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TOMO I

Documentación de Iniciativas
Socioambientales de la Jurisdicción CAR
Gestión del Conocimiento y la Innovación Ambiental
Tomo I

Documentación e iniciativa
socioambiental
de la jurisdicción CAR

Proceso socioambiental de autogestión en torno


a la recuperación de la microcuenca
de la quebrada La Aguilita
municipio de Quipile (Cundinamarca)
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR)

DOCUMENTACIONES EXPERIENCIAS EXITOSAS SOCIOAMBIENTALES EN LA


JURISDICCIÓN DE LA CAR, TOMO I

Director General 2012-2015


Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón

Director General 2016-2019


Néstor Guillermo Franco González

Directora de Cultura Ambiental y Servicio al Ciudadano


Martha Mercedes Carrillo Silva

Investigador
Andrés Hernández Leal

Supervisora del contrato


Marisol Silva Escarpeta

Fotografías en general y de portada (a excepción de las señaladas):


Andrés Hernández Leal, investigador
Agustina Viola, coinvestigadora

Dirección Regional Sabana de Occidente

Agradecimientos
Asociación de usuarios acueductos comunitarios microcuenca quebrada La Aguilita
Comunidad de Quipile y sus veredas
Líderes y organizaciones de la región
Instituciones gubernamentales del municipio

Diseño e impresión
Imprenta Nacional de Colombia

ISBN Obra Completa: 978-958-8188-37-9


ISBN: 978-958-8188-38-6

Octubre 2016

Esta documentación está dedicada a enriquecer la memoria ambiental y a reconocer la


riqueza social, cultural, de los habitantes históricos y actuales del municipio de Quipile,
que han sabido, gracias al trabajo de sus líderes, campesinos y campesinas, cafeteros y
cafeteras, generar procesos de desarrollo e identidad indispensables para consolidar una
conciencia ecológica y un espíritu comunitario que permita establecer y conservar en el
futuro las fuentes de agua, la flora y la fauna no solo de la región, sino del mundo entero.
Esperamos que esta experiencia exitosa se multiplique entre otras comunidades que como
esta, luchan y fortalecen procesos sociales para defender sus recursos y solucionar co-
lectiva y participativamente sus problemas.
Contenido
Presentación.............................................................................................................................11

Microcuenca “La Aguilita”:

Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario........................... 19


El territorio.............................................................................................................................. 20
División territorial..................................................................................................................... 24
Algunos referentes históricos................................................................................................. 31

El oro de Quipile es el agua............................................................................................... 35


La Aguilita............................................................................................................................... 36
La microcuenca hidrográfica................................................................................................... 36
La microcuenca bajo un enfoque social................................................................................... 40

La Aguilita, el tesoro ambiental de quipile............................................................................. 47


Antecedentes........................................................................................................................... 48
Acueductos.............................................................................................................................. 50
Zona de reserva microcuenca La Aguilita
La Asociación de usuarios....................................................................................................... 57
Cronología de los hechos históricos relacionados con el proceso de gestión
comunitaria de “La Aguilita”...................................................................................................... 64

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Contenido 7

Valerio Amórtegui: “El Hombre más Feliz de Quipile”................................................................67


“La Teresa”, las raíces de Valerio vestidas de flor morado........................................................ 71
Lecciones de vida.................................................................................................................... 76

“La Aguilita”: Nacimiento de vida, lucha y resistencia........................................................ 82


Problemáticas actuales........................................................................................................... 83
Las fortalezas...........................................................................................................................88
Recomendaciones institucionales..............................................................................................91
Las enseñanzas .......................................................................................................................92

Referencias bibliográficas....................................................................................................... 98
Presentación
Presentación 11

Presentación
L
a Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en
cumplimiento a su misión institucional, y en el eje de su línea
estratégica de “innovación social e identidad regional hacia la
sostenibilidad ambiental” y el proyecto de Gestión del Conocimiento y
la Innovación para la Sostenibilidad Ambiental, propone el desarrollo de
un ejercicio de sistematización y documentación de la experiencia de gestión
comunitaria y administración, cuidado del recurso hídrico proveniente de la
microcuenca de la quebrada La Aguilita, cuyos alcances apuntan al
reconocimiento de iniciativas novedosas y comunidades empoderadas, frente
al tratamiento de problemas que afectan a sectores de la población y la
solución creativa de problemas de ámbito colectivo.
Se busca entonces generar herramientas y estrategias pedagógicas
innovadoras que permitan producir y difundir información para la conservación,
el uso y manejo de los recursos naturales y que sirvan de instrumento para
la concienciación, el cambio de hábitos, la comprensión de la dinámica
ambiental y el relacionamiento de los habitantes del territorio con los recursos
naturales y del ambiente.
El reconocimiento, documentación, sistematización y difusión de la
experiencia comunitaria y socioambiental de manejo de la quebrada La Aguilita
permitirá que buenas prácticas, experiencias o metodologías de alto impacto
socioambiental como esta, sean susceptibles de transferencia o aplicación en
las cuencas hidrográficas de la jurisdicción CAR.
La caracterización y documentación del proceso socioambiental de autogestión
en torno a la recuperación de la microcuenca de la quebrada La Aguilita, del
municipio de Quipile, busca además que se fortalezca el tejido social histórico
y actual involucrado con el uso y manejo de la microcuenca, además de reforzar,
destacar y transferir esas habilidades comunitarias y de identidad regional que
permitieron la adecuada gestión del conflicto ambiental, con el objeto de que
otras poblacionales aprehendan, repliquen, y comuniquen dichos saberes y
experiencias.
Se propone un ejercicio de documentación participativo e incluyente que vincule
y reconozca a los actores sociales involucrados para aprender, construir y
sistematizar con ellos esas buenas prácticas, que gracias a su compromiso
y dedicación permitieron en este caso una exitosa intervención en la gestión
ambiental local.
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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 13

Proceso socioambiental
de autogestión, en torno
a la recuperación de
la microcuenca de la
quebrada La Aguilita.
Municipio de Quipile
(Cundinamarca)
El ejercicio de documentación
Por iniciativa de la CAR, durante el primer semestre del año 2014 se llevó a cabo en el municipio de
Quipile (Cundinamarca) un valioso ejercicio de documentación y sistematización de la experiencia de
gestión socioambiental en la microcuenca de la quebrada La Aguilita situada en este municipio. Este
proceso dio lugar al nacimiento de diferentes acueductos comunitarios y la fundación de una asociación
de usuarios que los administra y representa.
Dicha experiencia, al igual que otras importantes obras, fueron en gran parte, iniciativa de la comunidad
y contribuyeron notablemente al desarrollo del Municipio y a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
A lo largo de este ejercicio desarrollamos diferentes encuentros, a través de entrevistas, diálogos, re-
latos, fotografías y ejercicios participativos, en los que referenciamos el territorio, elaboramos mapas,
registramos hitos y hechos históricos, recuperamos valiosos recuerdos y enseñanzas de esta historia.
Acompañados por el líder social y ambiental Valerio Amórtegui, así como por otros líderes y lideresas
protagonistas de esta experiencia, recorrimos diferentes veredas, conocimos a sus habitantes, vecinos
y campesinos, compartimos y aprendimos saberes.
Nos “reencontramos” para “reconstruir” esta historia y reflexionar sobre el determinante papel de la
comunidad en la solución de sus problemáticas, en el pasado y en el presente, la importancia de cuidar
y preservar el agua, sus rondas y nacimientos, y proteger el medio ambiente y los recursos naturales que
son la única y verdadera herencia que les podemos heredar a las próximas generaciones.
Agradecemos a todas las personas que nos compartieron sus relatos y enseñanzas, a don Julio Ti-
baquirá, Manuel Pereira, Ramón Zubieta, Deysa Sanabria, Ana Lucila Robayo, Alfredo Mogollón, Hernán
Zubieta, Timoleón Torres Vázquez, Manuel Pereira, Marina Gómez, Blanca Lancheros, Héctor Otálo-
ra, José Puentes, José Vicente Sierra, Lino Armando Jaramillo, José Ignacio Sierra y señora, Serafín
López, Soledad Torres, Héctor Castañeda y señora, Gustavo Castañeda y familia, a los representantes de
los acueductos comunitarios, y muchos más que ayudaron a tejer esta historia, pero particularmente a
Valerio Amórtegui, sus trabajadores y a su familia, hijos e hijas, nietos y nietas, por el apoyo incondicio-
nal y desinteresado; a todos y a todas las personas que lo dan todo sin esperar nada a cambio.
Todas ellas sembraron, casi que con sus propias manos, una semilla que echó raíces y se convirtió
en un ejemplo de vida, en un ejercicio de gestión y resistencia socioambiental, y en la más preciada
herencia y orgullo de los quipileños, como lo es la reserva de la microcuenca La Aguilita de la que vamos
a conocer aquí.

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El ejercicio de documentación 15

Miembros de la comunidad, importantes líderes comunitarios de la región,


acompañando el ejercicio de documentación propuesto por la CAR.

Mesa de trabajo en la vereda Oriente. Identificación del territorio y de la historia de La Aguilita.


Cartografía social. Identificación de nacimientos y distribución de los acueductos.

Cartografía social. Identificación de nacimientos y distribución de los acueductos.

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El ejercicio de documentación 17

Imágenes de las mesas de trabajo realizadas durante el primer semestre de 2014, en los que la comunidad de Quipile y muchos
de sus líderes y representantes se reencontraron para participar del trabajo de documentación sobre la historia de La Aguilita.
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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 19

Microcuenca La Aguilita:
Testimonio de una generación,
sus luchas y su espíritu
Proceso socioambiental
comunitario
de autogestión, en torno
a la recuperación de
la microcuenca de la
quebrada La Aguilita.
Municipio de Quipile
(Cundinamarca)
El territorio

Ubicación de Quipile en Cundinamarca.

El municipio de Quipile está ubicado en el departamento de Cundinamarca, a 88 km al occidente de la ciudad


de Bogotá (capital de Colombia), está conformado por un territorio que en su mayor parte es montañoso y
corresponde a la cuenca del río Curí.
Tiene una población estimada 8.000 habitantes (según datos del censo 2005, realizado por el Departamento
Administrativo Nacional de Estadística -DANE-) que se concentran en la cabecera municipal de Quipile y
en 4 centros urbanos de intercambio comercial: La Botica, La Sierra, La Virgen y Santa Marta. El resto
de las 34 veredas que lo conforman son rurales e históricamente campesinas.
Con base en el censo DANE 2005, la población a junio de dicho año era de 8.217 personas, distribuidas
en 694 en el casco urbano, que corresponde a tan solo el 8,4% del total; mientras en el sector rural la
población era de 7.523, es decir, el 91,6%, lo que equivale a decir, que para el 2010 la proyección, según
cifras del DANE, era de un total de 8.186 personas; lo que demuestra la pérdida de una pequeña porción
de habitantes (31) en 5 años, que representa el 0,38%. Por sexo, la población en 2005 está repartida en
4.334 hombres, es decir, el 52,7% y 3.883 mujeres, equivalente al 47,3%; mientras que la proyección
para 2010 indica una disminución en el número de hombres (38), al pasar a 4.296; mientras que las
mujeres subieron en términos absolutos en siete (7). Lo anterior indica una tasa de decrecimiento entre
el censo ajustado a junio de 2005 y el año 2010 de un 0,38%, correspondiendo la tasa más alta de
decrecimiento a los hombres, con el 0,87%.
El municipio de Quipile es ampliamente rural. Gracias a su variedad de climas, la actividad económica
principal del municipio es la agricultura (café, caña, plátano, yuca, maíz, fríjol, arroz, legumbres, frutales)

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 21

y en menor medida la ganadería, explotaciones forestales para uso doméstico y explotaciones mineras de
carbón.
Además de contar con cientos de fincas paneleras y extensos cafetales y platanales a lado y lado del
camino, Quipile es uno de los municipios del Departamento más rico en recursos hídricos, goza de
abundantes nacimientos y acueductos comunitarios que satisfacen las necesidades de agua de gran
parte de la población. Entre estos acueductos importantes se encuentra la microcuenca La Aguilita,
testigo “vivo” de un ejercicio de gestión social, ambiental y comunitaria, fundamental para el desarrollo
del Municipio y ejemplificante para otras comunidades.
La vocación del Municipio es ambiental y agropecuaria. La ambiental se reconoce en el inmenso
patrimonio hídrico, sus sectores de bosque nativo, su flora y fauna. Esta cualidad le ha dado a Quipile el
referente de “El Cielo del Tequendama”.

Recorridos territoriales por las veredas San Carlos, La Sierra, Arabia, La Unión.
Se aprecian algunos de los cultivos de café, plátano y frutales, mora, lulo, granadilla, tomate de árbol, entre otros,
que se encuentran en la región y que representan parte del ingreso de pequeños campesinos del Municipio.
Recorridos territoriales veredas San Carlos, La Sierra, Arabia, La Unión.
Se aprecian algunos de los cultivos de café, plátano y frutales, moras, lulo, granadilla, tomate de árbol, entre otros,
que se encuentran en la región y que representan parte del ingreso de pequeños campesinos del Municipio.

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 23

Digitalización mapa participativo. Ubicación zonas - microclimas Quipile, Cundinamarca.


Productos agrícolas, recursos y productos ocobo o flor del Municipio, usos del suelo.
División territorial
El municipio tiene una extensión de 12.760 hectáreas, de las cuales, 35.1 hectáreas corresponden a los
centros urbanos, así: Quipile 13.24, La Botica 2.36, La Sierra 10.07, La Virgen 6.79 y Santa Marta con
2.62 hectáreas.
Los municipios limítrofes del municipio de Quipilé son: al norte con Bituima, con una longitud de 12.54
kilómetros, y Vianí con una longitud de 80 kilómetros; al sur con Jerusalén, con una longitud de 6.01
kilómetros, y Anapoima con una longitud 6.40; kilómetros, por el oriente con Anolaima, con una longitud
de 9.70 kilómetros, Cachipay con una longitud de 9.15 kilómetros, y La Mesa con una longitud de 10.57
kilómetros; y por el occidente con los municipios de San Juan de Rioseco, con una longitud de 7.30
kilómetros, y Pulí con una longitud de 12.54 kilómetros.

Vereda San Carlos.

En el municipio de Quipile existen dos divisiones territoriales: el sector urbano y el sector rural; el
sector urbano está conformado por cuatro inspecciones o centros urbanos y la cabecera municipal; el
sector rural del Municipio lo conforman 34 veredas, de las cuales: 11 pertenecen administrativamente
a la inspección de la cabecera municipal, 4 a la inspección de La Sierra, 8 a la inspección de La Virgen,
4 a la inspección de Santa Marta, y 7 a la inspección de La Botica. Estos “centros poblados” se han
mantenido como puntos comerciales a nivel regional y en casos específicos en mercado directo, es
decir, productor-comprador (intermediarios y mayoristas).

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Los perímetros urbanos tienen una gran diferencia entre sí, debido a factores de tipo socioeconómico,
cultural, ubicación y geográfico. Los centros urbanos conforman el 27% del área total del territorio, lo
cual confirma que el modelo de ocupación del Municipio es de carácter rural, con un bajo desarrollo en
los centros urbanos.

Calles de la vereda La Botica, Quipile.


Calle principal de Quipile.

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 27

Alcaldía municipal de Quipile.


La Sierra, uno de los mayores centros poblados de Quipile.

Vereda San Carlos.

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 29

Gustavo Castañeda, cafetero y comprometido líder ambiental de la región.


Valerio Amórtegui en el nacimiento La Aguilita.

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 31

Algunos referentes históricos

Iglesia de Quipile, calle principal, años 70. Festividad religiosa. Archivo del señor Alirio Páez.

“Quipile” es una palabra de origen indígena, en cuya lengua significa fuerte y superior lugar, no se tienen
datos exactos de la fecha de su fundación ni de su fundador, pero la tradición enseña que la fundación
ocurrió por el año de 1825 y señala a José María Lozano como su fundador.
Se tiene que los primeros asentamientos estuvieron habitados por indígenas pertenecientes a la tribu
panche, quienes originalmente le dieron el nombre de Quipile en honor al cacique de la tribu y que había
escogido el lugar como medida de protección y posición de defensa contra el enemigo.
Posterior a su fundación, es decir, hacia los años 1940 y 1945, el municipio de Quipile sufre una gran
tensión social debido a la lucha de la hegemonía política, generando hechos de violencia entre los
tradicionales partidos políticos, liberales y conservadores, iniciándose de esta manera un proceso
de decadencia debido al desplazamiento de los habitantes de la cabecera municipal y dando pie al
surgimiento de las cuatro inspecciones de policía que existen actualmente.
Surge nuevamente un lento proceso de activación económica debido a la creación de pequeñas fábricas
de jabones y gaseosa, entre otras, proceso que se extiende hasta el año de 1957, aproximadamente.
La construcción de vías de penetración bajo unas condiciones topográficas adversas desencadena una
activación de las actividades comerciales.
Actualmente, el municipio de Quipile cuenta con un aproximado de 8.000 habitantes, mostrando una
disminución paulatina de su población. Dinámicas relacionadas con la violencia y el conflicto armado,
sumados a la falta de desarrollo económico y de oportunidades de empleo, han generado un sostenido
decrecimiento poblacional.
En décadas pasadas, la compleja situación de orden público y la presencia de actores armados, guerrilla,
paramilitares y fuerza pública, fueron determinantes en la migración.
La población tiende a disminuir debido a la atracción que ejerce Bogotá u otros municipios que ofrecen
mejores y mayores oportunidades para una mejor calidad de vida.
La persistente crisis del campo y del café, particularmente, ha sido otro factor de estancamiento a nivel
político, económico y social en el Municipio.
Se denotan altos niveles de pobreza y desigualdad, sobre todo en el sector rural, donde se
mantienen dificultades de los campesinos para acceder a un sistema de seguridad social adecuado
en términos de salud y educación, acceso al crédito, a la tecnificación y cualificación, entre otros.
Los datos de planeación y los testimonios de los lugareños, se refieren a una transformación en la
distribución de la población en cuanto a número y edades. Hay un alto porcentaje de personas adultas y
adultos mayores, bajas tasas de natalidad y baja permanencia de jóvenes y adultos en edad laboral que no
permanecen en el Municipio debido a la baja oferta de trabajo y a las pocas expectativas –particularmente
económicas– que genera el campo actualmente.
El Municipio no cuenta con microempresas ni con empresas que generen empleo, y no existen programas
ni políticas públicas en favor de los jóvenes, de sus expectativas y de su orientación vocacional,
tampoco hay para los más viejos, muchos de ellos y ellas, personas que hicieron parte del desarrollo y
de las luchas de Quipile.

Fotografías históricas recuperadas del archivo del señor Alirio Páez, habitante de Quipile y fotógrafo aficionado.
Aquí calle principal de Quipile. Años 80.

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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 33

No existen entidades de educación superior o formación técnica para que los jóvenes continúen con
sus estudios y su formación, incluso frente a los temas agrícolas o de tecnificación, son muy pocos
los espacios existentes; la escuela del Municipio, a la que acude la gran mayoría de jóvenes, a pesar de
tener una vocación agrotécnica, está lejos de lograr un vínculo efectivo y atractivo frente a la vida del
campo. Incluso, desde los mismos padres y abuelos se ha desmotivado su permanencia. Frente al enorme
esfuerzo que implica “la vida del campo” se ha fortalecido la idea de motivar y respaldar la partida de los
más jóvenes hacia centros urbanos de mayor desarrollo, particularmente Bogotá, donde se cree que se
tendrán más oportunidades de estudio y trabajo, y por ende una mayor calidad de vida.
Sin embargo, y a pesar de dichas problemáticas, ese espíritu comunitario, esa riqueza ambiental que
caracteriza al Municipio, y sobre todo, esa incansable lucha de sus campesinos y habitantes se
mantiene intacta.
Fueron muchos los actores, líderes comunitarios, sociales y ambientales que desarrollaron y desarrollan
iniciativas que permitieron mejorar las condiciones de vida de los habitantes del municipio. Ellos
generaron fuentes de trabajo a través de pequeñas y medianas empresas, emprendimientos y
cooperativas paneleras, fincas cafeteras, madereras, etc., e impulsaron obras de desarrollo y acciones
solidarias y comunitarias como la apertura de caminos, el acceso a la electrificación rural, y sobre todo,
el proceso de gestión del recurso hídrico de la microcuenca La Aguilita que dio lugar al nacimiento de
una asociación de usuarios y de varios acueductos comunitarios a los que representa.

Fotografías históricas. Archivo del señor Alirio Páez, calle principal de Quipile. Años 80.
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Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario 35

El oro de Quipile
es el agua
En la microcuenca de la quebrada La Aguilita, desde hace ya varias décadas, se presentó un proceso
de gestión comunitario –que en gran medida se mantiene y tiene efectos hasta hoy– y que ha
desarrollado (en conjunto con instituciones como la CAR) un destacado ejercicio para dar solución a
diversos conflictos ambientales y proyectos de desarrollo generados en su momento, por la necesidad
apremiante de contar con un servicio permanente, adecuado y sostenible de suministro de agua.
Fue así como la comunidad organizada, par ticularmente en las veredas rurales y campesinas, fue
gestando acciones de desarrollo para suplir muchas de sus necesidades. A través de impor-
tantes líderes sociales y con la gestión, el trabajo y los recursos comunitarios se desa-
rrollaron impor tantes obras como la aper tura de caminos para la distribución de los productos
del campo, la tan necesaria electrificación rural y sobre todo la generación de un impor tante
proceso de gestión socioambiental para impulsar un uso adecuado, incluyente y sostenible del
recurso hídrico proveniente del nacimiento de la microcuenca La Aguilita.

La Aguilita
Esta región se encuentra bajo la jurisdicción de la CAR en la denominada Dirección Regional Tequen-
dama.
La microcuenca de la quebrada La Aguilita hace parte del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca del
Río Magdalena (vertiente oriental del departamento de Cundinamarca). Se ubica al norte del municipio
de Quipile, costado oriental del departamento de Cundinamarca, cuenta con un área aproximada de 370
hectáreas, y una longitud del cauce principal de 3,7 km.
Registra su punto más alto a los 2.150 m s. n. m. en la vereda El Sinaí Grande donde nace, y su cota
más baja a los 1.300 m s. n. m. en la misma vereda donde entrega su cauce a la quebrada La Quipileña,
transportando sus aguas por las veredas El Sinaí Grande, Gólgota y Berlín.
Con el paso de los años, los terrenos adquiridos por la comunidad alrededor de los nacimientos se
convirtieron en un bosque de especies nativas que protege y mantiene las aguas de La Aguilita.

La microcuenca hidrográfica
Las cuencas y microcuencas son lugares donde se originan los nacimientos y las quebradas. Tienen
superficies menores a 40 km2. Son los afluentes a los ríos secundarios, caños, quebradas y riachuelos
que desembocan y alimentan sus cauces. Allí convergen las aguas que fluyen a través de valles y
quebradas, generando una red de drenajes o afluentes que alimentan a un desagüe principal que forma
un río.
Las cuencas son áreas naturales que recolectan y almacenan el agua que se utiliza para el consumo humano
y animal, para los sistemas de riego agrícola, para dotar de agua a las ciudades y hectáreasta para producir
la energía eléctrica que alumbra los hogares. Por eso, la preservación de las cuencas hidrográficas es un
factor importantísimo para el desarrollo integral de la vida.

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El oro de Quipile es el agua 37

Mapa límites microcuenca quebrada La Aguilita.


Municipio de Quipile- Cundinamarca. Fuente: CAR.
Subdirección de Administración de los Recursos Naturales y Áreas Protegidas.
El funcionamiento de una cuenca se basa en los principios del ciclo del agua y sus relaciones con los
suelos. Por eso, hablar de cuenca hidrográfica es hablar del comportamiento del agua.
En la naturaleza existen dos fuentes de agua hacia la atmósfera: la evaporación de superficies de agua,
como son los mares, ríos y lagos; y la evaporación de suelos cubiertos con vegetación. En este último
caso, la evaporación de agua del suelo y la transpiración de las plantas envían simultáneamente el vapor
de agua hacia la atmósfera. Una vez en la atmósfera, el vapor regresa a la tierra en forma de lluvias. Las
lluvias, que varían en intensidad de acuerdo al lugar y época del año, alimentan la red de drenajes de la
cuenca. Aun cuando no siempre llueve por igual sobre toda la extensión de la cuenca, se observa que el
cauce principal presenta variaciones que son el reflejo de las lluvias ocurridas en las subcuencas.
En las zonas lluviosas, el bosque es la formación vegetal que ofrece mejor defensa del suelo contra la
erosión, ya que las hojas de los árboles detienen el impacto de las gotas de lluvia y ayudan a almacenar

Abundantes nacimientos de agua existentes en toda la región.

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El oro de Quipile es el agua 39

temporalmente el agua, regulando los caudales de los ríos. A esta intercepción de la lluvia por la capa
vegetal, le sigue un proceso de infiltración del agua hacia dentro del suelo. Este proceso de infiltración
forma las corrientes o ríos subterráneos, que ayudan a mantener la humedad del suelo y proveen de
agua a los ríos superficiales durante el verano. Sin embargo, no toda el agua de lluvia se filtra hacia el
subsuelo, pues llegado cierto momento la tierra se satura de agua, dando paso a la escorrentía, el agua
fluye por la superficie de la tierra hacia los cauces de los ríos, aumentando su volumen a medida que
llega el agua de las partes más lejanas.
El ciclo del agua termina donde empezó, es decir, con la transpiración de agua por las plantas que
habitan los bosques, y la evaporación del agua del suelo y de los ríos que forman la cuenca hidrográfica.
Si en la cuenca no existe vegetación suficiente para realizar este proceso, el ciclo del agua para frenar
la velocidad de las aguas de escorrentía, la fuerza de esta agua tiende a provocar desbordamientos e
inundaciones en los ríos o procesos de erosión que destruyen los suelos agrícolas de la zona.

El follaje natural que cubre el suelo de la reserva que rodea la microcuenca la quebrada La
Aguilita se vuelve un poderoso abono para mantener y reproducir el bosque nativo.
La microcuenca bajo un enfoque social
Si bien el significado de cuenca hidrográfica se puede definir desde las características ambientales, es
importante remarcar la necesidad de considerar la microcuenca bajo un enfoque social, económico y
operativo, además del enfoque territorial e hidrológico tradicionalmente utilizado.
De esta manera, la microcuenca se define como una pequeña unidad geográfica donde vive una cantidad
de familias que utiliza y maneja los recursos disponibles, principalmente suelo, agua y vegetación.
Desde el punto de vista operativo, la microcuenca podría ser considerada como un área que puede ser
planificada mediante la utilización de recursos locales y en la cual existe un número de familias que
puede ser entendida como un núcleo social que comparte intereses comunes (agua, servicios básicos,
Infraestructura, organización, entre otros).
Cabe destacar que en la microcuenca ocurren interacciones indivisibles entre los aspectos económicos
(relacionados a los bienes y servicios producidos en su área), sociales (asociados a los patrones de
comportamiento de las poblaciones usuarias directas e indirectas de los recursos de la cuenca) y
ambientales (vinculados al comportamiento o reacción de los recursos naturales frente a los dos aspectos
anteriores). Por ello, la planificación del uso y manejo de los distintos recursos en la microcuenca debe
considerar todas estas interacciones.

Firma del documento de compra del tractor para la primera carretera rural La Sierra-El Nogal.

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El oro de Quipile es el agua 41

Presentación pública primer tractor para la apertura de caminos en las veredas de Quipile.

El señor Amórtegui en la casa de Gustavo Mogollón, otro destacado protagonista de muchas obras que aportaron
en el progreso de la región.
Celebraciones del día del agua, años 80. Archivo: Valerio Amórtegui.

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El oro de Quipile es el agua 43

Antiguos habitantes del Municipio. Foto archivo fotográfico. Señor. Alirio Páez.
Gestión comunitaria para colocar la escultura de la Virgen que da entrada a la reserva La Aguilita.

Celebraciones del día del agua, años 80. Archivo: Valerio Amórtegui.

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El oro de Quipile es el agua 45

Alfredo Mogollón quien aparece en su tienda de café, en los años 50.

Algunos de los actuales líderes y actores sociales impulsores del trabajo comunitario y el desarrollo en su Municipio.
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La Aguilita:
Microcuenca La Aguilita: Testimonio de una generación, sus luchas y su espíritu comunitario

El tesoro ambiental
de Quipile
Valerio Amórtegui y vecinos de la vereda El Nogal, pioneros en la
gestión de los acueductos.

Antecedentes
La historia de la recuperación y manejo de la microcuenca La Aguilita, es la de hombres y mujeres que
gracias a sus luchas y a su incansable esfuerzo, defendieron y continúan defendido la posibilidad de
solucionar sus conflictos y necesidades mediante la autogestión, el liderazgo y el trabajo compartido
y desinteresado. Este hecho solamente fue posible gracias a importantes personajes que pusieron al
servicio de la comunidad sus cualidades humanas, su fortaleza y capacidad de liderazgo para conseguir
la meta de gestionar sus necesidades y recursos, administrar sus acueductos y fundar una asociación
de usuarios que los representa y que vela por el cuidado de estos valiosos patrimonios.
En medio del complejo ambiente político que existía en Colombia en los años 50 debido a la lucha
bipartidista, Quipile al igual que el resto del país, se encontraba dividido entre Conservadores y Liberales.
Como primera estrategia de gestión, se buscó la unión entre los representantes de los principales partidos
políticos para trabajar de manera conjunta en obras y soluciones para el Municipio.
La imperante necesidad de contar con caminos de acceso y transporte entre los centros poblados y
las fincas rurales gestó la primera junta de intereses comunales, a la que se le llamó: PROCARRETERA.

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