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CAPÍTULO 9

La invención de la arquitectura:
de las cavernas a las ciudades

El temprano respeto que sintió el hombre por los muer- símbolo de las creencias comunitarias. La ar-
tos, expresión de fascinación por sí mismo, con sus po- quitectura satistace las necesidades tanto psi-
derosas imágenes de fantasía diurna y sueño nocturno,
cológicas como fisiológicas de la familia
tal vez fue lo que le impulsó a buscar, al principio, un
lugar de reunión fijo y, más adelante, un asentamiento humana, cuyas instituciones sociales básicas
permanente. En medio del desasosegado errar del hom- tienen alrededor de un millón de años de an-
bre del paleolítico, los muertos fueron los primeros en tigüedad. Por lo tanto, las consideraciones
tener un alojamiento permanente: u n a caverna, un estrictamente utilitarias o funcionales de la
túmulo señalado con un montón de piedras, un mon-
tículo colectivo... La vida urbana abarca el espacio
arquitectura moderna definidas durante este
histórico comprendido entre los primeros túmulos último siglo no son sino una mínima parte
funerarios para los muertos primitivos y el cementerio de las amplias funciones sociales y cultura-
final, la necrópolis, en el cual una civilización tras otra les que satisface la arquitectura.
han ido encontrando su fin.
Se estima que los primeros humanoides
Lewis Mumford, La ciudad en la historia, 1961 hicieron su aparición hace unos cinco millo-
nes de años en África Central [9.1]. El primer
La arquitectura es cobijo, pero también es antecesor del hombre del que se tiene noti-
un símbolo y una forma de comunicación. cia, el primate del género Australopithecus,
Como observara sir Herbert Read, todo arte adoptó probablemente la postura erecta, usó
es "un modo de discurso simbólico". 1 La ar- herramientas líticas sencillas y, con más se-
quitectura es una representación física del guridad, de madera, aunque estas últimas ha-
pensamiento y la ambición del hombre, una yan desaparecido sin dejar huella. Esos
crónica de las creencias y valores de la cul- protohumanos vivieron en las cálidas saba-
tura que la produce. nas ecuatoriales y, al parecer, no tuvieron ne-
En un estudio introductorio como éste, cesidades apremiantes de cobijo ni conocieron
es necesario comenzar por el principio; sin el fuego. Hace aproximadamente un millón
embargo, ello suscita de inmediato la apa- de años apareció una segunda especie de hu-
sionante cuestión de cuándo empezaron los manoide que, al parecer, vivió j u n t o al
seres humanos a modelar su entorno vital y Australopithecus, el Homo habilis. El Homo
a formular símbolos a los que dieron expre- habilis se desplazó desde África Central ha-
sión a través de la arquitectura. Para ello, de- cia el norte, obtuvo el fuego por medios na-
bemos retrotraernos bastante más atrás del turales e inventó el hogar. Un descubrimiento
periodo de la historia narrada, a las épocas científico de particular importancia, realizado
oscuras en que aparecieron los antepasados en una cueva en L'Escale (Francia), es el de
del Homo sapiens. Hacer esto supone desve- los restos de un fuego que debió ser encen-
lar trazas de los orígenes de la sociedad y de dido hace unos 750.000 años y es el hogar más
las instituciones humanas. Y, también, des- antiguo que se conoce. Los hombres primiti-
cubrir que lo que construimos está confor- vos se congregaban en torno a esos hogares,
mado sólo parcialmente por la necesidad de protegiéndose y calentándose durante las
satisfacer un uso funcional; por lo que pare- frías noches de esos climas nórdicos, esta-
ce, desde la noche de los tiempos, la arqui- bleciendo de esa forma los primeros vínculos
tectura ha sido concebida siempre como un sociales.
148 La historia y el significado de la arquitectura

Terra Amata (Niza, Francia)


El siguiente antepasado del hombre, el Homo
erectus, apareció hace 1,6 millones de años,
a finales de la primera era glaciar, la glacia-
ción del Danubio, y resistió los rigores de las
siguientes grandes glaciaciones, la glaciación
Günz (hace entre 1.000.000 y 900.000 años)
y la glaciación Mindel (hace entre 700.000-
600.000 años). Al producirse la recesión de
la glaciación Günz, el Homo erectus se dis-
persó, desde África Central y a lo largo de la
costa africana mediterránea, hacia Europa,
la India y las islas indonesias. Esos humanos
de la llamada cultura achelense dejaron no-
tables herramientas de piedra tallada [ha-
chas de mano bifaciales y lascas aplanadas]
y utilizaron el fuego, tal vez empleando la
técnica de la fricción.
Cuando el Homo erectus se desplazó ha-
cia los climas europeos, menos benignos,
se vió obligado a encontrar o construirse su
propio cobijo. En octubre de 1965, el antro-
pólogo Henry de Lumley, conocedor de que
en una determinada zona de la costa medi-
terránea de Niza (Francia) se habían halla-
do restos de h e r r a m i e n t a s del paleolítico,
estaba observando atentamente unas exca-
vaciones que se estaban realizando en unos
bancales para construir unos edificios. 2 Al
detectar que aparecían nuevas herramientas,
ordenó p a r a r las obras con objeto de per-
mitir realizar una excavación arqueológica
intensiva. De Lumley y sus compañeros des-
cubrieron lo que resultó ser un campamen-
to de primavera de un grupo de Homo erectus
cazadores, que debía acudir anualmente a
ese lugar durante un periodo de varias dé-
cadas, hace entre 400.000 y 300.000 años. En
ese yacimiento, conocido desde entonces
como Terra Amata ('tierra amada', en latín),
de Lumley halló los restos de la morada ar-
tificial más antigua que se conoce, lo que po-
dríamos llamar la primera arquitectura. Se
encontraron restos de 31 cabañas, 11 de las
cuales se reconstruían año tras año en el mis-
mo lugar, sobre una antigua duna de arena
en posición dominante sobre la costa medi-
terránea. De la reconstrucción realizada se
deduce que las chozas, de planta ovalada de
9.1. Tabla cronológica con las relaciones entre las sucesivas entre unos 8 a 15 metros (26-49 pies) de lar-
eras glaciares, la evolución humana y las culturas
prehistóricas; la escala del dibujo es aproximadamente
go, por unos 4 a 6 metros (13-20 pies) de an-
logarítmica, de modo que los acontecimientos más cho, tenían sus paredes hechas con ramas de
recientes están expresados a una escala mayor. unos 7,6 centímetros (3 pulgadas) de diáme-
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 149

tro medio, hincadas en la arena a modo de fuego sugiere la congregación del grupo, el
empalizada [9.2]; la planta de cada una de establecimiento de una comunidad. Los tro-
las cabañas estaba rodeada exteriormente zos de piedra ocre hallados en el interior de
por un cordón protector de piedras, algunas las chozas parecen indicar que sus morado-
de las cuales alcanzaban un diámetro de has- res debieron utilizar ese mineral para pin-
ta 30 centímetros (1 pie). Interiormente, unos tarse la piel. Con el empleo del fuego y la
postes verticales hincados en el suelo debie- construcción de sus m o r a d a s artificiales,
ron sostener la cubierta, aunque no se han nuestros primitivos antepasados pasaron a
hallado vestigios de ésta (tal vez las ramas la- controlar su entorno y a conformarlo a su
terales se curvaban hacia u n a viga central propia conveniencia. Los primeros pasos ha-
sostenida por los postes). Cada choza dispo- cia la arquitectura, entendida como la deli-
nía de un hogar central, con un cortavientos b e r a d a conformación del e n t o r n o vital,
de piedra en el lado norte, la dirección des- estaban dados.
de donde soplaban, y siguen soplando hoy,
los vientos dominantes en Niza. En una de
las chozas se hallaron restos de lo que se su- Cultura Neanderthal
pone debió ser un tallador de herramientas
ya que, en torno a un banquete de piedra, ha- Durante la cuarta era glaciar, la llamada gla-
bía ripios y esquirlas de piedras, algunas de ciación Riss (hace 350.000– 225.000 años), el
las cuales pudieron volver a agruparse como Homo erectus fue reemplazado gradualmen-
un rompecabezas para reconstruir la forma te por una especie arcaica del Homo sapiens.
del guijarro original. Más adelante, durante el período interglaciar
El hecho de que un mismo grupo de ca- comprendido entre las glaciaciones Riss y
zadores volviera a ese lugar año tras año su- Würm, hace unos 100.000 años, aparecieron
giere que había un ciclo de caza regular, pero otras especies, el Homo sapiens neandertha-
aún más importante es el tema del hogar. El lensis (u hombre de Neanderthal), así llama-

9.2. Terra Amata, choza del Homo erectus, Niza (Francia), ca. 400.000-300.000 a. de C. Reconstruida a partir de los
huecos dejados en el suelo por los troncos estructurales podridos y de las rocas colocadas a lo largo del perímetro, esta
choza representa la primera morada conocida construida por el hombre.
150 La historia y el significado de la arquitectura

do porque sus primeros restos fueron halla- lo que podría sugerir que se alineaban si-
dos en 1856 en el valle (Thal) Neander, en guiendo el movimiento del sol. De todas ellas,
Alemania. Aunque los hombres de Neander- tal vez la más sugerente sea la sepultura de
thal fuesen más fuertes y pesados que el hom- un varón e n c o n t r a d a en una cueva en
bre actual, no tuvieron la figura bestial que Shanidar, en las m o n t a ñ a s de Irak. 3 Las
al principio se les atribuyó. Lo que ocurrió es muestras de suelo extraídas alrededor del es-
que uno de los primeros esqueletos que se en- queleto revelan que el hombre fue enterrado
contró correspondía al de un hombre encor- sobre un lecho de ramas de pino y flores, y
vado, un anciano artrítico. El h o m b r e de su cuerpo recubierto de capullos de campa-
Neanderthal se dispersó por el norte de Áfri- nilla, margarita, malvarrosa y hierba cana.
ca, Europa y el Oriente Próximo. Se han des- Otro hombre enterrado en la misma cueva
cubierto numerosos restos de herramientas tenía una deformación congénita en un bra-
de piedra de la cultura musteriense, pero muy zo, lo que, con seguridad, le debió impedir
pocos de construcciones. Por lo que parece, practicar la caza, pese a lo cual tuvo una lar-
los hombres de Neanderthal debieron vivir ga vida. Todos estos hallazgos, junto con el
en su mayoría en cavernas. del anciano enterrado en La Chapelle-aux-
Sin embargo, a través de las sepulturas Saints, sugieren que entre los h o m b r e s de
se ha podido conocer bastante sobre su exis- Neanderthal existía una compleja estructu-
tencia comunitaria y algo también sobre su ra social, en la que se valoraba, nutría y pro-
concepto de la vida. En 1908, en La Chapelle- tegía a los ancianos y a los enfermos. Las
aux-Saints (Francia), se descubió el esquele- flores de la tumba de Shanidar parecen in-
to de un h o m b r e de Neanderthal muy dicar que, para el hombre de Neanderthal, la
anciano, cuidadosamente enterrado con he- vida tenía alguna forma de continuidad des-
rramientas de piedra dispuestas en torno al pués de la muerte, en forma de ciclo reno-
cuerpo y una pata de bisonte colocada en- vado o en algún otro plano; las flores indican
cima del mismo. En la gran mayoría de las que el hombre de Neanderthal alcanzó a pen-
sepulturas encontradas, los cuerpos están sar en términos simbólicos.
dispuestos según una orientación este-oeste,
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Las moradas del 'Homo sapiens' reciente, de una antigüedad estimada en unos
12.000 años. Esas moradas debieron alojar a
El hombre de Neanderthal desapareció hace amplios grupos familiares, ya que algunas de
unos 40.000 años, hacia mediados de la úl- ellas alcanzan diámetros de hasta 9 metros
tima era glaciar, la glaciación Würm (90.000- (30 pies). Parece que los asentamientos de
10.000 años). Su sustituto fue el h o m b r e Moravia fueron ocupados por sucesivas ge-
actual, el Homo sapiens sapiens. El hombre neraciones que vivieron hace entre 29.000 y
de Cro-Magnon perfeccionó diversas técni- 24.000 años. Esas moradas son muy pareci-
cas en la fabricación de herramientas y uti- das a las halladas en Ucrania, miden por tér-
llaje, lo que ha permitido establecer u n a mino medio unos 6 metros (20 pies) de
división en una serie de etapas o culturas que d i á m e t r o y están rodeadas por un anillo
se sucedieron rápidamente: perigordiense, de enormes huesos de animales; sin embar-
auriñacense, la delicada cultura solutrense y go, una de ellas alcanza unas medidas de 15,2
la magdaleniense. Este conjunto de etapas por 6,1 metros (50 por 20 pies) y tiene cinco
constituye el periodo llamado paleolítico su- hogares. Sin duda, aquellos primitivos Homos
perior o antigua edad de piedra [9.1]. sapiens sapiens sabían muy bien cómo en-
En Europa se han ido descubriendo una cender rápidamente y a voluntad un fuego,
serie de asentamientos del primer Homo sa- ya que se han encontrado pedernales y piri-
piens sapiens. Los de Europa oriental mues- tas de hierro de las empleadas para encen-
tran una tipología de m o r a d a b a s t a n t e der por chispa; una de las piritas encontradas
uniforme. De planta circular y de forma po- en una cueva de Bélgica presenta incluso un
siblemente abombada o tal vez cónica, con rebajo, ocasionado sin duda por los repeti-
un armazón de madera recubierto presumi- dos encendidos.
blemente con pieles de animales, la base de la El asentamiento de Dolní-Vestonice de-
choza típica solía estar reforzada perimetral- bió de ser especialmente importante, ya que,
mente por medio de grandes huesos y cala- a d e m á s de las cinco cabañas empleadas
veras de mamut [9.3]. Se han encontrado restos como morada, se ha encontrado un sexto alo-
de cabañas de este tipo en varios lugares de jamiento empotrado en la falda de una co-
Moravia (República Checa), concretamente en lina, con un hogar mucho mayor y cubierto
Ostrava-Petrkovice y Dolní-Vestonice, y tam- con una cúpula de barro. Esparcidos por todo
bién cerca del río Dniéster, en Ucrania. El ya- el suelo se han hallado restos de lo que allí
cimiento de Ucrania desveló la existencia de se hacía: centenares de trocitos de arcilla co-
varios asentamientos superpuestos a lo largo cida, algunos de los cuales llevan impresas
de diferentes épocas, desde la más antigua, que las huellas digitales del primitivo alfarero. La
data de hace unos 44.000 años, hasta la más arcilla empleada para hacer los utensilios no

9.3. Choza del hombre de Cro-Magnon, Ucrania, ca. 44.000-12.000 a. de C. Esas chozas, algunas de hasta 9,1 metros
(30 pies) de diámetro estaban rodeadas de huesos de mamut y, posiblemente, estuvieron recubiertas de pieles de
animales.
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9.4. Poblado de la edad de piedra media, Lepenskivir (Serbia), ca. 5000-4600 a. de C. Las chozas estaban agrupadas en
terrazas de unas veinte chozas cada una. Tenían planta trapezoidal, con unas medidas transversales comprendidas
entre 2,45 y 3,35 metros (8 a 11 pies), con un suelo duro de barro calizo apelmazado y un hogar central rodeado de piedras.

9.5. Maqueta de arcilla de una casa, Strelice (República Checa), ca. 4500 a. de C.
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era pura, sino que estaba mezclada con par- 25 bisontes, ciervos, jabalíes y otros anima-
tículas de huesos triturados, lo que consti- les, por lo demás bien visibles, que decoran
tuye, quizás, el ejemplo más antiguo de lo el techo. En esta ocasión, fue una nieta suya
que podríamos llamar una producción in- la que le hizo fijar su atención en uno de los
dustrial, en la que se mezclaban dos sustan- bueyes, un espléndido bisonte que es aún la
cias desiguales para crear un material joya principal de la cueva. Aunque en vida de
artificial nuevo y más resistente. don Marcelino casi nadie diera crédito a la
Los hombres de Cro-Magnon, nuestros autenticidad de esas figuras y grabados, lo
abuelos Homo sapiens sapiens, también ce- cierto es que al descubrirse otras cuevas en
lebraban unos elaborados ritos funerarios Francia, se hizo patente el hecho de que las
para enterrar a sus muertos, a juzgar por las figuras de Altamira contaban entre 34.000
trabajadas alhajas y abalorios de marfil y los y 12.000 años de antigüedad. Más adelante,
utensilios con los que eran inhumados. Tal en 1940, el abate Breuil descubrió la más fa-
vez se despedían de los muertos con música, mosa de todas las cuevas rupestres, la de
tocando las flautas de hueso que dejaron en Lascaux, en el municipio francés de
las tumbas. Pero la mayor evidencia sobre la Montignac, abierta en las estribaciones del
capacidad intelectual de aquellos antepasa- Macizo Central, en el borde de una meseta
dos no hay que buscarla en sus chozas o en que domina el curso del río Vézère. A la luz
sus tumbas, sino en las pruebas gráficas que de sus pequeños candiles, que en algunos lu-
nos dejaron, en la p i n t u r a y la escultura gares de la cueva dejaron su a h u m a d a im-
que crearon. Al parecer, debieron ser cons- pronta, los hombres de Cro-Magnon habían
cientes de un ciclo vital, de una unidad cós- pintado escenas de caza, centenares de bi-
mica, en el que las entidades macho y hembra sontes europeos, toros, unicornios, caballos
participaban en la renovación de la vida. A prehistóricos, ciervos, alces y otros anima-
lo largo de Europa se han encontrado figu- les. Los colores los consiguieron con pig-
ras labradas de mujeres de grandes senos y mentos fabricados con polvo de minerales
nalgas, que se consideran figuras del culto –óxido de hierro u ocre para la gama de co-
de la fecundidad, muchas de ellas de rostro lores que abarca del rojo brillante a los ma-
indistinguible. Algunas de ellas son figuras rrones cálidos, pasando por los naranjas y
portátiles, de muy pequeño tamaño, en pie- amarillos, y óxido de manganeso (o carbón)
dra o marfil, como la redondeada figura de para el negro–, a menudo empaquetados en
la llamada Venus de Willendorf, encontrada tubos hechos de huesos vaciados. Los pig-
en la localidad austriaca del mismo nombre. mentos fueron mezclados con grasa de ani-
Otras, se presentan en forma de arte mural, mal, clara de huevo u otras sustancias
labradas en las rocas de las cavernas. De es- líquidas, y aplicados a pincel, soplando a tra-
tas últimas, la más imponente y fascinante vés de tubos o embadurnando directamen-
es la llamada Venus del Cuerno o Venus de te con los dedos. Hay indicios de que las
Laussel (Francia), grabada hace entre 22.000 partes altas de la bóveda de la cueva fueron
y 18.000 años. Esta figura e m p u ñ a en su pintadas desde un andamio de madera: la ar-
mano derecha un cuerno surcado por 13 es- quitectura al servicio del arte. Los artistas y
trías. sus ayudantes lograron unas soberbias imá-
Todavía más impresionantes que esas fi- genes, por la asombrosa seguridad de línea,
guras son las pinturas rupestres descubier- la gracia de sus formas y la sensibilidad ha-
tas en las cuevas del sur de Francia y el norte cia la perspectiva, cualidades no superadas
de España. En 1879, Marcelino Sanz de hasta los tiempos de los griegos y los roma-
Sautuola estaba explorando la cueva de Alta- nos. Un buen ejemplo de ello es el del lla-
mira, una caverna existente en las inmedia- mado Caballo chino, en el que el perfil de sus
ciones de Santillana del Mar, descubierta por patas traseras se difumina para sugerir el ale-
él y que ya había explorado en otras ocasio- jamiento con respecto a las patas del primer
nes por contener restos prehistóricos. Sin plano.
embargo, la circunstancia de ser excesiva- La cuestión que sigue causando perpleji-
mente baja la caverna, lo que obligaba a pe- dad entre los antropólogos desde el descu-
netrar agachado, le había impedido hasta brimiento de esas cuevas es por qué se
entonces reconocer las figuras policromas de pintaron esas imágenes tan llamativas y rea-
154 La historia y el significado de la arquitectura

listas. Desde luego, no parece que fueran ga- ciación, produciéndose una transformación
rabateadas a ratos perdidos en los techos de en el duro clima europeo; la tundra y las es-
cuevas deshabitadas. La mayoría de ellas ha tepas fueron reemplazadas gradualmente por
aparecido en los lugares más profundos y re- exhuberantes bosques. Había empezado una
cónditos de ciertas cuevas especiales, en apar- nueva era, el periodo neolítico o la nueva
tadas cámaras a las que sólo se tiene acceso edad de piedra, y el ser h u m a n o se fue ha-
tras un penoso gatear. Los candiles, pig- ciendo paulatinamente sedentario, constru-
mentos y materiales para el andamiaje hu- yendo asentamientos permanentes.
bieron de ser transportados hasta su interior En algunas zonas persistieron las anti-
con una deliberación y cuidado sumos. En guas tradiciones de agrupación y caza, como
algunas cuevas han aparecido vestigios que indican los restos del asentamiento encon-
sugieren la práctica de cultos a la fecundi- trado en Lepenskivir (Serbia), en la región
dad o de ritos iniciáticos. Esas escenas de de los desfiladeros del Danubio conocida
caza, ¿son imágenes mágicas, en las que el como Puertas de Hierro, que data aproxima-
espíritu del animal es capturado antes de ini- damente de entre el 5000 y el 4600 a. de C.
ciar la cacería?, ¿se pretendía, tal vez, que El asentamiento, que constituye el núcleo de
esas imágenes impregnaran la tierra con el población más antiguo de Europa conocido
espíritu del animal después de la caza, para hasta el m o m e n t o , está formado por u n a
asegurar su posterior supervivencia? 4 Si esas serie de 40 chozas de planta trapezoidal em-
escenas de caza tenían un carácter mágico- plazadas junto al río; su técnica constructi-
propiciatorio, ¿por qué no se han encontra- va no difiere m u c h o de la empleada por el
do huesos de los animales representados en Homo erectus en Terra Amata, pues consis-
los estercoleros adyacentes a los asenta- te en una empalizada de ramas a cada lado
mientos? Las imágenes del reno, animal qui- de la casa, sostenida por un poste central.
zás más familiar y útil para esas poblaciones Aquí, el pavimento de las chozas, de tierra
y cuyos huesos sí han aparecido junto a los apelmazada, rodea un hogar central revesti-
asentamientos humanos, son relativamente do de piedra [9.4]. En los restos de un asen-
infrecuentes. Tal vez se utilizaran las imá- t a m i e n t o neolítico hallados en Strelice
genes para asegurar la muerte de los anima- (c. 4500 a. de C.), en la República Checa, se
les difíciles de c a p t u r a r o p a r a precaverse encontró una maqueta en arcilla de una casa
contra sus ataques. O, quizás, esas imágenes de planta rectangular [9.5]. La casa tiene pa-
naturalistas constituyan las primeras expre- redes verticales y cubierta a dos aguas; la vi-
siones humanas de una conciencia de una te- sión de la maqueta permite deducir que las
rrible amenaza para el equilibrio ecológico, paredes de las casas estaban hechas a base
en un intento desesperado por propagar la de maderas entrelazadas y recubiertas con
existencia de aquellos animales que estaban una argamasa de barro, y que las cubiertas
desapareciendo gradualmente de la faz de la pudieron haber sido de tepe. Los fragmentos
tierra. El seno de la madre tierra se impreg- de una maqueta de arcilla similar encontra-
naría así amorosamente de las imágenes de da en Ariusd (Rumania), tienen inscripcio-
los grandes animales en vías de desaparición. nes de dibujos geométricos curvos, lo que
Tal vez sea ésa la razón por la que las cuevas sugiere que las casas se pintaban. 5 También
no fueron alteradas jamás, ni se ampliaron se han encontrado restos de casas de este tipo
sus entradas, ni se facilitó el acceso por los en el asentamiento de Cucuteni-Tripolye, en
pasos más difíciles. Parece, pues, que el hom- Habasesti (Rumania). En Sittard, en los
bre de Cro-Magnon no construyó edificios Países Bajos actuales, las casas eran consi-
sagrados, sino que practicó su religión en derablemente más largas, alcanzando hasta
profundos santuarios enclavados en el seno 80 metros (260 pies), de forma que se supo-
de su madre tierra. ne que cada una de ellas debió acomodar a
varias familias nucleares o a una familia ex-
tensa.
Moradas neolíticas La evidencia que se tiene de que en esas
primitivas comunidades existió una división
Hacia el año 8000 a. de C, o hace unos 10.000 y especialización del trabajo sugiere la exis-
años, se vivió un nuevo periodo de desgla- tencia de una estructura social compleja. Es
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 155

9.6. Vista aérea de las alineaciones de menhires, Carnac (Bretaña, Francia), ca. 4500 a. de C.

difícil precisar si esos grupos tenían una or- griego mega, 'grande', y lithos, 'piedra') y trans-
ganización igualitaria o si había unas fami- portarlos al lugar preciso; la construcción pro-
lias predominantes, pero, en todo caso, los piamente dicha podía durar semanas, meses
vestigios de sus construcciones revelan cla- o años.
ramente una voluntad comunal y una capa- Las primeras construcciones megalíticas
cidad para dedicar unas energías sustanciales fueron los menhires (del celta y del bretón
al proceso constructivo. La c o m u n i d a d en men, 'piedra', ehir, 'larga'), que consisten en
conjunto había dejado de estar dedicada úni- una piedra larga hincada verticalmente en el
camente a la mera subsistencia física, de ma- suelo; algunas veces aparecen formaciones
nera que u n a porción creciente de las de menhires dispuestos en círculo o en filas
energías comunitarias pudo destinarse a ex- paralelas, señalando un área determinada
presar, de forma cada vez más perdurable y para la realización de algún rito cuyo signifi-
simbólica, los valores de la sociedad. Se in- cado preciso desconocemos por el momento.
ventó la arquitectura en piedra, de tal ma- Tales formaciones megalíticas, las más abun-
nera que lo que anteriormente precisaba de dantes de todas las construcciones primitivas
uno o dos individuos para levantar una cho- en piedra, aparecen con mayor frecuencia en
za de estructura de madera en un día o dos, el norte de Europa, aunque las más antiguas
ahora ocupaba a auténticos equipos de tra- parecen ser las de la Bretaña Francesa. Allí,
bajadores que dedicaban todas sus energías en Carnac, las formaciones de menhires en
a extraer de la tierra grandes megalitos (del hileras paralelas [9.6], que datan de hacia el
156 La historia y el significado de la arquitectura

9.7. Centro religioso megalítico


llamado Ggantija, Malta, ca. 4000-
2700 a. de C. Éste es uno de los
muchos edificios de piedra
construidos a lo largo de los siglos
en las islas maltesas,
aparentemente con fines religiosos.

9.8. Lanyon Quoit, Cornwall


(Inglaterra), ca. 3000 a. de C. Al
parecer, tales estructuras debieron
servir como cámaras mortuorias,
a juzgar por los pocos objetos
encontrados en alguna de ellas; en
su día, debieron estar totalmente
recubiertas de tierra, a modo de
túmulo, que con el tiempo fue
desapareciendo debido a la
erosión.
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 157

4500 a. de C., alcanzan una longitud de 6,4 ki- más cuidadosamente, algunos de los cuales
lómetros (4 millas). Cerca de ahí, en Kerloas, están grabados con espirales y otros motivos
se alza el mayor megalito que sigue en pie, curvilíneos. No se ha esclarecido cómo pudo
con sus 11,9 metros (39 pies) de altura. ser la parte superior de esos templos, pero es
Hacia el 4000 a. de C., aproximadamen- posible que sus cubiertas tuvieran estructu-
te por la misma época en que se hincaban en ra de vigas y cabios de madera.
el terreno los menhires de Carnac, se cons- En el norte de Europa también se cons-
truyó un grupo de templos en la mediterrá- truyeron edificios techados, el más sencillo
nea isla de Malta. Hacia el 2770 a. de C., de los cuales es el dolmen (voz celta que sig-
sobre las ruinas de aquellos templos se cons- nifica 'mesa de piedra'), consiste en una gran
truyeron otros cuyos restos son los que han losa de piedra por cubierta sostenida por
llegado hasta nuestros días. Esos templos son otras varias hincadas verticalmente en el sue-
espacialmente más complejos que cualquier lo [9.8]. Teniendo en cuenta las herramien-
otra construcción del periodo neolítico. De tas, huesos y otros restos hallados en el
hecho, uno de ellos está excavado en la roca interior de algunos de ellos, se supone que
caliza de una colina en Hal Sallieni; se tra- los dólmenes fueron construidos con fines
ta de una catacumba o hipogeo (del griego funerarios y recubiertos con montículos de
hypo, 'inferior', y geo, 'tierra') para alojar unos tierra, los cuales, según esta teoría, habrían
siete mil muertos. En la isla maltesa de Gozo desaparecido como fruto de la erosión. En
se encontró el centro religioso megalítico lla- algunos casos, la base está constituida por
mado Ggantija, voz maltesa que significa 'gi- cuatro losas aproximadamente rectangula-
gantesco' [9.7]. Similar a otros muchos de los res, formando una especie de gigantesca caja
30 templos malteses, este complejo fue eri- de piedra, con una inmensa losa como techo.
gido en varias fases y consta de grupos de sa- En algunas ocasiones, esos dólmenes adop-
las de planta redondeada conectadas entre tan configuraciones más extensas, con una
sí; sus muros constan de dos paredes para- serie de losas verticales de piedra forman-
lelas de grandes bloques de piedra caliza, el do dos paredes paralelas, techadas con nu-
espacio intermedio está relleno con ripios de merosas losas y todo ello cubierto de tierra.
piedra y tierra. Las paredes interiores están Estos túmulos alargados eran, en realidad,
acabadas parcialmente con bloques de pie- galerías funerarias que conducían a u n a s
dra caliza de color amarillo intenso, tallados cámaras ensanchadas donde se depositaban

9.9. Tumba de New Grange, cerca de


Dublín, ca. 3100 a. de C. Planta y sección.
El túnel de entrada a esta tumba, con
una ligera pendiente ascendente y un
pequeño codo intermedio, estaba
dispuesto de tal manera que, en el
solsticio de invierno, el sol penetraba
hasta el fondo de la cámara mortuoria
abovedada.
158 La historia y el significado de la arquitectura

los cuerpos. En varios lugares, los túmulos ma que –en algún año hacia el 3000 a. de C–,
terminan en una cámara de planta aproxi- a la salida del sol en el solsticio de invierno,
m a d a m e n t e circular, techada con piedras el sol debió penetrar durante unos pocos ins-
pequeñas dispuestas en anillos que se van ce- tantes mágicos hasta el mismo fondo de la
rrando a medida que ganan altura; cada una tumba.
de las piedras se apoya en voladizo sobre la
inferior, formando una bóveda en ménsula
o falsa bóveda. De esas construcciones fu- Stonehenge
nerarias, la que se ha conservado práctica-
mente intacta es la de New Grange, cerca de De todas las construcciones megalíticas
Dublin (Irlanda), cuya construcción debió prehistóricas, la más conocida es, sin duda,
comenzar hacia el año 3000 a. de C.; consta Stonehenge, en la planicie cretácea de
de un pasadizo de entrada, con una pendiente Salisbury, no lejos de la ciudad de Salisbury
ligeramente ascendente y un codo interme- (Inglaterra). Estrictamente hablando, en rea-
dio que conduce a la cámara abovedada [9.9]. lidad hay tres Stonehenges, ya que el con-
La tumba está orientada al sureste, de tal for- junto fue construido fundamentalmente en

9.10. Stonehenge III, planicie de Salisbury (Inglaterra), ca. 2000-1500 a. de C. El Stonehenge actual es la última de las
tres fases distintas de edificación llevadas a cabo a lo largo de casi 1.500 años.
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 159

tres fases, durante un periodo total de más de tienen un dintel horizontal) con los que se
1.200 años, por sucesivas generaciones de va- configuró una abertura en forma de herra-
rios grupos humanos distintos que habitaban dura, orientada hacia el noreste y el menhir
en la zona. La primera fase (en algún lapso de la entrada. La construcción debió supo-
comprendido entre el 2950 y el 2750 a. de C.) ner un esfuerzo prodigioso, calculándose que
consistió en demarcar el emplazamiento y re- debió requerir del trabajo de unos 1.100 obre-
plantear el conjunto. Posiblemente se debió ros, d u r a n t e un periodo de siete semanas,
comenzar por trazar una circunferencia de para desplazar cada piedra desde la cantera
96 metros de diámetro (320 pies), mediante a su lugar de emplazamiento, por no hablar
una tira de cuero o una cuerda de 48 metros de los canteros que las extrajeron y de los que
(160 pies) de largo atada a una estaca central. se cuidaron de dar el acabado final a los mo-
Seguidamente, se debió cavar una zanja circu- nolitos en obra. Para levantar las piedras has-
lar en la creta blanca, apilando los ripios de ta la posición vertical seguramente debieron
piedra hacia el interior y creando así un muro tener que inclinarlas poco a poco, posible-
interno que originariamente debía alcanzar mente ayudándose de torres de maderos cru-
unos 1,8 metros (6 pies) de altura. Se dejó zados, hasta que se introdujeran en los hoyos
u n a abertura en el lado noreste y se cons- de espera y pudieran ser a d e c u a d a m e n t e
truyó un gran menhir, justo al exterior de aplomadas. Los dinteles debieron ser izados
la entrada. con la ayuda de unas torres similares y des-
Más adelante, en la segunda fase de la plazados lateralmente hasta su posición.
construcción, entre el 2200 y el 2075 a. de C., Aunque las superficies de la piedra sean tos-
en el interior del círculo anterior se erigió un cas, en comparación con otras estructuras
semicírculo de piedras de malaquita azul hin- de la m i s m a época realizadas en Egipto o
cadas verticalmente, incluyendo u n a gran Grecia, no cabe hablar de la obra de un pue-
piedra enhiesta alineada con otras dos, afue- blo primitivo. Su realización no hubiera sido
ra de la entrada, cerca del menhir. Las pie- posible sin una esmerada organización so-
dras de malaquita tienen una significación cial y un nivel de cooperación de primer or-
especial, pues sólo pueden proceder de una den.
cantera situada en las montañas Prescelly, Sin embargo, la cuestión esencial per-
en la zona suroccidental del País de Gales, manece sin respuesta: ¿para qué se hizo todo
que dista unos 500 kilómetros (300 millas) esto? El esfuerzo de tantas generaciones du-
de Stonehenge. Por lo tanto, lo más proba- rante tantos siglos tuvo que tener alguna fi-
ble es que fueran arrastradas hasta lo que nalidad apremiante. Las investigaciones más
hoy es Milford Haven, en País de Gales, para recientes le atribuyen un significado de ob-
ser posteriormente embarcadas por mar has- servatorio astronómico o de santuario del
ta las proximidades del actual Bristol, re- culto solar; de hecho, la alineación del men-
montando seguidamente el río Avon; desde hir de la entrada con las piedras del centro
allí, podrían haber sido arrastradas hasta la del círculo es tal que, en el solsticio de ve-
planicie de Salisbury y, finalmente, a lo lar- rano, hacia el año 2000 a. de C., el sol debió
go de una larga calzada con muchas curvas, levantarse directamente por encima de la pie-
hasta su lugar de emplazamiento. dra de entrada. Otras alineaciones del con-
La configuración de la tercera y última junto sugieren que Stonehenge pudo usarse
fase de Stonehenge es muy parecida a la que para estudiar las fases de la luna y otros fe-
ha llegado a nuestros días; se inició hacia el nómenos astronómicos. Pero, tal como de-
2000 a. de C. y terminó hacia el 1500 a. de C. muestra el descubrimiento de los restos de
[9.10]. Se retiraron temporalmente las ma- otra enorme estructura redonda similar, aun-
laquitas y se erigieron unos impresionantes que ésta de m a d e r a , a sólo u n o s tres kiló-
pies derechos de piedra arenisca de la can- metros (dos millas) de allí, pudo haberse
tera de Marlborugh Downs, distante u n o s obtenido el mismo resultado con un esfuer-
32 kilómetros (20 millas) del lugar, dispues- zo infinitamente menor. Sin duda, Stone-
tos en forma de columnata circular de 6 me- henge p u d o h a b e r servido a u n a función
tros (20 pies) de altura, con dinteles curvos. meramente astronómica, pero, dado lo cui-
En el interior del recinto, se erigieron cinco dadoso y trabajoso de su construcción, tam-
grandes trilitos (dos pies derechos que sos- bién cabe atribuirle la función de expresión
160 La historia y el significado de la arquitectura

de una identidad tribal, de alianza social, de Entonces el hombre adoptó una existencia
símbolo de determinación comunal. Según sedentaria, estableció asentamientos per-
esta interpretación, Stonehenge fue un lugar manentes y construyó casas para vivir y otros
de congregación donde las tribus reunidas edificios. Ello fue posible no sólo por su pro-
anualmente celebraban los ciclos recurren- pia sedentarización, sino también por la do-
tes del sol y de la vida. mesticación de diversos animales y el
descubrimiento de que diversas semillas po-
dían ser molidas y aprovechadas como co-
Skara Brae mida o para hacer harina. La plantación
deliberada de semillas se inició en Egipto
Resulta significativo que se emplearan unos Meridional, posiblemente entre los años
esfuerzos tan prodigiosos como los que se re- 15000 y 10000 a. de C., como revelan las bien
quieren para la construcción en piedra sólo conservadas piedras de amolar que allí se en-
para construir moradas para los muertos y mo- contraron. Hacia el año 8000 a. de C., la agri-
numentos sagrados. Las casas de los obreros cultura ya estaba firmemente establecida en
que construyeron los dólmenes, los túmulos el llamado Creciente Fértil, una región agrí-
funerarios y Stonehenge desaparecieron hace cola en forma de cuerno que se extendía a lo
muchos años sin dejar rastro. Sin embar- largo del valle del Nilo, hacia la costa del
go, nos han llegado notables vestigios de, Mediterráneo oriental, y a través de los va-
al menos, un poblado, construido hacia el 2500 lles de los ríos Tigris y Éufrates, así como
a. de C. y abandonado hacia el 1500 a. de C. también hacia lo que hoy es el sur de Turquía.
Se trata de Skara Brae, ubicado en el marco Con el inicio del periodo neolítico, al que
rocoso y áspero de las islas Orcadas, al no- V. Gordon Childe ha llamado de la revolu-
reste de Escocia. Su descubrimiento fue ac- ción neolítica, se alteraron profundamente
cidental, c u a n d o , en 1850, u n a fuerte los patrones de la actividad humana. 6 Las vo-
tormenta se llevó la arena que había cubier- luminosas herramientas de piedra fueron re-
to el poblado durante más de tres mil años emplazadas por útiles más manejables y
(probablemente, una tormenta similar debió dotados de pequeñas piezas de filo cortante,
ser la que lo sepultó durante todo ese tiem- hechas de vidrio volcánico u obsidiana, aco-
po). Dado que en las islas prácticamente no pladas a mangos de madera o hueso, lo que
hay madera, las casas fueron construidas casi facilitaba la sustitución en caso de rotura o
completamente en piedra, con estanterías, mella del filo. Con todo, los cambios más es-
mesas y camas de piedra. De ahí que el es- pectaculares se desarrollaron como conse-
tado de conservación del poblado sea mag- cuencia de los progresos en la agricultura.
nífico, permitiéndonos atisbar cómo era la La sedentarización condujo a la construcción
vida cotidiana de esas gentes del neolítico de viviendas permanentes junto a los cam-
[9.11, 9.12]. En total hay diez casas, rodeadas pos de labor, lo que redundó en unos edifi-
y conectadas entre sí por estrechos callejones. cios más sólidos; además, a medida que los
Las paredes aparecieron parcialmente demo- poblados y ciudades crecían en número y ta-
lidas, pero, a juzgar por los huesos de ballena maño, la organización social se fue hacien-
hallados en las casas, las cubiertas, de pieles do más y más compleja, requiriendo de una
de animales o bálago, bien pudieron ser so- tipología edilicia más variada. En realidad,
portadas por vigas hechas con huesos de ba- la civilización moderna ha aportado muy po-
llena. cas novedades a los tipos básicos de edificio
que surgieron a raíz de las necesidades ge-
neradas durante la era neolítica, a saber: ca-
Las primeras ciudades sas, edificios gubernamentales y cívicos, y
edificios religiosos.
El cambio más importante en la forma de
asentamiento humano, con la consiguiente
creación de la arquitectura tal como la en- Çatal Hüyük
tendemos hoy, fue el resultado de la adapta-
ción a la espectacular suavización climática Hacia el 8000 a. de C, como consecuencia
que acompañó a la recesión de los glaciares. de la recesión de los glaciares, comenzaron
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 161

9.11. Skara Brae, islas


Orcadas (Escocia),
ca. 2500-1500 a. de C.
Planta. En este medio, de
clima extremadamente
duro, existe muy poca
madera, de modo que las
casas se construyeron en
piedra casi en su totalidad,
razón por la que se han
conservado en tan buen
estado.

9.12. Skara Brae. Vista de una de las moradas, en la que se puede apreciar el mobiliario de piedra.
162 La historia y el significado de la arquitectura

9.13. Çatal Hüyük (Turquía),


ca. 6000 a. de C. Vista del nivel VI.
Las casas estaban estrechamente
agrupadas, sin calles entre ellas;
el acceso a las mismas se realizaba
a través de aberturas en la cubierta.

9.14. Templo Blanco, Uruk (actual


Irak meridional), ca. 3500-3100 a.
de C. El templo propiamente dicho
estaba emplazado en lo alto de un
zigurat.
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 163

a surgir numerosas ciudades de gran tama- llaron restos de culto dedicado a una diosa
ño habitadas de forma permanente. De las de la maternidad y al toro.
diversas excavaciones arqueológicas reali-
zadas por británicos y alemanes durante los
dos últimos siglos en el tell de la antigua ciu- Ciudades mesopotámicas
dad de Jericó (Israel), junto a la ciudad ac-
tual, se deduce que hacia el año 8000 a. de C. Como consecuencia de la plantación de se-
ya existía un asentamiento humano en el lu- millas, después de las cosechas había que al-
gar. Con todo, la comprensión más exacta de macenar el grano; por lo tanto, se precisaba
cómo funcionaba una ciudad neolítica nos de unos recipientes que resistiesen bien la
viene a través de las excavaciones de las su- h u m e d a d y el ataque de los insectos y roe-
cesivas capas de la ciudad de Çatal Hüyük, dores, y de ahí el desarrollo de la industria
cerca de Koyna, en el sur de Anatolia (actual de la alfarería doméstica. Todavía mayor im-
Turquía). Según esto, la ciudad ya existía ha- portancia tuvo la necesidad de crear algún
cia el 6500 a. de C, y para el 5500 a. de C. medio de registro permanente de las deci-
contaba con unos 10.000 habitantes. En rea- siones comunales y de anotar las ventas de
lidad, no se trataba de una comunidad ex- grano al fiado. En el amplio valle regado por
clusivamente agrícola, sino de un nudo de los meandros de los ríos Tigris y Éufrates –al
vital importancia en la red comercial que que los griegos llamaron mesopotamia, 'tie-
transportaba la obsidiana, muy apreciada rra entre los ríos'–, la escritura se desarrolló
por aquel entonces, desde las montañas mi- como un sistema complementario, e incluso
neras del norte hacia diversas ciudades pa- sustitutivo, de los medios tradicionales de
lestinas y mesopotámicas del Creciente Fértil. transmisión de la memoria humana, la dan-
Por otra parte, además de la obsidiana y de za y la canción ritual, principalmente. Hacia
la rudimentaria tecnología neolítica que gi- el año 6500 a. de C, la parte baja del valle del
raba en torno a ella, en Çatal Hüyük se en- Tigris y el Éufrates –la Baja Mesopotamia-
contraron restos de cobre y plomo, lo cual estaba salpicada de poblados primitivos, y
insinúa ya los primeros albores de la edad hacia el 3500 a. de C. se fundaron varias ciu-
del bronce. dades importantes. Durante los cinco siglos
Çatal Hüyük ocupa un área de 12,9 hec- siguientes, se perfeccionó la escritura cu-
táreas (32 acres), de las cuales algo menos de neiforme, así llamada porque sus signos si-
la cuarta parte se descubrieron durante las lábicos están formados por dibujos en forma
excavaciones de 1961-1966. No existían ca- de cuña, trazados con un cálamo sobre ta-
lles propiamente dichas, sino estrechas agru- bletas de barro fresco.
paciones de casas de planta rectangular, como Las primeras grandes ciudades mesopo-
celdas de colmena, sólo separadas ocasio- támicas se emplazaron cerca de la confluen-
nalmente por algún patio, que debió usarse cia de los ríos antes mencionados (cuyos
como vertedero de desperdicios domésticos depósitos aluviales han desplazado desde en-
[9.13]. El acceso a las casas se realizaba por tonces la orilla del golfo Pérsico unos 225 ki-
medio de una escalerilla de madera, a tra- lómetros –140 millas– hacia el suroeste). Por
vés de una abertura en la cubierta que hacía carecer el país de piedra y escasear la made-
las veces de respiradero del hogar, el cual es- ra, la arquitectura urbana de esas primeras
taba situado bajo la abertura, en posición ciudades usó como materiales de construc-
central. Las casas tenían un armazón de pos- ción el adobe o ladrillo crudo (secado al sol y
tes y vigas de madera, cuyos entrepaños se unido con mortero de arcilla) y el ladrillo co-
rellenaban de ladrillos de adobe; las paredes cido (tomado, ordinariamente, con betún);
se acababan con un enlucido y, a menudo, así, los espesísimos muros de adobe se re-
con pintura. En una de las casas, la pared es- vestían de una capa protectora de ladrillo co-
taba pintada con el plano de la ciudad en pri- cido. Los únicos vestigios que nos han llegado
mer término y el paisaje de las m o n t a ñ a s de esa arquitectura protohistórica son los zi-
volcánicas al fondo; otra de las casas estaba gurats, unas grandes pirámide escalonadas
pintada con un motivo de figuras danzantes. con rampas laterales ascendentes y un tem-
Como dato notable, cabe decir que en casi la plo en la cúspide. En la ciudad sumeria de
cuarta parte de las cámaras excavadas se ha- Uruk (en el emplazamiento de la actual
164 La historia y el significado de la arquitectura

9.15. Zigurat de Nannar, el dios de la Luna, Ur (actual Irak meridional), ca. 2113-2006 a. de C. Los zigurats sumerios
tenían un núcleo de ladrillo crudo (secado al sol), revestido de una capa de ladrillo cocido tomado con un espeso
mortero de material bituminoso.

Warka), el Templo Blanco (así llamado por nos primitivos materializaron sus primeros,
los arqueólogos, por el color del enlucido que importantes y fundamentales logros en el mo-
recubría su gran sala interior) fue construi- delado de herramientas, útiles que luego em-
do entre los años 3500 y 3000 a. de C. y es uno plearon para crear un entorno artificial a su
de los primeros ejemplos de zigurat corona- alrededor. Lo que hoy nos pueden parecer
do por un templo [9.14]. La planta de este unas simples y anodinas chozas, como las de
templo es muy similar a la que aparece gra- Terra Amata, fueron en realidad los princi-
bada en u n a estatua decapitada del patesi pios de la arquitectura, ya que esas sencillas
Gudea llamada El arquitecto de la regla, sobre cabañas señalaron el inicio de la configura-
u n a tableta que el gobernador de la ciudad ción deliberada del lugar donde vivir.
mesopotámica de Lagash sostiene sobre sus El paso siguiente a la mejora en la tec-
rodillas [6.3]. El zigurat dedicado al dios de nología de construcción de la vivienda fue la
la Luna, en la ciudad sumeria de Ur, erigido ampliación de los asentamientos humanos,
aproximadamente entre los años 2113 y 2006 lo cual sólo pudo ser posible gracias a la agri-
a. de C. por el rey Ur Nammu [9.15], ilustra cultura. Las casas se agruparon para formar
sobre el desarrollo de esta tipología durante los p r i m e r o s p o b l a d o s , d e s p u é s aldeas y, m á s
el periodo sumerio. El conjunto es una sóli- tarde, ciudades, empezando por las del valle
da masa de barro; el interior de ladrillos de del Tigris y el Éufrates. Tal cúmulo de re-
barro blando y las fachadas recubiertas con cursos h u m a n o s liberó toda la energía in-
una capa de más de dos metros de espesor de ventiva que anteriormente se había tenido
ladrillos cocidos asentados con betún. Su tra- que dedicar exclusivamente a asegurar a du-
zado consiste en tres plataformas sucesivas ras penas la subsistencia individual. El re-
y que van disminuyendo su tamaño a medi- sultado inevitable fue el desarrollo de la
da que ganan altura. Se accede a ellas me- escritura, que hizo posible transmitir el pen-
diante un complicado sistema de amplias samiento y la m e m o r i a del h o m b r e de ge-
escaleras rectas; el conjunto está rematado neración en generación mediante un código
por el templo situado en la cúspide. de símbolos fijo. En el valle de los ríos Tigris
y Éufrates, el desarrollo de los sistemas de
desecación, canalización y riego convirtió
Inventando la arquitectura aquella zona pantanosa en otra de proverbial
y la ciudad fertilidad, asegurando a sus habitantes un
suministro de alimentos relativamente esta-
Los albores de la cultura h u m a n a son difíci- ble; como resultado de todo ello, el excedente
les de ubicar en el tiempo. Los seres huma- en bienes materiales y energía h u m a n a se
La invención de la arquitectura: de las cavernas a las ciudades 165

empleó en la construcción de ciudades aún y los dioses. Pese a que los edificios concre-
de mayor tamaño [9.16, página 146]. Al igual tos fueran patrocinados por reyes, príncipes
que había sucedido a n t e r i o r m e n t e con la o gobernadores individuales, no dejaban de
construcción megalítica en Europa, en tener por ello el carácter de materialización
Mesopotamia los primeros edificios perma- de una voluntad pública. La civilización hu-
nentes sirvieron para satisfacer las funciones mana y su materialización arquitectónica se
públicas más perentorias, en un intento de habían puesto en marcha.
salvar el abismo existente entre los humanos

NOTAS
1. Read, Herbert, "The Disintegration of Form contiene artículos de Lumley sobre Terra
in Modern Art", en The Origins of Form in Art, Amata y sobre los asentamientos ucranianos.
Nueva York, 1965, p. 182. Frankfort, Henri, The Art and Architecture of the
2. De Lumley, Henry, "A Paleolithic Camp at Ancient Orient, 4a edición, Nueva York, 1970.
Nice", en Scientific American, n° 220, mayo, 1969, Giedion, Sigfried, The Eternal Present: The
pp. 42-50. Beginnings of Art, vol. 1., Nueva York, 1962;
3. Soleckei, Robert S., Shanidar: The First (versión castellana: El presente eterno: los co-
Flower People, Nueva York, 1971. mienzos de la arquitectura, Alianza Editorial,
4. Leroi-Gourhan, A., Préhistoire de Vart oc- Madrid, 1981).
cidentale, 3a ed., París, 1973; se trata de un inten- Giedion, Sigfried, The Eternal Present: The
to de organizar las pinturas de las cuevas como un Beginnings of Architecture, vol. 2, Nueva York,
sistema de símbolos, antes que como imágenes na- 1964; (versión castellana: El presente eterno:
turalistas. los comienzos de la arquitectura, Alianza
5. Existe la posibilidad de que esas maquetas Editorial, Madrid, 1981)
fueran sólo juguetes infantiles y, por lo tanto, no Hamblin, Dora Jane, The First Cities, Nueva York,
puedan interpretarse literalmente. 1973.
6. Véanse Childe, V. Gordon, Man Makes Hawkins, Gerald S., Stonehenge Decoded, Garden
Himself, Londres, 1936, y Nueva York, 1951; y City, Nueva York, 1965.
Childe, V. Gordon, Skara Brae, Londres, 1931. Lampi, Paul, Cities and Planning in the Ancient
Near East, Nueva York, 1968.
Leroi-Gourhan, A., Préhistoire de l'art occidentale,
3a ed., Paris, 1973.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA Mackie, Euan, The Megalith Builders, Oxford,
Inglaterra, 1977.
Atkinson, R. J. C, Stonehenge, Baltimore (Maryland), Mellaart, James, Çatal Hüyük: A Neolithic Town in
1960. Anatolia, Nueva York, 1977.
Bataille, George, Lascaux, Ginebra (Suiza), 1955. Mumford, Lewis, The City in History, 1961; (ver-
Brown, Dale, y White, Edmund, The First Men, sión castellana: La ciudad en la historia, 2 vols.
Nueva York, 1973. Ediciones Infinito, Buenos Aires, 1966).
Childe, V. Gordon, Man Makes Himself, Londres, Prideaux, Tom, Cro-Magnon Man, Nueva York,
1936; Nueva York, 1951. 1973.
Childe, V. Gordon, Skara Brae, Londres, 1931. Sieveking, Ann, The Cave Artists, Londres, 1979.
Collins, Desmond, The Human Revolution: From Soleckei, Robert S., Shanidar: The First Flower
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Constable, George, The Neanderthals, Nueva York, Wernick, Robert, The Monument Builders, Nueva
1973. York, 1973.
Fagan, Brian, ed., Avenues to Antiquity: Readings Whitehouse, Ruth, The First Cities, Oxford (Ingla-
from Scientific American, San Francisco, 1975; terra), 1977.
10.18. Templo de Amón, Kamak, Tebas (Egipto), Sala hipóstila, ca. 1315-1285 a. de C. Las colosales
columnas dispuestas a ambos lados del eje central tienen 3,6 metros (11,75 pies) de diámetro y
21 metros (69 pies) de altura; el eje que definen está alineado con el sol naciente en el solsticio de
invierno y apunta directamente hacia el Valle de los Reyes, en la orilla oeste del Nilo.

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