Curso audiovisual de

Ajedrez
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 Grandes campeones

Emmanuel Lasker
(Berlinchen, 1868 – Nueva York, 1941)

Doctor en filosofía y matemáticas, con notables contribuciones en el campo del álge-

bra, Emmanuel Lasker fue el primero que adaptó su juego en el tablero no solamente
teniendo en cuenta los factores de la posición, sino también los psicológicos, buscan-
do crear el tipo de juego que le resultase más molesto a su rival.

El sucesor de Steinitz en la coro-
na mundial fue el alemán Em-
manuel Lasker, quien conservó
el título durante 27 años, una
marca que todavía no ha sido su-
perada. La consecución de dicho
título se consumó al vencer con
un claro resultado (+10-5=4) a
Steinitz en 1894, cuando Lasker
tenía 26 años.
El torneo de Hastings de 1895,
en el que participaban Lasker,
Steinitz, Chigorin y Tarrasch,
parecía que podría establecer
un orden, pero ninguno de ellos
logró el triunfo, pues finalizó
con la victoria del joven norte-
americano Pillsbury. Así pues,
al año siguiente, con todos estos
jugadores se organizó un fuerte
torneo en San Petersburgo, a seis
vueltas, y pretendía dejar las co-
sas claras. Tarrasch no pudo par-
ticipar y la victoria fue para Las-
ker, que terminó dos puntos por
delante de Steinitz y tres y medio
por delante de Pillsbury.
A finales de ese año, Lasker dio
la revancha a Steinitz disputan-
do un nuevo match, esta vez
en Moscú. El resultado final
(+10-2=5) no dejó lugar a dudas
de la superioridad de Lasker y así
fue universalmente reconocido.
Ya en 1908, tuvo lugar el match
que muchos esperaban desde
hacía tiempo: Lasker contra
Tarrasch. Pero el doctor ya no
estaba en su mejor momento
de forma. Sin duda, diez años
antes podría haber presenta-
do una lucha de igual a igual,
pero en esa ocasión fue clara-
mente superado por un Lasker
en la plenitud de su fuerza. El
resultado fue +8-3=5. Más cla-
ro aún fue el resultado frente a
Janowksy (+7-1=2), pero ante
Schlechter empató un match a
diez partidas.
Sin duda, una de las victorias más
notables de Lasker en los años si-
guientes fue la que consiguió en
el torneo celebrado en San Pe-
tersburgo en 1914 ante los mejo-
res jugadores del momento, entre
los que destacaban las nuevas
estrellas Capablanca y Alekhine.
Desgraciadamente, la Primera
Guerra Mundial interrumpió
gran parte de la actividad aje-
drecística, por lo que hasta 1921
Lasker no puso en juego su tí-
tulo ante un jugador realmente
genial, el cubano Capablanca,
considerado poco menos que in-
vencible. El encuentro se jugó en
La Habana en 1921 y Lasker no
pudo derrotar a su rival ni una
sola vez. Con cuatro derrotas y
diez tablas, se reconoció vencido
y cedió el título a su rival.

Participantes en el torneo de San

Petersburgo de 1914. Sentado, el tercero
por la izquierda, Emmanuel Lasker;
de pie, tercero por la izquierda,
Aleksandr Alekhine; sentado, segundo
por la derecha, José Raúl Capablanca.

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 Un campeón de récords
La carrera ajedrecística de Lasker fue enorme-
mente longeva. Con 65 años tuvo una buena
actuación en Zurich 1934 y al año siguiente,
en Moscú, consiguió acabar en tercer lugar
sin perder ni una partida, a medio punto de
Botvínnik y de Flohr, que fueron los vencedo-
res, pero por delante de Capablanca, a quien
venció en su partida individual.

De las muchas partidas que 15.¥xh7+! El sacrificio de los dos Alfiles

ganó Lasker, una de las más es-
pectaculares es la que aquí ana-
lizamos, con un doble sacrificio
de Alfil que desde entonces se ha
convertido en un clásico.
E. Lasker
J. Bauer
Ámsterdam (1889)
1.f4 d5 2.e3 ¤f6 3.b3 e6
4.¥b2 ¥e7 5.¥d3 b6 6.¤f3
¥b7 7.¤c3 ¤bd7 8.0-0 0-0
9.¤e2
Tal vez las negras solo habían
previsto 15.£xh5 f5 con defensa.
15...¢xh7 16.£xh5+ ¢g8
17.¥xg7!!
La clave: el Rey negro se queda
sin defensores.
casi siempre va unido al paso de
una Torre por la tercera línea.
19...e5 20.¦h3+ £h6
21.¦xh6+ ¢xh6 22.£d7!
Si no fuera por esta jugada, di-
fícilmente podrían ganar las
blancas.
22...¥f6 23.£xb7 ¢g7
24.¦f1 ¦ab8 25.£d7 ¦fd8
26.£g4+ ¢f8 27.fxe5
¥g7 28.e6 ¦b7 29.£g6 f6
30.¦xf6+ ¥xf6 31.£xf6+
¢e8 32.£h8+ ¢e7
33.£g7+ ¢xe6 34.£xb7

17...¢xg7 18.£g4+ ¢h7

No sirve 18...¢f6, pues 19.£g5#.

19.¦f3

Así se inicia el traslado de las

piezas hacia el flanco de Rey
para atacar el enroque enemigo. Las negras bien podrían haber
abandonado aquí, pero todavía
9...c5 10.¤g3 £c7 11.¤e5 realizaron algunas jugadas.
¤xe5 12.¥xe5 £c6
13.£e2 a6 14.¤h5 ¤xh5 34...¦d6 35.£xa6 d4
Si 14...¤e8? 15.¥xg7 ¤xg7 36.exd4 cxd4 37.h4 d3
16.£g4 y ganarían las blancas. 38.£xd3 1-0

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PDR_105 Final_Peón de Rey 18/06/2013 12:06 Página 1
 Participantes del Torneo. De izquierda a derecha.
Arriba: Marshall, Tartakower, Maroczy, Alekhine, Reti, Bogoljubow.
M.I. Ángel Martín Abajo:Yates, Capablanca, Janowsky, Ed. Lasker y Em. Lasker.

El torneo de Nueva York 1924 fue un supertorneo. Hoy en día, con la Rubinstein. Estaban Marshall,
proliferación de estas competiciones entre la elite del ajedrez mundial, la Maroczy, Bogoljubow y Reti, cuyo
calificación de supertorneo es bastante frecuente, pero a lo largo de la manejo de la entonces llamada
Historia y exceptuando los casos recientes, han sido muy pocos los que “Apertura del futuro” (la Apertura
han merecido tal distinción. En el Siglo XX solo podríamos mencionar Reti 1.Cf3) le reportó importantes
una docena escasa y Nueva York 1924 estaría entre ellos. victorias, entre ellas la ya menciona-
da frente a Capablanca.
Para empezar, se dieron cita tres un libro sobre el propio torneo que
campeones mundiales, ¡y de qué está considerado como uno de los El torneo tuvo ciertas normas curio-
calibre! Lasker, Capablanca y mejores sobre torneos que se hayan sas. En aquel tiempo, prepararse la
Alekhine (aunque este último toda- publicado, por la claridad y precisión partida con anterioridad no estaba
vía tardaría tres años más en lograr de sus explicaciones. Lamentable- considerado del mismo modo que en
el título). El gran luchador Lasker, a mente no existe traducción en caste- la actualidad. En consecuencia, los
sus 55 años, daría una nueva prueba llano. jugadores no sabían con quién iban a
de su longevidad al obtener un claro enfrentarse o con qué color, hasta
triunfo, incluso una ronda antes del Recordemos otro supertorneo ante- quince minutos antes del comienzo,
final. Capablanca, el entonces cam- rior, San Petersburgo 1914, donde cuando se sorteaban las rondas. Uno
peón mundial, se presentaba como el tomaron parte los mismos jugadores de los que salieron perjudicados de
gran favorito, pues era considerado y que terminaron en las mismas este sistema fue Reti, que en la
por muchos como un jugador per- posiciones: Lasker, Capablanca y segunda mitad tuvo que jugar cinco
fecto e imposible de vencer. Pesaba Alekhine, en ese orden. También hay partidas seguidas con las piezas
el hecho de que llevaba ocho años que tener en cuenta que en el perio- negras.
sin perder una sola partida de torneo. do 1914-1918, debido a la Primera
Precisamente aquí se rompió esa Guerra Mundial, no hubo práctica- El torneo se disputo del 16 de marzo
racha a manos de Reti. mente competiciones ajedrecísticas al 18 de abril, en los salones del
de primer orden. Hotel Alamac de Nueva York. 15
Alekhine, el tercero en discordia, minutos antes del inicio de la ronda,
solo consiguió a medias su objetivo Otros grandes jugadores de la época estipulado a las 14.00, se realizó el
de ser considerado el aspirante natu- se dieron cita en Nueva York. sorteo, que dio el primero de los
ral al título de Capablanca, quedan- Seguramente la élite mundial al descansos (era un número impar de
do en tercer lugar. Además produjo completo con la única ausencia de jugadores) a Emmanuel Lasker.
 Torneos históricos 71

Nueva York 1924 Pais 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Pts.

1 Em. Lasker GER ½0 1½ ½1 11 11 11 ½1 ½1 ½1 11 16,0
2 J.R. Capablanca CUB ½1 ½½ ½½ 01 ½1 11 11 1½ ½1 ½1 14,5
3 A. Alekhine RUS 0½ ½½ ½½ 10 1½ ½½ ½½ 11 ½½ 11 12,0
4 F. J. Marshall USA ½0 ½½ ½½ ½1 0½ 01 ½0 ½1 1½ 11 11,0
5 R.Reti CZE 00 10 01 ½0 ½½ 01 11 10 10 11 10,5
6 G. Maroczy HUN 00 ½0 0½ 1½ ½½ 01 ½½ 11 ½1 10 10,0
7 E. Bogoljubow UKR 00 00 ½½ 10 10 10 01 11 ½1 01 9,5
8 S. Tartakower AUT ½0 00 ½½ ½1 01 ½½ 10 10 ½0 ½1 8,0
9 F. Yates ENG ½0 0½ 00 ½0 01 00 00 01 11 ½1 7,0
10 Ed. Lasker USA ½0 ½0 ½½ 0½ 01 ½0 ½0 ½1 00 0½ 6,5
11 D. Janowski FRA 00 ½0 00 00 00 01 10 ½0 ½0 1½ 5,0
Curiosamente no se dio ningún día libre. Allí conoció a “Suzan” una do. Y el no menos notable final
empate a puntos en la clasificación orangután que le según él le inspiró donde Emmanuel Lasker logró enta-
final y así los premios fueron repar- para la partida del día siguiente, blar frente a Edward Lasker con un
tidos de la siguiente manera: 1.500$ donde puso en práctica una nueva caballo frente a una torre y peón.
para el primero, 1.000$ para el apertura (1.b4) que bautizó como
segundo, 750$ para el tercero, 500$ “Apertura Orangután”. Y ganó la En cuanto a los índices de combati-
para el cuarto y 250$ para el quinto. partida (frente a Maroczy). vidad, fueron muy altos. De las 110
A los demás, se les asignó un premio partidas disputadas, solamente 38
de 12,50$ por cada medio punto También queda para la Historia el fueron tablas. Reti se llevó la palma
logrado. final de torres que Capablanca ganó con solo tres tablas, ganando 9 y per-
a Tartakower, sacrificando sus peo- diendo 8. En el polo opuesto
Entre las muchas anécdotas del tor- nes del flanco de dama y que ha sido Alekhine fue el más “entablador”
neo, queda la memoria de la visita posteriormente reproducido en todos con 12 partidas empatadas y solo 2
que uno de los participantes, los libros como ejemplo de la activi- derrotas, pero 6 victorias.
Tartakower, hizo al zoológico en su dad del rey apoyando un peón pasa-

Reti, R CZE 3.g3 ¤f6 4.¥g2 ¥d6

UKR
Es mucho más habitual colocar el
Bogoljubow, E
alfil en e7.
Apertura Reti [A 04]

1.¤f3 5.0-0 0-0 6.b3 ¦e8

En este torneo Reti inició todas las
partidas que jugó con blancas con
este movimiento, logrando excelen-
tes resultados (7 victorias y dos
derrotas, con solo unas tablas). Entre
sus víctimas estuvieron Alekhine y
Capablanca y la presente partida fue
merecedora del premio de belleza.
1...d5 2.c4 e6
Cuatro rondas más tarde, Lasker
empleó con éxito 2...c6 contra Reti,
seguido del desarrollo del alfil por
f5, lo que en su tiempo fue conside-
rado por Alekhine como la opción
más precisa. Hoy en día, la elección
se considera una cuestión de gusto.
Parece como si las negras pensasen
jugar ...e5, pero esa idea no se con-
cretará, por lo que seguramente era
preferible 6...c6.
7.¥b2 ¤bd7 8.d4 c6 9.¤bd2 ¤e4
Más consecuente era 9...e5 pero Mejor que la captura con el peón, ya
como demostró Alekhine, las blan- que las blancas preparan la comple-
cas obtienen mejor juego con ta apertura del centro con la ruptura
10.cxd5 cxd5 11.dxe5 ¤xe5 e4 para hacer valer su ventaja de
12.¥xe5 ¥xe5 13.¤xe5 ¦xe5 desarrollo.
14.¤c4 ¦e8 15.¤e3 ¥e6 16.£d4
pero la jugada de la partida es aún 13...£c7
peor. 13...¤xe5 14.dxe5 ¥c5+ 15.¢g2
tampoco era satisfactorio para las
10.¤xe4 dxe4 11.¤e5 f5 12.f3! exf3 negras.
13.¥xf3!
72
14.¤xd7 ¥xd7 15.e4 e5
Bogoljubow se decide por este
avance para no permitir que las
blancas jueguen e4-e5, pero Reti lo
refutará jugando con gran precisión.
15...¦ad8 era más sólida, aunque la
ventaja es de las blancas.
16.c5 ¥f8 17.£c2 exd4
Tal vez 17...f4 fuera el mal menor,
ya que ahora la ventaja de las blan-
cas será muy clara.
18.exf5! ¦ad8
19.¥h5!?
Probablemente Reti ya previó la
decisiva combinación que pondrá
broche a la partida, pero la simple
19.¥xd4 también aseguraba a las
blancas una gran ventaja.
19...¦e5 20.¥xd4 ¦xf5 21.¦xf5 ¥xf5
22.£xf5 ¦xd4 23.¦f1 ¦d8
También pierde 23...£e7 24.¥f7+
¢h8 25.¥d5! y si 25...£f6 26.£c8.
24.¥f7+ ¢h8 25.¥e8! 1-0
Torneos históricos
Capablanca no inició bien el torneo.
Sus cuatro primeras partidas termi-
naron en tablas, pero entonces en la
quinta ronda se produjo la gran sen-
sación. Después de ocho años, el
campeón cubano sufría una derrota
en esta partida.
CZE
Reti, R
CUB
Capablanca, JR
Apertura Reti [A 15]
1.¤f3 ¤f6 2.c4 g6 3.b4
Un año antes, en Carlsbad,
Nimzovich había jugado así contra
el propio Reti y las negras reaccio-
naron correctamente con 3...a5 4.b5
¥g7 5.¥b2 0-0 6.e3 d6 7.d4 ¤bd7.
Capablanca decide otro desarrollo,
que también resulta adecuado.
3...¥g7 4.¥b2 0-0 5.g3 b6 6.¥g2
¥b7 7.0-0 d6 8.d3 ¤bd7 9.¤bd2 e5
10.£c2 ¦e8 11.¦fd1 a5 12.a3 h6
Alekhine criticó esta jugada, que
realmente no parece muy útil.
12...£e7 era una opción más segura.
13.¤f1 c5?!
Tampoco esto parece acertado. Al
parecer el cubano no se sentía muy a
gusto con su posición y plantea un
sacrificio posicional de un peón que
Alekhine definió como una astuta
trampa. Pero Reti no acepta el reto y
conserva su ventaja. Lo cierto es que
parecía mejor 13...e4 14.¤d4 exd3
15.exd3 ¥xg2 16.¢xg2 £b8
17.¤e3 £b7+ y las negras están
bien.
14.b5
Las blancas podían ganar un peón
con 14.bxa5 ¦xa5 15.¤xe5 ¥xg2
16.¤xd7 ¥c6 17.¤xf6+ ¥xf6
18.¥xf6 £xf6 pero el fuerte alfil
daría sobrada compensación a las
negras. Por lo menos así piensan
muchos destacados jugadores, aun-
que las máquinas son más materia-
listas y no lo valoran de modo tan
claro.
14...¤f8 15.e3 £c7 16.d4 ¥e4
17.£c3?!
Alekhine señaló que 17.£c1 hubie-
se sido más precisa.
17...exd4 18.exd4
18...¤6d7?
Sin duda, un error. Las negras
lograban un juego muy satisfactorio
con 18...¤e6 19.dxc5 dxc5 y si
alguien está mejor, son ellas.
19.£d2 cxd4?!
Tampoco esta jugada es buena, aun-
que parece ganar un peón. Alekhine
recomendó 19...¦ad8 aunque las
negras todavía tienen algunos pro-
blemas tras 20.¤e3.
20.¥xd4 £xc4 21.¥xg7 ¢xg7
22.£b2+!
Según Alekhine, es probable que
Capablanca no hubiera previsto este
jaque cuando inició su maniobra con
el cambio en d4.
22...¢g8 23.¦xd6 £c5
23...£c7 24.¦ad1 ¦ad8 (24...¤c5

25.¤e3) 25.£d4 deja las piezas
negras inmovilizadas.
24.¦ad1 ¦a7 25.¤e3 £h5?
Esto pierde. La mejor defensa contra
la amenaza 26.¤d4 era 25...h5 pero
la posición de las negras sería mala
de todas formas.
26.¤d4
Como señaló Alekhine, las blancas
tenían aquí una ingeniosa continua-
ción 26.¦1d5!? ¥xd5 27.g4 ganando
la dama. Pero tras 27...¥xf3 28.gxh5
¥xh5 consideraba que las negras
podrían ofrecer más resistencia que
en la partida, lo que es discutible ya
que con 29.¥c6 la posición de las
negras parece del todo desesperada.
26...¥xg2 27.¢xg2 £e5?
Si 27...¦xe3 28.fxe3 y no vale
28...£xd1? (Pero 28...¤e5 hubiera
sido mejor que lo que ocurre en la
partida, ya que las negras todavían
podrían ofrecer bastante resistencia
en el final tras 29.£e2 £xe2+
30.¤xe2 ¤c4) 29.¤f5! ganando.
28.¤c4 £c5 29.¤c6 ¦c7 30.¤e3
¤e5 31.¦1d5 1-0
Torneos históricos 73
Capablanca, JR CUB Lasker, Em GER
AUT USA
Tartakower, S Lasker, Ed
35.¢g3! La posición de las blancas con caba-
Esta maniobra, que debió ser pre- llo contra torre y peón parece deses-
vista por Capablanca unas jugadas perada. Sin embargo, Emmanuel
atrás, ha salido en todos los libros Lasker logró demostrar que jugando
como un ejemplo de la fuerza del rey correctamente la partida es tablas.
en conjunción con un peón pasado La clave está en no permitir que el
en los finales de torres. rey negro apoye su peón.
35...¦xc3+ 36.¢h4 ¦f3 37.g6 ¦xf4+ 93.¤b2
38.¢g5 ¦e4 Es menos precisa 93.¢a3 ¢e4 y si
38...¦xd4 39.¢f6 ¢e8 (39...¢g8 94.¤c5+? (94.¢b4 todavía hace
40.¦d7) 40.¦xc7 y no hay defensa tablas) 94...¢d4 95.¤xb3+ ¢c4
contra 41.g7. ganando.
39.¢f6 ¢g8 40.¦g7+ ¢h8 41.¦xc7 93...¢e4 94.¤a4
¦e8 42.¢xf5 94.¢c4 era más sencilla, pero las
Más fuerte que 42.¢f7 ¦d8 aunque blancas todavía pueden dejar que el
las blancas también ganan. rey enemigo se acerque un poco más
al peón.
42...¦e4 43.¢f6 ¦f4+ 44.¢e5 ¦g4
45.g7+ ¢g8 46.¦xa7 ¦g1 47.¢xd5 94...¢d4 95.¤b2 ¦f3 96.¤a4 ¦e3
¦c1 48.¢d6 ¦c2 49.d5 ¦c1 50.¦c7 97.¤b2 ¢e4
¦a1 51.¢c6 ¦xa4 52.d6 1-0
Capablanca y Lasker
protagonizaron la lucha
por el primer lugar del
torneo
74 Torneos históricos

El comienzo del torneo no fue fácil
para Lasker. Descansó en la primera
ronda y en la segunda hubo de
enfrentarse al vigente campeón
mundial, que tres años antes le había
arrebatado el título. Esa partida ter-
minó en tablas, tras lo cual se
enfrentó a quien tres años más tarde
le quitaría el título a Capablanca,
pero que en esta partida no estuvo
muy acertado.
Esto fue señalado por Alekhine
como el error decisivo, recomen-
dando en su lugar 18.¥f5 para res-
ponder a 18...¥h5 con 19.¥g4. Pero
tampoco resultaba satisfactorio
debido a 19...¥xg4 20.¤xg4 ¦e4
21.¦ad1 ¤e6 con ventaja de las
negras.
18...¥h5 19.g4 ¥f7 20.bxc6 ¦c8
21.£b2 bxc6 22.f5
Necesario para evitar ...¤e6.

Viendo que la ruta natural hacia su
peón está cortada, las negras tratan
de acercarse a c2, via f3 y e2. Este
plan será decisivo si las blancas no
lo impiden y la clave será situar su
rey en b2 para evitarlo.
98.¤a4 ¢f3 99.¢a3!
La única para hacer tablas. Si
99.¤b2 ¢e2 100.¤c4 (100.¢a3
¢d2 101.¤c4+ ¢c1 ganando.)
100...¦h3 101.¢a3 ¦c3! 102.¤a5
(102.¤d6 ¢d3 103.¢b2 ¦c6 segui-
do de ¢c4) 102...¢d3! 103.¢b2
¦c5! 104.¤xb3 ¦b5 105.¢a2 ¢c3
106.¤c1 ¢c2 ganando.
99...¢e4
99...¢e2 100.¢b2 ¢d2 101.¤c5 y a
diferencia de la variante anterior, las
blancas toman el peón con jaque, sin
dar tiempo a la clavada, y hacen
tablas.
100.¢b4
Ahora 100.¢b2? ¢d4 perdería.
100...¢d4 101.¤b2 ¦h3 102.¤a4!
De nuevo la única jugada. Si
102.¤c4? ¦h8 103.¤d2 ¦b8+
ganando.
102...¢d3
102...¦h8 103.¢xb3 ¦b8+ 104.¢c2
tablas.
103.¢xb3 ¢d4+ ½-½
RUS
Alekhine, A 22...£d6 23.¤g2 ¥c7 24.¦fe1 h5!
Lasker, Em GER 25.h3 ¤h7!
Gambito de Dama [D 35]
1.d4 d5 2.c4 e6 3.¤f3 ¤f6 4.¤c3
¤bd7 5.cxd5 exd5 6.¥f4 c6 7.e3
¤h5 8.¥d3
El propio Alekhine criticó más tarde
su decisión, recomendando 8.¥g3 o
la previa 8.¥e5 f6 9.¥g3. Pero lo
más natural debe ser 8.¥g5 ¥e7
9.¥xe7 £xe7 10.£c2.
8...¤xf4 9.exf4 ¥d6 10.g3
Alekhine dice que renunció a Iniciando el ataque final. La amena-
10.¤e5 en vista de 10...£h4 11.g3 za ...¤g5 no tiene buena defensa.
£h3 que dejaría sus casillas blancas
algo debilitadas. Pero 10.£d2 era a 26.¦xe8+ ¦xe8 27.¦e1 ¦b8 28.£c1
considerar. ¤g5 29.¤e5
29.¤xg5 £h2+ 30.¢f1 fxg5
10...0-0 11.0-0 ¦e8 12.£c2 ¤f8 31.£xc6 ¥a5 ganando.
13.¤d1 f6 14.¤e3 ¥e6 15.¤h4
Una pérdida de tiempo según 29...fxe5
Alekhine, que recomendó en su 29...¤xh3+ 30.¢f1 fxe5 31.dxe5
lugar 15.¦fd1 y si 15...¥f7 16.¥f5 £b4 era también muy fuerte.
para responder a 16...¥h5 con
17.¥g4. 30.£xg5 e4 31.f6 g6 32.f4 hxg4
Más fuerte que 32...exd3 33.gxh5.
15...¥c7 16.b4 ¥b6 17.¤f3?!
Ahora sí que la jugada 15.¤h4 33.¥e2 gxh3 34.¥h5 ¦b2 35.¤h4
resulta una pérdida de tiempo. No £xf4 36.£xf4 ¥xf4 0-1
había nada malo en 17.¦fd1 y si
17...¥xd4 18.¥xh7+ ¤xh7 19.¦xd4
con juego igualado.
Incluso 17.£b2 era una opción
aceptable.

17...¥f7 18.b5?
 TEST CONCURSO

Mida su fuerza
M. I. Ángel Martín

En este test no se trata de que el lector acierte con las jugadas realizadas por el C) Era mejor el mencionado sacri-
ganador de la partida. En varios momentos se plantean diferentes cuestiones, ficio de peón con 9...c4. 5
tanto de conocimientos generales como de estrategia o táctica y deberá elegir
una de entre las tres soluciones propuestas. Terminado el test, el lector podrá 10.f3 ¥e7
participar con sus soluciones en nuestra web y optar a interesantes premios. Como vamos a ver en la continua-
ción, las negras quieren enfrentar
Lasker, Emanuel B) Era preferible 6...£d6 para des- este alfil al blanco cuando juegue a
Tarrasch, Siegbert doblar los peones si las blancas b2. ¿Qué opina de esta maniobra?
Cto. Mundial 1908 [C 68] cambian.
C) Es mejor 6...£f6 para desarrollar A) Es buena, ya que el alfil en b2
el caballo si las blancas cam-
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥xc6
3 sería muy fuerte.
bian.
dxc6 5.d4
En lugar de esta jugada de desarro-
llo, las blancas podían capturar el B) Es mala, pues el cambio de alfi-
peón con 5.¤xe5 ¿Qué le parece esa 7.¤xd4 c5 8.¤e2 ¥d7 9.b3 les conviene a las blancas.
ganancia de material?
C) Ni una cosa ni la otra. Sim-
A) Es buena. Las blancas logran plemente se trata de un cambio
ventaja. igualado. 6

B) Es interesante. Las negras con-

siguen alguna compensación a 11.¥b2 ¥f6
cambio, pero deben jugar con
cuidado para igualar.

C) Es floja. Las negras recuperan el

peón enseguida e incluso quedan
mejor.
1 ¿Qué le parece esta jugada?

A) Buena. Controla los peones ene-

5...exd4 6.£xd4
Respecto a esta captura ¿Cuál es su
opinión?
A) Las blancas se conformaban con
las tablas y este es un buen modo
de lograrlas.
B) Las blancas consideran que tie-
nen mejor final y por ello buscan
los cambios.
C) Era mejor la captura con el
caballo. 2
6...£xd4
Las negras aceptan cambiar damas.
A) Es la mejor continuación.
3 para luego ¤c6.
migos y prepara el desarrollo del
alfil.
B) Innecesaria, aunque no está mal.
El alfil podía jugarse a f4. 12.¥xf6
¿Qué le parece este cambio?
C) Es floja pues permite a las negras
sacrificar un peón con 9...c4 A) Es bueno.
dejando a las blancas con una
mala estructura. 4 B) Es débil, ya que desarrolla una
pieza negra. Era mejor 12.
¤bc3.
9...¥c6
Las negras vuelven a mover su alfil.
C) Ayuda a las negras. Era preferi-
¿qué opina de ello? ble 12.e5 ganando nuevos tiem-
A) Es la mejor jugada. pos pues las negras deben volver
a mover su alfil. 7
B) Era mejor dejar esta casilla para
el caballo y seguir con 9...¤e7
5 12...¤xf6 13.¤d2 0-0-0 14.0-0-0

95
 TEST CONCURSO
Mida su fuerza
Ambos bandos han terminado prác-
ticamente su desarrollo. Valore la
posición:
A) Las blancas están mejor.
B) Las negras están mejor.
C) La posición está igualada. 8 Las blancas comienzan a avanzar
14...¦d7 15.¤f4 ¦e8 16.¤c4 b6 17.a4
a5 18.¦xd7 ¤xd7 19.¦d1 ¤e5
20.¤xe5
¿Qué le parece este cambio?
A) Indiferente, 20.¤e3 es igual-
mente buena.
B) Es la mejor continuación.
C) Flojo, 20.¤e3 era mejor. 9 las blancas se lo pueden permi-
20...¦xe5 21.c4
¿Cuál es su opinión acerca de esta
jugada?
A) Es la mejor.
10
96
B) No es mala, pero era preferible
jugar antes 21.¢d2 para llevar el
rey al centro, pues con su
siguiente jugada las negras lo
evitarán.
C) Es débil. El peón estaba mejor en
c2 o si acaso en c3. 10
21...¦e8 22.¤h5 ¦g8
Está claro que la torre no ocupa una
posición muy activa aquí, por lo que
cabía preguntarse si no era mejor
22...g6.
A) 22...g6 era floja pues debilita la
casilla f6 y además coloca peo-
nes en casillas de su alfil.
B) 22...g6 era buena pues a 23.¤f6
existe el recurso 23...¦e5 y si
24.¤xh7 ¦h5 y las negras están
bien.
C) Ambas jugadas eran equiva-
lentes. 11
23.¦d3
Y de esta jugada ¿qué opina?
A) Una pérdida de tiempo, aunque
tir.
B) Además de ser una pérdida de
tiempo, permite una reacción a
las negras que podrán expulsar
el fuerte caballo. Era preferible
23.e5 para evitar lo que sigue.
12
C) Una buena idea para pasar el rey
al centro (¢d2 y ¢e3) sin que
las negras puedan hacer lo
mismo (¢d7). 12
23...f6 24.¢d2 ¥e8 25.¤g3 ¥d7
26.¢e3 ¦e8 27.¤h5 ¦e7 28.g4
sus peones del flanco de rey, pero
podemos plantearnos si no sería
preferible jugar 28.f4.
A) Efectivamente esa era la manera
más fuerte de avanzar los peones
B) No, 28.g4 es mucho mejor.
C) Era indiferente una u otra ya que
seguramente las blancas tendrán
que hacer ambas. 13
28...c6 29.h4 ¢c7 30.g5
Las blancas buscan conseguir un
peón pasado con esta jugada. ¿Qué
le parece este plan?
A) Es la mejor continuación.
B) La idea es buena, pero era mejor
prepararla con 30.¢f4.
C) El avance correcto era f4 y e5,
por lo que había que prepa-
rarlo. 14
30...f5
¿Es buena esta jugada?
 TEST CONCURSO

Mida su fuerza

A) Sí, es la mejor continuación. 36.¦e3 ¦h1

En caso de 36...¢d8 las blancas
B) No, es un error. Lo correcto era jugarían 37.h6 gxh6 38.gxh6 con
cambiar en g5. ventaja.

C) Era preferible 30...¦f7 sin dar a 37.¤g3 ¦h4+ 38.¢e5 ¦h3

las blancas ningún peón pasado A 38...¢d8 seguiría igualmente
por el momento. 39.f4.
15
39.f4 ¢d8 40.f5 ¦h4
31.¤g3 fxe4 32.¤xe4 ¥f5 33.h5
¦d7 34.¦c3
52.¢e6
Las blancas sacrifican su caballo
para capturar los peones enemigos.
Pero queda la duda sobre si sería
mejor 52.¤d2+.

A) También ganaba, aunque con

más problemas.

B) Sería un error que permitiría a

Si 40...¥e8 41.g6. las negras hacer tablas.

Desde luego, esta jugada que cede la 41.f6 gxf6+ 42.¢xf6 ¥e8 43.¤f5 ¦f4 C) Sería un gravísimo error, porque
columna abierta resulta sorprenden- No vale 43...¦xh5 44.¦xe8+. en tal caso serían las negras las
te. ¿Qué le parece? Y si 43...¦g4 seguiría 44.¦e7. que podrían ganar.
18

A) Es la mejor continuación. 44.g6 hxg6 45.hxg6 ¦g4

52...¢d3
B) Es una jugada débil, lo correcto 52...¢xf3 53.¢d6 ¢e3 54.¢xc6 es
era cambiar las torres. muy claro.

C) Ambas jugadas eran equivalen- 53.¢d6 ¢c3 54.¢xc6

tes y no daban mucha ventaja a 54.¤d2 también ganaba, pero no es
las blancas. Lasker eligió la que necesaria.
daba más posibilidades prácticas
sin ayudar al rey negro a 54...¢xb3 55.¢b5 1-0 p
acercarse al flanco de rey. 16
Soluciones del “Mida su fuerza”
34...¦d1 35.¢f4 ¥d7 publicado en el número anterior
¿Qué le parece esta jugada? 46.¦xe8+
Aunque no es la única forma de 1) B 9) B
A) Es la mejor continuación. ganar, Lasker simplifica la lucha y 2) C 10) A
elimina la resistencia de las negras. 3) B 11) A
B) Era mejor cambiar en e4. Pero ¦d3+ seguido de g7 o bien ¦g3 4) A 12) A
eran incluso más sencillas. 5) B 13) A
C) Ambas jugadas eran equivalen- 6) B 14) A
tes. 17 46...¢xe8 47.g7 ¢d7 48.¤h4 ¦xg7 7) A 15) A
49.¢xg7 ¢e6 50.¤f3 ¢f5 51.¢f7 8) C
¢e4

97
PDR_101_Peón de Rey 22/10/2012 15:43 Página 1
PDR_101_Peón de Rey 22/10/2012 15:49 Página 90

90 San Petersburgo 1909

Después de la muerte del gran campeón ruso, Mihail Chigorin, ocurrida a principios de 1908, el Club de
ajedrez de San Petersburgo quiso hacer un importante torneo en su memoria.

A tal fin se reunieron los mejores jugadores del momento, con la excepción del doctor Tarrasch, pero con la
presencia del campeón mundial Lasker, que llevaba algún tiempo sin disputar ningún torneo. Además, estaban
los jóvenes maestros que recientemente se habían incorporando a la elite, como Schlechter y Rubinstein.
También Bernstein y Duras habían logrado muy buenos resultados y estaban entre los favoritos a ocupar las
primeras posiciones.

M.I. Ángel Martín

Este torneo fue muy importante por
la alta calidad de las partidas y con-
firmó la gran fuerza del polaco
Akiba Rubinstein, que comenzó de
forma arrolladora, ganando las cua-
tro primeras partidas, entre ellas la
que le enfrentó al campeón mundial
Lasker. Precisamente ellos dos fue-
ron los grandes protagonistas del
torneo, pues terminaron empatados
en el primer lugar, sacando nada
menos que tres puntos y medio al
tercer clasificado, el austríaco Ru-
dolf Spielmann, que durante gran
parte de la competición se mantuvo
muy cerca de la cabeza, pero que
bajó su rendimiento en las últimas
rondas.
Con este resultado, Rubinstein se
confirmó como un firme candidato
al título mundial, y aunque en los
años siguientes se mantuvo siempre
entre los mejores, no tuvo oportuni-
dad de jugar un match por el campe-
onato del mundo. En 1914 tenía donde las negras aceptan quedar con
pactado un encuentro frente a un peón central aislado. Por supues-
Lasker, pero el estallido de la to 4...¥e7 es la continuación más
Primera Guerra mundial echó por popular y sólida.
tierra sus aspiraciones y para cuan-
do ésta acabó, otros maestros como 5.cxd5 exd5 6.¤c3 cxd4 7.¤xd4
Capablanca y Alekhine empezaron a ¤c6 8.e3 ¥e7 9.¥b5 ¥d7 10.¥xf6
lograr mejores resultados. ¥xf6 11.¤xd5 ¥xd4 12.exd4 £g5
13.¥xc6 ¥xc6 14.¤e3 0-0-0?!
De las muchas partidas interesantes
que se jugaron en este torneo, desta-
ca principalmente la que jugaron los
dos primeros clasificados, la prime-
ra vez que se enfrentaban entre ellos
y la única victoria que lograría
Rubinstein frente a Lasker.
A. Rubinstein
Em. Lasker
Gambito de Dama [D 32]
Esto resulta demasiado optimista.
1.d4 d5 2.¤f3 ¤f6 3.c4 e6 4.¥g5 c5 Más seguro era el enroque corto o
Lasker adopta un esquema que había incluso 14...¥xg2! 15.¤xg2 (15.¦g1
popularizado su viejo rival Tarrasch, £a5+ 16.£d2 £xd2+ 17.¢xd2 ¥e4)
PDR_101_Peón de Rey 22/10/2012 15:49 Página 91

San Petersburgo 1909 91

San Petersburgo 1909 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Pts.

1 Rubinstein, Akiba 1 1 1 ½ ½ ½ 1 1 1 ½ 1 0 1 ½ 1 1 1 1 14,5
2 Lasker, Emanuel 0 ½ 1 ½ 1 1 1 ½ 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 14,5
3 Spielmann, Rudolf 0 ½ 1 0 1 1 ½ 1 ½ ½ ½ 1 0 ½ 1 ½ ½ 1 11,0
4 Duras, Oldrich 0 0 0 0 1 ½ 0 ½ 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 11,0
5 Bernstein, Ossip ½ ½ 1 1 0 1 0 1 1 1 1 ½ 0 0 0 ½ ½ 1 10,5
6 Teichmann, Richard ½ 0 0 0 1 0 ½ ½ ½ ½ 1 1 ½ 1 ½ 1 1 ½ 10,0
7 Perlis, Julius ½ 0 0 ½ 0 1 ½ ½ 1 ½ 1 1 ½ 1 ½ 0 0 1 9,5
8 Cohn, Erich 0 0 ½ 1 1 ½ ½ 0 0 1 ½ ½ 0 ½ ½ ½ 1 1 9,0
9 Schlechter, Carl 0 ½ 0 ½ 0 ½ ½ 1 1 0 0 1 1 ½ 0 1 ½ 1 9,0
10 Salwe, Georg 0 0 ½ 0 0 ½ 0 1 0 ½ 1 1 1 ½ 0 1 1 1 9,0
11 Tartakower, Savielly ½ 0 ½ 1 0 ½ ½ 0 1 ½ 0 0 0 ½ 1 1 1 ½ 8,5
12 Mieses, Jacques 0 0 ½ 0 0 0 0 ½ 1 0 1 ½ 1 1 1 0 1 1 8,5
13 Dus Chotimirsky, Fedor 1 1 0 0 ½ 0 0 ½ 0 0 1 ½ ½ ½ ½ 1 0 1 8,0
14 Forgacs, Leo 0 0 1 0 1 ½ ½ 1 0 0 1 0 ½ ½ ½ ½ 0 ½ 7,5
15 Burn, Amos ½ 0 ½ 0 1 0 0 ½ ½ ½ ½ 0 ½ ½ 1 ½ ½ 0 7,0
16 Vidmar, Milan Sr 0 0 0 0 1 ½ ½ ½ 1 1 0 0 ½ ½ 0 ½ 1 0 7,0
17 Speijer, Abraham 0 0 ½ 0 ½ 0 1 ½ 0 0 0 1 0 ½ ½ ½ ½ ½ 6,0
18 Freiman, Sergey Nikolaevich 0 0 ½ 0 ½ 0 1 0 ½ 0 0 0 1 1 ½ 0 ½ 0 5,5
19 Znosko Borovsky, Eugene 0 0 0 0 0 ½ 0 0 0 0 ½ 0 0 ½ 1 1 ½ 1 5,0

15...£xg2 16.£e2+ ¢d8 17.0-0-0
¦e8 con buena posición para las
negras.
15.0-0 ¦he8
buenas posibilidades de alcanzar el
empate.
17.¦xc6+ bxc6 18.£c1!!
te técnica de explotar su ventaja en
un final de torres, terreno en el que
Rubinstein era un consumado artis-
ta. Tampoco valía 21...£a5 22.£a8+
¢e7 23.¦e4+ ¢f6 24.£c6+ ¢g5
25.h4+ ganando. La mejor defensa
era 21...¦d1+ 22.¢f2 £a5! y aun-
que las blancas tienen ventaja, deben
todavía superar bastantes dificulta-
des para lograr la victoria.

22.£c5 £e7
22...¦d1+ 23.¢f2 ¦d2+ 24.¢e1
£xg2 25.£a5+ ganando.

23.£xe7+ ¢xe7 24.¦xf5 ¦d1+

La clave de la maniobra ideada por 25.¢f2!
Parece que las negras están muy Rubinstein. El contrajuego negro
bien, a pesar del peón de menos. desaparece.
Han puesto todas sus piezas en
juego y amenazan ...¦xe3. Pero 18...¦xd4
Rubinstein muestra una extraordi- 18...¦e5 19.£xc6+ ¢b8 20.dxe5
naria sangre fría. £xe5 21.¦c1±.

16.¦c1! ¦xe3?! 19.fxe3 ¦d7

Tentador, aunque en las complica-
ciones que ahora siguen las blancas
llevarán la mejor parte. Kasparov
señaló que era preferible 16...¢b8
17.¦c5 £xc5 (17...£f4 18.d5 ¦xe3
19.£c1 ¦e4 20.dxc6 bxc6 21.£c3±)
18.dxc5 ¦xd1 19.¦xd1 a5! donde la
actividad de las piezas negras ofrece
19...¦d6 20.¦xf7±.
20.£xc6+ ¢d8
20...¦c7 21.£a8+ ¢d7 22.¦xf7+.
La actividad de las piezas es un fac-
21.¦f4! f5? tor vital en estos finales. 25.¦f1 ¦d2
Esto permite una simplificación que 26.¦b1? ¢d6 es muy pasiva y daría
deja a las blancas la tarea puramen- a las negras posibilidades de tablas.
PDR_101_Peón de Rey 22/10/2012 15:49 Página 92
92
Lasker y Rubinstein durante la partida que ambos disputaron en el torneo de San Petersburgo 1909
25...¦d2+ 26.¢f3 ¦xb2 27.¦a5! ¦b7
28.¦a6! ¢f8 29.e4 ¦c7 30.h4 ¢f7
31.g4 ¢f8 32.¢f4 ¢e7
32...g6 tampoco es mejor, por ejem-
plo 33.e5 ¢e7 34.¢e4 ¦d7 35.a4
¦b7 36.¢d5 ¦d7+ 37.¦d6 ¦b7 38.e6
¦c7 39.¦c6 ganando.
33.h5
33...h6
Cede la casilla g6 pero no había
nada mejor. En caso de que las
negras esperen la victoria se logra
así: 33...¢f7 34.¢f5 ¢e7 35.g5 ¢f7
36.e5 ¢e7 37.g6! h6 (37...hxg6+
38.¢xg6 ¢f8 39.e6 ¦b7 40.¦c6 ¦b2
41.e7+) 38.a4 ¦b7 39.¦e6+ ¢d7
(39...¢f8 40.¦c6 ¢e7 41.¦c8)
40.¦f6! ¢e8 41.¦f7 ¦xf7+ 42.gxf7+
¢xf7 43.e6+ ¢e7 44.¢e5 ganando.
San Petersburgo 1909
34.¢f5 ¢f7 35.e5 ¦b7 36.¦d6 ¢e7
37.¦a6!?
Rubinstein no se precipita y busca la
manera más segura de ganar.
Aunque también podía lograrlo con
la más directa. 37.¢g6.
37...¢f7 38.¦d6 ¢f8 39.¦c6
39...¢f7?!
Puestos a intentar algo, podía bus-
carse activar la torre con 39...¦f7+!?
40.¢g6 ¦f4 aunque de todas formas
las blancas ganarían con 41.¦c8+
¢e7 42.¦c7+ ¢e6 43.¦xg7 ¦xg4+
44.¢xh6 etc.
40.a3!? ¢g8 41.¢g6 1-0
El torneo de San Petersburgo de
1909 fue la consagración del pola-
co Akiba Rubinstein, que a partir
de ese momento se convirtió en un
serio aspirante al título mundial.
Aunque su nivel de juego entre
1910 y 1930 no tenía nada que
envidiar al de los mejores jugado-
res de su época, incluyendo varios
campeones mundiales, nunca
llegó a disputar el máximo título.
Rubinstein era un gran maestro de
los finales, cuya técnica aún sirve
de ejemplo en la actualidad, y un
excelente innovador en el campo
de las aperturas, con muchas e
interesantes ideas que todavía tie-
nen validez.
Como curiosidad, al mismo tiem-
po que el torneo principal, se jugó
un torneo secundario para jugado-
res rusos, que fue ganado por el
joven de 17 años Alexander
Alekhine, que poco más tarde se
convertiría en una destacada figu-
ra y llegaría a campeón mundial.
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:15 Página 1
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 62

62 Torneos históricos

1
2
3
4
5
6
7
8
El torneo de San Petersburgo de 1914 es sin ninguna duda uno de los más grandes de todos los tiempos. Se 9
consiguió que estuviesen presentes los mejores jugadores del mundo, prácticamente sin excepción. 10
11
Dada la importancia del torneo se llegó al acuerdo de que el vencedor tendría el derecho de disputar la
corona mundial frente a Lasker en un match que el campeón no podría rechazar, so pena de perder el títu-
lo. Pero si era el propio Lasker quien resultaba vencedor, ese derecho ya no pasaría al segundo clasificado.

La prueba se celebró para conmemorar el décimo aniversario de la Sociedad de ajedrez de San Petersburgo
y contó con abundantes medios.

M.I. Ángel Martín

Previamente se confeccionó una lista
con los mejores jugadores de la
época y a todos se les cursó una invi-
tación, aunque algunos como Teich-
man y Winawer no aceptaron debido
a su avanzada edad, mientras que
Duras, Maróczy y Schlechter no
pudieron hacerlo por la situación
política y las tensiones existentes
entre Rusia y el Imperio Austro-
Húngaro (recordemos que sólo dos
meses después de terminado el tor-
neo, daría comienzo la Primera
Guerra Mundial).
Finalmente tomaron parte, junto al
campeón mundial Lasker, varios de
los antiguos retadores al título, como
Tarrasch y Janowsky, además de los
que en aquel momento eran conside-
rados los máximos aspirantes,
Rubinstein y Capablanca. Completa-
ban la nómina Marshall y Bernstein
más los vencedores del Campeonato
de todas las Rusias, Alekhine y
Nimzowitsch, y los veteranos Guns-
berg y Blackburne.
El formato del torneo fue bastante
inusual. Los 11 jugadores tomaron
parte en una liga de la que se clasifi-
carían los 5 primeros para la final,
que se disputaría en otra liga a doble
vuelta. Pero la clasificación final se
haría sumando todos los puntos
logrados en la fase preliminar y en la
final.
El ritmo de juego establecido fue de
dos horas para el primer control en la
jugada 30, más 90 minutos en la
jugada 52 y a partir de aquí, una hora
para cada 15 jugadas.
La fase preliminar fue dominada cla-
ramente por Capablanca que terminó
imbatido con 8 puntos de 10, sacan-
do uno y medio de ventaja sobre el
segundo, que fue compartido por
Lasker y Tarrasch. El campeón del
mundo tuvo serios problemas para
clasificarse al perder con Bernstein
en la octava ronda y quedar perdido
en la siguiente frente a Tarrasch.
Pero salvó esa partida con unas
tablas y logró ganar las dos últimas,
consiguiendo de este modo su pase a
la final.
Peor le fue a otro de los favoritos,
Rubinstein, que empezó el torneo
con dos tablas y dos derrotas (frente
a Lasker y Alekhine) que le alejaron
de los primeros puestos y finalmente
quedó fuera de la clasificación.
Así pues a la fase final pasaron
Capablanca, con 8 puntos, Lasker y
Tarrasch con 6,5 y Alekhine y
Marshall con 6. Estos cinco jugado-
res recibieron el título de “grandes
maestros” distinción que les otorgó
el propio Zar Nicolás II, un título
que perdura hasta nuestros días, pero
que fue formalmente instituido allí.
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 63

Torneos históricos 63

Fase Preliminar 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Pts. Mucho se ha escrito de esa decisión

1 Capablanca, José Raúl ½ ½ ½ 1 ½ 1 1 1 1 1 8.0 de Lasker. Pero lo cierto es que
2 Tarrasch, Siegbert ½ ½ ½ ½ ½ 1 1 0 1 1 6.5 Capablanca jugó de modo irrecono-
Lasker, Emanuel ½ ½ ½ ½ 1 0 ½ 1 1 1 6.5
3
cible y por primera vez en el torneo
Marshall, Frank James ½ ½ ½ 0 ½ 1 ½ 1 1 ½ 6.0
sufrió una derrota inapelable.
4
5 Alekhine, Alexander 0 ½ ½ 1 1 ½ ½ ½ ½ 1 6.0
6 Rubinstein, Akiba ½ ½ 0 ½ 0 ½ ½ 1 ½ 1 5.0
Bernstein, Ossip 0 0 1 0 ½ ½ ½ 1 ½ 1 5.0
Lasker, Emanuel
7
Nimzowitsch, Aaron 0 0 ½ ½ ½ ½ ½ ½ 0 1 4.0
Capablanca, José Raúl
8
Janowski, Dawid M. 0 1 0 0 ½ 0 0 ½ 1 ½ 3.5
Apertura Española [C 68]
9
10 Blackburne, Joseph H. 0 0 0 0 ½ ½ ½ 1 0 1 3.5 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥xc6
11 Gunsberg, Isidor 0 0 0 ½ 0 0 0 0 ½ 0 1.0 Aunque Lasker ya había jugado esta
variante en más de una ocasión, no
Fase Final 1 2 3 4 5 Pts. Total dejaba de ser una sorpresa que la
1 Lasker, Emanuel ½1 11 1 ½ 1 1 7.0 13.5 utilizase contra Capablanca, reco-
2 Capablanca, José Raúl ½0 ½1 1 0 1 1 5.0 13.0 nocido finalista. Pero el campeón
3 Alekhine, Alexander 00 ½0 1 1 1 ½ 4.0 10.0 mundial tuvo en cuenta otros aspec-
4 Tarrasch, Siegbert 0½ 01 00 0 ½ 2.0 8.5 tos, como el sicológico.
5 Marshall, Frank James 00 00 0½ 1½ 2.0 8.0 Efectivamente, en esta variante las
negras quedan con una estructura de
El día 8 de mayo, antes de la final, se En estas circunstancias ocurrió el peones donde su mayoría en el flan-
celebró un banquete de honor en el enfrentamiento entre los dos líderes, co de dama está desvalorizada por
que los maestros fueron obsequiados que resultó la partida más famosa del su peón doblado. A cambio, tienen la
con un regalo del famoso joyero Fa- torneo y la que decidió el primer pareja de alfiles que con un juego
bergé, y donde el todavía más famo- puesto. Lasker necesitaba ganar pues enérgico pueden ser compensación
so pianista Sergei Prokofiev actuó cualquier otro resultado dejaría la más que suficiente.
para los presentes, lo que da una idea victoria al alcance de su rival. Y para Pero seguramente jugar de modo
de la repercusión y glamour que tuvo sorpresa general eligió la variante enérgico era algo para lo que el
el torneo. del cambio de la Apertura Española, cubano no había llegado especial-
que en aquel tiempo se consideraba mente predispuesto en esta partida,
La ventaja que obtuvo Capablanca totalmente inofensiva y con la que pues las tablas prácticamente le ase-
en la fase previa parecía decisiva. las blancas no aspiraban más que a guraban el primer puesto.
Además en la final empezó también las tablas.
excelentemente. El primer día le
correspondió descansar, pero al día
siguiente puso contra las cuerdas a
Lasker, que se salvó con muchos
apuros en un final que duró 100
jugadas. Y en las dos rondas siguien-
tes derrotó a Tarrasch y Marshall,
finalizando la primera vuelta con
unas tablas frente a Alekhine.

Pero Lasker estuvo incluso más bri-

llante en la final. Aparte de esas tra-
bajadas tablas frente a Capablanca,
derrotó a sus demás rivales. Sin
embargo ello solo le sirvió para Algunos de los participantes. Sentados frente al tablero
Lasker y Rubinstein. A la derecha Capablanca y
Janowski y a la izquierda Gunsberg y Blackburne.
reducir la desventaja respecto al

Detrás de ellos Marshall y Alekhine.

cubano en un punto.
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 64
64
4...dxc6 5.d4
Naturalmente si 5.¤xe5? £d4 6.¤f3
£xe4+ 7.£e2 £xe2+ 8.¢xe2 las
negras recuperan el peón y en vista
de la pareja de alfiles comienzan a
estar mejor.
Medio siglo más tarde, Fischer puso
de moda 5.0-0 que actualmente se
considera lo mejor, ya que las negras
deben preocuparse de su peón e5.
5...exd4 6.£xd4 £xd4 7.¤xd4
Hay una diferencia fundamental con
el final que se produce en el comen-
tario de la jugada 5.¤xe5.
Imaginemos que todas las piezas se
cambian y desaparecen del tablero.
Las blancas tienen una mayoría de
peones de 4 contra 3 en el flanco de
rey que producirá un peón pasado,
mientras que las negras no podrán
hacer lo mismo con su mayoría en el
flanco de dama por la presencia del
peón pasado. Esto da a las blancas
una ventaja de cara al final, aunque
la presencia de la pareja de alfiles
negros es suficiente compensación.
7...¥d6
Hoy día se prefiere 7...¥d7 seguido
de 8...0-0-0.
8.¤c3 ¤e7 9.0-0 0-0 10.f4 ¦e8
11.¤b3 f6 12.f5!
Este momento ha sido reproducido
en muchísimos libros como un
ejemplo del pensamiento original de
Lasker y su profunda valoración
estratégica. Es fácil ver los defectos
de esta jugada: debilita el peón e4,
Torneos históricos
dificulta el avance de la mayoría de
peones de las blancas y deja a las
negras con un punto fuerte en e5.
Sus virtudes están mucho más ocul-
tas, al limitar la actividad del alfil de
casillas blancas y la posible desva-
lorización de la mayoría de peones
blancos no es tan grave al existir la
posibilidad de seguir g4-g5.
12...b6 13.¥f4 ¥b7?
Este sí es un error serio. El alfil
abandona la defensa de la casilla e6
y aunque las negras se libran de los
peones doblados, el que quedará en
d6 resultará muy débil. Era mejor
13...¥xf4! 14.¦xf4 c5! después de lo
cual el caballo en b3 queda muy
lejos de e6, por ejemplo 15.¦d1 ¥b7
16.¦d7 ¦ac8 seguido de ...¥c6 con
buen juego de las negras.
14.¥xd6 cxd6 15.¤d4 ¦ad8?!
No debía ser fácil para Capablanca
reconocer su error y jugar 15...¥c8
pero era la mejor continuación.
16.¤e6 ¦d7 17.¦ad1 ¤c8
El propio Capablanca señaló 17...c5
con idea de seguir con ...d5 como
una mejor defensa.
18.¦f2 b5 19.¦fd2 ¦de7 20.b4 ¢f7
21.a3 ¥a8?!
Capablanca admite que con esta
jugada cambió su plan original, que
era entregar la calidad con 21...¦xe6
22.fxe6+ ¦xe6. Efectivamente no
sería una mala decisión al eliminar
tan fuerte caballo y obtener con ello
además un peón por la calidad. Pero
claro está, la ventaja seguiría del
lado de las blancas, aunque muy
dificil de materializar. De todos mo-
dos, la jugada de Capablanca no se-
ría tan mala si no fuera porque va
unida a una decisión completamente
errónea, abrir la columna "a", que
finalmente solo será aprovechada
por las blancas.
22.¢f2 ¦a7 23.g4! h6 24.¦d3 a5?
Como ya hemos dicho, la apertura
de esta columna favorece al blanco.
25.h4 axb4 26.axb4 ¦ae7?!
Otra decisión extraña. Después de
abrir la columna, las negras la aban-
donan. Definitivamente Capablanca
no estaba en su mejor día.
27.¢f3 ¦g8 28.¢f4 g6
Puesto a hacerlo, 28...g5+ podía ser
algo mejor, pero no cambia mucho.
29.¦g3 g5+
29...gxf5 30.exf5 d5 31.g5! hxg5+
32.hxg5 fxg5+ 33.¤xg5+ ¢f8 34.f6
¦a7 35.¢e5! es ganador para las
blancas.
30.¢f3 ¤b6
Capablanca sacrifica su peón d6
para ganar algún tiempo al jugar
...¤c4 y ¤e5+. Pero Lasker no se
deja distraer de su objetivo.
31.hxg5 hxg5 32.¦h3! ¦d7
Si 32...¤c4 33.¦h7+ ¢e8 34.¦a1
¥b7 35.¤c7+ ¢d7 36.¦xe7+ ¢xe7
37.¦a7 con amenazas decisivas.
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 65
33.¢g3 ¢e8 34.¦dh1 ¥b7 35.e5!
La ruptura final que permite la
entrada del caballo por e4, lo que
acaba con la resistencia de las
negras.
35...dxe5 36.¤e4 ¤d5 37.¤6c5
¥c8 38.¤xd7 ¥xd7 39.¦h7 ¦f8
40.¦a1
Queda claro que la apertura de la
columna "a" fue desacertada para
las negras.
40...¢d8 41.¦a8+ ¥c8 42.¤c5 1-0
Esta derrota afectó claramente a
Capablanca, que en la siguiente par-
tida se dejó una pieza frente a
Tarrasch en una combinación no
muy difícil y aunque ganó las dos
últimas, ya no pudo recuperar el
terreno perdido. Sin embargo, Las-
ker todavía necesitó ganar la última
partida ante Marshall para asegurar-
se el primer puesto, lo que hizo bri-
llantemente.
Lasker, Emanuel
Marshall, Frank James
Defensa Petrov [C 42]
1.e4 e5 2.¤f3 ¤f6 3.¤xe5 d6 4.¤f3
¤xe4 5.£e2
Aunque esta jugada no se considera
hoy día peligrosa, Lasker la aplicó
con éxito muchas veces, especial-
mente contra jugadores tácticos a
quienes no les favorecía el juego sin
Torneos históricos
Los clasificados para la gran final, que a su vez recibieron el título de gran maestro
de manos del Zar Nicolás II. Sentados Lasker y Tarrasch. De pie desde la izquierda,
Alekhine, Capablanca y Marshall.
damas que ahora se produce. Segu-
ramente no habría sido efectiva con-
tra Capablanca, pero contra Mar-
shall fue una buena elección.
5...£e7 6.d3 ¤f6 7.¥g5 ¥e6
Aquí está la prueba. Esta jugada,
favorita de Marshall, no se conside-
ra actualmente muy acertada. Es
mejor 7...¤bd7 8.¤c3 £xe2+
9.¥xe2 h6 o bien 7...£xe2+ 8.¥xe2
¥e7 9.¤c3 c6.
8.¤c3 ¤bd7
Si 8...¤c6 es molesto 9.¤e4.
9.0-0-0 h6 10.¥h4 g5
65
Tampoco resulta suficiente para
igualar 10...0-0-0 11.d4 ¤b6 (si
11...d5 12.¤e5) 12.£b5.
11.¥g3 ¤h5 12.d4 ¤xg3 13.hxg3 g4
14.¤h4 d5 15.£b5! 0-0-0 16.£a5
Pero no 16.¤xd5? ¥xd5 17.£xd5
£g5+ 18.£xg5 hxg5 y se pierde el
caballo.
16...a6
Si 16...¢b8 17.¤b5.
17.¥xa6! bxa6
Ahora el ataque será imparable.
Relativamente mejor sería aceptar el
final con un peón de menos tras
17...£b4 18.£xb4 ¥xb4 19.¥d3
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 66
66
¥xc3 20.bxc3 pero ello no sería muy
esperanzador frente a un jugador de
la técnica de Lasker.
18.£xa6+ ¢b8 19.¤b5 ¤b6 20.¦d3
20...£g5+
20...¤c4!? pone más dificultades a
las blancas pero tampoco resulta
suficiente, por ejemplo 21.¦b3!
£g5+ 22.¢b1 ¤d2+ 23.¢a1 ¤xb3+
24.cxb3 ¥d6 25.£a7+ ¢c8
26.¤xd6+ ¦xd6 (26...cxd6 27.f4!
gxf3 28.¤xf3 £e3 29.¦e1 y ya no
puede impedirse ¦c1+) 27.£a8+
¢d7 28.£xh8 con gran ventaja de
las blancas.
21.¢b1 ¥d6 22.¦b3 ¦he8 23.a4!
¥f5 24.¤a7!
24.a5 también era bueno.
24...¥d7 25.a5 £d2 26.axb6 ¦e1+
27.¢a2 c6 28.¤b5 cxb5 29.£a7+ 1-0
De este modo Lasker ganó el torneo,
pero al mismo tiempo quedó claro
que Capablanca era el principal aspi-
rante al título mundial. Sin embargo,
según las reglas del torneo ya no
estaba obligado a poner su título en
juego contra el cubano y Lasker ya
había anunciado que lo disputaría
frente a Rubinstein ese mismo otoño.
Sin embargo el inminente estallido
de la Primera Guerra Mundial iba a
cambiar todos esos planes.
No sería hasta mucho después, en
1921, que el campeón aceptaría
Torneos históricos
poner su corona en juego, aceptando
la suculenta oferta de la Habana para
enfrentarse a Capablanca, mientras
que Rubinstein no tendría la oportu-
nidad de disputar un título para el
que había hecho méritos en muchas
ocasiones.
De las excelentes partidas que el tor-
neo de San Petersburgo nos ha deja-
do, cabe destacar la lección de técni-
ca que en la fase preliminar ofreció
Lasker en un final de torres, precisa-
mente frente a Rubinstein, otro con-
sumado especialista.
Lasker, Emanuel
Rubinstein, Akiba
A pesar de la igualdad material, la
ventaja está del lado de las blancas.
Con su siguiente jugada obtienen un
peón pasado que está apoyado por su
torre de forma ideal, es decir desde
atrás.
El peón pasado que tienen las negras
no es tan fuerte, ya que está bien
controlado por el rey blanco.
57.f5 gxf5 58.gxf5 ¦f6
Hay que frenar el peón, pero al
mismo tiempo se coloca en una
posición pasiva la torre. Si 58...d4
59.f6 ¢d5 60.f7 ¢e5 61.b4 ¢d5
62.¦f4 ¢e5 63.¦e4+ ¢f5 64.¦e1!
¢f6 65.¢xd4 ¦d8+ 66.¢c5 ¢xf7
67.¢xb5 con posición teórica gana-
dora para las blancas.
59.¦f4
59...b4?
Kasparov le pone el signo de inte-
rrogación a esta jugada, pero no
porque pierda la partida, que de
todos modos estaba perdida, sino
por facilitar las cosas a las blancas.
Mucho mejor era 59...d4! 60.¢e4
¦d6! 61.¦f3 ¢c4 (diagrama).
Diagrama de análisis
Y ahora no, como señaló Averbaj,
62.b3+? ¢b4 63.¦d3 ¢c5 64.¢e5
¦d8 65.f6 ¦e8+ 66.¢f5 ¢d5 67.f7
¦f8 68.¢f6 ¢e4 69.¦d1 d3 70.¢e7
¦h8 71.f8£ ¦xf8 72.¢xf8 donde las
negras se salvan con 72...¢d4!
(72...¢e3? 73.¢e7 d2 74.¢d6 fue lo
que analizó Averbakh) 73.¢e7 ¢c3
74.¢d6 ¢xb3 75.¦xd3+ ¢c4=.
Sino 62.f6! ¦e6+ (62...d3 63.f7
¦d4+ 64.¢e3 d2 65.f8£ d1£
66.£c8+ ¢b3 67.£c3+ ganando; o
bien 62...¦d8 63.f7 ¦f8 64.b3+ ¢c5
65.¦f5+ ¢d6 66.¢xd4+-) 63.¢f5
¦e3 (63...¦e8 64.f7 ¦f8 65.b3+ ¢d5
66.¢g6 ¢e4 67.¢g7! ganando.)
64.¦f4! ¦e8 65.f7 ¦f8 66.¢e6 b4
67.¢e7 ¦h8 68.f8£ ¦xf8 69.¢xf8
PDR_103_todo_Peón de Rey 19/02/2013 17:19 Página 67
¢d3 70.¢e7 b3 71.¢d6 ¢c2
72.¢c5 d3 73.¢c4 d2 74.¦d4 y las
blancas ganan.
60.b3 ¦f7
Las negras no tienen jugadas de
espera y deben permitir el avance
del peón o el paso del rey. Si
60...¢c6 61.¢d4 ¢d6 62.¦f2 las
negras quedan nuevamente en zugz-
wang 62...¦h6 63.f6 ¦h4+ 64.¢e3
¦h3+ 65.¢f4 ¢e6 (65...¦xb3
66.¢g4!; 65...¦h8 66.¢g5) 66.f7!
¦h8 67.¢g5 ¦f8 68.¢g6.
61.f6 ¢d6 62.¢d4 ¢e6 63.¦f2! ¢d6
64.¦a2!
Sin esta jugada no sería posible pro-
gresar.
64...¦c7
Si 64...¦xf6 65.¦a6+.
65.¦a6+ ¢d7 66.¦b6! 1-0
Lo más claro. Las negras se rindie-
ron. 66.¢xd5 es innecesario, aunque
también gana. Por ejemplo 66...¦c3
67.¦a8! ¦f3 68.f7.
Torneos históricos
Alekhine, Alexander
Capablanca, José Raúl
El primer enfrentamiento serio entre
los dos futuros campeones del
mundo y enconados rivales se pro-
dujo en la sexta ronda de la fase
previa. Un año antes, en el mismo
escenario, Capablanca ya había
derrotado al joven Alekhine en dos
partidas de exhibición y aquí tam-
bién lo barre del tablero con un
enérgico juego.
23...¤xg2!?
Las negras también podían ganar
por medios más prosaicos con
23...£g4 24.£b7 d5 25.f3 £g6
26.£b5 f6 y las blancas pierden
material. Pero no directamente
26...¦xe3?? 27.£xe8+.
24.¢xg2 £g4+ 25.¢f1
25.¢h1 ¦g5.
25...£h3+ 26.¢e2
26.¢g1 ¦g5+.
26...¦xe3+ 27.fxe3 £xe3+ 28.¢d1
£xe1+ 29.¢c2 £e4+ 30.¢b3 £c6
30...¦a8 era más rápido. Aunque las
blancas tienen la ingeniosa respues-
ta 31.¦xd6 la simple 31...h6 decide,
pues si 32.£d7 ¦b8+ 33.¢a3 £c2.
31.a4 d5 32.a5 £b5+ 33.¢a3 ¦b8
34.¢a2 h6 35.a6 £b3+ 0-1
La siguiente partida no ganó el pre-
mio de belleza. El jurado consideró
67
que la combinación de Tarrasch no
era realmente original (existía un
precedente en la famosa partida
Lasker-Bauer) y solo le concedió el
segundo premio.
Nimzowitsch, Aaron
Tarrasch, Siegbert
19...¥xh2+! 20.¢xh2 £h4+ 21.¢g1
¥xg2! 22.f3
La mejor defensa. Pierde fácilmente
22.¢xg2 £g4+ 23.¢h1 ¦d5
24.£xc5 ¦h5+ 25.£xh5 £xh5+
26.¢g1 £g5+ 27.¢h2 £xd2.
22...¦fe8!
Pero no 22...£g3? 23.¤e4.
23.¤e4
Tampoco es suficiente 23.¦fe1
¦xe1+ 24.¦xe1 £xe1+ 25.¢xg2
£e2+ 26.¢g3 ¦d5 27.f4 ¦h5
ganando.
23...£h1+ 24.¢f2 ¥xf1 25.d5
No sirve 25.¦xf1? £h2+.
25...f5! 26.£c3
Si 26.¤f6+ ¢f7 27.¤xe8 ¦xe8.
26...£g2+ 27.¢e3 ¦xe4+! 28.fxe4
f4+
Más rápido era 28...£g3+ 29.¢d2
£f2+ 30.¢d1 £e2#.
29.¢xf4 ¦f8+ 30.¢e5 £h2+ 31.¢e6
¦e8+ 32.¢d7 ¥b5# 0-1
Viaje en la
Máquina
del
Tiempo
Antonio Gude
Un recorrido periodístico por los primeros Campeonatos del Mundo

D
ESDE EL MOMENTO en que derrotó a Anderssen (8-6),
Steinitz fue considerado el mejor jugador del mundo. Eso
sucedía en 1866. Pero el título de campeón mundial aún no
había sido creado, ni mucho menos instituido.

En la década de 1870 Steinitz encaró un profundo estudio del ajedrez,

que ya había iniciado al preparar su match con Anderssen. Kaspárov:
“El primer paso fue seleccionar las posiciones con sus elementos integrantes,
separando los signos esenciales de los que pudieran extraerse sólidos principios
estratégicos.”

Steinitz: “En los torneos de París (1867) y Baden-Baden (1870) yo esperaba

conquistar el primer puesto. Al no conseguirlo, me vi obligado a pensar acerca
de mis actuaciones, y llegué a la conclusión de que el juego combinativo, aunque
a veces produce excelentes resultados, no puede garantizar el éxito. Tras un
meticuloso estudio de este tipo de juego, descubrí buen número de defectos.” (...)
“En general, un ataque sólo tiene éxito cuando la posición enemiga se encuentra
debilitada. Desde entonces, mi pensamiento se ha orientado a buscar una forma
sencilla y segura de debilitar la posición contraria.”

Se estaba fraguando lo que daría en llamarse la Escuela Moderna, que

luego conoceríamos como Clásica, puesto que lo que hoy es moderno,
mañana es obsoleto.

Además de sus dotes para el análisis científico, Steinitz tenía otra nota-
ble habilidad: la de crearse enemigos. Su capacidad para generar antipa-
tía, que nada tiene que ver con lo que sucede en el tablero, era, por lo
visto, una acusada característica suya.

A causa de esa impopularidad, unos aficionados ingleses tramaron una

conspiración insidiosa para tratar de convencer a Johannes Zukertort, la
nueva estrella, de que se instalase en Londres y ofrecer así oposición a
Steinitz. ¿De Alemania a Londres? A Zukertort le encantaban el rosbif y
el vino de Oporto así que, en 1872, se fue a las islas británicas.

¿Quién era Zukertort?

Lo que de él sabemos, al margen de sus partidas, lo sabemos a través de
él mismo.

Zukertort parece ser el recreador de su propia historia, reconvertida en

pura mitomanía. Una biografía, por cierto, que comienza de forma
extraña: hijo natural de un sacerdote y una baronesa polaca. Habría cur-
 Momentos estelares 85

sado estudios de medicina en la Universidad de

Heidelberg. Después fue periodista y crítico musi-
cal. Hablaba nueve idiomas. Se consideraba un
buen esgrimista y el mejor jugador de Europa de
dominó. También había sido condecorado, como
oficial médico, en la guerra franco-prusiana.

A la hora de establecer evidencias, sin embargo,

éstas se desvanecen.

¿Era Zukertort lo que él decía ser? Qué más da: lo

que sí era, sin duda, es un grandísimo jugador de
ajedrez.

El maestro alemán era un hombre agradable, socia-

ble, amante del ambiente de los pubs londinenses.
Buen conversador, su amigo el reverendo
MacDonnell, uno de los jugadores destacados de la SARONY

época, lo retrató así: “Sólo se le veía triste cuando

caminaba solo.” Match entre Steinitz y Zukertort.

En 1883, año en que había emigrado a Estados

Unidos, Steinitz visitó a Paul Morphy en Nueva
Orleáns y éste le habría dicho: “Su gambito es malo.”1
Ese mismo año Zukertort ganó el gran torneo de
Londres, superando en tres puntos a Steinitz, lo que
alimentaba el morbo de un enfrentamiento entre
ambos. Steinitz declaró entonces que estaba dis-
puesto a enfrentarse a Zukertort en cualquier lugar,
excepto Londres. Ese año marca también la intro-
ducción del reloj de doble esfera en el ajedrez de
competición.
El primer Campeonato Mundial
Dicen las malas lenguas (pero lenguas expertas, al
fin) que Steinitz y Zukertort no se atrevieron a dis-
putar el título mundial mientras Paul Morphy
siguiese vivo. La sombra del maestro norteamerica-
no, su peso en el mundo del ajedrez y en el imagi-
nario colectivo era demasiado grande. Pero
Morphy no estaba bien. Hacía tiempo que había
dejado el ajedrez, sufría delirios persecutorios y
obsesiones varias. Emprendía pleitos contra su
cuñado o, tal vez, contra sus propios fantasmas.
Pero esa es otra cuestión. Su desaparición se produ-
jo en 1884. Dos años después tendría lugar el pri-
mer match por el título mundial.
Se proclamaría campeón el primero en ganar diez
partidas. Caso de empate a nueve, el match se
declararía nulo.
Al comienzo, Zukertort (que había perdido la pri-
mera partida) dominaba el marcador por un abulta-
do 4-1. El encuentro se trasladó entonces a San Luis
y la tendencia cambió. Steinitz ganó dos partidas
seguidas y el marcador se hizo más apretado (4-3).
En la octava partida se firmaron las primeras tablas.
La novena partida, que volvió a ganar Steinitz,
supuso el comienzo de la cuesta abajo para
Zukertort, su calvario.
Ya en Nueva Orleáns, y con un tanteo adverso (5-7),
Zukertort perdió la 18ª y su espíritu se quebró por
completo. Steinitz se proclamaría campeón del
mundo, venciendo finalmente por 10-5 y 5 tablas.
Después de ese revés, la salud de Zukertort se dete-
rioró notablemente y a pesar de que los médicos le
recomendaron no volver a jugar, no dejó de hacerlo,
aunque sin buenos resultados. Su match con
Steinitz no le había costado el título mundial, sino
la vida. Sólo tenía 46 años.

Nueva York - San Luis - Nueva Orleans, 1886

N NOMBRE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 PTS.
1 Steinitz 1 0 0 0 0 1 1 ½ 1 ½ 1 1 0 ½ ½ 1 ½ 1 1 1 12,5
2 Zukertort 0 1 1 1 1 0 0 ½ 0 ½ 0 0 1 ½ ½ 0 ½ 0 0 0 7,5

1
El Gambito Steinitz, en la Vienesa: 1 e4 e5 2 ¤c3 ¤c6 3 f4 exf4 4 d4.
86
FUENTES DIVERSAS
Momentos estelares
Diferentes motivos de la época sobre el match entre Steinitz y Chigorin.
El reinado de Steinitz
El Club de Ajedrez La Habana, entonces muy
pujante, y cuyo presidente era nuestro compatriota
Celso Golmayo, se propuso organizar un nuevo
match por el campeonato mundial. En 1888
Golmayo le preguntó a Steinitz quién podría ser un
rival idóneo. El campeón no lo dudó: el maestro
ruso Chigorin.
De estilo tan opuesto al suyo, Steinitz veía a
Chigorin como “un genio del ajedrez práctico, que con-
sidera un honor aprovechar cada ocasión que se le presen-
ta para desafiar los principios de la Escuela Moderna.”
Hay que ver lo que, a esas alturas, Steinitz confiaba
ya en la corrección y vigencia de sus métodos que,
a ojos actuales, sin embargo, parecen a menudo
rebuscados y artificiosos.
Considerado de ese modo, el match (que se jugaría
en 1889) venía a ser, además, un auténtico debate
teórico y estratégico al máximo nivel. Steinitz esta-
ba convencido de que si alguien podía cuestionar
sus ideas, ese alguien era Chigorin, el jugador más
fuerte de su tiempo en ajedrez dinámico y combina-
tivo y que, en comparación con Anderssen, tenía
que superar un nivel defensivo mucho más fuerte.
Por su capacidad para jugar posiciones con déficit
material y su forma de interpretar la iniciativa,
Kaspárov lo considera un precedente de Alekhine.
La decisión de Steinitz constituía, en realidad, un
reto consigo mismo, pues hasta ese momento el
marcador era favorable a Chigorin por 3-1, aunque
correspondía a partidas jugadas entre 1882 y 1883.
El número de partidas quedaba establecido en 20.
Con 2-1 y 4-3, el aspirante comenzó llevando la ini-
ciativa en el marcador. Pero Steinitz ganó las tres
N NOMBRE 1 2 3 4
1 Steinitz 0 1 0 1
2 Chigorin 1 0 1 0
siguientes, adelantándose claramente en el tanteo, y
volvió a ganar otra serie de tres consecutivas(14ª,
15ª y 16ª). Las 16 primeras partidas tuvieron defini-
ción. Después de esa 16ª partida, que ganó Steinitz,
el campeón se adelantaba 10-6 y las tablas de la 17ª
(únicas del match) dejaban el encuentro zanjado.
Steinitz se había adaptado bien, tanto a la evolución
de la contienda como al clima de Cuba. No así
Chigorin, a quien afectaba mucho el calor del trópi-
co. Y su derrota se debió no tanto a la superioridad
técnica del campeón, cuanto a su fatiga en la segun-
da parte del match.
En materia de aperturas, el caballo de batalla de
Chigorin fue el Gambito Evans, que planteó siste-
máticamente, a excepción de la tercera partida (una
Española). Steinitz, por su parte, abrió todas sus
partidas con blancas con 1 ¤f3.
Resulta interesante el balance que el campeón reali-
za del match: “Fue un match entre un viejo maestro de
la joven escuela y un joven maestro de la vieja escuela, y
ganó la joven escuela, a pesar de la edad de su represen-
tante. El joven maestro de la vieja escuela sacrificó piezas
y peones. El viejo maestro de la joven escuela aún fue más
lejos: sacrificó partidas enteras, para demostrar lo que
entendía por fundados principios posicionales. Creo que
pagué un alto precio por mis experimentos, por llevarlos
a cabo en una feroz lucha ajedrecística bajo la presión de
un tiempo limitado, y sin una comprobación previa en la
práctica.”
Steinitz vs Gunsberg
Isidore Gunsberg, húngaro nacionalizado británico,
retó entonces a Steinitz. Estaba avalado por varios
triunfos en torneos importantes y, en particular, por
su reciente match contra Chigorin (La Habana,
La Habana, 1889
5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 PTS.
1 0 0 1 1 1 0 1 0 1 1 1 ½ 10,5
0 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 0 ½ 6,5
 Momentos estelares
1890), que se saldó con un digno empate 9-9. Casi
dos años habían transcurrido entre el primer match
con Chigorin y éste con Gunsberg, que tuvo lugar
entre diciembre 1890 y enero 1891.
Jugador sólido, considerado “aburrido” por el
público aficionado, Gunsberg era un contrincante
difícil, como se vería en el match. Inicialmente, el
campeón le pidió que aportase 2.000 dólares para la
bolsa de premios, pero el aspirante no pudo reunir-
los, porque nadie apostaba por él. Parece que, final-
mente, Steinitz accedió a que el encuentro se dispu-
tase por una suma muy inferior, tal vez porque, de
todos modos, creía que ganaría fácilmente.
Pero Gunsberg adoptó una estrategia competitiva
acertada contra el campeón. Con negras buscaba
sistemáticamente simplificaciones, con las tablas
como objetivo. Con blancas, trataba de explotar el
más mínimo detalle para hacerse con el punto. Así
ganó muy buenos puntos al aferrarse excesivamen-
te el campeón a sus principios teóricos, lo que le
hizo caer en posiciones muy restringidas o pasivas.
Steinitz ganó la segunda partida, pero el aspirante
replicó con senda victorias en la cuarta y quinta. un
3-0 en las cinco siguientes parecía restablecer el
orden jerárquico, como así fue. en las cinco últimas
un 1-1 y tres tablas dejaron un marcador final de
10,5-8,5 con el que el campeón revalidaba su título.
En materia de aperturas, es curioso comprobar
hasta qué punto era metódico Steinitz, pues en sus
cuatro primeras partidas con blancas abrió el juego
con 1 d4, en las cuatro siguientes con 1 ¤f3, para
regresar a 1 d4 en las dos últimas (la 17ª y la 19ª). El
aspirante confió en 1 e4, de la que sólo se apartó en
una ocasión, abriendo con 1 d4 (en la 6ª partida) y
planteando la Española y varias italianas con d3. A
partir de la 12ª se decantó por el Gambito Evans,
con el que cosechó dos victorias y unas tablas, reha-
ciéndose Steinitz en la 18ª.
“Gunsberg fue el primero en combatir a Steinitz con sus
propias armas”, concluiría Tarrasch. “No le venció,
pero demostró que éste no era invencible.”
El segundo match con Chigorin
Después del encuentro de 1889, Steinitz y Chigorin
se habían puesto de acuerdo para disputar un
curioso minimatch a doble partida, por telégrafo.
Nueva York, 1890-91
N NOMBRE 1 2 3 4 5 6 7 8
1 Steinitz ½ 1 ½ 0 0 1 1 ½
2 Gunsberg ½ 0 ½ 1 1 0 0 ½
87
Ambos estaban interesados en contrastar sus estilos
y teorías (aunque el ruso era sanguíneo e instintivo
y se confesaba abiertamente antiteórico). Ambos
estaban convencidos de tener razón: el ruso, de que
había conseguido posiciones muy prometedoras
con el Evans; Steinitz, de que sus posiciones eran
buenas y si había corrido peligro se había debido a
imprecisiones suyas. El match tenía, además, el ali-
ciente de una apuesta de 750 dólares, cifra aprecia-
ble entonces.
Las partidas darían comienzo el 13 de octubre de
1890 y las dos finalizarían en abril de 1891, con el
rotundo triunfo del maestro ruso, que se impuso en
ambas, las dos en 38 jugadas. Con blancas, planteó
un Gambito Evans, y con negras una Defensa dos
Caballos, en la que el campeón jugaría su famosa 9
¤h3, que muchos años después rescataría Bobby
Fischer. Los dos contendientes consideraban que, al
disponer de tiempo suficiente para realizar minu-
ciosos análisis, las partidas servirían para establecer
el verdadero valor teórico de ambos sistemas.
Steinitz ofrecería toda una serie de excusas a los lec-
tores de su revista, la International Chess Magazine.
Las dos partidas fueron de gran calidad y extensa-
mente analizadas por la posteridad. Lasker, por
ejemplo, declaró que “las partidas del match telegráfi-
co me produjeron una honda impresión. ¡Derrotar así a
Steinitz!”
No es ilícito hacer cábalas.
¿Por qué perdió Steinitz de forma tan contundente?
Es más que probable que a Chigorin le ayudasen
varios fuertes jugadores petersburgueses, mientras
que Steinitz estaba solo. Y además, muy ocupado en
diversas actividades, aunque todas relacionadas
con el ajedrez. Chigorin, por su parte, era el primer
jugador ruso verdaderamente profesional, dedica-
do al 100% al juego rey.
Apenas finalizado el miniencuentro, el Club de
Ajedrez de San Petersburgo invitó formalmente a
Steinitz a disputar otro match con Chigorin en la
capital rusa. Pero al día siguiente, Chigorin recibía
una invitación similar del Club de Ajedrez de La
Habana para disputar allí un match-revancha.
Dispuestos como estaban los dos rivales a jugar, el
maestro ruso no quiso discutir con el campeón la
cuestión de la sede, permitiéndole que eligiese. Y la
elegida fue la capital de Cuba.
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 PTS.
½ 1 ½ 0 1 ½ ½ 0 ½ 1 ½ 10.5
½ 0 ½ 1 0 ½ ½ 1 ½ 0 ½ 8.5
88 Momentos estelares
Steinitz debió haber sido, por cierto, muy amigo de
Celso Golmayo, pues a él le está dedicada su obra
monumental sobre el gran torneo de Nueva York de
1889, en cuyo libro el campeón comentaba todas y
cada una de las 432 partidas disputadas.
El éxito de su jugador en las partidas telegráficas
despertó en todo el mundo un entusiasmo inusita-
do por el ajedrez y el nuevo encuentro, en particular
en Rusia. Se disparó el sentimiento nacionalista.
Hasta el conde Tolstoi, el gran escritor, quien, aun-
que aficionado, solía decir que jugar al ajedrez era
un pasatiempo inútil, llegó a declarar: “No puedo
renegar de mi patriotismo y de mi deseo de que un
ruso se convierta en campeón mundial de ajedrez.”
Pese a todo ese fervor patriótico, Chigorin, entretan-
to, se quejaba a sus amigos de que su revista
Shajmatny Vestnik apenas contaba con 200 suscripto-
res. Las condiciones eran: se declararía vencedor al
primero en ganar diez partidas y 2.000 dólares
engrosaban la bolsa de premios.
El match resultó muy emocionante y Chigorin no
decepcionó a su público, ganando brillantemente la
primera partida: 2-1 a favor de Steinitz, después de
seis partidas; 4-3 para el aspirante, después de diez;
6-6 tras quince. Se producen entonces victorias
alternadas y un nuevo empate (8-8) después de
veinte partidas.
En cuanto a las aperturas, el aspirante ampliaría su
espectro, aunque siempre dentro del peón de rey:
de nuevo, el Evans, pero también una Española, una
Escocesa, un Gambito Vienés y un Gambito de Rey.
La forma de abrir de Steinitz sí fue una novedad,
pues se pasó a 1 e4, pero sin gambitos: sólo
Española. Hacia el final del match, sin embargo,
regresó a 1 ¤f3, que no pudo darle mejor resultado,
pues ganaría las tres partidas en que lo planteó (18ª,
20ª y 22ª).
Al vencer el campeón en la 22ª, se adelanta en el
marcador: 9-8. Se llega entonces a la dramática 23ª,
en la que Chigorin tenía posición dominante y pieza
de ventaja.
La Habana, 1892
N NOMBRE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 PTS.
1 Steinitz 0 ½ ½ 1 ½ 1 0 0 ½
2 Chigorin 1 ½ ½ 0 ½ 0 1 1 ½
pChigorin M RUS
USA
pSteinitz W
La Habana, 23.2.1892 (partida 23ª)
Posición después de 31 ... ¦c2-d2
El maestro cubano Vázquez describió así la situa-
ción: “Difícilmente olvidaré este momento decisivo. Más
de un millar de espectadores presenciaban la partida.
Todo el mundo comentaba la brillante campaña de
Chigorin. Esperábamos que Steinitz se rindiese de un
momento a otro. De repente, se produjo una extraordina-
ria emoción. El público se puso en pie al ver que el maes-
tro ruso se llevaba las manos a la cabeza, horrorizado.”
En esta posición quiso la fatalidad que al gran
maestro ruso se le ocurriese jugar 32 ¥b4??, una
enorme pifia que permite el mate en dos, al apartar
el alfil de la defensa de h2. Las blancas ganaban
fácilmente con 32 ¦xb7, ya que si 32 ... ¦xd5, 33 ¤f4.
Chigorin, que había jugado un match excelente, con
energía e imaginación, pudo empatar y forzar unas
partidas adicionales, pero de ese modo tan lamenta-
ble quedó sellada la suerte del match: 10-8 y 5
tablas, a favor de Steinitz.
Lasker entra en escena
En 1893, el campeón fue desafiado por el joven
maestro alemán Enmanuel Lasker. Steinitz no se lo
tomó muy en serio y, a fin de disuadir al aspirante,
exigió una bolsa desorbitada para la época: ¡5.000
dólares! Lasker no tenía aún una gran reputación,
aunque en el torneo de Nueva York de ese año
había logrado una puntuación perfecta: 13 de 13,
pero, inesperadamente, con tesón y a base de rela-
ciones públicas y entrevistas en la prensa, consiguió
reunir, si no la cantidad exigida, sí los 2.000 dólares
que finalmente dio por buenos el campeón.
Kaspárov dice que el vencedor percibiría 2.250
dólares y el perdedor 750.
0 1 0 1 1 0 1 0 1 0 1 ½ 1 1 12,5
1 0 1 0 0 1 0 1 0 1 0 ½ 0 0 10.5
 Momentos estelares
Como ya era habitual, el encuentro se disputaría a
diez victorias, a la velocidad de 30 jugadas en dos
horas y 15 en cada hora siguiente. El Campeonato
Mundial regresaba así a Norteamérica: se disputa-
ría en Filadelfia, Nueva York y Montreal.
Lasker, el matemático. Lasker, el filósofo.
Exageraciones. No se es filósofo por haber estudia-
do filosofía, sino por haber descubierto un nuevo
WIKIPEDIA
sistema de pensamiento o por haber contribuido de
forma importante a los ya existentes. Pero Lasker
era, sí, un hombre culto, un hombre sabio. Escribiría
más tarde un ensayo sociopolítico, La comunidad del
futuro, en el que hacía votos por una sociedad en la
que los hombres viviesen en armonía: una idea tan
bien intencionada como poco original y quimérica,
conocida desde los utópicos. Se dice que era muy
amigo de Albert Einstein. Es cierto que se conocían
y, al comentar sus teorías, a Einstein le irritaban
sobremanera sus continuas objeciones (“¿y de dónde
saca usted que...?), que es tanto como si un amigo nos
dice “¿y de dónde sacas que dos y dos son cuatro?”, o
justificar el proverbio ruso “Demuestra que no eres un
camello.”
Tenía 25 años. Había estudiado las teorías de
Steinitz y había comprendido mejor que nadie que
la dialéctica del ajedrez, es decir, que, en esencia,
era eso, una lucha (como tituló, por cierto, a uno de
sus libros: Kampf =Lucha). Era un pragmático, con-
vencido de que todas las armas eran buenas si con-
ducían al éxito. Es decir, no estaba lastrado ni por la
estética, ni por la necesidad de demostrar nada en
materia de estrategia: una concepción sin duda
innovadora.
El joven aspirante afrontó el match con la moral
muy alta. Declaró, por ejemplo, al Chicago Herald:
“Estoy de acuerdo en que Steinitz es más fuerte que los
demás maestros. Sin embargo, también estoy convencido
de que lo derrotaré en este match. Puedo resultar una sor-
presa que asombrará tanto a Steinitz como al mundo del
ajedrez, y todos abrirán sus ojos porque no podrán creer
lo que ven.”
Inicialmente, en las cuatro primeras partidas, se
impuso el jugador con blancas: 2-2. Pero la séptima
tuvo un carácter dramático, pues al perder Steinitz
una partida que debía haber ganado, se desmorali-
zó y... ¡perdió cuatro partidas más consecutivas!
“Esta derrota psicológica le afectó seriamente.
Todas las conexiones sistemáticas de sus métodos
defensivos saltaron por los aires.” (Boris Vainstein).
Nueva York - Filadelfia - Montreal1894
N NOMBRE 1 2 3 4 5 6 7 8
1 Lasker 1 0 1 0 ½ ½ 1 1
2 Steinitz 0 1 0 1 ½ ½ 0 0
89
Ferrotipo del match entre Steinitz y Lasker.
En la última fase los resultados se equilibraron: 3-3,
pero al imponerse Lasker en la 19ª alcanzó su déci-
ma victoria, que lo coronaba como nuevo campeón
mundial: 10-5 y 1 tablas.
En las cláusulas del match se estipulaba que si el
campeón perdía el título tendría derecho a un
match-revancha en el plazo de un año. Steinitz
reclamó ese derecho y el nuevo encuentro debía
celebrarse, por tanto, en 1895. Pero Lasker no tenía
prisa y fue dando largas. Mientras tanto, Steinitz
envejecía.
Finalmente, el nuevo match se disputaría en Moscú,
entre noviembre de 1896 y enero de 1897. Por pri-
mera vez, el fondo de premios lo aportaban los
organizadores (no uno de los contendientes): 3.000
rublos, unos 1.500 dólares. Más le hubiese valido a
Steinitz abstenerse de reclamar su derecho, porque
el encuentro resultó catastrófico para él: Lasker se
impuso con absoluta autoridad, por 10-2 y 5 tablas.
Steinitz tenía sesenta años y también excusas, pero
no se amparó en ellas. Su mala salud, por ejemplo,
que le hizo sufrir fuertes dolores de cabeza durante
muchas partidas. Pero él escribió, y eso le honra:
“Como maestro de ajedrez, no tengo más derecho a estar
enfermo que un general en el campo de batalla.”
Otra muestra de la sabiduría de Lasker. Al regreso
de una gira por Asia, donde había practicado todo
tipo de juegos, como el go y el bridge, un periodista
le preguntó: “¿Ha enseñado mucho a los asiáticos,
maestro?”, a lo que respondió: “Asia es la madre de
todos los juegos. Por tanto, cuando uno va allí a jugar, no
va a enseñar, sino a aprender.”
Lasker se convertiría en el principal paladín y difu-
sor de las teorías de Steinitz, por ejemplo en su con-
fuso y difuso Manual de ajedrez. Aún deberían pasar
veinticinco años para que un tal Capablanca lo des-
poseyera del título mundial.
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 PTS.
1 1 1 ½ 0 0 1 1 0 ½ 1 12,0
0 0 0 ½ 1 1 0 0 1 ½ 0 7,0