inclinación desordenada de la concupiscencia, se concreta en el desprendimiento de toda cosa que pueda estorbar en el camino del amor. A veces es "abnegación" o negación de sí mismo para seguir al Señor por el camino de la cruz (cfr. Mt 16,24). Es, pues, el camino de la libertad respecto a todas las cosas, sabiéndolas usar según los planes de Dios. "Diga a todas las cosas: Apartaos de mí, que no soy vuestro ni debo ser mío" (Carta 147, 66ss).
Revestirse de Cristo equivale a desprenderse de otro tipo
de vestidura que no sea la vida nueva. "Desnudo murió Jesucristo en la cruz, desnudos nos hemos de ofrecer nosotros a El. Nuestra vestidura sola ha de ser hacer su santa voluntad" (AF cap. 26, 2593ss).
El tema del "Audi Filia" es precisamente el de un
desposorio que se traduce en el desprendimiento de "salir" del propio "pueblo" (Salmo 44 -45-), "fuera de la puerta", como Cristo, para seguirle por el camino de la cruz (cfr. AF cap. 98, 10268ss; Heb 13,13-14). Quien se desposa con Cristo, "huye toda la gloria de la vida presente, para que alcance todo lo que se promete en el siglo que está por venir" (AF cap. 99, 10423ss; cita a San Jerónimo, Epist. 148, 21).
Este proceso de hacer el vacío por el desprendimiento, no
tiene un objetivo de simple negación, sino que es un presupuesto para recibir la vida divina participada por la gracia: "Si quisiera correr por los hermosos caminos de Dios, no vaya muy cargado de tierra; que cuanto más dejare por Dios, tanto El más le dará de su gracia" (Carta 10, 115ss).