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Bez Nazwy 3
Bez Nazwy 3
DE LA CAPILLA DE PALAFOX
EN LA CATEDRAL DE
EL BURGO DE OSMA
Ángel Almazán
FLOR DE LIS
En la puerta de acceso a la capilla Palafox, situada en el centro del semicírculo se
encuentra una flor de lis, figura geométrica estilizada de la flor de lirio; ésta representa
al recipiendario "que llega al templo para su iniciación", según manifiesta José Felipe
ALONSO (ACS), lo que está en consonancia con la situación de tal icono metálico en la
entrada a la capilla.
El lirio es sinónimo de blancura, o sea, de pureza, inocencia y virginidad, siendo en la
tradición bíblica símbolo de la elección, así como de sumisión plena a la providencia
divina, según CHEVALIER Y GHEERBRANT (DS).
El lis ha sido símbolo real en diversas civilizaciones (por tanto símbolo del hombre que
está en contacto con Dios y es su elegido). Y dado que la francmasonería tiene elementos
simbólicos tomados de Egipto habría que tener muy en cuenta que en Egipto el lis
"simbolizó la resurrección y la vida, además de ser el atributo del dios Horus" (EEC).
La Biblia señala que el lis formaba parte como adorno de los capiteles de distintas
columnas del palacio de Salomón. Y en alquimia, según FULCANELLI, simboliza al
Azufre filosofal.
TOISON DE ORO
LA ESTRELLA FLAMÍGERA
Tanto en los capiteles redondos como en los cuadrados, que son de bronce dorado, se
pueden ver coronando la parte superior de los mismos la figura flameada de una estrella
de cinco puntas en cuyo interior hay un altorrelieve de una forma sinuosa que he
identificado con la letra Yod o Iod del alfabeto hebreo (para ser más exactos la Yod y la
J están unidas en el caso burgense), primera letra del nombre del dios hebreo, Yahvéh,
cuyo tetragrama se encuentra escrito en el interior del triángulo o delta pintado por
Mariano Salvador Maella en el fresco de la cúpula del altar mayor de esta capilla. Este
delta masónico, como ya indiqué en mi libro, "expresa la presencia en el templo del
Gran Arquitecto del Universo, cuando los trabajos se han iniciado según el rito y a su
'gloria', forma secular", según ha desvelado el gran maestro masón Robert
AMBELAIN..
Pues bien, esta estrella de cinco puntas no es otra cosa que la masónica Estrella
Flamígera. Su importancia es de primer orden en la francmasonería, que comenzó a
utilizarla en su iconología a partir justamente del siglo XVIII (la primera piedra de la
capilla Palafox se colocó en 1772).
"La estrella flameante de cinco brazos es el símbolo de la manifestación central de la
luz, del centro místico, y emblema de la divinidad. Es uno de los símbolos más complejos
de la Francmasonería, correspondiente al grado de compañero masón. La estrella de
cinco puntas está asociada al número cinco y al hermetismo", afirma J.C. DAZA,
maestro masón y miembro del Consejo Simbólico de la Gran Logia Simbólica Española,
así como director de la revista Cuadernos masónicos.
Igualmente aclara que la estrella flamígera "es la estrella brillante de cinco puntas que
irradia rayos flamígeros, en cuyo centro está la letra G, equivalente a la yod, es símbolo
del magnetismo terrestre de ese fuego invisible que crea y sostiene nuestra vida sobre la
tierra. Aparece en el grado de compañero y representa el espíritu que anima al universo,
el principio de toda sabiduría y el poder generador de la naturaleza (chispa divina en el
corazón del iniciado). Sus cinco puntas forman la pentalpha de Pitágoras, y entre los
masones constituye los cinco puntos de la perfección: Fuerza, Belleza, Sabiduría, Virtud
y Caridad".
"La estrella resplandeciente -continúa afirmando J.C. DAZA- era la imagen de Horus,
hijo de Osiris o el Sol, Dios del tiempo y las estaciones, fuente inagotable de vida, brillo
del fuego increado y origen de todos los seres".
"Por otra parte -concluye este maestro masón palentino- el símbolo de la estrella
flamígera descubre aspectos que tienen que ver con el Centro que irradia el fuego-luz, y
que para el iniciado es el corazón; Centro que deberá tener presente a lo largo del
camino iniciatico si no quiere extraviarse. Tendremos en cuenta además que la estrella
flamígera tiene en el centro la letra G o la Yod simbolizando ante todo el 'germen de
inmortalidad' o Lûz (...) La estrella flamígera o pentagrama irradia por sus cinco
puntas: Gravitación, Genio, Gnosis, Geometría y Generación, símbolos del fuego
interior del propio iniciado, el cual debe perseverar por los senderos de la búsqueda de
la Verdad, simbolizados en los cinco viajes de la recepción del compañero; estos viajes se
hacen iluminados por la estrella flamígera y el brillo de la letra G".
La letra G, afirma René GUÉNON, reemplaza a la Yod hebrea dentro de la Estrella
Flamígera, pero no es éste el caso que acontece en la capilla Palafox, dado que en ella se
halla inscrita la Yod hebraica, que es la "J" e "i" del castellano.
GUÉNON recuerda igualmente que según un antiguo ritual, "la estrella resplandeciente
es el símbolo del masón (podría decirse más generalmente del iniciado) que resplandece
de luz en medio de las tinieblas (del mundo profano) ... La estrella resplandeciente
simboliza al Hombre, y más precisamente al 'hombre regenerado'." (LGT).
Respecto a la letra Yod, es conveniente recurrir nuevamente a René GUÉNON para
conocer su esoterismo. GUÉNON incide en que es la primera letra del tetragrama
divino, la cual puede usarse como abreviatura completa del nombre judío de dios,
Yahvéh, de ahí que figure igualmente sustituyendo al ojo que todo lo ve, dentro de la
delta masónica. En hebreo es considerado como "el elemento primero a partir del cual
se forman todas las letras del alfabeto hebreo". Es la menor de las letras hebreas y sin
embargo de ella derivan las formas de todas las demás: "A esta doble relación se refiere
también el doble sentido del jeroglífico del yod, como "Principio" y como "germen": en
el mundo superior, es el Principio, que contiene todas las cosas; en el mundo inferior, es
el germen que está contenido en todas las cosas".
Hemos visto anteriormente que el pentágono central o quintaesencia del pentalfa
mandálico de la ermita de San Bartolo se encuentra rodeado de diez corazones, y
curiosamente Yod tiene como valor numérico precisamente al 10; asimismo una de las
representaciones más importantes del Yod es cuando se le sitúa en un corazón, pues,
como afirma GUÉNON, "El yod en el corazón es, pues, el Principio residente en el
centro, ya sea, desde el punto de vista 'macrocósmico', en el 'Centro del Mundo', que es
el 'Santo Palacio' de la Cábala, ya sea, desde el punto de vista 'microcósmico' y
virtualmente siempre por lo menos, en el centro de todo ser, centro simbolizado siempre
por el corazón en las diferentes doctrinas tradicionales y que constituye el punto más
interior, el punto de contacto con lo divino (...) El Principio divino, en cuanto reside en el
centro del ser, es a menudo designado simbólicamente como el "Éter del corazón",
tomándose, naturalmente, para representar el Principio, el elemento primordial del cual
todos los demás proceden" (SFCS).
Si Yod es el 10 (como se sabe cada letra hebrea es al mismo tiempo un número), el resto
de las letras del tetragrama (he-vav-he) suman 16, y curiosamente la estrella del círculo
central que vemos en el suelo de esta capilla es 16, el cuadrado de cuatro, por el cual
juraban los pitagóricos (como también lo hacían "por la sagrada tetraktys"
(1+2+3+4=10). Asimismo los dos círculos inmediatos que rodean a esta estrella tienen 16
losas cada uno de ellos, y las columnas que se alzan en la circunferencia más exterior son
precisamente 16.
El periodista José Felipe ALONSO indica que así como Yod tiene al 10 como valor
numérico, igualmente se corresponde con el décimo nombre divino, Iah. Ahora bien,
según GUÉNON, este nombre divino, Iah, "se pone más especialmente en relación con el
primero de los tres Grandes Maestros en el séptimo grado de la masonería especulativa"
(SFCS). Asimismo, Marius LEPAGE, en el número de julio de 1949 de Speculativo
Mason desvelaría el simbolismo "polar" de la letra G al estimar que representa a la
estrella polar "que es a su vez el símbolo y, para el masón operativo, la sede efectiva del
Sol central oculto del Universo, Iah", habiendo sido siempre la teoría "polar" "uno de
los mayores secretos de los verdaderos masones" (SFCS). Y GUÉNON, por su parte, ha
manifestado que la estrella flamígera se identifica con la estrella polar (con su
simbolismo iniciático, por tanto) (Edudes sur la Franc-maçonnerie et le
Compagnonnage).
Así que no tiene por que extrañar que este símbolo de la Estrella Flamígera, de tan vital
importancia en la francmasonería, sea tan abundante en la capilla Palafox pues hay
nada menos que 60 estrellas flameantes situadas en la parte superior de los capiteles,
como queriéndonos advertir precisamente que su profusión desmedida vela un gran
secreto.