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(4) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas,
Para el Ap. Pablo hay una diferencia entre el “andar en la carne” y “vivir según la carne”.
Del gr. Sarx. Literalmente significa la carne de un animal. El cuerpo (en oposición al alma).
Símbolo de lo que es externo.
En muchos pasajes se refiere a la naturaleza humana con sus debilidades y pasiones. También
se refiere a la naturaleza pecaminosa, a esfuerzos y razonamientos humanos.
No podemos evitar vivir en este mundo, todos estamos expuestos a nuestra propia naturaleza
humana.
• Las cosas naturales responden a la vida natural que llevamos en este mundo, como el
comer o el vestirse, etc.
Mateo 6:25-31
(25) »Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su
cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más
que la ropa?
(26) Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros;
sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?
(27) ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al
curso de su vida?[f]
(28) »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo.
No trabajan ni hilan;
(29) sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía
como uno de ellos.
(30) Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al
horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?
Los deseos de la carne tienen que ver con anhelos desesperados e insaciables (ej. Comer).
Todo lo que la carne desea es malo porque destruye al cuerpo natural y espiritual.
Los deseos de la carne también tienen que ver con todo lo puede entrar por nuestros sentidos
naturales. Lo que entra por nuestros ojos, oídos, etc. (ejemplos)
➢ Una naturaleza que no está sujeta al gobierno de Dios, va a desear todo lo que este
mundo le ofrezca.
Porque es imposible someter los deseos de la carne al gobierno humano, puesto que toda esta
naturaleza esta impulsada por el placer.
Esto lo demostró la Ley. Las diversas prácticas que someten al cuerpo a un “buen
comportamiento” no funcionan si no hay una transformación de naturaleza.
Colosenses 2:20-23
(20) Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué,
como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como:
(21) «¿No tomes en tus manos, no pruebes, no toques»?
(22) Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que
van a desaparecer con el uso.
(23) Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y
severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza
pecaminosa.
➢ Toda área de mi vida que no esté sujeta al gobierno de Dios va a terminar cediendo a
los deseos de la carne.
Al decir que no militamos según la carne estamos diciendo que no servimos a la carne, no
vivimos bajo las leyes y gobierno de esa naturaleza.
La única manera de llevar todas las áreas de mi vida al gobierno de Dios es pasando por la
Cruz. Porque todo eso debe morir.
Gálatas 5:24-25
(24) Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus
pasiones y deseos.
(25) Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.
Estas cosas no resueltas en la carne no nos dejan avanzar hacia la madurez. Por eso el Ap.
Pablo les aclaró a los corintios que no podía hablarle como a espirituales, porque todavía
estaban tratando con asuntos de la carne.
“El cuerpo no puede crecer si todavía hay áreas que demuestran inmadurez”
Nuestra mente se compone de todos esos conceptos que hemos aprendido durante años y
construyeron en nosotros fortalezas.
En este sentido hablamos de la Razón humana, todo lo que el hombre cree que para él es lo
correcto. (ejemplos)
A veces es difícil identificar qué pensamiento es una fortaleza en nosotros, por eso debemos
ceder al consejo, la enseñanza y a la obra de la Palabra.
El gobierno del Espíritu nos da los recursos correctos. A la hora de tomar una decisión, a la
hora de hablar o de mirar algo, etc.
El Esp. Es nuestra conciencia espiritual que nos lleva siempre a elegir las cosas que preservan la
vida del Señor en nosotros.