Está en la página 1de 3

Después de la historia colonial que empezó Cristóbal Colon en 1492 empezando

la conquista y la colonización, las guerras empezaron por lo que muchos países


durante el siglo XIX adoptaron el modelo agrario exportador, tiempo después por
falta de competitividad este modelo colapso, dándole entrada a el modelo de
sustitución de las exportaciones que es una economía controlada por el estado.
En los años ochenta del siglo pasado el modelo neoliberal cambio el pensamiento
sobre el rol del gobierno en los países de América latina, así el estado tuvo una
democracia liberal.

El consenso de Washington resulto en un cambio estructural del desarrollo, esto


se fue impuesto a los países de América Latina, se argumentaba que tenían que
hacer reformas para mejorar sus economías y generar divisas. Se puede decir que
esta es una elección propia para estabilidad macroeconómica.

Con la llegada de la nueva gestión pública a América Latina, encargado de


flexibilizar prácticas administrativas para la autonomía del sector público. Con esto
de introdujeron mecanismos de mercado a los procesos gubernamentales, dando
más autonomía a los gerentes enfocándose más a los resultados.

Según el economista John Dunning, una empresa puede utilizar sus ventajas de
propiedad, tales como marcas, técnicas, capacidades, entre otros para
combinarlas con ventajas de localización del país receptor, por ejemplo, bajos
salarios e impuestos, o materias primas especiales. Para el éxito en América
Latina es importante la legitimidad a través de la contratación adquisición, etc.
Ayuda a adquirir conocimiento experimental, lo cual incluye la cultura, normas,
tradiciones, entre otros.

Con un modelo de negocios inclusivo en América Latina, done aprender sobre el


mercado se relaciona con pobreza y las consecuencias para el consumidor, un
enfoque novedoso es crear negocios que involucren a las personas de bajos
ingresos en varios roles. Dando valor no solamente como ganancias para la
compañía, sino también algo que esta puede incluir a la comunidad.
El ser inclusivo puede integrar con las prácticas de responsabilidad social
corporativa en consideración efectos sociales, ambientales y económicos. Al igual
que se puede usar como manera de dar una buena imagen a la empresa en la
región y superar resistencias sociales.

Los bloques comerciales son acuerdos intergubernamentales, que tienen como


propósito brindar beneficios económicos a sus miembros mediante la reducción de
los obstáculos al comercio.

Entre los bloques comerciales ampliamente conocidos están la Unión Europea, el


Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la Unión Africana.
Estos pueden tener numerosos beneficios para sus integrantes al alentar la
inversión extranjera directa, aumentar la competencia e impulsar las
exportaciones.

En América Latina, los bloques del Mercosur y la recientemente formada Alianza


del Pacífico representan en conjunto aproximadamente el 93 % del producto
interno bruto (PIB) de la región a precios de mercado de 2014.

En América Latina los primeros intentos regionales de libre comercio tuvieron lugar
hace más de tres décadas y, en cierta medida, fueron una respuesta a la creación
de la Comunidad Económica Europea en 1957. La firma del tratado de Roma fue
percibida por los países latinoamericanos en parte como un ejemplo a imitar, pero
sobre todo como una interrogante para el comercio de sus productos agrícolas con
Europa. Debido a esta realidad, en 1960 se suscribió el Tratado de Montevideo,
carta fundamental para la ALALC, compatible con el artículo XXIV del GATT que
contempla este tipo de integración económica. La asociación fue constituida por
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay, a
la que luego se incorporaron Bolivia y Venezuela. El objetivo de la misma era
ambicioso, ya que se constituía la creación de una zona de libre comercio en un
plazo de 12 años. En este lapso debían eliminarse gradualmente todos los
gravámenes y restricciones comerciales entre los países miembros, para lo cual
se realizaría una reducción arancelaria del 8% anual hasta alcanzar en 1972 una
rebaja total del 96%. Cabe aclarar que sólo en las primeras ocho conferencias se
logró avanzar al ritmo establecido, lográndose una baja de los gravámenes del
64%.

En 1969, ante el evidente estacionamiento del proceso iniciado, los países


miembros de la ALALC firman el Protocolo de Caracas, el cual amplía el plazo
inicial de 12 a 20 años y establece que la reducción arancelaria pasaría del 8 al
2.9% anual. Se trata entonces de superar el obstáculo que representa la diferencia
arancelaria existente entre los países miembros.

Si bien el objetivo principal fijado por la ALALC fracasó, debido a que la


constitución de una zona de libre comercio quedó reducida a una zona de
preferencias arancelarias, el intercambio entre las naciones latinoamericanas se
duplicó, incrementándose de $322 millones a $700 millones de dólares durante el
período. Derivado de la situación mencionada de la ALALC, en 1980 se firma un
nuevo Tratado de Montevideo que crea la Asociación Latinoamericana de
Integración (ALADI), integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile,
Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

También podría gustarte