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TEXTO: ROM. 10.

13-15
TEMA: ENVIADOS PARA PROCLAMAR LA SALVACIÓN

INTRODUCCIÓN:
La relevancia de este texto es crucial para entender cómo usted llegó a ser
salvo de la ira de Dios, y de la culpa y dominio del pecado y alcanzó la
esperanza del gozo eterno en Dios. Es crucial para entender cómo sus hijos o
padres, hermanos o hermanas, vecinos o compañeros, o los pueblos que no
han sido alcanzados en el mundo serán salvos1

BOSQUEJO:

I ¿QUE DEBE HACER EL HOMBRE PARA SER SALVO?

Romanos 10:13 (RVR60) — 13 porque todo aquel que invocare el


nombre del Señor, será salvo.

A. Puesto que la mayoría de los judíos manifestaron un rechazo


enérgico frente a la verdad de que la gracia de Dios se pudiera
extender a los gentiles, tomaron la decisión consciente de rechazar
esta verdad.

Como eran el pueblo escogido y especial de Dios, creyeron que


también eran el único pueblo que Él había salvado.2

B. Tal como habían rechazado a Jesús y su enseñanza, rechazaron con


la misma vehemencia la enseñanza de Pablo, quien no solamente
afirmaba que Jesús era el Mesías, el Cristo, sino que Cristo lo había
designado para ser “instrumento escogido”.3

Hechos de los Apóstoles 9:15 (RVR60) — 15 El Señor le dijo: Ve,


porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en
presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

C. Dios siempre había estado llamando a los gentiles (todo aquel). De


hecho, la razón de existir de Israel era convertirse en un
testimonio para las naciones, Ex. 19.6 “un reino de sacerdotes, y
gente santa”, a fin de predicarle al resto del mundo la salvación que
hay en el Dios verdadero.4

D. Desde la eternidad y hasta la eternidad, el deseo de Dios es que


ningún ser humano perezca.5

1 Piper, J. (2012). Colección de sermones sobre Romanos de John Piper. Desiring God.

2 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 86). Portavoz.

3 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 86). Portavoz.

4 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 86). Portavoz.
2 Pedro 3:9 (RVR60) — 9 El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento.

E. Pablo sabía que el plan de Dios con el evangelio es que fuera


predicado primero “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta
lo último de la tierra” (Hch. 1:8), a fin de hacer “discípulos a todas las
naciones” (Mt. 28:19).

Pablo había testificado en Rom. 1.16 que “el evangelio… es poder


de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente,
y también al griego”.6

F. A medida que más y más judíos creían en Jesús y eran salvados,


muchos más se pusieron en su contra y con mayor fiereza en contra
de sus seguidores judíos. (Jn. 16:1–2).7

G. En el estado moderno de Israel, la mayoría de los judíos, incluyendo


muchos que no son religiosos, todavía sienten un fuerte
resentimiento y oposición hacia la obra misionera de los cristianos en
su país. 8

H. En el Antiguo Testamento, la frase invocar el nombre del Señor se


asociaba de manera especial con la adoración correcta que se rinde
al Dios verdadero.

Tenía connotaciones de adoración, culto, admiración y alabanza;


consistía en exaltar la majestad, poder y santidad de Dios 9

I. Invocar el nombre del Señor era una proclamación de fe en el


nombre del Dios único y verdadero, el Creador y Señor de todos los
hombres y todas las cosas.

Invocar el nombre de Jesús como Señor equivale a reconocer y


someterse a su deidad, su autoridad, su soberanía, su poder, su
majestad, su palabra y su gracia. Todo aquel, tanto judío como gentil,
que así lo haga, será salvo.10

5 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 87). Portavoz.

6 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 89). Portavoz.

7 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 89). Portavoz.

8 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 89). Portavoz.

9 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, p. 90). Portavoz.

10 MacArthur, J. (2010). Romanos (J. A. Bernal López, Trad.; Vol. 2, pp. 90-91). Portavoz.
II ¿QUÉ DEBE HACER LA IGLESIA PARA DAR A CONOCER LA
SALVACIÓN?

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo


creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien
les predique? 15ª ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?.........

A. No invocarán el nombre de Cristo si no confían primero en El. No


pueden confiar en El, si no han oído acerca de El. Para que oigan,
alguien tiene que anunciarles el mensaje. Para que alguien vaya a
proclamar este mensaje tiene que haber quienes les envíen 11

B. ¿cómo se puede oír la voz de Dios? ¿Cómo se pueden ver sus


manos extendidas? ¿Cómo se puede conocer su amor y paciencia?
La respuesta está en que Él envía mensajeros y les encomienda el
mensaje de la reconciliación (2da a los Corintios 5:19). Estos
mensajeros hablan diciendo: “…en nombre de Cristo os rogamos:
¡Reconciliaos con Dios!” (2da a los Corintios 5:20). Y las personas
escuchan el evangelio. Y en el evangelio escuchan a Cristo
llamándoles, invitándoles y atrayéndoles a él.12

C. Los mensajeros efectivos del evangelio son enviados por Dios.


Hablar en el nombre de Cristo no es un simple impulso humano. Dios
bendice a los mensajeros que envía.

Pero tenga cuidado no sea que se diga a sí mismo: «No soy un


enviado, así que no hablaré del evangelio».

Más bien diga: «Aquí estoy Señor, envíame. Envíame a un pueblo


que no haya sido alcanzado aún. Envíame a las otras provincias del
Ecuador. Envíame a donde sea, al otro lado de la calle donde está mi
suburbio que perece. Envíame más allá de esta oficina, envíame al
teléfono, envíame más allá de esta iglesia cuando finalice el
servicio»13

D. Sí, Dios nos envía y nos llama. Dios llamará a algunos de ustedes. Si
tiene a Cristo, experimentará este llamado. Por tanto, oremos para
que Dios nos llame más y más: «Señor, aquí estoy, envíame. Abre mi
boca para predicar el evangelio, para que muchos escuchen y crean,
te invoquen y sean salvos.14

11 Porter, R. (1987). Estudios Bıb́ licos ELA: Salvos por la fe (Romanos parte I) (p. 98). Ediciones
Las Américas, A. C.

12 Piper, J. (2012). Colección de sermones sobre Romanos de John Piper. Desiring God.

13 Piper, J. (2012). Colección de sermones sobre Romanos de John Piper. Desiring God.

14 Piper, J. (2012). Colección de sermones sobre Romanos de John Piper. Desiring God.
E. ¿Quiénes serán esos predicadores que Dios quiere enviar? ¿Serás
tu? ¿y si eres tu? Y ¿Si Dios te está llamando a ti? ¿Qué le
responderás?. Recuerda. La Salvación llega a la gente a través de
los predicadores que proclaman el evangelio.

F. El punto máximo en el argumento de Pablo en este pasaje es que es


indispensable un mensaje claro que suministre un entendimiento de
la verdad para que la gente se arrepienta de sus pecados y ponga su
fe en Jesús.

G. Pablo está pensando en el predicador. La referencia culminante al


predicador debidamente comisionado contiene una lección también
para él.

Jeremías 23:21–22 (RVR60) — 21 No envié yo aquellos profetas,


pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. 22 Pero si
ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras
a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la
maldad de sus obras.

Si el predicador está tratando de hacer con sinceridad y oración lo


que se menciona en el v. 22, De seguro que contará con el respaldo
y ayuda del Señor en su ministerio. 15.

H. ¿Qué quiere decir en realidad predicar? significa proclamar. La


predicación genuina significa entonces que el mensaje es algo vivo,
no aburrido; actual, no trillado.
Es la predicación fervorosa de las grandes nuevas iniciadas por Dios.
¡Nunca hay que permitir que se deteriore, para llegar a ser una
especulación abstracta sobre puntos de vista meramente inventados
por el hombre!

CONCLUSIÓN:
Un amigo le preguntó a Adoniran Judson:
—¿Fue la fe o el amor lo que le hizo ir a Birmania?
Judson contestó:
—En aquella época tenía muy poco de lo uno y de lo otro. Me acuerdo que
estaba desalentado. Todo parecía oscuro. Nadie había salido de nuestro país
como misionero. El camino no estaba claro y francamente no sabía qué hacer.
De repente me pareció llegar directamente a mi corazón desde el cielo, como
un
relámpago, la orden de Cristo: «Salid por todo el mundo y predicad el
Evangelio
a toda criatura». En aquel momento decidí seguir a Jesús a toda costa.

15 Hendriksen, W. (2006). Comentario al Nuevo Testamento: Romanos (p. 385). Libros Desafío.

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