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DIANA-magia Sexual (Articulo)
DIANA-magia Sexual (Articulo)
MAGIA SEXUAL
DIANA
Estos conocimientos pueden usarse para bien o para mal. El mago blanco
conoce que la mujer es portadora de pequeños "fueguitos", que se encuentran
en sus cuerpos internos, en la anatomía oculta, y que están encendidos.
El hombre no tiene esos fuegos encendidos, por eso siempre la mujer en la
antiguedad era la que encendía los fuegos, las hogueras, las velas, etc.,
porque representaba que solo a través de ella el hombre podía divinizarse.
El hombre sólo, no puede encender esos fuegos, necesita de la compañera
tántrica para que se prendan. En la Magia Sexual, es la mujer quien fecunda
al hombre, es el hombre quien se entrega a ella, que es la Divina Madre.
Cuando ella está en el máximo de voluptuosidad, el mago siente como el ardor
femenino lo cubre con una delicada y suave energía, magnetizando toda su
aura. Es como una flor, simplemente por ser, nos regala su perfume.
Podríamos decir que en ese momento la mujer, es más mujer que nunca, y
esa fuerza que ambos sienten es el famosos FUEGO DEL ESPIRITU SANTO, por eso
se le llama SEÑOR Y DADOR DE VIDA, porque el sexo es el que nos da la vida,
el sexo es la presencia de Dios, en el laboratorium oratorium.
En el siglo XVIII, la esposa de un médico francés dirigía un próspero
establecimiento en París, que ofrecía el rejuvenecimiento a los ancianos, y
un renovado vigor a los jóvenes impotentes. La técnica empleada era un
estrecho contacto con vírgenes.
Restif de la Bretonne, historiador de la vida sexual en el París de su
época, describe con cierto detalle el procedimiento.
Dice que las muchachas reclutadas con estos propósitos tenían que gozar
de radiante salud, y estar en el primer brote de la doncellez. El París
urbano estaba aparentemente incapacitado para proveer de consortes que
pudieran
reunir estos requisitos, de modo que muchas de ellas fueron reclutadas en
las
regiones rurales de Francia.
La naturaleza tántrica de la práctica, pese a su bajo nivel moral, y su
puesta en escena, es evidente a la vista del procedimiento empleado. Las
chicas
se sometían a una dieta para aumentar su vitalidad, eran de cuerpos
exquisitos,
sin defectos, y la dieta producía una alta carga elecromagnética en sus
auras.
Tanto el cliente como las dos chicas destinadas a servirle, se daban baños
perfumados antes de comenzar, seguidos de una fuerte friega, lo que aumenta
la
circulación y produce bioelectricidad en el cuerpo.
Luego el hombre se retiraba para pasar la noche acostado entre las dos
muchachas, una rubia y la otra morena.
Los tres dormían sobre el costado derecho; la morena se apretaba contra
la espalda del hombre y este a su vez, estaba en estrecho contacto con la
espalda de la rubia. Se entiende que no tenían el contacto sexual clásico.
Esto se hacía por varias semanas, y a los ocho días las chicas eran