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Conclusión.

No es legítimo la acción en el hecho de los matrimonios igualitarios que consiste en dos


personas del mismo sexo que se unen, con un propósito diferente, dejando a lado los
fines que tiene un matrimonio, que es el de engendrar, formar una familia natural, etc.
Comprendiendo que lo legal, interviene a las normas jurídicas y que no pueden ser
perfectas, es por eso que la legitimidad conviene que entre en este campo de la
filosofía del derecho, ya que nos ayudará a ir mas allá, que solamente la letra escrita, o
un pacto social entre personas.
Cuando hablamos de justicia nos referimos a crear un bien común que consiste en dar
a cada uno lo que le pertenece, (lo justo para cada quien) la justicia, guiada por la
razón considerada como una de las cuatro virtudes cardinales ( junto a la prudencia,
fortaleza y templanza) a veces nos podemos confundir con la justicia y el derecho, pero
es muy diferente porque el derecho muchas veces es injusto por las leyes que se
imponen por el hombre, pero, luchar por la justicia, nos debe de llevar más allá, y es
aquí cuando la justicia toma ámbitos más destacables en cuanto a la legitimidad.
La justicia se ha convertido actualmente en una cualidad del hombre en la que se
decide y tomando como base de la justicia, se toman ciertos acuerdos, pero
sinceramente la idea de los matrimonios igualitarios es una respuesta mal orientada de
su vida y necesitan atención ya sea de sexología o psicológica, etc. (no omitiendo
cualquier otro problema que se pueda dar). Pero lo que quiero decir es que la familia
natural, viéndola desde un punto legítimo, ésta, va en relación con los derechos
naturales del hombre, ya desde un principio religiosamente y no religiosamente.
Es por eso es que en nuestra sociedad debemos de regresar a nuestros orígenes,
como lo decía en Europa una chica cien por ciento atea con estas palabras: - En
Europa, debemos regresar, a nuestros orígenes religiosos - y aunque es claro que el
mundo va evolucionando, eso no quiere decir que se cambien términos que ya están
fundamentados bien por el hombre y me refiero al matrimonio, que el matrimonio entre
dos personas del mismo sexo no puede llamarse matrimonio, ya que uno de los fines
del matrimonio que es la procreación, y la familia natural etc.
El hombre, no siempre, juzga reduciéndose a la sola luz de la razón, no abriéndose al
conocimiento que no podemos alcanzar, es decir, la trascendencia. Con esto quiero
decir que las leyes, no siempre, juzgan conforme a lo exterior, y no va mas allá, como
el concepto de justicia, que ya, desde la sagrada escritura, Jesús, en algunos pasajes,
la expresa para que el hombre no sea un esclavo del pecado. Yo en lo personal, una
solución que daría sería que el mundo regresara a sus orígenes religiosos, para que el
hombre regrese a lo natural, es decir, a un conocimiento filosófico y más colmado de
originalidad.

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