa, por favor?", preguntó.


El viejo Qu se sorprendió. "¿Eres un humano o un fantasma?"

Pero antes de que Xue Xian pudiera responder, gritó de repente: "Por supuesto
que no eres un fantasma. Mis cuerdas repelentes de espíritus están ahí mismo. Los
fantasmas no se atreverían a acercarse a mí... ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?"

"Tenemos algunas preguntas", respondió Xue Xian.

Todavía agarrando la puerta, el viejo Qu no les dejó entrar. "¿Sobre qué?"

"Hemos oído que usted viene de la Montaña Xia, de Langzhou". A Xue Xian no le
importaba mucho si el anciano les iba a dejar entrar o no. En realidad, la cabaña era
bastante pequeña, y para entrar, él y Xuanmin tendrían que agachar la cabeza de
todos modos. Si podían obtener toda la información que necesitaban de pie fuera, se
ahorrarían las molestias y el dolor de espalda.

El viejo Qu asintió y dijo: "Sí, ¿Y?".

"Antes, mientras acompañábamos a un amigo a su casa, mencionó algo. Cuando


era niño, le había oído decir que la Montaña Xia, en la zona de Langzhou, producía
medicina mágica..."

Desconcertado, el viejo Qu escuchó a Xue Xian hablar, y luego se acarició la


barbilla. Finalmente, se alejó de la puerta. "Hablemos dentro", dijo. "Mis piernas ya
no son tan buenas como antes y me canso de estar mucho tiempo de pie".

El viejo Qu parecía haber vivido solo en la cabaña durante muchos años. Hacía
quién sabe cuánto tiempo que no se ordenaba la habitación, ni se abrían las ventanas
para que entrara aire fresco, por lo que estaba llena de un olor agrio. Sólo el olor
agrio habría estado bien, pero la cabaña también apestaba a ajo.

Cuando el viejo Qu empujó la puerta para abrirla, el hedor llegó a la nariz de Xue
Xian.

Xue Xian pensó: En realidad, ¿Podríamos quedarnos aquí de pie...?

Hizo una mueca y contuvo la respiración mientras se inclinaba ligeramente para


entrar en la puerta. Agarró al desconfiado de Xuanmin y tiró de él para que entrara
también en la cabaña.
Aprovechando un breve momento en el que el viejo Qu les daba la espalda, Xue
Xian tiró de la prístina túnica de Xuanmin, llevándosela a la nariz y respirando
profundamente de ella. Ahora se sentía un poco mejor.

Xuanmin lo fulminó con la mirada.

El viejo Qu no era un buen anfitrión. No invitó a los dos a sentarse, y de hecho no


había ningún otro lugar para sentarse en la cabaña.

"¿Qué píldora mágica buscan?", dijo mientras se acomodaba en una silla y les
miraba con desconfianza. "Hay muchas hierbas raras en la zona de Langzhou, y
algunas píldoras mágicas ni siquiera se consideran tan milagrosas".

"¿Una píldora que puede alargar la vida de uno, o intercambiar la fortuna de dos
vidas?" preguntó Xue Xian tentativamente.

El viejo Qu los miró durante mucho tiempo, y finalmente dijo: "Se rumorea que
existen tales píldoras. Pero hay más de un tipo. Dicen que hay dos tipos, que son
extremadamente similares, pero con efectos muy diferentes. Una prolonga la vida y la
otra es perjudicial. Incluso dicen que hay un tipo de píldora que puede unir tres
vidas... No sé qué es eso, y nunca lo he visto. Todo lo que he oído son historias",
divagó.

"¿Sabe de dónde viene esa píldora?" preguntó Xue Xian.

El viejo Qu no los defraudó, realmente les dio una ubicación aproximada. "¡La
Cueva de los Cien Insectos!"

Xue Xian asintió. "Bien. ¿Saben los lugareños dónde se encuentra la Cueva de los
Cien Insectos? Si es así, esperaremos a llegar a Langzhou para preguntar".

"¡Oh, no!" exclamó el viejo Qu, agitando las manos. "Si preguntan, no creo que
nadie sea capaz de decírselo".

Xue Xian frunció el ceño. "¿Por qué no?"

"No tienes ni idea de lo venenosos que son esos insectos. Sólo con oír ese nombre,
Cueva de los Cien Insectos, perderás la mitad de tu vida. Además, ¿Quién le daría
tanta importancia a un montón de rumores sin fundamento?" Dijo el viejo Qu. "La
única razón por la que lo sé es porque mi antepasado era un brujo, y le encantaba
trastear con esas cosas. Para ser sincero, los dos han acudido a la persona adecuada.
Sólo yo puedo decirles a dónde ir".

Comenzó a delinear algo en su palma con el dedo índice. "Una vez que llegues a la
Montaña Xia, vete por aquí y dirígete al lado suroeste de la montaña. Allí hay tres
picos, y uno de ellos tiene un acantilado curvo. La Cueva de los Cien Insectos está
cerca de allí, pero no estoy seguro de cómo llegar. Tal vez tengas que saltar desde el
acantilado. Si te queda algo de vida en tu destino, quizás deberías intentarlo".

Vida... eso es lo único que no les faltaba.

Xue Xian se burló. No es difícil, pensó. Si hay que hacerlo, buscaremos en cada
rincón de ese acantilado. Para mí y para Xuanmin no es nada del otro mundo.

De hecho, cuando habían estado hablando de píldoras mágicas, Xue Xian todavía
se había mostrado escéptico. Pero ahora estaban hablando de la "Cueva de los Cien
Insectos", lo que parecía ser la pista correcta: la cosa que llevaba Xuanmin en el
cuello se llamaba "Araña de la misma edad", después de todo, que estaba
definitivamente relacionada con los insectos.

Obviamente, era ridículo pensar que un simple insecto pudiera ayudar a alargar o
cambiar la vida de uno. Pero si un insecto segregaba algún tipo de veneno, y ese
veneno se combinaba con un talismán o alguna otra magia más maligna, tal vez sí
podría tener algún efecto. Pero este hechizo probablemente sólo beneficiaría a una de
las partes, y la otra probablemente sufriría mucho.

Habiendo obtenido la información que necesitaban, los dos no se demoraron. Antes


de salir de la cabaña, Xue Xian escudriñó aquel desordenado cuarto y dejó caer
subrepticiamente unas cuantas monedas de oro en una bolsa que colgaba cerca de la
puerta, considéralo un pago por la información.

El viejo Qu era excéntrico, pero no intrínsecamente desagradable ni problemático.


No intentó preguntar a Xue Xian qué iban a hacer ahora, ni siquiera se levantó para
acompañarles a la puerta. Pero cuando Xue Xian abrió la puerta de madera y se
dispuso a salir, aquel anciano murmuró algo como en un sueño: "Pero tengo que
decir que... aunque encuentres esa cosa, es mejor que no la uses. Uno de mis
antepasados era un romántico. Dicen que quería alargar su vida, o tal vez traer a
alguien de entre los muertos, no lo recuerdo, pero al final los resultados fueron
devastadores. También podría haber muerto. No sé qué intentaba hacer...".

Luego se rió con autodesprecio y añadió: "Pero eso se lo digo a todo el mundo y
nadie me cree. Todos dicen que estoy loco. Ahora que me has oído decirlo, puedes
irte. Vayan... Me voy a echar una siesta".

"No estoy tan aburrido como para hacer algo así. Además, ¿Extender mi vida aún
más? Eso sería demasiado", murmuró Xue Xian distraídamente en respuesta al
hombre. Saludó al viejo Qu y luego acompañó a Xuanmin a la puerta.

No había necesidad de permanecer más tiempo en la aldea, así que


inmediatamente comenzaron a tomar una ruta que los llevara de vuelta a la puerta de
la aldea. Cuando volvieron a encontrarse con aquel estanque, Xue Xian no pudo evitar
echar un vistazo a aquella cabaña de barro, y vio al espíritu del soldado montando
guardia obedientemente junto a la puerta, aparentemente planeando quedarse allí
para siempre.

La verdad es que Xue Xian no podía identificarse con emociones tan fuertes y
apasionadas, ni con las del "romántico" antepasado del Viejo Qu, ni con las del
soldado que lloraba, se veía incapaz de empatizar con los sentimientos que sus
acciones demostraban tan claramente.

Había conocido a otro militar antes, quizá hace ya seis o siete años.

Era un gran desierto en el extremo norte de la tierra. Por orden de la estructura


natural del universo, había ido allí para provocar un poco de lluvia. Cuando llegó, vio
que bajo los fuertes vientos que enviaban espirales de arena al aire había
innumerables esqueletos. Carros militares destruidos y banderas de guerra
andrajosas, así como uniformes andrajosos y vacíos, estaban esparcidos por el
desierto.

Aquel soldado había estado sentado junto a uno de los carruajes en ruinas, con
una de sus piernas doblada y apoyada contra la rueda del carro. Con la cabeza
inclinada, había estado mirando una de las banderas rotas.

Xue Xian sólo había necesitado un vistazo para saber qué, se trataba de un alma
perdida que ya llevaba allí al menos medio año. Los demás se habían marchado hacía
tiempo, dejándolo sólo a él... Está claro que algo le retenía aquí. Xue Xian era
perezoso, y no tenía la suficiente simpatía por los demás como para considerar
siquiera acercarse al hombre. Había planeado simplemente enviar una tormenta y
luego marcharse, pero el alma perdida lo había llamado.

Tal vez porque llevaba demasiado tiempo allí, la mente del alma estaba bastante
aturdida. Parecía no darse cuenta de quién era Xue Xian, y se limitaba a tirar de su
manga mientras divagaba sin parar. Al igual que aquel soldado cuya alma había
permanecido en la placa de identificación, había hablado a trozos y había sido difícil
de entender.

Xue Xian siempre hacía las cosas dependiendo enteramente de su estado de


ánimo, y ese día, la visión de todos esos cadáveres le había entristecido un poco, así
que toleró los murmullos del alma y escuchó al hombre hablar durante un largo rato.
En general, el hombre había dicho realmente dos cosas: Si hubiéramos ganado esta
batalla... y, no me atrevo a partir.

"Ni siquiera tienes miedo a la muerte. ¿Por qué ibas a tener miedo de partir?" Xue
Xian había preguntado.

Aquel alma perdida se había extendido un poco más en la explicación, y Xue Xian
había tardado en entenderlo: El hombre había tenido miedo de que, si partía, tendría
que pasar a su próxima vida, pero su mujer se quedaría atrapada en esta vida. Había
temido no volver a verla.

"Tampoco podrás verla si te quedas aquí", había respondido Xue Xian. "Estás atado
a esta tierra. No puedes volver a casa".

El alma perdida le había lanzado una mirada trágica, y luego le había explicado
algo más: Si sólo pudiera recordarla en su próxima vida, entonces podría ir a
buscarla, y eso mejoraría las cosas. Si tenía suerte, tal vez podrían conocerse de
niños, y él podría verla crecer poco a poco de niña a mujer joven, y entonces podría
casarse con ella. No tenían que vivir todo ese drama como las parejas en las obras de
teatro... él sólo quería vivir una vida larga y ordinaria con ella. Lo ideal sería que no
hubiera guerra...

Mientras Xue Xian escuchaba las patéticas divagaciones del hombre y miraba aquel
campo de cadáveres, se sorprendió al comprobar que no estaba molesto.

Antes de marcharse, le dio al alma perdida un largo trozo de cuerda.

"¿Por qué me has dado una cuerda? Ya estoy muerto. No puedo colgarme", había
preguntado el alma de forma idiota.

Xue Xian le espetó: "Átate esto a la muñeca y haz una marca. ¿No quieres
encontrar a alguien en tu próxima vida? Aunque no hay manera de que recuerdes
todos estos detalles al azar, pero al menos una marca clara puede servir de
recordatorio. Quizás si te esfuerzas lo suficiente, podrás encontrarla de verdad".
El alma se había demorado tanto tiempo sólo por esta razón, así que ahora que su
problema se había resuelto, no se había demorado. Después de que Xue Xian se
fuera, él también se había ido.

Y hoy, cuando Xue Xian vio a ese soldado, pensó en el hombre del desierto.
Aunque habían pasado seis o siete años, seguía sin entender cómo alguien podía
sentir una emoción tan profunda como para negarse a seguir adelante incluso
después de la muerte.

Pero, mientras su mente vagaba por estos pensamientos casuales,


inconscientemente volvió a mirar a Xuanmin.

"¿Qué pasa?" Al notar la mirada de Xue Xian, Xuanmin, que caminaba ligeramente
por delante, se detuvo en sus pasos.

Cuando la mente de Xue Xian volvió al presente, descubrió que había estado
mirando la espalda de Xuanmin. "Oh", murmuró mientras apartaba la mirada. "Nada.
Pensé en un transeúnte".

"¿Transeúnte?" Los ojos de Xuanmin revoloteaban hacia el estanque y luego


volvieron a Xue Xian.

Pero Xue Xian ya estaba mirando el camino por delante. "Salgamos de... ¡Hay
alguien ahí!"

Acababan de salir de la aldea, habían eliminado su hechizo de invisibilidad, y


pronto dejarían el camino de la montaña por completo. Pero en medio de la frase de
Xue Xian, había notado un largo tren de carruajes blancos en el camino de adelante.

"¿Qué clase de familia tiene un tren funerario tan largo?" murmuró Xue Xian. Pero
entonces vio las banderas sujetas a los vagones, y los dos caracteres en las
banderas: Taichang.

Cuando él y Xuanmin se detuvieron en seco, antes de que pudieran ver las caras
de los recién llegados, Xue Xian oyó la voz clara y brillante de una mujer que decía:
"Descender de sus caballos".

A continuación, alrededor de un centenar de personas se acercaron a ellos e


hicieron una profunda y cortés reverencia.

Xue Xian se quedó boquiabierto. ¿Qué demonios está pasando?


Capítulo 72: Transeúnte (III)

El Ministerio de Ceremonias tenía una regla estricta: sólo se arrodillaban al cielo. Por
eso, cuando los funcionarios se encontraban con el Gran Sacerdote, su saludo no era
de rodillas, sino una profunda reverencia.

Pero cuando los cientos de jinetes saltaron de sus caballos y se precipitaron hacia
ellos, vestidos todos de blanco y con máscaras de bestia plateadas, disponiéndose
silenciosamente en ordenadas filas y haciendo todos ellos simultáneamente una
profunda reverencia, el espectáculo fue espectacular... pero, aunque espectacular,
también se hizo de forma muy solemne y reverente. Si el grupo hubiera sostenido
varillas de incienso, parecería que estaban realizando un ritual hacia el cielo.

Para la mayoría de la gente del mundo, esto sería una escena intimidante y
halagadora, pero Xue Xian, como dragón, estaba acostumbrado a ello. Así que la
razón por la que se quedó congelado fue porque era algo inesperado.

Nunca había prestado mucha atención a los asuntos imperiales de los humanos, ni
se había molestado en conocer la siempre cambiante rotación de ministros que
servían al emperador, ya que nada de eso tenía que ver con él. Así que cuando había
visto por primera vez a esos dos personajes, Taichang, no había tenido ninguna
impresión. En cambio, obtuvo más información por la singular vestimenta del grupo:
parecían ser los servidores religiosos y adivinos del emperador.

A lo largo de sus años, había sido testigo a menudo de este tipo de escenas.
Estuvo a punto de soltar: ¿Los sacerdotes de la lluvia han conseguido encontrarme
aquí?

Pero antes de que pudiera hablar, Xuanmin frunció el ceño y se adelantó, de modo
que ahora pasó a ocultar a Xue Xian detrás de él. Con esa expresión siempre fría en
su rostro, Xuanmin escudriñó a la gran multitud de recién llegados y preguntó con
calma: "¿Disculpen, qué necesitan?".

¿Qué necesitan?
¿Qué es lo que necesitan?

Los Taipu y Taizhu, que habían estado al frente del grupo y habían estado a punto
de hablar, estaban todavía sorprendidos.

Pero, no obstante, habían crecido en una corte imperial, por lo que nunca
olvidarían mantener la cortesía, sin importar los imprevistos. Los dos continuaron
haciendo una profunda reverencia, pero se miraron con sorpresa y confusión.

¿Se habían equivocado de hombre? Imposible.

Aquella silueta, aquel porte, incluso su forma de caminar... todo apuntaba


claramente al Gran Sacerdote. Ni siquiera necesitaban acercarse para reconocerlo.

Entonces, ¿qué quiso decir cuando dijo "¿Qué necesitan?"?

¿Lo había hecho a propósito? ¿Realmente había algún tipo de peligro y necesitaba
disfrazar su identidad?

Taizhu y Taipu habían entrado juntos en el Ministerio cuando eran niños, y en


circunstancias normales se habría rumoreado que eran novios de la infancia, lo que
significa que, a estas alturas, se entendían intuitivamente. Sólo necesitaban cruzar
sus miradas para llegar a la misma conclusión.

Pero justo cuando llegaron a esa conclusión, algo que estaba junto a sus manos
empezó a silbar suavemente.

Atónitos, vieron que lo que siseaba era una pequeña llama que había aparecido de
alguna manera junto al dedo de Taipu. Esa llama pronto desapareció, revelando, en
su centro, un pequeño trozo de papel envuelto.

Esto les resultaba muy familiar, así era como el Gran Sacerdote se comunicaba con
ellos.

Pero la paloma que había enviado Taipu acababa de salir volando. Era imposible
que ya hubiera llegado al Ministerio. La única posibilidad era que el Gran Sacerdote
quisiera darles nuevas órdenes, pero el momento era demasiado coincidente...

La Taipu cogió el papel en sus manos y miró discretamente a la sombra blanca que
tenía delante. Antes de que pudiera abrir la carta, se oyó el sonido de las alas de un
pájaro detrás de ella.

"Una carta". El Taizhu se giró para mirar, y recuperó una carta atada a la pata de
una paloma.

Los dos se miraron de nuevo y se apresuraron a leer la carta.

"La carta es de un viceministro. Informa de un rumor del condado de Huazhi de


que algunas personas vieron un dragón. El Gran Sacerdote dio órdenes, y ahora todo
el Ministerio, incluidos los guardias que están fuera del patio secreto del Gran
Sacerdote, están en camino. Nos han dicho que esperemos aquí". El Taizhu hizo su
voz tan baja como pudo, pero cuando dijo la palabra dragón, se sorprendió tanto que
su voz no pudo evitar levantarse un poco. Presa del pánico, se calló de nuevo y
exprimió la última frase: "Además, el Viceministro dice que el Gran Sacerdote ha
dejado el aislamiento. Tiene que ocuparse de algo primero, pero en tres días se
reunirá con nosotros".

Y en cuanto al mensaje personal del Gran Sacerdote, era tan conciso como
siempre.

El Taipu puso el papel desdoblado bajo los ojos del Taizhu. Sólo había cinco
palabras: Actúa como creas conveniente. Y en la parte inferior, un sello rojo que decía
Tongdeng.

Las dos cartas habían llegado una tras otra, y ninguna era muy larga, pero el
contenido era difícil de analizar. Alguien en el condado de Huazhi había visto un
dragón, pero ¿por qué eso significaba que todos los funcionarios del Ministerio tenían
que salir inmediatamente? Nunca lo habían hecho, y este comportamiento era muy
inusual, lo que les hacía sospechar.

Pero lo que más molestaba a los Taipu y Taizhu no era eso: era el hecho de que el
Gran Sacerdote había dejado finalmente el aislamiento, pero tenía otros asuntos que
atender...

Los dos no pudieron evitar establecer una conexión con la situación en la que se
encontraban actualmente. Pensaron que su conclusión anterior había sido correcta: el
Gran Sacerdote fingía no saber quiénes eran porque ya tenía otros planes sobre los
que ellos no necesitaban saber.

Viendo que esto era así, por supuesto tenían que cooperar lo mejor posible. Para
romper la mentira del Gran Sacerdote... ¿tenían ganas de morir?
"Actúen como crean conveniente..." murmuró el Taizhu. Así que tenían que actuar
como les pareciera, ¡En ese mismo momento! Los dos reacomodaron rápidamente sus
rostros y levantaron la cabeza. Asintieron respetuosamente a Xue Xian y Xuanmin y
dijeron: "Ha sido un malentendido. Me temo que pensábamos que era otra persona".

"¿Alguien más?" Xue Xian se rió mientras se quitaba un poco de polvo inexistente
de su túnica. "¿Crees que nos creeremos eso?"

Aunque las dos partes estaban bastante alejadas, Xue Xian aún les había oído decir
la palabra dragón. Si los recién llegados hubieran explicado honesta y directamente
sus verdaderas intenciones, no le habría importado, pero ahora decían que todo era
un "malentendido". Eso sí que era interesante.

¿Qué clase de gente tenía que mentir?

Los que tienen segundas intenciones.

Normalmente, Xue Xian nunca se molestaría en intentar adivinar los complejos


pensamientos de los mortales... pero recientemente se había visto atrapado. Ahora,
cada vez que se encontraba con gente que tenía algo que ocultar, no podía evitar
recordar al hombre que le había mutilado. Mientras se reía, su rostro se volvió frío.

"Todo es culpa nuestra. Con las curvas del camino de la montaña, no nos fijamos
demasiado en usted, sino que nos guiamos totalmente por los colores de tu ropa. Qué
curioso", dijo el Taizhu, sin atreverse a mirar a Xuanmin. En su lugar, se limitó a
saludar a Xue Xian. "Por favor, perdónenos. Ya que está claro que los dos están de
camino a algún sitio, no los retrasamos más. Por favor...".

Hizo un gesto a los funcionarios que estaban detrás de él.

En una gran ola, los cientos de personas que estaban detrás de él se levantaron de
sus reverencias y se separaron por la mitad, creando un pasillo amplio y ordenado
para Xue Xian y Xuanmin.

Xue Xian se burló en silencio, no dijo nada y comenzó a caminar.


Él y Xuanmin entraron realmente en ese pasillo. Ninguno de los dos tenía miedo de
nada, así que ni siquiera se sintieron incómodos mientras cruzaban aquellas docenas
de máscaras de bestia a ambos lados. Mantenían expresiones tranquilas y pasos
firmes y seguros.

Antes de que Xuanmin pudiera acercarse demasiado, los Taipu y Taizhu bajaron la
mirada, tal y como estaban acostumbrados a hacer cuando se encontraban con el
Gran Sacerdote del Ministerio, no se atrevieron a dejar que su visión se prolongara.
Además, parecían haber echado por tierra el vasto plan del Gran Sacerdote y casi lo
habían arruinado todo, la situación era ahora bastante incómoda, y definitivamente
no se atrevían a mirarle a la cara.

Pero en el instante en que Xuanmin pasó junto a él, la mirada de Taipu se movió
ligeramente, y alcanzó a ver la mano derecha de Xuanmin. Entonces, volvió a apartar
rápidamente la mirada.

Salvo al principio, cuando vacilaron brevemente al conocer a Xuanmin, el


comportamiento de Taipu y Taizhu durante el resto del encuentro había sido
perfectamente apropiado y sutil, habían sido educados, pero no excesivamente
diferentes. Sin embargo, no pudieron evitar vigilar a Xue Xian, como si temieran que
esa figura de aspecto intimidatorio pudiera descubrir alguna debilidad en ellos.

Pero ése había sido su error, normalmente, las miradas furtivas a alguien no les
alertarían, pero la vista de Xue Xian era mucho más sensible que la de un humano.
Inmediatamente se dió cuenta de que los dos le miraban, y sintió que básicamente
habían escrito "¡Tenemos motivos ocultos!" en una pizarra para desfilar por la calle.

En ese momento, cuando empezaba a sentir que algo andaba mal, pero antes de
que cualquier idea real pudiera materializarse completamente en su mente, el pájaro
negro en el hombro de Xuanmin rompió su tren de pensamiento.

Aquel pájaro era realmente intrépido, parecía no perturbarse por aquel grupo
masivo de "Gente de luto" en absoluto. Por el contrario, cuando Xue Xian pasó por
delante de él, sacudió un ala y golpeó el hombro de Xue Xian.

¡Alimaña!

Mientras Xue Xian miraba fijamente al pájaro, vio que Xuanmin le pegaba
silenciosamente un talismán.

Parecía un talismán para congelar el movimiento, en cuanto se adhirió al pájaro, el


animal se puso rígido como una tabla y ya no se movió en absoluto de su posición en
el hombro de Xuanmin, aunque sus dos ojos brillantes miraron con resentimiento a
Xue Xian.

Por un momento, Xue Xian se sintió bien consigo mismo. Ya no le apetecía


averiguar los "motivos ocultos" de esa extraña gente.

Mientras tanto, los Taipu y Taizhu observaban cómo los dos hombres y un pájaro
salían del pasillo y se dirigían hacia la bifurcación que había más adelante.

"Huh..." El Taizhu soltó el aliento que había estado conteniendo. Tuvo una nueva
idea, para no sabotear al Gran Sacerdote, después de despedirse de los dos, debían
seguir adelante y encontrar de algún modo la forma de volver más tarde. Así podrían
seguir subrepticiamente al Gran Sacerdote desde una distancia segura, para poder
ayudar en caso de emergencia.

Pero antes de soltar del todo ese aliento, notó que aquel hombre alto y delgado
vestido de negro que había estado al lado del Gran Sacerdote se volvía de repente y
les mostraba una sonrisa.

Era una sonrisa extremadamente bonita... y extremadamente malvada, con una


frialdad escalofriante en el pliegue de la boca que sobresaltó a Taipu y Taizhu.

A continuación, el cielo que se extendía directamente sobre el grupo cambió de


repente, la tenue luz de la mañana quedó instantáneamente bloqueada por un
estruendo de nubes negras de tormenta que se acercaba, entonces docenas de
relámpagos blancos y vidriosos cayeron de las nubes y se estrellaron contra el suelo
bajo sus pies con un ruido estremecedor.

Cada rayo parecía tener un objetivo específico: caían en círculo alrededor del
grupo, atrapándolos en una jaula circular hecha de rayos.

En todos los años que los Taizhu y los Taipu habían estado vivos, nunca antes se
habían encontrado en una situación de derrota total y completa, ya que todo el grupo
de hombres y caballos se vio sumido en el caos. El relámpago parecía
misteriosamente astuto, se cuidaba de no golpearlos, pero golpeaba lo
suficientemente cerca como para hacerlos saltar y hacer que los hombres corrieran en
todas direcciones para evitarlo.

Los truenos parecían no tener fin, y sus poderes eran limitados, por lo que les
llevaría mucho tiempo salir de esta jaula.

Así, en medio de la conmoción, cuando el Taizhu trató de asomarse más allá de los
relámpagos para intentar ver a dónde habían ido los dos hombres, vio que hacía
tiempo que habían desaparecido sin dejar rastro... y, debido a todas las distracciones,
ni siquiera había podido ver cuál de los dos caminos habían tomado.

Mientras el pánico crecía en su interior, la Taipu le agarró de la manga y le dijo con


calma: "Está bien. Los encontraremos".
Capítulo 73: Transeúnte (IV)

Cuando Xue Xian y Xuanmin regresaron a la sede del condado de Qingping, el sol
había salido por completo sobre ellos. A diferencia de los caóticos y violentos
relámpagos que seguían cayendo sobre un punto concreto a los pies de la Montaña
Boji, el tiempo era de hecho bastante agradable aquí, consiguiendo incluso arrojar
una tenue sensación de calor sobre el frío de mediados de invierno.

La ciudad parecía estar más viva que hace un par de días, con mucha más gente
caminando por las calles, parecía estar saliendo lentamente de la sombra de la plaga
y respirando un profundo suspiro de alivio.

Cuando los dos se pararon ante el recinto de los Fang, vieron que toda la familia ya
estaba despierta y que estaban muy ocupados.

Los sirvientes habían colocado medicinas en el exterior de la tienda, con la


esperanza de aprovechar los escasos rayos de sol para secar algunas hierbas. Los
mendigos les seguían y ayudaban de forma torpe pero concentrada. El tío Chen
ayudaba a Fang Cheng a catalogar la tienda, mientras uno leía los nombres de las
hierbas, el otro anotaba los números en una hoja de papel.

A un lado, Jiang Shijing leía a un grupo de niños que parecían tener siete u ocho
años, eran los aprendices de otras familias, que, a pesar de su corta edad, ya
conocían bien todo tipo de medicinas y sus usos.

La tía Chen tenía una cuchilla y estaba ocupada cortando verduras en la cocina,
con Xingzi como ayudante que a menudo tenía que salir corriendo para realizar
pequeñas tareas.

Los hermanos gemelos estaban tan ocupados detrás del mostrador de la tienda
que apenas podían parar para respirar. Jiang Shining, que no podía permanecer
demasiado tiempo a la luz del sol, estaba dentro de una habitación, ayudando a su
hermana con un manuscrito médico que había compuesto.

Shitou Zhang había escogido un rincón y había encontrado una piedra. Estaba
encorvado, tallando algo nuevo. Junto a sus pies había una hilera de conejitos y
monos de piedra del tamaño de un pulgar, realmente parecía no tener nada mejor
que hacer que eso.

Aunque el patio de los Fang era relativamente grande, con gente de todas las
edades y profesiones corriendo por su interior, se había vuelto bastante estrecho.

Si hubiera sido antes, Xue Xian habría girado sobre sus talones y se habría
marchado en cuanto viera el caos, ya era bastante molesto tener a un Shitou Zhang
zumbando cerca de tu oreja, y más aún tener a toda esa gente diferente al mismo
tiempo.

Aunque no era tan exigente como Xuanmin y tenía una personalidad más bien
abierta, no le gustaba el alboroto. Él podía armar un alboroto, pero los demás no...
eso era simplemente lo poco razonable que era siempre.

Pero ahora, mientras se apoyaba en la puerta, escudriñando ociosamente el patio,


tuvo de repente la sensación de que aquella era una vida bastante buena. Para la
gente común, ésta era probablemente la mejor vida que uno podía desear.

"Ah...". Cuando Xingzi salió de la cocina, se dio cuenta de que Xue Xian y Xuanmin
estaban en silencio junto a la puerta y anunció alegremente a todo el recinto: "¡El
joven maestro Xue ha vuelto!"

"Niña, tu enamoramiento es demasiado evidente", dijo Shitou Zhang desde su


lugar detrás de ella. "El maestro también ha vuelto. ¿Ni siquiera lo has visto?"

Sonrojada, Xingzi agitó la mano y dijo: "Por supuesto que no. Estaba a punto de
decirlo".

Shitou Zhang parecía estar totalmente inmerso en la alegría y la satisfacción de


sus pequeñas tallas. Sin pensarlo, se volvió para preguntar a Xue Xian: "¿Se ha
pasado toda la noche poniendo orden? ¿Ya ha terminado? Si hubiéramos sabido que
les llevaría tanto tiempo, ¡Nianqi y yo nos habríamos quedado a ayudar!".

Shitou Zhang era de una simpleza impresionante. Al decir esto, toda la cara de Xue
Xian se puso verde.

Por un momento, Xue Xian creyó sentir que Xuanmin lo miraba, pero cuando se
giró para verlo, Xuanmin ya había desviado la mirada y había comenzado a entrar en
el patio a grandes zancadas.
Xue Xian lanzó una mirada a Shitou Zhang. Pero la sensación que le había
pinchado en el corazón dos o tres veces ya era bastante incómoda, y de hecho
empezaba a sentirse como un trozo extra de cartílago costal. Y, para ser sinceros,
había sido relativamente promiscuo en todos los años que llevaba de vida, pero nunca
nada le había hecho sentir así.

Ya estaba harto.

Xue Xian finalmente obligó a su rostro a volver a su color original y se dijo a sí


mismo: "Sí, vale, así que me ha masturbado. Ya está hecho. Y así fue."

Bajo su mirada fulminante, las piernas de Shitou Zhang se habían vuelto


gelatinosas -se alegró de haber estado ya sentado, pues si hubiera estado de pie,
temía que hubiera intentado huir. Se dio una palmada en la boca y pensó: "Qué boca
más grande tengo. Mira cómo te mira ahora."

Pero no podía entender cómo había conseguido cabrear al dragón con una sola
frase.

Mientras la familia Fang se apresuraba a cruzar el recinto para saludar a Xue Xian y
Xuanmin, Xingzi, que llevaba un rato mirando a Xue Xian, gritó de repente y señaló
las piernas de Xue Xian, exclamando: "Tú...".

"Eh, ¿Se le han curado las piernas?", comentó el siempre obsequioso Shitou
Zhang. "¿Qué píldora mágica has tomado? ¿Cómo se te han curado las piernas en una
sola noche?".

Xue Xian entornó los ojos y dijo inexpresivamente: "Es más seguro para ti, si
simplemente no hablas".

Shitou Zhang cerró la boca obedientemente, pero pensó: ¿Qué he hecho esta vez?

Sin embargo, Shitou Zhang no era el único que se preguntaba cómo se habían
curado las piernas de Xue Xian de la noche a la mañana. Pronto, toda la casa de los
Fang estaba admirando sus piernas recién curadas y chirriando de sorpresa por lo
rápido que había sucedido todo.

Una noche esto y una noche aquello. Mientras murmuraban, Xue Xian tuvo la
sensación de que todas esas bocas a su alrededor le estaban provocando a
propósito...
Por suerte, antes de que pudiera ser demasiado agobiante, Xue Xian sintió que
alguien le agarraba la muñeca.

"Sus piernas acaban de recuperarse. Necesita seguir curándose para que se


fortalezcan", dijo de repente Xuanmin.

El grupo hizo una pausa, e inmediatamente asintió y dijo: "El maestro tiene razón.
Necesita descansar".

Sin decir nada más, Xuanmin condujo a Xue Xian por la muñeca, empujó la puerta
del dormitorio que habían ocupado la noche anterior, lo guió al interior y luego volvió
a cerrar la puerta.

Cuando la puerta se cerró, selló las voces de los demás en el exterior... Qué puerta
tan extraordinaria, a pesar de su delgadez, una vez cerrada, el mundo exterior
parecía convertirse en otro mundo. Cuando Xue Xian miró dentro de la habitación,
sus ojos se posaron en la mano que le agarraba la muñeca.

La puerta ya se había cerrado, pero esa mano permaneció durante algún tiempo
antes de soltarla finalmente.

Xue Xian levantó la vista y observó cómo Xuanmin se dirigía a la mesa y sacaba
una silla. Xuanmin dijo: "En el camino de vuelta, tus pasos no eran firmes. Tu pulso
también es lento. Quizá te precipitaste al reparar tus piernas. Deberías curarte un
poco más".

Así que la razón por la que no había querido soltar la muñeca de Xue Xian era
porque le había tomado el pulso...

Xue Xian levantó las cejas y luego apartó la mirada de Xuanmin. Sacó el colgante
de moneda de cobre que había estado sujetando toda la noche y se desvió para evitar
a Xuanmin mientras se dirigía a la cama y se sentaba.

Lo que había dicho Xuanmin no estaba equivocado, el propio Xue Xian era
consciente de que sus verdaderas vértebras aún no habían sido encontradas en su
totalidad, y que toda su movilidad actual era gracias a esos hilos empujados por el
colgante de moneda de cobre.

Pero una prótesis seguía siendo una prótesis, y no podía durar mucho tiempo. Si
ya estaba flaqueando, tenía que seguir inyectando magia en sus heridas, o de lo
contrario los hilos se desgastarían pronto y volvería a quedar paralizado.

Así que no se demoró, sujetando el colgante de Xuanmin, comenzó a meditar.

Al principio, la nueva energía mágica del colgante volvió a entrar en sus venas e
inundó los hilos que conectaban sus huesos, pareciendo que inmediatamente
empezaban a impulsar a los propios huesos a crecer un centímetro más.

Pero pronto, el colgante envió otra cálida ráfaga de magia a su cuerpo, que pareció
mezclarse con la ráfaga de magia anterior e incluso fundirse en una sola, calmando
lentamente esos hilos y sus huesos heridos.

Xue Xian entreabrió los ojos y miró a su alrededor. Vio que, en algún momento,
Xuanmin también había cerrado los ojos y tenía la mano en una oración silenciosa.
También parecía estar meditando.

Ahora entendía de dónde había venido esa segunda oleada de magia. Xue Xian
volvió a cerrar los ojos y, mientras trabajaba en la curación de su cuerpo, no olvidó
llevar también los pliegues combinados de su energía mágica y la de Xuanmin sobre
las monedas de cobre.

Mucho tiempo después, el colgante en la mano de Xue Xian tembló de repente.


Aunque en realidad no hizo ningún ruido, el sonido del metal atravesó su brazo y lo
sacudió directamente en su mente: sonó como si algo se desbloqueara de repente
con un clic.

Al principio se quedó atónito, pero luego se dio cuenta de lo que había pasado:
parecía que, de las cinco monedas del colgante de Xuanmin, se había roto el sello de
otra.

En ese momento, Xue Xian pudo sentir de repente que, al romperse el sello, la
conexión entre el colgante y su cuerpo parecía volverse ligeramente más fuerte. Y
cuando la moneda se estremeció, también lo hizo su mente, de modo que,
incontroladamente, sintió que se deslizaba hacia un sueño.

No era realmente un sueño, era más bien una serie de imágenes que parpadeaban
tan vagamente que apenas podía distinguir las siluetas, tan breves y difíciles de
captar como un pez asomando la cabeza en un estanque...

En algunas de las visiones, podía ver a alguien caminando hacia él, pero su punto de
vista era extraño, y no podía ver ni siquiera hasta la cintura de la persona, sólo su
larga túnica pasando por delante de él tan suavemente como una nube. Abría la boca
y parecía decir algo, dos caracteres, tal vez un nombre.

Otras veces, estaba sentado en algún lugar, aparentemente frente a un escritorio,


pero no podía ver lo que había sobre el escritorio. Una sombra negra caía junto a su
mano y sus dedos parecían moverse, extendiéndose hacia la sombra.

Y otras veces, sostenía algo en la mano, que a primera vista parecía ser la cara de
un demonio, con manchas rojas y negras por todas partes, de modo que no podía ver
sus ojos...

Mientras Xue Xian se esforzaba por entender de dónde venían estos sueños no
soñados, vió una última imagen. En esa imagen, había un niño de pie frente a él cuya
cara estaba demasiado borrosa para distinguirla. Se agachó y extendió la mano hacia
el niño.

Se sorprendió al descubrir que el niño vestía de blanco, una túnica blanca


inmaculada e impecable.

"¿Quién eres tú?", preguntó inocentemente el niño, mirándolo.

Justo cuando quería responder, se dio cuenta de repente de que su propia mano
estaba extendida hacia el niño, en el lado del nudillo de su dedo anular había un
pequeño lunar. Aunque todo en el sueño era borroso y cambiante, ese único lunar en
ese dedo delgado y pálido era claro como el cristal.

El impacto que le causó ver eso en ese momento fue suficiente para despertarlo, y
rápidamente se deslizó fuera del extraño paisaje onírico.

Xue Xian abrió los ojos de repente y miró hacia la mesa.

La habitación estaba muy oscura. De alguna manera, ya era de noche. La luz se


filtraba por las ventanas desde los faroles colgados en el exterior y delineaba
ligeramente la silueta de Xuanmin sentado en la mesa.

Xue Xian frunció el ceño y dijo: "Burro calvo".

Xuanmin tarareó en respuesta, aunque había un leve aire de fatiga en su voz,


como si acabara de salir de una agotadora alucinación. Desde donde estaba sentado
Xue Xian, pudo ver cómo Xuanmin levantaba la mano y se tocaba el costado del
cuello.
Aunque la habitación estaba completamente oscura y no podía ver los detalles de
los dedos de Xuanmin, Xue Xian pudo recordar que, en el nudillo de su dedo anular,
también tenía un pequeño lunar... exactamente igual que la mano de la visión.

Xue Xian había querido contarle a Xuanmin su sueño, pero, al ver que el monje le
tocaba el cuello, cambió de opinión.

Porque de repente le vino otro pensamiento a Xue Xian, si aquello había sido un
sueño al azar, entonces no había nada malo en hablar de ello, pero... ¿Y si no había
sido un sueño?

Actualmente tenía una misteriosa conexión espiritual con el colgante de Xuanmin.


El colgante había transferido algunos de los efectos del escupitajo de dragón de
Xuanmin a Xue Xian, ¿Podría también transferir otras cosas? Como por ejemplo...
¿Recuerdos?.

Si no se equivocaba, cada vez que se rompía uno de los sellos de las monedas,
Xuanmin recuperaba parte de sus recuerdos. Y, antes, cuando Xue Xian había estado
curando, había roto un tercer sello, así que las cosas que había visto... ¿Eran los
recuerdos que habían pasado por la mente de Xuanmin al mismo tiempo?

Y como la conexión había sido limitada, Xue Xian había visto esas visiones como si
estuvieran al otro lado de la orilla de un río: borrosas e indistintas.

Si se trataba de recuerdos, no podía preguntar directamente a Xuanmin. Había una


diferencia entre que Xuanmin se lo contara voluntariamente y que él mismo viera
cosas sin que Xuanmin lo supiera.

Decidió esperar a que Xuanmin se recuperara y sentarse a hablar con él. Pero
mientras tanto, también debía dejar de usar ese colgante de monedas de cobre, para
que la conexión no se profundizara.

Después de haber llamado a Xuanmin, el monje había permanecido en silencio.


Ahora, se volvió y preguntó: "¿Qué pasa?".

Esta vez sonaba mucho mejor que antes, parecía estar recuperándose.

"Deja que te devuelva el colgante. No puedo usarlo en este momento". Xue Xian
se levantó y se estiró, luego puso casualmente el colgante en la mano de Xuanmin.

Estaba acostumbrado a enganchar el cordón del colgante alrededor de su dedo, y,


cuando lo dejó caer en la mano de Xuanmin, no desenganchó inmediatamente el
dedo.

Xuanmin sostenía las monedas, él el cordón, y en la oscuridad, era como si


estuvieran unidos por un trozo de cuerda.

Por un momento, como si un demonio hubiera apagado su capacidad de


pensamiento claro, Xue Xian no lo soltó, y Xuanmin tampoco.

Después de mucho tiempo, Xue Xian movió el dedo enredado en la cuerda, no para
soltarla, sino para llevarla hacia él. Miró a Xuanmin sentado frente a él y, en voz baja,
dijo: "Tú..."

Knock Knock...

Alguien llamaba a la puerta. Una sombra delgada y tenue apareció en la ventana y


la voz de Lu Nianqi se oyó: "Despierta. Nuestro anfitrión está celebrando un
cumpleaños. ¿Cómo puedes seguir durmiendo?"

El dedo de Xue Xian se aflojó y dejó caer el colgante. "Casi había olvidado qué día
era", dijo. "Hoy la hermana de Jiang Shining nos prepara un banquete. Vamos".

Él y Xuanmin eran invitados distinguidos en la casa Fang. Nianqi sólo fue el primer
mensajero, en cuanto Xue Xian abrió la puerta, toda la familia Fang, desde los viejos
sirvientes hasta los niños pequeños, se reunieron en torno a él y Xuanmin y los
llevaron al comedor.

Al ver la mesa del comedor repleta de manjares de las bodegas y restaurantes,


Xue Xian comprendió por fin en qué había estado trabajando la tía Chen toda la
mañana con su cuchillo.

Efectivamente, era el cumpleaños de Jiang Shijing, pero era un año enormemente


significativo, ella y Fang Cheng sólo lo habían utilizado como excusa para reunir a la
gente en una enorme fiesta familiar.
Sin extraños ni forasteros a los que impresionar, el banquete se convirtió
rápidamente en un asunto caótico y desordenado, con los miembros de la familia
tirando copas de vino y apilando platos vacíos. Al principio, habían intentado
mantener algún tipo de etiqueta, pero los gemelos Chen pronto se volvieron locos, y
todo fue cuesta abajo a partir de ahí.

Encabezados por los hermanos Chen, todo un grupo de personas fue


descaradamente a persuadir a Fang Cheng y Jiang Shijing para que bebieran vino con
ellos, y luego fueron a acosar al tío Chen y a la tía Chen.

"¿No les da vergüenza? Vayan a cenar. Si no paran ahora, tendrán comida de


cerdo para desayunar". La Tía Chen gritó mientras arreaba a los hermanos
vagabundos de vuelta a sus asientos, dándoles una ligera bofetada en la cara.

Fang Cheng aceptó beber una pequeña copa de vino. Conteniendo a los jóvenes de
la familia, que lo azuzaban ruidosamente, se sujetó la manga larga con una mano y
levantó el vaso en dirección a Jiang Shijing, sonriendo.

Jiang Shijing levantó el dedo índice e insistió: "Sólo un vaso". Entonces ella
también sonrió y levantó una pequeña taza azul.

"Eso funciona", dijo Fang Cheng con serijdad. "Si bebemos una taza al año, aún
podemos tener ochenta tazas más".

"¡Entonces serías un duende!" Jiang Shijing soltó una risita.

El ratón de biblioteca Jiang Shining estaba sentado, incapaz de ingerir comida


humana, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Xue Xian jugueteaba con su copa de vino y había estado observando ociosamente
el desarrollo de la escena, pero cuando su mirada se deslizó por las muñecas
desnudas de Fang Cheng y Jiang Shijing, se congeló de repente.

Se dio cuenta de que Fang Cheng tenía una débil marca circular alrededor de su
muñeca, como si fuera una marca hecha por una cuerda floja... le resultaba
terriblemente familiar. Y la muñeca de Jiang Shijing tenía una marca similar.

"¿Qué estás mirando?" En algún momento, Jiang Shining se había dado la vuelta y
se había percatado de la intensa mirada de Xue Xian, por lo que se había acercado a
preguntar.
Xue Xian señaló con la barbilla.

"Oh", respondió Jiang Shining. "Mi cuñado tiene una marca de nacimiento en la
muñeca: la tiene desde que nació. Y mi hermana se hizo la suya accidentalmente. En
realidad, se hizo esa cicatriz de niña, el día que conoció a mi cuñado, y la marca
nunca desapareció del todo. Hace que parezca que están destinados a estar juntos".

"Sí", dijo Xue Xian, enarcando una ceja mientras tomaba otro sorbo de vino. Luego
añadió: "Quizá signifique que pasaron su vida anterior juntos también....".

El alma perdida que había permanecido sola en aquel páramo plagado de


cadáveres había cumplido su deseo. Había encontrado a quien quería encontrar y
llevaba una vida normal y corriente, llena a rebosar.

"Ochenta no son realmente tantos. Quizá podamos seguir en la próxima vida",


decía ahora Fang Cheng. Con una mirada sincera, acercó suavemente su taza a la de
Jiang Shijing y las hizo chocar. "Así que es una promesa. Nada de devoluciones
durante cien años".

Luego, inclinó la cabeza hacia atrás y vació la taza.

En este mundo, algunas conexiones entre las personas son difíciles de explicar:
¿De dónde vienen y por qué? Sin embargo, esos sentimientos son fuertes y tan
profundos como los anzuelos; se filtran en la piel y llegan hasta el tuétano, desde el
floreciente romance en la juventud hasta el envejecimiento y el cansancio juntos,
esas conexiones no se rompen ni siquiera después de cien años, y viven en la
siguiente vida y en la siguiente.

Xue Xian tragó un bocado de vino y sonrió. No pudo evitar echar una mirada a
Xuanmin, y vió que éste apartaba su mirada de él y se llevaba la taza de té a los
labios...
NOTA

Te amo Jiang Shining.


Capítulo 74: Dedo, Nudillo, Lunar (I)

Al suroeste de la capital del condado de Qingping, más allá de la Montaña Boji, había
un antiguo río que desembocaba en el Yangtze. Su apodo era Estanque Yeya.

Siempre había habido rumores populares en torno a Qingping de que este río tenía
un dios fluvial. Se decía que el dios del río protegía esa franja de tierra, trayendo
vientos y lluvias auspiciosos a los campos, haciendo que los peces y las criaturas
acuáticas fueran hermosos y deliciosos, e incluso que cada vez que personas
irrespetuosas habían intentado llenar el río y construir casas humanas sobre él, todo
lo que habían intentado construir se había derrumbado.

Con el tiempo, se había erigido un templo al dios del río en sus orillas, lo que
permitía a la gente de toda la tierra acudir a rezar para obtener buena fortuna y
tranquilidad.

Pero el Estanque Yeya era, en última instancia, un río rural y salvaje. Aunque la
gente visitaba ocasionalmente el templo del dios del río, por la noche no había
visitantes ni luces, un lugar ideal para un embrujo.

Aquella noche, por primera vez, el templo estaba empapado de una luz tenue, las
llamas de dos linternas oscilaban suavemente a los pies de la estatua del dios del río,
proyectando un resplandor dorado en la sala. Dos personas se arrodillaban en las
alfombras de oración del interior del templo, uno era un hombre de mediana edad,
bajito y corpulento, y el otro, un muchacho delgado.

Un joven monje vestido con una túnica blanca parecida a una nube se situó junto a
la luz y colocó un papel amarillo sobre el altar para que fuera iluminado por los
faroles. Apartando la manga y mojando su pincel en tinta, inscribió un texto en el
papel amarillo:

Jiang Shining.

El séptimo día del octavo mes, año Bing Yin.

Justo delante de la puerta del templo, un hombre vestido de negro estaba sentado
sobre las ramas marchitas de un viejo árbol, apoyado perezosamente en su tronco,
con una pierna apoyada y la otra balanceándose ligeramente hacia abajo. Bajo la
llama de la linterna que se filtraba desde el interior del templo, su pálido rostro
brillaba con calidez, y el contorno de sus hermosas cejas parecía más suave y tierno.

No era otro que Xue Xian.

Aquella tarde había sido una noche rara para el complejo Fang. Borrachos de vino,
todos los habitantes de la casa se habían quedado profundamente dormidos al apagar
las luces. Y para Xue Xian y su grupo, ese había sido el momento de escabullirse.

"¿No te preocupa que, a partir de ahora, tu hermana te queme menos papel


moneda?" preguntó Xue Xian. Apoyó un brazo en su rodilla doblada y el otro se
balanceó ociosamente a su lado, jugueteando con las hojas del árbol.

Jiang Shining estaba de pie al pie del árbol, mirándole. Sacudió la cabeza y dijo:
"Mi hermana es demasiado amable. No tiene corazón para hacer eso".

"Pero tú tienes corazón para irte sin despedirte", dijo Xue Xian mientras arrancaba
distraídamente un par de hojas una y otra vez.

"Si no me voy por la noche, realmente no podré irme durante el día. Lo único que
tiene que hacer es llorarme, y eso será todo". Jiang Shining se rió. "Un dolor menor
es mejor que un dolor mayor. Tengo que irme. Le he dejado una carta".

Xue Xian asintió. "De acuerdo. Es tu hermana, no la mía".

Ladeó la cabeza y estudió a aquel delgado ratón de biblioteca, mirándolo de arriba


abajo. Finalmente, añadió: "¿Estás seguro? No habrá vuelta atrás".

"Sí". Jiang Shining asintió. "Mis padres se han ido, y mi hermana está muy bien.
No me arrepiento, así que debo ir. ¿Por qué un alma se quedaría en el reino yang y
no pasaría a la otra vida?"

En efecto, si esperaba demasiado, sería más difícil volver a entrar en el círculo de


la vida, lo que no era bueno.

"Todas las cosas buenas deben llegar a su fin, y todos los amigos deben
separarse", dijo Jiang Shining mientras miraba su propio cuerpo, luego estudiaba a
sus compañeros dentro del templo, y finalmente volvía a mirar a Xue Xian.

Aquellos tres años en los que había flotado desganadamente por el recinto
carbonizado de Jiang habían sido meras sombras y reflejos, que habían desaparecido
en un abrir y cerrar de ojos, y ahora apenas podía recordar nada de aquella época. Su
único recuerdo claro era el de estar de pie en la esquina del ala oeste, mirando hacia
los parches secos de maleza que cruzaban el patio, y ver a un joven vestido de negro,
con la piel enfermizamente pálida, pero con una belleza arrogante en el pliegue de su
frente.

Desde entonces, había tenido un cuerpo de papel, había encontrado las almas
atrapadas de sus padres, y había viajado hasta aquí, había cruzado el largo y sinuoso
río, había escrito una larga y serpenteante carta, despidiéndose de su hermana...

"Acabo de darme cuenta..." Jiang Shining dijo de repente a Xue Xian. "Nunca te he
dado las gracias".

Xue Xian se burló. "¿Agradecido por qué?"

Demasiadas cosas... demasiadas para decirlas en unas pocas frases. Jiang Shining
sonrió.

Desde el interior del templo, Xuanmin los miró y asintió a Jiang Shining. Prendió
fuego al papel doblado que tenía en la mano y, mientras la llama amarilla se elevaba,
acercó una barrita de incienso, que empezó a arder con una serena voluta de humo.

Lentamente, el papel se convirtió en ceniza, y el incienso, gastado, cayó al altar.

El cuerpo de Jiang Shining se fue apagando...

Envuelto por el fino y tenebroso humo del papel quemado, Jiang Shining juntó sus
manos y se inclinó profundamente ante Xuanmin, luego se volvió e hizo lo mismo con
Xue Xian.

"Mira que te pones cursi ahora. ¿Crees que si besas algún trasero en el último
momento, me acordaré de quemarte el papel moneda cada año?" Dijo Xue Xian.
Entrecerró los ojos ante la silueta de Jiang Shining, que se desvanecía como si
estuviera en trance.

"No es necesario el papel moneda. No podré pagar todo eso". Todo lo que Jiang
Shining pudo hacer, en ese momento y en ese templo del dios del río, fue desearles
paz.

Al fin y al cabo, con esa despedida no volverían a encontrarse.

La última pila de ceniza cayó del incienso de Xuanmin, y con ella, Jiang Shining se
fue.

Xue Xian siguió mirando el lugar donde había estado parado. Cuando bajó del
árbol, su túnica negra flotó en la noche, luego cayó y, con el ritmo de sus pasos, se
deslizó ligeramente por la hierba.

Se quedó junto a la puerta del templo, pero no entró. Observó a Xuanmin de pie
junto al altar y refrescando el núcleo de las llamas de las linternas, y su corazón
comenzó a agitarse mientras, de la nada, un sentimiento de arrepentimiento se
hinchaba en su interior.

Bajo el resplandor de los faroles, Xuanmin lo miró y luego apartó la mirada.

Bajó la vista hacia el altar y dobló lentamente la hoja de papel en la que se había
acumulado la ceniza y la dobló varias veces. Luego, con un movimiento de la manga,
esa llama parpadeante viajó hasta el corazón del papel doblado, una rudimentaria
linterna de río.

Mientras Xuanmin sostenía el farol en una mano, se acercó a Xue Xian a grandes
zancadas.

El templo del dios del río se encontraba en una plataforma baja sobre el suelo.
Xuanmin se detuvo en el umbral y le entregó la linterna del río a Xue Xian, con esa
mirada serena que se posó en Xue Xian y luego retrocedió tan ligeramente como una
libélula en un estanque. "El verdadero nombre de este río es Paz", dijo.

Paz para las almas vivas, y un pasaje para las almas muertas.

Xue Xian sostuvo la linterna mientras su mirada se detenía en Xuanmin... de


repente, el monje levantó la mano y la llevó a la mejilla de Xue Xian.

Cuando esos cálidos dedos tocaron su piel, los ojos de Xue Xian parpadearon.

Pero con la misma rapidez, ese calor desapareció.

"Una hoja seca", dijo suavemente Xuanmin. Con un giro de sus dedos, desmenuzó
la hoja seca que había arrancado del lado de la cara de Xue Xian y dejó que sus
pequeños fragmentos cayeran al suelo junto a sus pies.

Xue Xian apartó la mirada. "Ajá", dijo. Se dio la vuelta y se dirigió a la orilla del río
y colocó aquel sencillo farol lleno de las cenizas que habían salvado el alma de Jiang
Shining en la superficie del agua. Mientras la luz resplandeciente se alejaba
lentamente de ellos, se sintió como si estuviera enviando a un viejo amigo a las
puertas del más allá.

De repente se le ocurrió a Xue Xian qué había sido esa extraña sensación de
pesar...

En el instante en que Jiang Shining se había desvanecido, había sentido una rara
punzada de angustia que venía con la repentina sensación de que algo se había
perdido. Jiang Shining había sido un tonto molesto y torpe, pero al desaparecer, Xue
Xian sintió un vacío a su alrededor.

Todas las cosas buenas deben llegar a su fin, y todos los amigos deben separarse.
Además, el destino de Xue Xian era una vida casi infinita. Todos los que le rodeaban
acabarían volviéndose viejos y grises, y luego desaparecerían para no volver a ser
vistos, incluida Xuanmin...

Xue Xian frunció el ceño: ese pensamiento le hizo sentir una pena excepcional; era
algo más que un simple arrepentimiento.

Mientras tanto, en la cima de una montaña baja, al sur del templo del dios del río,
un gran grupo de hombres y caballos descansaba en silencio. Bajo la luz de la luna,
se podía ver que sus túnicas blancas estaban llenas de agujeros y lágrimas, y que
tenían un aspecto demacrado, como si acabaran de salir de una experiencia violenta y
angustiosa.

Eran el grupo del Ministerio de Ceremonias que Xue Xian había atrapado en una
jaula hecha de truenos y relámpagos.

Tomando prestado el poder de la luna y la magia latente inherente a los bosques


de la montaña, se curaron a sí mismos, pero permanecieron envueltos en la oscuridad
sin una sola vela, como si se hubieran envuelto en la noche a propósito.

"¿Estás segura de que son ellos los que están ahí?" El Taizhu se había quitado la
máscara y se acomodaba su larga cabellera mientras señalaba con la barbilla una luz
que flotaba en la distancia.

"Sin ninguna duda", respondió la Taipu, asintiendo.

Desde su posición, podían ver algunas de las luces del templo, pero no podían ver
a ninguno de los visitantes. Toda su información provenía de las adivinaciones de la
Taipu.

Aunque la noche anterior había sido frustrada, en general las adivinaciones de la


Taipu eran muy precisas y rara vez se equivocaba. El hecho de que estuviera tan
segura hizo que la Taizhu también lo estuviera.

"Es que...", dijo de repente el Taizhu mientras terminaba de atarse el pelo y


empezaba a juguetear con su máscara. "En realidad, todavía tengo algunas dudas..."

Sorprendida, la Taipu lo miró. "¿Qué quieres decir?"

"Antes, las cosas habían sucedido tan rápido que no nos dimos cuenta de algo
importante. Cuando vimos al Gran Sacerdote venir hacia nosotros en la Montaña Boji
nos inclinamos y estuvimos a punto de hablar, pero entonces recibimos su carta".
Frunció el ceño y añadió: "En aquel momento, ¿Vieron al Gran Sacerdote enviar
realmente la carta?".
Ya habían sido testigos en dos ocasiones del envío de una carta por parte del Gran
Sacerdote, aparentemente, en el instante en que el Gran Sacerdote quemaba la
carta, ésta aparecía ante el destinatario como un facsímil exacto. No había miedo a la
demora.

En ese momento, el Taizhu ni siquiera se había atrevido a levantar la cabeza del


arco, y mucho menos a ver cómo el Gran Sacerdote quemaba una carta.

"Tal vez acababa de quemarla antes de doblar la esquina en el camino de la


montaña, y el momento en que tomó la curva y se encontró con nosotros fue el
momento en que recibimos la carta", teorizó el Taipu. Luego añadió, con voz segura:
"Pero no te preocupes. Sin duda era el Gran Sacerdote. Mientras se alejaba, alcancé a
ver su dedo".

El Taizhu se quedó atónito. "¿Su dedo?"

Aunque los funcionarios del Ministerio de Ceremonias veían al Gran Sacerdote con
relativa frecuencia, y a pesar de que habían crecido en el Ministerio, los Taizhu y
Taipu habían tenido muy pocas oportunidades de acercarse físicamente al Gran
Sacerdote, ya que éste odiaba estar cerca de los demás.

Por lo tanto, no tenían mucho conocimiento de los detalles de la apariencia del


Gran Sacerdote, como por ejemplo si tenía pecas o cicatrices, y si era así, dónde
estaban.

Pero la Taipú sí sabía de una de ellas...

Fue desde la primera vez que conoció al Gran Sacerdote. Tenía siete años, era
ictérica y delgada como un grano de soja con una gran cabeza y un cuerpo frágil. Por
aquel entonces, vivía en la más absoluta pobreza, con su padre muerto hacía tiempo
y su madre gravemente enferma y en su lecho de muerte.

Estaba arrodillada junto a la única cama de su casa, llorando tanto que apenas
podía respirar, cuando un monje llamó a la puerta.

Fue entonces cuando lo vió por primera vez, llevaba una túnica blanca como la
nieve y era inmensamente alto, de modo que, desde el punto de vista de su hija, sólo
había podido verle la parte inferior de la barbilla.
Se había inclinado y le había tendido una mano, y esa mano había sido hermosa y
estructurada, y tan limpia como si nunca hubiera tocado una mota de suciedad. A
pesar de que llevaba esa máscara de bestia plateada, ella había tenido la sensación
de que era más hermoso que cualquier otra persona que hubiera visto en su corta
vida.

Se había olvidado incluso de seguir llorando y había mirado fijamente al monje.


"¿Quién eres tú?"

La voz de aquel monje había sido tan tranquila y sosegada como el agua, de modo
que, al hablar, ella se había sentido inmediatamente reconfortada. "Mi nombre
budista es Tongdeng. Estoy aquí para llevarte al Ministerio de Ceremonias".

Ella había mirado fijamente esa delgada mano y había asentido vigorosamente,
aunque apenas había escuchado lo que él había dicho.

Y desde ese día, su vida había tomado un rumbo diferente.

Incluso con todas las cosas que habían sucedido en la docena de años siguientes, a
medida que su impresión y comprensión del Gran Sacerdote se alejaba de aquel
shock y confusión de su primer encuentro, y cuando estaban cara a cara, ahora lo
veneraba incluso más de lo que lo había hecho hace tantos años... a pesar de todo,
recordaba cada detalle de aquel primer encuentro, y nunca lo olvidaría mientras
viviera.

Al ver que la Taipu se estaba desconectando, el Taizhu repitió: "¿Qué pasa con el
dedo del Gran Sacerdote?".

"El Gran Sacerdote tiene un pequeño lunar en el lado del nudillo de su dedo
anular", dijo la Taipu al volver al presente. "La primera vez que lo conocí, lo vi, y
nunca lo he olvidado. En la Montaña Boji, vislumbré su mano y confirmé, sin ninguna
duda, que era el Gran Sacerdote".

Pero su explicación no repelió la duda de Taizhu. Por el contrario, frunció el ceño y


dijo: "Hmm, no creo que eso sea correcto. ¿Recuerdas que hace unos años entré en
el patio secreto? Entré para hacer un informe, y el Gran Sacerdote estaba jugando al
ajedrez en la pagoda. Mientras estaba junto a él, por alguna razón que no recuerdo,
estudié su mano intensamente. Ah, sí, fue porque ese día los dos habíamos estado
hablando de manos, así que miré disimuladamente la mano del Gran Sacerdote. Estoy
completamente seguro de que no tiene un lunar".
Un minuto de silencio para Jiang Shining, precioso, te extrañaré....

NOTA DEL TRADUCTOR

: Yěyā pō: Estanque/Lago Pato salvaje.


Capítulo 75: Dedo, Nudillo, Lunar (V)

La Taipu frunció el ceño. "¿Tal vez no viste su dedo anular? El lunar es bastante
pequeño, y la mayoría de la gente no lo notaría".

"De ninguna manera", dijo el Taizhu, sacudiendo la cabeza. "Recuerdo haber


inspeccionado todos y cada uno de los dedos. No había nada en ninguno de ellos.
Tuve que ver toda su mano para poder practicar la adivinación a partir de la forma de
la mano. Y recuerdo que estaba aterrorizado. Después de mirar su mano, el corazón
se me salía del pecho. Es imposible que me equivoque. ¿Y tú? ¿Estás segura?
Después de todo, su primer encuentro fue hace ya muchos años. Tal vez el recuerdo
sea borroso".

"También estoy completamente segura". La Taipu miró la máscara que tenía en la


mano y añadió: "Además, aunque me equivoque, ¿Cómo es que apareció
exactamente el mismo lunar en la mano del Gran Sacerdote en la Montaña del
Polvo?".

Efectivamente, tal coincidencia era imposible.

Los dos intercambiaron miradas, ambos con las cejas profundamente fruncidas y
expresiones profundas en sus rostros. Si la luz de la luna hubiera sido un poco más
brillante, lo suficiente como para iluminar sus ojos, ambos detectarían una completa
sensación de desconcierto en las miradas del otro.

Parecían haber tropezado con un secreto que sacudía la tierra: ambos Grandes
Sacerdotes, ambos observados con sus propios ojos, pero con una diferencia
irreconciliable. Y ambos estaban seguros de lo que habían visto. Entonces sólo había
una explicación...

El Gran Sacerdote no era un hombre, sino dos.

En ese momento, los dos se olvidaron incluso de respirar, y no pudieron encontrar


sus voces en ninguna parte.

Después de algún tiempo, como si estuviera estrangulado, el Taizhu finalmente


graznó: "¿Podría ser... podría existir la pequeña posibilidad de que alguien esté
fingiendo ser el Gran Sacerdote?". Mientras hablaba, tragó saliva, y su voz se volvió
tan fina como un hilo de araña.
Porque incluso la idea de eso era indecible.

"¿Lo crees? Pero es el Gran Sacerdote..." A los ojos de la Taipu, el Gran Sacerdote
era tan santo e intocable como la cima de una montaña. Su instinto inmediato fue
rechazar la idea del Taizhu. "¿Cómo podría ser? ¿Permitiría el Gran Sacerdote que
alguien se convirtiera en su impostor? ¿Quién en el mundo se atrevería a hacerse
pasar por el Gran Sacerdote de todos los pueblos?"

El Taizhu contuvo la respiración mientras reflexionaba sobre esto, y luego lanzó un


profundo suspiro. "Ciertamente. El Gran Sacerdote... nunca tendría un impostor.
Después de todo, ya sea en el Ministerio o en el patio secreto, no es que cualquiera
pueda entrar sin más. Pero si es alguien de dentro..."

"Eso sería definitivamente imposible. Tienes una posición bastante elevada dentro
del Ministerio, pero ¿Te atreverías a hacerte pasar por el Gran Sacerdote?", preguntó
la Taipu.

El Taizhu agitó rápidamente sus manos, como si alguien tuviera su espada en el


cuello. "No, no, no, ni en un millón de años".

"Es evidente que no". La Taipu frunció el ceño. "Así que es básicamente imposible
que alguien se convierta en su impostor".

El Taizhu pensó durante algún tiempo, y de repente levantó la vista con una
espantosa cara de asombro. "¿Será que el Gran Sacerdote lo ha permitido? O..."

O es él quien está detrás de esto.

Pero, ¿Por qué iba a hacer eso el Gran Sacerdote?

Naturalmente, no tenían ni idea.

El Gran Sacerdote nunca explicaba por qué o incluso cómo hacía las cosas. En
realidad, hablaba muy poco. En los más de diez años que Taipu y Taizhu habían
pasado en el Ministerio, podían contar con los dedos de la mano las veces que habían
oído hablar al Gran Sacerdote.

Aparte de una vez en la luna azul, cuando entraba en el Ministerio, y del desfile
ritual anual a Taishan, la mayor parte del tiempo, el Gran Sacerdote ni siquiera salía
del patio secreto. Era como un excéntrico ermitaño, salvo que residía en la corte
imperial.

Si tenía alguna orden, normalmente la transmitía a través de intermediarios.

Y el Ministerio le pertenecía por completo. Si ocurría algo en la tierra o en la corte,


y se requería la ayuda del Ministerio, era el Gran Sacerdote quien daba las órdenes y
lo organizaba todo. Pero los Taipu y Taizhu sabían que, en realidad, el alcance del
Gran Sacerdote iba mucho más allá de los muros del Ministerio.

A veces, cuando se presentaban ante el Gran Sacerdote, le veían quemar una


carta, pero entonces nadie en el Ministerio recibía realmente nada. Estaba claro que,
aparte de sus funcionarios, también tenía a otros trabajando para él en las sombras.

Pero todo esto no era asunto de los Taipu y los Taizhu. Después de todo, aparte de
los sacerdotes y los magos del Ministerio, había muchas personas sagradas que se
negaban a pisar la corte imperial -y algunas de ellas incluso se negaban a entrar en la
sociedad humana-, así que, para los Taipu y los Taizhu, las acciones del Gran
Sacerdote tenían sentido, y nunca se habían planteado preguntarle al respecto.

Todos en el Ministerio, y todos en la corte imperial, incluido el que se sentaba en el


trono del dragón, sabían que el Gran Sacerdote era muy excéntrico, cuyo estado de
ánimo era siempre difícil de estimar y la gente corriente nunca podía entenderlo. Pero
la gente sagrada siempre es un poco extraña, y además, el Gran Sacerdote ya había
servido a varias generaciones de emperadores y era técnicamente superior incluso al
hombre del trono del dragón. Y en cuanto al poder, no había nadie que se atreviera a
desafiar su magia.

Además, aunque el Gran Sacerdote era malhumorado, no era un tirano y no se


metía en los asuntos de los demás. A veces, si sus órdenes eran ambiguas, los demás
miembros de la corte imperial le echaban una mano y tampoco hacían preguntas
innecesarias.

"Oye", dijo de repente el Taizhu, recordando algo. "¿Recuerdas aquella vez que el
Gran Sacerdote ordenó a todas las oficinas del condado que difundieran esos
documentos de arresto?".

"Sí. La imagen del cartel parecía parecerse al propio Gran Sacerdote: también era
un monje. Cuando leí los documentos, me sorprendí bastante y pregunté por ellos",
dijo la Taipu. "El viceministro dijo que tampoco sabía lo que pretendía el Gran
Sacerdote. Pero había oído que, hace unos años, antes de que él fuera viceministro,
también había habido una oleada de documentos de arresto similares, y en aquel
momento se rumoreaba que el Gran Sacerdote..."

Consciente del carácter escandaloso de lo que iba a decir, la Taipu hizo una pausa.
Bajó la voz y dijo: "Que estaba a punto de pasar al nirvana". Cuando la gente de todo
el país vio que se difundían los carteles, se les ocurrieron todo tipo de teorías, incluida
la de que podría estar muriendo. En realidad, en ese momento, el Gran Sacerdote no
estaba bien. Ni siquiera estaba en el patio secreto. Dicen que no apareció durante un
mes, pero cuando finalmente lo hizo, se había recuperado. Así que... en ese
momento, pensé que tal vez estos nuevos documentos también se debían a que
estaba enfermo. Después de todo, estaba sellado. En ese momento, el Viceministro
me dijo que no preguntara más. Y luego el Gran Sacerdote ordenó a todos en el
Ministerio que no se involucraran. Así que no pensé más allá".

El Taizhu contempló esto por un momento, y luego susurró: "¿Y si... existiera la
pequeña posibilidad de que, de los dos Grandes Sacerdotes que vimos, uno de ellos
abandonara la corte? Y eso no fuera acorde con los deseos del otro. Entonces..."

"¿Así que el que se quedó en la corte utilizó los carteles de arresto para intentar
localizar al que se fue?", dijo la Taipu, siguiendo su pensamiento. "Pero..."

El Taizhu sintió que iban por buen camino. Interrumpiendo a la Taipu, dijo: "O
bien, si sólo quería confundir los rumores de la gente común o fabricar alguna otra
simple distracción, ¿Por qué el Gran Sacerdote evitaría el Ministerio? Al ver que los
carteles se extendían por todo el país, ¿Por qué nos ordenó que no interfiriéramos?
Por supuesto que nadie se ha atrevido a desobedecerle, y después de todo este
tiempo hemos aprendido a obedecerle intuitivamente, sin pensarlo más. Pero
piénsalo... estos eran simples carteles. Aunque no estuvieran bajo nuestra
jurisdicción, seguían viniendo directamente del Gran Sacerdote y podríamos haberle
echado una mano. A menos que... él no quisiera que nos encontráramos con algo a
través de los carteles, o con alguien..."

"Quieres decir..."

"Si el hombre que busca es efectivamente el otro Gran Sacerdote, todas las
personas involucradas en la búsqueda nunca habrían conocido al Gran Sacerdote, así
que aunque se encontraran cara a cara con ese monje, sólo pensarían en él como el
hombre del cartel. Se limitarían a informar a sus superiores como con cualquier
criminal ordinario. Pero si nos encontramos con el monje..."

Lo único que tenían que hacer era recordar lo que había ocurrido en la Montaña del
Polvo. Eso era lo que ocurriría si los funcionarios del Ministerio se encontraban con el
monje del cartel.

Los dos guardaron silencio de repente y volvieron a mirar la luz tenue y


parpadeante del templo del dios del río.

Si todo lo que habían adivinado resultaba ser siquiera aproximadamente correcto...


entonces el Gran Sacerdote al que seguían en ese momento era el que había
abandonado la corte. Y el Gran Sacerdote que permanecía dentro de la corte había
pasado por alto el Ministerio y había enviado órdenes para encontrarlo.

"Yuebai, ¿Qué hacemos...?" dijo de repente el Taizhu.

La Taipu se quedó atónita al oír su nombre.

Cuando ambos entraron en el Ministerio con siete u ocho años -algunos de los otros
niños eran aún más jóvenes-, la mayoría de ellos procedían de familias pobres. La
tradición popular consistía en poner a los niños nombres feos porque se creía que así
se aseguraba que los niños sobrevivieran hasta la edad adulta, ya que era menos
probable que los demonios los encontraran. Ya sea que estos nombres fueran Gato y
Perro, o Liuliang y Qijin, o la fecha de su nacimiento, todos eran tonterías y no eran
nombres propios en absoluto, con frecuentes superposiciones.

Por eso, cuando los niños llegaron al Ministerio, para distinguirlos, les pusieron
nombres más elegantes que provenían de los colores utilizados en la pintura. Los
Taipu habían recibido el nombre de Yuebai, que significaba "Blanco de luna", y los
Taizhu se habían llamado Yuanqing, "Negro puro".

Pero habían crecido y esos nombres no se usaban desde hacía muchos años.
Cuando el Taizhu, de la nada, llamó a la Taipu Yuebai, supo que se sentía verdadera y
totalmente perdido.

La Taipu pensó en la primera vez que se había encontrado con aquel Gran
Sacerdote al pie de la montaña, aquella barbilla puntiaguda, aquella voz profunda y
suave. Dijo: "Sigamos e investiguemos más. Después de todo, no podemos pasar el
resto de nuestras vidas moviéndonos sólo cuando nos den una orden. Quiero
averiguar si el que estoy siguiendo es el que quiero seguir..."

Tras pensarlo un poco, el Taizhu asintió. Suspiró profundamente y volvió a mirar al


joven Chengzi que se arremolinaba detrás de ellos. Luego se sacudió el polvo y dijo:
"Entonces sigamos. No somos totalmente débiles. No es que vayamos a perder del
todo..."
Antes de que pudiera terminar su frase y decirlas, se congeló.

Un poderoso rugido había salido del templo del dios del río, fresco y claro como
una brisa de primavera. Llegó directamente a sus almas, como si fuera un sonido de
los cielos. Antes de que pudieran registrar lo que habían oído, una larga sombra salió
volando del templo hacia el cielo.

A continuación, un gran viento apareció de repente. Aunque la luna creciente


permanecía, ahora estaba rodeada de negras nubes de tormenta, hacia las que
volaba aquella larga sombra. Hizo piruetas y zigzagueó entre las nubes, y luego
desapareció.

Era...

"Un verdadero dragón vivo..." Los Taipu y Taizhu, así como todos los funcionarios
menores que los rodeaban, se levantaron de repente conmocionados y miraron desde
su lugar en la cima de la montaña, como un nido de codornices estupefactas.

Cualquiera se quedaría boquiabierto al ver a un verdadero dragón pasar volando


por delante de ellos y llegar a los cielos.

La mente del grupo del Ministerio se quedó en blanco y permaneció mudo durante
algún tiempo antes de volver a mirar hacia el templo del dios del río y ver que la luz
que antes flotaba allí se había desvanecido, ya no había nadie.

El grupo se quedó con la boca abierta durante un buen rato y, de repente, se dió
cuenta de lo que había pasado.

Como si estuviera en trance, el Taizhu murmuró: "El Gran Sacerdote montó el


dragón en el cielo..."

La Taipu también estaba completamente estupefacta. Con una voz igualmente


lejana, dijo: "Creo que sí...".

El Taizhu pensó: "¿Cómo diablos se supone que vamos a seguirlos ahora?

Shitou Zhang y Lu Nianqi, aferrados a las garras del dragón para salvar la vida, se
sentían tan abrumados como los funcionarios del Ministerio.
Cuando había estado donde los Fang, Shitou Zhang no había pasado todo el
tiempo tallando animalitos, también había hecho algún trabajo de verdad. Se había
imaginado que los sirvientes de la farmacia Fang que viajaban a lo largo y ancho para
recoger hierbas estarían familiarizados con el paisaje de los alrededores de Qingping,
así que, mientras Xue Xian y Xuanmin todavía estaban fuera, él había ido a hablar
con los sirvientes.

Podía recordar el aspecto de la montaña a la que le habían llevado con los ojos
vendados, así que se lo describió con detalle a los sirvientes, y éstos habían sido
capaces de compararlo con algunos lugares reales.

Dijeron: Hay dos lugares en las montañas donde se puede tener una vista del río
como la que él había tenido. Uno era el monte Yunxi, y el otro el monte Lianjiang.

Los dos montes se encontraban entre la prefectura de Anqing y la de Wuchang, y


no estaban tan lejos del condado de Qingping... por supuesto, "no tan lejos" según
Xue Xian.

El dragón pensó que, si Shitou Zhang había sido capaz de desenterrar un hueso de
dragón allí, era probable que quedaran más huesos enterrados en ese lugar. En
cualquier caso, estaba de camino a Langzhou, así que bien podrían dirigirse en esa
dirección y buscar en las montañas.

Xue Xian dió prioridad a las acciones sobre las palabras. Tan pronto como había
tomado su decisión, antes de que Nianqi y Shitou Zhang hubieran podido prepararse
mentalmente, había tomado uno en cada garra y se había dirigido directamente a los
cielos. Sólo los de la talla de Xuanmin podían tolerar un giro tan dramático; a
cualquier otro el susto le arrancaría la mitad de su vida.

El grupo aterrizó primero en el Monte Yunxi.

Tan pronto como los dos pies de Shitou Zhang tocaron el suelo, comenzó a dar
vueltas mareado. Cayendo al suelo y palmeando su propia túnica, balbuceó: "Gracias
a Dios, gracias a Dios que no me he meado encima".

Molesto, Xue Xian lo miró con desprecio y luego observó los alrededores de la
montaña.

Después de un tiempo tumbado en el suelo, Shitou Zhang finalmente se levantó.


Mientras luchaba por mantenerse erguido, miró celosamente a el perfectamente firme
Xuanmin y le dijo a Xue Xian: "Señor, ¿podemos hacer un trato? La próxima vez,
¿puedo ir yo también a tu espalda y no en tus garras? La turbulencia es demasiado.
Quiero vomitar..."

Xue Xian le volvió a mirar con odio. "¿Crees que un dragón deja subir a su espalda
a cualquiera?"

Xuanmin había estado sosteniendo una ramita y un papel talismán, con la


esperanza de encontrar un punto concreto en la montaña donde pudiera haber un
fuerte cúmulo de energía mágica. Pero cuando escuchó a Xue Xian, sus manos
dejaron de moverse.

En cuanto Xue Xian había hablado, se había dado cuenta de que algo de lo que
había dicho había sonado un poco raro, y entonces había visto que Xuanmin lo
miraba. Inmediatamente, giró sobre sus talones de manera que quedara de espaldas
a Xuanmin y le espetó a Shitou Zhang: "Vete".

Shitou Zhang no dijo nada.

Como el trato no se llevó a cabo, lo único que podía hacer Shitou Zhang era
obedecer. Se dirigió a varios puntos de la montaña y se situó en lo alto de algunas
rocas, mirando a su alrededor, y finalmente sacudió la cabeza. "Este no", dijo.
"Tenemos que ir..."

Antes de que pudiera decir algo más, él y Nianqi estaban de nuevo en las enormes
garras de Xue Xian.

Shitou Zhang ni siquiera tuvo tiempo de poner una expresión trágica. El viento ya
le azotaba la cara mientras se elevaban a los cielos: Santa madre de Dios...
ayúdame...

Cuando volvieron a aterrizar, lo hicieron de forma aún más extravagante.

Porque en cuanto las garras de Xue Xian tocaron el suelo del monte Lianjiang, toda
la montaña empezó a temblar, y esa sensación tan familiar empezó a llamarle de
nuevo.

NOTA DEL TRADUCTOR


Liuliang (6 liang) y Qijin (7 jin) serían nombres dados en función del peso del bebé al
nacer.
Capítulo 76: Dedo, Nudillo, Lunar (III)

"¡Este es el lugar!" Xue Xian ya no necesitaba que Shitou Zhang los guiara, fue el
primero en hablar.

Cuanto más se estaba curando, más fuerte era la llamada de esos huesos de
dragón. El temblor que sintió esta vez fue mucho más intenso que todos los
temblores de antes, hasta el punto en que Shitou Zhang y NianQi, que ya habían
estado viendo estrellas, colapsaron de inmediato en el suelo. El pie del pobre Shitou
Zhang resbaló y cayó por una colina.

Afortunadamente, Xuanmin extendió la mano y lo agarró.

"Siéntense", les dijo a los dos con total naturalidad.

Con ese temblor, fue un milagro que la montaña no se hubiera derrumbado por
completo y que no hubieran muerto. Por supuesto que no podían estar de pie.

Guiando a NianQi medio ciego, Shitou Zhang se sentó junto a un árbol viejo y
abrazó con fuerza su tronco, de modo que, incluso sentado, no había forma de que
pudiera rodar colina abajo una vez más.

Xue Xian trató de cerrar su mano en un puño, pero descubrió que había algo mal
con el hueso de dragón aquí - parecía que algún hechizo lo estaba sujetando bajo
tierra, haciendo imposible excavar. Era la misma sensación que cuando extendió la
mano para recoger algo que se suponía que era ligero, pero lo encontró imposible e
inconveniente, como si alguna fuerza lo mantuviera alejado a propósito.

Si la fuerza que atrapó el hueso de dragón en la aldea Wen había pesado mil jin,
entonces esta vez, la fuerza era el peso de dos enormes montañas.

Cuando Xue Xian comenzó a fruncir el ceño, sintió que alguien se acercaba a él.

Se dió la vuelta y, tal como había pensado, era Xuanmin.

Quizás este fue un año desfavorable para él; desde que fue mutilado, nada de lo
que hacía parecía ir bien. Había muy pocos mortales en el mundo que pudieran ser de
ayuda para él, y hacía tiempo que había aprendido a confiar en sí mismo para la
mayoría de las cosas. Era un hombre de acción, no de palabras, y solía hacer las
cosas de manera eficiente y brusca, sin desperdiciar amabilidad; en todo caso, no
temía a nada.
Pero después de conocer a Xuanmin, descubrió que tener a alguien que lo ayudara
cuando lo necesitaba le ahorraba un gran esfuerzo adicional. Siempre había asumido
que, como alguien que odiaba deberle algo a alguien más y que odiaba que otros
interfirieran en sus asuntos, naturalmente rechazaría toda ayuda de los demás, pero
en realidad, las frecuentes veces que Xuanmin acudía en su ayuda no lo hacía sentir
molesto.

Quizás fue porque Xuanmin siempre llegaba en el momento adecuado; o tal vez,
después de haber estado medio paralizado durante seis meses, Xue Xian se había
convertido en una persona un poco más agradable... Hoy, de repente se dio cuenta
de que se había acostumbrado a la presencia de Xuanmin, hasta el punto en que
incluso voluntariamente dejó a Xuanmin algo de espacio para estar a su lado.

Y ahora, mientras Xuanmin sostenía su colgante de monedas de cobre, sometiendo


todos los obstáculos posibles para él, como si fuera la cosa más natural del mundo,
era como si estuviera entrando en el espacio que Xue Xian le había dejado.

Esta fue la primera vez que Xue Xian, mientras recuperaba sus huesos de dragón,
no tenía toda su atención en la recuperación en sí...

La montaña que se agitaba violentamente era como una bestia colosal que luchaba
contra una trampa, pero Xuanmin la retenía a la fuerza, y se mantenía frío y sereno
como siempre. Sin embargo, el hueso de dragón todavía se movía lentamente a
través de las capas de tierra.

"No lo sueltes", dijo la voz tranquila de Xuanmin. Al instante, Xue Xian sintió otra
mano apretarse sobre la suya, esos cálidos dedos enviando una oleada de energía
mágica a través de su piel y hacia su palma.

De repente, el hueso de dragón comenzó a moverse a gran velocidad.

Xue Xian movió los dedos bajo el agarre de Xuanmin y, como si volviera a la vida,
comenzó a tirar aún más fuerte.

Hubo un ensordecedor aullido de viento, y justo cuando la tierra temblorosa


comenzaba a temblar tan violentamente que el viejo árbol amenazaba con colapsar,
numerosos pequeños trozos de hueso blanco salieron de tres puntos diferentes en el
barro y volaron hacia Xue Xian. Uno por uno, mientras se acercaban al centro de su
palma, fueron convertidos en polvo fino por una llama invisible. Acomodándose en su
piel, luego se hundieron en su cuerpo y desaparecieron.
Pero antes de que pudiera comenzar a absorber los huesos, el monte Lianjiang se
transformó de una manera muy pequeña y muy anormal.

Cuatro líneas finas que parecían seda de araña surgieron del suelo y comenzaron a
volar en cuatro direcciones diferentes: tres al este y una al oeste por sí solas.

Pero en un abrir y cerrar de ojos, esas extrañas líneas se evaporaron en la noche


como vapor de agua, y luego todo quedó en silencio.

Con el ceño fruncido, Xue Xian miró a su alrededor, incapaz de averiguar qué había
sido ese destello parecido a una "Seda de araña".

"¿Lo sacaste? ¿Se acabó el terremoto? ¿Puedo soltarlo?" Shitou Zhang gritó
extasiado desde el árbol, que todavía estaba abrazando. "¿Por qué sigues ahí parado
mirando todo vigilante?"

Fue esto lo que hizo que Xue Xian se diera cuenta de repente de que, sí, había
terminado de recuperar los huesos, pero su mano todavía estaba entrelazada con la
de Xuanmin, que, en algún momento, habían dejado caer sus manos a los costados, y
que, en algún momento , sus dedos se habían entrelazado.

Xue Xian tragó saliva. ¿Cómo llegamos a esta posición? ¿Por qué no recuerdo
nada...

Pero tal vez estaba siendo poseído por un demonio que le impedía pensar con
claridad, o alguna otra magia malvada - la sensación del dorso de su mano y la palma
de la mano de Xuanmin presionadas juntas con fuerza como esto era
indescriptiblemente íntimo, y Xue Xian se dio cuenta de que esta intimidad persistía
entre ambos, y que en realidad no quería que desapareciera.

Así que fue solo después de que él miró distraídamente sus manos durante algún
tiempo que finalmente las soltó.

Hasta entonces, Xuanmin no se había movido, quizás porque no se había dado


cuenta de lo que había sucedido. Pero cuando Xue Xian apartó la mano, Xuanmin se
volvió hacia él.

Cuando Xuanmin miraba a alguien, su mirada era siempre rápida y casual, o


miraba hacia otro lado o simplemente miraba más allá, y era muy raro que en
realidad posara su mirada en alguien. Ese par de ojos siempre parecía tranquilo y frío,
pero en ese momento, por el más breve de los instantes, había algo más detrás de
esos ojos negros y profundos, infinitamente profundos.

La atmósfera entre los dos se volvió extraña e imposible de analizar. A un lado, el


inconsciente Shitou Zhang, que parecía finalmente haberse calmado, se incorporó
torpemente, como si aún no estuviera acostumbrado a una montaña que no
temblaba.

Miró al vacío durante un rato, luego suspiró y comenzó a desempolvar el barro de


su ropa con un sonido de golpeteo. Mientras se palmeaba a sí mismo, le dio un
codazo a NianQi que estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas y dijo:
"¿Qué pasa? ¿Hay otro problema?"

NianQi puso los ojos en blanco y dijo: "¿Cómo puedo saberlo? Soy ciego".

Shitou Zhang frunció el ceño. Pensó que el chico se estaba comportando de una
manera extraña. Xue Xian, que se estaba alejando de Xuanmin, también detectó algo
en el tono de NianQi, pero cuando lo miró, ese adolescente tuvo la audacia de mirar
fijamente los dedos de Xue Xian, y luego fingir estar ciego y apartar la mirada hacia
otro lado en la distancia.

Xue Xian se aclaró la garganta. "¿Qué era esa cosa de ahora?" preguntó mientras
volvía al tema en cuestión. Caminó hasta el borde de la montaña y miró a su
alrededor. Luego señaló tres direcciones diferentes y dijo: "Ahí es donde se fue la
cosa, ¿no? Uno se metió en el río y desapareció. Uno fue más allá del río. Y..."

De repente, algo pareció ocurrirle. Él frunció el ceño.

"La prefectura de Huizhou, el río, la prefectura de Anqing", dijo Xuanmin. Parecía


haber leído la mente de Xue Xian, o simplemente había llegado a la misma conclusión
al mismo tiempo. Mientras enumeraba las ubicaciones, también señaló en tres
direcciones.

Esos tres nombres juntos no significaban mucho para Shitou Zhang y NianQi que
se habían unido al grupo a la mitad, pero para Xue Xian y Xuanmin, la conexión era
clara.

"El complejo de Liu, la Isla Lápida, la aldea Wen", dijo Xue Xian, reduciendo las
ubicaciones que Xuanmin había enumerado. Entonces, los dos se miraron a los ojos.

En el recinto del oficial Liu en el condado de Ningyang, prefectura de Huizhou, Xue


Xian había encontrado la canica dorada que contenía su cuerpo físico; en la tumba
debajo de la Isla de la Lápida, en el río, había encontrado la primera pieza de sus
huesos de dragón robados; y la segunda vez que encontró un hueso, fue en la aldea
Wen, Prefectura de Anqing; y hoy, en el monte Lianjiang, fue la tercera vez.

Aunque se habían encontrado con Shitou Zhang mientras tanto y él tenía una
espada de hueso de dragón, había encontrado el hueso aquí en el monte Lianjiang,
por lo que contaba como parte de ese último lote.

Esas líneas parecidas a seda de araña habían salido del monte Lianjiang y los tres
lugares del este parecían haber volado a lugares donde Xue Xian había encontrado
partes de su cuerpo. Así que la línea occidental... debe haber ido a la ubicación final.

NianQi dijo: "Esos hilos delgados. Yo también lo vi. Claro como el día".

Esa frase cambió las cosas.

Los ojos de NianQi, influenciados por el hechizo de intercambio de vida de ShiJiu,


estaban embotados para las cosas ordinarias, haciéndolo medio ciego, pero cuando se
trataba de cosas espirituales, qi y relacionadas con la magia, su visión era
extremadamente sensible. Si había visto esas líneas de seda de araña tan claras
como el día, eso significaba que esas líneas habían pertenecido a una de las tres
categorías.

Xuanmin se quedó en silencio mientras reflexionaba sobre esto. Luego adivinó: "Un
gran hechizo".

Xue Xian estaba atónito. "¿Hechizo?"

Pero antes de que Xuanmin tuviera que explicar, Xue Xian lo entendió.
Originalmente, el mármol dorado y los huesos de dragón se habían colocado en el
centro de diferentes diseños de feng shui: el diseño "Dirige el río hacia el mar" en el
complejo de Liu, el diseño "Cien soldados empujan el flujo" en la isla Lápida... Se
habían centrado completamente en esos diseños individuales en cada ubicación -
incluso se habían distraído con estos hechizos - lo que sugería otra posibilidad -

¿Y si esos hechizos anteriores solo hubieran sido la superficie? ¿Qué pasaría si las
ubicaciones de la canica dorada y los huesos se unieran para constituir un hechizo
más grande y amplio?

Xuanmin no tenía acceso completo a sus recuerdos, por lo que no podía adivinar
de inmediato cuál podría ser este gran hechizo. Pero pensó por un momento, luego
dijo: "Algunos diseños excesivamente grandes necesitan que los hechizos se
despierten".

"¿Despierten?" Preguntó Xue Xian, frunciendo el ceño.

"Primero, encuentras las ubicaciones correctas y colocas los objetos mágicos allí.
Una vez que tienes los cuatro, se unen para crear un hechizo más grande", explicó
Xuanmin. "Una vez que se ha establecido el hechizo real, los elementos individuales
ya no importan".

Como cuando un jardinero apuntala un andamio, cuando planta hiedra debajo de la


pared de un patio, para ayudar a la hiedra a trepar. Pero una vez que la hiedra ha
crecido lo suficiente y está estable, el jardinero puede quitar el andamio sin afectar la
salud de la planta.

Mientras Xue Xian escuchaba, echó la cabeza hacia atrás y, de hecho, encontró
muchas preguntas sin resolver:

El mago que había ayudado al oficial Liu a construir su diseño de "Dirigir el río
hacia el mar" sabía claramente lo que estaba haciendo, pero si realmente era un
experto, ¿Por qué iba a poner una canica dorada de dragón real en un pequeño e
insignificante hechizo familiar? ¿Y para un delincuente como el oficial Liu?

Y en la aldea Wen, también había estado confundido en cuanto a por qué el


hechizo allí se había colocado de manera tan desordenada, podría contener a algunos
magos jianghu con seguridad, pero para Xue Xian, extraer el hueso había sido una
obra tan fácil que había sido como si el hechizo lo hubiera estado invitando a
romperlo.

Como fue el del monte Lianjiang: incluso Shitou Zhang había logrado quitarle un
hueso.

Si fuera como había dicho Xuanmin, entonces estas extrañas inconsistencias


tendrían sentido. También explicaba por qué los temblores provocados por la
recuperación de partes de su cuerpo se volvían cada vez más fuertes - al principio, el
efecto en su entorno había sido casi inexistente.

Como había cada vez menos huesos en el hechizo, fue como quitarle los últimos
andamios a la hiedra: no pudieron evitar reaccionar.

"Eso significa...", dijo finalmente Xue Xian, con el rostro sereno. "El gran hechizo
ha sido lanzado con éxito".
Por eso había sido tan fácil recuperar los objetos mágicos utilizados para despertar
el hechizo.

Y según el lugar donde había volado la última línea de seda de araña, tenían que
dirigirse hacia el oeste. Pero no podían saber si esa era una ubicación utilizada para
despertar el hechizo, o una parte real del gran hechizo.

Xue Xian era una persona muy sencilla. Dado que la línea ya le había dicho adónde
ir, por supuesto que tenía que ir a comprobarlo.

Pero justo cuando planeaba volar nuevamente hacia el cielo, alguien lo


interrumpió.

Xuanmin volvió a poner el colgante de las monedas de cobre en la mano de Xue


Xian y dijo: "Sería mejor si absorbieras los nuevos huesos de dragón ahora mismo,
para que no surjan cosas inesperadas más tarde".

En otras palabras, era para evitar que Xue Xian sucumbiera al calor sofocante a
mitad del viaje, lo que resultaría en complicaciones impredecibles.

Xue Xian estuvo de acuerdo con la lógica de Xuanmin, pero cuando aceptó el
colgante, sintió que aparecían emociones complicadas - después de algunos usos, él y
el colgante de monedas de cobre... más exactamente, se había insertado en la
conexión que ya había existido entre el colgante y Xuanmin, y su presencia se hacía
cada vez más fuerte. Si continuaba así, no podía imaginar en qué evolucionaría la
conexión.

De repente, recordó algo y miró a Xuanmin. "Este colgante... y también, antes,


cuando agregaste tu magia a mi palma. No hay forma de que un mortal pueda tener
tanto poder en bruto. ¿Tomaste algún tipo de píldora que pueda fortalecer la
habilidad mágica de alguien?"
Capítulo 77: Parada funeraria (I)

No era como si Xuanmin no lo hubiera ayudado antes, pero, ya sea porque las
monedas de cobre todavía estaban selladas, o porque Xuanmin no había tenido tantos
de sus recuerdos, el poder que había desatado nunca había sido suficiente para poner
en duda la mente de Xue Xian. Xue Xian solo había pensado que el monje era un
mortal excepcionalmente hábil.

La última vez, en la aldea Wen, Xuanmin también había ayudado a Xue Xian a
reprimir la tierra mientras extraía su hueso de dragón, el poder mágico de Xuanmin
ya había sido mucho más fuerte que antes, pero su mano se había abierto y toda la
atención de Xue Xian había sido puesta en la herida, por lo que no se le había
ocurrido cuestionar cómo Xuanmin se había vuelto tan poderoso.

Pero esta vez era diferente. Los huesos enterrados en el monte Lianjiang fueron
mucho más difíciles de extraer que en la aldea Wen, y los temblores causados por
Xue Xian que puso toda su fuerza en convocar los huesos también habían sido mucho
más violentos. Sin embargo, Xuanmin mantuvo la presión sobre la tierra para
mantenerlo todo unido, además, había podido sostener la mano de Xue Xian e
inyectar aún más magia.

Basado en lo que sucedió en la aldea Wen, mucho menos en una herida, la mano
entera de Xuanmin debería haberse caído de inmediato. Pero Xuanmin parecía
totalmente ileso, e incluso parecía no estar tan cansado.

Lo cual fue muy extraño.

En este mundo, había muy pocos mortales que realmente pudieran ser de alguna
ayuda para Xue Xian, y aún menos que podrían haberlo acompañado hasta aquí.
Además, si realmente estaba relacionado con los sellos de las monedas de cobre,
entonces era aún más impactante, porque había cinco monedas, y solo tres de los
sellos se habían roto hasta ahora, y Xuanmin ya era así de poderoso. ¿Cómo sería
una vez que se hubieran roto los cinco sellos?

Pero Xue Xian no estaba preocupado por nada de esto, más bien, simplemente
tenía curiosidad, por lo que le había preguntado a Xuanmin de manera casual.

Xuanmin frunció el ceño cuando escuchó la pregunta de Xue Xian. "De hecho,
también tengo algunas preguntas sobre esto. Pero los recuerdos que he recuperado
hasta ahora no son suficientes para explicarlo".

Mientras hablaba, se encontró con los ojos de Xue Xian, y realmente pareció mirar
profundamente a los ojos de Xue Xian. Añadió: "Si recuerdo, prometo decírtelo con
toda sinceridad".

Esta respuesta fue esperada y totalmente inesperada, al mismo tiempo.

Por sus conversaciones previas sobre el tema, Xue Xian sabía que Xuanmin no era
el tipo de persona que omite u oculta nada; no estaba seguro de cómo era Xuanmin
con los demás, pero sabía con certeza que, con Xue Xian, el monje hablaba con
franqueza.

Entonces, cuando Xue Xian preguntó, esperaba que Xuanmin dijera algo así. Pero
estaba desconcertado por la mirada y el tono de Xuanmin: en comparación con antes,
sus palabras ahora sonaban profundamente serias y sinceras.

Xue Xian estaba un poco abrumado por la forma en que Xuanmin lo miraba. Por
alguna razón, en ese momento, tuvo la sensación de que, con su personalidad
normalmente despreocupada, no podía manejar la solemnidad de la mirada de
Xuanmin. En su aturdimiento, incluso se olvidó de cómo hablar.

Así que fue solo después de un tiempo que Xue Xian rompió abruptamente el
contacto visual y agitó las manos con desdén. "No te preocupes", dijo. "No seas tan
serio. Solo estaba preguntando."

Luego, antes de que pudiera empezar a pensar demasiado, cerró el puño sobre el
colgante y saltó a las ramas del árbol, donde se apoyó contra el tronco y rápidamente
comenzó a concentrarse en absorber esos nuevos trozos de hueso.

El proceso duró toda la noche.

Shitou Zhang y NianQi eran mortales ordinarios y, naturalmente, no tenían el físico


anormal de Xue Xian y Xuanmin. Después de correr toda la noche, volar, sacudir y
balancear, estaban agotados, así que, mientras Xue Xian se curaba, se fueron a
dormir.

Xue Xian había absorbido tres huesos de una vez esta vez. Dentro de su cuerpo,
podía sentir los huesos fragmentados construyéndose en su columna una vez más, y
los hilos protésicos retrocediendo para adaptarse al nuevo crecimiento. A medida que
los hilos se acortaban, se doblaban en hilos más gruesos y rigurosos, y parecían
poder durar un poco más que antes.
Cuando se despertó de su meditación, lo primero que escuchó fue el grito de un
pájaro volando en círculos sobre él en algún lugar lejano. El grito del pájaro era
melodioso y nítido, lo que le hizo sentirse renovado. Pero antes de que los ecos de
ese pájaro se desvanecieran, surgió otro sonido familiar de suspiro.

Xue Xian repentinamente abrió los ojos y vio que el pájaro negro de Xuanmin
flotaba en las ramas frente a él, con un gran paquete de tela agarrado en el pico.

Xue Xian no tenía idea de dónde había venido originalmente este pájaro, pero tenía
una personalidad salvaje e indomable. Cuando se dirigieron desde el hueco de la
Montaña Boji hasta la aldea en su lado soleado, pensó que el pájaro comenzaría a
seguir a Xuanmin a todas partes, pero tan pronto como se acercaron al complejo
Fang, el pájaro batió sus alas y se fue volando - parecía no disfrutar de estar
atrapado en un lugar tan pequeño y lleno de gente.

Cuando el grupo había abandonado el recinto, Xue Xian incluso había echado un
vistazo al patio en busca del pájaro, pero no había encontrado ningún rastro. Había
pensado que el pájaro se había perdido, pero aquí estaba ahora, de alguna manera
los había alcanzado.

"En realidad sabes a dónde ir", murmuró Xue Xian. Su mano se disparó para
agarrar el cuerpo del pájaro y tiró del bulto de su pico. Mientras jugaba con el nudo
del paquete, miró hacia el pie del árbol, donde estaba Xuanmin sentado con las
piernas cruzadas. Xuanmin había escuchado ruido en el árbol de arriba, por lo que lo
estaba mirando.

Bajo el pálido sol de la mañana, Xue Xian le sonrió a Xuanmin. Meneando la


barbilla, dijo: "Buenos días. Tu pájaro duende cometió un crimen. Te robó algunos
pasteles crujientes. Aquí..."

Volvió a atar el bulto y lo dejó caer suavemente de la mano. Debajo del árbol,
Xuanmin inclinó la cabeza y lo atrapó.

"Baja", dijo Xuanmin mientras trabajaba el nudo.

Automáticamente, Xue Xian hizo un salto desde el árbol, pero vio que el pájaro
negro voló primero y se paró obedientemente frente a Xuanmin, luciendo
extremadamente dócil.

Xue Xian se dio cuenta de que Xuanmin había estado hablando con el pájaro.

Así que echó hacia atrás el pie que estaba a punto de aterrizar en el suelo y,
poniendo los ojos en blanco, se apoyó una vez más en el tronco del árbol. Dobló una
rodilla y dejó que la otra pierna se balanceara ociosamente de la rama.

Más allá del pequeño pico al este, podía ver el horizonte y el nuevo sol sobre él.

Luego miró a Xuanmin sentado en el suelo y a ese fiel pájaro negro a su lado. De
repente, Xue Xian pensó, si todos los días fueran así, estaría bien. No demasiado
animado, ni demasiado solitario, todo ese espacio vacío se llenó cómodamente.

Si pudiera despertarse cada mañana y ver lo que vio al pie de ese árbol, nunca se
cansaría de él, ni en cien años.

Quizás fue porque el aire fresco de la mañana en las montañas era muy agradable
de absorber. Xue Xian descubrió que se sentía contento.

"No fue robado", dijo Xuanmin suavemente. "La familia Fang debe haber visto la
carta. Nos enviaron estas provisiones".

Mientras hablaba, se puso de pie, y la túnica blanca de monje permanecía siempre


impecable.

Sostenía la nota que la familia Fang había deslizado en el paquete entre sus dedos
y la agitó hacia Xue Xian. Luego levantó los crujientes pasteles y preguntó:
"¿Hambriento?"

Xue Xian balanceó las piernas y dijo perezosamente: "Es mejor si no me provocas
el apetito. De lo contrario, te tragaré entero junto con los pasteles y todavía no me
sentiré lleno".

Xuanmin miró a sus piernas balanceándose como si desaprobara su postura. Se


giró y colocó el paquete de comida junto a Shitou Zhang y NianQi, que se estaban
despertando. "Los Fang fueron muy amables al enviarnos estos", dijo. "No debemos
dejar que se desperdicien".

Luego, Xuanmin regresó al pie del árbol y le dio unas palmaditas en la canilla a
Xue Xian. Suavemente, preguntó: "¿Qué quieres comer? Podemos ir a la siguiente
ciudad más tarde y comprar un poco".

Xue Xian lo miró desde la rama. Los ojos negros de Xuanmin estaban tenuemente
iluminados por la luz de la mañana, lo que los hacía parecer agradablemente
luminosos, con una sensación de calidez que se filtraba, como la escarcha que se
derrite.

Ese sentimiento de pereza y satisfacción surgió con más fuerza en el corazón de


Xue Xian y de repente tuvo la necesidad de bromear a medias: Una vez que
recuperes tus recuerdos, si no tienes nada urgente que atender, ¿Qué dices si nos
asociamos?

Pero justo cuando abrió la boca para soltarlo, antes de que pudiera hablar, fue
interrumpido por un leve ruido proveniente de alguna parte.

Kacha––

Sonaba como una ramita al romperse bajo el peso de alguien.

En un instante, la forma lánguida de Xue Xian desapareció de las ramas. A partir


de los movimientos en las montañas, ya había determinado de dónde provenía ese
ruido y estaba saltando suavemente a través del bosque hacia él. *

En otro instante, estaba de vuelta al lado de Xuanmin. Abrió el puño y un adorno


de cadera hecho de madera colgaba de su dedo. "¿Parecer familiar?" preguntó.

Con el ceño fruncido, Xuanmin metió la mano en su bolsa y extrajo el otro adorno
de madera de la cadera, comparándolos. "Exactamente lo mismo", dijo.

El adorno que sostenía Xuanmin había sido tomado de ese hombre que había
lanzado el hechizo "Cien soldados empujan la corriente" y a quien habían encontrado
muriendo en la habitación de piedra debajo del edificio de bambú de Xuanmin. Según
ese hombre, el adorno estaba hecho de madera de durazno y le había sido regalado
por el mago taoísta llamado Songyun, como un marcador de discipulado.

Con una cara endurecida, Xue Xian hizo un gesto hacia el bosque con la barbilla y
dijo: "Seguí el sonido, pero la persona desapareció instantáneamente. Deben haber
preparado un hechizo de transporte. Desde lejos, traté de agarrarlos, pero todo lo
que conseguí fue esta cosa".

Pero fue suficiente. Solo este artículo podría decirles de dónde vino esa persona.

Inicialmente, había asumido que el ruido había sido creado por alguien que venía a
recoger hierbas medicinales o leña. Pero ahora estaba claro: esa persona no había
tenido buenas intenciones.
Si tenían el adorno de cadera, entonces estaban asociados con el mago Songyun, y
definitivamente tenían algo que ver con los huesos de dragón de Xue Xian. Xue Xian
sospechaba que esas líneas de seda de araña de la noche anterior habían alertado a
la gente de Songyun, y alguien había venido a investigar.

Xue Xian tomó el primer adorno de la mano de Xuanmin, luego caminó hacia
donde estaba sentado NianQi y se agachó. "¿Podrías intentar ver quién ha tocado
estos adornos antes y dónde están ahora?"

Aunque NianQi generalmente se comportaba de manera insolente, cuando se


trataba de momentos importantes, era sencillo. Sin una palabra, dejó el pastel que
había estado masticando y sacó su paquete de palitos. Después de pasar algún
tiempo escribiendo en el suelo, señaló hacia el oeste y dijo: "En línea recta, hay una
montaña cuyo pico parece la cabeza de un caballo. En un lado de la montaña hay
cinco picos pequeños agrupados, y en el otro lado es un templo pagoda de seis
pisos".

"Ya veo. Deberías guardar el resto del pastel. Si comes demasiado, podrías
vomitar." Xue Xian luego hizo un gesto rápido a Xuanmin, agarró del cuello a Shitou
Zhang y NianQi, se transformó en un dragón y voló hacia el amanecer rosa, hacia el
oeste.

Aunque NianQi no pudo adivinar el nombre del lugar, sus descripciones fueron
suficientes, de modo que mientras Xue Xian volaba, pronto se encontró con esa
"montaña de cabeza de caballo".

Aquí, el cielo estaba nublado, por lo que eligió un lugar apartado para aterrizar.
NianQi inmediatamente hizo otra adivinación y dijo: "Todavía están en la montaña y
aún no se han ido. Si vas a la mitad de esta colina... oh, qué raro".

"¿Qué es?"

"De repente desaparecieron", dijo NianQi, confundido.

"¿Desaparecieron?" Xue Xian frunció el ceño. "¿Tienen tanta suerte como para que
vuelvan a escapar?"

"No", respondió NianQi, sacudiendo la cabeza. "Por desaparecer, no quiero decir


que desaparecieron del cerro, sino que... desaparecieron de la adivinación".

Incluso mientras lo decía él mismo, parecía no creerlo. Limpió el polvo y volvió a


calcular, pero aun así frunció el ceño y dijo: "Sigue siendo así. Ya no puedo
encontrarlos".

Al escuchar esto, Xue Xian miró hacia la ladera y se rió con frialdad. "Está bien, no
importa la adivinación. Iré a buscarlos yo mismo".

Sintió por la extrañeza de la situación que probablemente era peligrosa, por lo que
se abrió la punta del dedo y salpicó un poco de sangre en el dorso de las manos de
NianQi y Shitou Zhang. Para asegurarse de que el hechizo funcionara correctamente,
eligió lugares donde los dos no habían resultado heridos y su piel permanecía limpia.

Luego, hizo un gesto con la barbilla hacia la distancia. "Tomen ese camino que
conduce hacia la ciudad más cercana, vi un puesto de té no muy lejos de aquí.
Puedes esperar allí, o puedes ir directamente a la ciudad. Con sangre de dragón
protegiéndote, no te puede pasar nada, y más tarde me resultará fácil encontrarte. El
burro calvo y yo vamos a subir a ver la montaña".

Shitou Zhang y NianQi sabían lo que valían y no intentaron insistir en ser una
carga para Xue Xian y Xuanmin. Al escuchar las instrucciones de Xue Xian,
simplemente asintieron y dijeron: "Ten cuidado". Luego tomaron el camino de la
montaña y comenzaron a caminar hacia el condado más cercano.

Xue Xian y Xuanmin intercambiaron miradas, luego ambos saltaron a la ladera.

Mientras saltaban en el aire, pudieron ver una gran franja de su entorno y notaron
que, escondido en lo profundo del bosque, en una pendiente relativamente plana,
había un sendero de escalones de piedra, y los escalones conducían a una cabaña con
su puerta entreabierta. No parecía un templo abandonado, ni una pagoda desde la
que la gente podía descansar y admirar la vista.

Mientras pasaba la brisa, Xue Xian olfateó el aire y frunció el ceño con disgusto. "El
olor a cadáveres".

Sin dudarlo, los dos subieron las escaleras y se pararon ante la puerta abierta.

"El olor está absolutamente en todas partes...", dijo Xue Xian. Tan pronto como se
acercó a la puerta, sintió el hedor golpearlo. "¿Qué tipo de lugar espeluznante es
este?"
Capítulo 78: Parada funeraria (II)

La cabaña tenía un techo inusualmente alto, lo que la hacía más de medio zhang
más alto que los edificios normales.

Había una puerta en frente de la puerta, pero la misma estaba cubierta con un
texto talismán garabateado, y alguien había incrustado clavos en sus costados, y toda
la puerta de madera parecía haber sido empapada en sangre, o tal vez simplemente
sumergida en un charco de sangre, de modo que la madera oscura todavía estaba un
poco húmeda. La puerta emitía un viejo hedor metálico a sangre, que se mezclaba
con el olor a cadáveres que provenía del interior de la habitación.

La cabaña no tenía ventanas a ambos lados como la mayoría de los edificios, sino
que tenía dos pequeñas ventanas en la parte superior de sus altos muros que
parecían ayudar a dejar pasar el aire; parecían dos pequeñas cavernas.

Debido a que los orificios de ventilación eran tan pequeños, el interior de la cabaña
nunca vio la luz y estaba constantemente bañado por la oscuridad: una persona viva,
simplemente acercándose al edificio, se llenaba de una sensación de malestar, y
mucho menos intentaría entrar en la cabaña para ver cómo se veía por dentro.

Frunciendo el ceño, Xue Xian se abanicó bajo la nariz, pero no había nada que
pudiera hacer con respecto al hedor excepto mantener una expresión neutral y
contener la respiración. Miró a su alrededor y vio que había un texto grabado en
tablas a ambos lados de la puerta, aunque había sido tan larga que las tablas ahora
estaban moteadas y desintegradas.

Mientras estudiaba el texto, descubrió que tenía seis palabras: Las almas Yin
parten. Las almas Yang lo permiten.

Sonaba familiar...

Xue Xian le dio a Xuanmin una mirada interrogante.

Basado en la personalidad de Xuanmin, Xue Xian sabía que lograr que abriera la
boca y hablara en un lugar tan repugnante era menos probable que caer muerto en
ese mismo momento. Entonces, mientras Xue Xian continuaba conteniendo la
respiración, y justo cuando había terminado de hacerle su pregunta silenciosa a
Xuanmin, sintió que Xuanmin lo agarraba por la muñeca y la sostenía. En silencio, el
monje usó su dedo para delinear los caracteres en su palma - Parada funeraria.

¿Parada funeraria?
Xue Xian había oído hablar de esas cosas: en las regiones a lo largo del río en el
área de Xiang, había hombres cuyo trabajo era transportar a los muertos a sus
lugares de origen para ser enterrados. Solo viajaban de noche y, durante el día,
debían evitar a todas las demás personas vivas. Pero a menudo, era imposible
completar todo el viaje en una noche, especialmente si se encontraban con mal
tiempo. Así que cada docena de li o más en esta área, habría edificios erigidos
específicamente para que los portadores de cadáveres y los propios cadáveres
descansaran y se refugiaran, y estos se llamaban paradas funerarias.

Xue Xian no había sido testigo de tales prácticas, ni había escuchado mucho sobre
ellas, pero recordó haber escuchado que había muchos detalles sobre la profesión de
llevar cadáveres. Tenían que llevar el cuerpo a su destino antes de que comenzara a
descomponerse, o de lo contrario mancharían todos los lugares por los que pasaran,
sin importar los trozos de carne podrida que caían, solo el olor persistente sería
suficiente para abrumar a cualquier otra persona en el área. ¿Quién podría tolerar
eso?

Así que para esta parada funeraria oler tan mal no era normal.

Haciendo una mueca, Xue Xian se pellizcó la nariz y se paseó frente a la puerta
mientras su rostro se ponía verde. Al final, lanzó la precaución al viento y cruzó la
puerta, automáticamente mirando hacia atrás a Xuanmin por un momento.

A primera vista, el rostro de Xuanmin estaba helado y, a excepción de una leve


sensación de disgusto por el hedor demostrado por un pequeño ceño fruncido, no
parecía tener ninguna otra reacción a la parada funeraria. Pero en esos ojos
tranquilos y negros como la boca del lobo, Xue Xian pudo ver una sensación
indescriptible de impotencia.
Cuando notó por primera vez que la emoción rebosaba bajo los ojos de Xuanmin,
Xue Xian quería sonreír. No fue divertido, pero viniendo de Xuanmin, lo inesperado lo
hizo divertido. Pero antes de que hubiera levantado los labios para sonreír, Xue Xian
de repente se dio cuenta de que algo andaba mal...
Xuanmin normalmente era tan sereno - reprimió todas sus emociones, para nunca
ser reveladas. La mayoría de la gente podría pasar horas pensando en ello, pero no
sería capaz de adivinar nada sobre él. Incluso a Xue Xian a menudo le resultaba
imposible conocer el estado de ánimo de Xuanmin o lo que estaba pensando. Pero
ahora, realmente podía decir lo que estaba sintiendo Xuanmin.
Ni siquiera tuvo que investigar, era como si fuera lo más natural del mundo
conocer los sentimientos de Xuanmin...
Tan pronto como Xue Xian pensó en la frase natural, se le ocurrió: ¡Las monedas
de cobre!
Era la conexión del colgante de monedas de cobre.
Esa conexión parecía haberse profundizado una vez más después de que Xue Xian
había usado el colgante anoche, de modo que ahora incluso estos cambios sutiles en
las emociones de Xuanmin podrían transferirse a Xue Xian.
La media sonrisa de Xue Xian se congeló en algo mucho más complicado: después
de todo, todavía no podía saber si esta conexión era algo bueno o malo; si se volvía
demasiado profundo, podría dejar de saber si su felicidad era puramente su felicidad,
o si de alguna manera fue afectado por las emociones del otro; y si estaba triste, si la
tristeza se había multiplicado por la tristeza del otro.
La parte que más le provocó ansiedad fue que, si podía sentir las reacciones de
Xuanmin, ¿Podría Xuanmin sentir también sus emociones y sentimientos?
¿Especialmente ciertos impulsos que parecían surgir cada vez más?
Entonces estaban demasiado enredados.
Solo de pensarlo, Xue Xian quería morir de vergüenza.
Decidió que, tan pronto como dejaran este lugar, le diría a Xuanmin lo que estaba
sucediendo. Si era posible, tenían que cortar esto, o de lo contrario surgirían más
complicaciones innecesarias.
Mientras la mente de Xue Xian flotaba de regreso al presente, notó que Xuanmin lo
miraba fijamente, quizás desconcertado por qué su rostro estaba rígidamente
congelado en una expresión tan extraña.
"No es nada", dijo Xue Xian automáticamente, agitando la mano.
Inmediatamente, puso los ojos en blanco. Todo lo que podía sentir era que todo su
cuerpo se inundaba con el hedor.
Xuanmin no dijo nada.
La cabaña estaba incluso más vacía de lo que Xue Xian había esperado; en
realidad, no había prácticamente nada adentro. No había ni una mesa, sillas o un
altar, ni siquiera había una piedra en la que sentarse. Xue Xian dejó que sus ojos se
adaptaran a la débil luz que se proyectaba a través de las minúsculas ventanas del
techo, luego caminó por la habitación.
En comparación con la habitación totalmente vacía, las cuatro paredes tenían más
cosas. Las paredes estaban cubiertas de aros de metal semicirculares del tamaño de
un puño, a veces agrupados muy juntos, otras veces separados. Los dos lados de
cada aro se clavaron en la pared y el medio se elevaba en una pequeña curva.

Estos aros siempre estaban agrupados en pares, y junto a ellos había otro par, la
extraña secuencia creaba un círculo que se extendía alrededor de las cuatro paredes.

Xue Xian estudió los aros con atención, y luego notó algunos fragmentos
deshilachados de cuerda enredados en algunos de ellos y comprendió su función;
parecía que cuando los portadores de cadáveres descansaran aquí, usarían los aros
para atar el cuerpo a la pared manteniéndolos en posición vertical.

Evita que el cuerpo se caiga y protege la integridad del cuerpo.

Pero pronto, los pasos de Xue Xian vacilaron.

Vio que el aro que tenía frente a él estaba manchado con un rayo de sangre, que
pudo haber sido salpicado o ser el resultado de que alguien se rascara contra el aro,
pero el problema era que la sangre estaba húmeda y pegajosa....obviamente se dejó
allí muy recientemente.

Sin levantar la cabeza, Xue Xian saludó a Xuanmin y luego señaló los aros para
mostrarle la sangre.

Las cejas de Xuanmin se fruncieron levemente, luego se relajaron de nuevo.


Señaló la esquina de la cabaña donde Xue Xian había estado anteriormente.

Siguiendo su dedo, Xue Xian miró y se dio cuenta de que había un montón de
cuerda apilada en el suelo allí, así como un papel arrugado. Había asumido que los
artículos habían sido cosas al azar dejadas por los portadores de cadáveres, por lo
que no miró demasiado de cerca y pasó de largo.

Pero como Xuanmin lo había señalado, significaba que no era tan simple. Pero Xue
Xian no podía pensar en nada malo con respecto a los artículos, por lo que
obedientemente le tendió una mano a Xuanmin, con la palma hacia arriba.

Al principio, Xuanmin vaciló, pero luego usó su dedo para escribir un poco más en
la palma de Xue Xian.

"Hechizo cambiante". Naturalmente, escribir en la palma de la mano no era tan


comprensible como hablar directamente, y también era imposible escribir algo
demasiado complicado, por lo que Xuanmin había escrito de manera concisa esas dos
palabras.

No importaba el nombre original del diseño. Después de que Xuanmin había escrito
la explicación, Xue Xian entendió la función del diseño, de manera similar a como ese
extraño en el monte. Lianjiang había desaparecido instantáneamente, alguien había
usado este hechizo para salir de esta habitación justo antes de que llegaran Xue Xian
y Xuanmin.

Mientras pensaba en ello, Xue Xian estuvo casi seguro de que esta persona era el
mismo extraño que había estado persiguiendo anteriormente.

Pero...

Xuanmin volvió a escribir en la palma de Xue Xian: No solo una persona.

Xue Xian se acercó a ese montón de cuerda y papel y se agachó. El suelo estaba
impregnado del hedor de cadáveres acumulado a lo largo de los años, y Xue Xian no
pudo evitar fruncir el ceño y pellizcarse la nariz de nuevo.

Ahora que estaba cerca del suelo, descubrió que los extraños habían usado su
sangre para dibujar un círculo, y la cuerda estaba apilada dentro del círculo. Los
papeles estaban cubiertos de sangre seca y parecían haber sido esparcidos al azar
alrededor del círculo de sangre.

Además, Xue Xian también había visto algo más...

En la esquina fuera del círculo, justo donde las dos paredes se cruzaban, había
varias agujas en el piso y también tenían manchas de sangre. Parecían como si se
hubieran fusionado entre sí y en el suelo, por lo que eran imposibles de ver a menos
que uno mirara muy, muy de cerca.

Había demasiados usos para agujas de plata tan largas y delgadas, pero en esa
parada funeraria oscura y húmeda, y recordando lo que Nianqi había dicho sobre la
figura en la adivinación "desapareciendo repentinamente", Xue Xian inmediatamente
pensó en uno de esos usos ––

Algunos magos, cuando se enfrentaban a un peligro inminente, usaban tales


agujas para reemplazarse por guerreros cadáveres.

Por guerreros cadáveres, significaba que harían algo de magia a un cadáver para
que "Volviera a la vida"; se vería aproximadamente como una persona normal, pero
en realidad sería una marioneta vacía controlada por el mago. La persona a la que
pertenecía el cuerpo no tenía voz.

Y cuando el mago ya no los usara, quitarían las agujas y el guerrero cadáver


volvería a ser un cadáver, y los cadáveres nunca aparecerían en las adivinaciones de
Nianqi.

Si este realmente había sido el caso aquí, entonces era obvio quién era el mago
que había estado controlando el cuerpo.
Como ya había recorrido todo este camino y, en unos pocos pasos más,
encontraría al hombre que lo había mutilado y se vengaría, Xue Xian, naturalmente,
no se rendiría. Agarró la mano de Xuanmin y escribió: ¿Se puede seguir usando el
hechizo?

Xuanmin respondió: ¿Seguir?

Xue Xian asintió.

Xuanmin lo entendió. Escribió: El hechizo se gasta, pero se puede recrear.

Luego, se hizo un corte en el dedo para que comenzara a sangrar. Siguiendo una
secuencia oscura, goteó sangre sobre esos papeles arrugados.

Se oyeron los lúgubres sonidos de la sangre golpeando los papeles, y esas vetas
secas de sangre repentinamente se volvieron brillantes y frescas de nuevo, como
revitalizadas.

Xuanmin hizo señales con la mano a Xue Xian, indicándole que entrara en el
círculo.

El círculo de sangre era pequeño y lo suficientemente grande para una persona;


parecía que el grupo de extraños se había ido uno por uno.

Xue Xian se paró en el círculo, con la intención de seguir adelante primero, pero
cuando levantó la cabeza para mirar a Xuanmin, vio al monje fruncir el ceño
ligeramente mientras lanzaba el hechizo.

Basado en la personalidad quisquillosa y fanática de la limpieza de Xuanmin, cada


segundo extra que pasaba en esta parada funeraria era una tortura. Entonces, sin
pensarlo más, en el instante en que Xuanmin lanzó el hechizo, Xue Xian extendió la
mano y tiró al monje hacia el círculo con él.

Había puesto toda su fuerza en sus manos, por lo que cuando Xuanmin intervino,
tropezó y se derrumbó por completo sobre Xue Xian.

Un repentino giro de viento se levantó a su alrededor, seguido de un sonido weng


extendido cuando su entorno cambió. Pero tan pronto como fueron transportados,
Xue Xian comenzó a lamentar lo que acababa de hacer -

Xuanmin se había estrellado contra él con fuerza. Los dos se agarraron a medias y
se arañaron el uno al otro mientras se tambaleaban hacia atrás.
Entonces, hubo un ruido sordo cuando Xue Xian se estrelló contra una pared
irregular construida con piedras rotas, y Xuanmin a su vez se estrelló contra él.

La sensación de retroceder repentinamente contra esas piedras ásperas envió una


onda expansiva de dolor a través del cuerpo de Xue Xian, y no pudo evitar gemir.
Pero la parte posterior de su cabeza, que también se suponía que había sido
golpeada, no tocó las piedras en absoluto, sino que estaba apoyada por algo mucho
más suave, que había absorbido todo el impacto.

Aturdido, Xue Xian se dio cuenta de que, justo antes de estrellarse contra la pared,
Xuanmin se había extendido automáticamente para proteger su cabeza. Y entonces lo
que acunaba su cabeza ahora era la mano de Xuanmin.
Capítulo 79: La cueva de los cien insectos (I)

Después de un breve momento de vacilación, Xue Xian de repente se enderezó y


apartó la mano de Xuanmin de la pared para mirarla.

Esta fue probablemente la primera vez en su vida que actuó con lo que la gente
llamaba el mayor cuidado. Aunque era muy consciente de que Xuanmin no era como
los mortales ordinarios, tampoco tenía un cuerpo de papel que amenazara con
romperse con cualquier esfuerzo.

La superficie irregular de la pared de piedra había lastimado todo el dorso de la


mano de Xuanmin, parte del daño era profundo y otras partes simplemente habían
sido raspadas, pero en general parecía destrozado y la sangre se filtró
inmediatamente por la mitad de su mano.

No era como si Xue Xian nunca hubiera visto sangre y, de hecho, había visto
heridas un millón de veces peores que esta, y también había experimentado heridas
peores. Pero cuando vio la red de cortes y abrasiones en el dorso de la mano de
Xuanmin, todavía sintió una punzante infelicidad en su corazón, y de alguna manera
se molestó.

Esos momentos al principio, cuando conoció a Xuanmin por primera vez, y había
hecho todo lo posible para intentar constantemente hacer tropezar al monje y hacerle
la vida difícil, ahora parecían tan lejanos como una vida pasada, hasta el punto en
que Xue Xian apenas podía recordar más.

"No es nada", dijo Xuanmin. Al igual que Xue Xian, no se inmutó por las lesiones.
Mientras trataba de apartar la mano, extendió la otra y palmeó el hombro de Xue
Xian, diciendo: "¿Te golpeaste los huesos de la espalda?"

"Me falta una gran parte de mi columna, así que, ¿Cómo podrían estar lesionados?
Deja de mover la mano", dijo Xue Xian con indiferencia. No había pensado en su
espalda en absoluto. Pellizcó el anular y el meñique de Xuanmin, las únicas partes de
su mano que no habían sido destrozadas, y acercó la mano a su rostro.

Cuando Xue Xian frunció el ceño y bajó la cabeza para mirar la herida, Xuanmin
rápidamente acercó su otra mano para bloquear la frente de Xue Xian, evitando que
mirara más de cerca.

"Deja de jugar", dijo Xuanmin, con una pizca de exasperación en su tono.

"¿Jugar cómo?" Preguntó Xue Xian, confundido, mientras trataba de empujar la


mano de Xuanmin que se encontraba delante de su frente. "¿Por qué me estás
bloqueando?"

Xuanmin lo miró con esos ojos negros como boca de lobo e hizo ademán de hablar,
luego se detuvo y decidió no decir nada.

Xue Xian parpadeó, luego se dio cuenta de lo que había sucedido. "Pensaste que
iba a... ¿Lamer tu herida como la última vez?

La mirada de Xuanmin parpadeó, aunque todavía no dijo nada, lo que significaba


que Xue Xian había acertado.

"¡En tus sueños!" Xue Xian sintió una oleada de vergüenza, que rápidamente se
convirtió en ira, pero tan pronto como vio la sangre en la mano de Xuanmin, la ira se
desvaneció nuevamente. Él espetó: "Solo quería mirar más de cerca para poder
pensar en una forma de ayudar con los cortes. Tal vez solo mi aliento de dragón
pueda curarlos, ya que después de todo, cada parte de mi cuerpo es preciosa".

Xuanmin no respondió.

Xue Xian no había pensado que hubiera algo malo con lo que había dicho, pero por
alguna razón algo extraño cruzó la mirada de Xuanmin, como si acabara de recordar
algo, pero se recuperó rápidamente.

Tiró de su mano hacia atrás y miró hacia otro lado, luego señaló el camino por
delante. "Fue sólo un rasguño", dijo. "Ni siquiera es una lesión real. Apurémonos y
encontremos a esa gente".

Por supuesto, Xue Xian sabía que un rasguño era completamente insignificante
para personas como él y Xuanmin, por lo que, naturalmente, no insistió más en tratar
de curarlo. Además, aparte de la saliva del dragón, en realidad no podía pensar en
nada más que pudiera ayudar a Xuanmin a sanar más rápido.

Así que dejó que Xuanmin retirara su mano y siguió al monje por el camino.

Los dos parecían haber sido transportados a una cueva de montaña. Un túnel de
piedra se adentraba profundamente en la cueva y era extremadamente estrecho. Sus
dos paredes de piedra estaban inclinadas una contra la otra, de modo que a medida
que las paredes se elevaban, el espacio entre ellas se hacía cada vez más estrecho
hasta que se encontraban en la parte superior.
Mientras Xuanmin y Xue Xian caminaban en fila india, debido a que ambos eran
altos, no tuvieron más remedio que inclinar la cabeza.

"Huellas de sangre", dijo Xue Xian mientras pasaban más rocas irregulares.

Los rastros oscuros tenían un olor a óxido sordo y eran muy viscosos;
definitivamente no eran sangre fresca de la mano de Xuanmin. Tenían que provenir
de las "personas" que habían llegado aquí primero y que se habían rascado
accidentalmente al entrar.

Aparte de esos rastros, el suelo de piedra desigual y raspado también estaba


cubierto de viejas salpicaduras de sangre, de modo que, al cruzarlo, sintieron una
incómoda pegajosidad.

"Sí", dijo Xuanmin mientras caminaba hacia adelante. "La capa de sangre en el
suelo es espesa. Parece que mucha gente ha caminado aquí".

Más de una persona y muchas personas tenían diferentes significados. El tono de


Xuanmin fue solemne - claramente no había esperado pisar un lodo de sangre.

Estas rachas no procedían de una o dos personas, ni de siete u ocho personas.


Incluso si el grupo anterior hubiera estado goteando constantemente sangre medio
coagulada todo el tiempo que estuvieron caminando, aún se necesitarían al menos
cien personas para crear una textura tan parecida al barro en el suelo.

El lugar donde Xue Xian y Xuanmin habían aterrizado todavía tenía una mancha de
luz del día, pero ahora que habían llegado al túnel, esa luz del día se estaba
desvaneciendo rápidamente. Cuando doblaron la siguiente esquina, el túnel se
ensanchó de nuevo, pero ese último rastro de luz del día estaba a su vez
completamente bloqueado, dejando un vacío de completa oscuridad ante sus ojos.

Afortunadamente, Xue Xian tenía una visión muy aguda y, en la oscuridad, al


menos podía distinguir los contornos de su entorno. Dio dos pasos hacia adelante,
queriendo adelantarse a Xuanmin, pero justo cuando intentaba pasar, la mano del
monje salió disparada y agarró su muñeca.

Xue Xian estaba atónito. ¿Tienes ojos en tus manos o algo? ¿Cómo supiste que
estaba allí?

Pero la sensación de que Xuanmin constantemente se diera cuenta de lo que


estaba haciendo no era un mal sentimiento en absoluto, por lo que, aunque hizo una
mueca de irritación, sus pies se ralentizaron obedientemente y caminaron al lado de
Xuanmin, en lugar de insistir en seguir adelante solo.

Después de caminar hombro con hombro en el túnel oscuro durante algún tiempo,
sus pies de repente encontraron un conjunto de escaleras. En el instante en que
dieron el primer escalón hacia abajo, los muros de piedra que los había estado
oprimiendo por ambos lados desaparecieron, como si de repente se ensancharan en
su presencia.

Xue Xian se congeló.

Agarró la mano de Xuanmin, reteniendo al monje que estaba a punto de dar otro
paso, y rápidamente garabateó una palabra en su palma: Espera.

Naturalmente, Xuanmin obedeció y se detuvo.

Los dos bajaron el sonido de su respiración mientras miraban a su alrededor.

Normalmente, si querían estar completamente en silencio mientras se movían, no


era una tarea difícil. Pero el túnel cubierto de sangre por el que acababan de salir
había sido tan pegajoso que, por muy poco que hubieran intentado dar un paso, no
pudieron evitar un pequeño ruido. Y el túnel estaba inquietantemente silencioso, de
modo que incluso el ligero rizo de sus ropas se amplificó.

Y los suaves ruidos que hacían reverberaron contra las paredes de piedra, creando
un coro de sonidos que cubrió cualquier otro ruido en el túnel.

Tan pronto como se detuvieron, los suaves susurros de otros ruidos comenzaron a
surgir, abriéndose camino hasta sus oídos.

El sonido era tan ligero y rápido como el de una libélula deslizándose por el agua,
pero se repetía en sucesión, una tras otra, aparentemente sin fin. Quizás porque el
ruido hacía eco entre las paredes de piedra, o quizás por alguna otra razón, el sonido
les llegaba no solo desde un lugar sino desde todas las direcciones.

Ya sea que estuviera encima de ellos, a su lado, o frente a ellos, ese susurro se
hizo cada vez más claro.

Xue Xian de repente recordó algo y la sangre desapareció de su rostro. Se volvió


hacia Xuanmin y le dijo: "¿Todavía tienes talismanes de fuego? Enciende uno".
Aunque había hecho su voz lo más baja posible, su voz retumbó a través del túnel
y volvió a ellos tres veces, resonando lúgubremente entre la piedra.

Cuando sonó el eco, los susurros cesaron de repente, alertaron del nuevo ruido y
luego se volvieron maníacos. A medida que el ruido se volvía frenético, parecía
incluso ir acompañado de un zumbido, como... algo batiendo sus alas.

Cuando Xuanmin sacó el talismán, él también se dio cuenta. Así que lo golpeó, y
con el mismo movimiento de la mano, arrojó la llama delante de ellos.

Hong––

Un grupo masivo de zumbidos se elevó a un nivel nauseabundo.

Innumerables sombras negras emergieron de todo a su alrededor, reuniéndose


alrededor de esa llama. Algunas de las sombras incluso rozaban sus mejillas, y el
viento impulsado por esas alas llevaba un olor húmedo y venenoso, así como una
sustancia fina parecida a un polvo.

Disgustado, Xue Xian extendió una mano y atrapó una de las sombras mientras
pasaba volando en la oscuridad.

Pero justo cuando sus dedos entraron en contacto con la sombra, farfulló e
inmediatamente la soltó de nuevo. Mientras giraba las muñecas, podía sentir que el
polvo de las alas de la sombra se había pegado a sus dedos, haciéndolos
resbaladizos. Frunciendo el ceño, estaba a punto de hablar cuando la fría voz de
Xuanmin se elevó a su lado: "Polillas".

De hecho, polillas.

Antes, la llamarada del tamaño de un frijol había sido rápidamente apagada por
una avalancha de miles de polillas en trance, pero la luz había sido suficiente para
que Xue Xian tuviera una impresión de dónde estaban...

Era una caverna de piedra más ancha con paredes y techos arqueados, como un
melón colocado encima de un bloque de piedra.

Parecía haber algunos agujeros a lo largo de las paredes arqueadas, y las


innumerables polillas habían estado encaramadas en la pared o escondidas dentro de
los agujeros o cubriendo las rocas más pequeñas esparcidas por la habitación,
esperando pacientemente a que llegara alguien.
Incluso cuando Xue Xian estaba en su forma de dragón, odiaba que pequeñas
cosas lo perturbaran, no eran solo polillas, sino que cualquier tipo de insecto
zumbante lo molestaba sin fin.

Y ahora que estaba en su forma humana, solo la idea de esas pequeñas polillas
rozando su rostro hizo que su expresión se volviera oscura y odiosa.

El talismán que Xuanmin había arrojado, mientras aún estaba en el aire, se había
convertido en una bola sólida de polvo de polilla y, después de un tiempo, después de
un desconcertante golpeteo, las polillas muertas cayeron al suelo sin fuerzas.

Al mismo tiempo, apareció otra horda de polillas a su alrededor.

"¿Que tipo de lugar es éste?" Xue Xian refunfuñó.

"Retrocede un poco", dijo Xuanmin mientras sacaba otra cerilla, aunque esta vez
también desenganchó su colgante de monedas de cobre.

Silbido--

Una pequeña llama apareció del talismán en la mano de Xuanmin, iluminando


débilmente sus delgados dedos.

Hong––

Otro coro ensordecedor de alas batiendo explotó a su alrededor cuando enormes


sombras negras en forma de polillas vinieron volando directamente hacia ellos.

Xuanmin pasó las manos por el colgante de monedas de cobre, luego presionó una
moneda con el pulgar, liberando un sonido weng cuando el metal chocó contra el
metal y una enorme ráfaga de viento salió de sus anchas mangas. El viento sopló a
través de la pequeña llama del talismán, sacándola hasta que estalló en una bola de
fuego que serpenteó a través de la cámara como un dragón, prendiendo todo en
llamas y dejando los cuerpos carbonizados de las polillas muertas a su paso.

La cámara parpadeaba luz y oscuridad mientras el dragón en llamas luchaba contra


la horda de innumerables polillas.

Xue Xian observó a las polillas caer al suelo tan rápido como la lluvia y, disgustado,
desvió la mirada.
"Espera. Hay algo escrito en la pared." Mientras su mirada recorría la cámara bajo
la luz inestable emitida por el dragón de fuego de Xuanmin, notó que los agujeros en
los que se habían estado escondiendo las polillas no eran agujeros al azar, sino texto
tallado.

Acercó a Xuanmin para ver y usó su dedo para seguir las filas verticales de
caracteres hasta que llegó a cierto lugar y leyó el texto allí: "Cueva de los Cien
Insectos..."

Oye, ¿no había oído hablar de ese lugar antes?


Capítulo 80: La cueva de los cien insectos (II)

¡Correcto! ¿No era allí donde se suponía que se encontraba la Araña de la Misma
Edad?

De alguna manera, siguiendo a ciegas a los desconocidos, habían conseguido llegar


hasta aquí sin darse cuenta... ¿Qué clase de serendipia¹ era esa? Por un momento,
Xue Xian sintió que había algo extraño en todo aquello, pero antes de que pudiera
darle sentido a esa sensación, la borró automáticamente.

El texto de la pared era como una escritura ilegible de los cielos. Aparte de Cueva
de los Cien Insectos, no había ni una sola palabra más que Xue Xian pudiera
reconocer, como si fuera un idioma inventado por algún clan antiguo. A Xue Xian se le
acabó rápidamente la paciencia y renunció a intentar leer el resto.

"Todas estas polillas de aquí me dan escalofríos. No es un buen lugar para


quedarse", dijo Xue Xian, haciendo una mueca mientras señalaba los montones de
cadáveres de insectos que tenían delante. "Hay otro túnel más adelante. Vayamos.
No me importa lo que nos espere, sólo quiero no volver a tocar estas cosas".

Xuanmin apartó la mirada del texto arcaico de la pared y tarareó de acuerdo.


Levantó la manga para bloquear las polillas que seguían zumbando a su alrededor y
condujo a Xue Xian a través de la cámara hacia el túnel del otro lado.

El dragón de fuego era tan poderoso como mil soldados. Atravesó la cámara
matando hasta la última polilla.

Xuanmin miró hacia atrás, y sólo ese vistazo a los interminables montones de
insectos muertos fue suficiente para que se le revolviera el estómago... pero al mirar
más de cerca, algo no estaba bien.

"Eh... estas malditas cosas realmente pican", murmuró Xue Xian mientras se
golpeaba con rabia el dorso de la mano. Si no fuera porque era una criatura de agua
y odiaba el fuego, habría prendido fuego a toda la cámara con un rayo. Mientras
mostraba a Xuanmin el mordisco en su mano, ni siquiera él se dio cuenta de lo
significativo que era que su primer instinto hubiera sido quejarse al monje.

A la luz tenue y parpadeante del dragón de fuego, Xuanmin observó las dos gotas
de sangre en la mano de Xue Xian, luego señaló detrás de él y dijo: "Algunas de las
polillas de aquí no son normales".

Si la Cueva de los Cien Insectos era realmente el caldo de cultivo de criaturas


mágicas como la Araña de la Misma Edad, entonces, naturalmente, no podía ser una
cueva ordinaria... quizás todo lo que había dentro era venenoso. Está claro que estas
polillas habían hecho de esta cueva su hogar durante generaciones, así que no era de
extrañar que empezaran a mutar.

Pero la naturaleza de la transformación de las polillas era desconcertante:


empezaron a crecer y decidieron volverse carnívoras.

"¡Vamos, vamos! Si tengo que mirarlas un segundo más, voy a vomitar sobre ti",
dijo Xue Xian en tono sombrío mientras se daba la vuelta y empezaba a caminar por
el túnel.

A medida que se adentraban en la cueva, el túnel era cada vez más alto, por lo
que ya no necesitaban agachar la cabeza. Xuanmin trajo el dragón de fuego con ellos,
y la llama se deslizó delante de ellos para iluminar el camino.

A estas alturas, Xue Xian, que normalmente odiaba el calor, empezaba a apreciar
este dragón de fuego.

Cuando a Xue Xian le había picado la polilla en el dorso de la mano, había sentido
un destello de calor que se había apagado rápidamente. Supuso que la polilla
probablemente le había inyectado algún tipo de veneno, y que, si fuera un humano
normal, hace tiempo que habría muerto de asco por las propias polillas, o habría sido
asesinado por ese veneno.

Aunque el dragón de fuego había quemado las polillas de la cámara hasta dejarla
limpia, aún quedaban algunas posadas en las paredes del túnel. Como Xuanmin había
adivinado, las polillas aquí eran mucho más grandes de lo normal, llegando a ser
mucho más grande que una mano humana. No estaba claro qué comían estos
insectos, pero sus vientres eran redondos y llenos, y parecían pesados.

Sin embargo, seguían siendo polillas y, naturalmente, se acercaron a la llama, y


algunas otras se vieron atraídas por la presencia de Xue Xian y Xuanmin.

"Cuanto más entramos, más raras son las polillas", dijo Xue Xian mientras las
apartaba impacientemente con la manga. Una ráfaga de viento cortante barrió la
horda como un cuchillo, y las polillas cayeron sin vida al suelo. Entonces, el viento se
estrelló contra la pared del túnel y sacudió brevemente toda la cueva. Pequeños
guijarros comenzaron a salir del techo y los cubrieron de fino polvo.
Xue Xian estaba ahora aún más molesto.

Por supuesto, ser muy poderoso no siempre era algo bueno. No podía hacer nada
en este frágil lugar. Xue Xian murmuró con rabia para sí mismo, Gracias a Dios que
Xuanmin está aquí. Su magia tiene alcance.

Ahora se encontraban en lo más profundo del túnel, y las polillas habían dejado de
arrojarse de forma idiota a las llamas. Parecían haberse vuelto inteligentes y los
evitaban, agitando sus enormes alas más allá de la oscuridad en cuanto los dos se
acercaban.

Quizá Xue Xian estaba siendo paranoico, pero detectó algo peculiar en la forma en
que volaban las polillas, como si... llevaran mensajes para alguien que esperaba
dentro del túnel.

Mientras reflexionaba sobre esto, sintió de repente que algo le rozaba el dedo
meñique de la mano izquierda, como si algo con patas diminutas estuviera trepando
por él.

Frunciendo el ceño, se miró la mano.

"Una hormiga", dijo.

Había una hormiga arrastrándose por su mano, pero la hormiga era más del doble
de grande que las hormigas normales y, bajo el brillo del dragón de fuego, parecía
brillar en rojo. El insecto no tenía miedo: mientras Xue Xian observaba, abrió la
mandíbula y le mordió en el dedo.

Xue Xian se burló. "Otro carnívoro".

Impaciente, apartó la hormiga de un manotazo.

Por supuesto, la fuerza de su dedo era mucho más poderosa que la de los
humanos, y cuando la hormiga se estrelló contra la pared, quedó aplastada por el
impacto, derramando un reguero de líquido con olor a pescado sobre la piedra.

Sólo por ese olor, se podía saber que el sustento diario de la hormiga era la carne
podrida de los cadáveres. Pero ¿los cadáveres eran de animales que habían entrado
accidentalmente... o de humanos?

Antes de que Xue Xian se hubiera sacudido de ese estado de asco, sintió que
alguien le daba un fuerte golpe en la espalda.
Se giró para ver a Xuanmin aflojar su mano. Y a sus pies yacían varias hormigas
con sus patas moviéndose vacías en el aire... así como numerosas hormigas más que
se acercaban a él, arrastrándose por el desigual suelo de piedra o arrastrándose por
las irregulares paredes de piedra.

La larga fila de hormigas que marchaba hacia él era casi sobrecogedora: parecían
derramarse sin fin desde la oscuridad más allá de la luz de la llama.

Esto era incluso peor que las polillas, porque las hormigas podían ir desde los pies
hasta el cuerpo.

Xue Xian se volvió de nuevo hacia Xuanmin, y tal y como había pensado, la fría
expresión del monje se resquebrajaba y estaba a punto de convertirse en hielo
raspado. No había forma de que pudiera tolerar que las hormigas le subieran por
debajo de la ropa.

Con su aguda visión, Xue Xian se adentró en el negro túnel y puso cara de
circunstancias. Las hormigas que se acercaban a ellos ahora sólo estaban en una cola,
pero, más adentro, estarían pululando por todo el suelo sin espacio para pisar.

Y las hormigas se movían rápidamente. Sólo se habían detenido un rato, pero las
hormigas ya venían tan implacables como una marea, una masa densa e infinita. En
un instante, empezaban a trepar por los zapatos de los dos... era como si hubieran
sabido que venían.

Xue Xian no pudo evitar recordar a las polillas, y se preguntó si todos los bichos de
esta Cueva de los Cien Insectos eran así de inteligentes. Estaban a punto de
convertirse en bestias mágicas.

No podían pisar el suelo, no podían tocar las paredes, e incluso los techos estaban
ahora cubiertos de hormigas.

Xue Xian sabía lo que tenía que hacer. Invocó una ráfaga de viento bajo sus pies,
sin importarle si derrumbaba la cueva. Agarró un puñado de la túnica de Xuanmin y
dejó que el viento los llevara hacia adelante. Con el viento retumbando en el suelo,
no tuvieron que tocar a las hormigas, y en su lugar pasaron ligeramente por encima
de aquella masa chirriante.

El viento aullante era extremadamente fuerte y hacía temblar las paredes del
túnel. Empezó a caer más polvo del techo, esparciendo pequeños guijarros por el
suelo de piedra. El viento arrojó innumerables hormigas carnívoras contra la pared,
donde fueron aplastadas al instante, y otras fueron directamente desgarradas.

Y el dragón de fuego continuó ardiendo tras ellas, chamuscando a las hormigas que
habían sobrevivido al viento, de modo que, al entrar en el túnel, dejaron un rastro de
cadáveres tras de sí.

Xue Xian comprendió por fin lo que el Viejo Qu había querido decir al decir que
incluso escuchar el nombre de "Cueva de los Cien Insectos" le quitaría la mitad de su
vida de puro miedo. Sólo habían llegado a este punto porque eran Xue Xian y
Xuanmin: la gente normal entraría como seres vivos llenos de sangre y carne, y
saldría como esqueletos blancos y limpios.

El túnel era largo y oscuro, y Xue Xian no sabía cuándo terminaría de nuevo.
Continuaron por el túnel en un tornado de viento y llamas durante el tiempo que
tardaba en arder una barra de incienso, matando quién sabía cuántos insectos más...

"Polillas, hormigas rojas, ciempiés, milpiés, escorpiones..." Xue Xian contó los
diferentes tipos de insectos que estaban atravesando, luego miró al suelo de piedra y
se rió fríamente.

Estas molestas cosas eran cada vez más venenosas, más grandes y difíciles de
combatir a medida que se adentraban en el túnel. Algunos parecían luchar mucho
contra las llamas antes de morir finalmente.

Pero por muy molestos que fueran, en última instancia seguían siendo sólo bichos
para Xue Xian y Xuanmin. Todo lo que tenían que hacer era pisar el viento a través
de ellos ― por supuesto que no iban a ser derrotados aquí. Pero no era por esto por
lo que Xue Xian se había reído.

La razón era que, a medida que se adentraban en la cueva, el suelo empezaba a


estar cada vez más cubierto no sólo de cuerpos de bichos, sino también de huesos
humanos.

Esos huesos desnudos eran de color amarillo pálido, y su carne había sido
completamente devorada. Al principio, parecían llevar ya muchos años aquí, pero al
inspeccionarlos más de cerca, Xue Xian pudo ver que la sangre que los cubría era
fresca y pegajosa, con un hedor muy familiar.

"Son los de la parada funeraria", dijo Xue Xian, tapándose la nariz. Por fin habían
dejado de encontrarse con insectos, así que el viento se disipó y volvió a pisar el
suelo.

Frunciendo el ceño, Xuanmin observó los alrededores y luego volvió a mirar. Él


también volvió a pisar el suelo.

Se encontraban al final del túnel: todo lo que había delante era una pared plana.
Pero delante de esa pared había una escalera de caracol que conducía a un nivel
superior ― no estaba claro de qué dinastía había sido construida la escalera, pues no
sólo era pequeña y estrecha, sino que también estaba cubierta por un grueso capullo
blanco de telarañas.

Pero las intrincadas capas de telarañas habían sido barridas por alguien, y ahora
flotaban lánguidamente desde las barandillas.

Las telarañas hicieron que Xue Xian pensara inmediatamente en la "Araña de la


misma edad"... por supuesto, no podía ser una coincidencia. En lo alto de la escalera
estaba el lugar que buscaban.

"Alguien llegó aquí primero", dijo Xue Xian mientras estudiaba las telarañas.
"Parece que toda esa gente de la parada funeraria eran escudos humanos".

Xuanmin respondió: "Pero no había tantos huesos a lo largo del túnel. Todavía
debe haber más".

"Quizás estén arriba". Xue Xian señaló la escalera.

Los dos intercambiaron miradas y, sin dudarlo, comenzaron a subir las escaleras.

Estos peldaños también estaban cubiertos de esa pegajosa sangre fresca, en la que
se alojaban otras diversas sustancias asquerosas. Los dos decidieron no tocar en
absoluto los peldaños, lo que también significaba que se evitaba hacer el ruido que
habría salido si hubieran pisado esas sustancias.

La escalera subía y subía, llevándolos cada vez más lejos de aquel túnel. Parecía
tener más de cien escalones. Pero los dos llegaron rápidamente a la cima.

Ante ellos se extendía una cámara de aspecto ordinario que parecía contener dos
habitaciones. En el centro de la cámara había una piscina llena de agua negra, y junto
a la piscina había un espejo de cobre. El espejo, a su vez, estaba rodeado de charcos
de sangre, que se filtraban desde la pared hasta el borde de piedra de la piscina.

Y en una de esas baldosas de piedra blanca había cinco rayas ensangrentadas, una
huella de la mano, como si la hubiera hecho alguien que luchaba por seguir vivo.

•───────────•

[1] Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e


inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando
una cosa distinta.
Capítulo 81: La cueva de los cien insectos (III)

"No hay nadie aquí. Realmente son buenos para escaparse..." Xue Xian murmuró
mientras observaba la cámara, iluminada por el dragón de fuego de Xuanmin, y luego
volvió a posar su mirada en aquella baldosa de piedra blanca junto a la piscina. "O
están en el fondo del agua".

La cámara era demasiado rectangular para haber sido creada de forma natural...
claramente, alguien la había tallado. Aparte del estanque de agua negra y de algunas
columnas de carga, había también, al fondo de la cámara, un bloque de piedra que
parecía un dosel apto tanto para sentarse como para dormir.

Aunque era duro como una roca y estaba helado, por lo que probablemente no era
muy cómodo.

"Alguien utilizó este lugar para cultivar suavemente su espíritu", dijo Xuanmin
mientras entraba en la cámara y miraba a su alrededor.

Xue Xian se volvió hacia él. "¿Qué clase de mago puede tolerar estar en un lugar
como éste?", preguntó, señalando detrás de él.

Aunque esta cámara no contenía oleadas de bichos venenosos, ese mar de cuerpos
residía, sin embargo, justo debajo de la escalera de caracol. ¿Quién en su sano juicio
vendría aquí a meditar? ¿Y a cultivar suavemente?

Pero no cabía duda de que alguien había vivido realmente aquí. Aparte del dosel,
las cuatro paredes de piedra estaban salpicadas de rincones ocasionales lo
suficientemente grandes como para meter la mano. Xuanmin tocó uno e
inmediatamente retiró la mano con disgusto. Con la otra mano, sacó un talismán y
lanzó un hechizo de limpieza.

"¿Qué es?" preguntó Xue Xian, mirando de un lado a otro entre el rincón y la mano
de Xuanmin.

Frunciendo el ceño, Xuanmin respondió: "Aceite de linterna".

"Oh". La primera reacción de Xue Xian fue asentir distraídamente, asumiendo que
la mirada de asco de Xuanmin era porque odiaba las cosas grasientas. Pero luego
exclamó: "Oh..." al darse cuenta de repente de que el aceite de los faroles solía
proceder de los animales.

Pero por mucho asco que le diera a Xuanmin, después de limpiarse la grasa de los
dedos, llevó aquel largo dragón de fuego a todos los rincones, uno por uno. Entonces,
con un siseo, los faroles incrustados en las paredes empezaron a proyectar un cálido
resplandor en la cámara.

Ahora que tenían luz, Xuanmin pudo retirar el talismán de la llama. Mientras
pasaba un dedo por el colgante de moneda de cobre, miró a Xue Xian, a quien le
empezaban a sudar las sienes.

Sin el calor abrasador del dragón de fuego, y sin los molestos bichos, Xue Xian
sintió por fin que podía volver a relajarse. Se cruzó de brazos y se paseó por la
cámara. Misterioso, dijo: "Aparte de esos agujeros de ventilación del tamaño de un
dedo, no hay salida aquí..."

Al final, se detuvo frente a la piscina negra y señaló la huella de la mano


ensangrentada en la baldosa de piedra blanca. Y añadió: "Entonces, ¿Dónde han ido
los miembros restantes del grupo de la parada funeraria? No pueden estar todos en el
agua, ¿Verdad?".

La piscina tenía sólo un zhang de ancho y de largo. ¿Cuántas personas podían


caber allí? Además, basándose en los rastros de sangre, parecía que había habido una
lucha aquí. Tanto si había un conflicto entre los miembros del grupo como si se había
producido algún otro cambio, siempre que había una pelea, había un bando ganador y
otro perdedor.

Era fácil concluir que el bando perdedor había caído al agua. Pero ¿dónde se había
metido el bando ganador?

"Además, ¿Dónde está la Araña de la Misma Edad?" dijo Xue Xian, frunciendo el
ceño.

Según el viejo Qu, la legendaria píldora estaba aquí, en la Cueva de los Cien
Insectos. La Cueva existía en realidad, y estaba efectivamente llena de insectos, pero
Xue Xian y Xuanmin habían recorrido todo el lugar, y no habían visto nada ni siquiera
parecido a una "araña de la misma edad".

Cuando había recorrido toda la cámara, Xue Xian había mirado todo lo que pudo, y
había buscado hasta en las grietas y el techo... pero no había encontrado nada.

"Quizá se mencione aquí", dijo Xuanmin.


Estaba de pie junto al dosel y miraba la pared contra la que éste se encontraba. Al
igual que la parte de la cueva en la que habían encontrado las polillas por primera
vez, esta pared estaba cubierta de un extenso texto tallado. Xue Xian había intentado
brevemente leer el texto, pero, aparte de marearse, no había podido sacar nada en
claro. Para él, era una especie de escritura demoníaca que no tenía ningún sentido. Ni
un solo carácter era legible, así que no sabía qué era lo que Xuanmin estaba mirando
con tanta atención.

Como lo único que hacía ese texto era provocarle un dolor de cabeza a Xue Xian,
dejó que Xuanmin lo leyera. Mientras tanto, se agachó al lado de la piscina,
preguntándose si debía seguir adelante y tomarse toda el agua.

Mientras miraba el agua negra, se dio cuenta de que era incapaz de adivinar la
profundidad de la piscina. Desde su ángulo, todo lo que podía ver era una mancha de
oscuridad, y nada debajo de ella.

Además, aunque succionara el agua, ¿Dónde la pondría? Mientras Xue Xian volvía
a escudriñar la cámara, pensó: "No voy a volver a tragar el agua. La última vez en la
Isla Lápida casi me muero de asco. Si tengo que volver a hacerlo, vomitaré por toda
la cámara".

Mientras contemplaba todo esto, su mirada se dirigió al espejo de cobre que


estaba cerca de sus pies.

El espejo tenía manchas de sangre junto a él, por lo que parecía haber sido dejado
por el grupo que les precedía. O.... ni siquiera habían tenido tiempo de llevárselo. Xue
Xian extendió la mano hacia él, pero cuando sus dedos se acercaron al espejo, notó
que éste empezaba a temblar.

Cuando el espejo metálico se frotó suavemente contra la baldosa de piedra, hizo


un ruido de tintineo y, de repente, sin previo aviso, el agua negra de la piscina
empezó a ondular también. Hizo un ruido de – gudú, como si alguien hubiera arrojado
un guijarro en ella, rompiendo la paz de la superficie.

Al oír el sonido, Xuanmin se volvió y vio a Xue Xian junto a la piscina. Se acercó y
se agachó también.

"Qué espejo tan extraño. Mira", dijo Xue Xian, acercando el espejo a Xuanmin.

Frunciendo el ceño, Xuanmin cogió el espejo para inspeccionarlo, pero en cuanto


sus dedos tocaron el cobre, se produjo un temblor más marcado. Pero esta vez, la
reacción del espejo fue mucho más fuerte que cuando Xue Xian había intentado
tocarlo. Las ondas de la piscina también empezaron a rodar más rápido, y toda la
piscina pareció cobrar vida, enviando pequeñas olas que salpicaban el borde de
azulejos.

Automáticamente, Xuanmin hizo el intento de soltar el espejo, pero se dio cuenta


de que el espejo parecía estar pegado a sus dedos, y no pudo soltarlo.

A continuación, las manchas de sangre alrededor del espejo se transformaron de


repente en la forma de un símbolo del yin y el yang. Xue Xian vio cómo la mano de
Xuanmin que sujetaba el espejo sufría un espasmo, y luego pareció congelarse,
mirando al vacío en las aguas negras del estanque.

En el mismo instante, Xue Xian oyó un ruido – weng dentro de su mente, como si
alguien le hubiera dado un latigazo en la nuca. Se sobresaltó y su mente se quedó en
blanco durante un rato.

Cuando recuperó el sentido y pudo volver a mover el cuello, se dio cuenta de que
el agua de la piscina ya no era negra. Parecía haberse convertido en un espejo: poco
a poco, una escena surgió de debajo de la oscura superficie del agua.

Aunque la escena era tan vaga como un sueño, el corazón de Xue Xian empezó a
palpitar al sentir que le hechizaba...

La escena parecía estar ambientada en una zona montañosa. Llegó el ruido


ensordecedor de un viento aullante y, en el fondo, el paisaje montañoso se agitó
violentamente. En el cielo, una gran ola roja se extendía como un millar de poderosos
caballos, como si quisiera derribar el cielo. El viento trajo un coro de gritos
aterrorizados y sonidos de llanto desde algún lugar lejano, convirtiendo los gritos en
fragmentos de luto.

Bajo aquella ola infernal y los temblores de las montañas, y entre el


desprendimiento de peñascos y rocas, había dos personas arrodilladas.

Aunque la escena era onírica y ambigua, Xue Xian pudo reconocer inmediatamente
a las dos figuras: eran él y Xuanmin.

Vio que sus manos colgaban a los lados y que no se movían en absoluto, como si
estuvieran convertidos en piedra. Su túnica negra parecía haber sido empapada por la
ola y estaba pegada a su cuerpo, y, por alguna razón, emitía un fuerte aura yin.
Su largo cabello, empapado, estaba pegado al cuello y a la cara, y su piel estaba
completamente blanca, como si estuviera muerta.

Y por encima de su cuello... una mano le cubría los ojos.

Esa mano era delgada y elegante, y normalmente tenía un aspecto muy atractivo,
pero ahora también estaba sin rastro de sangre y parecía incluso gris, como la mano
de un cadáver.

Era la mano de Xuanmin, y Xuanmin estaba levantando la cabeza del lado de la


cara de Xue Xian, los ojos semicerrados del monje sumergidos en la sombra y
oscurecidos por una capa de fina niebla, de modo que era imposible ver cómo se
sentía.

La posición en la que se encontraban los dos era muy íntima, como si acabaran de
separarse de un beso.

Pero mientras Xue Xian observaba la escena desde el otro lado de la niebla, ni
siquiera se dio cuenta de ello, porque, cuando Xuanmin levantó la cabeza, empezó a
toser sin parar. Aunque una mano seguía apoyada en la cara de Xue Xian,
cubriéndole los ojos, la otra mano de Xuanmin cayó sin fuerza mientras se inclinaba
al toser... y su túnica, normalmente blanca como la nieve, estaba completamente
manchada de sangre...

Enormes chorros de sangre salían del pecho y el abdomen de Xuanmin y


empapaban su túnica, y parecían fluir sin parar.

Xue Xian vio como la mano de Xuanmin que bloqueaba sus ojos empezaba a
debilitarse también, y cuando estaba a punto de desaparecer, todo el cuerpo de
Xuanmin empezó a temblar y una capa de sudor se filtró por sus poros. Fuera del
espejo, los párpados de Xue Xian se agitaron y, con un gran esfuerzo, se arrastró
fuera de aquella escena nebulosa.

Xue Xian abrió los ojos y se estremeció durante algún tiempo antes de que el
furioso zumbido de sus oídos empezara a desvanecerse por fin, sustituido por un
sonido de respiración pesada y llena de pánico.

Después de algún tiempo más, Xue Xian se dio cuenta de repente de que la
respiración, que sonaba como si viniera de alguien que acababa de despertarse en
medio de una pesadilla, era el sonido de su propia respiración. Cuando su visión se
aclaró por fin, vio que el agua de la piscina seguía siendo negra y plácida, sin ninguna
visión en su interior: la escena se había desvanecido.
Y Xuanmin seguía agachado a su lado, aparentemente ileso, sin el color gris de sus
manos y sin sangre en su túnica blanca. Pero su cabeza seguía girada, y continuaba
con la mirada perdida en el estanque.

También parecía haber sido arrastrado a alguna escena, pero Xue Xian no podía
saber si Xuanmin estaba viendo lo mismo, o algo diferente. Al mirar los ojos vacíos de
Xuanmin, vio una pizca de emoción contenida en esa mirada.

A otros les costaría identificar la emoción, pero Xue Xian sintió una extraña
punzada de tristeza...

Xue Xian observó en silencio los ojos de Xuanmin durante un rato, y de repente se
llevó la mano a su propio pecho y la apretó contra su corazón. Luego dejó escapar un
profundo suspiro, y fue a acariciar a Xuanmin, susurrando: "¿Burro calvo?".

Xuanmin parecía no oírle en absoluto.

"Burro calvo, despierta". La voz de Xue Xian seguía siendo baja y ligeramente
ronca.

Seguía sin responder.

Frunciendo el ceño, Xue Xian retiró su mano del hombro de Xuanmin y la colocó en
su lugar en el dorso de la mano del monje, que aún sostenía el espejo. Sus dedos se
enroscaron alrededor de los de Xuanmin.

Con ese toque, la mano de Xuanmin finalmente soltó el espejo de cobre.

Pero lo único que notó Xue Xian fue que los dedos de Xuanmin se enroscaban
también en los suyos. Xue Xian no sabía si era porque Xuanmin estaba soportando un
gran dolor físico, o porque Xuanmin estaba sintiendo alguna emoción fuerte, pero el
agarre del monje era extremadamente fuerte, tanto que los huesos de la mano de
Xue Xian empezaron a doler.

Pero no retiró la mano. Levantó la vista y vio a Xuanmin girar lentamente su rostro
con sorpresa y confusión en sus ojos, y el ceño fruncido.

La mirada de Xuanmin aún parecía desenfocada: miraba, aturdido, el rostro de Xue


Xian, luego frunció los labios y cerró los ojos con fuerza. Al cabo de un rato, volvió a
abrir los ojos lentamente.

"¿Ya estás despierto?" preguntó Xue Xian en voz baja.

Xuanmin le miró fijamente. Sus ojos eran infinitamente profundos, y estaban llenos
de emociones tan complicadas que Xue Xian no podía identificarlas. Después de algún
tiempo, Xuanmin finalmente bajó la mirada y soltó su agarre de los dedos de Xue
Xian. "Sí", dijo rápidamente, y luego, con un movimiento de la manga, tiró el espejo a
la esquina de la cámara.

"Hace un momento, ese charco de agua negra..." Xue Xian comenzó.

"El espejo de cobre y el charco se unieron para formar un hechizo. Debido a toda la
sangre, fui imprudente y no lo comprobé". Dijo Xuanmin suavemente. Parecía
haberse recuperado por completo.

"¿Qué hechizo? ¿Demonios del corazón otra vez?" Xue Xian frunció el ceño.

Xuanmin sacudió la cabeza y, con una voz llena de calma, respondió: "Es para ver
cómo mueres".

Xue Xian se quedó sin aliento. "¿Cómo mueres?"

Xuanmin frunció el ceño como si acabara de recordar algo. "Un hechizo así no
debería tener normalmente ningún efecto en una criatura divina como un dragón...
¿Qué has visto?"

La mente de Xue Xian había estado dando vueltas y, al escuchar a Xuanmin


preguntar esto, se imaginó que había cometido un error: ya que el hechizo no podía
funcionar en él, entonces lo que había visto debía ser otra cosa provocada por el
hechizo, no una visión, sino un sueño real.

Fue de un lado a otro convenciéndose de ello, y finalmente se sintió más tranquilo.


Al ver que Xuanmin seguía con el ceño fruncido y esperando que hablara, Xue Xian
agitó la mano con displicencia y dijo: "En realidad no vi nada. Sólo que el estanque
empezó a ondularse violentamente y que tú no respondías. Por eso pregunté".

"¿De verdad?"

Xue Xian se burló. "Ni siquiera un rayo puede derribarme. ¿Cómo diablos iba a
morir?"
Sólo cuando Xuanmin le estudió y no encontró nada raro en su mirada, el monje
acabó por creerle. "Sí", dijo. Se quedó pensando un rato y luego añadió: "Aun así,
debes tener cuidado".

Xue Xian ignoró el comentario y en su lugar preguntó: "¿Tú? ¿Qué has visto?".

Xue Xian bajó la mirada y se levantó. "Nada. Me muero de viejo".

Mientras hablaba, se quitaba el polvo de las mangas y parecía no estar


mintiendo... pero Xue Xian, incapaz de olvidar lo que había visto en la piscina, no
pudo evitar sentir un trasfondo de inquietud. Todo en aquella escena había quedado
ligeramente difuminado por la fina niebla, excepto la imagen de Xuanmin cubierto de
sangre, que estaba grabada en la mente de Xue Xian. Cada vez que pensaba en ella,
le producía oleadas de ansiedad.

Pero luego pensó que, en cualquier caso, su propia vida era extremadamente
larga. Si Xuanmin se viera alguna vez en apuros, él sería capaz de ayudarle. Así,
aquel pensamiento que había aparecido en su mente cuando se había despertado
aquella mañana en el monte Lianjiang volvió a surgir en él, pero esta vez no fue un
impulso repentino como lo había sido antes. Y como ya no era un impulso, debía
esperar a que las cosas se calmaran; después de todo, estaban en medio de una
cámara cubierta de sangre y aún tenían asuntos pendientes que atender, así que no
era el momento apropiado para sacar el tema.

Decidió esperar hasta que encontraran la "Araña de la misma edad" y salieran de


esta cueva infectada de sangre y bichos. Entonces, le preguntaría a Xuanmin.

Justo cuando pensaba esto, sintió de repente que algo bajo sus pies se movía
ligeramente, produciendo un ruido sordo.
Capítulo 82 - Araña Madre (I)

¿Podría ser que los insectos supervivientes hubieran subido por la escalera de
caracol?

Xue Xian miró hacia abajo, alrededor de sus pies, pero no pudo ver nada
arrastrándose... y ese minúsculo traqueteo cesó de repente, como si supiera que
estaba buscando su origen.

Frunciendo el ceño, Xue Xian miró la escalera y se dio cuenta de que algo iba mal.
"Cuando estábamos quemando el túnel, lo hacíamos con bastante rapidez y seguro
que se nos escaparon algunos insectos. Pero ¿cómo es posible que esta cámara esté
tan limpia y tranquila, sin rastro de ningún insecto? Aunque esos ciempiés no puedan
subir por la escalera, también están las polillas que pueden volar, y la horda de
hormigas. ¿Por qué ninguno de ellos nos ha seguido hasta aquí?".

Xuanmin volvía a leer el texto de la pared, su mirada se deslizaba solemnemente


por aquellas extrañas marcas, lentamente... como si pudiera leer lo que decían. Sin
volverse para mirar a Xue Xian, respondió: "Quizá tengan miedo".

Había adivinado lo mismo que Xue Xian. Esta cámara ni siquiera tenía una barrera,
y lo único que había entre ella y la interminable masa de insectos de abajo era una
estrecha escalera, pero la diferencia entre el piso de arriba y el de abajo era como si
se tratara de dos mundos completamente separados: un mar de insectos en uno, y ni
siquiera una cornamenta de bicho en el otro.

La única explicación era que los bichos, de alguna manera, temían venir aquí:
incluso sin una barrera, no se atreverían a subir.

Araña de la misma edad... Araña de la misma edad... y esas telarañas en la


escalera... De repente, Xue Xian se dio cuenta de qué era exactamente lo que temían
los insectos de abajo, así como de qué podía haber hecho ese ligero sonido bajo sus
pies.

Quizá porque había visto que Xue Xian no se había movido durante un rato, pero,
pronto, el traqueteo bajo sus pies volvió a ser valiente.

El ruido que hacía era casi imperceptible. Si no fuera por el agudo oído de Xue
Xian, el traqueteo sería totalmente silencioso. Todavía en cuclillas, Xue Xian apoyó el
brazo en la rodilla y se inclinó para escuchar. Encontró el lugar de donde provenía el
ruido, entonces extendió la mano y lo presionó con el dedo.

No puso mucha fuerza en su mano: si realmente era lo que buscaba, si presionaba


demasiado, podría matarlo accidentalmente.

Tal y como esperaba, bajo la yema de su dedo había una pequeña cosa parecida a
una perla, lisa y quebradiza, como si un poco más de presión fuera a romper su
caparazón. Xue Xian recordó que, bajo el edificio de bambú de la Montaña del
Polvorín, cuando había roto el hechizo de los Demonios del Corazón, había oído que
algo rodaba por el suelo. Sonrió y dijo: "He encontrado algo bueno".

Como normalmente nunca se encontraba con nada que fuera una amenaza para él,
Xue Xian no tenía la precaución y el instinto que tenía la gente corriente: no tenía
miedo al veneno ni a ser atacado. Por eso, cuando quería tocar algo, su mano
siempre se movía más rápido que su cerebro.

Dicen que, si caminas por el río todos los días, no puedes tener los zapatos secos.
En el instante en que Xue Xian terminó de hablar con Xuanmin, cuando el final de su
frase aún resonaba suavemente en la cámara de piedra, aquella cosa de mármol que
tenía bajo su dedo tomó repentinamente represalias.

Todo lo que Xue Xian sintió fue algo que le pinchaba la piel y la extraña sensación
de que le sacaban la sangre. A continuación, esa frágil canica empezó a expandirse:
una sola bocanada de sangre bastó para que se hiciera el doble de grande de lo que
había sido originalmente.

Luego, desde el mismo pinchazo, una especie de líquido entró en su carne.

Si no fuera porque esta canica era una cosa muy rara y frágil, Xue Xian la habría
matado inmediatamente después de que le hubiera mordido. Pero era demasiado
valiosa, así que Xue Xian puso los ojos en blanco y recogió la canica del suelo.

Xuanmin se giró y vio que Xue Xian fruncía el ceño ante algo que tenía en la mano.
Preguntó: "¿Qué has encontrado? ¿Una araña?"

"Sí". Después de una larga batalla con la resbaladiza canica, Xue Xian consiguió
finalmente meterla en la palma de su mano. Para no dejarla rodar, la cogió con
ambas manos.

Ahora que la tenía en la palma de la mano, bajo el suave resplandor de las


linternas de la pared, pudo ver que aquella frágil cosa era realmente una araña: tenía
una cabeza y un cuerpo, exactamente ocho patas, y espinas en el costado tan finas
como el pelo.

La razón por la que no pudo ver esos detalles antes fue porque el color y el patrón
de la araña eran exactamente los mismos que los de la baldosa de piedra sobre la
que estaba. Si simplemente estuviera allí sin moverse, los humanos podrían mirar
todo lo que quisieran y nunca lo notarían.

Y ahora que estaba en la palma de Xue Xian, su color cambiaba ante sus ojos:
pronto, parecía que formaba parte de su mano. Su capacidad de camuflaje era
realmente impresionante.

Xuanmin sólo había preguntado, no esperaba que Xue Xian hubiera atrapado
realmente una araña. Sorprendido, se acercó a la piscina y advirtió: "¿Es realmente
una araña? Ten cuidado. No debes, en ninguna circunstancia, dejar que te pique..."

Antes de que Xuanmin pudiera terminar su frase, se dio cuenta de que el dedo que
Xue Xian utilizaba para presionar el objeto en su palma ya tenía una punta de color
verde-negro, y que la mancha subía por su dedo hacia el resto de la mano. En un
abrir y cerrar de ojos, llegó a su muñeca.

No era una visión agradable: La mano de Xue Xian parecía haber sido ennegrecida
por el fuego y luego llenada por el jugo de las verduras; o como la garra de un pollo
de hueso negro.

Al ver que Xuanmin se acercaba, Xue Xian le miró con inocencia e impotencia y se
río. "Has hablado un poco tarde".
Xuanmin le miró la mano.

"Ay..." Xue Xian siseó de dolor.

Frunciendo el ceño, Xuanmin extendió la mano, queriendo quitarle esa cosa


venenosa. "¿Te duele?"

"No, eso no", respondió Xue Xian mientras hacía una mueca, pareciendo querer
tanto reír como llorar. Mientras se frotaba los dedos meñique y anular, apartó la
mano de Xuanmin, diciendo: "Esta cosa es resbaladiza como el infierno e imposible de
coger. No hace falta que lo cojas tú. De todos modos, ya me ha mordido. Pero
necesito que me ayudes... No puedo mover la mano y me pica tanto que creo que me
voy a volver loco. Ayúdame a rascarla, rápido, deprisa...".

Xuanmin suspiró.

El picor es algo insoportable, y mucho peor que el simple dolor.

El maldito veneno de la araña era realmente muy fuerte. Sólo se habían inyectado
unas pocas gotas en el cuerpo de Xue Xian, pero toda su mano ya se había vuelto
verde y el veneno parecía querer extenderse por su brazo hasta el hombro. Si llegaba
hasta su cara, entonces sería un espectáculo.

Y el picor, se originaba en el torrente sanguíneo, pero afectaba a toda la carne,


hacía que uno se paralizara de ansiedad: alguien con un nivel de tolerancia más bajo
habría empezado a sollozar y a revolcarse por el suelo, deseando estar muerto.

Xue Xian frunció el ceño mientras ponía todo su empeño en resistir el picor. Sus
pies parecían empezar a flotar desde el suelo, y los bordes de sus ojos empezaron a
sentirse calientes, con una capa de humedad surgiendo de ellos. Dio un paso hacia
Xuanmin, queriendo pedirle de nuevo que le ayudara a rascarse el picor, pero sus
pies eran inestables y tropezó.

Al ver que Xue Xian ya no podía ni caminar, Xuanmin se apresuró a cogerlo en


brazos y llevarlo hasta el dosel de piedra. Intentó abrir los dedos de Xue Xian, pero
las garras del dragón apretaban más que nada, y la araña estaba completamente
atrapada dentro.

Xue Xian se apoyó en la pared y extendió las piernas en diagonal sobre el dosel,
con aspecto flácido e incómodo. Dijo: "Rápido. Ráscame. Mi mano, mi mano".

Normalmente, la sangre de dragón destruía todo el veneno, por lo que la mayoría


de las sustancias venenosas no afectaban a Xue Xian: la mayoría de las heridas se
inflamaban o magullaban rápidamente, pero luego se curaban con la misma rapidez.

Por tanto, parecía que el veneno de esta araña era inmensamente poderoso. Si ni
siquiera Xue Xian podía resistirlo, era imposible adivinar en qué estado se encontraría
la gente corriente a estas alturas.

Naturalmente, Xuanmin no iba a seguir rascando con desenfreno: algunos tipos de


veneno empeoran después de ser rascados. Xuanmin miró la mancha verde que ya
había llegado a la articulación del hombro de Xue Xian. Sacó dos papeles talismán,
abrió la punta de un dedo y garabateó algo en uno de ellos.

Al pegar ese talismán en el lado del cuello de Xue Xian, el veneno se detuvo de
repente allí.

Pegó el segundo en la parte posterior de la garra de Xue Xian. Entonces, tomó


suavemente la barbilla de Xue Xian en su mano y empujó su cara hacia la izquierda.
Con ese movimiento, los tendones del cuello de Xue Xian se tensaron y la curva de su
clavícula se hizo evidente.

Xuanmin miró hacia abajo y apartó la parte derecha del cuello de Xue Xian.
Extendió los dedos índice y corazón, que vacilaron durante un rato antes de deslizarse
finalmente hacia el pliegue del cuello de Xue Xian, donde Xuanmin midió su pulso.
Apretó el pulgar en un punto bajo la clavícula de Xue Xian y, desenganchando su
colgante de monedas de cobre de la cadera, empezó a pasar la otra mano por las
monedas mientras empujaba, con fuerza, en la piel de Xue Xian.

Xue Xian resolló.

Mientras Xuanmin presionaba en su clavícula, sintió que algo fluía lentamente en


su cuerpo y se abría paso por sus venas, aplacando toda la sensación electrizante en
la piel que había sido infectada por el veneno de la araña. Con ello, una gran parte
del insoportable picor disminuyó, y la sangre de dragón de Xue Xian fue capaz de
destruir el resto del veneno, de modo que, al cabo de un rato, empezó a sentirse
mucho mejor.

Con letargo, Xue Xian se incorporó. Xuanmin también se incorporó, pero no antes
de que Xue Xian amasara el dorso de su mano contra la de Xuanmin, aliviando los
últimos indicios de picor. Quitando la mano, Xue Xian señaló con la barbilla la pared
de piedra contra la que se había apoyado y dijo: "Has estado mirando esto durante
mucho tiempo. ¿Te has dado cuenta de algo? ¿La cosa que tengo en la mano es
realmente la Araña de la Misma Edad?".
Había aprendido la lección después de ser mordido por la araña. Cambió el agarre
de la canica y la acercó para que Xuanmin pudiera ver.

Pero ahora, parecía haberse producido algún cambio en la araña: aunque su color
seguía fundiéndose expertamente con el de la piel de Xue Xian, ahora tenía un vaso
sanguíneo recorriendo su superficie.

Al ver esto, Xuanmin frunció el ceño y miró a Xue Xian con seriedad. "¿Te ha
quitado la sangre?".

Xue Xian se inquietó y dijo: "Cuando me mordió, le di sangre y él me dio veneno.


La bondad exige reciprocidad".

Xuanmin no se dignó a responder.

"¿El texto habla realmente de la Araña de la Misma Edad?" preguntaba ahora Xue
Xian, señalando de nuevo el texto con la boca fruncida. "¿Qué dice? ¿De dónde ha
salido esta cosa y por qué no la hemos encontrado antes? ¿Y qué significa que la
araña tenga sangre ahora? ¿Estoy ya vinculado a ella?"

Hizo una pausa después de todas esas preguntas, pero decidió añadir una que
llevaba ya un tiempo en su interior. "El texto es completamente ilegible. En todos los
años que llevo de vida, nunca había visto una escritura así... ¿Cómo es que puedes
leerlo?"
Capítulo 83 - Araña Madre (II)

Atónito, Xuanmin preguntó: "¿Nunca lo has visto?".

Ahora Xue Xian empezó a dudar de sí mismo. "¿Podría ser realmente un sistema
de escritura común? Realmente no lo he visto antes. Tal vez alguien lo inventó
especialmente. Cómo explicar... parece simple y primitivo".

Al escuchar esto, la expresión de Xuanmin se profundizó, como si estuviera


contemplando algo. Después de un rato, volvió a mirar el texto de la pared y dijo:
"Puedo leer estos caracteres. Es como si los hubiera estudiado a fondo en mi
juventud. Pero no recuerdo quién me lo enseñó".

¿Alguien se lo enseñó?

Xue Xian recordó lo que había visto en los recuerdos de Xuanmin -- Xuanmin había
sido muy bajito, por lo que su ángulo era bajo, y la propia visión había sido
demasiado borrosa, por lo que todo lo que Xue Xian había podido ver era una túnica
blanca cayendo en cascada al suelo. En el recuerdo, Xuanmin había dicho algo: dos o
tres sílabas cortas y sencillas, como un nombre.

Ahora, Xue Xian se preguntaba... ¿podría haber estado diciendo Shifu?

Por un breve momento, Xue Xian tuvo una extraña sensación. El comportamiento y
los hábitos cotidianos de Xuanmin no habían sugerido que hubiera estado muy cerca
de alguien en absoluto: había parecido mucho más apropiado imaginarlo viviendo solo
en aquel pequeño edificio de bambú en medio de la niebla venenosa.

A veces, Xuanmin daba la impresión de haber nacido completamente formado,


alguien sin relación con nadie ni nada en el mundo. Pero ahora, Xue Xian tenía que
aceptar que, efectivamente, Xuanmin había sido una vez un niño pequeño que había
crecido poco a poco hasta convertirse en el hombre que era hoy, que había tenido un
padre y una madre, que había tenido un maestro, que incluso había tenido sus
propios discípulos... discípulos, como aquel niño de los recuerdos fragmentados que
había levantado la vista y le había preguntado a Xuanmin quién era.

Todo esto hizo que Xue Xian se diera cuenta de que lo que conocía de Xuanmin era
sólo una cara de muchas. Y los otros lados, ni siquiera Xuanmin los conocía
actualmente.

Por un momento, Xue Xian se desconectó mientras reflexionaba sobre todo esto.
Cuando volvió a la realidad, vio que Xuanmin le miraba fijamente, habiendo
aparentemente malinterpretado la razón por la que Xue Xian se había callado de
repente.

Esos ojos negros miraban intensamente a los de Xue Xian. Finalmente, con
solemnidad, Xuanmin dijo: "Nunca te mentiría".

Sorprendido por la afirmación, Xue Xian rompió el contacto visual y agitó la mano.
"Sólo estaba recordando algo. No te calumniaría suponiendo que mientes. Los
hombres ordenados nunca mienten. Lo entiendo". Al decir esto, incluso guiñó un ojo.

Xuanmin no respondió.

"Hablando de eso", dijo Xue Xian, "necesito ser honesto contigo por un segundo".
Se arregló la túnica y enderezó la espalda para parecer sincero, y miró a Xuanmin con
cara de vergüenza. "Tus monedas de cobre no son muy leales".

"¿Desleales?" Xuanmin bajó la mirada automáticamente hacia el colgante que aún


colgaba de sus dedos, sin entender a qué se refería Xue Xian.

"Después de empezar a usar el colgante para curar mis huesos, ocurrió algo
extraño". El tono de Xue Xian era de culpabilidad, pero se detuvo y pensó: Ni siquiera
está bajo mi control. ¿Por qué diablos me siento culpable?

Hizo una pausa y se obligó a reprimir el sentimiento de culpa. Luego dijo: "Tal vez
sea porque los efectos del colgante aún están en mi cuerpo, pero... parece haber
creado algún tipo de conexión entre tú y yo. Algunas de tus emociones y reacciones
se transfieren a mí también, como con la saliva del dragón, cuando... ya sabes.
Bueno, sí, básicamente, es algo así".

Al principio, sus palabras habían sido muy serias, pero a medida que avanzaba,
había perdido el hilo de sus palabras. Con esa última frase, Xue Xian había tenido que
frenar de golpe. Rascándose torpemente los brazos, esperó a que pasara el momento.

Xuanmin no dijo nada.

"Eso es una cosa, pero lo importante es que, cuando se rompió el sello de la


tercera moneda y recuperaste algunos de tus recuerdos, vi algunos de ellos". Al ver la
cara grave de Xuanmin, Xue Xian se apresuró a añadir: "¡Pero no muchos! Sólo vi
algunas imágenes muy fragmentadas, y no oí nada en absoluto. Además, era como
intentar admirar las flores en un día de niebla. Estaba borroso..."
Dejó de rascarse los brazos y señaló el colgante en la mano de Xuanmin. "Es culpa
de esa cosa".

Por un momento, Xue Xian vio que el labio de Xuanmin temblaba ligeramente,
como si quisiera preguntar algo... pero finalmente, el monje no lo preguntó. Mientras
Xuanmin miraba a Xue Xian, sus ojos no parecían resentidos, ni había ninguna otra
emoción preocupante. Finalmente, tras un largo momento de silencio, Xuanmin dijo:
"Está bien".

Luego repitió: "En cualquier caso, nunca te mentiría. Si lo has visto, es que lo has
visto".

La completa falta de vigilancia de Xuanmin contra él hizo que el corazón de Xue


Xian se estremeciera. Sin embargo, tal conexión no era apropiada, así que, no
obstante, le dijo a Xuanmin: "Te creo. Pero esta conexión... si puedes, sería mejor
romperla".

"Lo hablaremos cuando salgamos", respondió Xuanmin, aunque no parecía estar en


contra.

Entonces, Xuanmin levantó la mano y señaló el escrito de la pared. "Dice que aquí
hay dos tipos de arañas. Los otros insectos venenosos de abajo son el alimento de las
arañas, y también ayudan a fortalecer el hechizo. Nace una generación cada cuarenta
y nueve años. Hace tiempo, alguien pidió que se criaran estas arañas, pero una vez
que nacieron, la persona murió. Así que las arañas fueron selladas aquí".

"Una generación cada cuarenta y nueve años. ¿Cuándo fue la generación original?
Quién sabe cuántas generaciones han nacido desde entonces hasta ahora". Xue Xian
frunció el ceño. Todavía no podía saber si la persona que había creado esta cueva
había sido una persona buena o mala, pero basándose en el hecho de que le habían
encargado hacerlo, parecía que no estaba motivada por alguna maldad fundamental.
"¿Qué más dice?"

Xuanmin señaló la tercera fila. "La araña venenosa está atrapada dentro del
hechizo. No puede ver la vida hasta que haya visto la muerte".

"¿Todos esos caracteres equivalen a una explicación tan corta?" Preguntó Xue
Xian, preocupada.

"Esta es la única línea que se refiere explícitamente a la Araña de la Misma Edad",


explicó Xuanmin.
Pero eso era suficiente, supuso Xue Xian: todos esos garabatos parecían un
enorme bloque de texto, y si le pedía a Xuanmin que lo leyera entero, probablemente
ni siquiera tendría paciencia para escucharlo todo. Seleccionar las partes importantes
era lo más sensato. Así que Xue Xian asintió y no preguntó más. Golpeó con un dedo
el dosel de piedra y dijo: "Así que por eso..."

"¿Hm?"

"El espejo de cobre". Xue Xian señaló el espejo de la esquina con las manos
ahuecadas y dijo: "¿No dijiste que la araña estaba atrapada en el hechizo de la cueva,
y que no puedes ver la vida hasta que no hayas visto la muerte? Cuando llegamos
aquí por primera vez, buscamos por todas partes, pero no encontramos nada, quizá
porque la araña seguía atrapada. Pero después de haber visto la muerte a través del
hechizo del espejo, pudimos ver la vida, la solución a esa muerte -- la araña. Eso
explica muchas cosas. ¿Por qué el grupo que vino antes que nosotros lanzó el hechizo
del espejo? Porque una vez que se acercaran a su muerte, serían capaces de sacar la
araña".

Xuanmin miró el espejo y asintió. Señaló un texto a dos filas de distancia y dijo:
"Esta línea habla de cómo entra en acción la araña".

"¿Cómo?"

Xuanmin lanzó una mirada impotente al dedo de Xue Xian y dijo: "La araña de la
misma edad es en realidad un par de arañas: madre e hijo. El hijo activa a la madre,
y entra en vigor una vez que ambos han bebido sangre. La persona que da su vida es
mordida por el hijo, y un vaso de sangre aparecerá en el estómago del hijo. Al mismo
tiempo, la araña madre correspondiente extrae la sangre de la segunda persona, y el
hechizo se realiza. La vida de la segunda persona queda ligada a la primera: vive
mientras la primera persona vive, y muere cuando la primera persona muere".

Xue Xian tragó saliva.

Se levantó de repente del dosel y empezó a mirar a su alrededor. "¿Dónde está la


araña madre?"

La araña hijo ya le había mordido. Quien fuera mordido por la araña madre tendría
su vida ligada a la de un dragón. Si no podía rastrear esa cosa ahora mismo, si la
dejaba en paz, y luego él y Xuanmin se iban de este lugar, y luego entraba alguien
más... eso sí que sería un lío.

Si la siguiente persona era una persona amable y buena, entonces que viviera más
tiempo no sería un gran problema. Pero si entraba un malvado, ¿no estaría Xue Xian
causando un desastre masivo con consecuencias que durarían los próximos mil años?

Y, además, incluso si la persona mordida por la araña madre fuera un santo


absoluto, seguiría sin ser necesariamente algo bueno. No todo el mundo podía
soportar la idea de vivir prácticamente para siempre, no era un sentimiento que el
común de los mortales pudiera manejar.

Xuanmin dijo: "La madre y el hijo están vinculados. Si estás sosteniendo al hijo,
entonces la madre no puede estar lejos".

Al oír esto, Xue Xian se llevó los dedos a los labios para hacer callar a Xuanmin.
Luego se agachó y pegó el oído al suelo, escuchando.

Estas arañas tenían patas delgadas y frágiles, por lo que casi no hacían ruido: sólo
los que tenían un oído sobrenatural podían distinguirlas. Xue Xian escuchó
atentamente durante un rato y, de repente, levantó la vista y señaló a Xuanmin con
un gesto cerca de sus pies.

Las arañas venenosas eran especialmente sensibles al movimiento de la gente. Si


Xue Xian se levantaba ahora para ir a perseguir a la araña madre, la criatura
probablemente volvería a esconderse. Así que Xue Xian parpadeó a Xuanmin,
indicándole que la alcanzara.

Afortunadamente, Xuanmin tampoco era un mortal ordinario. Al recibir el mensaje


de Xue Xian, se arremango su túnica y se agachó en silencio. Extendió la mano y la
pasó suavemente por el suelo, moviéndola en círculo hasta que se detuvo en un
punto determinado.

El punto estaba muy cerca de la pared, así que Xuanmin no tuvo más remedio que
arrastrar los pies hacia él. Desde el ángulo de Xue Xian, ahora sólo podía ver la
espalda de Xuanmin.

Se asomó y vio que las manos de Xuanmin se habían posado sobre ese lugar, y se
movía lenta y cuidadosamente, aparentemente asegurándose de que no podía ser
mordido por la araña madre mientras intentaba atraparla. Al cabo de un rato, con un
movimiento de la manga, finalmente se levantó de nuevo.

Xuanmin parecía no querer dejar que Xue Xian fuera mordido de nuevo, así que
guardó la araña dentro de su propia palma. Dijo: "En mi bolsillo tengo una pequeña
botella de cerámica".

Xue Xian parpadeó, y luego se dio cuenta de lo que Xuanmin había querido decir.
"Oh", dijo mientras se acercaba a Xuanmin. Se llevó la araña hijo a la mano izquierda
y, con la derecha, se acercó a la cintura de Xuanmin y se detuvo un momento. Luego
metió la mano en la bolsa de Xuanmin.

"... No el que tengo en la cadera", dijo Xuanmin.

Xue Xian se mordió la punta de la lengua. ¿Por qué no lo dijo antes? Torpemente,
sacó la mano de nuevo y metió la mano en la parte delantera de la túnica de
Xuanmin.

De repente, sintió cariño por los tiempos en que había rebuscado en la bolsa de la
cadera de Xuanmin en busca de agujas y plata sin ningún reparo. Estos días, su
estado de ánimo era diferente, por lo que, a pesar de las capas de ropa, tocar la
cintura de Xuanmin se había sentido indescriptiblemente extraño.

Si no fuera porque toda la atención de Xuanmin había estado en la araña madre y


porque su rostro había sido extremadamente solemne, Xue Xian no sabía cuán
diferente habría sido su estado de ánimo.

"Lo encontré", dijo Xue Xian con la mayor naturalidad posible. Volvió a pasar su
mano por el pecho de Xuanmin, y en su palma había dos pequeñas botellas. Eran del
tamaño del pulgar de Xuanmin y tenían el cuerpo redondo, y parecían lo
suficientemente grandes como para contener algunas pequeñas cantidades de polvo
medicinal, por lo que parecían útiles en esta situación.

Xue Xian desenroscó uno de los frascos, y los dedos de Xuanmin se crisparon
mientras sacaba algo de la palma de la mano y lo metía directamente en el frasco. Al
ver que Xuanmin tenía ahora una mano libre, Xue Xian le entregó la segunda botella
y miró la primera.

Vio que, dentro de la botella, había una araña esférica contoneándose. El color de
su cuerpo se transformaba lentamente, y parecía camuflarse contra el blanco de la
cerámica. Al principio, esta araña parecía exactamente igual a la que había mordido a
Xue Xian, salvo que su vaso sanguíneo atravesaba la cabeza y no el cuerpo: se
correspondía directamente con la araña hijo.

Sin pensarlo mucho más, Xue Xian metió también la araña que tenía en la mano
en el frasco y lo tapó, para luego guardarlo. Mientras lo hacía, con el rabillo del ojo,
vio a Xuanmin tapando también la otra botella.

Por una fracción de segundo, tuvo una duda: Cuando le había dado la botella a
Xuanmin, ¿la había abierto para él? No, ¿verdad?

Pero en el tiempo que Xue Xian tardó en levantar la cabeza, Xuanmin ya había
vuelto a guardar la botella en el bolsillo del pecho y había empezado a leer de nuevo
el texto de la pared. Tenía el ceño fruncido, como si ahora estuviera pensando en otra
cosa.

"¿Qué es?" Xue Xian no siguió reflexionando sobre las botellas. Señaló la pared a la
altura de su barbilla y dijo: "¿Por qué estás tan serio? ¿Ocurre algo?"

Xuanmin alargó la mano y tocó algo al final del texto. "El nombre firmado aquí..."

"¿Eso es una firma?" Preguntó Xue Xian, desconcertada. "¿Qué pasa con eso?"

"Lo conozco", dijo Xuanmin.

"¿Oh? ¿Qué dice?"

Xuanmin hizo una pausa y luego dijo: "Tongdeng".


Capítulo 84: Araña Madre (III)

Tongdeng... Tongdeng...

Cuando Xue Xian escuchó el nombre, también se quedó atónito, y una extraña e
insustituible sensación de familiaridad surgió en su interior. Como si hubiera
escuchado ese nombre en alguna parte antes...

Pero eso no tenía sentido. Si realmente lo había oído antes, ¿por qué no podía
recordar nada al respecto?

Xue Xian no tenía mala memoria, pero había vivido una vida muy larga, y la
mayoría de la gente que conocía no le causaba ninguna impresión. A pesar de ello,
era capaz de recordar durante bastante tiempo a cualquier persona con la que
hubiera hablado, y siempre que algo le resultaba familiar, era capaz de darse cuenta
rápidamente de por qué le sonaba.

Pero esta vez, era como si todo lo relacionado con el nombre estuviera envuelto en
la niebla. Parecía estar muy cerca, pero no podía llegar a él.

Después de algún tiempo, Xue Xian se dio cuenta de repente de que no era la
palabra Tongdeng la que le resultaba familiar, sino que había oído a alguien decirla...

Pero ¿dónde...?

Frunciendo el ceño, Xue Xian dio un codazo a Xuanmin. "¿De verdad no recuerdas
nada?", preguntó.

Xuanmin negó con la cabeza. "Los recuerdos que he podido recuperar no


mencionan ese nombre".

"A esos recuerdos les falta realmente la información justa", dijo Xue Xian, molesto.
Se cruzó de brazos y se rascó distraídamente la barbilla mientras volvía a escudriñar
el texto de la pared. "Los que inventan su propio sistema de escritura suelen ser
clanes remotos que viven apartados de la sociedad principal. Además, esta Araña de
la Misma Edad es un insecto venenoso, así que ese clan debe ser uno con capacidad
de hacer brujería. Quizás vengan de Nanjiang..."

Según el Viejo Qu, había escuchado la leyenda de sus antepasados. Para que
alguien fuera su antepasado, debía haber vivido al menos hace doscientos años.

Hace doscientos años; Tongdeng; alguien que parecía conocer; alguien cuyo
nombre era familiar para Xuanmin... ¿Qué clase de persona sería?

El hilo de pensamiento de Xue Xian comenzó a desviarse mientras intentaba


recordar a todas las personas que había conocido hace unos doscientos años. Pero
nada parecía pertinente, y no parecía haber relación alguna entre esos cuatro
criterios. Nadie coincidía con ellos.

Si no podía encontrar nada, eso debía significar que había pasado por alto algunos
puntos clave.

Pero como no se le ocurría nada, Xue Xian finalmente agitó la mano y barrió el
asunto de su mente. Mientras su mano se movía, se detuvo de repente frente a su
cara y su mirada se posó en su dedo anular, que examinó atentamente.

"¿Qué es?" Al ver que Xue Xian estaba mirando su propio dedo, Xuanmin supuso
que había pensado en una pista.

Pero Xue Xian sólo puso el dedo anular frente a la cara de Xuanmin y dijo: "Mira.
Ahora tengo un lunar".

El dedo estaba demasiado cerca de Xuanmin, así que dio un paso atrás para
mirarlo: El dedo de Xue Xian, que antes no tenía ninguna mancha, de repente tenía
marcado con un minúsculo lunar rojo. "¿Ha venido eso de la araña?". preguntó
Xuanmin.

"Sí". Xue Xian lo miró con admiración y luego levantó la barbilla para señalar el
cuello de Xuanmin. "Se parece bastante al lunar que tienes en el cuello, cerca de la
mandíbula. Me pregunto si ahora me saldrán vasos sanguíneos, como a ti".

Xuanmin hizo una pausa y luego dijo: "No creo que lo haga por el momento.
Después de todo, la araña madre aún no ha mordido a nadie".

Hasta que la araña madre hundiera sus colmillos en alguien, esa "misma edad" se
mantendría entre Xue Xian y la araña hijo, y no estaría ligado a nadie.

Xue Xian se pinchó ese pequeño lunar rojo en el dedo y dijo: "¿Y si mato a la araña
ahora mismo?".

"No puede morir". Xuanmin golpeó la escritura en la pared. "Antes de que la araña
haya picado a una segunda persona y el hechizo haya sido lanzado, las arañas están
atadas a ti. Mientras tú vivas, ellas vivirán".

Esas dos hijos de puta. Parecía que no podía hacer nada contra ellas. Xue Xian
estaba furioso. "¿Así que ahora tengo que mantener a estas arañas como mascotas?
Arañas que pueden vivir miles, incluso decenas de miles de años, eso sí que será algo
raro. Después de que les caiga un rayo unas cuantas veces conmigo, tal vez incluso
se vuelvan inteligentes".

Xuanmin negó con la cabeza. No tenía nada que decir.

"¿No hay nada aquí sobre cómo curarlo?" Preguntó Xue Xian con disgusto. "Esa es
la razón por la que hemos venido hasta aquí".

"Sí", dijo Xuanmin.

Los ojos de Xue Xian brillaron en la tenue luz, como si estuvieran lavados. "¿De
verdad? Dime. No me importa si es duro... siempre que te deshagas de esa cosa en el
cuello".

Xuanmin dijo de forma directa: "El hechizo se rompe al morir".

Xue Xian se quedó atónita. ¿Qué demonios?

¿Qué clase de hechizo era este? Todo sobre la excavación y no sobre lo que
realmente se entierra. No tiene sentido.

Xue Xian miró con desprecio el texto garabateado en la pared, y se fijó


especialmente en la firma del final, como si pudiera atravesar el nombre y mirar
también a la persona que había criado esas arañas.

También le decepcionó que él mismo no pudiera leer la escritura, para poder


analizar completamente el texto y ver si podía encontrar alguna pista sobre cómo
romper el hechizo de las arañas. Pero entonces se le ocurrió que Xuanmin era
meticuloso y paciente, y que probablemente ya había sacado mucho más de lo que
Xue Xian hubiera podido hacer de todos modos. A Xuanmin no se le escaparía nada.
Además, la propia vida del monje estaba en juego.

Xue Xian tuvo la sensación de que había salido mal parado. Antes de que
encontraran la forma de curar a Xuanmin, él también había dado su propia vida.

"Como sea", se burló Xue Xian. "Ya que no hay señales de una cura aquí, es una
pérdida de tiempo quedarse aquí por más tiempo. En cualquier caso, ahora tengo las
dos arañas. Quizá en algún momento podamos averiguar algo con ellas".

Parecía que ya habían llegado al final de la línea en lo que se refiere a la Araña de


la Misma Edad -- pero ese grupo de la parada funeraria que había venido aquí y luego
se había ido, sin duda podrían tratar de rastrear de nuevo.

Xue Xian lo pensó: desde el adorno de la cadera que había encontrado, hasta los
cadáveres, pasando por el hechizo del espejo junto al estanque negro, todo tenía que
estar relacionado con ese mago.

Cuando le había pedido a Lu ShiJiu que adivinara su canica dorada, ShiJiu había
dicho que el mago había estado meditando en una cueva de dragones en la región de
Shu. ¿Podría ser que el mago hubiera viajado hasta aquí mientras tanto? ¿Qué le
había hecho apresurarse a Langzhou desde la región de Shu?

Para Xue Xian era imposible deducirlo. Tendrían que encontrar a ese mago y
preguntarle.

Por suerte, una cosa de Xue Xian era que viajaba extremadamente rápido. Por
muy poderoso que fuera ese mago, llevaba poco tiempo fuera, y Xue Xian confiaba en
poder encontrarlo. Además...

"Ese hombre no puede estar lejos", dijo Xue Xian. Volvió a acercarse al charco de
agua negra e inspeccionó los regueros de sangre que había en el suelo.

"¿Hm?" Xuanmin dejó por fin de mirar el texto de la pared y se acercó a Xue Xian,
mirando también hacia abajo.

"Mira..." Xue Xian señaló algunos de los dedos más definidos de la huella de la
mano. "La huella de la mano es muy caótica. Parece que hubo múltiples luchas aquí.
Antes, cuando lo habíamos visto por primera vez, habíamos asumido que sólo había
habido una lucha. Pero si te fijas bien, todas las marcas de sangre están confinadas
en un solo espacio, y todas las huellas de las manos parecen provenir de una sola
persona. Así que... parece que alguien lanzó el hechizo, sacó un par de arañas, fue
mordido y experimentó un dolor inconmensurable, y luego hizo todas estas marcas".

Ni siquiera la sangre de dragón había sido un rival justo contra ese veneno de
araña, así que ¿qué podía hacer un mortal sin sangre de dragón? Además, esta
persona había sangrado por todo el suelo... ¿cómo podía estar sana ahora? ¿Cómo
podía curarse tan rápidamente?
Cuanto más inspeccionaba Xue Xian las marcas de sangre, más sentía que
entendía lo que había pasado aquí. Miró esa única y escalofriante huella de la mano
en la baldosa de piedra blanca, y luego las manchas de sangre que la rodeaban, y
pensó durante un rato. Luego, con un movimiento de su túnica negra, se arrodilló y
se acercó a la superficie del agua, cerró los ojos y escuchó.

"Sé dónde está", dijo Xue Xian, abriendo de repente los ojos.

Xuanmin se encontró con su mirada, luego miró a la piscina y comprendió. "Se fue
por la piscina".

"Efectivamente". Xue Xian se sentó y le hizo una señal a Xuanmin con el dedo.
"Estamos persiguiendo a alguien. Naturalmente, el atajo es lo mejor".

Xuanmin miró aquella agua negra que se había estancado en aquella piscina
durante Dios sabía cuánto tiempo, y no dijo nada.

"No te preocupes. Odio el fuego, pero me siento muy a gusto en el agua". Xue Xian
se levantó y se sacudió el polvo, y luego le tendió la mano a Xuanmin.

Mientras sostenía la mano de Xuanmin, Xue Xian echó una última mirada distraída
al texto tallado en la pared. De repente, se acordó de algo y preguntó: "Sí. ¿No dijiste
antes que hay dos tipos de arañas? Una es la araña de la misma edad... ¿y el otro
tipo? ¿Podría ser la que el Viejo Qu estaba murmurando... la araña en la que, una vez
que te muerde, puedes conectar tres vidas?"

La cabeza de Xuanmin estaba ligeramente inclinada hacia abajo, pero sus ojos
miraron a Xue Xian. "¿Quieres una?"

Xue Xian negó con la cabeza. "Eso no. ¿Para qué lo necesito? Una sola de mis
vidas es mucho más larga que la de tres humanos juntos. Además, ¿ser mordido por
esa araña se siente particularmente bien o algo así? Sólo preguntaba, ya que lo has
pasado por alto".

Xuanmin escudriñó levemente aquel muro de texto, y luego volvió a desviar la


mirada. Sacudió la cabeza. "No tiene nada que ver con las tres vidas. Los rumores se
malinterpretaron. La araña puede simplemente relacionar la fortuna y la desgracia".

Había algo particular en la mente de Xue Xian cuando había preguntado sobre una
araña que podía hacer que un mortal recordara todo lo que había sentido durante tres
vidas consecutivas. En cuanto a esta araña, no tenía ningún interés. Escuchó como
Xuanmin describía los efectos de esta nueva araña, y no quiso preguntar más, así que
simplemente asintió. Entonces, sonrió a Xuanmin y de repente tiró de su mano.

Splash...

Los dos cayeron de lado en la oscura piscina, haciendo que el agua salpicara por
todas partes -- al caer el agua negra sobre las baldosas que bordeaban la piscina,
hizo que aquellas manchas de sangre seca se volvieran a mojar.

Mientras descendían en el agua, una enorme burbuja los envolvió y los encerró en
su interior. Rápidamente se hundieron hasta el fondo y desaparecieron del agua
negra sin dejar rastro.

Las aguas de aquella piscina nunca habían visto la luz del día, por lo que estar
dentro de ella se sentía como estar sumergido en la más oscura noche de invierno. En
realidad, en el exterior aún no era mediodía.

Shitou Zhang y NianQi aún no habían llegado a la ciudad local. En cambio, se


habían sentado en la casa de té del camino a la ciudad. La casa de té no estaba
abarrotada, pero tampoco estaba vacía, lo que era perfecto para estos dos: no había
peligro, y las mesas estaban bastante espaciadas, por lo que no necesitaban tener
mucho cuidado al hablar entre ellos. Además, tenían una buena vista de la montaña.

"¿Crees que el Maestro ha alcanzado al extraño?" Preguntó Shitou Zhang. Estaba


sentado justo frente a la vista, así que mientras sorbía su té, miraba atentamente el
camino de la montaña, esperando ver las siluetas de Xue Xian y Xuanmin en
cualquier momento. "No sé por qué, pero mi párpado ha estado temblando toda la
mañana. Me está estresando. Pero los dos son muy poderosos, y no creo que nadie
sea capaz de derrotarlos. Nada podría salir mal, ¿verdad?".

NianQi no tenía nada que adivinar, así que se limitó a golpear sin descanso su
manojo de palos contra la mesa, como si estuviera aburrido... pero esa pequeña
acción revelaba lo ansioso que estaba también. Pero a Shitou Zhang le gustaba
temblar, y NianQi no podía decirle que él también tenía pánico, o el cantero haría caer
toda la mesa con sus sacudidas. Así que NianQi sacudió la cabeza y soltó: "No lo sé.
Quizá no hayas dormido bien".

Las dos personas que se sentaban en la mesa vecina llevaban palos de bambú:
parecían estar preparándose para subir a la montaña y se estaban tomando un
descanso para comer antes del viaje. Mientras comían, su conversación casual se
abrió paso hasta los oídos de Shitou Zhang.
"¿Has pasado por el río esta mañana?"

"Sí, fui. No sé qué pasa con el agua. Anoche subió como la espuma. Cuando pasé
por allí esta mañana, la superficie del río estaba casi a mis pies, y pude ver cómo
subía."

"Cierto. Estamos en pleno invierno, ¿por qué iba a subir el río? Qué extraño".

"Todos los años pasan cosas extrañas. Quizá vuelva a bajar esta noche. ¿Quieres
hablar de cosas extrañas? ¿Viste a esos dos grupos de personas que se apresuraban
por el pueblo esta mañana? Un grupo iba de gris, y el otro iba completamente de
blanco. Parecían tan espeluznantes".

Su amigo se burló. "Eres muy ingenuo. No vi a nadie vestido de gris, pero sí vi al


grupo de blanco. Son funcionarios del Ministerio de Ceremonias. Son gente muy
importante. No hace falta cotillear".

Pero de pronto se callaron... de repente, una docena de hombres vestidos de gris


aparecieron en la casa de té. Tenían un aspecto muy peculiar, y llevaban máscaras y
sombreros de bambú trenzado. Parecían haber salido de un templo o de una
compañía de teatro.

Shitou Zhang había estado sirviéndose más té, pero ahora se quedó helado.

Oyó a uno de los hombres de gris decir en voz baja: "¿Los ocho personajes?".

"Sí, están aquí", fue la respuesta. "Sin embargo..."

"De todos modos, no hay tanta gente aquí. Reserva todo el lugar", vino otra voz.

De repente, una capa de sudor se filtró en la frente de Shitou Zhang. Dio una
palmadita en la espalda a NianQi, queriendo salir de aquí, lejos de esta gente
extraña, pero antes de que pudiera levantarse, oyó un repentino sonido – weng... en
sus oídos. Sonaba como un trozo de bambú hueco, pero le sacudió tanto que toda su
visión se volvió negra. Sus rodillas se doblaron y perdió el conocimiento.
Capítulo 85: Hechizo del Valle (I)

Mientras tanto, en un camino para caballos cerca de la frontera con la prefectura


de Wuchang, un largo tren de carruajes avanzaba al galope. Todos los integrantes del
tren llevaban una túnica de color blanco puro, con bestias primitivas bordadas en el
pecho, y sus rostros estaban ocultos tras máscaras feroces pero respetuosas.
Mientras se apresuraban por el camino, sus túnicas ondeaban detrás de ellos como
nubes.

Se trataba nada menos que del grupo de exorcistas de Taipu y Taizhu.

Antes, cuando se acercaban a la prefectura de Wuchang, habían oído a los


transeúntes que dos equipos de funcionarios del Ministerio ya habían pasado por
Wuchang, lo que había desconcertado y aterrorizado a los lugareños. Sabían que el
hecho de que el Ministerio enviara a todos esos jinetes significaba que algo terrible
había sucedido; si no era un gran desastre, entonces algún peligro amenazaba la
estabilidad de la orden religiosa.

Los últimos dos años ya habían sido bastante difíciles y desafortunados. Los
inviernos y los veranos habían sido irregulares, y había habido tanto sequías como
inundaciones. Los periodos de pleno invierno llegaban antes y duraban más tiempo,
como si hubiera escondido la primavera y el verano en su manga. Grandes ventiscas
se abatían sobre la tierra, desde el borde más septentrional del desierto de Gobi
hasta más allá de las Cinco Crestas, en el mismo sur, y hacía un frío imposible. Y
entre las tormentas de nieve había frecuentes tormentas de lluvia. La gente se sentía
oprimida por la constante oscuridad del cielo, y se preguntaba si este invierno actual
terminaría alguna vez...

Al principio, sólo había rumores populares vagos y sin fundamento, como que el
señor de los dragones era infeliz y provocaba el desequilibrio de la tierra; algunos lo
creían y otros no. Pero ahora, el Ministerio de Ceremonias había enviado funcionarios
que parecían tener mucha prisa, y los que no habían creído originalmente en los
rumores empezaron a dudar. Parecía que un gran peso pendía sobre todos ellos,
amenazando con caer sobre ellos en cualquier momento, sin que pudieran evitarlo ni
protegerse.

En un principio, el grupo de Taipu se había limitado a intentar localizar al dragón, y


no había tenido ningún destino real. Pero después de oír hablar de los otros grupos
del Ministerio, ellos también decidieron dirigirse al oeste.

No habían ido muy lejos cuando recibieron una carta de paloma de un viceministro.
La carta decía que se avecinaba una gran catástrofe en los próximos dos días, y que
habían recibido órdenes del Gran Sacerdote de ir al Lago Dongting. Otro grupo de
funcionarios se dirigía al monte Wanshi en Linjiang, Lanzhou. El viceministro pidió al
grupo de Taipu que terminara la tarea que había estado haciendo y esperara las
instrucciones del Gran Sacerdote.

Y tal y como había dicho el viceministro, en el momento en que el grupo se


acercaba a la prefectura de Yuezhou, la Taipu sintió un ligero calor en la mano que
agarraba las riendas. Detrás de su máscara, frunció ligeramente el ceño e hizo que su
caballo frenara para poder soltar las riendas.

En el instante en que las soltó, apareció una llama amarilla entre sus dedos, que
no era realmente dañina, pero sí se sentía caliente.

Una fina hoja de papel surgió del núcleo de la llama y, cuando ésta se apagó, el
papel se distinguió.

La Taipu hizo un gesto de parada con la mano y todo el tren de vagones se detuvo.
El largo tren se detuvo junto a una bifurcación del camino. El Taizhu se volvió hacia la
Taipu y le dijo: "¿Qué ha dicho el Gran Sacerdote?".

"Debemos ir al Templo Daze en la Montaña Jiangsong". La Taipu le entregó el


papelito al Taizhu.

"¿Templo Daze? ¿No es un templo embrujado? Ya ni siquiera hay un sacerdote allí.


¿Para qué vamos allí?", preguntó el Taizhu, confundido.

Sin embargo, el texto negro del Gran Sacerdote en el papel blanco era claro...

Sólo había unas simples palabras en ese papelito: Llegar al Templo del
Aturdimiento antes de la 1 de la tarde; hechizo de guardia.

"¿Hechizo de guardia?", dijo el Taizhu, asombrado.

Bajo su máscara, la Taipu hizo una mueca. Hizo una pausa y luego dijo en voz
baja: "El lago Dongting, el monte Wanshi, el templo Daze... Estos tres lugares están a
cientos de li de distancia. Nosotros vamos a vigilar un hechizo, pero ¿qué pasa con los
otros? ¿Es lo mismo?"

"No creo que lo sean. Si lo son... ¿Podría un hechizo ser tan grande? Nunca lo he
visto antes", respondió el Taizhu.
"Pero me parece que..." La Taipu dudó durante algún tiempo, y luego dijo: "Como
sea. Pensemos en ello una vez que estemos en el Templo del Aturdimiento".

Si querían llegar al Templo del Aturdimiento antes de la 1 de la tarde, tenían que


darse prisa. Así que no tenían tiempo para demorarse más en contemplar los planes
del Gran Sacerdote. Hicieron una señal con la mano al resto de su tren y llevaron un
rastro rumoroso de caballos hacia la Montaña Jiangsong.

Al mismo tiempo que el grupo del Ministerio partía de la Prefectura de Yuezhou,


Xue Xian y Xuanmin, envueltos en una burbuja de aire, salieron finalmente de unas
aguas infinitamente profundas y fueron arrastrados por su corriente hasta un
pequeño manantial que se encontraba en el fondo de un arroyo de la montaña.

Cuando los dos salieron del manantial, la burbuja estalló y se desvaneció, dejando
que la cascada de agua que caía desde la ladera de la montaña se estrellara contra
ellos y los empapara por completo.

Saltaron a la orilla y Xuanmin lanzó inmediatamente un hechizo de secado sobre él


y Xue Xian. En un abrir y cerrar de ojos, el agua que había goteado de sus túnicas se
evaporó por completo, sin dejar ni una sola gota. Sus túnicas eran ligeras y cómodas,
sin ninguna pegajosidad, e incluso el sudor que había sido causado por el calor
lanzado por el dragón de fuego había desaparecido.

Encantado, Xue Xian sacudió su túnica y dejó caer las últimas gotas de humedad, y
luego miró a su alrededor.

Se encontraban en una profunda hondonada de montaña, pero que era muy


diferente de la hondonada que se encontraba el edificio de bambú de Xuanmin. Desde
aquí, todo lo que Xue Xian podía ver eran enormes picos montañosos, uno tras otro,
que parecían muchos dedos enroscados para encerrarlos dentro de su palma.

El lugar parecía una bóveda celestial, pero con la parte superior recortada, una
especie de pozo profundo natural, y ellos estaban en el fondo.

"Hay tres picos", dijo Xue Xian mientras señalaba las montañas frente a ellos. Los
picos eran tan altos que desaparecían entre las nubes, y sus caras parecían cortadas
por un cuchillo, con sólo un gancho en la cima de los acantilados con forma de pico de
águila, cuyos ganchos pesaban mucho. Los picos se abatían sobre ellos como una
serie de rocas de epidota¹. "¿Te resulta familiar?" preguntó Xue Xian a Xuanmin.

Lo había hecho como una pregunta, pero su tono era el de una afirmación: éste
era precisamente el lugar donde el viejo Qu les había dicho que podían encontrar la
Cueva de los Cien Insectos.

Aunque esta entrada legendaria se había convertido en la salida de Xue Xian y


Xuanmin, les ayudó a determinar su ubicación actual: estaban en la región de la
Montaña Xia.

Desde que saltaron del manantial, Xue Xian había tenido la sensación de que sus
alrededores estaban repletos de energía yin. No apestaba como la parada funeraria,
pero sin embargo había un viejo olor a podrido, como si alguien hubiera abierto de
repente la tapa de un cofre de madera que había estado sellado durante una década:
el aire húmedo mezclado con el polvo seco siempre desprendía una atmósfera antigua
y negativa.

El instinto le decía a Xue Xian que aquí había muerto gente.

Mucha, mucha gente.

Frunciendo el ceño, Xue Xian miró la hierba fresca que tenía a sus pies y la tocó
con los dedos. Tal y como había pensado, el suelo se llenó de sangre.

"Lo encontré". Le dio un golpecito a Xuanmin en el hombro.

Pero durante un rato no hubo respuesta.

Xue Xian miró a Xuanmin y vio que el monje retiraba rápidamente la mirada del
prado de hierba salvaje como si acabara de recuperar el sentido de algo. Xuanmin
miró hacia donde Xue Xian señalaba con el pie y dijo: "La sangre aún no ha
coagulado".

"¿Qué pasa?" Dijo Xue Xian en voz baja mientras retiraba el pie y empezaba a
escuchar el valle en busca de algún ruido.

Xuanmin se quedó en silencio y finalmente dijo: "Creo que he estado aquí antes".

Al oír esto, Xue Xian le echó una rápida mirada y luego apartó la vista. Empezó a
seguir el rastro de sangre y, obligándose a fingir despreocupación, bromeó: "¿Cómo
es que lo reconoces todo?".

Para ser sincero, Xue Xian había empezado a sentirse un poco incómodo durante
este viaje -cuando examinó su malestar más de cerca, descubrió que tenía la
sensación de haberse perdido u olvidado algo importante. Algo no le parecía bien...
pero siempre se olvidaba de pensar en ello o no se le ocurría nada en absoluto.

Había estado sintiéndose así todo el tiempo, hasta ahora... cuando de repente
comprendió. Este malestar era en realidad una extraña y misteriosa sensación de
peligro, como si hubiera algo acechando a la vuelta de la esquina que él,
intencionadamente o no, había decidido ignorar.

Al escuchar las palabras de Xue Xian, Xuanmin no respondió inmediatamente. En


cambio, bajó la mirada.

Durante un breve momento, su rostro mostró una expresión de melancolía, como


si algo particularmente pesado le pesara.

Al cabo de un rato, Xuanmin cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir. Sacudió
la cabeza y dijo: "En realidad...".

Xue Xian parpadeó lentamente y pareció querer adelantarse a lo que Xuanmin iba
a confesar. Interrumpió: "Busquemos primero al desconocido. Tu memoria es terrible,
así que por supuesto no puedes recordarlo ahora. Tal vez una vez que se rompa otro
sello de las monedas, se aclare".

Xuanmin le miró significativamente y luego se acercó a él para adelantarse. "Sí",


estuvo de acuerdo.

De hecho, estas manchas de sangre indicaban de forma muy evidente la dirección


que había tomado el desconocido. Sin mucho esfuerzo, los dos acabaron en el
exterior de un pequeño bosque de piedra. El bosque de piedra sólo tenía unos diez
zhang de profundidad, no era grande en absoluto, pero era suficiente para que
alguien lanzara un hechizo de ocho puertas.

Si alguien se escondía en su interior, realmente sería capaz de retrasarlo durante


algún tiempo. Si no fuera por Xue Xian....

"¿Qué sentido tiene esconderse ahí dentro?" Xue Xian llamó perezosamente al
bosque de piedra. "Si estuvieras escondido en medio de una ciudad, entonces tendría
que considerar a los transeúntes. Pero como estás en medio de la nada, entonces no
tengo nada de qué preocuparme. ¿Crees que puedes retenerme con un montón de
piedras al azar?"

Un barrido de su cola de dragón y no quedaría casi nada.


Y la razón por la que Xue Xian estaba perdiendo el tiempo hablando con el
desconocido durante tanto tiempo sin hacer nada era para ver si el desconocido tenía
algún plan de respaldo. Una vez que mostrara su mano, entonces Xue Xian podría
acabar con todo rápidamente.

Tal y como había pensado, después de hablar, hubo un momento de silencio en el


bosque de piedra, y luego un sonido sordo y bajo de risa, que empezó y se detuvo,
quizás debido a las graves heridas del desconocido. Cuando la risa se apagó, se elevó
un agudo silbido.

"Ya que has llegado hasta mi puerta, debo ser un buen anfitrión para mis
invitados", dijo aquella voz grave.

Esa voz iba acompañada de un fuerte y trágico lamento que parecía cubrir todo el
cielo como una marea creciente. En el instante en que el lamento empezó a sonar, la
puerta de la bóveda celestial que había sobre ellos cambió repentinamente de color:
unas nubes oscuras retumbaron y bloquearon al instante toda la luz del cielo,
sumergiendo todo el valle en una turbia oscuridad.

Xue Xian recordó de repente que, cien años atrás, había habido un gran incendio
en las montañas de Langzhou, causado por un rayo. Dicen que el fuego arrasó
durante tres días y tres noches, matando a todas las personas que vivían en el valle
y, durante el resto de ese año, siempre se podía oír el llanto de las montañas.

En realidad, no había sido el llanto de las montañas, sino el de los miles de


fantasmas yin que habían muerto en el incendio. El llanto era desgarrador e
interminable.

Xue Xian sintió como si toda la tierra bajo sus pies hubiera empezado a temblar
con ese llanto, y ese remoto valle olvidado de la mano de Dios se llenó de repente
con el sonido de la tierra partiéndose mientras esos cadáveres centenarios enterrados
hacía tiempo se levantaban del barro, poderosos y feroces. Entonces, comenzaron a
moverse.

•───────────•

[1] La epidota es un mineral sorosilicato de calcio, aluminio y hierro. Aparece con


frecuencia como cristales bien formados, comúnmente con un hábito prismático, con
una dirección de elongación perpendicular al plano, único de simetría.
Capítulo 86: Hechizo del Valle (II)

Controlar miles de cadáveres yin no era algo que pudiera hacer cualquiera. Por
tanto, el extraño que se escondía en el bosque de piedra no podía ser un lacayo
anónimo, sino el propio sacerdote daoísta Songyun.

Cuando este pensamiento cruzó la mente de Xue Xian, sintió de repente una
sacudida de dolor en la columna vertebral, que le recordó aquel día posterior a la
catástrofe en el que alguien se había aprovechado de su fatiga para extraerle todos
los huesos del cuerpo... era como si volviera a ocurrir.

Pero aquí y ahora, ese dolor sólo hacía que Xue Xian relacionara su rencor actual
con su rencor anterior. Xue Xian asimiló aquel hedor nauseabundo y observó la masa
de cadáveres yin que llenaban todo el valle, así como el propio bosque de piedra, y su
rostro se volvió tan frío como la escarcha.

Se quedó mirando tranquilamente la ola de cadáveres que se acercaba. Se quitó


ligeramente la túnica y se vio envuelto en un capullo de espesa niebla.

En un abrir y cerrar de ojos, un enorme dragón negro voló hacia las nubes y rugió.
Los picos de las montañas empezaron a temblar de nuevo, y un trueno salvaje y un
viento aullante se abatieron sobre el valle. Los rayos se estrellaron contra la tierra.

La densa masa de cadáveres yin del valle comenzó a dispersarse bajo el rayo como
si fueran avispones fuera de un nido. El bosque de piedra explotó bajo el trueno y,
mientras la piedra destrozada volaba por los aires, una silueta vestida de gris se lanzó
al suelo y desapareció en el mar de cadáveres.

Al hacerlo, cambió su traje y se fundió por completo con el grupo de cuerpos cuya
carne se estaba pudriendo de sus miembros, convirtiéndose en algo imposible de ver.

El dragón negro hizo una pirueta en el cielo, luego barrió su larga cola y envió una
gran ráfaga de poder a través del valle que parecía suficiente para romper montañas
y dividir el mar.

Honglong...

Donde la cola del dragón había golpeado el suelo, ahora aparecían grandes grietas
que se extendían. Los montones de cadáveres yin fueron barridos hacia el cielo por el
fuerte viento, y luego volvieron a caer al suelo, donde se desmoronaron en sacos de
huesos. Innumerables cadáveres comenzaron a rodar por las grietas de la tierra.
Al mismo tiempo, un dragón de fuego también se elevó hacia el cielo. Una larga y
poderosa lengua de fuego rugió en el caos del viento y llevó círculos de cadáveres yin
a su boca hambrienta y ardiente.

En las nubes negras de arriba, Xue Xian miraba con indiferencia el tumulto de
cadáveres que se retorcían y se arrastraban... pero el mago Songyun, el que
realmente buscaba, se escondía entre ese mar como una rata en las alcantarillas. Ni
siquiera estaba por encima de convertirse en un esqueleto cubierto de sangre con
hileras de carne cayendo de su cuerpo.

¿Pero qué sentido tenía esconderse? ¿Había alguna diferencia entre morir ahora y
morir poco después?

Los hilos que unían los huesos destrozados dentro de la columna vertebral de Xue
Xian temblaban de pura rabia, y empezaban a desestabilizarse porque el poder
mágico invertido en ellos se estaba agotando. El dolor físico no era un problema para
Xue Xian... pero ahora, todo dolor sólo alimentaba su ira.

Pronto, la mitad de la masa de cadáveres de la montaña había sido derribada por


los rayos del trueno y las llamas furiosas. Arrastrados por el poder de la cola de
dragón de Xue Xian, fueron tragados por el terremoto.

Y entre los gemidos ininteligibles de los cadáveres yin, surgió un grito agudo.

Xue Xian río fríamente mientras hacía chocar su cola contra el pico de la montaña.
La ladera de la montaña emitió un sonido de explosión ensordecedor antes de partirse
por la mitad, y todo el pico se deslizó hacia el valle, trayendo consigo innumerables
rocas y fragmentos de roca, que se estrellaron en el lugar de donde había salido ese
grito.

De repente, el polvo se precipitó en el aire y se convirtió en una niebla gris y


asfixiante.

Junto con ese grito, el resto de los cadáveres yin también quedaron enterrados
bajo el trozo de montaña, sin poder moverse.

¿Era eso? ¿Había conseguido Xue Xian su venganza?

Xue Xian no tenía intención de preguntarle nada al mago. Para él, incluso hablar
una sola palabra con ese hombre sería dejarse contaminar por la maldad de Songyun.
Nada le haría interesarse por lo que Songyun tenía que decir, y permitirle al hombre
el tiempo de decir alguna palabra más era un exceso de misericordia.

Pero ¿haber pateado a Songyun tan fácilmente y sin esfuerzo hacia el abismo? De
alguna manera, eso también irritaba a Xue Xian. Se había pasado medio año
arrastrando un par de piernas cojas por todas partes en busca de su enemigo, y
ahora había tardado, como mucho, una hora en matar a ese enemigo.

Era como si hubiera dado un puñetazo a una pared de algodón: no había hecho
nada por su rabia, pero ahora estaba más molesto que nada.

Y en ese momento, las partes del cuerpo y los huesos esparcidos por el valle
empezaron de repente a retorcerse y a moverse bajo el viento arremolinado. En un
abrir y cerrar de ojos, se reconstituyeron en un mar de cadáveres yin... y desde
aquella grieta infinitamente profunda en la tierra, innumerables de los cadáveres que
habían caído en ella salían ahora trepando.

El rayo no podía destruirlos; el fuego no podía quemarlos; las rocas que los
aplastaban no podían impedir que volvieran a reunirse; y podían volver a salir de
cualquier agujero.

Estas almas yin se negaban a desaparecer... y Xue Xian, indignado, se echó a reír,
pues en el estruendo de los huesos que volvían a la vida una vez más había oído el
sonido de alguien que intentaba disimular su respiración, aunque este sonido ya no
procedía del lugar del valle donde había derrumbado la montaña.

Al ver que los cadáveres yin comenzaban a marchar hacia él una vez más,
Xuanmin finalmente movió los dedos para agarrar el colgante de la moneda de cobre.

La pesada energía yin y el dolor de las almas que habían muerto inocentemente,
tras converger en la atmósfera durante tantos años, se habían convertido ahora en
una pegajosa tela de araña que cubría todo el valle. Con el movimiento de los
cadáveres, la atmósfera se había vuelto tan densa que todos los cuerpos estaban
siendo ralentizados y perjudicados. Ni siquiera Xue Xian o Xuanmin podían evitarlo. Y
cuanto más fuerte era la energía yin, más succionaba a los seres vivos en su abrazo -
- el efecto de la energía yin era particularmente fuerte en los dragones.

Desde el principio de los tiempos, el yin y el yang habían tirado y luchado el uno
contra el otro. Nada podía cambiar esto.

El dolor de estos miles, incluso decenas de miles de cadáveres yin podía mover
montañas y desviar ríos. Su poder era tan afilado como un cuchillo, y cualquier
humano ordinario se habría reducido a huesos durante mucho tiempo.

Xue Xian y Xuanmin eran hábiles en rechazar tales energías negativas, pero ni
siquiera ellos podían destruirlas por completo. Cuando los cadáveres yin se
reanimaron una vez más y empezaron a avanzar en oleadas, empezaron a surgir
pequeñas heridas sangrantes en la piel de ambos.

Como si un sinfín de finos cuchillos se hubieran clavado en sus cuerpos.

Las heridas se hacían más numerosas a medida que pasaba el tiempo, y las
energías del yin y del dolor se hacían más densas y tangibles a medida que los
cadáveres seguían regresando. Cada vez que una ráfaga de magia de Xue Xian o
Xuanmin golpeaba a un grupo de cadáveres, las energías yin y dolorosas no hacían
más que aumentar, sumiéndolos en un ciclo del que nunca podrían escapar.

No importaba cuántas heridas aparecieran en su piel, a Xue Xian no le importaba,


ni prestaba atención al creciente hedor de la sangre fresca: comparado con sus
períodos de catástrofe, esto no era nada.

Siguió dejando que esa rabia se consumiera tranquilamente en su interior mientras


escudriñaba la multitud de cadáveres en busca del mago, haciendo caer rayos sobre
el hombre cada vez que lo divisaba en el valle. En el desorden de abajo, Xue Xian
divisó de repente a Xuanmin, y titubeó de repente, porque el monje también le
estaba mirando a él.

Él estaba en los cielos, y Xuanmin estaba abajo en el profundo valle. La distancia


entre ellos era tal que ni siquiera podían verse las caras.

Pero en el momento en que Xue Xian miró a Xuanmin, sintió como si la mirada de
Xuanmin contuviera algún sentimiento particularmente profundo. Vio como Xuanmin
levantaba la mano para coger algo en el aire, y lo pellizcaba entre sus dedos.

Xue Xian vio una mancha roja en la mano de Xuanmin y de repente se dio cuenta
de que lo que Xuanmin había cogido en el aire era la propia sangre de Xue Xian, que
caía desde arriba.

En ese instante, una emoción indescriptible e indecible brotó de repente en el


corazón de Xue Xian, como si alguien hubiera pinchado con una aguja la parte más
vulnerable de su carne.
Aquel dolor punzante había surgido de forma tan inesperada que, por un momento,
mientras se tambaleaba, Xue Xian no entendía de dónde había salido. Hasta que
Xuanmin desvió su mirada y movió sus dedos por el colgante de monedas de cobre.

Como ni el fuego ni el rayo eran capaces de dañar a los cadáveres yin, Xuanmin
recuperó el dragón de fuego. Mientras murmuraba una especie de plegaria en voz
baja, las monedas de cobre que tenía en la mano empezaron a brillar con luz, como si
una magia largamente estancada en su interior volviera a despertarse.

De las cinco monedas del colgante, sólo se habían roto los sellos de tres de ellas,
pero el brillo que desprendían era tan intenso que incluso Xue Xian, detrás de las
nubes, sintió que le escocía los ojos.

Cuando las monedas de cobre fueron despertadas por la sangre de Xue Xian, éste
empezó a sentir una enorme ola de calor en su columna vertebral.

Aturdido, finalmente se dio cuenta de que el dolor punzante de antes en su


corazón no había sido en absoluto su propio dolor, sino los sentimientos de Xuanmin,
transmitidos a través de las monedas de cobre y en el cuerpo de Xue Xian, y que
habían perturbado sus sentidos.

Pero antes de que Xue Xian pudiera reaccionar, las monedas de cobre ya
resonaban en los salvajes remolinos de viento. Xuanmin entonó su oración, frotando
el colgante con una mano y extendiendo un dedo de la otra. Ese dedo agitó el aire y,
de repente, un inmenso símbolo talismán apareció flotando en aquel aire turbio
ahogado por el humo y el polvo. El talismán emitió un ensordecedor anillo cuando
Xuanmin lo envió hacia el mar de cadáveres.

Dang...

En el momento en que el talismán se precipitó hacia adelante, una onda cruzó el


mar de cadáveres mientras sus propias almas sucumbían a la magia de Xuanmin.
Mientras el eco resonaba, los cuerpos de los cadáveres comenzaron a temblar.

Efectivamente: el rayo no podía destruirlos; el fuego no podía quemarlos; porque


la energía yin y dolorosa no podía ser vencida por tales fuerzas.

En ese instante, Xuanmin estaba salvando las almas de esas decenas de miles de
cadáveres. Xuanmin cerró los ojos y rezó con calma, resistiendo la agonía de los
cortes que aparecían incesantemente en su piel.

Dang...
Otro anillo y, como si estuviera encantado, el mar de cadáveres del valle se
congeló. Lentamente, giraron sus cuerpos, y las energías yin se disiparon del cuerpo
de Xue Xian, pareciendo todas ellas atraídas hacía Xuanmin en su lugar.

Xuanmin presionó aquellas monedas de cobre una y otra vez, y finalmente aquel
pegajoso capullo de energía yin se alejó completamente de Xue Xian. Se precipitó
hacia Xuanmin y se envolvió fuertemente alrededor de su cuerpo, mientras los
innumerables cadáveres del valle empezaban a lamentarse maniáticamente al son del
talismán.

Por un momento, Xue Xian estuvo demasiado aturdido para moverse, pero
entonces, con un movimiento de su cola, se desvaneció en una ráfaga de niebla negra
que se deslizó por el valle hacia Xuanmin y se estrelló contra el suelo frente al monje.

La fuerza del impacto de Xue Xian hizo volar los cadáveres de los alrededores y la
tierra volvió a temblar. La niebla negra se disolvió y Xue Xian, con su túnica negra, se
puso delante de Xuanmin, levantando la mano para proteger a Xuanmin de la oleada
de energía yin que entraba.

Pero justo cuando Xue Xian se movió, sintió que otra oleada de dolor le golpeaba la
columna vertebral. Había gastado demasiada magia y los hilos que unían sus huesos
rotos, que habían requerido un enorme esfuerzo para mantenerse, parecían estar
ahora a punto de romperse.

Sintió que los nervios de sus piernas se alejaban ligeramente de él y perdió el


equilibrio.

Al mismo tiempo, la luz cegadora del colgante de monedas de cobre de Xuanmin


se hacía cada vez más brillante, y las monedas rodeaban la palma del monje con
mayor rapidez mientras empezaban a temblar violentamente, como si empezaran a
inquietarse o a sucumbir a una gran fuerza que las presionaba. La cáscara gris mate
que rodeaba a la cuarta moneda empezó a resquebrajarse, y una brillante luz amarilla
brilló por debajo de su sello.

Dang...

Los ojos de Xuanmin seguían cerrados con fuerza, y parecía completamente ajeno
a todo lo que le rodeaba. Su voz mientras leía su oración era profunda y compuesta,
cada palabra resonaba con determinación en la mente de Xue Xian.
Mientras las energías yin y dolorosas surcaban el cielo y consumían la tierra, y
mientras aquellos cadáveres gemían y extendían sus manos destrozadas, la última
pizca de opacidad se desprendió de aquella cuarta moneda de cobre, y la moneda se
sacudió de repente.

Xue Xian sintió de repente un sonido – kada – en su cerebro, como la apertura de


un candado.

Sabía que el sello se había roto y que estaba recibiendo los ecos de lo que sonaba
en la mente de Xuanmin. Aun así, no pudo frenar los efectos abrumadores de la
visión: sintió un repentino mareo mientras un velo de oscuridad caía ante sus ojos.
Entonces, escenas fragmentadas comenzaron a precipitarse en él como una gran
marea...

Su punto de vista en este sueño era bajo: había sido transportado al cuerpo de un
niño. Incapaz de controlar sus movimientos, lo único que pudo hacer fue seguir la
mirada del niño y mirar la parte inferior de la túnica de la persona que estaba frente a
él.

El suelo estaba cubierto de una espesa nieve, que parecía pasarle por las rodillas.
Había un escritorio bajo, sobre el que se extendían varios libros, con un cepillo
apoyado en un soporte. Una fina capa de hielo cubría la punta del cepillo.

Oyó una voz apagada que venía de arriba. "Has nacido con los huesos de Buda en
tu cuerpo. No debes tomarlo a la ligera. Hoy copiarás sutras aquí. Por la noche,
vendré a recogerte".

Él mismo no dijo nada. Agarró el pincel y lo sumergió en el tintero, luego lo acercó


al fino papel que tenía delante...

De repente, el cielo se oscureció y ya no pudo ver las marcas que estaba haciendo
en el papel. Xue Xian oyó un ligero crujido en la nieve junto al escritorio y levantó
lentamente la vista para ver que el hombre de la túnica blanca había regresado.
Todavía no miró la cara del hombre, sino que contempló su mano con deferencia o
alguna otra emoción.

La mano se volvió y sacó de su amplia manga un pequeño calentador portátil.


Entonces, la voz dijo: "¿Tienes frío?".
Xue Xian quería burlarse y preguntar: "¿Por qué no te quedas aquí todo el día para
ver si tienes frío?

Pero lo que dijo fue: "No tengo frío".

Su propia voz también sonaba borrosa: se sentía a la vez muy cercana y a años de
distancia de él. Sin embargo, Xue Xian pudo oír que era la voz de un niño, aunque era
tan fría y tranquila que no parecía infantil en absoluto.

"El maestro no intenta hacerte daño. Tienes los huesos de Buda en tu cuerpo. No
debes llevar una vida mediocre". El hombre suspiró y colocó el calentador en el
regazo de Xuanmin, luego le dio unas palmaditas en la parte superior de la cabeza
como una figura paterna. Le llevó desde aquel lugar cubierto de nieve hasta un
pequeño edificio en medio de la nada...

Estos eran los recuerdos de Xuanmin.

A pesar de lo borroso de las escenas oníricas, Xue Xian consiguió mantener cierta
claridad.

Otra enorme oleada de vértigo se estrelló en su mente. Automáticamente, cerró


los ojos y sacudió la cabeza. Cuando volvió a abrir los ojos, su visión volvió a ser
asaltada por una serie de imágenes sin sentido: a veces estaba en los pasillos de un
templo, otras veces en una pagoda. A veces, estaba envuelto en el silencio, pero
otras veces podía oír a otros hablando en voz baja fuera del patio.

A veces, su punto de vista era bajo, y otras veces alto -- los recuerdos no estaban
en orden cronológico.

Xue Xian sintió calor en la columna vertebral y algún murmullo junto a su oído, y
se dio cuenta de que su conexión con el colgante de Xuanmin se estaba estabilizando
de nuevo. Aquellas escenas borrosas empezaron a hacerse más nítidas...

Ahora vio que volvía a estar sentado frente a un largo escritorio. Una paloma
mensajera se posaba obedientemente en un rincón del escritorio, como si estuviera
descansando -- parecía pacífica, aunque de alguna manera temerosa.

En su mano sostenía un papel que había desdoblado. Estaba cubierto de texto, y al


hojearlo, sólo vislumbró algunos de los caracteres de la firma de la carta. Y en esos
caracteres, sólo vio dos claramente antes de que sus dedos se movieran
repentinamente para doblar ese papel una vez más y colocarlo a un lado.
Esos dos caracteres eran Taichang... el Ministerio de Ceremonias.

Cogió un pincel y lo mojó en tinta, luego escribió unas escasas palabras en una
hoja cercana: No debemos retrasar el ritual de Taishan.

Y luego movió el pincel para firmar la carta con dos caracteres...

Tongdeng.

La mente de Xue Xian dio un vuelco de desconcierto. Pensó que debía haber leído
mal la carta, pero antes de que pudiera comprobarlo de nuevo, la escena que tenía
ante sí se transformó de nuevo...

Estaba de pie en el balcón de un alto pabellón, y un farol de palacio cercano


proyectaba un cálido y vago resplandor.

La agitación de verse a sí mismo escribiendo Tongdeng aún no había desaparecido,


así que tardó en darse cuenta de que alguien detrás de él le estaba hablando. No
había podido oír lo que el otro había dicho, pero ahora se estaba girando para volver
a entrar en el pabellón. Empujó hacia él un trozo de papel sobre el escritorio de
piedra del pabellón y dijo algo de forma casual.

Aunque la escena seguía siendo turbia, y aunque su voz aún no era del todo nítida,
pudo reconocer que su voz era la de Xuanmin.

Se oyó hablar con la voz fría y tranquila de Xuanmin. Dijo una frase: "Año Wuchen,
séptimo día del sexto mes".

Después de eso, Xuanmin habló un poco más, o tal vez hizo una pregunta a la otra
persona, pero Xue Xian no escuchó ni una palabra. Le zumbaban los oídos y sentía
frío en todo el cuerpo mientras repetía una y otra vez en su mente la frase que
Xuanmin había soltado antes con tanta ligereza. Cada vez que se la repetía, sentía
más frío.

El dolor de su columna vertebral volvió a hincharse, pero Xue Xian estaba


entumecido.

El año Wuchen era este año, y el séptimo día del sexto mes era exactamente el día
de su catástrofe.

En otras palabras... ese era el día en que había sido mutilado.


No podía creer que fuera así. Sintió que una extraña sensación de pesadez surgía y
lo atrapaba por dentro. En su aturdimiento, quiso volver a mirar la escena, para ver si
había alguien o algo, cualquier cosa, en la visión que pudiera decirle que lo que
acababa de oír era sólo una coincidencia.

Pero su mirada estaba fija en aquel escritorio de piedra, y parecía mirar algo -en el
instante de esa mirada, un extraño e indescriptible sentimiento surgió en su pecho-,
un sentimiento muy débil, tan débil que Xue Xian sospechó que no era suyo.

Parecía ser odio, o tal vez algo más.

Xue Xian no tenía tiempo ni ganas de analizar más a fondo ese sentimiento, pues
había visto lo que estaba colocado a un lado del escritorio. Eran dos máscaras: una
de plata que brillaba tenuemente a la luz; la otra, pintada con un diseño solemne y
primitivo, con dos largos mechones de pelo pegados al lado de la máscara, como el
pelaje de alguna bestia...

Mientras Xue Xian miraba el par de máscaras, su mente se quedó en blanco, y el


dolor en su columna vertebral se agudizó.

Ese dolor era insoportable. Era como si hubiera seguido la longitud de su columna
vertebral y se hubiera abierto camino hasta su corazón, y luego hubiera seguido sus
venas y se hubiera extendido por todo su cuerpo, dándole una falsa sensación... una
sensación de pánico y terror repentinos, y de tristeza...

Ninguna de las otras imágenes parpadeantes se registró en la mente de Xue Xian.


Poco a poco, el sonido de las monedas de cobre se desvaneció, llevándose consigo los
recuerdos.

De repente, Xue Xian cerró los ojos y no los abrió durante mucho tiempo. Cuando
lo hizo, volvió a contemplar la naturaleza del valle. El valle estaba justo delante de él,
pero le parecía un mundo aparte.

En algún momento, Xuanmin había saltado a un pico bajo cercano. Siguió


recitando su oración, que resonaba sin cesar en el valle. Los gemidos sin vida de los
cadáveres yin se habían convertido en un llanto lúgubre a medida que las energías
yin y dolorosas que habían marinado en esta tierra durante cien años comenzaban a
disolverse.

La niebla se había vuelto tan densa en el valle que Xue Xian no podía ver la cara
de Xuanmin. Sólo vio que Xuanmin parecía mirarle. La magia seguía pulsando a
través del colgante del monje, y más símbolos talismán aparecían en el aire,
emitiendo un tenue resplandor dorado que parecía una gran telaraña que cubría todos
los cielos y toda la tierra, encerrando el valle dentro de su jaula.

Ese tenue resplandor no era brillante, pero al mirarlo hizo que a Xue Xian le
dolieran los ojos. El dolor le recordaba aquel día junto al mar, y los hilos dorados que
habían aparecido en el aire para atraparlo dentro.

Una intensa tristeza brotó en su corazón, una tristeza mucho, mucho más fuerte
de lo que creía sentir, y, a diferencia de aquella red de hilos dorados, no veía ninguna
forma de salir de ella; incluso se sorprendió de lo pesada que se sentía...

Y en ese momento, en algún lugar del valle bajo los montones de huesos blancos,
una voz sorprendida llamó de repente a Xuanmin: "¿Gran Sacerdote? ¿Cómo... cómo
puedes estar aquí?"
Capítulo 87: Rio de Sangre (I)

"¿No enviaste un mensaje diciendo que te reunirías con nosotros en el Monte


Jiangsong..." Una vez que vio a Xuanmin, aquel mago que se había acobardado entre
el mar de cadáveres finalmente volvió a revelar su ubicación. Todavía tenía un
hechizo que le protegía, de modo que parecía tener el mismo aspecto que los demás
cadáveres, con trozos de su carne sangrante que se habían desprendido mientras se
escabullía entre la multitud para revelar unos huesos blancos desnudos y brillantes. El
esqueleto parecía haber sido reconstituido a partir de huesos dispares, y ya estaba
amarillento, y emitía un hedor nauseabundo.

Pero a su alrededor, los verdaderos cadáveres se retorcían en el suelo, bajo la


influencia de la luz dorada de Xuanmin. Se habían derrumbado y vuelto a romper en
huesos fragmentados y dispersos, con sólo los últimos restos de energía yin adheridos
a sus cuerpos. De pie entre ellos, erguido y entero, el mago se hizo notar de
inmediato.

Lo único que quedaba de su rostro era su cráneo, que estaba completamente


cubierto por una red de grietas. Una piel vieja y encogida se aferraba a su delgado
cráneo, y sus ojos se habían convertido en dos agujeros negros. Con una cara así, era
imposible saber lo que sentía... pero por su boca abierta, parecía tan conmocionado
que había olvidado en qué situación se encontraba.

Si Xue Xian actuaba ahora, el mago probablemente no tendría tiempo de


reaccionar.

Pero Xue Xian ya ni siquiera podía verlo. Aparte de esa luz dorada, nada en el valle
tenía que ver con él. Lo único que sabía era que la agonía de su columna vertebral se
había clavado en su corazón, más dolorosa que cualquier espada. Su pecho sólo
sentía frío: un frío que se colaba en sus huesos; un frío que podía congelar el mundo.

Entre él y Xuanmin había montañas y rocas, estaba la luz dorada, estaba la niebla.
Pero no levantó la mano para intentar barrer la niebla. Miró con calma a aquella
sombra blanca que se alzaba en la baja cima de la montaña desde el otro lado de la
turbia niebla y, en voz baja, repitió: "¿Gran Sacerdote?".

Detalles del pasado acudieron repentinamente a su mente, algunos importantes,


otros triviales, algunos distintos, otros confusos, un lío de pensamientos e imágenes
que le atravesaban, convocados por ese nombre, Gran Sacerdote. Se volvieron más y
más claros...

Inusualmente poderoso; buscado por las autoridades; personalidad muy particular;


y el tren de vagones con el que se toparon junto a la Montaña del Polvo...

En realidad, había constantes pistas todo el tiempo que habían apuntado a la


identidad de Xuanmin. En los últimos días, sobre todo desde que habían viajado a la
Cueva de los Cien Insectos, ese extraño y persistente malestar de Xue Xian había
sido una inquietud inconsciente, incluso un nerviosismo.

Siempre lo había sabido, en el fondo. Pero, intencionadamente o no, lo había


ignorado.

Incluso ahora, después de haber experimentado el regreso de los recuerdos de


Xuanmin a través de la conexión del colgante, seguía aferrándose a esa última
esperanza de que todo pudiera haber sido una coincidencia. Quería preguntarle a
Xuanmin en persona... incluso estaba dispuesto a ser estúpido, con tal de que
Xuanmin lo negara, con tal de que Xuanmin dijera la palabra No...

"Año Wuchen, el séptimo mes del sexto día..." Xue Xian repitió mientras miraba
atentamente aquella sombra blanca al otro lado del golfo.

Vio que esa sombra blanca se movía, sólo ligeramente.

Pero la niebla era demasiado espesa, así que no sabía si realmente la había visto, o
si la había imaginado.

"Cuando dijiste, año Wuchen, el séptimo mes del sexto día. A qué día te referías..."
Xue Xian pudo por fin pronunciar una frase completa.

En su larga y casi infinita vida, no se había sentido así al hacer una pregunta,
nunca le había importado tanto la respuesta. Por un momento, incluso se arrepintió
de haber preguntado, quiso soltar algo para detener esto, para retractarse.

Nunca había tenido tanto miedo de escuchar la verdad.

Sin embargo, el de la montaña le había dicho una vez: "Nunca te mentiría".

Xuanmin permaneció en silencio durante mucho tiempo, tanto que el frío que se
había colado en el pecho de Xue Xian le estaba entumeciendo por completo.
Finalmente, Xue Xian oyó aquella voz, ligeramente ronca, decir: "Un periodo de
catástrofe del dragón..."
Los párpados de Xue Xian se agitaron y cerró los ojos con calma. Cuando los abrió
de nuevo, no había ninguna expresión en su rostro. Echó una última mirada a
Xuanmin, y con una voz fría y aterradora, dijo: "De acuerdo".

*****

En un templo situado a unas diez li del monte Jiangsong, un novicio budista de


aspecto muy joven estaba sentado con las piernas cruzadas junto a la ventana,
leyendo un libro de sutra. Justo cuando estaba a punto de pasar la página, unas
nubes oscuras se apresuraron a cubrir el cielo exterior y un trueno comenzó a
retumbar.

El pequeño novicio dejó su sutra a un lado y miró por la ventana.

Su templo había sido construido siguiendo la corriente de la ladera de una


montaña, y era la estructura más alta en su radio de diez li. Desde su ángulo, pudo
ver que, a lo lejos, había otra montaña, frente a la cual había un vasto y caudaloso
río. En la montaña, había un templo solitario.

Estas nubes negras y los relámpagos habían surgido de la nada, y parecían no


tener intención de desaparecer pronto. Era como si Dios estuviera triste y tuviera una
rabieta.

Las nubes negras retumbaron y, en un abrir y cerrar de ojos, ahogaron todo el


cielo desde este lado hasta el otro. Se apretaban fuertemente, casi empujando el
propio techo del templo, como si el pequeño novicio pudiera simplemente alcanzarlas
y tocarlas.

Al ver esto, el pequeño novicio se sintió desconcertado, y realmente extendió su


mano para intentar tocarlas, pero antes de que pudiera hacerlo, comenzó a caer una
fuerte lluvia.

La lluvia era extremadamente fuerte, y ahora el novicio ya no podía ver la


montaña en la distancia, sólo el ligero borrón de aquel templo solitario.

Las gotas de lluvia caían con tanta fuerza que la mano del pequeño novicio
comenzó a doler, y toda la manga de su túnica gris de monje comenzó a empaparse
también, pegándose a sus brazos. La ropa mojada contra la piel nunca es cómoda,
pero al pequeño novicio no le importó. Se limitó a mirar, aturdido, aquella salvaje
tempestad.

Por alguna razón, tuvo la sensación de que la lluvia era catártica, de que las nubes
negras se desahogaban. Mientras observaba la lluvia, sentía una extraña sensación de
tristeza, como si estuviera atrapado entre las nubes, asfixiado, sin poder respirar.

El pequeño novicio era muy joven, y había vivido la mayor parte de su corta vida
en las montañas. Rara vez sentía emociones tan extrañas surgidas de la nada. De
repente recordó el sutra que acababa de leer, que incluía una línea que no entendía:
El amor hace que la vida sea infeliz; el amor hace que la vida sea aterradora; los que
evitan el amor no sienten infelicidad ni miedo.

El pequeño novicio se quedó mirando la hipnotizante tormenta y se desconectó


durante mucho tiempo, hasta que su hermano discípulo se acercó para pedirle que
cerrara la ventana.

"Hermano, acabo de ver a alguien en el interior de ese templo", dijo el pequeño


novicio, señalando la silueta de la montaña que cruzaba la lluvia.

"¿Qué clase de truco utilizas para poder ver tan lejos?", se rió el hermano. "No
puede ser. Ese es el Templo del Aturdimiento, un famoso templo embrujado. Lleva
abandonado quién sabe cuánto tiempo. ¿Cómo podría haber alguien allí?"

"Realmente lo vi. Lo vi antes de que empezara a llover. Una persona vestida de


blanco, de pie en lo alto de la pagoda, pero cuando intenté mirar de nuevo, había
desaparecido". Entonces, el pequeño novicio dijo: "Amitofo¹", aparentemente
habiendo comenzado a pensar en fantasmas y espíritus.

En realidad, no necesitaba que su hermano discípulo le dijera que el templo


solitario en la distancia era el Templo del Aturdimiento.

Había preguntado a los compañeros novicios sobre él cuando era más joven.
Dijeron que, hace muchos años, quizás cien o doscientos, un joven de Nanjiang llegó
al Templo Daze y se afeitó la cabeza para convertirse en monje. Pero antes de que
pudiera iniciarse como monje, un rayo prendió fuego al templo, matando a todos los
monjes que había dentro. Desde entonces, cada vez que la gente mencionaba el
templo Daze, suspiraba con pesar o chismorreaba sobre si aquel joven de Nanjiang
había sido una estrella de la calamidad, que había traído el desastre sobre todos y
sobre sí mismo.

Diez años después del incendio, la gente decía que un hombre vestido de blanco
había sido visto en el monte Songjiang. Se había encontrado con un huérfano
abandonado junto a las puertas derruidas del Templo Daze y lo había llevado a su
casa.

El leñador que había visto al monje de blanco había dicho, con toda sinceridad, que
había visto al monje arremangarse y que en su muñeca había un tótem de Nanjiang.

Muchas décadas después, se volvió a ver a un hombre vestido de blanco en el


monte Songjiang. Por supuesto, esta vez, el monje no se remangó, y por tanto no
vieron si llevaba un tótem en la muñeca. Pero igualmente, ese monje encontró a un
huérfano en el templo y se llevó al niño.

Por supuesto, se trataba de rumores sin fundamento, por lo que no se habían


difundido mucho. Hoy en día, probablemente sólo los que vivían en este templo, que
podían ver la sombra del Templo del Aturdimiento en la distancia, discutían estos
incidentes. El pequeño novicio recordó que, cuando sus hermanos discípulos habían
mencionado la historia por primera vez, también se habían reído mientras añadían:
"Shifu incluso nos dijo que el rumor más loco que había oído era que el joven de
Nanjiang era el monje de blanco... y que el monje de blanco se convirtió después en
el Gran Sacerdote".

"¿Y los huérfanos? ¿Qué fue de ellos?", había preguntado entonces el pequeño
novicio.

Los hermanos discípulos habían espetado: "¿De verdad te crees esas historias?
¿Cómo voy a saberlo?".

Desde entonces, aquel templo solitario y encantado había sido una fuente de
mucho misterio para el pequeño novicio. Tenía la sensación de que allí podía ocurrir
cualquier cosa.

"No te quedes ahí parado. Está lloviendo increíblemente fuerte, y esta mañana he
oído que el río que atraviesa el condado ha empezado a desbordarse. Con esta lluvia,
el río probablemente nos llegue a los tobillos. ¿Por qué dejaste la ventana abierta
tanto tiempo? Toda esta habitación se habría inundado también", dijo el hermano.

El pequeño novato asintió con la cabeza y extendió la mano para cerrar la ventana
de una vez por todas. Justo cuando agarró el cristal de la ventana y estaba a punto
de cerrarla, miró distraídamente al cielo y se quedó helado.

"Hermano..."

"¿Qué pasa ahora? ¿Por qué te cuesta tanto cerrar una ventana?" Riendo, el
hermano se acercó para ayudar al pequeño novicio con la ventana.
Pero el novicio, sorprendido, señaló hacia las nubes negras y murmuró: "Creo que
he visto un dragón..."

Al oír esto, el hermano se preparó para golpear al novicio en la cabeza, pero de


repente vio una larga sombra negra que se deslizaba por las nubes, envuelta en los
destellos blancos de los relámpagos. Era difícil ver el aspecto de la criatura, pero
basándose en esa sombra, ¡tenía que ser un dragón!

"Oh, cielos...", dijo el hermano, estupefacto.

El pequeño novato señaló al monte Songjiang y dijo: "Creo... Creo que se dirige al
Templo Daze".

Al mismo tiempo, dentro del Templo Daze en el Monte Songjiang, los exorcistas del
Ministerio de Ceremonias estaban reunidos con sus caballos dentro del gran salón. El
gran incendio que había asolado el templo hace tantos años no había sido demasiado
destructivo, pero el templo era rural, con pocos visitantes y pocos monjes, y aquel
rayo había caído en plena noche, por lo que nadie había podido escapar.

En realidad, el fuego sólo había quemado la parte trasera del templo. Las secciones
delanteras apenas habían sufrido daños.

Obedeciendo las órdenes del Gran Sacerdote, el Taizhu y la Taipu llevaron a los
cientos de funcionarios de Chengzi al gran salón del templo, donde se sentaron en un
gran círculo. La Taipu estaba en la cabeza del círculo y el Taizhu en el extremo, y en
el suelo, entre ellos, había una pequeña escultura de piedra. La escultura estaba
tallada con un complejo texto talismán y cubierta con papel talismán amarillo, y
estaba rodeada por un rastro de sangre.

La Taipu indicó a cada Chengzi que se cortara los pulgares y dejara salir una gota de
sangre. Un centenar de gotas carmesí aparecieron de un centenar de heridas, y justo
cuando la sangre estaba a punto de caer, un suspiro llegó desde la gran sala. El
suspiro era muy débil, y se mezclaba con la brisa de la montaña, de modo que,
aunque la Taipu vaciló, nadie más parecía haberlo oído.

Frunciendo el ceño, la Taipu miró a su alrededor con cautela, pero recordó que
antes habían registrado minuciosamente el recinto y no habían encontrado a nadie.

¿Había oído mal?

La Taipu debatió consigo misma y luego sacudió la cabeza y decidió no pensar más
en ello. Ladró instrucciones a los funcionarios que la rodeaban, y luego extendió la
mano y presionó su pulgar sangrante contra el suelo que tenía delante. Los cien
funcionarios siguieron su ejemplo y también dieron su sangre.

Luego, todos cerraron los ojos y comenzaron a recitar una oración.

Un zumbido se elevó dentro de la gran sala y se filtró en la tempestad del


exterior...

Los grupos del Ministerio en el monte Wanshi y en el lago Dongting hicieron lo


mismo: se sentaron todos en círculo alrededor de la escultura de piedra que el Gran
Sacerdote había preparado para ellos, y dieron su sangre al conjuro.
Capítulo 88: Rio de Sangre (II)

El Templo Daze se encontraba en el monte Jiangsong. Al pie de la montaña estaba


la orilla de Heishi, una playa de guijarros negros cubierta de rocas y cantos rodados,
algunos de los cuales eran tan altos que parecían formar parte de un bosque. Más allá
de la orilla de Heishi estaba el ancho río y el horizonte infinito.

Había cadáveres amontonados a lo largo de la orilla de Heishi, quizás doscientos.


Todos tenían el rostro pálido, como si estuvieran desangrados. Con los ojos
fuertemente cerrados y los rostros fruncidos, parecían inconscientes. Al principio,
incluso parecían estar muertos, pero sus cuerpos no estaban rígidos.

A juzgar por el atuendo de estos cuerpos inconscientes, en su mayoría harapientos


y desgarrados, algunos de los cuales desprendían un olor agrio por no haber sido
lavados en mucho tiempo, se trataba de auténticos mendigos o de emigrantes
itinerantes y hambrientos.

Sin embargo, algunos de ellos llevaban hermosas ropas, aunque el material de


estas no era de gran calidad, y, por los callos abiertos de sus manos y su piel oscura
arrugada por el sol, también parecían ser pobres trabajadores.

Y entre estos cuerpos, también había algunos que parecían llevar una vida no tan
mala. Tal vez se habían perdido, o estaban en el campo, cuando fueron secuestrados
y traídos aquí. En este grupo estaban Shitou Zhang y Lu NianQi, que habían estado
esperando a sus compañeros en la casa de té.

Si estuvieran despiertos ahora, probablemente estarían asustados por la escena.


Porque los doscientos cuerpos estaban dispuestos en círculos -círculo dentro de
círculo, todos juntos formando un diseño circular de feng shui.

En medio de estos círculos concéntricos había una escultura de piedra del tamaño
de una persona, que había sido burdamente tallada con la forma de un monje pisando
una hoja de loto. Desde atrás, este monje parecía llevar una fina túnica que ondeaba
suavemente al viento, como un Buda de piedra. Pero, si uno se dirigía a la parte
delantera, descubría que no se podía ver el rostro del monje, porque éste llevaba una
máscara con forma de cara de bestia. La máscara era solemne y de aspecto primitivo,
y emitía un aura ligeramente maligna.

Más extraño aún, toda la túnica del monje estaba tallada con una compleja
escritura talismán, que parecía ser similar al texto tallado en las pequeñas esculturas
de piedra del Templo Daze, el Monte Wanshi y el Lago Dongting. La única diferencia
era que el texto del monje parecía estar mezclado con alguna otra escritura
misteriosa, que parecía ser algún sistema de escritura simple inventado por algún
clan del pasado.

Si Xue Xian estuviera aquí, reconocería inmediatamente esa escritura como la


misma que había visto tallada en la Cueva de los Cien Insectos, pero la letra era
diferente. La diferencia era, de hecho, minúscula, de modo que incluso el propietario
de las dos escrituras podría, en un momento de despiste, confundirlas.

La parte de la hoja de loto de la escultura estaba cubierta de papeles talismán


amarillos.

Y debajo de la hoja de loto, alguien también había utilizado sangre para dibujar un
círculo alrededor de la escultura.

Los doscientos cuerpos de la orilla de Heishi estaban dispuestos de forma que sus
cabezas miraban hacia la escultura y sus pies hacia el exterior. Aparte de esto,
estaban en todo tipo de posiciones, aunque había una cosa más que era idéntica: en
cada una de sus frentes, en su punto de presión vital, tenían un pequeño punto de
sangre, que parecía ser un lunar rojo.

El viento soplaba con fuerza en el río, enviando ondas de agua que golpeaban la
orilla. En un día de tormenta como éste, cada ola que llegaba amenazaba con ahogar
al propio monte Jiangsong.

El diseño circular que tenían estos doscientos cuerpos formaba una jaula de hierro
alrededor de la escultura, protegiéndola. El viento salvaje, lo suficientemente fuerte
como para cortar la carne y rasgar la tela, pasaba furiosamente, pero los frágiles
papeles talismán de la escultura no se movían. La lluvia torrencial hizo que el agua
del río subiera sin cesar, pero ni una sola gota cayó sobre las ropas de aquellos
doscientos.

Fuera del círculo, un grupo de hombres vestidos de gris se arrodillaba con una
rodilla. Llevaban máscaras similares a las del Gran Sacerdote, excepto que las del
Ministerio eran de color rojo, mientras que estas máscaras eran principalmente de
color verde-negro. Con las máscaras del Ministerio, éstas eran el yin y el yang: una
clara y otra oscura.

Todos los hombres de gris también llevaban adornos en la cadera hechos de


madera de melocotón, exactamente los mismos que Xuanmin había tomado del
hombre de la habitación de piedra de la Montaña del Polvo.
"Ocho personajes alineados hacen ciento ochenta personas. Ni uno más, ni uno
menos: noventa yin, noventa yang", informó el líder de los hombres de gris. Debajo
de la máscara, su voz sonaba apagada y sus palabras se veían interrumpidas por el
sonido furioso de la lluvia, de modo que era casi imposible escuchar lo que decía.

Estaban arrodillados ante un hombre que estaba de pie entre dos grandes rocas
negras, de cara al monte Jiangsong, con las dos manos a la espalda. El hombre
llevaba una túnica de monje blanca como la nieve, sin una mota de polvo. A medida
que la salpicadura de la tormenta se acercaba al monje, de repente se quedó
completamente en silencio, y lo que es más misterioso, cuando la lluvia cayó sobre él,
no lo mojó en absoluto.

Este hombre era muy alto, con una estructura esbelta y elegante, de modo que
sólo por su espalda parecía haber abandonado recientemente su insular reino budista
para entrar en la sociedad humana. Su aspecto era totalmente inaccesible.

Llevaba una máscara plateada en la cara para que nadie pudiera ver su aspecto,
sólo un par de ojos negros. Miraba al monte Jiangsong, y su fría distancia parecía
estar mezclada con algún otro sentimiento.

Al escuchar el informe del líder de los hombres de gris, se frotó los dedos, pero no
movió la mirada.

El líder de los grises levantó la vista y miró al monje, y luego volvió a apartar
rápidamente la mirada, esperando en silencio que el monje hablara. Incluso este
breve momento de silencio hizo que los hombres de gris se sintieran incómodos e
incluso avergonzados, como si hubieran hecho algo muy malo.

El monje se frotó los dedos y finalmente dijo: "¿Involucraron a transeúntes no


relacionados?".

Su voz tenía una sensación fundamental de frialdad, como la superficie helada de


un estanque congelado.

Pero esta simple pregunta hizo que los hombres de gris empezaran a temblar. El
líder se apresuró a decir: "No, no, sólo secuestramos a personas de zonas marginales,
y si había algunos ociosos cerca, también los trajimos. No hay testigos ni pruebas".

El monje volvió a frotarse los dedos y luego dijo, sin alegría ni enfado:
"¿Secuestrados?".
"No, no, no, invitados", se apresuró a enmendar el líder.

El líder se obligó a parecer tranquilo de nuevo a pesar de su error, pero durante un


largo rato no hubo más palabras del monje. Ansioso, el líder miró al monje y vio que
seguía mirando tranquilamente a la cima del monte Jiangsong. Aunque no podía ver
los ojos del monje, el líder detectó una sensación de fuerte emoción en el monje,
como si, de alguna manera, el monje sintiera nostalgia por la montaña.

Misterioso, el líder se sintió de repente tontamente valiente. Tuvo la audacia de


preguntar: "Este es un lugar anónimo en medio de la nada, sin nada especial. Gran
Sacerdote, ¿por qué ha elegido este lugar?".

Inmediatamente, el líder gris quiso abofetearse a sí mismo en el acto. Había sido


criado por el mago Songyun desde la infancia y, a partir de los dieciséis años, había
empezado a ayudar a Songyun y al Gran Sacerdote en pequeños asuntos. Hacía siete
u ocho años que había asumido ese papel, pero el número de veces que se había
reunido con el Gran Sacerdote se podía contar con los dedos de las manos. La
mayoría de las veces recibía órdenes de Songyun y luego salía a ejecutarlas. Sin
embargo, a pesar del hecho de que había interactuado poco con el Gran Sacerdote,
todavía sabía sobre el notorio temperamento del Gran Sacerdote...

El monje siempre había tenido un humor anormal, y odiaba que los que estaban
por debajo de él tuvieran la audacia de hacer preguntas innecesarias.

En cuanto a qué pregunta era "innecesaria", el monje nunca lo había aclarado, así
que, para los hombres de gris, eso significaba: "no hagas preguntas".

No importaba cuáles fueran los planes del monje, estaban obligados a justificarse.
No tenían lugar para intervenir.

Sin embargo, cuando el líder gris había hecho su pregunta, el Gran Sacerdote no
se había enfadado. De hecho, el monje respondió: "Hace muchos años, conocí a un
santo aquí".

Ahora bien, eso fue.... hace demasiados años, tanto que ni siquiera él podía
recordar cuántos años había tenido entonces, qué aspecto había tenido, quiénes
habían sido sus padres y por qué le habían abandonado en esta montaña salvaje. Si
no hubiera sido por ese santo, probablemente habría muerto hace tiempo y habría
resucitado varias veces a estas alturas, y no estaría aquí hoy.
Al escuchar la respuesta del Gran Sacerdote, el líder gris hizo una pausa,
conmocionado, y luego bajó la cabeza y dijo: "Ese santo tenía un ojo muy excelente,
de lo contrario no tendríamos paz en esta tierra hoy."

"Un ojo excelente..." El Gran Sacerdote pareció divertirse mucho con esta frase, y
luego pareció burlarse: "¿Paz? Si la tierra fuera pacífica, no tendríamos que hacer
todo esto, y no tendríamos que venir aquí ahora, ni invitar a todos estos sufridos
plebeyos."

Por un momento, el líder gris no supo cómo responder. De hecho, el Gran


Sacerdote era un hombre de pocas palabras, y era muy raro que dijera tanto de una
sola vez. Si el líder gris no respondía, sería una gran ofensa. Así que pensó un rato, y
luego dijo: "Nosotros somos los tontos, que no podemos separarnos de la tragedia".

Al oír esto, la mirada del Gran Sacerdote se desplazó y escrutó con calma al líder
gris, antes de volver a mirar al Monte Jiangsong. Finalmente, dijo suavemente: "Todo
el mundo tiene alguna utilidad. No te menosprecies".

Contempló el templo abandonado de la montaña y levantó la mano en señal de


saludo budista.

Para él, toda su vida había comenzado aquí, por lo que también era apropiado
"morir" aquí: era la única manera de que las cosas estuvieran completas. Además, el
hecho de estar aquí ahora era en parte una desobediencia a los deseos de esa
persona, por lo que venir a arrepentirse antes de "morir" le daría una sensación de
paz.

Creía que, si el otro viviera, entendería sus motivaciones.

Cuando el Gran Sacerdote terminó de saludar al templo y volvió a levantar la vista,


los talismanes clavados en la escultura de piedra situada en el centro del círculo
formado por cientos de cuerpos empezaron a temblar de repente.

Uno estaba orientado hacia el Templo del Aturdimiento, otro hacia la dirección del
Lago Dongting, y otro hacia la dirección del Monte Wanshi.

Esos tres talismanes temblaron simultáneamente, emitiendo un sonido silbante,


como el vigoroso golpe del viento contra una bandera de guerra.

A continuación, el círculo de sangre que rodeaba la hoja de loto esculpida brilló con
una luz, y esa sangre, que había estado secándose y volviéndose marrón, de repente
volvió a brillar fresca, y pareció fluir lentamente.
El Gran Sacerdote se volvió. Barrió su manga, y una ráfaga de viento atravesó el
hechizo. Los pulgares de los cientos de personas que estaban dentro del hechizo
estallaron y la sangre comenzó a fluir a través de esas heridas y a gotear en el suelo.
Como si algo los atrajera, los riachuelos de sangre comenzaron a arrastrarse hacia la
escultura de piedra del centro.

Era un espectáculo asombroso: esos cientos de finos chorros de sangre roja se


dirigían lenta y tranquilamente hacia la escultura, como si fueran serpientes. En un
abrir y cerrar de ojos, habían hecho contacto con los cimientos de la escultura.

Aunque los hombres de gris estaban preparados para ello, sintieron un escalofrío al
ver fluir la sangre. La hoja de loto tallada se tiñó de rojo sangre en su totalidad, y
luego el enrojecimiento comenzó a subir por los pies de la escultura.

Parecía que toda la escultura iba a teñirse de rojo.

Los hombres de gris no sabían cuánta sangre era necesaria. Sólo sabían que la
sangre de los doscientos cuerpos dispuestos para este hechizo iba a ser drenada... y
ninguna de estas personas inconscientes sobreviviría.

Mientras miraban, aturdidos, el Gran Sacerdote los miró con calma y envió otra
ráfaga de viento. Los hombres de gris sintieron un dolor agudo en sus propios
pulgares, y luego, antes de que pudieran reaccionar, sus manos derechas fueron
golpeadas contra el suelo como si de repente les pesara una fuerza inmensa.

La fuerza era tan fuerte que ninguno de ellos pudo defenderse. Incapaces de
controlarse, los hombres de gris se desplomaron en el suelo y sólo pudieron ver cómo
su propia sangre era extraída de sus manos, enviada también a rastras hacia aquella
escultura de piedra. Y parecía que no sólo se les extraía la sangre, sino sus propias
vidas.

Al principio, estaban demasiado aturdidos para moverse, pero luego comenzaron a


luchar desesperadamente. Pero no importaba cuánta fuerza emplearan, ni qué tipo de
tácticas intentaran, sus manos derechas estaban clavadas en el suelo y no se movían
ni un centímetro. Aun así, la sangre fluía.

El líder de los hombres de gris se dio cuenta de repente de algo. Sorprendido, miró
al Gran Sacerdote, y por casualidad se encontró con los ojos del monje.

No había ni una onda ni un parpadeo de empatía en aquellos ojos negros. Era


como si el monje no estuviera mirando a cientos de seres humanos vivos, sino a un
trozo de hierba al lado de una ventana.

Al mirar a través de esos ojos serenos, el líder gris comprendió por fin el verdadero
significado de lo que había dicho el monje: Todo el mundo tiene alguna utilidad. No te
menosprecies a ti mismo.

También comprendió por qué el Gran Sacerdote había divulgado tanto antes. Para
el monje, todo esto había sido equivalente a hablar consigo mismo, sin que nadie lo
oyera... después de todo, una vez que todos estuvieran muertos, ya no serían nadie.

•───────────•

[1] Es otra transliteración del sanscrito y significa "vida infinita" o "infinita


sabiduría." Cuando un monje dice esta palabra es como enviar una bendición de su
corazón directamente al corazón de la gente.
Capítulo 89: Rio de Sangre (III)

Pudo sentir cómo su propia sangre fresca salía de su cuerpo, llevándose también
todo su calor. Comenzó a sentir frío, su visión empezó a ser borrosa y su mente se
sentía pesada y espesa, de modo que su cuello ya no tenía fuerza para sostener su
cabeza.

En ese confuso estado de pánico, de repente empezó a recordar muchas, muchas


cosas, recuerdos fragmentados y dispares de tiempos pasados.

Recordó que todos los demás que habían crecido junto a él en las montañas
estaban ahora también tirados en el charco de sangre.

Recordó la primera vez que conoció al Gran Sacerdote. Todavía era pequeño,
demasiado joven para entender las cosas, y no había tenido ningún motivo para
relacionarse con el Gran Sacerdote. Había esperado a que Songyun se distrajera y
bajara a hurtadillas de la montaña al pueblo más cercano, por donde pasaba la
procesión ritual de Taishan, y, allí, había vislumbrado al Gran Sacerdote. Ese día, las
calles estaban llenas, pero nadie se atrevía a acercarse demasiado. Se había metido
entre la multitud, tratando de encontrar una buena posición desde la que ver las
cosas con claridad, pero alguien le había empujado, y había tropezado en la calle,
justo en la procesión. Creyó que se iba a caer de bruces al suelo, pero en lugar de eso
vio pasar una nube blanca por delante de su vista y conjurar una ráfaga de viento,
que lo había levantado suavemente.

Era demasiado joven y no había asimilado lo que acababa de suceder, sino que
volvió a caminar obedientemente entre la multitud. Cuando recuperó el sentido, la
procesión ya se había adelantado, pero enseguida se fijó en el hombre de blanco que
iba a caballo al frente...

El recuerdo era de hace tanto tiempo que creía haberlo olvidado. Sin embargo,
ahora volvía a recordarlo.

Ahora se daba cuenta de que, por aquel entonces, no había tenido tanto miedo del
Gran Sacerdote... de hecho, incluso lo había venerado. ¿Cuándo había empezado a
sentir pánico, temor e incertidumbre ante el Gran Sacerdote...?

Siguiendo las órdenes de Songyun, él y sus hermanos habían viajado en las


sombras durante muchos años, y ya no podía recordar todo lo que había hecho. Al
principio, al ver todas esas vidas humanas perecer por su mano, se había sentido
abrumado por la culpa y, en busca de respuestas, había acudido a Songyun para
hablar de ello.
Songyun había dicho que todo lo que hacían, lo hacían por el pueblo. Esos
pequeños preparativos eran para lanzar un único y enorme hechizo. El hechizo se
llamaba "Huesos enterrados en los ríos y las montañas", y, si tenía éxito, no sólo
podría evitar grandes desastres, sino también asegurar cien años de paz en la región.

Songyun no le había enseñado las cosas más difíciles y profundas, así que cuando
se trataba de los detalles de un gran hechizo como éste, no tenía ni idea. Sólo
recordaba que Songyun había dicho algo que siempre le había oído decir al mago:
Para que las grandes cosas tengan éxito, hay que hacer algunos sacrificios.

Esto había tenido sentido para él, así que lo había recordado.

Hasta hoy; hasta que vio fluir incesantemente los ríos de sangre, al darse cuenta
de que el puente entre la vida y la muerte era ahora corto y se cernía sobre él. Una
profunda sensación de miedo se apoderó de él, y sus pensamientos se volvieron
repentinamente confusos y caóticos.

De repente sintió que aquellas palabras de Songyun habían sido erróneas, y que
Songyun se había perdido muchas cosas. Al menos... al menos deberían haber
preguntado a esas personas si querían ser sacrificios.

Entonces, su mente volvió a tambalearse y, en su aturdimiento, se dio cuenta de


que Songyun no se había equivocado, pero...

De repente, se preguntó si el Gran Sacerdote, tan distante y desapegado como


era, actuaba realmente por amor a la gente. Los cientos de personas que yacían aquí,
los cuerpos atrapados bajo el río, y aún más personas que se habían visto envueltas
en todo esto... ¿habían merecido la pena sus muertes? ¿Habían sido inevitables sus
muertes?

Pero ya no tenía fuerzas para abrir la boca y hacerse todas esas preguntas. Ni
siquiera pudo echar una última mirada al Gran Sacerdote. Sólo podía sentir que
empezaba a dormirse lentamente en medio de la oscuridad cada vez más tenue que
lo rodeaba, y luego... probablemente no volvería a despertar...

La sangre que brotaba de los pulgares de estos cientos de sacrificios acabó por
teñir de rojo sangre toda la escultura. Ni una sola parte de la escultura estaba
desnuda, ni siquiera en la parte trasera, y ahora exudaba una energía maligna.
Parecía que había comenzado un ritual retorcido. En un instante, todo el monte
Jiangsong, incluso la orilla de Baishi en la que todavía estaba el Gran Sacerdote,
empezó a temblar, y grandes olas rojas empezaron a aparecer en el cielo, rodando
hacia la orilla, pero deteniéndose justo antes de chocar con el lugar donde estaba el
Gran Sacerdote, y retrocediendo una vez más.

Parecía que dos grandes fuerzas luchaban entre sí.

El Gran Sacerdote se sentó y juntó las palmas de las manos. Comenzó a murmurar
una oración, como si estuviera pronunciando ritos funerarios para las almas perdidas,
pero las palabras que pronunciaba tenían un sonido primitivo y estaban llenas de
ruidos extraños, un lenguaje extraño.

Las torres de piedras negras que tenía a sus espaldas se desmoronaron y las
grandes olas que tenía delante se precipitaron hacia él, pero crearon una extraña
forma de arco sobre su cabeza sin hacerle el menor daño.

Al principio, el Gran Sacerdote parecía estar perfectamente bien, pero al terminar


una oración, empezaron a aparecer pequeños pinchazos de sangre por todas sus
manos unidas, con un aspecto muy anormal. Había al menos un centenar de heridas.

Sin embargo, no dejó de recitar sus oraciones, como si no sintiera ningún dolor.

Pero era como si esos pinchazos de sangre estuvieran vivos. Mientras el Gran
Sacerdote rezaba, la sangre comenzó a arrastrarse por el dorso de su mano, aunque
cada pedacito que se movía parecía hacerlo con gran dificultad.

El Gran Sacerdote aún llevaba su máscara de plata, ocultando su rostro. Pero en


un abrir y cerrar de ojos, una fina capa de sudor había aparecido en sus sienes, junto
a la máscara - aunque no hacía ningún ruido ni movimiento, parecía que estaba
poniendo todo su esfuerzo en su magia.

Lentamente, la sangre fluyó desde el dorso de su mano hacia las mangas y los
brazos.

El viento y las olas se volvieron más frenéticos, y las olas eran tan grandes que
parecían querer tragarse la tierra entera. A lo lejos, los pequeños edificios junto al río
eran golpeados sin piedad por las olas rojas, y se derrumbaban rápidamente con el
sonido de los crujidos y las roturas. Otra ola golpeó y arrastró los edificios
limpiamente, hacia la corriente.

Al mismo tiempo, un hilo dorado tan fino como un relámpago nadaba por el lejano
cielo tan rápido como un trueno. Antes de que nadie pudiera reaccionar, el hilo se
había dirigido hacia el noreste, había aterrizado en algún lugar con un enorme ruido,
y luego había ido hacia el suroeste, y ahora se dirigía hacia aquí.

Mientras el hilo pasaba por el Lago Dongting y el Monte Wanshi y se dirigía al


Templo del Aturdimiento, el Gran Sacerdote vio aparecer una tenue luz dorada junto
a sus pies. Y las gotas de sangre de su mano habían subido por sus brazos y ahora
estaban en su cuello.

Era una visión aterradora: un monje de aspecto puro, cubierto de puntos de


sangre por todo el cuello y, mientras seguía rezando, esa sangre subía sin cesar hasta
su cara.

En el instante en que la sangre llegó a su barbilla, un nuevo círculo de sangre


apareció en la orilla de Heishi.

Una luz destelló en medio de este círculo y dos personas aparecieron dentro de él.

Uno de ellos vestía una túnica blanca de monje y parecía haber salido
recientemente al reino común: era muy guapo, pero parecía muy frío... tan frío que
inspiraba miedo y terror, como un vacío infinito oculto bajo una tundra helada.
Sujetaba bruscamente a un segundo hombre por el cuello.

Ese segundo hombre estaba cubierto de sangre, y sus ropas, antes grises, estaban
llenas de barro y hechas jirones. Todas las partes visibles de su piel, desde los brazos
hasta el cuello e incluso la cara, estaban gravemente arañadas, como si hubiera sido
torturado por algo invisible y se hubiera arañado a sí mismo de forma maniática.

Este hombre ensangrentado no era otro que el mago Songyun, él del valle.

Y la persona que lo había capturado era Xuanmin.

El rostro de Xuanmin seguía siendo frío como el hielo, pero sus ojos negros
parecían tener alguna emoción nueva, algo feroz y oscuro como una tormenta, y
aterrador.

Cuando el mago Songyun entró en la orilla de Heishi, vio al Gran Sacerdote


sentado con las palmas de las manos juntas, y de repente gritó conmocionado.

"Tú no eres... Tú..." Songyun se tambaleó de repente, queriendo escapar del


agarre de Xuanmin, pero éste, con el rostro inexpresivo, movió su mano para agarrar
el cuello del mago en lugar de su collar.

"Tú..." Songyun había sufrido mucho en la Cueva de los Cien Insectos, de lo


contrario no habría sido derrotado tan fácilmente y habría terminado en este estado
desolador. Con su cuello en las manos de Xuanmin, habló lentamente y con dolor. "Tú
eres el otro... Ah..."

Antes de que pudiera terminar su frase, Xuanmin apretó su agarre - aunque no


había sido porque Xuanmin estuviera prestando atención a lo que Songyun decía, sino
que había visto el hechizo en la orilla de Heishi, así como las gotas de sangre en el
cuello del Gran Sacerdote.

De vuelta al valle, cuando el cuarto sello se había roto, Xuanmin había recuperado
otra parte de sus recuerdos. Esos recuerdos fragmentados todavía estaban
demasiado dispersos, tan confusos como si vinieran de un mundo diferente, y no eran
algo que la gente común pudiera procesar inmediatamente.

Antes de recuperar esos recuerdos, Xuanmin había sospechado que su relación con
Xue Xian no había sido tan sencilla como ambos pensaban. Había empezado a sentir
que la persona que había estado buscando había sido en realidad Xue Xian todo el
tiempo.

Pero sólo había sido una sensación, y había seguido teniendo dudas.

Pero cuando se había visto a sí mismo calculando la fecha de la catástrofe de un


dragón en sus propios recuerdos, había sentido como si toda su persona se hubiera
sumido en una oscuridad infinita, arrastrado hacia abajo, para no volver a ver la luz.

Xuanmin había sido quien había mutilado a Xue Xian. ¿Qué palabras podrían
resolver eso? Así que Xue Xian se había marchado sin volver atrás, y Xuanmin no
podía perseguirle: sólo podía observar cómo aquella larga sombra se elevaba en los
cielos y luego desaparecía entre las nubes, sin dejar otro rastro.

Probablemente no lo volvería a ver.

Pero no importaba que Xue Xian no quisiera volver a verlo, tenía que pagar su
deuda. Así que había capturado a Songyun e inmediatamente había hecho un hechizo
para transportarlo a donde estaban enterrados los huesos de dragón. No importaba lo
que hubiera hecho en el pasado, ahora tenía que saldar completamente esta deuda
de una vez por todas.
Un hueso por un hueso.

Si causaba un desastre, lo suprimiría. Si le costó la vida a la gente, lo pagaría.

Pero cuando finalmente llegó a la orilla de Heishi, se dio cuenta de que las cosas
eran muy diferentes de lo que había imaginado. Aquel monje de la máscara de plata
sentado frente a él, rezando... ya lo había visto antes.

Cuando era un niño, ese monje le había castigado haciéndole copiar sutras en la
nieve helada, y ese monje también le había llevado al interior, le había dado un
pequeño calentador para ayudarle a entrar en calor de nuevo, le había dado lecciones
de moral, le había arropado en la cama, se había asegurado, cuando salía, de que la
puerta estuviera bien cerrada.

Hacía mucho tiempo que había llamado a este monje Shifu. Pero no lo había
llamado así desde hacía una docena de años o más.

Aunque sus recuerdos aún eran confusos y estaban llenos de lagunas, Xuanmin
podía recordar que, hace muchos, muchos años, la primera vez que había llamado a
este monje Shifu, el monje había permanecido en silencio durante algún tiempo, y
luego agitó la mano despectivamente y dijo: "No somos más que viejos amigos que
se reencuentran. No puedo ser tu Shifu".

No había entendido lo que el monje había querido decir, y luego había dejado de
pensar en ello.

Ahora recordaba muchas cosas, pero no muchas relacionadas con ese monje.
Cuando vio por primera vez al Gran Sacerdote, sentado allí, rezando, sintió
intuitivamente una extraña y compleja emoción... no sabía lo que era, pero estaba
seguro de que no era una emoción que un discípulo debiera sentir hacia su maestro.

En ese momento, Xuanmin frunció el ceño, y entonces comprendió...

Porque este "Shifu" que se parecía a él estaba sentado junto a un gran hechizo, y
este hechizo no era uno para salvar vidas ni para salvar el mundo, sino un hechizo de
intercambio de vidas, uno cuyo único objetivo era traer al monje fortuna y virtud.
Capítulo 90: Paz por Cien Años (I)

Xuanmin movió el dedo y, en consecuencia, los ojos del mago Songyun se


desviaron hacia arriba y cayó inconsciente.

Xuanmin depositó al mago en la orilla de guijarros negros, y luego barrió su


manga. Las enormes olas rodaron por el cielo y se estrellaron violentamente contra el
diseño del hechizo, emitiendo un estruendo ensordecedor, pero el campo de fuerza
que lo protegía del viento y la lluvia no se movió.

La magia de Xuanmin era tan fuerte que las torres de piedra que se encontraban
remotamente cerca de él se pulverizaron al instante. Cuando volvió a introducir las
ondas en el campo de fuerza, empezaron a aparecer ligeras grietas doradas a lo largo
de ese arco invisible.

Esas grietas se extendieron rápidamente por todas partes y, de repente, el campo


de fuerza parecía estar a punto de romperse y explotar, pero de alguna manera fue
reprimido por alguna otra fuerza.

El Gran Sacerdote, sentado en la playa de guijarros negros, detuvo su oración y


separó las manos, empujando las palmas hacia su hechizo, y luego las volvió a juntar.

En ese breve instante en el que había dejado de rezar, los puntos de sangre que
corrían por su cuello también habían dejado de moverse, y cuando reanudó sus
oraciones, la sangre también comenzó a moverse. Toda la secuencia de acciones
había tenido lugar muy rápidamente, pero aquellas enormes ráfagas de viento que
atacaban el hechizo fueron aún más rápidas. Cambiaron de dirección y se dirigieron
directamente hacia el Gran Sacerdote.

Dang...

Anteriormente, el Gran Sacerdote sólo llevaba su túnica de monje y ninguna


armadura protectora, ahora estaba encerrado en una campana de bronce, que repelía
el viento que se acercaba.

La gran fuerza reverberó sobre las poderosas olas rojas, de modo que fueron
devueltas por donde vinieron y retrocedieron estruendosamente por el río.

Xuanmin agarró su colgante de monedas de cobre, y luego hizo un movimiento de


tirón. La fuerza implacable de aquellas olas estaba conectada a su única mano, y la
desgarraba con tanta fuerza que parecía estar a punto de arrancarle la mano por
completo.
Sintió un dolor punzante, pero no lo mostró en su rostro, sino que apretó los dedos
en un puño y volvió a tirar hacia atrás. Aquellas enormes olas que se precipitaban
hacia la otra orilla del río se detuvieron en su camino y se echaron rígidamente hacia
atrás. Tampoco dejó que esto le distrajera del hechizo, que siguió atacando una y
otra vez con ráfagas de viento salvaje que destrozaban las piedras y los peñascos
circundantes y hacían volar los trozos rotos por el aire.

A medida que Xuanmin inyectaba más y más fuerza en sus ataques, el campo de
fuerza comenzó a tambalearse, y la campana de bronce que rodeaba al Gran
Sacerdote también empezó a debilitarse. Parecía que las ráfagas de viento estaban a
punto de cortar la armadura del Gran Sacerdote.

Sin embargo, cuando el campo de fuerza que rodeaba al hechizo amenazaba con
romperse, el monte Jiangsong, así como el resto de la cadena de montañas que lo
acompañaban, empezaron a temblar de repente, como si este pequeño hechizo
circular estuviera ligado a un hechizo mayor, más grande, de modo que los ataques
contra él hacían temblar al mundo entero.

Xuanmin frunció el ceño. Sus ropas ondeaban en medio del viento aullante que le
rodeaba, pero por muy poderosos que fueran los elementos, no podían penetrar en la
orilla de Heishi.

Justo cuando estaba a punto de volver a presionar el pulgar sobre sus monedas de
cobre, el Gran Sacerdote, encerrado en su campana de bronce, dejó de rezar de
repente. Casualmente, el Gran Sacerdote dijo: "No continúe con sus esfuerzos
inútiles. Este hechizo de sangre está vinculado al gran hechizo. Si sigues forzándolo,
entonces no habrá tenido sentido que entierre los huesos de dragón bajo esta
montaña".

Antes, cuando la cordillera había temblado, Xuanmin había visto débilmente un hilo
que se escapaba de la silueta de la montaña, similar a la "seda de araña" que habían
observado en el monte Lianjiang, la que demostraba todos los lugares unidos por un
gran hechizo. Al mirar la dirección en la que había ido ese hilo, Xuanmin
comprendió...

Huesos enterrados en los ríos y las montañas.

El enorme hechizo que recorría toda la cordillera detrás de él era un diseño de


"Huesos enterrados en los ríos y las montañas". Xuanmin aún no podía recordar los
detalles de este hechizo, pero podía deducir los principios básicos de su diseño. Este
hechizo atravesaba montañas y ríos en los cuatro puntos cardinales y, al igual que un
pequeño hechizo, necesitaba algún objeto mágico para anclarse. Había muchos
objetos mágicos en el mundo, pero para poder anclar un hechizo tan vasto, sólo había
dos.

Cuál de los dos había elegido el Gran Sacerdote era obvio.

La mirada de Xuanmin se deslizó por aquella cordillera y supo que el fino hilo que
había atravesado antes las montañas procedía de los mismos cimientos del hechizo:
los huesos de dragón.

Mientras el Gran Sacerdote terminaba de hablar, el pulgar de Xuanmin, sin


embargo, presionó su moneda.

Se oyó un ruido ensordecedor que hizo temblar la tierra, enviando una violenta
sacudida tanto al campo de fuerza que rodeaba el hechizo como a la campana de
bronce que protegía al Gran Sacerdote. La máscara plateada del rostro del Gran
Sacerdote se partió por la mitad y cayó al suelo, dejando al descubierto ese par de
ojos ocultos desde hacía tiempo, que se abrieron lentamente.

Tanto él como Xuanmin vestían túnicas de monje con aspecto de nube, y tenían el
mismo aspecto y apariencia. Uno estaba sentado y el otro de pie.

En el instante en que sus ojos se encontraron, las miradas de ambos albergaron


repentinamente una sensación de terror, que desapareció rápidamente.

En los escasos recuerdos de Xuanmin, sabía que sólo había visto a este "Shifu"
quitarse la máscara una o dos veces, y eso había sido cuando era muy joven. A pesar
de que habían estado en el solitario patio secreto, donde los extraños estaban
prohibidos, el monje rara vez revelaba su verdadero rostro. Por lo tanto, cuando se
trataba de la apariencia de este "Shifu", la impresión de Xuanmin siempre había sido
bastante vaga.

Ahora que podía ver bien al monje, Xuanmin se dio cuenta de que su impresión
había sido extremadamente vaga, y que se había perdido muchas cosas.

Finalmente, fue el Gran Sacerdote sentado en el suelo quien, tras un breve


momento de temor y confusión, sacudió la cabeza y se burló cínicamente.

Aunque la impresión que Xuanmin tenía de él era indistinta, no se podía decir lo


mismo de su impresión de Xuanmin. Al fin y al cabo, al principio había sido él quien
había traído a Xuanmin a casa, quien lo había criado desde la infancia hasta la edad
adulta.

Por lo menos, podía recordar claramente cómo había sido Xuanmin de niño y de
joven. Incluso en aquellos años en los que Xuanmin había heredado su título de Gran
Sacerdote, había podido ver el rostro de Xuanmin.

El nombre de "Tongdeng" había sido asumido por un total de cuatro personas


hasta hoy, o, más exactamente, por tres personas. El llamado Gran Sacerdote nunca
había sido, de hecho, el mismo hombre, y los rostros de estos monjes sucesivos no
habían sido idénticos, aunque en su infancia todos habían tomado medicina mágica
para alterar su apariencia y, por tanto, se parecían ligeramente.

La mayor parte del tiempo, el Gran Sacerdote llevaba una máscara, y el número de
personas que habían visto su verdadero rostro se podía contar con los dedos de una
mano. Aunque alguien lo viera un día, la siguiente vez que lo viera podría ser
muchos, muchos años después, y no encontraría anormal su cambio de aspecto.
Además, nadie se atrevía a mirar directamente a la cara del Gran Sacerdote, y la
mayoría de las veces, incluso cuando llevaba su máscara, quienes le hablaban
miraban ligeramente por debajo de su cabeza, temiendo encontrarse con su mirada.

Además, los hábitos de vida y el aura general del Gran Sacerdote eran muy
intimidantes y lo hacían inaccesible, de modo que nadie tenía la posibilidad de
detectar si algo andaba mal.

Lo único a lo que estos Grandes Sacerdotes debían prestar atención era al periodo
de transición entre dos Grandes Sacerdotes. Durante ese tiempo, el predecesor sería
ya bastante viejo, en alto contraste con el sucesor, que sería joven y espabilado.
Cuando un Gran Sacerdote empezaba a alcanzar la mediana edad, comenzaba a
utilizar máscaras de cera y de piel humana para controlar el envejecimiento de su
rostro. Cuando Xuanmin había asumido el papel de Gran Sacerdote, su rostro todavía
tenía un aspecto demasiado juvenil, por lo que él también había necesitado usar
máscaras para reducir las diferencias entre su aspecto y el del anterior Gran
Sacerdote.

Al principio, el joven Xuanmin, por profundo respeto a su maestro, había hecho


todo lo posible por parecerse a su predecesor. Pero después, una vez que Xuanmin se
había convertido en el Gran Sacerdote dominante, los papeles se habían invertido: de
repente, fue el anterior Gran Sacerdote quien empezó a intentar parecerse más a
Xuanmin.
Y después de eso, habían pasado demasiadas cosas entre los dos, de modo que ya
no podían quitarse las máscaras delante del otro. Ahora que estaban de nuevo frente
a frente, descubrieron de repente que el verdadero rostro del otro les era
desconocido. Qué curioso...

Finalmente, la mirada de Xuanmin bajó con calma y se posó en los puntos de


sangre del cuello del Gran Sacerdote. Este era el medio por el que estaba
transfiriendo la fortuna y la virtud de cientos de personas a su propio cuerpo.
Mientras la sangre se agrupará finalmente en su punto de presión vital en la frente y
se convirtiera en un pequeño punto, el hechizo sería un éxito. Y este hechizo estaba
estrechamente relacionado con el hechizo "Huesos enterrados en los ríos y las
montañas". Si este hechizo tenía éxito, entonces nada podría cambiar el gran hechizo
de nuevo.

Antes, cuando el Gran Sacerdote dejaba de rezar, los puntos de sangre dejaban de
moverse, pero ahora que la sangre había subido por su cara, parecían revestidos de
una nueva vida. Aunque el Gran Sacerdote ya no rezaba, la sangre seguía subiendo
lentamente por su cara.

Cuando Xuanmin se remangó para actuar, el Gran Sacerdote no dudó en


levantarse inmediatamente, aún encerrado en su campana de bronce.

En el momento en que ambos atacaron, una poderosa fuerza se extendió sobre el


hechizo. Las enormes olas rojas reanudaron su marea y fluyeron hacia el Monte
Jiangsong, cubriendo toda la Costa de Heishi bajo ellas.

En ese instante, la tierra empezó a temblar y las olas se agitaron de un lado a otro.

Pero Xuanmin no conseguía imponerse: una de las monedas de cobre de su


colgante seguía sellada y, por alguna razón, con cada ataque, podía sentir una
extraña sensación de conexión entre él y el Gran Sacerdote - no el mismo tipo de
conexión de pensamientos y emociones que tenía con Xue Xian, pero sentía que, por
mucho que atacara al Gran Sacerdote, el efecto sería siempre mucho más tenue.

Además, incluso mientras luchaban, Xuanmin seguía centrando parte de su


atención en otra parte, para que el río no inundara de repente todo a su alrededor y
causara un gran desastre.

Por supuesto, al igual que él no podía dañar al Gran Sacerdote, el Gran Sacerdote
no podía dañarle a él. Ambos parecían estar en igualdad de condiciones, sin un claro
ganador ni perdedor.
El colgante de monedas de cobre en la mano de Xuanmin comenzó a sentirse cada
vez más caliente, y la moneda cuyo sello aún no se había roto zumbaba y latía sin
cesar, brillando tan caliente que le abrasaba la piel. Sintió que una ronda más de
magia destruiría por completo ese último sello.

Los puntos rojos de sangre en la cara del Gran Sacerdote habían llegado a la mitad
de su rostro, y ahora se arrastraban hacia el fondo de sus ojos. Incluso el rostro más
bello del mundo se volvería horrendo en tales circunstancias: las mejillas
ensangrentadas del Gran Sacerdote parecían malvadas y aterradoras.

Mientras luchaban, Xuanmin no perdía de vista aquellas manchas de sangre, y notó


que se movían cada vez más rápido. Al llegar a la mitad de la cara del Gran
Sacerdote, algo parecía haberse desbloqueado en ellas, y rápidamente pasaban por
sus pómulos.

Y luego sus ojos.

Y luego su frente.

De repente, una sacudida recorrió la última moneda de cobre al romperse su sello.


La vieja y opaca cáscara que la rodeaba cayó rota al suelo, revelando un resplandor
amarillo debajo de ella...

Y un torrente abrumador de recuerdos acudió a la mente de Xuanmin.

En sus recuerdos, volvía a ser un niño, todavía copiando sutras en una sala. El
escritorio había sido preparado especialmente para él, y tenía el tamaño justo para su
altura. Estaba de pie, sosteniendo un pincel en una mano, escribiendo con una
caligrafía practicada y hábil. Aunque no era más que un niño, se comportaba como si
ya hubiera hecho algo así miles de veces.

En aquellos tiempos, la copia de sutras no había sido realmente para que los
memorizara, ni tampoco un ejercicio de calma y meditación - de hecho, incluso de
niño, había sido distante y poco hablador -. Copiaba sutras para practicar su
escritura, para que su letra fuera exactamente igual a la letra de la que copiaba.

Pero lo extraño era que, incluso sin demasiada práctica, su caligrafía ya se parecía
mucho al modelo.
Al terminar una página, recordó este extraño detalle. Miró al Gran Sacerdote, que
estaba a su lado, y le preguntó: "Shifu, ¿quién copió estos sutras originales?".

El Gran Sacerdote, que había estado golpeando su propio colgante de monedas de


cobre, se detuvo de repente y le devolvió la mirada. Estaban en una habitación en
penumbra, por lo que Xuanmin no podía ver claramente los ojos del Gran Sacerdote,
y no sabía cómo se sentía el monje. Después de un poco de silencio, el Gran
Sacerdote finalmente dijo: "Tongdeng".

Xuanmin se quedó atónito. "¿Tongdeng?"

"Sí", dijo el Gran Sacerdote mientras volvía a golpear sus monedas.

Aquella luz amarilla y brillante recorría las monedas, rebosante de energía mágica.

Xuanmin no entendía. "Shifu, ¿has copiado estos sutras?"

"¿Cuántas veces te he dicho que no me llames Shifu?", respondió el Gran


Sacerdote sin levantar la vista. Luego añadió: "Estos libros fueron copiados por el
anterior Tongdeng".

"¿El anterior?"

"El papel de Gran Sacerdote se transmite de generación en generación, pero, para


los de fuera, sigue siendo la misma persona. Naturalmente, su nombre budista no
cambia, y sigue siendo Tongdeng. De los Tongdengs que han vivido, yo soy el
tercero". El Gran Sacerdote hizo una larga pausa y luego dijo: "Algún día, tú también
serás Tongdeng".

Mientras decía esto, su expresión continuaba sumergida en las sombras, poco clara
y desconocida.

Xuanmin vaciló. No era un niño vivaz, pero seguía siendo un niño, lleno de
curiosidad desenfrenada. "Entonces... ¿cuál era tu nombre budista original?"

Había querido llamar al Gran Sacerdote Shifu como de costumbre, pero había
recordado lo que había dicho el monje, así que había decidido no hacerlo.

El Gran Sacerdote respondió suavemente: "Zuhong. O tal vez ese era el nombre de
otra persona. Lo he olvidado".
Y entonces Xuanmin recordó la primera vez que le habían llamado Tongdeng.
Acababa de cumplir diecinueve años, y su rostro era todavía el de un joven verde.
Pegó con cuidado la máscara de piel humana en su propia cara, luego colocó una
máscara de plata con forma de cara de bestia encima de aquella, y procedió a dirigir
una larga y sinuosa procesión ritual hacia Taishan.

A partir de entonces, empezó a ocupar el lugar del Gran Sacerdote cada vez con
más frecuencia, ya que Zuhong había empezado a debilitarse con la edad, y había
llegado el momento de tomar el relevo.

En esos recuerdos fragmentados, Xuanmin vio que se había convertido en el


supervisor de todas las actividades del Ministerio de Ceremonias. Le dio la sensación
de estar viendo una vida pasada idealizada. Si Zuhong no hubiera cambiado de
opinión, Xuanmin probablemente habría vivido el resto de sus días dentro del
Ministerio.

A pesar de que el Gran Sacerdote Zuhong nunca había querido ser llamado Shifu,
Xuanmin seguía considerándolo su maestro. Por eso, cuando Zuhong siguió
posponiendo su retiro y luego expresó su deseo de volver al Ministerio, Xuanmin no le
negó su petición.

De hecho, nunca había codiciado el puesto de Gran Sacerdote. En lugar de viajar y


administrar, Xuanmin prefería estar recluido, solo, en las montañas.

Por eso, después de unos diez años al frente del Ministerio, había devuelto el patio
secreto a Zuhong y se había trasladado al edificio de bambú de la hondonada de la
montaña. Como había nacido con los huesos de Buda, su energía mágica innata era
más fuerte que la de Zuhong y, para algunas cosas, éste seguía necesitando su
ayuda.

Así, aunque vivía solo en las montañas, seguía manteniendo relaciones con el
Ministerio... hasta que Zuhong le pidió que calculara la fecha de la catástrofe de un
dragón.

"¿Por qué necesitas una fecha de catástrofe?" En ese momento, Xuanmin había
sido invitado a volver al patio secreto. Estaba de pie en lo alto de la pagoda, y fruncia
el ceño, mientras le preguntaba esto a Zuhong.

Zuhong, de pie junto a la mesa, llevaba un traje diferente para que, en caso de
que alguien viera a los dos juntos, no fuera sospechoso. Zuhong respondió con
calma: "Hace unos días, adiviné que dentro de tres años ocurrirá una gran calamidad.
Parece estar relacionada con el período de catástrofe de un dragón. Si sé cuándo es
eso, podré prepararme mejor y salvar vidas".

Por un momento, Xuanmin sintió que algo estaba mal.

Cuando había estado viviendo solo en el edificio de bambú, había detectado


algunas cosas, pero aún no había podido confirmar nada. Y lo que decía Zuhong no
sonaba mal, así que, aunque dudó brevemente, al final accedió.

Y mucho, mucho más tarde, cuando se enteró de que alguien había mutilado a un
dragón durante su periodo de catástrofe, esa duda persistente que había mantenido
oculta en lo más profundo de su corazón durante todos esos años estalló de repente.
El respeto y el agradecimiento que había sentido por su maestro cuando era joven
desaparecieron por completo, y todos los pequeños indicios y pistas que habían
levantado sus sospechas se volvieron de repente cristalinos. La verdad era mucho
peor de lo que había imaginado: el reguero de huesos que Zuhong tenía ahora en sus
manos parecía unirse en un gran látigo, destruyendo por completo la paz del mundo.

Xuanmin nunca había sido una persona indecisa. Ocultó su furia bajo ese rostro
frío y entró en el patio secreto, lanzando inmediatamente un hechizo sobre Zuhong
para sellar sus poderes mágicos. Pero la conexión entre ambos engendrada por la
"Araña de la misma edad" había sido tan fuerte que los efectos se habían extendido
también a él, haciéndole perder la memoria.

Antes de perder todos sus recuerdos, se había apresurado a escribir una hoja de
notas para sí mismo, y había colocado una serie de sellos en su colgante de monedas
de cobre, para que no pudiera ser dañino si caía en manos de otra persona.

Aquellos recuerdos caóticos y fragmentados volaron por su mente, llevándole


desde su infancia hasta el pasado reciente, y rellenando todas las lagunas que antes
tenía. Se sintió como si finalmente despertara de un profundo sueño.

Xuanmin por fin entendía... todo. Sin embargo, la escena que tenía delante le
hacía fruncir el ceño.

Zuhong sostenía una bandera del trueno entre sus dedos, y de repente la agitó
ligeramente; una docena de truenos retumbaron desde los cielos. Zuhong no quería
matar a Xuanmin, sino que los rayos se unieron para formar una red sobre la cabeza
de Xuanmin.

Sin cambiar su expresión neutral, Xuanmin trató de moverse.


No podía escapar de este ataque del trueno, y sabía que su propósito era obligarle
a volver a la tierra plana. Antes, cuando Xuanmin había tenido visiones de sus
recuerdos, Zuhong había dibujado un hechizo talismán en el suelo bajo sus pies,
sabiendo que caería allí y quedaría atrapado.

El hechizo no era letal, sino un hechizo de marioneta. Si el trueno de Zuhong lo


hacía caer del aire y entrar en el hechizo, perdería todo el control sobre sus
facultades y quedaría a merced del control de Zuhong.

"Nunca te mataría", la voz tranquila de Zuhong flotó hacia él en medio del viento
furioso. "Sólo quiero que seas obediente..."

Justo cuando el trueno estaba a punto de empujar a Xuanmin hacia el hechizo de


Zuhong, se oyó un rugido ensordecedor mientras una sombra negra atravesaba las
olas embravecidas. En un abrir y cerrar de ojos, Xuanmin había sido barrido de la
trampa. Luego, una larga cola como un látigo apareció.

Zuhong dejó de hablar y se agachó, evitando a duras penas este nuevo ataque.

En el siguiente instante, cientos de rayos cayeron desde las oscuras nubes de


arriba.

"¿Una bandera del trueno?", se oyó una mueca. "¡Un juego de niños!"

Mientras la voz reverberaba a través de la tempestad, algo colocó a Xuanmin en la


cima del monte Jiangsong. Aquella sombra negra aterrizó de repente en la orilla de
Heishi, acompañada de más truenos estremecedores. Con una mano, esa figura
vestida de negro partió las enormes olas rojas por la mitad y las llevó a toda
velocidad en dirección a Zuhong.
Capítulo 91: Paz por Cien Años (II)

Aquellos innumerables relámpagos abrieron profundas zanjas en la superficie de la


orilla de guijarros, de las que empezaron a emanar innumerables grietas, algunas
serpenteando hasta el río y bajo el agua, otras dirigiéndose a los cimientos de la
montaña. Desde el interior del monte Jiangsong surgieron débiles y tenues ruidos de
crujidos y roturas que parecían extenderse a lo largo de cientos de li, una
desgarradora advertencia de lo que estaba por venir.

A medida que las enormes olas se acercaban a la montaña, algunas parecían


erosionar la roca de la propia montaña, haciendo que las rocas rotas se precipitaran
hacia abajo, mezclándose con la confusión de la fuerte lluvia y la ligera niebla.

Finalmente, esta gran ola se retiró hacia el río, revelando un vasto agujero creado
por su impacto - y en medio de esa profunda zanja, carbonizada de negro y gris por
el fuego de los relámpagos, Zuhong se sentó con las piernas cruzadas, con las palmas
de las manos juntas, concentrado en sus oraciones.

Pero la campana de bronce que le protegía se había pulverizado, y su túnica blanca


de monje estaba cubierta de agujeros y desgarros, pegada con sangre fresca que se
filtraba por todo su cuerpo.

Mientras Zuhong rezaba, intentaba reprimir la tos, pero no podía evitar que finos
chorros de sangre salieran de sus labios: parecía haber sido gravemente herido por el
ataque. Sin embargo, esos puntos de sangre en su rostro seguían arrastrándose hacia
el punto de presión vital en su frente, pareciendo estar urgentemente cerca de
completar su hechizo.

Pero el ataque de Xue Xian parecía haber afectado a los puntos de sangre: se
habían detenido en su ascenso por un momento, y ahora se movían mucho más
lentamente, de hecho, parecían requerir una gran cantidad de esfuerzo, como cuando
habían aparecido por primera vez en las manos de Zuhong.

Zuhong volvió a toser, atragantándose con su oración. Incapaz de terminar de


hablar, abrió los ojos. De alguna manera, a pesar del estado en el que se encontraba,
parecía no haber perdido la esperanza y tener todavía algo bajo la manga. Un
oponente ordinario dudaría en este momento, y no se precipitaría imprudentemente
hacia otro ataque, por si todo fuera un truco.

Pero su oponente no era ordinario - era Xue Xian.

Cuando Zuhong levantó la cara para mirar, vio que, bajo la opresiva capa de nubes
negras del cielo, había un hombre vestido de negro, con el cuerpo cubierto de
relámpagos crepitantes, con destellos de luz que rebotaban sobre su cabeza,
iluminando su piel mortalmente pálida y su elegante frente. Emitía un aura oscura y
perversa, e incluso parecía haber un aire de maldad en la curva de su sonrisa.

Y lo que es más importante, en las profundidades de sus pupilas, había una raya
de rojo brillante.

Había sucedido; esto era una prueba... lo que llamaban zou-huo-ru-mo, atravesar
el fuego para entrar en el mal: cuando las alucinaciones maliciosas se apoderan del
cuerpo y del alma de uno.

Tanto si se trata de un mortal que practica la magia como de una criatura mítica
celestial, siempre se corre el riesgo de ru-mo, de entrar en el mal. Tal vez si uno
comenzara a practicar el tipo de magia equivocado, o quedara accidentalmente
atrapado en un hechizo, o tomara la medicina mágica equivocada, o hubiera
suprimido la energía tiránica durante demasiado tiempo... bastaba con una chispa, y
en un abrir y cerrar de ojos, uno podía haber entrado en el mal.

No importaba cómo se entrara en el mal, el resultado era siempre el mismo:


aterrador, despiadado, violento... porque la persona original ya no tenía el control.

Zuhong acababa de vislumbrarlo cuando otros innumerables rayos cayeron sobre


el monje. Mientras apretaba los dientes por la ardiente agonía de los ataques, Zuhong
concentró toda su energía mágica en crear una capa protectora dentro de su cuerpo y
evitar los efectos más letales de los rayos.

Y aquel hombre de negro, de aspecto completamente deshecho, comenzó a


caminar despreocupadamente hacia la zanja, todavía acompañado por aquel racimo
de lluvia y rayos salvajes. Desde la gran altura a la que se encontraba, miró a
Zuhong, y de repente inclinó la cabeza hacia un lado y se rió. "¿He oído que eres tú
quien me ha mutilado?"

El hombre de negro miró fijamente a Zuhong durante un rato, luego se agachó y


observó cómo el rayo que había invocado seguía golpeando al monje. Con calma,
añadió: "Sigo siendo una persona comprensiva, ¿sabes? Todos los huesos de tu
enclenque cuerpo no suman la mitad de los míos, pero aun así lo consideraré un
intercambio justo. Ya que tú extrajiste huesos de mi cuerpo, yo sólo extraeré tus
huesos del tuyo..."
Mientras hablaba, levantó las manos y apretó los dedos en señal de anticipación.
Esos dedos delgados y pálidos eran hermosos, y no parecían en absoluto haber sido
violentos. Pero se agruparon en un puño apretado, como si estuvieran agarrando algo
invisible, y el hombre de negro, inexpresivo, empezó a tirar de esa cosa invisible
hacia atrás.

Zuhong gruñó y sus palmas cerradas temblaron, los dedos de su mano izquierda se
deslizaron hacia abajo para agarrar su puño derecho.

Sintió como si el hombre de negro hubiera atravesado su carne y llegado hasta sus
huesos, y los estuviera sacando lentamente de su cuerpo. El dolor era inimaginable e
insoportable.

En ese momento, a Zuhong se le ocurrió jugársela. Lo primero que había hecho


aquel hombre de negro al aparecer en la orilla de Heishi fue salvar a Xuanmin del
hechizo de Zuhong: parecía que todavía se preocupaba profundamente por Xuanmin.
Por supuesto, el hombre de negro se alegró de ver a Zuhong sufriendo, pero ¿sentiría
lo mismo por Xuanmin?

Nadie querría que su compañero sufriera. Si pudiera hacer que el hombre de negro
dudara por un momento...

Sólo necesitaba una oportunidad...

Zuhong sabía lo que tenía que hacer. Con voz ronca, dijo: "Mi destino está
conectado con el suyo. Si yo muero, él tampoco tendrá mucho tiempo de vida.
Mientras él viva, yo no puedo morir. Todo el dolor carnal que yo siento, él también lo
siente. Sabiendo esto, ¿estás seguro de que quieres continuar?"

Zuhong pudo ver a Xuanmin, todavía de pie en la cima del Monte Jiangsong. La
mano derecha de Xuanmin se cerró en un puño apretado, y había una ligera
sensación de emoción en su rostro -- si no fuera porque Zuhong conocía bien a
Xuanmin, ni siquiera sería capaz de notar el dolor que Xuanmin estaba sintiendo.

¿Por qué Xuanmin lo reprimía? ¿Para qué?

Tal vez los demás estarían desconcertados, pero Zuhong lo sabía muy bien.
Siempre había conocido muy bien la personalidad de Xuanmin, pero nunca lo había
revelado.

La razón por la que Xuanmin seguía manteniendo un rostro tan frío y distante,
aparentemente sin una pizca de dolor, era para no interrumpir la venganza del
hombre de negro. Y cuando se trataba de una venganza, ésta debía ser llevada a
cabo por la propia persona, nadie más podía interferir o ayudar.

El hombre de negro, al escuchar las palabras de Zuhong, miró al monte Jiangsong,


y una sensación de confusión y duda pasó por sus ojos. Con la misma rapidez, la
expresión maligna volvió al rostro del hombre de negro y se burló: "¿Quién es? ¿Se
supone que lo conozco?"

Volvió a mirar a Zuhong y se burló. Volvió a apretar el puño, agarrando aquella


cosa invisible, y tiró.

El cuerpo de Xuanmin se congeló en agonía. Miró solemnemente a Xue Xian y


luego cerró los ojos.

******

Después de que Xue Xian saliera del valle, se había dirigido directamente al "Monte
Jiangsong" que había oído mencionar al mago Songyun. Pero nunca en su larga vida
había experimentado una sensación de tristeza tan profunda e ineludible, que se
había refractado en su cuerpo como un profundo dolor, mezclado con el rencor de su
mutilación, y la furia tiránica que había guardado en su interior durante todos esos
seis meses mientras buscaba al responsable. Había sentido ondas de dolor
interponerse en su corazón, una y otra vez.

Ese dolor se había sentido mucho peor, y tan diferente, de las heridas que
normalmente sufría durante sus períodos de catástrofe. Mientras su columna
vertebral palpitaba con un doloroso recuerdo de su mutilación, que aumentaba hasta
que ya no podía soportarlo, sintió de repente que algo en lo más profundo de su
conciencia cambiaba.

Era como si un gran fuego hubiera barrido desde el núcleo de su corazón hasta su
cerebro, y se hubiera extendido por debajo de él hasta consumir también sus brazos
y piernas, y que el fuego se hubiera apagado entonces, y no hubiera dejado más que
condensación, y vacío.

Era ru-mo: había entrado en el mal.

E inmediatamente, con la conexión que suponía el colgante de la moneda de cobre,


había visto algunos de los nuevos recuerdos de Xuanmin. Aquellas visiones que se
agolpaban en su mente lo habían despertado de su estupor sólo por un breve
momento... y luego se había vuelto a sumergir en el mal, impulsado por la cruda
sensación de ira que había guardado en su interior durante todos esos meses.

En ese breve momento de conciencia, su cuerpo se había lanzado instintivamente a


la orilla de Heishi para rescatar a Xuanmin, y cuando sus emociones malignas
volvieron a surgir en él, había perdido el control y había arrojado a Xuanmin en
dirección al monte Jiangsong.

Y cuando escuchó las palabras de Zuhong y miró de nuevo a Xuanmin, volvió a


sentir una repentina sensación de confusión, como si algunos recuerdos hubieran
vuelto a inundarle, pero algo más le impidió dudar. Así que había mirado
tranquilamente hacia otro lado.

Pero por alguna razón, de alguna manera, cuando estaba extrayendo ese segundo
hueso del cuerpo de Zuhong, no pudo evitar volver a mirar al monte Jiangsong.

Ahora, vio a Xuanmin con la cabeza inclinada, allí de pie, una inexorable sensación
de tristeza brotó en su corazón, tan vasta y problemática como el río rojo detrás de
ellos. Se sentía ajeno a Xue Xian, como si hubiera surgido de alguna extraña conexión
entre ellos, algo fuera de su propio control.

Estas emociones le irritaban. Se obligó a apartar la vista de nuevo, y luego hizo


caer incontables rayos más sobre Zuhong.

El cuerpo de Zuhong estaba tan quemado y ensangrentado que su túnica blanca,


antes impoluta, era ahora un amasijo de rojo, marrón y negro. Estaba irreconocible.

Xue Xian lo miró durante un rato, y luego no pudo evitar volver a mirar a Xuanmin
una vez más. Al ver a Xuanmin, vio de repente que una mancha de sangre fresca
estaba floreciendo en el pecho de Xuanmin - realmente estaba sintiendo los efectos
de su conexión con Zuhong.

Aquella gran mancha de sangre era tan desgarradora que Xue Xian sintió que la
visión le atravesaba los ojos y le llegaba al corazón. Aturdido, se quedó mirando el
enorme enrojecimiento y, de repente, graznó: "... ¿Burro calvo?".

De repente, Xuanmin abrió los ojos. Su rostro y sus labios estaban


aterradoramente pálidos, pero mantuvo la calma en su voz y dijo: "Sí". Con las
manos temblorosas, sacó un talismán y lanzó un hechizo de limpieza sobre su túnica.
Pero ni siquiera el hechizo de limpieza pudo detener el incesante flujo de su
sangre. Tan pronto como limpió su túnica, floreció otra mancha roja.

El rayo crepitante que Xue Xian estaba invocando se detuvo.

La mente de Xue Xian seguía sumida en las profundidades de la confusión y el


caos. Sus pupilas estaban negras como el carbón, pero seguían con ese rayo rojo.

En el momento en que Xue Xian se distrajo, Zuhong comenzó a susurrar una


oración de nuevo - todo lo que necesitaba era un poco más de tiempo, para que esos
puntos de sangre pudieran llegar a su destino...

Esos puntos rojos llegaron finalmente al punto de presión vital y empezaron a


agruparse siniestramente. El hechizo de la orilla pareció responder a Zuhong cuando
la escultura de piedra en su centro comenzó a temblar.

Los hechizos situados en el lago Dongting y en el monte Wanshi también


empezaron a reaccionar, pero los funcionarios que los custodiaban hacía tiempo que
estaban demasiado aturdidos y agotados para darse cuenta. En el Templo del
Aturdimiento, en la cima del monte Jiangsong, el hechizo también temblaba sin
descanso, y los funcionarios Chengzi que custodiaban el templo hacía tiempo que se
habían desmayado y estaban esparcidos por el suelo en montones de cuerpos. Los
Taipu y Taizhu no eran una excepción.

El hechizo de cambio de vida pronto tendría éxito. De repente, el sonido de los


suspiros volvió a aparecer en la sala.

La Taipu, medio inconsciente, movió el dedo en respuesta. En su aturdimiento,


creyó oír la voz del Gran Sacerdote, pero era diferente. Mientras se esforzaba por
escuchar, esa voz volvió a suspirar y luego dijo: "Ya tienes lo que te espera".

Tal vez fuera el último destello de una vida agonizante, o tal vez fuera algo más,
pero la Taipu sintió de repente que volvía a tener algunos restos de fuerza. Presa del
pánico, miró los charcos de sangre que la rodeaban y las cosas parecieron encajar.

Dolorida y agotada, puso toda su renovada energía en mover el dedo. Con la


última sangre de su cuerpo, trazó lentamente una línea perpendicular sobre los
chorros de sangre de la escultura de piedra.

Había interrumpido el hechizo. Si los guardianes de un hechizo hicieran de repente


algo así en ese momento, serían capaces de desordenar todo el hechizo.
Inmediatamente, el Lago Dongting, el Monte Wanshi y el Monte Jiangsong
comenzaron a temblar simultáneamente.

Los puntos de sangre que se agrupaban cada vez más en la frente de Zuhong se
dispersaron de repente.

Sorprendido, Zuhong alargó la mano para tocarse la frente, pero antes de que
pudiera entender lo que estaba ocurriendo, la sangre de la escultura de piedra
también empezó a retroceder hacia abajo de nuevo.

Para ser más precisos, era la sangre que había sacado de los cuerpos la que volvía
a esos cuerpos de nuevo. Al revertirse el hechizo, el flujo de la sangre hacia la
escultura también cambió de dirección y comenzó a retroalimentar los pulgares
heridos de los cuerpos inconscientes esparcidos por toda la orilla.

Y la interrupción de este hechizo repercutió en el gran hechizo "Huesos enterrados


en los ríos y montañas".

Xue Xian y Xuanmin sintieron que el suelo bajo ellos se movía cuando algo
profundo bajo la tierra comenzó a retumbar y agitarse. Pronto, la energía que se
cocía a fuego lento bajo el suelo se volvió tan violenta que amenazaba con
derrumbarse por completo.

El estremecedor sonido del temblor se extendió por toda la ribera, y las olas rojas
del río empezaron de repente a surgir de nuevo, liberándose de todo control. Enormes
olas comenzaron a chocar una y otra vez contra la orilla.

Aquel gran hechizo, que había pretendido asegurar la paz para la tierra, se estaba
convirtiendo, debido al fracaso del hechizo de intercambio de vida, en un desastre a
nivel de extinción.

Las ochocientas li de la cordillera comenzaron a temblar, y las dos mil li del río
comenzaron a agitarse.

La inundación saltó hacia la orilla y los edificios de toda la ribera comenzaron a


hundirse, y las montañas vieron cómo se abrían grietas a lo largo de sus colinas, sus
cimientos ya no podían soportar su gran peso. Mientras las prefecturas a lo largo del
río sentían que la propia tierra se abría como si fuera a tragárselas, la gente empezó
a gritar y a llorar, y sus lamentos fueron arrastrados por el viento hasta la orilla de
Heishi.
El pueblo cercano parecía estar ya a punto de ahogarse. Los gritos de pánico se
convirtieron en una masa de horror que se abalanzó sobre ellos como aquellas olas
gigantescas.

El gran hechizo había sido perturbado; no habría paz para los ríos y las montañas.
El hueso de dragón que había sido enterrado bajo el suelo para anclar el hechizo
también sintió los efectos del fracaso del hechizo.

En ese momento, Xue Xian sintió como si innumerables piedras le golpearan en la


espalda y aplastaran sus vértebras hasta convertirlas en polvo fino, pero el hueso en
cuestión no estaba realmente dentro de su cuerpo. Y cuando las montañas que le
rodeaban empezaron a desmoronarse y a caer, algo dentro de su espalda que había
estado sometido a una enorme presión se dobló y se rompió de repente.

Los hilos que el colgante había sacado para mantener su cuerpo unido se habían
gastado por completo, y ahora habían desaparecido.

Xue Xian volvió a perder la sensibilidad en las piernas; era como si se las hubieran
arrancado. Y no eran sólo las piernas, sino que, de alguna manera, sus cinco sentidos
también se habían visto dañados, y sintió que su oído se volvía borroso e indistinto, y
que su visión se volvía borrosa, e incluso su sentido del tacto se embotó....

Como su hueso había sido enterrado en el núcleo del hechizo, era como si ahora
fuera uno el mismo con las montañas y los ríos. El dolor que sentían las montañas y
los ríos se convirtió en su dolor también, y la turbulencia dentro de las montañas y los
ríos se convirtió en turbulencia dentro de él también.

Todo esto fue muy rápido, demasiado rápido para que él pudiera reaccionar o
comprender. Lo único que sabía era que el cielo se había vuelto negro de repente,
como si se hubieran reunido infinitas nubes negras que le presionaban, a punto de
bajar al suelo y envolverle por completo.

Entonces se dio cuenta de que no era el color del cielo el que se oscurecía: era su
propia visión, que se desvanecía.

La escena que tenía ante sus ojos se oscureció y supo que estaba a punto de
sumergirse en la oscuridad total. Automáticamente, miró frenéticamente hacia el
monte Jiangsong por última vez.

Aquella mancha blanca en su visión levantó de repente su mano y una


deslumbrante luz dorada emitió de ella, enviando hilos fuera de la mano que se
tejieron en una red y ataron las montañas que se desmoronaban dentro de ellas,
deteniendo las olas que se acercaban...

Xuanmin agarró su colgante de monedas de cobre con una mano, ignorando las
heridas que se habían abierto a lo largo de su palma y la sangre que goteaba
incesantemente sobre su túnica blanca. Concentró toda su magia en mantener unidas
las montañas y los ríos, cerrando la otra mano en un puño brusco.

Hong---

Una enorme fuerza chocó con los cimientos de la montaña.

El viento salvaje sopló con más fuerza y el terremoto se volvió aún más frenético,
y las olas sobre sus cabezas surgieron y gritaron como miles de caballos de guerra.
Xuanmin apretó con fuerza su colgante y otro chorro de sangre se filtró en su túnica.

Sin embargo, no pareció darse cuenta: siguió apretando su otro puño.

Honglonglong...

Mientras tiraba de algo invisible una y otra vez, finalmente, algo emergió de las
profundidades de la tierra: era un hueso de dragón.

Una vez eliminado el objeto mágico que lo anclaba, todo el hechizo comenzó a
implosionar.

Sólo había dos objetos mágicos en el mundo lo suficientemente poderosos como


para anclar un hechizo tan vasto como éste. Zuhong había elegido un hueso de
dragón. Xuanmin eligió ahora el hueso de Buda.

Todo su cuerpo comenzó a convulsionarse mientras sacaba lentamente dos huesos


blancos y brillantes de su cadera. Cuando los huesos salieron de su cuerpo, no
atravesaron su carne y parecieron deslizarse a través de él, pero Xuanmin sintió de
repente que la fuerza vital que había en su interior empezaba a evaporarse a una
velocidad aterradora.

Su rostro era tan blanco como una sábana, pero sus ojos eran tan oscuros como la
tinta.

Golpeó con el pulgar una moneda de cobre y la cordillera tembló, abriéndose y


creando un enorme cañón bajo sus pies. Empujó los dos huesos de Buda hacia el
abismo y luego volvió a unir la montaña, manteniéndola entera.

En ese momento, el lunar rojo del cuello de Xuanmin volvió a extender sus vasos
sanguíneos y se estremeció como una araña moribunda. Entonces, esas ocho patas
volvieron a entrar en el lunar.

El lunar comenzó a desvanecerse y finalmente desapareció. Zuhong, sentado con


las piernas cruzadas en la zanja, había perdido su última oportunidad: en cuanto la
araña de la misma edad murió, su rostro se arrugó rápidamente y se convirtió en la
cara marchita de un anciano, y aquellos ojos que tanto se habían parecido a los de
Xuanmin empezaron a oscurecerse, como si un velo gris se hubiera extendido sobre
ellos.

Había luchado durante años, pero finalmente no pudo escapar de la muerte.

Los que estaban en su lecho de muerte siempre empezaban a recordar su vida,


recordando cosas de hace tanto tiempo que siempre habían creído olvidar. Cuando
Zuhong se desvaneció, aquellos ojos sin vida y sin fuerzas parpadearon de repente
hacia el cielo y recordó que, hace tantos años, en el monte Jiangsong, cuando el
santo le había traído a casa, el tiempo también había sido así: nubes negras y
opresivas de tormenta, una lluvia tan intensa que desdibujaba el cielo, el río inquieto
y violento, a punto de ahogar la propia montaña.

La primera vez que se encontró con el santo, el monje tenía un aspecto tan puro y
divino, como si estuviera cubierto por el suave resplandor del amanecer.

Sólo cuando el santo le llevó al patio secreto, comprendió que se trataba del Gran
Sacerdote. El papel del Gran Sacerdote se transmitía de generación en generación. El
primero había venido de Nanjiang, y este santo era el segundo. Y él, el recién llegado
al patio secreto, sería un día el tercero.

Había llamado a ese santo Shifu, pero el monje siempre había sido frío y distante,
y odiaba hablar. Por eso, en todos los años que habían pasado juntos, nunca había
dicho el nombre de Shifu en voz alta.

El tiempo que le había llevado pasar de niño a joven adulto había sido
extremadamente largo, pero también había pasado en un instante.

Lo suficiente como para ser perezoso a la hora de leer sutras, de modo que había
pasado mucho tiempo distraído y pensando en otras cosas, aunque eso nunca había
hecho que el tiempo pasara más rápido. Pero de repente habían pasado diez años, y
ninguno de ellos había dejado huella en el rostro de su Shifu.
Mucho, mucho más tarde, se enteró de que su Shifu había tenido los huesos de
Buda en su cuerpo, por lo que su vida era mucho más larga que la de la gente
común, y envejecía mucho más lentamente.

En ese momento, había sido ingenuo y simplemente lo había admirado. Pero más
tarde, había dejado de sentir admiración.

Porque su Shifu, que debía vivir una vida larga y plena, había muerto cuando él, el
discípulo, sólo tenía unos veinte años. Había muerto para salvar a un humilde
plebeyo.

¿Y qué si Shifu había tenido los huesos de Buda en su cuerpo? Aun así, había
muerto antes de tiempo.

Cuando Shifu había muerto, se había sentido triste, tal vez, o alguna otra emoción,
no estaba seguro... estaría una tarde de pie, solo, en el nivel más alto de la pagoda,
en el patio secreto, observando las estrellas, y de repente se acordaría del anterior
Gran Sacerdote.

Y más tarde, también al pie del monte Jiangsong, había ido a buscar a su propio
sucesor: un niño pequeño que también tenía los huesos de Buda en su cuerpo y que,
a pesar de ser tan joven, era exactamente igual a su propio Shifu.

A ese niño, le había dado el nombre budista original de su Shifu: Xuanmin.

Entonces, aquella admiración que había sentido cuando era joven había vuelto - al
principio, había sido sólo un poco, y a medida que Xuanmin crecía, lo admiraba cada
vez más.

En la decena de años que Xuanmin había pasado como Gran Sacerdote, había
intentado por todos los medios reprimir este sentimiento, había intentado distanciarse
del Ministerio. Pero al final no había podido resistirse: al encontrarse de repente con
que envejecía a gran velocidad, y al darse cuenta de que un día se desmoronaría en
polvo amarillo, aquella intensa admiración que había sentido por Xuanmin se convirtió
en algo agrio, como la envidia.

Había querido más.

Había querido más...


Esas nubes negras se volvieron más pesadas y oscuras, y sus párpados también se
volvieron pesados. En los últimos momentos de su vida, miró de repente aquellas
grandes olas rojas que se acercaban a él y escuchó aquellos sonidos de gritos
desesperados que habían llegado hasta él desde quién sabía dónde.

Esto no había sido lo que él quería. Quería ayudar a la gente y, de paso, conseguir
algo para sí mismo.

Pero a medida que avanzaba, la codicia se había apoderado de él, y las cosas
habían salido mal...

Dicen que cuando uno está a punto de morir, se vuelve amable con los demás. Tal
vez fuera algún milagro del espíritu de aquel santo que le había salvado hace tantos
años, pero en esos últimos momentos, Zuhong recordó las buenas intenciones con las
que había empezado. Quería pagar esa deuda, de cualquier forma que pudiera...

En su aturdimiento, Zuhong buscó a tientas su propio colgante de monedas de


cobre, y manchó una gota de sangre.

Y entonces unos débiles y tenues hilos dorados se desplegaron desde el colgante y


extendieron sus dedos hacia la aldea cercana y aquellas olas que rodaban
inexorablemente...

Pero parecía que era demasiado tarde para hacer retroceder el desastre: el viento
salvaje seguía aullando furiosamente en sus oídos, la cordillera que tenía a sus
espaldas seguía temblando y sacudiéndose, y aquellos innumerables gritos de pánico
y lamentos trágicos seguían enredándose con el sonido del viento, y las olas se
agitaban como una horda de caballos salvajes que surcaban los cielos... aunque
finalmente no llegaron a la orilla.

Porque las ochocientas li de montañas y las dos mil li de ríos estaban fuertemente
unidas por innumerables hilos dorados, tejidos en una red, y la red era tensada por
los dedos de Xuanmin.

Y Xuanmin estaba arrodillado frente a Xue Xian.

Xue Xian seguía sintiendo el efecto del hueso de dragón: no podía ver ni oír, y
estaba sentado, arrugado, con los brazos colgando sin fuerzas, tan quieto como una
estatua. Su larga túnica estaba empapada, como si las olas lo hubieran empapado,
aunque las olas nunca lo habían golpeado: era sudor frío y sangre, cuyo color era
invisible contra el negro de su túnica...
Xuanmin ahogó algunas toses, pero no apartó la mirada del rostro de Xue Xian. Su
propia túnica, parecida a una nube, se había teñido de carmesí con su propia sangre,
y cuando levantó una mano, ésta se tiñó de un tono gris mortífero.

Lentamente, disolvió el hueso de dragón que había extraído del hechizo y lo


introdujo en el cuerpo de Xue Xian.

Los ojos sin vida de Xue Xian parecieron moverse ligeramente, y un débil destello
de luz pareció aparecer de nuevo.

En silencio, Xuanmin extendió la mano para cubrir sus frágiles ojos, y continuó
mirándolo. Luego, se inclinó hacia él y lo besó.

Un ataque de tos hizo que Xuanmin se doblara, pero mantuvo su mano en los ojos
de Xue Xian. El sonido de su tos era cada vez más bajo y débil...

Zuhong, cuyo destino estaba ligado al de Xuanmin, finalmente cerró los ojos. Su
cabeza cayó hacia delante, muerta.

Y la mano de Xuanmin perdió también toda su fuerza y cayó al suelo, dejando ver
los ojos enrojecidos de Xue Xian...
Capítulo 92: Paz por Cien Años (III)

Ahora tenía los ojos muy abiertos, y si los abría más, esa capa de humedad que
rebosaba en sus ojos rodaría por sus mejillas.

Su nariz estaba llena del olor a pescado de la sangre fresca, traído por el viento y a
través de la mano de Xuanmin y alimentado en sus fosas nasales. No desaparecía.
Sus ojos negros reflejaban las sombras de aquellas olas rojas del cielo y las montañas
que aún temblaban, pero su mente permanecía completamente en blanco.

Sus sentidos volvían lentamente a él, pero aún no estaba convencido de poder ver
u oír de nuevo.

Si no, ¿por qué la cabeza de Xuanmin estaría tan inclinada? Xuanmin, que siempre
se mostraba tan frío y rígido, que apenas asentía; su cabeza estaba tan inclinada que
parecía que nunca más iba a levantar la cabeza; o si no, por qué los dos estaban
arrodillados el uno frente al otro así, cubiertos de sangre, con la mano de Xuanmin
apoyada suavemente en su cara, pero sin que saliera una palabra de su boca...

Los huesos de Buda finalmente comenzaron a hacer efecto dentro del hechizo.
Aquellas agitadas e inquietas olas empezaron a retroceder, y las temblorosas
montañas empezaron a calmarse.

Y los hilos dorados que habían lanzado una red contra los cielos comenzaron a
desvanecerse también. Mientras el viento seguía azotando sus cuerpos, las monedas
de cobre en las manos de Xuanmin temblaron, y luego se estrellaron sin vida en el
suelo, donde Xuanmin había dibujado un círculo de sangre.

Era un pequeño hechizo que había preparado en sus últimos momentos. Esas
monedas de cobre, cargadas de su poder mágico, en combinación con los huesos de
Buda, realmente ayudarían al hechizo de Zuhong a asegurar cien años de paz en la
tierra.

Cuando el colgante de monedas de cobre cayó al suelo, la parcela de tierra dentro


del círculo de sangre se desplazó y creó un agujero, en el que se introdujeron
aquellas cinco relucientes monedas antes de ser enterradas de nuevo. Un tenue
resplandor dorado comenzó a salir de esa parcela de tierra donde estaban enterradas
las monedas, y emanó hacia el exterior, como serenas ondas en un estanque,
extendiéndose capa a capa, cien li, mil li, diez mil li...

Una ligera brisa tiró de una esquina de la túnica de Xuanmin, dejando al


descubierto una pequeña botella de cerámica que había estado guardando en su
manga. Pero la botella de cerámica hacía tiempo que había sido descorchada, y
estaba vacía.

Y mientras el cálido resplandor dorado se filtraba por el cuerpo de Xue Xian, una
pequeña canica roja del tamaño de un grano de arroz se desprendió de repente de su
clavícula. Parecía que había completado su misión: sus ocho patas sobresalían, rígidas
e inmóviles.

Y donde la araña roja había estado en el cuello de Xue Xian, se posó un minúsculo
lunar rojo más pequeño que un pinchazo. Su aspecto era diferente al de la picadura
de la araña de la misma edad, y si lo tocaba con el dedo, podía sentir que estaba
ligeramente levantado de la piel.

Pero en ese momento, Xue Xian no se dio cuenta de todo eso. Se quedó
congelado, mirando con horror a Xuanmin, sin poder creer lo que veían sus propios
ojos.

Pero el rostro de Xuanmin seguía en la cara de Xue Xian, más frío que la nieve del
norte, tan frío que le producía un escalofrío. La piel de la muñeca de Xuanmin no
mostraba ningún signo de movimiento, ni latidos, ni siquiera un poco: estaba
aterradoramente inmóvil.

Con ese enorme hueso de dragón metido en su cuerpo, Xue Xian se estaba
calentando de nuevo, y esa sensación de hinchazón y ardor se abría paso por su
columna vertebral. Debería haber empezado a sudar, pero el sudor contra su piel se
sentía más frío que el hielo.

La sensación de que sus huesos se restablecían era profundamente incómoda, y no


era tan diferente del dolor que había sentido cuando se los habían extraído en primer
lugar. Pero en ese momento, Xue Xian no sintió nada de eso, ni siquiera pudo sentir
el retorno gradual de su fuerza vital. No creía tener ni siquiera la fuerza para levantar
sus propias manos.

......

Mucho, mucho más tarde, de repente, por fin, se sintió capaz de moverse de
nuevo. Una mano se disparó para agarrar la muñeca de Xuanmin justo cuando la
mano del monje estaba a punto de alejarse de la cara de Xue Xian. Xue Xian rodeó a
Xuanmin con sus dedos.
Cuanto más caliente sentía su propia piel, más fría y helada estaba la de Xuanmin
en comparación.

"Tú..." Xue Xian comenzó con voz ronca. Había querido pronunciar el nombre de
Xuanmin, pero sólo pudo pronunciar una sola sílaba antes de perder la voz y sus
palabras se ahogaron en el fondo de su garganta. Había puesto demasiada fuerza en
su agarre, así que no sólo había sujetado la muñeca de Xuanmin, sino que había
tirado ligeramente.

Ahora Xuanmin se inclinaba hacia delante, y Xue Xian tenía que sostenerlo con
rigidez.

La barbilla de Xuanmin se apoyaba en el hombro de Xue Xian. Una de sus manos


estaba agarrada por Xue Xian, y la otra colgaba sin vida contra su costado. Desde
lejos, parecían estar abrazados, pero uno de ellos estaba muerto.

Cuando el peso de Xuanmin se inclinó hacia él, Xue Xian sintió que las lágrimas
que rebosaban en sus ojos temblaban. Sin expresión, cerró los ojos con fuerza,
forzándolos a retroceder.

Al cabo de un rato, Xue Xian recordó de repente algo, y sus ojos volvieron a
abrirse. Mientras seguía sosteniendo a Xuanmin contra él, liberó una mano y tanteó el
bolsillo de su pecho en busca de algo... y lo encontró: la pequeña botella de cerámica
blanca, la que era exactamente igual a la que se había caído antes de la manga de
Xuanmin, la botella de la Cueva de los Cien Insectos.

Los dedos de Xue Xian trabajaron casi histéricamente para destapar la botella y
sacarle las arañas madre e hijo, y le costó varios intentos sacar la araña correcta
entre el par.

Sin demora, empujó a la araña madre hacia el cuello de Xuanmin y apretó su


caparazón con fuerza para no dejarla luchar ni escapar. Mientras observaba, la araña
madre se retorció al principio, pero finalmente no tuvo más remedio que dar un
mordisco a la carne de Xuanmin.

Xue Xian se negó a parpadear: miró fijamente el lugar donde la araña había
mordido a Xuanmin, hasta que sus ojos empezaron a doler, pero no encontró ningún
cambio, ninguna herida, nada.

Todo su cuerpo estaba muy tenso, nunca en su vida había estado tan ansioso por
algo. Sus pensamientos se aceleraron, pero sabía que no podía seguir pensando...
pensó que podría empezar a sentir miedo.
Los dos estaban arrodillados en la devastada orilla, uno frente al otro, una silueta
de negro y otra de blanco. Finalmente, las manchas de sangre en la escultura de
piedra del hechizo de Zuhong se evaporaron por completo, y aquellos rastros de
sangre en el suelo también fueron retrocediendo, de modo que los doscientos cuerpos
dispuestos alrededor de la escultura ya no parecían tan absolutamente grises, y
comenzaron a sonrojarse de nuevo.

Sólo habían sido heridos en las manos, y nunca habría sido fatal si no hubiera
habido magia que extrajera la sangre de sus cuerpos. Ahora que el hechizo se había
roto, todo volvía a ser como antes. Aparte de esos pequeños cortes, y de las gotas de
sangre en sus frentes, estaban sanos y salvos.

Después de un largo, largo tiempo, Xue Xian comenzó a sentir frío, su cuerpo
estaba helado por la temperatura sin vida de Xuanmin. Finalmente, Xue Xian vio
aparecer débil y lentamente un lunar de sangre en la piel de Xuanmin.

Pero el lunar era muy tenue, tan tenue que Xue Xian no podía adivinar si el
mordisco había tenido éxito o no.

En ese momento, algo con alas apareció de repente en el cielo sobre ellos y se
acercó a toda velocidad.

Xue Xian seguía conmocionado y no se dio cuenta hasta que la criatura negra cayó
al suelo ante él y saltó hacia su mano. Abrió el pico y dejó caer algo de aspecto sucio,
y luego empezó a picotear los dedos de Xue Xian, intentando desesperadamente
llamar su atención.

Finalmente, Xue Xian salió de su aturdimiento y miró a la criatura: era el cuervo


negro de Xuanmin.

Aquel pájaro mágico y casi inteligente había llegado hasta aquí, pero no parecía
preocupado por su amo inconsciente. Empezó a dar saltitos y a acariciar la palma de
la mano de Xuanmin con el hocico. Luego miró a Xue Xian con la cabeza inclinada:
parecía que no era la primera vez que vivía una escena tan trágica y desesperada.

Xue Xian se quedó mirando al pájaro durante un rato, y luego bajó la vista hacia lo
que se le había caído del pico. Era una bolsa de tela sucia, y parecía tener algo
dentro: cuando el pájaro la había dejado caer antes, había hecho un débil ruido de
golpe.
Al ver que Xue Xian no tenía intención de moverse, el cuervo suspiró y saltó hacia
la bolsa, empujándola y tirando de ella con el pico hasta que pudo sacar el objeto que
había dentro.

Xue Xian se quedó atónito: cinco monedas de cobre.

El diseño de las monedas era igual al de las que Xue Xian había visto usar a
Xuanmin, e incluso el aura mágica ligada a ellas era básicamente idéntica a la de las
monedas de Xuanmin. Xue Xian no necesitaba tocarlas para saberlo, simplemente lo
sabía. Lo extraño era que la energía mágica que daba a las monedas su aura... era
también la de Xuanmin.

La única diferencia era que la cuerda por la que estaban ensartadas estas monedas
parecía brillante y viva, casi como si fuera nueva; pero Xue Xian podía decir que esto
era sólo un truco de la magia, y que estas monedas tenían al menos unos cientos de
años.

Cuando las monedas de cobre cayeron de la bolsa y repiquetearon junto a la mano


de Xuanmin, emitieron un ruido sordo, como si, desde algún lugar de la inmensidad
del tiempo, hubieran encontrado de nuevo a su dueño.

De repente, Xue Xian sintió que un poco de sensibilidad volvía a su cuerpo. La


llegada del cuervo y la reacción de esas monedas le habían hecho volver a la realidad,
y se le ocurrió que... Xuanmin podría realmente no volver a abrir los ojos.

Se giró para estudiar de nuevo el tenue lunar del cuello de Xuanmin, y quizá se
estaba mintiendo, pero la marca ya no parecía tan invisible como antes.

Quizá realmente había funcionado...

Xue Xian soltó la mano de Xuanmin y flexionó los dedos, dándose cuenta de que
había estado agarrando la mano del monje con tanta fuerza que, con esta repentina
liberación, un dolor le subía por las articulaciones y los nudillos.

En cambio, rodeó a Xuanmin con sus brazos, dispuesto a levantarlo y llevárselo de


aquí.

Pero en cuanto Xue Xian se movió, una cosa diminuta cayó ligeramente de los
pliegues de su túnica, rodó por su brazo y su mano y aterrizó en el suelo.

Xue Xuan se detuvo y miró hacia abajo con curiosidad, escudriñando el suelo
salpicado de sangre alrededor de sus pies hasta que finalmente vio un insecto rojo y
esférico tan pequeño como un grano de arroz. Frunció el ceño...

Habiendo tenido en mente a la araña de la misma edad, se sorprendió al ver otra


araña más. En cuanto notó su cuerpo redondo, pensó automáticamente en la Cueva
de los Cien Insectos.

Y entonces se dio cuenta de que realmente había hecho una conexión, que no era
una coincidencia. Cuando se agachó para recoger el insecto y lo volteó en la palma de
la mano, vio que su vientre negro tenía un reguero de sangre.

No podía no tener algo que ver con la Cueva de los Cien Insectos.

Pero la Araña de la Misma Edad podía camuflarse: el color de su caparazón


cambiaba según el entorno. Si ésta era una Araña de la Misma Edad, entonces, tan
pronto como la hubiera cogido en su mano, debería haberse convertido lentamente en
el mismo color. Pero esta araña no cambiaba en absoluto, a pesar de estar viva.

Y... ¿qué estaría haciendo aquí una araña de la Cueva de los Cien Insectos? ¿Y por
qué se le caería de la manga, como si hubiera estado antes en su cuerpo?

Xue Xian se congeló, recordando de repente lo que habían encontrado en la


Cueva...

Cuando habían capturado a las Arañas de la Misma Edad, Xuanmin le había dado la
espalda. Xue Xian había ayudado al monje a recuperar dos botellas vacías de su
bolsillo, y todo el tiempo, las manos de Xuanmin habían estado juntas. Xue Xian no
había visto realmente a la araña.

Entonces, Xue Xian había cogido una de las botellas y Xuanmin le había dado la
araña madre que había estado sosteniendo, para que Xue Xian la metiera en la
botella. Al mismo tiempo, Xuanmin había cogido la segunda botella.

Xue Xian no tenía ni idea de lo que pasó después, ya que estaba concentrado en
meter la araña madre en la botella. Y cuando volvió a levantar la vista, Xuanmin
estaba enroscando la segunda botella.

Xue Xian tuvo un momento de confusión: ¿por qué había que cerrar la segunda
botella? No había nada dentro, y no había estado abierta cuando Xue Xian la había
sacado.

Ahora que volvía a pensar en ello, Xue Xian supuso que Xuanmin había atrapado
algo más que esa araña madre. Obviamente, esta pequeña araña roja había sido
capturada en ese momento... y no sólo una, sino que debía ser una pareja.

De vuelta a la Cueva, Xuanmin había dicho que había dos tipos de arañas que se
criaban. Como esta araña de color rojo oscuro no era la araña de la misma edad,
entonces tenía que ser del segundo tipo.

Recordó que, en aquel momento, había preguntado casualmente a Xuanmin cuál


era el segundo tipo. La respuesta de Xuanmin había sido breve y sencilla: le había
explicado, pero tampoco le había explicado.

Xue Xian guardó la araña, aún sin saber qué era. Mientras sostenía en su abrazo el
cuerpo sin respirar de Xuanmin, se preguntó de repente si esta segunda araña era el
plan de respaldo de Xuanmin, algo que le ayudaría...

Pero cómo...

Xue Xian miró a Xuanmin; sus dedos se apretaron contra la túnica ensangrentada
de Xuanmin. Retiró su barbilla del hombro de Xuanmin donde había estado
descansando, y sus labios rozaron el frío cuello de Xuanmin, y luego la punta de su
nariz, y finalmente enterró su cara en el pliegue del cuello de Xuanmin.
Capítulo 93: Paz por Cien Años (IV)

El Templo Daze, en el monte Jiangsong, era un pequeño monasterio rural que


había sido construido hace unos trescientos años. Su ubicación era tan remota que
nunca había florecido realmente para obtener esa nube permanente de incienso
melancólico que tenían la mayoría de los templos. No vivían allí más de diez monjes,
y en su mayoría eran gente tranquila y sencilla, por lo que la vida no era demasiado
difícil. Hace unos doscientos años, antes de que el rayo destruyera el templo, los
monjes eran cinco o seis. Sus espaldas estaban encorvadas por la edad; todos habían
vivido toda su vida en aquella montaña. El único joven del templo era el nuevo
iniciado, un joven de Nanjiang.

Para ser sinceros, en aquel momento, el grupo de monjes ancianos miraba con
amabilidad y lástima a aquel joven de Nanjiang, pensando: "Este chico debe ser
extraordinariamente estúpido. Hay tantos monasterios famosos y ricos por ahí... ¿por
qué había elegido venir al Templo del Aturdimiento?

El joven de Nanjiang tenía un rostro apuesto y fresco, con cejas altas y pómulos
perfilados. Sus ojos negros brillaban con una tranquilidad y estabilidad inusuales para
su edad.

Con un rostro así, cualquier monasterio lo querría como iniciado. Sin embargo,
tuvo que elegir el pequeño templo del monte Jiangsong.

Naturalmente, a los monjes ancianos no les importó, y se alegraron de tenerlo...


pero ¿estaba contento? Así lo habían preguntado.

El joven había respondido: Estoy destinado a venir al Templo del Aturdimiento.

Pero antes de que tuviera la oportunidad de prestar su juramento, ese templo


predestinado fue alcanzado por un rayo y se incendió.

Todos en el templo murieron, excepto el joven Nanjiang.

Mucho, mucho más tarde, ese joven conoció a otro joven de su misma edad, y
ambos se hicieron íntimos amigos. Muchos años después, el joven se trasladó al
Ministerio de Ceremonias y se convirtió en el Gran Sacerdote, encargado de proteger
a todo el imperio de los desastres y asegurar la buena fortuna.

Y es que ese amigo íntimo tenía un estatus especial: cuando se conocieron, sólo
era el príncipe heredero; más tarde, se convirtió en el emperador.
Muchos años después, la vida del emperador llegaba a su fin, y el Gran Sacerdote,
incapaz de aceptar la pérdida de su amigo más íntimo, encontró la manera de
prolongar la vida del emperador. Pero le llevó demasiado tiempo desarrollar el
hechizo: cuando estuvo listo, el hijo divino del Cielo ya había ascendido.

El Gran Sacerdote estaba inconsolable. Pero no olvidó la promesa que había hecho
con su amigo más cercano: proteger la tierra durante cien años.

Pero la gente común no vivía tanto tiempo, y, al tratar de encontrar una manera
de prolongar la vida del emperador, el Gran Sacerdote se había agotado, y su propia
vida ahora se desvanecía.

Así que hizo algunas adivinaciones, y luego regresó al Templo Daze en el Monte
Songjiang, donde encontró a su sucesor.

Quería honrar los deseos de su amigo, y asegurarse de que, pasara lo que pasara
con la dinastía imperial, siempre habría una estrella ardiendo con una llama eterna,
iluminando el camino del imperio, guiando el espíritu del pueblo. Cambió su nombre
budista por el de Tongdeng, que significaba compañero de linterna, y decidió
transmitirlo por generaciones.

Pero cuando trajo a su sucesor a casa desde el Templo del Aturdimiento, éste era
todavía un bebé sin dientes. Ni siquiera podía hablar.

Tongdeng era un nombre demasiado formal para un niño, y podría no ser


auspicioso si quería que el niño viviera más allá de la infancia. Además, aún faltaban
muchos años para que el manto fuera transmitido. Así que el Gran Sacerdote dio al
niño un nombre budista más apropiado: Xuanmin.

Xuanmin tenía algo especial. El niño había nacido con los huesos de Buda en su
cuerpo, signo de haber sido bendecido con una gran virtud. Los huesos de Buda le
acompañarían en todas sus vidas, pasando de vida en vida.

Aunque el Gran Sacerdote era un hombre de pocas palabras cuando se trataba de


sus asuntos cotidianos, en realidad tenía mucho que decir al joven Xuanmin. Pronto,
Xuanmin se convirtió no sólo en una disciplina, sino en un amigo.

Tal vez fuera fortuito o tal vez fuera la intención del Gran Sacerdote, pero mientras
criaba y enseñaba al niño a lo largo de los años, poca gente entraba en el patio
secreto. Pocas personas llegaron a ver el verdadero rostro del Gran Sacerdote, y aún
menos personas sabían de la existencia de Xuanmin.

Muchos años después, Xuanmin creció y asumió con éxito el cargo de Tongdeng. Y
el Gran Sacerdote, al que desde la muerte del emperador le quedaba poco por vivir,
pasó finalmente al nirvana.

Su larga vida había sido algo azarosa, pero si lo pensaba realmente, todo lo que
había tenido era un solo amigo íntimo, y un solo discípulo... pero era suficiente para
una vida plena. Sin embargo, una parte de él no podía dejar de lado el Monte
Jiangsong, y el Templo Daze...

Aunque la caída de un rayo hace tantos años había sido realmente una
coincidencia, y no había tenido nada que ver con él, los rumores sobre la mala suerte
que había traído a los monjes ancianos le habían seguido por todas partes. No pudo
evitar un leve sentimiento de culpa cuando pensó en el Templo del Aturdimiento.

Incluso después de su muerte, no podía dejarlo ir. Así que... se "quedó" allí. Cada
año, en Año Nuevo, y durante el Festival Qingming y el Festival de los Fantasmas,
encendía linternas para las almas de los monjes ancianos que le habían sonreído
amablemente, hace ya un siglo.

Era como un fantasma, pero no un fantasma; como un alma, pero no un alma;


como un espíritu, pero no un espíritu; nadie podía verlo, ni siquiera los magos, ni los
exorcistas, ni los adivinos con visión yin-yang.

Así que a los humanos les parecía que, algunas veces al año, el templo se bañaba
de repente en luz. Esto les aterrorizaba, y nadie se atrevía a acercarse, calificándolo
de templo encantado.

Hoy era el decimoséptimo día del duodécimo mes. La devastadora batalla en el


monte Jiangsong parecía haber tenido lugar ayer, pero en realidad había pasado más
de medio mes.

La escena destruida al pie de la montaña había sido limpiada hacía tiempo, y luego
una enorme ventisca enterró todos los rastros que quedaban de que algo había
ocurrido allí. Volvía a ser una escena de paz.

Cuando cayó la noche. En la oscuridad, el templo abandonado se iluminó de


repente con exactamente seis pequeñas llamas.

"¡Las llamas fantasma! ¡Las llamas fantasma han vuelto, hermano!" Lejos del
Templo Daze, a lo largo de la cordillera, en el pequeño monasterio, el pequeño
novicio se asomó a la ventana y sacó la cabeza en la noche, mirando hacia el Monte
Jiangsong y haciendo un gesto a su hermano discípulo para que viniera a echar un
vistazo.

Las llamas fantasma aparecían en momentos inconsistentes, a veces antes, a


veces después. Era raro verlas. El pequeño novicio había vivido en el monasterio
durante más de diez años, pero ésta era sólo la segunda vez que presenciaba las
llamas fantasma.

Los rumores hacían que las llamas fantasma parecieran horribles, pero cuando las
vio, no sintió ningún miedo. Las llamas brillaban con una calidez melosa, y no sólo no
molestaban al espectador, sino que le infundían una sensación de serenidad.

Y en realidad, el Templo del Aturdimiento no contenía ninguna energía negativa o


demoníaca.

Esas seis linternas de la paz, con esas "llamas que aparecían por sí solas", estaban
de hecho siendo encendidas por un monje vestido con túnica blanca. Atendía
cuidadosamente los núcleos de las llamas, pero nadie podía verle hacerlo, salvo otra
persona que se encontraba en la misma situación que él.

El monje iluminador no era otro que el joven de Nanjiang que, siglos atrás, había
subido a la montaña y entrado en este templo como iniciado, que llegó a convertirse
en el Gran Sacerdote: el verdadero Tongdeng.

Y la persona que estaba en la misma situación que él, la única que podía verlo,
también estaba presente en el templo en ese momento. Esta persona también llevaba
una túnica blanca de monje, y parecía un fantasma sin ser un fantasma; como un
alma sin ser un alma. Estaba sentado con las piernas cruzadas sobre una alfombra de
oración en un rincón de la sala, con el rostro pálido y los ojos cerrados, como si
estuviera meditando.

Aunque parecía un fantasma, el aire embrujado no podía enmascarar el agradable


atractivo de su rostro, ni esa frialdad.

Era Xuanmin.

Tongdeng terminó de encender las linternas y se colocó tranquilamente frente a


ellos, juntando las manos en un saludo budista. Luego, con un movimiento de la
manga, se dio la vuelta y caminó hacia Xuanmin. A la tenue luz de las seis linternas,
miró la mano izquierda de Xuanmin, que descansaba ligeramente sobre su propia
rodilla.

Entre dos de los dedos de esa mano, Tongdeng pudo ver un lunar, tan pequeño
que parecía el pinchazo de una aguja, aunque tenía una forma ligeramente globulosa
y sobresalía de la piel. Este lunar coincidía con el de la clavícula de Xue Xian.

"Ha aparecido tu lunar", dijo Tongdeng, mirando a Xuanmin. "Todavía no puedo


creer que se te ocurriera hacer algo así en ese momento. Coger la araña, hacer que
te pique a ti, y luego hacer que le pique a él, todo en el tiempo que se tarda en decir
una sola frase. Podrías haber usado esa última energía para luchar un poco más, tal
vez darle unas últimas palabras, una última petición".

Los párpados de Xuanmin permanecían cerrados y sus labios no hacían ningún


movimiento. No estaba claro si había escuchado a Tongdeng o si simplemente estaba
ignorando a su antepasado.

"Puede que esta araña no sea tan venenosa como la Araña de la Misma Edad, pero
sigue sin ser precisamente cómoda. ¿Dejas que estas cosas te muerdan por diversión
estos días?" añadió Tongdeng con frialdad.

Xuanmin permaneció en silencio durante un tiempo, y finalmente, aún sin abrir los
ojos, habló. "Tú creaste estas arañas".

Lo que en realidad quería decir: Así que no vayas por ahí advirtiendo a los demás
de que te van a picar.

Después de que Xuanmin diera su último suspiro, había caído inconsciente, y


cuando había despertado, había sido aquí mismo, en el abandonado Templo del
Aturdimiento. Hacía unos dos días, había conseguido crear una forma corporal, y
había tardado otro día en estabilizarse. En esos dos días, no había abierto los ojos, ni
le resultaba fácil hablar, pero podía escuchar cómo hablaba alguien cercano a él.

Mientras escuchaba esa voz entrelazarse, descubrió que se trataba del primer Gran
Sacerdote Tongdeng, y de su propio shifu en su vida anterior. Y las dos clases de
arañas que vivían en la Cueva de los Cien Insectos habían sido criadas por este
mismo monje.

Xuanmin sólo había experimentado anteriormente la picadura de la Araña de la


Misma Edad. Hace muchos, muchos años, antes de retirarse del patio secreto a su
pequeño edificio de bambú, se había dado cuenta de que algo en el destino de
Zuhong había cambiado: el número de años que le quedaban a Zuhong en vida había
aumentado. Aunque, cuando estaba en el patio secreto, Zuhong había dejado de
quitarse la máscara, Xuanmin pudo comprobar, por las arrugas que desaparecían en
el cuello de su predecesor, que Zuhong estaba rejuveneciendo físicamente.

En ese momento, Xuanmin no había sabido qué pensar, pero se había preguntado
si la transformación de Zuhong había tenido algo que ver con él mismo. En aquella
época, cada vez que Zuhong le hablaba, lo hacía en un tono profundo, como si
Zuhong sintiera que le debía algo a Xuanmin, incluso había un ligero matiz de
gratitud.

Pero, en aquel momento, todavía respetaba mucho a su maestro, así que, aunque
había notado que algo iba mal, no le había importado.

Mucho más tarde, cuando Xuanmin llegó a conocer la verdad sobre la Araña de la
Misma Edad, Zuhong fue más allá y extrajo con avidez esos huesos de dragón... y
después de eso, Xuanmin había perdido sus recuerdos. Así que todo el asunto de
"enfrentarse a Zuhong para atraparlo con la Araña de la Misma Edad" se había
retrasado, y sólo se había resuelto al final de la vida de Zuhong.

Pero ahora tenía tiempo para pensarlo todo. Xuanmin siempre había sido una
persona extremadamente reservada, y había muy pocas oportunidades para que
alguien se acercara lo suficiente a él como para plantarle una araña. La única vez
fue...

El otoño anterior a que dejara el patio secreto para siempre y permitiera que
Zuhong le sustituyera como Gran Sacerdote. Había estado meditando, y
accidentalmente había caído en un hechizo trampa de meditación y había quedado
inconsciente durante tres días y tres noches. En ese entonces, había confiado
completamente en Zuhong, así que, si Zuhong hubiera querido plantarle la araña,
bien podría haberlo hecho entonces.

Pero no importaba. Su cuerpo físico estaba muerto. Todo esto era historia ahora,
cosas de su vida pasada.

Hoy, el lunar en su cuerpo ya no era el de la Araña de la Misma Edad, sino una


picadura del segundo tipo de araña encontrada en la Cueva de los Cien Insectos.

El objetivo original de Tongdeng había sido desarrollar la Araña de la Misma Edad;


el segundo tipo había sido un subproducto accidental. Esta araña representaba el
estado de ánimo deprimido y perturbado en el que se encontraba Tongdeng cuando la
había creado, y no había sabido cómo llamar a la raza, por lo que se había decantado
por Wuming, que significa anónimo.
En la Cueva, Xue Xian había preguntado de improviso qué hacía la Araña Wuming,
si realmente podía unir tres vidas como en los rumores.

Xuanmin había dicho que no.

No había mentido; la araña realmente no tenía nada que ver con las tres vidas.

La araña de la misma edad consistía en una araña madre y una araña hijo; la
araña Wuming era un par de arañas de la fortuna y la desgracia. La araña roja
significaba la fortuna, y la negra, la desgracia. El pequeño lunar de la mano de
Xuanmin procedía de la araña negra, y el lunar de la clavícula de Xue Xian había
surgido de la araña roja.

La aparición de los lunares significaba que el hechizo había tenido éxito: la persona
mordida por la araña negra, una vez muerta, nunca se desvanecería ni perdería la
conciencia, y seguiría siendo algo entre un fantasma y un alma. Todas las desgracias
destinadas a la persona de la araña roja se transferirían a la vida de la persona de la
araña negra, y todo el buen karma que la persona de la araña negra había ganado en
su vida sería dado a la persona de la araña roja...

El costo era que la persona muerta no podría volver a entrar en la rueda de la


vida; éste era el final del camino.

No eran tres vidas; era la eternidad.

"El lunar ha aparecido. A partir de ahora, sólo serás tú... caminando por los
confines de la tierra, solo, para siempre", dijo Tongdeng. Ahora estaba de pie junto a
la puerta, mirando el cielo iluminado por la luna. Luego se volvió hacia Xuanmin y
añadió: "Por supuesto, también hay cosas buenas. No volverás a perder la memoria.
Recordarás todo lo que debes recordar. De hecho, serán cada vez más claros a
medida que pasen los años, como si tu vida hubiera terminado ayer. La parte mala...
no importa lo bien que recuerdes las cosas, eres invisible a todos los ojos. Incluso
para los de los dragones. Entonces, ¿te arrepientes?"

Durante mucho tiempo, Xuanmin permaneció en silencio, como si aún no quisiera


enfrentarse a Tongdeng. Esto le recordaba a Tongdeng a su discípulo original de hace
siglos.

Finalmente, Xuanmin respondió con calma: "A ti también te mordió la Araña


Wuming. ¿Te arrepientes?"
Tongdeng gruñó y no dijo nada.

¿Arrepentirse?

Las fortunas y desventuras del destino de uno no son un asunto menor. Él lo había
regalado todo, y por supuesto esa no había sido una decisión menor. Nunca se
arrepentiría, ni siquiera si el mundo se volviera del revés.
Capítulo 94: Un poco de Dulzura (I)

La pequeña habitación en el segundo piso del edificio de bambú en la hondonada


de la montaña Boji era una habitación sencilla con muebles simples, tan escasos que
apenas parecía habitable. Lo único que había en la habitación era una cama de
bambú, y no parecía haber sido utilizada con mucha frecuencia.

De hecho, no parecía que alguien hubiera utilizado la habitación. ¿Quién sabía qué
tipo de vida había llevado aquí el anterior propietario? ¿No comía, no dormía... estaba
a punto de ascender a la divinidad?

Pero no importaba cómo había vivido el propietario cuando había residido aquí
anteriormente, hoy, parecía perfectamente normal tumbado en la cama...

El cuerpo de Xuanmin estaba cubierto por una túnica blanca. Su rostro era pálido y
gris, sin ningún indicio de vida. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, fríos como
el hielo, inmóviles y sin moverse.

Los primeros días, Xue Xian le había molestado mucho. Al ver que el cuerpo de
Xuanmin se negaba a calentarse, permaneciendo rígido como el hielo, Xue Xian lo
había rodeado con una burbuja de aire caliente para intentar devolverle la vida. Pero
al final, la piel de Xuanmin había seguido pareciendo fría, por lo que Xue Xian había
querido encontrar algo que lo cubriera más.

Había buscado en todos los rincones del edificio de bambú, pero no había
encontrado ni una sola manta o cosa parecida a una manta, así que había tenido que
ir a la cercana sede del condado y gastar algo de plata en ropa de cama de invierno y
una capa gruesa.

Xue Xian había pensado en quitarse la capa exterior de su propia túnica para cubrir
a Xuanmin con ella, pero su ropa negra como el carbón, que siempre había pensado
que le quedaba bastante bien, le daba a Xuanmin un aura de muerte, haciéndole
parecer aún más desesperado... era demasiado desagradable.

Xue Xian nunca había sido supersticioso, pero ahora se preguntaba si la ropa negra
era un tabú.

Durante los dos días siguientes, Xue Xian había ido de un lado a otro, devanándose
los sesos. Primero le ponía la manta a Xuanmin, luego sentía que una prenda tan
gruesa no encajaba con la personalidad de Xuanmin, pero si le daba a Xuanmin la
nueva capa que había comprado, el color de la capa también le parecía mal...
Después de buscar de nuevo en la casa, finalmente encontró una túnica blanca e
impoluta, y se la puso a Xuanmin.

Una vez colocada la túnica encima de Xuanmin para que le cubriera bien, Xue Xian
empezó a preocuparse por el extraño aspecto que tenía Xuanmin tumbado con las
manos a los lados de esa manera... incluso ver a Xuanmin tumbado en horizontal era
extremadamente extraño. En los recuerdos de Xue Xian, Xuanmin siempre estaba
meditando con las piernas cruzadas, o bien ocupado en algo con una expresión seria
en su rostro.

Xue Xian había permanecido sentado durante un rato, y luego se había vuelto a
inquietar, levantándose para ayudar a Xuanmin a cambiar de posición, y había
cruzado los brazos de Xuanmin para que ahora estuvieran colocadas tranquilamente
sobre su pecho.

Una vez que se aseguró de que Xuanmin estaba cómodo, Xue Xian hizo un rápido
viaje de vuelta a la Cueva de los Cien Insectos. Se dirigió directamente a la cámara
de piedra del fondo y se hizo un lío con todo ese complicado y arcaico texto de la
pared.

Pero no pudo leer el texto, así que el pasar la mano por encima no le dijo nada
nuevo.

Encontró tiempo para volver a visitar al viejo Qu en el pueblo, para ver si el


anciano podía reconocer la escritura.

Pero el viejo Qu tampoco lo sabía. El aldeano sólo dijo que la escritura se parecía a
la de su antepasado, que quizás había visto a uno o dos ancianos escribir de esa
manera un puñado de veces... pero nadie había utilizado realmente la escritura desde
hacía al menos unos cientos de años, y hoy en día, cualquiera que hubiera sabido
leerla probablemente hacía tiempo que había muerto.

Así que el texto de la pared temporalmente no le servía a Xue Xian y, frustrado,


tuvo que guardarlo.

Encontró una gran cantidad de pequeñas cosas sin sentido para hacer, y se
mantuvo ocupado haciendo tareas mientras Xuanmin dormía, porque no podía
atreverse a estar ocioso. Cada vez que las cosas se calmaban, era capaz de percibir
que el cuerpo de Xuanmin a su lado, de hecho, estaba completamente vaciado de su
alma.
La vista de Xue Xian estaba dotada de lo divino: no sólo podía ver cosas del mundo
material, sino también fantasmas y espíritus. Había visto a Jiang Shining, había visto
a la vieja señora Liu, había visto al soldado herido atrapado en la placa de
identificación... había visto muchas, muchas cosas, gente viva y fantasmas muertos,
pero lo único que no podía ver era lo que le había pasado al alma de Xuanmin.

Al final, se quedó sin tareas que realizar. Después de tres o cuatro días de
actividad, no tuvo más remedio que sentarse en silencio.

Con la llegada de la tranquilidad, Xue Xian podía pasar todo el día sentado junto a
la ventana sin moverse, mirando el cuerpo sin vida de Xuanmin. A veces examinaba a
Xuanmin con atención, tratando de ver si podía detectar algún indicio de movimiento
o cambio en el monje; otras veces, simplemente se quedaba en blanco.

El lunar dejado por la Araña de la Misma Edad en el cuello de Xuanmin seguía


siendo tenue y oscuro, como una mancha de sangre marrón secada hace tiempo. Xue
Xian no sabía cuándo podría volver a adquirir un color rojo vivo, o quizás nunca lo
haría...

Xue Xian había vivido miles de años solo, y hacía tiempo que se había
acostumbrado a la paz y a la tranquilidad que proporcionaba la soledad. Pero ahora,
al ver a Xuanmin tumbado con los ojos cerrados, sin hablar, sin respirar, Xue Xian
sintió una desesperante y abrumadora sensación de soledad...

Por suerte, rápidamente encontró otra cosa que hacer.

Ya no se trataba de algo tan insignificante y trillado como cambiar las cubiertas o


la posición de Xuanmin: mientras rebuscaba en la biblioteca del edificio de bambú,
Xue Xian había encontrado un viejo libro.

Aquel libro parecía completamente caligrafiado y encuadernado a mano, y quién


sabía cuánto tiempo hacía que se había confeccionado. Las páginas de su interior
estaban ya débiles y marchitas, como si un simple toque pudiera hacer que se
rompieran. Había estado archivado en un cajón durante demasiado tiempo sin que
nadie lo revisara, y el aire de la montaña era húmedo, por lo que las páginas hacía
tiempo que habían empezado a curvarse, y muchas de las palabras se habían
desvanecido.

Pero esto no empañó en absoluto el ánimo de Xue Xian: en cualquier caso, la


mitad del texto del libro le resultaba completamente ilegible.
El libro contenía nada menos que la misma escritura arcaica que había sido tallada
en la pared de la Cueva de los Cien Insectos. Y la otra mitad del texto era una
anotación que traducía esa extraña escritura.

El contenido del libro era extremadamente minucioso y detallado: claramente, la


persona que lo había escrito tenía una personalidad equilibrada y firme, con mucha
paciencia.

Xue Xian se apresuró a hojear las páginas hasta llegar a la última, y, en la esquina
inferior, estaba -los dos únicos caracteres que le habían enseñado a leer- la firma del
autor, Tongdeng.

En la época en la que se encontraba en el monte Jiangsong, la conexión


establecida por el colgante de la moneda de cobre había significado que había visto
parte del último lote de recuerdos que habían inundado la mente de Xuanmin cuando
se había roto el sello de la última moneda. Cuando Xue Xian había recuperado el
control, había recordado las cosas que había visto y más o menos había reconstruido
la historia de la identidad heredada del Gran Sacerdote Tongdeng.

Basándose en todo eso, parecía que el Tongdeng que había construido la Cueva de
los Cien Insectos y el Tongdeng que había escrito este libro eran la misma persona: el
primer Tongdeng.

Xue Xian nunca había conocido a ese Tongdeng original, pero por este libro, no
parecía ser una persona malvada. Al menos había sido un buen maestro.

Habiendo encontrado este libro, Xue Xian no se demoró más. Sacó el borrador que
había hecho y, estudiando el contenido del libro de Tongdeng, comparó cada carácter
de la escritura arcaica con su equivalente en chino moderno. No se detuvo ni
descansó: cuatro días después, fue capaz de entender cada palabra del mensaje en la
pared.

Y luego se sentó junto a la mesa en silencio durante toda una noche...

Alguien, sin decir una sola palabra, había elegido soportar la carga de todas las
desgracias y desastres de la infinita vida de Xue Xian para que éste no tuviera que
sentir más dolor; y no había pedido nada a cambio.

Si Xue Xian no hubiera descubierto por casualidad lo que significaba el texto del
muro, tal vez habría pasado el resto de su vida sin saber qué había hecho Xuanmin
por él...

¿Cómo podría abandonar a alguien así?

Aunque Xuanmin hubiera pasado a la otra vida, Xue Xian sería capaz de
encontrarlo de nuevo. Pero Xuanmin ni siquiera había vuelto a entrar en la rueda de
la vida; no podía. Desde el punto más alto del cielo hasta el más profundo del mar,
no importaba dónde estuviera Xuanmin, él iba a encontrarlo y traerlo de vuelta.

******

En las remotas montañas, de repente empezó a nevar de nuevo. Esta vez, no era
del tipo que hiela el corazón, sino del que cae lámina a lámina, cristalina y perfecta,
trayendo consigo una sensación de alivio e incluso un brote de calor.

"Es Nochevieja", dijo Tongdeng, de pie junto a la puerta con las manos unidas a la
espalda. Mientras miraba al cielo y observaba los remolinos de nieve que caían al
suelo, preguntó de repente a Xuanmin: "Creo que lo he olvidado. ¿En qué año
estamos?"

Xuanmin seguía sentado en el interior de la sala, meditando: el dolor por el que


había pasado había sido tan extremo que le llevaría bastante tiempo volver a curarse
del todo. Por el momento, no podía acercarse fácilmente a algún lugar y coger un
objeto material a voluntad, como podía hacer Tongdeng.

Aunque Xuanmin parecía estar sentado en la alfombra de oración, en realidad


estaba flotando ligeramente sobre ella.

Incluso la aguja más ligera y fina, si se colocara en su palma, sería incapaz de


manejarla. La aguja caería a través de su mano fantasmal y caería al suelo.

Al escuchar la pregunta de Tongdeng, Xuanmin mantuvo los ojos cerrados y


respondió: "El vigésimo tercer año de la era Tianxi. Después de hoy, será el vigésimo
cuarto".

Los ojos negros de Tongdeng reflejaban el brillo de la nieve blanca y pura, y eran
profundos como lagos; sentía como si pasaran cientos de años cada vez que
parpadeaba esos ojos suyos. Tras un largo silencio, Tongdeng dijo: "Oh, Tianxi..."

Parecía que quería decir algo más, pero después de haber pronunciado esas
primeras palabras, volvió a callar. Xuanmin no sabía en qué estaba pensando...
quizás simplemente iba a suspirar por lo rápido que pasaba el tiempo.
"La nevada parece que va a durar toda la noche. Buen augurio", añadió Tongdeng.
Se dio la vuelta, dispuesto a volver a la sala y seguir debatiendo con su discípulo,
pero antes de que pudiera moverse, oyó de repente un poderoso sonido de trueno
que resonaba en los cielos.

El trueno surgió de la nada, sin previo aviso. Era tan inesperado que no podía ser
una tormenta natural.

En cuanto oyó el trueno, Xuanmin abrió de repente los ojos que había mantenido
cerrados durante semanas de meditación.

Cada vez que Xue Xian se transformaba en su forma de dragón, siempre iba
acompañado de truenos, por lo que a estas alturas Xuanmin parecía haber adquirido
un hábito: escuchar el sonido de los truenos le hacía sentir automáticamente que Xue
Xian estaba a punto de aparecer.

Pero entonces cerró los ojos con la misma decisión con la que los había abierto.
Ahora estaba entre los vivos y los muertos, y nadie podía verle, y mucho menos
averiguar dónde estaba. ¿Por qué iba a venir Xue Xian aquí?

De repente, Tongdeng exclamó: "Este trueno..."

Antes de que pudiera terminar su frase, un rayo cruzó el cielo, su contorno blanco
y descarnado bajó del cielo como el rastro zigzagueante de una lombriz y aterrizó
exactamente en el Templo del Aturdimiento.

Tongdeng observó cómo el extraño rayo se dirigía directamente hacia el tejado del
edificio en el que se encontraban, pero justo cuando estaba a punto de golpearles,
algo interfirió y lo detuvo en seco.

El rayo había llegado de la nada, y ahora había desaparecido de la nada. Como si


hubiera venido a asustarlos a propósito, o bien...

Tongdeng no sabía si era sólo su paranoia, pero el trueno parecía estar lleno de
una magia inmensamente poderosa. No podía haber sido convocado por un hechizo
de lluvia o cualquier otro hechizo mágico ordinario; en cambio, parecía el tipo de
trueno que podría aparecer durante una catástrofe. Pero ¿qué clase de humano
experimentaba catástrofes?
Así que Tongdeng debía de haberse equivocado.

Se dirigió a Xuanmin. "¿Podría ser ese dragón tuyo?"

Xuanmin guardó silencio.

¿Qué quieres decir con "ese dragón tuyo"? Xuanmin ni siquiera se molestó en abrir
los ojos. No era de los que albergan fantasías imposibles.

Pero Tongdeng no necesitaba que Xuanmin respondiera; ya tenía su respuesta...

Porque justo cuando terminó de formular su pregunta, el sonido del rugido de un


dragón llegó desde los cielos lejanos. En un abrir y cerrar de ojos, una silueta negra
se estrelló contra la puerta, acompañada de una docena de rayos.

La perturbación era caótica y demasiado familiar. Xuanmin no pudo permanecer


indiferente; sus párpados se abrieron de repente mientras miraba a la puerta.

Xue Xian tenía el mismo aspecto que antes, su piel seguía siendo pálida, su rostro
seguía siendo apuesto. Pero Xuanmin sintió como si no lo hubiera visto en muchos,
muchos años; Xue Xian estaba a sólo dos zhang de distancia, pero parecía como si
estuvieran separados por el velo entre la vida y la muerte.

La mirada de Xuanmin se clavó en Xue Xian con el peso de una cordillera,


implacable.

Xue Xian puso cara de asombro. Estaba de pie junto a la puerta y miraba fijamente
la sala, pero no parecía capaz de ver a los dos monjes que estaban dentro.
Frunciendo el ceño, su mirada recorrió la sala mientras mostraba una expresión
complicada y profunda en su rostro.

No podía ver.

Realmente no podía ver.

Los ojos de Xuanmin se oscurecieron y un torrente de sentimientos brotó en ellos,


su angustia era palpable.

Pero cuando la mirada de Xue Xian pasó por delante de él, se detuvo de repente.
Xue Xian volvió a fruncir el ceño mientras miraba fijamente aquel punto del pasillo,
como si percibiera algo allí. Finalmente, preguntó tímidamente: "¿Burro calvo?".
Tongdeng chasqueó la lengua.

Pero Xue Xian no pareció reparar en Tongdeng en absoluto. Su mirada se posó en


Xuanmin, buscando.

Xuanmin dijo: "Sí".

Tongdeng volvió a chasquear la lengua.

Pero Xue Xian no podía oír la voz de Xuanmin. Todo lo que Xue Xian podía hacer
era quedarse allí, mirando fijamente ese lugar, esperando hasta que no pudo esperar
más. Entonces sacó un fino cordel rojo de su manga y enrolló un extremo sin apretar
alrededor de su muñeca. Al hacer un nudo, pareció brillar con una luz interior, como
si de repente estuviera vivo.

"Ya que no respondes, no tengo otra opción", murmuró Xue Xian mientras
jugueteaba con la cuerda. Luego, apretó el otro lado de la cuerda entre sus dedos,
entrecerró los ojos y apuntó en dirección a Xuanmin, y la dejó volar.

Cuando se elevó en el aire, la cuerda roja pareció cobrar vida propia, deslizándose
directamente hacia Xuanmin. Se detuvo por un momento frente al monje sentado y,
una vez seguro, se dirigió hacia su muñeca y se ató alrededor de ella con un nudo
mortal.

Cuando la cuerda atrapó a Xuanmin, el rostro solemne de Xue Xian se relajó de


repente y se transformó en una sonrisa. "Te tengo".
Capítulo 95: Un poco de Dulzura (II)

Ahora tanto Tongdeng como Xuanmin estaban demasiado sorprendidos para


hablar.

¿Qué estaba pasando?

En todos los años que Tongdeng había pasado flotando en este templo, nunca
había visto algo así. ¿Un mísero trozo de cuerda era suficiente para capturar a
Xuanmin?

Tan pronto como la cuerda hizo su nudo alrededor de la muñeca de Xuanmin, su


forma comenzó a emerger frente a los ojos de Xue Xian. La mirada errante de Xue
Xian se detuvo finalmente y se posó en el rostro de Xuanmin, antes de volver a mirar
al monje de arriba abajo.

Por un momento, algo pareció sonrojarse en los ojos de Xue Xian, antes de volver
a ser empujado a la fuerza.

Siguió sonriendo, pero esa profunda sensación de emoción que había habido antes
en su rostro se había disipado por completo, y parecía tan feliz y despreocupado
como siempre. Tiró ligeramente de la cuerda roja que tenía en los dedos y dijo: "Hace
años le di al cuñado del ratón de biblioteca Jiang Shining un trozo de esta cuerda. No
había pensado que un día yo también lo necesitaría".

Enrolló la cuerda suelta alrededor de su dedo distraídamente, tirando de ella, como


si intentara atraer a Xuanmin hacia él por la muñeca, como un pescador impaciente.
Mientras tiraba, añadió distraídamente: "Menos mal que no he tirado esto".

Originalmente, Xuanmin no podía tocar nada en el mundo material, e incluso unas


finas agujas atravesaban su mano. Pero la cuerda roja de Xue Xian era como una
flecha que atravesaba el reino de la vida y de la muerte, y al atravesar la carne
intangible de Xuanmin, el anhelo que llevaba le ayudó a recuperarse.

Mientras Xuanmin flotaba sobre la alfombra de oración, un torrente de energía


mágica fluyó hacia él a lo largo de la cuerda roja: sabía que en un abrir y cerrar de
ojos tendría la fuerza necesaria para volver a tocar los objetos materiales.

Tongdeng, que había tardado cientos de años en adquirir esa misma fuerza, apartó
la mirada con disgusto.

Xue Xian había encontrado a la persona que había estado buscando, y ahora el
polvo se había asentado, y todas las cosas trágicas que había experimentado
anteriormente no importaban. Xue Xian no entró en el vestíbulo, sino que permaneció
de pie, ocioso y pícaro, junto a la puerta, tirando dos veces más de la cuerda, como si
tratara de levantar a Xuanmin. "Deja de sentarte ahí y ven aquí", dijo. "No estoy aquí
para encender incienso y rezar a Buda. Estoy aquí para capturarte y llevarte a casa".

Xuanmin siguió el movimiento de la cuerda en su muñeca y se levantó. "De


acuerdo".

Tongdeng puso los ojos en blanco. ¿Te parece bien que te capturen? Vaya par.

Tal vez fuera la magia de la cuerda roja, o tal vez fuera porque la conexión del
colgante de la moneda de cobre nunca había desaparecido del todo... mientras Xue
Xian tiraba de la cuerda, se giró de repente y miró inquisitivamente en dirección a
Tongdeng. Luego, levantó la barbilla hacia Xuanmin y preguntó: "¿Por qué hay una
segunda sombra blanca a tu lado?".

Xuanmin se quedó atónito. "¿Sombra blanca?"

Xue Xian respondió: "Antes, todo lo que veía de ti era una sombra blanca también.
Una muy inestable, que desaparecía cada vez que parpadeaba. Pensé que era... un
problema de los ojos".

No podía decir muy bien que pensaba que era una alucinación por echarlo tanto de
menos. Eso era demasiado embarazoso para decirlo en voz alta.

Tenuemente iluminada por la llama parpadeante de las velas del templo, la mirada
de Xuanmin se posó en Xue Xian.

Xue Xian volvió a sonreír mientras dejaba de tirar de la cuerda y se burlaba:


"Primero, dime a quién tienes escondido por ahí".

Tongdeng miró con odio a Xuanmin. "Ese dragón tuyo es muy grosero".

Xuanmin no respondió.

No era necesario que Xuanmin se explicara: Xue Xian ya había percibido, a través
de Xuanmin, que la sombra blanca había hablado, y parecía haber escuchado lo que
Tongdeng había dicho, aunque no lo había oído en su totalidad: sólo las primeras
palabras. Desconcertado, Xue Xian se puso un dedo en la oreja y dijo: "No lo he oído.
¿De quién es el dragón que ha dicho que soy? ¿Quién en el mundo se atrevería a
intentar domesticar a un dragón?".

Xuanmin suspiró.

Ambos eran unos imbéciles.

Pero Tongdeng estaba asombrado. Frunciendo el ceño, preguntó: "¿Puedes


oírme?".

Ahora que la cuerda estaba bien atada a la muñeca de Xuanmin, la forma física de
Tongdeng empezaba a revelarse también a Xue Xian. Xue Xian murmuró: "Otro
calvo..."

Nunca había tenido muy buenos modales, y siempre que veía a un monje, su
primer instinto era decir burro calvo. Pero antes de poder decir burro, se detuvo de
repente y en su lugar dijo: "Monje".

Tongdeng lo fulminó con la mirada. ¿Crees que no sé lo que ibas a decir?

Si te guiabas por la edad o la experiencia, Xue Xian era el más maduro de los tres.
Un dragón divino no tenía necesidad de humillarse en presencia de seres menores, así
que, aunque fuera extremadamente grosero, no había nada más que pudiera hacer o
decir. Fue por consideración a Xuanmin que Xue Xian había cambiado su saludo a
mitad de camino.

Xue Xian pudo ver ahora que este segundo monje estaba vestido exactamente
igual que Xuanmin, con un aura igualmente elevada, como si acabara de entrar en el
reino común. Así que no era difícil adivinar quién era realmente este monje. Además,
Xue Xian había llamado a Xuanmin burro calvo tan a menudo que ya era casi un
apodo, y la idea de usarlo con otra persona le parecía un poco rara.

Así que Xue Xian hizo una pausa y luego dijo con confianza: "Tú eres Tongdeng".

"Sí", respondió Tongdeng. Xue Xian descubrió que su voz también era similar a la
de Xuanmin: realmente parecían estar cortados por el mismo patrón. Tongdeng se
volvió hacia Xuanmin y dijo con calma: "Sabe bastante".

Sí, su tono era como el de Xuanmin, siempre tan serio y tranquilo, pero había una
capa adicional de picardía en Tongdeng.

A Xue Xian le pareció divertido. Después de todo, era la primera vez que se
encontraba con alguien del pasado de Xuanmin, y se trataba de un personaje
extremadamente importante -el Shifu de Xuanmin-, así que todo esto le fascinaba.
Solo que, tanto el maestro como el discípulo habían... terminado en la misma mierda.

"¿Este shifu tuyo también usó la Araña Wuming?" preguntó Xue Xian a Xuanmin,
con una expresión compleja en su rostro ahora.

Xuanmin asintió automáticamente, y luego se quedó paralizado, aturdido. "¿Cómo


sabes lo de la Araña Wuming?".

"Está todo explicado en el texto de la pared de la Cueva de los Cien Insectos",


respondió Xue Xian.

"Creía que no podías leer ese texto".

"Sí. Así que pensaste que podrías mantenerme en la oscuridad". Xue Xian frunció
el ceño. "¿Quién era el que decía que nunca me mentiría? Tengo una memoria
terrible. Eh... no recuerdo quién era. ¿Te acuerdas?"

"... Fui yo". Xuanmin bajó la mirada, en silencio, y luego volvió a levantarla y
añadió: "Yo no..."

Técnicamente no había estado mintiendo. Lo de la Araña de Wuming sólo había


sido un intercambio de fortunas, y no había tenido nada que ver con la vinculación de
tres vidas. De vuelta a la Cueva, Xuanmin no había querido que Xue Xian sospechara,
así que se había limitado a explicarlo lo más vagamente posible.

Pero Xue Xian sólo le estaba tomando el pelo. Antes de que Xuanmin pudiera
terminar, interrumpió y dijo: "¿Así que me estás diciendo que todo lo que me dijiste
en la Cueva era cierto? ¿No me mentiste ni una sola vez?".

Xuanmin no dijo nada.

En efecto, había mentido... cuando había dicho: "Muero de viejo".

Tongdeng no pudo evitar mirar a su discípulo y murmurar: "Idiota".

Xue Xian no había querido hacer sentir mal a Xuanmin -- no había nada que
reprochar en nada de lo que había hecho Xuanmin. Simplemente... no había hablado
con Xuanmin en mucho tiempo. Sintió el impulso de volver a molestarlo.
Al ver que Xuanmin permanecía de pie junto a la alfombra de oración, inmóvil, Xue
Xian volvió a tirar de la cuerda, haciendo que la muñeca de Xuanmin rebotara hacia
arriba y hacia abajo. Pero ahora Xue Xian ya no esperaba junto a la puerta; empezó a
caminar hacia el vestíbulo y se acercó a la estatua de Buda junto a Xuanmin,
sentándose en su pedestal.

Tongdeng miró hacia otro lado.

Xue Xian dio una palmadita en el hombro de Xuanmin y refunfuñó: "¿Podrías


pedirle a tu honorable Shifu de mi parte que no utilice la escritura celestial la próxima
vez que quiera dejar un mensaje? Tenemos suerte de haber encontrado ese viejo
libro de traducciones en el edificio de bambú, o de lo contrario habrías estado
atrapado aquí durante al menos un siglo antes de llegar a ti".

Tongdeng dijo: "¿Preguntar en tu nombre? Puedo escuchar todo lo que dices".

"Oh", respondió Xue Xian, apoyándose en Xuanmin con un brazo apoyado en el


hombro del monje. "Tú y tu discípulo se odian de verdad, ¿no? ".

Ni Xuanmin ni Tongdeng tenían nada que decir ante eso.

Ninguno de ellos podía ganar una discusión contra Xue Xian. Después de todo, se
trataba de un dragón divino.

Tongdeng miró con desprecio a Xuanmin. "¿De dónde has sacado este dragón?"

Xue Xian se burló y dijo: "Me sacó del suelo con un trozo de metal".

Tongdeng replicó: "Una relación enfermiza".

Xuanmin no dijo nada.

Bien, ahora Tongdeng también odiaba a Xue Xian.

Tongdeng había estado solo durante cientos de años... encontrarse con alguien que
realmente pudiera escucharle seguía siendo bastante emocionante. Mientras los dos
discutían, el pobre Xuanmin pensó que iba a explotar.

Afortunadamente, Xuanmin no mostró ni una pizca de miedo ante el peligro


mortal. Cambió ingeniosamente de tema y preguntó a Xue Xian: "¿Cómo me has
encontrado aquí?".
Tongdeng también sintió mucha curiosidad al respecto. Dejó temporalmente de
mirar a su discípulo y esperó a que Xue Xian respondiera.

Xue Xian dijo: "Así que tuviste la audacia de plantarme una Araña Wuming. Me he
pasado días estudiando ese libro tuyo para descubrir la verdadera naturaleza de esa
maldita araña. Corrígeme si me equivoco, pero la Araña Wuming te da todas mis
desgracias".

Mientras hablaba, miró fijamente a Xuanmin.

Pero Xuanmin había anticipado y evitaba sus ojos.

Se le ocurrió a Xue Xian que el siguiente punto era averiguar cómo deshacer este
hechizo. Hizo una pausa y continuó: "Así que se me ocurrió una manera. Ya lo había
hecho un par de veces, así que tenía algo de experiencia: adelanté la fecha de mi
próximo período de catástrofe. Esta Araña Wuming me resultó muy útil, la verdad.
Puedo saber dónde estás basándome en el lugar donde el rayo decide caer. Y justo
cuando el rayo está a punto de golpearte, fuerzo el periodo de catástrofe hacia atrás,
para que no te golpee".

Xuanmin no dijo nada.

Tampoco lo hizo Tongdeng.

El rayo divino de los cielos -especialmente el que golpea durante un período de


catástrofe- no era algo con lo que un mortal pudiera lidiar. Pero este señor dragón
estaba hablando de adelantar y retrasar la fecha de su período de catástrofe a
voluntad, causando todo este pandemónium, todo para localizar a una persona...

Su habilidad para hacer que las leyes divinas sean menos importantes era
aterradora.

Xue Xian lo había pensado bien. En el pasado, había estado entre la humanidad
cuando su período de catástrofe había golpeado y habría sido un desastre, así que
había forzado la fecha hacia atrás... eso contaba como precedente. Pero mientras se
preparaba esta vez, no podía estar seguro de que nada fuera a salir mal. Si algo salía
realmente mal, había decidido que simplemente se convertiría en un dragón y
enrollaría su cuerpo alrededor del de Xuanmin, cubriéndolo por completo. Dudaba que
el rayo divino pudiera pasar por encima de él y golpear a Xuanmin.

Pero estos eran sólo sus propios pensamientos. No había necesidad de admitir
nada de eso ante Xuanmin, sabiendo que el monje probablemente le regañaría por
ello.

Antes de que Xue Xian aterrizara en el Templo del Aturdimiento, se había dicho a sí
mismo que, en cuanto encontrara a Xuanmin, lo llevaría a casa sin demora. Pero
ahora, vio que Xuanmin no era la única alma itinerante en el templo -- también
estaba Tongdeng, y basándose en lo que Xue Xian había visto, parecía que maestro y
discípulo tenían una relación bastante buena.

Era la víspera de Año Nuevo, una época en la que las familias y los seres queridos
se reúnen. Llevarse al discípulo de Tongdeng en ese momento y dejarlo solo no le
parecía bien.

Así que Xue Xian había decidido entrar en la sala después de todo y ayudar a
Xuanmin a expresar la piedad a su maestro.

Pero antes de que pudiera hacer nada, Tongdeng pareció pensar repentinamente
en algo, y dijo: "Antes de que lo ataras con la cuerda, parecía que ya podías verlo....
Pero normalmente, nadie debería poder vernos..."

Xue Xian sospechó que realmente había sido porque había echado mucho de
menos a Xuanmin, o quizás estaban destinados a estar juntos... pero no había forma
de que depusiera su orgullo y admitiera eso. En lugar de eso, dio una palmadita en el
hombro de Xuanmin y movió la barbilla hacia Tongdeng, diciendo: "Tal vez realmente
quería verme, o realmente quería ser visto por mí".

Tongdeng puso los ojos en blanco.

Lo peor era que su discípulo, normalmente frío como el hielo y aburrido, había
escuchado estas palabras sacarinas y, sin embargo, no había dicho nada... ¡no lo
negaba!

Era Año Nuevo y, de repente, Tongdeng no quería tener que ver a esos dos
actuando juntos de forma tan dulce. Señaló la puerta, luego les dio la espalda y dijo
con calma: "Buen viaje".

Siguió siendo educado, pero bien podría haber dicho: "Vete a la mierda".
Capítulo 96: Un poco de Dulzura (III)

Xue Xian y Tongdeng se intercambiaron palabras, y Xuanmin simplemente se


quedó de pie, exasperado. Qué situación tan extraña en la que se encontraban.

Cada uno de ellos había sido anteriormente un tipo de lobo solitario, y aunque sus
personalidades diferían, había algunas cosas que tenían en común en el fondo: uno
había instituido un patio secreto en el que no se permitía la entrada a casi nadie; otro
era tan distante y frío que podía pasar tres días sin decir dos frases; y otro había
vivido durante cientos de miles de años sin tener mucho que ver con el reino
humano.

Así que ninguno de ellos había esperado convertirse en un "alborotador" tan pronto
como estuvieran unidos en la misma habitación. Y pronto los ánimos se caldearon,
pues el pájaro mascota de Xuanmin llegó para unirse a ellos.

Tras dos profundos suspiros, el pájaro batió las alas y entró a toda velocidad en la
sala, llevando en el pico una pequeña cesta de bambú. Voló violentamente por la sala
y finalmente encontró su objetivo, estrellándose directamente en los brazos de
Xuanmin.

Xue Xian enarcó una ceja. "¿Cómo es que estás en todas partes?", se quejó.

El cuervo le graznó con insolencia.

Tongdeng dijo: "¿Este pájaro sigue vivo?".

"¿Lo conoces?" preguntó Xue Xian, sorprendido. Pero entonces recordó que el
pájaro le había traído aquel viejo colgante de monedas de cobre, y pudo deducir la
verdad.

"Este pájaro es más viejo que él", dijo Tongdeng, mirando a Xuanmin. "Qué
mocoso más mimado".

El cuervo no debería haber sido capaz de oír a Tongdeng, ni de verle. Sin embargo,
esta criatura olvidada de Dios parecía no obedecer nunca las leyes que se suponía
que debía cumplir. Era, básicamente, una especie de dios pájaro. Después de que
Tongdeng hablara, el pájaro miró de repente con atención al lugar donde se sentaba
Tongdeng, con la cabeza inclinada, como si hubiera oído algo o hubiera sentido que
un viejo amigo estaba presente.

Xuanmin miró a Tongdeng. "Hace unos diez años, aterrizó en el patio secreto con
un ala herida. Lo rescaté. ¿Lo habías visto antes?"

Desde que se había convertido en el ser no vivo ni muerto que era ahora, y había
conocido a Tongdeng, Xuanmin había comenzado a obtener recuerdos de su vida
anterior. Aunque la mayor parte de ellos eran demasiado borrosos para descifrarlos,
era como si se despertara de un sueño: algunas partes eran más claras que otras.

Ahora podía recordar que, a los seis o siete años, había tenido un cuervo como
mascota. Pero siempre había supuesto que el pájaro que había aparecido en el patio
secreto había sido una mera coincidencia, y que casualmente había querido cuidar del
animal; que por eso el pájaro le había acompañado durante los últimos diez años.

Pero ahora, Tongdeng parecía insinuar que la relación entre él y el pájaro se


remontaba mucho más allá.

Tongdeng dijo: "No sólo lo he visto".

Cuando el cuervo había llegado por primera vez al patio secreto, Tongdeng todavía
era el Gran Sacerdote, y el primer Xuanmin sólo tenía unos diez años. En aquel
momento, Tongdeng se había preocupado de que su estudioso discípulo fuera
demasiado antisocial: el niño siempre había sido un pequeño muñeco de nieve, y no
parecía que fuera a derretirse pronto.

Aunque Tongdeng tampoco era precisamente extrovertido, ahora había pasado de


ser el que helaba a los demás a ser el que se helaba... eso no le gustaba. Además,
también le preocupaba que el pequeño Xuanmin fuera demasiado distante, y que
creciera incapaz de compadecerse del dolor ajeno.

Para conseguir que Xuanmin se calentara un poco, había pensado en diferentes


ideas, y finalmente había decidido buscarle un compañero.

Cuando trajo al cuervo al patio secreto, todavía era un huevo. Había roto el
cascarón justo en el momento en que Tongdeng se lo presentaba a Xuanmin.

Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue a Xuanmin. Inmediatamente se había
acercado a su maestro, lanzándose directamente a las manos de Xuanmin.

Al principio había sido como un polluelo, cubierto de suave pelaje e incapaz de


volar. Lo único que podía hacer era saltar con sus finas garras detrás de Xuanmin,
siguiéndole a todas partes. Cuando Xuanmin se sentaba a leer, elegía un lugar
soleado en la túnica de Xuanmin y se acurrucaba allí, dormitando o revolcándose.

El polluelo... el polluelo de pájaro crecía más lentamente que la mayoría de los


pájaros, tardando mucho tiempo en aprender a volar. Pero una vez que lo hizo, pasó
de "saltar maniáticamente tras los talones de Xuanmin" a "agitar sus alas
maniáticamente alrededor de la cara de Xuanmin".

A pesar de la irremediable frialdad de Xuanmin, al final había aceptado al cuervo


como su mascota. Todos los días le daba algo de comida y agua, pero el resto del
tiempo le permitía vagar por donde quisiera. No le importaba si el pájaro desaparecía
durante horas o le seguía soltando sus plumas en cualquier lugar.

En algún momento, el pájaro había adquirido un extraño hábito: de vez en cuando,


robaba una o dos enormes píldoras mágicas para comer. Pero mientras no se
enfermara, a Xuanmin tampoco le importaba.

Desde el punto de vista de Tongdeng, que a Xuanmin "no le importara el pájaro"


significaba más o menos lo mismo que "no odiar al pájaro", lo que podía interpretarse
como "consentir al pájaro". Al fin y al cabo, en los cerca de diez años que llevaba
conociendo a el niño, nunca había visto a Xuanmin "gustar" de nada ni de nadie.

Tongdeng nunca había imaginado que, varios cientos de años después de su


muerte, se encontraría ahora observando a su discípulo de corazón de hielo tratar a
otra persona con tanta amabilidad.

Habiendo conocido a Xue Xian, Tongdeng comprendía ahora cómo era realmente
Xuanmin cuando consentía a alguien.

Fue también por haber conocido a Xue Xian que Tongdeng descubrió que su
discípulo quizás nunca había nacido para ser un asceta del tipo deja de luchar, y dejar
de vivir.

Incluso sospechó que Xuanmin no podía no tratar bien a Xue Xian.

Por supuesto, si Tongdeng descubriera alguna vez que Xuanmin realmente podía
domar a Xue Xian ― si alguna vez viera a Xuanmin medio serio, medio afectuoso,
decirle a Xue Xian: "¿Todavía estás jugando?". ― entonces Tongdeng seguramente
pensaría que su discípulo había sido envenenado o poseído. Aunque no era obvio para
los extraños, Tongdeng había criado a Xuanmin y sabía que ese tono, para Xuanmin,
equivalía a una "burla"...

De todos modos, el pájaro era realmente aterradoramente inteligente.


Xuanmin metió la mano en la cesta de bambú que llevaba y sacó una pequeña
petaca de vino y un recipiente para verterlo. Era como si el cuervo hubiera sabido que
Xue Xian encontraría a Xuanmin en esta misma noche, y de alguna manera había
puesto sus garras en este vino para ayudarles a celebrarlo.

Xuanmin nunca bebía, así que primero se detuvo al ver la jarra de vino, y luego se
la pasó a Xue Xian de forma casual.

Xue Xian se río mientras aceptaba el vino. "¿Qué le diste de comer a este pájaro
mientras crecía?", preguntó.

"Píldoras mágicas", dijo Tongdeng, con naturalidad.

Xue Xian se quedó boquiabierto.

Acercó el frasco de vino y lo agitó ligeramente, de modo que un suave aroma salió
de él.

"¿Qiulubai?" preguntó Tongdeng con suavidad.

Xue Xian asintió. "Eso parece, por el aroma. Parece que conoce sus vinos".

"Sólo éste", dijo Tongdeng con una voz lejana, como si recordara algo. "A un viejo
amigo le gustaba mucho el Qiulubai. Cada año, en Nochevieja, me hacía beber con
él".

Lo hizo sonar neutro con una palabra como con, pero en verdad, ese viejo amigo
había hecho todo lo posible para que aceptara el vino, a veces bromeando con él,
otras veces rogándole, inventando constantemente situaciones en las que terminaban
juntos en Año Nuevo...

"Espera, no, espera..." Xue Xian levantó una ceja hacia Tongdeng. "¿Beber?
¿Qiulubai? ¿Tú?"

Tongdeng tarareó de acuerdo.

Xuanmin no pareció sorprenderse por ello. Aunque todavía no recordaba cómo


había sido su maestro en su vida pasada, cuando había escuchado a Tongdeng
pronunciar el nombre del famoso vino Qiulubai, había sentido una anónima sensación
de familiaridad, como si fuera algo que Tongdeng solía mencionar con frecuencia.

Xue Xian se sorprendió. "¿Los monjes pueden beber?"

Tongdeng se llevó la mano al pecho y realizó un saludo budista, y luego contestó


con suavidad: "Por aquel entonces, antes de que pudiera iniciarme del todo, el
Templo Daze fue destruido".

No había sido iniciado, así que técnicamente no había tenido que obedecer todas
las reglas del sacerdocio budista. Aunque Xue Xian no tenía claros todos los detalles
de los ritos religiosos, sí conocía algunos de los básicos. Al oír esto, frunció el ceño y
miró fijamente a Xuanmin y a Tongdeng durante mucho tiempo antes de decir
finalmente: "Ahora lo entiendo. No sólo odias profundamente a tu discípulo, sino que
tu discípulo también se odia profundamente a sí mismo".

¡Ni el maestro ni el discípulo son realmente monjes! No hay consecuencias por


romper los tabúes de los monjes. Todo se basa en la autodisciplina.

Xue Xian quería suspirar de admiración. El Gran Sacerdote era realmente el Gran
Sacerdote... loco, hasta un punto insondable.

Se giró y señaló con un dedo acusador a Xuanmin. "Mentiroso".

Xuanmin devolvió la mirada a Xue Xian en silencio, y luego miró a Tongdeng.

"Uh-oh, no pareces muy contento con tu Shifu", dijo Tongdeng. Levantó la barbilla
y señaló la puerta, diciendo: "Ahí está la puerta. Vete".

Al fin y al cabo, quería que Xuanmin y Xue Xian se fueran y le dejaran en paz.

"Están hiriendo mis viejos ojos. Váyanse." Tongdeng no tenía ningún deseo de
pasar la Nochevieja con este mocoso irrespetuoso de discípulo y su dragón mascota.
"Deja el Qiulubai".

Xue Xian se burló. "Qué deprimente. Soy más viejo que tú por unas ochocientas
generaciones".

Tongdeng no dijo nada.

Viendo que su shifu estaba a punto de volverse loco, Xuanmin se comportó


finalmente como un verdadero discípulo: asintió a Tongdeng, luego le dio un golpecito
a Xue Xian en la nuca y dijo: "Vamos".
Aunque parecía serio y educado, daba la impresión de decir: Ahora me llevo a este
problemático a casa. Por favor, discúlpeme.

Xue Xian no protestó. Se dio la vuelta y preguntó a Xuanmin: "Así que ya no estás
merodeando por aquí. ¿Vas a volver conmigo?"

¿Qué quiere decir con merodear...?

"Sí", dijo Xuanmin, devolviéndole la mirada.

Tongdeng frunció el ceño y echó a los dos -y a su pájaro- de su templo.

Cuando Xue Xian y Xuanmin regresaron al edificio de bambú, el cielo estaba


completamente oscuro. Y tal vez fuera gracias a toda la energía mágica que fluía de
Xue Xian a Xuanmin a través de la cuerda roja, o tal vez fuera porque ahora estaban
físicamente más cerca el uno del otro, pero mientras encendía una linterna en el
interior de la habitación, Xue Xian descubrió de repente que el "ni vivo ni muerto"
Xuanmin finalmente parecía crecerle un lunar en el cuello.

Como si la marca de la Araña de la Misma Edad, provocada por los sucesos del día,
estuviera finalmente empezando a hacer efecto.

Y a medida que el lunar en el espíritu de Xuanmin comenzaba a aparecer, algo


sucedía también en su cuerpo de carne y hueso en la cama -cuando antes, el lunar en
el cuello de ese cuerpo había sido oscuro y opaco, ahora parecía haber completado su
etapa final y comenzaba a brillar, como si la mancha de sangre seca fuera ahora
sangre fresca.

Antes de que Xuanmin pudiera hablar, se sintió de repente envuelto en un ciclón.


El mundo daba vueltas y vueltas mientras una gran fuerza lo atraía hacia él.

Sintió una sensación de mareo, y una oscuridad cayó ante sus ojos. En el siguiente
instante, al abrir de nuevo los ojos, descubrió que ahora estaba de alguna manera en
posición horizontal, tumbado.

"Por fin lo he conseguido..." Xue Xian respiró. Parecía que sólo ahora se había
tranquilizado de verdad.

Xuanmin se quedó tumbado, aturdido, durante un momento, y luego se sentó de


repente. Se dio cuenta de que sus miembros eran extraordinariamente pesados, y se
sentía completamente diferente a la flotación a la que se había acostumbrado. Se
sentó en la cama de bambú y miró sus propias manos, luego miró a Xue Xian. "Yo––"

"A partir de ahora, tu tiempo de vida está ligado al de un dragón real". Anunció
Xue Xian, dando una palmada en la cama. Se acercó y miró profundamente a los ojos
de Xuanmin, y dijo lentamente: "No te arrepientas. Tienes que estar conmigo durante
cientos o miles de años, probablemente más. Aunque te canses de mí, no podrás
deshacerlo".

Xuanmin le devolvió la mirada con esos ojos negros infinitamente profundos.


Parecía querer decir algo, pero al final se limitó a mirar a Xue Xian con atención.
Finalmente, dijo: "Es todo lo que podría desear".

Xue Xian nunca había oído a Xuanmin expresarse tan directamente. Se quedó
boquiabierto, y de repente sonrió. Su sonrisa parecía decidida, y ligeramente
malvada, mientras preguntaba: "Así que, técnicamente, acabo de salvar tu vida.
¿Cómo piensas pagarme?"
Capítulo 97: Un poco de Dulzura (IV)

Xue Xian sólo había querido meterse con Xuanmin. Xuanmin nunca podría ganarle
en una discusión, así que había planeado hacer que Xuanmin se detuviera y pensara
un poco... Xue Xian lo tenía planeado. Una vez que quedara claro que Xuanmin no
tenía respuesta, empezaría a hacer todo tipo de exigencias irrazonables, y vería hasta
qué punto Xuanmin intentaría cumplirlas.

Le gustaba ver la cara que ponía Xuanmin cuando lo dejaba sin palabras por la
frustración.

Pero parecía que él y Dios no estaban en la misma página. Tan pronto como había
empezado a burlarse de Xuanmin, antes de que pudiera empezar a darse aires,
escuchó de repente un gruñido muy inconveniente.

Xue Xian se calló y titubeó. Luego quiso fingir que no había pasado nada y seguir
pinchando a Xuanmin, pero inmediatamente escuchó otro gruñido.

Xue Xian hizo una pausa; incluso su sonrisa malvada se congeló incómodamente.
De repente se recompuso y se enfrentó a Xuanmin, sin expresión alguna: "Por favor,
dime que no has oído nada".

Xuanmin no tuvo reparos en exponerlo. Con calma, dijo: "Tienes hambre".

Irritado, Xue Xian dijo: "Burro calvo, permíteme ser totalmente sincero contigo. Si
sigues hablando así, vas a terminar solo".

"No, te tengo a ti", respondió Xuanmin con soltura. Luego le dio una palmadita en
el hombro a Xue Xian y le dijo: "Déjame salir de la cama. ¿Qué quieres comer?"

Efectivamente, el edificio de bambú pertenecía a Xuanmin, y era él quien conocía


lo que era comestible en los alrededores.

"Quiero comer humanos", contestó Xue Xian. Pero su estómago volvió a rugir.

"Lo único que le falta a esta montaña es gente", dijo Xuanmin, poniéndose de pie.
Pero en cuanto se levantó de la cama, tropezó y tuvo que volver a sentarse en la
cabecera.

Antes se había comportado con total normalidad, como si se hubiera recuperado


nada más volver a su cuerpo de carne y hueso; y Xue Xian estaba acostumbrado a
verle como alguien indestructible, y realmente había creído que ya se había curado
del todo. Pero ahora, se daba cuenta de que Xuanmin aún estaba lejos de
recuperarse por completo.

Después de todo, Xuanmin no había estado en la cama para echar un sueñecito;


acababa de volver de la muerte.

Pero a Xuanmin no parecía importarle. Encontró un talismán en su túnica y se lo


aplicó con brusquedad; inmediatamente, su rostro pareció más saludable. No parecía
tener intención de permanecer inactivo ni un momento más. Se levantó de nuevo y
miró a Xue Xian, que seguía sentada junto a la cama. "¿De verdad quieres comer
humanos?".

Xue Xian puso los ojos en blanco. El tono de Xuanmin era tan serio que realmente
no podía saber si el monje estaba bromeando.

"Olvídate de comer. Necesito que te quedes en la cama y te cures". La mano de


Xue Xian salió disparada y agarró a Xuanmin por la muñeca, para luego tirar de él
hacia la cama.

Fue ahora cuando Xue Xian se dio cuenta de lo débil que estaba Xuanmin. No había
puesto ninguna fuerza para tirar de Xuanmin hacia atrás.

"Deja que te busque algo de comida primero. Puedo curarme en cualquier


momento", dijo Xuanmin.

"Deja de hablar", interrumpió Xue Xian. Sacó de su manga un colgante de


monedas de cobre, que parecía brillar a la luz de las velas cuando sus dedos lo
recorrían. "Tu pájaro mascota me ha traído esto".

Balanceando el colgante ligeramente frente a la cara de Xuanmin, añadió: "Me


imaginé que era un colgante que habías usado antes. Hace unos días, lo tomé
prestado para ayudar a digerir lo último de mi hueso de dragón, así que tiene algún
poder mágico latente que lo ha reactivado. Usa esto, y una vez que te hayas curado,
podemos ir a buscar comida".

El colgante de moneda de cobre que Xuanmin había estado usando en esta vida
había sido un regalo de Zuhong - esta era una regla no escrita de la sucesión del
Gran Sacerdote. Había usado ese colgante desde la edad de seis años, y nunca había
usado ningún otro. Pero ese colgante, lo había enterrado bajo la tierra amarilla junto
al río, para usarlo para completar ese último hechizo.
Así que este colgante claramente no había sido suyo en esta vida. Tomó el colgante
y lo examinó de cerca, sintiendo su energía. El aura mágica más dominante dentro
del colgante era la suya propia, y también había algo de la de Xue Xian, así como una
pequeña porción de energía latente y oculta, quizá un resto de hace mucho tiempo.

Normalmente, esta tercera aura mágica le sería completamente desconocida, pero


estos días se había acostumbrado a ella y podía reconocerla: era la de Tongdeng.

"Esto me lo debe haber regalado Tongdeng en mi vida pasada", dijo Xuanmin.

Xue Xian levantó una ceja. "Tu vida pasada. Esta vida comenzó justo ahora,
cuando abriste los ojos..." Dijo Xue Xian, sonriéndole juguetonamente y con un aire
de insolencia. "Desde el principio hasta el final, todo me pertenece".

Xuanmin se giró para mirarle cálidamente, con sus ojos negros iluminados por la
tenue llama. "Está bien, es todo tuyo".

Era imposible pagar de verdad la deuda de la vida salvada.

"Entonces, no importa lo que diga, ¿me escucharás?" Preguntó Xue Xian.

"Sí", dijo Xuanmin.

"Bien, ahora quiero que sostengas esas monedas de cobre y te cures", dijo Xue
Xian solemnemente, señalando la cama.

En ese momento, el pájaro mágico de Xuanmin entró a trompicones por la


ventana, batiendo las alas de forma maniática mientras se esforzaba por sostener una
bolsa de tela en su pico.

Aterrizó frente a Xue Xian y abrió el pico, dejando que la bolsa cayera sobre la
cama y se desenredara, revelando algo en su interior.

Xue Xian tuvo que admitir que este pájaro era un buen pájaro, que estaba
claramente en sintonía con las necesidades de su amo: la bolsa estaba llena de
comida.

Pero...

Xue Xian echó un vistazo al interior y puso los ojos en blanco. Todo eran frutas.
Obviamente, el pájaro se había guiado por sus propias preferencias. Aun así, esto
era algo para llenar su estómago. Para que Xuanmin dejara de preocuparse por él y
se centrara en la curación, Xue Xian decidió no quejarse.

Hizo una mueca y golpeó con el dedo la frente del pájaro. "Supongo que hice bien
en mantenerte con vida".

Luego, metió la mano en la bolsa y empezó a rebuscar entre la mercancía. Sacó un


níspero brillante y lo hizo rodar entre las palmas de las manos, diciéndole a Xuanmin:
"Yo comeré y tú te curarás. Encontrar comida en las montañas parece difícil, y me da
demasiada pereza molestarme en eso. Por la mañana, vayamos a la ciudad y
tomemos una buena y completa comida".

Xuanmin finalmente aceptó. Se sentó con las piernas cruzadas en la cama y


comenzó a meditar.

El colgante de moneda de cobre lo había utilizado en toda su vida anterior, y había


sido reactivado recientemente por Xue Xian: era tan poderoso que amplificaba
significativamente su proceso de curación. Aunque su cuerpo estaba cubierto de las
heridas que lo habían matado, sólo necesitó una noche para volver a sentirse como
nuevo.

Durante toda la noche, Xuanmin pudo escuchar todo tipo de pequeños sonidos a su
alrededor.

A veces era el suave crujido de Xue Xian comiendo fruta fresca. Otras veces, oía a
Xue Xian levantarse, el movimiento de su túnica, sus pasos extremadamente ligeros
saliendo de esta habitación y entrando en otra, donde, tras encontrar un libro en
algún estante de la biblioteca, regresaba.

Antes, Xue Xian había estado sentado junto a un escritorio al lado de la ventana.
Ahora, pasó a sentarse en la cama.

Así que cuando Xuanmin volvió a abrir los ojos, esto es lo que vio...

Xue Xian sentado a su lado, con la espalda apoyada en la pared, sus dos esbeltas
piernas cruzadas delante de él, su cuerpo inclinado en diagonal hacia atrás, con un
aspecto muy relajado.

Afuera, el cielo ya era claro, y un brillante y fresco rayo de sol entraba y caía sobre
el cuerpo de Xue Xian. Xue Xian levantó la vista ociosamente y dijo con un tono
pausado y perezoso: "¿Así de fácil? Todavía no he terminado de leer este libro".
"Sí", dijo Xuanmin.

"Has estado trabajando duro toda la noche. ¿Tienes hambre?" Preguntó Xue Xian,
y luego murmuró: "¿Cómo es posible que un mortal como tú sea mejor que yo para
aplacar el hambre?". Metió la mano en la bolsa y rebuscó. "Estos nísperos saben muy
bien. Son dulces. ¿Quieres probar?" Durante toda la noche, Xue Xian había estado
mordisqueando la comida de la bolsa, y ahora sólo quedaban dos frutos: uno de ellos
no había sido bien recogido por el cuervo, y parecía tener un gusano dentro.

Así que sólo quedaba un níspero comestible. Cuando Xue Xian se lo ofreció a
Xuanmin, se mostró generoso, como si se lo hubiera dejado a propósito, en lugar de
no haber llegado a comerlo todavía.

Apartó el níspero podrido y sacó el níspero de aspecto dulce de la bolsa, y cuando


levantó la vista para dárselo a Xuanmin, se dio cuenta de que el monje le miraba.

"¿Por qué me miras? ¿Tengo algo en la cara?" preguntó Xue Xian, tocándose
distraídamente la barbilla.

Todo era tan natural, tan sencillo; como si ya hubieran pasado innumerables
mañanas juntas.

De repente se le ocurrió a Xuanmin que la razón por la que le había gustado vivir
en este pequeño y remoto edificio de bambú había sido precisamente por días
tranquilos y apacibles como éste.

Diez años, cien años, mil años, incluso diez mil años... nunca se cansaría de ello.

Y tal vez fuera porque técnicamente había comenzado una nueva vida desde la
noche anterior, una vida que estaba ligada a la de Xue Xian desde el principio hasta el
final; o tal vez su experiencia al cruzar la frontera entre la vida y la muerte le había
cambiado de alguna manera, pero ya no quería reprimir sus emociones tan
rígidamente...

Xuanmin miró profundamente a Xue Xian un poco más, y luego alargó la mano
para sujetar la muñeca de Xue Xian, apartándola de su cara. Luego, con el pulgar,
limpió una pequeña mancha en la barbilla de Xue Xian de la fruta que había estado
comiendo.

Xue Xian sintió que el pulgar de Xuanmin le rozaba la barbilla y luego se detenía.
El contacto de sus pieles era cálido. Xue Xian sintió que algo surgía en su interior;
dejó que Xuanmin le pellizcara la barbilla y entrecerró los ojos, diciendo con voz
cantarina: "Si no me equivoco, aquel día en la orilla de Heishi, hiciste algo malo a mis
espaldas...".

Xuanmin le miró a los ojos y dijo: "¿Qué he hecho?".

Xue Xian tiró el libro a un lado y se agarró a la muñeca de Xuanmin, utilizándola


para levantarse. Se acercó a Xuanmin y le plantó rápidamente un beso junto a los
labios, luego se recostó contra la pared y comenzó a leer el libro de nuevo.
Levantando una ceja, murmuró: "No importa. Ya estamos en paz".

Mientras hablaba, balanceó una de sus piernas ociosamente, como si lo que había
hecho fuera lo más natural del mundo.

Xuanmin miró hacia abajo en silencio durante algún tiempo, y de repente dijo:
"No".

Xue Xian dejó de balancear las piernas y preguntó: "¿Eh? ¿Me he equivocado?".

"Te has olvidado de tapar los ojos...".

Antes de que Xue Xian pudiera reaccionar, Xuanmin ya estaba levantando la mano
y presionando ligeramente contra los ojos de Xue Xian.

La respiración de Xue Xian se aceleró; su visión se volvió oscura; no podía ver


nada.

A continuación, sintió los labios de Xuanmin contra los suyos...


Capítulo 98: Un poco de Dulzura (V)

Aquel primer beso en la orilla de Heishi había sido tan ligero como una libélula
cruzando un estanque; apenas podía llamarse beso, sin ningún atisbo de nerviosismo
o intimidad; había sido más bien una despedida contenida y conmovedora, porque en
aquel momento, Xuanmin había pensado que se separarían para siempre.

En ese momento, los sentidos de Xue Xian acababan de regresar a él, y sólo había
sentido una débil sensación de que algo le tocaba los labios. Si no hubiera sido por lo
que había visto en la escena de la muerte de Xuanmin en la Cueva de los Cien
Insectos, ni siquiera habría notado ese toque, después de todo, no había estado en
condiciones de notar esas cosas.

Así que fue ahora cuando Xue Xian comprendió realmente lo que se sentía al ser
besado por Xuanmin.

Normalmente, Xuanmin siempre parecía tan distante e inaccesible, como una


intimidante escultura de hielo, fría e implacable. Si uno no se acercaba a él y sólo lo
observaba desde lejos, podía imaginar que todo su cuerpo estaba hecho de nieve,
que cada uno de sus alientos estaba cargado de escarcha.

Pero su beso era caliente, y provocaba una pasión abrumadora e indescriptible,


como si todas las emociones intensas e íntimas que había sentido en su vida
estuvieran selladas en ese único acto.

Que Xuanmin expresara tal sentimiento era un milagro; ¿cómo podía Xue Xian
asumirlo? Estaba totalmente derrotado.

Inclinó la cabeza y devolvió el beso, envuelto en la pasión del momento. Mientras


rozaba la fría punta de la nariz de Xuanmin, sus labios separados seguían dibujando
una sonrisa.

Sin embargo... alrededor de una hora después, esa cálida y perezosa sonrisa en el
rostro de Xue Xian había desaparecido por completo. No quedaba ni un solo rastro de
ella.

Xue Xian lamentó profundamente, profundamente, aquel momento en el que había


abierto la boca para lamer los labios de Xuanmin y acercarse a tocar su lengua. Si no,
no estaría aquí ahora, con una mano en el abdomen de Xuanmin y la otra encerrada
con fuerza en los dedos de Xuanmin, a horcajadas sobre él...

Xuanmin estaba cubierto de un sudor incesante, y Xue Xian sudaba aún más;
todas y cada una de las partes de sus cuerpos que se tocaban estaban húmedas y
pegajosas, e incluso sus dedos enrollados uno alrededor del otro estaba a punto de
soltarse.

Tal vez fuera el poder devastador de la saliva de dragón, o tal vez fuera la libertad
que les proporcionaba su devoción mutua, pero Xue Xian nunca había imaginado que
un día podría perder todo el control de esta manera; aquellos besos frenéticos, los
mordiscos fervientes, sus rodillas presionadas con tanta fuerza contra el áspero lecho
de bambú que dejaban marcas.

Sus piernas se tensaron, bajó las caderas con brusquedad; sus ojos medio
cerrados se nublaron de repente con una capa de humedad, y sus pestañas ya
estaban mojadas; no pudo evitar sentir un enrojecimiento en sus ojos. Sus labios,
apretados contra los de Xuanmin, se separaron ligeramente mientras dejaba escapar
un largo y pesado suspiro, el sonido de la respiración mezclado con un débil y bajo
gemido.

Su mano que sostenía la de Xuanmin comenzó a temblar y sus dedos finalmente se


deslizaron por la humedad de su sudor, pero rápidamente se agarró al hombro tenso
de Xuanmin.

Mientras Xue Xian luchaba por recuperar el aliento, Xuanmin llevó su mano a su
cintura y la bajó más profundamente.

Xue Xian finalmente no pudo evitar soltar un gemido. Xuanmin le miró con los ojos
entrecerrados y escrutó su rostro y sus labios. La otra mano de Xuanmin fue a
pellizcarle la barbilla y luego lo acercó para darle un beso...

Hace muchos, muchos siglos, Xue Xian había escuchado la frase "los dragones son
criaturas eróticas" en un rumor popular y había soltado una carcajada en el acto,
burlándose de la estupidez de los mortales. En los innumerables años que había
vivido, nunca había encontrado nada en su interior que pudiera coincidir con una
frase como esa.

Pero ahora, pensó de repente, esa frase tiene algún sentido...

Pero no fue su culpa. Fue la saliva del dragón.

Oh, claro.... y el colgante de la moneda de cobre, y la cuerda roja.


Normalmente, la saliva de dragón sólo se metería con Xuanmin. Pero ahora que los
dos estaban interconectados, Xue Xian tampoco podía salir impune.

De acuerdo, bien. Tal vez parte de ello era su propio entusiasmo, también. Uno
cosecha lo que siembra.

En definitiva, habían pasado demasiadas cosas entre ellos, y todo se sumaba a la


constatación de que sería feliz pasando el resto de su vida en la cama.

Pero Xuanmin acababa de volver de la muerte, y antes de morir se había sacado


los huesos de Buda del cuerpo... aunque Xue Xian se había asegurado de comprobar
que habían crecido nuevos huesos en su lugar en la pelvis de Xuanmin, extraer los
huesos de uno no era poca cosa, y sospechaba que Xuanmin seguía siendo
vulnerable.

Si no fuera por la debilidad de las caderas de Xuanmin, Xue Xian nunca se habría
sentado sobre él con tanto afán.

No es que le importara; desde luego, le sentaba bien, y Xue Xian no se arrepentía


de ello. Pero se odiaba a sí mismo por no haber esperado un día más, para poder
haber conseguido algo de comida antes. Si no, no estaría aquí ahora, hambriento,
mientras sudaba toda su inhibición...

Los dos dieron tumbos y forcejeos durante tres días seguidos; cuando, finalmente,
totalmente satisfechos, comenzaron a salir del camino de la montaña a través de la
niebla venenosa, fueron recibidos por el sonido del cuervo de Xuanmin batiendo sus
alas y lanzándose hacia el bosque, como si estuviera asustado.

Xue Xian se cruzó de brazos y miró al pájaro que ahora estaba posado en las
ramas por encima de él, con su túnica negra ondeando ligeramente con la brisa. "Este
cuervo debe tener cientos de años, ¿verdad?", le dijo a Xuanmin. "¿Crees que está a
punto de morir? ¿Por qué de repente le faltan tantas plumas?"

Alargó la mano para pinchar con el pie el montón de plumas negras que había en
el suelo del bosque y chasqueó la lengua. "Deberíamos comprarle algo de comida
también. Para asegurarnos de que deje este mundo feliz y lleno".

Al oír esto, el cuervo se puso tan furioso que perdió el equilibrio y cayó de la rama
sobre Xue Xian. Antes de estrellarse contra él, recordó de repente que podía volar y,
nervioso, emprendió el vuelo, aleteando en un gran círculo antes de volver hacia
ellos.
Xue Xian sospechó que el cuervo probablemente había intentado entrar la noche
anterior y había escuchado demasiado. Teniendo en cuenta lo inteligente que era el
pájaro, Xue Xian supuso que había soltado las plumas por el susto, aunque no podía
saber si habría sido por miedo o por preocupación.

Por alguna razón, el dragón y el cuervo no se llevaban bien, pero tampoco se podía
decir que se odiaran: después de todo, cuando Xue Xian había tenido hambre, el
cuervo le había traído comida sin siquiera pedírselo. Lo más probable es que los
acontecimientos de las últimas dos semanas les hayan hecho desarrollar una extraña
relación que consiste en parte en una compañía a regañadientes, y en parte en un
disgusto mutuo.

En cualquier caso, Xuanmin no entendía su relación. Miró al cuervo y decidió no


forzarlo a nada. Sólo dijo: "Puedes seguir o no seguir. Depende de ti". Luego, le dio
un golpecito a Xue Xian en el hombro, indicándole que comenzaran a caminar fuera
del bosque.

El pájaro agitó sus alas sobre ellos un poco más, dudando, pero finalmente los
siguió. Se posó en el hombro de Xuanmin y le pinchó ligeramente con sus garras,
para luego frotar su cuerpo contra su cara con timidez.

"Pequeño mocoso", murmuró Xue Xian, mirando al cuervo.

El cuervo le devolvió el graznido, luego saltó a su hombro y empezó a frotarle la


cara también.

"Oh, así que ahora estás jugando limpio. Déjame en paz", se burló Xue Xian,
aunque en realidad no le importaba. Pero, de repente, Xuanmin levantó la mano y
agarró al cuervo expertamente por las garras, alejándolo de Xue Xian.

El cuervo frunció el ceño.

Genial, pensó. Ya no puedo salir con ninguno de los dos sin poner celoso al otro.
Imbéciles.

El cuervo también quería atención. Sabía que no era un animal cualquiera. Las
mascotas mágicas debían ser tratadas de acuerdo con su estatus. Levantando el
pecho, batió las alas y les dio una bofetada a los dos, para luego salir volando con
una rabieta.

Pero sólo gimió una vez antes de cambiar repentinamente de tono y empezar a
arrullar en una dirección determinada.
Xue Xian y Xuanmin levantaron la vista justo a tiempo para ver cómo una paloma
mensajera gris venía volando directamente hacia ellos.
Capítulo 99: Un poco de Dulzura (VI)

Xuanmin levantó un brazo y dejó que la paloma se posara con gracia en su mano.
Con sus dos garras aferradas a sus dedos, la paloma parecía experimentada y mansa:
no tenía ningún miedo a la gente.

Xuanmin recuperó la carta atada a la pata de la paloma y la desenrolló para


hojearla rápidamente.

Xue Xian miró por encima de su hombro y echó un vistazo a la firma. "¿Del
Ministerio de Ceremonias?"

"Sí", dijo Xuanmin. "¿Ya has hablado con ellos?".

La carta era del Taipu. En lugar de pedir aclaraciones sobre todo el asunto de los
"dos Grandes Sacerdotes", todo lo que había escrito era un informe de las cosas que
estaban pasando ahora en el Ministerio, y de la paz que había llegado a toda la tierra
gracias al hechizo de Xuanmin. Todo lo que había escrito estaba en perfecto orden, y
muy formulado - claramente, alguien ya les había dicho la verdad en detalle.

Aquel día, después de que las feroces olas del río retrocedieran y la tormenta se
detuviera para dejar entrar el cálido sol, toda la gente que había quedado atrapada
en el hechizo de Zuhong -- en el Templo del Aturdimiento, el Lago Dongting y el
Monte Wanshi, así como los de la Costa de Heishi -- habían caído todos inconscientes
durante días. Aunque ya no estaban en peligro de muerte, todavía había mucho que
hacer.

Mientras dormían, Xue Xian se había adelantado y había desordenado la mayoría


de sus recuerdos. No era magia de la que él supiera mucho -después de todo, solía
ser despreocupado y no le importaba si los mortales lo veían o no-, así que no había
utilizado mucho esos hechizos. Así que no había entrado a editar los recuerdos, sino
que simplemente los había hecho borrosos e indistintos, para que todos pensaran que
habían tenido alguna pesadilla aterradora.

Todos menos uno.

Y ese era el Taipu del Ministerio de Ceremonias. Cuando Xue Xian había entrado en
el Templo del Aturdimiento, se había dado cuenta inmediatamente de las marcas de
sangre y de la única marca perpendicular junto a su dedo.

Basándose en eso, había podido adivinar más o menos lo que había pasado; que
ella había sido la que había roto el hechizo. También recordaba que había conocido a
la Taipu y a su grupo en la Montaña del Polvo, y que su forma de hablar y su lenguaje
corporal al hablar con Xuanmin habían sido muy significativos.

Por lo que había visto de los recuerdos de Xuanmin, esta chica sólo había
aparecido un puñado de veces, pero había podido comprobar que era alguien con la
cabeza bien puesta, alguien fiable, que podía tener en mente el panorama general sin
olvidar los detalles.

Así que a Xue Xian le gustaba bastante, y había decidido dejarla conservar sus
recuerdos.

Pero tampoco la había dejado sola. Había entrado en sus sueños y le había dado
instrucciones para arreglar el desorden, además de explicarle la verdad sobre la
identidad del Gran Sacerdote.

Con un aliado que conocía toda la historia, la situación era mucho más fácil de
manejar.

Y aunque el Ministerio de Ceremonias estaba generalmente dirigido por el Gran


Sacerdote, eso no significaba que necesitaran que el Gran Sacerdote dirigiera todas
las tareas. Así que, aunque Xuanmin había tardado más de medio mes en volver a la
vida, el Ministerio había seguido perfectamente sin él y se había ocupado de las cosas
sin problemas. Incluso habían apaciguado a los funcionarios de la corte imperial y
acallado todos los rumores que corrían por el país.

Xuanmin confiaba plenamente en Xue Xian. Al escuchar la explicación de Xue Xian,


asintió y le entregó la carta de Taipu.

Xue Xian había sido el encargado de todo, de dar toda la orientación de principio a
fin, así que naturalmente debía ser él quien respondiera a la carta. Así que mientras
le entregaba la carta a Xue Xian, Xuanmin cogió una fina ramita y jugueteó con ella
hasta que salió un poco de savia oscura, de modo que se convirtió en el equivalente a
un pincel mojado en tinta.

Luego sacó un papel talismán de su bolsillo y se lo dio también a Xue Xian,


indicándole que respondiera.

Xue Xian agarró la ramita y pensó un poco, luego, con una floritura de la pluma,
escribió con confianza tres simples palabras: Buena chica. Gracias.

Xuanmin cogió la carta y la escaneó, luego, sin mostrar ninguna emoción en su


rostro, arrugó el papel. Recuperó una nueva hoja de papel, cogió la ramita de las
manos de Xue Xian y volvió a escribir la carta en su totalidad -aparte de que también
había una palabra de Gracias, nada más permanecía igual-.

Xue Xian observó, parpadeando, cómo Xuanmin hacía todo esto, y de repente se
echó a reír. Puso un brazo sobre el hombro de Xuanmin y se inclinó hacia él,
estirando el brazo para rascarle la barbilla. "Oye... no sabía que fueras tan
quisquilloso".

Ya habían hecho lo más íntimo, así que que le arañaran la barbilla no era gran
cosa. Xuanmin dejó que Xue Xian le pasara las garras por la cara mientras bajaba la
mirada y encendía una cerilla, convirtiendo la carta en cenizas.

Mientras se quemaba el último jirón de la carta, Xuanmin finalmente miró a la


garra que le arañaba la barbilla, luego al dueño de la garra, Xue Xian, y preguntó con
calma: "¿No te gusta?".

"Me gusta", respondió Xue Xian con cariño, rascando de nuevo la barbilla de
Xuanmin. "Me gusta más que nada".

Observó cómo Xuanmin soltaba la paloma. La paloma voló en el aire y siguió al


cuervo de Xuanmin mientras la guiaba a los mejores lugares para beber agua y
mordisquear frutas. Xue Xian se río con picardía y no pudo evitar añadir: "Entonces,
burro calvo, ¿harás cualquier cosa siempre que sea lo que me gusta?".

Al verle sonreír, Xuanmin se quedó pensando un rato y luego dijo con voz seria:
"En la medida de lo posible".

Al fin y al cabo, cierta persona era un señor de los cielos, y uno que siempre
andaba en malos pasos. Un mortal como Xuanmin no necesariamente podía hacerlo
todo, y tampoco era de los que se metían en problemas de buena gana.

Xue Xian le guiñó un ojo. "No me gusta la ropa que llevas".

Xuanmin miró su túnica blanca de cáñamo. Le gustaba ser pulcro y prefería que su
ropa estuviera completamente impoluta, sin una pizca de polvo, por lo que siempre
había optado por la sencilla túnica de monje. Pero si a Xue Xian no le gustaba,
tampoco le importaba cambiársela; al fin y al cabo, se trataba de objetos materiales
sin importancia. "¿En qué debo cambiarla?", preguntó.

Xue Xian lo miró y bajó la voz. "Sería mejor que no te pusieras nada. Me gusta
verte cubierto de sudor".
Xuanmin no dijo nada.

El cuervo, que había regresado volando para saludarles de nuevo, gritó de repente
y voló directamente hacia un árbol, para luego caer sin fuerzas al suelo. Puso los ojos
en blanco y graznó, como si quisiera estar muerto. La paloma mensajera gris, que
aún la seguía, graznó y batió las alas entre las ramas.

Al ver el rostro austero de Xuanmin, Xue Xian enterró su cara en el hombro de


Xuanmin y soltó una risita.

"Bien, te permitiré temporalmente mantener tu ropa. Pero tengo una condición:


que pagues la comida". Xue Xian se puso de pie y comenzó a alejarse a pasos
exagerados, incluso juntó las manos en la espalda, ladeando un solo dedo y haciendo
señas a Xuanmin para que lo siguiera.

Xuanmin sacudió la cabeza, exasperado por las payasadas de Xue Xian, y le siguió.

Las montañas se alzaban altas y majestuosas a su alrededor mientras atravesaban


la niebla matutina, tan suave como las nubes. Los pájaros revoloteaban suavemente
entre los árboles y, a lo lejos, podían ver el humo de las chimeneas del pueblo
cercano.

No caminaban ni lenta ni apresuradamente, sus túnicas oscilaban ligeramente de


un lado a otro mientras avanzaban, despreocupados, por el sinuoso sendero de la
montaña. Y así caminaron, a veces deteniéndose, a veces desviándose, a través de
los meses y los años, a través del resto de sus vidas.
Capítulo 100: Un poco de Dulzura (VII)

Otro julio caluroso y húmedo, con el respiro que aportan las tardes; la brisa fresca
de la ribera del río aporta una sensación de alivio tras la pegajosidad de los dos
últimos meses.

En la parte oriental de la capital del condado de Wolong, en el callejón Hugua, una


de las casas estaba iluminada con faroles brillantes y coloridos y el sonido de las
charlas y las risas se elevaba desde el patio: parecía animado y agradable.

Esta casa era única en comparación con todas las demás de su calle. Había dos
bloques de piedra a cada lado de la estrecha puerta principal, y esos bloques habían
sido tallados en una especie de forma abstracta -- aunque seguían pareciendo fieles a
su naturaleza original de roca, cuando los bloques estaban dispuestos de esa manera,
no parecían caóticos sino más bien hermosos.

Sobre la estrecha puerta colgaban dos faroles rojos nuevos, en los que se había
caligrafiado en tinta negra el único carácter Zhang.

El hombre que vivía en esta casa era el artesano más famoso de todo el condado
de Wolong: Shitou Zhang. Y hoy era su sexagésimo cumpleaños. Había viajado
mucho a lo largo de su vida y de su carrera, y había visto todo tipo de paisajes y
conocido a todo tipo de gente: había sido una buena vida.

Normalmente, cuando la gente del pueblo celebraba acontecimientos importantes,


había toda una lista de rituales y formalidades que observar. Pero Shitou Zhang no
quería tener una gran fiesta; en su lugar, esa mañana temprano, hizo que su hijo y
su hija, todavía jóvenes, fueran de puerta en puerta y regalaran a sus vecinos
jugosos y pálidos melocotones de cumpleaños, pero se negó a aceptar ningún regalo
a cambio.

Para la fiesta propiamente dicha, sólo había invitado a amigos cercanos y a la


familia. No había muchos invitados, y el evento no era demasiado formal, pero todos
eran cercanos, y el ánimo era alto.

Pero un evento informal no significaba un banquete superficial. Shitou Zhang se


había gastado una gran cantidad de dinero en contratar a los cocineros del famoso
restaurante Tianxiang del condado de Wolong para que vinieran y pasaran toda la
tarde elaborando los mejores y más deliciosos platos de la especialidad de Tianxiang.

Shitou Zhang dispuso tres grandes mesas en el salón principal de su recinto, y los
miembros de su familia, así como los dos aprendices que le habían seguido durante
los últimos diez años, se sentaron en dos de las mesas. La tercera mesa era extraña:
tenía el mismo tamaño que las otras dos, pero sólo tenía cuatro sillas.

Cuando llegó la noche, Shitou Zhang llegó incluso a hacer que algunas personas le
ayudaran a llevar un biombo a la sala y a colocarlo entre esa mesa y las otras dos. Se
comportaba de forma extremadamente misteriosa.

Lo más extraño fue que, cuando llegaron los proveedores con los platos, Shitou
Zhang les ordenó específicamente que pusieran los platos vegetarianos en un lado y
los de carne en el otro. Los dos tipos no podían mezclarse en ninguna circunstancia.

Nadie aquí era un extraño, y los invitados no se opusieron a nada de esto, pero
tenían mucha curiosidad y fueron a preguntarle a Shitou Zhang al respecto.

Shitou Zhang sólo agitó la mano con desprecio y dijo crípticamente: "Honorables
invitados".

Cuando la luna llena comenzó a salir en el cielo nocturno, se oyó un fuerte golpe
en la puerta principal. Shitou Zhang se apresuró a saludar a los recién llegados al
patio y lanzó una carcajada. "¡NianQi está aquí!", exclamó calurosamente. "Oye...
¿Cómo es que me parece que te has vuelto más alto?"

Efectivamente, era NianQi el que estaba de pie junto a la puerta. Más de diez años
después, ya no era aquel joven delgado. Aparte de un pequeño rastro del pasado en
su frente -el lunar en medio de la frente-, ahora tenía un aspecto completamente
diferente. Era alto y delgado, y en realidad había empezado a parecerse a Jiang
Shining, con un aire estudioso.
"Creo que te has vuelto más bajo", respondió NianQi. "La última vez que me
encontré contigo fuera de la tienda de Li, no estabas tan jorobado como ahora".

Seguía hablando con un tono frío y distante, lo que chocó a la mayoría de la gente
al principio. Pero Shitou Zhang estaba acostumbrado a ello, y no le importó en
absoluto.

"Bueno, ya estoy en esa edad. Todos los artesanos acaban encorvados, y me


alegro de haber tardado tanto. No puedo compararme con los jóvenes como tú",
respondió jovialmente Shitou Zhang mientras guiaba a NianQi hacia la sala de
banquetes. "¿Dónde están todos tus hijos?"

"Se han pasado toda la tarde jugando y ahora están agotados. No puedo traerlos a
un evento como éste. Quizá dentro de unos años", dijo NianQi.

Tal vez fuera porque Lu ShiJiu había sido un niño de la calle adoptado por sus
padres en las montañas, pero ahora que NianQi era mayor, de vez en cuando se
encontraba con un huérfano abandonado debajo de un puente y lo llevaba a casa
para criarlo. Se había hecho famoso en todo el país por su capacidad de adivinación, y
podía permitirse alimentar unas cuantas bocas más.

Cuando Shitou Zhang había invitado inicialmente a NianQi a la fiesta, le había


dicho que trajera a los tres pequeños, pero NianQi se había negado. Los niños aún
conservaban algunas de sus costumbres de la calle: eran lentos para confiar y se
asustaban fácilmente.

Así que Shitou Zhang no había insistido. Pero era un tipo inquieto al que le gustaba
cotillear y meterse en los asuntos de los demás. Cuando leyó por primera vez la carta
de NianQi, empezó a preocuparse de que los huérfanos nunca se recuperaran de
verdad de sus experiencias en las calles, pero luego volvió a sentirse tranquilo...

Porque estábamos hablando de NianQi.

Cada vez que Shitou Zhang se topaba con NianQi a lo largo de los años, el
encuentro le hacía emocionarse. Estaba agradecido de ver a aquel joven deprimido,
desconfiado y agobiado se hubiera transformado gradualmente en el hombre que era
hoy.

Para Shitou Zhang, esto era una prueba de que la bondad y la generosidad eran
rasgos que podían heredarse de padres a hijos.

"¿Aún no han llegado?" Preguntó NianQi mientras miraba alrededor de la sala.

Incluso después de todo este tiempo, su visión seguía siendo la misma: no era
técnicamente ciego, pero tampoco era grande. Pero a medida que perfeccionaba sus
habilidades de adivinación, había llegado al punto en que su visión ya no le estorbaba
en su vida diaria.

Shitou Zhang miró en la misma dirección que NianQi y sacudió la cabeza. "Puede
que tarden un poco más".

Los demás miembros de los Zhang, al oír esto, levantaron la vista con expresiones
de desconcierto en sus rostros. Shitou Zhang había tenido a sus hijos tarde: el hijo
era un poco mayor y había pasado de los veinte -era sólo dos o tres años más joven
que NianQi-, pero la hija sólo tenía dieciséis años, todavía joven y de rostro fresco.
Afortunadamente, se parecía a su madre.

La hija levantó la vista y finalmente no pudo evitar preguntar a Shitou Zhang:


"Papá, ¿qué haces mirando al cielo?".

Shitou Zhang adoraba a esa hija suya; si cualquier otra persona hubiera
preguntado, habría sido capaz de inventar algo, pero cuando ella preguntó, él en
cambio bajó la voz y admitió: "Estoy esperando a los dos invitados de honor".

La chica se quedó mirando incrédula. "Papá, ¿tienes una intoxicación alimentaria?".

Shitou Zhang se río. "Cállate".

Lo único que tuvo que decir NianQi fue: "Tu hija tiene un rostro auspicioso".

Shitou Zhang frunció el ceño. ¿Se supone que tengo que dar las gracias?

Mientras hablaban, el cielo se nubló de repente y se oyó el bajo estruendo de un


trueno.

Todos los invitados reunidos en la sala de banquetes se detuvieron, sorprendidos.


"¿Qué demonios? Esta tormenta ha salido de la nada", se quejó alguien.

"Salga o no de la nada, eso parece el inicio de una gran tormenta. Entremos


todos", dijo otro.

Pero tanto Shitou Zhang como NianQi volvieron a mirar al cielo.

"Ya vienen..." Shitou Zhang dijo emocionado en voz baja.

Todos esos años atrás, los dos habían despertado en la orilla de Heishi después de
una experiencia cercana a la muerte. Se habían despedido de Xue Xian y habían
regresado al condado de Wolong, y como regalo de despedida, Xue Xian les había
dado a cada uno tres papeles talismán en blanco. Les había dicho que, si alguna vez
estaban en peligro y necesitaban ayuda, podían escribir un mensaje en el papel y
quemarlo, y él podría acudir en su ayuda.

Una vez en casa, NianQi había guardado sus tres hojas de papel, sin intención de
utilizarlas nunca.

Shitou Zhang tampoco había utilizado ninguna de ellas... la primera vez fue esta
vez. Pero no había sido para pedir ayuda a Xue Xian y Xuanmin; en cambio, sólo
había querido invitarlos a pasar su cumpleaños juntos, después de doce años
separados.

La gente tenía la costumbre de que, a partir del sexagésimo año, los cumpleaños
debían ser bien celebrados. Al fin y al cabo, uno no podía estar seguro de si iba a
cumplir setenta u ochenta años. Con el paso de los años, si Shitou Zhang no
intentaba volver a ver a sus viejos amigos, quizá nunca pudiera hacerlo.

Pero Shitou Zhang no quería que fuera tan deprimente. La razón principal por la
que había elegido este año para celebrarlo era porque también era el año en que sus
dos aprendices se graduaban; y a partir de ahora, ya no aceptaba encargos de
cantería: se retiraba.

El último producto que había tallado era una pequeña pieza de jade de la buena
suerte, que había terminado pocos días antes. Quería regalársela a sus viejos amigos
en esta ocasión.

Un rayo atravesó el oscuro cielo y se estrelló en el callejón Hugua. Asustados,


todos los invitados corrieron hacia el interior, pero Shitou Zhang se limitó a hacer un
gesto a los encargados de la comida y les pidió que empezaran a traer todos los
platos, para abrir el festín.

Fue justo a tiempo.


Toc, toc, toc, sonó la puerta principal. Shitou Zhang se dio la vuelta para ver dos
figuras, una de blanco y otra de negro, de pie junto a la puerta, la figura de negro
todavía con la mano en el aire, a punto de llamar una vez más. Con una expresión de
pereza en su rostro, el hombre de negro dijo: "Cada vez eres más bajo".

Shitou Zhang suspiró. Después de todos estos años, el señor sigue siendo tan
grosero.

Los invitados no eran otros que Xue Xian y Xuanmin.

En cuanto entraron en la sala, los ojos de la hija de Shitou Zhang se iluminaron.

La puerta del salón era bastante estrecha, así que Xue Xian y Xuanmin tuvieron
que entrar de una en una. Cuando Xue Xian entró, el rostro de la niña se volvió flojo
por la sorpresa. Con la boca abierta, tiró de la manga de Shitou Zhang y le susurró al
oído: "Papá, ¿no dijiste que tenía que elegir bien a mi marido? ¿Puedes ayudarme a
encontrar uno tan guapo como él?".

Shitou Zhang sintió que se le doblaban las rodillas. "Chica, ¿no puedes prescindir
de tu padre?"

Aunque había estado susurrando, Xue Xian lo había oído todo. Lleno de alegría por
el cumplido, miró a la chica y dijo: "¿Esta chica es tu hija? Es tan hermosa como una
flor".

Le dedicó una sonrisa y la chica casi se desmaya.

Cuando Xue Xian pasó por delante, Xuanmin salió de su espalda y la chica volvió a
jadear de sorpresa. Pronto, volvió a tirar de la manga de Shitou Zhang y dijo: "Papá,
parece...".

Aterrorizado por la posibilidad de que dijera que también parece un marido, Shitou
Zhang le tapó rápidamente la boca y refunfuñó: "Basta. No tienes modales delante de
los invitados de honor. Vete ahora, ve a buscar a tu madre".

La chica echó una última mirada anhelante a los dos invitados y corrió de vuelta a
la otra mesa.

La tercera mesa que estaba detrás del biombo tenía cuatro sillas, perfectas para
Xue Xian, Xuanmin, Lu NianQi y Shitou Zhang.

Xue Xian se sentó y contempló la gloriosa disposición de los platos en la mesa. Se


dirigió a Shitou Zhang y le dijo con una rara amabilidad: "Tiene un aspecto
encantador".

No sólo se habían separado claramente los platos vegetarianos y los de carne, sino
que todos y cada uno de los platos estaban cocinados al gusto de los que estaban
sentados a la mesa. Y todas las especialidades locales que Xue Xian había
mencionado originalmente que quería probar estaban dispuestas aquí, sin que faltara
un solo plato.

"Y está este vino... Un amigo mío se ha metido en la fabricación de vino, y he


conseguido este cargamento directamente de él. Bebe ahora, antes de que los otros
invitados se lo acaben todo". Shitou Zhang levantó su copa con las manos y palmeó
el barril de vino junto a la mesa, y luego añadió: "El vino está fluyendo esta noche.
Tomen todo el que quieran".

Por supuesto, no había olvidado que Xuanmin no bebía. Hizo un gesto para que un
camarero trajera una tetera.

Xue Xian se sirvió una copa de vino y aspiró su aroma. Se trataba de un vino muy
potente: sólo su olor era suficiente para marearse. "¿Cómo se llama este vino?",
preguntó Xue Xian. "Si es bueno, yo también cogeré un poco para mí".

Automáticamente, Shitou Zhang respondió: "Oh, ¿este vino? Se llama Señor


Dragón Borracho".

Xue Xian lo miró fijamente.

Shitou Zhang tragó saliva. Oh, ¡qué tonto!

Se rió rápidamente y explicó: "Es sólo un nombre al azar que se le ocurrió a mi


amigo. No debes tomarlo en serio".

Xue Xian nunca se había emborrachado. Al oír el nombre del vino, sonrió y dijo:
"Bueno, entonces tengo que probarlo".

Pero al final hizo mucho más que probar.

Ese vino realmente hacía honor a su nombre.

Al final de la noche, cuando salieron del recinto de Shitou Zhang, Xue Xian tenía un
aspecto vital y saludable, su postura era perfecta, su rostro resplandeciente, sin
rastro de rubor, como si el alcohol no le hubiera afectado en absoluto.
Cuando se despidió de Shitou Zhang y de NianQi, lo hizo de forma clara y
articulada, sin arrastrar las palabras. Por lo tanto, Xuanmin tampoco notó
inmediatamente que algo anduviera mal. Sólo cuando se adentraron en el callejón
Hugua y llegaron a un callejón sin salida, donde Xue Xian se transformó en un dragón
al amparo de la oscuridad y comenzó a volar, quedó claro que Xue Xian no estaba
completamente sobrio.

Con un soplo de niebla blanca, la forma humana de Xue Xian desapareció y fue
sustituida por una larga sombra negra que se elevaba hacia los cielos, realizando
ingeniosas piruetas en el aire, pero antes de que pudiera empezar a volar, regresó
repentinamente al nivel del suelo: había estado tan excitado que se había olvidado de
llevar a Xuanmin con él.

Xuanmin miró con desconfianza los ojos brillantes de Xue Xian y preguntó:
"¿Seguro que no estás borracho?".

"¡Claro que no!" Xue Xian negó con la cabeza. "¿Te parece que estoy borracho?".
Entonces, sonrió de repente y se acercó a lamer los labios de Xuanmin.

Lamió a Xuanmin con ternura durante algún tiempo, y luego volvió a enderezarse,
desconcertado, y dijo: "¿Por qué de repente siento calor?".

Xuanmin suspiró. Y tú dices que no estás borracho.


Capítulo 101: Un poco de Dulzura (VIII)

En la hondonada de la montaña Boji, detrás del edificio de bambú, había una


fuente termal. No era muy grande -sólo tenía unos dos zhang de diámetro- y a lo
largo de sus orillas crecían bambúes frescos y flores silvestres. Incluso había una
pequeña pagoda de bambú a su lado: era un lugar secreto, agradable y lujoso.

En los últimos cien años, a causa de la niebla venenosa que rodeaba la hondonada
de la montaña y de los rumores siniestros, nadie se había atrevido a acercarse a esta
fuente termal; los únicos que la utilizaban eran los que vivían en el edificio de bambú
cercano. Antes, sólo había sido una persona; ahora, eran dos.

Xue Xian estaba muy borracho, pero insistía en que estaba completamente sobrio.
Mientras surcaba el cielo con Xuanmin a su espalda, insistía en llegar más alto que
nunca en las nubes.

Xuanmin casi siempre le consentía, así que se limitaba a aguantar mientras el


dragón los llevaba a casa. Pero Xue Xian seguía tomando los caminos equivocados, y
casi llevó a Xuanmin al otro lado de la frontera. Por suerte, Xuanmin tenía suficiente
sentido de la orientación para los dos, y se dio cuenta a tiempo de que los conducía a
otra montaña, engatusando y aplacando a Xue Xian durante todo el camino lo guio a
la Montaña Boji.

El fácil y sencillo viaje se convirtió finalmente en un largo trayecto plagado de todo


tipo de extraños obstáculos. Finalmente, cuando el sol se elevó en el cielo, divisaron
en el horizonte la singular forma de la Montaña Boji.

Los efectos del escupitajo de dragón se habían estado gestando en el interior de


ambos durante toda la noche, y era imposible soportarlos mucho más tiempo. Xue
Xian no se molestó en encontrar el edificio de bambú, sino que siguió la curva de la
montaña hasta dar con la fuente termal, y voló directamente al agua. Mientras se
zambullía, se transformó semiconscientemente para no introducir su enorme cuerpo
de dragón en el manantial.

Xuanmin salió del agua con su túnica blanca abriéndose a su alrededor. Se agarró
a una roca de la orilla del manantial y vio una pequeña y delgada sombra negra que
se deslizaba junto a él en el agua.

Automáticamente fue a recogerla...

Un pequeño dragón se extendió por sus dedos, tan blando y húmedo como un
trozo de cuerda. Su cola se balanceaba de un lado a otro mientras se clavaba en su
palma con impaciencia.

Xuanmin suspiró.

Le costaba contener los efectos del escupitajo de dragón, sobre todo porque a
alguien le gustaba empeorarlos a propósito añadiendo dosis tras dosis. A estas
alturas, sus pestañas rebosaban de humedad mientras miraba a Xue Xian con los ojos
entrecerrados, con una mirada profunda y llena de deseo desinhibido.

Golpeó la cabeza del dragón con el pulgar, pero sólo hizo que Xue Xian se moviera
perezosamente una o dos veces. En voz baja, Xuanmin dijo: "Forma equivocada".

Xue Xian estaba demasiado borracho para hacer algo más que frotarse contra la
mano de Xuanmin, pero al oírlo, tuvo que repasarlo en su cabeza varias veces antes
de darse cuenta de lo que significaba: que se suponía que se había convertido en
humano, y en su lugar él había adoptado la forma de dragón diminuto. Resopló con
desazón y se transformó una vez más.

Normalmente, cuando se transformaba, se ponía rápidamente la ropa mientras la


niebla aún se disipaba. Esta vez, estaba a medio camino de ponerse la túnica cuando
se dio cuenta de que pronto se la quitarían, así que ¿para qué? Así que con la mitad
de la túnica colgando de su pecho, trajo a Xuanmin a su abrazo.

Su túnica negra sólo parecía más oscura cuando estaba empapada, y floreció en el
agua ondulante como una flor negra, la tela se enredó con el cáñamo blanco de la
túnica de Xuanmin cuando sus cuerpos se entrelazaron.

Xue Xian salió a tomar aire y mordió la barbilla de Xuanmin, murmurando: "Quizá
esta vez pueda...".

Pero luego sacudió rápidamente la cabeza y enterró su cara en el pliegue del cuello
de Xuanmin. "No importa. He tardado mucho en recuperarte, así que te perdonaré la
vida".

En ese momento, Xuanmin sólo parpadeó y no dijo nada.

Pero mucho más tarde, mientras Xue Xian estaba tumbado contra el banco de
piedra, con sus largas y esbeltas piernas extendidas bajo su flotante túnica negra y
sus brazos rodeando el cuerpo de Xuanmin, con las olas de placer brotando en su
interior y a punto de liberarse, Xuanmin, de repente, se quedó mirando los ojos
vidriosos y los labios entreabiertos de Xue Xian y preguntó con calma: "Lo que decías
antes. ¿Estás seguro de que no quieres intentarlo?"

Xue Xian estaba demasiado distraído para saber a qué se refería Xuanmin.
Enganchó sus brazos alrededor del cuello de Xuanmin y lo acercó para darle un beso.
Con sus labios apretados contra los de Xuanmin y su corta y rápida respiración
entrando y saliendo al ritmo de su movimiento, todo lo que pudo decir fue: "No, ¿por
qué preguntas eso ahora? Sólo ve más rápido".

......

Al principio, al oír el rugido del dragón, el cuervo de Xuanmin había pasado


aleteando para saludar a sus amos. Pero cuando salió volando del bosque y vio los
dos cuerpos retorciéndose juntos en el agua, chilló y salió corriendo, buscando una
rama de árbol de la que colgarse. Pero cuando se encaramó a la rama y midió los
hilos de hiedra que caían del árbol, no pudo encontrar un buen lugar para colgarse.

Así que simplemente se desplomó y se desmayó allí mismo.

Mientras tanto, en el callejón Hugua, en el condado de Wolong, el semidespierto


Shitou Zhang se apoyaba somnoliento en la puerta y sollozaba mientras se despedía
de NianQi.

El destino entre los mortales es siempre extraño e inefable. Originalmente, no


habían tenido nada que ver el uno con el otro y ni siquiera se habrían saludado en la
calle, pero de repente un giro de los acontecimientos los había arrojado a la misma
suerte. Aunque todo lo que habían hecho en su viaje juntos era discutir y pelearse,
habían pasado juntos por una experiencia cercana a la muerte, y de repente parecía
que estaban mucho más unidos de lo que habían estado nunca. Y ahora que habían
pasado todos esos años, de alguna manera, se habían convertido en viejos amigos
especiales.

Shitou Zhang no sabía por qué lloraba: su viaje había sido caótico y aterrador, y
todos habían estado a punto de morir más de una vez. Pero tal vez fuera porque
había sido tan peligroso, porque había sido la experiencia de su vida, y siempre que
pensaba en ello, le hacía sentir emoción e incluso nostalgia. Se había reunido con sus
viejos amigos la noche anterior, sí, pero eso significaba que cada vez se verían
menos, hasta que un día, no se volvieran a encontrar.

Lu NianQi nunca le había dicho una palabra amable. Pero ahora, al salir del recinto
de los Zhang, le dio una palmadita en el hombro a Shitou Zhang y le dijo: "¿Por qué
lloras? Todavía te quedan muchos años de vida. Y después de esta vida, está la
siguiente. Los viejos amigos siempre permanecerán... al menos, esos dos siempre
estarán cerca. Tal vez algún día en la próxima vida, te encuentres con ellos de
nuevo".

Mientras Shitou Zhang se limpiaba las lágrimas, sintió que por fin estaba sobrio. Se
sonó torpemente la nariz y se despidió de NianQi.

Las mañanas en el condado de Wolong nunca estaban quietas ni tranquilas: la


gente ya se reunía junto al río, con los pescadores y los transbordadores yendo y
viniendo por el agua, y en la ciudad, los puestos del mercado ya estaban instalados,
con los cocineros calentando sus cocinas y enviando vapor y humo al fresco cielo de
la mañana.

NianQi podía ocultar más o menos el hecho de que era medio ciego, ya que no
tropezaba ni se tambaleaba, pero su forma de andar seguía siendo notablemente
diferente a la de la gente corriente. Caminaba muy despacio, sin ninguna prisa, dando
la impresión de que saboreaba cada uno de sus pasos.

Salió lentamente del callejón Hugua. La mayoría de la gente giraba aquí a la


derecha y se adentraba en la vibrante y concurrida calle principal de la ciudad, y
NianQi también lo hacía.

En esta calle se encontraba el inigualable restaurante Tianxiang, que, por las


mañanas, solía poner un puesto para vender desayunos y bocadillos famosos.
Siguiendo el sonido del vendedor que promocionaba su mercancía, NianQi salió
lentamente del callejón Hugua y se dirigió a Tianxiang para comprar algunos bollos y
pasteles al vapor para los tres niños adoptados que le esperaban en casa.

Normalmente, seguiría por esta calle, después de todo, era el camino más corto
para volver a casa. Pero cuando el vendedor le entregó los bollos y pasteles, NianQi
sintió de repente el impulso de tomar un camino diferente esta vez.

El impulso surgió de la nada, y no había nada que lo explicara. Normalmente se


llamaría "corazonada".

NianQi estaba en sintonía con la magia, así que siempre se tomaba en serio sus
presentimientos. No dudó en absoluto: giró sobre sus talones y se dirigió a un
estrecho callejón detrás del restaurante Tianxiang, hacia un pequeño camino junto al
río.
Se trataba de un camino muy deteriorado y descuidado. Algunas casas ricas
incluso arrojaban aquí su heno seco o sus textiles podridos, lo que sólo hacía que el
camino pareciera más feo, pero también significaba que a los mendigos y a los
emigrantes les gustaba visitarlo, por si encontraban algo que mereciera la pena
llevarse a casa.

Con el tiempo, esta zona se hizo conocida como un centro de mendigos locales -
pero en los últimos años, cada vez había menos mendigos, y casi ningún trabajador
migrante. Y en una mañana luminosa como ésta, los pocos mendigos que quedaban
no se reunían aquí, porque el viento del río era demasiado fuerte. En su lugar, se
aventuraban en la ciudad, en busca de dinero o de un plato de sopa.

A NianQi no le importaba quiénes eran los que vivían aquí ni lo que estaba tirado
en el suelo. Sólo seguía su intuición, que le había conducido hasta aquí.

Al acercarse al pie de una pequeña colina, se detuvo de repente: pudo oír el débil y
roto sonido de alguien llorando.

"¿Quién está ahí?" preguntó NianQi, asomando la cabeza por la ladera de la colina.

Tal vez fuera porque la forma en que posaba su mirada era diferente a la de los
transeúntes ordinarios, o tal vez fuera su contextura delgada y su conducta de
aspecto estudioso lo que le hacía parecer poco amenazante, pero poco después de
haber formulado su pregunta, una pequeña y flaca silueta asomó la cabeza de mala
gana por detrás de la colina.

Era un niño de tres o cuatro años, con la cara cubierta de ceniza y polvo, y unos
harapos llenos de barro. También tenía algunos cortes y moratones en los brazos:
parecía haber sido abandonado aquí.

"¿Dónde están tus padres?" preguntó NianQi.

El niño le miró con sus grandes y húmedos ojos durante algún tiempo, y luego se
quedó mirando el lunar de su frente. Finalmente, el niño dijo: "No tengo padres".

"¿Entonces por qué estás aquí?" preguntó NianQi.

El niño se quedó pensando un rato y luego negó con la cabeza.

......

NianQi hizo pacientemente una pregunta tras otra, pero ninguna de las respuestas
fue satisfactoria. Era como si el niño hubiera aparecido aquí un día, materializándose
de la nada. NianQi ya había adoptado algunos niños de la calle, y éste era tan
pequeño que no podía dejarlo aquí. Así que cogió la mano del niño y lo llevó a la orilla
del río, donde le ayudó a limpiarse parte de la suciedad de la cara.

NianQi estaba a punto de hablar cuando se dio cuenta de que el niño le miraba con
nerviosismo.

Aquel niño tenía la piel extremadamente pálida, que antes había quedado oculta
por las capas de mugre. Aquellas cejas y ojos le recordaron de repente a NianQi otro
niño que conoció, hace muchos años. Pero lo que realmente dejó boquiabierto a
NianQi fue el lunar rojo que había en el centro de la frente del niño.

Era un lunar diminuto, que sobresalía un poco y estaba cargado de la humedad de


la niebla del río. Estaba justo en el punto de presión de Taiyang, igual que el de la
frente de NianQi.

Conmocionado, NianQi se arrodilló frente al niño y le tomó la cara entre las manos,
mirándolo fijamente sin acordarse de parpadear.

"¿Por qué estás... llorando?", preguntó el niño. Hablaba con una voz temblorosa y
tímida, con un leve murmullo, que sólo hizo que NianQi sintiera una ráfaga de
lástima.

De repente, NianQi parpadeó con fuerza y dejó caer una gorda lágrima al suelo.
Respiró profundamente y dijo: "Nada. Es que estoy... demasiado feliz. He perdido el
control".

El niño le devolvió la mirada con aquellos ojos grandes y redondos y levantó un


dedo para apartar con cuidado las lágrimas del rabillo de los ojos de NianQi, pero en
lugar de eso casi le pinchó en el globo ocular.

A NianQi no le importó en absoluto. Parpadeó varias veces más y se obligó a


apartar las lágrimas, y luego, con voz cálida y amable, dijo: "¿Quieres venir a casa
conmigo?".

El niño preguntó: "¿Voy a pasar hambre?".

"No. Nunca más en tu vida".

Con una expresión seria en el rostro, el niño lo "examinó" durante algún tiempo,
como si tratara de averiguar si NianQi era digno de confianza. Pero era demasiado
joven para poder llegar a cualquier conclusión; al final, echó una larga mirada a la
comida envuelta en las manos de NianQi y olió el delicioso aroma que desprendía.

Asintió vigorosamente, moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo como un


pollo desayunando. "De acuerdo".

Hay alguien a quien echo de menos; y está muy lejos de mí.

Durante doce años, estuvieron separados por la frontera entre la vida y la muerte,
pero ahora el viejo amigo lejano había vuelto por fin a casa.
Capítulo 102: Un poco de Dulzura (IX)

Diez años en el reino de los mortales tardan mucho en pasar; para el hombre que
estaba solo en el templo de la montaña, incluso el movimiento de un dedo era tan
largo como una vida, sin final a la vista. Pero el tiempo también podía pasar muy
rápido; en poco tiempo, el mundo podía ponerse patas arriba y todo lo que había en
él podía quedar desordenado.

La vida en el Templo del Aturdimiento era, por tanto, a veces dolorosamente


rápida, a veces insoportablemente lenta. Después de muchos años, Tongdeng ya no
podía recordar cuánto tiempo había pasado aquí encendiendo sus linternas; la única
forma en que podía saber el paso del tiempo era por el ocasional desastre o la
desgracia que se abatía sobre su propio cuerpo...

Esa persona cayó enferma, luego se recuperó;

Esa persona evitó una gran tragedia;

La vida de esa persona terminó;

Las vidas humanas son volubles e impredecibles; ¿quién puede saber cuánto
tiempo vivirá uno? Tongdeng sólo había asegurado la fortuna de las vidas de su viejo
amigo, y no la longevidad. Así que, aunque esa persona no siempre llegara a vivir
una larga vida, incluso su muerte sería una sin tragedia ni sufrimiento: sólo el cierre
silencioso y pacífico de los ojos.

Una vida como emperador; una vida como mosca de mayo; una vida como
mendigo; una vida como joven novicio budista...

Siempre había que encontrar un equilibrio, por supuesto, para que después de que
esa persona llegara a ser emperador, sus vidas posteriores fueran cortas. En los
siglos que habían pasado desde su muerte, ya había renacido varias veces. En su vida
anterior, como joven novicio, había vivido unos treinta y tantos años, y la enfermedad
que se suponía que lo había matado le había tocado a Tongdeng. Aun así, Tongdeng
no pudo evitar que muriera a temprana edad; qué pena.

Pero en esta vida actual, parecía haber menos desgracias en su destino. Ya habían
pasado dieciséis años, pero Tongdeng sólo había tenido que pasar por un gran brote
de enfermedad; todo lo demás había sido demasiado poco para mencionarlo.

Aunque era una gran cosa que esta vida fuera más fortuita, por otro lado, también
significaba que había mucha menos conexión entre él y Tongdeng.
Estos dieciséis años, Tongdeng había permanecido solo en el Templo del
Aturdimiento y casi se había congelado. Si no fuera por la visita ocasional de Xue Xian
y Xuanmin, quizás hace tiempo que habría trascendido a la divinidad.

Sin embargo, estos años había una persona más en el remoto Monte Jiangsong.
Desde la gran batalla en la orilla de Heishi, hace ahora unos treinta años, el Taipu del
Ministerio de Ceremonias se había enterado de la importancia que tenía el Templo
Daze para el Gran Sacerdote. Al cabo de unos años, surgió un nuevo edificio en la
montaña, cuyas puertas llevaban el sello imperial: un lugar para albergar al recién
nombrado guardián de la montaña.

El guardián era un montañés experimentado. Recibía un salario y llevaba una vida


sencilla como guardián de la paz.

Su trabajo no era difícil: sólo tenía que patrullar la montaña a horas fijas y vigilar a
todos los transeúntes, asegurándose de que nadie se acercara demasiado al monte
Jiangsong. Después de todo, los habitantes del Templo del Aturdimiento tendrían que
soportar la desgracia de alguien de vez en cuando, y si alguien tropezaba
accidentalmente, podría resultar herido. Y si había una tormenta en la montaña, el
guardián tenía que informar inmediatamente a los funcionarios del Ministerio, para
evitar otro incendio.

Técnicamente, el guardián también vivía en la montaña, pero sus clientes solían


estar al pie del monte Jiangsong, y nunca se acercaba a los escalones de piedra del
templo, ni ponía los pies dentro del propio templo. Así que el guardián y Tongdeng no
tenían nada que ver, y, después de treinta años, Tongdeng ni siquiera lo había
conocido, sólo sabía que existía.

Una primavera, a primera hora de la mañana, antes de que la niebla de la montaña


tuviera la oportunidad de disiparse, un joven que llevaba un fardo de tela gris subió a
la montaña. Todavía era el comienzo de la primavera, y el aire seguía siendo frío
desde el invierno. El aire del bosque era húmedo y frío, pero este joven llevaba las
mangas de la camisa subidas hasta los codos, lo que dejaba ver su esbelta
musculatura.

Su piel no era pálida: claramente, había crecido realizando trabajos manuales bajo
el sol. Llevaba el pelo largo recogido en una coleta alta, sin un solo mechón fuera de
su sitio, y sus hombros eran anchos y fuertes; tenía el aspecto de un joven enérgico y
entusiasta.
Era el hijo del anterior guardián de la montaña, que había venido a hacerse cargo
de la tutela.

El joven se detuvo en la cabaña a mitad de camino en la montaña y abrió la puerta


de un empujón. Bajó su fardo y lo colocó en la cama del rincón, luego examinó la
habitación y la ordenó rápidamente. Luego, cerró la puerta tras de sí y salió a
explorar el bosque.

Su intención inicial era pasar por el arroyo de la montaña y coger agua, pero al
pasar por los sinuosos escalones de piedra, se detuvo.

Sabía a qué conducían esos escalones: si los seguía, pronto llegaría a la cima de la
montaña, donde se encontraba el legendario templo embrujado. Por alguna razón,
cada vez que oía a alguien susurrar sobre el templo encantado, el joven siempre
sentía una emoción indescriptible en su corazón.

Tenía la extraña sensación de que, hace mucho tiempo, él mismo se había


asomado a una ventana más allá de los picos de las montañas más pequeñas para
contemplar las silenciosas linternas que se encendían dentro de ese templo
embrujado y fantasmal.

Pero eso era imposible, ya que había crecido en las afueras de la cabecera del
condado más cercano, y nunca había pasado ningún tiempo en otra montaña. ¿Cómo
podía haber presenciado un paisaje semejante? Aun así, por alguna razón, cada vez
que pensaba en el templo embrujado, esa compleja emoción siempre brotaba en él.

Ahora, mientras estaba de pie junto a los escalones de piedra, esa emoción volvió
a surgir en su interior.

El joven sólo dudó un instante antes de pisar la piedra y seguir el camino hacia
arriba. Se rumoreaba que el templo embrujado había estado abandonado durante
siglos, y que nadie lo había visitado nunca: era espeluznante y solitario. Pero a
medida que el joven se acercaba al templo, sentía que su entorno se volvía cada vez
más tranquilo y sereno.

Cualquier persona normal estaría aterrada y querría dar marcha atrás, pero él no
sentía ningún miedo. Aceleró el paso y subió a toda velocidad hacia la cima.

El Templo del Aturdimiento estaba menos deteriorado de lo que esperaba, pero


también mucho más solitario de lo que esperaba.
Menos deteriorado, porque apenas podía ver las huellas del fuego en las paredes
del vestíbulo y la pagoda; incluso las puertas delanteras del templo permanecían
intactas, aunque cubiertas de escarcha. Mucho más solitario, porque, en esta
estación, el frío del invierno aún no había desaparecido, y recientemente hubo
nevadas; en la ciudad, la gente había llenado rápidamente las calles cubiertas de
nieve con pisadas y huellas de caballos, y la nieve se había convertido rápidamente
en aguanieve, para luego derretirse. Pero aquí, en el templo de la montaña, el suelo
era una sábana blanca inmaculada y perfecta, y con ella llegó la abrumadora
sensación de soledad.

Las puertas del templo estaban entreabiertas. El joven se situó junto a la puerta y
echó un vistazo al interior, aunque no pudo ver mucho. Y no supo qué le pasó, pero
de repente alargó la mano y empujó las puertas del templo para abrirlas.

Crujido...

Las bisagras emitieron un chirrido ensordecedor cuando la escena dentro del patio
se reveló al joven.

El joven se quedó atónito mientras miraba, atónito, un punto del patio, y no sabía
qué decir...

Pudo ver que, en los escalones blancos que conducían a la pagoda en el centro del
patio, estaba la silueta tranquila y silenciosa de un hombre, alto y delgado, que vestía
una túnica blanca y pura. En medio de esa paleta de blanco, tenía un aspecto
abrumadoramente solitario.

"Tú...", murmuró el joven. Volvió en sí y se dio cuenta de que había entrado


automáticamente en el patio y que ahora estaba de pie al pie de la escalinata.
Levantó la cabeza para mirar la silueta blanca, frunciendo el ceño, y preguntó:
"¿Quién eres? ¿Por qué estás dentro del templo embrujado?".

El monje de blanco se quedó helado y miró al joven con comprensión y


desconfianza: "¿Puedes verme?", preguntó.

El joven dudó y luego asintió.

Era el año Guimao, diecisiete años completos desde que el pequeño novicio había
fallecido, y treinta y siete años completos desde la batalla de la Costa de Heishi, e
incontables, incontables años desde que Tongdeng había muerto.
Su vida de tedio estaba terminando; aquí y ahora, se estaban reuniendo.

En los cielos lejanos, unas vetas de color blanco destellaron, seguidas de un fuerte
y retumbante trueno. La primera tormenta del año había llegado. Pronto, las
montañas volverían a cubrirse de vibrantes flores primaverales...

A miles de li de distancia, el restaurante más famoso del condado de Ningyang, en


la prefectura de Huizhou, rebosaba de clientes.

Xue Xian y Xuanmin, que acababan de traer la lluvia primaveral a la tierra, estaban
junto a las puertas del restaurante, escudriñando la multitud que había dentro antes
de decidirse a entrar.

Hacía una hora que estaban al otro lado del río, con Xue Xian ocupado en invocar
la lluvia. Cuando terminó su tarea, sintió un poco de hambre y de repente se le antojó
comer cerdo frito con melocotón de Huizhou. Xuanmin no tenía ninguna razón ni
deseo de rechazarlo, así que los dos habían atravesado la tierra hasta llegar al Salón
de los Nueve Sabores.

Cuando entraron en el restaurante, Xue Xian le dijo a Xuanmin: "En aquel


entonces, cuando llegué al condado de Ningyang, lo único que quería comer eran los
platos especiales de este restaurante. Pero no podía moverme, así que hice que el
ratón de biblioteca Jiang Shining fuera a comprarme la comida. Han pasado treinta
años, pero me pregunto si los platos siguen teniendo el mismo sabor".

Xuanmin miró el puesto del restaurante en la calle que vendía comida para el
desayuno y dijo: "Sí. Recuerdo este lugar".

"¿Eh? ¿Has estado antes en este restaurante?". Preguntó Xue Xian, asombrado.

"Aquel día en que te encontré en el recinto de Jiang, fue porque el dueño del
restaurante de aquí me pidió que fuera", explicó Xuanmin.

Xue Xian había vivido durante cientos de miles de años... si pudiera recordar cada
detalle de cada día, su cerebro habría explotado durante mucho tiempo. Xue Xian sólo
recordaba algunos sucesos interesantes o personas notables: por ejemplo, recordaba
haber sido capturado por Xuanmin en el recinto de Jiang, y podía recordar vagamente
haber sido rodeado por los funcionarios del condado al salir, pero hacía tiempo que
había olvidado qué otros personajes habían formado parte de la historia con
anterioridad.
Pero ahora que Xuanmin sacaba el tema, Xue Xian pensó que todavía había una
impresión de ello en algún lugar de su memoria. "Tal vez había una persona así", dijo.
"No lo recuerdo".

El camarero del Salón de los Nueve Sabores era extremadamente amable. En


cuanto vio a los dos entrar en el restaurante lleno, los saludó con una sonrisa y les
dijo que podían coger la comida para llevar, o bien, si no les importaba, había un par
de mesas con menos clientes donde podían compartir mesa.

El edificio de bambú donde vivían Xue Xian y Xuanmin estaba al otro lado del río,
por lo menos a mil li de distancia. No tenían intención de llevar la comida hasta allí
para comer en casa. Así que Xue Xian miró a Xuanmin para consultar en silencio la
opinión del friki de la limpieza, luego hizo un gesto con la mano al camarero y dijo:
"No te preocupes. Compartiremos mesa".

"¡Genial! Siento las molestias. Mi jefe dice que es a mitad de precio para los que
estén dispuestos a compartir mesa". Sonriendo, el camarero llevó a los dos a una
mesa cercana.

Efectivamente, esta mesa no estaba llena -- de hecho, sólo había un ocupante.


Con un comportamiento limpio y tranquilo, este cliente parecía un erudito, pero
también llevaba la ropa de un hijo de una familia rica.

Quizá fuera porque Xue Xian no recordaba a muchos de los eruditos con los que se
había cruzado, y mucho menos a los que llegó a conocer bien. Así que cada vez que
veía a un erudito, siempre le recordaba a Jiang Shining.

Ahora, se dirigió a Xuanmin y le dijo: "Este tipo se parece mucho al ratón de


biblioteca".

Otra vez no...

Xuanmin sólo pellizcó la barbilla de Xue Xian, indicándole que se callara y se


sentara.

Sólo había llegado uno de los platos del erudito, y al verlos sentarse, les mostró
una sonrisa amistosa y señaló su pollo de olla de barro, diciendo: "Sentarse juntos es
un encuentro feliz. Son bienvenidos a compartir mi comida".

Su sonrisa realmente se parecía a la de Jiang Shining. Xue Xian se sintió


totalmente cómodo charlando con él.

Y parecía que realmente había algo especial entre ellos... como mínimo, tenían el
mismo gusto por la comida. Mientras el camarero traía un plato tras otro a la mesa,
los dos empezaron a reírse, ¡ya que habían pedido exactamente los mismos platos!

"¡Esto debe ser el destino! Tengo que ser honesto: cuando los vi por primera vez,
sentí una pizca de reconocimiento", dijo alegremente el erudito. "Como si me hubiera
encontrado con viejos amigos".

Xue Xian jadeó y se encontró con los ojos de Xuanmin, luego se volvió hacia el
erudito, sonriendo. "Qué curioso. Nosotros también pensamos que te parecías a un
viejo amigo. Quizá nos conocimos en nuestras vidas pasadas".

......

El humor de Xue Xian se animó con esa comida. Cuando se separaron, se aseguró
de darle al erudito tres papeles talismán en blanco, diciéndole que se pusiera en
contacto con ellos en caso de que necesitara ayuda en el futuro.

Incluso cuando regresaron al edificio de bambú, Xue Xian seguía sonriendo.

"¿Has visto su cara?", le decía a Xuanmin. "Esa es una buena cara... va a vivir una
vida larga y fortuita".

Xuanmin escuchó a Xue Xian divagar sin parar, y sólo asintió y tarareó en señal de
acuerdo. Finalmente, le pellizcó la barbilla y selló sus labios con un beso.

Al verlos besarse, el cuervo salió corriendo de allí, volando lo más lejos que pudo,
aterrorizado por la posibilidad de volver a ver algo inapropiado.

Los dos hicieron el amor hasta la medianoche, y finalmente se acomodaron y se


fueron a dormir.

Mientras dormía, la mente de Xuanmin se llenó de visiones; de repente se


encontró de nuevo en la habitación de piedra del fondo del edificio de bambú, con
Xue Xian de pie a su lado, imposiblemente cerca de él, con los ojos medio cerrados,
diciendo: "Me debes más de lo que puedas imaginar. Hoy, todo lo que quiero de ti es
tu sangre. ¿Me la darás?" El rostro de Xue Xian estaba envuelto en una sensación de
maldad, y su voz traicionaba un profundo odio.
Xuanmin cerró los ojos. No se apartó, y permitió que Xue Xian acercara su boca a
un lado de su cuello y que sus dientes le perforaran la piel, para que le sacara la
sangre.

Cuando Xue Xian se enderezó de nuevo, esa malvada sonrisa suya chorreaba un
chorro de sangre fresca, que hacía que su pálido rostro pareciera tiránico.

Xuanmin levantó en silencio una mano para limpiarse la mancha de sangre de la


barbilla, pero otro brazo le agarró en el aire.

"¿Has vuelto a tener ese sueño?", le preguntó una voz grave.

Xuanmin abrió los ojos de repente y vio el rostro del hombre de sus sueños
mirándole, aunque sin la maldad de antes; en su lugar, había una sonrisa amable.

Xuanmin vaciló, y entonces se dio cuenta de que había vuelto a soñar con el
hechizo de los Demonios del Corazón de hace tantos años.

Desde la batalla de la Costa de Heishi, ese sueño le había seguido a todas partes,
asomando de vez en cuando su fea cabeza en sus pesadillas mientras meditaba,
rezaba o dormía: un miedo persistente e insuperable.

Pero después de más de treinta años, los Demonios del Corazón fueron
apareciendo cada vez con menos frecuencia, y en los últimos años sólo había soñado
con ellos un puñado de veces. Tal vez, al cabo de uno o dos años, podría olvidarlos
por completo. Algo del pasado todavía se aferraba a él, pero finalmente, estaba
empezando a salir de esos sentimientos de culpa y añoranza que lo habían atrapado
durante tanto tiempo.

Porque la persona más importante para él seguía allí, a su lado; ¿Cuan afortunado
podía ser?

Xuanmin miró a Xue Xian durante un rato y, de repente, los volteó para que él
estuviera encima y besó a Xue Xian con gran pasión.

Mientras Xue Xian le devolvía el beso, se quejó: "No vamos a poder salir de casa
hasta dentro de unos días..."

Una vez más, con sentimiento.

Al final de otra conquista sin aliento, Xue Xian se echó aletargado sobre el pecho
de Xuanmin. Tanteando distraídamente la barbilla del monje, refunfuñó: "Creo que
estoy descubriendo que toda tu seriedad es una fachada. Todo lo que hice fue
emocionarme por conocer a alguien nuevo, y tú me castigas haciéndome rogar para
liberarme..."

Su tono era de seducción... aunque se quejaba, sólo era una burlona charla de
almohada.

¿Pero que haya tardado treinta años en darse cuenta de este simple hecho sobre
Xuanmin? Qué genio.

En el exterior, el cuervo no oyó más ruido, así que salió de su escondite y voló
hacia el alféizar de la ventana, donde casualmente escuchó el final de la frase de Xue
Xian. Sólo deseó ser ciego y sordo, y voló hacia la habitación para escupirle.

De repente, Xue Xian ya no se sentía tan cansado. Señaló con un dedo acusador al
cuervo y gritó: "¿Cómo te atreves a escupirme? ¿De dónde has aprendido eso? Por
qué no lo intentas de nuevo, te reto. Estoy emocionado por comer pájaro asado para
la cena de esta noche".

El cuervo volvió a escupirle.

Luego voló inmediatamente por su querida vida.

Xue Xian frunció el ceño.

Xuanmin se sentó de espaldas a la pared, observando cómo discutían los dos.

Y cuando Xue Xian giró la cabeza, vio por casualidad que los labios de Xuanmin se
curvaban y luego volvían a enderezarse rápidamente.

Xue Xian jadeó. "¿Acabas de sonreír?"

El rostro de Xuanmin se quedó inmóvil. "No".

Xue Xian le miró con desconfianza. "¡Lo he visto!"

"No, no lo has visto", dijo Xuanmin.

"... ¿Lo haces de nuevo?"

Xuanmin reacomodó en silencio la ropa de Xue Xian y se levantó de la cama.


Ordenó la habitación, luego se volvió hacia Xue Xian y le preguntó: "¿Quieres ir al
Templo Daze?".

"¡Claro que no! No, a menos que sonrías para mí". Xue Xian saltó de la cama y
flexionó los brazos y las piernas. Mientras tanto, el pobre cuervo volvió volando a la
habitación.

Esta vez, traía consigo una paloma mensajera. La paloma mensajera llevaba una
carta del Ministerio de Ceremonias.

Xuanmin desenrolló la hoja de papel y hojeó la nota.

Xue Xian se acercó y preguntó: "¿Pasa algo?".

Xuanmin había pasado los últimos años reduciendo gradualmente la influencia del
Gran Sacerdote en la corte imperial; después de todo, que todo el país dependiera de
una sola persona no era apropiado. Además, no era como si, sin el Gran Sacerdote, la
tierra estuviera en peligro.

Y las cartas del Ministerio ya no llegaban con tanta frecuencia. Esta vez era sólo
porque el Taipu había calculado la fortuna del año siguiente y le informaba de los
resultados.

Xuanmin dobló la carta y le dijo a Xue Xian: "Nada. Va a ser otro año auspicioso".

Eso era todo lo que uno podía pedir, en el bullicioso polvo rojo del mundo: la
capacidad de pagar las deudas, devolver los favores, cumplir las promesas y
alimentar el amor.

El viento seguiría soplando y la lluvia seguiría cayendo; la paz a través de los ríos y
las montañas.

Sin remordimientos.
Extra - Nísperos

El caluroso verano de este año llegó pronto, y con abundantes tormentas: la lluvia
caía implacablemente del cielo, y las lloviznas podían producirse hasta tres veces al
día, sin que se viera el final.

Las calles empedradas de las ciudades se mojaban con la lluvia, pero también se
secaban en poco tiempo, así que no era una molestia. Pero en las montañas era
insoportable: el barro húmedo llegaba hasta las espinillas y los caminos estaban
plagados de charcos de apariencia superficial que podían salpicar la cara de tierra si
uno no tenía cuidado. En días así, nadie se adentraba en las montañas, y los que lo
hacían eran psicópatas.

Por ejemplo, los del monte Jiangsong.

"Esta es la última vez", advirtió Tongdeng mientras permanecía con las manos
unidas a la espalda, viendo cómo Xuanmin utilizaba un talismán para ayudar a Xue
Xian a limpiar su túnica. "No vengas mañana. Dame un día de paz, por favor".

Xue Xian se giró para mirar la parte trasera de su túnica y sacó una pierna para
que Xuanmin le pegara un talismán, diciendo a Tongdeng: "No estoy aquí para verte.
He venido a cuidar de mis nísperos. Ha hecho tanto calor estos días que me preocupa
que te vuelvas codicioso y me los robes".

Tongdeng siempre había sido una persona muy comedida, y en todos sus años
flotando como espíritu, nunca se había "vuelto codicioso". El insulto le hizo casi reír de
rabia; se volvió hacia Xuanmin y le espetó: "¿Qué vas a hacer al respecto?".
Xuanmin no dijo nada.

Si pudiera hacer algo al respecto, ¿crees que estaríamos aquí ahora mismo?

Xuanmin hacía tiempo que se había acostumbrado a escenarios como éste. Con
una expresión neutra en su rostro, se situó entre los dos y pareció no perturbarse en
absoluto por su disputa. Continuó limpiando la túnica de Xue Xian para él.

Cada vez que el dragón visitaba el Templo del Aturdimiento, siempre tenía que
hacer una escena, y nunca miraba por dónde iba. Para cuando entró en el templo, su
túnica estaba cubierta de tantos puntos de barro que parecía un pavo real, así que
Xuanmin le había obligado a quedarse en la puerta mientras le limpiaba.

"Eh, ya está bien", refunfuñó Xue Xian mientras se miraba una vez más. "Esta
túnica es superfina. Si sigues dándole palmaditas, la romperás. ¿Por qué tú y tu shifu
tienen esa obsesión por la higiene...?"

"Deja de moverte", dijo Xuanmin.

Tongdeng se dio la vuelta y volvió a entrar en el templo.

Xue Xian sintió que se había limpiado tan a fondo que ya no había ni una mota de
polvo en él. Chasqueó la lengua y comenzó a entrar a grandes zancadas,
asegurándose de levantar la parte inferior de su túnica al pasar el umbral para no
desperdiciar los esfuerzos de Xuanmin y ensuciarse de nuevo.

Xuanmin se situó detrás de él y, al ver que se quedaba congelado sobre el umbral,


le dio una palmada, indicándole que se diera prisa.

Xue Xian le miró. "¿Acabas de darme una palmada en el trasero?".

"¿Van a tener los dos un encuentro ahí mismo?". preguntó Tongdeng mientras se
sentaba con las piernas cruzadas en una alfombra de oración frente a un escritorio y
cogía un pincel.

Xue Xian se acercó ociosamente a él y observó con la cabeza inclinada cómo


Tongdeng empezaba a escribir algo en una hoja de papel. "¿Estás escribiendo más
para el chico de piel oscura?".

Tongdeng suspiró y detuvo su pincel. Mirando a Xue Xian, dijo: "Llamas a mi


discípulo 'burro calvo', y ahora llamas a Yunzhou 'niño de piel oscura'. ¿No puedes
tener modales por una vez?".

"No", dijo Xue Xian.

Tongdeng volvió a suspirar.

El "niño de piel oscura" al que se refería el dragón no era otro que el guardián de la
montaña del monte Jiangsong. Cuando llegó por primera vez a la montaña, era un
joven de catorce o quince años, sin siquiera un nombre propio. Ahora, tenía unos
veinte años, y el nombre de Yunzhou se lo había dado Tongdeng.

Desde que Tongdeng y él se hicieron amigos, acudía al Templo del Aturdimiento


todos los días después de sus patrullas, a veces haciendo que Tongdeng le enseñara a
leer y escribir, otras veces simplemente preparando una tetera para Tongdeng y
charlando durante horas. Tongdeng no podía beber el té, pero le gustaba olerlo.

Y después de haberse topado varias veces con Xue Xian y Xuanmin, también se
hizo amigo de ellos.

Xue Xian rebuscó en el bolsillo de su manga hasta que encontró un bastón de tinta
de alta calidad y lo estampó en el escritorio. "Me he dado cuenta de que casi has
acabado con tu actual palillo", dijo, "así que te he tallado otro".

Tongdeng cogió el palillo, lo examinó y asintió. "Es una buena tinta. Ve a visitar a
tus nísperos".

Xue Xian tiró de la mano de Xuanmin y lo condujo más allá de la estatua de Buda y
hacia la puerta trasera de la sala.

Antes, el patio trasero del templo había sido un hermoso jardín que florecía con
aroma y color cada verano, y había sido el lugar perfecto para refugiarse del calor...
pero el fuego lo había convertido en un parche de tierra muerta, con ramas rotas que
sobresalían de la tierra, un lugar desolado.

El año anterior, algo se le había metido a Xue Xian y de repente había empezado a
desear nísperos. La niebla venenosa que rodeaba su edificio de bambú era demasiado
fuerte y mató su níspero las dos veces que intentaron plantar uno, así que en su lugar
convenció a Xuanmin para que le dejara plantar uno en el Templo del Aturdimiento -
en cualquier caso, el Templo del Aturdimiento empezaba a sentirse como su casa de
verano-.
Xuanmin siempre complacía los deseos de Xue Xian. Inmediatamente fue a
comprar un níspero y lo plantó en el jardín del templo.

En ese momento, Tongdeng lo había mirado y no había dicho nada más que: "Es
bonito". El retoño era muy pequeño y frágil, y le costaría mucho esfuerzo convertirse
en un árbol fructífero. Pensó que podían intentarlo si querían.

Pero Yunzhou se había enterado del plan y, de alguna manera, se había


entusiasmado con eso. Al cabo de unos días, se había adentrado en el bosque de la
montaña y había regresado con tres nísperos completamente crecidos, ya florecidos y
con hermosas hojas verdes. También los había plantado en el jardín trasero.

Los nísperos silvestres eran plantas resistentes: apenas habían tenido que prestar
atención a los árboles para que los nísperos empezaran a crecer en cuanto la estación
fuera adecuada. Primero eran verdes, y luego se volvían de un amarillo brillante,
volviéndose más y más dulces a medida que los días maduraban.

Desde que plantaron aquel primer retoño de níspero, Xue Xian había hecho que
Xuanmin fuera al templo con él todos los días, para asegurarse de que los nísperos
crecían bien.

En todos sus años de vida, Tongdeng nunca había conocido a un glotón así. Un
dragón divino, con el que nadie podía meterse, que de alguna manera había acabado
con su propio discípulo. Qué desastre.

Tongdeng cogió su pincel una vez más, con la intención de terminar de copiar este
texto, pero pronto las puertas del templo volvieron a crujir.

Suspiró; definitivamente no terminaría su tarea hoy.

No necesitaba levantar la vista para saber quién había entrado. Y, sin embargo,
levantó la vista de todos modos.

Observó cómo Yunzhou cerraba cuidadosamente las puertas del patio delantero y
comenzaba a caminar hacia el vestíbulo. Había crecido rápidamente en los últimos
años; ahora era alto y fuerte, y las mangas de su túnica estaban remangadas para
dejar al descubierto los músculos nervudos de sus antebrazos.

Y no era tan moreno como decía Xue Xian; su piel era más bien del color del trigo.
"El cielo está nublado. Pronto va a llover", se quejó Yunzhou al entrar en la sala,
con la misma naturalidad y despreocupación que si volviera a su casa después de un
largo día.

Tongdeng tarareó de acuerdo y se dispuso a coger de nuevo el pincel, pero se


detuvo de repente. Miró a Yunzhou y le preguntó: "¿Qué llevas contigo?".

"Té", dijo Yunzhou, levantando el paquete para mostrárselo. Luego sonrió. "Y
vino".

Era justo lo que su viejo amigo solía hacer, hace tantos años. El parecido dejó a
Tongdeng aturdido, y automáticamente respondió: "¿Quieres engañarme para que
vuelva a beber vino?".

Cuando Yunzhou se agachó para colocar la tetera sobre el escritorio, se río y dijo:
"¿Truco? Esto ni siquiera es Qiulubai".

Luego se quedó helado. Miró a Tongdeng y se encontró con que el monje le miraba
fijamente, también congelado.

Tongdeng tartamudeó: "Tú..."

Una nube de confusión cruzó el rostro de Yunzhou mientras decía: "Yo... tampoco
sé por qué acabo de decir eso".

"Oh", dijo Tongdeng, y luego sonrió. "No importa. Pon el té aquí, pero llévate el
vino tan lejos de mí como puedas. No me distraigas de escribir tus textos".

Yunzhou asintió. Apoyó la cara en el escritorio y observó cómo Tongdeng escribía


caligrafía, luego no pudo evitar preguntar: "¿Mi escritura... está mejorando?".

Tongdeng lo miró y dijo: "Claro. Tu progreso ha pasado de arrastrarse como una


serpiente sobre el vientre, a arrastrarse a cuatro patas".

Yunzhou puso los ojos en blanco.

Tongdeng no le miró, pero sus labios se curvaron en una sonrisa.

Yunzhou suspiró y recogió la jarra de vino, poniéndose de pie y mirando hacia la


puerta trasera.
Xue Xian estaba apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados,
admirando los nísperos del jardín mientras charlaba de algo en voz baja con Xuanmin.
Al ver que Yunzhou estaba aquí, Xue Xian sacó la barbilla y dijo: "Estábamos
hablando de ti hace un momento. ¿Qué es lo que llevas contigo? ¿Vino?"

Yunzhou levantó la olla para mostrársela. "He arrancado un níspero esta mañana.
Están maduros. Si quieres un poco, puedes tomarlo con un poco de vino".

Xue Xian parpadeó. "Es la primera vez que oigo hablar de beber vino con
nísperos".

Pero Yunzhou ya había desaparecido de nuevo tras la estatua de Buda: había


vuelto a estudiar escritura con Tongdeng.

El olfato de Xue Xian era excelente. Aunque Yunzhou se había llevado el vino,
todavía podía oler su aroma. Se inclinó hacia la sala y volvió a olfatear el aire antes
de que Xuanmin le agarrara la barbilla y lo hiciera volver. "Toma todos los nísperos
que quieras, pero nada de vino".

Xue Xian le miró con los ojos entrecerrados, luego volvió a meter el cuello en la
sala y gritó: "¡Monje! Tu insolente discípulo me prohíbe tomar vino".

Tongdeng estaba en medio de la práctica de la escritura con Yunzhou. Sin


detenerse, se limitó a responder: "¿Qué tiene que ver eso conmigo?".

Xue Xian sólo estaba bromeando, y realmente no había esperado que Tongdeng
hiciera nada. Se volvió y extendió una mano para acariciar la cara de Xuanmin. "¿Por
qué no puedo beber?"

Xuanmin le agarró la muñeca y apartó la garra de su cara, y luego dijo con calma:
"La última vez, te bebiste una petaca de Luofuchun y me llevaste a los picos nevados
de la montaña Taihang. Antes de eso, bebiste una petaca y media de Zhuyeqing, y
caímos en el Mar del Este. Antes..."

"¡Oh, deja el pasado!" se quejó Xue Xian mientras sellaba los labios de Xuanmin
con un beso, y luego, con una sonrisa malvada, lamió los labios de Xuanmin.
Inmediatamente volvió a apoyarse en el marco de la puerta como si no hubiera
pasado nada.

Xuanmin suspiró.

Xue Xian le apartó la cara. "No me mires a mí. Mira hacia allá. Está lloviendo".
Xuanmin volvió a suspirar.

Efectivamente, estaba lloviendo fuera.

La lluvia de verano llegó sin truenos, sino que se componía de una densa llovizna
que caía en el patio con un susurro. Al caer, era como si tuviera el poder de dejar el
mundo entero en silencio y totalmente quieto.

En la ciudad, los vendedores del mercado se apresuraron a retirar sus puestos y a


llevar sus mercancías a sus tiendas. Los transeúntes levantan las manos para cubrirse
la cabeza y las amas de casa sacan rápidamente la ropa que colgaron en los
tendederos.

La lluvia hacía que los ruidos de las gallinas y los perros del pueblo cercano
parecieran un mundo aparte, así como el sonido de los cascos de los caballos que
galopaban por las carreteras comarcales.

En la parte delantera de la sala, Xue Xian podía oír los murmullos de Tongdeng y
Yunzhou, borrosos e indistintos mientras hablaban de las cosas mundanas de la vida.

Xuanmin miró las frutas del jardín: después de medio mes de mimos diarios por
parte de Xue Xian, la lámina de lluvia las hacía brillar y resplandecer como tantos
soles, aferrándose con entusiasmo a las ramas.

Cambió su mirada y volvió a mirar a Xue Xian, que estaba radiante.

Xuanmin lo observó durante un rato, luego se inclinó y lo besó.

Si todos los días fueran así, sería bonito.

Nísperos y lluvia ligera, y paz en la tierra.

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Nota Traductora:

Gracias por seguir nuestra traducción, Ka & yo les agradecemos por sus votos e
interés en la novela. Esperamos volver con más traducciones interesantes y buenas
historias.

Gracias a: malvcod (Malvi) por su ayuda en la traducción de algunos capítulos para


traerles esta hermosa novela que es Copper Coins.

El PDF de la novela estará disponible próximamente.

Besos y Abrazos, que Xue Xian y Xuanmin los bendiga, el dragoncito y su monje
quedaran grabados en sus kokoros <3.

-Be
Agradecimientos

Gracias a todos los que leyeron, espero hayan disfrutado esta historia tanto como
nosotras, agradezco especialmente a Malvi <3 que nos ayudó a terminarla.

Fue muy divertido.

Recuerden que la cortesía exige reciprocidad, ¡Hasta la próxima!

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