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J. Taylor, Peter. (2002).

Geografía política: Economía mundo, estado-nación y localidad, España,


Trama Editorial,

LA RESURECCION DE LA GEOPOLÍTICA
Durante mucho tiempo la geopolítica ha sido excluida del discurso académico, y una de las
consecuencias de este hecho ha sido la desvinculación de la geografía política de la ilustre
herencia de los “padres fundadores “como el alemán Friedrich Ratzel, el británico Sir Halford
Mackinder y el estadounidense Isaiah Bowman. La geopolítica de convirtió en un terreno
embarazoso que había de distinguir de la geografía política. Durante la época de abandono de la
geopolítica, Saul Cohen ha sido el único geógrafo político que ha mantenido viva la reflexión de
índole global en geografía política.
El renacimiento de la geopolítica se ha convertido de tres formas distintas, la primera, es que el
término “geopolítica” se ha empezado a utilizar vulgarmente para referirse a la rivalidad global
en la política mundial.
El debate sobre las ideas de Kissinger en los medios de comunicación popularizo el término, por lo
que actualmente es frecuente encontrarse con referencias a la geopolítica en cualquier artículo de
prensa serio que trate de cuestiones políticas mundiales.
Se pueden distinguir cuatro tendencias de investigación relacionadas con este renacimiento:
En primer lugar se ha realizado estudios historiográficos revisionistas de la geopolítica anterior, es
necesario aceptar el pasado, de lama reputación de la geopolítica para elaborar una nueva
geopolítica de los geógrafos. Segundo los geógrafos políticos se han dedicado especialmente a
investigar la geografía de los temas clásicos de las relaciones internacionales. En tercer lugar se ha
producido la incorporación a la geopolítica de temas de temas de política económica,
particularmente del tema de la hegemonía que forma parte de la economía política internacional.
Un grupo de investigadores está elaborando una geopolítica crítica que utiliza interpretaciones
postestructurales de las prácticas geopolíticas.
La forma del renacimiento de la geopolítica se relaciona con el grupo de presión promilitar y
neoconservador que han utilizado argumentos geopolíticos en su retórica en favor a la guerra fría.
La geopolítica no es el único tema de la geografía política que aborda la escala global, también
aborda temas como geopolítica y e imperialismo, que aunque no se suele hablar de ellos en el
mismo contexto, ambos término refieren a actividades políticas a escala interestatal.
La geopolítica se ocupa de la rivalidad entre las principales potencias (Estados del centro y Estados
en ascenso de la (semiperiferia), mientras que el imperialismo se ocupa de la dominación que
ejercen los estados fuertes (del centro) sobre los estados débiles (de la periferia).

LA HERENCIA DE LA POLÍTICA DEL PODER


Las dos principales tradiciones intelectuales en el estudio de las relaciones internacionales son: el
realismo y el idealismo. Ha predominado el realismo, que ha ido conformándose a partir de una
serie de obras clásicas sobre el arte de gobernar y la rivalidad interestatal entre las que destacan
los escritos de Maquiavelo del siglo XVI y los de Clausewitz del siglo XIX. Estos estudios subrayan
que el estado se encuentra en una situación de permanente inseguridad, y en consecuencia
recomiendan la adopción de diversas medidas que se inscriben en una política de poder, lo que
sólo significa que el estado más fuerte imponga su voluntad al más débil.
La primera guerra mundial fue la culminación de la concepción realista de las relaciones
internacionales, que correspondían al modo de proceder característico del viejo mundo en
cuestiones internacionales. La entrada de Estados Unidos en la guerra fue el hito que marcó la
incorporación del idealismo a las relaciones internacionales como el modo de proceder del Nuevo
Mundo. El realismo dejaba que los estados fuertes asumieran la responsabilidad de los asuntos
mundiales; en cambio el nuevo realismo requería que se controlara ese poder por medio de la
acción conjunta de todos los estados.
La geopolítica ha formado parte de la tradición realista de las relaciones internacionales, la
primera formulación de importancia de la geopolítica, obra de Mackinder (1904), se ha convertido
en uno de los clásicos del realismo. Con posterioridad a 1918, en el nuevo clima intelectual
dominado por el idealismo, Bowman (1924) publicó su conocido estudio sobre el panorama
geográfico- político mundial, el mundo nuevo, del que desaparecía el realismo a la antigua usanza.
El hecho es que los realistas y los idealistas tienen en común una visión estado céntrica del mundo
(Banks, 1986) por lo que es probable que en todos los estudios haya opiniones inclinadas a favor
del país del autor.

La teoría del corazón continental


El punto de partida de casi todos los debates sobre la geopolítica es la teoría del corazón
continental (heartland) de Sir Halford Mackinder. Ha sido probablemente el modelo geográfico
más conocido del mundo. Aunque fue propuesto en 1904, continúa inspirando las discusiones
sobre política exterior, en plena guerra fría, Walters (1974) llega hasta el punto de decir que la
teoría del corazón continental sigue siendo la primea premisa del pensamiento militar occidental.
Mackinder presentó su modelo del mundo en tres ocasiones a lo largo de cerca de cuarenta años.
La tesis original de presentó en 1904 con el nombre de “el pivote geográfico de la historia”
posteriormente, tras definir sus ideas, hizo una segunda presentación después de la Primera
Guerra Mundial en la obra Ideales democrático y Realidad, en la que la “región pivote” (pivot-
área) se convirtió en el corazón continental y, por último en 1943 Mackinder, a los 82 años de
edad, realizo la versión final de sus ideas. A pesar del largo periodo que abarca dos guerras
mundiales, la idea de que existe una fortaleza asiática sigue siendo la pieza más importante de sus
modelos.

La experiencia política: del Partido Liberal al Partido Conservador


Mackinder elaboró sus puntos de vista sobre la estrategia mundial en un aépoca de gran
importancia en la economía-mundo, en la que Gran Bretaña había empezado a perder el liderazgo
político y económico. Mackinder adoptó una postura proteccionista, que suponía el fomento del
Imperio Británico como una entidad económica única. En consecuencia, cambió de bando político
en el sistema de partidos británico, ya que el Partido Conservador era el partido que defendía la
“reforma arancelaria” que hacía hincapié en la necesidad de mantener la industria británica para
enfrentarse al desafío alemán. En su famoso modelo mundial manifiesta claramente esta
inquietud ante las rivalidades por el poder que existían en aquel momento (Semmel, 1960).

La estructura espacial del modelo: la potencia terrestre contra la potencia marítima.


El modelo de Mackinder se basa en una interpretación muy general de la historia mundial señala
que Asia Central es la región pivote de la historia desde donde las hordas a caballo dominaron la
historia asiática y europea al disfrutar de una gran movilidad. Pero con las exploraciones marítimas
a partir de 1492 se inicia la era colombina, en la que equilibrio de poder se inclina decisivamente a
favor de las potencias costeras, sobretodo de Gran Bretaña.
La región pivote era definida como una zona inaccesible para la potencia marítima y estaba
rodeada de un “cinturón interior” (inner crescent) en la Europa y Asia continentales u un “cinturón
exterior” (outer crescent) formado por el resto de las islas y continentes.
La interpretación más simple es que este modelo es una racionalización histórico geográfica de la
política tradicional británica, que consistía en mantener un equilibrio de poder en Europa para que
ninguna potencia continental pudiera suponer una amenaza para Gran Bretaña. Lo que en aquella
época implicaba una política encaminada a impedir que Alemania se aliase con Rusia para hacerse
con el control de la región pivote, con lo cual dispondría de los medios para aplastar al Imperio
británico.
En su modelo en 1919, Mackinder redefine a Asia central como el corazón continental, que tiene
una extensión mayor que la región pivote original, basándose en una reconsideración de la
capacidad de penetración de las potencias marítimas. Se mantiene la misma estructura y el temor
a que Alemania denomine el corazón continental.
Quien gobierne la Europa Occidental denominará el corazón continental; quien gobierne el
corazón continental denominará la isla mundial denominará el mundo.
La revisión que hizo Mackinder de su modelo en 1943 reflejaba la alianza a corto plazo que en
aquel momento tenían Rusia Gran Bretaña y Norteamericana, y les proponía que juntos en su
calidad de dominadores del corazón continental y del midlan ocean (Atlántico Norte), controlaran
y eliminaran el peligro alemán situado entre ellos.
La utilidad práctica del modelo de Mackinder no es la única razón de su capacidad de resistencia.
La resistencia y certidumbre de los modelos históricos generales, como el de Makinder, ofrecen un
elemento de seguridad psicológica en épocas de cambio global e inseguridad. Mackinder facilita
una mirada paternalista y omnisciente que calma a los colectivos políticos y a los pueblos
anonadados por los cambios tan rápidos y drásticos que se están produciendo.

La geopolítica alemana (1924-1941)


Entre los geógrafos y otros científicos sociales se suele culpar a la geopolítica alemana de las cosas
más diversas. Se suele acusas a esta escuela de renunciar a la objetividad de la ciencia y justificar la
política exterior agresiva del tercer Reich. Esta escuela nacional estaba vinculada a un régimen que
había sido vencido y que había desarrollado una política exterior desastrosa, por lo que parte del
castigo al mismo recayó en la geografía, especialmente en la geografía política.

La experiencia política: la conexión nazi


El personaje central de la geografía alemana era Karl Haushofer, que fue profesor de Geografía en
la Universidad de Munich desde 1921 hasta 1939 y dirigió la revista de geopolítica Zeitschrift Für
Geopolitik (cuadernos de Geopolítica).
A pesar de que en la mayoría de los estudios sobre las relaciones internacionales del periodo de
entreguerras predominaban las ideas idealistas, en un rincón de Europa, en la derrotada Alemania,
triunfaron las tesis realistas acerca de la situación mundial. En Alemania el idealismo estaba
desacreditado porque se le relacionaba con el tratado de Versalles, que se consideraba injusto.
La influencia que tuvo Haushofer en la política nazi, es objeto de controversia, pero actualmente
casi todo el mundo admite que tuvo mucha menos influencia de lo que sugieren los informes
elaborados durante la segunda Guerra Mundial.
Haushofer era bien conocido en los círculos políticos de la derecha alemana por sus recetas
políticas de corte realista. Empezó a tener relaciones amistosas con el colaborador de Hitler,
Rudolf Hess a partir de 1919 y ambos sostenían por lo menos una vez al mes, discusiones políticas
profundas.

La estructura espacial del modelo: las panregiones globales


Al derrumbarse el sistema libre de comercio liderad por Gran Bretaña en el siglo XIX, el mundo se
fue convirtiendo poco a poco en un sistema de bloques económicos apoyados en barreras
arancelarias. Mackinder era favorable a las barreras arancelarias a fin de convertir al imperio
británico en un bloque económico, lo que se plasmo en la política de preferencias imperiales.
La idea de los bloques económicos no era original, pero la diferencia con las panregiones consistía
en que estas consistían en una redefinición radical de los patrones económicos imperantes. Las
panregiones eran algo más que simples bloque económicos, se basaban en panideas que
aprobaban la base ideológica para la creación de la panregión.

En la geopolítica se distinguían tres grandes panregiones que constituían una nueva división
territorial del mundo, cuyos núcleos eran Alemania, Japón y Estados Unidos. Esta es una
organización geográfica interesante, porque supone la disposición de enormes regiones
funcionales en torno a los tres principales estados, que cortan transversalmente zonas ricas en
recursos naturales de las cuales se extienden latitudinalmente en la tierra.
La promoción de Estados Unidos a una situación de dominio en la economía mundo, después de
la segunda guerra mundial, puso fin a las ideas imperantes de construir bloques económicos, por
lo que el concepto de panregiones careció de sentido durante una época.
Pero debido al declive en que se encuentra el dominio norteamericano de la economía- mundo,
los bloques económicos e incluso las panregiones vuelven a estar de actualidad en la política
mundial.

Contención y disuasión: el modelo del mundo estadounidense


La geopolítica alemana situaba a Estados Unidos no como la potencia hegemónica sino como una
más dentro de un conjunto de tres potencias dominantes, de forma que el modelo del mundo de
Alemania puede interpretarse como una especie de doctrina Monroe multiplicada por tres. Al
derrotar Alemania, Estados Unidos se convirtió en la potencia más poderosa del mundo y sus
intereses eran más amplios que la región hemisférica que se les asignaba en el modelo Alemán.
Estados Unidos necesitaba tener una estrategia global y un modelo de mundo donde apoyarla, lo
que significó una vuelta de concepciones del tipo de las de Mackinder.
Nicholas Spykman (1944) desarrolló esa línea de razonamiento al considerar que era vital para las
necesidades norteamericanas neutralizar el poder del corazón continental. En oposición a la tesis
de Mackinder afirmaba que la zona clave era el “cinturón interior”, que bautizó con el nombre de
“margen continental” (rimland) y de este modo, quien tuviera el control del margen continental
podría neutralizar el poder del corazón continental. Cuando finalizó la guerra estaba claro que el
corazón continental podía ser equiparable a la URSS; y, como Alemania no logró vencer a Rusia, el
prestigio intelectual de Mackinder se acrecentó, desde ese momento se generalizó un modelo de
mundo que podemos denominar mundo que podemos denominar modelo del corazón
continental-margen continental, en el que había una potencia terrestre (URSS) contra una
potencia marítima (EEUU), separados por una zona de contacto (el margen continental).
La aplicación de las ideas de Mackinder tantos años después de que fueran formuladas. Al
comenzar la guerra fría el mundo se redujo a dos superpotencias, y la tesis del corazón
continental-margen continental constituías una forma fácil de conceptuar la nueva situación. Fue
regalada convenientemente al olvido la fundamentación hidrológica de la concepción inicial de la
región pivote y los temores de Mackinder sobre la posibilidad de la expansión alemana y nos
dejaron con un modelo en el que el enemigo, la URSS, tenía el control de la “fortaleza”, el corazón
continental. La política exterior de EE UU y sus aliados fue diseñada en consonancia con este
modelo.
La contención de la “fortaleza”: fichas de dominó y “finlandias” en el margen continental.
Si la antigua URSS era una fortaleza, lo que había de hacer era rodearla y sellarla. En la jerga
política esta maniobra se llama contención y el sello estaba constituido por el anillo de alianzas
antisoviéticas que se pactaron tras la guerra en el margen continental (la OTAN en Europa, el
CENTO en Asia Occidental y la SEATO en Asia Oriental).
Era preciso intervenís allí donde se despegaba el sello, por la que la mayoría de conflictos de
mayor o menor importancia posteriores a 1945 han tenido lugar en el margen continental, siendo
los más importantes Berlín, Corea, Oriente Medio y Vietnam. Toda esta actividad constituía la
premisa para evitar que la Unión Soviética dominara la Isla Mundial. La estrategia de la contención
dio origen a modelos espaciales más limitados. La analogía más conocida es la teoría del dominó,
en virtud de la cual la “caída” de un país descendería inevitablemente la derrota de los intereses
norteamericanos en los países limítrofes.
En la Europa Occidental de la teoría del dominó fue sustituida por el concepto de “finlandización”,
que admitía que la unión soviética no se hará con el poder en el margen continental mediante una
invasión cultural, pero sin embargo, su influencia se extendería gracias a que ejercía un control
insidioso de la política interna de los países implicados. Se suponía que Finlandia es el modelo de
este proceso, y de ahí la denominación del concepto. La geografía política también ha echado por
tierra recientemente esta teoría simplista, mostrando que el mundo es más complicado de lo que
suponen estas ingenuas analogías espaciales.

El contrapeso del corazón continental: la disuasión nuclear.


La política de contención destacaba la importancia del margen continental, mientras que el otro
tipo de política que refleja este modelo del mundo tripartito se interesaba más por las
implicaciones de que la Unión Soviética fuera del corazón continental.
Una vez que se aceptó que la URSS tenía una posición política superior, las armas nucleares se
convertían necesariamente en la salvación de Occidente, ya que un arsenal nuclear serviría para
contrapesar la ventaja estratégica fundamental de Rusia.
A pesar de lo que diga la teoría del corazón continental, se creía que era posible establecer un
equilibrio de poder diferente utilizando la disuasión nuclear, salvándose así la isla mundial.
Aunque resulte evidente el declive de la guerra fría, los neoconservadores, que se oponen a que
haya recortes militares a pesar de la desaparición de la URSS siguen utilizando las lecciones de
geopolítica en sus argumentos a favor de mantener la vigilancia.

El modelo de las regiones geoestratégicas y geopolíticas de Cohen.


Saul Cohen es el único geógrafo de los que trabajan en este campo que ha intentado hacer una
revisión total de la tesis del corazón continental-margen continental. Su objetivo fundamental es
cuestionar la política de contención y la suposición de que toda la costa euroasiática es un campo
de batalla en potencia. Señala que si se entiende la situación como el enfrentamiento de una
potencia terrestre contra una potencia naval soviético en todos los océanos, sólo puede
comparare con el cierre de un establo de que el caballo haya huido.
En su obra Geografía y política en un mundo dividido (1973) Cohen ofrece un modelo de mundo
regional y jerarquizado. Se basa en el desenmascaramiento del “mito de la unidad” que en su
opinión, ha hecho que muchos geopolíticos anteriores se hayan equivocado. De acuerdo con
Cohen no hay una unidad espacial desde el punto de vista estratégico, sino que hay diferentes
escenarios en un mundo esencialmente dividido. Introduce el concepto geográfico tradicional de
región para describir esta división y señala la existencia de dos tipos: las regiones geoestratégicas,
del ámbito global, y las regiones geopolíticas, de ámbito regional. Las primeras definen
funcionalmente y son la expresión de las interrelaciones existentes entre una gran parte del
mundo. Las segundas son subdivisiones de las anteriores y tienden a ser relativamente
homogéneas cultural, económica o políticamente.
Solo define dos regiones geoestratégicas, dominadas respetivamente por una de las dos grandes
potencias y denominadas “el mundo marítimo dependiente del comercio” y “el mundo continental
euroasiático”. Entre las dos estructuras geoestratégicas hay dos regiones geopolíticas destacadas,
que denomina “cinturones de quiebra”: Oriente Medio y Sudeste Asiático. A diferencia de otras
regiones geopolíticas éstas se caracterizan porque carecen de unidad política, están fragmentadas
y las dos regiones geocéntricas tienen en ellas “puntos de apoyo” tienen una importancia
estratégica para las dos grandes potencias y es allí donde se tiene que llevar a cabo la contención.
Lo que Cohen dice es que no todas las partes del margen continental tienen la misma importancia
y que este hecho ha de ser tenido en cuenta en las decisiones políticas. Una contención selectiva
en lugar de una contención general es el tipo de política que está en línea con las “realidades”
geográficas que preconiza Cohen.
En su primer modelo geopolítico las regiones eran la base de múltiples nodos de poder, pero en la
revisión pasan a un primer plano. En tres regiones políticas han aparecido nuevas potencias de
rango mundial (Japón, china y Europa) que se suman a EE UU y la URSS. En otras regiones
geopolíticas han aparecido también potencias de segundo orden, que lideran sus regiones, como
es el caso de India, Brasil y Nigeria. Cohen estima que hay veintisiete Estados que son potencias de
segundo orden, y después define estados de tercer, cuarto y quinto orden. La clasificación se basa
en el alcance de la influencia que tienen los Estados más allá de sus fronteras y el resultado es el
mundo de múltiples nodos, con muchas zonas de influencia que superponen, lo cual es mucho
más dinámico que el antiguo modelo bipolar. La diferencia es que en este modelo hay una
conexión mucho mayor entre las regiones y los países que se hallan en diferentes niveles
jerárquicos.

El legado
Definen la geopolítica como un modo concreto de razonamiento que evalúa y ordena los lugares
en términos de la seguridad de un solo Edo. o grupo de Estados. Esta definición perímete señalar
dos tipos de fundamentales de razonamiento geopolítico: esto constituye un razonamiento
geopolítico práctico, que es el que llevan a cabo continuamente las elites de Edo., tanto civiles
como militares.
En segundo lugar, está el razonamiento geopolítico formal que se encuentra en estudios
geopolíticos académicos, como los que hemos examinado anteriormente, en los que las ideas
prácticas son organizadas en teorías.

II. ÓRDENES GEOPOLÍTICOS MUNDIALES


El razonamiento geopolítico practico crea códigos geopolíticos, que consisten en una serie de
supuestos geográfico-políticos en los que basa la política exterior de un país, deben definir los
intereses del Estado, indicar cuales son las amenazas y justificar dicha respuesta.
Cada país tiene su propio código, estos no se crean independientemente los unos de los otros. Los
que tiene poder imponen sus ideas y concepciones a los menos poderosos. Grandes potencias han
tenido una influencia excesiva en los códigos geopolíticos de otros miembros del sistema, la
mayoría de los códigos geopolíticos encajan entre si y tienden a conformar una única pauta
general.
Ordenes mundiales es un método integrado por tres fuerzas interactivas: la capacidad material, las
ideas y las instituciones.
II.1 Los ciclos de la política internacional.
Sistema dentro de otro sistema que solo incluye esas potencias principales. Los estudios sobre el
auge y la caída de las principales potencias han elaborado modelos de cambios cíclicos.
Los ciclos largos de la política de Modelski
Gaddis ha dividido en dos categorías a los que escribe sobre historia: los que agrupan y los que
dividen. Todos los que escriben sobre los ciclos de la política internacional son, de los que
agrupan. Bull, alegan que el sistema internacional es esencialmente anárquico, porque detecta
una simetría en la política internacional que es la antítesis de la anarquía.
Modelski crea un nuevo tipo de ciclo que dura un poco más de cien años. Ada ciclo se asocia con
una potencia mundial, que se define como un Estado que se encarga, en mayor medida que los
demás, del mantenimiento del orden en el sistema político global. Han existido cuatro potencias
de este tipo: Portugal. Los Países bajos, Gran Bretaña Estados Unidos. Siendo Gran Bretaña la que
ha dominado dos ciclos.
Modelski distingue entre un punto de vista funcional, entre el sistema político global y la
economía- mundo. La política de Modelski trata de quien se lleva qué en el sistema mundial. El
sistema estatal y el sistema económico forman parte integral de un único proceso de desarrollo
incorporado en el concepto de economía- mundo. Modelski ha buscado un marco holístico
alternativo en el que situar su modelo. Y lo ha encontrado en el trabajo clásico. Los ciclos se
dividen en cuatro fases en las que sucesivas generaciones de elites de la potencia mundial realizan
una de las funciones clásicas de las que habla Parsons: “mantenimiento de pautas”, “integración”,
“consecución de metas” y “adaptación” en el cambiante sistema mundial. Modelski vinculo su
modelo con los ciclos de Kondratieff, pero el resultado no fue muy brillante y lo sustituyo por la
teoría de Parsons.
Los ciclos de hegemonía mundial.
En el análisis de los sistemas- mundo la hegemonía del sistema interestatal es un fenómeno que se
produce muy rara vez. Sólo ha ocurrido tres veces: la hegemonía de Holanda a mediados del siglo
XI y la hegemonía de Gran Bretaña a mediados del siglo XIX y la hegemonía de Estados Unidos a
mediados del siglo XX. La hegemonía implica el dominio en las esferas de actividad ideológica,
política y económica, que supone tres fases. En la primera, el Estado hegemónico ha logrado
superar en eficacia productiva de sus rivales. En la segunda, los comerciantes, gracias a esa
superioridad, pueden conseguir ventajas comerciales. En la tercera, los banqueros del Estado
pueden adquirir el control financiero de la economía mundo. Los estados hegemónicos han
propagado ideas liberales que han tenido una gran aceptación en el sistema mundo.
Las propias características del liberalismo del Estado hegemónico permiten que sus rivales copien
los adelantos técnicos e igualen su eficacia productiva. Estas inversiones son políticas y
económicas, y originan una infraestructura en todo el sistema; por ejemplo, requisitos
indispensables de la hegemonía son unas redes financieras, de comunicación y de transporte, que
cubran todo el sistema, pro también es preciso que existan redes diplomáticas y bases militares
por todo el mundo. Aproximadamente treinta años son los que acaban confirmando la hegemonía
de un Estado. Las dos guerras mundiales que acabaron con la creación de las Naciones Unidas en
1945 marcan el comienzo de la hegemonía de Estados Unidos.
Los ciclos de la hegemonía no se distinguen tan nítidamente como los ciclos largos de Modelskila
hegemonía crea la imagen del mundo futuro que otros países tratan de emular. El hegemón
mundial crea la imagen del mundo futuro que los modernos, define por tanto el futuro de otros
Estados, y los que oponen resistencia se arriesgan a no poder “ponerse al día”, o, lo que es peor, a
quedarse atrás. Es indudable que el hegemón es el líder político, pero es así mismo el líder
económico, social y cultural.
Los ciclos de Gran Bretaña y Estados Unidos: el modelo de los pares de ciclos de Kondratieff.
La actividad política siempre ha formado parte de la economía-mundo. Los organismos públicos
tienen la misión de influir en las fuerzas del mercado de modo que favorezcan a los grupos
privados por los que son controlados; por eso nunca ha habido una economía-mundo. Los Estados
fuertes pueden fomentar un libre, en tanto que Estados más débiles pueden favorecer una
distorsión explicita del mercado con medidas proteccionistas. El poder de un Estado para organizar
el mercado para sus propios fines no dependen sólo de los recursos que tenga dicho Estado; el
hecho de que hablemos de que hablemos de una economía-mundo y no de un imperio-mundo.
Los cuatro ciclos de Kondratieff desde la revolución industrial pueden interpretarse como dos
pares de ciclos Kondratieff. Las fases A2 y B 2 son de una especial relevancia para el tema de la
implicación del Estado en el funcionamiento de la economía-mundo. En la fase A2 la potencia
hegemónica impone al sistema una política de libre comercio para recoger los beneficios de su
eficacia. Las fases B2 son indudablemente en la reestructuración de la economía-mundo, en los
que lo procesos geopolíticos tienen un papel importante.

Ciclos y órdenes geopolíticos mundiales


Los órdenes geopolíticos mundiales en nuestro modelo de los ciclos hegemónicos mundiales. La
primera transición geopolítica se produce entre 1870 y 1871, se proclamó el imperio Alemán.
Alemania es ahora la principal potencia continental con lo cual la política británica para mantener
el equilibrio de poder en Europa queda hecha trizas. Este orden mundial dura poco,
desintegrándose en la década de 1890: en Europa la alianza de Francia con Rusia en 1894, en esta
fecha por primera vez aparece Estados Unidos y Japón.
Hacia el final de siglo, aunque el Imperio británico continúa siendo la principal potencia política,
evidente que la hegemonía británica ha llegado a su fin. El primer paso fue el acuerdo naval con
Japón en 1901, que puso el fin del aislamiento británico. Aunque el intento por parte de Gran
Bretaña de mantener dominio político precipitara las dos guerras mundiales de nuestra era, estas
pueden considerarse como parte de una estrategia por la que Estados Unidos impide que
Alemania ocupe el lugar de Gran Bretaña y acaba heredando el manto de esta ultima 1945.
Actualmente hemos llegado a la hegemonía de Estados Unidos y a la transición política hacia la
guerra fría. Este orden geopolítico mundial en el que hemos vivido hasta hace algo más de una
década, motivo por el que examinaremos más minuciosamente.

La Guerra Fría como orden geopolítico mundial

En 1945, Alemania, Japón e Italia habían sufrido una derrota, Francia había sido ocupada, la URSS
estaba arrasada y Gran Bretaña estaba arruinada; en cambio, la economía de Estados Unidos se
había expandido durante la guerra y para ese mismo año ya realizaba más de la mitad de la
producción mundial, sin embargo, desde el punto de vista geopolítico, la hegemonía de Estados
Unidos fue incomparablemente menos afortunada que la hegemonía británica del siglo anterior.
La hegemonía de Estados Unidos se ha visto perjudicada por la existencia de de un rival ideológico
y militar muy importante: la URSS. La política de equilibrio de poder practicada por Gran Bretaña
le permitía mantenerse al margen y manipular por la vía diplomática a las demás grandes
potencias; en cambio, Estados Unidos era una parte fundamental de la nueva situación de
equilibrio de poder y se implicó continuamente en una formidable y peligrosa carrera de
armamentos
La transición geopolítica a la Guerra Fría
Tras la Segunda Guerra Mundial hubo un corto período que constituye un ejemplo clásico de
transición geopolítica.
Dos acontecimientos mundiales, que ocurrieron con sólo diez años de diferencia en ciudades
alemanas, simbolizan este cambio: en 1938, en Munich, Gran Bretaña y Alemania mantuvieron
negociaciones para evitar una guerra mundial, y en 1948, en Berlín, EUA y la URSS tuvieron un
enfrentamiento que muchos creyeron que acabaría en otra guerra mundial.
Para 1947 la Guerra Fría ya era algo evidente para todo el mundo. Se escribió mucho sobre cómo
se inició la Guerra Fría, apareciendo dos escuelas de pensamiento que llegaron a conclusiones
opuestas. La llamada escuela Ortodoxa, atribuye la responsabilidad al expansionismo de la URSS
que no dejó a EUA otra salida que la política de contención. En respuesta al comportamiento de
EUA en Vietnam surgió una escuela Revisionista que atribuía a ese país la responsabilidad de la
Guerra Fría y según esta tesis, la URSS fue aislada porque no estuvo dispuesta a sucumbir a los
planes mundiales hegemónicos de EUA.
Desde un punto de vista geopolítico, los más interesantes los estudios más interesantes, son los
que destacan el papel que tuvo Gran Bretaña en la creación de la Guerra Fría.
En 1945 la situación geopolítica era muy inestable, puesto que los tres grandes ganadores tenían
prioridades muy distintas. Estado Unidos tenía, evidentemente, la prioridad económica de abrir las
empresas norteamericanas al mundo, Gran Bretaña tenía la prioridad política de continuar siendo
una potencia importante y la prioridad de la URSS era sin duda, salvaguardar su frontera
occidental en la Europa oriental por la que había penetrado sus invasores dos veces en veinte
años.
Al principio estos intereses parecían compatibles con al buena voluntad surgida a raíz de la
victoria, que se resumía en la visión que tenía el presidente Roosevelt de un solo mundo, cuyo
símbolo fue la creación de las Naciones Unidas,

Esta idea no resultó debido a las relaciones bilaterales entre los aliados victoriosos cuando acabó
la Segunda Guerra Mundial y los distintos modos en los que los tres grandes podrían convertirse
en un mundo bipolar: un eje antihegemónico contra los EUA, un eje antiimperial contra Gran
Bretaña y EUA es la debilidad estratégica de Gran Bretaña con relación a los otros dos.
No es de extrañar que la prioridad principal de los políticos británicos de la época consistiera en
llevar a cabo la política que mantuviera a Gran Bretaña a la cabeza junta a estados unidos y la
Unión Soviética. Pronto sepulto evidente que para ellos necesitaría que se le presentara ayuda a
financiera desde el exterior, ya que la economía británica estaba en tan graves apuros que sólo
podía liberarse de la quiebra si negociaba un préstamo de emergencia, cuya única fuente podía ser
Estados Unidos.
Así pues, el apoyo que recibió Gran Bretaña no respondía a los intereses de las empresas
norteamericanas, sino que constituía un baluarte contra la amenaza de la expansión del
comunismo. Según Kolko y Kolko (1973), la política exterior de Estado Unidos pasó de la
negociación a la cruzada.
Gran Bretaña informó a Estados Unidos que no podía seguir manteniendo tropas en Grecia y
Turquía, lo que provocó el discurso del presidente Truman en el que los norteamericanos se
comprometían a apoyar a los pueblos libres en cualquier parte del mundo. La doctrina Truman
estaba claramente dirigida contra la Unión Soviética y supone el comienzo formal de la Guerra
Fría.
La creación de la OTAN en 1949 confirmó la nueva posición de Gran Bretaña como primer
lugarteniente de EUA en un orden mundial nuevo. Ésta no constituía una degradación de estatus
tan considerable si tenemos en cuenta que el país en 1945 estaba en bancarrota

Fases de la Guerra Fría.


Sea cual sea la importancia del papel de Gran Bretaña en la génesis de la Guerra Fría, lo que es
seguro es que los acontecimientos posteriores intervinieron fundamentalmente las dos
superpotencias, Estado Unidos y la Unión Soviética, que son las responsables de la Guerra Fría
desde 1947 hasta que finalizó en 1989.
Walter Lippman acuñó la expresión por primera vez en 1947, con el objetivo de resaltar el
contraste entre las diferencias de EUA y la Unión Soviética en aquel momento y la entonces
reciente guerra caliente con Alemania. Posteriormente surgió una interpretación muy distinta de
la Guerra Fría, que hacía hincapié en la reconciliación de las superpotencias, entonces se decía que
la Guerra Fría había experimentado un deshielo.
Esta terminología de se ha inscrito en e lenguaje político al decir que las relaciones entre las
superpotencias “a veces son frías y a veces son caliente”.
Halliday, utiliza estos conceptos para dividir la Guerra Fría en cuatro fases, que nos servirán para
poner de manifiesto cómo el primer patrón de conflictos, a semejanza de la teoría del corazón
continental de Mackinder, ha evolucionado poco a poco hasta convertirse en global.
En el primer periodo de Halliday, lo que llama “la primera Guerra Fría”, que comprende desde
1947 a 1953, lo todos los enfrentamientos de importancia de las superpotencias tienen lugar en el
margen continental.
La concentración de la actividad de las superpotencias en la zona anterior y en la exterior del
margen continental. La intensidad de la actividad viene definida por el nivel de interacción de tipo
conflictivo o de tipo cooperativo, y tiene por objetivo poner de manifiesto la creación de esferas
de interés de as superpotencias rivales.
El siguiente periodo de antagonismo inestable, que va desde 1953 a 1969, está caracterizado por
al altibajos que combinan elementos fríos, calientes y deshielo. Los conflictos se desplazan desde
el margen continental a Oriente Medio y al Sudeste Asiático.
Entre 1969 y 1979 llegamos al tercer periodo, en el que predomina el deshielo; la détente
constituye un esfuerzo mutuo para llegar mediante negociaciones a una solución de las
diferencias. Los conflictos de Oriente Medio continúan pero entonces surgen otros
enfrentamientos en el África Austral y en Centroamérica.
A partir de 1979 comienza otra fase, “la Segunda Guerra Fría” de Halliday en la que desaparece el
deshielo. Aunque continúan los importantes enfrentamientos en el margen continental, de forma
singular, en Oriente Medio, el África Austral y Centroamérica llegan a tener un papel igualmente
importante en las relaciones de las superpotencias.
La Segunda Guerra Fría, fue el producto de la competencia indirecta entre las super potencias
iniciada a raíz de las actividades de otros Estados menos importantes, que se produjeron en el
cuerno de África, Agnistán, Irán y Polonia desencadenaron la reintensificación del conflicto entre
los soviéticos y los estadounidenses. La importancia de estos conflictos indica que las
superpotencias estaban perdiendo la capacidad de ser las únicas que definían el orden geopolítico.

La llega al poder de Gorbachev en 1985 señala el comienzo de la desintegración de este orden


mundial.

La Guerra Fría como superestructura: ¿fue una gran contienda o una gran inspiración?
La guerra fría es fundamentalmente una estructura política basada en dos tipos de contradictorios
de relación entre las superpotencias: una de oposición y otra de dependencia.
Las teorías que destacan la oposición tratan de atribuir responsabilidades, haciendo hincapié en
que la Guerra Fría, según sea la escuela de análisis “Ortodoxa” o “Revisionista”, es
respectivamente el resultado de la amenaza soviética o la consecuencia del imperialismo
norteamericano. En ambos casos se considera que el mundo se enfrenta a un conflicto decisivo
entre dos formas de ver el mundo: el comunismo y el capitalismo. Esos modos de vida en valores
completamente distintos, son incompatibles. En palabras de Halliday, no encontramos ante la
“gran contienda” que puede considerarse como una batalla ideológica o, de una forma más
elemental, un conflicto global de clases.
La Guerra Fría no es algo natural ni inevitable, sino que es un orden mundial concreto que da
prioridad a ciertas cuestiones a expensas de otras.
En resumen, las superpotencias dependen una de la otra para mantener un orgen mundial que
favorezca su política de superpotencias.
La Guerra Fría es un señuelo que evita la formulación de políticas alternativas. Se han detectado
este tipo de señuelos en tres escalas geográficas. En ámbito nacional de cada de una de las
superpotencias la Guerra Fría ha servido para movilizar a sus habitantes para que apoyen a su
Estado en el enfrentamiento que tiene con el enemigo.
También ha permitido que las superpotencias mantengan, más allá de sus fronteras, un control
estricto de sus aliados. Cada una de las superpotencias lideraba un bloque de países, cuyas
opciones en política exterior eran considerablemente reducidas.

Por último, al margen de los bloques, se puede decir que la Guerra Fría desviaba la atención del
problema de las enormes desigualdades materiales entre el Norte y el Sur.
La gran contienda es en realidad la Gran Conspiración, según esta interpretación la Guerra Fría no
perjudicó en absoluto la hegemonía de Estado Unidos, sino que constituyó un “concierto” de
grandes potencias que no era muy distinto del orden mundial de la hegemonía británica del siglo
anterior.
No hay duda de que las superpotencias utilizaron la Guerra Fría para afianzar su posición.

La interpretación de la URSS en el análisis de los sistemas-mundo


Hemos visto que los enfoques tradicionalistas de la geopolítica consideraban que la URSS era una
potencia terrestre que suponía una amenaza para el predominio tradicional de las fuerzas
marítimas.
Según la tesis del autor, la Unión Soviética estaba compuesta por dos sistemas-mundo que operan
a la vez, el capitalista y el socialista.
Este concepto tiene su origen en el intento de Stalin, durante el periodo de entre guerras, de
construir un solo país.
Szymasnski ha intentado integrar esta postura marxista ortodoxa en el sistema teórico de
Wallerstein afirma que realmente existían dos sistemas mundiales diferentes y que los negocios
entre ambos se encuadraban en el comercio de artículos de lujo y no en el de artículos básicos.
Desde este punto de vista, los dos sistemas
Charles Levinson ha aportado pruebas que ponen en evidencia lo que él denomina “la fachada
ideológica” tanto en la geopolítica norteamericana como en la soviética.
Levinson muestra una lista de 151 empresas de quince países distintos que tenían oficinas en
Moscú. Sólo en Bucarest operaban 108 empresas multinacionales de trece países. En el otro
sentido, Levinson encontró que había 170 empresas conjuntas internacionales de a RSS en 19
países occidentales. Por tanto, nada tiene de extraño que en 1977 la tercera parte de las
importaciones y la cuarta parte de las exportaciones soviéticas se llevaran a cabo en países
occidentales. Levinson llegó a la conclusión de que, a pesar de que el centro de atención fuera la
política internacional, eran esas operaciones económicas tan importantes las que orientaban la
política internacional.
Gunder Frank ha aportado pruebas adicionales del mismo proceso, al que denomina empresa
transideológica. Registra el aumento considerable del comercio entre el Este y Oeste que se
produjo durante la Guerra Fría y analiza los diversos acuerdos de trueque y de otro tipo que
hicieron posible dicho aumento.
Según Wallesrtein, todas esas pruebas colocan a la Unión Soviética y a sus aliados en Europa
Oriental en la semiperiferia Económica.

Capítulo 6: Una nueva base para la geografía electoral


Páginas (261-275)
Las ideas acerca del papel de la geografía electoral en la geografía política van desde los
que suponen que “es el auténtico núcleo de la geografía política”. En nuestra geografía política la
elecciones tienen un papel clave en la escala de la ideología, que canalizan los conflictos de modo
seguro hacia los conflictos constitucionales; por eso es preciso que se estudie la geografía
electoral.
Aunque no haya demasiadas teorías explícitas sobre geografía electoral, las presunciones
políticas implícitas son fáciles de distinguir, y en general coinciden con las de los países del centro
en los que se ha desarrollado la disciplina. Estas presunciones se pueden agrupar bajo el término
de “democracia liberal”. La omisión más llamativa de la geografía electoral tradicional ha sido en lo
referente al estudio de las elecciones de los países de la periferia y la semi periferia. El argumento
que se presenta es que unas y otras constituyen dos grupos de procesos políticos muy distintos.
Las implicaciones de este hecho para el éxito actual de la democratización a lo largo del mundo
son importantes. Ante esta situación surge la pregunta ¿dónde encajan en esta dicotomía los
antiguos países del “Segundo Mundo” que surgen de los regímenes comunistas?
Que la geografía electoral haya puesto el acento en determinados presupuestos liberales
no tiene nada de sorprendente, dado que las elecciones competitivas durante la Guerra
Fría eran una característica distintiva fundamental entre el “Este” y el “Oeste”. Tras el fin de la
Guerra Fría se están transfiriendo los procesos políticos y económicos occidentales a los antiguos
países comunistas, ampliándosele por esta vía el objeto de los estudios electorales. Se está
hablando de nuevas geografías electorales, como por ejemplo el trabajo de Kolosov (1990) sobre
las elecciones competitivas en los últimos años de la URSS, que dan una información del nuevo
mundo de las elecciones.

El legado liberal

En algunos aspectos de la geografía electoral se parece a la geopolítica, ya que podemos


encontrarla en la obra de algunos de los padres fundadores de la geografía moderna. En el cas de
la geografía electoral se puede citar a André Siegfried, él es el “padre” de la geografía electoral por
su método, consistente en elaborar mapas de los resultados electorales para después para su
método, consistente en elaborar mapas de los resultados electorales para después proceder a
comprarlos con los mapas de aquellos factores que pudieran explicar esos resultados. En 1918 Carl
Sauer contribuía al eterno debate norteamericano sobre cómo definir los distritos para las
elecciones al Congreso, la solución que sugería implicaba la representación por regiones
geográficas.
Todo cambió cuando se produjo la llamada revolución cuantitativa de la geografía humana
y conllevó el declive de los estudios regionales cualitativos y el auge de los de carácter sistemático
cuantitativo, sobre todo en geografía urbana y económica.
La publicación regular de diversas series de datos electorales, ordenadas de una forma
clara por áreas, proporcionó una gran cantidad de material a los nuevos geógrafos de orientación
cuantitativa, motivo por el que hubo un aumento especular de estudios electorales, y la geografía
electoral fue objeto de un interés “desproporcionado” de la geografía política.
Geografía política de las votaciones
Fueron tres los aspectos del nuevo enfoque cuantitativo que se aplicaron a la geografía
electoral: la geografía de las votaciones, las influencias geográficas sobre el comportamiento del
voto de los análisis geográficos de las circunscripciones electorales.
Desde los años sesenta, en términos generales, en términos generales, en geografía ha
habido un interés creciente en el papel de los factores espaciales en la conducta humana, que se
ha reflejado en el estudio del frecuente de las influencias geográficas en las elecciones, lo cual ha
llevado a interesarse por el “efecto de vecindario” en los resultados electorales.
La geografía de las votaciones se inscribe en la tradición de Siegfried, en el sentido de que
se propone explicar mapas que estudien las tendencias de voto en las zonas concretas.

El modelo de Rokkan de las divisiones de partidos


Rokkan argüía en la Europa moderna ha habido cuatro conflictos principales que se
derivan de los dos procesos fundamentales de modernización, la Revolución nacional, cuyo origen
era francés, y la Revolución Industrial, cuyo origen era británico. Cada uno de esos procesos, dan
logar a dos conflictos en potencia: culturas dominadas contra cultura dominante e iglesia contra
Estado, en el caso de la Revolución Nacional, y agricultura contra industria y capital contra trabajo,
en el caso de la Revolución Industrial. Cada uno de esto conflictos puede provocar una fractura o
división (cleavage) social en cualquier país, pero cada país tiene una historia única en la evolución
de esos conflictos. El mismo autor dice que las rupturas que existen en cada uno de los países
Europeos se reflejan en la variedad de sistemas de partidos políticos que existen en Europa.
Rokkan lo denomina modelo de alianzas y oposiciones alternativas. En los Estados
europeos el grupo que dirigía el proceso de construcción nacional se alió con uno u otro bando en
los diversos conflictos, obligando así a la oposición a formar una alianza de signo contrario. Antes
de que se dejaran sentir todas las consecuencias de la extensión del derecho de voto los que
dirigían el proceso de construcción nacional, pertenecientes a la cultura dominante, podían elegir
entre un abanico de alianzas: religiosas o laicas, industriales o agrícolas. Según el autor, la elección
llevada a cabo en esos conflictos determinó en gran medida la gran diversidad de partidos políticos
en el centro u la derecha del espectro político europeo.
A partir de 1900, a medida que tuvieron efecto las reformas del derecho al voto, empezó a
operar la división última entre el capital y los trabajadores, lo cual produjo la uniformidad mucho
mayor en los partidos políticos europeos de izquierda. La aparición del Partido Laborista dio lugar
a una división firme entre la derecha, el centro y la izquierda, representada por tres partidos
políticos. En Noruega una alianza de no conformistas formó “la vieja izquierda”, que derrotó a la
alianza que apoyaba al Gobierno del Rey en 1882., lo que trajo consigo la instauración de una
democracia nueva.
Las divisiones se reflejan en este sistema de partidos de la siguiente forma:
I. La periferia del norte (laborista) frente al área del sudeste (conservadores)
II. La periferia del sudoeste (liberales, cristianos) frente al área nuclear del sudeste
(conservadores)
III. Hablantes del dialecto bokmal o “noruego de libro” (liberales) frente a hablantes de
dialecto nynorsky o “nuevo noruego” (conservadores)
IV. Abstemios “prohibicionistas” (cristianos) frente a no prohibicionistas (conservadores)
V. Trabajadores del campo (laboristas) frente a terratenientes (agrarios)
VI. Trabajadores urbanos (laboristas frente a propietarios industriales (conservadores)
La persistencia de patrones característicos de votación: el análisis de residuos de los patrones de
votación en el Reino Unido.
La división entre centro y periferia es la que ha atraído la atención de más investigadores,
como era de esperar. Incluso en los Estados-nación de mayor de mayor antigüedad cabe la
posibilidad de que la movilización política no sea completa. Los modelos en los que hay una
dimensión centro-periferia, como el de Rokkan, suponen que la relevancia de la localización es
menor a medida que los criterios socioeconómicos van dominando la política moderna.
Hechter, en un estudio ha demostrado que existió una “cultura política regional distintiva”
(sectionalism) en la política británica durante dos sistemas de partidos que han existido, el de
conservadores-liberales y el de conservadores-laboristas.
Las elecciones británicas nunca fueron “nacionalizadas” del todo y ciertas “culturas
políticas regionales distintivas” perduraron hasta transformarse parcialmente en “nacionalismo” a
partir de 1966.
Los estudios que se han analizado, no han interpretado que los patrones de las elecciones
nacionales respondieran únicamente a las acciones de los partidos políticos. En relación con los
estudios cuantitativos pioneros hoy en día, el estudio de los resultados electorales se concentra
explícitamente en la forma en que el acto de votar expresa la construcción social de los lugares, a
la vez que contribuye a la misma. Este cambio en la escala de interés forma parte de una
reconocimiento general de que, en tpermino geográficos. Las “elecciones nacionales” no son tan
nacionales en sus resultados como se ha supuesto habitualmente.

Un modelo sistémico de geografía electoral


La organización de la geografía electoral cuantitativa no es satisfactoria por muchos
motivos, pero son dos los problemas que destacan. Primero, esta materia se compone de tres
áreas de interés distintas, sin apenas referencias entre sí. Segundo, esta materia no está integrada
en la corriente principal de la geografía política. Debemos aceptar que se pueden encontrar
ejemplos de vínculos internos y externos en la geografía electoral cuantitativa, peor dichos
vínculos solo han sido superficiales e incompletos.
La salida de este impasse no pasaba por un incremento de la investigación empírica si no
por un nuevo marco teórico de síntesis que integrara todos estos temas.
Los textos de Bergman y Muir apoyaban la palabra de las ideas sistémicas, en la práctica
ni siquiera llegó a influir la forma de presentar gran parte de su geografía política. El modelo más
sencillo que se utilizó fue ele sistema político de Easton, que se podía reducir a sólo cuatro
elementos: estímulo (input), proceso intermedio (throughtput), y resultado (ouput) más la
retroalimentación (feedback). Dicho marco teórico parece adecuado para la geografía electoral, la
cual, al fin y al cabo, se suele considerar que se ocupa de los sistemas electorales.

Los elementos del modelo sistémico: estímulo, proceso intermedio y resultado.


La utilización más explícita del razonamiento sistémico en geografía electoral es la de
Taylor en una revisión de la literatura científica en geografía electoral. La geografía del voto y las
influencias de las geográficas en el voto se convierten en el input o estímulo del sistema; la
geografía de la representación se convierte en el throughtput o proceso intermedio; quedando los
efectos geográficos del cuerpo legislativo o del ejecutivo resultante como el ouput o resultado del
sistema. Esta reorganización de la literatura tuvo tres consecuencias claras: primero, a la geografía
electoral se le proporcionó un objetivo y un centro que no fueran las propias elecciones: segundo,
la atención que entonces se presentaba a una parte del sistema (input) parecía exagerada en
comparación con la atención que recibían las otras partes; y tercero, se puso de relieve que se
había descuidado por completo el ouput el verdadero objetivo de las elecciones: la elecciones de
cuerpos legislativos o gobiernos.

Sistema Estímulo Proceso Resultado


Electoral (input) Intermedio (ouput)
(throughput)

Geografía Geografía Geografía Consecuencias


Electoral de las votaciones de la geográficas
e influencias representación de las elecciones
Geográficas
en el voto
Johnson ha llevado lejos el argumento integrando la geografía electoral en una geografía política
general de orientación sistémica. La retroalimentación remata el sistema enlazando el input y
ouput e integra de esta forma los procesos políticos y electorales.
Crítica: los supuestos liberales.
Los supuestos sobre los que se ha construido la geografía política electoral se han puesto
al descubierto, y resulta que son los supuestos liberales clásicos de los Estados del centro en el
siglo XX: un gobierno receptivo responde a un electorado que articula sus demandas a través de
sus representantes. De repente, han desaparecido los conflictos, se ha olvidado la historia y los
partidos políticos no son más que instrumentos para transmitir las preferencias del votante y del
candidato.
En un estudio contemporáneo de las elecciones generales británicas de enero de 1910,
Hobson señaló que el país se podía dividir en zona norte y zona sur en cuestión de intereses
económicos. Al norte industrial lo llamó “la Inglaterra de los consumidores”, la diferencia se dio en
muchos votos para el Partido Liberal en el norte y muchos votos para el Partido conservador en el
sur. Ambos partidos conservaron las tradiciones decimonónicas basadas en la antigua división
entre la ciudad y el campo, por lo que los liberales mantuvieron su postura a favor del libre
comercio, y los conservadores hicieron una campaña a favor de una política de reforma de
aranceles (proteccionismo). La paradoja es que la Inglaterra de los consumidores votara por la
protección y por tanto un aumento de precios, en tanto que la Inglaterra de los productores votó
por el libre comercio exponiendo a sus industrias a la competencia con los norteamericanos y los
alemanes.
La voluntad popular que según se expresa en las elecciones puede dar lugar a cambios en
el Gobierno de los países del centro, pero en otros lugares se pueden encontrar muchos otros
procedimientos para hacerlo. En el mundo ha habido “traspasos irregulares del poder ejecutivo”,
Taylor y Hudson definen estos traspasos como, cambios de Gobierno realizados mediante
procedimientos que no son los legales convencionales en vigor en el momento del cambio,
acompañados de amenazas de violencia o violencia efectiva. La geografía lectoral no debería
seguir considerando que las lecciones son un ideal; deberían realizarse de una forma realista sólo
como un medio más de elegir Gobierno, que además es exageradamente parcial en términos
geográficos.
El único geógrafo político que comenta la relativa ausencia de democracia liberal en la
periferia es Prescott, pero para él es simplemente un problema de datos que impide que se realice
“un análisis geográfico útil”.

El modelo global de la democracia liberal de Coulter


El estudio de política comparada más conocido entre los geógrafos políticos es el de
Russet pero el estudio de Coulter sobre la democracia liberal tiene es más de un aspecto una
relevancia mucho mayor para la geografía política. El estudio de Russet llamó la atención de los
geógrafos porque utiliza el concepto de región y lo relaciona con la integración política. El estudio
de Russet llamó la atención de los geógrafos porque utiliza el concepto de región y lo relaciona con
la integración política; pero dicha integración entre Estados no es un tema que tenga importancia
en muchas partes del mundo. Coulter trató de poner a prueba el modelo de Deutsch de la
movilización social a escala.

La democracia liberal y la movilización social.


Coulter utiliza el diseño típico de una investigación de geografía cuantitativa. El primer
paso consiste en definir el “mapa del problema” que se va a explicar, lo cual supone medir los
grados de democracia liberal. Distingue tres facetas en la democracia liberal (la competitividad
política, la participación política, y las libertades públicas). Las elecciones multipartidistas, la
participación de los votantes y la libertad de los grupos de la oposición son también elementos de
este índice, por lo que es una medida eficaz del grado de importancia de las elecciones para
decidir gobiernos.
El postulado principal de Deutsch es que los pueblos rechazan los modelos tradiocionales
de vida y tienden a adoptar nuevos valores y comportamientos. En consecuencia, Coulter define
cinco series de variables para obtener índices de urbanización, educación, comunicación,
industrialización y desarrollo económico, de los que interesa medir tanto los niveles existentes en
1960 como las tasas de cambio del periodo 1964-66. El modelo global de democracia liberal es un
análisis de regresión múltiple en el que la democracia liberal es la variable dependiente y los cinco
factores de movilización social son las variables independientes. Coulter ha demostrado que la
democracia liberal puede ser explicada estadísticamente, en gran parte, por índices de
movilización social.

Dos interpretaciones de una relación


Coulter interpreta sus dato a través de un diagramas. Todos os países que caen dentro de
un error estándar de la línea general reciben el calificativo de “democratizados óptimamente”, lo
que hace referencia al grado de democracia liberal de esos países es tan alto como sería de
esperar sobre la base de su movilización social. Al utilizar el término “óptimo” se refiere a que la
política de esos países se ajusta adecuadamente a su situación social.
Los países situados por debajo de la banda democratizada óptimamente son calificados
como “infrademocratizados”, la que indica un grado bajo de democracia liberal para lo esperado
sobre la base de su movilización social.
Los países que están por encima de la banda intermedia reciben el calificativo de
“suprademocratizados”, puesto que tienen más democracia liberal de lo que justifica su grado de
movilización social (Grecia, Uganda, Chile).
Coulter halla que la Unión Soviética estaba óptimamente democratizada y Estados
_Unidos infrademocratizado, esto en lo relativo a sus respectivos grados de movilización social la
URSS tenía más puntos de democracia liberal. El componente más importante de la movilización
social es el desarrollo económico, por lo que interpretaremos estos dos niveles distintos como si
se representaran procesos económicos de centro y procesos económicos de periferia. Todos los
países tienen sistemas diversos de democracia liberal, mientras que en los países de la periferia
hay gran diversidad de sistemas políticos con muy diversos grados de democracia liberal.

La interpretación de las elecciones en el análisis de los sistemas-mundo


Podría parecer que de entre todas las instituciones sociales modernas las elecciones
constituyen una serie de actividades que han de ser entendidas a la escala del Estado individual.
Por tanto, la geografía de las elecciones, en el ámbitos de la geografía política, supone un reto
especial para le enfoque analítico de los sistemas-mundo.
Es relativamente fácil probar que las actividades que rodean a las elecciones no están en
absoluto desconectadas de la economía-mundo
Desde la época en que las elecciones se convirtieron en algo más que en una plataforma
que confirmara en el poder a las eltites locales, los partidos políticos han controlado las
actividades electorales. La mayoría de los partidos representa una serie de ideas que están
vinculadas a una ideología política, por muy imprecisa que sea su concepción, de ahí la plétora de
partidos laboristas y liberales, critianodemócratas y conservadores, comunistas y
socialdemócratas. Cada uno de éstos partidos define un conjunto de ideas que no son en absoluto
exclusivas de ese partido, ningún partido tiene autonomía respecto del mundo político que está
más allá de las fronteras de su país.
Los procesos hegemónicos suponen un ejemplo límite; pero, en general, se puede llegar a
la conclusión de que toda política electoral tiene lugar en el contexto de os procesos políticos
generales de la economía-mundo.
El tratamiento de la geografía electoral en el análisis de los sistemas-mundo ha de llevar a
cabo dos tareas: len primer lugar, es preciso entender las variaciones que existen en la utilización y
el significado de las elecciones entre zonas distintas de la economía-mundo, y en segundo, las
actividades electorales que se realizan en los Estados siguen siendo el principal punto de atención
de nuestra geografía electoral.

Capitulo 6. (Páginas 280-300)


II. LA DEMOCRACIA LIBERAL EN EL CENTRO
En la geografía electoral tradicional las opiniones sobre los partidos políticos parten de que o bien
son reflejos de las divisiones sociales (Taylor y Johnston, 1979) o bien son simples mecanismos de
“compra” de votos (Johnston, 1979).El objetivo principal de los partidos es acceder al poder, llegar
a controlar el aparto del estado.

II.1. La dialéctica de la geografía electoral


Un proceso dialéctico es el que se desarrolla en la historia entre dos opuestos y que desemboca en
la resolución de la oposición. Cada uno de los momentos se denomina, respectivamente, tesis,
antítesis y síntesis.
TESIS ANTÍTESIS
ACUMULACIÓN LEGITIMACIÓN
Organización Movilización
Partidos de notables Partidos de masas
Políticas de la Políticas del
economía-mundo Esto-nación
(aranceles) SÍNTESIS (bienestar)
Política del poder Partidos de representación Política del Apoyo
Estado
social-democrático-liberal
Política congruente

La oposición inicial fundamental se produce entre la búsqueda incesante de la acumulación y loa


necesidad d3 legitimar esta búsqueda. Puesto que la acumulación concentra el capital en manos
de unos pocos, a los ojos de muchos actúa contra su propia legitimación. Pero tanto la tesis como
la antítesis, son necesarias para que el sistema no se fundamente solo en la simple coacción de los
muchos por parte de unos pocos. Los partidos políticos han sido piezas clave en el proceso de
cambio de esta situación de oposición a la resolución que supone el Estado-social-demócrata en
nuestros días.

Organización y movilización
Los partidos políticos llevan a cabo dos actividades fundamentales: determinan o al menos tienen
una gran influencia sobre la agenda política y demandan el apoyo de la población. Estas dos
actividades están muy relacionadas, puesto que es probable que el éxito o el fracaso de una de
ellas de lugar al éxito o fracaso en la otra.
Desde el punto de vista del Estado, estas dos actividades que realizan los partidos son sumamente
útiles. En primer lugar los partidos organizan la política del Estado, y después movilizan a la
población tras esa política. Pero los partidos no pueden hacerlo aisladamente, necesitan que
exista un sistema de partidos competitivo.
Un sistema de partidos depende de que los grupos de la oposición sean vistos como una
alternativa de Gobierno en lugar de una amenaza para el Estado.
Desde el siglo XIX en adelante los grupos que construyeron el Estado en los países del centro y en
algunos países de la periferia han llegado a aceptar este postulado, que hacen que las elecciones
se conviertan en el medio para elegir al gobierno. La formación del gobierno no es algo a lo que
pueda aspirar cualquiera, sino que es un proceso cuidadosamente controlado, y es aquí donde
entran los partidos.
En muchos países hay un duopolio del poder para formar gobiernos, incluso en los sistemas
multipartidistas hay muchas restricciones a la hora de decidir el voto, al haber relativamente pocos
partidos que puedan recibir votos útiles. Pero precisamente en eso consiste el sistema de partidos,
entre la gran diversidad de posiciones políticas, sobre un gran número de cuestiones, se pide a los
votantes que den su apoyo a una sola de entre un limitado número de plataformas. Esto es lo que
Schattschneider (1960: 59) denomina “gran acto de organización”, que reduce las alternativas a
“limite extremo de la simplificación”. El poder de los partidos consiste simplemente en que los
electores pueden votar a favor o en contra del sistema de partidos (Jahnige, 1971: 473).
La manipulación de la agenda política no es una conspiración de las elites en el poder, sino que
refleja el poder relativo de distintos grupos de interés en la evolución del sistema de partidos.
En la opinión de Schattschneider (1960) esta capacidad de limitar las opciones hacen posible que
los partidos definan la política de un país. En toda la sociedad moderna hay un sinnúmero de
conflictos en potencia; pero, al controlar las alternativas que se ofrecen a los votantes, los partidos
deciden que conflictos se organizan dentro del marco de la política de un país y cuáles se
organizan fuera. El sistema de partidos define la política electoral imponiendo estrictos límites al
contenido de la agenda política.

La evolución de los partidos político


Puede que las democracias liberales hayan sido creadas por los partidos políticos. Pero ¿Cómo
llegaron estos a ser importantes? Es un proceso algo complejo todos los países, pero en términos
generales se pude simplificar si hablamos de movilización y organización. Estas dos actividades
tienen su origen en el desarrollo en el siglo XIX de dos tipos de partidos muy distintos. La
aceptación de una existencia de una oposición legítima en los estados se plasmo en el principio en
la organización formal de las facciones parlamentarias o “partidos”. Estas agrupaciones poco
definidas representaban distintos intereses particulares en el seno de la clase dominante. A
mediados del siglo XIX, se empezó a distinguir entre facciones que servían en determinados
intereses y partidos organizados con arreglo a unos principios que aspiraban a representar el
interés público desde distintas perspectivas. Por ejemplo en Gran Bretaña los Whings y los Tories
fueron sustituidos por el Partido Liberal y el Partido Conservador, respectivamente. Según
Duverger (1945) esos partidos al principio se organizaban en el Parlamento exclusivamente y no
tenían las características de los partidos políticos actuales. Llegaron a ser verdaderos partidos
cuando las organizaciones parlamentarias se vieron obligadas a movilizar apoyos en el país tras la
amplificación del derecho al voto y ante la competición con partidos nuevos. La formación de
comités electorales en los distritos electorales para organizar las campañas convierte a estos
partidos tradicionales en partidos modernos con todas las de la ley, ya que se organizaban
simplemente para encontrar quienes los apoyaran y el poder seguía radicando en el núcleo central
de la organización.
A medida que las reformas de sufragio iban alcanzando a los productores directos se fue creando
un tipo de partido político muy distinto fuera del Parlamento. Esos partidos extraparlamentarios
sólo tenían una fuente de recursos, sus integrantes que estaban obligados a movilizar a votantes y
votantes potenciales en partidos de masas. Quienes mejor lo hicieron fueron los partidos
socialistas, que en 1889 crearon la “Segunda Internacional” a modo de alianza de partidos
socialistas de numerosos países. En determinados países o regiones también se crearon otros
partidos de masas, como los partidos populistas agrarios y algunos partidos cristianos.
Por consiguiente, a comienzos del siglo XX en la mayoría de las democracias liberales actuales
había dos tipos de partidos muy distintos: los partidos de masas, que hacían hincapié en la
movilización, y los partidos notables, que ponías el acento en la organización.
Según Rokkan (1970), los sistemas de partidos se congelaron en la estructura que tienen
actualmente en las dos primeras décadas del siglo XX: las elecciones ahora tienen lugar entre
partidos políticos, la mayoría de los cuales competían entre sí antes de la primera guerra mundial.
Blondel (1978) ha señalado que los sistemas de partidos que había en Europa antes de la primera
Guerra Mundial eran mucho menos estables de lo que parece retrospectivamente. La mezcla de
partidos de notables insensibles y de partidos de masas movilizadores era más propensa al
conflicto que al consenso. Los partidos de masas, concretamente, tenían una tendencia potencial a
desunir puesto que desarrollaban ideologías políticas que eran inclusivas, es decir, que pretendían
agrupar a toda una clase o estrato. La ideología socialista, por ejemplo, esperaba movilizar a toda
la clase obrera de un país, la que acabaría otorgando al partido una mayoría parlamentaria
permanente. No había lugar para el pluralismo en esta situación. El caso más extremo ocurrió en
Alemania, donde socialmente daban la impresión de haber creado una “nación con base de clase”
alternativa. Estados Unidos constituyo una principal excepción a la evolución de los partidos, ya
que ni la movilización agraria populista ni la socialista lograron crear partidos políticos importantes
para competir con el gobierno. Según Burnham (1967), este es el paso decisivo en el que el
sistema de partidos de E.U, diverge de la experiencia europea, pues las elecciones
norteamericanas siguieron siendo competiciones entre partidos de cuadros o notables hasta bien
entrado el siglo XX.
Con la llegada del New Deal nos encontramos frente a la creación de una nueva forma de partido,
que Blondel (1978), llama partido de representación, la cual se desarrollo bajo la base de una
síntesis de elementos de los partidos notables tradicionales, porque hacen llamamientos
combinados directos al electorado, que se salen de los estrechos canales de partido; pero no son
partidos de masas, porque su objetivo principal no consiste en movilizar a los votantes para que
acepten una causa política determinada. Los partidos de representación son pragmáticos y evitan
la ideología.

Las dos políticas y las dos geografías de todas las elecciones


Puesto que en las elecciones se trata de competir por el control formal del aparato, los partidos
políticos deberían reflejar esas dos políticas: interestatal, intraclasista e intraestatal, enterclasita; y
efectivamente así ocurre. En general, la característica que distinguía entre sí a los diferentes
partidos de notables era su política respecto al resto de la economía-mundo, cada partido
representaba intereses económicos de la clase dominante de un estado proteccionistas y los
demócratas estaban a favor del libre comercio, mientras que en Gran Bretaña esos papeles los
asumían respectivamente los conservadores (reforma arancelaria) y los liberales. En cambio, los
nuevos partidos de masas basaron sus movilizaciones en las políticas internas de redistribución:
mas para los pequeños agricultores en el caso del partido populista norteamericano y los partidos
agrarios y campesinos de Europa y mas para los trabajadores en el caso de los partidos socialistas.
A principios del XX esas dos políticas, fomentadas por sus partidos respectivos, se encontraban en
la arena electoral una junto a la otra. Esta es la fuente de inestabilidad potencial que Blondel
(1978) observa y se explica la confusión a la que aludíamos la paradoja de Hobson en las
elecciones británicas de 1910, en las que, básicamente, una política de notables (libre comercio
frente a reforma arancelaria) se mezclo con una nueva movilización originada en una política de
clase (urbana/norte frente a rural/ sur/), lo que dio lugar a que no se produjera una
correspondencia entre intereses y votos. Se puede extrapolar este ejemplo y decir que en todas
las elecciones hay dos procesos en funcionamiento. En primer lugar, esta la política del poder,
cuyos orígenes están en la acumulación, y en la que se trata de ganar las elecciones para promover
políticas que beneficien a intereses particulares en su procura de acumulación de capital. Todos
los partidos gobernantes de cualquier signo político tienen que impulsar algún tipo de
acumulación en su territorio estatal. Pero un partido tampoco pude gobernar sino gana las
elecciones, por consiguiente hay una política del apoyo que laboran y nutren los partidos. Estas
dos políticas funcionan conjuntamente: toda política favorece a algún grupo de interés, que puede
financiar a un partido para que la ponga en práctica, mientras que el conjunto de las medidas
políticas que propone un partido se concibe de tal forma que atraiga a los votantes en general.
Desde 1945 los partidos de representación han difuminado la destitución entre ambos tipos de
política al afirmar que sus propuestas están orientadas al bien común, y es responsabilidad
nuestra en los estudios electorales, desmarañar esta apariencia de plausibilidad.
En primer lugar, tenemos los conocidos estudios de la “geografía de las votaciones”, a los que nos
referimos anteriormente, que, en este caso, se convierten en la geografía del apoyo. En segundo
lugar tenemos la mucho menos conocida geografía del poder, la del financiamiento de partidos
por grupos de interés y la de las consecuencias de las políticas públicas.
Gran parte de la geografía electoral se ha ocupado de la geografía del apoyo, debido, en parte, a la
disponibilidad de datos. La elecciones deben ser ejercicios muy públicos para que puedan cumplir
una función de la legitimación, por lo que los resultados electorales están disponibles para
producir las geografías del apoyo.
Acumulación

POLÍTICA DEL PODER

Geografía
Política
Del poder Gobierno
Partido
Geografía
Del apoyo

POLÍTICA DEL APOYO

Legitimación

Los tres tipos de política electoral


Este nuevo modelo de la geografía electoral hace posible que distingamos varios tipos de política
electoral podemos definir tres relaciones fundamentales entre las dos geografías: una relación
inversa, ninguna relación o una relación positiva. Política contradictoria, inconexa y congruente.
En el modelo de la paradoja Hobson como n caso de política contradictoria: la Inglaterra de los
productores vota a favor del libre comercio, mientras que la Inglaterra de los consumidores vota a
favor de los aranceles. Un ejemplo de política desconectada nos lo ofrecen países que utilizan un
sistema de votación de representación proporcional, porque la votación y la formación de
gobiernos son procesos distintos. Normalmente ningún partido puede formar gobierno y, por
tanto, tiene que haber negociaciones de carácter político entre partidos para formar un gobierno
de coalición. Este hecho pone de relieve que los dos procesos políticos son mecanismos distintos
que sirven de ejemplo de la política inconexa.
Por último, llegamos a la política congruente. En este caso los partidos persiguen políticas que
reflejen en bastante medida los intereses de la gente que les apoya. Son las típicas elecciones en
las que compiten partidos de representación a partir de 1945. En términos generales los partidos
de derecha hacen una política que beneficia el extremo medio-alto del espectro de clases y basan
su apoyo en este grupo, un tanto que los partidos de izquierda hacen una política que favorece al
extremo medio- bajo del espectro por lo que se ganan su apoyo.
II.2. La creación de las democracias liberales
Al contar con tres políticas electorales, estamos en una posición más adecuada para entender la
creación de las democracias liberales de lo que estábamos con la política electoral única que
subyacía en el modelo de sistemas lineal.
Los partidos de cuadros de E.U antes del New Deal, porque suponen el mejor ejemplo continuado
de política incongruente que ha habido.
La política electoral incongruente: cultura política regional distintiva y partido en E.U antes del
New Deal
Estados Unidos cuneta con el registro continuo más prolongado de elecciones competitivas
basadas en un derecho de voto amplio. Mientras que los políticos europeos se preocupaban por el
dilema de la democracia, Estados Unidos practicaba una política que incluía a los productores
directos, aunque evitaba que se inmiscuyeran demasiado en las tareas de gobierno. Aplicar a
alguien la denominación de político, en esa época, llega a tener un significado peyorativo (Ceaser,
1979), a consecuencia sin duda de la política electoral incongruente que se había desarrollado.
En Estados Unidos predomina un tipo de voto con efecto regional distintivo extremo, tras haber
sido normal un tipo de voto sin ese efecto y no al revés. Parece que en E.U antes de la Guerra Civil
estaba muy “unido”, pero haya que desechar esta interpretación, que se basa en la primacía
asignada al patrón de votos sobre otros factores, cuando analizamos el sistema de partidos. La
pauta de voto sin efecto regional distintivo significa simplemente que existe una conglomeración
de alianzas locales, la cual llega a ponerse desacuerdo ene el escenario nacional para apoyar a un
candidato presidencial seleccionado. Los foros de esta actividad nacional son los dos partidos
políticos, el Demócrata y el Whig. Este conjunto de alianzas locales dio lugar a aquel, por una vez
en la historia de E.U, hubiera partidos “nacionales” (McCormick, 1967: 109).
Hay algo paradójico pues justo al mismo tiempo que el país experimentaba las tenciones de la
rivalidad regional que iban a estallar en la Guerra Civil, en las elecciones no se aprecia ningún
efecto regional distintivo. Este hecho quiere decir que la división norte frente a sur no conformaba
parte de la agenda política: no habías un partido del “norte” o un partido del “sur” a los que votar
hasta la década de 1850-60. Las tenciones que surgían en el país, se organizaban al margen del
orden del día político mediante un sistema de partidos no regionalizado. Los partidos actuaban
como fuerza integradora en una política de compromiso regional. Se suele atribuir a Martin Van
Buren, presidente desde 1837 hasta 1840, la creación de este sistema tan logrado de control de la
agenda política (Archer y Taylor, 1981:81-4). Era una lucha del partido contra la regionalización
política distintiva y, durante una generación, gano el partido. Se trataba, en palabras de Ceaser
(1979: 138), de “un antídoto total para los prejuicios regionalistas”, y sigue siendo un ejemplo
típico de política electoral que los partidos políticos logran que permanezca apartada de un tema
de gran importancia en una política inconexa.
Durante todo este periodo la principal línea divisoria entre los partidos era el proteccionismo
(republicanos) frente al libre comercio (demócratas). Por consiguiente, mientras que los votantes
expresaban en las elecciones su cultura, las elites de los partidos rivalizaban por intereses
económicos que se expresaban en términos de las relaciones de E.U con la economía-mundo. No
pude haber un ejemplo más claro de la acción de los partidos que separa a los votantes del
gobierno en una política inconexa.
La política electoral congruente en la era de la Guerra Fría…. ¿y después?
El desarrollo de una política interior congruente en los países del centro de la economía-mundo no
es independiente de los acontecimientos internacionales que se producen al mismo tiempo. El
New Deal constituyo un programa para el mantenimiento de la paz social interna durante el
periodo de la hegemonía de E.U. por supuesto que el Boom económico del cuarto ciclo de
Kondratieff hizo posible la construcción de la democracia social, que mantuvo en su lugar a la
democracia liberal.
La democracia social fue la solución apropiada para el antiguo dilema de la democracia: los
estratos sociales inferiores fueron sobornados, de la misma forma en la que los socialimperialistas
de finales del siglo XIX lo habían intentado pero no lo habían conseguido, pues la época no era la
adecuada. Hacia mediados del siglo XX estaba en funcionamiento una nueva política de
redistribución, gracias a la cual la las elecciones se convirtieron en una opción entre distintos
conjuntos de bienes públicos. De este tipo de elecciones se tenían que encargar los partidos de
representación; no eran adecuadas para los partidos de notables ni tampoco para los partidos
ideológicos de masas. En esta situación podía surgir una política congruente en torno a la cuestión
de la oferta, mayor o menor, de bienes públicos. A la vez que se planteaba esta política interior
competitiva se alcanzaba un consenso en política exterior, el cual fue importante para el proceso
de afirmación del orden político mundial de la Guerra Fría.
El consenso democrático social que dio paso a una política congruente era algo más que el Estado
de bienestar. Concretamente, en Europa Occidental se desarrollo un Estado corporativo en el que
el Gobierno involucró a representantes del capital y de los trabajadores en el proceso de toma de
decisiones económicas.
La economía-mundo y la “nueva política”: en el caso de Gran Bretaña
A pesar del dominio que ejercen sobre los gobiernos los partidos políticos en las democracias
liberales, siguen estando sometidos a los límites que impone el funcionamiento de la economía
mundo. Aunque es posible que los partidos sean poderosos dentro de las fronteras de su Estado,
no tienen el poder asegurado de dichas fronteras. Todos los partidos políticos tienen el problema
de que, mientras que la política de apoyo es una cuestión interna del país, la política del poder se
extiende más allá de de las fronteras del Estado. A medio plazo lo más importante es el carácter
cíclico de la economía-mundo.
Para estudiar este proceso el país más adecuado es Gran Bretaña, la prolongada decadencia
económica que ha experimentado ha suscitado diversas respuestas políticas. Parte de la
reorganización política que se produce en este país después de 1945 puede interpretarse como
una respuesta a una crisis de racionalidad en tanto que el Estado Británico intento ser más
competitivo en la economía-mundo. Varias cosas dieron pauta al auge de los movimientos
nacionalistas en Escocia y Gales. Desde la primera guerra mundial se pueden distinguir seis fases
de políticas nuevas:
PERÌODO ECONOMÍA- “NUEVAS” ACONTECIMIENTOS
MUNDO POLÍTICAS MÁS DESTACADOS
1918-31 Estancamiento B (i) Políticas de crisis I Ascenso del Partido
Laborista, Huelga
Nacional

1931-40 Estancamiento B (ii) Políticas de interés Dominio de la


nacional I Coalición Nacional

1940-60 Crecimiento A (i) Consenso social- Establecimiento del


democrático “Estado del
bienestar”

1960-72 Crecimiento A (ii) Políticas Solicitud de ingreso


tecnocráticas a la CEE

1972-82 Estancamiento B (i) Políticas de crisis II Conflicto/acuerdo


con los sindicatos

1982 Estancamiento B (ii) Políticas de interés Guerra del Atlántico


nacional II Sur

Las elecciones fuera del centro


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En enero de 1988 en filipinas, cuya presidenta entonces era Corazón Aquino, se celebraron
elecciones locales en todo el país, lo cual supuso un despliegue de 156 000 soldados en 930
“puntos electorales conflictivos”. Al final, las elecciones tuvieron que suspenderse en 10 de las 73
provincias, y en otras 1p9 provincias hubo que someterlas al control de comisiones especiales. El
número definitivo de muertes fue de 103 entre los que se encontraban 39 candidatos. La señora
Aquino declaró que había habido “una reducción sustancial en el derramamiento de sangre” ya
que en las anteriores elecciones locales de 1971, cuando Marcos era el presidente, perdieron la
vida 905 personas.
La violencia de las elecciones filipinas no es en absoluto algo inusual. Dos meses antes en Haití
resultaron muertas 150 personas en unas elecciones. Las elecciones que se celebran fuera del
centro son procesos políticos cualitativamente distintos de las elecciones de las democracias
liberales.
Esta conclusión apenas sorprende dada la diferencia la diferencia de antecedentes históricos y de
circunstancias materiales existente entre las democracias liberales y el resto del mundo. Incluso
los estados comunistas sintieron la necesidad de legitimar a su gobierno con elecciones periódicas,
aunque la opción se limitara a un partido. En Asia y África las constituciones no lograron proteger
las elecciones, y éstas fueron sustituidas por golpes militares.
En américa latina, cuyo periodo de independencia es mucho más largo, la historia de las elecciones
es muy distinta. Por ejemplo, Wesson ha señalado que:
En 1929 todos los gobiernos más importantes de Latinoamérica eran civiles y tenían motivos para
proclamarse democráticos; parecía una suposición razonable pensar que estaban en el camino de
una civilización cada vez mejor.
La mayoría de los países latinoamericanos han padecido golpes militares que han detenido
bruscamente esa tendencia a la democracia, en el Tercer Mundo se ha producido un desenlace
parecido, la democracia es frágil y los generales suelen gustar de convertirse en políticos.
Evidentemente, esta situación proporciona una prueba de que el peso para las explicaciones
materialistas del fracaso relativo de la democracia, puesto que todos los países del Tercer Mundo
se caracterizan por padecer una enorme pobreza.
Lo que ocurrió en Latinoamérica y en otros países del Tercer Mundo fue que no pudieron obtener
los recursos para mantener una política de redistribución viable. Los procesos políticos de carácter
democrático liberal fracasaron porque no fue posible vincularlos con una democracia social.
Las campañas electorales y las campañas militares a veces se pueden fundir en un proceso único.
Lo segundo es que si un partido gana las elecciones le permite realizar dos actividades
importantes: los opositores pueden ser perseguidos y los aliados se les puede otorgar ciertas
ventajas políticas.
Política clientelistas, partidos controlados por hombres fuertes compiten por llevarse el botín. En
algunos países el poder de estas versiones extremas del partido de notables o cuados se ha visto
socavado por una variedad populista de nuevos partidos de masas. En unos cuantos países los
partidos populistas han logrado atraer a las masas urbanas rurales al sistema político del estado,
el fracaso ignominioso de las políticas populistas provoco intervenciones militares. En los últimos
años la democracia multipartidista se ha extendido bastante por el tercer mundo.
La política del fracaso.
Los procesos esbozados anteriormente se pueden calificar de política del fracaso; pues dada la
oposición de estos países en el sistema-mundo, no pueden permitirse el lujo de una política
congruente, y en esta situación todos los gobiernos son un fracaso a los ojos de la mayoría de sus
habitantes. Esto da lugar a la inestabilidad que caracteriza al tercer Mundo. El ejemplo más
exagerado de la política del fracaso es el de Bolivia, que lleva ya más de doscientos gobiernos en
menos de doscientos años de independencia.
El “juego de las cuatro esquinas” de la democracia
Supongamos que un país que puede mantener elecciones competitivas durante una década o más.
¿Qué tipo de sistema político esperaríamos que tuviera? Fueran cuales fuesen los motivos
concretos por los que las elecciones pudieran continuar, predeciríamos que, dado que las
circunstancias materiales provocarían el fracaso del Gobierno, todos los partidos gobernantes
tendrían muchas dificultades para ser reelegidos. Así pues se trata de una situación electoral ideal
para los partidos de la oposición. Por lo tanto lo previsible sería que un partido gobernara un
mandato electoral, otro lo sustituyera en las siguientes elecciones, etc., etc. En el Tercer Mundo
son los titulares del Gobierno los que salen perjudicados y pierden el Poder al resultar derrotados
en las elecciones.
Se puede observar como actúa este proceso en los estados latinoamericanos después de 1945. Dix
ha investigado lo que denomina la “rotación electora” en nueve países y Werz ha puesto al día los
datos. El único país en el que se registra una serie continua de elecciones competitivas es Costa
Rica, y en diez elecciones celebradas entre 1948 y 1986 el Gobierno ha sido expulsado del poder
en 8 ocasiones. Chile Venezuela y Ecuador han tenido cinco elecciones y sólo un Gobierno ha sido
reelegido en cada caso.
El mejor ejemplo de este “juego de las cuatro esquinas” de la democracia no procede de
Latinoamérica. Sri Lanka ha sido gobernada por políticos electos desde su independencia en 1948.
Las siete elecciones celebradas desde 1952 han tenido como resultado seis cambios de gobierno.

Las geografías de una política del fracaso: el caso de Ghana


¿Cuál es la geografía electoral de este tipo de inestabilidad política? En un estudio sobre Ghana se
ha respondo a esta pregunta. Este dato se basa en el análisis de 8 elecciones entre 1954 y 1979,
las cuales enfrentaban a un grupo de políticos que apoyaban al primer presidente, Kwame
Nkrumah, contra su gran rival, Busca. El grupo partidario de Nkrumah ha estado constituido por
los centralistas, favorables a un plan de “modernización”, que consistía en utilizar las ganancias de
las exportaciones de cacao procedente de la regios central de Akan para crear una industria
moderna; como hicieron hincapié desde el principio en la planificación y el proteccionismo fueron
considerados los “socialistas” en el sistema de partidos. Los opositores al principio eran
federalistas que no estaban a favor de explotar las zonas agrícolas en beneficio de las ciudades y
puertos costeros; eran los partidarios del libre comercia, los “liberales” en el sistema de partidos.
En Ghana podemos encontrar en las 8 elecciones consideradas cuatro pautas distintas del voto a
los centralistas.
Empezando en el periodo previo a la independencia, los apoyos se concentraban en la zona
costera y en el sur; en 1960 ya comprendían áreas del interior alrededor de la región de Akan,
pero no habían llegado hasta la frontera norte ni la del este. En posteriores elecciones los
centralistas alcanzan esas fronteras, en 1969 los apoyos se concentran radicalmente en el sudeste,
una década después esa pauta ha desaparecido y es sustituida por otra en la que las bases de
apoyo se encuentran en el norte y sudeste del país. Está claro que en este caso no existe la
“renovación de clientelas” de la que hablaba Rokkan.
El Partido De La Convención Del Pueblo De Nkrumah encabezo la campaña por la independencia,
pero nunca creo un movimiento nacional en todo el país. Al principio fue apoyado por las elites
“modernizadoras” de la zona costera y de la región natal de Nkrumah, al sudoeste. En la mayor
parte del país las elites tradicionales triunfaban como candidatos independientes o representando
a pequeños partidos regionales o étnicos. Después de la independencia en 1957, el partido de
Nkrumah consiguió obtener más apoyo tierra adentro, pero seguía encontrándose con una firme
resistencia en la región de Akan y al norte y al este del país.
En 1969, la única vez que los centralistas perdieron las elecciones, se vieron relegados a un núcleo
del sudeste, que era la región de origen de su nuevo líder. Cuando murió hubo otros líderes en
1978-9 que procedían del norte y de sudoeste, lo que hizo que estas zonas se convirtieran en
nuevas bases de apoyo.
Junto a las geografías del apoyo de base étnica del poder centrada sobre formas alternativas de
administrar una economía que depende de los ingresos de la exportación de cacao. Sólo la región
de Akan, sigue oponiéndose firmemente a los centralistas. Las demás regiones apoyaran las
políticas centralistas en función del origen étnico del líder del partido. El proceso político ghanés
consiste en una base geográfica cultural que se transforma en distintas geografías políticas las
cuales ofrecen la posibilidad de crear geografías económicas alternativas.
La india: “La democracia liberal más grande del mundo”
Elecciones e inestabilidad política no siempre van unidad en los países del Tercer Mundo. En
México, por ejemplo, en las elecciones celebradas regularmente durante más de medio siglo,
resultó elegido el mismo partido político. Nuestro argumento es que se trata de casos especiales
que merecen una investigación específica. En México el partido en el gobierno conseguía
fragmentar y empequeñecer a la oposición gracias, fundamentalmente, a la asociación con la
Revolución. Asimismo en la india el Partido del Congreso encabezo el movimiento independentista
y, en general se ha mantenido al frente del gobierno de la India desde 1947.
Calificamos a estos partidos gobernantes de “paridos agregativos” porque hacen gala de una gran
capacidad para ganarse el apoyo electoral de una gran variedad de electores.
El motivo por el que nos centramos en el Partido del Congreso se debe a la opinión de Blondel de
que la India “constituye la democracia liberal más grande del mundo”. En la interpretación de las
elecciones que hacemos desde nuestra perspectiva de análisis de los sistemas-mundo la India no
puede ser un Estado democrático liberal, porque no dispone de los recursos para llevar a cabo una
política de redistribución variable. En cualquier caso, si tienen elecciones libres y abiertas.
La geografía del apoyo del Partido del Congreso.
La escala geográfica, las desigualdades materiales y la diversidad cultural de la India suponen un
gran abanico de divisiones sociales. No es de extrañar que haya habido literalmente cientos de
partidos compitiendo en las elecciones indias. La mayoría han desaparecido, pero el Partido del
Congreso sobrevive y prospera.
El Partido del Congreso se constituyó en 1885 y hasta el final de la primer aguerra mundial actuó
como un típico partido de notables de la reducida clase media india britanizada. A partir de 1919
el Partido Liberal adopto este papel, y el Partido del Congreso se convirtió en el partido
movilizador de masas del movimiento independentista. El Partido del Congreso nunca elaboró una
doctrina o ideología única en torno a la cual pudiera crear una base nacional de apoyo. De ahí que
a pesar de su supremacía no haya tenido el papel integrador electoral que han desempeñado los
partidos en las democracias liberales, sino que se ha convertido en un partido agregativo, lo que
supone que en todas las elecciones la base de apoyo del partido es una mera agregación de
diferentes grupos. La característica más importante de la agregación es que llega a constituir una
mayoría. En resumen, el partido del congreso ha sabido manejar de un modo oportunista y
pragmático la complejidad de la política india.
El Partido Jana Singh hace campaña como partido hindú y su pauta de votos siempre tiene una
correlación positiva con la distribución de personas hindúes. En cambio el Akali Dal es el partido de
los sijs y sus votos siempre tienen una correlación negativa con la distribución de la población
hindú. En 1952 recibieron un apoyo importante de los hindúes; en las siguientes elecciones no
contaron con un apoyo importante de los hindúes, antes de volver a obtenerlo y seguir, así,
cambiando en uno y otro sentido entre las dos comunidades. En pocas palabras, el Partido del
Congreso decepciona una por una a cada comunidad que le vota. De este modo, un partido
agregativo puede seguir conservando el control aunque siempre sufra el rechazo de sus anteriores
partidarios en una política del fracaso. El Partido del Congreso ganó todas las elecciones
celebradas en el Punjab hasta 1967; pero ésta no es más que una forma diferente de expresión de
la misma política del fracaso.
Las primeras grietas en el control que venía manteniendo el Partido del Congreso sobrevinieron en
1967, cuando perdió las elecciones en varios estados. En 1971 el viejo Partido del Congreso Oficial
sufrió una derrota a manos del nuevo Partido del Congreso de Indira Gandhi que realizo una
campaña populista y personalista. En 1975 se declaró el estado de excepción y 676 políticos de la
oposición fueron encarcelados; en total 110, 000 personas fueron detenidas y encarceladas sin
juicio. Estaba claro que el Partido del Congreso había perdido el control de la política del fracaso
en la India.
En 1971 la pauta de apoyo se concentraba en el feudo hindú del norte; en 1977 se perdía el norte
y la mayoría de los votos del Partido del Congreso procedían de los estados del sur que no son
hindúes, produciéndose una pauta de votos completamente distinta: fueron elecciones en las que
hubo un vuelvo tanto desde el punto de vista geográfico como del político. Esta situación es la que
esperamos de un país del tercer Mundo en donde no es posible que haya una política congruente
y estable.
La geografía del poder del Partido del Congreso.
La ambigüedad deliberada de las posiciones políticas del Partido del Congreso le permite fraguar
vínculos con una gran diversidad de grupos de interés especiales. El Partido del Congreso siempre
ha afirmado que es un partido socialdemócrata y cuenta con el apoyo formal de muchos sindicatos
y organizaciones agrarias, ha recibido multiplicada por 6 la cantidad de contribuciones que el
Partido Swatandra, el partido de la “empresa libre”, obtiene de los hombres de negocios más
importantes y de los terratenientes más ricos. No hay duda de que un partido agregativo depende
de la política del poder tanto como de la política del apoyo.
En las elecciones generales de 1967 el Partido del Congreso perdió en siete de los veintiún
estados. Perder las elecciones de un estado no conlleva necesariamente perder el poder; hay dos
maneras de evitarlo. En primer lugar, se puede sobornar a los opositores para que abandonen el
partido por el que fueron elegidos y entren en el Partido del Congreso. El segundo es que si hay
inestabilidad política el Gobierno central del Partido del Congreso puede estimar que el estado es
ingobernable y declarar el “gobierno directo por el presidente de la Unión”.
Hubieron 542 deserciones de legisladores entre 1957 y 1967; en 1967 hubieron 438 deserciones.
El estado de Bihar fue donde más bajas, produciéndose 85 deserciones en total de 318 escaños
legislativos. Éste había sido uno de los estados en los que el Partido del Congreso había perdido,
en enero de 1968 se había instalado un gobierno de coalición favorable al Partido del Congreso.
El gobierno directo del presidente en los estados fue impuesto sólo diez veces entre 1951 y 1967,
y diecisiete en el periodo de cuatro años de la legislatura de las elecciones de 1967. En el año
siguiente a las elecciones de 1967 el gobierno directo por parte del presidente se impuso en cisco
de los siete estados que el Partido del Congreso no había podido conservar.
Así pues la geografía que se deriva de las elecciones de 1967 es muy complicada. En los dos años
que siguieron a las elecciones, y entre los gobierno de los estados en los que perdió el Partido del
Congreso sólo el del estado de Kerala quedo como estaba.
Tras la independencia han seguido dándose estas políticas del poder. Dua habla de quince casos
más del gobierno directo presidencial entre 1971 y 1974. Después del “segundo momento
decisivo”, cuando otro partido ganó las elecciones generales de 1977, las deserciones fueron las
que acabaron con el Gobierno central del Partido Janata en 1979; en 1985 se declaró ilegal esta
práctica.
Tras esta somera exposición de la política india del apoyo y del poder podemos rebatir la
afirmación de Blondel de que existe una democracia liberal en la India. Los procesos políticos que
actúan en la India se parecen mucho más a los de otros países del tercer Mundo. Esta situación se
ha vuelto más patente aún en los años noventa porque el Partido del Congreso ha perdido el
dominio que ejercía sobre la política india, produciéndose en consecuencia gobierno débiles ya
que el electorado no concede la mayoría a ningún partido; el “juego de las cuatro esquinas” de la
democracia entra en funcionamiento. Llegamos a la conclusión de que puesto que la democracia
liberal es el producto particular de la historia de una parte de la economía-mundo, han jugado un
papel fundamental en el establecimiento de esta tipo de Estado, el intento de difundir este
producto político ha fracasado de forma clara en muchos países de la periferia. Sin embargo, en
algunos países existen instituciones que tienen un parecido superficial con las democracias
liberales, pero constituyen una forma distinta de Estado. La India es uno de estos casos: ha
inventado un sistema político que aúna una política democrática con una pobreza generalizada, un
logro notable, y hasta el presente, único.
Democratización y globalización
El final de la guerra fría ha dado un estímulo político mundial a la democracia. Este estímulo ha
venido desde abajo y desde arriba: ha habido pueblos del Tercer Mundo que realmente se ha
sublevado para exigir “el poder popular”, y también se ha dado el caso de que un Gobierno del
centro haya impuesto la existencia de una democracia multipartidista como condición para el
envío de ayuda económica. Debido a estos dos factores se ha difundido la política electoral
competitiva, especialmente en África.
O’loughlin llevo a cabo un amplio estudio sobre la difusión de la democracia desde 1948 hasta
1994 y averiguó que cerca del 60% de los países pueden ser clasificados ahora como democracias,
comparados con el 28% en 1950. Hay una regionalización característica de las democracias y las
autocracias, en la que similares sistemas políticos se agrupan unos cerca de otros.
La reciente tendencia al incremento en el nivel de democracia en el sistema-mundo se ilustra aún
más calculando la media de puntuación de democracia de todos los años desde 1946. Aunque el
número de países cambia cada año es evidente que el nivel de democracia descendió a un mínimo
en 1971 y posteriormente ascendió a un máximo de 2,89 en 1994. El descenso de la década de los
sesenta es consecuencia de la inclusión de los países africanos que se acababan de independizar y
el giro que experimentaron hacia la autocracia tras la independencia.
En 1950 sólo América del Norte, Australasia y el noroeste de Europa pueden ser consideradas
regiones democráticas, en tanto que la región autocrática se centraba en la Europa Oriental y
Oriente Medio. En 1972 la región democrática no había cambiado pero la región autocrática
englobada además a la mayor parte de África. Los países comunistas y la mayor parte de América
del Sur eran regiones de moderada autocracia. A región autocrática se extiende desde África
Austral por Oriente Medio hasta el Asia Central y China.
La democracia constituye una opción sólo para los países que son capaces de extraer lo suficiente
del excedente global para distribuirlo entre sus habitantes. La propagación de la democracia
representa cambios políticos que se originan de los cambios de la economía-mundo capitalista. ¿El
incremento de la democracia pen en cuestión la estructura básica de centro y periferia de la
economía-mundo?, nuestro marco material apunta dos respuestas; la primera, una anterior
investigación de la dinámica temporal de la democratización nos recuerda que no deberíamos
decir que existe un trayecto sólo de ida a la democratización. Las pautas cíclicas indican que las
afirmaciones triunfalistas sobre la vitoria del liberalismo y la democracia liberal pueden ser
prematuras. Aunque muchos países aspiran a obtener el estatus de centro y a recibir ventajas
como la democracia liberal, las restricciones estructurales de le economía-mundo implican que
algunos de estos esfuerzos serán vanos. Las restricciones estructurales de la economía-mundo
también son ilustradas por la regionalización de la democracia y la autocracia.
Estados Unidos ha ordenado el globo por medio de la adhesión a la creencia de que todos los
países podrían tener oportunidades económicas y políticas parecidas a las de E.U.A. ¿fueron
alentadas las revoluciones de la Europa Oriental por la idea de la democracia o por la promesa del
consumismo? La respuesta es que ambas cosas, pero no deberíamos infravalorar la última.
Las nuevas democracias de Europa Oriental constituyen buenos ejemplos de los problemas que se
plantean a la hora de instaurar democracias sociales liberales. Dos elecciones clave, que se
celebraron en la primera mitad de 1989, en marzo, la URSS, en las primeras elecciones
competitivas que se celebraban para elegir a los diputados del Congreso del Pueblo, los candidatos
del Partido sufrieron notables derrotas, sobre todo en Moscú, y en las repúblicas bálticas. Había
llegado “el poder popular”; pero la oposición no estaba organizada, lo que amortiguó el efecto. No
ocurrió lo mismo con las elecciones polacas que se celebraron en Junio, allí a la oposición unida,
Solidaridad, solo se le permitía presentarse a una minoría de escaños (163), pero derroto a los
candidatos del Gobierno en todos ellos. Como resultado de la conmoción que supuso para el
sistema el enorme respaldo obtenido por la oposición, se formó un gobierno no comunista en
Agosto de 1989.
Al rechazar el comunismo con sus elecciones no competitivas, una de las primeras cosas que
tenían que haber los nuevos regímenes era organizar elecciones pluralistas. Por este motivo, en
1990 se asistió en toda Europa Oriental a una serie de procesos electorales que, en general, han
recibido el nombre de “elecciones fundacionales”. El hecho es que las elecciones de Europa
Oriental construyeron pocas cosas aparte del principio de celebración de elecciones libres y del
rechazo al régimen comunista.
Organizar la oposición en un Estado comunista no es lo mismo que crear una democracia
multipartidista. En Polonia, de la fragmentación de Solidaridad surgieron veintisiete partidos que
ganaron escaños en las elecciones de 1991, lo que dificulto mucho la formación de Gobierno.
Es evidente que las dificultades económicas de los Estados ex comunistas suponen un claro
inconveniente para las posibilidades de continuidad de la democracia. La gente se da cuenta
perfectamente de que las elecciones por sí solas no van a resolver sus problemas: en Polonia y
Hungría las elecciones locales que se celebraron en todo el Estado en 1991 atrajeron a las urnas a
menos de la mitad del electorado. Si las democracias líbrales nuevas logran la mejora económica
que desean pueden ser algo más que un intermedio democrático-liberal, y crear partidos de
representación en el marco de una política congruente que origine estados social-democrático-
liberales. En definitiva, tienen que unirse al centro de la economía-mundo en su próxima fase de
crecimiento, y no es probable que todos los países de Europa Oriental lo consigan.
CAPITULO 7 Taylor
Resumen pág. 319-327

LA POLITICA DE LA LOCALIDAD

Hemos llegado a la escala de la experiencia de la estructura geográfico-política que estamos


utilizando, cuyo ámbito es definido por las actividades cotidianas que realiza la gente en su vida
normal. La vida cotidiana de las personas está organizada conforme a una serie de trayectos de
carácter rutinario, que tiene como base de partida el hogar, y que tienen que disponerse de tal
forma que puedan volver a su “hogar base” por la noche. La amplitud de esos trayectos depende
del transporte del que disponga el individuo. Esta visión “fisicista” de la geografía coloca a cada
individuo en un prisma de condicionantes espacio-temporales que es estrictamente personal: la
experiencia directa que cada persona tienen del mundo es única.

La política de la localidad continua con una larga tradición de investigaciones de las ciencias
sociales que tienen a separa las relaciones sociales de su contexto concreto. El caso limite se
puede encontrar en la escuela espacial de geografía que imponía pautas geométricas regulares
sobre pautas desordenadas del mundo real. A continuación, se presenta una nueva teoría de la
política de localidades, que procede de diversas fuentes.

La política de ubicación se basa en la distinción entre política practica cotidiana y la política formal
del Estado, presentada en este caso por el aparato de Estado local y regional. En este punto
también aparece el actual debate entre lo local y lo global. Con llamamientos a “reafirmar el poder
de local” y nuevos conceptos como el nexo de local-global y la “glocalización”, se reafirma la
creencia de que las localidades son parte consustancial de la globalización a través de una breve
introducción sobre las “ciudades mundiales”, que constituyen localidades muy especiales que cada
vez adquieren más importancia para el funcionamiento de la economía-mundo.

EL LEGADO DE LA “ESCUELA ESPACIAL”

Los integrantes de la escuela espacial no fueron los primero geógrafos que se interesaron por la
organización espacial del Estado. Aunque utilizaban una terminología muy distinta, los geógrafos
punteros de la primera mitad del siglo XX trabajaron en esta área. Como son Fawcwtt, Vidal de la
Blanche propusieron diferentes divisiones administrativas regionales de Gran Bretaña y de Francia,
respectivamente, y Sauer diseño otras circunscripciones electorales en E.U.

En todos los casos los geógrafos señalaban que las regiones geográficas suponían divisiones
“naturales” para organizar al Estado. A partir de estos estudios normativos de desarrolló una
“geografía administrativa” que estudiaba “factores geográficos” en las organización político-
administrativas, tales como los límites fronterizos.

La optimización de los espacios

Es indudable que la organización espacial apolítica toco fondo cuando William Bunge superpuso
un entramado hexagonal al mapa de Gran Bretaña como contribución a los debates sobre la
división regional del Estado. Al no tener en cuenta las tradiciones políticas pasadas. La eficiencia
espacial se deriva de las características de agrupamiento espacial que tiene el que más
subdivisiones permite realizar dentro de un espacio delimitado. Tanto las abejas como los teóricos
de la localización se han percatado de ello. Para estos resulta eficiente porque se minimiza las
distancias desde cualquier punto al centro de cada entramado.

En la geografía de los paisajes hexagonales teóricos se asocian con Walter Christaller, autor de la
teoría de los lugares centrales. Una de sus estructuras de entramado hexagonal se denominó el
“principio administrativo” porque los hexágonos descansan en una jerarquía de niveles. Pero
nunca se pretendió que fuera nada más que un paisaje ideal que describiera procesos que hay que
buscar en un paisaje real, donde también se espera encontrar otros factores que no son la
eficiencia espacial. Sin embardo, la idea de optimizar las disposiciones espaciales en las situaciones
del mundo real adquirió bastante importancia en los análisis geográficos aplicados. La ubicación y
el espacio en la administración social de Massam representan la culminación de las obras de esta
tradición.

La presentación de servicios

El consenso político del que partía el Estado del bienestar implicaba que el Estado sería el principal
proveedor de servicios públicos. La geografía aplicada daría la respuesta técnica a la pregunta
donde se deberían prestar esos servicios, tarea para la que se elaboraron modelos de “asignación
de localización”. Se trataba de técnicas informatizadas que trabajaban con grandes cantidades de
datos para ajustar dos mapas, el de centros de servicio y el de la gente a la que tenían que a
atender, según ciertos criterios.

Los modelos de asignación de localización se empezaron a elaborar para el sector privado, hecho
que se pone de manifiesto en la marginalización de la política. En la vente al por menor las
empresas desean saber dónde ubicar nuevas tiendas, o que tiendas ampliar, para potenciar al
máximo el rendimiento del capital. Pero en la distribución de recursos en la esfera pública no se
trata de potenciar al máximo los beneficios: es importante obtener un buen rendimiento, pero al
utilizar este tipo de modelos pasamos a un estilo de toma de decisiones tecnocrático verticalista
que es adecuado para empresas que no pretendan ser democráticas, pero que resulta muy
problemático para la democracia en las instituciones públicas.

La demarcación informatizada de circunscripciones electorales

La demarcación de circunscripciones electorales realizada con la ayuda del ordenador que tuvo
lugar en Estados Unidos en los años sesenta constituye el clásico ejemplo en que se elimina la
política de la política. Los motivos que originaron este cambio son loables, pero el resultado vuelve
a ser absurdo.

El hecho de retirar la política de las cuestiones de la distribución siempre resultó problemático. Si


en la política se trata de “¿Quién obtiene qué?, se puede deducir que la distribución, espacial o de
otro tipo, es intrínsecamente política. Asi pues cuando se declara que algo es “apolítico” en este
contexto se está faltando a la verdad; es una forma de ocultar un estilo de política.

Cap. 7 pg. 328 - 337


¿Es importante la política?
Puede parecer extraña esta pregunta en un libro que trata de geografía política, si la respuesta
fuera un “no”, echaría por tierra las suposiciones de la democracia representativa.
Durante los años setenta los politólogos se hicieron la pregunta de ¿para qué molestarse en votar
si no sirve para nada? Posteriormente llegan a la conclusión de que la política no es importante.
Sin embargo esta tradición investigadora constituye el caso clásico de análisis cuantitativos cuyos
resultados son extremadamente engañosos. Otros politólogos expusieron numerosos casos de
formulación de política municipal en la que la política de partidos era crucial. Entonces ¿por qué
este hecho no se ponía de manifiesto en los modelos de regresión 1?
En primer lugar esos análisis cuantitativos, emplearon datos publicados que se habían obtenido
con una finalidad distinta a la de los modelos de investigación.
En segundo lugar, muchos estudios no han sido especialmente sutiles en los análisis que han
realizado, puesto que no han especificado de forma acertada la hipótesis política. Investigadores
posteriores que han desglosado categorías de gastos y se han ocupado de determinados ámbitos
políticos, han demostrado que efectivamente la política es importante.
Con esta peculiar controversia de hace dos décadas los análisis cuantitativos espaciales tocaron
fondo en las ciencias sociales. Y es que se utilizó una modelización simplista de conjunto de datos
brutos para hacer afirmaciones muy importantes sobre el divorcio existente entre la distribución y
la política en las sociedades actuales. Afortunadamente, hoy podemos seguir adelante sabiendo
que la política sí que es importante.
I.3 El “redescubrimiento” de las localidades
Se ha producido un redescubrimiento de las localidades análogo pero muy distinto al del
redescubrimiento de la política local. El argumento empezó con una controversia en los estudios
urbanos en torno a la cuestión de lo que es “urbano” y lo que no lo es: en primer lugar, se debate
sobre el carácter “espacial” de lo urbano, enfrentándose a la idea de que lo urbano es
esencialmente espacial a la opinión de que carece totalmente de fundamento espacial; y en
segundo se debate entre la idea de que lo urbano no es una categoría que tenga sentido estudiar y

1 Pone en relación los resultados de gastos en un conjunto de distritos municipales con diversas variables
demográficas y socioeconómicas.
la reafirmación de la importancia del espacio urbano en cuanto localidad en el redescubrimiento
de este tema olvidado en la ciencia social.
¿Cuán “espacial” es lo “urbano”?
La redefinición de la sociología urbana que se produjo a finales de la década de los sesenta hizo
algo más que añadir la política a los procesos de diferenciación residencial. Park (1916) había
diferenciado la cuidad como “unidad ecológica” y los analistas del área social habían estudiado la
cuidad como reflejo de las tendencias societales, pero ninguno de ellos había puesto en duda la
existencia de un fenómeno con características distintivas: la ciudad. Esta entidad urbana se solía
definir por oposición a las áreas rurales; pero, con la decadencia de estas últimas, todo el conjunto
comenzó a parecer una “sociedad urbana”.
Con el fin de encontrar una nueva sociología urbana, Pahl (1970) estableció un paralelo con la
sociología industrial. El esquema de Pahl (1970) es conocido porque introdujo la noción de la
existencia de “guardabarreras sociales” (planificadores, trabajadores sociales, agentes de la
propiedad, promotores inmobiliarios, etc.), que son los que organizan y controlan los recursos
urbanos escasos. De este modo los gestores industriales tienen su réplica en los gestores urbanos.
En el sistema industrial es evidente que existe una jerarquía de gestores que tienen un objetivo
concreto, el cual es obtención de beneficios para la empresa: en cambio, en el sistema urbano
parece que no existe una aspiración similar, porque sigue siendo una mezcla amorfa de gestores
diversos que controlan una gran variedad de recursos y carecen de un objetivo global coherente,
en el esquema de Pahl. En el sistema urbano hay procesos que definen la naturaleza del sistema y
los condicionantes generales en los que opera.
Williams intentó que la ecología urbana moderna no diera tanta importancia a las preferencias
individuales e hiciera, por el contrario, más hincapié en la existencia de un control social del
espacio cuyo objeto es la manipulación de la existencia de un control social del espacio cuyo
objeto es la manipulación de la accesibilidad a los recursos. El foco de atención no son los
gestores sino los grupos de interés definidos espacialmente. El análisis del campo urbano consiste
en estudiar la organización espacial de los medios y recursos urbanos consiste en estudiar la
organización espacial de los medios y recursos urbanos y los conflictos que éstos suscitan.
La idea del consumo colectivo tiene la ventaja fundamental de que conecta “los problemas
urbanos” directamente con la proliferación de las actividades del Estado, tema que trata entre
muchos otros, el trabajo de O´Connor (1773) sobre las funciones del Estados capitalista.
Es cierto que la crisis fiscal del estado se ve de una forma más acusada en las áreas centrales
degradadas de las ciudades debido a que sus habitantes dependen del estado de una forma
desmedida: nuestras ciudades son lo más perjudicadas por los recortes del gasto público. Es
preciso que volvamos a contemplar a as ciudades grandes y pequeñas como lugares, como “ el
contexto donde la gente vive su rutina diaria) (Mellor, 1975: 277).
El concepto de localidad que en la mayoría de los países del centro, y muchos países periféricos,
será el sistema urbano de desplazamientos cotidianos, porque es el mercado local de mano de
obra. Aunque las clases sociales se movilizan políticamente a escala nacional, su distribución por
localidades es igual y, al haber distintas mezclas de grupos o clases sociales, habrá distintas pautas
de relaciones sociales. Los procesos nacionales no harán que esta diferencia de experiencias
desaparezca automáticamente. Al haber un control económico cada vez mayor a escala nacional e
internacional se puede esperar que haya una mayor politización de las localidades a medida que
los mercados particulares de mano de obra sufran la recesión, puesto que no solo afecta a la
reproducción de la fuerza de trabajo, sino que también puede tener consecuencias locales en los
procesos de producción.
Las localidades son importantes porque suponen distintas experiencias para sus habitantes, lo cual
tendrá repercusiones políticas.
Las políticas: el “proyecto de las localidades británicas”
Tras la desindustrialización que se produjo en algunas zonas de Gran Bretaña a Finales de los años
setena y principiaos de los ochenta había una especial inquietud por las localidades que parecían
estar perdiendo su raison d´etre económica. No se trataba de una o dos comunidades aisladas sino
que el cambio parecía afectar a grandes zonas del país, sobre todo el norte. En vista de estos
problemas en 1985 se inició un gran proyecto de investigación para comparar las reacciones de las
distintas localidades ante las presiones económicas de la época.
Esta inquietud por las localidades devolvió la política a la ecuación local por que planteaba si las
localidades pueden servir de “base viable para la movilización social”. No hay dudas de que las
tendencias globales, que habían contemplado el traslado de muchos empleos de la industria a
mercados de mano de obra más baratos del extranjero, constituían una dimensión importante de
los problemas de las localidades. Esas tendencias coincidían con los procesos nacionales,
especialmente con el hecho de que las inversiones abandonarán las grandes ciudades y acudieran
a las pequeñas y al campo.
En los estudios resultó que incluso la gente de las localidades más perjudicadas se implicaba de
una forma activa a la transformación de la situación. La localidad interactuó con otras escalas, la
nacional y la internacional, para reestructurar partes de la geografía de Gran Bretaña. Saber que
las localidades están vivías desde el punto de vista de la política es fundamental para nuestra
geografía política de los sistema-mundo.
II. Las localidades tienen importancia
La globalización no conlleva a la homogenización ni un desarrollo uniforme. No hay duda de que
los procesos globales provocan cambios en las áreas locales por medio de procesos de
restructuración; pero cada caso es distinto, por lo que la globalización en lugar de eliminar la
diversidad la reordena.
La política es ante todo un proceso nacional, por lo que se descarta que las diferencias políticas
que haya entre localidades tengan algo más que un interés marginal. Tenemos que poner atención
a las localidades para poder comprender todos los aspectos de la política estatal y mundial.
II. la socialización en su lugar
El control político se puede llegar a ejercer mediante coacción o consenso, y como el primero es
muy peligroso y caro, cuando es posible, se opta por el segundo. En el centro, los procesos de
socialización política reproducen y mantienen el consenso, lo cual supone el aprendizaje de los
valores políticos necesarios en la familia, el colegio, los medios de comunicación de masas y por
otras vías.
Retorno al efecto de vecindario
La socialización política no consiste en procesos universales, sino que implica procesos particulares
que se desarrollan en situaciones sociales concretas, ya que son las experiencias que tienen los
individuos en las localidades donde viven las que ofrecen el contexto y la materia prima para la
socialización. Este proceso suele recibir el nombre de “efecto de vecindario”. En la geografía
electoral la opinión más generalizada es que los efectos de vecindario tienen relativamente poca
importancia.
Uno de los aspectos interesantes de los estudios sobre los efectos de vecindario es que las
pruebas de la existencia de este proceso son precisas y sólidas a escala colectiva, pero a escala
individual han resultado mucho más difíciles de encontrar.
Algunos investigadores han hecho pruebas individuales a los votantes para comprobar si
encontraban el efecto de vecindario en la interacción de los residentes de la misma zona. Sin
embargo el número y la frecuencia de las conversaciones políticas que mantenían no indicaban
que el vecindario tuviera un gran impacto en la política nacional. Este dato concuerda con
investigadores que demuestran que la información política de la mayoría de la gente procede de
los media de comunicación de masas sobre todo la televisión. Por esta razón algunos
investigadores sugieren que el efecto de vecindario refleja procesos completamente distintos.
La socialización política es “un proceso de adoctrinamiento masivo” desde el nacimiento hasta la
muerte, lo que conlleva a que se reciban influencias del vecindario. Pero hay otros factores que
influyen en las experiencias de un votante; concretamente, parece que el proceso primordial es la
socialización en el seno de la familia. Parece también que el “clima político” de la época en que se
vota por primera vez es importante en sucesivas votaciones.
Las democracias liberales, a excepción de Estados Unidos, tienen pautas de voto muy estables que
perduran durante varias generaciones.
El fracaso de la socialización
Este proceso se puede definir como la “campaña silenciosa” de la localidad. Es un procesos que
sólo se puede apreciar si fracasa, cosa que ocurre cuando el cambio en el sistema de partidos
funciona de tal manera que la lealtad “habitual” de una localidad no coincide con los interese
materiales de esa misma localidad cambio que evidentemente no sucede de la noche a la mañana.

II.2 Ideología y Localidad


El autor dice que todo depende de mantener y crear ideologías, las cuales tienes que ser
nacionales para que todos los ciudadanos puedan crear una conciencia cívica y por lo tanto
mantener en funcionamiento el sistema, pero que se tiene que tener en cuenta que la cultura
cívica nacional no es la misma dentro del mismo país, puesto que este puede dividirse en muchas
formas más de cultura política.
Una ideología dominante para todos
La cultura política de un país puede sr considerada una ideología dominante, para que esta se
pueda mantener funcionando ase puede identificar dos elementos: el respeto y la ambición.
Entones las personas con la primer característica aceptan el status que tengan dentro de la
sociedad y con la segunda cada uno hace su luchita para poder elevar ese status si es posible.
Luego viene lo de un sistema de valores subordinado e indirecto, donde las personas creen que lo
que deben hacer es ir mejorándose siempre dentro de las reglas del sistema. La ideología
dominante se va haciendo presente dentro de las actividades cotidianas y se refuerza con un
marco moral de referencia, mientras que el sistema de valores subordinado se encuentra en las
situaciones sociales de acción y elección. Pero también se ha visto que en la actualidad no es tan
útil tener la ideología para sostener la estabilidad, ya que solo se necesita el conformismo de las
personas, si no que más bien hay un montón de factores que pueden o no facilitar la permanencia
de la estabilidad cuando se considera los ámbitos sociales. Y es donde se empieza a pensar en la
ideología del vecindario.
II.3 Localidad y protesta
Hay muchas formas de relacionar la permanencia del sistema mediante el voto con la localidad.
Depende del lugar donde se este desarrollando, así se van construyendo las formas de socializar el
sistema dentro de la vida cotidiana, puesto que todo esto está impregnado con ideología. Es por
esto que esa idea se parecía tan clara en marchas y manifestaciones.
Protesta y tamaño del lugar
Pues este párrafo prácticamente dice que cuando una población es de tamaño pequeño hay más
probabilidades de que no tenga revueltas porque es más fácil que haya comunicación y puedan
llegar a un arreglo. En las poblaciones grandes pues es más fácil que haya una protesta porque es
mas difícil que se llegue a un acuerdo con las autoridades.

Una teoría política de la localización


Dice que dos tipos de eficacia, la cuantitativa que se refiere a la tecnología y la cualitativa que se
refiere al control que hay en la fuerza de trabajo. También dice que estos conceptos explican la
localización de empresas, que cuando hay mejoras cuantitativas se concentra la mayor parte de la
población en las ciudades y las vuelve grandes, luego esto funciona como un imán por que todo se
empieza a movilizar hacia esa zona, mientras que las zonas chicas tienen poca eficacia cualitativa
por que pierden control ya que todo se les escapa. Se busca escapar de las organizaciones
sindicales.
La planificación en busca de la armonía
Bueno pues este párrafo dice que es el capital el que acaba estableciendo las reglas, se busca que
la población crea en la igualdad porque esa condición los pone en el mismo lugar a todos, hasta
para consumir. Se quiere hacer pensar que todos somos capaces de convivir en armonía para que
los problemas que tiene una sociedad pasan de ser sociales a ser únicamente individuales, puesto
que se postula que es mucho más sencillo el controlar individuos separados que unidos, la
igualdad deriva en individualización.
III. Una nueva teoría de la política en las localidades
Bueno aquí es donde ya se empieza a decir que hay muchos más factores que llevan a pensar que
las localidades y la política también de mano con la cultura, viene el problema de que si las
culturas similares producen comportamientos políticos diferentes y todo se acaba reduciendo al
condicionante de cómo es que esta llevándose la localización a partir de las ideologías de las
localidades. Ahora se ve al individuo como una entidad capaz de modificar sus conductas políticas
para poder mantenerse como están o para generar un cambio dentro de la zona en la que
desarrolla su cultura.
III.1 La política practica
Acá dice algo importante, dice que la política formal es la que hacen para llegar al poder, como las
elecciones, mientras que lo política practica es la que hace cada persona en su vida cotidiana por
sus intereses.
La creación y destrucción de lugares
Bueno pues acá habla de transiciones. Dice que cuando una cultura local es solida y ocurren
cambios políticos drásticos la gente no lo nota, por que crean la imagen de continuidad, ya que
está demasiado arraigado y la costumbre obliga a verlo como si fuese lo mismo, por eso es que no
es bueno el concepto de cultura política para ver cambios.

Feliciano García García


CAPÍTULO 8
Págs. (363-380)
LUGARES QUE PROGRESAN

Se ha definido a los << sistemas urbanos de desplazamiento cotidiano>> como localidades


en que vivimos todos los días, es ahí donde vamos a elegir a nuestros representantes locales,
protestamos por los cambios de la localidad y nos enfrentamos al aparato del estado estatal y
regional en este aspecto la geografía tiene un gran protagonismo.
La primera afirmación importante es que todos los sistemas urbanos de desplazamiento cotidiano
son lugares, estos comparten similitudes, pero cada sistema urbano de desplazamiento cotidiano
es diferente de los demás, porque tienen una historia y una geografía propia.
La mayoría de las personas se sienten vinculadas al sitio donde han nacido, donde se criaron o
donde viven actualmente, en este sentido el lugar puede calificarse como la lealtad a un lugar, de
hecho, el auge del estado-nación conllevo tentativas políticas para eliminar dichos vínculos locales
por considerarlos enemigos potenciales de la nación, pero sólo afecta en su disminución porque
estas lealtades nunca pueden ser anuladas completamente por ser producto de la vida cotidiana.
¿Cómo se define el lugar y, concretamente cómo se distingue el espacio? Estas formas son
utilizadas de forma indistinta pero cabe la posibilidad de hacer una distinción útil, para ellos se
retomara a Yi Fu Tuan, este autor parte de la idea de que el “espacio” es más abstracto que el
“lugar”, esto es el espacio es algo general y el lugar algo particular, se podría decir que el espacio
está en todas partes mientras que el lugar está en alguna parte. Tuan (1977) argumenta que
cuando el espacio nos resulta totalmente familiar ha pasado a ser un lugar constituyéndolo
nuestras conductas cotidianas. Así pues el lugar más básico de todos es el hogar, son estos lugares
de donde las personas creen que son y los que por tanto, están implicados de forma fundamental
en la política de identidad.
También es importante mencionar que la misma localidad puede ser a la vez lugar y espacio, Todo
de pende de la perspectiva de la persona y de sus actividades en la localidad, por ejemplo, para los
habitantes de una ciudad su <<ciudad natal>> es sin ninguna duda un lugar; para un urbanista que
empieza a trabajar en el gobierno local, la misma ciudad es un espacio, una localidad en la que
puede utilizar su conocimiento de planificación para mejorara la circulación. Es por eso que los
urbanistas han tratado de desechar con desprecio e incluso oposición la política basada en el
apego local al lugar; este tipo de política ha sido objeto de frecuentes ataques por obstaculizar el
progreso, pero se puede tener una visión más optimistas sobre cómo puede desenvolverse la
política local, como lo afirma el trabajo de Doren Massey: la política local es regresiva porque se
pone énfasis en los aspectos introvertidos y cerrados de los lugares; pero los lugares nuca existen
de forma aislada, sino que existen en una forma compleja geometría de poder en la que circulan
personas, mercancías e información; sentido del lugar <<global>>.
Es en estos lugares que progresan donde se están levando a cabo políticas relativas a cuestiones
étnicas, genero, raza, y clase. En este sentido progresivo de lugar que actualmente se están
adoptando los geógrafos políticos reflejan la creencia de que la gente puede crear su propia
identidad y, hasta cierto punto, su futuro mediante la construcción del lugar.
Para ello en el marco teórico se debe entender la relación la interacción de los agentes con las
estructuras, para entender el comportamiento de la gente y la creación de estructuras.
El legado ecológico
El famoso modelo zonal de la ciudad del urbanitas Burgess 2 , que consiste en la creación de anillos
concéntricos en el cual se emplea conceptos biológicos para estudiar la ciudad, es más conocido
que los modelos hexagonales y de las zonas agrícolas empleadas por Chistaller y Von Thunen. Las
zonas que propugna en el modelo de Burgess tienen un contenido social: no son espacios sino
lugares.
La escuela de ecología urbana empezó a existir en 1916, cuando Robert Park publico su artículo
<<la ciudad: sugerencias para la investigación de la conducta humana en el entorno urbano>>
utilizando a la ciudad como laboratorio para investigar la conducta humana, sus investigaciones de
campo en la ciudad de Chicago fue la más larga realizada jamás sobre una ciudad.
La teoría ecológica: la dimensión política encubierta
Park dividió su estudio de la sociedad en dos niveles: la subestructura biótica a la que se le podría
definir como la ecología y a la superestructura cultural en la que había un orden moral por encima
de la biología. El orden biótico se basa en las necesidades básicas de supervivencia, expresadas en
la competición por los recursos, diferente del modelo marxista ya que en la base económica,
propia de cada modelo de producción define la estructura que gobierne la sociedad; mientras que

2 Este modelo concéntrico fue desarrollado en las ciudades americanas, las cuales estaban teniendo un
crecimiento muy rápido y con transporte motorizado. Este modelo a su vez supone la separación de la zona
de trabajo y el lugar de residencia, cosa que no fue generalizada hasta el siglo XX.
los procesos ecológicos de Park son eternos y naturales justificándose las desigualdades de la
ciudad.
No todos son iguales en estos procesos, las especies o grupos dominantes controlan la comunidad
del mismo modo que los arboles dominan los bosques porque reciben la luz, o ciertos negocios
dominan la ciudad debido a su ubicación céntrica. En el modelo de Burgess la ciudad se organiza
en torno al área central de comercio y negocio.
La ecología como estructura espacial: los estudios urbanos políticos
Las ideas proporcionadas en los años veinte por Burgess proporcionaban a los geógrafos de los
setenta exactamente el modelo espacial sencillo que se estaba buscando, pero cuando los
geógrafos del mundo echaron mano del modelo su biologismo ya había sido desechado por los
sociólogos, cuya critica emperica era ¿Son realmente circulares las zonas urbanas?, también se
refirieron a la imposibilidad de separar a los niveles bióticos de los cultural, todo esto acabo con la
teoría ecológica, pero se siguieron conservando algunas ideas que se incorporaron a dos formas
del desarrollismo en sociología: el primera el continuo rural- urbano que utilizaba ideas ecológicas
para definir el extremo moderno de una secuencia de comunidades; el segundo hace hincapié en
que su puso cambios en los procesos sociales en comparación con los procesos ecológicos.
La teoría ecológica había muerto, pero las estructuras ecológicas sobrevivieron. Las áreas
naturales fueron sustituidas por las sociales y los procesos de intencionalidad dieron paso a
procesos de toma de decisiones sobre donde vivir, un claro ejemplo era el modelo del
intercambio, según el cual los ricos preferían vivir en áreas residenciales suburbanas, en tanto los
pobres preferían vivir empiñados en los centros degradados de las ciudades.
La política se ha incorporado a los estudios urbanos modernos gracias al análisis de los conflictos
en torno al uso del suelo, que ha dado origen a una nueva <<geografía de los conflictos de
localización>>, este tema cobro importancia a partir de los años setenta con Julian W. y Kevin C.
que al principio estudiaban conflictos aislados para encontrar patrones de pérdidas o ganancias en
una comunidad local, posteriormente el enfoque se amplio para trasladarlos a un mapa.
Localidad y economía política
La interpretación de Ley y Mercer (1980) es de un carácter mucho más político, porque creen que
el conflicto de la localización representa un desafío al equilibrio del mercado.
Su estudio realiza dos aportaciones nuevas. En primer lugar, admiten que los “conflictos
manifiestos” solo constituyen un subconjunto de todos los conflictos potenciales que figuran en la
agenda política, motivo por el que hacen una geografía de las promociones urbanas elaborando un
mapa de una muestra de licencias concedidas por el ayuntamiento para modificar los usos del
suelo.
Pero cuando se compara con la geografía de los conflictos, surge un contraste interesante: los
conflictos tienen una pauta sectorial en lugar de una pauta zonal. Este hecho se explica desde el
punto de vista de la segunda aportación de Ley y Mercer: relaciona el conflicto con las divisiones
sociales y la política de la ciudad.
Cox y McCarthy (1982) en el estudio que realizaron sobre la diversidad de reacciones de oposición
por parte de los residentes respecto a la promoción de instalaciones comerciales, han demostrado
que los propietarios de viviendas y las familias con hijos de edad escolar tenían tasas mayores de
activismo vecinal con los que vivían de alquiler y las familias sin hijos de edad escolar. Este dato
sugiere que existe una “política del cuidado del césped” aplicada a las localidades, es decir, que
igual que se cuida el césped con mayor o menor esmero dependiendo de si la casa es propia o no,
las localidades serán un motivo de preocupación mayor o menor según los intereses que tengan
las familias en ellas. La geografía de los conflictos de localización refleja experiencias locales
adversas que se han movilizado contra una economía-mundo capitalista cambiante.
De acuerdo con Castells (1977) este tipo de desafíos locales al sistema se suele dominar
movimientos sociales urbanos. Los enfrentamientos son iniciados por grupo de gente, son obras
de acción humana, los geógrafos políticos llegaron a considerar que los lugares son estructuras
que actúan como mediadores en la actividad política y que las actividades políticas crean y recrean
al lugar, a este enfoque se le ha denominado <perspectiva constructivista social>> del lugar puesto
que los lugares son producto de las acciones adoptadas por los gestores de capital, el estado y la
sociedad civil.
La teoría de la estructuración
Anthony Giddens actuó como catalizador para los geógrafos políticos que quieren estudiar la
acción política en el contexto de los lugares, esta teoría concibe a los individuos como agentes que
saben los que hacen, sin dejar de reconocer que las estructuras de poder y otras instituciones
sociales pueden permitir o restringir sus actividades. Para ellos el autor creo el concepto de
normas sociales como vinculo entres las estructuras y los agentes. Estas normas, que no son más
que actividades humanas regularizadas, se terminan por construir en estructuras, pero también
pueden experimentar cambios. Por ejemplo es la regularidad de la vida familiar, con sus normas
respecto a las horas de comida y los modales.
La vida de la gente está estructurada por normas e instituciones que lógicamente son rasgos
distintivos de los lugares en los que trascurre la vida cotidiana pero también son estructuradas
intangiblemente como el nacionalismo. Además nuestra vida cotidiana depende si tenemos suerte
de vivir en el centro u no en la periferia de este mundo capitalista.

Definiciones estructurales de lugar


La teoría de la estructuración demostró que las actividades humanas se estructuran en contextos
cotidianos del lugar. El contexto pasa de ser de naturaleza compositiva para convertirse en
estructural en vez de ello, el lugar se interpreta como una estructura, un contexto que actúa como
mediador de la decisión de voto.
Agnew (1987a) cree que el lugar tiene tres características: la localización, el escenario y el sentido
del lugar. La localización o el papel que desempeña el lugar en la economía-mundo, su base
industrial es o papel geopolítico, por ejemplo. El escenario alude al entorno institucionalizado de
un lugar (las tradiciones sindicalistas o católicas o quizá) cambian de lugar cada vez que se
conserva su singularidad.
La construcción social de los lugares por el nazismo 1924-32
La geografía electoral se convierte en un análisis dinámico del lugar y de las actividades de los
grupos sociales. El análisis del apoyo electoral que recibió el partido nazi de Adolf Hitler en la
Alemania del periodo de entreguerras constituye un buen ejemplo. Al principio el apoyo electoral
recibido por el partido nazi fue insignificante, pero aumento rápidamente cuando las condiciones
económicas se deterioraron en el contexto del periodo de estancamiento asociado a la fase III B de
Kondratieff3.
El aumento de la popularidad del partido refleja los crecimientos trastornos económicos que sufría
el pueblo alemán donde hubo regiones con un gran a poyo nazi y regiones donde hubo absoluta
oposición, es por eso que los vínculos económicos de la región con la economía-mundo dan
mucho juego para explicar la pauta del voto y también el contexto rural o urbano en el que se
desempeñe.

3 Las fases B son periodos de reestructuración económica en que nuevos procesos económicos del centro
sustituyen a las industrias que han dejado de ser vanguardias y se periferializan.
La fase III B de Konfratieff fue un periodo de enfrentamiento geopolítico durante el cual Estados Unidos y
Alemania competían entre sí para sustituir a Gran Bretaña en el puesto de potencia hegemónica.
LUGARES QUE PROGRESAN

II. LA MODERNIDAD Y LA POLITICA DE IDENTIDAD (Págs. 380-388)

Las instituciones locales y las normas, las prácticas oficiales y los operativos globales mediatizan
simultáneamente la acción humana. Si recurrimos al matriz espacio-temporal del capítulo 1
deducimos que el creciente interés que suscita actualmente la política de identidad puede ser
producto de la dinámica global. El fundamento de esta concepción puede encontrarse en la obra
del teórico marxista italiano de los años veintes y treintas Antonio Gramsci; su forma de entender
la hegemonía se refería a un grupo dominante que proporciona un liderazgo político e intelectual
que le permite gobernar fundamentalmente por consenso y no por la fuerza., de forma que las
ideas gobernantes del sistema-mundo son las ideas del estado hegemónico. Esta incursión
histórica constituye el telón de fondo necesario para entender el carácter contemporáneo de la
modernidad, que está directamente implicada en la política de identidad. (P.380)

II.1 Hegemonía y modernidad


Ser moderno y llegar a serlo ha constituido uno de los principales estímulos para el cambio de
las sociedades y también de los individuos. Ya se interprete como una <<necesidad de masas>> de
un pueblo que intenta modernizar su sociedad, o como una necesidad personal para ser visto <<a
la última>> con la moda más actual, la idea de modernidad tiene una imagen positiva casi
universal. La fe popular en lo moderno es tan grande que suele considerarse que los
acontecimientos contemporáneos especialmente desagradables no son modernos. (p.381)
En los últimos años, los científicos han desenmascarado la creencia popular de lo que es
moderno. En una obra novedosa, el sociólogo Zygmunt Bauman (1989) nos ha enseñado que el
holocausto es una política moderna de un estado moderno basado en una planificación moderna
que utiliza transportes modernos, química moderna, y maquinaria moderna. Es algo
increíblemente ambiguo: <<un fenómeno de doble significado>>. La modernidad puede ser
interpretada como la faceta concreta de ser moderno; la condición de modernidad describe la
naturaleza de la sociedad moderna (Taylor, 1999). El doble sentido de esta condición son las
tendencias simultáneas a un cambio rápido y un orden controlado. En resumen, intentamos
domar en incesante cambio moderno con proyectos, personales y políticos, para crear estabilidad.
Los hegemones son el origen de las principales reestructuraciones económicas de la economía-
mundo, que desencadena enormes cambios sociales e incertidumbres en el sistema-mundo.
Dicho de otra forma, los hegemones son los que inventan las nuevas modernidades en lo que
se refiere tanto a nuevos cambios sociales como a nuevas formas de enfrentarse a dichos cambios.
Se produce, por tanto, una contribución cultural. Y los estados hegemónicos son mucho más que
el emplazamiento de las economías más eficaces de su época. (P.182)

*Las modernidades principales.

La posición que hemos adoptado anteriormente conlleva que señalemos múltiples


<<modernidades>>. De hecho la sociedad moderna y la sociedad industrial se suelen utilizar como
si fueran sinónimos. Lo que estamos intentando es invalidar este legado. Por tanto estas
constituyen las modernidades fundamentales del sistema-mundo moderno: la modernidad
mercantil, encabezada por los holandeses, la modernidad industrial encabezada por los ingleses y
la modernidad consumista encabezada por los Estados Unidos.
Fíjese en que las tres modernidades fundamentales han hecho hincapié en un aspecto de todo
el proceso de acumulación de capital: el intercambio en la modernidad mercantil, la producción e
la modernidad industrial, y el consumo en la modernidad consumista. Es evidente que fueron
acontecimientos muy complejos, que implicaban mucho más que estos procesos, pero de este
modelo tripartito de modernidades se puede deducir la cualidad de los cambios.
Respecto a estas modernidades la cuestión fundamental es que sus orígenes son
geográficamente precisos. Así pues las imágenes que tenemos de estas distintas modernidades
tienen un origen concreto en panoramas históricos reales. Estas tres imágenes representan tres
experiencias modernas características que han tenido una gran influencia en las vidas y los estilos
de vida durante sucesivos ciclos hegemónicos. (P. 183)

*Lugares del futuro.


Si ser moderno es considerado por la mayoría como un atributo positivo, otros estado querrán
copiar las nuevas prácticas del país hegemónico. El éxito del económico de hegemón pone de
manifiesto nuevas oportunidades, que otros estado no pueden permitirse pasar por alto. Como
son los “lugares que progresan” más destacados, los hegemones representan el futuro, lo que
implica que otros Estados tiene que emularlos o se perderán en el futuro. Por este motivo, la
invención de una modernidad principal produce como consecuencia un desfile de Estados que
intentan ‘ponerse al día’. Así se trata de un proceso político propio de estado: por medio de las
modernidades principales, la potencia hegemónica penetra en la vida cotidiana de la gente por
todo el sistema-mundo.hay una terminología común que designa el modo en que operaba este
proceso con cada uno de los hegemones. La emulación de los holandeses se vino a llamar
mercantilismo, la emulación de los británicos, industrialización, y la emulación de los EE UU se
llama americanización.
En el siglo XX, EE UU asumió el papel de modelo mundial, pero en este caso (al contrario de los
anteriores) no es preciso viajar al país ´para ver el futuro. Se han ofrecido imágenes de los barrios
residenciales estadounidenses primero en películas de Hollywood y posteriormente en los
programas televisivos. Esta era la América de la “sociedad de la opulencia, de buena vida; la
semilla y el grano de futuro” (Broughton, 1959:263). Es este ‘sueño americano’ en su calidad de
sueño mundial lo que constituye la modernidad consumista.

*La modernidad normal.


El mundo promovido por los EE UU estaba crenado una sociedad donde los hombres y las
mujeres normales y corrientes no solo aspiraban a una buena vida sino que llegaban a tenerla. La
modernidad consumista se basa en congruencia entre producción a gran escala y consumo a gran
escala.
Utilizamos el término modernidad normal en alusión a las características cotidianas que
comparten las modernidades principales. Dicho de un modo sencillo, las tres modernidades
principales han incorporado en su creación una celebración cultural específica de la normatividad.
Así vemos que el hilo de la modernidad normal lleva al consumismo. Hay cierta lógica en ello,
pero el consumo de masas no es su objetivo final. La modernidad normal se expresaba en la
práctica en el gusto individual dentro de las casas. La casa, inventada como espacio privado de la
familia por los holandeses, estuvo marcada desde el principio por la individualidad. La producción
a gran escala conlleva la fabricación de productos en serie, por lo que el consumo a gran escala no
reflejaba de forma inmediata esa individualidad. Actualmente el consumo no es masivo respecto
al tipo de productos, sino en cuestión de cantidades. En cambio, se ha llegado a crear un
movimiento de los consumidores para proteger a los consumidores, en su calidad de individuos,
frente a las grandes empresas, en cuanto productores. Este es un indicio de una nueva
modernidad reflexiva, que representa, al menos en parte, la culminación de la modernidad
ordinaria.
II.2 La modernización reflexiva
La “modernidad reflexiva” es un concepto acuñado por Ulrich Beck, que alude a las
incertidumbres y miedos a los que hoy se enfrentan las personas, que, a su vez, les obligan a
cuestionar las políticas e identidades tradicionales. En este contexto los riesgos son
cuestionamientos e incertidumbres originados por el imperativo de la acumulación de capital y por
el crecimiento de la industria. Las consecuencias del cuestionamiento de las instituciones oficiales
es que los significados colectivos y grupales basados en las instituciones se están agotando. Por
ejemplo, el cuestionamiento de los hundimientos subyacentes a los negocios pone en entredicho
la ideología del progreso que antes era universal. (…)Como señalamos en el apartado anterior,
podemos afirmar que la reflexividad se origina en los acontecimientos de la modernidad
consumista en cuanto supone la culminación de la modernidad normal. (P. 386-387)

*La condición postradicional.


Los cuestionamientos de la autoridad sobre los que Beck (un autor) teoriza se producen en una
gran diversidad de instituciones. Giddens denomina a este auge de la afirmación individual y al
consiguiente declive de la autoridad tradicional la condición postradicional.
Los individuos están más seguros en sí mismos: en vez de dar por sentados los conocimientos
sociales los interrogan y deciden cómo se relacionan con sus necesidades e inquietudes antes de
aceptar o rechazar una idea. Giddens denomina a esta reflexión social “el mundo de la gente lista”
donde se tiene mayor información y, por consiguiente, mayor capacidad para poner en duda los
argumentos tradicionales.
El mejor ejemplo de las consecuencias de esta situación es el auge del llamado
fundamentalismo, (que) alude a la reafirmación de las verdades tradicionales en un mundo
autorreflexivo. (Pero) con la globalización, que reúne grupos que estaban separados
geográficamente, la nueva reflexividad puede ser especialmente subversiva. Incapaces de
adaptarse a un nuevo mundo de dialogo, la selección de gente normal y corriente como objetivo
ahora es aceptable en una política de odio. Esta es la faceta reactiva extrema de la nueva política
de identidad que está inaugurando la modernización reflexiva. (P. 388)
*La reflexividad social y la multiplicidad de identidades.

En opinión de Beck (1994), el principal proceso en el auge de la política de identidad es la


individualización; lo que antes eran los pilares de la identidad (clase, familia, género), han sido
sustituidos por la biografía personal que nosotros mismo elegimos. Así pues, la identidad ha
dejado de ser algo otorgado por los estatus que nos asignan para convertirse en una cuestión de
elección que requiere mayor reflexión.
Las instituciones de la sociedad industrial están provocando el desarrollo de la política en
contextos no institucionales. Está apareciendo una subpolítica. Estos nuevos grupos no están
vinculados con clases sociales ni con partidos. (…)Las personas abandonan sus afiliaciones políticas
de manera poco sistemática, por lo que todo individuo tiene ideas y objetivos políticos múltiples y
contradictorios. Constituye una forma de política que tiene intereses globales pero cuyas bases se
sitúan en lugares singulares; porque la subpolítica significa configurar la sociedad desde abajo. (P.
388)
III. La política de identidad y las instituciones de la economía-mundo capitalista

Estableciendo conexión entre las tendencias globales y el desarrollo de la política de identidad


basada en las localidades podemos utilizar nuestro marco teórico materialista para señalar alguno
de los parámetros de la nueva política realizada en los lugares. La política es definida
continuamente por el agente. La nueva política de identidad cuestiona las instituciones y las
traspone.
Wallerstein ha señalado cuatro instituciones fundamentales: las clases, los Estados, los
<<pueblos>> y los hogares. Estas instituciones pueden ser liberadoras y represoras al mismo
tiempo.las personas autorizan o prohíben, dependiendo del riesgo concreto que cuestionan.

III Catorce Geografías políticas


En muchos contextos la política se limita a prácticas relacionadas con el Estado: elecciones y
guerras, reforma de la asistencia social y política fiscales, ese sería el material del que está hecha
la política. Los Estados siguen proporcionando gran parte del material de política pero hay cosas
mucho mas importantes en la política que esta única institución. Si se utilizan las cuatro
instituciones fundamentales de Wallerstein obtenemos catorce políticas diferentes.
La primera las políticas intrainstitucionales:
1 La política Intraestado, o la competición por el gobierno.
2 El conflicto Intrapueblo, disputas por objetivos.
3 La política Intraclase.
4 La política Intrahogar, relacionada con disputas patriarcales y generacionales.

Segundo las políticas interinstitucionales:


5 La política Interestados, relaciones internacionales y los hombres de Estado.
6 La política Interpueblos, nacionalismo, racismo y etnias.
7 La política Interhogares, enfrentamientos con los externos.

Estas ocho políticas pertenecen al ámbito tradicional de la política de la sociedad industrial. Hay
seis políticas entre instituciones:
9 La política Estado-Pueblo, la igualdad en el trato de las prácticas culturales heterogéneas de una
sociedad.
10 La política Estado-Clase, incorporación de la clase política a nivel estatal, realización de los
partidos políticos y por ultimo protección a los trabajadores por el crecimiento en la movilidad del
capital.
11 La política Estado-Hogar, concentrada en los derechos y la asistencia social.
12 La política Pueblo-Clase, fragmentación de las clases objetivas en identidades grupales
subjetivas.
13 La política Pueblo-Hogar, se define a partir de la ideología familiar.
14 La política Clase-Hogar, de esta se ocupa la critica feminista de la participación de la mujer en
ámbitos en un nivel público.

III Las políticas entre instituciones


Nos encontramos en un periodo de política complejo y continuo dinamismo definido por la
naturaleza de la identidad fracturada internamente y múltiple externamente.
Las políticas Estado-Clase.
El estudio de Herod sobre los trabajadores portuarios sindicados en Estados Unidos entre 1953-
1989 pone de manifiesto el cambio que se ha producido en la relación entre clases y lugares. Al
principio los trabajadores podían negociar contratos distintos en cada puerto. En los cincuenta el
ILA (International Longshoremen’s Association) estaba preocupado por los cambios tecnológicos
en los transportes, en especial a los relativos a los contenedores. La trayectoria de ILA pone de
manifiesto una serie de cuestiones relacionadas con la política de identidad en los lugares.
Primera, la estrategia de ILA conllevaba la creación de nuevas escalas de negociación en respuesta
a los cambios tecnológicos globales y un impulso político de escala estatal. La historia de la ILA
también demuestra que la prolongada actividad sindical de los trabajadores puede alterar la
geografía de las prácticas laborales y, en consecuencia, la cualidad de los lugares. La historia de la
ILA pone de manifiesto la posibilidad de que se produzcan enfrentamientos Intraclase (dentro de
la misma clase social) y de que haya cooperación interclases (entre clases distintas), ya que el
sindicato de la ILA quería que se aprobaran beneficios en las políticas comerciales a favor de los
trabajadores sin embargo la exigencia que pedía era mucha, por su parte entendiendo la lógica del
capitalismo y las tendencias globales los empresarios comenzaron a contratar a gente que no se
encontraba en el sindicato, con mejor salario pero sin un respaldo para su persona, no obstante
basto solo con esto para ir diluyendo el poder de ILA entre las empresas y los obreros. El conflicto
se manifiesta en el resultado final, la ruptura por parte de los trabajadores de la costa del Golfo
del acuerdo nacional. Las negociaciones de la ILA demuestran que las escalas y las instituciones, y
los vínculos con ellas, son fluidas y ambivalentes. Las actitudes de negociación nacional eran
específicas del contexto, dependiendo de las dinámicas y las tendencias globales y la inmediatez
de la experiencia local.
La antigua política Estado-Clase siguió manifestándose, puesto que el antisindicalismo del Sur
propició el fracaso del intento del sindicato de organizar a los trabajadores a escala nacional.

Las políticas Estado-Hogar.


En Estado Unidos uno de los impactos económicos de la globalización ha sido un estancamiento
por más de veinte años en los ingresos medios de los hogares, así como la redistribución de las
ganancias y la riqueza de las unidades domésticas de rentas bajas y medias a las más acomodadas.
Aunque estas estadísticas se concentran en la polarización de las clases, la reestructuración
también tiene dimensiones sociales, definidas por la raza, el género y la generación. El Estado ha
ido reduciendo interrumpidamente los fondos para los programas de bienestar social destinados a
paliar las diferencias sociales y geográficas. Los contextos institucionales específicos del lugar,
definen cada vez más la capacidad de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales
para realizar programas sociales. Otra línea de fragmentación es el género y la composición
familiar. La conjunción de la reestructuración económica, la posición subordinada de las mujeres
en la población activa y las estrategias políticas.
Tras los horrores de la Gran depresión de los años treinta el gobierno federal estadounidense puso
en marcha programas de asistencia social destinados a los grupos más marginados. No obstante,
la creciente globalización ha cambiado este contrato de la posguerra entre el Estado y las unidades
domesticas. Se ha liberado al capital de las restricciones nacionales y ha adquirido movilidad
global. A medida que disminuyen las responsabilidades del Estado federal, el bienestar de los
trabajadores con peores salarios y de los desempleados pasa a depender directamente de la
capacidad de las localidades de ofrecer programas sociales.
En el contrato con América realizado en la legislatura número 104 de los Estado Unidos optimiza
dichos cambios. Facilita la movilidad del capital reduciendo el poderío y las responsabilidades del
Estado en una estrategia con tres vertientes: devolución, desmantelamiento y privatización. La
tendencia imperante apunta a un sistema de “trabajoestar” (workfare) en vez de un sistema de
bienestar (welfare), iniciado por la Ley de apoyo a la Familia de 1988. Primero, daba una
importancia espacial a que los destinatarios de las prestaciones sociales empezaron a hacer cursos
de formación y a trabajar creando el programa de capacitación “Oportunidades de empleo y
capacidades básicas”; segundo, se daba más libertada los estados para que experimentaran con
programas destinados a que los receptores de prestaciones sociales encontraran trabajo.
En una época de corriente competencia local, la reducción de los salarios sociales es una forma de
que carguen con el peso de la globalización los hogares, sobre todo los pobres. Al disminuir las
responsabilidades federales, recaen mayor peso sobre los estados y las localidades para que
mantengan a los marginados de la economía mundo-capitalista. No obstante, los estados y
localidades soportan al mismo tiempo el peso de atraer inversiones, por lo que el nuevo
imperativo es reducir los impuestos, especialmente a las empresas, para asegurarse un flujo de
inversión. La creciente relevancia de las localidades en el suministro de prestaciones sociales
también se reflejan en la actividad política de los individuos en el contexto de las unidades
domesticas. La decisión de implicarse en el activismo político se adoptaba en el contexto de la
unidad domestica. Los hogares proporcionan una serie de recursos que facilitan el activismo, como
el apoyo económico de los salarios de otros miembros de la unidad, el apoyo afectivo, el acceso a
redes sociales, y la liberación de ciertas tareas. La conjunción de la globalización, el abandono por
parte del Estado de los programas de asistencia social y la especificidad del lugar ha producido una
reestructuración de las relaciones sociales de los hogares con el Estado. La retorica del
conservadurismo político apela a que las organizaciones privadas de beneficencia intervengan en
donde antes lo hacía el Gobierno. Las estrategias políticas de los hogares deben ser más flexibles
puesto que se dirige al sector privado y a las redes de activistas para conseguir sus objetivos. La
contrapartida geográfica de la modernización reflexiva de Beck es la utilización flexible de la escala
y el ámbito, se establecen conexiones con los activistas políticos de otros lugares y de otras escalas
geográficas dependiendo del objetivo en cuestión.
Y aunque la naturaleza patriarcal del hogar persiste en la práctica y en la retorica, esta antigua
política es cuestionada por las nuevas políticas feministas.
Las políticas de Pueblo-Clase.
Las políticas entre los pueblos y las clases están en función de identidades que compiten entre sí y
que han adquirido importancia en virtud de los cambios y la competencia de tipo socioeconómico.
El estudio de Nagar, pone de manifiesto cómo las diferencias según las castas resquebrajan la
identidad y la política étnicas. El sistema de castas es mucho más rígido y formalizado que las
clases sociales, las restricciones del sistema de castas hacen imposible el desplazamiento de una
clase a otra, y la casta a la que se pertenece impone unos condicionantes vitales, todo esto
permite que no se resquebraje le identidad étnica. La mayoría de los emigrantes procedentes del
subcontinente indio llegaron a Tanganika- en 1964 Tanganika y Zanzíbar se unieron y formaron
Tanzania- en la época del dominio colonial británico. La comunidad Hindú de Dar es Salaam sufrió
importantes cambios que empezaron en 1960. A medida que Estados Unidos adquiría madurez
hegemónica Gran Bretaña se vio obligada a conceder la independencia a sus colonias. Cuando
Tanzania se independizó inicio políticas contra la comunidad surasiática. Muchos hindúes de clase
media y alta emigraron a Gran Bretaña porque la africanización y las medidas políticas de
nacionalización restaron viabilidad a las empresas hindúes. Mientras que las poblaciones de las
castas superiores y medias disminuyeron, la emigración de las castas inferiores se vio compensada
de familias hindúes procedentes de Zanzíbar tras la revolución de 1964, en que los surasiáticos
fueron atacados y discriminados.
Una política que concentrara exclusivamente en lo étnico seria la señal de que existe una
identidad hindú unificada ante los peligros a que se enfrentaba la comunidad. Las etiquetas
sociales se convirtieron en etiquetas geográficas: los hindúes de la India se referían a los
Jangbaria (zanzibarianos) y a los bharwala (gente del interior). El término Jangbaria Gola pasó a
ser un término despectivo común que implicaba que los surasiáticos de Zanzíbar tenían mayor
afinidad cultural con los africanos que con los surasiáticos del continente.
La Hindú Mandel, fundada en 1919, era la organización hindú más antigua de Dar es Salaam, y se
convirtió en la organización que aglutinó a todos los hindúes, aunque estaba dominada por los
hombres hindúes prósperos y de clase alta. A pesar de los intentos de crear una identidad
unificada, las castas inferiores y las mujeres hindúes, percibieron a la Hindú Mandel como una
forma de salvaguardar el poder y la influencia de los varones de las castas superiores. En lugar de
cultivar una comunidad e identidad hindúes, las diversas experiencias vitales de las castas
fomentaron dentro el incremento de acontecimientos religiosos y sociales para las distintas castas
dentro de sus propios salones de actos. La mayoría de los miembros de las castas inferiores
consideraban que la Hindú Mandel servía a los intereses de la elite en detrimento del resto de la
comunidad hindú.
La política de castas de la comunidad hindú de Dar es Salaam pone de manifiesto cómo las
identidades son fragmentadas internamente pero se constituyen externamente. Los vecindarios
de Dar es Salaam contribuyeron a originar un contexto institucional determinado. Las antiguas
políticas del patriarcado, la clase y el nacionalismo perduran en el papel dominante de los
hombres hindúes más acaudalados a la hora de crear una identidad unificada. Pero la
fragmentación de la identidad hindú y la resistencia de los poderosos figurones masculinos resulta
patente en las redes informales creadas por las mujeres de las castas inferiores y el uso que hacen
del espacio público dentro de la Hindú Mandel.
Las políticas Pueblo-Hogar.
Los geógrafos se han interesado mucho por las políticas entre los hogares y las naciones porque
reflejan una tensión que se produce entre el espacio privado y el público. Las geógrafas feministas
han puesto de manifiesto que un discurso que vincula a las mujeres a la esfera privada y doméstica
impide que participen en política y, consecuentemente, hace que se mantenga el patriarcado. Las
imágenes y la retorica utilizada para la crear la comunidad imaginada nacional son la mayoría de
las veces producto de recuerdos y puntos de vista masculinizados. La retorica y las imágenes
nacionalistas fomentan que las mujeres sean las madres y nutridoras de la nación, papel que
desempeña dentro del hogar. La consecuencia es que se sigue concibiendo que la sociedad civil se
compone de dos esferas distintas, las mujeres pertenecen en el medio privado, menos relevante
desde el punto de vista político, y los hombres mantienen el control de la esfera pública.
En los pasados tiempo de guerra se acentuaba los principios de la identidad nacional, entre lo que
figuraban las diferentes identidades de género. Se reconoce que se debe crear nuevas políticas en
el contexto de las políticas antiguas. La combinación de dos antiguas luchas políticas (feminismo y
nacionalismo) ha creado una nueva política de colaboración que está por encima de divisiones
nacionales.

Las políticas Clase-Hogar.


En los cuatro ejemplos anteriores hemos hecho hincapié en que las nuevas oportunidades
coexisten con las prácticas y restricciones tradicionales. Este tipo de tensiones interinstitucionales
resultan evidentes en el caso de participación de la mano de obra femenina. Lo que es evidente en
el sistema-mundo son desigualdades en el mercado laboral, puesto que las mujeres
sistemáticamente reciben un menor salario y se encuentran con obstáculos para obtener
ascensos. El patriarcado y el capitalismo, dos ideologías que siempre van de la mano, siguen
predominando y las desigualdades de género seguirán perdurando hasta que se busque un cambio
en las políticas de trabajo.
Parecida a las disputa políticas nación-hogar, el ámbito privado de la unidad doméstica constituye
una estructura tradicional que puede acabar restringiendo la participación de las mujeres en el
ámbito público. Los científicos sociales han adoptado dos enfoques para explicar la desigualdad
femenina en el mercado laboral; en el primero, mencionan que nacen de las relaciones en el seno
de la unidad doméstica; el segundo enfoque dice que la discriminación de género ha consistido en
resaltar el carácter segmentado de los mercados laborales. Los mercados laborales están
divididos: en el segmento primario los salarios y las prestaciones se determinan por medio de
negociaciones institucionalizadas, en tanto que en el segmento secundario las fuerzas del mercado
mantienen un mayor peso. La relativa exclusión de las mujeres del segmento primario ha sido
atribuida a las prácticas basadas en los estereotipos y la discriminación de género.
El estudio de Hanson y Pratt descubrió que hombres y mujeres encuentran empleo gracias a
distintas redes: los contactos que utilizan las mujeres tendían a estar más relacionados con la
familia y la comunidad que los de los hombres. La utilización de flujos de información, según el
género perpetua las divisiones de género en el mercado laboral. Además, la utilización de
contactos familiares y comunitarios por parte de las mujeres aumenta la probabilidad de que se
encuentren trabajo cerca de casa, reduciéndose así su movilidad. El estudio pone de manifiesto
que las instituciones con sede en el lugar y las redes de contacto estructuran la participación de las
mujeres en la mano de obra.
Las posibilidades en los cambios de trabajo femenino son producto de la globalización y de las
cambiantes prácticas laborales que exige. Las mujeres tienen mayores posibilidades de integrar la
fuerza de trabajo pero las pensiones de la globalización demandan una mano de obra barata y
flexible. Por consiguiente, la participación de la mujer en la fuerza de trabajo es una espada de
doble filo. Lo que es más significativo para nuestro argumento, las prácticas tradicionales en el
hogar limitan las nuevas posibilidades para las mujeres en el ámbito público; la manera que las
mujeres aprovechan la dinámica de la economía-mundo capitalista depende totalmente de su
geografía mas cercana.
Las políticas Estado-Pueblo.
Los Estado, Naciones y su asociación con el territorio se hallan en el mismo meollo de la geografía
política tradicional. El nacionalismo ha constituido la forma predominante de identidad del grupo
desde finales del siglo XVIII. La identidad nacional se ha creado con el tiempo recurriendo a los
vínculos étnicos que se encuadran en un discurso estatal imperante. La antigua política del
nacionalismo ha convertido en una forma de legitimar el poder del Estado. Los Estados han hecho
hincapié en ciertas reclamaciones territoriales y ciertos acontecimientos históricos con el fin de
legitimar disputas interestatales; es decir, el nacionalismo en tanto que política antigua considera
que la nación es una estrategia para obtener, utilizar y legitimar le poder estatal. La consecuencia
es una nueva política del nacionalismo que origina en los escenarios sociales localizados de las
personas y pone de manifiesto el marco espacial de las disputas interestatales.
Los niveles actuales de flujo de capital, bienes y personas que cruzan las fronteras estatales bajo
los auspicios de la globalización pueden crear nuevas identidades transnacionales que cuestionen
el dominio del Estado. Muchas naciones utilizan y ponen a su disposición instituciones para
construir una identidad nacional la cual promueva la reafirmación de los límites fronterizos
estatales, la ideología del nación y la imagen de los demás Estados como componente externos al
sistema.
Una forma típica de política antigua, un conflicto fronterizo, que origina respuestas nuevas
basadas en identidades que cuestionan la nación según la define el Estado.
Los distintos escenarios sociales producen diferentes pautas de interacción y transacción que, a su
vez, dan lugar a distintas ópticas de identidad grupal y nacional. La política antigua de la identidad
nacional definida por el Estado ha hecho hincapié en la identidad con el Estado-nación en el
contexto de las rivalidades geopolíticas interestatales.
La nueva política del nacionalismo es más reflexiva puesto que las operaciones comerciales
transfronterizas empiezan a definir la identidad de grupo. Las viejas identidades regionales, más
allá, y por encima de las fronteras estatales se negociaran poniendo en cuestión y, en ocasiones,
utilizando el Estado y el Estado-nación. A pesar de que las políticas nuevas están creando una
agenda política nueva, la antigua sigue definiendo parcialmente el escenario. Aunque las nuevas
políticas pueden utilizar una estrategia flexible de ámbito escala, las instituciones e identidades
predominantes son las mismas de la política antigua. La diferencia reside en que en vez de que la
política se defina exclusivamente en términos de quién controla las instituciones, la política nueva
está renegociando el poder y el papel de estas instituciones amalgamándolas en nuevas luchas
políticas. A medida que estos cambios avancen crearán nuevas geografías políticas cuando se
creen escalas, instituciones e identidades más efectivas.

Más allá de la globalización


La tensión lugar-espacio
El libro se centra en la distinción de los cambios radicales que se han dado en las escalas
geográficas (global, local) y en el dinamismo del lugar y el espacio. El autor en el apartado más
allá de la globalización, hace dos concepciones, primero la de las tenciones lugar-espacio. La
definición de las anteriores cuestiones son definidas siempre en un acto político, el Estado, este
tuvo su origen como un espacio político, administraban el espacio por medio de legados
medievales de poder y tributo, poder militar que exigía impuestos.
En los últimos dos siglos se ha convertido en un lugar, fusionando el espacio del territorio con el
lugar de la patria. Los sujetos se convirtieron en ciudadanos que podían hacer demandas al Estado
del bienestar. En el proceso se dio origen burocracias estatales anónimas que alienaba a la misma
gente que ayudaba. El Estado terminó siendo el problema.
También hubo una redefinición de la unidad doméstica como la invención de la casa moderna, la
casa victoria que aislaban a las mujeres distanciándolas física y socialmente del espacio público.
Por otra parte, las imágenes televisivas insinúan cinismo y fracaso en lugar de optimismo y éxito
forzoso. La unidad doméstica es distinta para cada género, para los hombres es un refugio de sus
compromisos con el espacio público y para las mujeres, un espacio opresivo diseñado para
disminuir el acceso al espacio público de dominio masculino.Estos espacios pueden ser expresados
con imágenes carcelarias: El estado burocrático (la cárcel de hierro) y las amas de casa (esclavas
del hogar). Así se presenta una tensión entre “refugio y la jaula”.
Las escalas geográficas son igual de controvertidas, la política laboral siempre se ha interesado por
ellas porque admite la dificultad de restringir las huelgas y negociaciones a fábricas aisladas. La
cuestión principal es que desde los inicios de la economía-mundo capitalista el capital siempre se
ha desplazado por el mundo, la globalización supone una profundización. Aunque en la primera
Guerra Mundial los trabajadores lucharon entre sí, después de estar unidos por la primera y
segunda internacional, el éxito doméstico del Estado Benefactor en los Estados Centrales, son
precisamente estos los defensores de la globalización.
Así la agenda del trabajo de la “organización internacional” se esmera por crear espacios
capitalistas nuevos (TLC), la cooperación de trabajadores se vuelve un proceso de repolitización de
la economía global. La construcción política de las diferentes escalas, lugar y espacios no son
independientes entre sí. No tienen por qué relacionarse de esa forma.
La tensión “definitiva” entre espacio y lugar
Desde el punto de vista de la ecología, la geografía constituye la forma principal de representar lo
global como un lugar. Nuestro planeta natal de la humanidad. Lo concebimos como un lugar para
la acción, una plataforma. EUA, ha asegurado su hegemonía por medio de la ideología del
consumismo. La vida prometida. Esta crisis ecológica global es la tensión definitiva entre el espacio
y lugar; la tierra como un hogar habitable o como explotable como espacio de recursos.
Los ciudades occidentales, al contrario de la China preocupada , se están convirtiendo en antros de
contaminación y no logran el tráfico fluído. Una de las ironías es que la mayoría de los
planificadores urbanos de occidente fomentan la utilización de la bicicleta y predicen que es
necesario volver al transporte colectivo. Sin embargo, el automóvil constituye el meollo de la
modernidad consumista de nuestros días, y en consecuencia, el Gobierno “modernizador”
considera necesaria que sus ciudades se conviertan en “ciudades automovilísticas” para “ponerse
a la altura”.

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