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NUEVAS TECNOLOGIAS 1

El nombre la óptica activa significa que el sistema mantiene un espejo (normalmente el primario)
en su forma óptima contra las fuerzas medioambientales como el viento, el hundimiento, la
expansión térmica, y la deformación axial del telescopio. La óptica activa compensa contra las
fuerzas que distorsionan relativamente despacio, aproximadamente en escala de tiempo de
segundos. El telescopio es por tanto activamente todavía se encuentra en su forma óptima.

Unos espejos primarios más grandes permiten a los astrónomos captar más luz y para evitar
distorsiones se necesita un espejo cuya superficie tenga una forma perfecta; la combinación de
ambos hace posible observar objetos más tenues. Lamentablemente, esto nunca ha sido fácil, ya
que mantener una forma perfecta se convierte en una ardua tarea a medida que aumenta el tamaño
de los espejos de los telescopios.

Este desafío se reveló como algo fundamental en los años sesenta y setenta. La tecnología
disponible en aquella época no permitía que los astrónomos e ingenieros pudieran construir
telescopios con espejos primarios de más de 5 metros de diámetro. Por encima de ese tamaño, la
calidad de imagen disminuía enormemente a causa de la gravedad, que tiraba de los espejos y los
deformaba. Para construir espejos de más de cinco metros de diámetro utilizando la tecnología de
la época, habrían sido necesarias enormes estructuras para apoyar los espejos, aumentando
considerablemente los costos de construcción, y dando como resultando estructuras prohibitivas
sin ninguna garantía de mejora en la imagen. Había que encontrar una nueva forma de garantizar
precisión en la óptica.

Fue entonces cuando el ingeniero de ESO, Raymond Wilson, tuvo una idea brillante y "simple"
llamada óptica activa: un espejo primario, delgado y deformable, que se controlaría por un sistema
de apoyo activo que aplicaría la fuerza necesaria con el fin de corregir las deformaciones inducidas
por la gravedad. Todo esto, mientras el telescopio cambiaba su orientación (más información en el
libro gratuito Jewel on the Mountaintop –en inglés- de Claus Madsen).

Cuando en 1976 se inauguró el Telescopio de 3,6 metros de ESO, la óptica activa era sólo una idea
en la cabeza de Wilson. Por esta razón su espejo primario tiene medio metro de espesor y pesa 11
toneladas.

El nuevo concepto se probó en la sede central de ESO con un espejo delgado de un metro que
disponía de un soporte activo con 75 actuadores. Los actuadores son motores que se mueven con
mucha precisión y se pueden controlar con mucha exactitud: empujando el espejo, corrigen su
forma y compensan la distorsión producida por la gravedad. A medida que el telescopio se mueve,
este sistema activo puede mantener la forma correcta del espejo. Las correcciones aplicadas por los
actuadores se calculan en tiempo real gracias a un ordenador con un analizador de imagen que
detecta incluso las desviaciones más pequeño de la forma ideal del espejo. La óptica activa fue
desarrollada internamente en ESO y tras este exitoso ensayo se convirtió en la principal
característica del NTT (New Technology Telescope. Gracias a la óptica activa, el espejo primario de
3,58 metros del NTT tiene sólo 24 centímetros de espesor y pesa 6 toneladas.
Desde que el NTT comenzó a operar, en 1990, la óptica activa se ha aplicado a todos los grandes
telescopios, incluyendo el VLT (Very Large Telescope) de ESO. Wilson fue honrado con numerosos
premios por su invento, que demostró que se podían cambiar las reglas del juego en astronomía.

Cada una de las cuatro Unidades de Telescopio (UTs) del VLT está equipada con el mejor sistema de
óptica activa construido hasta la fecha. El sistema controla el espejo primario de Zerodur de 8,2
metros, así como el ligero espejo secundario de berilio de 1,1 metros, situado en la parte superior
de la estructura del telescopio. Basado en las señales correspondientes de este dispositivo, los
espejos del telescopio se ajustan automáticamente a intervalos regulares.

Gracias a esta tecnología, los espejos primarios de las cuatro UTs pesan, cada uno, 22 toneladas,
miden 8,2 metros de diámetro y, sin embargo, sólo tienen 17 centímetros de espesor, ¡la forma de
un panqueque gigante! Cada uno de los espejos reposa sobre 150 soportes controlados por
ordenador (los actuadores) instalados en una celda extremadamente rígida que pesa unas 11
toneladas. El sistema de óptica activa del VLT asegura que estos grandes espejos tengan siempre la
forma óptima y obtengan excelentes imágenes del universo.
Ahora, la técnica de la óptica activa se enfrenta a su próximo gran reto con el espejo primario de 39
metros del Telescopio Extremadamente Grande (ELT, Extremely Large Telescope). El espejo
principal del ELT consistirá en 798 segmentos individuales. Cada segmento se puede mover
mediante un mecanismo de pistón y corrector de inclinación, haciendo que este mosaico funcione
como un único espejo gigante, compensando los efectos de las fluctuaciones provocadas por la
temperatura y la gravedad.

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