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El rostro es el principal delator de nuestras emociones, así lo indican en el artículo Tipos de facciones de la cara de la
revista online mexicana Super Mujer.
Y es que, según el artículo, los rasgos faciales brindan un referente social. Un ejemplo de ello son los labios, considerados
por muchos como una zona erógena y a la vez de conflicto; si estos órganos tienen término en arco de Cupido, nos dirán
que la persona es sensual y con tendencias cosméticas o estéticas, si por el contrario son gruesos, esta persona tendrá
tendencias de un buen historial erótico, oral y agresivo.
El artículo también nos habla de la barbilla, si es marcada nos dará una sensación de poder o dominación, si es ligera o
reforzada, nos emanará un sentimiento de debilidad o temor ante las responsabilidades.
Un caso curioso es el de la nariz, que según el artículo, es considerada un símbolo de sexualidad, ya que se encuentra en
la misma línea del órgano reproductor masculino. Para los hombres, una nariz remarcada proporcionará un carácter viril y
por lo tanto, una ligera y perfilada no.
Con respecto a las cejas explican que, cuando son grandes y acompañan unos ojos de la misma proporción, transmiten
que el sujeto es extrovertido, seguro y estilizado; si son arregladas y perfiladas, tienden a mostrar a una persona
preocupada por su refinamiento y cuidado personal. Si durante la plática una de ellas es levantada indica arrogancia, duda
o desaprobación.
Finalmente nos comentan que los ojos son el principal foco de atención, el punto donde se concentran las ideas, por eso
son considerados el espejo del alma. Si unos ojos son grandes o acentuados proporcionaran poder, estabilidad y seguridad,
si estos son pequeños o cerrados el sujeto puede ser tímido, evasivo y hostil.
En el artículo Tips para recordar caras de la páginaEn Plenitud, exponen que uno de los aspectos que permiten que se
recuerde un rostro, es resaltando algún detalle que haga que esa cara sea única, como una cicatriz, un hoyuelo, marcas de
viruela, una nariz ligeramente bulbosa o una barbilla inusualmente cuadrada. Fíjense que en ocasiones, es difícil recordar
exactamente cómo J.K. Rowling describió a Harry Potter en su libro, sin tener que recurrir a la imagen del actor que encarnó
el personaje en el cine, sin embargo, todos recuerdan a la perfección la cicatriz en forma de rayo marcada en la frente, o
sus gruesas gafas.
En la página Materiales de Lengua y Literatura, hallé una serie de adjetivos que nos ayudarán a armar las descripciones
del rostro de nuestros personajes. Espero el material les sea de utilidad:
CARA: ancha, rolliza, amplia, afligida, cuadrada, desconfiada, chupada, dulce, dura, castigada, confiada, endurecida,
curtida, triste, expresiva, fina, franca, fresca, jovial, larga, serena, llena, delgada, redonda, salvaje, seca, simpática,
tranquila...
FRENTE: amplia, arrugada, baja, estrecha, inteligente, lisa, abombada...
OJOS: ausentes, bajos, azulados, concentrados, despiertos, duros, movedizos, fugitivos, impenetrables, inexpresivos,
intensos, lagrimosos, maliciosos, muertos, negrísimos, soñadores, turbios, tristes, vivos...
NARIZ: aguileña, chata, amplia, redonda, fina, larga, puntiaguda, recta, torcida...
BOCA: fina, fresca, grande, dura, firme, pequeña, redonda, besucona, torcida...
CUELLO: corto, fino, grueso, largo, elegante, estilizado...
DIENTES: alineados, blancos, amarillentos, torcidos, desiguales...
LABIOS: blanquecinos, estrechos, finos, grandes, herméticos, delgados, voluptuosos, sensuales...
MEJILLAS: rollizas, caídas, deshinchadas, hinchadas, redondas, duras, chupada...
CEJAS: arqueadas, espesas, gruesas, juntas, delgadas, separadas...
OREJAS: grandes, largas, redondas, pequeñas...
COLOR: pálido, rosado, albino, moreno, pelirrojo, ceniza, amarillento, blanquecino, aceitoso, bronceado, tostado,
aceitunado, oscuro...
CABELLOS: brillantes, sucios, castaños, rubios, rizados, lacios, finos, sedosos, grasos, ondulados, desordenados,
ásperos,..
Empieza con la forma del rostro de tu personaje. Es importante porque el rostro de una persona
da una impresión fuerte e inmediata de su personalidad. ¿Tiene el rostro en forma de corazón, con
la frente ancha y la barbilla puntiaguda? ¿Tiene el rostro cuadrado con la mandíbula fuertemente
marcada? ¿Cuál de estos rostros podrías describir como dinámico y cuál podrías describir como
duro? Mientras sigas describiendo a tu personaje, recuerda que la gente definitivamente asociará
ciertos rasgos de personalidad con ciertas características físicas.
Describe las cejas de tu personaje. Debido a que las cejas están tan íntimamente involucradas
en la expresión facial, también tienen un gran impacto en el estado de tranquilidad. Las cejas
rectas de Kristin Stewart le dan una expresión perpetua de despreocupación, mientras que las
cejas tan arqueadas de Marilyn Monroe le dan una apariencia de ligera sorpresa e interés continuo.
Si la mitad interna de las cejas se inclina fuertemente hacia abajo, pueden crear una apariencia
traviesa, como la de Christian Slater, o un aspecto ligeramente amenazador, como el de Megan
Fox. Las cejas especialmente bajas, como las de Michael C. Hall (también conocido como Dexter
Morgan), pueden crear una apariencia siniestra.
Describe la nariz de tu personaje. La nariz sobresale de gran manera en el rostro y puede sugerir
mucho sobre la actitud de un personaje. Una nariz respingona puede ser linda y juguetona como la
de un niño, pero también puede llegar a parecer pretenciosa (es decir, alguien que te
menosprecia). Debido a que la nariz sigue creciendo en el rostro de una persona con la edad, una
nariz larga puede sugerir un aire de sabiduría. Una nariz respingada, como la de Nicole Kidman,
podría ser adorable, pero también puede parecer arrugada como con disgusto.
Describe la boca de tu personaje. Al igual que las cejas, la boca es fundamental en la formación
de las expresiones faciales y está sujeta a muchas interpretaciones. Debido a que los labios de la
gente se vuelven más delgados con la edad, los labios carnosos se asocian con sensualidad. Los
labios ligeramente abiertos pueden parecer relajados o incluso sugerentes (que es la razón por la
que la mayoría de modelos posan de esta manera), pero una boca que no se puede cerrar (como
la de Napoleon Dynamite) puede dar la impresión de estupefacción perpetua. Una boca ancha
normalmente se considera “generosa” y puede dar la sensación de una actitud receptiva, mientras
que una boca pequeña y estrecha (como la de Hough Laurie de “Dr. House”) puede parecer
reservada o antipática.
Describe el nacimiento del pelo de tu personaje. El nacimiento del pelo también juega un papel
importante en la forma del rostro. Un pico de viuda, que interrumpe la frente y apunta hacia la nariz,
le agrega un poco de intriga y es la apariencia cotidiana de los vampiros. Las entradas pueden
indicar la pérdida de virilidad y se ganan el título burlón de “orejas de Mickey Mouse”.
Describe el tipo de cuerpo de tu personaje. ¿Es alto? De ser así, ¿es largo y desgarbado o
esbelto y atlético? Si no es alto, ¿es bajo y achaparrado o pequeño y nivelado? ¿Tu personaje
tiene sobrepeso, pesa menos de lo debido, o tal vez sólo tiene una estructura robusta? ¿Qué otras
características se destacan? Por ejemplo: el cuello alargado podría ser agraciado y elegante,
mientras que el cuello grueso o muy corto podría sugerir fuerza bruta. Las rodillas muy juntas
pueden sugerir incertidumbre o torpeza, los pies como de pato pueden parecer que golpean el
suelo sin rumbo fijo y los dedos delgados pueden dar la impresión de una inclinación artística.
Completa los detalles restantes. Ten en cuenta el color del pelo y de la piel. En lugar de usar
palabras como marrón, rubio, negro, rojo y similares, usa palabras como chocolate, miel trigueño,
negro intenso, naranja ardiente. Asegúrate de identificar las características únicas; los pendientes,
los tatuajes y las cicatrices son muy distintivos y cuentan historias únicas sobre lo que ha vivido tu
personaje.
RASGOS FISICOS
GENERALES
alto, bajo, gordo, grueso, flaco, delgado, fuerte , atlético, débil, joven, adulto, anciano, viejo,
corpulento, esbelto, feo, guapo.
CARA, ROSTRO ancha, amplia, grande, redonda, dulce, triste, delgada, alargada, simpática,
tranquila, sonrosada, pálida, suave, arrugada.
CABELLOS color..., canoso, largo, corto, brillante, limpio, sucio, cuidado descuidado,
rizado,ondulado, suelto, recogido, alborotado, mojado, húmedo.
CEJAS arqueadas, rectas, inclinadas, espesas, gruesas, separadas, juntas, delgadas, pobladas,
despobladas
OJOS color , claros, oscuros, abiertos, cerrados, redondos, rasgados, inclinados, serenos, tiernos,
tristes, grandes, pequeños, brillantes, apagados
MANOS grandes, pequeñas, huesudas, cortas, suaves, callosas, hábiles, ágiles, torpes, delicadas,
PIERNAS largas, cortas, anchas, gruesas, finas, fuertes, débiles, musculosas, huesudas,
secas,robustas.
VOZ Ronca, grave, aguda, potente, clara, chillona, débil suave, delicada, dulce, alegre
RASGOS GENERALES
DE CARÁCTER
agradable, desagradable, simpático, antipático, divertido, aburrido, alegre, triste, serio, amable,
sereno, tranquilo, nervioso, hablador, callado, trabajador, perezoso, cariñoso, bondadoso, malo,
travieso, latoso, serio, atento, atrevido, trabajador, educado, ingenioso, generoso, listo,
mentiroso, gruñón, valiente, burlón, despierto, fanfarrón, feliz, fiel, honrado, chulo, presumido,
miedoso, prudente, bruto, majadero, confiado, culto, sereno, sincero, sociable, solitario, soso,
soñador, decidido, divertido, inteligente, orgulloso, risueño, llorón, tímido,
VESTIDO, ROPA color..., elegante, moderno, antiguo, bonito, feo, caro, barato, sencillo, simple,
discreto, llamativo, juvenil, infantil
VERBOS ser, parecer, mostrarse, tener, llevar, vestir, aparecer, poseer, adornarse, cubrirse, estar,
encontrarse, sentirse, permanecer, acostumbrar, soler, usar, abrigarse,
Hay varias formas de describir a una persona. Según se describan sus rasgos recibe distintos nombres.
Veamos un ejemplo en el que podemos encontrar mezclados elementos físicos y psicológicos, aunque en distinta
proporción, en este texto de Galdós.
El pobre chico de este modo burlado se llamaba Luisito Cadalso, y era bastante
mezquino de talla, corto de alientos, descolorido, como de ocho años, quizá de diez, tan
tímido que esquivaba la amistad de sus compañeros, temeroso de las bromas de algunos,
y sintiéndose sin bríos para devolverlas. Siempre fue el menos arrojado en las
travesuras, el más soso y torpe en los juegos, y el más formalito en clase, aunque uno de
los menos aventajados, quizás porque su propio encogimiento le impidiera decir bien lo
que sabía o disimular lo que ignoraba.
Un conocido ejemplo de prosopografía es la descripción que hace Calisto de Melibea, en la que sigue el orden tradicional,
de arriba abajo.
Comienzo por los cabellos. ¿Ves tú las madejas de oro delgado que hilan en Arabia?
Más lindos son, y no resplandecen menos. Son tan largos que le llegan hasta sus pies;
después, trenzados y atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, que no hace
más para convertir los hombres en piedras. [...]
Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas y alzadas; la nariz
mediana; la boca pequeña; los dientes menudos y blancos; los labios, colorados y
grosezuelos; el torno del rostro poco más luengo que redondo; el pecho alto; la redondez
y forma de las pequeños senos, ¿quién te la podría figurar?, que se despereza el hombre
cuando las mira. La tez lisa, lustrosa; el cuero suyo oscurece la nieve, la color mezclada,
cual ella la escogió para sí. [...]
Las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas; los dedos
luengos; las uñas en ellos largas y coloradas, que parecen rubíes entre perlas.
Más difícil es encontrar casos puros de etopeya pues, aunque se centre la descripción en el carácter o la psicología de un
personaje, antes se le suele presentar siquiera sea brevemente. Un ejemplo de esta combinación podemos verla en el
retrato de don Alonso de Monroy, Maestre de la Orden de Alcántara que comienza estableciendo su linaje y mostrando
algunos rasgos de su físico para dedicar la mayor parte del texto a elementos destacados de su carácter como son la
valentía y preparación para la guerra.
Don Alonso de Monroy, como habéis oído, fue hijo segundo de Alonso de Monroy,
señor de Belvís, Almaraz y Deleytosa, y de Doña Juana de Sotomayor. Fue hombre alto
de cuerpo e muy membrudo y bien proporcionado; era el hombre más recio que había,
de fuerzas más vivas; el gesto tenía muy bueno y gracioso: los ojos tenía muy grandes y
garzos, teníalos algo salidos, era corto de vista; decían algunos que vía más de noche
que de día. Era el hombre del mundo que más esforzaba la gente que con él iba en las
guerras, que cuando consigo le llevaban, las cosas grandes se les hacían livianas, y las
muchas gentes no les tenían campo sabiendo que iba él allí. Siempre en el acometer la
pelea fue el primero y el que más sobraba en la hacienda.
Era sobre toda manera venturoso en la guerra; otros decían que lo sabía tan bien hacer
que la ventura por fuerza le seguía. Su cuerpo no era cansado de ningún trabajo, ni el
ánimo vencido; en el comer y beber era moderado, tomábalo más por necesidad que no a
hora cierta; en el velar y dormir igualmente lo tomaba. Sus armas eran tan pesadas que
su espada y su lanza apenas otro hombre las podía mandar; el recatón de su lanza era
hierro de otra. Con estas armas fue hallado muchas veces en medio de sus enemigos que
trabajaban por matalle, y sin ser socorrido de los suyos, salvarse haciendo entre ellos
muy grande estrago. Nunca hombre encontró con su lanza debajo del brazo que se
quedase en la silla. Mudaba siempre caballos porque no podían sufrir su peso. Siempre
el caballo qu´el traía se cinchaba con dos o tres cinchas; nunca decía a los suyos sino
"haced como me viéredes hacer".
Las biografías son los espacios naturales de la etopeya, así, y por poner un ejemplo clásico, en la famosa obra de
Suetonio Vida de los doce césares, se le dedica una parte sustancial al retrato moral de cada uno de ellos. En el fragmento
siguiente vemos cómo señala cualidades de Julio César y las ejemplifica con hechos:
LXXII. Con tantas consideraciones y bondad trató siempre a sus amigos, que habiendo
caído repentinamente enfermo C. Opio, que le acompañaba por un camino agreste y
difícil, le cedió la única cabaña que encontraron y se acostó él en el suelo a la
intemperie. Cuando consiguió el poder soberano, elevó a los primeros honores a algunos
hombres de baja estofa, y cuando se lo censuraron, contestó: "Si bandidos y asesinos me
hubiesen ayudado a defender mis derechos y dignidad, les mostraría igualmente mi
agradecimiento."
LXXIII. Nunca, por otra parte, concibió enemistades tan hondas que no las desechase al
presentarse ocasión. C. Memio le había atacado en sus discursos con extraordinaria
vehemencia, contestándole por escrito César con igual aspereza; y, sin embargo, poco
después le ayudó con toda su influencia a conseguir el consulado. C. Calvo le había
dirigido epigramas difamatorios, y cuando pretendía reconciliarse con él por la
mediación de algunos amigos, él mismo se adelantó a escribirle. Confesaba que Valerio
Catulo, en sus versos sobre Mamurra, le había marcado con eterno estigma, y en el
mismo día en que le dio satisfacción le admitió a su mesa, sin haber roto nunca sus
relaciones de hospitalidad con el padre del poeta.
LXXIV. Era por naturaleza benévolo, hasta en las venganzas. Cuando se apoderó de los
piratas, de quienes fue prisionero y a quienes en aquella situación juró crucificar, no les
hizo clavar en este instrumento de suplicio hasta después de estrangulados.
En 1928 se publicó una novela de Azorín titulada Félix Vargas. Etopeya en la que asistimos al retrato moral del
protagonista; del personaje interesa sobre todo su psicología más que los rasgos físicos o, incluso, sus acciones. Tenemos
aquí una etopeya dilatada a lo largo de un centenar de páginas, de la que escogemos un fragmento como muestra.