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PROGRAMA CÍVICO

Muy buenas tardes, con el permiso del colectivo de esta


institución, mi compañera Natalia Ruiz Jiménez y su servidor
Samuel Barrios Cruz del tercer grado grupo H, dirigiremos el
siguiente programa cívico:

01. Honores a la bandera nacional

02. Juramento a la bandera dirigido por el estudiante


Mauro Eduardo Alavés Hernández

03. Himno Nacional Mexicano, entonado por todos


los presentes y dirigido por los estudiantes: Fredy Eliel
Hernández Paz y Mayte Guzmán García

04. Despedida de la bandera nacional, para


depositarla en su nicho de honor.

05. Lectura de reflexión por el estudiante: Alexander


plaza barrios

Agradecemos la atención brindada al presente acto,


cedemos el micrófono al director de la escuela y a las
diferentes comisiones. El tercer grado grupo H les desea
una excelente semana.
Spots
01.  Los colores de la bandera garantizaban algunos
derechos: el verde representa la esperanza, el blanco
representa la unidad, el rojo la sangre de los héroes
nacionales.

02. La bandera mexicana, además de ser un símbolo


patrio y representar el espíritu de unidad, valor y
patriotismo, es un elemento unificador; es una expresión
autentica de nuestros orígenes.

03. La letra del himno nacional mexicano alude a


victorias mexicanas en batallas, trata sobre la defensa
de la patria, las virtudes del pueblo que la ejerce y el
sacrificio que conlleva.

04. El Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, nos


ligan a nuestras raíces culturales, representan la lucha
contra la opresión y el despotismo para alcanzar la
libertad y, con ello, la Soberanía de nuestro territorio.

05. Cada persona tiene el compromiso de respetar


nuestros símbolos, ya que convergen acciones, ideales,
sentimientos y pensamientos de nacionalidad.
¡Bandera de México!
Legado de nuestros
héroes, Símbolo de la
unidad de nuestros padres
y de nuestros hermanos, te
prometemos ser siempre
fieles a los principios de
libertad y justicia que
hacen de nuestra Patria, la
nación independiente,
humana y generosa, a la
que entregamos nuestra
existencia.
La necesidad de dedicarnos más tiempo: El Principito y el farolero
El capítulo ‘El Principito y el farolero’
El quinto planeta al que llegó el principito era muy extraño. Era el más pequeño
de todos. Tan pequeño, que solo cabía un hombre y una farola. ¿Qué sentido
tenía un planeta en donde solo había un farol y un farolero? Pero el principito
pensó:

– Tal vez este hombre es absurdo, pero es menos absurdo que el rey, el vanidoso,
el borracho y el hombre de negocios. Por lo menos su trabajo tiene sentido:
enciende el farol como si encendiera una estrella y lo apaga como si esa estrella
se fuera a dormir. Es hermoso. Y la belleza tiene sentido…

Así que el principito se acercó a él:

– Buenos días, ¿por qué apagas la farola?- le dijo.

– Es la consigna- respondió apresurado el hombre- Buenos días- Y apagó la


farola.

– ¿La consigna? ¿Qué consigna?

– Apagar el farol. Buenas noches- Y volvió a encender la farola.

– Sigo sin entender… Ahora lo acabas de encender.

– Es la consigna- repitió el hombre- Buenos días- y de nuevo encendió la farola.

– No comprendo…

– No hay nada que entender. La consigna es la consigna. Buenas noches- Y el


hombre volvió a encender la farola.

Estaba agotado, y de vez en cuando se secaba el sudor de la frente con un


pañuelo.

– La verdad es que es un trabajo terrible- dijo entonces- Hace tiempo tenía unos
minutos para descansar, pero ahora el planeta gira muy deprisa, y desde que el
día y la noche duran un minuto, no puedo descansar. El día y la noche llegan tan
pronto que no puedo dejar de encender y apagar el farol. Es mi trabajo.

– Qué raro- dijo el principito- ¡En tu planeta los días duran un minuto!

– Nada de raro. De hecho llevamos hablando un mes.

– ¿Un mes?

– Sí… treinta minutos. Un mes.


Al principito le dio un poco de pena el farolero. Le entendía perfectamente. Pero
entonces recordó lo que él hacía para poder ver más puestas de sol en su planeta.

– Creo que sé cómo puedes hacer para no tener que apagar tan pronto el farol- le
dijo el principito- Como tu planeta es tan pequeño, puedes andar a pasos cortos
buscando el día y así nunca será para ti de noche…

– Ya, pero ¿de qué me sirve?

– Podrás descansar de apagar y encender el farol.

– Pero yo lo que quiero es dormir.

– Eso es no tener suerte- dijo entonces el principito.

– Eso es no tener suerte– repitió el farolero- Buenos días- Y de nuevo apagó el
farol.

‘Vaya, pensó el principito, este sin duda podría ser mi amigo. Es la única persona
que he conocido cuyo trabajo no es para su propio bien. Pero el planeta es tan
pequeño…’ Y con cierta tristeza, el principito partió hacia otro lugar, pensando en
las mil cuatrocientas cuarenta puestas de sol que podría ver cada día en ese
precioso planeta.

La generosidad es maravillosa, y la dedicación a otros. Reporta una felicidad


indescriptible… También es fantástica y admirable la lealtad y la fidelidad. Pero
también necesitamos dedicarnos tiempo a nosotros mismos, a descansar y a
poner en orden nuestras ideas. De vez en cuando es preciso parar:

 Para de vez en cuando a descansar: ‘El Principito y el farolero’ nos


recuerdas que si te pasas constantemente el día trabajando sin parar y
haciendo miles de actividades, una detrás de otra, sentirás en el fondo que
la vida se te escapa entre las manos sin saborearla. Es importante parar de
vez en cuando, en medio de esta ajetreada vida, cerrar los ojos y navegar
por nuestro interior.
 La necesidad de dedicarse más tiempo: Todos necesitamos dedicarnos
tiempo, dejar de pensar y trabajar por unos minutos, y mimarnos, aunque
solo sea por un momento. Es la forma de recuperar fuerzas para seguir
adelante, de reafirmarnos en nosotros mismos, en lo que somos y lo que
buscamos. En ‘El Principito y el farolero’, el farolero no paraba ni un
instante, absorto en un trabajo que le mantenía activo las 24 horas del día.

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