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REALIDAD ECLESIAL

Encuentros en la tercera planta


Madrid 2002, la odisea del sínodo

Los hechos que se cuentan en el siguiente relato son fiel testimonio de


acontecimientos reales acaecidos recientemente en Madrid. Se han cambiado
los nombres de las personas y los lugares para preservar la verdadera
identidad de los mismos. Se han añadido algunas escenas y diálogos para
proporcionar dramatismo al relato. El escrito original se realizó sobre un
sencillo cuaderno escolar con pastas de cartulina de color verde.

“A los los cristianos de Madrid los Reyes Magos les han traído un sínodo”. “¿Qué
es eso profe?” preguntó Luisa, una niña muy espabilada que no pierde la ocasión de
preguntar. “Un sínodo es como un…”. Esteban es un “profe” de religión con muchos
recursos didácticos, se le ocurren multitud de actividades y sus explicaciones están
llenas de brillantes comparaciones. “Un sínodo es…”. En esta ocasión a Esteban le
faltaban las imágenes y la expectación de la clase crecía por momentos. “Un sínodo
es algo que…”. No había manera, él sólo quería dar la noticia y pasar a otra cosa
pero parecía que esta vez Luisa le había pillado. Por fín se arrancó diciendo “a ver,
todos y todas a la alfombra, tendremos asamblea”. Luisa se precipitó sobre Esteban:
“Profe ¿y mi pregunta?” “Sí Luisa, sí, ahora vamos con tu pregunta, no creas que me
he olvidado”.
Cuando ya todos estuvieron sentados en círculo, Esteban colocó en medio una
Biblia y una cartulina blanca y dijo: “un sínodo es una gran página en blanco, una
hoja grande donde no hay escrito nada pero en la que todas las personas quieren
escribir. La página es continuación del libro que veis al lado y que ya conocéis” “Sí,
yo lo sé, es la Biblia” –intervino Guillermo, sorprendido de no estar distraído.
“Sabéis que la Biblia es una gran historia de amor en la que Dios nos cuenta
cuanto nos quiere. Pero la Biblia se sigue escribiendo hoy. Los cristianos intentan
vivir lo que Jesús hizo y dijo y de vez en cuando lo ponen por escrito. Hay muchas
hojas grandes escritas por muchas personas durante muchos tiempos. Hay letras de
todas las clases y en todos los idiomas. Están recogidas cosas buenas y otras que
no lo son tanto. Esta pasada Navidad los Reyes Magos han traído una gran página
en blanco para que escribamos en ella los cristianos de Madrid”. Toda la clase se
quedó en silencio. Esteban continuó: “El obispo Antonio nos ha invitado a participar.
Nos ha dicho que nos fijemos en cómo vivimos los cristianos y cómo podemos
mejorar y que las escribamos en sucio, después nos reuniremos todos, como
hacemos en la alfombra de clase, para ponerlas en común y en la página que nos
trajeron los Reyes se escribirán en limpio las cosas en las que estemos de acuerdo”.
Entonces Gonzalo levantó la mano y dijo: “Ya, pero en Madrid hay muchos
cristianos ¿dónde caben todos?”. Esteban contestó: “Bueno, en realidad las
reuniones se harán en grupos pequeños como el que ahora estamos en clase. A ver,
vamos a hacer una prueba ¿cómo podemos ser mejores cristianos?” Y todos fueron
hablando poco a poco contando cómo veían ellos la Iglesia. Esteban tomó nota de
las cosas que decían y fue improvisando la “hoja en sucio” de la clase de 4º B de la
tercera planta del colegio Santa Ana para el tercer sínodo de la diócesis de Madrid.
La hoja decía así:
“No está bien que haya pobres y nosotros tengamos tanto, esto debería
cambiar porque seguro que a Jesús no le gusta. Parece que cuando vamos a la
iglesia estamos enfadados, no nos conocemos y algunas veces nos dormimos.
Por cierto, ¿por qué las mamás y las tías y las monjas y las abuelas no pueden
decir misa? Tampoco estaría mal que el cura pudiera ser papá con mamá y sus
hijos e hijas en casa, estaría bien que aprendiera primero a ser “querido papá”
antes que “reverendo padre”. Proponemos pintar las iglesias de colores bonitos y
que siempre estén abiertas para las personas que no tienen casa y tener pocas
cosas y vender las que no hagan falta para ayudar a los que lo necesiten. Vamos
a poner el altar en medio para que nos podamos colocar alrededor y que cada
uno haga una cosa y que nadie se quede fuera. Queremos que en la Iglesia todas
las personas podamos escribir “hojas en sucio” aunque nos equivoquemos; que
nos pongamos de acuerdo en lo que hacemos sin que nadie mande más que los
otros porque le de la gana. Y por último damos las gracias a los Reyes Magos por
el regalo del sínodo porque nos ha gustado mucho”.

Mientras aplaudían a lo que Esteban acababa de leer sonó el timbre del colegio.
Era la última clase del viernes. El aula se fue quedando vacía mientras Esteban
pensaba lo bonito que sería que la Iglesia de Madrid participara en el Sínodo con el
mismo entusiasmo que lo habían hecho los de 4ºB aquella tarde.

“Las circunstancias que concurren actualmente en la vida de la Archidiócesis de


Madrid, especialmente tras la experiencia positiva y fecunda de los Planes
Diocesanos de Pastoral de los últimos años, así como de la celebración del Año
Santo del bimilenario del Nacimiento de Cristo, nos han aconsejado la celebración de
un Sínodo Diocesano en el que, con la mayor participación posible de la
comunidad diocesana, se fomente y se fortalezca la acción evangelizadora de la
Iglesia en Madrid como transmisora de la fe recibida del Señor para lo que es
necesaria una renovación de su vitalidad espiritual, de los vínculos de
comunión, de su dinamismo apostólico, de su actividad caritativa y de servicio
al hombre y al mundo”.
Decreto de constitución de la comisión preparatoria del tercer sínodo diocesano de la
archidiócesis de Madrid, firmado por Antonio María Rouco y José Luis Domínguez (obispo y
secretario) en la catedral de Madrid el día 6 de enero, fiesta de Epifanía.

César Rollán (Comunidad de Begoña)


Comisión Realidad Eclesial

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