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Regimen Jurídico General de Las Cajas de Ahorros
Regimen Jurídico General de Las Cajas de Ahorros
EN VENEZUELA.
Las Cajas de Ahorro son asociaciones sin fines de lucro que se crean a partir de la
voluntad fundacional de sus asociados con la finalidad de incentivar el ahorro, desde sus
inicios fueron constituidas bajo principios altruistas, con un marcado carácter benéfico
social, pero siempre centrado en el ahorro como medio para impulsar el desarrollo
económico, la satisfacción de las necesidades de consumo de bienes y servicios por
parte de sus miembros. Si bien es cierto que su motor lo constituye el ahorro, para poder
garantizar un funcionamiento óptimo bajo estándares de eficiencia, las Cajas de Ahorro
deben efectuar un gran número de operaciones financieras a los fines de salvaguardar
los intereses de los asociados, a partir del desarrollo de inversiones orientadas a
maximizar la utilidad de sus miembros, para así poderles ofrecer préstamos de distinta
naturaleza ajustados a sus necesidades.
El origen de las Cajas de Ahorro y demás asociaciones de ahorro similares tienen raíces
europeas. Las cajas de Ahorro de Venezuela nacieron al amparo de las corrientes
doctrinarias procedentes de Europa que difundieron los principios cooperativos en el
país a mediados del siglo XIX (la primera fue la Caja de Ahorros de Caracas en 1842,
seguida por la de Valencia en 1843, Maracaibo y La Guaira en 1845, Mérida y Cumaná
en 1847). La suerte de las Cajas de Ahorro fue la misma de las cooperativas a lo largo
de la mayor parte del siglo XX. A un inicial desarrollo en los años 40, siguió su casi
total desaparición en los 50, para resurgir con los albores de la democracia
representativa en el transcurso de los 60, y tomar un fuerte impulso en los últimos años,
superando, incluso, a las propias cooperativas de ahorro y crédito. En los años 60 se
inicia un proceso de creación de numerosas Cajas de Ahorro en las Empresas
industriales y de servicios, nacidas al calor de la política de sustitución de
importaciones, y su extensión al sector de los funcionarios públicos, producto de las
convenciones de trabajo celebradas entre los empleados públicos y los entes estatales,
sobre todo a nivel nacional.
En Venezuela, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su Artículo
118 de establece el derecho de los trabajadores, así como de la comunidad, para
desarrollar asociaciones civiles de carácter social y participativo, como las cooperativas,
cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas.
El Artículo 308 del Texto Constitucional, el cual prevé el deber que tiene el Estado por
órgano de la Superintendencia de Cajas de Ahorro de proteger y promover las cajas de
ahorro y cualesquiera otras formas de participación comunitaria para el ahorro, bajo el
régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del
país, sustentándolo en la iniciativa popular, y se determina que la estructura social,
jurídica y financiera de la República Bolivariana de Venezuela está encausada a
solucionar los problemas sociales de sus ciudadanos dentro de los lineamientos
económicos modernos y funcionales de la nueva República.
El Estado Social, persigue un disfrute real y efectivo de los derechos fundamentales por
el mayor número de ciudadanos y está destinado a fomentar la consolidación de la
solidaridad social, la paz, el bien común, la convivencia, el aseguramiento de la
igualdad, sin discriminación ni subordinación. Así, en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela se antepone el bien común (el interés general) al particular, y
se reconoce que ese bien común se logra manteniendo la solidaridad social, la paz y la
convivencia. (Ver sentencia de la Sala Constitucional N° 85 de fecha 24 de enero de
2002, Caso ASODEVIPRILARA).
De allí que el marco legal general aplicable a las Cajas de Ahorro y en el presente caso a
las Cajas de Ahorro Rurales sería el siguiente: