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De Paracas a Nasca
En la costa central sur, el medio geográfico desértico y agreste imponía
duros desafíos a la existencia humana. No obstante, en estas circunstancias
surgieron dos importantes culturas del Antiguo Perú: Paracas (700 a.C.) y
Nasca (año 0).Los paracas fueron grandes maestros en la confección de
textiles (mantos paracas). Mientras que los nasca destacaron por la belleza
de su cerámica (huaco pictórico).
La cultura Paracas se desarrolló en los valles de San Juan, Pisco, Ica y Río
Grande entre los años 700 a.C. y 200 d.C.
Los paracas habitaron un territorio de clima cálido y seco en verano, y
ligeramente húmedo en invierno. Para ganar tierras al desierto,
construyeron canales de irrigación y campos hundidos, sistema que
consistía en cavar en el suelo hasta alcanzar la tierra húmeda para cultivar.
El gobierno y la sociedad
Los paracas estuvieron gobernados por una élite poderosa que ejercía un
gobierno teocrático (religioso). Les dieron mucha importancia a los
rituales funerarios. Los paracas enterraban a sus muertos en posición fetal,
de cuclillas; con ello buscaban simbolizar que, cuando un hombre moría,
nacía a una nueva vida.
Los entierros hacían evidentes las jerarquías sociales, algunos muertos
estaban envueltos en mantos bellamente decorados; otros, en mantos más
corrientes.
La cultura Nasca
Hacia el siglo III a.C., la influencia del culto chavín empezó a decaer en el
mundo andino, a la vez que surgieron culturas locales que alcanzaron un
notable desarrollo tecnológico.
Concluía así el Horizonte Temprano y se iniciaba una nueva etapa: el
Intermedio Temprano.
Los nasca se desarrollaron entre los años 0 y 700 d.C. en el actual territorio
de la región Ica. Como su entorno natural era desértico y las lluvias muy
escasas, construyeron una red de canales y acueductos.
La dama de Nasca
A mediados de la década de 1940, la matemática alemana María Reiche
llegó al Perú y conoció al arqueólogo Paul Kosok, quien le informó del
descubrimiento de las líneas de Nasca. A partir de entonces, María Reiche
consagró su vida al estudio de estos dibujos. La dama de Nasca, como la
llamaban los lugareños, emprendió la tarea de medir y analizar las líneas.
Para hacerlo, limpió las rayas e hizo un inventario de los grafismos con
ayuda del Servicio Aerofotográfico Nacional. Desde entonces hasta el día
de su muerte, el 8 de junio de 1998, María Reiche luchó intensamente por
la conservación de las líneas.