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Introducción:
Desde finales del siglo XIX, distintos Estados europeos comenzaron a planificar
acciones expansionistas en su propio continente. La formación de la Triple Alianza
(Alemania, Italia y el imperio Austro-Húngaro) y la Entente o Países Aliados (Inglaterra,
Francia y Rusia) mantuvieron tensas relaciones, hasta que a raíz del asesinato del
Archiduque de Austria (1914) se inició el primer conflicto armado de carácter mundial
del siglo XX. El Tratado de Versalles (1919) fue el acuerdo diplomático logrado al
finalizar la guerra para fijar nuevas fronteras territoriales en Europa, además de
severas exigencias a las naciones de la Triple Alianza para resarcir daños ocasionados
durante la guerra. Los acuerdos afectaron de manera significativa al bando derrotado.
Esta situación dejó un malestar en el sentimiento de los pueblos, especialmente en
Alemania. El sentimiento popular de rechazo hacia lo firmado en Versalles fue
generando movimientos nacionalistas.
Segunda Guerra Mundial
Se inició en 1939 con la invasión del corredor de Danzig (Polonia) por parte del
ejército alemán y culminó con el bombardeo nuclear efectuado en las ciudades
japonesas de Hiroshima y Nagasaki (1945). Los acuerdos desventajosos impuestos a
Alemania en el Tratado de Versalles favorecieron la formación de un sentimiento
nacionalista en el pueblo Alemán.
Adolf Hitler arribó al poder en 1933 y desarrolló una política nacionalista
orientada a recuperar el poder político, militar y territorial que había perdido Alemania
luego de la Primera Guerra Mundial.
En Alemania fue fundado el partido Nazi en 1919. Su principal líder Adolf Hitler
fue adquiriendo poder y en 1933 fue nombrado canciller de Alemania. Este líder
carismático constituyó una ideología totalitaria en sintonía con el fascismo italiano: el
Nazismo.
Entre las características del NAZISMO se encuentran:
La predestinación de los pueblos y la creencia que el pueblo alemán
representaba la raza aria.
La conducción del Estado por parte de minorías que representaban un nivel
superior frente al resto del pueblo.
Importancia de la disciplina y el orden para fomentar el crecimiento de la
nación.
Obediencia frente a la férrea tradición de la casta militar prusiana.
Desarrollo de una política expansionista que buscaba lograr la reintegración
del territorio alemán junto a sus colonias perdidas luego de la Primera Guerra
Mundial.
Rechazo a la ideología comunista que se había desarrollado en Rusia.
La discriminación racial antisemita.