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PRÓLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
EPILOGO
AMARGURA DE AMOR
R.J. ROMAN
SAGA
Propuesta indecente
Libro 26
ADVERTENCIA
R.J ROMAN
Copyright © 2020
PRÓLOGO
'Amor entre balas y ballet ' es el libro número 26 en la saga "una propuesta
indecente." Esta cuenta la historia de Bobby Norton y Félix (Vaslav
Barýshnikov)
Prólogo:
Félix sale huyendo de la casa del chico, cuando éste lo quiere convencer para
que regrese al ballet, haciendo su entrada triunfal en una gran competición
que se desarrollará en la más prestigiosa academia de ballet en Nueva York.
Obviamente Félix se niega a eso, pero Bobby lo amenaza con enviarlo a
prisión si no se accede a competir por el primer lugar en aquella
competencia.
“ESCONDIÉNDOSE”
Hacía un frío espeluznante y nevaba más que nunca en ese día, de seguro una
mala combinación para hacer planes futuristas. Ugh, Félix bebió de su
gaseosa con una mueca de preocupación, luego recibió la hamburguesa a
medio comer desde las manos de su amigo y finalmente le dio una gran
mordida. Un suspiro jadeante se escuchó a su lado, luego la voz de su
compañero de hazañas: "Jefe ¿Qué rayos vamos a hacer ahora? Ya llevamos
dos semanas huyendo de la policía con las identificaciones falsas, pero no
tengo idea hasta cuándo nos van a seguir buscando." Danny, un chico rubio
de facciones bien atractivas, se quejó de mala gana a su lado. El pelinegro
torció la boca. "No me digas jefe y ¡Uh! Estoy pensando, dame tiempo." Félix
contestó con voz seca, dándole otra mordida a la hamburguesa que ellos
compartían. Lo cierto era que Félix no tenía idea qué carajos iban a hacer. La
policía había desbaratado su banda de crimen organizado, llevándose casi
toda la mercancía que ellos trabajaban y también a los integrantes del grupo,
tras tomarlos a todos detenidos por tráfico de estupefacientes. Uff, si no
hubiera sido por el primo policía de Félix, ellos no habrían podido escapar de
la base. Frank les había advertido que se debían esconder, porque la policía
tercamente seguiría rastreando sus huellas hasta lograr su detención y
deportarlos hacia Ucrania. Big Johnson debía ser atrapado cueste lo que
cueste, de seguro un gran nombre criminal que ahora estaba pesando sobre
los hombros de Félix, al ser el jefe de esa desvanecida organización.
Cielos, había sido todo un drama pasar las fiestas escondidos como las ratas
en Denver, pero Félix sabía que ellos debían hacerlo, por lo menos hasta que
las aguas se calmaran con la policía. Ahora ellos estaban comiendo en un
lugar de comida rápida mientras trataban de pensar en algo. Danny se lamió
los labios y otra vez se volvió a quejar: "Jefe ¿Por qué no regresamos al
Ballet? Nuestras identificaciones originales están intactas, podemos regresar
y buscar ingreso en la academia de Kiev." Hizo una mueca al ver la expresión
de disgusto en la cara del chico de cabello oscuro. Era un buen teñido, ya que
su cabellera original era de color rubio blanquecino. "¿Estás loco? Dejé el
baile profesional en pausa, no regresaré a bailar nunca jamás en la vida. Sólo
lo hago de aficionado ahora y para concederte tus caprichos cuando quieres
practicar." Félix se quejó torciendo la boca en una fea mueca. El chico a su
lado se había venido con él a Norteamérica, Danny era su compañero de baile
en la academia y también su mejor amigo. El muchacho era su mano derecha,
tenía un año menos que él y de cierta manera era como un hermano, alguien
de confianza. Félix confiaba ciegamente en el chico. Ugh, aunque no le
gustaba cuando lo andaba llamando jefe. "Ya estoy corto de ideas, jefe ¿Qué
vamos a hacer? El alquiler del motel se tiene que terminar hoy, de lo
contrario nos arriesgamos a que nos descubran si permanecimos mucho
tiempo ahí." Danny se quejó con un suspiro cansado. Félix asintió, sabía que
ellos debían hacer algo, solamente que ahora su cerebro parecía estar en
estado de suspensión al no querer cooperar con algún tipo de reflexión.
Mierda. Félix exhaló. "Lo sé, déjame pensar." Susurró, llevándose las manos a
las sienes. El muchacho pelinegro mordió su labio, lo torció para un lado,
luego para el otro, pero nada venía a su mente. Ugh, Félix se sentó de lado,
miró hacia el frente y nada, ningún pensamiento vino a su mente, ni por más
difuso que fuera. Danny rodó los ojos a su maldita reflexión, se peinó el rubio
cabello con los dedos y agarró el periódico para rellenar el crucigrama que
venía en la parte de atrás.
∞∞∞
Danny mordió su labio inferior con fuerza, miró a Félix y éste rodó los ojos
antes de hablar: "Bien, puedes probar." Musitó con aires de derrota. El chico
sabía que Danny era un pesado, pero tenía una debilidad: Amaba a los niños y
a la gente necesitada. Obviamente si él hombre le decía eso, Danny no se iba
a negar. Félix llevó hacia un lado al muchacho rubio y le advirtió ciertas
cosas: “Viejo, el hombre es bastante convincente, no te vayas a interesar por
él ¿De acuerdo?” Le alzó una ceja. Danny arrugó la nariz frente a esas
palabras: “¿Qué mierda? No soy tan fácil como tú, jefe. Además, soy
pansexual, no me intereso en el físico o por como lucen las personas como tú
lo haces.” Se quejó, siseando la lengua. Félix frunció los labios, miró de
soslayo al chico famoso, quien los observaba de reojo, y posó sus ojos en
Danny otra vez para seguir con la charla: “Lo sé, pero igual te estoy
advirtiendo. Bien, me iré para que pruebes el trabajo.” Resopló haciendo una
mueca. El rubio enfrente de él asintió. “Nos vemos en la tarde, no hagas
locuras sin mí ¿Bueno?” Indicó con gran sonrisa. Félix asintió con un
movimiento de cabeza, miró al hombre unos centímetros alejados de ellos y
éste también asintió. Entonces sin más tener que decir, el muchacho
abandonó la casa del hombre para regresar al motel. Je, je pero primero
saldría a reducir algunos tranquilizantes para osos y después se iría para allá;
después de todo, hacer cosas ilegales era un gran pasatiempo, algo muy fácil
de practicar.
CAPITULO 2
“MONASTERIO”
El monasterio de San Benito, ese era el nombre del lugar que Félix escogió
para esconderse de la policía. Horas más tarde, Danny lo dejó en las puertas
del sitio, se despidió de un gran abrazo de él y prometió regresar disfrazado
de cualquier cosa para poder verlo. Félix lamió sus labios, dio un soplido y
caminó hacia el interior del monasterio. Al llegar a la gran puerta principal,
un hombre vestido de túnicas color marrón, le dio la bienvenida: "Bienvenido,
¿En qué lo puedo ayudar?" Dijo con gran sonrisa, mirando de reojo la maleta
que Félix dejó a su lado. El pelinegro esbozó una gran sonrisa, su hora de
actuar había llegado y se le daba la actuación. "Muy buenas tardes, me
invitaron a unirme al monasterio. Sentí el llamado de Dios y decidí hacerlo."
Le acercó un folleto que había recogido a las afueras del local de comida
rápida, en el que ese sacerdote estuvo repartiéndolos. El hombre parpadeó en
asombro, observando la sonrisa del chico. "Estoy bastante sorprendido, pero
este folleto es para donaciones y caridad. No es para reclutar novicios."
Murmuró con perplejidad. Félix asintió. "Lo sé, pero apenas vi el folleto sentí
una luz dentro de mí, padre. Estoy decidido a convertirme en un sacerdote,
por favor no me quite la bendición." Expuso con voz compungida. "¿Con quién
debería hablar para la incorporación?" Continuó con gran determinación. El
hombre lucía perdido, bastante asombrado y muy conmovido. Ugh, Félix le
pidió perdón al de arriba por hacer esta clase de cosas, pero tenía que
esconderse hasta que el peligro con la policía se disipara. El hombre de túnica
le restregó el cabello, dándole un gran masaje. "Estoy muy sorprendido, ¿Cuál
es tu nombre, hijo?" Preguntó con expectación. El chico se presentó de buena
manera, tratando de generar una sensible introducción de su persona.
"Mucho gusto, soy Félix y tengo veinticinco años. Me gustaría conocer
muchos pasajes de la biblia y esparcir el espíritu de evangelización por todo
el mundo." Señaló con bastante entusiasmo. Dios, sólo era una mentirilla
piadosa. Félix le prometió al de arriba que sería bueno si lo ayudaba en esta
ocasión con el hombre.
Ugh, por el bien de su maestro, Félix no lo buscó. Eso le dolió, pero hubiera
sido cotilleo para la prensa y podría haber complicado el futuro de su
maestro, así que por el bien del hombre, Félix decidió tomar otro rumbo,
viajando a tierras extranjeras. Uff, Félix soltó un suspiró, recordar el pasado
siempre le resultaba un poco tormentoso, pero nada como un buen tequila
para sobrellevar los malos momentos, así que el chico sacó la pequeña
cantimplora que cargaba en su bolso de mano y bebió un poco como si de
agua se tratara. Estaba en eso, cuando el religioso finalmente regresó por él.
"¡Hey!" El hombre chilló con un gesto, entonces Félix se levantó del asiento y
se acercó hacia el religioso. "¿Me llamaba, padre?" Dijo con gran sonrisa,
deseando que el hombre no olfateara su aliento. Je, je. El padre asintió con la
cabeza. "Estás aceptado, hablé muy bien de tu entusiasmo por la
congregación y el padre superior decidió aceptar tu ingreso." Sonrió, dándole
una palmadita en la espalda. "Ahora te llevaré con el hermano Taylor, quien
es un novicio como tú. Te mostrará el lugar y tu claustro." Continuó
hablándole, mientras se adentraba con él hacia el interior del lugar. Después
de un rato, Félix se lamió los labios cuando el padre Roth lo dejó con el
novicio en cuestión. El chico era, um... Cómo explicarlo, ugh nerd. Cielos, le
hablaba de Dios en cada momento y le mostró cada rincón del lugar como si
el sitio fuera un gran monumento o un edificio de lujo. Ugh, bien quizás el
mocoso, dos años menor que él y de nariz picuda, en verdad era un fiel
servidor, cosa que Félix obviamente no era, pero joder ¿Tenía que ser tan
aburrido? Cielos, Félix ya estaba preparándose mentalmente para lo que iba a
ser su vida en aquel convento. Mierda, estos dos meses de seguro iban a ser
un gran infierno para él, lo que para muchos sería todo un paraíso. Ugh, el
muchacho ya se estaba arrepintiendo de haber ingresado al monasterio y eso
que llevaba sólo horas ahí. Definitivamente debió haberse ido con Danny,
conquistar al alfarero guapo y revolcarse con él. Dios, ¿Qué estaría haciendo
Danny ahora? Uh, era mejor no pensar en eso.
Félix suspiró al ver su futuro claustro, el chico le había explicado las reglas de
su 'celda' y también le advirtió de los horarios en que la energía se terminaba.
Rayos, el lugar parecía una maldita prisión y a eso de las nueve de la noche,
Félix se encontró empacando su ropa de calle, la cual de paso no iba a poder
usar, bajo la luz del único candelabro con tres velas que tenía a mano. Oh
cielos, gracias Dios por el refugio concedido. Rayos. "Así que estos serán mis
atuendos de ahora en adelante." Dijo en voz alta, mientras observaba las
túnicas en color marrón. "Por dos meses." Continuó con voz seca. Félix
exhaló, luego agarró el crucifijo se lo colgó en el cuello y dejó la biblia que le
entregaron, en la pequeña mesita de noche en el centro de las dos camas. Al
parecer, no iba a tener un compañero de celda, ya que los ingresos de nuevos
novicios no eran muy populares ahí, así que Félix deseó muy mal que nadie
llegara a invadir la privacidad de su habitación. Dios, ya iba a ser duro tener
que fingir ser un buen cristiano afuera de su dormitorio, para tener que
soportar en su propio cuarto a un novicio deseoso de compartir oraciones y
rezos como aquel novicio que le hizo la presentación del lugar, de quien Félix
ya había olvidado el nombre. Rayos, eso demostraba el nulo interés que sentía
por el sitio; pero en cierto sentido, sería mejor que se aclimatara rápido para
no elevar las sospechas de nadie. Muy bien, entonces Félix iba a fingir con
maestría ser un novicio deseoso de aprender temas de fe, para luego llegar a
ser un gran sacerdote al servicio de los feligreses más fervientes. Ugh de
seguro los primeros días iban a ser duros, pero al final del camino, todo traía
su recompensa y eso era esperar el contacto del primo Frank, para hablar el
tema de la eliminación de su feo historial. Mierda, todo era bien pellizcado,
pero de seguro todo iba a andar bien, nada podría salir mal ¿Verdad?
CAPITULO 3
“¡OH DIOS!
¡Diablos! El monasterio era una puta cárcel, es que no había más definición
en la RAE para eso. Dios y todos los santos juntos, ¡Era una puta prisión! Ugh,
ellos no lo dejaban salir del monasterio, no le permitían beber, ver televisión,
fumar, tampoco comer comidas abundantes, le hacían ayunar en cadenas de
oraciones y no le permitían tener visitas. Félix no podía estar más arrepentido
de haber elegido ese lugar para esconderse de la policía. Uff, si no fuera por
las cosas que Danny le infiltraba de forma ilegal, de seguro él se moriría del
aburrimiento. El chico tuvo que hacerse pasar por un jardinero voluntario,
quien se ofreció a cuidar de los árboles y las plantas del lugar como especie
de caridad, pero sólo los domingos. Obviamente eso era porque el único día
libre que Danny tenía era el domingo, pero al parecer los sacerdotes del
monasterio le creyeron todo y no le hicieron ningún impedimento a su
ingreso. Ah cielos, ahora mismo Félix estaba comiendo como loco unas
especies de gomitas sabor a fresa, junto a unos chocolates y un perro
caliente. Todo detrás de un gran árbol, el cual a veces usaba para fumar.
"Esto es fabuloso, dame más soda." Demandó con gran sonrisa. Ugh, Danny le
entregó la lata de refresco que le había traído al jefe, pero ahora estaba
reflexionando un poco en que quizás había sido mala idea traerle tanta
comida. "Jefe, no se meta todo de una sola vez. Cielos, eso es asqueroso y
vomitaré del disgusto." Se quejó llevándose la mano a la boca. Félix sacudió la
cabeza y le hizo un gesto con el dedo. "Shh, déjame disfrutar los placeres de
la gula, mira que aquí es considerado un pecado mortal. Cielos esto está tan
sabroso, Danny." Expresó con alegría, mientras devoraba la comida.
El chico rubio, se levantó del césped y agarró una herramienta para picar
tierra, entonces se puso a preparar el sitio para liberarlo de posibles malezas.
"¡Deja el puto rastrillo y contesta la pregunta!" Félix se levantó también y se
cruzó de brazos al hablar. Danny le contestó ejecutando la tarea, sin mirarlo.
Joder. "No sé de qué mierda hablas, Darian es mi jefe y eso es todo."
Murmuró con orejas rojas. Si claro, un jefe. Félix torció la boca. Uh, para la
mala suerte de Danny, el muchacho era bastante celoso, ya sea con un
conocido, amigos, familia, un novio, etcétera. "¿Entonces por qué rayos no le
llamas jefe? Además estás horriblemente rojo y te ves estúpido haciéndolo.
Exijo una explicación, ¿Qué sucede aquí?" Gruñó de mala gana. "Nada, ya te
dije." Danny respondió con una mordida de labio. Félix arrugó la nariz, no le
estaba gustando nada ver el comportamiento nervioso del chico frente a él.
Mierda, algo raro estaba pasando entre ellos, dos meses era bastante tiempo
para formar algún tipo de relación, sobre todo si ellos se encontraban solos en
una casa cuidando de un niño. Sin embargo, había un problemita ahí: El viejo
estaba casado y tenía una esposa moribunda en el hospital. "Danny," el
pelinegro exhaló. "No quiero ser pesado, pero tú eres mío, me lo prometiste."
Hizo una pausa y prosiguió: "Cabe destacar que el hombre tiene un hijo y una
esposa, moribunda, pero de seguro va a despertar." Espetó a brazos cruzados.
Danny se quedó en silencio un momento, al rato le contestó: "No pasa nada y
ahora me debo ir, porque le prometí a Colin cenar todos juntos." Susurró
entre dientes.
Diablos, las cosas estaban tornándose extrañas con Danny. Félix no quería
pensar mal, pero de un tiempo a esta parte, el chico comenzó a llamar a su
jefe por su nombre, luego a irse más temprano para alcanzar a cenar con ellos
y hasta había puesto de fondo de pantalla en su celular una fotografía del
niño. Ugh, Félix no deseaba pensar mal, en serio que no pretendía eso, pero
la situación era extraña con ellos. Su amigo se parecía a la esposa del tipo,
aparentemente una versión mejorada de hombre, ya que Danny era por lejos
más atractivo y su cabello coloreaba en tonos rubios, pero tenía un aura a esa
mujer, algo así como cuando las personas se parecían a los hermanos o
hermanas. Ugh, no era por ser mal pensado, pero Félix tenía el mal
presentimiento que el hombre estaba usando a Danny como un clavo temporal
hasta que su esposa despertara, cosa que era muy mala porque cuando la
vieja regresara a la casa Danny iba a salir de ahí patitas para la calle, en los
escenarios más terribles... Lastimado. Ah joder, ¿Dónde rayos estaría Frank?
Ellos le llamaron, pero su primo no les contestó el puto teléfono. Mierda, de
seguro estaba ejecutando esa misión extraña que le comentó semanas atrás.
Ah rayos, Félix necesitaba sacar rápido a Danny de esa casa, salir de ese
jodido monasterio cuanto antes y largarse a otro sitio para estar otra vez a
solas con su amigo. Danny le había prometido seguirle a dónde sea, así que si
había llegado a desarrollar cosas extrañas por ese alfarero famoso, el tiempo
le iba a ayudar a olvidar esos malditos sentimientos. El tiempo siempre
ayudaba, eso sucedió con él y sinceramente desde que lo hizo, no se juntó con
nadie más. Obviamente todos los chicos que tuvo después de eso, fueron
simplemente alguien de una sola noche, dos como máximo si ellos eran
bastante apuestos, pero después de eso nada, hasta nunca y no me acuerdo
de ti.
Feliz apretó los labios, ugh al parecer su salida de aquel sitio se iba a demorar
un poco. Rayos, solo quería salir para ver el mundo exterior, pero
aparentemente su idea de ir por comida chatarra iba a tener que esperar.
∞∞∞
Félix suspiró, diablos no tenía para nada sueño, eran recién las diez de la
noche y él era un animal nocturno, nunca se quedaba dormido después de las
doce y eso que se levantaba ultra temprano, pero su cuerpo estaba tan
acostumbrado a trasnochar que difícilmente se iba a aclimatar tan rápido a
dormirse a las nueve de la noche como los demás novicios. Sin embargo, esa
noche su preocupación se elevó un poco, porque el hermano Patrick llegó a su
celda. Mierda. "¿Sucede algo hermano Patrick?" Preguntó con voz inocente,
tratando de evitar pensar que ellos lo habían descubierto, porque
sinceramente no había dado ningún paso en falso. El hombre sacudió la
cabeza antes de contestar: "Discúlpame por la hora, sé que usted estaba
dormido. Sin embargo, la ocasión amerita." Dejó una almohada, sobre la cama
al lado de la suya. Félix mordió su labio inferior con fuerza, casi adivinando lo
que ahí pasaba. El religioso dejó unas mantas y le sonrió al darse la vuelta.
"Tendrás un compañero de celda, está enfermo; así que por favor cuida de él,
hermano Félix." Dijo sonriente.
¡Ah joder! Félix asintió con una sonrisa, pero por dentro estaba que se lo
llevaba el demonio. Ugh, no quería tener compañero de claustro, menos ser la
niñera de nadie. "¿Qué es lo que tiene?" Preguntó mirándolo con curiosidad.
Bueno, había que fingir. El religioso se restregó la mejilla. "No nos dieron
muchos detalles, pero se nos indicó que iba a dormir toda la noche y quizás
todo el día de mañana. Debe seguir una dieta blanda por un par de días."
Comentó, informándole todo lo que sabía. Félix asintió, por lo menos iba a
tener tiempo de prepararse mentalmente antes de que el chico despertara. Lo
que le faltaba, una persona dentro de su celda. Ugh, gracias Dios. “¿Cuándo
llega? Digo, para esperarlo despierto.” Félix dijo con gran sonrisa fingida. “En
diez minutos.” El hombre respondió y le restregó el cabello. “Regreso
enseguida. Muchas gracias por tu cooperación hermano Félix.” Salió de la
celda, dándole con eso espacio al muchacho para que gritara sobre la
almohada. “Mierda, ahora voy a tener que fingir todo el puto jodido tiempo.”
Murmuró en voz alta. Félix chilló otra vez, hundió la cara en la almohada y
arrugó la nariz. “Puto infierno.” Espeto mirando al cielo. “¿Me estás
castigando, verdad Dios?” Soltó una risita. “Bien, me lo merezco. Supongo.”
Indicó con derrota. Luego de eso, Félix se acomodó las ropas de inmediato
¡Uh! Las voces de los religiosos se escucharon y justamente ellos entraron
con el nuevo inquilino. “Con cuidado hermano Patrick, vamos a dejarlo
suavemente en la cama.” El padre Roth dio indicaciones.
“NUEVO INQUILINO”
Félix apretó los labios, luego arrojó el veneno: "¿Qué carajos? Te dije que no
te involucraras con ese hombre viejo, casado y con hijos ¿Estás demente?
Danny ¿Qué rayos estás haciendo, mintiéndome a las siete de la mañana?"
Mordió su labio inferior del puro coraje. Del otro lado de la línea sólo hubo
silencio, luego la interrupción sepulcral de todo sonido. Uff, Félix dio un
soplido. "Danny, ¿Me quieres contar algo?" Susurró con un silbido. Una
respiración arrastrada se escuchó al teléfono, luego un murmullo. "Habla más
alto, no escucho." Félix demandó con voz pausada. "No es viejo y en serio
estoy en el taller de Darian, no es mentira." Danny repitió con voz clara esta
vez. El muchacho vestido con ropas de novicio exhaló antes de hablar: "Bien,
te creo. Ahora cuéntame qué rayos fue eso, el hombre me dijo que dormían
juntos." Se acomodó el cabello con los dedos. Danny suspiró cansado. "Nos
quedamos trabajando toda la noche, me debí haber quedado dormido en
algún momento y desperté a su lado con tus gritos. Es todo, no hay más que
contar." Señaló con voz baja. Félix apretó los labios, respiró y siguió la charla:
"Suena como que te molestara que no sucedió nada. En fin, ¿Por qué rayos
estabas trabajando con él? Se supone que sólo ibas a cuidar al pendejo." Soltó
un soplido. Danny hizo un clic con la lengua antes de hablar: "No le hables así
a Colin." Resopló. "Darian está atrasado con una exhibición que será en unos
días, le estoy ayudando ya que su asistente se enfermó de gripe. Así que no te
podré ir a visitar, porque te aviso que nos vamos juntos a Nueva York por
aproximadamente tres semanas." Continuó. Un silencio muerto se creó en la
línea. Danny mordió su labio inferior con fuerza cuando Félix le echó unas
groserías al teléfono, jadeó con dificultad cuando el calibre de maldiciones
siguió su curso y habló cuando el chico se quedó sin voz: "Jefe, sólo serán
unas semanas. Me voy a cuidar de la policía, además él me necesita no lo
puedo dejar solo con Colin. Mi ardillita no se quiere quedar con nadie más
que no sea yo, tampoco se quiere separar de su papá y por tal cosa Darian se
vio obligado a llevarnos a la exhibición." Su voz fue pausada, aunque el chico
sabía que el jefe estaba enojado. "¿Acaso eres su esposa?" Félix discutió con
voz seca. Danny se quedó en silencio.
∞∞∞
Félix dejó la biblia a un lado esa noche, ugh estaba tratando de memorizar el
Génesis para que el padre Roth le permitiera salir del monasterio, sin
embargo su lectura quedó inconclusa cuando el policía se comenzó a
despertar. El chico se quitó la gota de sudor que corría por su frente,
entonces Félix se acercó de inmediato para ver si necesitaba algo, ya que su
semblante de fantasma asustaba un poco y de todos modos el chico era amigo
de Frank. "No te levantes." Le habló con voz suave. "¿Cómo te sientes
hermano Mark?" Preguntó sonriente, en una manera de provocar una buena
primera impresión. El chico no le hizo caso, se levantó de la cama de todos
modos y sufrió un mareo, entonces Félix llegó rápidamente a su lado.
"Cálmate, has estado durmiendo desde que llegaste. Te daré un poco de
agua." Dijo con nervios, acercándole un vaso con agua que sacó de una
pequeña mesa de noche en el centro de ambas camas. Ugh, el hombre se iba
a morir sin decirle nada antes. Rayos. "¿Dónde estoy?" El policía averiguó,
mientras bebía del vaso de agua. Félix le echó un vistazo a su complexión, el
hombre se veía lamentable, estaba flacucho, pálido como el papel y lucía
perdido. No estaba fingiendo. "Te encuentras en Colorado, en el monasterio
de San Benito. Es un placer compartir mi claustro contigo. Soy el hermano
Félix, mucho gusto." Sonrió viéndolo tragar con dureza. "¿Qué cosa? ¿Un
monasterio?" El policía parpadeó en asombro. Félix supuso que algo raro
había sucedido, pero por el momento iba a seguir actuando hasta saber un
poco más sobre aquella situación. "Tu padre te vino a dejar hace un día, dijo
que habías estado en ayuno por varios días, así que debían alimentarte con
una dieta especial los primeros días de tu instancia aquí." Le informó con
gran sonrisa. "¿Sucede algo?" Preguntó curioso al notar la expresión extraña
en el policía.
Mark dio un soplido. "¿Desde cuándo que estás aquí?" Averiguó curioso
ahora. Félix se sentó en la cama y le contó su tragedia. "Dos putos meses.
Viejo, es una prisión aquí, es imposible escapar." Se quejó sonriente. "¿Es
guapo tu novio? ¿Qué edad tienes?" Curioseó con agrado. El policía no se veía
antipático, de haberlo sabido antes, le hubiera dicho a Frank que los
presentara. El chico suspiró antes de contestar: "Tengo veintisiete y John es
muy apuesto." Murmuró con una sonrisa. "Debo salir de aquí, él me debe
estar buscando." Señaló mordiéndose el labio inferior. Félix se lamió los
labios. "Suerte con eso hermano mayor, de aquí no vas a salir si no es en un
cajón. Ellos actúan como unos verdaderos policías, la mayoría del tiempo la
pasas estudiando y a las nueve de la noche ya estás acostado. Ugh, estoy ultra
aburrido, ¿Tendrás cigarros por ahí?" Preguntó con curiosidad, dándose
cuenta que la llegada del policía era inofensiva. Rayos, ambos estaban
encerrados ahí. Félix exhaló. "Te ves pésimo, ¿Quieres comer algo?" Lo miró
con empatía al acabar la pregunta. Después de todo el chico se veía
atribulado. Mark resopló y suspiró profundo. "Vamos a tener que ver cómo le
hacemos para salir de aquí, Félix. No me quedaré tranquilo hasta que salga
de este lugar." Dijo con mucha seguridad. Woah, Félix sonrió amplio. "De
acuerdo, pero te aconsejo actuar moderado la primera semana. Yo no lo hice y
como resultado de eso, me la pasé encerrado en mi claustro rezándole a
Dios." Indicó con gran sonrisa. "Lindo crucifijo, ¿Te gusta el mío? Es blanco
con marrón." Bromeó jugando con el crucifijo colgado en su cuello. Mark soltó
una risita, el chico era bastante agradable. "Veo que sabes el conducto
regular, supongo que vas a querer algo por requerir de tus servicios,
¿Verdad?" Preguntó con gran sonrisa. Félix asintió. Dios santo, al fin la suerte
estaba de su lado, ¡Joder! Iba a estar demasiado a salvo si se escondía en la
casa del policía, mientras todos lo buscaban allá afuera. Je, fue buena idea
disfrazar su identidad como Big Johnson, ya que nadie conocía cómo
exactamente lucía. "Sólo llévame contigo y cooperaré en todo para salir de
este maldito claustro." Expresó con gran sonrisa. El policía aceptó y sacudió
la mano con el muchacho. "Es un trato entonces." Espetó mirándolo a los ojos.
"Trato hecho." Félix apretó su mano y continuó: "¿Quieres comer algo ahora?"
Mark asintió, entonces el pelinegro lo ayudó a recostarse y salió de la
habitación para buscarle comida. Su plan de aliarse con el policía era
perfecto, nada podía salir mal de eso.
CAPITULO 5
“RESCATE”
Como era de costumbre, Danny caminó hacia las puertas del lugar, saludó al
religioso que lo dejó entrar y caminó hacia el interior del sitio para ir a la
bodega a cambiarse ropa. Una vez que se puso el traje de trabajo, se fue con
las herramientas en dirección hacia el gran rosal que estaba cuidando. Para
ser solo un aficionado en términos de jardinería, Danny estaba bien contento
con la labor que había logrado, las rosas estaban bastante lindas y el color
blanco resaltaba a simple vista. El muchacho rubio comenzó a regar las flores
por mientras que esperaba a Félix, de todos modos el jefe siempre llegaba de
inmediato apenas lo divisaba en el jardín y esta vez no fue la excepción, pero
en esta ocasión no venía solo, sino que acompañado. "Hey Junior ¡Hola!" Félix
le gritó desde la distancia, acercándose en la compañía del policía. "Hola,
estaba regando las rosas." Danny contestó dejando la regadera a un lado.
Luego sus ojos se posaron amablemente en el chico de cabello castaño. "Hola,
soy Junior, el jardinero del lugar." Se presentó con gran dote actoral. Mark
asintió con una sonrisa y también se presentó: "Mucho gusto, Soy Mark."
Agarró la mano del chico para sacudirla en un saludo. "Félix ya me habló de
ti, dice que le traes cosas." Dijo con una sonrisa. Danny se echó a reír y le
entregó la cajetilla de cigarrillos al muchacho en cuestión. "Así es, me
compadezco de su encierro." Murmuró con amabilidad mientras ambos veían
como Félix besaba la caja de cigarrillos. "¡Viejo eres lo máximo!" Éste
exclamó con ojos llenos de júbilo. Danny sonrió, luego regresó la mirada a
Mark. "¿Necesitas algo? Tal vez llamar a alguien, comer alguna cosa o quizás
escuchar música por un rato. En serio pide lo que sea, me gusta ayudar."
Ofreció con disposición.
Mark lamió sus labios, aunque quisiera llamar a John no se sabía el número
del chico de memoria, tampoco el de Frank o el de Brat. "Por el momento
nada, pero gracias. No me sé ningún teléfono de memoria, creo que
comenzaré a memorizarlo de ahora en adelante." Se echó a reír con gracia.
Félix soltó una risita y los agarró a ambos del brazo. "Vamos a fumar atrás del
árbol, estoy sediento por uno de ellos justo ahora." Indicó con mucho
entusiasmo. "Yo paso a eso." Mark señaló con una sonrisita, pero de todas
formas fue arrastrado a la parte de atrás del árbol.
∞∞∞
Horas más tarde, Félix fue llevado por Mark hacia el interior de su claustro.
El muchacho no entendió mucho qué rayos le quería decir, pero lo siguió de
todas formas hasta quedar a solas con el chico en la celda. "¿Qué pasa?"
Preguntó al no soportar más la curiosidad. El joven policía le sonrió de oreja a
oreja. "¡Hoy nos vamos, John me vino a rescatar!" Chilló de la emoción. Félix
parpadeó asombrado con la noticia. Cielos, había sido un alivio que se alcanzó
a despedir de Danny, obviamente por mientras que se volvieran a reunir otra
vez. "¿Y dónde está el chico?" Curioseó sentándose en la cama para brindarle
más atención al muchacho sonriente, quien también hizo lo mismo. Mark
sonrió amplio. "Se infiltró sin que nadie lo viera, me dijo que Bobby nos va a
ayudar con la protección de la policía estatal. Así que nadie nos va a impedir
salir de aquí, ¿No es eso genial?" Murmuró, lanzándose hacia él para darle un
gran abrazo. Félix asintió, pero ni idea quién era ese chico, así que le tocó
preguntar al respecto. "¿Bobby?" Dijo, despegándose del policía. Mark lo soltó
y soltó una risita. "Perdona, no expliqué bien. Es por la emoción." Se sentó
bien en la cama y sonrió amplio al continuar. "Es el jefe de policía de todo el
estado de Nueva York. El hombre nos debía una, así que John me dijo que
Bobby habló con el jefe del estado del Colorado y ellos no nos dirán nada
después de habernos escapado a la mala de aquí." Susurró lo último con voz
baja.
Félix asintió con determinación, ahora en adelante tendría que ser más
cuidadoso, ugh a ver que resultaba de eso. Cielos, se iba a esconder en la
casa del jefe de policía de todo un condado. Mierda, su desfachatez no tenía
límites, seguro que no. Sin embargo, Danny le ganaba en eso, al interesarse
en chicos maduros, casados y con hijos. Rayos, definitivamente su amigo
estaba jodido.
CAPITULO 6
“ALGUIEN INTERESANTE”
"Date prisa, los chicos nos están esperando en el automóvil." Mark tiró de la
mano de Frank, para correr hacia el auto estacionado unas cuantas millas de
distancia más adelante de la localización del monasterio. "Hace frío, dame un
respiro." Félix se quejó mientras corría por el camino de tierra. El lugar
estaba ubicado en una parte de campo, así que el camino no estaba
pavimentado. Mark se soltó de la mano de Félix cuando John salió del auto
para ir por él, Félix observó a la parejita del año y caminó lentamente hacia
ellos. "¡Ejem!" Se aclaró la garganta para que se dejaran de besuquear. Mark
los presentó: "John, él es Félix. Ya te había contado de él." Habló con gran
sonrisa. El chico llamado John saludó a Félix y fue bastante amable, al
parecer Mark le había contado sobre su historia inventada. "Mucho gusto,
gracias por cuidar de Mark. Soy John." Se presentó dándole un apretón de
manos. "Félix, es un placer." El chico indicó con una amable sonrisa. Luego
sus ojos se desviaron al hombre en el interior del automóvil, para ser exacto
al volante. "¡Dense prisa!" Éste gritó sacando la cabeza por la ventana del
carro. Mark asintió y miró a Félix, quien siguió a los chicos hasta subirse al
automóvil.
"Gracias por la ayuda, Bobby." Mark murmuró con una risita. El chico puso el
motor del auto en marcha. "No es nada, ahora pónganse los cinturones que no
quiero cometer más infracciones en un día." Espetó mirando de reojo a Félix,
quien se sentó a su lado, en una manera de brindarles más espacio a los
chicos en la parte trasera del automóvil. "Hola, me llamo Félix ¿Y tú?" El
muchacho se presentó frente al chico, ugh bastante atractivo por lo demás. El
hombre lo miró de reojo y luego a Mark. "¿Éste es el novicio entonces?"
Espetó mirándolo asentir. Félix soltó una risita antes de hablar: "Seré bueno,
ni siquiera sabrás que estoy en tu casa, viejo." Félix habló con picardía. El
policía guapo lo miró de arriba abajo. "¿Qué edad tienes? ¿No eres menor de
edad, verdad?" Dijo con voz picante. Ugh, al parecer no estaba muy contento
de prestarle techo. El pelinegro lamió sus labios, los chicos difíciles
raramente lo prendían. Je-je, a ver qué pasaba con ese policía en jefe, de
seguro lo podría molestar. Diablos, a Félix se le hizo agua la boca, molestar a
chicos pesados era su hobby favorito. "Veinticinco, soy legal." Respondió con
un guiño coqueto. Bobby rodó los ojos, dándole auge a las risas de Mark en la
parte trasera del automóvil. "Sólo preguntaba porque luces como un pendejo.
¡Ya deja de reír Mark!" Gruñó entre dientes. John chasqueó la lengua. "Ya
deja de ladrar y sácanos de aquí." Demandó con el entrecejo fruncido. Bobby
apretó los labios, pero finalmente obedeció, llevando el coche fuera de aquel
monasterio. Félix se apoyó en el respaldo del auto analizando sus planes, todo
estaba saliendo de acuerdo a lo pensado, ahora sólo tenía que encontrar el
momento adecuado para llamar a Danny.
El viaje fue corto hasta el aeropuerto, sin embargo Félix parpadeó cuando el
policía apuesto le pidió sus documentos. "Entrégame el pasaporte, nos iremos
en mi jet privado, pero de todas formas necesito registrarlos." Bobby espetó,
extendiendo el brazo hacia Félix. Ya tenía los documentos de John y Mark en
la mano. El pelinegro sacudió la cabeza de lado a lado, no se podía permitir
que ellos descubrieran su verdadera identidad. Dios, eso sería peligroso. "Yo
haré mi trámite, no quiero entregarte mi documento ¿Y si me arrojas una
maldición? No gracias, viejo." Susurró con recelo, mirándolo a los ojos. El
chico arrugó la nariz. "¿Es broma?" Bobby lo analizó con la mirada. Ugh, Félix
tragó saliva, los chicos atractivos siempre le movían el piso y éste tipo era
bien apuesto. Joder, concentración, el hombre era un policía, no debía flirtear
con un poli en jefe. "No es joda." Murmuró mirándolo a los ojos color avellana.
"¿Estás escondiendo algo pequeño novicio?" Bobby dio un paso adelante y lo
miró de cerca. Ugh Félix se quedó quieto. "¿Eres ucraniano, verdad?" Dijo con
cierto brillo en los ojos. Félix tragó saliva, era imposible que ellos no
descubrieran su acento, si este era bien marcado como el de Danny, pero
tampoco podían averiguar exactamente de qué país venía. "No, ¿Por qué
preguntas?" Respondió con la garganta seca. El chico frente a Félix sonrió al
refutar. "No deberías mentirme, conozco muy bien tu idioma. Por algo te pedí
el pasaporte." Se acercó a su cara y le mostró los blancos dientes en una
sonrisa agradable. "Era un fanático obsesionado con alguien cuando era un
niño. Por lo tanto, estudié el idioma ucraniano para entenderle sin el
traductor en las entrevistas." Soltó una risita. "Eso y el japonés para leer
manga." Continuó.
Ugh, Félix se quedó petrificado como hielo en seco. Mierda, el hombre era
bastante interesante, porque joder, aparte de Danny nadie más sabía hablar
su idioma, ya que no era tan popular como los otros idiomas en el resto del
mundo, como por ejemplo con el inglés y el coreano últimamente. Félix se
mordió el labio inferior con fuerza. "Lo soy." Susurró con voz baja. Bobby
asintió. "Ya lo sabía, así que es mejor que no me mientas. Te quedarás en mi
casa y no quiero que hagas cosas raras ahí sin que yo sepa." Aclaró,
mirándolo fijo a los ojos. Félix desvió la mirada para no poner en alerta sus
lentillas de color pardo, ya que el color verdadero de sus ojos era celeste casi
cian como los de su primo Frank. "Bueno, entonces supongo que vas a
ponerme reglas ¿Verdad?" Averiguó con flirteo. Tsk, Bobby arrugó la nariz.
"Así es, y la primera regla es no coquetear conmigo. No salgo con pendejos,
menos emergidos directo del monasterio." Espetó mirándolo a su sonrisa.
Félix se echó a reír, le causó diversión la situación. "Tampoco salgo con
policías adictos al gimnasio, me producen náuseas, así que ídem." Contestó
picándole el pecho con un dedo. El rubio agarró su mano, Félix le sonrió y
ladeó la cabeza. "¿Acaso toqué un nervio, señor policía?" Preguntó con una
blanca sonrisa. Bobby hizo presión en su muñeca antes de refutar. "Parece
que vas a ser una plaga, ¿Se te olvida que te estoy haciendo un favor?" Musitó
mirándolo con una expresión oscura. Félix lamió sus labios y siguió jugando
con él, era divertido así que no iba a parar. "¿Así como las siete plagas de
Moisés? Ugh, personalmente odié la de la lepra." Comentó con gracia,
rememorando las clases de los pasajes de la biblia enseñados por el padre
Roth, religioso a quien Félix le dejó una carta de despedida. Bobby exhaló,
soltó su mano y se peinó el cabello hacia atrás. "Sé lo que estás haciendo,
pero no lo vas a lograr." Articuló con voz seca. "¿Qué cosa?" Félix preguntó
con voz fingida, moviendo las pestañas rápidamente. Bobby lo miró en
silencio, rodó los ojos y soltó un soplido. "Si no me vas a pasar tu
identificación, sígueme." Indicó dándose la vuelta para salir de ahí.
Félix sonrió amplio, le echó un vistazo a la parejita feliz en los asientos de los
aeropuertos y siguió al chico para no ser la tercera rueda ahí. "Entonces eres
el jefe de policía de todo Nueva York." Susurró mirándolo de soslayo. Bobby
siguió caminando, pero le contestó: "Lo soy, ¿Acaso tienes duda de ello?" Alzó
una ceja. Félix lamió sus labios y sonrió al charlar: "No es eso, pero pensé que
los cargos mayores estaban bajo el mando de gente más madura." Se encogió
de hombros. Los labios de Bobby se crisparon. "Voy a transmitir tus
estereotipos a los superiores entonces." Murmuró de mala gana. Félix soltó
una risita, la diversión en sus ojos se mostró. "Eres muy gruñón, sólo estaba
creando tema para la conversación." Comentó con una sonrisa agradable y
divertida que se escuchaba bien para sus propios oídos. Probablemente no
para los del chico policía. "Entonces ¿Te gusta tu trabajo, Bobby?" Félix
preguntó con gran sonrisa mientras seguía al joven por los pasillos del
aeropuerto. El chico mencionado en cuestión lo miró sin vacilar. "Te diré algo,
me debes llamar señor Bobby, tú cara no concuerda con tu edad. Así que los
mayores mandan, ¿Entendido?" Demandó con voz seria. Cielos, el muy
pendejo en verdad hablaba sin mofa. Félix parpadeó. "¿Qué?" Soltó una risita
perpleja. "Ya veo por qué eres el jefe. Pero te equivocas conmigo, porque
tengo un nulo respeto por los policías y la ley." Susurró con encanto. Los
sensuales labios del policía guapo se torcieron en algo que no era una sonrisa.
"Creo que fue una mala decisión aceptarte en mi casa. Serás un dolor en el
culo." Expresó entre dientes. Félix sonrió amplio mirándolo a su perfil.
"Supones bien, pero no serás tan cruel para botarme por ahí ¿Verdad? Soy un
simple novicio." Explicó con gran sonrisa. Bobby bajó la cabeza para mirarlo
por unos cinco segundos, luego refutó a sus palabras: "De seguro eres un
novicio muy moderno, porque no había conocido a ninguno que gustara de
chicos." Comentó con una sonrisa escueta. "Soy el único en su clase." Félix se
jactó con una risita. "Eso parece." Bobby le echó un vistazo de reojo. "Tú, ¿En
serio estabas encerrado como Mark en ese lugar?" Averiguó con curiosidad
ahora.
Félix se lamió los labios antes de hablar: "¿Tú que crees?" Dijo a ceja alzada.
Bobby apretó los labios. No tenía ni la más remota idea. "No lo sé, pero si tu
fresca personalidad era así de picante con los chicos, yo creo que tu familia
estrecha de mente te debió encerrar ahí como un pendejo." Conjeturó,
peinándose el cabello con los dedos. Félix rió entre dientes y siguió
caminando junto al chico hasta que finalmente llegaron a una habitación.
Bobby le entregó a un policía del aeropuerto las identificaciones de John y de
Mark, luego miró a Félix y éste se lamió los labios, antes de pasarle él mismo
la identificación al hombre. "Registro todo en un segundo." Dijo éste último,
escribiendo en la computadora. Bobby soltó una risita divertida. "¿Te
avergüenzas de tu fotografía?" Preguntó, viendo como Félix recuperaba de
vuelta el pasaporte ucraniano. El muchacho pelinegro le contestó mientras
ponía su identificación en su mochila. "No seas idiota, ya no tengo quince
años. Viejo, yo no tengo problemas de autoestima, sé que soy muy apuesto y
lo usó a mi favor." Explicó con gran detalle. "¿Y tú, cuántos años tienes?"
Averiguó curioso ahora. Félix levantó la mirada, era difícil precisar la edad
del tipo. Se veía bastante joven, un chico de no más de treinta años de edad,
aunque algunas veces las apariencias engañaban. El hombre prácticamente
podía tener cuarenta años, gozando de una buena genética. "No se me antoja
decirte, tendrás que quedarte con la duda." Bobby espetó con una blanca
sonrisa. "Bien, ya estamos listos para abordar el jet." Señaló con gran
precisión. Félix hizo un puchero. "No eres divertido." Miró al otro hombre con
curiosidad. "¿Tú sabes qué edad tiene?" Averiguó con gran interés. El chico
sacudió la cabeza para negar, entonces Félix soltó un soplido. "Siempre le
puedo preguntar a Mark." Indicó con gran sonrisa. Bobby lamió sus labios.
"Parece que siempre te sales con la tuya. Tengo veintisiete, ¿Contento?"
Murmuró saliendo de la habitación. Félix le hizo un gesto de despedida al
chico y siguió a Bobby.
"Hey, sólo me ganas por dos años." Discutió con diversión. "No creo que te
deba llamar señor." Fundamentó con gran sonrisa, sonriendo ampliamente
con entusiasmo. "¿Quieres apostar?" El policía pesado le devolvió la sonrisa.
Félix rodó los ojos. "Eres muy llevado a tu idea, ¿Te lo habían dicho señor
policía?" Murmuró mirándolo de soslayo mientras caminaban de regreso con
los chicos. "¿Por qué crees que soy policía en jefe? Obviamente me gusta dar
las órdenes y no recibirlas." Explicó con voz firme. Félix rió entre dientes.
"¿Cómo vives con eso? Todos te deben odiar, ¿Tienes amigos? Apuesto a que
todos te temen ahí ¿Verdad?" Dijo con una risita divertida. Los labios de
Bobby se tensaron. "Piensa lo que quieras. Sólo hago lo que debo, no voy a
jugar ni a hacer amigos." Contestó con voz pesada. Félix soltó una risita, el
hombre era muy denso, atractivo como la mierda, pero muy complicado. "¿Me
compras un café? Yo estoy quebrado, no tengo dinero encima." Expresó con
gran sonrisa. De todas formas eso era verdad, ya que Danny se había quedado
con todas sus cosas en una manera de prevenir peligros indeseados. Bobby lo
miró al rostro sonriente, soltó un soplido y asintió a sus demandas. "Bien,
pero después de esto te quedarás quieto bebiendo el café en tu asiento,
¿Bueno?" Habló a ceja alzada. "Está bien, señor Bobby." Félix le respondió,
haciéndole un guiño. Definitivamente, su decisión de aceptar el plan de Mark
había sido una buena jugada. Ahora Félix sólo debía conocer un poco más a
este chico bastante interesante y peculiar.
CAPITULO 7
“NUEVO HOGAR”
Mark sacudió la cabeza, "claro que no, te dije que te iba a ayudar. Tengo
dinero, lo puedo hacer Félix." Insistió con una caricia en su cabello
desordenado. Félix asintió cabizbajo, en su interior estaba lamentándose de
mentir tanto. El chico se veía buena persona, no era justo que él fuera
insincero con su forma de actuar. "Me caes bien, Mark. Eso no es fingido, en
serio me agradas." Murmuró, abrazándole de lado. Mark sonrió con diversión.
"Gracias, también me agradas. Eres como una mascota, ¿Quieres que te
adopte?" Bromeó, riendo con el chico hasta que se subieron al taxi. Bobby los
miró de reojo, luego avistó al chofer del vehículo y le indicó la dirección de la
cafetería. Ellos llegaron en media hora al lugar, Félix aprovechó de elegir
todas las cosas que fue prohibido de comer y no se preocupó por la cuenta, de
todos modos ellos iban a pagar la factura. Cielos, su panza se llenó de
inmediato con satisfacción, hasta se tuvo que deshacer un poco su pantalón
para holgar más su abultada barriga. "¿En serio?" Bobby miró a su panza al
hablar. Félix soltó una risita, pero siguió frotándose la panzota. Bobby rodó
los ojos, decidió dejar de lado la extrañeza del monje y se dedicó a beber su
taza de café mientras John y Mark se perdieron en los baños de la cafetería.
Ugh, que par de sucios marranos. Después de un rato, tuvo que hablar al
comedor compulsivo que tenía al lado. "Oye monje, ¿Te puedes cambiar ropa?
La gente te está mirando extraño." Murmuró viéndolo reír. "¿Por qué lo
dices?" Félix preguntó con una risita divertida al escuchar el apodo. Bobby
lamió sus labios, observando el plato del chico. "Estás comiendo más que el
remordimiento, chico ¿Eres un monje no? Eso se ve mal." Contestó con voz
seca. Félix se echó a reír con diversión. "Un novicio rebelde, eso es lo que
soy." Rió con gran entusiasmo. "Me cambiaría, pero después de una gran
ducha. Necesito una bien calientita, ¿A qué hora nos vamos a ir a tu casa?"
Averiguó poniendo un poco de pastel en su boca.
Bobby se echó a reír. "Para que sepas, a todos les gusta mi físico. Estoy bien
cuidado y no hace mal ejercitarse de vez en cuando. De hecho, tú deberías ir."
Le aconsejó mirándolo de arriba abajo. Félix rodó los ojos. "Me veo abultado
con las túnicas de novicio, yo estoy bien en mi peso. De hecho, el hermano
Taylor me acaba de decir hace una semana atrás que me encontraba bastante
flacucho." Murmuró, jugando con la servilleta. Bobby sonrió amplio. "De
seguro él estaba ciego, estás bastante abultado." Bromeó con una risita. Ugh,
Félix torció la boca. "Cállate y te odio. No seré tu amigo, eres un pesado
inquisidor." Gruñó entre dientes. Bobby rió. "No estoy aquí para convertirme
en tu mejor amigo." Le señaló el mesón con el dedo. "Ahora ve y ordena un
sándwich de ensalada de pollo." Demandó. Félix frunció el ceño oscuramente
y salió en rumbo al mesón para buscar el maldito sándwich de pollo.
Horas más tarde, Félix ya iba en rumbo a la casa del chico en Manhattan. El
muchachito se despidió de Mark, también de John y se quedó un poco
preocupado al escuchar que Mark ya no quería seguir en su trabajo, puesto
que quería dedicarse a otras cosas. Rayos, lo más probable era que alguien
más ocupara su puesto, pero ¿Quién? Cielos, si Félix era bastante listo, podría
averiguar eso con el chico. "Oye," murmuró con una lamida de labios. "¿Qué
quieres ahora? Tú nunca te callas." Bobby dejó de lado su teléfono para darle
atención. Félix lamió sus labios antes de despejar sus dudas: "Creo que mi
mejor amigo no va a seguir de jefe en el Interpol. Bueno, creo que no es
oficial todavía, pero se veía decidido a hacer otras cosas." Lo miró de reojo. El
chico rubio se había quedado quieto, un músculo de su mandíbula estaba
trabajando ferozmente. Félix lamió sus labios otra vez, ¿Acaso había tocado
un nervio? Cielos, al parecer sí, porque el lenguaje verbal del chico era
bastante agresivo. "Todo es culpa de ese abogado, Mark no era así de
impulsivo." Bobby comentó con voz tensa. Félix alzó una ceja. "¿Te refieres a
que era manipulable? ¿Eso te gustaba?" Preguntó mirándolo a los ojos ahora.
Bobby agarró su barbilla, la levantó un poco. "Tú haces muchas preguntas
que no son de tu incumbencia, ¿Sabías que la curiosidad mató al gato?" Hizo
presión con su dedo. Félix le sonrió amplio en el agarre. "Si le pones
tranquilizantes para osos, el gato se puede dormir por toda una temporada,
¿Sabías?" Dijo con una risita. Bobby lo miró a los ojos, se inclinó hacia él y lo
estudió en silencio. Félix tragó saliva, parpadeó con nerviosismo. "Es grosero
quedárseles mirando a las personas." Murmuró, quitándose la mano del chico
de su mentón.
Bobby sonrió levemente. "Tú estás usando lentillas, ¿No es así?" Susurró
observando su actuar. Félix tragó saliva otra vez, sentía la garganta inundada
de agua. "Claro que no, estos son mis ojos. Los tengo bizcos, es por eso que
dan ese efecto de color." Explicó con seguridad. No obstante, no fue
totalmente convincente con su mentira. Ugh. "No tienes que mentir conmigo,
el color de abajo se trasluce al mirarte de cerca. Tampoco es mi drama, los
adolescentes usan lentillas ópticos de colores todo el tiempo." Bromeó con
una risita. Cielos, Félix necesitaba cambiarse de ropa cuanto antes, porque el
hombre lo iba a seguir molestando eternamente al lucir un poco joven vestido
de novicio. "Ya cállate, ¿Falta mucho para llegar?" Averiguó de mal humor.
Bobby le alzó ambas cejas y Félix rodó los ojos. "Bien, puedes hablar. Cielos,
viejo eres imposible." Se quejó, escuchándolo reír. "En veinte minutos." Bobby
finalmente respondió. Félix exhaló, se acomodó en su asiento y miró al chico.
"¿Puedo escuchar música con tu celular entonces?" Preguntó con gran
sonrisa. Bobby lo miró en silencio por unos segundos, Félix ladeó la cabeza y
soltó una risita. "¿Debo interpretar tu silencio como un gran no?" Dijo con una
fresca mirada. Bobby se lamió sus labios, observándole el rostro. "Cuando te
ríes te pareces a alguien. No sé a quién, pero ya me voy a acordar." Señaló
pasándole el celular con los audífonos. Félix mordió su labio inferior con
fuerza, ¿Le habría encontrado parecido con su primo Frank? La verdad es que
él si se parecía al primo, pero su nueva apariencia se alejaba de los cánones
de belleza convencional de todo chico ucraniano, entonces ahora lucía como
un chico común y corriente. "Dicen que me parezco a un actor de cine, ¿Tal
vez es por eso?" Murmuró de reojo, mientras desenrollaba los audífonos del
chico. Bobby lo siguió mirando, Félix se mordió el labio ejecutando la tarea
hasta que el policía finalmente desvió la mirada hacia la ventana. Uff, eso
había estado cerca.
“CHARLA”
Una semana después, Félix estaba seguro de que nunca había estado más
solo en toda su jodida vida. Cielos, vivir con el policía fue como haberse ido a
vivir con un fantasma de una casa encantada. Félix había esperado sentirse
un poco incómodo, como solía hacer cuando se quedaba en casa de alguien
desconocido, pero el chico no pasaba en la casa, apenas y lo veía porque
cuando llegaba salía de inmediato a citas con chicos o chicas, al gimnasio o se
iba a trabajar a su despacho y se quedaba horas ahí trabajando sin descanso.
Hasta el momento, el hombre no le había hecho sentir como si fuera un
entrometido o no fuera bienvenido en su casa, pero el único problema era que
vivir con el policía no lo estaba ayudando exactamente a sentirse bien. A Félix
no le gustaba mucho la soledad, no tenía a nadie con quien hablar ya que
Danny se la pasaba ocupado haciendo de niñera y por eso ellos no se podían
juntar a charlar. Tampoco podía salir de la casa, porque la policía los seguía
buscando y sería un peligro que alguien lo descubriera.
Uff, si Félix quería hablar, tenía que levantarse temprano, porque esa era la
única manera de encontrar al policía desayunando por las mañanas. Bueno,
este era uno de esos días, el muchacho veía a Bobby prepararles el desayuno,
luciendo con los ojos adormilados, bostezando y siendo un poco quisquilloso
con el pan tostado que se quemó. Todavía no se cambiaba de ropa, de seguro
que había hecho ejercicio en el gimnasio de la planta baja de su casa, porque
la mayoría de las veces que trabajaba en el despacho la noche anterior, el
chico se quitaba el estrés haciendo ejercicio como un loco obsesionado por las
mañanas. Esos días eran los favoritos de Félix, porque así lo podía molestar.
"Pareces una marrano todo sudado, deberías bajar el nivel del ejercicio,
viejo." Comentó con diversión, hundiendo un diente en la tostada semi-
quemada. Bobby se dejó caer en la silla frente a él y resopló al hablar:
"Cállate, mejor come la maldita tostada que se me quemó." Murmuró de mala
gana, mirando con ojos viciosos el pan. Félix soltó una risita. "Esa marca de
pan integral es mala, siempre se quema." Comentó con una sonrisa. "¿Todo
bien en el trabajo? Te ves más gruñón que los otros días." Dijo untando su pan
con mantequilla de maní. El chico exhaló. "Mark finalmente renunció al todo,
dejó un desastre con las investigaciones y ahora el nuevo jefe está en Polonia
tratando un caso internacional." Suspiró de cansancio. "He estado
organizando todo, ni siquiera tengo tiempo de divertirme ahora." Dijo
poniendo una tostada en su boca. Félix se echó a reír. "Diría que eres un
mujeriego, pero sales con chicos también, ¿Eres bi? Claro si se puede
preguntar." Señaló con gran sonrisa. Bobby levantó la mirada de su café para
mirarlo a los ojos pardos. "¿Y tú?" Preguntó a ceja alzada. Félix soltó una
risita. "Es grosero refutar con otra pregunta, pero te diré que ni idea." Se
echó a reír. "Es broma, soy gay obviamente." Confesó. Bobby sonrió amplio al
respecto. "Lo dices bastante orgulloso, pocos hacen eso. Ahí tienes a Mark y a
John, ambas ratas escondidas hasta que soltaron toda la sopa en la
conferencia de prensa que los hundió en el medio." Dijo echándose a reír con
diversión. Félix siguió la risita del chico, cómo no hacerlo si el cuento de Mark
con John salió en todos los periódicos de farándula de Nueva York y también
en los de economía de Texas, en donde la parejita estaba viviendo felizmente.
"Ellos están bien, hasta adoptaron un perro y a un mayordomo." Félix
comentó con una sonrisa agradable. Mark le había transferido bastante
dinero a la cuenta de Bobby, luego éste última giró todo el efectivo y se lo
entregó. Cuando todo esto acabara, le iba a contar toda la verdad a Mark.
Bobby parpadeó rápido con las osadas palabras. "Tú eres muy afilado al
hablar." Murmuró mirándolo con una expresión extraña en el rostro. Félix se
encogió de hombros al charlar: "No soy una mustia, obviamente sé lo que
quiero ¿Acaso no te gustan las vergas?" Preguntó con interés. Bobby sacudió
la cabeza de lado a lado. "A mí no me dan por culo si es lo que quieres saber."
Dijo con firmeza. Félix se echó a reír, ni idea cómo habían terminado
charlando de sexo, pero ya que ellos habían tocado el tema, había que
platicarlo ¿Verdad? "Viejo no sabes lo que te pierdes. Igualmente yo he
probado ambos lados de la balanza, me ajusto a mis parejas." Soltó una risita.
"Me gusta estar abajo, de todas formas negocio si se requiere, pero
generalmente los chicos que elijo son todos bien dominantes." Continuó con
gran sonrisa. Bobby sólo lo miró en silencio. Félix rió. "Soy ultra gay, así que
si no quieres sentirte pellizcado la mayor parte del tiempo, no te juntes
conmigo, porque la pasarás mal chico bi." Espetó mirándolo a los ojos. Bobby
lo miró fijo, era difícil leer su expresión, pero Félix apostaría a que estaba
pensando en algo. "De acuerdo, sólo olvida lo que te dije. Al parecer eres un
poco recatado, todos los ricos son así de todas formas." Susurró, bebiendo un
poco de café. Ugh, el chico se le quedó mirándolo, quizás por unos cinco
segundos de corrido. "Rayos, tu empezaste a hablar de sexo. ¿Podrías dejar
de mirarme así?" Dijo con una mueca. "Es molesto." Se quejó de mala gana,
evitando la mirada del chico. "Te tiñes el cabello." Bobby dijo finalmente, con
voz evidente. No era una pregunta, más bien una afirmación. Félix reprimió
una mueca, el tipo era bastante asertivo y un buen observador. "¿Qué con
eso?" Masculló con voz pesada. "Eres rubio." Bobby habló mirándole las
raíces del cabello, haciendo evidente el hecho de que le faltaba un retoque
con urgencia. Ugh, Félix se peinó el cabello hacía atrás con los dedos,
obviamente se le iba a desteñir el cabello si había pasado una larga
temporada en el monasterio. "¿Cuál es tu punto? Ugh, deja de criticar mi
apariencia." Gruñó de mala gana. Bobby lo miró con intensidad analítica otra
vez. "Te pareces a alguien, todavía no sé a quién." Comentó con una fruncida
de labios. Tsk, Félix rodó los ojos. "¿Y eso te frustra? Acuérdate entonces."
Chilló, levantándose de la silla para salir de ahí. Ya estaba harto. Ni idea si el
chico estaba llegando finalmente a Big Johnson, pero la descripción de él no
era muy clara para la policía, así que ellos no sabían exactamente como él
lucía. Ellos tenían un retrato hablado de Big Johnson, un retrato que no se
parecía mucho a él, pero Frank de todas maneras le aconsejó perderse de las
pistas de la policía por lo menos hasta que todo se calmara.
"Hoy regresaré tarde." Bobby pasó caminando por su lado y desapareció por
los pasillos de la gran casa. Tsk, Félix siseó la lengua cual serpiente y sacó su
celular. Ugh, no quería estar solo de nuevo así que llamaría a Danny. "Quiero
que vengas a verme hoy mismo." Dijo al hacer contacto con el chico. Danny
resopló. "No puedo hacerlo, Darian tiene una exhibición hoy en la noche, me
debo quedar con la ardilla." Contestó con voz afligida. "Bailaremos ballet."
Félix habló con voz rasposa. "Estaré allá de inmediato. Dios, ¡No te vayas a
arrepentir, jefe!" Danny colgó abruptamente el teléfono. Félix mordió su labio
inferior con fuerza, esa había sido una buena jugada de su parte. Cielos,
ahora iba a tener que bailar para que Danny no se enojara.
∞∞∞
"Ese arabesque está mal, hazlo mejor." Danny gruñó mirando su mala
condición física. Félix estaba parado de perfil, en una pierna, la otra la tenía
extendida hacia atrás mientras que sus manos seguían haciendo ligeros
movimientos, en una manera de crear una armoniosa línea desde la punta de
los dedos de la mano hasta los pies. "Estás muy tieso, por eso te digo que hay
que practicar." Danny continuó reprendiéndole. Félix apretó los labios y
terminó la pose. "Cielos, podría concentrarme si ese niño no estuviera
jugando ahí." Se quejó señalando con el dedo a Colin, quien estaba
coloreando unos dibujos en una esquina del gimnasio de Bobby. Danny
exhaló. "No seas pesado, Colin está tranquilo. No tuve con quien dejarlo."
Espetó cruzándose de brazos. Félix rodó los ojos a sus palabras. "¿Acaso eres
su mamá? Estás actuando bastante raro con ese niñito." Murmuró con voz
venenosa. Danny suspiró. "¿Estás celoso de un niño? Soy su niñera, es obvio
que lo cuide." Explicó apagando la música del reproductor del celular.
Félix se dedicó a practicar toda la tarde, luego cenó pollo frito y se fue con un
gran pote de helado hacia la sala de estar para mirar una película en la
enorme televisión de pantalla plana. Félix comió helado, llevaba media hora
muy sumergido en la película cuando de repente sintió unas risitas y unos
jadeos. "¡No inventes!" Chilló en voz alta, levantándose del sofá para ir a la
puerta. El maldito policía había traído un chico a la casa. Rayos, eso era
bastante grosero. Félix llegó rápidamente a la entrada, ahí se encontró al
policía besándose con un tipo. "¡Ejem! ¡Estoy viendo una película!" Gruñó con
un bufido. El chico rubio que había sido traído a la casa, dejó de besar al
policía y se pellizcó al ver a Félix comiendo helado con un gran pote en la
mano y vestido con nada más que un gran suéter oversized en el cuerpo.
Cielos, hasta el policía se sorprendió mirándolo de arriba abajo. "Oye, yo no
participo en tríos." El chico rubio y de apariencia menuda rezongó. Félix
arrugó la nariz. "De qué hablas viejo, yo vivo con él." Murmuró, poniéndose
más helado en la boca. Bobby se restregó la mano en la cara. "Se me olvidó
que estabas aquí. Ugh, oye lo siento." Se disculpó con el chico pellizcado a su
lado. Félix rió con diversión. "De seguro las copas de más ayudaron en tu
laguna mental. Viejo es feo ponerle los cuernos a tu esposo en la misma casa,
por lo menos ten la desfachatez de ir a follar a un cutre motel." Dijo con voz
seria. Obviamente era joda, pero el chico desconocido se encogió por
completo al no saber. "¿Qué cosa? Dijiste que eras soltero, ¡Uh! Esto es
totalmente de mal gusto, me largo de aquí." Bufó empujando a Bobby, luego
abandonó el sitio con ligereza.
“MASAJE”
Bien la idea de ver una película con el chico idiota no había sido su plan,
tampoco que éste se quedara dormido en su hombro. "Quita la cabeza, pesa."
Félix se pellizcó mirando la cara dormida del chico. Rayos, éste se había
quedado como muerto, se encontraba profundamente dormido. Félix lo miró
de reojo, el maldito policía era bastante apuesto. "¡Quítate!" Exclamó con
agitación, empujándole un poco. Ugh, no debió haber usado un suéter tan
holgado, se le estaba viendo todo el hombro con el agarre del chico. "Vete a la
habitación, no te quedes a dormir aquí." Dijo picándole la mejilla con un dedo.
El chico rubio dio un gruñido, luego soltó un quejido. "Rayos, quédate callado.
Me duele el cuello." Dijo frotándose un costado de la parte mencionada. Félix
se encogió de hombros. "Te quedaste dormido en una mala posición. Viejo,
parecías la mujer del exorcista." Señaló riéndose con mucha mofa. "Dame un
masaje." Bobby demandó. "Estoy adolorido." Prosiguió al ver la cara renuente
del chico enfrente de él. Félix apretó los labios, pero de todas formas aceptó.
"De acuerdo, ¿Tienes aceite, una pomada u otra alguna cosa para hacer
masajes?" Averiguó a conciencia. El chico rubio sentado en el sofá se echó a
reír con gracia. "Chico, eres muy chistoso. Es sólo un masaje, le estás dando
mucho auge." Expresó con una sonrisa. "Sólo hazlo con las manos desnudas y
listo." Explicó con gran diversión asomada en los ojos. Félix exhaló, quizás
estaba siendo un exagerado, pero él siempre se hacia los masajes con esa
clase de cosas, sobre todo en los pies. Por ejemplo, justo ahora se había
untado una poderosa crema anti escaras y cicatrizante, en una manera de
cubrir todas las malditas llagas que obtuvo tras una jodida tarde de práctica.
"Date la vuelta." Dijo con una lamida de labios. "De acuerdo." Bobby
respondió, haciendo lo que Félix le pidió. Ugh, fue un poco perturbador
ponerse detrás del chico. "El sofá es incómodo." Masculló acomodándose con
las rodillas sobre el cojín de soporte. "Sólo rodéame con las piernas, en serio
necesito el masaje." Bobby dio un soplido al sentir finalmente las manos de
Félix en su cuello. "Dios, por favor haz más presión." Mandó con voz
temblorosa. Bobby estaba acostumbrado a los masajes, pero últimamente su
secretaria no tenía mucho tiempo para hacerle unos cuantos, ya que la oficina
estaba echa un caos con la repentina renuncia de Mark y la pronta misión de
Frank en Polonia. Cielos, así como iban las cosas con Frank, se iba a quedar
calvo del puro estrés. "Tienes muchos nudos." Félix comentó amasando las
tensiones en el cuello del chico. "Ajá." Éste le contestó con un murmullo,
cerrando los ojos. "¿Todavía sigues enojado?" Félix averiguó con gran
curiosidad mientras amasaba una zona llena de nudos. "¿Umm...?" Bobby
reprodujo un barullo cuando los suaves nudillos masajeaban sus rígidos
músculos. "Pregunté si aún seguías molesto, porque te arruiné el polvo." Félix
le repitió la pregunta, luego sus manos bajaron desde el cuello del chico hasta
sus omoplatos. "Sí, eres bastante atractivo." Bobby dijo con una voz relajada.
Félix parpadeó dos segundos del asombro, luego soltó una risita divertida.
"Cielos, gracias viejo. Pero yo no pregunté eso." Indicó con una pequeña
carcajada. "¿Qué cosa?" Bobby dio un bostezo al preguntar. Aparentemente
no había procesado la tontería que acababa de decir. Un silencio siguió. "¿Te
gustan las naranjas? Son muy buenas." Félix decidió romper el hielo con algo
totalmente bizarro. Pero una vez más, Bobby no procesó bien y su voz fue
tranquila cuando respondió: "Si son buenas, entre más dulces menos ácidas
¿No?"
Félix soltó una risita, de seguro el masaje le estaba poniendo bien relajado
para hablar sandeces. "Son deliciosas." Comentó risueño, concentrándose en
el masaje. Bobby asintió, luego las manos de Félix se trasladaron a su espalda
baja y comenzó a amasar allí. Dios, el masaje se estaba sintiendo bastante
bien, las manos del monje no eran para nada rudas, al contrario eran bien
suaves para ser las de un chico. Eran simplemente perfectas. "Viejo, estás
bastante tenso. Sería mejor si te quitaras la camiseta, para facilitar mejor la
circulación de la sangre." Félix indicó con voz ligera, mientras regresaba a los
hombros del chico. Bobby se sorprendió y abrió los ojos cuando las manos de
Félix comenzaron a masajear por debajo de la cuestionada camiseta.
Demonios, Bobby miró fijamente a la pared, después de todo era sólo un
masaje, no se debía agitar con el osado toque. "No creo que sea buena idea,
eres un monje." Murmuró entre dientes. Félix se echó a reír. "¿Qué con eso?
Mis masajes son absolutamente impersonales y profesionales. Además, para
el récord: No soy un monje." Dijo, frotándole un costado de su cuello. Bobby
lamió sus labios y exhaló al hablar: "Bien, tú lo pediste. Entonces hazlo bien."
Se quitó la camiseta y la dejó a un lado. "Lo haré..." Félix dijo casi sin aliento.
Eso había sido mala idea. Diablos, ¿En qué rayos estaba pensando? No debió
haberle dicho eso. Ahora el masaje se estaba sintiendo diferente y no ayudaba
su frustración sexual. Rayos, no había follado desde hace meses atrás, ugh
gracias a eso su cuerpo estaba extremadamente sensible, especialmente allá
abajo, pero por lo general era fácil mantener a raya su excitación cuando
hablaba estupideces. Solamente que ahora no se podía concentrar en decir
sandeces cuando tenía a alguien tan atractivo bajo sus manos. Ah joder,
maldito policía atractivo. "Hey, estás masajeando muy brusco, regresa al
movimiento anterior." Bobby se quejó al sentir los masajes más toscos que
antes. "Sí, perdona." Félix regresó al masaje de antes. Sus ojos analizaron la
ancha espalda del chico, sus fuertes brazos y desarrollados pectorales... Oh
mierda, se estaba comportando como un pendejo hormonal justo ahora. Félix
tragó saliva, sintiéndose desconcertado y también molesto por estarse
dejando llevar por los instintos igual que un animal en celo.
Bien, había una explicación simple. Félix llegó a la conclusión de que había
pasado demasiado tiempo solo en una casa tan grande, no había salido de
fiesta por más de dos jodidos meses, por lo que no había buscado una buena y
gruesa polla para él. Antes siempre salía de juerga, era bien popular con los
chicos, a diferencia de Danny quien tenía más alcance con las chicas y chicos
mayores, pero su amigo al parecer era un poco raro y necesitaba entablar
cierta conversación para ver si la persona llamaba su atención o no.
Definitivamente Félix necesitaba echar un polvo, algo discreto que le quitara
la frustración sexual de encima, porque si no tenía alguna interacción de ese
tipo, por seguro que iba a terminar siendo un puto monje del Tíbet. "¿Te gusta
hacerlo duro o más bien pausado?" Félix dijo de la nada, divagando en el
tiempo espacio. Bobby parpadeó con aquella extraña pregunta. "¿Estás
hablando de masajes?" Dijo mordiendo un poco su labio cuando Félix frotó un
nudo bastante tensionado en sus hombros. "Sí de eso y de sexo." El pelinegro
se echó a reír cuando Bobby se le quedó mirando a los ojos ahora. "¿Qué
rayos? Hablas de sexo todo el tiempo, ¿Tienes dieciocho o algo por el estilo?"
Espetó con voz ácida. Ugh, rayos, Félix apenas podía mirar a los ojos a Bobby.
Se miraron el uno al otro por unos segundos. El pelinegro resopló y comenzó
a trabajar sobre los hombros. "Soy muy saludable, me gusta el sexo. No hay
nada de malo en hablar de este como si fuera una especie de tabú. Lo hago
todo el tiempo, no hay nada de qué avergonzarse chico puritano." Dijo con
una risita. Bobby rió también, al parecer estaba bastante boquiabierto. "Bien,
creo que dejaré de llamarte monje, porque amigo tú no tienes nada de eso. ¿A
qué edad tuviste tu primer sexo? Me imagino que a una muy temprana, ¿Me
equivoco?" Expuso a ceja alzada.
“FAN”
La chica restregó su mejilla. "No me fue muy bien, sólo tengo coincidencias
con el nombre del chico, pero cuando comparo las fotografías en los registros
de identidades, no encuentro resultados positivos." Murmuró mirándolo al
rostro. "En todas partes del sistema Amadeus sale inscrito como alíen, ¿Será
porque me dijo que era un extranjero?" Preguntó expectante, lista para
recibir órdenes. Bobby se lamió los labios, ahora estaba mucho más
interesado en saber quién rayos era el monje. "Según lo que interpreté de tus
palabras: Sus datos no coinciden." Bobby espetó con una mordida de labio. La
chica asintió con firmeza. "La información es muy acotada. Necesito al menos
los datos de su pasaporte y sus nombres completos, así la búsqueda sería más
refinada." Explicó con detalle. Bobby torció la boca, su secretaria tenía razón.
Necesitaba apoderarse del documento de identificación del chico, así podría
investigarlo mejor y ver qué rayos estaba escondiendo, um o también quizás
saber a quién mierda se parecía. "¿Observaste bien su foto?" Bobby preguntó
con una mirada afilada. Le había sacado una en la mañana, obviamente sin
que el pequeño monje tibetano se diera cuenta. "Sí señor, el chico es muy
apuesto." La chica expuso con una sonrisa. Bobby asintió. "Lo es, pero eso no
me interesa." Se lamió los labios antes de proseguir: "¿A quién lo encuentras
parecido?" Le alzó una ceja. La chica se restregó la barbilla en modo
pensamiento, pero no encontró coincidencias en su cabeza. "A nadie,
¿Debería?" Dijo con sorpresa. Ugh, Bobby resopló del fastidio. "Es todo
señorita Rogers, puede retirarse." Masculló de mal humor, regresando a su
computadora. La chica asintió, "¿Necesita que siga investigando?" Preguntó
mirándolo sacudir la cabeza. "Yo haré esto, ahora quiero estar solo." Bobby
gruñó frente al computador. La chica asintió y finalmente abandonó la oficina.
Horas después, Bobby rodó los ojos al recibir la llamada de Frank, el puto
chico siempre lo llamaba cuando las horas del trabajo ya habían terminado.
Bobby jamás trabajaba fuera del horario de trabajo, eso no era vida. Por lo
mismo, se hacía mierda trabajando de nueve a cinco todos los días, pero
cuando llegaba la hora de salir, obviamente él dejaba todo de lado y finalizaba
los trabajos pendientes al día siguiente. Era una buena técnica, así su cuerpo
no sufría de estrés, pero últimamente la situación con Frank y la renuncia del
idiota de Mark, lo tenía trabajando más de la cuenta. "Bobby al habla."
Contestó con voz pesada. Del otro lado de la línea también siguieron el tono
de su voz: "Soy Frank, te aviso que hoy llego a Nueva York, estoy en Los
Ángeles. Arreglaré todo mi lío y si hablas cosas estúpidas, vas a terminar
muerto en un callejón. Te aviso." Bobby rodó los ojos. Cielos, el maldito
pendejo se había involucrado con el mafioso más poderoso de todo Varsovia,
aparentemente ellos se iban a casar y el mafioso iba a limpiar su prontuario.
Sin embargo, el hombre todavía tenía conexiones peligrosas en todo ese país
europeo y Bobby sabía que por el momento no le convenía estar en contra del
jodido hombre. La policía no lo iba a liberar de la muerte si él se metía con la
mafia, Bobby sabía cómo funcionaba el tema de ese bajo mundo, el dinero
movía montañas y compraba a mucha gente poderosa, ansiosa de mantenerse
en silencio por unos cuantos dólares. "Ya deja de amenazarme Frank. Ugh, te
dije que iba a cooperar en la eliminación de los datos de tu chico. Además
sólo son supuestos." Gruñó de mala gana subiéndose al automóvil. Frank
contestó enseguida: "Te dije que te iba a pagar todo con un buen trabajo. Por
lo demás, Zar ya no hará más cosas fuera de la ley, él me lo prometió y nunca
rompe sus promesas." Aseguró con firmeza. Bobby rodó los ojos. "Quien diría
que meses atrás te encontrabas en un lío, parece que te definiste muy bien."
Comentó con una voz chispeante. Del otro lado se escuchó un suspiro. "Estoy
bien con eso, ahora sólo debo hablar las cosas con mi padre, porque mi
abuela ya lo sabe." Murmuró con una gran sonrisa telefónica. Bobby exhaló.
"Bien, suerte con eso Frank. Ahora debo colgar, voy a comenzar a manejar y
odio usar el manos libres." Espetó, encendiendo el carro. Frank asintió a sus
demandas. "Mañana hablamos, iré a la oficina a eso del mediodía, tengo que
hacer otra cosa antes." Indicó con voz relajada. Bobby rodó los ojos otra vez.
"De acuerdo, pero después quiero que regreses al edificio del Interpol, está el
caos en la oficina con eso de que Mark dejó todo tirado para largarse a Texas
con ese abogado." Siseó la lengua cual serpiente. Frank se echó a reír antes
de hablar: "Ya supéralo, Mark no era para ti. Nunca hubo interés por
completo de su parte, no te quejes ahora." Soltó una risita divertida. Bobby
soltó un soplido, Frank tenía razón. "Estás en lo correcto, sólo era algo físico,
me gustaba su cuerpo atlético nada más. Tu apariencia es más de mi tipo."
Flirteó con descaro. Frank chasqueó la lengua. "Si no quieres morir por la
bala de Zarek, no hables mierdas. Viejo, él es muy celoso, oye aprecia tu vida
un poco más." Se echó a reír con diversión. "Tengo primos, ellos se parecen a
mí, ¿Quieres sus contactos?" Bromeó con mofa. Bobby chasqueó la lengua a
eso. "Ya no sigas. Voy a colgar, quiero llegar pronto a la casa, necesito una
ducha fría quita estrés." Colgó la llamada y condujo el automóvil fuera de los
estacionamientos.
Al llegar a la casa media hora más tarde, Bobby dio un bostezo, se estiró un
poco extendiendo los brazos con exageración y fue a su dormitorio a
cambiarse ropa deportiva. Su idea era correr un poco en la trotadora, luego
iría a darse aquella ducha fría. Entonces cuando estuvo listo, salió de la
habitación y se dirigió a la planta baja de la casa, pero se detuvo cuando
escuchó unos regaños que pertenecían a una voz extraña, mientras que Félix
le contestaba con fundamentos. Al acercarse, se quedó quieto al espiar lo que
ellos hacían ahí: El monje estaba dando saltos mientras un chico bastante
atractivo le sujetaba las caderas. Bobby parpadeó asombrado, ¿Estaban ellos
practicando ballet? "¡Mamá!" Se escuchó desde una esquina, entonces Bobby
miró hacia la dirección de un niño de cabello castaño, quien lo estaba
señalando con un lápiz de colorear. Luego de eso, dos cosas sucedieron ahí:
La discusión entre los chicos y la estupefacción de Bobby al ser ignorado por
ellos. "¿Qué carajos, Danny? El mocoso te llamo mamá, ¿Qué jodida mierda?"
Félix gruñó del enojo. El chico rubio arrugó su nariz. "¡Jefe no grites y digas
groserías, asustarás a mi ardilla!" Chilló caminando hacia el niño. Bobby
parpadeó. "Oye monje..." Se calló con el silencio de Félix. "Ahora no, después
hablamos los dos." Dijo iracundo caminando hacia el muchacho de apariencia
bastante atlética y gimnasta. Félix agarró el antebrazo del chico antes de
hablar: "Danny, te hice una pregunta, ¿Por qué te llama mamá?" Lo miró con
una expresión extraña en el rostro. El chico rubio miró de reojo a Bobby,
luego a Félix y contestó con voz nerviosa y a la defensiva: "De repente me
comenzó a llamar así, debe ser porque le recuerdo a su mamá. Cielos, ¿Por
qué rayos te pellizcas tanto? Es sólo un niño, además yo debería ser el
enojado aquí. Jefe, estás pésimo en el ballet, tu cuerpo está pesado y déjame
decirte que estás subido de peso para el ballet. Ve a hacer una dieta, me
cuesta un mundo levantarte." Se liberó de su agarre y comenzó a ordenar las
cosas del niño. Félix torció la boca y se aplanó el estómago con ambas manos.
"No estoy gordo, ¡Sólo estoy fuera de training! No distorsiones el tema con mi
baja condición en el ballet, sabes que soy el mejor bailarín de todos los
tiempos, ¿Por qué te estás desquitando con mi mala condición? Aquí se come
pollo frito todos los días." Gruñó. "¿Qué está pasando con este niño, con ese
alfarero y con todo a tu alrededor, ah?" Bufó de la molestia. Bobby sólo se
mantuvo en silencio, parpadeando perplejo.
Félix tragó saliva, si no se explicaba justo ahora, iba a terminar preso. "Viejo
mira, no quise mentir sobre mi nombre, todos me llaman Félix. Prometo que
es sólo eso, no tengo nada que esconder, oye en serio." Murmuró con voz
seca. Dios, la expresión en la cara del chico era bastante extraña y poco
descifrarle, ni idea en qué estaba pensando, pero era imposible que el policía
lo fuera asociado a Big Johnson sólo con su documento verdadero, ¿Verdad?
Ugh, rayos. La tensión lo estaba matando y si el chico no hablaba, lo más
probable era que Félix iba a tener que salir arrancando de ahí. Después de
todo, su primo Frank se iba a encontrar con él mañana y totalmente podía
pasar la noche en un hotel. Félix tragó saliva cuando el chico se acercó a él y
parpadeó rápido cuando le habló: "Entonces eras tú todo este tiempo." Lo
miró de arriba abajo, casi examinándole para tomar un escáner de todo su
jodido ser. Cielos, ¿Qué demonios? Félix exhaló. "Sólo trafiqué un poquito,
pero mira me escondí ahí, porque resulta que mi primo, um..." Se quedó
quieto cuando Bobby le sonrió amplio. Okay, eso fue extraño. "Oye ¿Por qué
me estás mirando así?" Félix preguntó retrocediendo un poco, porque el chico
extraño se le había quedado mirando como los bebés. Mierda, en serio ¿Qué
carajos? "Oye si me dejas explicarte..." Tragó saliva cuando el chico lo abrazó
apretado. "¡Hey!" Félix chilló de la sorpresa y se quedó pasmado cuando
finalmente habló: "¿Me darías tu autógrafo?" Mierda, el policía era un
fanático. Estaba jodido, bastante jodido. Muchas gracias Dios. Ugh.
CAPITULO 11
“NUEVA ACTITUD”
"Me podrías haber dicho." Bobby le reprochó su falta de confianza. Félix puso
los ojos en blanco, mientras era masajeado en los pies por el policía idiota.
"Eres la reina del drama. Viejo, te dije que no era necesario que hicieras esto.
Ya no soy ese." Resopló ya harto con la situación. El hombre había pasado de
bestia a cachorro en un par de parpadeos. Cielos, desde que el policía había
descubierto su verdadera identidad, poco más y lo trataba con pinzas, lo
estaba tratando como a un rey. Bobby le untó más pomada en los pies
magullados. "Pero estás practicando ahora, ¿Vas a regresar?" Averiguó con
una gran sonrisa. Félix hizo un clic con la lengua, la situación no le estaba
gustando para nada. "¿Por qué preguntas tanto? Yo desaparecí de las pistas a
los diecinueve, de eso han pasado muchos años ¿Por qué eres mi fan?" Dijo
con voz seca. No parecía divertido en absoluto. "Ah bueno, porque me quería
casar contigo." Bobby respondió con voz casual. El muy puto no se
avergonzaba de eso. Cielos, el hombre era bastante raro. Félix pestañeó en
desconcierto. "¿Me estás diciendo eso a la cara?" Expuso entre dientes. Bobby
asintió con una fresca sonrisa. "No es mi culpa que tus bailes fueran
increíblemente sensuales. Oye hasta estudié ucraniano por ti, era tu fan
número uno." Expresó con gran simpatía.
"¿Te gustan las pizzas? Oh, se me olvidaba que no te gustan. Eso lo leí en un
artículo, ¿Pedimos pollo frito entonces?" Bobby habló con voz armónica. Oh
cielos, a Félix no le quedaba otra que fingir hasta que viera a Frank el día de
mañana. Su primo lo citó en una cafetería a primera hora para charlar de
varios temas, incluyendo su compromiso con un tipo de Polonia. Al parecer,
su primito se había enamorado de un chico, este hombre lo había cambiado o
quizás dicho algo acerca de él, porque Frank ahora lo estaba tratando con
más amabilidad que antes. Por un lado eso estaba bien, pero por el otro... Uh,
de seguro que Frank le preguntaba cosas de su madre y sinceramente no
sabía como tratar ese delicado tema con Frank. "Te quedaste en blanco, creo
que estoy siendo muy efusivo ¿Verdad?" Bobby interrumpió los pensamientos
de Félix al hablar de repente. El pelinegro parpadeó rápido al ver como el
chico estaba todo encima de él ahora, ¿¡Pero en qué momento...!? Dios, Félix
sabía qué era esto. Carajo, por supuesto que lo sabía, no hacía falta ser un
puto adivino para darse cuenta de lo que el chico quería hacer. "Estás muy
cerca, hace calor." Murmuró con la boca torcida. Bobby sólo sonrió amplio.
Ugh, Félix resopló. "Quise decir que quites tu brazo de mi hombro. Bien,
reconozco que fue una buena técnica, pero ¿No sabes del espacio personal?
Además, no estamos en el cine para que hagas esa jugada cursi." Gruñó entre
dientes. Bobby soltó una risita, pero no deshizo su agarre. "¿Quieres ir a uno?
Conozco a un tipo, nos puede alquilar el cine sólo para nosotros dos." Sugirió
haciéndole un guiño. Dios, si el policía no hubiera sido alguien que fuera tan
atractivo, tan apuesto, tan malditamente caliente... Dios, no le hubiera
seguido el flirteo. Pero joder, ¿Un cine para él solo? La oferta no era tan mala,
sin embargo Félix sabía que esa táctica había sido usada en alguien más y eso
apestaba. Después de todo, el policía era un puto vividor. "No gracias, no me
apetece. Ve con alguien más." Expresó con voz firme. No había forma en el
infierno de que Félix se acercara a él, por lo menos no antes de pedirle un
examen.
Diablos, ¿Se estaría poniendo viejo? Las personas se ponían más consientes
cuando comenzaban entrar en la edad adulta del todo. Las cosas se pensaban
como mayor meditación y no eran tan espontáneas como en la adolescencia o
en la primera etapa de los veintes. Félix miró la mueca del chico policía,
fácilmente pudo ver la mirada de derrota en su rostro. Eso estaba bien, era
mucho mejor mantenerlo al margen de todo, cuanto más alejado de él, mejor.
El hombre estaba ardiente, pero se había creado en su mente una falsa
expectativa de él mismo, lo había idolatrado al punto de tergiversar varios
aspectos de su persona. Rayos, Félix tampoco era tan bueno y de hecho,
estaba cien por ciento seguro que Danny era mucho más mejor bailarín que
él. "Mira, yo ya no soy ese del que tú gustabas y ni siquiera te voy a preguntar
el porqué de eso, existen chicos más atractivos que yo." Soltó un suspiro
cansado, luego continuó: "Ese chico murió y se convirtió en esto que ves
ahora, tú decides si lo aceptas o no, es de libre elección ¿Bueno?" Indicó con
voz fuerte y clara, pero quería dejar todo sacramentado. Bobby torció la boca,
una expresión oscura lo invadió por completo. "Es mejor que vayas a
descansar, mañana seguiremos hablando." Murmuró con voz seca. Se deslizó
por encima del chico lo más casualmente posible. "¿Qué haces...?" Félix soltó
un chillido cuando Bobby lo cargó. "No pienses que te dejaré caminar con
esas llagas en los pies." Contestó con una sonrisa, caminando fuera de la sala
de estar para ir en dirección del dormitorio de Félix. Evitando mirar a Bobby,
el pelinegro se quejó torciendo la boca en muecas. "No soy un bulto, ayer
tenía los pies más rotos que hoy." Dijo con un soplido. "Estás en mi casa y te
voy a tratar bien." Bobby contestó en voz baja. Félix arrugó la nariz. "Debiste
hacer eso la semana pasada, ¿No crees? Ahora estamos terminando esta y
para que sepas, mi instancia aquí no ha sido del todo leche y miel." Se quejó
sin mirarlo a la cara, pero podía sentir al chico justo encima de él, podía
sentirlo con cada centímetro de su cuerpo. Cielos, de seguro el policía lo
estaba mirando. Ugh, Félix se encogió, disgustado con su línea de
pensamiento. Bobby suspiró. "Me voy a reivindicar contigo ¿Sí? Pero si
quieres saber, te encontré bastante atractivo, no de mi tipo, pero atractivo."
Le confesó llamando la atención de Félix. "¿Qué quieres decir?" Preguntó
mirándolo a los ojos ahora.
Bobby siguió caminando con Félix a cuestas, pero le respondió: "Me gustan de
cabello rubio ceniza, ojos claros, piel blanca, con un cuerpo gimnasta y con
apariencia amable." Soltó una risita al notar la expresión podrida en el rostro
de Félix. Éste se quejó ipso facto: "Eres imposible, ¿En serio? Viejo ¿Qué
carajos? Ya te dije que no soy ese tipo." Dio un soplido. El hombre era peor
que una mascota domesticada, parecía un animal abandonado buscando a su
dueño. Ugh, aunque eso no cambiaba el hecho de que una parte de él quería
darse la vuelta, empujar al policía contra la pared y trepar por él como una
jodida pandereta. Diablos, el acosador no debió ser tan atractivo y eso no le
estaba ayudando a su frustración sexual. Habían pasado tantos días que ya se
le estaba olvidando de cómo tener sexo. Cielos, tenía que echar un polvo una
de estas noches y eso le iba a calmar el fuego interno que se producía al ver
el trabajado cuerpo del chico policía. "Te pondré en la cama." Bobby indicó
con cuidado, dejándole sobre el colchón. Félix asintió no sabiendo qué más
decir a ese extraño nuevo comportamiento. Bobby se le quedó mirando, pero
cuando la mirada fue bastante intensa, a Félix le tocó preguntar. "¿Qué
quieres ahora? Dilo rápido, dormiré un poco o quizás vea televisión." Susurró
con un soplido. Bobby lamió sus labios antes de finalmente hablar: "¿Quién
era el chico con ese niño de hace un rato? Claramente vi que existía un
problema de comunicación, porque el niño debería llamarle papá en vez de
mamá ¿No?" Se restregó la mejilla al acabar. Félix soltó un soplido, con todo
el lío del fanatismo del chico por su arte, se había olvidado de Danny. Ugh, su
amigo estaba bien jodido y tenía que pensar en algo para sacarlo de ahí.
"Bailaba conmigo en la academia de Ucrania, ahora creo que me superó en el
baile." Resopló apretando los labios. "Um, oye..." Se le quedó mirándole a los
ojos. Bobby sonrió amplio. "¿Sí?" Susurró a la espera de escuchar lo que sea
que Félix iba a preguntar. Entonces Félix suspiró. "¿Crees que estoy pasado
de peso para el ballet? Se objetivo, no quiero mentiras." Le advirtió
señalándole con el dedo.
Bobby soltó una risita. "Un poco, pero eso se arregla con dieta ¿No?" Contestó
recibiendo un cojín en plena cara. "¡Se supone que me debías decir que no lo
estaba! ¡Ah, ya lárgate!" Félix chilló, poniéndose en posición fetal. Ugh, ahora
iba a tener que hacer una estúpida dieta ya que tenía que lucir y estar liviano
para el ballet, sobre todo si no quería provocarle una contusión en la espalda
a Danny. "¡Te prepararé una ensalada para la cena, te veo luego Vaslav!"
Bobby salió con una gran sonrisa del dormitorio. "¡Soy Félix!" El chico
refunfuñó del mero disgusto. Ah joder, estaba atrapado en la casa de un
fanático loco, ¿Qué carajos con su mala suerte?
CAPITULO 12
“SI SEÑOR”
"¿De verdad? Ja-ja, bueno yo también me quería casar con Alice Keys cuando
era pendejo, pero ¿En serio te dijo eso? ¡Vaya, quien lo diría!" Frank se largó
a reír con diversión mientras Félix se quejaba en la silla en frente de él. Ellos
estaban desayunando en una cafetería, se habían puesto un poco al día y Félix
le contó todo lo que había hecho en ese tiempo. El muchacho pelinegro soltó
un suspiro cansado. "Fue terrorífico verlo actuar así, ¿Crees que esté
fingiendo? Es que si lo hubieras visto Frank, cambio de demonio a ángel." Se
quejó restregándose la mano en la cara. El chico rubio lamió sus labios, que
sabían a café, antes de hablar: "No creo que sepa. Bobby es el jefe, nosotros
somos los que ejecutamos las misiones, él está encargado de temas
administrativos y de rollos de más grueso calibre con el tema de leyes y
aspectos legales." Hizo un clic con la lengua. "Todavía no puedo creer que
hayas terminado en su casa." Dijo a conciencia. Félix se encogió de hombros.
"Mark fue muy bueno conmigo, ¿Crees que yo deba decirle todo? La verdad es
que no quiero mentirle, ha sido muy buena persona conmigo." Expresó con
una sonrisa.
Frank sacudió la cabeza. "Por el momento vamos a ocultar las cosas. Sin
embargo, tendremos que decirle a Bobby que eres mi primo, de lo contrario
nos va a ir mal."Comentó con una mordida de labio. Félix tragó saliva, no
estaba muy de acuerdo con eso. "¿Por qué lo dices? No creo que sea tan listo
¿Verdad?" Resopló al acabar. Frank exhaló, bebió un poco de café y prosiguió
en la charla: "El hombre es vengativo, cuando quiere algo no se detiene hasta
obtenerlo. Él tenía un amorío con Mark, después eso no funcionó entre ellos,
pero mi amigo me dijo que el hombre era muy astuto y había que cuidarse de
él. Ya sabes, no hay que tenerlo de enemigo." Suspiró. Félix mordió su labio
inferior, había notado algo de eso en sus interacciones y había que ser ciego
para no hacerlo; de hecho hasta John se pellizcaba un poco. No obstante,
Félix todavía no estaba convencido. "No lo sé primo, ¿Qué tal si me obliga a
casarme con él? Ugh, bueno él actuó muy raro." Murmuró con estrés,
recordando el comportamiento del chico. Frank soltó una risita. "Él me contó
algo, dijo que cuando era más joven su mamá le arrojó al loquero encima, sólo
porque le dijo que se quería casar con un bailarín." Lamió sus labios y miró a
Félix a los ojos. "Supongo que tú eras ese bailarín, por lo tanto, estás jodido."
Afirmó con certeza. Félix no tenía salida, por lo menos hasta que a Bobby se
le pasara el enamoramiento. Al parecer ya habían pasado varios años de eso y
el chico seguía gustando de aquel bailarín, que resultó siendo su primo. "¿Qué
puedo hacer?" Félix preguntó con un jadeo. Frank lamió sus labios y sonrió
amplio. "Ten sexo con él, así se quitará la frustración de años." Dijo con voz
normal. Félix arrugó la nariz, aún incrédulo de haber escuchado ese consejo.
"¿Estás demente? No haré eso." Afirmó negando con la cabeza de lado a lado.
Frank se echó a reír con eso. "¿No te gusta? El idiota es atractivo ¿No?" Alzó
una ceja al hablar. "Félix mordió su labio inferior con fuerza antes de
contestar: "Es muy ardiente, pero eso no es el punto. Además, a él le gusta a
Vaslav, no a Félix." Indicó a brazos cruzados.
Frank se echó a reír con ganas esta vez. Félix apretó los labios siendo el
objeto de mofa de su primo. Frank se quitó una lágrima provocada por la risa,
luego finalmente habló: "No seas tonto, eres la misma persona. Quizás ahora
estás cambiado, pero sigues siendo tú, primo." Comentó con una mordida de
labio. Félix ladeó la cabeza, lo miró a los ojos brillantes y soltó las palabras
que tenía atragantadas en la garganta desde el inicio de su cita: "¿Por qué
estás actuando así conmigo? Antes me hablabas lo justo y necesario, no
contestabas mis llamadas y me tratabas de manera grosera." Lo miró por
debajo de sus pestañas. Frank soltó un suspiro, bebió café y comió una
galleta. Félix le alzó una ceja, entonces el chico rubio finalmente habló: "He
estado en terapia y eso me hizo darme cuenta de varias cosas. Las personas
no van al loquero porque se ve mal, pero conversar ayuda, la plática es buena
para darse cuenta de varias cosas." Dijo a conciencia. Félix asintió y lo siguió
escuchando. "La verdad es que yo llegué a aceptarte hace rato, pero no te dije
nada porque necesitaba hablarlo en persona. Sabes que no me gusta que
hagas cosas fuera de la ley, lo que pasó con tu identidad como Big Johnson es
una secuela de esas cosas malas, Félix." Suspiró. "Si quieres que te ayude, vas
a tener que dejar de hacer cosas mafiosas y no te preocupes, porque también
se lo dije a Zar, así que no es nada personal." Aclaró con voz firme. Félix
apretó los labios, entonces su primo había cambiado. "Lo voy a pensar,
¿Bueno?" Señaló con una risita. Frank rodó los ojos. Félix se echó a reír, pero
hacer cosas malas dejaba dinero fácil y no quería regresar a una vida
aburrida sin aquella adrenalina de hacer cosas ilegales no aceptadas por la
ley. "Te daré dos semanas para que lo pienses, por mientras cuéntale a Bobby
que somos parientes y de a poco le soltaremos la verdad de que eres Big
Johnson, ¿De acuerdo?" Expuso con una mirada decidida. Félix asintió. "De
acuerdo, tú eres el que sabes." Suspiró profundo.
∞∞∞
Horas más tarde, Félix entró a la casa lentamente. Apenas lo hizo, pudo
distinguir los rasgos de Bobby al llegar con él. No necesitó ser un adivino
para saber que estaba molesto, la ira que emanaba de cada movimiento rígido
de su cuerpo era notable. "¿Dónde estuviste todo el día? Son las ocho de la
noche." Habló con voz pesada y seca. Félix hizo un clic con la lengua antes de
refutar su mierda. "¿Me estás acosando? Yo hago lo que quiero en mi tiempo
libre, viejo." Espetó mirándolo a la mandíbula apretada. Bobby no dijo nada,
simplemente agarró su muñeca y lo arrastró hacia el comedor principal de la
gran casa. Con la respiración entrecortada, Félix se quejó tras él. "¿Qué estás
haciendo?" Preguntó una vez que estuvieron en el comedor. Bobby
permaneció en silencio, arrastrándolo hacia la silla, luego la retiró de la mesa
y empujó a Félix, dejándole sentado. Después de unos minutos de silencio
cargado de ira y furia, Félix cruzó los brazos sobre el pecho. "¿Qué crees que
estás haciendo? Yo ya cené en el Burger King." Dijo, echándole un vistazo a
las ensaladas en la mesa.
Bobby no dijo nada, sus ojos estaban fijos en Félix. Ugh, se veía tan molesto
que Félix se retorció un poco en la silla. "No me harás sentir culpable."
Susurró con orgullo. Ugh, odiando el hecho de que sí se estaba sintiendo mal
por dejarlo con la cena tirada. "Salí a recrearme un poco." Murmuró entre
dientes, pero sólo obtuvo un gran silencio. Diablos, la situación le estaba
molestando. "¿Y qué crees que estás haciendo, de todos modos? ¿No tienes
mejores cosas que hacer que acosarme? Ya te dije que yo soy Félix, no soy ese
de antes." Se quejó a brazos cruzados. "Tú no me avisaste, pensé que te
habías ido de mi casa." Bobby finalmente le contestó con algo estúpido. Félix
suspiró. "No me fui, dejé todas mis cosas aquí ¿No?" Resopló. "Además lo que
haga en mi tiempo libre no es asunto tuyo." Le aclaró caminando hacia la sala
de estar. Bobby lo siguió. "Es asunto mío cuando podrías arruinar la lesión de
tus pies. Ni siquiera te pusiste las vendas." Señaló mirándolo sentarse en el
sofá. Félix suspiró. "Viejo, eres muy denso, sólo quería salir. No es un crimen
querer salir a ver a alguien, hace tiempo que no lo veía ya que estaba de
viaje." Murmuró, mirándose las uñas. Bobby hizo un clic con la lengua. "Me
debiste dejar una nota. Ahora en adelante espero a que lo hagas; de hecho me
debes avisar cada vez que salgas." Espetó cruzándose de brazos. El jodido
chico hablaba jodidamente en serio. Félix parpadeó. "¿Disculpa?" Dijo casi en
desconcierto, ¿Acaso el tipo le estaba poniendo reglas otra vez? Bobby no
habló de inmediato, su mirada estaba fija en su cara. Luego de diez segundos,
pronunció palabras: "No quiero que salgas hasta que me digas que rayos
estás escondiendo. Puedo conjeturar que algo te pasó, de lo contrario no te
habrías ido a esconder en ese monasterio." Los ojos de Félix se clavaron en él.
Las palabras del policía fueron lo suficientemente verdaderas para que él
pensara en lo que su primo le había dicho.
"Yo fui a encontrarme con mi primo." Félix habló con voz pausada, mirando al
chico con atención. Bobby entrecerró los ojos y lo estudió. "¿Hablas en serio?"
Dijo al fin. Una piedra de ansiedad se instaló en las entrañas de Félix, pero si
quería la ayuda de Frank, tenía que dejar que este chico se enterara de la
verdad. Después de todo, ya estaba empezando a sospechar que algo mal
andaba con él. "Es verdad, viene llegando de Polonia, um creo que también es
policía, se llama Frank Edison, ¿Te suena el nombre?" Preguntó, haciéndose
el desentendido. Bobby abrió la boca y la cerró. Mirándolo, Félix se rió entre
dientes con mucho humor. "¿No me digas que lo conoces? Um, es alto,
cabello rubio y.…" Se quedó callado cuando el chico le habló encima: "Es el
nuevo jefe del Interpol, obviamente lo conozco." Félix se humedeció los labios
con la lengua. Había algo desconcertante y emocionante en la cara del chico
esa noche. Ugh, al igual que ayer, cuando el policía se puso mucho más
atento de lo que la situación requería. "Oh, el mundo es un pañuelo ¿Verdad?"
Dijo con una sonrisa inocente. Bobby agarró su barbilla. "¿Haces todo lo
posible para fastidiarme, cierto?" Habló con una voz suave que contradecía
completamente el agarre apretado en la barbilla de Félix. Éste se echó a reír.
"¿Por qué te pellizcas tanto? Sólo eres un extraño, que tú me conozcas no
quiere decir que yo lo haga también. Además, ya no soy como era antes,
tampoco bailo." Espetó mirándolo a los ojos. Bobby lamió sus labios antes de
refutar a sus palabras. "¿Entonces por qué estás bailando? Practicaste hasta
que tus pies sangraron." Averiguó con interés. Félix suspiró. "Me sentía solo y
esa fue la única manera de convencer a mi amigo para que viniera a verme."
Dijo con los labios apretados. Bobby finalmente soltó su barbilla y regresó a la
mesa. "Bien, no te tienes que preocupar por eso ahora, llegaré temprano
todos los días y vendré a almorzar para hacerte compañía. No te tienes que
inquietar por la comida, contrataré un chef para que cocine comida saludable
para ambos." Le informó todo con gran sonrisa. Félix exhaló. "Viejo me estás
asustando otra vez." Murmuró entre dientes. Bobby le habló con voz fuerte.
"Vas a estar muy asustado si no te comes esa comida, ¿Entendido?" Indicó con
voz de mando. "Sí señor Bobby." Félix respondió con sarcasmo.
Definitivamente, su instancia en la casa iba a cambiar.
CAPITULO 13
“SALIDA”
Una semana después de estar con el chico en la casa todo el maldito jodido
tiempo, Félix estaba deseando que el hombre se convirtiera en el fantasma de
antes, porque joder no lo dejaba solo a sol ni a sombra. Además de eso, lo que
lo mantenía pellizcado fue la refacción del gimnasio en la planta baja de la
casa, porque el chico la convirtió en un jodido salón de ballet. El hombre puso
espejos por todas partes, instaló la barra de ejercicios en una esquina de la
habitación y le compró ropas de entrenamiento a él y Danny, en una manera
de motivarlos a seguir practicando. Por su puesto que Danny estaba feliz en
su salsa como un espagueti, pero luego de una semana, su sonrisa se apagó
ya que había llegado la hora de marcharse de regreso a Denver junto al
famoso alfarero, quien había terminado las exhibiciones de sus obras en el
museo de Nueva York. Esto le cayó como un balde de agua fría a Félix,
porque no quería separarse de Danny, pero éste último tampoco quería
apartarse del alfarero y su hijo. Ugh, eso tenía cabreado a Félix, porque el
puto chico los estaba prefiriendo a ellos en vez de a él. "Ya quita esa cara de
pescado, te pondré un maestro de ballet." Bobby le habló desde una esquina
del gimnasio. El chico estaba sentado en un sofá, una lata de cerveza yacía en
su mano derecha. Félix rodó los ojos, Danny se había ido apenas hace unos
minutos, muerto de la molestia porque para variar, ellos habían discutido. "No
estoy molesto por eso, ya te dije que sólo estoy retomando esto porque a
Danny le gusta." Resopló. "Pero como estabas de fisgón, ya debes saber que
se irá mañana de regreso a el Colorado." Murmuró con un suspiro. Bobby
bebió un poco de cerveza, luego puso una pierna sobre la otra. "¿Quieres que
se quede?" Preguntó con ojos maliciosos. Félix hizo un puchero. "¿No es
obvio?" Exhaló. "Pero ya lo oíste, dijo que el trabajo de su jefe se acabó en
Nueva york." Se restregó la mano en la cara.
Una vez en la ducha, Félix se resbaló con espuma del jabón y se hizo un
chichón en la frente. "¡Mierda!" Gruñó, restregándose la frente. Por culpa del
chico había sucedido esto, ¡Ah! El policía idiota lo dejó en blanco allá en el
gimnasio. Cielos, ¿Acaso debía seguir el consejo de Frank y salir con el
policía? Bueno, no era como que él se estuviera imaginando las cosas, porque
el flirteo del chico era bien evidente y claro. El puto hombre le coqueteaba en
su cara y no se avergonzaba de nada, era bien honesto con sus sucias
insinuaciones. Uff, las cosas nunca habían sido tan complicadas, antes
hubiera conectado con el tipo y lo hubiera desechado al rato después, pero
ahora Félix sentía que no podía hacer eso, lo que lo pellizcaba bastante de los
nervios. "Dios," chilló mirándose en el espejo al salir de la ducha. Tenía una
inflamación bien pronunciada en la frente. Fabuloso, pero tampoco era como
si él fuese a salir en una cita, claro que no era eso. Podía lucir mal si lo
quería, de hecho podía vestir muy informal si se lo proponía y eso era lo que
iba a hacer. Después de todos, él iba a asistir a ver una película con el chico
sólo para que éste le dijera el plan que tenía pensado para retener a ese
alfarero en Nueva York, por lo tanto a también a Danny. Obviamente era eso,
ellos no estaban saliendo en una cita... Ugh, Félix se sentó en la cama,
tampoco podía interesarse en alguien a base de mentiras, por lo mismo tenía
que decirle a Bobby que él era ese delincuente que ellos estaban interesados
en atrapar. Quizás si le explicaba sus motivos, el chico iba a entender;
además, no era como que él le pudiera decir la verdad a buenas y a primeras,
el muchacho era la jodida policía y él no tuvo cómo saber que el chico
simpatizaba con su persona al ser un jodido fanático de su arte.
Al bajar las escaleras, los falsos pardos ojos de Félix se encontraron con la
expresión ilegible de Bobby. El chico estaba bien vestido, en comparación a
Félix, quien usó un jersey gris grueso y de gran tamaño, sus pantalones
negros eran unos vaqueros apretados y con hoyos en las rodillas, se veían
viejos y raídos. Su cabello estaba húmedo, también desordenado. "Estoy
listo." Dijo rompiendo el silencio. Bobby lo miró con cautela, de seguro estaba
molesto por la elección de ropas para nada elegantes de Félix. "Ya veo."
Respondió con voz ronca. Se miraron el uno al otro. "¿No llevarás chaqueta?
Está fresco allá afuera." Bobby susurró con voz blanda. Félix se encogió de
hombros antes de responder: "Estoy bien así, gracias." Se pasó una mano por
su cabello húmedo para peinarlo hacia atrás. "Me puse dos camisetas."
Informó con una lamida de labios. Bobby tardó un momento en recordar lo
qué le había dicho antes de que ellos se fueran a cambiar. Él rió entre
dientes. "Veo que siempre te sales con la tuya." Sonrió. Félix asintió. "Lo
hago." Expresó risueño, sonriendo y luciendo muy orgulloso de sí mismo. Era
un ridículo. Bobby quería hacer algo sucio con él, pero considerando el
repelente natural de Vaslav alias Félix, iba a dejar que las cosas fluyeran de
manera innata. Se miraron un poco más, sin hablar. Bobby rompió el silencio:
"Reservé una película sobre no ficción, creo que te gusta ese género." La
sonrisa de Félix desapareció. "Ya no veo ese género, me gustan las películas
cómicas ahora. Pura comedia, nada clásico. También el rock pesado y
Eminem." Se quejó, bajando la mirada. Rodando los ojos al respecto, Bobby
sacó un sobre de su bolsillo. "Esto es para ti." Dijo con voz suave. Los ojos de
Félix se iluminaron con curiosidad y sorpresa. "¿Qué es?" Preguntó,
acariciando el sobre con sus dedos. Bobby sonrió. "Son dos entradas para un
musical de ballet, iremos a ver el cascanueces." Informó mordiendo su labio
inferior. "Pensé que podríamos ir juntos. El cine era algo muy cliché.
Rómpelos si no quieres." Dijo con voz baja.
Félix exhaló. "No me gusta." Miró los tickets brillantes en su mano y la cara
de decepción en Bobby. Ugh. "Pero supongo que podría ir a analizar el
reparto, siempre sentí curiosidad en saber cómo otros bailarines
interpretaban al cascanueces." Murmuró frotando los boletos con el pulgar.
Bobby le sonrió. "¿Wow, en serio?" Balbució con gran intensidad. "Te
acompañaré." Félix contestó con voz ronca. "Eso es fabuloso, ¡Gracias!"
Bobby se inclinó y le dio un beso en la mejilla. Dios, ambos se quedaron
paralizados. "Um sí, creo que hay que irse." Félix susurró eso, alejándose y
juntando las manos detrás de la espalda. Bobby tardó un momento en
recuperar el control de su cerebro calcinado. "Um sí, tienes razón, el musical
comienza a las nueve y son las ocho con quince." Murmuró mirándolo a los
ojos. "Vámonos entonces." Félix habló con dificultad. "De acuerdo." Bobby
espetó, mostrándole el camino con una mano. Félix asintió, salió caminando
adelante, Bobby lo siguió y juntos abandonaron la casa.
∞∞∞
Bobby salió caminando detrás de él. "¿Te pusiste celoso? No acepté a nadie si
quieres saber." Señaló con gran sonrisa. "Cállate, mejor háblame sobre el
plan para retener al alfarero aquí." Félix bajó las escaleras con una queja.
Bobby soltó una risita. "Tú te pareces bastante a Frank, ahora que lo pienso
ambos tienen la misma manera evasiva de expresarse." Comentó con gran
guiño. "¿No vas a regresar al cabello rubio?" Preguntó con interés. "¿Y tú
nunca me vas a dejar en paz?" Félix rebatió con un gruñido. Bobby sólo le
sonrió en silencio. Félix lo miró fijamente y se dio cuenta de que la respuesta
era no. En realidad, no esperaba otra cosa, el tipo era bien insistente con su
ligue. "Eres bastante honesto." Félix apretó los labios, sonriendo un poco, y
apartó los ojos del policía antes de que pudiera decir algo estúpido. "Tu cara
está azul, te dije que hacía frío." Bobby señaló a conciencia. Luego de eso se
quitó la bufanda que llevaba en el cuello y la enrolló en Félix. "¿Esta es una de
esas técnicas baratas de conquista?" El muchachito indagó con una ligera
sonrisa. "Sí, ¿Funcionó?" Bobby expresó a ceja alzada. Una sensación de
agitación y conmoción se instaló en la boca del estómago de Félix. El chico
miró el sonriente rostro de Bobby antes de contestar: "¿Qué pasaría si digo
que tal vez sí?" Curioseó. El chico rubio susurró: "Bueno, quizás yo te bese."
Esbozó una pequeña sonrisa, y joder, ¿Estaban coqueteando? Félix no tenía
idea. "Me dio hambre, vamos a cenar." Indicó con voz baja. Bobby miró su
rostro por un momento antes de asentir y apartar la mirada. Félix subió al
automóvil, haciendo todo lo posible para sacar al hombre a su lado de su
mente. Se concentraría en el camino. Ugh, estaba jodido, no lo iba a poder
hacer.
CAPITULO 14
Félix frunció sus labios. "Odio cuando la gente usa palabras cariñosas que no
quieren decir." Ugh. "Y no me arrepentí, ¿Entendido?" Gruñó. "Lo tendré en
cuenta, querido Vaslav." Bobby siguió un sucio jueguito, casi riéndose de la
cara que puso el chico. "Ya te dije que no soy ese. Deja de llamarme así." Félix
se quejó mirándolo con sorpresa. "Sabes ucraniano bastante bien. Hasta
ahora me di cuenta que me estabas hablando en mi idioma." Indicó perplejo,
un poco sorprendido por el hecho. La mayoría de los norteamericanos eran
todos ignorantes cerrándose en su propio idioma. "Soy bastante bueno
entendiéndolo, también hablándolo." Bobby le susurró arrojándole una mirada
intensa. Félix soltó una risita. "Ya estás siendo espeluznante otra vez."
Comentó con voz ligera. Bobby aplastó el cigarrillo en el cenicero. "¿Qué te
hace pensar eso?" Preguntó, profundamente divertido. En realidad, no podía
recordar la última vez que se había divertido tanto. Félix apoyó su mano en su
barbilla y el codo en la mesa. Le contestó en esa posición: "Aquí no se puede
fumar, ¿Sabías, verdad?" Cambió el tema. Bobby se echó a reír luciendo
claramente cómodo. "Este es mi restaurante favorito, ellos saben que soy la
policía. Es un placer que me puedo permitir ¿No crees?" Expuso moviendo
ambas cejas a la vez. Félix lamió sus labios antes de responder a eso: "Eres un
policía bien corrupto y malvado, mi primo no es así." Bobby se apoyó en un
codo y miró al chico con curiosidad. "¿Y eso te gusta, cierto?" Murmuró con
voz envolvente. Félix sacudió la cabeza para negar. "Claro que no." Murmuró
con voz blanda y de poca intensidad. Obviamente le gustaba.
Bobby lo miró con una sonrisa amable en sus labios. "Justo cuando estaba
pensando en un plan maquiavélico para tu deleite, tú me sales con que eres
un inocente bebé." Expresó con burla. Ugh, Félix arrugó la nariz. "Yo soy
malo, no soy un bebé." Dejó en claro. "Por supuesto, eres muy malo." Bobby
se burló con voz incrédula, el maldito idiota. Félix torció la boca al charlar:
"Claro que lo soy, soy bastante malo. El más malo de todos por aquí." Se jactó
con gran confianza. No obstante, Bobby no le creyó ni una pisca. "Oh sí, por
supuesto." El policía lo miró con una expresión agradable. "No tienes que
mentir, tampoco es para tanto." Continuó, pasando sus nudillos sobre la suave
mejilla de Félix. El chico se estremeció, pero no le quitó la mano. Bobby
sonrió. "Luces confundido, ¿Me quieres decir algo?" Preguntó con una
expresión cautelosa. Félix apretó los labios, la idea de decirle sobre su falsa
identidad estaba siendo bien atractiva en ese momento, porque la situación se
había dado naturalmente y tenía todo a su favor para denotar lo de Big
Johnson. "Yo, bueno..." Se quedó quieto cuando Bobby dejó que sus nudillos
bajaran por su cuello. "En verdad escondo algo." Continuó, dejando pasar ese
toque. "Lo sé, sólo estoy esperando a que me digas al respecto." Bobby
contestó con voz suave, posando sus ojos en esa exuberante boca fruncida. Se
notaba que quería probarlos, Félix tendría que ser un ciego para no entender
el lenguaje no verbal del chico. "¿Prometes no hacer nada extraño?" Expresó
con voz mullida. Bobby ladeó la cabeza con diversión, pero tenía un brillo
intenso en los ojos. "¿Quieres negociar? Te dije que soy tan malo como lo eres
tú." Llevó su mano hacia Félix y siguió charlando: "¿Negociamos?" Lo miró
directo a los ojos pardos. Félix lamió sus labios al hablar: "¿Vas a firmar un
papel si lo pido?" Contrarrestó con voz firme. Bobby asintió al responder: "Lo
haré si quieres." Sonrió con maldad. El pelinegro tragó saliva y agarró su
mano para sacudirla en un acuerdo. "¿Y tú que quieres?" Averiguó con cierto
recelo.
Bobby le miró los labios y se lamió los suyos. La boca de Félix se apretujó al
notar que lo que quería Bobby sería algo muy malo. "Te lo diré al llegar a la
casa." Le informó con maldad. Ugh, Félix arrugó la nariz. "Adelántame algo,
joder no puedo esperar tanto." Expresó con gran mueca. Bobby soltó una
risita y se levantó del asiento, inclinó su rostro hacia el de Félix y presionó sus
labios contra los del estupefacto chico. "Esto es una pista. Regreso enseguida,
iré a pagar la cuenta al mesón." Le dio a conocer con un guiño, saliendo en
rumbo de la dirección mencionada. Diablos, Félix suspiró profundo tocándose
los labios. Ugh, el idiota policía era de todo su gusto. Mierda, le gustaba y
bastante.
∞∞∞
"¿Hay alguna razón por la que estás viendo televisión? Pensé que íbamos a
negociar." Bobby dijo de repente. "¿Mmm?" Félix susurró. "Y yo pensé que te
habías ido a dormir, te demoraste años luz en regresar de la recámara."
Murmuró subiéndole el volumen a la televisión. Bobby apretó los labios.
"Recibí una llamada de un caso importante, se necesitaba una autorización de
mi parte y ya la di." Informó con los ojos en la televisión. Félix asintió con un
bostezo. "Puedes regresar, se me quitaron las ganas de charlar. Creo que me
iré a la habitación a hacer yoga o quizás me masturbe con mi vibrador del
tamaño del continente de África." Parloteó con acidez. Pero una de las cosas
que odiaba era que le dejaran de dar atención o posponer por cosas triviales,
como la llamada de media hora del estúpido policía idiota. Dios, Félix odiaba a
este hombre.
Bobby caminó hacia él. "No quise demorarme tanto. Te pido disculpas,
además estoy aquí ahora ¿No?" Se excusó, sentándose al lado de Félix en el
sofá. Éste torció la boca, aunque estaban separados todo lo que pudo ver
fueron los ojos sorprendentemente intensos del otro hombre. Cielos, siempre
los idiotas eran los chicos más apuestos, era totalmente injusto. No se suponía
que los policías fueran tan guapísimos, ugh era extraño, poco apropiado, y
simplemente injusto. "No sabía que me querías tanto aquí." Bobby habló con
voz sexy. "No te hagas el chistoso." Félix contestó con un bufido. Bobby
sonrió. "Pero me gusta hacer bromas, del tipo sucio es mi especialidad." Dijo
con una voz más chispeante que la usual. "¡Ya cállate!" Félix agarró uno de
los cojines del sofá y se lo tiró por la cabeza. Bobby parpadeó asombrado,
dejando el cojín hacia un lado. "¿Es todo lo que tienes chico malo?" Siseó con
agudeza. Félix le arrojó otro cojín, que Bobby esta vez atrapó. El chico usó sus
reflejos. "¡Se supone que debía estrellarse en tu fea cara!" Félix chilló con
molestia. Bobby rió. "Sabes que soy un diez. A mí no me digas eso." Masculló
moviéndole ambas cejas. Ugh. Félix jadeó del disgusto y entrecerró los ojos al
hablar: "Me iré a mi habitación, no me gusta tu narcisismo de mala muerte."
Se quiso levantar, pero lo siguiente que supo es que Bobby estaba encima de
él, tratando de acorralarlo en el puto mueble. "¡Quítate de encima!" Chilló,
dando manotazos para arrancarle los ojos. Bobby sujetó sus manos "Te gusto,
¿Hasta cuando lo vas a negar? Es mutuo así que no te de vergüenza, ¡Dímelo
ya!" Espetó mirándolo a los ojos confusos. "¡Cállate! Eso no es cierto. Eres un
fanático acosador, ¡Dios! Eres un zopenco, eres... ¡Urgh! No puedo
soportarte." Chilló entre forcejeos, tratándose de liberarse del agarre del
chico sobre él.
En un movimiento rápido, Bobby agarró sus brazos agitados y los apretó con
fuerza, luego puso una pierna por entre medio de las de Félix y lo inmovilizó
en aquel lugar. "¿Qué crees que estás haciendo? Suéltame." Éste demandó
con voz firme, jadeando y tratando de quitarse al chico de encima. Bobby
soltó un bufido. "Sólo dime que te gusto y listo, ¿Por qué te haces el difícil?
Ambos somos adultos, justo ahora la podríamos estar pasando bastante bien."
Dijo con voz suave. Félix arrugó la nariz. "Me fastidia que me obliguen. No
quiero enganchar contigo, ¿Tanto te cuesta entender que no quiero nada
contigo?" Masculló con exaltación. Uff, rodó los ojos. "¿Estás mirando mi
boca?" Resopló. La coqueta mirada del policía volvió a sus ojos. "Pues, sí.
Estaba observando en lo rojos y jugosos que se te ven los labios. Pareces una
cereza, la fresa del pastel." Indicó con voz coqueta. Félix chasqueó la lengua y
miró hacia un lado. "Tengo la boca partida, es por eso." Contestó con mucha
calma. "No pondré tu polla en mi boca, porque sé que estás pensando en eso."
Continuó. Bobby abrió la boca y la cerró de la sorpresa. "Créeme, no quiero
eso por ahora." Indicó con firmeza, liberando una mano del agarre para girar
la cara de Félix. Éste lo miró sin expresión. "No me expliques nada." Dijo con
voz seca. "Lo quiero hacer." Bobby contestó de inmediato. Félix levantó la
barbilla. "¡No me interesas!" Exclamó con fuego en los ojos. "Mentiroso."
Bobby susurró con una sonrisa. Félix lo fulminó con la mirada. Bobby sonrió
con aire de suficiencia. Luego de eso una cosa rara pasó, porque Félix sintió
que sus labios chocaron estrellándose con estruendo entre sí. Fue un beso
ardiente, húmedo, fogoso y demasiado caliente.
Félix odiaba el hecho de que había perdido una batalla, pero no pudo evitar
seguir el beso, recibir la lengua del chico en su propia boca y definitivamente
no pudo evitar chuparla y hacer ruidos inhumanos, tirando del policía más
cerca, encima de él si fuera posible para que lo aplastara con todo su cuerpo.
"¡Asch! ¿Me mordiste?" Bobby se apartó al hablar, maldijo al ver la cara sexy
de un malicioso Félix antes de sumergirse de nuevo en su boca, mordiéndole y
chupándole los labios, porque al parecer ese era el fetiche del bailarín. Félix
por su parte gimió, chupando la lengua de Bobby, barrió sus dedos por el pelo
del chico y lo desordenó a gusto. Se estaba sintiendo tan bien, tanto que le
estaban dando unas ganas enormes de ir a follar a la cama del chico policía.
Temblaba del deseo y de la realización de que quería follar con un policía.
Debajo de él una vibración recorrió su costilla, luego el sonido de una música
se escuchó. Jadeando, ambos se separaron. Félix lo miró con ojos muy
abiertos, habló con voz entrecortada: "Es el ringtone que le tengo a Danny."
Jadeó, tratando de recuperar el aliento. Bobby rodó fuera de él y se puso de
pie de un salto. Lentamente, como aturdido, Félix se puso el teléfono en la
oreja para contestar: "Hola." Pronunció casi sin aliento. Joder, nunca se había
sentido tan excitado desde hace tanto tiempo. Del otro lado, Danny finalmente
habló: "Su esposa despertó, me arranqué del hotel y me vine con todas mis
cosas." Silencio se escuchó en la línea. Félix tragó saliva, miró a Bobby con
ojos brillantes y regresó al teléfono: "Bobby dijo que te vinieras para acá,
toma un taxi y te esperamos aquí." Indicó mirando al sorprendido chico a los
ojos. Por su parte, Danny asintió. "Está bien, nos vemos allí, jefe." Murmuró
con voz depresiva. Félix se despidió del chico y soltó un suspiró. "Ya no será
necesario el plan maligno con el alfarero, todo se fue a la verga con Danny."
Masculló con una mordida de labio.
Bobby se peinó el cabello hacia atrás con los dedos. "Me vas a deber una. Iré
a preparar la otra habitación de invitados." Murmuró mirándolo a los labios
hinchados. "Sí haz eso." Félix susurró las palabras todavía sintiéndose sin
aire. Bobby lo miró a los ojos, Félix hizo lo mismo y un silencio cómodo se
creó entre ellos. "Iré a ordenar." Bobby rompió el hielo con una sonrisa. Félix
asintió y vio como el chico salió de la sala de estar. "Eso fue bueno." Murmuró
en voz alta, tocándose los labios. "Bastante bueno." Continuó con gran
sonrisa, dejándose caer en el sofá.
CAPITULO 15
“TENSIÓN
Danny bebió más leche, ya era muy tarde para que bebiera café. Bobby los
escuchó charlar desde su sofá: "Te dije que el tipo iba a salir corriendo
cuando la vieja despertara del coma." Félix murmuró con reproche. Suspiró.
Danny siguió bebiendo leche en silencio. El único pelinegro en la sala, suspiró
otra vez: "¿Qué dicen los doctores?" Averiguó con cautela. El chico rubio a su
lado se encogió de hombros, luego le contestó: "No lo sé, sólo escuché la
noticia y me fui de ahí sin decirle a nadie. No dejé rastros de mi persona."
Dejó caer un soplido. Félix miró a Bobby, éste se encogió de hombros y el
chico regresó su atención a Danny. "¿Y el niño?" Curioseó cambiando el tono
de su voz a uno más suave. "Dormido." Danny contestó escueto. Félix mordió
su labio inferior, no quería ser metiche, pero debía preguntar: "¿Tenías algo
con el hombre casado?" Alzó una ceja. "Danny dejó el vaso de leche en la
mesita y se levantó del sofá. "¿Cuál es mi habitación? Estoy cansado y quiero
dormir." Dijo mirando a Bobby, claramente evadiendo el tema de
conversación. "Al fondo, luego a la derecha." Este le respondió con voz
pausada. "Gracias." Danny agarró su maleta y miró a Félix cuando éste le
agarró el antebrazo. El chico sacudió la cabeza. "Bien no me digas, lo
importante es que ya estás conmigo y libre de eso. Ve a dormir ahora."
Susurró mirándolo a los ojos claros. Danny asintió. "Buenas noches, jefe." Dijo
eso y salió caminando en dirección a la habitación asignada para él.
Félix asintió, ugh ya no quería saber más de eso. "Vamos a cambiar el tema,
se le va a pasar. Lo sé, siempre pasa." Murmuró entre dientes. Bobby soltó
una risita, estaba notando cierta frustración en el rostro de Félix. "Al parecer
tienes experiencia, ¿Me quieres contar?" Dijo sonriente, uno de sus dedos se
enrolló en el cabello del chico otra vez. Félix suspiró. "Oye viejo, deja de
tocarme. Eso no se hace sin permiso." Señaló con una mueca. Bobby rió
chispeante. "¿Me das permiso? Es que me gusta tocarlo, es como acariciar un
papel de arena o un bloque de cemento." Indicó con gran mofa, echándose a
reír con mucha diversión al ver la expresión podrida en el rostro de Félix.
"¡Hey!" El pelinegro torció la boca, cruzó sus brazos y ladeó la cabeza. Bobby
lamió sus labios, se acercó al chico, entonces le acarició el cabello otra vez.
"Te puedo llevar al salón de belleza, no hay necesidad que mantengas esta
apariencia cuando ya lo sé todo Big Johnson. No tiene sentido." Sonrió amplio
al acabar. Diablos, Félix tragó saliva, su estómago se retorció en un feo
espasmo y luego otro sentimiento lo invadió por completo: Ira. Se lanzó
encima del chico y puso sus manos alrededor del cuello de éste. "¿Me
estuviste espiando?" Gruño de la molestia, sus manos se apretaron más en el
cuello del sonriente chico. Éste sonrió. "Soy policía, ¿Por qué crees que lo
soy? Obviamente soy muy astuto." Informó con descaro, dándole la vuelta y
lanzándole al suelo. "¡Ash, oye!" Félix se quejó del dolor de la espalda, pero
no pudo continuar en eso, porque Bobby se posicionó encima de él. El chico le
agarró la cara, la sujetó con una mano y exhaló. "¿Creíste que no sabía nada?
Cielos, eres muy dulce, pero mi habilidad es ser un desconfiado, jamás confío
en nadie..." Sonrió en una pausa. "Por más lindos que estos sean." Continuó
con voz delicada.
La lengua de Félix se movió hacia afuera para humedecer sus labios. "¿Qué
demonios quieres? Sigo pensando que eres un corrupto, un mordaz policía
lleno de mierda a su alrededor." Gruñó con osadía, fulminándolo con la
mirada. Bobby se inclinó un poco para mirarlo de cerca, le sonrió amplio otra
vez, pero sus ojos reflejaban seriedad. "Sólo quiero que dejes de delinquir y te
comportes como el gran bailarín de todos los tiempos: Vaslav Baryshnikov."
Su voz se escuchó con entusiasmo y admiración. Félix se mordió el labio, lo
miró con una expresión incierta. "Detente, sé que estás un poco obsesionado
con él, pero soy Félix ahora y no quiero regresar a eso. Yo estoy felizmente
traficando tranquilizantes para osos y otras cosas más. Pronto reconstruiré mi
pandilla." Murmuró con voz baja, ladeando la cabeza para evitar la mirada
penetrante del chico sobre él. Bobby resopló. "¡No tiene que ver con una
maldita obsesión!" Exhaló, acercándose al chico para que ellos estuvieran
cara a cara. "Debo aceptar que me gustas siendo Vaslav, pero también debes
dejar de hablar de ti como en tercera persona. Es bastante loco, eres tú y no
un personaje de ficción, es tan simple como eso." Indicó, tratando de
encontrar su mirada. "Soy Félix." El muchacho insistió. "¡Eres un obstinado!"
Bobby gruñó, luego agarró el rostro de Félix y lo obligó a mirarlo a los ojos.
"¿Por qué no quieres ser Vaslav? Por tu jodido comportamiento me imagino
que sucedió algo grande ¿Verdad?" Resopló. "¿Alguien te dijo algo o te
hicieron algo en el pasado? No soy psicólogo, pero tengo un arma lista para
ser usada." Espetó mirándolo parpadear. Félix se quedó muy quieto. "Ugh,
perdona no quise gritar." Bobby suspiró profundo. "Es sólo que no entiendo
por qué desapareciste de un día para otro, teniendo un gran porvenir y
muchos fans. No me logra hacer match en la cabeza, algo te tiene que haber
sucedido. ¿Pero qué?" Masculló mirándole al rostro quieto. Félix apretó los
labios, exhaló. "Estoy castigando a mis padres, ¿Bueno? Es una venganza que
llevo desde hace mucho tiempo y no sé como salir de ella. ¿Estás contento
ahora? Ugh, te odio. Ugh." Gruñó entre dientes. Bobby soltó una carcajada.
Después sonrió al hablar: "Bien, estamos progresando. No quería presionarte,
pero necesitaba saber el trasfondo de las cosas." Sonrió amplio mirándolo con
detención. Félix lo observó con una expresión aburrida, porque sabía que el
idiota estaba planeando algo y tenerlo reducido en el piso era una clara
insinuación de ello. "¿Qué quieres? Dilo rápido, tu expresión de fanático loco
está logrando descomponer mi ánimo." Murmuró de mala gana.
Bobby lamió sus labios, lo hizo por segunda vez hasta finalmente hablar: "Yo
quiero hacerte cosas, varias cosas. Eres jodidamente perfecto en lo que a mí
respecta." Mordió su labio ahora. Félix apretó la mandíbula. "¿Yo o Vaslav?"
Preguntó con una expresión afilada. "Te ofenderás." Bobby le contestó con
voz seca. Una luz oscura se posó en su rostro. Félix resopló. "Deja que yo
juzgue eso." Indicó con una mueca. Mirando a Félix a los ojos, Bobby habló en
un susurro ronco: "Quiero follarte tan fuerte con mi polla, llenarte con mis
fluidos hasta que pierdas la conciencia y dejes atrás tu personalidad
múltiple." Exhaló. "Si quieres honestidad, me gustan los dos." Confesó. Félix
lo miró fijamente. Solo lo miró, sus ojos pardos estaban muy abiertos y
brillantes, sus mejillas tenían un tinte bermellón. "La mierda que dijiste..." Se
quedó mudo, los músculos de su garganta estaban trabajando como locos,
pero no parecía que quisiera golpear a Bobby, tampoco lucía disgustado. Se
veía excitado y dispuesto. Félix se humedeció los labios, con un movimiento
exabrupto tiró de Bobby, le dio la vuelta y se quedó encima del chico. "Eres
un sucio." Dijo picando el bulto de sus pantalones. La dura polla de Bobby
casi rompía su cremallera. Joder, no sabía por qué eso lo estaba excitando,
pero lo hizo. Félix se sentó a horcajadas sobre los fuertes muslos vestidos del
policía, lo miró con ojos brillantes y audaces, tiró de la camisa del chico para
abrirla y los botones volaron por todas partes de la sala de estar. "¡Woah, oye
contrólate!" Bobby murmuró con una sonrisa agradable. Félix se inclinó y
murmuró contra el oído de éste: "¿Quieres follarme? ¿Por qué no demuestras
primero que eres digno de tenerme?" Mantuvo la mirada del chico al apartase
para observar su rostro. Bobby tragó saliva, su visión se fue a rojo por la
lujuria, un gruñido salió de su garganta y les dio la vuelta, cambiando de
posición. "¿Qué necesitas para eso?" Masculló quitándose la camisa rota por
las manos de Félix. Éste sonrió con maldad. "Tú sabes lo que tienes qué
hacer, después que lo hagas me buscas y continuamos con esto." Miró el
trabajado torso del chico rubio y lo tocó con un dedo. "Vas a tener que
deshacerte de eso que tienes ahí." Continuó con una risita fresca. Se miraron
el uno al otro, Bobby prácticamente podía sentir la sangre palpitando en su
dura polla y las bolas. Unos segundos cargados de tensión pasaron, sus ojos
se encontraron y luego se estaban besando.
Los labios de Bobby lo envolvieron por completo, lo besaron con fuerza siendo
algo posesivo al respecto. Félix probablemente debería haber estado molesto
por eso, incluso fastidiado por estarlo besando de regreso, pero era difícil
sentirse molesto por esta muestra inapropiada de posesividad cuando se
sentía tan bien, sus labios temblaban de placer. Mierda, Félix sólo podía
chupar la lengua de Bobby, arrastrarlo más contra él para sentirlo con
satisfacción mientras sus lenguas se envolvían cada vez más fuerte la una
alrededor de la otra. Rayos, la conexión era buena, pero si Félix no paraba
esto de seguro que iba a pasar a mayores ligas. "Te dije que después
terminábamos, tonto orate." Rió, empujándolo hacia el suelo. Tsk Bobby
sonrió viéndolo partir de la sala de estar. Cielos, le tocaba aplicar mano, de lo
contrario iba a perder las bolas. Dios, se echó a reír con diversión. Estaba
jodido.
CAPITULO 16
“IMPROVISTO”
Ugh. Félix exhaló, luego se dio la vuelta con la pregunta de Danny: "¿Qué
quiso decir? ¿Le dijiste algo?" Frunció los labios. Félix se encogió de hombros
y regresó a su asiento. "Estás siendo bastante evidente, así que Bobby lo
adivinó por su propia cuenta." Lo miró de reojo y continuó con voz afilada:
"Hay que ser un idiota para no darse cuenta que estás totalmente afectado
por haberlos dejado." Lo siguió mirando fijo hasta que Danny bajó la mirada al
no poderla sostener. "Se me va a pasar." Susurró cabizbajo. Félix asintió y
ambos siguieron disfrutando del desayuno. Después de un rato, el chico rubio
apretó los labios y se quejó: "¿Qué está sucediendo entre tú y el poli? Al
parecer se han hecho bastante cercanos, ¿Te gusta?" Preguntó con voz seca.
Félix escupió el café que estaba bebiendo al haberse atorado. "No, sólo estoy
jugando con él." Contestó con seguridad. No obstante, Danny no estaba muy
convencido de aquello. "Me pareció otra cosa, jefe." Dijo con voz torcida.
"¡Cielos estoy jugando!" Félix exclamó con exageración. Danny lo observó con
detención, lo analizó con concentración, haciendo que Félix se pusiera un
poco nervioso, pero sostuvo la mirada. "De acuerdo, más te vale. Ya que sería
ilógico que me estuvieras regañando por mi situación, si tú también tienes
tejado de vidrio." Comentó con ceja alzada, Félix sacudió la cabeza para
negar. "No tengo tejado de vidrio sobre mí, mis acciones están techadas con
acero reforzado e irrompible como el vidrio. Ni siquiera un huracán
destrozaría mi techo." Aseguró en metáfora, dejándole tranquilo. Aunque no
estaba muy seguro de aquello, pero Danny no tenía qué saber. No todavía.
Ugh, cielos.
La chica parpadeó en sorpresa. "¿En serio? No quiero molestar." Dijo con una
blanca sonrisa. Félix sacudió la cabeza de lado a lado. Luego sonrió al
dialogar: "Pasa, yo te invitó." Le señaló el interior de la casa. La chica
finalmente entró y caminó con Félix hacia la sala de estar. "¿Eres su
hermano?" Ella preguntó con curiosidad, mientras se sentaba en el sofá. Félix
sonrió con maldad. "Soy el hermano Félix, de la orden del monasterio de San
Benito. Sólo soy un inquilino aquí, un placer." Se presentó falsamente, de
todas formas ya estaba acostumbrado a fingir. La chica se llevó la mano a la
boca antes de contestar: "Discúlpeme padre, no quise faltarle el respeto." Se
excusó, luciendo atribulada. Félix se echó a reír, jugar con extraños era tan
divertido. Cielos, ya estaba echando de menos la sensación de placer al
hacerlo. Esto era mejor que el sexo y eso decía bastante para saber lo bien
que se estaba sintiendo. "No te preocupes, no llevo mi sotana. No tenías cómo
saber hija. De todas formas, todavía soy un novicio." Espetó con gran
desfachatez. "Dame un segundo, le diré al jefe de cocina que preparé más
comida. Tienes que quedarte a almorzar, Bobby va a estar muy contento
cuando te vea aquí." Murmuró, saliendo en rumbo a la cocina. Félix se echó a
reír mientras caminaba por los pasillos de la gran casa, entonces al llegar al
lugar sonrió cuando encontró al chef. "Señor Müller, Bobby llamó al teléfono."
Pronunció con la voz más seria que pudo encontrar. El hombre de cabello
oscuro y nariz larguirucha asintió. "¿Necesita algo en especial?" Preguntó con
expresión amable. Félix respondió con una sonrisa: "Su novia acaba de llegar
a la casa. Entonces, usted debe preparar un menú especial para que ambos
almuercen a gusto." Lamió sus labios y continuó dando las instrucciones de su
malévolo plan contra el puto playboy. "Prepare algo magnificente para la
parejita por favor, no se preocupe por nosotros, ya que Danny y yo saldremos
a almorzar afuera para darles privacidad." Salió de la cocina para ir con
Danny.
∞∞∞
Bobby apenas prestó atención a los saludos de uno de sus molestos vecinos
mientras caminaba hacia su casa. Estaba emocionado después de lo que vivió
anoche con Vaslav y lo único que quería era llegar con él para poder charlar
de ello, retomando así el flirteo que ambos habían creado. "Buenos tardes,
vecino. Umm, le diré al cartero." Murmuró sin saber de qué rayos hablaba el
hombre, mientras tecleaba el código de seguridad que abría la puerta de su
casa. Una vez adentro, el chico caminó directo a la sala de estar, ya que
generalmente Vaslav a esta hora se encontraba mirando televisión, mientras
esperaba por él. Hasta el momento, la situación entre ellos era bastante
cómoda y Bobby sabía que el chico gustaba de él también, por lo que era
mutuo. El chico rubio sabía que sólo tenía que tratar al muchacho con máxima
suavidad, porque el hombre era bastante mal genio y su humor se
descomponía con el mínimo detalle. Entonces, si él quería desarrollar algo
más profundo con Vaslav o con Félix, como el tontito se hacía llamar a sí
mismo, no tenía que cometer ningún error; de lo contrario, sería fatal.
Por lo mismo, Bobby se quedó inmóvil ante la vista que lo recibió. La azafata
estaba esperándolo sentada en uno de los sofás de su sala de estar. Mierda.
Bobby ni siquiera sabía que ella estaba en Norteamérica. "¿Qué estás
haciendo aquí?" El policía se escuchó a sí mismo decir. La chica quitó la
mirada de la pantalla de su celular y lo miró fijamente, luego su sonrisa se
desvaneció al notar su molestia. Antes de que ella pudiera responder algo, el
chef detrás del rubio intervino apresuradamente: "Señor Bobby el almuerzo
especial está listo. Pueden pasar a la mesa." Sonrió amplio. Bobby se dio la
vuelta y miró al chef con una expresión confusa en el rostro. "¿De qué
almuerzo especial estás hablando?" Preguntó en desconcierto con los ojos
fijos en el hombre. El chef tragó saliva, sin entender lo qué pasaba. "El señor
Félix me dijo que usted iba a almorzar con su novia, es por eso que
preparamos un almuerzo..." Se quedó quieto con el gritó de Bobby. "¿Qué
carajos? Ella no es mi jodida novia, apenas y la conozco." Gruñó de mala gana,
mirando a la mujer que se aclaró la garganta. "¿Dónde está Félix?" Inquirió
con voz brusca. Esta vez fue la chica quien habló: "El padre Félix fue al
Burger a almorzar con el otro sacerdote. Me dijo que te dijera que no iba a
llegar esta noche para darnos privacidad." Murmuró con voz baja. Bobby se
restregó la mano en la cara y soltó un grito horrible. "Regresa a la cocina." Le
ordenó al chef y éste abandonó de inmediato la sala de estar, casi agradecido
por salir de ahí. Bobby tomó aire, ahora le dio atención a la chica. "¿Disculpa,
cual era tu nombre?" Dijo con voz desinteresada. La mujer arrugó la nariz.
"Soy Leila." Contestó con voz suave. "Te llamé al celular, pero la llamada no
entró. Así que..." Se quedó callada cuando Bobby le habló encima de sus
palabras: "Viniste aquí y dejaste un desastre." Gruñó de mala gana.
La chica apretó los labios. "Dijiste que podía venir cuando estuviera libre.
Bueno, eso hice." Murmuró con voz baja. Bobby se restregó la mano en la
cara, ahora la chica de una vez a la semana, le iba a costar caro. Bobby
exhaló. "Oye..." Se le quedó mirando y prosiguió: "Ya no vengas más, ya
conocí a alguien y estoy determinado a hacerlo mío, ¿Entiendes?" Informó con
gran determinación y esta se reflejaba en sus ojos. La chica parpadeó del
asombro: "¡Oh!" Ella se acomodó el cabello hacia un lado. "Bien, supongo que
me iré entonces." Expresó perpleja. "Pero yo traté de llamarte." Insistió.
Bobby afirmó con la cabeza. "Bloqueé tu número de teléfono, es por eso que
no entró la llamada. De hecho, bloqueé a todos y todas, así que no eres nadie
en especial, sólo se me olvidó notificarte." Indicó con voz plana. Ella arrugó la
nariz, cogió su cartera y salió dignamente del lugar, sin antes llamarle asno.
Bobby gritó de la rabia, se fue a su despacho y revisó las cámaras del día.
Cielos, ahí se dio cuenta de lo que Félix había dicho y hecho, entonces supo
de inmediato que estaba jodido. Sacando su teléfono, marcó el número de
Frank y éste le contestó a los segundos, entonces Bobby habló: "¿Sabes dónde
está tu primo?" Mordió su labio inferior a la espera de la respuesta. Esta fue
breve: "No tengo idea." Frank soltó un bostezo. "¿Quieres su número de
teléfono? Así me dejas tranquilo, estoy resolviendo unos asuntos importantes
aquí." Dijo con voz floja. Bobby apretó los labios: "No te atrevas a hacerte el
gracioso conmigo, Frank. Dame el maldito número." Gruñó obteniendo el
contacto de Félix.
Bobby colgó la llamada y quien contestó el teléfono de Félix no fue éste sino
que Danny. "¿Qué quieres?" Respondió con voz seca. Bobby apretó los labios,
pero él no se iba a quedar sin hablar con Félix, así que usaría su poder.
"Regresen a la casa ahora mismo, de lo contrario le diré al alfarero sobre tu
paradero." Espetó con maldad. Danny chasqueó la lengua de lado a lado. "No
caeré ante tus bajas tetras, nosotros no regresaremos, sólo porque tú nos
ordenas eso." Bufó de mal humor. Bobby sonrió con maldad. "Mi amigo el
alfarero va a estar bien deseoso de escuchar lo que tengo que decir sobre ti,
sobre todo de lo bien que te pasas deprimido por los rincones de mi casa."
Indicó con crueldad. "Tú..." Danny fue callado por Bobby. "Ya lo sabes, no
estás hablando con cualquiera. Los espero para almorzar, dense prisa." Colgó
la llamada y se dejó caer en la silla del escritorio. Ugh, había retrocedido
hasta el principio con Félix. "¡Muy bien Bobby, eres un idiota!" Gruñó en voz
alta.
CAPITULO 17
"¿Quieres más vino, Félix?" Bobby ofreció con una sonrisa. Los chicos en la
mesa siguieron comiendo en silencio, de hecho ninguno de ellos lo miró a la
cara. Bobby apretó los labios, enderezó los hombros, ignorando la forma en
que se le había acelerado el pulso. Cielos, al parecer había sido mala idea
obligarlos regresar a la casa, porque la pequeña mierda lo había estado
ignorando todo el puto almuerzo y el chico rubio a su lado le arrojó dardos
por los ojos todo el tiempo, por haberlo amenazado con eso del alfarero. No
sería tan sorprendente si ellos no estuvieran molestos, de todas formas Bobby
había usado su poder para hacer algo que ellos no querían, pero considerando
que él tenía que aclarar la mierda que sucedió con esa chica sin importancia
con Félix, uff, a Bobby no le quedó otra que usar esa baja táctica para traerlos
a la casa. Dios, aún así no había sido capaz de hablar con Félix ni una sola
vez, eso lo tenía de mal humor, porque lo había estado mirando fijo
activamente todo el jodido almuerzo y el chico no se indignó a mirarlo de
regreso, ¡Mierda!
Bobby lo buscó con la mirada, cada vez que Félix hacía un indicio de quitar la
vista de su plato, pero evidentemente el arroz que estaba comiendo era más
interesante que su versión de los hechos con esa chica que ni siquiera
recordaba el nombre, ya que sólo la tenía registrada como 'la azafata
cachonda' y nada más que eso. Diablos, su estilo de vida casual y de poco
compromiso le estaba pasando la factura con su enamoramiento de infancia,
ugh claramente esto era un mal hábito que necesitaba romper. Bobby hizo
que su rostro adoptara una expresión en blanco justo cuando Félix finalmente
lo miró todo pesado y molesto, obviamente estaba fingiendo no sentir su
mirada en la maldita mesa. Cielos, para consternación e irritación de Bobby,
su cuerpo reaccionó de una manera muy predecible a la vista de la pequeña
mierda con problemas de personalidad múltiple, como si fuera un adolescente
sin control sobre su estúpido cuerpo. Diablos, esto era inaceptable. "¡Ya deja
de mirarme!" Félix fue lo primero que dijo, antes de darle un puntapié a
Bobby, por la razón que fuera. "Quiero hablar de lo de hace un rato." Éste
espetó con una sonrisa cansada que parecía más una gran mueca. Sabía que
tenía que aclarar el tema para evitar malos entendidos, porque sin querer se
había creado una mala imagen de su persona con Félix. Rayos, después de
años de anhelar tener un encuentro cercano con su estrella favorita, resulta
que sus mezquinas acciones le habían jugado una mala pasada, haciéndole
perder su reputación con el chico. Ahora éste pensaba que él era una mierda
de persona, que se la pasaba durmiendo por ahí sin preocuparse de las visitas
en su casa. Ugh, de haberlo sabido antes, él nunca lo habría dejado solo, pero
frente a sus ojos Félix era un puto jodido monje, el cual se había convertido
en una carga al quedarse en su casa sin pagar alquiler. Mala persona, esto le
estaba pasando claramente por ser una mala y puta jodida persona con el
prójimo.
La mirada que Félix le lanzó fue positivamente tóxica. "No significa que
tengas que decirme sobre tus cosas, policía. Yo no quiero, no me interesa
saber." Expresó con un siseo, antes de cruzar los brazos sobre el pecho.
Bobby miró de reojo a Danny, luego desvió la mirada a Félix. "Pensé que el
punto era dejarte en claro eso. No me estoy viendo con nadie." Aseguró con
firmeza. Ugh, apartó la mirada de la boca de Félix, irritado consigo mismo.
"El problema es que tú y yo no somos tan cercanos para que me digas eso.
Insisto, no sigas." Félix indicó con voz venenosa. La lengua de Bobby se
deslizó hacia afuera para humedecer sus labios. "Cualquiera diría que estás
celoso." Comentó con una sonrisa. Los labios rojos de Félix se curvaron en
una mueca torcida. "¿Es eso posible?" Dijo a ceja alzada. Bobby sonrió. "No lo
sé, dímelo tú." Contestó con voz suave, una vez más disgustado por tener que
bajar sus defensas con la pequeña mierda complicada. Rayos, la situación y él
mismo, se estaba volviendo bastante patético. "Es obvio que no, imbécil."
Félix parloteó con voz agria. Bobby sonrió amplio. "Si tú lo dices, tendré que
creerlo ¿No?" Se burló, claramente sabiendo de antemano que Félix estaba
bastante celoso. Lo que era a la vez bueno y también malo. Danny rodó los
ojos, ya estaba harto de tanta mierda y en verdad, él tenía en varias cosas en
qué pensar. "Con permiso, iré a mi habitación. El aire de aquí está bastante
tóxico." Se excusó, abandonando el comedor principal. "¿Viste lo que hiciste?
Ugh, eres un idiota." Félix gruñó, lanzando su servilleta en la mesa. Bobby se
encogió de hombros. "El chico tenía cara de pescado desde antes, ambos
sabemos que eso no es mi culpa." Murmuró entre dientes. Félix chasqueó la
lengua, pero en su interior sabía que era verdad.
Bobby lamió sus labios antes de hablar. "Supongo que ya no vas a querer
retomar lo de anoche." Dijo con cautela. Félix torció la boca. "Supones bien.
No quiero que se me peguen los hongos, debes estar lleno de lepra ahí abajo."
Espetó con voz afilada. Bobby arrugó la nariz, todavía no se acostumbraba a
lo rudo que era Félix al hablar. "Yo estoy limpio, no tengo nada contagioso.
Sólo para que sepas." Aseguró con voz profunda y seria. Félix se encogió de
hombros, no quería saber. Bobby apretó su mandíbula, miró en los ojos
pardos que lo miraban de vuelta con desinterés. "¿Vas a comer postre?"
Preguntó mirándolo al rostro. Félix rodó los ojos. Bobby se levantó del
asiento, caminó hacia un renuente Félix y se detuvo frente al chico. El
pelinegro arrugó la nariz. "¿Por qué estás todo sobre mí? Apártate." Demandó
con gran ahínco, observando la poca distancia entre ellos. "Estoy aquí por el
postre." Bobby respondió con una sonrisa. Félix le arrojó una mirada
venenosa. "¿No lo quieres?" Dijo Bobby, acercándose. El chico puso sus
manos en los hombros de Félix y éste se sacudió en el toque. "Quítame los
tentáculos de encima." Gruñó, temblorosamente. El rubio sonrió al hablar:
"¿Por qué debería? Te dije que estoy aquí por el postre." Sus bocas estaban
tan cerca que podía sentir la respiración inestable de Félix en sus labios.
Mierda. Con un gruñido salvaje, Félix enterró las manos en el cabello del
policía y tiró de él hacia abajo. "Deja de molestar." Le advirtió, pulverizándole
con la mirada.
Bobby sonrió amplio, observando en sus ojos. "Te queda mejor el celeste."
Señaló con una risita. Félix arrugó la nariz. "¿Quieres perder las bolas? Estoy
a un paso de golpearlas." Le advirtió con una mueca. Bobby rió. "Estoy
bromeando," le dio un beso y se apartó. "Ve a cambiarte, te esperaré en la
sala." Indicó, besándole otra vez. Rayos, Félix se dio la vuelta y finalmente se
fue a la habitación. Las cosas habían escalado bastante rápido después de
aquella caliente interacción y lo más extraño era que no parecía molestarle.
Mierda, hasta se le había pasado el enojo. Félix mordió su labio y entró a la
ducha, definitivamente había sido una mala decisión haber aceptado ir con
Bobby, pero no se pudo resistir a decirle que no al ver esos ojos brillantes y
un poco tristes. Mierda, un débil, se estaba convirtiendo en todo un jodido
débil.
CAPITULO 18
“FAMILIAS”
Cielos, esto parecía un reality show de la élite, Félix deseó tener con él un
pote de palomitas de maíz y unos lentes 3D para disfrutar del espectáculo
familiar. Con razón Bobby no quería venir solo, si su familia era un caos del
porte de un buque pesquero. "No seas sarcástico, sabes que tenemos que
guardar las apariencias..." Ella ladeó la cabeza y por primera vez le dio
atención a Félix. "¿Quién es este chico?" Su voz al preguntar no fue amable.
Félix tensó los labios, sintiendo una oscura aura salir de la mirada acechadora
de la mujer. Bobby acomodó su cabello, peinándolo hacia atrás con sus dedos
al hablar: "No te interesa saber, ¿Me estás haciendo preguntas, madre?"
Espetó con voz áspera, mirándola intenso. Ella frunció la boca, dejando
mostrar una fea mueca. "Ve a saludar a la abuela, iré a informarle al abogado
que ya llegaste para que comencemos con la lectura del testamento."
Murmuró entre dientes, levantándose del sofá y saliendo de ahí. Uff, Félix
finalmente respiró al sentir el aire tóxico disiparse un poco. "Oye, ¿Qué ha
sido todo eso? Estoy todo tenso por las malas vibraciones." Susurró con un
clic de lengua. Bobby suspiró profundo, suspiró una segunda vez y sonrió al
hablar: "Mi familia es una sátira de los locos Adams, ellos están todos
dementes y esto es una reunión hipócrita para aguardar las apariencias.
Obviamente todos quieren el dinero del abuelo, dinero que obviamente yo voy
a recibir." Dijo con firmeza. Félix parpadeó con eso. "¿Eres el heredero?"
Averiguó con sorpresa. Bobby soltó una risita. "Lo voy a recibir, pero no va a
ser para mí." Dijo, sentándose en el sofá. Félix apretó los labios. "Woah y
entonces ¿No vas a ir a saludar a tu abuela?" Preguntó con asombro. Bobby se
encogió de hombros. "Ella está contenta con la muerte del abuelo, ¿Acaso no
escuchaste que está cuidando de sus plantas?" Sacudió la cabeza. "El abuelo
era una carga, llevaba casi un año en estado vegetativo. Ahora finalmente
pudo descansar, yo ya me había despedido de él. Sólo estaba fingiendo no
saber de su muerte." Murmuró con voz cansada.
Félix se sentó al lado del chico. "Tú familia es bien extraña, bueno todas las
familias lo son." Susurró, mirándolo de soslayo. "Lo siento." Continuó. Bobby
sonrió, pasó un brazo por los hombros de Félix y lo abrazó. El pelinegro
arrugó la nariz al mirarlo. "No te aproveches." Dijo entre dientes. El chico
rubio rió. "Necesito contención, un huracán está por venir." Dijo,
manteniendo el agarre mientras Félix le echaba un vistazo a un hombre de
altura promedio, quien se venía acercando a ellos. "Bobby, es bueno qué
hayas venido. Comenzaré con la lectura del testamento, tu madre me dijo que
ibas a aceptar el dinero." Murmuró con gran sonrisa. El chico rubio miró al
hombre alrededor de treinta años y sonrió amplio. El abogado atractivo se
restregó la mano en la cara de piel blanca como la seda. El hombre era
bastante atractivo. "Viejo no me hagas esto, no quiero ir a Londres." Se quejó,
mirando de reojo a Félix. "¿Este chico lindo es tu novio?" Curioseó con gran
sonrisa. Bobby soltó una risita y sonrió al hablar: "No te desvíes del tema,
Daniel." Alzó una ceja y el abogado suspiró profundo. "Viejo no me hagas esto,
sabes que va a tomar tiempo encontrar al fallecido hijo ilegítimo de tu abuelo,
luego al hijo heredero de éste." Murmuró entre dientes. Félix sólo los observó
charlar, de hecho estaba curioso de lo que Bobby iba a decir. Éste último
habló: "Ya te ahorré la tarea con el investigador, mi primo vive en Londres se
llama Sage Preston y es estudiante de arquitectura." Sonrió. "Sólo debes ir
allí, decirle que su primo Bobby le heredó una pequeña fortuna y listo, ¿Cuál
es el problema? Eres el abogado ¿No?" Murmuró mirándolo a los ojos. El
chico chasqueó la lengua de lado a lado. "Eres de lo peor, sabes que estoy
peleando la custodia de mi perro con mi ex novio. Bobby no me puedo ir a
Londres." Se quejó torciendo la boca.
Félix rió entre dientes, pero las cosas malas le gustaban. Bobby sonrió
mirándolo de soslayo, luego le dio atención al chico abogado. "Lo siento, este
es tu trabajo ¿No? La facturación de tu salario puede comprarte otro perro."
Dijo con acidez. El abogado arrugó la nariz. "Eres malvado." Siseó. Miró a
Félix y rodó los ojos. "Por lo que veo, tu novio es igual de malo, se está riendo
de mi desgracia. Dios los crea y el diablo los junta." Parloteó, saliendo de ahí
para ir a leer el testamento al frente de la demás familia. "¿En serio vas a
darle el dinero a tu primo no reconocido?" Félix preguntó con curiosidad.
Bobby lamió sus labios al mirarlo. "Ajá, ya tengo bastante dinero y quiero que
Daniel se tome vacaciones. Si no te diste cuenta, él es mi amigo." Sonrió.
"¿Estás decepcionado ahora? No soy tan malo como lo esperabas." Expresó
con voz baja e íntima. Félix sonrió, el idiota tenía cojones. "Cállate." Susurró
con una sonrisa. Bobby se echó a reír, se estaba sintiendo bastante bien y eso
que era el funeral de su abuelo, pero él ya se había despedido de él y por
supuesto que iba a cumplirle su voluntad de arreglar lo que de joven no pudo
hacer con el hijo ilegítimo, que de paso tuvo con la empleada de la casa. Algo
típico de gente adinerada. Bobby esperaba ser mejor persona y no repetir
esos errores con nadie. Félix lamió sus labios, ambos esperaron sentados en
aquel sofá mientras el abogado leía el testamento del abuelo del chico,
entonces luego de que la lectura finalizó, Bobby finalmente se levantó del
sofá. "Vámonos, ya se leyó el testamento." Dijo con voz floja. Félix se puso de
pie y lo miró con el rostro dudoso. "¿Estás seguro? Ni siquiera te has
despedido." Murmuró con asombro. Bobby se encogió de hombros antes de
contestar: "Sólo tenía que estar presente mientras se leía el testamento, ya lo
hice y ahora nos vamos." Agarró el antebrazo de Félix y lo tiró para caminar
con él fuera de la sala. Félix resopló. "Tienes un lío en tu familia, debes estar
muy solo." Susurró con voz baja, observando la mano del chico todavía en su
antebrazo. Bobby sonrió amplio mirándolo de soslayo. "Estoy bien, soy muy
independiente desde los diecisiete años de edad. Me emancipé cuando me
prohibieron viajar a Ucrania para ver tus presentaciones." Comentó, soltando
su mano para abrir la puerta. "Ya empezaste otra vez." Félix murmuró con voz
torcida. Bobby se echó a reír y ambos salieron de la casa para ir al automóvil.
"¿Quieres ir a cenar? Ya es hora." Bobby espetó con una sonrisa, mientras
acomodaba el espejo retrovisor del automóvil.
Humedeciendo sus labios con su lengua, Félix exhaló. "Ya lo olvidé, sólo es
nostalgia." Se oyó a sí mismo decir, pero sólo era eso. Ya había resuelto su
situación años atrás. Bobby sonrió ligero, quería arrancar ese feo recuerdo de
la mente de Félix, dejándole solamente el recuerdo de su persona. "¿Qué
quieres comer? Yo creo que pediré ensalada, me siento gordo. No he hecho
ejercicio en dos días." Bobby cambió el maldito jodido tema. "¿No hablamos
ya de tu ejercicio exacerbado?" Félix comentó con una sonrisa divertida.
Bobby asintió. "Lo hicimos y establecimos que ambos debíamos hacer
ejercicio." Susurró con una lamida de labios. Félix se rió. Fue un sonido
agradable, una sensación que se sintió bien en los oídos de Bobby.
"¿Encuentras que estoy más delgado?" Félix averiguó, picándose la panza.
Bobby rió, la sensación de estar charlando tan casual en el automóvil, fue y se
sintió extrañamente satisfactoria. "Tengo una báscula en mi habitación, si
quieres te puedes pesar." Dijo sonriente. Félix asintió. "Bien, lo voy a hacer.
De todas formas ya no se me hace un pliegue en la barriga, mira." Señaló,
levantándose el suéter para enseñarle su estómago plano. La polla de Bobby
se pellizcó al ver más piel de lo normal, sobre todo una tan suave y lozana
como la de Félix. "Estoy manejando, pero se ve bien." Contestó tragando
saliva. Ugh, eso había sido peligroso y estaba manejando. Se tenía que
concentrar. Rayos, pero tenía la sangre acumulada hace más de tres semanas,
ya no ligaba con nadie desde que supo que tenía al amor platónico de toda su
vida, viviendo bajo su propio techo. Aunque Félix no le creyera, él era muy
leal y jamás le pondría los cuernos, aunque ellos ni siquiera estuvieran en un
tipo de relación. "Creo que ordenaré ensaladas también." Félix susurró,
bajando su suéter. Bobby asintió al respecto. "De acuerdo, sólo ensaladas
entonces." Murmuró con gran sonrisa. Félix sonrió, dándole una mirada de
reojo. "Bueno, sólo ensaladas." Repitió, con una sonrisa. Después de todo, el
merecía sentirse bien y justo ahora lo estaba haciendo.
CAPITULO 19
“PELIGRO”
"Cielos, te dije que sólo comiéramos ensaladas, tonto policía." Félix murmuró
con dificultad, mientras entraba en la casa. Habían comido más de la cuenta
en aquel restaurante estilo buffet y también habían bebido a destajo. Félix se
sentía todo mareado caminando por aquellos oscuros pasillos. El chico rubio
asintió, sostuvo al muchacho por los hombros y lo ayudó a caminar con más
facilidad. "¿A dónde vamos? Mi habitación está por allá." Félix preguntó con
un bostezo, se sentía mareado. Bobby sonrió amplio. "Dijimos que nos íbamos
a pesar en la báscula, sólo será un momento." Susurró con voz baja e íntima,
muy cerca del oído de Félix. Éste estaba un poco mareado para rezongar, así
que caminó con el chico rubio hasta el dormitorio del policía. Al llegar, Bobby
le quitó el abrigo y lo puso arriba de la balanza, rió cuando Félix no se pudo
sostener. "Estás muy ebrio, sostente un poco." Dijo con una risita divertida. El
pelinegro asintió, se quedó quieto y sonrió cuando la báscula finalmente dictó
su peso. Bobby soltó una risita. "Estás en los huesos, pesas ciento diez libras,
en kilos serían cincuenta." Rió. "A eso réstale la ropa demás..." Se quedó
quieto con el berrinche de Félix: "¡Dios santo, estoy obeso!" Empujó a Bobby,
éste cayó al suelo de la impresión. "Estás bien, eres bastante alto, ¿Cuál es el
problema?" Murmuró con una risita, observando la cara de pánico de Félix.
"Pensé que ya no querías ser Vaslav, ¿Por qué te afliges tanto? Ya no eres un
bailarín ¿No es así?" Masculló con voz afilada.
"Sólo perderemos tiempo." Félix jadeó del placer. Bobby mordió su labio. "No
quiero frotaciones, quiero más acción." Gruñó del gusto, se inclinó y besó a
Félix, le mordió los labios con deseo, luego se separó con gran sonrisa. Félix
rodó los ojos al hablar con respiración entrecortada. "Eres un descarado."
Murmuró, tirando de él para morder su boca. Rayos, no podía dejar de besar
al policía tonto. Bobby deslizó sus manos por debajo de las ropas del
muchacho y acarició piel, bastante suave y para nada grasosa como Félix la
hacía lucir. Podría ser vergonzoso, pero Bobby estaba temblando por el deseo
de tocarlo, se estaba muriendo por meterse dentro de Félix, tanto que estaba
siendo esclavo de sus bajos instintos casi como un animal hambriento y mal
nutrido. Dios, era patético lo ansioso que estaba por meterse dentro del joven
debajo de él. "Espera, tengo que ir por las cosas." Bobby recuperó la cordura.
Félix asintió. "¿Dónde está el examen?" Preguntó con jadeos. Bobby se
encogió ligeramente de hombros. "Estoy limpio, si es lo que quieres saber."
Murmuró mirándolo a los ojos brillantes. Era patético tener que dar esta clase
de explicaciones, pero él solo se creó esa fama de playboy con Félix. Éste
exhaló. "De acuerdo, ve a buscar las cosas." Dijo con voz torcida. Bobby
asintió, del cajón de la mesita de noche sacó preservativos y una botella de
gel. Félix mordió su labio inferior. "Espera." Torció la boca. Bobby resopló.
"¿Ahora qué?" Lo miró cabreado. Félix soltó un soplido. "Esta cama debió
haber sido usada por muchos. No quiero tener sexo aquí, tampoco en el
baño..." Se quedó quieto. Bobby se restregó la mano en la cara, esto estaba
siendo molesto ahora. "¿Es en serio?" Masculló con voz frustrada. Félix
acomodó todas sus ropas y bajó de la cama. Bobby sólo lo miró con una
expresión de espanto. "¿Qué haces?" Preguntó con asombro. Félix se subió la
cremallera al responder: "Es que me dio asco, lo siento pero..." Lo miró a los
ojos. "No puedo hacerlo contigo, me das asco. A mí en verdad... No me gustan
los bisexuales, sólo lo hago con gente gay." Espetó mirándolo a los ojos
brillantes. Bobby se quedó quieto, parpadeó rápido y tragó saliva. Félix
suspiró. "Búscate a otro, yo soy extraño, Bobby." Lamió sus labios y continuó:
"Iré a mi habitación ahora, nos vemos mañana." Salió caminando lentamente,
hasta desaparecer de la habitación. Félix suspiró ya afuera, se afirmó de la
primera pared que encontró y se restregó la mano en la cara. Estaba jodido,
sus celos extraños habían cruzado todos los límites, ¿Qué rayos con esto? Uff,
pero fue desconcertante saber que el idiota había follado con varios y varias
en la misma cama, eso le molestó, ni siquiera sabía por qué, pero no iba a
tener sexo en ese lugar, rebajándose a la misma posición de aquellos chicos y
chicas de una sola noche.
"..."
Félix se puso rígido y corrió hacia su habitación, debía salir de ahí, esto se
estaba tornando peligroso.
CAPITULO 20
“NEW LOOK”
Félix jadeó, entró a la habitación del cuarto de trabajo del chico y como se lo
esperó, ahí había muchas cosas: Un panel con fotografías de delincuentes
seguramente, muchas hojas pegadas con anotaciones en una pizarra, estantes
con muchas carpetas y en el centro del escritorio se encontraba la famosa
computadora, la cual tenía que tener el programa con las cámaras de
seguridad. Félix se deslizó con cuidado, no podía meter ruido así que se
acercó lentamente a la computadora y torció la boca al ver que esta tenía
clave. "¡Mierda!" Gruñó entre dientes, tratando de pensar en qué clave le
había puesto el idiota policía al computador. Félix mordió su labio, se restregó
la mejilla, se rascó la cabeza, miró a un lado, luego al otro y nada. "¡Ah!" No
pensó en nada. Con cansancio se dejó caer en la silla del escritorio y miró
hacia un lado, sólo para encontrar un folleto con la audición de la academia
de Nueva York para ejecutar el lago de los cisnes. "Eres un idiota." Murmuró
en voz alta. Luego de eso, algo se encendió en él, la bombilla de luz brilló por
completo cuando pensó en algo. "Eres un acosador." Murmuró escribiendo la
fecha de su cumpleaños en la computadora y está funcionó. Félix siseó la
lengua, se restregó la mano en la cara, sonrió por debajo de la palma de su
mano y resopló. "Fanático loco." Dijo con una mordida de labio. Su celular
sonó. "Ya estoy aquí. Date prisa, jefe." Danny le habló cuando Félix contestó
la llamada. "Voy enseguida." Dijo éste, colgando el teléfono. Entonces, con
manos ligeras Félix buscó el programa de las cámaras, lo encontró en pocos
minutos y borró todo, hasta dejar nada ahí. "Te he hackeado, tonto policía. Ya
no quiero jugar." Habló con una sonrisa maliciosa. Luego de eso, cerró la tapa
de la laptop, se levantó del asiento, miró una vez más la oficina del chico y
salió de ahí para encontrarse con Danny.
Una vez afuera, el chico rubio asintió a su encuentro. "Supongo que vamos a
necesitar money, así que me adelanté y ya hice la solicitud online con el
banco para que nos preparen dos maletines con dinero." Dijo dando un
bostezo. Félix asintió caminando hacia él. "De acuerdo, vámonos." Susurró,
arrastrando la maleta. Danny asintió, también agarró su maleta y se fue
caminando adelante. Félix mordió su labio, miró hacia la gran casa y
finalmente salió detrás del chico rubio. "Pide un taxi, por mientras le enviaré
un mensaje a Frank." Félix habló con los labios apretados. Danny fue a
cumplir lo que se le ordenó y finalmente Félix le escribió el mensaje a su
primo, en una manera de informarle que se había escapado de la casa del
policía y que iba a necesitar de su apoyo, porque estaba seguro, de hecho era
una obviedad que Bobby lo iba a salir persiguiendo. "¡Ya conseguí el taxi!"
Danny gritó desde un lado de la acera. "¡Ya voy!" Félix suspiró, miró hacia la
casa otra vez y exhaló. "Adiós." Susurró con una mordida de labio, dándose la
media vuelta para ir con Danny.
∞∞∞
"¿Y qué tal luzco?" Félix preguntó tres horas más tarde. Danny se encogió de
hombros al hablar: "Eres el hermano perdido de tu primo Frank. Ustedes de
verdad se parecen, jefe." Comentó con una sonrisa. Félix lamió sus labios, se
miró en el espejo y exhaló. "Nuestras madres son gemelas, supongo que la
genética también se inclinó con nosotros los primos." Dijo, regresándole el
espejo a la estilista. "Gracias, me quitó todo el color negro de la cabeza."
Expresó con asombro. La chica asintió con gran sonrisa. "Traté de dejar su
cabello igual al de la foto que su amigo me mostró. Recuerde que debe
hacerse masajes con las cosas que compró, usé unos químicos bastante
fuertes en usted." Indicó con sabiduría. Félix asintió, si no hubiera sido por la
ayuda de la chica, ellos no habrían logrado encontrar un salón de belleza
abierto tan temprano. "¿Estás bien con la transferencia de dinero? Sólo tienes
que decirme si necesitas más." Félix señaló, mirándola negar con la cabeza.
"Ya estaba abriendo, ustedes llegaron un poco temprano. Estoy agradecida
con su generosidad, mi trabajo no vale tanto." Ella soltó una risita al acabar.
Félix asintió, se levantó de la silla y miró a Danny. "Tu corte quedó bien,
¿Seguro que no quieres algún tinte en el cabello?" Preguntó mirándolo a los
ojos claros. El chico sacudió la cabeza. "Me gusta el rubio, así que sólo el
corte por ahora." Indicó escuchándolo reír. "Eres muy clásico, ya no estamos
en el ballet." Félix dijo entre risitas. Danny arrugó la nariz antes de contestar:
"Lo sé, es sólo que me gusta el color. Además, yo me había teñido platinado
antes." Comentó, tocándose las puntas del cabello. La chica soltó una risita y
le habló: "Si quiere le puedo retocar un poco, se demorará media hora. Ya que
es cabello previamente teñido." Sugirió con gran sonrisa. "Personalmente
creo que se verá muy apuesto con un color rosa, es la moda hoy en día.
Prometo que no será tan abrasivo." Le aseguró sonriente. Danny miró a Félix,
luego a la chica. "¿Usted creé que me veré bien?" Preguntó con cierto interés
ahora.
Félix se fue a un sofá y se sentó a pensar. Lo mejor para ellos era comenzar a
armar una nueva pandilla, así que iba a mandar los mensajes por la web
oscura y era mejor que decidieran un punto de encuentro lejos de Nueva
York, tal vez otro estado de Norteamérica, uno que estuviera bien lejos de la
dirección de Bobby. Ugh.
CAPITULO 21
“SEGUNDO OBSTÁCULO”
Santo cielo, Bobby nunca pensó que Félix iba a ser tan celoso. Bueno, él
también era una persona celosa, pero el chico le había ganado por lejos.
Ahora en vez de estar enojado, estaba todo emocionado por encontrarlo y
aclarar ciertas cosas de su extraña y loca relación. Uff, ¿Debería quemar la
cama? Umm, ciertamente no sabía, pero si Félix era así de celoso lo mejor era
que vendiera la casa y se comprara una nueva para comenzar desde cero.
Demonios, ¿En serio se había puesto así de inquieto? De haberlo sabido de
antes que tanto le gustaba, lo hubiera llevado a un sitio más agradable.
Bobby, sonrió amplio, lamiendo sus labios. El rubio llegó a la idea de que iba a
tener que hacer varios arreglos para tener contento a Félix. Así que lo
primero que hizo, fue pedirle a su secretaria que contactara a un agente de
bienes raíces para poner en venta la casa. De todos modos, esa casa no le
gustaba, era demasiado grande, inhóspita, sin calor de hogar y... Bobby
sonrió, pensando que podía dejarle aquella casa a su primo británico. Sí, eso
era una buena idea, así que más tarde se contactaría con Daniel para realizar
el papeleo.
Ahora tenía cosas que hacer y no iba a perder tiempo. "Si llama Sanders
transfiere la llamada a mi celular, saldré a realizar una diligencia." Bobby le
ordenó a su secretaria, saliendo de su oficina. La mujer asintió de inmediato,
también aprovechó de despejar algunas dudas. "Jefe, antes de que se vaya,
um ¿Qué hago con el padre del señor Mark? El hombre todavía sigue con eso
de querer demandarlo por desviar con consejos inmorales a su hijo." Comentó
con voz suave lo último. Bobby soltó una risita divertida, el viejo decrépito era
un payaso como él solo. "Que haga lo que él quiera, su hijo se debería haber
emancipado en la adolescencia. Soy la policía, ese viejo está dándole al blanco
incorrecto. John es el culpable." Dijo con gran risa, ese había sido un buen
chiste. "En fin, si llama cualquier otra persona que no sea Sanders, un tal
padre Félix o alguien llamado Danny, no transfiera las llamadas a mi numero
privado ¿De acuerdo?" Demandó con gran sonrisa, aunque no creía que Félix
se fuera a comunicar, pero no perdía nada con avisar. "De acuerdo, señor." La
secretaria asintió y finalmente lo vio marcharse de la oficina.
[...]
"Tengo calor." Danny se quejó mientras ellos caminaban por aquel seco
camino. Félix le entregó la botella de agua y se quitó el sudor de la frente. "Ya
nos falta poco, pero no teníamos cómo saber que el idiota de Bobby nos iba a
bloquear todas las salidas." Señaló con voz cansada. "No quiero molestar a
Frank, su novio llegó de Polonia y se están comprometiendo con la familia
norteamericana de mi primo. Esperaré a que él me contacte, ya lo he
molestado bastante." Continuó. Luego se llevó el dedo pulgar a la boca y
mordió su uña. Danny asintió, después de todo ya nada le molestaba, el jefe
podía hacer lo que quisiera, de todas formas su ánimo se encontraba bastante
bien después de la llamada de Vanko. Dios santo, todavía seguía sorprendido
con aquello. "Bien, como digas." Susurró con una sonrisa ligera, bebiendo un
poco de agua. Félix lamió sus labios, todavía seguía curioso con eso de que
Vanko llamó a su mejor amigo y que este mal amigo no le contó nada sobre su
conversación telefónica. "Te ves bien, parece que la depresión ya dejó tu
cuerpo." Comentó con una sonrisita, acomodando de paso el gorro en su
cabeza. Danny le devolvió la botella con agua y se encogió ligeramente de
hombros, sin responder nada.
Félix mordió su labio inferior con fuerza antes de hablar: "No lo puedo evitar,
me escapé de su casa sin dejar una nota y en la noche anterior pasaron
ciertas cosas entre nosotros." Finalmente le confesó con voz baja. Danny a su
lado arrugó la nariz. "Cosas, ¿Qué clase de cosas? Sé más específico."
Averiguó, destapando una botella para beber un poco de agua. Félix se
encogió de hombros. "Nos dimos un beso." Confesó, mordiéndose las jodidas
uñas otra vez. Danny resopló, tenía un mal presentimiento de que le estaba
ocultando más cosas, pero iba a fingir no saber. "¿Te gusta?" Lo miró de
soslayo al preguntar, mientras le entregaba la botella de regreso para que
bebiera agua. Félix lamió sus labios, se quedó en silencio y Danny lanzó unas
maldiciones. "Maldición jefe, no te puede gustar un policía ¿Qué crees que
van a decir los chicos? Hemos reunido toda una pandilla en Las Vegas."
Espetó de mal humor ahora. Nunca pensó que el sentimiento fuera tan denso.
Félix gruñó en molestia. "Qué demonios quieres que hiciera, el hombre es
ardiente como el fuego. No soy de piedra." Exhaló, dándole un puntapié a la
arena bajo sus pies. Danny se restregó la cara con una mano. luego se quejó:
"El tipo es un puto, cambia de pareja como cambiarse calcetines. Aparte de
ser un policía, no te conviene porque es un jodido playboy." Le echó en cara
los defectos del idiota de Bobby. Era mejor que el jefe buscara a alguien
mejor, sinceramente Danny no confiaba mucho en ese policía promiscuo. El
chico rubio a su lado murmuró bajo sus dientes: "Ya se me va a pasar, el
idiota tampoco gusta de mí. Sólo le gusta como bailo." Félix torció la boca.
Danny suspiró profundo, si tan sólo ellos dejaran de hacer cosas malas para
tan solo dedicarse al ballet, todo sería maravilloso. "Dices eso como si te
molestara, ¿En serio se te va a pasar?" Le alzó una ceja al acabar.
∞∞∞
Félix se dio la vuelta para darle atención a Danny. "Viejo ¿Qué mierda? No
tengo el culo abultado." Se quejó a boca torcida. El chico enfrente suyo soltó
una risita. "Por supuesto que lo tienes, estás comiendo mucho, jefe. El otro
día no pudiste hacer el giro, ambos sabemos que el lago de los cisnes requiere
expertise y fallaste porque no pudiste levantar las nalgas." Comentó con
hechos. Ugh, Félix arrugó la nariz. "Es culpa de Bobby, el idiota sólo tenía
pollo frito en su casa." Chilló con argumento. Danny sacudió la cabeza,
rebatiéndole con otra cosa hasta que un carraspeo los interrumpió: "Estamos
aquí todavía." Sanders hizo acto de presencia, porque los jodidos pendejos lo
estaban ignorando mientras hablaban en un idioma que no entendió, menos
los chicos. Félix se peinó el rubio cabello con los dedos y continuó en la
charla: "¡Ejem! Estábamos discutiendo un tema importante de dejar en claro."
Se acomodó las gafas que usaba y sonrió al hablar: "Traje la encomienda,
¿Acarrearon el billete?" Alzó una ceja. Sanders asintió, siguiendo el plan.
Luego uno de sus hombres que estaba detrás de él, se acercó y abrió un
maletín para mostrarle el dinero. Félix asintió, le hizo un gesto a Danny y éste
también abrió el maletín que cargaba a cuesta. "Ahí lo tienen señores,
tranquilizantes para oso y elefantes directo de Ucrania." Félix expresó todo
con una gran sonrisa. De hecho, estaba bien contento de regresar a delinquir
y hacer cosas malas.
Sanders sonrió amplio, les arruinó la fiesta. El policía dio la orden para
comenzar a actuar, entonces el resto de sus hombres les apuntaron con armas
de laser. Ugh, muy bien una emboscada. Danny se restregó la mano en la cara
y echó la cabeza hacia atrás. Sanders sonrió amplio al hablar: "Están
arrestados, ahora suban las manos con cuidado y dense la vuelta." Félix se
mordió el labio inferior con fuerza y miró a Danny. Dios, éste parpadeó rápido
y comenzó a hablarle en Ucraniano: "¿Está seguro jefe?" Preguntó
asombrado. Félix asintió. "Bien te mentí. A estos chicos los debe haber
mandado Bobby." Confesó con una mueca. Danny arrugó la nariz. "¿Te
acostaste con él, verdad?" Hizo un clic con la lengua cuando los malditos
policías les ordenaron quedarse callados. Félix apretó los labios, casi se había
acostado con el chico, además hicieron cosas sucias y eso totalmente contaba
como sexo. "Eso y que descubrió que era el bailarín de ballet con el que
quería casarse desde niño." Murmuró con una risita coqueta. Danny parpadeó
rápido. "Pero nadie sabe que tú eras un bailarín famoso..." Hizo la suma en su
mente. "¿Descubrió que eras Vaslav Barýshnikov?" Averiguó con asombro.
Félix asintió, ya no era caso ocultarle toda la verdad a Danny. "Así es, el puto
descubrió mi nombre verdadero y resulta que era mi fan de niño." Se quedó
en silencio cuando el policía les calló. "Ustedes, tienen prohibido hablar en su
idioma." Demandó acercándose.
Félix apretó los labios, le dio la mano a Danny para correr de ahí. "¡Ah joder!"
Ambos chicos le dieron una patada voladora, que en efecto era un paso de
baile, y derribaron al jefe. Entonces salieron despavoridos del lugar,
llevándose por supuesto los estupefacientes ilegales. Si Bobby los había
enviado, por supuesto que ellos no iban a disparar y eso fue lo que pasó,
porque nadie disparó y por aquella consecuencia Félix se escapó con su
amigo en dirección desconocida. "¡Maldición!" Sanders se quejó con voz
molesta. "El jefe se va a enojar." Protestó sacando el teléfono. El jefe en
cuestión, respondió con un gruñido: "¡Te dije que no lo asustaras!" Bobby
exhaló al teléfono. "Bloquea todas las salidas, no quiero que se escape. Voy
viajando para allá. Joder eres un inepto Sanders." Espetó chasqueando la
lengua y colgó la llamada. Bobby hizo un grito gutural y marcó el teléfono, a
los segundos el chico contestó: "Estoy ocupado ahora." Frank habló con voz
neutra, mientras observaba a Zarek plantar flores con su padre. Dios, estaba
tan avergonzado del actuar de su padre ahora y no podía dejar que eso
siguiera, además ¡Uh! Zar le seguía el gusto en todas sus ideas locas. Rayos.
Bobby hizo un clic con la lengua: "Quiero que te pongas en contacto con tu
primo, si no lo haces voy a negarle la entrada al país a tu noviecito mafioso."
Amenazó con maldad. En su interior sabía que Frank estaba ayudando a Félix
a escapar. Frank se pellizcó en la línea. "¿Qué mierda, viejo? Zar ya no es un
mafioso, todos sus negocios son perfectamente legales. Mi amor no es..." Se
quedó en silencio. "¿Por qué quieres a Félix?" Preguntó con interés ahora.
Ugh, Bobby contestó con calma: "Me debe dinero." Su voz no sonó limpia.
Pero no quería que Frank arruinara las cosas con Félix, él tenía que hablar
con el chico primero. Frank frunció los labios al hablar: "Si no me dices, no te
voy a ayudar. Félix es mi primo y aunque repudie su comportamiento rebelde,
es mi primo menor." Murmuró con voz ronca. Cielos, Bobby maldijo entre
dientes, se calmó y finalmente le contestó: "Quiero hacerle una propuesta."
Resopló. En la línea hubo un silencio luego le hablaron: "¿Qué clase de
propuesta?" Frank quedó a la espera. "Búscalo y te digo." Bobby colgó
llamada y se subió al helicóptero que lo estaba esperando. "Póngase los
audífonos, jefe." El piloto le indicó, pasándole las cosas. Bobby exhaló.
"Quiero que vueles esta cosa lo más rápido que puedas ¿Entendido?" Espetó,
usando los auriculares. El chico asintió y comenzó a preparar el helicóptero.
Bobby hizo un clic con la lengua. Félix había resultado ser un hueso duro de
roer, pero nada que un buen ablandador no pudiera suavizar. "Ya es mío."
Murmuró con maldad, ajustando los guantes negros en sus manos.
CAPITULO 23
“LA PROPUESTA”
Veinticuatro horas después, Bobby se encontró solo con Félix por primera vez
desde que el muchacho se había escapado de su casa. Frank no lo quiso
ayudar, pero Bobby tuvo sus propios métodos para poder llegar con el
muchacho arisco, quien ahora lucía completamente de infarto. Cielos, Bobby
apenas podía concentrar su atención en otra cosa que no fuera sus hermosos
ojos. "¡Ya deja de mirarme así!" Félix arrugó la nariz, sintiéndose bastante
incómodo con la acechadora mirada del policía acosador sobre él. "Veo que
tienes todo bajo control, ¿Te sientes poderoso ahora que me atrapaste?" Dijo
con molestia, porque el maldito gusano le contó a Danny que él había huido
de la casa sólo por el hecho de mencionarle bailar otra vez. Ahora por su
culpa, Danny estaba juzgándole con recelo, mientras bebía su café esperando
por ellos en el auto del policía idiota. "No sé de qué rayos hablas, yo te estoy
mirando normal." Bobby contestó con una sonrisa agradable. "Ah ya cállate,
no se de puede hablar contigo." Félix murmuró entre dientes, dejándose caer
en un asiento de aquel parque en el que el chico los encontró. Félix lo
pulverizó con la mirada, una expresión a la que Bobby ya se había
familiarizado. "Quiero que me regreses todas mis cosas, tus perros
confiscaron mis tranquilizantes." Se quejó escuchándolo reír.
Bobby lo miró fijamente a los ojos. "Tuvimos que jugar sucio, espero me
perdones. Los tenías bien escondidos, ¿No?" Sonrió. Félix frunció los labios,
claramente molesto con el chico. "Para eso existen las bodegas, por tu culpa
mis socios están todos presos. Ugh, siempre arruinas las cosas, te odio." Dijo
con tanta rabia como pudo. No fue particularmente suave. Le gustaba Bobby,
le gustaba, pero se estaba hartando de su constante estupidez. Además,
realmente no estaba de humor para sus tonterías, sobre todo cuando lo
miraba con tanto lívido. Rayos, quizás fue mala idea regresar a su antigua
apariencia, definitivamente fue una mala idea regresar a su yo de antes. "Te
ves lindo así, aunque de Félix también te veías bien." Bobby le habló con voz
suave, tratando de acercarse a él. El muchacho torció la boca, no necesitaba
que se lo recordaran. "Te dije que no soy eso, soy atractivo." Espetó
mirándolo con una mueca. Bobby lamió sus labios, lo observó con una sonrisa,
Félix sólo lo miró esquivo. "¿Por qué te fuiste? Sé que puedo dejarme llevar
un poco, pero no es como si te hubiera obligado a hacer cosas sucias en mi
dormitorio." Bobby murmuró con una sonrisa. Félix miró hacia otro lado,
obviamente todavía le molestaba el tema. El policía sonrió. "Yo no sabía que
tú eras así de celoso. Me hubieras dicho, así nos habríamos ahorrado el dolor
de cabeza." Expresó con gran sonrisa. "También de bolas." Continuó con
malicia. Félix apretó los labios. "Estoy tratando de evitar golpearte, pero no
estás ayudando." Rezongó, dándole una mirada extraña.
Ugh, Félix arrugó la nariz. "¿Y si no quiero? Ya te dije que no quiero regresar
al ballet." Masculló entre dientes. Bobby sonrió con maldad, tanto que Félix
tragó saliva. "Se me va a olvidar que eres mi artista favorito y te hundiré en la
cárcel. A los chicos lindos como tú se los comen de acompañamiento y con
aderezo." Espetó con maldad. Félix mordió su labio inferior con fuerza. "Tú no
harías eso." Dijo con un brillo en los ojos. Bobby ladeó la cabeza. "Soy muy
malo, que te trate diferente es la excepción no la regla." Se acercó a su rostro
y sonrió amplio mirando sus ojos claros. "Tómalo como una manera de
regresar en gloria y majestad, porque sé que vas a ganar." Aseguró con voz
firme. Félix tragó saliva, resopló. "No sé por qué aguanto esto." Hizo una
mueca de disgusto. Bobby le mostró sus blancos dientes. "Porque a pesar de
tus cosas raras de chico recatado, te gusto." Su sonrisa se ensanchó cuando
Félix no lo negó, sólo se quedó callado. Al rato habló: "¿Tú que ganas con
esto?" Jadeó un poco. Bobby sonrió, lo miró profundo a los ojos. "Mucha
satisfacción. No sabes cuánta, nunca la podría condensar a algo. Es mucha,
mucha satisfacción." Dijo con placer. Félix lo miró sin expresión, su mirada lo
estudió por un tiempo hasta que finalmente chilló. "¡Te odio!" Se levantó del
aquel asiento y apretó los puños. "Más te vale borrar mi historial y dejarme ir
cuando todo esto pase. De lo contrario, te mataré." Advirtió con mirada
amenazante. "Firmaremos un contrato, tampoco quiero que me vayas a
joder." Continuó con voz pesada.
Bobby se puso de pie también y quedó enfrente de él. "Muy bien, pondremos
la propuesta en papel." Extendió la mano, Félix la miró con recelo. Bobby
movió los dedos, entonces el muchacho molesto rodó los ojos y finalmente
agarró la mano del policía para sacudirla con un apretón. "Estamos listos."
Bobby susurró, presionando su mano. Félix deshizo el agarre y se cruzó de
brazos. "Bien, supongo entonces que regresaremos a tu casa." Indagó sin
interés. Bobby sonrió amplio, sus blancos dientes fue lo único que Félix pudo
ver. "Esa casa ya no es mía, compré otra más cálida y más agradable de vivir."
Comentó sonriente. Félix abrió y cerró la boca, pensando que el idiota policía
estaba loco en verdad. "Eres un demente ¿Sabías?" Su voz fue seca al hablar.
Bobby se encogió de hombros y sonrió amplio al contestar: "Una persona
celosa y recatada dijo que no le gustaba mi cama, así que pensé que sería una
buena idea cambiar de locación." Le pinchó la nariz y se echó a reír. Luego
salió de ahí en rumbo al automóvil. Félix se restregó la nariz. "¡Eres
imposible!" Chilló alcanzando al chico para regresar al auto. "¿Lo soy?" Bobby
sonrió con la pregunta. "Ugh, cállate." Félix lo empujó y salió caminando
adelante. Bobby soltó una risita y caminó detrás de él.
CAPITULO 24
“FUEGO”
Félix miró por la ventana lateral del automóvil, viendo pasar el paisaje
citadino mientras el tonto policía los conducía de regreso a Nueva York.
Danny iba a durmiendo profundamente en el asiento trasero del auto, unos
audífonos colgaban de sus orejas. Lo más probable es que se quedó dormido
con la música encendida, a pesar de toda su molestia, el tonto chico estaba
bien contento en participar de aquella audición. Ugh, el tonto policía los había
inscrito a ambos, el hombre sólo estaba esperando su respuesta, sabiendo de
antemano el muy cabrón que él iba a aceptar su maldita propuesta. Dios,
desde que bajaron de su jet privado, la tensión en el auto no había disminuido
entre ellos, esta se hacía cada vez más pesada y el aire se tornaba
irrespirable. Félix lo odiaba, detestaba el hecho de sentirse atraído por un
idiota manipulador, promiscuo y falto de modales. Ugh, maldito idiota.
Bobby sonrió también. "Puedo ver tu sonrisa por el reflejo del vidrio. Ya no
sigas dibujando, vas a terminar rayándolo." Dejó escapar un gruñido irritado.
Félix no se detuvo y siguió dibujando garabatos con más intensidad que antes.
Bobby rodó los ojos, sabía que Félix lo estaba molestando a propósito "Tengo
mucha paciencia. De hecho, soy el señor paciencia, así que no seas ridículo y
deja de lado esos extraños celos." Masculló con voz seca. Félix suspiró, dibujó
un árbol y una nube con su dedo, luego miró por la ventana. "No sigas con
eso. No estoy celoso, no gusto de ti para hacer eso. Sólo me pellizqué, ya te
dije: No salgo con bisexuales." Arrugó la nariz al escuchar la risa del chico.
Ugh, Félix se quedó callado, el idiota no le estaba creyendo en nada. Bobby
sonrió, se mantuvo mirando el camino con mucha más concentración. "Eres
muy lindo y eso me está provocando problemas en los pantalones." Dijo con
voz afilada. "¡Hey!" Félix dejó escapar un suspiro exasperado. "¿Me estás
provocando a propósito?" Parloteó con voz agria. Bobby se encogió
ligeramente de hombros. "Es cierto, me pones cachondo." Confesó sin pelos
en la lengua. Félix sólo lo miró a su perfil y a su estúpida sonrisita de soslayo.
"Será mejor que mantengas los ojos en la carretera. Estás actuando como
todo un acosador." Lo regañó vilmente, pero tenía dos manchas rojas posadas
sobre sus mejillas. Podía sentir físicamente las insinuaciones del osado chico.
Luego de eso, estuvieron en silencio durante el resto del viaje.
Cuando al fin Bobby estacionó el auto frente a una casa grande y hermosa,
Félix se rió. "Yo creo que tienes un complejo, esta casa es más grande que la
anterior." Comentó, saliendo del auto. Tsk, Bobby salió también y lo agarró
del antebrazo. "¿Quieres comprobar que eso no es así?" Gruñó del disgusto.
Félix hizo una mueca, pero no se pellizcó. "No gracias, ya lo toqué ¿Ya se te
olvidó?" Indicó con aquella misma expresión extraña de siempre. Rayos,
estaba destrozando aún más los nervios ya crispados de Bobby. Tratando de
mantener su cuerpo relajado, Félix exhaló. "Suéltame, quiero entrar." Apretó
los labios. Bobby hizo más presión en su brazo. "Sólo estás tratando de
molestarme." Murmuró con voz seca. "¿Y qué si lo hago?" Félix lo provocó,
sonriendo dulcemente fingido. Los ojos de Bobby se entrecerraron. "Eres
infantil." Espetó con voz cruda. Félix sonrió. "Umm, mientras se cumpla el
objetivo de molestarte, no me importa." Confesó con diversión, tratando de
mantener su rostro neutral. "Me estás tocando los huevos, no sigas." Bobby
habló en voz baja y peligrosa. "¿Y que si lo hago?" Félix dijo, ladeando la
cabeza. "¡Hey!" Su respiración se mezcló con la de Bobby, se agitó y tornó
tensa con la proximidad. Las manos de Bobby agarraron con fuerza las
caderas de Félix, sus rostros estaban muy cerca el uno del otro. "Te vas a
arrepentir. Ya te lo dije, no me provoques." Su voz se escuchó dura y áspera.
"Esto será tu culpa." Continuó con una expresión un poco aturdida. Félix
arrugó la nariz. "¿Mi culpa?" Repitió en pregunta, luego soltó un chillido que
se convirtió en un gemido cuando los labios de Bobby se movieron a lo largo
de su lozano cuello.
Bobby chupó y mordió con fuerza la piel desnuda de aquella suave zona. Félix
cerró los ojos por un momento, luchando contra el gemido atrapado en su
garganta. Los abrió y dejó que sus manos se fueran a los costados de la
espalda del chico vampiro para golpear. "¡Suéltame!" Demandó casi sin
aliento. Bobby no se movió, siguió hundiendo los dientes en su piel. "¡Me está
doliendo!" Se quejó con un gemido que salió tras una succión y una lamida.
"Eres un idiota, quedará marca. Ugh, ¡Ya déjame!" Félix se quejó, lo empujó
un poco y se tambaleó con inestabilidad. Mierda, le dolía todo el jodido
cuerpo. Joder, joder, joder... Félix observó cómo esos dientes blancos le
habían dejado de seguro una gran marca. "¡Idiota!" Félix le dio una bofetada
en plena cara. Ambos jadearon y después ya se estaban besando con
efusividad. Bobby le inclinó la cabeza, luego lo besó con más hambre y
desespero que nunca. "Umm..." Félix gimió, siendo arrastrado a la pared más
cercana de la casa, luego sintió las manos rápidas de Bobby deshacer sus
vaqueros y a los segundos sus desnudas pollas se estaban tocando. "Lo haré
aquí y ahora, tú te lo buscaste." Bobby gruñó, mordiéndole la boca,
empujando su cuerpo duro y tonificado contra el de Félix. "¡No!" Éste gimió
cuando sintió los temblorosos y ensalivados dedos en su entrada. "Sí que sí."
Bobby besó su boca con ansias, mientras que rápidamente amasó el turgente
trasero de Félix, metió dos dedos y comenzó a follarlo lentamente. No estaba
en condiciones de esperar un segundo más y arriesgarse a que el chico tonto
se arrepintiera. "¡Hazlo más lento, bestia!" Félix jadeó, hundiendo sus dientes
en el cuello de Bobby, quien lo estaba preparando afanadamente.
“BLACKY”
Félix mordió su labio inferior con fuerza, la saliva en su cuello debía resultarle
asquerosa, pero por algún motivo no lo era. Así que Bobby también dormía
con la boca abierta, eso era hilarante porque él también lo hacía, de hecho
siempre dejaba la almohada llena de sus fluidos por las mañanas, algo
asqueroso, pero nunca pudo cambiar ese jodido hábito. Ugh, era vergonzoso
aceptar que el olor bastante masculino del chico lo estaba mareando un poco
y era más embarazoso reconocer que se sentía bastante bien, su cuerpo
estaba descansado, bien jodido y cómodo. Rayos, ¿Ahora qué? Ni idea, el
estúpido chico era como su manicomio y el era su demente, luego viceversa. A
su pesar, Félix tenía que aceptar que ellos eran bastante compatibles. Bien,
quizás podrían ser amigos de follada, podían probar varias poses y hacer
cosas sucias ¿Verdad? Ugh, amigos de follada exclusivos, obviamente. Félix
miró al chico, quien estaba muerto para el mundo. Su saliva estaba caliente,
se sentía pegajosa en su cuello y su respiración estable se sentía cálida sobre
él, definitivamente Félix no tenía frío gracias al calor corporal del chico sobre
él. Un soplido salió de la boca de Bobby, el chico se movió un poco e hizo
presión, sus manos los abrazaron más apretado y entonces el cerebro
aturdido por el sueño de Félix registró algo mucho más importante: El jodido
policía tenía una erección. Uh, Bobby tenía una enorme erección, la cual
estaba presionándose en su entrepierna.
Mierda, Félix miró más abajo y se dio cuenta que Bobby estaba todo desnudo,
a diferencia de él que estaba vestido con su camiseta por lo menos. Ugh, si no
hacia algo, el hombre se iba a resfriar, de seguro lo haría. "Oye." Lo sacudió
un poco, pero el chico tenía el sueño pesado y no despertó. Félix se mordió el
labio, todo esto le resultaba bastante bizarro. Dios, al mirar hacia los lados no
se veían más que árboles, a la vez eso era bueno, porque al parecer ellos no
tenían vecinos y nadie los iba a encontrar así de vergonzosos. "Oye,
despierta." Félix insistió otra vez, pero el chico estaba muerto sobre él.
Mierda. "En serio despierta, me estás aplastando." Félix chilló, se sacudió
bajo el cuerpo del chico. Dios, ¿Estaría muerto? Diablos, estaba respirando así
que muerto no estaba. Uh, Félix estaba cayendo en crisis de pánico ahora,
todo era muy extraño porque nunca se había despertado con un hombre,
menos en el medio del jardín de una casa. Por lejos, esto era lo más exótico
que había probado y eso que el se consideraba una persona bastante loca,
pero en el sexo él era bastante convencional. Félix nunca había dormido con
nadie, eso no le gustaba y ahora era bastante irónico verse así con el cadáver
sobre él. Así que, en general, esta era la primera vez que se acostaba y
dormía con alguien en años.
Félix tragó saliva, la respiración del chico estaba cambiando a una más
rítmica ahora, los manos del chico viajaron por la espalda desnuda de Bobby,
dándose cuenta que su cuerpo estaba malditamente bien trabajado. Félix se
humedeció los labios y siguió tocando, siendo sincero había mentido cuando
le dijo al chico que no le atraían los hombres con buen físico, porque de hecho
lo hacían, es sólo que siempre se buscaba a chicos con apariencia de atletas,
como bailarines o coreógrafos, nada tan trabajado como este chico. Bien,
Félix no iba a mentir, después de todo sería un cínico si lo hiciera: Bobby era
el policía más sexy que había visto en toda su vida. El hombre era el clásico
norteamericano, su atractivo era ese que siempre salía en las películas
americanas, no era su taza de té favorita, pero su cuerpo hacía que él quisiera
tenerlo desnudo y encima de él. "¿Tienes un fetiche con las espaldas?" Bobby
habló con una sonrisa, luego bostezó. Su mirada se posó en el rostro de Félix.
Éste último se sonrojó por toda la cara, apartando las manos de la espalda del
idiota policía. Ugh, definitivamente la suerte no estaba de su lado en esa
jodida mañana. "No sé de qué hablas, te estaba espantando las hormigas."
Murmuró con voz floja, mientras encontraba los ojos dormidos del chico sobre
él. No mirarlo iba a delatar su mentira, además esta era una buena mentira ya
que técnicamente en el césped había bastantes bichos como las hormigas por
ejemplo. Ugh, el idiota se le quedó mirando, Félix no le gustó experimentar lo
vulnerable e inseguro que se sentía bajo él. El maldito chico no le había
creído nada, porque sus ojos parecían ver a través de él y ahora por su culpa
él se sentía como un libro de ficción abierto en su prólogo. "Es en serio,
andaba una hormiga. Deberías agradecerme, ellas pican feo. Anoche me picó
una en el culo, lo digo por experiencia." Comentó con voz nerviosa, porque el
jodido policía sólo lo miró por un momento y no hizo ningún comentario.
Félix resopló. "No estamos saliendo, cielos ¿Qué rayos contigo?" Gruñó entre
dientes, luego parpadeó cuando la dura verga del chico presionó en su
entrada. "¡Oye!" Gimió cuando el chico hizo presión introduciendo un poco la
punta de la maldita verga, luego la quitó. "¿Sí?" Dijo repitiendo la acción casi
en un patrón que enloqueció a Félix. "¡Lo haces a propósito! ¡Ya métela
rápido!" El chico hizo un puchero de la mera frustración. Bobby sonrió. "¿Vas
a aceptar salir? Ya sabes, como novios." Declaró con desfachatez. Félix
mordió su labio inferior con fuerza, gimió con frustración cuando la verga
salió otra vez de él, sin ni siquiera entrar como se debía. Diablos. "Es muy
rápido." Murmuró en voz baja. Bobby exhaló. "Pero ya nos conocemos por dos
meses y ni siquiera estoy contando mis años de fan." Expresó con frustración
ahora. "Ya no sigas negando que te gusto." Espetó con un suspiro. "Ya no lo
haré." Félix indicó con voz baja. "Oh," Bobby se quedó quieto. "¿Entonces?"
Dijo al rato. Félix tomó aire. "Entonces, umm ¿Podríamos ser exclusivos?"
Sugirió con una sonrisa torcida. Bobby arrugó la nariz. "Eso es mejor que
nada." Félix insistió con una mordida de labio. Cuando Bobby no le dijo nada,
ugh el muchacho exhaló. "Bien, supongo que después podemos terminar si no
me gustas. No es como si me vayas a obligar ¿No?" Señaló con un parpadeo.
"¿Me vas a obligar, pendejo?" Gimió cuando la verga del chico sonriente entró
por completo en él. Bobby se fue a su cuello y mordió la marca que había
hecho la noche anterior, Félix gruñó y se abrazó de la espalda del chico
castigador que se comenzó a mover sin siquiera esperarlo. "¡Oye puto!" Félix
gimió en altos decibelios, escuchándolo reír y también gemir mientras se
movía encima de él. Ugh, maldito idiota exquisito, Félix después le iba a dar
una paliza, ahora el sexo estaba muy bueno para hacer una estupidez de la
que obviamente después se iba a arrepentir. Antes de que Félix se diera
cuenta, Bobby estaba sobre él, inmovilizándolo con su pesado cuerpo,
besándole con gran suavidad una y otra vez. Dios, esto era lo máximo, sus
labios besaban bien y sus caricias por debajo de su camiseta lo volvían loco.
Félix enroscó una mano alrededor del cuello de Bobby, se encorvó un poco y
el chico lo abrazó por la cintura mientras se hundía profundamente dentro de
él. "¿Serás mi novio, gato arisco?" Bobby murmuró por encima de su boca.
"No soy un gato, bueno si es un gato negro y diabólico." Félix jadeó, tratando
de hablar. "¿Qué tal blacky? Es un buen apodo." Bobby dijo con un gemido,
chupándole los labios. Fue un poco gracioso que ambos se redujeran a
sandeces tan rápidamente, pero el sexo no los estaba dejando hablar
coherente. "Blacky me gusta, es bueno." Félix gimió escondiéndose en su
cuello cuando Bobby lo golpeó en su punto más sensible. "Bien, entonces..."
Bobby empujó la polla resbaladiza por los fluidos de anoche, aún no se
secaban por completo. "¿Va a aceptar ser mi novio, Blacky?" Preguntó
expectante, moviendo las caderas y presionándose contra él hasta que la
cabeza de Félix se deslizó hacia atrás del mero placer. "Ugh, bueno si lo
pones así, nadie se podría negar." Félix habló casi sin aliento. Bobby chupó su
manzana de Adán, besó y lamió aquella zona con dedicación. "¿En serio,
Blacky?" Indagó para asegurarse de la situación. Félix jadeó, sus ojos
vidriosos se agrandaron y sus dedos se clavaron en la espalda del policía.
Dios, la polla del chico en él se sentía increíble, tan malditamente perfecta
que sería un idiota si lo dejaba ir. "Es en serio, pero ya no me debes llamar
Vaslav, ¿Entendido?" Advirtió con un gemido. Ugh, el placer se mezclaba con
el dolor y el dolor se convertía en placer. Era una cosa de locos, tan bueno.
Bobby asintió con una gran sonrisa sudorosa. "De acuerdo, sólo te llamaré
como tú quieras. Si te arrepientes después te mataré." Rió con un gemido,
después de eso dejó caer la cabeza junto a la de Félix en el césped y comenzó
a follarlo con empujes duros y urgentes. Retorciéndose del placer, Félix
envolvió sus piernas alrededor de su cintura, aparcó sus gemidos en el torso
del chico y se quejó ahí cada vez que el chico se empujaba dentro de él una y
otra vez.
Félix tragó saliva, esto no había sido como la primera vez, el jodido chico
claramente se había contenido anoche, porque joder ahora lo estaba matando
y se estaba mareando del placer. El chico le estaba volando los sesos y Félix
tuvo el presentimiento que se los iba a volar literal si es que él no le ponía una
jodida advertencia. "Oye, relájate." Dijo sin aliento, sintiendo la respiración
caliente a un costado de su cara y los gruñidos de Bobby. "Más lento."
Demandó con un jadeo. "De acuerdo." Bobby aceptó con voz ronca, entonces
Félix se perdió en un mar difuso de placer hasta que recobró la conciencia
justo después de su gran orgasmo anal y frontal. Bobby se estrelló contra él
unas cuantas veces más y se quedó encima de él cuando gritó su orgasmo
más gutural del planeta. Ambos se miraron a los ojos, jadearon, se quedaron
quietos y juntos miraron hacia el lado al escuchar las palabras. "Lindo
trasero, policía. Uh, para la próxima avisen y duermo adentro. Ugh, me duele
todo el cuerpo después de haber dormido en el auto." Danny se dio la media
vuelta y abandonó el jardín. Ugh, Félix miró a la dirección de Danny por
encima del hombro desnudo de Bobby, y se preguntó cómo se suponía que
debía actuar ahora. "¿Deberíamos continuar en el baño?" Bobby sonrió, luego
su boca se presionó contra el costado del cuello de Félix. "Ya deja de
marcarme, ¿Eres un lobo ahora?" Suspiró y sonrió, sintiendo los besos suaves
del chico en su cuello. "Ya salte, pesas como una tonelada. Debo cuidar mi
cuerpo, ¿Se te olvidó que debo participar en una audición dentro de dos
semanas?" Dijo con una sonrisa. "¿En serio lo harás?" Bobby rodó por su
cuerpo y quedó rápidamente sentado a su lado. Ugh, el idiota este. "Lo haré."
Félix resopló. "Danny está feliz con la noticia, yo creo que es por eso que no
dijo nada. Él ama el ballet y definitivamente creo que él va a ganar el papel
principal." Miró a Bobby a los ojos. "¿Eso no te molesta?" Preguntó con voz
profunda. Bobby sonrió amplio, sacudió la cabeza y besó su frente. "No lo
hago si a ti no te molesta, yo sólo quiero verte bailar una vez más." Lo abrazó
apretado. "Me conformo con que nos casemos." Rió en el abrazo. Félix arrugó
la nariz. "Oye viejo ve más lento. Ugh, ya comenzaste a ser aterrador otra
vez." Dijo mirando hacia el cielo. Bobby se echó a reír. "Puedo esperar, ¿Ya te
dije que soy muy paciente?" Expresó sonriente, ya mirándolo a los ojos. Félix
suspiró. "Como mil veces, idiota." Sonrió y besó al chico que lo aplastó en el
césped otra vez.
CAPITULO 26
“PEINADO”
Bobby pasó los dedos por el pelo rubio de la nuca de Félix, en una manera de
calmar sus nervios. "Relájate, sólo es una audición. Ya dejamos establecido
que esto será sólo un juego, no te lo tomes tan en serio como Danny."
Murmuró en broma. Félix asintió en el abrazo. "Lo sé, pero hace tiempo que
no veía a jueces, eso me pellizca un poco." Comentó con un suspiro, aferrando
su agarre en el cuerpo del chico. Bobby besó una esquina de su cuello. "Te
ves bien en mallas, también con ese maquillaje artístico." Dijo con una risita.
Félix rió también. "No seas marica, eres un pervertido en verdad." Susurró en
su pecho, relajándose un poco. Bobby rió. "Tu dijiste que te gustaban los
chicos ultra gay, ¿No? Yo puedo ser uno por ti." Las manos del policía se
deslizaron por su espalda y lo empujaron contra él. "Eres tan dulce, ya deja de
bromear. Estoy relajado ahora." Félix habló en voz baja, mordiendo una
esquina del cuello de Bobby. "Me haces sentir bien, gracias." Continuó
besándole. Bobby lo abrazó apretado, le levantó su cabeza y lo besó en los
labios. Fue todo lo que pensó después de verlo tan lindo.
Félix hizo un pequeño ruido cuando sus bocas finalmente se unieron. Nunca
se había sentido así de bien con nadie. El chico le daba gusto en todo y era
bastante meloso al tenerlo de pareja. Félix sonrió en el beso, chupó con placer
la lengua de Bobby y se apegó a él como una medusa, acercándose más a su
cuerpo necesitándolo por completo. Ugh, estaba jodido, pero no le importaba,
ya estaba cansado de huir y el chico resultó ser bastante lindo. "Dios, no me
puedo detener. Nos van a sacar de aquí por exhibicionistas." Bobby habló
entre los besos, tocándolo y apretándolo a su cuerpo. "Ugh, en serio debemos
parar. Te pueden descalificar." Expresó con frustración, rompiendo el beso y
uniendo sus frentes. Félix jadeó del deseo. "Bien, supongo que podemos
seguir más tarde." Habló con voz melosa, envolviéndolo en un mar de
feromonas hipnóticas y difusas. Ugh, Bobby no pudo contenerse a eso y lo
volvió a besar. Diablos, sus bocas se aferraron la una a la otra, negándose a
separarse. Cielos, de haberlo sabido antes, ellos lo hubieran hecho en el auto.
"¡Ejem!" Danny se aclaró la garganta. "Odio interrumpir, pero un tal Daniel te
está buscando, Bobby." Masculló con una sonrisa, viéndolos finalmente
romper el fogoso beso. "Además, ugh tengo que ir a retocar las plumas del
tocado en la cabeza del jefe. Rayos, pareces gallina revolcada en vez de un
cisne majestuoso." Comentó con voz afilada.
"Entonces ..." Danny lo miró de reojo y continuó. "Veo que ustedes ya están
bien afianzados. Ya ni siquiera te molestas en negar que te gusta." Comentó,
caminando junto a un sonriente Félix. El chico se encogió de hombros y
asintió con una sonrisa. "Es jodido, pero ya no puedo negar que me gusta. El
sentimiento me sale hasta por los poros." Contestó con una risita. "Dejaste
que te diera un apodo, ¿No? Yo creo que eso ya es bastante compromiso.
Incluso más que sólo salir." Danny susurró, mirándolo de soslayo. "Es mi
novio." Félix se pasó una mano por la cara sonrojada. Ugh, esa palabra le
costó, pero ahora que la podía decir no se arrepentía, porque Bobby resultó
ser un diez como novio. Era muy fácil admitir que se había equivocado con el
chico, Bobby era bastante agradable, relajado y le cumplía todos sus
caprichos. Se sentía bien con él y eso era lo importante, disfrutaba su
compañía. "Somos novios y estoy bien con eso. Sabes que no salía con nadie
desde los diecinueve, tuve un proceso largo para recomponerme en temas de
amor." Sonrió. "Yo quiero darme una segunda oportunidad con Bobby. Estoy
seguro que esta relación me hará feliz y no me sentiré presionado como
antes. Bobby no se esconde y tú sabes que eso es importante." Espetó,
viéndolo asentir. "Lo sé, jefe. Felicidades, te mereces sentir el sentimiento
otra vez." Dijo con gran sonrisa. Luego sus ojos se volvieron
involuntariamente hacia el hombre que estaba en el vestidor. Uh, era uno de
los jueces, el fundador de la academia. Éste se acercó a ellos con gran
sonrisa. "¡Justo los chicos a los que estaba buscando!" Masculló a grandes
voces. Ugh, el hombre los conocía.
Los labios del hombre se fruncieron en una sonrisa. "¿Ya saben en que
posiciones se van a presentar?" Preguntó con curiosidad. Danny asintió con
gran sonrisa. "Posiciones diez y once respectivamente, señor." Informó con
gran sonrisa. El hombre soltó una risita. "Creo que tendré que esperar un
poco en disfrutar de su acto." Ambos se echaron a reír con gracia. "Ustedes
van a hacer algo después de la audición, es que haremos una cena para las
personas que consigan quedar." Averiguó con una sonrisa amable. Félix sabía
que Bobby tenía planeado celebrar por cuenta, así que iba a rechazar la
invitación. Sin embargo, no estaba seguro de Danny, quizás su amigo iba a
querer participar de la cena. Félix miró a su amigo para preguntar, pero éste
le habló primero: "Jefe, me tengo que excusar." Su voz se escuchó extraña,
ronca y tensa. Entonces, Félix le brindó atención para mirarlo con detención.
"¿Danny?" Se volvió hacia él y frunció el ceño. El chico se mostraba extraño,
sus ojos celestes estaban enfocados al frente. "Algo está mal." El dueño de la
academia comentó con preocupación. Félix lo miró parpadear lento.
"¿Danny?" Murmuró, completamente confundido. "Está aquí." Danny
finalmente hablo con voz baja. Félix miró al frente sólo para encontrarse con
la cara del alfarero, quien venía caminando hacia él. "Con su permiso, iré a
hablar con el chico." Félix se excusó y fue caminando en dirección hacia la del
jodido chico. "¿Qué haces aquí?" Preguntó con la voz más agria y pesada que
pudo encontrar. El hombre se detuvo con las palabras de Félix. "Necesito
hablar con Danny." Contestó con voz neutra, mirando de reojo hacia la
dirección de su amigo. "Está ocupado, ¿Para que lo necesitas?" Preguntó con
voz cortante. El chico lo miró sin expresión antes de responder a sus
preguntas. "No es tu asunto, así que si me disculpas iré a hablar con Danny."
Charló con voz densa. Félix lo agarró del antebrazo y el chico más alto que él
lo miró desde arriba. "¿Me podrías soltar?" Demandó con voz fría.
Félix frunció los labios antes de hablar: "Danny no tiene nada que discutir
contigo. Mi amigo está saliendo con mi hermano ahora y te pediría que no
arruines lo que sea que ellos tienen, pasó bastante tiempo de querer la
atención de mi hermano y eso es fabuloso." Dijo provocando cierta expresión
extraña en el rostro del chico. Pues que se joda. "¿Por qué me estás diciendo
eso?" El hombre lo miró a los ojos al acabar. Félix ladeó la cabeza y sonrió
amplio. "¿Cómo está tu esposa? Supongo que ella ya debe estar muy bien,
después de todo tres semanas es mucho tiempo, varias cosas pueden pasar en
tres semanas. ¿No crees?" Félix lo provocó, pero el chico no alcanzó a
responder nada porque Danny llegó con ellos. "Jefe ve a retocarte el peinado,
yo arreglaré esto." Indicó con voz firme. Félix dio un paso cauteloso hacia
atrás. Cualquier cosa qué pasara entre ellos, el muchacho tenía que detenerlo
ya. Danny era como un hermano y no iba a dejar que un hombre
comprometido hasta los huesos arruinara su exitosa vida. "De acuerdo, pero
no te demores tanto." Expuso con su voz más tranquila y suave. Danny lo miró
fijamente y asintió. "Sólo serán cinco minutos." Murmuró saliendo con el
chico fuera de los vestidores.
Félix mordió sus uñas, caminó hacia el tocador y comenzó a peinarse mientras
se miraba en el espejo. Ugh, le había mentido a ese chico con lo de su
hermano y sólo esperaba que Danny agarrara el bate siguiendo su mentira.
"Un dólar por tus pensamientos." Bobby habló de repente, abrazándole por
los hombros. Félix se dio la vuelta, se abrazó al cuerpo de un desconcertado
Bobby, luego pasó un brazo alrededor de su cintura. Bobby le devolvió el
abrazó y lo enrolló por completo. "¿Todavía estás nervioso?" Preguntó con
curiosidad, besándole la cabeza. Podía sentir lo cálido y nervioso que Félix
estaba incluso a través de las capas de ropa entre ellos. "Quiero que hagas
algo malo." El muchacho habló con boca torcida. Bobby lamió sus labios antes
de responder: "Bueno, um ¿Qué podría ser, amor?" Averiguó, con gran
sonrisa. Ugh, Félix se sonrojó con aquella cursi palabra. Bobby era tan
ridículo o quizás él era un anormal por sentirse incómodo al escuchar
aquellos sosos apodos. Diablos, se estaba haciendo un lío por una cursi
palabra, por Dios sólo era un tonto monosílabo, no debería ponerse rojo como
remolacha al oírlo. "Quiero que pongas una orden de alejamiento." Masculló
con voz ácida, entrelazando su mano con la del chico. Bobby asintió. "De
acuerdo, ¿A quién?" Investigó con una sonrisa, disfrutando a la vez la forma
en que sus cuerpos encajaban perfectamente juntos. Como esta
mañana...Cielos, se tenía que concentrar, ahora no era exactamente el
momento para una excitación inapropiada. Más tarde lo sería. "Quiero que le
prohíbas al alfarero entrar al estado de Nueva York. No quiero que esté cerca
de Danny, el hombre lo vino a buscar y tengo un mal presentimiento." Félix
finalmente dijo lo que quería.
Bobby lo apartó un poco para mirarlo a los ojos. No importa cuan lejos ellos
estuvieran, las preocupaciones de Félix siempre llegaban a él a millas de
distancia. "¿Está aquí?" Se mordió el labio inferior. Félix arrugó la nariz.
"¿Qué sucede? Siento que ya sabías de esto." Masculló apartándose por
completo del chico. Bobby se restregó el cabello, lo peinó hacia atrás con los
dedos y se tocó la parte de atrás del cuello. "Resulta que el hombre es primo
de Daniel, yo no tenía idea porque el chico vive en otro estado, entonces
Daniel nunca me dijo de su existencia." Indicó recuperando su cintura para
abrazarlo otra vez. "Oh," Félix susurró con docilidad. Bobby besó sus labios y
siguió charlando: "Se divorció de su esposa, pero ella vive en la casa." Félix
parpadeó rápido. "¡Oh!" Exclamó casi sin aliento. "¿Es por Danny?" Preguntó
con mucho interés. Bobby se encogió de hombros antes de responder a eso:
"Ni idea, pero Daniel está arreglando su lío y una vez que lo arregle se va a ir
a Londres a buscar a mi primo perdido." Félix asintió aturdido. "Entonces, su
encuentro fue..." Bobby terminó por él: "El destino." Le dio un beso y sonrió
amplio. "¿Todavía quieres que yo haga eso?" Rió con la pregunta. Félix se
escondió su cuello. "Cállate." Dijo con una risita. "¿Me peinas? Creo que
Danny se va a demorar." Señaló entre risitas. Bobby le dio un gran beso y
asintió. "De acuerdo, pero lo mío son las armas, no las peinetas y las tenazas."
Advirtió risueño. Félix rió. "Sólo trata de no quemar mi cabello." Le dio un
beso y se fue a sentar al banquillo. Bobby suspiró. Diablos, sólo no debía
quemarle el cabello.
CAPITULO 27
“JODIDA HISTORIA”
"Esto fue una mala idea." Bobby se quejó, apartándose de la boca de Félix.
"¿Por qué?" Éste comentó con una sonrisa aturdida. "Me gustó hacerlo en el
auto, es muy norteamericano hacerlo en un mirador. Me gusta." Rió, luego
gimió cuando el chico se empujó dentro de él. "Estamos actuando como
adolescentes, tenía programado llegar a celebrar a la casa." Mordió su cuello.
"A este paso, terminaremos haciéndolo a cada hora." Continuó con
mortificación. Félix rió, pasó sus brazos alrededor del cuello del chico sobre él
y acarició el cabello sudoroso de la nuca de éste. "Faltaba mucho para llegar
a la casa, además íbamos a estar haciendo esto mismo. El orden de los
factores no altera el producto, podemos llegar a cenar ahora." Dijo con una
risita. Bobby comenzó a besarlo por debajo de su barbilla, mientras se movía
lentamente dentro de él. Félix sólo pudo gemir del placer y sonrió al mirarlo a
los ojos. "¿Por qué paras?" Curioseó al notar la mirada inquisitiva del chico.
"¿Qué?" Expresó con una risita divertida. Bobby respiró hondo, un gruñido
bajo y retumbante escapó de sus labios. "Estoy oliendo una colonia que no es
la tuya, justo aquí." Expuso con celos, tocándole una esquina de su cuello.
"¿En serio?" Félix dijo casi sin aliento, su voz estaba agitada y llena de
asombro.
Félix mordió su labio inferior. "Idiota, estás siendo muy honesto." Dijo con una
sonrisa, mientras enrollaba sus brazos en el cuello del chico para tirarlo hacia
abajo. "Yo tenía un maestro de baile, nos llevábamos bien." Mordió su labio y
continuó charlando: "No nos demoramos mucho en enamorarnos, pero
después que lo hicimos todo se tornó negro gracias a la marcada diferencia
de edad. Mis padres descubrieron la relación, lo acusaron de pedofilia y casi
arruinan su carrera." Soltó un soplido. Bobby besó su frente y esperó a que
siguiera la plática. Félix lo hizo a los segundos: "Para castigar su estrechez de
mente renuncié a todo lo que ellos crearon. Siendo honesto, yo quería ser
pianista, siempre me gustaba ver al chico que tocaba en nuestros ensayos."
Apretó los labios. "Pero mis padres dijeron que era mejor si seguía estudiando
danza, lo hice y como resultado de eso fui infeliz hasta los diecisiete." Sonrió.
"James era británico, sólo nos enamoramos porque sí y sólo estuvimos juntos
cuando yo tuve dieciocho. Gracias a él me volví a encantar con el ballet, pero
eso se arruinó cuando mis padres lo acusaron injustamente." Jadeó del mal
gusto. Bobby asintió. "¿Qué sucedió después?" Dijo con una sonrisa,
acariciando su cara. Félix lamió sus labios con maldad y sonrió al hablar: "Yo
tomé todo mi dinero, renuncié al ballet y les dije a todos que se fueran a la
mierda." Se aclaró la garganta. "¡Ejem! Menos a la abuela, ella es pro-homo y
aunque Frank se ponga celoso, soy su favorito." Espetó con una risita
divertida.
Danny no podía dormir, su celular ser descargó de tanto ser usado para jugar
Sugar Lollipop. Ugh, el chico dio vueltas y más vueltas en su enorme cama
durante lo que pareció una eternidad, pero el sueño lo esquivó, sin importar
lo cansado que estuviera. Al parecer había practicado demasiado, se sobre
exigió con el último paso de baile y por supuesto que el dolor de pies tampoco
ayudaba en su insomnio. Cielos, suspirando Danny se sentó en la cama, cerró
los ojos y trató de relajarse mentalmente con algún ejercicio de meditación. Si
se concentraba lo suficiente, casi podía sentir el tercer ojo en su frente, ugh
pero sabía que eso era una ilusión ya que él nunca fue tan bueno para esas
cosas de la espiritualidad. Además, conociendo a su madre, ella se hubiera
pellizcado al verlo incursionando en temas tan paganos como era el tema de
los chacras y Buda. Apenas y aceptó que bailara ballet, ya que lo consideraba
bastante poco masculino, así que no le puso tanto problema cuando él dejó
por un tiempo el ballet para viajar por Norteamérica. Diablos, de seguro ella
se pellizcaría ahora que había retomado el ballet, pero su madre estaba bien
lejos en Ucrania y siendo sincero, él no tenía deseos de llamarla para contarle
de sus recientes logros.
La noche estaba un poco fría pero de cierta manera era agradable. Las
estrellas se podían divisar, al estar en un lugar a las afueras de la ciudad, ya
que no había contaminación y estas se apreciaban en toda su magnitud,
iluminando el lugar con su brillante resplandor. Acomodándose el gran manto
proporcionado, Danny caminó hacia el sector de las flores blancas, esa parte
del sitio de seguro era más tranquila y no estaba rodeada por tantos guardias
y sirvientes, así que se valió de eso para dirigirse al terreno. Cuando llegó
finalmente al lugar, Danny tomó asiento y se sentó a observar las majestuosas
rosas, el blanco resaltaba y resplandecía con las luces de las estrellas y
también del lugar. Eran lindas y de cierta manera le estaban transmitiendo
paz, ugh claramente hasta que una voz conocida le habló: "No sabía que te
gustaban las flores, menos las rosas." Danny contó hasta tres y controló el
tono de su voz. "Tú no tienes por qué saber." Su tono de voz fue normal, bien.
El chico dio un soplido y se sentó a su lado. Danny rodó los ojos, su asiento
perfecto, confiado y estable se había tornado en uno incómodo e insoportable.
"Las estrellas están muy brillantes ¿No?" El chico pelinegro habló con voz
casual. Danny estaba seguro que si seguía las provocaciones del hombre
idiota, éste iba a salir disparado en un instante cuando le rompiera el cuello
con las manos. "Yo vine a tomar aire fresco, a solas." Danny expuso con voz
controlada. "Yo también, de pronto no pude dormir." El maldito chico tuvo la
desfachatez de responder.
Danny estaba temblando tanto que no sabía lo que estaba sintiendo. Así que
hizo lo responsable: Se levantó del asiento y huyó. No obstante, el chico lo
salió persiguiendo. "Danny, debemos hablar." Demandó sujetándole una de
sus muñecas. El chico nombrado tragó saliva. "Suéltame Darian, los guardias
están por todos lados." Sonsacó luciendo bastante agitado. El chico lo soltó,
pero cuando iba a hablar, una voz en el fondo lo interrumpió: "Danny estabas
aquí. Cielos, te estaba buscando." El hombre alto y de cabello rubio se acercó
y le agarró la mano. "¿Por qué no me despertaste? Cuando vi que ya no
estabas en la cama me asusté." Sonrió. "Luego uno de los sirvientes dijo que
habías venido a tomar aire en pijamas. Entonces me preocupé y quise venir."
Le dio un beso en la mejilla y miró hacia un lado. "Oh, señor Darian. Cielos,
disculpe fui un mal educado." Dijo con una reverencia. Danny apretó sus
labios. "Recién me lo encontré, el señor Darian me estaba diciendo que
observó mi práctica de esta tarde y sólo me estaba felicitando." Mintió con
una sonrisa temblorosa, rogando por dentro para que el chico no notara nada
raro. Gracias a Dios, éste no lo hizo. "Usted debería ir a una de sus
presentaciones, mi esposo es fantástico." Se echó a reír. "Danny es el mejor
bailarín de todos los tiempos." Comentó con satisfacción. Danny mordió su
labio inferior, miró al chico y éste asintió. "Su esposo es genial, debería
guardarlo bajo siete llaves, ya que cualquiera se lo podría robar." Se echó a
reír junto al joven rubio, quien tenía abrazado a Danny por la cintura. Éste
habló: "Seguiré su consejo. Ahora si nos disculpa, mi esposo y yo nos
retiraremos a nuestros aposentos, está helando y no quiero que coja una
gripe." Sonrió. Danny lamió sus labios, miró a Darian a los ojos y asintió:
"Buenas noches, dígale a su hijo que puede jugar con el nuestro mañana. El
desayuno será a las ocho." Informó eso y salió caminando de la mano con el
hombre a su lado. Darian suspiró, tomó aire y regresó derrotado a su
habitación.
[...]
Félix caminó por los pasillos y se dirigió a la cocina, quería asegurarse que
estuviera todo listo. "Sinead, ¿Todo bien por aquí? Ya va a ser la una de la
tarde. Bobby está por llegar." Dijo con gran sonrisa. La chica asintió de
inmediato. "El almuerzo ya está listo, señor Félix." Lamió sus labios.
"¿Necesita que preparé un puesto extra?" Averiguó con interés para
comenzar a configurar la mesa. Félix sacudió la cabeza de lado a lado para
negar. "Bobby no traerá a Sanders, ya resolvió el caso que lo tenía ocupado."
Sonrió. "Solo vamos a almorzar los dos." Se despidió de la chica para
contestar su celular, el cual vibró en su bolsillo. "¡Danny!" Dijo con gran
sonrisa, observando al chico por la pantalla. "Hola jefe, ¡Feliz cumpleaños!"
Exclamó con gran emoción. "Me tomé un descanso para saludarte, te envié el
regalo por encomienda, espero te guste." Sonrió. Félix soltó una risita.
"Gracias, por supuesto que me va a gustar. Te ves bien, ¿Todo bien?"
Preguntó alzando una ceja. El chico en la pantalla lamió sus labios. "Estoy de
maravilla, jamás había estado tan bien." Expresó todo con gran sonrisa.
"¿Seguro?" Félix miró de cerca la pantalla al preguntar, creyó notar algo raro
en su cara. El chico asintió. "Estoy bien, ahora debo colgar. Te llamo más
tarde, mi descanso se está terminando." Informó con un suspiro. "Te extraño,
jefe. Prometiste que me ibas a venir a ver." Le recordó con reproche. Félix
soltó una risita. "Apenas Bobby tenga sus vacaciones, te iré a ver a Francia.
Um, dale saludos a Pierre y a Simon." Señaló con gran sonrisa. Danny asintió.
"También dale saludos a tu esposo. Entonces hablamos más tarde." Félix
asintió y colgó la llamada.
Con una sonrisa, el muchacho corrió hacia la entrada cuando Bobby hizo
ruido al entrar. "¡Al fin llegaste!" Chilló, lanzándose a sus brazos. El chico lo
atrapó y le regresó el apasionado beso. Al romper el ósculo, Bobby lo abrazó
apretado. "¿Cómo ha estado tu día? Espero que no hayas hecho muchas
maldades, amor." Dijo con una risita. Félix sonrió, luego enrolló sus brazos en
el cuello del chico. "Recibí muchas llamadas en este día, toqué el piano, ¡Uh!
Frank me envió un regalo gigante, pero te estaba esperando para que lo
abriéramos juntos." Se echó a reír. "Mis padres me llamaron y les colgué." Le
contó con maldad. Bobby sacudió su cabeza, besó sus labios y se separó al
hablar: "Eres igual que tu primo Frank, tenemos que corregir eso amor."
Advirtió, volviéndole a besar. Si alguien le hubiera dicho antes que este chico
tan exquisito iba a ser el centro de su mundo ahora, él no lo habría creído.
Tampoco se hubiera imaginado que este muchacho tan lindo y arisco iba
terminar aceptando ser su esposo. La vida era extraña de muchas maneras.
"¿Qué estás pensando tanto?" Félix preguntó con una sonrisa. El chico lo
arrastró hacia un sofá y se subió a su regazo. "En ti obviamente." Bobby
respondió con afecto, lo besó suavemente en los labios. "¿Qué se siente tener
veintiséis?" Curioseó, mirando en sus hermosos ojos. Félix sonrió. "Hasta el
momento nada diferente, quizás cuando llegue a los treinta sienta algo ¿No
crees?" Murmuró con un puchero. Bobby asintió, envolviendo sus brazos
alrededor de Félix para acercarlo más a su cuerpo. Nunca se podría cansar de
tenerlo todo sobre él. Nunca jamás nunca. "Te amo." Susurró con un beso. "Yo
también te amo." Félix sonrió amplio, ahora no encontraba eso soso. Podía
decir las palabras siempre que quisiera. "Entonces, ¿Cuál es mi regalo?"
Preguntó con una blanca sonrisa, luego rodó los ojos cuando el chico lo miró
lascivamente. "Uh, eres un pervertido. Yo quiero un regalo material." Félix
resopló.
Bobby se echó a reír, unió sus bocas para besarlo intensamente hasta dejarlo
casi sin aliento. "En el auto." Indicó al romper el beso. Félix se lamió los
labios y unió sus frentes. "¿Qué es?" Investigó con gran sonrisa. Bobby soltó
una risita. "Una cosa que siempre has querido tener. Bueno, al menos desde
hace un tiempo." Masculló con gran sonrisa. Félix lo miró a los ojos y sonrió
con felicidad. "¿Un gato negro?" Averiguó con emoción. Bobby exhaló. "Feliz
cumpleaños amor. Te compré el jodido gato negro y ahora nos llenaremos de
mala suerte." Bromeó. "¡Ah joder, te amo!" Félix lo besó apasionadamente, lo
abrazó apretado y salió corriendo en dirección del automóvil. Bobby sonrió
amplio, Dios santo amaba a ese chico. "Ten cuidado, todavía es un gato bebé."
Espetó, caminando detrás de él con gusto.
FIN
AMARGURA DE AMOR
Prólogo:
Mail: rpjr18@gmail.com
SAGA PROPUESTA INDECENTE
Alec x Lucas
Edward x Sebastian
Christian x Adam
Harold x Bruce
Scott x Nathan
Jeffrey x Jason
Max x Tian
Garrett x Todd
Brian x Allan
Aiden x Zachary
Nick x Marti.
Darren x Seth
LIBRO 13 Hush-Hush, algo muy secreto
Ethan x Carl
Brad x Jack
Abel x Jeremy
Noah x Dereck
Sasha X Ron
Evan X Ricky
LIBRO 19 Te quiero a ti
Ian X Miles
Andrew x Ivory
Misha x Alexander
Fedor x Brat
LIBRO 23 Mi querido amor real
Ancel x Paul
John x Mark
Zarek x Frank
Bobby x Félix
Danny
R.J. ROMAN
SAGA
Propuesta indecente
Libro 26