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UTOPIA: APROXIMACION CONCEPTUAL INICIAL

J. B. Libanio*

1. Utopía: el término, su historia abandonar la parroquia para vagar sin rumbo. Se


castigaba al vagabundo, marcándolo a fuego.
En su obra Utopía Tomás Moro acuño el
término. Hombre de vasta experiencia política en En el campo cultural, se dejaba sentir la in-
la Inglaterra del s. XVI. Tomás Moro presidió la fluencia del Renacimiento italiano y alemán.
Cámara de los Comunes y la de los Lores. Ejerció Tomás Moro es un humanista que anhela la
la función de Lord Canciller. Se encontró en el muerte del espíritu de caballería, la reforma de la
epicentro de la crisis religiosa de Inglaterra al ne- Iglesia, de las costumbres y del espíritu del clero
garse a prestar el Juramento de Supremacía a mediante la razón y la ciencia. Es anticlerical, sin
Enrique VIII, como jefe de la Iglesia de Inglaterra ser antirreligioso. El Renacimiento en la Inglate-
(1533). Preso en la Torre de Londres, fue decapi- rra de los siglos XXI/XVII implica el desarrollo de
tado en 1535.. la conciencia nacional, orgullo del poder estatal.
Se propugna un cristianismo más simple y racio-
Utopía constituye una especie de arquetipo de nal con un sistema educativo libre de la lógica
la imaginación política, una isla, país ideal, don- medieval, en el que exista la libertad individual y
de habita el pueblo de los “utopianos.” Metáfora se ponga remedio a los abusos sociales.
de Inglaterra, esa isla ideal es el verdadero libelo
de acusación de los abusos de su tiempo. La clave de comprensión del contexto cultural
de Tomas Moro es el humanismo. Utopía es un
El contexto social de Inglaterra nos permite programa de reforma humanista. Parte del lugar
comprender mejor el nacimiento de este térmi- común de los humanistas: la virtud constituye la
no10. De hecho en el campo económico, Inglaterra única verdadera nobleza en oposición a una no-
sufre una terrible desigualdad en la distribución bleza que viene únicamente del linaje, del dinero.
de la renta. Por un lado, se acumulan riquezas La verdadera honra viene de la virtud y no del lu-
inmerecidas, por otro, están las clases pobres, jo del vestuario.
desprotegidas, asoladas por hambres endémicas,
sublevaciones y rebeliones. La obra de Tomás Moro no se entiende fuera
de ese ambiente cultural de optimismo intelectual
El problema de los pobres adquiere nueva gra- racional, perfeccionado al máximo, que se remon-
vedad. La parroquia se responsabilizaba de su ta al siglo XII. Nace con la emancipación de la
sustento, organizando el auxilio de los que se re- razón respecto de la Iglesia. Se vive el mito de que
gistraban en ella. Los parroquianos debían dar se estaba gestando el hombre nuevo, que viaja en
cada semana una limosna, a modo de colabora- carruaje, con las cuatro ruedas de las artes libe-
ción voluntaria, que después se hizo obligatoria. rales en oposición al ideal de pobreza del tiempo
Cada año, en tiempo de pascua, se nombraban de san Francisco. Es un humanismo que valora
los "celadores de los pobres", que recogían las li- la virtud de la prudencia, considera al hombre
mosnas. más como bendecido por Dios que como creado,
en vinculación profunda con la naturaleza, y que
Junto a este mundo de los pobres, a la som- no quiere la pobreza.
bra de la casa de los Tudor, que se inicia con En-
rique VII, surge la aristocracia del dinero y de la Además de esa vertiente intelectual, subyace
riqueza. El amor al dinero es la nueva señal de también en la Utopía de Moro la experiencia del
fuerza. El rey no depende de los nobles ni del par- monacato –que él mismo hiciera–, con su modo
lamento porque tiene dinero. Se incrementa tam- de vida rigurosamente planeado para una comu-
bién la prosperidad de las clases comerciales. nidad de miembros iguales entre sí, que es dirigi-
Crecen la producción de lana, el comercio con el da, produce y consume de acuerdo con criterios
Continente, se acumulan enormes fortunas. participativos comunitarios. Así el monacato,
aunque, como tal no es utopía, la inspira a Mo-
En el campo político, se vive un momento de ro11.
transformación mediante instituciones locales,
que se convierten en células vivas del nuevo Es- Utopía es obra de un liberal. Ve en los grados
tado. Sin embargo, Inglaterra carece de libertad jerárquicos de la sociedad la fuente de sus males.
de expresión. Se instauran la persecución religio- Se sostienen gracias a la distribución desigual del
sa y los castigos drásticos. Las guerras de religión dinero, a la propiedad particular. Por eso, en su
causan una matanza insensata. En las aldeas, la Utopía, Tomás Moro sugiere abolir el dinero y la
vida era controlada. La asistencia a misa era obli- propiedad particular. Los humanistas de su tiem-
gatoria. Los que no asistían eran multados, y el po ya veían en el abuso de la propiedad privada la
dinero se destinaba a los pobres. El horizonte raíz y la causa de los problemas económicos y so-
humano era estrechísimo. Nadie se atrevía a ciales. Por eso los utopianos derogan el dinero y
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la jerarquía, tratan el oro con desprecio. La cues- caso, habría que hablar de "distopía" más que de
tión fundamental será entonces recompensar la "utopía".
virtud, la igualdad en la distribución, la abun-
dancia para todos. La originalidad de Tomás Moro En esta composición, la utopía se presenta
fue sacar las consecuencias del descubrimiento como el proyecto humano resultante de relacio-
de que la propiedad privada era la fuente de los nes humanas, como lugar de felicidad, de dicha,
descontentos presentes, al generar tantos males e gratificante. Debería existir en algún lugar y por
injusticias. eso convertirse en modelo deseable. Es el lugar,
donde se está en el lugar. Es el lugar donde se
El término "utopía" nace del doble contexto de siente feliz. Es el espacio donde el hombre alcan-
denuncia y anuncio; denuncia de la propiedad za la realización de sus aspiraciones. Esta signifi-
privada como la causa mayor de los males socia- cación expresa la capacidad del pensamiento hu-
les, y anuncio de una sociedad en la que el dine- mano de anticipar contenidos concretos destina-
ro, la propiedad privada, los grados sociales y el dos a realizarse13.
culto al oro dejarán su lugar a los valores éticos,
a la igualdad, a la abundancia generosa de los Evidentemente si conjugamos las dos etimolog-
bienes para todos. ías, el sentido se toma más completo. Así la utop-
ía es aquel lugar maravilloso que aún no tiene lu-
gar. Es un eu + topos, un buen lugar aún sin lu-
2. Su etimología gar ouk + topos en la historia.

El contexto histórico en que nació el término


nos ayuda a percibir su sentido profundo. El au- 3. Su relación con términos afines
tor disponía de toda la libertad semántica para
crear un término que correspondiera a su expe- Naturalmente nos llevaría muy lejos especular
riencia. Por eso, el mismo vocablo nos sirve tam- sobre las relaciones y diferencias entre la utopía y
bién para captar el significado de la realidad que una serie de realidades afines, tales como escato-
quiere expresar. Además, el Lord inglés, con su logía, milenarismo, ucronía, distopía, mito. No
aguda capacidad perceptiva de la realidad, quiso obstante, para evitar malentendidos iniciales,
forjar un término deliberadamente ambivalente, puede ser útil una breve nota sobre algunas dife-
para expresar mejor la complejidad de la realidad rencias fundamentales entre los términos men-
en cuestión. cionados.

Sin embargo, observan los lingüistas, ninguna La escatología se refiere a un futuro prometido
palabra se libera totalmente de su etimología. Es- por Dios, que se realizará con toda certeza, cuyos
ta marca los límites que el término no logra so- signos ya se encuentran en la historia humana.
brepasar. Lo arbitrario de la creación de los voca- Fundamentalmente es don y obra de Dios, pero
blos no es absoluto. Hay carriles significativos provoca e implica la respuesta humana. Las utop-
dados por las raíces etimológicas por los que las ías pueden ser concretizaciones limitadas, actua-
palabras siempre se deben deslizar. Por eso, lizaciones anticipadas de esa escatología final. En
siempre es bueno conocerlos. la utopía el actor principal es el hombre y su rea-
lización se daría sólo dentro de la historia. En la
En efecto, el término "utopía" permite una do- escatología, el actor es Dios, en la historia, y
ble composición en relación con sus raíces eti- también más allá de ella. La utopía no tiene la
mológicas: certeza ni es algo ya iniciado y acontecido, como
es característico de la escatología. La utopía mira
utopía = ouk + topos: no + lugar hacia el no-lugar, no-presente, mientras que la
= eu + topos : buen + lugar escatología se funda en una palabra de Dios ya
dada, ya acontecida plenamente en la resurrec-
La primera composición: utopía = ouk + topos ción de Jesús.
expresa la dimensión de irrealizabilidad, de no-
lugar, de carácter fantástico, ideal, irreal de la El mito, por referirse sobre todo al comienzo,
utopía. Es lo deseado inalcanzable, el lugar que se distingue de la utopía, que se orienta hacia el
no existe en ningún lugar. Es la presencia ausen- futuro. El mito tiene origen en la memoria de los
te, la realidad irreal, los deseos nostálgicos, la al- tiempos pasados, en el recuerdo de una edad fe-
teridad sin identificación, regida por la lógica de liz. Es obra colectiva, cuya fecha de nacimiento se
lo fantástico12. pierde en las brumas obscuras del pasado. La
utopía nunca se presenta como algo real en el pa-
La segunda composición: utopía = eu + topos sado; el mito, en cambio, sí. La utopía, más bien,
quiere expresar, no tanto el aspecto de "ausencia se presenta orientada hacia un futuro posible.
de lugar" –como la anterior–, sino la dimensión de
fin (tejos) de la utopía. Quiere ser una realidad El milenarismo se presenta bajo la forma de
buena, mejor. Sólo por perversión terminológica doctrinas y movimientos escatológicos que se han
se puede hablar de una "utopía negativa". En este desarrollado en el seno y al margen de varias reli-
giones, sobre todo en el judeo-cristianismo. Se
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caracteriza por la espera de un reino-paraíso te- deros15, desfiguran la inteligencia de su globali-


rrestre, que se basa principalmente en el pasaje dad.
del Apocalipsis 20,4-6, donde se habla de un re-
ino de Cristo de 1.000 años antes de la consuma- A) Utopía como fantasía
ción final. Al trazar el cuadro de tal reino, se cre-
an verdaderas utopías. La utopía, sin embargo, En efecto, la utopía depende mucho de la acti-
no depende de la tradición del Apocalipsis, aun- vidad de la fantasía, pues tiene que saltar por en-
que pueda ser provocada por ella y asumir formas cima de la frialdad de lo real. Los hechos parecen
milenaristas de reino terrestre. La apocalíptica in- demasiado pobres. Mas considerarla como pura
tenta describir una intervención final de un futu- fantasía significaría transformarla en un proyecto
ro ya hecho, dado en y por Dios, al margen y más imposible de realizar, extraerla del campo del
allá de la historia. análisis social e introducirla en el de la literatura
de ficción y quimérica.
El término "profecía" también se relaciona con
la utopía. En la Escritura, la profecía tiene que Evidentemente la reducción de la utopía a una
ver mucho más con el presente y con el pasado. simple fantasía la empobrece. Implica de inme-
El profeta, profundamente enraizado en la tradi- diato un juicio de valor que la sitúa en el mundo
ción religiosa y con los ojos bien clavados en el de la pura ficción, sin analizar su sentido históri-
presente, pretende dar una interpretación teológi- co y social. Además, es difícil definir e identificar
ca de la historia, de la realidad, de los aconteci- de antemano lo que es pura ficción irrealizable.
mientos que se están desarrollando. Sin embargo, La experiencia histórica nos ha demostrado que
la profecía, aunque incluya menos frecuentemen- propuestas juzgadas absolutamente irrealizables
te a predicción de acontecimientos futuros (Is en una época, se hacen realidad en otra. Al crite-
38,5-6; 39,67; Jr 20,6; 25,11; 28,16-17; Am 1,5; rio de irrealizabilidad le acompaña frecuentemen-
etc…), ha adquirido en el lenguaje popular el sig- te una fuerte dosis de subjetividad.
nificado de predicción del futuro. Ahora bien, la
utopía, que es la construcción de un futuro mejor Resulta difícil, en muchos casos, definir la
y de nuestros deseos, choca con el aspecto pros- línea divisoria entre lo imaginario y lo real. Hay
pectivo y predictivo de la profecía. una zona indelimitable entre ambos. No es raro
que la consideración de sus propuestas como
C. Renouvier14 forjó el término ucronía para irrealizables se use como arma ideológica para
significar la intuición de una realidad, especial- desacreditar a los adversarios, aun antes de que
mente histórica, que podría no ser lo que real- sean sometidas a un examen crítico serio. Mien-
mente es y podría haber sido de otra manera. Es tras que nuestras propuestas siempre serían re-
un ejercicio de posibilismo cronológico, en la su- alistas, viables.
posición e hipótesis de una historia diferente de
la real. Renouvier escribe sobre la historia de la Los viajes imaginarios, narrados en cierto
civilización europea tal como no fue, tal como género literario usado en el siglo XIII, hoy nos pa-
habría podido ser. Sería escribir hoy la historia de recen absolutamente posibles. Por el contrario,
México si Colosio hubiese conducido el proceso. otros, narrados como descripciones de viajes re-
Evidentemente en la elaboración de la ucronía, el ales, no pasan de ser exageraciones imaginativas
autor puede proyectar elementos utópicos, aun- de sus autores. Fantasías de un siglo se convier-
que se trate de una historia de lo no acontecido, ten en realidades en otro. Las realidades de una
pero que habría podido acontecer, si algún evento cultura no pasan de ser mitos y fantasía para
no hubiera sucedido. A pesar de su carácter de otra. Lutero se enfrentaba cada momento a la
imposibilidad histórica, de la pérdida definitiva de realidad del demonio, mientras que nuestra cul-
una oportunidad histórica, la ucronía está más tura secularizada siente dificultad para verlo pre-
cercana a la historia que la utopía, que deja mu- sente en la vida cotidiana.
cho más espacio a la fantasía.
Esta manera de entender la utopía nos man-
Para designar una "utopía negativa", al revés, tendría dentro de los límites de nuestro mundo,
degenerada, se usa el término "distopía". Es un pues nuestro juicio sobre lo posible o imposible
mal lugar, un lugar de la distorsión, de a utopía se hace dentro de él. Se presupone que hay posi-
invertida. bilidades e imposibilidades permanentes, sin caer
en la cuenta de las sorpresas históricas. Algunos
Cuando tratemos el aspecto político, tocare- analistas sociales, cuando leen hoy a futurólogos
mos, aunque brevemente, la relación entre utopía del siglo pasado, se ríen de cómo se preocupaban
e ideología. éstos de la futura situación de Nueva York a cau-
sa de la cantidad de caballos que transitarían por
la ciudad y por la dificultad de proporcionar una
4. Aproximaciones reductivas adecuada limpieza de su estiércol. Además, tal
inviabilidad se puede referir a todo el proyecto
Algunos modos de concebir la utopía la redu- y/o a parte de él. ¿Cómo hacer tal distinción?
cen casi exclusivamente a cualquiera de sus as-
pectos; aunque éstos contengan elementos verda-
4 UTOPIA: APROXIMACION CONCEPTUAL INICIAL. LIBANIO

B) Utopía como ideal le satisfacen las posibilidades actualmente exis-


tentes. Manifiesta un profundo desacuerdo con lo
El concepto de utopía se deforma cuando se le real y un rechazo visceral del orden establecido,
pretende identificar con el de ideal. En efecto, la del sistema social vigente. Se enfrenta a la reali-
perspectiva ideal no considera las posibilidades dad relativizando las seguridades establecidas.
históricas reales, mientras que la utopía sí lo
hace. El ideal pinta situaciones inalcanzables y La utopía corroe las realidades sociales com-
frecuentemente se transforma en un mero ejerci- pactas. Donde sólo hay certezas institucionaliza-
cio intelectual. Algunas de esas descripciones das, crea sospecha, duda, hace crítica. Toda
ideales se pierden en pormenores hasta ridículos utopía, en efecto, surge como signo de contradic-
por su ingenuidad. ción, de subversión, de protesta contra el orden
establecido. Niega legitimidad a una sociedad que
Sin embargo, este concepto se aproxima a la se juzga la única legítima.
utopía en el sentido de que ésta siempre se dis-
tancia de lo real y en eso es ideal, aunque tienda Se enfrenta con una realidad que pretende ce-
a tornarse realidad. La fuerza de la utopía para rrar las puertas a los deseos, a las aspiraciones.
orientar movimientos históricos le viene de su Por eso, la gran misión de la utopía consiste en
carácter ideal, que rompe con la insuficiencia e abrir espacio a otras posibilidades oponiéndose a
insatisfacción del presente. una aceptación pasiva del presente16.

C) Utopía como experimento B) Propuesta de lo que debería existir

Una consideración meramente formal de la La utopía opta por lo que debe existir, pero
utopía podría concebirla como un mero ejercicio nunca ha existido. Se sitúa pone del lado del
mental de laboratorio de algún cientista social, sueño, del proyecto, de la búsqueda, de la reivin-
que elaboraría un simple modelo teórico para ve- dicación, del deseo de un ideal posible frente a lo
rificar las consecuencias de determinada hipóte- real.
sis. Se crearía en este caso un tipo ideal y se pre-
guntaría cuales serían las consecuencias de su Intenta expresarse en planes, proyectos, mo-
realización. ¿Cómo sería una sociedad en que se delos alternativos. Anuncia lo razonable de un
aboliesen la propiedad privada y el dinero? En es- mundo sumido en la contradicción. Posee un
te caso, la utopía se aproximaría mucho a la elemento anticipador. Señala momentos, univer-
ciencia experimental. sos, regiones aún no visitadas por nadie: realida-
des totalmente nuevas, distintas, diferentes. Aspi-
Evidentemente, este modo de entender la ra a la convivencia humana que debería existir.
utopía le quitaría precisamente su capacidad de
superar el lado puramente experimental de la No se sitúa al nivel de la racionalidad deducti-
ciencia, de romper las amarras de lo empírico pa- va, ni del proyecto ético, como tal. Supera la rea-
ra despegar rumbo al mundo de la creatividad, de lidad fáctica, aunque ésta sea sumamente real.
la fantasía. La experiencia utópica se reduciría a
un ejercicio mental artificial. En una palabra: la utopía no es sólo un alter-
cado; se presenta como una alternativa, como al-
Naturalmente la utopía tiene cierto aspecto de ternancia con respecto a la realidad existente17.
experimento, de tentativa, de ejercicio mental. El
cientista social no sólo pone al servicio de la
utopía su libre fantasía, sino también busca crear 6. Definiciones provisionales
un modelo consistente, coherente y con viabilidad
histórica. Pero la viabilidad histórica permanece A manera de conclusión, enumeramos una se-
más en el plano de la expectativa en el futuro que rie de definiciones de utopía, presentadas por di-
de la verificación en el presente. versos autores. Es la aspiración a una forma de
convivencia donde se implante efectivamente un
orden de vida verdaderamente razonable y justo18.
5. Elementos estructurales Irrumpe como germen colectivo de un mundo so-
cial plenamente humanizado por ser capaz de
El camino recorrido nos lleva a percibir los dos responder con la plenitud posible a los sueños y
elementos fundamentales y estructurales de la necesidades de la vida humana19.
utopía.
Representa una sociedad radicalmente otra
respecto de la existente, caracterizada por una
A) Crítica del presente existente capacidad de responder adecuadamente a las ne-
cesidades de los hombres y satisfacer sus aspira-
La utopía descubre una profunda inconformi- ciones fundamentales. Construida independien-
dad entre lo que propone y la realidad actual. El temente (no incompatiblemente) del análisis
utopista no acepta el mundo tal y como existe, ni científico y de la identificación de sus condiciones
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objetivas y estructurales de posibilidad y de la la quietud del seno materno–, donde el hombre,


elaboración de la estrategia adecuada, tiene un liberado de su libre albedrío, se aprisiona con ali-
carácter negativo respecto de las sociedades exis- vio en la red de las correspondencias cósmicas y
tentes, postulando una diversidad radical; tiene de las prohibiciones legales26.
un carácter positivo en la búsqueda de lo radi-
calmente otro y en la posición que toma con rela-
ción a las necesidades frustradas y a las aspira- Conclusión
ciones inútilmente perseguidas en la sociedad ac-
tual, se construye analógicamente con material Esta primera aproximación ya nos permite
del presente20. percibir la complejidad del concepto de utopía,
pero también cómo lo atraviesa un nervio central
Es un producto de la imaginación, con rasgos que le da vida. La contradicción entre lo real y lo
de sueño diurno o de especulación, expresado en deseado, en el sentido de fuerza propulsora de
cualquier forma literaria, relacionado con las so- cambios sociales, parece ser ese nervio vital de la
ciedades ideales y modos ideales de vida, en los utopía. Negación determinada y positiva, cons-
que se anhela una perfección, definida de acuer- cientemente concebida, de lo real para transfor-
do con el bien común y preferencias no persona- marlo, adecuarlo a lo deseado27 .
les21.
Queda por saber si tales transformaciones
Refleja una imagen de la sociedad perfecta que pueden ser llamadas "revoluciones" o "reformas".
sirve de horizonte y guía hacia un proyecto histó- Unos autores se inclinan a considerar la utopía
rico concreto o hacia los anhelos de un proyecto en la línea revolucionaria, y otros, por el contra-
alternativo al dominante22. Expresa una visión rio, la sitúan dentro de una visión meramente re-
prospectiva optimizada por la representación ide- formista. En todo caso, todos la ven como fuerza
al de una sociedad mejor o de una sociedad con- de transformación de la realidad.
siderada como perfecta o incluso de una plenitud
final de la historia23. Configura hasta la perfec-
ción proyectos históricos dominantes. Bibliografía

Utópicas son las orientaciones que, trascen- Para esta primera parte del estudio, consultar
diendo la realidad, tienden, si se transforman en preferentemente los diccionarios y enciclopedias
conducta, a modificar la realidad, parcial o total- donde se encuentran de manera concisa defini-
mente, el orden de cosas que prevalezca en el ciones e informaciones sobre el concepto de utop-
momento. Tipo de orientación que trasciende la ía.
realidad y al mismo tiempo rompe las amarras del
orden existente. Orientación incongruente con la CRINELLA, G., "Utopía", en Diccionario Teológico In-
realidad que tiende a poner fin a los lazos del or- terdisciplinar, Sígueme, Salamanca, 1987, vol. 5,
den existente. Todo orden social en curso y efecti- 608-613.
vamente existente es una "topía", por eso las imá-
genes desiderativas que asumen una función re- DESROCHE, H., "Utopie", en Encydopaedia Univer-
volucionaria se tornarán "utopías". salis, XVI, París, 1968, pp. 557-559.

Alejados del pasado, podemos distinguir mejor GIMBERNAT, J. A., "Utopía", en C. Floristán- J. J.
lo que entonces era utopía o ideología. Las repre- Tamayo (orgs.), Conceptos fundamentales de pas-
sentaciones distorsionadas de un orden social toral, Madrid, 1983, pp. 1015-1022.
pasado o potencial son ideológicas; pero las que
fueron adecuadamente realizadas en el orden so- KATEB, G., "Utopias and Utopianism", en The En-
cial eran utopías. Las realidades actualizadas del ciclopedia of Philosophy, Londres, 1967, VIII/212-
pasado muestran las representaciones que eran 2!5.
entonces trascendentes y rompían los lazos del
orden existente (utopía) y las que servían única- MANNHEIM, K., Ideología e utopía, Fondo de Cultu-
mente para disimular la realidad (ideología)24 . ra Económica, México.

Si se insiste en la función del intelectual, la MORO, T., Utopía, Porrúa, México, Col. Sepan
utopía se define como una crítica absoluta y radi- Cuantos, nº 282.
cal que se presenta como un contraproyecto ra-
cionalmente construido por intelectuales con cier- SILBERMANN, L.-FRIES, H., "Utopie und Hoffnung",
to carácter elitista25 . en Christicher Glaube in modemer Gesellschafi,
Friburgo, 1982, XXIII/5 5-86; trad. Esp. Ed. S.M.,
Y finalmente, en una lectura más conservado- Madrid, 1985.
ra, la utopía es vista como la reacción de una cla-
se social, la visión confortante de un futuro plani- SZACHI, J., As utopias ou a felicidade imaginada,
ficado, que expresa mediante los símbolos clási- trad. bras., s. e., Rio de Janeiro, 1972.
cos del sueño su deseo profundo de reencontrar
las estructuras rígidas de la ciudad tradicional –
6 UTOPIA: APROXIMACION CONCEPTUAL INICIAL. LIBANIO

TEIXEIRA COELHO, O que é utopia, Brasiliense, São WOSCHITZ, K., "Utopía", en Sacramentum Mundi,
Paulo, 1980. Herder, Barcelona, 1976, VI/813-820.

Instituto Fe y Secularidad- Instituto Alemán de


Cultura, Utopía hoy. Ciclo de conferencias, no-
viembre de 1984, Madrid, 1986.

26
*
LIBANIO,J. B., Aproximación conceptual inicial, en: J. Servier, o. c., p. 23.
Utopía y esperanza cristiana, Dabar, México 2000, 23-
27
36. G. Crinella, op. cit., p. 37.

10
Q. Skinne., The foundations of modern political
thought, Vol. I: The Renaissance, Cambridge University
Press, Cambridge, 1978, pp. 25ss.; E. MacNall Burns,
Fundamentos del pensamiento político moderno, vol. 1:
El Renacimiento, Fondo de Cultura Económica, México,
1987.
11
F. Seibt, "La utopía como juego mental de los
humanistas y como programa político" en Utopía hoy,
pp. 11-13.
12
J. M. Castillo, "Los cristianos y la utopía", en: El se-
guimiento de Jesús, Sígueme, Salamanca, 1986,18; L.
Silbermann-H. Fries, "Utopie und Hoffnung", en:
Christhcher Glaube in modemer Gesellschaft, Friburgo,
1982, XXIII/ 62; G. Crinella, "Utopía", en: Diccionario
Teológico Interdisciplinar, Vol. 3, Sígueme, Salamanca,
1982.
13
Teixeira Coelho, O que é utopia, Brasiliense, São
Paulo, 1980, p. 72; L. Silbermann-H. Fries, op. cit., p.
57.
14
C. Renouvier, Uchronie, Utopie dons histoire, Paris,
1876.
15
J. Szachi, As utopias ou a felicidade imaginada,
trad. Bras., s.e. Rio de Janeiro, 1972, p. 312.
16
J.M. Castillo, op. cit., p. 220; H. Marcuse, op. cit., p.
67; J. Servier, Histoire de l'utopie, Paris, 1967, p. 33
(trad. esp., Historia de la utopía, Monte Ávila, Caracas,
1969); H. Desroche, "Utopie", en Encyclopaedia Univer-
salis, XVI, Paris, 1968, p. 559.
17
J. M. Castillo, op. cit., p. 220s.; J. Servier, op. cit., p.
33; H. Marcuse, op. cit., p.67.
18
J. M. Castillo, op. cit., p. 221.
19
Carlos R Brandão, "Sobre la producción social de la
utopía", en R. Vidales-L. Rivera P., (eds.), op. cit., p. 82.
20
G. Girardi, op. cit., p. 223.
21
G. Kateb, "Utopias and Utopianism", en The Enci-
clopedia of Philosophy, Londres, 1967, VIII/213
22
J. Pixley, "Las utopías principales de la Biblia", en
R. Vidales-L. Rivera P., (eds.), op. cit. p. 313.
23
H. Vaz, Escritos de Filosofia, I, Edicóes Loyola, São
Paulo, 1986, p. 295.
24
K. Mannheim, Ideologia e utopía, Fondo de Cultura
Económica, México.
25
A. Neusüss, "El pensamiento utópico de Marx a
Bloch", en Utopía hoy, pp. 56.

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