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TEMA 9.

EL ARTE DE ACADIOS Y
NEOSUMERIOS
1. Akkad: un arte al servicio del poder
1.1 Los palacios del Reino
1.2 La representación del poder real

2. El Renacimiento sumerio: Lagash y la Tercera Dinastía de Ur


2.1 La política arquitectónica de Ur-Nammu. El zigurat
2.2 El templo-palacio de los “Gobernadores” de Tell-Asmar
2.3 Lagash: las estatuas de Gudea y la escultura neosumeria
2.4 La Tercera Dinastía de Ur y el relieve histórico-narrativo

EXAMEN: 2016-2014-2009 La política arquitectónica del Renacimiento Sumerio: Ur-Nammu y el


Zigurat
2015-2014 Las estatuas de Gudea de Lagash y la escultura neosumeria

IMPERIO SARGÓNIDA (h2340-2180ac) (Sargón – Naran Sim)


DOMINIO DE LOS GUTI (GÚTEOS O QUTU) Lagash queda como ciudad estable
II DINASTÍA DE LAGASH: Gudea (h2150ac)
III DINASTÍA DE UR: Ur-Nammu. Finales del III Milenio (h2100-2000ac)
(h2000 caída de la III Dinastía de Ur por colonización de Amorreos y Elamitas)

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
El pueblo acadio irrumpe en la segunda mitad del tercer milenio en Sumer.
Impone su poder.
Supuso un paréntesis sobre las bases culturales, políticas y artísticas creadas por los sumerios
durante la 1ª mitad del III milenio.
Fundación del Imperio Sargónida (dominación acadia) por Sargón de Akkad
Imperio Sargónida:
- Las ciudades-estado sumerias son sustituidas por un estado imperialista, fuerte y
centralizado.
- El estado es gobernado por un rey con cualidades divinas.
- El arte también da un giro. Se convierte en un vehículo de expresión y transmisión
de la imagen del poder. Hay una exaltación política y militar del soberano.
- Tiene mayor importancia la arquitectura palacial que la religiosa
- Mayor importancia del rey en la escultura exenta y relieve
Tercera Dinastía de Ur: rebelión de los sumerios desde Ur, al sur. Es el periodo que conocemos
como Renacimiento Sumerio. Duraría hasta el final del tercer milenio. En cuanto al arte, es
una época deudora de su tradición religiosa. También hay propaganda imperial.

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1. Akkad: un arte al servicio del poder

De la llegada al poder de los acadios sólo se sabe que sucedió a mediados del III
milenio a.C y que consiguieron imponerse y controlar el territorio sumerio, comenzando una
dinastía de reyes de la que sería cabeza Sargón. Se creó así un estado absolutista que
mantuvo su cohesión poco más de un siglo, y cuyos monarcas se rodearon de una aureola
divina, llegándose a denominar Dios de Akkad.

1.1 Los palacios del Reino

La nueva coyuntura acadia hizo que el arte se pusiese al servicio de la exaltación


política y militar del soberano, lo que determinó de entrada la reducción de la producción
artística destinada a lo religioso a favor de la civil.
En lo que se refiere estrictamente a la arquitectura hemos de señalar que el
conocimiento que tenemos hoy en día de ella es reducido, pues incluso sus dos principales
ciudades, Akkad y Sippar, no han sido todavía descubiertas. Sí sabemos que la exaltación del
poder del soberano debió inclinar el interés constructivo hacia la arquitectura civil, confiriendo
al palacio un protagonismo que antes no había tenido.
El Palacio de Naram-Sin (Tell Brak, Siria), nieto de Sargón, se construyó con planta
cuadrada y aspecto de fortaleza, pues tenía grandes muros (de 10 metros de espesor) y un
único acceso (flanqueado por torres). Su interior contaba con múltiples estancias distribuidas
de forma ordenada en torno a un patio principal y otros secundarios. De esta forma se
adoptaban ya algunos rasgos de la arquitectura palacial del Próximo Oriente, como la
tendencia al encastillamiento, la organización espacial en torno a patios o la gran
complejidad estructural y funcional de sus espacios.
La tipología de este palacio (si realmente fue tal cosa, pues no está del todo claro) se
repite en el Palacio Viejo de Assur; e incluso en época neosumeria se construiría el Ekhursag
en Ur, que destaca por estar dividido en dos sectores (parte pública y parte privada). También
planta cuadrada y patios (principal y secundarios)

Planta del Palacio de Naram-Sin (h2340-2180 ac izda. y del Palacio de Assur derecha)

1.2 La representación del poder real

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El arte acadio convirtió a la escultura y el relieve en instrumentos de exaltación
política y militar del soberano, dando forma a unas imágenes pensadas para transmitir con
eficacia su concepción del poder. Conscientes de las posibilidades comunicativas del relieve
histórico-narrativo, se dio mucha importancia a esta modalidad escultórica, sobre todo en
cuanto a lo que se refiere a las estelas, cuyo arte renovaron desde el punto de vista
iconográfico y técnico mediante la introducción de importantes novedades. Las estelas se
hacían para ser vistas dando la imagen de un rey poderoso y deificado.
La Estela de Naram-Sin (IMAGEN: Estela de la Victoria o de
Naram-sin (piedra arenisca. Susa. 2300-2200 ac) Louvre.) es el mejor
exponente de lo comentado. Fue hecha para conmemorar la victoria
de Akkad sobre los lulubitas, un pueblo procedente de los Montes
Zagros, y se convirtió en un ejemplo de propaganda imperial a través
del arte. Es de imponente tamaño (dos metros), tallada en piedra
arenisca roja. La figura real (Naram-Sin es nieto de Sargón I) aparece
en lo alto de una montaña, representado a la vez mortal (en su
faceta de militar) y divino (porta la tiara de cuernos) y bajo él
ascienden sus soldados, tratados de forma individual.
Por tanto, ahora era el rey y no los dioses el que ocupaba el
lugar central y de mayor tamaño, nadie queda por encima de él, pero
rasgos innovativos también lo fueron la estilización de los personajes,
la atención a sus rasgos individuales o la representación del espacio que aquí hacía que se
eliminaran los registros, pero no el claro sentido narrativo de la escena. También es
importante el dinamismo de los personajes: los soldados aportan movimiento con su pierna
adelantada a modo de zancada, al contrario que en las anteriores como la Estela de los
Buitres. El artista sigue reproduciendo algunos de los convencionalismos propios del arte
mesopotámico y egipcio, caso de la frontalidad y la perspectiva jerárquica.
A través de esta estela los acadios supieron aprovechar las posibilidades comunicativas que
tenía el relieve histórico narrativo, ya ensayado por los sumerios en sus estelas, para trasmitir
a través de la imagen aquellos acontecimientos que contribuyesen a hacer propaganda de la
dinastía.
Pero sobre lo ya hecho por los sumerios, los acadios introdujeron novedades iconográficas,
plásticas y compositivas. Su influjo, desde el punto de vista de la idea y la composición, se
dejaría sentir en los relieves con los que se decoraron los palacios asirios del I milenio a.C.
Los acadios emplean caliza, arenisca roja y alabastro en la escultura, pero es la diorita (roca
dura y oscura, muy difícil de trabajar) la preferida para bulto redondo y estelas, para mayor
exaltación y prestigio del soberano.
También fue usado en escultura el soporte metálico para representar la
imagen del poder real, caso de la Cabeza de Gobernante acadio (Bronce.
Bagdad. H 2300-2000ac)encontrada en Nínive y que es casi el modelo que
se tiene en mente de todo soberano oriental de rasgos semitas (barba
espesa y pelo largo y rizado, de aspecto solemne) y que sirvió de modelo
para culturas posteriores como la asiria. De tamaño natural, identificada
con algún gobernante acadio, quizá Sargón o Naram-sin. Técnica nueva del
vaciado o bronce hueco para dar volumen y terminada con buril para mayor
detalle.

2. El Renacimiento sumerio: Lagash y la Tercera Dinastía de


Ur

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La inestabilidad política y la irrupción de los pueblos denominados qutu (gúteos), que
se aliaron a las ciudades sumerias encabezadas por el poder religioso de Nippur, consiguieron
acabar con el poder acadio.
Los gúteos o qutu instauraron un débil poder al que escapó Lagash, que se fue
configurando como centro de poder y en torno al año 2150 a.C. y bajo su monarca Gudea dio
lugar a un periodo de esplendor político y cultural para la misma. Sin embargo el poder de
Lagash y de los gúteos acabó cuando desde Ur el rey Ur-Nammu fundó la Tercera Dinastía y
unificó de nuevo Mesopotamia bajo un poder que perduró hasta finales del III milenio.
Conocemos por tanto como la etapa Neosumeria o de Renacimiento Sumerio a la II
Dinastía de Lagash y la III de Ur, pues desde sus particulares aportaciones contribuyeron a
crear una nueva realidad cultural, política y artística a partir de la asimilación de la tradición
sumerio-acadia

2.1 La política arquitectónica de Ur-Nammu. El zigurat (EXAMEN)

La política constructiva de Gudea de Lagash y de Ur-Nammu de Ur fue realmente


intensa. Ambos restauraron los edificios religiosos y civiles ya existentes, pero no obstante la
actividad de este último y de sus sucesores fue especialmente interesante, pues conllevó un
plan de intervención urbanística y arquitectónica sobre la ciudad de Ur, con el que se
pretendió servir a los intereses del Estado y su ideología. Entre los objetivos estuvieron la
construcción de obras de ingeniería, así como nuevos edificios, entre los cuales cobró forma
definitiva el templo por antonomasia de la arquitectura mesopotámica: el zigurat.
(El ziguratt o torre escalonada, que se convirtió en la tipología básica del templo
mesopotámico. Consistía en una modalidad de templo elevado sobre una plataforma, que
aparece ya plenamente configurado en el III milenio a.C., durante la etapa Neosumeria. Sus
primeras pautas fueron dadas en Eridú, considerada como la ciudad más antigua de la
Historia, en torno al 5000 a.C. y posteriormente en los Templos Elevados de la Fase de Uruk,
concretamente en el Templo Blanco de Uruk, en la época sumeria)
La TIPOLOGÍA era muy sencilla: El zigurat consistía en una construcción maciza,
realizada en adobe y recubierta de ladrillo, de planta cuadrada o rectangular, con paredes en
talud y articuladas mediante entrantes y salientes. Se encontraba en los recintos sagrados del
corazón de las ciudades, normalmente
englobando los basamentos de
construcciones anteriores.
Se erigía mediante una
sucesión de terrazas superpuestas en
número impar y de forma decreciente,
configurando una estructura en torre
escalonada. Se ascendía por un
sistema de escaleras construido en
ladrillo, una central y dos laterales
perpendiculares. El total era una
estructura singular, sólida y maciza.
Según Heródoto en la cima existía un templo, aunque no se han hallado restos arqueológicos.
Fueron muchos los zigurats que se elevaron en Mesopotamia en época Neosumeria,
pero el primero y el que marcó la pauta fue el realizado en Ur por Ur-Nammu (IMAGEN del
LIBRO: Planta del Zigurat de Ur h 2100-2000 ac Periodo Neosumerio), dedicado a la diosa
lunar Nannar (se llama ETEMNIGURU):

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- Considerado el prototipo de este tipo de construcción.
- Se ubicaba en el centro de un patio (como el templo sumerio de Kafadye) y tenía
planta rectangular orientada a los puntos cardinales.
- Se cree que estaba delimitado por murallas, dentro de las cuales había patios y
edificios anejos (igual que en los templos sumerios del
periodo de las Primeras Dinastías)
- Constaba de tres terrazas, a la primera de la cual se
accedía mediante tres escalinatas. En la actualidad se
conserva solo la primera terraza y parte de la segunda.
(Izquierda: Zigurat de Ur h 2100-2000 ac Periodo
Neosumerio
A día de hoy, no se sabe con precisión la verdadera función de los zigurats, aunque la
idea que parece ser más sólida es la que atribuye a este edificio una explicación simbólica
relacionada con la religión mesopotámica (continuidad de las costumbres religiosas): se
estaría imitando la montaña sagrada donde se manifestaba la divinidad y donde por tanto se
producía el encuentro entre la esfera celestial y la terrestre, entre los dioses y los hombres.
(Otras Hipótesis: observatorio astronómico, proteger a la divinidad de las inundaciones,
sentido funerario, estructura para ofrendas)
La continuidad del modelo de Zigurat de Ur fueron los ziguratts de Asiria y Babilonia:
El modelo de ziguratt de la cultura sumeria y neosumeria fue continuado por los grandes
imperios de Asiria y Babilonia, gracias a la existencia de un sustrato cultural común y a la
pervivencia de las creencias y las prácticas religiosas. Las variantes tipológicas consistieron en
la variación de la situación de las escaleras o en la del número de pisos edificados.

2.2 El templo-palacio de los “Gobernadores” de Tell-Asmar

Junto al modelo del zigurat, por toda la Baja Mesopotamia se erigieron importantes
templos que seguían una tipología muy diferente: los denominados templos bajos o templos
a ras de suelo.

El templo-palacio de Gimislin o Shu-sin, en Tell-Asmar (la antigua Eshnunna) es el que


ofrece mayor interés. Fue una construcción cívico-religiosa, pues integraba palacio (con
santuario palatino) y templo en unidades
arquitectónicas diferenciadas pero vinculadas,
respondiendo al ideal de divinización real que
haría de este conjunto el santuario real y sede del
culto oficial. (IMAGEN: No es la misma. Vista
axonométrica del palacio-templo neosumerio de
los “Gobernadores” de Tell-Asmar h2100-2000ac
El Templo de Shu Sin a la derecha, el Palacio de
los Gobernadores en el centro y el Santuario
Palatino a la derecha)
El templo tomaba elementos de la
tradición sumeria pero reelaborados, como la
práctica de fortificar los muros con contrafuertes, situando el acceso desde la calle
(flanqueado por dos gruesas torres) y no un patio. Lo más significativo sin embargo era la
disposición interna, que fue realizada en torno a un eje axial que daba paso desde el acceso a
un patio interior (que hacía de antecella) y finalizaba en el santuario, la cella donde se ubicaba
la imagen del dios. De esta forma el templo tiene una disposición unitaria, regular y ordenada,
sin precedentes en el contexto de la arquitectura religiosa de la zona.

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Más tarde se sumaría al templo un palacio (que puede ser tomado como modelo del
palacio neosumerio), que contaba con tres unidades diferenciadas por sus funciones:
residencial, religiosa y representativa-administrativa. También aquí un patio articulaba el
espacio, que en su parte norte situaba la zona residencial y política, con la presencia de un
salón del trono; la parte del santuario repetía la disposición del templo. El acceso al palacio se
hacía a través de dos largos corredores, lo que constituía probablemente un elemento de
protección que se repitió con frecuencia en la arquitectura palacial del Próximo Oriente
Antiguo.

2.3 Lagash: las estatuas de Gudea y la escultura neosumeria (EXAMEN)

Las estatuas en diorita negra del rey Gudea constituyen la muestra más
representativa de la escultura neosumeria. Eran esculturas de bulto redondo, de excelente
calidad, que representaban al gobernador de Lagash y su carácter era votivo, ordenadas
esculpir por Gudea y ofrendadas a los dioses por los habitantes de la ciudad para que éstos
asegurasen la prosperidad de la dinastía y el reino.

Se dio lugar así a un modelo de representación escultórica del soberano desde la asimilación
de la tradición sumerio-acadia, una imagen de poder que representaba a un piadoso
gobernante en posición de orante (sedente) y oferente(erguido).
Se han encontrado hasta treinta representaciones del rey Gudea, con diferentes
edades y bien sentado o en pie, con las manos en el pecho o incluso los planos de un templo
entre ellas.
(IMÁGENES: Gudea de Lagash. Periodo Neosumerio. Diorita azul. H 2150 ac Louvre (sedente
y oferente y Cabeza de Gudea. Boston)
EQUIPO DOCENTE
Se daba así la imagen de un personaje sereno y fuerte, capaz de mantener el orden. La
representación de Gudea, alejada de la actitud omnipotente y cuasi divina de los monarcas
acadios y asirios, recupera la tradición anterior de los llamados orantes sumerios, que a modo
de “dobles” permanecían impertérritos ante la imagen de la divinidad en continua oración y
adoración, objetivo enfatizado por la durabilidad de la diorita azul en el caso de Gudea

MIS APUNTES:
Influencia sumeria (gobernante piadoso) y también acadia por el material (diorita negra).
Esculturas de bulto redondo. Excelente calidad. Bloque monolítico de trazos geométricos, con
acusada frontalidad y tendencia a la simetría (recuerda la escultura egipcia del R.Medio)
De carácter votivo, que los habitantes de Lagash presentaban en los templos como ofrendas a
los dioses, buscando prosperidad para su reino.
Eran escenas de representación o “introito”, ya realizadas en época sumeria. Con ellas se
recordaba el servicio fiel que los soberanos prestaban a los dioses mediante las ofrendas. Se
realizaban inscripciones de exaltación al Rey (sus virtudes y su política constructiva).

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Se representa a un gobernante piadoso, en posición de orante.
Construidas en diorita negra, propia de la plástica acadia.
Mínimo 30 esculturas de Gudea de distintas dimensiones, representando a Gudea en distintas
edades, sentado, de pie, las manos juntas en actitud piadosa y con los planos de un templo
entre ellas, buscando representar las cualidades morales e intelectuales del soberano.
Indumentaria: siempre desnudos hombro y brazo derecho (símbolo de rectitud moral y de
justicia). Cabeza desnuda o con bonete de lana.
Grandes ojos y potente musculatura.
Representado tal cual se describía en las inscripciones oficiales: personaje sereno y fuerte,
capaz de mantener la paz en un entorno difícil.
Resumen: mezcla influencia plástico acadia como el empleo de diorita negra y la transmisión
de fuerza, con los modelos de presentación piadosa y pacífica, de rostro idealizado, de los
prototipos sumerios. Todo ello se expresaba, desde un punto de vista estético, con estatuas
compactas, de carácter cúbico, actitud hierática, volúmenes geométricos y pliegues en la ropa

2.4 La Tercera Dinastía de Ur y el relieve histórico-narrativo

Los escultores neosumerios cultivaron también el relieve histórico narrativo,


asumiendo la tradición sumeria (estela de los Buitres) y los acadios (estela de Naram-sin).
(DIFERENCIA: Los Acadios siempre representan al rey con poder y victorioso y los Sumerios y
Neosumerios en actitud pacífica y piadosa)
Durante el Periodo de Lagash se realizan estelas fieles a la tradición sumeria: los relieves se
trabajaban sobre una placa rectangular de piedra redondeada por arriba, donde se incluían
escenas de “introito” organizadas en registros, con el soberano frente a la deidad en la parte
superior y escenas rituales abajo.
Así ocurre en la Estela de Ur-Nammu de Ur, príncipe fundador
de la III Dinastía de Ur, (IMAGEN: Reconstrucción de la cara anterior de
la Estela de Ur-Nammu. También hay un dibujo y hay otra imagen de
Estela Neosumeria en piedra caliza. Tiene un sol arriba) que conmemora
la fundación del templo y tenía hasta tres metros de alto por uno y
medio de ancho, decorada en sus dos caras, destacando la anterior que
incluía una escena de Ur-Nammu bajo los símbolos del dios del Sol y de
la Luna presentándose ante dos divinidades situadas a los extremos. En
los registros inferiores hay una ceremonia de libación (ritual religioso:
derramar bebida en ofrenda a un dios) y se portan los instrumentos de
construcción del templo. La cara posterior también se organiza en
registros y tiene la imagen de la figura de la diosa del vaso manante que
vertía agua desde el cielo..
Sus restos están dispersos por distintos museos.

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