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JESÚS AGUIRRE ANDRÉS

INGENIERO AGRÓNOMO

LAS ETIQ UE TAS


DE LOS ABONOS
(SEGUNDA EDI ^ ION)

rICIO DE PUBLICACIONES AGRfCOLAS

^ DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA • 1937


3171
SERVICIO DE PUBLICACIONES AGRICOLAS
DIRECC16N GENERAL 1^E AGRICULTURA

LAS ETIQUETAS
DE LOS ABONOS
POR

7ES^^TS AGUIRRE Y ANDRÉS


INGENIERO AGILONOMO

(SEGUNDA EDICIÓN)

MADRID - ^937

^. ^2^^1
Tipografla Artfstica - Alameda, i^. - Madrid.
La primera edición de Lns ETtQveTns nE Los Asotvos fué
publicada en 1934, con arreglo a la legislación entonces vigen-
te (Decreto de 19 de Noviembre de 1919).
I'osteriormente, se modificó ésta, eri virtud de otro Decre-
to de 28 de Febrero de 1935, cuya entrada en vigor, por lo
que se refiere a las etiquetas de los envases de los abohos,
sufrió diferentes prórrogas, hasta que por orden de 27 de
Enero de 1935, y mientras no se dicten nuevas disposiciones,
pueden seguir empleándose indefinidamente aquellas adapta-
das al Decreto de 1919 mencionado.
Tal suspensión y las numerosas demandas que se han
hecho a este Servicio de Lns ErtQVi;TAS ne Los AsoNOS nos
anima a publicar una segunda edición que sirva para satisfacer
las nuevas peticiones que se hagan de este trabajo.
(Nota del S. P. A.).
Las etíquetas de los abonos.
Un detalle de suma importancia en la compra de los abo-
nos es el examen de las etiquetas que Ilevan los sacos que los
contienen. ^I, por sí sólo, puede servir para desconfiar de una
mercancía.
Nuestra actual legislación sobre fertilizantes marca las
normas que deben guardar cuantos se dedican a su venta,
normas que con frecuencia no se cumplen por mala fe, igno-
rancia o negligencia.
Varias son las maneras con que se falta en las etiquetas
a la legislación sobre fertilizantes, buscando expresiones dudo-
sas que permitan a los vendedores defenderse en casos judi-
ciales, y sólo estando muy acostumbrado a su examen y te-
niendo muy presente aquélla, puede el agricultor darse cuenta
de las anomalías y defectos que muchas de ellas presentan.
Para facilitar esta labor, y a título de ejemplo, vamos a dar
a conocer diferentes etiquetas que no están dentro de la ley
marcando los defectos de que adolecen y haciendo un peque-
ño comentario de cada una, a fin de que puedan servir de en-
seflanza y prevenirse al efectuar la compra de los #ertilizantes.
No mencionaremos las Casas que las emplean, porque
nuestro propósito al trazar estas líneas no es el de fiscalizar
ni acusar, sino meramente divulgar entre nuestros lectores
este tema.
Aun cuando las etiquetas que insertamos, en su casi tota-
lidad son semejantes a otras conocidas y que conservamos
en nuestro poder, no son idénticas a ninguna de ellas; sin su-
primir, resaltar ni disminuir la falta que llevan, hemos varia-
do las cifras o los elementos fertilizantes, para que no pueda
-6-

darse por aludida ninguna Casa y quede con ello alejado todo
temor de persecución.
Indiquemos, por último, que sólo nos vamos a referir a los
elementos de ácido fosfórico, nitrógeno y potasa, pero debe-
mos advertir a nuestros lectores que, aun cumpliendo las eti-
quetas con todo lo legislado con respecto a dichas materias,
estén prevenidos contra las denominaciones más o menos
pómposas que como ^estimulantes>, ^activadores>, ^sulfo-in-
secticidas>, etc., se anuncian a veces en las etiquetas y que,
en la mayor parte de los casos, sólo sirven para encarecer las
mercancias sin ningún provecho.

..«

Las etiquetas de abono deben llevar, ante todo, la compo-


sición del mismo poniendo en letra el tanto por ciento que
contenga de cada elemento fertilixante.
A primera vista no tiene mucha importancia esta condi-
ción, pues parece suñciente que la riqueza viniese expresada
numérícamente, mas con ello se pretende que el agricultor
pueda rver> claramente la composición que garantiza el pro-
ducto, que si sólo estuviese expresada con números podría
dar lugar - sobre todo si están escritos a mano - a expresio-
nes confusas, tales como ceros que pareciesen seises, seises
que pareciesen ochos, etc.
Un incumplimiento de esta obligación se manifiesta en la
siguiente etiqueta:

SUPERFOSFATO DC CAL
con 10.20 por 100 de écido foefó-
rico soluble al agua y citrato.
-7-

en la que la riqueza sólo se expresa numéricamente y sepa-


rando por un punto las dos primeras cifras de las dos últimas,
con lo cual puede crearse al comprador la duda de si el abo-
no contiene una riqueza de diez unidades ;con veinte centési-
mas o si la riqueza oscila entre diez y veinte unidades. (Sobre
esta amplitud de límites insistiremos más adelante.)

...

Hemos indicado anteriormente que la riqueza debe venir


expresada en tanto por ciento; téngase muy presente esta'con-
dición para evitar fraudes como el que se indica en la siguien-
te etiqueta, pues aunque el producto tenga su composición de

8ULFATO AMÓNICO
con 20^21 por 1.000 (veinte a vein-
tinno por mil) de nitrógeno ama-
niacal.

acuerdo con lo que en ella se garantiza, se pretende en la mis-


ma sorprender la buena fe del labrador, dándole un fertili-
zante que tiene su riqueza diez veces menor a la que expresa
corrientemente el sullato amónico, fraude que se puede encu-
brir diciéndole escuetamente que le venden r sulfato amónico
con 20/21 de riqueza^.

...

Ordena ;nuestra legislacióh, y en ello es más condescen-


diente que la francesa, que las riquezas de los fertilizantes se
indicarán por das números que representen los llmites máxi-
mo y mtnimo del tanto por cie^ito correspondiente, pero no
se diferenciarán entre sf en más de urta unidad para el nitró-
-8-

geno y de dos unidades para el dcido fosfórlco y!a potasa, en


las primeras materlas. (La nación francesa sólo permite se ga-
rantice un límite mínimo.)
Así, pues, no debe admitirse ningún fertilizante garantiza-
do con ésta o parecida etiqueta:

ABONO POTÁSICO
Riqaeza garantizada: 40/50 por 100
(cuarenta a cincuenta por ciento)
de potasa (K,O), soluble al agua.

En ella se pone como límite má^imo el que corresponde a


un corriente y buen sulfato potásico, pero como mínimo el de
una sal potásica mucho más pobre en potasa, intencionada ex-
presión que «parece^ ante la Ley que tiene defensas, aunque
el producto sólo tenga de potasa un 40,01 por 100, y cumpla
con lo que se indica en la etiqueta.

*..

Los límites que se han señalado para garantizar la rique-


za de los elementos fertilizantes se reducen en los abonos
mezclados gue contengan más de! 3 por 100 y menos de! 5
por 100 de ácido josfórico, potasa o nitrógeno, la diferencia
entre las limites máximo y mtnimo no podrá exceder del 1
por 100.
Obsérvese en esta etiqueta un incumplimiento de dicha
disposición.
-9-

... ...........................................................................

ABONO COMPUESTO
8/10 (ocho a diez) por 100 de!^cido
fostórico, solnbie al agua y citra-
to - 315 (trea a cinco) por 100 de
potasa (K,O).

La falta de ella está en que la potasa viene garantizada en


dos unidades, cuando por ser su límite máximo e( cinco por
ciento sólo puede oscilar su riqueza en una unidad.
.^:
Todavía se reducen más los límítes de garantía permitidos
para cuando los abonos contengan menos de! tres por cienio
de un elemento fertilizante. En este caso sólo se podrán garan-
tizar con media unidad de oscilación entre sus Ilmites.
Insertamos a continuación un modelo de etiqueta que falta
a esta condición:

ABONO POSFO - POTÁSICO


6/8 por 100 (seis a ocho por ciento)
de ácido tosfórieo soluble sl agua
y citrato - 1,512,5 por 100 (uno y
medio a dos y medio por ciento)
de potasa anhidra.

Si bien la garantfa del ácido fosfórico cumple con 10 legis-


lado, no sucede lo mísmo respecto a la potasa, Ja cual por ser
menor del 3 por 100 no pueden diferir los límites garantizados
en una unidad como en ella sucede.
..^
- lo -
Cada uno de los elementos fertilizantes esenciales - nitró-
geno, ácido fosfórico y potasa - serán especiircados en la for-
ma siguiente: los abonos nitrogenados por su riqueza en ni-
trógeno amoniacat, nitrico, orgánico y total; los fosFatados
por el ácido fosfórico soluble al agua, al citrato, insoluble en
el agua y citrato pero soluble en los ácidos, y total; en los po-
tásicos en forma de potasa anhidra soluble en el agua y total.
Debe, pues, rechazarse toda materia fertilizan#e que Ileve
etiqueta que no cumpla con esta dispbsición, como sucede con
la siguiente:

SULFATO AMÓNiCO
con 20f21 ( veinte a veintiuno) por
100 de amoniaco.

Al garantizar esta etiqueta un veinte a veintiuno por ciento


de amontaco, se pretende engañar al comprador marcando laa
cifras con que se garantiza la riqueza del buen sulfato amó-
nico, que en ellas está expresada bajo forma de nitrógeno
amoniacal. No vamos a justificar ciefltíficamente el error, por-
que ello nos llevaría a exponer algunos cálculos que, aunque
sencillos, parecerían quitar a estas líneas el carácter de extre-
mada vulgarización. Diremos solamente que la riqueza que
garantiza la etiqueta expuésta corresponde a 16,4/17,3 por 100
de nitrógeno amoniacal, riqueza bastahte menor de la que
•aparentemente^ ^parece indícar.
..+
El nombre que se emplee para los abonos será siempre el
que corresponda a la materia vendida, y no a otro fertitixante
de mayor valor.
-il-

Sirva como ejemplo esta etiqueta, con la que se falta a la


ley, aun cuando el producto tenga la riqueza que garantiza:

^
_ ........................................................ ....................
NITRATO DE CflILE
1011 l( diez s once ) por 100 d
nitrbgeno nítrico.

Con ella se intenta vender como nitrato de Chile corriente


un fertilizante de menor riqueza que la que corresponde al ni-
trato que expende con garantía de 15/16 por 100 la República
chilena.
..t

A veces se engloban bajo denominación común productos


que se cotizan como verdaderos fertilizantes con otros cuya
venta no está autorizada como tales. He aquí una prueba de
ello:

CLORURO POTÁSICO Y SÓDICO


con garantta de 50 por 100 (cin-
cuenta por cícnto).

En esta etiqueta ni se indica la cantidad que contiene el


producto de cloruro potásico, ni, lo que es aún peor, se ga-
- 12 -

rantiza la potasa (K,O) soluble al agua que contiene, como


ob)iga la legislación para los abonos potásicos.

...

Citaremos también algunas condiciones particulares de


determinados fertilizantes, tales como las Escbrias Thomas.
Ordena la legislación que el 75 al $0 por 100 del ácido fosfó-
rico total que contengan las escorias de defosforación debe
ser soluble en el ácldo cltrico o en el cltrato amónico, según
Wagner, debieRdo, además pasar del ?5 al 85 por !00 del
producto por el tamlz señalado comercialmente con e! núme-
ro 100.
Toda mercancía que no cumpla con ambas condiciones,
enmascarando o suprimiendo alguna de ellas, como ocurre
con la siguiente etiqueta, debe rechazarse.

..........................................................................._.
ESCORIAS THOMAS
18^20 por 100 (dieciocho a veinte
por ciento) de dcido fosfOrico
totai. - Pnlverización extremada.

• s •

Interesa igualmente a vendedores y compradores de abo-


nos tener presente que la riqueza que garanticen las etiquetas,
para estar de acuerdo con la actual legislación, deben referir-
se al estado natural de humedad en que es entregada la par-
tida.
Exponemos a con#inuación una etiqueta que no cumple
con este requisito:
--13-

ABONO OROÁNICO
Riqaeu en materia seca: 6/8 (aeis
a ocho) por 100 de anhidrido fos-
fórico: 7(siete) por 100 dt nitró-
geao orgánico: 5^6 (ciaco a seis)
por 100 de potasa anóidra.

En ello se garantiza la riqueza en materia seca, y no en


el estado natural del producto.
Si el abono en su estado natural, en e( momento de la
venta, tuviese una humedad de un 20 por 100, la riqueza de
cada 100 kilogramos del mismo, es un quinto más baja que la
indicada en la etiqueta.
..«

A veces se falta de tal modo a la legislación de abonos,


que no se cumple con ninguno de sus artículos, 1legando a
venderse mercancías con tan solo estas indicaciones:

.................................^-----......................................
ABONO PARA CERBALBS
Riqttesa garanttzada.

Con tan absurda garantla, que muestra una desaprensión


intolerable, no debe adquirirse ningún fertilizante, y lo más
aconsejable es poner inmediatamente en conocimiento de la
Sección Agronómica de la provincia .la existencia de dicha
-14-

mercancía, a fin de que por el personal de la misma se tomen


las adecuadas medidas que eviten se extienda el sospechoso
abono, del cual su mismo fabricante es íncapaz de poner la
riqueza y que muestra de una manera clara y terminante hasta
qué punto se ha llegado a sorprender la buena fe de los agri-
cultores.
OTRAS PUBLICACIONES DEL AUTOR

Abonos (191 páginas, 34 grabados). - Volumen de la Biblio-


teca Agropecuaria «Fuentes de Riquezaa.-Madrid, 1933.
Accidn de aigunos fertilizantes en la primera fase de
desarrollo del trigo. -(En colaboración con J. Díaz
Muftoz).- «Boletín del Instituto Nacional de Investigacio-
nes Agronómicas^. Núm. 3. - Madrid, 1929.
Acción catalitica del ligníto coloidal. -(En colaboración
con G. Collado). -«Boletín del Instituto de Investigacio-
nes Agronómicas^.-N. S. Núm. 2, págs. 101-116, Sgra-
bados. - Madrid, 1935.
Análisis mecánico de tierras. Eetudio del método de
Wiegner y su aplicación a la escala de Kopecky
(46 páginas, 18 grabados). - Servicio de Publicaciones
Agrícolas. - Madrid, 1931.
Estudio critico de algunos métodos usados para la de-
terminación del pH. (23 páginas, 6 grabados). - Servi-
cio de Publicaciones Agrícolas. -- Madrid, 1928.
Esta obra, como todas las que edita el Servi-
cio de Publicaciones Agrícolas de la Dirección
General de Agricultura, es gratuita.
TIPOGRAFIA
AIAbtEDA, I2. - i^ifl6^ ^"Rlli

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