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La Práctica Cartográfica

Línea de Investigación y Acompañamiento

Para muchos cartógrafos un buen mapa es el que representa de forma fiable la realidad natural, pero
desde el punto de vista de los estudios sociales, los mapas no representan más que un proceso de
selección, creación de símbolos y significados del espacio, haciendo que la lectura y comprensión de
determinados sujetos sociales sea la que construye el mapa (Vandergeeest, 2005). En la medida en que
el mapa está construido y diseñado desde una posición determinada en la estructura social, y de una
institución en sí misma, su producción se inclina a la tendencia del que la produjo. En este sentido, la
cartografía, de manera consciente o no, reproduce un entorno que es un sustrato de sus
representaciones, y se establece dentro de las limitaciones de un sistema político (Harley, 1995).
En el contexto actual, donde las prácticas se difunden a la cartografía social, se ha posibilitado una
mayor accesibilidad y popularidad de las prácticas de mapeos participativos, incluidas las tecnologías
digitales y el empleo de GPS, por ello es necesario analizar las diferentes metodologías, sentidos y
alcances de este nuevo hacer cartográfico.

En este sentido, el Observatorio de territorios étnicos, ha plantado como problema de investigación las
prácticas cartográficas desde las comunidades y las entidades gubernamentales y privadas, con el
objetivo de definir un cuerpo conceptual que permita discutir las realidades observadas en campo,
siempre más complejas que la teoría.

De tal manera que uno de los objetivos en la línea de investigación participativa en la segunda fase del
Observatorio, es caracterizar los métodos, procesos e intereses de la producción cartográfica
(hegemónica1 y social2) y su relación con la construcción de realidades abstractas y de nociones de
territorio-territorialidad (a partir de ejercicios de mapeos) que determinan y planifican categorías de uso
y marcos de referencia para el reconocimiento o negación de derechos territoriales étnicos.

Por ello, actualmente, se avanza en describir los métodos y procedimientos de la cartografía técnica
concebida “desde afuera” y su efecto en la generalización del uso de estas herramientas para
identificar espacios geográficos de manera aislada a los pobladores tradicionales de Palenque, San
Cristóbal y Paraíso en Bolívar. Para ello se cuenta con la participación de grupos de jóvenes integrantes
de las comunidades que ayudan a discutir con otros colectivos al tiempo que se forman en los
conocimientos cartográficos desde una perspectiva analítica y crítica.

Una situación recurrente en las zonas de trabajo del Observatorio es la desactualización de la


cartografía oficial, en algunos lugares, las planchas topográficas del IGAC3 datan de 1977. Por tanto,
no debe extrañar que muchos topónimos no sean coincidentes entre las planchas oficiales y los mapas
comunitarios y que por el contrario, los primeros estén cargados de generalizaciones y errores en la
ubicación, los nombres y las demarcaciones.

En un contexto de conflicto armado y de múltiples modalidades de despojo como el colombiano, es


inaplazable la pregunta por las fuentes de información sobre las que se produce el conocimiento y se
toman decisiones sobre las regiones rurales del país, y la cartografía es sin duda una fuente de
información, de interpretación y de clasificación de estos lugares.

Por ello, es interés del Observatorio, caracterizar en escenarios de discusión comunitaria, académica e
institucional, las metodologías, el alcance y el lugar que ocupan los ejercicios de mapeo social o
cartografía participativa en la noción de territorio, en este caso, con énfasis en los lugares habitados
por comunidades negras en las zonas focalizadas por el Observatorio. Esto va a permitir una mejor

1
En esta categoría se incluye la producción de mapas institucionales (por entidades nacionales y extranjeras), con especial énfasis en la cartografía
temática: biofísica, política y de proyectos de desarrollo. Para el Pacífico: producida antes, durante y después a la titulación colectiva (región
chocó biogeográfico). Para el caso Caribe y Valles interandinos hay un rezago en la actualización de cartas cartográficas que requerirá ser analizado
con mayor detalle para definir rango de tiempo y escalas pertinentes de análisis.
2 Con base en los ejercicios de cartografía y autonomía que se desarrollan en campo con las comunidades y autoridades étnicas de las regiones del
Alto San Juan – Chocó, Valles Interandinos – Norte del Cauca y algunas comunidades del Canal del Dique y los Montes de María en Bolívar. Para
ampliar esta información ver la descripción de los procesos focalizados en http://www.etnoterritorios.org/comunidades.shtml
3
El Instituto Geográfico Agustín Codazzi es la entidad que produce la cartografía oficial en Colombia.

El Observatorio en proyecto de investigación y asesoría de la Universidad Pontificia Javeriana – Facultad de Estudios ambientales y Rurales – Dpto. Desarrollo
Rural. Financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID Transversal 4a. No. 42-00 piso 8 Bogotá D.C Colombia
PBX (57-1) 3208320 ext. 4838. afroterritorios@javeriana.edu.co, www.etnoterritorios.org
La Práctica Cartográfica
Línea de Investigación y Acompañamiento
contrastación entre los alcances, enfoques y procesos implícitos y explícitos de la cartografía
institucional y la cartografía participativa.

Si bien las afectaciones por el conflicto son una característica que comparten los territorios de las
comunidades negras, hay otras situaciones propias de los paisajes y las prácticas de uso que dan cuenta
de la diversidad de las ocupaciones tradicionales. Para analizar más a profundidad esta temática, el
Observatorio ha integrado al enfoque cartográfico, un análisis compartido con las comunidades,
alrededor de las prácticas espaciales que dan cuenta de la coexistencia de ecosistemas biodiversos,
comunidades étnicas y territorios tradicionales.

En esta perspectiva, vale la pena señalar el caso de las comunidades afrocolombianas de la zona rural
de Valledupar, en el Cesar. Los territorios tradicionales que ellos habitan, en sabanas y playones
comunales, ciénagas, aluviones y madreviejas del río Cesar, están incluidos en los baldíos de la nación
inadjudicables4 , considerados bienes de uso público y ecosistemas de especial protección. En estos
lugares las comunidades han ejercido prácticas de uso y ocupación territorial en un ecosistema
vulnerable por su fragilidad y escases en el país, y han iniciado recientemente un proceso organizativo
que incluye la recuperación de los derechos territoriales, no sólo a través de la titulación de territorios
colectivos, sino incluyendo propuesta y estrategias de co-manejo ambiental, dado su reconocimiento
como autoridades étnicas. Este caso será sin duda un referente para otras comunidades que como
Guacoche, Guacochito, Badillo, Guaymaral, El Perro y Los Venados habitan territorios protegidos por
la legislación ambiental y a la vez, ocupados tradicionalmente por comunidades con espacial arraigo al
territorio.

Compartirnos algunas de las preguntas orientadoras con los interesados en estas temáticas, para
animarlos a una discusión más amplia sobre el papel de la cartografía en la defensa de los territorios de
comunidades rurales. Sin duda estos temas están vinculados a otro tipo de preocupaciones, como las
expresadas por las organizaciones de desplazados por la violencia, a propósito del proyecto de ley de
víctimas y restitución. No duden en escribirnos si se ven reflejados en estas preocupaciones
académicas y políticas, si las comparten o disienten de lo aquí planteado.

¿Puede la cartografía social contribuir al ejercicio de los derechos territoriales (uso, manejo y
formalización) en contextos de conflicto o desplazamiento forzado?
¿En qué medida las prácticas de mapeo participativo contribuyen a la construcción de un
imaginario de territorio tradicional?
¿Puede la contra-cartografía reconstruir, debatir o complementar la cartografía hegemónica en
el marco de procesos de autonomía territorial.?
¿Qué alcance tienen las metodologías participativas de cartografía, para conocer las
transformaciones del paisaje y el uso de la biodiversidad?
¿Qué relación tiene la existencia de ecosistemas biodiversos, estratégicos5 y frágiles6 con el
reconocimiento a los grupos étnicos de sus ocupaciones y usos tradicionales?
¿Cuáles son los métodos para la construcción de cartografía institucional y que implicaciones
tiene en la representación, reconocimiento o invisibilidad de las ocupaciones tradicionales de
comunidades negras?
¿Existen diferencias entre los ejercicios de mapeo participativo en comunidades negras que ya
han titulado colectivamente sus territorios y las que no?

Espere en la próxima actualización del sitio http://www.etnoterritorios.org un análisis comparado de las


nociones de territorio y territorialidad de las comunidades negras del Pacífico y el Caribe a partir de los mapas
sociales.

4 Decreto 2664 de 1994. Reglamentaria de la ley 160 de 1994. Sobre este tema existen diversos pronunciamientos del Consejo de Estado y del Ministerio del Medio
Ambiente y de la Corte Constitucional, principalmente sobre el caso de Islas del Rosario y San Bernardo.
5
Desde el punto de vista de la conservación, un ecosistema estratégico puede darse por sus escases, rareza o funcionalidad en el bioma analizado.
6
Gran parte de los ecosistemas tropicales son frágiles a las perturbaciones entrópicas o naturales. Esto se debe, entre otras razones, a la poca abundancia por especie o
grupo poblacional
noviembre de 2010

El Observatorio en proyecto de investigación y asesoría de la Universidad Pontificia Javeriana – Facultad de Estudios ambientales y Rurales – Dpto. Desarrollo
Rural. Financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID Transversal 4a. No. 42-00 piso 8 Bogotá D.C Colombia
PBX (57-1) 3208320 ext. 4838. afroterritorios@javeriana.edu.co, www.etnoterritorios.org

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