Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Habemos muchas personas en el mundo y cada una es diferente. Y para que podamos todos convivir
en armonía, unos con otros, debemos actuar como buenos cristianos, respetando a los demás, siendo
amables y sobre todo respetando el gran mandamiento de amarnos unos a otros. Cuando estuvo en
el mundo Cristo se comportó de una manera ejemplar e intachable y su vida nos debe servir de
ejemplo, para que cada día nos parezcamos más a El.
Aquí presentamos cinco reglas para convivir con los demás y, a la vez, agradar al Señor y sentirnos
bien con nosotros mismos. Si las adaptas a tu vida, podrás realizar todas las cosas que tú quieras en
armonía con tus semejantes:
4-SALUDAR Y DESPEDIRNOS.
La Biblia esta compuesta de muchas cartas escritas por los apóstoles y por otras personas. Al leerlas
encontramos que en todas ellas hay un saludo y una despedida. Estamos seguros de que no actuaban
así sólo en las cartas, sino, que personalmente cuando se reunían con los hermanos y demás
personas también se saludaban y se despedían. Nosotros también debemos hacer lo mismo. Es muy
importante que des los buenos días, que saludes, que seas cortés y que te despidas.
5-PEDIR PERMISO.
La obediencia es fundamental para todo. Antes de hacer cualquier cosa, debes consultarlo con Dios,
ponerlo todo en sus manos y estar dispuesto a hacer su voluntad. Joven, así también debes obedecer
a tus padres y notificarles cuando vayas a hacer algo importante o vayas a salir. Aprende a obedecer
a Dios, esto traerá bendición.
Recuerda que todo lo que hagamos, y cómo actuemos, determinará cómo somos y contribuirá a la
buena opinión que tengan los demás de nosotros. Al poner en práctica estas cinco reglas, ten en
cuenta que todo lo bueno que adaptemos a nuestras vidas le agradará al Señor y que para vivir en
armonía con los demás lo mas importante es conocer y obedecer a Dios. Dios te esta viendo. No le
falles.
CONCLUSION:
Tenemos que orar que Dios cambie nuestras actitudes. Se que es difícil convivir con otras personas
sobre todo si son familiares, pero es ahí donde tenemos que dar buen testimonio de nuestra vida
como hijos e Dios, el convivir con los demás es para todos y con todos.