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Los amos del desierto

El mapa nos presenta la extensión geográfica de las culturas que se


desarrollaron en el Perú entre el Horizonte Temprano y el Intermedio
Temprano.
La caída de Chavín provocó la aparición de diversas culturas que se
desarrollaron casi en paralelo
en el Antiguo Perú. Paracas y Nasca surgieron en periodos distintos, pero
durante algún tiempo se desarrollaron simultáneamente

De Paracas a Nasca
En la costa central sur, el medio geográfico desértico y agreste imponía
duros desafíos a la existencia humana. No obstante, en estas circunstancias
surgieron dos importantes culturas del Antiguo Perú: Paracas (700 a.C.) y
Nasca (año 0).Los paracas fueron grandes maestros en la confección de
textiles (mantos paracas). Mientras que los nasca destacaron por la belleza
de su cerámica (huaco pictórico).

La cultura Paracas se desarrolló en los valles de San Juan, Pisco, Ica y Río
Grande entre los años 700 a.C. y 200 d.C.
Los paracas habitaron un territorio de clima cálido y seco en verano, y
ligeramente húmedo en invierno. Para ganar tierras al desierto,
construyeron canales de irrigación y campos hundidos, sistema que
consistía en cavar en el suelo hasta alcanzar la tierra húmeda para cultivar.

El gobierno y la sociedad
Los paracas estuvieron gobernados por una élite poderosa que ejercía un
gobierno teocrático (religioso). Les dieron mucha importancia a los
rituales funerarios. Los paracas enterraban a sus muertos en posición fetal,
de cuclillas; con ello buscaban simbolizar que, cuando un hombre moría,
nacía a una nueva vida.
Los entierros hacían evidentes las jerarquías sociales, algunos muertos
estaban envueltos en mantos bellamente decorados; otros, en mantos más
corrientes.

Costumbres funerarias paracas


Los mantos paracas
Los paracas tejieron hermosos y coloridos mantos con lana de vicuña y
algodón, en los que combinaron 190 matices derivados de siete colores.
Los mantos tenían un gran tamaño y estaban decorados con imágenes de
seres fantásticos y figuras geométricas. La textilería paracas representa su
medio geográfico y lo diviniza; así, muchos animales eran considerados
deidades, como los picaflores, halcones y felinos.

El manto blanco paracas


Este manto de algodón de 2,75 m de largo x 1,40 m de ancho fue
recuperado por Julio C. Tello en Pisco hacia 1913. En el manto están
bordados 8 personajes que se repiten con diferente atuendo y que portan
cabezas trofeo y/o varas. En total se presenta 84 personajes en el campo
central y 36 en las bandas.

Cirugía y deformaciones craneanas


Entre las momias paracas se descubrió una práctica singular: las
trepanaciones craneanas. En estas operaciones, los paracas perforaban el
cráneo para extraer algún pedazo de hueso dañado.
Es posible que usaran instrumentos hechos con obsidiana, y que al
paciente le suministraran coca y alcohol como anestesia. Además, para
diferenciarse de otros pueblos, los paracas tenían la costumbre de alargarse
el cráneo.

La cultura Nasca
Hacia el siglo III a.C., la influencia del culto chavín empezó a decaer en el
mundo andino, a la vez que surgieron culturas locales que alcanzaron un
notable desarrollo tecnológico.
Concluía así el Horizonte Temprano y se iniciaba una nueva etapa: el
Intermedio Temprano.
Los nasca se desarrollaron entre los años 0 y 700 d.C. en el actual territorio
de la región Ica. Como su entorno natural era desértico y las lluvias muy
escasas, construyeron una red de canales y acueductos.

Los acueductos de Cantalloc


Los canales construidos por los nasca medían, aproximadamente, un
metro de ancho, y tenían una profundidad de más de diez metros. Cada
cierto tramo, los nasca hacían en la superficie unas aberturas conocidas
como
“ojos de agua”, las cuales servían para limpiar los canales. También
construyeron reservorios para almacenar el agua. Esta tecnología
favoreció el desarrollo de la agricultura, la principal actividad económica
nasca.

Los nasca, maestros ceramistas


La cultura Nasca destaca por su cerámica polícroma (diversos colores),
una de las de mejor calidad en el mundo andino. Utilizaban hasta once
colores, con los que lograron unos 190 matices diferentes. Destacan sus
cántaros de dos picos y asa puente.
Las líneas de Nasca
La obra más conocida de los nasca son sus geoglifos o figuras trazadas en
las pampas. Se trata de surcos de hasta 30 cm de profundidad que se han
conservado hasta hoy gracias a la ausencia de lluvias y al intenso sol que
cae sobre las piedras, las cuales –al irradiar un aire caliente sobre la
superficie– detienen los vientos. Los motivos que se representan en estas
líneas son variados. Se observan desde animales o plantas hasta formas
geométricas o simples trazos en las pampas.

La dama de Nasca
A mediados de la década de 1940, la matemática alemana María Reiche
llegó al Perú y conoció al arqueólogo Paul Kosok, quien le informó del
descubrimiento de las líneas de Nasca. A partir de entonces, María Reiche
consagró su vida al estudio de estos dibujos. La dama de Nasca, como la
llamaban los lugareños, emprendió la tarea de medir y analizar las líneas.
Para hacerlo, limpió las rayas e hizo un inventario de los grafismos con
ayuda del Servicio Aerofotográfico Nacional. Desde entonces hasta el día
de su muerte, el 8 de junio de 1998, María Reiche luchó intensamente por
la conservación de las líneas.

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