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El Colegio Nacional

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LA AGRESIÓN Y LA VIOLENCIA
UNA MIRADA MULTIDISCIPLINARIA

El Colegio Nacional

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LA AGRESIÓN
Y
LA VIOLENCIA
UNA MIRADA MULTIDISCIPLINARIA

María Elena Medina-Mora


Coordinadora
El Colegio Nacional

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
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EL COLEGIO NACIONAL
México, 2011
HM1116
A47
La agresión y la violencia : una mirada multidisciplinaria / María Elena
Medina-Mora, coordinadora -- México : El Colegio Nacional, 2011.
ix, 211 p.
ISBN

1. Agresividad. 2. Violencia. I. Medina-Mora, María Elena, ed.

El Colegio Nacional

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización
Coordinación Editorial: Rosa Campos de la Rosa

Primera edición: 2011

D. R. © 2011. EL COLEGIO NACIONAL


Luis González Obregón núm. 23, Centro Histórico
C. P. 06020, México, D. F.
Teléfonos 57 02 17 79 y 57 89 43 30

ISBN:

Impreso y hecho en México


Printed and made in Mexico

Correo electrónico: colnal@mail.internet.com.mx


Página: http://www.colegionacional.org.mx
CONTENIDO

Prólogo por María Elena Medina-Mora


Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz . . . . . . 1

Epidemiología de la conducta violenta


María Elena Medina-Mora
El Colegio Nacional
Rebeca Robles García
Tania Real Quintanar
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz . . . . . . 5
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La agresión y la violencia: etología, psicobiología
y neurociencia
Edición digital no comercial
José Luis Díaz
Universidad Nacional Autónoma de México . . . . . . . . . . . . . . 41

Prohibida su reproducción,
La agresión, la violencia y la cortesía en primates
no-humanos: una mirada desde la etología
distribución y modificación sin autorización
Jairo Muñoz-Delgado
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
Universidad Nacional Autónoma de México
José Carlos Sánchez Ferrer
Universidad Veracruzana
Ana María Santillán-Doherty
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
Carlos Moreno B.
Universidad del Rosario de Bogotá. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

¿Existe violencia sin dolor?


Francisco Pellicer Graham
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz . . . . . 83

vii
Esquizofrenia y Violencia: del concepto público
a la realidad clínica
Ana Fresán Orellana
Rebeca Robles García
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz . . . . . 99

La teoría del apego en la agresión y en la violencia


Iván Arango de Montis
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. . . . . 137

La agresión y la violencia de género: el caso de los asesinos


y los abusadores sexuales de niños y niñas
Luciana Ramos Lira
El Colegio Nacional
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
Georgel Moctezuma Araoz
Universidad Intercontinental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
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¿Insumisas, delincuentes o víctimas?
Trayectorias de violencia recibida en mujeres presas
Edición digital no comercial
Martha Romero Mendoza
Mónica Martínez
Gabriela Saldívar
Prohibida su reproducción,. . . . 183
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz .

distribución y modificación sin autorización


¿Dónde estamos?
Juan Ramón de la Fuente
Universidad Nacional Autónoma de México
Asociación Internacional de Universidades. . . . . . . . . . . . . . 205

viii
PRÓLOGO

El texto que el lector tiene en sus manos es producto de la


reflexión conjunta de profesionales de diferentes discipli-
nas en torno a la violencia y la agresión, que tuviera lugar
en un foro abierto a propósito llevado a cabo en El Colegio
El
Nacional. Constituye Colegio Nacional
un esfuerzo por abordar de forma
integral estos apremiantes problemas de nuestro país, con
base en la investigación multidisciplinaria generada en
tornocontacto@colegionacional.org.mx
al tema en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ra -
món de la Fuente Muñiz; incluye un capítulo del doctor
José Luis Díaz quien ha sido investigador, tutor y formador
de grupos Edición digital
de investigación en elno comercial
Instituto.
El texto recoge el trabajo científico realizado en diversas
Prohibida suetológica
reproducción,
áreas de conocimiento, desde la epidemiología hasta la clí-
nica, desde una perspectiva general hasta la muy
distribución
particular visiónydemodificación
género y su relaciónsin autorización
con la violencia en
nuestra sociedad actual.
El primer capítulo del texto hace un repaso de la situa -
ción epidemiológica actual de la conducta violenta, se
analiza la estadística descriptiva y se explican, con base en
la investigación, los factores psicosociales relacionados
para ofrecer un panorama completo de los retos que en -
frenta nuestro país para reducir este lastre social. Los do -
cumentos fuente revisados en este apartado incluyen las
encuestas de incidencia delictiva y violencia más recientes
de nuestro país. Además, se aborda la relación de la violen -
cia y las adicciones y las adversidades a lo largo de la vida,

1
así como su consecuencia en la salud mental de la pobla-
ción, haciendo hincapié en la la depresión y el estrés pos-
traumático.
Para completar este diagnóstico, los tres capítulos subse-
cuentes ofrecen una mirada al tema desde la perspectiva
de las neurociencias, enfatizando en la psicobiología de la
conducta agresiva, en la investigación con primates no
humanos o la etología, o en su relación con el dolor. Así,
el doctor Díaz hace un análisis de los compo nen tes
conductuales, cognitivos y fisiológicos de la agresión, que
permite comprender sus fundamentos biológicos y la
estrecha relación que guarda con las emociones básicas
El Colegio Nacional
para la supervivencia.
Posteriormente, el doctor Muñoz y sus colaboradores
describen algunos de los más importantes estudios sobre la
contacto@colegionacional.org.mx
relación entre la agresión y la violencia en primates no-
humanos; sus datos y reflexiones en torno ponen de mani-
Edición digital no comercial
fiesto la necesidad de comprender el fenómeno de la agre-
sión y la violencia tomando en cuenta el contexto en el
que se presenta, y conceptualizando claramente al com -
Prohibida
portamiento su reproducción,
agresivo como adaptativo y a la violencia
distribución y modificación sin autorización
como un fenómeno sin repercusión positiva alguna.
El doctor Pellicer describe los mecanismos a través de
los cuales se vivencia el dolor, incluyendo el propio como
el ajeno. Se resume además la evidencia que ha generado
su grupo de trabajo en el propio Instituto, para dejar claro
que el ser humano cuenta con un andamiaje neurobioló -
gico para experimentar dolor ante la violencia y la agre -
sión, mismo que puede ser abordado terapéuticamente
con las opciones de tratamiento disponible para los
trastornos mentales relacionados, como la depresión, uno
de los problemas de salud mental de mayor prevalencia
y con más discapacidad asociada.

2
La visión clínica del fenómeno de la violencia comienza
a abordarse en el quinto capítulo, donde se discute la rela-
ción del comportamiento agresivo con la presencia de tras-
tornos mentales graves como la esquizofrenia, para modi-
ficar, con base en la información científica, la creencia
popular, generalmente reforzada en los medios masivos de
comunicación, de que todos los pacientes con esquizofre-
nia son siempre agresivos, y que las personas violentas pa-
decen forzosamente de un trastorno mental. En lugar de
esto, la agresión de los pacientes con esquizofrenia se ex-
plica desde una perspectiva biopsicosocial, dejando claro
los factores que incrementan su probabilidad y el queha-
cer de los profesionales de la salud mental para su pre-
vención y manejo El Colegio
adecuados. ElNacional
capítulo resulta un texto
útil entonces para disminuir el estigma que obstaculiza el
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tratamiento de estos pacientes, además de dar luz acerca
de las variables clínicas relacionadas con el comporta-
miento agresivo.
Edición
El sexto digital
capítulo, por noexplica
su parte, comercial
el fenómeno de
la violencia desde la teoría del apego, una propuesta teó-
rica para comprender la relación entre las experiencias
tempranas Prohibida
del ser humano suy reproducción,
el comportamiento agresivo,
distribución
específicamentey lasmodificación
primeras relacionessininterpersonales
autorización
con las que se desarrolla un estilo de apego que matizará la
forma en que se establecen interacciones con propios y
ajenos a lo largo de la vida.
Finalmente, los capítulos siete y ocho se aproximan al
tema desde una perspectiva más bien social y de género,
tan importante para comprender integralmente el fenó -
meno de la violencia y desarrollar entonces políticas públi -
cas y programas de prevención y atención que respondan a
las muy particulares necesidades de hombres y mujeres,
niños y niñas.
El capítulo a cargo de la doctora Ramos y su colabora-
dor ofrece datos de estudios empíricos en nuestro país, así

3
como propuestas para abordar la violencia en niños y ni-
ñas; y el de la doctora Romero y sus colaboradoras se en-
foca en otra población vulnerable, de mujeres en situación
de encarcelamiento, para dilucidar si se trata de delin-
cuentes o víctimas de la realidad actual. Una vez más, se
ofrecen hallazgos de investigación desarrollada en México,
esta vez utilizando una metodología de estudio de tipo
cualitativo.
Las conclusiones de la jornada de trabajo en El Colegio
Nacional y del propio texto corrieron a cago del doctor
Juan Ramón de la Fuente, quien resume extraordinaria-
mente en qué punto nos encontramos como país en
relación a la El Colegio
violencia Nacional
y la agresión. Es así, con un diag-
nóstico preciso, que se posibilita el desarrollo de las res-
puestas organizadas efectivas e integrales que tanto hacen
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falta a México, en éste como en otros temas cruciales.

MARÍA ELENA MEDINA-MORA


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4
EPIDEMIOLOGÍA DE LA CONDUCTA VIOLENTA

MARÍA ELENA MEDINA-MORA


REBECA ROBLES
TANIA REAL
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
El Colegio Nacional
INTRODUCCIÓN
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La violencia es un problema social y de salud pública, el
homicidio ocupa el decimoprimer lugar como causa de
muerte enEdición digital
México y la violenciano comercial
ocupa el sexto lugar como
causante de discapacidad (PAHO, 2007); afecta la salud de

tivamenteProhibida
en el desarrollosu
delreproducción,
la víctima, de su familia, de la comunidad e impacta nega-
país.
distribución
La violencia,ydemodificación sin autorización
acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (Krug et al., 2002) es el uso intencional de la
fuerza física o del poder para amenazar o agredir a uno
mismo, a otra persona, a un grupo o comunidad, que re -
sulta o tiene gran probabilidad de terminar en lesión,
muerte, daño psicológico de privación o un problema de
desarrollo.
Puede tratarse de: i) violencia autodirigida como el in -
tento de suicidio o suicidio consumado, automutilaciones
u otras formas de autoagresión; ii) violencia ejercida por
otros en el ámbito interpersonal, entre la que se incluye: la
violencia en la familia en la que sus miembros pueden ser

5
víctimas o testigos de violencia física y emocional incluida
la negligencia; la que se ejerce contra los ancianos y enfer -
mos y la violencia comunitaria que ocurre fuera del hogar
y que puede incluir el abuso entre compañeros, las ri-
ñas y la violencia por parte de personas desconocidas, la
agresión y el acoso en el lugar de trabajo, en instituciones
de cuidado de personas incapacitadas, etc.; iii) violencia
colectiva, social, política o económica y puede incluir la
violencia que ejerce el crimen organizado y el terrorismo,
pero también el negar acceso a servicios esenciales.
Existe evidencia de que ciertos factores biológicos o
personales incrementan el riesgo de ser agredido o agredir
y de que éstosEl Colegio
interactúan conNacional
factores externos en la cul-
tura, en la comunidad, en el grupo de pares y en la familia.
Las normas culturales y sociales influyen en la validación
decontacto@colegionacional.org.mx
la violencia como un medio de resolver conflictos,
como un patrón usual de crianza o del ejercicio del poder
del hombre sobre la mujer. La tolerancia social hacia la
conductaEdición
violenta sedigital no comercial
aprende desde la infancia a través del
uso del castigo corporal, cuando se presencia violencia en
Prohibida su reproducción,
el seno de la familia, a través de los medios, en la escuela,
en la comunidad y en el país.
distribución
Factores en ely entorno
modificación sin autorización
como la disponibilidad de armas,
la pobreza e inequidad y la falta de oportunidades de de -
sarrollo, facilitan su manifestación. En un nivel más pró -
ximo influye la inseguridad en las colonias, la disponi -
bilidad de drogas y de armas y en el entorno inmediato la
violencia entre pares y en la familia. Sus consecuencias
incluyen la desesperanza, el abuso de sustancias, el estrés,
la depresión y otros trastornos mentales, la violencia afecta
la calidad de vida de la población e impacta en el desarro -
llo de la sociedad.
México es un país violento, a la violencia intrafamiliar,
interpersonal y delictiva se suma ahora la violencia del

6
crimen organizado que busca mercados de drogas y otras
fuentes de financiamiento que incluyen el secuestro, la
explotación de niños, niñas y adolescentes para el comercio
sexual, y de migrantes, la falsificación, la piratería, la extor-
ción, etc. La violencia se ha normalizado, los niños crecen
en ambientes en donde ser testigos y víctimas de la vio -
lencia es cada vez más frecuente, y comienzan a usarla como
forma de enfrentar conflictos, con lo que se repite el ciclo.
Sin embargo, la evidencia señala también que la violen-
cia es prevenible, cabe preguntarse cuáles han sido las
formas más eficaces para revertir este ciclo. Un primer
paso es conocerlo. En este capítulo introductorio hacemos
un recorrido porEl Colegio Nacional
las cifras sobre la violencia en México
para conocer cómo es que afecta a la sociedad en la actua-
lidad. Se presenta el índice de incidencia delictiva y violen-
cia,contacto@colegionacional.org.mx
se aborda el tema de las adicciones, tan presente
y controvertido, y se analiza su relación con las adversida-
des de la infancia, para cuestionarnos entonces si estamos
formando Edición
personas digital
que no estánno siendo
comercial
capaces de en-
frentar las vicisitudes y cuál es nuestra responsabilidad para

rrollo. SeProhibida
analiza tambiénsu reproducción,
darles a niños y adolescentes un mejor ambiente y desa -
la relación entre violencia y dife-
distribución
rentes problemas y de
modificación
salud mental, entre sin
los autorización
que destaca el
estrés postraumático y la depresión. Finalmente, se con -
cluye con algunas reflexiones a fin de poder orientar una
mejor respuesta ante el problema. Se aborda la violencia
ejercida por terceras personas, se trata la violencia ejercida
por el crimen organizado sólo en su repercusión sobre el
individuo y la sociedad, no se aborda el suicidio ni otras
formas de autoagresión.
Se parte de un modelo de salud pública desde el que se
propone que la violencia puede prevenirse usando las
mismas estrategias que se han usado para prevenir las con-
cepciones no deseadas o las complicaciones del embarazo,

7
las lesiones, los problemas derivados del abuso de alcohol,
entre otros. El modelo parte del convencimiento de que
los factores que contribuyen a las respuestas violentas ya
sea que se trate de actitudes y conductas o relacionadas
con condiciones sociales, económicas, políticas y cultura-
les, pueden ser modificados con la participación de todos
los sectores involucrados, entre los que destaca la salud, la
educación, los servicios sociales y del desarrollo, la procu-
ración de justicia, la seguridad pública, etc.

L AS MUERTES VIOLENTAS EN MÉXICO


El Colegio Nacional
La violencia es sin duda uno de los problemas centrales
de nuestro país. En 2009 la tasa de mortalidad por homi-
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cidios ascendió a 13.2 defunciones por cien mil habitantes;
mayor a la observada en 2008 con 10.3 defunciones. Es casi
10 veces más alta en hombres (24.3 muertes) que en muje-
res (2.5Edición
defunciones).digital noíndice
El mayor comercial
de muertes ocurre
en Chihuahua con 100 defunciones por cada cien mil ha -
Prohibida
de mortalidadsu
bitantes ( SS, 2010).
La tasa por reproducción,
homicidio en México es supe -
distribución
rior a la mediaymundial
modificación
(6.5/100,000sin autorización
habitantes) y similar
a la de Latinoamérica (10/100,000) (CIDAC, 2009), muy
inferior a la que se reporta en Sudáfrica (de 68.0) o en El
Salvador (63.8), inferior a la reportada en Brasil (29.2),
superior a la observada en Estados Unidos (6); Chile (5.8)
o España (0.9) (UNODC, 2011). Sin embargo, al interior del
país, las cifras varían en forma considerable, Chihuahua
por ejemplo, presenta una tasa de muertes por esta causa
por encima de las reportadas por Sudáfrica o El Salvador
(SS, 2010).
La muerte por homicidio en México disminuyó entre
1990 y 2007 cuando la proporción de homicidios de todas

8
las muertes violentas pasó de 24.7% en 1990 a 16.1% en
2007 (INEGI, 2010); sin embargo, en 2008 vuelve a subir
para alcanzar un 23.3% y en 2009 se sitúa en 29.4% (INEGI,
2010). La distribución geográfica del homicidio tiene un
peso muy significativo de los estados de la frontera norte
y presenta patrones muy diferentes a lo largo del país. En
el centro y en el sur, el homicidio ocurre principalmente
en zonas rurales de menos de 100,000 habitantes, entre
campesinos con un perfil adulto y con una elevada ma -
nifestación de violencia doméstica; mientras que en las
grandes ciudades, especialmente de la frontera norte,
presenta un perfil mucho más joven. A pesar de la dismi-
El Colegio
nución en el promedio Nacional
nacional en las décadas pasadas
hasta 2007, algunas regiones en esta zona mantuvieron
tasas altas durante todo el periodo, básicamente comu-
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nidades aisladas en Tierra Caliente Guerrero y Michoacán;
también en Chihuahua, Durango y Sinaloa, zona pro-
ductora de opio y mariguana, y en las regiones urbanas de
Edición
la frontera norte condigital
aceleradono comercial
crecimiento, en la que in-
fluye la organización del tráfico de drogas y los conflictos
Prohibida su reproducción,
entre bandas rivales (Escalante y Aranda, 2009).

distribución y modificación sin autorización


L A INCIDENCIA DELICTIVA

La inseguridad ciudadana se define como el temor a


posibles agresiones, asaltos, secuestros o violaciones de las
puede ser víctima un individuo. Desafortunadamente es
una queja de los habitantes de muchas ciudades de nues-
tro país y de las sociedades modernas en general. La verti -
ginosa extensión de la violencia es una característica del
clima generalizado de criminalidad en que vivimos.
Para conocer la extensión de este problema, el Centro
de Investigación para el Desarrollo A. C. (2009) desarrolló

9
un índice de incidencia delictiva y violencia, como un in-
dicador objetivo del crimen y la violencia en las diferentes
entidades federativas del país. Éste se compone de las si -
guientes variables: homicidio, ejecuciones, robo de vehícu-
los y otros delitos. Las tres primeras nos hablan de la vio -
lencia y de la presencia del crimen organizado que ame-
nazan la integridad física y patrimonial de los ciudadanos,
mientras que el resto de delitos muestra la cantidad total
de ilícitos, independientemente de la violencia o la afec-
tación social que impliquen.
De acuerdo con este parámetro, el estado con más alta
violencia es Chihuahua (con un índice de incidencia delic-
tiva y violenciaEldeColegio Nacional
82.16), le siguen Baja California y el
Estado de México, con un índice considerado como alto
(de 61.06 y 55.73, respectivamente). Los estados con indi-
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cadores de violencia media-alta son Sinaloa, con 42.69,
Distrito Federal, con 40.61, y Guerrero, con 39.23. El índi-
Edición digital no comercial
ce es medio para Oaxaca, Sonora, Tamaulipas, Durango,
Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Nuevo León y Michoa-
cán, con parámetros que van de 24.45 a 34.18. El resto de
entidades Prohibida
tiene un índicesuconsiderado
reproducción,
medio-bajo, que va
distribución y modificación sin autorización
de 7.82 en Yucatán, a 20.69 en Jalisco.
El índice de incidencia delictiva y violencia a nivel nacio -
nal se sitúa en 5.7. Aunque no es el mayor a nivel mundial,
existe una fuerte variación del mismo por entidades fede -
rativas, siendo que en algunos estados llega a ser hasta más
de diez veces mayor.
La última encuesta llevada a cabo en 2009 por el Insti -
tuto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad ( ICESI),
muestra un escenario particular con variaciones en dife -
rentes regiones del país, entidades como Chihuahua (6.1%),
Sinaloa (5.5%) y Baja California (4.7%) ocupan los tres
primeros lugares de acuerdo al índice nacional de insegu -

10
ridad.1 Mientras que en materia de secuestro, Chihuahua
(233), el Estado de México (127) y Baja California (103)
fueron las entidades con el mayor número de denuncias re-
gistradas ante agencias del ministerio público (ICESI, 2010).
Además, en nuestro país, una proporción muy impor-
tante de los delitos no terminan en una resolución judicial.
Basta revisar el número de delitos que se denuncian (12 de
cada 100), de averiguaciones concluidas (26 de cada 100)
y de presentaciones de consignados (55 de cada 100) para
comprender la gran magnitud y progresión de la impuni-
dad en México. El Centro de Investigación para el desarro-
llo (2009), tomando en cuenta estos datos, estima que el
El Colegio
98.3% de los delitos Nacional
quedan impunes en el país.
Este fenómeno de impunidad también muestra variacio-
nes importantes en las diferentes entidades federativas. Así
porcontacto@colegionacional.org.mx
ejemplo, al comparar los estados con más bajo y más
alto nivel de denuncias (Campeche y Baja California, res-
pectivamente) se aprecia que en algunas entidades los ho-
micidios Edición digital
dolosos pueden llegarno
a sercomercial
la mitad (v. gr. Cam-
peche) o más del doble (i. e. Baja California) de aquellos
Prohibida su reproducción,
que se cometen a nivel nacional, por ejemplo en Baja Cali-
fornia ocurren 4.6 homicidios y 43.5 robos por cada uno
distribución
que se denunciayenmodificación
Campeche. sin autorización

U N ENTORNO PROPICIO: NORMAS CULTURALES


QUE VALIDAN LA VIOLENCIA

Las normas culturales y sociales regulan la conducta de


grupos específicos de personas. Pueden variar considera -

1 El Índice Nacional de Inseguridad es un termómetro del delito que se


integra por tres indicadores: 1. Incidencia delictiva (delitos)/100 mil habitan -
tes, 2. Proporción de delitos a mano armada, 3. Homicidios dolosos/100 mil
habitantes.

11
blemente de un grupo a otro, no coincidir con las acti-
tudes y percepciones individuales, pero afectan la conducta
porque se internalizan desde la infancia temprana, y pue -
den favorecen diferentes tipos de violencia.
Prácticas de crianza que incluyen el castigo físico favo-
recen la ocurrencia de golpes graves de padres a hijos. El
castigo como método para controlar la conducta de otros
se aprende y perpetúa, luego son esos hijos de padres gol -
peadores los que maltratan a otros más débiles. El fenó -
meno denominado bullying, una forma de maltrato inten-
cionado, perjudicial y persistente de un estudiante o grupo
de estudiantes hacia otro compañero al que se convierte
El
en víctima habitualColegio
(Olweus, Nacional
1993), es una práctica fre-
cuente entre los niños y adolescentes que han aprendido a
utilizar el maltrato verbal y modal con objeto de someter,
amicontacto@colegionacional.org.mx
lanar, arrinconar, excluir, intimidar, amenazar u obte-
ner algo de la víctima mediante chantaje y atentando
contra su dignidad y sus derechos fundamentales (Piñuel
y Oñate,Edición digitalpaís,
2007). En nuestro nodecomercial
acuerdo con el recien-
te Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación
Prohibida su Social
reproducción,
Básica en México del Centro de Investigación y Estudios
Superiores en Antropología y el Fondo de Naciones
distribución
Unidas para layInfancia
modificación
( SEP y UNICEFsin autorización
, 2010), a nivel pri -
maria, el 72.5% de los alumnos y el 66.1% de las alumnas
reportó haber sido objeto de alguna agresión física en los
últimos dos años. En secundaria, la proporción fue de
64.1% para los varones y 53.4% para las mujeres. Así, en
promedio, 64% de los alumnos de educación básica dijo
haber padecido una agresión. En primaria, 32.9% de los
alumnos señaló como responsable de la agresión a un
compañero varón, 7.2% a un maestro y 2.7% al director.
En el caso de las alumnas las proporciones fueron de
30.7% para un compañero varón, 3.5% para un maestro y
1.9% para el director.

12
Por su parte, la Encuesta de Maltrato Físico (Villatoro et al.,
2006) muestra una aceptación importante del uso del
castigo físico para educar por parte de los adolescentes es-
tudiantes de escuelas secundarias en cuatro entidades
(Baja California, Sonora, Tlaxcala y Yucatán), entre el
33.6% y el 38.9% de la población masculina entrevistada y
entre el 19.4% y el 29.1% de las mujeres aprobaron su uso;
resultados similares se obtuvieron para el uso de este mé-
todo para ganarse el respecto (entre 32.1% y 34.2% de los
hombres y entre 20.5% y 25.8% de las mujeres) o para lo-
grar obediencia (entre 38.5% y 40.5% de los hombres y en-
tre 27.2% y 34.3% de las mujeres). Este mismo estudio
El
mostró que el índice Colegio
de violenciaNacional
era elevado, entre el 16.3%
y el 20.6% de los hombres y entre el 14.6% y 10.3% de las
mujeres reportaron haber recibido maltrato físico grave.
contacto@colegionacional.org.mx
Otro fenómeno de violencia, esta vez manifiesto en el
medio laboral, es el denominado como mobbing o acoso
laboral. Aquí los que han aprendido a utilizar la violencia
Edición
para controlar digital
la conducta no comercial
de otros la practican hacia los
compañeros del trabajo, de adulto a adulto, con base en la

mentiras Prohibida su reproducción,


manipulación, tergiversación de los hechos, flagrantes
y agresiones simbólicas deliberadas, que se pro -
distribución y modificación
longan en el tiempo, sin autorización
generalmente dirigidas hacia un solo
sujeto que se vive como amenaza para los intereses del
grupo, haciendo todo lo posible por que el colectivo labo -
ral lo asuma también como un problema (Peña et al.,
2007). De acuerdo a Del Pino (2011), en las empresas me -
xicanas la presencia de violencia y acoso psicológico labo-
ral es alta; en su estudio, hasta un 81.43% de trabajadores
reportó haber sufrido de violencia psicológica en el trabajo
(de éste el 49.33% la catalogó de nivel alto) y el 17.99%
calificó como mobbing (de nivel alto en el 12.66% y medio
en el 5.33%). La gran mayoría (81%) declaran haber
sufrido este tipo de agresiones por parte de sus superiores;

13
el 55 % menciona haber recibido estas manifestaciones
violentas de sus colegas y el 18% de sus colaboradores.
Además, la violencia de género pone de manifiesto que
las creencias tradicionales que validan que el hombre
mantenga el control y disciplina de la mujer favorecen la
violencia física y el abuso sexual; la idea de que se trata de
asuntos del dominio privado explican la no denuncia y
generan estigmatización contra la mujer. Natera et al., (1997)
han documentado una proporción elevada de violencia
emocional o física de la pareja, que se manifiesta en el
38% de mujeres mexicanas. Estos datos son congruentes
con los reportados en una de las más recientes encuestas
El
naciona les entre Colegio
mujeres que Nacional
habían acudido a los
servicios de salud en las instituciones públicas más grandes
a nivel nacional: hasta el 37% reportó haber sufrido alguna
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forma de violencia alguna vez en la vida y 21.6% mencionó
haber sido víctima de violencia por parte de su pareja
durante el año previo ( SS, 2003). Así, aproximadamente
Edición
dos de cada digital
diez mujeres no comercial
mexicanas han sufrido algún tipo
de violencia en el último año. Los estados que presentan
Prohibida
a la violencia su reproducción,
mayor frecuencia y morbilidad de casos nuevos de lesiones
atribuidas familiar son Baja California Norte,
distribución y modificación
Chihuahua, Oaxaca y Jalisco (Trujillo sin autorización
y Vargas, 2002).
Saldívar et al. (2006), al analizar la tolerancia hacia la
violencia en el noviazgo, encontraron que hasta el 27.5%
de los jóvenes estudiantes de la Ciudad de México mencio-
nó haber ejercido coerción sexual hacia su pareja, y el
23.5% reportó haber sufrido este tipo de violencia. Estos
datos coinciden con la prevalencia de 28% de violencia du-
rante el noviazgo reportada por mujeres de escuelas públi -
cas de Morelos (Rivera et al., 2006). De no mediar progra-
mas efectivos de prevención muchas de estas mujeres mal-
tratadas durante el noviazgo sufrirán también de violencia
durante el matrimonio.

14
Existe también una asociación importante entre el con-
sumo del alcohol y la conducta violenta cuando las normas
sociales favorecen el consumo excesivo por parte de los
hombres y toleran conductas agresivas bajo sus efectos,
y cuando hay inequidad en las normas favoreciendo dobles
parámetros hacia hombres y mujeres, excluyendo a éstas
del consumo y poniéndolas en mayor riesgo de ser vícti-
mas de violencia.
Los resultados de las encuestas de población documen-
tan la existencia de dobles parámetros para evaluar el con -
sumo de hombres y mujeres, se piensa que está bien que
los hombres beban y hasta se emborrachen ocasionalmen-
El Colegio
te pero se considera Nacional
que la mujer no debe beber. En un
estudio llevado a cabo en comunidades urbanas y rurales
del estado de Michoacán (Medina-Mora, 1993) 24% de los
contacto@colegionacional.org.mx
varones consideraron que era aceptable que un hombre
de 30 años sintiera los efectos del alcohol, pero esto sólo lo
consideró apropiado en las mujeres el 6%; las mujeres
estaban deEdición digital
acuerdo con no comercial
esta doble normatividad, el 20%
de ellas consideró aceptable que un hombre de esta edad
Prohibida suapropiada
reproducción,
bebiera hasta sentir los efectos, pero sólo el 6% consideró
que la misma conducta era para las mujeres.
distribución
El consumo y enmodificación sinmásautorización
lugares públicos está restringido
para las mujeres, por ejemplo, 72% consideró que era ade -
cuado para un hombre beber en una cantina con sus ami-
gos, pero sólo 35% consideró que ésta era una actividad
adecuada para una mujer; 30% consideró aceptable que el
hombre beba después del trabajo antes de regresar a casa,
pero solamente 8% consideró que sería adecuado que una
mujer lo hiciera. En otra encuesta en población rural y ur -
bana del sur de la Ciudad de México, solamente 22% de la
muestra consideró que hombres y mujeres tenían los mis -
mos derechos de beber, sentir los efectos o embriagarse
(Medina-Mora, 1993).

15
Datos de las Encuestas Nacionales de Adicciones señalan
que 29% de las mujeres adultas que habitan en zonas
urbanas del país y que tienen o han tenido pareja han su-
frido violencia física por parte de ésta, en el 60% de los
casos de este tipo de violencia el alcohol estuvo involucra -
do (Medina-Mora et al., 2003). También se ha documenta-
do cómo a mayor intensidad de la violencia, se incrementa
la participación del alcohol; así, en el 8% en el caso de la
violencia verbal, en el 26% de la violencia que incluye
golpes y en 52% de ocasiones en que se forzó a tener sexo
(Natera y López, 1997). A pesar de los índices más bajos de
consumo en las mujeres, éstas tienden a experimentar
El
muchos problemas Colegio Nacional
derivados por una parte de esta defini-
ción social, por ejemplo las mujeres que desarrollan de-
pendencia llegan a tratamiento con más pérdidas, lo que
contacto@colegionacional.org.mx
refleja que son rechazadas con más frecuencia por conduc-
tas similares a las informadas por los hombres (Medina-
Mora y Rojas, 2003).
Estos Edición
antecedentesdigital
muestranno
cómocomercial
la validación del uso
del castigo físico por parte de los padres, del ejercicio del

y aún más Prohibida su reproducción,


poder del hombre sobre la mujer y de normas que toleran
favorecen el abuso de alcohol y el ejercicio de la
distribución
violencia por y modificación
parte del hombre, son sin autorización
propicios para la
manifestación de la violencia. Otros factores del entorno
también la favorecen, entre ellos la pobreza e inequidad
que limitan el acceso a servicios a los que tiene derecho la
población, este tema se analiza en el siguiente apartado.

L A VIOLENCIA DE LA POBREZA

México es un país inequitativo en el que grandes sec -


tores viven en la pobreza. Se ha estimado que el 42.6% de
los habitantes viven bajo la línea de pobreza patrimonial y

16
en medios rurales se concentra el 57.7% de ellos, definidos
como aquellos que no pueden adquirir sus requerimientos
básicos de alimentación, salud, educación, vestido, calzado,
vivienda y transporte público, aun dedicando el total de
sus ingresos exclusivamente a satisfacer estas necesidades
( INEGI y CONEVAL, 2008). Existen grandes carencias sociales,
CONEVAL (2010), con base en la encuesta de ingresos y gas -
tos del INEGI, estimó que, 21.7% de la población presen-
taba rezago educativo; 40.7% no tenía acceso a los servicios
de salud; 64.7% no tenía cobertura de seguridad social;
17.5% tenía carencia por calidad y espacios de la vivienda;
18.9% no contaba con servicios básicos en la vivienda, y
21.6% presentaba carencias en su alimentación.
De acuerdoEl conColegio
el ProgramaNacional
de Naciones Unidas para el
Desarrollo ( PNUD, 2006), México se encuentra entre los
contacto@colegionacional.org.mx
países más desiguales del mundo; en términos de ingreso
el decil más rico contaba con el 46% del total de la riqueza
y los cuatro deciles más pobres con únicamente el 9%. La
Edición
desigualdad es mayordigital
en gruposnodefinidos
comercialcomo las po-
blaciones indígenas que concentran el mayor rezago, los
habitantes de zonas rurales y las mujeres; en las zonas
Prohibida
rurales, por su de
ejemplo, 32.3% reproducción,
sus habitantes vive en po -
distribución y modificación
breza alimentaria, comparado con sólosin 9.9%autorización
que habita las
zonas urbanas. La mujer está sobrerrepresentada en la
economía informal, la inequidad en el acceso a oportuni-
dades para las mujeres vulnera especialmente a los hogares
con mujeres como cabeza de familia (23% de los hogares),
especialmente cuando se trata de los sectores más pobres.
La disparidad en ingreso, a la que se agregan inequida -
des en acceso a servicios públicos, ejercicio de los derechos
humanos y marginación entre estados, y entre municipios
al interior de los estados lleva a la coexistencia de localida-
des con valores por debajo de países en África y ciudades
con mediciones similares a las de países más desarrollados
( PNUD, 2006).

17
La inequidad en oportunidades incluye a la población
joven (INEGI, 2010). Por ejemplo, sólo el 40.4% de la pobla-
ción entre 15 y 24 años asiste a la escuela y se estima que
alrededor de uno de cada cinco jóvenes entre 15 y 29 años
ni estudia ni trabaja. La falta de oportunidades de empleo
para la población joven lleva a la pérdida de la oportuni-
dad única de desarrollo, dado el histórico bono demográfi-
co que se deriva de la disminución de la dependencia que
pasa de 74 en 1990 a sólo 55 dependientes por cada cien
habitantes en 2010; disminuye la dependencia de menores
de 67 a 45 y la dependencia de la población de la tercera
edad no ha aumentado aún como en otros países con un
El de
crecimiento sólo Colegio Nacional
7 a 10 en esta década ( INEGI, 2010).
Es en este grupo en donde los introductores de drogas
encuentran su mercado de consumo y participación en el
contacto@colegionacional.org.mx
narcomenudeo y en otras actividades delictivas.

Edición
LAS DROGAS digital no comercial
ILÍCITAS, LA DISPONIBILIDAD DE ARMAS
Y LOS RECURSOS DEL CRIMEN ORGANIZADO

Prohibida su reproducción,
Un factor importante para la manifestación de la vio-
distribución y modificación
lencia son las drogas sin conexos
ilícitas y los negocios autorización
deriva-
dos de la explotación de migrantes, mujeres, la falsifica -
ción de productos, el secuestro y otras actividades ilícitas
que afectan el desarrollo económico del país y aumentan
la pobreza y la inequidad.
México es un país en el que confluye la producción de
drogas ilícitas con creciente participación en el mercado
internacional, competencia entre grupos por asegurar
mercados internacionales y crecientemente locales, un
entorno social que integra los riesgos para la expansión de
la participación, tanto de una creciente oferta para los
mercados locales e internacionales, como de una demanda

18
local que parte de una base pequeña, pero está en cons-
tante crecimiento.
Se cultivan plantas de cannabis de donde procede la
mariguana (según Naciones Unidas se tienen los índices
más importantes de decomiso a nivel mundial) y opio de
donde es extrae la heroína (según Naciones Unidas Méxi-
co ocupa el tercer lugar en cuanto a la producción ilegal
de opio con un 4% de la producción mundial). Es ruta de
tránsito para la cocaína que se produce en la región andi-
na y cuyo principal destino son los Estados Unidos (se
estima que el 90% de la cocaína decomisada en ese país,
había pasado por México) y es un productor muy impor-
tante de metanfetaminas ( UNODC, 2010).
El Colegio
La disponibilidad de armas va enNacional
crecimiento, dada la na-
turaleza informal de su comercio, es difícil tener una esti-
contacto@colegionacional.org.mx
mación completa de su magnitud, pero el decomiso de
armas nos da una idea del volumen, por ejemplo, Good-
man y Marizco (2010) reportan un decomiso de 85,000 ar -
mas y 5 Edición
millones de digital
cartuchos nodesdecomercial
2006 —el crecimiento
de las ganancias del narcotráfico que quedan en México—
y que Astorga y Shirk (2010), reportan con base en una
estimaciónProhibida su que
de Forbes (2009) reproducción,
oscila entre 18 y 39 billo -
distribución
nes de dólares, y
jidad al problema.
modificación
y su sinañaden
potencial de corrupción, autorización
comple -

Las muertes violentas atribuidas al crimen organizado


van en aumento, entre 2006 y 2010 se habían contabiliza-
do 28,000 muertes, 56% de ellas ocurrieron durante los
primeros 8 meses de 2010, con un total de 97 muertes por
semana casi el doble de las registradas en 2009 con 51
muertes. Luchan por el dominio de los mercados 7 grupos
que se enfrentan entre sí (cartel de Sinaloa, del Golfo, Ciu-
dad Juárez, Tijuana, los Zetas, el grupo dirigido por Bel -
trán Leyva y la Familia Michoacana) (Astorga, 2010). Un
factor muy relevante es la gran proporción de ellas de las
que no se conoce el nombre de la víctima.

19
Estos factores inciden en un aumento de la pobreza, la
JIFE (Ghodse, 2008) estima que sólo el 1% del dinero que
es gastado por los usuarios de droga en el mundo se queda
como ingreso de cultivadores en los países en vías de
desarrollo, el 99% lo ganan los grupos de traficantes de
drogas en varios segmentos de la cadena del trafico; mu -
chos de estos recursos se quedan en países desarrollados.
Por ejemplo, este mismo análisis de la JIFE llevado a cabo
en el 2000 mostró que el 74% de las ganancias se habían
generado dentro de Estados Unidos. En muchos países la
producción se deriva de condiciones económicas adversas,
que a su vez desestabilizan la economía al financiar insur-
El
gencia, terrorismo Colegio
y corrupciónNacional
que desestimulan la inver-
sión y reduce oportunidades de empleo e ingreso, entre
otros impactos negativos sobre la economía y la sociedad
que contacto@colegionacional.org.mx
contribuyen a la erosión del capital social.
Si bien la mayor parte de la producción y tráfico de
drogas está destinada al mercado americano, una cantidad
Edición
importante se quedadigital noLacomercial
en el país. mariguana es la droga
de mayor consumo de la población en México (80% del

presentaProhibida sudereproducción,
total de consumo de drogas) y es también la droga que
el más alto índice crecimiento. En estudiantes
distribución
de la Ciudad de y México,
modificación
por ejemplo,sin autorización
el consumo aumen-
tó de 1.9% en 1976 a 11.4% en 2009 (Villatoro et al., 2010).
El uso de cocaína se incrementó considerablemente en
nuestro país, principalmente desde finales de la década de
los 1990’s y hasta 2008. De 1988 a 1998, aumentó 4.3 veces
(de 0.33% a 1.45%). En 1998 se registró que en México
había nueve usuarios de mariguana por cada uno de co -
caína; hoy tenemos 1.84 usuarios de mariguana por cada
uno de cocaína (Secretaría de Salud, 1999; Consejo Nacio -
nal Contra las Adicciones, Instituto Nacional de Psiquia -
tría, Instituto Nacional de Salud Pública, Secretaría de
Salud, 2008).

20
En relación con otros países del mundo, México se ubi-
ca dentro de aquellos con mayores índices de consumo de
cocaína. De acuerdo con la Encuesta Mundial de Salud Men-
tal (Degenhardt et al., 2008), que comparó las incidencias
acumuladas de uso de cocaína entre 17 países, nuestro país
ocupa el cuarto lugar, junto con Colombia, con un 4%, sólo
inferior al de España (4.1), Nueva Zelanda (4.3) y Estados
Unidos de Norteamérica (16.2). Además, México se en-
cuentra también entre los países con inicio más temprano
de uso de sustancias, con una alta proporción de personas
que han usado drogas a los quince años. Todo esto nos
permite entender por qué en la actualidad nos afectan las
drogas, con tal magnitud, y a la sociedad en su conjunto.
El Colegio
Datos más recientes Nacional
sin embargo, tanto en encuestas
realizadas en escuelas (Villatoro et al., 2010), los registros
contacto@colegionacional.org.mx
de personas en tratamiento y en centros de procuración
de justicia del D. F. (Ortiz et al., 2009) y de la población
que acude a los centros de tratamiento no gubernamen-
tales del Edición
país ( SISVEA,digital no comercial
2009), muestran un decremento en
los índices de consumo de esta sustancia.
El uso de metanfetaminas empieza a documentarse en
México aProhibida
partir de 1994su (CIJ,reproducción,
2007), entre 2002 y 2008 la
distribución y modificación
incidencia acumulada aumentó seissin autorización
veces, de 0.08% a
0.5% de la población rural y urbana entre 12 y 65 años (SS,
CONADIC, INPRFM, INSP, 2008). El consumo de inhalables que
había disminuido cuando apareció el consumo de cocaína,
ha mostrado un nuevo repunte aumentando de 0.45% en
2002 a 0.7% en 2008 (SS, CONADIC, INP, INSP, 2008).
El consumo de heroína se concentra principalmente en
la frontera con los Estados Unidos, aunque su uso se ha
extendido a otras regiones del país. Según datos del Siste -
ma de Vigilancia Epidemiológica en Adicciones para cen-
tros no gubernamentales,2 la heroína fue reportada como

2 No incluyen Centros de Integración Juvenil.

21
droga de impacto 3 por el 9.9% de la población que
demandó tratamiento en 2009, con sólo 4 estados que no
reportaron haber recibido pacientes con este problema,
sin embargo, en 20 estados se recibieron 10 casos o menos.
Sólo en Chihuahua la heroína ocupa el primer lugar como
droga de impacto con 34% de los pacientes atendidos en
ese año, el índice es también elevado en Baja California
(37%) y en Sonora (24%); con una tendencia al incremen-
to como droga de impacto en los centros ubicados en la
frontera norte ( SS, SISVEA, 2009). La incidencia acumulada
para el uso de esta droga en la población general de 12
a 65 años subió de 0.09% en 2002 (Villatoro et al., 2002) a
0.2% en 2008 (SS, CONADIC, INP, INSP, 2008).
El Colegio
Según la Procuraduría Nacional
General de la República, en 2009
se detuvieron a 42,736 personas por narcomenudeo y fue-
contacto@colegionacional.org.mx
ron consignados 10,546 (25%). Con datos de la última en-
cuesta nacional de adicciones (SS, CONADIC, INPRFM, INSP,
2008) analizamos la frecuencia de conducta antisocial en-
Edicióny digital
tre consumidores no comercial
no consumidores, los datos muestran
que el 2.2% de la población no usuaria de drogas había
cometido actos de carácter leve como tomar dinero o cosas
valiosas Prohibida su reproducción,
que no le pertenecían o tomar parte en riñas o pe -
distribución y modificación grave
leas y el 1.1% actos de naturaleza sin autorización
como atacar a
alguien usando algún objeto como arma, cuchillo, etc.,
vender drogas y usar cuchillo o pistola para obtener algún
objeto de otra persona; estos porcentajes se incrementaban
a 12.2% y 5% respectivamente cuando la persona sólo
había consumido mariguana y a 20.4% y 9.7% cuando ha-
bía consumido mariguana y otras drogas o sólo otras sus-
tancias. Por tipo de droga el menor índice se observa en

3 Droga de impacto es aquella que el paciente identifica con más capacidad


para producirle efectos negativos, problemas, ya sea en el área de salud,
familiar, legal o laboral y que es el motivo principal de la demanda de
tratamiento.

22
los usuarios de mariguana, se sigue de cerca la cocaína y el
mayor índice delictivo lo reportan los usuarios de metanfe-
taminas e inhalables; así por ejemplo la participación en
riñas fue reportado por 17.8% de los usuarios de marigua-
na, por 19.7% de los usuarios de cocaína, 35.7% de los
usuarios de metanfetaminas y 38.2% de los usuarios de
inhalables. Los porcentajes para robos fueron 9.8%, 9.9%,
15.8% y 16.8% respectivamente y la venta de drogas de
5.6% para mariguana, 6.5% cocaína, 13.5% metanfeta-
minas y 12.8% inhalables.
Las encuestas de estudiantes de enseñanza media
y media superior muestran una tendencia al incremento,
El
por ejemplo VillatoroColegio Nacional
(2010) reporta un incremento en
actos graves de 4.7% en 1997 a 8.0% en 2009 en el Distrito
Federal.
contacto@colegionacional.org.mx
Estos antecedentes muestran cómo México tiene tasas
bajas de consumo ocasional y problemático pero muy altos
niveles de tráfico y violencia. El crimen que puede atri-
Edición
buirse a los usuarios es digital
bajo en no comercial
comparación con el que se
observa en otros países como Inglaterra o Estados Unidos
Prohibida
de violenciasu reproducción,
(Babor et al., 2010); sin embargo, se espera un crecimiento
de esta forma dados los incrementos en la pro -
distribución y modificación
porción de usuarios sin autorización
en México ( SS, CONADIC , INPRFM, INSP,
2008; Villatoro et al., 2010).

LA ESFERA INDIVIDUAL E INTERPERSONAL: EXPOSICIÓN


A LA VIOLENCIA

Hombres y mujeres estamos expuestos a la violencia.


Hay factores de exposición que son similares para ambos,
hay otros que son más frecuentes en hombres (que tienen
que ver con su estilo de vida) y factores que son más bien
femeninos (relacionados con el género y la sexualidad).

23
Así por ejemplo, la frecuencia de haber sido golpeado por
los padres es francamente similar por sexo (18.1% en hom-
bre y 18.4% en mujeres); sin embargo, el doble de hombres
ha sufrido un atraco y amenaza con un arma (34.9% en
comparación con 15.2% de las mujeres), y es por mucho
más frecuente que las mujeres sean golpeadas por la pareja
(10.7% en comparación con sólo el 0.8% de hombres).
Los eventos de violencia ocurren principalmente en la
infancia y adolescencia, los testigos de violencia doméstica
tienen entre cinco y diez años y es muy raro que tengan
más de veinte; es antes de los 17 años que se sufren golpes
de los padres; durante las primeras décadas de la vida
El Colegio
ocurren las violaciones, Nacional
y el abuso sexual se reporta antes
de los cinco años. Por su parte, la adolescencia es la etapa
en donde es más frecuente que se causen lesiones a otros,
se contacto@colegionacional.org.mx
sufran accidentes, acoso, atracos o amenazas (Medina-
Mora et al., 2005).
De acuerdo con Benjet (2009) nuestros jóvenes se en -
cuentran Edición
expuestos digital
a una gran nocantidad
comercial
de vicisitudes; la
adversidad económica ciertamente juega un papel im-

como laProhibida sufísico


reproducción,
portante, pero se presentan también otros fenómenos tales
violencia, el abuso y los trastornos mentales,
distribución
entre otros. Enysumodificación sinmayor
estudio, los jóvenes con autorización
probabili -
dad de presentar adversidades fueron los hijos de madres
que tenían menos de veintiún años en el momento del em -
barazo y en el parto, cuyos padres tenían menor escolari-
dad, los que han abandonado la escuela y los que no viven
con sus padres (Benjet, 2009).
Estas adversidades no aparecen de manera aislada,
muchas veces vienen al tiempo, son parte de un conjunto
de problemas presentes en un mismo adolescente, así por
ejemplo, los jóvenes que sufren de negligencia y abuso
(experimentando abuso físico y sexual, pleitos violentos,
pérdidas parentales, negligencia y/o enfermedad física),

24
son hijos de personas con trastornos mentales, abuso de
sustancias y/o conducta criminal, que enfrentan proble-
mas económicos y de relación de pareja.
Estos factores se relacionan a su vez con la presencia de
trastornos mentales en la adolescencia. La negligencia se
asocia básicamente con abuso de sustancias, el abuso físico
con trastornos del control de los impulsos, y el abuso
sexual con trastornos del afecto y de abuso de sustancias.
La psicopatología de los padres es un factor relevante
para explicar la presencia de psicopatología en la vida
adulta; cuando los padres tienen un trastorno mental abu-
san de sustancias, son violentos o presentan conductas
criminales, sonElfrecuentes
Colegio Nacional
en sus hijos adultos tanto los
trastornos del afecto como los del control de impulsos,
entre otros. Esto nos revela la gran responsabilidad que
contacto@colegionacional.org.mx
tenemos de extender la cobertura de atención de los pro-
blemas de salud mental en la comunidad en su conjunto.

Edición digital no comercial


¿S E ASOCIA LA VIOLENCIA CON EL CONSUMO DE DROGAS?
Prohibida
La relación su reproducción,
entre violencia y uso de drogas es compleja.
distribución
Por una parte,yexiste
modificación sinlosautorización
evidencia de que usuarios de
metanfetaminas e inhalables (en comparación con usua -
rios de mariguana, por ejemplo) provienen de escenarios
más inseguros (Secretaría de Salud, Consejo Nacional
Contra las Adicciones, Instituto Nacional de Psiquiatría,
Instituto Nacional de Salud Pública, 2008).
Por otra parte, se sabe que la proporción de personas
que se involucran en conductas antisociales tales como
riñas, peleas, robo o uso de armas, es mayor entre los usua -
rios de drogas que entre los no usuarios. Así por ejemplo,
en la propia Encuesta Nacional de Adicciones (2008),
17.3% de los que consumen mariguana reportaron tam -

25
bién haber incurrido en riñas o peleas, en contraste con el
2.9% de los que no consumen la droga. Son los consumi-
dores de metanfetaminas e inhalables (aquellos que vimos
que provienen de las colonias más inseguras) los que con
mayor frecuencia han reñido, vendido drogas, robado y
utilizado armas.
Además, cuando se analiza la gravedad de la conducta
antisocial, se observa que quienes limitan el uso a la mari -
guana cometen más actos antisociales que quienes no
consumen drogas. Quienes limitan el uso a la mariguana
cometen menos actos antisociales que los usuarios de otras
drogas. Esto ocurre tanto para actos leves (tomar dinero o
cosas valiosas El
que Colegio Nacional
no le pertenecen y tomar parte en riñas
o peleas) como en los más graves (atacar a alguien, usando
algún objeto como arma, cuchillo, etc.), vender drogas
contacto@colegionacional.org.mx
(como la marihuana, cocaína, etc.) y usar un cuchillo o
pistola para obtener algún objeto de otra persona. Cuando
se analizan los resultados de usuarios de cocaína y metan-
fetaminasEdición digital
resulta claro no comercial
que incurren en más conductas
antisociales que los usuarios de otras drogas.

bién con Prohibida su reproducción,


La violencia al interior de las familias se relaciona tam-
el uso de drogas. Según datos de la última
distribución
Encuesta Nacionaly modificación sinlaautorización
de Adicciones (2008), proporción de
personas que reportan que la pareja le golpeó en una dis -
cusión o conflicto es mayor entre los que consumen dro-
gas, particularmente en el caso de las mujeres. La fre-
cuencia con la que ocurren estos problemas es más impor-
tante para drogas que para alcohol, a pesar de que la
prevalencia de alcohol es mucho más elevada. Estos datos
coinciden con la proporción de personas que reportan
haber estado en prisión, una vez más la proporción con
drogas es mayor que con alcohol.
Así pues, la percepción de la población general acerca
de la relación entre violencia y uso de drogas no está

26
equivocada. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Se-
guridad de 2009, la población atribuye a las drogas el 23%
de la delincuencia en nuestro país; y aquellos que han sido
víctimas del delito percibieron que los delincuentes esta -
ban más frecuentemente “drogados” que “alcoholizados”
(20% vs. 7%, respectivamente) (Instituto Ciudadano de
Estudios sobre la Inseguridad, 2010).

EL IMPACTO DE LA VIOLENCIA EN LA SALUD MENTAL

Con relación a las consecuencias de la experiencia de


violencia sobreElla Colegio
salud mentalNacional
y calidad de vida, son las
mujeres quienes pueden resultar más afectadas. Así por
ejemplo, la prevalencia del trastorno por estrés postrau-
contacto@colegionacional.org.mx
mático, uno de los problemas de salud mental más fre-
cuentemente vinculados con la experiencia de eventos
traumáticos, es mayor entre quienes han sufrido experien-
cias más Edición
frecuentes endigital
mujeres,nocomocomercial
la violación, en don-
de llega hasta el 11.3%; en contraste, entre quienes han

hombres,Prohibida suatracado
reproducción,
experimentado eventos de violencia más frecuentes en
como haber sido y amenazados con un
distribución y modificación
arma, la prevalencia sin autorización
del trastorno desciende hasta el 1.8%.
También la depresión asociada a la violencia es más
frecuente entre las personas que han vivido experiencias
más bien femeninas, como el abuso sexual, y menos preva -
lente entre los que han sufrido violencia comúnmente aso -
ciada a ser hombre (como ser atacado con un arma) (Me -
dina-Mora, et al., 2005).
Tanto el trastorno por estrés postraumático como la de -
presión mayor constituyen los problemas de ansiedad y afec-
tivos con mayor discapacidad asociada en el hogar y el tra -
bajo. Además, la afectación en la vida social producto del
estrés postraumático es tan grave como la de la fobia social.

27
Las personas que padecen estos problemas de salud mental
presentan pues un importante deterioro en su calidad de
vida (Medina-Mora et al., 2005; Medina-Mora et al., 2009).

HACIA UNA MEJOR RESPUESTA

Existen diferentes estrategias para modificar los factores


que facilitan la manifestación de conductas violentas tanto
al nivel de la sociedad como en el ámbito interpersonal e
individual y que incluyen al maltrato infantil, la violencia
en la pareja, la sexual, juvenil o comunitaria. El asegurar,
por ejemplo, la El Colegio
igualdad Nacional
de oportunidades para hombres y
mujeres, promover la tolerancia y el respeto por la diferen-
cia, combatir la creencia de que el castigo físico es una
práccontacto@colegionacional.org.mx
tica de crianza aceptable, y de que es válido restringir
la libertad de la mujer, son estrategias que se contraponen
al uso de la violencia. El cambio en la percepción social de
Edición
que la violencia digital
es un no aceptable
mecanismo comercial para resolver
conflictos, o de que es válido dar a las hijas en pago de

creencias Prohibida su reproducción,


compromisos familiares. Eliminar estereotipos que validan
de que la masculinidad se mide por el someti -
distribución
miento de las y modificación
mujeres sin autorización
y de que es normal el abuso por
parte de compañeros hacia el miembro más débil del
grupo, eliminar el prejuicio contra el divorcio y favorecer
la libre discusión de temas, son acciones que han mostrado
ser eficaces ( WHO, 2009).
Las acciones contra el crimen organizado necesitan go -
biernos fuertes que puedan garantizar el estado de dere -
cho, la seguridad y la libertad de movimiento de sus ciuda-
danos. Los programas que afectan los intereses económi -
cos mediante la adopción de medidas internacionales de
blanqueo de dinero, la lucha contra la corrupción, el con-
trol de disponibilidad de armas, son medidas que han mos -

28
trado cierta efectividad principalmente cuando ocurren
con programas de desarrollo social, de regeneración urba-
na con alternativas de recreación y deporte y de trabajo co-
munitario enfocado en los grupos de alto riesgo y que in-
cluyen los programas de estilos de vida alternativos para las
comunidades rurales y urbanas marginadas (Ghodse, 2008).
Sabemos que la violencia en las comunidades está rela-
cionada con la naturaleza de los mercados de las drogas y
con la forma de enfrentar este problema. Así, por ejemplo,
de acuerdo con la JIFE (Ghodse, 2008), habrá mayor riesgo
de competencia territorial cuando compradores y vende-
dores no se conocen entre sí. Este factor aumenta el poten -
El
cial de violencia enColegio Nacional
lugares públicos como parques y esta-
ciones de autobuses. La aparición de nuevas tecnologías,
(celulares, internet), hacen que las transacciones ilícitas
concontacto@colegionacional.org.mx
drogas se puedan realizar cada vez más lejos de las
zonas públicas pueden reducir el riesgo de que los miem-
bros de la comunidad se vean atrapados en medio de
Edición
transacciones digital
entre bandas noque
rivales comercial
pueden terminar en
actos de violencia.
Prohibida
de la naturaleza ilegal desulasreproducción,
A fin de enfrentar mejor este problema y otros derivados
drogas, se ha recomendado
distribución
poner el foco en y los
modificación sinqueautorización
jóvenes y reconocer ellos no son
la única ni la principal fuente de violencia o de delitos,
son en cambio las mayores víctimas y tienen una función
clave en la solución del problema y deben reforzarse los es -
fuerzos por luchar contra la criminalización de este grupo
que aumenta el riesgo de violencia ejercida contra ellos.
Del análisis que hace la JIFE sobre el crimen y la violencia
(INCB, 2003) se desprende una serie de recomendaciones
que se resumen a continuación: es importante reconocer
que el problema existe e integrar a los principales actores;
entender cuál es el significado geográfico y político de
“comunidad” y quién puede hablar en nombre de ella;

29
establecer programas de prevención, tratamiento y desa-
rrollo comunitario ligados a acciones de procuración de
justicia basadas en principios de justicia restitutiva que
combina la rehabilitación del delincuente con la protec-
ción de los derechos de las víctimas y la seguridad de la
comunidad y dar alternativas al encarcelamiento.
Reducir el riesgo de delincuencia y violencia mediante
apoyo a los adictos, a sus familias, y a las comunidades en
mayor riesgo. Las comunidades rurales y urbanas que de-
penden de los ingresos generados por los mercados de
drogas ilícitas no podrán superar esa situación si no dispo-
nen de alternativas a esas fuentes de ingresos; establecer
El
cooperación entre Colegio Nacional
los organismos de justicia penal, los or-
ganismos de bienestar social y las organizaciones de la
sociedad civil especializadas en el tema.
contacto@colegionacional.org.mx
Orientar las acciones a mantener el orden en las comu-
nidades, en lugar de agresivas campañas policiales contra
los adictos. Una reacción excesivamente fuerte puede ser
Edición hay
contraproducente, digital
mejoresno comercial
resultados cuando el foco
no es la eliminación de la sustancia sino el bienestar de los
Prohibida
de fracaso su enreproducción,
individuos y de las comunidades. Hay mayor probabilidad
si no se trabaja conjunto con instituciones
distribución y modificación
públicas de educación, salud, empleosin autorización
y capacitación y de-
sarrollo social y las Organizaciones de la Sociedad Civil.
Obtener información precisa que permita identificar el
tipo de problema de delincuencia de que se trata y de las
medidas de respuesta apropiadas. Reconocer oportuna -
mente la aparición de las bandas y resolver el problema
antes de crisis. Lograr una labor conjunta con los medios
de comunicación locales para que la información se
difunda de manera sensible y evite las crónicas sensaciona-
listas que traen consigo un riesgo de aumentar las posibili-
dades de retribución o infundir miedo a la delincuencia.
Los pactos con los medios han sido una respuesta efectiva

30
en países como Colombia. Los retos a superar son los pre-
supuestos insuficientes y la falta de coordinación entre los
organismos de justicia, bienestar (educación, salud, em -
pleo, desarrollo social) y las Organizaciones de la Sociedad
Civil que asegure sustentabilidad de programas.
Para enfrentar esta y otras formas de violencia también
se tienen resultados positivos ( WHO, 2009) con programas
de promoción de la salud que buscan analizar y en su caso
modificar las normas sociales; este modelo parte del su-
puesto de que las personas tienen concepciones equivoca-
das de las actitudes y conducta de otros, se asume por
ejemplo que los compañeros toleran la conducta violenta,
El
se sobrestima la Colegio
tolerancia Nacional
al tiempo que se subestiman la
importancia de los factores para prevenirla, esto afecta
la conducta de dos maneras, justificando e incremen-
contacto@colegionacional.org.mx
to la conducta violenta y aumentando la probabilidad de
que los jóvenes manifiesten descontento con estas conduc -
tas y por tanto reforzando la tolerancia hacia ella. Esta
Edición
aproximación pretendedigital
corregirnoestas
comercial
percepciones erró-
neas, dándoles a los individuos una información más real

conductaProhibida su reproducción,
y por lo tanto disminuir el riesgo de la tolerancia y de la
violenta.
distribución y modificación
Esta aproximación también ha mostrado sin autorización
efectividad en
la prevención de la violencia de la pareja con estrategias
que incluyen el promover que los adultos y los adolescen -
tes elijan tratarse a ellos mismos y a otros con respeto,
creando oportunidades para que los adolecentes y sus pa-
dres aprendan formas más positivas de relacionarse, incre-
mentando la habilidad de los adolescentes de reconocer y
prevenir relaciones de noviazgo violentas, entre otras.
Las campañas de medios masivos son eficientes en co -
rregir concepciones erróneas, disminuir el estigma y pro-
mover estilos de parentalidad positiva y de relaciones
saludables que rompen el ciclo de reproducción de estilos

31
violentos de resolución de conflictos y de relacionarse. Son
útiles para mantener una agenda política. Pueden cambiar
la conducta si se basan en modelos eficaces como los basa-
dos en el mercadeo social, con mensajes dirigidos a públi-
cos específicos y previamente probados en esta población a
fin de asegurar que se entiendan y que no se tienen efectos
contrarios a los buscados. La educación a través de
programas especiales como las telenovelas, han probado
también tener un impacto positivo. Cuando se acompañan
de acciones de movilización de la comunidad el impacto
puede ser mayor ( WHO, 2009).
A nivel individual, es importante aumentar campañas de
promoción de la salud, reforzar los esfuerzos de preven-
ción y ofrecerEl Colegio
tratamiento a losNacional
miles de mexicanos que lo
necesitan y necesitarán en el futuro. Para esto una reforma
contacto@colegionacional.org.mx
en la manera en que se da la atención psicológica y psi-
quiátrica en el país, integrando la atención de estos fenó-
menos en el sistema nacional de salud.
Edición digital no comercial
C ONCLUSIONES
Prohibida su reproducción,
distribución
La poblaciónymexicana
modificación sin
está sometida autorización
a un índice impor-
tante de violencia. Como país, México no ocupa los prime-
ros lugares, sin embargo, las diferencias entre las entidades
federativas son importantes, sobresalen Chihuahua, Baja
California y Sinaloa.
La exposición a la violencia muestra variaciones impor -
tantes también por sexo y edad, los hombres están más ex-
puestos, el tipo de violencia que afecta a la mujer es más
perverso, y el fenómeno tiene sus orígenes claramente en
las vicisitudes de la infancia y adolescencia.
Sabemos que la violencia tiene implicaciones significa -
tivas sobre la salud mental y la calidad de vida de quienes
la padecen. Los problemas de salud mental de mayor pre -

32
valencia en nuestro país, como lo son los de ansiedad y del
estado del ánimo, están estrechamente vinculados con la
experiencia de maltrato y violencia, con lo que los esfuer-
zos para su prevención y tratamiento efectivos deben con-
templar esta asociación.
El fenómeno de las adicciones juega un papel impor -
tante en la precipitación y mantenimiento de la violencia,
intervienen en éste tanto factores de la producción de las
drogas como su tráfico y consumo.
La evidencia científica disponible a la fecha demuestra
que la relación entre violencia y drogas tiene diferentes
vertientes: el ser víctima de violencia aumenta la proba-
El Colegio
bilidad de ser usuario de drogas,Nacional
los usuarios de drogas son
más frecuentemente víctimas de violencia, sobre todo las
mujeres, y los usuarios de drogas incurren con mayor fre-
contacto@colegionacional.org.mx
cuencia en conductas antisociales y violentas (como parti-
cipar en riñas, tomar dinero o valores de otros, usar armas
para robar y/o vender drogas).
Ediciónocurre
Esta asociación digital no comercial
con todo tipo de drogas (mari-
guana, cocaína, metanfetaminas e inhalables), aunque es

inhalablesProhibida su reproducción,
más frecuente entre los usuarios de metanfetaminas e
(Consejo Nacional Contra las Adicciones, Insti-
distribución
tuto Nacional de y Psiquiatría,
modificación Instituto sin autorización
Nacional de Salud
Pública, Secretaría de Salud, 2008). Y aunque el problema
de uso nocivo de alcohol es más frecuente en la población
en general, son las drogas ilegales las que tienen mayor im-
pacto tanto en la violencia al interior de la familia como en
aquella dirigida a la comunidad.
De estos datos surgen al menos tres reflexiones: a) la so -
lución a los graves problemas que implican el consumo de
sustancias y la violencia no puede ser la cárcel, tiene que
ver más bien con la generación de otras alternativas para
los jóvenes y con una visión de salud pública; b) la mari-
guana no es pues una droga inocua; y c) las drogas no son

33
iguales, con lo que cualquier política debe considerar sus
diferencias.
La violencia impacta también de manera importante al
elevar el nivel de estrés de la población, afecta el capital so-
cial al reducir niveles de inversión y empleo e incrementar
niveles de pobreza; aumenta los índices de migraciones
forzadas, limita el movimiento de la población que tiene
miedo, y incrementa el número de muertes, la falta de in-
formación aumenta la confusión y temor de la población.
En individuos con impactos más próximos y con vulnerabi -
lidades heredadas o adquiridas durante su desarrollo, la
violencia incrementa el riesgo de padecer enfermedad
mental, comoElestrés Colegio Nacional
postraumático y depresión, lo que
afecta la calidad de vida de quien enferma y de su familia,
y obstaculiza el desarrollo de la población.
contacto@colegionacional.org.mx
Existe también evidencia de que mejores respuestas
disminuyen el riesgo de violencia; así como y de programas
efectivos para atender a quienes son víctimas directas o
Edición
indirectas. digital
Es necesario noloscomercial
traducir hallazgos de investiga-
ción científica en programas más adecuados que nos

romper Prohibida su reproducción,


permitan dar a los niños y jóvenes un mejor ambiente y
este ciclo de reproducción de la violencia que se
distribución y modificación sin autorización
aprende en la familia.
Es claro que México atraviesa una faceta con caracte -
rísticas diferentes, cuyo impacto se mantendrá en las si -
guientes generaciones. Es importante por tanto impulsar
la investigación en esta área para entender mejor los fac-
tores que subyacen a la violencia, desarrollar respuestas
más efectivas y monitorear el impacto de los programas
que se implementan para enfrentar el problema.

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%20Responsibility—Olson,%20Shirk,%20Selee.pdf

39
El Colegio Nacional

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LA AGRESIÓN Y LA VIOLENCIA
ETOLOGÍA, PSICOBIOLOGÍA Y NEUROCIENCIA

JOSÉ LUIS DÍAZ


Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina
Facultad de Medicina, UNAM

INTRODUCCIÓN
El Colegio Nacional
En contacto@colegionacional.org.mx
el presente trabajo se abordan algunos temas de inves -
tigación científica relevantes a la agresión y la violencia que
permitan el desarrollo de un concepto interdisciplinario
Edición
sobre estos digital
importantes noEncomercial
eventos. especial enfocaremos
el problema de distinguir lo innato y lo adquirido en la
conducta agresiva, el problema de la delimitación y com-
prensiónProhibida
etológica de lossucomportamientos
reproducción, agresivos, el
distribución
fundamento y modificación sin autorización
biológico de dichas conductas y el tema de
las emociones más ligadas a la agresión. No abordaré las
influencias genéticas en los comportamientos humanos
agresivos, tema que ha sido ampliamente analizado por el
prestigiado Nuffield Council on Bioethics en su publica-
ción electrónica denominada “Genetics and human behavior:
The ethical context”. En este examen exhaustivo y crítico que -
da claro que en la génesis de los comportamientos agresi -
vos participan factores genéticos y adquiridos cuya discri -
minación es metodológicamente difícil. Me restringiré en -
tonces a ciertos aspectos conductuales, cognitivos y fisioló -
gicos de la agresión. Pero antes de entrar en materia es
necesario demarcar los conceptos.

41
La palabra violencia se aplica en general a cualquier
evento que ocurre con una fuerza extraordinaria, como
puede ser un tifón, un sismo o un choque de trenes. En re-
ferencia a las interacciones sociales se habla de violencia
cuando se cumplen dos condiciones: la primera es el des-
pliegue o la aplicación de una agresión intensa que
impone daños graves a personas o sus propiedades y la
segunda concierne a la utilización de esa fuerza lesiva
contra lo que se considera natural, justo, moral o legal. En
ambos sentidos de un asalto que solivianta el estado
natural y viola una norma social, la aplicación del término
parecería restringirse a los seres humanos y conviene
entonces hacer El Colegio
una distinciónNacional
entre violencia y agresión
en el sentido de que toda violencia implica sin duda una
agresión, pero no toda agresión es violenta: sólo aquel
contacto@colegionacional.org.mx
asalto nocivo o destructivo de sujetos y objetos que ame -
naza, vulnera o quebranta normas sociales y culturales.
Veremos que ciertos incidentes de tropas de primates
permitenEdición digital
considerarlos como no comercial
violentos en varios de estos
aspectos. De esta forma, para ubicar y comprender el tema
Prohibida su reproducción,
de la violencia, es imperativo considerar el concepto y el
fenómeno de la agresión, en el cual conviene distinguir de
distribución
entrada al menosy modificación sin autorización
dos elementos constitutivos, a saber: un
grupo de emociones y un grupo de conductas. La distin -
ción es pertinente porque las emociones de rabia, furia o
de ira que suelen preceder y acompañar a la agresión
pueden o no desatar conductas o acciones de fuerza dirigida
que amenazan con producir o de hecho producen dolor, lesión,
miedo o terror en un receptor. Esto último constituye, por el
momento, una definición operacional de la conducta
agresiva digna de un análisis crítico que esbozaré en este
escrito. Con estos objetivos examinaré el desarrollo del
concepto de agresión en las ciencias de la conducta y la
relación entre el comportamiento agresivo y las emociones

42
que suelen darle origen y acompañarle, en especial la ra-
bia y la furia, tanto en lo que se refiere a su fenomenología
como a la psicolofisiología.

LA AGRESIÓN ANALIZADA POR LAS CIENCIAS DE LA CONDUCTA

La definición de la agresión en términos de acción y


conducta ha resultado dificultosa no sólo en las disciplinas
humanas sino también en las ciencias de la conducta. La
etología clásica desde los años 50 y la etología cuantitativa
desde los 70 se enfrentaron a problemas diversos en refe-
El Colegio
rencia a la agresión, a pesar deNacional
que para algunos de sus
pioneros más célebres, como Konrad Lorenz (1963), fue
un tema de interés central. Un problema fundamental en
contacto@colegionacional.org.mx
la concepción de la agresión para la etología fue que no se
trata estrictamente de un hecho observable, sino de una
interpretación de múltiples conductas. Inicialmente no
parecía Edición
problemático digital
definir no
comocomercial
agresivo el compor-
tamiento de ataque o de pelea entre dos animales de la
Prohibida
persuasivamente su reproducción,
misma especie, sin embargo, como lo pudo argumentar
Scott (1966) convenía más referirse a la
distribución y modificación
larga lista de comportamientos siny defensa
de ataque autorización
bajo el
rubro general de comportamiento agonista. Este énfasis en
la interacción más que en conductas individuales permitió
no sólo incluir en la agresión al binomio del atacante y la
víctima, sino enfocar la atención sobre unidades conduc -
tuales, es decir sobre acciones particulares que se des -
pliegan durante un encuentro agonista tanto por parte del
agresor como del agredido.
La unidad conductual constituye un movimiento o
acción específico que con algunas variantes de amplitud,
duración y tensión muscular presenta una ejecución
morfológica reconocible en los miembros de una especie

43
(Díaz, 1985). Mediante la identificación de unidades fue
posible llegar a formular etogramas, catálogos de unidades
conductuales para actividades generales como la alimen-
tación, la conducta sexual o, en este caso, la agresión. Este
avance permitió establecer que la agresión y la conducta
agonista son un complejo de acciones particulares de ex -
presiones e intensidades variables. Por ejemplo, antes de
manifestar un ataque o una pelea con su amplio cortejo
de contactos corporales de diversa intensidad, las conductas
de amenaza entre muchos mamíferos y en particular entre
los primates, constituyen actos que fingen o avisan con
producir ataques por lo que se consideran dentro del gru-
El
po de la agresión. Colegio
Gestos comoNacional
fijar la mirada, levantar las
cejas, mostrar los dientes, gruñir, fintar o embestir parcial-
mente con la mano o con el cuerpo entero constituyen
concontacto@colegionacional.org.mx
ductas que amenazan a un receptor. Son conductas de-
finidas únicamente por su morfología o forma de ejecu-
ción, una distinción que constituyó también un adelanto
Edición
sustancial, digital
pues la tarea inicial no
de lacomercial
investigación empírica
planteada por la etología cuantitativa fue la de especificar

nal menteProhibida
definidos comosu reproducción,
un etograma o un catálogo de comportamientos operacio-
unidades morfoló gicas de
distribución y modificación
conducta sin interpretación sin autorización
de su intención. Esto permitió
el requisito metodológicamente necesario de contar y me-
dir las conductas por observadores entrenados para llegar
a un acuerdo significativo y realizar registros cuantitativos
confiables de conducta (Altmann, 1974).
Al definir a las unidades mensurables de conducta como
morfológicas se implicaba que la función del comporta -
miento definido por su expresión motora quedaba fuera
del análisis pues la función de la conducta es un problema
muy distinto que la mera enumeración de sus formas de
expresión. En este inciso es donde operan nociones como
la agresión, pues ésta constituye una inferencia funcional

44
de una serie de actos morfológicamente definidos pues no
se pueden deducir de la expresión motora sus causas
cognoscitivas o emocionales, entre las que se cuenta la
intención. De esta manera la etología ulterior realizó otra
distinción de utilidad y trascendencia al mostrar que para
definir la función de cualquier comportamiento en esos
términos era necesario no sólo registrar o analizar la eje-
cución de acciones definidas por un actor, sino también
las respuestas del receptor y las circunstancias de la interac-
ción, noción que ha sido aplicada en el análisis de la agre-
sión humana (Cohen, et al., 2006). Cumplidos estos requi -
sitos quedaban razonablemente rezagadas y rebasadas las
objeciones a laEl Colegio
etología Nacional
en términos de antropomorfismo
o sesgo interpretativo de la conducta animal para dar lugar
a una ciencia bastante más rigurosa.
contacto@colegionacional.org.mx
En la época en la que se establecían estos requisitos me-
todológicos, en su Psychology of Agression, Moyer (1976) rea -
lizó una distinción de ocho tipos de agresión que resulta
relevanteEdición digital
para cualquier análisisno comercial
de esta conducta y de sus
implicaciones en la bioética humana. De acuerdo a las cir-
Prohibida Moyersu reproducción,
cunstancias y estímulos causales en las que ocurre el en-
cuentro agonista, distingue los siguientes tipos de
distribución
agresión: y modificación sin autorización
(1) Predatoria asociada a la caza usualmente entre espe-
cies distintas, como sería la conducta muricida del
gato.
(2) Producida por el miedo como defensa ante un confina -
miento, como acontece con la respuesta de la presa
cuando el embate del predador es ya insalvable.
(3) Dominancia que ejerce un animal de rango superior
hacia otro de rango inferior en grupos de la misma
especie y que usualmente se inhibe o limita por
comportamientos sumisos.
(4) Desatada por estímulos irritantes en animales estresados.

45
(5) Territorial durante invasiones al espacio vital.
(6) De las hembras y a veces los machos hacia un intruso
en cercanía de las crías.
(7) Dirigida al objeto de una frustración.
(8) En referencia a la competencia sexual.

Como puede verse, la clasificación no se basa en la


identificación, descripción o cuantificación de actos par-
ticulares de conducta, sino en la distinción de las circuns-
tancias en las que éstos y otros actos ocurren, en particular
de los estímulos que las desencadenan. El catálogo de
Moyer no es exhaustivo y se podrían agregar categorías
El
como la agresión Colegio
correctiva Nacional
de padres a hijos, la agresión xenó-
foba dirigida a extraños de la misma especie, o la agresión
dirigida a quien se considera ha vulnerado ciertos principios.
Estecontacto@colegionacional.org.mx
marco en referencia a los estímulos causales es enton-
ces indispensable para distinguir las funciones de los com-
portamientos y tiene componentes tanto sociales como
Edición
psicológicos digital
y biológicos. La no comercial
distinción entre comporta -
mientos agresivos pone en claro que si juzgamos el con-
Prohibida
motivaciones su reproducción,
texto las funciones de la agresión son muy distintas y
conllevan igualmente diferentes y no siem -
distribución
pre destructivasy(Cohen
modificación
et al., 2006). sin autorización
Más allá del ámbito de la metodología, la etología ha
mostrado reiteradamente a partir de las aportaciones de
Konrad Lorenz (1963) que la conducta agresiva es esencial
en todo grupo social de animales en su medio natural. La
agresión manifiesta una competencia necesaria para ad-
quirir y mantener roles y status jerárquico en la estructura
social de muchas especies. Los animales que manifiestan
mayor cantidad de conducta agresiva entre ellos intercam -
bian también mayor cantidad de conductas amistosas o
afiliativas dando lugar a relaciones complejas y a la estruc-
tura social que es característica de muchas especies. Nor -

46
malmente, en los encuentros de lucha territorial o com -
petencia sexual, la agresión se aplaca cuando el receptor
da indicios de acatamiento, de huida o de sumisión. En las
circunstancias de grupos de animales de la misma especie
la agresión tiene una dinámica similar en la que las con-
ductas de sumisión inhiben el ataque, con lo cual se esta-
blecen vínculos y relaciones de dominancia-subordinación
que en conjunto conforman la estructura social mediante
fuerzas cohesivas de afiliación y repulsivas de agresión. De
esta forma tanto la agresión como la afiliación o recon-
ciliación son elementos normales y necesarios para la
formación y manutención de los grupos sociales en ani-
El
males. Los aspectos Colegio Nacional
positivos de la agresión incluyen la
limitación de las acciones de otros. El aprendizaje social es
esencial para ensayar y aprender cuándo y cómo canalizar
contacto@colegionacional.org.mx
la agresión de tal manera que se mantenga como un re-
curso más favorable que dañino en términos de adap-
tación tanto para el individuo como para el grupo social.
Edición
Sin embargo, lejosdigital nohabitual
de este rol comercial
y usualmente
favorable de la agresión, en grupos de primates se ha re -
portado el surgimiento de periodos de agresión intensa,
extraña oProhibida su reproducción,
incontrolable muy diferentes de los que se pre-
distribución y modificación
sentan en circunstancias habituales desin autorización
coexistencia social
en grupos de una especie. Tanto la conocida primatóloga
Jane Goodall (2001) en los chimpancés de Gombe, como
nosotros en grupos cautivos de macacos cola de muñón
en la Ciudad de México (Díaz, 1985), hemos relatado que,
en algún momento de su devenir, las tropas de primates
pierden reglas habituales de convivencia y desarrollan
ataques feroces de manera aparentemente inmotivada que
no cesan con la sumisión del oponente y que incluyen se-
cuestro de infantes o canibalismo, conductas inusitadas en
condiciones normales de convivencia. Estos episodios plan -
tean que algunas conductas que definimos entre los seres

47
humanos como violentas por su intensidad y por romper
con límites considerados naturales de comportamiento
pueden presentarse en nuestros parientes biológicos más
cercanos. También se han descrito en diversas especies ma-
chos hiperagresivos que continúan atacando a pesar de
que sus víctimas dan señales de sumisión. Estas caracte-
rísticas pueden seleccionarse artificialmente y producirse
cepas hiperagresivas, pero esto no ocurre de manera natu-
ral, lo cual es significativo (Carey, 2002). Episodios y evi-
dencias como éstos son muy relevantes a la discusión de la
naturaleza de la agresión y de la distinción entre sus tipos,
normas y justificantes. En el mismo sentido, se ha docu-
mentado extensamente que las estrategias de conflicto
ElenColegio
entre animales, Nacional
especial entre primates, no sólo abar -
can los encuentros agonistas sino, necesaria y complemen-
contacto@colegionacional.org.mx
tariamente, múltiples formas de afiliación y reconciliación
(De Waal, 1989).

Edición digital no comercial


L AS EMOCIONES Y LA AGRESIÓN: LA RABIA, LA IRA,
EL MIEDO, EL DOLOR
Prohibida su reproducción,
distribución
Uno de los y modificación
temas más relevantes ensin autorización
la implicación ética
de la violencia y la agresión es la participación de un grupo
de emociones y procesos cognoscitivos como causas, acom -
pañantes o resultados de los comportamientos que por su
morfología o contexto se han definido como agresivos. La
relación entre unos y otros forma parte central de las cir -
cunstancias que permiten las distinciones de tipos de agre -
sión por lo que constituyen un tema relevante de investiga -
ción básica al involucrar ciertos estratos biológicos, particu-
larmente los fundamentos cerebrales de esas emociones y
conductas.
El concepto interactivo de agresión y la discriminación
entre forma y función del comportamiento realizado por

48
la etología y revisados arriba implican una distinción entre
la emoción de rabia y la acción de ataque, pues no necesa -
riamente van unidas, en particular en los seres humanos
y probablemente en otros primates. Pueden ocurrir, por
ejemplo, ataques destructivos sin rabia o furia por parte
del atacante y también que el receptor no considere agre-
sión una conducta ajena que le produzca miedo, dolor
y lesión. De hecho, los ataques sin emoción de rabia son
frecuentes en acciones humanas consideradas de violencia
extrema como las que ocurren en ciertas acciones de
guerra, o bien en conductas violentas que despliega quien
lejos de la rabia sienta gozo y placer en hacer daño a otros.
Estos eventos en El Colegio
los Nacional
que no están unidas la rabia o la furia
con el ataque se presentan normalmente en los seres hu-
manos como parte de circunstancias y sentimientos que
contacto@colegionacional.org.mx
conocemos como venganza, desquite o revancha, emocio-
nes y conductas agresivas que responden con retardo a un
insulto o despojo y son muy prevalecientes en todas las
culturas Edición digital
y épocas al tiempo queno comercial
están fuertemente sancio-
nadas por muchas tradiciones culturales y religiosas. De

cional por Prohibida su reproducción,


esta manera las causas o los acompañantes de tipo emo-
parte del atacante pueden ser muy variables
distribución y modificación
y difíciles de determinar, aunque seansindeautorización
interés para
conformar y concebir de una manera más completa el
proceso y la naturaleza de la agresión.
Así, para discutir el tema de las causas y acompañantes
mentales de la agresión, conviene analizar brevemente las
emociones que más frecuentemente se le asocian, como la
ira y la rabia por parte del agresor y el miedo o el dolor
por parte del agredido, afectos de cualidad desagradable,
activación intensa y manifestación universal en gestos
faciales humanos. Esta expresión facial universal y el
consecuente reconocimiento pan-cultural han asentado a
la emoción de rabia y de miedo entre las seis emociones

49
consideradas básicas de la especie humana (Eckman y
Friesen, 1973). Sin embargo es importante decir que el
gesto no implica la emoción, pues puede asumirse o adop-
tarse deliberadamente, aunque los observadores humanos,
en especial las mujeres, son muy hábiles en decodificar
y diferenciar gestos espontáneos y actuados.
La emoción de rabia surge normalmente en respuesta a
una serie de percepciones y está impelida hacia una serie
de acciones correctivas de esas causas. Los estímulos que
desatan emociones de rabia son de dos tipos: respuestas a
las acciones de otros percibidas como perjudiciales, dañi-
nas u ofensivas y respuestas a la frustración en conseguir
un objetivo. En ElelColegio Nacional
primer caso la rabia surge por la percep-
ción de una pérdida o lesión atribuible a un agente inten-
cional y que se juzga como injusta. Esta distinción según el
contacto@colegionacional.org.mx
juicio es tan crucial que una pérdida similar que no pueda
atribuirse a un agente voluntario conduce ya no a la rabia
sino a la tristeza. Como sucede con el resto de las emocio-
Edición
nes, la rabia digital
varía en no desde
intensidad comercial
la irritación y la
molestia hasta la indignación o la furia. No sólo hay va -

ra que se Prohibida su reproducción,


riantes de intensidad sino de modalidad, de tal mane-
puede distinguir, por ejemplo, la indignación
distribución
moral que surge y modificación sin autorización
al sentir que un derecho propio ha sido
violado, la exasperación de soportar más de lo debido, o la
venganza que es una respuesta agresiva deliberada y re -
tardada a una ofensa. En este sentido hay un paralelismo
que no ha sido suficientemente analizado entre las distin -
ciones de los tipos de agresión según sus causas y circuns -
tancias o según las emociones y juicios.
Ahora bien, más allá de sus causas y cualidades, la rabia
es una emoción que suele anteceder y acoplarse al com -
portamiento agresivo, en particular al ataque intempestivo
y descontrolado. En algunos episodios de rabia el indivi -
duo pierde el control y la emoción se manifiesta como

50
ataques de furia que resultan en embestida o destrucción de
cosas o personas. De esta forma el furor se identifica como
una expresión conductual devastadora y descontrolada
propia de la emoción de rabia. El concepto de “ataque de
furia” implica no sólo el embate a uno o varios receptores
humanos, sino también a objetos haciendo referencia no
sólo a un receptor de la conducta, sino al propio agente
enrabiado que sufre un ataque en el sentido de que, en un
estado de intensa agitación emocional, pierde el control
de su conducta que usual o normalmente está establecido
por alguna evaluación de utilidad y por la intención. Así,
durante el ataque de furia la comunicación y el procesa -
El
miento de informaciónColegio Nacional
cognoscitiva son ineficientes y se
habla de rabia “ciega” en el sentido de que la percepción
se encuentra alterada porque la información sensorial
no contacto@colegionacional.org.mx
se procesa adecuadamente y ya pasado el evento sea
incluso difícil o nebuloso el recuerdo del episodio.
Este tipo de actos impulsivos y explosivos pueden pre-
sentarse Edición
en cualquierdigital
persona ennoalguno
comercial
o varios momen-
tos de su vida y es difícil establecer linderos aceptables de
Prohibida
plo, en referencia su reproducción,
normalidad, regularidad, costumbre o cordura. Por ejem-
a los criterios de normalidad, la litera -
distribución
tura psiquiátricaycompilada
modificación sin manual
en el polémico autorización
DSM IV
propone actualmente la existencia de un “trastorno explo -
sivo intermitente” en el que se considera anómalo que los
episodios o arranques de ira sean muy frecuentes, que resul -
ten en lesiones o destrucciones importantes, que el nivel de
agresión sea desproporcionado al estímulo y no se expliquen
por otros trastornos como la personalidad antisocial, la
manía o la epilepsia del lóbulo temporal (itálicas mías).
Las personas que presentan este supuesto trastorno no
sólo reaccionan con ira descontrolada y excesiva ante cier-
tas situaciones, sino que también experimentan una sensa-
ción de alivio durante el arranque de furia y luego remor-

51
dimiento por sus acciones (Moeller, et al., 2001). Como se
puede ver en la definición existen términos que he puesto
en itálicas de valoración subjetiva que hacen del síndrome
una entidad dudosa.
Algunos autores como Beck (1999) plantean distinguir
una manera destructiva y otra constructiva de lidiar con la
emoción de rabia. La diferencia estaría en el control vo-
luntario que no se ejerce sobre la emoción misma pues es
usualmente incontrolable, sino sobre la expresión de con-
ducta. La pérdida de control y la expresión ciega de furia
puede ser muy destructiva, en tanto que el control de la
expresión permite canalizar la activación que impone la
El Colegio
rabia hacia acciones Nacional
constructivas. Estos autores subrayan
la oportunidad que da la rabia y otras emociones para
revaluar elementos como la realidad de la supuesta pér -
contacto@colegionacional.org.mx
dida, el valor del objeto, la percepción de la dignidad, la
humillación, la autonomía, el poder, la privacidad o el
territorio que se perciben como vulnerados. De igual for-
Edición revaluar
ma es constructivo digitalalno comercial
agente al que se imputa la
acción que motiva la rabia en particular el grado de res-

propias Prohibida
motivaciones esu reproducción,
ponsabilidad que se le puede imputar en referencia a sus
intenciones. Beck considera que
distribución y modificación
una gran proporción de episodios desinrabia,
autorización
odio y vio -
lencia surgen por falsas percepciones e interpretaciones y
sugiere que el análisis crítico de las circunstancias y agen-
tes que precipitan la emoción permiten un reacomodo del
entendimiento que se pude traducir como el recomponer
(reframing) el problema y la actitud.

L A BASE FISIOLÓGICA DE LA AGRESIÓN

Un grupo de investigadores españoles (Gil-Verona et al.,


2002) ha realizado una revisión extensamente documen -

52
tada de las bases biológicas de la agresión y la violencia que
permite algunas conclusiones de los conocimientos mejor
establecidos en este campo. De esta forma se puede afir-
mar, por ejemplo, que existe una abundante evidencia
científica del papel de la testosterona como promotor de
la agresión. La testosterona forma parte de un complejo
de factores endocrinos y cerebrales estrechamente vincula-
do a la conducta reproductora en referencia muy patente y
comprensible a la competencia por territorios y parejas
sexuales. De esta manera los episodios de agresividad y los
ataques de rabia son mucho más abundantes durante la
adolescencia entre los machos de diferentes especies desde
los peces hastaEl los Colegio Nacional
primates y varones humanos con lo que
se ha involucrado a la testosterona como un factor contri -
buyente crucial. De hecho, existen evidencias de que los
contacto@colegionacional.org.mx
andrógenos son necesarios no sólo durante el proceso de
pubertad, sino que tienen efectos desde antes del naci-
miento pues una androgenización prenatal experimental
resulta enEdición digitaldenoagresión
mayor incidencia comercial
en los machos
adultos. En igual sentido se ha documentado que los niños
Prohibida
una contraparte social ensuel reproducción,
pre-púberes son más agresivos que las niñas, lo cual tiene
nivel de tolerancia y aun de
distribución
promoción queyciertasmodificación sin autorización
sociedades ejercen sobre la agre -
sión de los varones.
El trabajo de Gil Verona y colaboradores (2002) revisa y
actualiza además una extensa información en el sentido de
que ciertas anomalías biológicas y en particular cerebrales
predisponen a la conducta agresiva. Entre ellas cabe citar a
la epilepsia del lóbulo temporal, una disfunción no con -
vulsiva y localizada que implica la expresión automática de
conductas violentas por la alteración del lóbulo temporal y
los núcleos amigdalinos, dos aglomerados neuronales si -
tuados en las profundidades del lóbulo que están fuer -
temente implicados en las emociones de rabia y de miedo.

53
La neurofisiología estableció a partir de la primera mitad
del siglo XX que la estimulación o la ablación de estos nú-
cleos produce comportamientos agresivos o de miedo
según las porciones de la amígdala que se afecten. Tam-
bién desde esa época se ha ratificado que las amígdalas
temporales no funcionan en solitario para producir agre-
sión, sino como partes de sistemas más complejos que
involucran a otras regiones con las que establecen cone-
xiones. En especial debe destacarse que las amígdalas
tienen una relación de inhibición recíproca con el lóbulo
frontal de tal manera que la predominancia de un sector
de esta balanza funcional implica la disminución del otro.
De esta manera,El Colegio
en Nacional
tanto la predominancia de la amígdala
implica emociones y conductas de furia, la predominancia
de su contraparte frontal implica conductas de placidez.
contacto@colegionacional.org.mx
Un caso espectacular de lesión accidental del lóbulo
frontal vino a reafirmar esta teoría de inhibición mutua, el
de Phineas Gage, un empleado ferroviario de Cavendish,
Edición digitalsobrevivió
quien sorprendentemente no comercial
por 12 años el tras-
paso de su cráneo por una varilla metálica que penetrando
Prohibida suDespués
reproducción,
por la mejilla y saliendo por la calota, le destruyó el ojo y el
lóbulo frontal izquierdos. del insólito y trágico
distribución
accidente este yoperario
modificación sincambió
de vías del tren autorización
de ser un
hombre afable y pacífico a ser taciturno, irritable y violen -
to. La interpretación actual del notable caso (Davidson,
Putnam y Larson, 2001) es que la destrucción del lóbulo
frontal impidió la modulación inhibitoria que éste ejerce
sobre la amígdala, de tal manera que las emociones y con -
ductas de ira se desataban con mayor facilidad.
El lóbulo frontal está involucrado en múltiples compor-
tamientos socialmente aprendidos de tal manera que cons-
tituye un sector cerebral mediante el cual es posible regu -
lar el comportamiento agresivo en referencia a normas so -
ciales de índole moral. En apoyo a esta idea se ha identifi -

54
cado que los individuos que presentan conductas particu-
larmente violentas muestran evidencias de daño o disfun-
ción de la corteza pre-frontal (Best, Williams y Coccaro,
2002) incluyendo la disminución de los niveles o de la
transmisión de serotonina, un neurotransmisor involucra-
do en la depresión, en la conducta alimenticia y la agre-
sión. Se ha documentado repetidamente que existe tanto
una disminución de la transmisión serotoninérgica como
un aumento de la dopaminérgica durante la agresión ani-
mal o incluso como un factor neuroquímico en poblacio-
nes humanas agresivas (Miczek et al., 2002). Estos hallazgos
suelen interpretarse como causas de la conducta violenta,
El
pero, como sucede Colegio Nacional
con los experimentos de reagrupación
por rango que veremos abajo, la evidencia apunta a que
también pueden ser secundarios, pues ciertas conductas
contacto@colegionacional.org.mx
pueden modificar el funcionamiento de los circuitos cere -
brales y sus neurotransmisores involucrados en el estrés
y la recompensa. Los sistemas neuroquímicos son altamen-
Edición
te responsivos digitaly no
a los estímulos comercial
las situaciones ambientales
de tal manera que conductas como la agresión o la hiper-

innatos yProhibida
adquiridos, de su reproducción,
agresividad violenta responden a una fragilidad de factores
variables biológicas, psicológicas
distribución
y sociales. y modificación sin autorización
Aun en los casos de predisposición genética se puede
decir que los genes no causan la conducta de una manera
inevitable o linear causa-efecto, como causan el color de
los ojos. Lejos de un determinismo genético simplista, se
sabe que la experiencia, la fisiología corporal y el com-
portamiento son factores dinámicos en desarrollo no
como entidades abstractas separadas, sino como procesos
de interacción múltiple e integración compleja que inclu -
yen desde los genes hasta la experiencia y las normas socia -
les. Y si bien la genética predispone hacia ciertos compor-
tamientos, existen numerosos mecanismos que inhiben la

55
expresión de esas conductas que son más efectivos confor-
me avanza la encefalización y el desarrollo del lóbulo fron-
tal, muchos de ellos de naturaleza cultural como son nor -
mas, ideologías o modas de conducta. En este sentido y en
un elogiado libro sobre las bases cerebrales de la violencia,
Debra Niehoff (1999) ha argumentado que los encuentros
de cada individuo con su medio ambiente social y ecológi-
co tienen efectos perdurables sobre los procesos neurobio-
lógicos que subyacen a toda conducta, en particular a la
agresiva.

ElDEColegio
E L EXPERIMENTO Nacional
REGRUPACIÓN POR RANGO

Una forma de abordar la génesis de comportamientos


comcontacto@colegionacional.org.mx
plejos, como son la violencia y la agresión, es determi-
nar experimentalmente si las variables biológicas antece -
den o suceden a las conductas sociales. Se puede lograr
Edición
esto mediante digital
el método no comercial
de reagrupación de ratones ma-
chos según su rango de dominancia que desarrollé du-
Prohibida
El métodosu reproducción,
rante diversos estudios en la década de los 1980s (véase
Díaz, 2010). consiste en el establecimiento de
distribución
grupos de tresyratones
modificación
machos en lossinqueautorización
usualmente se
establece, en unos días y con una pugna y frecuencia va -
riables, un rango jerárquico relativamente estable con un
ratón agresivo y dominante y dos ratones evasivos y sumi-
sos. El reconocimiento del rango es sencillo pues basta
identificar, durante los ataques y peleas que ocurren en la
jaula de vivienda, al animal atacante que arremete y al
atacado que huye o bien al ganador y al perdedor de una
contienda. Tanto las conductas como los actores se logran
identificar fácilmente pues el repertorio de conductas de
ataque y de evasión es muy conocido en roedores de cam -
po y laboratorio (Scott, 1966). Para identificar a los indivi -

56
duos involucrados en la interacción agonista, los animales
se marcan con tres colores distintos en el pelo del dorso
mediante marcadores indelebles.
Una vez establecido y estabilizado el rango es posible
realizar mediciones biológicas diversas en los animales. Sin
embargo, la sola medición de alguna variable no permite
saber si es causa o consecuencia de la conducta de domi-
nancia o subordinación. Con el fin de diferenciar esta cau-
salidad se utiliza la reagrupación por rango que consiste en
la formación de nuevos grupos de tres machos dominantes
y tres subordinados mezclando animales de rango ya
asentado y conocido. En unos días de nuevo se establecen
El
en todos los grupos Colegio Nacional
nuevas dominancias de tal manera que
se obtienen al menos cuatro combinaciones de dos rangos
sucesivos:
•contacto@colegionacional.org.mx
dominantes en la primera y segunda agrupación (D-D)
• subordinados en la primera y segunda agrupación (S-S)
• dominantes que se vuelven subordinados en la
Edición
segunda agrupacióndigital
(D-S) no comercial
• subordinados que se vuelven dominantes en la

De estaProhibida su reproducción,
segunda agrupación (S-D)
manera, si se mide una variable biológica en es-
distribución y modificación
tos animales conociendo su historia desin autorización
dominancia, es po-
sible establecer si es causa o consecuencia del rango y las
conductas de agresión o huida que éste conlleva. Utilizan-
do esta estrategia establecimos que los ratones dominantes
presentan un contenido cerebral de encefalinas notable -
mente inferior a los subordinados (Díaz y Asai, 1990). Como
se sabe las encefalinas son neurotransmisores y modula -
dores implicados en los mecanismos nerviosos centrales de
recompensa y dolor. Mediante el uso de la técnica de rea-
grupación por rango fue posible demostrar que el conte -
nido de metionina-encefalina del tallo cerebral es muy
inferior en los animales doblemente dominantes D-D que

57
en los reiteradamente subordinados S-S y que disminuye
drásticamente una vez adquirido el rango de dominancia
en los animales previamente subordinados S-D, en tanto
que aumenta dramáticamente en los ratones D-S que per-
dieron el rango de dominantes que tenían en la primera
agrupación para convertirse en subordinados en la segun-
da. Con estos resultados fue posible concluir que las con-
ductas asociadas al rango jerárquico, es decir tanto la agre -
sión y el ataque implícitos en la dominancia, como el
sometimiento y la huida implícitos en la subordinación,
podían condicionar cambios intensos en el contenido de
neuro-moduladores relacionados al placer y al dolor en el
cerebro. PuedenEl interpretarse
Colegio Nacional
los resultados en el sentido
de que el sistema neurológico del dolor presentaba una
adaptación preventiva y de enfrentamiento con relación al
contacto@colegionacional.org.mx
estrés para contender con las lesiones asociadas a la subor-
dinación. En efecto, en esos mismos experimentos cuan-
tificamos un número elevado de lesiones como consecuen-
Edicióny laceraciones
cia de mordidas digital nosufridascomercial
por los ratones
subordinados por parte de los dominantes.
Prohibida su reproducción,
Estos resultados muestran que existe una fisiología di -
ferencial de la dominancia y la subordinación probable-
distribución y modificación
mente en relación sin
estrecha con el estrés autorización
social. Se sabe que
los animales dominantes de muchas especies muestran en
general mucho mayor estrés que los subordinados a juzgar
por los niveles plasmáticos de cortisol y su reactividad a
estímulos estresantes (Morell, 1996). Si bien los animales
dominantes tienen acceso privilegiado y en ocasiones tie -
nen el control sobre las fuentes de alimento ganan menos
peso que los subordinados. La razón puede ser una modi -
ficación en la ingesta o una diferencia metabólica, hipóte -
sis dignas de estudios ulteriores.
En forma general los resultados de reagrupación según
el rango indican una gran variabilidad en la expresión

58
agresiva y sumisa en ratones, a pesar de que éstos provie-
nen de una cepa de laboratorio con una homogeneidad
genética mayor al 99%. Esta variabilidad en la conducta
necesariamente implica factores epigenéticos, aprendidos
y circunstanciales que dependen de la combinación de
ciertos individuos para que se establezca o no un rango
de dominancia con una estructura social estable basado en
el despliegue de conductas agonistas, es decir agresoras
y subyugadas.
Los datos sugieren varias conclusiones en referencia a lo
innato y lo adquirido en la agresión y la dominancia social
en ratones de genoma prácticamente idéntico. La primera
es que estas conductas tienen un fuerte componente
aprendido queEl ColegioporNacional
se manifiesta la dinámica exponencial
y acelerada de la agresión en la reagrupación hecha con
contacto@colegionacional.org.mx
animales experimentados en comparación con la de los
ingenuos de la primera agrupación. La formación de es-
tructuras sociales fue mucho más rápida y eficiente en la
Edición
reagrupación digitaltiene
y la agresión noun comercial
papel estabilizador
pues la estabilidad de los grupos es mayor cuando la agre-
sión se establece de manera más eficiente y con menor cos-
Prohibida
to de estrés suimplantar
y lesiones para reproducción,
y mantener la estruc-
distribución
tura social. y modificación sin autorización
En suma, este experimento muestra que: (1) existe una
gran variabilidad en la agresión y sumisión que presentan
ratones individuales de una cepa de laboratorio, (2) la do -
minancia social asociada a la agresión y la subordinación
social asociada a la huída condicionan cambios fisiológicos
intensos que afectan desde el peso corporal hasta el conte -
nido de neuro-moduladores asociados a la recompensa y al
dolor, (3) la agresión y las conductas asociadas al rango de
dominancia y a la formación y establecimiento de la estruc-
tura social tienen componentes innatos y adquiridos suje-
tos al aprendizaje que se ejercen de una manera cada vez
más eficaz para establecer y mantener la estructura social.

59
IMPLICACIONES Y PROSPECTOS DE LA INVESTIGACIÓN
BÁSICA EN AGRESIÓN

Los conocimientos de la etología y de la neurociencia


cognitiva son de trascendencia para definir a la agresión
humana, pues refuerzan la idea de que no es posible defi-
nir como agresivo un comportamiento sólo por la ejecu-
ción motora de un emisor. Las fintas, los amagos, los ges-
tos faciales o incluso los golpes, pueden manifestar funcio-
nes biológicas y mentales muy diversas, algunas de ellas
diferentes de la agresión. Para ilustrar esto basta volver a la
definición preliminar de agresión que enunciamos arriba,
El Colegio
es decir al conjunto Nacional
de conductas que amenazan con pro-
ducir o de hecho producen dolor, temor o lesión en un
receptor. Esta definición es insuficiente si consideramos
contacto@colegionacional.org.mx
comportamientos que la cumplen pero que no se conside-
ran agresivos. Una simple inyección hipodérmica cumple
con la definición, pues se trata de una conducta que pro-
Edición
duce temor, dolor ydigital
lesión enno comercial
el receptor pero que no se
ocurre catalogarla como agresiva. La extracción de una

sentido Prohibida
conductas aún su más reproducción,
muela o una intervención quirúrgica serían en este mismo
agresivas por el dolor y la le-
distribución y modificación
sión que producen. sin autorización
Estos ejemplos ilustran la necesidad
bien ilustrada por la etología de incluir en la definición de
agresión al receptor y a las circunstancias de la interacción,
pues, aunque se cumple la definición en referencia al ac -
tor de la expresión conductual, resulta que el receptor no
considera que las acciones sean dañinas sino benéficas,
pues las circunstancias de la interacción no son las de un
ataque sino las de un acto terapéutico y las emociones
involucradas por parte del emisor no son de rabia o furia,
sino por el contrario de cuidado y atención. Esto obliga a
redefinir la agresión en el sentido de que las conductas
que identificamos como amenazantes o productoras de

60
dolor, temor o lesión, para ser catalogadas como agresivas,
deben ser identificadas como tal por el receptor o por el
sistema cultural y deben darse en circunstancias no sólo
de ataque deliberado, sino de enfrentamiento, de huida o de
persecución. Al enunciar la agresión de esta forma parece
necesario considerar tanto al emisor como al receptor del
comportamiento de fuerza para definirla, pues no es
posible restringirla unilateralmente a quien la ejerce. Estas
acciones se pueden considerar en conjunto y genérica -
mente como conductas de ataque, es decir, conductas que
se lanzan contra un receptor con la intención de golpearle o
herirle. De esta forma, la agresión es una interacción no
sólo porque elEl Colegio
receptor Nacional
enfrente necesariamente al agre-
sor, sino porque el receptor de la fuerza presenta reaccio-
nes a su ataque, como son el temor, la huida o el contra-
contacto@colegionacional.org.mx
ataque. Este registro de ataque y huida es tan definitivo
como el de pelea o enfrentamiento para analizar la agre-
sión en el contexto social incluso en animales de labora-
torio comoEdición digital no comercial
los ratones.
Lejos de asumir una posición reduccionista de la agre -
sión, confinándola al cerebro o a algunas de sus partes, la
Prohibida
psicobiología su de
y las ciencias reproducción,
la conducta han dado la
distribución
oportunidad dey considerarla
modificación sin no
y observarla autorización
sólo como
ejecución de ciertas acciones por parte de un agente, sino
como la recepción de un destinatario y en especial como la
interacción entre ambos en contextos que resultan defini -
tivos para comprender la naturaleza de ese vínculo y enca-
denamiento de acciones como agresiva o diferente de la
agresión. Ahora bien, las ciencias de la conducta no pue-
den ni pretenden llegar más lejos en referencia a las causas
o acompañantes mentales de la agresión y que resultan de
crucial importancia para comprender las causas y conse -
cuencias de ella que son fundamentales para tratar las im -
plicaciones éticas y legales del comportamiento agresivo.

61
La agresión tiene un trasfondo neurobiológico innegable
pero esto no implica que empiece y termine en la bioquí-
mica o en la fisiología del cerebro. La evidencia cada vez más
abundante y convincente implica que los factores innatos
del comportamiento, sean los genes, los circuitos cerebra-
les o los factores neuroquímicos no definen unívocamente
la conducta, como tampoco lo hacen los factores adquiri-
dos del aprendizaje, las normas culturales o la cosmovisión
por sí mismos, pues ambos interactúan desde el principio
para moldear un proceso de desarrollo en el cual respon -
den mutuamente para definir las creencias o los compor-
tamientos. De esta manera los métodos biológicos, los psi-
cológicos, las prácticas sociales o las regulaciones morales
El Colegio
son todos parcialmente Nacional
efectivos para modular el com-
portamiento en general y el agresivo en particular. De
contacto@colegionacional.org.mx
hecho no son fácilmente separables en su transcurso real.
Como hemos visto, uno de los temas originales y recu-
rrentes de análisis en las ciencias de la conducta en refe-
rencia alEdición digital
rol social de noescomercial
la agresión la disyuntiva aparente
de la determinación innata o adquirida del comportamien-
to agresivo. Este tema es muy delicado en su aplicación so-
Prohibida
cial y legal, su reproducción,
pues se considera en principio que si existiera
distribución
una causalidadygenética
modificación sinnoautorización
de la agresión, sería posible
modularla mediante correctivos sociales de aprendizaje
y estaríamos condenados irremisiblemente a la violencia.
Esta disyuntiva fue el tema que la Declaración de Sevilla
(Adams et al., 1987) criticó fuertemente con argumentos
sólidos provenientes de las propias ciencias en el sentido
de que lejos de implicar un determinismo genético de la
agresión o la violencia, las ciencias de la conducta, la cog-
nición o el cerebro plantean un panorama en el que el
determinismo biológico es mucho menos prevaleciente y
no sólo permite sino que obliga a considerar los elementos
sociales, éticos y culturales como necesariamente relevan -
tes en su proceso y expresión.

62
REFERENCIAS

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

64
LA AGRESIÓN, LA VIOLENCIA Y LA CORTESÍA
EN PRIMATES NO-HUMANOS
UNA MIRADA DESDE LA ETOLOGÍA*

JAIRO MUÑOZ-DELGADO
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
El Colegio Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México
JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ FERRER
Universidad Veracruzana
contacto@colegionacional.org.mx ANA MARÍA SANTILLÁN-DOHERTY
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
CARLOS MORENO B.
Edición digital no comercial
Universidad del Rosario de Bogotá, Colombia

Prohibida su reproducción,
¿Es paz la paz de la paloma? ¿El leopardo hace la guerra?

distribución y modificación sin autorización


De El libro de las preguntas de Pablo Neruda

Los comportamientos agresivos han sido estudiados por


diferentes disciplinas de las ciencias sociales y de las cien -
cias naturales. Cada una de ellas ha buscado explicaciones
para esas conductas desde su perspectiva disciplinar, sus
metodologías y sus teorías. Las ciencias sociales han enfa -
tizado el papel del aprendizaje y de los aspectos culturales
y sociales, considerando a la agresión y, especialmente a la

* Se le agradece a la Mtra. Tania Real por la transcripción de la ponencia ori -


ginal presentada en El Colegio Nacional, el 7 de diciembre del 2009. El pre-
sente texto es una ampliación de la ponencia.

65
violencia, como fenómenos específicos del hombre. Por su
parte, las ciencias naturales han estudiado la agresión den-
tro de un marco evolutivo, comparando las respuestas de
diversas especies animales. La etología, el estudio biológico
del comportamiento, ha sido una de las disciplinas que
por su metodología y nivel de análisis ha realizado más
avances en la descripción y explicación de las bases bioló-
gicas de la agresión.
En este capítulo se revisarán, desde una perspectiva eto-
lógica, algunos aspectos relacionados con la agresión y la
violencia en primates no-humanos. La importancia de es-
tos estudios para la comprensión de la agresión en nuestra
especie humana El Colegio
es obvia, dadoNacional
que los humanos pertene-
cemos, biológicamente, al orden de los primates y desde el
punto de vista evolutivo compartimos con los primates no-
contacto@colegionacional.org.mx
humanos una gran diversidad de características, desde
genéticas y moleculares, pasando por las fisiológicas, hasta
muchas comportamentales (Van Lawick-Goodall, 1973;
Edición
Muñoz-Delgado et al.,digital
2010). no comercial
Cuando se trata de estos temas se revela como signifi-
Prohibida su reproducción,
cativa la definición de los términos, caso en el que se tro-
pieza con problemas de diccionario. En un recorrido por
distribución y modificación
los más importantes diccionarios de sin autorización
la lengua española,
como el de la Real Academia de la Lengua Española, o el
del Instituto Caro y Cuervo, o el de María Moliner, por ci -
tar algunos, se encuentra que las definiciones de agresión
y de violencia se traslapan, y por ende, no son precisas, a
pesar de las claras diferencias en su etimología. Surge ahí
un primer problema y, por eso, es necesario considerar las
diferencias entre los conceptos de agresión y violencia.
En etología, la agresión se ha considerado como una
conducta característica de las especies que les permite lu-
char contra las exigencias del medio ambiente, con sus
congéneres y con individuos de otras especies y que, ade-

66
más, es necesaria para la supervivencia; es decir, tiene que
ver con rasgos adaptativos, esto, a largo plazo, con el éxito
reproductivo. Sin embargo, hay autores, como Tremblay,
Hartup y Archer (2005) que consideran que el término
adecuado para utilizar, bajo estas premisas, es el de agonís -
tico, que según el diccionario de la Real Academia Españo -
la de la Lengua proviene del latín agonisticus, vocablo que
procede, a su vez, del griego agwnistikoz adjetivo agonal,
perteneciente a los certámenes, luchas y juegos públicos,
que establece una diferencia con la violencia, que procede
del latín violentia que significa, acción de violentar o violen-
tarse, acción violenta o contra el natural modo de proce-
El Colegio
der, podría interpretarse como Nacional
el otro extremo. Todo pa -
rece indicar que la violencia no presenta rasgos adaptati-
vos, más bien es una conducta que pone en riesgo la vida
del contacto@colegionacional.org.mx
individuo y de las especies.
Al abordar los estudios etológicos, es necesario resaltar
el papel jugado por Charles Darwin quien fue un pilar
Edición
muy importante en ladigital
apariciónno comercial
de la etología, además de
otras tantas disciplinas que encontraron su inicio en la

mente suProhibida su dereproducción,


teoría evolutiva de la selección natural. Valga anotar sola-
gran obra El Origen las Especies; pero es necesa -
distribución
rio mencionar otra y modificación
muy importante para sinel autorización
estudio de las
emociones y del comportamiento: La expresión de las emocio -
nes en los animales y en el hombre. En este libro, Darwin hizo
referencia a una serie de estudios comparados en diferen-
tes especies animales y en humanos acerca de la similitud
y de la ontogenia de expresiones emocionales, resaltando,
para el tema que nos interesa, expresiones de rabia, de
ataque o de sumisión en animales como el perro, e incluso
con una observación sistemática de las expresiones faciales
de las emociones de uno de sus hijos en el primer año de
vida, para contribuir a la posibilidad de sistematizar la ob-
servación de la conducta y de entender que la forma de

67
comportarnos es un continuo que se puede observar a lo
largo de la evolución (Darwin, 1872, 1984).
Pero, es en los años 70’s del siglo pasado, cuando la
etología llega a su mayoría de edad con los estudios de tres
brillantes investigadores —considerados padres de la disci-
plina— acreedores al Premio Nobel de Fisiología y Medici-
na en 1973, de los cuales dos de ellos el biólogo holandés
Nikolas Tinbergen y el médico y etólogo austriaco Konrad
Lorenz tienen aportes notables para el asunto que nos
ocupa. De hecho Lorenz sentó las primeras bases para
estas investigaciones. En su libro Sobre la agresión: el preten-
dido mal Lorenz consideró que la agresión era el “instinto
El
que lleva al hombre Colegio Nacional
como al animal a combatir contra los
miembros de su misma especie”. Como se observa en este
fragmento, Lorenz utiliza el término agresión, básicamen-
te,contacto@colegionacional.org.mx
para comportamientos antagonistas intraespecíficos.
Un aspecto importante, en las investigaciones etológicas
sobre el tema, es la diferencia que se precisa entre la agre-
Edición ydigital
sión interespecífica nointraespecífica.
la agresión comercial La prime-
ra, habitualmente, es de tipo predatorio y lleva a la muerte
Prohibida
estudia como mecanismo sudereproducción,
de uno de los contendores, por lo que generalmente se
alimentación dentro de las
distribución
relaciones de y modificación
presa-predador. Por susin autorización
parte, la agresión
intraespecífica, en las especies animales diferentes a la
humana, tiene manifestaciones y objetivos diferentes y rara
vez hay lesiones graves de los individuos enfrentados. Esta
forma de agresión cumple funciones diversas como la de
establecer territorialidad, conservar las características del
grupo, la selección sexual y el establecimiento de jerar -
quías. Las luchas o enfrentamientos son estereotipados,
característicos de cada especie y finalizan con compor -
tamientos que funcionan como señales apaciguadoras, lo
que llevó a Julian Huxley a denominarlas antropomór -
ficamente como rituales.

68
Tinbergen le aportó a la etología la distinción y preci-
sión de los cuatro niveles de explicación de la conducta
(figura 1): la función que hace referencia al papel adapta-
tivo de la conducta, es decir, para qué sirve en términos de
supervivencia del individuo y de la especie; las causas, que
hacen referencia a la fisiología, es decir, a los mecanismos
que la producen; la ontogenia, que es el proceso del desa -
rrollo de la conducta a lo largo de la vida de los individuos
y, la evolución, es decir los aspectos filogenéticos en las es-
pecies. Estos niveles, dice Gerardin (1968), los responde la
etología apelando a la morfología, la bioquímica, la fisiolo-
gía, y la genética, por lo que la etología se considera una
El Colegio
ciencia de encrucijada. Así, éstaNacional
deja de ser una disciplina
considerada descriptiva, y pasa a ser una ciencia que no
sólo describe los fenómenos, sino que busca las explicacio -
nes contacto@colegionacional.org.mx
de las conductas naturales de las especies.

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

Figura 1.
Niveles de explicación de la conducta propuestos por Tinbergen (1963).

Posteriormente, Edward O. Wilson en su obra Sociobio -


logía (1975, 1980) planteó 8 tipos de agresión en las diver -
sas especies animales, incluida la humana: territorial, que
se presenta entre grupos de la misma especie en lucha por
territorios que pueden proveer de alimento y seguridad,
principalmente. Dominancia, que implica ciertos desplan-
tes como los que se observan en grupos de monos al sacu-

69
dir con fuerza las ramas de los árboles, en su ambiente na-
tural, o los aditamentos, en condiciones de laboratorio,
cuyo fin es el control del grupo. La sexual, que puede ser
la coerción hacia determinadas hembras por parte del do-
minante para evitar que se apareen con otros machos del
grupo. La disciplinaria, cuando la madre le propina al crío
un suave empujón o golpe de llamado de atención, para
que se acerque o para que se desplace junto con ella. La de
destete, cuando una madre retira de la búsqueda del pe-
zón a un juvenil que ya no necesita conseguir alimento ma-
mando. La moralizadora, que es la agresión que tiene que
ver con el altruismo y que en humanos es solicitada por gru -
pos religiosos El Colegio
o políticos a sus Nacional
seguidores. Y las dos restan-
tes son la depredadora y la antidepredadora que es cuando
el posible depredado arremete contra el depredador.
contacto@colegionacional.org.mx
Rizaldi y Watanabe (2008) describen que los comporta-
mientos de agresión ocurren de acuerdo con estrategias
que pueden ser diádicas, esto es, entre dos sujetos sola-
mente, Edición
o poliádicas.digital no comercial
Son sucesivas, cuando el individuo A
arremete al individuo B e inmediatamente al individuo C,
Prohibida
A reconoce su reproducción,
con el objeto de evitar que el individuo C lo ataque, pues
el individuo la afiliación del individuo B con el
distribución
C. Redirigidas,ycuando
modificación
el individuo Asin autorización
arremete al indivi -
duo B, éste por la imposibilidad de responderle a A, arre -
mete a C, y así reduce el estrés de la agresión recibida. Y de
coaliciones, que ocurren cuando A y B establecen una aso -
ciación y juntos agreden a C; ésta se puede dar cuando un
individuo que emigra de un grupo quiere ingresar a uno
nuevo (figura 2).
De acuerdo con lo anterior, estamos ante la presencia de
estímulos que inducen la agresión. Hay contingencias am -
bientales externas, como (1) Los encuentros con extraños
de otros grupos, (2) La competencia por los recursos, y (3)
Los cambios diarios o estacionales del medio físico. En

70
Figura 2. El Colegio Nacional
Dinámica de las interacciones agonísticas propuestas por Rizaldi y Watanabe,
2008. La flecha negra en las redirigidas quiere decir que no es posible la
contacto@colegionacional.org.mx
respuesta de agresión de B hacia A por el factor de dominancia.

nuestro grupo de Cronoecología y Etología Humana del


InstitutoEdición
Nacional dedigital
Psiquiatría noRamón
comercial
de la Fuente Mu -
ñiz, de la ciudad de México, se están realizando investiga-
Prohibida su reproducción,
ciones para establecer las diferencias temporales de la
conducta con respecto de los factores geofísicos y sociales
distribución
en monos arañayAteles
modificación sindeautorización
geoffroyi, una especie primate que
se distribuye desde México hasta el norte de Bolivia; es un
mono arborícola y su cola es prensil, aparentando una
quinta extremidad, que utiliza para diversas actividades
como sostenerse de las ramas y también para tomar el
alimento. Se trata de una especie de hábitos diurnos y su
alimentación consiste principalmente en frutas, pero
también incluye en su dieta hojas y flores. La estructura so -
cial es igualitaria y son individualistas, las hembras emigran
de los grupos y los machos tienden a establecer relaciones
duraderas entre ellos, mas no con las hembras. Los grupos
de monos araña presentan una organización social de

71
fisión-fusión; es decir, se fisionan durante el día en peque-
ños grupos para forrajear, pasar el día descansando y para
desplazarse, y se fusionan al caer la tarde para dormir en
grupo y garantizar seguridad y confort.
Nuestra investigación con esta especie se realiza en el
Centro de Primates de la Universidad Veracruzana, que se
ubica en el Parque de la Flora y la Fauna Silvestre Tropical
en Pipiapan, Catemaco, Estado de Veracruz, en un peque-
ño valle a 330 m sobre el nivel del mar, en selva alta peren-
nifolia con asociaciones de vegetación secundaria, jimbal
y pastizal. En un pequeño grupo compuesto por 3 adultos,
1 juvenil y 1 infante de monos araña A. geoffroyi (figura 3),
El Colegio
en encierro electrificado Nacional
de 250 metros de diámetro, se
han hecho registros del ritmo de reposo-actividad y de con-
ducta. Cuando se determinó que la actividad es bimodal
contacto@colegionacional.org.mx
(figura 4) se hicieron registros de actuaciones durante 104
sesiones en la mañana y 104 sesiones en la tarde, con el
objeto de observar qué conductas se asocian con los picos
Edición
de actividad y si haydigital no en
diferencias comercial
las conductas en la
mañana con respecto a las de la tarde. En los resultados

tan baja Prohibida suduración,


reproducción,
(tabla 1) se destaca que las conductas agonísticas presen-
frecuencia y corta mientras que en las
distribución y modificación
conductas afiliativas la frecuencia y lasin autorización
duración es mayor
tanto en la mañana como en la tarde (Sánchez Ferrer,
2010). Aunque la condición es de encierro electrificado
y de un pequeño grupo podemos hipotetizar que esto
puede deberse a que en condiciones naturales, los grupos
de monos araña se fisionan durante el día en pequeños
grupos entre 2 y 5 individuos y se fusionan al caer la tarde,
lo que reduce la competencia intraespecífica por los
recursos. Hay un conjunto de factores que intervienen en
la agresión: entre otras enunciadas están las historias de
vida, el sexo, la edad, los ajustes internos, donde intervie -
nen los procesos de aprendizaje de competencia por los

72
recursos y los estados endocrinos, y factores externos,
como el hábitat, las condiciones de vida y la disponibilidad
de los recursos.

El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

Figura 3.
Monos araña que forman parte del grupo en estudio, en el encierro electrificado.

73
grupo.

El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización
!"#
!"#$%&%'()*+,-+.'/(0(,%,+-*/&-+1"2+3('"2
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+
-. /.0.
-./.0. 1.
1.234
23 4

Figura 4.
Actograma, registro total de una hembra adulta y periodograma, registro total
del grupo.

74
Tabla 1
COMPARACIÓN DE LAS FRECUENCIAS Y DURACIÓN DE LAS
CONDUCTAS ASOCIADAS A LOS PICOS DE ACTIVIDAD
—MAÑANA VS. TARDE—
(DATOS NO PUBLICADOS).
Mañana Tarde t p
Promedio ± DE Promedio ± DE g.l. = 103
Frecuencia
Afiliación 7.17 ± 5.15 9.70 ± 5.78 -3.782 0.000
Lúdicas 2.81 ± 3.26 5.12 ± 4.94 -4.091 0.000
Agonistas 0.22 ± 0.56 0.59 ± 0.99 -3.218 0.002
Sexuales 0.02 ± 0.14 0.10 ± 0.66 -1.157 0.250
Alimentación 3.84 ± 2.12 4.64 ± 2.42 -2.646 0.009
Forrajeo El Colegio Nacional
2.89 ± 2.64 8.46 ± 4.67 -10.577 0.000

Duración
contacto@colegionacional.org.mx
Afiliación 0:24:15 ± 0:24:32
Lúdicas
0:40:58 ± 0:29:27
0:03:59 ± 0:05:27
0:05:17 ± 0:05:55
-5.458 0.000
-1.649 0.102
Agonistas 0:00:05 ± 0:00:18 0:00:14 ± 0:00:49 -1.766 0.080
Sexuales
Edición digital no comercial
0:00:00 ± 0:00:06
Alimentación0:15:12 ± 0:07:44
0:00:04 ± 0:00:38
0:08:08 ± 0:05:15
-1.048
7.774
0.297
0.000
Forrajeo 0:04:53 ± 0:07:22 0:18:47 ± 0:11:12 -10.714 0.000

Prohibida su reproducción,
Los resultados reportados del grupo de Ateles son consis -
distribución y modificación
tentes con lo reportado sinenautorización
por otros autores monos araña
en condiciones naturales. Slater et al. (2009) encontraron
que es más frecuente el intercambio de conductas afilia -
tivas que agresivas entre machos en las relaciones sociales
consideradas de “alta calidad”, que entre hembras, pues
éstas son más competitivas. Una información importante
es que en los grupos de mono araña, las hembras son las
que tienden a emigrar en búsqueda de nuevos grupos para
convivir.
Un estudio realizado por Karen Strier, durante dos dé -
cadas en el mono araña muriqui Brachyteles arachnoides,
acerca de las relaciones de dominancia y de agresión, ob-

75
servó que los monos no son competitivos y que, cuando
hay machos interesados en una hembra, lo que sería un
factor de competencia, sus conductas “…son modelos de
cortesía” (Wrangham, 2006).
Este conjunto de complejidades del comportamiento de
los primates no-humanos, entre otros muchos, le demanda
a cada individuo un alto costo para interactuar de forma
adecuada, a la vez que genera trastornos en los procederes,
es decir, conductas anómalas que parecen no tener satis-
factores para el individuo y que más bien pueden poner en
riesgo la vida del individuo y del grupo. Son diversas las
causas que pueden generar alteraciones de la conducta.
Podemos citarEl Colegio
la pérdida de la Nacional
madre y la pérdida de la do-
minancia, que redundan en estados depresivos. Otras son:
la ansiedad que puede producir un estado de cautiverio, la
contacto@colegionacional.org.mx
frustración al no poder acceder a ciertas posiciones como
la dominancia y la socioecología de la especie, entendida
como la organización social gregaria que le implica con -
Edición
tender las 24 horas digital no comercial
con sus congéneres y estar suscitando
estrategias de vínculos con sus compañeros y con el am-

finamientoProhibida suquereproducción,
biente, de acuerdo con lo que puede ser un estado de con -
o un territorio provee muy escaso alimento.
distribución y modificación
Todos estos aspectos pueden producir,sinentreautorización
otras conduc -
tas alteradas, la automutilación o la violencia extrema con
muertes en otros grupos o dentro del mismo grupo.
Respecto de nuestros grupos de macacos cola de muñón
Macaca arctoides, Díaz (1985), en un trabajo que podemos
considerar clásico acerca de las relaciones intraespecíficas
y las relaciones de dominancia en la constitución de dos
grupos sociales, describe dinámicas que van desde la
integración, la desintegración y el cambio de rol. En estos
contextos aparece una serie de actuaciones que por su
expresión parecen ser anómalas, caracterizadas por con -
ductas exacerbadas, que forman parte del caos originado

76
por un desarreglo en el orden social. Dichas conductas
además de presentar ataques desgarradores a ciertos
congéneres con intención de “lesionar” y “eliminar” a ma-
chos en el periodo de la pubertad, implicaban también
autoagresión con daño físico. De tal manera que “…la
socioestructura es un sistema dinámico que presenta dos
tipos de modificaciones cuantitativas: periodos largos en
los que se mantiene una ubicación estable de los ele-
mentos en rangos y roles particulares, y periodos de cam -
bios agudos que se pueden entender como consecuencia
de las estrategias y dinámicas de los periodos largos, en
confluencia con factores biológicos y ambientales de tipo
El
no social” (Díaz, Colegio Nacional
1985).
La capacidad para contender en las interacciones intra-
específicas e interespecíficas, con el medio físico, se gesta
en contacto@colegionacional.org.mx
la relación madre-infante, dado que es la primera in -
teracción social del infante con el mundo exterior. La
madre le provee al crío los apoyos básicos para la super-
vivencia,Edición digital
con el alimento, no comercial
el abrigo, y contribuye al desa-
rrollo social de la cría, por lo que las crías modulan su

es intensaProhibida
y puede durar asu reproducción,
comportamiento con relación al de la madre. Esta relación
lo largo de toda la vida.
distribución y modificación
Dada la importancia sin
vital para la vida autorización
diaria y futura de
las crías con respecto de sus colectivos, mencionaremos un
importante trabajo del grupo que, a lo largo de algunas
décadas, ha desarrollado de manera intensa y permanente,
investigaciones en relación con el vínculo madre-infante y
la agresión. Este grupo (McCormack et al., 2006) que con -
taba con registros de la historia de vida de sus tropas,
seleccionó un conjunto de 10 hembras adultas de macacos
Rhesus M. mulatta con historia de abuso parental en la
primera infancia, con sus críos recién nacidos y otro de 10
hembras adultas sin historia de abuso parental, también
con sus críos recién nacidos. Después de definir operacio-

77
nalmente un tipo de conductas categorizadas como abuso
infantil, se procedió a registrar las interacciones madre-in-
fante así como las interacciones con otros conespecíficos.
Luego de realizar los análisis pertinentes, además de los
resultados particulares que no se presentan en este ca -
pítulo, se encontró que todas las madres identificadas pre-
viamente como abusadas, abusaron de sus infantes, lo cual
no ocurrió en el otro grupo de control; además, se encon-
tró también que el abuso tuvo un pico máximo en todos
los casos en el primer mes de vida y comenzó a descender
en el segundo y tercer mes de vida de cada infante. Pare-
ciera ser éste uno de los casos de violencia familiar, pero
El
en el que el ambienteColegio Nacional
del desarrollo contribuye al trastor-
no de la conducta, ya que se ha visto que no necesaria-
mente todos los individuos que han tenido historia de
contacto@colegionacional.org.mx
abuso en la infancia, la reproducen en la edad adulta, y se
ha observado, también, la capacidad de resiliencia en esos
individuos. Es importante mencionar que los infantes
abusados Edición digital
por la madre no comercial
presentaron altos niveles de estrés
comprobados con mediciones de cortisol (McCormack
Prohibida
et al., 2006).
No obstante, su reproducción,
en términos de Wrangham (2006) se pue -
distribución
de decir que “Los y modificación sin autorización
animales no son universalmente pacifis-
tas ni violentos y que la tendencia a matar varía a través de
las especies”. Sin embargo, en grupos de chimpancés en
condiciones naturales se ha documentado que las “gue -
rras” o “batallas entre grupos” han dejado asesinatos: una
comunidad, la Kahama, en África, desapareció de su terri -
torio producto del ataque de sus vecinos, el grupo de Kase-
kela, que asesinó a 7 individuos de la otra comunidad. Y así
se han documentado otros actos de violencia entre comu -
nidades que colindan espacios de hábitat.
Se conoce, también, que cuando individuos de un gru-
po son introducidos a otros grupos de la misma especie, al

78
menos en cautiverio, pueden ser muertos por los “dueños”
del espacio que han venido a ocupar los extraños; este
comportamiento se da en varias especies de primates entre
los que podemos mencionar los monos araña A. geoffroyi,
y macacos cola de muñón M. arctoides, entre otros.
Uno de los reportes más impactantes es el que se ha
hecho en comunidades de chimpancés, en varias regiones,
en las que se ha visto que hay una violencia desgarradora
consistente en que los chimpancés encierran literalmente
al sujeto objetivo, y le propinan golpes muy fuertes, in-
cluyendo el desprendimiento de la piel y el desgarramien-
to de los testículos, en lo que parece una acción patológi-
ca. Este tipo deEl Colegio
violencia no esNacional
única de los chimpancés,
también en otras especies de primates se observa ese mis-
mo grado de violencia; así, podemos mencionar, al mono
contacto@colegionacional.org.mx
langur hanuman Semnopithecus entellus y al babuino de
sabana Papio cynocephalus ursinus entre los que se advierte
el infanticidio, dirigido en lo fundamental hacia las crías
machos yEdición
no hacia lasdigital
hembras. no comercial
Esto marca diferencias importantes entre los mismos
Prohibida
pos, regularmente susereproducción,
chimpancés, pues cuando se presentan batallas entre gru-
lo que exhibe son gritos y cargas,
distribución
pero no hay actosy modificación sindescritos
de violencia como los autorización
arriba.
Las batallas pueden durar alrededor de 30 minutos o un
poco más, y terminan con la retirada de los bandos en
cuestión (Wrangham, 2006).
Algo importante para considerar es que hay especies
emparentadas que, no obstante, presentan comportamien-
tos muy diferentes: así, en el chimpancé común, Pan tro -
glodytes, se han descrito conductas violentas, mientras que
en el chimpancé bonobo, Pan paniscus, no se presentan
conductas violentas, e incluso las conductas competitivas
son mínimas. La convivencia en los grupos de bonobos es
pacífica y es probable que las relaciones de poder sean más

79
equitativas. ¿Qué explica, entonces, que especies emparen -
tadas presenten conductas de agresión y de violencia tan
disímiles? Las respuestas aún no se conocen; se ha argu -
mentado que tiene que ver con la disponibilidad de ali-
mento y el tamaño de los territorios ocupados por los dife-
rentes grupos, esto es, aspectos biológicos, ecológicos y so-
ciales. Otro argumento es el sistema social: en grupos gre-
garios con estructura social donde hay una división por
estatus, es decir, dominante(s), subdominantes, interme -
dios, periféricos, la competencia es más frecuente que en
sociedades de organización de fusión-fisión que pasan más
tiempo aislados o en pequeños grupos, lo que les obliga a
El Colegio
estar pendientes del entorno Nacional
y en él, de la presencia de
depredadores, mediante prácticas cooperativas.
En resumen, es necesario continuar con el estudio de
lascontacto@colegionacional.org.mx
especies emparentadas con Homo sapiens sapiens, para
dilucidar las diferencias entre los conceptos polémicos de
Edición digital no comercial
agresión y violencia, observando en cada una de ellas el
componente adaptativo de la agresión y el componente no
adaptativo de la violencia.
Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización
A MODO DE REFLEXIÓN FINAL

Como reflexión de lo anterior, se pueden dejar las si -


guientes conclusiones:

1) Los resultados de los estudios de agresión y violencia en


primates no-humanos, demuestran que aunque las di-
ferentes especies puedan pertenecer al mismo orden
taxonómico, el de los primates, e incluso al mismo gé-
nero, la expresión de la agresión y de la violencia es
diferente en cada especie.

80
2) El análisis de la agresión y de la violencia debe consi-
derar, de manera fundamental, el estudio de la socioe-
cología de cada especie, para entender el fenómeno en
su contexto.
3) La agresión tiene un carácter adaptativo y cumple una
función para el individuo, mientras que la violencia pre-
senta rasgos desadaptados y es una conducta que no
tiene una repercusión positiva para el individuo ni para
la especie.
4) Por lo tanto, una de las tareas urgentes de los estudiosos
de las disciplinas que abordan estos temas, es redefinir
los términos agresión y violencia como dos entidades
El
cualitativamente Colegio
diferentes. Nacional
5) Muchos conceptos siguen siendo polémicos. Es nece-
sario el trabajo transdisciplinario. Es urgente continuar
lacontacto@colegionacional.org.mx
investigación desde diferentes disciplinas pero de
manera coordinada por una perspectiva conjunta.
6) Las especies necesitan de la agresión como forma de
Edición
afrontar digital
las necesidades de no comercial
la vida, pero no requieren
de la violencia.

peciesProhibida
requieren de lasu reproducción,
7) Para vivir y reproducirse exitosamente, las diversas es-
empatía y de la amistad, mas no
distribución y modificación sin autorización
de la violencia.
8) La violencia es diversa y puede tener características par -
ticulares y correlatos neurofisiológicos específicos; por
lo tanto, la violencia se debe atender con base en las
particularidades que la generen, pero también requiere
desarrollar programas de prevención y de tratamiento.

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82
¿EXISTE VIOLENCIA SIN DOLOR?

FRANCISCO PELLICER
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

INTRODUCCIÓN
El Colegio Nacional
Sabemos que el dolor es un mecanismo de alarma que
tiene el hombre y los animales y que está en relación con
contacto@colegionacional.org.mx
informar del daño o evitarlo. ¿Es sólo el daño que llama-
mos físico, al organismo, o cabría englobar en la definición
y en los mecanismos neurobiológicos al dolor derivado de
Edición
la conciencia digital no comercial
y el afecto?
La definición de dolor actual de la Asociación Interna-
cional para Prohibida
el Estudio del su reproducción,
Dolor ( IASP) dice: Dolor: expe-
riencia desagradable, en lo sensorial y lo emocional, que se asocia a
distribución
una lesión tisulary real
modificación sin autorización
o posible, o que se describe en función de
dicha lesión
Como vemos en esta definición está considerado que el
daño se pueda trasladar al campo de lo intangible, es decir
a lo que conocemos como nuestra esfera cultural y a lo rela-
cionado con la esfera afectiva. En este sentido cabe pre -
guntarnos: ¿la violencia duele, es igual el dolor que senti -
mos, derivado de violencia que el que produce daño somá-
tico, son los mismos mecanismos fisiológicos de uno y de
otro, existen analgésicos para el dolor producido por vio-
lencia?

83
A continuación abordaremos de forma sucinta los meca-
nismos fisiológicos con los que cuenta el organismo para
censar y percatarnos del daño.

¿QUÉ ES UN RECEPTOR SENSORIAL?

Básicamente, un traductor de energía, estos diminutos


corpúsculos situados por todo el cuerpo son capaces de
modificar su estructura fisicoquímica mediante energía
más o menos específica, y son los encargados de transfor -
mar el incremento o decremento de energía en un código
El Colegio Nacional
escalar que se traduce en potenciales de acción nerviosos
que llamamos potenciales de receptor, con ellos se estable-
ce un código mediante el cual el sistema nervioso se per-
contacto@colegionacional.org.mx
cata de lo que sucede en el organismo tanto en su parte
interna como por fuera de él, en su entorno.
Como se podrá advertir, he omitido utilizar el concepto
Edición
de información, con digital
respecto ano comercial
lo que se genera en los re-
ceptores sensoriales y se transmite al sistema nervioso, en
tal caso diría que se transmiten atributos.
Prohibida
En realidad su de
el concepto reproducción,
información, en el ámbito
distribución y modificación
de las neurociencias, es un proceso desin autorización
mayor complejidad
que se gesta de manera central a partir de este fraseado de
energía codificado de forma binaria en el dominio de la
frecuencia, y que está dado por atributos diríamos primor -
diales. Estos atributos, sumados a procesos como memoria
y aprendizaje, devienen en lo que los cognoscitivistas desig -
nan como qualia, es decir aquello que entendemos como
calidad sensorial, lo definiríamos como lo que califica a la
percepción, por ejemplo en el ámbito del dolor: como re -
lámpago, quemante, opresivo etcétera. ¿Cuáles son los ele -
mentos de la estimulación sensorial que confieren la par-
ticularidad de lo sentido y lo percibido?

84
Una de las grandes interrogantes en la neurofisiología
de las sensaciones es determinar los procesos mediante
los cuales el aparato con el que sentimos y discrimina-
mos los estímulos (receptor, transducción, conducción se-
lectiva, núcleos de relevo y neurotransmisores asociados,
por citar algunos) deviene en un componente afectivo mo-
tivacional y cognoscitivo.

RECEPTORES SENSORIALES AL DOLOR

Los receptores sensoriales que responden a la estimula-


ción dolorosaEl Colegio
o nociceptores Nacional
se encuentran en la piel,
músculos, articulaciones y vísceras. Estos receptores son
transductores capaces de codificar presión y temperatura
contacto@colegionacional.org.mx
excesivas, así como pH extremo. Existen tres grandes ca-
tegorías de receptores cutáneos asociados al dolor: los no-
ciceptores mecánicos A-d, los termo nociceptores; los cua-
les censanEdición
temperaturasdigital no comercial
por encima de 45 o C, y también el
o C. Por último los nociceptores
frío intenso, menos de 5
Prohibida suque
reproducción,
polimodales C, éstos reciben su nombre de acuerdo con el
tamaño de la fibra nerviosa los inerva, además del tipo
distribución y modificación
de estímulo al cual sin autorización
responden, son receptores abundantes
especialmente en los primates, incluyendo al hombre y res-
ponden bien a estímulos mecánicos nocivos, a estímulos
térmicos y químicos.

E L DOLOR ¿UNO MÁS DE LOS SENTIDOS?

La información que percibimos por los sentidos: visión,


audición, gusto, tacto, equilibrio etcétera, nos relaciona de
manera integral con el ámbito externo y nos informa del
estado funcional de nuestro medio interno. Existe pues un

85
sistema sensorial especializado en dar la señal de alarma
ante el daño en el organismo. Como cualquier otra moda-
lidad sensorial, el dolor depende de la activación de un
discreto grupo de vías neurales. Estas vías transmiten los
atributos ya inicialmente etiquetados como nocivos a su
primer sitio de integración en el sistema nervioso central:
la médula espinal. A partir de aquí los atributos se proce-
san a varios niveles, que van desde los reflejos de flexión
o evitación (llamados: automáticos, involuntarios o incons-
cientes), hasta la integración de respuestas sistémicas y con-
ductuales altamente elaboradas y conscientes, e inclusive
con repercusión en el ámbito social. Como parte de estas
respuestas se encuentra la activación de los mecanismos de
antialgesia, esEl Colegio
decir, Nacional
todos aquellos relacionados con la dis-
minución o suspensión de la sensación dolorosa. Aunque
contacto@colegionacional.org.mx
el dolor y la antialgesia están estrechamente relacionados,
cada uno se constituye en entidades separadas que se in -
tegran a distintos niveles en el sistema nervioso.
Edición
En este digitalel no
amplio contexto dolorcomercial
no sólo se asocia con
sus componentes discriminativos como lo podrían ser:
intensidad, duración, localización y qualia, sino que afecta
de formaProhibida
importantemente su enreproducción,
la esfera emocional, produ -
distribución y modificación
ciendo sufrimiento, sin Afecta
ansiedad y depresión. autorización
a sistemas como el endocrino, induciendo liberación de
también

hormonas como adrenalina, corticosterona entre otras; el


muscular, alterando los circuitos de retroalimentación que
permiten la relajación muscular, produciendo así las con -
tracturas asociadas a procesos dolorosos, y a nivel circula-
torio cambiando la respuesta vascular, entre muchos otros.

¿E XISTE EN EL CEREBRO EL CENTRO DEL DOLOR?

Desde la década de los años 50 se utilizó el abordaje


neuroquirúrgico para la destrucción del haz del cíngulo

86
o la corteza anterior del cíngulo (CAC), en pacientes con
dolor refractario al tratamiento farmacológico antialgésico.
La peculiaridad de esta intervención estriba en que el
paciente, después de la cirugía, refería identificar el mismo
dolor e inclusive podía ubicarlo pero manifestaba que éste
no le importaba, es decir de alguna forma el componente
afectivo desagradable que conlleva el daño ya no estaba
presente (Foltz y White, 1962; Hurt y Ballantine, 1974;
Hassenbusch et al., 1990). Por otro lado también se ha des-
crito la importancia de la corteza insular en el procesa-
miento del dolor, la cual se ha documentado de manera
histórica mediante dos entidades clínicas, el síndrome de
El Colegio
asimbolia al dolor, Nacional
que se caracteriza por la falta apropiada
de respuesta motora y emocional a un estímulo nocivo.
Este síndrome está causado por la desconexión anatómica
de contacto@colegionacional.org.mx
la entrada sensorial al sistema límbico provocado por
daño en la corteza insular (Berthier 1988 et al.; Augustine,
1996). LaEdición digital
segunda entidad noescomercial
clínica el síndrome de dolor
pseudotalámico, en el cual el paciente desarrolla dolor es-
pontáneo en la mitad del cuerpo afectado. Este padeci-
miento seProhibida su reproducción,
atribuye a la interrupción de las vías nerviosas
distribución y modificación sinel autorización
que conectan la corteza de la ínsula con tálamo dorsal
(Schmahmann y Leifer 1992).

L A IMAGEN DEL DOLOR EN EL CEREBRO

Vogt et al. (1996) han demostrado cambios significativos


y consistentes en el flujo sanguíneo cerebral de regiones
específicas como respuesta a estímulos nocivos agudos. Las
estructuras cerebrales relacionadas en esta respuesta son:
el tálamo, el núcleo lentiforme, el cíngulo anterior y las
cortezas prefrontal e insular.

87
Por otro lado se ha descrito que la morfina, un impor-
tante analgésico opioide, reduce de forma relevante los
componentes afectivos del dolor sin alterar su localización
somatosensorial. Este efecto se demostró midiendo el flujo
sanguíneo cerebral regional en estructuras como la corteza
del cíngulo anterior y las cortezas prefrontal e insular, las
cuales presentaron una disminución del flujo ante el estí-
mulo doloroso bajo el efecto de morfina sin alterar el flujo
en las cortezas somatosensoriales (Vogt et al., 1996).
Normalmente los protocolos experimentales sobre do-
lor se han realizado en una primera instancia en animales
de experimentación, curiosamente en el campo de las
El Colegio
imágenes funcionales Nacional
(resonancia magnética funcional,
tomografía por emisión de positrones, tomografía com -
putada por emisión de fotón único) ha ocurrido de forma
contacto@colegionacional.org.mx
inversa, es decir se han llevado a cabo primero en huma-
nos, lo que ha permitido corroborar muchos de los hallaz-
Edición digital no comercial
gos clínicos históricos con respecto a las tareas y su integra-
ción en el cerebro. Posteriormente estas tecnologías estu-
vieron al alcance de la investigación animal, y se ha podido
demostrar Prohibida sudiversos
que en ratas con reproducción,
estímulos nociceptivos
distribución y modificación sin autorización
se incrementa el flujo sanguíneo de las mismas estructuras
o las análogas que en el humano (Tuor et al., 2000; Hess et
al., 2007; Graff-Guerrero et al., 2009; Westlund et al., 2009).
Por otro lado la experiencia del desagrado se encuentra
codificada también en el sistema límbico y en algunos de
los sitios activados por el dolor. En este sentido son rele -
vantes los trabajos de Rainville et al. (1997) y Coghill et al.
(1999), en los que se ha demostrado que estructuras como
la corteza anterior del cíngulo, y la corteza insular se en -
cuentran relacionadas con la sensación de desagrado. Es -
tas mismas estructuras se activan, como parte de este grupo
de núcleos y estructuras que codifican dolor.

88
Recientemente se ha acuñado el término matriz del do -
lor (Peiron et al., 2000) que considera justamente estas
regiones anatómico-funcionales que se activan como con-
secuencia de un estímulo doloroso, donde el sistema límbi-
co, las cortezas cerebrales e inclusive el cerebelo juegan un
papel definitorio en los procesos sensoriales y perceptuales
de la estimulación nociceptiva y la sensación dolorosa.

¿Q UÉ HACER CON EL DOLOR DEL OTRO?

Es pues importante establecer un puente (un mecanis -


mo) entre lo queEl yoColegio
siento comoNacional
individuo, en términos de
los atributos sensoriales, y de forma posterior perceptuales
y lo que siente el otro.
contacto@colegionacional.org.mx
Un primer estatus del mecanismo estaría dado por lo
que se conoce como neuronas en espejo (Rizzolatti et al.,
1981), estas células nerviosas se localizan en el área pre-
Edición
motora ventral digitaltanto
y se activan, nodurante
comercial
la ejecución de
una acción motora —movimiento de la mano— como
durante Prohibida
la observación de sula reproducción,
misma acción ejecutada por
otros. Pareciera que es la forma en la que se explica el
distribución
aprendizaje poryimitación.
modificación
Es relevantesin autorización
destacar que bue-
na parte del desempeño motor se puede obtener mirando
dicha ejecución en otro, pero no sólo esto, sino que la ges -
ticulación que acompaña a los estados de ánimo también
se aprende del gesto del otro asociado a la circunstancia,
hecho que es notable en bebés de entre 10 y 18 meses de
edad. Esto hace pensar que el rango de expresión emocio-
nal es aprendido y aprehendido con una importante mo-
dulación educativa y cultural, es este acoplamiento neuro -
fisiológico de dos procesos no acoplados ni anatómica ni
de forma neurohumoral en la ejecución al que denomi-
namos concordancia. En este punto quiero citar la pro-

89
puesta de Bartra (2006) en la cual expone que la con-
ciencia puede surgir de la capacidad del cerebro de reco -
nocer la continuidad de un proceso interno (neuronal) en
circuitos o vínculos ubicados en el entorno del individuo,
lo que denomina como “exocerebro”, el cerebro de afuera
del cerebro, el vínculo y en cierta forma el vehículo que
en la za a la cosa social, agrega Bartra una especie de
prótesis del cerebro que lo ayudaría a adaptarse o readap-
tarse, utilizando los sistemas culturales de codificación
simbólica y lingüística. El segundo nivel de integración
estaría dado por la anticipación, es decir un sujeto que ha
tenido la experiencia previa, en este caso dolor asociada a
El
un estímulo visual Colegio
indicativo deNacional
disconfort o daño, versus
un estímulo inocuo, también asociado a un estímulo visual
específico. Cuando se estimula de forma dolorosa con el
contacto@colegionacional.org.mx
indicativo previo de dolor se activa el cíngulo anterior y la
ínsula media, cuando se da el indicativo de dolor y se es-
timula de forma inocua se genera una condición de anti-
cipaciónEdición digitallano
y en esta situación comercial
actividad en el cerebro re-
cogida mediante resonancia magnética funcional presenta

hallazgosProhibida subien
reproducción,
una activación más anterior en las dos estructuras; estos
sugieren que si la corteza de la ínsula está
distribución y modificación
directamente relacionada, no son los sin autorización
mismos grupos neu -
ronales los que integran para una condición o la otra
(Ploghaus et al., 1999; Porro et al., 2002).
Un tercer nivel de complejidad está dado por lo que se
conoce como empatía y consiste en sentir o tener la sensa -
ción, en la esfera afectiva sin estar expuesto al estímulo
generador, de lo que el otro siente. Al respecto contamos
con varias evidencias experimentales obtenidas también
mediante imágenes funcionales de la activación de la ma-
triz del dolor en sujetos con empatía al mismo, expe-
rimentada por el otro (Botvinick et al., 2005). Al respecto
existe evidencia experimental con sujetos que presentan

90
una condición patológica en la cual no sienten ninguna
sensación dolorosa desde el nacimiento, la llamada insen-
sibilidad congénita al dolor. Estos sujetos en realidad nun-
ca han experimentado la alarma del desagrado que con-
lleva el daño, por lo que cognoscitivamente no tienen este
referente, en ellos ver la cara de dolor en otro no activa a
la corteza anterior del cíngulo, como lo hace un sujeto
control sano (Danziger et al., 2009) ver figura 1.

El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución
Figura 1. y modificación sin autorización
Experimento realizado con resonancia magnética funcional (Bold)
con un paciente que presenta insensibilidad congénita al dolor (CIP),
comparado contra un voluntario sano (control), en dos situaciones ex -
perimentales: A, se les muestra una fotografía de una lesión infligida a
un dedo. Tanto el control como el CIP muestran activación de la cor -
teza de la ínsula (op-in) y la corteza anterior y media del cíngulo
(a mcc). En B se les presenta una fotografía de un individuo con facies
de dolor, en este caso el paciente con insensibilidad congénita al dolor
no presenta activación de la corteza del cíngulo y presenta menor
activación en la de la ínsula comparada con el control. Tomado de
Danziger, N., Faillenot, I. y Peyron, R. (2009) Can we share a pain we
never felt? Neural correlates of empathy in patients with congenital
insensitivity to pain. Neuron, 61, 203-212.

91
El cuarto nivel estaría dado por lo que denominamos
compasión, la cual engloba a la empatía y agrega el deseo de
cambiar la situación penosa del otro. En estudios recientes
se han documentado los sitios de activación cerebral en
individuos en los que se evocan sentimientos de compa-
sión ante el dolor social y el dolor físico; lo interesante al
respecto es la activación bilateral de la corteza de la ínsula,
el cíngulo anterior y el posterior y dorsal; todas estas es-
tructuras integran, en parte, la denominada matriz del
dolor, pero además de estas estructuras límbicas se activan
las cortezas frontales posteroinferior y posteromedial,
estructuras relacionadas con la capacidad de reflexión,
jerarquización, El Colegio
planeación, Nacional
entre otras y más ligadas a los
procesos cognoscitivos que a los afectivos. En este sentido
son particularmente demostrativos los trabajos del grupo
decontacto@colegionacional.org.mx
Damasio (2009) ver la figura 2.
Otro aspecto interesante es el dolor producido por el
rechazo o la exclusión social. Los que lo sufren lo refieren
Edición de
como “sentimiento digital
daño”, no comercial
si bien se trata de un daño,
que en esencia es más metafórico que real en términos de
Prohibida su cerebrales
reproducción,
lesión física, resulta que también tiene su asiento neuro-
biológico en las estructuras antes mencionadas:
distribución y modificación
la corteza anterior sinprefrontal
del cíngulo, la corteza autorización
ventral
derecha y como en el caso de la compasión la corteza pre-
frontal, es decir la estructura que aporta los argumentos
cognoscitivos, se aúnan a la integración afectiva de este
tipo de dolor. El estudio de Eisemberg et al. (2003) pone
de manifiesto estos hallazgos.

P ARA ENTENDER EL TRATAMIENTO DEL DOLOR AFECTIVO

Dolor y depresión es una de las comorbilidades estudia -


das en el ámbito de la salud mental, con la cual se esta -

92
El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx
Figura 2. Edición digital no comercial
Activación !cerebral realizada mediante resonancia magnética funcio-
nal. !

Prohibida su reproducción,
En C el! estado de compasión para el dolor social. D, muestra la
activación en
! la compasión del dolor físico. Nótese la activación bila-
distribución y modificación sin autorización
teral de la corteza
! de la ínsula (in), el cíngulo anterior (ac), el cíngulo
dorsal y posterior
! (pc). Como en la figura anterior estas mismas es -
tructuras se! activan cuando el propio sujeto experimenta dolor.
Tomado! y modificado de Neural correlates of admiration and com-
passion. !
!
Mary Helen Immordino-Yang, Andrea McColl, Hanna Damasio,
!
and Antonio Damasio, PNAS May 12, 2009 vol. 1060 no. 19 8021–8026.
!
!
blece un círculo vicioso entre si el dolor, principalmente el
crónico conlleva a depresión, en específico la connotada
como mayor, o viceversa. Se ha demostrado por varios au -
tores que el 17% de los pacientes con depresión presentan
problemas de dolor, además de que estos pacientes sobre-

93
dimensionan el componente afectivo de sus experiencias
dolorosas (Von Korff and Simon, 1996; Graff-Guerrero,
2001; Crook et al., 1989). También se ha encontrado una
correlación entre las estructuras del sistema límbico y la
corteza cerebral prefrontal como fundamento anatomo-
funcional en dolor crónico y depresión. Argumentos
experimentales aportados por nuestro grupo (Graff-Gue-
rrero et al. 2008) mostraron que en pacientes con depre-
sión mayor, sin tratamiento farmacológico durante una
prueba de dolor por presión mecánica mostraban un au-
mento en la activación, medida como cambio del flujo
cerebral utilizando imágenes cerebrales funcionales me-
diante SPECT, El Colegio
mientras que losNacional
mismos pacientes después
del tratamiento farmacológico para la depresión y some-
tidos a la misma prueba de dolor, disminuyen el área de
contacto@colegionacional.org.mx
activación. Esto muestra la correlación entre el mejora-
miento clínico para la depresión y la disminución de la
percepción al dolor, figura 3.
Como Edición digitalconno
vemos contamos comercial
el andamiaje neurobioló-
gico mediante el cual experimentamos dolor provocado

nución Prohibida su reproducción,


por violencia y por lo tanto se puede incidir en la dismi-
del mismo mediante distintas aproximaciones que
distribución
intervengan enylasmodificación sin autorización
estructuras y en la forma de operar rela -
cionadas con la matriz del dolor, así como en el compo -
nente afectivo y cognoscitivo del mismo. Por eso no es de
extrañar que algunos dolores de origen neuropático dis -
minuyan con tratamiento farmacológico contra la depre -
sión o con la administración de fármacos moduladores del
estado del ánimo utilizados para el tratamiento del trastor-
no bipolar o la esquizofrenia. Este redireccionamiento de
moléculas farmacológicamente activas abre una ventana
terapéutica muy importante para tratar el dolor producido
por trastornos de la esfera cognoscitiva y afectiva que
debemos seguir estudiando.

94
!
!
!
!

Figura 3.
La figura muestra los sitios de alto flujo de sangre (SPECT) de pacientes con depresión mayor antes del
El Colegio Nacional

tratamiento antidepresivo (Before ADT) y después del tratamiento (After ADT) en una prueba de tolerancia al
dolor por mecanonocicepción. Nótese la disminución de las áreas de alto flujo después del tratamiento

Prohibida su reproducción,
Edición digital no comercial
farmacológico antidepresivo que correlaciona con la disminución de la percepción dolorosa por parte de los
pacientes. Tomado de: Graff-Guerrero, A., Pellicer, F., Mendoza-Espinosa, Y., Martínez-Medina, P., Romero-
Romo, J. y De la Fuente-Sandoval, C. (2008). Cerebral blood flow changes associated with experimental pain
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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

98
ESQUIZOFRENIA Y VIOLENCIA
DEL CONCEPTO PÚBLICO A LA REALIDAD CLÍNICA

ANA FRESÁN ORELLANA


REBECA ROBLES GARCÍA
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

INTRODUCCIÓN
El Colegio Nacional

La contacto@colegionacional.org.mx
agresión es un fenómeno complejo e innegable que es-
tá presente en el ser humano desde la antigüedad. Todos
los seres humanos en algún momento de su vida experi-
mentan Edición digital
enojo y pueden llegarno comercial
a comportarse de forma
agresiva, sin embargo, la agresión tendrá características
Prohibida
nifieste así su reproducción,
particulares que dependerán del contexto en el que se ma-
como del grupo de individuos en el que se
distribución
presente. y modificación sin autorización
El impacto de la agresión en el individuo y la sociedad
difiere del observado ante la violencia, la cual denota una
mayor intensidad y destructividad que la agresión. La vio -
lencia es uno de los problemas públicos más importantes
en la actualidad debido a su efecto sobre las víctimas, por
el creciente temor en la comunidad, por el costo que im -
plica para la sociedad, pero sobre todo porque aún hay
mucho por hacer para entenderla y prevenirla.
La asociación existente entre la violencia y la enferme-
dad mental ha sido sugerida por muchas personas a lo lar -
go de la historia, y en la actualidad es un punto de interés

99
para el público en general, criminalistas y profesionales de
la salud mental.
De forma general, los criminalistas han asumido que la
esquizofrenia no es una causa significativa de la violencia
que se observa en la sociedad. Esta visión se fundamenta
en el bajo índice de prisioneros con esquizofrenia y otras
enfermedades mentales severas que cometen actos violen-
tos, y que se caracterizan más bien por personalidad anti-
social y el abuso de alcohol y drogas. Así, expertos crimi-
nalistas han concluido que no existe evidencia consistente
de que la prevalencia de conductas violentas entre perso-
nas con esquizofrenia exceda a la de la población general.
Sin embargo, El Colegio
la visión Nacional
de los criminalistas es disputada por
algunos psiquiatras, ya que no concuerda con lo que los
últimos observan en su práctica clínica cotidiana.
contacto@colegionacional.org.mx
Diversos estudios en el área de la psiquiatría han seña-
lado que la esquizofrenia es uno de los principales diag-
nósticos asociados con la conducta violenta, considerando
Edición
al diagnóstico inclusodigital
como unanodecomercial
las causas por las que
se presenta la agresión. No obstante, existe considerable
Prohibida su reproducción,
evidencia que sugiere que la violencia observada en los pa-
cientes con esquizofrenia no es un fenómeno originado
distribución
exclusivamenteypor modificación
el diagnóstico, sinosin autorización
porque estos indi -
viduos pueden presentar un mayor número de factores de
riesgo para la manifestación de la violencia.
El presente capítulo tiene como objetivo brindar una
visión general de los factores de la enfermedad que se aso-
cian con la conducta violenta en el paciente con esquizo -
frenia. El estudio y reconocimiento de estos factores per -
mitirá el desarrollo de nuevas alternativas de detección,
intervención y tratamiento, lo cual implicará un beneficio
potencial para los pacientes, sus familiares y de la sociedad
en su conjunto, mediante la reducción del estigma asocia -
do al padecimiento.

100
DEFINICIÓN DE ESQUIZOFRENIA

El término esquizofrenia (del griego, schizo (scizein):


“división” o “escisión” y phrenos (φρhn, φρen-): “mente”) es
utilizado para describir una de las enfermedades mentales
más incapacitantes (Mueser y McGurk, 2004) que impacta
profundamente el bienestar, la salud y la capacidad para
funcionar en la sociedad (Minzenberg et al., 2008). La es-
quizofrenia se caracteriza por diversas alteraciones que
afectan la capacidad de la persona para pensar claramente,
controlar sus emociones, tomar decisiones o relacionarse
con los demás.
La prevalenciaEl Colegio
promedio en Nacional
México es de 0.7% en po-
blación adulta, encontrándose más elevada en hombres
(1.1%) y mujeres (1.8%) entre los 18 y los 24 años de edad
contacto@colegionacional.org.mx
(Caraveo-Anduaga et al., 1996). En la mayoría de los casos,
la edad de inicio del padecimiento es entre la adolescencia
y mediados de los años 30 (American Psychiatric Associa-
tion 2000).Edición digital
Sin embargo, no comercial
en la literatura se ha descrito que
los hombres presentan una edad de inicio del padecimien-
Prohibida
los 25 y 35su reproducción,
to más temprana que las mujeres (entre los 15 y los 25
años vs. entre años, respectivamente) (Canuso
distribución
y Pandina, 2007; y modificación sin autorización
Tang et al., 2007; Thorup et al., 2007;
Usall et al., 2001).
La esquizofrenia se puede presentar a través de una
gran variedad de síntomas que aparecen de forma repen-
tina o progresiva en un proceso que puede durar meses o
años. A los síntomas característicos de la enfermedad se les
denomina “síntomas psicóticos”. La palabra psicótico signi-
fica fuera de contacto con la realidad, o incapaz de separar
las experiencias reales de las no reales. De esta forma, se han
descrito tres grandes grupos de síntomas: los síntomas po -
sitivos, los síntomas negativos y los síntomas desorganiza -
dos (Andreasen et al., 1995; Malla et al., 1993).

101
Síntomas positivos

Los síntomas positivos incluyen los delirios y alucinacio-


nes. El término positivo no se refiere a que sean buenos,
sino a síntomas que ordinariamente no deberían existir
(Minzenberg et al., 2008). Existen dos síntomas positivos
generalmente reconocidos como característicos de la es-
quizofrenia: las alucinaciones y los delirios.
Las alucinaciones son una percepción sensorial en au-
sencia de un estímulo que las origine y pueden presentarse
en cualquier modalidad sensorial (visión, audición, olfato,
tacto). Por ejemplo, los pacientes con esquizofrenia pue-
den escuchar El Colegio
ruidos o voces que Nacional
nadie más puede oír, tam-
bién pueden ver cosas que no existen en la realidad o pue-
den tener la sensación que algo se mueve sobre o bajo su
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piel. De diversas formas, estas experiencias son similares a
los sueños pero ocurren cuando la persona está despierta.
Las alucinaciones más reportadas por estos pacientes son
Edición
las auditivas digital
(Minzenberg et al.,no comercial
2008).
El segundo síntoma característico de la esquizofrenia

nen ideas Prohibida su reproducción,


son los delirios. Las personas con esquizofrenia a veces tie-
que son extrañas y fuera de la realidad. El pa-
distribución y modificación
ciente se encuentra convencido de la sin
idea yautorización
no puede ser
disuadido de ésta a pesar de que se le muestre evidencia
en contra de la misma. Los delirios paranoides o de perse -
cución son los más comunes en la esquizofrenia; el pacien -
te puede estar convencido de que lo están vigilando o de
que algo o alguien le quiere hacer daño. En otros casos, el
paciente puede creer que los mensajes de la televisión o
artículos del periódico son mensajes en código dirigidos
hacia él.

102
Síntomas negativos

Los síntomas negativos se refieren a la disminución o au-


sencia de un funcionamiento mental normal. Aun cuando
éstos no son tan prominentes como los síntomas positivos,
interfieren con las actividades diarias de la persona (Kirk-
patrick, 2001; Kurtz, 2005). Los síntomas negativos más ca-
racterísticos son el aplanamiento afectivo, el aislamiento
y la disminución de la motivación o energía.
El aplanamiento afectivo se refiere a una disminución
en la capacidad para expresar emociones. El paciente pue-
de mostrar la apariencia de no sentir emociones, puede
hablar con la voz monótona y mantener una expresión fa-
cial apática. ElEl Colegio
aislamiento en laNacional
esquizofrenia se manifies-
ta en que el paciente puede querer estar solo todo el tiem-
contacto@colegionacional.org.mx
po y evitar el contacto con otras personas. Cuando el pa-
ciente es forzado a interactuar con otros, denota no tener
nada que decir y su capacidad de pensamiento parece
Edición
empobrecida. Con la digital nodecomercial
disminución la motivación o ener-
gía, los pacientes con esquizofrenia pueden tener dificulta-
des para comenzar proyectos o mantenerse en una activi-
dad que Prohibida
hayan iniciado. su reproducción,
Inclusive, pueden llegar al extre-
distribución y modificación
mo de olvidar cómo
y cambiarse de ropa.
hacer ciertas cosas sin
tales autorización
como bañarse

Síntomas desorganizados

El tercer grupo de síntomas hace referencia a la desor -


ganización en el pensamiento, lenguaje o comportamien -
to. Algunos de estos síntomas se ven reflejados en una co-
municación confusa, poco coherente o sin sentido (Mueser y
McGurk, 2004). En cuanto al comportamiento, la esqui -
zofrenia puede originar que el paciente se mueva con ma-
yor lentitud, que presente movimientos repetitivos o con -
ductas que no tienen un objetivo definido.

103
Es importante mencionar que ninguno de estos sínto-
mas por sí mismo es suficiente para hacer el diagnóstico de
esquizofrenia, ya que pueden presentarse en otras enfer-
medades mentales. Sin embargo, brindan un panorama
general del cuadro clínico que presentan las personas con
este padecimiento.

EL ESTIGMA DE VIOLENCIA EN LA ESQUIZOFRENIA

Las imágenes de nuestro mundo, incluyendo los valores,


las creencias, opiniones y actitudes se adquieren, refuerzan
y modifican aEl Colegio
través Nacional
de la socialización. De esta forma, la
mayoría de nuestras creencias y actitudes se generan y de-
terminan por los patrones del grupo social al que perte-
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necemos, formando así parte de nuestra cultura (García-
Silberman, 1998). El contexto social y cultural brinda la
oportunidad para el establecimiento de relaciones que
promuevenEdición digital
o inhiben no comercial
la formación de una identidad so-
cial, transmitiendo ideologías que asignan un valor o esta-
Prohibida
fortunadamente, muchas sudereproducción,
tus a identidades particulares (Ellemers et al., 2002). Desa-
estas concepciones se confor -
distribución
man a partir deyvalores
modificación sin autorización
negativos, conllevando a la estigma -
tización de diversos grupos de personas debido a la pre -
sencia de alguna característica particular.
La palabra estigma hace referencia a una marca que
usualmente genera actitudes negativas hacia aquel que la
presenta (Thornicroft et al., 2007). El estigma se concibe
como la combinación de tres problemas centrales: la falta
de conocimiento acerca del fenómeno o persona en parti -
cular, la generación de actitudes negativas hacia el mismo
y la evitación o exclusión de la persona a la que se estigma -
tiza. Así, la ignorancia surge tras la falta de conocimiento,
el prejuicio debido a las actitudes negativas y finalmente, la

104
discriminación (Corrigan, 2005; Rose et al., 2007; Thor-
nicroft, 2006).
De forma particular, en el área de la salud mental, el
público general ha sido expuesto a las enfermedades men-
tales mediante mitos, estereotipos y creencias tradicio-
nales, ya que tan sólo unos cuantos miembros de la comu-
nidad han tenido una experiencia directa con alguien
afectado con alguna enfermedad mental. Así, estos padeci-
mientos han sido objeto de estigmatización a lo largo de la
historia (Stuart, 2008) y han llegado a ser equiparados con
la drogadicción y la prostitución (Fink y Tasman, 1992).
Con el paso del tiempo, las respuestas sociales negativas
El Colegio
hacia estos padecimientos Nacional
(Angermeyer y Schulze, 2001;
Link et al., 1999b; Van Dorn et al., 2005) han mostrado
pocos o nulos cambios en el tiempo a pesar de los avances
contacto@colegionacional.org.mx
cientí ficos con relación a la naturaleza médica de muchas
de estas enfermedades. A lo largo del mundo, las principa-
les actitudes hacia la enfermedad mental, y en particular
hacia la Edición digital
esquizofrenia, han sidono comercial
el temor y el rechazo, los
cuales surgen de la percepción pública de que los pacien-
Prohibida su1998).
reproducción,
tes que la padecen no tienen control sobre su comporta-
miento (Gar cía-Silberman,
distribución
Se ha descritoy que
modificación
un componentesin autorización
crítico del estigma
de la esquizofrenia es la percepción acerca de la extrema
peligrosidad de los individuos que la padecen (Fresán et al
2002; Link et al., 1987; Link et al., 1999a; Penn et al., 1994;
Steadman, 1998). Como se mencionó con anterioridad,
muchas de las creencias que se tienen sobre un grupo
social surgen de la información, verídica o no, a la que se
encuentra expuesta la mayoría de la población, y aun
cuando las personas con algunas enfermedades mentales,
tales como el trastorno antisocial de la personalidad,
pueden ser más propensas hacia la violencia y la peli -
grosidad, la esquizofrenia ha sido el diagnóstico psiquiá -

105
trico más frecuentemente asociado con la agresión y la vio-
lencia. Aun cuando la percepción de agresividad no es el
único factor asociado a la estigmatización, la esquizofrenia
siempre ha tenido un papel primario en los medios masi-
vos de comunicación y la psiquiatría forense, siendo identi-
ficada como el paradigma de la “locura” y la incompeten-
cia (Nedopil, 1997; Walsh y Fahy, 2002). Los conceptos de
agresión, violencia y peligrosidad son pues, aspectos cen-
trales del estereotipo que se ha formado de los individuos
con esquizofrenia (Angermeyer y Matschinger, 1996).
En diversos estudios se ha encontrado que más del 50%
de las personas entrevistadas conciben al paciente con es-
quizofrenia comoEl Colegio Nacional
violento y peligroso (Link et al., 1987;
Link et al., 1999b; Penn et al., 1994; Star, 1955). Para el
caso particular de México, en un estudio en donde se en-
trecontacto@colegionacional.org.mx
vistó a 258 personas se observó que el 41.8% de los suje-
tos que fueron entrevistados, consideraba agresivo al
paciente con esquizofrenia. De acuerdo con lo reportado
Ediciónlasdigital
en la entrevista, noformas
principales comercial
de agresión que
podría presentar el paciente con esquizofrenia fueron la
Prohibida
observó que elsu reproducción,
agresión verbal y la agresión hacia objetos. Adicional-
mente, se 46.1% de los entrevistados consi -
distribución
deraban que el y paciente
modificación sin autorización
con esquizofrenia era peligroso
para la sociedad (Fresán et al., 2009).
Al aumentar el número de entrevistados a un total de
1,232 personas, se observó un menor porcentaje de perso -
nas que consideraban agresivo al paciente con esquizo -
frenia (34.2%), refiriendo principalmente actos que no
conllevaban a lesiones para el paciente u otras personas, o
a una conducta francamente violenta hacia otros, tales
como gritar con enojo o gestos conductuales amenazado -
res (gráfica 1). Sin embargo, la percepción de peligrosidad
se mantuvo similar (45.9%) a la observada previamente.
Incluso, al evaluar el nivel de asociación existente entre la

106
percepción de la existencia de una enfermedad mental, la
agresión y la peligrosidad, se estimó que existía una mayor
relación entre la percepción de peligrosidad y la enfer-
medad mental, que entre ésta última y la agresión perci-
bida (Fresán, 2009).

Gráfica 1
CARACTERÍSTICAS DE LA AGRESIÓN PERCIBIDA DEL
PACIENTE CON ESQUIZOFRENIA

El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

Estas asociaciones nos llevan a pensar que las personas


no consideran que el paciente con esquizofrenia se mues -
tre agresivo de forma constante, o que su comportamiento
se caracterice por la agresividad. No obstante, parecen sus -

107
tentar la percepción pública de que el paciente con esqui -
zofrenia no tiene control sobre sí mismo, lo que lo hace
impredecible en su comportamiento y por ende, peligroso
para los que le rodean. Ante esta percepción, se ha repor-
tado que las personas que visualizan al paciente con es-
quizofrenia como agresivo y/o peligroso, manifiestan mayor
temor y conductas de evitación hacia los mismos (Corrigan,
2005; Corrigan y Watson, 2007).
Adicionalmente, la asociación entre esquizofrenia y vio-
lencia conlleva a una doble estigmatización de las personas
que la padecen debido a que: a) sufren una enfermedad
mental incapacitante y, b) son considerados potencialmen-
te peligrosos.El Colegio
El estigma haciaNacional
las personas con esquizo -
frenia se asocia con un desarrollo de cuadros depresivos,
una mayor ansiedad y asilamiento social, disminución de la
contacto@colegionacional.org.mx
autoestima y menores oportunidades de empleo (Depla et
al., 2005). Inclusive, algunas investigaciones sugieren que
las personas con este padecimiento creen que el público
general,Edición digital
como resultado no comercial
del estigma, los excluyen de diver-
sos núcleos sociales, entre ellos, el establecimiento de rela-
Prohibida
meyer, 2003). El estigmasunoreproducción,
ciones de compañerismo y amistad (Schulze y Anger-
sólo tiene una influencia di-
distribución y modificación
recta en el paciente, sino también en sin autorización
sus familiares, como
una forma de “estigma por asociación” (Mehta y Farina,
1988), sufriendo también de rechazo social y conductas
evitativas por parte de otras personas (Phelan et al., 1998).
Desafortunadamente, el estigma es también un obstáculo
en la búsqueda y apego al tratamiento especializado (Sirey
Jo et al., 2001) lo que empeora el pronóstico clínico de los
pacientes (Sartorius y Schulze, 2005) y termina por perpe-
tuar el estigma y la discriminación.
Recientemente, un estudio de 100 pacientes mexicanos
con trastornos mentales graves (como la esquizofrenia) do -
cumentó que aquellos que acudieron a atender su padeci -

108
miento con especialistas en salud mental tenían menos es-
tigma que los que buscaron ayuda de no profesionales
(brujos, sacerdotes, etc.) (Flores, 2009). Ello puede deberse
a que las creencias acerca de causas y remedios sobrenatu-
rales de los trastornos mentales forman parte del estigma
de la enfermedad (Arboleda y Sartorius, 2008). Así, quie-
nes mantienen creencias de que el trastorno es causado
por castigo divino (concepción mágico-religiosa) o como
posesión diabólica (ideas religiosas de la época de la in-
quisición) o un mal del alma espontáneo u ocasionado
deliberadamente por un tercero a través de poderes sobre -
naturales, buscarán ayuda igualmente sobrenatural a fin
El Colegio
de aliviar los síntomas (Berenzon Nacional
et al., 2001).
También existe evidencia de la relación entre estigma
y apego a tratamiento en pacientes mexicanos con esqui -
contacto@colegionacional.org.mx
zofrenia. En el estudio realizado con 100 personas porta-
doras de trastornos mentales graves (Flores, 2009), se de-
mostró una asociación significativa entre estas dos varia-
Edición
bles: a mayor digital
estigma, no comercial
los pacientes presentaban menor
apego a tratamiento psiquiátrico. Una de las vías para mo-
Prohibida
zofrenia es su reproducción,
dificar las actitudes que estigmatizan al paciente con esqui-
brindar información sobre si el temor relacio -
distribución y modificación
nado con la enfermedad tiene o no un sin autorización
fundamento real. A
este respecto, diversos estudios alrededor del mundo, con
diferentes diseños y metodologías, han mostrado que, de
forma general, los pacientes con esquizofrenia tienden a
ser más agresivos o violentos en contraste con las personas
que no padecen alguna enfermedad mental. No obstante
¿estos estudios en realidad confirman el temor del público
hacia la esquizofrenia? Hasta el momento la respuesta a
esta pregunta no sería definitiva, ya que muchos de estos
estudios apoyan la noción de que el riesgo de violencia
secundario a la enfermedad mental es “moderado” cuando
se consideran otros factores como el abuso de sustancias y

109
los antecedentes de violencia, entre otros, los cuales por lo
general no son considerados por las personas al momento
de visualizar y formarse una actitud sobre el peligro real
que representan estos pacientes. Por otra parte, la esquizo-
frenia se presenta en aproximadamente el 1% de la pobla-
ción mundial, por lo que el riesgo asociado se traduce en
una minúscula proporción de la violencia que se observa
en la sociedad.
A pesar de estas consideraciones, la esquizofrenia sigue
siendo la enfermedad mental que más se vincula con
la violencia y la peligrosidad en las actitudes e ideología de
las personas. No es de sorprender que una gran parte de la
imagen pública El Colegio
que Nacional
se ha formado de la esquizofrenia pro-
venga de los medios masivos de comunicación, los cuales
hacen ver a estos pacientes como “bombas de tiempo que
encontacto@colegionacional.org.mx
cualquier momento pueden explotar” (Ferriman, 2000;
Walsh y Fahy, 2002). Aunado a esto, la insuficiente psicoe -
ducación que se le brinda a la población general sobre las
Edición
características digital
generales no comercial
de la esquizofrenia (Corrigan, 2005;
Rose et al., 2007; Thornicroft et al., 2007) dificulta el poder

presentaProhibida
la agresión y la su reproducción,
lograr una perspectiva sobre el contexto real en el que se
violencia en estos pacientes.
distribución y modificación
Así, los siguientes sin autorización
apartados del presente capítulo abor -
darán la influencia de algunas características particulares
del padecimiento que pudieran incrementar el riesgo para
la agresión y la violencia en el paciente con esquizofrenia.

S ÍNTOMAS PSICÓTICOS Y VIOLENCIA EN LA ESQUIZOFRENIA

Como se mencionó con anterioridad, los pacientes con


esquizofrenia pueden tener un mayor riesgo para compor -
tarse de forma violenta debido a que algunas característi-
cas de la enfermedad incrementan su vulnerabilidad. Den-

110
tro de estas características, la asociación entre los síntomas
psicóticos y la violencia ha sido demostrada en diversos es-
tudios. No obstante, es importante recalcar que la presencia
y gravedad de los síntomas varían a lo largo del padeci-
miento, por lo que para lograr entender su relación con la
violencia es necesario conocer el momento, durante el curso
de la enfermedad, en el que ésta se presenta y ver los sínto-
mas presentes asociados a esta manifestación (Krakowski et
al., 1999).
Con frecuencia, el momento en el que se presentan las
conductas violentas durante el curso de la enfermedad no
es reportado por las personas a cargo del paciente con
esquizofrenia, Elpor Colegio
lo que muchos Nacional
de los estudios que rela-
cionan a la violencia con los síntomas psicóticos han sido
realizados en pacientes que se encuentran hospitalizados
(Beckcontacto@colegionacional.org.mx
y Bonnar, 1988; Beck et al., 1991; Fresán et al., 2007;
Lowenstein et al., 1990; McNiel et al., 1988). De forma ge -
neral, el periodo que antecede una hospitalización psiquiá-
trica estáEdición
marcado por digital no comercial
la exacerbación de los síntomas
positivos de la enfermedad, lo que fácilmente puede elevar
Prohibida
1999; Fresán su reproducción,
los niveles de agresión en estos pacientes (Arango et al.,
et al., 2007; Lion et al., 1981). Se ha observado
distribución
que los síntomas y iniciales
modificación
eventualmente sinpueden
autorización
progre -
sar en hostilidad, conductas violentas y explosivas cuando
los síntomas psicóticos no son controlados con el trata -
miento farmacológico específico para la enfermedad (Kra -
kowski et al., 1999; Nestor et al., 1995).
Es probable que en el momento en que el paciente sus -
pende el tratamiento farmacológico, la violencia no se ma-
nifieste de forma continua o ésta se presente de forma oca-
sional. Sin embargo, con el paso del tiempo, ésta puede
presentarse de forma continua o convertirse en un patrón
de comportamiento. Así, el manejo y cuidado del paciente
por parte de los familiares o responsables se dificulta y es

111
en ese momento, cuando se acude a los servicios de aten-
ción especializada y se hospitaliza al paciente. Tras la hos-
pitalización, la frecuencia con la que se presentan los actos
violentos disminuye, inicialmente debido a la adminis-
tración de medicamentos, los cuales además de disminuir
la gravedad de los síntomas (tales como la agitación), cau-
san sedación. Por otro lado, el encontrarse en un medio
altamente estructurado como lo son las instalaciones de un
hospital psiquiátrico intervienen para que la violencia dis-
minuya (Binder y McNiel, 1988; Fresán et al., 2007). De
esta forma, se podría decir que la asociación encontrada
entre la sintomatología de la esquizofrenia y la violencia
podría explicar parcialmente el que la incidencia de la
El Colegio
conducta violenta Nacional
varía de acuerdo al contexto y proceso
de la enfermedad. Por lo tanto, cuando los pacientes se en-
contacto@colegionacional.org.mx
cuentran en periodo de remisión sintomática, disminuye
el riesgo de aparición de conductas violentas y este riesgo
se incrementa cuando los pacientes se encuentran cursan -
do con Edición
una recaída digital nouna
y se presenta comercial
exacerbación de los
síntomas de la enfermedad (Arango et al., 1999).
Es importante considerar que muchos de los pacientes
continúan Prohibida sutras
siendo violentos reproducción,
la hospitalización, es decir,
distribución
la presencia deyconductas
modificación
violentas en sin autorización
pacientes con esqui-
zofrenia no se encuentra limitada exclusivamente al perio-
do agudo de la enfermedad o durante el transcurso de la
estancia hospitalaria. Las conductas violentas en el pacien-
te esquizofrénico pueden prevalecer en cualquier momen -
to del curso de la enfermedad (Link et al., 1999a; Stueve y
Link, 1997; Swanson et al., 1996). Incluso, diversos autores
han destacado que la asociación de la violencia con los sín-
tomas psicóticos se avoca a síntomas positivos específicos,
especialmente aquellos de contenido paranoide (Jungin -
ger, 1996; Junginger et al., 1998; Nestor et al., 1995).
Los síntomas paranoides de la enfermedad, como aluci-
naciones y delirios de daño y persecución, han sido fuer -

112
temente asociados con la manifestación de conductas
violentas, ya que pueden motivar al sujeto a cometer algún
acto agresivo en algún momento del curso de la enferme-
dad (Bjorkly, 2002a; b; Junginger et al., 1998; Nestor et al.,
1995; Taylor, 1998). Algunos autores han concluido que
los delirios de persecución incrementan los niveles de
ansiedad y preocupación del individuo (Freeman y Garety,
1999), lo cual puede influenciar directamente su compor-
tamiento (Fresán et al., 2005; Fresán et al., 2006; Wessely et
al., 1993). Así, cuando un paciente con esquizofrenia pre-
senta delirios de persecución junto con una fuerte convic-
ción de estar amenazados, la violencia podría entenderse
El
como el resultado Colegio
de la creenciaNacional
de que otras personas
quieren dañar o han dañado al paciente (Junginger 1996;
Junginger et al., 1998; Link y Stueve, 1994).
Acontacto@colegionacional.org.mx
pesar de la asociación encontrada entre la presencia
de delirios de persecución y la conducta violenta, hasta el
momento no existe ninguna razón por la que la presencia
de estosEdición
delirios seadigital
una causa noúnica
comercial
y suficiente para
predecir la violencia en el paciente con esquizofrenia, ya

ner otrosProhibida su reproducción,


que es necesario considerar la influencia que puedan te-
síntomas psicóticos, tales como las alucinaciones
distribución
(Bjorkly, 2002b;yFresán
modificación sin autorización
et al., 2006). Diversos estudios han
sugerido que la asociación existente entre la presencia de
alucinaciones y la manifestación de violencia es principal-
men te debido a alucinaciones de comando (Bjorkly,
2002b; Junginger y McGuire, 2001; Lee et al., 2004; McNiel
et al., 2000; Monahan et al., 2000; Steinert, 2002). Se ha su -
gerido que algunos pacientes se comportan de forma vio-
lenta debido a que las alucinaciones de comando así se los
indican (McNiel et al., 2000). Asimismo, diversas revisiones
sistemáticas de la literatura han mostrado que no todos
aquellos pacientes que sufren de este tipo de alucinaciones
muestran un comportamiento violento (Hersh y Borum,

113
1998). De esta forma, la asociación entre las alucinaciones
y la violencia no es tan clara, e incluso es posible decir que
es menos significativa que aquella encontrada con los
delirios.
Es necesario recordar que difícilmente los síntomas psi-
cóticos se presentan aislados y que, en la mayoría de los
casos, coexisten durante el curso de la enfermedad. De
esta forma, algunos estudios han mostrado que la asocia-
ción entre la manifestación de la violencia y los síntomas
de la esquizofrenia dependerá en gran medida de la inte-
racción que exista entre los síntomas (Swanson et al., 1996).
En este contexto, hacemos referencia específicamente a la
El
interacción entre Colegio Nacional
las alucinaciones y los delirios. De forma
general, se considera que un paciente responderá a las
alucinaciones de comando cuando éstas sean consistentes
con contacto@colegionacional.org.mx
el contenido de los delirios. De esta forma, si el pa-
ciente presenta delirios de menor intensidad, las alucina-
ciones tendrán un mínimo efecto detonante para que sur-
Edición
ja la violencia; digitalcuando
sin embargo, no comercial
los delirios son de in-
tensidad moderada o severa, las alucinaciones tendrán una
Prohibida
lor, 1998). su reproducción,
influencia directa sobre la manifestaciones violentas (Tay-
Esto parece indicar que los delirios ejercen una
distribución
mayor influencia y modificación sin autorización
sobre la manifestación de conductas
violentas que las alucinaciones, y que éstas tan sólo incre -
mentan el riesgo de violencia al presentarse de forma
conjunta con los delirios.
En un estudio realizado en México, en donde se incluye-
ron 120 pacientes con esquizofrenia y se determinó la
influencia de los síntomas sobre la presencia de conductas
violentas, se observó que cuando se consideró exclusiva -
mente la presencia de alucinaciones auditivas, los pacien-
tes tenían un riesgo de 3 a 10 veces mayor para presentar
conductas violentas. No obstante, cuando se incluye la gra-
vedad de los delirios de persecución al momento del estu -

114
dio, las alucinaciones dejaron de ser un factor de riesgo, y
estos delirios confirieron un riesgo 10 veces mayor para
presentar conductas violentas en comparación con aque-
llos pacientes que no los presentaban (Fresán et al., 2006).
Este resultado sustenta lo observado por otros autores, los
cuales argumentan que la presencia exclusiva de un sín-
toma no es causante de la aparición del comportamiento
violento, y que es necesaria la presencia de una constela -
ción de síntomas que sean consistentes entre ellos (Bjor-
kly, 2002a; b; Taylor, 1998).
Dentro de esta constelación encontramos otros síntomas
que se relacionan con la aparición de la violencia tales
como la hostilidad, la falta de juicio y discernimiento, un
pobre control El Colegio
de impulsos Nacional
y contenidos inusuales del pen-
samiento. Estas asociaciones brindan mayor evidencia de
contacto@colegionacional.org.mx
que estos síntomas, además de los delirios y las alucinacio-
nes, pueden predisponer a la violencia (Fresán et al., 2005).
El hecho de que la violencia se relacione con la falta de
Edición digital
juicio y discernimiento ofrece lano comercial
posibilidad de que ésta no
es el resultado directo del curso natural de la sintomatolo-
gía de la esquizofrenia. La agresión y las conductas violen-
tas pueden Prohibida
manifestarse su reproducción,
de forma distinta entre aquellos
distribución
pacientes que seyencuentran
modificación
convencidossindeautorización
la realidad de
sus delirios y alucinaciones de aquellos que en algún mo-
mento del curso del padecimiento muestran dudas acerca
de lo real de sus delirios y alucinaciones (Amador et al.,
1993; Arango et al., 1999). Por lo tanto, se esperaría un
comportamiento violento en los pacientes que experimen-
tan alucinaciones y delirios y no tienen conciencia de la
naturaleza de estos síntomas, es decir, no se percatan que
forman parte de la enfermedad.
Además, se ha encontrado que la violencia de estos pa-
cientes ocurre cuando los síntomas positivos son altos, al
tiempo que los síntomas negativos son bajos. Ello impli-
caría que es necesario cierto nivel de iniciativa, organi -

115
zación y activación psicomotriz para que se lleven a cabo
conductas agresivas, pues estas condiciones tienden a estar
ausentes en los pacientes con altos síntomas negativos
(Swanson et al., 2006).
A partir de la revisión de los resultados obtenidos en di-
versos estudios, se ha concluido que existe una relación
entre la esquizofrenia y la conducta violenta, pero que esta
asociación podría encontrarse limitada a la presencia de
síntomas particulares, que deben ser considerados en la
evaluación del paciente, y otros factores de riesgo no rela-
cionados con la presencia y gravedad de los síntomas (An-
germeyer, 2000). Este punto es particularmente relevante,
El Colegio Nacional
ya que enfatiza el componente multifactorial de la violencia
en el paciente con esquizofrenia, en donde el diagnóstico
por sí mismo no es la causa de este fenómeno, sino la com -
contacto@colegionacional.org.mx
binación de diversos factores, entre los que se encuentran los
síntomas mencionados en este apartado. Aun cuando éstos
no son agentes causales y exclusivos de la violencia, su re-
Edición
conocimiento digital
y evaluación porno comercial
el profesionista de la salud
mental es indispensable, ya que pueden ser detonadores o
incluso pueden predecir el curso que podría tomar la
violenciaProhibida su reproducción,
en caso de ser presentada por el paciente.
distribución y modificación sin autorización
L A CONDUCTA VIOLENTA COMO UN CICLO RECURRENTE

La realización de un modelo único que explique el ori -


gen y curso de la violencia que presentan algunos pacien -
tes con esquizofrenia sería demasiado complejo e incluso,
no podría incluir de forma certera todas las variables que
influyen en la presentación y características del fenómeno.
No obstante, la propuesta de un modelo enfocado en los
atributos de los síntomas de la enfermedad y las caracterís -
ticas de un ciclo recurrente podría ser de utilidad, no sólo

116
como una herramienta descriptiva, sino también como
una guía para la identificación de áreas potenciales de
detección y prevención de la violencia.
La hipótesis principal de este modelo es que la violencia
en esquizofrenia puede formar parte de un ciclo continuo,
en donde la combinación de la falta de adherencia al
tratamiento psiquiátrico, aunado a un inadecuado manejo
de la enfermedad por parte de aquellos encargados del
cuidado del paciente, puede conducir al comportamiento
violento y a un deterioro de las relaciones sociales, dando
como resultado la reincidencia institucional (Fresán et al.,
2007). Este modelo se muestra en la figura 1.
La propuestaEldeColegio
este modeloNacional
se fundamenta principal-
1
mente en los resultados de estudios que muestran que la
o ó .

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

T omado d
Tomado e: F
de: resán e
Fresán ett a l. (2
al. 007). Sa
(2007). lud M
Salud ental, 3
Mental, 0: 2
30: 5.
25.

Figura 1.
La violencia como predictor de readmisión hospitalaria.
L

117
z m l c n
mayoría de los pacientes con esquizofrenia que han come-
tido algún acto violento se encuentran con síntomas psicó-
ticos activos al momento de la ofensa (Taylor, 1998) y que
ésta a su vez, ocurre en el periodo previo a una hospitaliza-
ción psiquiátrica (Binder y McNiel, 1988). Durante la fase
inicial de la enfermedad, los familiares son, por lo general,
aquellos encargados del cuidado del paciente y es común
que muchos de los síntomas no sean percibidos por los
cuidadores o el paciente (Johns y van Os, 2001). Estos sín -
tomas, tales como la irritabilidad, la agitación y el enojo,
pueden irse agravando hasta manifestarse en una franca
hostilidad, con el subsecuente comportamiento agresivo o
El
violento asociado Colegio
(Krakowski Nacional
et al., 1999; Nestor et al., 1995).
Como se mencionó, algunos síntomas de la enfermedad
pueden tener un efecto directo sobre la manifestación de
la contacto@colegionacional.org.mx
violencia en el paciente con esquizofrenia. De acuerdo
con el modelo propuesto, este enlace es dado por la presen-
cia de síntomas específicos y síntomas que son consistentes
Edición
con el actuar agresivodigital no Es
del paciente. comercial
importante recordar
que aun cuando el comportamiento violento puede ser

ciones yProhibida su reproducción,


detonado por los síntomas psicóticos, como las alucina-
los delirios, se reconoce que no todos los pacien -
distribución y modificación
tes con estos síntomas se comportan de sin autorización
forma violenta. In -
cluso, la mayoría de los pacientes que experimentan aluci-
naciones y delirios sin tener conciencia de que forman
parte de la enfermedad, son aquellos en los que es más
probable la manifestación de la violencia (Arango et al.,
1999). Cuando los síntomas psicóticos y el comportamien-
to violento no pueden ser manejados por los familiares o
cuidadores, el paciente es llevado al servicio de atención
psiquiátrica y con frecuencia requiere de ser hospitalizado.
Durante la estancia hospitalaria, la gravedad de los sínto -
mas psicóticos disminuye debido al tratamiento farmacoló -
gico y el entorno hospitalario, conduciendo a una reduc -

118
ción de la frecuencia e intensidad de los actos violentos
(Arango et al., 1999; Swanson et al., 1999; Swanson et al.,
2000). Las primeras semanas tras el alta hospitalaria son
un periodo crítico en el curso de la recuperación del epi-
sodio agudo de la enfermedad ya que el paciente, aun
cuando continúa presentando síntomas, tiene una mayor
autonomía y control sobre diversos aspectos de su vida co-
tidiana (Junginger, 1996). Sin embargo, este proceso pue-
de verse obstaculizado por el deterioro conferido por la
enfermedad y los familiares —los cuales nuevamente son
los responsables primarios del cuidado del paciente—,
pueden llegar a presentar una sobrecarga física y emocio-
El Colegio
nal de esta responsabilidad. Nacional
Parte de esta sobrecarga pro-
viene de las preocupaciones relacionadas con la vida pre-
sente y futura del paciente, el estrés relacionado con el cui-
dado contacto@colegionacional.org.mx
del enfermo, la ansiedad y resentimiento hacia la en-
fermedad debido al fuerte impacto que tiene sobre la vida
cotidiana del paciente y la gente que le rodea (Miklowitz,
2004). MásEdición digitaldeno
aún, la sobrecarga los comercial
cuidadores puede ver-
se exacerbada debido a previas manifestaciones de violen-

actitudes Prohibida suenfermo


reproducción,
cia por parte del paciente, haciendo que la familia tenga
negativas hacia el (Buchanan, 1995). Es-
distribución y modificación
tas actitudes y reacciones por parte de sin autorización
los familiares pare -
cen ser comprensibles, y más cuando son una respuesta
hacia la violencia y otro tipo de comportamientos impre -
decibles que el paciente puede llegar a presentar (Fresán et
al., 2007).
Hasta el momento se ha descrito la forma en la que al -
gunos pacientes pueden mostrar conductas violentas
debido a la presencia de síntomas psicóticos, pero ¿de qué
forma esto puede tornarse en un ciclo constante y repeti -
tivo? A lo largo del tratamiento médico, los pacientes acu -
den a consulta de forma regular para una valoración de su
estado mental actual y la presencia y gravedad de los

119
síntomas de la enfermedad. Con frecuencia, el paciente no
concuerda con la visión del médico psiquiatra en relación
a la enfermedad y los síntomas de ésta no sólo por el he-
cho de que la padecen, sino también porque se tiene
un concepto muy diferente al del médico en relación a su
propia vivencia (Johnson y Orrell, 1995). Es así, como esta
concepción del mundo y la vivencia personal pueden ser
el reflejo de la falta de conciencia sobre la enfermedad y el
tratamiento requerido para la misma. De esta forma, el pa-
ciente puede considerar que no está enfermo, creer que
no requiere medicamento alguno y, en consecuencia, sus-
pender el tratamiento farmacológico.
El abandono El deColegio Nacional
los medicamentos es una complicación
para el tratamiento de cualquier paciente con esquizofre-
nia ya que conlleva a una eventual recaída, cuyos signos
más contacto@colegionacional.org.mx
evidentes son la aparición o exacerbación de los sín-
tomas psicóticos. Cada paciente experimenta una recaída
clínica de forma particular y puede aparecer inicialmente
Edición
con algunos síntomasdigital
sutiles no comercial
que no son tan fácilmente
reconocibles, por lo que el curso de acción a tomar depen-
Prohibida su tiene
reproducción,
derá de la gravedad de los síntomas que vaya presentando.
Sin embargo, si un paciente el antecedente de haber
distribución
sido violento, esy muy
modificación sincomportamiento
probable que este autorización
vuelva a manifestarse durante la recaída, siendo necesario
considerar nuevamente la hospitalización psiquiátrica
(Fresán et al., 2007).
El modelo propuesto en este apartado no es represen -
tativo de todos aquellos pacientes con esquizofrenia que
muestran conductas violentas, sin embargo es un modelo
útil cuando la violencia observada en el paciente es secun-
daria a los síntomas psicóticos. Para estos pacientes. El tra -
tamiento con medicamentos antipsicóticos es de extrema
utilidad (Arango et al., 1999), ya que de forma indirecta
reduce las posibilidades de manifestaciones de violencia en

120
los pacientes al controlar o reducir la gravedad de los sín-
tomas psicóticos que inducen a la conducta violenta.

PERSONAS EN RIESGO DE SER VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA


DEL PACIENTE CON ESQUIZOFRENIA

Contrario a la opinión pública en relación al peligro


que representa el paciente con esquizofrenia para la socie-
dad, las personas que tienen un mayor riesgo de ser el ob-
jetivo de la conducta violenta son los familiares del pacien-
te (Nordström y Kullgren, 2003; Steadman, 1998). Inclusi-
El Colegio
ve, se han encontrado Nacional
diferencias significativas en torno a
las personas que son objeto de la violencia entre sujetos
con esquizofrenia y personas de la comunidad sin trastor-
noscontacto@colegionacional.org.mx
psiquiátricos que son violentos. Se ha observado que
aproximadamente el 22% de las víctimas de las personas
violentas de la comunidad sin trastornos psiquiátricos, son
personasEdición digital
desconocidas para el no comercial
perpetrador, mientras esto
sólo se ha observado en aproximadamente en el 11% de
Prohibida(Steadman,
su reproducción,
las víctimas de violencia por parte de los pacientes violen-
tos con esquizofrenia 1998). El hecho de que
distribución
los familiares y y modificación
personas del entorno delsinpaciente
autorización
sean el
objeto más común de la violencia de los pacientes con es-
quizofrenia remarca la importancia de que este fenómeno
no involucra sólo al paciente, sino que ésta surge principal -
mente en el contexto de sus relaciones interpersonales.
En un estudio realizado en México con 102 pacientes
con esquizofrenia, de los cuales el 59.8% (60 pacientes)
habían mostrado algún tipo de comportamiento violento a
lo largo del padecimiento, la conducta violenta más fre -
cuentemente reportada fue la violencia intrafamiliar (en el
96.7% de los pacientes violentos) caracterizada principal -
mente por disputas verbales. Las conductas violentas res -

121
tantes fueron dirigidas hacia personas con las que el pa -
ciente había tenido algún contacto o relación social fuera
del entorno familiar y en su mayoría fueron disputas verba-
les y lesiones de gravedad mínima o moderada (Fresán,
2005). Por lo anterior, se puede observar que no sólo los
familiares son aquellos hacia los cuales se dirigen las con-
ductas violentas del paciente, sino también los miembros
de la comunidad que se encuentran cercanos al mismo
(Steadman, 1998).
Aun cuando estas conductas pueden representar un
riesgo potencial para los familiares y personas del entorno
social del paciente, es poco frecuente que los hechos sean
reportados aEl las Colegio
autoridades Nacional
pertinentes (Nordström y
Kullgren, 2003). Se ha considerado que una de las razones
por la que los familiares no reportan las agresiones de las
quecontacto@colegionacional.org.mx
son víctimas por parte de los pacientes, es el temor a
ser criticados y estigmatizados por la gente que les rodea
(Ferriter y Huband, 2003). Un segundo factor es el impac-
Edición
to que tiene digital
la familia no comercial
al ser culpados por otros por la con-
ducta del paciente. Tradicionalmente, se ha considerado
Prohibida
dad a través su reproducción,
que los padres son los responsables de originar la enferme-
de una inadecuada educación o crianza, y aun
distribución y modificación
cuando en la actualidad sin
se ha reportado queautorización
este concepto
ha ido cambiando (Fadden, 1998; Read et al., 2006) existe
una parte de la población que apoya esta noción (Johns-
tone, 1999).
Es sabido que las personas encargadas del cuidado de
un paciente con esquizofrenia pueden mostrar ansiedad,
depresión, temor y culpa secundarias al manejo de la en-
fermedad (Milliken, 2001). Estas reacciones, especial -
mente aquellas relacionadas con la ansiedad y el temor,
tienden a incrementarse cuando el paciente se torna vio-
lento; sin embargo, y a pesar de la percepción del peligro
subyacente en estas conductas, se ha reportado que los

122
familiares tienden a proteger al paciente, a minimizar el
peligro en el que se encuentran e inclusive a considerar
estos eventos como parte de su vida cotidiana (Ferriter y
Huband, 2003). Estas formas de enfrentamiento de la
violencia por parte de las personas al cuidado del paciente
con esquizofrenia pueden conllevar al surgimiento de
mayores fricciones entre los miembros de la familia, y por
ende, a un clima familiar desfavorable, el cual a su vez,
puede incrementar la violencia intrafamiliar.
En un estudio piloto realizado en la Ciudad de México
con 50 familiares de pacientes con esquizofrenia, se obser-
vó que el 58% consideraba que no tenían un control ade-
El Colegio
cuado de la enfermedad Nacional
y las complicaciones asociadas al
padecimiento. De la misma forma, el 84% reportó trastor-
nos y limitaciones (ansiedad, estrés, agresiones físicas y ver-
contacto@colegionacional.org.mx
bales) en sus vidas cotidianas secundarias al manejo de su
familiar con esquizofrenia (Fresán et al., 2001). Se ha obser-
vado que la falta de conocimiento sobre la esquizofrenia
conlleva Edición digitaltengan
a que los familiares no comercial
una autopercepción
de una capacidad limitada para enfrentar y resolver algu-
Prohibida suviolentas
reproducción,
nas dificultades resultantes de la esquizofrenia, tales como
el surgimiento de conductas (Hogarty et al., 1991).
distribución
Sin embargo, layviolencia
modificación sin
en el paciente conautorización
esquizofrenia
puede derivarse de un clima familiar desfavorable y puede
surgir como una forma de defenderse ante la hostilidad
y crítica de la que es objeto por parte de la familia. Diver -
sos estudios han reportado una gran dificultad por parte
de los familiares para entender el significado de la enfer-
medad mental y las limitaciones conferidas por el trastor-
no (Barrowclough y Johnstone, 1996). Las limitaciones de
los pacientes pueden conllevar a que los familiares encar-
gados eviten mantener y formar redes sociales de apoyo,
haciendo que se sientan abrumados por sus responsabili-
dades como cuidadores.

123
El concepto “emotividad expresada” (EE) se refiere a la
emisión de crítica, hostilidad y/o sobreprotección de los
familiares hacia el paciente con enfermedad mental (Butz-
laff y Hooley, 1998). La alta EE puede ser un medio para
enfrentar la frustración, desilusión, estigma y rechazo del
que son objeto por parte de su entorno social (Rascon-Gas-
ca et al., 2003), y un factor desencadenante de la violencia
del paciente, que responde a las agresiones que ha recibi-
do de sus familiares. De hecho, el importante estudio CATIE
encontró que los pacientes con esquizofrenia que vivían
solos eran significativamente menos violentos que aquellos
que vivían con su familia (aun controlando otros factores
de confusión deEl Colegio
riesgo Nacional
para violencia) (Swanson et al., 2006).
En la actualidad, la psicoeducación dirigida al paciente
y sus familiares ha cobrado un papel muy importante para
el contacto@colegionacional.org.mx
tratamiento de la enfermedad, ya que otorga el conoci-
miento y entrenamiento necesario para entender, enfren-
tar y resolver los problemas producto de la esquizofrenia
Edición
(Miklowitz, digital
2004). Aun cuandono un comercial
programa de psicoedu-
cación no elimine la aparición de violencia por parte del
Prohibida
proporcionarsu reproducción,
paciente con esquizofrenia, puede ser una adecuada alter-
nativa para a los familiares nuevas estrategias
distribución
para enfrentarylos modificación sin autorización
problemas secundarios a su manifesta -
ción, ya que al recibir la información que requieren, se in -
crementa su confianza para la resolución de problemas, lo
que puede disminuir los enfrentamientos entre los miem -
bros de la familia (Ferriter y Huband, 2003) promoviendo
una mayor disposición para el manejo adecuado del pa -
ciente durante el tratamiento psiquiátrico a largo plazo
(Taylor et al., 2005). Además, estas intervenciones han de-
mostrado efectividad para disminuir la emotividad expre-
sada en la familia (Falloon et al., 1982; Falloon et al., 1985),
lo que puede redituar también en la disminución de con -
flictos y conductas agresivas de los pacientes.

124
En nuestro país, en un estudio con 41 familiares y pa-
cientes con esquizofrenia, se demostró que la psicoeduca-
ción basada en solución de problemas provocó una reduc -
ción significativa de la disfunción familiar y la emotividad
expresada que les caracterizaba al inicio de la intervención
(Robles et al., 2007). En este trabajo, 18 familiares y pacien-
tes integraron un grupo que recibió la intervención ( GI) a
comparar con el resto, que sólo tomaron una sesión infor-
mativa (GC). Antes de la intervención no existían diferen-
cias clínica ni estadísticamente significativas entre los gru-
pos en conocimientos acerca de la enfermedad, disfunción
familiar ni emotividad expresada. En todos los casos hubo
incremento del El Colegio
nivel Nacional
de información al final de la sesión
informativa, y estos cambios se mantuvieron a los cuatro
meses de seguimiento. Al finalizar la intervención, el GI de-
contacto@colegionacional.org.mx
mostró, en comparación con el GC: menor disfunción fami-
liar (132.6 ± 23.3 vs. 147.9 ± 19.9, t = -2.02, 30 gl, p = 0.05) y
emotividad expresada (58.76 ± 10.45 vs. 69.70 ± 12.97,
t = -2.55,Edición digital no comercial
27 gl, p = 0.01).
Adicionalmente, la intervención familiar ha demostrado
Prohibida
hospitalizaciones (Falloonsuet reproducción,
eficacia para reducir síntomas de la enfermedad, recaídas y
al., 1982), con lo que debe
distribución
considerarse partey modificación sin autorización
del tratamiento integral de los pacien-
tes con esquizofrenia.
Sin embargo, y aunque se ha demostrado incluso que
son estrategias terapéuticas financieramente viables para
las instituciones, no forman parte de la práctica clínica ha-
bitual (Anderson y Adams, 1996; Dixon et al., 2001). Ade-
más, es necesario continuar con la investigación en torno a
las relaciones interpersonales de los familiares con el pa-
ciente con esquizofrenia, ya que éstas pueden ser detona -
dores de la conducta violenta del paciente. La sensibiliza -
ción del personal de salud para que identifique la violencia
doméstica es relevante en términos de mejorar el funcio -

125
namiento familiar cuando un integrante tiene esquizofre -
nia, así como para determinar los principales factores ge-
neradores de violencia familiar, analizando la fuente de es-
trés, las estrategias de enfrentamiento empleadas y sus
efectos sobre el entorno familiar y social del enfermo (Ras-
con-Gasca et al., 2003).

C ONCLUSIÓN

A pesar de que la relación entre esquizofrenia y conduc -


ta agresiva es una creencia pública desde hace mucho
tiempo, la investigación científica para elucidar las varia-
bles asociadasEl Colegio
a este fenómeno Nacional
es más reciente. Ahora se
sabe que no todas las personas que padecen de esquizo-
contacto@colegionacional.org.mx
frenia son violentas en todo momento y para con todas las
personas, así como los métodos a emplear para evitar en lo
posible la presencia de conductas agresivas por parte de los
pacientes Edición
(ejemplo: digital
inicio y/ono comercial
apego a tratamiento farma-
cológico e intervenciones familiares para disminución de
emotividad expresada).
En estaProhibida su relevante
dirección, resulta reproducción,
dirigir esfuerzos para
distribución y modificación
llevar esta información sin enautorización
a la comunidad general, tra -
tando de evitar el peligro de una doble estigmatización de
los pacientes y sus familiares (por la enfermedad mental
y por la peligrosidad asociada al paciente). Y es que es
necesario reconocer que el modelo de enfermedad puede
licitar la creencia de las personas acerca de que el enfermo
no tiene control sobre su conducta e incrementar el miedo
a las personas con esquizofrenia (Read y Haslam, 2001)
por lo que resulta necesario educar al público en general
con base en una perspectiva verdaderamente biopsicoso -
cial y no exclusivamente biológica (Read et al., 2006).
Por otra parte, se sabe también que algunos de los pa -
cientes con esquizofrenia pueden mostrar conductas agre -

126
sivas, verbales e incluso físicas en algunos momentos, sobre
todo para con los familiares encargados de su cuidado. De
no aceptarse este hecho podría correrse el riesgo de no
evaluar e identificar los factores relacionados con la agre-
sión en pacientes con esquizofrenia (como comorbilidad
con conducta antisocial, uso de sustancias, familia con alta
emotividad expresada, etc.) y de no estrechar las nece-
sarias vigilancia y atención del fenómeno ante caracte -
rísticas clínicas de la enfermedad asociadas a la agresión
(como delirios paranoides, etc.). Así se limitaría también la
investigación acerca de la naturaleza de la relación entre
agresión y esquizofrenia, y entonces su comprensión, pre-
vención y tratamiento, lo que perpetuaría el estigma de
peligrosidad deEl losColegio
pacientes. Nacional
Desde esta perspectiva, los profesionales de la salud
men contacto@colegionacional.org.mx
tal deben aceptar su ocasional pero relevante papel en
la protección pública de la violencia por parte de los pa-
cientes con esquizofrenia, reconociendo la importancia de
evaluar el Edición digital no
riesgo de conductas comercial
agresivas o violentas en su
práctica clínica cotidiana, de explicar abierta y claramente
las dificultades que ello conlleva, así como de analizar los
límites del Prohibida su reproducción,
tratamiento especializado (Clark, 2002).
distribución y modificación sin
La explicación de la relación entre autorización
esquizofrenia, la
agresión y la violencia no debe simplificarse a una acción
causa-efecto. No existe una sola variable que por sí misma
explique la manifestación de agresión o violencia en el pa -
ciente. La conducta violenta ocurre dentro de un sistema
multifactorial, que incluye a una persona con una historia
y eventos de vida, un estado de salud o enfermedad parti-
cular, los cuales, en conjunto, interactúan con un entorno
social específico.

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
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135
El Colegio Nacional

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LA TEORÍA DEL APEGO EN LA AGRESIÓN
Y EN LA VIOLENCIA

IVÁN ARANGO DE MONTIS


Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

La violencia Eles laColegio Nacional


agresión extrema, quizás se puede
distinguir de ésta por la intención explícita de causar le-
siones o la muerte. La violencia es el producto final de una
contacto@colegionacional.org.mx
cadena de eventos en el curso del desarrollo del niño en
los que los riesgos se acumulan y refuerzan mutuamente.
La intención de éste trabajo es la consideración del desa-
rrollo deEdición
la violenciadigital
haciendono comercial
referencia a los factores
familiares como la relación de apego entre los padres y los
Prohibida
trato infantil, su reproducción,
infantes. Se trata de establecer la conexión entre el mal-
en el contexto de la relación de apego y el
distribución y modificación
riesgo del ejercicio sin
de la violencia en la autorización
adolescencia y en
la vida adulta a través de la interferencia en el desarrollo
de la capacidad del niño de visualizar los estados mentales
de los otros.

A SPECTOS GENERALES DE LA TEORÍA DEL APEGO

La teoría del apego propuesta por Bowlby (1973) desta -


ca la inclinación humana por construir vínculos o lazos
con otros. Propuso que el sistema de apego tiene un corre-
lato biológico y su funcionamiento es esencial para la

137
sobrevivencia a lo largo de la vida. Caracterizó a éste como
un sistema de control que sirve para establecer un balance
en la proximidad con las figuras de apego (o cuidadores)
durante los momentos de distrés o de exploración en pe-
riodos de seguridad. Para dar cuenta de la cualidad de las
interacciones dirigidas a metas específicas y de la continui-
dad de conductas relacionadas con el sistema de apego a
lo largo de la vida, Bowlby (1973) propuso el concepto de
“modelos internos de trabajo”, que son estructuras cogni-
tivo-afectivas que se desarrollan a través de las relaciones
en las que el sujeto es cuidado por otro o cuida a otro. Es-
tas estructuras cognitivo-afectivas van a servir de guía de las
respuestas y conductas así como de las expectativas en la
El Colegio
interacción interpersonal. Nacional
Los modelos internos de trabajo
proporcionan elementos clave tanto de las experiencias
delcontacto@colegionacional.org.mx
pasado como conocimiento procedural que sirven de
guía de la conducta para garantizar que las necesidades del
sistema de apego sean satisfechas en cualquiera que sea la
situaciónEdición
con la que digital nointeractúa.
el individuo comercial
La cualidad de las interacciones con las figuras de apego
corresponde con el contenido de los modelos internos de
Prohibida
trabajo así como con elsu reproducción,
desarrollo de estrategias de com -
distribución
portamiento. En y modificación sin autorización
la interacción y conformación de estas
estrategias se configura tanto el bienestar como el malestar
psicológico.
Inicialmente se describieron tres tipos de patrones de
apego, uno es el estilo “seguro” en el cual el infante perci-
be a su cuidador disponible para proveerle de la función
de continente y modulador de las emociones que pueden
surgir en el proceso de exploración del mundo externo.
Desde el punto de vista del desarrollo cognitivo, este esce-
nario, el de una relación de apego seguro, va a facilitar el
desarrollo de la función reflexiva, por medio de la cual
el sujeto internaliza la posibilidad de modular sus afectos y
de explorar ya no sólo el mundo externo, sino también el

138
mundo interno, el de las ideas, de las percepciones y de las
distintas perspectivas con las que se puede explicar su
realidad interna y externa.
Sin embargo, los niños que perciben que sus cuidadores
no están disponibles de manera consistente desarrollan un
estilo de apego “inseguro” a partir del cual se desarrollan
estrategias cognitivo-afectivas para lidiar con la ansiedad
que éste genera. Los infantes pueden desarrollar distintas
variedades de estilos de apego inseguro. Una de ellas es la
descrita como apego inseguro-ambivalente, el bebé se
mantiene preocupado e hipervigilante de sus cuidadores
para mantener su atención ya que no están ciertos de la
disponibilidad de los mismos para que les procuren los
El Colegio
cuidados requeridos. Estos niñosNacional
suprimen sus actividades
de exploración. Conductualmente, los niños ansioso-am -
contacto@colegionacional.org.mx
bivalentes son agresivos con sus cuidadores al demandarle
atención y paradójicamente no obtienen consuelo cuando
se les trata de confortar. Los despliegues en la comunica-
ción de Edición digital
sus necesidades noexagerados
resultan comercial y se entien-
den como una estrategia conductual para capturar la aten-
ción del cuidador. En la vida adulta los niños que tuvieron
un estilo Prohibida su reproducción,
de apego inseguro-ambivalente con mucha pro -
distribución y modificación
babilidad expresarán un estilo de apego sin autorización
llamado “preocu-
pado”, expresan sus necesidades interpersonales de ma -
nera intensa, establecen relaciones rápidamente y el víncu -
lo interpersonal es descrito como intenso y demandante.
El tercer tipo de apego es el inseguro-evitativo, que se
despliega en niños que experimentan de manera sistemá-
tica la indisposición de sus padres o cuidadores para satis-
facer sus necesidades. Estos niños aprenden desde muy
temprano en la infancia a desdeñar o a minimizar sus ne-
cesidades de apego incluso en presencia de sus cuidadores
por miedo al rechazo o al castigo. Independientemente de
que la conducta de estos niños aparenta calma, distintos
indicadores fisiológicos reflejan altos niveles de estrés. El

139
modelo interno de trabajo de estos niños refleja una con-
cepción de sí mismos como inaceptables y repulsivos. Con-
ductualmente, estos niños evitan el contacto con sus pa-
dres y focalizan su atención en las cosas que les rodean en
su ambiente. En la vida adulta, los niños que tuvieron un
estilo de apego evitativo muy probablemente no podrán
expresar sus necesidades interpersonales.
Algunos investigadores como Bowlby (1973) se han pre-
guntado si la teoría del apego puede aportar información
pertinente para la comprensión de la agresión. Bowlby
consideraba que la ira en cantidades apropiadas y en mo-
mentos apropiados puede ser funcional para conservar las
El Colegio Nacional
relaciones de apego en la medida en que es una señal
eficiente para comunicar al cuidador el malestar. Sin em-
bargo, consideraba que la ira extrema, la violencia y la
contacto@colegionacional.org.mx
agre sión no son funcionales para conservar la relación de
apego. Señalaba que “las respuestas más disfuncionales y
rabiosas se observan en niños o adolescentes que no sola-
Edición
mente experi mentandigital no comercial
separaciones repetidas sino también
la amenaza de ser abandonados

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación
E TOLOGÍA Y FUNCIÓN REFLEXIVA sin autorización
La interacción entre madre y cría en los primates incide
en el desarrollo de conductas específicas, la relación ma -
terno-infantil incide en la maduración de estructuras cere-
brales que son determinantes de la conducta y de la regu-
lación afectiva. Es el caso de la maduración de la corteza
orbitofrontal derecha. La maduración de esta área cortical
inicia en un periodo crítico específico que comienza al
final del primer año de la infancia. Schore (1994) ha llega -
do a sugerir que la estimulación socioafectiva regulada por
la madre fundamentalmente a partir del intercambio de la

140
mirada sirve para la co-regulación del afecto y para la in-
ducción de cambios neuroendócrinos que facilitan la ma-
duración de áreas orbitofrontales, áreas visoespaciales del
hemisferio derecho y las vías simpáticas de ascenso del cir-
cuito límbico ventral-tegmental. En la interacción referida,
que sirve como impronta, se configura la maduración de
sistemas frontolímbicos excitatorios que son responsables
de la adaptación ontogenética propia de lo que Margaret
Mahler (1980) describe como la fase de reaproximación;
fase en la que se observa la conducta de juego y sobre la
cual se establece la capacidad de formar un modelo repre-
sentacional interactivo que a su vez es sustrato de la regu-
El Colegio Nacional
lación del afecto.
En el caso de los primates humanos, la función reflexiva
—en la teoría de la mente, la mentalización— se desarrolla
contacto@colegionacional.org.mx
en relación con los sistemas de apego (patrones de interac-
ción entre el sujeto que ejerce la función de cuidado paren-
Edición digital no comercial
tal y el infante). Ésta se refiere a patrones que también son
sujetos a transmisión transgeneracional y que también tienen
sus particularidades en el desarrollo de psicopatología.
Prohibida
Los trastornos su reproducción,
en la conducta en primates no humanos
distribución y modificación sin autorización
descritos a lo largo de este texto encuentran sus correlatos
en primates humanos. Las causas de los trastornos de con-
ducta y la psicopatología entendidas como consecuencias
de un proceso de interacción entre individuos, permiten
proponer que es en la interacción, en el “vínculo” entre
individuos, en donde se configura la conducta.
Las observaciones que desde la primatología se hacen
resultan por demás pertinentes para la comprensión de la
conducta de otros primates, en este caso, los humanos. La
observación descrita por Tronik (1989) de la conducta en
primates no humanos permite la reflexión de mecanismos
de co-regulación que en el humano se han nombrado

141
como lenguaje pre-verbal. Desde la perspectiva de la psi-
quiatría evolutiva y la psicología del desarrollo, la conduc-
ta, la psicopatía y la psicopatología en general son condi -
ciones que derivan de la interacción de variables de orden
biológico, psicológico y social. Reflejan estrategias con las
cuales los individuos y los grupos de individuos contienden
con las demandas del medio para sobrevivir. Las observa-
ciones en primates no humanos han permitido también la
identificación de fenómenos similar en los humanos. Para
autores como Siegel (2001) la fenomenología del apego, la
teoría de la mente y la mentalización cobran una impor -
tancia cardinal en la comprensión y asistencia a personas
con trastornosEl Colegio Nacional
mentales.
Se hace referencia a la importancia que ocupan los fe -
nómenos de co-regulación entre individuos (primates no
contacto@colegionacional.org.mx
humanos o primates humanos) sobre todo porque en la
época contemporánea en la que el ejercicio de la psiquia-
Edición digital no comercial
tría descansa fundamentalmente en la descripción de
fenómenos, las intervenciones terapéuticas se estructuran
con base en sistemas clasificatorios que permiten recono-
Prohibida
cer categorías su Las
diagnósticas. reproducción,
causas de los fenómenos
que se describen y que son tratados como trastornos men -
distribución y modificación
tales siguen siendo investigadas. Desdesin
este autorización
punto de vista,
la etología, la psicología del desarrollo y la psiquiatría evo -
lutiva convergen en la tarea de identificar procesos causa -
les y originarios de psicopatología a partir de lo que ocurre
entre sujetos “en relación”.
Fonagy (1997, 1999, 2002, 2004) propone que en la
interacción humana no sólo se configura la capacidad de
modular los afectos sino que también el infante desarrolla
la capacidad de interpretar sus estados mentales y los de
los demás a partir de la función reflexiva o mentalización.
La función reflexiva es una adquisición en el desarrollo
que le permite al niño no sólo responder a la conducta de

142
otra persona, sino a la “concepción” que tiene el niño de las
creencias, emociones, actitudes, deseos, pretensiones e
intenciones de un “otro”. La función reflexiva, la teoría de
la mente o la mentalización le permiten al niño “leer” los
estados mentales y la intencionalidad de los “otros”. Esta
experiencia interaccional del niño con un “otro”, le permi-
te al niño hacer “sentido” y predecir la conducta de los otros
con los que interactúa, así como desarrollar el concepto de
sí mismo como un sujeto distinto de los otros. Adquisicio-
nes que tienen que ver nada menos con poder modular las
emociones y poder distinguir entre lo que es “yo” y lo que es
“no yo”. Desde el punto de vista nosológico, son dos dimen-
siones que en El Colegio
su disfunción Nacional
explican parte de la fenome-
nología de los trastornos de la personalidad y la psicosis.
En el caso de trastornos psicóticos, como es el caso de la
contacto@colegionacional.org.mx
esquizofrenia, Brüne (2008) ha podido observar una me-
nor actividad en áreas dorsales de la corteza prefrontal
medial, las áreas temporales derechas así como en áreas de
asociaciónEdición digital izquierdas.
temporo-parietales no comercialÁreas involucra-
das tanto en la evaluación auto-referencial como en la

trastornoProhibida su reproducción,
función de atribución de estados mentales. En el caso del
limítrofe de la personalidad, Damman ha podido
distribución
observar que la y modificación
disfunción sin autorización
tanto en la modulación afectiva
como en el reconocimiento de la gerencia, de las motiva -
ciones, de los estados mentales del “otro”, se asocian con la
confusión en la representación del “sí mismo” (difusión de
la identidad) y con conductas de automutilación.

S OBRE EL RIESGO EN EL DESARROLLO DE LA VIOLENCIA

Los factores de riesgo asociados con la violencia se ha -


cen evidentes desde el inicio de la infancia. Los factores de
riesgo relacionados con el temperamento y la personali -

143
dad incluyen: 1) Temperamento incontrolable observado
a la edad de 3 años, asociado con agresión en la vida adul-
ta; 2) Rasgos impulsivos a la edad de 8-10 años asociados
con ofensas en la vida adulta; 3) Rasgos de hiperactividad a
la edad de 13 años, asociados con violencia en el adulto; 4)
Rasgos de crueldad a la edad de 7-12 años como predic -
tores de trastorno antisocial de la personalidad; y 5) Coe-
ficiente intelectual bajo y poco aprovechamiento escolar
como predictores de arrestos en la adolescencia.
El riesgo de trastorno antisocial de la personalidad se in-
crementa con una serie de condiciones psiquiátricas en la
infancia: 1) Depresión mayor a los 14 años; 2) Trastorno
oposicionista El Colegio
desafiante Nacional
diagnosticado a la edad de 7-12
años; 3) Trastorno de conducta diagnosticado entre los 9-
16 años; 4) Abuso de sustancias entre los 7-12 años. Entre
loscontacto@colegionacional.org.mx
predictores de violencia que hacen referencia a factores
relacionados con los padres y el paternaje se encuentran:
1) Diagnóstico de trastorno o conductas antisociales en los
Edición
padres cuando digital
el niño no comercial
tiene entre 8-10 años; 2) Poca su-
pervisión del niño por parte de los padres cuando éste tiene

prana a Prohibida su reproducción,


8 años; 3) Abuso antes de los 12 años; 4) Exposición tem-
violencia doméstica, que no sólo parece predecir
distribución
el ejercicio de yla modificación
violencia en la vida sin autorización
adulta, sino además
también de violencia hacia los propios hijos; 5) Asociación
en la adolescencia con grupos delincuentes de pares; y 6)
Estar en una escuela con altos índices de delincuencia.
El conocimiento de los factores de riesgo por sí solos no
resulta de gran utilidad; el sentido está dado por la iden-
tificación de los factores de riesgo que son modificables.
De ahí que los programas de prevención de la violencia
tengan como blanco varios factores de riesgo susceptibles a
modifcarse.

144
UNA APROXIMACIÓN A LA VIOLENCIA DESDE
LA PERSPECTIVA DEL DESARROLLO

Las aproximaciones desde la perspectiva del desarro-


llo asumen que hay procesos relacionados con el desa-
rrollo que permiten la emergencia de la violencia. Se ha
identificado una serie de factores familiares asociados con
el riesgo para el desarrollo de violencia. Entre éstos se en-
cuentran: monitoreo o supervisión inadecuada, abuso
y negligencia por parte de los padres, exposición a violen-
cia intrafamiliar, abuso de drogas o alcohol en los padres,
problemas en la relación de apego con los padres o con las
El Colegio Nacional
personas que fungen como cuidadores, padres ausentes,
disrupción familiar y ejercicio errático de la disciplina.
La prevalencia de la delincuencia alcanza un pico a la
edad contacto@colegionacional.org.mx
de 17-18 años; sin embargo, más del 50% de los jóve-
nes que persisten en actos delincuenciales ya son “activos”
antes de los 12-13 años. La mayoría de los adolescentes van
a cometer Edición digital
un acto delictivo; sin no comercial
embargo el mayor número
de estos actos corresponde a infracciones menores. Si se
sigue de manera longitudinal a los infantes desde la en-
trada a laProhibida
escuela hasta elsu
finalreproducción,
de la adolescencia, se obser-
distribución y modificación
va que la frecuencia sina laautorización
con la que se recurre agresión dis-
minuye. Mientras que la agresión física disminuye, la agre-
sión indirecta (es decir, la misma intención pero sin efec -
tuar “lesión”) aumenta, particularmente en las niñas.
Sin embargo se ha podido identificar que los niños que
no desisten de la violencia con el paso del tiempo son
aquellos niños que desde los 2 años muestran conductas
temerarias, que además han tenido madres adolescentes
con poca educación, que en la relación de apego con sus
hijos muestran altos índices de rechazo y que además
muestran altos índices de depresión. La continuidad de
problemas de comportamiento de la infancia temprana a

145
la adolescencia es particularmente severa cuando los pro-
blemas de conducta toman la forma de la agresión física.
La agresión física crónica durante los primeros años de la
escuela parece incrementar de manera específica el riesgo
de continuidad en la violencia física así como de otras for -
mas no violentas de delincuencia durante la adolescencia.

L A VIOLENCIA: ¿APRENDIDA O NO DESAPRENDIDA?

Anderson plantea que históricamente los modelos para


la comprensión del fenómeno de la violencia han puesto
El
el énfasis en que Colegio Nacional
la agresión humana se adquiere por me-
dio del aprendizaje, ensayo y reforzamiento de estructuras
cognitivas relacionadas con la agresión. Sin embargo, la
contacto@colegionacional.org.mx
agre sión se puede observar desde la infancia temprana,
probablemente desde el nacimiento. La violencia señala el
fracaso de los procesos normales de desarrollo para lidiar
con algoEdición
que ocurredigital
de manerano comercial
natural.
La predisposición biológica y las influencias sociales no

sociales Prohibida susirven


reproducción,
crean la destructividad, pero sí comprometen los procesos
que normalmente para regularla y contener-
distribución
la. El ambientey puede
modificación sinalarmante
fracasar de forma autorización
en la
provisión al infante de los mecanismos para regular, pacifi-
car y contener su potencial destructivo. La violencia en sí
misma puede reflejar una estrategia individual para dete-
ner los efectos de un ambiente dañino y por tanto, desde
esa perspectiva, incluso puede ser interpretada como un
“signo de vida”. A este respecto Winnicott (1975) se refirió
como un signo de la batalla por preservar la vida en condi-
ciones intolerables. En este sentido, la teoría de la agresión
innata debe dar cuenta de la existencia de la agresión
orientada a la sobrevivencia como una protesta genuina en
contra de adversidades considerables en la vida.

146
De ahí que las consideraciones con respecto a la preven-
ción han de residir en las características individuales, con-
ductuales, familiares y sociales de los niños que no desisten
del recurso de la agresión como estrategia de control du-
rante la infancia.

A PEGO Y AUTO-REGULACIÓN

Según Posner la socialización de la agresión natural ocu-


rre a través del desarrollo de la auto-regulación. Ésta re-
quiere de mecanismos atencionales y de la simbolización.
El
Para Belsky (2002) Colegio Nacional
los mecanismos atencionales y la sim-
bolización son procesos dependientes de la relación madre-
bebé. Por lo tanto, la relación de apego es un componente
contacto@colegionacional.org.mx
clave en la socialización de la agresión. De ahí que un siste-
ma de apego deficiente puede incrementar el riesgo de la
violencia.
Se ha Edición
dicho que uno digital no comercial
de los sentidos evolutivos del siste-
ma de apego es la socialización de la agresión por medio
Prohibida
mecanismossu reproducción,
del desarrollo de la autorregulación que se alcanza a través
de distintos atencionales y de simbolización.
distribución
En vista de que y el modificación sin autorización
sistema de apego se activa en función de
la ansiedad del infante (la búsqueda de una base segura
para obtener seguridad) el fenómeno de la temeridad com-
promete el funcionamiento normal del sistema de apego.
Si el infante es temerario, el sistema de apego disfunciona
en la medida en la que el infante no va a buscar al cuida -
dor primario y por lo tanto no va a adquirir los mecanismos
de control para atenuar la agresión en la infancia temprana.
En un estudio de 310 niños seguidos de forma longitudi-
nal por 1.5-6 años Gilliom (2002) examinó la relación en -
tre el apego del niño con la capacidad del niño de regular
la ira y la frustración generada por un paradigma de inves-

147
tigación. Los niños clasificados como seguros a la edad de
1.5 años tuvieron más probabilidades de desengancharse
de estímulos frustrantes y de preguntar cuándo y cómo el
estímulo iba a ser removido. Los controles maternos positi-
vos también le ayudaron a los niños a cambiar el foco aten-
cional a aspectos menos frustrantes en el ambiente porque
estas estrategias ya habían sido modeladas en la interac-
ción diádica. Las madres rechazantes fracasaron en el mo-
delaje de la distracción para reducir la frustración, sin em-
bargo, modelaron la ira como respuesta afectiva primaria a
situaciones de reto y como medio de influenciar a los otros.
Otras investigaciones como las de Kochanska y colabo-
radores (2002) en las que se codifican las reacciones emo-
cionales de losElniños
Colegio
en las queNacional
se observan las señales de
culpa se ha podido observar que la temeridad opera como
contacto@colegionacional.org.mx
un indicador de ausencia de culpa pero que sobre todo el
maternaje negativo (sobre todo el uso del poder a través
de la fuerza) deteriora el desarrollo de la culpa. De hecho,
Edición
el ejercicio del poderdigital
a través no
de lacomercial
fuerza a los 22 meses
predice menores expresiones de culpa a los 33 meses, im -
plicando así que el uso de estrategias de influencia positiva
por parteProhibida su reproducción,
de la madre (menor uso de amenazas, de presio -
distribución y modificación
nes, de comentarios negativos o de ira)sin autorización
incrementa la pro-
babilidad de que el niño manifieste culpa apropiada, que
es otro mecanismo para auto-limitar la agresión.

L A MENTALIZACIÓN

La mentalización es la capacidad para interpretar la con-


ducta de los otros y la propia como la consecuencia de dis -
tintos estados mentales (creencias, deseos, intenciones,
emociones y deseos).
La mentalización es un fenómeno mental que participa
en la auto-regulación y tiene tres componentes: 1) La re -

148
presentación de estados mentales; 2) El control atencional
de estados mentales; y 3) La capacidad para reflexionar
sobre los estados mentales.
De acuerdo con Fonagy y Gergely (2002) el control de la
conducta de los otros, los que tienen menos poder dentro
del grupo, por medio de la amenaza y la violencia resulta
maladaptativo. La amenaza de la violencia física interfiere
directamente con la capacidad de mentalizar, y en condi-
ciones de suma adversidad puede favorecer la sobreviven-
cia. Sin embargo, desde la perspectiva evolutiva, la capaci-
dad para “explorar” la mente de los otros también partici-
pa en la garantía de la sobrevivencia del individuo dentro
El Colegio Nacional
del grupo. La violencia resulta incompatible con la repre-
sentación simultánea de los estados subjetivos de los otros.
La capacidad para mentalizar está vinculada a la relación
contacto@colegionacional.org.mx
de apego. Aprendemos sobre la mente, la propia y la de los
otros a través de la experiencia en la cual los estados
internos propios fueron comprendidos por otra mente a
Edición
lo largo del desarrollo,digital
es decir, no
en lacomercial
infancia temprana.

Prohibida
L A VIOLENCIA su reproducción,
COMO AUSENCIA O INHIBICIÓN
distribución y modificación sin autorización
DE LA MENTALIZACIÓN

La ausencia de la mentalización o la inhibición temporal


de la misma representa una de las vías comunes para el
devenir de la violencia. Para que esto ocurra se requieren
por lo menos las siguientes condiciones: 1) Una condición
biológica particular en la cual el individuo no responde a
los estados intencionales (es decir “no puedo reconocer”);
2) Una historia personal particular en la cual la persona
no puede reconocer la intencionalidad de los otros por -
que en su historia de desarrollo no hubo respuesta a sus
estados intencionales (“no soy reconocido”); 3) Un am -

149
biente social particular en el cual el individuo se siente
fusionado con otras subjetividades y la necesidad biológica
de percibirse tanto a sí mismo como a los otros como seres
intencionales se suspende temporalmente (como sucede
en los grandes grupos o en el entrenamiento militar –“no
puedo ser reconocido”).
Cada tipo de violencia requiere de un grado diferente
de inhibición de la mentalización que puede depender
de los siguientes factores: 1) El grado de anonimidad; 2) La
proximidad física de la víctima; 3) El tiempo que toma
la ejecución del acto; 4) La cantidad de contacto visual que
el acto violento implica. Baron-Cohen (2001) propone
que es a travésEl Colegio
del Nacional
contacto visual y de los ojos que los
estados intencionales son leídos normalmente. Los modos
de violencia que requieren menor inhibición de la menta-
lizacontacto@colegionacional.org.mx
ción son llevados a cabo por un rango mayor de perso-
nas y en un rango mayor de contextos y son por lo tanto
de mayor peligro.
Para Edición
Blair (1999),digital no comercial
los individuos que de manera consti-
tucional tienen una pobre capacidad para reconocer los
Prohibida su noreproducción,
estados mentales en los otros a través de la expresión facial
o del tono de voz pueden adquirir la capacidad para
distribución
mentalizar a loylargo
modificación sinloautorización
del desarrollo y por tanto, de inhi -
bir su agresión natural.
Existe otro grupo de individuos que no adquieren la ca -
pacidad para interpretar los estados mentales de los otros
porque nunca tuvieron la oportunidad de aprender sobre
los estados mentales en el contexto de relaciones de apego
apropiadas o de manera alternativa, sus experiencias en la
relación de apego implicaron experiencias de crueldad o
de disrupción recurrente. Para otros individuos, los pri -
mordios de la capacidad para mentalizar fueron destruidos
por una figura de apego que generó tal cantidad de ansie-
dad sobre sus ideas y emociones hacia el niño como para

150
que el niño deseara evitar pensar sobre la experiencia sub-
jetiva de los otros. La capacidad para mentalizar se gesta
y se desarrolla alrededor del sistema de apego.
Aprendemos sobre la mente, sobre la propia y la de los
demás en al medida en la que experimentamos que nues-
tros estados mentales o estados internos son entendidos
por otra “mente”.
Según Fonagy, Target y Steele (1997), por lo menos tres
tipos de disfunciones en la interacción alrededor del ape -
go pueden devenir en violencia: 1) Las experiencias de
apego pueden ser disruptivas de manera consistente por
una combinación de circunstancias sociales o de fracaso en
el parentaje; 2) Problemas en el apego asociados con el
temperamentoEl delColegio Nacional
niño (temeridad excesiva que hacen
que el niño no busque a la figura de apego y en esa medi-
contacto@colegionacional.org.mx
da se produce un déficit en la adquisición de la función
para mentalizar); 3) Trauma asociado a la experiencia de
apego en el que se destruye la capacidad para mentalizar
Edición
por un abusador quedigital no comercial
crea suficiente ansiedad como para
que el niño desee evitar pensar en los estados subjetivos de
las otras personas. Es importante mantener en considera-
Prohibida
ción la posibilidad de que sula reproducción,
violencia tenga sus orígenes
distribución
en una variedadyde modificación
estilo de apego quesines elautorización
desorganiza -
do. Un niño puede desplegar una conducta aparentemen -
te cruel que tiene sus orígenes en ansiedades vinculadas a
la relación de apego. Incluso puede que esto tenga un
sentido de adaptación evolutiva en la medida en la que
una infancia de suma adversidad puede derivar en mayo-
res requerimientos de violencia interpersonal en el futuro.
A favor de este planteamiento hay estudios como el de
Shonk y Cicchetti (2001) que demuestran que la asocia-
ción entre maltrato infantil y problemas externalizados
probablemente está mediada por una comprensión inter -
personal inadecuada y por una limitada flexibilidad con-
ductual en las respuestas a las del medio ambiente.

151
En el servicio de consulta externa del Instituto Nacional
de Psiquitaría “Ramón de la Fuente” como parte de la
atención en la clínica de género y sexualidad en la que se
atienden situaciones relacionadas a la violencia se pueden
observar fenómenos asociados a lo descrito como en el
caso de la Sra. X. Mujer en la cuarta década de la vida que
acude a consulta por no poder controlar el impulso de gol-
pear a su pareja y a sus hijos. Proviene de una historia fami -
liar en la que su padre le golpeaba de manera ominosa,
generándole lesiones que requirieron atención hospitala-
ria. Cuenta que no entendía por qué su padre le trataba de
esa forma y que le resultaba imposible predecir las golpi-
El
zas, ahora recuerdaColegio Nacional
que su padre le decía que ella lo que
quería era molestarlo, cuando siendo niña, la Sra. X le soli-
citaba algún cuidado. Si se lastimaba y le pedía cuidado a
su contacto@colegionacional.org.mx
padre, éste le reprendía y en ocasiones no sólo no le
consolaba sino que además le pegaba.
La Sra. X. Se casó con un hombre que resultó ser tan
violentoEdición
como su padredigital no
y con él tuvocomercial
dos hijos a los que les
pega con frecuencia. Solicita atención porque cuando se
Prohibida
muy difícil su reproducción,
enoja percibe que no puede controlar su furia y le resulta
contener su emoción. No se percata cuando en
distribución y modificación
su discurso describe sin autorización
que sus hijos “hacen lo que hacen
porque me quieren hacer enojar” reproduciendo en el
discurso los mismos argumentos que escuchó de su padre.
Sus hijos ahora son violentos en la escuela. Podría decirse
que la conducta del padre, entre otras cosas implicó el
colapso en la mentalización para explicarse la conducta de
la Sra. X cuando niña, colapso que ahora se repite en la
Sra. X con sus hijos. Las intervenciones terapéuticas desde
la perspectiva de la mentalización apuntan a la promoción
de esa función a fin de frenar la transmisión transgenera-
cional de la violencia.

152
VIOLENCIA MASCULINA Y DÉFICIT EN LA MENTALIZACIÓN

Bowlby (1973) reconoció que la ira es la respuesta natu -


ral de los infantes cuando la expectativa de seguridad, en
la proximidad de una figura de apego o cuidador, se ve
amenazada. Desde la perspectiva del desarrollo normal,
sirve a la función de fortalecer la relación entre el infante y
el cuidador. Durante el segundo año de vida, la ira, la rabia
sirve para mantener la integridad de la representación del
sí mismo. Las amenazas que percibe el infante en contra
de su autodeterminación derivan frecuentemente en
tantrums o rabietas. Las explosiones de rabia de los infantes
El
no sólo representan Colegio Nacional
una solicitud de protección, represen-
tan también una respuesta de protección del sí mismo (self)
a la falta de sensibilidad por parte del cuidador que socava
contacto@colegionacional.org.mx
los primordios de la imagen que el infante puede tener de
sí mismo. Normalmente esta reacción provoca la intensi-
ficación inmediata de las respuestas de cuidado con un
incremento Edición digital no
en al probabilidad comercial
de que la intencionalidad
del infante sea reconocida. Los tantrums o rabietas son
Prohibida
En el centro su reproducción,
comunes sólo en el contexto de relaciones de apego.
de la comprensión de la violencia desde la
distribución
perspectiva de la y teoría
modificación sin autorización
del apego se encuentra el fracaso
persistente del cuidador en reconocer el estado subjetivo
del infante a lo largo de la infancia. Se ha señalado con
insistencia que en ausencia de la capacidad para percibirse
a sí mismo como un sujeto impulsado por deseos, motiva-
ciones, limitado por creencias y expectativas; el niño de -
pende de su cuidador para descubrir su propia subjetivi -
dad. El niño se encuentra a sí mismo como un ser con in-
tenciones y motivaciones que son consecuencia de estados
mentales, deseos y creencias, en la representación mental
que de él tiene el cuidador. El niño se encuentra a sí mis-
mo en la mente del cuidador. Esta representación se

153
internaliza en el núcleo de la representación psicológica
del sí mismo.
Fonagy (1999, 2004) propone que en los sujetos violen-
tos se asume que el maltrato se asocia con un fracciona-
miento de la capacidad para mentalizar. Existen algunos
tipos de violencia que indudablemente están asociados
con un desentendimiento moral que refleja un fracaso casi
total en la mentalización. Existen por lo menos cuatro ra-
zones por las que ocurre este fenómeno: 1) Los individuos
que no tienen establecido un sentido de identidad sólido
pueden sentir con mayor facilidad que no son responsables
de sus acciones porque carecen de un sentido genuino de
“agencia”; 2) El Colegio
La ca Nacional
pacidad para mentalizar implica la po-
sibilidad de anticipar las consecuencias psicológicas de los
otros; 3) Una limitada capacidad para mentalizar puede
contacto@colegionacional.org.mx
generar que la persona trate a los otros como objetos físi-
cos; y 4) La limitación en la mentalización puede favorecer
Edición digital no comercial
que los sujetos reinterpreten como aceptables conductas
que no lo son.
Con base en lo anterior se ha propuesto que los hom-
Prohibida
bres violentos susureproducción,
transforman agresión natural en violencia
distribución y modificación sin autorización
por medio de un déficit generado en el funcionamiento
socio-cognitivo, es decir, una restricción importante en la
sensibilidad a los estados mentales de la víctima.

C ONCLUSIONES

El grupo de individuos cuya agresión es elevada en la in -


fancia temprana y continúa así en la adolescencia y en la
adultez temprana, es muy probable que haya experimen -
tado experiencias de apego que fracasaron en el estable -
cimiento del sentido del “otro” como entidad psicológica.

154
Las influencias ambientales que desvían a los infantes
de la violencia generalmente implican el establecimien-
to de relaciones de apego seguro con individuos relativa-
mente sanos. En estas experiencias el adolescente adquiere
de forma implícita el conocimiento de la mente, de la
propia y del otro.
Para reducir el riesgo de la violencia se requiere fo-
mentar que en las instituciones sociales que sostienen el
desarrollo (las familias, guarderías, escuelas, etc.) se imple-
menten programas para enriquecer las representaciones
de los estados mentales propios y de los otros.

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156
LA AGRESIÓN Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO
EL CASO DE LOS ASESINOS Y LOS ABUSADORES
SEXUALES DE NIÑOS Y NIÑAS

LUCIANA RAMOS LIRA


Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
GEORGEL MOCTEZUMA ARAOZ
El Colegio Nacional Universidad Intercontinental 1

contacto@colegionacional.org.mx
INTRODUCCIÓN

La meta de este artículo es aportar algunas reflexiones en


Edición
torno a la agresión ydigital nopadecida
la violencia comercial
por niñas y ni-
ños a partir de la perspectiva analítica de género, tomando
Prohibida suobservar
reproducción,
como ejes dos manifestaciones extremas: el abuso sexual
y el asesinato. Se propone las especificidades que
distribución
se manifiestan eny modificación
las maneras en que se sin autorización
cometen estos he -
chos dependiendo de si la víctima es un niño o una niña,
tomando como base la revisión de la literatura sobre estos
hechos y algunos datos empíricos. Éstos se derivan de dos
investigaciones, una realizada por Moctezuma (2006a,
2006b) con hombres recluidos por haber cometido un
homicidio contra una niña o un niño, y cuyo análisis a de -
talle se está llevando a cabo actualmente (Moctezuma y

1 En Estancia Posdoctoral en el Programa de Maestrías y Doctorados en


Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la Facultad de Medicina de
la UNAM, sede Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”,
2009.

157
Ramos, en proceso), y otra realizada por Flores (2009) con
hombres sentenciados por haber cometido un delito se-
xual contra una niña o un niño.
El interés de utilizar esta información responde a que se
cuenta con poquísimos datos que aborden a detalle las cir-
cunstancias en que ocurren estos crímenes, y mucho me-
nos que diferencien si la víctima es una niña o un niño.
Además, es interesante considerar que se derivan de agre-
sores que se encuentran recluidos, y no de víctimas, de
forma que pueden representar los casos más extremos,
aun considerando la alta cifra negra de victimización en
general, 2 y la que existe particularmente en el caso de los
El
delitos sexuales (Colegio Nacional
ICESI, 2008). Sólo dos de cada 10 delitos
cometidos en México son denunciados, de éstos, en 8% de
los casos no se inicia una averiguación previa (ICESI, 2009).
contacto@colegionacional.org.mx
Ahora bien, si se toma en cuenta que estos datos hacen
referencia a victimizaciones en personas adultas, es fácil
reconocer que el obtener un cálculo mediana men te
realista Edición
acerca de lasdigital no
violencias comercial
sexuales cometidas contra
niños y niñas es muy difícil
Prohibida su reproducción,
En este sentido, cabe recordar que el Informe del ex-
perto independiente para el estudio de la violencia contra
distribución y Naciones
los niños, de las modificación sin autorización
Unidas, Presentado con arreglo
a la resolución 60/231 de la Asamblea General, 29 de agos-
to de 2006 señala que:

Una gran parte de la violencia ejercida contra los niños y niñas


permanece oculta por diversos factores: el miedo que tienen los
menores de denunciar los episodios de violencia que sufren; la

2 La cifra negra se integra por los delitos cometidos que no quedan re -


gistrados en las cifras oficiales, y se constituye por: los delitos no denunciados;
los delitos que no dan lugar a la averiguación previa a pesar de haberse
denunciado; los varios delitos sufridos en un solo incidente, por una o varias
víctimas, que quedan registrados en una sola averiguación previa, y los delitos
que no se registran por deficiencias en el sistema estadístico oficial.

158
aceptación social de la violencia como algo inevitable y normal,
sobre todo si no produce daños físicos “visibles” o duraderos; por-
que no existen vías seguras o fiables para que los niños o los adultos
la denuncien; y porque no se cuenta con datos metodológicamente
válidos.

De hecho, uno de los rasgos fundamentales del abuso


sexual infantil es que las víctimas guarden silencio, sean
silenciadas por el propio agresor, o inclusive por los fami-
liares a los que la niña o el niño acuden a pedir ayuda.
Esto se explica en parte porque en el imaginario social
pareciera asociar más este abuso con la sexualidad que con
la violencia y el poder, y porque además con frecuencia es
El Colegio
cometido por personas Nacional
con las que el niño o niña tiene un
vínculo afectivo o de confianza. Además, los abusadores
sexuales se encargan de reforzar su poder y el silencio
contacto@colegionacional.org.mx
sobre el abuso, al hacerles creer a las víctimas que ellas son
culpables de lo ocurrido. (Batres, 1997, 1998.)
Edición digital no comercial
En el caso de los homicidios, las graves carencias en tér-
minos de los registros de defunción en la población infan-
til también dificultan documentar y analizar sistemática-
mente el Prohibida su reproducción,
fenómeno. En particular destaca la falta de datos
acerca de los perpetradores y las circunstancias que acom-
distribución
pañan al sucesoyque modificación sindeautorización
termina con las vidas estos niños y
niñas. Lozano-Ascencio (2008) señala que en nuestro país
la mortalidad infantil y la materna muestran un importan-
te sub-registro que responde a dos problemáticas: la omi -
sión y la mala clasificación. La primera se presenta en sitios
de alta marginación en donde prácticamente todos los na-
cimientos suceden fuera de la unidad médica. La segunda
se refiere a los defectos en el llenado de los documentos o
en el cumplimiento del proceso de certificación-registro
de las defunciones. Las defunciones mal clasificadas tam -
bién se concentran en sitios de baja marginación o en
áreas suburbanas. A este sub-registro de muertes infantiles,

159
se agrega el que, en el caso de niños y niñas asesinados,
existan todavía más imprecisiones en los informes de los
forenses y a que en ocasiones, el cuerpo de la víctima no se
llegue a descubrir (Friedman y Resnick, 2007).

GÉNERO Y VIOLENCIA: UN MARCO DE COMPRENSIÓN NECESARIO

La pregunta que nos llevó a escribir este artículo fue:


¿Existe una manera diferente de matar o de abusar sexual-
mente de los niños que de las niñas? Los datos que presen-
taremos más adelante son meramente descriptivos, de
modo que se El Colegio
dificulta Nacional
probar alguna hipótesis; sin embar-
go, el supuesto inicial del que partimos es que la violencia
extrema que puede cometer un hombre hacia una niña,
contacto@colegionacional.org.mx
por su condición de mujer —representada sociocultural-
mente como “disponible” o violable”—, está significada
por un poder sexualizado que no se ejecuta de la misma
maneraEdición
con un niño,digital nocuando
inclusive comercial
se abusa sexual -
mente de él. Por este motivo, el comparar las particularida-

niños o Prohibida sua los


reproducción,
des de los abusos sexuales cometidos por hombres hacia
niñas en relación homicidios también ejecu-
distribución y modificación
tados por hombres sin autorización
contra esta población, nos puede ser
de gran utilidad.
A partir de la diferencia biológica se ha construido des -
de un pensamiento dicotómico, binario, un “género” esen -
cializado para los hombres y las mujeres, como si por
naturaleza derivara de la mera diferencia biológica. Como
señala Saucedo: “Esta visión se manifiesta de manera par -
ticular cuando al analizar la violencia hacia las mujeres se
hace suponiendo que lo ‘malo’ asociado al comportamien-
to violento es lo masculino corporeizado en los hombres;
y lo bueno de esa dicotomía es la ‘víctima’ corporeizada en
las mujeres (…) Si aceptamos que los comportamientos

160
humanos que se manifiestan de manera diferenciada entre
hombres y mujeres se deben primordialmente a las dife-
rencias sociales de género inscritas en sus subjetividad
y representan el resultado de un orden sexista, necesita-
mos intentar comprender cómo ese orden marca la forma
diferenciada en que hombres y mujeres hacen uso de la
violencia” (2005, pp. 62-63).
Nos parece importante precisar que en los estudios e in-
vestigaciones con perspectiva de género es conveniente
asumir el supuesto de que el género tiene una triple di-
mensión, donde el sujeto asume, significa y subjetiva la re-
lación con el propio sexo, con el sexo opuesto y la relación
entre ambos. AEl Colegio
partir Nacional
de esta categorización, se abren op-
ciones para dar cuenta de la particular forma que tienen
los agresores 3 —en este caso de niñas y niños— de actuar
en contacto@colegionacional.org.mx
función de la dinámica específica del hecho violento
para elegir a la víctima. Para futuras investigaciones será de
extrema importancia ubicar tanto los aspectos señalados
como el Edición
sentido que sedigital noa los
le otorgan comercial
procesos de victimi-
zación por parte de los agresores, siendo este último un
Prohibida su de
reproducción,
elemento clave para la definición consistente de la diversi-
dad de tipologías en materia agresores.
distribución
En este puntoyqueremos
modificación
puntualizarsin autorización
que para este texto
conceptualizamos la agresión tal y como la plantea María
de Jesús Izquierdo (2009), es decir: son comportamientos
expresivos que pretenden generar dolor y daño, por lo
que se acercan mucho a lo que se ha denominado agre-
sión hostil (Baron y Richardson, 1994) la cual evidencia un
estado emocional intenso, como la ira. La violencia, en la
misma línea que señala Izquierdo, es concebida como un
uso de la fuerza que pretende imponer o modificar una

3 Utilizaremos el término “agresores” cuando nos estemos refiriendo

indistintamente a los homicidas o abusadores sexuales.

161
manera de ser o un estado de las cosas, desviando el curso
de los acontecimientos y contraviniendo la libertad y auto-
nomía de la persona. En este sentido, la violencia puede
utilizar diferentes fuerzas, y una de ellas, no la única, es la
agresión, de forma tal que pueden existir violencias agresi-
vas y no agresivas.
Con base en lo anterior, partimos del supuesto de que
los hombres que abusan sexualmente de niñas y niños, así
como los que —en grado extremo— llegan a matarlos, no
están obedeciendo a un destino “inescapable” que los mar-
ca por su sexo en términos de ser machos, sino que están
asumiendo una identidad de género que asume que los
El
hombres “… pueden Colegio
desplegarNacional
su poder sobre las mujeres
y los menores en una forma [predominantemente] sexua-
lizada” (Saucedo, 2005, pp. 68).
contacto@colegionacional.org.mx
A diferencia de la epidemiología de la victimización que
padecen los hombres jóvenes o adultos, predominante-
mente ejercida por hombres conocidos o desconocidos, la
Edición
de las mujeres digital
muestra que esno comercial
ejercida en su mayoría por
hombres muy cercanos especialmente parejas o exparejas,
Prohibida
y el Caribe su
( CEPAL), 2008; Redreproducción,
y familiares (Comisión Económica Para América Latina
de Información Tecnológica
distribución
Latinoamericana y modificación sin autorización
(RITLA), 2008). En forma similar, es im -
portante, diferenciar las características de los diferentes ti -
pos de violencias que se ejercen hacia las niñas y hacia los
niños, con el fin de no utilizar la categoría “niños” de una
forma generalizadora que oculte las particularidades que,
en su caso, pudieran existir.
El Informe Mundial sobre la violencia y la salud (Krug et
al., 2002) recopiló una serie de investigaciones que indican
que las mujeres usan el castigo físico más que los hombres
en la crianza de los hijos. Sin embargo, los hombres son los
causantes más comunes de los traumatismos craneoencefá -
licos potencialmente mortales, las fracturas por maltrato

162
y otras lesiones mortales. En este mismo informe se repor -
ta que quienes cometen abusos sexuales contra personas
menores de edad, son predominantemente hombres. En
los casos de las víctimas femeninas de abuso sexual, más de
90% de los agresores son varones y, en el caso de las vícti-
mas masculinas, el porcentaje de agresores varones varía
entre 63% y 86%. En general, se observa que los principa-
les agresores se encuentran en el entorno cercano a los
mismos, sea familiar, escolar o vecinal.
En los siguientes apartados haremos una revisión de li-
teratura sobre los homicidios de niñas y niños, y posterior-
mente sobre los abusos sexuales; mostraremos algunos
datos empíricos El Colegio
para describir yNacional
comparar estos crímenes,
y finalizaremos tratando de retomar los hallazgos y pro-
puestas revisados, con el fin de proponer algunas hipótesis
contacto@colegionacional.org.mx
a explorar a futuro.

Edición
L OS HOMICIDIOS digital no comercial

Prohibida
poco explorada, su reproducción,
Los homicidios de niños y niñas son una problemática
por un lado, porque parecen provocar un
distribución y modificación
horror e indignación sinel autorización
tales que dificultan tratar de com -
prender sus posibles motivaciones y en un momento dado,
el plantear posibilidades de prevención y de intervención.
A esto se agrega el hecho que se plantea como “impensa -
ble” el que, una alta proporción de estos hechos ocurran
en el ámbito intrafamiliar, es decir que los perpetradores
sean los/as padres/madres biológicos o sustitutos, o pare-
jas del padre/madre (Stroud, 2000).
Por otro lado, las graves carencias en términos de los re -
gistros de defunción en esta población también dificultan
documentar y analizar sistemáticamente el fenómeno. En
particular destaca la falta de datos acerca de los perpetra-

163
dores y las circunstancias que acompañan al suceso que
termina con las vidas de estos niños y niñas.
Aunque las comparaciones en torno a las tasas de homi-
cidios infantiles entre países son difíciles de realizar por
cuestiones de definición, operacionalización y metodolo-
gía, cabe señalar que este tipo de homicidio es relativa-
mente infrecuente (Dean, 2006; Stroud, 2000). En Méxi-
co, si se toma en cuenta a los menores de 0 a 14 años, des -
taca que prácticamente se presentó el mismo número de
niñas y niños muertos por homicidio durante el periodo
de 1991 a 2002 que el que hubo entre 1979 y 1990: 2.3
homicidios de niños por 100 mil y 2.5 por 100 mil respecti-
vamente; y unEl 1.3Colegio
homicidios Nacional
de niñas por 100 mil y 1.2
por 100 mil, respectivamente. Para el año 2000 la tasa de
homicidios en menores de 15 años fue de 1.4 (González
contacto@colegionacional.org.mx
Cervera y Cárdenas, 2004).
En términos de las características y circunstancias que
acompañan a los homicidios infantiles, estudios internacio-
Ediciónnosdigital
nales y nacionales permitennodarcomercial
cuenta de dos factores
fuertemente asociados cuando ocurren en niños y niñas

ment of Prohibida su reproducción,


menores de dos años: el maltrato infantil (U. S. Depart -
Justice, 2001; Moctezuma, 2006; González Cervera
distribución
/ Cárdenas, 2004) y modificación sin
y la relación cercana conautorización
el agresor, en
donde parece existir, dependiendo el estudio o el país una
proporción más o menos similar de madres o madrastras
que lo cometen en comparación con padres o padrastros
(Friedman y Resnick, 2007; Moctezuma, 2006; Stroud,
2000). Sin embargo, cuando la víctima tiene dos o más
años de edad, hay una tendencia a encontrar más perpe-
tradores del sexo masculino y no relacionados con la vícti-
ma (Overpeck et al., 1998). De hecho las niñas y niños de
mayor edad tienden a experimentar medios más violentos
de muerte (Dean, 2006).

164
LOS ABUSOS SEXUALES

Según González-Serratos (1995), el abuso sexual involu-


cra “… cualquier hecho en que se involucra alguna activi-
dad sexual inapropiada para la edad de la o el menor, se
le pide que guarde el secreto sobre dicha actividad y/o
se le hace percibir que si lo relata provocará algo “malo” a
sí misma/o, al perpetrador y/o a la familia. Dichos actos
sexuales generan sentimientos de confusión emocional,
miedo y en ocasiones placer, sin embargo, este tipo de ex-
periencias son consideradas extrañas y desagradables para
la/el menor.”
Cabe señalarElqueColegio Nacional
desde esta definición no legal se inclu-
yen tanto el abuso sexual con contacto físico, haya o no
penetración, en el que el abusador utiliza al niño como
contacto@colegionacional.org.mx
objeto de estimulación sexual; incluyéndose aquí el inces-
to, la violación, la vejación sexual (tocamiento o manoseo
a un niño con o sin ropa, alentar, forzar o permitir a un
niño queEdición digital
toque de manera no comercial
inapropiada al adulto); como
el abuso sexual sin contacto físico (seducción verbal, expo -
Prohibida
realizaciónsu
del reproducción,
sición de órganos sexuales a un niño para obtener gratifi-
cación sexual, acto sexual en presencia de
distribución y modificación
un menor, masturbación sinunautorización
en presencia de niño). Como
es evidente, estamos haciendo referencia a cualquier acto
que invade la intimidad del niño o niña, independiente -
mente que se ejecute con agresión, pues la intención es
violenta en la medida en que el agresor —que puede ser
un adulto o un adolescente de mayor edad— utiliza el
poder en forma sexualizada para su satisfacción.
El National Center of Child Abuse and Neglect propuso
en 1978 que se considerara como abuso sexual a los “con -
tactos e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el
adulto usa al niño para estimularse sexualmente a él mis-
mo, al niño o a otra persona”. Ellsberg y Heise (2005)

165
ampliaron la definición de abuso sexual como “cualquier
acto sexual que ocurre entre un adulto o un adolescente
de mayor edad y un niño, y cualquier contacto sexual no
consensual entre un niño y un par”.
Aunque esta forma de violencia puede afectar a los ni-
ños, el abuso sexual parece ser más prevalente en las niñas,
en al menos 1.5 a 3 veces en comparación con los niños
(Elllsberg y Heise, 2005), aunque por supuesto no puede
descartarse el subreporte mayor en hombres.
En México, la primera Encuesta sobre Maltrato Infantil
realizada en estudiantes de secundaria de cuatro estados
del país nos da idea de la magnitud del fenómeno: entre
3.5% a 9.1% de El Colegio
las estudiantesNacional
reportaron haberlo padeci-
do, y entre 0.9 y 2.8% de los hombres (Villatoro et al.,
2006). Sin embargo estudios en otras poblaciones estu-
contacto@colegionacional.org.mx
dian tiles de secundaria, nos han mostrado hasta un 17% de
abuso sexual en las mujeres, y de alrededor de 3.5 en hom-
bres (Ramos et al., 2009). Los principales abusadores se-
xuales enEdición digital
el caso de las mujeresnosoncomercial
hombres familiares tan
cercanos como el padre, el padrastro, el tío o el primo; y en
Prohibida
no necesariamente su reproducción,
el caso de los hombres los abusadores suelen ser conocidos,
familiares, en su mayoría hombres.
distribución
Batres (1999) y menciona
modificación
que suelensin autorización
existir una serie de
mitos alrededor de los agresores sexuales, entre los que
destacan que: la madre y la niña son las responsables del
incesto y del abuso sexual; el agresor sexual es descono -
cido; el agresor sexual tiene alguna enfermedad mental; es
pobre; el hacinamiento provoca el abuso sexual; el alcohol
o drogas causan el abuso; las y los niños mienten sobre el
abuso sexual y el incesto.

166
LOS DATOS EMPÍRICOS

El análisis que mostramos a continuación abarca las


entrevistas a 13 internos del Reclusorio Preventivo Varonil
acusados de homicidio de niños, así como la revisión docu-
mental de los expedientes técnico-jurídicos de 12 homici-
das de niñas (la metodología y análisis a detalle se presen-
tan en Moctezuma y Ramos, en proceso). Asimismo, inclu-
ye datos de 33 internos sentenciados por algún delito se-
xual, 12 cometidos contra niños y 21 contra niñas seleccio-
nados a partir de los expedientes técnico-jurídicos revi-
sados por Flores (2009) y que nos han sido permitidos usar
para construir El
una Colegio
base de datosNacional
ad hoc.
Los resultados principales con base a 6 categorías com-
parables se muestran en el cuadro 1.
contacto@colegionacional.org.mx
Como se observa, existe un patrón claramente diferente
respecto a los hombres que matan a un niño en comparación
con los que matan a una niña, al igual que lo que ocurre en
los casos Edición
en que abusandigital no comercial
sexualmente de unos o de otras.
En el caso de los homicidios, los niños eran mayoritaria-
Prohibida
físico, murieron su reproducción,
mente menores de tres años, habían padecido maltrato
a consecuencia de los golpes propinados
distribución
por un familiar y(principalmente
modificación sinbiológico,
el padre autorización
segui-
do por el padrastro) que no se encontraba en estado de in-
toxicación alcohólica o por alguna sustancia y que mayo -
ritariamente no contaba con antecedentes penales (aun -
que los que sí los tenían habían estado relacionados con
robo calificado, lesiones y homicidio). En el caso de las ni -
ñas, la edad en que más ocurrieron los homicidios fue en-
tre los 4 y 5 años destacando la violencia sexual ejercida
antes de la comisión del acto homicida: específicamente se
reportó la penetración vaginal en todas ellas, aunque en 3
casos fue oral y vaginal y en 2 casos oral, vaginal y anal. Es
de llamar la atención la violencia física extrema utilizada.

167
Cuadro 1
COMPARACIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMICIDIOS
Y ABUSOS SEXUALES SEGÚN EL SEXO DE LA VÍCTIMA

Homicidio de niños Abuso sexual de niños Homicidio de niñas Abuso sexual de niñas
Categorías (n=13) (n=12) (n=12) (n=21)

1.- Edad de las víctimas 2-3 años (46%) 6-8 años (42%) 4-5 años (67%) 3-7 años (52%)
12 años (24%)
2.- Situaciones que Maltrato (77%) NA Violencia sexual NA
preceden al homicidio (100%)
3.- Muerte No aplica 0 No aplica De víctimas (29%)
De madre (9%)
4.- Relación Familiar (85%) Conocido (42%) Desconocido (90%) Padre (29%)
víctima-agresor Desconocido (25%) Conocido (19%)
Padre (17%) Padrastro (19%)
Tío (17%) Desconocido (19%)
Tío (14%)
El Colegio Nacional

5.- Estado de intoxicación Sobrios (77%) Sobrios (92%) Alcohol (100%) Sobrios (81%)
durante la comisión del Drogas y alcohol (8%) Solventes (60%) Alcohol (10%)
delito Cocaína (10%) Drogas (5%)

Prohibida su reproducción,
Edición digital no comercial Drogas y alcohol (5%)
6.- Lugar de la agresión Domicilio Domicilio agresor (42%) Lugar público (90.1%) Domicilio víctima (67%)
contacto@colegionacional.org.mx

común (80%) Domicilio víctima (33%) Domicilio agresor (14%)


Lugar público (25%) Lugar público (19%)
distribución y modificación sin autorización
Durante la violación se utilizaron golpes con los puños y
patadas en todas las víctimas. En un 90% de los casos los
hombres que cometieron el delito eran desconocidos por
las víctimas; el lugar donde se cometió el ataque fue en un
espacio público (sobre todo en terrenos baldíos) cercano
al lugar de residencia de la víctima y del victimario. Todos
los homicidas estaban intoxicados por alcohol, 60% por
solventes y 10% por cocaína.
¿Qué es lo común en estos asesinatos? Casi en la totali-
dad de los casos, las víctimas, hombres y mujeres, murie-
ron debido a agresiones, a golpes ejercidos por el agresor
utilizando manos y piernas (puñetazos y patadas); la
excepción fueEl un Colegio Nacional
caso donde un niño pereció debido a
acciones de ahorcamiento por parte del victimario. El fac-
tor que parece tener mayor peso con relación a producir
contacto@colegionacional.org.mx
inferencias de índole conceptual consistentes, es el relativo
al hecho de que en todos los casos de asesinatos de niñas,
éstas fueron violadas por el abusador. Es decir que efectiva-
mente en Edición digital
este análisis no elcomercial
descriptivo ser niña o niño es
fundamental en términos de las características y circuns-

Polk (2001)Prohibida su reproducción,


tancias del homicidio. Al respecto, un estudio de Alder y
muestra también que, de manera predomi -
distribución
nante el asesinato y modificación
en donde se cometesinun autorización
ataque sexual
previamente se comete principalmente en contra de niñas,
y que estas muertes ocurren principalmente en un espacio
público (Barudy, 1998).
En la mayoría de los casos de homicidio de niños, el
agresor es el padre o padrastro quien ha maltratado físi-
camente a la víctima de modo tal que en un momento
dado lo mata. Esto concuerda con lo encontrado por
Alder y Polk (2001), quienes señalan que los homicidas de
niños suelen ser parejas de las madres, y que asesinan a los
niños a consecuencia de golpes que son considerados dis -
ciplinarios o de castigo, no siendo la intención principal

169
matarlos. Los hombres perciben una pérdida de control
resultado del enojo, la frustración o el llanto del niño. En
el caso de los homicidios de niñas ocurre un patrón dife -
rente. Barudy (1998) comenta que cuando se trata de ca-
sos de violencia sexual extrafamiliar cometidos por un des-
conocido, el grado de violencia desplegado es extremo.
A partir de estos planteamientos se pueden establecer,
de manera preliminar, algunos elementos descriptivos que
permiten diferenciar al homicida de niños y al de niñas
desde una perspectiva criminológica. Al respecto, hipoteti-
zamos que el homicida de niños es un tipo particular de maltra-
tador infantil intrafamiliar. Los homicidas de niños no pre-
El Colegio
sentan una personalidad Nacional
o condición antisocial ni delictiva,
además de que en su mayoría no mantienen una relación
entre la ejecución de actos de violencia en contra de los ni -
ñoscontacto@colegionacional.org.mx
y un estado de intoxicación por alcohol y/o drogas.
A diferencia del homicida de niños, el homicida de niñas
Edición digital no comercial
es un tipo particular de abusador sexual extrafamiliar, lo cual
plantea la necesidad de que toda investigación sobre agre-
sores contemple el hecho de que el vínculo entre el agresor
Prohibida
y la víctima su fundamental
es un indicador reproducción,para obtener ele -
distribución y modificación sin autorización
mentos consistentes que abran la posibilidad de compren-
der la diversidad de acciones violentas y delictivas desde la
perspectiva del estudio de los agresores.
Respecto a los abusadores sexuales, en los siguientes grá-
ficos se observa que la mayoría de los abusadores de los ni -
ños eran conocidos, seguidos por desconocidos, aunque
en 34% eran familiares (ver gráfico1).
El padre biológico fue el abusador sexual principal de
las niñas en 29% de los casos, seguido por conocido,
padrastro y desconocido.
Como se observa en el gráfico 2, los niños fueron abusa -
dos a la edad de 9 años en promedio, aunque un 42% de

170
El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx
ellos tenían entre 6 y 8 años cuando padecieron la o las
agresiones. En el caso de las niñas, encontramos que el abu-
Edición digital no comercial
so ocurre en una edad menor, 8 años en promedio, aunque
la mitad ocurren cuando ellas tenían entre 3 y 7 años.

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

171
En todos los niños ocurrió la penetración anal, aunque
también padecieron otras agresiones como realizar sexo
oral al agresor y tocamientos. En las niñas existió penetra-
ción vaginal en tres de cada cinco casos y anal en una pro-
porción similar; cabe señalar que 24% de los casos padeció
varias agresiones como penetración anal, genital, toca -
mientos o frotamientos del pene en la cara o cuerpo (ver
gráfico 3).

El Colegio Nacional

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

En cuanto a los medios, se observa en el gráfico 4 que


en los niños y las niñas se utilizó principalmente la fuerza
física para lograr el abuso, aunque uno de cada cuatro de
los abusadores utilizó el engaño con los niños.
También destaca que las niñas mayoritariamente fueron
abusadas en sus propios hogares, y los niños tanto en su
hogar como en el domicilio del agresor, pero no dejemos

172
El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx

Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización

173
de observar el porcentaje no menos importante de lugares
públicos en los que se cometen abusos (19% en las niñas, y
25% en los niños) (gráfico 5).
A continuación pueden observar otras características re-
levantes que arrojan los datos (cuadro 2): los porcentajes
de abusadores sexuales que atacaron a varios niños y niñas,
la edad de las víctimas, el que prácticamente la mitad de
los abusos ocurren una vez y el resto más de una, las muer-
tes solamente presentes en las niñas, el que los abusadores
no se encontraban intoxicados en el momento de cometer
el abuso, y los porcentajes de violaciones tumultuarias y los
abusos cometidos en contexto de secuestro.
El
Cabe destacar Colegio
las diferenciasNacional
en términos a los lugares
en donde se cometió el abuso, siendo evidentes las diferen-
cias entre los niños y las niñas. En los espacios privados, los
contacto@colegionacional.org.mx
abusadores de niños son principalmente familiares o cono-
cidos. En lugares públicos un dos de cada tres son conoci -
dos y 33% desconocidos, y en 33% de los casos hubo viola-
EdiciónEndigital
ción tumultuaria. el caso deno comercial
las niñas abusadas en luga-
res privados, 77% de los abusadores eran familiares, prin-
Prohibida su reproducción,
cipalmente padres y padrastros, uno de cada cinco de los

distribución y modificación sin autorización

17% 14%
9.2 8.3
50% 48%
0 29%
0 9%
92% 81%
8% 9%
5% 8%

174
abusadores estaba intoxicado con drogas y/o alcohol
y ocurrieron cuatro homicidios: de dos niñas y los dos
de las madres muertas por defender a sus hijas. En el caso
de los abusos sexuales en lugares públicos, todos los abusa-
dores eran desconocidos y todas las niñas fueron asesina-
das, el 25% de los abusadores estaban intoxicados, la mitad
fueron violaciones tumultuarias.
Las diferencias encontradas permiten señalar que los
factores que parecen tener mayor peso con relación a
producir inferencias de índole conceptual consistentes son
a) la relación con el abusador: las niñas padecen principal-
mente abusos sexuales incestuosos, y los niños abusos extrafamilia-
El
res, y b) el uso de laColegio Nacional
agresión extrema: casi una de cada tres
niñas abusadas sexualmente fueron asesinadas, lo que no
ocurre en el caso de los niños. Estos asesinatos son cometidos
por contacto@colegionacional.org.mx
los abusadores sexuales intra y extrafamiliares, e inclusive se
llegó a cometer homicidio contra dos madres cuando
pretendieron defender a la niña del abusador.
Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
C ONCLUSIONES

distribución y modificación
Según Jane Caputi sin autorización
(citada por Monárrez, 2009), la fuer -
za física es la expresión extrema de la fuerza patriarcal, por
lo que es importante considerar en primer término que
todos los homicidios y los abusos sexuales revisados son en
este sentido, patriarcales. Los hombres matan a sus hijos o
a los niños a su cargo, como producto del maltrato infantil,
y matan, pareciera, en forma impulsiva, agresivamente, sin
que esto en ningún momento les quite un ápice de res -
ponsabilidad. Estamos pues, frente a casos extremos de
violencia familiar que requieren ser analizados más pro -
fundamente para poder aportar, si es posible, indicadores
que posibiliten la prevención y detección temprana. Ahora

175
bien, los hombres que matan a las niñas pueden consi-
derarse desde una perspectiva criminológica como ase-
sinos sexuales, pues incluyen la evidencia de penetración
oral, vaginal y/o anal, y aunque no se cuenta con la in-
formación de otras características como la ropa o falta de
ropa o la exposición de las partes sexuales del cuerpo de la
víctima, la agresión física extrema lleva a pensar en esta
categorización, tal y como la plantean Ressler, Burgess
y Douglas (1988). Desde una perspectiva criminológica
feminista podemos denominarles feminicidios sexuales,
pues como señala Monárrez (2009), la manera de asesinar
a estas niñas muestra un enorme desprecio a ellas como
mujeres en unEl Colegio
contexto Nacional
de misoginia.
En este sentido, queda claro que el asesinato de mujeres
debe entenderse desde la política de la sexualidad en el
contacto@colegionacional.org.mx
sistema patriarcal, localizada contundentemente en las
concepciones rígidas y binarias sobre lo que es propio del
hombre y lo que es propio de la mujer, ocultando las com-
Edición
plejas relaciones digital
sociales no comercial
que construyen la sexualidad.
En el caso del abuso sexual, desde una perspectiva crimi -

cia que Prohibida


en los actos desu reproducción,
nológica feminista, se hace evidente la fusión sexo y violen-
algunos hombres muestran una
distribución y modificación
construcción social sin que
de una masculinidad autorización
se impone
sobre las mujeres pero también sobre los hombres (Moná-
rrez, 2009). Es importante enfatizar que el abuso sexual de
niñas se comete mayoritariamente en el ámbito familiar,
y en particular, que es ejercido por el propio padre, cone -
xión que Caputi (1994) señala es representada muy fre -
cuentemente en los propios productos culturales en los
que es común encontrar una “paternidad incestuosa”, lo que
requiere analizarse para trascender las miradas indivi -
dualistas.
Como señalan Ellsberg y Heise (2005), el abuso sexual
infantil es para las niñas que lo padecen, una manifesta -

176
ción tanto de la violencia de género como de la violencia
familiar. Es por esto que como se plantea en otro artículo
“…la violencia de género, en tanto representación de las
opciones accesibles a la hembra y el macho de la especie
humana, seguirá manifestándose de la manera que hasta
ahora se ha presentado, no porque exista una impronta
biológica, sino porque sus comportamientos están regula -
dos por la identidad de género que sólo les permite res-
puestas alineadas a su identidad social y psíquicamente
construida”. (Ramos y Saucedo, en prensa.)
Es decir, las violencias revisadas parecen mostrar cómo
se pone en juego una masculinidad construida bajo los
supuestos de queEl Colegio
el dominio y Nacional
la expresión de fuerza son
ejes de la identidad que se manifiestan tanto en las relacio-
nes con los hombres como con las mujeres. Por lo tanto,
contacto@colegionacional.org.mx
el que no se sancionen acciones o conductas basadas en el
género que dañan de diversas formas a las niñas y a los
niños, al igual que las legislaciones inapropiadas, la falta de
Edición
capacitación para la digital no comercial
implementación de las mismas, los
problemas en el acceso a la justicia por parte de las muje-
Prohibida
falta de medidas su reproducción,
res y los niños y niñas, y para la reparación de daños, y la
para modificar patrones socioculturales
distribución
de conducta deyhombres
modificación sin autorización
y mujeres, pueden considerarse
factores que, interrelacionados y en su conjunto posibilitan
que esta violencia persista y más aún, se incremente. Por
esto, es fundamental modificar los distintos sistemas de
creencias y discursos promotores de estereotipos y prejui-
cios referentes al ser hombre y al ser mujer y cuestionar la
violencia real y simbólica que el patriarcado ejerce contra
las mujeres y contra muchos hombres.
Para terminar, no hay que olvidar que además de los
casos extremos en donde la muerte es la consecuencia de
la agresión violenta, los efectos que esta violencia puede
conllevar en quienes le sobreviven a corto, mediano y largo

177
plazo es muy grave e impacta fuertemente en su subjetividad
y configura una manera de percibir y vivir que puede
conllevar a repetición de situaciones de victimización o de
riesgo, o a presentar problemas graves de salud mental.
Lansford et al. (2002) realizaron un estudio prospectivo
a lo largo de 12 años observando que el 74% de los adoles-
centes que habían sufrido maltrato físico presentaron
algún problema de conducta frente al 43 % de aquellos
que no habían sufrido maltrato físico. Además el 21% de
los niños maltratados físicamente presentaron más de tres
problemas de conducta frente al 7% del grupo que no
recibió este abuso. Las adolescentes que sufrieron abuso
físico o sexualEl
másColegio Nacional
probablemente podían presentar con-
ductas agresivas Odds ratio ( OR 7,1), depresión (OR 7,2),
ansiedad (OR 9,3) o estrés postraumático (OR 9,8).
contacto@colegionacional.org.mx
En México, un estudio de Caballero et al. (enviado a
dictaminación) en estudiantes de secundaria reporta que
la violencia sexual representa un factor de riesgo impor-
Edición
tante para el uso dedigital
sustanciasno
en comercial
adolescentes, predomi-
nantemente para el uso de drogas en los hombres y para el
Prohibida
sexualmentesu porreproducción,
uso de alcohol en mujeres. Los adolescentes que fueron
abusados un miembro de la familia
distribución
presentaron un yriesgo
modificación sindeautorización
cinco veces mayor consumir dro -
gas ( OR = 5.31, CI 95% = 1.48-18.96), aunque el riesgo aso -
ciado con el abuso extra-familiar también se asoció con un
riesgo alto de consumo (OR = 4.73, CI 95% = 1.95-11.50).
Las adolescentes que experimentaron abuso sexual intrafa -
miliar presentaron un riesgo de uso de alcohol más de
cinco veces más alto que el de aquellas sin este antece -
dente (OR = 5.48, CI 95% = 1.56-19.21).
Otra consecuencia a largo plazo es la violencia transge-
neracional; un niño maltratado tiene un alto riesgo de
violentar en la etapa adulta a su pareja o a sus hijos. Un
meta-análisis publicado en Lancet (Ertem et al., 2000)

178
encuentra evidencia de que existe continuidad intergene-
racional del abuso infantil, el riesgo relativo de transmisión
del abuso de una generación a otra es de 12,6 (95% IC:
1.82 - 87.2)15.
Se requiere pues, poner mucha más atención a las vio-
lencias hacia hombres y mujeres que ocurren por su condi-
ción de género a lo largo de sus vidas y pensar en estrate-
gias de prevención e intervención adecuadas para cada
etapa. Cabe recordar que las personas menores de edad
están protegidas por la Convención de los Derechos de la
Niñez ( CDN) propuesta por la Organización de las Nacio-
nes Unidas (1989) y ratificada por México en 1990. Con-
densa el espíritu de respeto a los derechos de los niños y
El Colegio
las niñas, considerando que sonNacional
niñas y niños todas aque-
llas personas menores de 18 años, sin importar sexo, raza,
contacto@colegionacional.org.mx
color, situación económica, región o etnia.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, en el artículo 4 o., adicionó el párrafo sexto que textual-
Edición
mente señala: digital
“Los niños no comercial
y las niñas tienen derecho a la sa-
tisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, edu-
cación y sano esparcimiento para su desarrollo integral”.
Ojalá yProhibida suOjalá
esto fuera cierto. reproducción,
y esto fuera la realidad,
distribución
por lo pronto, y es modificación
importante prevenir sin autorización
y tratar la violencia
contra las niñas y los niños con las especificidades que
hemos podido observar y que nos remiten a una construc-
ción del conocimiento sólida para poder proponer estra-
tegias para las violencias que actualmente les afectan.

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¿INSUMISAS, DELINCUENTES O VICTIMAS?
TRAYECTORIAS DE VIOLENCIA RECIBIDA EN MUJERES PRESAS

MARTHA ROMERO MENDOZA


MÓNICA MARTÍNEZ
GABRIELA SALDÍVAR
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
El Colegio Nacional
INTRODUCCIÓN
contacto@colegionacional.org.mx
En toda sociedad es posible encontrar formas de confron-
tación entre grupos sociales que cuestionan la perspectiva
Edición digital
de una normatividad instituida.no
Estecomercial
cuestionamiento pue -
de tomar muy diversas facetas y puede llegar a constituirse
Prohibida
ción de acciones su reproducción,
la forma de una lucha, misma que refiere a una configura-
que instrumentaliza el enfrentamiento
distribución y modificación
entre fuerzas sociales (Rebón, 2007). sin autorización
Weber define a la relación social de lucha cuando la im -
posición de la propia voluntad a otra persona encuentra
resistencia a ésta. Así, se dice que es insumiso aquel que no
se somete, que es rebelde, y existe su contraparte, el sumi -
so quien es obediente, dócil, pero también fácil de dirigir
y manipular por otro. En este orden de ideas, habrá diver -
sos actores que realizan acciones directas e indirectas a tra -
vés de las cuales procuran lograr sus objetivos. En ocasio-
nes utilizando los canales sociales e históricamente institui -
dos. En otras, la obediencia que se espera no se realiza
emergiendo así la desobediencia civil. Con frecuencia estas

183
formas no van de acuerdo con las clases y valores dominan-
tes por lo que se representan como delitos y con frecuen-
cia son criminalizadas.
La desobediencia a la legalidad, es decir la insumisión,
expresa las tensiones nutridas por diversas contradicciones
sociales… dice Rebón: “entre el sistema normativo hege-
mónico y otras identidades morales, entre el sistema nor-
mativo y la satisfacción de hecho de necesidades de algu-
nas identidades que el mismo no contempla o que se ha
revelado incapaz de satisfacer” (p. 209).
Las mujeres que se encuentran en prisión han sido con-
sideradas por la sociedad mexicana como mujeres insumi-
sas, transgresoras y delincuentes; sin embargo, poco se ha
reflexionado enEltorno
Colegio
a ¿cuálesNacional
son los orígenes de su de-
sobediencia?, o si la sociedad satisfizo en algún momento
decontacto@colegionacional.org.mx
su vida alguna necesidad primordial o en su defecto no
contempló o ha sido incapaz de satisfacer sus necesidades
elementales.
Edición
Algunos autores aldigital noencomercial
reflexionar torno a las relaciones
de poder, afirman que las mujeres en prisión experimen-
tan múltiples formas de marginalidad y éstas se unen a
aquellas Prohibida
desventajas por su reproducción,
la etnia y la clase social que llevan
distribución
a la construccióny modificación
de personas vulnerables.sin Entre
autorización
estas for-
mas de desventaja se encuentran el abuso y el trauma, es-
pecíficamente por la explotación laboral y las experiencias
de abuso físico, emocional y sexual; las pérdidas personales
de la familia e hijos; el involucramiento en relaciones vio-
lentas y el uso de drogas en sus vidas. Estas vivencias per-
meadas por el género, son centrales en la participación de
las mujeres en actos violentos (Brown, 2006; Duley, 2006).
Desde la violencia de género, se reconoce a los traumas
por abuso sexual en la infancia, como precursores del uso
de drogas y agresión en mujeres en la vida adulta. El ejer-
cicio de la violencia puede incluir las amenazas y otros
comportamientos coercitivos que infunden miedo en las

184
víctimas y permiten al perpetrador de la violencia, ejercer
el control. Bajo este control, las mujeres en ocasiones son
forzadas por sus parejas abusivas a cometer crímenes. La
victimización es entonces, un evento que acelera las trayec-
torias de las mujeres hacia las conductas agresivas, espe-
cíficamente aquellas experiencias más violentas.
Kelly y colaboradores (2010) estiman que el 75% de las
mujeres en prisión han experimentado alguna forma de
abuso físico y un 47% abuso sexual durante la infancia,
además cerca del 84% han reportado abuso por su pareja
actual. Otros tipos como el abuso por los padres y haber
estado implicadas en el sistema de justicia juvenil, son
El Colegio Nacional
aspectos que se asocian con historia de múltiples arrestos.
Presenciar violencia doméstica durante la infancia, es decir
ser testigo de violencia, incrementa la probabilidad de con-
contacto@colegionacional.org.mx
vertirse en perpetrador en el futuro y así continuar el ciclo
de violencia.
De acuerdo con Cook y colaboradores (2005) los efectos
perniciososEdición digital no
de las experiencias comercial
traumáticas en la infancia
son causa potencial de conductas violentas en la adultez.
Se ha mostrado en estudios longitudinales tanto prospec-
tivos como Prohibida suquereproducción,
retrospectivos, el consumo de sustancias
distribución y modificación
adictivas participa como consecuencia sinde lasautorización
experiencias
traumáticas en la infancia y éste incrementa la presencia
de conductas criminales en la edad adulta.
El haber presenciado un asesinato en contra de alguien
o por alguien significativo durante la infancia es un hecho
común en mujeres que han cometido crímenes violentos
(Brewer-Smyth, 2004). Asimismo, las experiencias de
abuso físico y sexual incluyendo la negligencia relacionada
con los múltiples cambios de cuidadores durante esta eta-
pa de desarrollo, tienen un impacto en la posterior comi -
sión de crímenes violentos y en muchas ocasiones, previa-
mente a la comisión del delito, las mujeres han tenido

185
numerosos ingresos al sistema de salud por lesiones infli-
gidas por la pareja. Este autor concluye que las experien-
cias de abuso y negligencia en las niñas, incrementan sig-
nificativamente la posibilidad del arresto en la adultez en
un 15.9%, estima que el 70% de las mujeres reclusas inclui-
das en sus estudios, han referido que existían antecedentes
familiares de delincuencia y en el 20%, al menos uno de
sus hijos ha sido encarcelado.
Bradley y Davino (2002) señalan a las experiencias de
violencia en las mujeres, como el inicio de una trayectoria
a la prisión. La victimización sexual y física, aunada a la
marginación social y económica son eventos importantes
El Colegio
que han determinado Nacional
el arresto además del consumo de
alcohol y drogas.
Del total de su muestra el 86.2% reportó historia de
contacto@colegionacional.org.mx
abuso sexual y el 56.9% con historia de abuso físico, ambos
en la infancia; además ya en la adultez, 67.7% con expe-
Edición digital no comercial
riencias de asalto sexual y el 84.6% con violencia de pareja.
Asimismo, estos autores encontraron que el 55% presen-
taron abuso sexual y físico en la infancia, el 62% con abuso
sexual en Prohibida su reproducción,
la infancia y asalto sexual en la adultez y el 43%
distribución y modificación sin autorización
los cuatro tipos de violencia. Únicamente el 5% de las mu -
jeres no refirió violencia en la infancia o la adultez. Res -
pecto a la edad en que ocurrió la primera experiencia se
encontró que en aquellas con historia de abuso sexual, en
el 52% se inicia el abuso a los 9 años y en el 81% el abuso
físico inició antes de los 9 años.
Gertie y Botha (2006), refieren que en mujeres encarce -
ladas por haber asesinado a su pareja, se reportan severas
experiencias de violencia y cuyos niveles se fueron incre -
mentando. Los autores consideran que el incremento del
nivel de violencia o lesiones puede ser un factor determi-
nante en aquellas mujeres que matan a sus parejas.

186
El objetivo de este capítulo es describir aquellas expe-
riencias de violencia que sufrieron un grupo de mujeres
en prisión a lo largo de su vida y reflexionar en torno a las
implicaciones sociales de la misma. Los datos provienen de
un estudio más amplio con perspectiva de género que tuvo
como finalidad el desarrollar una intervención para las
mujeres en prisión a fin de reducir el daño asociado al
consumo de sustancias psicoactivas y los problemas aso-
ciados (Romero, 2007).

M ATERIAL Y MÉTODOS

Tipo de estudio
El Colegio Nacional

contacto@colegionacional.org.mx
Se llevó a cabo un estudio transversal, en dos centros de
readaptación social de mujeres, ubicados en la Ciudad
de México: el Centro Preventivo Femenil Oriente localiza-
do en elEdición digital
este de la Ciudad no comercial
de México, en la Delegación Iz-
tapalapa, la cual posee el mayor índice delincuencial de

Tepepan,Prohibida sudereproducción,
dicha ciudad, y el Centro de Readaptación Social Femenil
ubicado en el sur la ciudad, rodeado por una
distribución
zona residencial.y Enmodificación sin autorización
el primero se encuentran mujeres in-
diciadas, procesadas y sentenciadas y en el segundo, mu -
jeres sentenciadas con y sin problemas psiquiátricos.

Descripción de la muestra

Se trata de una muestra no probabilística seleccionada


por conveniencia.
Criterios de inclusión: exclusivamente mujeres, consu -
midoras —actuales o alguna vez en la vida— de alcohol,
tabaco y drogas psicoactivas, de entre 18 y 65 años de edad,
que pudiesen leer y escribir.

187
Criterios de exclusión: que presentasen algún trastorno
psiquiátrico severo o discapacidad física que impidiera la
realización de la entrevista.

Instrumento

Se utilizó un instrumento diseñado ex profeso para el


pro yecto global de reducción del daño, en el que se
contemplaron la clasificación de los efectos, la estimación
y la evaluación del costo de los resultados positivos y
negativos del uso de drogas, además de otros problemas de
salud mental asociados.
Dicho instrumento se construyó con una serie de escalas
validadas paraEl Colegio
cada una de lasNacional
áreas de interés. Consta de
una entrevista semi-estructurada que indaga sobre las
siguientes áreas de la vida de las mujeres entrevistadas:
contacto@colegionacional.org.mx
datos demográficos, escolaridad, composición familiar,
familia de origen, situación legal, antecedentes de reclusio-
nes previas, experiencias laborales, redes sociales, depre-
Edición
sión, riesgo digital
de suicidio, nodecomercial
trastorno angustia, consumo de
alcohol, consumo de drogas médicas y no médicas.
Otras áreas investigadas fueron: motivos para el consu-
Prohibida
mo, barreras su reproducción,
para el tratamiento, relaciones íntimas y se -
distribución y modificación sin autorización
xua lidad, abuso sexual, violencia/victimización, violencia
delictiva, estrés postraumático, ambiente de cárcel, salud
y estilo de vida e impulsividad.
La cédula del Sistema de Reporte de Información en
Drogas ( SRID) fue elegida como el instrumento para re -
gistrar el consumo de drogas. Investiga 13 tipos de sustan -
cias clasificadas en tres categorías: sustancias médicas;
sustancias no médicas; alcohol y tabaco.

Procedimiento

El trabajo de campo se llevó a cabo a través de un con -


venio con la Dirección General de Prevención y Readap-

188
tación Social del Distrito Federal, con el cual se permitió el
acceso al equipo de salud mental formado por profesiona-
les del campo de la psiquiatría, de la psicología y de la
antropología, previamente capacitados. El acceso sólo fue
permitido dos veces por semana exceptuando los días
festivos o de eventos especiales. Cada Centro de Readapta-
ción Social elaboró de acuerdo con sus Centros Internos
de Orientación y Clasificación (COC) una lista de las reclu-
sas con historias de consumo de sustancias que cumplieran
con los criterios de inclusión y que podrían formar parte
de la investigación. Por otro lado, la presencia de los inves-
tigadores hizo que algunas mujeres se acercaran a solicitar
información y El Colegio accedieran
voluntariamente Nacional a participar.
Las entrevistas fueron realizadas previo consentimiento
informado de las mujeres y con el pleno conocimiento de
los contacto@colegionacional.org.mx
objetivos de la investigación, así como la firma de un
acuerdo en presencia de dos testigos donde se aseguraba
Edición de
la confidencialidad digital no comercial
la información que compartieron
y el anonimato de su participación. La entrevista se aplicó
de manera individual cara a cara en un promedio de dos
Prohibida
horas, aunque en algunassu reproducción,
ocasiones se tuvieron hasta cua-
distribución y modificación
tro sesiones de dos horas, dependiendosin autorización
del grado de com -
prensión de las mujeres, de la información brindada y por
la contención psicológica otorgada a aquellas con proble-
máticas complejas como en los casos en los que ellas re-
portaron violencia y abuso sexual. Las participantes podían
abandonar el estudio en el momento que así lo deseasen.

Resultados

En el cuadro 1 se muestran las principales características


demográficas de las 213 mujeres incluidas en el estudio.
En su mayoría eran menores de 40 años de edad (84%).

189
Resalta la baja escolaridad (únicamente primaria, en 41%),
mujeres solteras (48.6%), en su mayoría viviendo sin pare-
ja y sin hijos (40.5%). Por otra parte, se encontró que 58.6%
huyó alguna vez de su casa siendo niña y cerca de 40%
vivió en la calle. La edad de inicio en el trabajo fue de 14.7
años ± 5.28. En promedio, el número de hijos por mujer
fue de tres, con mínimo de uno y máximo de 13. La ocu-
pación previa al ingreso a la institución era: comerciante
(29.5%), empleada (21.9%), ama de casa (13.8%), oficio
(7.1%) y el trabajo informal (5.7%).
Cuadro 1
ElVariables
Colegio Nacional
demográficas Porcentaje total

Edad
contacto@colegionacional.org.mx
18-27
28-40
39.0
45.5
41-62 15.5
Edición digital no comercial
Escolaridad
Sin educación formal 4.2
6 años o menos 41.3
Secundaria 36.2
Prohibida su reproducción,
Preparatoria o técnica 16.4
distribución y modificación sin autorización
Universidad no terminada
Licenciatura
0.5
1.4
Estado Civil
Soltera 48.6
Casada 9.4
Unión Libre 21.6
Viuda 4.7
Divorciada 3.3
Casada pero separada 9.9
Nunca se caso 2.3

Relación de pareja
Si 50.2
Hijos
Sin Hijos 15.5

190
De las 87 mujeres (41.4%) que admitieron haber come-
tido el delito por el que ingresaron a prisión bajo el efecto
de drogas. Por otro lado el 92% de ellas calificó positivamen-
te a 3 o más indicadores de dependencia a las sustancias.

LAS FAMILIAS DE ORIGEN

Las mujeres participantes en el estudio provenían en su


mayoría de familias pertenecientes al sector urbano
popular. El común denominador de las familias fue la falta
de seguridad social y económica, lo que coloca a la familia
El Colegio Nacional
en su totalidad, en una posición de desventaja económica,
social y cultural. Además de lo anterior, se investigaron los
antecedentes de problemas emocionales y de consumo de
contacto@colegionacional.org.mx
alcohol y de drogas en miembros de la familia: la madre, el
padre, los hijos, la pareja, otros miembros de la familia,
amigos y compañeros de trabajo (ver cuadro 2).
Edición
Las mujeres digital
reportaron nopresencia
mayor comercialde trastornos
emocionales en sus madres, siendo los más frecuentes
la depresión (15%), la tristeza (13.6%), el llorar (5.2%), la
muerte de Prohibida su reproducción,
un familiar (2.3%) y la violencia (2.3%). En el
distribución y modificación
Cuadro 2 sin autorización
ANTECEDENTES FAMILIARES, ALGUNA VEZ EN LA VIDA

Tipo Mamá Papá Pareja Hijo Otros Amigos Amig/trab


de Problemas miembros
% % % % % % %

Emocionales 62.9 35.2 39.0 29.6 29.6 19.2 5.6

Alcohol 15.5 40.4 29.1 3.3 33.8 31.5 9.9

Drogas 5.2 8.9 40.4 2.8 26.8 35.7 11.3

191
padre, los problemas de mayor frecuencia fueron el alco-
holismo (7%), la depresión (6.6%), la tristeza (4.2%), la
muerte de un familiar (2.3%) y la violencia (1.9%). En la
pareja, con el mismo porcentaje se ubicó el consumo de
drogas, la violencia y la depresión (4.2%), así como la tris-
teza (3.3%) y el alcoholismo (2.8%).
En los hijos, la depresión y la tristeza (7% y 6.1%, respec-
tivamente). En otros miembros de la familia, la depresión
(6.6%). La agresión (2.8%), la tristeza (1.9%) y la estancia
en reclusorio (1.9).
Respecto a los problemas relacionados con el consumo
de alcohol y drogas, éstos se ubicaron principalmente en
varones de la familia como el padre y la pareja.
El consumoEl de Colegio Nacional
drogas se ubicó en la pareja (40.4%), los
amigos (35.7%), otros miembros no especificados (35.7%),
contacto@colegionacional.org.mx
en amigos del trabajo (11.3%) y en el padre (8.9%).

Edición
E XPERIENCIAS digital
DE VIOLENCIA no
EN LA comercial
INFANCIA

Las mujeres en prisión han sido con mucha frecuencia


víctimasProhibida
de la violencia su reproducción,
desde la infancia. El principal pro-
distribución
blema de este ygrupo
modificación sinaautorización
de mujeres ha sido lo largo de los
años, la invisibilidad. El maltrato y la victimización sexual
con frecuencia son crímenes sub-reportados en el sistema
de justicia penal. Sin embargo, la información acerca de la
victimización de las mujeres en la actualidad es más amplia
y ahora sabemos que ocurre con mayor frecuencia de la
que se pensaba y que la naturaleza de estas victimizaciones
es más amenazante y violenta de lo que se sospechaba
(Medina-Mora et al., 2005, Ramos et al., 2001).
En el cuadro 3 se muestran las experiencias de violencia
sufridas en la infancia por las mujeres que participaron en
el estudio. Fueron incluidas el huir del hogar y el vivir

192
en la calle, debido a que la principal razón para abandonar
el hogar fue la violencia vivida en el hogar de origen y se
considera una forma de violencia social.
El contacto sexual forzado y la relación sexual forzada
fue una experiencia vivida por cerca de la mitad de las mu -
jeres siendo los principales perpetradores de este tipo de
violencia, los padrastros y personas conocidas por las mu-
jeres tales como los padres, hermanos, tíos (ver figura 1).

Cuadro 3
EXPERIENCIAS DE VIOLENCIA EN LA INFANCIA

Tipo de experiencia % Media de Desv.


edad El Colegio Nacional
Tip

Huir del hogar 58.2 12.75 3.03


contacto@colegionacional.org.mx
Vivir en la calle 39.4 17.39 8.18

Edición digital no
Contacto sexual forzado 42.3 comercial
12.21 5.97

Relación sexual forzada 41.8 15.35 6.54


Prohibida su reproducción,
Acontecimiento traumático
distribución y modificación sin autorización
con peligro de muerte
o integridad física 55.4 —-

Presenciar muertes
o amenazas para alguien más 48.8 —-

E STRÉS POSTRAUMÁTICO

Una de las posibles consecuencias del maltrato y el


abuso en la infancia es el desarrollo del síndrome estrés pos-
traumático que de acuerdo con Hazelden (2007), es una
condición debilitante que puede desarrollarse después de

193
haber vivido una experiencia terrorífica. El evento que
causa el estrés postraumático, de acuerdo con este autor,
puede haber sido una experiencia de la persona o el haber
presenciado la experiencia sufrida por alguien cercano.
Los eventos más frecuentes asociados al trauma son el con -
tacto sexual forzado y la violación, los desastres naturales,
los accidentes y las secuelas de haber participado en una
guerra. Cualesquiera que sean las causas las personas con-
tinuamente reviven la experiencia en forma de pesadillas
o de flashbacks. También pueden presentar trastornos en el
sueño, sentirse desapegadas o fácilmente irritables. Pier -
den interés en las cosas que anteriormente disfrutaban
El
y con frecuencia Colegio
se Nacional
vuelven irritables y/o violentas. Las per-
sonas que tienen problemas con el uso de alcohol y de
otras sustancias adictivas con gran frecuencia sufren
decontacto@colegionacional.org.mx
trastornos co-mórbiles, en donde el estrés postraumáti -
co es previo a la adicción.
El 55.4% de las mujeres reportaron haber vivido un
Edición
acontecimiento digitaly elno
traumático comercial
48.8% haber presenciado
muertes o amenazas a otras personas (ver cuadro 3).
Prohibida su reproducción,
distribución y, SEXUAL
V IOLENCIA FÍSICA modificación sin
Y EMOCIONAL DE autorización
PARTE
DE LA PAREJA ÍNTIMA

La violencia en la pareja se refiere a cualquier comporta-


miento dentro de una relación íntima que causa daño físi -
co, psíquico o sexual a los miembros de la relación. Este
comportamiento incluye:

• Agresiones físicas: por ejemplo, abofetear, golpear con


los puños, patear.
• Maltrato psíquico o emocional por ejemplo, mediante
intimidación, denigración y humillación constantes.

194
,-./01!
+#"!
2/341!
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El Colegio
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distribución
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y modificación
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sin autorización
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Figura 1.
Vínculo con el abusador.

• Relaciones sexuales forzadas y otras formas de coac -


ción sexual.
• Diversos comportamientos dominantes: por ejemplo,
aislar a una persona de su familia y amigos, vigilar sus mo -
vimientos y restringir su acceso a la información o asistencia.

Del total de la muestra del estudio, el 91.5% de las muje -


res experimentó alguna vez en la vida violencia emocional.

195
Los tipos de violencia de mayor recurrencia fueron: “celos
y sospecha de tus amistades” (75.1%), “se enoja si lo con-
tradices o no estás de acuerdo con él” (68.5%), “te grita”
(65.3%), “te prohíbe ver a tus amistades” (61%) y “te in-
sulta” (59.2%).
Por otro lado, el 75.6% de las mujeres experimentó
alguna vez en la vida algún tipo de violencia física. Los ti-
pos de violencia de mayor recurrencia fueron: “te ha sacu-
dido o jaloneado” (61.5%), “te ha sujetado o retenido a la
fuerza” (56.3%), “te ha golpeado en la cabeza” (49.3%),
“te ha aventado o empujado a propósito” (47.9%) y “te ha
cacheteado” (46.5%).
El 54.9% de El lasColegio Nacional
mujeres experimentó, además, algún
tipo de violencia sexual. Las experiencias de violencia se-
xual más reportados fueron: “te exige tener relaciones se-
contacto@colegionacional.org.mx
xuales aunque no lo desees” (38%), “te forza a tener rela-
ciones sexuales en contra de tu voluntad” (31%), “te ame-
naza a irse con otras si no accedes” (29.1%), “te obliga a
Edición
hacer actos sexuales digital
que no teno comercial
gustan” (21.1%), “te obliga
a tener sexo oral” (18.3%) y “te forza a tener relaciones se-

Es muy Prohibida su reproducción,


xuales cuando estás enferma” (18.3%).
importante señalar que los diversos tipos de
distribución y modificación
violencia no aparecen sinpor
en forma aislada, autorización
lo que una
mujer puede sufrir violencia física y emocional y sexual.
Del total de la muestra, la mitad de las mujeres, es decir, el
52.1% experimentaron los tres tipos de violencia es decir,
física, emocional y sexual. Quienes no reportaron los tres
tipos de violencia, al menos refirieron dos de ellos, encon -
trando que el 75.1% con violencia física y emocional; el
54.5% con violencia sexual y emocional; y el 52.1% con
violencia física y sexual (ver figura 2).

196
El Colegio Nacional
Figura 2.
contacto@colegionacional.org.mx
Intersecciones de violencia emocional, física y sexual.
c r a

VIOLENCIA DELICTIVA CON LA PAREJA


Edición digital no comercial
e s

cDe acuerdo
“ …se construyen social y cont Calveiro
culturalmente (2003) las relaciones
entre
como complementarias,
l excluyentes
e y

Prohibida su reproducción,
d varones y mujeres tiene que ver con la construcción de las
identidades femenina y masculina: “…se construyen social
distribución
y culturalmenteycomo
modificación
complementarias, sin autorización
excluyentes y des -
iguales. Son complementarias, porque las funciones de
cada una requieren imperiosamente de su otra “mitad”;
excluyentes,
D porque
b los atributosm asignados en cada
n e caso
no son deseables en el otro; y desiguales, porque las carac -
terísticas masculinas se colocan en una posición de supe -
rioridad y predominancia con respecto a las femeninas”
(pp. 11-13).
Dichas relaciones también implican un movimiento de
poder, en donde algunas ocasiones el poder lo poseen los
varones y en otros las mujeres, es circular. En este estudio
se indagaron ciertos eventos de ida y de regreso, es decir,

197
eventos que iban de la mujer a la pareja y de la pareja a la
mujer (cuadro 4). Así, encontramos que con mayor fre -
cuencia la mujer le solicitaba al varón ayuda económica
(31.9%); que los varones solicitaron con mayor frecuencia
participar en un robo (23.5%), transportar droga (7%),
vender drogas (8.9%), que lo encubriera (27.2%), le pidió
a la mujer prostituirse (8.5%), la usó como señuelo (9.9%)
y la aisló de los demás (31%). Si bien, las mujeres también
le solicitaron a sus parejas las mismas actividades o ejercie-
ron control sobre ellos, el porcentaje es proporcionalmen-
te significativamente menor.

El Colegio Nacional
Cuadro 4
PARTICIPACIÓN EN ACTOS VIOLENTOS

contacto@colegionacional.org.mx
Pareja Entrevistada
% %
Ayuda económica 28.6 31.9
Edición digital no comercial
Participar en un robo
Transportar droga
23.5
7.0
10.8
4.7
Vender droga 8.9 4.2
Prohibida su reproducción,
Que lo encubrieran
Prostituirse
27.2
8.5
6.1
3.3
distribución y modificación sin autorización
Seducir a alguien (te usó como señuelo) 9.9 2.8
Te aisló de los demás 31.0 3.3

D ISCUSIÓN
A partir de los resultados obtenidos en este estudio po-
dríamos sugerir una trayectoria de violencia en dos fases,
siendo la primera de ellas la que lleva a las mujeres al
abuso de sustancias y a reportar la presencia del síndrome
de estrés postraumático como consecuencia de haber ex -
perimentado violencia social, familiar y sexual en la pri -
mera fase de sus vidas (fase 1).

198
Stress Post-
Abandono del traumático y
hogar Abuso de
sustancias
Abuso sexual/ adictivas
violación.
Testigos de
violencia y
Problemas riesgo de morir
emocionales
alcohol y
drogas en la
Familia en familia
desventaja
social,
económica y
cultural

Fase 1.
El Colegio Nacional
Trayectoria hacia del consumo de sustancias adictivas.

contacto@colegionacional.org.mx
La segunda fase iniciaría con la vida de pareja y el uso
de sustancias que continúa. Algunos autores tales como
Golinelli, Longshore y Wenzel (2009), señalan que al ex-
plorar laEdición digital
relación entre el abusono comercial
de sustancias y la violencia
de la pareja, existen dos factores relevantes que tienen que
Prohibida su reproducción,
tomarse en consideración: el estado de salud mental de la
mujer y el apoyo social con el que cuenta. Los problemas
distribución
de salud mentalydemodificación sin autorización
las mujeres están asociados con un ries-
go elevado de victimización violenta, probablemente
2007). Asimismo, el hecho de la co-
porque las mujeres con problemas de salud mental son
m
menos vigilantes, tienen el juicio disminuido, aparecen
vulnerables a los perpetradores y pueden tener problemas
de interacción social. Los problemas que han sido identifi -
cados como elementos de riesgo incluyen la depresión, la
ansiedad y el consumo de alcohol y sustancias adictivas. En
este grupo de mujeres el 62% calificó con depresión ma-
yor (Colmenares et al., 2007). Asimismo, el hecho de la co-
morbilidad entre problemas de salud mental con el abuso
de sustancias incrementa el riesgo de ser víctima de un

199
episodio violento. Algunos estudios realizados en México
muestran que aquellas mujeres que han bebido cinco
copas o más al menos una vez en los últimos 12 meses
tienen significativamente más probabilidades de notificar
agresión en la pareja que aquellas personas que nunca han
bebido esa cantidad (Romero et al., 2010).
Las causas de la victimización de las mujeres está funda-
mentada en la aceptación de las disparidades de género en
el poder, siendo la victimización de las mujeres tanto el
resultado, como el reforzamiento de esta disparidad (Belk-
nap, 2001).
De acuerdo con Jiménez (2006) la violencia de pareja “no
El Colegio Nacional
tiene por objeto destruir a la mujer (aunque se presentan
excepciones, cuando intencionalmente se trata de pro-
ducir un aborto e incluso el homicidio premeditado), sino
contacto@colegionacional.org.mx
mantenerla en una condición de subordinación y entonces
se emplearán los dispositivos estratégicos y las acciones que
lo garanticen, que no siempre serán los mismos. Lo im-
portanteEdición
es preservardigital no comercial
el control” (p. 319). Las intersec-
ciones de los diferentes tipos de violencia vividos por este
grupo de mujeres pueden dar cuenta de ello.
Se ha Prohibida
encontrado, sinsu reproducción,
embargo que el apoyo social es un
distribución
factor crítico alyquerer
modificación sindeautorización
reducir el riesgo una mujer de
ser victimizada y de manera contraria, el pobre apoyo so -
cial se relaciona con un elevado riesgo de victimización.
Las redes de apoyo social facilitan a la mujer la búsqueda
de ayuda y finalmente propician el terminar con las rela -
ciones abusivas. El apoyo social positivo brindado por la
familia y los amigos en forma de presencia, consejo, ayuda
tangible y seguridad son importantes, pero también lo son
aquellos servicios del sector formal como la policía, los
servicios sociales, las líneas telefónicas de ayuda. Desafor -
tunadamente este grupo de mujeres cuenta con una pobre
red de apoyo social, si tomamos en cuenta el tipo de

200
problemas que la familia de origen tiene y el apoyo social
que han recibido en prisión (Galván et al., 2006). Es im-
portante destacar la negligencia y/o indiferencia total de
las instituciones educativas, de salud y de justicia penal
ante las necesidades de este grupo de mujeres.
La figura 2, muestra una trayectoria posible de la mujer
hacia la violencia de pareja, violencia delictiva y la prisión.
Si tomamos en cuenta que las mujeres eligen pareja
estando en desventaja social, siendo usuarias de sustancias
adictivas y teniendo problemas de salud mental, es espe-
rable de acuerdo a lo que reporta la literatura internacio-
nal, la re-victimización en el vínculo. Se ha demostrado
que la exposición
p
El aColegio
la violencia Nacional
aumenta el riesgo de exhi-
bir un comportamiento agresivo hacia otras personas y
también de un mayor riesgo de sufrir maltrato físico (Wils-
nack contacto@colegionacional.org.mx
et al., 2010).
Los porcentajes reportados en este trabajo de violencia
física, emocional y sexual por enparteeste de la pareja
trabajo sonfísica,
de violencia más
e de Edición
altos digital en
aquellos reportados nolacomercial
literatura nacional e
internacional mencionados en la introducción.
Prohibida
y su reproducción,
y la prisión
p

distribución y modificación sin autorización


violencia
Ingreso en prisión
prisión
violencia
delictiva

Violencia
de pareja

Elección
de
pareja

Fase 2.
Trayectoria hacia la violencia delictiva y la prisión.

201
Algunos autores como Belknap (2001) han recomenda-
do el modificar la situación real de las mujeres en prisión
con miras a lograr un estándar ideal en diferentes áreas de
la vida de las mujeres. Es indispensable que los tomadores
de políticas públicas en nuestro país, tomen en considera-
ción estas recomendaciones. De esta manera, la insumisión
dejaría de ser tal y un estado de bienestar sería la mejor
estrategia para la prevención del delito.

Ideal Real

Necesidad de seguridad física y Pobreza, falta de hogar, violen-


El Colegio Nacional
un desarrollo físico saludable.
cia, sistema de salud inadecuado
e inadecuada nutrición. Presen-
cia de abuso de sustancias
contacto@colegionacional.org.mx
Necesidad de confianza, amor, Abandono, disfunción familiar e
respeto y validación por parte de inadecuada comunicación
Edición digital no comercial
cuidadores adultos, para fomen-
tar un desarrollo emocional salu -
dable y relaciones positivas.
Prohibida su reproducción,
Necesidad de modelos positivos
Sexismo, racismo, mensajes ho-
distribución y modificación sin
del rol femenino para desarrollar
mofóbicos autorización
y falta de apoyo de la
una identidad sana como mujer. comunidad

Necesidad de seguridad para ex - Abuso sexual, explotación y


plorar la sexualidad a un ritmo mensajes negativos sobre la se -
propio para un desarrollo sexual xualidad femenina
saludable

Necesidad de pertenencia para Lazos familiares débiles, influen -


competentes y dignas cia negativa de los pares, fracaso
académico y baja autoestima.

*Adaptado de Belknap, p. 407.

202
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204
¿DÓNDE ESTAMOS?

JUAN RAMÓN DE LA FUENTE*


Universidad Nacional Autónoma de México
Asociación Internacional de Universidades

No es esta la primera vez que se aborda el tema de la agre-


El Colegio
sión y la violencia, Nacional
en El Colegio Nacional. Pero gracias a
ello hemos podido reflexionar sobre nuevas orientaciones
contacto@colegionacional.org.mx
al respecto, avances que además surgen de investigaciones
en diversos centros del mundo y también de nuestro país.
Todos los autores de los temas presentados, han mostrado
Edición
la posibilidad digital
real que tenemosno comercial
de generar contribuciones
al conocimiento y no ser sólo consumidores pasivos de la
información. Esto es en sí mismo, valioso, y hay que desta-
carlo. Prohibida su reproducción,
distribución y modificación
Hay que resaltar también el enfoquesin
conautorización
el que María
Elena Medina-Mora concibió y organizó el Simposio: un
enfoque multidisciplinario que nos ha permitido revisar
temas delicados, desde planteamientos elementales, hasta
los que profundizan sobre aspectos sociales con enorme
impacto y que, desde luego, son motivo de preocupación.
Es preciso aceptar que estos fenómenos no podrán resol -
verse mientras no los entendamos mejor en sus raíces bio -
lógicas, psicológicas y sociales.
No podrá avanzarse en la erradicación y en el control de
la violencia desbordada que padecemos, mientras no en -
tendamos mejor de qué se trata, es decir, cuál es su natu -

205
raleza, cuáles los factores que la desencadenan. Esta
reflexión en nuestro país se ha hecho pocas veces y por
ello es oportuna la publicación de los trabajos presentados
en el Simposio. Hay que discutir y difundir lo que sabemos
sobre el tema, y seguir trabajando, para hallar soluciones
más eficientes de las que hasta ahora hemos sido capaces
de implementar.
Y es que, muchas de las soluciones propuestas no han
estado sustentadas en el conocimiento o en los hechos
objetivos, porque un fenómeno de tal magnitud no se en-
frenta con sólo buenas intenciones, ni con exhortaciones
virtuosas. Se resuelve entendiendo el origen y las fuentes
de la violenciaEl Colegio
con Nacional
el fin de avanzar, de manera simultá -
nea, en diversos frentes. Uno de ellos consiste en conocer
a fondo sus raíces y no actuar sólo por sus consecuencias.
contacto@colegionacional.org.mx
El tema nos ha interesado y cautivado desde siempre,
por una razón, a mi juicio, sencilla: todos somos potencial -
mente agresores, y todos somos potencialmente suscepti -
bles de Edición digital
ser agredidos. no comercial
Tal disposición es parte de nuestra
naturaleza humana y, en consecuencia, genera en nosotros
Prohibida su reproducción,
una reacción ambivalente de interés por un lado, y de te -
mor, por el otro.
distribución
El tema de lay agresión
modificación sin autorización
provocó durante la segunda mi -
tad del siglo pasado una de las discusiones intelectuales
más interesantes que vale la pena mencionar: me refiero al
debate que se dio entre Konrad Lorenz y Erich Fromm. Al
primero, por cierto, se le otorgó el Premio Nobel.
Hay por lo menos dos cúmulos de conceptos con inten -
ciones y propósitos distintos: uno agrupa a la violencia en
la expresión más popular del término, esto es, lo que im-
plican los homicidios, los suicidios, la destrucción del otro
en términos reales; en tanto que otro grupo de ideas (cuyo
propósito es resaltar una orientación más adaptativa) se
refiere sobre todo a las conductas afirmativas y asertivas,

206
y menos a las conductas propiamente violentas. No es lo
mismo agredir con fines adaptativos que estrictamente des-
tructivos.
Los trabajos de Ma. Elena Medina-Mora identifican pun-
tos relevantes. Uno de ellos es que estamos frente a un pro-
ceso flexible y susceptible de ser alterado, porque la agre-
sión y la violencia también pueden surgir de la experiencia
y el aprendizaje. Más allá de la discusión de que si la vio-
lencia tiene un carácter innato o no, lo que queda cada vez
más claro es que el proceso tiene un origen que podemos
constatar en la escala biológica, pero hay también diferen-
cias de especie. Esto es básico, pues explica por qué hay
El
características que Colegio
compartimos,Nacional
y otras que son distintivas.
José Luis Díaz, ha conjugado dos palabras más: emoción y
agresión. Detenerse un momento en el concepto de emo-
cióncontacto@colegionacional.org.mx
permite entender el fenómeno desde otra arista.
Como lo señala con lucidez Díaz, las emociones preceden
y acompañan a la conducta violenta. Yo agregaría que hay
Edición“postviolencia”
además emociones digital noque, comercial
por su relevancia,
deben incorporarse al conjunto de razones estudiadas.

residual? Prohibida
Esto varía, por su reproducción,
¿Qué pasa después de la agresión? ¿Cuál es la emoción
ejemplo, en personas que tienen
distribución y modificación
algún tipo de patología. sin autorización
¿Queda vergüenza? ¿resentimien -
to? ¿gusto? ¿indiferencia? La emoción acompaña a la agre-
sión, la antecede y también la sucede. No podemos enten -
der cabalmente el fenómeno sin esta dualidad integrada,
no sólo con fines explicativos sino también de investiga-
ción.
Otro enfoque útil es estudiar el hecho desde la construc -
ción de una triada que incluya al agresor, al agredido (que
puede convertirse en defensor y en agresor a su vez) y el
entorno, lo cual nos ubica en un escenario más complejo
pero mucho más cercano a lo que en realidad pasa en di -
versos ambientes. A esta triada podría agregarse el papel

207
de los genes, cuya participación irá quedando cada vez
mejor definida.
No hay todavía una idea que valide las diferencias entre
agresión y violencia, pero las propuestas por José Luis Díaz
podrían ayudarnos a definir una y otra. Él habla de un
elemento importante: el del los límites. Cuando se trans -
grede un límite parece que entramos a otro territorio, aun-
que ese límite no siempre se defina con nitidez. Si bien
puede hablarse de límite moral, límite legal, límite natural,
y no obstante seguir refiriéndonos a su carácter interpreta-
tivo, lo que importa es más que una definición exacta,
la incorporación de la idea; es decir, no podemos evitar la
El
parte interpretativaColegio Nacional
del término, pero sí aceptar su validez.
Aunque esto nos sitúa en un terreno escurridizo, al igual
que ha ocurrido en el área clínica, la investigación ya está
contacto@colegionacional.org.mx
desarrollando herramientas que permitirán cuantificar lo
que hasta hace poco parecía incuantificable. Lo que hoy
nos parece subjetivo, pronto quizá ya no lo sea tanto. No hay
Edición
que perder de vista digital
el hecho denoque
comercial
en torno a la violen-
cia, las actitudes y conductas que después se expresan de
Prohibida
un sustratosu reproducción,
manera perversa en muchas otras áreas de nuestra vida
social, tienen anatómico y un sustrato químico;
distribución y modificación
y esto es fundamental para entender sin
mejorautorización
la dimensión
social, tanto individual como colectiva del fenómeno.
En buena hora se ha hecho referencia a las aportaciones
de Darwin (uno de los científicos que han influido de ma -
nera más determinante en el pensamiento de todos noso -
tros en el siglo veintiuno, y cuyas hipótesis han ganado
solidez a través del tiempo), tanto como a las contribucio -
nes de la etología evolutiva.
En la agresión hay una intencionalidad; en la violencia,
aparece de manera contundente la fuerza. Dicha diferen-
ciación conceptual no es pues, nada más semántica. La
relación mutualista de la madre y el infante, que después

208
se verifica en la clínica como elemento consistente, es una
evidencia de cómo las investigaciones de la etología evolu-
tiva generan modelos útiles en los estudios clínicos, encon-
trando consistencias, similitudes, líneas de conexión que
han permitido ahondar en el conocimiento sobre el tema
y abrir nuevas líneas de estudio (pensar que un compo-
nente de la agresividad tiene un papel adaptativo, por
ejemplo, requiere de un enfoque sistémico).
También ha quedado constancia de las aportaciones de
la tecnología al servicio del conocimiento, lo cual nos per-
mite hacer lo que años atrás parecía impensable: visualizar
y medir emociones; o bien tratar de establecer correlatos
El
anatomo-funcionales, Colegio
más que Nacional
simplemente estructurales
(lo que acaba por ser rígido y no necesariamente explica
fenómenos complejos). Los componentes afectivos y cog-
contacto@colegionacional.org.mx
nitivos constituyen también nuevos paradigmas al recono-
cerlos como elementos vitales: dolor sin emoción no es
alarma, es una conclusión que desde esta óptica se plantea
Edición digital no comercial
¿cómo ignorarla?
Se han mencionado así mismo otros ámbitos. Es el caso
Prohibida
hay un fuerte su reproducción,
del trabajo de Ana Fresán, quien nos muestra que todavía
estigma respecto de los enfermos mentales
distribución
(por lo demás, y unomodificación sinpendientes
de los muchos temas autorización
que
aún tenemos). Es preocupante que la percepción de la
agresividad en los enfermos mentales siga estando tan
arraigada, al menos en algunos sectores, y quizá valdría la
pena analizar si, como muchos sospechamos, hay más mi-
tos que realidades en relación con la agresividad de los
enfermos mentales, quienes generalmente han sido más
bien los agredidos y no los agresores; exactamente a la
inversa de lo que se percibe.
Iván Arango, quien también pone su grano de arena en
torno a la discusión semántica entre la agresión y la violen -
cia, incorpora una idea en donde se distingue a la agresión

209
más como un impulso, y a lo violento más como una ac-
ción, lo cual ofrece otro ángulo a esta compleja asociación
entre ambos términos. Arango nos recuerda lo que repre-
senta la amenaza del abandono en los niños; la amenaza
otra vez en lo afectivo, en lo emocional. La angustia es otra
fuente sintomática de la agresividad.
Los datos clínicos que presenta Luciana Ramos son
estrujantes y pueden ser decisivos para entender mejor la
epidemia de feminicidios que hay en México y ahondar en
las perversas motivaciones que la acompañan. No pode-
mos seguir dando palos de ciego. Para detener el fenóme-
no no basta la buena fe. Se requiere un caudal de estudios
profundos, pues llevamos años con este brote epidémico
de homicidiosEl en Colegio
mujeres y urgeNacional
una mayor claridad sobre
cómo actuar de manera más eficiente. El hecho de que en
contacto@colegionacional.org.mx
todos los casos de los homicidios de niñas el responsable
fuera un desconocido, en comparación con el que en prác-
ticamente todos los casos de los homicidios de niños los
agresoresEdición
sí lo eran, digital
es un datono
de lacomercial
mayor relevancia que
quizá habíamos intuido pero que ahora ha demostrado
esta investigación. Que exista violencia sexual en los ata-
ques a lasProhibida su reproducción,
niñas; que se registre una altísima tasa de intoxi -
distribución y modificación
cación por sustancias sin son
(alcohol o drogas) autorización
datos muy
relevantes. Pero, ¿hay espacios para la prevención? El que
haya homicidas que habían ingresado a la cárcel previa -
mente y fueron liberados después, ofrece claves para que
el sistema de procuración de justicia (quien debiera estar
promoviendo más investigaciones de esta índole) tome
medidas precautorias más eficientes de las que hasta ahora
se han asumido. Estudios como los de Luciana Ramos son
los que se requieren, más allá de las reacciones de indig-
nación que se suscitan en torno a un problema tan dramá -
tico. Mediante análisis científicos y objetivos se pueden es -
tablecer mejores políticas públicas sustentadas en la inves -
tigación y en el conocimiento generado por los expertos.

210
Mi generación tuvo como filósofos de cabecera a Sartre
y a Marcuse. La perspectiva de ellos respecto de la violen-
cia sigue siendo válida. En la Crítica de la razón dialéctica
Sartre decía que “la escasez es lo que genera la violencia
social”. Marcuse por su parte expresaba: “si son violentos,
es porque están desesperados y hay que entender las fuen-
tes de su desesperación”. Tales eran los planteamientos de
estos filósofos que tanto influyeron en la segunda mitad
del siglo pasado. Muchas de sus ideas siguen siendo váli-
das. Una sociedad incapaz de satisfacer necesidades bási-
cas, genera violencia; una sociedad que no logra una me-
jor distribución de bienes y servicios, es propicia para que
broten en ella El Colegio
la violencia Nacional
y la agresividad. Pero una socie-
dad que no se preocupa por transmitir conocimientos, una
sociedad que no educa, también las propicia.
Nocontacto@colegionacional.org.mx
hay soluciones sencillas para estos problemas; lo que
hay son perspectivas alentadoras para indagar más, para
conocer mejor la esencia de tales fenómenos. Por ello es
que hay Edición
que respaldardigital no comercial
el trabajo de quienes hacen la
investigación básica, clínica y social sobre estos temas.

ción. Tal Prohibida su reproducción,


Como sociedad tenemos que exigir más y mejor educa-
es el mejor instrumento para alcanzar, en un fu -
distribución y modificación
turo no tan lejano, un escenario donde sin
hayaautorización
menos esca-
sez y en donde los valores propios de la educación preva-
lezcan en la vida cotidiana.

211
El Colegio Nacional

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Edición digital no comercial

Prohibida su reproducción,
distribución y modificación sin autorización
Este libro se terminó de imprimir y encuader-
nar el 29 de julio de 2011 en los talleres de
Cromo Editores, S. A. de C. V., Miravalle 703
Col. Portales, C. P. 03300, México, D. F. La edi-

El Colegio Nacional
ción consta de 1 000 ejemplares. La composi-
ción estuvo a cargo de María Elena Ávila Urbina
y Gerardo Márquez Lemus en el departamento
de diseño editorial de El Colegio Nacional.
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Editor: Carlos Francisco Zúñiga.

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