Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En las alturas del Cerro Huacayñan, al este de la provincia del Azuay, estaban dos
hermanos que habían logrado escapar de un fuerte diluvio. Contemplaban, llenos de
asombro, como avanzaban las aguas del mar, convertido en un solo lago. Llovía sin
descanso. Y las aguas reflejaban el cielo, el sol, la luna y las estrellas.
Un día que los hermanos volvían observando los alrededores vieron con sorpresa que en la
cueva donde se habían refugiado, estaban preparados alimentos que podían servirse.
Al repetirse esto día tras día, se propusieron descubrir quién era responsable de este
suceso. Al día siguiente, el menor se ocultó entre las rocas, mientras su hermano mayor
salió al campo a sus exploraciones.
De repente, el joven sintió un ruido de alas. Con cuidado levantó su cabeza para observar
lo que sucedía, vio posarse en la cueva dos hermosas guacamayas con caras de mujer. Con
mucha agilidad, dio un salto sobre ellas y las tomó en sus manos.
Las guacamayas quedaron cautivas en la cueva hasta la tarde cuando volvió el hermano
mayor, quien al entrar en la cueva se sorprendió al ver a las aves en las manos de su
hermano.
Con el paso de los días, los jóvenes y las guacamayas se hicieron muy amigos. Las
guacamayas seguían preparando los alimentos. Los hermanos salían en las mañanas a
observar como las aguas se retiraban poco a poco.
Poco tiempo pasó, cuando las dos parejas decidieron casarse. Sus padrinos fueron el sol,
la luna y las estrellas, que les miraban llenos de Encanto ofreciéndoles protección. Un día
los esposos vieron que, por fin, las aguas del diluvio se habían retirado. La tierra se
extendía risueña, invitándoles a trabajar.
Los esposos salieron de la cueva y bajaron del alto Huacayñan y fueron a vivir en el valle
fértil. Después, fundaron un pueblo, del cual nacieron todos los hombres de la tierra. Se
cuenta que este fue el origen de los cañarís, pueblo valeroso y trabajador que fue parte
de la gran civilización de la América primitiva.
Samantha Pancho