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J. Taylor, Peter. (2002) - Geografía Política: Economía Mundo, Estado-Nación y Localidad, España, Trama Editorial
J. Taylor, Peter. (2002) - Geografía Política: Economía Mundo, Estado-Nación y Localidad, España, Trama Editorial
LA RESURECCION DE LA GEOPOLÍTICA
Durante mucho tiempo la geopolítica ha sido excluida del discurso académico, y una de las
consecuencias de este hecho ha sido la desvinculación de la geografía política de la ilustre
herencia de los “padres fundadores “como el alemán Friedrich Ratzel, el británico Sir Halford
Mackinder y el estadounidense Isaiah Bowman. La geopolítica de convirtió en un terreno
embarazoso que había de distinguir de la geografía política. Durante la época de abandono de la
geopolítica, Saul Cohen ha sido el único geógrafo político que ha mantenido viva la reflexión de
índole global en geografía política.
El renacimiento de la geopolítica se ha convertido de tres formas distintas, la primera, es que el
término “geopolítica” se ha empezado a utilizar vulgarmente para referirse a la rivalidad global
en la política mundial.
El debate sobre las ideas de Kissinger en los medios de comunicación popularizo el término, por lo
que actualmente es frecuente encontrarse con referencias a la geopolítica en cualquier artículo de
prensa serio que trate de cuestiones políticas mundiales.
Se pueden distinguir cuatro tendencias de investigación relacionadas con este renacimiento:
En primer lugar se ha realizado estudios historiográficos revisionistas de la geopolítica anterior, es
necesario aceptar el pasado, de lama reputación de la geopolítica para elaborar una nueva
geopolítica de los geógrafos. Segundo los geógrafos políticos se han dedicado especialmente a
investigar la geografía de los temas clásicos de las relaciones internacionales. En tercer lugar se ha
producido la incorporación a la geopolítica de temas de temas de política económica,
particularmente del tema de la hegemonía que forma parte de la economía política internacional.
Un grupo de investigadores está elaborando una geopolítica crítica que utiliza interpretaciones
postestructurales de las prácticas geopolíticas.
La forma del renacimiento de la geopolítica se relaciona con el grupo de presión promilitar y
neoconservador que han utilizado argumentos geopolíticos en su retórica en favor a la guerra fría.
La geopolítica no es el único tema de la geografía política que aborda la escala global, también
aborda temas como geopolítica y e imperialismo, que aunque no se suele hablar de ellos en el
mismo contexto, ambos término refieren a actividades políticas a escala interestatal.
La geopolítica se ocupa de la rivalidad entre las principales potencias (Estados del centro y Estados
en ascenso de la (semiperiferia), mientras que el imperialismo se ocupa de la dominación que
ejercen los estados fuertes (del centro) sobre los estados débiles (de la periferia).
En la geopolítica se distinguían tres grandes panregiones que constituían una nueva división
territorial del mundo, cuyos núcleos eran Alemania, Japón y Estados Unidos. Esta es una
organización geográfica interesante, porque supone la disposición de enormes regiones
funcionales en torno a los tres principales estados, que cortan transversalmente zonas ricas en
recursos naturales de las cuales se extienden latitudinalmente en la tierra.
La promoción de Estados Unidos a una situación de dominio en la economía mundo, después de
la segunda guerra mundial, puso fin a las ideas imperantes de construir bloques económicos, por
lo que el concepto de panregiones careció de sentido durante una época.
Pero debido al declive en que se encuentra el dominio norteamericano de la economía- mundo,
los bloques económicos e incluso las panregiones vuelven a estar de actualidad en la política
mundial.
El legado
Definen la geopolítica como un modo concreto de razonamiento que evalúa y ordena los lugares
en términos de la seguridad de un solo Edo. o grupo de Estados. Esta definición perímete señalar
dos tipos de fundamentales de razonamiento geopolítico: esto constituye un razonamiento
geopolítico práctico, que es el que llevan a cabo continuamente las elites de Edo., tanto civiles
como militares.
En segundo lugar, está el razonamiento geopolítico formal que se encuentra en estudios
geopolíticos académicos, como los que hemos examinado anteriormente, en los que las ideas
prácticas son organizadas en teorías.
En 1945, Alemania, Japón e Italia habían sufrido una derrota, Francia había sido ocupada, la URSS
estaba arrasada y Gran Bretaña estaba arruinada; en cambio, la economía de Estados Unidos se
había expandido durante la guerra y para ese mismo año ya realizaba más de la mitad de la
producción mundial, sin embargo, desde el punto de vista geopolítico, la hegemonía de Estados
Unidos fue incomparablemente menos afortunada que la hegemonía británica del siglo anterior.
La hegemonía de Estados Unidos se ha visto perjudicada por la existencia de de un rival ideológico
y militar muy importante: la URSS. La política de equilibrio de poder practicada por Gran Bretaña
le permitía mantenerse al margen y manipular por la vía diplomática a las demás grandes
potencias; en cambio, Estados Unidos era una parte fundamental de la nueva situación de
equilibrio de poder y se implicó continuamente en una formidable y peligrosa carrera de
armamentos
La transición geopolítica a la Guerra Fría
Tras la Segunda Guerra Mundial hubo un corto período que constituye un ejemplo clásico de
transición geopolítica.
Dos acontecimientos mundiales, que ocurrieron con sólo diez años de diferencia en ciudades
alemanas, simbolizan este cambio: en 1938, en Munich, Gran Bretaña y Alemania mantuvieron
negociaciones para evitar una guerra mundial, y en 1948, en Berlín, EUA y la URSS tuvieron un
enfrentamiento que muchos creyeron que acabaría en otra guerra mundial.
Para 1947 la Guerra Fría ya era algo evidente para todo el mundo. Se escribió mucho sobre cómo
se inició la Guerra Fría, apareciendo dos escuelas de pensamiento que llegaron a conclusiones
opuestas. La llamada escuela Ortodoxa, atribuye la responsabilidad al expansionismo de la URSS
que no dejó a EUA otra salida que la política de contención. En respuesta al comportamiento de
EUA en Vietnam surgió una escuela Revisionista que atribuía a ese país la responsabilidad de la
Guerra Fría y según esta tesis, la URSS fue aislada porque no estuvo dispuesta a sucumbir a los
planes mundiales hegemónicos de EUA.
Desde un punto de vista geopolítico, los más interesantes los estudios más interesantes, son los
que destacan el papel que tuvo Gran Bretaña en la creación de la Guerra Fría.
En 1945 la situación geopolítica era muy inestable, puesto que los tres grandes ganadores tenían
prioridades muy distintas. Estado Unidos tenía, evidentemente, la prioridad económica de abrir las
empresas norteamericanas al mundo, Gran Bretaña tenía la prioridad política de continuar siendo
una potencia importante y la prioridad de la URSS era sin duda, salvaguardar su frontera
occidental en la Europa oriental por la que había penetrado sus invasores dos veces en veinte
años.
Al principio estos intereses parecían compatibles con al buena voluntad surgida a raíz de la
victoria, que se resumía en la visión que tenía el presidente Roosevelt de un solo mundo, cuyo
símbolo fue la creación de las Naciones Unidas,
Esta idea no resultó debido a las relaciones bilaterales entre los aliados victoriosos cuando acabó
la Segunda Guerra Mundial y los distintos modos en los que los tres grandes podrían convertirse
en un mundo bipolar: un eje antihegemónico contra los EUA, un eje antiimperial contra Gran
Bretaña y EUA es la debilidad estratégica de Gran Bretaña con relación a los otros dos.
No es de extrañar que la prioridad principal de los políticos británicos de la época consistiera en
llevar a cabo la política que mantuviera a Gran Bretaña a la cabeza junta a estados unidos y la
Unión Soviética. Pronto sepulto evidente que para ellos necesitaría que se le presentara ayuda a
financiera desde el exterior, ya que la economía británica estaba en tan graves apuros que sólo
podía liberarse de la quiebra si negociaba un préstamo de emergencia, cuya única fuente podía ser
Estados Unidos.
Así pues, el apoyo que recibió Gran Bretaña no respondía a los intereses de las empresas
norteamericanas, sino que constituía un baluarte contra la amenaza de la expansión del
comunismo. Según Kolko y Kolko (1973), la política exterior de Estado Unidos pasó de la
negociación a la cruzada.
Gran Bretaña informó a Estados Unidos que no podía seguir manteniendo tropas en Grecia y
Turquía, lo que provocó el discurso del presidente Truman en el que los norteamericanos se
comprometían a apoyar a los pueblos libres en cualquier parte del mundo. La doctrina Truman
estaba claramente dirigida contra la Unión Soviética y supone el comienzo formal de la Guerra
Fría.
La creación de la OTAN en 1949 confirmó la nueva posición de Gran Bretaña como primer
lugarteniente de EUA en un orden mundial nuevo. Ésta no constituía una degradación de estatus
tan considerable si tenemos en cuenta que el país en 1945 estaba en bancarrota
La Guerra Fría como superestructura: ¿fue una gran contienda o una gran inspiración?
La guerra fría es fundamentalmente una estructura política basada en dos tipos de contradictorios
de relación entre las superpotencias: una de oposición y otra de dependencia.
Las teorías que destacan la oposición tratan de atribuir responsabilidades, haciendo hincapié en
que la Guerra Fría, según sea la escuela de análisis “Ortodoxa” o “Revisionista”, es
respectivamente el resultado de la amenaza soviética o la consecuencia del imperialismo
norteamericano. En ambos casos se considera que el mundo se enfrenta a un conflicto decisivo
entre dos formas de ver el mundo: el comunismo y el capitalismo. Esos modos de vida en valores
completamente distintos, son incompatibles. En palabras de Halliday, no encontramos ante la
“gran contienda” que puede considerarse como una batalla ideológica o, de una forma más
elemental, un conflicto global de clases.
La Guerra Fría no es algo natural ni inevitable, sino que es un orden mundial concreto que da
prioridad a ciertas cuestiones a expensas de otras.
En resumen, las superpotencias dependen una de la otra para mantener un orgen mundial que
favorezca su política de superpotencias.
La Guerra Fría es un señuelo que evita la formulación de políticas alternativas. Se han detectado
este tipo de señuelos en tres escalas geográficas. En ámbito nacional de cada de una de las
superpotencias la Guerra Fría ha servido para movilizar a sus habitantes para que apoyen a su
Estado en el enfrentamiento que tiene con el enemigo.
También ha permitido que las superpotencias mantengan, más allá de sus fronteras, un control
estricto de sus aliados. Cada una de las superpotencias lideraba un bloque de países, cuyas
opciones en política exterior eran considerablemente reducidas.
Por último, al margen de los bloques, se puede decir que la Guerra Fría desviaba la atención del
problema de las enormes desigualdades materiales entre el Norte y el Sur.
La gran contienda es en realidad la Gran Conspiración, según esta interpretación la Guerra Fría no
perjudicó en absoluto la hegemonía de Estado Unidos, sino que constituyó un “concierto” de
grandes potencias que no era muy distinto del orden mundial de la hegemonía británica del siglo
anterior.
No hay duda de que las superpotencias utilizaron la Guerra Fría para afianzar su posición.
El legado liberal
Organización y movilización
Los partidos políticos llevan a cabo dos actividades fundamentales: determinan o al menos tienen
una gran influencia sobre la agenda política y demandan el apoyo de la población. Estas dos
actividades están muy relacionadas, puesto que es probable que el éxito o el fracaso de una de
ellas de lugar al éxito o fracaso en la otra.
Desde el punto de vista del Estado, estas dos actividades que realizan los partidos son sumamente
útiles. En primer lugar los partidos organizan la política del Estado, y después movilizan a la
población tras esa política. Pero los partidos no pueden hacerlo aisladamente, necesitan que
exista un sistema de partidos competitivo.
Un sistema de partidos depende de que los grupos de la oposición sean vistos como una
alternativa de Gobierno en lugar de una amenaza para el Estado.
Desde el siglo XIX en adelante los grupos que construyeron el Estado en los países del centro y en
algunos países de la periferia han llegado a aceptar este postulado, que hacen que las elecciones
se conviertan en el medio para elegir al gobierno. La formación del gobierno no es algo a lo que
pueda aspirar cualquiera, sino que es un proceso cuidadosamente controlado, y es aquí donde
entran los partidos.
En muchos países hay un duopolio del poder para formar gobiernos, incluso en los sistemas
multipartidistas hay muchas restricciones a la hora de decidir el voto, al haber relativamente pocos
partidos que puedan recibir votos útiles. Pero precisamente en eso consiste el sistema de partidos,
entre la gran diversidad de posiciones políticas, sobre un gran número de cuestiones, se pide a los
votantes que den su apoyo a una sola de entre un limitado número de plataformas. Esto es lo que
Schattschneider (1960: 59) denomina “gran acto de organización”, que reduce las alternativas a
“limite extremo de la simplificación”. El poder de los partidos consiste simplemente en que los
electores pueden votar a favor o en contra del sistema de partidos (Jahnige, 1971: 473).
La manipulación de la agenda política no es una conspiración de las elites en el poder, sino que
refleja el poder relativo de distintos grupos de interés en la evolución del sistema de partidos.
En la opinión de Schattschneider (1960) esta capacidad de limitar las opciones hacen posible que
los partidos definan la política de un país. En toda la sociedad moderna hay un sinnúmero de
conflictos en potencia; pero, al controlar las alternativas que se ofrecen a los votantes, los partidos
deciden que conflictos se organizan dentro del marco de la política de un país y cuáles se
organizan fuera. El sistema de partidos define la política electoral imponiendo estrictos límites al
contenido de la agenda política.
Geografía
Política
Del poder Gobierno
Partido
Geografía
Del apoyo
Legitimación
En enero de 1988 en filipinas, cuya presidenta entonces era Corazón Aquino, se celebraron
elecciones locales en todo el país, lo cual supuso un despliegue de 156 000 soldados en 930
“puntos electorales conflictivos”. Al final, las elecciones tuvieron que suspenderse en 10 de las 73
provincias, y en otras 1p9 provincias hubo que someterlas al control de comisiones especiales. El
número definitivo de muertes fue de 103 entre los que se encontraban 39 candidatos. La señora
Aquino declaró que había habido “una reducción sustancial en el derramamiento de sangre” ya
que en las anteriores elecciones locales de 1971, cuando Marcos era el presidente, perdieron la
vida 905 personas.
La violencia de las elecciones filipinas no es en absoluto algo inusual. Dos meses antes en Haití
resultaron muertas 150 personas en unas elecciones. Las elecciones que se celebran fuera del
centro son procesos políticos cualitativamente distintos de las elecciones de las democracias
liberales.
Esta conclusión apenas sorprende dada la diferencia la diferencia de antecedentes históricos y de
circunstancias materiales existente entre las democracias liberales y el resto del mundo. Incluso
los estados comunistas sintieron la necesidad de legitimar a su gobierno con elecciones periódicas,
aunque la opción se limitara a un partido. En Asia y África las constituciones no lograron proteger
las elecciones, y éstas fueron sustituidas por golpes militares.
En américa latina, cuyo periodo de independencia es mucho más largo, la historia de las elecciones
es muy distinta. Por ejemplo, Wesson ha señalado que:
En 1929 todos los gobiernos más importantes de Latinoamérica eran civiles y tenían motivos para
proclamarse democráticos; parecía una suposición razonable pensar que estaban en el camino de
una civilización cada vez mejor.
La mayoría de los países latinoamericanos han padecido golpes militares que han detenido
bruscamente esa tendencia a la democracia, en el Tercer Mundo se ha producido un desenlace
parecido, la democracia es frágil y los generales suelen gustar de convertirse en políticos.
Evidentemente, esta situación proporciona una prueba de que el peso para las explicaciones
materialistas del fracaso relativo de la democracia, puesto que todos los países del Tercer Mundo
se caracterizan por padecer una enorme pobreza.
Lo que ocurrió en Latinoamérica y en otros países del Tercer Mundo fue que no pudieron obtener
los recursos para mantener una política de redistribución viable. Los procesos políticos de carácter
democrático liberal fracasaron porque no fue posible vincularlos con una democracia social.
Las campañas electorales y las campañas militares a veces se pueden fundir en un proceso único.
Lo segundo es que si un partido gana las elecciones le permite realizar dos actividades
importantes: los opositores pueden ser perseguidos y los aliados se les puede otorgar ciertas
ventajas políticas.
Política clientelistas, partidos controlados por hombres fuertes compiten por llevarse el botín. En
algunos países el poder de estas versiones extremas del partido de notables o cuados se ha visto
socavado por una variedad populista de nuevos partidos de masas. En unos cuantos países los
partidos populistas han logrado atraer a las masas urbanas rurales al sistema político del estado,
el fracaso ignominioso de las políticas populistas provoco intervenciones militares. En los últimos
años la democracia multipartidista se ha extendido bastante por el tercer mundo.
La política del fracaso.
Los procesos esbozados anteriormente se pueden calificar de política del fracaso; pues dada la
oposición de estos países en el sistema-mundo, no pueden permitirse el lujo de una política
congruente, y en esta situación todos los gobiernos son un fracaso a los ojos de la mayoría de sus
habitantes. Esto da lugar a la inestabilidad que caracteriza al tercer Mundo. El ejemplo más
exagerado de la política del fracaso es el de Bolivia, que lleva ya más de doscientos gobiernos en
menos de doscientos años de independencia.
El “juego de las cuatro esquinas” de la democracia
Supongamos que un país que puede mantener elecciones competitivas durante una década o más.
¿Qué tipo de sistema político esperaríamos que tuviera? Fueran cuales fuesen los motivos
concretos por los que las elecciones pudieran continuar, predeciríamos que, dado que las
circunstancias materiales provocarían el fracaso del Gobierno, todos los partidos gobernantes
tendrían muchas dificultades para ser reelegidos. Así pues se trata de una situación electoral ideal
para los partidos de la oposición. Por lo tanto lo previsible sería que un partido gobernara un
mandato electoral, otro lo sustituyera en las siguientes elecciones, etc., etc. En el Tercer Mundo
son los titulares del Gobierno los que salen perjudicados y pierden el Poder al resultar derrotados
en las elecciones.
Se puede observar como actúa este proceso en los estados latinoamericanos después de 1945. Dix
ha investigado lo que denomina la “rotación electora” en nueve países y Werz ha puesto al día los
datos. El único país en el que se registra una serie continua de elecciones competitivas es Costa
Rica, y en diez elecciones celebradas entre 1948 y 1986 el Gobierno ha sido expulsado del poder
en 8 ocasiones. Chile Venezuela y Ecuador han tenido cinco elecciones y sólo un Gobierno ha sido
reelegido en cada caso.
El mejor ejemplo de este “juego de las cuatro esquinas” de la democracia no procede de
Latinoamérica. Sri Lanka ha sido gobernada por políticos electos desde su independencia en 1948.
Las siete elecciones celebradas desde 1952 han tenido como resultado seis cambios de gobierno.
LA POLITICA DE LA LOCALIDAD
La política de la localidad continua con una larga tradición de investigaciones de las ciencias
sociales que tienen a separa las relaciones sociales de su contexto concreto. El caso limite se
puede encontrar en la escuela espacial de geografía que imponía pautas geométricas regulares
sobre pautas desordenadas del mundo real. A continuación, se presenta una nueva teoría de la
política de localidades, que procede de diversas fuentes.
La política de ubicación se basa en la distinción entre política practica cotidiana y la política formal
del Estado, presentada en este caso por el aparato de Estado local y regional. En este punto
también aparece el actual debate entre lo local y lo global. Con llamamientos a “reafirmar el poder
de local” y nuevos conceptos como el nexo de local-global y la “glocalización”, se reafirma la
creencia de que las localidades son parte consustancial de la globalización a través de una breve
introducción sobre las “ciudades mundiales”, que constituyen localidades muy especiales que cada
vez adquieren más importancia para el funcionamiento de la economía-mundo.
Los integrantes de la escuela espacial no fueron los primero geógrafos que se interesaron por la
organización espacial del Estado. Aunque utilizaban una terminología muy distinta, los geógrafos
punteros de la primera mitad del siglo XX trabajaron en esta área. Como son Fawcwtt, Vidal de la
Blanche propusieron diferentes divisiones administrativas regionales de Gran Bretaña y de Francia,
respectivamente, y Sauer diseño otras circunscripciones electorales en E.U.
En todos los casos los geógrafos señalaban que las regiones geográficas suponían divisiones
“naturales” para organizar al Estado. A partir de estos estudios normativos de desarrolló una
“geografía administrativa” que estudiaba “factores geográficos” en las organización político-
administrativas, tales como los límites fronterizos.
Es indudable que la organización espacial apolítica toco fondo cuando William Bunge superpuso
un entramado hexagonal al mapa de Gran Bretaña como contribución a los debates sobre la
división regional del Estado. Al no tener en cuenta las tradiciones políticas pasadas. La eficiencia
espacial se deriva de las características de agrupamiento espacial que tiene el que más
subdivisiones permite realizar dentro de un espacio delimitado. Tanto las abejas como los teóricos
de la localización se han percatado de ello. Para estos resulta eficiente porque se minimiza las
distancias desde cualquier punto al centro de cada entramado.
En la geografía de los paisajes hexagonales teóricos se asocian con Walter Christaller, autor de la
teoría de los lugares centrales. Una de sus estructuras de entramado hexagonal se denominó el
“principio administrativo” porque los hexágonos descansan en una jerarquía de niveles. Pero
nunca se pretendió que fuera nada más que un paisaje ideal que describiera procesos que hay que
buscar en un paisaje real, donde también se espera encontrar otros factores que no son la
eficiencia espacial. Sin embardo, la idea de optimizar las disposiciones espaciales en las situaciones
del mundo real adquirió bastante importancia en los análisis geográficos aplicados. La ubicación y
el espacio en la administración social de Massam representan la culminación de las obras de esta
tradición.
La presentación de servicios
El consenso político del que partía el Estado del bienestar implicaba que el Estado sería el principal
proveedor de servicios públicos. La geografía aplicada daría la respuesta técnica a la pregunta
donde se deberían prestar esos servicios, tarea para la que se elaboraron modelos de “asignación
de localización”. Se trataba de técnicas informatizadas que trabajaban con grandes cantidades de
datos para ajustar dos mapas, el de centros de servicio y el de la gente a la que tenían que a
atender, según ciertos criterios.
Los modelos de asignación de localización se empezaron a elaborar para el sector privado, hecho
que se pone de manifiesto en la marginalización de la política. En la vente al por menor las
empresas desean saber dónde ubicar nuevas tiendas, o que tiendas ampliar, para potenciar al
máximo el rendimiento del capital. Pero en la distribución de recursos en la esfera pública no se
trata de potenciar al máximo los beneficios: es importante obtener un buen rendimiento, pero al
utilizar este tipo de modelos pasamos a un estilo de toma de decisiones tecnocrático verticalista
que es adecuado para empresas que no pretendan ser democráticas, pero que resulta muy
problemático para la democracia en las instituciones públicas.
La demarcación de circunscripciones electorales realizada con la ayuda del ordenador que tuvo
lugar en Estados Unidos en los años sesenta constituye el clásico ejemplo en que se elimina la
política de la política. Los motivos que originaron este cambio son loables, pero el resultado vuelve
a ser absurdo.
1 Pone en relación los resultados de gastos en un conjunto de distritos municipales con diversas variables
demográficas y socioeconómicas.
la reafirmación de la importancia del espacio urbano en cuanto localidad en el redescubrimiento
de este tema olvidado en la ciencia social.
¿Cuán “espacial” es lo “urbano”?
La redefinición de la sociología urbana que se produjo a finales de la década de los sesenta hizo
algo más que añadir la política a los procesos de diferenciación residencial. Park (1916) había
diferenciado la cuidad como “unidad ecológica” y los analistas del área social habían estudiado la
cuidad como reflejo de las tendencias societales, pero ninguno de ellos había puesto en duda la
existencia de un fenómeno con características distintivas: la ciudad. Esta entidad urbana se solía
definir por oposición a las áreas rurales; pero, con la decadencia de estas últimas, todo el conjunto
comenzó a parecer una “sociedad urbana”.
Con el fin de encontrar una nueva sociología urbana, Pahl (1970) estableció un paralelo con la
sociología industrial. El esquema de Pahl (1970) es conocido porque introdujo la noción de la
existencia de “guardabarreras sociales” (planificadores, trabajadores sociales, agentes de la
propiedad, promotores inmobiliarios, etc.), que son los que organizan y controlan los recursos
urbanos escasos. De este modo los gestores industriales tienen su réplica en los gestores urbanos.
En el sistema industrial es evidente que existe una jerarquía de gestores que tienen un objetivo
concreto, el cual es obtención de beneficios para la empresa: en cambio, en el sistema urbano
parece que no existe una aspiración similar, porque sigue siendo una mezcla amorfa de gestores
diversos que controlan una gran variedad de recursos y carecen de un objetivo global coherente,
en el esquema de Pahl. En el sistema urbano hay procesos que definen la naturaleza del sistema y
los condicionantes generales en los que opera.
Williams intentó que la ecología urbana moderna no diera tanta importancia a las preferencias
individuales e hiciera, por el contrario, más hincapié en la existencia de un control social del
espacio cuyo objeto es la manipulación de la existencia de un control social del espacio cuyo
objeto es la manipulación de la accesibilidad a los recursos. El foco de atención no son los
gestores sino los grupos de interés definidos espacialmente. El análisis del campo urbano consiste
en estudiar la organización espacial de los medios y recursos urbanos consiste en estudiar la
organización espacial de los medios y recursos urbanos y los conflictos que éstos suscitan.
La idea del consumo colectivo tiene la ventaja fundamental de que conecta “los problemas
urbanos” directamente con la proliferación de las actividades del Estado, tema que trata entre
muchos otros, el trabajo de O´Connor (1773) sobre las funciones del Estados capitalista.
Es cierto que la crisis fiscal del estado se ve de una forma más acusada en las áreas centrales
degradadas de las ciudades debido a que sus habitantes dependen del estado de una forma
desmedida: nuestras ciudades son lo más perjudicadas por los recortes del gasto público. Es
preciso que volvamos a contemplar a as ciudades grandes y pequeñas como lugares, como “ el
contexto donde la gente vive su rutina diaria) (Mellor, 1975: 277).
El concepto de localidad que en la mayoría de los países del centro, y muchos países periféricos,
será el sistema urbano de desplazamientos cotidianos, porque es el mercado local de mano de
obra. Aunque las clases sociales se movilizan políticamente a escala nacional, su distribución por
localidades es igual y, al haber distintas mezclas de grupos o clases sociales, habrá distintas pautas
de relaciones sociales. Los procesos nacionales no harán que esta diferencia de experiencias
desaparezca automáticamente. Al haber un control económico cada vez mayor a escala nacional e
internacional se puede esperar que haya una mayor politización de las localidades a medida que
los mercados particulares de mano de obra sufran la recesión, puesto que no solo afecta a la
reproducción de la fuerza de trabajo, sino que también puede tener consecuencias locales en los
procesos de producción.
Las localidades son importantes porque suponen distintas experiencias para sus habitantes, lo cual
tendrá repercusiones políticas.
Las políticas: el “proyecto de las localidades británicas”
Tras la desindustrialización que se produjo en algunas zonas de Gran Bretaña a Finales de los años
setena y principiaos de los ochenta había una especial inquietud por las localidades que parecían
estar perdiendo su raison d´etre económica. No se trataba de una o dos comunidades aisladas sino
que el cambio parecía afectar a grandes zonas del país, sobre todo el norte. En vista de estos
problemas en 1985 se inició un gran proyecto de investigación para comparar las reacciones de las
distintas localidades ante las presiones económicas de la época.
Esta inquietud por las localidades devolvió la política a la ecuación local por que planteaba si las
localidades pueden servir de “base viable para la movilización social”. No hay dudas de que las
tendencias globales, que habían contemplado el traslado de muchos empleos de la industria a
mercados de mano de obra más baratos del extranjero, constituían una dimensión importante de
los problemas de las localidades. Esas tendencias coincidían con los procesos nacionales,
especialmente con el hecho de que las inversiones abandonarán las grandes ciudades y acudieran
a las pequeñas y al campo.
En los estudios resultó que incluso la gente de las localidades más perjudicadas se implicaba de
una forma activa a la transformación de la situación. La localidad interactuó con otras escalas, la
nacional y la internacional, para reestructurar partes de la geografía de Gran Bretaña. Saber que
las localidades están vivías desde el punto de vista de la política es fundamental para nuestra
geografía política de los sistema-mundo.
II. Las localidades tienen importancia
La globalización no conlleva a la homogenización ni un desarrollo uniforme. No hay duda de que
los procesos globales provocan cambios en las áreas locales por medio de procesos de
restructuración; pero cada caso es distinto, por lo que la globalización en lugar de eliminar la
diversidad la reordena.
La política es ante todo un proceso nacional, por lo que se descarta que las diferencias políticas
que haya entre localidades tengan algo más que un interés marginal. Tenemos que poner atención
a las localidades para poder comprender todos los aspectos de la política estatal y mundial.
II. la socialización en su lugar
El control político se puede llegar a ejercer mediante coacción o consenso, y como el primero es
muy peligroso y caro, cuando es posible, se opta por el segundo. En el centro, los procesos de
socialización política reproducen y mantienen el consenso, lo cual supone el aprendizaje de los
valores políticos necesarios en la familia, el colegio, los medios de comunicación de masas y por
otras vías.
Retorno al efecto de vecindario
La socialización política no consiste en procesos universales, sino que implica procesos particulares
que se desarrollan en situaciones sociales concretas, ya que son las experiencias que tienen los
individuos en las localidades donde viven las que ofrecen el contexto y la materia prima para la
socialización. Este proceso suele recibir el nombre de “efecto de vecindario”. En la geografía
electoral la opinión más generalizada es que los efectos de vecindario tienen relativamente poca
importancia.
Uno de los aspectos interesantes de los estudios sobre los efectos de vecindario es que las
pruebas de la existencia de este proceso son precisas y sólidas a escala colectiva, pero a escala
individual han resultado mucho más difíciles de encontrar.
Algunos investigadores han hecho pruebas individuales a los votantes para comprobar si
encontraban el efecto de vecindario en la interacción de los residentes de la misma zona. Sin
embargo el número y la frecuencia de las conversaciones políticas que mantenían no indicaban
que el vecindario tuviera un gran impacto en la política nacional. Este dato concuerda con
investigadores que demuestran que la información política de la mayoría de la gente procede de
los media de comunicación de masas sobre todo la televisión. Por esta razón algunos
investigadores sugieren que el efecto de vecindario refleja procesos completamente distintos.
La socialización política es “un proceso de adoctrinamiento masivo” desde el nacimiento hasta la
muerte, lo que conlleva a que se reciban influencias del vecindario. Pero hay otros factores que
influyen en las experiencias de un votante; concretamente, parece que el proceso primordial es la
socialización en el seno de la familia. Parece también que el “clima político” de la época en que se
vota por primera vez es importante en sucesivas votaciones.
Las democracias liberales, a excepción de Estados Unidos, tienen pautas de voto muy estables que
perduran durante varias generaciones.
El fracaso de la socialización
Este proceso se puede definir como la “campaña silenciosa” de la localidad. Es un procesos que
sólo se puede apreciar si fracasa, cosa que ocurre cuando el cambio en el sistema de partidos
funciona de tal manera que la lealtad “habitual” de una localidad no coincide con los interese
materiales de esa misma localidad cambio que evidentemente no sucede de la noche a la mañana.
2 Este modelo concéntrico fue desarrollado en las ciudades americanas, las cuales estaban teniendo un
crecimiento muy rápido y con transporte motorizado. Este modelo a su vez supone la separación de la zona
de trabajo y el lugar de residencia, cosa que no fue generalizada hasta el siglo XX.
los procesos ecológicos de Park son eternos y naturales justificándose las desigualdades de la
ciudad.
No todos son iguales en estos procesos, las especies o grupos dominantes controlan la comunidad
del mismo modo que los arboles dominan los bosques porque reciben la luz, o ciertos negocios
dominan la ciudad debido a su ubicación céntrica. En el modelo de Burgess la ciudad se organiza
en torno al área central de comercio y negocio.
La ecología como estructura espacial: los estudios urbanos políticos
Las ideas proporcionadas en los años veinte por Burgess proporcionaban a los geógrafos de los
setenta exactamente el modelo espacial sencillo que se estaba buscando, pero cuando los
geógrafos del mundo echaron mano del modelo su biologismo ya había sido desechado por los
sociólogos, cuya critica emperica era ¿Son realmente circulares las zonas urbanas?, también se
refirieron a la imposibilidad de separar a los niveles bióticos de los cultural, todo esto acabo con la
teoría ecológica, pero se siguieron conservando algunas ideas que se incorporaron a dos formas
del desarrollismo en sociología: el primera el continuo rural- urbano que utilizaba ideas ecológicas
para definir el extremo moderno de una secuencia de comunidades; el segundo hace hincapié en
que su puso cambios en los procesos sociales en comparación con los procesos ecológicos.
La teoría ecológica había muerto, pero las estructuras ecológicas sobrevivieron. Las áreas
naturales fueron sustituidas por las sociales y los procesos de intencionalidad dieron paso a
procesos de toma de decisiones sobre donde vivir, un claro ejemplo era el modelo del
intercambio, según el cual los ricos preferían vivir en áreas residenciales suburbanas, en tanto los
pobres preferían vivir empiñados en los centros degradados de las ciudades.
La política se ha incorporado a los estudios urbanos modernos gracias al análisis de los conflictos
en torno al uso del suelo, que ha dado origen a una nueva <<geografía de los conflictos de
localización>>, este tema cobro importancia a partir de los años setenta con Julian W. y Kevin C.
que al principio estudiaban conflictos aislados para encontrar patrones de pérdidas o ganancias en
una comunidad local, posteriormente el enfoque se amplio para trasladarlos a un mapa.
Localidad y economía política
La interpretación de Ley y Mercer (1980) es de un carácter mucho más político, porque creen que
el conflicto de la localización representa un desafío al equilibrio del mercado.
Su estudio realiza dos aportaciones nuevas. En primer lugar, admiten que los “conflictos
manifiestos” solo constituyen un subconjunto de todos los conflictos potenciales que figuran en la
agenda política, motivo por el que hacen una geografía de las promociones urbanas elaborando un
mapa de una muestra de licencias concedidas por el ayuntamiento para modificar los usos del
suelo.
Pero cuando se compara con la geografía de los conflictos, surge un contraste interesante: los
conflictos tienen una pauta sectorial en lugar de una pauta zonal. Este hecho se explica desde el
punto de vista de la segunda aportación de Ley y Mercer: relaciona el conflicto con las divisiones
sociales y la política de la ciudad.
Cox y McCarthy (1982) en el estudio que realizaron sobre la diversidad de reacciones de oposición
por parte de los residentes respecto a la promoción de instalaciones comerciales, han demostrado
que los propietarios de viviendas y las familias con hijos de edad escolar tenían tasas mayores de
activismo vecinal con los que vivían de alquiler y las familias sin hijos de edad escolar. Este dato
sugiere que existe una “política del cuidado del césped” aplicada a las localidades, es decir, que
igual que se cuida el césped con mayor o menor esmero dependiendo de si la casa es propia o no,
las localidades serán un motivo de preocupación mayor o menor según los intereses que tengan
las familias en ellas. La geografía de los conflictos de localización refleja experiencias locales
adversas que se han movilizado contra una economía-mundo capitalista cambiante.
De acuerdo con Castells (1977) este tipo de desafíos locales al sistema se suele dominar
movimientos sociales urbanos. Los enfrentamientos son iniciados por grupo de gente, son obras
de acción humana, los geógrafos políticos llegaron a considerar que los lugares son estructuras
que actúan como mediadores en la actividad política y que las actividades políticas crean y recrean
al lugar, a este enfoque se le ha denominado <perspectiva constructivista social>> del lugar puesto
que los lugares son producto de las acciones adoptadas por los gestores de capital, el estado y la
sociedad civil.
La teoría de la estructuración
Anthony Giddens actuó como catalizador para los geógrafos políticos que quieren estudiar la
acción política en el contexto de los lugares, esta teoría concibe a los individuos como agentes que
saben los que hacen, sin dejar de reconocer que las estructuras de poder y otras instituciones
sociales pueden permitir o restringir sus actividades. Para ellos el autor creo el concepto de
normas sociales como vinculo entres las estructuras y los agentes. Estas normas, que no son más
que actividades humanas regularizadas, se terminan por construir en estructuras, pero también
pueden experimentar cambios. Por ejemplo es la regularidad de la vida familiar, con sus normas
respecto a las horas de comida y los modales.
La vida de la gente está estructurada por normas e instituciones que lógicamente son rasgos
distintivos de los lugares en los que trascurre la vida cotidiana pero también son estructuradas
intangiblemente como el nacionalismo. Además nuestra vida cotidiana depende si tenemos suerte
de vivir en el centro u no en la periferia de este mundo capitalista.
3 Las fases B son periodos de reestructuración económica en que nuevos procesos económicos del centro
sustituyen a las industrias que han dejado de ser vanguardias y se periferializan.
La fase III B de Konfratieff fue un periodo de enfrentamiento geopolítico durante el cual Estados Unidos y
Alemania competían entre sí para sustituir a Gran Bretaña en el puesto de potencia hegemónica.
LUGARES QUE PROGRESAN
Las instituciones locales y las normas, las prácticas oficiales y los operativos globales mediatizan
simultáneamente la acción humana. Si recurrimos al matriz espacio-temporal del capítulo 1
deducimos que el creciente interés que suscita actualmente la política de identidad puede ser
producto de la dinámica global. El fundamento de esta concepción puede encontrarse en la obra
del teórico marxista italiano de los años veintes y treintas Antonio Gramsci; su forma de entender
la hegemonía se refería a un grupo dominante que proporciona un liderazgo político e intelectual
que le permite gobernar fundamentalmente por consenso y no por la fuerza., de forma que las
ideas gobernantes del sistema-mundo son las ideas del estado hegemónico. Esta incursión
histórica constituye el telón de fondo necesario para entender el carácter contemporáneo de la
modernidad, que está directamente implicada en la política de identidad. (P.380)
Estas ocho políticas pertenecen al ámbito tradicional de la política de la sociedad industrial. Hay
seis políticas entre instituciones:
9 La política Estado-Pueblo, la igualdad en el trato de las prácticas culturales heterogéneas de una
sociedad.
10 La política Estado-Clase, incorporación de la clase política a nivel estatal, realización de los
partidos políticos y por ultimo protección a los trabajadores por el crecimiento en la movilidad del
capital.
11 La política Estado-Hogar, concentrada en los derechos y la asistencia social.
12 La política Pueblo-Clase, fragmentación de las clases objetivas en identidades grupales
subjetivas.
13 La política Pueblo-Hogar, se define a partir de la ideología familiar.
14 La política Clase-Hogar, de esta se ocupa la critica feminista de la participación de la mujer en
ámbitos en un nivel público.